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1 La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica 1 Martha Consuelo Ramos Bahamón 2 Eliced Yohana Rodríguez Ortiz 3 Jennifer Mejía Ríos 4 Resumen Son varios los elementos que deben ser tenidos en cuenta en el momento de establecer una relación terapéutica, dentro de ellos la comunicación, elemento transversal y esencial en cualquier proceso humano. El objetivo del presente artículo de reflexión es generar una discusión y análisis que permita observar, cómo la comunicación logra ser un facilitador en la relación terapéutica, teniendo en cuenta los fundamentos epistemológicos de diversos autores del campo de la comunicación y la relación terapeuta, donde se puede evidenciar como la principal conclusión, que no hay forma en la que tanto el paciente como el terapeuta no comuniquen algo, además que los terapeutas deben tener herramientas necesarias para fortalecer el desarrollo comunicativo en sus sesiones que permita no solo comunicar de manera exitosa, sino además recibir la información de la misma manera. 1 El presente documento es un artículo de reflexión, el cual pretende describir cómo la comunicación llegará hacer un facilitador en la relación terapéutica con una mirada cognitivo conductual como perspectiva clínica. 2 Psicóloga de la universidad Minuto de Dios, Candidata a especialista en psicología clínica con énfasis en infancia y adolescencia, Universidad Católica de Pereira. [email protected] 3 Psicóloga de la universidad Minuto de Dios, Candidata a especialista en psicología clínica con énfasis en infancia y adolescencia, Universidad Católica de Pereira. [email protected] 4 Asesora. Magister en Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de la Rioja. [email protected]

La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

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Page 1: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

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La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica1

Martha Consuelo Ramos Bahamón2

Eliced Yohana Rodríguez Ortiz3

Jennifer Mejía Ríos4

Resumen

Son varios los elementos que deben ser tenidos en cuenta en el momento de establecer una

relación terapéutica, dentro de ellos la comunicación, elemento transversal y esencial en

cualquier proceso humano. El objetivo del presente artículo de reflexión es generar una discusión

y análisis que permita observar, cómo la comunicación logra ser un facilitador en la relación

terapéutica, teniendo en cuenta los fundamentos epistemológicos de diversos autores del campo

de la comunicación y la relación terapeuta, donde se puede evidenciar como la principal

conclusión, que no hay forma en la que tanto el paciente como el terapeuta no comuniquen algo,

además que los terapeutas deben tener herramientas necesarias para fortalecer el desarrollo

comunicativo en sus sesiones que permita no solo comunicar de manera exitosa, sino además

recibir la información de la misma manera.

1 El presente documento es un artículo de reflexión, el cual pretende describir cómo la comunicación llegará hacer un

facilitador en la relación terapéutica con una mirada cognitivo conductual como perspectiva clínica. 2 Psicóloga de la universidad Minuto de Dios, Candidata a especialista en psicología clínica con énfasis en infancia y

adolescencia, Universidad Católica de Pereira. [email protected] 3 Psicóloga de la universidad Minuto de Dios, Candidata a especialista en psicología clínica con énfasis en infancia y

adolescencia, Universidad Católica de Pereira. [email protected] 4 Asesora. Magister en Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de la Rioja.

[email protected]

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Palabras claves

Comunicación, psicología clínica, paciente, relación terapéutica.

Abstract

There are several elements that must be taken into account when establishing a therapeutic

relationship, within them communication, a transversal and essential element in any human

process, the objective of this reflection article is to generate a discussion and analysis that allows

observing , as communication manages to be a facilitator in the therapeutic relationship, taking

into account the epistemological foundations of various authors in the field of communication

and the therapist relationship, where it can be evidenced as the main conclusion, that there is no

way in which both the The patient and the therapist do not communicate something, in addition,

the therapists must have the necessary tools to strengthen the communication development in

their sessions that allows not only to communicate successfully, but also to receive the

information in the same way.

Keywords

Communication, clinical psychology, patient, therapeutic relationship.

Introducción

Para la especialización en psicología Clínica con énfasis en psicoterapia con niños y

adolescentes de la universidad Católica de Pereira es importante la reflexión y análisis desde

constructos, fenómenos psicológicos tanto normales como anormales, posturas, competencias

clínicas y en general, promover la indagación de conocimiento entorno a los procesos de

Page 3: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

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evaluación, diagnóstico e intervención terapéutica y a partir de lo anterior surge gran interés por

comprender cómo logra la comunicación ser un facilitador en la relación terapéutica.

Mediante el siguiente artículo reflexivo se realiza una revisión bibliográfica de estudios y

artículos de investigación, en donde se ha explorado la posibilidad de abordar el enfoque

cognitivo-conductual como perspectiva clínica, en los procesos de comunicación, enfocados en

la interacción entre psicólogo – paciente. Iniciar a conceptualizar sobre las relaciones

psicoterapéuticas, incluyen procesos de comunicación social tanto verbales y no verbales

Bateson y Ruesch (1980) lo plantean de esta manera.

“Presentar los aspectos más amplios de la comunicación, conceptualizar los eventos

interpersonales psicoterapéuticos, mediante la consideración del individuo dentro del marco de

su situación social” (Bateson G, y Ruesch, J (1980) p. 370)

Esto conlleva a una comunicación familiar y cultural desde disímiles formas, como lo son

los ademanes que transmiten la información mediante expresiones faciales y corporales,

expresiones orales elaboradas que hacen uso de un lenguaje amplio con estructuras gramaticales

completas y de mayor uso kinestésico. En consecuencia, la comunicación ha ido construyendo

las bases para las relaciones sociales, familiares, culturales, entre otras.

Además de la comunicación cultural, se encuentran otra clase de transmisiones de

pensamiento que atañe contextualmente al quehacer de la psicología. Y es que la relación

terapéutica entre el psicólogo y su paciente es en sí misma un fenómeno comunicativo.

Es común que en el proceso terapéutico se generen trastornos de la comunicación,

ocasionando que la credibilidad y la confianza depositadas en el terapeuta se resienta, creando

una atmósfera hostil que desfavorece la interacción entre terapeuta y paciente.

Page 4: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

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Beutler y Harwoor (2000) concuerdan con la existencia de una discordia en la relación

psicólogo-paciente y proponen buscar herramientas para reparar el daño causado con cada

intervención el terapeuta crea una posibilidad de ruptura en la relación que deberá seguir un

proceso de restauración de la relación.

El terapeuta debe recurrir a su destreza y conocimientos con el objetivo de alcanzar una

restauración de la relación psicoterapéutica, partiendo del supuesto que la comunicación puede

lograr facilitar el proceso de relación terapéutico; mediante el uso de un lenguaje y una

expresión, en donde ambos intérpretes logran dar a conocer sus puntos de vista, de una manera

acorde; teniendo como fin brindar un mensaje, crear elementos favorecedores como la empatía;

mejorar el uso de herramientas comunicativas; adherencia a terapia e implementar nuevas

técnicas psicológicas que posibiliten la intervención en la psicoterapia cognitivo conductual.

Las reflexiones que aquí se plasman, parten del siguiente interrogante: ¿cómo la

comunicación es un facilitador en la relación terapéutica?

Para dar respuesta a esta incógnita se abordará el concepto de comunicación desde

diferentes autores que concuerdan con la posibilidad de un facilitador en la terapia, la existencia

de la relación terapéutica desde el enfoque cognitivo-conductual y los procesos de

multiculturalidad inmersos en los seres humanos. Los referentes conceptuales que se ajustan a la

propuesta y se toman como brújula orientadora son: (Vallejo, et al., 2005), entre otros.

La gran mayoría de conflictos internos en las personas que acuden a terapia, se desarrollan

por déficit en la comunicación, represión o miedo al expresarse, por interpretaciones erróneas en

el lenguaje verbal o corporal en procesos de interacción con otras personas, desde la psicología

clínica, se habla de la comunicación como un factor primordial para abordar dichas dificultades y

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realizar un proceso terapéutico que logre tener un beneficio dual. Este beneficio será posibilitado

a través de lo que se conoce como comunicación funcional, en la que Naranjo (2008) plantea que

es aquella que “Le permite a la persona manejar de manera más competente y precisa las

situaciones del ambiente en que se encuentra, por cuanto puede expresarse claramente ante las

demás personas” (Naranjo, 2008, p. 11)

La comunicación funcional se caracteriza por manifestarse en el momento oportuno,

permitiendo un intercambio de ideas, pensamientos y emociones, garantizando relaciones

interpersonales sanas, basadas en el conocimiento mutuo y el establecimiento de límites.

Es importante que la comunicación pueda desarrollarse de una forma libre o dirigida, esto

depende de la intencionalidad con la que se dé la relación terapéutica, sin embargo, no siempre

se lleva a cabo, ya que existen variables en la comunicación que permiten ver y percibir la

información que se transmite, ya sea por procesos biológicos, psicológicos o patológicos tanto

del terapeuta como del paciente, que sin duda interfieren en dicha interacción.

En consecuencia, el terapeuta debe ser consciente de las expresiones verbales y no verbales

del paciente, ya que estas ayudan en el proceso, e incluso afianzan positivamente la relación que

poseen y mejora la comunicación entre ellos. Riso (2002) propone expresiones orales y no orales

que dan pistas para leer al otro: “Mirar a los ojos, el volumen de la voz, modulación y entonación

de la voz, fluidez verbal, la postura, Los gestos, El contenido verbal del mensaje” (p.6).

Mirar a los ojos, describe entonces que aquel contacto visual genera confianza, lo que

permite una validación con su interlocutor. El volumen de la voz; para evitar que se

presente una intimidación como figura de autoridad se aconseja no manejar un tono muy

alto, ni un volumen de la voz demasiado bajo denotando inseguridad. Modulación y

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entonación de la voz, aspecto denota la expresividad al discurso, comunica e implica

interés, por lo cual se espera la utilización de la modulación afectiva, evitando de esta

manera experimentar desconexión y por ende afecte la información. (Riso,2000, p. 6)

Asimismo, se espera entonces un nivel de espontaneidad y seguridad (fluidez verbal),

evitando tiempos muy prolongados que permitiría desarrollar angustia, impaciencia y

desesperación. La postura y gestos como impresión de lo físico, expresa sin necesidad de

palabras y completa su sentido, utilizando el lenguaje no verbal, el cual se relaciona con su

discurso verbal observando que no exista una ambigüedad en el mensaje; y finalmente el

contenido verbal del mensaje que se precisa debe ser claro, explícito, directo, franco,

considerado y respetuoso de los derechos de las demás personas.

Estas características de la emisión del mensaje y la posición del sujeto, como emisor o

receptor, pueden ser consideradas a la luz de la perspectiva cognitiva– conductual, en la medida

en que se consideren estos aspectos como mediadores o moderadores de las respuestas.

Entendiendo el sentido amplio de las variables organísmicas relacionadas con el paciente

(conductuales, cognitivas, afectivas, biológicas, sociales/étnicas/culturales); y que suman a un

proceso para que el terapeuta comprenda cómo se manifiestan lo que le aqueja al paciente, al

mismo tiempo que el paciente comprenda la intención y direccionamiento que el terapeuta le

brinda.

Se entiende que la raíz de los problemas psicológicos puede darse por interpretaciones

subjetivas de la información que ingresa mediante los órganos de los sentidos, es decir que se

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relaciona con la cognición, ya que, al interactuar con otros, intervienen diversos factores tales

como: el tono de la voz, el comportamiento o lenguaje corporal e incluso su dialecto, donde el

individuo percibe el contenido de su interlocutor de una forma positiva o negativa.

Es sustancial resaltar las implicaciones de la percepción e interpretación del discurso en el

plano de la relación terapéutica, siguiendo a Salgado (1988), quien afirma que:

Para que puedan ser comunicados los aspectos más profundos y subjetivos de sí mismo, se

requiere que los interactuantes puedan codificar y decodificar los aspectos literales,

denotativos de un mensaje (lo que se dice) y los significados simultáneos cognoscitivos que

son de índole subjetiva (el ¿por qué? del mensaje). (p.374)

La comunicación permite un amplio grado de interpretación y análisis, dados por el

receptor y el emisor, donde el mensaje expresado es uno. Según la persona, puede ser

interpretado subjetivamente. Debe existir reciprocidad, es decir una conexión que permita la

expresión tanto consciente como inconsciente de experiencias de la intimidad o la cotidianidad

del paciente, a su vez, la retroalimentación del psicólogo debe ser acorde al contenido emocional,

para lo cual debe buscar el momento adecuado para hablar, modular su tono de voz y utilizar un

lenguaje comprensible, de manera que se produzca empatía en cada sesión.

En esa misma línea, Miranda (2015) propone una retroalimentación asertiva:

Cuando alguien está hablando necesita saber si los que lo escuchan lo comprenden, le

creen, están sorprendidos, aburridos, etc. Una retroalimentación asertiva consistirá en un

intercambio mutuo de señales de atención y comprensión dependiendo, claro está, del tema

de conversación y de los propósitos de este. (p. 27)

Page 8: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

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Beck, Emery y Greenberg (1985) utilizan el término retroalimentación como proceso

mediante, el cual, el terapeuta está resumiendo, validando, evaluando y apoyando lo que el

paciente quiere expresar, o está sintiendo con el fin de no inferir un análisis que no corresponda

al paciente y verse así alterado el proceso de comunicación, por lo cual se aconseja generar

espacios en la intervención, buscando compartir lo que la persona ha presentado, informado y

corroborarlo mediante el lenguaje.

Se podría expresar que los espacios en la intervención y la retroalimentación desde la

propuesta de Beck (1985) juegan un papel fundamental, ya que generan reducción de

interpretaciones erróneas, las cuales son factores desfavorables en la comunicación causando

interferencia en la relación psicoterapéutica.

Estas interferencias en la relación Psicólogo-paciente puede presentarse por disímiles

causas: no lograr expresarse a través de canales de comunicación adecuados, presentar una

interrupción comunicativa o emocional que desmejora la calidad de la relación, o en el peor de

los casos la finalidad de la intervención.

Si bien se pueden presentar desacuerdos con los pensamientos y actitudes del paciente, el

terapeuta puede verse afectado por estas conductas o pensamientos.

Safran et al., 1991, citado en Gómez (2010), utilizaron la expresión,

Disciplina interior, para indicar las operaciones mentales con que el terapeuta puede procurar

localizar en su interior el hilo perdido de la alianza terapéutica y de las relaciones de cuidado.

Las operaciones de disciplina interior pueden ser muy útiles para permitir al terapeuta pasar

de momentos problemáticos donde no logra compartir la situación emocional, a la

comprensión de qué parte de la experiencia del paciente es compartida o potencialmente

compartible por él mismo. (p.13).

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Con lo que se reconsidera presentar un proceso empático de comunicación, en donde se

reevalúe las discrepancias, y se focalice el área problema con el propósito de renovar un proceso

de mediación y compresión.

Por lo cual poder transmitir un lenguaje claro, coherente, empático, asertivo, activo,

permitirá disminuir las dificultades o alteraciones que puedan encontrarse en la relación

terapéutica en su ejercicio de intervención.

Safran Et al.,2005, como se citó en Gómez (2010) “observan el beneficio de dirigirse

sistemáticamente hacia las rupturas utilizando estrategias tales como la validación y la

aceptación de la responsabilidad por las rupturas” (p. 214).

Es así como se busca llevar las líneas de una terapia, dejando de lado el sentir y el pensar

del paciente, con lo que reajustar, replantear y moldear la terapia a las exigencias del paciente

como persona única. Esto ayudará al proceso de intervención y comunicación, de tal manera que

la ruptura no se contemple como un proceso desfavorecedor en su totalidad. Cuando el paciente

acepta la responsabilidad por la terapia, permite analizar, evaluar, cambiar procesos que no se

dieron de manera asertiva y que permearon la relación, siendo este un aspecto a tratar y mejorar

en las futuras sesiones, o con otros pacientes.

Aproximación en los elementos de comunicación en psicología clínica

Es primordial comprender la importancia que tiene el proceso comunicativo en la atención

en psicológica, dado que de allí justamente se derivan las posibilidades de tener un éxito en la

terapia, seria vacío pensar en la posibilidad de realizar la aplicación de algún tipo de técnica o

herramienta terapéutica, sin pensar primero en el uso adecuado de las herramientas

comunicativas que le permitan la comprensión de lo que el paciente manifiesta.

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En el ámbito de la psicología clínica, particularmente pretende explorar las necesidades

que existen en el entorno del paciente que está siendo atentado, en este sentido la observación es

el elemento primordial que rodea el proceso comunicativo por parte del psicólogo al respecto se

puede tener en cuenta que “se trata de demostrar que hay que atender a la “persona enferma” y

no solo a la enfermedad; que no hay que curar sólo lo físico, sino también paliar y potenciar lo

psíquico”. (Quevedo, 2018, p. 318).

De esta manera entonces como lo plantea Quevedo (2018), la comunicación pretende que

en la atención que el psicólogo brinde a su paciente, se logre entender la información y

manifestaciones expresadas mediante su lenguaje verbal y no verbal, llegando a propiciar una

intervención enfocada al bienestar de la persona, poniendo en conocimiento todo aquello que

mediante el establecimiento de una relación terapéutica.

Otro elemento que puede tenerse en cuenta en este apartado, según Segal y Beavin (1985)

afirman que la comunicación “requiere de tres elementos: Emisor, mensaje y receptor, es así

como en el proceso de relación terapéutica, se busca notificar el mensaje que puede ir de

paciente a terapeuta o viceversa” (p. 365). En este sentido entonces teniendo en cuenta los

elementos mencionados se debe tener en cuenta que no solo el psicólogo que atiende esta

recibiendo información por parte del paciente, por lo tanto, también es necesario poner especial

atención en los elementos comunicativos que utilice, tanto para explicarse bien frente al paciente

como para demuestra el interés en el proceso terapéutico.

Tal y como se menciona en el párrafo anterior, son diversos los elementos que deben ser

tenidos en cuenta, ya que el proceso comunicativo es recíproco en la consulta puntualmente, por

lo tanto, se puede analizar también los elementos de la comunicación terapéutica planteados por

Knapp (1984, como se citó en Martínez, 2012) en los procesos de intervención clínica son:

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a) la especificidad de la modalidad por medio del cual he transmitido la información (táctil,

visual, olfativa), nivel sensorial, b) Sistemas de señales no verbales gestos, expresiones,

fascias, movimiento corporal, orientación personal, vestimenta, etc., c) clasificaciones

parasemánticas las cuales hacen mención del significado verbal, d) tipo de código en donde

pueden encontrarse signos de mediación, de contexto o artificiales. (p. 34)

Teniendo en cuenta los anteriores elementos, y llevándolos a la práctica de comunicación

en la terapia, se pretenderá dar una orientación de cómo suministrar una información, cómo logra

captarla, qué interferencias se pueden tener en el momento de la ejecución, cómo la expresión

también comunica, y cómo al final se retroalimenta dicho mensaje, esto a su vez permitirá una

interacción psicólogo paciente, que para el fin de la intervención logre ser la mejor. Cada

decisión comunicativa que tome el terapeuta tendrá repercusiones en el proceso, por lo tanto,

cada uno de los elementos planteados demuestra la importancia incesante del estudio del tema.

Ahora bien, los procesos de comunicación no solo permiten fortalecer los procesos de

intervención del psicólogo, sino también contextualizarlos en relación con los diferentes tipos de

lenguajes que, a la luz de los diversos entornos, culturas, situaciones, vivencias, edades,

situaciones, logra así permitir un lenguaje unificado con el cual se llegue a procesos de

comunicación óptimos.

De tal manera que no solo son tenidos en cuenta los elementos de la comunicación en relación

terapéutica, sino también es necesario conocer sus características según Fernández y Herrera, et

al. (2012) las distinguen en dos categorías.

La primera se denomina forma básica y permite clasificar la estructura formal de la

verbalización realizada por el hablante, distinguiendo entre los códigos: asentir, aseverar,

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negar, preguntar y dirigir. La segunda categoría es la intención comunicacional y permite

clasificar el propósito comunicacional expresado durante la verbalización del hablante, vale

decir, lo que la persona persigue con su comunicación. (p. 122)

En tal sentido, estas características permiten clasificar la información, comprender el

mensaje del emisor y observar la coherencia de las verbalizaciones en las conductas derivadas de

la interrelación.

Para Salgado (1988) las características son: el mensaje el cual es codificado, la

interpretación, análisis, retroalimentación, símbolos señales, signos, sonidos, y estímulos que

serán transformados en canales de información y a su vez en lo que se expresa que irá

acompañado de una respuesta, tal como se plantea a continuación:

La comunicación no verbal reposa en el principio analógico y la codificación no verbal reposa

en el principio digital. La experiencia interna de lo que está sucediendo en cualquier momento

involucra imágenes no verbales que de alguna forma refleja la situación total. Los

movimientos corporales y las reacciones espontáneas e inmediatas requieren una apreciación

analógica de los eventos. (Ruesch, 1980, p. 445)

Por otro lado, en la comunicación se encuentran unas categorías de expresión donde están

inmersos diferentes códigos de información que serán transmitidos a través de un lenguaje

verbal, escrito, o kinestésico y que permitirá construir un mensaje que deberá ser corroborado

para la interpretación de este.

Es indudable mencionar que a partir de las ideas que se han mencionado en el desarrollo de

las últimas páginas, demuestran la vital importancia que tienen los elementos comunicativos en

la relación terapéutica que pueda establecerse desde la psicología clínica; por lo que se espera

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dar un uso óptimo en la comunicación que facilite el reconocimiento de las esferas de las

personas, logrando identificar sus inconvenientes.

Desde una perspectiva psicológica, el lenguaje puede ser examinado desde una dimensión

comportamental; considerado como un tipo de conducta o actividad, que realizan un

emisor, cuando codifica o produce, y un receptor cuando decodifica e interpreta mensajes

lingüísticos mediante la utilización de un código de signos o símbolos común, en un

contexto determinado. (Martínez, 2012, p. 17)

No hay posibilidad alguna de no comunicar, tanto en la vida cotidiana como en la

terapéutica, por lo tanto, es una responsabilidad de cada profesional, realizar el análisis de sus

percepciones y estrategias comunicativas dentro de la terapia.

La comunicación en la relación terapéutica

En el presente apartado se abordará el proceso basado en una negociación intersubjetiva en

la que a través del discurso se establece el vínculo terapeuta y paciente donde poco a poco se va

construyendo-reconstruyendo el binomio salud-enfermedad (Urzúa, 2010). En este sentido, se

evidenciará la relación terapéutica desde diversos puntos de vista y la formalización conceptual

de esa relación.

Según Fiorini (1992, como se citó en Arango y Moreno, 2009) algunos aspectos de

importancia en la construcción de la relación terapéutica son; la serenidad, la calidez del

terapeuta, el discurso, la espontaneidad creatividad, en donde se debe de establecer un contacto

empático, en el cual, en el proceso de observación. Estos son aspectos que deben ser tenidos en

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14

cuenta uno a uno en la atención, formalizando el interés que como profesional se tiene en

establecer un contacto efectivo con el paciente.

Para Hartley (1985) la relación terapéutica se constituye como un constructo que incluye la

relación real y a la alianza de trabajo, por lo cual se puede inferir que se requiere de dos

dimensiones en la cual la primera se basará en la relación o interacción del paciente y psicólogo

utilizando una serie de elementos que permitirán o facilitarán la comunicación, y la segunda la

manera en que su acción les permita un avance en la terapia con el fin de dar solución a su

motivo de consulta, con posterior resolución de los conflictos o patologías del paciente.

Para establecer de manera adecuada un análisis en el presente artículo, se abordan también

la relación terapéutica en la terapia cognitivo conductual, se establece que esta se da a través de

un conjunto de técnicas y características universales que demarcan acciones para este modelo

(Wilson y O´Leary, 1980 como se citó en Arango y Moreno, 2009), es decir, la relación

terapéutica, va a acompañada de factores propios del individuo y paciente que permitirá un

adecuado éxito en la intervención, pero es necesario desde esta perspectiva tener en cuenta que

es una construcción mutua y por lo tanto los dos elementos deben participar de ella.

Dentro de esas características planteadas en el párrafo anterior, se evidencia que la

comunicación se encuentra vinculada a los procesos de confianza y estos a su vez al trabajo

cooperativo, lo que en conjunto podría sentar las bases para el rapport y la empatía, lo que genera

mayores elementos de interacción, utilizando herramientas como la escucha activa, la escucha

empática, a su vez elementos de los procesos de la comunicación, que fortalecerán la relación

terapéutica así como lo menciona Wilson y O´Leary (1980, como se citó en Arango y Moreno,

2009) resaltando los aspecto clave para fortalecer dicha conexión:

Page 15: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

15

a)Una escucha activa donde estoy atento a lo que manifiesta el paciente y lo incentivo a

hablar tratando de no interrumpirlo; b) ser objetivo en el manejo de las emociones y de

los valores para que no influyan en el cliente de tal forma que lo hagan sentir juzgado; c)

la escucha empática, para comprender el problema desde el punto de vista del cliente; d)

la confidencialidad, que es indispensable para que el cliente cuente sus experiencias con

la seguridad de que éstas no serán compartidas con nadie. (p. 138)

Es decir, uno de los objetivos iniciales de la terapia es establecer un diálogo con el paciente

para explicarle ciertos elementos sobre los cuales se va a basar la relación terapéutica como

aquellos relacionados con el manejo de la información, la empatía y el principio de

confidencialidad que son de estricto cumplimiento y de los cuales dependerá en gran medida la

comunicación y el éxito de la terapia.

Ahora bien, se entiende que la comunicación desde la perspectiva de cognitivo conductual

en la relación terapéutica permite el avance gradual del paciente y la evolución de las respuestas

emitidas que dependen del sistema mental, que según los autores:

Tal como lo menciona Gómez (2010) “Aunque sea conducido por un manual, la parte

“artística” de la psicoterapia, se basa en la habilidad del terapeuta de dialogar y la empatía es la

amalgama que mantiene la colaboración entre paciente y terapeuta y facilita la comunicación” (p.

73), en donde se constituye la comunicación como un proceso favorecedor en la relación

terapéutica, permitiendo así una interlocución, basada en la cooperación y la empatía como

medio para entender lo que el otro piensa y desea expresar.

Page 16: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

16

Con lo anterior, busca que esta práctica comunicativa guíe al terapeuta en: “a) tratar de

aprehender los significados del paciente y b) constatar si el paciente percibe y comprende lo que

el terapeuta le comunica como lo refiere” (Gómez, 2010, p. 74).

De esta manera Gómez da una luz que dirige la práctica terapéutica hacia un elemento

comunicativo latente y permanente en el espacio de la consulta, que debe ser responsabilidad del

terapeuta y debe estar medicado por estrategias adecuadas y profesionales.

Habilidades y competencias de comunicación del psicólogo para crear la relación

terapéutica

El psicólogo como ser humano dispone de diversos factores propios en su personalidad, su

cognición, su entorno, y demás campos que puedan permear la interacción de una manera

positiva o negativa en la relación terapéutica con el paciente, por lo cual se inicia una revisión

bibliográfica de estudios y artículos de investigación, sobre los elementos de la comunicación

que recaen en el terapeuta y que influyen sobre la relación terapéutica.

En el pasado el psicólogo era visto como un ser de mayor conocimiento, en el cual se

esperaba una escucha pasiva, sin llegar a interactuar o mediar en la relación con el

paciente, dando esto como resultado una intervención tal vez sesgada, sin ni siquiera

permitirse el punto de vista del consultante. Por lo que en la revolución cognitiva se da

lugar a cambios muy significativos en el modo de concebir el rol del terapeuta como

participante activo de esta relación, (Consoli y Beutler, 1996; Consoli y Machado, 2004,

como se citó en Gómez, 2010, p. 10).

Page 17: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

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Si bien es conocido, otros enfoques visualizan al psicólogo como un acompañante pasivo,

donde la gran parte de su intervención es la escucha, según los autores antes citados, esta

revolución permite que el terapeuta cognitivo conductual, presente un acompañamiento activo y

participativo, donde contribuya a la construcción de un nuevo planteamiento, a la ejecución de

actividades que favorezcan en el paciente el desarrollo de tareas, formulando nuevas hipótesis,

permitiéndole al paciente la reorientación cognitiva y la regulación conductual, siendo este

también una persona autocontrolada emocionalmente, no permitiendo que sus sentimientos y

experiencias permeen la intervención.

Muran (2007, como se citó en Gómez, 2010), describe que el rol del psicólogo puede ser

comprendido como un convenio intersubjetivo que, si bien es cierto que la principal

finalidad será el bienestar del paciente, el psicoterapeuta también presenta su fin personal.

Otro aspecto muy importante tomado en cuenta en la intervención psicoterapeuta, son las

experticias estipuladas al terapeuta en su habilidad mental, dada desde la teoría de la mente,

donde este presenta unos recursos propios y aprendidos según bases teóricas obteniendo la

capacidad de predecir, anticipar, regular pensamientos y conductas propias y del paciente que

favorecerá la toma de decisiones, como lo mencionan Corbella, et al. (2009, p.129).

Como se aludía anteriormente, el proceso de empatía es de gran importancia en la relación

psicoterapéutica, pero hay otros procesos que recobran un significado altamente favorecedor

Aunque algunas actitudes y comportamientos del terapeuta se consideran universalmente

aplicables a todos los pacientes (por ejemplo, el respeto, no minimizar los problemas, saber

escuchar) hay algunas actitudes que requieren ser adaptadas a los pacientes en particular,

Page 18: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

18

tales como la autorrevelación, la calidez, el apoyo, el nivel de formalidad en el trato.

(Santamaria, 2018, p. 18)

Es fundamental entonces que las acciones que se realizan en el proceso terapéutico estén

mediadas tanto por las habilidades profesionales que tiene el psicólogo, como por las habilidades

sociales que posee como individuo, ajustando según cada paciente las necesidades que tienen en

cada circunstancia.

Las características propias de la persona influirán en la relación terapéutica, tanto del

paciente como las del terapeuta, si mencionamos dos variables como “resistencia” y “estilo de

afrontamiento” encontramos que la Universidad Ramón Llull de Barcelona (España) y la

fundación Aiglé de Argentina realizaron una investigación en donde permiten conocer estas

variables, mostrando que si bien cada actor en la relación terapéutica tiene un papel en su actuar,

estos dos factores permitirán un proceso de comunicación que serán transformados en una

alianza terapéutica con pacientes más resistentes y terapeutas menos directivos, profesionales

más flexibles en el direccionamiento de actividades con un ajuste en los convenios de respuestas

promoviendo un buen ejercicio con calidad en la relación psicoterapéutica (Corbella, Fernández,

y Álvarez, 2007)

Roger (1980) concluyen que “la conducta no verbal del terapeuta es base para las

interpretaciones de empatía, calidez autenticidad y eficacia… comunicando agrado o aceptación

hacia su paciente” (Citado por Salgado, 1988, p. 375), por ende la comunicación no verbal

también emitirá un mensaje para el paciente, que se pretende sea de confianza, interés,

preocupación, empatía, solidaridad y respeto que permitirá fortalecer la relación terapéutica, de

esta misma manera, el terapeuta deberá tener mayor cuidado tanto de su lenguaje, conducta,

postura y retroalimentación de todos sus canales de información.

Page 19: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

19

Papel activo del paciente en el proceso terapéutico

Los procesos que se dan dentro del consultorio, en el proceso de atención terapéutica

tienen una implicación comunicativa de doble vía, por lo tanto, también tiene importancia en el

desarrollo del desarrollo del presente artículo.

Bandura (2001, citado por Gómez. 2010) define esta relación terapéutica desde el

enfoque cognitivo conductual, como una agencia personal, donde se pretende que las

personas realicen diversas acciones, basadas en la decisión personal, cuyo objetivo será

llevar unas intercomunicaciones y metas. Por lo cual teniendo en cuenta dicha definición,

la libertad que goza el paciente le permitirá mediante sus conceptos y mediaciones

cognitivas tomar la decisión de iniciar un proceso terapéutico para encontrar una solución

a sus dificultades, siendo participe de ese cambio.

Este cambio como proceso de decisión, favorecerá la regulación misma del paciente

construyendo su rol como representante de sí mismo en una evolución autocurativa desde su

pensamiento propio generado desde la empatía. (Vidal 2012).“Los pacientes crean el cambio a

través de un proceso cíclico de pensamiento, exploración y experiencia que conduce a la

creación de nuevos significados y de una nueva manera de ser y de comportarse en sus mundos

personales”, lo que en terapia denomina reestructuración cognitiva; se debe mencionar que la

terapia en sí misma no tendría ningún efecto si no se acompañara del proceso auto – curativo del

paciente, donde éste es consciente que necesita un cambio de pensamiento, que lo lleve a un

actuar diferente.

Page 20: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

20

Duncan y Miller (2000) mencionan que el realizar un contrato terapéutico en términos de

comunicación, tiempo, procesos, acciones, espacios etc., deberá de efectuarse concediéndole al

paciente con su libre albedrío, decidir si desea participar de dicho acuerdo, esté utilizando sus

propias herramientas cognitivas, pensamiento y razonamiento otorga una interacción en la que

pueda mediar, negociar y ser partícipe de esta actividad.

La multiculturalidad en el proceso de comunicación terapeuta -paciente

En este apartado se abordará la importancia del reconocimiento de la diversidad, definida

por la real academia española como “un principio que reconoce y legitima las diferencias

culturales entre diversos grupos humanos, así como la existencia, convivencia e interacción entre

diferentes culturas dentro de un mismo espacio geográfico”; este principio reconoce entonces

que en un espacio terapéutico, existe un proceso diverso, en el que el paciente y el terapeuta

tienen elementos que los convocan en un mismo lugar, cada uno con un propósito diferente pero

con la misma intencionalidad de comunicarse.

Desde el quehacer clínico, siendo Colombia un país que cuenta con diferentes poblaciones

indígenas, gitanos rom y afrocolombianas, a su vez con diversas culturas departamentales dadas

por costumbres, dialectos y rituales que en ocasiones puede genera limitación en los procesos de

comunicación. (Jiménez y Posada, 2008). Para Bernabé (2012) el concepto de Multiculturalidad

se refiere a “la presencia en un territorio de diferentes culturas que se limitan a coexistir, pero no

a convivir” (p. 69).

Teniendo en cuenta esta multiculturalidad, podemos decir que en algunos estados, países,

corregimientos, pueblos, entornos aun en la sociedad moderna, se generan conceptos, creencias,

Page 21: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

21

mitos, rituales y demás pensamientos en los cuales la concepción, de relación terapéutica es muy

compleja, entendiéndose este término como: la incapacidad de definir de manera simple o clara,

ya que en esta área interviene los sesgos del paciente, las creencias, sus entornos etc. Sin

embargo mediante el acercamiento a dichas culturas, llegando a ampliar los conocimientos de

sus raíces, costumbres, dialectos, etc. se logra establecer mejores procesos de comunicación e

intercambio, terapeuta - paciente, permitiéndole una interacción en su quehacer profesional,

basado en un proceso de confianza que se ha efectuado mediante diálogos claros, rapport,

empatía y demás campos que abarca la comunicación.

"Es innegable que, para cada comunidad lingüística, para cada hablante, existe una unidad

del lenguaje, pero este código global representa un sistema de subcódigos Inter conexos; cada

lengua abarca varios sistemas concurrentes que se caracterizan por una función diferente”

(Jakobson, 1960/1981, citado en Sánchez, 2019, p. 3). La responsabilidad y el compromiso del

terapeuta aumenta al ser conocedor de la gran diversidad étnica y cultural y lo que ello implica,

es decir, lenguajes, creencias y normas para muchos son desconocidas, por lo que su función será

la de generar procesos de comunicación elaborados en la terapia para establecer una relación

basada en la comprensión, aceptación, igualdad y respeto, que sin duda fortalecerá la terapia y

beneficiarán la intervención. (Bernabé,2012)

A su vez dicha intervención en el contexto de multiculturalidad puede presentar algunas

barreras debido a los diversos tipos de lenguaje, en donde el mensaje puede entenderse o

explicarse a través de diversos canales de comunicación, por lo tanto, como lo menciona

E.T. Hall (1959/1981, p. 42)

Page 22: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

22

En el día a día aparecen diversas distorsiones del significado cuando los hombres tratan de

relacionarse, por lo que se aconseja un proceso de retroalimentación, en el cual se permitirá tener

clara la información recibida y transmitida con el fin de evitar la subjetividad y tener mensajes

concisos. Lo que permitirá brindar un mensaje claro, entendible, y con procesos de

retroalimentación de la información ofrecida con el fin de comparar y constatar que la persona

haya tenido la misma sin cambiar el objetivo del mensaje.

Acercamiento para una adecuada relación psicólogo - paciente guiada por la comunicación

Una adecuada comunicación es indispensable para la expresión libre de emociones y

pensamientos, lo cual se logra a través de la experiencia y la práctica de la empatía, la escucha

activa y el entendimiento, características esenciales para alcanzar los objetivos propuestos en la

terapia.

En el actuar del paciente y psicólogo, se debe de tener en cuenta que ambos presentan un

proceso de relación con un fin que beneficiara a cada uno de ellos, por lo cual como lo menciona

(Hidalgo, 2013).

La cooperación entre el paciente y el terapeuta es de vital importancia, aunque menciona

que para el terapeuta podría tener mayor peso, ya que actúa sobre el paciente, teniendo un

“poder” que le da la sociedad y el paciente otorga para el restablecimiento de su bienestar.

Por lo cual se debe de contar con unas características propias en el paciente y psicólogo

enmarcadas en la seguridad, trato amable, respetuoso, que les permita lograr establecer un

proceso de confianza que favorezca la intervención y tratamiento. (Hidalgo, 2013, pág. 3).

Page 23: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

23

“…con frecuencia las personas aplican de manera inconsciente a su terapeuta ciertas

actitudes y sentimientos que ellos tienen en su relación con un padre o cualquier otra persona

cercana a ellos, un proceso que se conoce como transferencia.” (Butcher, 2007, citado por

Hidalgo, 2013, p. 593), que si bien es descrita desde una corriente psicoanalista, en el enfoque

cognitivo conductual se logra contextualizar como reciprocidad, por lo cual el ejercicio del

psicoterapeuta debe de tener unas competencias que le permitan realizar esta intervención y

terapias, basadas en la evidencias descrito como ciencia donde se corrobore su actuar,

describiendo su labor, teniendo en cuenta los autores de su corriente, marco ético y legal que lo

vigila, como también desvincularse de las experiencias propias, que puedan involucrarse en el

contexto del paciente y no permitirle una acompañamiento no permeado.

Es de tener en cuenta “el profesionalismo del terapeuta como factor principal para la

relación terapéutica. Sin embargo, se debe considerar que cuando el paciente no siente empatía

por el terapeuta no siempre es porque éste no esté haciendo bien su trabajo” (Hidalgo, 2013, p.

6). Hay otros componentes que interfieren en este proceso, como lo son las características

propias del paciente, es allí donde el profesionalismo del psicoterapeuta deberá estar en su mayor

dominio, para reunir y maximizar su neutralidad, objetividad, y capacidad de transferir

confianza, utilizando herramientas propias de su personalidad, como de su labor, logrando de

esta manera un aumento de la cooperación del paciente, como a su vez la adherencia al

tratamiento.

Butcher (2007, citado por Hidalgo, 2013) menciona que la relación terapéutica debe de

estar basada en un nivel de igualdad, en donde es importante el psicólogo, pero a su vez el

paciente presenta el mismo grado de importancia, esto permite un trabajo mancomunado, con

procesos de comunicación abierta, y un vínculo mutuo.

Page 24: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

24

Otra característica que se debe de tener en cuenta en el proceso de relación terapéutica, es

la disposición que ambas partes disponen al momento del encuadre, o reglas en la participación

de la psicoterapia, con lo que Hidalgo (2013) refiere el “establecimiento de ciertas normas y

acuerdos, de la metodología con la que se va a trabajar, el conocimiento de las expectativas del

paciente, va a facilitar mucho más el tratamiento, todo esto evitará problemas por falta de

claridad y comunicación” (p. 8), de esta manera el lograr establecer los acuerdos y bases de la

psicoterapia, permitirá desde un inicio un proceso de comunicación abierto, claro, con niveles de

confianza, fortalecimiento, cooperación, en donde se podrá cumplir con el interés del paciente, y

las funciones del psicoterapeuta, proporcionando un aprendizaje dual.

Por lo cual para que todo lo anterior se dé, la relación terapéutica deberá de ir acompañada

en un proceso de comunicación, con el cual se brinda la oportunidad de expresión bilateral de

diferentes conceptos, información, seguimientos, acuerdos, etc. De esta manera la comunicación

permitirá una observación constante, en donde todo comunica, es decir la postura, los gestos, los

entornos, el silencio, las palabras, las omisiones entre otros, y es deber del psicólogo poder

interpretar y mostrar el significado de dicho mensaje, retroalimentando lo que se quiso decir, o lo

que se notó y corroborar que esta información no sea modificada por percepciones propias.

Discusión

Aunque existen diversas variables que representan una unidad de análisis que permiten

estudiar de forma independiente a quienes participan en la relación con el propósito de

comprender los elementos de la comunicación en el marco de la relación terapéutica, estas

pueden interferir o alterar dicha dinámica, por lo cual se habla de variables en el paciente tales

Page 25: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

25

como; los cambios sintomáticos (Luborsky, Mintz & Chirstoph, 1979, citado en Santibáñez, et

al. 2008), en donde lograr mantener un proceso de comunicación y metas en la terapia pueden

tener dificultades, ya que el paciente no alcanza especificar su malestar y lo cambia

frecuentemente.

En Krause (1992, citado por Santibáñez, 2008) se han identificado cinco condiciones del

consultante, previas al inicio de la psicoterapia:

(a) Experiencia de los propios límites; (b) aceptación de la necesidad de ayuda; (c)

cuestionamiento de los modelos explicativos personales; (d) transformación de la

conceptualización de los propios problemas y síntomas, y desarrollo de metas para la terapia;

y (e) expectativas del consultante respecto del rol o función del terapeuta, respecto del propio

rol y respecto de la estructura (y del setting) de la relación de ayuda. (p .91)

De acuerdo a lo anterior, se debe estudiar todas las posibilidades de que el paciente ya haya

presentado otra psicoterapia, y este intentando una vez más la posibilidad de ayuda por parte de

un profesional, pero aun así reconozca sus propias limitaciones personales, como a su vez la

aceptación de que requiere ayuda e intervención por parte de un profesional que le permita

mitigar o erradicar su malestar, por diversos factores (cultura, social, propio etc.), es allí donde la

comunicación busca mitigar las acciones antes infundadas y que puedan alterar la interrelación

psicólogo paciente, permitiendo dar respuesta a su actuar, pensar, compartir y le reafirmará el

deseo de una nueva intervención, tratamiento y acompañamiento profesional.

Page 26: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

26

De igual manera se debe identificar las variables del psicoterapeuta, Bergin (1964, citado por

Santibáñez, 2008) mencionó que la calidez y la comprensión forman un consenso en el cual la

terapia puede fundamentarse y ser exitosa, por lo cual actuar con un actitud respetuosa,

facilitadora, incondicional, auténtica, congruente y con empatía permitirá que el terapeuta

vincule procesos favorecedores para la relación terapéutica.

Según Brammer (citado por Santibáñez & Liemann.,2010), algunas de estas habilidades

necesarias corresponden a la capacidad de entender, escuchar, guiar, reflejar, confrontar,

interpretar, informar y resumir. Siendo el nivel de involucramiento del paciente y su

percepción de las habilidades facilitadoras del terapeuta cuestiones de gran incidencia en la

obtención de logros (Kolb & Bleuter, 1985); y las creencias acerca del terapeuta de incidencia

en el proceso y tiempo de término (Hynan, 1990). (Santibáñez, 2008, p. 93)

Por lo cual las cualidades propias del terapeuta permitirán dar un alto grado de

confiabilidad sobre su quehacer, es así como estos procesos se verán reflejados al inicio, durante

y después del tratamiento logrando tener una positiva respuesta en relación con el proceso de

vinculación con el paciente, como los logros de la psicoterapia.

Otro aspecto clave que menciona Bleuer, Crago y Arrizmendi (1986, citado en Santibáñez,

2008), es que el tipo de personalidad del psicoterapeuta influye en la relación terapéutica, puesto

que se infiere que un tipo de personalidad sana, con buenos hábitos de comunicación permitirá

adecuados resultados en la psicoterapia.

Santibáñez (2008), mencionan que el nivel de experiencia aporta tanto para el

psicoterapeuta, como para el paciente una relación de mayor confianza y dominio, ya que

proporcionan en la comunicación expresiones de conocimiento, fluidez, seguridad, compromiso,

comprensión, que logra vincular al paciente a la terapia con mejor aceptación.

Otro aspecto de relevancia en la relación terapéutica asociada a la variable del

psicoterapeuta es su bienestar emocional, como lo menciona Howard, Orlinsky y Trattner (1970,

Page 27: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

27

citado por Satibáñez, 2008), en donde coinciden que los terapeutas que conocen sus dificultades

y limitaciones personales logran ser más sensitivos y capaces para responder a la demanda del

paciente.

Para Jiménez (2004, citado por Satibáñez, 2008), el bienestar emocional regulado permite

una ayuda para el paciente, contrario al bienestar emocional perturbado del psicoterapeuta no

favorece la intervención, y comunicación.

Teniendo en cuenta lo anterior mencionado en relación a las variables tanto del paciente

como del psicólogo, hay elementos que deben ser tenidos en cuenta, tal y como lo plantea

Fernández, (2016) “Los problemas de comunicación entre los profesionales de la salud y los

pacientes son comunes”; pensar que estas problemáticas sean comunes representa la necesidad

de ahondar y generar una discusión académica, que incite de manera oportuna a la revisión tanto

conceptual como práctica del hecho.

En términos generales, la comunicación como un proceso de intercambio entre

profesionales y pacientes, es el pilar fundamental, así como lo menciona (Llaurado, 2015) pues

esta permite brindar una atención, establecer un seguimiento, tratamiento y a la vez establecer

relaciones interpersonales que influyen en la recuperación del paciente, procurando el bienestar

mutuo.

Es así como dicho proceso permite dar a conocer los pensamientos, emociones,

sentimientos, estados, etc., de tal forma que se logre un acompañamiento terapéutico, en este

sentido, la intención del psicólogo desde la perspectiva cognitivo conductual, es que la persona

responda a un estímulo que será tomado cognitivamente para generar una respuesta conductual,

que puede o no favorecer el proceso terapéutico (Melamed.2016)

Page 28: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

28

Según sea dicho estímulo y su medio de comunicación, existe una clasificación

comunicativa que permitirá presentar una mayor observación en el psicoterapeuta para estar

atento a pequeños detalles, en los cuales el paciente pueda que comunique una información o

mensaje no verbal, que permitirá corroborar un pensamiento, un actuar o una respuesta subjetiva

que pudiese tener. (Brammer, Santibáñez & Liemann 2010)

En otras palabras, en la intervención terapéutica el psicólogo debe prestar especial interés

en la narración de los sucesos que hace el paciente y contar con la habilidad para reconocer en la

comunicación tanto verbal como no verbal (gestos, actitudes, ademanes, posturas) el origen de

los conflictos y esto se aplica no solo a la persona que consulta, también a sus familiares pues en

la mayoría de los casos ellos deben asistir a la terapia, lo cual permite reconocer que los

problemas de comunicación pueden ser la causa de algunas dificultades que presentan, con lo

que se logra identificar que aquellos procesos de comunicación son de vital importancia para la

relación terapéutica y a su vez para la psicoterapia.

Se destaca que una forma en la que se puede mejorar la relación terapéutica a través de la

comunicación es “trabajando los aspectos relacionales y favoreciendo espacios para el

aprendizaje de habilidades de comunicación y manejo de la expresión emocional, lo cual brinda

la oportunidad de completar la intervención profesional” (Fernández, 2016, p. 111). Es decir, el

profesional debe aprender a escuchar a su interlocutor, utilizar un lenguaje claro y sobre todo

llegar a ser una persona asertiva en todo lo que se desee transmitir, utilizando las palabras

adecuadas, en el momento preciso.

Por lo anterior el rol del paciente será el de tomar parte esencial en su tratamiento,

fundamentados en una relación terapéutica, empática, con un proceso de comunicación activos,

haciendo uso de su derecho de libre expresión en la toma de decisiones, en la cuales podrá

Page 29: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

29

comentar su problema, describir posibles soluciones, realizar un cambio de pensamiento que

genere un nuevo actuar, siendo partícipe de su terapia, permitiéndole al psicoterapeuta la

implementación de las actividades donde se pretende fortalecer la finalidad de la intervención y

la relación entre sí.

Conclusión

Partiendo entonces de la revisión bibliográfica realizada, se concluye que la comunicación

posee un papel significativo en la función terapéutica que desarrolla un psicólogo clínico, por

ende, también a las intervenciones y acciones que de allí parten, para generar en los pacientes el

cumplimiento de los objetivos que lo convocan a la terapia, a su vez se convierte en un

protagonista el sujeto que es atendido ya que requiere que el también realice un proceso

comunicativo exitoso.

Queda demostrado cómo la comunicación permite un entendimiento recíproco entre

terapeuta – paciente, de manera que la actitud que asumen las partes implicadas en el proceso

terapéutico son determinantes, pues si el paciente siente que su relato despierta el interés y la

comprensión del profesional que está tratándolo, este hecho hará que tenga confianza, y exponga

con total tranquilidad cada detalle relacionado la problemática que está viviendo, lo cual facilita

el diagnóstico y tratamiento, y esto se logra a través de las habilidades comunicativas del

psicoterapeuta.

Desde la concepción de intervención en psicología clínica, no se puede privilegiar la

actuación del paciente o del psicólogo, ambos tienen un papel muy importante para el logro de

un tratamiento satisfactorio, ya que el paciente llega con una necesidad y/o problema que quiere

Page 30: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

30

resolver, su demanda inicial será hacia el psicólogo, y éste debe contar con las herramientas

necesarias para responder a dichas necesidades y así lograr brindar una estabilidad o bienestar,

razón por lo cual la comunicación será instrumento principal para la compartir, explorar,

identificar y comprender las inquietudes del paciente, y este a su vez las intervenciones del

psicólogo, así no solo recibirá una tratamiento sino también fortalecerán su relación..

Así como lo firman Trull y Phares (2003). la relación o alianza terapéutica es el elemento

más importante ya que lo hace responsable del éxito en la psicoterapia, con lo que se asume que

esta construcción de relación tendrá la competencia de dar la posibilidad de un buen ejercicio,

como a su vez de no permitirse un buen vínculo o alianza terapéutica se perderá la finalidad del

acompañamiento y tratamiento.

De acuerdo lo anterior, las intervenciones que se ejecutarán dentro del uso adecuado de las

herramientas comunicativas permitirán, fortalecer la el ejercicio en psicología clínica, esto unido

a las técnicas utilizadas por los psicólogos como lo son: entrevista, aplicación de test,

observación en área de campo, entre otras, ayudaran a sostener un proceso de comunicación y

observación que favorezcan identificar y estar prestos a recibir y transmitir un mensaje, que será

de gran importancia en los procesos terapéuticos.

Otra conclusión relevante que debe ser tenida en cuenta, radica en las barreras en la

comunicación y las fallas en la interpretación generan conflicto y malestar significativo en los

pacientes, por ende se considera a la comunicación como una herramienta en la relación

terapéutica, enfocada en el bienestar del paciente acompañada de acuerdos que contribuyan a la

solución, por lo que es necesario desarrollar habilidades y destrezas para poder reconocer en el

motivo de consulta de los pacientes y la causa de los conflictos que surgen como consecuencia

de los problemas en la comunicación.

Page 31: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

31

De esta manera se espera que los procesos de comunicación partan de las habilidades de

cada uno de los actores, en la que exista una retroalimentación o feedback como lo refiere

(Miranda, 2015, p. 27), esto permitirá que no solo se transmita la información, sino que se

corrobore que entendió la otra persona, comprobar entonces que si se entendió el mensaje del

emisor y fue percibido de la manera adecuada.

Entonces es de conocer que existen una variables que interfieren en la comunicación como lo

son; el entorno, lo biológicas, lo cognitivo, lo psicopatológico que influyen no solo en

transmisión de la información o del mensaje , sino como también en cómo la otra persona lo

considera, a su vez observar e identificar si estas barreras realmente requieren de otro aporte

o intervenciones para favorecer su comprensión e intervención, promoviendo la relación

basada en empatía como lo menciona ( Gómez, 2010, pág. 13).

Un área importante que concluye el artículo es qué se debe conocer y resaltar las

habilidades propias de la persona, las cuales comprende la observación, la empatía, experiencia,

interés, escucha activa y participativa, la comprensión, la intención de apoyo, el

acompañamiento, la confianza y demás cualidades que hacen que la relación sea de bienestar

mutuo como lo refiere (Salgado, 2007).

Estos aspectos también enlazados desde la terapia cognitivo conductual que favorezcan la

relación terapéutica, son enmarcados a través del axioma dicho de otra manera, en la relación

información - comportamiento, en donde lo que se expresa verbalmente se complemente a través

de su comportamiento o lenguaje no verbal, es por ello que el conocimiento de los elementos

comunicativos como el contacto visual, tono de voz, sistemas de señales, modulación de voz,

entonación, fluidez verbal, contenido del mensaje y respuestas conductuales serán de gran apoyo

para la comunicación adecuada con canales de recepción óptimos que favorecerá las

Page 32: La comunicación, un facilitador en la relación terapéutica

32

retroalimentación de la información y la relación psicólogo - paciente basados en comunicación

idónea.

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