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    A los comandantes Ernesto Che Guevara, Intiy Coco Peredo y a los bolivianos, peruanosy cubanos de la Guerrilla de acahuas.A Tania, Imilla y Maya.A Jenny Koeller y Elmo Cataln, cuyas vidas fuerontronchadas, como la obra soada y comenzada.A Giangiacomo Feltrinelli.A Benjo Cruz y los guerrilleros de Teoponte.A los sacerdotes Luis Espinal y Mauricio Lefebre,asesinados por practicar el verdadero cristianismoal servicio de los desposedos de Bolivia.A los jvenes bolivianos masacrados en la calleHarrington N. 10, de la ciudad de La Paz.

    A los mineros, campesinos, estudiantes, religiosos,intelectuales y todos los que han ofrendado susvidas por tratar de lograr la felicidad del batallador,noble y generoso pueblo boliviano.

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    La CIA contra el CheAdys Cupull y Froiln Gonzlez

    Coleccin Tilde

    Editorial Correo del Orinoco

    Alcabal a Urupal, edificio Dimase,La Candelaria, Caracas- Venezuela.www.correodelorinoco.gob.ve

    Presidente de la Repblica Bolivarianade Venezuela

    Ministro del Poder Popularpara la Comunicacin y la Informacin

    Viceministra de Gestin Comunicacional

    Viceministro de Estrategia Comunicacional

    Iris Yglesias, Ricardo Romero

    Saira Arias

    Arturo CazalSandra Da Silva

    LF 2692011320529G-20009059-6

    Septiembre de 2012Impreso en la Repblica Bolivarianade Venezuela en los talleres de la ImprentaNacional y Gaceta Oficial

    DirectorioHugo Chvez Fras

    Ernesto Villegas Poljak

    Ldice Altuve

    Edgar Padrn

    Correccin

    Diagramacin y montaje

    Concepto de portadaPortada

    Depsito LegalRIF

    Descargue nuestras publicaciones

    en: www.minci.gob.ve

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    ACTIVA PARTICIPACIN DE LA CIAY LA EMBAJADA DE LOS ESTADOSUNIDOS EN BOLIVIA CONTRAEL MOVIMIENTO GUERRILLERO

    Nace el Ejrcito de Liberacin Nacional de Bolivia

    El 3 de noviembre de 1966 el comandante Ernesto Guevara dela Serna, el Che,lleg a la ciudad de La Paz, capital de Bolivia,con un pasaporte expedido en Montevideo a nombre de Adol-fo Mena Gonzlez de nacionalidad uruguaya. Llevaba, adems,una credencial con el cuo de la Direccin Nacional de Infor-maciones de la Presidencia de la Repblica de Bolivia y con

    la firma del jefe de esta, seor Gonzalo Lpez Muoz, que lopresentaba como un enviado especial de la Organizacin deEstados Americanos (OEA), para efectuar un estudio y reunirinformaciones sobre las relaciones econmicas y sociales queregan en el campo boliviano.

    Al da siguiente se entrevist con Ivn, seudnimo de unode los componentes de la red urbana, cuya verdadera perso-nalidad an no se ha revelado. El Che le haba dado instruc-ciones de instalarse en Bolivia como un prspero comerciante,

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    con documentos de una persona que acept permanecer ocultatodo el tiempo que durara la misin. Ivn estaba entrenado enchequeo, contrachequeo, mtodos de obtencin y traslado deinformacin, contrainteligencia, observacin visual, medidasde seguridad, comunicaciones radiales, cdigos secretos, escri-tura cifrada e invisible.

    En la ciudad de La Paz, Ivn comenz a trabajar de formaclandestina y compartimentada, y el 4 de noviembre de 1966realiz un contacto secreto con Alberto Fernndez Montes de

    Oca, Pacho,en el restaurante El Prado, ubicado en el paseo delmismo nombre y a media cuadra del cntrico hotel Copacaba-na. A travs de Pacho, el Che lo cit a una casa de seguridad alas ocho de la noche donde le solicit un informe detallado deltrabajo desarrollado y le imparti nuevas instrucciones.

    El 5 por la noche el Che sali para acahuas adonde llegen horas avanzadas de la noche del da 7, mientras Ivn permane-ci en La Paz encargado de recibir a los compaeros y trasladarloshasta las casas de seguridad. A partir de ese momento, otros miem-bros de la red urbana se encargaban de protegerlos y llevarloshasta la zona guerrillera. Cada uno viaj por rutas y mediospreviamente establecidos, con el ms absoluto secreto y com-partimentacin.

    Los ltimos guerrilleros en arribar a la capital bolivianafueron Jess Surez Gayol, el Rubio,y Antonio Snchez Daz,

    Marcos,a quienes Ivn acompa hasta acahuas. En el cam-pamento guerrillero, el Che se entrevist con este ltimo y leimparti nuevas instrucciones y estuvo de acuerdo con la peti-cin que le formul de casarse con una boliviana, de quien sehaba enamorado. Esta joven era hija de un destacado poltico,diputado nacional e ntimo amigo del presidente Ren Barrien-

    tos Ortuo, con quien comparta algunos negocios y lo visitabacon frecuencia. El padre de esta muchacha deseaba vincular aIvn con el mandatario boliviano para desarrollar un proyectoagrcola en el departamento del Beni, zona importante dondeel Che tena previsto establecer un foco guerrillero posterior-mente. Las relaciones de Ivn con esta familia le proporcionabala posibilidad de mantener amistad en crculos militares y visi-tar algunos cuarteles.

    El grupo de cubanos y parte importante de los bolivianos

    se complet el 31 de diciembre. En ese perodo el Che recibia miembros de la red de apoyo urbano, a Rodolfo Saldaa, Lo-

    yola Guzmn, Julio Dagnino Pacheco, Snchez, Ivn, TamaraBunke Bider, Tania;tambin se entrevist con el peruano JuanPablo Chang-Navarro, el Chino;el lder minero Moiss Guevara

    y el secretario general del Partido Comunista Boliviano (PCB),Mario Monje.

    Mientras tanto, los guerrilleros efectuaban recorridos, ex-ploraciones, reconocimiento del terreno; establecan y organi-zaban los campamentos; construan tneles, cuevas; instalabanla planta de radio; inauguraban un observatorio; cavaban trin-cheras; ubicaban los comunicadores; estudiaban el quechua yhacan ejercicios de defensa. En estos preparativos estuvieron

    hasta el 31 de enero de 1967.El 1 de febrero comenz la exploracin hasta los ros

    Grande, Masicuri, Rosita y la zona de Tatareada con el pro-psito de conocer en detalle el terreno, dar un fuerte entrena-miento, examinar las posibilidades de formacin de grupos decampesinos y hacer contactos con ellos.

    En el tiempo que el Che y el grupo de guerrilleros rea-lizaban el recorrido, el 11 de marzo desertaron Vicente Roca-

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    bado Terrazas y Pastor Barrera Quintana, dos de los hombresque llegaron el 14 de febrero. Estos se presentaron en la IVDivisin, con sede en la ciudad de Camiri, y proporcionaronuna detallada informacin que permiti al ejrcito boliviano ysus servicios de Inteligencia tener los primeros indicios de lapresencia del Che en acahuas junto a guerrilleros bolivia-nos, cubanos y peruanos. Asimismo de Tania, el francs RegisDebray, el argentino Ciro Roberto Bustos y el peruano JuanPablo Chang-Navarro. Guiaron al ejrcito por aire hasta donde

    estaban instalados los campamentos, y, luego, por tierra. Tiem-po despus se conoci que Vicente Rocabado trabaj para lapolica secreta y los servicios de inteligencia del ejrcito.

    El presidente boliviano Ren Barrientos Ortuo, al recibirla informacin proporcionada por los desertores, solicit de in-mediato ayuda a los Estados Unidos y estableci coordinacio-nes con los servicios de Inteligencia de Argentina, Brasil, Chile,Per y Paraguay.

    El 17 de marzo, en momentos que llevaba un mensaje,hicieron prisionero al guerrillero Salustio Choque Choque.Pocos das despus, el coronel norteamericano Milton Buls,agregado militar de los Estados Unidos en Bolivia, el jefe dela estacin CIA John Tilton, el oficial Edward N. Fogler, y un

    agente de origen cubano, que se haca llamar Eduardo Gonz-lez, viajaron a Camiri con el fin de interrogar a los dos deser-tores y al prisionero.

    Con estas informaciones en poder del ejrcito y la CIA, seproduce el primer enfrentamiento militar el 23 de marzo, conresultados catastrficos para el ejrcito boliviano, al que se leincautaron 3 morteros con 64 proyectiles, 2 bazucas, 16 musercon 2 000 tiros, 3 uzis con 2 cargadores cada una, una 30 con dos

    cintas, el plan de operaciones y, adems, se le ocasionaron 7muertos y 14 prisioneros. Entre estos ltimos, el mayor HernnPlata Ros y el capitn Augusto Silva Bogado, que comandabanesas unidades militares.

    Alarmado por la victoria guerrillera, el coronel MiltonBuls viaj a los Estados Unidos y solicit ayuda de forma ur-gente. La respuesta fue inmediata. Enviaron asesores, oficialesde Inteligencia, equipamiento de Rangers-2, municiones y ra-ciones de comida, mientras que el general Len Kolle Cueto,

    jefe del Estado Mayor de la fuerza area, visitaba las capitalesde Brasil, Argentina y Paraguay para solicitar ayuda a los man-dos militares de esos pases.

    El 25 de marzo de 1967 el Che reuni a su tropa, y se tomel acuerdo de darle a la guerrilla el nombre de Ejrcito de Libe-racin Nacional de Bolivia.

    El gobierno inici de inmediato una intensa represin, queincluy entre los primeros detenidos a Ernesto Guzmn, Moiss

    Arenas, Lidio Carrillo, Antonio Cejas, Mariano Huerta, Hum-berto Ramrez y otros ciudadanos que resultan sospechosos.

    Inicio de la campaa de desinformacin

    El ejrcito boliviano emiti un comunicado el 27 de marzo,en el cual manipul los hechos ocurridos el da 23. Este dicetextualmente:

    En circunstancias en que fracciones de la FF.AA. estudian elreplanteo del tramo caminero Vallegrande-Lagunillas en elsector acahuas-Lagunillas, un grupo de soldados al mandodel subteniente de Ejrcito Rubn Amzaga Faure, que realiza-

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    ba el trabajo de la senda, fue atacado alevosamente por gruposdesconocidos con armas automticas. Se lament la muertedel subteniente Amzaga, de 6 soldados y del gua civil Epifa-nio Vargas, obrero de YPFB [Yacimientos Petrolferos FiscalesBolivianos], quienes, luego de caer heridos, fueron cobarde-mente fusilados.Este acto inaudito por su alevosa, cometido cuando compo-nentes de las Fuerzas Armadas realizaban un trabajo parahacer realidad la integracin del centro con el sur del pas,

    agrvase ms porque ha llevado el dolor y el luto a las familiasde los soldados, obreros y campesinos.El oportuno aviso de los sobrevivientes permiti una rpidareaccin con tropas de la 4 Divisin del Ejrcito, apoyadaspor aviones de la Fuerza Area, que ocasionaron en sus ata-cantes su desbande, algunas bajas y la captura de prisioneros.En su fuga dejaron valijas conteniendo ropa, enseres diversos,folletos sobre guerrillas y propaganda castro-comunista deprocedencia cubana, adems una grabadora, una radio port-til de alta frecuencia y un vehculo (jeep).Los prisioneros, pobladores de la zona y los soldados sobrevi-vientes, informaron tratarse de un numeroso grupo de personasde distinta nacionalidad entre los que se hayan cubanos, perua-

    nos, chinos, argentinos, europeos, y tambin comunistas boli-vianos. Determinaron adems que estn pertrechados de armasautomticas modernas y bazookas, ninguna de ellas de las quese usan en nuestro ejrcito.El Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas de la nacin encumplimiento de la misin que le seala la Constitucin po-ltica del Estado y en resguardo de la soberana nacional y latranquilidad del pueblo, ha dispuesto la drstica e inmediata

    erradicacin de este foco de insurgencia tipificado como gue-rrilla castro-comunista.Las Fuerzas Armadas de la Nacin al comunicar estos hechosal pueblo boliviano, invocan su patriotismo y alto sentido de-mocrtico y cristiano, para que preste su colaboracin en ladestruccin de estos grupos comunistas internacionales, don-de quiera que se presenten, como ya voluntariamente lo estnhaciendo los pobladores de Monteagudo y Muyupampa.

    Desde ese momento, el gobierno boliviano llev a cabouna intensa campaa de desinformacin, dando a conocer par-tes oficiales alejados de la realidad. El primer comunicado delejrcito tena varios elementos falsos, entre los cuales se pue-den enumerar:

    Los militares no estaban construyendo caminos por lazona donde se produjo el encuentro.

    Los prisioneros recibieron un trato humano y respetuoso. Fueron liberados en lugares seguros para que pudieran

    recogerlos fcilmente. Ninguno fue fusilado. Los heridos recibieron atencin mdica. Los guerrilleros se mantuvieron en sus posiciones.

    El ejrcito boliviano no les hizo prisioneros ni bajas. No les incautaron objetos ni documentos. Los pobladores de Muyupampa y Monteagudo estaban

    muy distantes del lugar del combate para poder infor-marle al ejrcito.

    La campaa de prensa contra la guerrilla tena saturadasa las emisoras radiales. Para dar a conocer la verdad, el Checonfeccion el Comunicado N. 1.

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    Al pueblo boliviano: frente a la mentira reaccionaria, la verdadrevolucionaria.

    Comunicado N. 1

    El grupo de gorilas usurpadores, tras asesinar obreros y pre-parar el terreno para la entrega total de nuestras riquezas alimperialismo norteamericano, se burl del pueblo en una far-sa comicial. Cuando llega la hora de la verdad y el pueblo se

    alza en armas, respondiendo a la usurpacin armada con lalucha armada, pretende seguir su torneo de mentiras.

    En la madrugada del 23/3, fuerzas de la IV Divisin, con acan-tonamiento en Camiri, en nmero aproximado de 35 hombresal mando del mayor Hernn Plata Ros se internaron en te-rritorio guerrillero por el cauce del ro acahuas. El grupontegro cay en una emboscada tendida por nuestras fuerzas.Como resultado de la accin, quedaron en nuestro poder 25armas de todo tipo, incluyendo 3 morteros de 60 mm consu dotacin de obuses, abundante parque y equipo. Las ba-jas enemigas fueron: 7 muertos, entre ellos un teniente, y 14prisioneros, 5 de los cuales resultaron heridos en el choque,

    siendo atendidos por nuestro servicio sanitario con la mayoreficiencia que permiten nuestros medios.

    Todos los prisioneros fueron puestos en libertad previa expli-cacin de los ideales de nuestro movimiento.

    La lista de bajas enemigas, es la siguiente: Muertos: Pedro Ro-mero, Rubn Amzaga, Juan Alvarado, Cecilio Mrquez, Ama-

    dor Almazn, Santiago Gallardo y el delator y gua del Ejrcitoapellidado Vargas.

    Prisioneros: Mayor Hernn Plata Ros, cap. Augusto Silva, sol-dados Edgar Torrico Panoso, Lido Machicado Toledo, GabrielDurn Escobar, Armando Martnez, Eduardo Ribera y GuidoTerceros. Los cinco ltimos nombrados resultaron heridos.

    Al hacer pblica la primera accin de guerra establecemos lo

    que ser norma de nuestro Ejrcito: La verdad revolucionaria.Nuestros hechos demostraron la justeza de nuestras palabras.Lamentamos la sangre inocente derramada por los soldadoscados, pero con morteros y ametralladoras no se hacen pacfi-cos viaductos, como afirman los fantoches de uniformes galo-nados, pretendiendo crearnos la leyenda de vulgares asesinos.Tampoco hubo ni habr un solo campesino que pueda quejar-se de nuestro trato y de la forma de obtener abastecimientosalvo los que, traicionando a su clase, se presten a servir deguas o delatores.

    Estn abiertas las hostilidades. En comunicados futuros fija-remos ntidamente nuestra posicin revolucionaria, hoy hace-

    mos un llamado a obreros, campesinos, intelectuales; a todoslos que sientan que ha llegado la hora de responder a la vio-lencia con la violencia y de rescatar un pas vendido en tajadasa los monopolios yanquis y elevar el nivel de vida de nuestropueblo, cada da ms hambreado.

    Ejrcito de Liberacin Nacional de Bolivia.

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    El 1 de mayo, Da Internacional de los Trabajadores, y enmomentos en que la ciudad de Cochabamba se preparaba eltradicional desfile, se dio a conocer el Comunicado N. 1 delEjrcito de Liberacin Nacional de Bolivia, a travs del peri-dico Prensa Libre.

    Las agencias internacionales de noticias se hicieron ecorpidamente y las emisoras de radio mineras de todo el pas loretrasmitieron en cadena. Barrientos, encolerizado, orden alprefecto de Cochabamba, Eduardo Soriano Badani, que apre-

    sara al director del peridico, Carlos Beccar, a quien incomu-nicaron, interrogaron, juzgaron y condenaron a cinco aos deprisin. El gobierno se vio obligado a ponerlo en libertad porla solidaridad de un grupo de periodistas e intelectuales boli-

    vianos, a los cuales se unieron otros sectores del pas; tambinpresionaron las manifestaciones de la Federacin Universitariade Cochabamba, encabezadas por su secretario ejecutivo Al-fonso Ferrufino, hijo del fiscal de esa ciudad, doctor FilibertoFerrufino, quien, a pedido de su hijo present recurso de h-beas corpus y aleg que la ley garantiza y protege el secretoprofesional.

    En respuesta, Barrientos promulg la Ley de Seguridaddel Estado, en virtud de la cual someta a todo el territorio na-

    cional a una situacin de excepcin, que legalmente les permi-ta a las fuerzas represivas actuar libremente invocando tal ley.

    Los norteamericanos envan armas, vituallas, asesoresy agentes de la CIA

    El teniente coronel Redmond E. Weber, oficial que comandabael VIII grupo de las fuerzas especiales de los Estados Unidos,

    lleg a la ciudad de Santa Cruz el 27 de marzo de 1967, acom-paado del mayor Ralph W. Shelton. Un da despus un avinnorteamericano aterriz en esa ciudad con 15 instructores ex-pertos en la lucha antiguerrillera en Vietnam. El 28 de marzo de1967 el Che escribi en su Diarioque las radios siguen satura-das de noticias sobre las guerrillas. Estamos rodeados por 2 000hombres en un radio de 120 kilmetros, y se estrecha el cerco,complementado por bombardeos con napalm [...]. Esta noticiafue desmentida por los norteamericanos a travs del Departa-

    mento de Estado, el cual seal que tal aseveracin era comple-tamente infundada; sin embargo, poco despus el comandantede la Fuerza Area de Bolivia, Jorge Belmonte Ardiles, declarque aviones AT-6 de la fuerza area haban comenzado a usarNAPALM, con el fin de obtener los mismos excelentes resul-tados que la Fuerza Area de los Estados Unidos en Vietnam.

    El 30 de marzo varios aviones mustang intensificaron elbombardeo que, desde el da 24, venan llevando a cabo portoda la zona donde operaba la guerrilla. Las declaraciones deBarrientos y la solicitud de ayuda a los pases vecinos provoca-ron una diversidad de comentarios.

    El matutino chileno El Mercurio,del 2 de abril, transcribien detalles las declaraciones del doctor Vctor Paz Estenssoro,

    ex presidente boliviano que se encontraba exiliado en Lima:

    [...] No se justifica la alharaca internacional que se est hacien-do ni menos el vergonzoso pedido de ayuda militar. Lo que enrealidad ocurre es que, en mi pas, existe un estado de crecien-te descontento. [...] La incapacidad del rgimen para solucio-nar los ms apremiantes problemas, la persecucin constantea los partidos de oposicin, el sistema de trabajo forzado, lasperidicas masacres, la entrega de las riquezas nacionales y

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    el sostenido encarecimiento del costo de vida, han creado unestado de latente insurreccin.

    El da 4 ya se encontraban en Bolivia las misiones militaresque, con carcter de Observadores, enviaron los gobiernos de

    Argentina, Brasil y Paraguay. Ese da el periodista argentinoHctor Ricardo Garca, corresponsal del semanario de su pas,Crnica,report que el sbado 1ro. de abril un gigantesco avincarguero de los Estados Unidos un C-130, procedente de

    Panam, aterriz en el aeropuerto militar de Santa Cruz, conpertrechos militares y comestibles, destinados a los efectivosque participaban en las acciones antiguerrilleras. El materialqued en depsito hasta el da siguiente en que se inici sutraslado hacia Camiri, a travs de un puente areo formado poraviones DC-3. Horas despus arrib un DC-6 de la Fuerza Area

    Argentina, transportando armas y otros pertrechos. Este vueloiniciaba un puente areo que se estableci entre el aeropuertoEl Palomar, en Buenos Aires, y Santa Cruz, en Bolivia. En l

    viajaron los mayores De Li y Laura, y desde La Paz lo hicieronlos agregados militares y de aeronutica argentinos en Bolivia,coronel Sal Garca Trun y el comodoro Ral Lartigue, conel fin de coordinar la ayuda. Mientras, los servicios secretos

    norteamericanos enviaron a varios de sus agentes a Bolivia.El 10 de abril ocurrieron dos nuevos combates. El prime-

    ro se produjo a las diez y veinte de la maana, con resultadosnegativos para el ejrcito: 3 muertos, 1 herido, 7 soldados pri-sioneros y la ocupacin de 6 fusiles garand, 1 carabina M-1 y4 fusiles muser. El segundo ocurri a las 17:00 horas, ocupn-dole 1 browing, 1 mortero, 15 granadas, 4 M-3, 2 M-1, 5 fusilesmuser y muchas armas. El ejrcito tuvo 7 muertos, 6 heridos y

    13 prisioneros, entre ellos, el jefe de la columna, mayor RubnSnchez Valdivia. El gobierno boliviano prohibi la circulacinde todos los peridicos de izquierda y censur a las emisorasradiales.

    La prensa inform el 12 de abril el arribo de 5 expertosmilitares del comando norteamericano de la zona del Canalde Panam, para establecer una escuela de entrenamiento enguerra selvtica y actividades antiguerrilleras. Al da siguien-te, procedente del Canal de Panam, aterrizaron 2 aviones con

    abastecimiento y armas. En uno de ellos regres Milton Bulspara organizar una oficina de coordinacin y asesoramiento.Un despacho de prensa daba como alrededor de 100 los milita-res norteamericanos que estaban en Santa Cruz y en las zonasde operaciones.

    Ese mismo da, en las primeras horas de la tarde, los gue-rrilleros salieron hacia el camino Camiri-Sucre, con el propsi-to de sacar a Debray y a Bustos.

    Por otra parte, los Estados Unidos continuaban su inme-diata ayuda: un avin Hrcules C-130 de las fuerzas armadasestadounidenses, atiborrado de armamentos, equipos, vveres

    y toda clase de implementos militares, aterriz en Santa Cruz,el 14 de abril, en vuelo directo desde Panam.

    Dos das despus, el enviado especial del peridico La Ra-zn, de Buenos Aires, notific que tuvo oportunidad de obser-var, tanto en Santa Cruz como en Camiri y Lagunillas, la pre-sencia de expertos norteamericanos fogueados en las accionesde Vietnam que formaban un grupo especialmente selecciona-do de consejeros militares, con la misin de asesorar a los jefeslocales de las fuerzas armadas bolivianas.

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    El embajador norteamericano en Bolivia informaa Washington

    Los combates del 23 de marzo y el 10 de abril ocasionaron alejrcito 18 muertos, 9 heridos, 40 prisioneros y abundantes pr-didas en municiones, alimentos y armas.

    Los informes de los servicios de Inteligencia bolivianosreconocieron las debilidades de su ejrcito, tanto en el terrenode operaciones como en la direccin de estas. Sealaron que la

    moral de las tropas estaba por el suelo y los comentarios de losoficiales, clases y soldados, ex prisioneros de los guerrilleros,trasmitieron el desnimo, la sensacin de derrota e impoten-cia, lo que cre un estado de psicosis generalizada de temor.

    Aadieron que aniquilar a los guerrilleros no resultara fcil,porque era una organizacin con disciplina y experiencias en elcombate, que podan recibir apoyo interno de los intelectuales,los llamados movimientistas miembros del Partido del Mo-

    vimiento Nacionalista Revolucionario que se encontraban enla oposicin, los maestros, los campesinos, los estudiantes ylos mineros, sectores donde la efervescencia revolucionaria eraevidente. En los informes se desconfiaba de los militares contica profesional que cuestionaron la activa participacin de los

    norteamericanos, por considerarla un descrdito que afectabala dignidad de la institucin militar.

    La confusin y el temor embargaban a Barrientos y a susadeptos ms cercanos. Douglas Henderson, embajador de losEstados Unidos en La Paz, confirm, personalmente, al presi-dente Lyndon B. Johnson, que se haban establecido guerrille-ros comunistas en las selvas bolivianas. Sus preocupacionesfueron atendidas seriamente.

    Henderson naci en Massachussets el 15 de octubre de1914. Graduado de bachiller en ciencias en la Universidad deBoston en 1940. Dos aos despus comenz su carrera diplo-mtica como vicecnsul en la ciudad de Nogales, Mxico, y mstarde en Arica, Chile, y en Cochabamba, Bolivia, cargo que ocu-p desde 1943 hasta 1947, cuando regres a su pas para desem-pear otras responsabilidades. Fue asistente del jefe econmi-co de la Divisin de Defensa en el Departamento de Estado yconsejero econmico en Lima, y en 1963 embajador en Bolivia.

    Desde el inicio tuvo dificultades con Barrientos al opo-nerse a los preparativos del golpe de Estado que este preparcontra el presidente, doctor Vctor Paz Estenssoro. Hendersonresponda a la poltica del Departamento de Estado, pero en laembajada de los Estados Unidos en La Paz, existan otros po-deres: el agregado de la fuerza area Edward Fox y la estacinCIA, y estos ltimos se impusieron.

    Primeras acciones de la CIA contra la guerrillade acahuas

    La presencia del Che en Bolivia oblig a la CIA a cesar la cam-

    paa iniciada contra los principales dirigentes de la RevolucinCubana respecto a la desaparicin fsica del Che.

    En su propaganda calumniosa, la CIA utiliz a sus agentesy colaboradores; compr a periodistas, chantaje a otros, y seaprovech del monopolio de los medios de difusin para susfines: peridicos, revistas, noticieros televisivos y las emisorasde radio contrarrevolucionarias ubicadas en Miami, trasmitie-ron mltiples entrevistas a personas que por diversos motivos

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    abandonaron el pas, algunas pagadas y otras inducidas porellos, pero todas confirmaban que el Che haba sido asesinadoen Cuba.

    La profusin de las calumniosas informaciones sobre eltema logr incorporar a incautos, a elementos poco profesio-nales e, incluso, a personas de buena voluntad, confundidas.Mientras esta campaa se desarrollaba, el monopolio de la in-formacin silenciaba las noticias procedentes de Cuba.

    La CIA ocult la presencia del Che en acahuas, hasta

    crear las condiciones para enfrentar el revs que signific parasu aparato de espionaje, el viaje y la entrada al pas sin que lohubieran detectado, a pesar de los inmensos recursos que em-plearon para ubicarlo. La guerrilla se estableci en sus propiasnarices. Una nueva campaa de desinformacin deba reem-plazar a la anterior.

    En el mes de abril de 1967, los servicios secretos norte-americanos enviaron a La Paz y las zonas guerrilleras, a impor-tantes grupos de oficiales y agentes, entre ellos, a especialistasen desinformacin y guerra psicolgica, a la vez que empeza-ron un trabajo encaminado a aislar al movimiento guerrillerode las ciudades; para ello, realizaron detenciones masivas, con-troles migratorios, redadas de extranjeros; elaboraron un plan

    para descabezar el apoyo urbano y establecieron campos deprisioneros.

    El control de los servicios secretos norteamericanos au-ment. Por un lado, prepararon aceleradamente a los oficialesbolivianos y, por el otro, dirigieron directamente las operacio-nes especiales. Enviaron nuevos agentes a Bolivia, algunos deorigen cubano con nombres falsos, que introdujeron como au-ditores y financieros en instituciones y empresas norteamerica-

    nas. En el servicio de Inteligencia militar y en el Ministerio delInterior de Bolivia, ubicaron a muchos de ellos: Jos Hinojosa,Eduardo Gonzlez, Miguel Npoles Infante, Flix Ramos Me-dina, Julio Gabriel Garca, Aurelio Hernndez, Luis Surez yMario Gonzlez.

    La estacin CIA en La Paz fue reforzada, en ella trabajaronCharles Langalis, Robert Stenvens, William Culleghan, HugoMurray, William Walter, John Mills, Burdell Merrel, John H.Corr, Stanley Shepard y otros, como jefe de la estacin, John

    Tilton. En el consulado de los Estados Unidos en la ciudadde Cochabamba, se encontraban Thomas Dickson, ThimothyTowell y John Maisto.

    Los agentes de la CIA Flix Ramos Medina y EduardoGonzlez fueron enviados a las zonas de operaciones milita-res. A Aurelio Hernndez lo designaron responsable de losinterrogatorios y los archivos; a Julio Gabriel Garca, jefe deldepartamento tcnico, el que se estableci en una casa particu-lar, propiedad de la seora Albertina del Castillo, ubicada enla calle Gregorio Reynolds No. 2904, en la ciudad de La Paz, yalquilada por el ingeniero metalrgico Dimitri Metaxas Gales

    y su esposa, la seora Aghati Soulioti, con carta de extranjeraexpedida en Esparta, Grecia, con el nmero -20385. Esta casa

    era pagada mensualmente por el agente de la CIA de origenboliviano Max Jaldin. Por su parte, el agente de la CIA MiguelNpoles Infante trabaj en el procesamiento de la prensa ytareas de contrainteligencia.

    La CIA estableci un estricto control en las listas de pasa-jeros de las diferentes compaas areas, y de todos los extran-jeros que se hospedaban en los hoteles, tanto de lujo como po-pulares, en los alojamientos, casa de huspedes y las posadas

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    conocidas como tambos, utilizadas, generalmente, por perso-nas de muy bajos recursos econmicos. Los sospechosos erandetenidos e interrogados. En el aeropuerto internacional de LaPaz y en los puntos fronterizos terrestres, todos los viajeroseran controlados por agentes de la CIA.

    Despus de los acontecimientos guerrilleros, MiguelNpoles Infante permaneci en Bolivia al servicio de la CIA,adquiri una ptica en la calle Potos N. 1156, telfono 342855,

    y contrajo matrimonio con una boliviana oriunda del Beni,

    nombrada Leonor Elena Calle, viuda de Torres, con quien sefue a vivir a la calle Bueno N. 329, telfono 366198. En 1988se traslad a los Estados Unidos y vive en la avenida CarolinaN. 2655, apartamento 1005, Miami Beach, Florida. Es conocidocomo El Manco, porque perdi un brazo en un accidente detrnsito en Cuba.

    Viajan oficiales y agentes de la CIA a Camiri

    En la ciudad de Camiri, oficiales de la CIA interrogaron a losmayores Hernn Plata Ros y Rubn Snchez Valdivia, al ca-pitn Augusto Silva Bogado y dems ex prisioneros; les mos-

    traron un voluminoso lbum fotogrfico de las personas que,segn la CIA, podan estar en las guerrillas. En estos interro-gatorios particip el asesor de Barrientos, Klaus Barbie, nazi-fascista y ex jefe de la Gestapo en Lyon, Francia, culpable demltiples crmenes y asesinatos cuando la ocupacin alemana,quien tortur brutalmente a detenidos de la resistencia anti-fascista y envi a miles de franceses y judos a los campos deexterminio masivo. Personalmente tortur y asesin a JeanMoulin, delegado de Charles de Gaulle en la Francia ocupada

    por los alemanes. Barbie es internacionalmente conocido comoel carnicero de Lyon. Entre sus crmenes ms repudiados estla muerte en la cmara de gas de 44 nios judos de cuatro adiecisis aos de edad.

    El periodista boliviano Gustavo Snchez Salazar y la che-coslovaca-chilena Elizabeth Reimann, en el libro Criminal hastael final. Klaus Barbie en Bolivia,escribieron:

    Al finalizar la guerra, a los servicios de Inteligencia de los Esta-

    dos Unidos les preocupaba el espacio poltico que ocupaba laURSS. Sin el menor escrpulo, los norteamericanos comenza-ron a utilizar los servicios de oficiales de la Gestapo alemana;haba que luchar contra un enemigo nuevo, el comunismo.

    Tambin fue reclutado el criminal alemn, ex capitn de lasSS, Klaus Barbie. El asesino de Lyon no fue castigado por suscrmenes de guerra; por el contrario, los vencedores lo pre-miaron. En la primavera de 1948 despus de una orga deasesinatos de miles de personas y por gentileza del Cuerpode Contrainteligencia (CIC) del ejrcito de los Estados Uni-dos, Barbie reciba una casa en la ciudad bvara de Augsburg,adems de alimentos, cigarrillos y un presupuesto para gastos.

    Su tarea: organizar redes de espionaje para los americanos.

    En 1950 se hizo evidente que Francia buscaba a Barbie parajuzgarlo por crmenes contra la humanidad. El CIC decididar al criminal nazi una nueva identidad y enviarlo, junto a sufamilia, a un pas lejano donde pudiera iniciar una vida nueva.Klaus Altmann Hansen, mecnico nacido en Kronstadt unaciudad que no existe, sali de Europa por la llamada Rutade las ratas, organizada por un sacerdote catlico croata.

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    Junto a su esposa y sus dos hijos, Altmann lleg a La Paz,Bolivia, el 23 de abril de 1951 [...].

    En 1964 tom el poder el general Ren Barrientos, hombre dela CIA. Nombr a Barbie asesor del Ejrcito en la especialidadde contrainsurgencia. Al alemn se le asignaron oficinas en elservicio de Inteligencia civil y en el aeropuerto de La Paz [...].

    En 1983, el gobierno del doctor Hernn Siles Zuazo lo de-

    port a Francia para que lo juzgaran por sus crmenes.Otro de los agentes que la CIA envi a Camiri fue uno que

    responda al nombre de George Andrew Roth, quien viaj aBolivia desde Santiago de Chile, donde estaba temporalmente.El 30 de marzo de 1967 se encontraba en Buenos Aires y allcontact con el seor Moiss Garca, corresponsal del Time Lifepara toda el rea de Suramrica, y se reunieron con dos fun-cionarios de la embajada de los Estados Unidos en Argentina;luego, Roth se entrevist con el agregado de prensa de la emba-

    jada de Londres en ese pas.El 5 de abril Roth lleg a Santa Cruz de la Sierra, se entre-

    vist con un miembro de los cuerpos de paz norteamericanos;al da siguiente se traslad a Camiri y se hosped en el hotel

    Londres de esa ciudad. Obtuvo un salvoconducto y autoriza-cin especial del jefe de los servicios de Inteligencia bolivianospara visitar el campamento de los guerrilleros y acompa alejrcito por varias localidades de la periferia guerrillera.

    Viaj a La Paz el 10 de abril. Sostuvo varias reuniones conoficiales de la CIA. Las fotos tomadas por Roth fueron publica-das en el peridico El Diariode esa ciudad y seis das despusregres a Camiri para cumplir nuevas misiones.

    Se dirigi a Lagunillas en compaa de dos camargrafosargentinos: Hugo Lpez y Hermes Muoz, de la CBS de Nue-

    va York. Al da siguiente se traslad a la zona guerrillera conun gua proporcionado por los militares. El 19 de abril llegadonde se encontraban los guerrilleros. Su inesperada pre-sencia provoc fundadas sospechas, porque en su pasaporteestaba tachada la profesin de estudiante y cambiada por lade periodista; declar que era fotgrafo profesional que tra-bajaba como free lancepara algunas publicaciones extranjeras.

    Portaba documentos como instructor de los cuerpos de paz yvisa de Puerto Rico. En su libreta de notas le encontraron uncuestionario que tena por objeto confirmar si el Che estabaall con el nombre de Ramn, igualmente la presencia de Ta-nia y Regis Debray. Otra de las misiones de Roth era espar-cir una sustancia qumica en las pertenencias de los guerri-lleros, que permitiera la utilizacin de unos perros pastoresalemanes, adiestrados y llevados secretamente a Camiri. Laaplicacin de estos productos qumicos era una innovacin enla lucha contra los revolucionarios en nuestro continente y suuso, desconocido.

    La presencia de estos animales fue reportada por algunosperiodistas. El mexicano Luis Surez escribi en la revista Siem-

    pre, N. 750, de 8 de noviembre de 1967: El descubrimiento deesa reserva canina por los periodistas caus el gran disgustodel servicio de Inteligencia militar, porque supona la revela-cin de un secreto [...].

    Los guerrilleros permitieron que Roth abandonara la zonael 20 de abril. Regis Debray y Ciro Roberto Bustos decidieronsalir con l. Los tres llegaron a la poblacin de Muyupampadonde fueron detenidos y trasladados hasta la ciudad de Camiri.

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    Los servicios de Inteligencia bolivianos, asesorados porla CIA, difundieron un parte militar anunciando la muerte encombate de 7 guerrilleros, incluidos Debray, Bustos y Roth.

    El plan consisti en dar a Debray y Bustos por muertos,torturarlos, hasta hacerlos hablar, asesinarlos y desaparecer-los. Estos propsitos fueron revelados por el agente de la CIAEduardo Gonzlez a colaboradores militares bolivianos, perofracas porque Hugo Delgadillo, corresponsal del peridico

    Presencia, que se encontraba en Muyupampa, public varias fo-

    tografas de los detenidos.En los primeros interrogatorios, participaron los coro-

    neles Eladio Snchez Surez y Alberto Libera Cortez. El 24 seincorporaron dos expertos norteamericanos, Theodoro Kirsch

    y Joseph Keller, acompaados del agente de la CIA EduardoGonzlez, quien, junto al coronel Federico Arana Cerrudo, jefede los servicios de Inteligencia del ejrcito, y del teniente coro-nel Roberto TotoQuintanilla, jefe de Inteligencia del Ministe-rio del Interior, continuaron los interrogatorios.

    En el mes de mayo, volvi el norteamericano Kirsch, peroesta vez acompaado del teniente coronel Joseph Price y de

    James Evett.El periodista norteamericano Lee Hall afirm que la ma-

    dre de Regis Debray le dijo que a menos de 48 horas despusdel arresto de su hijo, el presidente Barrientos tena en su escri-torio un dossier provisto por la CIA.

    Roth qued detenido junto a Debray y Bustos, siguiendoorientaciones de la CIA. Cada da un enfermero lo iba a ver,pretextando inyectarlo contra una enfermedad venrea que ha-ba contrado en un burdel de Santiago de Chile, lo que sirvicomo justificacin para recoger las informaciones que obtena

    de los detenidos. Tambin lo visitaron Federico Arana, quien leentreg alimentos y dinero; el sacerdote de la embajada ameri-cana Andrew Kennedy, el cual se desempeaba como capellndel ejrcito boliviano y sealado como agente de la CIA.

    El 25 de abril, es decir, seis das despus de la visita deRoth a los guerrilleros, se produjo un nuevo encuentro; esta vezutilizaron los perros pastores alemanes.

    El Che escribi: Al poco rato apareci la vanguardia quepara nuestra sorpresa estaba integrada por 3 pastores alemanes

    con su gua. Los animales estaban inquietos pero no me parecique nos hubieran delatado; sin embargo, siguieron avanzando

    y tir sobre el primer perro [...].Roth permaneci en prisin desde el 20 de abril hasta el

    8 de julio cuando fue liberado, segn manifest el agente de laCIA Eduardo Gonzlez, por las gestiones que a solicitud de laembajada de los Estados Unidos, realiz Ronald Bailey, emba-

    jador ingls en La Paz.Fuentes de Inteligencia bolivianas sealaron que sospe-

    chaban que George Andrew Roth era un nombre falso, porqueles llam la atencin que sus familiares no salieron a la luz p-blica como los de Regis Debray y Ciro Roberto Bustos.

    Los Estados Unidos envan a los expertos de la guerracontra Vietnam para adiestrar a los soldados bolivianos

    El mayor Raplh W. Shelton, conocido como Pappy Shel-ton, regres a Bolivia el 23 de abril de 1967, designado paradirigir la escuela de Boinas Verdes, ubicada en el central azuca-rero La Esperanza, en las cercanas de Santa Cruz. Lleg para

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    adiestrar a los soldados con las mismas tcnicas utilizadas porlos norteamericanos en Vietnam. Shelton dirigi escuelas deeste tipo en la Repblica Dominicana y Lao. Lo acompa suayudante, el capitn Michel Leroy, quien acababa de regresarde Saign.

    Tambin arribaron a Bolivia los capitanes Edmond Fric-ke, William Trimble, Margarito Cruz y otros asesores en dife-rentes especialidades, agrupados en: armamentos, comunica-ciones, medicina, explosivos, Inteligencia y doctrina poltica.

    Esta escuela adiestr a 650 efectivos en la lucha de asalto an-tiguerrillero.

    Mientras los combates se sucedan, en la ciudad de SantaCruz se artillaban varios helicpteros norteamericanos de cua-tro y doce plazas, para incorporarlos de inmediato a la contien-da blica.

    Se produjo un nuevo combate el 8 de mayo, donde se lecaptur al ejrcito 7 carabinas M-1 y 4 fusiles muser, 10 pri-sioneros con dos heridos, y muerto el teniente Henry Laredo,a quien le incautaron un diario de campaa donde trataba alos trabajadores bolivianos como holgazanes y otros adjetivosdespectivos. Sobre la tropa manifestaba la falta de moral com-bativa y relataba cmo los soldados lloraban cuando conocan

    de la presencia de los guerrilleros. Tambin le encontraron unacarta de la esposa, que le peda una cabellera de guerrilleropara adornar el living de su casa.

    Al da siguiente, los guerrilleros dejaron en libertad a lossoldados despus de curar a los heridos, y continuaron la mar-cha, mientras la aviacin bombardeaba toda la zona.

    Esta nueva derrota del ejrcito y su incapacidad manifies-ta disgustaron a los asesores norteamericanos, quienes plan-

    tearon la necesidad de sustituir al coronel Humberto RochaUrquieta como jefe de la IV Divisin en Camiri.

    Represin contra dirigentes mineros, sindicalesy polticos

    Mientras en la zona guerrillera el ejrcito sufra una de-rrota tras otra, en la ciudad de La Paz, Barrientos decret la

    detencin inmediata de los principales dirigentes de la Federa-cin Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia: Vctor Lpez,Simn Reyes, Arturo Crespo, Alberto Jara, y a los lderes de lospartidos polticos: Mario Monje, Jorge Kolle Cueto, GuillermoLora, Oscar Zamora Medinacellis, Carlos Serrate Reich, David

    Aez y Walter Vzquez Michel. Tambin a Juan Lechn Oquen-do, secretario general de la poderosa Central Obrera Boliviana(COB) y mximo dirigente del Partido Revolucionario de Iz-quierda Nacional (PRIN). Lechn, que se encontraba en Chile,imparti instrucciones a los miembros de su partido para quese integraran y apoyaran a las guerrillas. El 1ro. de mayo de1967 envi un mensaje a los trabajadores bolivianos:

    Nos encontramos nuevamente firmes, en el puesto de bata-lla por la clase obrera y la liberacin nacional del yugo impe-rialista. La nica alternativa es defender la democracia con elfusil al hombro de los trabajadores y desocupados. Los gue-rrilleros luchan por la liberacin de la patria del funesto yugoextranjero que se halla en el Palacio de Gobierno y el GranCuartel de Miraflores.

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    Despus de ese mensaje se dirigi a Arica para atravesarla frontera boliviana y entrar clandestinamente en su pas. Via-

    j acompaado de los chilenos Luis Valente Rossi, diputado delPartido Comunista, y del comerciante Luis Hederman. Cuandolleg al punto de control chileno fue detenido e interrogado, apesar de que portaba un pasaporte en perfecto orden, a nombrede Eduardo Manosera, con el No. 255717, extendido en Buenos

    Aires en 1962 y renovado el 31 de octubre de 1966. La policainform que Lechn estaba transformado fsicamente y con los

    documentos en regla, pero que no pudo ocultar sus enormesdientes y sus ojos bicolores, razn por la cual lo descubrieron.Sin embargo, el peridico La De fensa,de Arica, revel que lapolica lo estaba esperando, porque recibi una llamada acercade que Lechn se diriga a esa ciudad con dos acompaantes.

    Fue llevado para Santiago de Chile, donde el senadorSalvador Allende intervino para otorgarle asilo poltico, loque provoc una airada protesta de Barrientos, y vulgares de-claraciones contra Lechn y los dirigentes chilenos. Allendeno respondi oficialmente a los insultos; pero, segn fuen-tes periodsticas, alguien quiso burlarse del mandatario bo-liviano y le envi una jaula con cinco loros, que al llegar a lafrontera fueron decomisados por carecer de certificados de

    sanidad. Tres de esas aves estaban entrenadas, porque repe-tan sin cesar: Somos guerrilleros! Viva Lechn! Viva Fidel!Abajo Barrientos!

    Desde la capital chilena, Lechn, refirindose nuevamentea las guerrillas, declar que era el nico camino para que eltrabajador conquistara su libertad.

    El PRIN, con las firmas de los dirigentes Lidia Gueiler Te-jada y Carlos Daza, dio a la publicidad un documento con el fin

    de que se formara un frente de apoyo a la guerrilla como nicasalida para Bolivia.

    Barrientos respondi con ms violencia y represin; or-den que se agotaran todos los medios para apresar a LechnOquendo, Lidia Gueiler Tejada, Carlos Daza, Simn Reyes,Ren Chacn, Cirilo Valle y Rosendo Garca Maisman. Este l-timo fue herido de bala durante la masacre de la Noche de San

    Juan el 24 de junio de 1967 y muri desangrado, porque las au-toridades no permitieron que le dieran asistencia mdica.

    Los presos en los campos de concentracin ubicados enlas selvas del oriente boliviano conocidos como los de Pe-kn, Alto Madidi, Ixiamas y Puerto Rico protagonizaron unafuerte protesta, denunciaron las torturas y los malos tratos quereciban. La respuesta fue mayor crueldad y represin, espe-cialmente contra Alberto Jara, Reinaldo Veizaga, Jos Ordez,Luis Ninavia, Filemn Escbar, Oscar Salas, Jorge Echaz,Sinforoso Cabrera, Nelson Capelino, Casiano Amurrio Rocha,Modesto Reinaga, Rudy Cullar, Mario Ortuo, Anbal Vargas,

    Vctor Reinaga, Ren Olivares, Oscar Sanjins, Walter VzquezMichel y Luis Zaral. Barrientos estaba decidido a destruir laoposicin a cualquier precio.

    Ante la intensa represin y el envo masivo de dirigentes

    sindicales y polticos a los campos de concentracin, los estu-diantes universitarios mostraron de inmediato su solidaridadcombativa y, como gesto de pblico respaldo, acordaron queRamiro Barrenechea, vicepresidente de la Confederacin Uni-

    versitaria de Bolivia, en compaa de Ral Ibarguen y OsvaldoTrigo, de la Federacin Universitaria de La Paz, se trasladaranhasta los campos de confinamiento para llevarles cartas, noti-cias y variados encargos. Cuando los jvenes llegaron a Ribe-

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    ralta, ltima poblacin obligada antes de esos apartados luga-res, los servicios de Inteligencia del ejrcito los interrogaron.

    El nico medio de transporte en la selva amaznica bo-liviana es el areo o fluvial, porque no existen caminos. Loscampos de concentracin eran crceles naturales. Nadie podasalir. La selva lo impeda. Por eso, los servicios de Inteligen-cia slo tenan que controlar los aeropuertos o pistas de ate-rrizajes. Los dirigentes estudiantiles conocieron que, ademsde Ixiamas, Alto Madidi, Puerto Rico y Pekn, existan otros

    centros de confinamiento en la selva que llevaban nombres deciudades o pases: Viena, Londres, Argentina, Mosc y Pars,una curiosa paradoja en esos oscuros, deshabitados y aparta-dos lugares. Los horrores de los campos de concentracin sondescritos en varias crnicas por periodistas de la poca, y mu-chos de ellos recogidos en el libro titulado Alto Madidi.

    Tambin los jvenes universitarios supieron de la exis-tencia, en esas selvas, de una base secreta norteamericana,con pistas de aterrizaje, y de 18 a 20 casas confortables, conaire acondicionado e intercomunicadores. Estaba prohibido elacceso de bolivianos a la base. Segn los pobladores de Ribe-ralta, las autoridades explicaron que se trataba de un Institu-to Lingstico de Verano, pero les llamaba la atencin que en

    las noches escuchaban vuelos de aviones y que hasta el panvenan a buscarlo en sus avionetas. Algunas fuentes sealaronque se trataba de una base de comunicaciones radioelectr-nica para espiar a los guerrilleros; otros indicaron que obe-deca a fines de exploracin geolgica, que tena el propsi-to de descubrir piedras preciosas que llevaban secretamentepara los Estados Unidos. El periodista Andrew Saint Georgeconfirmado agente de la CIA revel que los norteamerica-

    nos seguan el curso de los guerrilleros con equipos e instru-mentales sofisticados que medan el calor humano y el humode las cocinas guerrilleras. Tiempo ms tarde se conoci queeste mtodo lo utilizaron en Vietnam.

    Otras fuentes estiman que la CIA obtuvo la informacinde que las guerrillas pensaban operar en la zona del departa-mento del Beni y comenzaron a tomar medidas. Se tema quegrupos de indgenas se rebelaran, porque ya se notaban snto-mas en ese sentido. En la poblacin de Ascensin de Guarayos,

    el dirigente de esa comunidad, Salvador Iraip, con sus hom-bres, atac las oficinas de la Direccin de Investigacin Crimi-nal (DIC) y de la polica.

    Con posterioridad a los acontecimientos guerrilleros, seafirm que la base secreta o Instituto Lingstico de Veranoestaba ubicado a orillas del lago Tumichucua, que en lenguamoxea quiere decir bello lago.

    El movimiento estudiantil y universitario, las organizacio-nes obreras, campesinas, intelectuales y juntas vecinales criti-caban constantemente la presencia norteamericana en ese lu-gar y acusaban pblicamente a la CIA de utilizar esa institucinpara estudiar las etnias nativas, sus costumbres, lenguas, y tra-diciones. Pero lo que provoc mayor indignacin fue cuando se

    conoci que, en las comunidades indgenas, los norteamerica-nos estaban esterilizando a las mujeres en edad de procrear. Elhecho tuvo tal repercusin que hasta atacaron y secuestrarona varios norteamericanos. El cineasta boliviano Jorge Sanjinsrecogi estos acontecimientos en la pelcula Llawar Mallcu, queen lengua quechua quiere decir sangre de cndor.

    Ante el escndalo y la presin popular, en 1982, las ins-talaciones del Instituto Lingstico de Verano se transfirieron

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    al Ministerio de Educacin y Cultura. De inmediato, el jefe deesa cartera, doctor Alfonso Camacho Pea, legaliz todas laspropiedades a favor de dicho ministerio y estableci la EscuelaNormal para Maestros Rurales.

    Las funciones de la base secreta de los Estados Unidos queoper mientras existieron las guerrillas en las selvas bolivianas,hasta nuestros das han permanecido en el misterio.

    Barrientos ordena destruir la revista Crtica

    La revista Crtica,dirigida por el periodista boliviano Juan JosCapriles, en un reportaje denunci varios crmenes cometidospor las autoridades y el envo de personas a los campos de con-centracin. Posteriormente public que el Che Guevara se en-contraba en Bolivia.

    Estas informaciones irritaron a Barrientos, quien mani-fest a los periodistas que esa revista era un libelo infamatorio,un pasqun sensacionalista e indecente, y su director un men-tiroso, carente de moral y tica profesional que, para venderla,utiliz una falsa informacin al levantar un cadver de su tum-ba, porque el Che Guevara estaba muerto desde haca mucho

    tiempo.A partir de ese momento, Juan Jos Capriles fue objeto de

    burlas y mofas de sus enemigos. El local de la revista fue alla-nado en reiteradas ocasiones, adems, recibi varias amenazasde muerte y destruccin sus propiedades.

    Tiempo despus, al saber Capriles que el paraguayo doc-tor Francisco Silva se encontraba detenido, acusado de trans-portar armas y formar guerrillas en su pas, consider que

    poda estar vinculado al Che y decidi entrevistarlo. Para locual gestion, con el coronel Fernando Pastrana, gobernadorde la crcel de la ciudad de La Paz, una visita a dicho penal.En compaa del fotgrafo Antonio Equino, la recorri toda,

    y observ las condiciones infrahumanas en que vivan los pre-sos bolivianos. Logr penetrar en la seccin oculta, conocidacomo Guanay, donde casi no entra el sol y la humedad es muygrande, y, por lo general, los presos, si no mueren, salen conpulmona o tuberculosis. Con la misma intencin visit otras

    crceles del pas hasta que, finalmente, encontr al doctor Silvaen una prisin de la ciudad de Santa Cruz, pero no le aport losdatos que buscaba. Al conocer sobre los combates guerrillerosen acahuas, se dirigi a Camiri con el propsito de reportarlo que estaba sucediendo.

    En su reportaje Capriles describi las condiciones espan-tosas en que vivan los soldados bolivianos, con los pies llaga-dos, cubiertos con trapos, sin alimentos ni recursos mdicos.Tambin refiri que los dos oficiales muertos en el combatedel 10 de abril los tenientes Luis Saavedra Arambel y Jorge

    Ayala Chvez, los haban trasladado como castigo a la zonade combate, porque eran oficiales jvenes que criticaban el cli-ma represivo que se viva dentro del ejrcito. En su reportaje

    asegur que el Che se encontraba en las guerrillas y public unhimno dedicado al Guerrillero Heroico.

    Barrientos, nuevamente molesto, orden que lo detuvierany que la edicin de la revista fuera confiscada. Hecho prisione-ro, Capriles fue conducido a la ciudad de Santa Cruz, donde lointerrogaron. Luego, lo presentaron frente a Barrientos, quienle dijo: Esta vez has dicho la verdad que ojal fuera mentira,pero te va a costar ms cara que las mentiras que has dicho.

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    Lo enviaron detenido para La Paz, acusado de vincularsecon el Che y de enlace guerrillero. El agente de la CIA JulioGabriel Garca lo interrog y la revista Crtica fue desmantelada

    y todas las propiedades robadas. Capriles tena dos hijas en LaPaz, de cinco y siete aos de edad, que quedaron solas y sinrecursos, hasta que por diversas gestiones y reclamos las envia-ron a Brasil, donde se encontraba su esposa.

    El nominativo de guerrillero se aplic a todos los que seencontraban en la oposicin; por ejemplo, si se quera arruinar

    o destruir a un comerciante o pequeo industrial que competacon otro, lo denunciaban como colaborador de la guerrilla yla represin caa sobre l, sin investigar ni aclarar la denun-cia. Cuando algn alto funcionario, poltico, militar o policase interesaba por la esposa o novia de alguien, lo acusaban deguerrillero y lo aterrorizaban, al extremo que lo obligaban asalir de la ciudad; si era influyente lo presionaban hasta quetomaba un avin rumbo al exilio. Las casas allanadas general-mente eran saqueadas, y todas las pertenencias y objetos de

    valor, robados.Ordenaron aplicarle a Capriles la ley de fuga, la cual no se

    ejecut porque el militar que debi cumplirla lo conoca de unanterior exilio que ambos compartieron y lo ayud a escapar.

    De esa forma pudo solicitar asilo poltico en la embajada deUruguay en La Paz.

    Los guerrilleros llegan a Caraguatarenda

    Los guerrilleros tomaron el casero de Caraguatarenda el 28 demayo de 1967. Este hecho tuvo gran importancia poltica y mili-

    tar por su ubicacin geogrfica, ya que se encuentra situado enel camino que comunica las ciudades de Camiri y Santa Cruz.Poco despus, llegaron 2 camiones y 2 jeeps con pasajeros ytrabajadores petroleros, quienes se encargaron de difundir laaccin. El 30 de mayo hubo un nuevo combate, murieron 2 sol-dados y varios resultaron heridos. El corresponsal de guerra

    Jos Luis Alczar seal que fueron en vano los esfuerzos y lasrdenes de sus jefes para detenerlos, huan llenos de pnico.

    Al da siguiente volvieron a chocar, resultaron heridos varios

    soldados y un gua civil muerto. La derrota imper en las filasmilitares.

    El militar boliviano Diego Martnez Estvez escribi en sulibro ancahuaz. Apuntes para la historia militar de B olivia queun soldado, en la carrocera de uno de los vehculos, gritaba:Soy creyente, por Dios no me maten, mientras que uno de losmilitares, dejando de disparar, le propinaba patadas para quese protegiera. Lejos de cubrirse, pretendi golpearlo con la cu-lata de su fusil, en los momentos en que otro soldado disparabadesde otro ngulo y notando la actitud histrica de aquel, seabalanz sobre l y lo derrib. Aada que los siguientes tresdas esta unidad sufri de hambre y de sed; cuadros y tropastuvieron que hacer supervivencia cazando y extrayendo agua

    de las carahuatas; algunos mitigaban su hambre con coca y losms, no pudiendo contenerse, arrebataron las caramaolas dela Compaa Trinidad, que de Lagunillas lleg tarde a El Espinodebido a falta de vehculos de transporte.

    Durante todo el mes de mayo, la represin en los cam-pos fue intensa: grupos numerosos de humildes campesinosfueron conducidos a las crceles, sus animales y cosechas ro-bados, sus propiedades quemadas; los dueos de camiones y

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    jeeps obligados a servir al ejrcito; los peones y campesinosdeban avanzar al frente de las tropas como guas. El terrorimper en todos lados.

    A varios campesinos de la zona de Masicuri y sus alre-dedores los llevaron presos para Vallegrande, donde los tor-turaron salvajemente. Participaba en los interrogatorios elagente de la CIA Julio Gabriel Garca. Se establecieron puntosde control militar en todos los accesos a las ciudades, pueblos,en las diferentes carreteras y caminos que conducan a la zona

    guerrillera. El periodista boliviano Jorge Rossa narr que en lacarretera Santa Cruz-Cochabamba se colocaron 18 barreras mi-litares de control, y en estas se revisaba a los pasajeros y su do-cumentacin con la mayor brutalidad. l escribi: A un jovenetnlogo francs, trotamundo, lo detuvieron cuando navegabasolitario en su canoa en el ro Mamor, porque llevaba barba yera extranjero [...]. Y afirm: Llevar barba en esta poca eraun riesgo mortal. Y continu: A un chico de 14 aos lo apalea-ron en su propia casa los matones del DIC porque encontraronall unas botas de gomas japonesas. Qu mejor prueba de quese preparaba para enrolarse en la guerrilla y no para pescar enel ro Yapacan?.

    Pero a pesar de la intensa represin, los campesinos mos-

    traban simpatas hacia los guerrilleros. En el resumen del mesde mayo, el Che escribi que estos iban perdiendo el miedo y selograba su admiracin. Es una tarea lenta y paciente, seal.

    Inti Peredo en su libro Mi campaa junto al Cheplante quedurante los tres meses de combates le ocasionaron al ejrcitoms de 50 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, incluidostres oficiales de alta graduacin; se le ocup gran cantidad dearmas, parque, vestuarios y alimentos, tambin seal que el

    avance ms notable era la desmoralizacin y la falta de comba-tividad de los soldados, lo que contrastaba notablemente con laagresividad y temeridad de los guerrilleros.

    Mientras, el juicio contra Debray era divulgado en todoel mundo. Periodistas, intelectuales, religiosos y dignatarios deEstados mostraban preocupacin por su vida. En Pars se creun comit de solidaridad reportado el 9 de mayo por la agenciade noticias UPI, la cual seal que un grupo de intelectuales,que inclua a 38 acadmicos, tres premios Nobel, varios pro-

    fesores universitarios, escritores, prelados catlicos y pastoresprotestantes, envi un mensaje a las autoridades bolivianas afavor de Debray. El Che escribi en su Diario que el clamoreoen torno al caso Regis Debray haba dado ms beligerancia almovimiento guerrillero que diez combates victoriosos.

    La CIA elabora un plan para interrogar al revolucionarioboliviano Jorge Vzquez Viaa

    Las emisoras radiales informaron el 27 de mayo de 1967que el guerrillero Jorge Vzquez Viaa se haba fugado de laprisin en Camiri. A l lo haban herido en una pierna y hecho

    prisionero el 27 de abril, y llevado al cuartel donde lo tortura-ron. Como no lograron sus propsitos de hacerlo hablar, la CIAelabor un plan a travs de un agente de origen cubano, paraobtener informaciones del valiente joven.

    Al respecto el corresponsal de guerra boliviano Jos LuisAlczar, escribi: Por Radio Sararendase difundi una pro-testa de un periodista extranjero. Este protestaba porque lasautoridades militares de Camiri no le permitan entrevistarse

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    con Vzquez Viaa. Indic Alczar que el mencionado perio-dista era el agente de la CIA Eduardo Gonzlez y que los cus-todios hicieron que Vzquez Viaa escuchara la protesta, as,cuando los jefes militares autorizaron a Gonzlez a que entraraa la prisin, relata que [...] comenz la entrevista preguntn-dole sobre su salud, Vzquez responda con monoslabos. Demomento, la entrevista periodstica cambia... Gonzlez, en vozbaja, le comunica al guerrillero: no soy periodista. Soy un en-

    viado de Fidel. Vine de La Habana a saber qu ha ocurrido con

    el Che. No tenemos noticias de l.Cuenta que Vzquez Viaa se sorprendi, y, aunque al

    principio no le crey, el acento cubano termin por confundir-lo y cay as en la trampa de la CIA.

    El 27 de mayo, con la grabacin de la entrevista, RobertoTotoQuintanilla trat de chantajearlo, cuando le comunicque el periodista que lo entrevist era un agente de la CIA; en-tonces le propuso un plan de fuga y el traslado a la RepblicaFederal de Alemania, donde vivan su esposa e hijos, a cambiode que delatara a los componentes de la red urbana y ubicaralas casas de seguridad. Vzquez Viaa, indignado, se abalanzcontra l, pero este, junto con sus ayudantes, lo golpearon hastafracturarle los brazos, luego, orden que lo mataran.

    Despus de asesinarlo, lo lanzaron a la selva desde un he-licptero piloteado por Jaime Nio de Guzmn y Carlos RafaelEstvariz.

    La noticia de la fuga solo encubra el crimen cometido.

    LA CIA Y SU INTROMISIN ENLAS FUERZAS ARMADAS Y OTROSSECTORES BOLIVIANOS

    Caos, desorden, desmoralizacin y asesinatosdentro del ejrcito

    Las tropas de la IV Divisin del ejrcito, con sede en Camiri,estaban formadas en enero de 1967 por 10 jefes, 21 oficiales, 54suboficiales y sargentos, y 244 soldados. Los mandos militareseran los siguientes:

    Comandante de divisin: coronel Humberto RochaUrquieta.

    Jefe de estado mayor: coronel Juan Fernndez Clzaga. Jefe de operaciones: mayor Armando Reyes Villa. Jefe de Inteligencia: teniente coronel Carlos Romero

    Arvalo. Jefe de personal y cuadros: teniente coronel Vicente

    Antezana Negrete. Jefe de retaguardia: teniente coronel Carlos Klagges

    Strinford.

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    Todos ellos fueron designados por el general AlfredoOvando Candia, jefe de las fuerzas armadas bolivianas. Al des-cubrir a las guerrillas, las tropas de la IV Divisin se incremen-taron de manera extraordinaria: en la ltima decena de marzo,la composicin era de 12 jefes, 42 oficiales, 93 suboficiales y1619 soldados, para un total de 1770 hombres; en el mes demayo, esa cifra se elev a 2500 efectivos.

    Despus del combate del 23 de marzo, el mando militar dela IV Divisin fue seriamente cuestionado, porque las guerrillas

    se organizaron y establecieron en la zona sin que fueran de-tectadas, y en el primer enfrentamiento militar los derrotaronescandalosamente.

    La desorganizacin, el caos y la desmoralizacin impera-ban en las filas del ejrcito de manera impresionante; la incapa-cidad de los mandos se perfilaba cada vez con mayor claridad.Sin embargo, la lealtad a Ovando era ms importante que la ca-pacidad militar y, por esa razn, los mantenan en sus puestos,con la excepcin del jefe de la Inteligencia, a quien responsabi-lizaron con todos los errores y sobre l recayeron las culpas. Losustituyeron por el capitn Hugo Padilla, tambin hombre deconfianza de Ovando.

    Cuando los soldados llegaban a Camiri no encontraban

    barracas, dormitorios, ni locales apropiados para guardar suspertenencias; al regresar por alguna causa, casi todo haba des-aparecido, lo que ocasionaba serios conflictos.

    El promedio de bajas por enfermedades creca mes trasmes. Solo existan tres sanitarios para todas las tropas. Des-pus del combate del 10 de abril hubo ms de 40 bajas por en-fermedades diarreicas, intestinales o disenteras. No haba m-dicos ni recursos para atender a los heridos y enfermos; segn

    reportes militares, solo contaban con yodo y algunas pomadas.Los heridos en combate los transportaban en improvisadas ca-millas por lugares donde no existan caminos.

    El general Gary Prado Salmn escribi: Estos detallesafectaban indudablemente la moral de la tropa, pues un com-batiente que sabe que ser atendido con prontitud y eficacia encaso de caer herido, se siente ms tranquilo que aquel que vemorir a sus compaeros desangrndose sin tener un apsitopara contener la sangre.

    Las deserciones, abandono de las misiones y los amoti-namientos alcanzaron niveles peligrosos, lo que oblig al altomando militar a abrir una investigacin sobre las causas de estasituacin. Segn informes de la Inteligencia, el resultado fue elsiguiente: las noticias alarmantes de la cantidad de guerrillerosque los situaban en el orden de 1.000, con armas modernas e,incluso, aviones que acuatizaban en los ros; el coraje, arrojo y

    valenta de estos, considerndolos como una tropa disciplinaday bien organizada; la cantidad de muertos y heridos en las filasdel ejrcito; los sentimientos de derrota e impotencia que tras-ladaron los oficiales y soldados ex prisioneros liberados porlos guerrilleros, indicando que eran hombres de gran estatu-ra que no le entraban las balas porque estaban blindados. Los

    alimentos eran escasos porque las tropas generalmente se re-abastecan por aire, debido a lo intrincado de la zona. Al iniciode las operaciones, la IV Divisin del ejrcito solo contaba conun helicptero para esas misiones y este, generalmente, esta-ba averiado, o cuando se presentaba mal tiempo los pilotos senegaban a volar quedando los soldados sin comida por lo cualestos deban resolverla por sus propios medios, cazando o pes-cando o apropindose de las siembras y animales de los cam-pesinos, lo que provocaba el terror y la indignacin de estos.

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    Diego Martnez Estvez narr en su libro ya citado cmotres soldados contaron a sus compaeros que ante el hambre,que ya no podan soportar, escondieron uno de los perros ex-ploradores, lo descuartizaron, cocinaron y la carne del raquti-co animal fue a parar a sus estmagos.

    Las unidades militares estaban formadas por soldados dedistintas compaas de todo el pas, pero previamente no losregistraron, por eso carecan de controles para su localizacin.Como tampoco contaban con medios de transporte propios,

    para trasladarse tenan que quitarles los camiones a sus pro-pietarios, lo que creaba nuevos conflictos.

    Los soldados carecan de chapas e identificacin; los muer-tos y heridos eran abandonados en los lugares de combate. Al-gunos contaron el caso pattico de un padre que vino a identifi-car a su hijo muerto el 23 de marzo, lo llevaron hasta el lugar, leentregaron un cadver cualquiera, pero como solo tena quincecostillas no lo acept, puesto que su hijo tena veinticuatro. El

    jefe que lo acompa, no vacil en ordenar que recogieran nue-ve costillas ms de cualquier otro, para completarlo, y el padrepens que se llevaba los restos de su hijo. Estas narracionescrearon un verdadero impacto en el resto de la tropa, ya que aellos les poda suceder lo mismo.

    A este cuadro hay que aadir que, con mucha frecuencia,los jefes castigaban corporalmente a los subalternos por cual-quier motivo. Inti Peredo, refirindose al combate del 23 demarzo, escribi en su libro Mi campaa junto al Che: Tambincuramos a los heridos y les explicamos a los soldados los obje-tivos de nuestra lucha. Ellos nos contestaron que no saban porqu los haban mandado a combatirnos, que estaban de acuer-do con lo que nosotros decamos y nos reiteraban la peticin

    de fusilar al mayor Plata, oficial que tena una actitud dspotaen la unidad.

    A los soldados que cumplan el Servicio Militar Obliga-torio a mediados de 1967, se lo prorrogaron por decreto, sinexplicacin previa ni permitirles visitar a sus familiares. Lascartas y paquetes se amontonaron por miles; algunos jefes losquemaron y se apropiaron de todas las cosas de valor quecontenan.

    No pagaron los salarios ni estipendios prometidos y los

    familiares se quedaron en total abandono. El malestar fue enaumento y estall en varias unidades aisladas, pero poda ex-plotar de manera global en cualquier momento.

    El desorden y la arbitrariedad llegaron a tal punto quecuando solicitaron la lista de los militares que se destacaronen actos extraordinarios en el combate y demostraron valor,pericia y talento, para condecorarlos y levantarles la moral, losprimeros propuestos fueron el cajero y el odontlogo que noparticiparon en ningn combate.

    A fines de abril, una compaa del ejrcito, acantonada enla casa de calamina, se sublev y abandon a sus jefes. Fueronobligados bajo amenaza de muerte a permanecer en sus puestos.

    Algunas unidades se negaron a combatir y otras se amo-

    tinaron. Diego Martnez Estvez expres en su libro que el 22de abril la compaa del capitn Fernando Pacheco envi unparte falso, donde expresan haber sostenido un combate conlos guerrilleros, y ocasionado 19 bajas. Como le creyeron, almes siguiente volvi a informarles que estaba persiguiendo alos guerrilleros en la zona de Tirabuzn, un lugar totalmentecontrario a donde en realidad se encontraban.

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    La IV Divisin mont un operativo de gran envergaduray se descubri que Pacheco les haba mentido. Ante tal hecho,abrieron una investigacin que arroj que l acostumbraba adar instrucciones a los subalternos para que apagaran la ra-dio y de esa forma no recibir rdenes, adems, extremaba lasmedidas para no enfrentarse con los guerrilleros. Carlos Mon-ge, uno de sus oficiales, refirindose a Pacheco escribi en su

    Diario:[...] se le notaba en el rostro el nerviosismo y miedoque no poda dominar y lo peor es que poco a poco nos estaba

    contagiando. Otro da, en ocasin de una discusin entre ellos,anot: fue una discusin fuerte en la que decid irme de lacompaa, pero cuando lo haca, me segua toda mi seccin y lade Lince Hinojosa, en vista de ello tuve que quedarme. Desdeese momento ya no haba armona en la compaa.

    El capitn Mario Oxa Bustos cuando comprob que los sol-dados del Regimiento Bolvar haban desertado, fuera de s ya punta de pistola, los oblig a volver a sus puestos de combate,pero se sublevaron e intentaron linchar a los oficiales que los di-rigan; ante tal gravedad envi al alto mando el siguiente mensajecifrado: Cif-87/67 Tropa Regimiento Bolvar debe ser puesta adisposicin Tribunal Justicia Militar fin encontrar culpables qui-sieron instigar actos motn militar y dar muertes a sus oficiales

    en situacin de guerra internacional contra bandoleros.Barrientos se enter de estas irregularidades a travs de

    un informe de la misin militar de los Estados Unidos en LaPaz; al efecto, llam, a mediados de abril, al doctor Mario Agra-mont, quien se desempeaba en esos momentos como asesor

    jurdico de la polica de trnsito de la ciudad de Tarija.Agramont recibi un memorando donde se le indicaba

    que viajara urgente a La Paz, para realizar un contacto muy

    especial. Cuando lleg a la capital boliviana, lo estaba espe-rando su cuado, el coronel Grover Ferrufino, ntimo amigo deBarrientos y miembro de su seguridad personal, para que sepresentara de inmediato ante el Presidente.

    Barrientos fue claro y preciso; le dijo que tena diferenciascon Ovando, que no confiaba en este, ni en las informacionesque le suministraba y, por ello, decidi invitarlo a La Paz, con laproposicin de que cumpliera una misin secreta muy impor-tante. Le orient trabajar en Camiri y trasmitirle directamente

    todos los acontecimientos desde el mismo campo de operacio-nes y lo que sucediera en el interior de la IV Divisin de formacifrada, a travs de la radio del Banco Central de Bolivia. Le dioun sistema de cdigo personal para su uso exclusivo. Le otorgel grado de capitn, advirtindole que el trabajo era estricta-mente secreto y que nadie poda conocerlo.

    Agramont viaj a Camiri como secretario de comando,destinado a la seccin de Inteligencia. Comenz el trabajo jun-to al capitn Hugo Padilla, pero al poco tiempo este sospechprimero, y tuvo la seguridad despus, que Agramont trabajabadirectamente para Barrientos, a partir de ese momento se ini-ciaron las contradicciones y los obstculos.

    Durante ese perodo, detuvieron a un brasileo, un para-

    guayo y dos ciudadanos con pasaportes uruguayos a nombrede Carlos Alberto Aidar y Ventura Pomar Fernndez, acusadosde enlaces guerrilleros; luego de torturarlos, los asesinaron ylanzaron a la selva. Agramont critic a Padilla por esos mto-dos tan brbaros y reclam menos sometimiento a los norte-americanos y a los agentes de la CIA, lo que provoc nuevascontradicciones. Pocos das despus, a Camiri lleg Guido Be-navides, miembro de la direccin de investigaciones crimina-

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    les, con varios interrogadores, y los desacuerdos entre ellos seacrecentaron.

    En ocasin de varios allanamientos en Camiri y otras po-blaciones cercanas, encontraron en la vivienda del seor Israel

    Avilez literatura marxista. Agramont se qued con algunos li-bros. Semanas despus Padilla le hizo un registro secreto y al en-contrarle los libros, lo denunci ante los agentes de la CIA comoinfiltrado comunista y les propuso un plan para eliminarlo.

    En el mes de junio, la direccin de la IV Divisin fue susti-

    tuida casi completamente, quedando de la siguiente forma: Comandante de divisin: coronel Luis Antonio Reque Tern. Jefe del estado mayor: coronel Eladio Snchez Surez. Jefe del estado mayor Logstico: coronel Juan Fernndez

    Clzaga. Jefe de operaciones: mayor Vctor Castillo Surez. Jefe de inteligencia: capitn Hugo Padilla. Jefe de personal y cuadros: capitn Humberto Cayoja Riart. Jefe de retaguardia: teniente coronel Alberto Libera Cortez.Las discordias entre Padilla y Agramont continuaron agu-

    dizndose y alcanzaron su mximo nivel con motivo de la deten-cin de una muchacha argentina, procedente de la provincia deSalta, apresada con un maletn que contena dlares. Padilla la

    tortur y viol. De acuerdo con informaciones en Camiri, estamuchacha cada ao viajaba a las zonas por donde operaba laguerrilla para recolectar el cabello natural de las indias guara-nes, con el propsito de venderlo a una fbrica de pelucas. Agra-mont intervino y logr que la dejaran en libertad. La argentinase neg alegando que a todos los que liberaban los mataban.

    Fuentes de Inteligencia dijeron que Agramont le prometillevarla hasta la frontera y bajo esas condiciones abandon la

    crcel. Antes de partir, fueron a cenar al restaurante Marietaque era el mejor en Camiri, all se present Padilla borracho,al ver a la muchacha la invit a dormir con l. Ella acept y

    juntos se marcharon para el hotel Chapaco. Al da siguiente, seconoci que la argentina, tan pronto como Padilla se desnud,se apoder del arma y le dispar todas las balas del revlver.

    El peridicoEl Diario,de la ciudad de La Paz, seal que elComandante de la IV Divisin del ejrcito confirm que la victi-macin del capitn Hugo Padilla formaba parte de una conjura

    guerrillera que tambin comprenda a su persona y otros jefesmilitares y que las investigaciones proseguan normalmente,pero que lamentaba no poder proporcionar ms detalles. Aa-di que haba dos detenidos y se tena la pista de un tercero, elprincipal enlace guerrillero en Camiri; los dos restantes erancarpinteros de profesin. Tambin dio a conocer que el capitnHugo Padilla fue muerto en una pieza del hotel Chapaco condisparos de su propio revlver, habindose encontrado en suinterior junto a sus restos una mujer, que posteriormente fueliberada.

    Los mandos militares de la IV Divisin desataron unarepresin feroz. Acusaron del hecho a Zolio Claure, MiguelBejerano, Jorge Paredes y los hermanos Rogelio y Jos Mara

    Ovando. La argentina, cuyo nombre nunca se dijo, fue apresadanuevamente, torturada, asesinada y lanzada a la selva.

    Al doctor Agramont lo acusaron de complicidad en lamuerte del jefe de Inteligencia en Camiri, y solo la amistad per-sonal con el Presidente lo salv de la prisin.

    Los efectivos de la VIII Divisin con sede en Santa Cruz,tambin se incrementaron. En el mes de abril de 1967, los man-dos militares de esa divisin fueron los siguientes:

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    Comandante de divisin: coronel Joaqun Zenteno Anaya. Jefe del estado mayor: coronel Ricardo Gonzlez Lock. Jefe de operaciones: mayor Remberto Vilar. Jefe de inteligencia: mayor Arnaldo Saucedo Parada. Jefe de personal: teniente coronel Hugo Ugalde. Jefe de retaguardia: teniente coronel Aldo Justiniano.Los efectivos de esta divisin, limtrofe con la IV, llegaron

    a ms de 1 200 hombres, incluidos los 650 que entrenaban losasesores norteamericanos.

    A estas cifras hay que aadir ms de 800 soldados de otrasunidades: las de la compaa Trinidad, con 5 oficiales, 6 subofi-ciales y sargentos y 160 soldados; 76 del Centro de Instruccinde Tropas Especiales los llamados CITE; 78 de la compaaUstariz; 89 del escuadrn Ingavic; 97 de la fuerza naval; 154 dela compaa de Florida; 91 de la Robor y 119 cadetes de dife-rentes escuelas militares.

    La utilizacin de estas unidades provoc varios proble-mas. A los del CITE, Flix Vallarroel, el edecn de Barrientos,los reclut a travs de un engao: les hizo creer que viajarana la ciudad de Santa Cruz, Tarija y otras del sudeste boliviano,para realizar demostraciones de salto, especie de viaje de pla-cer y recreacin. La actitud de los jvenes paracaidistas fue de

    entusiasmo y disposicin para demostrar sus habilidades.El corresponsal de guerra Jos Luis Alczar rese que

    cuando los tres aviones C-47, antiguos bombarderos de la Se-gunda Guerra Mundial, volaban sobre la selva boliviana, Villa-rroel les manifest que iban para Camiri a liquidar a un gru-po de guerrilleros. El periodista cuenta que se hizo un silencioprofundo, embarazoso, que invadi todo el mbito de la nave.Se transformaron los rostros de los jvenes: gravedad, palidez,

    miedo, indecisin para creer lo que haban escuchado. Incredu-lidad. Y afirm: Todo parece haber cambiado, menos el roncosonido de los motores del viejo bombardero.

    Diego Martnez Estvez relat que las madres de los sol-dados de la compaa Trinidad exigieron el derecho de licen-ciamiento de sus hijos, que figuraban en las listas de la catego-ra 1966, y escribi: el caso de este contingente era uno entre

    varios, haban sido reclutados poco despus de ser licenciados.

    [...] las afligidas madres, al enterarse que sus hijos seran em-barcados en aviones para ser transportados a Choretty, aero-puerto de Camiri, se dirigieron a la pista de Trinidad sentn-dose en toda su franja para impedir todo decolaje. Vano fueeste maternal propsito, pues, los soldados fueron conducidospor va ordinaria hacia otra pista distinta.

    A las protestas de las madres se unieron esposas, novias,amigas y otros familiares, lo que oblig al gobierno a regresar-los en la primera semana de agosto de 1967.

    La presencia de todas esas unidades provoc nuevos pro-blemas y la discriminacin tnica se hizo presente. Los soldadosprovenientes del altiplano boliviano estaban acostumbrados al

    fro, a la altura, y no les result fcil la adaptacin al calor y laselva hmeda. Sudaban intensamente y se deshidrataban confrecuencia. Se negaban a continuar caminando, lo que provo-caba la burla de los oficiales y soldados del oriente bolivianofamiliarizados con las altas temperaturas, que en esas zonaspoda llegar a 38 grados. Otro factor que afectaba sensiblemen-te a los soldados altiplnicos, eran los rasguos y picadas de losinsectos que se infestaban. Cuando lleg el invierno, los solda-

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    dos del oriente no podan soportarlo. Los frentes fros, conoci-dos en Bolivia como surazos, los afectaban sensiblemente y senegaban a caminar en esas condiciones.

    El capitn Humberto Cayoja Riart, jefe de personal de laIV Divisin, inform a la superioridad lo siguiente:

    El fro intenso de estos das con 5 grados bajo cero, lahumedad aproximada del 90% y los insectos propios de estapoca invernal, tales como la aparicin de garrapatas en grancantidad, el polvorn, etc., es probable que disminuya la eficien-

    cia combativa de las tropas aumentando el nmero de prdidasfuera de combate. Esto es ms grave an, si se considera que lastropas no tienen ropa de jerga ni sacones, habiendo inclusivetropas como la del Braun que tienen frazadas que parecen mos-quiteros, muy viejas, probablemente son dotaciones de hacecuatro aos atrs. A esto hay que agregar el equipo inadecua-do de algunas unidades que dan pauta de la desorganizacinde nuestro ejrcito, como si existiera solamente para desfiles.Tambin es necesario considerar que la sanidad militar no haprevisto los efectos de este perodo invernal, lo que recae direc-tamente en la eficiencia combativa del personal.

    El propio Reque Tern, comandante de la IV Divisin, leescribi a Ovando para plantearle la grave situacin reinante,

    las deficiencias e improvisaciones dentro del ejrcito.En el mes de mayo de 1967, el despliegue militar de la IV

    y VIII divisiones sumaba ms de 4800 efectivos, para lucharcontra una guerrilla que no llegaba a los 50 hombres.

    La CIA controla las oficinas del correo centralde La Paz y los telfonos

    Por orientaciones de la CIA, el servicio de intercepcin de lacorrespondencia de la oficina de correos de La Paz fue reorga-nizado y le incorporaron nuevos empleados pagados por laCIA, previo compromiso de lealtad. La intervencin alcanzhasta los ms mnimos detalles. El Ministro del Interior, Anto-nio Arguedas, tena previsto nombrar al funcionario Fidel Ros

    como interventor del correo, pero la CIA se opuso terminante-mente y le envi un memorando que dice textualmente:

    Este seor es un elemento activo de la clula del MNR enlas oficinas de correo y sus antecedentes polticos son peligro-sos para el cometido de la labor en el servicio de informacio-nes, ya que desde este cargo se maneja al personal y constituyeun elemento primordial del correo. l puede llegar a interferirnuestra labor.

    La Paz, 31 de mayo de 1967Fidel Ros no fue nombrado como interventor.El Departamento Tcnico fue visitado, en diferentes oca-

    siones, por el jefe de la estacin CIA, John Tilton, y por losoficiales James Holleran y Stanley Shepard, quienes determi-

    naron que estaba entrando mucha folletera comunista; porese motivo ordenaron que se tomaran medidas en las aduanas

    y aeropuertos. Orientaron designar como responsable de esecontrol al boliviano Jaime Tern. Los robos de objetos de valor

    y diversos artculos que los bolivianos enviaban a sus familia-res en el exterior o reciban nunca llegaron a su destino, lo queprovoc una oleada de protestas y reclamaciones.

    Los norteamericanos incrementaron el nmero de unida-des de control telefnico y de personal, las cuales intervenan

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    los telfonos y hacan los puentes correspondientes para quelas grabadoras se encendieran automticamente. Este controlno solo se ejercit contra los sospechosos y simpatizantes delos guerrilleros, sino tambin contra polticos de oposicin,funcionarios de gobierno, militares en retiro o activos, perio-distas, intelectuales y otros ciudadanos de inters.

    Cada da, el jefe del Departamento Tcnico del Ministeriodel Interior entregaba a la CIA un sobre con una fotocopia detodas las cartas controladas, una trascripcin de las conversa-

    ciones telefnicas, un ejemplar de cada libro, revista y folleteraque ingresaba al pas. La Agencia, para recibir estos documen-tos, y otros de igual importancia, utiliz al boliviano Vctor Qui-roga, quien alquil una oficina en el sptimo piso del edificioDuery, en el centro de la ciudad de La Paz.

    El agente de la CIA Julio Gabriel Garca se instal en elMinisterio del Interior; absorbi el servicio de Inteligencia bo-liviano para sus fines; ocup casi toda el rea del tercer piso;introdujo sus mtodos de trabajo; cheque y control siste-mticamente al personal boliviano, por considerarlos ineptos,irresponsables, vagos e intiles. Estas valoraciones las hacapblicamente, lo que provoc fricciones y susceptibilidades enlos bolivianos, quienes le decan, despectivamente, El Gusano.

    An no satisfecha, la CIA estableci en Bolivia una com-paa, la Research Metal Company, con supuestos empleados ytcnicos de muestreo y anlisis de calidad de los minerales. To-dos eran agentes de la CIA, especializados en instalaciones deequipos de control automtico de conversaciones telefnicas,tcnicas de mantenimiento y reparacin de ellos, en la aperturade sobres con cualquier tipo de sellado o lacrado, y en tcnicade fotografa. Se ocupaban tambin del montaje, instalacin,

    provisin de diferentes equipos, muebles y materiales de escri-torio, en los que haban camuflado tcnica de escucha.

    En el Estado Mayor del alto mando militar boliviano, ubi-caron a un agente de origen cubano que responda al nombrede George, residente en la calle Rosendo Gutirrez No. 684.Este se ocupaba de evaluar las conversaciones telefnicas, lascartas oficiales y privadas de los altos jefes militares y del Mi-nisterio del Interior; controlaba a Barrientos, Juan Jos Torres,Ovando, al Ministro del Interior Antonio Arguedas, a otros ofi-

    ciales y funcionarios.Los servicios secretos norteamericanos orientaron decre-

    tar la ilegalidad del Partido Comunista, la de otros partidos yorganizaciones de izquierda, e intensificaron la infiltracin enellos. Tambin elaboraron diversas medidas para crear confu-siones y divisiones en el seno del movimiento revolucionario,sindical y estudiantil; presionaron en la necesidad de neutra-lizar, reprimir y exterminar al movimiento obrero. Especialnfasis dedicaron a la labor dirigida a desacreditar a los gue-rrilleros, acusndolos de falsos crmenes y atropellos; presen-tndolos como un puado de mercenarios, aventureros, viola-dores de mujeres e invasores extranjeros y ocultando que lamayora eran bolivianos, e, incluso, realizaron campaas di-

    versionistas en la propia zona de operaciones para presentar alos guerrilleros como si fueran paraguayos, con el propsito deexacerbar los sentimientos nacionalistas.

    En la ciudad de Cochabamba, el oficial de la CIA JohnMaisto prepar dos atentados terroristas: uno, contra una igle-sia, y el otro, contra el casino militar, con la finalidad de culpara los simpatizantes de los guerrilleros y justificar una intensarepresin previamente proyectada.

  • 8/11/2019 La cia Contra Elche

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    La Cia contra el Che

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    Ady s Cupu ll y F roiln Gonz lez

    La CIA interviene directamente en el control del correoy la central telefnica de la ciudad de La Paz

    En el control de la correspondencia se presentaron mltiplesirregularidades y problemas: protestas de los empleados porel exceso de trabajo, los malos tratos de los superiores, los des-cuentos indiscriminatorios de salarios, las multas pecuniarias.Las reclamaciones de ciudadanos que acudan personalmentea las oficinas de correo aumentaban; lo que cre inquietud y

    temor dentro del personal que trabajaba para los servicios deInteligencia.

    Ante tal desorganizacin y falta de confianza en los em-pleados bolivianos y del Ministerio del Interior, la estacin CIA,sin consulta ni acuerdo previo con las autoridades bolivianas,tom la decisin de controlar directamente el trabajo de che-queo de la correspondencia. A sus agentes Julio Gabriel Gar-ca, Luis Surez, Miguel Npoles y Hugo Murray les orientaronque se ocuparan de esta tarea. Ellos estructuraron un plan quecomenz con la vigilancia de todos los empleados para deter-minar a cules deban despedir o cambiar de actividad. Tam-bin la investigacin se llev a cabo contra Alfredo Vir