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Versículo clave: Efesios 6:11 NTRODUCCIÓN: Al final de la carta a los efesios, el apóstol Pablo hace una última exhortación sobre la urgencia de mantenerse en guardia contra los enemigos de la Iglesia; los poderes espirituales de maldad. Para luchar contra aquellos enemigos las armas humanas no valen para nada. Es necesario robustecerse con el vigor de la fuerza que da el Señor y vestirse de toda la armadura de Dios. Es que la Palabra declara: “nuestra lucha no es contra hombres” (Ef 6:12), sino contra ángeles caídos que están a las ordenes del príncipe de este mundo (Jn 12:31), cuyas artimañas solo pueden ser descubiertas y derrotadas por un poder mayor que es el de Dios (1 Jn 4:4) En este estudio de dos partes estaremos estudiando, con relación a esta lucha espiritual, las armas con las cuales se puede combatir al enemigo y la fuente de que se puede extraer la fuerza necesaria para triunfar en esta guerra espiritual. DESARROLLO 1) La posición de combate: Leemos Efesios 6:10-13. La primera exhortación es preparatoria, es que seamos fortalecidos “en el Señor” y en los ilimitados recursos de “su fuerza”. Los mejores soldados de Dios son los que están conscientes de sus propias debilidades y limitaciones, que se apoyan solo en Él. En cuanto a la posición que hemos de observar en el campo de batalla, el apóstol no deja lugar a dudas de que es una posición defensiva. Se habla de “estar firmes”, tres veces (Ef 6:11, 13, 14); y una vez de “resistir” (Ef 6:13) La espada del Espíritu (vs.17) que sería la única arma ofensiva, muchos creen que también es un arma defensiva, puesto que podía no ser la espada larga, de ataque, sino la daga o machete para el combate cuerpo a cuerpo. En todo caso igual es de ataque. La razón para esto es que el enemigo ya está de antemano derrotado legalmente en la Cruz del Calvario (Col 2:15). El no puede sacarnos de nuestra firme plataforma en Cristo; pero si puede hacernos caer al suelo (y mantenernos allí) dentro de la posición que ocupamos. Es ilógico que el apóstol nos enseñe las armas, si no existiera guerra. Pero la consigna es “estar firmes” y “resistir”. Solo así el diablo huira de nosotros (Stg 4:7) 01 La Armadura de Dios I

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Versículo clave: Efesios 6:11

NTRODUCCIÓN: Al final de la carta a los efesios, el apóstol Pablo hace una última exhortación sobre la urgencia de mantenerse en guardia contra los enemigos de la Iglesia; los poderes espirituales de maldad. Para luchar contra aquellos enemigos las armas humanas no valen para nada. Es necesario robustecerse con el vigor de la fuerza que da el Señor y vestirse de toda la armadura de Dios.

Es que la Palabra declara: “nuestra lucha no es contra hombres” (Ef 6:12), sino contra ángeles caídos que están a las ordenes del príncipe de este mundo (Jn 12:31), cuyas artimañas solo pueden ser descubiertas y derrotadas por un poder mayor que es el de Dios (1 Jn 4:4)

En este estudio de dos partes estaremos estudiando, con relación a esta lucha espiritual, las armas con las cuales se puede combatir al enemigo y la fuente de que se puede extraer la fuerza necesaria para triunfar en esta guerra espiritual.

DESARROLLO1) La posición de combate: Leemos Efesios 6:10-13. La primera exhortación es preparatoria, es que seamos fortalecidos “en el Señor” y en los ilimitados recursos de “su fuerza”. Los mejores soldados de Dios son los que están conscientes de sus propias debilidades y limitaciones, que se apoyan solo en Él.

En cuanto a la posición que hemos de observar en el campo de batalla, el apóstol no deja lugar a dudas de que es una posición defensiva. Se habla de “estar firmes”, tres veces (Ef 6:11, 13, 14); y una vez de “resistir” (Ef 6:13)

La espada del Espíritu (vs.17) que sería la única arma ofensiva, muchos creen que también es un arma defensiva, puesto que podía no ser la espada larga, de ataque, sino la daga o machete para el combate cuerpo a cuerpo. En todo caso igual es de ataque.

La razón para esto es que el enemigo ya está de antemano derrotado legalmente en la Cruz del Calvario (Col 2:15). El no puede sacarnos de nuestra firme plataforma en Cristo; pero si puede hacernos caer al suelo (y mantenernos allí) dentro de la posición que ocupamos. Es ilógico que el apóstol nos enseñe las armas, si no existiera guerra. Pero la consigna es “estar firmes” y “resistir”. Solo así el diablo huira de nosotros (Stg 4:7)

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La Armadurade Dios I

Versículo clave: Efesios 6:11

2) El cinto de la verdad: Las partes de la armadura son seis y están aparecen en el orden en que se vestía el soldado romano. En el vs. 14 vemos la primera pieza de la armadura, el cinto de la verdad. La verdad aquí se refiere a un estilo de vida en integridad. Un caso de esto lo vemos en Jn 1:47 cuando el Señor vio a Natanael: “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño (falsedad, NVI).” Para los judíos alguien integro era alguien verdadero, alguien justo (Ap 19:11).

El cinturón era de 15 a 20 cm de ancho. De éste se colgaba el resto del equipo. Cuando todo el atuendo estaba en su lugar correspondiente, el soldado podía moverse con libertad. En la misma manera el hijo de Dios puede moverse fácilmente y con libertad porque la Verdad gobierna su vida y puede tomar decisiones correctas.

3) La coraza de justicia: En el mismo vs. 14 el apóstol nos dice que nos pongamos la coraza de justicia. Esta se refiere a la justicia practicada, es decir, las buenas obras que Dios ha planeado, para sus hijos (Ef 2:10). También podría hablar de la posición del creyente en Cristo (1 Co 1:30).

La coraza era de metal y debía cubrir toda la parte frontal del pecho del soldado. Puesto que ya hemos sido justificados en Cristo; ahora debemos practicar la justicia en nuestras vidas. La vida justa debe ser total, ya que de lo contrario no serviría como coraza para proteger al creyente, y en las partes que quedasen al descubierto, el enemigo podría introducir sus dardos.

4) Las sandalias: “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” (vs. 15). Las sandalias puestas eran señal que el soldado romano estaba dispuesto para la marcha, para ir a combatir. Esta debe ser una característica y un sentir unánime de todo cristiano, el estar dispuesto a compartir el evangelio a todos aquellos que no tienen a Jesús.

Los calzados del soldado eran sandalias gruesas, con clavos en las suelas para evitar un resbalón. Es bueno saber que si caminamos de acuerdo a la Palabra (el Evangelio de la Paz), nuestros pasos serán firmes, y no será fácil para el enemigo hacernos caer.

APLICACIÓN:Todos nosotros deberíamos ser soldados de Cristo que estemos dispuestos a pelear la buena batalla de la fe. Por eso mismo Dios nos ha provisto de la armadura perfecta para protegernos de los ataques del diablo y para vencerlo rotundamente.

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