JUSTIFICACION DE SENTENCIAS

Embed Size (px)

DESCRIPTION

SENTENCIA

Citation preview

  • a Justificacinde lasSentencias Penales

    LL

  • 345.772 84B719j Bonorino, Pablo Ral

    La justificacin de las sentencias penales : una perspectivalgica y conceptual / Pablo Ral Bonorino. -- 1a. ed. -- SanSalvador, El Salv. : CNJ - ECJ, 2004.

    138 p. ; 22 cm.

    ISBN 99923-842-5-5

    1. Derecho procesal penal-El Salvador. 2. Sentencias-ElSalvador. I. Ttulo.

    slv

  • 2003 Pablo Ral Bonorino 2003 Consejo Nacional de la Judicatura

    a Justificacinde lasSentencias Penales

    Una perspectiva lgicay conceptual

    LL

  • PLENO DEL CONSEJO

    PresidentaLicda. Silvia Lizette Kuri de Mendoza

    Consejales PropietariosDra. Mirna Ruth Castaneda de Alvarez

    Dr. Carlos Mauricio Molina FonsecaDr. Ren Mauricio Castillo PanameoDra. Mara Hortensia Cruz de LpezLicda. Marta Alicia Aguirre de Prez

    Lic. Jos Ricardo Reyes Escoto

    Escuela de Capacitacin JudicialDr. Jos Ernesto Criollo - Director

    Licda. Berta Daz Zelaya - Sub-Directora

    Autor:Prof. Dr. Pablo Ral BonorinoUniversidad de Vigo (Espaa)

    Universidad de Mar del Plata (Argentina)

    Unidad de Produccin Bibliogrfica y Documentacin, CNJ - ECJJefe de la Unidad: Licda. Karen de Sermeo

    Diseo: Licda. Patricia MartnezDiagramacin: Erika Ortiz

    Los artculos publicados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores

    Consejo Nacional de la JudicaturaFinal Calle Los Abetos No. 8 Colonia San Francisco, San Salvador

    Tels. 245-2449, 245-2450 y 245-2451.

  • Jndice

    SOBRE EL AUTOR

    1. INTRODUCCIN.......................................................................... 1

    El razonamiento jurdico.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1

    2. LA SENTENCIA JUDICIAL. ................................................................4

    Estructura argumentat iva.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4

    Argumentos y argumentaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

    Identi f icacin de argumentos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

    Reconstruccin de argumentos .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9

    La reconstruccin de argumentaciones .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12

    Argumentacin y decisin judicial ..................................................23

    Sentencia judicial y cuestiones problemticas .................................24

    Reconstruccin de argumentaciones judiciales .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26

    3. ARGUMENTOS DEDUCTIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36

    La nocin de validez ......................................................................36

    Qu es un argumento deductivo? ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36

    El modus ponens ............................................................................38

    El modus tollens ..................................................................................40

    El argumento hipottico ..................................................................42

    El argumento disyuntivo ...................................................................43

    El dilema ........................................................................................45

    Validez y forma lgica ....................................................................50

    Verdad y validez ................................................................................51

    Un catlogo incompleto de formas vlidas .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52

    Las cadenas deductivas ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .56

    Las formas vlidas complejas ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .58

    La reduccin al absurdo ................................................................60

    Sobre los silogismos ......................................................................65

    Qu es un silogismo? ......................................................................65

    Un catlogo completo de si logismos vlidos ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68

    4. ARGUMENTOS INDUCTIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78

    El mbito de la probabilidad ............................................................78

  • Qu es un argumento inductivo? ..................................................78

    Algunas concepciones errneas ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80

    La fuerza inductiva de un argumento .............................................82

    Induccin y probabil idad ................................................................86

    Clases de argumentos inductivos ..................................................88

    Inferencias por enumeracin .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89

    La analoga ....................................................................................96

    La abduccin .................................................................................107

    5. BIBLIOGRAFA SELECCIONADA Y COMENTADA .....................124

    6. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS ..............................................126

  • Pablo Ral Bonorino

    Doctor en Derecho (Universidad deLen, Espaa, 1999), Abogado (UNMdP,Argentina, 1991). Profesor de Filosofa delDerecho (Universidad de Vigo, Espaa).Profesor de Lgica Jurdica (UniversidadNacional de Mar del Plata, Argentina).

    Es miembro de SADAF (SociedadArgentina de Anlisis Filosfico).

    Es autor de Objetividad y verdad en elderecho (Bogot, Universidad del Externado,2002), Filosofa del Derecho en colaboracincon Jairo Ivn Pea Ayazo- (Bogot, Consejode la Judicatura, 2002), Introduccin a la lgicajurdica (Mar del Plata, Suarez, 2003), El imperiode la interpretacin (Madrid, Dykinson, 2003)e Integridad, derecho y justicia (Bogot, UNC-Siglo del Hombre, 2003); y coautor de Temasde Teora del Derecho (Mar del Plata, Club dellibro, 2000), Ensayos sobre Teora del Derecho(Mar del Plata, Ediciones Suarez, 2001) yEnsayos de Filosofa del Derecho (Mar delPlata, Ediciones Suarez, 2002).

    Ha publicado trabajos en diversasrevistas especializadas: Doxa (Espaa), Analisie Diritto (Italia), Droit et Socite (Francia),Anuario de Filosofa del Derecho (Espaa),Isonoma (Mxico) y Cuadernos de Etica(Argentina).

    Sobre el autor:

  • 1Los juristas vivimos argumentando. Nuestra profesin consiste enlidiar en el marco de disputas ms o menos profundas con dos armas: elconocimiento del derecho y la habilidad para argumentar. Algunos juristaspor lo general los jueces- tienen la responsabilidad de poner punto finala algunas de esas disputas, y para ello deben argumentar en defensa de laalternativa que consideran correcta. El razonamiento jurdico es en muchosaspectos similar al que se desarrolla en otros contextos argumentativos,pero tambin tiene ciertas peculiaridades que conviene tener en cuentaantes de enfrentarse a su estudio. El llamado razonamiento judicial es slouno de los tipos de argumentos jurdicos, que se diferencia por el gradode estructuracin que presenta y por las exigencias de explicitacin quepor lo general le son impuestas. El objetivo principal del mdulo es brindarun conjunto de herramientas tericas, tomadas de los desarrollos recientesen el dominio de la lgica -entendida en un sentido amplio que englobatanto la lgica deductiva como la lgica inductiva-, que permitan aumentarla comprensin de los razonamientos judiciales y mejorar en la labor deconstruirlos y evaluarlos1.

    Los juristas apelamos a la lgica en muchas ocasiones. Decimosque es lgico afirmar tal o cual cosa, que las reglas de la lgica nos guanen la valoracin de la prueba, o que lo que sostiene alguna de las partesresulta ilgico2. Pero la verdad es que nos preocupamos muy poco poraveriguar qu es la lgica, o por tratar de determinar en qu tareas puedeayudarnos y en que otras no tiene nada que aportar. Una de las razonespor la que nos hemos distanciado de la lgica es que, a partir de fines delsiglo XIX, su desarrollo ha estado ligado inexorablemente a la construccinde lenguajes formales3. La dificultad para lidiar con tantas frmulas queno comprendemos nos ha alejado paulatinamente de la lgica, una de lasciencias ms pujantes durante el siglo XX y la base de la revolucininformtica que tanto ha cambiado nuestras vidas.

    En este mdulo pretendemos mediar para que podamosreconciliarnos con la lgica contempornea. Para ello presentaremos suscontenidos mnimos sin apelar a formulas ni a smbolos. Aunque debemosser sinceros desde el inicio, todo intento de profundizar en el conocimiento

    JntroduccinEl razonamiento jurdico

    1. En castellano existen varias introducciones a la lgica deductiva, ver Deao 1989, Garrido 1997.La lgica inductiva se trata en extenso en Copi 1974 y Copi y Cohen 1995. En esta ltima se incorporanadems algunas nociones fundamentales de lgica informal.2. En textos jurdicos es muy comn encontrar frases como la siguiente: "La lgica es la antorchaque debe iluminar el camino del Juez en la investigacin de la verdad." (Velez Mariconde 1956).3. Para una historia exhaustiva de la lgica formal ver Bochenski 1966. Una presentacin resumidase puede consultar en Garrido 1997.

    1

  • de la lgica exige, tarde o temprano, el dominio de algn lenguaje formal.Nuestra intencin es dar algunas nociones que faciliten el acceso a textosespecializados, y sobre todo, mostrar que es lo que un jurista puede obtenerdel dominio de la lgica contempornea. Los esfuerzos valen la pena enla medida en que los resultados que obtenemos de ellos nos parecenvaliosos. Para saber si vale la pena dedicar parte de nuestro escaso tiempoal estudio de la lgica debemos indagar en qu medida obtendremos unaherramienta valiosa e indispensable para el desarrollo de nuestra profesin.Y tambin, a que aspectos del amplio dominio de la lgica nos interesadedicarnos.

    Existen muchas perspectivas tericas desde las que se puedenestudiar las prcticas argumentativas. Hemos elegido desarrollar algunosrudimentos de lgica deductiva e inductiva que por lo general se dan porsupuestos en otros libros en los que se analiza el razonamiento jurdico.Por ello no encontrar el lector en las pginas que sigue ninguna explicacinsobre teoras de la argumentacin jurdica4, ni sobre lgica dentica5, ytampoco sobre tpica6 y retrica7. La ausencia que ms lamentamos es,sin embargo, la del tratamiento que hace la lgica informal de las llamadasfalacias8. Estas ausencias no se deben entender como una evaluacintcita desfavorable para con los enfoques excluidos. Son consecuencia delobjetivo introductorio que perseguimos con el mdulo y de la extensinque debe tener un trabajo de esta naturaleza.

    El libro que tiene en sus manos est dividido en tres captulos. Enel primero se presentan algunos de los conceptos lgicos fundamentales(como argumento, premisas, conclusin, argumentacin) y sepone de manifiesto la importancia que tienen para evaluar el grado defundamentacin que cabe atribuir a una sentencia judicial. En el captulono encontrar solamente una explicacin terica, sino todos los elementosnecesarios para comenzar rpidamente a aplicar la lgica en la vida cotidianay profesional. En los captulos dos y tres se introducen algunas herramientaspara evaluar argumentaciones judiciales provenientes de la lgica deductivay la lgica inductiva respectivamente. El lector encontrar explicados enellos temas que le resultan familiares: la deduccin, el silogismo, la analogay la abduccin el tipo de argumento que se emplea en la prueba de loshechos relevantes en un proceso judicial9. El mdulo se cierra con unabibliografa comentada, para que el lector interesado en alguna de lascuestiones tratadas en el texto sepa a que libro debera acudir en primerlugar para continuar profundizando sus conocimientos sobre el tema.

    La lgica es una herramienta de trabajo para el jurista, como unordenador o un procesador de texto10. La mayora de nosotros las utilizamosde forma intuitiva. Pero todos aquellos que hayan tomado un curso deinformtica o hayan ledo un manual avanzado sobre el uso de procesadores

    2

    4. Ver Atienza 1991, Comanducci 1999, Feteris 1999.5. Ver von Wright 1957, 1980.6. Sobre las teoras de la tpica jurdica ver Garca Amado 1988.7. La retrica se revitaliz durante el siglo XX a partir de la obra de Perelman y Olbrechts-Tyteca 1989. Sobre retrica y lgica jurdica ver Perelman 1979.8. Ver Damer 2001, Walton 1989. En castellano se puede consultar Comesaa 1998.9. Ver Bonorino 1993 y 2002.10. Ver Pea Ayazo 1997.

  • 3de texto- habrn comprobado como se pueden obtener mejores resultadoscon las mismas herramientas. Lo mismo ocurre con la lgica. Estudiandode manera sistemtica algunos de sus contenidos bsicos podremos mejorarrpidamente nuestras prcticas argumentativas. Esperamos que este mduloles permita reconciliarse con la lgica contempornea.

    A lo largo del texto utilizaremos las siguientes convenciones paraindicar algunos aspectos salientes:

    O Objetivos de las Unidades

    T Actividades de Taller

    C Cuestionario de Autoevaluacin

  • 4La Sentencia JudicialE s t r u c t u r a a r g u m e n t a t i v a

    2

    Las sentencias judiciales son entidades complejas que contienentanto normas individuales como generales. Para poder aceptar estaafirmacin se debe considerar a la sentencia judicial como formadano slo por la parte resolutiva, sino tambin por los considerandos(segmento en el que el juez da las razones que justifican su decisin).Una sentencia puede ser reconstruida como un argumento, en el que laresolucin ocupa el lugar de la conclusin y cuyas premisas se formulanen los considerandos (cf. Bulygin 1966).

    Una decisin judicial se considera justificada (o bienfundamentada) si el argumento cuya conclusin expresa el contenidode dicha decisin es un buen argumento, o como se dice de formams tcnica, si dicho argumento es slido. El argumento contenido enuna sentencia judicial es slido si el conjunto de sus premisas (formadopor las normas jurdicas generales utilizadas para resolver el caso, mslos enunciados fcticos que describen los hechos relevantes) sonaceptables y si, adems, su estructura es lgicamente correcta.

    Pero las normas procesales aluden a una sentencia justificadao a una decisin judicial justificada cuando, adems de un argumentocorrecto formado de la manera que hemos dicho anteriormente, eljuez formula tambin en ella argumentos para apoyar la utilizacinde cada una de las premisas que lo componen. No slo las normasprocesales aluden a esta exigencia. En el discurso cotidiano de losjuristas, el paradigma de decisin arbitraria o no justificada, loconstituyen aquellas sentencias en las que no se expresan las razonespara adoptar algunas de las premisas, o bien cuando dichos argumentosresultan ser manifiestamente inadecuados.

    Para poder dar cuenta de esta peculiaridad, el razonamientojudicial debera ser concebido como un conjunto de argumentos,distribuidos segn diferentes niveles de justificacin. Al argumentoformado por la premisa normativa y la premisa fctica y cuya

    O - Reflexionar sobre la naturaleza argumentativa de lassentencias judiciales.- Diferenciar las tareas de identificacin y de reconstruccinde argumentos y argumentaciones.- Relacionar las nociones de fundamentacin de ladecisin y solidez de la argumentacin.

  • 5conclusin es el contenido del acto de decisin judicial, se deberanagregar los distintos argumentos con los que se justifica la adopcinde cada una de las premisas que se utilizan en ese razonamiento. Aun conjunto de argumentos enlazados de esa manera lo llamaremosargumentacin.

    La sentencia judicial no es un conjunto de argumentos, sinoque resulta muy til reconstruirla como una argumentacin a losefectos de analizar algunas de sus propiedades. En nuestro caso, lapreocupacin que nos anima es determinar cundo se le puede atribuirel carcter de justificada a una decisin judicial, y que ayuda nospuede prestar la lgica en esa tarea. Pero esto no deja de ser unamaniobra terica, de naturaleza analgica, cuyo objetivo es aumentarla comprensin de ciertos aspectos de la labor judicial. El resultadode la explicacin terica no se debe confundir con aquello que dehecho hacen los jueces cuando resuelven controversias emitiendosentencia judiciales. Tampoco se puede pretender con la mismaexplicacin dar cuenta de todas sus propiedades salientes.

    Pero para que podamos llevar a cabo el tipo de anlisis queproponemos deberemos previamente precisar el alcance de lasexpresiones argumento y argumentacin, y ofrecer un conjuntode pautas para guiar la tarea de identificarlos y recontruirlos. Esalabor debe ser realizada siempre antes de proceder a evaluar el gradode solidez que cabe atribuir a una argumentacin. Terminaremos elcaptulo aplicando las consideraciones generales que haremos en laseccin siguiente a algunos ejemplos de argumentaciones judiciales,y en ese momento volveremos a considerar las afirmaciones quehemos realizado en los prrafos precedentes.

    Argumentos y argumentaciones

    Si la sentencia judicial puede ser reconstruida como unaargumentacin, y de esa manera pensamos obtener una herramientapara determinar si se encuentra debidamente fundada, ha llegado elmomento de precisar el alcance con el que empleamos ciertos trminoscomo argumento y argumentacin. Y lo ms importante,deberemos dar algunas pautas para guiar la tarea de identificar yreconstruir argumentos y argumentaciones formuladas en lenguajeordinario.

    Identificacin de argumentos

    Un argumento es un conjunto de enunciados en el que unsubconjunto de dichos enunciados constituye las razones para aceptarotro de los enunciados que lo componen. A los enunciados queconstituyen las razones se los denomina premisas, y al enunciadoque se pretende apoyar con estas se lo llama conclusin. Losenunciados son expresiones lingsticas de las que se puede decirque son verdaderas o falsas porque se proponen informar acerca dealgo. El orden en el que aparecen los enunciados en seno de un

  • 6argumento resulta totalmente irrelevante para su estructura. Tampocodebemos prestar atencin a las abreviaturas ni a las formas con lasque el autor intenta economizar su discurso aumentando su legibilidad.No existen pautas estrictas para determinar la presencia de unargumento en un fragmento de discurso ni tampoco para identificarsus premisas o su conclusin. Sin embargo esta es la principal tareaque debemos realizar si queremos determinar el grado de apoyo querecibe cualquier afirmacin.

    Para ilustrar lo dicho tomemos los siguientes ejemplos:

    (1) Un perro estaba encerrado en los establos,y, sin embargo, aunque alguien haba estado all y habasacado un caballo, no haba ladrado. Es obvio que elvisitante era alguien a quien el perro conoca bien.

    (2) Oh vosotros, ejrcitos celestiales!... Ohtierra!... Y quin ms? Invocar al infierno tambin?Oh, no! Detente, corazn mo, detente; y vosotros,mis nervios, no as os debilitis en un momento;sostenedme robustos Acordarme de ti!... S, almainfeliz, mientras haya memoria en este agitado mundo.Acordarme de ti!... Si; yo me acordar, yo borrar demi fantasa todos los recuerdos frvolos, las sentenciasde los libros, las ideas e impresiones de lo pasado, quela juventud y la observacin estamparon en ella. Tuprecepto solo, sin mezcla de otra cosa menos digna,vivir escrito en el volumen de mi entendimiento.(William Shakespeare, Hamlet, traduccin de R. MartnezLafuente, Barcelona, RBA, 2003, pp. 102-103).

    (3) Si en el ajedrez no hay factores aleatorios,entonces el ajedrez es un juego de pura destreza. En elajedrez no hay factores aleatorios. Por lo tanto, elajedrez es un juego de pura destreza.

    (4) El ajedrez es un juego de pura destreza,porque en el ajedrez no hay factores aleatorios y si enel ajedrez no hay factores aleatorios, entonces el ajedrezes un juego de pura destreza.

    (5) Iraq es el paradigma de que el control delos recursos energticos es una de las primeras causasde los conflictos en el mundo globalizado. La mortalidadpor las precarias condiciones de vida no ha dejado decrecer desde 1991 en el segundo pas en reservas decrudo. (Antoni Segura i Mas, Iraq, historia y petrleo,Vanguardia Dossier, 5, 2003, pp. 53.).

    (6) La poca prctica extensin de Hamlet, juntocon la existencia de varias versiones autorizadas, inducea pensar en un prolongado perodo de composicin.

  • 7T - En cules de esos fragmentos podemos identificarla presencia de argumentos?

    La respuesta es que en (1), (3), (4) y (6) se formulan argumentos,pues en esos casos detectamos un intento para que aceptemos la verdadde ciertos enunciados tomando como fundamento otros enunciados.Analicmoslos uno por uno.

    En el caso (1) lo que se quiere demostrar es la afirmacin elvisitante era alguien a quien el perro conoca bien (conclusin), y se dancomo razn o apoyo los enunciados haba un perro en el establo,alguien entro al establo y sac un caballo y el perro no ladr (premisas).Todava no nos importa determinar si el argumento es bueno o malo, sidebemos aceptarlo como una buena razn o no, pues para poder determinaresto tenemos previamente que haber identificado con la mayor precisinposible todos los elementos que deberemos considerar en dicha tarea.

    Los casos (3) y (4) encontramos ilustrado lo dicho cuando afirmamosque la presentacin lingstica del argumento no es relevante para determinarsus componentes y estructura. En ambos casos se quiere probar que elajedrez es un juego de pura destreza (conclusin), y las razones son quesi en el ajedrez no hay factores aleatorios entonces el ajedrez es un juegode pura destreza y que en el ajedrez no hay factores aleatorios (premisas).Por ende el argumento es el mismo en ambos casos independientementede las grandes diferencias que podemos detectar a nivel lingstico entreambos fragmentos.

    En (6) se brinda apoyo a la conjetura Shakespeare fue alargandola tragedia [Hamlet] a lo largo del tiempo. Como razones que avalan laposibilidad de que este enunciado sea verdadero se emplean las siguientespremisas: La extensin de Hamlet es poco prctica, Existen variasversiones autorizadas de Hamlet y Hamlet requiri un prolongado perodode composicin. En este ejemplo notamos una caracterstica que resultafundamental cuando usamos fragmentos formulados en lenguaje ordinario.Los enunciados que cumplen la funcin de premisas y conclusin puedenaparecer en el texto de forma abreviada o con partculas que pretendenevitar repeticiones de palabras. Pero cuando estamos interesados enidentificar y evaluar argumentos debemos formular esos enunciados demanera tal que recuperen autonoma significativa, esto es, que se expresenen una oracin descriptiva que pueda ser comprendida con independenciadel contexto en el que fue formulada. Al llevar a cabo esta tarea nosintroducimos en lo que en este texto denominaremos la reconstruccin deun argumento, y al que volveremos con ms detalle en el punto siguiente.

    En el fragmento (2), encontramos un texto compuesto porenunciados y tambin por expresiones que, de acuerdo a nuestra definicin,no pueden considerarse enunciados porque no son susceptibles de verdado falsedad, como son las preguntas o las exclamaciones. Una preguntaexige cierta respuesta, pero en si misma no puede ser considerada niverdadera ni falsa. Una exclamacin expresa una emocin. El ejemplo (2)es un texto expresivo y no un texto argumentativo. El ejemplo (5), por

  • 8ltimo es un fragmento lingstico compuesto en su totalidad por enunciadosrelacionados con el mismo tema. Sin embargo, en l no se pretende fundarla verdad de alguno de esos enunciados tomando como punto de apoyolos restantes. Se trata de un texto descriptivo o informativo, no de untexto argumentativo.

    Aunque ya hemos dicho que no existen pautas estrictas paradeterminar la presencia de un argumento en un fragmento de discurso,ni tampoco para identificar sus premisas o su conclusin, se pueden tomarcomo referencia algunas expresiones lingsticas que por lo general actancomo indicadores de la presencia de premisas y conclusiones en un texto.Estos indicadores de premisas y conclusiones no son infalibles, existencasos en que su presencia obedece a otras razones y no a que nosencontremos ante un texto argumentativo.

    Los indicadores de conclusin son expresiones cuya presenciaseala que lo que sigue en el texto es la conclusin de un argumento. Enla siguiente lista hemos puesto algunos de los ms comunes en espaol.

    INDICADORES DE CONCLUSIN

    como conclusin podemos afirmar quepor lo tantoasde ah queen consecuenciaconsecuentementelo cual prueba quecomo resultadopor esta razn

    lo dicho permite afirmar quepor estas razonespodemos inferir queconcluyo quelo cual muestra quelo cual significa quelo cual implica quelo que nos permite inferir quelo cual apunta hacia la conclusin de que

    En los ejemplos (3) y (4) que hemos presentado anteriormente sepuede apreciar el uso de este tipo de expresiones. En (3) la conclusinest precedida de la expresin por lo tanto, que indica que el enunciadoque se encuentra a continuacin es la conclusin del argumento. En (4)en cambio, a pesar de que el fragmento expresa exactamente el mismoargumento que se formula en (3) no se emplea ningn indicador deconclusin. Para estructurar el texto se emplea lo que hemos denominadoun indicador de premisas.

    Los indicadores de premisas sealan con frecuencia, pero no entodos los casos, que lo que viene despus de ellos en el texto son laspremisas de un argumento. En la siguiente lista hemos puesto algunos delos ms comunes en espaol.

  • 9puesto quedado quea causa deporquepuesse sigue decomo muestra

    en vista de quese puede derivar dese puede inferir dese puede deducir dela razn es quepor las siguientes razonescomo es indicado por

    INDICADORES DE PREMISAS

    En el ejemplo (3) se emplea la expresin porque para dar aentender que lo que viene a continuacin son las razones por las quedebemos aceptar la conclusin del argumento, esto es, sus premisas. Peroes importante notar que en los textos (1) y (4) en los que tambin seformulaban argumentos no se emplean ninguno de los indicadores quehemos presentado anteriormente. Las listas de indicadores son guas tiles,pero no debemos confiar en ellas ciegamente.

    T Determinar en cules de los siguientes fragmentosse formulan argumentos y justificar la respuesta. En esoscasos identificar las premisas y la conclusin.

    A. El pensamiento es una funcin del alma inmortal delhombre. Dios ha dado un alma inmortal a cada hombre ymujer, pero no a otros animales o a las mquinas. Por lotanto, ninguna mquina o animal puede pensar. A. M.Turing, Computing Machinery and Intelligence, Mind, 59,1950.

    B. La luz que vemos provenientes de las galaxias distantessali de ellas hace millones de aos, y en el caso del objetoms distante que hemos visto, la luz surgi desde ocho milmillones de aos. As pues, cuando observamos el universo,lo estamos viendo como fue en el pasado. Stephen Hawking,Breve historia del tiempo, Barcelona, Crtica, 1990.

    Reconstruccin de argumentos

    Una vez identificado un texto argumentativo, lo que se debe haceres reconstruir los argumentos que en l se formulan. Esta tarea es muyimportante, pues como hemos visto, en el lenguaje ordinario las premisasy la conclusin pueden aparecer en cualquier orden, e incluso muchosenunciados pueden estar formulados de manera incompleta. Es necesariopresentar el argumento agrupando las premisas, distinguiendo claramentela conclusin, y expresando los enunciados de forma completa, antes deproceder a su evaluacin. En un texto argumentativo puede haber oracionesque no cumplen ninguna funcin en los argumentos que contiene. Conellas se puede pretender ubicar el tema en el que se enmarca la

  • 10

    argumentacin, o hacer disquisiciones sobre cuestiones conexas. Debemosaislar slo aquellos aspectos del texto que resulten relevantes para determinarque grado de apoyo cabe atribuirle a la conclusin que en l se pretendedefender.

    Existe una razn an ms poderosa que nos lleva a alejarnos deltexto antes de proceder a la crtica de los argumentos que contiene. Enalgunos argumentos pueden darse por sentados ciertos enunciados. Estosignifica que quien lo construy dejo algunas de las afirmaciones necesariaspara fundamentar la conclusin (o la conclusin misma) sin formular. Latarea de reconstruccin requiere en esos casos determinar tambin losenunciados tcitos o presupuestos en un argumento, pues los mismospueden resultar claves a la hora de evaluar su fuerza. A veces se dejanpresupuestos enunciados que se consideran evidentes, por una razn deeconoma estilstica, pero en otras ocasiones se encubren de esta maneralos aspectos ms dbiles de un argumento.

    Tomemos el ejemplo (1) de la seccin anterior. Si consideramossolo los enunciados que aparecen expresamente formulados en el textopodramos proponer una primera reconstruccin del argumento de lasiguiente manera:

    Premisa 1. Haba un perro en el establo.Premisa 2. Alguien entro al establo y sac un caballo.Premisa 3. El perro no ladr.Conclusin. Quien entr al establo y sac un caballo eraalguien a quien el perro conoca bien.

    En la reconstruccin hemos separado enunciados que en el textoaparecan formulados en una misma oracin, pero que son premisasindependientes del argumento. Tambin hemos ajustado la terminologa,suprimiendo la imprecisa nocin de visitante por la descripcin que seajusta mejor a lo que el texto quiere decir quien entr al establo y sacun caballo. Es preciso unificar el lenguaje cuando tenemos razonessuficientes para suponer que el argumentador utilizo distintas expresionesno para aludir a cosas diferentes, sino para desarrollar un estilo de escrituramenos reiterativo. De esa manera evitaremos equvocos cuando pasemosa evaluar la fuerza del argumento.

    Pero en este caso podemos detectar tambin la presencia de unapremisa tcita, encubierta o presupuesta, pues la misma resulta necesariapara que del conjunto de premisas se pueda derivar la conclusin propuesta.Cmo sabemos que falta algo en nuestra reconstruccin una vez quehemos volcado todos los elementos que encontramos en el textoargumentativo que estamos analizando? Para que un argumento seaaceptable el contenido de las premisas debe tener relacin con lo que seafirma en la conclusin. Las mismas expresiones con que se formula laconclusin tienen que aparecer mencionadas en las premisas. En este caso,podemos apreciar como en la conclusin se relacionan dos trminos:quien entr al establo y sac un caballo y a quien el perro conocabien. En las premisas se utiliza el primero de ellos, pero no hay rastrosdel segundo. Nada se afirma en relacin con las circunstancias en las que

  • 11

    se puede afirmar que un perro conoce a alguien. Del perro solo se afirmaque estaba en el establo y que no ladr. Cul es la premisa tcitaentonces? El enunciado que no se formula es Los perros no suelenladrarle a aquellas personas a las que conocen bien. En este enunciadose relaciona el trmino que aparece expresamente slo en la conclusincon otra de las expresiones que se emplean en las premisas formuladas.Por eso se puede considerar una premisa tcita del argumento.

    Esta es la reconstruccin del argumento contenido en el fragmento(1) teniendo en cuenta lo que acabamos de decir:

    Premisa 1. Haba un perro en el establo.Premisa 2. Alguien entro al establo y sac un caballo.Premisa 3. El perro no ladr.Premisa 4. (tcita). Los perros no suelen ladrarle a aquellaspersonas a las que conocen bien.Conclusin. Quien entr al establo y sac un caballo eraalguien a quien el perro conoca bien.

    Si observamos el resultado veremos que el argumento resulta ahoramucho mejor que en su anterior presentacin. Pero lo que nos motivapara detectar este tipo de premisas no es un afn esttico. Lo hacemosporque un argumento, para ser considerado un buen fundamento paraafirmar la conclusin que se pretende defender con l, necesita partir depremisas verdaderas. Y lo ms importante es que todas sus premisas debenser verdaderas, incluso sus premisas tcitas.

    Resumiendo lo dicho hasta el momento podemos afirmar queantes de evaluar argumentos, se debe (1) reconocer los razonamientoscuando aparecen; (2) identificar sus premisas y sus conclusiones, (3)reconstruirlos explicitando los enunciados tcitos. Existen dos criteriospara la identificacin de premisas tcitas (a) semntico: se debe presuponeraquella premisa que aluda a los contenidos de la conclusin que no estnpresentes en ninguna de las premisas formuladas, (b) lgico: se debepresuponer aquella premisa que permita reconstruir el argumento comoun razonamiento lgicamente correcto. Este ltimo slo se podr aplicarcuando hayamos visto, en los prximos captulos, los criterios lgicos conlos que podemos diferenciar los argumentos correctos de los incorrectos.

    T Reconstruya los siguientes argumentos poniendo demanifiesto los enunciados tcitos si los hubiera.

    A. Si l es una persona lista, no va a ir por ah disparando sobreuna de esas personas, y l es una persona lista.

    B. Si el derecho penal prohibe el suicidio, esto no es un argumentovlido para la iglesia; y, adems, la prohibicin es ridcula, puesqu pena puede atemorizar a una persona que no tiene miedo nisiquiera a la muerte?

  • 12

    La reconstruccin de argumentaciones

    Los textos argumentativos por lo general tienen una estructuracompleja. Pueden combinar prrafos descriptivos con prrafos en los quese formulan argumentos, y estos a su vez no suelen aparecer aislados, sinoenlazados de diferentes formas. Tomemos un ejemplo de una revista deactualidad poltica y econmica en la que se trata el problema del hipotticocosto de una intervencin militar norteamericana en Irak1:

    1. Los costos econmicos de una guerra se pueden dividir entres tipos. Primero, hay costos militares directos. La guerra del Golfo quedur seis semanas en 1991 cost 80 mil millones de dlares a precios dehoy (la mayor parte de ellos pagados por los aliados de Norteamrica).Suponiendo una guerra igualmente corta, la Oficina de Presupuesto delCongreso de Norteamrica y el Comit de Presupuesto de la Casa Blancahan estimado un costo militar total de alrededor de 50 mil millones dedlares, o sea un 0.5% del PIB de Norteamrica. Otros consideran queuna guerra ms larga podra costar a Norteamrica tanto como 150 milmillones de dlares.

    2. Segundo, estan los costos indirectos -potencialmente muchoms grandes- relacionados con la pacificacin, la ayuda humanitaria y lareconstruccin. William Nordhaus, economista de la Universidad de Yale,piensa que stos podran costar a Norteamrica entre 100 mil millones y600 mil millones de dlares durante la prxima dcada.

    3. En ltimo lugar -lo que no significa que sean menosimportantes-, estan los costos macroeconmicos relacionados con laprdida de rendimiento. Sobre todo si la guerra va mal, stos podran sermucho ms grandes que los otros, teniendo en cuenta solo la prdida deeficacia generada por la desviacin de recursos. Mr Nordhaus estima queel costo total de una guerra para Norteamrica podra oscilar entre 100mil millones y 1.9 billones de dlares, esparcidos en un perodo de diezaos. Eso podra ser tanto como el 2% del PIB norteamericano durantetodos los aos de la dcada.

    4. De los tres costos el ms difcil de precisar es el costomacroeconmico para la economa mundial, no solo para la norteamericana.A grandes rasgos se puede decir que una guerra en Irak podra afectar laseconomas a travs de cuatro canales principales: el precio del petrleo;los mercados de valores; el dlar; y los negocios y la confianza delconsumidor.

    5. El precio del petrleo ya ha alcanzado su nivel ms alto durantedos aos. El Intermedio de Texas Oriental ha subido cerca de 36 dlares

    1. Para analizar un texto es recomendable numerar sus prrafos, esto facilita luego las referenciasen la reconstruccin de los argumentos.

  • 13

    por barril, casi un 50% ms desde el pasado junio. Hasta ahora, sinembargo, es una subida ms pequea que la que precedi a la guerra de1991. En trminos reales, el precio del petrleo hoy est a menos de lamitad de su pico de 1980. La sabidura convencional es que los precioscaern agudamente una vez que la guerra haya terminado, as como lohicieron en 1991. Entonces cayeron desde ms de 40 dlares hasta pordebajo de los niveles de preguerra despus de que la guerra terrestre huboempezado. Los optimistas de hoy sostienen que una victoria liberar alpetrleo Iraqu tanto como a sus personas. (Esto presupone que losiraques no sabotearn sus propios yacimientos petrolferos ni los de susvecinos).

    6. As que esta vez se espera ampliamente que el precio delpetrleo tambin caiga hasta cerca de los 20 dlares por barril una vezque la guerra est en marcha. Pero es 1990-91 el modelo apropiado? Auncuando la guerra sea igual de corta, el precio del petrleo puede no caertanto esta vez porque las circunstancias de fondo son diferentes. Loseconomistas de Goldman Sachs afirman que la reciente subida en losprecios del petrleo ha tenido ms que ver con las interrupciones delsuministro en Venezuela que con las preocupaciones sobre Irak.

    7. La huelga de la industria petrolera de Venezuela puede haberterminado, pero es sumamente improbable que el pas pueda recuperarms de dos tercios de su rendimiento este ao. Goldman Sachs sostieneque el impacto combinado de las interrupciones de suministros de crudovenezolano e iraqu tiene el potencial para ocasionar el susto ms grandeen la historia del mercado del petrleo, incluso despus de permitir quealgunos compensen los aumentos con el suministro de otros productores.

    8. Otra razn por la que el precio del petrleo puede no caertan drsticamente como en 1991 es que el mercado de petrleo esta muchoms ajustado. Un invierno excepcionalmente fro a travs del hemisferionorte ha empujado la demanda justo en el momento en el que las reservasde petrleo norteamericanas estn en su nivel ms bajo desde 1975. En1991, las reservas de petrleo estaban muy por encima de su nivel normal.

    9. La OPEP tambin tiene esta vez menos capacidad para producirpetrleo de repuesto para cubrir la brecha. El cartel tena una capacidadde repuesto de 6m de barriles por da cuando Irak invadi Kuwait en1990, comparados con los slo 2m que tiene hoy. El dficit continuadoen Venezuela, sumado aun a una pequea prdida de rendimiento de Irak,podra agotar eso rpidamente. En cualquier caso, Irak no estar encondiciones de encender sus trepanadoras de petrleo a toda mquina enel momento en el que finalice la guerra. Por consiguiente, Goldman Sachsestima que el precio del petrleo en ningn caso podr situarse en unpromedio ms bajo de 27 dlares durante los prximos 12 meses.

    10. Aunque el mundo rico usa como mucho la mitad de petrleopor dlar de PIB que empleaba en los aos setenta, un precio ms altodel petrleo todava tiene poder para herir su economa. Segn un informedel FMI 10 dlares de aumento en el precio del petrleo, si se mantienedurante un ao, reduce el PIB global un 0.6% despus de un ao. Ese

  • 14

    impacto parece bastante modesto, pero el problema con todos estosclculos es que consideran slo la primera ronda de efectos. Ignoran elimpacto potencialmente mayor en la confianza y los mercados de valores,e ignoran tambin los efectos que se siguen de los cambios en la polticamonetaria y fiscal. (The Economic Risks, The Economist, 22 de febrerode 2003, pp. 69-70).

    Este fragmento corresponde slo a una seccin del artculo, unpoco menos de una tercera parte de su extensin total. Es importanteque dejemos los ejemplos simples, construidos para hacer aparecer muysencillas actividades que en realidad son mucho ms complicadas. Todaslas herramientas tericas que incorporemos en este libro tienen que poderser utilizadas en el mundo real en el que nos movemos a diario. Por esodebemos emplear ejemplos cada vez ms cercanos a los que leemos ydiscutimos en la prctica.

    En una primera lectura nos puede parecer que la principal funcinque cumple el texto es informativa o descriptiva. Pero cabe otra formade entender el fragmento. En su interior se presentan dos argumentoscontrapuestos en torno a una misma cuestin: Cul es el impacto en elprecio del petrleo que tendra una guerra en Irak? En esta lectura, lafuncin de los prrafos informativos [1-4, y 10] es poner de manifiestola relevancia que tiene la cuestin planteada para medir los riesgoseconmicos de una eventual guerra. Las dos posiciones contrapuestas entorno a la respuesta que cabe dar a esa pregunta son: (A) la visin optimistaque sostiene que el precio del petrleo se situar alrededor de los 20dlares ni bien termine la guerra, y (B) la visin menos optimista que creeque en el mejor de los casos el precio promedio del barril no se situarpor debajo de los 27 dlares promedio en los prximos doce meses. Elargumento en apoyo de la posicin A se formula en los prrafos [5-6],mientras que aquel con el que se defiende la posicin B est contenidoen los prrafos [7-9].

    Debemos reconstruir ambos argumentos, antes de poder determinarcul nos parece ms slido. Comencemos con el argumento de losoptimistas:

    P1: Antes de la guerra contra Irak de 1990-1991 el preciodel petrleo subi hasta superar los 40 dlares por barril.P2: Ni bien acab la guerra contra Irak en 1990-1991 losprecios del petrleo se redujeron a la mitad, situndose enunos 20 dlares por barril.P3: Antes de una posible guerra contra Irak en el 2003 losprecios del petrleo subieron hasta casi los 40 dlares porbarril.

    C: Ni bien acabe la guerra contra Irak en el 2003 el preciodel petrleo se reducir a la mitad, situndose en unos 20dlares por barril.

    En este primer ejercicio de reconstruccin podemos observaralgunas peculiaridades comunes a toda tarea de este tipo. En primer lugar,

  • 15

    la reconstruccin es una labor interpretativa y por ello depende en granparte de aquello que el propio intrprete considera relevante en el textoque est analizando. La evaluacin que hacemos de los argumentos queleemos u omos se basa en la reconstruccin que de forma expresa otcita- hacemos de ellos. La fuerza de nuestra evaluacin depende tantode lo que decimos sobre los argumentos de los dems como de la formaen la que interpretamos sus dichos. En la tarea de intrpretes debemosguiarnos por el llamado principio de caridad, que nos insta a optar poraquella interpretacin que presente las ideas que estamos analizando dela mejor manera posible. Si tenemos varias formas de entender un textodebemos elegir aquella que lo favorezca y no la que lo perjudique. Estono implica renunciar a la crtica, es lo que nos permite asegurarnos quenuestras crticas estarn bien dirigidas. En segundo lugar, muchos de losenunciados y giros lingsticos presentes en el texto no se tienen en cuentaen la reconstruccin. Debemos ser fieles al texto que estamos analizando,tratando de integrar la mayor parte de su contenido enunciados y trminosgenerales-, pero esto no significa que todo lo que figure en el texto debatener un lugar en la reconstruccin. Debemos unificar el conjunto deexpresiones optando por aquellas que reflejen de manera adecuada yprecisa lo que el argumentador pretende decir. Los enunciados debenaparecer en la reconstruccin de forma completa, aunque con ello sepierda el valor esttico o el estilo de escritura del original. Nos interesasaber si hay buenas razones para creer lo que el texto argumentativo nosinvita a creer, no si est bien o mal escrito.

    Reconstruyamos ahora el argumento en defensa de la posicin B,que el texto atribuye a la consultora Goldman Sachs. Se trata de unargumento para contrarrestar la estrategia comparativa con que se pretendeapoyar la visin optimista. El argumento central se puede reconstruir dela siguiente manera:

    P1: Las circunstancias de fondo son diferentes en 2003 delas que existan en 1990-1991.

    C: Ni bien acabe la guerra contra Irak en el 2003 el preciodel petrleo no se reducir por debajo de los 27 dlarespromedio por barril en los doce meses siguientes.

    Si comparamos la reconstruccin propuesta con la extensin ycomplejidad de los prrafos del texto que pretendemos analizar notaremosuna gran diferencia. El argumento reconstruido no contiene muchos delos argumentos que all aparecen. Cul es la razn? La solidez de unargumento depende de dos aspectos: su forma lgica y la verdad de suspremisas. Para mostrar la aceptabilidad de las premisas que se empleanse deben construir otros argumentos para hacerlo, los que se suelendenominar subargumentos. Cualquier conclusin que se intente demostrarmediante un argumento puede ser aceptada o rechazada no por sucontenido especfico sino por la solidez de los argumentos y subargumentosen los que se apoya, bastara con mostrar que alguna de las premisas osubpremisas no puede ser aceptada para rechazar la afirmacin que sepretenda extraer de ellas.

  • 16

    El texto argumentativo sobre las consecuencias econmicas deuna posible guerra contra Irak no contiene solo un argumento, sino unaargumentacin. Podemos definir la nocin de argumentacin como aqueltexto argumentativo en el que encontramos una gran cantidad de argumentosy subargumentos enlazados, de manera tal que algunos de ellos resultanel fundamento para la adopcin de las premisas de otros de los argumentosque la componen. En toda argumentacin encontramos uno o variosargumentos cuya conclusin es la tesis central que se pretende defender,y una cantidad variable de otros argumentos cuyas conclusiones son laspremisas que se emplean en aquellos. Llamaremos argumento centralde una argumentacin a aquel que tiene como conclusin la principalafirmacin que se quiere defender en el texto. A los argumentos que tienencomo conclusin alguna de las premisas empleadas en el argumento centralde una argumentacin los denominaremos subargumentos.

    Volvamos a nuestro ejemplo. En la reconstruccin que hemosrealizado presentamos el argumento central de la argumentacin contenidaen el artculo. El resto de los argumentos presentes en el texto cumplenla funcin de dar razones en apoyo de la nica premisa de ese argumentocentral. Al reconstruir los subargumentos el lugar de la conclusin esocupada siempre por un enunciado que en el argumento central cumplela funcin de premisa. La reconstruccin del subargumento en apoyo dela P1 sera la siguiente:

    SP1: El actual aumento en el precio del petrleo se debe ala crisis en Venezuela y no a la posibilidad de guerra contraIrak.SP2: El actual mercado del petrleo esta ms ajustado queel mercado del petrleo antes de la guerra contra Irak de1990-1991.SP3: La OPEP tiene menos capacidad para cubrir la brechaentre la demanda de petrleo y la cantidad que puedensuministrar los productores que en 1991.

    C: Las circunstancias de fondo son diferentes en 2003 delas que existan en 1990-1991.

    Pero todava debemos tener en cuenta otra particularidad de lasargumentaciones. De la misma manera que se pueden apoyar las premisasdel argumento central construyendo subargumentos, tambin se puedendefender las premisas de esos subargumentos mediante otrossubargumentos. Las premisas de estos sub-subargumentos tambin podrandefenderse mediante nuevos argumentos, y as sucesivamente. No haylmites para esta tarea, salvo los que impone la extensin del tipo de textode que se trate. Un libro permite incluir una gran cantidad de niveles enla argumentacin, pero un artculo breve reduce en mucho esta posibilidad.Pero para evaluar la fuerza del argumento central es importante reconstruirlos subargumentos (y los sub-subargumentos) pues de ellos depende laverdad de sus premisas. Si los subargumentos a partir de ahora hablaremosen general de subargumentos cualquiera sea el nivel de la argumentacinen la que aparezcan- son slidos, dicha solidez se traslada al argumentocentral. Pero si alguno de ellos no importa lo alejado que este del

  • 17

    argumento central- es dbil, esa debilidad se transmite a la tesis centralde la argumentacin. En una argumentacin los argumentos que lacomponen forman un sistema, no un mero conjunto.

    Retomemos nuestro ejemplo. Ya reconstruimos el argumentocentral de la argumentacin y el primer nivel de subargumentos esto es,aquellos que como conclusin tienen alguna de las premisas del argumentocentral. Pero leyendo el texto argumentativo podemos constatar la presenciade otro nivel de subargumentos. En ellos se apoya como conclusinalgunas de las premisas que se emplean en el nivel anterior de subargumentos.En este caso la sub-premisa 1 (SP1) no se defiende con argumentosadicionales. Pero tanto la SP2 como la SP3 son apoyadas con otras razones.Los subargumentos en los que ocupan respectivamente la posicin deconclusin son los siguientes:

    SSP1: El invierno ms fro de lo habitual en el hemisferionorte ha aumentado la demanda de petrleo.SSP2: Las reservas norteamericanas se encuentran en elnivel ms bajo desde 1975.SSP2: En 1991 las reservas de petrleo de Norteamricaestaban por encima del nivel normal.

    C: El actual mercado del petrleo esta ms ajustado que elmercado del petrleo antes de la guerra contra Irak de 1990-1991.

    SSP1: La OPEP tena la posibilidad de producir 6m debarriles de repuesto en 1991.SSP2: La OPEP tiene la posibilidad de producir 2m debarriles de repuesto en 2003.SSP3: Las interrupciones de suministro de Venezuela y anuna pequea prdida de suministro desde Irak pueden acabarmuy rpido con lo que la OPEP puede producir para cubrirla brecha entre la demanda y la produccin en caso deguerra.SSP4: Irak no podr producir al mximo de su capacidadni bien termine la guerra.

    C: La OPEP tiene menos capacidad para cubrir la brechaentre la demanda de petrleo y la cantidad que puedensuministrar los productores que en 1991.

    En ambos casos podemos detectar la presencia de ciertas premisastcitas, como que el invierno de 1990-1991 no fue ms fro de lo habitualy no gener un aumento en la demanda de petrleo en el primero deellos, o que Venezuela e Irak son dos de los miembros ms importantesde la OPEP. Pero en este caso su ausencia se debe ms a una cuestinde economa discursiva, que a un intento de esconder ciertos enunciadosde cuestionable verdad. Cuando los enunciados tcitos no son problemticospodemos incorporarlos o no en nuestra reconstruccin. En caso de dudadebemos hacerlo, pues la solidez de los argumentos depende de la verdadde todas sus premisas, incluso de aquellas tcitas.

  • 18

    Podemos resumir las indicaciones para reconstruir argumentacionesque hemos dado a lo largo de esta seccin de la siguiente manera:

    ARG1: Determinar en primer lugar la cuestin central (opregunta) sobre la que se toma partido en el textoargumentativo, e identificar la tesis principal (o respuesta) queen l se defiende para ella. Esta ltima ser la conclusin delargumento central de la argumentacin.ARG2: No hay reglas inflexibles y unvocas para interpretary reconstrur las argumentaciones, pero tenemos que tratarde elegir la alternativa interpretativa que (a) respete en lamedida de lo conocido la intencin del autor; (b) nos permitadar cuenta de la mayor cantidad de enunciados que componenla argumentacin; (c) que presente la versin ms poderosao fuerte de la posicin del autor (principio de caridad).ARG3: Descomponer la argumentacin reconstruyendopor separado el argumento central y los distintos subargumentosque la componen, teniendo en cuenta el papel que jueganen la estrategia argumentativa del texto a analizar.ARG4: Identificar los enunciados tcitos. Para ello existendos criterios: (a) el semntico: se debe presuponer aquellapremisa que aluda a los contenidos de la conclusin que noestn presentes en ninguna de las premisas formuladas, (b)el lgico: se debe presuponer aquella premisa que permitareconstruir el argumento como un razonamiento ms slido.ARG5: Una vez identificados todos los argumentos debemospreguntarnos sin son correctos o incorrectos, si son buenosargumentos. Esta pregunta nos lleva a evaluarlos de unamanera distinta a la mera discusin de la verdad o plausibilidadde sus premisas.ARG6: Un argumento se llama slido cuando posee doscaractersticas: (1) es lgicamente correcto, y (2) est formadopor premisas verdaderas. La verdad de las premisas es unacuestin que depende de aquello sobre lo que se estargumentando, no es algo sobre lo que la lgica tenga nadaque decir.ARG7: La lgica es la disciplina que se encarga de estudiary sistematizar las reglas que permiten determinar la correccino incorreccin de un argumento, cualquiera sea el temasobre el que traten sus premisas y su conclusin.

    Pongamos otro ejemplo, esta vez sobre un problema ms cercanoa nuestras incumbencias como juristas. Reconstruiremos una argumentacinsobre la justificacin de la pena de muerte.

    La pena capital no solo evita que el criminal sigaperjudicando a la sociedad, sino que tambin disuade aotros de cometer actos semejantes. La mayor parte de lagente se siente tentada alguna vez de cometer actos ilegales,pero las personas normales no los llevan acabo normalmentepor razones de conciencia o por miedo a la condena publica.Quizs algunas personas necesitan motivos ms poderosos

  • 19

    para superar sus impulsos criminales, y slo los tipos masduros de castigo pueden mantener a raya las fuertesemociones que causan los mayores crmenes. Puesto quela muerte atemoriza a casi todo el mundo, la pena capitalproporciona este saludable motivo. La ejecucin de uncriminal condenado sirve a los dems como ejemplo de loque les puede ocurrir si se dejan arrastrar por sus impulsoscriminales. Aunque muy pocos criminales han presenciadoejecuciones personalmente, y mucho menos aun las hansufrido, la publicidad que se da al ahorcamiento oelectrocucin de los asesinos condenados ha hecho quetodo el mundo sea consciente de que la amenaza de la penade muerte no es un gesto vaco. Al estimular el poderosoy profundo miedo inherente a la naturaleza humana, esaconciencia hace desistir a los criminales en potencia de larealizacin de actos socialmente perjudiciales, que de otramanera hubieran cometido. Puesto que la pena capitalalgunas veces hace desistir a esos criminales en potencia dellevar a cabo actos socialmente perjudiciales, y puesto quees correcto proteger a la sociedad de actos gravementeperjudiciales, la pena capital es algunas veces correcta.(Carl Wellman, Morales y ticas, Madrid, Tecnos, 1975).

    Iremos siguiendo las indicaciones que listamos anteriormente alllevar a cabo la tarea de reconstruccin. Comencemos con la primera yla ms importante de todas, pues lo que hagamos a partir de ella influirde manera decisiva en todo el anlisis posterior.

    ARG1: Determinar en primer lugar la cuestin central (opregunta) sobre la que se toma partido en el textoargumentativo, e identificar la tesis principal (o respuesta) queen l se defiende para ella. Esta ltima ser la conclusin delargumento central de la argumentacin.

    En el texto que estamos analizando la cuestin central que seplantea es Est la pena capital moralmente justificada en alguna ocasin?.La pregunta central es una pregunta moral, por ende tambin las posiblesrespuestas que se pueden dar sern enunciados morales. En el fragmentose defiende como tesis central el enunciado La pena capital est justificadamoralmente en algunas ocasiones. Esta es la conclusin de lo que dimosen llamar el argumento central de la argumentacin.

    ARG3: Descomponer la argumentacin reconstruyendopor separado el argumento central y los distintos subargumentosque la componen, teniendo en cuenta el papel que jueganen la estrategia argumentativa del texto a analizar.

    El argumento central, este es aquel que tiene como conclusin latesis principal del texto (o la respuesta a la pregunta central), se puedereconstruir de la siguiente manera teniendo en cuenta en un primermomento solo los enunciados expresamente formulados en el texto:

  • 20

    P1: La pena capital algunas veces hace desistir a criminalesen potencia de llevar a cabo actos socialmente perjudiciales,que de otra manera hubieran cometido.

    C: Por lo tanto, la pena capital est justificada moralmenteen algunas ocasiones.

    Antes de proseguir con la reconstruccin identificando lossubargumentos que se ofrecen en el texto en apoyo de la nica premisaque forma el argumento central, es necesario indagar sobre la posibleexistencia de premisas tcitas en l.

    ARG4: Identificar los enunciados tcitos. Para ello existendos criterios (a) el semntico: se debe presuponer aquellapremisa que aluda a los contenidos de la conclusin que noestn presentes en ninguna de las premisas formuladas, (b)el lgico: se debe presuponer aquella premisa que permitareconstruir el argumento como un razonamiento ms slido.

    El criterio lgico todava no podemos ponerlo en prctica, pueslos conocimientos necesarios para hacerlo sern explicados en los captulossiguientes del libro. Pero con el criterio semntico nos basta para identificarla presencia de una premisa tcita en el argumento central. La conclusinalude a la justificacin moral de una pena, mientras que en la nica premisaslo se alude a la propiedad de la pena capital para disuadir a los criminalesen potencia. Si nos quedramos con este anlisis podramos decir que setrata de uno de los tipos ms malos de argumentos que se pueden formular:los argumentos en los que las premisas no tienen ninguna relacin conlo que se afirma en la conclusin2. Es en este momento cuando surgeotra de las indicaciones que enumeramos para no hacernos caer en latentacin de optar por la peor interpretacin posible de un texto que nosresulta particularmente antiptico.

    ARG2: No hay reglas inflexibles y unvocas para interpretary reconstrur las argumentaciones, pero tenemos que tratarde elegir la alternativa interpretativa que (a) respete en lamedida de lo conocido la intencin del autor; (b) nos permitadar cuenta de la mayor cantidad de enunciados que componenla argumentacin; (c) que presente la versin ms poderosao fuerte de la posicin del autor (principio de caridad).

    En este caso el principio de caridad nos obliga a agotar todas lasposibilidades antes de interpretar el argumento central de una manera tanpoco favorable para el argumentador. Por ello, y teniendo en cuenta elcriterio semntico al que se alude en ARG4, podemos ofrecer unareconstruccin del argumento mas adecuada suponiendo la existencia de

    2. Tcnicamente se suele llamar a este tipo de error falacia de inatinencia (o inatingencia).

  • 21

    una premisa tcita de la siguiente manera:

    P1: La pena capital algunas veces hace desistir a criminalesen potencia de llevar a cabo actos socialmente perjudiciales,que de otra manera hubieran cometido.PT: Una pena esta moralmente justificada si hace desistira criminales en potencia de llevar a cabo actos socialmenteperjudiciales, que de otra manera hubieran cometido.

    C: Por lo tanto, la pena capital est justificada moralmente enalgunas ocasiones.

    Si incorporamos la premisa tcita PT a la reconstruccin elargumento central sufre una mejora sustancial. Sus premisas incorporantodos los elementos que luego aparecen en la conclusin y parecen brindarun apoyo prima facie razonable a la conclusin. Al menos no se lo puederechazar por cometer fallas elementales en la argumentacin.

    Continuemos con la reconstruccin. Las premisas tcitas, en lamedida en que no se formulan en el texto, no suelen ser defendidasmediante subargumentos. Debemos reconstruir aquel argumento (oargumentos) que apoyan como conclusin la nica premisa expresamenteformulada del argumento central.

    P1: Algunas personas necesitan motivos poderosos parasuperar sus impulsos criminales.P2: Slo los tipos ms duros de castigo pueden mantenera raya las fuertes emociones que causan los mayores crmenes.P3: La ejecucin de un criminal condenado estimula elmiedo a la muerte en los criminales en potencia.P4: El miedo a la muerte es un motivo poderoso para quelos criminales en potencia desistan de la realizacin de actossocialmente perjudiciales, que de otra manera hubierancometido.

    C: La pena capital algunas veces hace desistir a criminales enpotencia de llevar a cabo actos socialmente perjudiciales, que deotra manera hubieran cometido.

    Recin cuando hemos acabado la tarea de reconstruccin debemoscomenzar la labor de evaluar la fuerza que posee la argumentacin. Nodebemos mezclar las labores de descripcin de una argumentacin sureconstruccin- con las tareas evaluativas. Si lo hacemos corremos elriesgo de, con el afn de mostrar las incorrecciones de un argumento queno compartimos (o las virtudes de uno que nos agrada), tergiversar lo queel argumentador de hecho a dicho en apoyo de sus pretensiones. La mejorcrtica es la que se dirige a las razones que se han brindado en apoyo deun enunciado, y no a aquellas razones que nos hubiera gustado que sehubieran formulado no importa si para mejorar o para empeorar lasituacin del texto argumentativo analizado -.

    ARG5: Una vez identificados todos los argumentos debemos

  • 22

    preguntarnos sin son correctos o incorrectos, si son buenosargumentos. Esta pregunta nos lleva a evaluarlos de unamanera distinta a la mera discusin de la verdad o plausibilidadde sus premisas.

    Los captulos centrales de este libro estn destinados a ofrecer unaherramienta de anlisis con la que poder evaluar la solidez de lasargumentaciones judiciales teniendo en cuenta no slo la verdad de suspremisas, sino tambin la correccin de la forma lgica de los argumentosque las componen. Pero antes de ingresar en ellos, debemos aplicar lodicho hasta el momento a las argumentaciones formuladas en las sentenciasjudiciales.

    T Escriba un texto que contenga una argumentacincuya tesis central sea La pena de muerte no estmoralmente justificada en ninguna ocasin, y que tengacuatro niveles de subargumentos.

    T Reconstruir la siguiente argumentacin siguiendo lasrecomendaciones dadas anteriormente.

    Mientras que los argumentos de la prevencin y de la disuasinmiran al futuro e intentan justificar la pena capital apelando alfuturo perjuicio que evitan, el argumento de la retribucin mira alpasado e intenta justificar la pena capital como respuesta correctaal mal cometido. Dado que la sociedad no estara justificada siquitara la vida a un criminal como castigo por un delito trivial, lapena capital es el justo castigo de los crmenes mayores. Si unapersona ha matado a otra, es justo que de su propia vida a cambio.El secuestro y la violacin son tambin actos tan sumamenteincorrectos que la persona que los comete se hace merecedora deun gran castigo: la muerte. La justicia demanda que cada individuosea tratado por los dems y por la sociedad como merece. Lapersona que realiza buenos actos debe ser recompensada con elbien, y la que lleva a cabo el mal debe sufrir el mal, cada una en laproporcin de mal o de bien que realiza. La concepcin de lajusticia implcita en este argumento ha sido tradicionalmente ilustradapor la figura de una mujer con los ojos vendados que mantieneuna balanza. La mujer tiene los ojos vendados de manera que nopueda reconocer a sus amigos y a sus enemigos y recompensar alos primeros mejor y a los ltimos peor de lo que se merecen. Labalanza simboliza el elemento del justo castigo, la nocin de queel bien y el mal han de ser otorgados en compensacin por el bieno el mal realizado. La concepcin total es que la justicia exige quecada persona reciba lo que le es debido (a cada cual lo suyo), quereciba una suma de bien o de mal que sea igual al bien o al mal queha hecho. Aplicado a la pena, esto significa que la pena deberaajustarse al crimen, ser proporcional al crimen, que el mal infringidoal criminal condenado debera estar en proporcin al grado deperjuicio que ha cometido. Puesto que la nica pena que puede

  • 23

    igualar a los crmenes mayores es la muerte, puesto que la justiciarequiere que el criminal reciba una retribucin justa por susdemandas, y puesto que es correcto hacer lo que la justicia requiere,la pena capital es correcta en algunas ocasiones. (Carl Wellman,Morales y Eticas, Madrid, Tecnos, 1975).

    T Busque un texto argumentativo periodstico y otrojurdico y reconstruya su argumentacin.

    Argumentacin y decisin judicial

    Todo lo dicho anteriormente en relacin con las "argumentaciones"en general, es aplicable al anlisis de la fundamentacin de las decisionesjudiciales. Para ello debemos asumir tal como indicamos en el inicio delcaptulo- que las sentencias judiciales pueden ser analizadas comoargumentaciones. En una sentencia judicial el argumento central tienecomo conclusin el contenido del acto de decisin y como premisas elenunciado normativo general y la descripcin de los hechos relevantes,y en los subargumentos se expresan las razones para apoyar cada una deestas premisas. La complejidad de una argumentacin judicial y con ellala cantidad de niveles en los que se distribuyen sus subargumentos- varade acuerdo al tipo de caso que en ella se resuelve y a los desacuerdos quehayan surgido durante el proceso a los que el juez o tribunal deba ponertrmino.

    Por ello, no consideramos importante determinar a priori lanaturaleza de los argumentos que se pueden formular en la fundamentacinde una decisin judicial. Recin al finalizar la tarea de reconstruir elargumento principal y los distintos subargumentos se puede precisar eltipo de argumentos que se han empleado y seleccionar la herramientaterica que resulte ms apropiada para su evaluacin. Las pautas paraidentificar y reconstruir una argumentacin judicial enumeradas en laseccin precedente - son las mismas que se utilizan para reconstruirargumentaciones en otros dominios.

    No obstante se pueden hacer algunas recomendaciones generalesque se deben tener en cuenta para reconstruir la argumentacin contenidaen una sentencia judicial. En primer lugar, puede resultar de utilidad teneren cuenta las cuestiones (o preguntas) que habitualmente se deben resolveren una sentencia. La pregunta que permite reconstruir el argumento centralse puede formular en trminos generales de la siguiente manera: "Cmose debe solucionar la cuestin que motiv el proceso?". Antes de comenzarla tarea de reconstruccin habr que precisar qu tipo de caso es el quese ha planteado en la sentencia a analizar. La respuesta que se ofrezca paraesta pregunta ubicada en la parte resolutiva de la sentencia- es la conclusindel argumento central.

    Una vez identificada la conclusin, y teniendo en cuenta que enuna sentencia se debe aplicar el derecho para resolver la cuestin central,se deben identificar el (o los) enunciados normativos que constituyen una

  • 24

    parte fundamental del conjunto de premisas del argumento central. Enmuchos casos lo jueces solo nombran la normas que emplean (citandouna ley o un nmero de artculo por ejemplo). Al reconstruir suargumentacin debemos utilizar la formulacin completa del enunciadonormativo que se nombra en la sentencia, pues es ella -y no su nombre-la que cumple la funcin de premisa. La otra premisa que no puede faltaren el argumento central es la llamada premisa fctica, aquella en la que sedescriben los hechos relevantes del caso. En esta primera etapa no debemosconfundir el argumento central por lo general corto- con los subargumentosque se dan en apoyo de sus premisas, los que suelen ocupar la mayor partede la sentencia. Tampoco debemos olvidar que muchos de los enunciadosque forman la sentencia no cumplen ninguna funcin argumentativa, sinoque brinda cierta informacin relevante para contextualizar la decisin oque expresan formas rituales impuestas por las normas o los usos procesales.Solo debemos introducir en la reconstruccin los enunciados que cumplenla funcin de premisas o conclusin, pues son los nicos relevantes paradeterminar la solidez de la argumentacin judicial.

    Identificadas las premisas del argumento central lo que queda porhacer es identificar los argumentos con los que se apoyan dichas premisasy las premisas de esos argumentos si las hubiera-. En un proceso judicialno siempre se plantean las mismas cuestiones. En algunos casos las partesdiscuten en torno a la verdad o falsedad de la premisa fctica, en otrossobre la conveniencia de emplear ciertas normas jurdicas en lugar deotras, o incluso sobre como deben ser interpretados los enunciadosnormativos relevantes. Las sentencias judiciales reflejan de manera indirectaestas discusiones. Aquellas cuestiones que no generaron polmica duranteel proceso no suelen requerir extensas argumentaciones del juez cuandolas resuelve. Pero aquellas otras en las que se produjeron desacuerdosprofundos entre las partes, con la consiguiente formulacin deargumentaciones en sentidos opuestos, exigen del juez o tribunal undesarrollo ms amplio. Esto se traduce en una gran cantidad desubargumentos y en la proliferacin de distintos niveles en el seno de suargumentacin.

    Sentencia judicial y cuestiones problemticas

    Se pueden distinguir -a grandes rasgos- cuatro tipos de cuestionesque se suelen tener que resolver en una sentencia judicial para fundar larespuesta que en ella se da a la cuestin central3:

    (1) la identificacin del material normativo relevante para resolver la cuestincentral. En muchas sentencias se discute la pertinencia de ciertos materialesnormativos para resolver el caso (i.e. leyes, decretos, otras sentencias, etc.).Esto da lugar a una gran cantidad de subargumentos para apoyar larespuesta que se da al interrogante qu enunciados jurdicos se deben3. Cf. Atienza 1991, Alchourrn y Bulygin 1975.

  • 25

    utilizar para resolver la cuestin?. Estos subargumentos suelen ocuparun nivel superior en relacin a los subargumentos con se defiende lapremisa normativa. La respuesta a esta pregunta cuando se plantea enuna sentencia- constituye una de las premisas necesarias para elsubargumento con el que se apoya el enunciado normativo que cumplela funcin de premisa en el argumento central.

    (2) la forma en la que el material normativo relevante debe ser interpretado.En muchas ocasiones no se discute la relevancia que tiene cierto enunciadonormativo para resolver el caso. Lo que genera conflictos y motiva laintervencin judicial en ciertos casos es la manera en la que se debeninterpretar esos enunciados. La respuesta a la pregunta cmo se debeninterpretar los enunciados relevantes para resolver la cuestin central?constituye la conclusin de un subargumento que suele aparecer en elmismo nivel de la argumentacin que ocupan los argumentos relacionadoscon la identificacin de los materiales normativos. Ella es otra de laspremisas importantes que se suelen utilizar en la formulacin delsubargumento cuya conclusin es la premisa normativa del argumentocentral.

    (3) la prueba de los enunciados en los que se describen los hechos relevantespara resolver la cuestin central. Si la respuesta a las dos cuestiones anterioresdan lugar a subargumentos en apoyo de la premisa normativa del argumentocentral, la respuesta a la pregunta cules son los hechos probadosrelevantes para resolver el caso? genera subargumentos en apoyo de supremisa fctica. Ocupan el mismo nivel en la argumentacin, pero suconclusin es una de las premisas necesarias del subargumento con el quese apoya la premisa fctica.

    (4) la calificacin - o subsuncin- de los hechos probados empleando los trminosgenerales con los que se formulan los enunciados normativos relevantes para resolverla cuestin central. Al responder a la pregunta son los hechos probadosinstancias de aplicacin de los trminos generales con los que se formulel enunciado jurdico con el que se pretende fundar la decisin?,encontramos otra de las premisas fundamentales del subargumento enapoyo de la premisa fctica del argumento central. Esa premisa delargumento central en la que se describen las circunstancias del caso seapoya por un lado en los hechos probados y por otro en la forma en queesos hechos son calificados empleando ciertos conceptos jurdicos. Lasdos premisas deben ser defendidas mediante subargumentos de naturalezadiferente.

    Estos cuatro tipos de subargumentos pueden estar presentes enuna misma sentencia, pero no es necesario que ello ocurra. No pretendemostampoco afirmar que estas cuatro cuestiones agotan todos los posiblesproblemas que un juez debe resolver al fundamentar una decisin. Comoson las cuestiones que con mayor frecuencia generan subargumentos enel seno de una argumentacin judicial, es importante poder identificarlasde manera general. Pero no debemos caer en el error de pensar que estascuatro son todas las cuestiones que pueden surgir en el seno de unaargumentacin judicial. Debemos enfrentarnos a la sentencia como acualquier otro texto argumentativo, y en esta primera etapa del anlisis

  • 26

    debemos reconstruir lo que all encontremos. Lo dicho en esta seccinconstituye una gua para realizar una primera bsqueda, pero nuestra tareano consiste en forzar el texto que queremos evaluar para que se ajuste anuestro marco terico, sino en proponer una reconstruccin adecuada dela estructura argumentativa que de hecho posee, cualquiera que ella sea.

    Reconstruccin de argumentaciones judiciales

    Ha llegado el momento de enfrentarnos con una argumentacinjudicial y poner en prctica todo lo dicho hasta el momento. Utilizaremosun ejemplo basado en una sentencia judicial dictada por un tribunal, enel que hemos cambiado los datos personales, temporales y espaciales paraevitar su identificacin. Lo llamaremos el caso Slurf. No debemosolvidar que nuestro objetivo no es evaluar una sentencia determinada aeso se dedicaran todo el tiempo cuando terminen de leer este libro- sinoejemplificar las explicaciones precedentes.

    Macondo, Mayo 10 de 1984.

    Autos y Vistos.:

    Reunidos los integrantes del Tribunal Oral de Macondo, suPresidente Dr. Mario Portillo, y los Sres. Jueces, Dr. RobertoLobone y Rubn Parria, juntamente con el Sr. Secretario Dr.Csar Augusto, a fin de dictar sentencia en sta causa n 231seguida por uso de documento pblico adulterado destinado a acreditarla identidad de las personas al imputado Alberto Slurf de lassiguientes circunstancias personales: soltero, nacido en Macondoel 14 de noviembre de l964, Documento de Identidad. n111.360.439, hijo de Rufus y de Noelia Alfonso, de ocupacincomerciante, prontuario del Registro Nacional de ReincidenciaJP 006574 ZZTOP y registrado en la Polica de Provincialbajo el n 607.456TT de la seccin JPB, actualmente detenidoen la Unidad Penitenciaria n XXV del Servicio Penitenciariode Macondo y

    Considerando:

    Establecido que fue en las deliberaciones que se produjeranpara que las cuestiones a decidir se refieran a la existencia delhecho delictuoso y sus circunstancias jurdicamente relevantes,a la participacin del imputado, la calificacin legal de suconducta y sancin aplicable y costas, el Tribunal entiende que:

    I) MATERIALIDAD:Se encuentra debidamente acreditado en autos, de acuerdo alas pruebas recogidas durante el debate oral y pblico llevadoa cabo en el da de la fecha, y en especial del acta de detenciny secuestro de fs. 29, pericia escopomtrica de fs. 81/3 realizadasobre el D.N.I. n 118.475.772 incorporado a la audienciamediante exhibicin y las testimoniales de Carlos Saul Reina

  • 27

    y Viviana Videndi, que en la segunda quincena del mes deSeptiembre de mil novecientos ochenta y tres, Alberto Slurfse present en la Oficina de cobranzas de la rifa "La GranRifa" de sta ciudad, organizada por el Club de Heladeros deMacondo, siendo atendido por el encargado de dicha promocin,Sr. Carlos Sal Reina, y a fin de obtener rifas para su venta,exhibi el D.N.I. incautado en autos n 118.475.772, a nombrede Alfredo Neuman con la fotografa del encartado Slurf, todoello en presencia de la empleada del lugar, Viviana Videndi.

    II) PARTICIPACION:Este extremo se atribuye al encausado Alberto Slurf y la pruebalegal de ello se acredita particularmente por las declaracionestestimoniales de Carlos Sal Reina y Viviana Videndi recibidasen la audiencia quienes en forma coincidente e inobjetablerelataran como trataron con el imputado en oportunidad deofrecerse como promotor para la venta de la rifa, atrado porun aviso periodstico. En dicha emergencia, manifest Reina,que el imputado luego de identificarse como Neuman logrque se le entregara para su posterior venta un nmero importantede rifas organizada por el Club de Heladeros de sta ciudad deMacondo cuyas derivaciones dieron lugar a un proceso porestafa actualmente en trmite ante la justicia provincial en elque oportunamente se dispuso la detencin del encausado.

    En cumplimiento de la medida cautelar dispuesta porautoridades provinciales, se constituy personal policial en lasoficinas del organizador de la rifa aludida, procedindose endicho acto a detener al causante, secuestrndosele el documentonacional de identidad [DNI] que llevara adherida su fotografapersonal y que anteriormente le fuera exhibido al testigo Reina.

    De conformidad con lo expuesto entiende el Tribunal que laautora penalmente responsable del imputado se acredita ademsde las probanzas reseadas en el captulo anterior con losdichos de testigos presenciales cuyas deposiciones resultaronconvincentes a la luz de las reglas que rigen la sana crticaracional.

    Las objeciones que le dirige la defensa y que pudieran tenermayor incidencia en el sistema de prueba legal ,pierden relevanciaen ste modelo de enjuiciamiento , toda vez que los juecesdeben formar su convencimiento de conformidad con las reglasaludidas , que conllevan el auxilio de la lgica, la experienciay la psicologa judicial, que en el caso de autos, no autorizana apartarse del relato de los testigos que coincidentemente yen forma precisa sindican al imputado Slurf como autor deldelito que le endilga el Ministerio Pblico Fiscal.

    II) CALIFICACION LEGAL:El hecho precedentemente descripto y analizado constituye eldelito de USO DE DOCUMENTO PUBLICO

  • 28

    ADULTERADO DESTINADO A ACREDITAR LAIDENTIDAD DE LAS PERSONAS, previsto y tipificado enel artculo 296 en funcin del art. 292 del Cdigo Penal y laLey 16.671 y sus modificaciones.

    IV) SANCIONES PENALES;Para graduar el monto de la pena a imponer, ste Tribunal tieneen cuenta la naturaleza y modalidad del hecho as como el buenconcepto que debe presumirse en mrito de lo informado a fs.62 (Arts. 40 y 41 del C.P. y Art. 3 del CPPN), por lo queconsidera adecuado imponer al causante la pena de TRESAOS Y SEIS MESES DE PRISION y accesorias legales,por el delito de uso de documento pblico adulterado destinadoa acreditar la identidad de las personas (Arts. 296 en funcindel 292 del C.P.) comprensiva de la pena de cinco meses deprisin que en forma condicional se impusiera el 10 de juliode l981 en causa n 534.407 del Juzgado en lo Criminal n 9,secretara n 2 del Departamento Judicial de Macondo,condicionalidad que en ste acto se revoca (Art. 27 del CdigoPenal ). Se imponen asimismo las costas del proceso. (Arts. 5,12, 29 inc. 3 del C.P. y arts. 292, 293, 530, 531 del CPPN) Portodo ello el Tribunal:

    V) RESUELVE:Condenar a ALBERTO SLURF, cuyas dems circunstanciaspersonales obran en autos, por ser autor material, penalmenteresponsable del delito de uso de documento pblico falsificadodestinado a acreditar la identidad de las personas, a la pena deTRES AOS Y SEIS MESES DE PRISION, de efectivocumplimiento, comprensiva de la de cinco meses de prisinen suspenso que le fuera aplicada en la causa 534.407 delJuzgado en lo Criminal n 9, secretara n 2 del DepartamentoJudicial de sta ciudad, accesorias legales y costas. (Arts. 5, 12,29 inc. 3, 40, 41,27 y 58, 292,296 del Cdigo Penal, y arts. 398,399, 530 y 531 del CPPN).

    Hgase saber, regstrese y cmplase. Comunquese a la PolicaNacional, a los Registros Electoral, Nacional de Reincidenciay de las Personas, ofciese a las autoridades judiciales provincialespertinentes a sus efectos. Fech archvese.

    Lo primero que debemos hacer para analizar la argumentacincontenida en la sentencia es identificar la cuestin principal y, a partir deella, reconstruir el argumento central. La cuestin central es Debe sercondenado Alberto Slurf por haber cometido el delito de uso de documentopblico falsificado destinado a acreditar la identidad de las personas? Larespuesta que da el tribunal en sentido afirmativo constituye la conclusindel argumento central de la argumentacin. Debemos formularla demanera completa antes de proseguir con la reconstruccin: Se condenaa Alberto Slurf a la pena de tres aos y seis meses de prisin de efectivo

  • 29

    cumplimiento4.

    Por qu se condena a Slurf? Cules son las premisas con que lasque se apoya el contenido de ese acto de decisin? La premisa normativaes nombrada a lo largo de la sentencia como artculo 296 en funcin delart. 292 del Cdigo Penal y la Ley 16.671 y sus modificaciones, pero enningn momento se formula el enunciado normativo completo. En nuestrareconstruccin no debemos emplear los nombres de los materialesnormativos, sino los enunciados efectivamente utilizados como premisasen la argumentacin. En este caso supondremos que el enunciado quecumple la funcin de premisa normativa es el siguiente: El que usare undocumento publico adulterado destinado a acreditar la identidad de laspersonas ser condenado a una pena de prisin de entre 3 y 5 aos. Lapremisa fctica del argumento central es Alberto Slurf us un documentopublico adulterado destinado a acreditar la identidad de las personas.

    Podemos reconstruir el argumento central de la sentencia con laque se resolvi el Caso Slurf de la siguiente manera:

    PN: El que usare un documento pblico adulterado destinadoa acreditar la identidad de las personas ser condenado auna pena de prisin de entre 3 y 5 aos.PF: Alberto Slurf us un documento pblico adulteradodestinado a acreditar la identidad de las personas.

    C: Se condena a Alberto Slurf a la pena de tres aos y seismeses de prisin de efectivo cumplimiento.

    Antes de ingresar en el tratamiento de los subargumentos cabehacer una reflexin sobre esta primera reconstruccin del argumentocentral. En la conclusin se delimita la pena de forma precisa, mientrasque en el enunciado normativo solo se seala un lapso comprendido entretres y cinco aos para fijar la pena. Por qu? Hay otras dos premisas queforman parte del argumento central pues son necesarias para apoyar suconclusin. Una normativa, el enunciado que establece los criteriosgenerales con los que se deben fijar las penas, y otra fctica, las caractersticasdel accionar de Slurf relevantes para aplicar esos criterios. La premisanormativa nuevamente solo se menciona por su nombre (Arts. 40 y 41del C.P. y Art. 3 del CPPN), y a los efectos del ejercicio supondremos quedice: Las penas se fijaran teniendo en cuenta el concepto del que goceel imputado. El enunciado fctico en este caso es: Alberto Slurf gozade un buen concepto5.

    Una reconstruccin ms adecuada del argumento central de lasentencia que estamos analizando dira:

    5. Por concepto se debe entender la reputacin de la que goza un individuo en su comunidad.4. No hemos tenido en cuenta la unificacin de penas para simplificar el tratamiento del ejemplo.

  • 30

    PN1: El que usare un documento pblico adulteradodestinado a acreditar la identidad de las personas sercondenado a una pena de prisin de entre 3 y 5 aos.PF1: Alberto Slurf us un documento pblico adulteradodestinado a acreditar la identidad de las personas.PN2: Las penas se fijaran teniendo en cuenta el conceptodel que goce el imputado.PF2: Alberto Slurf goza de un buen concepto.

    C: Se condena a Alberto Slurf a la pena de tres aos y seismeses de prisin de efectivo cumplimiento.

    Debemos ahora pasar al primer nivel de subargumentos. Hay quehallar los argumentos con los que se defiende la adopcin de las cuatropremisas del argumento central. Es importante recordar que no siempreencontraremos subargumentos para apoyar todas las premisas del argumentocentral. Su presencia suele depender del grado de desacuerdo que laaceptacin de cada una de esas premisas haya generado durante el proceso.Cuanto ms polmica sea su adopcin, mayor necesidad de apoyarlas conargumentos tendr el juez. Por el contrario, si alguna de las premisasresulta evidente o nadie la ha cuestionado a lo largo del proceso, los juecesy tribunales por lo general evitan realizar complejas argumentaciones ensu apoyo. En nuestro caso, no se ha argumentado a favor de ninguna delas dos premisas normativas (PN1 y PN2).

    La premisa fctica en la que se alude al concepto del que goza elimputado (PF2) se encuentra apoyada por el siguiente subargumento:

    P1: De acuerdo a lo informado a fs. 62.

    C: Alberto Slurf goza de un buen concepto.

    En la sentencia se alude al contenido de un documento que obraen el expediente judicial pero que no se reproduce por una cuestin deeconoma discursiva. Para poder reconstruir y evaluar este subargumentodeberamos consultar el mencionado documento y presentar de maneracompleta los enunciados que el tribunal emplea como premisa parajustificar la adopcin de esa premisa fctica. Como en el caso de losnombres de enunciados normativos, nos encontramos con ciertos usosprocesales que nos obligan a integrar el texto antes de proceder a sureconstruccin y evaluacin. No entraremos en esta labor porque notenemos el expediente judicial a mano, pero cualquier jurista interesadopor determinar el grado de justificacin de una sentencia judicial tieneque poder acceder a toda la informacin necesaria para llevar a cabo esatarea.

    Algo similar nos ocurrir con la otra premisa fctica (PF1), aunqueen este caso las premisas que apoyan su adopcin han sido en gran partevertidas en el documento judicial. En la sentencia que estamos analizandovemos como la defensa de la premisa fctica se divide por exigenciasprocesales- en dos tramos, denominados materialidad y participacin.Se deben probar por separado los hechos presuntamente delictivos un

  • 31

    sujeto de sexo masculino us un documento falso- y que fuera el procesadoresponsable de esos hechos el sujeto de sexo masculino era Alberto Slurf,era imputable, no mediaba ninguna causal de justificacin, etc. -. Peroambas lneas convergen en apoyo de la premisa fctica del argumentocentral que hemos identificado como PF1. Las cuestiones relacionadascon la subsuncin de los hechos probados en los trminos generalesempleados en el enunciado normativo que cumple la funcin de premisa(PN1) tambin pueden dar lugar a subargumentos en apoyo de la premisafctica del argumento central. En este caso estaran incorporadas en elapartado que se denomina calificacin (y que tambin podra contenerargumentos relativos a la interpretacin de los materiales normativos,aunque no en el ejemplo que estamos analizando). Reconstruyamos elsubargumento cuya conclusin es la premisa PF1:

    P1: En la segunda quincena del mes de Septiembre de milnovecientos ochenta y tres, Alberto Slurf se present en laOficina de Cobranzas de la rifa "La Gran Rifa" de la ciudadde Macondo, organizada por el Club de Heladeros deMacondo, respondiendo a un aviso periodstico que solicitabapromotores. All fue atendido por el encargado de dichapromocin, Sr. Carlos Sal Reina, y su empleada VivianaVidendi. Para obtener una importante cantidad de rifas parasu venta Slurf se identific como Alfredo Neuman y loacredit exhibiendo el Documento Nacional de Identidad[D.N.I.] nmero 118.475.772.P2: En cumplimiento de una orden de detencin dispuestapor autoridades provinciales, la polica detuvo a Slurf en laOficina de cobranzas de la rifa "La Gran Rifa" de la ciudadde Macondo, organizada por el Club de Heladeros deMacondo. Antes de su detencin, Slurf se identific anteCarlos Saul Reina como Alfredo Neuman y le mostr elDNI nmero 118.475.772 para acreditarlo. En el momentode su detencin, Slurf portaba entre sus pertenencias elDNI nmero 118.475.772.P3: El DNI nmero 118.475.772 fue emitido a nombre deAlfredo Neuman pero la foto original fue reemplazada poruna fotografa personal de Alberto Slurf.P4: Los hechos probados constituyen un caso claro deaplicacin del trmino general uso de documento pblicoadulterado destinado a acreditar la identidad de las personas.

    C: Alberto Slurf us un documento pblico adulteradodestinado a acreditar la identidad de las personas.

    En la sentencia encontramos tambin las razones que esgrimenlos jueces para aceptar algunas de las premisas de este argumento. Seformulan subargumentos en apoyo de las tres primeras premisas. La cuarta en cambio- se enuncia sin dar ningn tipo de fundamento explcito parasu adopcin. Comenzaremos reconstruyendo los subargumentos cuyasconclusiones son P1, P2 y P3, para luego hacer algunas reflexiones enrelacin con P4.

  • 32

    P1. Los relatos que los te