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CONVIVENCIA Y DENSIDAD DE POBLACION LIMITACIONES DE LAS MEMORIAS MAGNETICAS JULIO 2000 800 PTA. 4,81 EURO Hidrógeno metálico Hidrógeno metálico BOSQUE MEDITERRANEO LA PLATA DEL PERU ASTEROIDES

JULIO 2000 800 PTA. 4,81 EURO

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JULIO 2000

800 PTA. 4,81 EURO

Hidrógeno metálicoHidrógeno metálico

BOSQUE MEDITERRANEO

LA PLATA DEL PERU

ASTEROIDES

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Julio de 2000 Número 286

SECCIONES3

HACE...50, 100 y 150 años.

36PERFILES

Günter Blobel:el biólogo y la catedral.

38CIENCIA Y SOCIEDAD

Aerogeles...Serotonina y adicción...

Polen...El arrugado del papel...

Genética vegetal...Epidemiología española,

enfermedadescardiovasculares.

46DE CERCA

El bosque animado.

La crisis de las memorias masivasJon William Toigo

El perfeccionamiento de los discos magnéticos, más veloztodavía que el de los semiconductores, tiene ante sí unabarrera física. Nuevas técnicas de IBM, Seagate, Hewlett-Packard y otros fabricantes permitirán eludir el problema.

Problemas de la masificaciónFrans B. M. de Waal, Filippo Aureliy Peter G. Judge

Según un mito muy arraigado, la alta densidadde población engendraría violencia. Esto pareceser cierto entre los roedores, pero los humanosy otros primates tienen especiales comportamientosque les ayudan a seguir siendo sociablescuando escasea el espacio vital.

Planetas en miniaturaErik Asphaug

Las nuevas imágenes de las sondasespaciales nos acercan por primera veza los asteroides, esos diminutos mundosque encierran la clave de cómo seformaron los planetas. Sorprende descubrirque muchos asteroides se asemejan más amontones de grava que a rocas sólidas.

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4

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Edición española de

SECCIONES84

TALLER Y LABORATORIOTurbulencia

en dos dimensiones,por Shawn Carlson

86JUEGOS MATEMÁTICOS

Mosaicos iterativosno periódicos,

por Ian Stewart

88IDEAS APLICADAS

Gasolineras de autoservicio,por Marguerite Holloway.

90NEXOS

“¡Qué frescura!”,por James Burke.

92LIBROS

Ciencia medieval... Derivadasparciales y física teórica.

Metalizar el hidrógenoWilliam J. Nellis

Recreando condiciones tan extremas como lasque se dan en el núcleo de Júpiter, por fin seha logrado convertir el hidrógeno en metal.Este hidrógeno metálico podría provocarrevolucionarios cambios en la electrónica, laenergía y la ciencia de materiales.

56 La plata del PerúAlain Gioda y Carlos Serrano

Entre 1590 y 1600 Potosí produjo másdel 40 por ciento de la plata mundial.Una red de lagunas y diques construidapor españoles aportó la energía hidráulicanecesaria.

62 La reproducciónde experimentos históricosPeter Heering, Falk Riess y Christian Sichau

Para descubrir qué condiciones ejercieronuna influencia decisiva en el éxito de losexperimentos básicos de la historia dela ciencia es inevitable la repeticiónde los mismos.

78 Las tinturas naturalesDominique Cardon

Sustituidas por los colorantes artificialesdesde hace un siglo, las tinturas naturalesvuelven a despertar el interés de industriales,químicos y arqueólogos.

70 Lluvia y bosque mediterráneoJuan F. Gallardo Lancho, M. Amparo Vicentey Gerardo Moreno

El agua de lluvia incidente en un ecosistemacambia de composición y volumenhasta reaparecer en superficie, tras su pasopor el suelo.

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INVESTIGACION Y CIENCIA

DIRECTOR GENERAL Francisco Gracia GuillénEDICIONES José María Valderas, director

ADMINISTRACIÓN Pilar Bronchal, directora

PRODUCCIÓN M.a Cruz Iglesias CapónBernat Peso Infante

SECRETARÍA Purificación Mayoral MartínezEDITA Prensa Científica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.a – 08021 Barcelona (España)

Teléfono 93 414 33 44 Telefax 93 414 54 13

SCIENTIFIC AMERICAN

EDITOR IN CHIEF John RennieMANAGING EDITOR Michelle PressASSISTANT MANAGING EDITOR Ricki L. RustingNEWS EDITOR Philip M. YamSPECIAL PROJECTS EDITOR Gary StixON-LINE EDITOR Kristin LeutwylerSENIOR WRITER W. Wayt GibbsEDITORS Mark Alpert, Carol Ezzell, Steve Mirsky, Madhusree Mukerjee,

George Musser, Sasha Nemecek, Sarah Simpson y Glenn ZorpettePRODUCTION William ShermanVICE PRESIDENT AND MANAGING DIRECTOR, INTERNATIONAL Charles McCullaghPRESIDENT AND CHIEF EXECUTIVE OFFICER Gretchen G. TeichgraeberCHAIRMAN Rolf Grisebach

PROCEDENCIADE LAS ILUSTRACIONES

Portada: Bryan Christie

Página

5

67

8-9

10-111214-1516-17

18

1922

2324-25

26-2728

293132

334950-51

52-5457-6062-6971-75

78

79808182

8384-8586-8788-89

Fuente

Laboratorio de Física Aplicada,Universidad Johns Hopkins y NASA

Laurie Grace, fuente: Petr PravecLaboratorio de Física Aplicada,Universidad Johns Hopkins y NASA

Scott Hudson (Castalia), Ben H.Zellner y NASA (Vesta),Laboratorio de Física Aplicada,Universidad Johns Hopkins y NASA

(Eros y Mathilde), NASA/Laboratorio de Propulsióna Chorro (Gaspra e Ida)Bryan ChristieNASA/JPLBrian Peterson, Weststock

Frans B. M. de Waal (fotografías);Bryan Christie (gráficos)Chuck Savage, The Stock Market(fotografía); Bryan Christie(gráficos)Frans B. M. de WaalTom Draper Design, fuente:Magnetic Recording: The first 100years, editado por E. D. Daniel etal, IEEE Press, 1999Bryan Christie, fuente: Disk/TrendGeorge Retseck, fuente: HowComputers Work de Ron White,cuarta edición, Que Corporation,1998George RetseckGeorge Retseck, fuente: HowComputers Work de Ron White,cuarta edición, Que Corporation,1998George Retseck; IBM (micrografía)George RetseckGeorge Retseck; HEWLETT-PACKARD (micrografía)George Retseck; IBM (micrografía)Slim FilmsSlim Films (arriba y derecha);cortesía de William J. Nellis(fotografía)Slim FilmsCarlos SerranoSpektrum der WissenschaftJuan F. Gallardo Lancho,M. Amparo Vicente y GerardoMorenoD. Cardon (arriba); FundaciónAbegg, Riggisberg, Suiza (abajo)Museo Histórico de Tejidos, LyonD. CardonGaëtan du ChatenetPaul Starosta (izquierda);D. Cardon (centro y derecha)D. CardonDaniels & DanielsBryan ChristieBryan Christie, fuente: HuskyCorporation

COLABORADORES DE ESTE NUMERO

Asesoramiento y traducción:

Mónica Murphy: Planetas en miniatura; José M. García de la Mora: Problemas de la masifica-ción; Luis Bou: La crisis de las memorias masivas y Juegos matemáticos; Carlos Serrano:La plata del Perú; Jürgen Goicoechea: La reproducción de experimentos históricos;Agustí Nieto Galán: Las tinturas naturales; Angel Garcimartín: Perfiles; J. Vilardell: Hace...,Taller y laboratorio e Ideas aplicadas; José M.ª Valderas Martínez: Nexos

Copyright © 2000 Scientific American Inc., 415 Madison Av., New York N. Y. 10017.

Copyright © 2000 Prensa Científica S.A. Muntaner, 339 pral. 1.a 08021 Barcelona (España)

Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción en todo o en parte por ningún mediomecánico, fotográfico o electrónico, así como cualquier clase de copia, reproducción, registro otransmisión para uso público o privado, sin la previa autorización escrita del editor de la revista.El nombre y la marca comercial SCIENTIFIC AMERICAN, así como el logotipo correspondiente,son propiedad exclusiva de Scientific American, Inc., con cuya licencia se utilizan aquí.

ISSN 0210136X Dep. legal: B. 38.999 – 76

Filmación y fotocromos reproducidos por Dos Digital, Zamora, 46-48, 6ª planta, 3ª puerta - 08005 BarcelonaImprime Rotocayfo-Quebecor, S.A. Ctra. de Caldes, km 3 - 08130 Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona)

Printed in Spain - Impreso en España

SUSCRIPCIONES

Prensa Científica S. A.Muntaner, 339 pral. 1.a

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España 8.800 pta. 16.000 pta.52,89 euro 96,16 euro

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Cataluña y Baleares:Miguel MunillMuntaner, 339 pral. 1.a

08021 BarcelonaTel. 93 321 21 14Fax 93 414 54 13

Difusión

controlada

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INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2000 3

...cincuenta años

TABACO: UN INFORME DECISIVO.«A menudo se ha sospechado deltabaco como cómplice en el granaumento del cáncer de pulmón desde1900. Pero las pruebas eran frag-mentarias y contradictorias. Un in-forme sólidamente documentado pu-blicado en Journal of the AmericanMedical Association presenta lo queparece ser la prueba más convincentede que fumar puede causar cáncer.Ernest L. Wynder y Evarts A. Graham,de la facultad de medicina de laUniversidad de Washington, han des-cubierto en una encuesta a escala na-cional sobre 605 varones con cáncerde pulmón que un 96,5 por cientode éstos fumaron al menos 10 ciga-rrillos diarios durante muchos años,mientras que en la población hospi-talaria masculina general sin cáncersólo resultaron ser fumadores un 73,7por ciento.»

PLUTÓN. «El más exterior de los pla-netas del sistema solar tiene una masa10 veces menor de lo que se creía,según las mediciones de Gerard P.Kuiper, del Observatorio Yerkes, efec-tuadas con el telescopio de 508 cmde monte Palomar. Tomando comobase las desviaciones en la trayecto-ria del planeta Neptuno, atribuidas ala atracción gravitatoria de Plutón,solía estimarse que la masa de ésteera aproximadamente la de la Tierra.Kuiper ha sido el primer humano enconsiderar a ese planeta como algomás que un punto luminoso. Segúnsus cálculos, Plutón tiene un diáme-tro de unos 5800 kilómetros y una

masa que es la décima parte de laterrestre. Queda por resolver el mis-terio de las perturbaciones de Neptuno,demasiado grandes para que sea res-ponsable de ellas un planeta tan pe-queño como Plutón.»

CODICIA. «¿Es la avaricia una ten-dencia natural o un hábito adquirido?Louise C. Licklider y J. C. R. Licklider,psicólogos de Harvard, dieron a seisratones todas las píldoras de purinaque pudieron comer. Aunque ningunode los animalitos había hasta enton-ces padecido falta de comida, todosempezaron enseguida a acumular píl-doras. Los Licklider refinaron el ex-perimento envolviendo en papel dealuminio la mitad de las píldoras,inutilizándolas así como alimento.Descubrieron entonces que cuatro delos seis avariciosos ratones prefirie-ron acumular las inútiles píldoras in-comestibles.»

...cien años

AERONAUTA PIONERO. «M. De San-tos Dumont [sic] terminó reciente-mente la nueva nave aérea con laque competirá por el premio Deutschdel Aero Club para el primer vuelodesde el Bois de Boulogne hasta laTorre Eiffel y vuelta. El aeronauta ysu mecanismo propulsor cuelgan deuna funda rellena de gas (véase ilus-tración). El motor de gasolina arrancamediante un pedal y una transmisiónpor cadena. El cilindro superior con-tiene gasolina para el motor y en elinferior hay un depósito de agua quesirve de lastre.» [Nota de la Redacción:El brasileño Alberto Santos Dumont

ganó el premio Deutsch el 19 de oc-tubre de 1901.]

...ciento cincuenta años

EL INVEROSÍMIL PHINEAS GAGE.«El profesor Bigelow, de la Uni-versidad de Harvard, nos facilita lasúltimas noticias sobre un muchachode nombre Phineas P. Gage al queuna enorme barra de hierro atravesóel cerebro en septiembre de 1848 yque, por raro que parezca, vive ygoza de buena salud. ‘Lo más ca-racterístico de este caso’, dice el pro-fesor Bigelow, ‘es su inverosimili-tud’. Afirma el profesor B. que élfue ‘al principio un escéptico radi-cal’, pero que personalmente se con-venció. El señor Gage visitó Bostonen enero y durante algún tiempo es-tuvo bajo observación del profesor,quien le rasuró la cabeza y tomó unmolde de ésta, el cual, junto con elhierro agresor, se halla ahora depo-sitado en el Museum College.»

NUEVO RUMBO DE LA NATURA-LEZA. «No hace sino un poco másde veinte años que el primer cuervoatravesó el río Genesse en direccióna poniente. El cuervo, el zorro, elhalcón gallinero, la golondrina yotras aves e insectos parecen acom-pañar a la civilización. El gorgojodel grano inició su curso de des-trucción en Vermont en torno al año1828 y avanza de quince a veinti-dós kilómetros al año. Aún no hallegado al oeste de Nueva York, perola plaga sigue su marcha y la de-solación se cierne sobre la regióntriguera.»

HACE...

Alberto Santos Dumont a bordo del grupo propulsor que cuelga de su globo dirigible; año 1900

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Mis amigos y yo, niños de la era espacial,

solíamos divertirnos con el juego de la gra-vedad. A la voz de “¡En la Luna!”, nosponíamos a imitar las zancadas, lentas y

torpes de los astronautas vistas en la televisión. Si laorden era: “¡En Júpiter!”, nos arrastrábamos a gatas.Pero a nadie se le ocurría gritar: “¡En un asteroide!”En aquellos días de antes de las películas espaciales,¿quién iba a saber qué era un “asteroide”? Ahora quesoy mayor y me gano la vida estudiándolos, aún no séqué responder.

Pese a que no hemos visto todavía de cerca ningunode los mayores, lo más probable es que parezcan co-pias canijas y zurradas de la Luna. La diferencia esta-ría en que, al ser menor su gravedad, los astronautasdarían allí zancadas más largas, nada más. Pero con diá-metros de menos de unas docenas de kilómetros, la gra-vedad es demasiado débil para conferir a esos planetasmenores, así se los llama también, una conformación si-quiera sea aproximadamente redonda. Los mundos demenor tamaño presentan formas de todos los gustos: ca-bezas de lagarto, judías, muelas, cacahuetes y cráneos.Debido a su irregularidad, es frecuente que la atracciónde la gravedad no apunte al centro de masas. Cuandoa esto se suman las fuerzas centrífugas causadas por larotación, el resultado parece absurdo. Abajo a lo mejorno sería abajo. Quizá nos cayésemos ladera arriba deuna montaña. O saltásemos demasiado alto y no vol-viésemos a tocar tierra, sino entráramos en una órbitacaótica (majestuosamente lenta, eso sí) durante días an-tes de aterrizar en un lugar impredecible. Si tirásemosuna piedra, lo mismo regresaría como un bumerán. Unsuave salto vertical podría llevarnos a tocar el suelocien metros a la izquierda, o incluso modificar la es-tructura del asteroide bajo nuestros pies. Hasta el visi-tante más felino y sigiloso levantaría una polvareda y

dejaría tras de sí una “atmósfera” de restos en suspen-sión durante días o semanas.

Las misiones espaciales, en concreto la sonda NEAR(de Near Earth Asteroid Rendezvous, “Encuentro con as-teroides cercanos a la Tierra”), la primera en entrar enórbita alrededor de un planeta menor, están moderni-zando a pasos agigantados nuestra percepción de estosdesconcertantes objetos. Sin embargo, pese a las meti-culosas observaciones que se han realizado y a la pro-ximidad de algunos asteroides a la Tierra, sabemos mu-cho menos acerca de ellos (y de sus primos los cometas)de lo que sabíamos sobre la Luna cuando empezaba laexploración espacial. En los planetas menores actúa undelicado entramado de pequeñas fuerzas, y ninguna puedeignorarse ni simularse fácilmente en los laboratorios te-rrestres. Por dentro, ¿son sólidos o meros ensamblajesde componentes? ¿De qué minerales constan? ¿Cómo so-breviven a las colisiones con otros cuerpos? ¿Podríandesenvolverse en su extraña superficie un astronauta ouna sonda de aterrizaje?

Planetas a medio hacer

Empecé el doctorado durante la Administración Bush,cuando los asteroides eran simples manchas, mil

puntos de luz que orbitaban entre Marte y Júpiter. Eraconocida la existencia de algunas poblaciones menoresno tan lejos de la Tierra, y en el Gran Más Allá esta-ban además los cometas. A partir de las variaciones pe-riódicas del color y del brillo se dedujo que se tratabade cuerpos irregulares cuya envergadura iba de la deuna casa a la de una comarca y que giraban alrededorde sí mismos en unas horas o días. Propiedades másdetalladas quedaban para la imaginación científica.

Los asteroides más cercanos a Marte y la Tierra pre-sentan por lo común espectros característicos de una mez-cla de minerales rocosos y hierro, mientras que los pró-ximos a Júpiter son en general oscuros y rojizos, señalde una composición primitiva, diferenciada sólo grose-ramente de la que tuvo la nebulosa primordial donde em-pezaron a formarse los planetas hace 4560 millones deaños. Esa fecha se determina con precisión mediante elanálisis de los isótopos del plomo —producidos por ladesintegración radiactiva del uranio— que se hallan en

ERIK ASPHAUG, premio Urey de astronomía e investi-gador de la Universidad de California en Santa Cruz, re-crea simulaciones de colisiones entre asteroides en un su-percomputador Cray T3E.

Planetasen miniatura

En los asteroides actúa un delicado entramado

de pequeñas fuerzas que no admiten fácil simulación

en los laboratorios terrestres

Erik Asphaug

4 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2000

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HUELLA GIGANTE DE GARRA es el nombre que recibe un ex-traño cráter (en el centro de la imagen inferior) de Eros, un aste-roide de 33 kilómetros de largo, sometido a observación con la sondaNEAR. En la cara opuesta hay una entalladura de reciente forma-ción, con forma de silla de montar (imagen superior izquierda), cu-bierta de marcas inexplicables. Gracias a imágenes como éstas los as-teroides van dejando de ser objetos astronómicos —meros puntos deluz— para convertirse en objetos geológicos, mundos enteros cuyaexploración no ha hecho más que empezar.

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6 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2000

las muestras más antiguas de los me-teoritos más primitivos. Hace muchoque se sospecha que los meteoritosproceden de los asteroides. Los es-pectros de ciertos meteoritos son casiidénticos a los de determinados tiposde asteroides. Tenemos, pues, en nues-tro poder fragmentos de asteroide.

Muchos astrónomos pensaban quelas observaciones telescópicas, com-binadas con el análisis de los meteo-ritos, podrían suplir la exploraciónde los asteroides con vehículos es-paciales. Aunque los puntos difícilesresultaron ser mucho más duros delo esperado, se ha avanzado un bos-quejo provisional de la historia delsistema solar. Para que los planetasacreciesen a partir de una nebulosade gas y polvo, tuvo forzosamente quehaber una etapa inicial de agrega-ción de los primeros granos mi-núsculos en cuerpos cada vez mayo-res, los planetesimales, los bloquescon que se construirían los planetas.Sin embargo, las resonancias gravi-tatorias con el enorme Júpiter, queremovían el caldero en la zona quese extiende más allá de Marte, im-pidieron que los cuerpos superaranlos mil kilómetros de diámetro; que-daron restos sueltos que se conver-tirían en los actuales asteroides.

No obstante, los mayores de estosaspirantes a planeta acumularon can-

tidad suficiente de calor interno yadquirieron su propia estructura: losmetales densos se infiltraron haciael interior, fueron acumulándose allíy quizá formaron núcleos, dejandotras de sí, en las capas externas, re-siduos de roca más ligeros. La ac-tividad ígnea produjo metamorfosisadicionales de sus tipos de roca, yen algunos de ellos hubo erupcionesvolcánicas. Aunque ninguno creciólo bastante como para retener unaatmósfera, los minerales hidratadosdescubiertos en algunos meteoritosrevelan que a menudo contenían agualíquida.

Los encuentros de los planetesi-males aumentaron su violencia a me-dida que Júpiter provocaba que laorientación y la elipticidad de susórbitas se volvieran más aleatorias.Los planetas en ciernes dejaron decrecer; las colisiones entre ellos loscincelaban o hacían saltar en mil pe-dazos. Los fragmentos siguieron amenudo girando alrededor del Sol enfamilias con características orbitalescomunes y espectros afines. Muchosasteroides y meteoritos representanlos restos ricos en roca o metal deesos protoplanetas de estructura di-ferenciada. Otros asteroides (y la ma-yoría de los cometas) son cuerposmás primitivos que, por varias razo-nes, nunca se diferenciaron. Son ves-

tigios de una época anterior a la exis-tencia de los planetas.

El cielo se viene abajo

Diez años atrás, no había imáge-nes de los asteroides con deta-

lles aprovechables. Los astrónomosse resistían a prestarles atención. Losprimeros, descubiertos a principiosdel siglo XIX, recibieron resonantesnombres mitológicos. Pero halladosuna decena, una centena y un millarles fueron cayendo los nombres delos descubridores y luego los de susesposas, benefactores, colegas y pe-rros. En la actualidad, tras un siglode negligencia, se está generando uninterés renovado porque gracias a lasnuevas observaciones van dejando deser débiles centelleos en el cielo yse nos muestran como asombrosasformaciones minerales. Los expertosen asteroides deben agradecérselo aladministrador de la NASA, Daniel S.Goldwin, y a los dinosaurios.

El lema de Goldwin —“más rápido,mejor y más barato”— ha sido unabendición para la ciencia de los as-teroides, por la sencilla razón de quevisitar un vecino minúsculo es másrápido y barato que una misión a unplaneta de verdad. El espectro de unapocalipsis ígneo también ha fomen-tado el interés. El descubrimiento del

JUPITER

CINTURONPRINCIPAL

ASTEROIDESTROYANOS

MARTE

TIERRA

SOL

CLASE S

CLASE C

CLASE D0,1

0,1

0,01

1

10

100

1000

240

2400

24

2,4

0,24

0,024

1 10Diametro (kilómetros)

LOS ASTEROIDES GRANDES NUNCA GIRANMAS DE 10 VECES POR DIA

Vel

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100 1000

Tipos de asteroides

Por dónde se mueven

DOS GRUPOS DE ASTEROIDES se distinguen al repre-sentar sus velocidades de rotación (eje vertical) en funcióndel tamaño (eje horizontal). No se conoce ningún asteroidede más de 200 metros de diámetro que gire más de una vezcada 2,2 horas. El punto de corte es de fácil explicación siestos asteroides son pilas de cascotes, que se disgregarían sigirasen demasiado deprisa. Los asteroides más pequeños, querotan una vez cada pocos minutos, tienen que ser rocas só-lidas. La transición se debe seguramente a las colisiones.

LOS ASTEROIDES DEL CINTURON PRINCIPAL seencuentran entre las órbitas de Marte y Júpiter, perolos más desperdigados cruzan la órbita terrestre (y aveces chocan con la Tierra) o giran sincronizados conJúpiter (en dos grupos conocidos como asteroides tro-yanos). La parte interior del cinturón principal con-tiene sobre todo asteroides de roca o roca y hierro(tipo S); hacia su exterior son más oscuros, rojizos yricos en carbono (clases C y D).

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cráter Chicxulub en el Yucatán res-paldó la idea de que el impacto deun asteroide o cometa hace 65 mi-llones de años borró de la faz de laTierra bastante más de la mitad delas especies que la habitaban.

Que se repita el fenómeno es sólocuestión de tiempo; pero, ¿cuánto?Hasta que no se cataloguen todos losasteroides cercanos a la Tierra, y sólohemos empezado a hacerlo, debere-mos contentarnos con analogías sa-cadas del póquer. (Nunca llegaremosa catalogar los cometas peligrosos,porque cada cometa visita el sistemasolar interior sólo en raras ocasio-nes.) La probabilidad de que sucedauna calamidad planetaria en un añodeterminado es más o menos comola de sacar una escalera de color alas; la probabilidad anual de que ellector de estas líneas muera por otrosmotivos en un año dado viene a serla de recibir un trío. Es sumamenteimprobable que alguno de nosotrosmuera por el impacto de un asteroide.Sin embargo, hasta a los científicosles atrae la idea de un apocalipsis;con excesiva frecuencia caracterizana los asteroides por su capacidad ex-plosiva medida en megatones, no porsu diámetro.

Acicateados por esta curiosidad in-quieta entramos en la edad de orode la exploración de cometas y as-teroides. Se han tomado imágenes demás de una docena. Cada nuevo miem-bro recibe una acogida calurosa, aun-que no exenta de perplejidad. Estosobjetos no son lo que esperábamos.Según las predicciones, los asteroi-des de pequeño tamaño serían com-pactos y rocosos, y cualquier mate-rial superficial suelto (o regolito) quecreasen los impactos escaparía de sudébil gravedad. Creíase que no exis-tirían cuerpos pequeños compuestosporque el más leve movimiento re-lativo persistente los disgregaría.

Reducidos a cascotes

Sin embargo, las observaciones ylos modelos indican lo contra-

rio. Ahora se sostiene que la mayo-ría de los asteroides de más de unkilómetro están compuestos de frag-mentos menores. A los que se leshan tomado imágenes de alta reso-lución, se les han visto indicios deuna cantidad copiosa de regolito, pesea su débil gravedad. La mayoría pre-senta uno o dos cráteres enormes, al-gunos más anchos que el radio me-dio del objeto entero. Semejantesimpactos no excavarían un hoyo enun cuerpo monolítico; lo despedaza-

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2000 7

La nave espacial NEAR está ahora en órbita alrededor de Eros, un asteroideque parece un barco de proa estrecha y popa ancha, con un cráter promi-

nente en la cubierta cóncava. La abundancia de restos, en forma de bloquesamontonados, alrededor de ese cráter manifiesta la influencia de la gravedad du-rante su formación. En su interior hay un peñasco que se ha quedado a mitad decamino, como si no supiera dónde está arriba y dónde abajo. A la cara opuesta haido a parar otro peñón, tan voluminoso que forma parte del perfil general de Eros.Si lo creó un impacto, como parece probable, Eros debió de quebrarse en ese mo-mento en unas pocas grandes piezas, recubiertas de fragmentos y residuos demenor tamaño.

El nombre “Eros” le queda muy bien, dado su recatado coqueteo con la Tierra.Por desgracia, esta historia de amor podría terminar mal. Paolo Farinella, de laUniversidad de Trieste, y Patrick Michel, del Observatorio de Niza, han calculadoque Eros tiene un 5 % de probabilidades de chocar con la Tierra en los próximosmil millones de años y el impacto sería mayor que el que produjo la extinción delos dinosaurios.

NI ROCA COMPACTA NI AMASIJO DE POLVO, sino un conglomerado devarias piezas principales, cruzadas por fallas, escarpas y crestas, eso es Eros.La estructura de mayor tamaño es una concavidad suave, con ausencia casitotal de cráteres (abajo). El cráter más prominente —la “huella de garra”,de seis kilómetros de ancho— presenta grandes depósitos en el borde, señalde que la gravedad rigió su formación (centro izquierda). Una cresta muyempinada, que corre paralela a las marcas lineales, recuerda la producciónde fallas en un material coherente (centro derecha). El asteroide rota una vezcada cinco horas y media (abajo).

NEAR corteja a Eros

Una roca preciosa

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rían. También apoyan la teoría de losfragmentos las mediciones disponi-bles de las densidades globales. Losvalores, demasiado bajos, dan a en-tender que están atravesados por va-cíos de tamaño desconocido.

En resumen, aunque los asteroidesque superan el kilómetro de diáme-tro parezcan peñascos de roca com-

pacta, lo más seguro es que sean en-samblajes de piezas o incluso pilasde cascote suelto, tan fragmentadoque no haya roca firme. De esta úl-tima posibilidad ya hablaron haceveinte años Don Davis y Clark Chap-man, ambos por entonces en el Ins-tituto de Ciencia Planetaria de Tuc-son, pero no se les pasó por la cabeza

que eso pudiera predicarse de aste-roides con diámetros tan exiguos.

Poco después de que la nave NEARpasase hace tres años, de camino aEros, junto al asteroide Mathilde,Eugene Shoemaker (tras cuya desa-parición se ha rebautizado NEARcon su nombre) comprendía que susenormes cráteres y baja densidad

CASTALIANúmero oficial de catálogo: 4769Dimensiones: 1,8 ×× 0,8 kilómetrosDensidad: 2,1 gramos por centímetro cúbico (superficie)Tipo de órbita: cruza la órbita terrestreClase espectral: SRotación: 4 horas

Castalia fue el primer asteroide del que se tomaron imágenes. Enagosto de 1989 se aproximó a la Tierra a menos de 11 veces la distanciade ésta a la Luna (demasiado lejos todavía para observarlo con telesco-pios ópticos, pero al alcance del radar). Steven J. Ostro y su equipo delLaboratorio de Propulsión a Chorro apuntaron a él los potentes y preci-sos haces del mayor radiotelescopio del mundo (Arecibo). Laforma de cacahuete de Castalia sugiere que, pese a una grave-dad muy débil, lo componen dos fragmentos de 800 metros dediámetro, en reposo entre sí. Las señales de radar reflejadasen otros asteroides que cruzan la órbita terrestre indican queestas configuraciones binarias de contacto son comunes.

EROSNúmero oficial de catálogo: 433Dimensiones: 33 ×× 13 ×× 13 kilómetrosDensidad: 2,7 gramos por centímetro cúbicoTipo de órbita: cercana a la TierraClase espectral: SRotación: 5,27 horas

TOUTATISNúmero oficial de catálogo: 4179Dimensiones: 4,5 ×× 2,4 ×× 1,9 kilómetrosDensidad: 2,1 gramos por centímetro cúbico (superficie)Tipo de órbita: cruza la órbita terrestreClase espectral: SRotación: Dos períodos combinados (5,41 y 7,35 días)

Desde las primeras observaciones de Castalia se han pre-sentado oportunidades mejores para estudiar los asteroi-des por radar; la más notable fue la que brindó elasteroide Toutatis. Con una fuerte influencia de la grave-dad terrestre, su órbita es caótica. Se bambolea con dostipos de movimiento que, al combinarse, crean una rota-ción no periódica. Un visitante nunca contemplaría elmismo horizonte por segunda vez. El 29 de septiembre de2004 Toutatis se acercará a la Tierra a menos de 4 vecesla distancia entre la Tierra y la Luna y podrá observarsecon la ayuda de binoculares.

GASPRANúmero oficial de catálogo: 951 Dimensiones: 19 ×× 12 ×× 11 kilómetrosDensidad: desconocida Tipo de órbita: cinturón principal (familia Flora)Clase espectral: SRotación: 7,04 horas

Gaspra fue el primer asteroide visitado por una nave espacial: Galileo pasó cercaen 1991, de camino a Júpiter. Para algunos, la media docena de concavidades quepresenta no son cráteres, sino facetas que se crearon cuando Gaspra se despren-dió de su asteroide progenitor. Por otra parte, dada la débil e irregular gravedad deGaspra, es natural que los mayores cráteres de impacto adopten una configura-ción plana y asimétrica.

Visitas a los asteroides

Sinfonía roqueña

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sólo podrían explicarse juntos: uncuerpo poroso, como una pila decascotes, soporta los impactos mu-cho mejor que otro compacto. Ab-sorberá y disipará una importantefracción de la energía del choque;la cara opuesta apenas si se ente-rará. Una buena comparación es unabala disparada contra un saco de tie-

rra, frente a lo propio contra un ja-rrón de cristal.

¿Y las formas tan irregulares dela mayoría de los asteroides? La in-tuición nos dice que una topografíatan errática denota solidez. Pero lasprimeras impresiones resultan enga-ñosas. Cuando se miden las pen-dientes regionales con relación a esa

gravedad como de videojuego, no hayimagen de un asteroide o cometa enque aparezca alguna que sobrepaseel ángulo de reposo típico (unos 45grados), o inclinación a la que losfragmentos sueltos empiezan a caercuesta abajo. En las regiones másempinadas vemos deslizamientos deresiduos. En otras palabras, los ob-

IDA & DACTYLNúmero oficial de catálogo: 243Dimensiones: 56 ×× 24 ×× 21 kilómetrosDensidad: aproximadamente 2,5 gramos por centímetro cúbicoTipo de órbita: cinturón principal (familia Koronis)Clase espectral: SRotación: 4,63 horas

Dos años después de visitar Gaspra, la sonda Galileo se apro-ximó a este asteroide del cinturón principal. Una feliz sorpresafue el descubrimiento de Dactyl, el primer satélite de unasteroide que se haya conocido, de sólo 1,4 kilómetros de diá-metro. El equipo de la Galileo se sirvió de la órbita de Dactylpara calcular la masa de Ida. La densidad inferida es mucho menor que la deltipo de meteorito con el que ese asteroide guarda mayor relación (una condritanormal), así que, o su composición es diferente, o es poroso. Creen algunosque Dactyl se formó por aglomeración de restos lentos arrojados de uno de loscráteres mayores de Ida, aunque, desde el punto de vista dinámico, es muy difí-cil que sucediera algo así. Daniel Durda, del Instituto de Investigación del Sudo-este en Boulder, mostró que Dactyl e Ida podrían haberse formado en parejahace más de mil millones de años, al fragmentarse el progenitor de Ida. Pero esdifícil explicar cómo Dactyl habría sobrevivido tanto tiempo sin ser destruido.

MATHILDENúmero oficial de catálogo: 253Dimensiones: 66 ×× 48 ×× 46 kilómetrosDensidad: 1,3 gramos por centímetro cúbicoTipo de órbita: cinturón principalClase espectral: CRotación: 17,4 días

Yendo NEAR de camino a Eros se produjo el primer encuentro de una naveespacial con un asteroide primitivo de tipo C. Este objeto esferoidal, negrí-simo, es el mayor asteroide de los visitados hasta ahora y uno de los quegiran más lentamente. Su órbita excéntrica se extiende hasta los confinesmás remotos del cinturón principal. Mathilde desvió un poco la trayectoriade NEAR; así nos reveló su masa. La densidad correspondiente es menosde la mitad de la de los meteoritos más parecidos, las condritas carboná-ceas; por tanto, si Mathilde está compuesto del mismo material, debe teneruna estructura muy holgada. Lo mismo puede decirse de Eugenia, otro as-teroide de tipo C, estudiado recientemente por medio de un telescopio te-rrestre dotado de una refinada óptica adaptativa.Los cráteres gigantes son sorprendentes: algunos tienen un radio superioral radio medio de Mathilde y, sin embargo, están desprovistos de los bor-des o depósitos de material expulsado característicos de los cráteresgrandes en otros mundos. Así mismo, ninguno de los cráteres ha sido de-gradado por la creación de cráteres posteriores; ni siquiera podemos sa-ber qué impactos tuvieron lugar primero y cuáles después.

VESTANúmero oficial de catálogo: 4Dimensiones: 525 kilómetros de diámetroDensidad: 3,3 gramos por centímetro cúbicoTipo de órbita: cinturón principalClase espectral: VRotación: 5,34 horas

Entre los asteroides grandes, sólo Vesta presenta una superfi-cie de roca basáltica generada por antiguos torrentes de lava.En su pasado remoto se diferenciaron dos capas y sufrió mu-chos de los procesos geológicos que se dieron en los primerostiempos de Marte y la Tierra. Debieron de existir hace muchodocenas de cuerpos como éste, pero se fragmentaron y crearon familias de aste-roides menores. Se piensa que los meteoritos de hierro proceden de los núcleosde esos cuerpos despedazados; los ígneos vendrían de los mantos y cortezas. Eltelescopio espacial Hubble obtuvo en 1996 esta imagen de Vesta, donde se ve uncolosal cráter de 430 kilómetros de diámetro que tiene una antigüedad de quizámil millones de años; puede que los asteroides pequeños de tipo V que observa-mos hoy día procedan de ese cráter.

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jetos pequeños podrían también es-tar compuestos por rocas o inclusoarena, y aun así mantendrían su forma.Al fin y al cabo, las dunas presen-tan crestas muy definidas y, sin em-bargo, no puede decirse que sean mo-nolíticas. La rotación rápida contribuiríaa dar a una pila de escombros unaspecto alargado y con bultos.

La primera prueba directa que apoyóesta hipótesis de la escollera surgióen 1992, cuando el cometa Shoema-ker-Levy 9 se acercó demasiado a Jú-piter y se despedazó en dos docenasde fragmentos. Dos años más tarde,ese “rosario de cuentas” se estrellócontra el planeta gigante. Según unmodelo que desarrollé con Willy Benz,de la Universidad de Berna, esta frag-mentación del cometa sólo pudo ocu-rrir si constaba de cientos de gránu-los sueltos que sufrieron una especiede lento corrimiento de tierras a es-cala cósmica. A medida que las fuer-zas de marea de Júpiter estiraban elcometa, la gravedad formó cúmuloscon esos gránulos, algo muy parecidoa lo que sucede con el agua que caeen una fuente. Fundados en ese des-pedazamiento propusimos que los co-metas eran una especie de estructu-ras granulares con una densidad iguala unos dos tercios la del agua helada.Lo que vale para los cometas quizávalga también para los asteroides.

Cuando nada importa,todo importa

La hipótesis de la pila de escom-bros o cascotes plantea consi-

derables problemas conceptuales. Laresistencia material de un asteroide

viene a ser nula; por su levedad seestá tentado de despreciar también lagravedad. ¿Qué nos queda? La ver-dad es que no deben ignorarse niaquélla ni ésta. Por insignificante quepueda ser, la gravedad mantiene unidala escombrera. Todo el que haya he-cho castillos de arena sabe que hastaun material tan suelto puede adqui-rir cohesión. Empiezan a tener sig-nificado detalles del movimiento quemuchas veces se pasan por alto, comoel rozamiento de deslizamiento, losenlaces químicos, el amortiguamientode la energía cinética o la atracciónelectrostática. (De hecho, las partí-culas cargadas procedentes del Solpueden producir la levitación de polvode la superficie.) Apenas empezamosa entender la sutil interacción de es-tas fuerzas minúsculas.

El tamaño de un asteroide deberíadeterminar qué fuerza domina. Unade las indicaciones al respecto es lapauta exhibida por las velocidades derotación de los asteroides. Algunascolisiones hacen que giren más de-prisa y otras más despacio. Si losasteroides fuesen rocas monolíticasexpuestas a colisiones aleatorias, ungráfico de sus velocidades de rota-ción debería mostrar una distribuciónen forma de campana, con una “cola”estadística donde caerían los que ro-tasen muy deprisa. Sin embargo, sicasi todos los asteroides son monto-nes de cascotes no habrá esa cola;una pila de escombros que girase másde una vez cada dos o tres horas(dependiendo de su densidad global)saltaría en pedazos. Alan Harris, delLaboratorio de Propulsión a Chorrode Pasadena, y Petr Pravec, de la Aca-

demia de Ciencias de la RepúblicaCheca, han descubierto, con sus co-laboradores, que, salvo cinco, todoslos asteroides observados obedecenun límite de rotación estricto. Lasexcepciones tienen un diámetro in-ferior a 150 metros; se observa uncorte brusco cuando el diámetro pasade los 200 metros.

La conclusión evidente —que losasteroides de más de 200 metros deenvergadura son estructuras con di-versos componentes o pilas de cas-cotes— concuerda con los recientesmodelos informáticos de las colisio-nes, que también predicen una tran-sición en ese diámetro. Una colisiónpuede destrozar un asteroide, pero lospedazos se moverán normalmente másdespacio que su mutua velocidad deescape (que, dice la regla, es de al-rededor de un metro por segundo porkilómetro de radio). Varias horas des-pués, la gravedad habrá reunido to-dos los fragmentos, excepto los másveloces, en una nueva escombrera.Debido a que las colisiones entre as-teroides son bastante frecuentes, lamayoría de los asteroides de grandesdimensiones ya han pasado por esaexperiencia. Y recíprocamente, la ma-yoría de los pequeños deberán sermonolíticos: los fragmentos creadospor un impacto escaparán fácilmentede su débil gravedad.

Un asteroide “pequeño”, cuyos crá-teres de impacto no retienen los re-siduos que expulsaron, presenta unatopografía extremada. Un asteroide“grande” es un ensamblaje de piezasmenores al que la gravedad y las co-lisiones aleatorias pueden redondearo, si gira, dar una forma oblonga.

10 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2000

ASTEROIDE del tipo de pila de casco-tes, cuya estructura fragmentadamuestra las cicatrices de las colisio-nes sufridas. Recibe de nuevo el im-pacto de un asteroide pequeño y ve-loz, algo relativamente frecuente.

Sólo salta en el cuerpo agregadola zona que recibió el impacto. Enpocos minutos escapan los restosmás pequeños y rápidos. Los demayor tamaño se alejan con par-simonia.

Algunos pedazos grandes esca-pan; otros regresan. Días mástarde torna la calma. Con el tiempoesa cicatriz estará cubierta de res-tos expelidos por bombardeos yotros procesos.

¿Sílex o cascote?

Impactos violentos