Judith Butler, filósofa de la heterosexualidad

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  • 7/25/2019 Judith Butler, filsofa de la heterosexualidad

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    UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

    FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS

    MAESTRIA EN ESTUDIOS INTERDISCIPLINARIOS DE LA SUBJETIVIDAD

    SEMINARIO Huellas del sujeto psquico y de la subjetividad en el

    cuerpo, en los sntomas y en la vida cotidiana.

    Prof. Dra. Leticia Glocer Fiorii

    Mae!tra"o Prof. Die#o Si#er

    J$"it% B$tler& fil'!ofa "e la %etero!e($ali"a"

    1

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    Es curioso lo de decir algo en nombre propio, porque no

    se habla en nombre propio cuando uno se considera

    como un yo, una persona o un sujeto. Al contrario, un

    individuo adquiere un autntico nombre propio altrmino del ms grave proceso de despersonalizacin,

    cuando se abre a las multiplicidades que le atraviesan

    enteramente, a las intensidades que le recorren.

    Gilles Deleuze

    En este trabajo pretendo recorrer algunos puntos centrales del anlisis de Judith

    Butler en torno a la problemtica de gnero y sexualidad. abemos !ue si bien su obra no se

    reduce a esta temtica" sin embargo es a partir de ella !ue ha ganado un reconocimiento !ue

    ha obligado a tomar posici#n en el campo te#rico y en el prctico$pol%tico a di&ersos

    intelectuales y colecti&os del campo 'eminista. u teor%a de la per'ormati&idad de gnero ha

    implicado no s#lo una trans'ormaci#n dentro del propio espacio te#rico dedicado al anlisisdel gnero y la sexualidad" ha contribuido a generar a la &ez un campo propio de teor%a de

    la per'ormati&idad !ue excede el mbito para el !ue Butler lo comenz# a desarrollar. (a

    necesidad de pensar los procesos de subjeti&aci#n desde una perspecti&a discontinuista

    encuentra en Butler un conjunto de herramientas te#ricos de enorme potencia. En este

    terreno" la constituci#n )y destituci#n* de una identidad de gnero no est aislada de los

    modos mediante los cuales nos constituimos en sujetos en relaci#n a un conjunto de normas

    de reconocimiento e inteligibilidad !ue nos preceden.

    +omenzar entonces el presente trabajo" con un anlisis de los modos en !ue

    podemos,debemos dar cuenta de nosotros mismos. (a estructura de interpelaci#n en la !ue

    somos constituidos" deber%a echar luz sobre el posicionamiento general del presente escrito.

    e trata de un intento de !ue la escritura acadmica y la experiencia en primera persona no

    !ueden di&orciadas" tal como ocurre por otra parte en buena parte de la obra de Butler.

    -artiendo del concepto de matriz heterosexual/" intentar dejar 'ormulados un n0mero de

    interrogantes respecto a la importancia de la teor%a de Butler para !uienes se reconocen

    aproblemticamente dentro de esta matriz. Este 'oco implica correrse de la identi'icaci#n de

    Butler como pensadora del 'eminismo" del pos'eminismo o de la teor%a queery" en 0ltima

    instancia" cuestionar esas identidades minoritarias pensadas como un otro absoluto/ de la

    identidad sexual hegem#nica. En este sentido" me interesa poder pensar cules son los

    elementos principales del dispositi&o te#rico butleriano para repensar la heterosexualidad y

    en particular el lugar masculino en esta matriz.

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    ). *+$i, !o!-

    2unca se sale indemne de una interpelaci#n. 30n cuando haya una respuesta a'irmati&a

    a una demanda !ue se cree comprender" a0n cuando se diga s%" es a m%/ y se intente en

    &ano clausurar el mo&imiento !ue toda interpelaci#n comporta. -oder ser interpelado porotros implica necesariamente encontrarse habitando la intemperie" dejar en e&idencia !ue

    no hay resguardo para lo !ue creemos ser" rea'irmar !ue estamos expuestos. -or!ue no hay

    posibilidad de responder a una interpelaci#n con una respuesta pre&ia" con una identidad ya

    constituida" con un e'ecti&amente soy tal y cual/. 4 esto por dos moti&os. En primer lugar

    por!ue no hay posibilidad de narrarme" de dar cuenta de !uin soy si no es a tra&s de una

    interpelaci#n. 2o hay narraci#n pre&ia" existe un !uin soy s#lo para un otro. En segundo

    trmino" por!ue esa interpelaci#n no me deja indemne" me demanda una respuesta !ue

    recorre un camino intrincado a &elocidades inciertas. 4 cuando esa respuesta a'lora" aun!ue

    parezca ser simple resultado de un automatismo" ya no puedo ser el mismo. oy entonces"

    si se me permite la aparente complejidad l#gica" constituido y modi'icado por el mismo

    acto !ue implica la irrupci#n del otro. 56uin sos7/ dice" ordena" pregunta la

    interpelaci#n. 4 aun!ue una &oz 'amiliar" algo as% como una &oz !ue reconocemos propia

    responda oy yo/" tal &ez haya en esa respuesta un temblor. 4 tal &ez all% comience el

    pensamiento.

    3ll% al menos comenz# el pensamiento en mi caso" gracias a la interpelaci#n de la

    (ic. en 8istoria -aola 9art%nez" cuando se estaban planeando las ::: Jornadas de Estudios

    :nterdisciplinario de la ubjeti&idad y se acerc# para in&itarme a escribir un trabajo sobre

    Judith Butler y as% armar junto con ella y la (ic. en -sicolog%a ;oc%o

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    di'icultad de hablar sobre una de las ms importantes pensadoras del 'eminismo" el

    pos'eminismo" la teor%a queero como !uerramos clasi'icar a Judith Butler" sin reconocerme

    ni queer" ni trans" ni homosexual. 4 peor a0n" sin ser ni si!uiera mujer. @ermin

    rpidamente pensando algunos de los problemas !ue implicaba !ue algo as% como un &ar#n

    blanco heterosexual uni&ersitario est hablando sobre 'eminismo y teor%a queer.

    -ara comprender mejor la relaci#n entre esta interpelaci#n y la constituci#n de la

    subjeti&idad" es necesario atender a la interpretaci#n !ue realiza Butler de algunas

    propuestas de la 'il#so'a 3driana +ara&ero. (a pregunta 'oucaultiana 5!u soy7/ para

    3driana +ara&ero no muestra la interpelaci#n y la apropiaci#n de las normas" esa estructura

    de interpelaci#n se e&idencia mejor en el 56uin eres7/ :n'luenciada por Emanuel (&inas

    y 8annah 3rendt" +ara&ero propone un en'o!ue radicalmente antinietzscheano de la tica

    en el cual" a'irma" la pregunta del !uin/ plantea la posibilidad del altruismo./1 -ara

    +ara&ero somos seres expuestos unos a otros en nuestra &ulnerabilidad y singularidad. Esa

    exposici#n es la singularidad a la !ue no se puede escapar" el yo porta su corporalidad !ue

    !ueda expuesta y no puede ser sustituido. (a estructura de reconocimiento es didicaA tu$

    yo. El argumento de esta autora debilita la 'ormulaci#n nietzscheana de la agresi#n y el

    castigo" y limita a la &ez las demandas !ue nos plantea la socialidad hegeliana tambin

    propone una direcci#n posible para una teor%a di'erente del reconocimiento./ (as

    singularidades son las mutuas di'erencias !ue impiden la identi'icaci#n en el

    reconocimiento. Esa singularidad para +ara&ero no tiene contenido" es ms bien ese cuerpo

    particular expuesto. El discurso no puede dar cuenta de esa singularidad" de esa exposici#n"

    por un lado lo excede )el lenguaje no es m%o*" por otro no puede dar cuenta de lo &i&iente

    de mi corporalidad. (a interpelaci#n establece el carcter de la raz#n !ue doy de m% como

    tal" y esta s#lo se completa cuando es e'ecti&amente extra%da y expropiada del dominio de

    lo !ue es m%o. #lo en la desposesi#n puedo dar y doy cuenta de m% misma./?

    1Butler" J."Dar cuenta de s mismo" Buenos 3ires" 3morrortu" C1.p. .

    :b%dem" p. F1.

    ? :b%dem" p. F.

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    (a narraci#n de m% muestra sus limitaciones al recurrir a un pasado !ue no es propio

    y !ue cambia en cada nue&a narraci#n" no soy responsable de esa historia" no puedo anclar

    all% la responsabilidad. on &arios" entonces" los modos en !ue mi relato" al procurar dar

    cuenta de m% misma" podr%a desintegrarse y !uedar debilitado. 9is es'uerzos por dar cuenta

    de m% se desploman en parte por!ue dirijomi descripci#n" y al dirigirla !uedo expuesta a

    ti./(as distancias entre la narraci#n del yo y el cuerpo propio parecen ser en alg0n sentido

    insal&ables. El carcter inapresable e intraducible del cuerpo es uno de los modos de

    entender y nombrar el 'racaso del yo al !uerer dar cuenta de s% mismo. En lo !ue respecta a

    la identidad de gnero no estar%amos a!u% sino en un mismo eje !ue implica la

    imposibilidad de reconocer ese gnero como absolutamente presente en el cuerpo !ue lo

    portar%a. (as historias no capturan el cuerpo al cual se re'ieren. 2i si!uiera la historia de

    ese cuerpo es plenamente narrable. er un cuerpo es" en cierto sentido" estar pri&ado de un

    recuerdo completo de la propia &ida. 8ay una historia de mi cuerpo de la !ue no puedo

    tener recuerdos./F@anto el gnero como el yo indican modos en los !ue mi identidad es

    despose%da" a la &ez !ue me constituyen. 2o puedo decir !ue yo tenga/ una sexualidad

    como un atributo y tampoco puedo asignar a ese yo una coincidencia con el cuerpo propio.

    (as discontinuidades entre lo narrati&izable y la emergencia de lo corporal no implican de

    todos modos un desconocimiento total" o un lugar de irresponsabilidad" sino un corrimiento

    en las posibilidades !ue implican los procesos de subjeti&aci#n y las nociones de

    responsabilidad y de gnero asociadas a ellos.

    En la escena de interpelaci#n doy cuenta de m% a un t0 y de esa 'orma me modi'ico

    y modi'ico al otro. En la trans'erencia psicoanal%tica el discurso tiene esta dimensi#n dual

    de brindar un contenido" una in'ormaci#n" pero a la &ez de ser conducto del deseo. -ara

    algunas escuelas psicoanal%ticas el objeti&o del anlisis ser%a !ue el paciente logre realizar

    un relato de s% mismo" !ue pueda dar cuenta de s% mismo. 56u pasa" empero" si la

    reconstrucci#n narrati&a de una &ida no puede ser la meta del psicoanlisis" por moti&os

    !ue tienen !ue &er con la 'ormaci#n misma del sujeto7 i el otro siempre est presente"

    desde el comienzo" en el lugar donde estar el yo" entonces una &ida se constituye en &irtud

    :b%dem" p. FH.

    F :b%dem" p. F.

    F

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    de una interrupci#n 'undamental e inclusose interrumpe antes de cualquierposibilidad de

    continuidad. -or consiguiente" si la reconstrucci#n narrati&a ha de acercarse a la &ida !ue

    pretende transmitir" deber tambin estar sujeta a la interrupci#n./

    Butler sostiene la importancia de la narraci#n" pero nos ad&ierte sobre los peligros de

    una totalizaci#n narrati&a. Del hecho de !ue una &ida re!uiera alguna estructura narrati&a

    no se deduce !ue toda la &ida tenga !ue traducirse en 'orma de narraci#n./I2o solamente

    no ser%a deseable este relato cerrado de m% sobre m% mismo" sino !ue ser%a imposible"

    por!ue el lenguaje no es m%o y por!ue no puedo acceder a mi propio origen sino a tra&s de

    una resigni'icaci#n actual transida por la 'antas%a. @anto desde la 'iloso'%a )(e&inas*" como

    desde el psicoanlisis )(aplanche* se intenta pensar esta constituci#n mediante la

    interpelaci#n. 3 Butler le interesa subrayar la desposesi#n !ue implica esta constituci#n

    subjeti&a. Entender el inconsciente" empero" es entender lo !ue no puede" hablando con

    propiedad" pertenecerme" justamente por!ue desa'%a la ret#rica de la pertenencia es una

    manera de !uedar despose%do desde el comienzo como resultado de la interpelaci#n del

    otro./H Jean (aplanche a'irma !ue la interpelaci#n del otro" es una demanda !ue me

    abruma" es un exceso !ue me obliga a con'ormar un yo/ para separarse de ella. De ah% !ue

    en la trans'erencia psicoanal%tica se reproduzca en cierto sentido esta demanda y esta

    demas%a de tal 'orma !ue se pueda realizar no simplemente una narraci#n" sino !ue se

    pueda estatuir lo !ue no puede narrarse. 3 la &ez" Butler se interesa especialmente en ese

    5!uin eres7 !ue el psicoanalista ocupa como posici#n de interpelante. 56uin es el !ue me

    abruma7 -ara pensar esto se apoya en +hristopher Bollas" !uien cree !ue el psicoanalista

    debe poder ser usado por el paciente como objeto trans'erencial y puede inter&enir en la

    sesi#n utilizando sus experiencias contratrans'erenciales en lugar de ocultarlas. ea como

    'uere" la articulabilidad total no deber%a &erse como la meta 'inal del trabajo psicoanal%tico"

    por!ue esa meta implicar%a un dominio ling%stico y yoico sobre el material inconsciente

    !ue procurar%a trans'ormar el inconsciente mismo en una articulaci#n re'lexi&a conscienteA

    :b%dem" p. IF.

    I :b%dem" p. I.

    H :b%dem" p. IH.

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    un ideal imposible" y !ue soca&a uno de los principios ms importantes del psicoanlisis./

    El psicoanlisis puede ser tanto conser&ador como cr%tico de las actuales normas de la

    sexualidad y el parentesco. -ara Butler es indispensable la teor%a psicoanal%tica para hacer

    patente la construcci#n de la 'antas%a en relaci#n con los otros y la dimensi#n incognoscible

    !ue 'orma parte de nuestra existencia. En este terreno !ue implica una dimensi#n

    incognoscible en relaci#n al propio gnero la teor%a de Butler tiene mucho !ue aportar para

    los heterosexuales.

    +uando somos interpelados nos encontramos as% ante una situaci#n de una 'ortaleza y

    una debilidad simultneas. in embargo no debemos intentar suturar esa debilidad" esa

    'alla" sino ms bien explorar ese modo de constituci#n propio !ue no llega a con'ormar un

    relato completo. Entonces la interpelaci#n 56uin sos7/ se comenz# a responder en el

    entramado de la obra de Butler" a tra&s de lo !ue ella denomina la matriz heterosexual/"

    a saberA un modelo discursi&o,epistmico hegem#nico de inteligibilidad de gnero" el cual

    da por sentado !ue para !ue los cuerpos sean coherentes y tengan sentido debe haber un

    sexo estable expresado mediante un gnero estable )masculino expresa hombre" 'emenino

    expresa mujer* !ue se de'ine hist#ricamente y por oposici#n mediante la prctica

    obligatoria de la heterosexualidad./1C ;ompiendo con esta matriz heterosexual/ !ue

    sostiene la identidad de gnero hegem#nica" podr%amos pensar en una construcci#n &ariable

    de la identidad. En trminos de la propuesta de Judith Butler" !uizs sea una oportunidad

    para el mo&imiento 'eminista )en una poca pos'eminista*" la de poder salir de una

    identidad !ue parecer%a con'ormarse solamente en torno de la matriz heterosexual.

    -ero en trminos de lo !ue a m% me interpelaba" en trminos de mi propia interpelaci#n"

    del lugar !ue ocupaba en la matriz heterosexual" 5c#mo pensar y actuar en relaci#n al

    gnero desde este lugar7 5+#mo hablar entonces de las prcticas minoritarias en torno al

    gnero" si uno se encuentra en el lugar hegem#nico7 5+#mo hacer para no reproducir otra

    &ez el lugar de la &oz autorizada" para no hablar en lugar del otro" ocupando su lugar a la

    &ez hacindolo callar7 +reo !ue esto toca algunos ner&ios centrales del cuerpo

    problemtico !ue atra&iesa la obra de ButlerA subjeti&idad" alteridad y hospitalidad. oy

    :b%dem" p. H?.

    1CButler" J."El gnero en disputa" Barcelona" -aid#s" CCI" p. .

    I

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    interpelado" recibo una in&itaci#n para hablar" pero no s si debo antes !ue nada callar para

    !ue el otro deje ser hablado. 5+ules son mis posibilidades para alojar una re'lexi#n cr%tica

    sobre la degeneraci#n/ si me reconozco como un agente de reproducci#n del orden

    dominante7 5+#mo escribir si no es con el cuerpo y desde el deseo7 -ero 5c#mo hacer

    hablar el deseo" si ello 'uera posible" cuando lo descubrimos como un deseo opresor7 >pt

    entonces por intentar pensar desde el lugar de la heterosexualidad. 5En !u sentido la

    propuesta te#rica de Judith Butler puede permitir pensar la heterosexualidad7 5+ules son

    las herramientas !ue aporta para una comprensi#n cr%tica del lugar !ue tenemos en la matriz

    heterosexual7

    . U ca/0o "e falla!.

    -odemos pensar buena parte de la 'iloso'%a de Judith Butler como la expansi#n continua

    de un campo de 'allas. (a 'alla implica en primer lugar un yerro" un desacierto" una

    e!ui&ocaci#n. Deber%amos ser capaces de &er entonces en !u estamos 'allando o !u es lo

    !ue 'alla en nosotros" sobre todo cuando creemos !ue acertamos. -ero la 'alla es tambin

    un des'asaje" una discontinuidad" un desplazamiento sobre un plano o a tra&s de un cuerpo

    !ue se pretend%a s#lido. (a 'alla es tal siempre en relaci#n a un acierto o a una solidez" en

    este sentido parece tratarse de un concepto negati&o. -ero en la 'iloso'%a de Butler las 'allas

    cobran una dimensi#n producti&a. Junto al gesto deconstructi&o !ue gusta poner en

    e&idencia la 'alla" encontramos en Butler una imaginaci#n propositi&a" !ue se interesa

    particularmente por los modos !ue permiten establecer nue&as conexiones.

    Kna primera 'alla tiene la duplicidad !ue atra&iesa el pensamiento de Butler" es a la &ez

    ling%stica y pol%tica. e trata del concepto de representaci#n/. El modelo clsico de la

    representaci#n implica !ue hay un sujeto constituido !ue luego puede ser representado en la

    arena pol%tica. Butler ad&ierte sobre la 'alla de la representaci#n sobre todo por!ue soslaya

    !ue el sujeto se constituye como tal en su actuaci#n pol%tica. 2o hay un sujeto de derecho

    pre&io a la relaci#n !ue tiene con la ley. -ensar lo contrario es no ser capaz de &er !uin

    !ueda excluido de la categor%a de sujeto digno de ser representado y no poder cambiar las

    reglas del juego de la representaci#n. El concepto de representaci#n supone un papel

    pol%tico y tambin un papel en el uso del lenguaje. on los dos usos del trmino los !ue

    estn en crisis. 9s all del 'eminismo no est claro !ue el sujeto/ sea e'ecti&amente

    H

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    representado" as% como no est claro !ue la mujer/ represente una entidad claramente

    existente en la realidad. El problema es !ue la representaci#n puede realizarse s#lo de lo

    !ue se reconoce como sujeto. -ero es el sistema mismo de representaci#n el !ue constituye

    a los sujetos. 3s% llegamos a la paradoja de !ue el sujeto 'eminista est discursi&amente

    'ormado por la misma estructura pol%tica !ue" supuestamente" permitir su emancipaci#n./11

    El poder jur%dico no solamente permite representar" sino !ue )siguiendo las hip#tesis

    principales de

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    heterosexual les proporcionaA El gnero es una complejidad cuya totalidad se posterga de

    manera permanente" nunca aparece completa en una determinada coyuntura en el tiempo./ 1?

    En otras palabras" nunca puedo asegurarme de una &ez por todas ser un hombre/ o ser una

    mujer/. i hay discontinuidades en la identidad" si hay discontinuidades en la identidad

    sexual" entonces tengo !ue suturar una y otra &ez estas discontinuidades para hacer aparecer

    mi &ida como una l%nea s#lida y coherente en la !ue pueda reconocerme y ser reconocido

    por los otros. De ah% !ue la teor%a de la per'ormati&idad aparezca como re&erso producti&o

    de la discontinuidad de las identidades subjeti&as. (os actos per'ormati&os son 'ormas del

    habla !ue autorizanA la mayor parte de las expresiones per'ormati&as" por ejemplo" son

    enunciados !ue" al ser pronunciados" tambin realizan cierta acci#n y ejercen un poder

    &inculante./1 entencias judiciales" bautismos" casamientos" promesas. Es el poder

    actuando como discurso. -ero 5de d#nde saca su 'uerza ese poder7 2o pro&iene

    simplemente de la &oluntad del juez !ue dicta la sentencia" no es un acto aislado" sino !ue

    'orma parte de una cadena de actos" de una cadena de citas con&encionales. 2ue&amente

    Butler discute el origen del poder centrado en una &oluntad subjeti&a" en contraste a'irma

    su diseminaci#n" aun!ue esto no le reste necesariamente e'iciencia. El gnero es

    intencional y no re'erencial/" intencional en el sentido 'enomenol#gico husserlianoA la

    conciencia siempre est dirigida hacia algo" hacia un objeto" siempre est direccionada" no

    est en s% misma/. +on el gnero ocurre lo mismo" es para otro" para otros" busca el

    reconocimiento. 2o re'erencial por!ue no hay un gnero real !ue sea su re'erente

    sustancial. +onsiderar al gnero como una 'orma de hacer" una acti&idad incesante

    per'ormada" en parte" sin saberlo y sin la propia &oluntad" no implica !ue sea una acti&idad

    automtica o mecnica. Es una prctica de impro&isaci#n en un escenario constricti&o.

    3dems" el gnero propio no se hace/ en soledad. iempre se est haciendo/ con o para

    otro" aun!ue el otro sea s#lo imaginario./1F

    1? :b%dem" p. IC.

    1 Butler" J." !uerpos que importan" Buenos 3ires" -aid#s" CC" p. ?1.

    1FButler" J."Deshacer el gnero" Barcelona" -aid#s" CC" p. 1?

    1C

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    @engo !ue actuar una y otra &ez de di'erentes 'ormas a!uello !ue creo ser y a!uello !ue

    parcialmente termino siendo. -or eso la per'ormati&idad no puede reducirse a la actuaci#n

    como acto limitado" por!ue se realiza todo el tiempo sin depender de la libre &oluntad del

    actor. -or otra parte cuando act0o una y otra &ez mi intento de ser un hombre heterosexual"

    no solamente nunca paso la prueba de'initi&amente" por!ue no hay modelo esttico del

    gnero en el !ue me reconozco !ue me sir&a como gu%a. 8ay una pluralidad de ideas de

    hombre encarnadas en innumerables actos de masculinidad !ue se &an modi'icando

    hist#rica y culturalmente. omos &%ctimas irredentas del nominalismo. in embargo" esto

    no !uiere decir !ue el gnero no tenga entidad" ni consecuencias en nuestros modos de

    &ida" ni !ue la heteronormati&idad no intente &iolentar continuamente lo !ue sin cesar se

    aleja de ella. El gnero ni es una &erdad puramente ps%!uica" concebida como algo

    interno/ u oculto/" ni puede reducirse a una apariencia de super'icie por el contrario" su

    carcter 'luctuante debe caracterizarse como el juego entre la psi!ue y la apariencia

    )entendiendo !ue en este 0ltimo dominio se incluye lo !ue aparece en las palabras".

    3dems" ste ser un juego regulado por imposiciones heterosexistas" aun!ue" por esa

    misma raz#n" no pueda reducirse a ellas./1

    8abitar un campo de 'allas implica entonces !ue aun!ue haya normas hegem#nicas" no

    solamente no son las 0nicas disponibles" sino !ue ellas mismas estn en permanente estado

    de temblor. -or!ue es la prdida la !ue organiza nuestros derroteros. Es el permanente

    estado de menesterosidad de nuestra identidad el motor de nuestras insistencias y de

    nuestras &iolencias. De a!u% podemos desprender una primera conclusi#n. 30n habitando y

    reproduciendo una identidad hegem#nica heteronormati&a" podemos debilitar los ni&eles de

    coerci#n siempre !ue estemos dispuestos a pagar el precio de reconocer nuestra 'alla

    constituti&a y en consecuencia no demandar a los otros una identidad !ue nosotros mismos

    no podemos sostener. El reconocimiento de !ue uno no es" en cada oportunidad"

    totalmente igual a como se presenta en el discurso disponible podr%a implicar" a su turno"

    cierta paciencia con los otros !ue suspendiera la exigencia de !ue 'ueran idnticos en todo

    momento./1I 8ay un des'ase temporal entre la normati&idad del reconocimiento y la

    1 Butler" J." !uerpos que importan" Buenos 3ires" -aid#s" CC" p. ?H

    1I Butler" J."Dar cuenta de s mismo" Buenos 3ires" 3morrortu" C1" p. .

    11

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    autopercepci#n !ue genera un 'racaso/ en conocernos y presentarnos. Entonces tenemos

    !ue ser capaces de esperar estos 'racasos tambin en los otros. +uando solicitemos

    conocer al otro o le pidamos !ue diga" 'inal o de'initi&amente" !uin es" ser importante no

    esperar nunca una respuesta !ue sea satis'actoria. 3l no buscar satis'acci#n y al dejar !ue la

    pregunta !uede abierta e incluso perdure" permitimos &i&ir al otro" pues la &ida podr%a

    entenderse justamente como a!uello !ue excede cual!uier explicaci#n !ue tratemos de dar

    de ella./1H

    i entendemos entonces !ue la matriz heterosexual produce continuamente una distribuci#n

    binaria de los gneros" ello no indica solamente !ue un tercer gnero o un inter o trans

    gnero sean relegados al mbito de lo inexistente o de lo marginal. (a &iolencia !ue destila

    la matriz heterosexual no se reduce a dirigirse a !uienes se resisten a adaptarse a una u otra

    de las opciones obligatorias. @ambin practica continuamente una micro$'%sica del poder

    sobre los !ue se reconocen como hombres/ o mujeres/ imponiendo modos correctos =

    hegem#nicos$ de ese ser hombre o mujer. (a 'ragilidad de la identidad y la necesidad de

    reconocimiento hacen !ue no sea nada sencillo adaptarse a un modo con&encionalmente

    dominante de per'ormar el propio gnero. En este sentido" por ejemplo" para ser reconocido

    dentro del registro de hombre heterosexual/" es necesario recon'irmar una y otra &ez

    mediante gestos" actitudes corporales" modos de &estir" de hablar y de mirar las credenciales

    de la identidad masculina heterosexual. (os continuos exmenes son realizados

    generalmente por los pares" !uienes ante el menor des&%o de la norma" en el color de una

    prenda" en la actitud debidamente masculina/ en relaci#n al sexo puesto o a la acti&idad

    laboral !ue desempeLe" no &acilan en marcar el des&%o o la 'alla mediante una insinuaci#n"

    un chiste o agresiones &erbales o corporales ms directas. 8ay tambin prcticas coerciti&as

    hegem#nicas al interior de la heterosexualidad" aun!ue !uizs ser%a ms correcto a'irmar

    !ue ese tambin/ est marcando no una discontinuidad radical" sino por el contrario una

    normati&idad y una per'ormati&idad com0n entre !uienes se reconocen dentro de la matriz

    heterosexual y entre !uienes !uedan excluidos de ella.

    Esto indicar%a !ue la matriz heterosexual no se ocupa simplemente de producir

    cuerpos !ue habitan y act0an su gnero apropiadamente y excluir o corregir a a!uellos !ue

    no lo hacen. El continuo proceso de correcci#n es com0n a todos. (a necesidad de

    1H :b%dem" p. ?.

    1

  • 7/25/2019 Judith Butler, filsofa de la heterosexualidad

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    reconocimiento es com0n a todos. 4 si bien con esto no !ueremos ocultar el lugar

    hegem#nico de la heterosexualidad )y particularmente del rol masculino* en la matriz

    dominante" es posible entonces pensar en tejer alianzas trans&ersales no solamente entre

    gays o trans" sino tambin entre heteros" gays y trans. (a 'alla en relaci#n al gnero es

    compartida" aun!ue los grados de des&%o nos pre&engan de pensar !ue se trata siempre de

    los mismos procesos. (a herida de la continua desposesi#n de la identidad en relaci#n a las

    normas imperantes es un com0n desde el cual es posible pensar en una pol%tica de alianzas.

    Butler entiende" contra la tradici#n moderna" !ue esta desposesi#n del yo no es el 'inal sino

    el comienzo de la pol%tica. i otros me reclaman cuando me a'irmo" entonces el gnero es

    para otro y pro&iene de otro antes de con&ertirse en el m%o si la sexualidad conlle&a cierta

    desposesi#n del yo/" esto no implica el 'inal de mis a'irmaciones pol%ticas. #lo signi'ica

    !ue cuando se hacen estas a'irmaciones" su alcance es muy superior al del sujeto !ue las

    'ormula./1(o !ue !ueda entonces por pensar" son las posibilidades de construir alianzas"

    aun!ue sean temporarias" en las !ue los heterosexuales podamos participar sin dejar por eso

    de reconocer las &iolencias !ue se ejercen en nuestro nombre. Eso signi'icar%a

    concretamente poder apoyar causas como la del matrimonio igualitario" la adopci#n de

    niLos por parte de parejas homosexuales )u otro tipo de 'amilias heterodoxas* o la

    tipi'icaci#n de delitos de &iolencia contra las mujeres o lxs trans. -or supuesto" participar de

    estas alianzas implica al mismo tiempo debilitar la propia posici#n de gnero masculina

    heterosexual. 3compaLar los mo&imiento pol%ticos de rei&indicaci#n de las minor%as"

    implica acompaLarlas desde nuestra propia minoridad y desde nuestra propia 'alla.

    Deshacernos a0n ms a nosotros mismos" entregarnos al encuentro pol%tico con los otros"

    repensar los modos en !ue participamos acti&a y pasi&amente en las micro&iolencias

    cotidianas !ue mantienen la hegemon%a de los gneros" es algo de lo !ue debemos hacer

    para acercarnos de alguna 'orma a !uienes ya estn luchando por su reconocimiento. igo

    albergando la esperanza de !ue las minor%as sexuales 'ormen una coalici#n !ue trascienda

    las categor%as simples de la identidad" !ue rechace el estigma de la bisexualidad" !ue

    combata y suprima la &iolencia impuesta por las normas corporales restricti&as. Desear%a

    !ue dicha coalici#n se 'undara en la complejidad irreducible de la sexualidad y en sus

    1 Butler" J."Deshacer el gnero" Barcelona" -aid#s" CC" p. ?.

    1?

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    implicaciones en distintas dinmicas del poder discursi&o e institucional" y !ue nadie se

    apresurara a restar poder a la jerar!u%a y a negar sus dimensiones pol%ticas producti&as./C

    1. Ua 0$erta cla$!$ra"a.

    ostu&e en la secci#n anterior !ue es la prdida la !ue organiza nuestros derroteros.

    6uiero re'erirme a un 0ltimo aspecto de la constituci#n de la heterosexualidad !ue seLala

    agudamente Judith Butler. 8ay una prdida !ue no se re'iere a la identidad !ue nunca se

    termina de asegurar" sino una prdida de un objeto de amor" !ue justamente constituye la

    identidad en la !ue nos reconocemos" en este caso la heterosexualidad. 8ay objetos de amor

    resignados" perdidos absolutamente" puertas clausuradas !ue la heterosexualidad no

    solamente parece no estar dispuesta a 'ran!uear" sino !ue desconoce !ue esos objetos

    posibles de amor" hayan constituido una prdida. 4 si lo !ue se perdi# no puede ser si!uiera

    llorado" por!ue no sabemos !ue lo hemos perdido" estamos constituti&amente

    melancolizados. En palabras de ButlerA Existen" por supuesto" &arios modos de negarse a

    amar" todos los cuales pueden ser considerados como repudio. -ero 5!u ocurre cuando cierto

    repudio del amor se con&ierte en la condici#n de posibilidad de la existencia social7 52o se

    produce entonces una socialidad a!uejada de melancol%a" una socialidad en la cual la prdida no

    puede ser llorada por!ue no puede ser reconocida como tal" por!ue lo !ue se pierde nunca tu&o

    derecho a existir7/1Desde esta perspecti&a deber%amos poder ahondar en lo !ue signi'ica para

    nuestras concepciones del amor" la imposibilidad constante de llorar nuestras prdidas.

    El duelo tiene para Judith Butler una gran importancia pol%tica" podemos armar

    comunidad a partir de nuestras prdidas. MEs posible apelar a un MnosotrosM" pues todos

    tenemos alguna noci#n de lo !ue signi'ica haber perdido a alguien. (a prdida nos re0ne a

    todos en un tenue MnosotrosM. 4 si hemos perdido" se deduce entonces !ue algo tu&imos"

    !ue algo amamos y deseamos" !ue luchamos por encontrar las condiciones de nuestro

    deseo.M -or supuesto" particularmente expuestos en su &ulnerabilidad estn los cuerpos

    C Butler" J."El gnero en disputa" Barcelona" -aid#s" CCI" p. ?.

    1 Butler" J."#ecanismos psquicos del poder" 9adrid" +tedra" CC1" p. ?F.

    Butler" J." $ida precaria" Buenos 3ires" -aid#s" CC" p. .

    1

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    minoritarios" por!ue se constituyen expuestos a las &iolencias de los otros de 'ormas ms

    e&identes. Butler discute la noci#n de duelo/ en

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    llorados como perdidos" de ah% la melancolizaci#n. En la medida en !ue las inclinaciones

    homosexuales no se reconozcan dentro de la heterosexualidad normati&a" no estarn

    constituidas meramente como deseos !ue emergen y luego se proh%ben. 3ntes bien" son

    deseos proscritos desde el comienzo./F(a prdida del amor homosexual no puede llorarse"

    por eso !ueda melancolizada/ la heterosexualidad y como consecuencia se ponen en acto

    'ormas hiperb#licas de la masculinidad y la 'emineidad. e imita y cita al hombre !ue

    nunca pudimos amar )renegaci#n*. 3s% la per'ormati&idad heterosexual es motorizada por la

    prdida no sabida.

    -ermitir hacer duelo" hacer duelo p0blico" puede cortar esta melancolizaci#n" al menos

    respecto a la melancol%a gay !ue Butler trabaja particularmente en las comunidades !ue no

    han podido hacer un duelo p0blico por los muertos de :D3" sobre todo al comienzo de los

    episodios ms conocidos en las dcada de 1HC. En la medida en !ue el duelo contin0e

    siendo algo indecible" la ira pro&ocada por la prdida puede intensi'icarse en &irtud de la

    imposibilidad de con'esarla. 4 si se proscribe la c#lera misma !ue produce la prdida" los

    e'ectos melanc#licos de semejante proscripci#n pueden alcanzar proporciones suicidas. (a

    aparici#n de instituciones colecti&as !ue alientan la expresi#n del duelo son" pues"

    esenciales para sobre&i&ir" para unir a la comunidad" para reelaborar los lazos de a'inidad"

    para &ol&er a entretejer relaciones de sostn mutuo. 4" en la medida en !ue tales

    instituciones den publicidad y promue&an la dramatizaci#n de la muerte" deben

    interpretarse como una respuesta a 'a&or de la &ida y en contra de las horrendas

    consecuencias ps%!uicas de un proceso de duelo obstaculizado y proscrito culturalmente./

    Desde la identidad heterosexual" la propuesta de Butler implica una 'uerte lecci#n

    respecto a la prdida. -or un lado pone en e&idencia una contracara respecto a la supuesta

    integridad/ o completud de la masculinidad. -or supuesto !ue esta prdida no es simplemente

    una 'alla" tal como a'irmamos en la secci#n anterior" se trata en cambio de una 'orclusi#n !ue

    lle&a a la melancolizaci#n. -ero de todos modos es coherente con la concepci#n de subjeti&idad

    presente en Butler" !uien una y otra &ez subraya la constituci#n relacional y relati&amente

    'lexible de las identidades !ue portamos. 2adie est a sal&o de la melancol%a" pero en el caso de

    F :b%dem" p. ??1.

    :b%dem" p. ??.

    1

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    los heterosexuales" parece haberse con&ertido prcticamente en condici#n necesaria para su

    constituci#n. E&identemente la ganancia !ue esa prdida no sabida implica tiene !ue ser lo

    su'icientemente grande para !ue esa resignaci#n primaria se lle&e a cabo. Esa ganancia es la

    posibilidad de !ue lo !ue reconocemos como propio lo siga siendo" !ue nuestra identidad se

    mantenga tal y como es para nosotros y para !uienes nos rodean. (o !ue es seguro es !ue las

    posibilidades del amor !uedan sensiblemente acotadas. 9ucho se ha escrito sobre los amores

    no correspondidos" sobre los amores !ue podr%an haber sido" sobre los !ue ocurrieron

    'ugazmente y 'ueron trgicamente interrumpidos" y sobre todas a!uellas 'ormas de la prdida

    amorosa !ue habitan el espacio del dolor. -ero poco sabemos a0n sobre ese espacio lim%tro'e

    entre lo prohibido y lo imposible en el !ue nos aguardan impacientes en el gozo y en el llanto"

    a!uellos amores !ue tienen la potencia de destruirnos.

    Bi2lio#raf3a

    Butler" J."El gnero en disputa" Barcelona" -aid#s" CCI.

    Butler" J." !uerpos que importan" Buenos 3ires" -aid#s" CC.

    Butler" J."Deshacer el gnero" Barcelona" -aid#s" CC.

    Butler" J."#ecanismos psquicos del poder" 9adrid" +tedra" CC1.

    Butler" J."Dar cuenta de s mismo" Buenos 3ires" 3morrortu" C1.

    Butler" J." $ida precaria" Buenos 3ires" -aid#s" CC.

    Butler" J."#arcos de guerra. &as vidas lloradas" Buenos 3ires" -aid#s" C1C.

    1I