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    De forasteros a hilacatas:una familia andina de la provincia de Chayanta,

    siglo XVIII

    por Sergio Serulnikov

    Abstract. This article explores the history of the Policarios, an eighteenth-centuryfamily of indigenous migrants belonging to the Chullpa community, in the Upper Peru-vian province of Chayanta. The extraordinary number and variety of legal litigation inwhich they were involved over a period of twenty five years allows us to examine, fromthe viewpoint of the unique experience of a peasant family, crucial aspects of the Andean

    social fabric. Among them, there are the mechanisms of assimilation offorasteros intothe communities of residence, the tensions involved in internal migrations, the powerstruggles within an indigenous society, and the impact of local political histories on theundermining of colonial authority during the years leading to the pan-Andean insurrec-tions of the early 1780s.

    Los estudios histricos sobre los sectores populares, en particularaquellos dedicados a los habitantes de las reas rurales, son casi pordefinicin annimos. La carencia de testimonios escritos hace que lasinvestigaciones descansen, por lo general, en estadsticas econmicasy demogrficas, as como en casos excepcionales de levantamientos yprotestas colectivas. Se ha sostenido con frecuencia, como recordCarlo Ginzburg para el caso europeo, que el nmero y el anonimato

    son los nicos modos de reincorporar la historia de las clases subalter-nas en la historia general.1 Esta afirmacin podra, sin duda, aplicarseal caso de los Andes durante el rgimen colonial espaol. Al igual quelos campesinos en Europa, cuya tasa de analfabetismo superaba elnoventa por ciento para el siglo XVI, los integrantes de los pueblos

    1 Carlo Ginzburg, The Cheese and the Worms. The Cosmos of a Sixteenth-CenturyMiller(New York 1980), p. XX.

    Jahrbuch fr Geschichte Lateinamerikas 40 Bhlau Verlag Kln/Weimar/Wien 2003

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    andinos dejaron escasos testimonios escritos. Las barreras idiomticas

    entre dominadores y dominados, propia de la situacin colonial, creadificultades an mayores a las enfrentadas por la historiografa europea.

    Ciertamente, en comparacin con las sociedades del Antiguo Rgi-men en Europa, el gobierno espaol, en alguna medida, facilit la pro-duccin de registros escritos por parte de los grupos subalternos. Elalto grado de burocratizacin de la administracin colonial americanay la capacidad de las comunidades indgenas en Per y Mxico parahacer uso de la justicia espaola coadyuv para que miembros ordina-rios de la sociedad nativa asentaran a menudo sus reclamos a travs dela mediacin de abogados, amanuenses y traductores. Cuando estudia-

    da en serie, esta documentacin ha permitido un acceso privilegiado alas formas de asimilacin, adaptacin y resistencia al rgimen colo-nial. Los litigios judiciales, empero, tienden a capturar a los indgenasen momentos aislados y bajo circunstancias relativamente excepcio-nales: los momentos signados por disputas con autoridades rurales,vecinos o familiares. La imagen de la relacin de los individuos con sucontexto social que se deriva de los archivos coloniales es, por reglageneral, esttica en el tiempo y unidimensional en su contenido.

    La historia de los Policarios, una familia perteneciente al grupo

    tnico Chullpa, en la provincia altoperuana de Chayanta, durante elsegundo tercio del siglo XVIII, ofrece en este sentido un caso de estu-dio privilegiado. La participacin de varios de sus miembros en dis-tintas clases de litigios durante un perodo relativamente largo nosposibilita reconstruir un conjunto de facetas de su vida que es inusualpara indgenas que nunca ocuparon el cargo de caciques o encabeza-ron alzamientos contra el rgimen colonial. Como veremos en la pri-mera seccin de este trabajo, los Policarios fueron una familia deforasteros provenientes de la aledaa provincia de Oruro. Su integra-cin al grupo Chullpa y sus continuos vnculos con los caciques de su

    comunidad de origen ilustran las tensiones detrs del pasaje de afilia-cin tnica de los migrantes en los Andes. La exitosa asimilacinsocial y econmica de la familia a la comunidad de residencia secorrespondi con una activa participacin en sus conflictos internos,as como en mltiples disputas con las elites rurales. Entre las dcadasde 1740 y 1770, coincidiendo con el clima general de agitacin socialexperimentado en los Andes, los Policarios intervinieron en cuestio-namientos a cuatro sucesivos caciques de Chullpa, el repartimiento demercancas, la presencia de mestizos en los pueblos de indios y el

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    cobro de las veintenas a la produccin agropecuaria indgena.2 Estos

    emprendimientos sirvieron como un medio de ascenso dentro la socie-dad indgena tal como lo evidencia la designacin de uno de los Poli-carios como hilacata (recaudador de tributos) de Chullpa en 1750 ,pero tambin pudieron haber determinado su destierro del pueblo.

    Sera sin duda incorrecto considerar a los Policarios como un casorepresentativo. Sus iniciativas polticas, sus recursos econmicos eincluso su capital cultural (algunos de los integrantes de la familia eranalfabetos) no eran tpicos del resto de la sociedad indgena. Aunqueacaso excepcional en muchos aspectos, su historia est, sin embargo,entrelazada a problemticas fundamentales de la poca, desde lasmigraciones internas y los conflictos faccionales dentro de las comu-nidades rurales hasta los modos de poder y resistencia que condujerona la sublevacin general de 1780. Su estudio, en suma, nos permiteexaminar fenmenos globales del orden colonial peruano a travs dela experiencia concreta de una familia de campesinos andinos.

    DE FORASTEROS A ORIGINARIOS

    La familia Policario era oriunda de Sorasora, un pueblo indgena de laprovincia de Oruro situado al este del lago Poopo, en la frontera con laprovincia de Chayanta. La familia se estableci en tierras del comndel grupo Chullpa en la segunda dcada del siglo XVIII. Chullpa con-formaba junto a los grupos Puraca, Laymi, Chayantaca, Sicoya yCaracha el repartimiento de Chayanta.3 De acuerdo a una lista exhibida

    por los indios en 1771, Chullpa tena 140 tributarios, alrededor de 500almas. Siguiendo un antiguo modelo de complementariedad ecolgica,

    45De forasteros a hilacatas

    2 Sobre conflictos sociales en el Alto Per, vase Jrgen Golte,Repartos y rebelio-nes. Tpac Amaru y las contradicciones de la economa colonial (Lima 1980); ScarlettOPhelan Godoy, Un siglo de rebeliones anticoloniales. Per y Bolivia, 17001778(Cuzco 1988); Sinclair Thomson, We Alone Will Rule. Native Andean Politics in the Ageof Insurgency (Madison 2002).

    3 Sobre la organizacin de estos grupos tnicos, vase Olivia Harris, From Asym-metry to Triangle. Symbolic Transformations in Northern Potosi: J. Murra/N. Wachtel/J. Revel (eds.),Anthropological History of Andean Politics (Cambridge 1986), pp. 261263; Sergio Serulnikov, Subverting Colonial Authority. Challenges to Spanish Rule inEighteenth-Century Southern Andes (Durham 2003), chapter 1.

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    23 familias residan de manera permanente en el valle de Micani y el

    resto en estancias de puna ubicadas al noroeste de Espritu Santo deChayanta, un pueblo fundado durante las reducciones toledanas delsiglo XVI que serva como capital de la provincia.4 El grupo estaba asu vez compuesto por dos ayllus menores, Collana y Sullcata. Segnun detallado censo realizado en 1786, slo los indios de Collana po-sean tierras en el valle.5

    Durante la dcada de 1720, un cacique de Chullpa llamado PedroChoque consinti que los Policarios se asentaran en territorios delgrupo. Lo hicieron, segn record ms tarde un indio, sin pagararrendamiento, esto es, no como ocupantes temporarios de parcelas

    comunales sino en calidad de miembros plenos del ayllu.6 La familiase afinc en el paraje de Achoco, la principal estancia de puna de loschullpas, incorporndose posiblemente al ayllu menor Collana.7 Dadala falta de informacin precisa slo podemos especular acerca de lascausas y mecanismos que permitieron su integracin a esta comuni-dad. Por cierto, la cercana entre los indios de Sorasora y de Chullpa,as como el hecho que los ltimos posean unos predios comunales enel paraje de Bombo, provincia de Oruro, debieron haber contribuidoa su rpida asimilacin.8 Es posible, asimismo, que sta haya sido

    favorecida por la relativa abundancia de tierras vacantes generadapor la gran epidemia de 17191721. Como han mostrado numerososestudios sobre migraciones en los Andes, en momentos de crisis

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    4 Archivo Nacional de Bolivia (ANB), Tierras e Indios (TI) 1772, 98.5 Archivo General de la Nacin de Buenos Aires (AGN), Sala XIII, 18104.

    Chullpa y Sicoya son los nicos grupos del antiguo repartimiento colonial de Chayantaque continan en la actualidad manteniendo una subdivisin en ayllus menores. VaseSilvia Rivera Cusicanqui,Ayllus y Proyectos de desarrollo en el norte de Potos(La Paz1992), pp. 7677.

    6 Francisco Asencio al comisionado Francisco de Arsiniega, agosto de 1748: ANB,Expedientes Coloniales (EC) 1750, 20.

    7 Santos Pozo al comisionado Sebastin Mallavia, abril de 1753; e Isidro Policarioa la audiencia, sin fecha: ANB, EC 1753, 140.

    8 En la dcada de 1830, un conflicto sobre los arrendamientos de los prediosde comunales de los Chullpas en Bombo fue mediado por un juez de paz del cantnSorasora, departamento de Oruro. Tristan Platt,Estado Boliviano y ayllu andino. Tierray tributo en el norte de Potos(Lima 1982), pp. 4446.

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    demogrficas los caciques tendan a promover el asentamiento de

    indios forasteros en tierras comunales como un modo de incrementarla mano de obra necesaria para afrontar las obligaciones colectivashacia el estado, la Iglesia y las autoridades provinciales.9 La cesin depredios del ayllu realizada por el cacique parece haberse correspon-dido a su vez con la formacin de relaciones directas y rituales deparentesco con familias de Chullpa. Una india tributaria del pueblorecord que hacia la dcada de 1730 sus padres haban convenido sucasamiento con Toms Policario, uno de los miembros de la familiaque haba arribado a la provincia de nio; otro indio principal deChullpa se defini como ahijado de casamiento y compadre de

    Isidro Policario, uno de los hermanos menores de Toms.10 Sabemosque aunque las comunidades andinas eran idealmente endogmicas,las alianzas matrimoniales y el compadrazgo podan funcionar comomedios de asimilacin de nuevos integrantes.11

    El pasaje de afiliacin tnica fue un proceso gradual y no exento detensiones. Los varones de mayor edad al momento de la migracin,Juan Policario (quien fue velado por el cura del pueblo de Chayanta enmayo de 1734)12 y su hijo Juan Roque Policario continuaron mante-niendo los vnculos con su comunidad de origen. Ejemplificando la

    capacidad de las autoridades tnicas para mantener contacto con ind-genas residentes en zonas distantes, el cacique de Sorasora continurecaudando los tributos de los Policarios mucho despus que stos

    47De forasteros a hilacatas

    9 Ward Stavig seala que en la regin de Cuzco, [i]n the wake of the 17191720pandemic, forasteros, who often rented lands from communities, were obliged to paytribute. The World of Tpac Amaru. Conflict, Community, and Identity in Colonial Peru

    (Lincoln 1999), p. 197. Sobre la relacin entre los forasteros y los caciques de las comu-nidades de residencia, vase Brooke Larson, Colonialism and Agrarian Transformationin Bolivia. Cochabamba, 15501900 (Durham 1998), pp. 93101; Karen Viera Powers,Andean Journeys. Migration, Ethnogenesis, and the State in Colonial Quito (Albu-querque 1995), p. 122; y Ann Wightman,Indigenous Migration and Social Change. TheForasteros of Cuzco, 15201720 (Durham 1990), p. 55.

    10 Mara Gertrudis a la audiencia, febrero de 1753: ANB, EC 1755, 63; y MiguelCaracara al comisionado Francisco Pelez, octubre de 1753: ibidem.

    11 Sobre el compadrazgo, vase Thierry Saignes, Indian Migration and SocialChange in Seventeenth-Century Charcas: B. Larson/O. Harris/E. Tandeter (eds.),Ethni-city, Markets, and Migration in the Andes (Durham 1995), p. 188.

    12 Informe del fiscal de la audiencia, diciembre de 1746: ANB, EC 1755, 63.

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    abandonaran el pueblo.13 Ello no libraba a la familia de responsabili-

    dades materiales hacia su comunidad de residencia. Si bien en su cali-dad de migrantes quedaron exentos de la mita, una indudable ventajaeconmica, debieron en cambio compartir las obligaciones inherentesal sistema de cargos religiosos y civiles. Los servicios como pasantesde las fiestas cristianas celebradas en los pueblos rurales representabanun smbolo de prestigio y uno de los mecanismos claves de integra-cin social. Como se quej un indio de Chullpa, Juan Roque no pagatributo ni va a Potos y solo con pasar sus alferazgos se ha constituidoya indio nativo.14 Por cierto, los alferazgos constituan asimismo unaconsiderable erogacin econmica: los alfereces y mayordomos eranresponsables por el pago de sumas de dinero que en celebracionescomo Corpus Christi o la fiestas del santo patrn del pueblo podansuperar los 100 pesos, adems de la entrega a los curas de una canastade productos agropecuarios conocida como ricuchicu.15 Se dijo, porotro lado, que en la dcada de 1740 Juan Roque ocup el cargo dealcalde de campo.16

    Recin los hijos de Juan Roque Policario, Toms, Juan Bautista eIsidro, dejaron de pagar sus obligaciones tributarias al cacique deSorasora. Juan Bautista, al igual que Toms, haba llegado a la provin-

    cia de nio; Isidro era oriundo de Chayanta. Los nietos del primer

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    13 Sobre la relacin entre caciques e indios residentes fuera de los terriorios de lacomunidad, vase Thierry Saignes, Las etnias de Charcas frente al sistema colonial(siglo XVII). Ausentismo y fugas en el debate sobre la mano de obra indgena (15951665):Jahrbuch fur Geschichte von Staat, Wirtshaft and Gesellschaft Lateinamerikas2 (1983), pp. 2775; Ann Zulawski, Migracin y mano de de obra en un centro minerode los Andes. Oruro, 1683: Nicols Snchez-Albornoz (ed.), Poblacin y mano de obraen Amrica Latina (Madrid 1985), pp. 95114.

    14

    Cristbal Colque al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ANB, EC 1750, 20.15 Sobre las fiestas religiosas en Chayanta en el siglo XVIII, vase por ejemplo,Mnica Adrian, Reformas borbnicas y polticas locales. Las doctrinas de Chayantadurante la segunda mitad del siglo XVIII: Revista del Insituto de Derecho 23 (1995),pp. 1135; Elizabeth Penry, Transformations in Indigenous Authority and Identity inResettlement Towns of Colonial Charcas (Alto Peru) (Ph.D. dissertation, University ofMiami, 1996); Tristan Platt, The Andean Soldiers of Christ. Confraternity Organization,the Mass of the Sun and Regenerative Warfare in Rural Potosi (18th20th Centuries):Journal de la Socit des Americanistes LXXIII (1987); Sergio Serulnikov, Customsand Rules. Social Conflicts in the Age of Bourbon Reformism (Northern Potos in the1770s): Colonial Latin American Review 8, 2 (1999), pp. 253260.

    16 Cristobal Colque al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ANB, EC 1750, 20.

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    migrante (Juan Policario) desaparecieron as de los padrones de su

    pueblo de origen, aunque no iban a quedar registrados en los padronesde Chullpa hasta una revista realizada en 1750.17 Es fundamentalsubrayar que su ausencia del padrn oficial no implicaba en la prctica

    exencin tributaria puesto que los Policarios contribuan sus tasas alcacique Dionisio Choque, el cual haba sucedido a su padre PedroChoque en 1726. Las tensiones creadas por la situacin tributaria de lafamilia durante esta etapa de transicin salieron a la superficie en unlitigio con el cacique de Sorasora, quien a comienzos de la dcada de1740 denunci ante el corregidor de la villa de Oruro que los herma-nos Juan Bautista y Toms Policario adeudaban varios aos de tribu-

    tos. En respuesta, stos presentaron a la audiencia de Charcas recibosque probaban que haban estado pagando sus tasas al cacique deChullpa. Demostrando una pericia para desenvolverse en el mbito dela justicia colonial, que se confirmara con creces en los aos porvenir, los Policarios lograron que el cura del pueblo de Chayanta, JosIgnacio Virto, escribiera una carta al tribunal elogiando su conductadesde su afincamiento en la provincia y que la audiencia y los funcio-narios de la tesorera de Oruro les devolvieran 66 pesos que les haban

    sido previamente embargados a raz de esta denuncia.18

    No sabemos si Toms, Juan Bautista o Isidro estuvieron sujetos a lamita potosina a lo largo de sus vidas, pero a comienzos de la dcada de1770 dos indios pertenecientes a la cuarta generacin de la familiadesde su incorporacin al grupo Chullpa, Eusebio y Luis Policario,aparecen en las listas de colquerunas del pueblo.19 Los colquerunaseran indios que conmutaban sus turnos en las minas de Potos mediante

    el pago de dinero al cacique, 50 pesos en el caso de Chullpa. Estadesignacin, adems de un ndice de asimilacin tnica, lo es de pros-peridad econmica ya que slo los indgenas con mayores recursospodan afrontar su exencin de la mita.

    La total integracin de los Policarios a la comunidad de residenciano se reflej slo en la progresiva asuncin de obligaciones religiosas,tributarias y mitayas en Chullpa, sino tambin en la posesin de tierras

    49De forasteros a hilacatas

    17 En 1743 los corregidores de Oruro y Chayanta atestiguaron que Toms y JuanBautista no figuraban en los padrones: ANB, EC 1775, 63.

    18 ANB, EC 1775, 63.19 La lista de los colquerunas designados por Manuel Ninanvia en 1770 y 1771:

    ANB, TI 1772, 98.

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    en el valle. Ello se desprende de un pleito surgido en 1751 en el curso

    del cual sostuvieron que el cacique intent despojarlos de sus prediosen Micani. Su pertenencia al ayllu menor Collana, cuyos indios tenanterritorios en este valle, y su participacin en disputas en este puebloconfirman este hecho. El dato es especialmente relevante para estable-cer el status social de la familia puesto que los estudios etnohistricosy antropolgicos muestran en esta regin altoperuana la clasificacinde forastero y originario poda basarse menos en consideracionesgenealgicas que en el tipo de predios usufructuados por los campesi-nos: el control simultneo de parcelas en las punas y valles es, preci-samente, uno de los indicadores de la condicin de originario.20 Es

    significativo al respecto que con el fin de denegar (o elpticamentejustificar) el despojo denunciado por los Policarios en 1751, el caciquede Chullpa argumentara que no era posible que stos poseyeran tierrasen Micani dado que se trataba de forasteros.21 Por otro lado, al igualque en el caso de su designacin como alfereces y colquerunas, elacceso directo a tierras en diferentes zonas ecolgicas es un signode relativa prosperidad. Como ha notado Olivia Harris, slo las fami-lias que pudieran movilizar el trabajo de varios varones adultos ycontaran con suficientes animales de carga para realizar los frecuentes

    viajes entre una y otra rea, como era el caso de los Policarios, estabanen condiciones de hacerse del cultivo bi-zonal.22 Ello requera asi-mismo dinero para cumplir con las obligaciones inherentes al rgimende fiestas catlicas en ambas doctrinas, Espritu Santo de Chayantay Micani.

    Cules eran las actividades y recursos econmicos que le permi-tieron a la familia alcanzar este status social? Algunos testimoniossugieren que los Policarios acumularon una significativa cantidad

    50 Sergio Serulnikov

    20 Platt, Estado Boliviano y ayllu andino (nota 8), pp. 5356; Rivera Cuscanqui,Ayllus y Proyectos de desarrollo en el norte de Potos(nota 5), p. 96; Sergio Serulnikov,Conflictos agrarios y polticos intra-tnicos en el norte de Potos (el caso de Pocoata,siglo XVIII):Revista Andina 17, 1 (2000), pp. 6599.

    21 Isidro Policario a la audiencia, 1753: ANB, EC 1753, 140; Martn Ninavia alcomisionado Malavia, abril de 1753: ibidem. Tambin un indio de Chullpa sostuvo quelos Policarios no posean tierras en el valle porque eran forasteros de Oruro. FranciscoNicols al comisionado Malavia, abril de 1753: ibidem.

    22 Olivia Harris, El parentesco y la economa vertical en el ayllu Laymi (Norte dePotos):Avances 1 (1978), p. 57.

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    de cabezas de ganado y participaron en los circuitos comerciales

    surandinos. Con respecto a lo primero, un indio de Chullpa que habatrabajado como ganadero de la familia sostuvo que slo uno de loshermanos, Toms Policario, posea ms de 70 carneros de la tierra yentre todos tenan alrededor de 80 vacas.23 En el curso de una subastade una parte de los ganados de la familia realizada en 1753, se vendie-ron 28 carneros de la tierra hembras, 20 cargadores de esta especie y7 vacas de cra pertenecientes a Juan Bautista y 18 mulas y 3 yeguaspertenecientes a su hermano Isidro.24 Un indio originario del ayllu queviva a una legua de la familia estim que los Policarios tenan ms decinco pearas de ganado.25 La dote recibida por la esposa de Toms

    Policario, una india llamada Mara Gertrudis, parece tambin apuntaren esta direccin. Esta explic que al casarse con Toms su padre lehaba dado una dote de 120 ovejas de Castilla parideras, 18 vacas,2 toros aradores, 24 ovejas de la tierra hembras y 30 carneros carga-dores.26 Esta inusual acumulacin individual fue motivo de fuerteresentimiento dentro de la comunidad, en particular entre los chullpasque posean tierras lindantes con los Policarios. As, por ejemplo,un indio residente en la estancia Achoco sostuvo en 1748 que losganados de Castilla, carneros de la tierra, mulas y vacas de los Poli-

    carios eran tan numerosos que invadan sus tierras.27

    Los ganados delos Policarios haban destruido veinte cargas de papas de otro indio deChullpa que haba ido al valle a ver sus sembrados.28 Otro vecino,lamentndose de los daos que la familia provocaba con tanta yeguay mulas que tienen que pasan ya de noventa, record que cuandounos aos atrs haba ido a Potos de enterador de la mita, los ganadosle haban arruinado las ocho cargas de papas que haba dejado sem-bradas al punto que no haba podido recoger siquiera la semilla.Observ que, en contraste con los Policarios,

    51De forasteros a hilacatas

    23 Pedro Mamani al comisionado Pelez, septiembre de 1753: ANB, EC 1755, 63.24 Christbal de Aguilar y Gregorio al comisionado Pelez, septiembre de 1753:

    ibidem.25 Cruz Vas al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ANB, EC 1750, 20.26 Mara Gertrudis a la audiencia, febrero de 1753, y declaracin del indio de Chullpa

    Salvador Ignacio al comisionado Pelez, octubre de 1753: ANB, EC 1755, 63.27 Leandro Delgado al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ANB, EC 1750, 20.28 Pedro Manuel al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ibidem.

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    [...] no tenemos los Pobres Indios ms mina que nuestras chacras y de dhas. cogien-do nuestras cosechas siendo buenas nos valimos y sus efectos llevamos a vender ycon esa plata pagamos todos nuestras cargas de tasas y otros cargos que nos viene ennuestro Pueblo [...]29

    Aunque no es fcil determinar el grado de veracidad de estas acusa-ciones, las tensiones creadas por los procesos de diferenciacin interna

    dentro del ayllu jugaran un rol crucial en los conflictos polticos dentro

    de la comunidad.Con respecto a las actividades mercantiles, un indio declar que un

    sobrino suyo haba trabajado como arriero para un Policario duranteviajes a las Yungas, Tacna y La Plata.30 Mara Gertrudis explic que su

    marido comenz[...] a trajinar en mulas al modo de los espaoles que para mantener una peara demulas compra otra peara de mulas para soltar las muertas y perdidas con los aos depocos pastos [...]31

    Sabemos que en 1751 las recuas de Juan Roque estaban en el viaje ocarrera de la costa y las recuas de su hijo Toms en las partes deChuquisaca.32 Un diezmero record que haba tenido una disputacon los Policarios hacia fines de la dcada de 1740 por el pago deimpuestos de una gran cantidad de aj que stos haban introducido en

    la provincia.33 Este acceso a la economa monetaria contribuye a expli-car el hecho que, como veremos en adelante, uno de los Policariosfuera designado hilacata de Chullpa en 1750 y que la familia estuvie-ra en condiciones de prestarle al cacique 138 pesos para la cancelacinde las tasas del ao siguiente.34

    Reflexionando sobre el impacto de las migraciones internas en lascomunidades andinas, Thierry Saignes ha sostenido que hacia el sigloXVII, [el ayllu] era simultneamente un grupo de parentesco, ungrupo territorial y un grupo ceremonial, y era reestructurado por las

    52 Sergio Serulnikov

    29 Francisco Asencio al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ibidem.30 Bartolom Aguilar al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ANB, EC 1750, 20.31 Mara Gertrudis a la audiencia, febrero de 1753: ANB, EC 1755, 63.32 Ambrocio Cocho al comisionado Pelez, octubre de 1753: ibidem.33 Blas de Burgos al comisionado Pelez, octubre de 1753: ANB, EC 1753, 104.34 Isidro Policario a la audiencia, sin fecha: ANB, EC 1753, 140.

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    crisis demogrficas y el arribo de diferentes categoras de migran-

    tes.35

    Los Policarios constituyen un claro ejemplo de este proceso deadaptacin social. La informacin histrica indica que alcanzaron unaplena incorporacin a los chullpas mediante el acceso a los tres nive-les aludidos por Saignes: tierras comunales, parentesco y participacinen el sistema de cargos y fiestas religiosas. Su situacin, por otro lado,est lejos de ser la de numerosas familias de migrantes en otras regio-nes andinas que retuvieron por generaciones su condicin de foraste-ros y miembros pobres de la comunidad.36 La posesin de parcelasen punas y valles y las actividades ganaderas y mercantiles sugierenque alcanzaron el status de originarios y gozaron de un considerable

    bienestar econmico.Veremos a continuacin como los Policarios pusieron sus recursos

    materiales y culturales al servicio de iniciativas que les permitieronganar prominencia poltica entre los chullpas y an entre comunidadesindgenas vecinas. Analizaremos luego como el faccionalismo, unidoa su condicin de migrantes y acumulacin individual, termin po-niendo en peligro su misma permanencia en Chayanta.

    DE INDIOS DEL COMN A HILACATAS

    En 1750, tres dcadas tras su incorporacin al grupo de Chullpa, losPolicarios lograron que uno de sus miembros, Isidro, asumiera comohilacata o segunda persona del grupo. Mientras los hilacatas eran porlo general designados por los caciques, los Policarios accedieron alcargo mediante su participacin en un prolongado movimiento de pro-testa contra las autoridades tnicas, primero Dionisio Choque y luegosu sucesor Gregorio Jorge de Medina. La dinmica de estos enfren-tamientos evidencia una combinacin de rivalidades personales y de

    53De forasteros a hilacatas

    35 Saignes, Indian Migration and Social Change in Seventeenth-Century Charcas(nota 11), p. 182 (traduccin nuestra).

    36 Herbert Klein,Haciendas and Ayllus (Stanford 1993), pp. 6162; Larson, Colo-nialism and Agrarian Transformation in Bolivia (nota 9), pp. 139141; Nicols Snchez-Albornoz, Indios y tributos en el Alto Per (Lima 1978), pp. 6162; Ann Zulawski,They Eat from Their Labor. Work and Social Change in Colonial Bolivia (Pittsburgh1995), p. 80.

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    tensiones estructurales en torno a la distribucin de los recursos del

    ayllu. Al igual que lo sucedido en diversos grupos tnicos de la pro-vincia durante las dcadas previas a la gran sublevacin de 1780, losconflictos giraron alrededor de un conjunto de prcticas econmicascacicales crticas para la reproduccin social de la comunidad andina.Sin embargo, a diferencia de otras revueltas campesinas en los Andes,las protestas no parecieron surgir aqu como resultado de reclamoscolectivos sino de luchas entre familias prominentes del pueblo, in-cluyendo una familia de migrantes recientes, los mismos Policarios.Fueron estas disputas internas las que terminaron desembocando encuestionamientos a modos fundamentales de explotacin en el mundo

    andino. El papel dirigente de los Policarios, y la particular hostilidadque este liderazgo despert, revela las tensiones generadas por el pro-ceso de asimilacin tnica, as como la compleja articulacin entrefaccionalismo y resistencia social.

    Los Policarios comenzaron a intervenir abiertamente en los con-flictos polticos en Chullpa a raz de un movimiento para obtener ladestitucin de Dionisio Choque a fines de la dcada de 1740. Em-pleando un recurso legal que se convertira luego en una recurrenteestrategia indgena de confrontacin, an durante el alzamiento de

    1780, los chullpas exhibieron ante la audiencia de Charcas una lista de55 indios que pagaban sus tasas al cacique sin estar registrados en lospadrones oficiales.37 En 1747, con el fin de poner coto a la defrauda-cin fiscal en el mundo rural, los funcionarios charqueos no slo dis-pusieron la remocin de Dionisio Choque, un cacique que llevaba paraentonces ms de veinte aos en el cargo, sino adems su arresto en lacrcel de corte de la ciudad de La Plata.38 En respuesta, el corregidorAgustn Prez de Vargas, quien se haba opuesto firmemente a la des-titucin de Dionisio Choque, design como nuevo cacique a GregorioJorge de Medina, un mestizo de su confianza. Esta medida provoc

    una nueva ola de enfrentamientos que se extendera por los siguientestres aos.39

    El xito del movimiento contra Dionisio Choque adquiri una sin-gular repercusin. Entre 1747 y 1752, al menos cinco grupos tnicos,

    54 Sergio Serulnikov

    37 La lista detalla los nombres y estancias de los indios: ANB, TI 1772, 98.38 Dionisio Choque fue nombrado cacique en 1732: ibidem.39 ANB, TI 1772, 98.

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    adems de Chullpa, experimentaron disputas sobre el control de los

    cacicazgos: Pocoata, Jukumani y tres grupos pertenecientes al pueblode Chayanta: Puraca, Chayantaca y Caracha. Aunque no se produjeronenfrentamientos violentos, este ciclo de protesta incluy demostra-ciones colectivas de fuerza, persistentes apelaciones judiciales a laaudiencia y expresiones explcitas y encubiertas de desobediencia acaciques, curas, corregidores y jueces comisionados. Por ejemplo,durante la celebracin de la Pascua de 1748 en el pueblo de Chayanta,una de las fiestas ms importantes en el calendario ritual andino, lasautoridades tnicas decidieron cancelar las tradicionales danzas,cantos y borracheras por temor a una revuelta. Como resumi un

    testigo de los hechos, el alcalde mayor del pueblo[...] mand que toda la gente se saliese de la Plaza y se fuesen a sus casas, y comoya estaban dhos. indios alborotados con dhos. pleitos [contra los caciques], hicieronresistencia a dho. Alcalde Mayor [...]40

    Pese a que la mayora de los jefes tnicos cuestionados llevaba muchos

    aos en el cacicazgo y contaba con el resuelto respaldo de los gruposlocales de poder, slo en el pueblo de Chayanta cuatro caciques, ade-ms de Dionisio Choque, fueron depuestos como resultado de la movi-lizacin indgena.41

    Los Policarios jugaron un rol fundamental en esta crisis de legiti-midad cacical. Entre 1747 y 1750, luego de la destitucin de DionsioChoque, Juan Roque Policario (el miembro de la familia de mayoredad luego de la muerte de Juan Policario en 1734) y uno de sus hijos,Isidro, encabezaron junto a un indio llamado Bernab Choque unaserie de reclamos ante la audiencia contra Gregorio Jorge de Medina,aduciendo en particular su condicin de mestizo y el nombramientocomo alcalde de Chullpa de otro mestizo (un yerno suyo llamadoAndrs Ros). Los Policarios, por otra parte, figuraron entre los prin-

    cipales actores del clima general de agitacin social. As, en abril de1748 durante la entrega de los tributos correspondientes al tercio deNavidad en el pueblo de Chayanta, quince gobernadores y hilacataspertenecientes a los seis grupos tnicos de este pueblo (entre ellos Gre-gorio Jorge de Medina) presentaron un escrito conjunto al corregidor

    55De forasteros a hilacatas

    40 ANB, EC 1750, 20.41 Serulnikov, Subverting Colonial Authority (nota 3), chapter 1.

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    advirtiendo que renunciaran a sus cargos si no se desterraba de la pro-

    vincia a Bernab Choque y a Juan Roque Policario, quien, segn seencargaron en recalcar, era un indio forastero de Oruro. Explicaronque el arresto de Dionisio Choque haba servido como ejemplo paraque los indios se pusieran sumamente altivos, altaneros y desvergon-zados.42

    Otros sectores de la sociedad andina tambin se lamentaron delpapel de los Policarios en las inquietudes. Jos Ignacio Virto, el mismocura que en el contexto de la mencionada disputa con el cacique delpueblo de Sorasora haba alabado su conducta, los calific ahora de

    [...] picarones que han descubierto todas sus malignidades y por cuya causa fuerondesterrados de su Pueblo. Pues han echado la voz que hasta que no vean a todos losgobernadores en la crcel de Chuquisaca, como lo est Dionisio Choque, no han deparar, y con particularidad contra Don Manuel Chico [cacique de Laymi] y Don Mar-cos Tococari [cacique de Puraca].43

    Durante 1748 no menos de nueve espaoles y mestizos residentes enel pueblo de Chayanta sostuvieron que los Policarios se contaban entrelos principales instigadores de las protestas indgenas. Por ejemplo, unvecino, maestro de doctrina cristiana, dijo haber escuchado proferir aJuan Roque Policario que

    [...] todos lo gobernadores de este pueblo son unos borrachos y que as los indios loscapitulen y l los ayudar para lo que tena bastante plata y que el haba de ser gober-nador.44

    Durante estos aos, las autoridades interrogaron reiteradamente aindios de distintas comunidades acerca de la influencia de la familia enlos movimientos contra los caciques.

    La actuacin de los Policarios en estos eventos ilustra la compleji-dad de los conflictos sociales en los Andes. Por un lado, trasluciendoel resentimiento generado por la acumulacin econmica individual,

    varios chullpas sealaron que era esta prosperidad lo que explicaba suproclividad a fomentar litigios contra los caciques. Un vecino de lafamilia sostuvo que los daos que Policario hace a los indios en el

    56 Sergio Serulnikov

    42 ANB, EC 1750, 20.43 Jos Ignacio Virto a Prez de Vargas, marzo de 1748: ibidem. El cura indic que

    ms de 20 indios de los ayllus menores Collana y Sullcata quedaron sin confesarse en1747 y 1748. Informe al comisionado Arsiniega: ibidem.

    44 Gallo y Vlez al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ibidem.

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    paraje de Achoco eran la verdadera causa de los pleitos con Gregorio

    Jorge de Medina.45

    Otro relat que cuando les reclam que lo com-pensaran por los destrozos causados por invasin de sus ganados, JuanRoque le respondi que mientras el estaba en su pleito [con GregorioJorge de Medina] se entrara el ganado y que le pagasen los que lehaban puesto el pleito.46 Como resumi un indio del ayllu, los Poli-carios decan que estn con plata y ella los sacar de cuanto ellos qui-sieran hacer.47

    Por otra parte, no puede haber dudas acerca de la densidad del des-contento que los Policarios ayudaron a canalizar. Mientras es posibleque creyeran que sus recursos econmicos les permitiran lograr

    cuanto ellos quisieran hacer, parece claro que la familia no procurbeneficios meramente personales. En el curso de tres dcadas, comen-zando con la protesta contra Dionisio Choque, los Policarios y otroschullpas encabezaron reivindicaciones de importancia crtica en lavida de la comunidad. Durante estos aos, se produjeron reclamoscontra la malversacin de la renta de las tierras comunales que po-sean en el paraje de Bombo; el arrendamiento de estos predios aindios de otras comunidades cuando los mismos chullpas carecan desuficientes parcelas debido al aumento de la poblacin; la incapacidad

    de los caciques para defender los territorios tnicos en las endmicasdisputas sobre mojones con ayllus vecinos; la apropiacin del dinerode la caja de censos de la comunidad; la designacin de colquerunas;y la exigencia de las tasas a los mitayos luego de su ao de servicioen Potos. Los propios medios empleados por los Policarios para invo-lucrar a sus pares en los pleitos contra las autoridades rurales revelacierto grado de cooperacin indgena. Varios relatos de los hechossugieren que la participacin de los indios en los litigios estaba prece-dida de reuniones en donde se consuma chicha y se discuta la situa-cin. Segn se dijo, los Policarios soliviantaban a los miembros de la

    comunidad mediante borracheras como estn acostumbrados a ejecu-tarlo, mingando y pagando testigos para sus pretensiones.48 Un mes-tizo afirm que era bien conocido entre los vecinos de los pueblos de

    57De forasteros a hilacatas

    45 Santos Choque al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ibidem.46 Pedro Manuel al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ibidem.47 Leandro Delgado al comisionado Arsiniega, agosto de 1748: ibidem.48 Joseph de Saavedra a la audiencia, mayo de 1753: ANB, EC 1753, 104.

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    Chayanta y Micani que los Policarios solan sobornar a los indios con

    promesas y embriagueces; un sobrino suyo haba personalmente pre-senciado las continuas destemplanzas que en sus juntas han hechodirigiendo a su intento los testigos.49 An cuando destinados a des-acreditar el carcter genuino de los reclamos, las borracheras, juntas ysobornos aludidos en estos testimonios no eran sino enraizadasformas de reciprocidad y solidaridad grupal propias de la sociedadandina.

    Los mecanismos de movilizacin detrs de los litigios son corrobo-rados en un testimonio de distinta naturaleza: una esquela escrita depuo y letra por Isidro Policario. En septiembre de 1752, Isidro, quien

    por entonces ocupaba el cargo de hilacata, remiti la siguiente carta aun alcalde y un alguacil de Chullpa:

    Luego vista este mi papelito vendrs a dar la informacin a Ocur contra el gober-nador interino Martn Ninavia ante el Sor. Corregidor que esto es el mando de la realaudiencia en favor de Vms. que el Juan de Dios te avisar y contar los favores quetendrn Vms. no tuviese lugar despacharme a las gentes que son Bernab Aguilar,Blas Savayo, Joseph Mamani, Salvador Segaro, Marcelo Lombe Campos, ManuelToro y esto me lo despacharis [...] porque se necesita mucho las gentes para eldomingo que viene en Ocuri por Dios que te lo estimar mucho y sabr servirte por-que es favor de Vms. que con eso nos veremos sosegados de las pensiones de Colque

    Aqui rama y las tierras de Bombo perteneciente a Vm. queridos hijos mos esperojuntos con la gente en Ocurr [...] A Vm. su segunda que le estima y verle desea.[Firma] Isidro Policario.50

    El escrito muestra, por un lado, que apelando a su condicin de segunda

    o hilacata Isidro intent apoyarse en dos miembros del cabildo indgena

    para conseguir el activo respaldo de los indios en los pleitos judicialescontra el cacique. Por otra parte, ofreci otorgar recompensas perso-nales, pero tambin resolver demandas colectivas de larga data talescomo el manejo de la renta de las tierras comunales de Bombo y ladesignacin de colquerunas. Es acaso esta capacidad de establecer unpuente entre las prcticas culturales andinas y el funcionamiento de lasinstituciones coloniales lo que coloc a los miembros de la familia enel centro de los movimientos de protesta.

    58 Sergio Serulnikov

    49 Francisco Pelez a la audiencia, octubre de 1753: ANB, EC 1755, 63.50 ANB, EC 1753, 140.

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    La capacidad de los Policarios para obtener la cooperacin de sus

    pares y su disposicin a poner sus recursos econmicos y culturalesen funcin de reivindicaciones comunales se correspondi con unanotable aptitud para explotar las divisiones dentro del estado colonial.La tenacidad de los Policarios y otros chullpas para sostener continuasapelaciones ante la audiencia de Charcas da cuenta en ltima instanciade su singular xito en la lucha contra Gregorio Jorge de Medina, noobstante la vigorosa oposicin por parte de corregidores, curas y veci-nos mestizos. Como resumi un funcionario del tribunal, en respuestaa aquellas apelaciones la audiencia haba repetidamente ordenado laremocin del cacique,

    [...] lo que no ha podido conseguirse habindose sujetado el corregidor [Prez deVargas] a la multa que se le impuso por su inobediencia, queriendo tenazmente man-tener a este sujeto en el gobierno an con la costa de la multa que exhibi.51

    La primera medida del sucesor de Prez de Vargas, Pablo de Aoz, alasumir el cargo en 1750 fue azotar pblicamente y embargar los bienes

    de varios jukumanis y puracas involucrados en las protestas y solicitara la audiencia el inmediato arresto y castigo ejemplar a los Polica-rios, Bernab Choque y al menos otros cinco chullpas que habanescapado a las represalias; de otro modo, explic, la provincia estaba

    expuesta a una comn conmocin.52 Sin embargo, las competenciasjurisdiccionales entre magistrados locales y regionales hicieron quelos ministros de la audiencia, lejos de arrestar a los supuestos instiga-dores de la comn conmocin, ordenase a Aoz que destituyera deinmediato a Jorge de Medina y a su yerno Andrs Ros y designaracomo nuevo cacique y hilacatas de Chullpa a tres lderes de la protesta

    presentes en ese momento en la ciudad de La Plata, Martn Ninavia,Miguel Caracara y el mismo Isidro Policario.53

    El rol de los Policarios en el conflicto es sugerido por el hecho de

    que fue Isidro quien, el 10 de julio de 1750, le entreg la orden de laaudiencia a Aoz, mientras ste realizaba su recorrida anual por losvalles de la provincia. El corregidor pareci resignarse esta vez a acep-

    59De forasteros a hilacatas

    51 Informe del fiscal protector de la audiencia, Joseph Lpez Lisperguer, 24 de abrilde 1750: ANB, EC 1772, 98.

    52 Carta de Pablo de Aoz a la audiencia, 4 de abril de 1750: ANB, EC 1750, 20.53 Auto de la audiencia, 14 de mayo de 1750: ANB, EC 1772, 98.

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    tar la medida y dispuso el mismo da la destitucin de Medina y de

    Ros. En una decisin que, como veremos enseguida, tendra repercu-siones an veinte aos ms tarde, design como cacique interino aMartn Ninavia, un indio que apareci involucrado en la ltima etapade las protestas. Un mes ms tarde, siguiendo instrucciones de laaudiencia, llev a cabo un nuevo padrn de Chullpa que confirm enparte la denuncia de usurpacin tributaria iniciada en 1747; suficientepara que la audiencia exaltara la conducta de los lderes de la protestaquien con su infatigable celo han procedido en estas instancias hastaaumentar [el] Real Erario, dictaminara el embargo de los bienes deJorge de Medina como cmplice del desfalco y ordenaran su destierro

    del pueblo debido a su condicin de mestizo.54 Ms importante anpara los fines de este artculo, Aoz se vio forzado a nombrar en agosto

    de 1750 a Isidro Policario, junto a Miguel Caracara, como hilacatas deChullpa. Por cierto, lo hizo bajo protesta. Aunque Isidro haba nacidoen Chayanta y, a juzgar por su posesin de parcelas en el valle, debiestar contribuyendo la tasa de originario, el corregidor no dej desubrayar que se trataba de un indio forastero. La mencin tena cla-ras implicaciones: uno de los derechos del cual los forasteros carecanera, precisamente, el de participar en el gobierno de las comunidades

    andinas.55

    La denuncia de Aoz prob ser enteramente justificada. As comolas disputas al interior de la comunidad haban promovido un climageneral de desobediencia a los caciques del pueblo, durante los aosposteriores, en el contexto de renovados enfrentamientos con familiasde Chullpa, los Policarios impulsaran reclamos que esta vez afectabande manera directa los intereses del corregidor y los vecinos mestizosdel pueblo. As, en 1753, Juan Roque e Isidro Policario querellaron aun mestizo llamado Blas de Burgos por cometer abusos en la recauda-cin de la veintena, un impuesto que grababa la produccin agrope-

    cuaria de origen europeo en tierras indgenas.56 Veintenas y diezmoseran hacia esta poca una extendida causa de descontento: apenas unao antes, los indios residentes en las tierras comunales de Bombo

    60 Sergio Serulnikov

    54 Auto de la audiencia, 3 de marzo de 1751: ibidem.55 Klein,Haciendas and Ayllus (nota 36), p. 61.56 Juan e Isidro Policario a la audiencia, julio de 1753: ANB, EC 1753, 104.

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    haban resistido el cobro de veintenas sobre productos exentos de este

    gravamen; cuatro aos antes, el pago de diezmos haba ocasionado unviolento enfrentamiento en el vecino valle de Carasi entre el principalasistente del corregidor, un hacendado y varios indios arrendatarios.57

    La denuncia, por otro lado, pareca expresar las tensiones creadas porel creciente nmero de mestizos residentes en los pueblos ruralescomo resultado, entre otros fenmenos, de las relaciones de parentesco

    de la nobleza nativa con familias no indgenas.58 Al igual que Gregorio

    Jorge de Medina (de quien los Policarios continuaran demandando enlos aos posteriores su expulsin del pueblo debido a su condicin demestizo) y otros vecinos no indgenas, Blas de Burgos perteneca a un

    linaje de caciques del grupo Sicoyas por parte de madre.59 Su asocia-cin con las elites rurales Burgos haba sido amanuense de varioscorregidores, jueces y curas le debieron haber permitido ganar elremate para recaudar las veintenas.60 Un funcionario de la audiencia lotild de

    [...] mestizo papelista [quien] an en esta ciudad persigue [a los indios] con repeti-das amenazas a los que estn siguiendo sus recursos contra aquel corregidor [Aoz]tenindoles tan intimidados que algunos de ellos no se atreven a volver a sus pue-blos.61

    An ms trascendente todava, los Policarios iniciaron para esta pocauna protesta contra uno de los mecanismos fundamentales de explota-cin colonial: el repartimiento forzoso de mercancas. Varios miem-bros de la familia acusaron ante la audiencia al corregidor Aoz de dis-tribuir de manera coercitiva mulas y otros bienes como ropa de latierra y de Castilla, tijeras, cuchillos, harina de maz, rejas de fierro,

    61De forasteros a hilacatas

    57 Sobre Bombo, vase, Francisco Alejo Ticona, indio principal de Chullpas, a laaudiencia, agosto de 1754: ANB, EC 1754, 103. Sobre Carasi, vase: ANB, TI 1748, 95.Un anlisis de los conflictos sobre diezmos y veintenas durante el siglo XVIII, inclu-yendo el caso de Bombo se encuentra en Rossana Barragn/Sinclair Thomson, Loslobos hambrientos y el tributo a Dios. Conflictos sociales en torno a los diezmos enCharcas colonial:Revista Andina 2 (1993), pp. 305348.

    58 Vase Platt,Estado Boliviano y ayllu andino (nota 8), pp. 2930.59 Francisco Calisaya, cacique de Sicoya, a Pelez, octubre de 1753: ANB, EC

    1753, 104.60 Blas de Burgos a Pelez, octubre de 1753: ibidem.61 Informe del fiscal protector de la audiencia, mayo de 1753: ibidem.

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    coca y costales.62 Este emprendimiento dio lugar a una de las ms

    detalladas investigaciones sobre este comercio llevadas a cabo en laprovincia. Pese a que segn los Policarios los cobradores del corregi-dor haban echado voces para que nadie declarara sobre el tema,varios indios, caciques y un cura doctrinero dieron su testimonio anteun juez comisionado en el pueblo de Chayanta.63 Evidenciando que losrumores acerca de su influjo en comunidades vecinas no eran quizdel todo exagerados, lograron adems que cuatro pocoatas atestigua-ran en la ciudad de La Plata ante un oidor de la audiencia.64 La pes-quisa no slo demostr que el corregidor haba realizado un extensoreparto de bienes a travs de asistentes y mayordomos y que losindios que no cancelaban las deudas eran embargados y arrestados ,sino tambin que haba financiado inversiones mineras en la provinciacon dinero de los tributos. Aunque Aoz no fue enjuiciado la consi-deracin del expediente fue dejada para el momento de su revisita ,el proceso pudo tener ciertos efectos prcticos: Juan Roque Policario,sus hijos Isidro y Juan Bautista y su nieto Santos sostuvieron ante laaudiencia en junio de 1753 que el corregidor estaba en ese mismomomento muy ocupado en recoger en la provincia todo lo que repar-ti por lo que hemos descubrido de sus reparticiones que tiene fecho

    en dicho pueblo.65

    LOS LMITES DEL FACCIONALISMO

    Cuando en agosto de 1750 Isidro Policario fue designado segunda per-sona de Chullpa, la familia haba logrado en el curso de tres dcadasun ascenso en la estructura de la sociedad nativa que los haba llevadode forasteros a originarios y de indios del comn a hilacatas. La ambi-

    62 Sergio Serulnikov

    62 Isidro Policario a la audiencia, 1753: ANB, TI 1753, 140. Sobre el reparto, vaseAlfredo Moreno Cebrin, El Corregidor de Indios y la economa peruana del sigloXVIII. Los repartos forzosos de mercancas (Madrid 1977); OPhelan Godoy, Un siglode rebeliones anticoloniales (nota 2), pp. 117173; Golte,Repartos y rebeliones (nota2); Thomson, We Alone Will Rule (nota 2), pp. 106139; Larson, Colonialism and Agra-rian Transformation in Bolivia (nota 9), pp. 126132.

    63 Isidro Policario al comisionado Malavia, 5 de abril de 1753: ANB, EC 1753, 140.64 Indios de Pocoata a la audiencia, 19 de septiembre de 1753: ibidem. Debe notarse

    que los pocoatas eran vecinos de los chullpas en el valle de Micani.65 Varios Policarios a la audiencia: ANB, EC 1755, 63.

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    valencia detrs de este proceso de asimilacin tnica es reflejada en

    los documentos de la poca: mientras sus enemigos dentro y fuera dela comunidad no dejarn de tildarlos de forasteros, los Policarioscomienzan a identificarse durante estos aos como indios originariosy principales del pueblo de Chayanta. Ambas afirmaciones tenan enverdad asidero. Si bien la familia era forastera en el sentido literal detrmino, las clasificaciones tributarias en Chayanta, como hemos men-cionado, podan no estar basadas en factores genealgicos. Dicho deotro modo, considerar que los originarios eran necesariamente des-cendientes de familias oriundas del pueblo implica, al menos en estaregin, edificar una categora fiscal. Lo que la historia posterior de los

    Policarios pondra asimismo de manifiesto es que las identidadessociales en el mundo andino no slo eran ms fluidas que lo que seinfiere de la taxonoma oficial; en ocasiones podan, adems, conver-tirse en el objeto de luchas polticas.

    Hemos visto que los emprendimientos de los Policarios habanconstituido un elemento clave en su integracin a la comunidad deresidencia. Es preciso sealar ahora que las mismas condiciones queposibilitaron su acceso al sistema de gobierno comunal la manipula-cin de las divisiones dentro de la sociedad indgena y el uso de sus

    recursos econmicos e influencia para sostener prolongadas apelacio-nes a las instituciones coloniales podan tener consecuencias muydiferentes cuando desvinculadas de problemticas que afectaban alconjunto de la comunidad. Durante los aos 17511755, los integran-tes de la familia se vieron envueltos en una larga serie de litigios conotros miembros de Chullpa que carecieron en general del respaldocolectivo de anteriores y posteriores disputas con los caciques y lospusieron al borde del destierro de la provincia. Los Policarios experi-mentaran as los lmites del faccionalismo y de las polticas judiciales.

    Poco despus que Martn Ninavia asumiera el cargo en agosto de

    1750, los Policarios se enfrentaron con el nuevo cacique, la familia delex-cacique Gregorio Jorge de Medina y Bernab Choque, su anterior(y, como veremos luego, posterior) aliado en las luchas contra los caci-ques de Chullpa. Las disputas parecieron esta vez girar en torno a riva-lidades personales y al lugar de los Policarios en la comunidad. Enefecto, al ao de haber sido designado hilacata, Isidro Policario denun-ci que el nuevo cacique, en connivencia con el corregidor Pablode Aoz, lo haba depuesto del cargo, expropiado a su familia de sutablones de tierra del valle y rehusado a devolverle 138 pesos que

    63De forasteros a hilacatas

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    Isidro le haba prestado para cubrir los tributos.66 Martn Ninavia fue

    acusado asimismo de proteger a Gregorio Jorge de Medina, de cuyafamilia, segn se dijo, era sobrino.67 Segn Juan Roque Policario,tras haber conseguido un nuevo decreto de la audiencia en 1752 paraque el ex-cacique fuera desterrado del pueblo por su condicin demestizo, Martn Ninavia lo mand a llamar y me trat mal de palabray sin mirar mis canas me puso las manos en la cara. Juan Roque fueencerrado en una habitacin con los Medinas, quienes lo tomaron apuetazos y patadas. Fue luego azotado pblicamente y se le confiscel decreto as como 200 pesos que llevaba consigo para saldar unadeuda con un religioso.68 Con respecto a Bernab Choque quien,segn se sugiri ms tarde, haba mantenido buenas relaciones conMartn Ninavia al comienzo de su gestin , los Policarios lo acusaronante la audiencia de haber cometido el crimen de un indio en el San-tuario de Turusidi en Micani, el distrito donde los chullpas (los Poli-carios entre ellos) posean sus tierras de valle.69

    Estas disputas faccionales iban a colocar a la familia en una posi-cin de gran vulnerabilidad. Aunque durante esta nueva serie de con-flictos los Policarios intentaron emplear los mismos mecanismos deconfrontacin que haban probado tan eficaces durante los aos ante-

    riores, no obtuvieron el apoyo activo de sus pares. Y sin cierta solida-ridad comunal las polticas judiciales carecan de efectividad. Porejemplo, en contraposicin con los reclamos contra las veintenas yrepartos de mercancas, los Policarios no lograron que los indiosdeclararan contra Bernab Choque ante un juez comisionado presenteen el valle de Micani. Atribuyeron ello a la complicidad de BernabChoque con el cura doctrinero, pero tampoco tuvieron xito cuando

    66 Isidro Policario a la audiencia, sin fecha: ANB, EC 1753, 140. Isidro esperaba queel cacique le pagara la deuda con el dinero de los arriendos de las tierras comunales deBombo, porque estn destinados para las quiebras de tributos.

    67 Juan Roque Policario a la audiencia, agosto de 1752: ANB, EC 1755, 63. Trmi-nos como sobrino y yerno pueden estar indicando a direct relationship as a relative or acolateral in a subordinate position. Saignes, Indian Migration and Social Change inSeventeenth-Century Charcas (nota 11), p. 188.

    68 Juan Roque Policario a la audiencia, agosto de 1752: ANB, EC 1755, 63.69 Isidro Policario a la audiencia, julio de 1753: ANB, TI 1753, 9.

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    intentaron seguir el pleito en la ciudad de La Plata: Isidro reconoci

    que debido a las amenazas no haba podido traer muchos indios tes-tigos en mi compaa.70

    Las autoridades rurales, por su parte, utilizaron todos los medioscoercitivos a su alcance para menoscabar los recursos econmicos dela familia y, eventualmente, lograr su expulsin de la provincia. As,bajo el pretexto de que Toms Policario haba matado a una indiasupuestamente concubina suya, Aoz lo arrest y envi a la crcel decorte de La Plata. Dispuso luego el embargo y remate de sus ganados.Escoltado por Blas de Burgos y otros asistentes, se dirigi a la estan-cia de Achoco donde amenaz a Isidro con azotes y embarg decenas

    de vacas, mulas, yeguas y carneros de las tierras que pertenecan noslo a Toms sino tambin a su padre y hermanos.71 Como observ unjuez comisionado, el ganado incautado se extrajo del montn, por noser posible el conocimiento de diversas seales que usan en sus gana-dos.72 Los ganados fueron subastados un domingo de febrero de 1752en la plaza del pueblo de Chayanta.73

    Entre 1752 y 1754, el corregidor y al menos tres jueces comisiona-dos designados por la audiencia en el curso de los mltiples litigios dela familia con Martn Ninavia, Gregorio Jorge de Medina, Bernab

    Choque, Blas de Burgos y el mismo Pablo de Aoz tomaron decenasde testimonios que demostraban su influencia negativa sobre suspares. Uno de los prrocos del pueblo record que la desobedienciade los indios a sus caciques, curas y corregidores haba coincididocon el asentamiento de estos intrusos en la provincia.74 En conjunto,

    65De forasteros a hilacatas

    70

    Isidro Policario a la audiencia, julio de 1753: ibidem.71 Pablo de Aoz a la audiencia el 18 de mayo de 1753: ANB, EC 1753, 104. Vasetembin, Isidro Policario a la audiencia, 1753: ANB, TI 1753, 140.

    72 Francisco Pelaez a la audiencia, octubre de 1753: ANB, EC 1755, 63. Vase tam-bin, Sebastin Mendoza al comisionado Pelaez, octubre de 1753: ibidem.

    73 Mara Gertrudis a la audiencia, febrero de 1753: ibidem. El fiscal protector de laaudiencia declar en junio de 1753 que el nico propsito de Aoz haba sido expropiarlos bienes econmicos de los Policarios: ibidem. El corregidor, de hecho, debi mstarde resarcir a la familia por la subasta, aunque no lo hizo a precios de mercado. Poli-carios a la audiencia, junio de 1753: ibidem.

    74 Declaracin del cura del beneficio de Chayantacas, Nicols Virto, agosto de 1753:ANB, EC 1753, 104.

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    la acumulacin de acusaciones contra los Policarios por su conducta

    sediciosa y su condicin de migrantes llev finalmente a la audienciaa sentenciar el 19 de agosto de 1754 el destierro de Juan Roque y suhijo Isidro, los dos miembros ms activos de la familia. El tribunal dis-puso que, bajo la amenaza de ser enviados a uno de los obrajes de laciudad de La Paz, abandonaran la provincia dentro de los quince das.A pesar de que Isidro haba nacido en Chayanta y ejercido el cargo dehilacata deba regresar junto con su padre al lugar de donde la familiahaba emigrado treinta aos atrs: el pueblo de Sorasora en Oruro.75

    La orden de destierro nunca pareci haber sido implementada.76 Laamenaza que pes sobre ellos pudo empero haber tenido un efecto

    disuasivo. Mientras los Policarios se haban visto hasta entonces invo-lucrados en innumerables litigios, ningn miembro de la familia apa-recer asociado a conflicto alguno por los siguientes cinco aos. Esigualmente significativo que cuando sus nombres reaparecen en elregistro histrico a comienzos de la dcada de 1760, ya no se tratar deuna disputa individual sino de una protesta colectiva.

    HISTORIAS LOCALES Y DOMINACIN COLONIAL

    Cuando mirada en perspectiva, la historia de los Policarios nos permi-te apreciar un ltimo aspecto de la dinmica de la sociedad colonialandina: el impacto de las historias polticas locales en la erosin de lasrelaciones de poderes coloniales. Hemos generalmente tendido a pen-sar las revueltas y protestas campesinas durante las dcadas previas allevantamiento pan-andino de 1780 como respuestas locales a tenden-cias de alcance regional, sean stas econmicas (repartos, alcabalas),polticas (ilegitimidad cacical, conflictos intra-elites) o ideolgicas(milenarismo, utopias neo-incaicas). El caso de los Policarios iluminaotra faceta de este proceso: los modos cmo las relaciones de subordi-

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    75 ANB, EC 1762, 63.76 Autos de Francisco Garca de la Yedra, diciembre de 1754: ANB, EC 1762, 63; y

    carta de Yedra a la audiencia, enero de 1755: ANB, EC 1755, 63. Eventualmente, laaudiencia los autoriz nuevamente a residir en la provincia. Informes del Fiscal Protectoy del Oidor Fiscal, febrero y marzo de 1755: ANB, EC 1755, 63.

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    nacin y resistencia en el mundo andino fueron afectadas por duraderas

    rivalidades entre determinados miembros de la comunidad indgena.Vimos que llevados por sus enfrentamientos con otras familias deChullpa, los Policarios se vieron involucrados en intensas disputaspersonales pero tambin en generalizados cuestionamientos a loscaciques de la provincia, los corregidores y los vecinos mestizos delpueblo de Chayanta. Los acontecimientos que tendran lugar entre loschullpas durante los aos siguientes iban a poner de manifiesto el de-finido nexo entre estas experiencias polticas y el fenmeno insurrec-cional.

    Durante las dcadas de 1760 y 1770, los chullpas llevaron adelante

    nuevos ciclos de protestas colectivas que muestran notables continui-dades tanto en los motivos como en los actores de los conflictos. Enmarzo de 1761, Toms e Isidro Policario y Bernab Choque, los mis-mos indios que catorce aos antes haban promovido la causa contraDionisio Choque y Gregorio Jorge de Medina, se dirigieron junto conotros chullpas a la villa minera de Potos para querellar una vez ms aMartn Ninavia. Al igual que en los movimientos de fines de la dca-da de 1740, las protestas se centraron en problemticas cruciales en lavida de los campesinos andinos: a pedido de los indios, nueve mitayos

    de Chullpa se quejaron ante el gobernador de Potos que su cacique,transgrediendo enraizadas costumbres andinas, exiga las tasas de losindios cdulas mientras cumplan con sus turnos, permita que stosviajaran a Potos sin el debido abastecimiento y se apropiaba del dine-ro de la comunidad en la caja de censos, cuando siempre ha sido cos-tumbre el que dicha plata se les da a los enteradores y cdulas para quese conduzcan a esta villa.77 Los reclamos, por otro lado, volvieron aexceder los lmites de Chullpa. Como lo sucedido diez aos antes,tambin puracas, carachas y chayantacas iniciaron para esta pocaprotestas simultneas contra sus caciques, en algunos casos ante las

    mismas autoridades potosinas. Los Policarios fueron nuevamente acu-sados de soliviantar a miembros de comunidades aledaas: segn sedijo, Isidro habra influido a treinta mitayos de varios grupos tnicos

    67De forasteros a hilacatas

    77 Leandro Delgado, capitn enterador del pueblo de Chayanta, Cristobal Copali yDionicio Copani en Potos, marzo de 1761: ANB, TI 1761, 30.

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    de la provincia para que no pagaran sus tasas alegando que dos gra-

    vmenes no pueden tener.78

    Que ste no era un reclamo circunstancial iba a quedar plenamenteen evidencia veinte aos ms tarde durante la sublevacin generalindgena. Cuando en noviembre de 1780 uno de los funcionariosenviados a Chayanta con el fin de aplacar la insurreccin arrib aMicani, el valle habitado por los chullpas y otras comunidades de laprovincia, los indios le entregaron una copia de un decreto virreinal de1692 que estableca la exencin tributaria de los mitayos. La multitudle exigi bajo amenazas que proclamase su validez:

    [...] y viendo el espritu de los indios que se inclinaba a quitarme la vida y a toda micomitiva, tuve a bien yo mismo en aquel acto, subindome sobre un horno de coserpan que era la parte que en aquella plazuela haba ms superior y desde all lesdije: Gurdese lo mandado por su Excelencia, dicindoles al mismo tiempo, Viva elRey. Lo que todo el concurso repiti con mucho regocijo, y me cargaron desde elhorno en brazos hasta mi habitacin, besndome las manos y pies, y abrazndomecon que se retiraron los indios.79

    Por cierto, tambin la trayectoria y status social de los Policarios vol-vi a resurgir durante esta nueva ola de enfrentamientos. Algunosindios que declararon a pedido del cacique usaron trminos comoinquietadores de la paz y perturbadores para definirlos. Los Poli-carios, observ un cantor de la Iglesia, eran tenidos y temidos porcapitulantes; un vecino del pueblo de Chayanta not que eran cono-cidos como pleitistas, en cuyo ejercicio los ha visto de muchos aosa esta parte.80 Martn Ninavia y su segunda persona se ocuparon de

    68 Sergio Serulnikov

    78 Martn Ninavia a la audiencia, abril de 1761: ibidem. Segn el cacique de Laymi,los chullpas haban tratado de convencer a mitayos y alfereces de no enterar sus tasaspor no deber tener dos pensiones, ofrecindoles defender y pidindoles una derramapara ello, las que algunos han contribuido por su eficacia: ANB, EC 1762, 63. Para esta

    misma poca numerosos capitanes enteradores de la mita de las provincias de Pacajes ySicasica denunciaron a sus corregidores por el remate de los ganados de los mitayos queno pagaban sus tasas: ANB, Minas, tomo 152, X, 17591779.

    79 Juan Antonio de Acua a la audiencia, 24 de noviembre de 1780: AGN, Sala IX,Interior, legajo 10, expediente 1. Sobre las reformas del virrey Conde de la Monclova afines del siglo XVII, vase Wightman,Indigenous Migration and Social Change (nota9), pp. 3436. En la dcada de 1780, el intendente de Potos reconoci que una de lasrazones porque ms repugnan los indios el servicio de la mita es por la dificultad que asu regreso les cuesta satisfacer el tributo. Citado en Enrique Tandeter, Coaccin y mer-cado. La minera de la plata en el Potos colonial, 16921826(Cusco 1992), p. 76.

    80 Pedro Nolasco Navarro y Mathas Navarro al comisionado Chacn, marzo de1762: ANB, EC 1762, 63.

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    recordar a la audiencia que los Policarios aunque se nombran indios

    de la comunidad no son sino intrusos y como tales deben ser lanzados[fuera de la provincia].81 El cacique se lament que los Policarioshaban siempre sido revoltosos, quimeristas y pleitistas y lo ataca-ban a causa de que he procurado contenerlos en sus insolentes juntasy borracheras que con frecuencia quieren mantener, alborotando a losindios continuamente. Como prueba de ello exhibi una copia deldecreto de la audiencia de 1754 ordenando su destierro de Chayanta.82

    Si bien Martn Ninavia sobrevivi a las protestas en su contra, suhijo Manuel quien lo sucedi a su muerte en 1768 no iba a tener lamisma suerte. Durante 1771, la vigorosa oposicin de un numeroso

    grupo de chullpas provocara su destitucin. Al igual que lo sucedidocon los anteriores caciques de Chullpa, el tratamiento de los mitayos,los tributos y la defensa y uso de los recursos agrarios comunales vol-vieron a estar en el centro de las demandas indgenas.83 El lder de estemovimiento fue Miguel Caracara, un indio a quien vimos participar enlos conflictos contra Gregorio Jorge de Medina veinte aos antes. Noslo los caciques como Martn Ninavia conservaban el registro de lahistoria local: Caracara exhibi ante el corregidor y la audiencia losdocumentos que probaban su designacin como hilacata junto con

    Isidro Policario en agosto de 1750. El nico indio que intent disputarel derecho de Caracara al cacicazgo fue un miembro de otra de lasfamilias involucradas en conflictos pasados, Pedro Choque, el hijo delex cacique Dionisio Choque, quien record que el padre de ManuelNinavia haba llegado al cacicazgo en virtud de que su propio padrehaba sido destituido por cuentos que le fulminaron los indios.84

    Manuel Ninavia, cuyos derechos al cargo no fueron avalados por nin-gn miembro de la comunidad, fue representado por Juan CrisstomoBurgos, hijo del veintenero Blas de Burgos, el antiguo aliado de supadre en las disputas con los Policarios. Los vnculos entre ambas

    69De forasteros a hilacatas

    81 ANB, TI 1761, 30.82 Martn Ninavia al comisionado Chacn, marzo de 1762: ANB, EC 1762, 63.83 Los chullpas enfatizaron en este caso la ineptitud de Manuel Ninavia para defender

    los territorios tnicos en las constantes disputas con comunidades indgenas vecinas. Selamentaron que permita que se introdujeran los que quieren en nuestras posesiones,descuidndose enteramente en defender las tierras de linderos en los litigios que se ofre-cen. Tiburcio Alaro, Leandro Delgado, Pascual Choque, Manuel Mamani y Pedro Chi-chillanca al justicia mayor Nicols Ursainqui, enero de 1772: ANB, TI 1772, 98.

    84 Pedro Choque al corregidor Carlos de Herea, abril de 1771: ibidem.

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    familias fueron perdurables: Juan Crisstomo fue definido como

    amanuense, mayordomo y cobrador del cacique.85

    Las repercusionesde este conflicto en los aos por venir no son menos manifiestas:Miguel Caracara iba a ser uno de los pocos caciques que fue eximidode la violencia colectiva durante la sublevacin indgena; ms an,entre los papeles incautados en marzo de 1781 a un indio de Chullpaque sirvi como enlace entre la insurgencia en Chayanta y Oruro sehallaba una esquela dirigida a Caracara por uno de los capitanesrebeldes. 86

    Un elemento de continuidad an ms significativo para los fines deeste artculo es que entre los numerosos chullpas que apoyaron la can-

    didatura de Caracara al cacicazgo encontramos los nombres de Euse-bio y Luis Policario, posiblemente los nietos de Juan Roque Policario.La asociacin entre estas familias era tambin de larga data: Caracarase haba identificado en una ocasin como ahijado de casamiento ycompadre de Isidro Policario y haba declarado a favor de la familiaen diferentes litigios.87 No obstante, a diferencia de sus abuelos, padresy tos, Eusebio y Luis Policario no parecen haber tenido un papeldestacado en estos episodios: sus testimonios aparecen junto al demuchos otros indios que exigieron la designacin de Caracara. Si slo

    contramos con los documentos de estos sucesos, no podramos enten-der entonces por qu Manuel Ninavia identific a Eusebio y Luiscomo los verdaderos instigadores del movimiento de protesta y, pese aque en ningn momento parecen haber reclamado el cargo, remarcque los Policarios eran ineptos e inhbiles para ejercer el caci-cazgo.88 La trayectoria de la familia, y la historia de las disputas entrelos chullpas durante los previos veinticinco aos, dejan pocas dudassobre el significado de esta acusacin.

    70 Sergio Serulnikov

    85 Cartas de Caracara y Burgos a Ursainqui, enero de 1772: ibidem.86 AGN, IX, Criminales, Leg. 18, Exp. 3, f. 153. Un lder rebelde de Sicoya, Simn

    Castillo, observ que Caracara era el nico cacique de la provincia que no haba busca-do refugio en la Iglesia del pueblo de San Pedro de Buena Vista: ibidem, ff. 138139.

    87 Miguel Caracara al comisionado Pelez, octubre de 1753: ANB, EC 1755, 63.88 Manuel Ninavia a la audiencia, noviembre de 1771: ANB, TI 1772, 98.

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