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Las ideas del movimienfo liferaio de 1842 Jacinto Chacdn Una carta sobre 10s hombres de 1842 Milton Rossel Un crifico de nuesfro amanecer liierario: Joaquin Blest dana I siqlo de Moivoisin Antonio R. Romera Miguel A. Vega Visidn panorimica del movimienfo lilerario del 42 Luis Durand Signrficaridn de Lasfarria B. Vicuiia Mackenna Y J. v. Lastarria Los anfecedenfes del mo- vintienio lilerario de 1842 Guiilerrno FeM Cruz La liierafura hisfdrica chilcna Diego Barros Arana El movimienfo po6tico de 184s' Francisco Santana Hombres de 1842 Andre9 Sabella Poesia de Chile en 1842 an Sard6n: QUO vadis?. .por Enriq .-*Robinson Crusoe*, RO~

Jacinto Chacdn Milton Rossel Antonio R. Romera Miguel A. Vega

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Page 1: Jacinto Chacdn Milton Rossel Antonio R. Romera Miguel A. Vega

Las ideas del movimienfo l i fera io de 1842 Jacinto Chacdn Una carta sobre 10s hombres de 1842 Milton Rossel Un crifico de nuesfro amanecer liierario: Joaquin

Blest dana I siqlo de Moivoisin Antonio R. Romera

Miguel A. Vega Visidn panorimica del movimienfo lilerario del 4 2 Luis Durand Signrficaridn de Lasfarria B. Vicuiia Mackenna Y J. v. Lastarria Los anfecedenfes del mo-

vintienio lilerario de 1842 Guiilerrno FeM Cruz La liierafura hisfdrica chilcna Diego Barros Arana El movimienfo po6tico de 184s' Francisco Santana Hombres de 1842 Andre9 Sabella Poesia de Chile en 1842

an Sard6n: QUO vadis?. .por Enriq .-*Robinson Crusoe*, R O ~

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te Revista mensual de Ciencias, Letras y Artes

Comisidn Directora: Publicada por la Universidad de Concepci6n

ENRIQUE M O q I F A FELIX ARMANDO NUNEZ (Secretario)

Representante de la Uirecci6n e n Santiago UOMINGO M E L F I

ATENEA inicib su publicacibn en 1924 y la ha continuado hasta la fecha con absoluta regularidad. Su prop6sito e p e l de dar una visibn completa y siempre actual de las actividades espirituales chilenas y americanas en primer lugar y luego de las de otros paises I s 1 mundo.

ATENEA no publica sin0 10s trabajos que solicita especialmente a stis autores y no mantiene correspondencia alguna sobre 10s origina- les que se le remiten. La Direcci6n de la Revista no se hace solidaria de las opiniones que expresen 10s autorss de trabajos publicados en estas piginas y que lleven firma responsable.

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tablecemos desde ahora, se debe a1 aumento del precio del papel y de la mano de obra.

Para la atenci6n de todos 10s asuntos relacionados con la redac- cibn de la Revista ATENEA, diriqirse a su qficina en Santiazo, ubi- cada en el edificio de la Mutual de la Armada y Ejircito, ct~arto pisc, oficina N.0 22, o a la Secretaria de la Revista Atrnea, Concepcibn.

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L I B R E R I A N A S C I M E N T O A h u m a d a 125 - Casilla 2298 S A N T I A G O . C H I L E H

c I I x I ) ( 3 3 L I x x c ~ ? x x I I 3 m I x m ~ ~ ~ " Imprenta Nascimento . Ahumada 125 - Saatiago

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A JOURNAL DEVOTED TO THE I N T E R E S T S

NISEI, AND PUBLlSHED BY THE A M E R I C A N

CHERS OF SPANI$H.

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ASSOCIATION OF TEA-

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Alfred Coester

Revista mensual de Ciencias Sociales y Letras, fundada en 1918

Director Fiandador

Victor AndrCs Belaunde

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APARTADO NUM 176

LIMA PERU

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Encargados de la Direccihn

Alfred0 Martinez August0 Ariaq Antonio Montalvo.

P Direcci6n Postal GRUPO AMERICA

Casilla 75 :: Quito, Eruador. S. A.

BEVISTA MENSUAL (Segunde bpoca)

hndada el 1.0 de Agoslo de 1907 - Directores :

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lAreeci6n g Administracidn: BA.RT07LOME M T T E L E S l l

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BUENOS A I R W REP. ABGENTlNA

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-R €VISTA CU’BANA

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Poblicaci611 destinnda a informar sob- la apIicati6n del Cine a la eduqaei6n en cad. ana de sue ramas (unirersitarln. prlmaria. seeandaria. agrleola). as1 a la rieutl6ca como n In popular. y a In hi- glome eorial. Sa publte;. en rinreedieio- nes: ingleua. franruna. Iinliana. raptiLoIn

? alemans.

Director: Doctor LUCIAN0 DE FEO

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Suncrtpcibn por un ano a to edlrMn eapaiiola d6lalas d: w u a chilenoa. 82,

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Revista Mensual de Cienciaa, Letras y Artca. Publicada por la Universidad de Concepcidn.

E l discurso de Lastarria

do por Lastarria en la inauguracibn de la Sociedad Literaria el 3 de Mayo de 1842, tuvo una gran re- sonancia y un largo dominio sobre el pensamiento nacional. Este dominio continia Porque no han sido modificadas aquellas ideas n i se ha desvirtuado el fondo de Ius enseAanzas que Lastarria di6 a la juventud de 1842.

El centenario de esa fecha ha sido celebrado por 10s organismos intelectuales chilenos con diversos actos recordatorios y se ha puesto de relieve la trascendencia de aquel discurso que puede decirse fuk el primer grito de independencia espiritual que se escuch6 en esta parte del continente.

Sefialando la importancia del acto que se realizaba en aquel dia de mayo de 1842, es decir un siglo atrcis, decia Lastarria a 10s componentes de la generacibn del 42 y a 10s innumerables jbvenes que asistieron a la inauguracibn de la Sociedad.

.Pues bien, habkis comprendido esta necesidad, vosotros que s in guia, s in ambaro, saccindolo todo de vuestro solo valor, os con- gregciis para ilustraros e ilustrar con vuestros trabajos; vosotros que, me parece, habkis dicho en Chile a 10s hombres de luces que eso debian haber practicado tiempo ha: reunirse para comunicarse y ordenar un plan de ataque contra 10s vicios sociales, a f i n de ha- cerse dignos de la independencia que a costa de su sangre nos le- garon 10s hkroes de 1810; reunirse en torno de esa democracia que

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244 A t s n a a - milagrosamente vemos entronizada entre nosotros, pero en un trono cuya base carcomida por la ignorancia, se cimbra a1 mhs ligero soplo de las pasiones, y casi se desploma, llevando en s u ruina nuestras mcis caras esperanzas. Os doy el parabidn, Seiiores, y m u y sinceramente me glorio de ser vuestro compaiiero, porque habdis acertado e n asociaros para sat isfacer u n a necesidad social. Vos- otros tenkis m i s ideas y conoenis conmigo en que nuda serh Chile, la Amdrica toda, s in las luces. M e llamciis para que os ayude en vues- tras tareas literarias, pero yo quisiera convidaros antes a discurrir acerca de lo que es entre nosotros la literatura, acerca de 10s modelos que hemos de proponernos para cultivarla, y tambidn sobre el rum- bo que debemos hacerle seguir para que sea provechosa a1 pueblo. Porque Seiiores, no debemos pensar s610 en nosotros mismos, quddese el egoism0 para esos hombres menguados que todo lo sacrifi- can a sus pasiones y preocupaciones: nosotros debemos pensar en sacrificarnos por la utilidad de la patria. Hemos tenido la fortuna de recibir u n a mediana ilustraci6n; pues bien, sirvamos a1 pueblo, alumbrdmosle e n s u marcha social para que nuestros hijos le vean un diu feliz, libre y poderoso.

Se dice que la literatura es la expresi6n de la sociedad, porque en efecto es el resorte que revela de una manera la mcis explkita las necesidades morales e intelectuales de 10s pueblos, es el cuadro e n que esthn consignadas las ideas y pasiones, 10s gustos y opiniones, la religi6n y las preocupaciones de toda u n a generaci6n. Forman el teatro en que la literatura despliega sus brillantes galas, la cci- tedra desde donde anuncia el ministro sagrado las verdades civili- zadoras de nuestra divina religi6n y las conminaciones y promesas del Omnipotente; la tribuna en que defiende el sacerdote del pueblo 10s fueros de la libertad y 10s dictados de la utilidad general; el asiento august0 del defensor de cuanto hay de estimable en la vida, el honor, la persona, las propiedudes y la condici6n del ciu- dadano; la prensa peribdica que ha llegado a hacerse el agente mhs activo del movimiento de la inteligencia, la salvaguardia de 10s de- rechos sociales, el azote poderoso que arrolla a los tiranos Y 10s

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confunde en s u ignotancia. L a literatura, en f i n , comprende entre sus cuantiosos mderiales, las concepciones elevadoras del fil6sofo y del jurista, las verdades irrecusables del maJemdtico y del historia- 'dor, 10s desahogos de la correspondencia familiar, y 10s raptos, 10s gxtasis deliciosos del poeta.

L a generaci6n del 42 constituy6 pues una fuerza ideal y re- belde dentro de la omnipotencia de 10s gobiernos autoritarios que manejaban la vida del pais, a raiz de la dictadura de Portales. Disciplin6 la vida politica puesto que did flexibilidad a las dos doc- trinas e impuls6 con s u critica y con su fmpetu de combate el pro- greso nacional seiialando La importancia que la educacibn liberal debia tener para la juventud. Combati6 esa generacidn, contra la herencia colonial, contra el espiritu s in vuelo que arrastraba a Jor de tierra sus anillos de plomo y aspiraba a perpetuar por el orden s in rebeldihs y s in critica el mismo silencio de las almas que habia sido el fondo de la mentalidad del coloniaje. De suerte que la gene- raci6n del 42 p r m m o r a de todos 10s movimientos libres y humanos que se han sucedido en nuestro pais a lo largo de un siglo, se po- nia frente a la vieja estructura social y juridica para cerrarle el paso y para dar amplitud y soltura y fiexibilidad a Ius ideas nuevas y a 10s impetus sociales de regeneracibn.

Lastarria insistia en otra parte de s u discurso acerca del de- ber que correspondia a la juventud, la incitaba a luchar, a ser con- secuente con sus ideales y expresaba:

.No perddis jama's de vista que nuestros progresos futuros depende enteramente del giro que demos a nuestros conocimientos en su punto de partida. Este es el momento critic0 para nosotros. Tenemos un deseo, muy natural e n 10s pueblos nuevos, ardiente, que nos arrastra y nos alucina; tal es el de sobresalir, el de progre- sur en la civilizaci6n, y de merecer un lugar a1 lado de esos antiguos emporios de las ciemias y de las artes, de esas naciones envejecidas en la experiencia, que levantan orgullosas sus cabezas en medio de la civilizacibn europea. M a s no nos apresuremos a satisfacerlo. Tenemos mil arbitrios para ello; pero el que se nos ofrece mcis a

- Puntos de vista

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1.40 A t c n e a - mano es el de la imitacibn, que tambikn eS el mcis peligroso para un pueblo, cuando se ciega y arrebata, cuando no se toma con juicio lo que es adaptablea las modificaciones de s u nacionalidad. Tal vez ksta es u n a de las cauiSas capitales de las calamitosas disidencia que han detenido nuestra marcha social, derramando torrentes de lcigrimas y de sangre en el suelo hermoso y virginal de la Amkrica espafiola. i A h Seiiores, que penoso es para las almas j6venes no poderlo crear todo en un momento! Per0 10s grandes bienes sociales no se consiguen sino a fuerza de ensayos. B ien pueden ser inefica- ces para conseguir nuestra felicidad 10s instrumentos que poseemos, pero s u reforma no puede ser siibita; resigngmonos p l pausado curso de la severa experiencia, y diu vendrci en que 10s chilenos tengan una sociedad que jorme su ventura, y en que estkn incrustadas fuertemente las raices de la religi6n y de las leyes, de la democra- cia y de la literatura. A nosotros estci encargado esta obra intere- sante, y es precis0 someterla a nuestros alcances,.

La significaci6n de esta generacibn es grande en la historia de nuestro desarrollo intelectual. Es quiz6 el movimiento de hom- bres mcis interesante que ha sacudido en Chile el espesor de la tra- dici6n cerrada y es por eso que s u conducta como estilo y como dig- nidad fuk combatida con singular encono en 10s guias que como Las- tawia tomaron sobre sus hombres la responsabilidad de conducirla hacia el logro de las aspiraciones. iCuciles eran kstas?

Dar a Chile u n a conciencia intelectual libre, u n a potencia humana de vigor en la critica de las costumbres y en la crjtica de las ideas, un gran respeto por la educacibn, una fuerza inalterable en la defensa de la ley y un orden .flexible y no simplemente autori- tario en las instituciones democrciticas.

Refirikndose a la formaci6n de u n a literatura propia, agrega a Lastarria estos conceptos que han sido 10s mcis seguros guias en el desarrollo de la creaci6n artistica y en la expresibn de las ideas 5 que han sefialado en Amkrica uno de 10s mhs hondos y firmes pro- gramas de accibn intelectual:

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147 - Puntos de vista

<No, Seiiores, yuerza es que seamos originales; tenemos den- tro de nuestra sociedad todos 10s elementos para serlo, para wnver- tir nuestra literatura en la exbresibn aut6ntica de nuestra naciona- lidad. M e preguntardis qu i pretend0 decir con esto, y os responder6 con el atinado escrito que acabo de citaros, que la nacionalidad de una literatura consiste en que tenga una vida propia, en que sea peculiar del pueblo que la posee, conservando fielmente la estampa de s u carcicter, de ese carcicter que reproducirci tanto mejor mientras sea mcis popular. Es precis0 que la literatura no sea el exclusivo patrimonio de u n a clase priviegiada, que no se encierre en un circu- lo estrecho, porque entonces acabard por someterse a un gusto apo- cad0 a fuerza de sutilezas. A1 contrario debe hacer hablar todos 10s sentimientos de la naturaleza humana y reflejar todas las afecciones de la multitud, que en definitiva, es el mejor juez , no de 10s proce- dimientos. del arte, pero si de sus efectos,.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

d e g u i d estos preceptos, que son 10s del progreso y 10s dnicos . que pueden encaminaros a la meta de nuestras aspiraciones.

No hay sobre la tierra pueblos que tengan como 10s ame- ricanos una necesidad mcis imperiosa de ser originales. en la lite- ratura, porque todas sus modificaciones les son peculiares y nuda tienen de comdn con las que constituyen la originalidad del Viejo Mundo. La naturaleza americana, tan prominente en sus formas, tan variada, tan nueva en sus hermosos atavios, permanece virgen; todavia no ha sido interrogada; aguarda que el genio de sus hijos explote 10s veneros inagotables de belleza con que le brindan. iQuk de recursos ofrecen a vuestra dedicacibn las necesidades y sociales morales de nuestros pueblos, sus preocupaciones, sus costumbres y sus sentimientos! Su ilustracibn tan s610 os presenta materiales tan abundosos que bastarian a ocupar la vida de una generaci6n en- tera; ahora nuestra religidn, Sefiores, contiene cada pcigina de sus

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148 A t e n e u

libros sagrados un tesoro capaz de llenar vuestra ambici6n. Princi- piad, pues, a sacar el provecho de tan pingues riquezas, a llenar vuestra misibn, de utilidad y de progreso; escribid para el pueblo ilustrado, combatiendo sus vicios y fomentando sus virtudes, recor- dcindole sus hechos heroicos acostumbrcindole a venerar s u religi6n y sus instituciones; as? estrecharkis 10s vinculos que lo ligan, le harkis amar a su patria y lo acostumbrarkis a mirar, siempre unida, su libertad y s u existencia social. Este es el Qnico camino que debkis seguir para consumar la grande obra de hacer nuestra literatura nacional dtil y progresiva,.

-

.

Tal es el sentido de esa Generaci6n y tal el sentido de ese dis- curso de Lastarria que ha sido celebrado en s u centenario por 10s organismos intelectuales de Chile y que nuestra revista ha querido conmemorar en este ndmero en el cual hemos aspirado a presen- tar 10s puntos mcis salientes y mcis fundamentales de aquel tras- cendental suceso intelectual.

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Ricardo A. Latcham

Las ideas del movimiento literario de 1842

SUMARIO: El neoclasicismo de Mora y su influencia en Lastarria,-El ro- manticismo en Bello p en Lastarria.-El americanismo de Lastarria y sua semejanzas con el de Echeverria y el de Sarmienta-Las ideas de Lerminier en el romanticismo politico.-Las ideas de Herder en Sarmiento y en Lastarria.-La evolucibn politica de Lastarria J su paralelismo con las ideas de Sarmiento y de Alberdi en sus irltimoa escritos,-El neoclasicismo Iiterario p el romsnticismo politico.-La Sociadad Literaria de 1842 y su influencia en la Literatura Chilena.

I

UANDO se escarmena el movimiento in- telectual de 1842, se incurre en un error que brota de una perspectiva falsa. Las ideas difundidas a la sombra de LSociedad

Literaria, establecida en ese aiio seiiero, no se produje- ron por gefieraciGn espontiinea sino que resultan la sinte- sis de varios precedentes que, a veces, contrastan en uu contrapunto engaGoso. El principal animador de la Sociedad Literaria, don Jos6 Victorino Lastarria, miis de aigo debiG a la teaonera obra de don Jou6 Joa4u;n de M o r a , cuyo alumno fu6 en el Liceo de Chile. M o r a habia expresado en el prospecto de su instituci6n que ase explicaria en el establccirniento el

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160 - L4 t e ne 0,

tratado de ideo1og;a de Destutt de Tracy, instruyendo a1 mismo tiempo a1 alumno en las opiniones princrpa- les de BlatGn, AristAteles, Descartes, Malebranche y la escuela de Escocias. D o n Miguel Luis Amuni- tegui, glosando el programa de M o r a , dice que prevn- leci; en su enseiianza la doctrina de LaramiguiSre (I).

Lastarria entrA a la Academia Mili tar, anexa a1 Liceo de Chile del gaditlano M o r a , en calidad de ca- Jete del Regimieato de Cazadores d e a caballo, m& o menos por e l 15 de agosto de 1829. L a influencia d e

. .

M o r a en Lastarria se puede ver de un modo direct0 y a ella nos podemos dirigir a1 investigar las lecturas que hacia el autor de los R e c u e r d o s L i t e r a r i o b , en 1838 (2). Es indudable que M o r a resalta -carno escritor me-

dularmente neocl6sico y adicts a lo que en su +oca

se designaba como @la filosofia de 1,s lucesa, c u p s origenes 10s modernos inveAtigadores de la ciencia Ha- man eel iluminisrnon.

Giertos rasgos intelectuales sle la primera etapa de Lastarria se confunden con otros que percibimos en 1,s

escritos Lterarios de M o r a . Desde Iuego e.9e culto de 1,s luces(gite)es un t6pico de los neocIiisicos y de b u s

seguidores 10s rominticos politicos. La admiraci6n de M o r a a hombres representativos del respiritu de las

. .

-- (1) Miguel Luis Amundtegui, Don JosL Joaquin de Mora, Santiago.

( 2 ) Papeles inkditos de don Jos6 Victorino Lastarria en 1p1 Revista Cfii- 1888, p. 168.

lena de Historia y Geogra%a, N.0 25, 1911.

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151 - LRS ideas del naocimieiato liternrio

lucesb como Bernardino Rivadavia en Argentina y don Francisco Antonio P i n t o en Chile, e$ caracteds- tico de su iempernmento. Por otra parte, don Ventu-, ra M a r i n llamaba a Pinto en un discurso leido en la Academia de Leyes y Prict iea Forense ccel protector de 1,s lutes# y el npaclre de Ia juventud estudiosa,.

M o r a dijo, miis tarde, en utl sart;culo pol;mico, pu- blicado en enero de 1829 contra 1,s ideas pelwonas: r Si nod descuidamos, LLocke, Condillac, Destutt de Tracy, Stewart, tendrjn stteesores entre nosotros? NO por cierto.

eLas doctrines tan ' tenebrosas y embroIladras, como 1m argucias escolisticas. de 1 0 s ultramontanoe, se radi- carin en Chile e n e l d i g l o d e 1,s l u c e s ; y l o s suezos de 10s i l u m i n a d o s ocuparin el lugar majes- tuoso de las ciencias exactas en una repiiblica ame- ricana que hA sabido greservarse de 10s horrotes deli fanatismo tanto teligioso corn0 politico: el. j e s u i t i s m o

y el f e d e r a l i s m o r . (nEl Mercurioo de V a l p a - raiso, 21 de enero de 1,829).

El neoclasicismo $e M o r a se vert;& en muchas H)W-

slas y en SUB ideas sobre la pureaa que d e k a tener el castellano en que ejerci6 una viaible influencia sobre dos

de sus alumnos, por lo menos: Lastarria y Jos; Joa - qu;n Val l e jo (Jotabeche).

Mora era p a n lector de Capmaag y Monpalnu, que escribi6 una famwa F i l o s o f i a d e 1 a e l o - c u e n c i a , de Melgndez Va ld&, de Quintana, de Herrnosilla, de Jovellanos 1y de otros neocl6sicos hia-

. .

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152 A t e n a a -

pinicos. La famosa polgmica con don Andrgs Bello tiene muclro ;le superfluidad erudita. Ambos amaban 1,s decorosas formas del castellano y se ocupaban se- riamente en su estudio bajo la pauta de severos mode- 10s. Si en Chile hubiese prevalecido M o r a , que fu6 desplazado por el triunfo conservador en la batalla de

,,, kircay, que ascendi6 a Bello, es seguro que el rumbo de 10s estudios no habria roto con la tradici6n caste- llana. D e aLi que es importante precisar la acci6n que pudo tener en 1,s lecturas de Lastarria, cuya biblio- teca en 1838 arroja un inventario favorable a las pre- dilecciones intelectuales de M o r a . Log elementos neo- c16sicos del pensamiento Iiterariw de Lastarria son fun- damentales.. Leia, en 1838, a1 duque de Rivas, cuyo poema El m o r 0 e x p 6 s i t o se public6 en 1834, a Martinez de la Rosa en su editada por Jul io Dido t en 1827, a Samaniego y a Iriarte, 10s

farnosos fabulistas, a Albert0 Lista, de quien poseia las P o e s i a s , mezcla de colorido sevillano y de Glantropismo enciclop&!ico en e El triunfo de la tole- rancia,.

A r t e d e h a b l a r de Hermosilla, la F i l o s o f i a d e l a E 1 o c u e n c i a de Capmany, que recomendaba M o r a , la O r t o l o g i a de Bello, la G r a m i t i c a C a s t e - l l a n a de Mora , el D i c c i o n a r i o d e S i n 6 n i - m o s del abate JosS Mcrchena, 1,s P o e s i a s de Martinez de la Rosa, 1,s obras J e MelSndez Valdgs, llas de Moratin, 1, R e t 6 r i c a de Blair, la, NO-

P o G t i c a ,

Lastarria conoci; tambign el indispensable

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Las ideas del movimiento literario

ches L i i g u b r e s de Young, las L e c c i o n e s d e E l o c u e n c i a de Marchena, el Y v a n h o e de W a I - ter Scott, las 0 b r a s s u e 1 t a s de Josg J o a q u h de M o r a , el C u r s o d e L i t e r a t u r a de L a Harpe y la E l e g a n c i a C a s t e l l a n a de Gnrcgs.

Prevalecen entre 10s libros que leis Lastarria, en 1838, 10s neoclisicos y en mucho menor cscala 10s ro- minticos puros que a veces, como en el cas0 de M a r - tinez de la Rosa, se equilibraban entre el clasicismo

. . - y el romanticismo. Entre 10s escritores franceses, Las- tarria conocia a Benjamin Constant, a Montesquieu -

con su E s p i r i t u d e 1,s l e y e s , a Destutt de Tracy, a Rousseau, con EI C o n t r a t o S o c i a l , a Lammenais con las P a l a b r a s d e u n c r e y e n t e , y a Madame de Stael en su libro D e l a l i t e r a - *

t u r a c o n s i d e r a d a e n s u s r e l a c i o n e s c o n 1 a S o c i e d a d . Lo6 ingleses y norteamericanos esta- " a

ban representados en sus lecturas por Bentham con su T r a t a d o d e L e g i s l a c l o n , por Robertson con su H i s t o r i a d e A m g r i c a , publicada en 1777, por W a l t e r Scott, por Cotter y por Jefferson, cuyo M a n u a l d e D e r e c h o P a r l a r n e n t a r i o ley&.

Creemos, par las razones que dimanan de una lectu- ra atenta de Lastarria, que su romanticismo tuvo un carikter m&s politico que Iiterario. Recuerda Sarmien- to que cuando se produjo la pokmica literaria de 1842 (la primera) llegaba a Ch i l e la primera oleada del romanticiamo con el natural retraso que agudamente indica en alg6n articulo de comhate. Y a el teitro, con

.,

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16.4 A t a n e a

pasaderos ectores, repetin aqui el H e r n a n i de V i c - tor Hugo que segiin un critico actual mostr6 ccun desa- forado subjetivismo,, ]la ckipertroga del yo* y auna singular aberracihn de la originalidadb, muestras sin- gulares de la psicolagia romLntica (I). Dominaba sin contrapeso en las aulas chilenas el purista espan'ol Hermosilla, idol0 de M o r a y de Bello, que en mu- cho siguii, Lastarria en sa cuito a la pureza del idio- ma castellano. V ic to r Hugo fuG conocido tambiGn por e l P o d e s t i d e P a d u a y por otras piezas teatra- les (2). Rafael Minvielle tradujo el H e r n a n i de Victor Hugo, que se represent6 el 29 de enero de 1843 en el beneficia del actor JimGnez. Es curioso anotar de paso, la influencia de A n d r i s Bello en la difusion del romanticismo en el teatro que se representaba en Santiago y Valparaiso. A q u i percibimos un toque de equilibrio en el temperamento Iiterario $el autor de L a o r a c x o n p o r t o d o s . El clasicismo de Bello trataba de asimilar Io iitil del romanticismo para en- riquecer a las letras aacionales.

El romanticismo tocaba mejor las cuerda6 sensibles del piiblico por e l vehiculo escGnico, m&s adecuado a la cultirra media. P o r est0 cas; todos 10s escritores de importancia no rehuyeron la critica teatrsll que, como

otroe tGpicos, provino de la imitaci6n de Mar i ano Jos; de Larra, Josi Victarino Lastarria ensay6 elste '

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a #

(1) Ricdrdo Baeza. La batalla de Hernani en Ia-Revista de Occidente, Torno X X X . 1930, p. 224-249.

(2) Obras de D. F. Sarmiento, Tomo I. Santiago. 1887, p. 332.

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Las ideas-del inoirimiento literario 166 - g6nero de gacetillas sin revelar e l dorninio de Sarmied- to, mis :ivezado a1 enfoque direct0 de 10s problemas del teatro. Queda aiin por ahondar este asunto, o sea la accihn insurgente de Lama contra la teoria de Ias tres unidades grata a Hermosilla. Larrn se siuti6 dos veces interesado ante l i p figura mitico- List6rica del poeta .Macias , muerto de amor vktima de su pasion adiiltera y simbolo de sus personales congojas ante Dolores Ar-mijo. L a importancia de tal aqpecto en Earra fu; realzada por Sarmiento en 1,s siguientcs pa- Iabras: aPoeta dram6tico a la par de picioso' critico, ha analizado much;simas de 1,s piezas originales espa- Golas que se representan en nuestros teatro.9, y no po- cas de las traducciones francesas con que nos favkecen a menudo buenos traductores 5 detestables cropistas, de manera que sus criticas del teatro son tan pricticas o tan conveoientes aqui como all& dindonos reglrs de buen gusto, sin pretensiones clisicas, sin dcsenfreno romintico, no siendo nienos importante la pureza, gala y armonia del idioma, del que sus escritoa pueden ser reputados como un modelio digno de imitaciih, en pai- ses como 10s nuestros en que la lengua necesita pur;&- carse de los vicios que a cada paso encontramos en Ias asalariadas traducciones francesas. I n G l es decir que 10s otros gkneros de poesia que en su tiempo han visto la luz, no ban escapado fa1 examen sever0 de este im- placable e imparcA aristarcoo. El influjo de Larra tambikn se patentizh en el copiapino JotabecAe, per0 es un aspect0 que tocarcmos a1 estudiar a 10s que se

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156 - A t c n e a

. . inspiraron en Figaro como modelo del ggnero costum- bri.pta. Porque hay dos vetas claras en la accihn de Larra sobre 10s escritores americanos y cLilenos: como critic0 die teatro y como costurnbrista. JotabecLe de- cia eu una carta del 10 de marzo de 1843: rAdoro a Larra y rara vez me duerrno sin leer alguna de sus preciosas produccionesn.

Antes que l a Sociedad Literaria de 1842 conden- Sara las inquietudes de la generacihn llamada a reno- var 1a literatura chilena, el teatro fug uno de 10s es- casos in8trumentos de cultura en un medio relativamen- te pacato y conservador.

@on anterioridad a Victor Hugo, Alejandro Dumas Labia sido representado en Santiago. D o n And& Be- 110 tradujo el drama T e r e s a de Alejandro Dumas, que tenia cinco actos y fu; escenificado en Santiago, en noviembre de 1836. Es el primer indicio que ha-

* liarnos de la Iiteratura tipicamente rornintica en el teatro. O t r o drama en cinco actos de Dumas, E 1 A I - g u i m i s t a , fuk traducido por J u a n Bello y se repre-

Tambig, se Labia repreaentado en el beneficio del famoso actor Casacuberta, el drama e n cinco nctos A n t o n i n 0 , original de Alejandro Dumas y tradu- ciao libremente por don Rafael Minvielle E n 1843 se represent6 L a c a r t e r a I d r a m a de Burgeois y Deurney , traducido tambign por Rafael MinvieIIe. Cuando en agosto de 1841 se Ai6 a conocer a1 piiblico santiaguino L a sa n y r i e n t a en una traduc-

. sent; en Santiago el 1.0 de septiembre de 1846.

n o n a

P . .

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Las ideas del movimiento literario 167 i

ci6n del franc;,, que tenia descuidado hasta el titulo, Sarmiento desarrolk algunas de sus ideas sobre el tea- tro que hallarnos interesantes para conocer e l ambiente de la gpoca.

Antes, el 7 y el 22 de julio de 1841, Lab:, co-

mentado el atraso del teatro santiaguino y U n d e - s a f i o , drama de Earra. El 6 de agosto del mismo ano, Sarmiento glos6 una pie& teatral titulada El iil t i m o s a i n e t e , per0 como no h a k a diario alguno en la capital no tenernos mayores noticias de su autor 1 calidad. Sarmiento, por otra parte, no da noci6n al- guna de quien escribi6 esa obra.

A1 cornentar" L a ' n o n a s a n g r i e n t a: Sarmiento nos ilustra bastante acerca de lo que piensa del teatro. Dice: *Sea de ello 10 que fuere, el drama romiintico es el protestantismo Iiterario. Antes Labia una ley iinica, incuestionable y sostenida por la sanciiin de 10s

siglos; mas vino Calvin0 y Lutero en religihn, Dumas y Victor Hugo en el drama, y ban suscitndo el cis- ma, la Lerejia, de que nacieron despugs el deism0 y el ateismo, y e1 romanticismo en el arte, del que, cuando el caos se desembrolle, veremos salir en mate- rias de teatro, ortodoxos, puritanos, cuiiqueros, unita- rios y rnetodistas. iY qu6 hacer, p e s ? LHabrii de re- currirse a una inqumcion? Pero este rnedio ha caido en desuso, p 10s gritos de 10s clisicos, como 1,s hogue- ras de s q u d l a , no podriin conterier la rnarcha de las

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158 -- A t s n a a

ideas, pues que la importancia de la reforma ha sido demostrada hasta la saciedad. . 0' (1).

E n este importante articulo, que es un anticipo de la famosa polimica literaria de abril de 1842 por l a s ideas reaovadoras sustentadas all: por Sarmiento, 61 d i jo que no era cl;sico ni rom6ntico. Pew, en realidad, su simpatia estaba por 10s innovadores, cuya tgcnica teatral explicaba y compren&a cabalrnente.

D e todo este fervor teatral surgieron algunas piezas originales. Lastarria hizo una comedia en un acto, que se titulaha i C u 6 I d e Ios d o s ? S e public; de fo- lletin en @El Sigl00 y no aEade prestigio a su autor. El 28 de agosto de 1842, se representa e1 drama L o s a tn o r e s d e 1 p o e t a de Carlos Bello. Sarmien- to lo comenta en eE1 Mercurioa de Valparaiso del 1.0 de septiemlbre. Lo califica de pr6logo de ala nn-

ciente existencia de una Iiteratura n a c i o n a ~ ."< Ya se ven brotar las ideas americanistas de Sar-

miento que echa en cara a Bello haber situado la es-

cena del dray? en Faancia y no en Chile y colocar su acci6n entre franceses v no entre americanos. D ice el

1

critico: eTriLuto que sin pcnsarlo pagaremos Iargo tiempo a la literatura de squi l la naci;n, Je ,$onde sa-

1. carnos nuestro rn6s substancial allmento, prueba m i s que irrecusnble de que el &a que se alce en nuestro horizonte el astro de la verdadera literatura nacional t a r d a d mucho todavia. Nuestra civilizaci& e6 euro-

(2) Obras de D. F. Sarmiento, Tomo I. p. 108. Santiago, 1887.

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159 - t a s ideas del mooimiento literar;o 1

- francesas, lazo y los

pea; pensarnos y sentimos coo cabezas y corazones eu- ropeos.' E duelo franc&, e l Napole& y %as guerras

nornbres y costumbres francesas, forman el nudos que atan esas varias escenas de L o s

A m o r e s d e l p o e t a . LPor qug'consagrar lo mgs florid, de nuestros peniarnientos para revestir con ellos a una naci6n que desdeiiaria nuestros ap%a&os mismos? ~ P o r q u ~ trasladarse a un suelo extraojero a sentir y rnani€estar 1,s mgs dulceg emociones que pueden agitar un coraz6n noble? LPor qu;, en Gn, desdeiiar esta tie- rra que tamkgn tiene flores que coger, si Lien un tan- to agrestes, pero que elegidas con diseernimiento, pue- den servir para entretejcr muy hellas y vistosas guir- naldas?. . . o (I).

N o dohinaba el r e p r o en el estudio de Sarmiento, porque, a continuaci6n reconocia a Bello que su lea- guaje tenia la naturalidad y el desaliGo artistic0 que convenia al drama, y toda la armonia, a1 rnismo Gem- pa, d e una prosa pogtica. L a composicGn o el esquele- to del drama, le parecia al critic0 cuyano, sencillo y arnericano en un aspect0 curioso: no tenia la complica- ci6n de sucesos, ni la sutileza de las intrigas que for- man la vida de Ias sociedades viejas.

Ell Gxito ohea ido por Carlos Bello prornovi; en el ambiente santiaguino una ernulaci6n pil ida que oe ex- pres6 en el drama E r n e s t o del Iiterato espaGol Ra- fael Rlinvielle, que se represent6 el 9 de octubre de

(1) Obras de D. E 'Sarmiento, Tomo I. Articulos Criticos y Litera- r im. 1841-1842. Santiago, 1887. p. 353-358.

2

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d t e n e i e

1842. Minv ie lL compuso tambikn ilna comedia en dos

sctos y en prosa con el titarlo $e Ya n o v o y a

C a l i f o r n i a . S e estrenh ‘el de diciembre de 1848, en el teatro de la Repiiblica.

Las ideas romibticas sacudieron un poco a 10s auto-

28 c

&

res criollos, pero entonces como aLora, no fuG el glne- ro dramLtico Io mgs rcpresentativo del gernio cMeno. Otras piezas que 1ograron Gxito en este period0 de fer-

~ - vor rom6ntico fueron tragedia en cinco actos de Sheridan, traducida en 1844 par don Juan Garcia del Ria; P a b l o J o n e s e e l m a r i n e r 0 m i s t e r i o s o , drama en cinco actos cle AIejandro Dumas, que nEl Progreson public^, como folletin en 1846; y M a t i l d e o el M u l a t o , C o n d e d e L u g a r t 0 , drama en cinco actos de Eugenio Sug, que vertih al castellano Manuel Zegers.

§e ha visto por 1, reawi~xi que Carlos Bello pro- movia en la fecundisirna mente de Sarmiento que e.9

falso atribuir a Bello la exclusividad del rumbe de los eetudios kitersrios en Chile, como Po ha pretend&

Pi z a r r o ,

z

cierta mengrrada csitica cegida a;n a 10s moldes her- mosilIescos p sosda a toda sugestiGn estktica. Sarrnien- to, en 1841, preced;a con intukiones certeras a 10s

atisloos nacionalistas del Jiscurso de Lastarria e c la Sociedad Literaria de Santiago, el 3 de m a p d e 1842.

C o m o resumen de todo lo discutido sobre el roman- ticismo se puede aiin citar un art;culo de Sarmiento, del 11 de febrero de 1842 en que analizaba, en sin- tesis, al teatro en la temporada que en ese momento

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conc1u6a. D e & el autor del. F a c u n d o : nTodos 10s

teatros europeos han sido puestps en requisicion para Ja r piibulo a la sed del piblico por el espectiiculo tea- tral; y Victor Hugo y Larra, Dumas y 1Breti;n de loa Herretos, Dumas y Vega, $e quien el cartel no se ha descuidado nunca de hacernos saber que es argentino, han presentado humildernente sus produceiones a 1, critira y 10s apIsusos de nuestro buen piblico. Loa ro- rninticos miis descabellados se han Lombreado en la escena con los miis severos criticos, a tal punto de ernbrcPlio La subido la rnescolanza de piezas de diver- sas naciones, gustos, ediades yx escuelas, que no oh tan - te 1, mucho que hzc un ago aeii se ha hallarlo $e ro- manticismo y de cliasicisrno, nadie ha entendido, ni de

anternano lo sabia, lo que importan estsas 9 0 s pnlabras rivale8. P a r a 1as nigas, una rosa acomodada en el seno, con cierta coqueteria y misterio, unos tiraLuzonea Iar- gos y flatantes en 3u sexo, y en el opuesto bando una corbsta aniidada con M i l descuido, posturas natural- mente negiigentes y Ieoguaje culto sin parecerlo, es IS mis romiintico que jamiis han visto. P a r a 10s viejos es rornintico todo lo aLmr$o y todo lo exegerado, Ias dostrinas nuevas, la moda y 10s principios liberales; 10s

jovenes llaman clisicas a las fcae, a 1,s medianamenre viejas; y a la suaresma, cierta clam de casadas, etc. B (I).

Tsdo conspiraba en este tiempo, preiiado de diml-

. . .,

I .

. . . .*

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(1) D. F. Sarmiento, el teatro durante el aiio 1841 en Obras, Tom0 I. Santiago. 1887, p. 344-348. Vid ademds Ismael Moyn, El Americanism0 en el Teatro 31 la Prgdica de Sarmiento. Buenos Airea, 1939.

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A t e n c d

ventes influjm para provocar un cambio en el rumbo de las ideas. E% romanticismo ,politico y Iiterario Ilega- ban a Chile eon bastante retraso si se toma em cuenta que Esteban EcHeverria ya Labia esbozado su criollis- mo nacionalista, de raiz romintiea, en Argentina. E n 1834, Echeverria publica L o s c o n s I6 c 1 o s y pien- sa en un mrdio en que aun perdura el Lglo XV111 bomo tnn LomIbre del siglo X K (I). -

El arnericanismo del autor de L a c a u t , ; v a se expresaba as:: re1 arte americamo debe Luscar en Ias profundidades de la conciencia y el coraz6n 'el v e r b de una inspiraci6n que armonicr con la virgen naturu- leza american?,. En las notas de L o s C o n s u e l o s agregaba estaR curiosas palabras que coincdirian son Pas de Lastarria y Sarmiento, en 1841 ,v 1842: @]La poesia entre nosotros aun. no ha llegado a srdqnirir el influjo la prepotencia moral que tuvo en la a n t ; + - dad, y que hoy goza entre llas culltas naciones euro- peas; precis0 es, si quiere conpis tar la , que aparezca revestida de un cargcter propio y original, p que refle- janclo Jos colores J e ]la naturaleza fisica que nos rodea, sea a la vez el cuadro vivo de nuestras costurnbres, y

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1

____ (1) Abel Chdneton. Introducci6n a la Vida Contradictoria de Esteban

Erheverria en aLa NaciSn, de Buenos Aires, doming0 5 de mayo de 1940. Vid. adem&. articulo de Angel J. Buenos Aires. 1942, N.0 1. Las ideas de Echeverria en el romanticismo argentino han sido estudiadas por Jorge Max Rohde en Las Ideas EstBticas en la Litera- tura Argentina, 4 vola., 1922-1926 y por R a d A. Qrgaz en Echeverria y el Saint-Simonismo, CSrdoba, 1934.

Battisstessa en Logos,

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I

Las ideas del movinaiento litelario .

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~

1 ' 12 expresion mis elevada de las ideas dorninantes, de lo, sentimientos y pasiones que nacen del shogue in- mediato de nuestroi sociales intereses, y en cuya eslFera se mueve nuestra cultrara intelectual. siilo as;, cam- penndo libre de los lazos de toda extraza influencia, nuestra poesia Ilegari a ostentarse sublime como lo, Andes; peregrina, hermosa y varia en sus ornamentos como la fecunda tierra que la produzcab (1).

E n la Argentina, el romanticismo se recibiii direc- tnmente de Fransia, con toda su ideologis social y es- ,

Chile, doncle se ingltra desde EspaEa y es sornetido a la ordenaciiin de 10s cliLicos y neocl6sicos que resis- tieron clus avanees Jesordenadns. Ya hernos visto en nuestra 'pais ccsrno Belllo y Lastarria frenaron los ex- c a o s de los rominticos y acqmodaron sus impulsos a la indole A68 regosada $el temperamento nacional,

Las ideas GIosiiGsas de Bel lo tuvieron, entre nos- otros, menos originalidad que las de Lastarria y un mis ternperado proselitismo. Es curioso obaervnr que Bello en el aspect0 &lo.&co es de una fecundidad m& ineficaz que en el campo Iiterasio -y jur;d;co, doiide ejerciii una verdadera dictadura. S e g h Cam, Bello se

alistii en la escuela espiritualista de Cousin; t r d u j o y comentii a kocke; y siguiii con reservas en ciertos pun- tos metafisicos a Berkeley. Ya se Labia discipliiiado e n estas rnznterias en Caracas y amgliii su eultura ideo-

tgtica, a i 1 xevgs de otras repiiblicas americanas, como

(1) Miguel Luis y Gregorio Victor Amunzilegui, Juicio Critic0 de olgu- nos poetas Hispanoumericunos. Santiago. 1861.

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. * k g i c a en Europa. k e r o Bello no neccsnto buscar prc- skilitoe porqtie la indole de su caricter eetakm acomoda- da a un magisterio que pocos discutieron en Chile. H, par otra parte, en el CQnjUUtQ ~e su vastLima ohm lo Blos&&co cede el paao a lo filokgico, al derecho inter- nacional y a 10 literario. Antea que 61, c u p aapariciori en Chi le data de julio de 1829, se astentaba inJiscu- tido el domini0 $e 10s neocXLsicoR. Don Ventura Blan- co Enralada lie& de EspaGa en 1821 p Air;$& 10s

eStu&QS kterarios de la primera paetisa, doGa Merce- des Marin del Solar. L a k z o leer n A E e r i , a. Byron, a Fray Luis de Le&n, a Qu in tma y a Me1~nde.z Val- dgs, p r o sobre todo a Arriaza, ctsyo influjo fug rnuy Lgranae entre nosotros. En 1837, segiin anota Mipel Luis Amunitegui , Arriaza tenia err Chile, el retro $e I, moda poitica. Todavia no Labia llegado el imperio de Hugo y de Musset, de Esprouceda y de Zarrilla. §e apunta, en Sanfuentes, 1, rnisrna y decisiva suges-

ti& del pserom6ntico Juan Bautista Arriaaa, que na- ci6 en M a d r i d en 1770. Fug kste el mgs cl&o de 10s poetas de su generacign y en el dtirno tiempo ha merecido 1a atencZa de 10s nuevos poetas espa;ic!es, como Manuel Altolaguisre. TIene Lermosas poesias, como T e r p s : c o r e 8 laB g r a c i a s d e 1 Laai le ,

. .*

1

- y e 1 soneto La l u n a m i e n t r a s J u e r m e s . .. Bo- see muticalidad y como lo han vistb Vnlbuexia Prat y Altolaguirre, anticipa elementoa rcllmiinticos en su te- mitica, como p e d e verse en estas estrofas:

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Las ideas del mavimianto liternrio 166

Triste cip&s que entre Ias nuLes meces tu obscura cima y t u letal verdor , . .

El. ;xito de Arsiaza fa6 pronto desplazado por 1,s

rorngnticos genuinos, pero es explicable ,m L a suges- tiGn en*%os primeros pasos pogticos de Mesceckes Ma- r;n del Solar y de Salvador Sanfuentes (1).

AndrGs Bello encontr6 rn& tarde que Salivador San- fucntes se inspiraka en 1,s E e y e n c k s s E s p a G o l a s de don J O G Yoaquin de M o r a , que 1, alegaron a1 po- kgrafo venezolano a1 poco tiempo de. haber sido im- presas e n Londres. M o r a presentaha en ellas una a & .

aidad con el B e p p o y el D o n J u a n d e By- r o n . Peaede, entonces, a&rmarse que cRte ggnero de compcmciones de indole romihtica, que sparesinn en- tances aovedosas en el idioma castellano, lograron in- fluir en E 1 c a m p a n a r i o de Salvador Sanfuentes. Nos Ilegaba Byron a travgs $e 10s versos castellanos de M o r a , que coment6 en @El Araucanon, de noviem- hre de 1840, Jon An&& Bello.

Las L e y e n d a s E s p a G o l a s contenian veinte poemas narrativos con argumentos inspirados en suce- so# hist6ricos o en simples tradiciones nacionales pe- ninsulares, verdaaderas o fabulosas. Sirvieron a Mora, cuya indole era muy combativa, para intercalar en ellas digresiones pol:ticas, morales o Eiterarias. Mere- cieron las L e y e n d a s E s p a ;; 01 a s elogios de AI-

(1) M. L. Amunbtegui, Doiia Mercedes Marin del Solar, p. 4Q.--M. I-.

I .

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Amundtegui, Don Salvador Saqfuentes,

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166 -_

berto Lista, de Jon Antonio Ferrer del Rio, de Eu- genio de Qchoay dk J o n An$r& Bello.

En Chile goaaron de bastante difusii;n y entre sus Iectares estuvo don JOG Vktor ino Lastarria, que ;mi- t6 el proced;miento de mezclar lo politico y moral en s ~ s escritos d e costumbrcs.

Desde la llegadi de Bello dasta su memorable di.+ curso de 1843 en 1a instwjaci6n de la Universidad de Chile, se hab:an perfilacio 10s primeros trasuntos de la poesia chilena en nuestro sigio XI%. El romanti- cismo here& de 10s neoclisicos la aclmiracion pos el progreso Kurnano que m i s tarde vemos en Bos vercDos de Guillertno M a t t a y de Luis Rodriguez Velasco. And,& Bello public6 en la cam editorial de Manuel Rivadeneira un farnoso C a n t o E l e g i a c o , con el subtitulo de El i n c e n d i o d e l a C o m p a n i a , que se &i; a 1uz en 1841. Ya obsesvh M i p e l Anto- nio C a m en su estudis sobrc la poesia de Bello que gste escribia poesias semirorngnticas en cl&ico lengua-

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- c

- - je, Sostenia el Lumanicrta venezolano que ose p e d e en- sanchar en l enpa je , se puede enriquecerlo, se puede acomodnrlo a todas 1,s exigencias de la socicckacI, y oaun a las de la rnodab, que ejerce un imperio incontes- taLle sobre ]la Iiteratura, sin viciar sus construcciones, sin hacer videncia a su genio,. Sin embargo, la influen- cia romiimtica se transparentaba tanto en Bello, que en su C a n t o E l e g i a c o fnge una procesi6n de s0m-

bras. Como &cia Caro, el us0 $e fantasmas es un sig-

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r' Los ideas del i i zov i~r~ier~to literario

no grave de contagio: ya pisaha el poeta e l teareno donde la novedad parte kmites con la cxtravagancia.

La imaginacihn de Bello ainti6 en ese y en otros

instatites dle su vuelo que eE contngio de Vic to r Hugo era incontrarrestable. E n t Lns F a n t a s rn a s y A Q l i m p o el t r d u c t o r vistii, lo 1;gubae del romnnti- cismo con formas de una de!icadeza en que CsGete vi6 reminiscencias calderonianas. Siempre Lubo, pues, en Andr6s Bel lo una pusna febril entre la sugeetihn de Hugo, la rnelancoka rornintica y el empnqlse cksica que le dicth las rnejoras que vemos en L a Q r a c l o n p o r t o d o s , de 1844.

Est@ matiz de la obra de Bel lo Io La analiizado, con gran erudicihn, un escritor m d e r n o , Eduardo Crema en sus ensayos sobre E1 drama artistic0 de

Con buen juicio, &ma smtiene que Bel lo ha siclo sometido por la personslidad violentn y tirinica $e

ugo. Bello a1 acercireele se encuentra a si mismo. S e r i 1, gpoca de O l i m p i o y d e La ora-

c i h n p a r t o d o s , en que la sensibilidad tierna cle don A n d r ~ s Bello Lallar; el molde adaptado a SUB

imigenes y emociones, y y a no cleforma& p r su pri- rnitiva erudicihn clisica.

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- 0

A n d r i b B e l l o (1).

(1) Eduardo Crema, El Drama Artistic0 de Andr2:s Bello. Revista Veiie zolaria de Cultura. Nilmeros 1. 19. 22. 23 y 24. 1938-1940, Este $&io tie- ne analoggas con lo que con rara intuicibn entendib Miguel Antonio Caro. Explica la evoluci6n de Bello deede un clacisiemo formnlista hasta un ro- manticismo moderado.

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168 - A t e t i e a

Paralelamente a la influencia de Vic tor H u , ~ o , herald0 del progreso, surgi; entre riosotros la moda de Earrn, de Esproncedn y de Zorrilla, de todos

10s ciiales hay varias ediciones cLIenas. Conocenios dos de. Larta, una en dos tomos, que imprimi; ai- vadeneira en 1842 y que tuvo rnucbos stiscriptores. E n vista de su ;xito se reimprirnih la C o 1 e c c i o n d e A r t i c u l o s de Fiearo, en 1844 por eEl M e r -

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., I

curio, de Valpirniso. Sarmiento comentt la grimera edicihm y 1, segunda goz; de igual privanza entre Jos contemporLneos. D e Esgronceda se publicaron E 1 14 i a - b l o M u n d o y P o e s i a s en una reirnpresi6n de REI Mercurioo, en Valparaho, en 1844.. Este farno- so poema se Labia conienzado a puhlicar pop entregas en EspaGa en el mes de octuLre de 1840 p en ese mis- mo ago se publicaron en la Peninsula bus Po e s; a s.

E n VnlparaLso se editaron tambign en seis entregas 1,s P o e s i a s de Zorrilla: C a n t o s d e l T r o v a - d o r ; V i g i l i a s d e l E s t i o ; L a A z u c e n a S i l - v e s t r e . Esta reimpresiGn hecLa por el incansable eMercurio3 abarca 10s aiios 1843-1844. Los C a n - t o s d e l T r o v n d o r , en vista del suceso que logra- ron, se imprimieron de nuevo en 1844. E n 1845, sEl Mereur io i de Valpmaiso edit6 La A z u c e n a S i l v e s t r e , E e y e n d a R e l i g i o s a de Yos6 20- milla. Gozaba Zorril la por su musicalidsad de un pres- tigio inmenso. Cuenta Arnunbtegui qlie todos nuestros abuelos recitaLan largas tiradas de E l g u E a l d e l

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Las ideas del nzovin&nto literario

g o d 0 . ZorrilIa obtuvo una resonancia compirable a la que en nuestros &as consigrsiC; Federico Garcia Locca. D o n Eusebio L J o comenz; su carrera pogtica itnitando a Zorrilia y a Esproncedn. Este primer pe- Godo del autor de Ia C a n c i C; n N a c i on a 1 tiene, segiin don Migue!, Luis AmuoLtegui, cierto ccerntolis - mo metafisicoo y el lenguaje altisonante de l o a rornin-

ticos enagerados. *

Bor e l agotamiento de 1,s edieiones nos explicamoa el fervor que despertaban entre los lectores de Ias en- tregas de Rivedeneira, Bos poemas. de Ion. miis populares romLnticos.

El Hi rn n o a Z 8 o Ii de Espronceda era un verda-

tipica manera que imitan 108 poetas chilenos de uri

poco mi8 tarde, corn0 el primitive GuiI1ermo Blest Can;, EuseLio &ill0 y Guillermo Mat t a . El segundo

d e i o canto de la exaltaciC;n rominticn en que se ve a

- periodo de Esproncda es un aganzamiento del yo que entre 8,s somihicos era su ' iinica medida y su unica

0 .

-

norma, segiin lo ha apiintado Guillerrno Dhz Bla-

E n el origen de mtlchas ideas que astuaron mLs tar- de, directa e indireetarnente sobre la poktica y la so-.

j a (1).

- I

ciedad cLiiena, es utiksimo seGa1ar el que tuvo un es- critor que deb;;, sonwer Lastarria, p r o cuyw difusi6n

*fuG obra Ae Saxmiento. Nos refetirnos a Jean Louis

(1) Gz~illermo Diaz Plaja, Introducci6n a1 Estudio del Romanticism0 Espafiol. p. 44. Madrid. 1936.

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-4 t en e a

Eugdne Lerminier (a>. Con motivo de un editorial publieado poc Sarmieoto en nElI MezcurioB neerca $el anivcrsario argentino, el 25 de mayo de 1842, el literato don Rafael Minvielle, con el aeudGnimo de D o n E l e i l i , Liz0 una critica en el mismo diario, con fecha 6 de junio. Sarmiento Labia citado un trozo del escritor francis, que era vastamente adrnirado en- tre los argent;nos,*pero discutido en Chile. E n un me- vo articulo del 24 de junio de 1842, el polernista cuyaao se seGri6 eoncretnmente a Lerminier, xeprodu- ciendo el trozo que haka rnotivado 10s reparos grama- ticales y algunas futile8 obrervaciones de Minvielle. Lo importante que tiene este nuevo articulo es Jestacar

(1) Jezn Louis Eug6ne Lerminier, naci6 en Paris en 1803 y murib en esa misma ciudad en 1857. Estudi6 en Estrasburgo y despu6s en Berlin. Redact6 *El Globon y tuvo. en su juventud. ideas liberalea. En 1831 fu.6 nombrado profesor de logislacibn comparada. Era un Luen orador. Vir6 en sus ideas avanzadas y en 1838, bajo el ministerio Md.6. acept6 el cargo de Relator del Consejo de Estado y la Cruz de la Legi6n de Honor. Sa- 1i6 de 'su ciiitedra por presibn de 10s estudiantes.

Volvi6 a ella en 1849. Dimitib de nuevo y se dedicb a1 periodismo en el Gltimo period0 de s u exktencia. Sus obras mhs famosas son: Phi- losophie du droit (1831): Influence de la philosophie du X V I I I e sibcEe sur la legislation et la sociabilitb d u X I X e sibcle. (Paris. 1833): Etudes d'his- loire et de pilosophie (1836). Y su Introduction gdndrale a1 etude d u droit

Vid Pierre Larouse Gran Dictionaire Universe1 du X I X e SiLck. Tomo X. p. 396.

Sobre la influencia de Lerminier en AmBrica. ver Albert0 Palcos, Sarmiento, Buenos Aires. 1929, p. 50; Coriolano Alberini, Die Deutsche Philosobhie i n Argentinien, Berln. 1930: Coriolano Alberini, L a metafisica de Alberdi, Archivos de la Universidad de Buenos Aires. Junio-septiembre de 1934. p. 233-239: Rad1 ' A Orgaz, Alberdi y el Historicismo. C6rdoLa. 1937: y Amdrico Castro, En torno a1 Facundo de Sarmiento, Sur, N.0 47. agosto de 1938.

(1820).

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Las ideas del mm'miento hterario ' 17i - las ideas de Lerminier, nu a jeno a la elia- boracihn de algunas posteriores de Sarmiento, que surgen en el F a c u n d 0 . D i c e Sarmiento, entre otras

cosas, en el referido articulo del 24 de jmio: @Pro- met; decir a ustedes, sefiores editores, quign es el qu-

tor de este Lellisimo trcrzo, i lo La&. Mr. E. Lermi- nier es quien La escrito esas palabras ern e % capitulo 32, parte 2." de su obra titulada: De l a i n f l u e n - c i a d e 13 f i l o s o f i a d e l s i g l o XVI I I s o b r e l a j e g i s l a c i o n y l a s o c i a b i l i d a d d e l s i p l o X I X I publicada en Piiris en 1 8 3 8 ~ .

P a r a sostener sus puntos de vista, Sarmiento repro- duce las opiniranes, que e1 escritor citado Labia provo-

cad0 en permnalidades tan autorizadas como Lanra, Villemain, Pedro y Julio keroux, Saint Beuve, Qui- net, J u a n Reynand, Snint A4n.c de G r a r d i n y Lam-

de Snrmiento en que'se regere a 1a difusi6n cle las ideas de kerminier en Chile: "LQu; tal, senores edi- tcrres, Labia sido hombre $e importancia el segor l e r - minier, eh? Pues a este D i a b l o s e l e o c u r r i 6 d a r c e r v i z a l s i g l o X V I I I , y ya Uds. ven que si la tuvo un siglo, la puede tener, aunque chiqui- ta, un dsa, y que este dia rnby Lien ha podido ser, como otro cualquiera, el 25 de mayo de Islo? LQd d i r i n nhora, sefiores editores, 10s lectores del @ M e r - curior de Ia profunda sabidurIa y vastos csnocimien- tos de aquel antiguo amigo de ustedes, d o n El c i 1 i , que nos decla ex c&tedra, q u e l a i d e a d e d a r

. #

menais. Es provechoso sefialar un pirrafo del articulo ' 1

L.

. .

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A f C TL 6 (?

c e r v i z a un d ; a o si810 n o s e l e L a b i a o c u r r i d o al m i s m o d i a b l o ? Y vean ustedes, .

. e

se le habia ocurrido a un Lerminier nada menos.. . D +. Donde m i s clararnente indica Sarmieato que Lermi-

nier era ya conocido en Chile es en este otro pirrafo: t i E a , jhvenes ilusos que Labiais ernpezado a p s t n r y n adrnirar el estilo y las ideas d e Lerminier, de Mlgigo, de Cousin v demis d i a b l o s de 10s de esta escuela

A 0 . ilusa, tirad esos Iibros y si quereis aprendrr estilo p

nutriros de ideas y teorias vastas, esperad los remrti-

dos que d e cuando en cuando os guiern da r c i o n E l e i I i ! %(I).

Coinciden las lecturas nuevas que desgereiran a 1,s jhvenes ,cLiIenos con 1, inguietud que se concernern en la Sociedad Literaria de 1842. E n ella JeuemLocaan

I ) .

1

los rominticos e n Eiteratusa y politice, pero tenian a1

frente a 1,s neocaisicos y a mucLos, con10 MinvieIIe, que veian una profunda obscuridad en 11,s & l ~ ~ o f o s franceses del ramanticisma L a segunJa poiemscn 1. * de

1842 es caracteristica a eate respecto y Jernuestra que Lhpez, el argentino, L a k a alcaazado un grado Be ma- durez mayor que e1 de sus adversarios cKilenm, como SalvaJor Sanfuentes, cuya forrnacihn intelcctlmal, a Ia sornbra d? Bello. 10 encastilk en sus vrefeerencias. A

1

este respecto hay un documento curioso que es la pro- fesiha de €e de Sanfuentes al editor d e 1, A m 6 r i c a

(1) El articulo de Sarrniento sohre Lerminier se titula i @ h Jelicidct:! la de este mundo! (Contestacibn n don Eleili) y se halla en'las Obms. To- mo I. p. 265-271, 1887.

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Las ideas del movimiento litmarb

I' o 6 t i c a , cuando dice: e M e reconozco deudor a la En c i d a de Virgilio, a la A r a u c a n n &Be Ercilla ;B a ias tragedias de Juan Racine del errtusiasmo que desde mi primera juventud conceb; por ella (la poes;a)o.

Las ideas de la Sociedad kiteraria de 1842 no han sido clararnente analizadas. En bus compoxien _ _ tes __ Labia rominticos p r o s , neo&cos,comca Salvador - § a n f i i i r tes, enemigos ae_fos_argentinos_. y- Kombsct_s . que? como Lastarria, acabaton por hallat: razhm--a los -emigradas en sus agrmaciones renovadoraa.

Ea SociedaJ kiteraria celebrA ochenta y seis se- siones desde el 5 de marzo hasta el 1.0 de agosto de 1843. Lie& a tener 41 socios, entre 10s que k a k a Lombres notables, que m ~ s tarde fueron cGlebres, corn0 Carlos y Juan Bello, Alvaro Covarrubias, AncBrgh y Jacinto ChacGn, Juan N. Esgejo, el miis antiargentin0 de sus socios, Herm6genes Irisarzi, Jos; Victorino Lastarria, Santiago Lindsay, Manuel Antonio haatta, Anacleto Monte. Joviiio Novoa, Pedro Paliazuelos, A d b J Pinto, Alejanclro R e yes, Salvador Sanfueiiteb, Josg M. Torreu, Cristhball ValdGs y Wenceslao Vial Guzmiiu.

En la sesiih del 17 de rnarzo de 1842, se n o m b d una comisiAn cornguesta de los soc?;os M-iguel Campi-.

Manuel Hurtado, y el secretario Francisco Bilbao, para que se diese parte a Lastarria de su nombramien- to y se le manifestasen 1,s deseos de 1, Sociedad qy 1, ouplicase tuviese a bien dirigirlaa. Lastasria J o 5e

1

__+- - -

no, Mat ia s Qvalle, AndtGs ChacAn, o en su lugar 1

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A i e n e a

incorpor; a su sen0 el 3 de mayo de 1842, que fui la fecRa en que Ji6 lectura ra su farnoso discurso lite- rario.

El amliente de la juventud en esa Cpoca lo resume Lastarria en 1,s siguientes palabras: o D e 1835 a 42, toda la juventud olistinguida de Santiago ern casuista en derecho p purista y ret6rica en letrass Se refiere en est0 a la decisiva influencia que tuvo Bello, quien desde ,1834 h a k a ensezado a uu escogido grupo de slumnos, grarnitica y Iiteratura, derecbo romeno y es-

paiiol. El Jiscurso del 3 de mayo de 1842 seGal6 una etapa de emancipacihn intelectual en que se clifundieron nuevas concepciones literarias. Lastarria esboz6 a k va- rias teorias que cohraron vuelo en 10s escritsres postc- riores. &Gal6 la importsncia de la ilustracihn dentro de un rggimen de progreso. Aqui se muestra e9 aspect0 dieciocfiesco, dogrnikico, J e Lastarria, cuya forrnaciiin neoclisica era adicta a 1,s reglas eetiticas. Pe ro tam-

AbiCn, en combinaciiin con el formulismo, brota un acento nuevo: e l que estimula a ]In originalidad e invita a los jhvenes cfiilenos a desembarazarse d e los rnoJelos, Es una inci&eihn a buscar en la naturstleza lo mucho que

\

ella ofrece y que antes no se Labia cultivado Prino por- excepcaon? (Vosotros ten& rnis' ideas-dice-y con- venfs conmigo que nadn s e r j para Chile, la Amgrica toda, sin I a s l u c e s . M e IlarnLis para que os ayude

. 0

. . en vuestras tareas literarias, pero yo quismera convids- ros antes a discurrir acerca de lo que es entre nos- otros la Iiteratura, acerca de Ros modelos que hemos de

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Lns ideas del movimicnto litcraa’o

proponernos para cultivnrla, y tambikn soLre el rumbo que debemos Lscerle seguir para que sea provechoaa a1 pueblo,.

No concibe Lastarria una literatura desvinculada de la realidad social y aqu: aparecen muchos de lo8 thpicos que el romanticismo h a k a heredado del mundo neoclisico. Larra Labia dicho: o Libertad en litera- tura, como en las artes, como en ]as industrias, como en el cornercio, como en la conciencia3. (I) P o r eso

Lastarria aconseja oservir a1 pueblo y alumbrarlo en su marcha social para que nuestros hijos le vean un dia feliz, Iibre y poderosoo. Agrega: (Se dice que la literatura es l a e x p r e s i h n d e l a s o c i e d a d , porque, en efecto, es el resorte que revela de una ma- nera, la m& explicita, Ias necesidades morale8 e iate- lectuales de los pueblos, es el. cuadro kn que est& con- signadas 1,s ideas y pasiones, los gustos y opiniones, la religihn y las preocupaciones de toda una genera- cion,.

El escritor, eb se&ida, Lace un balance de lo que ha sido la literatura chilena y encuentra que no corres- ponde a sus ambiciones.4No ve en ella or1 espejo en que se refleja nuestra nacionalidado. En realidad, la Iiteratura chilena, desde 1810 a 1842, se Labia agi- tado en un de6c;ente rnedio sin estirnulos, donde pre- valecian las pokmicas personalistas y 10s arrestos po- liticos de escaso contenido ideokgico o espiritual. Di-

.

. .

. 0

(1) L a m , Arficulos. (~LiteratUr1~). p, 434. Barcelona. 1886. 3

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I 76 _.

A t c n e a

ce Lastarria: eMuy reducido es e l eatilogo de nues- tros escritores de mgrito; muy poco hemos hecha toda- via por las letras . . . o . Y a b l e : c iQui i madelos lite- rarios serin, pues, 10s m& adlecuados a nuestras cir- - cunstancias presentes? Vastos habran de Ber mis cono- cimientos, 'y claro y atinado mi juicio para resolver tan importante cuesti6n; pero Ilimese arrogancia o lo que Re quiera, dcbo deciros que mu1 poco tenernos que imitar: nuestra literatura delpe sernos exclusivamente

. . . .

revista mientos

. I

seja no

clebe ser enteramente nacionals. Despugs pasa a ]la literatura heredada de EspaGa, cuyos ci- morales rechaza su idcologia liberal, per0 acon- desde;ar el idiom, caatellano. La sintesis Iite-

raria del pensamiento d e Lastarria es verter 10s asun- tos orisinales del medio nacional en 1,s formas de un estilo castellano. No olvidemos aue Lastarria f u ~ un

1. . . . maestro de estilo y que mereci6 este juicio de su ad- versario politico Pedro Nolasco Cruz: @El estilo es claro, generalmente correcto, y su giro muy elegante.(I)

El discipulo de Bello no olvidaba 10s Luenos moa- deloe de la prosa castellana, per0 su antiespagolismo social y politico buscaba nuev.06 motivos de inspiraci An en la naturaleza americana, que ya Labia provocado a la imaginacihn de Echeverrra en La c a u t i v a (1837) y en 1as entonces ingditas piginas de E l M a t a d e r 0, escrito probablemente en 1836 y ex-

humado entre $us p p e l e s por J u a n M a r i a GutiSrrez.

(1) Pedro N. Cruz, Estudios sobre la literatura chilena, tomo I. p. 63. Santiago, 1926.

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Las ideas del movimicnto litcrario - 177 -

Jo,; M a r i a Heredia ya Labia cantado la exuberan- cia de la naturaleza americana en su famosa poesia En e l T e o c a l l i d e C h o l u l a , donde el poeta -

.I

contempla el color y la fecundidad de las campinas que contrastan con las nevadas cimas de 10s volcanes. Esta composic& fu; escrita en 1820 9 es una de las mejores visiones 3e la rica naturaleza americana. An- dr;s Bello, en la S i l v a a l a Z o n a T h r r i d a tarnbiGn pintaba las galas y tesoros de la naturarlerca tropical en un poema descriptivo y moral. Este aspect0 de Lastarria, como precursor de nuevas maneras lite- rarias en Chile, es indliseutible, a pesar de 1, obatinr- ci6n de ambiguos escritores en prewntarlo con Iimitada perspectiva. Ell estimulo que signif;c6 el discurso de 1842 se puede ver en 10s resultados que brotan, a 18' larga, del esfuerzo comiin de una generaei6n que vih, de un modo nuevo, a la naturaleza chilena. Insistia mis adelante Lastarria en la originalidad y aGadia estas palabras: &No, senores, fuerza es que ~ e a m o s originales; tenemos dentro de nuestra sociedad todos

10s elementos para seslo, para convertir nues:ra litera- tura en la expresiih autGnticsa de nuestra naciooalidad. Me preguntargis qu; pretend0 decir con esto, y os res- ponder; con el atinado escritor que acabo de citaros, (Artaud) que la nacionalidad de una Iiterntura consiste en que tenga una vida propia, en que sea peculiar del pueblo que la posee, conservando fielmente la estampa de su cargcter, de ese caricter que reproducir; tanto mejor mientras sea m i s popular. Es preciso que la 1;-

-

0

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A t e n e a

teratura no sea el exclusive patrimonio de una clase privilegiada, que no de encierre en un circuIo estrecho, porque entonces acabari por someterse a un gusto apo- cado a fuerza de sutilezaso. Exalta a continuaciiia, el valor de la naturaleza americana en esta forma: ( L a naturaleza americana, tan prominente en sus formas, tan variada, tan nueva en sus Lcrmoso8 atavios, perma- *

nece virgen; todavia no ha sido interrogada, aguarda que el genio de sus Lijos explote 10s veneros inagota- bles de belleza con que le brindadt. El discurso termi- na, con cierto optimismo, augurando un mis claro por- venir a la Iiteratura nacional y sosteniendo que 10s

miemdros de la Sociedad han contral’do Run empeiio sacrosantos para ayudarse mutuamente.

Las sesiones d e la Sociedad Literaria desde que se incorporh Lastarria correspondieron a la esperanza puesta en su elecci6n de caudillo intelectual. El 6 de mayo de 1842, Jacinto Chac6n critic6 una ;glop de Mengndez Valdgs. E n otras sesiones se cornparti6 Ia

I L

lectura de trabajos originales con crlticas y Iecturas organizadas bajo cierto agtodai. Cristiibal Valdgs, uno de sus animadores, hizo una csitica del M a c i a s de Lama en la sesi6n del 13 de mayo. Los trabajos lei- dos eran sometidos a la revisi6n crltica de otroa miem- bros. El 31 de mayo de 1842, J u a n Bello ley6 un discurso Bobre la descripci6n del Egipto, en el que ve- mos cierta preocupaci6n onientalista, que fug uno de 10s temas del romanticismo franc68 en Victor Hugo y del espaiiol en el Padre Arolas. El 7 de junio, don

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Las ideas del nzoviiniento literaria 179 I

Javier Rengifo ley; un estudio sobre la Iibertad cke imprentn. El 10 de junio present; Va ldss una mocion para que se xedactara un perihdico mensual, germen quiz; de l a idea de funckar E l S e m a n a r i o de Santiago, que no fu;, como se ha dicho, obra Jirecta de la Sociedad Literaria. El 22 de juIio de 1842, don Anacleto Mont t present6 a la Sociedad una co- media, cuyo texto no conocemos. S e perdieron muclnas sesiones en futilezas y hasta se discuti6 y someti6 a rotacihn una cliusula que establecia la prohibiciGn de fumar en la sala. E1 30 de agosto se acord; lo siguien- te: ‘NiogGn socio pod& salirse a la calle durante la sesion, y si lo hiciese se considerari como inasistencia dicha salidao.

S e estableci; que en un certamen en prosa se Jar ia como premio las obras de Jovellanos, pero Lube dig- cultad para encontrarlas y se rubstituy6 este galard6n por El e s p i r i t u d e l S i g l o , d e Martinez d e l a Rosa.

Un curioso rasgo de la Sociedad lo entsaEa el acuer- dd tomado el 7 de octubre de 1842, que reza asi: eLas sesiones se cierran mes y rnedio antes de Ceniza Ip se abren el viernes despugs de Ceniza p a la aper- tura de la sesi6n se proaunciara un diacurso iuaugural,.

El 21 de octubre fueron propuestos para socios 10s sGores Carlos Bello 7 Juan N. Espejo, por Lasta- rria y Crist6bal Valdgs. En el mes de noviernbre de 1842 Zlubo mapor preocupacion por el teatro. J u a n Alemparte ley6 su drama E Z J u r a m e n t 0; Hip&

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1 80 - A t e n e a

lit0 Beaucbemin di6 a conocer la traJucci6n de una pieza titulada L a s R o m i n t i c a s ; y J u a n Bello otra con el nombre de L a Hubo, m6s adelante, un orisinal contratiempo. L a Sociedad pre- tendih conseguir la representaci6n $el drama de J u a n Bello, per0 se opus0 a ello don AndrEts, padre J e l jo- ven poeta. La sociedad nombr; una cornisi6n integra- da por AndrGs Chachn, Lindsay y Bilbao, con el ob- jet0 de solicitar de don AndrEts Bello que hiciera ce-

sar su prohiSicihn al designio de Lacer piiblica la pie- za de su hijo. El 16 de diciembre, And,& C h a c i h ley6 una composiciha titulada C a r o 1 i n a, cup0 exa- men se encornend; a Irisarr%. El 20 de diciembre se acord6 comprar L a c o I m e n a, peri6dico nuevo e in- teresante, como ternRiEtn 10s perii;d;cos de Concepcihn.

. Es curioso Io resuelto a comieneos J e 1843. §e trat6 e l 30 de abril del mgtodo que deb:, adoptarse para el estudio de la historia. Este asunto se resolvih el 4 de abril. Despugs de alglnna discusihn, se deter- min6: 1.0 Q u e todos los viernes hubiera lectura de hiatoria, haciendo 1, de 10s pueblos antiguos, por §e- sur; la & la historia griega y rornana, por Goldsmith; la de la Edad M e d i a y moderna, por Fleury; la de AmEtrica, por Robertson; y .+incipiando el Herde r luego que parezca conveniente. A q u i sparece una indi- caci6n del auge que tuvo el f&sofo dle la Listorisa, el alemin Herder, cuya influencia en Lastarria y en Sar- miento es digna de vasto andisis.

La Sociedad Literaria dej6 de sesionar el. 1.0 de

v e n g a n z a .

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Lns ideas del movimiento literario I 181 -

.a agosto de 1843, per0 su accion en el desarrollo ideo- kgico de Chile se demuestra psr e l estudio atento de BUS actas que, por deagracia, son escuetas y no dejan mayor rastro de originales trabajos que all; se Lye- ron. (1)

El 28 de junio de 1843, Lastarria fuS ltlombrado miembro de la Facultad de Humanidades de la Uni- versidad p present; la primera memoria List6rica es- crita en virtud de un acuerdo. Esta tiene como t;tulo I n v e s t i g a c i o n e s s o b r e l a i n f l u e n c i a s o - c i a l d e l a C o n q u i s t a , d e l s i s t e m a c o l o - n i a l d e 1 0 s e s p a E o l e s e n G H i l e . S u a u t o r l a compuso por especial encargo de don Andrks Bello.

Lastarria deearrolla aqui muchas glle las ideas con- tenidas en eu discureo del aEo anterior, que son impor- tantes para apreciar su pensamiento. S e presenta como vocero de la civAzaci;n democritica y enjuicia e l rS- gimen colonial hispinico, que en Chile hall6 defenm- res convencidos en don Andrgs Bello y en el escritor argentino Miguel PiEero. Este ensayo de Lastarria revela que H e r d e r lo impresion;, per0 de un modo contrario a1 que obr; en el penaamiento de Sarmiento, cuya teoria histGrica tiende a iniciar lo que llamaba ahistoria Glos6Gca, -y cuyo motivo parecia dar la clave del pasado y del porvenir. Herde r fu; vertido a1 fran- cSs por Edgard Quinet. Las I d e a s s o b r e 1 a F i-

. . .

(1) ,Las actas de la Sociedad Literario .e publicaron en 1- n6meroa 37 J 38 de la Revista Chilena de Historia y Geografia, cerrsspondientca a1 primer J segundo trimatre de 1920. .

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l o s o f i a d e l a H u m . a n i d a d . ( X d e e n z u r P h i - l o s o p h i e der G e s c h i c h t e der M e n s c h n e i t ) tendian a presentar la historia como una gran unidad con la que es posible llegar a1 conocimiento de la na- turaleza humana en fases suceeivas. El optimism0 de Sarrniento, como se ha visto por Raimundo Lid,, es

$e origen herderiano p este influjo 1Iegii hnsta el escri- tor argentino por muy diversas rutas. E n Lastasria h a k a criticas a Herde r y veia cierta ceguera en Lallarla sirjeta a leyes providenciales. Lastarria encontraba en el individuo una soberania de juicio y de voluntad que constituye ola capacidad de oLrar su propio bien y engmndecimiento, mientras que no ofenda a la jus- t icia. . .3 Hallaba, adernis, que el ggnero hurnano tiene en su propia esencia sla capacidad de su perfec- cion3 y posee 10s elementos de su ventura. Lastarria entendi6 gnarnente el sentido reaccionario que Ias idea, de Herder podian tener en su providenc;alisrno, a la vez que rechazaba 1, critica que hacia el Gksofo ale- m i n a lo, ideales de la ilustraci6n. En otros tgrminos, Herde r podia ser utilizado en contra de sw teoria del progrem surgida del racionalismo dieciochesco y del sig1o XIX. No tenemos aqu: Iugar a extendernos e n la reaccihn que Herde r prodnjo en espiritus tan vigo- . rosos como 10s de Bello, Lastarria y Sarmiento, pero dejarnss pianteado un aspect0 imtenso en estas versio- nes americanas de su filosofia de la historia que otros criticos modernas dan ahondado. PiGero, pot 811 lado, a1 criticar a Lastatria, se prosternaba ante e1 wcuadro

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183 - I k s ideaas del nzovindento literario

de 10s designios de la Provideticia, que veia stargir de Herder y reconocia en 61 eel plan de4 universo enteron, P o r otra parte, Coriolano Alberini estima que hubo mi;s influencia de Herder a travgs di? Qtiinet que des-

prendida del propio GlGsofo. El hnlngo de H e r d e r consiste en que entrevih muchos de los idealcs romin- ticos 0, en otros tgrminos, se aaticipG a ellos. (I) .

Lastarria halbia erpresado opiniones favor3bles a Herder, per0 Iimitando sus conclusiones. P o r ejemplo esta cita: *:Po rniro a Herde r como a uno de 1,s es-

critores que ha, servido m i s 6tilmente a 1, hummi- dad: 61 ha dado toda su dignidad a la histnria, drcsen- volviendo en ella los designios de la Providencia p 10s

destinos a que es llarnada la especie hurnana sobre la tierra. Pe ro el misrno Herder no se propuso suplantar el conocimiento de 10s hechos, sino ilustrarlos, expli- Carlos; ni se p e d e apreciar su doctrina sino por rnedio de previos estudios hist6ricos. Substituir a ellos de- ducciones y fhrmulas,, seria presentar a l a juventud un esqueleto en vez de un traslado vivo del hombre so-

cial. seria darle una colecci6n de aforismo6, en vez de

poner a su vista el panorama mhvil, instsuctivo, pinto- resco de .?as institucioncs, de las eastumbres, de las re- voluciones de 10s grandes pueblos y de 10s grandes

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(1) VID. Raimundo Lida, Sarmiento y Herder, University of Celifor- nia Press, 1941: Coriolano Alberini, La Metafisica de Alberdi; Josk Victo- rino Lastarria, Recuerdos Literarios, p6g. 234-250: Josd Ferrater Mora, Dic- cionario de Filosofia p. 246: A. Bossert, Herder, sa vie et son oeuvre, 1916: Amkrico Castro, E n torno a1 aFacundo. de Sarmiento, Sur. N.o 47: Hermann Schncider, Fibsofie de la Historia.

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A t e n e a

hombrean. Lastarria queria comLinar lo ;til de Her- der que, en cierto modo, lo impresiono, con la parti- cipacihn de la Iibertad del hombre en la evoluciiin humana. Pero Lastarria aun flotaLa en una atmhsfera rnetnfisica que se transparenta en mucLos de 10s aforis- mosqueprecedena 1,s I n v e s t i g a c i o n e s de 1843. RecLazando el providencialismo de 10s herderianos, in- curria en cierta contradicciAn a1 af&mar lo siguiente: @La Humanidad ha sido dotada por el Creador de Iibertad de acciAn. L a Divinidack no ha impuesto a1 hombre otros Iimites que 10s que dependen del tiempo, del lirsar y de sus propias facultadesi. Ai'iadia estas otras ideas que son el punto de partida de su historia providenciaIista que lo Ileva, m6s tarde, a la historia cientifica: aDios La estab1ec:do a1 hombre corn0 una divinidail en la tierrad; eLa historia es el oriiculo de que Dios se vale para revelar su sabiduria a1 mundon y es (la antorcLa de la divinidadi.

Y metZndose con el rggimen colonial, hallaba que en $1 Re1 pueblo estaba envilecido, anonadado y sin virtudes sociales, a lo men09 ostensiblmente, porque sus instituciones politicas estakan calculadas para for- mar esclavosn . Agregaba unas pintorescas palabras: *Cay& el despotism0 de 10s reyes, pero qwd6 el des- potismo de l pasndoi. E n 10s R e c u e r d o s Li t e - r R r i o s, reGri6ndose a este period0 de su vida vuel- ve a indicar su desacuerdo con las ideaa providcncia- listas de V i c o y de Herder , que fueron acogidas aqui por Bello y PiGero: e E n estas doncepciones teol6gicas

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, Las i d e m del iizovimiento l i teram

de la historia desaparece la libertad del hombre Iy su progreso, como obra exclusiva de su actividad. D e consiguiente, se anula tambidn Fu responsaMidad. No hay f i l o s o f ~ en la historia y ;sta no p e d e ser la cien- cia de la humanidadls (I)

El resultado del mitodo aconsejado por Lastarria cay6 ea el vacio, porque su esquemitica maneta de ver ]la historia era contraria a la indole de 10s estudios documentales impuesta por Bello. Tiene frases en que reconoce su fracaso, cumdo con amargura dice en ios R e c u e r d o s ' L i t e r a r i o s : @El fracaso de 1844, 10 confesamos, nos sobrecogi6. No conociamos, en efec- to escritor alguno que hubicra pemado corn0 nosatros; y aunque en esos mismos momentos August0 Comte terminaba la publicacihn de su C o u r s d e P b i 1 o- S o p h i e P o s i t i v e , no teniamos n i la mgs remota noticia del nornbre del ilustre f%ofo, ni de 611 Iibro, ni de su sistema de I n historia, que era el nuestro. e .n (2). El 17 de junio de 1846, Edgard Quinet, el divulgador de Herder a travgs de su vera;& francem que conocieron los hispanoamericanns, envi6 a Lasta- rria una breve carta en que le expresa e m altn eetima- cGnn por las obras que le man& y entre 18s cuales estaban las discutidas I n v e s t i g a c i o n e s. -

El tiempo decapit6 muchas de 1,s idea,$ de Laata- rria que participraban del aptimismo de 10s ide6logos rominticos. E n Lastarria hap. que escindir el tehrico

(1) J . V. Lastarria, Recuerdos Literarios. 1085. p. 250. (2) J . V. Lastarria, Recuerdos Literarios, 1885. p . 250.

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186 - A t e n e n

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de 10s primeros anos, que sin compartir el vitalismo hist6rico de Sarmiento Cree, como 61, en 1, acci6n educativa y el liberal que persigue una ordenacich po- litica en 10s postreros aiios de su vida. Sarmiento s a k a distinguir sentre el orden de las ideas y el orden de las cosas, y siente que el orden de las cosas es miis complejo que el de 1,s ideas.

E n los iiltimos tiempos de su sicla, como lo La oh- servado Ricardo Rojas, tiene frases desconcertantes y - escribe un libro pesimista y coatradictorio: C o n fl i c- t o s y a r m o n i a s d e 1,s r n z a s e n A m g r i c a . L a emigraciGn no tralta 10s perfeccionarnietrtos morales que esperaba Sarmiento en gpocas anteriores. No era cielo ni era azul . . . A1 conocer a fondo 10s Estados Unidos Labia escrito: sLa emigraci6n europea es a11i elemento de barbarie, iquign Io creyerril3. El antiespaGo1 Sarmiento Ilega a decir: @ L a Espaga, nuestra patria comiin, padece del mismo mal nuestros. Estaba Sarmiento muT lejano de su primitivo vitalisrno ListGrico del ot>timismo asombroso aue asimil6 de H e r d e r a travgs

I 1 - 0 de su version francesa. Sarmiento dusca, con desespe-

rado ahinco, la iiltima receta de su vasto formulismo socioI6,q;co: & a k a aInora que seducar a1 soberanos. %lo la educzlci6n podia corregir lzs taras que el tu- multo emigratorio ponia en evidencia en Argentina.(I)

El proceso de rectificaci6n de Lastarria nos coloca ante una segunda eBgie de su pensamiento vivo que

(1) Ricardo Rojas. El pensamiento vivo de Sarmiento. Pr61ogo. p. 25- 30. Buenos Aires. 1941.

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187 - Las ideas del movimiento litwario

con 10s aiios toma contornos de gran severidad. Pero nunca traiciona su gran fe en el progreso que no com- parte en lo que concierne a las Jeficiencias de nueatro rggimen democrit i co.

S e sale un poco de la indole del presente ensayo ver las &mas consecuencins del peasamiento de Las- tarria, cuando alcanza su madurez decisiva ea 1874 en las L e c c i o n e s d e P o l i t i c a P o s i t i v a . Pe ro Labia, en cierto modo, repuntadjo algo de lo que ;I patrocin6 en 1843. S e intent6 una interpretacitin filos6Gca de 10s hechos kst6ricos en L o s p r e c u r - s o r e s d e l a I n d e p e n d e n c i a e n C h i l e de Amunitegui, cuya pubIicaci6n durh desde 1870 a

En lo polftico, sietnpre fu; Lastarria una cima so- litaria a la que $610 de paso se allegaron los Glisteos de 10s partidos. No entenditi nuncs 10s m6toJos rem- lucionarios y n o particip6 en 1,s intentus de redeliiin de 1851 y de 1859, pero de i p a l manera fu; per- seguido por 10s conservadores que no aceptaban su fie- ro individuelismo. As: como Sarmiento concebfa a la educaci6n como un Sigantesco instrumento de transfor- rnaci6n social: a travgs d e sus impulsos vitalfsimos, Lastarria entendia a In reforma politica corn0 a l p vin- culado a l derecho y su sever0 culto. E n El m a n us- c r i t o d e 1 d i a b l o , & estirpe alcg6ricn y diecio- chesca, Adiculizaha a la superstic;& y a1 fanatismo. e U n espiritu restrictive y apocado, much% santinomia,

1872.

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un apego ciago a todo lo que e,e retrtigrado, y horror

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188 XI.

A t s n e a -__I

a 1,s reformas, hipocresia, disimulo, son 1,s virtudes del h o m b r e d e or d e n (denominaciiin con la cual se La honrado y disfrazado el partido retriigrado); si a ello sc agrega la nobleza de sangre, o nlguna rique- za, o tal cual inteligencia, el hombre de orden tiene todos 10s titulos necesarios para ser aristiicrata y enro- larse en la primera clase, como miembro n a t a Pe ro el aristiicrata, el hombre rico o de talento, que en la ad- ministracGn, en la prenss o en 1, conversacion fami- liar se murstra reformista, franco, liberal, ese 10 pierde todo: nb inspira ConGanzra, es un calavera, basta un hereje, segiin 1,s circunstancias, y es borrado del lihro de oco en que sus antecedentes lo habian colocadoB.

Aqu;, Lastarria habla con cierto acento personal. Cooociii, como pocos, los desdenes de la clase alta y sufsG persecuciones e injusticias. D o n Manuel M o n t t le dijo, en cierta ocasihn, don inexplicable violencia: ePobre mozo de ayer, sin estampa para sufrir el ri- dLuIo3, La egolatria de Lastarria lo hacia reaccionar, como en el miry conocido episodio de Jotabeche, pero esto se explica por la L m e idea que tenia de su valer en un ambiente que, a menudo, era incomprensivo y cerril.

Lastarria esboz6 un intento de rectificaci6n a1 libe- ralism') en su memorable P l a n d e ' r e o r g a n i za-. c i i i n d k l P a r t i d o L i b e r a l , de 1850. Ah; sostenfa que la oposici6n no existc, porque carece de fuerzas y de opini6n A p e g a b a que la oposicion care- ce de fuerzas: 1.0 porgue no tienr direcciiin ni tiene

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Las ideas del movimiento literaria

un caudillo; 2 o porque no tiene organizaci6n; 3.0 por- - - que no tiene fondos; 4.0 porque no Gene uni&d, 11. L a oposici6n tampoco tiehe unidad: 1.0 p o r q u e n o t i e n e s i s t e m a. Hemos publicado un programa, pero el programa no es sino la primera base del siste- ma, no es el sistema mismo. Esos principios expuestcrs en un programa quedan escritos en un papel, que no se vuelve a leer despirgs de publicado y, por consi- guiente, se olvida. Wn partido que no tiene la unidad, la kgica, la conciencia que son siempre 10s defectos de un sistema, no p e d e inspisar f e n i a 10s adeptos n i a 10s imparciales. Si 10s niLs comprometidos Be des- alientan ~ q u ~ podemos esperar del pueblo? 2.0 Porque no inspira inter&$. Los ministeriales tienen todos inte- r;s err conservarse en el puesto y afectan 'defender un inter& nacionnl. Los individuo, de la oposici6n no te-

nemos un inter& personal; 3.0 porque no tiene rela- ciones. Si la oposicion tuviera nfil ia&~ en las pro- vincias, podr;a esperar formarse una opinion, a pesrnr de stl mal estaclo. Pero i q u ~ podemos oponer nosotros a la acci6n siempre constaute de 10s inGnitos empleados de 1, jerarquia administrativa?

E n estas agudas palabras en que Lastarria se mues- tra un estratega del liberalismo. vernos oponerse el. doctrinarismo al sentido vago 1' demaghgico que, C O ~ O

resabio pipiolo, alienta aiin a sus conternporLneos de I, oposici6n. Si Lastarria no 11eg6 a desarrollar una ma- por acci6n fu6 porque su caricter y sus convicciones se lo irnpedian, per0 tuvo el sentido organizador del

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liberalism0 que, m i s tarde, en la Spoca de Balmaceda, afront; una crisis fatal.

Reernplazaba al quim6rico pigiolismo de 10s que Postsles llamaba ~Ios pelngianoso con una voluntad ordenadora que, en sus J t i m o s aJor, se acentGa. L a s ideas de 1842 han recibido una nueva versiih, m& depurada. Estarnos aqu; en uno de 10s instantes de crisis del que La sido estimado como un sdoctrinario absolutoo por los, que no conocen 1,s complejidades de su evoluci6n politica. Esta crisis percibids en Easta- rria, lo asemeja a Juan Bautista Alberdi, cuancko ob- serva en los unitarios argentinos, que so;, semejantes a 10s pipiolos chilenos: una incapacidad realizadora. Al- berdi indica que 10s unitarios, como nuestros libera- 1,s de +1850, tienen ideales de civilizaci6n, pero no tienen cajmcidad tgcnica social. Es el drama que ncon- goja a ambos pensadores y 1 0 s dnblega ante 1,s inte- rrogaciones histiiricas que se plantean ante r n s petrias

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respect 4 vas . Alberdi-seg& A lberini- qued6, en poktica, a

merced de dos factores funestos: el instinto silvestre del federalism0 y la vacuidad ListGrica de la petulan- cia unitaria. (I). E n Lastarria tLvo que operarse una reacci6n semejante a1 chocar su mente positiva contra 1,s abstracciones quimgricns de 1,s liberales de 1850 y a l recibir ?a incornpension sorda de 1,s hombres que marc; en El m a n u s c r i t o d e l D i z L l o .

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( I ) Coriolano Alberini, La Metafisica de Alberdi.

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t n s ideas del movimiento literar;o

No hallamos agotado este punto d e vista que hemos sondendo en vastisimos parnlelismos. S e ganaria en la comprension mejor de 1 0 s fen6menos ssciales posterio- res a1 idealiismo romintico de 1842, cotejando sus re- sulltados postreros con los desengaiios que tuvieron 10s

grandes emigrados argentinos, como Alberdi y Sar- miento,'al chocar con la realidad de su patria, aun asaXtadn por 10s caudillos y ensombrecida por 10s pre- juicios.

L a idea del progreso en 1,s rominticos tiene va- riantes y desviaciones que aua no se han visto en un panorama de conjunta. Desde el sueiio utopista de 10s

rom6nticos sociales, homo Santiago Arcos y Francisco Bilbao, laasta el historisismo de Viccnte Fidel LApez, que tan mal comprendido fu6 en la segunda pol6mica de 1842, Desde el romanticismio exclusivamente lite- rario, iufluido por las desviaciones progresistas del neo- cinsicismo espaEo1 y francgs jaasta la metafisica espi- ritualists de Alberdi, percibida Gnamente por A lberi- ni y glosada por America Castro. Desde e1 vitalism0 hist6rico LerJeriano de Sarmiento hasta e1 eticismo politico dc Lastarria, del que pueden extraerse cince- ladm pensamientos moralles. Desde el csstumbrismo

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pist6rico de Lastarria, Jotalbeche, Sarmiento, R o m i n Fritis, Vicente Reyes, Marcia1 Gonzdez, Albert0 Blest Gana, lnasta la poesia demontaca que ensay6 en- tre nosotros GuiIIermo M a t t a , en 1853. -

Tales fueron algunas de las consesuencias de este movimiento, mis vasto en sus vibraciones postreras que

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A t e n e d

el transitorio remolino de las dlos polgmicas de 1842, la de abril y la de junio de ese animadisimo a ~ o . E n otra parte estudiaremos lag polgmicas y sus aspectos mgs fundamentales, pero hallamos necesario indicar que sin 10s argentinos e'B probable que la intensidad del pensamiento nacional hubiera sido menor. El siste- ma ListGrico de Lastarria recibi6 un vuelco absoluto crrando, en 1868, conoce el. pensamiento k3os&o de Comte. Habia llegado entonces a su plepa madurez intelectual y Jominaba las ideas generales con u n a ver- sacihn de que da holgada muestra su H i s t o r i a C o n s t i t u c i o n a l d e l M e d i o S i g l o , en 1853.

Las dtirnae consecuencias del movimiento de 1842 se percibian en el rurnbo de Ios estudios. L a novela nacional era una realidad en 1860, con la publica- cion de L a a r i t m g t i c a en e l a m o r , de Al- berto Blest Gana. L a poesia chilena sin sorprecder por su originalidad, era cultivada por una docetfa de Jiscretos liricos. La historia y la jurisprudencia e A i - bian obras de calidad. Lo que Lastarria echaba de menos en su discurso de la Sbciedad Literaria comen- zaba a ser una verdad: 10s temas originales brotaban con fuerza a1 conjuro de muchas voluntades creadoras.

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Una carta sobre 10s 1842 (1)

SeGor don Domingo Amuniitegui.

Jacinto Ghac6n

hombres de

Valparaiso, juLo 18 de 1893.

STIMADO seiior: me pide Ud. datos, por su favorecida del 15 de eneao, sobre 10s primeros trabajos de don Francisco So- Ian, Astaburuaga y sobre el movimiento li-

terario miciado en lo8 primeros aiios del gobierno Bulnes, en el que estuvo afiliado el seGor Astaburua-

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ga. C o n mucho gusto voy a tratar de despertar mis re- cuerdos sobre una gpoca que contiene la primavera de mi bida y en la cual rnarchaba en compaGa de una pkqrade de amigos, todos 10s cuales han desaparecido ya dejando Luella lurninosa en nuestro horizonte.

AI tratar de ese movimiento literario, debo hacer previamente notar su causa eficiente.

(1) En el ensayo de don Domingo Amunhegui Solar: cDon F r a ~ - cisca Solano Astaburuaga,, encontramos la siguiente intereaante carta a1 autor sobre 10s hombres de 1842. de Jacinto ChacBn.

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1.44 - A t e n e h

La tetiaz persecucihn emprendida por el partido conservador triunfante en la revoluci& de 1829, con- tra 10s sostenedores y parciales del gobierno liberal de entonces, persecuci6n que lleg6 al paroxismo des- pugs del motin de Quiljota p la trLgica muerte del mi- nistro Portales (1837), produjo dos trascendentales consecuencias. L a primera fu6 el haberse creado en el Beno mismo del, nuevo golierno una escisiAn, tendiente a hacer cesar toda per.qecuci&n y establecer la paz p la concordia en la familia chilena. La aegunda consecuen- cia fu; la de crenr en las generaciones nuevas fin es+ ritu de protesta y animadversGn, a la vez, contra 10s perseguidores y contra %os reaccionarios. De este espL ritu surgih eI 'movirniento Iiterario cuyos recuerdos evoco.

E n efecto, clratso aGos antes que se instalase la farnosa Sociedad Literaria que inici6 ese movimiento, ya en 1838 y 1839 nos reuiiiamos varios amigos de 18 a 20 aiios en la chacra de mi padre, tajnmar arriba, hoy ocupada por un Asilo de HuGrfanos, y fid*d;Lamos

un peri6dico poIiticoJiterario, que se regartia manus-

crito en la ciudad. U n o de 10s colaboraclores m& ar- dientes de esta hoja politics era don Francisco Solano Astabusuaga, joven entonces de 19 a 20 aGos de edad. Esee perihdico se editaba manuscrito, porque en 61 se atacaban con vigor ia arbitrariedad y las persecuciones implacable, del gobier'no.

Mietltras tanto, la escisi6n operada, en el sen0 de este gobierno Labia tenido completo Gxito. Los anti-

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U t a carta sobre 10s hombres d e 1842 196 - guos p L i 1 o p o 1 i t a s , que habian iniciado esta reac- cion, eran 10s hombres miis ilustrados g. prestigiosos de .!a administraci6n Prieto, y se hahian unido en miras politicas con don Manuel Mont t , sucesor de Portales; y, de corn& acuerdio, habian elegido corn0 candidato a 1, prrsidencia d e 1841 a1 general Bulnes, vencedor del Per; en 1839. A f;n de cimtrarrestar la candida- tiira de don Joaquin Tocornal, jefe de los ultsa-eon- servadores, ellos se a1Lron con 10s qIorio&os restos JeI

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- partido liberal caido, entre 10s cuales existlan jefes de 1, independencia tan notables como Las Heras, Lastra, Zenteno, Calder&n, Vie{, Gana , etc. Para sellar la reconcilinci6n de ut] moAo soleanne entre 10s do, parti- dos se celeb,&, como un pacto de familia entre ellos, eil matrimonio de Ia seGorita Enriqueta Pinto. hija del ;Itinno Presidente del gobierno liberal caido, el gene- r J don Francisco Antonio Piuto, con el candidato a 1, presidencia, senera1 don Mantiel Bulnes.

Derrotado en las iirnas el candidato de Ios ultra- conservadores, y eIeg;do de Presidente de 1a Wey6- Llica ell general $on Manuel Bulnes, unanurva era de libcrtad para el pais. Corn0 natural efecto de es-

a%ma francos anhel:s de libertad se reuni6, para e!! cultivo de ]as Ietras, en una especie de academia 11,- mada sSociedad LiterarinB, presidida por el adelan- tado joven don Jos; Victorino Lastarria, que Lab;, sido llamado, como tanto9 otros pmh,clos Iiherales, n servir el emplea de &cia1 mayor e n e1 ministerio del

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ta atm6sfera politica, la juventud que abrigaba en e9 L”.

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. 196 - A P en e a

interior, en el nuevo gobierno. Parece que la juventud m i s distinguida de la capital se hubiese dado cita a ese centro de estudio. Moralidad, desinter&, rectitud y padion por Ias letras, las ciencias y las artes, distin- guian a esa juventud.

Pronto el ernpeEo por adquirir conocimientos ;tiles y el erzpiritu liberal que la animaba, la pusieron en actitud de establecer un perihdico Iiterario. Todos 10s

&as domingos, 10s mis adelantados j6venes de esa so-

ciedad, y con ellos don J o s i Victorino Lastarria, iban a solazarse en la chicara del tajamar arriba. E n uno de.esos Jomingos se echaron las bases del nuevo pe- rihdico, bautizindolo con el nornbre de (El Crepiiscu- 103, que expresaba la idea de 'una aurora opaca litera- ria naciente. En BE1 Crepiisculoo' colaboraron no so-

lnmente los miembros de la (Sociedad Literarias sino hombres tan eminentes como don AndrSa Bello. Aqu i advertirernos que el seGor Bello, amigo estusiasta de la juventud estudiosa, reunia en su casa a 10s miembros mis distinguidos de la aSociedad Literariao, y all: pasaban las noches en familia, discurriendo sobre 10s iiltimo3 adelantos de la ciencia, o improvisando c 13 a - r a d a s, que aguzaban el ingenio y hacian amena ]la sociedad, o leyendo, en fin, poesiaide Byron, Lamar- tine y Vic to r Hugo , poetas en boga en esa gpoca.

-4 medida quk crecia en aGos y en conocimientos, estt juventud afianzaba 3u credo liberal y fijaba el sis- tema mis apropiado para desarrollarlo. Segiin ella, no era tanto la reforma politica como la reforma aacial lo

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Una carta sobre 10s hombres de 1842

que Chile y la AmGrica espaGola necesitaban. SienJo estos paises pedazos de la sociabilidad del tiempo de Carlos V y Felipe 11, transportados a estas regiones, el espiritu mistico de la E d a d M e d i a estaba latente en elJos. Em, pues, preciso cambiar ese espiritu qor me- dio de la ilustracihtl y por la inmigraciAn de razas m i s adelantadas; era preciso, en una palabra, substituir, en estos paises, a la sociabilidad cspaGola del siglo XVI la sociabilidad y a n k e e del siglo XIX. Estas ideas, que eran el tema constante de las discusiones entre los rniemhros mis avanzados de la aSociedad Literaria,, fueron un dia netamente formuladas con todo vigor y colorido por u n a l p a ingenua, franca p convencida, en un articulo titulado,S o c i a b i 1 i d a d c h i 1 e n a , pu- blicado en a E l CrepLsculoe. Este articulo, que con- movi6 profundamente todas 1as conciencias y todas las autoridades, eclesigsticas, juridicas y universitarins; no itacaka 10s dogmas de la Iglesia CstiAica. Si conmo- via as1 a la sociedad era porque manifestaba con ruda franqueza aque el clero ejercia un dominio absoluto sobre las familia8 y que esta influencia de todos los ias- taiites atrogaba a la sociedad impidiendo B u desarrollo p su progreso,. D e estos antecedentes deduda que era necesario poner limites a ese dominio, cambiando el espiritu de la sociabilidad chilena.

Francisco Bilbao, que, a1 formular estas ideas en su articulo aSociabilidad chilenas, no Labia hecho mis que expresar Ip dar forrnas a Ias ideas mismas de 10s miernbros nvanzsdos $e la al$ocieda$ Literarian,

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198 - A t e n e a

fug sostenido resueltamente por Gstos en su formidable conflicto ante el jurado $e imprenta, donde el Gscal de gobierno 1, hizo compnrecer acusado del delito de b l a s f e m i a . all; en lucha abierta

El p a s a d o y el p o r v e n i r est; El escenario se hallaba coinpar-

tido entre e l Jurado, representant& del p a s a d o , que funcionaba dentro de la onla judicial, y el pueblo y la juventud, representantes del p o r v e n i r , que aguar- daban afuera para aclamar a1 reformador y para sal- varlo.

Como se esperaba, el J u r y conden6 a Francisco Bilbao a cierto tiempo de prisiGn, conmutable en mi1 pesos de rnulta, Era-de ver el entusiasmo del pueblo y de la juventud, fuera del recinto, esforzindose por IiLrar a Bilbao. E n pocos momentos se reutii6 la suma y se rescat6 a1 condenado, lleviindolo el pueblo eq bra- zos hasta su morada.

Mi, tarde, por resoluci6n de la Corte Suprema s e q u e rn 6 en la plaza piiblica por la mano del ver- dug0 el articulo que contenia 1 a b 1 a s f e m i a; y , por ;Itimo, la Universidad arroj6 de sus claustsos .a1 Masfemo, obligiindolo a Bilbao a expatriarse a Euro- pa para bustar la luz que le negaba su patria.

Mientras tanto, 10s miembros de la nSociedad E;- teraria n cerraron n El Crepiisculo,, per0 continuaron, con miis cautela, la propaganda de 1,s ideas del bias- femo, con e% fin de estrechar en sua justos ]:mites el domini, que ejercia el clero en I n sociedad. Pues Lien, la simiente de las ideas ha fructificado con creces. E n

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I99 - Una curta sobre 10s hombres de I S 4 2

menos de medio siglo, esa obra de limitaci6n necesa- ria al progreso del pais ha dadlo pasos gigantescos, gracias a la acci6n del tiempo y a 10s prestigiosos au- xiliares salidos del sen0 de las nuevas generaciones: Su padre mismo, el justo Miguel Luis . contribuyii ehcnzmente a esta obra, con sus elotruentes dibcurSos en el Congreso de 1884,limiLando esa influencia ab . soluta del clero y evitando su intervenci6n exclusiva en el matrimonio y en todos 1 0 s actos de la vida civil.

H e aqu; el caricter social del movimiento iniciado pos l a eSociedad Eiterarian, de cua9 nuestro malo- grado amigo Astaburuaga fu; uno de 10s fundadores. La acci6n de esa Sociedad en Has letras fu; no menos fecunda e intmvadora.

Preparados, para la alta concepcihn de l ideal, en el trato intimo cod el seGor don AndrGs Bello, hom- bre de vasta ciencia 7 espiritu universal, 1 alecciona- dos tarnbign por Ia influencia saludable que ejcrcian en la juventud 1,s tendencins cientihcas de Io, Lteratos argentinos Alberdi, Bar r os Pasos, J u a n Carlos G6- mez, Mi t re , Tejedor, Juan M a r i a &Itzti&rez, Peg,, Sarmiento, LGpez, etc., los miembros de la GSociedad Literaria0 huyeron del sistema, entonccs e? boga, de la mera fi 1 o ]I o 8 : a , de que tenian tan seductores mo- delos en 4,s spiiores Olaiieta, G a A a del Rro y An- tonio J o s g d e Irisam;, p &e dedicaron a impulsar de todas rnodos el estudio de las ciencias sm;ales y de 1,s

cienciao exactas. La acci6n de la sSocieJnrl JAtera- ria,> en este sentido iio fu< estgril; p e s , acepralda esta

1

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A t e n e a

tendencia por 10s hombres de gobierno, se cursos nuevos en el sentido de las ciencias

. . les vi6 crear sociales. E n

consecuencia, se dieron a concurso 1,s clases de h i s - t o r i n d e l a E d a d M e d i a , d e h i s t o r i h M o d e r n a , de e c o n o m i a politics, de d e - r e c L o i n t e r n a c i o n a l , etc. E n el sentido de 1,s ciencias exactas, vimos por la primera vez, levantarse los t o r c e o n e s para la abservaci6n sideral, y esta- blecer, primero en el Cerro Santa kucia, y despuSs en la Quintn Normal, una doble estaci6n astron6mica y metereoliigica dotada convenientemente. V i m o s tam- bign, y en el mismo sentido, echarse las bases del gran Museo, que guarda las pruebas de la muy larga edad de la tierra y de la muy corta edad de la humanidad, pruebas escritns, con caracteres p l h i c o s , en Ios obje-

' tos geol6gico.T y antropoliigicos del Museo National. Aqui me detengo, contentindome con haber sezaia-

do, a grandes rasgos, 10s caracteres culminantes de ese movimiento, e l primero en su ggnero, y el mis fecun- do en sus consecuencias. Por lo dem& ,en cuanto a sus heclzos y detalles, ellos est& consignados de mano maestra en un libro interesante, escrito con amor por e l inspirador y jefe de ese movimiento, el seiior don JosG Victorino Lastarria.

En cuanto a1 sezor don Francisco S. Astaburuaga, puedo asegurar a Ud., en resumen, que, habiendo si- do uno de los fundadores midi entusiastas de la rSocie- dad Literarias, colaborii con gran inteligencia, en pro- sa y verso, en todas las revistas que, en diferentes

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,901 - C'na carta sobre 10s hombres de 1849

+ocas bajo distintos nombres, fundara esa Sociedad, y cooper6 efkazrnente a los nobles prop6sitos e &ales de ese movimiento. I Esperando que la presente satisfaga e l objeto que

Ud. tiene en vista, me ofrezco de Ud. atento p seguro servidor y amigo.

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Milton Rossel

NA Gnalidlad de propGsitos se ackvierte en 10s jhvenes escritores que se agrupan en tor- no a don JosS Victorin0 Lastarria en 1842: 1, cmancioaci6n inteleetual de Chile, L a

I

pralnngaci6n de la somnolencia colonial mantiene enez- vados 10s espiritus y 1,s voluntdcs, sin que se adopte una a c t i t d taudaz que complete e1 sentido.de la revo- lucihn poktica iniciada en 18 IO, a En de que la so-

ciedad en gestaciGn adquiera una 4sonom;a espir; tual

progia. Ha de ser Lastarria el k r o e civil que lance el p i t o emancipador el 3 de mayo de 1842. T a l es la signi4caciGn List6rica de su discurso pronunciado en 1a Sociedad Literaria.

Se daban en Lastarria un espiritu vibrante y una voluntad de accion que ejemplariza esaribiendo de acuerdo con su ideario de IiberaciGn intelectual, rebee kndose contra la inercia y el servilismo ciudaclaiio y fundando revistas, donde sea posible que den a cono- cer sus realizaciones literarias 10s j6venes de su misma

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209 - (7n critic0 de nuesko amnecer literario

vocaci6n e idgnticas inquietudes. As:, a im?u!sos d e su dinamismo, surgen el uSemanarior, en 1842; *El Crepiisculo,, en 1843, donde Bilbao prrblica su f o E L to Sociabi1ida.d Chilena que tan refractariameate fu6 recibido pQr Ia pacata saciedad de esos P ~ C T ? P Q S ; y la ((Revista de Santiagor, en 1848. Ef;euera fit6 1, vida de estas publicaciones; s6lo se sostuiieron por el f e r - vor idealista de sus redactores. Nb obstante clio, su influencia en el nacirniento cultural de Cbile fu6 fe- cunda: uNo menos de cuarenta eseritores--dice Las- tarr;a-La&;an contribuido a agrmar la trascendental influencia que tuvieron en la fundaciGn de la alta pren- sa de nuestro pais, el porvenir Lterario de nuestra que- rida patria quedaba asegurado, la indepenilencia $el esphitu proclamada comp base del desarrollo intelec- tual, y la doctrina fundada en shlido cimientoo.

E n cada una de estas revistau. nuevos numbred sur-

gen a la vida de l a s letras. Mwhos de estos novcles escritores persistieron cultivindola,*., p 1, posteridad n o

10s La olvidado y mis de alguno ha recibido la con- sagrncihn. Otros desertaroai prontos, y se refugiaron en la politics 2onde podrian sin graa esfuerzo obterier 10s halagos y 1,s satisfacciones materiales que en ,la heroica e ingrata disciplina $e la literatura seguramen- te no obtendrian.

He revisado la ((Revista de Santiago*, no con pro- g6sitos de investigacihn sino movidko por la curiosidad de asdmarme a ese amanecer promisorio de rlas concien- cias, desde este baIc6n colocado a cien aihs de distan-

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204 -

cia. Un nombre desconocido

f

A t e n e o

cas; para mi detuvo mi L

atenciiin en la lectura de sus escritos: J o a q u h Blest Gana, porque advert; en ellos una posibilidad de crf- tica Iiteraria que de continuar ejerci&ndola, no yace- ria su nombre en la fosa comiin de 10s redactores es- poridicos que aparecen en revistas y diarios que siilo reviven cuando l!egan hasta ellos la diligencia cons- tante, apasionada y minuciosa de las polillas o de 10s

bibli6grafos. Justo Arteaga Alemparte, en sus admirable8 sem-

blanzas de r L o s Constituyentes de 1 8 7 0 ~ ~ alude a la iniciaciiin literaria de Joaqufn Blest Gana: oBien jo- ven todavia-escribe Arteaga Alernparte-entraba en las letras con un estudio sobre la novela, a1 cual di6 la hospitalidad de sus piginas la @Revista d e Santiagoa, que era el ceniculo de nuestros literatos. Lastarria pre- sidia, ' Bello, Irisarri, Gonzilez, Vald;s caoperaban a1 buen suceso d e la puLlicaci6n. Escribir en la r R e - vista de Santiagoe era, en aquel entonces, eatibamos en el ago 1848, tener ya un jir6n de aureola. El senor Blest Gana tuvo su jiriin. Fu; una esperanzae. Pe ro no le sedujcron las letras, y fu; la politica quien le atrajo con su perspectiva halagadora y se zidentrii por sus vericuetos sin salida. En 1859, nos informa el mismo Arteaga, Lace una esporidica apiiriciiin en las letras, publicando e n la oSemaflae un articulo de Trim t k a sobse las poesias de don Guillermo M a t t a .

U n a lectura m i s o menos atenta de 10s articulos de Joaqufn Blest Gana nos revelan sus condiciones de

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0

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on critic0 de nuestro antanecer lkeram'o 9l)t -

observador perspicaz, cultura Lumanista, buen gusto en sus preferencias literarias, estilo de frase amplia y sun- tuosa, recamada de adjetivos brillantes, sin que hubie- ra alcanzado la expresiGn sobria y depurada que shlo se consigue mediante una disciplina rigida y sostenida. Todas estas condiciows nos hacen suponer que si Joa - quin Blest Gann hubiera perseverado en la cr:tica 1;- teraria, dejando una obra de mayor Jensidad, e n In Lis- toria de nuestras letras seria considerado como un crL tico que junto con valorizar las obtas Iiterarias ajenas, seEaiaLa rumbos, rectihcaba juicios e informaba de las 'nuevas modalidades literarias europeas, deseando para la, nuestras un senticlo propio, que 61 no media apli- cando 1,s normas de la preceptiva, sino con un com- prensivo espiritu de artista, siendo posible que hubie- ra llegado a la recreaci6n. Desgraciadamente, Io que nos queda de 61 es demasiado exiguo. De suerte que shlo podemos considecar a Joaquin Blest G a m como un critic0 1Lno de posibilidades para el ejercicio de esta disciplina Iiteraria, frustrado por haberse dirigido Lacia otras actividades de la inteligencia.

E n su art;culo @Tendencia del romance contempo- rineo y estudio de esta composiciih en Chile,, encon- tramos algunas justas apreciaciones acerca del sentido y fin que ha de tener la novela contemporinea. Estima que este ggnero literario debe tener una Gnalidad so-

cial y una tendencia doceate. Sin dud, esta orientacihn didictica que propugna para la novela son resabios

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A t c n e a

del espiritu del neoclasicismo espagol, Aunque muchos de 10s j6venes de esta generacii;n surgen a la vida 1i- teraria negando toda tutela espiritual de Espaih-Las- tarria a la cabeza-, es rnani8esQ la influencid neo- clisica espsgola en 10s escritores que se inician el 42. N a d a mgs lejos de la esencia $el romanticismo el darles a las creaciones artisticas un 6 n interesado. El romanticismo prendii; en ellos en Ru aspect0 politico de IIibertaJ y justicia p en u n plano de meras abstrac- ciones desvinculadas aLsolutamente de la realidad en que vivfafi. Pero Eiterasiamente son tributarios del esp;- ritu del siglo XV%PI. Esto nos Jetnuestia que la influen- cia ejercida por don AndrGs Bello, neocl&sico por exce- lencia, fuG poderosisima y que ninguno de sus disci- pulos puJo substraer.pe de ella. El sentido social que ?

recLma Blest Gana para la novela, la observation atenta y minirciosa que le exige a1 escritor antes de su

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. a

. .. . . 1 . . . composicnon, ea como un antieipo a 10s pstncipio,s pro- clamados po-r ZoL, Para Joaquin Blest Gama, c.la no- vela no es ya 8610 1, razonada historia de las peripe- cias del coraz6n; es e1 animado memorindurn en don- de se consigna el estndo moral y material de 1, socie- dado, y, adelantindose a 1,s novelistas &le M e d i n , dice que este ggnero Iiternrio es como Bun k h i l natu- ralista que estudia, analiza y descompone hasta la, mi , ocultas fibras del cu-rpo socials. Advierte Blest

Cree que pronto taparecerin ellas, pues 1,s motivos no- velescos estGn en nuestra naturaleza y, especialmente,

Gana que en Chile no se nan 1 escrito novelas; pero

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U n eritico de nuestqo amnceer litcrario I

en nuestra historia poblada de hechos heroicos rubri- cad08 con sangre en la gesta emancipadora. El sitio de Rancagua y el 5 de abril de 1818, por ejernplo, solicitan la plurna de un novelista para que 10s exalte con su fantasia creadora. Corno una respuesta a este llamamiento, muchos aiios despugs su hermano Albert0 habria de novelar en @Durante la Reconquistao uno de estos acontecimientos heroicos de la vida cLilena.

Pe r0 no se crea que para Joaquin Blest Gana la norela ha de ser un mer0 documento social o histii- rico, o simple acopio de hechos y dwtos cogidos de la realidad. N a d a sirve todo ello si el artista no ha de insuflarles e l espiritu misterioso de transfigurar 10s he- chos m& vulgares y prosaicos mediaate de la creaciiin estitica. E n un articulo que escribiii en 1847 sobre W a l t e r Scott, y que aparece tambign en la @Revista de Santiago,, expresa que smuchas de sus escenas est& sacadas de laa $ginas prosaicas del libro de la vida vulgar, y sin embargo, vemos este deepreciable lodo convertirse en riquisimo or0 en la migica hornilla del hibil alquimistao.

Por lo general, las apreciaciones criticas de J o a - quin Blest Gana tienden a las geueralizaciones. As:, por ejemplo, en 10s estudios a que me he referido 41 especialmente en sus asticulos eCausas de la poca ori- ginalidad de la literatura chilenao y GConsideraciones generales sobre la poesia chilena,. Po r eso mismo son ellos difusos; aparecen 10s conceptos perdidos en medio de la fronda vergal, requiriendo un trabajo de desbro-

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A t e n e a .~ 808 - . . .

zamiento para poner de relieve algiin p c i o categhrico y esencial. E n su estudio sobre la poca originalidad de la literatura c%ilena, su acento es pesimista en cuan- to a lo que ya se La escrito: pero confia en que ha de venir una reaccihn favorable, cuando Ios poetas se ins- piren en 1,s tradiciones nacionales y completen ne1 desenvolvimiento de las belksimas octavas de Ercilla en su eAraucana3, eterno monument0 que erigiera una hibil mano a 10s heroicos mirtires de la Iibertad arau- I canao. Esta admiracihn sin. ];mites a Ercil la nos prue- ba que el romanticismo no Labia prendido literaria- mente en su espiritu, pues aLa Araucanas nada tiene de lo que es en esencia lo rornintico. Vemos tambiGn que en Joaquin Blest Gana no Labia, como en Lasta- rria, una negaci6n absoluta de las buellas profundae dejadas por EspaZa en Chile; y, por iiltimo, esta ad- miracihn a Ercilla pone de relieve su sentido naciona- lista de la Iiteratura y su concepcihn abstracta de la li- bertad. Parece que para 61 lo principal en la obra lite- raria es el hecho de que se inspire en lo nacional. As i se justiGcan sus entusiasmos por @El Campanakio, de Sanfuentes y por 10s articulos de Jotabeche, prescin- diendo del valor i n t r h e c o de estos iiltimos.

Entre las causas que determinan la poca originali- dad de la literatura chilena se debe, segiin Blest Ga- na, a que ella no es cultivada con verdadera pasibn e inter& p que el medio social es refractario a la exal- taci6n de la belleza literaria, pucs el escritor no me- rece el menor aprecio de la sociedad. Valariza la 1a-

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U n critico de nuestro amaneccr literario 909 -

ber del critico y silimportancia en el saneamiento del buen gusto: y se lamenta de que aun no tengamos cri- tics literaria. ( E n un pais-dice-donde no existe, fal- t a r i a la literatura su mis poderoso apoyo, su br6- jula de direcci6ns.

Sus e ConsiJeraiAones generales sobrc poesia chi- Ienas son como un complemento de su eotudio an- terior. Insiste en 10s mismos csnceptos. Considera que 10s poetas Han oido meros imitadores, que en ellos no hay enada de nacional, verdadero e inspirado,. Formula un juicio acerca de 10s poetas del period0 lla- mado de la Independencia y cuyas apreciaciones criti- cad permanecen a& vigeates, aVera , Heoriquez y sus demis contemporineos - escribe - no son de ning6n modo acreedores a1 titulo de poeta, que m i s de alguna vez ae les ha dispensadop.

Leemos tambiGn en esta aRevista de Santiago, un (Estudio List6rico sobrc la fundaciih de Santiagos, es- crito por Joaquin Blest Gana, S u acento es lirico, su afin es e l de presentarnos un cuadro animado y vivi- do de la fundaci6n de l a capital de Chile por Pedro de Valdivia y su fin el de considerar a gste como un espiritu justo, que actu6 con uti sentimiento dernocri- tico y human0 a1 distribuir 10s terrenos de la ciudad naciente entre sus sddados. S e ven claros sus prop6- sitos de rehabilitar el espiritu de Espafa encarnado en uno de sus capitanes m i r egregios.

Su discurso de incorporacith a la Facultad de Hu- manidades, pronunciado en 1856, merece destacarse

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A Q e n e a

especialmente. Estudia con 61 a Camilo Henriquez. Es este discurso una de las paginas m& logradas de Blest G a n a dgndonos una idea exacta die su tempera- mento critic0 Su prosa de entonacitin oratoria se reviste de todo el sbbrio lirismo que la circunstancia acadgrnica requiem. Su apreciaciih critica sobre e l fundador de eLa Aurora3 es de singular justeza; lo elogia en cuanto Camilo Henriquez fu6 un periodisttl preocupado de la aceleraci6n del proceso revolucionario y de dar a 4

conocer el pensamiento filosc%co de 10s escritores ingle- ses y franceses de su tiempo y aun desconocidos en Chile. P a r a 'juzgar a Camilo HenrLpez, no lo sacs del ambierate de su gpoca; por ello su & p g a est; deli- neada sin ninguna proyeccitin que le d6 una medida distinta de 1, que le corresponde. Hay quienes con- sideran a Camilo Henriquez como un escritor de cap lidad.

Pues bien, J o a q u h Blest Gana, sin dejarse llevar por el patriotismo. dice de 61 estas palabras justas y defkitivas: (Camilo no escribIa para la posteridad sino para su tiempo. No escribIa como literato sino como servidor de una causa social, cuid6nJose muy poco de la fama d e autor para acordarse A 0 de su deber de partidarios.

L a s actividades forcnses<y pokticas alejan a Joa- quZn Blest Gana de sus preocupaciones puramente li- terarias, aunque ,no las abandona en forma degnitiva. As:, lo vemos obtener en 1859 un primer premio por un estudio acerca de la revolucitin de la independencia

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U n critico de nuestro amanecer literario

en un concurso abierto por el Cireulo de Amigos de las letras, fundado por Lastasria. En 1860, seg;n nos informa RaEl Silva Castro en su exhaustiva biografia de Albert0 Blest Gana, publica unas piginas de im- pres;& sobre Ecuador, donde estuvo en misi6n diplo- mgtiea en 1855. Es Diputado, distinguiihdose en tal actividad como orador de vibrante y apasionada elo- cuencia, Corona su carrera politica como Minis t ro de Justicia y Educacihn P6blica en dos ocasiones, pti- meto en ell gobierno de don Jos; Joaquin Pgrez y la segunda vez en *el de don Anibal Pinto. M u r G en 1880.

U n o de sus Eltimos articulos de critica propiamen- te Iiteraria lo encontramas en @La SemanaB de agos- to de 1859. Es {ste un largo estuckio, publicado en dos nGmeros, sobre las poesias de Jon Guillermo M a t - ta. Disentiendo de 10s juicios elogiosos con que &as fueron recibidas, Joaqu’tn Blest G n n a aplica el sever0 escalpclo de su anAlisis critieo para atacar las compo- sitiones de M a t t a . Las rechaza porque est& inspira- das eu el romanticismo alemAn que consiclera nebuloso e irreconciliable con 1, naturaleza del alma chilena. Segiin 61, ea estas poesias aparece manigesta la in- fluencia de Byron y Shelley, a quienes niega toda ca- Iidad de poetas porque exaltan en sus poesias 10s go- ces del amor en su plena realizaciiin. Como una concesion a1 romanticismo, s d o reconoce carno grandee poetas a Lamartine y V i c t o r Hugo, por la inapiracith cristiana de sus versos. Estima que M a t t a est& dominado por el panteisrno y que ~o existe en 61 ningEn sentiaiento de

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d t e n e a

religiosidad. Su punto d e vista es el de un fervoroso creyente que no acepta ni reconoce nada que est; fuera de sua creencias. En tal aspecto, resulta como un pre- cursor d e las intsansigencias criticas de don Pedro N. Cruq. aArrancad a1 alma sus creencias-dice Blest Gana-, y h&ib cegado el manantial de la verdadera poesia,. T a l poesia sin religiosidad socava, segtin su opinion, e? edifkio de la aociedad. iC6mo aplaudir, se pregunta, la tendencia disolvente, el espiritu des- organizado que sc divisa en 1a poesia de Matta?. Este punto de vista en que se coloca Blest Gana coincide con su posici6n politica d e adhesi6n incondicional a la coalici6n liberal-conservadora. Si bien es cierto que en este articulo notamoa una limitaci6n inexcusable para apreciar la obra literaria, advertimos en 61 una mayor claridad y rotundidad en los juicioa, 9 su prosa adquiere una mayor riqueza y se hacen m i s precisas y desen- vueltas las frases. Sus observaciones son mgs agudas y profundas, per0 restringidas, como hernos dicho, por su falta de tolerancia en la comprensi6n de las nucvas tendencias literarias extranjeras. ' El m;rito principal de J o a q d n Blest G a n a es el de haber sido el critic0 de un amanecec Iiterario ciiaticlo la cultura era incipiente. Sus prop6sitos de liberaci6n literaria se realizaron en las propias obras de sus her- manos Guillerrno, poeta de no escasos merecimientos, y Alberto, nuestro novelista miiximo.

Rescatamos del olvido el nombre de Joaquln Blest

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r- un critic0 de nuesh am.anecer liternrio

Gana para unirlo a1 bomenaje que se rinde en esta fecha centenaria a todos 10s escritores de su genera- cihn, que con el ejemplo fomentaron el cultivo d e las letras en una gpoca en que hacerlo era una empresa LazaEosa, pues debian Bacudir apasionadamente 10s

espiditus ene:.vados por la guietud de una sociedad que rccign saka de la situaci6n subalterna de colonia.

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Antonio R. Romera.

El s i g h de M o n v o i s i n

A historia del arte es una eterna negacihn. &s-como dice A n d & Michel-un IiLro en el que cada generacihn deja una pggina incdita, en donde quedan todos 10s pensa-

mientos todas las emociones que 10s lnombres han sentido ante la naturaleza y la vidab. La critica sique

v

una linea zigzagueante en fa cuai 10s vaIores ponen ]as piedras miliares que seGalan el gusto de la cpoca.

Existe una tendencia muy difundida-desgraciada- mente-a negar lo que otras generaciones hicieron en el orden de la cultura. Cuando este criterio se aplica a1 campo de ]as artes Ggurativas, se alcanzan 1,s cum- bres de la extravagancia.

S e suele tropezar con gentes que, so pretext0 de de- fender la, corrientes actuales de la pintura, desdeGan la obra de 10s grandes maestros del pasado. Lo menos que se p e d e decir es que esa linea en zigzag es nece- saria y es &til. Desde el reno d e 1,s cavernas hasta ahora, el arte ha marchado, no por un sendero ascen- dinte, sin0 por caminos siempre distintos. /

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Raimundo Augusfo Ruinsac Monvoisin (Aufo refrafo. CoFia de Plaza Ferran!)

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El siglo de Monvoisin

Esta modalidad negativa de critica iconoclasta po- d r h seguirse a1 estudiar a1 pintor francds R i imundo August0 Quinsac Monvoisin. Pero Monvoisin ofrece una personalidad interesantisima, no tanto desde el pirnto de vista pict6rico, como por Itls circudstancias de la gpoca en glue vivii, en Chile y por el papel que desempeno en su despertar artistico.

El siglo pasado fu6 un siglo franc&, ipor quS no ad- mitirlo? En Amgrica se Labia y a iniciado 1, conquista de 10s valores nacionales. Pero no se iba a la captura de lo puramente auti;ctono. §e marchaba, sirnplemente, hacia la independencia dlel espiritu.

Francia irradiaha todavia 1,s luces potentes de su genio a 10s euatro puntos de la rosa de los vientos. Hugo La entrado en la Academia el n ~ o 1841; el mundo entero parece sentir sohre si el peso p a t o de este aarco de triunfo de la literatura,, que La lanzado a 10s imbitos universales sus Hojas de otoGo y au Ee- yenda de 10s siglos. E n literatura parece como si el planeta estuviera a6uguizado,.

Este genio aparstoso, macizo y fuerte, tiefie en pin- tura su eqdivalente frio e imperial: David, que JUpo de todos los eclecticismos. Anterior en unos aGos a Hu- go, supone un antecedente necesario-a travgs de Gu6- rin-en la tdcnica de &nvoisin, quien vino de si1

Burdeoa ‘natal irnbuido de aquella grandeza que Labia palpado en la Francia imperialista.

M& que influido de una manera concreta y t6cnica por e l autor del aJuramento de 10s Horacios,, M o n -

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voisin ha recibido el a u r a v i t a e , la misma atm& fera que circula en la Francia de su tiempo. Y esto, i n dudablemente, tiene su importancia.

El pintor franc68 est;, por la tGcnica, por el dibu-

jo por el colorido, dentro de un neoclasicismo deca- dente-vGanse 10s rnurales simbdicos de la hacienda LOS MOIL 1 El C o I u m p i 0 , de nuestro Museo- *'

pero su pintura, que ha pasado junto a Delacroir y a Gericault, trae un prenuncio o barrunto del roman- ticismo.

U n a IiberacGn absoluta de aquellos moldes de fri- aldad que derivan de la plgstica davidiana no podia producirse con Monvoisin, y a que el pintor bordoks carecia d e la fuerza y vigor necesarios para lanzar la Dintura hacia nuevos horizontes de idealidad. El se Ii- L

mitaba, como buen artesano, a seguir lo y a visto, a transitar por'las rutas desbrozadas por otros. E n Bus re- tratos, tan influidos por la tlcnica de 8u maestro GUS- rin y por Ingres, domina ante todo, la amaneras y la atmhsfera de 10s pintores de la Revoluci&, aunque re

adivine levemente un deseo de romper las ligadurarr que a ellos le atan. J.

Su estancia en Chile no fu; extrasa a esta rebeldia por- que segiin Richon-Brunet, alejos del ambiente artistic0 curopeo y sin medios de comparaci&n, tuvo que mirarse a si mismo v su obra eiecutada en el nuevo mundo

4

fuZ mgs personal p por consiguiente m i s ,orisinals (I). (1) Citado PO,: don Luis Alvarez Urquieta en el N.0 17 del Boletin

de la Academia Chilena de la Historia. c

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El siglo de h’onvoisin -

Este enfrentaree con un paisaje in;dito, tan Iejano de aquellas Julces cumpiEas de 1, Gironda y tan opuesto a 10s verdes campos de la IsIa de Francia, hu- bo de modigcar su sentido plgstico. Por lo menos Lu- maniz6 su pintura, le quit6 la pedante Glosofia que traia de sus maestros. La renlidad cklena, m i s brus- ca, menos Lecha que 1, francesa, aliger6 de intelec- tualismo su obra y la hi40 m i s sensual. L a ispera luz de Iss campos de Cbile arrebath en cierta medida Pas brumas fuliginosas de la vis& gala.

H a y en el arte de Monvoisin, por entonces- aparte la huella indeleble del aprendisaje, que se con- serva fatalmente-una reminiscencia de las kneas cl i - sicas, peros sus lienzos registran, en esta nueva etapa, una arnpulosidad p una sensualidad a las que no es extra- ;a la muelle existencia colonial. Para Monvoism, es- tas bellaa modelos de carnes vagarnente elisticas con

1,s cualcs se enfrenta, tienen algo de tropical en sus maneras y en!a rotundidad curva del arabesco.

Este fen6meno-menos inesperado de lo que pu- dieramos creer--responde a una vision prejuiciada, a

una idea comcn que el pintor Labia asimilado en su patria. P a r a la Francia occidental, quintaesencin de la civilizaci<;n, aquellos pnises que se encontraban a1 otro Iado de IPS columnas de Hlrcules eran todsvia algo fabuloso j no exento de poesia. Eos franceses-y 10s

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europeos en general - sentian que to& Amlrica era tr6pico porque aplicaban a la totalidad del Continente las visiones y las imggcnes del J o u r n a l 8 a n s

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d a t e , de Chateaubriand. E ra , a veces, un trhpico visto a travcs de Josefina de Beauharneis,, la empera- triz criolla.

Asi, en 10s retrntos que Monvoisin pint6 en Chile se adivina Iigeramente este aire sutil, mgs patente aiin en su iconografia femenina. O j o s inmensos de ensona- dora p apacible mirada, de expresihn bovina y tropi- cal p con un cierto regusto sensual que viene a su vez

de ]as nuevas tendencins que Ingres Labia introducido en su reacei6n contra el ordcn davidiano. Jean Cassou hablando de este factor ingresco, ha anotado con acier- to: tIngres nos induce a1 placer de una sensualidad especial, opuesta en absoluto a la sensualidad c6smica y krica de un Delacroix, de un Cobeurt, de un Co- rot, de un Renoir, de un V a n G o s h ... B Palabras que nor ayudan a cumprender mejor %a concepcihn mon- voisinesca del retrato, porque esta sensualidad, marca- da por un nire intelectual y refinado, es fda; es, en de- finitiva, una sensualidad que no ha podido sacudirse la Luella del siglo XVIII, tan dado a miTia1nr la no- ble calidad de un paho plegado, %a suavidad de la car- ne y la nligereza ekctrica, felina y frla de un chal de la Ind ia s .

Sin adelantar nada de lo que posteriormente Labla de incidir en la tgcnica de Monvoisin, debemos insis- tir en que su formaci6n fundamental respondla a las corrientes del siglo XVIII: a lo que se ha llamado , D a v i d , s o n ; c o l e e t s o n t e k p s . Eli autor de L e 6 n i d a s e n l a , T e r m h p i l a s tuvo innu-

w

I

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Dofia Luisa Gonzdlez de Echaurren (Por Monvoisin)

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El siglo de il4onvoisin $19 -

merables seguidores: el pintor M onvoisin fu; discipulo de uno de ellos, precisamente cuando se est; gestando el romanticisrno, aunque pareci; no captar el movi- miento que tntonces comenzaba a iniciarse. No le co- rresponde el titulo de spequeiio genio, que tanto se ha prodigado entre 10s pintores franceses de la pasada centuria. MonvoisJn es inferior, desde luego7 a Gr- raid, a Gros y a Prud’hon.

La pintura del bordolgs est; m i s en contact0 con el munclo anterior que con la aurora estGtica que el genio goyesco La iniciado, permitiendo Ia eclosihn magnificia de Delacroix N a n e t . El pintor de nuestra genera- ci6n del 42 es un neocl6sico retraiado, nunque en su impulso ideal se encuentre alguna brim, del romanti- cismo naciente.

E n Amgrica, por un azar que no se sabe si es de- bido a Paul de Kock o a las rivalidades con el pin- tor Vernet , en el siglo XIX tenemos con Monvoisin un representante plistico de 1a filomfia racionalista y volteriana de una Gpoca pasada. L a revoluci6n france- sa no se limit6 a legislitr en materia, politics, econhmi- ca y social, sin0 que He& su rigida disciplina a lis artes y a las ciencias. L a Convenci6n Labia f;;jado 10s

chones estgticos que pasaron de Dav id a sus disci- pulos y de uno de gstos-el bar&, Gugrin- a haon- voisin. \

Los pintores hahian leido 1,s mernorias de Caylus para poder reconstruir la vetustez de las tiempos cli-

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2.20 , I

A t c n c a

sicos con mayor propiedad. El arte cae as: en una la- mentable frialdad constructiva y colorista.

La escuela davidiana-llamada e Axademia del fal- so clasicismoi-aspire a Ia vuelta de loa cdnones es-

titicoa de la antigua Hglada, y para elf0 se copian las eetatuas de Fidias y Praxiteles; se estudinn 10s mode- 108 arquitectibicos de Grecia y Roma, se reproducen 10s dibujos de 10s vasos griegos y se leen iaa Vi d a s

p a r a 1 e 1 a s de Plutarco con el fin de ambientar las escenas. Lesding publica su L a o c o n t e y Montes- quieu contribuye a la reconstrucci6n de 1, estgtica ana- crcinica con su G r a n d e z a y d e c a d e n c i a d e 1 0 s R o r n a n o s .

A estn influencia responden las obras de David: A p o l o y D i a n a p i n c h a n d o c o n s u s f l e - c h a s a l o s h i j o s d e N i o b c , A q u i l e s l l o - - r a n d o l a r n u e r t e d e P a t r o c l o y J u r a m e n - t o d e 1 0 s H o r a c i o s .

Monvoisin ejecutii bajo el impulso de este espiritu sus primeras obras europeae, estimadas como las miio .- artisticas. E n Chile se pueden poner de ejemplo 10s murales que pint6 en la bacienda Los Molles: L a p u r e z a , L a m u s i c a , L a e s c u l t u r a , La l i - t e r a t u r a y otra alegoria que no h a podido ser iden- tiGcada-dentro, todas de 10s miis absolutos ciinones acadgmicos-, y sus telas F i l e m h n y B a u c i s y O r e s t e s y P i l a d e s , que, inferiorcrs a 1as obras de aquel maestro, tienea de comhn con ellas la frial- dad de tonos y lo convencional de la evocaciib. Sin

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El S ~ Q ~ O de Jlonvoisin

embargo, es necesar;o hacer resaltar un intento, por dernis curioso, del autor de E l C o l u m p i o : e l de - adaptar la filosofi’a del neoclasicismo a 1,s epo- pe& de la Conquista en C a p t u r a d e C a u p o i i - c i in , F r e s i a y C a u p o l i c 6 n y E l i s a B r a v o a p r e s a d a p o r 1 0 s a r a u c a n o s , en cuya tela Monvoisin evoca la fabu’tosa historia de Elisa Bravo, supuesta prisionera d e un indio araucano, tras la trage- dia de un naufragio. Yo no sC por quZ el asunto de e‘eta obra me ha recordado en m i s de una ocasiiin Lt? r a d e a u d e l a M g d u s e , Es evidente, sin ernbargo, que en su Cpoca chilena

comienza a produrirse la evoluci6n de Monvoisin ba- cia una pintura mis humana. Po, lo pronto algunos t;- tulos tornados a la Revolution y a la historia contem- porinea: 9 T e r m i d o r , E l o i s a l e g e n d o las c a r t a s d e A b e l a r d o , D o Z a J u a n a l a l o c a

L o s G i r o n d i n o s e n l a p r i s i o n , 110s hacen pensar en las escasas veleidades rominticas de Monvoi- sin; pero que Cstas existieron es indudaLle.

Monvoisin-se ha repetido hasta la saciedad - se

de Gericault.

..

* * #

L

aparta de aquella senda que le hubiera llevado a una pintura de m6s alta significaci6n ideal y pictiirica, para entregarse a una labor de mejores resultados cconiimi- cos. El retrato le permitc organizarsc con un sentido induatrial, ajeno en absoluto a la pintura y establecien- do, incluso, una tarifa que aplicaba con rigor m u y co- mercial.

La iconografin monvoismesca, si bien no ofrece en su . .

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A l e n e o

totalidad un inter& pict6rico de radio excesivo-aunque en ella no falten las piezas maestras-, supone para el historiador una fuente inagotable de documentos de la gpoca. Todo lo que de notable hub0 en Chile pas6 ante la mirada un poco c e h d a del maestro. No obs- tante, si el gesto era adusto, la mano ficil segura del pintor se ofrec;a propicia a las melifluidades p a 10s arrtlmacos LalagiieEos. P o r eso abundan 10s clien- tes que sentian en la propia vanidad el elogio superfi- cial de 10s pinceles. Y es que Monvoisin, educado en la escuela del mls absoluto objetivismo plistico, igno- raba el &undo borrascoso del subconsciente.

Pintaba August0 Monvoisin lo que veia su pupila, recurriendo a todas las fhrmulas que en los talleres die- ciocLescos se transmitian de maestro a alumno, some- tiendo el modelo a1 convencionalismo de luces y de sombras estudiadas con todo cuidndo. Su fantasia se limitaha a embellecer aquellas facciones. P o r eso, 10s

retratos aue se conservan del artista franc& carecen de

. .

1

ese soplo que Lace grandes las obras de arte. Si e1 retrato de Mr. Bertin, pintado por Domini-

que Ingres, es una tela sujeta a la esclavitud objetiva, hay en su atrn6sfera general, en aquellas gloriqsas ma- uos gordezuelas y un poco sensuales, en la boca Ler- mgtica, en los profundos ojos, un alma que se est; volcando a1 exterior por e l milagro de la psicologia.

esto es lo que falt6 a 4as imiigenes de Monvoisin, . . Y

1 el desco de trascendencia. Siempre i r i Monvoisin uncido ,1 carro estCtico de

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Dona CarmeIa Mackenna de Vicuna (Por Monvoisin)

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&una admiraciin fuertemente sentida. Cuando Lace pintura hist6rica sigue mup servilmente las frigidas lee- ciones de GuGrin. Cuando en Chile pretende evocar el mundo fabuloso de la conquista, lo Lace con el re- cuerdo de sus lecturas de Lessing, y al Gjar en el lien- zo la imggen de sus coetineos, olvida la verdad psico- ligica para embellecer con falsas pomposidades y ha- lagos a sus modelos, cuando no nos recuerda en exce- so a lngres y a Madrazo.

Monvoisin fu6 un pintor que posei'a dotes naturales y gran fecundidad. Debi'a tcner, a juzgar por la tic- nica que acusa en sus obras, una mano segura y f&il a1 improntu pict6rico. Fu; un buen artesano que do- minaba el ornGtierr, como era corriente en 10s pintores de 8u generaci6n. S e La dicho, inclmo, que e1 excedo de gramitica y predeptiva plistica Corti las alas a mu- chos de estos artistas magnificameote preparados para realizar una obra perdurable.

No tuvo, desgraciadameate, la intuiciin de 10s nue- vos tiempos que se acercsban para la pintura, ~y eso

que venia de l Burdeos en donde Labia vivido y muer- to Goya, el revolucionador del arte! Lo que nos da, en cierto modo, la medida de lo que va de lo medio- cre a lo genial. Borque, como y a hemos visto, la com- prensi6n de la obra goyesca es lo que Lace grandes a Delacroix y a Mane t . Monvoisin pas6 a1 lado del espaGo1 sin percibir el memaje que traia su pintura.

6 3

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k t e n e c e

Pero ello no nos Larii dcsconocer la trascendencia que para Chile tuvo la liegada del autor de AI; P a c h i .

Evocar el mundo nr thico, la Gpoca 0, como ahora se dice, el c l i m a santiaguino a la llegada del pin- tor fram;s es sobrernaoera ;til necesario para valo- rizar en forma cakal su figura. Hasta 61, e1 arte exis- tia en forma esporiidica. HacienAo abstracci6n de 1as amaneradas y meIIfluas telas jessrftas y de los minimos influjos de 1, escuela quiteGa, la pintura no existe. So- bre todo, 1, sociedad santiaguina no siente la necesi- dad ni el acuciamiento de contemplar obras de arte. El m6rito de Monvoisin consiste en haber despertado el gusto por la pintura de cierto aliento estGtico. Este m&to es cornpartido con otros $os pintoresr: W o o d y Rugendas.

L a llegada de Monvoisin n 1,s costns chilenas pro- dujo un cierto entusiasmo en las gentes. El viajero trda con sus telas also del, mundo occidental. P a r a quiencs no habian visitado Europa, sus cuadros eran una estupenda novedad. Elios Lablaban de ambientea entrcvistos en lecturaa, de genios intu;dos desde lejos; recordaban a David, a Gros, evocaban la RevoIuci6n.

Laprensa de la gpoca de ocup6 alborozada de las exposiciones que Monvoisin celebr6 a su llegada a1 pais. E n @El Progresoi de 1843 se calihcaba la obra C a i d a d e R o b e s p i e r r e de amagn;E;ca y ate- rrantes. Su C o l 6 n merecia de la aRevista del P a -

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El siqlo de Monvoisin.

. . . cificoo 10s siguientes p c i o s : u...de gran efecto, de brillante colorido y de ejecucii;n atrevidas.

Monvoisin, ante el &xito de estas telas, fu6 m u y so-

licitado para retratar a los personajes notables ds Chi- le. Su labor de entonces es abundante, sobre todo en retratoe. Entre estas obras algunas alcanzan grnn calidad, como 10s cuadroa del obispo Elizondo, don Manuel Mont t y Jos; Zegers Montenegro. Las alegorim mura- les tienen el valor de antecedente y son lo miis rigurosa- mente neoclisico de todo lo hecho en Chile. El retra- to de doiia Milagros Mansenlli recuerda por miis de una raz6n el que Ingres pinti; de la condesa d’Haus- sonville.

El G o l u m p i o , de nuestro Museo, tiene, como 1,s ogras de aquellos idealistas que fueron Cabanel y Jules LefGvre, una mezcla de romanticism0 y clasi- cismo.

S e muestra siempre un ex6elente dibujante y ssbe armonizar la composicihn de manera un poco teatral. Trabaja la tela con arreglo a la tgcnica tradicional de -

ius pintores clisicos: empleo del claroscuro, perspecti- va agrea y asunto. Los tonos calientes est& rebajados siempre con grises, como exig:a la austeridad republi- cans. Utiliza 10s tneutroso v va construvendo las ca-

.L A

mas por el empleo de aglasisg La8ta encontrar el coiior buscado. Eos negros no vibran como en Io, impresio- nistas posteriores, ofreciendo 1,s telas ese aspect0 fuli- ginoso que tanto las earacteriza. En E 1 C o 1 urn p i o

L s carnes estLn un tanto acartona das. Su P a i s a j e

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A t e n e a

del Muse0 de Bellas Artes es una perfecta escenogra- fia en gamas monocordes de verdes y grises-verdes pero escasa de sensibilidad; no obstante habria mese- cido la aprobaci6n del crftico Fromentin porque las re- laciones entre 10s distintos planos que marcan la pro- fundidgd son impecables.

Dej6 Monvoisin algunoa discipulos, entre 108 cua- les descuellan Francisco Mandiola, cuyo colorido es mis ampuloso y mLs rico en gamas y Josg Gandari- llas.

M a s , aparte la significaci6n que como maestro de otros pintores tuvo, lo m i s trascendental en 61 es pre- cisamente el haber abierto Chile a l i pintura univer- sal.

A1 venir a nuestro pais Monvoisin estaba prepa- rando e l camino a un arte m;s profundo y de raices en cierta medida aut6ctonas. La pintura del franc& estaba barruntando la llegada de nuestros ecl&coss. De Pedro Lira, de Alfred0 Valenzuela Puelma, de Albert0 Valenzuela Llanos. . . "

Prccisamente, ahora que se evoca la 6poca en que vivi6 y se 'desenvolvi; la egeneraci6n del 42s, tan fecunda en el orden espiritual que p e d e considerarse como 19 que da nacimiento a nuestra verdadera litera- tura y a nuestra pintura, no est; de mLs tornar la vis& hacia aquellos anos que preside la romgntica Bgura de Jos; Victorino Lastarria para que esa era apacible pueda servirnos de lecci6n en lo que de superior tenga.

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I El sialo de Monvoisin

. . Cuando contemplamor el retrato de Monvoisin cot;

aquella expresiGn hispid, de su rnirada, con aqucl as-

pecto un poco desmelenado de buen artesano de la pin- tura, sentimos la nostalgia de otras gpocas que presidia '

el afanoso rigor de llegar a la8 cosas por el adem& cotinuado y esforzado.

Aunque el buen pintor bordoks no log& asir e l ideal-po,dJemente por no LaL6rselo propuesto--si, est; centrado en unos &os en Ios cuales la inquietud espiritual prima mbre los acuciamieatos rnateriales.

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Luis Durand

Significaccibn de Lastarria

N medio del vbrtice tumultuoso de las pasiones po- liticas. surgiendo del caos informe de la ambicibn personal desorbitada. irrumpe de pronto, cual cime- ra resplandeciente. la voz del espiritu. Hasta e6e

inomento. despu6s de la pesada y larga noche colonial, s610 el bronce guerrero. junto a1 colorido Aamear de las banderas insur- gentes, habia estremecido el corazbn criollo. La raza transplan- tada. retoiio fuerte y orgulloso que surgia de la tierra nueva. no solo tenia sed de Iibertad, sino tambihn de honores, de goces y prebendas que la nacionalidad irredenta. antes no le pemitib alcanzar.

Diriase que una exaltacibn - primitiva, casi animal se ense- iioreaba en el ambiente. Porque la tierra daba mbs de lo que le pedian y asi la vida era f&cil y regalada. Remanso de copiosos desayunos. de pantagru6licos almuerzos, de dulces siestas sin impertinencia de trsfago urbano, epilogadas por el oloroso ron- quido del mate. Gangoseo de letanias cuando el ala de la primera sombra crepuscular se columpiaba en 10s 6ltimos reflejos del sol poniente y se cernia en el aire, que traia un susurro de balada, el perfume de una huerta y el recogido son de una campana.

Mas, todo este lento transcurrir de vida. era poderosa ener-

(1) Diacurao pronunciado en la inauguracibn del busto a Lastarria en el Lice0 de au nombre.

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SigniJirncibn de Lastarria

gia que se iba acumulando hasta estallar de sfibito como una represa que revienta. Turbi6n de pasiones que llevaba en su seno, orguIlo y soberbia de seiiores autoritarios, de crueles y duros amos que no reconocian rnLs voluntad que la suya, en la minn o

en eE Iatifundio donde seguia irnperando el rkgimen de la enco- mienda. TaAbi6n rebeldia de rotos y de huasos corajudos que se echabaa ai monte para ser bandidos. o se alistaban jubilosos bajo el trapo bastardo del motin y la revuelta. Era precis0 gas- tar esa fabulosa energia de algfin modo. El huaso galopando cien leguas. ufano de su poncho y de su lazo trenzado que laceaba animales en el campo y hombres en las batallas: y el roto que. desdeiioso de la muerte, no tenia mLs devocicin que un potrillo de chicha y mris fe que su corvo de siniestros reflejos.

En esta forma el pensamiento era como un sol tzmido entre eapesas nubarradas. El arte. apenas un incipiente afrin imitado de lo europeo, que aparecia como planta exbtica, carente de ori- ginalidad y de propia inspiracibn. Una espesa cortina de sombras coloniales, de prejuicios y Iimitaciones se oponia a1 vuelo creador del artista. El hombre de sensibilidad no se daba cuenta de la portentosa riqueza de temas que lo rodeaba. dedichndose a calcar, sugestionado por falsos conceptos. 10s moldes estkticos del Viejo Mundo.

Es en esta etapa de la vida social chiIena, cuando de pronto se alza la voz de un joven maestro, que habla obedeciendo a las .propias sugestiones de su espiritu. Era don J. V. Lastarria. En su silueta de perfil aquiline,-tambikn en su mente un 6guiIa extendia las alas-en la frente amplia. en el rnentcin acusado y en la Iuz acerada de sus pupilas, advertiase la decisi6n de una volun- tad insobornable. Aquel mozo de 25 aiios hablaba impulsado por una grande ilusicin, poseido por un mesiiinico fervor, agitado por una rLfaga de romiintko ensueiio. Y . no obstante su juventud. sus ideas eran claras. definidas, precisas. No jugaba con la re- tcirica. ni dibujaba quimeras mLs o menos inalcanzables. Origi-

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A t e n e a

nalisimo en sus ideas. era sobrio, ponderado y certero para ex- ponerlas.

<La naturalesa americana,-decia-tan variada. tan nueva en sus hermosos atavios. permanece virgen; todavia AO ha sido interrogada. aguarda que el genio de sus hij05 explote el venero inagotable de las bellezas que contiene>).

En estas palabras sugestionadoras est6 ,el sblido cimiento sobre el cual Lastarria, fundaba en mayo de 1842. la Sociedad Literaria. Era la incitacibn a buscar nuevos caminos que, amplian- do el horizonte artistico. permitieran crear una Iiteratura forjada con elementos propios. que reflejara el carActer y las costumbres de un pueblo. Destacar lo tgpico buscando en el sentimiento co- lectivo, BUS matices emocionales. Extraer de su alegria y de su dolor la expresibn mAs honda del alma nacional. De las escenas de costumbres y 10s variados accidentes del paisaje, la gracia nativa y la esencia autbctona de la tierra. Hacer desfilar. an i i a - dos por el divino soplo del arte, en un ritqno de vida palpitante, seres humanos, animales, brboles, .rios. montes y llanuras con sus

nombres aut6nticos y su sabor original. En el ambiente oscurantista de su hpoca, la figura de Lasta-

rria es la antorcha que se levanta m6s alta para mostrar a la con- ciencia ciudadana 10s vicios y resabios de su tiempo. Habiamos obtenido la independencia politica. per0 el pueblo y la clase me- dia seguian sumergidos en la esclavitud econbmica y doblegadas por la injusticia social. Frente a una sociedad cruel y egoista, sorda para oir las verdades que proclamaba s u talento clarovi- dente, la irreductible energia de Lastarria no flaqueb jam&. Su car6cter era de una sola pieza y sus doctrinas. fueron para 61, como dogmas de €e. Actu6 en politica para contensr y fiscalizar 10s desbordes de quienes ejercian el poder. Escribib para predicar con el ejemplo, ciii6ndose a las normas enunciadas en 5u cklebre discurso con que inaugurb la Sociedad Literaria.

No fue Lastarria, en modo alguno. el ideblogo inerte. En el terreno de la occibn demostrb IU calidad de luchador. Tal vez

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~ Signi.ficaci6n de Lastarria

I pudiera achacirsele falta de ductilidad en su sostcnida brega por alcanzar 10s idealea que le impulsaban. Es que su moral no admitia componendas de esas que lindan cas; siempre con la claudicacibn. En la mayor parte de sus luchas estuvo solo, pero esa soledad no le arredrb. Por el contrario retemplb su espiritu y le dib Bnimos para atrincherarse en su rincbn: para recuperarse m i s integramente a la grande, a la bella y noble intransigencia de su espiritu cuando exigia que el enemigo se rindiera a dis- crecibn.

Los escritores chilenos le deben a Lastarria la inspiracibn de su actitud ejemplar y orientadora. Acatando sus ideas han interrogado a la naturaleza de Chile, persistiendo en el anhelo de reflejar en el arts Iiterario. ese venero inagotable de bellezas que contiene, y que 61. fuB el primer0 en destacar.

Yo no s6. si dese6ndolo. o no, siguieron su ejemplo de sole- dad. Porque nadie 10s ayudb en la realizacibn de su arte. aii- vianando BUS tareas y mejorando SUB medios de subsistencia. Tra- bajaron honradamcnte en las labores que Pes tocb ejercer dentro de la colectividad, cumpliendo ademis, con ese imperativo que como un grito les saljia desde el fondo del pecho. Jamis Gobierno alguno di6 muestras de consideracibn y aprecio por la labor 1i- teraria que realizaron. Y es que en el concept0 vulgar y genera- Iizado, el escritor seguia siendo el bohemio. melenudo, sucio y mal oliente. que perdia el tiempo emborronando cuartillas. Sblo por excepcibn 10s Gobiernos le dieron algiin cargo de honor y

reaponsabilidad. Y cas; siempre fuk a aquellos que pertenecian a la aristocracia o actuaban en un partido politico. No precisa- mente para reconocer la valia de su obra. ni la significacibn que ella tenia para Chile.

En estos dias en que se cumplen cien aiios de vida espi- ritual en Chile, la figura de Lastarria, adquiere, por su inusitado relieve toda su magnifica significacibn. Vivimos una Bpoca de prueba en que la humanidad ha visto para su desgracia. c6mo la. mis altas conquistas del pensamiento se han derrumbado y

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2336

cbmo desde su

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ruinas Ia voz de histgrico profeta

A t e n e a

e aiza para

escarnecer eI concept0 de Iibertad. Son muchos !os pueblos que hoy girnen agobiados por la imposici6n de la fuerza. Atila no va ahora en un caballo criyos cascos quernan la tiexra por donde pasa. Va cncaramado en un monstruo de acero que vomita la muerte y el duelo por doquiera. Se trata de imponer la Iey de la metralln, como Gnico derecbo sobre el mundo. Y para un pueblo. en el cud, felizmente. aGn brilla el sol de la libertad, es rnotivo de justo orgullo rendir homenaje de admixacibn y gratitud, a1 hombre que dedicb su vida y su talent0 a defenderla como uno de 10s m6s altos atributos del alma humana.

Para nuestia nacionalidad, Lastarria es un simbolo per- manente pues representa la voz del espiritu que bien sabernos que jam& puede morir.

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Miguel Angel Vega

Visidsn panorimica ell msvimiento literario del 42W

N estos dias desconsertantes que vive la hu- manidad tiene una signifkscion moral de primer orden este homenaje tan elocuente que la Direcci6n del Liceo Lastarria La

querido rendir a su ilustre patrono con motivo de las Gestas recordatorias del primer centenario del movi- miento Iiterario e intelectual iniciado en C b d e el an0

* *

- 1842.

” Mi misiGn, en esta oportunidad, es resenat en bre- ves palabras las principales caracterhicas de este acon- tecimiento hist6rico en 1,s letras y en la cultura chile- na. Procurar; cumplirIa sin grandes circunloquios, ata- cando el tema desde sus iingulos criticos miis impor- tantes.

Historiadores y exSgetas Iiterarios hacen partir e l notable despertar de las espiritus que adveEtimm en esta gpoca, de las palabras pronunciadas por Lastarria

(1) Discurso pronunciado en la inauguracibn del busto dc Lastarria

en el Liceo de Hombres N.O 5 de Santiago, el 4 de mayo del presente aiio.

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el 3 de mayo en el sen0 de la Sociedad Literaria que los alumnos del Instituto Nacional fundaran en 1843. Ahora Lien, i q u i dijo el maestro en su famoso discur- so? iBor q u i ocupa este documento un Iugar privile- giado en nrrestra Listoria Iiteraria? Digamos, contes- tando a estas preguntas, que tanta admiraci6n y tailto elogio est& plenamente justificados en este caso. Las palabras de Lastarria fueron dirigidas, en primer tih-

mino, a la juventud idealista de aquellos tiempos, en un llamado fervorom para abrazar la bandera de la patria y defenderla pos rnedio de 1, cultura; en se- gundo lugar, alienta en ellas una ardorosa defensa de la democracia, sistema polhico que el maestro acaricia en SUB entrazas, p que jam& perderia de vista en sus largos aGos de existencia, por dtimo, merece recordar- se este discurso, porque de sus principales aciipites irrumpen las primeras cilarinadas de rebelihn que en este rinc6n de Amirica lanzara un hombre en nombre de la emancipacihn intelectual y politica de todos 10s chilenos.

Quiere Lastarria para su patria una literatura au- tinticamente nacional, un pais libre y soberano; un Pue 610 culto, laborando la grandeaa de Chile en todos 10s hrdenes de la actividad humam. Es este hondo sentido social el que nosotros adver-

timos en el discutso del 3 de mayo, su levadura ideo- IGgica, la perdurable substancia interna de que est; hecho.

Los esccitores y 10s pokticos del 42 no echaron a1

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2% - Vi'si6n ponorhmica del movimiento literario de i842

olvido estas pallabras; almas sensibles, tocadas por el gran fervor de la patria, a corto plazo demostraron estar preperadas para dar cima a ]la noble empresa a que 10s incitara Lastarria,

Advertimos en el conjunto de hechos y voces de esta 6poca un apretado repertorio de ideas y senti- mientos que 10s mozos del 42 interpretaron, ya sea en el vuelo igil del verso o en la ruda gracia de1 ensayo o del discurso, con rara uniformidad. Desticanse entre estos sentimientos e ideas cuatro motivos eulturales de hondo arraigo en 10s espiritus, cuyas reices est6n miis Iejos de 1,s simples frontesas individuales. Debemos enurnerarlas en esta ocasion, aunque sea a vrielo $e pi- jaro.

E n Iiteiatura, 1,s interes6 ver implantado entre nos- otros Ios idealea del Romanticismo Iiterario, escuela que por estos aGos est; dando ogimos frutos en el ir- Lo1 de Is vieja cultwra europca, y que en Argentina sup0 impulsar, antes que en ningiin otro pueblo ameri- cano, el genio creador de Jos; Esteban Echeverria, el maestro de la juventud cuyana del aGo 37, de Sar- miento, de Mi t re , de AIberdi, de Juan Maria Gu- tigsrez, de Vicente Fidel L6pez, y otros preclaros ernigrados que, poco antes o poco despugs del an'o 42, eotin ya incorporados a los destinos de 1a cultura chi- L a . No escatimamos 'con argurnentos superficiales- la significacihn profunda que tienen estas innovaciones en el prosreso de las ideas y en el despertar $e 10s j6ve- nes espiritus, L Q ~ m o m s de1 42, gracias aX credo ro-

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A t e n e e

mintico, resucitaron nuestro pasado ListcLico, cubrign- dolo de un vel, de poesia y encanto que aun hoy dia fascina nuestras almas. Las leyendas de Salvador San- fuentes, como E l T e u d o y El c a m p a n a r i o , 10s poemas de Guillermo Blest Gana o de JosS An- tonio Soffia, 10s cuadros costumbristas de Jos; Joa- quin Vallejos del propio Lastarria, buscan m i s de una vez su inspiration en motivos cogidos de nuestra Listoria patria, en episodios de la era colonial o en sucegos heroicos oriundos de 1 0 s dias cercanos de nues- tra lucfia emancipadora.

D e j a m s en silencio, sin hacer mayores comentarios otros escritores y otros libros en loa que se advierte la influencia Amintica. No olvidemos, de todas mai

. . .,

neras, creac.iones tan altas de nuestras 'Iletras eomo

D u r a n t e l a R e c o n q u i s t a , la novela inmortal de Albert0 Blest Gana, n i L o s ' r e c u e r d o s d e l p a s a d o , de Vicente PGrez Rosales, nacidas entre ambas al calor p bajo la inspiraci6n de las ideas romin- ticas.

Tanto corn0 la irnplantaciGn del romanticismo lite- rario interesG tarnbihn a esta generaci6n la lucha por imponcr en el medio social los principios del liberalis- mo politico. Es gste el segundo motivo cultural percep- tible en el lenguaje empleado por estos hombres aquec 110s aGos: S e desea destruir la herencia dejada por Portales, el sobierno demnsiado autoritario y centra- lizado, la ConstituciGn Politica del aEo 33, 10s an- cestros coloniales y 10s faptasmas negros de 108 tiem-

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Visi6n panorcimica del movimiento titeraria de IS@

pos desp6ticos y atrabiliarios. Los ideales politicos, empero, sdo se cumplen mediante la acci6n constante y sin desmayo. Asi lo entendierob estos hombres ejem- plares, y por esci crearon clubes sociales, diarios y re- vistas de batalla, donde preparaban sus almas para la lucha de todos 10s dias. ,iCuil de ellos no estuvo en las reuniones del @Club de la Reform83 o en las €a- mesas cglulas de la cSociedad de la Igualdad? DifL cil seda seZa1ar una sola desercron, una claudicncibn o una desesperanza prematura. E ran demasiado hom- bres para caer en desfallecimientos o entrar en C O ~ P O -

nendas culpables. Benjamin VicuEa Mackenna nos habla en sui t R e -

laciones hist&ricasB, extensamente de 10s Girondinos chilenos, de 10s Brissot, de Pos Vergniaud, de 10s

Barboroux chilenos, que el sentimiento liberal y revo- Iucionario h&a transplantado a nuestro suelo por esta epoca.

SeGaIaron el odio a EspaEa, la avers& a1 r6girnen colonial impuesto por 10s espaGoles en Chile y en AmSrica, como el tercer motivo de creaci6n y de vida que anima a 1.1 generaci6n del 42 en su trinsito por la cultura chilena. Es un odio sin eufemismos, sin me- dias tintas, salido desde lo mis LonBo del pecho. Lis- tarria, como siempre, es el m i s alto representante de esta actitud nntiespakola. Considera en muchas $e sus obras, por ejemplo, en 8u memoria I n v e s t i g a c i CI n s o b r e l a i n f l u e n c i a s o c i a l d e I a C o n g u i s - t a y d e l s i s t e m a c o l o n i a l e n C h i l e , &le-

. C

,

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338 Ateneca

bre por tantos motivos, que de la cultura espaiiola de- bemos aprovechar iinicamente el instrtimento precioso de su idiorna. P a r a 61, Chi le nace a la vida como na- cihn independiente en aGo 1842. Esta fecha es el ver- dadero 18 de septiembre de nuestra kstor ia . Genera- cihn de nuevos Adanes la suya, de Lombres recien na- cidos a1 mundo, el sentimiento antiespaEa1;sta que la anirnaba fu6 tal vez' la causa de su fecundidad y el origen del sentido social tan hondo depositado en todos sus actos.

Dentrd de este pensamiento ,scribe Francisco Bil- bao su cSoeiabilidad CLilenas, Sanfuentes la leyenda E 1 C a m p a n a r 1 0 , Lastarr ia cuentos y noveliculas como R o a a y el propio D o n G u i I I e r m o .

Si se neg; a EspaGa, sc afirrn;, en cambio, el pres- tigio de 10s pueblos europeos miis inqui-tos y rnaduros en materias artisticas o politicar. A rste sentimiento, Lien podriamos denominarlo la fascinaci6n $e Francia. E n efecto, Ieyeron 10s mozos del 42 con goIosa frui- ci;n 10s mejores frutos de la cultura alernazta, inglcsa, italiana, aiin rusa, per0 Francia alcanz6 preeminencias y favoritismos especiales en este sentido. Es el iiltimo amor, por Io dcmis, de estos viriles compatriotas.

. 0

- . . . . . . . . . . . . . . . . * . . . . . . .

M e aqui, seiiores, a 3randes r a sps , 3,s principales fases del movimiento Iiterario cuyo centenario celebrad- mos LO, dia. Correspond;; en 61 a Lastarria un papel

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I-" 239 - Visidn panorhmica del movimiento liierario de 1842

de precursor y animador que nadie seria capaz de dis- cutirle. Si no tuviera otros titulos para merecer la gra- titud nacional, acaso este solo, aunque sobran m ~ r h o s

otros, le Lacen acreedor a este bueto de LrLnce que, redivivo, lo incorpora al sagrado rnagisterio de este estaLlecimiento como c l maestro de 10s maestros y el orientador espiritual de nuestras juventudes.

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B. Vlcuiia Mackenna y J. V. Lastarria

Los antecedentes del movimienta literario de 1842

(Rscuerdos e impresiones)

NTRE las codas fbcilea que yo conozco. ninguna me lo ha parecido m t s que mostrarse erudito sin serlo. Como el Presidente de Chile, don Manuel de Amat, decia que para ser can6nigo se necesitaban s6l0

tres cosas. de laa cuales una no puedo nombrar y las otras eran ctener voz y sentarse,, asi para ostentar ante el vulgo sabidu- ria basta un poco de impavidez, un par de enciclopedias y mucho papel. Per0 desde muy temprano ciipome en suerte descubrir el secret0 de este g6nero de imposturas, y las tomi en hastio. OcurriBme est0 con un infeliz manuscrito en que el texto hab;a sido escrito antes que las notas y las citas, dejando a ambos lados- de aquel ancho margen para estampar unas y otras a posteriori, y en seguida el autor habia puesto manos a la obra, intercalando sin ton ni son cuanto latin aEejo encontrara en 10s armarios de su biblioteca: por manera que asi como hoy lias notas son para 10s escritores de conciencia 10s estribos invisibles de sus libros, de igual manera para 10s ilustres majaderos que nuestros abuelos reconocian como admirables ingenios, 10s 1;- bros no eran sin0 el andamio de su ignorancia y su pedanteria. Otro sistema recomendaba Gi1 Blas. y era el de cierto amigo que publicaba SUB obras arrancando a la ventura una o dos hoias a un centenar de Iibros y poniendo a cada cual la n u m e

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,- Los antececlentes del movimiento literario de 1&2 24 I -.

racibn y el nombre de un capitulo. dindolas inmediatamente a luz con el titulo de Misceldnea u otra parecido.. .

No haremos, p o w n t o . lo uno ni lo otro en estas humildee hojas, trazadas casi siempre a la carrera, <con el pie en el es- tribo, y que van Iigeras m i s all6 de 10s mares en demanda de ben6vola. per0 efimera publicidad. Escribimos sblo, a medida que la tela pasa delante de nuestra pluma, unas cuantas remi- niscencias. despertindolas de 10s rincones de la imaginaci6n en que yacen dormidas como 10s pajes del obispo Villarroel en la noche del <temblor de mayo)) : comunicaremos a nuestros ami- gos las impresiones recibidas a1 pasar en la locomotora de 10s viajes. agruparemos unos pocos nombres m i s o menos conoci- dos. y todo esto honradamente. sin intenci6n de daiio ni ala- banza: como quien estando en guerra de derecho habla de trin- chera a trinchera con un antiguo camarada sirviendo en opues- tos pendones.

Y a fin de hacer m i s transparentes nuestras impresiones sobre la Espaiia literaria actual, all6 en el apartado extremo del mundo a que van dirigidas, permitasenos comenzar con el recuerdo de lo que era nquella entre nosotros cuando comen- zamos a tener literatura propia y aqu6lla a perder a girones la suya antigua y magnifica.

For 10s aiios de 1840 a 1845 todo era espaHol en Chile. en materia de inteligencia, de estudios. de libros, de textos: haeta las plumas de ganzo y el papel Aorete. . . El insigne Iiterato es- paiiol (que all5 Ilamibamos gallego porque era andaluz) (1) don Josi Joaquin de Mora inicib esta especie de contrarrevoluci6n intelectual. despues del trascendental transtorno de 1810, fun- dando por el aiio de 1828 el memorable Liceo de Santiago. FiL sole remate en 1840 el famoso tipbgrafo Rivadeneira (2). reim-

(1) Habca nacido en C6diz. (2) Fui el impresor m6s tarde de la c6lebre colecci6n de Antares E.-

paiiolee. Residib en Valparaieo. Las ediciones de Rivadeneira constituyen la +oca de or0 de la tipocrafia chilena.

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A t e n e n

primiendo en Valparaiso. con lOs mismos tipos que dan vida a estas cartas, bn edkiones admirables de correcci6n y de lim- pieza. algunas de las obras mbs populares de la Peninsula. como las de Larra y Espronceda. Todo era, en consecuencia, peninsular en el domini0 de la literatura. EspaEoles 10s maes- tros, espafioles 10s Iibreros, espasoles 10s autores. porque se en- seEaba. Eran 10s grandes dias de Hermosilla y Gi1 y Ziirate, de Salvb y de Balbuena.

El teatro era tambi6n eminentisimamente espaEol. Palpita todavia dentro de mi pecho la emocibn profunda con que, tr6- mulo en la dura banca del teatro de la Universidad. vimos por la primera vez. hacia el aiio de 42. representar a fimcnez el Pelayo de Quintana. Par6cenos a h ver su brufiida armadura y su penacho de negras plumas y SUQ manoplas y su acero. QuiBn no asisti6 entonces alguna vez a la Conjuraci6n de Ve - necia de Martinez de la Rosa, cuando nuestro compatriota Alonso subia al patibulo exclamando en . cada grada: <<iLaura! ;Laura!, Qui& no volviaal colegio repitiendo el Mbs. se engaiia. vive el cielo! del Mazanielo de G I y Zbrate o Pas trovas ar- dientes del Macias y de 10s Amantes de Teruel? LQuibn no se llenaba la boca con las peroraciones de Olbzaga en 10s cafbs y con las arengas fulminantes de don Joaquin Maria Lbpez en las cortes? iQuitn no sabia de memoria el Adibs a Silvia de Arriaza y 10s repetia en todas las aueencias?. . . iQui6n. all6 en 10s dIas del estio y del feriado, a orillas del estero. bajo lasom- bra de la patagua o de la higuera. no pus0 en alguna ~ i e s t a bajo sus inflamadas sienes el Moro exb6sito. para sofiar con 10s

siete infantes de Lara y su vengador Mudarra? iQui6n no iun- iaba pacientemente las semhrm de muchos meses para com- prar L a Historia del levantamiento y la revoluci6n de Espaiia. del conde de Toreno. que Yuste vendia en tres cuartos de onza? iQuiBn no habria dado un ojo de la cara por ser el ami-

go de 3ermGdez de Castro y pasearse ufano. engarzado de su brazo. en la Alameda? Pues imberbe conoci yo a1 que hoy ca-

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Los antecedentes del rnovirniento literario de I S42 1

sado con hermosa y rodeada de rubios chicuelos f k g & el nom- bre de aquel poeta para dar mayor dolor y realce a SUB con- quistas. Fu6 entonces cuando ZorriBla merecib 10s bonores de que BUS obras fuesen publicadas por entregas (gran innovaci6n en nuestro arte tipogr6fico) y que, a la par. la imprenta del Progreso hiciese una edicibn de lujo del Protestantism0 del ilus- tre Balmes.

En cuanto a lo que no viniera en cajones y bafiles de la Peninsula. era fruta vedada para nosotros. Recuerdo que para un curso de veinte o m6s alumnos de metafisica s610 habza un texto de Jerusey. y de &I ibamos copiando cada cual llegsndo- le el respectivo turno.

Eran aquellos 10s dias en que el fervoroso presbitero Ira- rrgzaval tronaba desde su p6Ip;to popular contra Voltaire, Montesquieu y Rosseau. y tambi6n contra. Latasie.. .

Ahora lo que fuera recibir la inguencia de la Iiteratura alemana. era i s ta como cosa de limbo. y respecto del inglis nos halkbamos poco rn& o menos cam0 en la kpoca en que cuen- tan ,que habiendo Ilegado a Santiago una carta en este idioms. despues de hacerla viajar por toda la costa de Copiapb a Chi- 106 en busca de un traductor. hubieron de devslverla a Ingla- terra sin que nadie acsrtase a descifrarla. Antonio Nebrisensis y don ,Josh de Hermosilla eran nuestros reyes, desputs de ha- ber destronado a los Borbones.

Mas por esos mismos tiempos abriironse cas; a la vez dos puertas a la kuz. Por el oriente Ilegaron 10s emigrados argenti- nos, empapados hasta la rni.dula de 10s huesos en la corriente deslumbradora de las ideas francesas que .basta hoy dominan soberanas en el Plata como en causo propio. Por el poniente, (circunstancia a1 parecer ef$mera. pero en el fondo de trascen- dencia colosal) estableciase la carrera de vapores del' Pacifica que nos ponia a1 habla. breve y directa, con la Inglaterra y con la Francia. -

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94.4 .4 t e n e a I

Cornenznron entonces a Ilegarnos en abundancia Iibros ex- tranjeros, y especialmente del filtimo pais. M. Portey abrib su Iibreria en la calle de la CompaEia y M. Gerard en Ia de Ahu- mada.

Don Narciso Cueto hiao viaje expreso para Ilevarnos las obras mAs recientes a su Iibrerza. esquina de la plaza y la Mer- ced.

Lleg6 a poco Vendel Meyl. y su ensesanza acab6 de adelan- tar la revolucibn literaria que habfa iniciado el ilustre Bello. El Semanario de Santiago es la aurora de esta regeneracibn en nuestras incipientes letras. Poblbse entonces el teatro de pro-

ducciones francesas y ya no gustaba Breton por Vn’ctor Hugo, ni Hartzenbusch por Dumas. El. mismo Bello. a pesar de 6u ri- gidez escokstica y de sus venerables canas. tradujo como un mozalbete a Teresa y escribia con sus imberbes discipulos en el Crepcscub. La escuela romQntica nacia en paEales de oro.

Vino despuks Bilbao. como el deslumbrador vocero de Eam- menais. y su condenacibn por el iurado form6 la aureola de la nueva secta.

Fu6 aquella la 6poca de !os suepiros y Ias palmas. del ca- p& y de 10s bichos. de la sombra fatal y las melenas. Todos llevaban &itas a cual miis espesas, y con s610 encresparlas 10s

dorningos ganb en tres aTios &en mil francos el peluquero Ke- rau, con 10s que comprb una hacienda de vifias cerca des Bur- deos.

Dos libros grandiosos acabaron de consurnar ese trastorno, porque no sblo fueron leidos. sin0 devorados por Ia iuventud: el Libro de 10s oradores de Tim& y 10s Cirondinos de Lamar- tine.

HQgase una estadistica de 10s estantes de Santiago. y seria cas; seguro que esos Iibros no faltan ni aun en 10s mgs pobres. La revolucibn de 1848, hija en gran manera de las pLginas su- blimes del filtimo de aquelloe portentos, fu6 para nuestros ce- rebros la antorcha de aquella luz de profundas mudanzas que

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desde fines del bltimo siglo habian columbrado. m8s a116 de las brumas del ockano, algunos de nuestros abuelos.

No es posible ocultarlo: la influencia de la literatura fran- cesa nos emancipb de la rutina. Don Andrks Bello, que no ha- b$a pisado un solo dia el suelo de la Peninsula. inici6 esta cru- zada con sus textos de enseEianza. tan brillantemente continua- da por sus malogrados hijos. Lastarria siguib SUB huellas y cas; B e pus0 a su altura como propagandista y como maestro. Des- pugs cada cual arrimb su piedra a1 edificio comlin. Martin des- terr6 con su texto de btica a 10s peripatkticos. Donoso pus0 en paz a Devoti y Gavalario. que se andaban a moiicones en la cabeza de 10s pobres estudiantes. Diego Barros ha escrito un nuevo curso anti-espaiiol de literatura. En una palabra. nues- tra independencia intelectual estaba consumada cuando se oy6 el tiro que mat6 a Pare;,. como cuando muriera con parecido P;n su antecesor dal mismo nombre, la independencia territorial entraba en su primer period0 de vida.

i Y bien! Descendiendo ahora de la regibn de las reminis- cencias a que habiamos remontado el vuelo con amor. para tocar en el terreno de'nuestras actuales sensaciones, iquk en-

contramos de aquella antigua grandeza Iiteraria de Espaiia. res- pIandor que iluminS 10s primeros albores de la nuestra? iAy! s610 sombras. ruina y el mbs profundo cuanto melancblico de- sengaiio.

Ya lo hab;a dicho antes que nosotros el inmortal poetaes- paiiol cuya dolorida pero sincera estrofa hemos puesto de sig- nificativo epigrafe a esta carta. Y a lo habia dicho el escritor

osado que sostuvo con indudable ekageracihn que Espaiia no habfa tenido sino un siglo, un rey y un Iibro, cuyo era el Qui- jote. Ya lo habca dkEo. por Gltimo. con amarga y cas; sangrien- ta ironia el m6s ilustre de 10s prosistas modernos de la Espa- Sa. cuando con su lbgubre carbbn iba Larra escribiendo en la fachada de 10s edificios pGblicos de Madrid la impotencia de 5u suelo; y en la puerta del teatro: (CAqui yacen 10s ingenios ea-

- Las antecedentes del movimiento 11 terario de 1842

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paiioles” y en la de 10s ministerios: aAqui yace media Espa- iia. murib de la otra media..

Si: come Iiteratura original. vivifkadora, manifestacibn animada del genie o la virilidad national. y susceptible por tanto de irradiarse hacia el exterior, In literatura espaiiola est& muerta y ssp l tada . H a perdido su corona, su senda. BUS obre- roe. As; como en esas portentosas vias son que 10s romanos eurcaron todo el tcrritorio del viejo mundo sujeto a BUS bguilas. scilo quedan hoy de pie SUB piedras milenarias Mariana y Lbpe, Calderbn y Herrera, Cervantes y Rioja, Alarcbn y para nos- otroe, humildes espuma2ores. el nags grande de todos 10s ee- critores espaiioles en el presente y lOs pasados s;gJos: el que fu t a su vez el RabeIais y su Voltairei el que no ha tenido ni tendi-6 tal vez imitadores; don Francisco de Quevedo.

Pero yo no me ref;ero en niis impresiones de hoy. sierta- mente, 2 esa Espaiiia de glorias para siempre imperecederas. y que no son ~6110 glorias propiss sino del mundo, y tan suyae como nuestras, porque son de nuestra lengua; ni siquiera a l periodo ya de decadencia pero todavia brillante. que simboli- zaban, a principios del siglo Jovellanos, Quktann y el divino Argiietles: ni tampoco a la que no ha rnucho tenia For repre- aentantes a Alcalb GaPiann. a Toreno y a Martinez de la Rosa, &yas iiltimas soiiolientas fecciones alcanzamos a escuchar en el Ateneo de Madrid. cuando ya §us labios estaban \trkrnulos y

10s ojos hundidos en las canas (1859). No es tampoco nueatro propbsito juzgar a ilustres si bien recientes muertos. como Do- noso Cort6s. don Jost Joaquin de Mora y el ilustre Duque cle Rivas. arrebatados sucesivamente a las letras espas’olas cn 1863. 64 y 65. Nuestro propbsito, si bien superficial y de con- junto. es puramente de actualidad. Por esto no harem08 sino inclinarnos delante de (a nuestro juicio) 10s m&s grandes nom- bres del siglo, entre 10s Iiteratos espaiioles: Carra, Espronceda

Y Jaime Balmes, todos arrebatados a su gloria como esas flo- res que s610 lucen en la palidez del alba y se esconden o pere-

. . .

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$47 - Los antecedentes del wwvimiento litcrario de I842

cen con la BUZ en la alborada lozana de su vida y de su genio. Earra tenia s6Xo 28 afios cuando pus0 f;n a sus dias. Espron- ceda tenia 33. Balmes 38. Cii%ndonos. pues. estrictamente a la actualidad y penetrando en el recinto donde se albergan las mLs encumbradas inteligencias literarias de la Feninsula. La qui6nes vemos sentados en 10s treinta y seis sillones de la Aca- demia Es,paiiola? Desde luego a ningGn hombre de verdadero genio gor la originalidad y el alcance. con la excepci6n escasa de Bretcin de'los Herreros, su secretario perpetuo per0 que ya no vive sino que agoniza. Entre 10s otros hay hombres eerda- deramente distinguidos. C O ~ Q su actual Presidente Roca de To- gores (el conde de Molins), literato de galano decir y de vas- tisima erudici6n; corn0 Ferrer del R ~ Q , autor de la Vida de Carlos I I I y uno de 10s rnejores criticos a la par que el mgs gordo entre sus no endebles co?egas: el pacientisimo escudriiia- dor Aurellano FemRndez Guerra y Orbe. cuya edicibn de! Que- vedo, en colecciSn de Rivadeneira, es por si sola un monument0 de investigaci6n y laboriosidad ?iteraria. como Puczuela. tra- ductor cl$sico del Tasso, como Hartzenbusch, en fin. cuyo pe- queiio cuerpecito (antitesis del de Ferrer) paricenos m6s apro- piado a s u verdadero mihito que a su fama.

Pero fuera de esos nombres. ninguno de loa que alcanza a constitiiir una gloria tan alta que rebalse 10s Pirineos y sea por tanto de fama y autoridad europea, jcon cuC'es figmas se

completa el cuadxo? i con la de don Eugenio de Ochoa, simple traductor y compaginador de Eibros ajenos? icon !a de don Patricio de la Escosura. cuyo indudable per0 desarreglado y

vers6til talento. no !e ha permitido jam& hacer nada acabado' i c o n la de don Mesonero Romanos. que no ha escrito sino su5 articulos del Curioso Parlante haciendo del estudio urbano de Madrid su Gnica especialidad literaria? i c o n el humanista Segovia, el estadista Olivar, autor de una Cuartilla Agraria; con el escritor de higiene y textos mil. Monlau? i c o n 10s sa- bios de convencibn, en fin, que han entrado por la puerta fal-

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A t e n e n

sa de la politica como Nocedal, Qlbzaga y el mismo Gonzdez Bravo, cuyo mbs alto timbre Iiterario es el Guirigay, peribdico de inicuas e impuras desvergiienzas? Con el meior titulo ha- hria entrado en este sentido VilJeragas e Igual de IZCO.

Para nosotros, y aun que parezca a muchos un desacato. 10s asientos alli mejor ocupados son 10s que en 10s iiltimos afios han correspondido a 10s rn& jbvenes de 10s acadbmicos. quere- mos decir a don Jos6 Selgas y Carrasco y a don Severo Cata- lina. Y decimos esto porque entre 10s infinitos escritores de asiento en carga que pululan en Espafia, ellos son 10s iinicos que han roto la barrera de Ia rutina y escrito algo. con mayor o menor tino, per0 son indisputable originalidad. Bajo este mis- mo concept0 merecia una poltrona. con iguales titulos que aqu6llos y acaso mayores. Emilio Castelar, otra de las conste- laciones que sin usar telescopio pueden verse desde Chile en el nebuloso cielo de la Espafia.

Pasemos de la academia a1 tea,tro. LCugles son sus gran-

des ingenios. sus maestros, sus fundadores de escuela? La mis- ma esterilidad, igual e irremediable desaliento. En 10s mbs no- tables y de mayor fama se ve lucir un vivido lampo, y des- pugs denso manto de sombras vuelve a enlutar la escena. As;. Garcia Gutibrrez.. que va a tener en breve sesenta afios, se ha quedado desde su magnifico estreno de 1836 con solo su admi- rable Trovador. La farna de Camprodbn no ha pasado de Flor de un diu y la de Eguiluz de la Cruz del Matrimonio. Ebpez de Ayala salt6 del Tanto por ciento, su iinico triunfo de escena. a1 ministerio de Ultramar, como Catalina habia rqcibido por su Mujer otra cartera. Por Gltimo una de las rnbs floridas espe- ranzas del teatro espafiol, Florentino Sanz. decorado por la pe- reza propia y el desmayo de todo lo que le rodea (enfermedad espaEola como la capa) se ha escondido del mundo y olvidLn- dose en mala hora que fu6 el autor de don Francisco de Que- vedo.

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Los antecedmtes del movinaiento litera& de 184%

A la verdad. &era de Mariano Luis de Larra. que ha he- redado algunas fulgurosas chispas de la centella de su padre,

sobrepujando en juicio 9 laboriosidad. y sin uno6 dos o tree principiantes, mQs o menos de sus fuerzas, el teatro espaiiol es- taria hoy en tregado a las incipidas doloras pretenciosamente eksicas de Campoarnor (la iiltima ha sido sobre la guerra en- tre Francia y Prusia) y a 10s dramones por el estilo de Don Juan Tenorio de Zorrilla.

Y digamos aqui de paso que esta iiltima pieza, segiin una singular costumbre, ya inveterada en Espaiia. se representa en todos 10s teatros en la noche del dia de difuntos, a titulo de drama religioso.

As;. al menos. lo anunciaron el 2 de noviembre iiItimo to- dos 10s carteles, desde Pamplona, donde la vimos asesinar. has- ta Ciidiz. en cuyos cinco teatros se diB a la vez. Apuntemos tambihn aqui que Campoarnor y Zorrilla son miembros de la Academia Espaiiola, bien que el Gltimo. cuya ausencia de Es- paiia ha durado dieciocko aiios no ha querido ha su vualta re-

cibirse. Digamos ahora dos palabras sobre 10s novelistas. Los miis leidos, aqui como en Chile. son Fernsndez y Gon-

ziilez y P6rez Escrich. y tanto lo es este 62timo en nuestra tierra. que hemos visto en Madrid facturas enviadas por un inteligente Iibrero de Valparaiso. en que, a caj6n cerrado. pide se le envien por vapor ejemplares de toda obra que este autor publi que.

No abriremos. empero. juicio sobre estos escritores. porque confesamos no haber visto de algunos de SUB libros sino la ca- rstufa: per0 personas que conocen a ambos suponen a1 prime ro ya completamente agotado por el us0 de loa estimulantes, el pesnr de una tenaz ceguera y otras tristes dolencias. . .

Pkrez Escrich, a1 contrario, vive ordenadamente en un pe- queiio pueblo llamado Pinto, a media hora de Madrid, y en- cuentra eolaz y labor para sus p6ginas mistico mundanas.

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Me han asegurado que la produccibn suya de que vive m& ufano es de, la del Mcirtir del Go'lgota. Be igual opinibn.

par&cenos, serian sua lectores de Chile si Iaa llamasen a escru- tinio.

I J. V. Lastarria

EL ORIGEN DEL MOVIMIENTO LITERARIO DE 1842

En una de SUB Cartas de Guadalete, he leido que usted dice <que por 10s aEos de 1840 y 1845 todo era espaiiol en Chile en materia de inteligencia, de estudio, de Iibros, de textos: y

que el insigne Iiterato espafiol don Jos6 Joaquin de Mora fu6 el que inicib estn especie de contrarevolucio'n inielectual, despugs del trascendentnl trastorno de 1810. fundsndo en 1828 el me- morable Liceo de Santiago)). Haciendo la historia de esta des- graciada reacci6n. sostiene usted que R n tonio Nebisensis y don Josb Hermosilla eran nuestros reyes despu6s de haber des- tronado a 10s Borbones. y que 5u desaparecimiento se ha debi- do a la revolucibn literaria iniciada por el ilustre Bello. y acorn- pazada de dos acontecirnien tos aI parecer insigniAcantes, la llegada de 10s emigrados argentinos y el establecimiento de la carrera de vapores en el Pacifico. <<No es posible ocultarlo. ex- clasna usted la influencia de la Iiteratura francesa nos emanci- pb de la ruiina. Don Andr6s Bello, que no habfa pisado un solo dia el suelo de la Peninsula, inici6 esta cruzada con sus textos de enseiianza. tan brillantemente continuada por sus ma- logrados hiios. . . >>

Nada mLs inexact0 que todo esto. Usted ha hecho una in- novaci6n a la prusiana en la historia literaria de su pais. como las que ha solido hacer en su historia civil: pues precisamente don Andrhs Bello es el corifeo de la contrarevoluci6n intelectual

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I Los antecedentes del movimiento liteiario de ih& 2.51 -

que usted atribuye a Mora, y &ste ea uno de 10s que azos an- teriores habian kiciado la b-uzada Iiteraria que usted euelga a don Andris.

Esa cruzada Iiteraria principia. seiior Wicuiia, en 1826, con

M. Lozier. sabio acadimico franc&, puesto entonces a la cabe- za del Instituto Nacional. Es cierto que este sabio francks. perdi6 en poco tiempo su puesto porque 10s alumnos, acostum- brados a la firula se revohcionaron contra el Rector que venia a tratarlos con afabilidad y dulzura: per0 aiortunadamente en ese corto tiempo prendi6 la Iuz en las inteligencias elevadas de ciertos jBvenes distinguidos que, merced a su posicibn en el Instituto. pudieron realizar el movimiento impreso por el no- ble acadCmico. As; es que en 1827 ya se' desterraba del Insti- tuto a1 Nebrisensis, y don Fedro Fernfndez Garfias imiciaba la enseiianza del latin por Lhomond publicando su Iibrito de terminaciones latinas, sacadas del Rudiment0 de Ehomond segiin el m&todo de Ordinaire: su traduccibn del rnktodo de ensefian- za de las Ienguas por 3. J. Ordinaire, su Iibrito de Nomenclatu- ra, su Manual del Monitor o tabla analitica de ias materias de gram6ticn latina de Brdinaire. y su Suplemento a la segunda parte de la gramhtica latina del mismo.

Al propio t k n p o , para desterrar a Lugdunense de !as au- las. y el Tractalus de reldgica, metabhisica et moraii, profiliu et alzimnis instituti nacionalis Joacobo Politanoe erudicudis de don Joanes de Egafia, don J. Miguel Varas, publicaba en 1528 Ias Lecciones elementales de moral, y a 10s pocos meses, en uni6n cotl don Ventura Marin. ambos profesores del Instituto. daba a luz sus elementos de ideologia.

Este movimiento de la ensezanza en el Instituto. que no se Iimitaba al latin y a la filosofza, y que se extendia a1 estus d;o de la Iiteratura por H. Blair, del derecho natural y de gen- tes por Burlamaque y Vattel. de la Economia Politica por Say. etc., era paralelo con el que iniciaba en 1829. en el Liceo de Santiago, don JOSC: Joaquin de "Iora. y a1 mismo tiempo con

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A l e n e a

el que fomentaban 10s franceses que fundaron en aquel mismo aiio el colegio de Santiago.

Para que usted se persuada de que no es Mora el autor de la reacci6n Iiteraria espaiiola. no tiene miis que ver el plan de estudios del Liceo, en el cual por primera vez en Chile apare- cen 10s estudios de humanidades divididosen cinco aiios y ba- sados soLre 10s estudios cientificos que dirigia don Andr6s Gor- bea. A1 mismo tiempo que se ensefiaba la gramiitica latina no por Nebrija sino por Mora, el franc&. la geografia. la historia. la literatura francesa y la espaEola, la gramstica castellana. la filosofia por las inmortales lecciones de Laromiguiere, se ense- iiaban las materniiticas. desde la aritmitica hasta 10s ciilculos diferencial e integral. la fisica, incluyendo la 6ptica. que en el dca no se enseEa en el Instituto la quimica y la astronomia. Eae lecciones de elocuencia y de literatura, las de gramstica y de geografia, asi como las de derecho se hacian por textos escritos expresamenie por e1 mismo seiior Mora. que habiendo comple- tad0 su educaci6n en Inglaterra. introducia por primera vez en la Am6rica las doctrinas de Benthan, en el derecho, y dejaba muy atrgs todas las reminiscencizs espaiiolas en la enseiianza li teraria.

Como no tengo el Bnimo de hacer en esta carta la historia de nuestra enseiianza, me limitari a indicar a usted que todo aquel gran movimiento de progreso y de emancipacibn de la in- teligencia comienza a declinar con la presencia de don Andris Bello en nuestras aulas hacia el aGo de 833, al rev& de lo que usted asegura. Entonces aparece el derecho roman0 como es- . tudio forzoso. y el seiior Bello Io enseiiaba por Vinnio. tal vez porque Mora h2bb dicho que: .la preferencia dada a Vinnio en las universidades espaiiolas prueba el perverso gusto que Jirigza en ellas 10s estudios juridicos. Vinnio es un disputador eterno. un compilador de mal gusto. Heinecio es un expositor claro y luminoso. profundamente sabio. per0 templado en el us0 de la erudicibn,. Mora enseiiaba, en su curso de derecho

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263 - Los ankcdenies del movimiento literam'o de I # J ~

del Liceo una idea exacta + compendiosa de la legislacibn ro- mana. ahablando hist6ricamente como habla Heinecio. decia el. no como otros juristas, transkmtando lo que fu i entonces a lo

'que es hoy dia)), en tanto que Bello nos implant6 el curso de dos aiios por la instituta y por el Vinnio. y dib la preferencia en derecho civil. a1 Pavorde Sala. y en Iiteratura a don Josi de Hermosilla, y concluyb por inspirar aquel furor en que to- dos se consagraron a1 estudio de 10s clrisicos espaiioles. y a1 de otros que estaban muy Iejos de favorecer el desarrollo demo- crritico y la emancipacibn de la inteligencia.

As;, pues seiior Vicuiia. eaa revolucibn Iiteraria que usted encontr8 triunfante en 1840 es la obra de don AndrBs Bello y no la de Mora: y si hub0 alguno que se escapara de ella fu6 precisamente Lastarria. a quien supone usted siguiendo las huellas de don And& Bello, cuando como discipulo predilecto del gallego, no ha hecho otra cosa que trabajar, como iste. en llevar a t6rmino aquel gran movimiento progresivo de 1828. La emigraci6n argentina. cuya influencia usted falsifica se espantb entonces del retroceso de nuestra educacibn, y no fueron. pues, 10s discipulos genuinos de Bello 10s que vindicaron nuestras letras del desdBn de 10s emigradoe. sino 10s de Mora y 10s del Instituto National. a quienes habfa alcanzado el impulso de Lozier.

Por ahora. basta con estas reminiscencias. que son exac- +as y que est in comprobadas por la prensa de la Bpoca. No es posible, seiior Vicuiia, que un historiador venga a cambiar 10s

papeles, como usted lo hace. ni es justo que usted venga a

apoyar y autorizar las falsedades que en estos Gltimos tiempos han comenzado a propalarse sobre la historia de nuestra ense- Eanza y de nuestro desarrollo Iiterario, atribuyendo el progreso a hombres y sucesos que. si no lo han contrariado no tienen en 61 la parte que se les da tan generosa, como fa1sarnente.- Un profesor del Instituto.

J. V. LASTARRIA. (<<El Ferrocarriln), Santiago. febrero de 1871.

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Guillermo Felifi Cruz

NOTAS SOBRE SU DESENVOLVIMIENTO

SUMARIO: I. La Universidad y la historia naciona1.-11. La tendencia hacia el histor;cismo.-III. Laa guerras de Ar-uco y la capacidad guerrera de loo araucanos -1V La dorificaci6n del ilraucano por el espaiiol. El patriotism0 del criollo y del mestizo.

I.-LA UNIVERSTDAD Y LA HISTORIA NACIONAL,

UNQUE el.- movimiento Iiterario de 1842 no dib vida a la Universidad de Chile por haber sido ella concebida en virtud de' Decweto Suyremo del Mi- nistro de Instruccibn Pitbjica. Mariano de EgaFia, de

17 de de 1839, es una curiosa coinridencia que la ley de su iundacibn sincronice con el aso del despertar de 10s espiri- tus jbvenes nacionales en busca de nuevos Eorizontes para crear una forma, hasta cierto punio propk, de una !iteratura chilena.

Lastarria. en efecto, pronunciaba la oracibn inaugural de Ia Sociedad Literaria el d$a 3 de mayo, y en ese discurso habga fundamentado 10s elementos que deberia tener la nueva Iitera- tura. y seis meses mAs tarde, el 19 denoviembre, promulgbbase la ley que creaba la casa universitaria, a la que deberia corres- ponder la direccibn de la enseiianza en cada uno de sus tres grados, en especial de la profesional, y la atencibn del desen-

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LJ66 __ La literatura hist6riea chilena

vplvimiento cientifico y Iiterario, desde el acadkmicc Un aFio m6s tarde, el 17 de septiembre de 1843, Ila Universidad abria sus puertas y se proclamaba de acuerdo con su estatuto org6- nico. <<protectors de las letras y ciencias, en Chile, atrayendo hacia su sen0 la corriente impulsadora de8 movimiento Iitera- rio. Los m6s destacados fautores de este memorable hecho cal- tural. pasaron a forrnar parte de la nueva corporaci6n docente y acad6rnica. Carlos y Francisco Bello, Antonio Garcia Reyes, JOSB Victorino Lastarria, Rafael Min'vklle, Juan Ramirez. Sal- vador Sanfuentes, Doming0 Faustino Sarrniento. Manuel Ta- lavera, Antonio Varas, Jos6 Joaquin VaUejo y Manuel Anto- nio Tocornal. fueron decignados miernbros, 10s primeros. de la Facultad de Eilosofia y Humanidades. y, el Gltirno, de la de Leyes y Ciencias Politicas, en 28 de j u d o de 1843.

Desde entonces, en la casa en qne va a ensefiarse el ma- gisterio de Bello. el movimiento Iiterario se cnnaliza en forma ni6s permanente y recibe un aliento rnbs vital que el que po- d;a inspirarle la Sociedad Literaria, nacida de una bella y gene- rosa iniciativa particular. debida a las ilusiones de un grupo de j6venes de verdadero taIento, y al a ese movi-

miento podia prestarle, para la difusibn de las producciones de 10s nuevos escritorss. un peribdico como ((El Semanario", que se encontraba expuesto a las coniingencias de las suscripciones ocasionaies de aquellos mismos j6venes altruistas, per0 ordina- riamente divorciados de la fortuna y ni siquiera con el de un mediano pasar. La tribuna universitaria, en cambio. tenia rn6s amplia resonancia, otsrga.ba m6.s prestigio por su antecedente oficial y de cuerpo sabio, y 10s (<Anales, de la corporaci6n en

que irian a vaciarse 10s estudios de 10s nuevos'escritores. les prometia una expansi6.n mbs all; de las ironteras nacionales. Los concursos, 10s certjmenes, 10s premios por 10s temas desig- nados por el Conseio de la Universidad y las Facultades. debian acrecer el brillo y la fama del escritor favorecido. y darle a1 trabajo Iiterario una seriedad que lo ponia a salvo de las dis-

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concurso que

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A t e n e a

tinciones caprichosas de las capillas y comparsas de las letras. As;. la Universidad control6 el movimiento de 1842, y a ella se debe el nacimiento de algunos generos Iiterarios en la lite- ratura naciente. La juridica. que ya tenia una tradicibn en la colonia, renacib a1 impulso sostenido de este Instituto y por obra del propio Bello ensanchb su esfera: la novela se desen- volvib a1 amparo de SUB certbmenes, y la poesia. y la mdsica. y las bellas artes. cual m6s. cuaP menos, encontraron en la cor- poracibn un soplo de vida. que las alentb en SUB primeros d6- biles pasos. Sblo el teatro fu6 ajeno a las preocupaciones de la Universidad: si 61 no cay6 dentro del rol de la influencia &el docto cen6culo. indirectarnente. al estimular 10s ggneros Iitera- rios afines, le consagrb rango en las letras nacionales. orient6.n- dolo por la cri'tica ejercida por el mismo Bello, por BUS traduc- ciones de esta naturaleza y por el aporte original que le dieran Carlos y Juan Bello y Rafael Minvielle, miembros del cuerpo. El teatro ya entonces. por otra parte, tenza vida mbs propia que cualesquiera de las otras categorias de la preceptiva.

Ningdn g6nero de la Iiteratura chilena de este period0 iba a adquirir un desarrollo m6s considerable que la historia, sin embargo. fu6 la creacicin genuina de la Universidad en el siglo pasado. hasta convertirlo en el m6s sblido de todos. si acaso no siempre como alta manifestaci6n de sentido artistico.' a1 menos como trabajo de verdadero valor cientifico y de profun- da sabiduria.

Los fundadores de la historiografia nacional fueron todos miembros de la casa de Bello: Diego Jose Benavente. por ejemplo, formaba parte de la Facultad de Leyes y Ciencias Polcticas. y por BUS aiios. SUB antecedentes. BUS servicios a1 pais y hasta por sus tendencias, perteneeia a la generacibn que en 10s campos de combate habia dado su sangre por el ideal emancipador y con- tribuido despues a organizar la Repdblica, debatiendo 10s prin- cipios de la nueva aurora en el periodismo. en las asambleas legislativas. o imponiendo el credo de la reforms desde las al-

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La literatura histdrica chilena

turas de un ministerio de Estado. Los otros cuatro fundadores de este ginero eran hombres de su generacibn, eran 10s secua- ces del movimiento Iiterario. y se iniciaban en la vida piiblica por primera vez como funcionarios, como politicos, prafesores. periodistas, escritores y oradores, a quienes la Universidad lee destinb un lugar destacado en SUB tareas. Lastarria. Tocornal. Sanfuentes y Garcia Reyes. pertenecian a la primera generacibn de hombres que lanzb la Repiiblica. cuando y a i s t a se hub0 consolidado des puis de Chacabuco. Han nacido. precisamente. en 1817, y junto con otros. como Antonio Varas. Josi Ignacio,

Victor Eyzaguirre y Francisco Solano Astaburuaga. van a ser- vir al pais con la conciencia de su responsabilidad. y persuadi- dos de su misibn histbrica como hijos del primer fruto de la Iibertad republicana.

A par& del nacimiento de la historia nacional como crea- cibn de la Universidad. y como el nervio m i s sblido de la Iite- ratura chilena en el siglo XIX. la critica va a destacar esta ca- racteristica de nuestras letras. Ya Mengndez y Pelayo sinteti- 26 asi el juicio que tal hecho merecia, cuando dijo refiriSndose a ella: <No hay rincbn de su historia que 10s chilenos no ha-

yan estudiado, ni papel de SUB archivos y los nuestros que no im priman e ilustren con comentarios. Chile. colonia secunda- ria durante la dominaci6n espaiiola; tiene historias m i s largas que las de Roma. por Curtius y por Grote,. Per0 el impulso dado por la Universidad a1 florecimiento de la historiograha, no era otra cosa que la reanudacibn de la tradicibn colonial. es decir. iba a unir el eslabbn roto de la simple crbnica con una historia mbs depurada, mi s bien investigada. sometida a una severa critica de fuente y antecedentes. Tanto en loa tres si- glos en que dominb el imperio de Espaiia en Chile. como en

10s aiios de la Repiiblica que se alcanza hasta 1842. y en todo el resto de ellos la forma primitiva del conorimiento del pa- sado. la cr6nica. y la historia cientiGcamente cultivada ser in la columna vertebral del pensamiento chileno. iCu&l es el ori-

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gen de esta tendencia que deriva hacia el historicismo? leu61 cs la causa de esta vocacibn? iEl genio nacional tuvo especial aptitud para esta clase de estudios?

I I.-LA TENDENCIA HACIA EL HISTORICISMO.

He aqui una materia que es previo esclarecer antes de con- siderar el desarrollo de la historiografia moderna. porque la ba- se de su tradicibn se encuentra enraizada en la del periodo colonial, y es conveniente por ello puntualizar el asunto. En efecto, la crbnica histbrica aflora en Chile en el momento mis- mo en que su territorio y sus hombres entran en el escenario del gran drama de Pa empresa espaiiola del descubrimiento y conquista de Am6rica. cas; en la primera mitad del siglo XVI. La expedicibn de Almagro, planeada para el descubnmiento, conquista y colonizacibn del pais de una manera definitiva, fue. por las circunstancias en que se desenvolvib. un hecho puramente transitorio, sin consecuencias. Apenas si fuE un viaje de reconocimiento, que dejb una experiencia de amargura

y de deealienio en euanto al obietivo de el!a, per0 que hizo visluntbrar a 121s mesnadas de Carlos V, Ira existencia de un pueblo ind6mito m&i al 6ur del rio Made , donde el resultado de un combate, en la batalla de Reinogiiekn, qued6 indeciso. LOB tercios de Wlmatjro que entraron en esa acci6n. all mando de Alvarado queclaron humillados: era la primera vez que no vencian. La expedicibn, ron todo, tuvo un cronista. Se llama- ba Cristbbal de Molina. y era natural de Huete, cerca de Eeganiel. en EspaEa. En la <cConquista y Poblaci6n del Pirtb, ha trazado en un cuadro enkrgico, de colores muy vivos, 10s

horrores de esa aventura. Su visibn ‘de 10s hechos que presen- ci6 est6 deformada por su espiritu cristiano y apostblico. que le hace ver en las actitudes de 10s castellanos, crueldadee tre- mendas. Per0 el tono de su voz es impresionante. Las penas y 10s sufrimientos de 10s soldados expedicionarios al internarse

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*en vastas, dilatadas serranias. ai ascender las montaiias de 10s

Andes cuajadas de nieves eternas en el corarbn del ihvierno, a1 paso de rios desbordados en la 6poca de 10s deshielos cuando estos se desbocan como en una catarata loco, son dramdticas escenas que animan Ba prodigiosa aventura. y que confirman el temple de la psicologia del conquistador. Eos indios yanacw- nas. loa de servicio, hanencontrado en el cronista el spologis- ta desinteresado de sus martirios. H a descrito la muerte desga- rradora de elloe cuando canminaban por 10s senderos cordillcra- nos apenas hollados por el hombre, con las cargas a cuestas, sangrantes 10s pies heridos por 10s punzantes guijarros. entu- midos por el fdo. semidesnudos y enloquecidos por el dolor, la fatiga y el recuerdo de 10s lares que d,;ab,n atrds. Los ha v i e to amarrados en sartas para que no pudieran huh, y arrastrar en la caravana a SUB compageros caidos. gporque pai-a no me- lla el filo de las espadas en el cue110 de 10s difuntos, era de mds cuenta hacerlos seguir a 10s vivos hasta' que la cabeza se desprendiera del tronco,. Y mientras seguia su paso el fatidico desfile. el olor de la carne putrefacta llamaba a 10s c6ndores desde las elturas increibles de 10s picachos. Volaban descri- biendo circulos muy amplios al princnpio. luego mbs cerrados, hasta tocar el grupo. para huir, en seguida, despavoridos. o

bien. con el trozo de un miembro humano. arrancado con un certero picotazo. All; suedaban. a la distancia. sacibndose con la presa.

Me aqui un dato que revela lo que valia el concept0 hu- mano de un indigena. Ea hueste que se movilizaba Bleva en si las primeras formas de un pueblo futuro. todo lo mbs indispen- sable va con ella paraechar la base de una ciudad rud' imenta- ria, por entonces. El hierro es para SOB hombres tanto o mds apreciado que el oro: 10s animales, como 10s caballos, son la base de toda empresa de conquista. A la expedicihn. seguian alguniw yeguas presadas. LOB potrdos que nacian en el Bspero trayecto eran conducidos en hamaca por 10s indios yanaconas.

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y se les sometia a un cuidado mucho mds vigilante que aquel que no alcanzaba a1 pobre indio. Todavia, a veces. su caddver servia para algo. En la noche el ifrio glacial cortaba las carnes en el desierto. cerca del macizo andino. All; sopla un viento que se adentra en el cuerpo corn0 la clavadura de miles de mi- les de agujas. insensibiiiza los nervios hasta el punto de que un espaiiol-su nombre lo recuerda el cronista-a1 buscar re- pose en la noche, cuando va a sacarse en su tienda 10s borce- guies. aterido, yerto 10s miembros, se Be desprenden 10s de- dos de 10s pies, sin darse cuenta del atroz desgarramiento. Fero este soldado tenia tienda. un abrigo siquiera. Los indios de servicio hasta de ello carecian: debian dormirse a campo raso. El viento g61ido les adormecia las carnes, y para prote- gerse de esas fatigas buscaban refugio parapetindose en foe cer- cos de cadbveres, que levantaban para contener el impetu d e solador de la rifaga.

111-LAS GUERRAS DE ARAUCO Y LA CAPACIDAD GUERRERA DE

LOS ARAUCANOS ,

Ese es el cuadro del paso de Almagro en su expedici6n a

Chile. Caben otros sangrientos todavia, que son ya en su es- pecie. de un g6nero comiin a 10s otros de la conquista de Am&- rica. Sin embargo, el cronista C:.istbbal de Molina debe ser considerado como un narrador aislado en la historiografia CO-

lonial de Chile, aunque participe de las cualidades Y defectos de 10s que posteriorxente deberin seguir su huella, como un impulso irresistible del sino. iQu& es lo que mueve, Io que de- cide a soldados ordinariamente incultos y a frailes presuntuosos de sabidurca teol6gica. con mds o men05 Jetras. a tomar la plu- ma para narrar la historia de la conquista de Chile? En la cr6- nica deian constzncia. cas; siempre, de la mala ventura de las armasespafiolas. de sus reveses e infortunios. Es como si qui- sieran reconocer la superioridad del indigena y la impotencia de

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1 las orgullosas armas espafiolas para concluir dominando a 10s

bdrbaros. iQu6 es entonces. lo que Ileva a soldados. frailes y letrados a recordar este pasado? Es el grandioso espectdculo de las guerras de Arauco. en primer termino. §in darse cuenta del significado de ellas. de lo que en si misma entrafiaban. perci- bieron vagamente que en ese fenbmeno habza algo m6s que una sucesibn inacabable de hechos de armas, que eilos no supieron explicar. per0 que, inconscientemente, se les representaba como algo extraordinariamente superior. La intuicibn. sin que se expresara por un razonamien to y baio formas sblo admirativas, comprendib el choque de las dos razas que se enfrentan en esta lucha sin paralelo en la historia de la conquista de America. La sensibilidad del conquistador, por atrof;ada que la suponga- mos para apreciar el eapect6culo de estas guerras. en las qve fu& generalmente actor, rebotb de nuevo al considerarlas como un hecho insblito. sin precedentes en la historia militar espafiola. sobre todo cuando la fama de su infanteria corria por la Euro- pa como la de una leyenda envuelta en la noci6n de lo inven- cible y de la victoria. Ahora eya un pueblo salvaje quien dete- nia su impetu y quien ponia a raya 10s designios de eu misibn civilizadora. Los sentimientos caballerescos de la casta miIitar se inflamaron de respeto hacia ese pueblo. y la hidalguia que anidaba en 10s letrados y frailes. fue parte a destacar el herois- mo de esa raza. hasta Ilegar, a veces. a desfigurar su verdadera historia, exagerando sus cualidades y transformando a sus hom- bres en heroes como 10s de Wriosto.

El pueblo mapuche, en plena vivencia de sus extraordina- rias condiciones psiquicas. en el instante en que va iniciarse . el duelo con el espafiol, no era tan simplemente una horda de salvajes ni habia alcanzado tampoco un grado de civilizacibn superior. Estaba cas; en un punto intermedio entre esas dos etapas culturales. y acaso en aigunos aspectos. como en el mi- litar. por ejemplo. por su excepcional capacidad para la gue-

rra, dejado atr6s a 10s m65 avanzados. La mente objetiva y

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realista del castellano sorprendi6 en el acto lo que habia de permanente en la psicologia mapuche: el amor a la Bibertad. bajo 1as forrnas m6s precarias de organizacibn social y religio- sa. le hiri6.desde luego: del mismo modo. el cariiio a la tierra por ellos conquktada. hacia por lo menos ciento cincuenta o

doscientos aiios. no dejb de llamarles la atencibn en un conglo- merado social donde el espiritu de familia. por lo menos en el hombre, parecia no haberse desenvuelto demasiado a causa de las preocupaciones militares y guerreras. Pero en el espacio de tiempo secular en que se habian asentado en la tierra. ya la habian hecho su patria y la sentian como tal. Habian venido de las regiones pampas. atravesaardo la cordillera e introdu- ciendose como una cui% entre el Biobgo y el Tolten, quebran- do la unidad cultural.-en ningGn cas0 de la raza-que aqui en esa regi6n existiera. Dominaron Aasta la ribera norte del M a d e y prolongaron su influencia hasta un poco mbs a1 sur del Tolten. No era un gran territorio ni el mejor dotado para hacer prosperar un pueblo que no kizo del trabajo una escue- la sino en aquella parte que estrictarnente le demandaba su . . su bsistencia.

Luego debian observar 10s espaEioles que 10s mapucfaes a quienes generalizando Zmpliamente Ercdla Ham6 araucanos en un sentido Eiterario antes que etnolbgico. poseian una imagina- ci6n militar y una voluntad guerrera, cuales hasta entonces no habian conocido. La irnagkaciSn, 10s hizo apropiarse de Pa tsc- tica y de la eetrategia espaiiola en lo que de ellas podian uti- Iizar; la voluntad les hizo cometer prodigies de heroismo, de resistencia fzsica y moral. Valdivia fue el primero en percibir el genio creador del araucano en lo tocante a 10s asuntos mili- tares. ,Su juicio, como soldado que habna conibatido en Plandes a las brdenes de Enrique de Nassau, y en ItaEia bajo las del Marquts de Pescara. es de considerable importancia. El capi- t6n extremeiio asociaba la manera de pe8ear de lo5 araucanos con la de 10s tudescos. 5e&n 10 expresaba en una carta a Car-

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80.9 - Lu Zitemtura histdrica chilena

, 10s V. De no haber perfeccionado su tbctica guerrera despuis de Reinogiielin. Quilicura y Andalign, la resistencia araucana se habria derrumbado como cayeron, una a una, la de 10s otros pueblos de AmBrica, y el heroismo, la fortaleza para resistir dolores y sacrificios corporales, no habrian sido mbs que un largo e infitil martirologio. Desde la muerte de Valdivia en Tu- capel ya saben loa soldados espaiioles que la guerra en que se encuentran empeiiados es diferente de todas aquellas en que han actuado en la conquista del mundo de Colbn, Por primera vec el araucano utiliza el sistema de escuadrones sucesivos. se-

gGn las instrucciones de Lautaro, y el caballo entra en juego a1 servicio del indigena. manejbndolo tan diestramente como sabian hacerlo 10s espaiioles. Guando se convenci6, que, debido a las armaduras. y frente a las espadas de 10s castellanos. la honda y la Wecha. eran de escasa importancia en 10s combates, Ferfeccion6 la Banza. permitiindole maniobrar a una distancia que inutilicaba la obra temible de este acero y que abollaba la coraza. Para contrarrestar el poder intimidante del caballo y neutralizarlo en su extraordinaria movilidad. busc6 10s terrenos en que este animal no pudiera desenvolver su actividad: las ciinagas y las cordilleras escarpadas. y cuando debia luchar en terreno planno, en e? cual la ventaja estaba cas; siempre de parte de la cabalkeria. ide6 el bast6n cbrto o garrote para enca- britar o aturdir la bestia. Fui m6s lejos todavia. Contra la ar- tiklerza el araucano no tenia nada que oponer. §us disparon ha- brian brechas tremendas en los cuadros: per0 luego se persua- di6 de que 10s caEones o culebrinas no eran tan mortiferos si se consideraba, desde el emplazamiento de la pieza. el alcance de la dilataci6n de 10s efectos de la bala. Pues, 10s araucanos supieron calcular y regular la accibn de esta arma, y aun la cbntrarrestarbn de otro modo. Dueiios del maneio del caballo y del lazo, tiraban la cuerda sobre el arma y le arrastraban. volt&ndoPa: con 10s jinetes hicieron lo mismo y 10s caballos quedaban fuera de combate, mediante el us0 de las boleadoras

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264 A t e n e a I-

que les quebraba las manos. De 10s espaiioles aprendieron la conatrucci6n de fosos, y superaron a sus maestros. Los abrian de relativa profundidad y extensibn y 10s cubrian de un ramaje verde de manera que la caballeria engaiiada cayera en ellos. Protegian la retirada tal como lo hacian 10s castellanos. Ya no pelearian mbs a campo raso. Las alas de sus ejkrcitos tendrian apoyo en elementos naturales: un rio. una montaiia. un bosque, de manera que el obstsculo les permitiera rehacerse despuks de una derrota. y est0 para hacer de ella una victoria, cortindole a1 enemigo la retirada cuando iba en persecusibn del vencido. Le dejaban avanzar. intrrnarse en el, bosque, repechar la mon- tafia. adentrarse en terrerios accidentados. a fin de irlos cer- cando con albarradas o fuertes destacamentos de guerreros. Las troneras movibles las perfeccionaron maravillosamente, echgndolas sobre 10s tercios castellazos a la manera de 10s tan- ques actuales. Los espaiioles las usaban para hacer m6s mor- tifero el efecto de la5 baliestas y arcabuces en el centro mismo del grupo araucano: kstos las echaban a rodar para aplastar y reventar las fuerzas castellanas. La infanteria montada fu t una invenci6n del genio militar araucano. N o aprendieron el us0 de Ias armas de fuego, sin embargo. Fero el cronista Diego de Rosales. tan particularmente informado en las cosas de las gne- rras de Arauco, cuenta que un arcabucero espaaol renegado ha- bza comenzado a instruirlos en su maneio, cuando fu t apresa- do por el gobernador Alonso de Sotomayor. Culminaron en la organizaci6n del sistema de espionaje. Es esto lo que ha per- mitido decir a1 historiador francta Claudio Gay: <La causa de la eterna lucha eran la tictica y el valor de esos hombres invencibles. E9 nGmero de sus guerreros. en verdad ilustres, ilustres por hechos asombrosos, sin mezcla alguna de sofisma parece increible: y su tictica era la de Follard. la de 10s ma-

riscales de Luxemburgo y de Villars y otros autores sobre el arte de la guerra,. De sus adversariob dice que “BUS enemigos

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La literatura histdrica chilena 265 -

eran 10s vencedores de Europa, y que 40 que 10s eepaiioles no han podido hacer ningiin ejBrcito lo hubiera hecho en iguaualea circunstancias,.

IV.-LA GLORIFICACI~N DEL ARAUCANO POR EL ESPA~~OL. EL PATRIOTISM0 DEL CRIOLLO Y DEL MESTIZO.

La admiracion hacia ese pueblo encendib antes de mucho la imaginacibn espaiiola. Los m6s brillantes soldados. 10s capi- tanes de Flandes y de Italia, como Valdivia. Francisco de Agui- rre, Alonso de Sotomayor. Aloneo de Ribera y Alonso Gonzb- lez de Nbjera, levantaron al adversario a su propia altura, y llegaron a respetarlo. La rbfaga 'desprendida del heroismo del pueblo araucano, de la virilidad de su alma, como hecho cierto o simple leyenda. difundi6se por Espaiia rbpidamente despu6s de Ia publicaci6n de <(La Araucana, de Ercilla, y de ese poe- ma tpico, el mejor de la lengua, se sucederbn otros. henchidos en la glorificacibn de esa raza extraordinaria. como el de Diego Santieteban y Qsorio y Pedro de Qiia: y todavia el teatro deb;a explotar el asunto por intermedio de la pluma de Lbpe de Vega, Juan Ruiz de Alarcbn y Juan PBrez de Montalvan. La crbnica desbordarb en la materia por boca de Antonio de Herrera. Luis Tribaldos de Toledo, Cristbbal Subrez de Figueroa y cuantos escribieron en la peninsula. sin conocer de las cosas de Chile. Esta glorificacibn de la raza araucana por sus propios enernigos, es tambign un hecho singular. aunque no ajeno a1 tempera- mento espaiiol nob?e, generoso e hidalgo, dispuesto a conocer en su contrincante, cuando lo ha vencido o se ha medido con 61 en iguales condiciones. las cualidades de su heroismo. El a h a caballeresca de Ercilla fu6 la primera en rendir homenaje a la virilidad araueana y en condenar 10s horrores de la guerra: mbs tarde, simples soldados, sin la sensibilidad po6tica del au- tor de <La Araucana)), har6n lo mismo: y frailes y letradosno

dejariin de levantar su voz para proteatar de 10s abusos de la

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806 A t e n e n

guerra y de la humillaci6n a que son sometidos 10s defensores de su tierra. La hidalga actitud de Ercilla ha sido considerada como contraria a1 pueblo espaiiol. y no ha faltado quien le haya acusado de exagerado en su apreciaci6n de la obra de 10s

castellanos en la conquista, y de constituir un desdoro para 1

ellos el enaltecimiento de.ese pueb!o bgrbaro. He aqui lo que decia Herder a este respecto en 1830: ((LA qu& sentimiento obedecias tG. bravo y buen Ercilla. cuaado te propusiste con- tar las crueldades de tus compatriotas contra 10s araucanos. t G que habias sido testigo ocular y que no podiae desconocer el buen derecho, las virtudes y el valor de 10s enemigos? El orgu- 110 nacional, una falsa noci6n de lo que se debe a la patria, a la religihn y a la gloria de Europa, te cegaban, mientras que el sentimiento de la humanidad despertaba algunas veces tu compasi6n y tu simpatia. iCurin borradas debian estar las re- glas del dereeho y de la justicia para que actos de la naturale za pudicsen convertirse en epopeyas de la especie humana! Este frenesi dur6 medio siglo, y en una gran parte de la tierra se celebran a6.n estos productos, epopeyas en que no se respi- ra mris que codicia feroz y fanatismo arrogante,.

As; se fue generando en el alma espaiiola un sentimiento de admiracibn hacia el pueblo araucano. Para el criollo. el es- pect6culo de esa resistencia. el eapiritu Iibertario de ese pueblo. sue virtudes heroicas y su grandeza en las advereidades, lo hizo confundirse con el, creerse su heredero, su legitim0 descendien- te. Ser criollo o mestizo chileno. era ser hijo de Arauco, y las aptitudes militares de que di6 inuestras el pueblo. su vigor para sufrk laa privaciones de una vida sin aliciente. su fortale- za para luchar en 10s combates de su historia, la astucia. la ha- bilidad, la inclinaci6n a1 alcohol y al robo. su mismo patriotis- mo, todae BUS cualidades y defectos, eran 10s vestigios de la sangre araucana. el ancestro que revivia en las nuevas sribanas

dirigieron m6s tarde la gesta emancipadora cuando quieran

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I sociales formadas por la colonizaci6n eepaiiola. Los hombres que

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La Zderatwa hist6rica chilena

exaltar el patriotismo y deseen hablar de 10s bienea de una Re- pCablica igualitaria, usardn un lenguaje en el que se evoque a la raza invencible. iHijos de Arauco! dirAn. iDescendientes de Lautaro. Caupolich y Galvarino!. se llamare a1 chileno. Y la mujer va a encontrar en Tegualda, Fresia y Guacolda. la m6s lejana y pura virtud de su patriotismo. El nombre de Lautaro significarb el emblema de la libertad.

Hab;a una raz6n para estas advocaciones, como acaba de verse. y no faltaban aquellas que motivaban la admiraci6n. El cronista Diego de Rosales escribe en su ((Historia General del Reino de Chile, Flandes Indiana.. estas palabxas sugerentes: <el cat6lico celo de 10s Reyes de Espaiia para traer a1 conoci- miento de su Dios,a las gentes brirbaras de todo este nuevo Qrbe de las Indias y en particular de este Reino de Chile. en cuyos altivos naturales ha116 luego la predicaci6n del Evange- lio el tropiezo a las puertas, dando con ellas en 10s ojos a 10s

ministros y a 10s primeros conquistadores y pobladores. haciin- doles fuerte resistencia BUS armas y cruda guerra su oaadia iuzgando que 10s ejircitos del Rey de EspaEa serian como 10s

del Rey Inga, monarea del Perti. que habiendo intentado su ambici6n el ser obedecido por 10s chilenos y venerado por hijo del Sol y entrado con cien mil combatientes hasta 10s Proman- caes. no pudo dar paso adelante y le obligaron a dar muchos atrgs las armas y furor chileno. Mas. la valentia espafiola. no con cien mil combatientes, sino con ciento y sesenta, penetr6 toda la tierra y a costa de muchos reencuentros y refiidas ba- tallas pob16 ciudades en toda eIla. enfrentando a1 ind6mito

araucano, a1 imperial altivo y a1 valdiviano soberbio. Pero en altivez nativa. mal sufrida: su indbmita cerviz, nunca sujeta a1 yugo: su natural inquieto. mal hallado con el nuevo imperio, m o d siempre guerra intentando sacudir el yugo y echar de BUS tierras a1 ej6rcito espafiol (aunque pequefio) como hab;a echado de ellas a1 numeroso del Inga. Y en esta vaga preten- si6n se hen consumido y han consumido m&s de cuarenta y

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A t e n e a ---

cuatro mil espaiioles (gran ntimero para las I n d i a ~ donde hay tan pocos) y han obligado a gastar a la Real Hacienda treinta y nueve millones. eternizafido su poriia la guerra en Chile y

dilatindola por siglos. pues ya ha pasado uno y se va conti- nuando otro desde que comenzb esta guerra con el primer descu- bridor Almagro, aiio de 1535. hasta el de 1673. en la que va dando tin el gobernador don Juan Henriquez.. .> Desde 1673. aiio en que escribia el padre Rosales, hasta 1810 jcuinto dine- ro y cuLntos hombres cost6 a Espaiia la guerra de Arauco to- davia? Con raz6n el cronista Ilamaba Plandes Indian0 a la re-

gi6n donde se desenvolvia esta lucha. y a la verdad que me- recia tal nombre, porque es un hecho cierto que el sometimiento de la Araucania. como Flandes. nunca conquistados, importa- ron a la corona sus mLs fuertes y graves desembolsos sin ob- tener pricticamente objeto alguno.

(Continuad). /

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Diego 5arros Arana

El rnovimiento politico de 1842

1.0 A1 calor de aquel movimiento politico que desde 1839 sucedib a1 rbgimen lethrgico de las facd tades extraordinarias. habia surgido en la vida social de Chile cierta eripansibn de 10s espiritus en busca de otros horizontes m6s pkcidos y serenos que las rivalidades de 10s partidos. Se hzblaba de grandes em- presae industriales, de colonizar el sur de nuestro territorio. de abrir caminos y canales, y hasta del cultivo de ciertos conoci- mientos en asociaciones literarias. Todo esto era bien vago e

inconsistente, per0 dejaba ver 10s gbrmenes de aspiraciones de cultura y de progreso. en medio de una general satisfaccibn por la paz y la tranquilidad de que gozaba la RepGblica.

Los aEios que habian transcurrido desde la implantacibn del gobierno regular, es decir desde 1830 a 1839, no habian eido favorable6 para este movimiento de 10s espiritos. Sin embargo, dadas Ias condiciones del pais, la falta cas; absoluta de eatimu- 10s y de ambiente. no habian sido estbrJes esos aEos en ese or- den de nianifestaciones, en ese period0 en que el celebre hidr6- grafo Fitz Roy ievantaba la carta de nuestras costas y daba a eonocer en SUB Iibros una buena parte de la geografia de nues- tro pais, otro naturalista de menos poder, pero de una incanea- ble actividad, don Claudio Gay, recorria por encargo del go- bierno todo el territorio chileno y recogia 10s materiales para la obra que ,lleva su nombre y que constituye un monument0 de perseverancia discreta y bien dirigida. Ese era tambibn el

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tiempo en que don Andris Bello. a la vez que preparaba el c6- dig0 civil escribia SUB notables Elementos de derecho internacio- nal, y SUB sabios estudios de prosodia castellana (ortologia y mitrica). y excelentes estudios criticos. (1)

Pero ni esos. ni otros Iibros de menos valor, escritos y pu-

blicados en aquellos aEod bastan para pretender dar a tstos el cardcter de un period0 de produccibn literaria. La actividad periodistica que siguib a la suspensih de las facultades extra- ordinarias, vino por otra parte a demostrar el estado de atraso en que a este respecto se hallaba todavia nuestro pais. En 10s

numerosos peribdicos que se publicaron en 10s dos afios que precedieron a la eleccibn de 1841. es raro encontrar algunos ar- ticulos de cierto valor Lterario lpor su fondo y por su forma.

Fero ya se dejaban sentir 10s primeros gtrmenes de aspi- raciones de esta clase. En algunos de 10s peribdicos de estos afios se lee uno que otro articulo sobre la pobreza de la biblio- teca nacional en libros modernos y Gtiles. y se pide al gobierno que la dote convenientemente. Los profesores del Instituto Nacional acordaron. en abril de 1839. celebrar reuniones perib- dicas para leer rnemorias cientigcas o literarias, escritas por ellos mismos: per0 esos ensayos, muy modestos, se sostuvieron sblo uno6 pocos meses. Otra asociaci6n proyectada por 10s mis- mos prpfesores con un objeto m6s preciso y determinado, no tuvo meior ixito. Froponiase el estudio de la historia nacional. muy desconocida entonces. a pesar de estar todavia vivos mu- choe de 10s principales actores de 10s grandes acontecimientos

de la revoluci6n y se proponia, adem6s. coleccionar relaciones y documentos relativos a nuestro pasado. (2)

Aquella asociacihn, cuyas diligencias por la recolecci6n de materiales histbricos tuvieron nauy poco efecto. deeaparecib sin dejar mCs huella que la afici6n por esos estudios que se des- arrollb en algunos de 10s asociados. Como manifestacibn de es- te movimiento de 10s espiritus, recordaremos que en 1839 se construia en el gran patio de la Universidad de §an Felipe,

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El movimiento .polftico de 1842

condenada a desaparecer. un featro que aunque provisional. fu6 lo mejor que en su g6nero haya tenido Santiago hasta en- tonces. y subsisti6 trece largos aSos en constante servicio.

2.0 La absoluta tranquilidad que sigui6 a la eleccibn presi- dencial de 1841. vino a favorecer este movimiento de 10s espi-

Entre 10s numerosocl emigrados que las discordias civiles de 10s otros estados hispanoamericanos arrojaban a nuestro pais, hab;a algunos de cierta instrucci6n que cultivaban. o que podian cultivar las letras con cierto lucimiento. Hemos hablado antes de don Doming0 Faustino Sarmiento, argentino origina- rio de la provincia de §an Juan, que con una preparacibn Iite- raria irregular e incompleta, se hizo escritor en Chile, y alcanz6 miis tarde una alta y justa nombradia. Ligado a Bste estuvo don Vicente Fidel LBpez. joven abogado, originario de Buenos Ai- res e hijo del poeta miis celebrado de la revoluci6n argentina. Dotado de una inteligencia fiicil, de cierta imaginacibn y de va- riada lectura, le Eabza procurado i s ta conocimientos extensos. per0 superficiales. que haeia valer en su conversacibn y en sus escritos. Instalado en Valparaiso. comenz6 a publicar, con la colaboraci6n de otros compatriotas, desde el mes de febrero (1842) un peri6dico que tuvo muy escasa circulaci6n y que ab10 alcanz6 a contar seis niimeros. La Revista de Valparaiso, asi se llamaba ese peribdico, trataba muchas materias. principalmente

-1iterarias. con gran suficiencia y dogmatismo, con referencias a la historia Iiteraria no siempre exactas y con la persuasi6n de superioridad sobre sus lectores. Un juez muy competente. juz- gando uno de 10s articulos de esa revista. lo caracteriza en 10s

t8rminos siguientes. que son igualmente aplicables a . much06 otros escritos que ella di6 a luz: <(Era uno de 10s primeros ca- 80s de 10s embrollos metcfisicos. de que despuis hemos tenido que soportar tantas repeticiones, en que se desenvuelven las mayores vulgaridades y aun necedades sin arte ni 16gica. sin elaridad y sin respeto a las reglas gramaticales, con frases hue-

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cas y altisonantes. que hacen revivir un culteranismo de nueva especie. per0 tan insoportable como el de G6ngora y BUS disci- pulos,. (4)

No faltaron en aquel tiempo quienes se formaron el mismo concept0 de esos escritos. en que, sin embargo, se descubria ta- lento y cierta instrucci6n general, per0 de poco fondo.

De diversa procedencia era otro emigrado politico de m i s alto renombre. y escritor tambi&n. per0 de un mkrito sobresa- liente. Era 6ste don Juan Garcia del Rio. cuya carrera politica desde lod dias de la independencia, es una cadena de 108 m6s variados accidentes. que daria materia para un estudio hist6rico o biogr&fico tan instructivo como interesante. (5 )

Garcia del RZo, despugs de haber desempeI-iado altos pues- tos en otras RepGblicas. y despugs que en Chile mismo habia servido con lucimiento en 10s dias mss gloriosos de la lucha por la independencia. volvia a este pais batido por la desgra- cia, cas; desterrado de todas partes. En van0 el gobierno del Ecuador. con la mis notoria falta de tacto politico. habia que- rido revestir a Garcia del Rio del carscter de su representante en nuestro pais. El gobierno de Chile. por medio de una comu- nicaci6n de ministro a ministro. datada el 25 de febrero de 1842. habia explicado a1 del Ecuador, las razones que tenia para: no reconocer a aqud como encargado de negocios. La circunstan- cia de haber servido a Santa Cruz como ministro de la confe- deraci6n perii-boliviana. y de haberse mostrado en ese puesto decididamente hostil a Chile, si bien autorizaban a1 gobierno para no reconocerlo en ningiin cargo piiblico, no le atrajo. sin embargo, la enemistad popular: y Garcia del Rio habria podido vivir tranquil0 en este pais. y aun considerado por su talento, si SUB conexiones politicas en otros paises no hubieran venido a suscitarle cuestiones y difiaultades de diverso orden. que tendre- mos que recordar m i s adelante.

Buscando en el cultivo de las letras una ocupaci6n honra- da que le procurara su sustento, Garcia del Rio inici6 en Val-

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El moinmiento polilico de 18.49

I paraiso, el 1.0 de abril de 1842, la publicaci6n de un peri6dico o revista semanal con el titulo de EL Museo de ambas Ame'ricas. El objeto de esa publicaci6n era divulgar. por medio de articu- 10s claramente escritos, conocimientos de cualquier orden, intc- resantes particularmente para 10s pueblos americanos, y que por estar consignados en obsas voluminosas, dificiles de procu- rarse, no se halilan a1 alcance de todos. El resultado. sin embar- go. no correspond& a ese propbsito. EL Museo de ambas Ami- ricas public6 una gran variedad de escritos, traducidos unos. ex- tractados otros. y pocos verdaderamente originales. en su ma- yor parte extraiios a la Am6rica. y sobre todo a Chile. Acerca de la historia de estos paises, cas; no hay mbs noticias que al- gunas notas cronol6gicas. o efernbrides de muy poco valor. Garcia del Rio. que habria podido dejar pbginas de gran mbrito con s6lo reunir SUB recuerdos sobre algunos de 10s hombres o de 10s hechos de la bpoca de la ilucha pos la independencia. no hizo nada'de eso. Por lo dembs, no tuvo colaboradores. Estaba obligado a llenar el peri6dico. escribiendo o traduciendo cuanto contenia. Ese peri6dico. que tuvo en su principio una regular circulacicin y que alcanz6 a publicar tres voliimenes de cerca de quinientas pbginas, fuut decayendo poco a poco, hasta dea- aparecer a fines de ese a2io. cas; sin dejar recuerdo. y sin haber eiercido influencia en el movimiento Iiterario que nacia en Chile. (6)

3.0 Se ha solido atribuir influencia a esos peri6dicos. parti- cularmente a la Revista de Valparaiso, en la primera aparici6n de cierto movimiento Iiterario que se hizo sentir en Chile. Todo nos hace estimar aquella opini6n como una simple quimera. Ague1 peribdico. que tuvo muy escasa circulacibn y muy corta vida, no tenia las condiciones para ejercer tales influencias. El Museo de ambas Amiricas, mucho mejor escrito, mbs inte- resante y mbs instructivo. no sirvib tampoco a aquel objeto, desde que las materias que tratab'a tenian muy poca atingencia con las cosas de Chile. El nacimiento de aspiraciones literariae

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A t e n e u

entre nosotros en 1842, era el resultado de la paz interna. de la ipoca de conciliacibn. de tolerancia y de contento en que pu- dieron creerse extinguidas para siempre las discordias civiles y hasta las pokmicas ofensivas y ultrajantes que habian solido ocupar la prensa. La aparicihn de 10s primeros sintomas de un movimiento literario cas; a1 mismo tiempo que aparecian esos peribdicos exbticos, es una simple coincidencia de das hechos que tenian una causa comGn. el estado favorable de la opinibn para exitar 10s bnimos hacia un orden de ideas mbs elevado.

En efecto, en 10s mismos dias en que se comenzaba en Valparaiso la publicacibn de esos peribdicos. se organizaba en Santiago una sociedad literaria, compuesta en su mayor parte por jbvenes que hacian en el Instituto Nacional SUB Gltimos es-

tudios. Buscaron para director a uno de sus profesores rnbs prestigiosos. a don Josi Victorino Lastarria. que desde febrero de 1839 desempesaba con lucimiento las clases de legislaci6n universal (introduccibn a la ciencia del derecho). y de derecho de gentes. hacigndose notar por su eepiritu liberal y por una elo- cuencia. que era rara en el profesorado. El 3 de mayo. cuando aquella sociedad contaba s610 dos meses de existencia. ceIebrb una soledne y apara tosa reunihn, en que Lastarria ley6 un ex- tenso y bien elaborado discurso para aplaudir el amor a la Iite- ratura de que daba muestra la juventud. y para recomendarle el estudio de 10s buenos modelos y sugerirle algunas observa-’ ciones conducentes a preparar 10s espiritus al cultivo de las le- tras. Ese discurso, impreso esmeradamente a expensas de la SO-

ciedad, aplaudida por la prensa de Chile y reproducido con elogios en otros pueblos hispanoamericanos: asi como las piezas po8ticas o en prosa premiadas en un certamen abierto por la misma sociedad en septiembre, dieron cierto lustre a aquella asociacibn de estudiantes, que poco mbs tarde iba a producir no poco ruido, y cas; podria decirse una tempestad. (7)

Una publicacibn aparecida un poco mbs tarde vino a ma- nifestar mbs evidentemente aun aquella tendencia de 10s espi-

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I El movimiento politico de 1846 $75 -

ritus a exitar un movimianto Iiterario. El 14 de julio de esc rnismo aiio se iniciaba en la capital un peribdico semanal titu- lado El Seinanario de Santiago. que alcanzb desde el primer momento mhs circulaci6n y mayor crhdito que 10s dos qlle

acabamos de recordar. Era la obra de varios jbvenes que en 5u mayor nGmero habian' terminado recientemente sus estudios forenses. algunos de 10s cuales. don Antonio Garcia Reyes, do< Manuel Antonio Tocornal. don Salvador Sanfuentes y don Josh Victorino Lastarria, adquirieron poco m6s tarde gran renombre en la politica o en las letras. Otros jbvenes escritores, como don Jos6 Joaquin Vallejo. que estaba establecido en Copiap6, acudieron tambikn con su colaboraci6n. EL Semanario, aspiraba a ser un peribdico politico. afecto a1 gobierno existente, per0 con derecho de guardar su independencia para condenar todo lo que mereciese censura. y con el prop6sito de tratar de todo aquello que, a su entender. intereease a1 bien pfiblico y fuere susceptible de mejora. <<No creeriamos llenar nuestro prop6sito. agregaba el prospecto. si en esta publicaci6n no dihramos una parte no pequeiia a la literatura. Chile, apenas salido de las tinieblas en que permaneci6 por espacio de tres siglos, Chile, que a1 comenzar su vida politica, debi6 contraer exclusivamente SUB desvelos a aquellas exigencias de m&s vital importancia para las naciones principiantes. no ha podido dispensar hasta ahora a las bellas artes toda la ateimcibn que merecen. Pero. cuando a beneficio de algunos aiios de paz y de independencia, ha logrado entrar tan prbsperamente en la carrera de la civili-. zaci6n. cuando las ciencias han comenzado a extender su bien- hechor influjo sobre su suelo, en fin, cuando un vasto comercio lo pone en contact0 con todas las naciones del universo, men- gua seria que Chile no hiciese tambi6n algunos esfuerzos para formarse una literatura)). (8)

Ague1 peri6dico; repetimos. obtuvo desde su primer n6me- ro una gran popularidad. En ese tiempo en que todas las pu- blicacioner de ese ghnero solicitaban, y muchas obtenian. la pro-

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teccibn del gobierno, que estaba autorizado para gastar anual- mente en ese objeto hasta 9,000 pesos, El Semanario no pidib nada, deseando sufragar todos 10s gastos sblo con el product0 de la subscripcibn y de la venta. El ixito de esta publicacibn no era el resultado de la, novedad. Los eecritos de EL Semanario son. como debe suponerse, de muy distinto m6rito: per0 mu- chos de ellos. aunque primeros frutos de jbvenes principiantes. dejaban suponer cierta superioridad, y se distinguian de la ge- neralidad de 10s articulos de !os peribdicos que habian circula- do antes en Chile, por rnejores formas Iiterarias, por mayor estudio y conocimiento de !os asuntos tratados, y ordinaria- mente tambi6n. por la rectitud del iuicio. Cuando se tiene no. ticia de la limitacibn y de la superficialidad de la instruccibn que se daba en esa 6poca. sorprende hallar en algunos de 10s

articulos de ese peribdico ideas suficientemente cIaras y fijas, en asuntos en 10s que la opinibn corriente. mucho menos discreta y menos ilustrada. iba por muy diverso camino. Esto era, por ejemp!o, lo que sucedia respecto de la proyectada sociedad de .industria y poblaci6nD de que hemos hablado antes, que habia recibido centenares de adhesiones. muchas de ellas prestigiosas y caracterizadas. y que se proponia regar, cultivar y poblar 10s

terrenos baldios del sur con capitales. con industria y con po- bladores chilenos. Con una gran moderacibn de la forma, per0 con firmeza y sin temer contrariar de frente las quimeras sus- tentadas por un patriotismo estrecho y vulgar. El Semanario demostraba que Chile no podia llevar a cab0 tales empresas, ni eetaba en su inter& acometerlas, apartindose del camino prictico y racional que consistia en atraer la inmigraci6ri ex- tranjera, m5.s laboriosa y mbs preparada para ese efecio. (9)

kas previsiones de ese peri6dico. como se sabe, se vieron pronto realizadas. La eociedad de industria y poblacibn fracas6 a1 nacer, puede decirse asi; y la colonizacibn extranjera. aco-

metida pocos aiios m i s tarde, aunque no en la extensibn que habria convenido. produjo 10s m i s felices resultados.

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El movimiento politico de 1846

En otro orden de materias se encuentran algunos articulos de El Semanario la misma fijeza de ideas y la misma rectitud de juicio. En materias literarias solian verse en esa publicacibn las muestras de un buen sentido que cas; no podia esperarse de la deficiencia de 10s estudios. Las producciones m&s exageradas de la Iiteratura denominada <cromAntica)). circulaban en manos de 10s jbvenes que tenian aficibn por la lectura. En el teatro eran aplaudidos 10s dramones m;is extravagantes de esa escuela. El Semanario las emprendib contra ellos. sin desconocer el va- lor de las buenas producciones de ese g6nero. y dejando ver un recomendable criterio literario. (10)

Sus escritos sobre este asunto provocaron una ardiente po- 16mica (a que se referia don Miguel Luis AmunBtegui en unas lineas que hemos copiado m&s atrBs) y en ella el buen sentido estaba a1 lado de El Semanario. Los articulos humoristicos de Vallejo son, bajo las apariencias ligeras. fruto de la razbn. Por - fin, la poesia que hasta entonces no se hab;a revelado con mu- cho &xito entre 10s escritores chilenos. tuvo entonces dos re- presentantes que dejaban ver recomendables condiciones, don Salvador Sanfuentes autor de un poema narrativo titulado El Cambanario, del g6nero de las Leyendas Esbafiolas de don ]os6

Joaquin de Mora, entonces muy populares en Chile: y don Her- mbgenes de Irizarri. autor de algunas piezas liricas de creacibn y de ejecuci6n esmeradas y correctas. Debemos. adem&, adver- tir que en esta rApida reseiia no tomamos en cuenta sino las muestras de ese peribdico que merecen recomendarse.

El Semanario era tambign. como ya dijimos. un peribdico politico, per0 en condiciones bien diferentes a las de 10s otros que lo habian precedido. Si bien por su filiacibn de familia o de afecciones, algunoa de 10s escritores de ese peribdico eran contados entre 10s partidarios del gobierno existente. y si bien estimaban en todo su valor la marcha tolerante y conciliadora adoptada desde la elevacibn del general Bulnes. sin querer ha- cerse aplaudidores de todos los actos gubernativos y mucho me-

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nos loa adversarios sistem6ticos de ningiin partido, conaerva- ban BU independencia: y como lo anunciaron en el prospecto de su peri6dico se reservaban el derecho de desaprobar todo lo que juzgaban vituperable en la administracibn del Estado. A1 discutirse en el Congreso las enmiendas de la ley electoral, y

particularmente a1 tratarse de la calidad de saber leer y escri- bir para conservar el derecho de sufragio, El Semanario se pro- nuncib abiertamente en contra de laa ideas sostenidas por 10s miniatros: y esta misma actitud observaron sus colaboradores en otros negocios. segian veremos mds adelante. Esta actitud de aquellos jbvenes escritores anunciaba un eepiritu de reeis- tencia a loa golpes de autoridad. a las leyes restrictivas y a todos 10s actos que de alguna manera significasen atentados o amenazas contra la Iibertad. (11)

Con la publicacibn de ese peri6dico coincidi6 un hecho que merece recordarse. como muestra de un espiritu nuevo que co- menzaba a hacerse sentir. P u i k s t e la representach de doe dramas originales que obtuvieron un gran kxito. debido en par- te a su mirito. per0 mbs aian a1 propbsito de estimular la pro- duccibn de ese ginero de obras. El primer0 de istos, titulado LOS amores del poeta (representado el 28 de agosto 1842), tenia por autor a don Carlos Bello. el hijo mayor de don Andr6s. que a la posesibn de algunas dotes litsrarias reunia una gran inexperiencia en el arte teatral. El segundo era-Ernesto, drama representado el 9 de octubre, escrito por don Rafael Minvielle. Iiterato espaiiol que hemos nombrado antes. La prensa de esoe

dias aplaudi6 exageradamente el valor de aquellas dos piezas. MAS tarde, una critica muy juiciosa. ha venido a asignarles el hga r que lee corresponde en la historia de nuertros primeros eneayos literarios. (12)

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El inovimienio politico de 1342

NOTAS

NOTA I.--Por via de nota. recordaremos adem& romo pro- duccisn Iiteraria de esa 6poca la Grambtica de la lengua latina (1838) por don Francisco Bello. adaptaci6n inteligente a nues- tro idioma de 10s trabajos de la filologia moderna, y IOG Ele- mentos de la filosofia del espiritu humano por don Ventura Ma- rin. Iibro de enseiianza. fundado sobre todo en 10s tratadistas franceses de principios del siglo. Como produccisn hkt6rica. en todo ese periodo s610 hay un Iibro que seFialar. El chileno ins- truido, por el Padre franciscano fray Jose Javier Guzmin, libro destituido de todo valor histbrico y Iiterario.

NOTA 2.--Se encontrardn algunas noticias documentadas sobre estos hechos en la Historia del Instituto Nacional por don Domingo Amundtegui Solar. tom0 11, capitulo IX. Nos- otros recibimos Lace muchos aiios iniormaciones verbales sobre eBas sociedades literarias. de boca de don Antonio Garcia Re- yes, que era uno de 10s principales promotores: per0 10s recuer- doe, que conservamos no tienen suficiente interis para darles cabida en estas piginas.

NOTA ?.-No entra en nuestro prop6s;to. y menos en el plan de este libro el dar noticia detallada de 105 hechoe e inci- dentes que contribuyen a explicar este movimiento y por lo tanto nos Iimitamos a recordar 10s rasgos capitales Y mis ca- racteristicos. Por via de nota, consignaremos 10s pormenorea siguientes: El 6 de noviembre de 1841 comenz6 a publicarse la Gaceta de 10s Tribunales, que poco mCs tarde agregb a ese titulo estas palabras y de la instruccibn pziblica, por cuanto pu- blics por algGn tiempo 10s decretos y demes documentos con- cernientes a esta materia. El promotor de esta publicac”n fu6 don Antonio Garcia Reyes, que la dirigi6 uno a dos aiios: per0 como gate era un abogado muy ioven se busc6, para presentarls mes autorizada, el nombre del doctor don Jose Gabriel Palma. que habia sido ministro de Conrte y que luego volvi6 a ese cargo.

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A i e n e a -- 280 _I

Valparaiso era entonces la bnica ciudad, en toda la Repd- blica, que tuviese un diario El h4ercuri0, que databa de 1827, per0 que a1 principio fub s610 peribdico bisemanal. E1 1.0 de febrero de 1842 se comenzb a publicar en esa misma ciudad otro diario. La Gaceta del Comercio, que llegb a contar cuatro aiios de existencia.

Santiago no tenia entonces, ni hab;a tenido nunca diario alguno. Sblo el aiio 1840. el 10 de noviimbre. se public6 cl pri- mer ndmero de El Progreso, diario que alcanzb a contar m& de nueve aiios de vida.

La bnica ciudad de provincia. fuera de Valparaiso. que hu-

biera tenido peribdicos antes de esa 6poca era La Serena. Con- cepci6n, donde se tratb tambihn de fundar una sociedad Iite- raria en 1842. tuvo este aiio su primer peribdico. El Teligrafo, que se publicaba dos veces por semana. a contar del 15 de di- ciembre de ese aiio.

NOTA 4.--Miguel L. Amunbtegui, Biografia de don Josk Joaquin VaUejo, pbg. 188 del tom0 I11 de 10s Ensayos biogrh- ficos. El iuicio de AmunLtegui. fundado en un conocimiento cabal de 10s antecedentes, est& adembs comprobado por 10s fragmentos de la Revista de Valparaiso que se reproducen en seguida del trocos que copiamos en el texto.

NOTA 5.-Don Juan Garcia del Rio es una de las figuras mbs curiosas y singulares de la revolucibn hispanoamericana.

'' Por su talento, por SU ingerencia en grandes acontecimientas, por 10s altos puestos que desempeiib en Chile, en e! Pe rk en Colombia y en el Ecuador, merecia de sobra que su vida hu- biese sido estudiada con alguna proliiidad. Sin embargo. ese es- tudio no se ha hecho: y aun las notas biogrrificas que han so- lido darse son del todo deficientes y de ordinario llenas de erro- res. La razbn de esto. es la dificultad de estudiar la vida de Garcia del RCo en tan diversos lugares. y en medio de pere- grinaciones y de 10s mbs variados accidentes. El mismo. con todo. dib un hilo conductor para seguirlo en todas las peripe-

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cias. En septiembre de 1843. se present6 en Santiago ante un jurado como acusador d e un escrito de un ministro boliviano. don Casimiro Claiieta. en que Be le hacian las m6s tremendas acusaciones. En su discurso. que lo que les oyeron calificaban de modelo de la m6s conrnovedora elocuencia. Garcia del IRm tuvo que hablar de si mismo. e hizo una reseiia de su carrera piiblica. No conocemos ese discurso en su forma integra; per0 el resumen hecho por un diario de la ipoca ( L a Gaceta del CO- inercio de Valparaiso) contiene no pocas noticias.

No nos seria difkil coordinar aqui loa numerosos datos biogrLficos que acerca de Garcia del RCo tenemos a la mano; per0 como nos fuese necesario llenar muchas pbginas, y como ellas serian extrafias en este Iibro. noB limitamos cas; en algu- nas referencias o indicaciones bibliogr6 ficas que podr6.n servir al que acometa un trabajo m6s o menos completo.

Don Juan Garcia del Rio nacib en Cartagena (Nueva Gra- nada) en 1794. Su padre. que era un comerciante espaiiol de crecida fortuna. lo mandb a estudiar a C6diz; y a l k a1 paso que adquiri6 conocimientos que no habria podido recibir en su ciudad natal. contrajo relaciones con otros americanos que man- tenian en su trato eI odio a la dorninacibn espaiiola. De vuelta a su patria, cuando ya estaba rebelada, fub nombrado. a pesar de su corta edad. en 1814, secretario de una comisi6n que iba a Londres a comprar. y a otras agencias revolucionarias. El jefe de esa comisi6n era don Agustin Gutibrrez Moreno, que mLs tarde estuvo asociado a don Antonio Josb de Irisarri en 10s en- redos consiguientes a la con t r a t ach del empristito chileno de 1822. (Vbase <Historia General de Chile,. tom0 XIV, pbgs. 520 y sig.).

1817. la revoluci6n de Nueva Granada habia sido domina- da por las armas espafiolas, Garcia del Rio se encontrb en In- glaterra sin ocupacibn y sin recursos; se vino a Buenos Aires y desde all; pas6 a Chile eI aEo siguiente. En otra parte nos hemos referido extensamente a su actuacibn en Chile como pe-

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,A t e n e a

riodista y como subsecretario de relaciones exteriores. y en el Per; como Ministro de San Martin, y despuis como su agente en Europa para entender en 10s quimiricos proyectos de mo- narquia. (Vhase <<Historia General de Chile,. tomos XI. XI1 y

XIII). En Londres. asociado con don Andris Bello. public6 en 1823 La Biblioteca Americana, y en 1826 y 1827. El Repertorio Americano, dos perihdicos destinados a la difusi6n de conoci- mientos Gtiles en estos paises. Puede verse lo que acerca de ellos ha escrito don Miguel Luis Amundtegui en su V i d a de don Andr i s Bello. En 1823, ademds public6 en Londres (bajo el anagrama de Ricardo Gual y Jaen) una corta per0 muy bien escrita Biografia del General S a n Martin, muchas veces reim- presa y traducida al in&.

A la s-uelta de Europa. en 1828. Garcia del Rio pens6 es- tablecarse en Mixico, per0 el Gobierno de esta reptiblica. mo- vido por el conocido patriota guayaquileiio don Vicente Roca- fuerte, no le permitib llegar a ese pais. por cuanto profesaba ideas monbrquicas. Sobre este mismo asunto public6 ese mismo azio en Nueva York un' opGscu!o de 16 pdginas. titulado DOCU- mentos relativos a la denegaci6n de pasaporte Dara Mixico a J u a n Garcia del Rio.

Habiendo determidado regresar a Colombia. desem pes6 all; un importante papel como diputado, como ministro y como cs-

&itor, en el Gltimo tiempo de Bolivar y baio la presidencia del general Urdaneta. Sobre estos hechos se hallan noticias en 10s

Gltimos capitulos de la Historia de la revoluci6n de Colombia por dsn Jose Manuel Restrepo, tom0 IV. Besanzbn. 1858: y en las Memorias del general Rafael Urdaneta (Caracas, 1888). Inmedia- tamente despues de la muerte de Bolivar (1830). di6 a luz una extensa y notable necrologia de iste, publicada entonces en 10s peribdicos y reimpresa en varias ocasiones. El lector puede ha+ llarla cas; integra en el Gltimo capitulo de la V i d a de Bolivar por don Felipe Larrazdbal (Nueva York, 1875).

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El mm'miento politico de 1846 I

En 10s Apuntes sobre Bibliografia colombiana por don Isido- ro Laverde Amaya (Bogotd. 1882). pggina 22, se habla de Gar- cia del Rio y se le da por autor de un Iibro titulzdo Medita- ciones colombianas (Bogotb, 1829). sin indicarse cosa alguna so- bre lo que trata ese libro. Nunca lo he visto en esa edici6n: pero tengo motivos para creer que fu& hecha en 1831. Conozco si la r e impresh que de ese escrito se hizo en la colecci6n titulada Documentos bara la historia de la vida pfiblica del Libertador, to- mo XIII (Caracas, 1877), donde ocupa 70 grandes pdginas a dos columnas. Es un cxamen detenido de la situacihn politica de Colombia a la ipoca de la muerte de Bolivar. y del reme- dio de esa situaci6n por una monarquia constitucional.

Garcia del Rio preparaba ademds otra obra titulada La AmSrica en el siglo X I X , considerada en su pobiacio'n su cultura y su riqueza En El Muse0 de ambas Amkricas, public6 algucos fragmentos de ella.

Expulsado de Nueva Granada, despuks &e la caida de Ur- daneta en 1831. Garcia del Rgo se acogi6 a la nueva ReptibLca del Ecuador. All; fue bien recibido For el general don Juan Jos6 Flores. que lo hizo su ministro de hacienda. Expulsado tambiin del Ecuador en 1834 despuCs de ur.a revoluciipn contra Flores. B e acogib Garcia al Per& Don Doming0 AmunLtegui Solar. en un articulo publicado en 10s Anales de la Universidad (1897) con el titulo de Mora en Bolivia, di6 a Iuz algunas cartas de Gar- cia del Rzo, referentes a esa gpoca, que dan a conocer en gran parte su carbcter moral muy poco ventajosamente. En el Per6 fu6 ministro de hacienda de Orbegoso, y deeempefii6 una misibn a Quito, prestando sus servicios a la confederaci6n per&-boli- viana.

Destruida i s ta en Yungay, el general FIores, Presidente del Ecuador, con46 a Garcia del Rio la representacibn de ese pais cerca del gobierno de Chile. Venia en un buque mercante chileno que f u ~ detenido en el Callao, lo que le ocasionb no po- cas molestias. Pop lo dernbs. el gobierno chileno no podia ni

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d t e n e a

debia reconocerse como agente de un gobierno amigo al hom- bre que acababa de estar a1 servicio de 10s enemigos de Chile en un puesto muy espectable,

En el texto de esas mismas psginas referimos la tentativa periodistica de Garcia del Rio y su fracaso, y m6s adelante da- remos una resefia del c~lebre jurado de septiembre de 1843. en que obtuvo un espltndido triunfo y se conquistb la reputa- ci6n de orador eximio.

Los Gltimos aiios de Garcia fueron muy tristes. Vivi6 en Copiap6 en condicibn rnuy modesta. pero gozando de conside- raci6n de muchas gentes que estimaban en 61 su notable talen- to, y la amenidad instructiva y atrayente de mu trato. En ese tiempo cobraba a1 Per; ciertas sumas. que, seg6n 61. se le de- b a n por sueldos atrasados. Hay muy pocos recuerdos sobre el resto de su vida. Sblo hemos visto la noticia de que fa'llecib en Mbxico en 1856. a la edad de 62 aiios.

En mayo de 1837, el capit6n Abel du Petit-Thouars. m6s tarde almirante. Ilegaba a Lima y pas6 a ver a Santa Cruz. <El general protector, dice el marino francts, me hablb mucho del rey (Luis Felipe) y de la familia real. en 10s tBrminos de una alta estimacibn, dignos del jefe de una gran naci6n a que tenemos el gran honor de pertenecer. Vi tambihn a algunos miembros del goLierno. y m5s particularmente al seiior Garcia

, del Rio. ministro de hacienda, que yo habia encontrado ya en Guayaquil, cuando visitt ese puerto en 1833. A la Bpoca de ese viaje. este ministro estaba encargado de la cartera de rela- ciones exteriores de la RepGblica del Ecuador. baio la presi- dencia del general FIores. Antes habca sido el amigo y el con- seiero del general Libertador Bolivar. Estos antecedentes me dispensan de hacer un elogio. Me acogib con amistad-poseia ya toda la mia-y este encuentro inesperado 41.16 para mi de un agrado infinitoD.--Du Petit-Thouars, Voyage autor du monde sur le frigate la Venus , Paris, 1840. tomo I. ptig. 293.

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El movimienlo politico de 1842

A1 terminar estas notas, recordaremos que Garcia del Rso

tenia la condecoraci6n de la legibn de mirito de Chile y la de la orden del sol del PerG.

NOTA 6-El Museo de ambas Amhricas, dado el tiempo en que se public6, es una empresa que honra a su editor. Era 6ste don Manuel Rivadeneira, tipbgrafo espafiol, originario de Cata- luiia, que. fugitivo de su patria por las revueltas politicas. ha- bia pasado a Buenos Aires y despu6s a Chile para ocuparse en trabajos de imprenta. Ocupbbase en Santiago como compa- ginador de El Aruucano cuando 10 conoci6 mi padre. don Diego Antonio Barros. y lo estimul6 a que comprase la imprenta de El Mercurio, facilitlndole 10s recursos para ello. a fin de hacer servir !a imprenta y el diario en la contienda electoral de 1841. Rivadeneira. que desde luego obtuvo buen resultado en esa empresa. iEitrodujo muchas mejoras tipogrbficas y di6 a luz una reimpresibn en dos volfimenes de 10s articulos de don Mariano Jo.6 de Larra (F;garo), que puede considerarse lo meior que hasta entonces habian producido las prensas chilenas como tra- bajo tipogrbfico.

Garcia del R;o acudib a Rivadeneira para la publicaci6n de su peribdico, que debia costear el editor. El Museo de ainbas Amkricas lleg6 a contar 238 subscripciones, niimero muy consi- derable para esa 6poca. per0 que Be esperaba aumentar. No su- cedi6 asi, sin embargo. Pocos meses m& tarde ese niimero es- taba reducido a 88 en Santiago y 51 en Valparaiso. Don Ma- nuel Rivadeneira, deseando regresar a Espaiia para acometer grandes empresas en su arte, vendia la imprenta de Valparaiso a don Santos Tornero, recomendable comerciante espaiiol, que en el ram0 de imprenta y libreria prestb en Chile muy buenos servicios a la difusi6n de las luces. puede verse un curioso opfisculo o Iibro escrito por el mismo Tornero con el titulo de Reminiscencius de un viejo editor (Valparaiso, 1889). A peaar del empeiio que 6ste tuvo siempre por eostener las publicaciones 'Jestinadas a fomentar la cultura, le fu i forzoso poner tirmino

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a El Museo en diciembre del mismo aiio 1&42. Garcia del Rio, falto de colaboradores. se habia visto obligado a escribir, tra- ducir o extractar cas; todo lo que se publicaba ee ese per& dico. El mismo dice que de 251 articulos que di6 a luz El MU- seo en 10s nueve meses corridos de abril a diciembre. 230 eran obra suya. Don Andris Bello, cuya colaboracibn solicit6 Garcia del R;o. s610 pudo suministrarle dos piezas poiticas. Cuando este filtimo habla de SUB colaboradores se refiere a 10s indivi- duos que le comunicaron alguna noticia verbal o que le presta- ron un libro.

N ~ T A 7.--.La Sociedad de Literatilra)), Este era su nom- bre, comenzb a formarse a mediados de febrero. a1 abrirse las clases en 1842, es decir, en 10s dias inmediatos a1 miircoles de ceniza (segih la pr6ctica de entonces) que ese aiio ocurrib el 9 de febrero. La sociedad se reunia en una sala de la casa en que estaba establecida la imprenta de La Opinidn, de propiedad de don Rambn Renjifo, y que iste prestaba generosamente. Los asociados. que pasaban de treinta, recaudaron entre ellos m i 5 mos algunos fondos. que sirvieron principalmente para hacer una esmerada edicibn del discurso de Lastarria, que fue ejecu- tada en Valparaiso en la irnprenta de don Manuel Rivadeneira. Esta ‘edicibn, que hace honor a la tipografia chilena de esa kpoca, es ahora muy rara; per0 Lastarria reprodujo este dis- curso en BUS Recuerdos Litercrios, p6g.s. 96 y siguientes, al con- signar sobre aquella sociedad algunas noticias. que no est& exentas de errores de detalle. Los socios presentaban y leian composiciones en prosa y verso. que no siempre pudieron pu- blicar; per0 el aiio siguiente tuvieron a su disposicibn el per& dico titulado El Crefibsculo, segiin contaremos m6s adelante,

NOTA 8.--M& adelante. el prospecto. queriendo exponer e1 objeto de este perkdico, sefiala las afinidades que tendria con 10s otros que se publicaban en Chile; y anuncia que se propone hacer algo miis nacional que El Museo de ambas Am;-

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El movimiento politico de 1846 r- ricas. AIli no nombra, ni siquiera la Revista de Valparafso, que habia tenido escasisima circulaci6n y que por lo tanto no le sirvib de estimulo y mucho menos de modelo. El Semanario declara que el tip0 de peri6dico que habia tenido en vista Y que queria imitar era uno de Caracas, titulado El Liceo de Venezue- la, que don And& Bello habh dado a conocer en El Araucano. El autor de ese proyecto fui. don Antonio Garcia Reyes.

NOTA 9.-c~Desengja~i~monos, decia El Semanario el 18 de noviembre de 1842. No tenemos recursos para poblar 10s bal- dios de Arauco y las provincias del sur (Vaidivia y Chilog). ni 10s tendremos en mucjhos aTios. ES preciso que venga pobla- ci6n europea, si aquellas hermosas regiones no han de estar condenadas por siglos a la disoluci6n en que hoy se encuentran. Esta obra es fiicil, es lucrativa para 10s europeos: es violenta. es imposible para nosotros. y arruinars precisamente a toda empresa que se proponga arrostrarla. Si esta sociedad (la de industria y poblaciones) fuese capaz de vivificar nuestro suelo, en horabuena convendrzamos en que recogiese ella 10s provechos de la. colonia: pero si en vez de vivificar, va a mantener en es- tagnaci6n las tierras por falta de rccursos y de auxilios, vale mits que el provecbo sea en favor del extranjero de quien reci- bimos el beneficio..

NOTA 10.-La lineas siguientes, que extractamos de un ar- ticulo publicado el 21 de julio, har6 conocer las doctrinas pro- fesadas por El Semanario sobre este asunto. ,cEsperemos, de- cia, que al fin desaparecerg ese desenfreno de las imaginacio- nes. . . Pasar6 el influjo de eea escuela (la rom6ntica) que ha

ni romiintica, ni tan extravagantemente libre como la de Vic- tor Hugo, IG tan servilmente esclava como la de La Harpe. La rars6n y la 'buena filosofia, esas supremas reguladoras del pensamiento, aeriin sus Gnicas legisladoras : y entonces nosotros, sobre la tumba del romanticismo podrernos gravar eete epifafio:

I arnenazado invadirlo to&, y le substituirii una nueva. ni cl6sica

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B t e n e a

afuiste el nuevo cometa del sigh XIX. . . Per0 de~repente des- apareciste sin que nadie hubiese podido comprenderte, Sorpren- de encontrar en un escrito chileno de 1842. conceptos tan cla- ros. tan fijos y tan exactos. El autor de este articulo fu6 don Salvador Sanfuentes, uno de 10s mbe asiduos colaboradores de aquel peri6dico.

NOTA 11 .-Don Antonio Garcia Reyes. que ordinariamente escribia en El Semanario 10s articulos que podian llamarse de fondo. daba a luz en el niimero 24, de 15 de diciembre, un articulo titulado Politica, dirigido a descargarse de 10s reparos que en otras publicaciones se hacian a aquBI por no tratar mbs frecuentemente esta materia. <Si por politica. decia Garcia R e yes. hemos de entender la discusi6n de 10s intereses de parti- do, la impugnaci6n abierta o la defensa sistembtica de 10s que ejercen la autoridad. desde luego, debemos declarar que no ha sido nuestro bnimo, ni lo Serb jamgs. el ocuparnos de politica. Demasiado tiempo la prensa peri6dica ha sido entre nosotros el instrumento manual de 10s odios y de 10s rencores de parti- do. el campo de batalla en que las pasiones violentas que en- gendran las querellas de gobierno. ejercitan la tbctica odiosa de hacer llover las facciones enemigas sospechas maliciosas. acusa- cionee falsas, sarcasmos y dicterios envenenados. Epoca de es- cbndalo que no se puede recordar sin dolor, y que afortunada- mente ha quedado atrss. a una distancia en que nuestros ojos no alcanzan a distinguirla. No Serb El Semanario quien la haga renacer. Nosotros no pertenecemos a ninguno de 10s bandos que han dividido la Repiiblica y no reconocemos gobierno nuestro que sostener. ni partido contrario que combatir. Otro objeto mbs noble. mbs puro, mbs desinteresado debe ocupar la mente de 10s ciudadanos: el de ir promoviendo la mejora de nuestra condicibn social. . . No por eso hemos mirado con indiferencia la administraci6n de 10s pueblos. ni la defensa de las institu- cionee. Tan Iejos de eso, hemos sido 10s iinicos que de un tiem-

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El movimiento politico de 1842 289 I

PO a eeta parte, hen recordado sue deberee a loa funcionarios subalternos. y tomando parte activa en las cueetiones sobre nuestro derecho pfiblico,.

NOTA 12.--Miguel Luis Amungtegui, Las primeras repn- eentaciones dramciticas en Chile. (Santiago, 1888). cap. XI1 p XIII.

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Francisco Santana

ombres de I842 S Za tpoca en que Santiago continuaba con todo el sello de 10s aiios coloniales. La iluminaci6n era la misma de 30 aiios atr6s. Cada dueiio de casa de- b;a encender un faro1 de vela de sebo que, ordina-

riamente duraba hasta las diez o Bas once de la noche. DespuAs, reinaba la obscuridad. Santiago hasta entonces, no habia sido favorecida por el progreso del pais. En esta epoca. es digno de recordar. no hab;a aparecido en ha capital ningiin diario. Scjlo en Valparaiso se habjra fundado <(“El Mercurio,, en 1821. y la Gaceta del Comercio. en 1842, ademiis dos revistas o peribdi- cos: El Museo de ambas Am6ricas, y la Revista de Valparaiso. las dos de 1842.

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Santiago vino a tener su primer diario. El Progreso. en 1842. que aIcanz6 a contar 9 agos, y EI Semanario de Santiago, apa- recido en la misma fecha. que tenia un carscter especialmente Iiterario.

El desarrollo cultural de la 6poca liasta 1842, era deficiente. La circulacicjn de 10s libros muy atrasada. El gusto de la Iectura vino a manifestarse a razz de la fundaci6n de Sa Sociedad Lite- raria, 1842, sin embargo, 10s Kbros continuaban venditndose en 10s almacenes, como 10s dem6s articulos de consumo, o se riia- ban a1 rnenudeo por boletos de suerte.

Los ciudadanos durante esta tpoca, sentian frescos 10s suce- 50s ocurridos por la dictadura de Portales, con su rigida autori-

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Hombres de 18A2

dad y despotismo. Ahora, deede el primer quinquenio del Ge- neral Bulnes, que pas6 a ser el ;dolo del pais, se entraba a una nueva vida de tranquilidad y de esperanza. 'I! una nueva era, principiaba para Chile.

Se crea en 1842, la Universidad de Chile, ha Esduela Normal de Preceptores, la EscueZa de Agricultura, la de Artes y Q4kios. la de Bellas Aries, etc. El progreso comienza desde 184,8. Llegan sabios, maestros. poetas pintores etc. : Lozier, Domeyko, La- vaisse. Cicarelli, Dej.ardin, PhiIPippi, Ruggendas. Monvoisin. y

otros. Llegan tambikn emigrados argentinos. colombianos, uru- guayos, etc.

AI calor de la vida apacible, y del progreso nacional, el es- piritu busc6 otros horizwntes. U entre cwnueraaciones sobre em- presas industriales, o sobre colonizacibn. surgen 10s diarios. re- vistas. se fundan swciedades Iiterarias. E! desarroilo polztico se engrandece. la enseEanza se ampfia. Los poetas. estadistas, e historiadores inician sus tareas en 1842. He aqui, algunos hom- bres, con sus rasgos esenciales, itinerario de sus vidas, maes- tros y discipulos. que figuran y continuarsn, en la historia de Chile.

ALBERDI

. . Trajo. Juan Bautista Alberdi. a nuestro pais. experienciaa

recogidas a travks de sus viajes. por Amirica y Eurwpa. Colabo- ra en diferentes diarios, y publica algunas obras , a su paso. En su propio pais, Argeniina. da a luz numerosos Iibros y funda varias revistas.

Apenas Ilegado a .Chile, participa poderosamente en la cal- deada atm6sfera de las pwlkmicas de la generaci6n del 42. En Valparaiso obtiehe su diploma de abogado. pero se entrega al periodismo. Enemistado con Sarmiento. publica en contra de Bste. sus famosas ((Cartas quillotanas,. Da a la luz una ccBiogra- ha del General Bulnes., numerosos panfletoli, y Iibros valiosos,

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relacionados con Ia vida de nuestro pais. (\De la Magistratura y sus Atribuciones en Chile,. cLegislaci6n de la prensa en Chile)). <Manual de Ejecuciones y Quiebras)), etc.

6 Habiendo tomado parte en las poltmicas, entre chilenos y

argentinos, y en su calidad de periodista avanzado. y de publi- cista meritorio, su permanencia en Chile fuk fructifera. tanto para nuestro periodismo como educacihn y Iiteratura.

Alberd: ha sido uno de 10s pensadores mBs eminentes de Amtrica. Por su talento y larga carrera intelectual form6 par- te como miembro correspondiente de varias Sociedades y Acade mias americanas y europeas.

ASTABURUAGA

Francisco Solano Astaburuaga, desde niiio demostr6 ser de un espiritu vivo y alegre. Discipulo de Lastarria. Mantuvo con t1 una larga y estrecha amistad. Siendo joven cultiv6 la 1i- teratura, como Ia mayoria de SUB compaiieros. Jacinto Chac6k. cuenta en una carta. que por 1838, se reunian varios de su edad, de donde sal& un peribdico < politico-literario)), que se repartia manuscrito. Entre ellos estaba Francisco Solano, AdemBs. nos dice de 61. que fu t uno de 10s fundadores m&s entusiastas de la So- ciedad Literaria. Astaburuaga. durante su period0 juvenil. escribi6 y tradujo numerosas poesias, tambitn una tragedia ((Leocato o la muerte de P. de Valdivia.. y un drama KLucia,. En El Progreso. public6 varias composiciones en verso. entre ellas: (<La6 dos palmas,. y (<El Minero,. En El CrepGsculo, <(La Flor del Carmelo., y ((A la memoria de don Miguel Barazorte, : ademBs. dos trabajos en prosa. De esta manera Astaburuaga pas6 a tomar parte entre 10s escritores de 1842. MBs tarde, continu6 escribiendo poemas y articulos en diferentes dianos y re vistas.

Desde 1842, en que se le nombra Oficial de Partes del Mi- niaterio del Interior, inicia Astaburuaga su carrera administra-

.

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F I

Hombres de 18.@ 908

tiva. Ocupa varios cargos diplombticos y politicos : Secretario de Legacibn en Estados Unidos, Diputado en 1852, y en 1855. Intendente de Coquimbo. Director General de Correos. Diputado en 1858, Encargado de Negocios en Perii. en WLshington, en Mtxico.

Vuelto a Chile, 1881. es Director de la Oficina de Estadcs-

c-

tica, Senador en 1888. y en 1891. Public6 numerosos libros de interts nacional; Diccionario

geogrbfico de Chile. Curso elemental de agricultura. etc. Cien- tos de articulos y poesiae, en diarios y revistas.

- Francisco Solano Astaburuaga fu t un ciudadano distin- guido. hombre ejemplar, tanto por su civismo como por PU pro- bidad piiblica.

ANDRES BELLO

Don Andrts Bello es considerado, con justicia, como el maestro y sabio mbs eminente. que ha producido Am6rica Es- paiiola en el siglo XIX. Autodidacta. En su juventud fu t maes- tro de Bolivar. Enviado a Londres en misibn DiplomLtica, per-

manece 18 aiios. Estudia con apasionamiento. Adquiere una cul- tura sobresaliente.

Don Andrts Bello, antes de llegar a Chile. sirve a nuestra patria como Secretario de Legaci6n en Londres, 1822. Contrata- do por el Gobierno de Pinto. se establece en Chile. 1829, hasta su muerte, 1865.

Bello comienza su labor pedhg6gica dando clases en su pro- pia casa. Siendo un hombre de talento superior es llamado a ser- vir algunos cargos administrativos. 10s que desempeiia con bri- 110, especialmente el de Oficial Mayor del Mnisterio de Rela- ciones Exteriores, y el de Director de El Araucano. 6rgano ofi- cia1 del Gobierno. Le cup0 ser tambibn el primer Rector de la Universidad de Chile. donde realliz6 una enorme labor, reconocida por todos 10s chilenos.

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A t e n e n '

La influencia dell maestro y del escritor an la juventud e6 notoria. Tuvo como alumnos a J. V. Eastarria, 5. Sanfuentes, M. A. Tocornal, Fco. Bilbao, M. A. Matta, etc. todos elbs Ile- garon a ser grandes Gguras. ya C O ~ O politicos, estadistas o e5- critores. E s Bello. el que form6 una generacicin de grandes va- lores para nuestra historia. Consejos disciplinarios, generosidad, ilustraci6n tenian los jbvenes en el maestro. Toda 3u obra, como escritor. jurista y pedagogo, se distingue p ~ r la rnoderacicin, profundidad e independencia. Amirica no ha tenido otro huma- nista m6s insigne ni un educador intelectual como 61.

Ocupa Bello como jurista un lugar honroso en Ambrica, por su rsdaccibn del Cbdigo Civil Chileno, verdadero monuments de sabiduria legislativa. Sus obras de Derecho Civil, o de Dere- cho Internacional han servido a varias generaciones cbilenas y

sudamericanas. En cuanto a su labor periodistica, fue intensa. Sus articulos

consolidan la reputacibn de su amplia cultura. Entre ellos: ((La Araucana de Ercilla., <(Modo de escribir y estudiar la historia)). (< Juicio critico de !os principales poetas espaiioles de la iiltima era, : adem& sus numerosos ensayos filos6f;cos. Iingiiisticos y

sus criticas aobre teatro que son de sumo interis. Como poeta, sus composiciones son perfectas, de buen gusto. discretas y ele- gantes para ese periodo de clasicismo americarao: Canto elegiac0 a1 incendio de la Compaiiia. La agricultura de la zona tbrrida, etc. Sus imitaciones: Egloga, de Virgilio, La oracibn por todos, de V. Hugo, etc. Bello. en sus articulos generalm-ente exhortaba a la juventud chilena. para que se dedicasen a 10s estudios Iite- rarios. y daba i l ejemplo con sus publicaciones pobticas.

Como fi261ogo fu6 un revolucionario, por las innovaciones que Ilev6 a cab0 en su ((Gram6tica Castellana)), <(Andisis ideol6- gica de 10s tiempos de la conjugacibn castellana)). ((Lecciones de ortologia)), etc. Por todas estas obras se le ha tributado debida justicia.

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Hombres de 1842 105 - I El prestigio que ha adquirido Chile como un pais de histo-

riadores. se debe sin duda, a don Andres Bello. El Maestro y

Sabio Rector de la Wniversidad de Chile, fu6 el que impuls6 esta clase de estudios. Por acuerdo de la Wniversidad se impuso a 10s

miembros presentar una Memoria sobre historia nacional ca- da aiio. La primera iu& presentada por don J. V. Lastarria. h e - go siguieron otras que han servido para conocer periodos his- t6ricos de nuestra patria.

Veamos ahora. su sabia posicibn de critic0 ante las pol& micas Iiterarias de 1842, relacionadas con el romanticismo: <<Yo no abogarh jam& por el purismo exagerado que condena todo lo bueno en materia de idioma. Creo que hay un arte fun- dado en las relaciones impalpables. ett-seas, de la belleza ideal: relaciones delicadas pero accesibles a la mirada de !Ace del genio completamente preparado: creo que hay un arte que guia la imaginacibn en sus m j s fogosos transportes: creo que sin arte la fantasia en vez de encarnar en sus obras el tipo de lo bello, aborta esffnges, creaciones enigmiiticas, y monstruosas. Esa es mi fe Iiteraria. Libertad en todo. per0 no veo Zibertad, sin0 em- briaguez licenciosa en Zas orgias de la irnaginaci6n,. Su pssiciSn era eckctica. Tomaba del clasicismo todo aquello que tuviera de permanente. dentro del lenguaje, y de la escuela rom6ntica. la Iibertad, para dar Zibre expresibn a1 pensarniento y a !a fan- tasia.

CARLOS BELLO

Desdc joven manifest6 una inteligencia precoz. Era de p+&:distinguido. eIegante y soc?able. Por su brillo sefiorial en lop salo*txera considerado el Brummel criollo. Melanc6lico. de apariencia novelesca.

Desempefib el cargo de Oficial Auxiliar del Ministerio de Relaciones Exteriores, 1836, y mCe tarde el de Secretario de la

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A t e n e n

Gobernacibn de Valparaiso. a1 que renuncib para.irse a Ataca- ma, donde conquistb gran fortuna como industrial.

Desde Copiap6, trajo su drama original c<Los Amores del Boeta,, el que fu& dah0 a conocer primero, a un grupo de sus amigos. El drama se estrenb el 28 de agosto de 1842, con gran &to. Garcia del Rzo, escribi6 un articulo con amor y delica- deza, tributgndole sentidos elogios.

Carlos Bello escribib algunas poesias. Tanto en ellas como en su drama, se encuentran las emociones de su vida de soiiador y de mundo. En 1843, public6 una novela que f u i muy bien recibida: <<El loco.. M&s tarde una biografia de Agustin -Vial Santelices. Sin embargo, dej6 las letras para convertirse en viaiero. Recorre Francia. Italia y Eepaiia. Eetando ausente fu i elegido diputado por La Serena, en 1849. Tres aiios mbs tarde como Encargado de Negocios de la Repiiblica en Ecuador. al- canz6 geestiones diplombticas con gran $xito. Por enfermedad regresa a Chile. Reside algiin tiempo en Quillota. Luego en casa de su padre, rodeado del amor familiar, entre cuadros artisticos, bellas estatuas, colecciones primorosas de libroes. muere en 1854.

Dei6 un recuerdo amable y fino: su participaci6n destaca- da en la iniciacibn del teatro y la poesia chilenos.

FRANCISCO BELLO

Uno de 10s fundadores de la Sociedad Literaria, y principal colaborador de El Semanario'de Santiago. Con 61 se cont6 para propagar el buen gusto literario, y en especial, para que diera a conocer la literatura inglesa, que conocia bastante. Su educa- ci6n era clbsica. eminentemente britgnica. Serio. modesto. Siempre su conversaci6n era en voz baja. Tenia una memoria privilegiada. No alcanz6 a dar 10s frutos de su madurez. %lo vivib 28 aiios.

A 10s 18 hacia clases de latin en el Instituto Nacional. Com- pus0 con prop6sitos educacionales. una CGrambtica Latina,,

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que fu6 elogiada como la mejor, hasta la fecha de su publicaci6n 1838. Despu6s se hicieron varias ddiciones. Public6 tambi6n CProsodia y M6trica Latinas)!.

Se recibib de abogado en 1839. Desempefib el cargo de Se- cretario de la Cimara de Senadores, y fu6 Miembro de la Fa- cultad de Hpmanidades. como tambi6n de la de Leyes y Ciencias Pollticas de la Universidad de Chile.

Como colaborador de ((El Museo de ambas Am6ricasz. y

de <El Semanario de Santiago,. dejb algunos trabajos de valor: ( (An&& de 10s m6todos de lectura usados en Chile,. algunas pdesias que denotan una delicada sensibilidad. Romintico. Dei6 en BUS versos el alma ensombrecida por la muerte que se le ave- cinaba. ((Tris tesa)).

.

Gratos dias que volisteis con lo mejor de la vida. ipor qu6 tanto apresurbsteis vuestra temprana partida?

Cuintas el hombre saca de la cuna las mira disiparse una a una a1 soplo de la edad, y con cada ilusi6n que desvanece, mi5 t6trica a sus ojos aparece la fria realidad.

Y de cuando el morir llegue el momento, jpueda exhalar el postrimer aliento. y hallar algGn sola;, .viendo en mi ardiente fe desde esta vida que un plicido seiiuelo me convida a1 reino de la paz,.

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$98

JUAN BELLO

A t B ?Lea

De 10s tres hermanos es el de vida m6s interesante, Tuvo una actitud revofucionaria ante su kpoca, por ser un defensor apasionado de la Iibertad. Tuvo participacibn descdante en la politica chilena. Orador de palabra impetuosa. diakctica singu- lar, y estilo elegante.

Colabor6 en El Sernanario, en El CrepGsculo. y otras revis- tas posteriores. Fus otro de 10s fundadores de la Sociedad Li- teraria del 42, y uno de 10s premiados en el Certamen abierto por dicha Sociedad.

Tuvo pas& por la enseiianza. Hizo clases de Eiteratura Latina. de Filosofia, de Literatura e Historia Moderna. Per0 la politica 10 atrajo, y es donde sobresale con mbs kxito. De fuerte personalidad. Hombre de imaginacibn y espiritu generoso. Den- tro de su earrera politica es la j'usticia lo que persigue. Siendo diputado por Laja. pronuncia fogosos discursos porque se de- clarasen disueltos los Mayorazgos. Era un politico de oposici6n. un revolhxionario que conquistb abundantes aplausos en la tri- buna. Por uno de sus discursos politicos, fuk perseguido. y luego con6nado a Copiap6, por las autoridaes. M6s tarde fuh desterra- do a Lima, destituykndosele de su cargo de Bficial Primer0 de la Oficina de Estadistica. y de su cbtedra del Instituto National.

Pasados algunos aiios, volvi6 a la patria. dedicbndose a su profesibn de abogado. §e le nombrb Miembro de la Facultad de Filosofia y Humanidades de la Universidad.

Por enfermedad determinb trasladarse a Europa. §e esta- bleci6 en Paris, y ocup6 un puesto en la Eegaci6n Chilena. En 1860 se-le nombrb Encargado de Negocios en Estados Unidos, lugar donde muri6 a poco de haber Ilegado.

§u Labor Iiteraria no es escasa, a pesar de 10s cargos que tuvo que desernpeiiar. En El Semanario. yen El Progreso, versos Y folletines teatrales. En El CrepGsculo, Elena y Eduardo. leyenda

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en verso; en Revieta de Santiago: Riipido bosquejo de un pa- ralelo entre O’Higgins y Carrera, Instrucci6n primarxa)), etc. Algunas traducciones : Lorenzino o la libertad de Florencia, de Hugo; El alquimista, de Dumas: Historia Moderna de Michelet, Economia Politica, de Seneuii, etc. Escribib tres biografias. Bernard0 Q’Higgins, Manuel Balrnaceda. Pedro de Valdivia : Y entre otras cosas. citaremos su narraci6n en verso: ((La es- pada de Felipe el atrevido)).

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BHLBAO

A Francisco Bilbao se le considera i36sofo y escritor re- volucionario.

Siendo n&o acompaiii6 a su padre en 10s dofores del destie- rro. En 1839 inicia sus estudios en el Instituto Nacional. Lee a Homero, Dante. &ranger, Byron. Los primeros escritos lo revelan un artista delicado, tanto por el pensanmiento como por el estdo. En 1842. es un asduo concurrente a Fa Sociedad Lite- raria. lee varios trabajos en ella, por eg’emplo: .Relacibn de la psicologia con ia soberania del pueblo)). En el Certamen abierto por la Sociedad, oltiene un prernio. Se dedica CQII pasibn al estudio de la Historia, y de la Filosofia. Se dib a conocer como un analista sutil y profundo. En 1845 traduce ((La Eselavitucl Modema)). de Larnennais. para el pueblo chi!eno, en Iavor de su libertad social. Lee a Miche!et. Renan, Quinet. El espiritu de Bilbao se vigoriza. En junio de 1844 publica en El GrepGsculo, ((Sociabilidad Chilena)). prsduciendo una enorme agitacibn en la vida santiaguin;. El escrito f u k condenado por blaslekniia, sedi- cibn e inmoralidad. Bdbao debza pagar una gruesa suma de di- nero, o suirir la pena de 6 rneses de prisibn. El pGblico numeroso que habga asistido a ver el fall0 pa& la surna. Bilbao fue sacado en andas entre vitores y aplausos. Era un triunio indiscutible, colmhdolo de popularidad. La publicacibn fue quemada, y El

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A t e n e a

CrepGsculo. clausurado. Desde entonces Bilbao fu6 un idolo del pueblo chileno.

En'su'akn'por el estudio parte a Europa en 1844. En Fran- cia tiene amistad con Michelet. y con Quinet. filbsofos y cate- drLticos franceses. Existia entre ellos una relacibn espiritual: Amor sincero por la humanidad. Bilbao, poseido por la avidez intelectual estudia materias de diversa indole. Visita otras ciuda- des europeas. Vuelve a Chile en 1850. A fines de este aiio. funda la CSociedad de la Igualdad.; para servir a1 proletariado en lo politico. y social. Vetdadera escuela de Derecho y de Cultura para el pueblo. Tuvo el concurso de algunos diarios. En la misma fecha publics <<Boletines del Espiritu,. el Arzobispado y la pren- sa catblica lo combatieron encarnizadamente. La Sociedad de la Igualdad, fu6 atacada con el propbsito de ultimarlo. Hubo vic- tima y sangre. Se forman otras sociedades dependientes de la Igualdad. Se conspira contra el Gobierno. Nace el golpe revolucio- nario de 1851. Bilbao huye a Lima, milagrosamente. Publica Mensajes del Proscrito. Va a Ecuador,'siempre con sus ideales de regeneracibn social. Vuelve a1 PerG, y luego se va a Europa. en 1854. klega a Londres. Visita Paris. Quinet. desterrado: La- mennais, muerto. Desolacibn. Escribe y publica << El Dualiemo de'la Civilizaci6n Moderns)). 1856. Va a B61gica en busca de su amigo Quinet. Vuelve a Paris. En 1857 regresa a Buenos Aires, para reunirse con su madre. Escribe en Revistas y Diarios. Con- quista triunfos populares. EncontrCndose en Rio'de la Plata. sal- va a una mujer que cae a un rio: en sus esfuerzos. se daiia inte- riormente, muriendo el 28 de agosto de 1862, La prensa de Am6rica y de Europa le rindi6 sus homenajes.

Este es el itinerario de Francisco Bilbao, que por su ideal de regeneracibn de la sociedad. se le simboliza con el nombre <El Apbstol del Pueblo.. ,

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Ilomlwes de 1842

CHACON

Jacinto Chacbn es otro de 10s h d a d o r e s de la Sociedad Literaria. En una de sus sesiones leyb. ((Canto a O'Higgins)). Re- petidas veces insert6 poemas en El Semanario, luego en El Cre- piisculo: El pobre y el rico. Brindis a la patria. La primavera, y

traducciones de Lamartine. Hugo y Metestasio. Colaborb m&s tarde en La Revista de Santiago. El Mercurio de Valparaiso. y otras revistas. Dentro de sus estudios juridicos sobresalen. SUB doe extensos voliimenes: (( Exposicibn razonada y estudio com- parado del Cbdigo Civil Chileno)). Algunos afios desputs. se dis- tingue por sus numerosos opiisculos. La Iglesia y el Estado La Quinta Normal de Agricultura, Estudios de la Ley de Elecciones, e tc t tera.

Fu& 'diputado. Su palabro era correcta, patribtica, elevada. Sostyvo una polbmica con don Andrts Bello, sobre la manera

de escribir la historia. a raiz de la publicacibn de ((Bosquejo histbrico de la Constituci6n)). de Lastarria. Demostrb poseer una cultura iuridica vigorosa.

Chacbn. como poeta destacado de su bpoca ha sido estu- diado en el Tomo I, de la Biblioteca de Escritores de Chile. de Cl nos dice su autor: Chacbn. fu t fie1 a las letras. y m i s todavia a Ias rnusas. Conquistb una reputacibn sblida de poeta. Facilidad espontinea, versificacibn elegante. sobria y correcta. Un inge- nio hlizmente dotado para el cultivo de la verdadera poesia.

' ESPEJO

Periodista, orador. Juan N. Espejo nace en Talca. A 10s

16 afios se enrola en el EjBrcito para combatir en el Perii. Un afio despubs, estudia en ei Instituto Nacional.

En 1842. forma parte de la Sociedad Literaria. Lee en una de BUS reuniones un ensayo literario. Escribe para El Crepbsculo. En

I

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A t e n e a __-

1844 es Redactor de El Siglo. junto a su amigo Fco. de Paula Matta. Funda dos peribdicos populares. Perseguido por su inde- pendencia de carscter. y accibn revolucionaria. es encarcelado. Puesto en Iibertad, lucha nuevamente. como periodista y pol;- tico, en las elecciones de 1846. Se le reduce otra vez a prisibn. Puesto en Iibertad. un aiio despugs, toma Ia redaccibn de E! Progreso. Escribe articulos llenos de seducci&n,y vekemencia doc- trinaria. Idealista, lleno de impetuosidad reformadora. El. aiio 49. junto a V. P6rez Rosales. va a California. Vuelve en 1854 Se dedica a1 periodismo. Es diputado en loa aiios 64 y 70.

Juan N. Espejo, soldado en el Per& politico encarcelado, aventurero en California, periodista ingenioso, es un hombre que despierta simpatia y adrniracibn.

FRIAS

Publicista y diplornbtico argentino. Tuvo Felix Frias, gran participaci6n en 10s pronunciamientos de la opinibn contra la dictadura de Rosas. Como emigrado lleg6 a Chile en 1842. Se dedicb a! periodismo. Fue redactor de El Mercurio. Regres6 des- pugs de algunos aEos a su patria, donde, junto a Fco. BiIbao. re- dactb un diario. Como periodista y escritor, F6Iix Frias, demos- trb vivaz talent0 y distincibn literaria entre 10s intelectuales chilenos de la 6poca.

M& tarde fu& Ministro de su patria en Chile. Una vez vuelto a Buenos Aires, agitb la prensa y la opini6n ptblica en contra de Chile, con motivo de ia cuesti6n de limites con Ia Re- ptblica Argentina. Desde esa 6poca fu& considerado corn0 UII

enemigo de nuestro pais.

GARCIA DEL RIO

Colombiano. En Espaiia adquirib una $ran cultura. All; se relacion6 con don JOB& de San Martin. Estuvo en Inglaterra.

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303

Pas6 a la Repiiblica Argentina donde sirvi6 de Secretario de Es- tad0 a San Martin. M6s tarde colaborb en el Gobierno de Boli- var. de Santa Cruz. de Flores. En Chile pus0 su talento y su ilus- traci6n en El Mercurio de Valparaiso. Fund6 El Museo de Am- bas Amiricas. desde donde recibib como un acontecimiento el discurso de don J. V. Lastarria. a raiz de la fundacibn de la So- ciedad Literaria. Garcia del Rio, despuis de estudiar la impor- tancia que tienen esta clase de sociedades en el desarrollo intelec- tuai. aplaude el espiritu chileno que a la sombra de la paz se de- dican al cultivo de las letras. Garcia del Rio. f u i uno de 10s impul- sadores m6s fuertes de la cultura en Chile.

Garcia del Rio. ha sido una de las Sguras m6s interesantes y singulares del period0 de la revoluci6n hispanoamericana. Por su talento preclaro, y su ingerencia en 10s acontecimientos de nuestro Continente. por 10s altos puestos que desempeii6. tanto en Chile, Per t , Colombia y Ecuador. ocupa Garcia del Rio, un lugar prominente entre 10s hombres ilustres de America.

Public6 una Biografia del general San Martin. y otra sobre BoIivar. AdemLs .Meditaciones colombianas. En Londres con don Andris Bello, fund6 La biblioteca Americana. y El reper- torio Americano. Garcia del Rzo, tuvo dos decoraciones: de la Legibn de Mirito de Chile, y la de la Qrden del Sol del Perii. Sin embargo sus iiltimos aiios fueron tristes. Vivib en Copiapb en condiciones muy modestas. Muri6 en Mixico a 10s 62 aiios.

I

Hombres de 1849

GARCIA REYES

Politico, estadista, orador y publicista fu6 Antonio Garcia Re yes.

Amigo inseparable de M. A. Tocornal. y S. Sanfuentes. que por una casualidad de la naturaleza nacieron en el mismo aiio.

Garcia Reyes. sin duda. form6 parte de la Sociedad Eite- raria, o bien estimul6 a 10s jbvenes que pertenecian a ella, por- que es uno de 10s que subscriben el “Informe de la Comisi6n

11

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A t e n e a

encargada de calificar el mkrito de las composiciones. presenta- das a1 Certamen Literario de 1842. Y es indudable que tambikn colaborara en El Semanario de Santiago, como lo hizo Sanfuen- tee, y otros j6venes de su kpoca.

Garcia Reyes. participa mQs en otras actividades que como escritor. Desde 1843 a 1850. su nombre adquiri6 inmenso pres- tigio por la espontaneidad. elegancia. y agudeza extraordinaria de su oratona. En el Parlamento era respetad0.p-m por SUB ad- versarios politicos. Tal era su expansibn emotiva, su nobleza y el brillo de su palabra.

1 En 1845 fuk nombrado Miembro de la Universidad de Chile. A1 afio siguiente present6 su memoria histbrica <La pnmera Escuadra Nacional., conquistando fama de escritor correcto. A1 incorporarse en la Facultad de Leyes, hizo un estudio y bio- grafia de ~ F c o . Bello.. 1853. Con su firms. hay tambikn una biograf;a de ~ J o s k Ignacio Zenteno,, en la Galeria Nacional de Hombres Cdebres por N. Desmadryl. Confeccionb Proyectos de Ley, entre ellos, uno sobre la Organizacibn de la Instruccibn Primaria. y otro sobre Procedimientos en el Juicio Civil ordinario. Junto a un discurso de M. A. Tocornal. public6 <<Mayorazgos)) en contestacibn a 10s dichos por Juan Bello en la CQmara.

Garcia Reyes siendo Ministro de Hacienda. reorganiz6 la Casa de Moneda. foment6 la colonizacibn en la Provincia de Valdivia, etc. En 1850 fuk Fiscal Superior de la Corte Supreha de Justicia, en 1852 redact6 el Cbdigo Penal. etc.

Le sorprendib la muerte en Lima, yendo como DiplomQtico a Estados Unidos. Sue restos fueron repatriados. Una de nuestras calles de Santiago lleva su nombre.

GOMEZ

Juan Carlos Gbmez. figura entre 10s emigrados que llegaron a Chile buscando descanso. Poeta y periodista uruguayo. Val- paraiso fuk para 61 como su Montevideo. Contaba 25 aFios.

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Hombres de 1848 305 -

Desde sus comienzos periodisticos demostr6 s6lida versaci6n en materias de diferente indole. Razonado, elegante en la forma, era un escritor distinguido. En politica opone energica resisten- cia a las medidas represivas de la libertad de prensa. Conquista honrosas victorias desde El Mercurio. Su prestigio de periodista democr8tico se confirma por su apostolado en la emancipaci6n sudamericana. La Iibertad de prensa. de reunibn, de comercio. de profesiones. de sufragio fueron SUB temas periodisticos e in- telec tuales.

En cuanto a su accibn en Chile. escribe: Ni gobierno, ni par- tidoe me impusieron, pues en Chile obedeci a convicciones sin- ceras y nobles. Amaba la libertad para Chile. como la amaba para el Rio de la Plafa y para el Mundo Entero)). Su paso por nuestra patria fu6 fecundo. Un homenaje popular que se le diera a su partida. seEala el aprecio y la admiracibn que se le tenia. Fu t un guia de la iuventud, y un defensor del pueblo que le hospe- daba.

GUTIERREZ

Juan Maria GutiBrrez, como la mayoria de sus compatriotas argentinos. fue un eminente publicista. Perseguido. y luego des- terrado por Rosas. Viaia por varios paises sudamericanos Luego va a Europa, pasando por Italia. Suiza. EspaHa. etc. Vuelto a Amtrica. Ilega a Chile en 1844. En Atacama, publica un poema delicado <<A las Copiapinas>). Establecido en Valpa- raiso. es nombradv Director de la Escuela Naval. En 1845 da a la luz una recopilacibn del poeta uruguayo, Olmedo: Obras Po&- ticas. y un canto a la Independencia de Chile: en 1846 su famosa obra de selecci6n lirica. <America Pobtica,), luego vienen: El Lector American0 y Elementos de Geometria.

En Santiago, se hace cargo del diario La Tribun?, reimprime el poema nacional <<Arauco Domado., del poeta colonial Pedro de OEa. Esta publicaci6n le mereci6 el aplauso de todos 10s chi-

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A t e n e a

lenos. Gutiirrez di6 a la luz otras obras, con lo que refuerza y

estimula la aficibn a la literatura. Gutitrrez vuelto a su patria. despuis de visitar Perii y Ecua-

dor, es nombrado Rector de la Uni+ersidad de su pais. Publica numerosas obras, y revistas conquietando un puesto de honor entre 10s escritorcs ilustres de Ambrica.

LASTARRIA

Josh Victorino Lastarria, ocupa un lugar distinguido entre nuestros escritores mLs solresalientes. Hombre de gran cultura. Revolucionario de las ideas de su tiempo. CarLcter independiente. Amor propio. Personalidad intelectual indiscutible. Es el pri- mer0 que lleva la filosofia a la historia, provocando entusiasta poltmica sobre el m6todo de escribirla. Con 61 comienza la ora- toria parlamentaria en Chile, y es el primer0 que mezcla la po- Ictica a la literatura.

Nace en 1817. Tuvo por maestros a Mora y Bello. A 10s 20 aiios e5 Secretario de la Academia de Leyes. a 10s 22 abogado, y Catedrstico de LegislaciSn; a 10s 26 Qficial Mayor del Minis- terio del Interior, a 10s 32 Diputado. durante 7 periodos. a 10s 45 Ministro de Hacienda. Desputs de esta edad. Lastarria con- tinub sirviendo en la Administracibn, repetidas veces: Plenipo- tenciario en varias Repfiblicas Americanas, Ministro de la Cor- te de Apelaciones, y de la Corte Suprema, Senador de la Rep&- blica. Ministro de Estado. Decano de la Facultad de Leyes. etc. Estos cargos darLn una idea, de su acci6n dentro de la polstica. y vida chilena.

Para nosotros. donde reside la importancia de Lastarria. es en su papel de escritor. e impulsador de las letras nacionales.

El 3 de mayo de 1842. pronuncia Lastarria, el Discurso de inauguraci6n de la Sociedad Literaria. Es esta la fecha que marca el acontecimiento de la iniciacibn de nuestra verdadera literatura. Sus palabras indicaron el rumbo de 10s escritores de

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Hombres de 1848

su generacibn. jbvenes que comenzaron a dar sus producciones, basadas en la naturaleza o vida nacional. Lastarria dijo en aquella reunibn: Fundemos nuestra literatura nacional, en la inde- pendencia, en la Iibertad del genio. Despreciemos esa critica menguada que pretende dominarlo todo: sus dictados son las m6s veces propios para encadenar el entendimiento; sacudamos esas trabas, y dejemos volar nuestra fantasia. que es inmensa la naturaleza,. <<Fuerza es que seamos originales, tenemos den- tro de nuestra sociedad todos 10s elementos para serlo. para convertir nuestra Iiteratura en la expresibn aut6ntica de nuestra nacionalidad>>. En otra parte volvia a insistir: CNuestra litera- tura debe sernos exclusivamente propia, debe ser enteramente nacional,. De esta manera revelb, Lastarria. BU vigorosa mentali- dad de 25 aiios. y su visibn brillante. Hubo consagratorios elogios para el ;oven maestro, y hubo tambi6n desagradable silencio. El Discurso di6 popularidad a la Sociedad Literaria. que poco m6s tarde iba a ser el centro de la renovacibn de las ideas Iiterarias y poli ticas.

De la Sociedad nacib, El Semanario de Santiago. desde don& comenzb la juventud a publicar sus primeras manifesta- ciones Iiterarias. Despu6s vino El Crepbsculo. Una falange de hombres de gran figuracibn politica e intelectual nace desde las columnas de estos dos peribdicos: Ea Generacibn de 1842.

En 1844, Lastarria. como miembro de la Universidad, deb<a presentar una memoria histbrica, la hizo con el titulo de Investi- gaciones sobre la influencia social de la conquista y del sistema colonial de 10s espaGoles en Chile>>- En 1846 es premiado por la Facultad de Humanidades, por otra obra !dstbrica: Bosquejo histbrico de la Constitucibn de Chile durante el primer period0 de su revolucibn. Ambos libros le dieron popularidad de escri- tor, por las innovaciones que llevb a cabo, en cuanto <<a la manera de escribir la historia., dando origen a una pokmica sobre este @hero.

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A t e n e a

Escribib. Lastarria. ademds: Elementos de Derecho P6- blico Constitucional, 1846: Juicio hist6rico sobre don Diego Portales, 1861: La Amgrica, 1865: Lecciones de, Politica Positi- va. 1874: Recuerdos Literarios. 1878, obra cldsica de nuesea Iiteratura. donde historia el movimiento de 1842: Antafio y Ogaiio, 1885, etc.

Lastarria contribuy6, ademgs en el desenvolvimiento Iite- rario de Chile, fundando: El Circulo de amigos de las letras. 1859: y €a Academia de las bellas letras. 1873. Es digno de re- cordar tambihn, su Revista de Santiago, 1848.

IRISARRI

Don Hermbgenes de Irisarri se educb en el Instituto Na- cional. Form6 parte de la Sociedad Literaria, y colaborb asidua- mente en El Semanario. y en El Crepdsculo, donde aparece su Apblogo Oriental. Pensamientos. A Lice, <<A . . . )), y una traduc- cibn. Sara en el baiio. de Hugo.

Fu6 redactor de El Comercio de Valparaiso, La Tribuna, Revista de Santiago. En El Ferrocarril aparecen algunos folle- tines traducidos por 61. del franc& y del inglgs.

Como critico public6 una serie de Cartas sobre el teatro mo- derno. en la Semana. Escribib la biograka de Juan Mackenna. que aparece en Galeria Nacional de Hombres C6lebres. por N. Desesmadryl. Desempeiib varios cargos diplomdticos.

Irisarri, conocia bastante bien la Iiteratura francesa. inglesa e italiana. Tuvo predileccibn por Hugo, Musset y Vigny. a quie- nee tradujo e imitb. Se ha dicho de 61. que se distingue m6s como traductor que como autor original. Sin embargo, SUB poesias: AI Sol de septiembre, Anacrebntica y SUB sonetos: La Espaiia del siglo XV. y LBgrimas, han sido elogiadas. y aprendidas, tanto por su arranque patribtico como por su emotividad. A. Valde- rrama. en su Bosquejo hist6rico de la poesia. dice del poeta:

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~

Hombres de 1542

<< F6ci1, conciso. elegante. SUB versos tienen una magia singular y una dulzura encantadora,.

LILLO

Eusebio Lillo, fuB uno de 10s cooperadores miis entusiastas de la Sociedad Literaria. y uno de 10s premiados por su ((Canto a1 18 de septiembre,. en el Certamen, que abriera, para celebrar el aniversario de la patria. Se revel6 luego como poeta inspirado de aquella Bpoca. por su elegia a la muerte de don Jos6 Miguel Infante, 1844. Desde entonces comenz6 a colaborar en diarios y revistas. con versos y prosas. En 1846 ocup6 algunos puestos piiblicos, sin dejar la poesia. En 1849 publica su leyenda <Loco de amor)) y otras composiciones que le dieron fama de poeta elegante. y armonioso.

Lillo particip6 en la politica. Formaba parte de la ccSociedad de la Igualdad., Se encontraba entre 10s jbvenes que luchaban por la Iibertad en la agitaci6n revolucionaria de 1851. Senten- ciado a muerte, huy6 a Lima. En 1858 va a Bolivia. Dedicado a empresas industriales reune considerable fortuna. El poeta durante todos esos aiios continub escribiendo y publicando SUB producciones. Regresa ai pais en 1871. Es Alcalde de Santiago en 1878, luego Intendente de Curic6. desempeiia otros cargos. y en 1882 es Senador. Despugs viaia por Europa. 1889. A su vuelta se consagra a la literatura y a la pintura. Sus poesias se publica- ron en volumen s610 en 1923.

FuB Eusebio Lillo llamado el ((poets de la8 flares)). y tam- bi6n el ccruiseiior de la poesia chilena.. EI. autor de nuestra <Can- ci6n Nacional.. sobresali6 principalmente por la gracia delicada y Aexible de su estrofa. por la melodia suave y dulce de su expre- si6n esencialmente .musical y armoniosa, y por la melancolia voluptuosa y tierna de sus inspiraciones. asi nos lo presenta un critic0 de su Bpoca.

I

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LINDSAY

A t e n e a

Escritor y servidor pbblico. fu t Santiago Lindsay. Es uno de 10s primeros que figura en el impulso literario de

1842. Componente de la Sociedad Literaria. Colaborador de El Crepbsculo, aparecen dos cuentos suyos: Jorge y don Martin Gbmez. Una poesia. la mujer del soldado. que es una leyenda chilena. En el primer Certamen Iiterario abierto por la Sociedad Literaria, con objeto de celebrar el aniversario patrio. obtuvo Lindsay, el primer premio en poesia.

El poeta se dedic6 mBs tarde a1 periodisrno. y luego a la politica, terminando como diplomBtico.

Como periodista demostrb ser un hombre culto, cortts. po- lemista en que rivalizaba la elegancia de su estilo con su poderosa habilidad dialtctica.

Como politico ocupb un puesto de diputado en el Congreso. En la Diplomacia fu6 Ministro en Bolivia. A su regreso de

La Paz. 1873, es nombrado Jefe de la Oficina Central de Es- tadistica. Sirviendo a1 pais, en sue funciones, fallece en Cons- titucibn.

LOPEZ

Vicente Fidel L6pez. como 10s demBs emigrados argentinos llegb a Chile huyendo de la tirania de Rosas. Como redactor de la Revista del Valparaiso, 1842. dib algunos articulos litera- rios de sblida validez. Contribuyb de esta manera a despertar en la juventud la inclinacibn hacia las letras. Fu6 asi como su es- tudio critico ((Clasicismo y Romanticismoz, en la citada rev; sta produjo una intensa poltmica literaria. levantando 10s Bnimos de 10s intelectuales en Chile. Siempre tuvo Lbpez un afdn de estimulo Iiterario.

Lbpez participb en el periodismo asociado con Sarmiento. Tambitn hizo clases de Historia y de Literatura. Ocup6 el sitio

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de Fco. Bello, en la Facultad de Filosofia y Humanidades de la Universidad de Chile. Por encargo del Gobierno prepar6 doe libros elementales para la enseiianza.

Por sus articulos Iiterarios, especialmente el titulado << Cla- sicismo y Romanticismo>~. Lbpez contribuy6 de una manera plausible a1 movimiento intelectual de 1842.

Otro articulo importante es el que escribi6 en la Gaceta del Gobierno, a raiz del Discurso de Lastarria en la inauguracibn de la Sociedad Literaria. He aqui una parte: <La publicacibn del discurso del seiior Lastarria es. en esta Repfiblica. algo mAs que la impresi6n de un escrlto. Nosotros lo clasificamos como un suceso social. sin pretender rebajar en lo mLs minimo el alto elogio que envuelve esta palabra. Este discurso es la primera voz que alza la generacibn nueva. El sesor Lastarria es el primero. entre 10s jbvenes chilenos. que ha tocado, con sus ideas y BUS estudios, las cuestiones que debieran ocupar el pensamiento nacional, y las ha tocado de un modo bello y claro..

'

MATTA

Francisco de Paula Matta comenzb sus'estudios en el Li- ceo de Santiago. que dirigiera don Josk Joaquin de Mora. En 1844 se recibe de abogado.

En El Semanario de Santiago, se inicia como escritor. con- tinuando en El CrepGsculo. En la misma fecha que se recibe de abogado. funda El Siglo, diario de oposici6n a1 Gobierno, tri- buna de preconizaci6n democriitica, y de defeensa de 10s derechos del pueblo. Desde RUS columnas aboga con abnegacibn y ente- rem en favor de Fco. Biibao, correligionario. amigo 'y condis- cipulo, en la acusaci6n que @e le hizo por su c6lebre ensayo <<La Sociabilidad Chilena,. Fco. de Paula Matta. fuk su abogado le- gal en favor del acusado. $3610 la lealtad le dictb tan noble rasgo de compaiierismo. En ebos tiempos esta acci6n significaba le- vantar las iras a la aristocracia. Despuks de esta tempestad po-

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lftica y social, Matta. emprende viaje a Europa. Durante 4 aiios recorre Francia, Italia, Espaiia. Alemania. etc. A su regreso toma a su cargo La Revista de Santiago, 1850, donde redacta ardientes piiginas politicas, articulos de diversos gkneros y algunas poesias.

Pco. de Paula Matta, es considerado como uno de los'escri- tores m&s originales y valientes de su tiempo. Espontaneidad y nobleza eran sus caracteristicas. miis una bella elevaci6n espi- ritual.

MINVIELLE

,

Hijo de padres franceses. nace en Espaiia. HuBrfano. Es enviado a estudiar a Francia. Vuelve a su patria. Se ve obligado politicamente a partir para AmBrica. Se establece en Buenos Aires. Dedicase a la enseiianza. Colabora en varias revis- tas Iiterarias. Llega a Chile en 1837. Participa en varias activi- dades. En 1842 se representa su drama XErnesto.. que obtuvo aplausos calurosos del pfiblico. Anteriormente hab;a dado a la escena las traducciones de Antony y Hernani.

Minvielle en. 1843 es nombrado miembro de la Facultad de Filosoira y Humanidades. Public6 despuks textos de ensefianza: Manual de Preceptores. El Libro de las Madres. y de las Fre- ceptoras, Aritmktica mercantil. etc. Por sus publicaciones dedi- oadas a la enseiianza, traducciones y articulos Iiterarios que firm6 con el pseudbnimo El Duende, Minvielle, cooper6 a1 movi- miento intelectual de la kpoca.

Murib en 1887 en La Serena. como Rector de Liceo de esa ciudad.

Dejb una biografia sobre Manuel Rengifo.

MORA

Poeta y educador. Jost Joaquin de Mora, nace en Espaiia. L c h a en la batalla de Bailkn, y cae prisionero. Es trasladado a Francia. Viaja por Inglaterra. y regresa a Espaiia. Escribe en

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Hombres de 1842 r diarios y revistas Iiterarias. Compone obras dramgticas. §e le nombra miembro de sociedades y acadeTias. Nuevamente va a Inglaterra. se relaciona con Andrhs Bello, y Garcia del Rio. Publica articulos, poesias. y Iibros. ensayos sobre Ami:rica. Traduce obras francesas e inglesas. En 1827 viene a America. En Buenos Aires es redactor de algunos diarios. Llega a Chile en 1828.

La labor realizada por Mora en nuestro pais, fue de positi- vo valor, y trascendencia. Consagrado a la enseiianza. funda el Liceo de Chile. con que reforma nuestro sistema educacional. Con 61 estudiaron nifios. jbvenes, que m6s tarde van a ser ciu- dadanos distinguidos. ya en lassletras, ya en la politica: Vallejo. Lastarria. Tocornal, Chacbn, etc.

Durante su estadia. colaborb en 10s diarios chilenos con es- tudios y poesias. A 61 se debe exclusivamente nuestra Constitu- cibn Politica de 1828. En 1829, se nacionaliza chileno, y en 1831 es deportado por Portales. A 81 se deben. tambikn, las simientes democrritica que fructifica aiios mLs tarde en Chile. SUB leyendas Espaiiolas. fueron muy leidas. Indudablemente. ejercieron influ- encia en 10s poetas que mris tarde comentaron a dar a la luz deyendas chilenas>>. y poesias nacionales.

I Josi: Maria Niiiiez, se distingue entre 10s hombres de 1842.

como un educador ejemplar. Discipulo de don And& Bello. En 1837 da lecciones de Gram6tica Castellana, y de Literatura en el Instituto Nacional. Compuso un extenso trabajo sobre Andisis lbgico de algunas proposiciones de Don Quijote.

Fuh componente de la Sociedad Literaria, en su propia c a ~ a se realizb la primera reunibn. En El Semanario publics diversos articulos. poesias y una semblanza de don Jose Doming0

* Amungtegu;.

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$14 A t e n c . 1

En la enseiianza fue Director y propietario del Colegio de Santiago, En 1850 funda el Liceo de Valparaiso, en dicha ciudad, plantel que tuvo gran prestigio en el pais. Colabora continuamen- te en El Mercurio, y en El Diario, de la Iocalidad. Un recuerdo permanente hay de Josh Maria NGiiez. la estrofa que luce el frontispicio del Cementerio General de Santiago. se debe a su inspiracibn de poeta:

-

~ E s t a que llamas tumba de 10s hombres porque en ella descansan BUS cenizas, es la cuna sagrada donde empieza a rcnacer el alma a mejor vida..

OVALLE

Rambn Fco. Ovalle. tuvo por condiscipulos. en el Instituto Nacional. a1 selecto grupo compuesto por Bilbao, Lillo. Matta, y

otros de su generacibn. Ovalle desde niiio revel6 talent0 admirable. y nobleza. Siendo muy joven. es nombrado Secretario de la So- ciedad Nacional de Agricultura. Aiios m6s tarde. se consagra a las labores agricolas. Des puis establece una Fundicibn de Metales. En sus nobles tareas de industrial, Ovalle, contribuye a la ri- queza de Atacama y del prestigio del pais. Fus un hombre sin egoismo. Su generosidad fue reconocida por su pueblo, eligigndolo diputado en varios periodos.

Rambn Pco. Qvalle en la ipoca de sus estudios. pertenecib a la Sociedad Literaria, y en el certamen Iiterario que ella abrib a la juventud. obtuvo el segundo premio. El poeta que habia en el hombre dedicado a la industria, siempre persistib. En sus momentos de descanso escribib poesias. tradujo Canto a Nerbn, de Hugo, y la tragedia Cay0 Graco. que Amuniitegui public6 en la Revista Chilena. con elogio. Se ha sabido que durante 20 afios, Ovalle, trabajb en la traducci6n de la Eneida de Virgilio, dejdndola inhdita. Esta obra fu6 sustraida durante la Revolu- cibn del 91.

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Hombres de 1846

PIRERO

Abogado. periodista y viajero argentino. Miguel Pifiero Ilega a Chile en 1840. Se hizo cargo de la redaccibn de El Mer- curio de Valparaiso. en 1842. en cuyo puesto sucedib a Sar- miento. Public6 diversos trabajos de sumo inter&, entre 10s cudes de pueden citar: La Marina Nacional. La politica y la prensa en las Repiiblicas Americanas, Cuestiones ortogrgficas. Organizacibn de la Ensefianza Pfiblica. etc. Sostuvo varias poIi- micas en 10s diarios de la 6poca dsindose a conocer como un pe- riodista de merit0 sobresaliente.

Pifiero fund6 la Secretaria y la Intendencia Maritima. Murib en nuestra tierra.

PINTO

Anibal Pinto, politico. estadista. senador y Presidente de la Repiiblica.

En las Actas de la Sociedad Literaria. aparece regisirado como socio Anibal Pinto, ademsis figura entre 10s que presenta- ron trabajos en dicha Sociedad.

La obra Iiteraria de Pinto es bastante reducida. Sin embargo dedicb bastante tiempo a la literatura. Escribi6 algunos articulos. Y ensayos en diarios y revistas. entre ellos <(El metodo en Filo- Sofia,.

Repetidas veces fue diputado, senador, y Ministro de Es- tado. Por su aporte en el adelanto nacional, en 1876, el pueblo en reconacimiento. lo elige Presidente de la RepGblica.

El nombre de Anibal Pinto, trae a la memoria un grato re- cuerdo, a todbs 10s ciudadanos que conocen el brillante periodo histbrico de su Presidencia.

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Si6 A t e n e a -

RAM IR E2 ,

Juan Enrique Ramirez. dice el Diccionano de P. P. Figue- roa, y mLs o menos lo mismo el de J. D. Cortts, lo siguiente: ((Industrial y agricultor. En una tpoca en que todavia notable influencia en el pais 10s diversos sistemas rutinarios de la Colonia. planteb la fabricaci6n de tejidos de cLiiamo. la Empresa de la Compaiiia de Gas. y la de Ferrocarril Urbano de Valparaiso. H a dejado un grato recuerdo en la historia y en el pais. por su consagracibn a las industrias y a la agricultura de la Repbblicax.

Manuel Blanco Cuartin. en sus Articulos escogidos. le dedi- ca 12 ptiginas, donde da detalles sobre la vida intelectual de Juan Enrique Ramirez, en la tpoca de la generaci6n Iiteraria de 1842. Dice que: escribib algunos articulos que se distinguian sobre todos por el lenguaje perfectamente castizo y el giro do- noso de 10s modismos)). < A mLs de varios articulos de notable fuerza satirica y de poltmica. publics un folleto que, segbn re- cuerdo. hizo gran sensaci6n en Santiago,. ((Pues bien. entre 10s memorables precursores de la literatura chilena. a quienes se debe bendecir todos 10s dias. se hallaba Juan Enrique Ramirez,.

SANFUENTES

Salvador Sanfuentes. se ha dis tinguido en nuestra historia como poeta. politico y magistrado. Su dedicacibn a1 estudio desde joven, hizo de 61. un hombre de amplia cultura, lo que le sirvib para desempefiarse con lucimiento en diversas funciones administrativas. Conocia el ingltq. francts, italiano. latin, etc.

Elegido diputado en 1846, fu6 el primer0 en abogar por la libertad de cultos. Su honradez y su talent0 lo demostrb en va- rias ocasiones. A raiz de la Reglamentacibn del Estado de Sitio. y de las Facultades Extraordinarias. l a n d sobre el despotismo de 10s gobiernos estas palabras: ((Sefiores, desde el momento que un Gobierno tenga que valerse de medios violentos para

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Hombres de i84% sir -

sostenerse. desde ese momento eat6 pronunciada su sentencia de muerte: que se verifiquen m i s tarde o m6s temprano, poco’im- porta: per0 se verificari,. Este rasgo indica su valentia, ysu amor por la libertad.

Abogado en 1842. Desempeiib 10s siguientes cargos: Oficial de nuestra Legacibn en el Per& 1836: Qficial Mayor del Minis- terio de Justicia, 1837: Secretario de la Universidad de Chile. 1843; Intendente de Valdivia. 1845: Diputado, 1846: Ministro de Instruccibn PGblica, 1846 y 1855: Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, 1855: Decano de la Facultad de Filo- Sofia. 1856: Ministro de Corte Suprema, 1858. Durante todo su periodo de funcionario escribib poesia, hizo pintura, y tradu- io varias obras literarias.

Como miembro de la Universidad hizo su memoria histbri- ca sobre ((Chile desde la batalla de Chacabuco hasta la de Mai- PO,. donde di6 a conocer sucesos con amenidad y presicibn his- t6rica. Per0 el prestigio de Sanfuentes est6 como poeta, con sus poemas y leyendas. Y es principalmente considerado porque fu6 el primer0 que demostrb a 10s emigrados. que habh poetas en este pais. Publica su leyenda El Campanario, en El Semanario de Santiago. lo que le dib aplausos y prestigio. Participb tambikn, en la pokmica sobre Clacisismo y Romanticismo. Per0 El Cam- panario, fu6 puesto por las nubes, y desde entonces Sanfuentes, ha sido siempre citado por esta leyenda. Para nosotros, por hoy, tiene un valor circunstancial. Sin embargo hay descripciones logradas de tipos y costumbres de la kpoca colonial. Tras esta leyenda, aparecieron otras, d6ndole una reputacibn de poeta innegable. Entre ellas: Inami o la Laguna de Ranco. Ricardo y Lucia, Teudo o las Memorias de un Solitario; El Bandido, Huentemagu, etc. Salvador Sanfuentes fuk fecund0 en su labor de poeta, y no podia dejarla, a pesar. de 10s trajines politicos. forenses y administrativos. Fue siempre el hombre acompaiiado por la poesia.

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A t e n e a

SARMIENTO

Don Doming0 Faustino Sarmiento. que mBs tarde lleg6 a ser Presidente de la RepGblica Argentina. dej6 en nuestra pa- tria un recuerdo perdurable, como educador, publicista y di- plom Btico.

Sarmiento, dotado de un talent0 poderoso. fu t un valioso innovador en el apostolado de la educacibn de la juventud ame- ricana. Llevado por BUS deseos de difundir la cultura, encamin6 BUS ideales hacia la literatura y la politica. Gomo reformador de 10s sistemas educativos populares. se vali6 del libro y de la prensa. Es considerado como el espiritu mLs revolucionario de Amkrica. Despues de realizar una rneritoria labor en s u patria, fuk desterrado por la tirania de Rosas. Llegb a Chile en 1841. Refugiado en Copiap6. trabaja de Mayordomo en la mina Colorada de Chaiiarcillo, el mbs rico centro industrial de Ataca- ma y del Pacific0 durante esa kpoca. Trasladado a Santiago, se encuentra con Lastarria, quien le proporcion-a algunos recur- sos, ademLs lo relaciona con el editor espaiiol Rivadeneira. que editaba El Mercurio de Valparaiso. Sarmiento publica enton- ces su primer articulo escrito en Chile, relativo a la bata- lla de Chacabuco, logrando gran kxito. De esta manera comen- e6 el eminente escritor en Chile. Despuks fue nombrado Director de la Escuela de preceptores, para formar 10s primeros maestros que debian difundir la instruccibn primaria en Chile. En 1842 se hizo cargo de la Redaccibn de El Mercurio. desde cuyas columnas inici6 una vigorosa campaiia Iiteraria, suaci- tando vivas polkmicas con la intelectualidad chilena. Ningbn emigrado tuvo una actuaci6n m6s destacada como Sarmiento. en el progreso literario y politico de 1842. Aconsejaba Sarmiento: <<Cambiad de estudios. y en lugar de preocuparse de las formas. de la pureza de las palabras. de lo redondeado de las frases, ad- quirid ideas, de donde quiera que vengan. nutrid vuestro pen- samiento con las rnanifestaciones del pensamiento de 10s mBs

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Wombres de is42 -

grandes luminares de la ipoca,. ((Escribid con amor, con corazbn lo que se os alcance. lo que se os antoje que s e d bueno en el fondo aunque la forma sea incorrecta. ser6 apasionado aunque a veces sea incorrecto. agzadard a1 lector aunque rabie Garci- laso. No se parecerL a lo de nadie. per0 bueno o malo serL vuestro, nadie os lo disputari)). Sarmiento acusaba de no haber poesia en nuestro pais, y daba como causa de la esterilidad Iiteraria, la mala direccibn y tendencia de 10s estudios. As;. picando en el amor propio, 10s jbvenes se lanzaron a probar con producciones, que habia poetas en Chile. Per0 ellos surgieron a raiz de sus articulos, de sus pol6micas con don Andris Bello, Josi Maria NGiiez, Jost Joaquin Vallejo, Rafael Minvielle.

Dentro de la educacibn se debe a Sarmiento. por sus refor- mas, el poderoso avance de la educacibn primaria y secundaria. de ese tiempo. Escribi6 algunos textos diddcticos, y dirigi6 re- vistas con fines educativos.

Durante su estadia en Chile, di6 a la luz varias obras como (CFacundo)), que es la epopeya popular argentina. y ((Recuerdos de. provincia)). libro autobiogr6fico.

La permanencia de Sarmiento en nuestro pais, contribuyb eficazmente al florecimiento de las letras nacionales. §e le re- cuerda hoy dia con cariso y admirarci6n. Una estatua en su ho- menaje se ha inaugurado Gltimamente. en una de nuestras plazas pGblicas de la capital.

I

TOCORNAL

Manuel Antonio Tocornal. Abogado, estadista. escritor. Tuvo por amigos inseparables a Garcia Reyes. Lastarria y Sanfuen tes.

DesempeiG un papel importante dentro de nuestra historia politics. Hombre de inteligencia, caballeroso, culto. Abogado a 10s 22 afios. Memoria privilegiada. §u correspondencia solia dictarla a tres secretarios a la vez.

12

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B t e n e a

El aso 45 va a Europa. en viaje de estudio. Recorre Fran- cia, Espafia. Inglaterra. BBlgica. etc. A su vuelta llegb COE una experiencia y un bagaje de cultura, y una amplitud de criterio que no poseian muchos de sus contemporbneos.

Se le elige diputado en 1846, dbndose a conocer como ora- dor sobresaliente. Conquistb notable prestigio. sobre todo. en la discusibn de una absurda ley de Imprenta. que atacb con apasio- namiento. En 1840 se le elige diputado por Valparaiso, siendo este triunfo. uno de 10s mbs populares habidos en el pais, Era el candidato de la oposicibn. El aiio 50 se le ve como Ministro de Justicia y Educacibn. el 62 como Ministro del Interior y Re- laciones Exteriores. el 64 es nuevamente diputado y Presidente de la Cbmara. el 66 se le nombra Rector de la Universidad. el 67 como senador, ocupa la Presidencia de la Cbmara. Esta es m6s o,menos, la carrera politica de uno de 10s ciudadanos mLs nota-

bles que han pasado por el Parlamento. Su labor de Estadista. y de Rector de la Universidad. es de grandes mBritos.

Public6 algunos Iibros. entre ellos. su bosquejo histbrico: El primer gobierno nacional.

VALDES

Abogado. orador, economista, Cristbbal ValdBs es el ini- ciador de 10s estudios econbmicos en Chile. En la <Revista de Santiago,. aparecib en foFma de articulos su obra <<Estudios Histbricos-Econbmicos)>. 1848. ocupando mbs de 200 pbgs. de dicha Revista. CValdks, muestra en estos Estudios una erudici6n nada comGn. en un joven americano,. Lastarria. Conocia el franc&. inglBs e italiano, idiomas de que se sirvib para consultar obras en dichas lenguas: La personalidad de este culto escritor, dentro de 10s estudios econbmicos de BU tiempo, es excepcional- mente original. ValdBs. merece tambign. especial recuerdo por su ecoleccibn de leyes y decretos,. que cpmprenden 10s periodos de 1810 a 1823, obra de gran utilidad. Desde 1849 hasta 1852 fu6

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I!ombres de 18&

diputado. En el -wo. obtuvo celebridac En cierta ocasibn el propio Presidente del Tribunal. lo feficitb por su elocuencia. no ha habido otro cas0 semejante.

Cristbbal Valdts. fue fundador de la Sociedad Literaria., y colaborador de El CrepGsculo. Ley6 en una de sus sesiones su es- tudio: el espiritu feudal y aristocr6tico en Chile. En la revista publics entre otras cosas, su cuento: Eos dos puiiales y la biogra- fia: Manuel Rodriguez. En el movimiento intelectual de 1842, el concurso de Valdts. cmerece un recuerdo especial,), dice Las- tarria en SUB Recuerdos Liteiarios, consagrbndole varias p L ginas como homenaje.

Rafael Valdts. cubano, figura entre 10s destacados per- soneros. que formaron fila por la Independencia Americana. Colabora en el Estado Mayor del EjBrcito de Bolivar. Desterra- do de su pais. llega a Chile. Realiza continuos viajes entre San- tiago y Valparaiso. En su diario personal se encuentran anota- ciones de sumo interts. De un paseo que hace a Renca, recoge inipresiones. escribe con soltura lo que es una chingana. Re- fiere que don Diego Portales, va dos veces por semana a estas fiestas. Por su Diako personal. demuestra que es obligado a dejar su residencia entre Valparaiso y Santiago. Por otra parte. no podia vivir bajo un rtgimen que no estaba de acuerdo con sus ideas de libertad y democracia. Se va a Copiapb. Colabora en la prensa. Sostiene algunas polemicas sobre politica y moral. Sus articulos y composiciones potticas, dan la impresibn de una amplia cultura. En forma satirica corrige vocablos que per- tenecen a1 lenguaje popular: i

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A t r n e a

((El que diga ((nieliciano., ((flaire.. ((endivido., (( vistuario)>, (( Alifonso)). (( pulimario., ccmesmo)), <(vide., y wiudadano. meta a1 bolsilIo Ia mano y entregue media onza de oro. pues. es punible desdoro hablar con tanto descaro y hacer que el hombre sea guaro cuando Dios no lo hizo lore),.

Muckas producciones corn0 estas se registran en la prensa. Adem&, Rafael VaBdes, tuvo participacibn destacada en algunas asambleas politicas. El escritor espiritual, e ingenioso, el compa- Eero y amigo de Bolivar y Sucre, fuk asesinado por su criado, en 1866. Su nombre se recuerda en Copiapb por un plantel edu- cacional que lleva su nombre: Escuela Rafael Vald&s)).

VALLE JS

Desde sus primeros articulos, politicos o Iiterarios. Jos6 Joaquin VaXejo, sorprendib a 10s lectores por su agresividad e ironia. As;. en forma repentina conquistb la celebridad. como periodista y escritor.

HabCa nacido en la humildad. El Munkipio de La Serena, interesado por la precoz y fuerte inteligencia del niEo. lo educa en Santiago, Liceo de Chile, que fundara don Josk Joaquin de Mora. Cerrado el colegio por el destierro de su Director, trabaja como dependiente de una tienda. a1 mismo tiempo concurre irregularmente a clases del Instituto National. M&s tarde es nombrado Secretario de la Intendencia de Maule, 1835. Es aqui donde comienza a prepararse como escritor de articulos de costumbres. Enemistado con el Intendente vuelve' a la capital. Por desacuerdo de la politica adrninistraviva de sus jefes. apa-

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recen en forma apasionada y sarcsstica. sus prirneros articulos. en El Mercurio de Yalparaiso, en Guerra a la tirania.

Despuks de algGn tiempo se va a Copiapb, donde trabaja co- mo tinterillo. y luego en el mineral de Chafiarcillo, como minero. En 1846 es poseedor de una gran fortuna.

Yallejo'se hab<a dedicado durante su estadia en Copiap6 a1 periodismo. conquistando un lugar prominente, como autor de articulos de costumbres, en las letras chilenas. A su vez se hizo popular, tanto que el pueblo lo eligib diputado en 1849. En 1852 va a Bolivia como Encargado de Negocios. Muere en SIZ tierra copiapina en 1858.

Yallejo est6 intimamente ligado al movimiento intelectual de 1842, por las polimicas Iiterarias que sostuvo con 10s emigrados argentinos. Fuk Yallejo uno de 10s que pafadinamiente demostr6 con sus articulos Iiterarios, que habia escritores en Chile. Con altivez y violencia, mand6 desde su rincipn provinciano, sus fa- mosas cartas. con el pseudbnimo de Jotabeche. Ellas se publica- ron en el Semanario. Revista cie \!alparafso, etc.

Son de inestimable valor sus articulos de costumbres. y

algunas de sus narraciones hist6ricas como: El Gltimo jefe espa- Eol en Arauco. y el Coronel Montero, Jotabsche es el iniciador del articulo de costumbres, y no ha habido otro en nuestras letras que lo haya sobrepasado.

He aqui lo que escribi6 sobre Romanticismo, en una de BUS pokmicas. <<No te canses, querido amigo. decia la Carta a un amigo de Santiago, no pierdas tu tiempo en resistir a1 romanti- cismo, a1 torrente de esta Gltima moda que es la miis barata,. <<Hazte romiintico, hombre de Dios. resuklvete de una vez a1 sacrificio mira que no cuesta otra cosa que abrir la boca, echar tajos y reveses, hablar de independencia Iiteraria. escribir para que el diablo te entienda,. As; escribia a 10s argentinos en 1842, fecha en que se inicia nuestra autintica literatura.

'

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VARhS

.4 t en 6 0

Antonio Varas. Abogado. orador. estadista. Como abogado. repetidas veces. di6 muestras de desinterks

remunerativo. no tuvo ambici6n lucrativa en su profesi6n. En 1845 fuk Ministro de Justicia e Instrucci6n Ptiblica; y el 51. Ministro del Interior. Durante la administracibn de don Manuel Montt, period0 de diez aiios. permaneci6 frente a1 GobierAo como Ministro de Estado. realizando una fructifera labor en benekio del pais. Siendo Ministro en 1861, rehue6 el ofrecimiento de su candidatura a la Presidencia de la Reptiblica, acto de patriotism0 que prob6 su ninguna ambici6n politica.

Elegido diputado en 1862. preside la Cdmara. Despui.s, por varios aiios fu6 Senador, y presidente de la Cbmara. Fund6 la Caja de Crkdito Hipotecario. en 1855. M d s tarde fu6 su Director durante 30 aiios.

En la Enseiianza. Inspector, Vice-Rector y Rector del Ins- tituto Nacional. Perteneci6 a la Facultad de Leyes de la Uni- versidad.

Varas. como orador fu6 vehemente. desordenado, hdbil. Poseia una profunda y honrada pasicin por la causa del bien pbblico. Era <<una espada tajante con que se cortaban las gran- des dificultades parlamentarias>). ,

Antonio Varas perteneci6 a1 movimiento literario de 1842. Form6 parte de la Sociedad Literaria. Su obra es escasa como es- critor, pero anim6 el circulo de jbvenes. que mds tarde sobresal- drian como poetas, histonadores o estadistas eminentes, como lo fu6 61,

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Hombres de 184.9

BIBLIOGRAFIA

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And& Sabella

Poesia de Chile en 1842

PERSPECTIVA DE HECHOS

UNQUE Lastarria, en sus <<Recuerdos Literarios,, piense que la mBdula de 1842 <<sobrevino como una reaccibn cas; individual., estainos ciertos que en este movimiento confluyeron mucEas circunstancias que

le prepararon y le vializaron el camino. En <<Lastarria y su Tiempo,), Alejandro Fuenzalida reconoce que este aserto de Las- tarria se engendrb en 5u exagerada visibn de si mismo (1). §in duda que en 1842 la actividad de 10s hombres, su valentia. deci- dieron la marcha. Pero en comprensibn total, fu6 la unidad de 10s acontecimientos con 10s varones de ese tiempo lo que hizo posible un movimiento que era el 1810 de nuestra frente. Pen- sarnos que generalmente es la mano de un bombre la que es- cribe la historia y que esa mano entinia la pluma en la sangrc de 10s sucesos que le rodean, en la sangre de 10s hombres que le sirven de cerco palpitante. En el movimiento del 42 las cosas no excepcionaron la regla. A no mediar unas cuantas causas de diferentes Brdeneo, dura, o cas; imposible. habria sido la reali- dad de un sueiio Iibertador en 10s escritores de a p e ! aiio. Ellos fueron la gota de agua que rebab8 el vaso.

A manera de simple informaci6n. y porque juzgamos que aGn an el cas0 particular de nuestro trabajo es impropio no cons;-

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Poesia de Chile en IS42

derarlas. enunciaremos algunas causas que, a nuestro parecer, ejerccn domini0 esencial.

El triunfo de Uungay, sobre la Confederacibn FerCt-Boli- viana;(1839). nos enorgullecib de sangre y pblvora, ahriendo ri- sueEos cauces politicos: Bulnes traia la banda presidencial ter- ciada a1 pecho como un simbolo de creacibn nacional. Hab;a confianza en la patria. Y el horizonte se podia tocar con manos propias.

El plano social y el plano econbmico se levantaban arm6ni- camente. Se trataba de ganar altura. de rescatar lo perdido en la5 batallas. Chile habia conocido el tamago de su alma y era precis0 emplear positivarnente este conocimiento (2).

Un decreto. de 17 de abril de 1839, firmado por Prieto y Mariano Zgafia, paralizando a la Universidad de San FeSipe (3), dejaba expedito el rumbo para una Universidad rnhs acorde con el flujo deinocrhtico que andaba en nuestra historia. Los tCr- minos del decreto eran concluyentes: ((Queda extinguido el esta- b!ecimiento Iiterario conocido con el nombre de Universidad de San Felipe.. En esta casa habca crecido un fuerte pensar arnarillo, colonial, y la RepGblica debia desterrarlo: <<&an 10s elernentos de seleccibn social que pugnaban por sacudir el yugo

con que la Colonia habia atenazado a las inteligencias. (4). Entre 10s 5,800 Iibros de esta Universidad no 5610 se acentu6 <<la gestacibn de ese espiritu colonial)), sin0 que. tambi6n. (hay que decirlo). germinb la llamarada espiritual de 10s hokLres de 1810. LO irregular del decreto de 17 de abril era el'no proponer nin- guna nueva fuente de cultura en reemplazo de la descalificada Universidad de Tomhs de Aziia. Los que en ella habian recibido sus herrarnientas de sabidur$a, salieron en su defensa. I' m6s que sus palabras, la defensa part& de lamismauniversidad: de Ea subs- tancia ideol6gica que formara. Bonde queda Iimpia su ejecutoria es en las palabras de Luis Galdames, puestas en el ((Bosquejo Histbrico), que nos informa: <<Valloriz6 el estudio y la profesi6n intdectua2 entre gentes cxtra~ias a! clero y en el clero mismo;

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A t e n , e a

foment6 la lectura. la finica permitida en la Colonia. per0 lec- tura a1 fk.. Bastarian estas Iabores para honrar su eficacia.

Andris Bello, Ilegado a Chile en 1829, trabajb durante 1841 en un Proyecto de Ley OrgQnica de la Universidad. Se promulg6 el 19 de noviembre de 1842. Y el 17 de septiembre de 1543, incendiando la modorra de un entonces demasiado lento. se instal6 la IJniversidad de Chile, siendo su primer Rector el canbnigo Meneses, por prudencia de Bello, y su primer Secre- tario General, un poeta. el autor de .El Campanario,. Salvador Sanfuentes. Nuestra Universidad seria una hoguera prdgresista. Bello trazaba una pauta honorable y candente a1 seiialar en su discurso inaugural: <<Que 10s grandes intereses de la humanidad os inspiren)) (5 ) . Y la poesia no quedaba a1 margen de sus conse- ;os. pues Ham6 la atencibn contra las ccorgias de la imaginacibn)). La Universidad de Chile era. desde ese momento, m6s que ban- dera. sangre en marcha.

Mas. si aparecia en gracia de venturosas posibilidades, sus hermanas menores, las escuelas primarias fiscales, alcanzaban apenas en el territorio a 56. (en la Capital funcionaba una sola). Manuel Montt redactaba por aquellos aiios nuestra primera Ley de Instruccibn Primaria.

La Escuela Normal de Preceptores era fundada el 14 de Junio de 1842.

Y para una fiesta de saber, agrandaban nuestros impulsos 10s emigrados argentinos, (Sarmientq. Vicente Fidel LBpez. Mitre. Alberdi, Gutiirrez, Pifieiro, Feiia, etc.) : ya Chile habia henchido su destino cultural con Jose Joaquin de Mora: con Sa- zii y Gay, un midico y un naturalista fradceses; con Blest. un midico inglis; con Gorbea, un matem&tico espaiiol. Bello era el timonel moral de nuestra juventud y se prolongaba en la viva- cidad de Ventura Marin y Josi Victorino Lastarria. Un urugua- yo, (Juan Carlos Gbmez). y un colombiano, (Juan Garcia del Rio). cerraban este circulo de internacionalidad en el ascenso cultural chileno.

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T'oesia de Chile en 1848

Sarmiento fu6 el cierzo que alzb las capas de silencio con que nos cubriamos el a h a . Con terquedad sostuvo que nuestra poesia no existia por dos razones terribles: porque no hab;a ideas, y porque viviamos sujetos a la cadena de una locura de Iengua, maniatados por un lengnaje de almidbn. Tales afirma- ciones tuvieron la virtud de aguijonear el orgullo nacional. y la respuesta se dej6 sentir. de inmediato. con la publicacibn de

<El Semanario de Santiago, y. a poco andar, con (.El Campa- nario.. de Sanfuentes.

<El Semanario de Santiago" es la repercusibn altlsima de <La Aurora, de Camilo Henriquez. Juega su mismo altivo rol Iiberador. El Prospecto de este semanario aparecib el 27 de jiinio de 1842. Y su primer ntimero. el 14 de julio de 1842, (simbolis- mo de fecha con la sombra sangrienta de La Bastilla como tu- tela): se vendia a dos reales y circulaba 10s jueves. Se public6 hasta el ntimero 31. (3 de febrero de 1843). contando con la cola- boraci6n de Lastarria, Jotabsche. Hernibgenes Irisarri, Sanfuen- tes, Jacinto Chacbn. Garcia Reyes. Manuel A. Tocornal y otros valores. e imponiendo moralidad de lanzas humildes: la supresibn de firmas a1 pie de 10s trabajos (6).

Seguramente, la pokmica que abri6 la acusacibn de Sar- miento. es el origen mis agudo del florecer Iiterario de 1842. Y en especial a ella nos referiremos m i s adelante.

Antes es precis0 consignar una ley a la que nosotros atri- buirnos Clara importancia en el desarrollo del avance cultural nuestro: la primera ley chilena de Propiedad Intelectual. Era la de 1834. Los escritores encontraban en sus disposiciones la custodia de BUS obras en Io mis vivo: en su economia (7).

Pare;, a la obra escrita de Lastarria. finalmente. se destaca su Sociedad Literaria. Fundbse el 3 de mayo de 1842 y en su dis- curso de apertura Lastarria hablb con briilantez solidaria: <(He- mos tenido la fortuna de recibir una mediana ilustracibn: pues bien. sirvamos a1 pueblo, alumbr+osle en su marcha social para que SUB hijos lo vean un dIa feliz. Zibre y poderoso)). Esta

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330 L

Atenera .

Sociedad abre el primer, concurso pottico chileno en septiembre de 1842-certamen que necesita do rubro aparte por BUS re- sonancias.

SARMIENTO 0 LA TEMPESTAD

Adolfo Valderrama. en su <(Bosquejo Histbrico de la Poesia

a) Period0 del coloniaje; 6) De la Independencia: y C) contemporineo. Este 6ltimo comprenderia dos etapas: una de 1842 a 1854,

la otra de 1854 a 1865. ((Sueso de la Poesia, llama t l al instante que 5e extiende m i s

all6 del period0 de la Independencia, (1838-1842), 7 se lo explica para la justificacibn urgente del mutism0 de nuestros poetas: cLas causas de tal silencio de la poesia deben buscarse en nues- tro caricter positivo, y en las circunstancias que rodeaban a1 pais en aque!la 6poca)). Se acababa de romper el cordbn um- bilical con la Madre Patria. M&s que cantar era menester organi- zar. Y en esa tarea depuradora se empesaban todos. La poesia. flor de calnta, aunque surge tras el vkrtigo de nuestros cataclis- mos, no podia echar a1 aire su rodaje celeste. Era necesario es- perar un clima desposado con el 6xtasis. U para conseguirlo se trabajaba.

Sarmiento. haciendo de <<El Mercurio, de Valparaiso una trinchera romiintica, censuraba a 10s chilenos su enraizamiento en las simas de un est30 engrillado, proclamando la expresibn desnuda y espontiinea. libre y como directa emanacibn del CO-

razbn: ((En lugar de ocuparos de las formas-decia-, de la pu- reza de las palabras, de lo redondeado de la €rase, de lo que dijo Gervantes o fr%y Luis de Eecjn. adquirid ideas.. La t6cnica la entregaba de este modo: ((Escribid con amor, con corazbn, lo que os alcance, lo que se os ocurraz.

Chilena)), (1866). la clasihca en 10s siguientes periodos:

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Poesia de Chile en 1842

Salvador Sanfuentes polemizb con el argentino y en el nG- mer0 2 de ((El Semanario de Santiago)) publicaba un articulo sobre CcRomanticismo,. Saniuentes no sBlo se conform6 con tsto. En el nfimero 5 empezb a entregar el Canto I de ((El Campana- ria.. (Ilegando hasta e3 7). Valderrama elogia a Sanfuentes por- que ((ha tenido siempre la originalidad que consiste en el colo- rido local)); a una ofensa de ceguera nacional. era natural que se contestase con una poesia oIorosa a patria:

<(Per0 se tambitn chilenos. que SI nunca comenzamoa. campo vastisimo damos a 10s dkterios ajenosz.

Szniuentes permanece en el resplandor de nueatro afecto por su coraje:

((Si no sabemos hablar, inventemos un lenguaje)).

Y el lenguaje lo extrajo del color maravilloso de la t i a r a chilena, adentrandolo y amandolo, hasta llenarse de la gloria de su gracia:

(cYa sabhis lo que nos dice un peribdico perverso. que no ha producido un verso- nuestro caletre infelicez.

Se habga quebrado el cetro de vidrio de <<la h’ ispana monar- quia,. Sanfuentes entendib que era inminente tambihn desli- garse de SLI cuidado interior:

c(iPor qut en Iiteratura suirimos un yugo exbtico?

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A t e n e r i

Y di6 alas a su pluma. Sarmiento recibia, con <<El Campa- nario.. un ardiente desmentido. y nuestra poesia encontraba la clave de su propia belleea.

CERTAMEN LITERARIO DE, 1842

La Sociedad Literaria. que dirigian 10s 25 asos de Lasta- rria, Ham6 a un Certamen Literario en 1842. En <<El Semanario de Santiago,, niimero 11. de 18 de septiembre de 1842. viene el fallo. Grmado por Lastarria. Garcia Reyes y Carlos Bello, ala- bando el poema premiado. Pertenecia a Santiago Lindsay y se llamaba <<A la Libertad de Chile,. El fallo aludia a <<una imagi- naci6n fecunda, germen de iAeas nuevas y de atrevidos pensa- mientos)).

El accesit correspondia a Ram& Ovalle: el tercer premio. a

Francisco Bilbao: y el cuarto. a Javier Renjifo. El premio en prosa lo obtuvo Juan B~llo. con <<El Dieciocho de Septiembre,.

Los poetas inauguraban recign su adolescencia. El timido bigote. (en la felicidad de un alba viril), 10s emparentaba a las viejas fotografias de 10s rombnticos de Iejos. Santiago Lindsay era el mayor. (20 asos). y sus palabras agitaban un tricolor ihgenuo:

<<iOh, noble Chile. salud! A ti Natura te di6. cual nunca jamas se vici. alto valor y virtud)).

Su poema se componia de 69 estrofas. El epigrafe que le or- laba era el siguiente:

<<El sol brilla en el cielo: Chile en la AmErica del Sur,.

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r Poesia $e Chile en IS@

temporLnea,.

taras. Y Chile es un aroma en el limite de BUS labios: Es una poesia con bordes azules. El cielo le obsequia ci-

I

, Lindsay, Ovalle. Bilbao y Renjifo son. estrictamente, 10s

verdaderos poetas de 1842. Semilla, flor y ceniza de este movi- miento. Aparecieron por 61 y bebieron en sus manos. La muerte, la tinta de imprenta, la redencibn de 10s humildes. y las quebra- duras de la vida, siguieron a estos cantos (8).

LA PRECURSORA

La muerte de Portales, (1837). despertb la voz de una gran mujer: Mercedes Marin del Solar. Una elegia es aurora de nues- tra cancibn:

(CDespierta. musa mia. del profundo letargo en que abismada yaces por el dolor,.

Mercedes Marin del Solar es la llave de mundo para el des- arrollo intelectual de la mujer chilena. En cierta ocasibn, ha- blando a las alumnas de un Liceo de Santiago, estampb esta fra- se. pauta e impulso: ((Nuestra inteligencia. que no cede en viveza y penetracibn a la del hombre,. aventando prejuicios y tonifican- do posiciones. Esta inteligencia la llevb a escribir: y si confesaba que KMis versos son como un lujo de mi vida privada,. en virtud de su emocibn. lograron la eternidad de otros oidos, cuando la RepGblica lloraba a la victima de Florin:

<La sacrilega mano quedar debiera a1 punto yerta y fria,.

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334 I

A i e n e u --

((Sblo al hombre, ser libre, inteligente, Dios revel6 su nombre y su grandeza . . . i Y el necio liuye de Dios, ciego y demente!),.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

c<Un dca, l a n d Chile hondo gemido que resonci en tu pecho generoso, y de Maipo en el campo polvoroso el casco se imprimib de tu corcel,.

En 1574. un hijo suyo, el novelista Enrique del Solar, or- den6 la obra de Mercedes Marin del Solar, de quien nos recuerda Armando Donoso, en su c<Parnaso Chileno., (1910). QIU noble inspiracibn, sus sentimientos patribticos y humanitarios, (9). ’ Insistir en el valor moral de la seiiora Marin del Solar no es van0 esfuerzo. El hecLo de haber descubierto su vocacicin literaria con una elegia polztica la muestra valiente y preocupada de problemas que excedian el marco familiar en que languidecian las mujeres de entonces. Estela Miranda no repara en que esta fuga del (<rec;nto emocional exclusivamente st~yo), es. acaso. la m&s luciente virtud de esta mujer, pues contrariamente a io que ella estima, no Io hacia por <(la mordaza con que ahogaran su sinceridad aquellos convencionalismos torpesz, sin0 que por- que a la deleitaci6n de un arte de espejos particulares. preferia el vario y tumultuoso de sri kpoca.

Las mujeres chilenas deben reconocer en la seiiora Marin del Solar. precisamente. a su libertadora espiritual. Es la madre de la mujer nueva en Chile. Vial Solar la ha descrito en sus tertulias de cultura: contra 10s limites de incienso de su medio. lanzb 10s primeros gestos de una mujer dnefia de si. en el entendimiento de una m6s verdadera y valiosa realidad humana.

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Poesia de Chile en 18Cd i JACINTO C H A C ~ N : PUENTE DE PLATA

Jos6 Maria GutiBrrez, autor de ((Am6rica Po6tica)). impresa en 1846, en Valparaiso. y con una <<Alocucibn a la Poesia,, de AndrBs Bello, alude a ((las miras elevadas, de su estro. Y le antologa 4 composiciones:

I. ((El 18 de Septiembre,, fechada en 1843. 11. ((El Verano,. fechada en 1844. 111. <(A mi amigo H. I.. (Hermbgenes Irisarri), en su matri-

IV. Fragmentos de un poema titulado: ((La Mujer,. fe- monio,. fechada en 1843. y

chada en 1843.

Podria asegurarse que Chacbn es el enlace que anuda el tiempo lirico de Chile. §us poesias rasgan velos de brumas espi- rituales. En (<El Verano.. encontramos esta expresibn fresca y>que hoy firmaria cualquier poeta de altas torres:

unaranjo de escarlata y .verdeB.

*(<La Mujer, es un poema en que se biografia a la hija, a la amante. a la esposa y a la madre: loor henchido:

13

UiMujer! iOh. gota pura del cblice divino! Calmar con tu dulzura a1 hombre es tu destino, el amargoso Iiquido del vas0 del dolor; t G eres mujer lit urna que encierra su consuelo: la antorcha eres nocturna

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A t e n e a

que 1e.platea el cielo: y en fin en turbio pi6lago su estrella eres de amor,.

En 1850, Chacbn dedicb a1 Doctor Don Francisco Javier Luna Pizarro, Arzobispo de Lima, su poema (<La Fe sobre 10s Montes,. publicado ((par la Comisibn de Premios del Gobierno..

Los cbdigos ahogaron en Chacbn la rosa que le bailaba en

10s dedoa.

SALVADOR SANFUENTES, ABOGADO DE NUESTRAS MUSAS

<<Grave asunto ea escnbir para el p6blico un poema: cosa difzcil un tema que a todos guste, elegir,).

Es el punto de partida de <<El Campanario,. Salvador San- fuentes deplora la herida que le mana a Chile en su corazbn de guitarra: injustamente cruel ha sido Sarmiento para acercarse a su misterio. Y es precis0 vengarse. Venganza de poeta, revancha sutil: un poema. Este es el g6nesis de (<El Campanario,. en cuyo prblogo Sanfuentes es capit6n de eepada azul:

< A vuestra cabeza salgo deseoso de redimiros,.

3 Cantos integran este poema. que en edicibn de Bibl' ioteca Chilena. publicada bajo la direccio'n de 10s sefiores Lu i s Montt y Jose' Abelardo NiXez . en 1885, es complementada con CInami. o la Laguna de Ranco.. (en Valdivia). y <(El Bandido., cuya (< Escena es en una de las provincias del Sur y en el Siglo XVIII, : el titulo conocido de la obra de Sanfuentea es el de CLeyendas

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Poesia de Chile en 18@

Nacionales,. que en otras ediciones trae, adem6.s. CTeudo o Memorias de un Solitario,, (IO).

Sanfuentes ostenta un blasbri de conquista: halla a Chile. Escribe Doming0 Amunbtegui Solar, ( e Bosquejo Histbrico de la Literatura Chilena,, 1920) : aHasta entonces ningbn poeta chi- leno habca descrito las bellezas naturales de nuestro pais, : SInami. inicia la poesia descriptiva en nuestra patria. El que imitaba a Mora en <El Campanario,. en la segunda leyenda, hunde SUB ojos en el paisaje nacional para la hermosura del hallazgo :

<Si anhe1Li.s del mundo en su infancia admirar la imagen bella, penetrad por su bosque mbs profundo donde el ray0 del sol no halla cabida y alto silencio a meditar convida!..

La realeza de nuestra tierra crepitaba en la pureza de esta lengua. Sanfuentes 8s el Bautista de nuestra noble poesia actual.

Sanfuentes peca por aquella largura de su ankcdota pobre: .Per0 no he de aburrir a 10s lectores)), se disculpa. Habla y no se divisa en canto alguno su perfil. En .El Campanario, est5 su poema maestro: <Del Coloniaie,. Y a1 describir a Leonor brilla la entraiia de esta imagen que disega su boca:

edonde las perlae y el coral relucena,

Samuel A. Lillo le critica a Sanfuentes su efalta de inspira- cibn,. Pero, como nosotros ahora, le ensalza su valor de adalid de la poesia chi!ena. Sanfuentes rompe lanzas por ella. Es el aventurero de nuestra naturaleza. El que argumenta con su sangre, (11).

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A t e n e o

HERM~GENES IRISARRI Y LOS POETAS

Rqdolfo Polanco Casanova, autor de aOjeada Critica sobre

la Poesia en Chile,. (1840-1901. publicada en 1913). imagina a Irisarri como aun poeta de hac y guante blanco..

El hijo de Antonio Jose Irisarri poseia, seglin Donoeo. <Notable delicadeza y exquisito buen gusto,. Escribib sin derro- che: ~ T u v o fama de perezoso,) (Lillo): sus poesias mbs celebradas son: <<A una mujer,, <<El Poeta,. <<A Lice., <<A San Martin,. <(Amor)). y aPensarnientos>), canto sbfko dedicado a D. J. V. L. (D. Jost Victorino Lastarria).

Irisarri piqta con sutileza:

CCuando por puertas de nscar. apareciendo la aurora, (12).

En aEl Poets)) tiembla el Prefacio de aLas Flores del Mal, :

<<A1 mundo vino un ser psr su desgracia y enviado por la mano de Dios mismo. marcado con el sello de su gracia y colocado a1 borde de un abismo..

El verso Gltimo es de una formidable intuicibn. El poeta vive Cal borde de un abismo, efectivamente. A orillas de espadas. de quemantes desfiladeros. corre su vida. La poesia no es sin0 un trbnsito por un filo de fuego. Irisarri que se prosterna. re- zando cas;:

<<Grata poesia, celestial encanto)),

sabe que el poeta <<en todas partes ve un camino.. De ah; su desacuerdo con todos. El poeta descubre las entradas m6.s inti- mas de la Creacibn. Sus ojos existen en vigilia de rutas.

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PoesZa de Chile en 1846

~ EUSEBIO LILLO EN su POES~A FRAGANTE

Con Lillo creemos. nosotros. que se debe cerrar la plana de poetas de 1842.

18 aiios tenia cuando su garganta se afilib a1 oficio de muerte de la poesia. Fu6 en la de don Jos6 Miguel Infante. (el 9 de abril de 1844).

Lillo encarna un destino encendido y vibrante: revoluciona- rio de corazbn. acompaiib a BiRbao en la Sociedad de La Igualdad: en la revolucibn de 1851 estuvo contra Manuel Montt. y la de- rrota de su bando le significb una condena mortal: conmutada por el destierro. viajb por Perii, y Bolivia, haciendo. en’esta iil- tima Repiiblica. su’ fortuna. Balmaceda Je confib Ia formacibn de su primer Gabinete y fu t (<el Depositario de su testamento politico,, honor que lo define, (Id).

Bulnes ya le habia distinguido. encarghndole que compu- siera nuestro himno naeional. en reemplazo del de Bernard0 Vera y Pintados. Los 20 aiios de Lillo dieron espkndida satisfac- cibn. El 18 de septiembre de 1847 se le cant6 por vez primera. con la mbsica de Rambn Carnicer. (<salvo Iigeras variantes,. con- servhndose del antiguo iinicamente el coro.

La vida turbulenta de Lillo contrasta con la placidez de su arte. <(El poeta de las aves y las flares. le llamaron. es decir. de 10s guiones del firmamento y 10s cabellos de la tierrra.

Nascimento, en 1922. edit6 sus c(Poesias)>. con una Introduc- cibn de Carlos Silva Vild6sola. fechada en septiembre de 1905. All; es posible comprender el fondo de crista1 de este poeta. No anhela que se le tome como cosa de museo: desea alcanzar la muerte en una silenciosa actitud de flor vencida. Nada le inte- resa entonces. Su jardin le sirve de refugio.

Y es en este jardin donde Lillo. en su ancianidad, constata Is delicadeza de su herbario ideal: <(A la Violeta., <<A una ResedBB, .A una Madreselva., ((A un Junco,).

/

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A t e n e a

Su poema <Las Flares, compendia su vocac;bn de confi- dente de 10s aromas:

<Tal vez en un lenguaje misterioso en el jardin donde, yactis unidas, os mandtiis con el viento voluptuoso pensamientos de amor, flores queridas,.

Yes la profesibn de fe de su vida y su arte. A la hora en que el reloj marca la medianoche en nuestro corazbn, Lillo debia fugar- se del circulo de politicos para comenzar su ditilogo con las co- rolas. Y como tstas algo esconden del poeta, Lillo sup0 que la poesia es un caer en atmbsferas de angustia. (<El Poeta y el Vulgo)). <(El Roeta y el Picaflor.. <El Angel el Poets,. una fan- tasia).

Las cuartetas de KDeseos, exponen su coraebn-miel en ctipsulas de barro:

(<Si fuera un pensamiento audaz. profundo, que conmoviera a1 orbe en un instante. desdeiiaria de ocupar el mundo por ocupar tu corazbn amante,.

Nauta de sueiios, el poeta no hereda de 10s dioses &no el tesoro de lae manos desnudas. Per0 es con estas manos que res- taura el mundo.

BALANCE, AUGURIOS

Con Lillo clausuramos nuestra inspeccibn a la poesia de 1842. En algunos estudios se categorizan como integrantes de este movimiento a 10s poetas: Matta, Blest. Rodriguez, De la Barra y Soffia. Las fechas de nacimiento de ellos nos llevan a considerarles sucesores de 10s que noso tros hemos revisado.

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Poesia de Chile en 1 u4e

Matta nacib. a1 igual que Blest. en 1829. Rodriguez en 1838. De la Barra en 1839 y Soffia en 1843.

Mercedes Marin del Solar es el anticipo de 10s poemas que agrandar6n nuestro pulso en Amtrica. La poesia de Jacinto Chacbn anuda 10s aiios de un despertar incierto con un porvenir que es apenas punto de luz en 10s premiados en el Certamen de 1842. quienes. justicieramente. son 10s poetas matrices de este movimiento. Salvador Sanfuentes permanece corn0 la columna fundamental de la poesia chilena en aquella hora de negacibn y de esperanza. Y si Irisarri es la voluta graciosa, Lillo queda como una guirnalda.

Tras de 10s esfuerzos de estos poetas. nuestra poesia sube y fructifica. se incrusta en el tiempo con firmeza. destacando su legado de rub; y de estrella.

Valderrama la bendecia por el programa que le adivinaba en un futuro de dignidad: .Sublime programa en que figuran todas las grandes aspiraciones de la especie hurnana. en que la belleza es un bien. en que la Iibertad es un derecho. la razbn -una virtud y el progreeo una ley inviolable..

Este plan luminoero lo debemos repetir nosotros.

NOTAS

(1) Lastarria naci6 en Rancagua el 17 de marzo de 1817. de Francisco

<Lastarria y au Tiempo, se public6 en 1893 y fuk obra premiada en el

(2) El decenio de Bulnes. (1841-51): es calificado por Luis Galdames como de qpolitica de conciliacibn y de trabajon.

(3) La Universidad de San Felipe surgi6 a influjos del abogado de Concepcibn Francisco Ruiz de Berecedo, nacido en 1674. En 1713 propuso solicitar del Rey de Espaiia la fundacibn de una Univcrsidad de Chile. Se atribuye a1 licenciado Torn& de AzGa estc honor. AzGa solamenterabog6 por la idea en Madrid, 21 aiios despuhs. (1734). La Universidad se llamb de San Felipe como homenaje a Felipe V.

Solano Lastarria y de Carmen Santander.

Certamen Varela de 1889.

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34.2 - A t e n e'u

(4) aBosquejo Histbrico de la Universidad de Chile., 1843-1934. Prensas de la Universidad de Chile.

( 5 ) <Memoria Sobre la Produccibn Intelectual en Chileu. 1900. de

(6) El 1." de junio de 1843 aparecib el ntmero 1 de <El Crepbsculon.

(7) La ley es de 24 de julio de 1834. Ver articulo del autor en el niimero

(8) Ver ((Certbmenes habidos en Chile,, de Miguel Luis Amunbtegui. (Anales de la Universidad de Chile. Tom0 11. pbg. 209 y 8s.. 1884). Sobre el Certamen de 1842 escribe a propbsito de 10s poetas: aHabia sido para ellos 'una revelacibn que habia abierto ante SUB ojos esferas desconocidasY.

De Lindsay podemos seiialar 10s siguientes trabajos: en verso. <El Comulgatorio, y <La Mujer de un Soldado.. (en <El Crepiisculos. n6- meros 2, 9 y 10 respectivamente). <La Mujer de un Soldado. es leyenda chi- lena. En el mismo peribdico public6 dos novelitas: (( Jorge.. (en el niimero 1). y nD. Martin Gbmez)). (en el ntmero 4). En 1848. en la (<Revista de'Santia- go.. dib a la publicidad unas CEscenas de la Guerra de la Independencian. De Rambn Francisco Ovalle citaremos: aUn Canto de ,Fiesta a Nerbnp. <Revista de Santiago.. (1872. pbg. 615). y una traduccibn de la tragedia italiana <Cay0 Graco., (<Revista Chilena,. 1875. 11, pbg. 377).

(9) En ((La Alborada Poitica de Chile., (Despuis del 18 de septiembre de 1810). Miguel Luis Amunbtegui le dedica un extenso ensayo a Mercedes Marin del Solar. (de la pbg. 477 a la pbg. 556); en iste aparece un juicio de Bello sobre la poetisa que G ~ O presta su voz a 10s afectos generosos2. Amu- nbtegui le publica el tltimo poema a la seiiora Marin, un soneto a su hija Matilde. ( CiUltimo resplandor del claro dia-de mi felicidad!.).

En ';Canto Ftnebre a Josi Romeror. publicado en 1858. la poetisa fijb su linea de conducta:

Benjamin Vicufia Subercaseaux.

Peribdico Literario y Cientifico: su lectura es elemental.

90 de UAccibn Social., julio de 1940.

<Amad la patria bella, amad a1 mundo entero. Explotad el venero de amor que hay en la cruzn.

(10) Ver .Crbnica Minima de una Gran Poesian. pbg. 16. (€1) CLiteratura Chilena.. de Samuel A. Lillo. (12) Un hblito cervantino sopla en estoa versos: ver pbg. 33 de la Parte

I. Capitulo 11. de <<El Quijote., (Luis Tasso Serra, editor). (13) La actividad revolucionaria de Lillo se acentta en la direcci6n

del diario <El Amigo del Pueblos. aparecido el lunes 1." de abril de 18.50.

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Poesia de Chile en 1842

bajo un epigrafe b<blico: UBienaventurados 10s que han hambre y sed de jus- ticia porque ellos serdn hartos,. Durb esta diario hasta el 3 de junio de ese aEo. (53 nbmeros): continub <(El Amigo del Pueblo*, pr6cticamente. en <La Barra.. puesto en circulacibn a1 dia siguiente. <La Barra, dejb de aparecer

el 31 de diciembre de 1850, para reanudar su lucha el 10 de marzo de 1851 hasta su desaparicibn.

En el nGmero 19 de UEI Amigo del Pueblo. se critica acremente el gobierno de Bulnes: en la edicibn del 25 de abril de 1850. (n6m. 22). 10s

cgualitarios se defienden del mote de anarquistas con que 10s enemigos les designaban: el 29 de abril. (nbm. 25). aparece una fantasia llamada <<La Visibn,. firmada por L. B. T.: en este diario-como en XLa Barra.--. en-

contramos frecuentes tiradas de versos intencionales. de versos politicos, que

indudablemente se deben a Lillo. .;La Barra.. Diario Politico Popular. contenia, a1 igual que <El Amigo

del Pueblo., la novela de Alejandro Dumas <El Collar de la Reinan. En el n6mero de 7 de septiembre. (nfim. 81). Jose Romero solicitaba pfiblica ayu-

da: en la edicibn de 18 de septiembre, (nbm. 89). aparece un XHimno a Chile.. firmado por Un Republicano. Ademds: CAI Pendbn Chileno., por

R. S. Y <A1 Soldado de la Libertad,, por R. Un Republicano public6 en el nbmero 100. (3 de octubre). un poema: (<El Pasado y el Presenten. En el ejemplar que revisamos hay una nota manuscrita que. puesta a1 pie de este pseudbnimo. dice: Lcl10.

La poesia de linaje popular m6s acentuado de Lillo es <(La Igualitaria.. himno de la Sociedad de la Igualdad, publicado en eLa Barran de 26 de octubre de 1850. (nbrn. 120):

LA IGUALITARIA

Cor0

iNaciste patria amada gritando libertad! iPor ti morir sabremos. o triunfa la Igualdad!

I

De independencia el grito

de silbo de metrallas y a1 tiro del cafibn.

I mezclase en las batallas.

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344 -1 t e n ea - iAl centro de su morada cap6 despedazado. su ejtrcito domado pidib nuestro pendbn!

Coro

I1 jIndependiente Chile, somos ya ciudadanos. per0 hay nuevos tiranos y triunfa la maldad! iVenid. chilenos todos. unidos combatamos. triunfemos o muramos vivando a la Igualdad!

Cor0

I11

iQut viva la repfiblica, qut viva la reforma; sea nuestra norma y el simbolo de unibn! iQuS caiga el despotism0 de la pandilla infams y que este voto inflame de Chile el corazbn!

Coro

IV

iLa sangre de 10s libres no ha sido derramada para ser ultrajada con nuestra esclavitud: corrib esa sangre pura

y nuestra Libertad . qu8 se alce la Igualdad. qut triunfe la virtud!

Cor0

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I Poesin de Chile en IS@ 345 - En (La Barras se publicaron otras colaboraciones que consignamos

por a u interis: .A mis amigos y compafieros de la Sociedad de la Igualdad). proclama que circul6 manuscrita en Santiago, firmada por Bilbao, (17 de diciembre de 1850): <Chile desde la batalla de Chacabuco hasta la de Maipor. por Salvador Sanfuentes, (iniciada el 28 de diciembre de 1850): <una traduccibn de Bilbao a una obra de F. Lamenais. .De la Esclavitud Moderna). (nfim. 151 a nfim. 158): en el nfim. 151. (19 de marzo de 1851). se destaca una poesia < A la Repfiblica Francesa)): en la edicibn de 29 de marzo. Bilbao entregb unos fragmentos de su trabajo <La Ley). La Beclara- ci6n de 10s Derechos del Hombre y del Ciudadano se public6 el 31 de marzo. En el nfim. 163 y ss. se insta a solidarizar con el militante Martin Orjera. encarcelado y vejado. Y firmada por A.. el 9 de abril. leemos una aCan- cibn Patribtica..

Curioso es marginar que <La Igualitarian fu6 escrIta a dos afios de dis- tancia de *.El Manifiesto Comunista), y que en 1848 nacia el obrero Pedro Dsgeyter que colocaria mfisica a <La Internacional,. un poema que escri- biera el proletario parisi& Eugenio Pottier 28 afios despu6s que el himno de Lillo. (1878): en 1888 reci6n Degeyter muaicb el poema de Pottier, combatiente de la Comuna.

,

(1) Bibliografia: Domingo Amunbtegui Solar: a Bosquejo Histbrico de la Literatura

Miguel Luis Amunbtegui: ULa Alborada Po6tica en Chile.. UCertL

Josi Domingo Cortis: aAm6rica PoLtica). Jacinto Chacbn: .La Fe Sobre 10s Montes). Armando Donoso: UParnaso Chileno)). Alejandro Fuenzalida: <Lastarria y n u Tiempox. Luis Galdames: aEstudio de la Historia de Chile>. aBosquejo Histbrico

Chilens..

menes habidos en Chile..

de la Universidad de Chile>. JosC Maria Gutiirrez: a Amirica PoBtica,. Jorge Huneeus G, : nProducci6n Intelectual en Chilea. Joe6 Victorino Lastarria: Recuerdos Literarioa.. Mariano Latorre: *La Literatura Chilena.. Eusebio Lillo: SPoesias,. Samuel A. Lillo: aLiteratura Chilenan. Mercedes Marin del Solar: <<Poesias de dofia Mercedes Marin del

Solara. “Canto Ffinebre a Jos6 Romerob. I Estela Miranda: <Poetisas de Chile y Uruguay,.

Calixto Oyuela: a Antologia Po6tica Hispano Americana,. (Tomo 11. Primer Volumen, Epoca Independiente).

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A ? e n e a

Rodolfo Polanco Casanova: eOjeada Critica Sobre la Poesia en Chile.. Andris sabella: ((Crbnica Minima de una gran Poesia,. Salvador Sanfuentes: KLeyendas Nacionales.. Francisco Santana: *El romanticismo en la poeeis chilena del Siglo XI X.

( <Atenear. nGmero 167). Adolfo Valderrama: UBosquejo Hiatbrico de la Poesia en Chiles. Benjamin Vicuiia Subercaseaux: <Historia Sobre la Producci6n Intelec-

Roberto Vilches: <Revistas Literarias del Siglo XP X,, (en sus originalea) tual en Chile,.

Diarios y Revistas: aAcci6n Social., CAtenea,. .El Amigo del Pueblo.. <El Crepfisculou,

<<El Mercurio,, de Valparaiso. <El Semanario de Santiago>. .La Barra, y

<La Revista de Valpnraisoa.

Articulos. ~ ~ J o s i Victorino Lastarria y la Sociedad Literaria de 18423. Ricardo

((A Cien A ~ Q S del Discurso de Lastinrriaa, Ra6l Silva Castro. .El A. Latcham. <La Nacibns, 3 de mayo de 1942.

Mercurio,. 3 y 10 de mayo de 1942. nDignificacibn de la canci6n nacional chilena,. Eduardo Lira E..

uLos forjadores de la canci6n nacional chilena.. Gerard0 Seguel, #Aurora de Chile.. N.' 13. 4 de Agosto de 1939. Tomo 5.

<El Sglo,. 18 de septiembre de 1941. ,

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LOS Libros QUO VADIS?. por Enrique Sienkiewicz

<ZIGZAG)>.

La presente edici6n es una adaptacibn para la juventud. hecha por nuestro poeta y novelista Victor Domingo Silva. La obra est6 cuidadosamente presentada, con ilustraciones en co- lores de Mario Torrealba. Es una edicibn, en buenas cuentas. que denotan el mejoramiento de esta editcrial bhilena.

quo Vadis?.. es una obra que tiene un prestigio univer- sal. Su autor es considerado como uno de 10s m6s vigorosos novelistas modernos. Su popularidad se basa por el inter& que despierta la lectura de SUB obras. especialmente (<Quo Vadb? . Esta novela hist6r;ca. que es la miis conocida del autor. pinta con un realism0 lleno de vida y colorido. el ambisnte y la8 cos-

tumbres de 10s primeros tienipos de la iglesia en Roma. El historiador Iiterario Van Tieghem dice de esta obra que

es un ecuadro de la Roma de NerBn,), &xito inmenao. el m6s grande que hasta aqui han conocidr, Ias Iiteraturas eslavas. Esta epopeya de la abnegacihn y de la fe, ha sido traducida a treinta lenguas. lo menos. Sienkiewicz, prosista brillante y delicado, ha trazado figuras expresivas, entretejiendo hiibilmen- te la historia y la Gccibn.

<Quo Vadis*? es considerada como una de esas obras de arte. llena de belleza espiritual. que despugs de haber conmo- vide y encantado con su lectura, dejan para siempre un re- cuerdo ennoblecedor y de grandeza.

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S-48

ULA ARAUCANA)), por Alonso de Ercilla y Zdfiiga.

- A t e n e a

He ah; una seleccibn, con pr6logo biogr6fico. del conocido y prestigioso critic0 literario Rabl Silva Castro. Se ha hecho de esta obra una magnifica presentaci6n. Trae un retrato de! poeta que dib a conocer el heroism0 de fiucstros araucanos en su epop6yica obra ((La Araucana,. AdemBs kas ilustraciones que decoran esta edici6n se deben a nuestro pintor Alfred0 Bustos. que son de una belleza extraordinaria.

En la advertencia encontramos rnLs precisiones sobre este volumen: contiene. como su nombre lo indica, Cantos Escogi- dos del poema de don Alonso de Ercilla y Zbiiiga. La seleccibn ha sido hecha con el prop6sito de ofrecer en un texto Iiviano. de manejo f6cil. aquellos fragmentos de la obra ercillesca que tienen mayor dramatismo y. tambiBn. 10s descriptivos de Chile ye1 canto final. principalmente subietivo, en que el poeta ver- ti6 sus desazones intimas. Entre cada canto y el que le sigue en la edicibn. salvo que se trate de dos que en el poema pre- sentan numeracibn correla tiva. se han insertado breves reabme- nes que indiquen a1 lector lo que se ha omitido. en todo caso. cada canto aparece comp!eto.

Trae esta edici6n una biografia del poeta: el Nacimiento de <(La Araucana,, y ((Coma ha &do juzgada ((La Araucana,. He aqui uno, que corresponde a Menindez y Pelayo: tal como es, si no lleva la palma a todos nuestros poemas del siglo XVI. porque hay otros dos, uno en el g6nero novelesco Y otro en el sagrado. que con buenos titulos se la disputan. y en algunos aspectos sin duda le aventajan, es (<La Araucana, el mejor de nuestros poemas hist6ricos. y fu i sin duda la primera obra de las Iiteraturas morlernas en que la historia contempordnea apa- recib elevada a la dignidad de la epopeya”.

Con esta cita basta para poner en relieve el valor de este poema en que se canta la lucha de nuestros araucanos con 10s conquistadores espaiioles.

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Lou Libros

<ROBINSON CRUSOEB, por Daniel Defoe.

Ee esta novela de aventura que ha permanecido siempre llena de inter&. y con valores tdcnicos desde el punto de vista de la novela de aventura. Es dificil encontrar otra que tenga las cualidades de ella. a pesar de haber eurgido deepu6s miles de imitaciones. Es esta la aventura mics notable, y por suerte nuestra, ocurrida en loe mares de Chile. La Isla de Juan Fer-

niindez ea donde se sitiia al personaje lleno de vida , extraordi- ,

naria. Robinson Crusoe. es la obra que ha cautivado la imagi- nacibn de 10s nibs y de 10s grandes. Es esta obra una moder- na epopeya a1 hombre de voluntad y de fe, a1 hombre que abandonado en medio de una naturaleza salvaje se impone a ella por la inteligencia y por la fuerea. Es la obra que no de- jar& de ser leida nunca por 10s niiios, y por 10s grandes que deseen pasar horas de deleite. sin dar esfuereo. porque Robin- son Crusoe B e lee con gran satisfaccibn.

.Robinson Crusoe,. .Quo Vadis.?, .La Araucana,, perte- necen a la coleccibn Biblioteca Para Todos de la Editorial <<Zig- Zag,. que est6 entregando a1 piiblico obras bastante bien pre- sentadas. Esta coleccibn est6 dirigida por el prestigioso escritor Alfonso Escudero. Su labor como puede verse es digna de elo- gio. Tambikn ha publicado 10s Cuentos de Hofmann. Maya, la abeia y SUB aventuras, por W. Bonsels. Don <(Quijote de la Mancho, por Miguel de Cervantes y Saavedra. y <<Tartarin

de Tarascbnn. por Alfonso Daudet.-ESTEBAN SARD~N. I

ANDENES, crbnicas de Julio Iglesias

En el ardor de un Antofagasta que, en la agonia de su oro, echaba a1 viento la riqueza de su a h a , a travds de la gargan- ta sofiadora de SUB hijoe, nac& Julio Iglesias a la Iiteratura. Ya Gustavo Alvial con Mario Bonat habian encendido una estre- 1la combative en el rigor del caliche. Salvador Reyes no era ca-

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S50 - A t e n e a

pithn perdido en la marea dura de aquella costa. . . Monsefior Luis Silva Lezaeta dialogaba aiin con Mauret Caamaiio. Y An- tonio Pinto Durhn con 10s hermanos Erazo Armas. veian as- cender 1a.espuma varonil de 10s poemas de Eduardo Ventura y Orlando C6ceres. de Rod6 Vidal y Fredes Allendes. de Nor- berto Hewitt y Juan Abud. Yo mismo dejaba la mirada ale- mana de mis profesores y desde un av&n llovia una revista 1i- teraria sobre la paa celeste del puerto. Julio Iglesias apunt6, entonces, un nombre de ave y lejania y llenb nuestras tardes

con SUB

En corbata

rjoemas melodiosos:

<<Nad;e en el viejo malecbn. . . La bruma todo lo envuelve. Obscuridad y cielo. Un pontbn que se aduerme. Una garuma que hacia otra latitud empreade el vuelo. . .

seguida. vino el j6bilo de las primeras campanas. una azul, la bohemia con la luna a cuestas. Despu6s. la

vi&. que no es poco para un escritor: la llama que nos devo- ra, la muier con sus abismos, el sueiio mordido por el hastio. el hambre. 10s nifios. . . Nada snpe de este poeta hasta el d$a en que. a doce aiios de no vernos, me entregb su segunda obra: ((Andenes)). crbnicas que dtajan el corazbn de Iglesias y lo de- ;an en la ola de fuego de este volumen armonioso y sencillo.

c<Andenes, quiere ser un homenaje del autor a su propia juventud. Juventud de redacciones tristes y de cafetines donde la miisica descuelga obscuros planetas para nuestros ojos. . . Joaquin Edwards Bello buscb para BUS crbnicas, algund vez, el reposo de un Iibro, que es a1 Gn, y en verdad, mhs que dora. do sepulcro. trinchera para el combate contra las malas horae que nos olvidan. . .

Hugo S l v a ha sido maestro del marginal diario. Daniel de la Vega continiia su labor de amable cronista de las cosas pequefias que sensibilizan las p6ginas de sangre de nuestra 6poca.

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Los Lihros 561 -

Julio Iglesias no se parece a ninguno. Y si a alguien pu- diera nombrdrsele padre, ese seria de la Vega. su prologuista de ahorii. Como el poeta de ,<Lo8 Horizontes,, Iglesiae es de- licado y emotivo. casi canta BUS p6ginas: .La vendedora de violetas, no es una crbnica. es una elegia que la finura abn- llanta.

Breve es el destino de las cr6nicae: llamean y mueren. Iglesias no ha permitido que a las suyas las devore el gran ce- menterio de la indiferencia. Ha querido acariciarlas, de nuevo, en este libro. Con i l . nosotros las tomamoe como Aorecillas se- cas y queridas. duefias de una historia, de una kgrima, de un euspiro que ennoblecib la noche. . .

Crbnicas con adjetivo oficial, per0 con raices, is tas de Julio Iglesias nos hacen vivir en enternecido teatro de evocaciones. Ligeras, fr&gilea. poseen algo que la6 salva: es la dbsis de poe- sia que su autor. un poeta, no pudo dejar de verter en ellas. cuando la Underwood premiosa exigi6 la cuartil1a.-A. S .

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Nstas del mes Inauguracibn de un busto a Lastarria.

El 4 de mayo Gltimo se erigi6 en uno de 10s patios del Li- ceo Jose Victorino Lastarria, de la capital, un busto en bronce del autor de c<Recuerdos Literarios>). De esta manera, este Liceo se asocib al homenaje con que la cultura chilena celebrb el pri- mer centenario del discurso que Lastarria pronuncib en la So- ciedad Literaria y que es considerado como el punto de partida del movimiento inteIectua1 de 1842. El acto de la inauguracibn revistib singular solemnidad. En esa oportunidad hicieron us0 de la palabra don Juan N. Durhn, Rector del Liceo, quien hizo en- trega del busto a 10s alumnos, a Gn de que 6stos vean en la efigie de Lastarria un ejemplo permanente de virtudes intelec- tuales y ciudadanas puestas a1 servicio de nobles 9 grandes idea- les. el Ministro de Educacibn, don Oscar Bustos. a nombre del Gobierno, haciendo destacar 10s rasgos mhs salientes de la per- sonaliidad de Lastarria en su triple aspect0 de educador, pu- blicista y politico: el Rector de la Universidad de Chile, don Juvenal Hernindez, quien pus0 de relieve el sentido civilizador que entrakaba la actitud de renovacibn intelectual realizada por Lastarria: don Luis Durand, Vice-Presidente de la Sociedad de Escritores. adhirib a este homenaje a Lastarria en nombre de dicha institucibn. haciendo una vivida evocacibn del ambiente hostil en que le toc6 actuar a1 distinguido y recio escritor: Y

finalmente, el profesor y escritor, don Miguel Angel Vega, en una documentada disertacibn, subray6 la significaci6n i d e o b

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Notas del mes

gica del movimiento intelectual de 1842. En este mismo acto se repartib un folleto redactado por el profesor del Liceo, don Hern6n Fuenzalida con una sintesis biogrgfica de Lastarria, a An de divulgar 10s aspectos m& interesantes de su vida y el sentido trascendente de BUS obras.

Con este busto, se salda en parte la deuda de gratitud que la cultura chiiena tiene contraida con Lastarria: pero esta deu- da no 5er6 cancelada en forma definitiva sin0 el dza en que se le erija un monument0 en alguno de 10s principales paseos de la capital.

Wn libro de memorias

Se ha publicado el libro Recuerdos de mi vida, de doiia Martina Barros de Orrego. esposa del escritor y politico de re- nombre August0 Orrego Luco. El Iibro d@ dofia Martina-como le llaman familiar y carifiosamente sus numerosas relaciones- es una verdadera cinta de 10s tiempos y eostumbres de la so- ciedad santiaguina. en los aiios anteriores a la revoluci6n de 1891 y de afios m&s prbximos a 10s presentes. Tiene un sabor de cosa desteiiida. per0 impregnada de un sereno sentimiento de orgullo y de encanto de la vida. Dofia Mar tha de Orrego fue el centro de un n6cleo brillante de escritores y politic06 que ae reunian en au casa a charlar y hacer comentarios de lOs acontecimientos m6s interesantes de la vida literaria y politica, no s610 de Chile sino de Europa. Mujer culta y de notable agu- deza de observacibn. no ha realizado sin emLargo en este Iibro, todo lo que a1 decir de sus amigos. derrochaba en sus charlas. en ironia y en malicia. Muchos de 10s aspectos m6s sabrosos de las observaciones que pudo recoger en su contact0 con gen- tes de valer, han quedado fuera de las psginas, acaso por la razbn que ella da en el prblogo: ((cuando llega para nosotros

la tarde de la vida, todo nos invita a la reflexibn y a1 regoso,.

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A t e n e a

Con todo este libro tiene un innegable encanta, pues ofrece en eus pbginas el placer de asistir a episodios lejanos y a la presentaci6n de sucesos y hombres que tuvieron larga y fecun- da actuacibn en la vida politica y literaria de Chile, desde don Diego Barros Arana a doiia In i s Echeverria de Earrain. Cen- tenares de figuras se alzan en estos capitulos animador por la pluma familiar y tranquila de la narradora. As; vemos surgir la infancia leiana, la casa del abuelo. el Incendio de la Compa- iiia. la guerra contra el Per6 y Bolivia, la vida social de aque- 110s aiios, el gran mundo, la tertulia farnosa de su casa, las ac- tividades Iiterarias, episodios de la revolucibn del 91 y en fin, multitud de recuerdos e impresiones de la vida chilena que la autora ha sabido anotar y comentar d6ndole un aroma agra- dable y penetrante. El Iibro de doiia Martina Barros de Orre- go, entra a completar la lista de Iibros de-memorias que se han escrito y que de un modo tan vivo sirven para rehacer y reconstruir periodos muy interesantes de la vida chilena. En- tre otros podemoe citar 10s Recuerdos de treinta aAos de Zapio- la: laa Memorias de Subercaseaux. Viaje de destierro de Vicen- te Grez: Del presente 31 del pasado, de Eduardo Balmaceda: El aAo del Centenario, de Morla Linch. etc.

Sobre la novela chilena

En el Salbn de la Universidad de Chile, ley6 su conferen- cia sobre las novelas que no se han escrito en Chile, el escritor Doming0 Melfi. Una numerosa concurrencia siguib atentamen- te el desarrollo de esta conferencia en la que el autor hizo ob- servaciones acerca de 10s episodios chilenos hietbricoa cargados de dramaticidad que no han sido novelados y expresb su espe- ranza de que 10s novelietas chilenos. por lo menos 10s que po- seenel gusto por el paeado. dediguen su esfuerzo a la recons- trucci6n e interpre t a c h artietica de &os periodos.

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I Notas del mes 366

Waldo Frank

Waldo Frank, que se encuentra en Argentina en donde des- arrolla en la actualidad un curm de Conferencias. ha sido in- vitado a venir a Chile. EB probable que la Universidad tome baio su igida el via;, del celebre escritor norteamericano y pa-

trocine un ciclo de conferencias que versarian sobre 10s mismoa tbpicos de las que dicta en Buenos Aires. La visita de Frank en estas circunstancias es de un alto inter&, pues Frank como se sabe est& desarrollando desde hace tiempo, una noble labor en defensa de la libertad y de la dignidad humanas, amenaza- das hoy por el desborde de 10s regimenes totalitarios.

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Libsos reeibidos VIDAL ALVAREZ EvERo1x.-Poesia americana. Editorial Juvcn-

ADMMASTOR LIMA.-Direito Comercial do Brasil. (Ementario da Legislasao Comercial) Livraria Jacintho. rua Sao Jost 59. Rgo de Janeiro, Brad.

JUAN MANTOVANI.-L~ adolescencia y 10s dominios de la cultura (El problema de una relaci6n). Imprenta Lcipez, Ped 666. Buenos Aires, 1941.

ALFREDO L. PALACIOs.-Puehlos desamparados. (Soluci6n de 10s

problemas del noroeste argentino). Talleres Gr &cos de .La Vanguardia., Rivadavia 2150. Buenos Aires, 1942.

EDWARD G. DANrEL.-Financing the Defense Program. School of business administration, University of Oregon, 1941.

CHANDLER B. BEALL.-La Fortune du Tasse en France. Univer- sity of Oregon and Modern Language Association of Ame- rica. Eugene Oregon, 1942.

Handbook of Latin American Studies: 1940 (N.o 6). Edited for the committee on latin american studies of the American Council of Learned Societies by Miron Burgin, Library of Congress. Cambridge, Massachusetts. Harvard University Press. 1941.

J O S ~ CIRO BRITO.-EI us0 del plasma sanguine0 humano en el tratamiento de 10s edemas carenciales. (Suplemento del Bo-

tud Mexicana. Mixico D. F. 1941.

letin de la Biblioteca Salvador, El Salvador

Nacional) Imprenta Nacional. San C. A. 1941.

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GUTr6RREZ-PODESTh.-juan Moreira (1886) Drama. Imprenta de la Universidad. Buenos Aires, 1935. Catblogo de la Coleccio'n de Folklore (donado por el Consejo Nacional de Educacibn) Imprenta de la Universidad. Bue- nos Aires. 1925.

BARTOLOMB MITRE.-Memorias de un b o t h de rosa. Imprenta de la Universidad. Buenos Aires, 19369.

JORGE MAX RoHDE.-Behario J . Montero. (Secci6n de Critica Torno I. N.0 8). Imprenta de la Universidad. 1930. Bue- nos Aires.

Jose M. c A N T I L O . - h familia Quillango. (Secci6n de Docu- mentos. Tom0 I, N," 8). Imprenta de la Universidad. Bue- nos Aires. 1929.

M A R ~ A TERESA ORosco.-Alfensina Storni. (Seccibn de critica. Tom0 11, N.0 4). Imprenta de la Universidad. BEenos Ai- res, 1940.

CELIA M. NIETO ARANA.-Noticias para la historia del teatro nacional. EL soldado fanfarrdn. (Trabaios de Seminario). Imprenta de la Universidad. Buenos Aires. 1940.

MARIA JOSEFA VIOLA.-E~ triunfo de la naturalaza. (Notkias para In historia del teatro nacional). Imprenta de la Uni- versidad. Buenos Aires, 1940.

MANUEL BELGRANO.-n/loha. (tragedia en 5 actos), Ini prenta de la Universidad. Buenos Aires, 1925.

CELINA SABOR DE CORTAZAR.-hS esposas vengadas y L a Eli- cene. (Noticias para la historia del teatro nacional). 1x11- prenta de la Universidad, Buenos Aires, 1940.

AUGUSTO R A ~ ~ L CORTAZAR.- Valoracibn de la naturaleza en el habla del gaucho. (A traves de Don Segundo Sombra). Im- prenta de la Universidad. 1940.

ANTONINO LAMBERTI.-POeShS. (Institute de Literatura Argen- tina de la Facultad de Fi1osof;a y Eetras). Imprenta de la Universidad. Buenos Aires, 1929.

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, S6S A t e n e a

LUCY SALAMANCA.-Fortyess of Freedom. The Story of the Li- brary of Congress. Foreword by Archibal Mac Leish (Noticia en UAtenea,).

ROGER SERSIONS. WILLIAM LEscAZE.--The Intent of the Artist. Sherwood Anderson Thornton Wilder. Princeton Univers;ty

Press. The Wiking Book of Poetry of the English Speaking World. Chosen and Edited by Richard Aldington. The Wiking Press New York. (Excelente antologia en un magnifico voliimen de mbs de 1,200 pgginas).

JOHN STEINBECK.-The Moon is Down. A novel. New York The Wiking Press.

NICOMEDES GUZMAN.--- Nuevos cuentistas chilenos. Antologh, Editorial c<Cultura)) Huerfanos 1165, Santiago de Chile,

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1941. RODOLFO BARBACCI.-L~ <<nerviosidad)) de tos mbsicos. (Causas

y remedios). Editor G. Brandes y Co. S. A. Calle de Espa- deros 529. Lima, Perti. 1939.

RODOLFO BARBACCI.-E~ Metrhomo. (Indices AcGsticos). Bue-

H~CTOR P. AGOSTI, LIDIA BESOUCHET, GILBERTO GONZ~LEZ, Y

CONTRERAS, ETHEL KURLAT, ALBERTO LASPLACES Y MAU- RICIO MAGDALENO.-Un novelists argentino. Santia$o Rue- da. editor. Buenos Aires. Rep. Argentina.

ROGER PLA.--Detrcis del mueble. (Colecci6n adigfora). Im prenta CCastro Barrera,. Buenos Aires. Rep. Argentina, 1942,

PASTOR DEL Ria.-Lo que debe ser el Panamericanismo. (El con- tinente ante la guerra y su organizaci6n para la paz). Im- presores Arellano y Cia. O'Reilly 206. Habana, 1942.

RODOLFO BARBACCI.-E~ cruce dz manos en la ejecuci6n pianis- tica. Editor G. Brandes y Cia. Espaderos 529. Lima 1940.

EDGARDO UBALDO G E N T A . - ~ platania. Talleres Grbficos cc Bo- tella y C;a. Mercedes 915. Montevideo, 1942.

nos Aires, 1937.

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Aiio 35 REWISTA D E S l N T E S l S C l E l T l F l C A Publicacidn mensual.-(Cada miderno de 100 a I20 pbginls) 1 “ S C ~ E N ~ I A ” ComiteDirectivo: G.D.Bonino-F.Bottazzi- G.Bruni

A. Palatini - F. Severi.-Jeie Redactor: Peolo Bonctti

i 1 Es la < n r i c a Z % s v i s t i i que tiene verdaderamente colaboradores en todo el mundo.

Es la 1’tIlic:i I % e v i s t i l . de sintesis y de unificaci6n del saber que examine en sus ar- ticulos 10s problemas m& nuevos y mPs fundamentales de todos 10s ramos de la ciencia: filosofia cientffica, historia de la ciencia, matedticas, astronomia, geologia, fisica, c ~ t r i . mica, ciencias biolbgicas, fisiologfa, psicologfa, historia de las religiones, antrowlogia, liw guistica; articulo? que muchas veces han constituido verdaderas y propias encuestas, w- mo aquella sobre la contribucih de 10s diferentes pueblos a1 progreso de las ciencias; sobre61 determinismo; sobre las cuestiones ffsicas y quimicas mls principales y particu- larmente sobre la relatividad, la fisica del Q:omo y de las radiaciones; sobre el vitalism0 aScientia. estudia de esta manera todos 10s mls grandes problemas que interesan el mundo de 10s sabios y de 10s intelectuales.

Es la dnica Rcvista que cuede tener en calidad de colaboradores todos 10s mls ilustres sabios del mundo. CScientia. publica 10s articulos en la lengua original < e sus autores. E n cada cuaderno est6 adjunto un suplemento que contiene la traducci6n c m- pleta italiana de 10s articu!os puolicados en el texto en alemh, espapol o inglb, y ade- mBs 10s reslimenes de todos 10s arliculos. en Ires lenguas diferentes a la del articulo original. (Pidanse cuadernos grafuiros de ensayo a SScienPia. Milano, enviando-a fltulo de reern- bolso de 10s gastos de correo y enub-3 Liras ifal. de sellos posrales d d pais de origen).

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B- Sanin Can0 - Luis de Zulueta - Tomb Rueda Vargae - Benjamin Carri6n - Pnblo Abril de Vivero.

Sccretario dr Redoccidn: AILerto Miram6n

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