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Historia Del Pensamiento Econom - Stanley L. Brue

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    TraduccinGuadalupe Meza StainesTraductora profesional

    Revisin tcnicaDr. Rodolfo Ivn Gonzlez MolinaProfesor de tiempo completoFacultad de EconomaUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

  • Historia del pensamiento econmicoStanley L. BrueRandy R. Grant

    Presidente de Cengage Learning Latinoamrica:Javier Arellano Gutirrez

    Director editorial Latinoamrica:Jos Toms Prez Bonilla

    Director de Produccin:Ral D. Zendejas Espejel

    Editor senior:Javier Reyes Martnez

    Editora de Produccin: Gloria Luz Olgun Sarmiento

    Diseo de portada:Punto 5. Diseo GrficoCsar Snchez

    Composicin tipogrfica: Punto 5. Diseo GrficoSilvia PlataCsar Snchez

    D.R. 2009 por Cengage Learning Editores, S.A. de C.V., una Compaa de Cengage Learning, Inc.Corporativo Santa FeAv. Santa Fe, nm. 505, piso 12Col. Cruz Manca, Santa FeC.P. 05349, Mxico, D.F.Cengage Learning es una marca registrada usada bajo permiso.

    DERECHOS RESERVADOS. Ninguna parte de este trabajo amparado por la Ley Federal del Derecho de Autor, podr ser reproducida, transmitida, almacenada o utilizada en cual-quier forma o por cualquier medio, ya sea gr-fico, electrnico o mecnico, incluyendo, pero sin limitarse a lo siguiente: fotocopiado, repro-duccin, escaneo, digitalizacin, grabacin en audio, distribucin en Internet, distribucin en redes de informacin o almacenamiento y recopilacin en sistemas de informacin a excepcin de lo permitido en el Captulo III , Artculo 27 de la Ley Federal del Derecho de Autor, sin el consentimiento por escrito de la Editorial.

    Datos para catalogacin bibliogrficaBrue, Stanley L.Randy R. GrantHistoria del pensamiento econmicoISBN-13: 978-607-481-397-5

    Visite nuestro sitio en:http://latinoamerica.cengage.com

    Impreso en Mxico1 2 3 4 5 6 7 11 10 09 08

  • Contenido

    Prefacio xi

    Captulo 1 Introduccin para una visin de conjunto 1 Una escala de tiempo de las ideas econmicas 2 Las cinco preguntas ms importantes 3 El valor de estudiar economa y su historia 6 Apndice Historia del pensamiento econmico; fuentes de informacin 9

    Captulo 2 La escuela mercantilista 13 Perspectiva del mercantilismo 13 El pasado como un prlogo 2-1 El mercantilismo y el suministro de trabajo 17 Thomas Mun 20 El pasado como un prlogo 2-2 El mercantilismo persistente 21 Gerard Malynes 23 Charles Davenant 24 Jean Baptiste Colbert 26 Sir William Petty 27

    Captulo 3 La escuela de los fisicratas 33 Perspectiva de los fisicratas 33 Franois Quesnay 37 Anne Robert Jacques Turgot 40 El pasado como un prlogo 3-1 Quesnay y el diagrama de flujo circular 41

    Captulo 4 La escuela clsica: precursores 45 Perspectiva de la escuela clsica 45 Sir Dudley North 49 Richard Cantillon 52 David Hume 54 El pasado como un prlogo 4-1 Hume y la cooperacin 58

    Captulo 5 La escuela clsica: Adam Smith 61 Detalles biogrficos 61 Influencias importantes 62 Teora de los sentimientos morales 62 La riqueza de las naciones 65 Leyes econmicas de una economa competitiva 71

  • vi CONTENIDO

    El pasado como un prlogo 5-1 Adam Smith y los salarios de eficiencia 75

    Captulo 6 La escuela clsica: Thomas Robert Malthus 85 Escenarios histrico e intelectual 85 Teora de Malthus de la poblacin 87 Teora de las sobrecargas del mercado 91 El pasado como un prlogo 6-1 Malthus, Sen y la hambruna de los tiempos modernos 92 Evaluacin de las contribuciones de Malthus 95

    Captulo 7 La escuela clsica: David Ricardo 99 Detalles biogrficos 99 El problema de la moneda 101 Teora de los rendimientos decrecientes y de la renta 102 Teora del valor de intercambio y los precios relativos 105 Distribucin del ingreso 108 El pasado como un prlogo 7-1 Teorema ricardiano de la equivalencia 109 Implicaciones para la poltica 113 Ricardo acerca del desempleo 116 Evaluacin 117

    Captulo 8 La escuela clsica: Bentham, Say, Senior y Mill 121 Jeremy Bentham 121 El pasado como un prlogo 8-1 Aquino, Bentham y Fisher sobre la usura 125 Jean-Baptiste Say 128 El pasado como un prlogo 8-2 Say y la bsqueda de rentas 129 Nassau William Senior 131 John Stuart Mill 135 El pasado como un prlogo 8-3 Mill, Taylor y los derechos de las mujeres 136

    Captulo 9 Aparicin del pensamiento socialista 149 Perspectiva del socialismo 149 Henri Comte de Saint-Simon 155 Charles Fourier 158 Simonde de Sismondi 160 Robert Owen 162 Louis Blanc 165 Charles Kingsley 167

  • CONTENIDO vii

    Captulo 10 Socialismo marxista 171 Detalles biogrficos e influencias intelectuales 171 Teora de la historia de Marx 173 Ley del movimiento de la sociedad capitalista 175 Ley del movimiento del capitalismo: un resumen 184 Evaluacin de la economa de Marx 185 El pasado como un prlogo 10-1 El colapso del marxismo 189

    Captulo 11 La escuela histrica alemana 193 Perspectiva de la escuela histrica alemana 193 Friedrich List 197 El pasado como un prlogo 11-1 List y la teora del comercio estratgico 200 Wilhelm Roscher 201 Gustav Schmoller 203 Max Weber 206 Una posdata 207

    Captulo 12 La escuela marginalista: precursores 211 Perspectiva de la escuela marginalista 211 Antoine Augustin Cournot 215 Jules Dupuit 220 El pasado como un prlogo 12-1 Gossen: utilidad y fama tarda 224 Johann Heinrich von Thnen 225

    Captulo 13 La escuela marginalista: Jevons,Menger, Von Wieser y Von Bhm-Bawerk 231

    William Stanley Jevons 231 El pasado como un prlogo 13-1 Jevons: las apuestas son racionales? 238 Carl Menger 239 Friedrich von Wieser 244 Eugen von Bhm-Bawerk 248 El pasado como un prlogo 13-2 Franklin y Bastiat sobre el costo de oportunidad 248

    Captulo 14 La escuela marginalista: Edgeworth y Clark 255 Francis Y. Edgeworth 255 John Bates Clark 262 El pasado como un prlogo 14-1 Curvas del costo de Jacob Viner 263 El pasado como un prlogo 14-2 Clark, productividad marginal y salarios de ejecutivos 272

  • viii CONTENIDO

    Captulo 15 La escuela neoclsica: Alfred Marshall 275 Vida y mtodo de Marshall 275 Utilidad y demanda 277 El pasado como un prlogo 15-1 Conducta econmica racional y teora del prospecto 280 Oferta 284 Precio de equilibrio y cantidad 286 Distribucin del ingreso 289 Industrias de costo creciente y decreciente 293 El pasado como un prlogo 15-2 Por qu existen las empresas? 293

    Captulo 16 La escuela neoclsica: economa monetaria 301 John Gustav Knut Wicksell 302 Irving Fisher 308 Ralph George Hawtrey 314 El pasado como un prlogo 16-1 Hawtrey y la poltica monetaria activa, desde 1982 al presente 317

    Captulo 17 La escuela neoclsica: la desviacinde la competencia perfecta 321

    Piero Sraffa 322 Edward Hastings Chamberlin 325 El pasado como un prlogo 17-1 Principales, agentes y la ineficiencia X 329 Joan Robinson 330 El pasado como un prlogo 17-2 Robinson, el monopsonio y la poltica pblica 336

    Captulo 18 Economa matemtica 341 Tipos de economa matemtica 341 Lon Walras 347 El pasado como un prlogo 18-1 Avances en la econometra 348 Wassily Leontief 352 John von Neumann y Oskar Morgenstern 354 John R. Hicks 357 El pasado como un prlogo 18-2 John Nash: descubrimiento, desesperacin y el Premio Nobel 358 Programacin lineal 363

    Captulo 19 La escuela institucionalista 369 Perspectiva de la escuela institucionalista 369 Thornstein Bunde Veblen 374 El pasado como un prlogo 19-1 Los bienes de Veblen y las curvas de la demanda con declive ascendente 376

  • CONTENIDO ix

    Wesley Clair Mitchell 384 John Kenneth Galbraith 388 El pasado como un prlogo 19-2 Douglas North y el nuevo institucionalismo 393

    Captulo 20 Economa del bienestar 397 Vilfredo Pareto 397 Arthur Cecil Pigou 401 El pasado como un prlogo 20-1 Pigou y Coase sobre las externalidades 405 Ludwig von Mises 407 Oscar Lange 409 Kenneth Arrow 411 James M. Buchanan 413 Amartya Sen 416

    Captulo 21 La escuela keynesiana: John Maynard Keynes 427 Perspectiva de la escuela keynesiana 427 John Maynard Keynes 431 El pasado como un prlogo 21-1 Keynes y la escuela de Estocolmo 442

    Captulo 22 La escuela keynesiana: desarrollos desde Keynes 447 Alvin H. Hansen 447 El pasado como un prlogo 22-1 La contribucin Mundell-Fleming a la IS-LM 453 Paul A. Samuelson 455 El pasado como un prlogo 22-2 Abba Lerner y el volante keynesiano 456 Los poskeynesianos 464 Los nuevos keynesianos 466

    Captulo 23 Teoras del crecimientoy el desarrollo econmico 473

    Sir Roy F. Harrod y Evsey Domar 474 Robert M. Solow 476 Joseph Alois Schumpeter 479 El pasado como un prlogo 23-1 Schumpeter, destruccin creativa y poltica antimonopolio 481 Ragnar Nurkse 482 W. Arthur Lewis 485 El pasado como un prlogo 23-2 Las crticas de Todaro a Lewis y Schultz 488

  • Captulo 24 La escuela de Chicago: el nuevo clasicismo 493 Perspectiva de la escuela de Chicago 493 Milton Friedman 497 Robert E. Lucas Jr. 504 El pasado como un prlogo 24-1 De Stigler a los limones 505 Gary S. Becker 508 El pasado como un prlogo 24-2 Formacin de capital humano? O seleccin y sealizacin? 512

    Captulo 25 Pensamientos finales 519 El pasado como un prlogo 25-1 Los laureados Nobel de economa 520

    ndice onomstico 527

    ndice analtico 531

    x CONTENIDO

  • Prefacio

    LA SPTIMA EDICINEl propsito primordial de este libro es narrar la historia de la economa de forma clara, erudita, equilibrada e interesante. Despus de todo, es una historia de gran importancia que agudiza la comprensin de la economa contempornea y propor-ciona una perspectiva nica que no se encuentra en otras reas de la disciplina.

    El estudio de la historia del pensamiento econmico sigue creciendo a medida que la economa madura. Las nuevas ideas, evidencias, problemas y valores requie-ren toda una reconsideracin de las disputas fundamentales y de las principales contribuciones del pasado. Aun cuando se conservan las caractersticas bsicas de las ediciones anteriores, sta se ha actualizado y revisado de forma significativa. A continuacin se mencionan los cambios ms relevantes.

    Nuevo sitio WebEn esta edicin se introduce un nuevo sitio Web, integrado al libro. El acceso al mismo es http://latinoamerica.cengage.com/brue

    Sus caractersticas incluyen:

    Nuevos captulos sobre el pensamiento econmico anterior a 1550. Los captulos sobre filosofa griega, contribuciones judeo-cristianas de la Biblia a lo largo de la reforma protestante y el pensamiento medieval rabe-cristiano aclaran las primeras ideas en economa, algunas de las cuales se pueden encon-trar en los tiempos modernos.

    Nuevos economistas. Se agregan biografas y contribuciones de otros eco-nomistas para varios captulos. George Stigler, Abba Lerner y muchos otros se han aadido a archivos que se pueden descargar.

    Vnculos a sitios Web de inters. Se proporcionan vnculos a otros sitios Web importantes de pensamiento histrico para quien desee aprender ms acerca de los personajes famosos en la evolucin de la historia del pensa-miento econmico.

    Apoyo para el profesor. Se proporcionan sugerencias pedaggicas y pre-guntas adicionales de estudio y anlisis para los profesores que buscan nuevas formas de mejorar sus cursos.

    Se presenta a un nuevo economistaEn esta edicin se presenta a un nuevo terico:

    Amartya Sen. El captulo 20 ahora incluye una seccin sobre Amartya Sen y sus contribuciones a la teora del cambio social y la economa de la desigualdad. Aun cuando Sen emplea una metodologa de la corriente principal, su nfasis en la economa normativa lo distingue de muchos otros tericos modernos.

  • xii PREFACIO

    Para darle cabida al nuevo contenido sobre este laureado Nobel, las secciones sobre la exposicin de Theodore Schultz y Joseph Schumpeter sobre Decadencia del capitalismo, en el captulo 23, se han cambiado al nuevo sitio Web que acom-paa al libro.

    Nuevas secciones de El pasado como un prlogoEsta edicin contiene cinco secciones nuevas o significativamente revisadas de El pasado como un prlogo. Estos recuadros relacionan las ideas anteriores, en oca-siones abordadas slo de forma breve, con las contribuciones o los aspectos econ-micos subsiguientes o contemporneos. En algunos casos, la conexin particular de ideas abarca muchas dcadas; en otros casos slo comprende unos cuantos aos. En ocasiones las secciones miran hacia el futuro, otras veces miran hacia el pasado. Pero en todos los casos implican ideas originales y su impacto en la teora econmica, as como problemas o eventos relacionados.

    Las secciones de El pasado como un prlogo buscan ayudar al lector a reco-nocer las conexiones histricas y lgicas entre las ideas. Despus de leerlas, tal vez empezar a vincular las ideas histricas con otras reas de estudios. Adems, estas secciones ocasionalmente sirven como un vehculo para introducir ideas o aspectos importantes que en cierta forma son tangenciales al flujo principal del libro y que, por consiguiente, se tratan mejor por separado.

    Los nuevos ttulos de El pasado como un prlogo son:

    Franklin y Bastiat sobre el costo de oportunidad (captulo 13). Conducta econmica racional y teora del prospecto (captulo 15). Avances en la econometra (captulo 18). La contribucin Mundell-Fleming al IS-LM (captulo 22). Formacin de capital humano? O seleccin y sealizacin? (captulo 24).

    La tabla de contenido incluye una lista completa de las secciones de El pasado como un prlogo. Para asegurarnos de que esos cuadros no interrumpan el flujo lgico del captulo, hemos colocado una indicacin al margen para poner sobre aviso al lector cuando lea cada seccin.

    Elementos adicionales de final de captuloLa seccin de Preguntas para estudio y anlisis al final del captulo se ha enrique-cido con interrogantes relacionadas con el contenido nuevo. Adems, el listado de la seccin de Lecturas selectas se aument y actualiz con referencias modernas.

    Diferenciacin del productoLas caractersticas distintivas de este libro incluyen:

    Cinco preguntas importantes. A medida que se introduce cada escuela de pensamiento econmico importante, se consideran cinco preguntas: Cules son los antecedentes histricos de la escuela? Cules sus principios ms importantes? A quines benefici o trat de beneficiar la escuela? En qu

  • PREFACIO xiii

    forma la escuela era vlida, til o correcta en su poca? Qu principios de la escuela se convirtieron en contribuciones perdurables?

    Citas amplias. Se utilizan amplias citas de fuentes originales para familiari-zar de forma directa a los lectores con el sabor y la esencia de las principales obras econmicas de la historia. Desde un punto de vista ideal, esos pasajes motivarn al lector, de tal manera que recurrirn a las obras originales para una lectura adicional.

    Historia intelectual. Esta edicin contina con la orientacin a las artes libe-rales de las ediciones previas. Es algo ms que un tratado sobre la aparicin de la teora econmica formalista moderna; tambin aborda el desarrollo de un pensamiento econmico ms vasto y sus relaciones con otras porciones de la historia intelectual. Por supuesto, una amplia orientacin a las artes liberales no excluye y, en muchos casos requiere, un riguroso tratamiento a fondo de la teora econmica, tanto ortodoxa como no ortodoxa. Por tanto se presta una atencin especial a la aparicin de los aspectos tcnicos de los principales modelos de libros sobre economa moderna.

    Claridad de exposicin. Este libro contina haciendo hincapi en la clari-dad de exposicin. Est diseado para ser accesible no slo para quienes han tomado varios cursos de economa, sino tambin para los estudiantes que acaban de tomar un curso de principios de economa con una secuencia razo-nablemente rigurosa.

    Escala de tiempo de las ideas econmicas. El libro incluye en un apartado especfico la Escala de tiempo de las ideas econmicas. Cada rectngulo en esta escala representa una escuela o enfoque importante, y los nombres dentro de cada rectngulo son los de los economistas ms prominentes o representativos en el desarrollo de esa idea o de esa serie de ideas. El tipo particular de flecha (negra o blanca) que vincula dos escuelas indica la natu-raleza de la relacin que exista entre ellas. La parte pertinente de la escala de tiempo se agranda y se presenta al inicio de cada captulo para recordarle al lector dnde se ajustan las ideas que se van a exponer dentro del desarrollo total del pensamiento econmico.

    Apndice sobre fuentes de informacin. El captulo 1 contiene un apndice que resume las principales fuentes de informacin en el rea, incluidas las que se encuentran en Internet.

    Preguntas para estudio. Las preguntas para estudio y anlisis se ubican al final de cada captulo. Dichas preguntas revisan el contenido del captulo, estimulan al lector a ampliar su comprensin e interconectan el material pasado, pre-sente y futuro.

    Figuras con leyendas. Una leyenda explicativa cuidadosamente escrita acom-paa cada figura. Muchas de ellas se han revisado para asegurar que cubran lo necesario y para garantizar su claridad.

    AgradecimientosQuienes han adoptado este libro desde hace largo tiempo reconocern en sus pgi-nas el legado de Jacob Oser. Aun cuando l ya no vivi para participar en las cuatro ltimas ediciones, se mantienen las caractersticas, el estilo y, en muchos casos, las

  • xiv PREFACIO

    palabras reales de las primeras ediciones. Para nosotros ha sido un honor seguir ade-lante con la obra del profesor Oser.

    En la revisin de este libro nos hemos beneficiado mucho con la ayuda de los revisores y nos gustara expresarles nuestro agradecimiento pblico. Son Syad Ahman, McMaster University; Ernest Ankrim, Frank Russell Company; Benjamin Balak, Rollins College; Richard Ballman, Augustana College en Illinois; Les Carson, Augustana College en Dakota del Sur; Kart W. Einof, Mount Saint Marys University en Maryland; Maxwell O. Eseonu, Virginia State University; Tawni Hunt Ferrani, Northern Michigan University; Peter Garlick, SUNY-New Paltz; David E. R. Gay, Arkansas University; Geoffrey Gilbert, Hobart and William Smith Colleges; Ching-Yao Hsieh, George Washington University; Robert Jensen, Pacific Lutheran University; John Larrivee, Mount Saint Marys University en Maryland; Charles G. Leathers, University of Alabama en Tuscaloosa; Mary H. Lesser, Iona College; Andrea Maneschi, Vanderbilt University; John A. Miller, Wheaton College en Massachussets; Tracy Miller, Baylor University; Clair E. Morris, Academia Naval de Estados Unidos de Amrica; Lawrence Moss, Babson College; Norris Peterson, Pacific Lutheran University; Michael Reed, Universidad de Nevada en Reno; Thomas Reinwald, Shippensburg University; Teresa M. Riley, Youngstown State University. Numerosos estudiantes de cursos de historia del pensamiento econmico tambin han identificado con afn los errores y ofrecido sugerencias de mejora.

    Tambin queremos expresar nuestro agradecimiento a las siguientes personas muy talentosas de Cengage/South-Western e Interactive Composition Corporation por su experto manejo de la revisin desde su concepcin hasta el producto final: Sara Dorge, editora de adquisiciones; Katie Yanos, editora de desarrollo; Stephanie Schempp, gerente de proyectos de produccin; Jennifer Garamy, gerente de mar-keting; Kay Mikel, editora de desarrollo; Michelle Kunkler, directora de arte; John Hill, gerente de fotografa/permisos; Sandee Milewsky, gerente senior de produc-cin; Dana Cowden, editora de tecnologa de proyectos; Karen Schaffer, coordina-dora de apoyos web; y Sam RC, gerente de proyectos.

    Por ltimo, estamos agradecidos por el apoyo de nuestras familias, que se encar-gan de los ratos de ocio en casa mientras disfrutamos de toda la diversin.

  • INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

    Los primeros hilos del pensamiento econmico se vinculan con la antigedad. Por ejemplo, la palabra economa tiene sus races en la antigua Grecia, en donde oeconomicus significaba administracin del hogar. Aristteles (384-322 a.C.) se interes en el pensamiento econmico, y distingui entre las artes de adquisicin naturales y no naturales. La adquisicin natural, escribi, incluye actividades tales como agricultura, pesca y cacera, que producen bienes para satisfacer las necesida-des de la vida. La adquisicin no natural, que l desaprobaba, era la obtencin de bienes ms all de las propias necesidades. Platn (427-347 a.C.) escribi acerca de los beneficios de la especializacin humana dentro de la ciudad-Estado ideal. Esa especializacin anticip las ideas posteriores de Adam Smith sobre la divisin del trabajo. La Biblia contiene diversas ideas acerca de la economa, incluso las que se oponen al prstamo con inters (usura). En la Edad Media Santo Toms de Aquino (1225-1274) elabor el concepto de un precio justo, en el cual ni el comprador ni el vendedor se aprovechan del otro.

    El periodo anterior a 1500 d.C. fue una poca muy diferente en comparacin con lo que sucedi desde esa fecha hasta el presente. Haba muy poco comercio antes de 1500 y la mayora de los bienes se producan para el consumo de la comuni-dad que los generaba, sin enviarlos primero al mercado. Por consiguiente, el dinero y el crdito todava no tenan un uso generalizado, aun cuando existan incluso en pocas antiguas. Los Estados nacionales poderosos y las economas nacionales integradas no alcanzaban una evolucin plena, ni tampoco existan escuelas de pen-samiento econmico.

    En contraste, despus de 1500, los mercados y el comercio tuvieron una rpida expansin y las exploraciones y descubrimientos geogrficos ms grandes fueron el resultado de este proceso y a la vez lo aceleraron. La economa del dinero sustituy a la economa natural o autosuficiente. Los Estados nacionales con economas uni-ficadas se convirtieron en fuerzas dominantes. Las escuelas de economa surgieron para representar a grupos sistemticos de pensamiento y formacin poltica.

    La era de la economa poltica, iniciada en 1500, empez a suplantar a la era de la filosofa moral. La atencin a la economa poltica organiz con ms cohe-rencia el pensamiento econmico, y convirti los fragmentos de ideas econmicas en teoras sistemticas. Sin embargo, debe reconocerse la naturaleza seminal de esos primeros fragmentos, de manera que en el sitio en la red que acompaa a este libro (http://brue.swlearning.com) usted encontrar captulos sobre la antigua Grecia y la influencia de las ideas religiosas de los tiempos bblicos hasta la Reforma protestante. Aun cuando en forma ocasional se hace referencia a las ideas anterio-res, el texto inicia con la historia de la evolucin del pensamiento econmico en el siglo XVI, con el mercantilismo.

    Captulo

    11

  • UNA ESCALA DE TIEMPO DE LAS IDEAS ECONMICASEl pensamiento econmico ha mostrado un grado significativo de continuidad a lo largo de los siglos. Los fundadores de una nueva teora se pueden basar en las ideas de sus predecesores y desarrollarlas ms, o bien pueden reaccionar en oposicin a ideas anteriores que estimulan su propio pensamiento en nuevas direcciones. Esas relaciones entre diferentes escuelas de pensamiento se describen en la Escala de tiempo de las ideas econmicas en la parte interior de la portada de este libro. Cuando vea esas escalas, tenga en mente que cualquier esquema que delinea las influencias y vincula las escuelas requiere ciertas decisiones arbitrarias acerca de qu es lo que tiene cabida y en dnde.

    Cada rectngulo en la Escala de tiempo representa una escuela o un enfoque importante. En cada rectngulo aparecen los nombres de los economistas que son ms importantes en el desarrollo de esa escuela o de ese enfoque. Los nombres inmediatamente arriba y afuera de cada rectngulo son los precursores de la escuela. Una flecha blanca que une a dos rectngulos muestra que el ltimo grupo por lo general era seguidor del grupo del que se desarroll o al que reemplaz. Una flecha negra muestra que el ltimo grupo era antagonista de o surgi en oposicin al primer grupo. Una flecha punteada indica los grupos en los que algunos contribu-yentes eran seguidores de los predecesores, pero otros eran antagonistas.

    Por consiguiente usted descubrir, por ejemplo, que los fisicratas estaban total-mente en contra de las doctrinas del mercantilismo (flecha negra), mientras que Adam Smith y la escuela clsica eran continuadores de los fisicratas (flecha blanca). Los marginalistas mostraban una tendencia a romper con la escuela clsica de la cual surgieron, en tanto que John Maynard Keynes, a su vez, rechazaba las ideas macroeconmicas del marginalismo. Por consiguiente, la flecha negra aparece en esas secuencias, aun cuando se podra argumentar que las similitudes en ambos casos eran mayores que las diferencias. Sin embargo, ciertamente los marginalistas tenan relaciones estrechas con los economistas monetaristas (flecha blanca). Por otro lado, algunos economistas del bienestar propusieron ideas marginalistas, mientras que otros las cuestionaron. Por consiguiente, la flecha de la escuela marginalista que va a los economistas del bienestar est punteada.

    Numerosas ideas modernas tienen alguna similitud con conceptos jams adoptados de pocas pasadas o repudiados hace largo tiempo. Por ejemplo, algunos economis-tas del lado de la oferta que escribieron en Estados Unidos durante la dcada de los ochenta del siglo pasado, aconsejaban un regreso domstico al patrn oro, idea promo-vida por los economistas y adoptada por las naciones a partir de 1800, pero que cay en desgracia despus de la depresin de 1930. La idea del capital humano expresada por Adam Smith y John Stuart Mill permaneci inactiva hasta que Theodore Schultz y Gary Becker la revitalizaron e impulsaron en el periodo posterior a 1960. Las desalentadoras declaraciones de Thomas Robert Malthus en 1798 se escucharon en una forma modi-ficada en las voces de un puado de economistas durante la dcada de 1970, quienes predijeron que la escasez de recursos muy pronto causara el colapso de la economa mundial. La aparicin de la nueva macroeconoma clsica en las dcadas de los ochenta y noventa del siglo XX, como un reto a los puntos de vista keynesianos prevalecientes dej en el olvido parte del antiguo clasicismo del siglo anterior.

    Lo anterior no pretende sugerir que la historia se mueve en crculos y que retrocede hacia donde estaba en periodos previos. Por el contrario, la historia del pensamiento

    2 Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

  • Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO 3

    econmico parece moverse en espirales. Las teoras y las polticas econmicas con frecuencia retoman ideas de otras similares de una poca anterior, pero a menudo se encuentran en diferentes planos y en condiciones muy distintas. Las diferencias son tan significativas como las similitudes, y vale la pena examinar de cerca ambas. De ello se dar cuenta a medida que avance a lo largo de la Escala de tiempo.

    Consulte a menudo la Escala de tiempo conforme avance a lo largo del libro, porque eso le ayudar a identificar en dnde los economistas y las ideas que estudia tienen cabida dentro del flujo histrico ms grande de las doctrinas.

    Por ltimo, usted ver muchas secciones de El pasado como un prlogo a todo lo largo del libro. Esas secciones numeradas demuestran que las ideas pasadas, en ocasiones en forma fragmentada, son precursoras de ideas o polticas econmicas posteriores ms desarrolladas y formalizadas. Un smbolo en el margen de la pgina indica el mejor momento para hacer una pausa y leer dichas secciones. Tambin le recordarn en dnde volver a iniciar su lectura despus de la pausa.

    LAS CINCO PREGUNTAS MS IMPORTANTESA medida que se presenta cada escuela importante del pensamiento econmico, se considerarn las cinco preguntas ms relevantes acerca de ella. Este mtodo proporcionar una perspectiva sobre la escuela y los antecedentes sociales que la produjeron. Este resumen, conciso al principio, ayudar a aclarar los puntos impor-tantes a medida que estudia las ideas de los principales economistas. El estudio de los economistas ilustrar las caractersticas de las escuelas con las cuales se les ha vinculado y las citas de sus escritos le darn la esencia de su pensamiento.

    Cules fueron los antecedentes histricos de la escuela?

    Aqu examinar los antecedentes histricos para cerciorarse si sta estuvo fomentada por un sistema de pensamiento particular. La teora econmica a menudo se desarrolla como respuesta a los cambios en el entorno, que atraen la atencin hacia nuevos pro-blemas. Cierto conocimiento en el tiempo histrico en que se presenta es esencial para comprender por qu las personas actuaban y pensaban en la forma en que lo hacan. Por supuesto, es cierto que muchos sistemas de pensamiento existen simultneamente en las mentes de muchos individuos. Los intelectos tienden a desarrollar una vasta multiplicidad de ideas, que varan desde las ms sensatas hasta las ms desatinadas y fantsticas. Las ideas que no eran pertinentes para la sociedad y la poca en las que se presentaron tienden a marchitarse y morir, mientras que las que son tiles y efectivas para responder al menos a algunas preguntas y para resolver ciertos problemas, se difunden, popularizan y contribuyen a la importancia de sus autores. Adam Smith aport mucho al pensamiento econmico; pero alguien duda de que, si l nunca hubiera vivido, las mismas ideas habran surgido despus? Tal vez no se habran expre-sado tan bien o con tanta claridad. Los eruditos habran tropezado un poco ms antes de encontrarse en la senda intelectual que l traz con tanta claridad.

    Smith hizo una contribucin mayor precisamente porque sus ideas respondan a los requerimientos de su poca. Si, por ejemplo, la teora de Ricardo de la ventaja comparativa en el comercio internacional se hubiera descubierto en la poca feudal, no habra tenido una gran importancia en ese mundo de autosuficiencia local, con un mnimo de comercio. La disputa sobre las leyes del maz en Inglaterra a principios de 1800 produjo la teora de la renta. Si Keynes hubiera publicado La teora general

  • 4 Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

    sobre el empleo, el inters y el dinero en 1926, en vez de hacerlo en 1936, habra sus-citado mucha menos atencin de la que atrajo. Claro, el medio social en el cual se desarrollan las ideas es importante.

    De hecho, algunos economistas le asignan una importancia primordial al entorno social, poltico y econmico para modelar la naturaleza de las preguntas que hacen los economistas y, por consiguiente, al contenido de las teoras econmicas que surgen durante un periodo particular. Por ejemplo, segn John Kenneth Galbraith, Las ideas son inherentemente conservadoras. Se doblegan no ante el ataque de otras ideas, sino ante la violenta y masiva embestida de las circunstancias con las cuales no pueden con-tender.1 Dicho de otra manera, las nuevas ideas suplantan a las teoras econmicas aceptadas slo cuando los acontecimientos del da hacen que las antiguas teoras sean claramente inadecuadas. Por ejemplo, algunos argumentaran que la antigua nocin de que una economa del mercado produce automticamente un empleo total, no cedi ante la lgica de la teora general de Keynes, sino ms bien ante la depresin y el desempleo masivo a nivel mundial de la dcada de los aos 1930.

    Wesley C. Mitchell expres un punto de vista similar cuando escribi:

    Los economistas son propensos a pensar que su obra es el resultado de un juego de la libre inteligencia sobre problemas lgicamente formulados. Pueden reconocer que sus ideas se han visto influidas por la lectura y la enseanza que fueron lo bastante sensatos para elegir, pero muy rara vez comprenden que su inteligencia libre ha estado moldeada por las circunstancias en las cuales crecieron; que sus mentes son productos sociales; que, en cualquier sentido serio, no pueden trascender a su entorno. Para comprender todo esto acerca de ellos mismos, es importante si los estudiantes se van a convertir en la forma apropiada en autocrticos; es decir, si van a comprender los lmites a los cuales est sujeta su visin. Pero es excesivamente difcil que una mente que ha sido moldeada por un entorno determinado acepte ese entorno como algo rutinario, o ver que es el producto de condiciones transitorias y por consiguiente est sujeta a una variedad de limitaciones.2

    Sin embargo, muchos otros economistas estaran en desacuerdo o limitaran la idea de que las fuerzas ambientales son las principales moldeadoras de la teora econ-mica. Argumentan que los factores internos dentro de una disciplina, tales como el descubrimiento y la explicacin de paradojas no resueltas, dan razn de la mayora de los adelantos tericos. Que sea George J. Stigler quien hable por ellos:

    Creo que cada desarrollo importante en la teora econmica durante los ltimos cien aos habra surgido mucho antes si las condiciones ambientales fueran todo lo que necesitbamos. Incluso la teora general de Keynes habra podido encontrar una base emprica evidente en el periodo posnapolenico en los aos de 1870 o de 1890. Tal vez esto slo equivale a decir, lo que es ciertamente verdadero y casi redundante, que los elementos de un sistema econmico que los economistas creen que es bsico han estado presentes durante largo tiempo. La naturaleza de los sistemas econmicos ha cambiado relativamente poco desde la poca de Smith. De manera que le asigno un papel menor, e incluso accidental, al entorno contem-porneo en el desarrollo de la teora econmica desde que se ha convertido en una

    1 John Kenneth Galbraith, The Affluent Society, Boston, Houghton Mifflin, 1958, p. 20.2 Wesley C. Mitchell, Types of Economic Theory, editor Joseph Dorfman, tomo 1, Nueva York, A. M. Kelly, 1967, 1969,

    pp. 36 y 37.

  • Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO 5

    disciplina profesional. Incluso cuando el estmulo ambiental original para un desarro-llo analtico particular es bastante claro, como en la teora de la renta de Ricardo, la profesin muy pronto se apropia del problema y lo reformula en una forma que se vuelve cada vez ms lejano de los acontecimientos actuales, hasta que finalmente su origen no tiene una relacin reconocible con su naturaleza o sus utilizaciones.3

    Cul de estas dos perspectivas es la correcta? Ambas contienen elementos de la verdad. Es obvio que algunas teoras surgen como una consecuencia directa de los problemas candentes del da, y otros adelantos en la economa surgen de la continua bsqueda de conocimientos, en forma muy independiente de los acontecimientos actuales.

    Cules son los principios ms importantes de la escuela?

    Bajo este ttulo se proporcionan amplias generalizaciones acerca de las ideas de las sucesivas escuelas de economa. La solidez de este procedimiento es que permite una presentacin concisa de la esencia de la escuela. El punto dbil es que siempre hay excepciones a la generalizacin que no es posible examinar en detalle sino hasta ms adelante. Un resumen breve presenta los patrones de uniformidad en las ideas de los grupos de economistas, pero las excepciones pueden contener las semillas de ideas que triunfarn a la larga. Entonces se dir que los mercantilistas favorecan la acu-mulacin de oro y plata, aun cuando haba algunos entre ellos que adoptaron una posicin contraria a la acumulacin de lingotes. Esas personas se sentan abrumadas y al principio casi no las escuchaban, pero al final sus ideas fueron reivindicadas. De manera similar, la escuela clsica crea en el libre comercio entre las naciones; sin embargo Malthus, un economista clsico, estaba a favor de los aranceles sobre los bienes importados.

    A quines beneficiaba o trataba de beneficiar la escuela?

    El tipo de preguntas econmicas que prevalecen en el pensamiento de un grupo pueden carecer de significado para otro. Por ejemplo, en la Edad Media los telo-gos se preocupaban mucho por el aspecto moral de cobrar intereses sobre el dinero prestado. Con el paso del tiempo, este problema pareci menos importante. Un grupo de pensadores y practicantes llamados mercantilistas preguntaban, Cul es la mejor forma de que un pas acumule el oro y la plata?. Los economistas clsicos se interesaban ms en Cmo incrementar la produccin?. Keynes buscaba saber en qu forma una economa basada en el mercado poda evitar las depresiones y el elevado nivel de desempleo. Los monetaristas reflexionaban en las causas de la inflacin. Con el objeto de ser aceptado, un sistema de ideas se debe ajustar a las necesidades de toda la sociedad o por lo menos ser creble para un segmento de la sociedad que lo defender, ampliar y aplicar.

    La mayora de los tericos econmicos suponen que el inters propio del indi-viduo es dominante y gua al proceso econmico. Sin embargo, el inters propio no coincide con las condiciones caticas de individuos que se salen con la suya en oposicin al resto de la sociedad; los individuos estn guiados por fuerzas del mer-cado, sociales, polticas y ticas para cooperar con otros en la organizacin de una relacin razonable con la sociedad. Adems, se unen en grupos debido a las presiones sociales, los intereses e ideas comunes y la naturaleza gregaria. De manera que hay

    3 George J. Stigler, Essays in the History of Economics, Chicago, University of Chicago Press, 1965, p. 23.

  • 6 Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

    grupos religiosos, polticos, estticos, sociales y econmicos, y cada uno representa una perspectiva y un programa unificados en su esfera de inters especial. Aqu inte-resan los grupos de personas que desarrollan ideas comunes basadas, en parte, en el inters propio y en parte en consideraciones que moldean su concepto de cmo se debe organizar una economa y en qu direccin se debe mover. El inters aqu es identificar a los grupos que apoyaban a cada escuela de pensamiento y a los grupos a los cuales recurra cada escuela en busca de sustento, ya sea con o sin xito.

    De qu forma la escuela era vlida, til o correcta en su poca?

    Aqu es necesario encontrar una ruta entre dos peligros opuestos. Uno es la idea errnea de que los pensadores del pasado estaban equivocados, eran ingenuos, ignorantes o tontos y que los de hoy, por ser ms sabios, han descubierto la verdad definitiva. En estos trminos J. B. Say, al escribir hace ms de 150 aos, pregunt: A qu propsito til se puede servir con el estudio de opiniones y doctrinas absurdas que se han desacreditado desde hace largo tiempo y que merecan que as fuera? Simplemente es una pedantera intil tratar de revivirlas. Mientras ms perfecta es una ciencia, ms corta se vuelve su historia.

    Este punto de vista aplica ms a las ciencias fsicas que a las ciencias sociales. Debido a que el universo fsico no ha cambiado en forma perceptible durante los siglos recientes, las leyes conforme a las cuales opera tampoco han cambiado mucho. A medida que han aumentado los conocimientos de los cientficos, las per-sonas se han acercado ms a la verdad. Incluso as, las ciencias fsicas tienen sentido. Pero la sociedad ha cambiado y, por consiguiente, no es de sorprender que hayan surgido nuevas teoras para explicar los nuevos desarrollos. Las teoras o polticas plausibles en el siglo XVII tal vez tienen muy poca aplicabilidad 400 aos despus.

    El otro extremo es descubrir que cada idea dominante del pasado era correcta, justa y buena en su poca. Por supuesto, la posible validez de las teoras econmicas se debe relacionar con su poca y su lugar, pero tal vez eran errneas o deficientes incluso cuando se presentaron por primera vez. De manera que, por ejemplo, la teora del valor del trabajo de Marx se debe evaluar no slo en relacin con las primeras teoras del trabajo de Smith y Ricardo, sino tambin conforme a los estndares de la teora contempornea del valor. Este enfoque crtico, por supuesto, se debe aplicar tambin al pensamiento actual. Los conceptos con amplia aceptacin hoy da, a menudo son inconcebibles en pocas anteriores y pueden llegar a ser inapropiados en el futuro.

    Qu principios de tal escuela se convirtieron en contribuciones perdurables?

    Esta seccin identifica las ideas presentadas por una escuela que han tenido una importancia perdurable y que, por consiguiente, todava se encuentran en los libros de texto de economa actuales. Aqu, esas contribuciones que han resistido la prueba del tiempo se distinguirn de aquellas que, aun cuando tal vez fueron vlidas en su poca, no sobrevivieron a su utilidad a medida que surgan nuevas evidencias o a medida que cambiaban las condiciones sociales.

    EL VALOR DE ESTUDIAR ECONOMA Y SU HISTORIALos estudiantes a punto de abrirse paso en el difcil terreno intelectual que les espera, tal vez se pregunten: Valdr la pena el esfuerzo? Para qu estudiar la teora econmica? Para qu estudiar su historia?

  • Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO 7

    Acuden a la mente muchas respuestas. Dos razones importantes, distintas de las ventajas personales que se podran obtener, justifican el estudio de la teora eco-nmica. En primer lugar, ese estudio le permite tener una comprensin de cmo funciona una economa; es decir, qu la hace permanecer unida y funcionar? En segundo, la teora econmica ayuda a la sociedad a llegar a las metas econmicas que ha elegido para ella misma. La sociedad puede progresar con mayor rapidez en el logro de metas econmicas mediante un conocimiento de la economa.

    Pero por qu estudiar la historia del pensamiento econmico? En primer lugar, ese estudio mejora la propia comprensin del pensamiento econmico contempo-rneo. Como un ejemplo, se investigar el desarrollo histrico de los numerosos e intrincados conceptos que son la base del anlisis contemporneo de la oferta y la demanda. De una manera ms especfica, en qu forma ideas tales como los ren-dimientos decrecientes y los rendimientos a escala pavimentaron el camino para el anlisis moderno de la oferta a corto y largo plazos y la forma en la cual la utilidad marginal y los modelos de la curva de indiferencia condujeron a la aparicin de la moderna teora de la demanda. Usted descubrir que, como lo expresa Mark Blaug, la teora contempornea lleva las cicatrices de los problemas del ayer ahora resuel-tos, de los errores del ayer ahora corregidos y no se puede comprender plenamente sino como un legado transmitido por el pasado.4

    En segundo lugar, las vastas cantidades de anlisis y evidencia que han generado los economistas a lo largo de dcadas permiten un mayor control ante las generali-zaciones irresponsables. Esto evita cometer tantos errores cuando tome decisiones personales o cuando apoye polticas econmicas nacionales y locales. Sin embargo, en la economa quedan muchos problemas sin resolver y muchas preguntas sin respuesta. Su comprensin de los xitos, errores y callejones sin salida del pasado le ser til para resolver esos problemas y responder dichas preguntas.

    Por ltimo, y sobre todo, el estudio de la historia del pensamiento econmico proporciona una perspectiva y una comprensin del pasado, de las ideas y los proble-mas cambiantes y de la direccin del presente. Le ayuda a apreciar que ningn grupo tiene un monopolio de la verdad y que muchos grupos e individuos han contribuido a la riqueza y diversidad de su herencia intelectual, cultural y material. Un estudio de la evolucin del pensamiento econmico y de los cambiantes antecedentes sociales asociados con ella le aclararn los cambios en otras reas de su inters, tales como poltica, artes, literatura, msica, filosofa y ciencias. Por supuesto, aqu existe una relacin recproca, as que una mejor comprensin de esas reas de conocimiento ayuda a explicar las cambiantes ideas econmicas.

    Por desgracia, la acumulacin de conocimientos y comprensin no necesariamente conduce a un mundo mejor. Incluso si todas las personas estuvieran perfectamente bien informadas acerca de los aspectos econmicos, continuaran los desacuerdos y los conflictos, debido a las diferentes ideas de lo que es bueno y lo que es malo, de qu metas se deben adoptar y cules rechazar, y cul debe ser la prioridad de cada meta. Aun cuando todo conviniera en las metas para la economa, habra desacuerdo acerca de su relativa importancia. Pero el anlisis econmico ayuda a idear sistemas que definen el bien comn, individual y social, para que las personas satisfagan sus propios intereses, al mismo tiempo que mejoran el bienestar de otros.

    4 Mark Blaug, Economic Theory in Retrospect, 4a. ed., Londres, Cambridge University Press, 1985, p. VII.

  • 8 Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

    Al combinarse ciertas circunstancias, la desesperanzada perversidad de las perso-nas sale a la superficie. Cabe la esperanza de que a medida que aumente la compren-sin de la economa y de que se acreciente el dominio sobre los problemas sociales; conforme aumente el bienestar material y se ample el aprecio de las facetas culturales, estticas e intelectuales de la vida, el hombre ser ms civilizado, ms humano y ms considerado hacia los dems. Si el estudio de las teoras y los problemas econmicos del pasado y del presente contribuyen al logro de estas metas, habr valido la pena el esfuerzo.

    Preguntas para estudio y anlisis

    1. Segn los autores, en qu difieren las contribuciones hechas al pensamiento econmico antes de 1500 d.C., de las que se han hecho desde esa poca?

    2. Explique el significado de las flechas blancas y negras que conectan a las escuelas de pensamiento econmico en la Escala de tiempo. Cmo se distinguen en el diagrama los precursores de una escuela de sus miembros actuales? Especule acerca del porqu en ocasiones es difcil colocar a un economista particular en una escuela de pensamiento econmico especfica.

    3. Mencione las cinco preguntas importantes que se utilizan en este libro para organizar un anlisis de las escuelas de pensamiento econmico. Explique bre-vemente por qu cada pregunta es importante para la comprensin y evaluacin de las principales escuelas.

    4. Mencione cinco aspectos o problemas econmicos contemporneos que se han informado o discutido en los medios de comunicacin. A medida que progrese en el libro, observe los casos en que los economistas han desarrollado ideas rela-cionadas con tales aspectos.

    5. Qu valor tiene el saber algo acerca del escenario social, poltico y econmico en el cual un economista particular vivi y escribi?

    6. Evale la cita: El peligro de la arrogancia hacia los escritores del pasado cierta-mente es muy real, pero tambin lo es el culto de los ancestros (Mark Blaug).

    7. Cules son los beneficios de estudiar economa y su historia?

    Lecturas selectas

    LibrosBlaug, Mark. The Methodology of Economics, or How Economist Explain. Londres,

    Cambridge University Press, 1980._____, editor. The Historiography of Economics. Brookfield, VT, Edward Elgar, 1991.Colander, David y A. W. Coats, editores. The Spread of Economic Ideas. Nueva

    York, Cambridge University Press, 1989.Mackie, Christopher D. Canonizing Economics Theory: How Theories and Ideas Are

    Selected in Economics. Armonk, NY, M. E. Sharpe, 1998.Meeks, Ronald L. Economics and Ideology and Other Essays, Studies in the Development

    of Economic Thought. Londres, Chapman and Hall, 1967.Mitchell, Wesley C. Types of Economic Theory. Introduccin por Joseph Dorfman.

    2 tomos. Nueva York, Kelly, 1967, 1969.Rogin, Leo. The Meaning and Validity of Economic Theory. Nueva York, Harper,

    1956.

  • Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO 9

    Stigler, George J. Essays in the History of Economics. Chicago, University of Chicago Press, 1965.

    Artculos en revistasCesarano, Filippo. On the Role of the History of Economic Analysis, History of

    Political Economy 15, primavera de 1983, pp. 63-82.Dillard, Dudley. Revolutions in Economic Theory, Southern Economic Journal

    44, abril de 1978, pp. 705-724.Ekelund, R. B. y R. W. Ault. The Problems of Unnecesary Originality in Economics,

    Southern Economic Journal 53, enero de 1987, pp. 650-661.Stigler, George J. The Influence of Events and Politics on Economic Theory, American

    Economic Review 50, mayo de 1960, pp. 36-45.

    APNDICEHistoria del pensamiento econmico; fuentes de informacin

    El propsito del apndice es proporcionar un resumen conciso de los tipos de fuentes disponibles para recabar informacin acerca de la historia del pensamiento econmico. Los estudiantes que presentan trabajos para exmenes trimestrales o que desean explorar algunos temas con mayor profundidad, se beneficiarn al exa-minar la numerosa y creciente literatura en este terreno.

    Fuentes principalesLas fuentes principales consisten en los escritos completos del economista discutido en el texto. Esas fuentes se citan en la seccin de Lecturas selectas al final de cada captulo.

    Libros de lecturaAdems de las obras completas, hay varios libros de lectura excelentes que con-tienen extractos selectos de las fuentes originales. Algunos ejemplos incluyen los siguientes:Abbott, Leonard Dalton, editor. Masterworks of Economics. 3 tomos. Nueva York,

    McGraw-Hill, 1973.Needy, Charles W., editor. Classics of Economics. Oak Park, IL, Moore, 1980.Newman, Philip C., Arthur D. Gayer y Milton H. Spencer, editores. Source Readings

    in Economic Thought. Nueva York, W. W. Norton, 1954.

    Tratados sobre historia del pensamiento econmicoVarios tratados significativos sobre la historia de los mtodos y la teora econmica son dignos de mencin. Por lo comn esas obras no se utilizan como libros de texto a nivel de estudiantes universitarios debido a su gran extensin, sus detalles minuciosos o su contenido riguroso. Sin embargo, son buenas fuentes para ampliar el propio conocimiento. Cuatro ejemplos de libros de este gnero son:Blaug, Mark. Economic Theory in Retrospect. Quinta edicin. Londres, Cambridge

    University Press, 1997.Pribram, Karl. A History of Economic Reasoning. Baltimore, Johns Hopkins University

    Press, 1983.Schumpeter, Joseph A. History of Economic Analysis. Nueva York, Oxford University

    Press, 1954.

  • 10 Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

    Spiegel, Henry W. The Growth of Economic Thought. Tercera edicin. Durham, NC, Duke University Press, 1991.

    Tesis del cambio cientficoLos siguientes textos, al desarrollar amplias teoras de los factores que producen el cambio cientfico, proporcionan marcos de referencia tiles para estudiar la historia de la economa:Kuhn, Thomas. Structure of Scientific Revolutions. Tercera edicin. Chicago, University

    of Chicago Press, 1996.Lakatos, Imre. The Methodology of Scientific Research Programmes. Londres, Cambridge

    University Press, 1978.Popper, Karl. The Logic of Scientific Discovery. Segunda edicin. Londres, Hutchinson

    and Co., 1968.

    Libros sobre economistas Numerosas biografas examinan las vidas y pocas de los grandes economistas y varias obras monumentales analizan las contribuciones de economistas especficos. La mayora de los libros de importancia primordial se mencionan como Lecturas selectas al final de los propios captulos del texto. Dichas listas no son exhaustivas, pues con frecuencia aparecen nuevos volmenes. El sistema de referencia en una biblioteca acadmica es el lugar para empezar a buscar esos libros.

    Artculos en revistasLas revistas eruditas sobre economa son el medio que utilizan los economistas para ofrecer nuevos conocimientos acerca de la historia del pensamiento econmico. Varios artculos en revistas se citan en las notas al pie de pgina y al final de cada captulo, pero esas referencias son slo una pequea fraccin de los numerosos artculos escritos sobre los diversos aspectos de los temas que se discuten en el cap-tulo. Las revistas son de dos tipos: (1) revistas generales, que contienen artculos que cubren el amplio espectro de los terrenos secundarios dentro de la economa y (2) revistas especializadas, que son especficas para un rea de la economa, como finanzas pblicas, economa laboral o la historia del pensamiento econmico.

    Revistas generales. Los artculos sobre la historia del pensamiento econmico apa-recen ocasionalmente en las revistas generales de economa, tales como American Economic Review, Oxford Economic Papers, Journal of Political Economy, Southern Economic Journal, Economica y otras por el estilo. Los siguientes dos ndices son importantes en la bsqueda de artculos de inters.American Economic Association. Index of Economic Articles. Homewood, IL,

    Richard D. Irwin, Inc. Esta serie se actualiza por medio de nuevos tomos peri-dicos y contiene citas de artculos de ms de 250 revistas de economa. Cada tomo cubre un periodo especfico. Sin embargo, los tomos no son actuales y, por consiguiente, es necesario encontrar los artculos recin publicados empleando la fuente siguiente:

    American Economic Association. Journal of Economic Literature (JEL). Trimestral. Esta publicacin menciona los artculos ms recientes en revistas, totalmente indexados, y extractos de artculos selectos. Las categoras B1, B2 y B3 (antes 030) en el sistema de clasificacin definen los temas en la historia del pen-

  • Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO 11

    samiento econmico. Las listas JEL tambin estn disponibles va EconLit (DIALOG Information Retrieval Service: File 139). Este archivo electrnico est disponible en muchas bibliotecas acadmicas y se puede buscar por autor, por revista, por tema y con el nmero de ndice JEL.

    Tambin se debe hacer una mencin especial del anuario Scandinavian Journal of Economics, que contiene biografas intelectuales de los economistas ganadores del Premio Nobel.

    Revistas especficas. Cinco revistas dignas de mencin estn dedicadas exclu-sivamente a la historia del pensamiento econmico: History of Political Economy, Journal of the History of Economic Thought, History of Economics Review (publicada en Australia), The European Journal of the History of Economic Thought (publicada en Gran Bretaa) e History of Economic Ideas (publicada en Roma).

    Colecciones de artculos de revistasArtculos en revistas estn disponibles en varias excelentes colecciones de mltiples tomos. Las siguientes son tres colecciones recientes ordenadas por economistas o escuela de pensamiento econmico especficos:Blaug, Mark, editor. Schools of Thought in Economics. 11 tomos. Brookfield, VT,

    Edward Elgar, 1990._____, editor. Pioneers in Economics. 46 tomos. Brookfield, VT, Edward Elgar, 1991.Word, John C. Contemporary Economists: Critical Assessments, serie continua. Londres,

    Routledge, 1990.

    Sitios en InternetInternet proporciona mucha informacin til relacionada con la historia del pensa-miento econmico. Los enlaces con stos y otros sitios de inters se encuentran en el sitio del texto en la red (http://brue.swlearning.com). Tres sitios de importancia particular son:

    Sitio web de historia del pensamiento econmicohttp://cepa.newschool.edu/het

    Este excelente sitio en Internet contiene informacin detallada sobre los cons-tructores de la historia del pensamiento econmico, listados por orden alfabtico y agrupados en amplias escuelas de pensamiento econmico. Tambin proporciona enlaces con muchos otros sitios en Internet relacionados con el desarrollo de las ideas econmicas.

    Archivos de fuentes originaleshttp://www.economics.mcmaster.ca/ugcm/3ll3/

    El archivo de la Universidad McMaster para la Historia del pensamiento econ-mico proporciona lecturas de textos originales de ms de 200 eruditos importantes para la evolucin de las ideas econmicas y con regularidad se aaden nuevos mate-riales. Tambin ofrece enlaces con sitios espejo en el Reino Unido y Australia.

    Revistas de economa en Internethttp://www.oswego.edu/~economic/journals.htm

    Este sitio contiene un ndice de las ubicaciones en Internet de numerosas revis-tas de economa.

  • 12 Captulo 1 INTRODUCCIN PARA UNA VISIN DE CONJUNTO

    (Cada una de las direcciones de Internet era la actual en el momento de la publi-cacin, pero las direcciones cambian en ocasiones. Si esas direcciones no le dan resultado, trate de enlazarse a travs del sitio del texto en la red, o encuntrelas utilizando auxiliares de bsqueda estndar de Internet, como AltaVista, Excite, Google o Yahoo!)

  • 2LA ESCUELA MERCANTILISTACaptulo

    22La doctrina econmica conocida como mercantilismo apareci entre la Edad Media y el periodo del triunfo del laissez-faire (dejar hacer). El mercantilismo data aproxi-madamente de 1500 a 1776. Sin embargo, estas fechas varan en diferentes pases y regiones.

    En este captulo primero se utilizan las cinco preguntas ms importantes para proporcionar un panorama del mercantilismo y despus se examina a cuatro indi-viduos que expresaron ideas mercantilistas: Mun, Malynes, Davenant y Colbert. Tambin se habla de sir William Petty, un mercantilista que desarroll algunos conceptos precursores de la economa clsica.

    PERSPECTIVA DEL MERCANTILISMOCules son los antecedentes histricos de la escuela mercantilista?

    La autosuficiencia de la comunidad feudal lentamente le cedi el paso al nuevo sistema del capitalismo mercantil. Las ciudades, que tenan un crecimiento gradual durante la Edad Media, aumentaron en importancia. El comercio floreci tanto al interior de cada pas como entre los pases y se expandi la utilizacin del dinero. El descubri-miento del oro en el hemisferio occidental facilit el creciente volumen del comercio y estimul las teoras acerca de los metales preciosos. Los grandes descubrimientos geogrficos, basados en parte en el desarrollo de la navegacin, ampliaron la esfera del comercio. La produccin era en pequea escala, pero el comerciante mediaba cada vez ms entre el productor y el consumidor. Aun cuando a los ojos de la aristocracia de terratenientes seguan siendo comerciantes despreciables, los comerciantes capitalistas se convertan en figuras clave en el mundo de los negocios.

    Comenzaron a surgir los Estados nacionales y los ms poderosos de ellos adquiran colonias y esferas de influencia. Las rivalidades econmicas entre las naciones se intensi-ficaron. De manera que no sorprende que evolucionara un conjunto de doctrinas que reemplazaron a los conceptos feudales, promovieron el nacionalismo, le dieron nueva dignidad e importancia al comerciante y justificaron una poltica de expansin econ-mica y militar. Este conjunto de doctrinas se convirti en la escuela mercantilista.

    Cules son los principios fundamentales de la escuela mercantilista?

    Entre los postulados ms importantes de esta escuela estn los siguientes:

    El oro y la plata son la forma ms deseable de riqueza. Los mercantilistas tendan a igualar la riqueza de una nacin con la cantidad de lingotes de oro y plata que posea. Algunos de los primeros mercantilistas crean que esos metales preciosos eran el nico tipo de riqueza al que se poda aspirar. Todos valoraban los lin-gotes como la nica forma de alcanzar el poder y la riqueza. Por consiguiente, era necesario un excedente de exportaciones de un pas para generar pagos en

  • 14 Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA

    moneda dura. Incluso cuando estaban en guerra, las naciones exportaban bienes para el enemigo, siempre y cuando los productos se pagaran en oro.

    Nacionalismo. Todos los pases no exportaban simultneamente ms de lo que importaban. Por consiguiente, el propio pas deba promover las expor-taciones y acumular riquezas a costa de sus vecinos. Slo una nacin poderosa poda conquistar y conservar colonias, dominar las rutas del comercio, ganar guerras en contra de sus rivales y competir con xito en el comercio interna-cional. Conforme a este concepto esttico de la vida econmica, haba una cantidad fija de recursos econmicos en el mundo; un pas poda incrementar sus recursos slo a costa de otro. El ensayista francs Michel de Montaigne escribi en 1580: La utilidad de un hombre es el dao de otro No es posible obtener cualquier utilidad si no es a costa de otro. El mercantilismo nacionalista condujo de una manera muy natural al mili-tarismo. Los poderosos navos y las flotas mercantes eran un requerimiento. Debido a que las pesqueras eran cunas de marinos, es decir, ya que eran terrenos de capacitacin para el personal naval, los mercantilistas le impusie-ron una cuaresma poltica a Inglaterra en 1549. Se prohiba por ley que las personas comieran carne ciertos das de la semana, con el fin de asegurar un mercado domstico para el pescado y por tanto una demanda de marineros. Ese decreto se mantuvo enrgicamente durante alrededor de un siglo y no desapareci de los libros de estatutos sino hasta el siglo XIX.

    Importacin libre de impuestos de materia prima que no se produce domstica-mente, proteccin de bienes fabricados y materia prima que se podan producir domsticamente y restriccin a las exportaciones de materia prima. Este nfasis en las exportaciones y la renuencia a importar se ha llamado el temor de los bienes. Los intereses del comerciante tenan preeminencia sobre los del con-sumidor domstico. Los comerciantes reciban flujos de oro a cambio de sus exportaciones, mientras que las restricciones sobre las importaciones reducan la disponibilidad de bienes para el consumo local. En consecuencia, el oro y la plata se acumulaban, supuestamente mejorando la riqueza y el poder del pas. Las prohibiciones contra el movimiento exterior de materia prima ayudaron a mantener bajos los precios de las exportaciones de bienes terminados. Por ejemplo, una ley aprobada en 1565-1566 durante el reinado de la reina Isabel prohiba la exportacin de ovejas vivas. Las penalidades por violar esa ley eran la confiscacin de la propiedad, un ao en prisin y la amputacin de la mano izquierda. La pena de muerte se prescriba por una segunda ofensa. La expor-tacin de lana cruda estaba prohibida y se aplicaban las mismas penalidades en una ley promulgada durante el reinado de Carlos II (1660-1685).

    Colonialismo y monopolio del comercio. Los comerciantes capitalistas favorecan la colonizacin y queran mantener a las colonias eternamente dependientes de la madre patria y subordinadas a ella. Cualquiera de los beneficios que se extendan hacia las colonias debido al crecimiento y el poder militar de la madre patria era un subproducto accidental de la poltica de explotacin. Las Actas de Navegacin Inglesas de 1651 y 1660 son buenos ejemplos de esta poltica. Los bienes importados hacia Gran Bretaa y las colonias se deban transportar en barcos ingleses o coloniales, o en barcos del pas en donde se originaban los bienes. Ciertos productos coloniales slo se deban vender a Inglaterra y otros se deban desembarcar en Inglaterra antes de enviarlos por

  • Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA 15

    barco a pases extranjeros. Las importaciones extranjeras hacia las colonias esta-ban restringidas o prohibidas. Las manufacturas coloniales fueron frenadas o en algunos casos prohibidas, de manera que los territorios dependientes seguan siendo proveedores de materia prima de bajo costo e importadores de bienes fabricados en Inglaterra.

    Oposicin a peajes, impuestos internos y otras restricciones sobre el movimiento de bienes. Los tericos y practicantes mercantilistas reconocan que los derechos de transporte y los impuestos podan estrangular a las empresas de negocios e incrementar el precio de las exportaciones de un pas. Un ejemplo extremo de esto es la situacin en el ro Elba en 1685. Un envo de sesenta tablones de Sajonia a Hamburgo requiri el pago de cincuenta y cuatro tablones en las estaciones de peaje a lo largo del camino! En consecuencia, slo seis tablones llegaron al punto de destino. Sin embargo, es importante observar que los mercantilistas no favorecan el libre comercio interno en el sentido de permitir que las personas se dedi-caran a cualquier comercio que desearan. Por el contrario, los mercantilistas preferan el otorgamiento de monopolios y privilegios comerciales exclusivos, siempre que pudieran adquirirlos.

    Un poderoso gobierno central. Era necesario un poderoso gobierno central para promover las metas del mercantilismo. El gobierno les otorgaba privilegios de monopolio a las compaas dedicadas al comercio exterior y restringa el libre ingreso a los negocios en el propio pas, con el fin de limitar la compe-tencia. La agricultura, la minera y la industria se promovan con subsidios del gobierno y se protegan de las importaciones por medio de aranceles. Adems, el gobierno regulaba estrechamente los mtodos de produccin y la calidad de los bienes, de manera que un pas no se ganara una mala reputa-cin para sus productos en los mercados extranjeros, lo que obstaculizaba las importaciones. En otras palabras, los mercantilistas confiaban muy poco en su propio criterio y honestidad, y crean que el inters comn de los comer-ciantes requera que el gobierno prohibiera un trabajo deficiente y materiales de mala calidad. El resultado fue un desconcertante laberinto de regulaciones que gobernaba la produccin de bienes. Por consiguiente, se requera un poderoso gobierno nacional para asegu-rar una regulacin nacional uniforme. Los gobiernos centrales tambin eran necesarios para lograr las metas expuestas anteriormente: un nacionalismo, proteccionismo, colonialismo y comercio internacional no obstaculizados por peajes y excesivos impuestos.

    Importancia de una poblacin grande y que trabajara arduamente. Una conside-rable poblacin industriosa no slo proporcionara una abundancia de soldados y marinos dispuestos a combatir por la gloria y el poder de la nacin, sino que tambin mantendra un nivel elevado de ofertas de trabajo, y salarios por con-siguiente bajos. La ventaja? Esos salarios bajos (1) permitiran bajar los precios de las exportaciones e incrementar el flujo de entrada del oro, y (2) reduciran la ociosidad y promoveran una mayor participacin en la fuerza laboral. La ociosidad y la mendicidad entre personas fuertes y sanas era atacada en forma despiadada, y el hurto se castigaba con severidad. Durante el reinado de Enrique VIII en Gran Bretaa (1509-1547), 7 200 ladrones fueron ahor-cados. En 1536 se decret que a los vagabundos tenaces les deban cortar

  • 16 Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA

    las orejas, y la penalidad por la tercera ofensa de vagabundo era la pena de muerte. En 1547, quienes se negaban a trabajar eran condenados a ser escla-vos de quienquiera que los denunciara. Durante el reinado de la reina Isabel, en 1547 se aprob una ley que autorizaba el azote y marcaje de los mendigos sin licencia de 14 aos de edad o mayores, a menos que alguien estuviera dispuesto a emplearlos; por una segunda ofensa se les deba ejecutar, a menos que alguien los aceptara para su servicio; por una tercera ofensa los conside-raran felones y los ejecutaran sin misericordia. Bernard de Mandeville (1670?-1733), el filsofo, satrico y mdico holan-ds que se haba establecido en Londres, escribi:

    En una nacin libre en donde no estn permitidos los esclavos, la riqueza ms segura consiste en una multitud de pobres laboriosos [...] As como es necesario evitar que mueran de inanicin, tampoco deben recibir nada que valga la pena ahorrar [...] En inters de todas las naciones ricas, la mayora de los pobres casi nunca deben permanecer ociosos y sin embargo deben gastar continuamente lo que reciben. Se debe mantener a los pobres estrictamente trabajando y es prudente satisfacer sus necesidades, pero sera una locura remediarlas. Para hacer que la sociedad sea feliz y las personas manejables bajo las circunstancias ms miserables, es un requisito que el mayor nmero de ellas sean ignorantes, as como pobres.1

    William Temple, en su Essay on Trade and Commerce, publicado en 1770, consider a fondo el empleo total para los nios:

    Cuando esos nios tengan cuatro aos de edad, sern enviados a talleres en el campo y all les ensearn a leer dos horas al da y los mantendrn totalmente ocupados el resto de su tiempo en cualquiera de las manufacturas que se ajuste mejor a su edad, fortaleza y capacidad. Si se objeta que a esa edad no es posible hacer de ellos seres tiles, yo replico que a los cuatro aos de edad hay empleos en los cuales los nios se pueden ganar la vida; pero adems, hay un uso considerable en su ser, de alguna forma u otra, si estn empleados por lo menos doce horas al da, no importa si se ganan o no la vida; ya que por estos medios esperamos que la generacin actual estar tan habituada al empleo constante que sin duda les resultar ameno y divertido.2

    A quines beneficiaba o trataba de beneficiar la escuela mercantilista?

    Esta doctrina beneficiaba a los comerciantes capitalistas, a los reyes y funcionarios del gobierno. En especfico, favoreca a quienes eran ms poderosos y tenan los monopolios y privilegios mejores. Algunos historiadores del pensamiento econ-mico sugieren que el mercantilismo se puede comprender mejor como un ejemplo extremo de la conducta de bsqueda de renta.3 Segn aplica aqu, la renta econmica se define como la utilidad ms all de la necesaria para mantener a los comercian-tes capitalistas dedicados a sus actividades actuales, es decir, apenas suficiente para compensarlos por sus costos de oportunidad. Las actividades de bsqueda de renta

    Remtase a2-1EL PASADOCOMO UN PRLOGO

    1 Bernard de Mandeville, Fable of the Bees, editor F. B. Kay, Londres, Oxford University Press, 1924, pp. 193, 194, 248, 287 y 288.

    2 Edgar S. Furniss, The Position of the Laborer in a System of Nationalism, Houghton Mifflin, 1920, pp. 114 y 115.3 B. Baysinger, R. B. Ekelund y R. D. Tollison, Mercantilism as a Rent-Seeking Society, en Towards a Theory of the Rent-

    Seeking Society, editor J. M. Buchanan y otros, College Station, TX, Texas A&M University Press, 1980, pp. 235-268.

  • Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA 17

    El mercantilismo y el suministro de trabajo

    Algunos mercantilistas argumentaban que los salarios bajos eran necesarios para reducir la ociosidad y promover la participacin de la fuerza laboral. Crean que los incrementos en el ndice de salarios, al favorecer que los trabajadores ganaran ms ingresos por hora, les permitiran reducir sus horas de tra-bajo. Algunos trabajadores secundarios, incluyendo los nios, podran incluso salir de la fuerza laboral si sus padres pudieran ganar ms ingresos por hora.

    En la terminologa moderna, los mercantilistas hacan hincapi en el efecto del ingreso de un incre-mento en el ndice de ingresos. Debido a que los ndices de salario ms elevados incrementan el ingreso por hora, los trabajadores se pueden permitir la compra de ratos de ocio adicionales. Si compran ms tiempo de ocio reducen el nmero de horas que trabajan.

    Pero los mercantilistas pasaban por alto un efecto de sustitucin potencialmente compensatorio de un incremento en el ndice de salarios. En un artculo clsico de 1930, el economista britnico Lionel Robbins (1898-1984) explica que un ndice de salarios ms elevado reduce el precio del ingreso. Se requiere menos tiempo de trabajo para obtener bienes con un valor de $1. Por ejem-plo, el precio de $1 de ingreso es la mitad de una hora de trabajo cuando el ndice de salarios es de $2 por hora. Pero cuando el ndice de salarios se incrementa a $3 por hora, el precio de $1 de ingreso baja a la tercera parte de una hora de trabajo. Debido a que el ingreso es ms econmico en trminos de horas de trabajo, los obreros comprarn ms ingreso. Compran ese ingreso al trabajar ms tiempo y tomar menos tiempo de ocio.*

    El efecto de sustitucin de Robbins se puede explicar de una manera diferente. Un incremento en el ndice de salarios significa que los trabajadores deben renunciar a ms ingresos (bienes) por cada hora de ocio consumida, lo que implica que el precio o costo de oportunidad del tiempo de ocio se incrementa. Cuando aumenta el precio de un bien, las personas compran menos de ese bien. Aqu, los trabajadores comprarn menos tiempo de ocio y trabajarn ms horas; sustituyen el trabajo con el nuevo tiempo de ocio ms costoso.

    Debido a que el ingreso y los efectos de sustitucin de un incremento en el ndice de salarios operan en direcciones opuestas, no est muy claro en qu forma respondern los trabajadores. Si el efecto del ingreso domina al efecto de sustitucin, las horas de trabajo y la participacin en la fuerza laboral disminuirn; la curva total de la oferta de trabajo tendr una pendiente descendente. Si el efecto de sustitucin domina al efecto del ingreso, un aumento en los salarios incrementar las horas de tra-bajo y la participacin; la curva del suministro de mano de obra tendr una pendiente ascendente.

    Qu evidencia se ha recopilado sobre este aspecto? Los estudios contemporneos en Estados Unidos indican que el ingreso y el efecto de sustitucin se compensan el uno al otro. Sin embargo, histricamente los salarios ms elevados han resultado en semanas de trabajo ms cortas. Desde la poca de los mercantilistas, los efectos del ingreso de los incrementos del ndice de salarios han excedido a los efectos de sustitucin.

    Las semanas de trabajo ms cortas son desfavorables, como crean los mercantilistas? Los eco-nomistas contemporneos estaran en desacuerdo. El propsito de la economa es maximizar el bienestar de los participantes, no maximizar la cantidad de oro y plata en la tesorera del gobierno. Si la sociedad valora una hora de ocio adicional ms que el valor de una hora de ingreso adicional (bienes), entonces el hecho de trabajar menos horas mejora el bienestar de la sociedad.

    2-1 EL PASADO COMO UN PRLOGO

    * Lionel Robbins, On the Elasticity of Demand for Income in Terms of Effort, Economica 10 (junio de 1930), pp. 123-129.

    Desde 1945 la duracin de la semana de trabajo en Estados Unidos ha permanecido relativamente estable.

  • 18 Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA

    son intentos de los particulares para incrementar sus utilidades mediante la obtencin de leyes y regulaciones favorables del gobierno.

    En este caso, las leyes asumieron la forma de concesiones de monopolio, prohibi-ciones contra las importaciones y regulaciones que dificultaban que los nuevos produc-tores y comerciantes compitieran con xito contra los ya establecidos. Segn esta lnea de pensamiento, los funcionarios del gobierno que tenan poder estaban dispuestos a promulgar esas leyes y regulaciones, a prescindir de la renta econmica, como una forma de asegurar esos beneficios para ellos mismos y para la realeza a la que servan. En Inglaterra, por ejemplo, el inters de la lana se encarg de que se prohibieran los algodones estampados importados, sustitutos de los tejidos de lana llamados calics. En 1721 se prohibi el uso de calics estampados, pero estaban permitidas la produccin y la exportacin. A finales del siglo XVII la ley requera que se sepultara a los muertos con mortajas de tejido de lana, aun cuando las tradiciones religiosas exigieran lino.

    El mercantilismo en Francia tena un sabor feudal ms fuerte y los intereses mono-polistas arraigados tuvieron todava ms xito para lograr que el gobierno interviniera en su favor. Desde 1686 hasta 1759 estuvo prohibida la produccin, importacin y utilizacin de calics estampados. En los conflictos armados y las ejecuciones origina-das por la aplicacin de esas leyes, se estima que fallecieron 16 000 personas y muchas ms fueron enviadas a trabajar en las galeras de los barcos.

    Otro ejemplo ms: slo las reglas publicadas en Francia desde 1666 hasta 1730 sobre textiles requirieron siete grandes tomos. El manual de teidos, que supuesta-mente era la mejor serie de instrucciones sobre las tcnicas del teido en esa poca, contena 317 artculos. Esas regulaciones impedan que se utilizaran mtodos infe-riores, pero tambin obstruan la experimentacin y el desarrollo de nuevas tcnicas, quiz de productores que habran competido con las empresas existentes.

    Un sinnmero de funcionarios de gobierno, inspectores, jueces y personal encargado de aplicar la ley tambin ganaban con las regulaciones mercantilistas. El gobierno francs (pero no el ingls) reciba un considerable ingreso proveniente de multas, concesiones y privilegios de monopolio vendidos a los negocios. Los funcionarios conservaban un porcentaje de las multas impuestas contra los violadores de muchas regulaciones del gobierno. Adems, el flujo de entrada de oro y plata que resultaba de las polticas mer-cantilistas incrementaba la cobranza de impuestos generales y mejoraba la capacidad de un pas para lograr una ganancia econmica por medio de las guerras.

    En qu forma la escuela mercantilista era vlida, til o correcta en su poca?

    Los argumentos a favor de la acumulacin de lingotes de oro y plata, aun cuando exagerados, tenan cierto sentido en un periodo de transicin entre la economa autosuficiente de la Edad Media y la economa de dinero y crdito de los tiempos modernos. El rpido crecimiento del comercio requera ms dinero en circulacin y la banca tena un desarrollo insuficiente para producirlo. En las guerras el combate era financiado segn los gastos iban surgiendo y los lingotes proporcionaban una reserva que se poda utilizar para contratar y mantener soldados, construir barcos, comprar aliados y sobornar a los enemigos.

    El comercio britnico con la regin del Bltico y la Indias Orientales requera liquidez internacional en forma de metales preciosos. Gran Bretaa poco produca para exportar a esas reas y estas ltimas no aceptaban moneda inglesa debido al subdesarrollado mercado internacional de dinero. Por consiguiente, las colonias

  • Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA 19

    britnicas estaban obligadas a entregar la plata y el oro que se utilizaban como pago por las mercancas del Bltico y de las Indias Orientales. Antes del desarrollo de las finanzas internacionales y del comercio multilateral, los lingotes tenan una importancia considerable para hacer pagos internacionales.

    Los mercantilistas tambin estaban conscientes de que un flujo de entrada de meta-les preciosos facilitaba la cobranza de impuestos. Saban que los precios aumentaran, o que por lo menos no bajaran, si la cantidad de dinero se incrementaba a medida que se expandiera el comercio. El volumen de produccin no slo se expanda, sino que tambin el hogar autosuficiente se senta atrado hacia la economa de mercado. Por consiguiente, se necesitaba ms dinero para comprar y vender el mismo volumen de produccin. Algunos mercantilistas tambin estaban conscientes de que los incrementos en la cantidad de oro y plata en circulacin reducan las tasas de inters y promovan los negocios.

    Qu principios de la escuela mercantilistase convirtieron en contribuciones perdurables?

    Los mercantilistas hicieron una ltima contribucin a la economa al hacer hincapi en la importancia del comercio internacional. En ese contexto, tambin desarrolla-ron la nocin econmica y contable de lo que hoy da se conoce como la balanza de pagos entre una nacin y el resto del mundo. Pero fuera de esas contribuciones, los mercantilistas (excepto Petty y tal vez Mun) contribuyeron con muy poco a la teora econmica como se conoce hoy en da. La mayora de ellos no logr captar que un pas se volva ms rico no slo al empobrecer a sus vecinos, sino tambin al descubrir una mayor cantidad de recursos naturales, producir ms bienes de capital y utilizar la mano de obra en una forma ms eficiente. Tampoco comprendieron que todas las naciones se enriquecen simultneamente a partir de la especializacin y el comercio y que los salarios ms elevados para los trabajadores no conducen al ocio y a una reduccin de la participacin de la fuerza laboral.

    Pero aun cuando los mercantilistas hicieron muy pocas contribuciones directas a la teora econmica, s contribuyeron indirectamente a la economa y al desarrollo econmico. En primer lugar, influyeron permanentemente en las actitudes hacia el comerciante. La aristocracia medieval haba clasificado a las personas dedicadas a los negocios como ciudadanos despreciables de segunda clase, sumergidos en el estircol del comercio y el intercambio de dinero. Los mercantilistas les dieron respetabilidad e importancia a los comerciantes, con el argumento de que, cuando sus actividades estn canalizadas en la forma apropiada por el gobierno, no slo se enriquecen ellos mismos, sino tambin el rey y el reino. La aristocracia de terratenientes con el tiempo empez a participar en empresas de negocios sin perder su posicin ni su dignidad. Por ltimo, entregaron a sus hijos en matrimonio a los descendientes de familias de negocios, uniendo as a los linajes aristocrticos con las fortunas comerciales.

    En segundo trmino, el mercantilismo tuvo un impacto indirecto sobre la econo-ma al promover el nacionalismo, una fuerza que hoy da an existe. Las regulaciones del gobierno central se requieren cuando se necesitan pesos, medidas y acuacin uniformes; cuando la produccin y el comercio todava no se han desarrollado lo suficiente para permitir la confianza en que la competencia les proporcione a los consumidores una amplia eleccin de bienes; y cuando los riesgos financieros del comercio son tan elevados que son necesarios privilegios de monopolio para inducir una disposicin a correr ms riesgos de la que ocurrira de otra manera.

  • 20 Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA

    En tercer lugar, las privilegiadas compaas comerciales constituidas, ancestros de la corporacin moderna, ayudaron a transformar la organizacin econmica de Europa al introducir nuevos productos, abrir mercados para los bienes fabricados y proporcionar incentivos para el crecimiento de la inversin de capital. Por ltimo, el mercantilismo hizo una contribucin permanente al desarrollo econmico al expan-dir el mercado interno, promover el libre movimiento de bienes sin las trabas de los peajes, establecer leyes e impuestos uniformes y proteger a las personas y los bienes en trnsito dentro y entre los pases.

    THOMAS MUN

    Thomas Mun (1571-1641), hijo de un comerciante en textiles ingls, adquiri su riqueza y su reputacin cuando era comerciante en Italia y el Cercano Oriente. Despus de que lo nombraron director de la Compaa de las Indias Orientales, Mun se involucr en una controversia acerca de la poltica de la compaa de expor-tar oro y public un artculo en su defensa. En 1621 Mun public A Discourse of Trade from England unto the East Indies, en donde argumentaba que siempre y cuando las exportaciones totales excedieran a las importaciones totales, el drenado de metlico de un pas en cualquier rea del comercio no importaba.

    Alrededor de 1630 Mun escribi su famosa exposicin de la doctrina mercantilista en Englands Treasure by Forraign Trade, publicado de forma pstuma por su hijo en 1664. El ttulo del captulo 2, The Means to Enrich the Kingdom, and to Encrease our Treasure, planteaba un problema clave. Cmo se poda enriquecer el reino? Segn Mun, la respuesta no estaba ni en la produccin ni en la acumulacin de bienes de capital, sino ms bien en un excedente de exportaciones. Por supuesto, es necesario producir con el fin de exportar, pero la produccin est subordinada a la meta final, la acumulacin de oro. La primera de dos pginas del captulo sobre este tema dice:

    Un reino se puede enriquecer con los obsequios recibidos o mediante compras hechas a otras naciones, sin embargo estas dos cosas son inciertas y de poca consideracin cuando suceden. De manera que el medio ordinario de incrementar nuestra riqueza y nuestro tesoro es mediante el Forraign Trade, en donde siempre debemos observar esta regla: venderles a los extranjeros anualmente ms en valor de lo que nosotros consumimos de lo suyo. Ya que si suponemos que este reino est servido en abundancia con telas, plomo, estao, hierro, pescado y otros bienes nativos, exportamos anualmente el exce-dente a los pases extranjeros con un valor de veintids mil doscientas libras; mediante eso estamos autorizados allende los mares a comprar y traer mercancas extranjeras para nuestro uso y consumo, por un valor de veintids mil doscientas libras; mediante este orden debidamente respetado en nuestro comercio, podemos estar seguros de que el reino se enriquecer anualmente con veintids mil doscientas libras, que nos deben traer para el tesoro debido a que esa parte de nuestro abasto que no se nos devuelve en mercancas necesariamente se debe llevar a casa al tesoro.4

    Mun argumentaba que aun cuando Inglaterra era un pas rico, poda ser todava ms rico si utilizaba los eriales para cultivar camo, lino, madera, tabaco y otras cosas que ahora buscamos con los extranjeros para nuestro gran empobrecimiento. Las exporta-ciones se deben hacer en barcos ingleses para ganar en el seguro y cargos de flete.

    Remtase a2-2EL PASADOCOMO UN PRLOGO

    4 Thomas Mun, Englands Treasure by Forraign Trade, Macmillan, Nueva York, 1903, pp. 7 y 8.

  • Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA 21

    El mercantilismo persistente

    Algunas de las doctrinas del mercantilismo no han desaparecido por completo; ciertas ideas y polticas presentes en los siglos XX y XXI se asemejan a las ideas de hace 200 o 300 aos.

    Por ejemplo, durante la Gran Depresin mundial de la dcada de 1930, las naciones aproba-ron aranceles elevados y devaluaron sus monedas para restringir las importaciones y promover las exportaciones. Esos aranceles estaban diseados para reducir las importaciones, de manera que la mano de obra domstica ociosa y los recursos de capital se pudieran emplear para satisfacer la demanda de los bienes que previamente se importaban. Desde un punto de vista ideal, expandiran la produccin domstica y el ingreso. Tambin se pensaba que la devaluacin de la moneda redu-cira las importaciones de una nacin al hacer que stas resultaran ms costosas en trminos de la moneda nacional. Adems, la devaluacin de la moneda de un pas supuestamente incrementara sus exportaciones, debido a que los extranjeros necesitaran menos unidades de su propia moneda para comprar bienes producidos en el extranjero.

    Por desgracia, esas polticas mercantilistas no funcionan como estn diseadas si los socios comer-ciales ejercen represalias con incrementos en los aranceles y con la devaluacin de su propia moneda. Esas represalias fueron las que se presentaron en la Gran Depresin. Una nacin tras otra aprob aranceles ms elevados y devalu su moneda. El resultado total fue la prdida de las ganancias de la especializacin y del comercio internacional y el colapso del sistema monetario internacional.

    A finales de los aos 1980 y principios de los aos 1990, muchos estadounidenses expresaron una gran preocupacin por los considerables dficit en la balanza comercial de Estados Unidos. Este temor de los bienes era legtimo hasta el grado de que esos considerables dficit reflejaban con-diciones domsticas e internacionales que tarde o temprano necesitaran corregirse. Sin embargo, este temor produjo propuestas para aprobar los aranceles, imponer cuotas de importacin, otorgar subsidios a los exportadores, requerir un contenido domstico en algunos productos importados y permitir las exenciones de monopolio para las empresas estadounidenses dedicadas a las expor-taciones. Los economistas sealaron que esa serie de polticas, si se aprobaban, constituiran un regreso a los preceptos pasados de moda del mercantilismo.

    Tambin se ha acusado a Japn de adherirse a una poltica de promocin de las exportaciones y restriccin de las importaciones. Sus continuos y considerables supervit comerciales a todo lo largo de las dcadas de los aos 1980 y 1990 reflejaban en parte un temor de los bienes en el extranjero. Tambin reflejaban un deseo de capturar mercados internacionales rentables. Al tener supervit comerciales tan grandes, se negaban a los consumidores japoneses algunos de los benefi-cios potenciales del consumo, derivados de la especializacin y el comercio internacionales.

    Algunas naciones en vas de desarrollo todava promueven el nacionalismo como una forma de superar el tribalismo y las lealtades locales que obstaculizan el desarrollo econmico. Con fre-cuencia tambin ofrecen concesiones de monopolio para fomentar las nuevas inversiones y erigir barreras comerciales con el fin de proteger a las industrias domsticas en su inicio.

    El mercantilismo persiste hasta muy avanzada la primera dcada del siglo XXI. En Estados Unidos el offshoring, la prctica de trasladar las operaciones de empresas domsticas a naciones con una mano de obra ms barata, ha atrado una considerable atencin. Ahora, al temor de los bienes se suma un temor de los servicios. Puesto que los trabajos fabriles se trasladan al extranjero, los trabajadores de las industrias de servicio en Estados Unidos gozan de una razonable seguridad. Sin embargo, debido a los adelantos tecnolgicos que reducen significativamente el costo de las comunicaciones globales,

    2-2 EL PASADO COMO UN PRLOGO

  • 22 Captulo 2 LA ESCUELA MERCANTILISTA

    las operaciones como los centros de llamadas a clientes para servicios financieros y apoyo tcnico de computadoras se han reubicado de Estados Unidos a la India. La prdida de trabajo real y potencial debido al offshoring ha incitado llamados en busca de proteccin.

    Los estndares