14

Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha
Page 2: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha golosina.tocaba la puerta para ofrecerle dicha golosina.

- - ¡Qué vergüenza! ¡Con esa bandeja de esquina a esquina! ¡Qué vergüenza! ¡Con esa bandeja de esquina a esquina! ¡Vete de aquí! - ¡Vete de aquí! - gritaba sin razón.gritaba sin razón.

Page 3: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

La humilde niña se ponía pálida y trémula. La humilde niña se ponía pálida y trémula. Mientras tanto, la dueña de la casa, tratando de Mientras tanto, la dueña de la casa, tratando de educar a su hija, venía al encuentro de la pequeña educar a su hija, venía al encuentro de la pequeña humillada y le decía, bondadosa:humillada y le decía, bondadosa:

- ¡Qué dulces tan perfectos! ¿Quién los hizo así tan - ¡Qué dulces tan perfectos! ¿Quién los hizo así tan lindos? lindos?

La niña, reanimada, respondía contenta:La niña, reanimada, respondía contenta:

- Fue mi mamá.

Page 4: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

La generosa señora compraba siempre algunos dulces y enseguida recomendaba a la hija:

- Hilda, no juegues con el destino. Nunca expulses al necesitado que se - Hilda, no juegues con el destino. Nunca expulses al necesitado que se nos acerca. ¿Quién sabe lo que sucederá mañana? Aquellos que nos acerca. ¿Quién sabe lo que sucederá mañana? Aquellos que socorremos será probablemente nuestros benefactores.socorremos será probablemente nuestros benefactores.

Page 5: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

La niña rezongaba y, a la noche, en la comida, el padre secundaba La niña rezongaba y, a la noche, en la comida, el padre secundaba los consejos maternos, añadiendo:los consejos maternos, añadiendo:

- ¡No escarnezcas a nadie, hija mía! El trabajo, por más humilde que - ¡No escarnezcas a nadie, hija mía! El trabajo, por más humilde que sea, es siempre respetable y edificante. Seguramente, dolorosas sea, es siempre respetable y edificante. Seguramente, dolorosas necesidades obligan a una niña vender dulces de puerta en puerta.necesidades obligan a una niña vender dulces de puerta en puerta.

Page 6: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Hilda, con todo, al día siguiente fustigaba a la Hilda, con todo, al día siguiente fustigaba a la vendedora, exclamando:vendedora, exclamando:

- ¡Fuera de aquí! ¡Bruja! ¡Bruja...!- ¡Fuera de aquí! ¡Bruja! ¡Bruja...!

La madre, con devoción, acogía a la pequeña La madre, con devoción, acogía a la pequeña vendedora y repetía a la hija las advertencias vendedora y repetía a la hija las advertencias cariñosas de la víspera.cariñosas de la víspera.

Page 7: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Corrió el tiempo, y después de cuatro años, el cuadro de la vida cambió. El Corrió el tiempo, y después de cuatro años, el cuadro de la vida cambió. El padre de Hilda se enfermó y en vano los médicos procuraron salvarlo. padre de Hilda se enfermó y en vano los médicos procuraron salvarlo. Murió en una tarde de calma, dejando el hogar vacío.Murió en una tarde de calma, dejando el hogar vacío.

La viuda se recogió al lecho extremadamente abatida y, con los enormes La viuda se recogió al lecho extremadamente abatida y, con los enormes gastos, en poco tiempo la pobreza y el desaliento invadieron la residencia. gastos, en poco tiempo la pobreza y el desaliento invadieron la residencia. La pobre señora casi no podía moverseLa pobre señora casi no podía moverse..

Page 8: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Las privaciones llegaron en cantidad. La Las privaciones llegaron en cantidad. La niña, anteriormente rica, no podía, ahora, niña, anteriormente rica, no podía, ahora, comprar ni un par de zapatos.comprar ni un par de zapatos.

Afligida por resolver la angustiosa situación, Afligida por resolver la angustiosa situación, cierta noche Hilda lloró muchísimo, cierta noche Hilda lloró muchísimo, acordándose de su padre. Se durmió acordándose de su padre. Se durmió lagrimosa, y soñó que él venía del Cielo a lagrimosa, y soñó que él venía del Cielo a confortarla. Lo oyó decir, perfectamente:confortarla. Lo oyó decir, perfectamente:

- ¡No te desanimes, hija mía! ¡Ve a trabajar! - ¡No te desanimes, hija mía! ¡Ve a trabajar! ¡Vende dulces para auxiliar a tu mamá...¡Vende dulces para auxiliar a tu mamá...

Page 9: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Despertó al día siguiente, con el Despertó al día siguiente, con el propósito firme de seguir el consejo.propósito firme de seguir el consejo.

Ayudó a la madrecita enferma a hacer Ayudó a la madrecita enferma a hacer muchos dulces de leche y, más tarde, muchos dulces de leche y, más tarde, salió a venderlos. Algunas personas salió a venderlos. Algunas personas generosas se los compraron con generosas se los compraron con evidente intención de auxiliarla; evidente intención de auxiliarla; entretanto, otras criaturas, entretanto, otras criaturas, principalmente niños perversos, le principalmente niños perversos, le gritaban a los oídos:gritaban a los oídos:

- Sal de aquí! ¡Bruja de bandeja...!- Sal de aquí! ¡Bruja de bandeja...!

Page 10: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Se sentía triste y desalentada, cuando tocó a la puerta de una casa modesta. Una graciosa joven la atendió.

¡Ah, qué sorpresa...! Era la niña pobre que acostumbraba vender cocadas en otro tiempo. Estaba crecidita, bien vestida y bonita.

Page 11: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Hilda esperó que ella la maltratara por venganza, pero la joven Hilda esperó que ella la maltratara por venganza, pero la joven humilde fijó en ella sus grandes ojos, la reconoció, comprendió su humilde fijó en ella sus grandes ojos, la reconoció, comprendió su nueva situación y exclamó contenta:nueva situación y exclamó contenta:

- ¡Qué dulces tan perfectos! ¿Quién los hizo así tan lindos?- ¡Qué dulces tan perfectos! ¿Quién los hizo así tan lindos?

La interpelada recordó las enseñanzas maternas de años pasados e La interpelada recordó las enseñanzas maternas de años pasados e informó:informó:

- Fue mi mamá.- Fue mi mamá.

Page 12: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

La ex vendedora compró todos los dulces que quedaban en la bandeja y la abrazó con sincera amistad.

Desde ese día en adelante, la niña vanidosa cambió para siempre. La experiencia le dio una inolvidable lección.

Page 13: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Moraleja:

Hay que tratar a los demás, como nos gustaría que nos traten a nosotros.

Nunca se debe hacer escarnio de la desgracia ajena. Hoy puedes ser un encumbrado personaje, pero mañana podrías estar en la más triste miseria.

No olvidemos nunca, que siempre se cosecha lo que se ha sembrado.

Page 14: Hilda, una niña rica, siempre se burlaba y ofendía a una pequeña y modesta vendedora de dulces, cada vez que le tocaba la puerta para ofrecerle dicha

Adaptación de:

www.amaliadomingosoler.divulgacion.org