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pentsamendu eta historia aldizkaria. revista de pensamiento e historia © Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa herm s e junio 2003 ekaina. nº: 9 zbk pentsamendu eta historia aldizkaria revista de pensamiento e historia revista trimestral Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak Juan Cruz Alli José Luis Mendoza Fernando Mikelarena Patxi Tuñón Milagros Rubio Elkarrizketa Iñaki Perurena Patxi Zabaletak egiña Bagdad: La muerte vino del cielo... Joserra Plaza Xabier Lapitz Aurkibidea / Indice

Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

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Page 1: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

pentsamendu eta historia aldizkaria. revista de pensamiento e historia

© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa

herm sejunio 2003 ekaina. nº: 9 zbk

pentsamendu eta historia aldizkariarevista de pensamiento e historia

revista trimestral

Nafarroa:lehiaguneaketa erronkak

Juan Cruz AlliJosé Luis Mendoza

Fernando MikelarenaPatxi Tuñón

Milagros Rubio

ElkarrizketaIñaki Perurena

Patxi Zabaletak egiña

Bagdad:La muerte vino del cielo...

Joserra PlazaXabier Lapitz

Aurkibidea / Indice

Page 2: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Las urnas son el filtro básico imprescindible para queen un sistema democrático determine el rumbo polí-tico de la sociedad.

El pasado 25 de mayo , los ciudadanos y ciudadanas vas-cas volvieron a dibujar, a través de su voluntad expresa, el cami-no por el que desean que se gestione su futuro.

La lección que debemos observar de estos comicios es do-ble. Por un lado, el rechazo absoluto a la alternativa de la vio-lencia como instrumento de acción política. Y por, otro, la derro-ta de la estrategia de la tensión y del recorte de libertades.

Todas las elecciones son diferentes y en estas, en las queinicialmente se determinaban la configuración de gobiernosmunicipales y forales, el debate municipal o territorial se ha vis-to anulado prácticamente por la polarización política general,repitiéndose el esquema de “gran conflicto” que atenaza y coar-ta el devenir de la sociedad vasca.

Las medidas judiciales represivas, el recorte de libertadesciviles, so pretexto de una lucha antiterrorista que ha invadidoel plano político, modificó de facto el espacio electoral con el ob-jetivo último de frenar al nacionalismo gobernante en la Comu-nidad Autónoma Vasca.

Sin embargo, esta estrategia de “reconquista” ha vuelto aresultar fallida tanto en el espacio rural, donde el “constitucio-nalismo español” resulta inexistente, como en las metrópolis ur-banas donde el nacionalismo vasco afianza sus posiciones.

Por otro lado, ETA con su control férreo sobre la Izquier-da Abertzale y su apuesta extra institucional ha provocado unnuevo retroceso de su base social, pero pese a su paulatino decli-ve aún mantiene un significativo porcentaje de apoyos de reta-guardia.

La lectura de resultados que puede hacerse es que entrelas trincheras de la violencia y de la regresión democrática sigueexistiendo un amplio espacio que consolida su respaldo popular.

Pero más allá de los guarismos, de los porcentajes o de losganadores y perdedores, el mapa sociopolítico de este país sigue

evidenciando un bloqueo de nudo gordiano que necesita ser superado con urgencia. El desgaste de posiciones inamovibles terminará por pasar factura a todos porque

la política de “choque de trenes” solo lleva implícita la catástrofe, y los vascos y vascas hanvuelto a reclamar con su voto su derecho al diálogo, a los derechos humanos y a decidirlibremente su futuro.

Elecciones 25/V/2003(Cuadro comparativo de los votos a candidaturas de las elecciones forales del 99 y

2003 y las autonómicas de 2001 en la CAV. Los porcentajes de 2003 se obtienen incluyen-do la estimación de boto nulo/AuB en el conjunto de votos a candidaturas).

* Resultado de la resta de los votos nulos del99 (elecciones forales de la CAV), al conjunto de losnulos de las forales de 2003 (131.770). Se ha optadopor las elecciones forales para evitar la casuística lo-cal de las municipales.

** Al no disponer de la cifra exacta de vo-tos nulos "técnicos" (los que no corresponden a AuB),se adoptan como referencia los votos nulos de las elec-ciones forales de 1999.

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© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa

herm senoviembre 2002 azaroa. nº: 7 zbk

pentsamendu eta historia aldizkariarevista de pensamiento e historia

revista trimestral

Nafarroa:lehiaguneaketa erronkak

Juan Cruz AlliJosé Luis Mendoza

Fernando MikelarenaPatxi Tuñon

Milagros Rubio

ElkarrizketaIñaki Perurena

Patxi Zabaleta eginda

Bagdad:La muerte vino del cielo...

Joserra PlazaXabier Lapitz

Edita:

Fundación Sabino Arana

Directores: Txema Montero,

Koldo Mediavilla.

Coordinadora de Edición:

Olga Sáez Ocáriz.

Consejo de Redacción: Irune

Zuluaga, Iñaki Aldekoa,

Josune Ariztondo, Javier

Balza, Iñigo Camino, Filgi

Claverie, Garbiñe Egibar,

Sebastián García Trujillo, Eli

Garmendia, Mª Karmen

Garmendia, Iñaki

Goikoetxeta, Iñaki

Goirizelaia, José Ignacio

Lacasta- Zabalza, Manu

Legarreta, Emilio Majuelo,

José Luis Mendoza, Teresa

Martínez de Arano, Iñaki

Martínez de Luna, Andoni

Ortuzar, José Antonio

Rodríguez Ranz y Aitor

Bikandi.

Colaboran en este número:

Juan Cruz Alli, José Luis

Mendoza, Fernando

Mikelarena, Patxi Tuñon,

Milagros Rubio, Isabel

Larrañaga, Begoña Arregi,

Patxi Zabaleta, Xabier Gª

Argüello, Iñaki Aguirre

Zabala, Joserra Plaza, Xabier

Lapitz, Joseba Intxausti,

Ramón Saizarbitoria.

Diseño: Logoritmo.

Portada: Alvaro Barrientos.

Obra plástica y contraportada:

Javier Balda Berastegui

Fotocomposición y

Fotomecánica:

Flash Composition.

Imprime: Flash Impresión.

Fundación Sabino Arana.

Ibáñez de Bilbao 16. 48001

Bilbao. Tfno. 94 423 05 28.

Fax 94 423 42 80.

[email protected]. Depósito Legal: BI-986-01

ISSN: 1578-0058

índice

EAJ/PNV-EAPPPSOEIUARALARAuBBESTEAKZURIBALIOGABE

99

401.965220.859212.16753.525

228.52813.96018.08110.917

%

35,2019,4018,604,70

20,001,201,000,60

2001

604.222326.933253.19578.862

143.1398.000

11.5086.219

%

42,4022,9017,805,50

10,000,500,600,30

2003

511.462221.754243.19291.38936.172

120.853*8.746

15.71210.917**

%

41,4617,9719,717,402,939,790,70

ABS. 35,20% ABS: 21,00% ABS. 28,80%

uan Cruz Alli, José Luisendoza, Fernando Mikelarena,

atxi Tuñón

ebateilagros Rubio

nformesabel Larrañaga, egoña Arregi

lkarrizketañaki Perurena

istoriañaki Aguirre Zabala

unduanoserra Plaza, Xabier Lapitz

ulturaoseba Intxausti

iburuakamón Saizarbitoria

ure gauzak

punte director

112

126

118

74

94

102

50

64

42

Page 3: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Cuando se habla de Navarra

se puede hacer de dos mo-

dos: considerándola una

abstracción, un ente místico o mítico tota-

lizador y antropomórfico; o bien como

una comunidad sociocultural, integrada

por las personas concretas que la forman,

sin las cuales no existiría la comunidad

político-institucional. Son las personas

quienes, democráticamente, se dotan de

valores, disposiciones sociales, normas e

instituciones para satisfacer sus necesida-

des; son quienes encomiendan el ejercicio

del poder social a personas e instituciones

que lo ejercitan legitimados por los proce-

dimientos democráticos.

Durante los últimos treinta años del

siglo XX se consolidó el proceso de trans-

formación en una sociedad urbana e in-

dustrial, semejante a la de los países in-

dustrializados de Europa, en

sus estructuras sociales, demo-

gráficas y culturales. La comu-

nidad rural, cerrada y autosufi-

ciente anterior dio paso a una

sociedad abierta y condiciona-

da en lo económico, cultural y

social por el exterior, con nue-

vos modelos, valores y normas

de comportamiento, represen-

taciones, costumbres y creen-

cias.

La industrialización y la

urbanización hicieron que la

sociedad navarra superara el

inmovilismo, la endogamia y el

localismo de la sociedad rural

tradicional, así como el predo-

minio de las figuras del orden establecido

basado en la edad, la fuerza, el poder eco-

nómico o el conocimiento. La moderniza-

ción cambió las formas de organización

social, la familia, las conductas y los valo-

res sociales, con una clara secularización

de la sociedad.

I. EL ORDEN IDEOLÓGICO-POLÍ-

TICO

A pesar de las profundas transfor-

maciones de orden socio-económico ex-

perimentadas, en la sociedad navarra se

generan periódicamente debates sobre su

identidad colectiva, sobre su identifica-

ción con la propia historia y cultura y so-

bre la validez de los diversos proyectos

políticos que existen en ella, en una per-

manente introspección y conflicto consigo

misma. Es exponente de que los cambios

sociales y económicos no han producido,

todavía, la repercusión necesaria en las

pautas culturales e ideológicas, quizá por

la excesiva rapidez de aquellos y porque

el bienestar ha consolidado las tradiciona-

les actitudes conservadoras. El marco so-

cio-económico es el propio de la moder-

nidad, pero los actores no la han alcanza-

do ni, mucho menos, asimilado.

Se trata de una actitud propia de las

colectividades humanas que se miran con-

tinuamente en el pasado y tienen miedo a

adivinar y contemplarse en un horizonte

distinto al que conocen y controlan, por-

que, como expuso HALBWACHS “la so-

ciedad antigua no puede distraerse de la

contemplación de la imagen que le refle-

2

JUAN CRUZ ALLIARANGURENDoctor en Derecho y Téc-nico urbanista. Profesor Ti-tular de Derecho Adminis-trativo en la UniversidadPública de Navarra. Ex-pre-sidente del Gobierno deNavarra. Presidente deConvergencia de Demó-cratas de Navarra.

Navarra Siglo XXI.Ideologías e instituciones

Page 4: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

ja el espejo del pasado, salvo que en el

mismo aparezcan poco a poco otras imá-

genes, con un contorno menos claro y fa-

miliar, que le descubran más amplias

perspectivas”1. El pasado no se supera por

el cambio socio-económico, la seculariza-

ción y las nuevas pautas de conducta pro-

pias de la modernidad. Las actitudes con-

servadoras han venido utilizando esta

ideología, para equilibrar el cambio y la

tradición, de modo que aquel quede re-

ducido sólo al orden económico, sin con-

taminar el social e ideológico.

El foralcatolicismo es la versión na-

varra del nacionalcatolicismo y del debate

entre las dos esencias transhistóricas de

España. Las dos Españas han sido las dos

Navarras, la de los tradicionalistas y con-

servadores, –vencedores, dominantes, au-

ténticos navarros– y la de los vencidos-

dominados de la antiEspaña y antiNava-

rra, heterodoxa, roja,

marxista y separatista,

que había que hacer de-

saparecer por la muerte,

la persecución, la discri-

minación o la margina-

ción.

A partir del foral-

catolicismo se constru-

yó el navarrismo, cifra-

do en la defensa de la identidad diferen-

ciada y española de la comunidad política

que es Navarra, frente a las pretensiones

del nacionalismo vasco a partir del Estatu-

to de Estella. Con el fin de la dictadura,

este iniciará nuevamente su proyecto de

construcción nacional integrando a Nava-

rra, lo que dará lugar a una nueva reac-

ción navarrista que, si en el momento ini-

cial estuvo en manos de la derecha auto-

ritaria, fue asumida también por la

democrática, por el centrismo y por la iz-

quierda socialista. De este modo se ha

construido un navarrismo democrático y

constitucional, que defiende la identidad

de la comunidad política navarra en el

marco de la Constitución y sus valores,

asume que es el principio democrático el

referente de la identidad colectiva y que

los derechos históricos del pueblo nava-

rro, que aquella reconoce, se actualizan

en las instituciones legitimadas por la vo-

luntad popular, que se plasma, hoy, en el

Amejoramiento.

1. El foralcatolicismo

La ideología conservadora del inte-

grismo religioso-político, tanto en los car-

listas como en los liberales moderados,

fue el sustrato mayoritario de la sociedad

navarra desde el siglo XIX hasta el adve-

nimiento de la democracia. En Navarra el

liberalismo progresista no fue influyente y

las instituciones fueron controladas por

tradicionalistas más o menos integristas,

por liberales moderados de ideología con-

servadora, y, posteriormente, por fran-

quistas, muchos de ellos producto de la

capacidad de adaptación de

quienes controlaron los ámbitos

de poder local y foral desde el

siglo XIX.

El na-

cionalcatoli-

cismo y su hi-

juela foral

const i tuyen

ideologías de

“resistencia al

cambio histó-

rico”, que se

manifestan en una actitud de

frustración frente a la imposibi-

lidad de detenerlo y de fijar el pasado. Es-

te movimiento se ha caracterizado por

considerar consustancial la identidad es-

pañola y la católica, de modo que cuanto

se separe de la ortodoxia y rompa la uni-

dad católica es contrario a España y lo es-

pañol. Por ello no se admiten otras opcio-

nes religiosas o políticas, como el pro-

testantismo, el liberalismo, el

librepensamiento, el positivismo, el anar-

quismo, el socialismo y cualquiera distin-

ta a la del dogma religioso y nacional, que

se configura como un pensamiento único

defendido desde el poder. Organiza la de-

fensa de lo católico-español como una

cruzada contra los enemigos de España y

de sus valores eternos, sea en el orden

dialéctico, político, histórico o militar,

3

hermes nº: 2 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

La industrialización y la ur-banización hicieron que lasociedad navarra superara elinmovilismo, la endogamia yel localismo de la sociedadrural tradicional

Page 5: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

cuando no se logra imponer el dogma ca-

tólico-nacional por otros medios.

El nacionalcatolicismo ha inspirado

las actitudes reaccionarias y

conservadoras de la sociedad

española y, por ende, de la na-

varra, que se adhirió al golpe

militar contra la II República y

apoyó al franquismo. Este re-

fundió diversas corrientes doc-

trinales con el ingrediente del

nacionalcatolicismo común a varias de

ellas. Sus paradigmas fueron:

a) La identidad esencial de la nacio-

nalidad española con el catolicismo.

b) La unidad ideológica frente al

pluralismo ideológico de los partidos po-

líticos y del nacionalismo-separatista.

c) Los valores de la España tradicio-

nal (autoridad, jerarquía, verticalismo,

caudillaje, militarismo,

disciplina, orden, etc.)

frente a los contrava-

lores de la anti-España

(derechos humanos,

libertad-libertinaje, de-

mocracia, igualdad,

ideologías, partidos po-

líticos, etc.).

d) Los derechos

humanos individuales,

liberales y abstractos de

la persona se subordinan a los valores su-

periores de la patria y de su misión histó-

rica interpretada por el caudillo y las jerar-

quías del sistema.

d) En el orden social la exaltación

del modelo católico de familia, el clerica-

lismo, la propiedad privada y el corpora-

tivismo.

e) La unidad e integridad territorial,

que garantizaba el centralismo, sólo admi-

tió algunas pequeñas concesiones al fora-

lismo-regionalista, en cuanto que había si-

do uno de los medios de lucha contra la

revolución liberal, rechazando de plano

cualquier idea de autonomía territorial.

Los fundamentos ideológico-emoti-

vos del franquismo, de origen tradiciona-

lista-integrista-conservador, con algunas

dosis de demagogia fascista-falangista,

son coincidentes con los del navarrismo

originario e influyen en el periodo demo-

crático posterior:

“El nacionalcatolicismo que consti-tuye el núcleo duro del pensamiento polí-tico franquista no proporciona sin embar-go una explicación de la realidad; no esen rigor una ideología, sino un sentimien-to y no ofrece en consecuencia ningún es-quema para la organización de la vidapolítica, aunque sí excluye ciertas fórmu-las [...] parte de la existencia de una ver-

dad absoluta, que no estanto un dogma religio-so como una especie deesencia metafísica en laque lo nacional y lo reli-gioso se confundeninextricablemente. [...]ese sentimiento alientaun decidido rechazo delliberalismo por lo quetiene de relativismo, delos partidos políticos co-

mo proyección del enfrentamiento de ver-dades relativas –y por eso parciales– y, so-bre todo, de las aspiraciones autonomistasde ciertas regiones españolas (Cataluña yel País Vasco, especialmente), cuyos rasgosdiferenciales son entendidos como unaafrenta a la esencia de la España una, ypor eso negados”2.

La versión navarra de la ideología

franquista utilizó el foralismo-navarrismo,

en cuanto sentimiento de pertenencia e

identidad colectivo, como elemento de lu-

cha contra el nacionalismo vasco y sus

proyectos expansionistas sobre Navarra.

El significado de esta actitud fue descrito

en relación con la ideología de uno de sus

constructores, el director del Diario de

Navarra, RAIMUNDO GARCÍA (GARCILA-

SO) (1912-1962), quien

hermes nº: 3 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

4

El foralcatolicismo es la ver-sión navarra del nacionalca-tolicismo y del debate entrelas dos esencias transhistó-ricas de España

A partir del foralcatolicismo se construyó el navarris-mo, cifrado en la defensa de la identidad diferenciaday española de la comunidad política que es Navarra,frente a las pretensiones del nacionalismo vasco a par-tir del Estatuto de Estella

Page 6: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

“defendió siempre loque él creyó mejor: la uni-dad de España, la foralidady la españolidad de Navarra,y un tipo de sociedad occi-dental y cristiana en la quetiene su sitio la familia y lapropiedad, alejada del mar-xismo y no cercana al capi-talismo [...] la mismas cosasen que hoy siguen creyendoun gran número de nava-rros. Los lectores de Garcilaso, como loslectores de Diario de Navarra, no pudie-ron entonces ni pueden hoy equivocarse”.3

Se trata de una ideología que, en su

formulación histórica (PRADERA, GARCI-

LASO, DOUSSINAGUE, ESPARZA, DEL

BURGO TORRES) no aceptó la democra-

cia y al pluralismo que le es inherente, de

modo que veía como “enemigo” todo lo

que no coincidiera con sus conceptos o

dogmas. Su esencialismo historicista se

formuló contra el orden constitucional li-

beral y democrático, porque las esencias y

los dogmas no pueden estar a merced de

la decisión popular, sino que la Historia y

la Tradición muestran el camino. Rechaza-

ba la diversidad ideológica, cultural, lin-

güística, religiosa, étnica, y los cambios,

que veían como riesgos para su orden y

posiciones de ventaja y control social.

Constituye una ideología negativa y victi-

mista, que actúa a la defensiva contra las

ideas que puedan alterar el statu quo y

nuestras esencias, y se manifiesta en acti-

tudes que van desde el moderantismo

hasta el reaccionarismo anti-

democrático4:

“El navarrismo defen-derá la unidad de Españafrente al nacionalismo quela debilita y la hace vulnera-ble a la penetración de lasideas revolucionarias. Porello va más allá de ser unaideología defensora del tra-dicionalismo frente a lasideas progresistas. Se alzafrente a ellas como un todoideológico defensor de los va-

lores tradicionales que son laesencia de Navarra (reli-gión, propiedad, familia, au-toridad). [...] Por lo que enNavarra, las ideas que no co-rresponden a esa esencia se-rán consideradas antifora-les, enfrentando a nuestrasesencias todo aquello que su-ponga transformaciones enlo social, político, religioso,etc. El navarrismo más que

una ideología positiva en cuanto afirma-dora de una realidad se plantea comouna ideología anti o contra aquellas ideasque no interesa que entren en Navarra” 5.

Estas actitudes han demostrado su

capacidad de adaptación a los cambios

económicos y al logro de sus beneficios.

Cuando los principios de la ideología con-

servadora han sido incompatibles con las

transformaciones económicas, se ha inten-

tado conciliarlos con el desarrollo capita-

lista, pero tratando de evitar las conse-

cuencias de transformación social y cultu-

ral que aquel llevaba implícito. Para ello

se ha seguido una política arcaizante en lo

ideológico, cultural y social, tratando de

ignorar los cambios cuando se producen

en desacuerdo con los valores del sistema

establecido, filtrando la modernidad para

depurarla de sus vicios.

Manifestación de ese comporta-

miento fue el diseño de sociedad navarra

que realizó la Diputación Foral por acuer-

do de 3 de octubre de 1974:

“5. El desarrollo socioeconómico noha de significar ruptura conla tradición navarra, enten-dida como respeto a los valo-res que la han caracterizadoa lo largo de la historia (reli-giosidad, foralismo, conside-ración de la familia comoinstitución básica, autono-mía local, espíritu social ycooperativo, defensa denuestro patrimonio cultural,etc.)” 6.

La idea era contradic-

toria en sí misma por cuanto

hermes nº: 4 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

5

La versión navarra de laideología franquista utili-zó el foralismo-navarris-mo, en cuanto sentimien-to de pertenencia e iden-tidad colectivo, comoelemento de lucha con-tra el nacionalismo vascoy sus proyectos expan-sionistas sobre Navarra

Cuando los principios dela ideología conservado-ra han sido incompati-bles con las transforma-ciones económicas, se haintentado conciliarloscon el desarrollo capita-lista, pero tratando deevitar las consecuenciasde transformación socialy cultural que aquel lleva-ba implícito

Page 7: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

pretendía el mantenimiento de los valores

de la sociedad rural en la sociedad indus-

trial, de tal modo que el cambio socioeco-

nómico llevaba, necesariamente, al cam-

bio de los valores religiosos, morales, fa-

miliares, etcétera. Esos valores se

transformaron, porque la filosofía social

que se pretendía mantener era, sencilla-

mente, imposible. Sin embargo constituía

un claro exponente de la actitud conser-

vadora del cambio social, que “prefiere

más el cambio gradual que el abrupto,

con la preservación de la jerarquía de va-

lores sociales que a menudo sufre en la

marcha apresurada hacia el futuro”7.

Reflejó el empeño de hacer compa-

tible la ideología antimoderna del conser-

vadurismo nacional-católico-foral con el

desarrollo capitalista, sin los peligros de

cambio, secularización y modernización

que implicaba. Se pretendió filtrar y sepa-

rar los factores de modernidad en lo eco-

nómico de sus secuelas socioculturales.

Esta era la actitud propia del “tecnocratis-

mo” que gobernaba en España, que pre-

tendió establecer la síntesis entre la mo-

dernización capitalista y los valores del

sistema franquista, tratando de compagi-

nar el liberalismo económico con el na-

cionalcatolicismo, el antiliberalismo políti-

co y los valores de la sociedad tradicional.

Lo que fue concebido como un cambio

del modelo económico para hacer de Na-

varra una sociedad capitalista se convirtió

en una transformación social, aun cuando

la evolución ideológica sigue arrastrando

rémoras del foral-catolicismo.

La secularización implícita en el

proceso de industrialización ha sido más

rápida e intensa en Navarra que en otras

sociedades, porque el factor religioso era

muy importante por efecto de la guerra ci-

vil, del predominio de las ideologías tradi-

cionalista, conservadora y del nacional-ca-

tolicismo. La supresión de la confesionali-

dad del Estado por la Constitución de

1978 y los cambios sociales han hecho

avanzar el laicismo y la libertad de con-

ciencia, superando el nacionalcatolicismo.

El proceso de secularización contribuyó

decisivamente a la crisis de una visión de

la historia de España, de un modelo de

sociedad y de una concepción del Estado

basados en la consubstancialidad de lo es-

pañol con la ortodoxia religiosa católica

que eran propias del nacional y del foral-

catolicismo. Por ello, la modernización

del país tenía que superar, necesariamen-

te, el modelo social y político premoder-

no y antimoderno que aquella ideología

implicaba.

Por otra parte, la propuesta territo-

rial del nacionalismo vasco, incluyendo a

Navarra, alimenta las actitudes esencialis-

tas, tanto de quienes lo apoyan como de

quienes lo rechazan. Navarra es objeto de

la lucha política entre el nacionalismo vas-

co y el nacionalismo español. La presión

terrorista y la coacción social de la intimi-

dación y la violencia callejeras

–actitudes que recuerdan la vio-

lencia fascista de otros tiempos–

legitiman y hacen posible el

mantenimiento de un discurso

obsoleto por alejado de los

principios liberal-democráticos

de la Constitución. Algo eviden-

te si tenemos en cuenta que el

nacionalismo español se legiti-

ma en la defensa de la sociedad

democrática frente al terrorismo

totalitario, lo que le permite rea-

lizar el discurso de la confusión

entre las ideologías y los com-

portamientos y así mantener su lucha con-

tra los nacionalismos periféricos a los que,

de modo directo o subliminal, identifica

con la violencia. De tal modo que se trata

de impedir el progreso de cualquier op-

ción desintegradora de la “indisoluble uni-

dad”, desde una progresiva pérdida de la

identidad navarra para asimilarla plena-

mente a la identidad española. Difícilmen-

te abandonarán unos y otros un debate

que les produce importantes réditos elec-

torales.

2. El navarrismo constitucional

El debate esencialista es anacrónico

a partir del momento en que la idea de

España como nación y su propio naciona-

lismo entraron en crisis con el fin del fran-

hermes nº: 5 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones Juan Cruz Alli

6

Page 8: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

quismo y la transformación de la sociedad

española, con la mayor apertura al exte-

rior y la elevación del nivel cultural y po-

lítico. Sin embargo, se ha potenciado por

el Gobierno del Partido Popular y su reac-

ción antinacionalista cuando no ha preci-

sado de sus votos. La Constitución espa-

ñola de 1978 superó la idea esencialista

de España basada en el uniformismo cen-

tralista del liberalismo, en la “unidad de

destino en lo universal” del nacional-sin-

dicalismo, en la unidad católica del nacio-

nalcatolicismo, en la “unidad entre los

hombres y las tierras de España” y en la

uniformidad cultural de la “lengua del Im-

perio” del franquismo.

La nueva identidad española que

aporta la Constitución se fundamenta en

los valores universales y abstractos que

proclama, integrando a personas y comu-

nidades diferenciadas, no a una nación

homogénea, y haciendo posible identida-

des duales. Todo ello con los principios

que eran la antítesis del sistema político

anterior. Se trata de un nuevo factor de in-

tegración y de una forma de autocom-

prensión nacional fundamentada en la

aceptación de un orden político y cultural

plural, que se autolegitima en la democra-

cia, en las formas de participación consti-

tucionalmente delimitadas, en los dere-

chos individuales, en las identidades plu-

rales y en los procedimientos que

garanticen la inclusión social. Este plura-

lismo constitucional se contrapone al fun-

damento étnico o cultural homogéneo y

sustancial del hecho nacional, así como al

exclusivismo de las constituciones políti-

cas, porque asume el pluralismo social.

Supone una importante elevación del ni-

vel de abstracción simbólica desde los he-

chos a los principios y valores constitucio-

nales, a los derechos y libertades, al siste-

ma de garantías, al orden institucional, a

la forma de Estado, etc. Todo ello está su-

perpuesto a los hechos diferenciales y a

las identidades nacionales existentes en el

espacio que gobierna la Constitución.

En el nuevo marco constitucional,

mayoritariamente aceptado por el pueblo

navarro, se ha construido el nuevo nava-

rrismo constitucional, sin el contenido

ideológico del foralcatolicismo conserva-

dor y a pesar suya, porque asume plena-

mente los principios y valores de la Cons-

titución española de 1978. La única coin-

cidencia con aquel se halla en la defensa

de una identidad propia y diferenciada de

Navarra como comunidad política, aun-

que con distintos fundamentos. Si en el

primer caso la identidad se basaba en el

esencialismo historicista, en el segundo lo

hace en la voluntad democrática del pue-

blo navarro, único dueño de sus destinos,

como, por otra parte, reconoce expresa-

mente la Constitución en su Disposición

Transitoria Cuarta. Podemos afirmar que

esta es la actitud hoy mayoritaria en el

pueblo navarro y en las fuerzas democrá-

ticas, con algu-

nos matices que

se exponen.

Para la

mayoría de la

sociedad nava-

rra, que acepta

la Constitución y

el Amejoramien-

to del Fuero, es-

tos configuraron

la Comunidad

Foral como un

espacio público

(HABERMAS )

entre el Estado y la sociedad civil para el

ejercicio del autogobierno de la comuni-

dad socio-política-cultural navarra confor-

me al principio democrático. También es

el lugar de conflicto entre las diversas

concepciones del pasado, del presente y

del futuro propias de una sociedad plural.

En este espacio de experiencia se integran

las percepciones del pasado, que se ha-

cen presente y se abren al futuro como

horizonte de expectativa8. Una de las ca-

racterísticas de la sociedad democrática es

la del progresivo alejamiento de las ex-

pectativas de futuro de las experiencias

del pasado, dando lugar a un tiempo his-

tórico que se caracteriza por la toma de

decisiones por la sociedad y sus institucio-

nes democráticas al margen de los condi-

hermes nº: 6 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones Juan Cruz Alli

7

La propuesta te-rritorial del nacio-nalismo vasco, in-cluyendo a Nava-rra, alimenta lasactitudes esencia-listas, tanto dequienes lo apoyancomo de quieneslo rechazan

Page 9: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

cionamientos historicistas, de modo que

la voluntad democrática es el ser.

Frente al espacio público constitu-

cional se han exteriorizado actitudes de

rechazo basadas en el esencialismo histo-

ricista del navarrismo conservador, que tu-

vo una actitud claramente anticonstitucio-

nal de la que quedan resabios. Un expo-

nente es la actitud respecto a la

Disposición Transitoria Cuarta de la Cons-

titución y su rechazo a que el pueblo na-

varro pueda decidir libremente y en refe-

réndum sobre su destino. Curiosa-

mente coinciden en negar la

voluntad popular con quienes,

desde el esencialismo vasquista,

también rechazan que los dogmas

esenciales puedan estar sometidos

a la decisión ciudadana. A pesar

de ello han asumido el marco

constitucional en cuanto que, a

través del Amejoramiento, ha per-

mitido un espacio de identidad

institucional y amplio autogobier-

no. Sin embargo, no parecen muy preocu-

pados por los procesos de involución au-

tonómica, ni por el desarrollo del propio

autogobierno, ni por la potenciación de

los hechos diferenciales propios de Nava-

rra, ni por el progreso de la identidad pro-

pia.

La identificación tradicional del fo-

ralcatolicismo con el nacionalcatolicismo,

el autoritarismo y el nacionalismo espa-

ñol, se han trasladado a la parte de nava-

rrismo constitucional inspirado por aque-

llos, particularmente en cuanto a su carác-

ter de movimiento de resistencia al

nacionalismo vasco. De ahí su actitud de

rechazo a cualquier elemento o aproxima-

ción a lo vasco en general –lengua, cultu-

ra, folklore, etc.–, incluso respecto a los

elementos que forman parte de la propia

identidad de Navarra, como comunidad

pluricultural.

Es paradójico que la actitud de mie-

do se pretenda justificar como una reac-

ción defensiva de la identidad Navarra an-

te el riesgo de “la rápida desaparición de

nuestra memoria nacional”9, que resulta

contradictoria en quienes ni la cultivan ni

la potencian, sino que tratan de diluirla en

otro proyecto nacional. Se trata de un

miedo exacerbado a ser inficionados de

vasquismo, al que consideran contrario a

su percepción del ser y de la identidad de

Navarra, que se pone en peligro incluso

por las relaciones institucionales con la

Comunidad Autónoma Vasca. Bien es

cierto que, en muchas ocasiones, algunos

líderes del nacionalismo vasco les han lle-

nado de argumentos, como ha ocurrido

cada vez que para satisfacer su discurso

han hecho referencia a la integración y a

los procesos para conseguirlo, aunque en

los últimos tiempos se alude a la exclusi-

va voluntad del pueblo navarro, como,

por otra parte, reconoce expresamente el

bloque de la constitucionalidad.

Recientemente uno de los autores

de la adaptación del viejo navarrismo,

que, en su caso, apoyó la Constitución y

el Amejoramiento, el señor URANGA

(OLLARRA), negó la existencia del nava-

rrismo como ideología. Esa negación im-

plica el reconocimiento de su visión tota-

lizadora, porque el “ser navarro”, como él

lo entiende, es la única forma, verdadera

y fiel a la esencia. Rechazó que “su” ser

navarro pueda ser un ismo, como lo es el

de los contrapuestos a su ideología, por-

que otras actitudes distintas son atentados

al único modo posible del ser y, por tan-

to, a la esencia histórica de Navarra10.

Esta actitud de rechazo de la deno-

minación puede ser debida a que, en los

últimos tiempos, se ha vuelto a producir

la identificación del término con el signi-

ficado de sus orígenes preconstituciona-

les. Se ha de observar que las actitudes

hermes nº: 7 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

8

La Constitución española de 1978 superó la ideaesencialista de España basada en el uniformismocentralista del liberalismo, en la “unidad de destinoen lo universal” del nacional-sindicalismo, en la uni-dad católica del nacionalcatolicismo, en la “unidadentre los hombres y las tierras de España” y en launiformidad cultural de la “lengua del Imperio” delfranquismo.

Page 10: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

netamente constitucionales, de izquierda

y centro progresista, ni se autodenominan

ni son calificadas de navarristas, aunque

apoyen la identidad de Navarra como co-

munidad política diferenciada. Sus actitu-

des más democráticas, abiertas, plurales,

respetuosas con los derechos y libertades

les han ido alejando de una denomina-

ción que no precisan como marca de ca-

lidad, en cuanto han acreditado suficien-

temente su compromiso con la Constitu-

ción, el Amejoramiento y lo que ambos

representan. Quizá por ello no necesiten

del ismo, que utilizaron y en el que insis-

tieron en un primer momento, cuando

desde la derecha se pretendía tener la ex-

clusiva de la defensa de un proyecto di-

ferenciado de Navarra frente al naciona-

lismo vasco. Hoy este proyecto institucio-

nal, plasmado en la LORAFNA, es social y

políticamente mayoritario y acredita el

fracaso de la violencia para imponerse a

todo un pueblo que quiere ser libre y vi-

vir en la paz y libertad democráticas.

La sociedad y el resto de las fuerzas

políticas reservan la denominación y la

condición de navarrista exclusivamente

para las actitudes del campo de la dere-

cha, que abarca comportamientos consti-

tucionales, moderados y tolerantes, y

otros que no son tanto y se mueven en el

ámbito de la derecha tradicional y del fo-

ralcatolicismo, aunque utilicen las institu-

ciones democráticas. Estas actitudes se

han incrementado a partir de la progresi-

va implicación de la derecha navarra con

la nacional que representa el Partido Po-

pular, que ha acreditado sus actitudes y

comportamientos autoritarios a partir del

logro de la mayoría absoluta. Por eso no

debe sorprendernos que mientras el señor

URANGA rechaza el término, el señor

DEL BURGO lo reivindique11.

3. Los retos de la comunidad

política navarra

Las personas que integran la socie-

dad navarra tienen el reto permanente de

crear un espacio de convivencia que haga

posible el ejercicio de los derechos perso-

nales y sociales y permita profundizar en

la democracia, desde el compromiso per-

sonal y colectivo con los valores de la li-

bertad, la justicia, la igualdad, la solidari-

dad y el pluralismo político. Sólo en una

sociedad pacífica y pacificada las perso-

nas pueden desarrollar sus capacidades y

proyectos personales y colectivos, así co-

mo garantizar su identidad. El marco para

articular la convivencia es una decisión

colectiva democráticamente tomada desde

la libertad y el pluralismo.

Para conseguirlo es preciso superar

democráticamente los debates

esencialistas para centrar la ener-

gía personal y social en los retos

y proyectos de transformación y

mejora sociales, por medio de:

a) La aceptación del plura-

lismo cultural, lingüístico e ideo-

lógico como valores personales

y colectivos, que enriquecen al

conjunto y reflejan la libertad.

b) Una actitud de respeto y toleran-

cia de todas las opciones que se produz-

can en cualquier orden de la vida perso-

nal y social, sean o no mayoritarias, con

abandono de cualquier maximalismo.

c) La superación de las actitudes

conservadoras e inmovilistas, que sacrali-

zan el statu quo, para configurar una so-

ciedad en constante cambio, único medio

de adecuarse a los procesos de creciente

transformación global.

d) Una actitud abierta y desmitifica-

dora para afrontar el futuro sin miedos,

desde el esfuerzo común y la superación

de los mitos colectivos que coartan la li-

bertad personal y social.

e) La presencia activa de la socie-

dad en los retos institucionales, políticos,

sociales y culturales que contribuyan a

hermes nº: 8 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

9

En el nuevo marco constitucional, mayoritariamenteaceptado por el pueblo navarro, se ha construido elnuevo navarrismo constitucional, sin el contenidoideológico del foralcatolicismo conservador

Page 11: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

configurarla como una realidad plural y

mestiza.

f) Rechazar la violencia en todas sus

manifestaciones, así como las justificacio-

nes de la misma y su utilización como me-

dio en el debate político, social, cultural,

religioso, etc.

g) Incorporar los valores de la ética

democrática, del servicio y prevalencia

del interés general y de la responsabilidad

en todos los comportamientos públicos.

II. EL ORDEN INSTITUCIONAL

Ha sido uno de los ámbitos de cam-

bio como consecuencia directa de la

transformación del modelo político y de la

forma del Estado tras la Constitución de

1978. Hoy Navarra constituye “una Comu-

nidad Foral con régimen, autonomía e ins-

tituciones propias,

indivisible, integra-

da en la nación es-

pañola y solidaria

con todos sus pue-

blos” (Art. 1 LO-

RAFNA).

La Comuni-

dad Foral es la for-

ma histórica actual

de la comunidad

socio-cultural y humana que forma el

pueblo navarro, basada en reglas y prin-

cipios democráticos. Aunque dentro de

una parte de la sociedad navarra puedan

existir, todavía, concepciones transperso-

nalistas y abstractas de Navarra, la con-

cepción democrática atribuye un valor

superior a la voluntad popular, en cuan-

to es el pueblo navarro como comunidad

política quien dispone sobre sí mismo. Es

la comunidad socio-cultural de los ciuda-

danos y las ciudadanas la titular de los

derechos históricos concreción de su de-

recho al autogobierno y a su autodeter-

minación, quien dispone sobre su adap-

tación al marco institucional en que se

encuadra.

Ni la esencia histórica, ni la identi-

dad de la comunidad política, ni su auto-

gobierno, ni su forma histórica están por

encima o al margen de la voluntad demo-

crática del pueblo navarro, que es su titu-

lar y el único con derecho de disposición

sobre los mismos. Así lo ha reconocido la

Disposición Transitoria 4ª de la Constitu-

ción al poner en manos del órgano repre-

sentativo del pueblo navarro –su Parla-

mento (Disposición Adicional 2ª LORAF-

NA)– y de los propios ciudadanos en

referéndum, la decisión sobre el modelo

de su incorporación al nuevo sistema de

organización político y territorial del Esta-

do. De este modo, el derecho de autode-

terminación del pueblo navarro es el que

le permite optar entre permanecer como

comunidad política diferenciada o inte-

grarse como un territorio histórico en la

Comunidad Autónoma Vasca (arts. 2.2 y

47.2 EAPV).

Es la superestructura jurídico-institu-

cional la que ha su-

perado el modelo

del régimen foral

de origen liberal

para convertirlo en

un sistema de auto-

gobierno basado

en el reconoci-

miento de los dere-

chos históricos,

conforme a la dis-

posición adicional primera de la Constitu-

ción. Los sistemas se engarzan por el

mantenimiento para Navarra de la Ley de

25 de octubre de 1839, que establece en

la “unidad constitucional” el límite del

contenido del autogobierno: “Lo dispues-

to en el apartado anterior no afectará a las

instituciones, facultades y competencias

del Estado inherentes a la unidad consti-

tucional” (Art. 2.2.). La LORAFNA ha

adaptado el régimen foral liberal al nuevo

modelo de organización descentralizada

del Estado español, con un reconocimien-

to de los originarios derechos históricos y

una cláusula de reserva de los mismos. El

significado de los citados derechos es el

reconocimiento de la identidad colectiva

de Navarra como comunidad política y

nacionalidad histórica con derecho a su

autogobierno.

hermes nº: 9 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

10

Frente al espacio público constitucio-nal se han exteriorizado actitudes derechazo basadas en el esencialismohistoricista del navarrismo conserva-dor, que tuvo una actitud claramenteanticonstitucional de la que quedanresabios

Page 12: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

En dicha Ley Orgánica se recoge

una concepción hipostática o transperso-

nal de Navarra impropia de un sistema

democrático. No reconoce en su artículo 1

que es el pueblo navarro el que se cons-

tituye en comunidad política foral, o que

es el titular de los derechos históricos.

Además, tiene otros déficits democráticos

al haber dado más importancia al procedi-

miento de pacto como referente de forali-

dad que al principio democrático que de-

be inspirar el modelo organizativo. Aun

cuando fue elaborado y aprobado por ins-

tituciones democráticas, no se acudió a la

democracia directa para su aprobación, tal

y como había ocurrido con los Estatutos

de la Comunidades históricas (Art. 152.2

CE). También se aparta del modelo cons-

titucional en el contenido de la democra-

cia parlamentaria

en cuanto a su re-

forma.

En todo caso,

el viejo sistema de

autogobierno foral

de la comunidad

política navarra re-

cibió el respaldo

constitucional del

reconocimiento de

los derechos histó-

ricos, que le hizo

formar parte del

“bloque de la constitucionalidad”. Hoy la

Comunidad Foral de Navarra tiene un sis-

tema de competencias –plasmación y re-

conocimiento actual de los derechos his-

tóricos–, que es susceptible de ampliación

dentro del espacio de la “unidad constitu-

cional”. Se sitúa dentro de las Comunida-

des con mayor capacidad de autogobier-

no en un claro progreso sobre situaciones

históricas precedentes.

Las instituciones de autogobierno

no son fines sino medios para que la so-

ciedad democrática establezca su organi-

zación, gobierno, atención a sus necesida-

des y participación en la gestión de los in-

tereses comunes. Para cumplir su propia

naturaleza y el mandato constitucional,

deben ser plenamente democráticas en su

organización y funcionamiento, sin servir

a otros intereses que no sean los de la co-

munidad que las instituye y constituye. La

sociedad navarra tiene retos que afrontar

en relación con las instituciones en orden

a:

A) Las instituciones de la propia Co-

munidad:

a) Modificar la LORAFNA a fin de

superar los actuales déficits democráticos

en los siguientes puntos:

- Reconocimiento del pueblo nava-

rro como sujeto directo de la constitución

de la Comunidad Foral, titular de los de-

rechos históricos y de poder de disposi-

ción sobre sus instituciones, estableciendo

la plenitud del principio democrático en

todo el modelo institucional, así como en

su reforma (art. 1).

- Plena ade-

cuación del régi-

men y funciona-

miento institucional

al modelo constitu-

cional de democra-

cia parlamentaria

en cuanto a su re-

forma (art. 71).

- Pleno reco-

nocimiento institu-

cional del Parla-

mento como insti-

tución máxima de

la Comunidad, en cuanto que representa

al pueblo navarro y su soberanía (art.

11).

- Establecimiento y garantía de la

plena y exclusiva competencia del Parla-

mento de Navarra en los procesos inter-

nos de institucionalización, por medio de

Ley Foral, como sobre el régimen de elec-

ción del Presidente por medio de Ley Fo-

ral (art. 29).

- Limitar la permanencia en el cargo

de Presidente de la Comunidad a dos

mandatos consecutivos.

b) Establecer convenios de gestión

y acuerdos de cooperación con las Comu-

nidades Autónomas vecinas, en los térmi-

nos previstos por el ordenamiento consti-

tucional vigente, a fin de mejorar la pres-

hermes nº: 10 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

11

La sociedad y el resto de las fuerzaspolíticas reservan la denominación yla condición de navarrista exclusiva-mente para las actitudes del campo dela derecha, que abarca comportamien-tos constitucionales, moderados y to-lerantes, y otros que no son tanto y semueven en el ámbito de la derechatradicional y del foralcatolicismo, aun-que utilicen las instituciones demo-cráticas

Page 13: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

tación de servicios y desarrollar acciones

de interés común.

B) En relación con la presencia en

las instituciones de la Unión Europea:

a) Participar en todos lo foros de

encuentro de las regiones europeas, sea a

nivel institucional como el Comité de las

Regiones, o en la configuración de espa-

cios de cooperación interregional. En par-

ticular potenciando la cooperación Aqui-

tania-Euskadi-Navarra, así como los con-

venios y protocolos en que participen las

regiones próximas de los Estados español

y francés.

b) Demandar y cooperar en la insti-

tucionalización de la presencia de las Co-

munidades Autónomas en la representa-

ción permanente del Estado ante la Unión

Europea.

C) En relación

con el Estado:

a) Asumir

protagonismo en el

proceso de configu-

ración de la forma

del Estado como fe-

deral asimétrico y

en la ampliación del

autogobierno en

desarrollo de los derechos históricos,

manteniendo como mínimo el nivel de

las comunidades históricas.

b) Exigencia del desarrollo del au-

togobierno, de los derechos históricos y

de los hechos diferenciales, de acuerdo a

la cláusula residual de la Disposición Adi-

cional 1ª LORAFNA, con la plenitud de

las competencias reconocidas en aquella,

así como por las necesarias delegaciones

y transferencias de competencia exclusi-

vas del estado conforme al artículo 150

CE.

c) Sustituir en las relaciones con el

Estado la dinámica de los recursos ante el

Tribunal Constitucional por la de acuer-

dos conforme a lo previsto en la LORAF-

NA y el Convenio.

d) Participación en los órganos de

la Unión Europea en los que se traten las

cuestiones relativas a la armonización fis-

cal, códigos de conductas, etc. que afec-

ten a las competencias de la C. F. de Na-

varra en materia financiera y tributaria.

III. A MODO DE CONCLUSIÓN:

EL HORIZONTE DE EXPECTATIVA

La cuestión sobre las esencias no es

propia de una sociedad evolucionada y

regida por el principio democrático, en la

que los debates de tal naturaleza se susti-

tuyen por la voluntad democráticamente

expresada de los ciudadanos y ciudada-

nas, únicos titulares y definidores de la

identidad colectiva, al margen de los vio-

lentos y los inquisidores. Es una actitud

reaccionaria, propia de las colectividades

humanas que se miran continuamente en

el pasado y tienen miedo a adivinar y

contemplarse en

un horizonte de

distintas perspecti-

vas y riesgos para

aquello que cono-

cen y controlan,

porque, como ex-

puso HALBWACHS

“la sociedad anti-

gua no puede dis-

traerse de la con-

templación de la imagen que le refleja el

espejo del pasado, salvo que en el mismo

aparezcan poco a poco otras imágenes,

con un contorno menos claro y familiar,

que le descubran más amplias perspecti-

vas”12.

Por otra parte, la configuración de

un nuevo espacio de pertenencia y de

identidad como es la Unión Europea plan-

tea nuevos retos institucionales, políticos,

culturales y sociales que, sin renuncia a la

identidad originaria, van a transformar las

realidades nacionales y estatales en una

nueva entidad institucional, cultural y so-

cial. Europa será un continente de plurali-

dades, en el que los Estados, transforma-

dos e irreconocibles en los elementos has-

ta ahora considerados esenciales,

aglutinarán identidades nacionales cada

día más mestizas y diversas.

La cuestión del futuro no está en los

interrogantes sobre el ser de España o de

hermes nº: 11 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

12

Ni la esencia histórica, ni la identidadde la comunidad política, ni su auto-gobierno, ni su forma histórica estánpor encima o al margen de la volun-tad democrática del pueblo navarro,que es su titular y el único con dere-cho de disposición sobre los mismos

Page 14: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Navarra, ni en si Navarra es sólo españo-

la o vasca, o si se formarán nuevas entida-

des políticas como Cataluña o el País Vas-

co. Se halla en el lugar que a las personas

y a los pueblos les va a corresponder en

la Europa del siglo XXI, formando parte

de una sociedad muy distinta a la actual

en la que los referentes estatales se habrán

eliminado o reducido quedando más co-

mo identidades culturales que como reali-

dades políticas. Tal y como previó ORTE-

GA, si España era el problema, la Europa

democrática e industrial es la solución13.

En las sociedades existe un espacio

de experiencia en el que se integran las

percepciones del pasado, que se hacen

presente y se abren al futuro como hori-

zonte de expectativa. La expectativa “está

ligada a personas, siendo a su vez imper-

sonal [...] se efectúa en el hoy, es futuro

hecho presente, apunta al todavía-no, a lo

no experimentado, a lo que sólo se pue-

de descubrir”14. La expectativa es el futuro

no experimentado y por descubrir, la es-

peranza y el temor, que se busca desde la

razón y el sentimiento, desde la voluntad

y la inquietud de lo desconocido, porque

“el pasado y el futuro no llegan a coinci-

dir nunca, como tampoco se puede dedu-

cir totalmente una expectativa a partir de

la experiencia. Una vez reunida, una ex-

periencia es tan completa como pasados

son sus motivos, mientras que la expe-

riencia futura, la que se va a hacer, antici-

pada como expectativa se descompone

en una infinidad de trayectos temporales

diferentes”15.

Una de las características de la so-

ciedad democrática es la del progresivo

alejamiento de las expectativas de futuro

de las experiencias del pasado, dando lu-

gar a un tiempo histórico que se caracte-

riza por la toma de decisiones al margen

de los condicionamientos historicistas. La

aceleración del cambio y los efectos de la

globalización determinan, además, que

todo o parte de lo previsto suceda de un

modo distinto a como se previó, por lo

que no se puede deducir la expectativa

futura de la experiencia pasada, sino que

aquella está cada vez más alejada de esta.

Hoy, más que nunca, es válida la afirma-

ción de KANT sobre la modernidad, en el

sentido de que “por la experiencia no se

puede solucionar inmediatamente la tarea

del progreso”.

NOTAS1 HALBWACHS M., Les cadres sociaux de la

mémoire, París, 1994, p. 272.2 RUBIO LLORENTE, F., La forma del poder,

Madrid, p. 6.3 URANGA, J. J., “Prólogo” a J. J. SÁNCHEZ

ARANDA Y R. ZAMARBIDE, Garcilaso, periodista

(60 años de historia de Navarra), Pamplona, 1993.4 Esta concepción del navarrismo esencialis-

ta tiene claros componentes antidemocráticos, por-

que el ser y el espíritu de un pueblo no puede es-

tar en manos de un plebiscito, como expuso NA-

GORE YÁRNOZ, J. J. Defensa de la navarridad,

Madrid, 1987, p. 34: “...una nación no nace de un

plebiscito. [...] Navarra no tuvo ni tiene como fun-

damento y base única la sola voluntad de una ge-

neración de navarros. Navarra, en su unidad den-

tro de España, en sus principios de legitimidad ju-

rídica e histórica, en su continuidad y tradición,

Navarra es, antes que tierra y gentes, espíritu”.5 FERNÁNDEZ VIGUERA, S., “Ideología de

Raimundo García Garcilaso en torno al tema foral.

Su evolución: 1903-1931”, I Congreso de Historia

de Navarra. Siglos XVIII, XIX y XX, Príncipe de

Viana, Pamplona, 1986. 6 NAVARRA 2000, coordinado por I. AR-

DAIZ y S. MARTÍNEZ, Gabinete de Estudios y Pla-

nificación de la Diputación Foral de Navarra, Pam-

plona, 1974. El acuerdo pudo ser redactado por el

entonces Director de Coordinación, señor Del Bur-

go Tajadura.7 MERKL, P. H., Political Continuity and

Change, Nueva York, 1967, p. 128.8 KOSELLECK, R., Futuro pasado. Para una

semántica de los tiempos históricos, Barcelona,

1979, p. 338.9 NORA, P. “Présentation”, en Les lieux de

mémoire, I, Gallimard, Paris, 1984, p. VII.10 URANGA (OLLARRA), J. J. “Navarrismo y

navarristas”, Diario de Navarra, 13 de octubre de

2002. 11 Diario de Navarra, 31 de enero de 2003. 12 HALBWACHS, M., Les cadres sociaux de

la mémoire, París, 1994, p. 272.13 ORTEGA Y GASSET, J., “La pedagogía so-

cial como programa político”, Obras completas, I,

Madrid, 1987, p. 521.14 KOSELLECK, R., Futuro pasado. Para una

semántica de los tiempos históricos, Barcelona,

1979, p. 338. 15 KOSELLECK, R. Futuro..., cit., p. 339.

hermes nº: 12 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli

13

Page 15: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo pretender

analizar la política lingüística

de UPN, no sólo sus actuacio-

nes sino también los supuestos ideológi-

cos que la sustentan. Queda pendiente el

análisis del resto de las fuerzas políticas,

sobre todo las nacionalistas vascas, que

excede los límites de espacio de este artí-

culo.

1. - LA LEGISLATURA 1999-2003

En las Elecciones de mayo de 1999,

al conseguir 22 de los 50 escaños del Par-

lamento Foral y en virtud de los automa-

tismos que establecía1 la Ley Orgánica de

Reintegración y Amejoramiento Foral (LO-

RAFNA), UPN continuó en el

gobierno de Navarra.

En materia de política

lingüística todo parecía indicar

un programa continuista. Pero

no fue así: la primera sorpresa

fue que la Dirección General

de Política Lingüística pasó del

Departamento de Presidencia e

Interior a estar adscrita al De-

partamento de Educación y

Cultura. El cambio era signifi-

cativo: el Departamento de

Presidencia dirige las políticas

generales y transversales de un

gobierno, imprescindible para

la planificación de cualquier

proceso de normalización lin-

güística. Situarlo en el Departa-

mento de Educación dejaba en

evidencia la voluntad política de reducir

el tema a un asunto educativo.

Se mantuvo al mismo equipo en Po-

lítica Lingüística, que antes de un año pre-

sentó su dimisión debido a los ataques

que desde el propio gobierno se hacían

contra el euskera2.

Se hizo cargo de ella, añadiéndola a

la Dirección del Servicio de Universidades

que ya ostentaba, Pedro Pegenaute, histó-

rico adversario del euskera como ya lo

demostró durante la elaboración de la Ley

del Vascuence.

1.1. - La reestructuración de Po-

lítica Lingüística

Entre junio y setiembre de 2000 el

Gobierno de Navarra aprovechó la dimi-

sión del equipo de Política Lingüística pa-

ra desmantelar una dirección general in-

cómoda. El Negociado de Formación pa-

só a depender del Instituto Navarro de

Administración Pública, la Sección de Tra-

ducción al Servicio de Boletín Oficial de

Navarra (ambos pertenecientes al Depar-

tamento de Presidencia, Justicia e Inte-

rior), mientras que los Servicios de Pro-

gramación e Investigación y el de Norma-

lización y Promoción se unificaban en el

Servicio de Programación, Investigación y

Desarrollo Lingüístico pasando a depen-

der de la Dirección General de Universi-

dades y Política Lingüística (DGUPL).

La propia reestructuración da idea

clara de los fines del Gobierno: desapare-

cen las ideas de normalización y de pro-moción (que implican compromiso acti-

vo) y se pasa a una concepción de la po-

Política lingüística en Navarra (1999-2002):

historia de un desencuentro.

14

JOSÉ LUIS MENDOZA

Licenciado en FilologíaHispánica (1995). Profesorde Lengua y LiteraturaVasca en el Instituto"Askatasuna" de Burlada(Navarra). Presidente de laFundación "Euskara KulturElkargoa".

Page 16: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

lítica lingüística respecto al euskera ligada

casi exclusivamente a determinados as-

pectos culturales.

1.2. - Los planes del Gobierno

de Navarra3

El Gobierno de Navarra aprobó, en

diciembre de 2000, un Decreto Foral que

regulaba el uso del vascuence en las Ad-

ministraciones Públicas y, posteriormente,

tres Acuerdos de Gobierno referidos a

planes de actuación sobre el uso del vas-

cuence en las zonas vascófona y mixta y

a la regulación del conocimiento de idio-

mas en los baremos de méritos de la ofer-

ta pública de empleo.

El objetivo era frenar la expansión

del euskara despojando de sus derechos

lingüísticos a los ciudadanos de las zonas

mixta y no-vascófona y limitando la coo-

ficialidad de la zona vascófona. Al mismo

tiempo desaparecía el euskera como re-

quisito para cualquier puesto de trabajo

oficial y en los concursos de méritos, glo-

balmente, podía tener menos valor que el

inglés, el francés o el alemán.4

1.3. - La reacción social

Hasta este momento las respuestas

sociales ante los ataques gubernamentales

al euskera solían ser explosivos y de cor-

ta duración: manifestaciones, pintadas,

comunicados, etc.

Por vez primera se adoptó, además,

la vía judicial: se pusieron once recursos

al Decreto Foral 372/2000 y, a partir de

enero de 2001, se recurrieron ante los tri-

bunales más de cincuenta disposiciones

en materia de derechos lingüísticos, tanto

del Gobierno de Navarra como del Ayun-

tamiento de Pamplona. La mayoría de los

recursos fueron aceptados tanto por el

Tribunal Administrativo de Navarra (TAN)

como por el Tribunal Superior de Justicia

de Navarra (TSJN)5.

1.4. - Una nueva concepción de

la política lingüística

Tras dotarse de unos mecanismos

legales totalmente restrictivos en materia

de euskera, el Gobierno de Navarra em-

prendió una serie de actuaciones tenden-

tes a su desaparición de la vida pública:

imagen corporativa, rotulaciones de vías y

edificios, ofertas públicas de empleo, pu-

blicaciones, etc.

La DGUPL, dado que asumió los

presupuestos de las dos direcciones que

englobaba, aprovechó esta circunstancia

para llevar a cabo proyectos de la prime-

ra (Universidades) con cargo a líneas pre-

supuestarias de la segunda (Política Lin-

güística). Así, 12 millones de pesetas del

presupuesto destinado a "Encuestas socio-

lingüísticas" referidas al euskera se desti-

naron para la realización de una "Encues-

ta sociolingüística sobre las lenguas de

uso mayoritario en la Unión Europea (In-

glés, Francés y Alemán) en la Comunidad

Foral de Navarra"; o 7 millones

de pesetas dirigidos a "ayudas a

la investigación" (al euskera

hasta esa fecha) pasasen a ser

destinados genéricamente a "la

investigación lingüística univer-

sitaria6.

Éstos eran dos ejemplos

del nuevo rumbo que se pre-

tendía dar en Navarra a la "polí-

tica lingüística". El Servicio de

Programación, Investigación y

Desarrollo Lingüístico, que re-

cogía las competencias que

quedaban de la anterior DGPL,

debido a la interpretación sui generis de

su responsable, del director general y del

consejero de Educación y Cultura, pasaba

a diferenciar una doble función: la dirigi-

da a determinadas actuaciones referidas al

vascuence y otras referidas a la política

lingüística en general. Según un informe

de 6 de julio de 2001 del director del ser-

vicio (que tiene el visto bueno del direc-

tor general) nos encontramos, pues, anteuna política lingüística que considera alplurilingüismo como un elemento clavedel desarrollo personal y profesional parael pleno uso de los derechos que entraña laciudadanía europea a la que pertenece-mos, una política lingüística que conside-re la diversidad como fuente de riqueza yvalor cultural y social y que respeta la rea-

15

hermes nº:2 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

Page 17: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

lidad sociolingüística de navarra (sic) yde sus habitantes7. El consejero de Educa-

ción y Cultura sancionó esta interpreta-

ción mediante la Orden Foral 291/2001

que estableció que las funciones sobre

política lingüística, cuando no se refieran

expresa y exclusivamente al vascuence, se

entenderán referidas tanto al vascuence

como a las lenguas oficiales de la Unión

Europea.

Una visión más elaborada (y deli-

rante) de los nuevos planteamientos la

ofreció el propio director general con oca-

sión de la VIII Conferencia Internacional

de Lenguas Minoritarias, celebrada en no-

viembre de 2001 en Santiago de Compos-

tela8. En ella, tras afirmar que el propio Go-bierno de Navarra, que busca lo mejor pa-ra sus ciudadanos, junto a todos estosapoyos a favor del vascuence, viene ha-

ciéndolo tam-bién y cada díamás decidida-mente en pro delaprendizaje, usoy desarrollo porlos navarros delas lenguas ofi-ciales de laUnión Europea,y afirmar que el

objetivo final (de la educación en Nava-rra) consiste en dotar a nuestro alumnadode las competencias lingüísticas necesa-rias que les permitan el uso de lenguas, lasque fueran, pero siempre de uso oficial enla UE, tras ofrecer datos comparativos res-

pecto al uso y conocimiento del vascuen-

ce, inglés, francés y alemán en Navarra,

pasa a definir el concepto de Política Lin-

güística: la atención sistemática, rigurosa,racional y organizada que debe prestar elpropio gobierno de Navarra, como repre-sentante democráticamente elegido de lasociedad navarra, al conjunto de las si-tuaciones y los problemas de los idiomasen esa sociedad, mediante decisiones rela-tivas a su enseñanza, desarrollo, uso y va-loración. Y, como prueba de ello, presen-

ta el Decreto Foral 372/2000 como correc-

tor de una situación de desigualdad que

daña a los monolingües castellanos, y la

introducción temprana del aprendizaje de

una lengua extranjera en el sistema edu-

cativo.

1.5. - Las actuaciones en mate-

ria de política lingüística

A las actuaciones contra el euskera

en materia de administraciones públicas

ya señaladas, las más destacadas en otros

ámbitos clásicos de la normalización lin-

güística son las siguientes:

ENSEÑANZA: Resultaron esperanza-

doras las primeras declaraciones del nue-

vo consejero de Educación y Cultura Jesús

Laguna: las ikastolas para mí no son unproblema, son una opción. Lamentable-

mente, su actuación no ha sido fiel a sus

palabras:

- El proceso de legalización de las

ikastolas "alegales" se ha estancado. Las

subvenciones son otorgadas directamente

por el Parlamento.

- Se ha continuado con la separa-

ción de los centros bilingües contra la opi-

nión de claustros y consejos escolares.

- Se ha suspendido la euskalduniza-

ción voluntaria del profesorado.

- Se crean agravios comparativos:

mientras que se mantienen aulas de caste-

llano con 2 ó 3 alumnos, se mantiene la

exigencia legal (20) para abrir o desdoblar

las aulas de euskera.

- La DGUPL suspendió las campa-

ñas de prematriculación a favor del euske-

ra que el Gobierno de Navarra venía ha-

ciendo desde 1990 (incluso el primer go-

bierno de UPN las hizo)

- Ha disminuido el gasto dedicado

al euskera y, como hemos visto anterior-

mente, se han usado esos fondos para

otros fines.

MEDIOS DE COMUNCIACIÓN:

- Se ha denegado licencia de emi-

sión a Euskalerria Irratia, la única emiso-

ra de radio que emite en euskera para

Pamplona y su Cuenca.

- No se han tomado medidas para

que las concesionarias respeten las cuotas

de emisión en euskera.

hermes nº:3 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

16

Page 18: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

- Las ayudas a medios de comunica-

ción en euskera han disminuido progresi-

vamente. En 2002 se han quedado sin

subvención, además de Euskalerria Irra-tia, Euskaldunon Egunkaria (único perió-

dico en euskera) y Nabarra (única revista

en euskera que se distribuye en toda Na-

varra)

- Han aumentado las ayudas a me-

dios en castellano cuya utilización del

euskera es simbólica. Quien mayor au-

mento ha experimentado ha sido Diariode Navarra.

- Todo ello muestra un empleo po-

lítico de las subvenciones, que se conce-

den sin ningún criterio de normalización.

1.6. - Algunos "fantasmas" en

torno al euskera

No podemos perder de vista que

UPN surgió para hacer frente al naciona-

lismo vasco. Algunos de sus fantasmas

fundacionales han reaparecido con mayor

fuerza en los últimos años.

EUSKAL HERRIA. Cuando parecía

que iba asentándose como una definición

territorial de tipo cultural, UPN nos descu-

bre que es un "término-trampa":

El Gobierno de Navarra tampoco vaa admitir que… se pretenda el logro deningún objetivo político, tampoco el deEuskalherria, que, si en otro tiempo fuepara muchos un concepto cultural y lin-güístico, desde 1979, con la aprobacióndel Estatuto Vasco o de Guernica, estatuta-ria y por tanto jurídicamente pasó a ser,simple y llanamente, la denominación po-lítica de la Comunidad Autónoma Vascaque no es la de Navarra, obviamente. Elvascuence, en fin, nada debiera tener quever con causas políticas. Pero tiene. Poreso el Gobierno de la Comunidad Foral deNavarra rechaza, en nombre de la inmen-sa mayoría de navarros, la utilizaciónque algunos partidos políticos hacen delvascuence y bajo ficticios argumentos lin-güísticos como vehículo para nuestra inte-gración en Euskalerria9.

Víctima de esta visión fue Eusko

Ikaskuntza. En enero de 2001 el Gobierno

de Navarra retuvo una subvención de 12

millones de pesetas y amenazó con rom-

per el convenio. El motivo: la enciclope-

dia Auñamendi, en cuyo proceso de acce-

so vía Internet Eusko Ikaskuntza había

colaborado, mostraba determinadas entra-

das referidas a Navarra que no eran del

agrado de UPN. Ya Jaime Ignacio del Bur-

go, que siendo presidente de la Diputa-

ción Foral de Navarra la había sacado del

patronato en 1980, había dicho, hablando

de la citada enciclopedia que bajo capade cierto pluralismo ideológico y algunoscriterios de cientificidad, todo lo referentea la cultura vasca está secuestrado por elnacionalismo .

De nada sirvió que el resto de par-

tidos y sindicatos apoyasen a Eusko Ikas-

kuntza: su presidente debió presentar ex-

cusas y se suprimió la consulta on-line de

la enciclopedia.

Reciente-

mente le ha to-

cado el turno a

Euskaltzaindia.

En marzo de

2000 el Gobier-

no de Navarra,

el Gobierno Vas-

co y las tres di-

putaciones ha-

bían renovado un acuerdo de financiación

para cinco años. Fue una de las últimas

acciones de la DGPL que había dimitido

en junio de ese año. El nuevo equipo em-

pezó a romper relaciones con la Comuni-

dad Autónoma Vasca, a hacer desaparecer

cualquier mención a Euskal Herria, se sus-

pendió la presencia conjunta en las Ferias

Internacionales de Lenguas, se rechazó la

colaboración en las Encuestas Sociolin-

güísticas y cualquier tipo de relación con

la Viceconsejería de Política Lingüística

del Gobierno Vasco. El Gobierno de Na-

varra habló de la exigencia de libros de

texto que respetasen la identidad y reali-

dad política y cultural de Navarra. En 2001

se suprimió la subvención a la Universi-

dad Vasca de Verano. Quedaba Euskal-

tzaindia, el único organismo de carácter

oficial que actúa en toda Euskal Herria.

hermes nº:4 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

17

Page 19: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

El director general lo dejó claro10: ElGobierno de Navarra desea continuar co-laborando con Euskaltzaindia, pero que-remos establecer nuevas fórmulas, sin cor-tapisas administrativas intermedias queresponden a situaciones del pasado. Que-remos un convenio específico y bilateral,en el que Euskaltzaindia ratificará sucompromiso de respetar en todas sus ac-tuaciones la realidad política, institucio-nal y administrativa de la Comunidad fo-ral. El Gobierno de Navarra financiará losproyectos que le encomiende. Así se esta-blecerá, de hecho, unas relaciones en fa-vor del vascuence en Navarra sin politiza-ciones y sin equívocas interpretaciones…

Aprovechándose de una circunstan-cia histórica la Real Academia, constitui-da por las tres diputaciones vascas y la na-varra, dio un salto hacia adelante inclu-yendo al Gobierno vasco para liderar susactuaciones y situar al Gobierno fo-ral de monaguillo, de finan-ciador. Pues se acabó. Esun órgano consultivo…El acuerdo marco de 1918no se puede mantener. Nohabrá subvención fija. ElGobierno foral pagará las ac-tividades que encargue. Y si nohay encargos, no habrá dinero.Queremos saber dónde se invier-ten nuestras aportaciones…

En junio de 2002 el Gobierno de

Navarra dio por roto el Acuerdo (Euskal-

tzaindia perdió la subvención del año an-

terior) y manifestó su intención de elabo-

rar un nuevo convenio de carácter bilate-

ral, que se firmó en noviembre. En él se

reconoce el control del Gobierno sobre

trabajos y proyectos. El director general

comunicó que no se aceptaría ninguno

que se presentase con el nombre de "Eus-

kal Herria".

EUSKARA BATUA: Si Euskal Herria

es el "nombre-trampa" para designar el te-

rritorio del proyecto nacionalista, el eus-kara batua es uno de los instrumentos

básicos para su construcción. Ésta sería

una lengua "artificial" cuya "imposición"

sobre los dialectos sería el paso previo a

la formación del "artificial" estado vasco:

El batua es el eje fundamental de laconstrucción de la nación euskalherría-ca12.

La historia demuestra que las len-guas minoritarias se han encontradosiempre a la defensiva, a veces no tantopor la influencia de las lenguas mayorita-rias sino por el abandono de sus propioshabitantes. Y este problema se profundizacuando la lengua minoritaria se politiza yse emplea como ariete para destruir unanación existente desde hace siglos, con ob-jeto de crear una nueva basada en la len-gua, si es que no se puede fundar en raza(…)

Error crucial ha habido en la unifi-cación de la lengua vasca, que ha creado

una lengua artificial que no la ha-blaron nuestros antepasados13.

IKASTOLAS: La Ikastola

(raramente se menciona el

modelo D de la enseñanza

pública) es el lugar ideal de

siembra y transmisión de

la ideología nacionalista

vasca y de adoctrina-

miento político:

El actual adoctrinamientodel nacionalismo vasco reviste caracteresdistintos. No hay ninguna asignatura deformación del espíritu nacional, pero lospostulados nacionalistas –somos una na-ción, el euskera es la base de nuestra iden-tidad nacional, nuestro pueblo está dividi-do entre dos Estados opresores, la autode-terminación es un derecho, nunca nadabueno nos vino de España, el castellano esuna lengua impuesta, hemos vivido siem-pre en lucha contra enemigos poderosos–impregnan todas las disciplinas14.

En esta labor son colaboradores ne-

cesarios muchos de los profesores… reclu-tados en Guipúzcoa o en Vizcaya… Buennúmero de ellos milita en las filas delabertzalismo radical y son la avanzadillaen el sector educativo del sedicente Movi-miento Vasco de Liberación Nacional. No

hermes nº:5 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

18

Page 20: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

es de extrañar que en muchos centrossean los profesores los que incitan a losalumnos a participar en la resistencia:huelgas políticas, concentraciones a favorde los "presos políticos", marchas, acampa-das… Cualquier objetivo –con tal de quetenga un lema traducido al euskera– esbueno. El paso siguiente será la "kale bo-rroka", aunque sólo unos pocos… acaba-rán por ingresar en ETA, donde milita lavanguardia de los luchadores por la liber-tad de Euskal Herria. Eso es lo que se siem-bra, se quiera o no, en muchas ikastolas15.

LIBROS DE TEXTO: Para llevar a

cabo la labor política e ideológica, el na-

cionalismo vasco cuenta con una herra-

mienta de capital importancia: los libros

de texto:

Como yo vengo diciendo… hacemuchos años que en algunas ikastolas seenseñaba a odiar a España. (…)

El mero hecho de esta-blecer como punto de es-tudio básico la geografíae historia de Euskal Herriaimplica el estar orientandola educación en una deter-minada dirección política16.

El Gobierno de Navarra

tomó cartas en el asunto y en

junio de 2001 estableció ayudas

por más de 70 mil euros para la

traducción al euskera de libros de texto

en castellano, al tiempo que establecía pa-

ra el curso siguiente un control legal para

los libros de texto.

LA IKURRIÑA: Símbolo del nacio-

nalismo vasco a erradicar en Navarra, a

lo largo de los últimos años la ikurriña

ha sido objeto de los más diversos ata-

ques.

En agosto de 2002 el presidente del

Gobierno de Navarra anunció una nueva

ley de símbolos que penalizaría económi-

camente a aquellas entidades locales que

hiciesen ondear la ikurriña. Dada la opo-

sición del resto de grupos parlamentarios

no parece que la iniciativa vaya a tener

éxito17.

1.7. - La Sentencia del TSJN so-

bre el Decreto Foral 372/2000

Con celeridad inusual (18 meses) el

Tribunal Superior de Justicia de Navarra

con fecha 26 de junio de 2002 dictó una

sentencia que declaró la nulidad radicaldel Decreto Foral (327/2000) impugna-do18.

Sin entrar a analizar su contenido,

la sentencia le achacaba dos errores de

forma: la falta de los informes de la Direc-

ción de la Función Pública y del Consejo

Navarro del Euskera (CNE). Por otra par-

te, además de ofrecer una interesante

doctrina sobre interés directo e interés le-

gítimo, el TSJN echaba por tierra la argu-

mentación del Gobierno respecto a la dis-

criminación que planteaba la valoración

del euskera como requisito o mérito para

optar a puestos de trabajo en las

administraciones públicas. Como

reconoce la sentencia en su

fundamento octavo, esta cues-

tión fue zanjada por el Tribu-

nal Constitucional (TC) es-

pañol, que estableció "queno debe entenderse la exi-gencia (del idioma) comoun requisito "ad extra"

independiente del méritoy capacidad acreditados sino, al

igual que cualquier otro conocimiento ycondición exigida para el acceso a la fun-ción pública, una exigencia con cuyaacreditación ya da satisfacción a dichosprincipios constitucionales en la medidaque se trata de una capacidad y un méri-to que… ha de acreditarse y valorarse enrelación con la función a desempeñar"(Sentencia del Tribunal Supremo27/1991).

Incluso la propia sentencia estable-

ce, en el mismo fundamento octavo, que

"hay una relación directa entre el conoci-miento del idioma y función públicacuando el primero constituye requisito pa-ra el ingreso o provisión de puestos en eseámbito, más aún si esa regulación afectaa los principios constitucionales de méritoy capacidad recogidos en el artículo 103-3 de la Constitución. Así lo ha dicho el Tri-

hermes nº:6 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

19

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bunal Constitucional: el co-nocimiento del idioma se si-túa dentro de esos principios:de suerte que el propio prin-cipio de mérito y capacidad supone la car-ga para quien quiera acceder a una deter-minada función pública de acreditar lascapacidades, conocimientos e idoneidadexigibles para la función a la que aspira,por lo que la exigencia del idioma que esoficial en el territorio donde actúa la Ad-ministración a la que se aspira a servir esperfectamente incluible dentro de los mé-ritos y capacidades requeridas (Sentencia46/1991)19.

1.8. - La reacción del Gobierno

de Navarra

Rápidamente el Gobierno presentó

un recurso de casación ante el Tribunal

Supremo20 y reorganizó el Consejo Nava-

rro del Euskera (CNE) para obtener un in-

forme favorable al nuevo

Decreto, cuyo contenido era

igual al anterior21.

El CNE consta de vein-

te miembros: cuatro altos

cargos del Gobierno, el pre-

sidente de la Academia Vas-

ca, ocho vocales institucionales y siete

"nombrados entre personas de reconocidoprestigio en el ámbito del euskera y la cul-tura vasca" (artículo 2,1.g). En su afán de

controlarlo, el Gobierno nombró a tres

funcionarios de confianza (uno de ellos

confesó que no sabía por qué lo habían

designado), un escritor que ha publicado

un violento folleto contra el euskera y tres

profesores universitarios de los que sólo

uno conoce el euskera. Además, en su

primera reunión el nuevo CNE aprobó un

reglamento que concede al presidente la

potestad de bloquear cualquier debate y

permite un quorum de tan solo tres miem-

bros.

Cualquier Consejo consultivo tiene

como función básica con-

trastar opiniones y pactar

propuestas que posterior-

mente se elevan al gobier-

no. El CNE tiene, por ley, las

siguientes funciones: A) In-formar de los planes genera-les y los proyectos normati-vos relativos a la política lin-

güística, antes de su aprobación. B)Emitir su parecer acerca de las cuestionesque le sean sometidas por el Gobierno so-bre planificación y normalización lin-güística. C) Realizar propuestas al Go-bierno en relación con el uso y fomentodel euskera. D) Cualquier otra funciónque le atribuyan específicamente las dis-posiciones vigentes (artículo 4).

Parece evidente que la intención

del Gobierno de Navarra era absoluta-

mente instrumental: conseguir el informe

favorable a su Decreto para reponerse del

duro revés sufrido al quedar invalidado el

fundamento legal de su Política Lingüísti-

ca22. Con los nuevos nombramientos, el

Gobierno controlaba directamente once

nombramientos. En una sola sesión y sin

apenas debate, el CNE dio

su visto bueno, aunque el

"nuevo" Decreto fue recha-

zado tanto por la Mesa de

los Sindicatos de la Adminis-

tración, como por decenas

de ayuntamientos y entida-

des culturales23.

2. - EL COMPORTAMIENTO DE

LAS ÉLITES NAVARRAS24

A la hora de analizar cualquier ac-

tuación social y/o política tiene gran inte-

rés estudiar el comportamiento de aque-

llas personas que por sus capacidades

personales o por su importancia social se

convierten en creadores de opinión públi-

ca. Su discurso, amplificado por los me-

dios de comunicación, influye decisiva-

mente tanto en el modo en que la ciuda-

danía percibe y crea la realidad en que

vive como en los procesos de transforma-

ción social.

El amor retórico que

los dirigentes de UPN mos-

traban hacia el euskera, ade-

más de contrastar escanda-

losamente con su práctica,

hermes nº:7 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

20

Page 22: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

implicaba una cierta prevención ante un

ataque frontal a la lengua y la cultura vas-

ca que dejase en evidencia sus verdade-

ros sentimientos y convicciones.

Además de la política gubernamen-

tal, resulta llamativa la confluencia de

tres polos de opinión en la labor de dar

cobertura ideológica a la política antivas-

ca:

1º. Diario de Navarra-Jaime Ignacio

del Burgo25. Repiten el discurso histórico

de la derecha tradicional navarra. Este dis-

curso, de gran valor ideológico para hacer

frente las doctrinas izquierdistas y/o no-

confesionales durante el primer tercio del

siglo XX, pierde posteriormente este valor

funcional quedando reducido a mero ele-

mento retórico.

2º. Más llamativo resulta que el pro-

pio Gobierno de Navarra salga a los me-

dios de comunicación para defender/justi-

ficar su actuación en materia

de política lingüística (hasta

entonces le bastaba con in-

cumplir la ley sin necesidad

de ningún tipo de justifica-

ción). Como ya hemos visto,

el propio gobierno, a través

del Sr. Pulido y del Director General de

Universidades y Política Lingüística, tomó

la iniciativa de justificar su política en ma-

teria de euskera26.

3º. El último polo y el más novedo-

so supone la incorporación al discurso an-

tivasco de un grupo de personas ligadas a

la universidad y a lo que podríamos deno-

minar la facción más derechista de la UGT

y del Partido Socialista de Navarra (PSN-

PSOE). En el contexto de un PSN destro-

zado por los casos de corrupción (Urral-

buru, Roldán, Otano,...), dirigido inicial-

mente por una gestora derechizante27, sin

un proyecto de partido definido y sin un

liderazgo claro, algunos militantes y sim-

patizantes socialistas van a salir a la opi-

nión pública con un discurso que mezcla

los rancios argumentos de la derecha na-

varra con otros más modernos teñidos de

una ideología liberal e incluso progresis-

ta28.

La figura más relevante es Aurelio

Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Po-

lítica de la Universidad del País Vasco,

quien desde 1997 salta a la opinión públi-

ca con un discurso novedoso cuyos pun-

tos básicos, en sus últimas formulaciones29

son:

- El concepto y la tarea de la norma-

lización lingüística deben dirigirse a los

navarros de lengua materna vasca, que-

dando al margen el resto de ciudadanos

incluyendo los euskaldunberris, dado que

los deseos no se convierten per se en de-

rechos.

- Tan sólo a los hablantes reales les

compete el derecho a su propia lengua.

La política lingüística es justa cuando re-

gula sus normas sobre la lengua real de

sus ciudadanos y no sobre otra imaginada

o añorada.

- El derecho a la lengua no es un

derecho natural ni un derecho de un ha-

blante potencial y abstracto

sino de los hablantes actua-

les y concretos.

- Como criterio secun-

dario y debido a su valor

imaginario o sentimental ca-

bría admitir un principio deprotección con vistas a conservar el lega-

do del euskera y a no contrariar tales sen-

timientos.

- La cooficialidad del euskera en

Navarra además de un sinsentido sería

una profunda injusticia, una pura ficción y

una ilegalidad. Además degradaría nuestra

ciudadanía por conceder un privilegio co-

mo si fuera un derecho y por aceptar la

impostura como si fuera verdad.

- Los nuevos derechos generarían

nuevos gastos que se detraerían de los

fondos públicos que deberían estar desti-

nados a ejercer verdaderos derechos y a

cubrir necesidades colectivas más indiscu-

tibles (trabajo, vivienda, etc.)

- Se generaría gran tensión social: el

fracaso de tal política no se achacaría a su

encontronazo con la dura realidad, sino a

la mala voluntad del gobierno de turno.

- Se favorecería la causa nacionalis-

ta (vasca) y su plan de secesión.

hermes nº:8 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

21

Page 23: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

- Hasta el presente, la política lin-

güística ha unificado, protegido y subven-

cionado el euskera, ha promovido una

política educativa que lo impulsa y una

política laboral que le da puestos de tra-

bajo y ventajas.

3. - A MODO DE CONCLUSIÓN

Técnicamente no habría ningún

problema para declarar la cooficialidad

del euskera en Navarra30. La Sentencia

82/1986 del Tribunal Constitucional esta-

bleció que es oficial una lengua, indepen-dientemente de su realidad y peso comofenómeno social, cuando es reconocidapor los poderes públicos como medio nor-mal de comunicación en y entre ellos y ensu relación con los sujetos privados, conplena validez y efectos jurídicos…31. Com-

parativamente hablando, encontramos un

posible referente en la Comunidad Autó-

noma del País Valenciano, en donde hoy

los dos espacios territoriales están lingüís-

ticamente muy definidos32. A pesar de

ello, la Ley de Uso y Enseñanza del Valen-

ciano establece que el valenciano es la

lengua propia y oficial de las administra-

ciones públicas.

En cualquier caso, no parece que

ninguno de los partidos mayoritarios na-

varros esté por la cooficialidad del euske-

ra en Navarra. En las actuales circunstan-

cias incluso hasta podría ser perjudicial,

dada la tensión política y social (real y/o

inducida) que podría generar.

Los discursos contra la normaliza-

ción del euskera en Navarra han tenido

indiscutible éxito político y social al tiem-

po que aumentaban el riesgo de una frac-

tura social. Hoy en día las tesis favorables

al euskera apenas tienen eco más allá de

sus propios ámbitos. Es necesario romper

este cerco de silencio. Pero también resul-

ta urgente la reflexión sobre el discurso

favorable a la normalización del euskera.

De las grandes esperanzas (y no só-

lo culturales) que muchos ciudadanos na-

varros habíamos depositado en el Gobier-

no Tripartito (1995-1996) hemos pasado al

desencanto y al desencuentro social con

alto grado de crispación y riesgo de frac-

tura social en un escenario distorsionado

y condicionado por ETA. En esta situación

el tema del euskera y la cultura vasca, no

resuelto durante la Transición, va a condi-

cionar en los próximos años el modelo de

futuro que pretendamos establecer para

Navarra.

NOTAS1 La LORAFNA ha sido reformada en este

punto durante la actual Legislatura: ya no goberna-

rá el partido más votado sino el que más apoyos

parlamentarios obtenga.

2 Los dimisionarios indicaron que era impo-

sible continuar con su labor en un ambiente de

agrias descalificaciones (en referencia a las opinio-

nes e informes de UPN y PSN sobre su labor) y

maniobras políticas. Además consideraban que la

finalidad de la dirección general de promover el

vascuence no tenía sentido dentro de la política

que desarrollaba el Gobierno, quien no tenía en

cuenta sus opiniones. Ver DIARIO DE NOTICIAS

14-1-2001.

3 Para una valoración del Decreto ver mis

artículos El euskera en Navarra, HERMES 2 (julio

2001) y UPN ataca de nuevo, EL PAÍS (País Vasco)

14-12-2000

4 En distintas convocatorias de oferta públi-

ca de empleo para el 2001 aparecen en los corres-

pondientes baremos 2 puntos para el inglés, el

francés o el alemán y 2,2 puntos para el euskera,

pero en este caso sólo para puestos de trabajo de

la Zona Vascófona.

5 Para conocer un buen compedio de las ra-

zones contra el Decreto Foral 372/2000 ver IÑAKI

AGIRREAZKUENAGA ZIGORRAGA Nafarroako

Administrazio Publikoetan Euskararen Erabilera

Arautzen duen abenduaren 11ko 372/2000 Foru

Dekretuaren legaltasunari buruzko Irizpidena, en

ELERIA 8, 65-91.

6 Para una detallada crónica de este expe-

diente ver mi artículo La política lingüística de Pe-

jenaute: una chapuza y algo más (GARA 11-11-

2001).

hermes nº:9 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

22

Page 24: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

7 Esta interpretación había sido previamen-

te rechazada por el letrado de la propia DGUPL

quien, en un informe de 8 de marzo, concluía que

todas las funciones correspondientes al Servicio

…deben ser interpretadas y vinculadas a la aplica-

ción de la Ley Foral del Vascuence y de los objeti-

vos definidos por la misma en relación a esta len-

gua, sin que pueda interpretarse que la "política

lingüística" a abordar desde el referido Servicio

pueda referirse al campo de las lenguas, en gene-

ral, o al de algunas de ellas (lenguas europeas,…)

en particular.

8 Ver PEDRO PEGENAUTE GARDE Política

lingüística y educativa en Navarra in Actas da VIII

Conferencia Internacional de Linguas Minoritarias,

pp 277-283, Xunta de Galicia 2002.

9 PEDRO PEGENAUTE GARDE, loc. cit.

p.283

10 DIARIO DE NOTICIAS 14-1-2001

11 Entrevista en DIARIO DE NAVARRA (5-5-

2002)

12 JAIME IGNACIO DEL BURGO, El ocaso

de los falsarios, 2000, pág. 84.

13 FCO. JAVIER OCTAVIO DE TOLEDO, La

lengua compañera del imeorio y Euzkadi, DDN 9-

3-99.

14 DEL BURGO, op. cit., pág 109.

15 DEL BURGO, op. cit, pág 92.

16 DEL BURGO, DDN 30-6-00.

17 Ver mi artículo Señas (sueños) de identi-

dad GARA 5-9-2002

18 Posteriores sentencias del propio TSJN

declararon nulos también el resto de Decretos Fo-

rales que desarrollaban el DF 372/2000 por los

mismos defectos de forma.

19 Tal es así que una sentencia reciente (no-

viembre 2002) obliga al gobierno español a reha-

cer una convocatoria de puesto de trabajo en San-

testeban por no valorar el conocimiento del

euskera.

20 Recurso que aún no ha sido resuelto.

21 El Consejo Asesor del Euskera vigente no

podía conseguir el quorum necesario desde que en

enero de 1999, 12 de sus 20 miembros habían pre-

sentado su dimisión al entender que el citado Con-

sejo había perdido sus funciones ya que el Gobier-

no foral no sólo no tiene en cuenta sus propuestas

y solicitudes sino que las elude y, además, actúa

en sentido contrario (Ver DIARIO DE NOTICIAS

14-1-2001).

22 Pueba de ello es que hasta la fecha (17-

2-03) no se ha vuelto a reunir.

23 A pesar de todo, el Gobierno de Navarra

aprobó el nuevo Decreto Foral el 10 de febrero de

2003.

24 Para un análisis de los discursos sobre la

normalización del euskera en Navarra: X. ERIZE, El

discurso contrario a la "normalización" de la lengua

vasca en Navarra (1997-2002), in RIEV, 15 AÑOS

DE LA LEY FORAL DEL VACUENCE EN NAVARRA,

MARZO 2003.

25 Anteriormente ya he expuesto algunas de

sus oponiones que aparecen sistematizadas en su

libro EL OCASO DE LOS FALSARIOS.

26 El 15-10-02 el Gobierno de Navarra emi-

tió una nota de prensa en la que reprochaba a la

fundación Euskara Kultur Elkargoa entorpecer su

política lingüística mediante la contínua interposi-

ción de recursos ante los tribunales.

27 Algunos de cuyos dirigentes (como Víctor

Manuel Arbeloa o Lola Eguren) ya han abandona-

do el PSN.

28 Uno de los análisis más exhaustivos lo

ofrece JOAN MARI TORREALDAI, Hizkuntz politi-

karen auzia, in JAKIN 123/124, martxoa-ekaina

2001, pp. 11-164.

29 Elaborados a partir de sus artículos publi-

cados en DDN POR UN HERMOSO DEBATE (11-

11-02), A CADA CUAL, SEGÚN SU LENGUA, (23-

11-02), SIN MORDERSE LA LENGUA (26-11-02) y

LA GRAN EVASIÓN (15-12-02), en el marco de una

polémica con el autor de este artículo.

30 De hecho una declaración oficial del Par-

lamento de Navarra estableció que, Primero: El

castellano y el euskera serán las lenguas oficiales

de Navarra. Segundo. Dicho principio se incorpo-

rará a las Bases de Reintegración Foral y Amejora-

miento del Régimen Foral de Navarra, así como la

competencia plena del Parlamento Foral para su

regulación por medio de una Ley (Boletín Parla-

mento de Navarra nº 34, 18-10-1980). Como es sa-

bido, la LORAFNA recogió sólo la oficialidad del

euskera para la Zona Vascófona.

31 Fundamento Jurídico 2.

32 La franja litoral norte y centro, más el nor-

te interior son catalanoparlantes; la franja litoral sur

y el centro y el sur interior, castellanoparlantes.

hermes nº:10 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza

23

Page 25: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

0. EL NAVARRISMO, UN OBJETO

COMPLEJO DE ESTUDIO

Gracias a algunas aportacio-

nes publicadas en los últi-

mos años ha mejorado

nuestro conocimiento en relación con el

navarrismo, sobre todo en relación con

su historia con anterioridad a 1936 y con

su evolución política en las últimas déca-

das1. Con todo, creo que no es desmesu-

rado afirmar que el grado de éxito del na-

varrismo como práctica política, en espe-

cial el de su versión upenista actual, la

que corremos el riesgo de percibir como

el único navarrismo existente, convive

con una excesiva poca atención mostrada

por historiadores y sociólogos

de cara a desentrañar las cla-

ves de aquél. Sobre todo, si te-

nemos en cuenta que, a poco

que ahondemos, el navarrismo

es un fenómeno polifacético y

complejo. En los apartados

que siguen haremos un repaso

de las características del nava-

rrismo como proyecto político

e ideología identitaria, así co-

mo de los diversos navarris-

mos que pueden constatarse a

lo largo del siglo XX. Conside-

ramos necesario retroceder

hasta el primer tercio del siglo

XX a causa de poderse así va-

lorar mejor las continuidades y

rupturas acaecidas en el tema

que nos ocupa.

1. EL NAVARRISMO: PROYECTO

POLÍTICO E IDEOLOGÍA IDENTITARIA

Como es sabido, las ideologías

identitarias suelen referirse a comunida-

des imaginadas, a menudo consideradas

inherentemente soberanas y por lo gene-

ral definidas territorialmente, integradas

por un colectivo de individuos que se

sienten vinculados entre sí en función de

factores muy variables (voluntad, territo-

rialidad, historia común, etnicidad, etc.

que definen una conciencia social y pre-

política de la diferencia) con la finalidad

de ser el basamento de propuestas de di-

mensiones políticas referidas a aquéllas,

interpretadas como sujeto de derechos

políticos colectivos.

La propuesta de dimensión política

del navarrismo es la de interpretar Nava-

rra como un proyecto político diferencia-

do de otras regiones limítrofes, firmemen-

te engarzado en España y fundamentado

en la foralidad, entendida ésta entre 1900

y 1983 según el marco de la Ley de Mo-

dificación de Fueros de 1841 y entre 1983

y la actualidad según el marco del Ame-

joramiento del Fuero. En su esencia, el

navarrismo sería un regionalismo reactivo

por cuanto participa del proyecto del Es-

tado español y por cuanto el núcleo de

sus proyectos se asienta en el rechazo a

la unión vasconavarra, es decir, a la arti-

culación de un espacio político-institucio-

nal junto con los demás territorios históri-

cos considerados vascos por el naciona-

lismo vasco.

Identidad e ideología en Navarra. Losnavarrismos en el siglo XX.

24

FERNANDO MIKELARE-NA (Bera, 1962), profesortitular de la Universidad deZaragoza y doctor en His-toria, es autor de numero-sas publicaciones sobre te-mas relacionados con lahistoria de la población, lahistoria agraria, la historiasocial y la antropología his-tórica de la Navarra de lossiglos XVIII, XIX y XX. Escoautor del libro Historiadel navarrismo (1841-1936). Sus relaciones con elvasquismo (Pamplona,2002).

Page 26: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Además de propugnar un proyecto

político, el navarrismo también se articula

como ideología identitaria en la medida en

que conlleva un mensaje de identidad co-

lectiva y de diferencialidad de los nava-

rros. El navarrismo basa la identidad co-

lectiva y la diferencialidad de los navarros

principalmente en dos elementos: en la

historia, pero, sobre todo, en la medida en

que constituye el eje de su propuesta po-

lítica, en la foralidad. El pasado de Nava-

rra es recreado míticamente, al igual que

sucede con las demás ideologías identita-

rias, tratando de transmitir un continuum

de territorialidad a lo largo del tiempo y

reinterpretando la conquista de Navarra a

la monarquía hispánica en 1512 y la pos-

terior relación con ella hasta 1841 en tér-

minos de pacto entre iguales. Por lo que

respecta a la foralidad surgida tras 1841

hasta 1983, actuante como sostén del na-

varrismo en su propuesta de relación con

el Estado, podría decirse que el navarris-

mo anima a los navarros a sentirse diferen-

tes en relación con otras comunidades au-

tónomas del Estado español, e incluso en

cierta medida respecto del propio Estado,

en virtud de la pervivencia en Navarra de

las instituciones forales. La foralidad con-

forma a tal ideología identitaria con un ca-

rácter “sui generis” en virtud de la natura-

leza ciertamente abstracta de aquélla, na-

turaleza fácilmente comprobable en el

hecho empírico de que la mayoría de los

navarros, reconociendo que son los fueros

nuestro elemento distintivo y de configu-

ración comunitaria, tengan grandes dificul-

tades para definirlos con una precisión mí-

nima. Hay que llamar la atención sobre la

circunstancia de que el discurso identitario

navarrista sería un caso excepcional den-

tro del conjunto de los discursos identita-

rios referidos a comunidades no estatales

porque no abundan los ejemplos en que

un elemento abstracto como la foralidad

sea el núcleo del mensaje. Por lo común,

tales elementos nucleares suelen ser de

naturaleza lingüística o cultural o religiosa.

La fundamentación de la diferencia-

lidad navarra en la foralidad es, a nuestro

juicio, el elemento clave de cara a enten-

der el éxito teórico y práctico del navarris-

mo por varias razones: a) la foralidad es

un elemento diferencial muy cómodo de

asumir y de llevar por parte de los ciuda-

danos navarros por cuanto llega de forma

automática y no compromete en ningún

sentido ni a ningún esfuerzo; b) hay que

remarcar su transversalidad geográfica: la

foralidad es válida para toda Navarra, con-

figurando a Navarra como una realidad

única que trasciende las diversidades in-

ternas; c) es preciso remarcar la capacidad

del navarrismo para explotar la indetermi-

nación competencial de la ley de 1841

que favoreció a Navarra a la hora de asu-

mir competencias ya desde el siglo XIX2 y

que dio lugar a una administración cerca-

na al ciudadano y competente

en muchas cuestiones; d) la uti-

lización del “argumento carlista”

en el siglo XIX (es decir, la ex-

plotación de que exigencias fis-

cales e intromisiones en el ám-

bito competencial por parte del

Gobierno central podían con-

ducir a levantamientos carlistas

que enarbolaran la bandera de

los fueros) y el trato de favor

que Navarra ha recibido desde

Madrid en el siglo XX para se-

guir manteniéndose como di-

que frente al nacionalismo vas-

co han servido al navarrismo para conse-

guir un mayor bienestar de la ciudadanía;

e) la ratificación del éxito téorico del na-

varrismo vino de la mano de la incorpora-

ción de la foralidad a la Constitución de

1978.

En la práctica, el éxito del navarris-

mo, fundamentado en tales argumentos

identitarios, es incontestable. El naciona-

lismo vasco en Navarra en la Segunda Re-

pública no sobrepasó el 9 por ciento. En

las elecciones posteriores a 1982, las op-

ciones navarristas3 han obtenido el apoyo

de más de tres de cada cuatro votantes en

la mayoría de las convocatorias, llegando

a conseguir en algunas de ellas más del

80 por ciento de los votos. El porcentaje

25

hermes nº:2 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

Page 27: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

de votos de las formaciones navarristas

en las elecciones ha ido progresivamente

en aumento a lo largo del periodo, bene-

ficiándose en especial el navarrismo de

derechas.

Por otra parte, la marginación de los

elementos idiomáticos y culturales del

mensaje identitario navarro tiene varias

lecturas.

Por un lado, parte de la refutación

de las tesis del nacionalismo vasco más

ortodoxo, es decir, del mensaje identitario

rival, de que Navarra sea, desde el punto

de vista cultural, exclusivamente vasca, de

manera que, para los navarristas, lo vasco

es uno de los componentes de lo navarro

en cuanto que sólo unas zonas del territo-

rio navarro serían o habrían sido vascas.

Con todo, no hay que olvi-

dar que el navarrismo, al su-

brayar la pluralidad cultural

del territorio navarro, lo ha-

ce más en sentido negativo

que positivo, en cuanto que

no ha impulsado un reco-

nocimiento activo y dinámi-

co de los componentes vas-

cos de partes de Navarra.

Una segunda lectura apunta a que,

precisamente, la marginación de los ele-

mentos culturales vascos tiene que ver

con la desconfianza del navarrismo acerca

del “fomento del euskera y de las ikasto-

las como factores de extensión de las

ideas nacionalistas, y se siente obligado a

defender el castellano como lengua nacio-

nal española”, lo que “ha llevado a algu-

nos de los navarristas más intransigentes a

predicar el rechazo del euskera batua, la

lengua unificada por Euskaltzaindia, y a

propugnar el cultivo de los «dialectos vas-

cos propios de Navarra»”4.

En tercer lugar, la no consideración

de la diferencialidad navarra sobre ele-

mentos idiomáticos o culturales es otro

elemento de salvaguarda de la extensibili-

dad del navarrismo entre la ciudadanía

navarra. Apostar por el euskara como ele-

mento de base de la diferencialidad nava-

rra supondría para el navarrismo una pér-

dida de apoyos en aquellas zonas que

contemplan a la lengua vasca como algo

ajeno5, toda vez que, además, durante el

siglo XX el número de vascohablantes ha

sido pequeño6, estando concentrado en

áreas rurales hasta 19707. Además, hasta

las últimas décadas del siglo XX los vasco-

parlantes navarros no constituían una co-

munidad lingüística articulada en el senti-

do pleno, en el sentido de exigir la satis-

facción de sus derechos lingüísticos y de

autorreconocerse como comunidad políti-

ca al identificarse con unas formaciones

políticas determinadas de signo naciona-

lista. Asimismo, no hay que olvidar que,

para ser reivindicado de forma plena co-

mo elemento identitario, el euskara se en-

frentaba con el inconvenien-

te de su no estandarización y

de su fragmentación dialectal

hasta fechas bien tardías. En

este sentido, el navarrismo

ha hecho y hace gala de

pragmatismo al indicar que

el euskara en Navarra es una

seña de identidad de segun-

do orden, siendo lengua pro-

pia en exclusiva de las zonas

vascófonas de la Montaña, prescindiendo

de que en el pasado era lengua mayorita-

ria en otras zonas de Navarra y de que in-

cluso en la actualidad los datos de matrí-

culas escolares y las encuestas dicen que

muchos ciudadanos de las zonas mixta y

no vascófona están a favor de su fomen-

to.

De cualquier forma, como veremos

en el apartado siguiente la problemática

derivada de la introducción de los ele-

mentos idiomáticos y culturales en los

mensajes navarristas, la principal cuestión

irresuelta del navarrismo, da pie a hablar

de diferentes tendencias dentro de él en

su evolución histórica, tanto durante el

periodo 1900-1936 como con posteriori-

dad a 1977. Por otra parte, no hay que ol-

vidar que la asunción de esos elementos

hermes nº:3 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

26

Page 28: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

ha tenido a lo largo del tiempo una signi-

ficación completamente diferente. Hasta

hace cuarenta años la reivindicación del

euskara solía ser puramente retórica de

labios de personas, por lo general no vas-

coparlantes, y convivía con el hecho de

que la lengua vasca, al no estar estandari-

zada y no tener una comunidad lingüísti-

ca detrás que exigiera sus derechos idio-

máticos, no planteaba ninguna fricción en

el campo político porque no se planteaba

su empleo en la enseñanza o en la admi-

nistración. Es a partir de que se produzca

esa estandarización y de que creciente-

mente los vascoparlantes y los no vasco-

parlantes adviertan de su posible uso nor-

malizado en todas las instancias, confor-

mándose los primeros en comunidad que,

además, participa en grado elevado de los

postulados nacionalistas, que el euskara

pierde su categoría de objeto relativamen-

te consensuado y se convierte en elemen-

to de discusión, habiendo quienes desde

sectores del navarrismo traten de obstacu-

lizar su desarrollo. De hecho, personali-

dades, por lo general no euskaldunes, ca-

racterizadas por su navarrismo y su recha-

zo a la unión vasconavarra se han

caracterizado, en especial con anteriori-

dad a la guerra civil, por una profunda

vascofilia, si bien, por lo general, de índo-

le retórica. Con posterioridad a 1977, los

políticos navarristas, en especial los de

derecha, han sido ajenos, salvo contadas

excepciones, a aquel vasquismo cultural.

Por su parte, también el mundo de la cul-

tura vasca ha permanecido fuera de las te-

sis navarristas. Llegados a este punto, qui-

zás sería oportuno en este punto reflexio-

nar a modo de interrogante si el creciente

abandono del vasquismo cultural por par-

te de los navarristas no ha surgido sólo de

su pragmatismo político o de su visión de

que puede ser un instrumento de mani-

pulación por parte de los nacionalistas.

Tal y como ha comentado algún político

navarrista8, otro elemento actuante ha si-

do la patrimonialización del vasquismo

por parte del nacionalismo, en especial

del radical, que es, recordémoslo, el ma-

yoritario en Navarra.

2. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA

DEL NAVARRISMO

A pesar de que hoy en día existe

una tendencia, entre la opinión pública e

incluso entre los expertos9, a identificar el

navarrismo con la teoría y la práctica po-

lítica de UPN, consideramos que ese enfo-

que no es acertado. Históricamente y en

la actualidad, el navarrismo, entendido

como la ideología que propugna a Nava-

rra como un proyecto político diferencia-

do de otras regiones limítrofes, firmemen-

te engarzado en España según el marco

de la foralidad y que, por tanto, rechaza la

conformación de Esuskal Herria como su-

jeto político soberano, ha convivido con

ideologías conservadoras e ideologías

progresistas en lo social. Tal y como que-

dó apuntado en el apartado anterior, la

aceptación en

cierta medida

de los com-

ponentes cul-

turales vascos

ha originado

diversas ten-

dencias o di-

versos tipos

de navarris-

mos. Como

veremos, en la República esos matices se

daban en el interior de la mayoría de los

partidos de casi todo el espectro político

no nacionalista. En las últimas décadas, se

constatan en el PSN, en Izquierda Unida y

en el CDN, pero son prácticamente inexis-

tentes en UPN. Hemos considerado tam-

bién navarristas al PSN, IU (a partir de

1990) y CDN, por creer que sus progra-

mas políticos coinciden a grandes rasgos

con aquella definición del concepto de

navarrismo.

2.1. El navarrismo entre 1900 y

193610

Entre 1900 y 1923 coexistieron di-

versas formulaciones de navarrismo. El

navarrismo fue, en principio, patrimonio

ideológico exclusivo de los liberales de

“El Navarro” y de “El Liberal Navarro” de

hermes nº:4 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

27

Page 29: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

los años ochenta y noventa

del siglo XIX. Ese navarris-

mo entroncó con las postu-

ras de “El Demócrata Nava-

rro”, órgano de los liberales

demócratas entre 1904 y 1913, si bien en

este caso añadiéndose un feroz antinacio-

nalismo. Otros liberales, en cambio, como

los de “El Pueblo Navarro” se caracteriza-

ron durante la segunda década del siglo

XX por un navarrismo no excluyente en la

medida en que asumían el vasquismo cul-

tural y en que estaban abiertos a la cola-

boración con el incipiente nacionalismo

vasco. Asimismo, los republicanos y los

socialistas se significaron, por lo general,

por unos enfoques opuestos a los del na-

cionalismo vasco.

Por su parte, el navarrismo de dere-

chas surge en la coyuntura autonomista

de 1917-1918. Hasta entonces, tradiciona-

listas e integristas habían hecho gala del

vasquismo cultural y del fuerismo reinte-

gracionista como argumentos en contra

del liberalismo, acompañados en ocasio-

nes de mensajes de simpatía por el nacio-

nalismo vasco. Los conservadores del

Diario de Navarra también participaron

de aquellas posturas culturalmente pro-

vasquistas.

Desde principios de los años diez,

coincidiendo con la primera expansión

del PNV por tierras navarras, de dimensio-

nes ciertamente modestas, todo hay que

decirlo, entre la prensa carlista coexistie-

ron los virulentos ataques al nacionalismo

vasco, la profesión expresa de españolis-

mo y foralismo y la reivindicación del vas-

quismo cultural.

El proceso autonomista del 1917-

1918 desembocará en la asunción explíci-

ta y rotunda de las posiciones cuarentaiu-

nistas por parte de las derechas navarras,

en especial de los conservadores y del

sector praderista del tradicio-

nalismo, así como en un

progresivo alejamiento de

esos sectores de las manifes-

taciones vasquistas. La inter-

vención de Pradera en la

Asamblea de Pamplona de

1918 y los comentarios de

Raimundo García “Garcila-

so”, director del Diario de Navarra, a lo

largo de los años 1917 a 1923 en contra

del nacionalismo vasco y el socialismo y

en defensa del orden social y de la espa-

ñolidad de Navarra y en los que las ala-

banzas a Euskal Herria y al euskara se ha-

cen cada vez más excepcionales y tibias,

son los ejes de la conformación final de

ese navarrismo conservador.

La pervivencia entre 1918 y 1931 del

poso vasquista en las filas carlistas tomará

cuerpo en la línea política mayoritaria del

jaimismo, de los “jaimistas nacionalizan-

tes” en expresión de Pradera, que se man-

tuvo en posturas reintegracionistas y favo-

rables a una interpretación radical de la

doctrina social de la iglesia y que en 1921

pactará con los nacionalistas la Alianza

Foral.

Una de las características más llama-

tivas de las formaciones políticas navarras

de la Segunda República es la de que en

la mayoría de los partidos no nacionalis-

tas existían diferentes sensibilidades en re-

lación con la cuestión de la configuración

de un espacio institucional común con las

Provincias Vascongadas. A pesar de que

algunas actitudes podían estar motivadas

por razones estratégicas, este aspecto hay

que remarcarlo en la medida en que tras

1980 en los principales partidos no nacio-

nalistas, PP, UPN y PSN, no se detectarán

disensiones de alcance en relación con la

consideración de Navarra como proyecto

político diferenciado.

Entre los tradicionalistas, por ejem-

plo, durante la coyuntura autonomista de

1931-1932 existían importantes diferen-

cias de pareceres entre sus líderes. Marce-

lino Oreja y Joaquín Beúnza

estaban a favor del Estatuto.

Otros, con apoyos entre los

integristas y, en general, los

hermes nº:5 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

28

Page 30: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

más próximos a Víctor Pradera, en contra.

Por su parte, el conde de Rodezno y José

Luis Oriol, mostraron sus reticencias, pe-

ro no llegaron a manifestar abiertamente

su oposición. Así se explica que la Junta

Vasco-Navarra de ese partido llegara a

conceder, tras una reunión celebrada en

Vitoria en mayo de 1932, libertad de voto

a sus afiliados con cargos en ayuntamien-

tos.

El sector de la derecha no naciona-

lista que aglutinaba a los católicos inde-

pendientes no carlistas (que daría lugar en

1933 a Unión Navarra) también mantuvo

posturas ambivalentes. Sus dos figuras

más destacadas, Rafael Aizpún Santafé,

coautor del proyecto de las gestoras, y Mi-

guel Gortari Errea, se manifestaron favora-

bles al Estatuto Vasco, aún cuando remar-

caron sus reservas. Con todo, posterior-

mente, tanto Rafael Aizpún como Unión

Navarra, el partido que lideró, se situaron

enteramente en la línea del navarrismo

político, expresado en la de-

fensa del marco instaurado

por la Ley de 1841.

Por otra parte, en

cuanto a la prensa de la de-

recha, El Pensamiento Nava-

rro evolucionó de forma similar a como lo

hicieron los carlistas, haciéndose eco de la

sintonía estatutaria o antiestaturia del par-

tido, según el momento o el influjo de sus

dirigentes. Diario de Navarra, por el con-

trario, siempre se significó por situarse en

contra del Estatuto común ya desde la pri-

mavera de 1931. Los artículos de opinión

del canónigo Hilario Yaben y los editoria-

les de Raimundo García (“Garcilaso”) y de

Eladio Esparza entroncaron con la veta

navarrista foral del segundo de ellos (y de

Víctor Pradera) surgida en la coyuntura

autonomista de 1917-1918. Sus argumen-

tos iban dirigidos una y otra vez en con-

tra de la conformación de un marco insti-

tucional común entre Navarra y las Vas-

congadas y posteriormente a poner

obstáculos a la posibilidad de concreción

de un Estatuto Navarro uniprovincial.

Con todo, también hay que tener

presente que, en términos generales, el

vasquismo de algunos sectores de la dere-

cha no nacionalista de los años 1931 y

1932 disminuyó en los años siguientes, a

la vez que fue creciendo el discurso fora-

lista españolista tanto en elaboración (ahí

están los ejemplos de las obras de Eladio

Esparza y Solana12) como en simbología13,

capacidad de asimilación y socialización14

y audiencia en la práctica.

Las formaciones políticas republica-

nas también se caracterizaron por la diver-

sidad de puntos de vista acerca de la ma-

teria autonómica. Entre las filas del Parti-

do Republicano Radical Socialista

convivían sectores contrarios al estatuto

vasco, como los representados por Luis

Soriano en Tudela, por Azarola, alcalde de

Santesteban, o por la mayoría de la Agru-

pación de Pamplona del partido, con

otros proautonomistas como los encabe-

zados por diversos concejales pamplone-

ses que terminaron por

abandonar la militancia a

causa de discrepar de la lí-

nea mayoritaria. En cambio,

Acción Republicana fue una

formación política republica-

na en la que sus líderes (Ma-

riano Ansó, David Jaime) hicieron múlti-

ples gestiones a favor del estatuto común.

Entre los republicanos estatutistas sobre-

salió Rufino García Larrache por sus des-

velos por vencer las reticencias de las iz-

quierdas de la Ribera, materializadas en el

articulado del Estatuto de 1932 que reco-

gía las peculiaridades de todo tipo de esa

zona, así como reivindicaciones agraristas

de signo progresista. También algunos

sectores y líderes del PSOE navarro se

mostraron favorables al estatuto común,

discrepando de la opinión mayoritaria,

entre ellos Constantino Salinas o Salvador

Goñi. De hecho, es sintomático que el 12

de mayo de 1932, la agrupación de Pam-

plona rechazara el Estatuto con sólo dos

votos en contra. Con todo, hay que seña-

lar asimismo que, al igual que sucedió en

la derecha, en la izquierda también hubo

hermes nº:6 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

29

Page 31: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

una evolución en lo que

se refiere al estatuto común

ya que en 1936, tras perder

republicanos y socialistas el

poder provincial, impulsaron

la incorporación de Navarra al

estatuto vasconavarro con el fin,

según su argumentación, de de-

bilitar el dominio de la derecha.

Precisamente, el hecho de que no

progresara la opción del estatuto unipro-

vincial sirve como indicador de la medida

auténtica del navarrismo de derechas du-

rante la Segunda República. En relación

con esto, hay que hablar de las caracterís-

ticas del Estatuto Navarro diseñado por las

Gestoras Provinciales. El Estatuto Navarro

era idéntico al vasconavarro, pero obvia-

mente limitado a Navarra, residiendo con-

secuentemente el poder legislativo en las

Cortes navarras y el ejecutivo en la Dipu-

tación. Respecto al euskara, tenía el mis-

mo tratamiento que en el vasconavarro. Y

lo mismo sucedía con el cupo de 1927.

Por último, se reconocía la posibilidad de

unión de Navarra al Estado Vasco-Nava-

rro. Con tales características, el navarrismo

de derechas tenía la oportunidad que, por

diversas razones no aprovechó, de confi-

gurar un nuevo marco de autogobierno

en positivo para Navarra, que iba más allá

del marco competencial dispuesto por la

Ley Paccionada de 1841 y que, además, le

permitiría controlar los resortes del poder

provincial, dado que contaba con el apo-

yo del 70 por ciento del electorado.

2.2. El navarrismo entre 1977 y

2003

Las notas características del nava-

rrismo durante los últimos años setenta y

primeros años ochenta son muy diferen-

tes a las de la Segunda República debido

a que el contexto es muy distinto y distin-

tas también las actuaciones a resolver.

En primer lugar, en virtud del giro

navarrista del PSN en 1979, que huye del

vasquismo político de los años anteriores

en el que se había sumergido por varias

razones durante el franquis-

mo, los socialistas y la de-

recha navarrista acometen

el desarrollo de una co-

munidad autónoma di-

ferenciada en el marco

de la adecuación de la fora-

lidad a la organización autonómica

surgida de la Constitución de 1978, no de-

batiéndose por lo tanto Estatuto común

alguno con las Provincias Vascongadas.

Como es obvio, el desarrollo de una co-

munidad autónoma ha obligado a esas

fuerzas navarristas a enfrentarse con la

pluralidad sociocultural navarra y a impul-

sar políticas acorde con la misma.

En segundo lugar, ni en el PSN ni

en la derecha navarrista han habido des-

de 1979 sectores partidarios significativos

de un estatuto común o de una integra-

ción de Navarra en una Comunidad única

junto con los territorios que actualmente

componen la Comunidad Autónoma Vas-

ca, posibilidad ésta legalmente abierta por

la Disposición Transitoria Cuarta de la

Constitución. Esto hace que el debate so-

bre la asunción de los elementos cultura-

les e idiomáticos vascos en el seno de

esas fuerzas políticas, así como entre ellas

y con los nacionalistas, deba realizarse en

la práctica política cotidiana relativa a as-

pectos educativos y de política lingüística

de la propia comunidad foral navarra y

no, en cambio, desde enfoques ligados a

la construcción o no de entidades políti-

cas vasconavarras. Ese debate relacionado

con la aceptación por parte de la adminis-

tración de aspectos ligados al desarrollo

de la lengua vasca ha dado lugar a posi-

ciones navarristas más o menos excluyen-

tes o más o menos integradoras, según el

momento, como líneas políticas matrices

de la derecha navarrista y del PSN.

En tercer lugar, la actividad política

del navarrismo se ha desarrollado en un

contexto marcado por la actividad terro-

rista de ETA y el hecho de que el sector

mayoritario del nacionalismo en Navarra

sea el radical, lo que, a su vez, a nuestro

hermes nº:7 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

30

Page 32: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

juicio han creado condicionantes de peso

para la expansión del nacionalismo y pa-

ra su confrontación con aquél.

Por otra parte, la ideología navarris-

ta registró una actualización a finales de

los años setenta en consonancia con la

configuración autonómica del Estado.

2.3.1. El navarrismo de dere-

chas de UPN-PP.

En el navarrismo de derechas, con-

cretado en la acción de diversos partidos,

de los que los más destacados han sido la

UCD hasta 1982 y UPN y PP, fusionados

en la práctica éstos últimos desde 1991,

las aportaciones principales fueron las de

Jaime Ignacio Del Burgo quien desde los

años sesenta confeccionará “un programa

de reforma del régimen foral dentro de las

coordenadas del fuerismo cuarentaiu-

nista” que “en lo sustancial re-

coge las ideas de Pradera

y Esparza, aunque las ali-

gera de integrismo religioso

y de tradicionalismo corpo-

rativo” que ya no son adecua-

das para una sociedad que es-

tá transitando a gran velocidad

hacia la modernidad15. Del Burgo

será quien diseñará el engarce del

navarrismo foral con la organiza-

ción del Estado autonómico mediante la

vía del “Amejoramiento del Fuero”. El

programa de este nuevo navarrismo de

derechas se explicitó en 1980, refiriéndo-

se al proyecto político diferenciado nava-

rro, basado en la foralidad pactada duran-

te la Edad Moderna y Contemporánea con

el Estado y en la readecuación de la mis-

ma al marco autonómico conformado en

la Constitución de 197816. En la esfera de

lo cultural el navarrismo reivindica la exis-

tencia “de una unidad histórica y espiri-

tual de España que se sobrepone a cual-

quier intento de separación”17.

Otros autores importantes en la rea-

decuación del navarrismo de derechas a

los nuevos tiempos, en el plano teórico y

práctico, en la arena política y en el de-

bate en los medios, son Jesús Aizpun,

fundador de UPN al mostrarse en desa-

cuerdo con UCD por la Disposición Tran-

sitoria Cuarta, y José Javier Uranga, direc-

tor del Diario de Navarra desde 1962, el

periódico, con diferencia, de mayor tira-

da y lectura.

Quizás la nota más distintiva del na-

varrismo de derechas posterior a 1977 ha

sido su profundo antinacionalismo vasco

que ha llevado consigo en el plano políti-

co la imposibilidad de alianzas entre las

formaciones políticas situadas en esas

coordenadas y el nacionalismo moderado.

De hecho, el único intento de comunica-

ción política entre esas fuerzas fue el apo-

yo pactado entre la dirección del PNV y

AP al candidato de este partido

al Gobierno de Navarra en 1984

y se saldó con la práctica desa-

parición del primer partido en

suelo navarro. Eso supone

una total ruptura con la po-

lítica de alianzas manteni-

da entre el nacionalismo

vasco y el bloque de de-

rechas en el primer bie-

nio republicano y, a la

vez, incita a que nos interrogue-

mos sobre las razones de fondo por las

que la derecha españolista vasconavarra

nunca ha desarrollado la posibilidad de

contemplar un escenario que reuniera las

cuatro provincias y en el que, tanto en la

República como en los decenios finales

del siglo XX, tendría un protagonismo

acentuado.

Por su parte, el antinacionalismo

político del navarrismo de derechas ha

dado lugar durante las décadas finales del

siglo XX a un desapego con respecto al

euskara que rompe con los moldes de la

preguerra, de forma que han desapareci-

do los navarristas que, como Eladio Es-

parza, Víctor Pradera o el Conde de Ro-

dezno, antes de la guerra civil, incluso en

los años siguientes, proclamaban la perte-

nencia de Navarra a una comunidad cul-

tural vasca18.

hermes nº:8 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

31

Page 33: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Si en los primeros años noventa,

con la presencia de Juan Cruz Alli, el go-

bierno de UPN aceptó el proceso de nor-

malización de la lengua vasca según los

parámetros de la Ley del Euskara de 1986,

ley que no fue apoyada por el navarrismo

de derechas en su momento, en la segun-

da mitad de la década y en los años ini-

ciales del siglo XXI, el gobierno de Miguel

Sanz se ha caracterizado por una ofensiva

desmedida contra los elementos idiomáti-

cos y culturales vascos. Esa es una res-

puesta reactiva al reto nacionalista que

plantea el Pacto de Lizarra-Garazi y al te-

rrorismo de ETA, respuesta espoleada por

el fracaso durante la segunda mitad de los

noventa de la alternativa de CDN, partido

que cosechó un importante éxito en su

primera aparición en 1995 para después

desinflarse progresivamente.19

Las actuaciones en contra de la len-

gua y de la cultura vasca de los gobiernos

de UPN, progresivamente más radicales,

constituyen el último episodio de la evo-

lución ideológica de la derecha navarrista,

evolución hecha a base de impulsos reac-

tivos frente al nacionalismo. No hay que

más que recordar el nacimiento de ese na-

varrismo de derechas en la coyuntura au-

tonomista de 1917-1918, su desarrollo

durante la Segunda República

en paralelo al debate so-

bre el estatuto vascona-

varro y su reformulación

en la Transición con la

campaña en contra de la in-

tegración en Euskadi.

Ahora bien, creo que

puede pensarse que la radicali-

dad de esas actuaciones está in-

centivada por la victoria de UPN

frente a las tesis de Alli. Esa victoria ha de-

mostrado la escasa operatividad de los in-

tentos de formulación de un navarrismo

no excluyente que apueste inequívoca-

mente por la posibilidad de identidades

duales. De cualquier forma, la derrota del

Allismo no se ha escenificado tan sólo en

el transcurso de los años 1995-2003. Des-

de nuestro punto de vista, estaba en ger-

men ya desde el mismo año 1995, podía

advertirse ya en los resultados de las elec-

ciones autonómicas de aquel año analiza-

dos desde un enfoque comarcal. La recep-

ción del navarrismo no excluyente de Alli

sólo se dio en la Montaña, en Pamplona y

en las dos Cuencas Prepirenaicas.20 Pue-

den juzgarse las limitaciones del CDN co-

mo las limitaciones de un mensaje com-

plejo que pretenda abarcar y reivindicar la

pluralidad interna navarra.

2.3.2. El navarrismo de izquier-

das

La configuración del navarrismo de

izquierda21 encarnado por el PSN a partir

de 1979, tras un coqueteo con el vasquis-

mo político en los años setenta, fruto de la

confluencia con los nacionalistas vascos

en la lucha antifranquista, fue resultado de

la labor teórica de Víctor Manuel Arbeloa

y de un enfoque pragmático fundamenta-

do en la realidad del electorado.22

De cualquier forma, creo que es

equivocado interpretar al navarrismo de

izquierda del PSN durante los años 80 co-

mo un navarrismo excluyente. A pesar de

sus posibles limitaciones para al-

gunos sectores, la promulgación

de la Ley del Euskera en 1986,

impulsada por el gobierno so-

cialista de entonces, constitu-

yó un hito histórico en lo re-

lativo a la incorporación

institucionalizada de la

lengua vasca en la ense-

ñanza, en la administra-

ción y en el ámbito de lo sim-

bólico. También como resultado de

aquella ley se pusieron las bases de una

política lingüística que, guste más o me-

nos, ha vehiculizado las relaciones entre

administración y lengua en los diferentes

gobiernos habidos desde entonces, algu-

nos aceptándolo con relativamente mayor

intensidad que otros.

Por otra parte, a la hora de valorar

las actuaciones del PSN en lo tocante al

euskara o a las relaciones con la CAV

hermes nº:9 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

32

Page 34: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

siempre hay que tener en

cuenta la actitud en todo

momento vigilante del nava-

rrismo de derechas, tanto en

la arena política como en la

prensa. Las posturas integradoras del PSN

referidas a aquellas cuestiones en los

ochenta o en la breve experiencia del go-

bierno tripartito en 1995-1996 siempre

han sido atacadas desde la derecha y des-

de el Diario de Navarra, teniendo esos

ataques, al menos en los años noventa,

una considerable capacidad de crear tur-

bulencias y confrontaciones en las filas

socialistas. Un ejemplo de ello fue la vola-

dura controlada del gobierno tripartito y

de la dirección socialista en 1996 con mo-

tivo del “Órgano Permanente de Encuen-

tro”, un organismo éste que, según re-

cuerda Izu23, era planteado en el PSN des-

de principios de los años ochenta, pero

que nunca había sido llevado a la prácti-

ca.

En los años noventa el gobierno tri-

partito conformado por PSN, CDN y EA

pudo haber normalizado la incorporación

de los elementos culturales vascos y haber

dado lugar a un navarrismo no excluyen-

te que integrara, además, en la acción de

gobierno al nacionalismo moderado. El

fracaso traumático de aquella opción dio

lugar a unas estrategias erráticas en el so-

cialismo navarro. Hasta hace un año el

PSN ha esgrimido unas posturas navarris-

tas excluyentes de apoyo total al gobierno

de UPN e incluso de impulso de las me-

didas antieuskéricas de éste. Esa estrategia

ha sido seguida por diversas direcciones

del PSN, incluso por la actual, y se radica-

lizó por el ambiente de confrontación en-

tre el PP y el

nacionalismo

vasco surgido

tras el Pacto

de Estella y

por la violen-

cia ejercida

por ETA y la

lucha calleje-

ra contra po-

líticos no nacionalistas, espe-

cialmente socialistas. Desde

hace un año, como resultado

de la valoración de un hipo-

tético trasvase de votos del

electorado de Herri Batasuna hacia parti-

dos nacionalistas que condenan la violen-

cia de ETA que le permitirían encabezar

un gobierno de coalición, el PSN parece

regresar a posturas de una mayor concilia-

ción, aunque no en exceso, en relación

con la lengua vasca. Sea como sea, no hay

que olvidar que desde los años de Lizarra-

Garazi han sido teóricos procedentes de

las filas socialistas (como Arbeloa, Arteta o

Zabala Urra) los que han mostrado mayor

beligerancia contra el euskara y el nacio-

nalismo en las páginas del Diario de Na-

varra, proporcionando argumentos a las

actuaciones del gobierno de UPN o legiti-

mándolas.

NOTAS1 Ángel García-Sanz Marcotegui, Iñaki Iriar-

te López y Fernando Mikelarena Peña, Historia del

Navarrismo (1841-1936). Sus relaciones con el vas-

quismo. Pamplona, Universidad Pública de Nava-

rra, 2002; Miguel Izu Belloso, Navarra como pro-

blema. Nación y nacionalismo en Navarra, Madrid,

Biblioteca Nueva, 2001.2 María Sagrario Martínez Beloqui, Navarra,

el Estado y la Ley de Modificación de Fueros de

1841, Pamplona, Institución Príncipe de Viana,

1999, pp. 68-71 y 351-353; José Antonio Razquin

Lizarraga, Fundamentos jurídicos del Amejora-

miento del Fuero. Derechos Históricos y Régimen

Foral de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra,

1989, pp. 168-172.3 De acuerdo con nuestra definición de na-

varrismo, hemos considerado como opciones na-

varristas a aquellas formaciones políticas de dere-

cha e izquierda en cuyos programas electorales se

propugna a Navarra como un proyecto político di-

ferenciado de otras regiones limítrofes, firmemen-

te engarzado en España según el marco del Ame-

joramiento del Fuero de 1983 y que, por tanto,

hermes nº:10 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

33

Page 35: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

discrepan de la conformación de un sujeto político

soberano que aglutine a los territorios considera-

dos vascos por el nacionalismo vasco. Así pues,

además de a los partidos de derecha navarrista,

considerados tradicionalmente como el navarrismo

por excelencia, incluyo también como navarristas a

formaciones de izquierda como el PSN. Con arre-

glo a los comentarios de Izu (op. cit., 332-333) so-

bre las posturas políticamente vasquistas del PCE

en los años ochenta y las resoluciones tomadas en

la II y III Asambleas de IU de 1990 y 1992, he con-

siderado como navarrista de izquierdas también a

IU a partir de 1990. Sobre el CDN, a nuestro juicio,

el programa “nacionalista navarro, pero no sobera-

nista” del partido de Alli también sería, al igual que

los del PSN e IU, otra modalidad de navarrismo, di-

ferente en diversos aspectos del de UPN, pero si-

milar en su esencia en lo que se refiere a la articu-

lación de Navarra con el Estado y con el proyecto

nacionalista vasco. En otro apartado del texto vol-

veremos sobre esta cuestión. 4 Miguel Izu, op. cit., p. 302.5 El voto nacionalista se sitúa en porcenta-

jes de 50-60 por ciento en la Navarra vascoparlan-

te, en proporciones de entre el 18 y el 25 por cien-

to en la Navarra que durante la Edad Moderna fue

vascoparlante (Cuencas Prepirenaicas y Zona Me-

dia) y en porcentajes inferiores al 10 por ciento en

la Ribera donde el euskara nunca ha sido lengua

de uso social extendido. 6 El número de vascoparlantes en Navarra

era de unos 90.000 en 1863 (el 30 por ciento de la

población total) y de unos 61.000 en 1936 (el 17

por ciento de la población total). En 1991 los vas-

cohablantes eran unos 51.000 (el 10 por ciento de

la población total). Cfr. Xavier Erize Etxegarai, Vas-

cohablantes y castellanohablantes en la historia del

euskera en Navarra, Pamplona, Gobierno de Nava-

rra, 1999, p. 88.7 Durante la primera mitad del siglo XX la

mayoría de los vascoparlantes se concentraban en

los valles del noroeste. Hoy en día la situación es

distinta. En 1991 mientras el 47 por ciento de los

vascoparlantes navarros habitaba en la Zona Vas-

cófona, en especial en aquellos valles, otro 47 por

ciento reside en la Zona Mixta, sobre todo en Pam-

plona y su Cuenca. El 7 por ciento restante reside

en la Zona No Vascófona. La población vascopar-

lante constituye el 73 por ciento de total de la po-

blación en la Zona Vascófona, el 14,6 en la Zona

Mixta y el 2,8 en la Zona No Vascófona. Cfr. F. Za-

baleta Zabaleta, Mapa Sociolingüístico de Navarra

1991. Dinámica y evolución de la ponlación vascó-

fona, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1997, p.

2918 Por ejemplo, Juan Cruz Alli en las conver-

saciones mantenidas con Iñaki Petxarromán en

Iñaki Petxarromán, Nafarroa: iragana eta geroa, Ta-

falla, Txalaparta, 2000, pp. 154-1559 Por ejemplo, en el libro de Miguel Izu se

circunscribe el navarrismo al navarrismo de dere-

chas, reservándose al PSN y a IU un espacio pro-

pio entre las posiciones críticas frente al naciona-

lismo vasco y al nacionalismo español concretado

en el navarrismo de derechas. Igualmente, se otor-

ga al CDN otro capítulo separado titulado “El na-

cionalismo navarro”.10 Todo este apartado se fundamenta en

Ángel García-Sanz Marcotegui, Iñaki Iriarte López

y Fernando Mikelarena, op. cit., pp. 141-167 y 181-

309.11 Eladio Esparza, Discurso sobre el Fuero

de Navarra, Pamplona, Ediciones Príncipe de Via-

na, 1935; Eladio Esparza, Pequeña historia del Rei-

no de Navarra, Madrid, Ediciones Españolas, 1940.12 Marcial Solana, Tradicionalismo igual a

Navarrismo, Pamplona, 1934, 13 Los componentes españolistas y el carác-

ter reaccionario del navarrismo foral de derechas

fueron acompañados de un mensaje que mezclaba

elementos del viejo tradicionalismo español de Do-

noso Cortés y Menéndez y Pelayo con otros del au-

toritarismo fascista o parafascista europeo de los

años veinte y treinta por el que Navarra y su hom-

bre agrario aparecían como “la nueva Covadonga

que devolverían a España a su destino original” de

país católico (Javier Ugarte Tellería, La nueva Co-

vadonga insurgente, Madrid, Biblioteca Nueva,

1998, p. 231.14 Todos esos mensajes fueron socializados

entre la población navarra durante la coyuntura re-

publicana gracias al caldo de cultivo que suminis-

traba el carlismo, como fuerza intensamente movi-

lizadora y con una densa capacidad de

penetración en el territorio15 Miguel Izu, op. cit., pp. 275-276.16 Jaime Ignacio Del Burgo, La alternativa

foral, Pamplona, 1980.17 Miguel Izu, op. cit., p. 287.18 Miguel Izu, op. cit., 274-275.19 De conseguir el apoyo de unos 55.000

votantes, el 18,5 por ciento del electorado en las

elecciones autonómicas de 1995, el CDN pasó a al-

go menos de 21.000 en las de 1999, el 6,9 por cien-

to del total. En las elecciones generales de 1996

consiguió 17.000 votos, un 5,3 por ciento del total

y en las del 2000 su cuota no llegó al 3 por cien-

to.20 Esa misma debilidad de penetración de

los mensajes que reivindiquen la pluralidad y la

complejidad internas de Navarra se da en el caso

de los medios de comunicación. Diario de Noti-

cias, por ejemplo, vende mucho menos en térmi-

nos relativos en la Ribera que en las demás zonas.21 Precisamente, éste es el concepto que

Juan José Lizarbe pretende difundir como uno de

los ejes centrales de su propuesta electoral en su

libro Mi compromiso con Navarra, Madrid, Funda-

ción Ramón Rubial, 2003.22 Miguel Izu, op. cit., 324-325.23 Miguel Izu, op. cit., pp. 324-325.

hermes nº:11 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena

34

Page 36: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

JAVIER BALDA BERASTEGUI Pamplona-Iruña, 1958Exposiciones individuales: 1998 ARCO. Stand Galería Altxerri.Madrid.Galería Altxerri. San Sebastián.Galería Salvador Díaz.Madrid.Area dos.Sala Rekalde.Bilbao.2001 Galeria Altxerri. San Sebastián.Suite siete toros.Galería Moisés Pérez de Albéniz.Pamplona. Pinturas. Galería Moisés Pérez de Albéniz. Pamplona. Exposiciones colectivas: 2000 Four Artists from the BasqueRegion of Spain. California State University, Chico. FOUR PAINTERS, FOUR VISIONS. Sheppard Gallery, University ofNevada, Reno. Basque Art Exhibit in the U.S. Visual Arts Center, Boise State University. FOUR PAINTERS, FOUR VISIONS.Prichard Art Gallery, University of Idaho, Moscow. 2002 ARCO. Stand Galería Moisés Pérez de Albéniz. Madrid.ABSTRACCIONES. Sala de Armas, Ciudadela de Pamplona. Pamplona. ABSTRACCIONES. Le Carré, Musée Bonnat.Bayonne. III Trienal de Arte Gráfico. La estampa contemporánea. Centro cultural CAJASTUR, Palacio Revillagigedo. Gijón.La Realidad y el Deseo. Homenaje a Luis Cernuda. Galería Opera. Sitges. BASQUE ABSTRACTION. Instituto Cervantes.Chicago.2003 ARCO.Stand Galería Moisés Pérez de Albéniz.Madrid.20 AÑOS Galería Altxerri. San Sebastián.LA CIUDADRECREADA - HIRI BIRSORTUA. Sala conde de rodezno. Pamplona. LA CIUDAD COLLAGE. Ciudadela.Ayuntamiento dePamplona EN CONSTRUCCIÓN. Exponer / Exponerse. Depósito de Aguas,Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.

Page 37: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

DATOS BÁSICOS.INTRODUCCIÓN

Navarra dispone de un amplio terri-

torio, un 50% superior al de la Comunidad

Autónoma del País Vasco (CAPV), muy po-

co poblado, con algo más de la cuarta par-

te de población que la CAPV, y una densi-

dad casi seis veces menor que ésta.

Estos parámetros indican que el te-

rritorio foral es un espacio eminentemente

rural, repartido en 272 municipios y unos

800 núcleos de población.

Sin embargo, Navarra en

lo que se refiere a su actividad

económica se cataloga como

una región industrial, muy vin-

culada a la industria de la auto-

moción.

El primer rasgo definito-

rio de la Comunidad Foral será

un territorio poco poblado, ru-

ral, que tiene un alto compo-

nente de economía industrial.

El origen de esta indus-

trialización se remonta a los

años sesenta con la aprobación

del Programa de Promoción In-

dustrial (PPI), que aprovechó el

régimen foral tributario de Na-

varra para atraer todo tipo de

industrias. Como nombres ilus-

tres promotores del cambio fi-

guran Huarte y Urmeneta. El éxito del Plan

posibilitó una industria inducida, no autóc-

tona. La sociedad en pocos años pasó de

una sociedad rural a una sociedad indus-

trial, sin el tránsito necesario de una bur-

guesía que produjera esta transformación

tan acelerada.

Hoy Navarra presume de una clase

ejecutiva preparada, de primer orden don-

de confluyen culturas de dirección empre-

sarial de varios continentes por la interna-

cionalización de las empresas ubicadas en

la Comunidad.

En conjunto el cambio de modelo

producido en los años sesenta desde la óp-

tica actual, en los inicios del siglo XXI, ca-

si cincuenta años después, puede evaluar-

se como positivo.

Las referencias e indicadores econó-

micos y de bienestar nos sitúan siempre

por encima de la media del Estado Espa-

ñol, en parámetros europeos, con una po-

blación que manifiesta un alto grado de

autosatisfacción y autocomplacencia. Des-

de esta visión se plantea nuestro futuro.

CARACTERÍSTICAS DE LA ECO-

NOMÍA NAVARRA

La estructura productiva de Navarra

nos indica:

Economía navarra.Presente y futuro.

36

PATXI TUÑÓN SANMARTÍN, Licenciado enCiencias Económicas y De-recho por la Universidadde Deusto. Ha desarrolladosu actividad profesional enel campo de la asesoría yconsultoría empresarial, asícomo en el sector público,Presidente de la Cámara deComptos años 1992-1997.Actualmente es socio-di-rector de la empresa TuñónAsociados S.L.

Navarra Comunidad Autónomadel País Vasco

Territorio 10.520 km2

7.100 km2

Población 556.000 habs. 2.100.000 habs.

Densidad 53,5 hab/km2

300 hab/km2

NAVARRA ESPAÑA

VAB Empleo VAB Empleo

Agricultura 3,9 4,7 4,1 7,5

Industria 33,0 32,9 20,5 19,2

Construcción 8,1 10,1 9,5 10,6

Servicios 55,1 52,3 65,8 62,7

TOTAL 100 100 100 100

Fuente: INE, FUNCAS.

Page 38: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

• Un mayor peso del sector indus-

trial, 12,5 puntos por encima de la media

estatal.

• Un menor peso del sector servi-

cios, 10,7 puntos por debajo de la media

estatal.

Sector primario.

El sector primario ha sido el sector

básico y tradicional de la economía nava-

rra. Un sector que actualmente sólo aporta

el 4% del VAB de la Comunidad, pero que

sigue teniendo un carácter estratégico para

el futuro de Navarra. Son varias razones las

que avalan este juicio.

- La agricultura, la ganadería y el sec-

tor forestal siguen siendo una importante

fuente de riqueza en determinadas zonas

de Navarra, principalmente en el Pirineo

navarro y en la Ribera Alta.

- La calidad de los productos de la

huerta, que ha dado paso a una importan-

te industria agroalimentaria.

- La calidad de la ganadería, que ha

potenciado determinadas denominaciones

de origen.

- Los agricultores y ganaderos man-

tienen el rico y variado paisaje, uno de los

elementos más atractivos de la marca "Na-

varra".

- La apuesta por el Canal de Navarra,

una incógnita por despejar, que debe pro-

piciar el regadío de casi 58.000 hectáreas

del campo navarro.

Ganadería de calidad en el Pirineo,

cultivos cerealistas y forrajeros, girasol, col-

za y vid en la zona media, vid y huerta en

la Ribera; productos de calidad con varias

denominaciones de origen de reconocido

prestigio: Idiazábal, Roncal, Espárragos de

Navarra, Pimientos del Piquillo, Vino de

Navarra, Ternera de Navarra, pacharán;

más de 300.000 hectáreas cultivadas, con

40.000 explotaciones de cereales, viñedos,

frutas y hortalizas, una industria agroali-

mentaria relevante; y la apuesta por poner

en regadío 58.000 hectáreas en el conjunto

de Navarra.

En cualquier caso el sector primario

depende de las políticas europeas. En el

año 2000, el 22% de las rentas agrarias na-

varras provinieron de las subvenciones eu-

ropeas, el doble que diez años antes.

El futuro pasa por despejar las incer-

tidumbres de las políticas europeas.

Industria.

La Comunidad Foral es la región más

industrializada del Estado. La actividad in-

dustrial se concentra en pocas ramas: Au-

tomóvil, alimentación, metalurgia y mate-

rial de transporte (construcción de maqui-

naria y equipos mecánicos). Estos cuatro

sectores representan el 60% del total de la

industria navarra.

Predominan las Pymes, pero la intro-

ducción de la inversión extranjera es muy

significativa en las empresas de tamaño

medio y grande. En el año 2002 había 130

empresas con capital multinacional. Estas

empresas han contribuido a la dinamiza-

ción y modernización de la in-

dustria, así como a la capacidad

exportadora de la Comunidad.

De las más de 2.700 empre-

sas industriales censadas por la

Cámara Navarra de Comercio e

Industria, más del 50% tienen me-

nos de 5 trabajadores. Solamente

8 empresas tienen más de 500 tra-

bajadores.

Las empresas con capital

extranjero se concentran en los

sectores de automoción y alimen-

tación y corresponden mayorita-

riamente a capital de Alemania y

Francia. La mitad de los empleos

de la industria navarra depende de las

multinacionales.

Año 2001. 2.739 empresas industriales

Por sectores en Navarra tiene una

planta Aceralia grupo Acelor, primer pro-

ductor mundial de acero.

El sector agroalimentario supone

más del 15% del empleo industrial, un 5%

37

hermes nº:2 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon

Empresas (%) Trabajadores

1-5 54,0% 5,4

6-50 37,8% 28,6

51-100 3,9% 12,0

101-500 4,0% 35,3

+ de 500 0,3% 18,7

Fuente: Elaboración propia a partir del Censo Industrial

de la Cámara de Comercio e Industria de Navarra.

Page 39: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

del empleo navarro, y ocupa a casi 10.000

personas, con una media de 16 trabajado-

res.

La automoción es el sector industrial

más importante, con una tercera parte del

total de la producción industrial.

Espacialmente la industria se con-

centra en los ejes Pamplona-Alsasua; Pam-

plona-Tudela; Ribera del Ebro; y Cinco Vi-

llas y Leizarán.

Responde a unas características de

industria tradicional, con capacidad de in-

novación y modernización, pero Navarra

adolece, tiene un bajo índice de empresas

de alta tecnología, relacionadas con las te-

lecomunicaciones e Investigación y Desa-

rrollo.

Construcción

Este sector se sitúa ligeramente por

debajo de participación en el VAB de Na-

varra que la media del Estado. En cual-

quier caso es un sector con fuerte dinamis-

mo y desarrollo.

La vivienda alcanza uno de los pre-

cios más altos del Estado Español, con un

elevado precio del suelo. Se configura co-

mo un factor especulativo, que necesita la

intervención de las políticas públicas.

Algunos proyectos de inversiones

públicas pueden contribuir al manteni-

miento de las obras públicas: Autovía Lo-

groño, Jaca, Medinaceli; el Canal de Nava-

rra; la construcción del T.A.V.; y el Palacio

de Congresos que se inaugurará en el año

2003.

Servicios

Este sector se caracteriza por su es-

tabilidad y crecimiento sostenido.

El crecimiento de los servicios es

propio de las economías desarrolladas,

propiciado por el peso del sector público,

una mayor externalización de actividades

de las empresas industriales y una crecien-

te demanda de servicios de los ciudada-

nos.

En el año 2001, el 40% del empleo

sectorial depende de los servicios públicos

y sociales. Navarra no ha dado el paso de-

finitivo a una economía de servicios. A pe-

sar de la alta dotación de equipamientos y

servicios que ha promocionado a Navarra

como una Comunidad con un alto grado

de bienestar y calidad de vida, la existen-

cia de dos Universidades con más de

22.000 alumnos, el sector servicios sigue

siendo un tema pendiente. El poco desa-

rrollo del sector turístico y de ocio explica

en parte esta realidad, aunque no del todo.

Desde la poca consideración de este

sector por la Administración y la falta de un

planteamiento estratégico, como corres-

ponde a las sociedades post-industriales,

en Navarra se está dando un crecimiento

de este sector: servicios a empresas, servi-

cios públicos, comercio y hostelería, Inter-

net/nuevas tecnologías, empresas de infor-

mática y telecomunicaciones.

Se señalan algunos parámetros refe-

renciales de la economía navarra.

- Valor añadido bruto por habitante:

25,7% por encima de la media estatal.

- PIB por habitante: 26% por encima

de la media estatal.

- Cuarta comunidad del Estado espa-

ñol en PIB per cápita.

- Tercera comunidad del Estado es-

pañol en renta familiar.

- Renta per cápita superior a la me-

dia de las regiones de la Unión Europea.

- La economía navarra es un 15%

más productiva que la estatal.

- Productividad global más alta que

el Estado.

- Los costes laborales son un 13%

más altos que la media estatal, la tercera

comunidad en costes salariales más altos

del Estado español.

- Navarra se sitúa a la cabeza en el

mejor índice de bienestar del Estado espa-

ñol, junto con Madrid y Cataluña.

POBLACIÓN Y DESEQUILIBRIO

TERRITORIAL

El modelo de desarrollo ha origina-

do fuertes desequilibrios territoriales con-

centrándose la población en Pamplona y

su comarca y, en menor medida, en la Ri-

bera y el eje del Ebro.

Pamplona y comarca concentran ca-

si el 53% de la población de la Comunidad

y junto a la Ribera absorben el 72% de la

población. Mientras tanto, el Pirineo se es-

hermes nº:3 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon

38

Page 40: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

tá despoblado de forma preocupante. El

63% de la población reside en municipios

con más de 5.000 habitantes.

La evolución de la población, según

el último Censo de Población de 2001, re-

fuerza esta tendencia. Se ha producido un

aumento de la población en los últimos

cinco años, concentrada en las ciudades,

comarca de Pamplona el 11,1% y en la Ri-

bera el 3,1%. En contraposición se da un

retroceso en el Pirineo y Noroeste, con un

descenso del 3,6%, mientras se mantiene

estable en Tierra Estella y Navarra Media

Oriental.

La inmigración ha surgido con fuer-

za. Son ya 36.000 personas censadas naci-

das fuera de las fronteras españolas, lo que

ha revitalizado los datos poblacionales de

la Comunidad Foral. Sólo en 34 municipios

no vive ningún extranjero.

El caso más llamativo es Tudela, en

donde de los 3.000 nuevos habitantes de la

ciudad respecto a 1996, más de 2.700 son

extranjeros.

Corregir estos desequilibrios territo-

riales e integrar a la población inmigrante

son dos retos importantes en el futuro de

Navarra.

EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA

NAVARRA

Los índices de crecimiento del PIB y

el empleo demuestran cierta fortaleza de la

economía navarra, si bien se dan signos de

desaceleración en los años 2001 y 2002.

Lógicamente la evolución de la economía

internacional y española afecta directa-

mente a nuestra economía, dependiente y

con reducida dimensión.Tasa variación anual.

En el año 2002 el Valor Añadido Bru-

to de la Comunidad se incrementó un

2,8%, ocho décimas por encima del incre-

mento estatal.

El balance más positivo de la econo-

mía navarra en 2002 se ha producido en la

actividad industrial.

Igualmente han crecido los otros

sectores, pero se ha producido cierta desa-

celeración en la rama de la construcción y

una ralentización en el sector servicios.

La tasa de paro, en el cuarto trimes-

tre del 2002, según la Encuesta de Pobla-

ción Activa, era del 5,2%, una de las más

bajas del Estado español y menos de la mi-

tad que la media española.

Las exportaciones navarras han cre-

cido el 1% en el año 2002 respecto al 2001,

gracias al buen comportamiento de éstas

en el último trimestre del año.

ALGUNOS DATOS SOBRE EL SEC-

TOR PÚBLICO

El sector público de la Administra-

ción Foral ocupa a más de 25.000 perso-

nas, unas 18.000 pertenecientes a la Admi-

nistración de la Comunidad Foral y 7.000 a

los Entes locales.

Es la segunda comunidad del Estado

español con mayor peso del sector públi-

co y del empleo en su economía.

La Administración de la Comunidad

Foral la conforman la Administración Ge-

neral en 10 departamentos y la Administra-

ción Institucional, con 9 órganos autóno-

mos, 28 sociedades públicas, 6 fundacio-

nes públicas y 3 entres públicos.

A partir del año 1990, con la firma

del Convenio Económico, Navarra tuvo

que endeudarse de forma importante para

cubrir los déficits presupuestarios. Esta si-

tuación se estabilizó en la segunda mitad

de esa década y ha retrocedido en los últi-

mos años. Actualmente supone algo más

del 5% del PIB.

El Convenio Económico, a semejan-

za del Concierto Económico de la Comuni-

dad Autónoma del País Vasco, es la norma

que regula las relaciones tributarias y finan-

cieras entre Navarra y el Estado, determi-

nando la capacidad de ingresos y gastos de

la Comunidad Foral.

Mediante el procedimiento paccio-

nado, el convenio establece las normas pa-

ra la fijación de Navarra a las cargas gene-

rales del Estado.

El primer quinquenio de vigencia

del Convenio correspondió a los años

1990-1994 y se actualiza cada cinco años.

hermes nº:4 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon

39

1997 1998 1999 2000 2001

PIB 3,8 5,6 3,4 4,4 2,8

Empleo 5,9 1,2 0,9 5,6 2,2

Page 41: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Finalmente, a modo de sumario, se

presentan las incertidumbres y los princi-

pales retos y propuestas del futuro de Na-

varra.

INCERTIDUMBRES

- Alta dependencia del sector de la

automoción.

- Indice elevado del IPC, con una se-

rie de mecanismos inflacionistas sin con-

trolar.

- Disponibilidad de recursos de la

Hacienda Foral para el mantenimiento fu-

turo del Estado de Bienestar.

- Falta de empresas innovadoras y

de alta tecnología.

- Dificultades presupuestarias para

acometer obras de inversión en infraes-

tructuras. Necesidad de acudir a su finan-

ciación mediante técnicas extrapresupues-

tarias.

- Acomodarse a los cambios produ-

cidos por la llegada de inmigrantes.

- Poca transparencia y falta de de-

mocratización de la Caja de Ahorros de

Navarra.

RETOS Y PROPUESTAS

Reequilibrio territorial

- Plan de infraestructuras básicas: ac-

cesos, abastecimiento y saneamiento, resi-

duos sólidos urbanos, telecomunicaciones.

- Plan de equipamientos y servicios:

educación, sanidad, comercio.

- Planes generadores de empleo:

sector agroalimentario y servicios.

Sector primario.

- Apoyo a las economías comple-

mentarias de la actividad agropecuaria.

- Apoyo a las Denominaciones de

Origen.

- Mantenimiento del paisaje.

- Apuesta decidida a la producción

ecológica.

- Mantener los mecanismos para la

puesta en marcha de 58.000 hectáreas de

regadío por el Canal de Navarra. Faltan

agricultores y financiación.

Industria

- Apoyo tejido Pymes.

- Apostar por la innovación y las in-

dustrias de alta tecnología.

- Mantener el posicionamiento desta-

cado en la producción de energías renova-

bles.

- Reforzar el espíritu emprendedor

de los navarros.

- Integrar los Centros tecnológicos y

las Universidades.

Servicios

- Apostar por la sociedad y gestión

del conocimiento.

- Impulsar las empresas de servicios

relacionadas con las nuevas tecnologías.

- Planes integrales de mantenimiento

y recuperación del patrimonio natural y ar-

quitectónico.

- Apuesta decidida por el sector del

ocio y el turismo.

Infraestructuras y transportes

- Reforzar la posición estratégica de

Navarra. Paso entre la Península Ibérica y

Europa a través del eje transpirenaico Ma-

drid-París.

- Dificultades en acometer ciertas

obras de infraestructuras y necesidad de

recurrir a técnicas extrapresupuestarias.

Cohesión social

- Asegurar la renta básica y disminuir

las desigualdades sociales.

- Integración de las minorías.

Redefinir el papel del sector pú-

blico- Apoyo a sectores productivos. Fa-

vorecer la diversificación de la actividadeconómica.

- Inversiones e infraestructuras en re-troceso.

- Equipamientos y mantenimientodel Estado de Bienestar.

- Audenasa. Privatización o controlpúblico.

- Democratización de la Caja deAhorros de Navarra.

- Suelo público para vivienda.

Imagen de marca- Calidad de alimentos, productos y

servicios.- Calidad de vida.- Energías renovables.

hermes nº:5 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon

40

Page 42: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak
Page 43: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

42

Quizás una parte sustancial

de los problemas de Nava-

rra se puedan concentrar

en el llamado conflicto vasco, en la cali-

dad democrática y en las cuestiones socia-

les más lacerantes. Como en este artículo

me voy a centrar en el primero, enuncia-

ré brevemente los otros dos.

En primer lugar, creemos necesario

un avance en cuanto a la calidad de la de-

mocracia, un ensanchamiento de las re-

glas democráticas en definitiva, que debe-

ría desarrollarse en varias di-

recciones:

1.- En sus cimientos ha

de estar el reconocimiento de

la viabilidad legal de cualquier

proyecto para el futuro del País

Vasco-navarro si es respaldado

democráticamente por la ma-

yoría.

2.- Poder disponer de

una ley de consultas, que dé

potestad a Navarra para esta-

blecer las relaciones que desee

con la CAV y en otro plano

con el País Vasco-francés.

3.- El reconocimiento de

los derechos políticos plenos

para los inmigrantes con resi-

dencia estable.

4.- Habilitar mecanismos

democráticos directos para la

toma de decisiones por la ciu-

dadanía, por cierto algo habi-

tual en otros países, cuya ne-

cesidad ha puesto de relieve

el conflicto de la Plaza del

Castillo.

5.- Superar las rigideces

del sistema actual que provo-

can discriminaciones antide-

mocráticas como los topes del

5% y del 3% en las elecciones municipa-

les y forales, la falta de libertad para ele-

gir a las personas que cada ciudadano

desee (listas cerradas) y una reglamenta-

ción de los grupos municipales o parla-

mentarios que prima absolutamente los

derechos del grupo sobre los derechos

de la persona elegida imponiendo un

monolitismo que no refleja la pluralidad

existente.

En cuanto a las situaciones sociales

más lacerantes, a nadie se le oculta que a

estas alturas resultan escandalosas las de-

sigualdades persistentes en una comuni-

dad tan próspera como la nuestra. Me re-

fiero, claro está, a la situación de las per-

sonas incluidas en la exclusión social. Me

refiero también a los inmigrantes, que son

discriminados en el trabajo y en la vivien-

da, aparte de estar insuficientemente inte-

grados en la comunidad. Incluyo asimis-

mo, a una parte de las personas mayores

(la tercera edad), que malvive en condi-

ciones infrahumanas el ocaso de su vida.

Y me refiero, por supuesto, al creciente

deterioro de los derechos adquiridos en

décadas anteriores para una parte de la

población trabajadora: jóvenes (con dis-

criminación salarial por el mismo trabajo

realizado, con una gama de contratos en

precariedad sin justificación, bajo los cár-

teles sindicales de empleo repartiéndolo a

su capricho y fomentando una nueva afi-

liación obligatoria), mujeres (en una posi-

ción de subalternidad y de discriminación

salarial); y, en términos más generales, me

refiero a una organización del trabajo ca-

da vez más autoritaria y productivista (rit-

mos, anulación de tiempo para unas rela-

ciones humanas satisfactorias durante el

trabajo), a un incremento de gente fuera

de convenio para fraccionar el colectivo

Elementos para un vasquismo navarro.Acogedor, crítico y autocrítico

MILAGROS RUBIO Nacida en Tudela el 11-06-52. Participa en movimien-tos vecinales, juveniles ysindicales durante el fran-quismo, incorporándose alEMK a principios de los se-tenta. Forma parte del pri-mer movimiento feministay antimilitarista también enla década de los setenta. Enlas primeras eleccionesmunicipales (1979) es elegi-da concejala en el Ayunta-miento de Tudela, corpora-ción de la que viene siendoedil ininterrumpidamentedesde entonces hasta la ac-tualidad. Cofundadora deBatzarre y de la AsambleaAntipolígono de las Barde-nas, ha sido parlamentariade las Cortes de Navarradurante la legislatura queacaba de finalizar (1999-2003), primero comomiembro de EH (por la uni-dad de HB y Batzarre du-rante la tregua) y, tras laruptura de la tregua, sedesvincula de EH pasando aformar parte del grupomixto como parlamentariade Batzarre.

Page 44: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

43

trabajador y a las dificultades añadidas pa-

ra quienes se “caen” del trabajo estable o

no llegan a los requisitos exigidos para la

jubilación.

Dicho esto, me referiré a la llamada

cuestión “vasca” en Navarra, que hoy por

hoy condiciona y solapa, por múltiples ra-

zones, estos y otros asuntos

PRINCIPALES RASGOS DE LA SI-

TUACIÓN ACTUAL

Para empezar a hablar del tema,

apuntemos de modo resumido los princi-

pales rasgos de la Navarra actual en su

vertiente identitaria:

1.- La insatisfacción de la comuni-

dad vasquista con el actual status y que,

en claves culturales, abarca a más de un

30% de la población navarra.

2.- La Navarra actual en su rostro

nacional viene determinada por: a) la

existencia de una personalidad propia

muy acusada y muy extendida entre la

población; b) esta identidad se bifurca en

una doble dirección: por un lado quienes

se sienten navarros y españoles y por otro

quienes nos sentimos navarros y vascos.

3.- Una derecha absolutamente in-

transigente y partidaria de excluir cuanto

puede a la comunidad vasquista de Nava-

rra, plenamente respaldada por el Estado.

4.- ETA, cuyo proyecto consiste en

tratar de imponer una Euskadi uniforme y

para más inri en base a un código etnicis-

ta muy minoritario en Navarra y presio-

nando mediante la muerte del otro y del

adversario político.

5.- La existencia de diversas fuerzas

políticas y sociales en el campo navarrista

y vasquista, que teórica y potencialmente

podrían establecer un acuerdo de convi-

vencia y unas reglas reguladoras de la di-

ferencia profunda existente en el área

identitaria en nuestra tierra.

DIAGNÓSTICO DEL LLAMADO

PROBLEMA VASCO EN NAVARRA

Ante esta realidad, lo cierto es que

llevamos veinte años en un enfrentamien-

to sin salida, sin aportar nada de positivo

a la sociedad en valores de calidad demo-

crática, de satisfacción para la convivencia

de sus diferentes identidades o para las

generaciones futuras, sin aportar nada al

arreglo del conflicto o a la constitución de

un marco negociador para dirimir las as-

piraciones legítimas, a veces contrapues-

tas, de ambas sensibilidades. El enfrenta-

miento viene alimentado principalmente

por los gobiernos de UPN-PP y por ETA.

¿Seguir así? ¿Para qué? Aparte de por

lo doloroso y costoso, no tiene sentido se-

guir así. No es nada racional ni inteligen-

te. Las premisas sobre las que nos asenta-

mos para afrontar una salida a esta situa-

ción, son las siguientes.

Rechazamos de plano la

acción de ETA por su contribu-

ción a un enfrentamiento absur-

do, por sus fines anti-pluralistas

y exclusivistas, por su preten-

sión de conducirnos a una Eus-

kadi uniforme. Y también lo ha-

cemos por su método: la ejecu-

ción sumaria “del otro” por ser

adversario político, por pensar

diferente o por haber sido elegi-

do tan democráticamente como

cualquier cargo público vas-

quista o abertzale. ¿Qué aportan

de positivo este proyecto y estos métodos

en valores de justicia, libertad, respeto

mutuo y calidad democrática? ¿Qué auto-

ridad moral se puede tener ante la socie-

dad con semejantes actuaciones? La insu-

misión y la disidencia civil practicadas con

tanta coherencia ético-política y con tanto

éxito social por el movimiento de insumi-

sos trazan otro camino incomparablemen-

te mejor y, además, más adecuado a so-

ciedades como la nuestra. La pregunta

que debemos formularnos a este respecto

las diferentes corrientes de izquierdas, es

si es que cabe construir una disidencia só-

lida y de futuro sin partir de la crítica ra-

dical hacia ETA. Y esto conviene plantear-

lo al margen de su eficacia o de que la

violencia política consiga muchos o pocos

hermes nº:2 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio

Page 45: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

44

votos. El problema es pre-

vio. Puede haber políticas

que sean “eficaces” o rindan

electoralmente, pero que

sean absolutamente inacep-

tables para una fuerza que

se presenta ante la sociedad

con una vocación de eman-

cipación y liberación. Y este

es el caso de ETA, que con-

tradice profundamente los valores huma-

nitarios más elementales y que carece de

justificación moral o política en la realidad

política concreta en que vivimos.

Rechazamos la política del gobierno

central y del navarro porque favorece asi-

mismo el enfrentamiento y porque aboga

por una línea sin diálogo, sin distensión.

La rechazamos porque no reconocen la

legitimidad legal y democrática de todos

los proyectos, incluido el independentista.

La rechazamos porque no se comprome-

ten a superar la precariedad de la singula-

ridad lingüístico-cultural del euskara, tarea

esta que nos corresponde a todos los ha-

bitantes de Euskal Herria. Al contrario las

instituciones navarras adoptan una línea

provocadora; si tomamos como ejemplo

las declaraciones de la Sra. Alcaldesa de

Iruña al quitar la rotulación bilingüe “lo

hago para que la gente no se confunda

con los letreros en las dos lenguas, cuan-

do acude al Ayuntamiento”.

En el mismo sentido la ilegalización

de Batasuna y el encarcelamiento –más

que probable– de varios miembros de la

dirección de Batasuna ni guarda coheren-

cia con los criterios incluyentes y no res-

trictivos del tipo de democracia que de-

fendemos desde Batzarre ni convence ni

resta apoyos a quienes optan por vías mi-

litaristas. Aparte de entrar como un elefan-

te en una tienda de porcelana y de mez-

clarlo todo y de no separar

el grano de la paja y de vul-

nerar derechos fundamenta-

les de muchas personas, no

tiene en cuenta la descon-

fianza existente entre am-

plios sectores de la pobla-

ción respecto del centralis-

mo español y el poso exis-

tente a raíz de las humilla-

ciones y barbaridades

sufridas en el 36, durante la

dictadura y en la transición.

Los sucesos de Montejurra

en 1976, la muerte del sindi-

calista José Luis Cano en

1977, la provocación fascista-policial de

sanfermines de 1978 con la muerte de

Germán, el asesinato de Gladys en Tude-

la en 1979, las continuas prohibiciones ar-

bitrarias a las izquierdas de actos políticos

o sociales hasta 1982, el posterior GAL

han hecho por ETA en Navarra más que

todos los propagandistas juntos.

Otro tanto cabe decir del cierre de

Egunkaria. Se trata de un ataque directo a

la libertad de expresión y un golpe fron-

tal al tiempo que una provocación al

mundo euskalzale.

A este capítulo hay que añadir la ce-

rrazón absoluta del gobierno de UPN an-

te las legítimas reivindicaciones de la co-

munidad vasquista en Navarra. Por el con-

trario pretende anular o reducir al

máximo la identidad de quienes nos sen-

timos vascos y navarros.

Y tenemos así, por paradójico que

parezca, los dos polos opuestos –ETA y

UPN– que se alimentan mutuamente, que

buscan el enfrentamiento entre ambas

identidades y la derrota completa o la ex-

clusión de la otra parte en lugar de propi-

ciar una convivencia satisfactoria.

NECESIDAD DE UN NUEVO PAC-

TO “PREPOLÍTICO” PARA NAVARRA

Tras veinticinco años de democracia

confluyen varias necesidades

para plantearse un cambio

de envergadura: salir del en-

frentamiento liderado por

ETA y mal afrontado por el

Estado y la derecha navarris-

hermes nº:3 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio

Page 46: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

45

ta; superar las adherencias

franquistas de la Constitu-

ción y de algunas actitudes

del poder; adecuar la auto-

nomía actual a la UE; mejo-

rar la calidad democrática y

acoger a los nuevos residen-

tes, a los inmigrantes; impul-

sar reformas sociales de hon-

dura; avanzar en la convi-

vencia de identidades.

Desde Batzarre hablamos de la ne-

cesidad de un pacto “prepolítico”. Esto

es, un pacto para una perspectiva larga:

de una o dos generaciones, alejado de los

intereses político-partidistas, implicando

a la sociedad y haciéndola co-responsa-

ble de sí misma. Y, quizás lo más impor-

tante, liderado por las fuerzas dialogantes

y tolerantes del navarrismo y del vasquis-

mo sin renunciar a sus idearios y a sus di-

ferencias. Su resultado no puede excluir a

los dos polos antes mencionados, esto es,

a UPN-PP o a ETA, que son la referencia

de una buena parte de nuestra sociedad.

Siempre es mala vía la exclusión y no so-

bra nadie. Pero, es evidente que no habrá

pacto si esas dos corrientes no se ven

obligadas a cambiar.

Un pacto así debería sustentarse so-

bre unos valores que impliquen el reco-

nocimiento de la pluralidad de identida-

des, la legitimidad de las mismas, el res-

peto mutuo, la aceptación de la regla de

la mayoría y simultáneamente los dere-

chos de la minoría, un marco comúnmen-

te concertado para dirimir las diferencias.

Igualmente debería auspiciar un re-

equilibrio más justo para la comunidad

vasquista en lo que hace a la regulación

conforme a la voluntad ciudadana de los

símbolos vascos, de la doble pertenencia

para quienes nos sentimos

vascos y navarros, de un po-

sible asociacionismo común

vasco-navarro entre entida-

des de ambos territorios, a la

constitución de un espacio

político común con la CAV

(y en otro plano lógicamen-

te inferior con el País Vasco-

francés), a la cooficialidad

del euskara y a su regula-

ción de acuerdo a la realidad

existente y a la voluntad po-

pular, etcétera.

Una reforma constitu-

cional que elimine las adherencias fran-

quistas (injerencia del ejército, garantías

plenas para el autogobierno y mayores

competencias), o que simplemente permi-

ta unas relaciones libres entre Navarra y la

CAV entre otros temas. Una declaración

del parlamento navarro exigiendo la par-

ticipación de las instituciones navarras en

la elaboración de la política española en

la UE y su presencia en la misma en todo

lo que afecte a sus intereses específicos.

Sirvan estas anotaciones como ejemplo de

la orientación deseada.

UN MODELO DE INTEGRACIÓN

COMPLEJA PARA NAVARRA

Los diversos análisis sociológicos

inciden una y otra vez en remarcar la di-

versidad de sentimientos identitarios que

forjan la realidad navarra: Solamente vas-

cos, vascos y navarros, sólo navarros, na-

varros y españoles y sólo españoles. Bue-

na parte de estas autoafirmaciones se

consolidan en clara confrontación con las

demás y en no pocas ocasiones las autoa-

firmaciones más extremas, se cimentan

en un sentimiento de antagonismo que

espoleado por unos y otros persigue la

negación del contrario y de sus derechos

más elementales.

Cierto que no es algo desconocido

en la historia. Cabe recordar los modelos

empleados ante realidades plurales en

identidad o cultura. En las

sociedades antiguas se ha

combinado la eliminación fí-

sica del otro con su exclu-

sión; posteriormente se han

planteado la asimilación en

hermes nº:4 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio

Page 47: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

46

sus dos variantes –forzada o voluntaria–

cuestionada en los últimos tiempos por

quienes impulsan con mirada positiva va-

lores de la diferencia y del multiculturalis-

mo.

Las gentes de Batzarre en los últi-

mos años venimos planteando nuestras

propuestas en base a lo que podría deno-

minarse un modelo de integración com-

pleja: esto es, acordar unas bases identita-

rias comunes entre las diversas identida-

des, construir una identidad compleja

plural y mestiza, y situarse en la perspec-

tiva de regular el conflicto en una perma-

nente negociación de las bases integrado-

ras más que en (el imposible) el arreglo

definitivo.

Las realidades o criterios de los que

deberíamos partir a la altura del año 2003,

tras veinticinco años de ejercicio demo-

crático a pesar de importantes lagunas

existentes, tras veinticuatro consultas

electores (legislativas, europeas, forales,

municipales), teniendo en cuenta las ma-

yorías y minorías actualmente constitui-

das o las legítimas aspiraciones de unos y

otros, serían a nuestro juicio las siguien-

tes: partir de la comunidad política nava-

rra existente; aceptar el ámbito navarro

de decisión; defender y desarrollar una

identidad común, que integre a las demás

identidades particulares; aceptar la regla

de la mayoría y simultáneamente recono-

cer los derechos de las minorías.

Por otra parte hay que partir de que

la actual correlación de fuerzas no es

eterna y que puede variar en el futuro.

Tenemos que reconocer el hecho del plu-

ralismo identitario así como el valor de su

plena legitimidad y el respeto mutuo; y

quizás lo más importante en el plano más

práctico establecer un re-equilibrio más

justo para la comunidad

vasquista permitiéndole un

buen acomodo en su pro-

pia casa y aceptando aque-

llas aspiraciones inherentes

a cualquier identidad en si-

tuación de minoría y que no implican

ningún perjuicio –antes al contrario re-

dundaría en una mejora notable de cali-

dad en la convivencia– a la mayoría y

consistente en: reconocimiento de la

identidad vasquista y de sus símbolos; re-

gulación de las relaciones de Navarra con

los otros países vascos desde el respeto

integro a la soberanía de Navarra, de con-

formidad con la voluntad de todas las

partes afectadas y teniendo en cuenta la

diferente afinidad existente con cada una

de ellas (CAV y País Vasco-francés) y ba-

jo el criterio de obtener beneficios mu-

tuos de la colaboración en las áreas que

se practique; oficialidad del euskara, jun-

to con el castellano, como lenguas de Na-

varra, regulándola en función de su im-

plantación en cada zona y teniendo en

cuenta la voluntad de la población; posi-

ble establecimiento de un asociacionismo

común vasco-navarro; estudio de la posi-

bilidad de una doble pertenencia para

quienes nos sentimos vascos y navarros.

Desarrollar criterios o estilos

opuestos a los actualmente hegemó-

nicos

Una propuesta así requiere un giro

copernicano de los criterios y estilos im-

perantes en los dos campos durante el pa-

sado más reciente y en la actualidad. Es

preciso favorecer un clima basado en la

expansión de derechos, en la protección

de las minorías, y en aumentar la igualdad

de estas. Se trata de repartir los inconve-

nientes e incomodidades derivados de la

diferencia de identidades. Habría que re-

forzar los vínculos comunes de la comu-

nidad política y los valores compartidos,

ganarse la confianza mutua y considerar a

Navarra como un espacio de decisiones

reconocido con naturalidad. Habría que

pactar la necesidad de mayorías muy cua-

lificadas para legitimar los

cambios que alteren el acuer-

do establecido entre ambas

identidades; acuerdo que, en

su plano más general, debe

contemplar todas las posibili-

hermes nº:5 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio

Page 48: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

47

dades: el marco actual u otro diferente

que pudiera darse en el futuro si así lo de-

sea democráticamente la ciudadanía nava-

rra; a estos efectos sería conveniente su-

perar formalmente la situación actual del

Amejorameinto carente de un refrendo

popular expreso.

UNA RECTIFICACIÓN A FONDO

DE LAS FUERZAS ACTUANTES

Sin una rectificación a fondo de las

fuerzas políticas (o de una parte sustanti-

va de las mismas incluidas en ambos ban-

dos) y seguramente sin un cambio de la

sociedad –que constituye el suelo de las

fuerzas políticas y sociales– en pos de

una cultura pública pluralista será difícil,

por no decir imposible, cambiar el rumbo

en esta cuestión.

Haría falta otro rumbo del navarris-

mo bajo valores más integradores, más

respetuoso con la identidad vasquista,

más tolerante con la otra sensibilidad

mostrando una actitud más favorable ha-

cia el euskara y una actitud más abierta

hacia la formación de unas institucio-

nes comunes con los (otros) países

vascos y un respeto más activo hacia

quienes poseemos una identidad vas-

co-navarra. El navarrismo, o mejor el na-

varrismo centrista o de izquierdas y dialo-

gante encarnado en fuerzas como PSN,

CDN o desde una posición diferente IU,

deberían reflexionar, a nuestro juicio,

acerca de la conveniencia de impulsar un

plan de estas características para lograr

un buen pacto de convivencia. Deberían

encabezar una línea expresamente dife-

rente de la que representan los sectores

más retrógrados y actualmente hegemóni-

cos en UPN.

Es necesario igualmente otro rum-

bo, del vasquismo navarro en claves inte-

gradoras, respetuoso con la identidad na-

varra sin falsos atajos nominalistas que di-

fícilmente cambiarán las cosas.

Rompiendo con la intolerancia hacia

quienes desean mantener un lazo común

estatal y una identidad navarro-española

o vasco-navarra-española. Con un centro

de operaciones eminentemente navarro,

pues ha de actuar en dicho espacio am-

pliamente legitimado por la mayoría de la

población; en un esfuerzo continuo por

hacer compatible lo navarro y lo vasco.

Con un talante más realista y más humil-

de, ya que hemos de defender la opción

vasquista desde nuestra actual situación

de minoría. También a las personas vas-

quistas nos interesa poner nuestro grano

de arena al servicio de una buena convi-

vencia de identidades: por convencimien-

to (¿qué coherencia guardaría con nues-

tros valores, el doblegar a la fuerza a la

otra parte?) y por calidad de vida, que

queda seriamente quebrantada cuando se

opta por vías de enfrentamiento entre

sensibilidades diferentes.

De igual forma conviene extraer

enseñanzas de la experiencia del vasquis-

mo respecto a Navarra en la última cen-

turia: comprobado

el fracaso del vas-

quismo hegemo-

nizado por ETA,

y antes, del vas-

quismo del

PNV, está por

ver lo que

puede dar

de sí un

vasquismo po-

lítico de los rasgos

aquí planteados. A este res-

pecto conviene rescatar los momentos

más prósperos del vasquismo en la déca-

da de los setenta y reflexionar sobre sus

características más integradoras y toleran-

tes. Alguien tan poco sospechoso de vas-

cófilo como J.J. Uranga ratificaba este éxi-

to hace unas pocas semanas al manifes-

tar: “Es verdad que hemos pasado

tiempos difíciles, como los años de tran-

sición política, en los que peligró nuestra

autonomía” ... “no fueron solamente los

partidos nacionalistas vascos los que pre-

tendían la incorporación de Navarra a

Euzcadi (sic), sino todos los partidos de

hermes nº:6 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio

Page 49: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

48

izquierda, entonces sopa de siglas, e in-

cluso el PSOE que en las primeras elec-

ciones democráticas se alió con el PNV

para el Congreso (sic)”. Nada peor que

“el ambiente políticamente hostil de

aquellos años. Diario de Navarra, como

ante el Estatuto vasco del 34 (sic), mantu-

vo una firme postura de rechazo a toda

injerencia en nuestra autonomía”.

En el caso de ETA a la razón prác-

tica de la eficacia hay que añadirle la pér-

dida de la razón moral tanto por sus fines

exclusivistas y anti-pluralistas en una so-

ciedad eminentemente plural como por

los medios empleados con la muerte del

otro y del adversario político. Es difícil

hacerse una idea exacta de los costos po-

litico-morales que a va a tener a corto y

largo plazo la acción de ETA para el vas-

quismo en general y para el navarro en

particular. Las gentes que políticamente le

apoyan, aunque esgriman

con razón la vulneración de

derechos que implica la tor-

tura, el ensañamiento con

los presos, la ilegalización y

la intransigencia provocado-

ra de UPN, deberían sopesar

que el camino de ETA carece de sentido

en la actualidad para unos valores de iz-

quierda y humanistas.

Empeñarnos en cambiar de rumbo

es decisivo para la convivencia de identi-

dades, para que emerja una Navarra más

de izquierdas, progresista, de avance so-

cial, de calidad y ensanchamiento demo-

crático. El enfrentamiento ETA-Estado ac-

túa como una camisa de fuerza sobre la

sociedad propiciando una Navarra institu-

cional más a la derecha de lo que es y fa-

voreciendo claramente a la UPN antivasca

y conservadora. Si no afrontamos un cam-

bio profundo, seguiremos instalados en

este empantanamiento estéril: sea bajo la

gestión de UPN o sea bajo la gestión de

un gobierno diferente. Lo aquí expuesto

sería una parte del horizonte de las próxi-

mas décadas. Debería completarse con la

articulación de las diferentes organizacio-

nes de la izquierda navarra, que tendría-

mos que combinar un cierto denominador

común con los importantes y creativos

acentos especificas, que posee cada una

de ellas.

Finalmente, tengo que confesar que

soy consciente de las enormes dificulta-

des de los caminos aquí postulados. De-

masiados cambios, demasiadas simulta-

neidades requeridas, demasiada templan-

za necesaria para no responder desde

uno y otro bando a las provocaciones

continuamente practicadas por sectores

de los dos bandos. Pero al menos quie-

nes llevamos en estas lides impulsando el

vasquismo desde finales de los años se-

senta tenemos el deber de interrogarnos

si la senda seguida en las dos últimas dé-

cadas es positiva o negativa en claves de

valores de justicia libertad e igualdad y de

avance del vasquismo político. Mi res-

puesta de modo claro es

que debemos tomar otro

rumbo en los dos aspectos:

valores de convivencia y

probar otro camino para

que avance el vasquismo

navarro. A ello habría que

añadir la necesaria adecuación a los gran-

des cambios operados en los últimos

veinte años tanto en Navarra como en la

CAV: el gran motor del nacionalismo vas-

co y del vasquismo en la segunda parte

del siglo pasado –el antifranquismo– for-

ma parte de la historia y requiere una

profunda revisión. Ermua dixit. No creo

que la solución sustitutoria sea Lizarra.

Pero entrar en este apartado requeriría

abrir un nuevo capítulo y lo dejo para

otra ocasión.

hermes nº:7 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio

Page 50: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak
Page 51: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

50

INTRODUCCIÓN

La actual realidad demográfica

de los países industrializados,

fundamentalmente de los

países de la Unión Europea, se caracteri-

za por niveles de fecundidad que no ga-

rantizan el reemplazo generacional, a la

vez que una creciente capacidad de su-

pervivencia de sus poblaciones. Ante es-

te comportamiento regresivo, gobiernos

de diversos países han mostrado su preo-

cupación. Según la encuesta sobre políti-

cas de población llevada a cabo periódi-

camente por la ONU, en 1999 un total de

28 países consideraron que su nivel de fe-

cundidad era demasiado bajo. En los últi-

mos años, siete países europeos (Austria,

Chequia, Armenia, Italia, Lituania, Polo-

nia y España) han modificado su percep-

ción acerca del comportamiento repro-

ductivo, y si en 1996 consideraban satis-

factorio su nivel de fecundidad, tan solo

tres años después lo definen como muy

bajo (McDonald, 2002).

También desde la vertiente econó-

mica, social y demográfica se han intensi-

ficado las manifestaciones de preocupa-

ción y pesimismo en relación al actual

comportamiento reproductivo. La drástica

caída de la fecundidad y su estancamien-

to a niveles inferiores al reemplazo, junto

al envejecimiento demográfico, han sido

los dos fenómenos demográficos que han

generado mayor ofensiva mediática, enfa-

tizando los efectos catastróficos que tales

cambios pueden acarrear en el futuro de

la población.

Los datos más recientes del com-

portamiento demográfico en algunas re-

giones europeas no parecen ayudar a di-

suadir la preocupación. Según las proyec-

ciones de población de las Naciones

Unidas (1997) la población de la mayoría

de los países de Europa del año 2050 ten-

derá a disminuir como resultante de un

largo proceso previo de muy baja fecun-

didad, aun asumiendo un aumento mo-

derado de la fecundidad (1,7 hijos por

mujer como media Las estimaciones al

año 2050 (Tabla 1), indican los casos ex-

tremos de disminución de la población

(Alemania, disminuyendo su población

en 16 millones de personas) y de enveje-

cimiento (España e Italia, donde las per-

sonas mayores representarán más del

40% de sus poblaciones).

El modelo de “muy baja fecundidad”

en la comunidad autónoma de Euskadi

LARRAÑAGA PADILLA, Isabel(Bilbao, 1954) es licenciada enSociología en la especialidad dePoblación y Ecología Humana, por laUniversidad Complutense (Madrid).Ha realizado estudios de postgradoen la Universidad de Northumbria enNewcastle (Master of Philosophy-MPhil) y de Epidemiología y SaludPública (IDS-Habana). Actualmentecompatibiliza la docencia en el áreademográfica en el Departamento deSociología 2 (UPV-EHU) y el trabajoen el ámbito de la epidemiología(Subdirección de Salud Pública deGipuzkoa

ARREGI GOROSPE, Begoña (Bilbao,1948) es licenciada en CienciasSociales por la Univ. de Birmingham(B.Soc.Sc.1974) y en Sociología(Urbana y Población, 1980) por laUniversidad Complutense de Madrid.Se especializa en Población yDemografía en la London School ofEconomics (M.Sc. 1986) y en laUniversidad de Southampton (Ph,D.1989) donde lee su tesis doctoralsobre la evolución de la fecundidaden el País Vasco. Es profesora titularde universidad en el Departamentode Sociología 2 de la UPV-EHUdonde imparte docencia sobreTeorías de la Población, AnálisisDemográfico y Sociología de laFamilia.

Page 52: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

hermes nº:2 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Tabla 1. Estimación de la población

europea al año 2050, por grandes grupos

de edad.

Primero, el modelo restrictivo de re-

producción no parece ser un fenómeno

circunscrito exclusivamente a los países

desarrollados, sino que alcanza también a

los menos desarrollados y, previsiblemen-

te, en los próximos diez años la mayoría

de la población del planeta residirá en

países que no garantizarán el reemplazo

generacional (Bongaarts y Bulato, 2000;

Wilson, 2001). El acelerado descenso de

la fecundidad que están experimentando

los países con tradición de alta fecundi-

dad pone de manifiesto que la convergen-

cia en los indicadores de fecundidad está

siendo más rápida e intensa que la obser-

vada en los indicadores sociales y econó-

micos a nivel mundial. Segundo, la asun-

ción postulada por la Teoría de la Transi-

ción Demográfica1 de que la fecundidad

se estabilizaría en niveles cercanos al

reemplazo se ha disipado. A finales de la

década de los 90, catorce países situados

en el sur, centro y este de Europa presen-

taban una fecundidad que ha sido clasifi-

cada como “muy baja”2, muy

por debajo y cada vez más ale-

jado del mencionado nivel de

reemplazo (Tabla 2). Tercero,

las tendencias demográficas re-

cientes de Europa y Norteamérica indican

diferencias en el comportamiento repro-

ductivo entre países, que varía desde In-

dices Sintéticos de Fecundidad (ISF)3 cer-

canos a 2,1 hijos por mujer en USA, al 1,7

que muestran Francia y Dinamarca, hasta

los niveles de muy baja fecundidad que

presentan países como Italia y España u

otros que, como Austria y Alemania, tie-

nen una gran probabilidad de incorporar-

se a este último grupo.

Tabla 2. Índice Sintético de Fecun-

didad en países con muy baja fecundi-

dad.

La emergencia del modelo de muybaja fecundidad en Europa es un fenó-

meno nuevo que solo en periodos de

51

1995Población Estructura de edad

(x mil) 0-19 20-59 60 + 80 +

Europa-Sur 143377 24,4 55,4 20,9 3,1

España 39627 24,5 55,0 20,5 3,2

Italia 57204 21,4 56,7 21,8 3,6

Europa Occid. 180998 23,5 56,4 20,1 3,8

Alemania 81594 21,6 57,8 20,6 3,9

2050Población Estructura de edad

(x mil) 0-19 20-59 60 + 80 +

Europa-Sur 119887 19,5 43,3 37,2 10,6

España 31755 17,6 41,7 40,7 11,9

Italia 42092 16,7 41,3 42,0 13,9

Europa Occid. 167550 21,0 44,7 34,2 10,1

Alemania 69542 19,0 44,5 36,5 10,5

Fuente: UNFPA (1998)

Page 53: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

52

corta duración estuvo presente en Francia

(I Guerra Mundial), o en la República Fe-

deral Alemana (1984-85) y en la Alemania

unificada (1993-1995). Tanto el factor no-

vedad, como las causas y las consecuen-

cias derivadas de este modelo reproducti-

vo (envejecimiento acelerado, reducción

sustancial en el tamaño de las sucesivas

generaciones), de su difusión y de su evo-

lución, constituyen en la actualidad obje-

to de estudio para numerosos analistas.

La di-

námica de-

mográfica ac-

tual de la Co-

m u n i d a d

Autónoma de

E u s k a d i

(CAE) se in-

serta en los

patrones del

modelo de

muy baja fecundidad, registrando niveles

reproductivos mínimos, incluso inferiores

al umbral establecido por el modelo. Es-

te artículo analiza las características del

modelo reproductivo vasco en el pasado

y en el presente, los factores que favore-

cen el origen del modelo, así como algu-

nas razones que explica su mantenimien-

to.

FACTORES PRECURSORES DEL

MODELO DE MUY BAJA FECUNDI-

DAD EN LA POBLACIÓN VASCA

Según el Censo de Población y Vi-

vienda de 2001, la población de la C.A.E

ha sobrepasado ligeramente los dos mi-

llones de habitantes y mantiene la diná-

mica de reducción de efectivos de los

años precedentes. A lo largo del siglo XX

la población vasca ha triplicado sus efec-

tivos, en un proceso que no ha sido ni es-

table ni homogéneo, sino que ha estado

sujeto a los sobresaltos sociales, políticos

y económicos que repercutieron en la di-

námica poblacional generando fases de

expansión y recesión demográfica. Los

datos aportados por la tabla 3 son un

buen reflejo de los puntos de inflexión y

crisis demográficas a lo largo del siglo. La

evolución del crecimiento de la pobla-

ción vasca desde 1900 indica la importan-

cia específica del crecimiento vegetativo

(saldo entre nacimientos y muertes) y del

saldo migratorio (entre emigrantes e in-

migrantes) en cada momento histórico.

Durante la primera mitad de siglo,

la población vasca crece a un ritmo mo-

derado, crecimiento que fue motivado

fundamentalmente por saldos favorables

de la natalidad respecto de la mortalidad.

Esta tenden-

cia se modifi-

ca a partir de

los años 1950

y en las tres

décadas si-

guientes el ritmo de crecimiento se acele-

ra, siendo particularmente intenso en los

60 y los 70. En este periodo, las circuns-

tancias de bonanza económica acompa-

ñaron y empujaron el dinamismo demo-

gráfico, dando lugar al fenómeno de babyboom, que provocó incrementos de po-

blación superiores al 3% anual. Al au-

hermes nº: 3 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Letonia 2.09 2.01 1.18 1991 1995

Rumanía 2.32 1.84 1.30 1990 1999

Eslovenia 1.71 1.46 1.21 1981 1995

Armenia 2.56 2.63 1.20 1993 1999

Bielorusia 2.08 1.90 1.29 1990 1997

Rusia 2.05 1.90 1.17 1990 1996

Ucrania 2.02 1.89 1.19 1989 1997

Indice Sintético deFecundidad (ISF) Año con ISF

1985 1990 1999 ≤ 2 ≤ 1.3

Grecia 1.67 1.39 1.28 1983 1998

Italia 1.42 1.33 1.23 1977 1993

España 1.64 1.36 1.20 1982 1993

Bulgaria 1.98 1.82 1.23 1987 1995

Chequia 1.96 1.90 1.13 1983 1995

Estonia 2.12 2.04 1.24 1991 1996

Hungría 1.85 1.87 1.29 1980 1999

Fuente: Kohler et al, 2002

Page 54: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

53

mento poblacional de dichos años contri-

buyeron tanto las altas tasas de fecundi-

dad como los intensos flujos inmigrato-

rios, que incorporaron a la población vas-

ca más de un cuarto de millón de

personas en los años 60 (Tabla 3).

Tabla 3. Evolución de la población

de la CAE. 1900-2001

El crecimiento demográfico genera-

do por la alta natalidad y la intensidad del

movimiento inmigratorio entre 1950-1970,

fue el elemento singular que marcó el

comportamiento demográfico en el pasa-

do y, también, el que va a dominar la evo-

lución demográfica presente y futura de la

CAE. La inmigración de adultos jóvenes

de ambos sexos tuvo su efecto inmediato,

aumentando de forma espectacular el ta-

maño de las generaciones en edad de

procrear4. Así, las mujeres nacidas en

1936-40 eran un 80 por ciento más nume-

rosas en 1975 (pasando de 35 mil mujeres

a 63 mil); y los hombres nacidos en 1946-

50, duplicaron sus efectivos en veinticinco

años, pasando de 40,5 mil en 1950 a ser

81,3 en 1975 (Arregi y Larrañaga, 2000).

Tampoco resulta desdeñable la contribu-

ción del factor ideológico al dinamismo

demográfico de la época. La grandeza y

valor patriótico concedido a las familias

numerosas justificaban la defensa de polí-

ticas profamilista y pronatalista vigentes

durante dichos años.

Los resultados provocados por el

aumento de población joven en una co-

yuntura de bonanza económica, fueron

manifiestos: aumento del número de naci-

mientos (los nacimientos registrados en

1976 duplicaron los de 1950), duplicidad

de los matrimonios, a la vez que descen-

sos en la edad media a las primeras nup-

cias y al primer hijo y reducción del inter-

valo intergenésico, aspectos todos ellos

que caracterizaron al baby boom vasco.

En 1975 finaliza el proceso alcista

que había caracterizado la demografía vas-

ca de la segunda mitad del siglo XX. Des-

de el comienzo de los 80, la dinámica de-

mográfica adopta un nuevo rumbo, carac-

terizada por tasas de crecimiento cercanas

al crecimiento nulo o negativo, que se tra-

duce en una pérdida de efectivos, y una

estabilización del contingente poblacional

en torno a los dos millones de personas.

Entre 1981 y 2001 el número de nacimien-

tos disminuye casi un 40 por ciento, a pe-

sar de que el grupo de mujeres en edad

de procrear (de 15 a 49 años) se mantiene

prácticamente invariable (de 534 mil mu-

jeres en 1981 a 539 mil en 2001).

Año Población Crecimiento Crecimiento Nacidos Muertos Saldointercensal Vegetativo Migratorio

1900 603.596 87.830 71.536 213.966 142.430 16.294

1910 691.426 75.349 73.134 213.764 140.630 2.215

1920 766.775 124.935 99.037 229.790 130.753 25.897

1930 891.710 64.054 52.784 183.027 130.243 11.270

1940 955.764 105.476 79.718 191.088 111.370 25.758

1950 1.061.240 105.476 158.188 262.783 104.595 152.226

1960 1.371.654 310.414 250.884 375.819 124.935 256.098

1970 1.878.636 506.982 232.918 377.400 144.482 23.413

1981 2.134.967 256.331 58.689 210.219 151.530 -89.715

1991 2.104.041 -30.926 -11.549 163.203 174.752 -9.905

2001 2.082.587 -21.454

hermes nº:4 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Fuentes: Arregi y Larrañaga, 2000.

Page 55: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

54

CAMBIOS EN EL CALENDARIO E

INTENSIDAD DE LA FECUNDIDAD

El final de la década de los 70 mar-

ca el inicio de la transición de la fecundi-

dad vasca. La tendencia descendente que

comienza en 1976, continúa con una rápi-

da disminución en los años sucesivos, y

cruza en 1980 el umbral del reemplazo

(fecundidad inferior a 2,1 hijos por mu-

jer), permaneciendo por debajo de dicho

nivel hasta el presente. En 1994 la pobla-

ción vasca presenta el Indice Sintético de

Fecundidad (ISF) más bajo de los registra-

dos hasta la fecha (0,9 hijos/mujer), con

valores muy inferiores a los establecidos

como criterio de definición de muy baja

fecundidad para los países europeos (1,3

hijos/mujer). Solo recientemente (1999)

parece haberse iniciado un tímido repun-

te reproductivo, y en 2001 la fecundidad

alcanza el nivel más alto de la década,

atribuida en buena parte a la fecundidad

de la población inmigrante. Sin embargo,

a pesar del incremento observado, la fe-

cundidad vasca continúa siendo una de

las más bajas de Europa, e inferiores a la

media española.

Los datos expuestos en la tabla 4

evidencian claramente cambios, no solo

en la intensidad de la fecundidad –una

reducción del 62% en el número de hijos

por mujer en el periodo 1975-2001– sino

también transformaciones en la estructura

y calendario reproductivo. La edad media

a la maternidad ha experimentado un re-

traso de 3,4 años en el último cuarto del

siglo XX, retraso que se ha acentuado a

partir de los 90, al tiempo que la fecundi-

dad experimentaba mínimos históricos en

la población vasca.

Está bien documentado que los

cambios intensos en el calendario repro-

ductivo provocan una infraestimación de

la fecundidad cuando ésta es medida a

través del índice coyuntural (ISF) como es

habitual, y no mediante índices que mi-

den la descendencia final de una genera-

ción (Bongaarts, 1998; 2002; Kohler y Or-

tega, 2002b)5. Pero en la fecundidad vas-

ca no cabe albergar esperanzas de que la

escasez reproductiva sea atribuible única-

mente a la distorsión de los indicadores

utilizados. Es obvio que el retraso en la

edad a la maternidad no impide a una ge-

neración la recuperación de su fecundi-

dad en edades más tardías. Sin embargo,

dicha recuperación tropieza con los lími-

tes biológicos cuando la edad al primer

nacimiento se retrasa por encima de los

30 años, como en el caso de las mujeres

vascas. Los datos empíricos disponi-

bles de los países del sur europeo confir-

man la negativa asociación entre las dos

variables, así, a medida que se eleva la

edad al primer nacimiento en una genera-

ción, disminuye la descendencia final al-

canzada por dicha generación. En conse-

cuencia, en tanto la edad media al primer

hijo siga retrasándose en la población vas-

ca, aumentarán las dificultades para supe-

rar el bajo nivel reproductivo que le carac-

teriza.

Tabla 4.- Evolución de los indicado-

res de fecundidad y nupcialidad. CAE

Además de los cambios en el calen-

dario y la intensidad, también la composi-

ción de la fecundidad ha experimentado

importantes modificaciones. El descenso

en el número de nacimientos registra dife-

rente intensidad dependiendo de su or-

den o rango. En el periodo 1975-1996 el

ISF de primer rango (primer nacimiento)

descendió un 50%, el de segundo un 60%,

pero el de tercero o superior prácticamen-

te desaparece del patrón reproductivo,

experimentando una reducción superior

al 90% (Tabla 5). Estos datos ponen de

manifiesto que el descenso de los naci-

mientos de segundo y tercer orden está

contribuyendo de forma muy directa a la

emergencia del modelo de muy baja fe-

cundidad en la población vasca, de modo

que muchas mujeres o parejas deciden te-

ner un hijo/a pero muy pocos incremen-

tan la familia con segundos o terceros hi-

jos/as, lo que se traduce en una reducción

del tamaño familiar medio.

hermes nº: 5 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Page 56: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

55

Tabla 5.- ISF y edad media a la ma-

ternidad según rango de nacimiento.

1975-1996

Los cambios experimentados en el

calendario de la fecundidad, también, di-

fieren dependiendo del orden de naci-

miento. En el periodo señalado (1975-

1996) la edad media de las mujeres que

tuvieron un tercer hijo/a se retrasó 1,6

años, mientras que el retraso fue de 2,7

años en la edad media al primer naci-

miento. Los datos de la tabla 5 sugieren

que las mujeres vascas han reducido el

periodo dedicado a la procreación, a la

vez que el periodo intergenésico, provo-

cando una “rectangularización” de la fe-

cundidad, caracterizado por una concen-

tración del tiempo dedicado a la crianza

en un reducido intervalo de edad (Kohler

y Ortega, 2002b).

Tabla 6.- Indice Sintético de Fecun-

didad y Nacimientos en países de la

Unión Europea

La idea de unidad familiar basada

en la ‘pareja’ de hijos y la pérdida de pe-

so específico de los terceros nacimientos

constituye uno de los rasgos característi-

cos del fin de la Transición Demográfica

Clásica. En los países del sur europeo,

que actualmente presentan el modelo de

muy baja fecundidad, la importancia de

los nacimientos de tercer orden o supe-

riores, es todavía considerablemente me-

nor a la que del resto de Europa. En el

caso de la CAE, esta representación es ín-

fima y no alcanza ni la media de España

o Italia (Tabla 6).

Años ISF % nacidos Edad Media Tasa de* Edad Mediafuera Maternidad Nupcialidad al 1º Matrimonio

matrim. Mujeres Hombres

1975 2.77 1.5 28.8 8.71 24.2 26.7

1980 1.86 3.1 28.6 5.78 23.7 26.1

1985 1.29 6.0 29.0 4.39 24.6 26.9

1990 0.99 8.0 29.7 4.75 25.5 27.7

1995 0.91 10.0 31.6 4.62 27.1 29.2

1996 0.95 10.5 31.5 4.53 27.4 29.5

1997 0.98 12.3 31.7 4.61 27.6 29.7

1998 0.96 12.9 31.9 4.87 27.8 29.9

1999 1.01 13.8 32.1 4.75 28.0 30.0

2000 1.03 15.2 32.2 5.10 28.1 30.1

2001 1.06 4.81

1975/1976 1980/1981 1985/1986 1990/1991 1995/1996ISF Edad ISF Edad ISF Edad ISF Edad ISF Edad

media media media media mediaC.AEuskadi 2,67 28,6 1,81 28,6 1,24 29,1 0,97 30,0 0,92 31,3

Rango 1º 1,05 25,4 0,82 25,9 0,60 26,9 0,51 28,4 0,52 30,1

Rango 2º 0,84 28,6 0,61 29,2 0,46 30,0 0,38 31,2 0,33 32,5

Rango 3º 0,78 33,0 0,39 33,3 0,19 34,1 0,08 34,2 0,06 34,6

hermes nº:6 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Fuente: Eustat (Vitoria-Gasteiz), INE (Madrid) * tasa por mil habitantes

Fuente: Eustat (Vitoria-Gasteiz)

Page 57: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

56

ESTRUCTURA DE-

MOGRÁFICOS DEL MO-

DELO DE MUY BAJA FE-

CUNDIDAD

El descenso de los in-

dicadores de fecundidad ha

ido acompañado de cam-

bios o inversión en la ten-

dencia de otros indicadores

demográficos que tradicionalmente se

han asociado a la reproducción. La reduc-

ción de la fecundidad ha ido en paralelo

al descenso de la nupcialidad, cuya tasa

ha disminuido un 45% en los últimos 25

años en la población vasca. Los cambios

en la nupcialidad afectan tanto el calen-

dario como la organización de las unio-

nes, que se manifiestan en retrasos en la

edad media al casarse, y una progresión

al alza de la soltería. Así, tanto hombres

como mujeres se casan menos y más tar-

de. En 1975, mujeres y hombres se casa-

ban como media cuatro y tres años antes

que en el presente (Arregi y Larrañaga,

2000). La edad es uno de los factores más

importantes en la definición de las expe-

riencias y acceso a similares recursos

educacionales y sociales. El acercamiento

en la edad de los cónyuges genera rela-

ciones más simétricas e igualitarias en

la pareja: edades similares implican ex-

periencias y conocimientos similares, y

pautas de socialización comunes. Para-

dójicamente, este acercamiento a la

vez que posibilita un mayor grado de

comprensión y entendimiento entre la

pareja, incrementa el riesgo de conflic-

to. Las parejas basadas en relaciones

más igualitarias son también más frági-

les, al equipararse la situación de am-

bos cónyuges ante los derechos y res-

ponsabilidades individuales y comunes

a la vida familiar y de pareja, hecho

que se traduce en un incremento de las

tasas de separación y divorcio. Según

datos del Eustat, las separaciones ma-

trimoniales y divorcios aumentaron

más de un 200% entre 1986 y 1996, pa-

sando de 11.700 desuniones a 39.000 en

dicha década. Al analizar es-

tas estadísticas hay que te-

ner en cuenta, además de

los cambios en el significa-

do del matrimonio, las trans-

formaciones en las relacio-

nes de género y la inciden-

cia de la aprobación de la

Ley del divorcio en 1981,

cuyo efecto se materializa

en los años posteriores.

La sucesión de estos nuevos fenó-

menos da lugar a situaciones personales

que configuran un nuevo marco de refe-

rencia, con nuevos valores y aptitudes

respecto a la formación familiar y a la re-

constitución de núcleos familiares. La co-

habitación, como unión consensuada,

fuera de toda norma civil o religiosa, no

alcanza en la CAE la relevancia social y

demográfica que pueda tener en los paí-

ses nórdicos, pero es un fenómeno que

incrementa año tras año (en el periodo

1986-1996 aumenta de 9.600 a 38.000 per-

sonas). La reconstitución de uniones es

más frecuente en la cohabitación. Según

los datos del Eustat, en 1996 un tercio de

las rupturas de uniones de cohabitación

rehicieron su núcleo familiar con otra

unión no matrimonial, mientras que en

las rupturas matrimoniales esta propor-

hermes nº: 7 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

ISF* Nacidos Orden de Nacimientofuera del (%)matrim.(%) 1º 2º 3º y+

Alemania 1.3 23.0 44.8 37.7 17.6

Austria 1.3 31.3 45.4 35.7 18.9

Bélgica 1.6 20.1 47.3 32.8 19.9

Dinamarca 1.7 44.9 45.4 35.9 18.7

España 1.2 14.1 51.2 36.5 12.8

Finlandia 1.7 39.2 40.3 33.1 26.7

Francia 1.9 40.7 44.0 34.9 21.2

Grecia 1.3 4.0 47.0 37.7 15.2rlanda 1.9 31.8 40.4 30.0 29.3

Italia 1.3 9.2 51.1 36.0 12.9

Luxemburgo 1.7 21.9 41.2 38.1 19.8

Países Bajos 1.7 25.1 46.8 35.6 17.6

Portugal 1.5 22.2 53.5 32.7 13.8

Reino Unido 1.7 39.5 40.1 36.8 23.1

Suecia 1.5 55.3 42.0 36.3 21.5

Euskadi 1.1 15.2 57.4 36.8 5.7

Fuente: *Population Reference Bureau.

Population Data Sheet, 2002. Eurostat, 2001

Page 58: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

57

ción sólo alcanzó al 1% (Eustat, 1996;

1997).

La proporción de nacidos fuera del

matrimonio, también, crece de forma mo-

derada pero mantenida, y ha pasado de

ser un fenómeno absolutamente marginal

en 1975 a representar el 15% del total de

los nacimientos en 2000 (Tabla 4). A pe-

sar del moderado impacto de la natalidad

fuera del matrimonio, se advierten cam-

bios significativos en su estructura. En el

pasado fue un fenómeno centrado en

mujeres muy jóvenes y frecuentemente

resultado no deseado de relaciones se-

xuales sin control (en 1981 el 56% de los

nacimientos se daban en mujeres meno-

res de 25 años), mientras que en la actua-

lidad su presencia se da en edades más

tardías (en 1995 el 52% de los nacidos

procedían de madres mayo-

res de 30 años). La madurez

de las madres es un claro in-

dicador de fecundidad de-

seada y el efecto sorpresa

asociado en el pasado a la

extramaritalidad ha dado

paso a nuevos modelos que

cuestionan la tradicional li-

gazón entre matrimonio y

descendencia.

FACTORES ASOCIADOS A LA

EMERGENCIA DEL MODELO DE MUY

BAJA FECUNDIDAD

Los cambios en el comportamiento

demográfico están relacionados con ca-

racterísticas de índole social y económi-

co, así como, determinantes individuales,

que favorecen diferentes respuestas en

ámbitos de decisiones tan privadas y per-

sonales como la cantidad y el momento

de la descendencia deseada. Tanto el ca-

lendario como la intensidad de la fecun-

didad están directamente relacionadas a

las circunstancias socioeconómicas en las

que se reproduce dicha población. La so-

ciedad vasca al tiempo que ha experi-

mentado importantes cambios en el mo-

delo reproductivo ha experimentado

cambios en las expectativas y sistema de

valores, a la vez que ha transformado la

estructura productiva y de empleo, fenó-

menos todos ellos que han interactuado,

modificándose mutuamente.

Uno de los aspectos más llamativos

de la evolución de la sociedad vasca en

último cuarto de siglo ha sido la incorpo-

ración de la mujer a la población activa.

Tal como refleja la tabla 6, es apreciable

el incremento de la participación femeni-

na en el trabajo remunerado, con un au-

mento en las tasas de ocupación en las

mujeres de 25-54 años cercano al 150%.

Pero, los valores de estas variables no al-

canzan en la población vasca la intensi-

dad observada en otros países europeos,

ni tampoco su dinamismo reproductivo.

Tradicionalmente se ha con-

siderado que el empleo fe-

menino actuaba como ele-

mento disuasorio de la re-

producción. Recientes

estudios comparativos entre

diversos países europeos

han puesto en entredicho la

asociación negativa entre

estas dos variables. Engel-

hardt, Kögel y Prskawetz

(2001) indican que en los países de la

OCDE la correlación entre empleo y fe-

cundidad fue negativa con anterioridad a

1980, pero pasó a ser positiva con poste-

rioridad a dicha fecha. De modo que en

la actualidad los países que presentan

elevadas tasas de ocupación femenina,

registran a su vez pautas reproductivas

más dinámicas. Los países nórdicos pro-

porcionan un ejemplo de asociación al

respecto, con tasas de empleo femenino

que superan el 70% (Dinamarca: 71,4%;

Suecia: 73,5%; Noruega: 73,8%) y una fe-

cundidad en torno a 1,7 hijos por mujer.

Como factor explicativo de este

cambio entre fecundidad y empleo se se-

ñalan las respuestas sociales e institucio-

nales dirigidas a reducir la incompatibili-

dad entre empleo femenino y materni-

hermes nº:8 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Page 59: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

58

dad. Particular importancia se les conce-

de a las políticas que fomentan la oferta

de empleo a tiempo parcial como estrate-

gia favorecedora de la conciliación de la

vida familiar y laboral. La presencia en la

CAE de esta modalidad de empleo es in-

ferior que la observada en los países del

norte y centro de Europa y ligeramente

superior a los países del sur (Tabla 7).

Tabla 7.- Empleo a tiempo parcial

en mujeres y servicios infantiles públicos

en países de la U.E.

El trabajo a tiempo parcial se consi-

dera una de las soluciones más efectivas

a corto plazo para compatibilizar familia

y empleo, sin embargo, en la medica que

continúa siendo una alternativa casi ex-

clusiva para las mujeres, a medio y largo

plazo tiene otros efectos no deseados, co-

mo la limitación de la carrera profesional,

y limitada

presencia de

la mujer en la

vida pública

y en los ám-

bitos de deci-

sión política

y económica.

Además, el

tiempo par-

cial se ha convertido, por el uso que le

han dado las empresas, en el instrumen-

to de ajuste de sus plantillas a la deman-

da de los consumidores. En torno al 21%

de las mujeres activas ocupadas lo están

a tiempo parcial en la CAE en el año

2000, frente al 2,3% de los hombres, y la

cantidad de mujeres empleadas a tiempo

parcial explica en gran medida la sobre-

rrepresentación de las mujeres en las ca-

tegorías de salarios más bajos.

Tabla 8.- Evolución de los indicado-

res de actividad laboral y formación uni-

versitaria (%)

Recientes estudios (Billari et al,

2002; Billari y Kohler, 2002) plantean que

el nivel de desempleo juvenil emerge co-

mo uno de los factores explicativos del

modelo de muy baja fecundidad en todo

el sur europeo y su capacidad de deter-

minar el rumbo en la fecundidad es ma-

yor que el del nivel de empleo femenino.

En el caso de la CA de Euskadi, el desem-

pleo en edades jóvenes presenta un ca-

rácter crónico, y aunque su evolución ha

sido descendente en los últimos años, en

el 2002 aún alcanza tasas de 21,7% (Tabla

8). La estabilidad de elevadas tasas de de-

sempleo juvenil, se complementa con

hermes nº: 9 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Fuente: Artazcoz et al. (2002) Informe SESPAS; INE, 2000

* Cobertura de los servicios públicos de atención infantil < 6 años

Page 60: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

una oferta de empleo precario y mal re-

tribuido, panorama que conduce a los jó-

venes al alargamiento de los estudios. Las

escasas posibilidades de empleo, junto

con una escasa solvencia económica,

provocan un alargamiento en la depen-

dencia del hogar paterno hasta edades

tardías y un aumento en la inversión del

capital humano mediante el alargamiento

de los ciclos formativos, especialmente

por parte de las mujeres, con la expecta-

tiva de mejorar las capacidades para en-

frentarse a las dificultades del mercado de

empleo.

La incertidumbre económica que

provocan las altas tasas de desempleo ju-

venil se deriva hacia un aumento en la

participación de los ciclos superiores de

estudios, o en la participación en em-

pleos precarios y mal pagados. En cual-

quier caso el resultado será el retraso del

momento de la maternidad-paternidad y

reducción de la descendencia, entre los

primeros por el incremento

del coste oportunidad de los

hijos, entre los segundos,

por la precariedad económi-

ca para afrontar los costes

de la crianza.

Al igual que el desem-

pleo y el alargamiento de

los ciclos de estudios, la di-

ficultad de acceso de los jóvenes a la

vivienda es otro elemento que interfiere

en las pautas y calendario reproductivo

de la población vasca. El elevado precio,

el predominio de un mercado en que

prevalece la adquisición en propiedad,

junto con una limitada oferta de viviendas

en alquiler, induce a la gente joven a per-

manecer en el hogar paterno hasta que

sus recursos financieros le permiten la

compra de este bien, situación que suce-

de con posterioridad a su incorporación

al empleo.

Además de la incertidumbre econó-

mica y la rigidez del mercado laboral,

existe un consenso sobre el papel de las

instituciones públicas en la emergencia y

mantenimiento del modelo de muy bajafecundidad. La escasez de servicios insti-

tucionales dirigidos al cuidado de los ni-

ños y al apoyo a la crianza es un rasgo

característico que comparten las pobla-

ciones que actualmente conforman la

geografía del modelo de

muy baja fecundidad. Tam-

poco las políticas de protec-

ción a la familia han sido

desarrolladas con la misma

intensidad ni alcance que en

los países europeos que hoy

presentan pautas reproduc-

tivas más dinámicas. En

nuestro contexto estas ca-

59

hermes nº:10 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Fuente: Eustat (Vitoria-Gasteiz) & INE (Madrid)

Page 61: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

60

rencias son subsanadas y

compensadas por la red fa-

miliar, pero el apoyo proce-

dente de la familia es insu-

ficiente para atender las

exigencias crecientes de la

sociedad contemporánea.

La lenta adaptación

de la institución familiar a

los nuevos roles que la mujer desempeña

en la vida pública es otro rasgo que pre-

domina en las poblaciones de muy bajafecundidad. La asimétrica distribución del

trabajo doméstico, que se acentúa tras el

nacimiento del primer hijo, aún perdura

en los hogares de las parejas vascas, co-

mo un lastre que impide a las mujeres

participar en plano de igualdad con los

hombres en las esferas privada y pública.

La desigual distribución del trabajo do-

méstico actúa como elemento disuasorio

de la formación familiar y de la natalidad,

por los costes añadidos en

tiempo y esfuerzo que supo-

ne a las mujeres la convi-

vencia en pareja y la crianza

de los hijos. Según la Cuen-

ta Satélite de la Producción

Doméstica (Eustat, 2000), en la CAE el

74% del trabajo familiar está realizada por

mujeres y sólo el 26% por hombres, e in-

cluso cuando las mujeres tienen un traba-

jo remunerado dedican 1,40 horas más

diariamente a las tareas del hogar que los

varones ocupados. El 64% del trabajo y la

dedicación al cuidado de los hijos recae

en las mujeres y sólo el 36% lo asumen

los varones. El resultado es que las muje-

res trabajan más que los hombres y como

contrapartida, el tiempo que disponen

para dedicarlo a actividades de ocio es

menor que el de los hombres (2:45 y 3:03

horas respectivamente), y los hombres

tienen 1 hora y 50 minutos diarios más

para dedicar al trabajo y a

su formación que las muje-

res. McDonald (2002) sugie-

re que el modelo de muybaja fecundidad tiene ma-

yor presencia en socieda-

des, como la vasca, que han

ganado terreno en la igual-

dad de género en las institu-

ciones de orientación indivi-

dual (mercado laboral, edu-

cación, etc.) pero conviven

con importantes niveles de

desigualdad en las institucio-

nes de orientación familiar

(familia u otros modelos de

convivencia), desequilibrio que potencia

una posición abstencionista de las muje-

res en la formación familiar y la natalidad.

CONCLUSIONES

La sociedad vasca comparte con las

poblaciones en las que actualmente se

asienta el modelo de extrema restricción

reproductiva, no solo las bajas t

sas de fecundidad, sino otro con-

junto de características sociales, económi-

cas, culturales y demográficas, que dejan

fuera de dudas la inclusión de la pobla-

ción vasca dentro de la geografía de la

muy baja fecundidad que hoy se extien-

de por el sur europeo.

Ninguno de los factores señalados

hasta aquí, sean del ámbito público o pri-

vado, tengan carácter funcional, estructu-

ral o ideológico, explican

cada uno por si mismo la di-

námica restrictiva y de míni-

mos que venimos observan-

do desde hace años en la

población vasca. El compor-

hermes nº: 11 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe

Page 62: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

61

tamiento demográfico se ca-

racteriza por actuar de for-

ma homeostática con su en-

torno. De modo que, la in-

certidumbre económica, los

vaivenes del mercado laboral, las insufi-

ciencias institucionales en la implementa-

ción de servicios y de políticas, las desi-

gualdades de género en el ámbito domés-

tico, generarán cambios en el calendario

y en la intensidad de los fenómenos de-

mográficos. A la vez que los cambios en

el comportamiento demográfico modifi-

can aspectos de la vida privada y pública

de una sociedad. En consecuencia, solo

cabe anticipar que la fecundidad vasca

permanecerá dentro del modelo de muy

baja fecundidad en tanto el conjunto de

factores analizados hasta aquí permanez-

ca sin variaciones sustanciales.

Para que la fecundidad adquiera un

nuevo dinamismo parece obvio que se ha

de intervenir sobre los facto-

res que de manera más o

menos directa la limitan: po-

tenciando la ruptura de la

dimensión jerárquica de las

relaciones de género y fo-

mentando políticas que estimulen una

mayor equidad social e individual entre

ambos sexos; desprivatizando ciertas res-

ponsabilidades familiares, para que el

coste económico y afectivo de tener hijos

y criarlos no sea más elevado que el que

se asume en sociedades más igualitarias;

cuidando que este tipo de políticas no re-

fuerce los vínculos tradicionales de las

mujeres al espacio doméstico sino que

potencien una nueva dimensión de parti-

cipación, interés y responsabilidad iguali-

taria entre sexos en la esfera familiar;

ofertando servicios desde la

esfera pública que ayuden

a las parejas a la crianza de

sus hijos; fomentando la fle-

xibilidad del trabajo asala-

riado, los permisos de ma-

ternidad y paternidad y de

cuidado de la infancia

cuando lo precise, impi-

diendo que el proceso de

maternidad-paternidad difi-

culte la evolución profesio-

nal de las personas interesa-

das o su reciclaje laboral.

Los cambios en estos factores cons-

tituyen condición necesaria pero no sufi-

ciente para que la fecundidad adquiera

un mayor dinamismo, ya que en las deci-

siones de la formación familiar siempre

prevalecerán la voluntad individual y de

la pareja. En cualquier caso, la exigencia

de los cambios está legitimada y ampara-

da porque antes que políticas de fomen-

to de la fecundidad, constituyen derechos

ciudadanos que persiguen la equidad so-

cial.

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Page 64: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak
Page 65: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

64

Gizon handia dugu Iñaki Pe-

rurena, gorpuzkeraz nahiz

pentsaeraz. Harrijasotzen

lortu dituen marka guztiei esker, Guinness

Libururaino eraman du euskal herriko ki-

rola. Baina Leitzako harakin ospetsuaren

bizitzan badira beste alderdi batzuk, kirol-

zale askok ezagutzen ez dituztenak. Luzaz

plazaz plaza ibili izanak eta azken urteo-

tako Goenkale telesaileko aktore lanak ez

dute behin ere apartatu mundu honetako

kezka eta arazoetatik. Aitzitik ere, Iñaki

Perurena inguruko gora-beherez arduratu-

ta bizi den gizona dugu, saldukerien are-

rio eta egiaren zale amorratua.

Bizitza guztia daramazu herri ki-

roletan. Nola eta zergatik sartu zinen

mundu honetan?

Iñaki Perurena.

Hamasei urterekin hasi nintzen herri

kirola egiten, hasieran aizkolari bezala.

Etxean ez zuten nahi nik harriak jasotze-

rik. Txikitan aitak istorio hau kontatzen zi-

dan: Behin ba omen zen gizon indartsu

bat harri handi bat bizkarrean hartu zue-

na, eta egindako indarkadagaz odola gal-

du eta hil egin zen. Joakin Caballerok, ni-

re aitaren aitona zenak –hargina zela uste

dut– harria Urbitako zubiaren azpian sar-

tu zuen esanez “harri honek ez dezala

beste inor elbarri”. Horixe kontatzen zidan

aitak. Orduan, harriak jasotzeko ilusioa

izanagatik, aizkolari bezala hasi nintzen,

eta dagoeneko 30 urte daramatzat herri ki-

rolean.

Egia esan, ez daukat bat ere penarik

egindako ibilbideaz, ibilbide honek gauza

asko eman dizkidalako, gure herriaren

historia ezagutzeko aukera, esate batera-

ko. Orain dela urte batzuk, muga pasatzea

abentura bat zen. Nik 16 urterekin pasatu

nuen lehendabiziko aldiz, eta Donibane

Garazira heldu ginenean, Navarre irakurri

nuen taberna batean. Emozioa sentitu

nuen esanez “hona nafarren bat etorri iza-

nen da eta, hemen, Frantziaraino nava-

rre”. Noski, orduko historia liburuetan,

Nafarroako historia piska bat leienda mo-

duan saldu izan digute. Batzuentzat, beti

komeni izan da benetako historia tapatuta

edukitzea, eta horrexen ondorioak paira-

tzen ari gara gaur egun.

Patxi Zabaleta, Xabier Gª Argüelloren laguntzarekin

“Erreflexio serio bat egiten badugu, denokkonturatzen gara disparate handi batean

bizi garela”

Iñaki Perurena

Page 66: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

hermes nº:2 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

Inork ez digu ondo azaldu, esate

baterako, nola gertatu zen Nafarroa-

ren konkista...

Batzuek justifikatu egiten dute kon-

kista hori, baina nafarrek ez zuten onartu,

ez konkista izan zen garaian, eta ez geroa-

go ere. Beraz, nik ezin diot barkatu Del

Burgori, ondo baitaki nola izan zen histo-

ria hori, jendeari beste mezu bat saltzea.

“El pirineo Navarro” izeneko bere li-

buruan, Nafarroaren konkistaz mintzatzen

denean, guerras fratricidas esaten du, ez-

ta aipamen bat ere Errege Katolikoei bu-

ruz. Eta banderen gerraz hitzegitean, Lei-

tzako argazki bat agertzen da, nik 12 urte

nituenekoa. Balkoian bandera bakarra

agertzen da. Orduan ez zegoen banderen

gerrarik, baina bandera hark besteari le-

kua kendu zion. Gainera, bandera bakarra

nahi badute, nafarra izan dadila, Nafarroa-

ren bandera.

Puntu honetan, nik faltan sentitzen

dut konklusio serio bat ateratzea, denok

elkarrekin, zer izan ginen, zer garen eta

zer izan behar dugun. Euskaldunok gu-

txienez hori esatea izango dugu azke-

nean, ezta? Eta gure herria Euskal Herria

dela ere bai. Eta ez dela terrorismoa Eus-

kal Herri aske bat izan nahi dugula esatea.

Eta zer sentitzen duzu oraingo

egoera politikoak marrazten digun

etorkizunaren aurrean?

Bi gauza: kezka, ez dudalako segu-

ru ikusten, eta beldurra, egurra ematen ari

direlako. Baina gure jarrerak ere kezka eta

beldurra sortarazten dizkit. Nik galdetzen

dut: Zer gertatuko litzateke, Batasuna eta

AuBren ondoren, beste euskal partidu

abertzale guztiak ere ilegalizatu-

ko balira? Eta benetan ba al da-

kigu zer gertatu zen Lizarra-Ga-

razi hausteko?

Esan nahi dut, hemen

gaudela denak bi izkinetan, bi

mutur daudela herri honetan.

Geure aldetik, ez al dugu ezer

egin behar elkarrekin kontrako

postura bat hartzeko?

Orduan, gure arazoak ez

dira ETA eta Madrilgo Gober-

nuaren jarrera. Beste arazo bat

ere badugu, eta igual hirugarren

65

Page 67: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

arazo hau da handiena, elkarrekin adosta-

sun batetara ezin ailegatzea.

“Egunkaria” itxi eta, handik bi egu-

nera, sekulako burrunda he-

rri osoan, baina berotasun

hori guztia epeldu eta hoztu

egin da sekulan baino azka-

rrago. Bai, “Egunero” hortxe

dago, aurrera ezin tiratuz.

“Egunero” kalean izatea oso

inportantea da, baina ez al da

inportanteagoa “Egunkaria”

irekita egotea?

“Egin” itxi eta “Gara”

sortu zen, “Egunkaria”

itxi eta “Egunero” atera

zen... Badaukagu zerbait,

kimu berriak sortzeko

ahalmena, alegia, baina

bestea tapatuta. Hortik ez

dago aurrera egiterik.

Esan beharrik ere

ez dago, zu zeu, lehe-

nik eta behin, nafarra

sentitzen zarela, ezta?

Bai, eta gainera us-

te dut nire nafar senti-

mendua orain ari dela be-

netako neurri batera etor-

tzen. Miguel Sanzek

esaten du “contra esto deconseguir la independen-cia, más España, másFueros”. Baina garbi dago

zein den benetako me-

zua, Errege Katolikoek

hasitako lanari segida

ematea. Tomas Urtxegik

deitzen dio gaurko Nafa-

rroari “la Navarra reduci-da”. Oso liburu interes-

garria da, historiari begi-

ratzera gonbidatzen

gaituena. Baina, zoritxa-

rrez, historiari begira-

tzean komeni zaiguna

besterik ez dugu ikusiko,

historiaren irakurketa

nork bere erara egiten baitu.

Nafarra ez ezik,

euskalduna ere senti-

tzen zara.

Jakina, baina gauza

bat esplikatu nahi dut. Ni-

re ustez, lehendabizi dago

Jainkoa, gure ulermenak

gehiegi entenditzen ez

duen eta gauza guztien

gainetik dagoena. Ondo-

66

hermes nº:3 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

“Nafarroako historialeienda moduan sal-du digute. Batzuen-tzat, beti komeni izanda historia tapatutaedukitzea, eta horrenondorioak pairatzenari gara”

Page 68: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

hermes nº:4 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

ren dago pertsona. Pertsonek daukate hi-

tza, hitzak ekartzen du hizkuntza, hizkun-

tzak ekartzen du euskara, eta euskarak

ekartzen du euskalduna. Beraz, euskaldu-

na hitzaren ondorea da, eta hitz horren

hizkuntzak markatzen du euskalduna.

Euskal Herria euskaldunok osatzen

dugun herria da, eta euskaldunon herri

honek Nafarroa zuen estruktura bezala.

Gaur egun, estruktura hori reduzitu edo

murriztu delako, Euskal Herri osoa estruk-

tura bihurtu nahi dugu. Seguru aski, Nafa-

rroari benetako tokia kendu zitzaiolako,

orain dela ehun urte Euskadi izen berria

ere sartu zen jokoan.

Euskararen aldeko jarrera ho-

rretan ere, korronte nagusiaren kon-

tra jokatu duzula esan genezake...

Amak beti esaten zuen –eta ez ba-

karrik nire amak– “ondo ikasi erdaraz, ez

dakizula gerta niri gertatu zaidana”. Nor-

bait ate joka etortzen zenean, lotsa ema-

ten zien atera joateak erdaraz ez zekitela-

ko. Euskaldunei euskarak ez duela balio

saldu izan zaie, eta antzeko zerbait gerta-

tu da herri kirolean ere.

Ni harrijasotzailea izan naiz, eta

naiz, eta markak egin ditut. Baina, zoritxa-

rrez, Euskal Herria Euskal Herri izateari

uzten hasi zaio, eta horrek ekarri du herri

kirola ere gauza sinple bihurtzea, euskara

garai hartan gauza sinple bihurtu zen be-

zala.

Zer dira zuretzat kirola eta eus-

kal kirolak?

Gaurko gizartean, ki-

rola montaje bat besterik ez

da, espektakulu entreteni-

garri bat, jende eta diru as-

ko mugitzen dituen feno-

meno bat. Horixe da gaur

egun kirolaz ulertzen dugu-

na. Euskal kirolak ere badu

horretatik zerbait, baina

oso murriztu eta mugatua,

eta murrizketa horrek ekartzen dio eus-

kal kirolari afizioz ere murritza izatea.

Dena den, niretzat, euskal kirola

beste zerbait da, gure aurrekoen

omenezko zerbait. Aizkolari bat, ha-

rrijasotzaile bat edo idi-proba bat

ikusten dugun bakoitzean zera

ikusten ari gara, jendeak bere bi-

zimodua aurrera ateratzeko

egiten zuen lanaren adieraz-

garri bat.

Eta gaur egun,

herri kiroletik ba al

dago bizimodua ate-

ratzerik?

Behin hartu

nuen errenta ai-

torpena egiteko

eskuliburua eta

hauxe irakurri

nuen: kirola-

riek Olinpiadan Espainia errepresentatzen

badute, ADO planari esker, bost milioi ar-

te ez dutela deus ere deklaratu behar. Ho-

riek horrela dabiltza eta gu, berriz, ezin bi-

ziz, prentsan ignoratuta. Nire semeak, esa-

te baterako, lehengo hilean marka bat

egin zuen, eta nik jakin nahiko nuke Na-

farroan zenbat jende enteratu den horre-

taz. Ni neu, ogibidez harrijasotzaile senti-

tzen naiz, baina horretatik bizimodua ate-

ratzerik ez dagoenez, beste gauza batzuk

ere egin behar ditut harakindegian. Herri

honek berezko nortasuna balu, nik ha-

rriak jasotzetik bizitzeko eskubidea izan

nezake, ziur nago.

Lehen, historia ai-

patu dugunez, zer da zu-

retzat historia? Ba al du

zer ikusirik egunerokoa-

rekin? Historiarik gabe

herririk egon daitekeela

uste al duzu?

Ez dago historiarik

gabeko herririk. Motzagoa

67

Iñak

i Pe

rure

na

“Gure arazoak ez di-ra soilik ETA eta Ma-drilgo Gobernuarenjarrera. Beste arazobat ere badugu, elka-rrekin adostasun ba-tetara ezin ailega-tzea”

Page 69: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

edo luzeagoa izan daiteke, baina denok

dugu historia. Basarrik esaten zuen, atzo

jaiotako haurra ere gaur zaharragoa dela.

Mundua sortu zenetik, toki guztiek dute

beren historia, ezkutukoa bada ere. Ipar

Ameriketan, adibidez, badirudi historia

orain dela 200 urte hasi zela, aurretik ze-

gon guztia ezkutuan geratu delako edo ta-

patu egin delako.

Abioi batek istripua duenean, tekni-

koak kaxa beltzaren bila abiatzen dira zer

gertatu den jakiteko. Historiarekin ez da

berdin gertatzen. Historiara jotzen dugu

beti komeni zaigunaren bi-

la.

Michel Labegueriek

“Nafarra, oi Nafarra, Eus-

kadin lehena, ederra zen

ametsa zure erregeena”

kantatu zuen, eta Letek

“Nafarroa arragoa”. Ge-

ro, Benito Lertxundik

Erribera eta Baldorbako

harri landuei kantatu die historiaren

aztarnen bila. Zer ekartzen dizute bu-

rura hiru ideia horiek?

Behin, bilera bat izan nuen Miguel

Sanzekin, eta esan zidan konbentzituta da-

goela Nafarroa Espainiak konkistatu izan

ez balu Frantziak konkistatuko zukeela.

Orduan esan nion: “zer esan nahi duzu,

sortu zenetik Nafarroa ez existitzera kon-

denatuta zegoela?”. Hemen gizaki batzuk

bizi ziren, eta momentu batean, kanpoko

jendea toki horren bila ere hasiko ziren

–godoak, arabiarrak, erro-

matarrak...–. Horren au-

rrean konturatuko ziren in-

darrak bildu behar zituzte-

la, eta horrelaxe sortu ziren

lehendabiziko erreinuak.

Gorabehera horietan guz-

tietan, estruktura hori hau-

tsi egin zen. Hori legitimatu

ala ez legitimatu, hortxe da-

go gakoa. Eta hortxe daude

bi koloreak. Gaur, zoritxa-

68

hermes nº:5 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

“Euskal Herria EuskalHerri izateari uztenhasi zaio, eta horrekdakar herri kirolagauza sinple bihur-tzea, euskara garaibatean gauza sinplebihurtu zen bezala”

Page 70: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

hermes nº:6 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

rrez, bi kolore horietako batean haustura

handia ikusten da. Gero eta sigla gehiago

ikusten dira. Aurkari handi baten kontra

bildu beharrean, sekula baino sigla gehia-

go daude, eta denak salbatzaile datoz.

Nik badakit beste koloreak, espai-

nolismoak, nola jokatuko duen. Gaur, ETA

da espainolismoaren jarrera justifikatzen

duena, baina ETA desagertuko balitz ere,

badakit espainolistek gutxi gora-behera

gauza berdin-berdinak egingo lituzketela,

ETAren aurretik gauza berdinak egin zi-

tuztelako.

Gure artean, aldiz, bakoitzak bere

bidea hartzen du. Beste he-

rri batzuetan, liderra ager-

tzen denean, denak bere

atzetik, baina euskaldunak

esango du “bai, zuk segi

hortik, ni hemendik joango

naiz”. Izaera kontua izanen

da, baina puntu batzuetara

ailegatzen ez saiatzea bes-

teei indarra ematea dela

iruditzen zait.

Bada hitz bat Leitzan, norberak

bere haragitan sufritu duen gauza bat

ikasteko esperientzia adierazten due-

na: gaizpentsua. Munduak gaizpentsu

horretatik ikasi duela uste al duzu, ala

historia behin eta berriro errepika-

tzen da?

Beharbada, historia ez entenditzeak

edo ez jakiteak errepikatzen du behin eta

berriz ere errorea. Inguruari begiratuz ge-

ro, ikusten da historia behin eta berriz

errepikatzen dela, eta badirudi ez diogula

kasurik egiten. Gazte bati kontuz ibiltzeko

esaten zaio, baina azke-

nean utzi egin behar zaio

bere kabuz ikas dezan. Ba-

dirudi historiak ere zahartu

egin behar duela akats ber-

dinetan ez erortzeko.

Bestela ere, mundua

aurrera doala ematen du,

baina norantz? Gaur saltzen

da bizitza honetako triunfo

bezala posizio batzuetan

69

“Gizarteak badu de-segindakoa konpon-tzeko kapazitatea,baina bere kapazitatehori desarroilatzekoaurrena desegin eginbehar du”

Page 71: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

aurrena egitea, postu bat lortzea, pisurik

garestiena izatea, kotxerik onena izatea,

exekutiborik altuena izatea. Horixe da

triunfatzea bizitza honetan, baina zer

triunfo klase da hori? Triunfo materiala

besterik ez.

Itxuraz, gizartea aurrera doa. Hobe-

to esanda, gizarteak badu desegindakoa

konpontzeko kapazitatea, baina bere ka-

pazitate hori desarroilatzeko aurrena de-

segin egin behar du, gero berreskuratzeko

kapazitatea daukala esateko.

Edozein kasutan,

gauza batean behintzat,

oraingo mundua dife-

rentea da. Orain arte, gi-

zakiek ezin zuten mun-

dua desegin, eta orain

desegin dezakete bat-ba-

tean, suntsiketa atomi-

koaren bitartez, edo epe

luzean, desoreka ekologikoare-

kin. Zer eragin ekarriko du ho-

rrek gizaki eta gizartearen kon-

tzientzian?

Horrek ekarriko du askotan

ekarri duena. Adibidez, Irakeko gerra

horretan bota den hori ez bada bota-

tzen, Amerikak Amerika izateari utzi

egingo dio. Horrez gainera, Amerika

horrek eta gaurko gizarteak horrela

segitzeko, ezinbestekoa da egun ba-

tean ez dakit zenbat pertsona gosez

hiltzea. Nik ez dakit gizartean zein bi-

detan goazen, baina erreflexio serio

bat egiten hasten bagara, denok kon-

turatzen gara disparate handi batean

bizi garela.

Gizakiak berdinak garela

esaten da, gutxienez duintasunari

dagokionean. Zer iritizi duzu ho-

netaz?

Ideia guztiak errespetagarriak

direla esaten dugunean, hor badago

berdintasun bat ideietan. Baina ideia

horien aurretik gertakari batzuk dau-

de. Adibide bat jarriko dizut. Etxe batean

lapurreta bat egiten da, eta gero, epaiketa

bat antolatzen da, abokatu eta guzti. Bati

entzuten diozu, eta bai, sinetsi eta arrazoia

ematen diozu, baina gero besteari entzun

eta berdin gertatzen zaizu.

Beraz, ideien pluraltasunari dago-

kionez, gauza bat da esaten diren gauzak,

eta beste bat gertatutakoak eta gertatutako

horien inguruan sortzen diren ideiak.

Askatasuna omen

da gizakiok animalieta-

tik bereizten gaituena.

Zer da zuretzat askatasu-

na?

Bizitzen dudan egoe-

ra honetan zer naizen izate-

ko aukera. Hau da, nik us-

te dot hau naizela, eta hori-

xe izan nahi dut, hori

izateko aukera.

70

hermes nº:7 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

“Abioi batek istripuaduenean, teknikoekkaxa beltza bilatzendute zer gertatu denjakiteko. Historiare-kin ez da berdin ger-tatzen. Historiara jo-tzen dugu beti kome-ni zaigunaren bila”

Page 72: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

hermes nº:8 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

Eta egia al da denborak gau-

zak aldatzen dituela?

Bai, ikuspegiak aldatzen ditu,

zalantzarik gabe. Nik, nire aitona Ina-

ziorekin, aizkora beti aldean erama-

ten nuen, eta egur bat ikusten nuen

bakoitzean, aizkora pasatzen nion.

Baina adinarekin aldatu egiten gara.

Aitonarekin bizitzeak markatu egin

ninduen, baserri giro horrekin lotu,

alegia.

Bizitza Tourra bezalakoa da.

Aurrena egiten duzu etapa txiki bat

berotzeko, gero kilometroen kontra

zeinek dituen indar handienak, gero

mendiko etapa handi batzuk, gero

trantsizioko etapa batzuk eta atzene-

ko etapa izaten da omenaldi bat ira-

bazi duenarentzat. Bizitza piska bat

horretan gelditzen da.

Kultura kontuetara itzuliz,

urteetan euskararen gordeleku

izan ziren baserri eta arrantza gi-

ro horien azkentzearen aurrean,

zer egin behar dugu garai berri

hauetan ere euskarak bizirik jarrai de-

zan?

Gaur, Orioko portuan izan gara

Goenkale grabatzen, eta barkuetan bel-

tzak eta magrebiak ikusten ziren lanean.

Lehenago, euskaldunak ziren beste toki

batzuetara emigratzen zirenak, baina

orain emigrazioa honantz dator. Egoera

honen aurrean, nortasun baten jabe izatea

behar-beharrezkoa dela uste dut, jende

berri horiei gure kulturarekiko interesa

sortu nahi badiegu.

Euskara omen da Europako hiz-

kuntzik zaharrena, eta hala ere, ez du

onarpen ofizial osorik. Eskakizunen

bat egin beharko litzateke Europaren

aurrean ofizialtasun oso hori berma-

tzeko?

Bai, zientifikoki badirudi demostra-

tzen ari direla euskara Europako hizkun-

tza zaharrena dela. Baina, zoritxarrez, Eus-

kal Herrian argi piska bat ikusten den ba-

koitzean, berehala itzali egiten da. Behin

baino gehiagotan gertatu zaigu historian

zehar. Badirudi gure betiko kondena dela.

Europaren aurreko eskakizun horri

buruz, nik uste dut, Espainiak Irakeko ge-

rran parte hartzeak pisua izan dezakeela

eskakizun horri ateak ixteko.

Paralelismo bat eginez, IX. men-

deaz geroztik Nafarroa estatu baten ja-

be izan zenez gero, egia historiko hau

instrumentu bat izan liteke Europan

Euskal Herriaren nortasuna erreibin-

dikatzeko?

Benetako pisua horrek izan behar

luke. Savaterrek eta esaten dute abertzale-

tasuna pisurik gabeko mugimendu etni-

71

Page 73: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

koa besterik ez dela. Baina mugimendu

etniko bat ez dela esateko, hor dago errei-

nu bat, bere monetarekin, bere legeekin,

bere inprentekin, bere estruktura guztiare-

kin. Horrek pisua ez badu, gainerako bes-

te guztiak gutxiago.

Bukatzeko, zer da zuretzat Euro-

pa?

Nik, orain arte, merkatu batu hau

sortu aurretik, Europa ikusten nuen Nafa-

rroako Erreinu zaharra bezala. Baina badi-

rudi gaur Europa zahar horrek beste zen-

tzu bat hartu duela, eta nahi ez badugu

ere, eragin zuzen-zuzena duela gure egu-

neroko bizitzan.

Abeltzaintzan ikusten dut, esate

baterako, Europako arauek zer pisua du-

ten, lau orri diferente bete behar direla,

askotan zentzurik gabekoak. Alde horre-

tatik, esan daiteke Europa urrutiko joku

handi bat dela, dena argitzen duena, edo

urrutiko harresi handi bat, dena ixten

duena.

Nolanahi ere, Europak guregan izan

dezakeen eragin horren gainetik, behar-

bada, Espainiak beti eragin handiagoa

izango du. Kontua da lasterka horretan

zeinek hartzen duen aurrena. Ez gara ge-

hiegi konturatzen lasterketa horrek ga-

rrantzi handia izan dezakeela.

72

hermes nº:9 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta

Page 74: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak
Page 75: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

“Los mejores hombres de Euro-

pa”.

Muchas son las formas de

participar en la construc-

ción de Europa. Han sido

muchas las personas que han tomado par-

te a lo largo de medio siglo en la construc-

ción de Europa. Gracias a estas personas

Europa es hoy el proyecto

común de los europeos. Pe-

ro, en sus inicios, la cons-

trucción de Europa fue obra

de unas pocas personas con

visión de futuro, convenci-

das por su propia experien-

cia y por la generosidad in-

telectual y política que las

inspiraba que Europa tenía

que unirse más allá de su

heterogeneidad –en razón

inversa de su historia fratri-

cida– si quería paz y liber-

tad, progreso y justicia. Los

artífices de la construcción

de las primeras Comunida-

des Europeas fueron testi-

gos directos y al fin, vícti-

mas de la destrucción siste-

mática, física y moral de

Europa propiciada por el

delirio totalitario que se

apoderó del continente en

los años treinta y cuarenta.

A estos hombres que no se

dejaron convencer por la

propaganda ni doblegar por

la fuerza, a muchos de los

cuales él conoció personal-

mente, José Antonio Aguirre

los llamaba “los mejores hombres de Eu-

ropa”.

Hoy nos inclinamos a pensar en la

construcción europea como si se tratara

de un edificio casi acabado. La impresio-

nante arquitectura institucional de la ac-

tual Unión Europea está ahí para hacér-

noslo creer. Aguirre no conoció lo que

hoy conocemos por Unión Europea por-

que murió en 1960. Como otros de los

pioneros de la construcción de la Europa

actual, conoció los comienzos de la em-

presa y las ideas fundamentales que la

inspiraron. Y vivió, en parte protagonizó,

algunas de las circunstancias que están en

los cimientos de la construcción europea.

Por ello, quisiera llevar a cabo un

ejercicio de rememoración y de interpre-

tación política. No voy a tratar de todo en

detalle porque el tema desborda el espa-

cio de este ensayo. No voy a extenderme

en la participación de Aguirre, junto con

otros vascos de diversas filiaciones políti-

cas, en las iniciativas que desembocarían

en la fundación de los movimientos euro-

peístas posteriores a la Segunda Guerra

Mundial. Este periodo ha sido estudiado

en distintos trabajos1. Voy a recordar, en

cambio, circunstancias y tomas de postu-

ra, algunas conocidas, otras menos, re-

montando atrás en el tiempo, sin excluir

del examen peripecias personales de José

Antonio Aguirre que no se suelen relacio-

nar habitualmente con la construcción de

Europa. Por tanto voy a seleccionar algu-

nos momentos de la historia de este siglo

que se despide de nosotros en los que la

acción, en momentos incluso la simple

circunstancia vital de José Antonio Agui-

74

José Antonio de Aguirre y laConstrucción de Europa

Iñaki Aguirre ZabalaCatedrático de RelacionesInternacionales de la EuskalHerriko Unibertsitatea/Universidad del País Vasco.Licenciado en Filosofía porla Facultad Libre de Filoso-fía de Chantilly (Francia).Diplomado del Institutd'Études Politiques de París.Doctor en Ciencias Políti-cas por la UniversidadComplutense de Madrid.Ha impartido docencia du-rante veinticinco años en laEuskal Herriko Unibertsita-tea/Universidad del PaísVasco, impartiendo las asig-naturas de Historia delPensamiento Político, Rela-ciones Internacionales,Teo-ría de las Relaciones Inter-nacionales e IntegraciónEuropea, en euskara y cas-tellano. En la actualidad, escodirector de los Cursosde Derecho Internacional yRelaciones Internacionalesde Vitoria-Gasteiz. Entreotros temas, ha publicadodiversos trabajos sobre ladoctrina nacionalista vascay sobre la ética de las rela-ciones internacionales.

Page 76: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

rre, coinciden de manera a veces paradó-

jica con la idea y el proyecto de la cons-

trucción de Europa. Con el anhelo de una

Europa futura en paz, en justicia y en li-

bertad. Con una Europa en la que el pue-

blo vasco podría lograr su reconocimien-

to pleno como pueblo europeo con voz

política propia.

En consecuencia, quisiera recordar,

como si de sucesivas instantáneas foto-

gráficas se tratara, algunos hitos de la tra-

yectoria, primero europea, después ame-

ricana y, por último, propiamente “euro-

peísta”, de José Antonio Aguirre. Estas

instantáneas ilustran distintas coyunturas

de la historia europea y mundial a partir

de las cuales es posible interpretar el sig-

nificado del compromiso del nacionalis-

mo vasco con la construcción de Europa.

Un compromiso colectivo personificado

en este ensayo por José Antonio Aguirre

en tanto que fue él, también, uno de “los

mejores hombres de Europa”. Uno más

de aquellos que vivieron la noche más

oscura de Europa y tuvieron el coraje de

vislumbrar el alba de un futuro mejor pa-

ra sus hijos. La secuencia completa de las

instantáneas que vamos a recordar, pues-

tas en movimiento como los fotogramas

de una película revela, sobre el telón de

fondo de la Europa desgarrada de media-

dos del siglo XX, no sólo el drama de la

lucha de un hombre, Aguirre, y de una

familia política perseguida entonces den-

tro y fuera de su casa, el nacionalismo

vasco, sino también la trama compleja de

una conspiración más amplia que la vas-

ca en la que esta se integra decididamen-

te desde el inicio aunque sin cosechar

siempre el reconocimiento debido. Me

refiero a la lucha antifascista común, in-

sensible al desaliento en el momento

más siniestro de la historia europea, a la

conspiración diseminada de los demó-

cratas de todo el continente por la liber-

tad, la justicia y la unión de Europa de la

que fue parte constitutiva la historia que

sigue.

Estas son las cinco instantáneas his-

tóricas enfocadas en José Antonio Aguirre

que quisiera rememorar para entender

mejor cual fue la razón de su compromi-

so con y a favor de Europa.

Primera instantánea: El nacionalis-

mo vasco, la generación de 1930 y la idea

de Europa (1930-1936).

Segunda instantánea: La constitu-

ción del primer Gobierno Vasco y el naci-

miento del “caso vasco” (1936-1939).

Tercera instantánea: De Guernica a

Nueva York pasando por Berlín (1940-

1941).

Cuarta instantánea: Imaginando Eu-

ropa en paz y libertad desde el

Nuevo Mundo (1942-1945).

Quinta instantánea: Cons-

truyendo Europa desde el exilio

y en la Guerra Fría (1946-1960).

Primera instantánea:

La generación de 1930 y la

idea de Europa (1930-1936)

Cuando José Antonio

Aguirre entra en política el año

1930 –tenía entonces 26 años–

el nacionalismo vasco estaba

escindido entre las dos ramas

de Aberri y Comunión. Aguirre participa-

rá en el proceso de reunificación del que

surgiría, en vísperas de la República, el

nuevo Partido Nacionalista Vasco que rea-

firmaría los principios doctrinales de su

fundador Sabino Arana Goiri pero que he-

redaría, también, el aporte intelectual de

Comunión en el que estaba presente, ade-

más del interés por el tema de las nacio-

nalidades en Europa, el interés por el eu-

ropeísmo2.

En efecto, es preciso recordar el eu-

ropeísmo manifestado desde la década de

los años 10 por escritores nacionalistas co-

mo Luis de Eleizalde (Axe) quien contra-

pondrá en clave de esperanza para las na-

cionalidades europeas la “Europa futura”

a la “Europa presente” y, posteriormente,

por Engrazio de Aranzadi (Kizkitza) y Ani-

ceto de Rezola (Erreka), quienes, en la dé-

cada de los 20, acogerían con entusiasmo

las ideas paneuropeístas del conde Cou-

denhove-Kalergi, uno de los promotores

de la “idea de Europa”, es decir del pro-

75

hermes nº:2 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 77: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

yecto de los Estados Unidos de Europa.

Con el Memorandum Briand (1930) que

abre la perspectiva de una Unión Europea

de corte confederal3 y es favorablemente

comentado por Kizkitza y Erreka en las

páginas del diario Euzkadi, entramos ya

en la época política que iba a vivir Agui-

rre. Estos precursores, vasquistas y euro-

peístas a la vez, habían formulado y argu-

mentado claramente una posición favora-

ble del nacionalismo vasco ante el

europeísmo democrático y federalizante

de algunos pensadores y políticos euro-

peos de la época de entreguerras. Posi-

ción doctrinal que sería asumida intelec-

tualmente y promovida políticamente por

la “generación de 1930”4, la generación de

José Antonio Aguirre.

En la coyuntura internacional de

aquellas primeras décadas del siglo XX la

“cuestión de las nacionalida-

des” era considerada como

uno de los problemas funda-

mentales de Europa. Lo sería

así antes, durante y después

de la Primera Guerra Mun-

dial. Esa “Gran Guerra”,

principalmente europea, na-

cía, según la interpretación

del Presidente estadouni-

dense Woodrow Wilson, de

los problemas nacionales no resueltos de

Europa tal como lo dejaría expresado en

su famoso “programa de los 14 puntos” de

19185, entrados ya en la guerra los Estados

Unidos. Wilson proponía –no fue el úni-

co– un principio revolucionario heredado

del siglo XIX, que se convertiría en el si-

glo XX en un método para la resolución

de conflictos heredados de la coloniza-

ción europea pero que fue pensado en

origen para Europa: la “libre determina-

ción de los pueblos”, es decir la autode-

terminación. De hecho, al término de la

“Gran Guerra” y a raíz de los Tratados de

Paz de 1919, van a surgir nuevos Estados

en Europa. Este hecho no pasaría desa-

percibido dentro de las filas del naciona-

lismo vasco de la época.

No nos olvidemos tampoco que pa-

ra las generaciones que nacían a la vida

intelectual y política en las primeras déca-

das del siglo –esos serían los años de for-

mación de José Antonio Aguirre– Europa

era el continente entero. Europa era la

“gran Europa” (o sea, la Europa Occiden-

tal pero también la Europa Central y

Oriental “hasta los Urales”). Precisamente,

esa Europa completa a la que ahora esta-

mos volviendo a acostumbrarnos. En

efecto, la “gran Europa” de entonces se

parecía más a la Europa de hoy –es decir

a la “nueva” Europa que ha vuelto surgir

después de la caída del muro de Berlín y

de la desaparición de la Unión Soviética

(y que es, de nuevo, una “Europa de las

nacionalidades”)– que a la Europa esqui-

zofrénica de los grises años de la “Guerra

Fría”. Como consecuencia de esta trágica

partición política e ideológica del conti-

nente –producto del desenlace ambiguo

de la Segunda Guerra Mun-

dial– la construcción euro-

pea daría sus primeros pa-

sos, durante la década de los

50, solamente en algunos

países de la parte más occi-

dental del continente. Sería

por tanto la “pequeña Euro-

pa” –como la llamará Agui-

rre– la que pondría en co-

mún, mediante los instru-

mentos jurídicos internacionales que

serían los Tratados fundacionales de las

primeras Comunidades Europeas, algunos

de sus recursos económicos y más funda-

mentalmente, si cabe, su voluntad política

de unión cada día más estrecha entre los

pueblos europeos.

Es importante comprender este

punto para situarnos en el contexto inter-

nacional y europeo en el que Aguirre ini-

cia su carrera política. Además, en esos

años que van de 1931 a 1936, la acción de

Aguirre estaría volcada principalmente en

el logro de un objetivo político prioritario

e inmediato para los nacionalistas vascos:

la consecución para Euskadi del Estatuto

de Autonomía dentro del marco constitu-

cional de la Segunda República Española

recién estrenada. En la mente de José An-

tonio Aguirre, pero sobre todo en su ac-

76

hermes nº:3 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 78: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

ción, los temas internacionales y más par-

ticularmente los temas europeos no ocu-

paban todavía el lugar que ocuparían

unos años más tarde. Sin embargo, en la

Europa de los años treinta era imposible

abstraerse totalmente de la gigantesca lu-

cha ideológica que se estaba librando en

el continente preludio de la Segunda Gue-

rra Mundial con su antesala, la guerra ci-

vil española. Era la época del auge de los

fascismos. Como síntoma de la pujanza

popular de estos movimientos, Hitler lle-

garía al poder en Alemania, en 1933, por

la vía de las urnas. Ese mismo año, el Par-

tido Nacionalista Vasco organizaba en San

Sebastián un Aberri Eguna que quedaría

en los anales por su lema premonitorio:

“Euzkadi-Europa”, señal viva del euro-

peísmo heredado de la anterior genera-

ción europeísta y vasquista presente en la

mente y en la acción de la

“generación de 1930”.

Pero la política inter-

nacional y más particular-

mente, dentro de ese vasto

campo de acción todavía en

gran parte inédito para el

nacionalismo vasco, los

asuntos de Europa, tenían

–entonces como hoy– sus

propias reglas, su propio có-

digo no siempre comprensible para los

novatos. Lo tendría que aprender Aguirre

en los años más duros de la historia euro-

pea. José Antonio Aguirre, que era dipu-

tado en las Cortes de la República desde

las constituyentes de 1931, viviría, en ese

terreno, la frustrante experiencia de la de-

legación de dirigentes y diputados nacio-

nalistas vascos enviada al Vaticano en

1936, para explicar sin éxito su postura en

vísperas de la tragedia española.

Sin embargo previamente a esta du-

ra experiencia, y esto nos puede interesar

aun más hoy si cabe, Aguirre tendría la

ocasión de estrenarse no sólo como dele-

gado político sino como analista en ese

mundo internacional y europeo con oca-

sión del Congreso de las Nacionalidades y

Minorías de 1935 en Ginebra al que sería

enviado por su Partido en compañía de

Irazusta6. De esa participación quedaría

un extenso informe al Euzkadi Buru Ba-

tzar del Partido Nacionalista Vasco, obra

de los dos delegados vascos Aguirre e Ira-

zusta. Aguirre guardaría un recuerdo im-

borrable –ciertamente no satisfactorio– de

este Congreso y de la visita que realiza-

rían a continuación a la sede de la Socie-

dad de Naciones, puesto que años más

tarde en el exilio de Nueva York, a la ho-

ra de proyectar en plena guerra mundial

la organización futura de la Europa de la

postguerra7 haría una ácida mención a la

atmósfera de estas reuniones internacio-

nales marcadas por la pusilanimidad de

las delegaciones nacionales, el formalismo

hipócrita de las cancillerías y los compro-

misos secretos de la Realpolitik. Esta será

por tanto la primera de nuestras instantá-

neas.

En efecto, lo que

Aguirre e Irazusta descubren

en el Congreso de las Nacio-

nalidades y Minorías de Gi-

nebra es la larga sombra del

nazismo en Europa y más

concretamente en Europa

Central. En consecuencia, la

conclusión no puede ser

muy alentadora para el na-

cionalismo vasco. El nazis-

mo, interesado en el problema de las mi-

norías (especialmente germánicas) en Eu-

ropa influye poderosamente en una

institución cuyo origen se debe, sin em-

bargo, a los servicios secretos y a la diplo-

macia francesa de la primera postguerra

mundial. De forma llamativa, pero lógica

si entendemos lo anterior, las recomenda-

ciones del Informe de Aguirre e Irazusta

se dirigirán a potenciar en el futuro las re-

laciones con las nacionalidades de Europa

Occidental (bretones, corsos, flamencos,

irlandeses, etc.) más que con las naciona-

lidades de Europa Central. De forma lla-

mativa, porque será precisamente de este

extremo occidental de Europa que nace-

rán después de la Segunda Guerra Mun-

dial las primeras Comunidades Europeas

o lo que Aguirre llamará en sus escritos

políticos contemporáneos la “pequeña

77

hermes nº:4 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 79: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Europa” (no sólo porque no

podrá incluir, evidentemen-

te, al conjunto de la penín-

sula ibérica –España y Portu-

gal– entonces hipotecada

por sus dictaduras, sino por-

que estarán también ausen-

tes de ella los países de Eu-

ropa Central y Oriental se-

cuestrados detrás del “telón

de hierro”).

La visita a la sede de la Sociedad de

Naciones no va a ser más alentadora para

Aguirre e Irazusta. Y es que los delegados

vascos llevan a estas dos reuniones una

preocupación de moralidad y de legalidad

internacional característica de la manera

en que la generación nacionalista vasca

de 1930 encaraba los asuntos internacio-

nales. Es el problema de Abisinia. Un cla-

ro caso de agresión por parte de una po-

tencia europea –en este caso la Italia fas-

cista de Mussolini– a un pueblo africano

independiente y, además, inmemorial: el

Imperio cristiano de Etiopía que era, a su

vez, miembro de la Sociedad de Naciones.

La violación de los principios del derecho

internacional por el fascismo y el que-

branto en razón de la pasividad de las Po-

tencias del sistema de seguridad colectiva

promovido en su origen por la Sociedad

de Naciones son en este caso patentes.

De forma premonitoria, el asunto

de Abisinia significará también para el fi-

lósofo católico francés Jacques Maritain,

como para el escritor François Mauriac,

uno de esos escándalos éticos que dan

que pensar sobre la naturaleza de las re-

laciones internacionales y que exigen una

denuncia política clara y un compromiso

activo a favor del pueblo agredido y de la

justicia internacional.

Aguirre e Irazusta plantean este ca-

so en el Congreso de las Nacionalidades y

Minorías sugiriendo la oportunidad de

una moción de condena de la agresión

italiana. Los delegados vascos constatan

pronto con sorpresa y disgusto que la ma-

yoría de las delegaciones no

tiene ningún interés en to-

mar posición ante el proble-

ma de Abisinia por no dis-

gustar a Mussolini, detrás del

cual se perfila la larga som-

bra de Hitler. A continua-

ción, en su visita a la sede

de la Sociedad de Naciones,

Aguirre e Irazusta constatan

que la organización ginebri-

na, más allá de la retórica de

los discursos, no tiene un in-

terés real en defender a uno de sus miem-

bros ante una agresión de un Estado ter-

cero (una potencia europea) violadora de

sus derechos más elementales a la exis-

tencia como Estado independiente. El

mundo -Europa sobre todo-ha empezado

a bascular de nuevo del lado de la políti-

ca de fuerza. Aguirre, como hemos dicho,

no olvidaría nunca esta primera lección

de hipocresía y de cinismo internacional.

Segunda instantánea: La consti-

tución del primer Gobierno Vasco y

el nacimiento del “caso vasco” (1936-

1939)

La constitución del primer Gobierno

Vasco, el 7 de octubre de 1936, es el mo-

mento histórico decisivo para la genera-

ción de Aguirre porque es el primer gran

logro político del nacionalismo vasco.

Convierte institucionalmente a Euskadi

por primera vez en la historia –en circuns-

tancias ciertamente excepcionales y en un

territorio menguado por la sublevación

militar pero, aun así, a través de unas ins-

tituciones democráticamente constituidas–

en sujeto político autónomo y, dadas las

circunstancias, en dueño de hecho de su

propio destino político. La constitución de

un Gobierno Autónomo Vasco, dentro del

marco constitucional de la Segunda Repú-

blica española, supondría así un salto cua-

litativo en muchos ordenes pero muy par-

ticularmente en cuanto a la proyección

política internacional efectiva de la reali-

dad vasca porque confería a ésta el instru-

mento democráticamente le-

gitimado de una representa-

ción gubernamental

78

hermes nº:5 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 80: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

reconocida internamente en

el marco de la legalidad re-

publicana y, en consecuen-

cia, internacionalmente por los gobiernos

antifascistas.

Este hecho institucional decisivo

ayudará a que sean percibidas muy pron-

to por la opinión internacional –y en par-

ticular por algunos intelectuales católicos

europeos– las circunstancias excepciona-

les, tanto ideológicas como humanitarias,

de la primera guerra internacional en la

que se verá, en razón de las circunstan-

cias, envuelto el primer Gobierno Vasco.

En efecto, la guerra civil española, fue en

realidad una guerra internacional, la an-

tesala de la Segunda Guerra Mundial co-

mo a menudo se ha dicho. El campo de

batalla en el que se representó sangrien-

tamente la gran pugna ideológica del si-

glo: totalitarismo contra democracia. El

laboratorio en el que se estrenaron las

nuevas técnicas de la guerra. Es la razón

por la que la guerra civil española fue vi-

vida como propia en Europa y fuera de

Europa y la razón por la que el bombar-

deo de Gernika por la Legión Condor

alemana en abril de 1937 se convirtió rá-

pidamente para los antifascistas en un

símbolo del asesinato de la democracia,

es decir en la matanza de un pueblo iner-

me pero políticamente institucionalizado.

El hecho fundacional de la constitu-

ción democrática del primer Gobierno

Vasco –gobierno de coalición de fuerzas

democráticas (nacionalistas, republica-

nos, socialistas y comunistas), vertebrado

en torno a un partido católico (el Partido

Nacionalista Vasco)– unido al escándalo y

a la polémica que provocó el bombardeo

de Gernika, ataque a una población civil

indefensa, van a propulsar

en el escenario internacio-

nal y en la conciencia euro-

pea, en particular en la con-

ciencia de algunos de los in-

telectuales católicos más

relevantes de la época, lo

que empezará a llamarse el

“caso vasco”. El filósofo

francés Jacques Maritain,

junto a otros como el futuro

Premio Nobel de Literatura

François Mauriac, tomará partido a favor

del pueblo vasco como ejemplo de de-

mocracia injustamente perseguida. A las

tomas de posición personales y a los ma-

nifiestos sucedería en Francia la funda-

ción de la Ligue Internationale des Amis

des Basques (L.I.A.B.)8. La mayoría de los

políticos, intelectuales, escritores o perio-

distas que formarán, junto a alguna auto-

ridad eclesiástica, la sección francesa de

la L.I.A.B. son católicos, aunque no todos.

Maritain redactará, por su cuenta un den-

so estudio sobre la guerra civil española

y “el caso vasco”9. Texto cuya tesis con-

siste en rebatir sistemáticamente el carác-

ter de “cruzada” que algunos católicos

europeos (y la parte más influyente de la

jerarquía eclesiástica española) pretendie-

ron dar a la sublevación de los militares.

Pero si el “caso vasco” se convierte, en

vísperas de la hecatombe mundial, en un

paradigma de la injusticia para algunos

intelectuales católicos, ¿no será porque el

llamado “caso vasco” no es sino una par-

ticular escenificación trágica del “caso eu-

ropeo”? El escándalo de una Europa que

se encamina a su destrucción sistemática,

material y moral. Destrucción de Europa

afanosamente propiciada, en los distintos

países, por fuerzas políticas conservado-

ras y jerarquías eclesiásticas abrazadas sin

escrúpulos al fascismo. Como hemos vis-

to, sin embargo, algunos católicos, en Eu-

ropa y en el mundo, se acordarán de Ger-

nika 1937 de la misma manera que los

delegados vascos al Congreso de las Na-

cionalidades y de las Minorías de Ginebra

se acordaron –ante la indiferencia casi ge-

neral– de Abisinia 1935. Abisinia, precisa-

mente, uno de los lugares

del mundo en donde se

inauguró el mismo método

de bombardeo terrorista

contra la población civil que

fue aplicado en Gernika.

Todo esto tendría que

ver –una vez pasado el ven-

daval de la Segunda Guerra

79

hermes nº:6 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 81: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Mundial– con la construcción futura de

Europa. Influiría en la gestación de la

democracia cristiana de posguerra, es

decir, de un movimiento de ideas con-

vertido después de la guerra en fuerza

política pujante en algunos países euro-

peos que participaría de forma decisiva

en la construcción de la “pequeña Euro-

pa” democrática de la postguerra. En

efecto, ¿que era, en los años treinta, la

democracia cristiana en Europa? Unos

partidos pioneros pero testimoniales co-

mo el Partido Popular fundado por Luigi

Sturzo en Italia, unos círculos prestigio-

sos e influyentes pero con escasa pre-

sencia electoral como el fundado por

Marc Sangnier en Francia, unos impor-

tantes Partidos Católicos que acceden al

gobierno pero no han adquirido todavía

todos sus rasgos demócrata cristianos de

postguerra, como en la Bél-

gica que gobernará Paul

Van Zeeland10.

En este archipiélago

democristiano europeo en

gestación de los años trein-

ta, el caso de los católicos

demócratas vascos llamaría

poderosamente la atención.

En efecto, el Partido Nacio-

nalista Vasco era ya por en-

tonces (contrariamente a algunos de los

grupos demócrata cristianos contemporá-

neos en formación como sucedía, por

ejemplo, en Cataluña), un partido de ma-

sas con vocación de gobierno que había

concurrido en varias ocasiones a las elec-

ciones con éxito. Era, desde varias déca-

das, un partido nacionalista, confesional

y democrático. Por último, aunque no

fuera el primer partido de la difusa fami-

lia de inspiración demócrata cristiana eu-

ropea de la época que accedería en esos

años al poder, lo haría –circunstancia his-

tórica singular– vertebrando un Gobierno

de amplia coalición democrática antifas-

cista en el que participarían no sólo par-

tidos laicos o socialistas sino incluso los

comunistas. Esta última circunstancia sig-

nificó una primicia de considerable im-

pacto doctrinal y político en el campo de

la democracia cristiana europea de pre-

guerra.

Pero la ruptura más profunda que

representaría el “caso vasco” para esta fa-

milia política demócrata cristiana euro-

pea en gestación sería la autonomía que

demostrarían los dirigentes del Partido

Nacionalista Vasco en materia de deci-

sión política frente a las presiones que

sobre ellos se ejercerían por parte de las

jerarquías eclesiásticas. Esta autonomía

de conciencia se ejercería, además, en

una situación de excepción particular-

mente cruel: la guerra, en la que la deci-

sión es de vida o muerte. A favor o en

contra del régimen republicano legal-

mente constituido, a favor o en contra de

la sublevación militar, a favor o en con-

tra de la democracia y de la libertad vas-

ca.

Ello es, sin duda, lo

que, al final de la Segunda

Guerra Mundial en 1945,

querrá expresar concisa-

mente François Mauriac

cuando en un banquete de

celebración de la reconstitu-

ción de la Liga Internacional

de Amigos de los Vascos,

dirigiéndose directamente al

Presidente Aguirre, le diría: “Vous avez

marqué le tournant de la démocratie

chrétienne en Europe” (“Ustedes han

protagonizado el giro de la democracia

cristiana en Europa”)11.

Este reconocimiento sería de im-

portancia política considerable para los

nacionalistas vascos. Da idea, en pala-

bras de un prestigioso escritor e intelec-

tual católico de la época, de la autoridad

moral con la que tanto Aguirre como el

Partido Nacionalista Vasco participarán

en los círculos democráticos cristianos de

postguerra. Esos círculos a partir de los

cuales se reorganizaría la nueva demo-

cracia cristiana europea, círculos con los

cuales (y no sin los cuales) se gestaría la

construcción europea de postguerra. Los

dos fenómenos –refundación de la de-

mocracia cristiana europea y construc-

80

hermes nº:7 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 82: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

ción europea– serán, por entonces, histó-

ricamente concomitantes. Pero volvamos

a la secuencia de nuestras instantáneas

de antes del alba de Europa.

Tercera instantánea: De Guerni-

ca a Nueva York pasando por Berlín

(1940-1941)

Ahora, en razón del estallido de la

guerra europea bruscamente desencade-

nada por los alemanes en junio de 1940

después de una tensa espera, la acción

política se convertirá de la noche a la ma-

ñana, para el Presidente vasco en el exi-

lio, salido momentáneamente de París,

atrapado con su familia en la ratonera de

Dunkerque camino a Lovaina donde está

el resto de la familia, en una aventura

clandestina12. El verdadero José Antonio

Aguirre para sobrevivir en la Europa nazi-

ficada tiene que desaparecer. Aguirre se

convierte, por tanto, en otro.

Merced a la audacia de un

cónsul centroamericano13,

será posible la aparición, por

las calles de Amberes, en la

Bélgica ocupada por los ale-

manes, de un ciudadano pa-

nameño, hombre de leyes y

de negocios con bigote y ga-

fas que, sorprendido por la

guerra en tierra extraña, tie-

ne necesidad urgente de salir de Europa

para retornar a América y a sus asuntos.

Es el Doctor José Andrés Alvarez Lastra, es

decir José Antonio Aguirre Lekube.

Jamás vivirá Aguirre más íntima-

mente la cruda tragedia de Europa. Es la

experiencia de lo que más tarde, ya libre

en América, llamaría de forma desgarrada,

el “exilio dentro del exilio”. En los largos

años de la Segunda Guerra Mundial, les

tocará a muchos europeos, a muchos de

“los mejores hombres de Europa” (entre

ellos a algunos de los fundadores de las

futuras Comunidades Europeas que ha-

bían desempeñados cargos representati-

vos antes del ocaso de la democracia co-

mo, por citar sólo un caso, Konrad Ade-

nauer, alcalde electo de Colonia durante

la República de Weimar, destituido y per-

seguido por los nazis) vivir de una mane-

ra u otra la misma experiencia de pérdida

de la identidad personal y ciudadana en la

destitución, en la persecución, en la cár-

cel, en los campos de concentración y de

exterminio, en la resistencia, en la clan-

destinad. Como Aguirre. De entre los que

sobrevivirán a algunas de estas experien-

cias extremas surgirían los futuros cons-

tructores de Europa. En la tragedia vivida

y sobre todo en el empeño por superarla

para siempre encontrarían sus mejores

credenciales democráticas y su más po-

tente impulso europeísta. Como Aguirre.

Aguirre, primero en solitario, y des-

pués de unos largos meses de espera con

su mujer y sus dos hijos mayores, vivirá

una odisea. Odisea que, comenzada insti-

tucionalmente en medio de los cañonazos

de la guerra civil que se escuchaban des-

de Gernika, seguiría de una forma difícil-

mente imaginable unos años

antes por el exiliado Presi-

dente vasco, ahora despoja-

do de su identidad personal,

en el mismísimo epicentro

de la Europa en guerra, en

Berlín, la gran ciudad cos-

mopolita convertida por Hit-

ler en capital del Tercer

Reich (es decir, para muchos

europeos de entonces, en el

corazón de la Bestia nazi) para proseguir,

cruzando desde Suecia, país neutral, el

Océano Atlántico de significado tan hon-

do para un pueblo marinero y emigrante

como el vasco, arribar por fin a América

(Brasil primero, Uruguay después y la Ar-

gentina…) y, por último, fondear en Nue-

va York, la pujante metrópoli del Nuevo

Mundo en la que nacería el último de sus

hijos.

De toda esta odisea la etapa más

asombrosa para mí es, sin duda, la de Ber-

lín. Porque, a través del deambular del

Doctor Alvarez Lastra por las calles de la

gran ciudad alemana, el conocimiento de

la Europa real y de la vida cotidiana de

sus gentes en guerra se hace de repente

más inmediata, más intima, para Aguirre.

Penetra esta vivencia europea, por así de-

cirlo, por la suela rota de sus zapatos (y lo

81

hermes nº:8 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 83: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

que digo no es metáfora). Y el Doctor Al-

varez observa. Las falsas gafas del falso

Doctor Alvarez deben de ser muy especia-

les porque lo que ve es muy distinto de lo

que la propaganda nazi pregona. Aguirre,

habituado a la guerra y a su dimensión

psicológica, no ve por las calles del Berlín

del crudo invierno de 1941, el inconfundi-

ble pose arrogante de los vencedores si-

no, más bien, la preocupación, la duda, la

desconfianza, el cansancio, el escepticis-

mo y el desánimo, característicos de los

perdedores. Lo repetirá después en múlti-

ples ocasiones: esta impresión, esta intui-

ción sorprendente le convencerá definiti-

vamente, en plena catástrofe europea y

personal, de la ineluctable victoria final de

las democracias y por tanto, también, la

victoria de la “Europa futura” con la que

soñaba ya Axpe a comienzos de siglo.

Después de una de-

sesperante espera de casi

cinco meses en busca de los

indispensables visados y de

las innumerables gestiones

realizadas por sus protecto-

res los diplomáticos latinoa-

mericanos, el falso Doctor

Alvarez junto a su verdadera

pequeña familia, por fin reu-

nida, saldría de Alemania y

lograría embarcar desde Suecia rumbo a

América. Seguirían largas semanas de na-

vegación por el Atlántico. Un buen día, en

medio del Atlántico, una noticia captada

por radio sacude a los pasajeros del Vasa-

holm, el buque sueco en el que navegan,

junto a refugiados europeos escapados de

la Europa nazi, el Doctor Alvarez y la Se-

ñora viuda de Guerra (Mari Zabala, su

mujer): se trata de la firma de la Carta del

Atlántico por Churchill y Roosevelt, en

agosto de 1941.

Escuchemos el relato que hará

Aguirre de este episodio histórico en De

Guernica a Nueva York pasando por Ber-

lín:

Al anochecer del 14 de agosto meencontraba en la cabina de mis hijos, aquienes narraba un cuento vasco comoacostumbraba hacerlo todas las noches,

después de haber rezado con ellos unassencillas oraciones. La narración fue inte-rrumpida por uno de nuestros compañe-ros que llamaba a la puerta del camarote.

-Doctor Alvarez, venga pronto a laradio. Anuncian una importante noticia:Roosevelt y Churchill se han reunido en elAtlántico.

Para mi tenia una particular emo-ción escuchar un acuerdo y unas conclu-siones elaboradas en bien del mundo ennuestro mismo mar, y subí a la radio. Ade-más, para los perseguidos, para quienesveníamos de dejar tierras queridas sujetasa la opresión, significaban aquellas pala-bras algo así como un saludo que se nosdirigía en pleno océano para que siguiéra-mos tranquilos nuestra marcha porquenuestra esperanza no era vana. Con nues-tros oídos pegados a la rejilla del altavoz

fuimos oyendo en silencio losocho puntos de la Carta delAtlántico.

Mis compañeros israe-litas y yo éramos nacionalesde países agredidos, de pue-blos con sus gobiernos en elexilio, con las familias expo-liadas y en la ruina, testigosde páginas horrorosas de re-presión y de crueldad. El len-

guaje de los ocho puntos sonaba a repara-ción, a justicia, a paz.

-Ya era hora de que se hiciera unadeclaración así -exclamó el polaco con en-tusiasmo.

-Magnífica declaración -le contesté.Tiene un sentido universal que difícilmen-te puede darse si no es entre hombres de latalla moral de un Roosevelt o de un Chur-chill que se dan perfecta cuenta de queson mandatarios, no sólo de sus países res-pectivos, sino del mundo entero. No olvi-daremos fácilmente esta declaración oídaen el mar, desde el mismo mar en que hasido proclamada.14

Y es así como a partir de estas pri-

meras reacciones a la noticia histórica de

la Conferencia del Atlántico se entablaría

entre el verdadero judío polaco y el falso

hombre de negocios panameño un diálo-

82

hermes nº:9 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 84: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

go de altos vuelos. Pareciera como si es-

tos dos hombres, tan distintos pero igual-

mente perseguidos, quisieran improvisar,

en medio del océano, una réplica modes-

ta pero no sin grandeza humana de la

Conferencia del Atlántico: “El problema

principal, como sucede siempre [comien-

za el Doctor Alvarez], es su aplicación

práctica. Los programas suelen ser gene-

ralmente muy atractivos. La dificultad co-

mienza cuando es preciso ponerlos en

marcha. Vamos a discurrir un poco basán-

donos en hechos reales. Por ejemplo so-

bre su país, Polonia…”. El extenso dialo-

go relatado por Aguirre versa sobre el fu-

turo del mundo y los principios sobre los

que debería construirse la paz en Europa.

El tema de la libertad y de la dignidad hu-

mana, de la democracia y de los derechos

de los pueblos esta en el centro de la con-

versación.

Pero para Aguirre y su

pequeña familia la travesía

del Atlántico tocaba a su fin.

“Llevábamos 24 días de na-

vegación cuando divisamos

las costas del Brasil inmen-

so. Ya veíamos América. Lle-

gábamos a la tierra de pro-

misión” escribe Aguirre en

De Guernica a Nueva York

pasando por Berlín15. No son, por supues-

to, los únicos europeos que han llegado a

América escapando del nazismo. Por citar

solo un ejemplo, la misma travesía del At-

lántico pero en avión esta vez y de Lisboa

a Nueva York, la había realizado ya, en

agosto de 1940, el conde Richard Couden-

hove-Kalergi, el fundador del movimiento

paneuropeo con quien José Antonio Agui-

rre se encontraría como veremos en nues-

tra siguiente instantánea, en Nueva York16.

Cuarta instantánea: Imaginando

Europa en paz y libertad desde el

Nuevo Mundo (1942-1945)

José Antonio Aguirre va a acometer

a partir de diciembre de 1941, fecha de su

llegada a Nueva York en la que retoma el

mando de la lucha de los vascos contra el

fascismo y al lado de los Aliados, la tarea

intelectual y política de proyectar el futu-

ro de Europa en paz y en libertad junto

con otros demócratas europeos, también

exiliados en los Estados Unidos. La con-

centración de personalidades democráti-

cas europeas en los Estados Unidos es, en

esos años de guerra, impresionante. Mu-

chos de los personajes que han ido apare-

ciendo a lo largo de nuestras instantáneas

históricas se encuentran allí: Coudenhove-

Kalergi, Maritain, Luigi Sturzo, Van Zee-

land, y muchos más17. Nueva York se con-

vierte en un laboratorio de ideas. En efec-

to, sobre todo a partir de la entrada de los

Estados Unidos en la guerra –ahora si au-

ténticamente mundial– precipitada por el

ataque japonés a Pearl Harbour en di-

ciembre de 1941, las iniciativas orientadas

a preparar en medio del esfuerzo de gue-

rra aliado la reconstrucción futura de la

Europa devastada por el na-

zismo se van a multiplicar

rápidamente en suelo ameri-

cano. Aguirre participará,

como veremos, en algunas

de las más importantes.

Al poco tiempo de su

llegada a Nueva York Agui-

rre es nombrado profesor de

la ya entonces prestigiosa

Universidad de Columbia. El

tema que le será encargado para su do-

cencia es la Historia de la Europa contem-

poránea. Entretanto, en febrero de 1942

se inauguraría bajo la dirección de Cou-

denhove-Kalergi y en el marco, esta vez,

de la Universidad de Nueva York (“la uni-

versidad más grande de Occidente”, se-

gún se decía entonces) un Instituto de In-

vestigaciones para una Federación Euro-

pea de postguerra, cuyos trabajos darían

lugar en 1943, a una publicación colectiva

intitulada Post War European Federation.

Aguirre participará en las actividades del

Instituto de Coudenhove-Kalergi aportan-

do, como contribución intelectual y políti-

ca propia a la publicación de Post War Eu-

ropean Federation, un extenso estudio

doctrinal y programático de singular im-

portancia en cuanto a la organización

continental de la Europa de postguerra y

83

hermes nº:10 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 85: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

al método aplicable para el

reconocimiento político gra-

dual en su seno de las nacio-

nalidades sin Estado “atrapa-

das” en las redes estatales

existentes. Este texto se inti-

tulará: “Coordinación de na-

cionalidades europeas”18.

En noviembre de

1942, se publicaba en los

Estados Unidos un manifiesto intitulado

“Frente a la crisis mundial” que firmarían

42 personalidades católicas europeas,

eclesiásticas, intelectuales y políticas. En-

tre los religiosos firmantes destacaba Lui-

gi Sturzo. Entre los intelectuales, Jacques

Maritain y su esposa Raissa. Entre los li-

teratos, la Premio Nobel de Literatura no-

ruega Sigrid Undset. Los políticos que fir-

marían el manifiesto serían Paul Van Zee-

land (antiguo Primer

Ministro Belga), Franz Van

Cauwalaert, George Theu-

nis y José Antonio Aguirre.

El documento “Frente a la

crisis mundial” estaba divi-

dido en dos partes: “La

amenaza del totalitarismo

contra la civilización” y “Los

principios orientadores de

las instituciones futuras”. Se

trataba pues, además, de una toma de

postura intelectual y moral de demócra-

tas europeos de confesión cristiana sobre

la coyuntura mundial y la amenaza del

totalitarismo, de una reflexión política

sobre el futuro de Europa y de sus insti-

tuciones19.

En marzo de 1943 se constituiría en

Nueva York la Oficina de Ayudas y Res-

tauración de Europa después de la Gue-

rra. Al frente de este organismo se encon-

traba el ex gobernador del Estado de Nue-

va York, Lehmans, hombre de confianza

del presidente Franklin Delano Roosevelt.

Su finalidad era la de preparar técnicos

para la reconstrucción europea. Las uni-

versidades principales fueron encargadas

de esa misión, y con ese objetivo se con-

sultó a todos aquellos técnicos o persona-

lidades que podían orientar sobre los pro-

blemas europeos. Uno de

estos gabinetes técnicos fun-

cionaba en la Universidad

de Columbia, bajo la deno-

minación de “International

Administration”. El 11 de

marzo de 1943, Aguirre sería

invitado a pronunciar una

conferencia ante este gabi-

nete técnico sobre el tema:

“Los problemas benéficos y religiosos en

Europa con relación a las ideas totalitarias

y los diferentes problemas nacionales en

el Viejo Continente” (hoy hablaríamos de

problemas humanitarios o de derechos

humanos y de derechos individuales y co-

lectivos, incluidos los de las nacionalida-

des). Lógicamente, la intervención de

Aguirre causaría impacto en un auditorio

altamente especializado y cualificado pe-

ro poco acostumbrado a oír

hablar de tales temas con un

conocimiento de causa tan

directo y preciso20.

A iniciativa de Cou-

denhove-Kalergi, con motivo

del aniversario del falleci-

miento del ministro de asun-

tos exteriores francés y gran

europeísta, Aristide Briand,

que fue Presidente de Honor

de Paneuropa, se organizaría en la Univer-

sidad de Nueva York, el 25 de marzo de

1943, el quinto Congreso Paneuropeo, es-

ta vez en el exilio, que dará lugar a la

constitución de un “Consejo de Europa en

América” integrado por estadistas y perso-

nalidades europeas.

Esto es lo que escribe en sus memo-

rias su promotor, el conde Richard Cou-

denhove-Kalergi, el precursor de la idea

de los Estados Unidos de Europa, el fun-

dador del Movimiento Paneuropa, creado

por él en 1923:

En el momento mismo en que el dis-curso de Churchill concentraba la aten-ción general de la política mundial [se tra-ta del discurso radiofónico encendida-mente europeísta que Churchill pronuncióel 21 de marzo de 1943 en respuesta a lainvitación de Coudenhove-Kalergi y en el

84

hermes nº:11 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

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que propugnaba la constitución de un“Consejo de Europa”], el quinto congresopaneuropeo se abría bajo los auspicios dela Universidad de Nueva York.

Eminentes europeos de mi elecciónformaron el Comité bajo la presidencia deFernando de los Rios, antiguo ministro deAsuntos Exteriores de la República españo-la, de Louis Marlio y de yo mismo.

De este “Consejo de Europa en Amé-rica” formaban parte, entre otros, los dosantiguos primeros ministros Paul Van Zee-land y Milan Hodza; los ministros RudolfHolsti (Finlandia) y Radu Irimescu (Ru-manía); el jefe de Sección austriaco, Ri-chard Schüller; el secretario general delgobierno luxemburgués, Léon Schaus; Só-focles Venizelos, que pronto sería primerministro griego y que mantuvo la tradi-ción paneuropea de su inolvidable padre;el profesor Oscar Halecki, di-rector del Instituto polaco deNueva York; el sabio suizoRaymond de Saussure y elantiguo primer ministro dela República vasca, [José] An-tonio de Aguirre.

La guerra ya había cru-

zado su meridiano. La balan-

za a partir del año 1943 se

inclinaría del lado de las

“Naciones Unidas” (como se denomina-

rían a partir de entonces las potencias

aliadas contra Eje).

El 10 de diciembre de 1944, en la

recta final de la Segunda Guerra Mundial,

se reunía en el Hotel Waldorf Astoria,

“The American Nobel Comitee”, es decir,

la representación en los Estados Unidos

de la institución sueca del Premio Nobel

imposibilitada en su normal funciona-

miento en razón de la gue-

rra, para celebrar solemne-

mente su cuarto aniversario.

En esta ocasión, José Anto-

nio Aguirre intervendrá en el

acto, ante 1.500 comensales,

compartiendo la mesa de

oradores con siete premios

Nobel así como varios políti-

cos, editores y cineastas nor-

teamericanos. El tema de las intervencio-

nes, obligatorio para todos los oradores,

es sumamente interesante incluso desde

nuestra perspectiva de hoy, más de medio

siglo después, como lo era evidentemen-

te entonces puesto que se trataba de la

“Educación para la paz en el mundo de la

postguerra”22. Asignatura aun pendiente a

finales del siglo que ahora acaba.

Quinta instantánea: Constru-

yendo Europa desde el exilio y en la

Guerra Fría (1946-1960)

Es la hora del retorno para José An-

tonio Aguirre. Es la hora tanto tiempo so-

ñada y tanto tiempo preparada. El objeti-

vo del Gobierno Vasco es claro: el retor-

no a Euskadi, el retorno a una Euskadi

liberada del franquismo como lo es Euro-

pa del nazismo y del fascis-

mo. El retorno significaría

para Aguirre el restableci-

miento de las instituciones

legítimas que se dio demo-

cráticamente el pueblo vas-

co en 1936. Significaría, tam-

bién, el encaje institucional

definitivo de Euskadi, como

nación capaz de autogober-

narse, en el gran marco su-

praestatal continental de la Federación o

Confederación Europea que tantos decían

querer construir.

Pero las cosas no serán así. Llegaría

muy pronto, en unos pocos años, la hora

más amarga de todas para Aguirre cuando

los hechos de la postguerra revelarían en

toda su crudeza el abandono y la traición

de aquellos junto a los que se había lu-

chado con lealtad y generosidad en la

guerra por una Europa en

paz, en justicia y en libertad.

Primero, el paulatino reco-

nocimiento del régimen de

Franco por las restauradas

democracias europeas que

lo habían condenado en el

momento de la liberación de

Europa. Después, la pesada

losa que supondría la Gue-

85

hermes nº:12 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 87: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

rra Fría para tantas aspiraciones de liber-

tad en el mundo a causa del miedo a la

utilización del arsenal nuclear del que dis-

pondrían pronto las dos nuevas “superpo-

tencias” –los Estados Unidos y la Unión

Soviética– y por la desconfianza mutua

que engendraría esta amenaza. Como

consecuencia de ello, el acercamiento di-

plomático y militar de los Estados Unidos

a Franco y el apoyo a su régimen por ra-

zones oficialmente estratégicas y oficiosa-

mente políticas. A continuación, la paula-

tina entrada de la España franquista en las

organizaciones internacionales. Y, por úl-

timo, la revancha de los Estados europeos

–reafirmados incluso en sus posesiones

coloniales de preguerra– frente a las colo-

nias fuera y a las demandas de autogo-

bierno de las nacionalidades sin Estado

dentro. Nacionalidades que existían tam-

bién en el seno de la “pe-

queña Europa” que empieza

a construirse en los años cin-

cuenta, a partir de la históri-

ca declaración de Robert

Schuman, entonces Ministro

de Asuntos Extranjeros de

Francia, el 9 de mayo de

1950 y que dará nacimiento

un año después a la primera

de las Comunidades euro-

peas: la Comunidad del Carbón y del Ace-

ro (C.E.C.A).

No será porque no existían condi-

ciones para la esperanza en el momento

en que regresa Aguirre a Europa en ene-

ro de 1945 primero y, definitivamente, en

1946. No será tampoco porque los vascos

no participarían en todas las iniciativas

políticas que pusieron en marcha el pro-

yecto de la Unión Europea. Como escribe

Jean-Claude Larronde: “Después de la

caída del Tercer Reich, los vascos van a

estar en todos los combates por la cons-

trucción política de una Europa democrá-

tica”23. Como han estado, también, junto a

los Aliados, los combatientes vascos de la

libertad en todos los grandes teatros de

operaciones de la Segunda Guerra Mun-

dial desde el Atlántico al Pacífico, desde

Europa entera hasta Africa y América.

El combate por una nueva Europa

democrática y unida sería también, duran-

te los años de la postguerra, el de esos eu-

ropeístas en acción, políticos o sindicalis-

tas nacionalistas vascos –algunos vetera-

nos otros noveles– que, en colaboración

directa con Aguirre, fueron Irujo, Leizaola,

Lasarte, Nardiz, Basterra y algunos jóve-

nes del exilio (como, entre otros, Duraño-

na, Renteria, Agesta y los propios herma-

nos de José Antonio Aguirre, Iñaki y Teo-

doro) y, de forma muy excepcional, Javier

Landaburu, al que Larronde califica de

“principal ideólogo en la materia”24.

Sería la historia de la constitución

en 1947 de las Nouvelles Equipes Inter-

nationales (N.E.I.), núcleo europeo de la

futura organización internacional de la

democracia cristiana, de las que son co-

fundadores los nacionalistas vascos y

que se constituiría en motor

de la democracia cristiana

europea de postguerra y,

también, en motor de la

construcción europea. Sería

la historia del Movimiento

Europeo y del Movimiento

Federalista Europeo. Del

Congreso de Europa de La

Haya en 1948. De los Con-

gresos de las Comunidades

y de las Regiones Europeas en 1949. Ini-

ciativas todas en las que están los vascos

y a su cabeza, en la mayor parte de ellas,

ostentando cargos de honor en razón de

su rango y en razón de la historia, José

Antonio Aguirre.

El sentido político de esta acción es-

taba claro en vista a todo lo que había

precedido históricamente: también se lu-

chaba por una Euskadi unida, reconstrui-

da en justicia, en paz y en libertad luchan-

do por una Europa unida, reconstruida en

justicia, en paz y en libertad. Esa sería la

idea nuclear de Aguirre, ya formulada en

Nueva York en 1943: construir Europa es

construir Euskadi, los dos procesos son

concomitantes e indisociables y –como lo

dejaría plasmado en muchos de sus escri-

tos contemporáneos– el método político

propuesto para ello es el mismo tanto

86

hermes nº:13 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

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dentro de los Estados europeos existentes

como a escala continental: la Federación o

la Confederación25.

Pero, como he dicho al comienzo

de este ensayo, no voy a desarrollar aquí

esta parte de la historia, la última de la se-

rie de instantáneas históricas que he traí-

do a la memoria, no sólo porque es qui-

zás la más conocida, sino sobre todo por-

que no se puede entender sin tener

presentes las anteriores que la iluminan

explicándola por la historia europea del

siglo XX y por la experiencia política vas-

ca de la generación de 1930. Quisiera úni-

camente, a modo de resumen y conclu-

sión, hacer presente en este ensayo, ya no

sólo el rastro histórico sino la voz política

propia de José Antonio Aguirre citando

largamente un extracto del mensaje de

Gabon de 1958 difundido desde París –el

anteúltimo del Lehendakari

Aguirre– porque en él se

condensan los hechos y las

ideas que he intentado ex-

poner por medio de sucesi-

vas instantáneas.

En este texto, a la vez

retrospectivo (“nacimos a la

vida libre en una época tur-

bada”) y programático (“hoy

nos interesa el presente y el

futuro”), estrictamente contemporáneo de

los comienzos de la integración europea,

se expresa el pensamiento auténtico de

José Antonio Aguirre. Primero, sobre la

trayectoria democrática del Gobierno Vas-

co constituido en 1936 y sobre el derecho

inderogable que asiste a los vascos a re-

girse por sí mismos en libertad (“porque

somos hombres y somos pueblo”); des-

pués sobre los procesos de integración

continental entonces en marcha y –en tan-

to que primer mandatario del pueblo vas-

co– sobre su firme posición doctrinal y

política en favor de la unión de Europa

(“nuestra posición ha sido en todo mo-

mento decididamente favorable a la inte-

gración europea”); y por último, sobre su

confianza en el reconocimiento de las na-

cionalidades europeas, como la vasca,

dentro del proyecto común, tal y como

está expresado en los Tratados originarios

de las Comunidades Europeas, de una

“unión cada vez más estrecha entre [los]

pueblos” europeos (“una Europa en la

que se garantice la libertad general y sirva

de amplia base para la reorganización de

todas las libertades, desde la del hombre

hasta la del Estado, pasando por las colec-

tividades naturales y las nacionalidades”).

Nacimos a la vida libre en una épo-ca turbada envolviéndonos primero laguerra fratricida desencadenada en Espa-ña por el militarismo y la antilibertad e,inmediatamente, arrojados ya de la Pa-tria, la contienda mundial provocada porel totalitarismo hitleriano. En ambos con-flictos nos situamos en el campo de la li-bertad sin que alterara nuestra decisión labrutalidad repelente de la guerra civil consu sangrienta estela de venganzas y de

odios, ni la hipocresía delmundo internacional, rápi-do en el prometer como en elolvidar. No nos arrepentimosde nuestra opción, ni perde-mos memoria de aquello, he-chos aun cuando sean episo-dios que pertenecen ya al pa-sado.

Hoy nos interesa elpresente y el futuro. Y ante

ellos nos presentamos enarbolando la mis-ma bandera, la de la libertad, exigenciaideológica permanente porque somoshombres y somos pueblo. Dicen algunosque la era de los pueblos y sus reclamacio-nes de libertad, sobre todo si se trata depueblos pequeños, pertenecen a una épocapasada. Sin embargo nunca se han pro-clamado más independencias que en lostiempos que vivimos…

Por eso podemos proclamar sin re-paros que nuestra reivindicación de liber-tad, la nuestra, la de nuestro pueblo vascoconstituye un problema vivo, que lejos deperder actualidad corresponde a las exi-gencias de nuestro tiempo. Conforme aellas, el viejo problema de la conjugaciónde la libertad y la autoridad ha cobradoun volumen excepcional porque ha pasa-do del área nacional al campo internacio-

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nal. Superado el concepto es-tatal por inadecuado a lascircunstancias modernas, seha impuesto la necesidad de organizar es-pacios geográficos más amplios, dotándo-los de formas políticas superiores y comu-nes aplicables a diversos pueblos y Estados.Estas integraciones político-económicas deenvergadura casi continental obedecen aexigencias muy variadas de la vida mo-derna que reclama un orden en la pazque ninguno de los pueblos integrantespuede por si mismo garantizar. Estas or-ganizaciones de carácter más universalson tanto más necesarias cuanto más de-sarrollados sean los pueblos que las com-ponen. Este es el caso de Europa.

Pero si es necesaria una autoridadsuperior que defienda el orden y el interésde todos, no menos necesario es el respetoa la libertad nacional de ca-da uno de los miembros quecomponen la organizaciónsupranacional. Sobre estasbases que quieren armoni-zar la autoridad con la li-bertad se han edificado for-maciones políticas de alcan-ce intercontinental…

…Tan fuerte es la exi-gencia de la hora presenteque, a pesar de cuantos obstáculos colo-can en su camino viejos prejuicios patrió-ticos o intereses anquilosados, ha llegadoel momento de poner en marcha a Euro-pa… pueblos adelantados y progresivosque no ven otra solución para su salud yseguridad futuras que la de su unión enuna organización común y supranacio-nal. Supone esta marcha hacia la unidaduna obligada cesión de determinadas fa-cultades correspondientes a la soberaníade cada Estado. Esta cesión encuentra vio-lenta oposición en aquellos sectores que vi-ven del recuerdo de las glorias pasadas co-mo si la historia se hubiera detenido enaquellas edades. Superando estas dificul-tades surgió a la vida una pequeña Euro-pa, así llamada a pesar decontar ciento setenta millo-nes de habitantes, núcleo

inicial y perfectible que creóla Comunidad del Carbón yel Acero, la Comunidad de

la Energía Atómica, el Euratom y la Co-munidad Económica o Mercado Común.La Comunidad del Carbón y del Acero lle-va varios años de progresiva existencia y elMercado Común comenzará su vida elpróximo 1 de enero. El control de sus acti-vidades está a cargo de la Asamblea par-lamentaria europea, hoy con jurisdicciónsobre la Comunidad del Carbón y del Ace-ro y, a partir del 1 de enero, sobre el restode las Comunidades aprobadas.

Todas estas creaciones del ingeniohumano, aunque tengan por el momentoun carácter predominantemente econó-mico, tienen por finalidad suprema la sal-vaguardia de una sociedad trabajadora yprogresiva regida por hombres libres. Por

eso la temen los Estados dic-tatoriales de todo color, quehan suprimido la opinión li-bre y la competencia espiri-tual sin las cuales no se con-cibe la Europa futura. Nues-tra posición ha sido en todomomento decididamente fa-vorable a la integración eu-ropea y, dentro de nuestramodestia, hemos colaborado

desde el principio en los organismos crea-dos para favorecerla. Esta postura está deacuerdo con nuestras convicciones demo-cráticas y con la visión de una Europa enla que se garantice la libertad general ysirva de amplia base para la reorganiza-ción de todas las libertades, desde la delhombre hasta la del Estado, pasando porlas colectividades naturales y las naciona-lidades.26

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hermes nº:15 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

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NOTAS AL TEXTO

1 Existen hoy distintos tra-

bajos historiográficos sobre la acción exterior del

nacionalismo vasco. Destacaría por su carácter sis-

temático relacionado con el tema de este ensayo,

el último trabajo de Alexander Ugalde Zubiri, “La

participación vasca en el movimiento europeísta y

federalista”, en la obra colectiva Los vascos y Eu-

ropa, Vitoria-Gasteiz, Fundación Sancho el Sabio,

2000.

2 Sobre los precursores del europeísmo ver

Alexander Ugalde Zubiri, La acción exterior del na-

cionalismo vasco (1890-1939): historia, pensamien-

to y relaciones internacionales, Presentación de

Francisco Aldecoa Luzarraga, Instituto Vasco de

Administración Pública, Oñati, 1996.

3 Sobre este documento histórico como

otros documentos iniciadores de la “idea de Euro-

pa”, como los manifiestos y escritos del conde

Coudenhove-Kalergi, conviene referirse a la rica

compilación realizada por Antonio Truyol y Serra,

La integración europea. Análisis histórico-institu-

cional con textos y documentos, I. Génesis y desa-

rrollo de la Comunidad Europea (1951-1979, Ma-

drid, Tecnos, 1999, pp. 153ss.

4 Me inclino por la expresión “generación

de 1930” –que era la expresión que utilizaba con

precisión Jesús María de Leizaola– de preferencia a

la de “generación de 1936”, habitualmente utiliza-

da por algunos historiadores del nacionalismo vas-

co en referencia a la constitución del primer go-

bierno vasco y a la guerra civil, porque la primera

fecha (que coincide con la reunificación del Parti-

do Nacionalista Vasco y la fundación de Acción

Nacionalista Vasca en vísperas de la proclamación

de la Segunda República española) es la que mar-

ca realmente la entrada en la acción política de

una nueva generación de políticos nacionalistas

vascos, con sus consecuencias posteriores.

5 Este programa fue formulado por el Presi-

dente estadounidense el 8 de enero de 1918, en

una solemne intervención ante el Congreso de los

Estados Unidos por la que declaraba la entrada en

la guerra de los Estados Unidos contra de las Po-

tencias de la Alianza liderada por el Imperio Ale-

mán.

6 Alexander Ugalde analiza en detalle esta

gestión de los delegados vascos a Ginebra en La

acción exterior del nacionalismo vasco (1890-

1939), pp. 501-509.

7 Entre otro lugares, en su estudio de 1943

intitulado “Coordinación de nacionalidades euro-

peas”, reproducido en José Antonio de Aguirre y

Lecube, Obras Completas, tomo II, Compilación a

cargo de Martín Ugalde, Sendoa, Donostia, 1981,

pp. 477-478. Trabajo al que nos re-

feriremos más adelante.

8 Sobre la Ligue Internatio-

nale des Amis des Basques

(L.I.A.B.) disponemos ahora del

estudio historiográfico extenso y

bien documentado de Jean-Claude

Larronde, Exilio y Solidaridad. La

Liga Internacional de Amigos de los Vascos, Prefa-

cio de José Antonio Ardanza, Lehendakari de Eus-

kadi, Traducción de Rafael Aparicio Martín, Bida-

soa, Instituto de Historia Contemporánea, Bilbao,

1998. Sobre los antecedentes y la génesis de la

L.I.A.B, es imprescindible remontarse a la figura

generosa de Manuel de Ynchausti cuya trayectoria

vital demuestra que no es imprescindible ostentar

mandato político alguno ni figurar en puestos ho-

noríficos de las organizaciones creadas de su pro-

pia mano para influenciar poderosa y decisivamen-

te en la historia. Sin él, la peripecia europea de Jo-

sé Antonio de Aguirre hubiera acabado

probablemente en Berlín. Sobre Manuel de

Ynchausti ver el trabajo historiográfico de Jean-

Claude Larronde, Manuel de Ynchausti (1900-

1961). Un mecenas inspirado, Bidasoa, Instituto de

Historia Contemporánea, 1998.

9 Prefacio a la obra de M. A. Mendizabal,

Aux origines d’une tragédie, Desclée de Brouwer,

París, 1938. Por la importancia de su autor en la

historia del pensamiento político católico y por su

influencia en la doctrina de la democracia cristia-

na merece recordar este texto que hoy podrá sor-

prender a más de uno pero que refleja bien el es-

píritu de la época y la forma de razonar de los ca-

tólicos demócratas: “Atacados… en tanto que

nacionalistas, con la misma violencia que el Fren-

te Popular (al que nunca han adherido) en tanto

que “marxista”, y que el gobierno legal en tanto

que surgido del Frente Popular, bruscamente colo-

cados de ese modo ante los problemas de cons-

ciencia más angustiosos, lo que se han propuesto

y lo que ha motivado su conducta, ha sido defen-

der su propia existencia nacional y cultural, y man-

tenerse fieles a una comunidad temporal (el Esta-

do republicano), del que sin duda los comunistas

formaban parte…, pero en el que precisamente,

habían combatido siempre al comunismo, y que

les había reconocido el acceso a la autonomía rei-

vindicada por ellos. Han considerado estar en la si-

tuación en la que un Estado que está sometido a

una agresión que lo amenaza en su existencia, las

faltas, aunque fuesen las más graves, cometidas

por él, no autorizan a uno de sus miembros a

abandonarlo ante el enemigo. Y en el orden espi-

ritual, esperaban depositar así para el porvenir de

España entera, un germen de reconciliación de la

masa irreligiosa a su fe.” (pp. 26-29).

10 Alexander Ugalde, en “La participación

vasca en el movimiento europeísta y federalista”,

menciona como antecedente remoto de las Nouve-

lles Equipes Internationales, la creación, en 1928,

de un Secretariado Internacional de Partidos De-

mócratas Cristianos.

11 Citado por Jean-Claude

Larronde en “François Mauriac y

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hermes nº:16 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 91: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

los Vascos”, en Homenaje. José

Antonio de Aguirre. Omenaldia,

Bidasoa, Instituto de Historia Con-

temporánea, Bilbao, 1999, p. 86.

Por su parte, José Antonio de Aguirre, recordando

la frase pronunciada por Mauriac en 1945, la glo-

saría de la siguiente manera en 1953: “Es decir que

el ejemplo vasco de 1936 constituye el viraje, el

punto de partida de una posición nueva y decisiva

que los movimientos democráticos europeos de

inspiración cristiana habrían de adoptar en lo suce-

sivo cuando la libertad individual y la nacional fue-

ran atacadas por quien fuera. Si hasta entonces ha-

bía habido coaliciones civiles en tiempos de paz

con fuerzas de ideología diferente, ahora se trata-

ba de la defensa de la libertad con las armas en la

mano. Y esto, aun cuando enfrente se pusieran las

clases conservadoras, aunque objetaran los filóso-

fos de ocasión, más o menos al servicio de un cris-

tianismo acomodaticio, aunque se invocara el or-

den social como pretexto, aunque los aires de cru-

zada ganaran la adhesión de las autoridades

eclesiásticas. Esta conducta marcó una indepen-

dencia de criterio en materia civil opuesta a la su-

premacía y al capricho del César, así como a la

confusión entre las cosas del César y las cosas de

Dios. Más tarde, en el conflicto mundial vimos por

los campos de Europa a hombres de la misma sig-

nificación, mezclados en todos los movimientos

populares y resistentes, que combatían la agresión

del totalitarismo nazi y fascista. Y como esta posi-

ción fluye de firmes principios les veremos en el

futuro enfrente de todo totalitarismo y de toda dic-

tadura negadora de la libertad, sea de la derecha o

de la izquierda. Este rompimiento trascendental

con las fuerzas reaccionarias, amigas por lo gene-

ral de todos los cesarismos, fue estudiada con in-

terés por los más eminentes pensadores católicos

de nuestro siglo. Así Jacques Maritain llamaba “el

caso vasco” a la posición adoptada por los vascos

no sólo porque defendían su libertad nacional, si-

no todos los principios de la libertad humana, y

François Mauriac trasladaba esta apreciación doc-

trinal al campo de la política europea calificando a

los vascos como precursores de la nueva y defini-

tiva etapa y posición de la democracia cristiana

continental.” (Prólogo a Pedro de Basaldua, El Li-

bertador vasco. Sabino de Arana Goiri, Biografía

histórica, Ekin, Buenos Aires, 1953, pp. 5-6).

12 Como es sabido, los detalles de esta aven-

tura fuera de lo común son relatados en la parte

autobiográfica del libro de José Antonio de Agui-

rre, De Guernica a Nueva York pasando por Ber-

lín, Ekin, Buenos Aires, 1944 (1ª edición).

13 El Cónsul de Panamá en Amberes, Guar-

dia Jaén.

14 De Guernica a Nueva York pasando por

Berlín, Ekin, Buenos Aires, pp.

321-322. José Antonio de Aguirre y

Lecube, Obras Completas, tomo II,

p. 387.

15 José Antonio de Aguirre y

Lecube, Obras Completas, tomo II,

p. 389.

16 En un escrito autobiográ-

fico intitulado J’ai choisi l’Europe (“Yo he elegido

a Europa”) Richard Coudenhove-Kalergi describiría

de la siguiente manera –con su peculiar estilo líri-

co que nos restituye de paso el espíritu de una

época– su vuelo hacia América: “El 3 de agosto [de

1940], muy de mañana, subimos a bordo del Yan-

kee Clipper. El día era claro y bello. Veíamos desa-

parecer la ciudad [de Lisboa], después la costa co-

ronada de colinas de Cintra, nuestro último asilo

europeo, que se desvanecía ante nuestros ojos co-

mo un paraíso perdido… Ahora volábamos hacia

el sol poniente. La travesía por encima del Atlánti-

co fue de una belleza indescriptible… Salidos de la

Europa hitleriana y dirigiéndonos hacia el nuevo

mundo, lancé una mirada hacia atrás sobre nuestra

vida, sobre los dieciocho años de nuestra lucha

por la paz. La mayor guerra de la historia interrum-

pía de forma provisional nuestra tarea. Un inmen-

so pájaro fabuloso había venido a rescatarnos, de

la punta más extrema de Europa donde nos había

impelido el avance hitleriano, expulsándonos por

dos veces de nuestro hogar, para llevarnos a un

país libre y pacífico. Detrás nuestro yacía vencida,

reducida a servidumbre, la Europa rota. Y sin em-

bargo, yo guardaba la convicción de que volvería-

mos a verla un día, emergiendo de la guerra y de

la esclavitud para una era de libertad y de unidad.

Con un sentimiento más fuerte que toda lógica, yo

creía en la victoria de Churchill sobre Hitler… Me

desperté tras una noche tranquila, mientras el sol

se levantaba por encima del mar. Delante nuestro

se extendía el vasto imperio de Occidente de

quien dependía, en fin de cuentas, el desenlace de

la guerra. El nuevo mundo decidiría en una gran

medida la suerte del viejo mundo, su unificación o

su despedazamiento. Por tanto se trataba de ganar

para la causa de Paneuropa América entera: su go-

bierno, el congreso y la opinión pública. Todo mi

pensamiento se tensaba en adelante hacia esa me-

ta. Nuestra travesía del océano no debía ser un fin,

sino un comienzo. De repente la tierra apareció:

era América!… En unos minutos más aterrizába-

mos en La Guardia, veintiséis horas después de

nuestra salida de Lisboa. El océano atlántico que

habíamos cruzado en un día y una noche, me pa-

reció un ancho río que unía las dos orillas de nues-

tra común civilización; vasto mar mediterráneo de

los nuevos tiempos, este océano es la cuna de una

unión entre Panamérica y Paneuropa, que un día

verá nacer una era mejor.” (Richard Coudenhove-

Kalergi, J'ai choisi l'Europe, Prólogo de Winston S.

Churchill, Plon, Paris, 1952, pp. 261-263 passim)

17 Entre tanto, el discreto Jean Monnet, futu-

ro inspirador de las primeras Comunidades Euro-

peas y personaje ausente de esta

historia particular, era enviado ofi-

ciosamente por Churchill acerca

de la administración Roosevelt pa-

90

hermes nº:17 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

Page 92: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

ra convertirse, entre agosto 1940 y

febrero 1943, en el cerebro en la

sombra del Victory Program, la

planificación del esfuerzo de gue-

rra industrial de los aliados en los Estados-Unidos

(Jean Monnet, Mémoires, Fayard, Paris, 1976, pp.

215-257)

18 “La coordinación de nacionalidades euro-

peas”, estudio publicado primero en Post War Eu-

ropean Federation, Nueva York, diciembre 1943 y,

posteriormente, en la revista Euzkadi de Caracas

en 1944. Una versión reducida de este escrito será

publicada en París, en la revista Corps diplomati-

que. Revue internationale, ju1io 1948, pp. 19-20,

bajo el título: ”Le problème des nationalités devant

la Fédération Européenne”. Tanto la versión origi-

nal en castellano como la versión francesa están re-

producidas en la compilación de Martín Ugalde,

José Antonio de Aguirre y Lecube, Obras comple-

tas, tomo II, pp. 473-479 y 791-793, respectivamen-

te. Puede leerse un análisis de este texto revelador

(contemporáneo, por lo demás, de algunos de los

primeros manifiestos europeístas clandestinos de la

resistencia democrática europea), en mi trabajo

“Nacionalismo vasco y relaciones transnacionales

en el contexto de la frontera hispano-francesa: cua-

tro modelos históricos”, en Celestino del Arenal

(Coordinador), Las relaciones de vecindad, IX Jor-

nadas de la Asociación Española de Profesores de

Derecho Internacional y Relaciones Internaciona-

les, San Sebastián, junio de 1985, Universidad del

País Vaco/Euskal Herriko Unibertsitatea, Bilbao,

1987, pp. 93-101.

19 Euzko Deya, nº 129, Buenos Aires, 30 de

noviembre de 1942. Citado en Koldo San Sebas-

tián, El exilio vasco en América. 1936-1946. La ac-

ción del Gobierno: política, organización, propa-

ganda, economía, cultura, diplomacia. Txertoa, San

Sebastián, 1988, p. 41.

20 Conversaciones sobre José Antonio Agui-

rre, Presentación de Iñaki Anasagasti, Idatz Ekin-

tza, Bilbao, 1983, pp. 238-239. Koldo San Sebas-

tián, El exilio vasco en América. 1936-1946, pp. 41-

42.

21 Richard Coudenhove-Kalergi, J'ai choisi

l'Europe, p. 27.

22 Conversaciones sobre José Antonio Agui-

rre, Idatz Ekintza, Bilbao, 1983, pp. 240-243 y 245-

248.

23 Jean-Claude Larronde, Exílio y solidari-

dad. La Liga Internacional de Amigos de los Vas-

cos, p. 289.

24 No le falta razón a Jean-Claude Larronde

si al incansable activismo europeísta de F. Javier de

Landaburu, desempeñando innumerables funcio-

nes representativas y ejecutivas en los movimien-

tos federalistas y europeístas, uni-

mos su aportación intelectual y

política más conocida –aportación

doctrinal más que ideológica– a la

reinterpretación demócrata-cristia-

na, federalista y europeísta del na-

cionalismo vasco: La causa del

pueblo vasco, texto escrito en el

exilio de Paris, en estrecha comunión de ideas con

José Antonio de Aguirre, que será publicado en

1956 y del que existen numerosas reediciones.

25 Por ejemplo, en un texto poco conocido,

contemporáneo de la constitución en 1949 del

Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo, al

que José Antonio de Aguirre se refiere como

“Congreso o Asamblea de Strasburgo”, principal

logro político del “Congreso de Europa” celebrado

en la Haya un año antes en el que él mismo par-

ticipó como lo hizo ese mismo año –enlazando

con la historia de preguerra que hemos recorda-

do– en el Congreso de las Nacionalidades y Regio-

nes Europeas de París: “Lo que hace medio siglo

aparecía como una utopía, hoy va camino de ser

realidad: el caso de Europa lo demuestra. No hay

sino fijar la atención en el Congreso de Strasbur-

go. Ha bastado que se hayan reunido un centenar

de representantes de los diferentes pueblos libres

de Europa, para que haya dado un avance nota-

ble, en extensión y en profundidad, la idea de la

Federación de Europa. Lógicamente los pasos son

lentos, pero ha surgido desde las primeras sesio-

nes el acuerdo creador y revolucionario que esta-

blece la necesidad de una autoridad política sobre

Europa. En consecuencia, la Comisión Política de

la Asamblea de Strasburgo, ha recibido la instruc-

ción de estudiar las Bases de la futura Constitu-

ción de Europa aplicando los principios federati-

vos. Sólo este hecho constituye un gran triunfo

democrático porque tan importantes acuerdos han

abierto una nueva era de relación entre los pue-

blos. Paralelamente a este movimiento, ha surgido

otro que no tiene la espectacularidad del repre-

sentado en la Asamblea de Strasburgo. Me refiero

al Congreso de las Nacionalidades y Regiones Eu-

ropeas, que se reunió en París en la Primavera pa-

sada y ha vuelto a reunirse en Versalles los 16 y

17 de este mismo mes de noviembre. Suscitado el

problema federativo en Europa, no puede dete-

nerse en las construcciones estatales actuales y re-

ferirse sólo a ellas. La Federación podría encubrir

en esta forma métodos de tiranía y opresión en ca-

da uno de los estados federados. La conciencia

europea, al compás del pensamiento americano,

se alza contra todas las opresiones y por lo tanto

abre las vías de la libertad en profundidad, es de-

cir, que no se conciben miembros federados que

a su vez no respeten, no ya sólo al hombre sino a

las entidades naturales que albergan en su seno.

De aquí que el Congreso de Nacionalidades y Re-

giones Europeas viene a recordar que la Federa-

ción de Europa no será viable mientras el princi-

pio federador no penetre en las bases sociales de

cada uno de los Estados: Lo con-

trario sería un contrasentido la-

mentable. Así hemos visto en este

Congreso todo lo que la Europa

91

hermes nº:18 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

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actual encierra de histórico, de di-

ferenciado y de autóctono. Al lado

de las pequeñas organizaciones

de carácter autónomo, como el

Valle de Aosta en Italia y algunos

cantones suizos de la Confedera-

ción Helvética, estaban presentes

los Frisones y los Bretones, los

Flamencos y los Wallones, Escoce-

ses y Galeses, Bávaros y Sarren-

ses, además de representaciones

de los pueblos que en el este de

Europa, han sido privados de su

libertad. No podían faltar y tam-

bién participaron en el Congreso

los Vascos y los Catalanes. Estos

Congreso, cuya importancia ha si-

do admitida en Europa, significan

la advertencia de los elementos

naturales del Continente, de los

pueblos con historia, tradición y

personalidad nacional, que no

han perdido su conciencia y creen

que la Europa que hoy se crea de-

be articularse armoniosamente,

haciendo compatible la unidad

con la variedad, es decir, de todas

las variedades. El perfecciona-

miento del proceso democrático

que significa la Asamblea de Stras-

burgo no será completo sino a tra-

vés del propio perfeccionamiento

de cada una o de los miembros

competentes hasta que llegue in-

cluso el momento en que se sien-

tan europeos e integren su organi-

zación todos los pueblos que sin-

tiéndose tales, lo obtengan por un

proceso de su voluntad desarrolla-

da en la paz y en la libertad y res-

petado por la comunidad euro-

pea. Tiene tal importancia el ensa-

yo federativo de Europa, que sólo

él será capaz de impedir para

siempre que surjan en el ámbito

de Europa, nuevos ensayos dicta-

toriales. La opresión que se produzca en uno de

sus miembros, debe en expresión de Goethe con-

movernos e importarnos como si se tratara de

nuestro propio país, acabando con la hipócrita

“no intervención” que ha consentido tantos críme-

nes, dolores y sangre. Lógico es

que se opongan a las ideas fede-

rales, aquellos que tienen un con-

cepto absoluto del poder o sim-

ples aficiones dictatoriales. Pero la

Humanidad, que desea la paz y la

mayoría de los hombres que creen

en la Libertad, estiman que sólo

en el progresivo perfeccionamien-

to de la convivencia democrática

residen los fundamentos de una

pacífica solución de problemas

tan profundamente humanos. A

fuerza de tiempo, de paciencia, de

luchas y de sangre, Europa va rec-

tificando sus errores pasados,

errores basados en un imperialis-

mo sin entrañas, en una concep-

ción absoluta del Poder, en un

sentido reaccionario y opresor de

la vida.” (Prólogo a Juan José Gua-

resti (hijo), País Vasco y Estado Es-

pañol. La solución argentina, Ekin,

Buenos Aires, 1951, pp. 17-19).

Hoy, en el umbral del nuevo siglo,

ha vuelto a revivir de forma ines-

perada (como ha sucedido de for-

ma recurrente en la larga historia

de la construcción europea) el

viejo debate doctrinal entre fede-

ralismo y intergubernamentalidad

–métodos aplicados conjunta, su-

cesiva y, a veces, antagónicamen-

te– en la integración europea. Se

olvida con frecuencia la estrecha

relación que este debate guarda

con el reconocimiento institucio-

nal de los pueblos –de todos los

pueblos– de Europa, incluidas las

naciones sin Estado. Sobre el tema

del federalismo europeo, de sus

orígenes y desarrollos actuales,

considerado desde esta óptica eu-

ropea de conjunto, ver José Luis

de Castro Ruano, La emergente

participación política de las regio-

nes en el proceso de construcción europea, Pre-

sentación de Francisco Aldecoa Luzarraga, Institu-

to Vasco de Administración Pública, Oñati, 1994.

26 José Antonio de Aguirre y Lecube, Obras

Completas, tomo II, pp. 1002-1004.

92

hermes nº:19 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala

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La fotografía está sacada en mar-

cha, desde el autobús que el Ministerio

de Información iraquí ponía a disposición

de la prensa extranjera para captar imáge-

nes de la normalidad con la que la ciuda-

danía se preparaba para la guerra. Falta-

ban ochenta horas para que el cielo se

llenara de bombas, de armas de destruc-

ción masiva que nunca han sido someti-

das a la inspección de la ONU porque es-

tán en manos del poderoso. Los merca-

dos aún se veían bien abastecidos y

convivían con las casamatas de sacos te-

rreros levantadas en las amplias avenidas.

Defensas que, llegada la hora de la bata-

lla, fueron abandonadas precipitadamen-

te. El instinto de supervivencia primó so-

bre la lealtad jurada al cruel y omnipre-

sente dictador.

Estábamos en los días en los que

Bagdad, tres veces bombardeada en una

docena de años, repetía casi como una

sola voz un viejo proverbio árabe: “hom-

bre mojado no teme la lluvia”. Era la con-

signa del régimen para evitar lo inevita-

ble: el pánico ante la superioridad militar

de los invasores.

94

Bagdad: La muerte vino del cielo...

1. ANTES DEL BOMBARDEO

Fotografías: Joserra Plaza. Texto: Xabier Lapitz

Page 96: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Pero mientras el miedo y la muerte

se acercaban aún había tiempo para las

bravuconadas, para los fusiles AK 47 en

manos infantiles, para las demostraciones

de fuerza y para las compras en los pues-

tos callejeros. Bagdad es una gran huerta

de tierra fértil bañada por el Eufrates que

surge imponente en medio del desierto.

Y sus productos se venden en los cientos

de mercados que inundan sus calles y

abastecen a los cinco millones de habi-

tantes que la pueblan. El bazar de Bag-

dad es uno de los mayores del mundo y

aún en pleno embargo, con el programa

“Petróleo por alimentos” paralizado, re-

bosaba actividad comercial. Sortear sus

puestos, oler las más sugerentes espe-

cias, contagiarse de los gritos de los bu-

honeros, admirar viejos oficios ya perdi-

dos en otras latitudes, degustar el té con

cardamomo y canela era viajar en el

tiempo y sentirse parte de un escenario

propio de los cuentos de las mil y una

noches. Esa explosión de vida perenne y

la inminente muerte que se acerca se dan

la mano en esta foto robada desde un au-

tobús.

¿Qué es lo más importante que al-

berga una ciudad que está siendo bom-

bardeada? ¿Sus edificios? ¿Sus centrales

eléctricas? ¿Por qué entonces ese empeño

en mostrar cemento destrozado y ocultar

que bajo la lluvia de misiles y demás arti-

lugios mortíferos hay personas?

Se llaman Sahara y Ali y la cámara

de Joserra Plaza captó sus miradas de an-

gustia en el Hospital Al Kindi, uno de los

cuarenta centros sanitarios de la capital

iraquí. “Su director, el doctor Osama, de

natural afable y bonachón, estaba indig-

nado aquella mañana por lo ocurrido con

la familia Smain”, rememora Plaza.

Alí Smain se ha convertido en un

símbolo porque ocupó la portada de pe-

riódicos de todo el mundo (excepto en

95

hermes nº: 2 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz

2. LAS VICTIMAS

Page 97: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

EE.UU.) y porque su historia es conmove-

dora. Terror en estado puro. El treinta de

marzo, a las doce del mediodía, una lluvia

de misiles norteamericanos cayó sobre el

populoso suburbio de Safarina, al sur de

la ciudad. Alí perdió a su padre, un taxis-

ta sin licencia, a su madre, a tres de sus

seis hermanas y a uno de sus tres herma-

nos. La lista de familiares muertos se com-

pleta con una tía y tres primos fallecidos

en el mismo bombardeo. Alí perdió, ade-

más, brazos y piernas. Y la sonrisa. Hoy

se recupera en un hospital kuwaití, a don-

de fue evacuado por los mismos que le

bombardearon. Alí ha perdido casi todo,

pero no el sentido común. Cuentan las

crónicas que cuando le propusieron ser

evacuado lanzó a sus benefactores una

frase de lógica aplastante: “Era mejor que

no nos hubieran bombardeado. Así no

tendría que ir a curarme fuera de Bag-

dad”.

De Sahara sólo sabemos su nombre

y la edad que figuraba en la etiqueta ado-

sada a la cama: nueve años. También te-

nemos la certeza de que llegó ese fatídico

treinta de marzo al hospital y que los ata-

cantes y sus cómplices le han puesta otra

etiqueta: “daño colateral”. Un eufemismo

que suena a insulto. A Joserra Plaza le lla-

mó la atención “su débil llanto, estaba lla-

mando entre sollozos a su padre... me im-

presionó mucho”. A nosotros, en la dis-

tancia, también.

Es imposible saber cuántos niños y

niñas se encuentran en la situación de Alí

o Sahara tras los bombardeos. Ni siquiera

ha habido un recuento de víctimas. Sólo

sus deudos conocen quiénes han sido los

tocados por la muerte que llegó del cielo.

Pero por si sirve de algo la expe-

riencia de anteriores guerras, ahí van unos

cuantos datos facilitados por Unicef. Por

favor, antes de seguir, acuérdense de que

detrás de cada guarismo hay un Alí o una

Sahara: un millón de menores de cinco

años sufren desnutrición crónica; la mor-

talidad infantil, 107 muertes por cada

1.000 nacidos vivos, se ha duplicado con

respecto 1991, año de la anterior Guerra

del Golfo; Las enfermedades que se pue-

den evitar, como la diarrea y las infeccio-

nes de las vías respiratorias, provocan un

70% de las muertes infantiles; los casos de

leucemia infantil desde 1991 se han cua-

driplicado a causa del empleo de uranio

empobrecido en las bombas.

96

hermes nº: 3 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz

Page 98: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Se preveía una guerra “rápida”. Y

así fue, aunque no tan rápida como espe-

raban los estrategas del Pentágono. Con

3.000 toneladas de bombas lanzadas so-

bre Irak en menos de cien horas, de la

madrugada del 20 marzo al amanecer del

24, parecía que la llegada de las tropas

norteamericanas a Bagdad iba a ser un

paseo. Pero la entrada en la capital, que

ha sido más capital que nunca, no se pro-

dujo hasta el nueve de abril. Esta demora

y los mapas de televisiones y periódicos

nos han permitido conocer al dedillo las

principales ciudades del sur de Irak: Baso-

ra, Nasiriya, Kerbala, Nayaf y Bagdad.

Además de situar sobre el mapa los archi-

nombrados ríos Tigris y Eúfrates. Por sus

valles penetró el grueso de las tropas an-

glonorteamericanas.

Para los 30.000 soldados británicos,

la gloria de conquistar Basora. Para los

270.000 norteamericanos, el bocado de

Bagdad. Cuentan los periodistas “enca-

mados” con las tropas de EE.UU. que en

los días previos al desmoronamiento de

las defensas iraquíes, la Primera Fuerza

de los Marines, la Tercera División de In-

fantería y el Séptimo de Caballería rivali-

zaban por ser los primeros en entrar en la

capital.

Parece evidente que una columna

de blindados del 64 Regimiento de la Ter-

cera División llegó antes que los marines,

abrió fuego contra el Hotel Palestine, ase-

sinó a un par de periodistas y se fueron

por donde habían llegado. Pero la gloria,

los minutos de TV en el “prime time” nor-

teamericano, se la llevaron los marines. Al

más puro estilo Hollywood entraron en la

plaza Al Ferdaous ante la mirada incrédu-

la de los corresponsales que aún secaban

las lágrimas por el asesinato de sus cole-

gas. Colocaron una bandera con las barras

y las estrellas en el rostro de la enorme es-

tatua de Sadam, recibieron una pitada, la

sustituyeron por la bandera iraquí, engan-

charon la estructura a un blindado y cayó

la estatua. Y con ella, el régimen. Llegaba

el momento de relajarse, leer el periódico,

fumarse un cigarro y beber cerveza. “¿Ha

terminado la guerra?”, preguntaron los

soldados al fotógrafo.

97

hermes nº: 4 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz

3. LOS INVASORES

Page 99: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

La embajada de España en Bagdad

está en el elegante barrio de Al Mansur.

Hasta allí llegaron brigadistas de todo el

Estado español. También esta asturiana

de 68 años, maestra y abuela, que llevó la

voz cantante y las manos embadurnadas

en esta acción de protesta. Era la denun-

cia por la complicidad del Gobierno es-

pañol en el ataque contra Irak.

¿Ha estado España en guerra? Téc-

nicamente hay pocas dudas: no. Política-

mente aún hay menos dudas: sí. Declarar

la guerra hubiera obligado a los atacantes

a cumplir los tratados internacionales re-

dactados al efecto, el más

conocido de ellos, la

Convención de Ginebra.

Pero los que se reunieron

en las Islas Azores el do-

mingo 16 de marzo, cua-

tro días antes del inicio

de los bombardeos, ya

mostraron allí su poca

disposición a cumplir lo

que estipula el Derecho

Internacional y, de paso,

evitaron una declaración

de guerra.

Desde el punto de

vista estrictamente políti-

co, la sucesión de decla-

raciones de José María

Aznar apoyando la inter-

vención militar en Irak ha

convertido a España en

un “aliado” de EE.UU en

la invasión iaquí. Un “so-

cio” para lo mejor, el de-

rrocamiento de Sadam

Husein; y para lo peor, la

masacre de civiles. Un

socio que, a pesar de la

foto de las Azores, es me-

nor. Por detrás de Polo-

nia y Australia, que tie-

nen en la postguerra su

propia área de adminis-

tración exclusiva por ha-

ber participado activa-

mente en misiones de

guerra. El barco hospital puntúa menos

que las tropas de infantería en el macabro

juego de la guerra y España tendrá que

conformarse con la pedrea que le adjudi-

quen los británicos.

Ignacio Ramonet, director de “Le

Monde Diplomatique”, diría que Aznar ha

sido un “vasallo” y no un “aliado” porque

los imperios sólo admiten relación de va-

sallaje y no de alianza.

98

hermes nº: 5 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz

4. LOS COMPLICES

Page 100: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Si hubiera un sistema para medir el

grado de infantilismo de las dictaduras,

allí debería incluirse una fórmula que re-

cogiera el número de retratos del dictador

de turno por metro cuadrado del territo-

rio gobernado por él. Les aseguro que Sa-

dam Husein ocuparía un lugar destacado

en esa peculiar clasificación. Caminar por

Bagdad era, hasta el nueve de abril, pa-

sear bajo la atenta mirada de este mega-

lómano cruel. Porque el infantilismo de

ese Sadam al que le gusta verse en todas

las poses, saludando a niños, cazando,

dejándose besar a la altura de los sobacos

o hablando por teléfono (en la foto, un

centro de comunicaciones

bombardeado), no evita que

estemos hablando de un perso-

naje cruel. Y misterioso.

Los periodistas franceses

Georges Malbrunot y Christian

Chesnot, correponsales de Ra-

dio Francia Internacional (RFI)

en Jerusalén y Jordania respec-

tivamente, han publicado la

que se considera biografía más

completa del depuesto presi-

dente: “L´Irak de Saddam Hu-

sein. Portrait Total” (Editions 1,

enero 2003, París). Allí se des-

cubre a un Sadam Hussein que

le gusta el whisky escocés

(prueba de su laicismo que le

alejaría de Osama Ben Laden),

que se ha recuperado de un

cáncer linfático (es un hombre

fuerte que, aunque herido,

puede haber sobrevivido a los

bombardeos), que se cree un

segundo Saladino (mesiánico)

y que hasta su caída sólo con-

fiaba a tres personas su lugar

de descanso nocturno (sus hi-

jos Qusay y Uday y su secreta-

rio Abed Hmud). Un tipo extra-

ño al que todos temían, que

llegó al poder apoyado en el

movimiento panárabe y socia-

lista Baaz, que con 22 años tra-

tó de asesinar al entonces pre-

sidente Kasser, que se tuvo que

exiliar en Siria y Egipto, que su-

po esperar cuando se convirtió en vice-

presidente bajo la sombra del general Ah-

med Hassan al-Bakr para, finalmente, en

1979, convertirse en presidente.

A partir de ahí, Husein inicia un

progresivo alejamiento de lo que un día

fue su ideología, acepta el juego que le

propone Estados Unidos para frenar a

Irán, guerra incluida, hasta que rompe la

baraja... hoy ocupa el as de picas. Quizás

le guste saber que sigue estando en un

retrato que llevan en el bolsillo todos los

soldados que le buscan. La vanidad es

otro de sus rasgos.

99

hermes nº: 6 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz

5. CAE EL TIRANO

Page 101: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

La prensa estaba a un lado y otro

de la trinchera. Por un lado, los “embed-

ded”, la mayoría profesionales norteame-

ricanos, alistados tras previo entrena-

miento, que avanzaban con las tropas

ocupantes desde Kuwait hasta Bagdad.

Román Gubern, catedrático de Comuni-

cación Audiovisual de la Universidad Au-

tónoma de Barcelona, los llamó “encama-

dos”, tomando la literalidad de la traduc-

ción del inglés al castellano. Otros, más

comedidos, prefirieron hablar de “incrus-

tados” o “empotrados”. Su libertad de ex-

presión estaba limitada por su libertad de

movimientos, ciertamente escasa. Con al-

guna excepción, contaron lo que querían

los oficiales de las unidades a los que

fueron asignados. A las excepciones, las

expulsaron. Castigados sin rancho infor-

mativo.

Y mientras unos viajaban con los

invasores, otros veían llover bombas.

Veinte días con sus veinte noches aguan-

taron el mortífero chaparrón junto a los

millones de ciudadanos bagdadíes en los

que iban apareciendo las ojeras. Tampo-

co gozaban de libertad de movimientos y,

con alguna excepción, contaron lo que

deseaba el régimen iraquí. A las excep-

ciones, también las expulsaron.

La “tribu” es, desde esta guerra, un

poco menos numerosa. Nueve periodistas

fallecieron en veinte días de tiros. Las

modalidades de encontrarse con la muer-

te fueron bien distintas, Fallecieron “dos

encamados”, entre ellos Julio Anguita Pa-

rrado. Y la “tribu” lo asumió con resigna-

ción porque quien con soldados viaja... a

los misiles se expone. Más difícil fue en-

cajar otras muertes que huelen a “preme-

ditadas”. El ocho de abril fue un día trá-

gico. La aviación norteamericana lanzaba

un misil contra la delegación de la cade-

na Al Jazzera en Bagdad y asesinaba a Ta-

rek Ayoub, jefe de la corresponsalía. Cua-

tro horas más tarde, un blindado de la

Tercera División de Infantería abría fuego

contra el Hotel Palestine y asesinaba al

cámara de Tele 5, José Couso, y al cáma-

ra de la agencia Reuters Taras Protsyuk.

La explicación de estos ataques

puede estar en las palabras que ha pro-

nunciado otra “víctima” de esta guerra, el

premio Pulitzer de Periodismo, el vetera-

no Peter Arnett, expulsado de la NBC por

conceder una entrevista a la TV pública

iraquí: “El Gobierno de EE.UU. es alta-

mente sensible a los informes periodísti-

cos provenientes desde Bagdad porque le

plantean enormes problemas”. En la ima-

gen, Joserra Plaza, autor del resto de las

fotografías, trabaja en una calle de Bag-

dad.

100

6. LOS TESTIGOS

PD: Los autores de este reportaje destinan los honorarios

que les corresponden por su elaboración a la ONG “Mé-

dicos del Mundo” que mantiene diversos proyectos de

ayuda a las víctimas de la guerra en Irak. Desde el 21 de

abril, un equipo quirúrgico de Médicos del Mundo reali-

za intervenciones de emergencia en el Hospital "Al

Khark" de Bagdad, donde la situación que se vive es la-

mentable y muy precaria desde el punto de vista sanita-

rio e higiénico. Los dos cirujanos, un traumatólogo y una

anestesista de Médicos del Mundo están operando lesio-

nes graves –fracturas, traumatismos, heridas de bala– que

son consecuencia de los bombardeos y combates, mu-

chas de ellas en niños y adolescentes.

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Page 103: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Hilabete gutxitan (2002-aza-

roa/2003-martxoa) obra za-

baleko bi ikertzaile galdu

ditu Nafarroak: Jose Mari

Jimeno Jurio eta Jose Mari

Satrustegi Zubeldia. Hura

gaixorik zegoen aspaldi-

txotik, Satrustegi kasik

bat-batean joan zaigu.

Bizitzak ez ezik he-

riotzak ere elkartuta era-

man ditu biak; baieztapen

honek frogarik behar ba-

lu, horra Euskaltzaindia-

ren martxoko bilera-deial-

diak bere egitarauan zer

zioen: “Jose Maria Jimeno

Jurio. Euskaltzain ohorez-

koa. (Artaxoa, 1927-2002).

Omenezko txostena, Jose

Maria Satrustegi euskal-

tzainak egina”. Adiskidea-

ri prestaturiko txostena

ezin izan zuen irakurri

adiskideak, bilera-arratsal-

dean Satrustegi jaunaren

hiletak ospatu behar izan

baikenituen Arruazun.

Horrela galdu ditu-

gu Nafarroako euskara,

kultura eta herritasunaren

lekuko leinargi bi, hainbat

langai bildu eta aztertu di-

gutenak, langile asperrezi-

nak. Lerro hauen bidez

haien lana eta emana go-

gorarazi nahi dizkiogu ira-

kurleari1.

Bizitzako zertzeladak

Biak nafarrak genituen, sortzez: Ji-

meno Jurio Artaxoan jaio zitzaigun, Nafa-

rroako Erdialdean; Satrustegi, ostera,

Arruazun, Mendialdeko Sakanan. Urtez ez

zuten alde handirik, lehena 1927an jaioa;

bestea, 1930ekoa. Gerra Zibila lehertzera-

ko ume koskorturik ziren biak ere, baina

artean apenas bizitzari ohartuki begiratzen

hasteko lain.

Gerraoste hertsian egin ziren gizon

Jimeno eta Satrustegi (1940-1960), eta ga-

rai berean beren bizitzetako obra burutze-

ko prestatu, jakitatez ez ezik borondatez

eta adorez. Ondoko hamabost urteetan

edo (1960-1975) ikaslanekin batera ingu-

ruko gizarteko aldakuntzek ere gidatu zi-

tuzten, gero bizitzako azken hogeita bost

urteetan (1975-2002/3) utzi diguten kultur

lana burutzeko.

JOSE MARI JIMENO JURIO muti-

koari Artaxoa sorterriak berak erakutsi ziz-

kion Nafarroako gizartearen aurpegi ez-

berdinak: nekazal herri tradizionala, alda-

kuntza sozialen beharrean ageri zena;

gaztetxo zela, lehertu zen Gerra Zibila, eta

Artaxoatik arreta biziz entzun eta sufritu

zituen mutikoak fronteko albisteak. Ha-

mabi urte zituela, Mallorkako Lluc-en ja-

rraitu zituen jaioterrian hasitako ikasketak.

Handik itzultzean, Iruñean hasi zituen Ma-

gisteritzakoak, eta bertan Maisu titulua lor-

tu (1947). Bizitza zibilerako prestatuta ze-

goen, bada, gure gizona: Noain (1947) eta

Lergan (1947-1949) eman zioten lehenen-

goz maisu-lana.

Oposaketetarako paperak egiten ari

zela, beste bide bat hartzea erabaki zuen,

azkenik: 1950eko udazkenean Iruñeko

Seminariora joan zen, apaizetarako presta-

102

J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean

JOSEBA INTXAUSTI 1957azgeroztik euskal kultur mun-duan jardun du lanean, aldizka-rien zuzendari gisara, hainbatargitalpenetan parte hartuz,eta ikerlan historikoak argitaraemanez. Bartzelonako Uniber-tsitatean egin zituen bere His-toria ikasketak (1964-1969, etadenbora batez bertan jardunzuen irakasle eginkizunetan).Historia Moderno eta Garaiki-dean berezitu zen. Historian bieremu landu ditu berezikiago:EHko historia erlijiosoa etaHizkuntzen Historia Soziala(HHS). UZEI terminologi iker-tegiaren sortzaile eta zuzenda-ri izan zen (1977-1982).Talde-laneko argitalpen zabalei emandie leku: Euskal Herria (Euska-diko Kutxarekin, 1984-1985),Arantzazu (Santutegiarekin,2001), etab. Kongresu eta Ikas-taroak zuzendu ditu (EHU,Arantzazu). Euskararen LiburuZuria-n (1976) historia politi-koari buruzko sarrera-lana ida-tzi zuen (79-142. or.). Euskara-ren bizitza eta historiaz argita-ra emanak aipa daitezkehemen berezikiago: Euskara,euskaldunon hizkuntza (Jaurla-ritza, 1990; gaztelania eta fran-tsesera itzulia), eta zuzendarigisara gidatuak beste hauek:Hizkuntzen aldeko mugimendusozialak (EHU. 1993) eta Eus-kararen aldeko motibazioak(EHU, 1994).

Page 104: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

tzeko asmoz. 1956an egin zen apaiz, ho-

geita hamar urte betetzera zihoala. Gotzai-

nak Zangozara bidali zuen lehenik (1956-

1958), eta Altsasuko Lanbide Institutura

gero (1958-1960). Hilabete batzuk Uxuen

emanda (1960), Bearin-a bidali zuten

(1960-1963). Herri honetatik Lizarrako

mundu kulturala ezagutzeko aukera izan

zuen: Santiago-Bideko historiak eta isto-

rioek eztenkatuta hasi zen bere lehen

idazlanak argitaratzen (Ruta Jacobea eta

Príncipe de Viana aldizkarietan). 1963az

geroztik Asiain eta Artetan aurkituko dugu

apaiz-lanetan.

1960etako hamarkada izan zen Ji-

meno Jurio ikerkuntza mundura iritsi ze-

na, batez ere Artaxoari buruzko lehen

idazlanekin. Geroxeago, Irantzuko Libro

Rubro delakoa eman zuen argitara (1970),

eta Navarra. TCP argitalpen-sailean lanki-

detza zabala eskaini. Bien bitartean, apaiz

gaztea inguru sozial, kultural eta politi-

koarekin ere harreman hertsian zegoen,

eta barnetik bide berriren baten bila. Ho-

rrela, ibilbide pertsonal isil baten ondo-

ren, 1970ean sekulartu zen Jimeno Jurio.

1972an ezkondu zen Elena Aranguren-

ekin, eta Iruñean bizitzen jarri; 1973an jaio

zen senar-emazteon seme bakarra.

Harez gero, kultur jardunean eman-

go zuen osorik bere bizitza, Nafarroari be-

gira, Euskal Herriari so, kultur tradizioa

arakatuz (herrietako etnografia), gaurkota-

sun-eskeei ihardetsiz (Amaiur sinbolikoa,

1982) eta jakitearen alde kritikoa bizkor-

tuz (Iruñeko historia, 1974). Batetik beste-

ra, Nafarroa osoa zeharkatuko du orduan

eta gero: “Jimeno Jurío es increíble. Nadie

sabe cómo puede llegar a tanto rincón, a

tanto papel antiguo, a tanta persona guar-

dadora de consejas” (M. J. Urmeneta).

Frankismoaren azken urteetako

egoera urduriak ere barrutik hunkitu zuen

Jimeno Jurio, eta herritarren jakin-mina

asetzen saiatuko da San Pedro auzoko Li-

burutegitik ez ezik (1970-1983), herrietan

emango dituen hitzaldien bidez ere: Aro

Garaikidea, Errepublika, Gerratea… Kaze-

ta, aldizkari eta mintzalditako lanak ez du

ateririk ezagutuko (1976…), betiere iker-

lan zainduagoa ahantzi gabe.

1980-1990.etako bi hamarkadetan

Nafarroako euskararen ahots galdua be-

rreskuratzen ahalegindu zen, herrietako

artxibategietan bezala (Agoitz, Zaraitzu,

Galipentzu, etab.) Erreinu Zaharreko lur-

lurrean (leku-izendegia). Lan erraldoia

izango da hau, bere gisara egina eta/edo

taldeetan landua, azkenik bere fruitu

umotua emateraino (1997). Urte bertsue-

tan, Erakunde eta Elkarteetan ere lanean

aurkituko dugu Jimeno Jurio: Eusko Ikas-

kuntza berrituan, Euskaltzaindian, Medi-

kuntza Historiako Euskal Lagunartean

(1984), Instituto Gerónimo de Uztáriz-en

(1985), Ateneo Navarro-n (1985). Bereziki,

Nafarroako Gobernuarentzat (1990,

1992…) eta Euskaltzaindiarentzat (1986-

1994) lan erraldoiak egin eta zuzendu di-

tu toponimia arloan. Hauek di-

ra, zalantzarik gabe, lan ugarien

eta emankorrenak utzi dituzten

urteak. Euskal gizarteak ezagu-

tu du Jimeno Jurioren lanaren

balioa, eta garaiz eskertu dio

egindakoa: Euskal Dantzarien

Biltzarrak Ohorezko Lehenda-

kari izendatu zuen, eta Euskal-

tzaindiak Ohorezko Euskaltzain

(1991), Nafarroako Kultur Era-

kunde eta Elkarteek omenaldi

herritarra egin zioten (1995), Sa-

bin Arana Fundazioak “Bizitza

osoko Lanari” Saria eman zion

(1998), eta Eusko Ikaskuntzak, berriz,

“Manuel Lekuona Saria” (1998).

Hilabetetako osasun maskal-aldi ba-

ten ondoren, 2002ko urriaren 3an, utzi

gaitu Jose Mari Jimeno Juriok, beste Jose

Mari adiskideari aurrea hartuta.

JOSE MARI SATRUSTEGI ZUBEL-

DIA, esan bezala, Arruazun jaio zen, eta

artaxoarra baino hiru urte gazteagoa zen,

1930eko azaroaren 15ean sortua. Herriko

lehen ikasketen ondoren, apaizetarako

bidea hartu zuen Satrustegi gazteak eta

Iruñeko Seminariora joan zen (1943); he-

mengo ikasketak burutzean, 1955ean

apaiztu zen. Iruñeko Elizbarrutian ez dira

anitz izan Satrustegiren bizitoki eta eliz

zereginak, baina izendatutakoetan luzaro

103

hermes nº: 2 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 105: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

jardun du: Madotzeko Erretore (1955),

Luzaideko Bikario (1955-1964) eta Ur-

diaingo Erretore (1964-1995). Azken herri

honetan bete du, bada, bizialdirik luzee-

na (31 urte), eta bertan eta bertatik ikusi

dugu, aldi berean apaizaren eliz zerbitzua

eta ikertzailearen euskal lana betetzen,

herrian bertan eta Euskal Herri osoan.

Satrustegi idazlea garaiz hasi zen

bere luma-zeregina zaintzen, euskaraz eta

erdaraz (1956); Euskaltzaindiak 1957an

izendatu zuen urgazle, eta sei urteren bu-

ruan Euskaltzain oso, 32 urte zituela (Lu-

zaiden egin zuen sarrera-hitzaldia, 1963).

Laster aitortu zitzaion, bada, bere kultur

lekua euskal munduan; hamarkada be-

rean, antzeko zerbait gertatu zen Nafa-

rroan, bereziki 1969aren inguruan Foru

Aldundiko kultur sailean.

Ordurako, Satrustegi sa-

rri agertzen da hainbat kazeta

herritar nahiz kultur aldizkari-

tan. Nafarroako hainbat herri-

tan euskarazko irakaskuntzari

leku ematen ahaleginik franko

egin zuen hasierako hamarka-

da hartan. Azpimarratzekoa

da, aipatu urte horretan, Nafa-

rroako bi kultur aldizkari sor-

tzean izan zuen eskua: FontesLinguae Vasconum eta Cuadernos de Et-nología y Etnografía de Navarra (lehe-

nengoaren zuzendari izan da hil den ar-

te). Literaturako ele ederra ere maite

zuen: horrela, Iruñeko Udal Kutxaren Sa-

ria irabazi zuen 1972an Ekaitza eleberria-

rekin (Jakin, 1975).

Aldizkari horiekiko harremanaz

gain, Euskaltzaindikoak izango dira har-

tuko dituen erakunde-ardurarik ezagune-

nak. Akademiako Idazkari (1978-1992),

Nafarroako Ordezkaritza-Buru (1979-

1997); Euskaltzaindiko Batzordeetan ere

eskurik izan zuen, Onomastikakoan batez

ere, eta pertsona-izenen lehen argitalpen

bide-urratzaile haren bidez balio sozial

handiko eta luzaroko zeregina bete zuen

(1972-2001: Euskal izendegia). Oinarri

horren gain egin da, azkenik, Euskalizendegia. Ponte-izendegia deritzan argi-

talpena, Satrustegiren “Pertsona izenen

historia” izenburua duen lanarekin dato-

rrena (Gorrotxategi/Salaberri eta Batzor-

de akademikoa, 2001).

Herri-Erakundeetan hizkuntzareki-

ko politika birbideratu zenean, Eusko

Gobernuko Euskararen Aholku Batzor-

deko kidea izan zen (1988-1993), Nafa-

rroan, berriz, Kultura Aholku Batzordean

jardun zuen (1990a arte) eta baita Euska-

raren Legearen garapenerakoan ere.

Hainbat Unibertsitatek eman zion hitza,

ikastaro, mintegi eta hitzaldietan (EHU,

Deustua, Iruñeko CSET, Waseda-Japonia,

Sta. Fe-Argentina, Erevan-Armenia), eta

Nafarroako euskal mende-laurdena aur-

keztera deitu zuten UEUtik (2001). Az-

ken urteetan jaso ditu bere aitorpen so-

zial eta akademikoak: Bizkaiko Ikastolen

Elkartearena (2001: toponimia eta ono-

mastikako lanengatik), “Larre-

ko Saria” eman zion Euskale-

rria Irratiak, “Manuel Irujo Sa-

ria” Lizarran (2002), eta EIZE

itzultzaile elkarteak ohorezko

bazkide izendatu zuen urte

berean.

Horra, bada, antzeko bi

ibilera intelektual eta kultur-

tzale, elkarrekin alderatuta ge-

ro beren obretan zehar zehaz-

kiago marraztu nahi ditugunak.

Antzeko soslaia ezberdinak

Jimeno Jurio eta Satrustegi Zubeldia

jaunek antzeko soslaia izan dute, aurreko

lerroetan ikusi ahal izan dugunez, eta ja-

kite-alor berak ere ukitu dituzte (etnogra-

fia eta euskara bereziki).

Nafarroako testuinguru sozial edo

harrobi kultural ezberdinetan eta aski

kontrajarrietatik sortu zitzaizkigun bi na-

farrok, bata Erdialdean eta bestea Men-

dialdean. Arruazuko herria baserri-landa

guztiz irekia izan da gaur arte; Artaxoa,

aitzitik, betidanik hiri-moldeko herri-ar-

tea, bere hiritasunean (murru-barnean bil-

duta), biztanlerian eta herri- eta eliz era-

kunde ongi gorpuztuetan mamitua (ka-

lonjeen priorgoa, eliz kabildoa). Artaxoa

elebidunak XVIII.ean edo galdu zuen era-

104

hermes nº: 3 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 106: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

bat euskara eta geroztik ez du honek ber-

tan burua altxa; alderantziz, Arruazuk eu-

tsi egin ahal izan dio gaur arte bere eus-

kaltasun betikoari.

Ondorioz, Satrustegi euskaldun

“jaio” zen bitartean, eta laster elebidun bi-

lakatu, Jimeno sendiz eta herriz erdaldun

elebakarra zen. Hori horrela, Artaxoako

(1969…) eta Nafarroako euskal leku-ize-

nekin egin zuen topo, lurralde horretako

kultur erro zaharrak non zeuzkan ohar-

tzeko moduan. Jimeno Juriok ez zuen lor-

tu euskara mintzatuaz guztiz jabetzea,

baina amestutako euskara sasi-trabatua

hurrengo belaunean segurtatu ahal izan

du bere sendian. Nahiz eta idatzi ere ez

duen euskaraz idatzi, Nafarroako lurrare-

kin batera bertan txertatutako hizkuntza

isildua ere maitatzen ikasi zuenetik, Nafa-

rroako hizkuntz oroimen toponomastikoa

egun-argitan jartzen ahalegindu da, mai-

su-lan erraldoia burutuz berak eta bere

inguruan gidatu dituen taldeek. Horrega-

tik izendatu zuen Euskaltzaindiak Oho-

rezko Euskaltzain Jimeno Jurio.

Hizkuntzarenaren ondoan, deskri-

bapen etnografikoa segurtatu dute Jime-

no Juriok zein Satrustegi Zubeldiak, hil-

tzear ageri zen gizarte zaharreko leku-

koak bilduz. Neurri batean elkar osatu

dutela esan daiteke: Satrustegik Mendial-

deari arreta gehiago jarriz (Luzaide, Ur-

diain), eta Jimenok berezikiago Erdialde

eta Erriberako langai etnografikoak jasoz

(Kortes, Tutera, Tafalla, Lizarra).

Bien jarduera intelektuala ogibidez-

ko iker-erakunderen babesik gabea izan

da, Unibertsitate edo Ikertegi jakin batean

profesiozko lan-posturik gabea esan nahi

dut. Hala ere, biak gotorki atxiki zaizkio

iker-lanari, beren barneko grinari jarraiki.

Jimeno Juriok hamabosten bat urte egin

zituen apaizgoa eta kultur lana elkartuz;

Satrustegik, berriz, bizitza osoa, eta ho-

rren ondorioz Elizak eman zion babes

ekonomiko segurtatua, nahiz eta bestal-

de, bistan da, eginbehar kulturala neke

pertsonalik gabea ez zen izan. Jimeno Ju-

rio-k, Elizatik sekulartzean, liburuzain ar-

dura hartu ahal izan zuen ogibide bezala

(1970-1983), eta hori uztean larriago zela-

rik, ordura arte egin eta irabazitako lana-

ren sona onak eta proiektu berriek lagun-

du zioten egoerari gaina hartzen. Dena

ere, dedikazio pertsonal handiz egindako

obra da biena. Eta horretan ez ziren bate-

re aberastu, jakitez, harremanez eta zerbi-

tzutan ez bada.

Baina ez zaie falta izan jakintza-la-

gunarterik, beren hautapenetan. Alor ho-

netan bi erakunde handi ditugu geure he-

rri-erakundeetatik jaioak, eta sortzetik

bertatik eta berariaz Euskal Herri osoko

ezagumendua zaindu eta ikertzeko era-

tuak: Euskaltzaindia eta Eusko Ikaskun-

tza. Bietan izan dira Jimeno Jurio eta Sa-

trustegi partaide nabarmenak. Satrustegik

Euskaltzaindian jardun du berrogei eta

gehiago urtetan (1957, 1963-2003), eta Ji-

meno Jurio-k berorren inguruan toponimi

eskola sortu duela esango luke batek

(1983-2002); Eusko Ikaskuntza izan da Ji-

menoren beste lantegi maitea, Nafarroan

eta Nafarroatik: lehendakari-orde izan

zen hemen, eta Erakundearen kaierretan

saiatu zen parte hartzen (1985…). Zalan-

tzarik gabe, pasaera politikoaren garaie-

tan inork baino hobeki lagundu zuen

Eusko Ikaskuntzari ekarpen nafar berritu

bat ematen.

Izan ere, Nafarroak, kalitatez eta

kopuruz, toki nagusiena izan du bi idazle

hauen lanetan. Nafarrak ziren, eta Nafa-

rroatik eta Nafarroaz hitz egin digute ba-

tik bat. Euskal nafartasun hau behar ge-

nuen, eta etorkizunerako funtsezko obra

utzi digute, iragana eta oraina elkarrekin

lotuz.

Frankismoaren garaian, Foru Al-

dundiak abian jarritako baliozko ekime-

netan –aldizkariak, bestelako argitalpe-

nak– esku zuzena izan zuten, batez ere

Satrustegik, eta kasik hogeita hamar urte-

ko leialtasuna izan da arruazuarraren ho-

ri, idatz-lankidetzan ez ezik Aldundiko

Kontseiluetan ere presente egonez. Jime-

nok 1968an Arataxoari buruzko agiritegia

Aldundiarekin argitara zuenetik, 45 libu-

ruxka idatzi zituen haren Navarra. Temas

de Cultura Popular sailerako, hamar-ha-

maika urtetan: benetako altxorra (1969-

1979). Baina batez ere Foru Aldundiaren

105

hermes nº: 4 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 107: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

eskez landu eta elkarlanean gidatutako ai-

patu obra paregabea da erakunde-lanki-

detza honen erakuskaririk onena, Toponi-mia y Cartografía de Navarra-NafarroakoToponimia eta Mapagintza, bere 59 alere-

kin (1992-1999).

Bakoitzak bere gisara, Jimenok eta

Satrustegik Nafarroako kulturaren eta

euskarazko ondarearen lekukotasuna

arrunt goiti eraman dute, gerra-aurreko

belaun handiari jarraitasuna emanez (“Los

Eúskaros” haiengandik gerraraino iritsi zi-

renei, alegia: Iturralde eta Suit, Campión,

Altadill…). Hori, Nafarroako etxetik ber-

tatik egin izana eskertzekoa da zinez.

Euskararen munduan nabaria izan da Sa-

trustegiren belaun-zeregina, eta Jimeno

azken urteetan benetako sinbolo bilakatu

zen, euskal nafartasun honen aldetik, gi-

zartean oro har eta lagunarte akademi-

koagoetan.

Horiek horrela, biek, Ji-

menok eta Satrustegik, beteki-

zun herritarragorik ere izan

dute: herrietan, herriz herri,

herri xumearen artean ehunka

mintzaldi eman dituzte, tokian

tokiko albiste, historia eta isto-

rioak azalduz sarritan, eta Na-

farroa eta Euskal Herri osoko

berriak ereinez. Isil arazitako

iraganari eta orainaldi ezkutatuari jakitu-

naren ahots duina eman zieten, inondik

ere.

Batez ere Nafarroan egindako lana-

ren ondorioz, Euskal Herri osoan irabazi

zuten izen ona ongi aitortua izan da azken

hamarkadan, bereziki Jimenoren kasuan

(aipatu ditugun omenaldiak), eta beste gi-

sa batean Satrustegirenean (hitzalditarako

zenbat dei jaso duen beste Herrialdeetatik

ere!). Azken orduan ere, “Nafarroa eta

euskara” deritzan Jakin-en zenbakian, adi-

bidez, eman berri digu honek “Euskara

Nafarroan atzo eta gaur” idazlana. Nafa-

rroako kultur ondarea guztiontzat dauka-

gunok esker onez begiratu izan dugu bi

gizon hauen ekarpena.

Burututakoa bertatik bertara beha-

tuz bakarrik ohartu ahal izango gara bion

obraren tamaina eta esanahiaz.

Jimeno Jurio-ren obra

Ia berrogei urteko ibilera izan du Ji-

meno Jurio-ren idazketa-lan argitaratu eta

katalogatuak (1963-2002), baina, espero

daitekeenez, erritmo ezberdinak izan ditu

guzti horren ekoizpenak, eta ukitu dituen

alorrak gehienetan ez dira denak batera

garatu. Bestalde, bi argitalpen-molde be-

reizi behar dira, liburuen bidezkoa eta al-

dizkarietan eman eta sakabanatua; biak

izan dira garrantzizkoak. Azkenik, idazla-

nek ere ez dute beti balio eta maila bera

gorde, hedapen-lan xume ugariren on-

doan eskakizun handiko ikerlanak ere

egin ditu; jeneralean, azken molde hone-

takoak izan dira liburuak.

Jimeno Jurio 28 libururen egilea da;

horietako sei, beste lankideren batekin el-

kartuta burutu zituen. Toponimia eta ma-pagintza-rena kontutan hartzeke, kalkula-

tu ahal izan dugunez, autore

bakar bezala ageri den liburue-

tan 6.000 orrialdetik gora argi-

tara zuen, elkarlaneko beste

bostetakoa gehitu gabe. Hor-

taz, materialki ere lan gaitza

izan da Jimeno Juriorena.

Berak zuzendaritza era-

man gabeko talde-lanetan edo

inoren liburuetan sarritan hartu

zuen parte Jimenok: 47 horre-

lako zenbatu ahal izan dizkiogu. Jenera-

lean, idazlan laburrak, eta inoiz edo bes-

tetan liburu-hitzaurreak.

Liburuetara iritsi gabe (“liburu” kon-

tzeptua, gutxienez 50 orrialde dituzten ar-

gitalpenei egotzi ohi zaie), Navarra. Te-mas de Cultura Popular sailean agertuta-

ko Jimeno-ren 45 liburuxka daude.

Hogeita hamar orrialdeko testu trinkoa ja-

so ohi zen bakoitzean: hortaz, egin kontu

hauek bakarrik orotara 1.350 orrialdeko

testu-masa direla. Batez ere 1969tik 1974a

arteko lana izan zen hau, urtero liburux-

ka-multzo ederra emanez (1971n, adibi-

dez, 9 ale).

Zailagoa da aldizkarietakoa osorik

bildu eta kalkuluak zehazki egitea, baina

aipa dezagun bederen presente egon zen

aldizkarien zerrenda, lankidetzako urte

nagusienak ere gogoraraziz eta bakoi-

106

hermes nº: 5 de 10 J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 108: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

tzean utzitako lan-kopurua zenbatuz: Ru-ta Jacobea (1963-1965: 6 idazlan), El Milia-rio (1966: 2), Príncipe de Viana (1965-

1997: 23), Fontes Linguae Vasconum(1969-1998: 26), Cuadernos de Etnología yEtnografía de Navarra (1970-1997: 16),

Punto y Hora (1977-1978: emanaldi ugari,

17 gai ezberdinekin), Jakin (1978: 1),

Dantzariak (1979-1994: 7), Herria 2000Eliza (1982: 1), Langaiak (1982-1984: 2),

RIEV (1983-1997: 3), Euskera (1985-1988:

4), Cuadernos de Sección (EI: Hizkuntza,

Zuzenbidea, Historia, Folklorea. 1985-

1998: 5), Concejo (1986: 1), Anuario deEusko Folklore (1986-1987: 1), Narria(1987: 1), Noticias del Agua (1987: 1), Ohi-tura (1987: 1), Instituto Gerónimo de Uz-táriz (1988: 1), Cuadernos de Cultura Ta-fallesa (1991: 1), La Ondarra (1995: 1).

Ikus daitekeenez, 21 dira aldizkari

hauek, baina lankidetza oso ezberdinekin

ageri dira. Nafarroako aldizkari zientifiko

ofizialak dira nabariki nagusi: Fontes dator

lehenengo, 26 idazlanekin, Príncipe deViana hurrena 23rekin, eta Cuadernos deEtnografía 16rekin. Hauetako lana

1965etik 1998a arte luzatu zuen Jimenok.

Ohartzekoa da bi urte giltzarritan (1977-

1978) Punto y Hora de Euskal Herria aste-

rokoan egin zuen hedapen-eginahala,

80tik gora lan labur argitara emanez (ge-

ro, partez behinik behin, liburutan ere ja-

soa). Berezilarientzako ikerlanen ondoan,

bada, herritar xumeari ere eskaini nahi

izan zion bere ekarria, Autonomiaren al-

deko ahaleginak (1917-1919), Nafarroako

lurretako borroka soziala, II. Errepublika

eta gerrateko gertaerak gogoraraziz.

Izan ere, alor ezberdinak aztertzea

izan baita Jimeno Jurio-ren grina: historia

eta etnografia, tokian tokiko ohiturak, per-

tsonaia handiak bezala herri apala, eliza,

ermita eta ospitaleak, bideak eta herriak,

hiriak eta landa-herriak, gaztelania eta

euskara, geografia eta artea, etab. Histo-

rian iturriak bilatzea maite izan du, ba-

tzuetan testuen edizioak eginez: Artaxoa

(1968), Irantzu (1970), Tafalla (2000),

etab.

Historiako Aro ezberdinak ukitu di-

tu: Antzinatea bere erromatarren bide

(1966) eta ara-ekin (1975), eta Erdi Aroa

zer esanik ez, Nafarroako Erreinuaren so-

rrera-urteak arakatuz (Orreaga: 1969,

1973, 1974), Santiago-Bideak begiratuz

(1963-1965, 1969, 1971, 1973), Bide horre-

tako zerbitzuak ikertuz (ospitale, ermita,

ostatu, etab.: 1965, 1971, 1993, 1995,

1997), garaiko gizarte nafarra aurkeztuz

(Zangoza, Iruñeko Nafarreria, Erriberri,

Artaxoa, Tafalla, edo herri hustuak eta

merkatuak: 1966, 1970, 1971, 1976, 1986),

Koroaren presentzia erakutsiz (Karlos

III.a, Jauregiak: 1971), nafar erlijiotasuna-

ren adierazpen instituzionalak ikertuz (pa-

rrokiak: Asiain, Izkue; monasterioak: La

Oliva, Aralar: 1969, 1970, 1975, 1982,

1986). Gaiok batzuetan Aro Modernora

ere luzatzen dira; maite du berritasun kul-

turalak erakustea: inprimategiaren Nafa-

rroako iragana (1974), edo medikuntzako

albisteak (1985). Frankismoa bukatzean,

Aro Garaikidera etorriko da: Nafarroako

histori sintesi berrietan parte hartuko du

(1980-1982), eta Nafarroa Euskal Herri

osoarekin lotzen duten une eta arazo la-

rrien historia idatziko (1977…).

Historiaren funtsarekin zerikusia

duten bi alorretan saiatu zen luzaz Jime-

no Jurio: egunerokotasunaren historia ere

erakuts dezakeen etnografian eta hiz-

kuntz iraganaren lekuko iraunkor berdin-

gabea den toponimian. Landa-lana oso

maite zuen Jimenok, jendearekin harre-

man beroan, arrunt gogoko zuen lana eta

aisia, sendia eta herria, mundu hau eta

bestea, dena elkar-trabatzen duten pen-

tsamolde eta ohiturak biltzea. Lan etno-

grafikoak ugari ageri dira lanen zerren-

dan: Bideko legendak (1969), Artaxoa,

Altsasu, Zentroniko, Tafalla eta Elo etno-

grafikoak (1970, 1974, 1975, 1989, 1996),

Eguberri, Aste Santu, udaberri eta lau ur-

taroetako folklorea (1971, 1973, 1976),

neguko jai-ospakizunez liburu oso bat

(1988), goiz-kantak (1973), inauterien his-

toria (1979, 1980), Lizarraldeko Gorpuzti

Jaia (1987), Erriberako dantzak (1974,

1982, 1987, 1990, 1993), sineskizunak

(1976), pertsonaia herritarrak ahaztu gabe

(1975). Ikusten da, bada, 1970.etan jarri

zuela arreta berezia lan etnografiko haue-

107

hermes nº: 6 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti.

Page 109: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

tan. Horren ostean, ondoko urteetan eto-

rri zen, bere uholde handian behintzat,

toponimia.

Zalantzarik gabe, 1969ko “El euske-

ra en la toponimia de Artajona” hura aur-

kikuntza suspergarri gertatu zitzaion iker-

tzaileari, zenbait urte geroago bereziki

arakatu zuen aztergairako (1987an berriro

azpimarratu zuen Artaxoaren euskaltasun

historikoa, bertsolariak eta aipatuz). Non,

eta bere erdal sorterrian, nola zegoen lu-

rretan hainbeste euskara? Toponimiaren

honek bere bakarrean eta taldean eginda-

ko lan gotorrak ekarri zituen: Iruñerria

(1984, 1985, 1994), Zendea ezberdinak

(Zizur, 1986; Galar, 1987; Oltza, 1989, An-

tsoain, 1992), Elortzibarra (1990), Burlata

(1991), Lizarra (1998), etab.

Lekuari lotutako izendegi xeheare-

kin batera, Nafarroako herrien izen nagu-

siak eta euskal izendegiak ja-

sandako aldakuntza gutxi-as-

ko bortxatuek ere arduratu

zuten Jimeno Jurio: santu-ize-

nak leku-izen bilakatu zirene-

koa eta, alderantziz, ermiten

euskal izenena (1985), euska-

razko eta erromantzezko herri-

izen nafarrak (1986), edo -ain

atzizkidunak (1986), zenbait

herri-izen jakini buruzko txos-

tenak (Lizarra eta Atarrabia, 1988; Arque-

ta/Los Arcos, 1990, 1994). Interesgarriak

izan dira, eta gida-eginkizuna izan dute,

gainera, leku-izendegi inkestarako oha-

rrek (1988) edo alor honetan abian ziren

edo burututako lanen berriemateek

(1991).

Horrekin guztiarekin batera, eus-

kararen presentzia toponimikotik harago

joan nahi izan du Jimenoren ikerkun-

tzak: hizkuntzaren erabilpen historiko

mintzatuak ere atzeman nahi izan ditu,

herri, eskualde eta Nafarroa osoan. Aha-

legin horren emaitza eta sintesiak izan

ziren, alde batetik, Iruñeri buruzko obra,

Historia de Pamplona y de sus lenguas(1995), eta, bestetik, Navarra. Historiadel Euskera (1997). Biak ere aurreko ur-

teetakoen fruitu zirenak, izan ere hain-

bat eskualde eta herri azterturik bai-

tzeuzkan lehendik: Artaxoa (1969, 1987),

Urraul Goiti (1991), Galipentzu, Aibar

eta Agoitz (1992), Zaraitzu (1993), Allin

Ibarra (1994), Eguesibarra (1996) eta be-

rezikiago behin eta berriz Iruñea bera

(1994, 1995, 1996). Euskararekin loturiko

zenbait pertsonaia ere gogoan izan du:

Juan de Amendux, c. 1540-1580 (1996),

Juan de Beriain, 1566-1633 (1988), Aita

Jose Moret (1993).

Ez da, noski, agortzen hor Jimeno

Jurio-ren obra, baina iradokitzen dute

esandakoek haren interes nagusienak

nondik nora joan ziren. Obra osoak ez du

balio bera, eta ez dira parekatu behar he-

dapen-gogoz egindako zenbait artikulu

eta aldizkari edo liburu jasoagoetarako

idatzitakoa. Zein berritasun ekarri digu

autoreak bere obran, ikertutakoa erabat

berria duelako nahiz ikuspuntu berriren

batetik begiratu delako?

Lehen mailan jarri be-

harko genuke Nafarroako to-

ponimian egindako ikerkun-

tza, eta horren paretsuan, oro

har, Herrialde horretako eus-

kararen historia sozio-geogra-

fikoari eskaini diona. Ondo-

ren datoz, Erreinu Zaharreko

historia orokorrari eta gai mo-

nografiko batzuei eskainita-

koak (Orreaga, Amaiur, etab.). Nafarroa

bere gizon-emakumeekin maite izan du

Jimenok, eta bere ibilera etnografikoetan

jaso zizkigun hainbat izengabeko jende-

ren bizitza eta berauen herriak, banan-

banan (tokiko historia eta izaera); agian,

batez ere lekukotasunaren balioak ditu

sail etnografikoan bildutakoak, eta bildu-

ma hain zabala izaki, inork gutxik era-

kuts lezake Nafarroan halako aberastasu-

nik.

Euskaraz ez du idatzi, baina, zer

esanik ez, hizkuntza honen alde eginda-

koak miresmena eta esker ona merezi di-

tu, eta hau esatean hizkuntza baldintza

pertsonal bertsuetan jardundako beste

nafar bat gogoratuko nuke: Arturo Cam-

pión. Azken buruan, Nafarroako hizkun-

tzekiko oroimen berri batez jantzi gaitu Ji-

meno Juriok.

108

hermes nº: 7 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 110: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Satrustegi-ren obra

Eskura ditudan albisteen arabera,

Jose Mari Satrustegi eta Jimeno Jurio data

oso hurbiletan hasi ziren idazten: Satrus-

tegi (1956: Boletín RSBAP), Jimeno (1963:

Ruta Jacobea). Testuinguru kultural be-

rean, hortaz.

Lau hamarkada ongi pasatuak bete

ditu Satrustegik bere kultur lanean (1955-

2003); gehienbat euskaraz eta hainbatetan

erdaraz ere. Ikusi dugu gazterik heldu ze-

la kultur Erakundeetan lekua irabaztera;

bestalde, berehala aitortu zitzaion euskal

munduan Nafarroaren ordezkaritza mora-

la ere (1957, 1963, 1969…). Geroztik, tes-

tuinguru horretan beraietan zegozkion

eginbeharrak betetzen saiatu zen, eta be-

re baitako zaletasunek eskatzen zizkioten

ekimen eta ikerlanak garatzen (euskalari-

tza, etnografia, literatura). Etenik gabe

idatzi zuen, urte guztietan eman zuen ar-

gitara zerbait (1976tik aitzina bi hilabete-

tik behin ikerlanen bat?).

Oro har, nabaria da nola erakunde-

antolamenduetako erantzukizunen ardura

eman ohi zitzaion, hautatuta (Euskaltzain-

dia) edo izendaturik (Foru Aldundia).

Bestalde, saiatu zen harreman sozio-kul-

turalak zaintzen eta komunitate zientifi-

koan ezaupideak egiten eta adiskidetasu-

nak zaintzen.

Liburu-liburuxkatan 22 obra zenba-

tu dizkiogu Satrustegiri: horietako bost

gaztelaniaz daude (kasu batean bere jato-

rrizko euskarazkotik itzulita); gainera-

koak, euskaraz. Liburuok ez dira beti

ikerlanak izan, eta badaude literatur idaz-

kiak direnak ere (Ekaitza eleberria, esate-

rako: 1975), edo haurrentzako pentsatuak

(esateko, Ipui miresgarriak, 1980; Axelkoeta Otsoko, 1983). Oro har, liburuak ez di-

ra argitalpen mardulak izan, eta badira

batzuk dibulgazio-asmoa izan dutenak.

Argitalpen hauetan Satrustegiren

beste interes bat ere ageri da, baliozko

agiri edo idazki zahar argitaragabeak be-

rreskuratzearena alegia. Horrela egin

zuen Bordel bertsolariaren liburua paratu

zuenean (1965), eta kezka bera ageri da

ondoko urteetako lan solte askotan: Tapia

Perurena (1985), Olasagarre (1989), edo

testu zaharragoekin: 1619ko bertsoak

(1960), nexka gerlariaren erromantzea

(1972), Juan de Amendux-en erosta

(1975), Burundako Ordenantzak (1982),

Goizuetako Udalarenak (1996), Olaibarko

bertso paperak (2000). Zaletasun honek

jota, Euskal testu zaharrak deritzan

proiektua aipatu behar da batik bat he-

men: lehen liburuki aberatsa atera zion

Euskaltzaindiak, hain zuzen izenburu ho-

rrekintxe (1987: 364 or.).

Aldizkarietako Satrustegirena ere,

Jimenoren kasuan bezala, bi mailatakoa

izan da: hedapen-lanari zegokiona (Zeru-ko Argia, Diario de Navarra: hiru urtez

asteroko lan bat; edo Príncipe de Viana-

ren euskal orrian, adibidez) eta ikerkun-

tzako aldizkariena. Azken hauetara gato-

zela, zerrenda zabala osatzen dute Satrus-

tegiren lanen bat jaso zutenek;

hamabosten bat aldizkari, behintzat, kon-

tatu ditugu, eta dagoeneko zenbatu diz-

kiogun lanak 148 dira (ez, noski, denak,

baina bai aldizkari berezituetako gehie-

nak bederen): Euskera da lehena, 45 la-

nekin gutxienez (1961-2000), Fontes Lin-guae Vasconum 31 (1969-1998), Cuader-nos de Etnología y Etnografía de Navarra21 (1969-1992), Egan 18 (1983-2000), Bo-letín RSBAP 10 (1956-1992), ASJU 8 (1977-

1993), Príncipe de Viana 5 (1960-1993),

Jakin 5 (1972-2003), RIEV 2 (1984-1986),

Senez 2 (1994-1996), Oihenart 1 (1985),

eta begiratu ezin izan ditugunak: Luzai-de, Gaceta Médica de Bilbao, etab. Aldiz-

kari berezituetako artikulugintza honen

albisterik zabalenak Sancho el Sabio Fun-

dazioko eta KMren katalogoetan topa dai-

tezke: lehenengoan, adibidez, 199 idazlan

ezberdin ageri dira Satrustegirenak, eta

segurua da zenbait jaso gabe dagoela

oraindik. Aldizkari bakoitzaren nortasu-

nak eta berariazko gai-alorrak iradokitzen

digute zertaz ari zen Satrustegi haien

orrialdeetan, eta gehienetan baita egin

behar zuen hizkuntza hautapena zein

izan zitekeen. Euskera edo Jakin-en eus-

karaz idatzi zuen, noski, eta Cuadernosde Etnología-n (1996), e.b., gaztelaniaz,

nahiz eta ezagutzen dugun azken hone-

tan euskaraz idatzitako lan bat ere (1996).

109

hermes nº: 8 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 111: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

Euskera aldizkariaren orrialdeetan

testu anitz bada Satrustegik Akademiako

Idazkari gisara emandakoa. Ageri denez,

horrelakoak gogoan hartu gabe, 45 lan

zenbatu ahal izan dizkiogu aldizkari ofi-

zial horretan, lehenengoa 1961ean eman

zuenetik heriotza arte. Bistan da, denak

ere euskararen inguruko gaiez oratuak

eta, berezikiago, kide zen Euskaltzaindi-

ko Batzordeetako azterkizunak landuz:

bertsolariak, hiztegi herritarra, ziza eta

ahaide eta pertsona-izenak, dialektologia

(zenbait herritako euskara: Luzaide, Ara-

kil), kultur pertsonaiak. ASJU aldizkarian

ere euskara izan zuen aztergaitzat, noski,

testu zahar argitaragabeak kaleratuz

(1977-1993), edo herriren bateko euskara

aurkeztuz (Zugarramurdi, Luzaide).

Gai etnografikoak, ia osorik, Iruñe-

ko aldizkari handietan eman zituen, Prín-

cipe de Viana-n eta ugariago,

aipatutako Cuadernos-en. Era-

bilitako gaiak hauek izan zi-

ren: bertsoak (1619), mugalde-

ko historia erlijiosoa (Luzaide),

Urdiaingo deskribapen etno-

grafikoa, Von Schack Kondea-

ren bidaia (1858), Manezaun-

diren biografia kristau-aurreko

tradizioak, estelak, betidaniko

teknologiak, medikuntza he-

rritarra, erritoak, etab.

Donostiako bi aldizkaritan utzi du

Satrustegik bere lan-multzo bat, Boletínde la RSBAP-en eta Egan-en. Lehen urra-

tsak ematen ari zelarik aurkitu zuen ater-

pea lehenengo horretan (1956-1967), eta

buletinean emandako hamar lanen artean

daude Bordelen biografia, 1564eko eros-

ta, Luzaideri buruzko oharrak, etab.

Egan-era literaturari buruzkoak bidali zi-

tuen: azken urteetakoak gogoratuz aipa-

garriak dira ipuinei dagozkienak (1985,

1995) eta Miranderen gutunak (1984).

Satrustegiren idazle-bidean gogora-

raztekoa da, iragan urrunagokoen azter-

keta biografikoen ondoan (Pedro Atondo

exorzista, 1984; Juan de Amendux, 1975;

Esteban Adoain, 1980; Pedro Agramont,

1996; J. Frantzisko Aizkibel, 1979, 1998),

nolako arreta jarri zuen hilberrien albis-

teak ematen; jeneralean, lan laburrak dira

baina sarritan ia bakarrak ere bai beroriei

buruz. Honelakoen artean eman behar di-

tugu ondokoen berriemateok: Juan Goi-

koetxea Zabalo (1973), Pedro Diez de Ul-

tzurrun apaiza (1977), Aingeru Irigarai

(1983, 1999), Norbert Tauer (1983), Aita

Damaso Intzakoa (1986), Bonaventura

Oieregikoa (1986), Jose Estornes Lasa

(1987), Jose Agerre (1989), Migel J. Urme-

neta (1988, 1989), Martzelino Garde

(1990), Pedro Diez de Ultzurrun sendagi-

lea (1994), Jose Maria Azpiroz (1998),

Bernardo Estornes Lasa (1999), Alexander

Tapia (2000). Ikusten denez, ia denak ere

idazle nafarrak eta gehienak Euskaltzain-

diarekin zerikusirik zutenak. Jakitun eza-

gun batzuen berriemaile ere izan zen Sa-

trustegi gure Akademian, hala nola: Nils

M. Holmer (1994), Julio Caro

Baroja (1995). Bestalde, K. Mi-

txelenaren paperetatik Fontes-

en jasotakoak baliozkoak iza-

nen dira euskalaritzaren histo-

ria osatzeko.

Bizien arteko harrema-

netan aipa ditzagun bi euskal-

tzain berriren sarrera-hitzaldiei

egindako harrera-agurra eta

erantzuna: Henrike Knörr-ena

(1978) eta Frantzisko Ondarrarena (1981).

Aipatutako datuetatik ondoriorik

ere atera daiteke: Satrustegi batez ere eus-

kararen corpus-az arduratu zen, histori-

koaz eta oraingoaz, ia beti testuen eta bil-

dutakoen barne-analisi filologikoak egi-

ten ibili gabe, gehiago aztergaiak salbatu

eta ikertzaileen eskueran jartzen. Inoiz le-

kuko zaharren artean pitxi preziaturik ere

aurkeztu zigun. Ugariak izan dira etno-

antropologiatik egin digun ekarria, eta

ematen du horixe izan zela bereagotzat

zeukan alorra. Inoiz testu literariorik ere

ekoizten saiatu zen, baina badirudi ez de-

la hori izango utzi digun herentziarik es-

timatuena. Euskalgintzako aldizkari eta

Erakundeetan betetako zerbitzuek hain-

bat ordu lapurtu zioten, betiere ikertzaile-

komunitatearen mesedetan, eta gure es-

ker ona ongi irabazita du Satrustegik.

110

hermes nº: 9 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 112: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

111

Azken begiratua

Aztertu ditugun bi kasu intelektual

hauetan, nabaria da ekoitzitakoaren kon-

plexutasuna, eta bi obra osoekiko juzku

kritikoa ez dago nornahiren esku; kritika-

riek alor ezberdinetako adituak izan be-

harko lukete. Bestalde, idazleon lan buru-

tu berria premiazko perspektiba histori-

koan behatu ahal izateko denbora

beharko da oraindik, azken buruan bizi

izan duten garaiko historia kulturalaren

barruan begiratu beharko baitira bien la-

nak (1960-2000), testuinguruko baldintza

eta eskueran izandako baliabideak go-

goan ditugula, ukitutako alorretan lehen-

dik genekarrena eta ondoren jaiotzen ari

dena, biak, aintzakotzat hartuta. Bego,

bada, bere sasoirako analisi kritiko hori.

Nafarroako XX. mendeko bigarren

erdi-aldiko kulturaren ezagumendua na-

hitaez ageri zaigu lotuta bi ikertzaile

hauen historia pertsonalari, eta Jimeno-

ren kasuan ezagutza-berritasun zabalago

batekin, esango nuke. Satrustegik, berriz,

garai zail eta hobeagoetan Nafarroako

euskararen bandera bere gaurkotasunean

goraki erakutsi du (frankismoan zirriki-

tuak zabalduz, lehen frankismo-ondoko

aldakuntzan parte hartuz, geroago pre-

miazko protesta-hitza esanez).

Bete duten jarduera, luzaro aterpe

instituzional eskasekoa izan da, eta sakri-

fizio pertsonal handikoa. Lehenago ba-

tean, Unibertsitaterik gabe, euskal komu-

nitate zientifikoak bizi izandako egoera

bertsuan aritu dira, kasik erretiroa hartze-

ko ordua iritsi zitzaien arte. Eta horra pa-

radoxa: azken heldutasun horretantxe ze-

la gidatu ahal izan du Jimenok bere obra-

multzorik emankorrena, eta, uste

dudanez, iraunkorrena ere.

Zalantzarik gabe, politika arin et ur-

duriaren aldarteen ondoan, kulturaren

iraupen-indarra erakutsi digute bi iker-

tzaile nafar hauek, eta gerorako itxaro-

pen-harrobi berria sortu eta erakutsi dute

Nafarroan. Ez da gutxi.

Lana, parte on batez, oso barreiatu-

ta geratu zaie biei. Aldizkarietan sakaba-

natutako hori ez da izango dena balio be-

rekoa, baina idazlanen antologia egoki

baten edizioa ongi etorriko litzaieke gaur-

ko Nafarroa eta Euskal Herri osoari. Justi-

ziazkoa izango litzateke halako bizi-opa-

ria egin diguten Jose Mari Jimeno Jurio

eta Jose Mari Satrustegi-rekin dugun zorra

nolabait kitatzen hasteko.

NOTAS 1 Iturriak. Lan honetarako erabilita-

ko iturriak bizpahiru gisatakoak izan dira:

a) Lehendik argitara emanak, b) Internet-

en bidez lor zitezkeenak, eta c) Familiar-

tekoen lekukotasunak. Lehenengoen ar-

tean dago Jimeno Jurio-ri buruzkoa: JIME-

NO ARANGUREN, R. (1998): José MaríaJimeno Jurío. Manuel Lekuona Saria. Do-

nostia: Eusko Ikaskuntza. Jimeno-ren ka-

suan, oinarrizko argibide guztiak hor dau-

de, bio-bibliografia oso batekin, eta falta

zirenak Jimeno Aranguren berak (hilbe-

rriaren semeak) osatu dizkit. Eskerrak,

bada, erraztasun horregatik. Satrustegi

Zubeldiaz, ordea, ez dago horrelakorik

argitara emanda, eta kasu honetan Inter-

net-era eta Euskal Herriko liburuzainen-

gana jo behar izan dut, batez ere Euskal-

tzaindiko Azkue Bibliotekara (Josune

Olabarria andrea) eta Sancho el Sabio

Fundazioko Liburutegira (Carmen Gómez

andrea), ahal zena saretik jasoz eta beste-

lakoa harremanen bidez osatuz. Xeheta-

sun pertsonal batzuetarako Euskaltzaindi-

ko Amaia Okariz eta Gema Insausti ere

tartean izan ditut, laguntzen. Azkenik, Sa-

trustegi-ren familiartean ere jaso dut albis-

terik (Pilar Satrustegi arreba eta Marivi

Betelu iloba). Denei nire esker beroa, ho-

ri guztia gabe ezingo bainuen burutu al-

biste biografiko hau. Internet-en begira

bitez: Azkue Bibliotekako katalogoa

(www.euskaltzaindia.net), Sancho el Sa-

bio Fundaziokoa (www.fsancho-sabio.es)

eta UEU-ren zerbitzua gogoan hartzekoa

da, euskal lan zientifiko guztiak bildu na-

hi dituelako (www.inguma.org). Beste bi-

bliografiarik ere egon da tartean, baina

oraingoz bego horretan adierazi beharre-

ko hau.

hermes nº: 10 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti

Page 113: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

La verdad es que me alegro de que

Ander Gurutxaga dejara Lakua porque,

como dice Zweig –este interesante escri-

tor que el mismo capricho editorial que le

silenció durante años ha vuelto a poner

de moda–, lo mejor que le puede suceder

a un hombre de espíritu es que se le ex-

cluya de la vida pública. En cualquier ca-

so, una feliz consecuencia de aquella de-

cisión es este libro que presentamos hoy.

Siempre se ha dicho, y quizá última-

mente más, que el nacionalismo ha pro-

ducido poco pensamiento; que se ha ex-

plicado poco, que ha desarrollado muy

poca literatura política y sí mu-

cha de la otra. Literatura barata,

se suele decir. También se sue-

le decir que el nacionalismo se

cura viajando o leyendo, que es

lo mismo que decía el naciona-

lismo del carlismo cuando yo

era niño.

Sin embargo, el naciona-

lismo hoy en día, o los naciona-

listas, bastantes nacionalistas,

en cualquier caso, tratan de ex-

plicarse, y de explicar su mun-

do con rigor intelectual, yo

creo. Muchos se cuestionan a sí

mismos y, como dice Gurrutxa-

ga, “tratan de abrir ventanas y

de mirar al horizonte que se

presenta ante los ojos para cap-

tar las sutilezas del cambio que

todo lo invade y al que el na-

cionalismo vasco no es inmu-

ne”.

Lo que ocurre es que la

producción de esa gente, la de

mucha gente adscrita al mundo

nacionalista, no se considera

muy nacionalista, al menos no

muy ortodoxamente nacionalis-

ta, posiblemente porque dicen

cosas que no se esperan de un

buen nacionalista.

Porque vamos a ver, concluida la

lectura de “La mirada difusa”, cabe pre-

guntarse si este hombre, a quien un parti-

do nacionalista ofreció un puesto de res-

ponsabilidad que él aceptó, que se autoa-

firma en su vasquidad con un Gurrutxaga

escrito con tx, y tantas cosas más, cabe

preguntarse, digo, si es verdaderamente

un nacionalista.

Yo me permito hacer estas pregun-

tas desde la posición de novelista que me

he decidido a asumir tardíamente, más

que nada porque ese estatus me permite

contar historias y decir lo que se me pasa

por la cabeza, puesto que nadie espera de

uno que, como novelista, vaya a decir al-

112

Ramon Saizarbitoria

Page 114: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

go serio. Bueno, pues digo que Gurrutxa-

ga es nacionalista dependiendo de lo que

se entienda por tal.

Hace unos años La Revista de Occi-

dente tuvo la idea de solicitar a dos per-

sonas situadas en órbitas nacionalistas di-

gamos que opuestas, la vasca y la españo-

la, que criticaran “El bucle melancólico”

para que luego Jon Juaristi les diera cum-

plida respuesta en las mismas páginas. Yo

acepté el reto por simpatía hacia el autor

consciente de que, pluma en mano, no le

daba ni para medio asalto, y sin sentirme

muy legitimado, la verdad, para defender

ninguna posición nacionalista, aunque

fuera la vasca.

En fin, escribí lo que pude, que no

me quiero ni acordar, y me vino a respon-

der que mi nacionalismo es, por encima

de todo, un sentimiento, y que él renun-

ciaba a discutir sobre sentimientos, máxi-

me cuando son legítimos. Y añadía algo

muy bonito que cito textualmente: “Si por

sentimiento nacionalista entiende Saizar-

bitoria el cariño a nuestra tierra común, al

eusquera y a sus clásicos, a las canciones

y a las tradiciones del país y un respeto

afectuoso por nuestros padres nacionalis-

tas, debo tranquilizarle: salvo la muy per-

versa y guipuzcoana afición a las sidrerías,

comparto todo lo demás”.

No he tenido ocasión de decirle a

Jon, porque nuestra desgraciada circuns-

tancia, y algo más también, supongo, nos

tiene más y más alejados, que aunque ten-

go apellido de sidrería guipuzcoana tam-

poco me gusta la sidra y que a nadie exi-

jo mucho más de lo que él cita en mate-

ria de lealtades nacionales.

Y no es mucho más, creo, lo que

nos define como nacionalistas a los ojos

de muchos conciudadanos que se dicen

no nacionalistas, para quienes es un rama-

lazo llevar boina. Porque ¿qué es ser na-

cionalista? Tengo un amigo que sabe mu-

cho más que yo, que es sensato, que se

conoce a los clásicos, que ha estudiado al

menos en cuatro países europeos de dis-

tinta lengua, que lo lee todo, incluso a

Habermas, y que escribe sesudos artículos

sobre nuestra situación política y sobre el

papel del nacionalismo, y cuando come-

mos juntos y, llegados los cafés, le pre-

gunto qué es ser nacionalista vasco, me

responde que no lo sabe muy bien. “Qué

quieres que te diga”, me dice.

Si nacionalismo es creer que uno es

más fiel a lo que siente que es su nación,

que a los principios internacionales o a

los intereses individuales, ni mi amigo, ni

yo, ni otros muchos nacionalistas vascos,

somos nacionalistas. Mitxelena, que era

muy nacionalista, al menos en algunas si-

tuaciones, decía que antes que nacionalis-

ta era demócrata. Desde luego que no es-

tamos por lo de “wrong or right, my

country”. Ni tan siquiera en tiempo de

guerra, porque, a parte de que, probable-

mente, desertaríamos, ni en una situación

límite aceptaríamos eso tan te-

rrible de que “toda concesión a

la humanidad es un robo a la

patria”.

Eso me dijo mi amigo un

día: “Ramon igual resulta que ni

somos nacionalistas”. En cual-

quier caso, lo que es seguro es

que si hubiésemos nacido en

otro sitio, en Madrid por ejem-

plo, –ya sé que es difícil de ima-

ginar– no seríamos nacionalistas

en absoluto. Pero aquí es otra

cosa. Es algo muy duro para mí

decir aquí que igual no soy na-

cionalista, porque en las últimas eleccio-

nes autonómicas, mi madre, –algo me no-

tó o algo se chivó alguien– me dijo que si

me veía en la órbita de los “otros”, ella se

iría a Zaragoza. No sé por qué a Zarago-

za precisamente, debe ser algo atávico,

pero, en cualquier caso, no es plan, por-

que la mujer tiene casi noventa años.

Hablamos de esto, de ser o no ser

nacionalista, en la intimidad, casi como si

estuviéramos en la clandestinidad; me

siento como deben sentirse quienes tie-

nen dudas sobre su identidad sexual y va-

cilan y miran a su alrededor con envidia a

quienes se muestran firmes en lo suyo,

bien machos o totalmente salidos del ar-

mario, condenados a mostrar su incerti-

dumbre sólo en algunos ámbitos muy ín-

113

Page 115: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

timos. A veces pienso que es el problema

de muchos, y eso me consuela.

Gurrutxaga dice que este es un país

plural desde siempre. Hoy se habla mu-

cho de nuestra pluralidad pero parece

querer decirse que la mitad somos rojos,

bueno, digamos que verdes, y la otra mi-

tad blancos, y no es así. Muchos de noso-

tros llevamos conjuntamente cuando me-

nos algo de verde y algo de blanco, algo

que proviene de esos colores.

Aquí hay gente que solo se siente

vasca y que no soporta que la consideren

española, sí, y al revés, y hay socios del

Athletic que sólo aceptan a vascos en el

equipo, incluyendo a navarros y laborta-

nos, y se sienten muy españoles, y otros

muchos que se consideran sobre todo

vascos y que lo de ser español tampoco

les repugna pero lo consideran como algo

que les da acceso a unos derechos de ciu-

dadanía, porque el mundo funciona así,

pero no le dan más importancia que a ser

de Mapfre o de Seguros Bilbao para la

cuestión de riesgos y accidentes.

Además, algunos tenemos proble-

mas psicológicos, y Dios me libre de caer

en psicologismos precisamente en presen-

cia de Ander Gurrutxaga, pero me sentí

muy identificado con el artículo que pu-

blicó Havel el presidente de la república

checa en El País, el otro día, donde decía

“cada vez tengo más dudas, incluso de mí

mismo. Y cuantos más enemigos tengo,

más me pongo de su lado mentalmente,

con lo que me convierto en mi peor ene-

migo”.

A eso hay que añadirle que, en ma-

yor o menor medida, muchos nacionalis-

tas sufrimos el síndrome del sobrevivien-

te, del que creo que hablaba Freud, en el

sentido de que cuando vemos a personas,

entre ellas muchas que aman el euskera,

lo cultivan, que están orgullosas de perte-

necer a un colectivo que reconocen como

el pueblo vasco –que aunque no lo reco-

nocieran sería igual, pero lo reconocen–,

digo que, cuando se ve a esas personas

amenazadas de muerte por quienes se di-

cen nacionalistas vascos, nos pregunta-

mos qué de malo hemos hecho para no

estar amenazados; nos preguntamos cuál

es nuestra culpa.

Unamuno, a quien muy acertada-

mente Juaristi, en su estupendo análisis de

Oroit gutaz, tilda de nacionalista –a ver si

se enteran quienes la tienen tramada con

su busto–, en una memorable charla a es-

tudiantes, les decía “yo, estudiantes, os

ofrezco todo, menos un partido. Partido

no. Entero. Algo más que un partido sig-

nifica esto, porque creo que más que un

hombre, soy un pueblo, dentro del cual

luchan varios partidos entre sí. Mi niñez

ha transcurrido entre contiendas civiles,

las de los carlistas y liberales, que se me

metieron dentro, y he llevado siempre en

el pecho un carlista y un liberal. Siempre

he vivido un duelo íntimo, alimentando

contradictorias posiciones y sintiendo la

necesidad de disentir de cualquiera que

defendiese una de ellas”.

A mi amigo, él, que es un serio in-

telectual, le pasa eso, y supongo que algo

de eso le pasa también a Ander Gurrutxa-

ga, que según la noticia con la que le des-

pierta la radio, el artículo de opinión con

el que se ha desayunado, la tertulia que le

ha tocado en el coche camino de la Facul-

tad, nota que se le sube a tope o que se

le baja a cero la tasa de nacionalismo en

sangre.

A veces, pienso que soy más nacio-

nalista que nadie. Me siento, salvando las

distancias, como la madre verdadera ante

Salomón, dispuesto a renunciar a la cria-

tura para que no la partan. El único que

siente que no hace nada quedándose con

la mitad de la criatura, porque, queriéndo-

la de verdad, la quiere entera.

“La construcción de la idea de na-

ción que tiene el nacionalismo vasco”, di-

ce Gurrutxaga, “es un motivo de cohesión

para la comunidad nacionalista, pero su

dificultad estriba en que no consigue atra-

vesar sus límites referenciales para trans-

formarse en el referente unívoco, incon-

testado de toda la sociedad”.

Nuestro nacionalismo, un naciona-

lismo cultural más que político, siempre

ha aspirado a ofrecer referentes que resul-

taran atractivos al conjunto de la sociedad,

114

Page 116: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

que sirvieran para darle más cohesión,

más riqueza. Es mucho lo que el naciona-

lismo ha hecho por este país, ha fortaleci-

do sus rasgos de identidad, le ha dado

unos símbolos, una historia de la que sen-

tirse, en líneas generales, orgulloso. Es

mucho todo lo que le ha dado el naciona-

lismo a la sociedad vasca. Si no fuera por

el nacionalismo, seríamos como los bear-

neses, que tienen que vender postales con

ikurriña y pimientos de Espelette a los tu-

ristas. Pero también es cierto que la parte

de sociedad no nacionalista ha sido gene-

rosa, al aceptar esos elementos, esos ras-

gos de identidad, que han pasado a con-

vertirse en elementos comunes.

La estrategia no ha sido de imposi-

ción. Estoy convencido que el éxito del

modelo D de enseñanza se debe en gran

medida, a la entrega de varias generacio-

nes de enseñantes que trabajaron duro y

en condiciones difíciles, para que las ikas-

tolas pudieran impartir una enseñanza de

calidad y se constituyeran en una alterna-

tiva de progreso a la escuela española.

Cualquier otro tipo de estrategia se-

ría simplemente suicida. Eso es lo que es-

tamos diciendo algunas personas que ve-

nimos del nacionalismo y que no sabe-

mos si seguimos en él, no porque

hayamos cambiado, que tampoco hemos

cambiado tanto, aunque mi madre crea

que sí, sino porque, a veces, el nacionalis-

mo político nos mira raro.

El nacionalismo cultural se ha senti-

do protegido por el nacionalismo político,

pero yo creo que empieza a ver que, con

el camino que están tomando las cosas,

esa asociación puede resultarle perjudicial.

No hay que darle vueltas al “no hablaré la

lengua de los asesinos” que si no dijo un

conocido profesor en el Kursaal, –no estu-

ve para oírlo– pudo decirlo, pero sirve pa-

ra ilustrar lo que puede ocurrir si se sigue

asociando cultura vasca y nacionalismo,

euskera y nacionalismo, y creo que ese

mundo de la cultura vasca, concretamen-

te, está haciendo un esfuerzo para trans-

cender el espacio político nacionalista.

No sé, a veces me parece estar en el

juego de las cuatro esquinas; ustedes se

acuerdan: quieres irte de la que estás y no

sabes si la mano que te invita a pasar a la

suya no va a engañarte y te quedarás fi-

nalmente con el culo al aire. Por eso, por

una desconfianza, que también tiene bas-

tante justificación pienso, a muchos agen-

tes culturales del mundo nacionalista, a

todos no, como es bien evidente, les in-

quieta que su discurso sea aplaudido por

los no nacionalistas –por los no naciona-

listas vascos–, porque intuyen que mu-

chos lo hacen simplemente porque mo-

lesta a su enemigo.

Lo dijo muy bien el bueno de Una-

muno cuando tras haber soltado su terri-

ble discurso sobre el euskera –contra si

quieren–, en los Juegos Florales de Bil-

bao, señaló: “…en los elogios que por

aquél acto se me han prodigado hay un

fondo repugnante, hediondamente repug-

nante. No me alaban lo que se llama pa-

triotismo, no el decir serena y tranquila-

mente la verdad, no; les regocijó el ver

que se sintió herido en vitales sentimien-

tos un pueblo, mi pueblo vasco al que

aborrecen. Fui sin quererlo, un instrumen-

to de sus mezquinas pasiones”.

De ese mundo hemos recelado

siempre y algunos estamos vacunados,

hasta ahí podíamos llegar –nos basta ver

lo que le ayuda Sanz al euskera en Nava-

rra– pero también existen motivos para

recelar del nacionalismo político vasco.

En lo que hace referencia a la cues-

tión lingüística, concretamente, es obvio

que el euskera ha necesitado del naciona-

lismo. Pero también es cierto que el na-

cionalismo ha utilizado el euskera como

un elemento principal de legitimación de

sus reivindicaciones políticas. El naciona-

lismo político hace una utilización incon-

veniente de la lengua, creo, cuando trata

de establecer, implícita o explícitamente,

que su supervivencia está ligada a la inde-

pendencia política de Euskadi. Este tipo

de aseveraciones, por otra parte, ni tan si-

quiera favorecen al propio nacionalismo,

en la medida en que determinados secto-

res de la población podrían interpretar

que la pretensión de dicha opción políti-

ca consiste, precisamente, en lograr la in-

115

Page 117: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

dependencia para imponer el euskera por

narices.

Pero, al margen de esa cuestión,

vincular la solución de los problemas del

euskera al logro de los objetivos políticos

del nacionalismo, al menos del más radi-

cal, resulta en sí mismo discutible. En

efecto, no digo que tenga que ser necesa-

riamente así, pero cabe plantearse la hipó-

tesis de que, el nacionalismo, una vez lo-

grado su objetivo y colmadas por tanto las

necesidades identitarias a base de elemen-

tos más poderosos –como una selección

de fútbol de verdad y una embajada en el

Paseo del Prado, por ejemplo– perdiese

su interés por sostener un rasgo que, a fin

de cuentas, igual que para el nacionalis-

mo español hoy día, podría representar

simplemente un engorro. Puedo estar

confundido, desde luego, pero me parece

que es algo así lo que ha venido ocurrien-

do con el gaélico en Irlanda; que el nacio-

nalismo lo reivindicó, y mucho, mientras

iba de camino, pero no quiso, o no pudo

continuar cargando con él cuando logró la

independencia.

Por todo eso, pensamos algunos, in-

genuamente quizá, que, como mal menor,

deberíamos tolerarnos en un espacio in-

termedio sin dejarnos llevar a los extre-

mos a los que algunos pretenden condu-

cirnos, pensando quizá, pobres benditos,

que tirar cada uno la cuerda de su lado es

la forma de que el pañuelo quede en me-

dio sin caer en la cuenta de que, al mar-

gen de otros posibles avatares, la soga po-

dría romperse. Hay que “encontrar for-

mas, métodos, espacios, complicidades y

lugares comunes para el discurso político

del pluralismo” nos dice Gurrutxaga ad-

virtiéndonos que no es tarea ni fácil ni

sencilla, sino todo lo contrario porque,

añade en otro lugar, “el problema del plu-

ralismo se mueve en la esfera política, es-

pecialmente en las tácticas y en las estra-

tegias de las fuerzas políticas” y, por gra-

cia o por desgracia “el juego político casi

nunca acepta matices y sí pronunciamien-

tos fuertes, poco adecuados para llevar el

ritmo del pluralismo social al espacio po-

lítico”.

Podemos ser ingenuos, pero no es-

túpidos. Cada convocatoria electoral nos

muestra lo difícil que resulta para los po-

líticos sostener discursos matizados sin

arriesgarse a perder sus nichos electora-

les, porque el gesto de tender la mano no

parece mover a ningún adversario de su

posición en un contexto que, unos más

que otros, todos hemos propiciado. Lo

que se puede entender en los políticos,

por tanto, aunque no sé hasta qué punto

se puede admitir, no es comprensible en

el caso de los llamados intelectuales, de

los universitarios que, cada vez que com-

parecen ante la sociedad, es para echar le-

ña al fuego, cuando lo razonable sería

que contribuyesen a ese “frente de tibie-

za” que preconiza Gurrutxaga, “que haga

posible el consenso político sobre cuestio-

nes claves del país” sin permitir que nos

confronten defendiendo proyectos incom-

patibles. No deberíamos aceptar ese reto

de nuestros políticos; deberíamos recor-

darles que es a ellos a quienes correspon-

de pactar las bases que sigan haciendo

posible la convivencia; una convivencia

que la mayoría de la sociedad vasca nun-

ca ha puesto en cuestión. Eso es lo que

plantea sensatamente Ander Gurrutxaga

con sumo rigor sociológico en las páginas

de este libro cuya publicación celebra-

mos. Espero que lo lean y seguro que les

aprovechará.

116

Page 118: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak
Page 119: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

118

Hitzaldi sorta Gasteizenazken ehun urteetakoEuskal historiari buruz

Iaz abiarazitako ekimenari jarraiki,

joan den otsailean Sabino Arana Kultur

Elkargoak Xabier Landaburu Lurralde

Iraskundearen bitartez hitzaldi-sorta bat

antolatu zuen Gasteizen; hitzaldion hel-

buru nagusia, euskal herriaren iraganaz,

zehazki azken ehun urteetakoaz, gogoeta

egitera dei egitea eta entzuleei euren he-

rrialdearen oraina ulertzeko oinarri, argu-

dio eta ideiak eskaintzea izan zen.

Zikloaren egitura hiru hitzaldik osa-

tu zuten, bakoitza aldi kronologiko baten

gainekoa. Topaketa hauek Eusko Ikas-

kuntzaren Gasteizko egoitzan, (Pando

Etxea, San Antonio/k, 41) izan ziren,

otsailaren 11, 18 eta 25ean, hurrenez hu-

rren.

Lehenengo hitzaldia, “Ereintza eta

uzta: XX. mende berria Euskal Herrian”

izenburukoa, Josu Chueca Euskal Herriko

Unibertsitateko Gaur egungo Historiako

irakasleak eman zuen, eta XX. mendea-

ren lehenengo herenari (1901-1939) bu-

ruz mintzatu zen.

Hurrengo hitzaldia, “Garai ilunak

Page 120: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

119

(eta orduko argiak). Diktadura frankista,

1939-1975”, Pedro Ibarra EHUko Politika

eta Administrazio Zientzietako katedradu-

nak eman zuen.

Hirugarren eta azken hitzaldiak XX.

mendearen azken aldia, oraingo Estatu-

buruaren, Juan Carlos I.aren, erregealdia-

ren lehenengo hogeita bost urteei dago-

kiena, izango du mintzagai, eta Francisco

Letamendia, EHUko Politika eta Adminis-

trazio Zientzietako irakasle titularrak

eman zuen.

Exposición de Bay Sala en Artea hasta el 3 de agosto

El Museo del Nacionalismo Vasco

de la Fundación Sabino Arana presentó el

20 de febrero, en la Sala Manu Egileor

"Ikasle" Aretoa de Artea-Arratia, la exposi-

ción "Bay Sala. Arte pintzelkadak. Pincela-

das de arte" del pintor impresionista vas-

co Juan Bayon Salado "Bay Sala". Este ar-

tista, nacido en Logroño en 1913, pero de

adopción bilbaína desde los cinco años,

está considerado como uno de los máxi-

mos representantes del paisajismo estatal

y Pisarro renovado. Críticos de arte han

afirmado que si Bay Sala hubiera nacido

un siglo antes, hoy estaría por derecho

propio poblando los Museos de todo el

mundo, engrosando la reducida nómina

de los auténticos maestros del impresio-

nismo.

La muestra, que puede contemplar-

se hasta el 3 de agosto, está compuesta

por 24 óleos, 14 de ellos donados por la

familia de Bay Sala al Museo del Nacio-

nalismo Vasco y 10 más cedidos para la

ocasión, algunos de ellos inéditos; docu-

mentos y ob-

jetos persona-

les del artista

(cert i f icados

del Gobierno

vasco sobre

acciones be-

néficas que

realizaba, pin-

celes, paleta,

caballete, su

último cuadro

inacabado, fo-

t o g r a f í a s ,

etc.); y varios

paneles con

sus datos biográficos.

Pero además, esta exposición con-

lleva un proyecto pedagógico, con dife-

rentes centros de enseñanza, destinado a

introducir a niños y niñas de entre 3 y 12

años en el mundo de la pintura, al estilo

de los concursos que Bay Sala organizaba

en los años 70 en Orozko.

"La Avenida de la Ópera de París",

"Casas del Rastro de Madrid", "Campos de

Orduña", "Los Horreos" o "Rochefort Sur

Terre Bretaña" son los títulos de algunas

de estas piezas artísticas en las que el pin-

tor descubre el encanto de ciudades, ca-

lles, plazas pueblos, etc.

Page 121: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

120

Junto a los cuadros, varias vitrinas

con documentos y objetos personales del

autor y sus útiles de trabajo. Todo ello

contextualizado con varios paneles expli-

cativos sobre su vida y su obra.

Un recorrido que abarca los años de

su estancia en París, su trayectoria en Eus-

kadi y su faceta social.

"Batzokis de Bizkaia.Txori Herri-Uribe Kosta"liburuaren aurkezpena

Joan den martxoaren 18an Alberto

Gorospe kazetari eta ikertzaileak bere

azken liburua, “Batzokis de Bizkaia. Txo-

ri Herri - Uribe Kosta” aurkeztu zuen Biz-

kaiko Batzar Nagusien egoitzan (Hurtado

de Amezaga, 6. Bilbo) egindako ekitaldi

batean, zeinen buru EAJ-PNVren Bizkai

Buru Batzarreko lehendakari. Iñigo Urku-

llu izan baitzen.

Sabino Arana Kultur Elkargoak argi-

taratutako lan hau orain dela urte batzuk

Bizkaiko batzokien historiari buruz hasi-

tako ikerketa-lan bat osatzera dator. Ha-

ren emaitza oraintsu arte beste liburu bi-

ren argitalpena izan zen; zehazki, bata

Bilboko batzokien gainekoa eta Ezkerral-

dea-Enkarterrikoei buruzkoa, bestea.

Oraingoan Alberto Gorospe izan da

euskal abertzaletasunaren iragana, Txori

Herriari eta Uribe Kostari dagokien zatia,

zorroztasunez berreskuratu duena.

Lan honen orrialdeetan barrena,

irakurleak ikusiko ditu, bai euskal aber-

tzaleek mende batean zehar euren He-

rriaren eskubideak aldezteko borrokan

bizi izan zituzten denetariko gorabehe-

rak, bai ahanzturatik ateratako irudi asko

eta asko. Euren Aberriaren defentsan

hainbeste ahalegin eta sakrifizio egin zi-

tuzten emakume eta gizonak, asko ezeza-

gunak. Ezta ez dira falta biztanleen eta

batzoki haiek egin zituzten langileen eta

bultzatu zituzten sustatzaileen lekukota-

sunak ere, liburuari halako ikuspegi giza-

tiarragoa ematen dizkiotena, ezbairik ga-

be.

Hain zuzen ere, liburu honen hel-

buruetako bat, isilean eta ospe barik lan

egin zuten gizon eta emakume haiei go-

razarre egitea da, eskuzabaltasun eskerga

erakutsiz euren bizitza eskaini baitzioten

abertzaletasunaren ideologiari.

Antón Reixa presenta enBilbao su primer largometraje

En el marco de actividades conjun-

tas que la Fundación Sabino Arana y la

Page 122: Hermes 9: Nafarroa: lehiaguneak eta erronkak

121

plataforma ciudadana "Sekula ez berriro"

–delegación vasca de Nunca Máis– están

realizando en solidaridad con el pueblo

gallego tras el hundimiento del Prestige,

presentaron en un pase especial, en los

cines Mikeldi de Bilbao, el pasado 28 de

abril, el primer largometraje de Antón

Reixa, "El lápiz del carpintero", una adap-

tación de la excepcional novela de Ma-

nuel Rivas sobre la represión en Galicia

tras el golpe de Estado de Franco.

Reixa y el actor Tristán Ulloa asis-

tieron a este pase especial, cuya recauda-

ción se destinó a para sufragar los gastos

de las actividades que la plataforma ciu-

dadana Nunca Máis promueve en defen-

sa de los derechos de los damnificados

por la catástrofe.

La obra de Reixa cuenta un emoti-

vo relato de amor en tiempos de la Gue-

rra Civil, en la Galicia de 1936. Protago-

nizada por Tristán Ulloa, María Adanez y

Luis Tosar, relata la historia de un extra-

ño triángulo que se forma entre el guar-

dia civil (Herbal) y una pareja de enamo-

rados, el doctor Daniel Da Barca (Ulloa)

y Marisa Zallo (Adánez). Cuando Da Bar-

ca es detenido y llevado a la cárcel co-

mienza la lucha de su prometida por lo-

grar que salga de prisión. Les acompa-

ñan en los papeles secundarios Manuel

Manquiña, Nancho Novo,

María Pujalte, Carlos Sobe-

ra y Ane Igartiburu, entre

otros.

Interés por elAutogobiernoVasco

A finales del pasado

mes de febrero, un grupo

de dieciséis personas de la

escuela italiana de Sassari

(Cerdeña) visitaron el Mu-

seo del Nacionalismo Vasco, en Artea-

Arratia, donde asistieron a un encuentro

con el director de Juventud y Acción Co-

munitaria del Gobierno vasco, Javier Ma-

drazo, para profundizar en el conoci-

miento del Estatuto vasco. El interés de

este grupo por la organización de la Co-

munidad Autónoma del País Vasco se

fundamentó en que los sardos se rigen

también por un estatuto de autonomía.

Bandera republicanapara la Fundación Sabino Arana

Con motivo de la celebración del

Día de la República, el 14 de abril, el gru-

po parlamentario Vasco en el Congreso de

los Diputados donó al Museo del Naciona-

lismo Vasco de la Fundación Sabino Arana

una bandera republicana que con el re-

cuerdo del recién fallecido consejero del

Gobierno de Euzkadi en el exilio, Jesús

Ausín, recibió pocos días antes de manos

de la Asociación Republicana Española.

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122

Homenaje a los gudarisdel batallón "GERNIKA"

Durante el viaje que la Fundación

Sabino Arana organizó la Semana de Pas-

cua a la Bretaña francesa se realizó una

escala en Point de Grave para rendir un

homenaje a todos los gudaris del batallón

Gernika que en abril de 1945 prestaron

su ayuda a la Resistencia durante la Se-

gunda Guerra Mundial y colaboraron en

la liberación de los territorios que ocupa-

ban las tropas alemanas junto al puerto

de Burdeos. Por este motivo, el batallón

vasco y la ikurriña que portaban fueron

condecorados en las calles de París.

El viaje, de siete días de duración,

recorrió las cuatro regiones en que está

dividida administrativamente la Bretaña

francesa: Morbihan, Finisterre, Côtes de

Nord y Ille et Vilaine.

Para los amantes de la historia de

las civilizaciones el viaje tuvo gran interés

por las visitas a los castillos, y a menhires

y dólmenes levantados por el hombre en

esta región situada al noroeste de Francia

y cuna de asentamientos desde los oríge-

nes de la humanidad.

Los presidentes de lasfundaciones SabinoArana y Ramón TriasFargas fijan en Bilbaosus actividades conjuntas anuales

El ex-conseller de Sanidad y Seguri-

dad Social de la Generalitat de Catalunya

y recientemente nombrado presidente de

la Fundación Ramón Trias Fargas, el doc-

tor Eduard Rius, se entrevistó el 11 de

abril en Bilbao con el presidente de la

Fundación Sabino Arana, Andoni Olaba-

rri, para establecer y coordinar las activi-

dades conjuntas que anualmente realizan

las dos fundaciones.

Estas actividades entre la Fundación

Sabino Arana y Fundació Ramon Trias

Fargas, fortalecidas tras la devolución a la

Generalitat de los documentos originales

que sobre la actividad del Gobierno cata-

lán entre 1937 y 1940 se custodiaban en el

Archivo Histórico del Nacionalismo Vasco,

irán encaminadas a difundir la relación

histórica que existió entre los gobiernos

de Euskadi y Catalunya durante los años

de la Guerra Civil y el exilio.

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Txema Montero Koldo Mediavilla

Nafarroa arragoa; Navarra crisol, cantába-

mos hace treinta años con Xabier Lete y al tiem-

po que así mostrábamos nuestros sentimientos

de comunión con la matriz de lo vasco que el

Viejo Reyno idealizadamente representaba, reco-

nocíamos que en el crisol navarro, se habían fun-

dido hasta solidificarse lo vasco, lo franco y arro-

manzado, consistiendo el producto final en algo

singularísimo del que no cabía separar la parte

del todo sin riesgo de dejarlo irreconocible.

Pasado este tiempo, la Fundación Sabino

Arana organiza un seminario en Iruña del que

damos cuenta en el presente número y que se

concreta en una reflexión sustentada en datos,

testimonios, análisis y propuestas de nivel inha-

bitual por lo certero, si bien tamizadas por un ha-

lo de melancolía hija de la desesperanza fruto de

la desunión.

Resulta que en Navarra, ese “Japón con

boina roja” en memorable definición de La Ac-

tualidad Económica, comienzan a detectarse pro-

blemas de financiación pública derivados de la

dificultad de mantener un “estado de bienestar”

en el que la escasa población para tamaña super-

ficie produce desequilibrios territoriales notables.

El territorio otra vez, y la infraestructura de co-

municaciones necesaria para afrontar los retos de

futuro, obligan al gobierno navarro a la adopción

de técnicas extra-presupuestarias cada vez más

dependientes del gobierno central. La reducida

clase empresarial navarra parece más dirigida al

negocio inmobiliario que a la economía propia-

mente productiva la cual queda en manos de la

inversión extranjera y de capital migratorio. El

cuadro final resulta un tanto inquietante y anun-

cia el inicio de la crisis de un modelo cuyos pri-

meros síntomas son el incremento del paro, en

cifras hasta ahora insignificantes, y el endeuda-

miento familiar y publico. El “Japón navarro” pa-

rece destinado a coincidir con el “Japón-Japón”

en la hora del desfallecimiento.

Resulta que en Navarra la clase funciona-

rial es importante en número y en influencia y en

las centrales sindicales con representación pode-

mos encontrar alguno de los porqué de las posi-

ciones políticamente encontradas. De entrada, el

antisistémico sindicato LAB es, sin embargo, uno

de los más votados y hace del euskara bandera

de su identidad. Posición contraria mantiene

UGT cuya simbiosis con el Partido Socialista al-

canza en Navarra el grado de confusión, hasta el

punto de que no se sabe bien si es el sindicato

quien orienta al partido, y cuya reactiva posición

frente al euskara tiene mucho que ver con una

afiliación de servidores públicos poco predis-

puesta al esfuerzo por conocer esta lengua. ELA

se singulariza de esta polarización con pretensio-

nes de alcanzar la mayoría, si bien sometida a

constante tensión entre un obligado sindicalismo

de reivindicación en el que se sitúa cómoda y

una intervención metapolítica hasta el momento

aceptada sin rechazo por su creciente afiliación.

Resulta que Navarra es después de Gali-

cia la Comunidad Autónoma con población

abrumadoramente autóctona lo que convierte” la

cuestión navarra” en asunto entre navarros; polí-

tico antes que identitario, puesto que las diferen-

tes identidades que conforman la navarridad

coexistieron hasta que la extensión del conoci-

miento y uso del euskara y la demanda de per-

tenencia a instituciones comunes con los vascos

pusieron en cuestión la situación precedente, sin

otra reacción por parte del gobierno, ya en de-

mocracia, que la de tratar de imponer la homo-

geneización.

Resulta que en Navarra lo tradicional y lo

moderno conviven en el desajuste y la respuesta

institucional a unos estados de opinión progre-

sistas en el ámbito de la moral privada y relacio-

nes personales no pude ser más reaccionaria.

Resulta que el todopoderoso Diario de

Navarra, a la manera de intelectual orgánico, de-

termina las posiciones políticas del PSN y sobre

todo de UPN, hasta el punto de resultar su línea

editorial obligada hoja de ruta en el deambular

de los partidos constitucionalistas, lo cual genera

una intimidad entre medio de comunicación y

poder que es políticamente insalubre.

De ahí que hablemos de crisis, entendien-

do como tal la situación de un modelo de dudo-

sa continuidad. De ahí los síntomas de cambio

político, previsiblemente lentos pero inexorables

que acreditarán las próximas elecciones; siempre

y cuando la segura intervención del Gobierno es-

pañol al privar a gran numero de ciudadanos de

su opción electoral y la siempre esperable acción

criminal de ETA no distorsionen, una vez más, la

realidad, convirtiendo Navarra en Campo de

Marte en detrimento de su historia y vocación de

crisol de culturas y gentes.

124

Navarra: Crisol y crisis

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Javier Balda