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1 William Marrion Branham

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William Marrion Branham

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GALERIAS DE IMAGENES

Los padres de la Hermana Hattie,

George y Murie Wright

El hermano Bil, (Izq), con el hermano

de Hattie, Shelby Wright, y el

pequeño Billy Paul en 1942

Edith Wright

Hijos de la hna Hattie el dia del

bautismo.

3

Orville y Coy junto con su madre, Hattie,

frente al altar en el Tabernáculo Branham

Fotografias compiladas de la página web : http://solocreed.tripod.com/ob10.htm

Citas recogidas desde el “Programa Infobase del Mensaje”

4

El nuevo ministerio

58 La Hermana Hattie Wright... Todos

Uds. saben... Nosotros la llamamos

Wright; su apellido es Mosier. Pero ella ha

sido una persona leal, una amita de casa,

ha vivido en dos cuartos muy allá metido

en las colinas, allá con una pala y un

azadón, procurando sacar las cizañas de

una parcelita de maíz para mantener

junta a su pequeña familia. Ella ha

trabajado fielmente.

Cuando yo estaba sentado en la mesa

cenando, yo había estado explicando lo

que era la fe. Yo dije: "Si... fe es de esta

manera: si yo viera una visión del

Hermano Shelby sentado así y así, y cada

uno de la manera que ellos estaban...."

Y la Hermana Hattie estaba sentada muy

atrás hacia el otro cuarto. Ella no tenía

mucho que decir; nunca tiene.

59 Y entonces mientras estábamos

hablando, yo dije: "Si el Señor me

mostrara una visión que algo iba a

suceder, entonces yo... la pudiera decir.

Eso es lo que eleva mi fe". Yo dije:

"Cuando el Señor me muestra lo que va a

suceder, entonces yo tengo confianza que

será de esa manera, cuando El me

muestra".

Yo dije: "Yo vendría aquí mismo, si esa

muchachita enferma sentada allí, y el

Señor me mostrara que iba a ser sanada,

yo vendría aquí mismo y me pararía en el

camino, vería si todo estaba exactamente

de la manera que El lo dijo, y luego diría:

„ASI DICE EL SEÑOR, Edit, levántate y

anda'". Yo dije: "Uds. verían esas

piernitas desencogerse, y esas manitas

desencogerse, y ella se levantaría de allí

y caminaría para la gloria de Dios". Yo

dije: "Si viniera de esa manera".

60 Yo les había estado contando a

ellos tocante a esta experiencia. Y dije:

"Saben Uds., yo quiero preguntarles a

Uds. algo". El Hermano Banks Wood

estaba sentado enseguida de mi en la

mesa. Y sentado enseguida estaba...

Luego la Hermana Hattie estaba sentada

muy atrás, y los muchachos estaban

sentados aquí, y la Señora Wright, y el

Señor Wright, y Shelby sentados a mi

izquierda.

Ahora, escuchen. No fallen en captar

esto. Les muestro la soberanía de Dios. Y

mientras estábamos hablando, yo dije:

"Yo quiero preguntarles algo. ¿Qué es lo

que puso a esas ardillas allá? No había

ardillas en el bosque. Yo había cazado y

cazado. Y yo–yo no soy el mejor cazador,

pero yo he cazado desde que yo era un

muchachito. Y yo había cazado

minuciosamente, y–y ellas estaban en el

lugar más ridículo, y de la manera más

ridícula que yo podía hablarlas". Yo dije:

"¿Qué es lo que las puso allí?" Yo dije:

"Me pregunto si es que mi ministerio está

para ser cambiado, que el Dios de

Abraham está confirmando Su promesa

como El la hizo con Abraham".

61 Cuando él estaba en la cumbre del

monte, y necesitaba un sacrificio para él,

en lugar de su hijo, Jehová-jireh hizo un

milagro y colocó un carnero allá a cientos

de millas. El estaba a tres días de viaje. Y

cualquier hombre común puede caminar

veinticinco millas [40.25 km.–Trad.] al

día. Y entonces él levantó sus ojos y vio

la montaña de lejos, y entonces fue a la

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montaña, y subió a la cumbre de la

montaña. Pues a un carnero allá arriba,

un borrego, los animales feroces lo

hubieran matado. Y luego en la cumbre

de la montaña en donde no hay agua,

¿cómo llegó ese carnero allá arriba? ¿Qué

sucedió? Dios necesitaba un sacrificio

para probar a Abraham que El era

Jehová-jireh. El mero Dios de la creación

habló un carnero a existencia. Ahora, no

era una visión. El mató al carnero y

sangre salió de ese animal. No era una

visión; era un carnero.

Yo dije: "Ese mismo Dios (¡aleluya!), ese

Jehová-jireh, El es tan Jehová-jireh hoy

como El era en el monte con Abraham. El

todavía puede producir un animal para Su

gloria. Estas ardillas no eran una visión.

Yo les disparé; sangre salió de ellas. Yo

las preparé y me las comí. Ellas no eran

visiones; ellas eran ardillas".

62 Yo dije: "Ese mismo Jehová-jireh,

procurando traer Su promesa a mí, en mi

mente torpe y lenta. El podía hablar mi

necesidad a existencia lo mismo como El

podía hablar la necesidad de Abraham a

existencia".

Y al momento que dije eso, la Hermana

Hattie (sentada allá llorando ahorita) no

había dicho una palabra, y ella dijo: "Eso

no es nada más que la verdad".

Ella dijo la cosa correcta. Ella dijo igual

como dijo Banks allá. Yo oí su voz

mientras pasó por mis oídos, como fue

allá en el bosque. La Señora Wright,

sentada allá atrás con su muchachita,

estaba tratando de entender lo que Edit

había dicho. Yo no podía oír a la Señora

Wright.

Y esa super Unción me saturó, dijo: "Díle

a Hattie que ella ha encontrado gracia

ante los ojos de Dios". ¿Quién hubiera

pensado? Dijo: "Díle a ella que pida todo

lo que ella quiera, luego tú háblalo por

este don a existencia. Todo lo que ella

pida, háblalo a existencia".

Yo miré a la Hermana Hattie. La primera

vez que fue realizado en un ser humano.

Yo dije: "Hermana Hattie, pida lo que

quiera. Dios se lo va a dar a Ud."

63 ¿Qué piensan Uds. de eso? ¿No les

hace algo a Uds.? Siete veces El lo había

confirmado por medio de un animal. Siete

es el número completo de Dios. Y aquí

está por primera vez en un ser humano.

Y El... ¿Qué escogió El? ¿Algún gran

aristócrata? ¿Un gran ministro de

renombre? Una pobre viudita que casi no

puede escribir su nombre. Dios sabe lo

que El está haciendo. Dijo: "Pide lo que

quieras".

Hattie me dijo: "Hermano Branham, ¿qué

quiere Ud. decir?"

Yo dije: "Pida cualquier cosa que su

corazón desee, y le será dado aquí

mismo, para que Ud. sepa que el Señor

Dios del Cielo contesta, y que Sus

Escrituras son verdaderas". Mi primera

vez con el nuevo don, mi primera Unción.

Yo casi no podía oír.

Y ella miró alrededor. Habíamos estado

hablando tocante de su hermanita

inválida. Yo dije: "Oh, sin duda", en mi

corazón, "dentro de unos cuantos

minutos, la pequeña Edit estará saltando

para la gloria de Dios".

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Hattie miró alrededor, todo alrededor. Y

ella dijo: "Hermano Bill, mi deseo más

grande es la salvación de mis dos hijos".

64 Qué... Bueno, no pudiera haber

sido una cosa más grande. Ella pudiera

haber pedido diez mil dólares, y ella los

hubiera recibido. Qué si hubiera sido

algún millonario, hubiera pedido otro

millón. Dios sabía lo que ella iba a pedir.

La Hermana Hattie... por lo menos siete u

ocho testigos parados allí... Todos Uds.

hermanos que estaban presentes que...

cuando eso sucedió, levanten su mano,

todos en el edificio que estaban presentes

cuando eso sucedió. Uno, dos, tres,

cuatro, cinco, seis, siete. Siete de ellos,

ocho de ellos, ocho de ellos estaban

presentes cuando eso sucedió.

Yo dije: "Pida cualquier cosa que Ud.

quiera, porque Dios me la ha dado a mí

para dársela a Ud., todo lo que Ud.

quiera".

Ella dijo que sus hijos estaban

empezando a entrar en la rabieta de la

adolescencia. Y ella dijo: "La salvación de

mis dos hijos".

Yo dije: "Por la voluntad de Dios, por el

poder de Dios, yo le doy a Ud. en el

Nombre de Jesucristo su deseo". Y sus

dos hijos se estremecieron bajo el poder

de Dios, y todo ese edificio tembló. Banks

cayó sobre su plato. Shelby agarró... Y

Hattie gritó al grado que uno pudiera

haberla oído a dos cuadras de ciudad. Y

esos dos muchachos con lágrimas

rodando por sus mejillas, recibieron

exactamente lo que ellos pidieron en ese

momento.

Oh, la primera vez que fue usado en un

ser humano. "Pide lo que tú quieras, y te

será dado". Sus hijos sentados allí con

ella en esta mañana.

65 ¿Qué hubiera pedido ella? ¿Qué si

ella hubiera pedido la sanidad de su

hermanita? ¿Qué si ella hubiera pedido

eso? La muchachita hubiera sido sanada,

pero sus dos hijos se hubieran perdido.

¿Qué si esa pobre viudita, quien apenas

me había dicho que ella trató de dar a

esta iglesia cincuenta dólares bajo una

promesa para ayudar a construir una

nueva iglesia, y el Herma-... Hermano

Roberson no se los aceptó, sólo le

permitió dar veinte de ello.

Y me dije a mí mismo cuando ella estaba

hablando: "Yo le regresaré los veinte".

Pero Dios me dijo en mi corazón, no por

visión, en mi corazón: "Cuando Jesús

estaba parado, observando a una viuda

poner tres denarios en donde había miles

de dólares, ¿ahora, qué hubieras hecho

tú?"

Yo dije: "Bueno, si yo hubiera estado

parado allí, hubiera dicho: „Nosotros no lo

necesitamos, hermana. Tenemos mucho

dinero'".

Pero Jesús nunca dijo eso. El le permitió a

ella ir y hacerlo, porque El sabía lo que

venía en camino. Eso es la verdad, Dios

siendo mi Juez solemne, Dios sabía que

eso venía en el camino para ella.

66 Y me había metido mi mano al

bolsillo para coger mi billetera y

regresarle sus veinte dólares, y decir:

"Hermana Hattie...."

7

Pero El dijo: "¡No lo hagas!"

Luego, en unos cuantos minutos, cuando

la pregunta fue expuesta tocante a

Jehová-jireh, ella dijo: "Eso no es nada

más que la verdad". Y provino del

corazón de una pobre viuda, sabiendo

Dios que ella pediría por la cosa más

grande que se podría hacer.

Mientras haya un cielo, cuando no haya

más estrellas, cuando no haya más luna,

más tierra, más mar, esos muchachos

vivirán por la Eternidad con el mismo

Jehová-jireh quien dio la promesa

Inmortal. Sus promesas no pueden fallar.

Estoy esperando con anticipación la

venida de esta reunión allá en San José.

¡Oh, si tan sólo surgiera!

Ahora, cuando la Unción viene: "Pide lo

que tú quieras". Yo tengo una seguridad

perfecta que cuando eso viene, y todo lo

que Dios ponga para ser pedido, será

exactamente de esa manera. Tiene que

ser. "Porque si tú dices a este monte..."

¿Ven?, no es Ud. hablando. No es Ud.; es

Dios. Es Ud. tan–tan rendido a Dios.

75 Hermana Hattie, somos casi de la

misma edad. Y el Hermano George Wright

allí, su papá; sus hijos, madre, Shelby;

yo quiero decir esto: me supongo que

Uds. se preguntaron por qué me levanté

y me salí de la casa tan pronto como lo

hice. Yo nunca he... Yo he estado en

donde treinta mil paganos auténticos

fueron salvos en una sola ocasión

(Suráfrica), vinieron a Cristo. Yo pensé

que ésa era la más grande Unción que yo

sentí alguna vez. Esa, nunca, en ninguna

manera, se comparó con Aquélla que

estuvo allá adonde George Wright el otro

día. Yo nunca he sentido algo como eso.

Todo el cuarto parecía ser sólo una–una

Luz de la Gloria de Dios.

Ahora, la Hermana Hattie es una

mujercita muy callada y piadosa; nunca

levanta su voz tocante a alguna cosa.

Pero Uds. la pudieran haber oído gritar a

una cuadra de ciudad cuando el Espíritu

Santo saturó el edificio. Todos, todos allí

lo sintieron. ¡Era maravilloso! Pueda que

vivamos mucho tiempo, pero Hermana

Hattie, mientras haya una memoria en

nuestra mente, nosotros recordaremos

eso, Hermana Wright.

76 Ahora, para que la gente pueda

saber que yo dije exactamente la verdad

de eso, ¿levantarían su mano, Hermana

Hattie, para que... Hermana Wright, y

todos Uds. que estaban allí, sólo... que

estaban allí?, sólo para que Uds. puedan

ver. ¿Ven?, ahí están. Bueno, póngase de

pie, Hermana Hattie. Ahí está la mujer

viudita en la que el milagro sucedió

primero, sobrepasando a todas las

personas del mundo, para que esa cosa

sucediera primero a esa pobre y humilde

viudita allá al lado de una colina,

intentando levantar una cosecha de maíz

de terreno allí de cangrejo de agua dulce,

para cuidar de sus hijos. Esa es la que

Dios honró por primera vez desde los días

de los... de Jesucristo, y dijo: "Pide lo que

quieras".

Yo dije: "Yo reto a cualquiera, en el

Nombre del Señor, cuando ese Espíritu

llega y dice eso, a mí no me interesa lo

que Ud. pida, le será concedido".

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77 ¿Saben Uds. por qué los

plutócratas [Individuos pertenecientes a

un régimen político en el cual el gobierno

del estado está mayoritariamente en

manos de los ricos–Trad.] no lo reciben, o

la gente importante de esa clase? Es

porque Dios sabía que ellos pedirían

cosas que no eran de beneficio para ellos.

El se lo da a personas quienes El sabe

que pedirán la cosa correcta. ¿Y qué más

pudiera esa mujer...? ¿Qué más...? Sólo

díganme una cosa que ella pudiera pedir

más grande que eso. Su madre y su

padre son salvos; su hermanita es salva.

Toda la familia es salva excepto los dos

muchachos hasta ese momento. Ellos no

eran salvos.

Ellos son gente pobre. Shelby me dijo que

su ingreso fijo por una buena cosecha

llega a seiscientos dólares al año,

trabajando al grado que el muchacho

está... como de mi edad, y está todo

abatido, todo, y él está trabajando,

cuidando a su papá y a su mama, y ellos

son ancianos, y–y procurando cuidar a su

hermanita afligida, pero él es salvo. El

Hermano Wright, todos ellos son salvos.

Pero esos dos no eran salvos. Y Hattie

pidió por la salvación de sus hijos.

Mientras haya una Eternidad... ella

pudiera haber pedido diez mil dólares y

los hubiera recibido. Ella pudiera haber

pedido todo lo que ella quisiera. Pero Dios

sabe lo que uno va a pedir aun antes de

que El ponga la Unción. Correcto.

78 Hermana Hattie: ¿Es correcto que

yo dije: "Pida cualquier cosa que Ud.

desee. Cualquier cosa que su corazón

desee, pídalo, Hattie"? ¿Es correcto eso,

Hermana Hattie? ¿Ven? ¿Ven? "Pida

cualquiera cosa que Ud. quiera; no

importa lo que sea, ¡pídalo! Dios me ha

dicho: „Sólo di lo que ella ha pedido, y

ella lo recibirá'".

El dijo: "Pídelo ahorita, cualquier cosa

que tu desees". Y ella lo hizo.

Oh, hermano, hermana, ¿se dan cuenta

Uds. el día en el que estamos viviendo? El

tiempo más glorioso, cuando el Dios del

Cielo pondrá en seres humanos el pedir

por cualquier cosa que quieran, y El se

los dará a Uds. Bueno, es–es demasiado

profundo para mi mente, yo sé eso. Pero

yo espero que mi corazón pueda contener

tanto de ello como pueda. Es–es sólo...

Yo he vivido por ello. Yo he crecido por

ello. Yo voy al oeste por ello. Yo estoy

empezando reuniones por ello. Yo estoy

viviendo por ello. La Palabra de Dios es

correcta.

79 Ahora, hasta donde yo sé, esa es la

última cosa que ha sucedido. Yo no sé de

nada más que podría ser dado a los seres

humanos: "Pide cualquier cosa que tú

desees. No importa lo que sea, sólo

pídala, y le será dado a Ud."

¿Y pudieron ver Uds. la sabiduría?

¿Cuántos creen que esa–esa mujer pidió

la cosa más grande que pudiera ser

pedida? Veamos. ¿Pudieran Uds.

imaginarse a una–una mujer con una

hermana afligida que pudiera haber

pedido por la sanidad de ella; una mujer

tan pobre, y su madre y padre pobres, y

todos ellos pobres, que pudiera haber

pedido por dinero, y recibirlo. Ella pudiera

haber pedido que se le añadieran más

años a su vida, y recibirlos. Pero ella pidió

la cosa más grande que pudiera ser

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pedida: la salvación de su familia que no

era salva, y lo recibió. Amén. Esa es la

cosa principal: la recibió por el mismo

Dios que dio la promesa. ¡Oh Dios, oh

cuánto le amo!

86 Estos ministros parados aquí junto

conmigo. Somos hombres. El es Dios.

Pero estamos aquí para representarlo a

El. Estamos aquí para decirles a Uds. que

nosotros... Dios nos ha enviado a hacer

esta obra, de poner manos sobre los

enfermos. "Estas señales seguirán a

aquellos". Esas señales, todas las señales

de las que El habló, seguirán al creyente.

Aquí están ellas siguiendo. Ellas siguen.

Y Dios no hace acepción de personas. Lo

que El hizo por Hattie, El lo hará por Uds.

Lo que El hizo por los ciegos, El lo hará

por Uds. ciegos. Lo que El hace por los

sordos, El lo hará por Uds. Cualquier cosa

que El ha hecho por alguien más, El lo

hará por Uds., si Uds. sólo creyeran. ¿Es

correcto eso?

Ahora, Hermano Teddy, quiero que

toque: "Sólo Creer". Y cuando estas

personas pasen por la línea, luego

tomaremos el otro lado. Nosotros vamos

a pasar, todos nosotros poniendo manos

sobre Uds., orando por Uds., que sus

enfermedades sean curadas. Y puede...

Será... Y yo no sé lo que Dios va a hacer.

Yo sólo estoy parado aquí en estos

momentos, sin saber qué hacer. Yo sólo

voy a orar por los enfermos como yo

prometí a alguien que lo haría, sólo orar

por los....

El domingo pasado, Uds. recuerdan, yo

les dije que el domingo pasado serían

las–serían las revelaciones y demás, y

que este domingo oraría por los

enfermos.

88 Ahora, cada uno de Uds., no sólo

ministros, sino todos Uds. deberían orar

por estas personas. Uds. no saben lo que

Dios pudiera hacer por Uds. mientras

están orando por alguien más. ¿Qué si

Uds. dijeran la cosa correcta? ¿Qué si...?

Aquí está una mujer parada aquí que está

tan enferma que tienen que sostenerla.

¿Qué si su oración fuera la cosa correcta,

tal como Banks dijo la cosa correcta,

como Hattie dijo la cosa correcta? ¿Qué si

Uds. dijeran la cosa correcta, y su oración

causara que Dios descendiera e hiciera

algo? ¿Ven?, no dijo tocante a una sola

persona; esta es la iglesia...?... este es

Dios. Esta es...?... ¿Ven? Ahora, todos

estén en oración.

Di a este monte

57 Y estábamos hablando acerca de

edificar la nueva iglesia allá, el

tabernáculo, y–y el Sr. Wright me dijo:

"¿Cómo van las ofrendas allá en el

tabernáculo?"

Yo dije: "Hermano Wright, yo no estoy allí

lo suficiente como para saberlo".

Y dijo: "¿Sabe qué?" Dijo: "Hattie quería

ofrendar–ofrendar cincuenta dólares para

esa iglesia, y el Hermano Roberson", el–

el síndico de la iglesia, uno de ellos, el

presidente, "no le permitía darlo". Dijo:

"Porque eso le tomaría a ella como seis

meses escarbando por esos cincuenta

dólares en esas colinas allá". Y dijo: "Pero

ella dio veinte, y Hermano Branham, ella

quiere...."

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Yo pensé: "¿Sabes qué? Yo–yo tengo

veinte dólares aquí en mi bolsillo. Meda

me los dio para que comprara algunos

huevos". Yo dije: "Simplemente le daré a

ella estos veinte antes que me vaya de

regreso. Y sólo... Ella está retirada de

aquí, y nadie lo sabrá". Así que yo–yo le

había comprado cajas de hielo y cosas,

porque sentí tanta lástima que ella

estuviera allá, esa madrecita tratando de

trabajar en esa colina. Y así que, yo

pensé: "Le daré a ella estos–estos veinte

dólares, eso es lo que haré. Cuando yo

me vaya se los dejaré disimuladamente

para que ella los reciba y esos son sus

veinte dólares que ella pagó allá en la

iglesia". Así que yo pensé: "Yo le daré eso

a ella".

Así que cuando yo dije... Algo me dijo:

"Pero nuestro... tu Señor se paró un día

al lado de una–una pared y vio a hombres

ricos poniendo miles de dólares en el

tesoro. Y una viudita vino y ella

únicamente tenía tres centavos, todo su

sostén. Y ahora, ¿qué hubieras hecho tú

si tú hubieras estado parado allí? Tú

hubieras visto a esa viudita poner esos

tres centavos, y tú hubieras corrido y

dicho: „Oh, no, hermana, no haga eso, no

haga eso, porque tenemos bastante aquí;

no necesitamos eso'. Pero Jesús nunca le

dijo que no lo hiciera. El le permitió

seguir adelante y hacerlo. Porque El sabía

que El tenía algo para ella más adelante

en el camino (¿ves?), algo un poquito

mejor. ¿Ves? Así que El sencillamente la

dejó. Dios ama al dador alegre".

Así que yo dije: "Bueno, entonces

guardaré mi dinero en mi bolsillo (¿ven?),

eso está bien entonces; lo dejaré así,

porque quizás el Señor...."

60 Y la calladita Hermana Hattie,

estaba sentada allá atrás, con un gorrito

polvoriento puesto, como lo usan allá las

mujeres campesinas. Y ella se había

puesto un vestidito limpio para venir a

ayudarle a su madre a cocinarme una

cena. Y estaba sentada con su mano de

esta manera, y dijo: "Eso no es nada mas

que la verdad". Ella dijo la cosa correcta.

Aquí está mi Biblia, y como un siervo de

Dios, yo digo esto. Yo apenas podía oír lo

último que ella dijo. Su madre estaba

tratando de decir algo, pero no la oía.

Yo....

Al momento que ella dijo eso (ella dijo la

cosa correcta), el Espíritu del Señor me

dijo: "Dile que pida lo que quiera, y tú

dáselo a ella".

Yo–yo no podía hablar. Ese cuarto...

todos se sentían extraños. Yo dije:

"Hermana Hattie".

Ella dijo: "Sí, Hermano Branham".

Yo dije: "ASI DICE EL SEÑOR, diga

cualquier cosa que Ud. desee. A mí no me

importa qué sea. Si Ud. quiere saber que

Dios ha dado este ministerio, diga

cualquier cosa que Ud. desee. ASI DICE

EL SEÑOR, si Ud. la dice, yo la diré tras

Ud., y Ud. la recibirá aquí mismo". Ocho

personas estaban paradas allí mirando.

Ella dijo: "Hermano Branham, ¿qué debo

decir?"

Yo dije: "Depende de Ud."

61 Allí estaba su hermana inválida, su

padre anciano. Ella es pobre; pudiera

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haber pedido por–por dinero. Pudiera

haber pedido por cualquier cosa que ella

hubiera querido. Yo dije: "Pida cualquier

cosa que esté en su corazón, cualquier

cosa que Ud. quiera; pídala, y ASI DICE

EL SEÑOR, yo la diré tras Ud., y Ud. la

recibirá".

Ella dijo: "La salvación de mis dos hijos".

Yo dije: "La recibió Ud., en el Nombre del

Señor". Y esos dos muchachitos

adolescentes modernos riéndose con

desprecio, quienes habían odiado la mera

causa de Cristo, se abrazaron el uno al

otro, y empezaron a gritar a voz en cuello

las bendiciones de Dios. El poder de Dios

tocó ese lugar. Banks cayó sobre su

plato. Yo no supe qué sucedió como por

unos diez minutos.

Amigo, ¿comprende Ud. lo que fue eso?

Yo nunca, en toda mi vida he sentido tal

unción. La primera vez que fue operada

en un ser humano; sobrepasó a los

aristócratas, sobrepasó todo lo demás, y

fue a una pobre viudita viviendo allá

arriba en la colina. Dios sabía lo que ella

pediría. Sus dos hijos fueron salvos

gloriosamente el mismísimo momento

que fue hablado. Si ella hubiera pedido

diez mil dólares, se le hubieran dado a

ella. Si hubiera pedido la sanidad de su

hermana, se le hubiera dado a ella.

Cualquier cosa que hubiera pedido, se le

hubiera dado a ella.

Jehová de los milagros

7 Y quisiera que yo fuera

económicamente capaz para que Uds.

nunca tuvieran que ni siquiera mencionar

una ofrenda. Yo tendría que mencionarlo

de todas maneras porque... Yo hice eso

en una ocasión debido a una fuerte suma

en cheque que alguien me iba a dar, más

de lo que yo pensé que debería ser dado,

pero yo–yo no lo aceptaba. Y así que el

hermano dijo: "Bueno, déjeme decirle a

Ud. lo que haré: tomaré el cheque, y si

Ud. viene y va a una reunión, no

tendremos ninguna... no recogeremos

una ofrenda o nada".

Yo dije: "Está bien; yo haré eso". Dije

entonces... Yo hice eso y no fue un éxito.

La gente tiene que tener algo en la

reunión. ¿Ven?, es la reunión de ellos. Y

ellos me encontraban en la calle y me

preguntaban: "¿Qué pasa con esta

reunión? No tenemos ninguna

participación en ella; ellos ni siquiera

recogen una ofrenda". Así que una

ofrenda es parte de la adoración.

Correcto. Yo sé más de eso que nunca,

desde el otro día cuando le iba a regresar

a Hattie Wright esos veinte dólares que

ella había prometido darlos para el nuevo

tabernáculo en Jeffersonville; el Señor

dijo: "Déjala". Y unos cuantos minutos

después, yo entendí por qué El dijo

"déjala".

1

2

¿Para qué fue dado El Espiritu

Santo?

133 Yo dije: "Oh, mira aquí. Yo siempre

estoy..." Y tomé a mi esposa (sentada

allá atrás), de la mano y sobre esta Biblia

y su pequeña Biblia, yo dije: "Cariño, yo

he sido demasiado negativo. El Espíritu

Santo me condena en mi interior". Yo

dije: "Yo pienso de esas ardillas allá. Yo

pienso de Hattie Wright (allá atrás) y de

los muchachitos. Yo pienso de lo que Dios

hizo, demostrando que El era el Dios que

podía crear". ¡Aleluya!

Yo pensé: "El me había dicho eso hace

años. „Yo no te dejaré; Yo nunca te

desampararé. Ningún hombre te hará

frente todos los días de tu vida. Yo estaré

contigo. Y de esta mano de

discernimiento, llegará al grado que tú

conocerás el secreto del corazón.

Después de eso, se elevará más alto y

más alto'". Un año después de eso, se

probó perfectamente alrededor del

mundo. Aquí viene este–este otro gran

ministerio mucho más allá de eso.

Yo dije: "Cariño, yo tomo tu mano; con la

ayuda de Dios y la gracia de Dios, nunca

me permitas que sea negativo otra vez.

Permíteme caminar hacia adelante aquí a

este avivamiento para predicar como

nunca antes. Permíteme primeramente ir,

y yo mismo santificarme y hacer un

camino para el pueblo; que mis propios

pecados, mi propia negligencia esté bajo

la Sangre, mis propias fallas estén bajo la

Sangre, para que yo pueda salir y decir:

„¡Síganme, hermanos!'" Correcto.

No me gusta ver a un hombre decir: "Tú

ve y hazlo". Me gusta ver a alguien que

muestre el camino para hacerlo. Sí,

señor.

Preguntas y respuestas sobre El

Espíritu Santo

20 Hattie Wright, el otro día, ella no

estaba pidiendo nada. Ella únicamente

estaba allí sentada, pero dijo la cosa

correcta, que complació al Espíritu Santo.

Y el Espíritu Santo habló y dijo: “Hattie,

pide cualquier cosa que tú desees, todo lo

que tú quieras. Dese cuenta Ud. mismo si

esto es real o no lo es. Pide cualquier

cosa (la sanidad de su hermanita inválida

que estaba sentada allí toda inútil; diez

mil dólares para que ella ya no anduviera

haciendo hoyos en su propiedad; la

restauración de su juventud a su cuerpo

ya acabado); cualquier cosa que quieras

pedir pídelo en estos momentos. Y si no

te es dado en estos momentos, entonces

soy un falso profeta”. Eso es algo,

¿verdad que sí?

Conferencia con Dios

45 Hattie sentada allá atrás, la señora.

El otro día cuando este nuevo ministerio,

el cual yo confío que vendrá en esta

mañana... Y todos Uds. han oído tocante

a ello. Y cuando estábamos sentados (y

hay aquí mismo ahora cuando menos

ocho o diez que estaban allí presentes en

esa ocasión), y cuando el Espíritu Santo

se volvió a esa mujer, y le dijo a ella que

pidiera todo lo que ella deseara, y le sería

dado a ella, ¿creen Uds. que yo hubiera

dicho eso? Si pudiera, yo lo dijera ahorita

mismo. Pero yo no pudiera decir eso. Y

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3

yo temblé; estaba tan débil. El Hermano

Banks Wood (parado allí) estaba sentado

a mi lado. Y el sudor corría de mis

manos, y yo estaba tan débil, al grado

que me levanté y me salí de la casa. Me

asustó mucho. Pero la mujer pidió por

una de las cosas más grandes que

cualquiera pudiera pedir, y la recibió.

¿Ven?, Ese fue Dios. Ese no fue un

hombre. El hombre no puede hacer esas

cosas.

Jesús le dijo a la higuera: "Nadie coma de

ti".

200 Ella dijo: "Esa es la verdad, Señor".

¡Oh, me gusta eso! "Esa es la verdad".

Dijo: "Pero Tú sabes, los perrillos, debajo

de la mesa, comen de las migajas de los

hijos". Eso lo tocó a El.

Ella dijo (como tú dijiste el otro día,

Hattie) la cosa correcta.

Oyendo. reconociendo. Actuando en

la Palabra de Dios

186 Como yo hablaría, si tuviera

tiempo, sobre las ardillas el otro día. Casi

me trastornó; yo nunca lo había visto, y

yo no podía hacerlo. Hattie, sentada allá

atrás mirándome; ¿cómo pudiera haber

sucedido eso? No pudiera haberse hecho,

pero fue inspirado, vivificado. La Palabra

fue hablada y fue hecho así. ¡Aleluya!

Id y decid

170 Lo vi suceder en la casa de la

Hermana Hattie. ¿Cuántos de Uds. han

oído alguna vez la historia acerca de las

ardillas, y acerca de la hermana, esa

mujercita? La primera persona desde...

de lo que sabemos, desde los días de los

discípulos que se le haya dado el

privilegio de decir: "Pide lo que uieras",

cuando estaba El allí. ¿Han oído Uds. la

historia alguna vez? ¿Han visto Uds. a la

mujer? ¿Cuántos de Uds. nunca la han

visto y quisieran ver a la mujer en la cual

sucedió esto?, levan-... Hermana Hattie,

¿por favor se pondría Ud. de pie? Allí está

la dama.

171 Estando en su casa, después de

haber visto ocho ardillas, sin haber

habido ni una sola absolutamente en

ningún lugar, y al sólo hablar la palabra,

allí estaban. Es la verdad. Eso... Allí

estaban ellas. Y yo dije: "¿Qué hizo que

esas ardillas vinieran allí?", sentado allí a

la mesa de ella. Y su madre, la Hermana

Wright, aquí está el Hermano Wright, él

estaba sentado allí. ¿Cuántos de los aquí

presentes en esta mañana, estaban

sentados en aquella mesa?, levanten sus

manos. Bueno, allí están, dispersos por

todo el edificio. ¿Ven? Muy bien, ellos

estuvieron allá. Y yo dije: "Algún día..."

Su hermanita inválida estaba allí sentada.

172 Yo dije: "Tiene que venir por visión, y

demás, pero algún día vendrá diferente".

Yo estaba hablando de esa manera. Y de

repente, Algo ungió eso; (esto se lo dejo

a este pueblo), yo nunca he sentido un

ungimiento tal. ¿Por qué? Porque la

Hermana Hattie dijo la cosa correcta.

173 Yo dije: "¿De dónde vinieron esas

ardillas? No había ni una sola allí, ni

siquiera un lugar apropiado para ellas, así

como si estuvieran en un poste de

teléfono allá. Y yo lo vi suceder ocho

veces consecutivas". Y yo dije: "Yo no sé

de dónde vinieron". Yo dije: "La única

1

4

cosa que sé, es que Dios en una ocasión

le quiso confirmar un mensaje a

Abraham, y él habló un carnero a

existencia, porque él necesitaba un

carnero, para confirmarlo. Ha de haber

sido que yo necesitaba una ardilla, para

hablar la mía. Y Él lo hizo ocho veces

consecutivas, o quise decir, siete veces

consecutivas, siete veces consecutivas".

174 Y yo dije... Y la Hermana Hattie, tal

vez sin saber la mujer lo que estaba

diciendo. Miren cómo pasó por alto al rico

y al altivo. Miren cómo pasó por alto a

todos, y vino a una pobre mujercita

campesina allí.

175 Y yo traía veinte dólares en mi

bolsillo, para regresárselos a la hermana,

que... Ella había prometido cincuenta

dólares para la construcción de esta

nueva iglesia en proyecto. Y yo no digo

esto para avergonzarla, pero ella

realmente no tiene los medios para dar ni

siquiera cincuenta centavos. Pero, su

corazón estando en el Mensaje, ella

quiso darlos. Creo que el Hermano Neville

los había aceptado... no le aceptaba el

resto, sino que le permitió que

únicamente diera veinte dólares. Y yo

traía dos billetes de diez dólares en mi

bolsillo que Meda me había dado para

comprar comestibles, y yo dije: "Voy a

regresárselos a ella, hoy mismo".

176 Entonces pensé, Algo me habló y

dijo:"Jesús vio a esa viuda echando sus

tres centavos, y El nunca se los regresó a

ella". El la dejó que lo hiciera, porque El

tenía algo más grande para ella más

adelante en el camino.

177 Yo no tenía la menor idea que El me

estaba hablando a mide la misma

manera, de una mujer viuda, sin esposo.

Su esposo fue matado. Ni tampoco me

daba cuenta que ese mismo era El

cuando yo dije: "Entonces, me quedaré

con los veinte dólares, Tú tienes algo más

para ella".

178 Yo dije: "La única cosa que yo sé, es

que Jehová todavía es Jehová-Jireh. El es

capaz de proveer un sacrificio".

179 Y la Hermana Hattie, no sabiendo lo

que ella estaba diciendo, se levantó y

dijo: "Eso no es nada más que la verdad,

Hermano Branham". ¡Oh, hermanos! Esa

fue la cosa correcta para decir. Esa fue la

cosa correcta para decir.

180 Para ese entonces, el Poder de Dios

cayó sobre ese lugar; yo nunca he

sentido una unción tal. Cuando cayó, yo

dije: "¡Hattie, ASI DICE EL SEÑOR, pide

lo que quieras! No me importa lo que

sea; Dios me ha dado la autoridad para

darte el deseo de tu corazón en estos

momentos. Si tú pides un millón de

dólares, tú lo puedes recibir. Pide que tu

hermanita inválida se levante y camine, y

ella lo hará. Pide cualquier cosa". Yo

dije... Ella dijo: "¿Qué pediré Hermano

Branham?"

181 Yo dije: "Cualquier cosa que tú

desees. ASI DICE EL SEÑOR". ¡Oh, qué

sentir!

182 Ella miró alrededor. Allí estaba

sentado su padre anciano y canoso, que

casi moría y había sido traído a vida otra

vez. Allí estaba sentada su madre

1

5

anciana, y enferma. Allí estaba sentada

su hermanita inválida.

183 Pero ella escogió exactamente lo que

era correcto. Ella tenía dos jóvenes

adolescentes en esa edad de rebeldía. Su

precioso esposo se había ido a la Gloria.

Ella era una Cristiana, esperando, pero

los muchachos no eran Cristianos. Ella

dijo: "Las almas de mis dos hijos". Dios

bendiga su corazón.

184 Yo dije: "ASI DICE EL SEÑOR, son

tuyos". 1

185 Y aquí están ellos, bautizados en la

Fe. Me estaban diciendo la otra noche que

aun ese muchachito estaba allí lavando

los pies, poniendo sus manos en la

cabeza del Hermano Neville, y orando por

él cuando él le estaba lavando los pies.

186 Los dos muchachitos probablemente

están aquí sentados en alguna parte en la

reunión en esta mañana. ¿Están aquí,

Hermana Hattie? ¿Están aquí con Ud.?

[La Hermana Hattie contesta: "Están allá

atrás"-Ed.]. Están allá atrás. ¿Dónde

están, muchachos?, levanten sus manos.

¿Dónde están los dos muchachos? Allá

están, parados allá atrás. Dios los

bendiga. Muy bien. Ahí lo tienen Uds.

187 Ahora, ¿qué sucedió? Esa misma

cosa, no importa lo que fuera, hubiera

sucedido; lo que ella pudiera haber

pedido, ella lo pudiera haber obtenido.

Ella lo pudiera haber obtenido.

188 Ahora, yo estoy queriendo ver que

eso suceda. Va a ser la actitud de la

gente hacia el Mensaje. ¿Ve Ud. de la

manera que ella lo dijo? Ella dijo

exactamente la cosa correcta. Es lo que

Ud. dice, lo que lo hace suceder. ¡Lo que

Ud. dice!

Las realidades infalibles del Dios vivo

13 Y luego allí fue en donde el Espíritu

Santo, por primera vez en la historia de-

de la Iglesia, que El habló esas ardillas a

existencia, y sucedió. También, a la

Hermana Hattie le daba todo lo que ella

quisiera pedir, sin importar lo que fuera,

dinero, o todo lo que quisiera, y dijo:

"Será puesto en tus manos en estos

momentos". Ella pidió por la salvación de

sus dos hijos. Y Dios se los dio. Y tantas

cosas han sucedido allá en la colina. Dios

los bendiga a ellos, es mi oración.

Como fui con Moisés así seré contigo

171 Hattie Wright, ella, creo que aquí

está sentada en esta mañana, si, allá

está sentada. Cuando nosotros vimos

esas ardillas, ella fué la primera en

saberlo y ella supo la comisión acerca de

éso, y de ésas siete veces seguidas en

que Dios creó algo. Yo dije; "Es el mismo

Dios que creó un carnero para Abraham

para convencerlo de su comisión; es el

mismo Dios que pudo crear una ardilla,

porque ésa era la necesidad que yo

tenía."

172 Y La hermanita anciana Hattie

Wright, hoy sentada aquí, allá atrás. Con

su corazón no en las cosas del mundo,

pues ella estaba creyendo, dijo

así:"Hermano Branham, éso no es nada

más que la verdad." Ella no lo dijo

1

6

únicamente de boca; Dios habló de su

corazón. Yo le dije:"Hattie, pide lo que

quieras, yo te lo daré. "Ella dijo: "¿Qué

debo pedir?"

173 Yo le dije:"Tú tienes un padre

anciano y una madre aquí sentada. Tú

tienes una hermana inválida." Ella todavía

está en esa silla de ruedas. "Tú pudieras

pedir, por ella. Tú pudieras pedir por tu

madre, por tu padre. Tú eres pobre,

no tienes nada de dinero. Pide lo que

quieras."

174 Ella dijo:"Bién, yo no sé que pedir."

Dijo: "Yo no sé." Y luego dijo:"Mi deseo

más grande es la salvación de mis dos

hijos."

175 Yo le dije:"Yo te doy tus hijos, en el

Nombre de Jesucristo. Y ellos se

convirtieron, aman al Señor Jesús, y

ambos han sido bautizados en Su

Nombre; y están sirviendo a Dios

diariamente, con todo su corazón.

296 Ella es su hija. La Hermana Hattie.

quien está aquí presente, y de quien yo

testifiqué hoy, que el nuevo ministerio

había obrado por primera vez en ella.

Esto es verdad, hermana Hattie. ¿Están

tus hijos contigo en esta mañana? (La

Hermana Hattie dice: "Están allá atrás."--

Editor)

297 ¿En dónde están los muchachos?

Allá están sentados en los últimos

asientos de atrás. Allí están los

muchachos. Ella es la madre, hija de

nuestro hermano. Levanten sus manos

muchachos, para que los conozcan. Muy

bién, están sentados allí atrás. Es

maravillosos, ¿verdad Orville? Seguro que

es. Muy bién.

298 Hermano George. (El Hermano

Wright dice, "yo creo, Hermano Bill,"--

Editor) Yo sé que tú crees. Yo sé,

muchas veces, me he acostado en tu

cuarto, en la noche mirando. por la

ventana, escuchando el cantar de un

ruiseñor. Algún día tendremos que irnos

allá, Hermano George. Pero mientras

tanto, Dios sea con nosotros, yo sé que El

estará en ese instante. "Si, aunque ande

en valle de sombra de muerte, no

temeré. Porque Tú estarás conmigo." En

esa visión no hace mucho tiempo, cuando

vi a esas gentes ancianas regresando a

ser jóvenes otra vez, ésa es la manera

como yo te veré algún día, perfecto.

Como el águila que excita su nidada

91 Yo podía observar ese Espíritu a

medida que se movía. Ahora, uno

necesita estar en una cierta condición,

seguro que sí. No todos nosotros fuimos

hechos de esa manera. Eso es

exactamente correcto. En la Biblia era de

esa manera. Seguro que era. Siempre.

Pero yo lo estaba observando. Ahora lo

observo otra vez. Yo lo estoy observando

ahorita. Allí está otra vez. Sólo... Ud. diga

la palabra correcta. Sólo diga la cosa

correcta. Es lo que Ud. diga. ¿Cuántos

leyeron el libro (me imagino que está en

cinta), cuando este nuevo ministerio...?

Esa mujer sólo dijo la cosa correcta, y yo

dije: "Pida todo lo que Ud. quiera ahorita,

y vea si Dios no lo hará. El se lo dará a

Ud. ahorita mismo. A mí no me

importa..." Dijo: "¿Qué debo pedir,

1

7

Hermano Branham?" Yo dije: "¡Cualquier

cosa que Ud. quiera!" Yo dije: "Aquí está

sentada su hermana inválida. El padre y

la madre de Ud. son pobres; Ud. no tiene

nada de dinero; Ud. es una viuda. ¿Qué

quiere Ud.?" Ella dijo: "¿Cualquier cosa?"

Yo dije: "Dese cuenta si está correcto o

no". Ese es el nuevo ministerio

ascendiendo. Yo he estado parado aquí

por quince, veinte minutos esperándolo a

Él. ¿Ven? Sólo pida lo que Ud. desee. El

me lo tiene que decir primero. Yo dije:

"Hermana Hattie, sólo pida lo que Ud.

quiera". Ella dijo: "¡El deseo más grande

en mi corazón, es que mis dos hijos

adolescentes allí, sean salvos!" Yo dije:

"Yo se los doy a Ud. en el Nombre de

Jesucristo". Ellos cayeron sobre sus

rodillas, allí mismo. ¡Oh, tales cosas han

sucedido!

El mensaje de gracia

La octava ocasión cuando eso se

manifestó, eso fue con una damita

sentada aquí ahora mismo. Aquí veo al

hermano Wright, sentado. Hattie Wright,

cuando pidió se, . . .Sí, ella está sentada.

Pidió por la salvación de sus dos hijos.

Los cuales estaban duros contra esto. Yo

le dije, "Te doy tus hijos en el Nombre de

Jesucristo." Y se le cayeron en las

rodillas.

Paradoja.

110 Vi a una mujer levantar su mano

en ese mismo momento, atrás en el

edificio, alabando al Señor. Fue Hattie

Wright, sentada allá. Cuando, ella tenía

dos muchachos, si me perdonan ellos por

decir esto, renegados, muchachos del

mundo. Esa mujercita sentada allá aquel

día, una viuda. Y yo dije: “Hattie, el

Señor Dios...Ud. dijo lo correcto. El

proveyó esas ardillas. El es Jehová-jireh”.

111 Ella dijo: “¡Eso no es nada más que

la verdad de Dios!” ¡Oh, ella dijo lo

correcto! Parece increíble que un ser

humano pudiera decir una palabra...

112 Como el Hermano Booth les dijo.

Tan sucios e inmundos como somos,

¿Quién es Aquel que se sienta allá atrás

más allá de la luna y las estrellas, y de

todo el espacio y tiempo y Eternidad?

Como aun Booth lo dijo, y yo leí lo mismo

el otro día, leyendo de Ireneo, que aun

los Angeles son sucios delante de El.

¿Quiénes somos nosotros?

113 ¡Pero una mujer dijo lo correcto,

que llama el corazón de Jehová! Dijo:

“Pregúntale qué desea, y luego dáselo a

ella”. Amén. ¡Increíble, pero cierto! Aquí

mismo ahora y delante de nosotros hay

evidencia visible, ella pidió por el alma de

sus muchachos para que fueran

Cristianos. Dios le dio a ella su deseo.

¡Increíble! Ese fue más que un milagro

que sanar a una persona enferma. Eso es

cambiar la vida de un hombre, su alma,

cuerpo, y todo lo que él es. Cambió su

hechura. ¡Increíble, pero cierto! Fue una

paradoja. Lo vemos en todas partes.

1

8

Parado en la brecha

97 Y el dijo que subió la montaña. Y

cuando llegó, ahí estaba yo parado. Y una

Voz procedió de la Nube (¿No fue así,

Hermano Roy?) dijo algo parecido a esto:

"Este es Mi siervo. Y Yo lo he llamado

para ser un profeta para esta edad, para

guiar al pueblo igual como o hizo Moisés.

Y se le ha otorgado la autoridad para que

pueda hablar cosas a la existencia". Algo

como eso, como hizo Moisés, como crear

las moscas. Y sabemos de las ardillas, y

las demás cosas, y las cosas que ya han

acontecido, Ahí está la Hermanita Hattie

Wright, me supongo que saben lo que

sucedió en su casa. Y le dijo que yo había

hecho lo que hizo Moisés.

La acusación

No conozco ningún lugar que represente

para mí mayor privilegio de estar parado,

que estar parado en el - en un púlpito,

para partir el Pan de Vida para un pueblo

esperando, hambriento y sediento. Y este

es un gran privilegio.

Primero, me gustaría preguntar si - si

está aquí alguien de la familia Wright:

Hattie u Orville, o alguien - Hattie. ¿Está

Orville contigo, Hattie? Bien, pregúntale

si él puede venir por la casa

inmediatamente después, eso que le dije,

tú sabes. Pasen por la casa si pueden.

Olvidé traer aquello conmigo hoy en la

mañana, algo para el perrito que ellos

tienen allá. Por tanto yo. . . Si desean,

sólo pasen por la casa cuando salgan

después del servicio.

Y ahora, Edith, la hermana de Hattie, la

que conocemos como la niñita que ha

estado lisiada desde que ella era una -

una bebé, y ahora ella es una mujer; y

ella está en muy malas condiciones.

Ahora yo, hace como un año que fui allá,

cuando ella sufrió su primer ataque, e

inmediatamente encontré su problema

por la ayuda y la gracia de Dios. Ahora,

efectivamente el problema que tiene la

hermanita, ella está así sentada, sus

miembros se le han pegado unos a otros

de manera que ella ni siquiera los puede

separar. Es por la presión tan tremenda

del sistema nervioso. Pero en realidad,

físicamente, la hermanita no tiene nada,

aparte de la aflicción de la parálisis

infantil, que tuvo como a los seis meses

de edad. Ella chillaba y gritaba casi toda

su vida, hasta que oramos por ella hace

muchos años, y desde entonces ella ha

estado muy contenta, hasta hace como

un año. Y ahora, en realidad, es la

menopausia, en otras palabras, el cambio

de su vida, y sus nervios están en esa

condición tan tremenda. Y la damita tiene

en la mente que se está muriendo, que

ella no va a vivir de una hora para otra.

Y Uds. saben que las mujeres sanas y

fuertes sufren mucho; algunas veces

necesitan inyectarse con hormonas y

hasta entran en las instituciones y

reciben tratamientos de choques

eléctricos, durante ese tiempo.

El ser humano tiene dos cambios de vida.

Existe el cambio de un niño a un hombre;

de una mujer, o sea de una niña a una

mujer. Alrededor de los dieciseis,

diecisiete años de edad, se portan como

irresponsables. Y - y si uno sólo puede

1

9

sufrir con ellos durante esa edad... Yo

tengo una hija en esa edad precisamente

ahora, Rebeca. Oren por ella. Y Billy. Oh,

cada uno de nosotros pasamos por esa

edad frenética y - y así que debemos

tolerar con ellos, comprendiendo que es

algo por donde ellos tienen que pasar.

Y ahora, Edith está en el cambio de los -

de los siete años.. . Cada siete años la

vida cambia, así que siete por siete, Uds.

pueden ver, es algo difícil. Ese es un

cambio completo y eso les molesta a las

mujeres. Los hombres generalmente se

portan un poco raro durante ese tiempo y

en veces hasta dejan a sus esposas. Pero

las mujeres son estériles después de eso.

Y todos nosotros pasamos por eso.

Debemos recordar que son cosas que

debemos sobrellevar el uno con el otro y

entender estas cosas.

Y la pequeña Edith ha llegado a esta

condición y ha perdido mucho peso y luce

mal. Y yo les digo a Uds. ...Alguna noche

(no todos a la vez), pero solo un

viajecito... Y ellos están a su lado día y

noche. Y un viajecito allá, de parte de

este tabernáculo y de los diferentes

tabernáculos, los - los tabernáculos aquí

de la hermandad... Algunos de Uds.,

vayan y vean a la familia Wright. Yo

estoy seguro que ellos se lo agradecerán.

Sólo vayan, siéntense con ellos un ratito

y háblenles, estréchenle la mano y -

aunque sea solo así una visita de

amistad.

Nosotros nos olvidamos de eso tan

fácilmente, Uds. saben. Y cuando es

cuestión de nuestros propios hogares,

entonces lo agradecemos; y debemos

recordar que otros también lo agradecen.

Y yo estoy seguro que la familia Wright

agradecerá eso. Yo - yo sé que Uds. lo

habrían hecho si hubieran conocido que

esta condición existía. Pero Uds. no lo

sabían, y por eso, yo se los estaba

relatando en esta mañana.

Vayan y visiten a la familia Wright y

traten de animar a Edith. No le digan que

luce mal, díganle que se ve bien, y que

va a mejorar. Ella mejorará si nosotros

nos mantenemos unidos con ella. Para

eso es que estamos aquí. Ella es nuestra

hermana, y estamos aquí para mantener

firme la fe en estos tiempos por esa

hermanita; tal como yo deseo que alguien

se mantenga firme por mí y ore mientras

yo paso por mis pruebas y Ud. desearía lo

mismo en las suyas.

Y la familia Wright, por largo tiempo ha

sido entre los primeros miembros en

congregarse aquí; ellos, me supongo, y el

Hermano Roy Slaughter y la Hermana

Slaughter. Hace unos instantes que los vi,

y los saludé cuando venían entrando.

Y yo pensé, mientras manejaba, dando la

vuelta a la esquina, "¿Por cuántos años

he visto al Hermano y a la Hermana

Slaughter tomar su lugar aquí en esta

iglesia, a través de los triunfos y los

fracasos y aún permanecen?" Y la familia

Wright y así. . . Uno aprecia a esas

personas. Demostremos nuestro aprecio

hacia ellos.

2

0

Miren a Jesús.

88 La tercera vez que sucedió fue con

Hattie Wright. ¿Está Hattie aquí esta

noche? Esa es… de Edith. ¿Cuántos

conocen a Hattie Wright? El hermano

Woods y yo estábamos sentados allí

cuando eso sucedió, y cuando el Espíritu

Santo dijo: "Dale lo que ella quiere", y

estábamos hablando acerca de eso, cómo

aquellas ardillas vinieron a existencia.

89 Y yo dijo: "Lo único que es, es que Él

es Jehová-Jireh". Justamente cuando

Abraham necesitaba un carnero, Dios

proveyó ese carnero. Y Él proveyó las

ardillas. Él puede hablar una ardilla a

existencia, porque Él es creador, así como

Él pudo hablar a existencia el carnero.

Abraham en ningún momento lo pidió.

Él simplemente iba hacia adelante para

hacerlo, pero eso mostró que Jehová-

Jireh estaba allí".

90 Cuando dije eso, una mujercita

humilde… La primera vez que sucedió

esto, el Tercer Jalón, sobre un ser

humano, fue con una mujercita humilde.

91 Lo cual, ganaba como doscientos

dólares al año para vivir, es todo lo que

ella sacaba de su pequeña granja. Su

esposo está muerto; dos hijos que se

habían vuelto un poco desenfrenados. Y

vino y donó veinte dólares de eso, para la

construcción de esta Tabernáculo. Meda

me había dado dinero esa mañana para

víveres, veinte dólares, y yo iba a

devolvérselos a ella ese día, mientras yo

estaba allá, de manera que ella no

tuviera que pagarlos. Pero ella no quiso

aceptarlos. Y cuando…

92 Ella estaba sentada atrás en la

esquina, y cuando yo dije: "Lo único que

sé, es que Él todavía es Jehová-Jireh".

93 Y la pequeña Hattie dijo la palabra

correcta. Ella dijo: "Eso no es nada más

que la Verdad".

94 Y cuando ella dijo eso, aquí el

Hermano Banks Woods es uno que estaba

presente, esa sala se sentía como que iba

a derrumbarse. Y el Espíritu Santo dijo, la

misma Voz que habló acerca de las

ardillas, dijo: "Dale lo que ella pida".

95 Y yo dije: "Hermana Hattie, como un

testigo delante de Dios, esto es. Ahora, si

hay alguna duda en su mente, pida Ud. lo

que quiera, y si no es puesto en su

regazo, entonces yo soy un falso

profeta".

96 Ella dijo: "Hermano Branham".

Todos estaban llorando. Dijo: "¿Qué

pediré?"

97 Yo dije: "Ud. es pobre, y vive allá en

la colina, sin nada de dinero, Ud. pudiera

pedir eso. Ud. tiene una hermanita lisiada

sentada aquí, Edith, por la cual hemos

orado, por años; Ud. pudiera pedir por su

sanidad". Yo dije: "Su padre y su

madre son ancianos y están acabados;

Ud. pudiera pedir por ellos. Cualquier

cosa que pida, Hermana Hattie, vea

ahora si sucede o no, ahora mismo". Y yo

dije: "Él acaba de decirme, la misma Voz,

dijo: 'Dale a ella lo que pida'".

98 Y ella miró alrededor, dijo: "¿Qué

diré, Hermano Branham?"

2

1

99 Yo dije: "Diga cuál es su deseo.

Piense en su deseo más grande, y

dígalo".

100 Y sus hijos hasta se estaban

burlando y riendo. Y ella dijo: "El deseo

más grande que tengo es la salvación de

mis dos hijos".

101 Yo dije: "Yo se los doy a Ud., en el

Nombre de Jesucristo", y allí sucedió.

102 Y ellos han sido fieles en esta

iglesia, en la comunión, aquellos

muchachitos sentados allí lavando pies

con los hombres, y cosas por el estilo.

Todos nosotros somos testigos de eso.

103 Ella hizo una verdadera elección.

Su madre tiene que morir, también

ella, todos ellos. Pero lo que ella pidió

será Eterno, y la salvación de sus hijos.

Esa fue la tercera vez que sucedió.

El develamiento de Dios

67 Uds. tienen que saber estas

palabras y estas cosas. Miren a Hattie

Wright, en esa ocasión cuando el Tercer

Jalón...Uds. lo recuerdan. De todas las

cosas, esa mujer dijo la cosa correcta.

Uno tiene que decir esa palabra correcta,

la cosa correcta a Dios.

Yo había escuchado mas ahora veo

151 Escuchando allá en Jeffersonville

ahora mismo, hay una familia llamada

Wright. El Hermano Wood y yo fuimos

allá para verlos. Ellos hacen el vino de la

comunión para la iglesia. La pequeña

Edith estaba sentada allí en el cuarto;

una niñita lisiada, ella había estado

enferma toda su vida; y siempre

habíamos esperado en Dios para que la

sanara. Su hermana, una viuda (su

esposo había muerto), su nombre es

Hattie, una mujercita muy humilde. Y

mientras el Hermano Banks y yo salimos

para cazarle un conejo, ellas habían

preparado un gran pastel de cerezas; y

me hicieron sentarme a comer.

152 Estábamos todos sentados a la mesa,

hablando de esto, había sucedido unos

días antes. Y mientras yo estaba sentado

a la mesa hablando de esto, de repente

dije: "¿Qué podría haber sucedido"? Dije:

"Hermano Wright, Ud. ya es un hombre

anciano, ha cazado ardillas toda su vida.

Hermano Shelby, Ud.es un cazador

experto de ardillas, Ud. también Hermano

Wood. Yo las he cazado desde muchacho.

¿Alguna vez han visto una ardilla en un

sicómoro o entre la acacia blanca"?

153 "No señor".

154 Yo dije: "Simplemente no estaban

allí". Dije: "Lo único que sé yo, es que fue

el mismo Dios. Cuando Abraham tuvo

necesidad de un carnero, El fue Jehová-

jireh, El podía proveer para Sí mismo". Yo

dije: "Creo que es la misma cosa".

155 Y la Hermanita Hattie, sentada allá

atrás, dijo: "Hermano Branham, eso no

es nada más que la Verdad" !

156 ¡Ella dijo la cosa correcta! Cuando

ella dijo eso, el Espíritu Santo bajó

nuevamente en ese canal, cada uno de

ellos lo sintió. Me levanté y dije:

2

2

"Hermana Hattie, ASI DICE EL SEÑOR,

Ud. dijo la palabra correcta igual como la

mujer sirofenicia. El Espíritu Santo me

está hablando ahora mismo, y me dice

que le dé a Ud. el deseo de su corazón".

Dije: "Ahora, si yo soy el siervo de Dios,

si es así, eso sucederá. Y si no soy el

siervo de Dios, entonces soy un

mentiroso y no sucederá, soy un

engañador". Dije: "Ahora trate de ver si

eso es el Espíritu de Dios o no".

157 Ella dijo: "Hermano Branham" (todos

estaban llorando), dijo: "¿qué debo

pedir"?

158 Yo le dije: "Ud. tiene sentada allí una

hermana lisiada".

159 Yo tenía veinte dólares en mi bolsillo

para darle, lo que ella había dado en una

donación. La mujer no gana más que un

capital de doscientos dólares al año, en

aquella pobre granja, ella y los dos

muchachos. Sus muchachos habían

llegado a ser como "Rickies" en la

escuela, Uds. saben, descarándose con su

madre; de quince y dieciséis años de

edad. Y oh, ellos estaban parados por allá

burlándose de lo que yo decía.

160 Y yo dije: "Ud. tiene a su padre y

madre sentados aquí que están ancianos.

Ud. no tiene nada de dinero. Pida el

dinero, y vea si no aparece. Pida por su

hermana y vea si no se levanta y

camina". Entonces yo supe, como Job,

que uno simplemente lo sabe cuando

forma ese contacto. Dije: "¡Yo sé! Aquí

estoy parado ante aproximadamente diez

personas", dije, "si esto no sucede,

entonces soy un falso profeta".

161 Dijo: "¿Qué debo pedir"?

162 Yo dije: "Eso es para que Ud. tome

su decisión. Yo no puedo tomar su

decisión".

163 Ella miró alrededor, la mujercita, y

de repente dijo: "Hermano Branham, el

deseo más grande en mi corazón es la

salvación de mis dos muchachos".

164 Yo dije: "Le doy sus muchachos en el

Nombre de Jesucristo". Y aquellos

muchachos que se reían, hacían mofa,

burlones, cayeron a los pies de su madre

y rindieron su vida a Dios, y fueron llenos

con el Espíritu Santo allí mismo.

165 ¿Por qué? ¡Esa es la Verdad! Dios

tiene la autoridad para matarme ante

estas personas, y a través de la nación.

Muchos de Uds. aquí y en Jeffersonville,

ya puedo escuchar al Tabernáculo clamar

rotundamente "¡Amén"! porque están

sentados allá escuchando. Vean, por

cuanto es la Verdad. ¿Qué es? ¡Es cuando

Dios, por razón de Su gracia soberana;

eso sucede! Aparte de eso, no sucederá.

166 En aquel momento crítico. . . Piensen

de los hombres y de la gente que

conozco. Dios sobrepasando todas las

celebridades y todo, para darle algo a una

pequeña pobre humilde mujer, que

escasamente puede firmar su propio

nombre; y El ya sabía lo que ella iba

pedir. Y eso era lo más grandioso; porque

su hermana ya ha muerto, y su padre y

madre tienen que morir, y el dinero

hubiera perecido. ¡Pero el alma de sus

muchachos es algo Eterno! Y esa era la

hora para que ellos lo captaran. Y en el

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momento cuando dije: "Le doy sus

muchachos en el Nombre de Jesucristo",

allí se cayeron a las rodillas de su madre.

¿Cuántos aquí saben que esa es la

Verdad, lo saben? ¿Ven? Allí lo tienen.

¿Por qué? ¡Inspiración!

167 Ahora: "Yo había escuchado de Ti,

que podías crear ardillas; he escuchado

de Ti, que podías crear un carnero; pero

ahora te veo, con mis propios ojos." La

manifestación, la visión hecha visible.

Cuando Dios promete algo, eso es lo que

El hará.