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guía para padres primerizos
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Guía para padres primerizos
(A Guide for First-Time Parents)
Ha sobrevivido a los nueve largos meses de embarazo. Ha superado los nervios del parto y del nacimiento de su
primer bebé. Y ahora se dispone a salir del hospital o clínica de maternidad para iniciar su nueva vida en casa
con el recién nacido. Pero, en cuanto se cierran las puertas del hospital detrás de usted, ¡se da cuenta de que
todavía le queda mucho que aprender y le invade la inseguridad!
Si éste es su primer hijo, en este artículo encontrará recomendaciones sobre cómo ayudar a eructar al bebé,
cómo bañarlo, cómo establecer un vínculo con él y otros aspectos relacionados con el cuidado del pequeño.
Pedir ayuda después del parto
Tal vez quiera pedir a familiares y amigos que le echen una mano durante los días inmediatamente posteriores al
parto. Mientras esté en el hospital, aproveche la experiencia de las personas tenga a su alrededor. Muchos
hospitales disponen de especialistas en alimentación neonatal y lactancia que pueden ayudarle a empezar a
amamantar o a darle el biberón al bebé. Las enfermeras también son una excelente fuente de información para
indicarle la mejor manera de sostener, trasportar, hacer eructar, cambiarle los pañales y cuidar al bebé.
Una vez en casa, también puede irle bien contratar a una niñera que tenga experiencia en bebés, o bien a alguna
joven responsable de su vecindario que se ofrezca a hacer de canguro, para que le ayude durante las primeras
semanas de vida del bebé. Los familiares y las amistades también pueden echarle una mano. Probablemente
estarán deseosos de ayudarle y, aunque usted puede discrepar de ellos en ciertas cosas, no subestime su
experiencia. De todos modos, si no se siente con ganas o fuerzas de recibir visitas o tiene otras preocupaciones,
no se culpabilice por establecer ciertas restricciones sobre las visitas.
Manipular al recién nacido
Si usted no se ha relacionado mucho con recién nacidos, es posible que le intimide su fragilidad. He aquí algunas
normas básicas a tener en cuenta:
Tenga cuidado en sostener la cabeza y el cuello del bebé. Cuando lleve al bebé en brazos,
asegúrese de sujetarle bien la cabeza y el cuello, y haga lo mismo cuando lo incorpore, lo saque de la
cuna o lo acueste.
Tenga cuidado en no sacudir nunca al recién nacido, sea jugando o por frustración. Sacudir
enérgicamente a un bebé puede provocarle una hemorragia cerebral e incluso la muerte. Si necesita
despertar al bebé, no lo sacuda -hágale cosquillas delicadamente en los pies o sóplele en la mejilla con
suavidad.
Asegúrese de que el bebé está bien sujeto cuando lo lleve en la sillita, el portabebés, el
cochecito o la sillita de seguridad para el coche. Limite los paseos en coche o cualquier actividad
que sea demasiado brusca o que implique sacudir o hacer botar al bebé.
Recuerde que el recién nacido todavía no está preparado para jugar "a lo bruto", de modo que
no se le ocurra lanzarlo por los aires, hacerle "el caballito" u otras cosas por el estilo.
Técnicas para favorecer la formación del vínculo con el bebé y para tranquilizarlo
Establecer un vínculo con su bebé probablemente será uno de los aspectos más placenteros del cuidado del
pequeño. La "formación del vínculo" es un concepto que introdujeron dos pediatras, Klaus y Kennell, a finales de
los años setenta. Sugirieron que hay un período sensible, comprendido entre las primeras horas y los primeros
días después del nacimiento, durante el cual es importante que los padres establezcan un vínculo con el bebé. El
contacto físico entre los padres y el bebé durante este período contribuye a crear una conexión emocional entre
ambos (formación del vínculo). El apego resultante permite que los padres hagan los sacrificios necesarios para
poder hacerse cargo del bebé.
El apego también favorece el desarrollo emocional del lactante que, a su vez, repercute sobre su desarrollo en
otros ámbitos, como el crecimiento físico. Otra forma de concebir la formación del vínculo y el apego
consecuente es como un "enamoramiento" del bebé. Los niños que no tienen un padre u otro adulto que los
quiere incondicionalmente tienen más probabilidades de tener problemas graves cuando maduran.
Para empezar a establecer ese vínculo tan importante con su bebé, coloque al pequeño en su regazo y acaríciele
suavemente de distintas formas. Si tanto usted como su pareja lo llevan en brazos y lo acarician frecuentemente,
el bebé muy pronto aprenderá a distinguir entre las caricias de cada uno. Ambos deberían establecer también un
contacto "piel a piel" con el recién nacido, de modo que la piel del bebé entre en contacto directo con la suya
mientras lo mecen o lo alimentan.
Masaje Infantil
Los bebés, sobre todo los prematuros y los que tienen problemas médicos, suelen responder positivamente al
masaje infantil. Las investigaciones médicas han permitido constatar que determinados tipos de masajes
relajan a los bebés y contribuyen a la formación del vínculo entre padres e hijos, al tiempo que favorecen los
procesos digestivos y el crecimiento de los bebés. El masaje infantil se introdujo en EE.UU. en los años setenta a
raíz de los trabajos de Vimala Schneider McClure, procedente de la India, que comprobó de primera mano los
efectos beneficiosos de dicho masaje. Hay muchos libros y videos que tratan sobre el masaje infantil; hable con
el pediatra de su hijo para que le recomiende algún masaje que se adapte tanto a sus características como a las
del bebé. De todos modos, recuerde que los bebés no son tan resistentes como los adultos, de modo que, a la
hora de darle el masaje al pequeño, proceda con mucha suavidad y delicadeza.
Por lo general, a los bebés les encanta escuchar sonidos vocales, por ejemplo, que les hablen, balbuceen, canten
o arrullen. Probablemente a su bebé también le gustará escuchar música. Pruebe con varios tipos diferentes de
música para identificar sus preferencias. Los sonajeros y los móviles musicales son otra forma de estimular la
audición de un lactante. Si su bebé parece nervioso o inquieto, pruebe a cantarle nanas y canciones infantiles, a
recitarle poemas o leerle mientras lo mece suavemente.
Algunos bebés son especialmente sensibles al contacto, la luz o el ruido. Estos bebés se sobresaltan y lloran con
facilidad, duermen menos de lo habitual y/o giran la cara hacia otro lado cuando alguien les habla o les canta. En
estos casos, es conveniente mantener bajos los niveles de ruido y de luz.
Hacer un arrullo bien ajustado es otra forma de tranquilizar a un bebé que usted, como padre primerizo, debería
aprender. Cuando se envuelve el cuerpo de un bebé en una sábana o mantita, los brazos le quedan pegados al
tronco y las piernas bien sujetas. Así, no sólo se consigue que el pequeño esté bien calentito, sino que además la
presión que ejerce la mantita sobre su cuerpo parece ayudarle a sentirse seguro y cómodo.
He aquí cómo se hace un arrullo:
Extienda la sábana o mantita y doble hacia adentro una pequeña porción de una esquina.
Acueste al bebé boca arriba con la cabeza sobre el pliegue.
Envuelva el cuerpo del bebé con la esquina izquierda de la mantita y acabe asegurando el extremo de la
mantita debajo del cuerpo del pequeño.
Pliegue la esquina inferior de la mantita hacia arriba sobre los pies del bebé.
Envuelva el cuerpo del bebé con la esquina derecha de la mantita, dejándole la cabeza y el cuello al
descubierto.
Pañales -lo que debe y no debe hace
Probablemente, antes de llevar al bebé a casa, usted ya habrá decidido si va a usar pañales desechables o de
tela. Independientemente del tipo de pañales que use, tendrá que cambiárselos aproximadamente 10 veces al
día, o 70 a la semana.
Antes de cambiarle los pañales al bebé, asegúrese de que tiene a mano todo lo que necesita para no tener que
dejar al bebé solo en el cambiador. Necesitará:
un pañal limpio
imperdibles (si usa pañales de tela)
crema especial para sus partes íntimas, si el bebé tiene dermatitis del pañal
una palangana o jofaina con agua tibia
bolitas de algodón
una toallita o manopla limpia que sea suave, o bien paños desechables.
Después de cada deposición o si el bebé ha mojado el pañal, acuéstelo boca arriba y quítele el pañal sucio. Use
el agua, las bolitas de algodón y la toallita o los paños desechables para limpiar con suavidad la zona genital del
bebé. Si el bebé es de sexo masculino, tenga cuidado al quitarle el pañal, pues el contacto con el aire podría
hacerle orinar. Si es de sexo femenino, límpiela de delante hacia atrás para evitar posibles infecciones de las vías
urinarias. Si el bebé tiene una erupción en la zona que está en contacto con el pañal (conocida como dermatitis
del pañal), póngale crema en el área afectada. No se olvide nunca de lavarse las manos después de cada cambio
de pañales.
La dermatitis del pañal
La dermatitis del pañal es bastante habitual. Esta erupción de granitos rojos suele desaparecer con un baño
caliente, un poco de crema y dejando al bebé sin pañales durante cierto tiempo para que le dé el aire en la zona
afectada. En la mayoría de los casos, esta erupción ocurre porque la piel del bebé es muy sensible y se irrita al
entrar en contacto con el pañal húmedo. Si le da zumo al bebé, sus deposiciones podrían volverse ácidas y
provocarle una erupción. Para prevenir o curar la dermatitis del pañal, siga estos consejos:
Cámbiele frecuentemente los pañales al bebé, sobre todo, no tarde en cambiarlo después de las
deposiciones.
Después de limpiar el área con agua y jabón o un paño desechable, aplique una crema o pomada "de
barrera" sobre la zona afectada. Las pomadas que contienen óxido de zinc son mejores porque forman
una barrera contra la humedad.
Si usa pañales de tela, lávelos con detergentes que no contengan colorantes ni perfume.
Deje al bebé completamente desnudito durante parte del día para que le dé el aire y pueda "respirar" la
piel.
Si la dermatitis del pañal persiste durante más de 3 días, llame al pediatra -podría estar provocada por una
infección por hongos que debe tratarse con un medicamento específico.
El aseo: aspectos fundamentales
Debería asear al bebé sin bañarlo hasta que:
Se le caiga el cordón umbilical (1-4 semanas)
Se le cure el prepucio, en el caso de que sea varón y se lo hayan extirpado quirúrgicamente (1-2
semanas)
Tenga el ombligo completamente curado (1-4 semanas)
Durante el primer año, bastará con que bañe al bebé dos o tres veces a la semana. Si lo bañara más a menudo,
se le podría resecar la piel.
Antes de bañar o asear al bebé fuera de la bañera, compruebe que tiene a mano lo siguiente:
una toallita o una manopla suave y limpia
jabón y champú para bebés suaves y no perfumados
un cepillo suave para estimularle el cuero cabelludo al bebé
toallas o mantitas
una jofaina o una bañera para bebés llena de agua tibia -no caliente (compruebe la temperatura del agua
con el codo o la muñeca). Una bañerita para bebés es una bañera de plástico que se puede colocar
dentro de la bañera y que, al adaptarse mejor al tamaño del bebé, facilita el baño.
un pañal limpio
ropa limpia
Una superficie plana
Para asear al bebé cuando todavía no pueda bañarlo, escoja una habitación caldeada y una superficie plana,
como el cambiador, el suelo o el poyo de la cocina. Desnude completamente el bebé. Empiece limpiándole los
ojos con la toallita mojada sólo en agua; comience por un ojo y avance desde la comisura interior hasta la
exterior. Utilice una esquina limpia de la toallita para limpiarle el otro ojo. Luego límpiele la nariz y las orejas.
Seguidamente, aclare la toallita y vuélvala a mojar, está vez en agua con un poco de jabón; lávele la cara
suavemente y después acláresela y séquesela. A continuación, haga un poco de espuma vertiendo champú
especial para bebés en la jofaina con agua limpia, enjabónele suavemente la cabeza y luego acláresela. Durante
el aseo, preste especial atención a los pliegues que se le forman en las axilas, detrás de las orejas, el cuello y el
área genital. Después de asearlo, asegúrese de secarlo bien antes de ponerle un pañal limpio y vestirlo.
Cuando el bebé esté preparado para bañarse, los primeros baños deberán ser suaves y breves. Si el bebé parece
muy alterado, vuelva a asearlo fuera de la bañerita durante una o dos semanas antes de intentar bañarlo de
nuevo.
En lo que se refiere al baño propiamente dicho, una vez haya desnudado el bebé, colóquelo en el agua
inmediatamente para que no coja frío. Sujétele la cabeza con una mano e introdúzcalo en la bañerita con la otra,
empezando por los pies. Vaya habándole suavemente mientras le va bajando lentamente el resto del cuerpo
hasta que esté completamente metido en la bañerita. Utilice una manopla o una toallita para lavarle la cara y la
cabeza. Seguidamente, con las yemas de los dedos o un cepillito para el pelo especial para bebés, masajéele el
cuero cabelludo, incluyendo el área que recubre las fontanelas. Cuando le aclare el jabón o champú, ahueque la
mano sobre la frente del bebé para evitar que le entre jabón en los ojos. Después del baño, envuélvalo
inmediatamente en una toalla de pies a cabeza. Las toallitas o albornoces especiales para bebés, provistos de
capucha, van muy bien para mantener bien calentito al bebé después de bañarlo.
No deje nunca a un bebé sólo en la bañera. Si necesita salir del lavabo, envuélvalo en una toalla y lléveselo con
usted.
El cuidado del prepucio y del cordón umbilical
Inmediatamente después de la extirpación del prepucio, generalmente el glande (la punta del pene) del bebé se
cubre con una gasa impregnada de vaselina para evitar que el pañal se adhiera a la herida. Cuando le cambie los
pañales al bebé, límpiele suavemente el glande con agua tibia. El enrojecimiento y la irritación del pene deberían
remitir en pocos días, pero si aumenta el enrojecimiento o la inflamación y/o se forman vesículas llenas de pus,
es posible que se le haya infectado la herida, por lo que debería llamar inmediatamente al pediatra.
El cuidado del cordón umbilical del recién nacido también es importante. Para evitar posibles infecciones,
algunos pediatras recomiendan desinfectar el área con alcohol u otro antiséptico en cada cambio de pañales
hasta que el cordón umbilical se seque y se desprenda, generalmente al cabo de entre 10 días y 3 semanas. El
área del ombligo del bebé no se debería sumergir en agua hasta entonces. Antes de desprenderse, el cordón
umbilical cambiará de color, de amarillo a marrón o negro. Es algo normal. No obstante, debería consultar con el
pediatra si el área del ombligo del bebé se enrojece, empieza a oler mal o supura.
Alimentar y ayudar a eructar al bebé
La primera decisión que deberá tomar en lo que se refiere a la alimentación del bebé es si prefiere darle el pecho
o el biberón. Una vez haya tomado esta decisión, probablemente le sorprenderá lo frecuentemente que
necesitan alimentarse los recién nacidos. Por lo general, se recomienda alimentar al bebé cuando parezca tener
hambre, lo que se conoce como "alimentación a demanda". Su bebé le indicará que tiene hambre llorando,
llevándose los dedos a la boca o emitiendo los sonidos que se producen al succionar.
Un recién nacido puede necesitar alimentarse cada 2 horas o quizás más a menudo. Si usted ha optado por la
lactancia materna, deje que el bebé mame de cada seno durante unos 10 a 15 minutos. Si ha optado por la
lactancia artificial, lo más probable es que el bebé ingiera entre 50 y 90 ml de leche infantil en cada toma.
Algunos padres tienen que despertar a sus recién nacidos cada pocas horas para tener la seguridad de que están
comiendo lo suficiente. Llame al pediatra si necesita despertar al bebé con frecuencia o si éste no muestra
interés por el pecho o el biberón.
Si ha optado por el biberón, le resultará más fácil saber si el pequeño está comiendo lo suficiente, pero, si le da el
pecho, usted puede tener dudas sobre si está ingiriendo suficiente leche. Si el bebé parece satisfecho, moja
aproximadamente seis pañales y defeca varias veces al día, duerme bien y está ganando peso con regularidad,
lo más probable es que esté comiendo lo suficiente. Hable con el pediatra si tiene alguna duda sobre el
crecimiento o la pauta de alimentación de su bebé.
Los bebés a menudo tragan aire durante las tomas, lo que les puede provocar inquietud. Puede evitar esto
ayudando a eructar al bebé frecuentemente. Si le da el biberón, ayúdele a eructar cada vez que tome entre 50 y
90 ml de leche. Si le da el pecho, ayúdele a eructar cada vez que lo cambie de mama.
Puede utilizar cualquiera de los siguientes procedimientos:
Coloque al bebé de pie sobre su regazo y apóyele la cabeza en su hombro. Sujétele la cabeza y la
espalda con una mano mientras le da palmaditas suaves en la espalda con la otra mano.
Siente al bebé en su regazo. Sujétele el pecho y la cabeza con una mano y frótele suavemente la espalda
con la otra.
Acueste al bebé en su regazo boca abajo. Apóyele la cabeza en el pliegue del codo de uno de sus brazos
y utilice la mano que le quede libre para darle palmaditas o frotarle suavemente la espalda.
Si el bebé no ha eructado al cabo de unos minutos, dé la toma por concluida. Después, trate de hacerle eructar
de nuevo y manténgalo en posición erguida durante 10 a 15 minutos para evitar que regurgite leche.
El sueño: aspectos fundamentales
Como padre primerizo, es posible que le sorprenda que su bebé, que parece necesitarle cada minuto del día, de
hecho, se pase aproximadamente 16 horas o más durmiendo al día. Por lo general, los recién nacidos duermen
durante períodos de 3 a 4 horas. No espere que su recién nacido duerma toda la noche -porque su sistema
digestivo es tan pequeño que necesita alimentarse frecuentemente, y usted debería despertarlo cuando lleve 5
horas sin comer.
¿A partir de cuándo puede esperar que el bebé duerma toda la noche de un tirón? Alrededor del 90% de los
bebes duermen toda la noche (entre 6 y 8 horas seguidas) a los 3 meses de edad; pero si el suyo no lo hace, no
se preocupe. Al igual que los adultos, los bebes necesitan establecer su propio patrón y ciclo de sueño. Si su
bebé está ganando peso con normalidad y tiene buen aspecto, no se preocupe si a los 3 meses todavía no
duerme toda la noche de un tirón.
Es importante que acueste al bebé boca arriba para dormir a fin de reducir el riesgo de Síndrome de Muerte
Infantil Súbita (SMSL). También debería retirar cualquier objeto blando y/o almohadillado de la cuna del bebé,
incluyendo colchas, edredones, peluches, cojines, almohadas o almohadones. Al acostar al bebé para dormir,
también debería asegurarse de cambiarle la posición de la cabeza, alternando entre el lado derecho y el
izquierdo en noches consecutivas, para que no se le aplane un lado de la cabeza.
Aunque es posible que ahora le imponga bastante manipular a su recién nacido, dentro de pocas semanas habrá
establecido su propia rutina y lo cuidará como un verdadero profesional. Si tiene muchas preguntas o dudas,
llame al pediatra -él le podrá aclarar muchas cosas y facilitarle una lista de centros de su localidad donde podrán
asesorarle y ayudarles a usted y a su bebé a crecer juntos.
Alimentando a su recién nacido
(Feeding Your Newborn)
Cómo alimentar a su recién nacido es la primera decisión nutricional que usted tomará por su hijo(a). Preste
atención a los siguientes datos sobre la alimentación con leche materna o con biberón para que pueda tomar
una decisión informada.
¿Pecho o biberón?
La Academia Americana de Pediatría (The American Academy of Pediatrics (AAP)) y otros grupos profesionales a
cargo del cuidado de los recién nacidos son partidarios de la leche materna como la mejor opción para su bebé.
Específicamente, la AAP recomienda que los bebés se alimenten exclusivamente de leche materna durante los
primeros seis meses. Después de la introducción de de alimentos sólidos la alimentación con leche materna
debe continuar durante el primer año de vida y más adelante, si así se desea.
La alimentación con leche materna puede que no sea posible o preferible para todas las mujeres. Decidir entre
dar el pecho o alimentar con biberón generalmente se basa en comodidad y ritmo de vida; pero alimentar a
pecho puede que no sea recomendable para algunas madres o bebés. Si tiene preguntas sobre si debería dar el
pecho a su hijo(a) hable con su pediatra.
Recuerde que las necesidades emocionales y nutricionales de su bebé serán satisfechas independientemente
de si elige alimentarlo con leche materna o biberón.
Las ventajas de la lactancia
Alimentar a pecho a su bebé tiene muchas ventajas. Quizás lo más importante es saber que la leche materna es
el alimento perfecto para el sistema digestivo de un ser humano cuando es un bebé. Contiene las vitaminas y
los minerales que un recién nacido necesita y todos sus componentes— lactosa, proteínas (suero y caseína) y
grasa— son fácilmente digeridos por el sistema aún nodesarrollado de un recién nacido. Las fórmulas
comerciales intentan imitar a la leche materna y se acercan a ello, pero la composición exacta no puede ser
duplicada.
Además, la leche materna contiene los anticuerpos que protegen a los bebés de una gran variedad de
enfermedades infecciosas, incluyendo la diarrea. Estudios de investigación indican que los bebés que han sido
alimentados con leche materna son menos propensos a desarrollar ciertos problemas médicos.
Alimentar a los bebés a pecho beneficia también a las madres. Quema calorías y ayuda a reducir el tamaño del
útero, lo cualas ayuda a volver a estár en forma más rápidamente. Alimentar con el pecho también protege a
las madres del cáncer de seno y de ovarios.
Algunas madres consideran que alimentar a pecho es mas fácil y mas rápido que utilizar fórmula y biberón; no
necesita preparación y no se quedan sin leche a media noche. Además, es más económico. Las madres que
alimentan a sus bebés con leche maternal necesiten comer más y puede que necesitan sujetadores y
compresas especiales para la lactancia, una bomba de extracción y otro tipo de equipamiento. Estos gastos
extras generalmente son menos costosos que el precio de la fórmula.
Alimentar a los bebés a pecho también satisface las necesidades emocionales tanto de las madres como de los
bebés - el contacto entre la piel de ambos puede aumentar la conexión emocional y proporcionar un alimento
completo puede ayudar a las madres a ganar confianza en su capacidad de cuidar a sus bebés.
Las ventajas de alimentar con fórmula
La fórmula para infantes comercialmente preparada es una alternativa nutritiva a la leche materna. Alimentar
con el biberón puede brindar más libertad y flexibilidad a la madre, y ayuda a saber cuánta cantidad el bebé
esta recibiendo. Debido a que los bebés digieren la fórmula más despacio que la leche materna, un bebé que
esté siendo alimentado con fórmula puede que necesite ser alimentado menos veces que uno que recibe leche
materna. Alimentar con fórmula también puede facilitar alimentar al bebé en público y permite que el padre y
otros miembros de la familia ayuden a alimentar al bebé, lo cual puede fortalecer los lazos afectivos.
Considerando las limitaciones
Alimentar con el pecho
Con todos los beneficios que aporta alimentar con leche materna ¿Por qué no lo hacen todas las madres?
Alimentar a pecho requiere de un compromiso por parte de la madre. Algunas se sienten limitadas debido a las
constante atención que requiere un recién nacido que tenga que ser alimentado. Debido a que la leche materna
se digiere con más facilidad, los bebés tienden a alimentarse más a menudo que los que toman fórmula. Esto
significa que las madres tendrán que atender a sus bebés con una frecuencia de 2 a 3 horas durante las
primeras semanas. Esto puede cansar a las madres, pero no pasará mucho tiempo hasta que los bebés
requieran alimentarse con menos frecuencia y duerman más de noche.
Algunas madres primerizas necesitan volver al trabajo o separarse de sus bebés de vez en cuando por otras
razones. Algunas de estas madres optan por alimentar a sus bebés con fórmula para que quienes se encarguen
de cuidar a sus bebés puedan hacerlo con el biberón. Las madres que deciden seguir alimentando a sus bebés
con leche materna pueden utilizar una bomba de succion para extraer leche y depositarla en el biberón de
forma que sus bebés puedan recibir los beneficios de la leche materna, incluso cuando la madre no está cerca.
Otros miembros de la familia (los padres en su mayoría) puede que quieran compartir las rutinas fundamentales
de cuidar al bebé y participar en su alimentación. Cuando la mamá está alimentando al bebé con el pecho, el
padre y los hermanos puede que quieran estar cerca. Ayudar a la madre a que se ponga cómoda o incluso
alcanzarle una mantita para ayudar al bebé a eructar cuando la madre lo necesite, los hará formar parte de la
experiencia. Una vez que se establece el hábito de alimentar al bebé con leche materna, otros miembros de la
familia podrán colaborar dándole al bebé el biberón con la leche materna cuando la madre necesite descansar.
Algunas veces una mujer puede sentirse avergonzada o aprensiva respecto a la lactancia. Estos sentimientos
generalmente desaparecen una vez que el procedimiento de la lactancia se lleva a cabo con éxito.
Generalmente es útil buscar apoyo y la perspectiva de quienes han tenido la misma experiencia. La mayoría de
los hospitales y centros de nacimiento pueden proporcionar instrucciones completas a las madres primerizas
sobre técnicas para alimentar al bebé. Su pediatra, enfermero(a) de práctica o su enfermero pueden responder
a sus preguntas o ponerla en contacto con un consultor en lactancia o con un grupo de apoyo.
En algunos casos, la salud de la madre puede interferir, con su habilidad de lactar a su bebé. Por ejemplo, las
madres que están bajo tratamiento de quimioterapia debido al cáncer y las madres que están infectadas con el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (HIV, el virus que causa el SIDA) no deben dar alimentar a sus hijos
con leche materna. Si usted tiene una condición médica y debe tomar medicinas regularmente, o si usted o su
bebé se enferman, hable con su doctor sobre si es recomendable dar el pecho a su bebé. Si usted ha dejado de
lactar a su bebé temporalmente, es importante continuar extrayendo la leche materna del pecho para mantener
su producción.
En algunas situaciones puede que no sea posible alimentar con leche al bebé, por ejemplo, cuando el bebé esta
enfermo o cuando es prematuro. Las madres deben hablar con el doctor de sus bebés sobre cómo extraer y
guardar la leche. Incluso si el infante no puede alimentarse directamente del pecho, la leche materna puede ser
administrada mediante un tubo o un biberón.
Algunas veces las madres que tienen los pezones invertidos pueden tener dificultades, pero con la ayuda de un
consultor de lactancia este problema puede remediarse. Del mismo modo, las mujeres que han sido sometidas
a cirugía plástica en el pecho pueden dar el pecho a sus bebés con éxito. Asegúrese de hablar con su doctor en
caso de tener algún problema.
Evite el usar chupetes o biberones hasta después del primer mes de vida. Darlos a conocer al bebé antes de
alimentarlos con pecho está relacionado con la confusión del pezón, en inglés, "nipple confussion”, y puede
hacer que el bebé deje de querer alimentarse con leche materna.
Alimentando al bebé con fórmula
Del mismo modo que la lactancia tiene sus requisitos específicos, alimentar al bebé con biberón también las
tiene. Hacerlo con éxito puede requerir un alto grado de organización, especialmente cuando quiera salir afuera
con su bebé. Ademas, el costo considerable de la leche de fórmula puede ser otro factor importante.
Es importante asegurarse que usted tiene suficiente fórmula consigo y que las botellas estén limpias y listas
para ser usadas. A continuación mencionamos algunos puntos clave para alimentar al bebé con fórmula:
Asegúrese de seguir las instrucciones de la etiqueta cuando prepare la fórmula.
Las botellas que estén fuera del refrigerador durante más de una hora, o los restos de fórmula que el
bebé deje en la botella, deben ser desechados.
Las botellas de fórmula deben guardarse en el refrigerador durante un máximo de 24 horas y deben
calentarse con cuidado antes de alimentar al bebé.
Una botella de fórmula (o de leche materna) no debe calentarse en el microondas. El contenido del
biberón puede calentarse de forma desigual y dejar “espacios calientes” que puede quemar la boca del
bebé.
¿Se está alimentando mi bebé lo suficientemente?
Su recién nacido debe de alimentarse de ocho a 12 veces al día durante el primer mes. Al principio, las madres
puede que quieran tratar de alimentar al bebé de 10 a 15 minutos en cada pecho y luego variar el tiempo según
sea necesario.
Una vez que se haya establecido la cantidad de leche necesaria, la alimentación con el pecho debe realizarse
cuando su bebé tenga apetito, lo cual sucede cada 1 a 3 horas. A medida en que los recién nacidos crecen,
necesitarán alimentarse con menos frecuencia — algunos cada hora y media, mientras que otros cada 2 ó 3
horas. Los recién nacidos no deben permanecer más de cuatro horas sin ser alimentados.
Llame a su doctor si tiene que despertar a su bebé frecuentemente o si debe de insistirle para que intente
chupar la leche materna.
La mayoría de los expertos recomiendan que alimente a su bebé cuando el o ella tenga hambre. A continuación
detallamos signos que denotan que el bebé tienen hambre:
Mover la cabeza de lado a lado
Abrir la boca
Sacar la lengua
Introducir sus manos y muñeca en la boca
Poner los labios de la misma forma como si fueran a chupar
Juntar su cuerpo al pecho de la madre
Mostrar el reflejo de búsqueda o “rooting reflex” en inglés (cuando un bebé mueve su boca en la
dirección de algo que toque su boca o su mejilla)
Tener un horario de alimentación rígido no es necesario, usted y su bebé eventualmente establecerán su patrón
de alimentación individual. Los bebés saben (y se lo dejarán saber a sus padres) cuándo tienen hambre o
cuándo están satisfechos. Reconozca la señales que utiliza su bebé para comunicar que está satisfecho (chupa
el pecho de forma lenta, desinteresada e incluso retirando su cara de el pecho o del biberón) y deje de dar el
pecho cuando estos síntomas aparezcan.
A medida que su bebé gane peso, el o ella deben comer mas en cada sesión de alimentos en lugar de comer
entre comidas. Existen otras oportunidades donde su bebé tendrá más hambre que de costumbre. Continúe
alimentándolo según le apetezca comer. Las mujeres que alimentan a sus bebés a el pecho no deben de
preocuparse— la lactancia estimula la producción de leche, y su abastecimiento de leche se ajustará a la
necesidad de leche de su bebé.
Las madres primerizas, especialmente las que alimentan a sus bebés con leche materna suelen preocuparse de
que sus bebés no están alimentándose lo suficiente. Es importante que los bebés que se alimentan con leche
materna visiten a sus doctores de 48 a 72 horas después de que la madre y el bebé dejen el hospital. Durante
esta visita, el bebé será pesado y examinado, y la técnica de lactancia de la madre puede ser evaluada.
También es una oportunidad para que las madres que alimentan a su bebé a pecho hagan preguntas. Si un
bebé alimentado con leche materna se ve bien, el doctor probablemente confirmará una cita para las próximas
dos semanas de edad. Los bebés que se alimentan con fórmula generalmente acuden a su chequeo médico
cuando tienen de 2 a 4 semanas de edad, salvo que los padres tengan preocupaciones específicas.
Usted puede asegurarse de que su bebé está alimentándose lo suficientemente si él o ella parece satisfecho, si
usa de cuatro a seis pañales diarios, si hace sus necesidades de forma regular, duerme bien, está alerta cuando
está despierto y está ganando peso. Un bebé que está incomodo, llorando, con apariencia de tener hambre y no
parece estar satisfecho después de darle de comer puede que no este alimentándose lo suficiente. Si usted
tiene esta preocupación, llame al doctor de su bebé.
Muchos infantes "vomitan" una pequeña cantidad después se comer o mientras eructan, pero un bebé no debe
vomitar después de comer. Esto puede ser debido a un exceso de alimentación, pero vomitar después de comer
también puede ser un síntoma de alergias, problemas digestivos u otros problemas que requieren atención
médica. Si usted está preocupado al ver que su bebé regurgita en exceso, llame al doctor de su bebé.
Aunque su bebé probablemente comience a comer alimentos sólidos entre los 4 a 6 meses, la leche materna o
la fórmula continuarán siendo la fuente más importante de nutrición durante el primer año de vida.
Suplementos nutritivos
La leche materna tiene la concentración más alta de vitaminas y hierro de fácil absorción la cual será suficiente
una vez que su bebé comience a alimentarse con cereales enriquecidos con hierro a partir de los seis meses de
edad. Un bebé sano alimentado por una madre sana no necesita ningún otro complemento vitamínico o
nutricional, con la excepción de la vitamina D. La leche materna contiene cierta cantidad de vitamina D, la cual
es producida cuando el cuerpo se expone a la luz solar. Sin embargo, la exposición al sol incrementa el riesgo
de daño a la piel, así que recomendamos a los padres a exponerse al sol lo menos posible. La AAP recomienda
que todos los bebés que se alimentan con leche materna comiencen a recibir complementos de vitamina D
durante los primeros 2 meses y continúen hasta que el infante beba suficiente cantidad de fórmula o leche
enriquecida con vitamina D (después del primer ano de vida).
La fórmula contiene la combinación adecuada de vitaminas, incluyendo la vitamina D para el bebé, así que los
suplementos vitamínicos generalmente no son necesarios. La fórmula enriquecida con hierro se recomienda
para los bebés durante su primer año de vida y debe contener aproximadamente 12 miligramos de hierro por
litro.
El agua, los jugos y otros alimentos suelen ser innecesarios durante los primeros 6 meses de vida del bebé. La
leche materna o la fórmula proporcionan todo lo que un bebé necesita hasta que empiece a comer alimentos
sólidos. Hable con su doctor si usted tiene preguntas sobre cómo alimentar a su recién nacido.
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Algunas inquietudes habituales
(Breastfeeding FAQs: Some Common Concerns)
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele
plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -
tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
¿Es normal que mi bebé regurgite leche después de mamar?
A veces los bebés regurgitan leche cuando:
han comido demasiado
eructan (el conocido "eructo húmedo")
babean mucho
Muchos lactantes regurgitan un poco de leche después de algunas —o incluso todas— las tomas o al eructar
porque sus sistemas digestivos todavía están inmaduros. Es algo completamente normal.
Mientras el bebé crezca y gane peso con normalidad y no parezca pasarlo mal al regurgitar, no hay motivo para
preocupase. Generalmente la cantidad de leche regurgitada parece más de lo que es en realidad. Pero
regurgitar no es lo mismo que vomitar toda o gran parte de una toma.
Si su hijo vomita violentamente, o si devuelve gran parte de lo que ha ingerido más de una vez al día, llame al
pediatra. Aunque es infrecuente, estos síntomas podrían obedecer a una alergia, un problema digestivo u otro
tipo de problema que requeriría atención médica.
Usted puede ayudar al pediatra a diagnosticar adecuadamente el problema de su hijo (en caso de que tenga
alguno) llevando un registro donde anote exactamente con qué frecuencia y qué cantidad de leche regurgita su
bebé. El pediatra debería poder decirle si es normal o hay motivo para preocuparse.
Pero queremos hacer hincapié en que la inmensa mayoría de las veces regurgitar es completamente normal. Si
el pediatra de su hijo le dice que sus regurgitaciones entran dentro de lo normal, he aquí algunas de las pautas
que puede seguir para reducirlas:
Durante las tomas, haga eructar al pequeño cada tres a cinco minutos si le da el pecho, o cada dos a
tres onzas (de 60 a 80 ml) si le da el biberón. A veces ayuda hacer tomas menos copiosas y más
frecuentes.
Mantenga al bebé en posición erguida tras las tomas —es mejor sostener en brazos y bien derecho al
bebé, puesto que la postura que adoptan los bebés cuando se colocan en sillitas de paseo o sillas de
seguridad para el coche, de hecho, puede favorecer la regurgitación.
No mueva bruscamente al bebé, no lo haga votar, y no juegue activamente con él inmediatamente
después de las tomas.
Mantenga la cabeza del bebé por encima del nivel de sus pies durante las tomas (en otras palabra, no
sostenga al bebé con la cabeza más baja que el resto del cuerpo).
Eleve la cabecera de la cuna o moisés del bebé. Enrolle unas pocas toallitas de mano o una mantita
(también puede comprar unos rollitos especiales diseñados con este propósito) y colóquelas debajo (no
encima) del colchón. Pero no le coloque al bebé una almohada debajo de la cabeza. Asegúrese de que
no se forma un pliegue en la parte central del colchón y de que la inclinación es lo bastante suave como
para que el bebé no se escurra hacia abajo.
Si su bebé toma biberones de leche materna o biberones suplementarios de leche artificial:
No le dé el biberón mientras está acostado.
Asegúrese de que el tamaño del orificio de la tetina y/o el flujo de la leche es el adecuado para su bebé.
Por ejemplo, los biberones de flujo rápido pueden provocarles arcadas a algunos bebés al suministrarles
la leche más deprisa de lo que ellos pueden ingerir, mientras que los de flujo lento pueden resultar
frustrantes para algunos bebés, ya que, al tener que succionar con más fuerza para obtener la leche,
acaban tragando demasiado aire.
Es importante tener presente que esto, como casi todo, también pasará. Muchos bebés dejan de regurgitar
cuando aprenden a sentarse.
Creo que estoy incubando una enfermedad. ¿Puedo seguir amamantando al bebé?
En la mayoría de los casos, la respuesta es sí; la mayoría de las enfermedades de las madres no son peligrosas
para los lactantes y no suponen ningún impedimento para seguir amamantándolos. No obstante, en contadas
ocasiones (como en el virus de inmunodeficiencia humana, VIH), la salud de la madre puede interferir con la
lactancia.
Si una enfermedad, independientemente de que le afecte a usted o al bebé, obliga a interrumpir brevemente la
lactancia materna, usted puede extraerse leche y desecharla hasta que pueda volver a amamantar a su
pequeño. Para mantener su producción de leche, es importante que siga extrayéndose leche durante ese
tiempo. Y, si tiene que tomar algún medicamento para tratar su enfermedad, pregunte a su médico si puede o
no seguir amamantando al bebé.
Mi bebé me muerde el pecho durante las tomas. ¿Hay alguna forma de evitarlo?
Los bebés juegan a menudo con los pezones de sus madres utilizando las encías, pero esto no significa que
quieran hacerles daño. No obstante, cuando les empiezan a despuntar los dientes, ese juego deja de resultar
tan divertido. Y un bebé a quien le están saliendo los dientes puede pensar que los pechos de su madre son un
mordedor ideal.
De todos modos, si se ha colocado el bebé correctamente en el pecho (de tal modo que abarque con la boca no
solo el pezón sino buena parte de la areola mamaria) y él se le ha agarrado bien al pecho, será físicamente
imposible que la muerda. ¿Por qué? Porque su pezón estará llenándole completamente la parte posterior de la
boca.
A menudo es fácil darse cuenta de cuándo un bebé está a punto de morder el pecho de su madre:
generalmente cuando está satisfecho y empieza a desprenderse del pecho. En tal caso, usted puede acercarse
al potencial mordedor al pecho para que le resulte difícil desprenderse de él o interrumpir la succión
introduciéndole un dedo por la comisura de la boca.
En algunos casos, morder puede ser un indicador de que el bebé ha concluido la toma o de que está distraído o
simplemente aburrido. La Liga La Leche, una organización en defensa de la lactancia materna, ofrece los
siguientes consejos para ayudar a reducir los mordiscos en el pecho:
Dígale: "Mamá no es para morder. Puedes morder esto", y ofrézcale un mordedor u otro juguete que
pueda morder sin problemas.
Pruebe a iniciar otra actividad si su bebé parece distraído o se desprende repetidamente del pecho.
Elogie a su bebé -con un abrazo, un beso o un arrumaco- cada vez que mame sin morderla ni intentar morderla.
¿Necesita mi bebé algún suplemento vitamínico?
La leche materna contiene muchas vitaminas, así como hierro de fácil absorción. El hierro de la leche materna
bastará hasta que su bebé empiece a tomar papillas de cereales enriquecidas con hierro en torno a los cuatro a
seis meses de edad.
Sin embargo, la vitamina D no se encuentra en concentraciones lo bastante altas en la leche materna. Este
nutriente lo puede fabricar el organismo cuando la piel se expone a la luz solar, pero no es seguro que un
lactante de menos de seis meses se exponga a la luz directa del sol. A partir de los seis meses, los bebés deben
llevar siempre protector solar, que bloquea la capacidad del organismo para fabricar vitamina D, cuando se
exponen al sol. Por este motivo los bebés que se alimentan mayormente con leche materna deben tomar un
suplemento de vitamina D cada día.
Por otro lado, la Academia Americana de Pediatría (AAP) afirma que los bebés —independientemente de que se
alimenten con leche materna o artificial— no necesitan tomar suplementos de flúor durante los primeros seis
meses de vida. A partir de los seis meses, los bebés necesitarán tomar suplementos de flúor solamente si el
agua del suministro doméstico no contiene flúor o contiene una cantidad muy baja de este mineral. El agua de
pozo y la embotellada, por ejemplo, pueden no contener flúor y en algunas comunidades el agua del grifo
tampoco lo contiene. No obstante, puede ser peligroso administrar un suplemento de flúor a un niño que ya
está tomando suficiente flúor, de modo que es importante averiguar el contenido de flúor del agua que suele
beber su bebé. De nuevo, pregunte al pediatra de su hijo sobre las necesidades del pequeño.
Mi bebé no quiere mamar. ¿Qué está ocurriendo?
Las "huelgas" de lactancia son muy normales y suelen durar pocos días. De todos modos, pueden preocupar
bastante a las madres, sobre todo cuando se dan en bebés que nunca habían tenido problemas para mamar.
¿Qué puede llevar a un bebé a dejar de mamar? He aquí algunos de los posibles motivos:
La dentición le provoca dolor de encías.
Usted ha estado estresada últimamente o hace poco que ha modificado la pauta de lactancia.
Usted huele "diferente" porque ha cambiado de jabón, perfume, desodorante o crema corporal.
Su leche sabe diferente porque ha introducido algún cambio en su dieta.
Mamar le resulta molesto o doloroso al bebé por algún motivo, por ejemplo, una infección de oído, la
nariz tapada, un corte o aftas en la boca.
Su bebé la mordió en una toma previa y la forma en que usted reaccionó lo asustó.
Por frustrantes que puedan resultar las huelgas de lactancia, usted y su bebé pueden superarlas. He aquí
algunos consejos más que La Liga La Leche ofrece a las madres lactantes para ayudarles a superar estos
baches:
Trate de pasar más tiempo con su bebé a fin de poder dedicar un tiempo extra a conseguir que la
lactancia materna vuelva a su cauce. Pida a algún miembro de su familia, una amiga o una niñera que
la ayuden con las tareas domésticas y con el cuidado de sus otros hijos en caso de que los tenga.
Intente que la experiencia de amamantar a su bebé sea lo más agradable posible para el pequeño,
abrazándolo, acariciándolo y besándolo y, cada vez que el pequeño se altere o se frustre, interrumpa la
toma y tómese su tiempo para consolarlo.
Pruebe a amamantar al bebé cuando esté soñoliento porque tal vez esté más dispuesto a cooperar.
Amamante al bebé mientras lo está acunando o mientras lo pasea de un lado a otro en una bandolera o
canguro portabebés.
Amamante al bebé en una habitación silenciosa donde haya muy pocas distracciones.
Intente estimular la bajada de leche extrayéndose un poco de leche, sea manualmente o con un
extractor, antes de cada toma para que, al succionar, su bebé pueda obtener la leche inmediatamente.
Hasta que se normalice la pauta de lactancia, necesitará extraerse leche, bien manualmente o con un extractor,
para mantener su producción de leche y asegurarse de que el bebé recibe suficiente alimento. Para extraerse
leche manualmente, sujétese el pecho colocando todos los dedos menos el pulgar por debajo y alrededor del
mismo, y el pulgar, encima. Con suavidad pero con firmeza, deslice repetidamente el pulgar desde la parte
superior del pecho hacia la areola para ayudar a que la leche vaya bajando por los conductos galactoforos.
Y, en el caso de que su bebé esté listo para dejar de mamar (o destetarse), probablemente este proceso le
llevará varias semanas o meses. Mientras tanto, tanto usted como su pequeño pueden disfrutar de esa
intimidad y ese vínculo tan especiales que propicia el amamantamiento.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: mayo de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Cómo empezar
(Breastfeeding FAQs: Getting Started)
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele
plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -
tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
¿Cuándo me subirá la leche?
Durante los días inmediatamente posteriores al nacimiento de un bebé, el cuerpo de la madre produce
calostro, una especie de anticipo de la leche. En algunas mujeres, el calostro es espeso y amarillento; en otras
es más líquido y acuoso. El calostro tiene muchas propiedades protectoras, ya que contiene sustancias
antibacterianas y que estimulan el sistema inmunitario que son muy importantes para los bebés y no están
presentes en las leches para lactantes comercializadas. El calostro sale del pezón muy lentamente, lo que
permite que el bebé vaya aprendiendo a mamar, así como a coordinar las conductas de succionar, respirar y
tragar.
Cuando usted lleve de tres a cuatro días amamantando a su bebé, empezará a notar que sus senos están
menos blandos y más firmes a medida que el calostro vaya dando paso a la leche materna propiamente dicha,
la cual al principio tendrá un aspecto similar al de la leche desnatada. Durante los primeros 10 a 14 días, sus
senos producirán leche de transición, que dará paso a la leche madura.
Durante este período, la cantidad de leche que producirá su cuerpo irá aumentando en respuesta a las
succiones del bebé. Su producción de leche dependerá de la estimulación que reciba su cuerpo. En otras
palabras, cuanto más amamante a su bebé, más leche producirá usted.
Las madres que han tenido un parto por cesárea pueden tardar un poco más en aumentar su producción de
leche. En ocasiones, sin motivo aparente, la leche puede tardar más días en subir. Esto es absolutamente
normal y no suele ser motivo de preocupación, pero asegúrese de comentárselo a su médico. Aunque los recién
nacidos no necesitan mucho más que un poco de calostro durante los primeros días de vida, es posible que el
pediatra de su hijo quiera asegurarse de que el pequeño está alimentándose lo suficiente. Puede irle bien
amamantar al bebé más frecuentemente, ofreciéndole el pecho cada dos o tres horas.
No obstante, si 72 horas después del nacimiento del bebé a usted todavía no le ha subido la leche, quizá
prefiera comentar con el pediatra la posibilidad de suplementar temporalmente la alimentación del bebé con
leche artificial (hasta que aumente su producción de leche), a fin de que su hijo obtenga los nutrientes que
necesita y no pierda peso innecesariamente.
No se alarme si su bebé pierde algo de peso los primeros días. La mayoría de bebés suelen perder hasta el 7%
de su peso corporal durante los primeros días de vida.
¿Cuándo debería empezar a amamantar al bebé?
En lo posible, trate de empezar a amamantarlo durante la hora inmediatamente posterior al nacimiento. Así
aprovechará el estado de alerta incrementada que tienen los recién nacidos después del parto. Muchos bebés
se agarran instintivamente al pecho materno incluso en la primara toma. Después de esa fase de alerta inicial,
los recién nacidos pasan gran parte de las próximas 24 horas durmiendo. Por lo tanto, si espera demasiado a
amamantar al bebé, es posible que al pequeño le resulte más difícil agarrarse bien al pecho.
Aunque el bebé no se le agarre bien al pecho, el hecho de empezar pronto les ayudara a adquirir práctica y a
hacerse a la idea del amamantamiento.
Tal vez necesiten probarlo unas cuantas veces hasta que el pequeño se agarre correctamente al pecho, pero es
importante que este abra bien la boca y se introduzca la mayor superficie posible de la areola mamaria (la parte
oscura del pecho) en la boca (no solo la punta del pezón). Si el bebé se le duerme con el pezón en la boca,
intente despertarlo haciéndole cosquillas en los pies o desvistiéndolo. Hacerle eructar frecuentemente y
cambiarle el pañal antes de ofrecerle el segundo pecho también puede ayudar.
Para que tanto a usted como el bebé se vayan acostumbrando a la lactancia materna, procure ofrecerle el
pecho cada tres horas, incluso por la noche. En muchos hospitales existe la posibilidad de tener al recién nacido
en la habitación de la madre. Pero si usted desea -y necesita- descansar para recuperarse del parto durante los
primeros días, puede pedir que el bebé se quede en la nursery por la noche y se lo traigan cuando tenga que
amamantarlo.
¿Debo dejar que las enfermeras del hospital le den al bebé un biberón o un chupete?
Si usted está decidida a alimentar al bebé exclusivamente con leche materna, informe a las enfermeras cuanto
antes e indíqueles que no quiere que le den biberones ni le ofrezcan chupetes. Así el bebé podrá practicar y
perfeccionar la lactancia materna sin la interferencia de las tetinas del biberón o el chupete. Algunos expertos
consideran que, si se empieza a dar el biberón a un bebé demasiado pronto, antes de que el bebé se haya
acostumbrado a mamar, el pequeño podría sufrir la denominada “confusión tetina-pezón” y decidir que el
biberón es una forma de alimentarse más rápida y mejor que el pecho materno. Aunque esto les ocurre a
algunos bebés, otros no tienen ningún problema en hacer la transición entre el biberón y el pecho.
Si en la nursery necesitan darle al bebé un chupete esporádicamente (por ejemplo, durante la circuncisión,
momento en que se les suele ofrecer a los bebés un chupete con agua azucarada), eso no tiene por qué
interferir con la lactancia materna. Si el pediatra considera que su bebé necesita un suplemento de leche
artificial, este se le podrá administrar con biberón o bien con un dispositivo especial en el cual la leche artificial
fluye a través de un tubito que se acopla al pezón de la madre.
¿Cuáles son las señales de que un bebé tiene hambre?
Contrariamente a lo que puedan creer algunas madres primerizas, el llanto es una señal tardía de hambre.
Debe tratar de amamantar al bebé antes de que esté tan hambriento que se sienta molesto, se altere y resulte
difícil tranquilizarlo.
Entre las señales de hambre se incluyen las siguientes:
mover la cabeza de un lado al otro
abrir la boca
llevarse las manos y los puños a la boca
fruncir los labios como si fuera a succionar
restregar la boca contra los pechos de su madre
estirarse
mostrar el reflejo de búsqueda del pecho (girar la boca hacia algo que le está acariciando o tocando la
mejilla)
¿Cómo puedo saber si me está bajando la leche al principio de una toma?
Muchas mujeres notan el reflejo de eyección de la leche (o bajada de la leche) -el momento en que sus pechos
comienzan a llenarse de leche al principio de una toma. Sin embargo, cuándo y cómo sucede esto es diferente
en cada mujer.
Durante los primeros días o semanas del posparto, es posible que experimente fuertes espasmos o
contracciones uterinas (los denominados entuertos) cuando le baje la leche. La leche también le puede empezar
a bajar antes de iniciar la toma (a algunas mujeres les empieza a bajar con solo ver a su bebé o al oír llorar a un
bebé). O puede suceder después de que el bebé se haya agarrado al pecho y haya succionado varias veces (tal
vez note que el bebé empieza a tragar).
También es posible que experimente una sensación de hinchazón o plenitud en los senos, como si estuvieran
llenándose y poniéndose más firmes, y/o una especie de hormigueo. También es posible que vea o sienta que le
está saliendo leche por los pezones. De todos modos, algunas mujeres nunca notan cuándo les baja la leche, y
esto no debe ser motivo de preocupación. Aunque no lo note, debería ver que le sale leche por el pezón y oír
tragar al bebé.
¿Cómo puedo estar segura de que el bebé se ha agarrado bien al pecho?
Esta es la principal razón de que muchas madres primerizas tengan dificultades para amamantar a sus bebés -
que estos no se agarran al pecho correctamente, lo que puede resultar frustrante para los pequeños y
sumamente doloroso para las madres.
He aquí en qué debe fijarse para asegurarse de que su bebé se agarra correctamente al pecho en cada toma:
1. Asegúrese de que el bebé tiene la boca bien abierta y de que baja la lengua antes de agarrarse al
pecho.
2. Cójase un seno con la mano, colocando el pulgar en la parte superior y los otros cuatro dedos por
debajo de la areola mamaria (la zona circular y más oscura que rodea al pezón). Separe bien el pulgar
de los demás dedos para que la boca del bebé pueda abarcar no solo el pezón sino la mayor superficie
posible de la areola cuando se agarre al pecho.
3. Deslice suavemente el pezón desde la mitad del labio inferior del bebé hacia el mentón para inducirlo a
abrir la boca.
4. Cuando el bebé haya abierto bien la boca y baje la lengua, acérqueselo rápidamente al pecho (no
acerque el pecho al bebé). El bebé debería poder abarcar con la boca la mayor superficie posible de la
areola.
5. Asegúrese de que la nariz del bebé está casi tocando su pecho (no apretada contra el pecho), sus labios
están orientados hacia fuera (no fruncidos hacia dentro) y de que usted ve y oye tragar al bebé. (Podrá
saber si bebé está tragando observando si se le mueve la mandíbula inferior e incluso la oreja y la sien.)
Cuando el bebé se haya agarrado al pecho correctamente, es posible que usted sienta dolor durante unos 30 a
60 segundos (en el momento en que el bebé estará tirando del pezón y la areola para introducírselos en la
boca), pero luego ese dolor debería desaparecer. Después sentirá pequeños tirones mientras el bebé vaya
succionando. Si sigue sintiendo dolor, interrumpa la toma y vuelva a colocarse al bebé en el pecho. Si persiste
el dolor tras corregir la postura, hable con su médico para descartar otros posibles problemas, como una
infección mamaria.
Probablemente el bebé succionará de cuatro a cinco veces seguidas y luego hará una pausa de entre cinco y 10
segundos. El bebé incrementará la cantidad de succiones a medida que vaya aumentando el flujo de leche. Al
final de la toma, conforme vaya descendiendo el flujo de leche, probablemente el bebé cambiará el patrón de
succión a tres o cuatro succiones seguidas con pausas de más de 10 segundos.
La mayoría de los bebés sueltan el pecho por iniciativa propia. Si su bebé no suelta el pecho y empieza a
succionar solamente con la parte delantera de la boca, usted puede introducirle un dedo por la comisura de la
boca (entre las encías) y luego girar el dedo un cuarto de vuelta para interrumpir la succión. Luego, trate de
hacer eructar al bebé y ofrézcale el otro pecho.
¿Cómo puedo saber si el bebé se ha agarrado incorrectamente al pecho?
Si su bebé tiende a succionar de la punta del pezón, quedándole la mayor parte de la areola mamaria fuera de
la boca, significa que no se ha agarrado correctamente al pecho. Los bebés que tienen esta tendencia a
menudo se quedan dormidos durante las tomas y pueden parecer insatisfechos porque no están ingiriendo
suficiente cantidad de leche. Si le ocurre cualquiera de estas cosas, interrumpa la succión y vuelva a ofrecer el
pecho al bebé modificando la postura para asegurarse de que el pezón y gran parte de la areola están dentro
de la boca del pequeño.
Llame al pediatra o a un especialista en lactancia materna si:
siente dolor cada vez que amamanta al bebé (podría necesitar ayuda para lograr que el bebé se agarre
correctamente al pecho, o podría padecer una infección mamaria)
el bebé se queda siempre dormido mientras está mamando
el bebé mama del pecho, pero parece que no se queda satisfecho al finalizar las tomas
Me está costando mucho acostumbrarme a la lactancia materna. ¿Qué puedo hacer?
Esto es completamente normal. Aunque la lactancia materna les resulta muy sencilla a algunas mujeres,
muchas madres necesitan un período más largo de adaptación y práctica. Amamantar a un bebé puede ser una
de las cosas que exigen más esfuerzo y, a la vez, una de las experiencias más gratificantes de la maternidad.
Mientras esté en el hospital, no dude en sacar partido de la experiencia del personal de enfermería y de su
tocólogo o ginecólogo. Ellos podrán ayudarla a aclarar todas las dudas que tenga, así como aconsejarla sobre lo
qué debe y no debe hacer cuando amamante al bebé. Las enfermeras pueden incluso observarla y guiarla
mientras amamanta al bebé. Es posible que en el hospital haya un especialista en lactancia materna que podría
asesorarla y tranquilizarla.
Los médicos suelen recomendar pesar a los bebés y evaluar cómo va la lactancia materna durante las primeras
48 a 72 horas después de que la madre y el recién nacido reciban el alta hospitalaria. Pero, si usted tiene
dificultades o hay algo que le preocupa sobre la lactancia antes de esa visita, asegúrese de hablar con su
médico.
Haga lo que haga, intente no desanimarse ni tirar la toalla demasiado pronto. Con un poco de paciencia y algo
de práctica, lo más probable es que la lactancia materna les resulte más fácil, tanto a usted como a su bebé,
durante las próximas semanas. Como dice el viejo refrán: "¡La práctica hace al maestro!"
¿Hay más de una forma de sostener al bebé mientras lo amamanto?
Sí. Puede probar distintas posturas de amamantamiento (o formas de sostener al bebé) a fin de averiguar cuál
les resultan más cómoda a ambos. Estas son algunas de ellas:
Postura de acunamiento: esta es la forma tradicional de sostener al bebé, que muchas madres
probarán para empezar. Consiste en colocarse al bebé cruzado sobre el pecho y utilizar el brazo del
mismo lado que el pecho que se ofrece al bebé para sostener el cuerpo del pequeño.
Agarre de balón de rugby: en esta postura la madre sostiene al bebé al lado de su cuerpo; es
adecuada para las mujeres a quienes les han practicado una cesárea (porque el bebé no ejerce presión
sobre el vientre materno) y para las que tienen senos muy voluminosos o han tenido gemelos.
Postura de acunamiento cruzado: es similar a la postura de acunamiento previamente descrita, con
la salvedad de que la madre utiliza el brazo contrario al del pecho que ofrece al bebé para sostener el
cuerpo del pequeño. Algunas madres consideran que adoptando esta postura resulta más fácil controlar
si el bebé se ha agarrado bien al pecho.
Acostada de lado: esta postura, en la cual la madre se estira sobre un costado de cara al bebé,
permite a la madre descansar mientras amamanta al bebé y también es habitual en las mujeres a
quienes les han practicado una cesárea.
¿Cómo puedo lograr que las tomas sean lo más cómodas posible?
De nuevo, lo principal es encontrar una postura cómoda para amamantar al bebé y lograr que este se agarre
bien al pecho. Una vez haya conseguido esto, amamantar a su bebé podrá convertirse en una experiencia
sumamente gratificante que contribuirá a reforzar el vínculo materno-filial. He aquí algunos consejos adicionales
que pueden ayudarle a relajarse y disfrutar al máximo de la experiencia:
Tenga una bolsa o cesto cerca de los lugares de la casa donde suele amamantar al bebé (junto a la
cama, en el sofá, etc.) Coloque dentro un botellín de agua, tentempiés saludables, varias revistas, el
teléfono móvil o inalámbrico (para no tener que levantarse a atender o hacer llamadas), varios baberos
o paños de algodón por si el bebé babea o regurgita algo de leche y los mandos del televisor, el
reproductor de DVD o el equipo de música, por si le apetece ver o escuchar algo durante la toma.
Encuentre la postura que le resulte más cómoda y no la cambie para que el bebé pueda habituarse a
esa rutina y acabe anticipándola. A muchas madres les gusta sentarse en una mecedora o en un sillón
con apoyabrazos.
Déles un descanso a sus pies y a su espalda. Puede apoyar los pies en un escabel y/o utilizar cojines o
almohadas para estar más cómoda. Algunas mujeres encuentran muy útiles y cómodos los cojines de
lactancia en forma de media rosquilla o los almohadones grandes con respaldo y brazos a cada lado
para dar el pecho en la cama.
¿Durante cuánto tiempo debería prolongar la lactancia materna?
Actualmente, la Academia Americana de Pediatria (AAP) recomienda a las madres amamantar a sus bebés de
manera exclusiva (sin darles leche artificial para lactantes, agua, zumos de frutas, leche de vaca ni cualquier
otro alimento) por lo menos durante los seis primeros meses de vida y prolongar la lactancia materna no
exclusiva hasta que el bebé tenga 12 meses (e incluso más tiempo) si está yendo bien y tanto la madre como el
bebé lo desean.
Las investigaciones muestran que la lactancia materna puede reducir la incidencia o gravedad de las diarreas,
las infecciones de oído y la meningitis bacteriana. La lactancia materna también puede proteger a los niños
contra el síndrome de muerte súbita del lactante, la diabetes, la obesidad y el asma.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: mayo de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Extracción de leche
(Breastfeeding FAQs: Pumping)
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele
plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -
tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
¿Cuándo puedo empezar a sacarme leche?
Algunos expertos consideran que, si empieza a extraerse leche para dársela al bebé utilizando un biberón
demasiado pronto -antes de que este último se haya acostumbrado a la lactancia materna- el pequeño podría
experimentar lo que se ha venido a denominar “confusión tetina-pezón” y decidir que el biberón es una opción
más rápida y mejor que el pecho materno. Mientras que algunos bebés experimentan esta confusión otros no
tienen ningún problema en hacer la transición del biberón al pecho.
Algunos especialistas en lactancia recomiendan empezar a sacarse leche desde el principio a fin de estimular y
aumentar su producción. La leche extraída se puede dar al bebé utilizando un biberón o bien un dispositivo de
ayuda a la lactancia en el cual la leche circula por un tubito que se acopla al pezón.
Si piensa reincorporarse al trabajo tras la baja maternal, es aconsejable que empiece a intentar sacarse leche
unas dos semanas antes de la fecha de la reincorporación. Si espera al último día, es posible que se frustre al
comprobar que no siempre es fácil conseguir que el cuerpo responda adecuadamente a un extractor de leche,
que no es, ni de lejos, tan suave ni tan acogedor como su bebé. De hecho, es probable que tenga que apelar a
la paciencia y que necesite un poco de práctica para producir leche sin la ayuda de su bebé. También es posible
que este último necesite su tiempo para habituarse a tomar leche en biberón.
Dependiendo de la intensidad del flujo de la leche, algunas mujeres pueden llenar un biberón en una sola sesión
de extracción de leche, mientras que otras necesitan dos o tres (y a veces más) sesiones de extracción para
poderlo llenar.
Por frustrante que pueda parecer la extracción de leche al principio, darle al bebé un biberón de leche materna
puede permitirle a usted tomarse un bien merecido descanso y a su pareja u otros miembros de la familia
participar en la gratificante y tierna experiencia de alimentar al bebé. También le permitirá seguir
proporcionando leche materna a su pequeño cuando tenga que reincorporarse al trabajo.
¿Qué tipo de extractor de leche es el mejor?
Es usted quien debe decidir qué tipo de extractor de leche (coloquialmente conocido como “sacaleches”)
prefiere. Algunas mujeres consideran que los extractores manuales son más fáciles de transportar, más
discretos y más fáciles de usar. Y, desde luego, son mucho más baratos que los eléctricos (los manuales suelen
costar menos de 50 dólares, mientras que los eléctricos pueden costar varios cientos de dólares). No obstante,
algunas mujeres consideran excesivo el esfuerzo físico necesario para extraerse leche utilizando un extractor
manual.
A pesar del precio, los extractores eléctricos (o automáticos) pueden ser más fáciles de usar que los manuales
porque su uso no requiere hacer ningún esfuerzo físico. Y muchos modelos permiten extraer la leche de ambos
pechos al mismo tiempo. Entre las posibles opciones, puede encontrar extractores eléctricos dobles, que
extraen leche de ambos pechos simultáneamente, y los que alternan la extracción de leche entre ambos
pechos.
Algunas mujeres consideran que los extractores de leche eléctricos son más rápidos y, por lo tanto, más
eficaces que los manuales, sobre todo los que vacían ambos pechos simultáneamente. Pero otras consideran
que el ruido que emiten es excesivo (sobre todo si tienen que sacarse leche en el trabajo o en cualquier otro
lugar que no sea su propia casa). Y, aunque generalmente vienen en bolsas que facilitan el transporte (como
mochilas o bolsos), el peso y el volumen de muchos de estos aparatos puede ser un inconveniente.
También debe tener en cuenta dónde usará el extractor de leche. Algunos extractores eléctricos funcionan
enchufados a la corriente o con baterías, mientras que otros no ofrecen esta segunda opción. Por lo tanto, a
menos que no le importe tener que buscar un lugar cómodo y que disponga de una toma de corriente cada vez
que tenga que sacarse leche, es mejor que adquiera uno que ofrezca ambas opciones. También es importante
que tenga pensado un método alternativo, como la alimentación por baterías o el uso puntual de un extractor
manual, por si se quedara sin corriente eléctrica.
La elección del tipo de extractor de leche es enteramente suya. Tal vez le interese informarse sobre qué tipos
de extractores de leche y qué porcentaje de su precio cubre su compañía médica, en el caso de que ofrezca esa
cobertura.
Si no dispone del dinero necesario para adquirir un extractor de leche y no se lo regala nadie, póngase en
contacto con WIC (Women, Infants and Children -Mujeres, bebés y niños), un programa subvencionado con
fondos federales que ofrece ayudas para adquirir extractores de leche, a fin de comprobar si cumple los
requisitos necesarios para beneficiarse de este tipo de ayudas.
¿Es aconsejable utilizar extractores de segunda manos?
Tanto los médicos como los fabricantes de extractores de leche consideran que no es una buena idea comprar o
pedir prestado un extractor de leche usado. ¿Por qué? Porque en su interior podrían haber quedado retenidos
virus y bacterias de la antigua dueña. Estos gérmenes pueden ser difíciles de eliminar incluso limpiando y
esterilizando el aparato repetida y concienzudamente, lo que podría resultar peligroso para la salud de su bebé.
Hay extractores de leche de uso hospitalario que están diseñados para ser utilizados por múltiples usuarias,
cada una de las cuales empleará su propio conjunto de accesorios.
¿Cómo puedo conseguir que la extracción de leche me resulte más fácil?
Como cuando amamanta al bebé, es importante que esté cómoda para extraerse leche (lo cual no siempre
parece posible estando “enchufada” a una máquina). Sobre todo al principio, es posible que a su cuerpo (y a su
mente) le resulte difícil acostumbrarse a producir leche sin la ayuda de su bebé.
A menudo, la leche materna "baja" (o comienza a fluir hacia el pezón) cuando la madre ve llorar a su bebé o
escucha su llanto. Por lo tanto, cuando se enfrente a un frío objeto en vez de al dulce rostro de su pequeño, es
posible que le resulte difícil producir leche.
Si está teniendo dificultades para que le baje la leche, tal vez le ayude sostener algún objeto que le recuerde a
su bebé -una foto, una mantita, su juguete favorito. La bajada de la leche también puede verse afectada si
usted está preocupada, violenta o apurada. Trate de relajarse en una silla o un sillón cómodo y no se preocupe
demasiado por si logra extraerse suficiente leche.
Si le parece que sus pechos no encajan bien en el extractor, compruebe si el aparato se vende con diferentes
tamaños de copas o si se pueden adquirir copas de mayor o menor tamaño para que se le adapten mejor a los
pechos.
Si va a extraerse leche en el trabajo, busque un lugar cómodo y discreto, donde pueda tener intimidad. Muchas
empresas ofrecen a sus empleadas áreas especiales para el amamantamiento y la extracción de leche. Si su
empresa no dispone de este tipo de áreas, pregunte a sus colegas de trabajo o al departamento de recursos
humanos sobre la posibilidad de utilizar algún despacho u otro espacio desocupado donde pueda estar a solas.
Si tiene que realizar la extracción en los aseos, elija unos que tengan un lugar cómodo donde sentarse, así
como una cortina u otro tipo de barrera que le permita proteger su intimidad.
Si en su lugar de trabajo no existe un lugar adecuado para el amamantamiento o la extracción de leche,
reclámeselo a su superior y recuérdele los beneficios de la lactancia materna.
Para acabar, igual que cuando amamanta a su bebé, es importante que se coloque la copa del extractor de
leche correctamente en el pecho, cubriendo el pezón y la areola mamaria (no solamente la punta del pezón) y
ajustándosela bien al pecho. Si se coloca mal el extractor, lo más probable es que le duela el pecho y tendrá
muchas menos probabilidades de obtener la cantidad de leche necesaria. Y, si utiliza un extractor eléctrico,
asegúrese de graduar bien la velocidad y la intensidad de la succión de modo que le resulte cómodo y no
experimente molestias innecesarias durante la extracción.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: junio de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Cómo guardar la leche materna
(Breastfeeding FAQs: Safely Storing Breast Milk)
La práctica de la lactancia materna genera una cantidad de preguntas tanto en las madres primerizas como en
las experimentadas. A continuación, respondemos a algunas preguntas comunes que las madres -tanto las
flamantes como las veteranas- suelen formularse.
¿Cómo debo guardar la leche materna?
Puede guardar la leche que se saca de sus pechos, ya sea con un sacaleches o en forma manual, en el freezer o
el refrigerador. Sin embargo, es importante que la guarde en biberones o recipientes limpios y estériles, a los
que debe colocarles una etiqueta con la fecha en que se sacó la leche. No debe agregar leche fresca a la leche
que ya es congelada.
¿Por cuánto tiempo exactamente puedo guardar la leche materna?
Para los recién nacidos a término:
Puede guardarla a temperatura ambiente:
o de 4 a 8 horas (a no más de 77 grados Fahrenheit o 25 grados Celsius)
Puede guardarla en el refrigerador:
o hasta 2 o 3 días a una temperatura de entre 32 y 39 grados Fahrenheit (entre 0 y 3,9 grados
Celsius)
Puede guardarla en el freezer (asegúrese de dejar alrededor de 2,5 centímetros de espacio libre en la
parte superior del recipiente o el biberón, ya que la leche se expande cuando se congela):
o hasta 2 semanas en el freezer ubicado dentro del refrigerador
o hasta entre 3 y 4 meses en un freezer independiente, conectado en la parte superior o al
costado del refrigerador y que está siempre a una temperatura de 0 grados Fahrenheit (-18
grados Celsius)
o por 6 a 12 meses en un freezer que está siempre a una temperatura de 4 grados Fahrenheit (-
20 grados Celsius)
Si usted deshiela leche congelada, usted lo puede refrigerar y utilizar dentro de 24 horas, pero hacerlo no
refreeze lo. Y no guarda leche de una botella de que su bebé ya bebió fuera.
Es también importante notar que los recursos diferentes proporcionan variaciones diferentes con respecto a la
cantidad de tiempo usted puede almacenar leche materna en la temperatura ambiente, en el refrigerador, y en
el congelador. Hable con el médico de su niño si usted tiene cualquiera concierne o pregunta.
¿Cómo debo limpiar los biberones donde pongo la leche materna y las piezas del sacaleches?
Debe poner a hervir las tetinas, los biberones y las piezas lavables del sacaleches (por ejemplo, las copas y
cualquier otra pieza que esté en contacto con los pechos o con su leche) durante 5 a 10 minutos. verifique el
fabricante es recommedations por el plazo de tiempo de hervirse las partes. (También puede esterilizarlas con
un esterilizador de los que se venden en un negocio o uno de los que se pueden poner en el horno de
microondas, pero si las hierve obtiene el mismo resultado sin costo alguno). Luego deberá lavar el biberón y las
piezas del sacaleches con agua caliente y jabonosa (o colocarlos en el lavaplatos) después de cada vez que los
use. Los biberones y las tetinas pueden transmitir bacterias si no se lavan correctamente.
¿Es seguro calentar los biberones en el horno de microondas?
Puede resultar peligroso calentar en el horno de microondas los biberones que contienen preparados para
lactantes o leche materna. Por este motivo, no debe calentarlas nunca en el horno de microondas. En cambio,
puede hacer correr agua tibia sobre el biberón o la bolsa para freezer durante unos minutos. O puede colocar
los biberones en una cacerola con agua tibia (sin colocarla sobre la hornalla) y luego probar la temperatura de
la leche volcando unas gotas en el dorso de su muñeca antes de alimentar al bebé. También puede comprar
calentadores de biberones para usar en su casa o en el auto.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: abril de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Estar preparada y equipada
(Breastfeeding FAQs: Out and About)
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele
plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -
tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
Me incomoda la idea de amamantar al bebé en público. ¿Hay alguna manera de ser discreta?
Amamantar a un bebé delante de otras personas puede incomodarle bastante e incluso resultarle violento,
sobre todo al principio. Pero, con un poco de confianza en una misma, la elección del lugar adecuado y la
vestimenta apropiada, dar el pecho en público enseguida le parecerá de lo más normal.
Algunas mujeres prefieren colocarse un pañuelo o un chal sobre los hombros y el pecho para que el
amamantamiento en público resulte un poco más privado. Otras optan por subirse la blusa o la camiseta y
cubrir la cabeza del bebé con una mantita. También puede utilizar un portabebés tipo bandolera para
amamantar al bebé, colocándose al pequeño en posición de acunamiento, es decir, cruzado sobre el pecho.
Independientemente de que utilice una mantita, un pañuelo, un chal o un portabebés tipo bandolera, asegúrese
de no taparle la boca o la nariz al bebé y de que este tiene suficiente espacio para respirar cómodamente.
Elija el lugar que elija para amantar al bebé, es importante que lleve ropa que facilite el proceso. Cuanto más
simple mejor -piense en que tendrá que sostener a un bebé hambriento con una mano y manipularse el sostén
y la blusa con la otra.
¿Qué ropa es mejor para un fácil acceso?
Hay una gran variedad de sujetadores de lactancia -los hay con broches, ganchos y solapas, que se abren y se
sujetan en el medio (entre ambos pechos) o en las tiras del sujetador. Solo usted puede decidir qué tipo de
sujetador prefiere. Tal vez quiera comprarse o reservar uno de cada tipo para saber cuál le resulta más cómodo.
Si se los compra antes de dar a luz, recuerde que los senos le aumentarán de volumen cuando le suba la leche,
y luego volverán a cambiar de tamaño conforme su cuerpo se vaya adaptando a la lactancia materna.
Puede comprarse ropa especial para la lactancia o simplemente usar blusas o camisetas con una tira de
botones en la parte delantera (aunque pueden resultar poco prácticas si los botones no se desabrochan con
facilidad), camisetas o suéters con cremallera en la parte delantera, o bien blusas o suéters cómodos con el
escote en V, que se puedan subir con facilidad para amamantar al bebé.
He aquí un consejo útil de La Liga La Leche: coja una camiseta vieja, hágale unos cortes en la parte central de
cada seno y póngasela debajo de una blusa, camisa o camiseta grandes. Así, su abdomen y la mayor parte de
su pecho no quedarán al descubierto cuando se suba la prenda de ropa que lleve encima para amamantar al
bebé en público.
Tenga en cuenta que, independientemente del tipo de ropa que decida ponerse, probablemente deberá ser un
poco más grande que la que usaba antes del embarazo ya que seguramente durante la lactancia los pechos le
aumentarán de volumen.
Una vez esté preparada y dispuesta a amamantar en público, pida un reservado o una mesa que esté aislada
del resto en los restaurantes para tener un poco de intimidad y poder dar la espalda a los demás comensales.
Cuando vaya de compras a unos grandes almacenes, entre en una de las tiendas o secciones más grandes y
pregunte si disponen de alguna sala para descansar o de aseos para mujeres donde pueda sentarse. En las
tiendas que no dispongan de áreas de descanso, pregunte si puede utilizar uno de los probadores. Le
sorprenderá lo dispuesta que está la gente a buscarle un sitio a una mujer que ha de amantar a su bebé.
¿Es normal tener pérdidas de leche?
Por supuesto que sí. Como pueden dar fe muchas madres lactantes de distintas partes del mundo, las pérdidas
de leche siempre parecen ocurrir en los momentos más inoportunos: durante una reunión de trabajo, mientras
está hablando con su jefe, cuando va de compras, al abrazar a un viejo amigo. Pero, ocurran donde ocurran, se
trata de algo completamente normal.
Las pérdidas de leche pueden ocurrir cuando vea a un bebé, mire fotos de su propio bebé, escuche el llanto de
un bebé o incluso cuando piense en su pequeño. Es la irrupción de su instinto maternal que le dice que ha de
amamantar a su bebé.
También es posible que tenga pérdidas de leche en un pecho mientras está amamantando al bebé con el otro.
En tal caso, puede ayudarle ponerse una toallita, un paño absorbente o un pañal de algodón sobre el pecho que
no le está ofreciendo al bebé.
Puede adquirir protectores o discos de lactancia, desechables o bien reutilizables y lavables (de algodón), que
se llevan discretamente dentro del sujetador a fin de proteger la ropa y evitar posibles momentos de apuro.
Algunas mujeres los llevan constantemente durante la lactancia mientras que otras solamente se los ponen
cuando han de salir de casa. Es una buena idea llevar siempre encima varios discos de recambio, por si acaso.
Si no desea gastarse dinero en protectores de lactancia, puede utilizar un pañuelo limpio doblado en forma de
cuadrado. Es mejor evitar los protectores de lactancia que tienen un revestimiento plástico, ya que pueden
impedir que el pezón se airee lo suficiente.
Si nota que está empezando a perder leche en un lugar público y no lleva protectores de lactancia encima,
pruebe a cruzar los brazos disimuladamente sobre los pechos y ejerza una leve presión sobre los mismos. Llevar
ropa estampada, en vez de lisa, también puede ayudar a que las pérdidas de leche se noten menos y resulten
menos embarazosas.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: mayo de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Dolor y molestias
(Breastfeeding FAQs: Pain and Discomfort)
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele
plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -
tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
Tengo fuertes dolores, similares a los de la menstruación, cuando amamanto a mí recién nacido. ¿Es normal?
Sí. Durante los primeros días o semanas inmediatamente posteriores al parto, puede tener fuertes
contracciones uterinas cuando le baje la leche. La lactancia materna ayuda al útero a encogerse, de modo que
las madres que dan el pecho a sus hijos suelen tener menos hemorragias uterinas tras el parto.
¿Es normal que me duela el pecho mientras amamanto al bebé o después de amamantarlo?
Si su bebé se ha agarrado correctamente al pecho, es posible que sienta dolor durante unos 30 a 60 segundos
(cuando el bebé tire del pezón y de la areola para introducírselos en su boca), pero después el dolor debería
desaparecer. Si sigue teniendo dolor, interrumpa momentáneamente la lactancia y vuelva a colocarse el bebé
en el pecho. Si persiste el dolor, es que pasa algo más.
Si el bebé se le agarra mal al pecho repetidamente, succionando del pezón sin introducirse gran parte de areola
en la boca, probablemente usted tendrá molestias cada vez que lo amamante. Algunas madres dicen que
amamantar a sus bebés les resulta doloroso o que notan pinchazos durante las tomas. Si no cambian las cosas,
no tardará mucho en tener los pezones irritados o agrietados.
Pero, si le duelen los pechos y tiene síntomas gripales, como fiebre y escalofríos, una zona endurecida o
enrojecida o vetas rojas en el pecho, quizá tenga una infección en los conductos galactoforos (por donde circula
la leche) denominada mastitis. Si presenta cualquiera de estos síntomas, llame a su médico, pues la mastitis es
una infección que se trata fácilmente con antibióticos.
También es posible que tenga una infección por hongos / levaduras en uno o ambos pechos. Es importante
que llame al médico ante la presencia de cualquiera de los siguientes síntomas:
dolor punzante o escozor en los pechos durante o después de las tomas
dolor que parece provenir de la zona más profunda del pecho
fuerte dolor en los pechos o los pezones que no mejora tras colocarse correctamente al bebé en el
pecho y conseguir que este se agarre bien al mismo
pezones agrietados, que pican o arden, o de color rosa intenso, rojos o brillantes, que están
descamados o cubiertos por una erupción de pequeñas ampollas
Los bebés con candidiasis oral pueden tener la piel de las comisuras de la boca agrietada y puntos blanquecinos
o amarillentos en los labios, la lengua o la cara interna de los pómulos.
Si le duele un pecho y nota que le ha salido un bulto en el mismo, es posible que se le haya obstruido un
conducto galactoforo, lo que impide el flujo normal de la leche. Para ayudar a desobstruir el conducto y aliviar el
dolor:
Dése duchas calientes o póngase paños o compresas calientes en el área afectada y masajéesela.
Hágalo varias veces al día, inmediatamente antes de amamantar al bebé.
Cuando amamante al bebé, colóqueselo de modo que su nariz apunte hacia el área obstruida.
Si esto no resuelve el problema, utilice un extractor de leche manual o eléctrico durante unos minutos
para ayudar a desobstruir el conducto obstruido.
Si el bulto no desaparece en un par de días, o si tiene fiebre, escalofríos, se siente molida (como si
estuviera incubando algo) o tiene vetas rojas en el pecho, llame al médico.
Las mujeres que tienen pezones invertidos (que se meten hacia adentro en vez de proyectarse hacia afuera) o
pezones planos (que no se ponen erectos como deberían cuando el bebé los succiona) también pueden tener
problemas para amamantar a sus bebés y experimentar frecuentemente dolor en los pezones. En cualquiera de
estos casos, hable con su médico o con un especialista en lactancia materna para que le indiquen formas de
hacer más fácil el amamantamiento y de aliviar el dolor.
He aquí algunos consejos para evitar el dolor de mamas y/o pezones de cara al futuro y para que esté más
cómoda mientras se le curan los pechos.
Asegúrese de que el bebé se agarra bien al pecho en todas las tomas.
Pídale a su médico que le recomiende una loción especial para ponérsela en los pezones entre tomas a
fin de reducir la sequedad.
Al final de cada toma, extráigase manualmente un poco de leche y masajéese con ella los pezones.
Luego deje que estos se le sequen al aire.
A algunas mujeres les va bien amamantar a sus bebés con mayor frecuencia y hacer tomas más cortas
en vez de alargarlas mucho.
Pruebe a ofrecer primero al bebé el pecho que le duela menos.
Al separarse al bebé del pecho, interrumpa la succión con delicadeza. (Introduzca un dedo en la boca
del bebé a través de la comisura, entre las encías, y después gire el dedo un cuarto de vuelta.)
Vaya modificando la postura de amamantamiento para ayudarle al bebé a vaciar completamente ambos
pechos.
Aplíquese calor seco o húmedo en los senos (una bolsa de agua caliente, una almohadilla eléctrica o
una manopla o toallita mojada en agua caliente) o dése una ducha caliente. (No obstante, si tiene una
infección por hongos / levaduras, deberá mantener los pezones secos porque éstos proliferan en los
ambientes húmedos.)
Póngase una bolsa de hielo o compresas frías en los senos congestionados después de las tomas.
Masajéese con suavidad el área dolorida antes de las tomas.
Descanse lo suficiente y beba abundante líquido.
Algunas madres que tienen los pezones doloridos o agrietados consiguen que estos se les curen
sacándose leche con un extractor eléctrico durante dos o tres días.
Si siempre le resulta doloroso amamantar al bebé, no dude en consultar a su médico o a un especialista en
lactancia materna.
¿Puedo seguir amamantando al bebé si tengo una infección mamaria?
Sí. Contrariamente a lo que cree la mayoría de gente, usted puede seguir amamantando al bebé mientras se
trata la infección mamaria. De hecho, seguir amamantando al bebé puede acelerar la curación de la infección
mamaria.
¿Es normal que se me hinchen los pechos y se me pongan duros?
Generalmente sí, sobre todo durante los primeros días o semanas de lactancia materna. Cuando se produce la
subida de la leche al principio de la lactancia, los pechos se hinchan y esto puede resultar doloroso en algunas
mujeres. Esto se denomina congestión primaria y dura pocos días.
Pero, cuanto más tarde en empezar a amamantar al bebé o en extraerse leche -tanto al principio de la lactancia
como durante todo el período de amamantamiento- más se le hincharán y congestionarán los pechos y más
molesta estará.
Si no puede amamantar al bebé inmediatamente, utilice compresas calientes y extráigase leche, sea
manualmente o con la ayuda de un extractor manual o eléctrico. Una forma de extraerse leche manualmente es
sosteniéndose el pecho colocando el pulgar por encima de la areola mamaria y los demás dedos por debajo de
la misma. Con suavidad pero con firmeza, presione el pulgar y los demás dedos contra la pared torácica y luego
deslice los dedos hacia el pezón repetidamente para favorecer el flujo de la leche a través de los conductos
galactoforos.
Asimismo, amamantar al bebé frecuentemente (aproximadamente cada dos o tres horas) y tratar de vaciar
completamente ambos senos puede ayudar a aliviar las molestias asociadas a la congestión primaria.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: junio de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Cuánto y con qué frecuencia
(Breastfeeding FAQs: How Much and How Often)
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele
plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -
tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
¿Con qué frecuencia debo amamantar al bebé?
Durante el primer mes, su recién nacido debería alimentarse entre ocho y 12 veces al día. Si tiene la sensación
de estar amamantando a su bebé con más frecuencia que otras madres de bebés de la misma edad que han
optado por la lactancia artificial, es posible que así sea. ¿Por qué? Porque la leche materna se digiere con más
facilidad que las leches infantiles, lo que significa que avanza más rápidamente por el sistema digestivo y,
consecuentemente, el bebé tarda menos en tener hambre.
Además, el hecho de amamantar al bebé frecuentemente favorece la producción de leche durante las primeras
semanas. Cuando tienen uno o dos meses de vida, la mayoría de bebés hacen entre siete y nueve tomas
diarias.
Hasta que su producción de leche se regularice, debería amamantar a su bebé “a demanda” (cuando el
pequeño tenga hambre), probablemente cada hora y media a tres horas. Conforme los recién nacidos van
creciendo, necesitan mamar menos frecuentemente y es posible que desarrollen una pauta de lactancia más
predecible. Algunos maman cada hora y media, mientras que otros pueden aguantar dos o tres horas entre
tomas consecutivas. Los recién nacidos no deben pasar más de unas cuatro horas sin alimentarse, incluso por la
noche.
¿Los intervalos entre tomas se cuentan desde el momento en que el bebé empieza a mamar o desde el momento en que termina?
Los intervalos entre tomas consecutivas se cuentan desde el momento en que el bebé empieza a mamar -no
cuando termina- hasta el inicio de la próxima toma. En otras palabras, cuando el pediatra le pregunte con qué
frecuencia amamanta a su bebé, puede responderle "cada dos horas" si la primera toma de la mañana es a las
6, la siguiente a las 8 y así sucesivamente.
Esto significa que, sobre todo al principio, es probable que tenga la sensación de estar amamantando al bebé
durante las 24 horas del día, lo que es completamente normal. De todos modos, no tardarán en establecer un
horario de lactancia más regular y predecible.
¿Cómo puedo saber cuándo tiene hambre el bebé?
Se suele recomendar amamantar al bebé siempre que parezca tener hambre. Pero, contrariamente a lo que
pueden creer algunas madres primerizas, el llanto es una señal tardía de hambre. Debe tratar de amamantar a
su bebé antes de que esté tan hambriento que se sienta molesto, se altere y resulte difícil tranquilizarlo.
De todos modos, también es importante tener en cuenta que cada vez que llora un bebé no tiene que ser
necesariamente porque tiene hambre. A veces los bebés necesitan que los abracen o que les cambien los
pañales. También pueden llorar por un exceso de estimulación, por aburrimiento o porque tienen frío o calor.
Una forma de saber si el bebé está llorando porque tiene hambre o por algún otro motivo es comprobar la hora.
Si el bebé empieza a llorar solo una hora después de haber mamado bien, probablemente estará molesto por
alguna otra razón. Las señales de que un bebé tiene hambre incluyen:
mover la cabeza de un lado al otro
abrir la boca
sacar la lengua
llevarse las manos y los puños a la boca
fruncir los labios como si fuera a succionar
restregar la boca contra los pechos de su madre
mostrar el reflejo de búsqueda del pecho (girar la boca hacia algo que le está acariciando o tocando la
mejilla)
Esté pendiente de las señales que indican que el bebé está lleno (succiones lentas, pérdida del interés por el
pecho; apartarse del pecho o del biberón) y dé por finalizada la toma en cuanto aparezcan.
¿Cuánto tiempo duran las sesiones de amamantamiento?
Eso dependerá del bebé, de usted y de muchos otros factores, como:
si ya le ha subido la leche y su producción de leche está completamente regularizada
si su reflejo de eyección es o no inmediato (es decir, si la leche le baja inmediatamente cuando empieza
a amamantar al bebé o tarda unos minutos en hacerlo)
si el flujo de la leche es lento o rápido
si se está colocando correctamente el bebé en el pecho
si su bebé “va al grano” o remolonea un poco antes de ponerse “manos a la obra”
si su bebé está adormilado o se distrae con facilidad (lo que les suele ocurrir sobre todo a los bebés de
más edad)
La duración de las tomas también depende de la edad. Conforme van creciendo, los bebés van adquiriendo
mayor destreza, por lo que pueden tardar solamente entre cinco y 10 minutos en vaciar cada pecho, mientras
que un recién nacido puede pasarse hasta 20 minutos en cada pecho.
Asegúrese de que la posición del bebé es la correcta y que se agarra bien al pecho desde el principio. Es
importante que el bebé mame con la boca bien abierta y que abarque con la misma la mayor superficie posible
de la areola mamaria (no solamente la punta del pezón).
No dude en llamar al pediatra si le preocupa la duración de las sesiones de amamantamiento -sea porque le
parecen demasiado cortas o demasiado largas.
¿Con qué frecuencia debo cambiar de pecho?
Para mantener una buena producción de leche en ambos pechos -y evitar que se congestione uno de ellos, lo
que puede resultar muy doloroso- es importante ir alternando entre ambos pechos y procurar que el bebé
mamé aproximadamente la misma cantidad de tiempo de ambos cada día. De nuevo, la cantidad de tiempo que
un bebé mama de cada pecho difiere entre bebés y entre madres. Algunos bebés pueden quedarse satisfechos
tras mamar durante cinco minutos de cada pecho, mientras que otros necesitan mamar 10 ó 15 minutos de
cada pecho.
Algunos expertos recomiendan ofrecer ambos pechos en cada toma, alternando el pecho que se ofrece primero
en tomas consecutivas. ¿No recuerda qué pecho le ofreció primero al bebé en la última toma? A algunas
mujeres les resulta práctico utilizar pequeños recordatorios -por ejemplo, colocarse un imperdible de seguridad
o atarse una cinta en la tira del sostén del pecho que ofrecieron al bebé en segundo lugar en la última toma
para saber que en la siguiente tendrán que ofrecerle ese pecho en primer lugar. Otras prefieren anotárselo en
una libretita.
Sin embargo, últimamente algunos especialistas en lactancia materna están recomendando ofrecer solamente
un pecho en cada toma e ir alternando los pechos en tomas consecutivas. Esto permite que el bebé ingiera
mayor cantidad de leche de final, que es más rica en grasas. (La leche de inicio, que fluye del pezón al
principio de la toma, tiene menos contenido graso que la leche de final.)
Es posible que su bebé prefiera mamar de ambos pechos en cada toma y que todo marche bien de esa manera.
También es posible que el pequeño prefiera mamar solamente de un pecho en cada toma. En cualquier caso, es
importante que usted elija la fórmula que les resulte más cómoda a ambos.
¿Con qué frecuencia debo hacer eructar al bebé durante las tomas?
Si le ofrece al bebé ambos pechos en cada toma, hágale eructar antes de cambiarlo de pecho y de nuevo al
final de la toma. Por lo general, el mero movimiento de cambiar al bebé de pecho le provocará el eructo.
Sin embargo, como algunos especialistas en lactancia materna recomiendan ofrecer solamente un pecho en
cada toma (lea el apartado anterior), si el bebé mama bien desde el principio, deje que siga mamando mientras
le resulte cómodo. Trate de hacerle eructar durante una pausa natural, en caso de que la haya, y al final de la
toma.
Una vez le haya subido la leche y el bebé haya aprendido a agarrarse correctamente al pecho, ayúdele a
eructar con la frecuencia que usted crea necesaria. Algunos lactantes necesitan eructar más o menos que otros
y esto puede variar de una toma a otra dependiendo de lo que haya comido la madre. Si su bebé regurgita
mucho, tal vez deba hacerle eructar más a menudo.
¿Cómo puedo saber si mi bebé está comiendo suficiente?
A las madres primerizas, sobre todo a las que han optado por la lactancia materna, les suele preocupar que sus
bebés no estén comiendo suficiente. Puede tener la tranquilidad de que su bebé está comiendo suficiente si:
parece satisfecho y tranquilo después de mamar
moja entre cuatro y seis pañales al día
defeca con regularidad
duerme bien
está despierto y espabilado
está ganando peso
Tal vez su bebé no esté comiendo suficiente si:
no parece estar satisfecho ni siquiera inmediatamente después de mamar
parece tener hambre a menudo
no moja ni mancha varios pañales al día
está inquieto o llora mucho
no está ganando peso
Si le preocupa que su bebé no esté comiendo suficiente, llame al pediatra. Los bebés amamantados deben ser
evaluados por el pediatra entre 48 y 72 horas después de recibir el alta hospitalaria. En esta revisión, se les
pesa y explora y también se puede evaluar la técnica de lactancia de la madre. Es importante que las madres
aprovechen esta vista para formular preguntas sobre la lactancia. Si el bebé está creciendo bien,
probablemente el pediatra le programará otra revisión para cuando tenga unas dos semanas de vida. Lleve al
bebé a todas las revisiones pediátricas programadas para asegurase de que esta ganado peso con normalidad e
ingiriendo suficientes nutrientes.
¿Qué aspecto deben tener los pañales de un recién nacido amamantado?
Los pañales que moja y mancha un bebé amamantado son excelentes indicadores de si está ingiriendo los
nutrientes que necesita. Puesto que el calostro (la primera leche que produce la madre tras el parto) es muy
concentrado, es posible que su recién nacido solamente moje uno o dos pañales en las primeras 24 horas de
vida.
Las deposiciones de los recién nacidos son espesas y oscuras al principio, pero adquieren una tonalidad amarilla
verdosa cuando la madre empieza a producir leche, lo que suele ocurrir tres ó cuatro días después de dar a luz.
Cuanta más leche ingiera el bebé, más pañales manchará, aunque es posible que solamente haga una
deposición al día durante los primeros días de vida.
A partir del tercer o cuarto día, usted debería prestar atención a lo siguiente:
El bebé debería mojar seis o más pañales al día, con una orina transparente o muy clara. Si moja menos
pañales u orina más oscuro es posible que no esté ingiriendo suficiente líquido. Si ve cristales naranjas
en un pañal mojado, póngase en contacto con el pediatra -podría ser un signo de deshidratación,
indicativo de que el bebé está ingiriendo una cantidad insuficiente de líquido.
El bebé debería hacer cuatro o más deposiciones amarillentas y granuladas (como si contuvieran
semillas), por lo general, una después de cada toma. No obstante, cuando tienen aproximadamente un
mes, los bebés alimentados con leche materna empiezan a hacer menos deposiciones y muchos pueden
pasarse varios días sin defecar.
Tengo la impresión de que a veces mi bebé solo quiere que lo amamante para tranquilizarse. ¿Está bien?
Si su bebé parece estar ingiriendo suficiente cantidad de leche, pero sigue enganchado al pecho durante una
hora o más, es posible que esté utilizando el amamantamiento a modo de consuelo, en vez de para alimentarse.
¿Cómo puede saberlo? La succión no nutritiva, o tranquilizadora, ocurre cuando un bebé, tras haberse
alimentado bien, permanece agarrado al pecho y manifiesta alguno de los siguientes comportamientos:
parece satisfecho
deja de succionar y tragar
juega con el pezón
Al principio, está bien dejar que un recién nacido mame para tranquilizarse, pero esto puede resultar
problemático cuando crezca porque podría acabar dependiendo del amamantamiento para conciliar el sueño a
la hora de la siesta o por la noche.
Por lo tanto, en algún momento del segundo o tercer mes de vida de su pequeño debería dejar de ofrecerle el
pecho a modo de consuelo y convertir las tomas en momentos para saciar el hambre en vez de en una forma de
tranquilizarlo.
En vez del pecho, puede de ofrecerle al bebé su propio pulgar o su propia mano para que se tranquilice.
También puede darle un chupete siempre y cuando no parezca tener hambre. Debido al menor riesgo de
síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), actualmente la Academia Americana de Pediatría (AAP)
recomienda dejar que los bebés duerman con chupete. De todos modos, usted solo debería hacerlo una vez la
rutina del amamantamiento esté bien establecida (por lo general, a partir del mes). A ser posible, también
debería posponer la introducción del biberón hasta ese momento. Algunos bebés experimentan lo que se
conoce como “confusión tetina-pezón”, aunque las probabilidades de que ocurra esto son mucho menores a
partir de las 4 a 6 semanas de vida.
De repente, mi bebé parece tener mucho más hambre que de costumbre. ¿Es eso normal?
A medida que los bebés van ganando peso, deberían empezar a ingerir más cantidad de leche en cada toma y a
aguantar más tiempo sin alimentarse. De todos modos, puede haber momentos en que su pequeño parezca
tener mucho más hambre del habitual.
Es posible que su bebé esté atravesando un período de crecimiento rápido (los denominados estirones).
Pueden ocurrir en cualquier momento pero, durante los primeros meses, los bebés suelen hacer estirones en
torno a:
los siete a 14 días de vida
los dos meses
los cuatro meses
los seis meses
Durante esos períodos y siempre que su bebé parezca estar especialmente hambriento, adáptese a sus
necesidades y siga las pistas que él le dé. Tal vez tenga que aumentar temporalmente la frecuencia de las
tomas.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: noviembre de 2008
Preguntas frecuentes acerca de la lactancia materna: Sus hábitos alimenticios y de bebidas
(Breastfeeding FAQs: Your Eating and Drinking Habits)
Ya sea que usted es una primeriza o una mama experimentada, la lactancia genera muchas preguntas. A
continuación, respondemos a algunas preguntas comunes que las madres -tanto las flamantes como las
veteranas- suelen formularse.
¿Qué tipo de dieta debo hacer cuando estoy amamantando?
Al igual que cuando está embarazada, es importante que coma bien cuando está amamantando. Elija alimentos
saludables, como frutas, verduras, cereales enteros, proteínas y alimentos ricos en calcio. Siga las
recomendaciones que figuran en la versión revisada de la pirámide alimenticia y logrará darse y darle a su bebé
una dieta nutritiva.
Además, es necesario que beba y coma lo suficiente para que su cuerpo pueda producir leche. Pero antes de
agregar más calorías a su dieta, hable con su médico acerca de cuántas más debería consumir por día de
acuerdo con su peso, altura, se envejece, y el nivel de la actividad. También pregunte a su médico si usted
todavía debe tomar sus vitaminas prenatales - muchos médicos tienen a mujeres los continúan durante
amamantando.
Es una buena idea llevar una botella de agua cada vez que salga y llenarla cuando la termina, para asegurarse
de que está tomando la cantidad de líquido necesaria.
¿Es posible que mi bebé, al que estoy amamantando, tenga una alergia?
Un bebé que toma leche materna puede tener una alergia o una reacción después de que la mamá come ciertos
alimentos o ingiere ciertas bebidas (por ejemplo, debido a los alergenos comunes que están presentes en la
leche de vaca, los huevos, las nueces, los cacahuetes, y demás). Éstos son algunos de los síntomas que
manifiesta su bebé, derivados de esa reacción:
despedir algo de leche o vomitar constantemente
dolor abdominal (cuando tiene muchos gases y/o flexiona las piernas a causa del dolor)
deposiciones sangrantes, floja, frecuenta y/o mucosas
erupción o hinchándose
resollando o la dificultad que respira
Si su niño tiene cualquier problema que respira o hinchase de la cara, la llamada 911 inmediatamente. Si piensa
que su bebé ha tenido una alergia o una reacción a alguna comida, llame al pediatra y evite comer o beber
aquellas cosas que su bebé parece no poder tolerar. También puede ser una buena idea llevar un registro
preciso de lo que usted come y bebe cada día, además de cualquier reacción que su bebé pueda tener. Esto
podría ayudar a que usted y el pediatra consigan establecer con exactitud cuál es el alimento o los alimentos
que están causando el problema.
¿Hay algún alimento que no deba comer cuando estoy amamantando?
Tal como sostiene La Leche League, una organización en defensa de la lactancia materna, lo que una mamá
puede o no comer durante el amamantamiento depende de dónde viva y de a quién le pregunte. Y cada bebé
es distinto.
Como durante embarazo, cuidando a mamás deben evitar o deben limitar su toma de pez alto en mercurio,
desde que los niveles altos de mercurio pueden dañar el sistema nervioso revelador. Los estudios continúan ser
hechos para ver si cuidando a mamás deben limitar su toma de manís y pasta de cacahuete para evitar alergias
de maní en sus bebés.
Si usted nota un patrón (de molestias, gases, cólicos, y demás), puede resultar útil llevar un registro preciso de
qué está comiendo y de cómo reacciona su bebé cada vez, para luego hablarlo con el pediatra. El pediatra
podría sugerirle que suprima de su dieta el alimento potencialmente problemático durante algunos días y
verifique si se produce algún cambio.
¿Pueden tomar alcohol las mujeres que están amamantando?
Cuándo una mamá de enfermería bebe alcohol, una pequeña cantidad de ello entra en su leche materna.
La cantidad de alcohol en la leche materna depende de la cantidad de alcohol en la sangre. El lapso entre la
ingesta de alcohol y la presencia del alcohol en la leche materna es de 60 a 90 minutos, y el alcohol tarda entre
2 y 3 horas desde que fue ingerido para metabolizarse, momento en el cual ya no es un problema para la mamá
que está amamantando.
Si usted piensa tomar más de esa cantidad (lo ideal es que sea después de un mes de haber empezado a
amamantar), puede sacarse la leche y desecharla. No le dé a su bebé leche materna, del pecho o en un
biberón, hasta por lo menos 2 ó 3 horas después de haber tomado un trago.
¿Pueden consumir cafeína las mujeres que están amamantando?
Al igual que durante el embarazo, es mejor restringir la cantidad de cafeína que consume cuando está
amamantando. Puede tomar una o dos tazas de café por día, pero recuerde que cuanta más cafeína consuma
(té, gaseosas, café), más podría afectará el humor y/o el sueño de su bebé, y el más puede deshidratarse usted.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: mayo de 2008
El vínculo con el bebé
(Bonding With Your Baby)
El lazo afectivo es el vínculo intenso que se desarrolla entre los padres y su bebé. Hace que los padres quieran
colmar a su bebé de amor y afecto, protegerlo y estimularlo. Los lazos afectivos hacen que los padres se
levanten en el medio de la noche para alimentar a su bebé hambriento y que le presten atención a la amplia
gama de llantos del bebé.
Los científicos todavía están aprendiendo muchas cosas acerca de los lazos afectivos. Saben que los fuertes
vínculos entre padres e hijos le brindan al bebé el primer modelo a seguir para entablar relaciones íntimas y
fomentar una sensación de seguridad y autoestima positiva. Además, la receptividad de los padres ante las
señales de un lactante puede afectar el desarrollo social y cognitivo del niño.
¿Por qué los lazos afectivos son importantes?
Los lazos afectivos son esenciales para un bebé. Estudios sobre monos recién nacidos a los que se les dio al
momento de su nacimiento un maniquí que representaba una madre mostraron que, incluso cuando los
maniquíes estaban hechos de material suave y les daban leche de fórmula a los monos bebés, los bebés
socializaron mejor cuando tenían madres reales con las cuales interactuar. Los monos bebés que tenían a un
maniquí como madre tenían más posibilidades de sufrir desesperación, así como también retraso del desarrollo.
Los científicos sospechan que la falta de lazos afectivos en los bebés humanos puede causar problemas
similares.
La mayoría de los lactantes están listos para establecer lazos afectivos inmediatamente. Por otro lado, los
padres pueden tener una mezcla de sentimientos al respecto. Algunos padres sienten un vínculo intenso dentro
de los primeros minutos o días posteriores al nacimiento de su bebé. A otros (especialmente si el bebé es
adoptado o ha estado en cuidados intensivos), puede llevarles más tiempo.
Sin embargo, la creación de lazos afectivos es un proceso, no es algo que sucede en unos pocos minutos ni
tampoco algo que debe estar limitado a ocurrir dentro de un período determinado después del nacimiento. Para
muchos padres, los lazos afectivos son consecuencia de los cuidados diarios. Incluso, usted puede no saber que
se están desarrollando hasta que contempla la primera sonrisa de su bebé y, de repente, se da cuenta que está
colmado de amor y alegría.
Las formas en que los bebés crean lazos afectivos
Cuando se es padre primerizo, generalmente lleva un tiempo comprender las verdaderas capacidades de su hijo
recién nacido y todas las formas en las que usted puede interactuar:
El contacto físico se transforma en tipo de lenguaje temprano ya que los bebés responden al contacto
"piel con piel". Es relajante para ambos, usted y su bebé, y, al mismo tiempo, fomenta el crecimiento y
desarrollo saludables de su bebé.
El contacto visual brinda una valiosa comunicación a corta distancia.
Los bebés pueden seguir objetos en movimiento con los ojos.
Su bebé trata (al comienzo) de imitar sus gestos y expresiones faciales.
Los bebés prefieren voces humanas y disfrutan de vocalizar en sus primeros esfuerzos por comunicarse.
Los bebés generalmente disfrutan de escuchar sus conversaciones y las descripciones que usted realiza
sobre sus actividades y ámbitos en los que se desenvuelve.
Cómo crear un vínculo
La creación de lazos afectivos con su bebé es quizás uno de los aspectos más placenteros del cuidado de un
lactante. Puede comenzar por acunar a su bebé y acariciarlo suavemente de diferentes formas. Si usted y su
pareja acarician a su bebé con frecuencia, su pequeño hijo pronto sabrá distinguir entre sus caricias. Además,
cada uno de ustedes debe aprovechar la oportunidad de estar "piel con piel" con su recién nacido colocándolo
contra su piel al alimentarlo o acunarlo.
Los bebés, especialmente los prematuros y los que tienen problemas médicos, pueden responder a masajes
para bebés. Como los bebés no son tan fuertes como los adultos, debe aplicar masajes suaves sobre su hijo.
Antes de probar con los masajes para bebés, asegúrese de aprender las técnicas apropiadas consultando los
numerosos libros, videos y sitios web disponibles sobre el tema. Además, puede comunicarse con su hospital
local para averiguar si se dictan clases sobre masajes para bebés en su área.
La creación de lazos afectivos también tiene lugar, generalmente, de manera natural casi inmediatamente para
una madre que está amamantando o dando el biberón. Los lactantes responden al olor y al contacto físico con
sus madres, así como también a la receptividad de sus padres antes sus necesidades. En un parto sin
complicaciones, los cuidadores tratan de aprovechar el período de alerta de los lactantes inmediatamente
después del nacimiento, y de fomentar la alimentación y el acunado del bebé. Sin embargo, esto no siempre es
posible y, a pesar de que es lo ideal, el contacto inmediato no es necesario para crear de lazos afectivos en el
futuro entre el hijo y los padres.
Los padres adoptivos tal vez se preocupen por crear lazos afectivos con su bebé. A pesar de que esto puede
suceder más rápido en algunos casos que en otros, los bebés adoptados y sus padres tienen la oportunidad de
crear lazos afectivos de la misma manera que los padres biológicos y sus hijos.
Cómo crear lazos afectivos con papá
En la actualidad, los hombres pasan más tiempo con sus bebés en comparación con los papás de generaciones
pasadas. A pesar de que los papás generalmente anhelan un contacto más cercano con sus bebés, la creación
de lazos afectivos frecuentemente tiene lugar en otro momento, en parte porque entre ellos no existe el
contacto generado por el amamantamiento que se da en el caso de muchas mamás.
Pero los papás deben darse cuenta que, al comienzo, esa creación de lazos afectivos con su hijo no es cuestión
de transformarse en otra mamá. En muchos casos, los papás comparten actividades especiales con sus bebés.
Además, ambos padres se benefician enormemente cuando pueden apoyar y alentar al otro.
Entre las actividades que fomentan la formacion de vínculos afectivos de manera temprana, que tanto la mamá
como el papá pueden compartir, se incluyen:
participar juntos en el trabajo de parto y el nacimiento
alimentar al bebé (darle el pecho o el biberón); a veces, el papá crea un vínculo especial con el bebé
cuando se hace cargo de alimentarlo a la madrugada o le cambia el pañal
leerle o cantarle al bebé
compartir un baño con el bebé
imitando los movimientos del bebé
imitar el arrullo y otras vocalizaciones del bebé (sus primeros esfuerzos por comunicarse)
utilizar un porta bebé para llevar al niño adelante mientras realiza actividades de rutina
permitir que el bebé sienta las diferentes texturas del rostro de su papá
Cómo crear un sistema de apoyo
Por supuesto, es más fácil establecer vínculos con su bebé si las personas que están alrededor de usted lo
apoyan y lo ayudan a desarrollar confianza en sus capacidades para la crianza. Esta es una de las razones por
las que los expertos recomiendan que su bebé permanezca en la sala del hospital en la que usted se encuentra.
A pesar de que cuidar a su bebé puede resultar abrumador al principio, usted se puede beneficiar del apoyo
emocional que le brinda el personal y comenzar a adquirir más confianza en sus capacidades como padre.
Aunque en el caso de bebés prematuros o con necesidades especiales generalmente no es posible que
permanezcan en la misma sala que usted, el apoyo que le brinda el personal del hospital puede facilitarle la
creación de lazos afectivos con su hijo.
Al principio, cuidar a un recién nacido puede requerir prácticamente de toda su atención y energía,
especialmente para las madres que amamantan a sus bebés. La creación de lazos afectivos será mucho más
fácil si usted no está exhausta con todas las demás cosas que suceden en su hogar, como las tareas
domésticas, las comidas y el lavado. Es útil que los papás brinden una ayuda adicional con estas tareas diarias
y ofrezcan mucho apoyo emocional en general.
Además, está bien solicitar la ayuda de familiares y amigos en los días (o incluso semanas) posteriores a la
llegada del bebé al hogar. Pero como tener a otras personas alrededor de usted durante este período de
transición puede resultar incómodo, abrumador o estresante, le recomendamos que les pida que le lleven
comida, que saquen a pasear al perro, o que vigilen a los hermanos del nuevo bebé mientras están fuera del
hogar.
Factores que pueden afectar la creación de lazos afectivos
La creación de lazos afectivos puede retrasarse por diversas razones. Los futuros padres pueden formarse una
imagen de su bebé con ciertas características físicas y emocionales. Cuando, en el momento del parto o
después de la adopción, usted conoce a su bebé, la realidad puede obligarlo a ajustar su imagen mental. Como
el rostro de un bebé es la herramienta principal de comunicación, juega un papel fundamental en la creación de
lazos afectivos y del vínculo.
Las hormonas también pueden afectar significativamente la creación de lazos afectivos. Si bien amamantar a
un bebé durante las primeras horas de vida puede ayudar a fomentar los lazos afectivos, esto también provoca
el desborde de muchas hormonas diferentes en las madres. A veces, a las madres les resulta difícil crear lazos
afectivos con sus bebés si enfrentan la depresión posparto o sus hormonas están alborotadas. La creación de
lazos afectivos también puede retrasarse si la mamá está exhausta o siente dolor luego de un de parto
prolongado y difícil.
Si su bebé permanece durante un tiempo en la unidad de cuidados intensivos, en un principio, usted puede
desanimarse por la cantidad de equipos y la complejidad de estos. Pero la creación de lazos afectivos con su
bebé sigue siendo importante. El personal del hospital puede ayudarlo a sostener y manejar a su bebé a través
de las aberturas en la incubadora de transporte (una cuna especial para bebés), y lo alentará a pasar tiempo
mirando, tocando y hablándole a su bebé. Pronto, su bebé lo reconocerá y responderá a su voz y a sus caricias.
Las enfermeras le enseñarán a bañar y alimentar a su bebé. Si utiliza leche materna que se ha extraído, el
personal, incluido un asesor de lactancia, puede ayudarla a realizar la transición al amamantamiento antes de
que su bebé llegue al hogar. Algunas unidades de cuidados intensivos también ofrecen la posibilidad de
internación conjunta antes de que usted se lleve su bebé a su hogar para facilitar la transición.
¿Hay algún problema?
Si siente que no se están creando lazos afectivos al momento en que lleva a su bebé a la primera consulta con
el médico de su hijo, converse sobre sus preocupaciones durante esa cita. Esto puede ser un signo de depresión
posparto. O bien, la creación de lazos afectivos puede retrasarse si su bebé ha tenido problemas de salud
importantes e inesperados. Tal vez, solo sea porque se siente cansada y abrumada por la llegada de su hijo.
Cualquiera sea el caso, mientras más rápido se identifique el problema, mejor. Los proveedores de atención
médica están acostumbrados a tratar estos problemas y pueden ayudarla a estar mejor preparada para formar
un vínculo con su hijo.
Además, generalmente resulta de ayuda compartir sus sentimientos sobre la creación de lazos afectivos con
otros padres primerizos. Pregúntele al educador que dicta el curso de preparación para el parto al que usted
asiste sobre clases de crianza para padres de recién nacidos.
La creación de lazos afectivos es una experiencia personal compleja que lleva tiempo. No existe una fórmula
mágica y no puede forzarse. Un bebé cuyas necesidades básicas estén satisfechas no sufrirá si el vínculo no es
fuerte al principio. A medida que usted se sienta más cómoda con su bebé y su nueva rutina sea más
predecible, tanto usted como su pareja probablemente se sentirán más seguros en relación con todos los
increíbles aspectos de la crianza de su bebé.
Actualizado y revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de la revisión: febrero de 2008
El primer día de vida
(The First Day of Life)
Usted ha estado esperando este día durante meses. Finalmente va a conocer a su bebé. Pero como muchos
padres primerizos, es posible que no tenga una idea clara de cómo va a ser este primer encuentro.
¿Se pregunta cómo será su bebé y qué es lo que hará cuando llegue? Si es así, siga leyendo.
Cómo será su bebé
Es posible que tenga la imagen de un bebé robusto y juguetón, pero la realidad puede no adaptarse del todo a
esta fantasía. Muchos recién nacidos son muy pequeñitos y están mojados cuando acaban de nacer. A menudo
tienen la cabeza ligeramente puntiaguda como resultado de haber atravesado el canal del parto en el cuerpo de
la madre. Esto es solamente temporal y la cabeza adquirirá su aspecto redondeado en cuestión de días. Puede
que le sorprenda que, comparativamente, la cabeza de su recién nacido sea más grande que el resto de su
cuerpo.
Su bebé también puede tener un aspecto encogido, pues sus piernas y brazos han estado plegados en las
rodillas y los codos mientras estaba dentro de la matriz. Después de meses de crecimiento en un espacio tan
reducido, esto es perfectamente normal. Sus extremidades tendrán el aspecto normal en cuanto el bebé
comience a crecer.
Fíjese en los dedos pequeñitos de los pies y las manos del bebé. Se dará cuenta de que sus uñas -que a veces
están largas- son tan delgadas como el papel.
En cuanto al aspecto de la piel de su bebé, existen distintas posibilidades. Al principio tendrá una tonalidad
rojiza, rosada o morada. Algunos bebés nacen recubiertos por una sustancia sebácea de color blanco que se
denomina vernix caseosa o unto sebáceo, y que protege su piel del contacto con el líquido amniótico dentro de
la matriz. El vernix se elimina cuando el bebé recibe su primer baño. Otros bebés nacen con muchas arrugas. Y
otros, sobre todos los bebés prematuros, están recubiertos por una especie de vello suave que se llama lanugo,
y que son unos pelitos muy finos que crecen cuando están en la matriz. El lanugo generalmente desparece
después de una o dos semanas.
También es corriente que los recién nacidos tengan erupciones, manchas rojas o pequeñas manchitas blancas,
que suelen desaparecer al cabo de unos días o semanas después del nacimiento. El pediatra examinará a su
bebé durante las primeras 12 -24 horas después del nacimiento para asegurarse de que cualquier erupción o
mancha que presente en la piel es normal.
Tenga en cuenta que, en cuestión de semanas, la apariencia de su bebé cambiará notablemente a medida que
crezca. Los brazos y piernas se extenderán, el tono de la piel probablemente cambiará y las manchas
desaparecerán.
Las exámenes médicos de los recién nacidos
Poco después de que nace un bebé, se le realiza un examen médico conocido como puntuación de Apgar, que
sirve para determinar su estado de salud. Este examen rutinario evalúa los signos vitales del bebé y su
capacidad de reacción. Los cinco factores que mide esta prueba son: la frecuencia cardíaca, la respiración, el
color, la actividad y el tono muscular y la respuesta refleja mediante movimientos.
Para cada categoría evaluada, se asigna al bebé una puntuación que va de 0 a 2, y después se suma el total de
las cinco puntuaciones. El resultado de esta suma se denomina puntuación de Apgar. La evaluación se repite
después de 1 minuto y luego otra vez 5 minutos más tarde. Este examen rápido y fácil se realiza principalmente
para saber si el bebé necesita ayuda con la respiración. Una puntuación de 7 a 10 suele considerarse normal. Si
su bebé recibe esta puntuación, no será necesario tomar ninguna medida especial en ese momento. Una
puntuación más baja significa que puede ser necesario tomar algunas medidas, como, por ejemplo, administrar
oxigeno al bebé inicialmente.
Su recién nacido también será sometido a otros procedimientos rápidos, que pueden incluir:
limpieza de los conductos nasales con una pequeño aparato de succión
determinación del peso, el perímetro de la cabeza y la talla
administración de gotas o pomada para los ojos para evitar infecciones
El personal médico o la comadrona secaran a su bebé y lo envolverán en una mantita. Todo esto sucede
rápidamente, y antes de que usted se dé cuenta, tendrá al bebé en sus brazos para empezar a crear el vínculo
afectivo. Por lo general, después de unos 10 a 30 minutos, en los que podrá probar a amamantar a su bebé por
primera vez, vendrán de nuevo a recogerlo para llevar a cabo otros procedimientos.
Mientras la madre descansa en la sala de partos o de reanimación, el personal médico llevará a su bebé a la
sala de recién nacidos para bañarlo. Habitualmente al padre se le permite estar en esta sala mientras se
realizan estos cuidados. Para ayudar a que la coagulación del bebé se lleve a cabo correctamente, se le
suministrará una inyección de vitamina K. Es posible que también se le administre una dosis de la vacuna
contra la hepatitis.
El resto de los exámenes que se realizan varían dependiendo de los hospitales. Probablemente se le realizará
un análisis de sangre para determinar la concentración de azúcar en la sangre. Si el nivel es muy bajo o si se
detectan otros problemas, su bebé recibirá inmediatamente la atención médica necesaria
Mientras el bebé esté en el hospital, se le realizarán otros análisis de sangre que sirven para detectar trastornos
como la fenilcetonuria, el hipotiroidismo congénito u otras enfermedades que necesitan un diagnóstico precoz
en la infancia para su tratamiento eficaz. Es recomendable realizar en todos los bebés un examen auditivo
antes de que salgan del hospital, para poder detectar lo antes posible cualquier problema que pueda existir.
En los partos vaginales, la estancia media en el hospital después del nacimiento del bebé es de alrededor de 48
horas. Para los partos por cesárea, suele ser de unas 96 horas.
Qué hará su bebé el primer día de su vida
Muchos padres se sorprenden al comprobar lo espabilado que puede estar un recién nacido. Poco después de
nacer, sus ojos están ya bastante abiertos y el bebé permanece mucho tiempo estudiando los rostros,
especialmente los de sus padres. Es posible que su bebé mueva la cabeza ligeramente reaccionando al sonido
de las voces a su alrededor. En ese momento el bebé esta utilizando ya todos sus sentidos, incluido el olfato y el
tacto, para favorecer la identificación y el vínculo con usted.
Su recién nacido llorará, dormirá y muchas veces le mirará fijamente a los ojos. Aunque su vista es borrosa, el
bebé puede ver mejor algo (por ejemplo, su cara) que esté situado a una distancia de unas 8 a 15 pulgadas (20
a 25 centímetros). Su bebé agarrará su dedo si usted lo coloca en la palma de su manita. Y por supuesto, su
bebé querrá comer.
Después de este estado de alerta inicial, la mayoría de los bebés pasan durmiendo las siguientes 24 horas. Es
importante despertarlos para darles de comer cada 2 o 3 horas, para que se acostumbren a este proceso y
empiecen a comer. Si la madre va a amamantar al bebé, este es el mejor sistema para favorecer la subida de la
leche.
Alimentar al bebé: lactancia o biberón
Si la madre opta por la lactancia, puede comenzar a dar el pecho en cuanto tenga al bebé en sus brazos.
Aunque la subida de la leche no será completa hasta que hayan transcurrido uno o dos días, especialmente en
las madres primerizas, el bebé recibe nutrientes a través del calostro, una sustancia que se segrega
inicialmente antes de que aparezca la verdadera la leche materna. En algunas mujeres el calostro tiene una
consistencia acuosa; en otras es más espeso y amarillento. A medida que su bebé succiona de su pecho, esta
acción estimula a las hormonas para que comuniquen a su cuerpo que es hora de producir la leche. Las
primeras sesiones para dar el pecho son una gran práctica para el bebé y su mamá.
A algunos bebés (sobre todo los prematuros y los bebés más pequeños) les cuesta agarrarse al pecho y
succionar una cantidad de leche suficiente para alimentarse. Si usted o su bebé tienen alguna dificultad, puede
pedir consejo a alguna persona que sea especialista en lactancia para que le indique cómo pueden superarla.
Incluso aunque no haya encontrado ningún problema para amamantar al bebé desde el comienzo, los
conocimientos de un experto en lactancia pueden resultarle muy útiles.
Al comienzo, alimentará a su bebé aproximadamente cada 2 o 3 horas de reloj. Si le da el biberón, por lo
general puede comenzar a alimentarlo en las primeras horas de vida.
Sus sentimientos
Tener un bebé es una experiencia importante que trae consigo un cambio de vida. No se sorprenda si
experimenta todo tipo de emociones. Es posible que pase por el entusiasmo, la preocupación, la ansiedad y la
alegría sin límites. Además sus sentimientos pueden cambiar de manera repentina e imprevisible. Por otro lado,
el proceso por el que acaba de pasar la madre supone un gran esfuerzo físico para ella, y es muy probable que
se sienta agotada. Tanto el padre como la madre pueden empezar a notar los efectos de la falta de sueño.
Cada persona reacciona de manera diferente. Algunas madres “olvidan” las dificultades del parto en cuanto ven
a sus hijos. Algunas sienten un alto nivel de energía motivadas por la excitación de tener finalmente a sus
bebés. Sin embargo, otras experimentan tristeza o pueden padecer una depresión postparto. Tras la llegada del
bebé, puede ser útil para ambos progenitores contar con la ayuda de un médico, enfermero(a) o consejero(a)
que les ayude entender sus emociones.
Los amigos y la familia
Aunque quiera compartir las buenas noticias con el mundo entero, una buena norma a seguir es organizarse
para que el primer día resulte sencillo. Llame a sus familiares y amigos cercanos y pídales que comuniquen la
noticia a otros amigos y parientes. Tener una red de amigos y familiares que le ayuden con las llamadas le
permitirá tener más tiempo libre para disfrutar de su recién nacido.
Está bien que sus seres queridos conozcan a su bebé el primer día de su vida. Los abuelos(as) y los
hermanos(as) pueden conocer al nuevo miembro de la familia y comenzar a crear vínculos afectivos
inmediatamente. Pero si hay un desfile de visitantes entrando y saliendo de la habitación, será difícil que ese
primer día de la vida de su bebé transcurra con serenidad y sin complicaciones. Tanto los padres como el bebé
necesitarán mucho tiempo para poder descansar y para establecer los lazos afectivos en un ambiente tranquilo.
También es una buena idea restringir las visitas durante las primeras semanas para reducir al mínimo la
exposición del bebé a infecciones. Asegúrese de que los visitantes que vengan no estén enfermos y de que
todos se laven las manos antes de tocar al bebé.
Qué hacer cuando hay un problema
Si su bebé ha nacido con un problema o prematuramente, este momento especial puede volverse difícil. El
equipo médico del hospital está entrenado para ofrecer recomendaciones profesionales y comentarle las
opciones que existen. Si siente que de momento no puede hablar con su médico, no tema pedirle a su cónyuge
o a un(a) amigo(a) cercano que lo haga por usted. El personal médico entenderá sus necesidades. A muchos
padres, hablar con un consejero o terapeuta o un sacerdote o religiosa puede procurarles cierto alivio. También
hay muchos grupos de apoyo que pueden ofrecerle respaldo emocional si lo necesita. No dude en solicitar
ayuda.
Después del nacimiento de su bebé, comenzará una fase totalmente nueva de su vida. Tómese el tiempo
necesario durante el primer día de vida de su bebé para disfrutar conociéndolo.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
Fecha de revisión: julio de 2008