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Germani - Sociologia de la Modernización

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Page 1: Germani - Sociologia de la Modernización

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Page 2: Germani - Sociologia de la Modernización

I 11. El impacto de la movilidad sohre el consenso y la ;Icepta.ción del orden social '. 85l. Las consccuencias sociales de la movilidad y su I:CJIIlesto cSlrUC'l!rai .. H5:!. La 11l"I'ilidad COIIlO faclor de opusiciún radiral y dc rllptllra del eoll.

SCIlSU ••.••••••••••••••••••.••••••••••••.•..•..••......••.. ,........ 'H3. La IIIO\'ilidad como factor de estímlllo del COllsellSO y de la aCl'pt,lciún

del orden socia I •........................................... J 001. COllsecllcllcias de la movilidad en los países a\'anzados 10'1[1. J\1igTadollcs, JlIovilidad Illasiva ycol1~:ellso sodal en la Argenlill:l y CI"I i j

el lIi'asil 110

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¡\similación de mígrantes en el medio urba1lo (aspcclo~ tcun-cos y metodológicos) ' .l. Tres llivelcs en el an;í1isis de iallligr;tciúlI , .:!. Los orígencs de los migranlcs )' Sil lIIolivaciúll para migrar: .Jatos "

all:í1i,is ; , .. , .3. El proccso de asiJllil;lCión: dalos y all:í1isis .. , , .

etapas de'] proceso de modernizaei(')Jl en Améric:1 1:11:111:1.La Iransicióll como proccso global y los procesos 'lile la C{JlHp:IIlCnVal'iaóollcs de dlnlos y sccllc))da~ entre ]os procesos ceJ1llpOnl~rllesElapas de la transici6n ¡ ;, ..E1el~l~nI<IS de un eSf)UCllla de clapas en las actllales dislIISioll';s sobr"Amcl'Ica laLJna .Ensayo de un csquema de etapas dc lllodcl'Ilizaciúut.:l\ AlII{,rin latinaIlIlel'au:ic"1I de lo~ faclon:s c'IHh"ge.uos y CXt'J¡';f:1I0S ell d ,lllllgiIlJiC'IILO ~I

la ~ristali7.a~:iúll de las confi¡:;uracior'.es eslructurah:s q"e lipiL::;1I1 1.0;varl(JS cstal.ll()s ........•....................... ¡ .

Los "efectos eslabilizadores" de )" moderllización como posi!>l(,s facto.res de retraso tic caulhios futUloS •.............•...............•...

Etapas CIl la mOll.erllizaciólI ecouólI,ica. social y política de ''\llI<'riC:lbtina : .

i

La movilización social y sus conflictos : .! ,.1. })esinlcgTación y .r~i~tegración. ~n ~l 111.'oceso d.e modclIlizaciújl socia!2. 1'l1L'sta CIl dlspollllJllldaú. movJ1llaCl6n, lIltcgracl6n ' :3. Movilizadóll primaria y secuudaria. Dcsmovilización ; .4. DisponiiJilidaú y movilidad úe las élites .5. Movilización e integración como fucllles ,lc tensión y conflietoscntn:

gl'lll'0s , .

IV.

Introducción

1. Las1.2.3.1.

:».ti.

7.

, 11.

II

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Impreso en la Arg'cllliua - Pdutco in Al'l;cnlilli.l.

"Qucda hecho el depósilo que previenc 1" Le)' 11.72~.

Lo. reproducción total o pDI"cia} de rsl.e lihro ('Il CUuhluicr forma.. 'lplUSeu., 'idónLlcll o rnodUicndo.1 cscritu n mÚ'luillu, Jlor d sistema

"~\(ultigruph", mimeógrn(o, i1l1presu, (:t¡"., no' 'Uutori1.al1." ,pnrloscuitores. ¡violo. tlcrochos r~ser\'lulo~. CUlIlquil:r uti1izadlin od.eser previamente sol.icill1uu:'1

@ Copyright de toda; las ediciones en castellano Ly

EDITORIAL PAJDÓS. S.A.l.C.F. Del"nsa 5')1). nucnos Aires

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Page 3: Germani - Sociologia de la Modernización

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Introducción

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Se suele clasificar a América latina entre las regiones del TercerJI'fundo. Esto es sin duda correcto en lo que respecta por lo menos atres puntos esenciales. En. primer lugar América latina comparte conregiones q\le han inici;l(lo su tr;lIlsicilÍn cn época m;\s tardla, \lila seriede importantes características que la diferencian de las que se adelanta-ron en la iniciación del proceso. En segundo lugar compal~te con lospaíses menos desarrollados y subdesarrollados su situación "periférica",en términos de nivel tecnológico y científico, económico, político y mi-litar, en relación con los países "centrales". Pon fin, si pensamos enlas connotaciones ideológicas y políticas del término, no pan;~e haberduda de que América latina se coloca en el Tercer Mundo.

La finalidad principal ue este libro 'consiste en ~lI1aliz~r algunosaspectos del primer punto, el que es en part~ inseparable del segundoy del tercero o, más g-enéricamente. del problema de la dependencia.En verdad, muy poco podría entenderse acerca de la ~ituación de Amé-rica latina si no se tuvicran constantemente en cuenta las diversas for-mas y grados de dependencia implic<ldos en la "situación per~férica":dependencia del mercado internacional, con touas las consecuencias de-rivadas del deterioro de los términos del intercambio y otros aspectos;depenuencia de su economía interna respecto de la hegemonía econó-mica y tecnológica de intereses extranjeros (sin olvidar ~us alianzas conintereses internos); dependencia científica)' cultural, con todos sus efec-tos materiales y p.~icológiros, y por fin -last but 1101 leas/-, depfn-dencia política y militar, soslayada bajo una apariencia (a menudo muydébil) de soberanía nacional. Por ello, aunque estos temas no consti-tuyen el objeto del libro, se ha tratado de tener en cuenta, especialmen-te en el primer capítulo, el impacto de los factores "externos" sobrelas c<lr<lrteristic<ls de la transicic'>n. Por otra parte, éstos también sonestudiados en el libro de una manera mtiy parcial. Por ('jcmp]o, casi

«~--~.". ! "

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202

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185

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151

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GINO GERMANI

V. El pl'Oceso de urbanización en los países avanzauos y en lospaíses en desarrollo , ' ..1, ndiniribn dcmolir;\fica y dcfinición sociolúgica dc urhanizaciún .. , .2. lJrbani7.ació\1 primaria. urbanización secundaria y secularización .:1. Url,:tni7.:tción <.lcmo~r;ífka y dcsarrol1o cconómico en los paíscs dc mo-

r1r:flli/ariún ft'tllprall;\ .

.1. Plohklnas IIlctodológicos Y tdll ic05 cn el estudio de j;¡s cotrelaeioncs('Itln0 la 1I1hani/ariúll)' otros proccsos .

':'•. U,haniwciún e: industli:tli/.aeión .

\'1. Nola~ sobre el problema tle la explosión demogrMica y eldesarrollo económico .l. La Iransiciún dClllogr;\fica cn América latina , .~. Crecimicnto de:mogrMico, marginalidad y urbaniz;¡ción .:1. Crecimiento de11ll)~ráfif() Y dcsarrol1o cconómico. Nccesidad y limites

de IIl1a política ele pohlación .

V11. Notas soure el proceso de urbaIl iz:¡ción en América latina ..1. 1'.\ crccimiento de la conccntración 111'\)'11 a .:!. F;I('IOI"C< dclnluin:tnte:s de: la nrh:tni7ación .3. S"hrc algnnasconsecucncias dc la urbanización en América latina:

el ncrimicnto acelcrado de los estratos mcdios urbanos .4. La ('vo!ufión de las dascs mcdias urbanas cn Europa y cn América

latina .. , , , .

8

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Page 4: Germani - Sociologia de la Modernización

JI I i1 i 1:,1', l'll Clll (( 1 i-

..,"1.01" •..•"\.1 •••••.•..•

Algunas de estas discontinllidades inll:rnas laIJlI,i'("ll se r,'~islr:ln ('11

paísl:s hoy ;l\'anlados, aunljlll: a llll'llll(\O CIl JlIl:IIOI' c~caf:lo E,l Il':<lid:lde)]as SOll d reslIllado de 1:Is ;lsiJlcronias, qlll' ('(IIISliIIIYCII 1I11a (:IL\' I'Tís-lica uni\'Cl's:1! dd clIIIIJio sr)ci:il. parliclILtrlllL'Ull' del ClllilJio soci:il 111.1

planl:ado o 110 dirigido. 1'1I(~sto <¡nc cl prO(CSO 1tisl,o'l'i(o 110 se delil:I\{~,ell los p:iÍscs In:',s IIlodl:rnil,ad(ls, :ldelll;'IS dc :<I:-',IIII;ISde \:IS irdic:ld IS enla liSIa, plledl:ll aparecer OII';IS di'sCOlllillllid:ldcs ol'igin:IlLls I (\r u;lIpli-{.;lciones propi:ls de eSladios 1I1u.'1io]'(:s dd il\lll(,SlJo ,\d<'ll\:"s, (011:d:-,1I110SGISOS I;IS asinll'onias IT(o:((las por Jil 'll (''''s i,isl,oll.i, o, ]H'I IIJi:ll ('S dl: cldapaís JHIl:dell Ol igill:11' cfllilli<los casi illsoj¡ddl's iIHlll"',) l:ll lo~; p:¡js,'" eco-

k) Persistencia dd palrt'JIl de la ill1l'I'\,(,lll i",JIdones ya ll1(H!nnil:lllas <1t: p:lrticipaciúll polílica.

j) l\folli/ización iJUlítica )' SOcill/; ocurre. por Jo JllCIIOS .'11 :¡)gllllOSpaíses, a 11W)'Or velocidad y (lntes Cjue las l:1:IP:IS "colTespolldiellte:;" dedesarrollo económico (por ejelllplo, '\indi":ilila(il'lIl" (//I/('s t¡lle i'ldl~s-trialización) .

i) Araccillliento simll/lril/(:o c!r:{)lros ¡nono,lOs (/I/{: IIlVU'((}/1 !lIp,llr

sllu:sivll1l/(:nli: (:11 la c:O:j)(:ril:lu'ill, occicir:lIlll/ (por cjl'lllplo. ':1I1('I'g:nciade las sociedades de masas en las gra IIdcs ci lIdadcs, :Il'OIllP:Iii;lll:i~, porla persistencia de marglnalidad "tradiciollal" l:n las regiolle, alr:1 ;:,dasy <Íreas rurales dentro de cada nación, y aun el1 :tlgllnos :.l:ctorcs dela población en {Ircas urbanas) .

lt) Probablc "alraso" ell d slI1',I.!;illlir:llio )' (,xjlll'I,Ii<m (Ir: /11.1 !I,lilu-

dcs "modernas" adecuadas concernientl:s a J:¡ cil:llc!". 1:1 :Icli ...idad ecO-nómica, la organizaci(Jn l:stat:!l (dl:1l11'O c!t: ];IS ,.Ii'lr's: intd~(,lll:d,económica, política, etcéter~l) .

f) S()!Jn:lc'rcia ri:wciríll: Crl:cim ielllo de dos 1ipos dc "tc'rci;lri,," etiuna proporciún mayor que la regislr;'ll:i en los países :1\'::11/:"1,,, ('11estadios similares del desarrollo. E.n p:lrticular: 1) "PSL'UdOlCl'ciariu":ocupaCiones en servicios de muy baja prodllctil'id:l(l, qlll: ll:prCSCIIL:t1!realllll:nte formas disfraladas de deselllplco; ~) '\crci:lrio extl:ndido":il1crellll:lIlo sllpcrior a las posihilid:ldcs dd desarrollo l:(,()IlÚllli('l), dl:actividades terciarias de tipo "lIlOlicrl1o", 1011 la IIJlISigl,IicIIlc t~Xp;llsi('JI¡"1)rl:llJalllra" de los l:stralos mcdios lIrh:lllUso ~, ,

g) Aspiraciones de consumo "modernas" dl:l1lro de lIn:1 cstrllrtl1rade prodllccir'lI1 relativamenle "arc:¡jca".

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e) l'er,isle1lli;1 de la I1llI1p;illll/idll¡{ (ccoIH'l\nic:l, soci:¡], (1IILllr:d,polílica) lalllO en l:is :'lre;ls rlll':¡]es y l:Clllógicalllentl: :Iisl:tdas o jJerifé-ricas dl:lIlrn del lerritorio 11;11iOllal, (,(l\1l1) l:n l:is ;o'I'l::IS1I1]¡:III:IS (lI1i-:~I';llll'CS illlerllos paniallllclltc segrcg:,dos dculro de Lis ciIIlLtdc,) o

d) Persistencia (le fuerles disconlinuidades internas entre las :'lreéls11\'Hlcll1i/;llLts ("centrales") y las alrasadas ("pl:l'if,o:ricas"). delltro de(!:,da p;lh. Tl'ill\cncia a la acclllU;lciún de los desl:qlliliíJrios inlernos,en :llIsencia de políticas ddiut::radas de integraciún n:lciOlla1.

d 1'ersisll:ncia de patrones arcaicos en las estruclllr:IS econúmicas,SOli;d¿ y cullJlralcs de 1:Is :\l'l:as rurales (conccntr;,cil'lll de 1:1 plopicl1:l1\dc 1:1 til:rra, lipós ;Ircaicos dl: relacionl:s interperson:l!l:s Y socia1t:s, et-

«(olera).

l~) , Ul'balli~a('iiÍn (concclltración uruana): La misma aceleración delp"nlo anterior (la urhanización es 11I:'\Srúpida que la industrialización).

a) )'ol)lac!óll y tasas vitalcs: La tlisrninución de la tasa (le mortali-<1:111qt;'¡ ?'clIrriclldo en lIna etapa 1l1;'¡stemprana -en cOlllparaciúl1 COI1el gr:ldo de desarrollo econc'>ll1ico- y con un ritmo 1/uís rri/lirlo; la t:lsade 11:llalilLIlI es 1lI;'ts ;,tlla qlle cll Europa y 511 dcdil1:lcil')n /I/lc¡{c: l/eNI"IIl1is fin/l/JO en muchos de los países lalinoatlll:ricanos (consl:cul:ncia:"cxp\osi"J\1 de la po\)laciún"). No hay una "v:'dvlIla tle escapl:" con¡OI:t lj"C l:n F!,ropa propol'cion,a la emigraciúll masiva a otros continentes.

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]e,," dd an:.¡)i~is, las que, sin enilJ;,r¡.!;o, otros autores 11c\':ln al celllrode la alenciún, Estas limilaciones son comprensiiJles; resull:1l1 directa-mente (le la finalidad del libro, que no es precisamenle la de ofrecer untr:lt:,L1o sislcJlI;'llico Y completo' sobré la sociología de la lllodcrnilaciúno

~\ CL 1:7 ó :>r Lh-, 1 . I l" , / 1 / 1 I., , ~. ( .• r' Cnnce JIlUOS a InO! l:nllZaClon C01\lO un jJroceso " u 111 , en e cu:,',,opE¡;:"" _o' • o o- ' . bsin cmh:lrgo, cs neccsario distinguir \lna ~l:rie dc procesos cOl11poncutcs.

La pcculiaridad de la transición en cada país rl:sulla cn gran parte ddhecho de I1lle las secLlenciils con las que se dan tales componCllll:

S, )'

:lllun;'ls '"u Yl:locidad, varían considerablemente de país en país, y enCiICIUISLI1\l:i:IS his\(\ricas diferentes, :\ nivel nacion:ll e inlernacional.F,t:1 Y:lria( i:1I1 l:n t:IS:1S )' secucncias es lo que diferencia ];¡ tr:rllsicil'Jl\dl: los paisl:s (lel Tercer l\l LIndo tic la transiciún (k los I':IÍS\:S hoy :I\':lI1-z:lllos, I qne 'se lLealizó en parte en épocas históricas distintas. Si toma-mos (arhilral:~a1llcntc) la 1);lln:,da cxpl:ril:ncia occidhll:d y la co.mpa-ra1\lOS con. la ,de, Anlérica lalina, hay algunas difcrl:nci:ls cn lllsas ysecuellcias que ap:lITCl:n l:n forma prominente:

I:

Page 5: Germani - Sociologia de la Modernización

nómica y socialmente más modernizad~s. T~l es el ~aso'l por ejemplo, ..del problema negro en los Estados Umdos. J 15'0 N T \J D ",., '" 1..•.\ '>TI>- -. r L.

Dr r< '" [' í7~LLoHabiendo destacado los rasgos que América atwa comparte con

. otras áreas menos desarrolladas, será convenient.e recordar también lasdifercncias. Tales diferencias existcn y serIa peligroso olvidarlas, puesello podría lIe\';lr a generaliz;]ciones inaplicables. Los hechos que se lllCTl'cionar;Ín son bien ("ono(idos. Sin emhargo. a menudo no son tenidosen cuent;¡, acaso por ser demasiado obvios.

CorPI\.'L.~c.. .••.'/}). . I A é' l' l'f' ./!.¿, CP~0En pnmer ugar, m'nca atina se c 1 erenCla porque su ongen;:,..:~ ~ < tiene fuertes raíccs en la cultura occidental. Cualquiera que sea la in-o' ¡ •• ¡... <'í7f Go¡"'![t., fluencia de las poblaciones autóctonas y de las graneles culturas pre-

hispánicas, el impacto del mundo occidental a través de cuatro siglos, y el ori~en cultural europeo de gran parte de su población, hacen deAl1Iérica latina un caso muy distinto que el de muchos países de Asia

y Arrica.(5) En segundo lugar, debe decirse que las diferencias étnicas en Amé-rica latina no son enter;]lllente comparables con las que se dan en otrasregiones. Aunque en el pasado y aun actualmente existan formas deextremada discriminación en muchos de los paIses del continente, susbases son más bien socioeconómicas Y culturales que raciales. Si bienmuchos de los "pensadores" latinoamericanos del siglo pasado apoya-ban las teorías hiologistas llominantes en su tiempo, el "racismo", enel sentido en que se manifiesta en p¡¡íses occidentales Y no occidenta-les, no puede consic1erarse tlpico del sistema latinoamericano de valores.Las formas particu1;lres asumidas por los cli\'ajes étnicos y culturales, parecen dejar a los países de América latina mejores posibilidades deiutegración nacional que las que se dan en aquellas regiones donde1<1percepción de las llamadas eliferencias "raciales" y las actitudes haciaellas estiln basadas en prejuicios J¡iologistas honc1amente arraigados .

t]) ',En tercer lur;ar, es conveniente recordar que, si bien los paIseslatinoamericanos son usualmente considerados "naciones nueyas", esta

. ., 1 l' . 1 El ;¡IC'l!;orl1;H'~1I1no puel e ser aceptal a Slll una sene l e reservas. 's ver-dad que el proceso de constmcrión nacional no puede considerarsetlTlllinallo en 11\uchos de nuestros paises, y que la independencia for-mal no fue acompaiíada por la modernización de la estrnctura social,y que aparecieron' al1cm;\s nuevas [armas de dependencia. Sin em-baq!;o. nds de un siglo y medio de vida indepeneliente 110 ha dejadode ("Ie;II', en grados variahles en los distintos paIses, una illenticlad na-("ioll;lI leal, una integración nacional creciente en térmi nos psicol6-gicos, sOlialcs y poHtic:os. No puede, por cierto, negarse la existencia(k "astm S('CI0ITS Itlar~~ill;¡lcs de la pohlación. ni la de pro[¡tndOs di-";Ii('S internos en C;l(\;l país entre regiones de diferente nivel de mo-

1 TheodoH' CaplolV y ¡';un l'imterhmch, Del'c/a/JlHCIl! na"/;: A He", Me/liadnI !laH";Hg Na!;ollal Dellclo/'IHe,,! (Nueva \'c,,'k, nureau for Applied Social Research,1'I(j(j), En este estlldio se clasifican (jH naciones (((ln cinco millon('s o m;ís de hahit:>n-lrs). seg"lIl un conjllnll) dc 20 indicadores. La Argentina aparece en el primer tercio.en el IlIgar 17. y otras seis naciones latinoamericanas se IIhican en la parte superiorde la ,crie (Chile: rango 23, Cllba: 2'1, Vell('znela: 29, M0xico: 30. Brasil: 33 yColombia: 3,1). Una posición illtermedia silllilar o(lIpau estns paises lalilloanH" icanoscn IIn c,lndio puhlicado por las Naciones Unidas, Re/lO,.! 011 (I<c lI'arld, SocinlSi/lln/ion (1\lIe\"a York, 19GI). p;ífis. 18"19. '

~ United l'\aliollS. lOCLA, 1'1<" F,roIlOlIl;C DC1'c/al""etll 01 La/;n illllrrim i" ti/e/'''.I/.Il'O''¡ti "'or 1'cr;o(/ (:"lIeva York, 1%.1). r;\~'. 27.28. La proporciólI dc I'BNgenerada por la indllstria akanzaba IIn tercio del lotal en la Argentina, 1111cuartoo 111;'''ell JlI asil y l'Ilt':xico y 1111c]lIilllO al'TOximadamentl' en Colll1l1i>ia. Chile)' I'er •.•.I'ara toda la región la proporción era dd 23.7 por cielito (contra 27,9 en la pro-dllCl ión In imaria).

, ,del"nizaciói1 y ~lesarrol1o econlJmico. Pero cuando se comp;u;1ll ,las na-ciones de AmGrica latina con otras naciones del 'Tercer l\f undo, debe;iQmitirse que su integración y su organización como E~taelo nacionalhan alcanzado estadios más avanzados y que, c::n todo caso, presentanproblemas muy distintos. I I

í'0 Por último. debe subrayarse el hecho. íntimamente rela~ionado conel anterior, de que los países latinoamericanos m;\s importanles, los querepn.'Sl'lIlan ullas tres cuartas parles de la po1J\ación, dtbell considerar.se no ya como regiones subdesarrolladas, sino C01110una especie de"clases medias" de naciones dentro ele la escala internacional' en tér-minos de desarrollo y ele modernización. Se trata de' un' hecho cono-cido, pero demasiado a menudo olvidaclo al asimilar América latinael Tercer ]\1lindo. I

Todos los estudios comparativos, basados sobre la utilizacitlll eleuna variellael de indicadores de modernización económica. política ysocial, ubican estos países de AITlt:rica latina en una posición int.er-media, usualmente en la Ínitad superior de la escala'! . Aunque estase\'aluaciones tienen sin duda sus limita~iones, parece aceptable decirlJue proporcionan por 10 menos una visión comparativa adecuada quepermite uhicar las diferentes unidades nacionales dentro del contextointernacional. De cualquier modo debe recordarsel que muchos paísesde la regilm han superado ampliamente los primeros estadios uel des-arrollo econl)mico. Por ejemplo, varios de ellos incluyen un sector in.dustrial importante. que cont.ribuye sustancialmente al producto na.cionaJ.2 También han avanzado en cuanto al nivel de modernizaciónsoci;]l, aunque pnedan incluir ;¡reas retrasadas. La posición ~kanzadapor un país en su transición hacia formas industriales modernas. asícomo las cararlerísticas seguidas por la transición, misma, consti tuyenfaClores de SlIma imparlancia que det.erminan en gran medida 'l;¡s po-sibilidades que le son asequibles (o no) en el curso j!oster'¡or del

13

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I ,SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

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Page 6: Germani - Sociologia de la Modernización

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"Capítulo J

1. La transición como jn'oceso global j' los jJrocesos fjlU: la er)lIlI)011(~n

Las etapas dd proceso ele modernización en AméricZl latina

Nuestro punto de partida es la definición de la sociedad ir dllstrialmoderna como categoría genérica que abarca di ferentes tipo i de so-ciedades industriales, en parte similares (lo que justifica su ,\;¡sifi(;l-cicSn dentro de una misma categoría) y en parte din:'g-clltes (lo querequiere la disl.inci(ín cn diferentes tipos). Las bases de la ddinicionadoptada fueron 'cxaminadas cn trab;¡jos :lIlleriorcs y llO scr;íl, repe:i-das aquí. Bastad recordar ~l.c::.oncepto de seculm"ización, Cjui' cons .i-tuye el mkleo dc la ddinici(ín misma. Por sccularizacit'1I1 cntt'ndcm)5un proceso compucsto por tre" tipos de cambios:Q cambio ,l'e la es-;!:~Is:tur,~_n9n.ll£lJ¡~:¡l,predQminaJlI~ que rige la acción social y las aCli-ludes internalizadas correspondientes, preduminio o eXlensi('JIlcr::cicnlesde la acción electiva y disminución correlativa del campo de aplic 1- ,

ción de la accidll presCl'ijJtilla;1ii; especializaci(ín crccicnte de lasillStilucion~s.y ...su.rgillli.t:nl(~.~Ic.sislemas v,t!ol'ativos eSJlccíricos '/ rclali-,;alT;-é~l'leautónolllos para cada e,rera inslitllcional;@ inSliluciollaliza-ción cl..~cü:nt~. del cambio (por sobre Lt i IIslitllcion;dizaci("1 de 'olraé¡jdonal). El re<juisiro universal mínilllo p;u'a la cxislenci;¡ de cu;¡)-ql~i~r..!.C?c~cd~(J.:)ndl/stri;-¡l lIlodern;¡" comiste en );¡ "sen dar ¡aci!')!"."del conocimj~rHQ.,cieJltífjco, la tecnolog'ía y la econolllía, de la! modoqtíe -neven al clllplco Glc!a vez mayor dc ['l/cmcs cncrgéticas de aIropot'encial y a la maximización de la eficiencia cn la Jll'odll(',-i(ín elebienes)' sClvici~)S.l

Estos rasgos pucden considcrane como un núdeo i>;ísico (allnquc

1 Originariamente esta dc:filJici6n :lparc<:ilJ ("11 un dOC1I0Il:lIl0 editado en n' ¡.mcógrafo 1'01' la FLACSO, S:lnli:lgo de Chill', en 1!)(jX. ~[;',s ':1,,1<: fllc ITl'lal,,'rado yampliado)' constituye el lapo JlI de l'olllic(l j' So,.irdati. en UII" "/,nra ele I 'a71.,lci<in,0jJ. cil, Ulia versión rel'isada apareció CII S. N. FiscllSladl. (COIIII"): TI,e J'mlc,,(n IIElhic aml lIlol1rl'1liw/lOll. 11 (O/ll/mral""" pie", (NJI('\'a York, Jlasic lIooh, I '¡Gil).

GINO GERl\fANI

3 El trabajo "Social Change amI Intergroup Conflicts", puhlicado en 1. 1. Horo-witz (comp,), Tile Nt'lV Soci%gy (Nueva Yurk, Oxford IJniversily l'ress, 19(3), Itasido utilizado para el capitulo sC!gulldo; la \'ersiún 'original de "Tite l'oli'¡ical ¡¡ndSocial Effects of l\fuhility" (par;, el • apiLUlo tercero) fue publicado en S. ~f. Lipsety N. SlllcJser (con,ps.), Social Slrllclllre (/lid l\Ioui/ily i,,' 1:collolllic Dt~J{:/oJ)ll\cnt(Chiclgo, Aldine l'ress, I%G); el (apillllo cuano se hasa ell "~fi?;ratioJl anclAccultmalion", aparecido en I'hilip Hauscr (comp.), Ha'ltl/'uak lor Social ResearchiJl (hua" A'reas (París, UNI'.SCO, 196.1). En los capiwlos quinto y sexto se hanulilil:ldo alguuas I';\~illas de dos articulos aparecidos eJl la Revista lI'[exicall(l deSoriologla: "La ciudad como J1lecaJlismo illlcgrador" (alÍo XXIX, nQ 3, 1%7) Yl'Urballilaciún, sccularila(Í"1(1 y desarrollo econlJllIico" (;lIio XXV, nQ 2, ID63).

II

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proceso. El olvido de estas circunstanci<ls y la falta de discriminaciónentre grados de desarrollo (o de subdesarrollo) es una de las causasprinci pales de los errores iueológicos y políticos en esta ma tcria. Enrealidad ~s posible que en esta posición intermedia en el eurso del pro-ceso sm'jan IJroblemas IJcculiares, muy distintos de los qlle pueden pre-sentarse tanto en los primeros P<lSOSde la transición como en el estadiom,ls avanzauo.

, Al escribir este li1;ro se han ulilizado -en algunos casos- traba-jos anteriores. Todos ellos han sido rcvisados y ;¡ mcnudo sustancial-mente modificados.3 Deseo agradecer el apoyo que me otorgó el SocialScience Research COllncil, que me ha permitido disponer del tiemponecesario, en particular' para las partes nuevas, y a las señoras SoniaCairoli, fIelen Foster y Kiki l'latt, que con mucha paciencia han dac-tilografiado el manuscrito.

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miento del primer caso hislc',rico de sociedad illdu'strial, sino a lasm/lchas transiciones producidas por la difLl~iún uni~ersal del 1ll1('\"Ocomplejo "illdustrial-modenú'/'. Desd,e el punto del "i~ta d~ su ocu-, rrencia empírica o histórica, cada tilla de est;\s transiciones constitnyeuna totalidall concreta. La complejidad del proceso y Ii!' variedall de:forlll:Js quc adopt<', ('!1 diferentes cOJ]diciones hisli:)rins, cultur;t1l's,.,ocia!rs )' econl>rnicas exigen c¡ue cl ;lIl;íJisis discrimine entre los di-"ersos procesos qne en su (onjpntn cOlllponcn la transili,'lII glulj:JJ._En cSLeselltidu distinguirclllos aqllÍ los {rcs proccsos COIII]>Olll'lIt("S1I1;'IS-">.importantes: desarrollo eC07I1Jtlliro,1I1otiol1iz'lIriríll SOclfl/ y 1I1Orlc:miZ(l~ h'9'-'.f 1l <ic

ciÚIl !Jo/ílira. Esta distinción se el1lplca (orrientemp1te, pero las defi-niciones <1dOpLadasimplícita o explícitamcnte no sicmpre rcsult.an cia-ras y, en todo caso, est:1n lejos de ser unifurmes entre los científicossociales. Por este motivo se hadn indicacioncs cOl1 respecto ;¡ los sig-'f' I . 1 I 1" , .1,,) ?~C{:"'-.' T'."!",'.ni Icae os aSlgn;1(os a ta cs l IsUnCloncs en cste contex to. ~ P? ~,; - _

~. ~') '" 1 1 '- (~': ". :;

Desc;¡mos destacar otra vez que, .a los mismos efectos analít icos.cada uno de los tres procesos princii);¡les debe considcrarse como sieslll"iera compuesto por 1.Ina serie dc 'procesos parcialcs o SulJiJrocesos.\ ' , l' 1 . 1 J. s,.p"n.rF r.-' D",. ,.1.uu'lue estos no sera n ana Izal os, menCIonaremos a "11I10S,.r0~ ~~"' ... -' -, . -, d

b -T; J./{n.. /FnfJnnt: 1-,r),é, Dt: ~Tal como lo denlllcstran las correlacioucs estadísticas quc se obser~ -

. _ . D'FFf7E¡../-r ~"an usualmcnte cntre ellos, los prtnClpales procesos y los snhprocesos -(Iue los componen est;'ln relacionados entre sí. Pero, conlo hicn se sabe,csas correlaciones distan de ser perkctas y no deben interpretarse sinocomo la cxpresiún de la tendencia de asociarse por parLc" de cienosindicadores. En rcalidad, lo que puede deducirse de la experiencialJisl<',rie<les quc los di,-ersos subproccsos pueden tencr lugar COIIritlllos(o !;lsas dc c;lmhio) muy diferelltes y en difer~ntes secl/ellc/as, Dife-ICIHia, CII lo quc p\lcde considerarse cl "punto de partida" d'e la tr;ln-,i,i,'m \" en las di\'crsa' condicione, internas c internacionales cn lasIU;r1(') ;Iqudla tiene lugar, pueden ser las responsables de ~S;¡Svaria-,iones cn ritmos y secuencias, "£XP¿" c",- e,'"", 08 ¿. o.e ?7.1.('1C',' ,c,.:': :,:- :,' . c-,

_1-:1,\l.'sal'loJ!o econ,"mic?, la IlHHle1'l1iz;lcic'H1social y la modclIliza. ~,¡,')U polil ic;¡ ! "usl iluyen prr)Ccc,osdc ("{¡l/tI¡io ('sll"llclllra/. La transici('lI1:~llJl);t1,por otl a parte, cs \In proceso flc/llIll//a/i¡;o, al cual s:: ineol po-r:1I1.;1 (";Ida ll1omcnto, los n'sl//lados dc su curso ;lllteri'or (01l10 facloresI ' I I . " l' I . I, CllTllIlIl;llIles 1 e a orICul;I(llJn quc ;11 optara e proccso cn Sil (urso:"1'1('1 ¡Ol". En cad;1 proceso componente la defilliciún se ¡,as;] en la:lpli';1I ¡"lIl de los principiO'; b;bicos que car:lclerizan ;11 "comp!l'jo in."u,,, i;r1 nHH!cl'lw" y 'JlIC ('n su coujunto !temas dcnOlninado "secu-!;Ili/a,j,'m", :EL DLs.¡,.r¿~",,¿t"> rc""" .....', ("~,

F/ t/r'I((rrolllJ ('('oll';lIIico se eldin(', en 11I'inclp'o. como 1I11a1I'ans-IOllllac ¡,',,] (',\lrl/r'//ll1I/ ele la econonlía, a lr:l\'{'s elc la cu:r1 I()~ llH'ca;lis.

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GINO GERMANI

2 Entre J~s recientes contribuciones ~ est~ discusión, véase: A. S, Fc1dmann yW, l'.. Moore. "¡ndustri~li1.~tion ami IndllStria li' ",", en Tmnsaclions 01 tltc FiftllIl"orld Cong,'c.ls 01 S"riology (1.5.A. \%2), vol. 11; Rapnond Aron, "La Thcorie du,Ievdopmcnl el i'interpretarion hislorique de i'ép0'luc contcmporaine", en R. Aronv 1\. F. Ho~eJilz, 1),'ve!ol'llcment Social (París, Monton, \965); Reinhard l\cndix,"Tr:"lilion an(1 !\1odenlÍry Rcwf1siuereu" en Collt/¡aralive studies in Soeiely ond

l/i<IO"Y, IX (1!Hi7) , 2<¡2.~1¡¡.:r ¡by \arios ejemplos rle ef.te "rracaso" en transrorm~r un proecso rclativa-",,'nIC "vall"/,,,do de sccnl:l1'i7.aci"'n cn \In proceso de modernización propiamentee1i,lo,,: Se 1'1Il"le dl~r l'ntre otros el c~so ,le \~ sociedad allli!\ua grecorromana, con"1 ("l ",,,,,,,1,,. (aliri •.aela l'CIt" m''''1:"s .Ie "capilalista", y el ele las rept't!l\icas italianas,le ti,"'S .\1, la ]o'.da,1I\tcdia y .Id l'.en~cilllielllo.

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genéric~) de toua sociedad industrial, Y también requerimientos uni-versales para su existencia y mantenimiento. No obstante, más alládel ambiente institucional requerido para lograr el empleo crecientede energía de alto potencial y una crecicnte eficiencia en la ttcnologíaproductiva, es necesario dr.jar un margen para una amplia gama devariaciPlles cstructt; •.•t1cs Y cu1tllTa1cs, es decir, para muchos tipos 'di-\'crsos dc sociedad industria!. Aún qucda sin respucsta satisfactoria lacllestit'111sol )I'C si la futura cvol UÓÓIl prod ucirá m;ís homogeneidad om;ís diversificación.2 lA T/!-/".!-1H= e (I.J1¡l. '-;'" t-' • ':"".• ~, , ~'~_~.:.. :"'!(:j¿.-:.I.' ;J.~ (.,....,.'~

Aun cuando un cierto grado de secularización (la que, digámoslootra vez, pucde variar en condiciones históricas y socioculturales di-fr.rcntcs) es una condición necesaria para el empleo de energía de altopotencial y alta eficiencia en la producción de bienes y servicios, noes una condición sufieiertte. En realidad hay diversos casos históricosen que la secularización no fue seguida ni acompañada por cambiosen el lISO de fuentes energéticas o por una creciente eficiencia tecno-lógica.a Fue con la "gran transformación" (para emplear la afortu-nada expresión de Polanyi) como esta asociación logró darse, generán-dose así el surgimiento de tm nuevo comil/ejo cultural: la sociedadindustrial. El hecho de que esta asociación ocurriera en determinadascircunstancias Y no en otras debe explicarse en términos de un procesohistórico único que 'no es nuestra tarea analizar aquí. Por otra parte,ap;¡recido por primera vez, el nuevo complejo cultural constituido porla SOciCllad indllStrial dcmostró tcner un extraonlinario potcucial de

diftlSión.Como es obvio, debc distinguirse entre el proceso que lleva al sur-

gimiento del primer caso histórico de este nuevo tipo de socieJad,y la gran variedad de [armas ue transición que tuvieron lugar poste-¡'iormf:nte en e! proceso de Sil di[mión, adaptación Y transformación,primero en algunas sociedades occidentales Y luego en el resto de!

munclo.NO,'lllc rcfcrjn~ ;¡qní a "la gran transformación" previa al surgi.,

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prc'lxillla ;tI "¡ipo id(';tI" ddiuido por b, •;¡L" 1"1í,,,ic;IS ;uII('s IIICII-eiOIl;ld;ls,

l;:~ lIecesarj(, distillgllir elltre {~xj}(l1Isir!1l {'{:oll,j/nilll y d"SI/;TO//O{:C{)IIr!7IIico., l.a prilllera 1)lIede defiuirse ({l\l1O Ull proceso'caraCl(Ti7adopor el (reciuliclllO del I'I\N /)('1' I.'IljJilfl tlllr;lIlle 1111pcríodo rdll.i\'a-IllelHe prolong;ldo, pero 'lile GI]'('ce de alg'lIUos de I,)s psgos ('slr:lt0-f!;icos n:<¡IHTi<los p;lr:1 l'l "crCCiUli('lllo alll"soSIC'uid,,", "se:l, aJ~,lIuosde 1,,\ (tlllll)tllll'lllc-s "'1111111Ir;II<-~,1<-1<1"\;11rtllltl e( tlll('''lIi, tl ('1111111(':,,10'('u d p;í Ila 1() :lll1crior.

LSlo 110 sigllilic:r (JI/(: la cxpausi"lIl eCOIII'JI11ic:rno illlpliqlle elr il¡jl)s(',Sll'llCIllr:tl('s, 1',/1 n:;tlitl;ld, ('S 1;1I1111i(1lIIU pro('('so de' (;IIII/)io (;slr[ICIII-1':ti , jW1'O nli: {{lIn/Jio 110 1'.1' .l'lIfú'ir~III,: I'IIUI 1',' '¡",ll/l')olllJ {II{lo,w.l'Ir~'lÍrllJ.

1.:1 ('SP:IIISi('lIl ('COIIÚllli¡a plll'e1C (y :Isí sll«,de de'C1il';lIilcllle 1'11 J;¡ fIIa-)'oiÍ;1 dc I",s C;I~OS) 1"/11'1' JIIg;lr "1111(; ];¡ /);Ise de J;¡ III111icrlliz:lCi')1I yex p;llI,i('" I ele a 19'1llI:1prodlll:ci"lll pri Ina ria especia 1iZ:ld;l, su i ulegr;lción('11 d IIIl:rCI(/O illterllaciollal )' la exp;illsiúll cOlllerci:r1 y jin:rllciera <]lleLt ;11'01111';11-1;1,1'(1111,)(/;IS ,~IlS 01ra~ r('I"Tnlsiolles sollrc la (,COIlOIIIí:I, ySIIS "ci'<'l'IOs 11l()(/crllil:"iol:es" solnl: olros SI:c!OITS de la sucied;ld, L 1 ex-P;IIISi"'1I ecoII('JIllica p"c<!e cvelllll:tllllelllC orjg-in;lr o IrawJorlllarse enIlll pro('(:so de d"S:IITOl/o e(,{Jllt"lulico propi:llllelltc didlo. Qllió ¡medacomlilllir, aJ IllellOS, ulla dI: SIIS /)rr:uJlII/ir:iolll:S, 1\ pes;lr de qil~ noexisle ;Icllcrdo ell cOllsiderarla 1lI1'a precolldicj"Jl1 1/CCCJ'1Irill, puede;1 ceír-se, COll Illa)Or cenen, qlle 1/0 es Ulla prccondicilÍn sllfiáClIlI:. EIl rca-lidad, 110 pllede SUpOllcl'se que la reoriClllación de la ('COIlOl1lí;1 y lailllroclllni"1/1 de Jos C;llIlilios ('slrtlclllr;c1es rcqlll'ridos para el des:lr oll!)('COll('lIllico S(,;III illducidos 1I1llml/lilit'llll/CllIi: por ciei'lo grado de exp;lIl-si"1/1 CCOlllJlllica, ,S(',lo ell delenJli Iladas cOlldicioncs pucdc COII\'(']f.irsela expansi,')n cn una etapa -qlliz;ís illlpOn;IIlI.C_ del proccso de des-arrollo ecoll"}Jllico, :::L j)rSk/2[::J.'-',. DQLi~.-c, .....

El COllCCptO .1(' t/nlll'rol/o j}(Jliliro es aun Ill:ís polt':lIIico 'lile el dedesarrollo eC(lIl"l/llico_ PlIeden deslacarse qlliz:í Ires cara(lt';'íSlic::rs prin-cip;¡]cs:(i:) la "org;lIliz:lI'i"11I racioll;i1 del ESf.:I(I()" (Cll U',rtllillOS "che-'¡'iallos), illclu)'clldo IIll:1 ;tll;1 ericil'll( i;l ell cl ClllllpliJlliclllo de [IIIICio.IICS l'slal;i1l's ell cxpalLsiúll y CI(I;I \'(,1 111:ísdiycrsificad:J4 ('sp"ci;i1iz 1'laSy cClllr;i1i/ad;ls, Pl'Opi;IS de ulla sociedad illdllslriaJ:(~)' !;l {'apac (1:tdde orip,illlll' y II!JSIJI'/JI'1' jos cllllhjos eSII'lIClilr;t!cs ('11 1;,S csi'l'I';IS cc llll!-mica, políticl y soci;i1, 1l1;IIlICllicJldo, ;¡] II1isl110 li('IIIPO, al IIlCllo, unIIlíllilllO de iJl¡¡',~ra{'i")JI;r:1) ;t!gúII tipo dc parlicip;ICi"1I1 POlílic;¡ de!.oda o de la gl';11I 11I;I)'Orí~ dc la pO/J!;lciúII ;Ielltlla, Otros IOII]pOnelltcsfjlle se suelcn inclllir pllcdc~l coÍlsidcl';lrse COIIS('C1ICIlCi;lso aspcClo,; deLts Ircs clraCl('l'íslicas CllI IIlllT;I(Jas, Por ejelllplo, éslc es el CISO d~ la"madlln'z COIlIO ESI:I(!o naciollal" )' de 1:t "i(/clllificaci"1I1 nacional"

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mos funcionalmente requeridos para ''(;1 ,crecimiento autosostellido" seincorporan permanentemente al mismo. EJ tipo ideal de uJla econo-mía desarrollada puede caracterizarse por la existencia de una seriede ras¡;-os principal.es: W, el empleo de fuentes de energía de altopotencial y de tecnología de alta eficiencia en todas las ramas de laactividad ecoJ?ómica (incl\lsive la primaria);@ la existencia de mc-canismo~ apropiados (recursos institucionales y humanos) para la)Jennanente creación y/o ahsorción de innovaciones lenlOl"l~icas y org-a-nizaciona1es. Dichos mecanismos deberían garantizar el continuo sUlgi.miento de nnevos sectores dinámicos, con el fin de compensar o reem-plazar aqnellos C\lyo rol din;\mico en la economía est;í decayen(lo o 'lnehan alcanzado' ,su m;'lximo' posible@ la :Hlecuada diversificación dela plc¡ducción;.(1) predominio de la producción industrial sohre laproducci(~n 'primaria;f'5)' ulla ;Ipropiada "l1Ie/,c1:I" de indll~trias de 1':1-

L- 'pital 'y de bi~nes de consum? (una mezcla diferente de acuerdo conla situación de caela país y su etapa de desarroll~;@ mayor tasa deinv'ersión en relación con el producto nacional;Q)) ;jIta prodllclividadpercapita;'JJJ preddminio de las actividades intensivas de capital sobre

, /:"'las intensivas de trabajo;'~ mayor independencia (o menor depen-(!encía) del comercio exterior (en tr.rminos de su proporci"lI1 respeclodel P~N cdn determinados 'niveles de población, de Sil jmportal~cia es,tratéglca con tespecto al mantenimicnto del crecimiento y de su di,'Cr-si[icación en, lo que a tipos de bienes y número de países se refiere),y 10 una 'distribución más igualitaria del PBN (Producto Bruto "'a-eional) tanto en lo que ¡'especta a la parte ;l1rihllj(b a los difereute,

, estr,í' tos socioocupaeionales como a las actividades de cada sector y alas di [eren tes áreas del naís:1 El Inoceso de desarrollo eeou"lIu ieo s('define como la transición hacia una estructura econ('lIniea c1IIpírica,

4 Algunos de l~s elementos 'incluidos en csta definición SOIl allalllc'nlc POll'lIli,coso Por ejemplo, varios ecollolllis(aS disculcn la idea dd prcdominio de la 1'10-ducci6n induslrial sobre la primaria como exi¡!;encia uuiversal para d desarrollo;véase, por cjcmplo, Pcler T, Hauer y Jlasil S. Yamey, 'j'/¡c i':md(J(Jlic, (JI U".!,,/'.VCl'do/¡ed (;IÍlml,.;cs (Chicago, lJnivcrsily of Cltica¡!;o l'ress, 1!J~,í), cal', XV. Paraun ejenlplo del p"nlO de visla 0iJlleslo ('lnc es asimismo el lI"ís aeeplad,,), vl'ase'"V. \V, I{OSIOW."lnt1uscrializaci6n Y crecimiento ccollómiLll", Cll ¡,sl(Jco/"w MC,lIl.-".Fin/ ¡ulema/ioHIlI eOHfe,'ellce ot Ecul1ol/lic [f isl al)' (!'ads, Moulon. 19(;0). Elllrclos cicnLÍficos sociales de la ¡'cgi6n, la comlllllllÍ.\ oj,illio lalino:lIneriealla e;(;1 enfavor de la induslrialización como condici6n Jiue q"fl 'WIl d,e1 desarrollo, 1.;1 ma.yorla de ellos también insiste cn el papel clave dc las indnslrias de bienes dc pro-(ltlcci61l (01110 elapa snpcrior neccsaria dc induslrial¡'acitÍn. El dOLlllncnlo dc laCEl'AL sohre Towortlll D)'lIalllie ])ellclojJnICHI Palie)' for 1.a/ill Al/lnicll (N_Y., U.N.,cjCN/12/680. Rev. 1) es el 'lue mejor expresa la "tcsis latinoamcricana", Las prue-bas estadisticas confirman abnllnadoralllcnte la asociaci6n causal entrc la indns.nialización y el desarrollo e'conóll,ico; véase H. n. Chcncry, "l'atlcrns uE Indus(rialGrow(lt", ell Amel'ican Ecollomic Revicw, 1960: 624-654,

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r, 1'.\ ("OIlI'l'pIO quc sc \"a aqu[ ,¡¡[iere del que se emplea corrientemente. Véase,1 "'I,iIUlo 11. l.", nlll's sllhprocesos que compouen la modernización social han,ilio 0\('" I iplOS ,oo',s a"'l'\i"",elll(.' en Polilica y .!ocir.rlod, op. cil.

r. ~,.1l1'~ 1.1 1<'"('('1'10 <le "lllo\'ilicl:lI¡ (luImOS/CHirla" cn la sociedad moderna

\ •..•,'l' l'i ':lpillllo 1\1.

(que podrla considerarse como un aspecto de participación total). Enforma .1O;'t\oga, la "cstabilidad" .podría percibirse como un aspecto dehl capacidad para promover, orientar y absorber el cambio, sin que. blC altere el mínimo' de integración necesario para el funcionamientodd sistcma social. t¡¿. ll'2.D'"Iz,' ZI.',c."'...,,,' g"c,'"L

Finalmente, la modernización social se concibc, sobre todo, como1111.1catcgoría residual, ilustrada (antes que definida) mediante unaClllllneración (forzosamentc incompleta) de l(ls slIbprocesos que lacomponen, lales como:rQ:) la "movilización social" de una crecienteproporción de la población; 5rn la urbanización, o sea, la creciente con-ccntraóún demogrMica en las zonas urbanas Y. 'c:on frecuencia, una delas cxpresiones más típicas de movilizacíón)( 2) otros cambios demo-gr;ificos, tales como la disminución de las t<lsas de mortalidad y nata-¡¡(hd, y los consecuentes cambios en la estructura de edad;<]:) los cam-bios en la estructura familiar y en las relaciones internas de la fnmilianllclear, asl (0010 en los grupos de parentesco; '::0 camhios en lanllllllnidad local y nacional; \...0 cambios en las comunicaciones; ~cambios en el sistema de estratificnción: modificación del per£il deestratificación (primeramente, reducción ele los estratos intermedios tra-dicionales, luego una expansión de los estratos medios modernos).: mo-dificación de la naturaleza ele las diferencias y distancia entre estratos,con el surgimiento final de un "continuo de estratificación"; aumentode la movilidad de "intercambio"; aumento de la mo\'ilidad "estruc-tllral" (de transición); emergencia de una forma de movilidacl perma-tlcnte "por participación creciente" (basada en ~l mecanismo de "mo-vilidad autosostenida", que consiste en la continua ascensión ocupa-(¡unal y la continua transferencia de símbolos de status rlesde arrihahacia ;Ibajo); 6 ~ cambios en el alcance y formas lle participación,('11 particular, cxtensión de derechos civiles y sociales a los estratos1I\;'ISbajos (similar a la extensión de la participación poHtica); cx-tcnsión de fmmas modernas de consumo a los mismos grupoS; exten-

'~iúl1 (1r.'a ellucaciólI y la extensión resultante de sentimientos ele par-t icipacil'lIl y creciente identi ficación con la sociedad nacional; @ otroscamhios import:11ltcs en instituciones tales como la Iglesia, asociacio-lI"S yolunt:nias, fonn;¡s de recreación, etcétera, y@ reducción de lasdifercncias «(lelllogT;'tfic;ts, económicas, socioculturales) entre estratos,~r\1 pos socia les rura l-ll1banos y regiones (111ien tras que una red ucóón

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

2. T'ariari()//('S de ritmos y scrlllmcias entre 10.\ !Jroccsos cOT71j)O//(,IlICS

, "La intclTc!ariún enfre los procesos componentes debe considerarseC01110de causlllidlld rceijJrocn. O sea, uno afecta al otro, y estos erectosrecíprocos delerJllin:lr;Í11 la orientacilín y el ritlllo ,de la transición tOlal;

,7 Como '" iclca de "instilucionalimción del cambio" a menudo se considera

s;núnimo del camhio "sin confl;ctO,S", dehen agregarse dos calificacioncs esenciales:a) Fn I'rim('l" In~ar, por definición, los camhios lJue ticncn hl~ar el1 las prime.

las fas('s )' en las illlen11eclias de la trausidóu, por' lo ~rneral quiebran parcial o10Ial11,,'nl<: el rnn("ionamienlo del sislema social. No sólo la clesinte¡::radún cle las\ iejas ('slrtI("llIras puede producirse a elevada vclocidad. sino lJuc la e",,-ción <le nnnn('n, orclell ¡;(,,"k a caraclerilarse por profundas escisiones y connictos ([recucn."'1I1I'lIli, (Olll1illos IT\oluciollarios) entre !(rUpos. Esta fue la lexperiencia pa~ada yli(,lI(, Ina)"r ,alid(,l ;,,',n cn los p;I(SCS actualmcnte en desarrollo (véase capítulo JI).

1» En segnndo lugar, aUIl en )a~ sociedades m:is "avanzadas", aunq"e el cambiose illslilucillllalila ell I,'rminos del sistema de volores lIla7Ji/ie.,las de la, sociedad (o"'a. d lanlh;o se Jc¡~jtimiza). subsisten ciertas limitaciones. Toda~ las soc;er!ades1I,0d('I'1:1< ;'"lIales illcluyell flOr lo mellas un conjullto de iIlSliIUcio7Jes, o seclord,. la ("IIlI(llIra s"cial, en e\ (nal es IlIn)' prohable quc el taml>;o sca allam('nle;1I11;lgl't1drn, ('11 algul10s taso!; 11:1"'(a el P"llto dc cailsar itnp0rlallte~ rUplUf:lS en el

1de los diferenciales puetle afectal' a la mayor parte' de 1':1 población,es posible que subsistan o incluso alimenten el cli\'ajeen la 'cúspidede la sociel\;rd, especialmente por medio de la concentracilÍn' del poder

"0 .11menos de ciertas formas del poder) cD¡JC<.u~;d(\1 ~ CAru<:f1;Il-,';7¡'cA LX' l.'/1, 1 " (( • '-;;'Oc...;£..tJAVI fi.'ODEf2NA ..

L~ característica distintiva de la sociedad moder,',!a re~ide en supermanente incorporación de mecanismos ;¡decu;¡dos para o'riginar y;¡JJsorber un finjo de cambio continuo, ;11 liempo que mantiene lln";!lkruado" grado de integ-racicín. Con respecto a eslo se puede intro.dIH;! IIna analogía COII el desalTollo econlÍmico: la modernizacións~JCial y política es una transronn;¡ción de la estn¡'ctura social, queimplica mecanismos de "cambio social y político autosostcnido".En realidad, dada la unidad básica del proceso de tran,sició;i,' "el cre-cimicnto económico ;¡utosostenido" y "el cambio social y político au-tosostenido'.' son formas diferentes 'r1e considerar el mismo proceso.Si no pucden establecerse tales mecanismos a los efectos de un cambiocontinllO, puede llegarse a la interrupción, estancamiento o "derruJl1-be" dcl proceso de modei'nización socinl o política. Del mismo l1Iodo,si no se estableccn mecanismos equivalentes cn la estructllra c('onc')-mica, ocurridn fenómenos similares en cse orden. Por último, deh,!"" I';l::l./c,! (_

seiíabrse que el rasgo esencial que d~fine la modernización no es el l)[ ¿1:, .hecho del cambio continuo, sino Sil ,legitimidad, en términos ele ex_hO¡;;l':I2~z"'.opectativas institucionali7~'1das y actitudes internalizadas, a la ,,'ez qucla cap;¡cidad de originarlo y a1}sorber!0.7 I

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23SOCIOLOGíA DE 'LA l\IOIlERNIZACIÚ:-¡

nacional como en el inlernacionaJ. TOlllando COIllO hase de compa-ración la experiencia hisl,'¡rica de la lIansici"1I1 O( (idelllal ill ci:d, .oh-S(TVaIllOS Cjuc huho casos de dil'crelltes fitll1()'\ (o sea, {/("¡,:I'II( I';!! odesact:!cración), y también di[ere:ucias en las secllcllcias (atrasos o (l,1c-lal/tos). El aUlllenl.o de la urlJallizacit'ln (cslriclalllcntc ddjniJa C0ll10coucentración dcnlogr;írica en zOllas Ur!I;UI;IS) o la dislllilluci,'l!\ eh: latasa de mortalidad, !lIle tendían a /JI"nn/cT antes que;t Sl:gllir e a acom-paliar c:I des:ll'lollo ('(OIlÓlllico. prol){)\'l iOU:1l1 ".iellll~los cono: ¡dos dc:I( der;«i"ln y ;ldcJanlo (con respcl:lo ;d g'l :«10 de indllStri:l1iz;lci:ln"c(luivail:ntc"). l.os casos de acclcracic'lIl dc la lllovilización :¡ocial, laparlicip:ICi('m jlolílica y la dil'llsic'J11 ele aspira<:ÍolH's, lJue CII c; rnoddoouidenlal telldicron a prod'l('irse con UII ritmo IIJ<ÍSIClllo y SCllo av;tIl-¡¡Iron considerablcmcnte desjJlltls que la economía alcan:~ara 'lnmayor grado dc desarrollo ecollómico (cspeci;dlllcII1C cn términos elecambio estruclllral). son mellos universales, pero se ubserv; ron confrecuencia en diferentes países. También es TlllIY común el f,;númenoinverso: ritlllos lI/1Í.1" lenlus yatmsos. Dehe tenerse presente que la ace-kraci(')(J y/o anticipaci¿n de ciertos proccsos puede lI1uy bien coexistirnlll el atraso )'/0 desacelcraci(')(1 de otros. Cc>Jo.l,J:!(uE-A'CA'A. D£ LA t1't'n¿TF2 ..•."".

J:I.- OvJ.\¿-,t!:.l'4 a

lJlgic:IIlH:nlc, es,p falta de sincronizaciún o ddasaje es un ronocidoaspecto del cambjo socia l en ¡;enera 1. lJ n;( de las consecllelll'ias eu-ci:des cs la coexistencia de sectores nl<Ís "arcaicos" y m;ís "avanzados"(('n' términos relativos) dentro de los mismos países, las misulas in~;ti-luciones, los mismos grupos sociales y los mismos individuos. Porejemplo, eu e! ÍI1tilllo caso, cn algunos campos de acción socia. i)lledencoexistir actitudes y comportamientos "ulOdernizados" COII ac.itude~ yl'CJlllp0rlamientos "arcaicos" o menos modernizados en otros campos.,\ Ull<¡ne las genera Iizae iones a 1 respecto son muy difíciles de veri ficar,pucde conjeturarsc (llIe los valores h;ísicos (espccialmentc lo; que scinternalizaron CII la primera época de vida de! individuo) pucden per-1l1:1l1ecer inll\nt:ddcs y c()cxislir con otros \'alores y artitlldes adqn;ri-dos por Illedio del cOlllal'lo con ;llnbiellles e iurtuellcias Il"ís 11 odernos.TOlllalldo IIU cjl'lllplo del esccllario 1:llinoall\cricano, puede o;lservacse'1u(' la an~placi('lI\ "manifiesta" de h ((;cnología m od e1'1I a (y hast;l suulislllO empleo dCcli"Il) pnede ir acoulpallado por Ul1a PC;'sislel1'.:iade oricnl:llioncs \';dor;lli\'as m;ís "arcaicas" poco favorables a la cien-cja lI\odcl'lla; o (¡ue puedc 11;1hcr ideologías polít icas )' sociai<:s extre-Illad:lIuetlle ":IV:IIl/:ld:ls", acomp:,ii;ldas por valores y cOlllporLlmicntosILlllicioll:des Cll 1:1"ida cOlidiana. ('n h Ltmilia, en las relaciolles intc\:-pcr:-:onales. cn 1:Is ;Ispiracionc:s personales y eu la imagcn de la propi;l,ida. El fcn('mlcllO de la coexistcncia origina efectos p;lIticulares de"rlisi('m" de lo "llloc1enw" y lo "Iradi,joll;d". Un ejcmplo d~ est,) es

.GINO GERMANl

ordcn social y \In elevado grado (le dcsintcgración, Alln'l,ie ;t1~lIn"s de las l.'"''''antagónicas son pril'ativas de determinados lipos dc CSlrllctllras indllstriales 1110-

dernas, e inclnso de dClcrminados ámbitos cullurales nacionales. es posible que laeslructura básica (univcrsal) del orden induslrial moderno 11e,- se inclnya tcnsionesestructurales intrínsecas e inevitables, las que en dc(crminadas circunstancias pucdcntencr un altísimo pOlcncial de conflicto.

asimismo, pueden producir. efectos inhibitorios o dinamizadores sobrecualesquiera' de 'los procesos componentes. En otras p;,lilbras, los pro-cesos de des~rrollo.econ6mico (y, en determinadas condiciones, ¡HOCC-

sos de expansión económica) condicionan los procesos de nlOdel'1li/,a-ción social y política, y viceversa. También puede sugerirse que existengraJos mínimos (umbrales) de' desarr<Jllo económico (o exp;\I1sión ecO.nómica) , requeridos para lograr determinados grados de modernizaciónsocial o política, y viceversa, (j¡:terl1linados grados mí)jilll~s dc llIoder-nilación soci;,1 o política, <¡"e constituyen los rcqllCl'illlienlos pa-ra logr;lr determinados grados de desarrollo o expansión el(1I1('1I11icos,Pero se ca1'-ece aún de un modelo teórico adecu;¡do para el ;ud!isis dedichas rdaciones recíprocas, e incluso de un esquema conceplual ade-cuado., T~n sólo puede indicarse que los ti pos y formas de las inler-rclaci~nes' Y 'los di\'ersos "umbrales" varían según las circunstauciash¡'stói'icas en las que tiene lugar la transición de cada nación, Estascircu~~t¡¡hcias históricas allarcan una considerable escala de factoresculturales, '¡;ociales y económicos. y lo primordial es que no sólo serefieren a las condiciones in ternas de la sociedall en transición, sinotambién a sus condiciones externas, especialmentc a Sil "clacióll COlldtrll.~ sociedades. 'Esta es una de las razones por las cuales' existen dife-rencias en 'los ritmos y las secllencias entre los diversos procesos parci,,-les de desarrollo económico y modernización., ' ,

, Este' e',lfoque sugiere que la expansión econ(lmica p"ede produ-<,ir en la estructura social efectos similares a los que induce el desarrolloccont'nn!cC/ -es en este sentielo' que la expansic'm económica puede

tener un "efecto modernizador" ..El car;kter y las co'nsecuencias de esta interrc!aci('l11 enlre los pro-

cesos componentes sc \'en profundamente afeC\a(los por las circunstan-cias históric.as y sociales en las cuales tiene lugar la tramicit'ln, (ir-

I cUl1SI;lncias que incluyen. para cada naci('lI1 o región, las dil'erenciassociocu!tllr;des en el "puJilO de parlida". Como ya se oJ¡sc/,\'t'l. una delas priucipales' fuentes de \'ariacic~n en las send:,s que sigue la tr;lmi-ción LOtal son las variaciones de los út1HOS y las secUCl/cias sCf-\ún LIscuales tieIlen lugar los procesos componentes., y las \'ariaciones mismasdeberían explicarse en términos de las distintas condici<Jnes contex-tnales (económicas, cnlturales, políticas y sociales), tanto en el ni,'eI

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la, fusión del {nfasis conferido al consumo que caracteriza a la etapade ucs~rrollo m;'¡s avanzal\a y el ideal de ocio y consumo pertenecien-tes al modo de vida sciíorial tradicional. La interrupción del proceso demodcrnil,aciún )' el estancamiento social, político o económico quizápuedan explicarse pareial1l1cnle por la pcrsistencia de I;¡s orientacionesvalorativas "no modernas" subyacentes en procesos de modernización

LA,. ;\cc1crad(IS que tiencn' ¡ugar en (Iircrentes sectores de la sociedad.

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1.•.$lr1~¡-~.~ '.¿Líut AL Co,<Jc.wrJ!nimportante aspecto dc la discontinuidad Y el desnivel del pro-D"- "L£ ,~"ceso de tral1siciólJ es la di[ercnciación entre "centro" Y "peri£eri

a",

'1 "Pl'rÚ/Tf1'A'am1Josdcntro de cada naciún y, en el nivel internacional, entre nacio-~nes. La relación entre las {,reas "avanzadas" y "atrasadas" (en el nivelinterno e internacional) no siempre es de coexistencia, sino que enIlluchos casos pueue convertirse en una de supraordenación, de hege-monía del centro sobre la periferia. La "dualidad" puede tender a serun proceso ;¡utorrC£orzado Y a aumentar, en lugar de desvanecerse.

Al llegar a este punlo puede resultar útil enumerar brevementeotros factores que probablemente intervengan Y comlicionen la natu-raleza, orientación y ritmo de los procesos compoñentes y de la tran-

siciún total.J) La naturaleza y disponibilidad de los recursos humanos enCilla país (la "viabilidad" del país y las condiciones necesarias para eldesarrollo económico de acuerdo con sus recursos). n Estas pueden tam-bién originar di [eren tes ti pos de desarrollo Y modernización, ta 1 comoel desarrollo expansionista o intrínseco sugerido por Hoselitz,lO o pueuenconferir al proceso económico una dinámica particular, como. en elcaso de la "economía de espacios libres" de Argentina Y otros países

latinoamericanos.2) l.a posición relativa del país dentro de la dimensión centro-I¡( I iI'cli;t CI1 rela( i"JI\ 1'011; a) la ('sIrali [¡cación in tern:lriOllal de acuerdoeDil cl podcr político y cconómico y, en consecuencia, de acuerdo con elgrado lle l\cpendeneia política y/o económica, y b) las circunstanciasC~,PCI íl icaJ (y 1allllJialltcs) creadas 'por la situación internacional en ellIlOIJIClllOy durante la transici<'Jn.

" Sohre el ....reCiO clt- fllsión", d" Pnlítica y snciec!ncl., nlJ. cil. Se ha señalado'lile el ,i"ellla c"III,ational ell Ami'rica latilla [il'nde a I're,,'rv;lI' eU comiderahleIIII'''i''a ciertas orientaciones armicas. Tamhién muchos ohservadores han descubiertoarlillllil's profu,,"as de tipo tradicional, expresadas (l disfrazadas [ras expresioneS, •.d'.Ih" ,,111\' a\;IU¡;IILts, i"rlIISl' '.Ie extrema izquierda. Véanse varios artículos puoti.1,,,1,,' •.11 .,ltlt. ~"I:\Ii ~ ~, ,1. Lipsl'l (n'mp',). Elile.' y dr.<ol'1011o en ,~III':riea la fina

!,\\UfH1l5 :\ill:~.\'ai(\t\s, \~ltli).U ~r,\l1c '" enllccpt" ,Ic "\.iahilirlad" véase Helio Jal~l.laribc, Desarrollo UD"

,!,:Ilij,',l y dr"ll1lnlll' l'n1iti(() ,.n\ll~nll~ :\tres. f.\"PfR\. \96-\).1" j\. ,1 r. \l""'lít', "¡'all"II" nf Fr"",mir e,.""I"", Tire Canariian Jour"al

uf '"/ f HfI,,,i,s (lut! l'oiltl(td ,'-¡(¡fU"', 2\ (\~.n:}i: -\16.-\31.

11 r:1~rk Kcrr y 011'05, F.l indll.<lriali.<lIIo )' rl hombre indll.</rlll/ ([luenos Aires,n'HrnA, 191;3).

I3) Los rasgos históricos y culturales y la estructura social del paísal iniciar la transición (o sea, ,el tipo de sociedad en el "punto de par-

',tida"). Puede observarse que el concepto de "sociedad; tradicional" seempleó a menudo como una categoría residual que indpye una granvariedad de estructuras sociales y condiciones culturales. En ¡'ealidad,sería necesaria una tipología de "puntos de partida",

4) El estado de los conocimientos en ciencias n(lturales, el carác-ter de la tecnología disponible en el momento inicial de la transición,y el conjunto de su evolución y cambio~ durante la transi~ión. (Enmuchos países en des;)rrollo estos Cambios se originan en' otro lugar; sunaturaleza exógena ejercerá un impacto particular sobre la forma detransición del país receptor.) .

5) El estado de las ciencias sociales, especialmen'te ~n relación conel proceso de modernizacic'm y desarrolI6 económico. Esto depende nosólo del desarrollo de las ciencias sociales, sino también del gradode acumulación de experiencia histórica -en el nivel internacional_en el momento inicial y durante la transición.

G) El gr;)do de "espontaneidad", "toma de concienci~", ';delibera-ción y ele('cilin" y "planeamiento" que caracteriza a las acciones socia-les que generan lus procesos parciales de desarrqllo económico y mo-derni7.ación social.

7) La naturaleza y /;J proporción de los factores exógc1l0S y erutó-gC1l0S que determinan la transición.

8) Los diferentes tipos de élite que dirigen o participan, de unou otro modo, en la iniciación de la transición y sus etapas éosteriores.ll

9) Los cambios que se produjeron en sociedades que se desarro-llaron y modernizaron con anterioridad, y los tipos de sociedad indus-trial avanzada que emergieron. Estas sociedades' (en especia]. las na-ciones "centrales" hegemónicas) sirven como modelos de transición y,como tales, proporcionan fines a1ternativo,S para ser adoptado,S por losgrupos moderni7.adores de las sociedades en d~sarrollo, y en forma másgeneral, ejercen el conocido "efecto de demostración". Puede obser-v;)rse que ésta es la forma en que se originan las diferentes ideologíasde desarrollo. Estas ideologías pueden lIegar a conver~irse en poderososr;,ctores capaces de imprimir una u otra forma a la transici(in.

Es necesario ;)iiadir otras observaciones gener;¡les: 1) estas ca te-garfas de factores no se pueden separar claramente; en reali¿lad, sesuperponen considerablemente entre sí; 2) los diversos factores no sonindependientes, sino que est;in intercorrelacionados en diferente grado;

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3. ,EtlllJlIS de la trllllsiciúT~f¡¡.o1J

Uf'>/>¡'¿''' w:,4) 'IEou iVtl .•{N"7S" p¡,¡2/e< LA C-ohf7,6.IlAc..,'6"1.

Una cucstión h;ísica -aún no rcsuelta leóricamente es la ddiniLiúndc las "cqnivalencias' al comparar las secuclHi:IS y los ritmos de losprocesos p:lrciale~ de diferentes transiciones. Se nccesita algún criteriode cOlllpar;lción independicnte para definir qué cs lo que caracterizalos gr:ldos "cquivalentes' o "csperados" en los divcrsos procesos par-(i;dl's. \,01' jn general se sigucn dns procedilnicnLOs difercntes: 1) lacxpcriclH.ia hist")l'ica del modelo occidental puedc adopl;¡rse como cri-terio o LJa~e de COll1p;lración general (tal como en los ejemplos dadosen él parágrafo prccedente); 2) pueden empIcarse e'l\,iva'lcncias basa-da~ cn promcdios y en la correlación estadística de los indicadores delos diversos procesos en varios países. Ambos procedimientos son ,útilespe~'o ,teóricamente poco ade(llados, en la medi(la ~n que el Cl:iterio;ldoplado se convierte implícita o explíciLullente en un llloddo nllivcr-sal de rransici('lIl. N'o !lay razón alguna para creer 'lne el modelo "occi-

Il~ :\Ibcrt O. lIi,schIllall, TIJe Sll'lllcf!J' 01 Ecollolllic Deue!o/JlII(llt (Ncw Ila\'ell,

Yale Univcrsity Press, 1958), cap. \'1 (definición y discusión dc "rcpercusion", haciaalrús y hacia adelante"). ,

:1) todos los factores funcion;lll dentro de UII sistema internariollal <¡lIeavanza llacia una mayor unificación c iutcnlcpclldcllcia. Al analizarel proLc~o de una IInidatl u;lcional dcterllliuada siclIlpn: [¡;l)' <¡lIC lellcrpresclItc <¡lIe seml:jalltc proceso uo se plll:de' separar dd contcxto globalen el nivel intcrnacional,' Y 4) por último, tal C0ll10 se illtlicó arriba,toLios los bctorcs ticncn un;1 uawrakza din:ullica. En otras pabhras.varían continuamente a través del tiempo, originando así, en cual<¡uiermo~cnto d!ldo, diferentes' configuraciones de circunstancias <¡u'C in-fluyen en la transición mientras' est¡'¡ ocurriendo.

U11 intcre~ante ejemplo de las consecuencia.s generadas por lasvariaciones en ritmos y en secuencias es el "efecto 1lI0derllizatlor" dela cxp;~nsión económica: la nceleración de ciertos procesos de mocler-nización social (acompaiíada a menuclo por atraso en otros) en com-paración coh el ritlllo de desarrollo económico (tal conw se defineaqüí).' Esta 'variación es particularmente importaute en el caso demuchos países latil1oamericanos Y dependerá del grado y naturale:La delas repercusiones sobre el resto de la economía (las que Hirschmanllama reper~lISioncs "laterales', "hacia atrás" y "hacia adelante") l~ ysus consecuencias sobre los otros sectores de la estructura social, esdecir sobre los procesos d~ modernización social y de modernizacióu

polí~ica.

den (a 1" debería repcl irse; en n;a I i(l;¡d, lo con trario cs lo 1I1:'ISI)!'O ha I¡le,Los I'n)(l.dilllielllo~ cSl;lllíSlic()~ ~;(lll 1l1llY n('l'l'~;lrios p;lra I'0d,'( dncu-brir corn:l:ici(JllL:S y asoci;l( iOlll'S elllre pnl( ('SOS,' pno !lO ¡JI Cd"ll ('\._pliclr sus causas, ni la existencia, se;1 de los (asos e~l;,dí~1 i';IIIIl' IlenOl'ln:dl:s, sca de los GISOS de cit:sviaci"'l1. 011'0 1'1'0111('111a dc ;1 ddilli.1 i(Jn cstaciÍbtica dt: "ct¡uivait:llcias" es t¡11t.;usnallllt:lltc"e (Ji,tie I'~II (,(,11\.lJinalldo cLllos de paíst:s t.;n los 'lile la trllll.l'ici,jn SI: j)liJl/" io I:H jJl'riodoslúsl¡jricos IlIfernill's, (;H cOlltliciuTII;S illlerrlllciollCl/es 1IIás bieH /iut:rg'lI-U's, y que se ltall:1Il CIl Iliveles de tr;lIl~i('iún muy distintos.

I.-A.!'Ú'LI <~ ~',~;' '7 LI respucsta a e,te pl'oblem;1 debt:ría ser Ulla teoría de l ¡S etapasS'or~ "101" •..,::,:£$ de Illoderlliz;ICicJn. l'ero hasta el nl~)nll'uto, bs tClltativ:1S dI: esa ín--' e! ¿ 1 ~'" -

S':' DII d(J1t: no hall tellit!o éxito.!" En realidad, las dikrellcjas ell J(IS riullosy las sCClIt:llcias de los procesos componclltl:s y I;lJllhiéll Lis otl:IS varia-ciones generadas por las diferentcs fllcnl.es ya 1I1Ul(iOlladas, originanIIlla v;lricdad de "caminos' qlle pucde lIt:gar o reducir en gr;lr IIledidala validez de cualquier esquema general o lIuiver.,al de SUCSi('Jll dt:ctapas dclt:l'lllillad:ls. 0, 'llliós, el t:st¡ut:l\la de sUlt:SiÚIl dd,jera ha-s;l!'Se ell una tcoría ca paz de integra l' Illuchos faclort:s, dt:lel'loi oa lites ycOlltextu:t1es, y de generar lodll 1/1111 tij){)/ogill cit: Irllllsicio},i:s (¡"JII"e(a pas e'l u iva lell tt:s' a lo largo de ",elidas di vergen tes") apI iL;ti¡!c ;1

IIl1a gran variedad de procesos lJiSl(Jricos. Aquí, el cjeutí/i, (j s:JCi:t!enfrenta un dilema. Por una parte, carece de ulla teoría tal, al me-'nos por cl momento. Por la otra, CII todo an;í1isis de transici"l1J cs 1ll1I}'difícil evitar el empleo de conceptos de "nivelcs', "grados" y 01ros. I:nrealidad, eSI:ín implícitos ell él, y a lIll'nos que sc cOlhiderc CII!:t nnode Jos casos dt: 11l()(lerllizaci("1I /'OUltl IIU ,ll(,('SO ¡'¡lIi(o )' ~t:, dt:scal'l('ntodas Lis cOlllp:u'-;ll.iones (inl'1uso las illlplícitas), cs probable qll(; csl.'JSconceptos se reiutroduzcau de llIla u otra IOlllla. E~a es ];¡ r;lz<'m porla cu:tl, a pesar de sus obvias desventajas telJricas, los c:ritt:rios extcruosconvcnciollales y arbitrarios (tal COlUO el ll\oddo "occidclIl:ti ' () Lts(orreLicioncs e~[;ldísliC:;ls) COllSCl'Vall SIl lllililbd. COliJO n:IJIl'di" P:II',(\;11 P;II:l Li l':tll;\ dt' UII;I tcorí:l salisi'altoria SI' I!llede SlIgL'1ir "1i0

¡;...- .~o.~ , nEo posibilid:ld. ]\'Ie 1diel'O a los esqucmas 1{¡:scri!¡Ii¡.'os dt: la ,uct:si¡'m dc9-S"r:.~'\'J~ .• ;...'

',c ,. : ..,',., <:la¡Jas, ;IJ)licti¡!es a \11\ limitado g'lUIJO de ll:lÍSl:S, 'llIiÓS \lna 1't:!~i('1I1,,:,.~)::!...1.,. _ ~ ••. •

'"rTApA;J,

- - l:¡ Véase lIert F. lloselill, "Th';oril:s 01' Sla¡{"S01' Ewnomic Crowl"", CII JI. F,Hll~'elitl y col., Th,'ol'ies al l!ClJlloll/ic (;roll'¡/¡ (c;lcnwl.'. Fl'('(' 1'1'1''', 1!lfiO'. I'nl:' eh"llarse IIn cXCelcllle an;í1isis hiSiórico sobre el ¡'IIIPlco de las lcor;as ~ol"e 1" elal':'s4.:11 la Ilistorja Cl:OI)ÓllIica eH \V. \V. RO.'ilow. Th,: Sl(l.!!.e.~ nI F((JIl(JlIli(' (;It)(~'lh (:am-bridgc linil'crsil.y l'ress, l!lIilJ). Con rcspcClo a las clapas dc la clo"lli¡':n sodal,'podría cilarsc IOda nn" biblioll'ca, " pall;r dc las I/'olías d<:l 1'1'I'¡{reSll1"'" "do POf

('1 CVOlllCiollislIlO dd siglo diecinueve, hasfa su ~clla('ill)jelllo aClual hajo I;¡ orilla le"ocO-cvoIIlLÍonisIIIO".Un intcresante conccpto de ""I'ora hisllÍrit:a" lo hallamos enSiilion R. KlIlllCIl, Moci"TII l!col/ol/lic Gl'Olt"" (i':CIV !I"\'en, \'"Ie Uni\'crsil)' l'ress,J9(j(j).

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relativamentc n¡;'¡s homogénea en términos dc su estructura cull\lral ysocial inicial y de las condiciones históricas en las cualcs tuvo lugar (otiene lugar) la transi(:ic'lII. Puede suponerse que podrlan f01111u!arsegeneralizaciones Ill;\s dlidas para ¡íreas gc~ogr;Ífico-c1l1Lurales limita(lasy p:lra perío(los históricos específicos, Este tipo de esquema 110 sería~jlJo una fOrllla ;\llccuada para presenl;lr 1In p;lIlOrallla ~illlplifica(b deuna serie dc pron:sos hisll',rj(Os silllil¡IITS (pero no idénticos). Por otrap~rte. podría tener alguna utilillad analítica para aislar asociaciones oconjuntos particulares de rasgos y' para ;¡yudal' a r:onstruir una tipo-logía de las etapas de transicillll. En realidad, el ullpko de elapaspodría vincularse con l¡\ hipútesis de que, en el curso de \;¡ transiciún,las variaciones en ,ritmos y secuencias de los procesos componentes Y,el impacto de otros factores determinantes Y contextualcs (en los nive-les internos e internacionales) pueden tender a cristalizar en configura-ciones estructurales específicas. A su vez, es probable que t:stos scilH.:orporen al proceso mismo y se transformen en factores claves paracxplicar su curso ulterior. Esto o[rece (\uiz¡Ís una basc m;ís objelivap:lra la selección de etapas y para dividir la transición en períodossignificativos. c",,'7!:.r-e-- o 'PArtA L..A. ;"'T"~' T,'c~. r,o;' PE LAS ETi'-PAS

P"ra identificar las etapas pucden sug-erirse dos criterios prineipa-lcsG lil cmergencia de' una configuracic'JIl de caractní~ticas (en laestrlll.t,lra económica, snlÍal y política) dotadas de lln cierto grado de5?staúilirlricly (/nraeiól1, y claramente diferenciadas de las configuracio-nes, estructura les precedcntes y sigui en tes;'@ la importancia causalde \;l configuración para dar forma al futuro cnrso de la transición.

Desde otr<\ pcrspectiva, la etapa puede consielerane como un "pun-to c1edecisión" en la transición. Por cierto, todo proceso histórico es unflujo coutinuo coucrelo. y el concepto ele "pnnlo de (lerisicín" es siem-pre. ell>~ran mcdil\;¡, llll re('llrSO arbitrario o convcncional. No ohs-lanle. ~u clllpll'n pucllc coutrilluir a restriugir llll mOlIdo puramentedeterminista ele la transici('m. En C:~lC sentido puede definine un "pun-to lle' dec.?siún" COI\\O un momcnto parlinc1ar (de duración val iahle c.leacuerc10 ~on condiciones (Ii!'erentes), en el lJuc tJllcrk producirse (o no)lllla reoricntación. Su ocurrencia re"l, así como su car;Ícter __positivno neg¡ll ivo- des(le el punto de vista de la mOI1crnizaci/JIl Y (\csarrollneconr\mico logrados, cstad determinada por la intcrre\;¡ción particularde los procesos soci;l!cs y ec:onc)lIljcos, es decir, por la cOlüigllraciónp:,rticn]¡lr de las características estructurales originadas por el cursoprc\'io de la Iransiciún. )' \;¡s "decisiones" ac10ptadas por los actores~ll( i;dcs (il\di\'irlun~ y ~rnpos en ['osil iones claves). Se sugiere que lail1ll~llIll)lillll (1c'la mn(1crni/a( iún y l'1 c:sUlllcamicnto económico o (vi-(('\'('IS;') 1'1 I'r":.',r<'sn hacia l!,rados de Illllde:rnizacir'ln social -o p"Jílir:a

1. Elementos de un esquema de etapas en las actuales discusionessobre América latina

IAmérica latina parece brindar las condiciones q¡'te según se indicóantes podían asegurar cierta validez lilIlitada a un ~squellla de etapas:

. ~ ambientes culturales; sociales y econ6rnicos relativ;qnente similaresal comienzo de la transición, yÚ)) circunstancias históricas externas einternas similares durante el proceso. En realidad, aun cU,ando se rea-lizaron pocas tentativas explícitas para presen,tar una teoríá. de etapas,la mayoría de los an;ílisis históricos y teóricos de la modernización o, clesus procesos componentes, si no tocIos, tienden a presuponer cn una uotra forma una sucesión de ctapas ,,;Hielas para to'da la' región. Sinembargo, cn cierta medida la concepción de América latiJ}a como unaunidad no sc'>lose basa en factores hist6ricos y socioculturales' teóricos,sino también -para emplear un ténnino obsoleto con respecto a unacondici()n que aün existe- en causas "geopolíticas" e ideolcígicas: elsla/us polil ¡CO conl1'Jn !¡¡tino:lIllericano en relación con la estructura

I1,

29SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

'1 de desarrollo económico mds elevados podría explicarse en térmi-nos de eS1s "configuraciones" y "decisionel.". 1,

Aquí hay que observar dos puntos importantes: en primer lugar,se entiende que las configuraciones o caracterí~ticas no sólo incluyen laestructura interna de la sociedml, sino también la situacióll ex tema eilllcnuu:ional. En sq~unc1o lugar, se admite quc, si bien el concepto de"decisión" es e~per.ialmenle dificil y tec'>ricamente falto de precisión,,~e lo emplea con frecuencia, implícita o explícitamente, en el aniÍlisisde procesos históricos y, especialmente, de la adopción de cursos de;1l'cicJn polftica ° económica. En todo caso, el significado de la "deci-sión" debe definirse en función ele la gama de "op¡¡iones" que se hallanconcretamente a disposición de los ¡¡ctores, gama que variará en dife-rentes condiciones internas y externas (o sea, en determin~das "con-figuraciones" de características eSlructurales). .

Otro facIal' importante es el grado de conocimiento y tecnologíaóentíficos (tanto en las ciencias naturales C01l10 en las sociales) a di s-posicic'>n de los actores. Tal como se dijo antes, el grado de "esponta-neidad", de "toma de conciencia", de "planificación" en el cual tienelugar la transicil'lIl es Ull factor importante que hay que tener en l;:ucn-tao Este grado aumentó con el tiempo, y desde este plinto de "ista, lasituación de los países que iniciaron sus transiciones COIl anterioridaddebe considerarse en forma totalmente c.liferente a la de las: nacionesactualmente en desarrollo.

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GINO GE.RMANI28

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. . I'c ..'UUCi('lIl de "es[eras de in- propiedad tcrritorial", en forllla sCllIej;lIue a ];¡ Europa pOSITOlllana.1, .. tern'ICl()lnly !.leLtll . , . ¡ ... , / . j J'" j . 11del ])oder po. I\lCO Jll •. '. l'." . lelectual cOlllnbll)'o l.a Cla¡J;¡ C(Jlill ana, e Irl!.;II;1 1;lIla ;1 (elllr;; I/;ll 11111('11 a\ ,'IIU ae es' l" . 'ierlo (lile la ll.\l IClI.lll 111... ''''., . "

f1l1cllcia". 1am )lel1 cs C ., "... ." l. los "estlldios latlllO- "prllllates • n:p":sC'II\O IIl1a eX¡)Icsl<)/1 dlrl'Cla. dc b I'('/allllll de la ('010-' 11 l. crC'IClOll del C.lIllP') (C '. " ] I 1 .de l11;ll1era nota) C a.l • , . .'. 1 1" . tnnsforl11;\l1dolo a ll"l con el 11I11l1llo eXlcnor y pnllnp;dllll'lItc dc :1 (('PI'1I1 1'¡¡n,1 n¡J-1 . '1 1 11e\'o del11asl.l( o C]0s, • , . " . . . .'1IIlcricallos", COIl o Cll,l o I ' I lo C1S(l el límile de tllr;¡l, pO/lllel, C(OIlOllllel y llIllilar dc l:I sociedad co!olllal )('SI)('("IO de• , " .,' tilJO y rCb;¡S;II11 o. ell O( •. '. . . "

menudo cn UI1 muo cstCICO . . > l' de "clleralll.auo11cs es SIIS cellll'os IlIclr"p"lllall"s ('IIIO¡>COS. SIII cllliJ;lrgo. el ~olln'/JIO dc d<ls"¡'ltcírlC'l(luecste IpO h '. "',

,,¡;'¡xima prOdllC\I\'Il.le ( • fascs, nl:Ís qlJ(: propon IOIl;lr 1111(,S(¡t/l'III;1 dI' SI/l('Slllll nt. ('Ia/':". ;IISIa yralJaz de dar.., .' .' ¡)'(\"I /,olle dc JII;IIJilicslo dc IlIallcr;1 t'ficlz y Silll("licl dos de 1;l'i fll('l(:IS 111;S' r il'ldo dc ClJ111I I JlIlIOIIC\ ..

Fs /'"\jl)1c: r;ISlrcar cicrlo lIumero 1111• ..]. j(')11 (011 d iIlIP"/I;IIIICS ljl/l: flllllioll;II1111 ell h "'/,Olll 'l)jollild y POSll'liolllllllll' (laUII'I ICOIÍ:I o cS<¡lIellla dc etap:ls, ¡¡(,I.O IISIl:dlllt'I'.'l' Il',n l.~ ..:.111 'lislori:1 sl'gllllda el;I/,;1 IlIh;III;1 (('llllÍp(:LI de l\roIS(: eXlclldid;¡ ;¡ 11;ld:s del si-• , l' l' . '11'11l¡>lo p.I!.1 II \lll JI •'Ill''disis de procesos ]l;llna cs. III (. '. 11 1)' illdil ¡'¡ UII.I gil) )(IX y <¡"C sc pl'O]ollga /"ISI;I c:J pn:sclllc).• . " l'" el urh,lIll\la .lIgCllllllo .11( o . . Or.-rr,r-.: . ,

urh;dla de 1\l1lcl'1(;a .11111.1, l' 'C )loni't1 de los ;l/tCc.lS c L,./:-S {T/0tJ .. .....,~ -vJ: El el11plco dc 1111CSlj"cllla dc alllplías clapas dc dcs::rro.lo CSt:l. '.. ... 1.11 t1tura ur);1I1.1 ¡lI( t.. ._' .', '!-¡SI-. ,_: ,.. . .

serlc, dc SCIS et.lp,ls. a Cl " l'. 1 cSlnIiol1 sc"ulc!a ;¡I PO(O / ,._" ... é.",.. <;:' IIlIp!rIlIO 1.:11c:J ;¡na!rsls /orlllllbdo por los (,(,OIlOllllstas. talllO (on rc:.-'. .• >. , 1 [undaClon ,'0 0111.1 .' , , h) .,; . _ '" . , . "

Incas. luego LI ct.'1),l CC .'.1 'nlc Irrl11in;lda en ]!íHO, cn la pe( lo a delenlllll;J(los pals(,s COIIIO cn rc!auol1 con la trallSI(IOII en 11. ., t 'rccrl' etalJa eSCllllol IIIC. ,. '. 1 . . , . "', . . .,Ilcmpo pOi lllM C .. . 11' iC101I el ¡'atron colOnlZII( 01 I'C~IOII COIIIO 1111lodo. Ollll.a la /orlll;¡ mas pop"lar sca la c1ISIIIIClOI1.. - ], 'los I)Ol'tugucscs csl;1 ) C(', . :.... '. ~--: " •. '. ..",q"e los csp.1Il0 cs ) ..' l' )rOloll.rada, <¡IIC abarco apro- Clllre (I'CUJIlIClIlo h;¡ua ,a/llcra y !TCClIIIICII[O !raCla ;ldcl1lro. Esta;. , 1 art'l cta))a, m.1S Jlcn 1,., ., , I 1 \;' _ . . .de]a reglOn. _a CII.. - ... t .'1') 1)0\ la cOllsllllda(lol1 'c . >'. ¿<Jlos /ollllas dc crCUllIIClIlo corrcspollden ;¡l contrastc cntrc \lila ccono-. ,1'. tes anos, se c.llol( CII ( . . ?tAU,(_ .. ~,1 f)£ ,,> , "". . .XIITI;ldamenlL (OSClen ). .... es de h so, iedad colon,,¡!. Lo, j;./ -1:>1"(:,' 11l1a ¡Jasada CJI ]a expona('JolI de maten;ls pnl11;¡s (crcCllJllcntc hau;!' .. . lo con las IIlSIJlll(llln ., '.,., (' 1 .' c..'(; , '.. " ..p;1lron UlbrlllO, JIIIl , l' - .. lIbios Estos se produJclOII CII C1LE'<-l'"'''.''~''' ~A ;lfll(:l'a) )' IIl1a CCOII(lIlIla ]¡;¡s:lda ('11 J;¡ IIHIIISII'J;t1I1.:tnoll ((I'(:n;IIII:III(1. 1 1>' HJ 'lCliTCO mllc ,o, (,n. I ". . ,_', '. ..•.•. . ...•JII(epCnlellll.1 l. .1 . i"I'I(i"1I1 (,1I1'1I/lC:I)' por :1 ('1110- ~,.,( ,'- .., 1"ln;1 ;"I"II/lll). lISII;dIIlCII!C sc IIldlCI J!J:.ll C0l110 <:l P"l1to dC(ISIVO.. 't'),1 sl'líaJ;¡da pOI .1111111,,' 'l' ,,_.; .' . .....,..J;¡ qUIIl!.1 C .11'" ., . l l. htilloalllé'lil;IIl;¡S. 1'01' 11111'10, ", ., ".-'~r""'. ('11d q"c se prodlllo c:I (';11111>10dc Ol'lellt;¡(JOI1 cn Alllcl'lca lalll1:1 o SC;¡.... ' ... 1. 1'1'; '))'II1!lpaks (11Il..IllS . ". ,,\,. oo. ,.,., •• "..

1'~'II..llIO.l (C •. ¡ .... ))01' I"s I1U!'I';1l1011("i 1111.1I s- ,'11 la "poca de b (,r;1Il JkprcslOlI. Para los t'ICIII¡(J('oS socl;dl's lallno .." . l. 'IUII;¡I sc CII':II'lelll..1 .,. ,; , '. "., ". " "..la sex!.a c:1..1poi, .1 • '. l' '(' 'illlielllo IId);IIIIJ. !'.JI el IIIISIIIO aIIlCI'ICaIlOS, d call1/llo dc CXp;lIlslOn h;¡l'I:t ;¡fIICra a CXP;IIISIOII . h;¡CJa. . ... ,.1 1.;'1pido 1'IlJIIO ( C 1I .1 . ., .. " . ." , " . •

urlJ:llI;¡s IIlICI11.IS ) C:. . , tor IJcrcibe dos ;1l11pll:IS etap.ls. ;Idclllro slg'II¡(¡ca IIIIIdlO llIas q"e 1I1l calld)lo eCOlll)/nICO. j\lI/c~ blell,I ], J' '101'1'1 \lrh;l!!a, 011o .111 '" . . , .., . , . ,

CII1lPO LC ,\ \lS,' " f , .. l' las cilldadcs, )' la SCgIIlHIa, (111- el C:lIllI)1O es/rIlCllIra] cn la eCOIlOIllI;1 sCllalo tanJl)JclI los Cl))llJell'OS dc.' .. 'll'lfi¡<T{/ b;1n;1 rI liCIo! ( C . l .. '. '. '. " .);¡ PIII1lCI.I, [(II b'. "'1 '111'1 CSj'''('J;¡IIlICI1IC 1.1(1.1 1.1 IlIla scne de otros clllIl)Jos ell la eslrllctllr;¡ sflClal en la ]Jll)¡tIC;¡ en la.'. , • > Ic a la CO\lCentraClOII 111l. ',.. " . ,..... . " ,'. ' . .'

/1'1)( /1/, quc u~ne l' . ]r, T' ¡"Ise celltrífu"a SI: CII.lUCII/,\ plll Jdeologla y en d gr;le/o )' d C;1r;11'll:r de la Ie/enlldad 11;¡C101l;d. No'.. ." l' COSI1l0POI lol. "l. . h ,. 1 . '. ", .C111l1.1t1p1l1l11l e y . 1..\ ''!'in !)I)I'Uln'lIeS;¡). <¡lit. "'11.1 - oil.,I;IIIIC. c:s[as dlstlllnollCs ('SI;1I1 1111/JllnlaS, o ell loe/o (';ISO (al'el':'11 dc. .. .,.',. l." 'o la [l/zclICl/l. cn .1 , I11C ". ." ..' ". '. , . ,.

].1 11••( lel.( .1 e . l' h' illslitllCiollcs ('CIIII'a\t'\ dc 1.1 SO(" IlIla IOI'lIlIl/a( 1011prc('Jsa. 1'01' otr;1 parle, 110 cslall cOIHI'iJld;¡s ('(1111) IlIla' l' sc rccol1oce C011101111,1(C • s , 1" ., .. j. les , ,lllCll C.. . .' " 1'1 'clot'llh dc fllllcioncs po IIIC:l~" ..0,.1 . tcoría de etapas, allll (,(1;IIHIn cSle: CS, cn realidad, Sil p;'lll'l ell Jo:; ;ln;l-l. 1 t' .. liciol1al IaUllO;lIllCI Ic..1I " •• '/1 . . . . . . . ., " _. . ...(.H .I.H. . . J. sl'(l() clllI1IJar;¡t!a COIl la 1/1 iI IOlllolllol .!IsIS. A JIIcnlldo];¡ dlstll1<'1(J11 !tan;1 ;""c:ra-Ilacla ;lllt:l1lro se IIllclprcta. . . I . 'I\eS y que 1,1 . 1m!lllares y JlI< ~u •. .' ] 1'. ,.' 1ro Fl dcsarrollo del siste11la dc la. ('11 fllllcj"lIl del c;¡mbio CII el grado de dcpelldcncia cxtralljera )' ;Jiicna ..1.. ]a dedmaclOn (e 1IllPCIIO.. '. l'" I '''_ . ,. .."."..(.III.lI1tC. .' 1 1 I ilitamicl1to del papcl de las Clllcladcs, y .1 ce., 'H)JI naCIonal, correspolldlCIHlo la fasc ha(Ja afllcra ;¡ h c11:¡ll'lIdcl cla y(IC

I1(h JIll¡)IICÓ e (e) l' . o 11" 1'1 "1 In " " . 1 l' 1" j f " .. , . .] lel NIIC\'ll ]\[UIH o el1 10111 ~\. h' ;1 IIlIa conClcnua na(JOn;¡ a Icna{ a , en COlllraste ('011 a ase I:lCla" 11 "t1i/;ICj{lIl de la SOClC(1.I( ( ". . . . . '.

LCI l. .. , , adcllllO , me/IGlda por un (TCCJIlIICnlo clel /lIVel de ;1I1(O/lO/lIiIl. En l'ca]l-( ) ¡"'s'ulllil'llc!o un ;,rlíelll" de .JOI'geE. 11."1'<11))'CII (1;1<1, cn estc cnfo'Juc el concepto suhyaCenlc es el de 1111.1aIlIO;IOlllí;[ crc-j.1 Glcllll 11.' Beycr WIll\' .. l'.. ' . x~ y el ru '11 IIllil'erslly ['l'eSS,. . ' "

' J / E '/'/()liOIl ;" 1.ali" ¡J/Ilenea (lil':Il~, J, ., .) ~ nCllte: desde Sil complet.a allscnCI;¡ (ú ;¡)JSolllla dCIICllllclICla) cn la l:¡)Oca7 "e [r '" 11 ,., •

1%7) ¡do's. !í7.!íR." . .' . I Strllc- colonia!. a una silllali(')1I "scll1i-coloni;"" o "colonial illforlllal" dllrantc. '" , .' Clícs Aspctl.¡ 111hlllUllln ,(II( . . .:i¡r, Richard l\f. l\[orse, "l.al~1l }\lllclKan ,¡ '1/:'/(1)' 1\' (1%1-2). p;ígs. 17~..HI3. h [;¡se dc expansión "haCia afucra" (con un [!;r;¡do dc alltonomía muy,: .' . 1'., Sllldics 1Il SOClfly all l> , '. '. " '. ""

ture, ell CO/llj'''/(J.lIc .' "J. socied:ld ("lollí.,1 :1I11(',ilana CII Jos ~,If\I~)sX\l haJo), hasta la lcrecra Clap;¡ dc dcsarrollo II;IU;I adelltro ,q"C 1I1l')!lcalo C' C"'ncdcs del Castillo, "a _ J' (1\11«.:1011.'\ HCII,- . '. .! ,. r l',',I.' . \"v"s (co,nI)') I/isla,.i" dc EI/"III" )' IIIICI/I"" , pllr pl'lmcra vez IIn;1 tCllIall\,<! delJlJcrac!a para onelllar el I"'orcs,) dcy X\'II", en .' IGcns- I •.. •

Vivcs, 1%7), p;\g. 508.

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li) I In ej('rnplo de est~ C1'ono]ogl;¡ se encontrnr;'1 en Johr ,1ohmon, Po/itica!(;h"71gc ;" ,-"1;,, A11/u;rn (Stanrord. St~nronl I1niversity I'ress. 1%8). '].ntroducción,

~" (;, Cerman;, "Iknwctnlie Representalive et elasses Populaires en AlJlériquebrinc", en Socin/ogi-: clu Tralla;!, JII (I96J): !lG.] 13; G. Germnni y K, Silvert. "Po.litics, SofÍal Slructure "ud Milirary Inlervention in Latiu America".' en, Archives¡';71rnf,,:c7lCJ 'de Socio/agio, 11 (I!lG]): 62-81: en "El proceso de ,transición hacia unadelTl(luada de n"'sas en la Argentina" en PoUlica, XVI (1%1):; 10-27. se puede ha-llar Hna "p!icación a In Argentina, Gran parte ele estos 'trabajos ,han sido incorpo-r.,dos "n Polílica y .<oc/edad, o/J. cit, ' , I i

2) n "'''In(m" dc etnpas esl;\ incluido en los apuntes de un curso 'de confe.rencia, dicla(10 en la IJni\'er!idad de I1Jrvnrd (1!l6.5) que s~ hizo circular mimco.g-rafíndo,

f:;DErP-jLO '?'..:~ r, A...

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GINO GERMANI32'POl(c.'c'l~ ':f. ¿p .'"'2.Qu'Ff1.j:,.t,. rn.,"---r . '"desarrollo el1 funriún de intereses nacionales,l7 Autores de tendencias primaria de exportacic)n' , ' ., .' 1'" >. " I . I l' ' ... ' • l' ,.' mvel slOnes extranJe ' , ,Irlcolog

1cas(lsunt,ls, espeua mente os e e mSpll.IC.lOn (e extrema IZ- Jera, una organizac" l.' ras, mmlgraclón extran-" ( - IOn es tata mejor y má '

, qtll cnla , por lo general no estan de acuerdo sobre el grado de autono., comunicaciones tI' nI' s raCIonal, mejoras en las. . ' ,,' " I l' ' ' a sportes, ee tlcaCIón y t' d I1111a de la ultima etapa haCIa adentro, Para el os, la legemollla mente se admite que I " es an ares de Vida, Usual-, ' l' I l' ' . 'l" 1 I 1 e creCImiento de los "se t '!Tnpena Ista y a a lena non nanona estan' 'i1l1CU ar as con a estructura gar en el siglo xx' b I ' c ores medIOS" tuvo lu-, . ' ' ' ' so re toe o en sus tres' I "dd pod<T que prevalec(' en ];IS na('lOl1rS de ¡\lllC'l'Ica latIna: cOlIslderall la nllcva -y más cJ " . pnmeras r éc;¡das, aun cuando, ' ,.' . eClSlva- ola de md t' l" 'óque ti verd:l(1cra !Ibrr:llllllJ 1J;IClonal solo jlucde IIcgar a traves del calll- t;¡l1l/¡ié'r1 rOlltribuy' l' ~s na lZaCI n posterior a 1930, ," ' I "1' 1 "1' . . o a Sil u tenor eXI)aIlSIÓn ID AIJlq revoluclOnano, 1:.11ese senlldo, el l esaITollo 1:lua ¡¡l elltro , );ljo UltlllloS a¡lOS el 1) ,1 I . ,pesar de que CIl los, ..'. . ape (c estos sC'ctores en el .el Ilder:17."o de la bllrgllesla naCIonal, esta condenado al fracaso, En se volvir', TTIIIVcont d" ' ploceso de 1Il0derll)'Z'lcl'(')Ile, " •. , 1 ra Ictono el " " , .. .rcalidad, no tiellen fe algllna cn la 1Jnrguesía y ell su capacid:\(l para vio eksmentido ser' d'ff'l Y optImIsmo 1I1lC1al de ¡¡Igunas tesis se, ' la I CI negar que ' " 'dirigir un proceso lle verdadero desarrollo' nacional autónomo. Por tante cambio en el . ' su apanc\()n SIgnifica un impor',' proceso mismo med' t ' , •011':1 parte, los lfnlll.es eslrllclllrales de las 1JlIrgllcslas l(lcale~ p;¡ra con- vamente estable de la f' " lan e una modlflcacic)n rclati-, l' I J' I l' l' 1 1 ,. con IguraClón. estructural 1) ,dllur ( IC 10 proceso Jall SIL () l escl'lptos yana Iza( os por I1I\IC JOS eslll- En la discusión ,1 ' ' e e ¡ a SOCIedad.

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. . lR ' . prccec ente sólo conSiderar IliOSOS. ' parCIales de etal)as así 1 < nos a gunos esquemas, " ' , , , como a gunas de la P'" '

A pesar (\p. la forma en que se pueda llsar o abusar uleologlcalllellte corrientcs sobre l. '. ' ., S Sil aSlclotles Implícitas más, ' ' .. ' . .\ suceslOn de etar)as en A é" ",,'de csquemas h:lsat1os cn las :ltllplws fases de 1ll0UenllZauon antes esbo- sc 1Il(J¡ccJ anteriorme t l. ' m Ilca latma, Tal como. l' . I 1 ' l" ' n e, ,IS tentativas para el 1 .údas. ('stas se basan en a percepclOn (e cam 1I0S l rasUCOS ocu- SIVOSr.xjllicilos son mu 'l" " a )orar esquemas compren-nidos en la región y tienden a poner de relieve el papel de los factores de ellos alJn inédito, y rc( tlcldas: de hecho, sólo conocemos dos, uno

externos o ilHernacionales. que frecuentemente 110 reciben la debida A pesar de u'.1 f' ". I . . I l' f 1 "\" . 1 . g e e 111 pnnclpal de I 1 'COI1SI(craClOIl en os estl\( lOS e ectua( os por Clenll ICOS sona es ex- _ .• ,_ proccso políti' I " os (OS es el ele :maliZ'lr .1,,'. c~t:. r",n.nf>.);)tCt..C>'>'¡=-'o'¡, [1': :r:'~"I$;j.tH:.II-'"'''' 1': ',' > .... ,p~a~ (O, puc(cn consHlcrarse am lios " ctl.lllJClOS, T. _ .' l/l.,. 'l.':.... ' .1""'r-r, r" 11"'<' ¡¡mbos tom:ln en con<I'(lera .. , p en el sentIdo de Que• • ._, ' '1 " -, " . clon en CIerta ¡'d fl

l~n esta busque(la de'es(plem:ls de etapas en Amenca laUlla plle( en SOCIales yecon(JIll' El ," . < mell a al menos los camuio : I,.' ' " . ICOS, < pnmero ele II f ". shallar~c (,ltras contn!>uclOnes valIOsas aunque IIldlrcctas, Por ejemplo. arios por Kalman H S'I e os ue presentado hace algunosel c1r;'tstico cambio introducido en la cstruct.lI1'a social latinoamericana al mente, se basaba en 'u I ~ert ,Y, el al1tor de est~ libro, Fundamental-

, 1" l' ". l' l' ' n aná1Jsls del I)roceso el ' ,surO'lI' ~. crecer os sectores me( lOS PO( na "0 ver a Interpretarse en I " la sllresi,"¡ exp '. I ' e movlhzaci6n polftl'ca.

1t> 1 1 ' .• anslOn (e la parti' 'ó . . , ,

térIuinos de una succsiún de ctapas: la prirnrra caracterizada por la considerc'l como un as . ' '. ,ClP~CI n política, Este proceso se. 1 'l' 'f 1 I 'l'" 1" '" ' '1' <.pecto de movl}¡Z:lClÓn e' ;" 'heO'cmollla

l e e Ites semI CU( a es y e ¡.tes o Igarqulc:lS scmlcaplta IS. c!Jamente relacl'on dI' . mtegraclOn soci:lles' ('<treo , . " . , ,. a o con a tran ' . , ..., .las, estrechamente VIl1Cul:luas (on la econonlla pnmana de exportanon; esl'e Ir;lbaJ'o se CO'll ., I SIClon, total subyacente, Ahora en, . ,. ' . ",' serV,lI on as etapa " l"" ,,''1 una sq!;unda etapa, mas :lvanzada, en la que la parllupaclOn de los I frc<JCloncs), ¡Jera I " s ,Po Itlcas (con dIversas modl'. I, ' .' os componentes e o ' " ' ,nlle\'oS estr:llos llIedloS Introduce un poderoso elemento ele modernl- I dos ele acuerdo co Ir' ~ nomlCOS Y SOCIales fueron aO'rega-, . ' ' . n e cn oque teonco a t '1 2 I b ~71z;,c,zaciún y purde convertIrse en un factor para el desarrollo econOllllCO , Ilva fue )Jresent'](la . JI l' . "n es sugenr o, D La olra tenta- _l., • ".' . ' . '... I ' ,por e 10 JalYu: 'J 21 E ' , ' Pt=¡:"'''o.z. ••.",o,:y pollt)co. fulUI'O, El surgl1ll1ento de las clases mc(h;IS se (OnSI(1cla etapas IJrinci¡"l!es' 1 l' l' b 1I1.)e, ste autor cltstmlrlle tres '• ,,' ' , a co onla la fe l' 1 I ,1 b

('lImo un?) de los :lSjlrctl)s dI' 1I11a sene dc (a1111110sque tuvIeron lugar, ' ' , 7711ca Otlza y la l,ra,nsicional, En

desde 1:1 segunda mitad del siglo XIX, en la expansi"JI1 (le la economía

17 11,u,,\"lf'ntr los econ()ll\i,I~' ,le \;¡ CEPA!. ,\islin¡.:uen entre las Ilos elap~'dl' dl',~rr(ll",: "ltacia "fuera" \' "It"ci" ;,,\enlr,,", El concepto lle la creciente aull)'lH""ia de los p"ises \alinl'''llll';irano, _fU \;¡ el~pa lle ,Iesarrollo. "hacia "den\To"--l" la ha'l' de 1", teoria' dc Il\udw' (ÍentifilO' ,ociale' ];¡tiuo"meric"nos, asl como de/,'" 1" "'(1"" 1¡j.~i1Il'I.\ tic b, il\clll(1~i~> (Ic 1.\ "illlnicrcb n~cion~l".. l' \'i':111'C ~l~nno, ,le los ani,nlo, inclnillns en \;¡ anlologia (ompib(b por James1','11:1' \' \I"nrile'l.rillin, 1 II/i" .-1"Icr;r", He/mili ,l!' I1c.,,,11I1;0,,1 (Greenich. Conn.1 :1"""11' 1',lili¡l':llion<, I')(ill): ';nnhii-n Fernaudo I\. Canlo,n, F.1lI/,rc.,a,io lmlu,'rial, 11. \,'11",1/.';/11('11/0 E/lluomico 110 Hnl.'\il (San ¡';lhln, Difusora ElIropcia do lj\'fo,

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Page 16: Germani - Sociologia de la Modernización

,5. Ensayo de un esquema de etalms de 1/1Ot!c:núwcicill

en América latina

La tabla qne ~c prcsclHa cn estc ('apíllllo 110 prclt'lldc ofrc(cr una"t(;o)1;, de las clapas". Sil fin cs 11I;ís modcsto: sc trala de ulla Icnla-,iva para proporcionar un panorama dc la trallSición SUlllamente s mpli-ficado, que puede scr útil para ilustrar algunas dc Lis caraClcrstica!>principalcs del proccso. Por cierto, la LibIa no pucde consid :Tarscsino como un rcsumen de scntido cOlln'ln, altamcllte condensado, dcla historia social latinoamericana. No es necesario dccir Cjuc, ¡J,:bidoa esta condensación y ;¡ su nivel de gener;t1idad, no represcnl;1 lliJ.gUl10de los procesos histtíricos espccíficos que tuvieron (y liencn), lugaren los países latino;lI11cric;ínos. Las cxcepcioncs sedn regla, pcro">rcci-samelHe al destacar estas "desviacioncs" quizá se pucda empIcar r:omoinstrumento de comparación y COI)IO un medio para destacar lantolos LISgOS cspccíficos conlO los COJlluncs (si los hubicre) CJI el pr:->cesode modernizacitlJl de los países latinoamcricanos. AdcJlJ;Ís, al clasificar'su contcnido cmpírico en los tres procesos principales de i:l transicióntotal (y al cspecificar "en horrador" alguuos dc sus corrcspondi::ntcssubprocesos) puede contribuir a poncr dc relieve tanlo, sus aspectossincn'lflicos COIIIO asincn'JIlicos: casos de (/{'d/TI/(-itín o t1"SI/('(.ItT(,('/(jn

de subprucems espedJicos, o diferencias en sus secuencias, o cases enlos que las diferencias eJl ritmos y secuencias produjcron fllsiores ocontemporaneidad de etapas, en lug-ar dc una snccsi{m, lal COJll() se,indica CIj el esqucma (y COIIIO ocurri(') rcahJlcntc, por lo J:lCJlOS en;t1g-nnos casos empíricos). Por último, el esqucma pucdc contribl ir aproporcionar, al mcnos, una rcspucsta provisioJlal al problcma del CIlI-

plco im/)licito de a 19ún ti po de sllcesi"lIl. Talo como se O/¡scr\'r'l ;lliles,hasla la mcra menci¡'m de "m;ls" o "menos" avanz;ldo, 1;11I rrcrllcnt~ el!

2-1 Una rcvisión Jc las teorías del cambio sncia! en .-\lJIérÍLa Ialiua se e"con-frará en luan ],'. Marsal, Cambio social ell la A m¿rica latirla, Critica de alpl1lasirllnlnetaciolles tlomi/lalJtes e/l las cien tÍa" .\tIcialr." (Bucnos Aircs, Solar-llaclicllc,19(j7). Una primera vcrsión del modelo mencionado ha sido presentada por Torma!oJ>i TelJa, Oscar Cornblil y Ezcqlliel (;;1110; "J'olitics in Nctv Nalions _ A mo(I~1 ofsocial chall¡:c for ',a(ill j\lllcrica" (I>ocun,cn(o dc Trabajo N') :!I, Ccnlro (le Socio o¡:¡íaCOlllparada, ITUT); Osear Cornillil; "Confliclo, Cooperación y Cambio: inleq1re-lación [ormal d" Un modelo de ca,nilio social para América latina", (J)oclllllent) dcTrabajo NQ 10, (;;1.5" ITIlT); T. ni TcJla: "The Political Proecss iu Lalín ¡,me-tica", manuscrito (parle de un libro por publicar).

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GINO GERMANI

'}¡,,"rl/,"~~ (3~1-y¿J--,.. U :;:JFf'H>;:->.FN c...i.~ -este esquema ha'1lamos una excelente presentación del concepto deautonomía creciente. En realidad, su principal variahk (aunque deningún modo la única) ,parece ser eigrado de dejJe11dC:/leia y el gradoc~r.respondiente de autonomía nacional auténtica. En la primera etapa,que no finaliza/ con la caída del régimen colonial españolo portugués,sino C011 los comienzos de la expansión de la economía primaria dcexportación como resultado de la rcvolución inuustrial (o sca, a mc-diados dd siglo XIX), el Rrado dc dcpen<lcneia se halb en su puntom;ís alto. En la etara "semicolonial" la dependcncia contiuúa, aunquecn fOl"1l1;\difereute, micntras que la transforllLlci('lI\ illtCl'lla de la socic-dad origi'na una "capacidad inicial para el crccimicnto autoinducido".Esta capacidad se ve más afianzada aún con el derrumuc dc la cconomíade ex'po'rtación primaria posterior a 1930, durante la tcrccra ctapa "lran-sicional", que también se caracteriza por el surgimiento de nuevos gruposy clases y por la ap,arición dc nuevas tensioncs.

Por último, puede hallarse una importante contribución al conceptode etapas comunes en las dis~usiones entre los historiadores sobre lasposibilidades de una historia comparada del hemisferio occidcntaL Conrespecto a esto es muy pertincnte mencionar aquí quc en su examcnde "The History oE American Progress",22 Charles C. Griffin, al in-formar sobre las' discusiones ~~crca del pcríodo nacional dc historiaamericana (tanto latina como no latina) afirmó que, "por extrañoque parezca", hubo un "acuerdo considerable sohre el importanteproblema de la división en períodos". ,En consccucncia, sugirió unmarco comÍln que distinguicra cuatro períodos:

L ',él rompimiento con el viejo mundo (1770-1820). n. F.l dna-rrollo de nuevas naciones (de la década de 1790 a la década de 18Gll).IlI. El ajllste lal capitalismo indwtrial y financiero (de la década de1860 hasta la Primera Guerra J'vIundial). lV. La Teacción de Américaa1lte ~l impactp de las tensiones del siglo xx en la civilizacitÍn occidental

(1911 hasta el presente).~3 .0

En esta :breve reseJia omitimos toda referencia a la aplicación deetapas a las naciones individuales, así como a fonnubciones m;ís abs-tractas y generales' como, por ejemplo, el conociuo modelo folk-urbmlOdesarrollado, por Retlfield. T~mpoco - nos hemos referido al intento

I ,22 F~e un proyeclo iniciado por Arlhur }'. Whilaker en 1917, palrocinado por

illStililciones regionales e inlernacionales Y ampliamente discutido, en reuniones cien-tlficas. Véase A. 1', 'Vhilaker, "Inlroduction lO lhe projccl for a lIislory of Amerka",en Lewis Hauke (comp,), Do tJlt: Al1Iel-icas 1Ialle:a Ca"'''I07I [/i51'''-'y1 (Nueva YorK,Knopf, 1964). E~(a compilación inclnye muchas conlribuciones sobre el problema.

23 Qlarles C. Griffin, "]'roblems of the Nalional l'eriod", en L. HanKc,

op. cit. -

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

-.que creemos de suma illlportancia_ de utillzalticos que permitirían el uso de un Icnguaje ndsempIco de una enormc cantidad dc \'ariables.~'1

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modelos matcmá-adecu;ldo - p Ir;1 el

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Page 17: Germani - Sociologia de la Modernización

totlas las discusiones sobre el tema de la modernización, significa laadopción implícita del concepto de que algunos cambios suelen prece-der a otros, o que determinado país está ubicado en otro punto de lasucesión temporal (impllcita), es decir, una. suposición de sucesión. Eneste sentidO, la tentativa puede ser considerada un paso para hacert'xplkitas dichas suposiciones al sugerir una dC£inici("n más específica

de la sucesión.No trataré de describir aqul cada una de las etapas indicadas en

la tabla. Por una parte, ello sería imposible dentro de la limitad;lextension del capilulo y los propósitos del libro; además, el contenidode la tabla es conocido y se explica de por si, a la luz de la li teratmaactual sobre la región. Por lo tanto, la parte final del capitulo estarádedicada a ilustrar brevemente el tipo de análisis que podría inten-tarse sobre la base del marco sugerido. Nos limitaremos, pues, a consi-der:lr :llgunos aspectos de la interrelación entre factores endógenos YeX("gcllos, y el slITgimicllto Y cristalil.aeión de ciertos "efectos estabili-.zadorcs", principalmente en la tercera Y cuarta etapas.

l'5. Interacción de los factores endógenos y exógenos en el surgimiento

)' la .cristalización de las configuraciones est1'uctllrales que tiJ,i/icail

los vados estadiosfM'"",,~o"J) 1>€ ~~ :¡::hcA.oO fLo€~ r.)<oC;e.¡Jo\ u' ¿ A Pl:(7..,"'Q' z,c.c.2>N-

Se observará que los principales estadios del esquema estánfechados mediante acontecimientos externos. Ahora bien, el atribuircaracterlsticas amplias similares a todos los paises, aproximadamentecn un mismo momento cronológico, plantea serias dudas (aun cuando,ta~ co~o se sugiere en parte en la tabla, se deje un margen paragrandes variaciones en las características más específicas). En realidad,dado, el conocido hecho de los diferentes ritmos de moderniz:leión quecaracterizan a, las diversas unidades nacionales, cualquier fecha deter-min<\da los (ttberia hallar en diferentes posiciones o etapas. Aun enel caso de que el esquema de sucesión tuviera la precisión de una. leynatural, la falta de sincronización entre naciones (para no hahlar. dela asihcronicidad den/ro de las naciones), deherla implicar la impo-sibi1iI\;1(1de inici:lr la misma etapa alrededor de una fecha aproxima-damente igual. o dentro de un pla7.0 relativamente breve. La homo-10~la no implica la simultaneidad. La respuesta a este aparente:11¡~\lIdopone de relieve l:l importancia dinámica de los factores exó-gCTlO.l. sohrc los qúe se hasa la periodización. Estos factores generan en(ad:\ l':lÍs _sin lrner en cucnla el grado de modernización alcanzadopor (:Jcla lino en cse momcnto- pna serie de procesos esenLÍalnwnte

36 GINO GERMANI

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN 37. ., ¿ - ,......'-F~rz -., C;~\';:LA C;in/{..I/UD 1"'" S<-c v7t. vi - <=,~

1similares en todos eIJos. El carácter común y la relativa simultaneidad~ ••••.•• ...., •..•.••""_••.c,:No~,..,,,.

de este impaoto externo ~s, precisamente, lo que contribuye de manera.poderosa a conferirle a cada etapa amplias características similares o .equivalentes. ?'fo es necesario decir que las similitudes no excluyengrandes, diferencias. También es cierto que determinadas I,configura-ciones estructurales que emergen en una etapa dada en cada naciónson el producto de factores tanto exógenos como endógenos. Por último,es muy importante observar que el desencadenamiento de proce,sos simi-lares en países ubicados en diferentes etapas tuvo por efecto ,habitualacen/wir SIlS discontinuidades internas, es decir, la asincronicidad entreáreas, instituciones, pautas de actitudes y comportamiento. E~to ocurriódado que el impacto externo puede acelerar' algunos procesos compo-nentes, al tiempo que no afecta, o reduce, anula o invierte la velocidadde otros.

El significado histórico del impacto externo e~ bastante obvio.pero con frecuencia se ignóró su papel en la acentuación de la homo-geneidad en/re naciones y a su vez las discontinuidades dentro' de lasmismas. El mismo olvido ocurrió con el papel ejercido en este dobleefecto por la interacción entre factores exógenos y endógenos. QuizáI¡¡leda indicarse que tal efecto aumentó con el transcurso, del tiempo0, por lo menos, que tendió a hacerse más visible en la, tercera, y aunn¡;Ís. en 1a cuarta etapa. Tarnbién podría sugerirse que con el aumentode la interdependencia internacional" en todas las esferas _y especial-mente con el crecimiento de la estructura mundial de la estratificacióndel poder- los factoi-es exógenos pueden haberse vuelto .más. pode-rosos. Esto puede haber ocurrido aun cuando crecieran las fuerzas inter-nas de muchas naciones a causa del deSarrollo económico, la crecientemodernIzación social y el aumentado nivel de "cOl~cienc.ia nacio.'nal"(o quiz.;\ disminuido grado de alienación), rasgos que según 'algunos'caracterizan a la et.apa de "crecimiento hacia adentro". Por otra parte;a medida que rasab:l el tiempo y tendía a aumentar la distancia entreJos países de la región, el efecto generalizado del iq¡pact.o externopuede haber acentuado las discontinuidades internas, especialmenteen todos aqueJlos casos en los que dicho impacto produjo la aceleraciónde ciertos procesos componentes, mientra,s que al mismo' tiempo frenóo desaceleró otros. F6c;,:"'(I-t.-J J.b "EFfc'1", jlr)DI'(l.fl./IZ4Dorz ...IIE¡-1 A. L_

El efecto conjunto de los factores exógenos y endógen9s en latercera etapa es conocido: "expansi6n económica" sobre la base' de laeconomía de exportación primaria, y consiguiente e'stímulo qe efectos:"limitados" de modernización, en los órdenes social', y políticb. Elalcalice de! "efecto modernizador" se dio en función de tre; variables'principales: 1) el tipo de economía tIe exportacit'JIl primaria; 2) el

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:\9SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

mente "encapsuladas" y segregadas del resto de la economía y la socie-dad, hasta actividades más din;\mic;ls, que ejercier;lll un illlpa.:to sohreuna cOllSi<Jerable proporción de la 'l)oblación y que afcctaran urla gamamás amplia de grupos e instituciones sociales.

E~ la cuarta etapa el principal. impacto externo lo constituyóla Gr;m Depresión, que forzó la indusli'j;¡jiz;¡cilÍn en .loda la :\IIICl'IC;[

l;~tina. Esta tendencia se vio llJ{[Sreforzada ;n'ln por Ji Scgnnd; Guerratvfuudial, y de b iutelTebcicíu con los faclon:s internos s,lrgieronimportantes fuerzas sociales y nuevas aet¡tmles en favor del "ti ,'sarrollohacia adentro" por medio de una industrialización deliberad; y, m;ístarde, wn planificación nacional. La industrialización de los ¡¡íios 10comenzó, en realidad, en la mayoría de los casos, no ya <:,)mo nnproceso planificado o deliberado, sino como un proccso lonudo,' im-puesto por las nuevas condicioues creadas a partir de b Gran J) :presiony seguidas luego por la irrupción de la Segunda Guerra l\luncli;d.El crecimiento industrial y el ritmo considerable de desarrollo econlí-mico que caracterizaron, a la mayor parte de los países lalinoalll::ricalV)sen la década del 'lO y primera mitad dd !JO pal'ecieron tcrminar ell IIIestancamiento o, por lo menos, disminuyeron notablcmcllte en ,os aiío,que siguieron. AlIl1 cuando la industrialización en algunos de, lospaíses más adelantados fue m,ís allá de la etapa de sustitución uebienes de consumo de importación,~r. aparecieron otros obst;ícv Jos q t:eatrasaron tanto el desarrollo industrial como el desarrollo y la moder-'nización de otros sectores de la economía. Estos o!>st;'tculos, que enparte reflejaron las nuevas condiciones creadas por el crecim ¡Cilla ¡n-dustrial anterior, han sido relaej'onados por lllllChos observadores conrasgos cristalizados durante la tercera elapa y <pIe signiel'OlI pcrsl,ticlldoen la cuarta, unidos a la incapacidad de las sociedades latilloalllCI ican;.sde introducir los cambios estructura1cs necesarios. Un;t vez 111ís, estopuede interpretarse como determinado directa o indircctamente por U1

complejo de factores internos y externos.~llOtro proceso importante, típico de la C11<lrtactapa, file la urh,.

nización, que ocurrió de manera extensa y r;ípida y file el rCiullad,)de otra combinacic'll1 de [¡¡cIares intcrnos y cxternos: por Iln lado, 11

2:; Se puede ouservar una secuencia de tres fases eu el proceso de industri;¡-lilación: desde \In gran predominio de lIlannfacturas, conceutra<1as en a;illleu!o,¡,behidas, tabaco, \lna !llenor proporción <1e texti1cs y \In sector IIl\lY pe'lleÍÍo <leotras industrias, hasw las llI¡is av,llIza<1as (<1eutro de la regióJl) con nua n:;lrcad ¡

expausióu <1e las in<1ustrias lIlel:oI "', giras. 'Iní",icas y 01 ras. Vl"a,'<: Nacio'"" 1Jni<1a:,CEPAL, TI,,: /'roce"s 01 h"twlri"l /h7Jcl0/I/IICIII ill 1.lIlill A"":ri,',, (1'\'1<:1 a Yor~,19(j(j),

2G Para \In análisis de los factores económicos iuternos y exlernos véase ¡<acione ¡

Unidas, T.oW(ll'{/s a d"Jl(llTlic devdopmelll jJOlic), 101' l.ali" AJllerica (Nuel.l York,1%3),

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GINO' GERMANI38

.grado, d~ éxito. que ésta logró al fomentar la "expansión econó-~ica'" (lal como se definió antes), Y 3»)a existencia de élites moder-nizadoras intcrnas y su nivel de eficaGia. Es el tipo de economía dcexportación primaria que determinó, en gran medida, la varieebd ya1c¡¡nce de las rcpercusi(?nes sobre el resto de la estructura social.Nuevamentc, empero, estas repercusiones estaban limitadas o expan-'dicJas, retanlad;ls o aceleradas por la acción y la orient¡¡ción de las

¿llles,~,'!_expansiún económica basada en un tipo de producción prima-

ria, que exigía la movilización de una reducida parte de la poblacióno cuyas l'eperC\lsio~es sobre el resto de la economía eran limitadas,no ej'ercieron sobre la estructura social un impacto de gran alcance.Este fue el caso de ciertas economías mineras o de plantaciones, uotra5 ac'tividades económicas,' que representaban realmcnte "cnclaves"dependientes del extranjero Y relativamente aisladas de la economíanacional. Aquí era probable que surgieran una sociedad y una econo-mía "duales" típicas, caracterizadas por un profundo clivaje entre lossectores "arcaicos"l y los "modernizados". La modernizacil>n socialpodía afcctar algunos aspectos del comportamiento e institucioncs enalgunas ;íreas restringidas y algunos grupos más bien sociales _usual-mente los estratos más altos y medios de los centros urbanos o, conmayor frecue~cia, de las ciudades "primates". No obstante, algunasorientaciones de valor básicas permanecían invariables aun en estossectores, coexistiendo con otros síntomas manifiestos de modernización.

En aquellos países, en los' que la economía de exportación primariaexigía, o cuadto mcnos inducía indirectamente, la partic:ipación degrandcs sectores de poblar,ión a niveles ocupacionales tanto' ha jo comointennediq, tuVO lugar una expansión del mercado interno y/o ¡¡lgúnotro <,;fectode "dispersión", así (Joma otros procesos de modernizaciónsocial, a un ritmo acelerado y con anterioridad al nivel "correspon-dicnte" o "equivalente" en, el orden económico.

DOI\de las élites no lograron o no desearon dar un paso m:ís alLíde SllS intereses inmediatos; el efecto mouernizador fue restrin¡!;irlo.En 'cambio dcurrió lo opuesto allí donde las élites, imbuidas de ideolo-gías modernizadoras, estaban dispuestas a elevar el proceso por 10 menoshasta el m';íximo posible permitido dentro de los límites de ptrosfactores conlextl1ales (rktermin;índose estos límites, p,or una parte: -porla '!!pcl'spcniva de clase" de las élites por la otra, por el marco histó.rico ~cllcdl en el que tuvicron lugar sus acciones). Como resultadode ello podí~n esperarse diferentes tipos y distintos alcanccs de losefectos modernizadores, siendo quizá posible formular una tipologíaa base de tipos intermedios que abarcaran desdc actividades rcbtiva-

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Page 19: Germani - Sociologia de la Modernización

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explosión dcmográfica, consecuencia de los efectos modernizadores de latercer:!. etara (introducción de tecnologla sanitaria y una leve mejorlac;n};¡ cllndit.iún de vicIa dc las masas), por elotro, la crisis de la econo-mía de exportación primaria, la persistencia de la muy desigual distri-bucirJll de la tierra y (hasta cierto punto) la nueva demanda de manod(~ohr;] industrial. La llrbanización estuvo, evidcntcmente, relacionadaCOIl las graneles migraciones illternas. Ahora bicn, estos movimientosde población deben cOllsiderarse como un aspecto de otro procesoeru;:Í;ll: el de movilización SOO:1.l.27 Como se indicó en la tabla, lamovilización social se había iniciado en la tercera etapa (como uno delos <lSpc("tosde los "efectos mo(iernizantes"), pero alcanzó una escalamasiva durante la cuarta etapa. Y fueron sus causas, en parte, loscambios objetivos ambientales mcncionados anteriormcnte (explosióndemogrMica, crisis de economla primaria, comienzos de industrializa-ción). Pero otros factores causales poderosos de este proceso se ejercie-ron CII el nivel psicosocial, con cambios en las actitudes y expectativas.Tales cambios se. produjeron por una serie de factores internos y

1, !'xtC'rllOS:cambios en el clima ideológico (tanto en el nivel interna-ciOl1al COllWen el nacional) , y amplias innovaciones en los medios dclOl1l11llicaciúl1de masas durante el período. A medida que nuevos secto-res ek la pobl;¡ricín esttlvieron listos para la participación polltica, apa-reció un tipo distinto ele "crisis de participaóón", caracterizado por la'aditlld y el comportall\i~nto ~\Illbivalente y fr;¡grnentario de las

clases llledi:ls. ',\ menudo ciertos sectores de estas clases, que en la tercera etapa

lIa1¡í;111encabezado movimientos liberal-populares, con la participaciónlit: ~cglllCI1LOSdel proletariado urbano en formación, se opusieron, im-pJil ila o explíeiL;lInente, a la extensión de la participación pollticade ,Ills nuC'\'OSs,'clores ele \;ts c];¡ses populares recién emer~idas como

" ' I \TSldl;nlll ele los procews masi\'os (le movilización ocurridos despuésde .ErJ(l, Es decir, };¡s clases medias, o parte de ellas, dejaron de serra•.,illTS ele tllll\¡io pal a la modcrni7,ación y se convirtieron en factoresde l:sta\¡iJizaci('lI\ (véase la sección siguiente). También intervinieronlltlllS raclolTS. excígenos y endógenos, que complicaron singnlarmentela ,il!laricin, ;I~reganelo nuc\'as rigideces y lIcvando en muchos casoSal eslancamiento o a la regresión en el desarrollo económico y lamoc\nni/.aci"lIl política. Entre tales factores debemos mencionar: a)los n:sid110S supervivientes, pC'ro todavía acti\'os, de las antiguas estrnc-tmas de poder, tales corno la élile terrateniente, y ciertos segmentose1C']a l:-;!csia (la "1~1csia preconciliar" como fue llamada),.y grupOS

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41SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZ~CIÓN

de las fuerzas annadas; b) las limitaciones (de orden psic~cultura] enparte, per? so~re todo originadas en factores estructurales internos )'externos) de las "burguesías nacionales", para ejercer una acción cohe-rente y eficaz en favor del desarrolló económico; c) la pJrsistencia delintervencionismo militar .. Este fenómeno debe considerarse, como unrasgo intrínseco de la "cultura política" latinoamericana que se vio'muy reforzado por factores exóge!ios. Su surgimiento debe explicarseeJl términos históricos, pero su supervivencia se produce por medio demecanismos similares a los que mantie,nen en vigencia toel.a pauta cul-tural: la pauta de la intervención militar ha llegado a transformarseen América latina en una "contra-norma" con vigencia creciente. Estosignifica que, si por un lado la "nonna ideal" y las actitud~s y losvalores "manifiestos" insisten en condenar la participación de lasfuerzas armadas en la dirección política del país, también existe una"contra-norma" empíricamente vigente (en las actitudes y expectacionesde políticos y ciudadallos, militares y civiles por igual) ,en' virtud dela cual la interve'nción militar forma parte de las "reglas del juego"efectivamente aplicadas en la vida política. Durante largos períodosla "contra-norma" de la intervención pudo pennanecer latente, COlll0ocurrió en la Argentina, el Brasil y otros países. Pero llegó a reacti-varse en tiempos de tensiones y conflictos, es decir, precisamentedurante las crisis de participación y, durante el cuarto estadio, piar el ;!

refuerzo de factores externos; d) entre los factores exógenos operantesen todos los aspectos, desde 1930, los más importantes fueron' sin dudalas tensiones creadas por la guerra ,'fría y el poder hegemónico de losEstados Unidos. Aunque la acción ejercida por ese país e~tá muylejos de representar un factor monolítko operante' de manera coherenteen una sola dirección, es difícil poner en duela que sectord poderososele la sociedad norteamericana tendieron a reforzar las rigideces man-tenidas por factores internos, en oposi'ción con las fuerzas favorable.5 ala introducción de reformas realmente significativa~. ! I

Procesos de esta naturaleza se hallan en el origen de la 'inestabili-dad política que caracterizó el cuarto estadio, así' col1(0 'las aparentesrecaídas en el círculo vicioso constitliido por una sucesión de intentosabortados de gobiernos constitucionales con régimen representativo, eintervenciones militares, igualmente abortadas en sus propósitos refor-madores, renovadores o "modernizadores". S~ habla ele "recaída" puessIlJ)crfir.ialmente se trata de procesos análogos a los golpes militare5como formas "quasi institucionalizadas" de sucesióh poHtic;a (tipo Ha"en la tabla). Esa "recaída" en el. intervencionismo, mijitar fue muycvidentc.en países que por muchas décadas habían permanecido políti-camente estables bajo regímenes de democracia de participacir1ll limi.

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tada o ampliada. A menudo la crisis de partiCIpación -que eu lacuart;f fase siempre implicó sectores de las clases populares y ell alglluosi)aíses representaba el tr;ínsito a la participación total de la pol)la-ción- uesembocó en nuevas formas políticas, en regímenes "naciona.les ])opu!ares" (yen un país. -Cuba-,- en un ré~imell socialista).

I En estas nuevas formas -y mientras se mantuvieron en el poder-la participación política y social se extendió de alglÍn mouo a losestrati)s populares, aun'lue con mccallisuloS distilllOS 'lue cu los ddllIodelo convencional de "democracia n:¡)lcscntali\';¡". Por SIl P;IlIC, lajntcn'Cncióu de las fuerzas armadas -aunque lejos de ejercerse ronuna orientación cohereute- pareció nds biell inclinada a operar comuinstrumento de '(desmovilización" de los sectores populares recién mo-vilizados.~s La reiteración de las intervenciones militares no dejc'lde reforzar la "contra-norma" correspondiente e incluso contribuyóa reducir la validez de ,la ¡;arma ideal referente a la "prescindeucia" yprofesionalismo estricto de los militares. ]\.Lís aún, emergieron nuevasideologías tendientes a atribnir un papel positivo a la actuaci('lIl política,directa de las fuerzas armaua's y a los regímenes militares. Estas idco-logías hubiesen sido inconcebibles durante la tercera etapa, dominadapor el liIJera!'ismo como norma ideal. Como es natural .. dada la inco-herencia de las orientacioues militares y los conflictos que caracleriza.ban a la yuarta etapa, esas expresiones ideológicas, justificativas de lasinteryellciones militares" fueron' a menudo contradictorias. Quid dosfueron los núcleos ideológicos m;ís importantes de las "nuevas" {armasde intervencionismo militar. Por un lado, la ideología de la "fronteraideológica", según la cual el papel de las fuerzas armadas ya no consis-!Iría en la defensa de las fronteras g-eogr;í[icas, sino en la defensa de lasfronteras ideológicas, es decir de cierto statu quo. Aquí fue ~\'identeel impacto de la guerra fría y la influenci;l de sectores de poder -mi-litares y ci"i!es- de los Estados Unidos, operantes en combinacióncon factores' sociales internos de los países de la regi,)n, igualmcnteitltl':rcsad~)s en evitar rdormas sustanciales que pudieran perjudicarlos.Por old 'pa'rt.e, algunos sectorh, civiles y luilitarcs, percihieron el papclde las fuerzas annadas COIIIO factores escuciahncl1te "llIodernizautes",,es decir, capaces de cumplir un papel positivo en la eliminación delos ohst;ículos al "desarrollo econ()lllico" y el1 la superaciún del c~tan.

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" I~s '(111all:í'lisis <11'los !iri golpes mililares exilO"os O<lllTil!osiclI ~O países Ialill()'

;1111,.,.iea 1I0S CII el periodo J!l:::i-l!Jlj,j mllCSlra tllI inen'lIlclIl" CII la proporriólI deg()lp~'s llil'i~~i:lvscplltra g-olJicrllos Iconstitucionales )' para prc\'l~llir o ~llll¡)ar resultados(,Il'norales de pa':lieipacit\n ampliada. Véase l\lanill Needh:r, "Poljtical lle\'e1o¡>mclltalld ,~rJljtary Int¿TvClllion in L~(il1 Amcrica". en AlIlcrir,'," jJ()/iJical Sdcllce Nn¡ic:1.I',IX (1\lI¡n): (jIG.(j21i.

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7. Los "efectos estabilizado1'es" de la 711otle17úwción como jlosilolcsfactores de retraso de cambios futuros

~9 El conceplo de la "gran demOla" de la illduslrialilacioíu se illtroHJujo paraexplicar el eslalleamielllo económico ar~entjno en la Cllalta elapa. No obstante.podría extenderse asimismo a otros imponantes países latinoamcricanos. V~ase Gt:idodi Tella y Manuel Zymehnan, Las elajJas del tkmrl'OlIo econó1Ilico urge, lino (T:uc-nos Aires, EUDEBA, 1967). Aunque en algunos países los "efectos llIo<.!el,ti/.:u]orcs':.

camiento. Aquí la influencia externa se ejerció en forma de "modeloideológico", tal COl1l0el "nasserismo" y olros ejemplos ele accii.n moder-lIizadora en los países del Tercer 1\'IllIldo.

En términos generales, puede decirse que la interacción de losfactores externos e internos, en la cuarta etapa -actualnente encurs~ por un lado produjo efectos modernizan tes, por el otro oti.muIó ciertos factores de resistencia o estahilización. ~stos efcclos con-tradictorios se manifestaron en <:1plano político eIl~ténllino:, de i/les-tabilidad y agudiúción de las tensiones y conflictos.

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-13SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

Cualesquiera (Iue sean los alcances y la naturaleza de lo; "efedosmodernizadores" y sus consecuencias en la creación de un scclor rch:ti.vamente avanzado en, la sociedad, uno de los rasgos COlllUlles de laconfigur.Jción estructural emergente característica de la tercna etapafue que contenía también ciertos "efectos estabilizadores". En Ol.raspalabras, aun cuando fueran conspicuos y difundidos, los "c[xtos mo-del'nizadores" TIO lograron inc()r/JOrar los mccrmismos ajJToIJia.:/(}sy S1l-

ficientes para el "cambio autosostcnido" ell el orden .cconómico, soóaly político (es decir, de un tipo de cambio capaz de realizars(: sin pro-fundas quiebras del sistema social, aUllque trausfonn;índolo). Un buenejemplo de este fracaso es la tendencia a perdurar dentro dd marcode la economía de exportaci()n primaria, aun en un mU1ncllto en elque era tanto más racional como factiLle emprender un eI~liber4.(lointento de reorientarlo en términos de industrializaciún y d ¡versif: ca-ción del sector primario, en un nivel tecnológico más ele, ado. Lafactibilidad de dicha reorientación se dio ,en forma pronunci;.,LI en latercera etapa y en los países m;ís grandes, y en aquellos en IÓi "Iue losefectos modernizadores fueron más fuertes. Aun así, con esta ,i t uaciúnnds favorable el illlpulso de industrializar se demor<Í hasta la déQtladel treinta, y lo g'c1lcró 1111impacto cxlt:n/(}: la protecciún eSllont;Íneacreacla por el derrumbe del. mercado internacional. Ni siquiera elimpacto de la Primera Guerra Mundial logró introducir lIIl cam lío

permanente en las actiLudes.~9 En términos del marco analítico. suge-

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rido en una sección anterior, en un momento determinado, durante latercera etapa se llegó a "un punto de decisión" en el cual habla doselecciones posibles: girar hacia una política de industrialización deJi-, be rada con una reorientación en términos de productividad y diver-sific;¡óón apropiada del sector primario, o simplemente continuar la"iej:l sC'Il(!;tdd "crecimiento hacia afuera", aun cuando este n'ccimiento,hahía dejado de ser viable.

La explicaciúlI de ('ste y otros fracasos similares puede hallarse (~nun complejo de [acto)'(~s endógenos y exógenos interrelacionados quepodl fa .Ienominarse el "síndrome de expansi<'m hacia alllera". Quisie-ra mencionar, entre mudws otros, dos de sus aspectos: en primer lug;lr,a pesar de que implicaba importantes componenles dinámicos,_ éstos-no bastaron para prodllcil' cambios en ciertos rasgos altamente estra-tégicos de la estructura social y eliminar obst;ículos emi<')genos y exó-~enos. En segllndo lugar, aIguuas de ];¡s cstruclUr;¡s modernas parci;¡1csintroducidas en la tercera etapa tendieron a funcionar más como esta-bilizaclores (lue corno factores dinámicos. Algunas de las paradojaslatinoamericanas derivan de este hecho, puesto que, prerisamente allldonde l()~ "efectos nlCHlcrni7adoJ'es" parecían más fuertes y difundidos,el alraso y el estanr;unienlo lendieron a trab;¡r el pro~reso haciaCU'P;IS ulteriores tras haber alcanzado un grado Ile modernizaciónha~UllIte avanzado, a ml'nudo a un ritmo acelerado, A pesar de que,en t¡'~rminos de estancamiento, las consecuencias sólo se tornaron visi-bles en la cU;lrta etapa, las caus;¡s slIhyacenles se hallan en las confi-guraciones esl ruclur;¡]es SlIIgiclas en la- tercera ela pa, en el "slmlromede la expansión haria afuera", Por (lira parte, en la cuarta etapa seagregaron nllevos "eferlos estabilizadores". Una de sus car:lcterísticascom unes file el hecho de que estos efectos son en venIad parte de lasronsecllenciasintegrantes Ile la llIoderni7a(Í('m social. Son "estabiliza-dores" en lanto llevan a la incorporarir'»1 de nuevos grupos en el sectormoderno, ,en términos de pautas CIt1tura!r.s, tipos de consumo (auncll;lTldo sea a un nivel bajo), rel;¡cioncs soriales, aspir;¡ciones y espe-raUZ;js. p;lIJicip:ICióll política y otros aspertos del comport:lmiento.

Es dificil analizar n'm\O estos "efectos (o mejor aún, "llIecanis-n10s") estabilizadores" drsrlllpciiaroll Ul1 paprl 1'01110obq;Í(ulos paraIalllodcrniz;lCilÍn fulura. Silllplificando, podría decirsc que tendieron;1 disminuir ti potencial de innovación (en (;¡s esfer;js económica, poll-

------111I,,¡'i(a1l (icrlo' 1:1;111\,de i1lcl\lst,.i;c1i/~('iúlI pr('vio a lli30, t'sle rcrm~ncciú mllY pordel'''io dr.' lo '1"" /a"hi("" ,ido p"sihle, \',,1 ('jcllIplo rI de'~rrollo de la infraestrllc-"II,,'del Irall'I"I\I(', '111(' ell "tras parles aportó \111gr:ll1 i,,«'nrivo p~ra la expansióni".I"s" ial, fra. as'" ('1\ A,,""rica )al i"a, \'1',;",: CL\' Al., '1"'" l'ro((',\,1 uf IIlo/u"l.riol11(';""/111"11/ in ,1.IIltll Amllita {:'\II('\':1 \'Jlk, l\aciol\l'r; {lllit!.lo;;, 1!1Gr.) , p:'lgc;. (j''l. t~

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tica y social) de los grupos emer!{entes y recientemente incorporados(de nivel socioeconómico medio y bajo', en las áreas urbanas). A vecespermitieron su I .alianza virtual con los ,sectores más interesados enmantener el stalu quo. En otros casos tendieron a transformar aquelloque pudo ser IIna fuerza unificada para el cambio político, social yeconómiro, en una acó{¡n polftica incoherente, fiagmentaria y .con-tradirtoria.

Rebasa las posibilidades de esle capítulo y del libro trat;¡r derr.alizar un an{¡)isis completo de este fentÍmeno. Nos limitaremos amencionar aquí tres de los efectos est"bilizadores principales. Enprimer lllgar, nos rcleriremos al surgimiento y crecimiento de lasclases medias urhan:ls. Como se verá en otro lugar/lO puede observarseque estos grupos se han expandido en América latina más allá dellamai'io esperado sobre la b;¡se del nivel de desarrollo económicp y deotros aspectos de modeTIIÍ7.aóón social (esta comparación se hace to-mando como criterio la experiencia occidental) . Aunque el surgimientode los estr;¡tos medios fue habitualmente considerado como un [act9rfavorable para la modernización, en la ;lctualidad se reconoce que, tinave7; que estos sectores alcanzan cierto grado de participación social ypo]{ti,a, disminuyen considerablemente en su propensión reformistaa Illf'dirla que V:ln siendo más absorbidos por el sistema. Señalamos•1fluí que, en el caso europeo, esos grupos originaron, en el ,períodomrnprC'nclido entre dos guerras, lo q"e constituyó la más impresionante"quiehra" dd proceso de modernización ocurrida hasta ahora, Evidcn-IC111('lIte,no puede negarse que el sbrgimiento y crecimiento de estos('~tr;jtm es uno de los ;¡spectos cruciales de la modernización 'social. Pe-ro los episodios fascistas dernostr;¡ron (lue en ciertas condiciones esosc~'r;¡I(lS podía,n operar como oust{lculos poderosos para \1I1:lfutma m01'¡"lni7acilm e incluso ser causa de involu(Í()n. Es cierto, sin embargo,que rn general en Latinoamérica ];¡s clases medias no han engendi'ado1I1O\'imif'ntos de masas de tipa fascista, aunque hubo varios intentos' del11;]ni¡mlar!:ls en esa rlirecciún. Mas su ambivalencia e ineficiencia po-1l1i(a~WlI, sin dmIa, un llamado de atenci6n acerca ele su posición', es-lrmtllr;jl ambigua, por lo menos en deter~inados períodos durÚlt~ latnmiric'lll, ftl I

,~'~~o W'a~c caplt1l10 v. /'!i::,\.tl • bf'~I Sohrc la reardón contra el "milo dc la clasc media" \" /ijc1 trabajo pre- ~

p~rado por la CE!' AL, Naci01lcs Unidas, El rie,¡arrollo social ncrica latirla en ~111 f'o,ll!"rrl'll (Tlllcnos Airc~, Solar-Har.hettc, 19G3), y el excel te an;ll~Vf¡r<¡lo~M) V.1', 1;laeiarcna en Porier y c1a.les sociales en el d,rsarrol/o de , ;ric\1~\lIAtI\ le- ;g"0' "\il('<, I'~illós, 19G7), eap, V, Una e\'alllació1I tcmprana ( a ame~~l tA\; c::(ial il11lH'rantc t'n el wrgimicnto de la< clases mr.dias para la ~dernilRHb\i poH- fr;;'lira dr 1 alillPalllí'rira apalr.ce en (;, Germani, "La clase mc! liG':n la Argentina ~:-

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Page 22: Germani - Sociologia de la Modernización

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('(In: especial referencia :l SIlS seclores IIrballOS" en Th. Crcvenna (comp.). Jlfalt:-,'iaks' IJara el esludio de las claus medias ell AlIlériCll lalilla (\Vashinglon, lJniollPananll'l'ica/':l,' ]!I!JO. \'01. 1. Alguuas de las iudic;ll:ioues sobre las ca lisas qlle 'ÜII!'i.dierou el eSlablecimieulO en la Argenlina de IIn régillleu fascisla c1;ísico basado enJa clase 'nledia "parece en Genuani. "Fascisrn aud Class" eu Slru!ic,f i,1 r:"IIlI'(ll'ali,'ellllcnla¡i,mn/ Delle/o/JflleIl1, IV (1968) (uua versiÓII en esp:1I101 será pllblicada enhrcv~ por la Reoisla lIlexiClllI(l de mciología).

3~ Por desgracia no Se posee evidencia empírica susceprible de :Ipoyar eSlaStlgeslión, ya 'lue la mayoría de los esllldios sobre migran tes iUlemos no consideród prohlellla de selección en el hJg'ar de origen.

, La migTaci(ín masiva, inlerna provcc el segulldo cjcmplo importantede 'mcc:anislllo estauiJiz;,dor, Otra vez encontramos a(juí un procesoque no es cxclllsivo dc la América larina. Sabemo,~ llIuy bien (jue <:11Eriropa la migración masiva al exterior operó como una "v;ílvula descguridad" durante el siglo XIX. Esta función "latelllc" de la migra.citÍn como "su~lituto de revoluLilÍn" 110 fue en realidad tan "larenle",'ya ljue no fallaron dirigcntcs POlílicos curopcos que Usar;1I1delibcra-damente de ese medio con el fin de dismilluir la prcsi(')1I de );¡ ebst-I¡aja. Este illlp0rla!1tc dccto "scnIJlllario" de la IlIigra( iÚIl 1'111';11-11111;;11;1(incluso dc cu;lIquicr migración illlerlla) 110 cs lI\li;IIIIIClllc n:collo(idoen Lui noamérica. Muchos" princi p:tllllcnte los conservadores, perci Ilcnla "explosi¡'1I1 urbana" 1'011\0IIna alllCIl;lZa al sll/Iu (jIlO, o ((J1l1OUII in-cremenlo del potencial para la revolución social. Pero, en rcalidad,lam ígraci(ín dcsde regioncs m;ís alrasadas ticllde a operar en !(':nlliIlOS s~-!c<tivos, proporcionando una salida l:irecisamentc a los illdividuos ll1;ís,;Iuivos y potcncialmente "peligrosos" (desde una perspectiva cOllserva-dOl,\t): d~lltro de la poulaci(ín rural.!l~ Podría argüirse que este poten.cial revoll1cionario es transferido a los principales centros nrballOs, o'sea al propio'asienro del 'I)oder polílico de la nación. En el nllevo mc-dio podrían tornarsc mllcho m;ís peligrosos para la estauilidad dd sis-tema s~ciaL Sin cmbai'go, el proceso real es bastante difercnte, ya IIlleen la socidlad urbana se' ponen en movimiellto nnevos "Illccallismos.esta !Ji IiZ;'dores".

' Es ve~dad que los nuevos sectorcs urbanos, recientemenle incorpo-,radas; }mede'n' ~legar a estar disponibles para la participación poiíri( a(como ocurrió en diversas oportunidades) y originar lluevas fnerzas.polítidis ;i menudo anlcllaz;ldoras para el sla/u £jitO social y POlílico.Pero la cxperiencia del período posterior a la Segunda Guerra 1'vfun.,1 ,

dial ipdica que estos seclores urhanos se satisfacen Lícilmcllte con re.formas parciales qne il~lplican mcjoras modestas en su est;índar de,vida y cn cuanto ~tI nivel de panicipaci()n en los asunlos I)olílicos o

"en los sindi'c;itos. Aunque estas mejoras parecen ,lJ1lenazadoras paralos conservadores menos ;,gudos, operan de hecho como factores de

83 Entre aIras referencias véanse los articulos de revisiÓn por V"illialll Man.Il'in, ''1-atin AllIerir:Jn Squallcr SClllellleuls", eu 1.ali" AmericlIlI /Iesearch llt,vie"..11 (1967): 65-98; Richard Morse, "Urbanizarion in J..alin America", en, la mism¡,revisra, 1 (1966): 85-7~; acerca de los efeclOs pol/licos, véanse los u'abajos puhlicado!!en la edición especial de Sociologíe du Travai/, sobre "Ollvriers el Syndir.ats en.Amériqlle Latine", por vario;¡ aUIOJ-es (1961, nI' 4). y la edición especial de Ilroislo/alinoarnerica'la de sociolog,'a, sobre la clase trabajadora <:1\ América 1:Jtina (67, 3)

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47SOCIOLOGíA [)E LA MO[)ERNIZACIÚN

integración, de la misma manera (lUC ocurrió para los cstrato i mcd íosdurante la tercera ctapa. Por olra parte, IlIUdlOS observadores (oincidcnal sugerir otros mecanismos eSlabiliz¡¡dorcs similares. Por cjemplo, elpasaje a la ciudad generalmente trae aparejada una mejora en las con.diciones de vida, por lo menos para perso:ns quc vivían en zonas muydeprimidas del país. Y esto puede lambién v('rificar~e en el caso dedesempleo o pohrcza cn la ciudad. En otros casos b

4illargilt;o!¡dad ur.

baua opera COItIOIlJI ncutralizador" de la luoviliza( i('1I1polírica. ('spcci ti.mente él través de la transfereucia de pautas ruraks a la cilldad, quetienden a malltencr relativamcnte pasIvos a los sectorcs rccicn inmi-grados.

Finalmente, otro poder'oso mecanislllo estabilizador lo pro)lOrcio:lala movilidad social. Aun cuando el migrante urbano tiene mC¡IOSpü;i-biJidades de movilidad que las personas nacidas en la ciudad, c ¡;o!e¡uicl'oportunidad que alcance será siempre muy superior a ,la situación que'tenía en el lugar de origen. 33 Evidentemcllte, queda aún por cstable-cer durante cu;ínto tiempo estos mecani'smos seguidn siendo cfectiH's.Es posible que con el tiempo desaparezcan. Pcro hasta el mon)(~IIto h; nproducido una absorción del potcncial revolucionario en los scctor~sbajos de la población recientemente movilizados.

La raZÓn por la cual estos mccanismos estabilizadores puc(:en COIl-vertirse en obstáculos para cambios ulteriores es C]ue, erl el Ilivel (:emodernización alcam'ado por Latinoamér-ica, no es probable C]ue cier-tas refOlmas significativas sean aceptadas por los gl'llpos llegeJn("nicosde la sociedad nacional (y del extranjero), sin <¡uc se cjcrza UII;( presi("1lpoderosa y decidida por parte de a<¡ucllos <¡uc mellOs sc uellcfi~:ial1 COII

el s/a/u qua y más tendrían que ganar con las reformas llIiSIll;s, Perosi estos grupos, potencialmente interesados en tales reformas, resulta '1

absorbidos y canalizados hacia mejoras sccloriales míllimas~ la l'0siiJil:-dad de transformaciones más significativas se vc muy reducida, I)()r hmenos temporariamente. Los efectos cOl1tr<ldictorios de la 1lI0t1erniziJ-ción parcial pueden percibirse ahora con mayor claridad. Por u II lade.,tales efectos son con)iderac!os positivos, ya <¡ue constituyen un pmgresnreal y una mejora de la calidad de vida de algunos sectores de la po.blación, Sin embargo, si se produce ese grado de modernización saciarantes de introducir otros cambios importantes y necesarios, las nejora;

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mismas acaban por operar indirectamente como obstáculos hacia unmayor progreso. Una determinada secuencia dentro de los procesoscomponentes está retardando toda la transición ..

, Parecerla que un análisis detallado de la configuración estructuralque surgió dÍJrante la presente et.1pa de "movilización social de masas"debería ayUdar para la identificación de los obstáculos al desarrollo,viejos y nuevos, y para esclarecer el significado de los "puntos de dcci-SiÓ~I" )' las elecciones posibles con las que se ven enfrentadas las presen-

~,,~esgeneraciones en América latina.

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Page 24: Germani - Sociologia de la Modernización

ECONOMIAFACTORESEXTERNOS,

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ETAPAS SOCIEDAD POLITICA

DescubrimientoConquista.Colonización

Revolucionesfldncesa y ame-ricana

1Sociedad tradi.cional

IIComienzos delderrumbe de lasociedad tradi.cional

Economía regional ais'lada-Predominio de la economíade subsistencia

--Sector de exportación: pe-queño pero importante almoldear el futuro curso deldesarrollo dependiente

Transición hacia la expansióneconómica dependiente-Persistencia de la economíade subsistencia y del aisla.miento regional, con algunoscomienzos de un mercado in.terno limitado

-Libre comercio y. en algu"'nos casos, primera ola decrecimiento de la exportaciónprimaria

Estructura tradicional-Estratificación: Sistema dual(con cierta diferenciación in.terna: el estrato local tradi.cional intermedio)

--Si!tema de la "hacienda"(como unidad económica ysocial y como centro de au.toridad) ,

-Demografía: Alta tasa demortalidad y natalidad; cte.cimiento natuldl inexistenteo muy bajo; concentraciónurbana muy l'educida

SubsistCtlcia del orden tradi.ci07WI (pero desencadenamien.to de factorts desintegradorcs)-Estratificación: faira o redu.cido cambio en el sistema"dual", pero sustitu_ción delos espalioles por criollos;surgimiento de una ¿lile ur"bana muy pequclia. perodinámicamente importante,Cierta movilidad de "inter.cambio" provocada por lasre\ OlUClOne, ) guerras oe 11'1'beración y civiles -

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1

2

Gobierno colonial

Tentativas y fractlJos para es.tablecer un estado nccionalmoderno (2, 3, 4)

Guerras de independencia y re.voluciones-2n?ependencia fOTm~1 y ten.t=ras para organizar unestado nacional moderno go.bernado por la ~lite urbana

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Page 25: Germani - Sociologia de la Modernización

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FACTORESEXTERl';oS

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PRI~CIP_~U;S \ET.U'A:>

....Comien:o.' .1 c Iderrumbe ele lasociedad tradi-cional (cont.)

ECO:SOMIA SOCIEDAD \

Persist~cia de la haciendacomo una institución eco-nómica, social y política fun-damental

-Sociedades locales (y regio-nales o provinciales): aisla-miento reforzado por el de-rrumbe de la administraóóncolonial

_Persisteilciá del modo devida tradicional para más del9Q por ciento de la población

_Algunas tentativas inicialesde modernización (en cen-tros urbanos, por las "¿liusindependentistas")

-Demografía: Pocos cambiosdesde la Etapa 1; crecimien-to natural: muy lento; con-centración urbana: muy lenta

3

4

3-4

POLITICA

Anarquía y caudillismo--Elius urbanas educadas ("ci.vilización") vs. caudillos y es-tratos bajos ignorantes ("bar-. barie")-Democracia "inorgánica" con.trapuesta a la "aristocraciailuminada"

_Tendencias centrifugas- Cau-dillos .locales "periféricos" yregionalismo

Autocracias unificadoras_Unificaóón naciente bajoel gobierno de un caudillo"central"

_Rasgos generales de las sub-etapas 3 y 4

a) Independencia formal pe.ro sin identificación nacional,excepto la ¿liteb) "Oligarquía" (intereses la-tifundistas y sectores asocia-dos): manteniendo y aumen-tando el poder económico ysocial: 1) en la mayoría delos casos por medio de losca.udillos; 2) en algunos ca-sos mediante el gobierno po-lItico directo (véase Etapa V)

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P ACTO RI':SEXTER." OS I PRJ:SCIPALES I

ETAPAS

Comien:os delderrumbe de lasociedad tradi-cional -(cont.)

- SCONOMIA SOCIEDAD POLITI-CA

-Comienzos de los partido,políticos "tradicionales" (par-tidos de "familias" y "nota-bles''); conservadores vs. li-berales; federales' vs. unita-rios, etc. (todos ellos partidos"oligárquicos" con diferen-ciaciÓn re3tringida O noideológica)

-Ninguna movilización pollti-ca y participación de masas,salvo la participación "ha.dicional" bajo el sistemade caudillos populares o de"clientela'" .

'-

Impacto de laRevolución in-dustrial_Innovacion e stecnológicasen transpor-tes, comuni~cadones, pro-ducción

-Industrializa-ción avanza-da de países

•.. "centrales"

IIISociedad dualy "expansiónhacia afuera"

Econom{a primaria de expor-tación y expansión dependien-te "hacia afuera"-Diferentes grados de moder-nización de la producciónprimaria (plantacione9, agri-cultura, ganadería, minas)

-Evolución de la "hacienda"tradicional paternalista ha-cia formas modernas de em-presa

-Extensión gradual def mer.cado interno

"Efectos modernizadores" limi-tados y "expansión económica"-Primera ola de moderniza-ción social limitada (con al-cances y frecuencia que de-penden, en cada país, deltipo de "expansión econó-mica")"Dualidad" resultante

_Ci~dades "primates" (focosde "modernización limitada")

-Cambios urbanos:Aparición- de estratos' medios

Organización n.aciontÍl y crisisde la participación de las cla-ses medias (4, 5. 6)1) Rasgos generales:-Organización estatal racional-burocrática. Centralización ycontrol creciente del territo-rio nacional -

-Profesionalización del ej~rcito.2) Rasgos variables: .-Características' del régimenpolítico y nivel y carácter dela participación: tres posibi-

Page 26: Germani - Sociologia de la Modernización

POLITICA

lida<!.es segun el alcance dela modernización social (ca-sos variables de lenta tran-sición de 4 a ;; y 6, o saltosrepentinos que sobrepasan"las etapas intermedias; in-cluso tránsito directo a lasubetapa 7 cad) _

4 Continuación del patrón deautocracia unificadora (inte-rrumpida por crisis de suce-sión, tentatÍ\'as de democrati-zación - recaídas en autocracia)

-Participación política "mo-derna" inexi~tente o eficaz.mente impedida

-Intervención mili tar comomecanismo quasi-institucio.nalizado de sucesión política(tipo 'a')

5 Democracia "representativa conparticipación limitada (poderpolítico monopolizado por laoligarquía):-Participación "moderna" li-mitada en el área "central";comienzos de los partidos demasas (populistas, 'con fuer.

••••••• _.......... 'o, ••_ ••••• _ •••••••••••• _ •••_ ••••••••••••• _ •••••••••••••••••• _. ._

_ SOCIEDAD

_ modernos;' disminución de.estratos lrapicionales "inter'medios" -Primera ola en la formación(en algunos países) de unproletariado urbano moderono

-Comienzos de la moviliza..ción. social y participación"moderna" (grandes variacio-nes entre los países de unritmo muy lento a uno muyrápido; de una proporciónde población muy reducidaa una muy elevada)

Demografl'a:-En la mayoría de los países:persistencia de la alta ferti-lidad tradicional v comienzosde la caída de 'la tasa demortalidad, Leve aumentoen la tasa de crecimie"nto

-En algunos países: :lvancemás rápido de la transicióndemográfica; ma~-or caída dela mortalidad seguida por lacaída de la fertilidad

-En algunos paises: inmigra-ción extranjera en mas~

-Aumento en la concentra-

I --E e ON o M 1 A--:-

-"Expansión económica"(aumento del-PB:'\)

_(En algunos países: primeraola de industrialización, es-trechamente vinculada 'conla producción primaria)

-Economías duales:Fuertes clivajes. internos: 1)urbano-rural; 2) centro yperiferia

-Capital extranjero, Inmigra-ción extranjera (pocos paí-ses) .Alíanza entre intereses terra-tenientes e intereses extran-jeros

-Influencia británica-Inversiones en capital social(feiTocarriles, comunicacio-nes y servicios urbanos delas ciudades primates; edu-cación y salubridad en lospaíses mas a "anzados)

-"Gran tlemora" en la indus-trialización (en los paísesmás a"anzados)

FACTORES I PRIJ'CIPA LES -¡-EXTERNOS _ ETAPAS

-Emil(ración I Snriedad dualeuropca en \' "('xi'ansiónmasa hacia afuera"

-Inversiones (con[.;)-de capital eu-ropeo

Ideologías:Liberalismo po-lítico y econó-mico

Modelo:"Occidental"

Influenciaextranjera:Europa occiden-tal (mayormen-te británica)" -

FACTORESEXTERNOS 1

PRINCIPALES IETAPAS ECONOMIA SOCIEDAD POLITICA

tes componentes de clase me-dia) -

-Estabilidad o (en algunoscasos) posible continuacióndel tipo de intervención mi-litar previo fa'),. cambiandoa intervención en las crisisde participación de la clasemedia (tipo de intervenciónmilitar 'b')

-Crisis de participación de laclase media (luchando poruna mayor participación)

-Conciencia nacional "oligár-quica"

6 "Democracia representativa C011flarticipación ampliada" (regí-menes de clases medias, perocoexistencia y a menudo alian-za implícita con la oligarquía)-A~mento de la participaci(mpolmca "moderna" (exten-sión a la primera ola de pro-letariado moderno urbano en~:e~s. "~e~.tr:les). surgimien-

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-ldeo!~gías~:, ~re-p~-i~e,ra Cm;.f J la .HlIll{.Jlal: vieJos paru.1

ción urbana }' alta urbani-zación (en países de inmigra-ción extranjera)

Dualidad:

-Coexistencia de patrones"modernos" y "tradicionales"(modificados) (en los nivelesgeográfico, social, cultural ypsicológico)

-Coexistencia de gru pos y sec-tores "modernos" }' "arcai-cos" de la estructura social.Coexistencia de rasgos arocaicos y modernos dentrode las mismas instituciones,grupos o categorías de po-blación. Coexistencia de ac-titudes y comportamientoarcaico y moderno en losmismos individuos

-Fuertes diferencias y contras-tes entre un "centr;''' y "pe-riferia" dentro de cada país_Centro: altamente urbani-zado -usualmente primaciade la ciudad ~~pital_, 1110--

Ut:LJ.U, Ut:':)i1IIUilaao. y pEn" Iferia: s\lbdesarrollada y ar-

::i,':.:' ~,on_t~_:~~,:s~n~au~e~to,•••.•• ~ •••••••. J. •••• ,HjJV _.l Jd. L~I'UUU I

Sociedad d ual)' "expansió11hacia afuera"(con!.)

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Page 27: Germani - Sociologia de la Modernización

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ECONOHIA I SOCIEDAD II

,\farginalidad: grandes secto-res de la población en la pe-riferia y (parcialmente) enáreas centrales en un estadode marginalidad económicay polftica. Diferentes gradosy tipos de marginalidad"Colo':lialismo interno"

POLITICA

dos populistas con ideologíasnacional-liberales. Pos -Pri-mera Guerra Mundial: co-mienzos de "nuevos" partidospoliticos populistas: énfasissobre la justicia social

_Estabilidad, salvo en las cri-sis de participación de lasclases medias. (In tervenciónmilitar de tipo 'b' en favorde ambos lados)

_Conciencia nacional de "cla-ses medias"

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Gran Depre-sión (1930)Segunda Gue-rra Mundial(1939)

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IV,\lHllil;:.'I' ¡tÍ" 50.

I ¡"I ,Ir. 7ft/U as

Industrialización 'Y desarrollo"hacia adentro":_Derrumbe del mercado in-

ternacional de exportaciónprimaria

_Derrumbe de la economíaprimaria

-Caída de las técnicas del in-tercambio

_Industrialización no-planifi-cada (a veces no deseada)volviéndose (después de laSegunda Guerra Mundial)

Aumento en el ritmo 'Y al-cance de la movilización social_Urbanización en difusión y

aumento_Migraciones internas' de ma-

sas (pre,1930, algunos pai~es;pos -1930, todos los países)

_Aumento adicional de los es-tratos medios (urbanos), im-portancia de empleados yclase media dependiente. Sec-tor empresarial industrial dela "Nueva Generación"

7 Transición a la participacióntotal y crisis de participaciónde las clases bajas_Movilización política de los

estratos urbanos inferiores(migración rural-urbana; sur-gimiento del "nuevo prole-tariado", disponibilidad desectores emergentes)

_:'Iuevos partidos populistas:"movimientos populares na-cionales"

_Sindicalización con interven-ción o liderazgo del Estado

ECONO!llIA,. A C'Ttl R ,._tIgxTER~OS

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I PRJSClP A LES IETAPAS SOCIEDAD POLITICA

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Ideologías:liberalismo

i !narxismo

Inacionalismofascismo

Modelos:"occidental""soviético""cruno""castrista"

influenciaextranjeraGuerra friaE.U.A.

.Hauílización so.cial de masas(cont.)

en industtialización preme-ditada_

-Primera fase: sustitución dela importación y énfasis so-bre los bienes de consumo.(En algunos paises comien-zos de la segunda fase: bie-nes de capital)

-Extensión adicional del mer-cado interno (predominio deun mercado nacional con"bolsillos" supervivientes deeconomias de subsistencia).(Diferentes grados de exten-sión según los países)

-Estancamiento económico(después del desarrollo dela industria de bienes deconsumo y avanzado reem-plazo de importaciones)

-Inflación. Nuevos embotella-mientos económicos.

-Persistencia de los latifun-dios y problemas relaciona-dos con el sistema de tenen-cia de la tierra (algunos es-fuerzos limitados en pro deuna reforma ,"agraria bajoregímenes democraticos - r¡;.presentativos)

--(En algunos países): nuevoproletariado urbano de "se-gunda generación"

-(En otros):. comienzos de unproletariado urbano moderno

_Transición demográfica (enalgunos paises: caída persis-tente de la tasa de mortali-dad y aumento de la tasade natalidad; en países másavanzados: cálda de la tasade natalidad). En la mayo-ría de los países: explosióndemogrdfica

-Fin de las inmigraciones ex- I ,

tran jeras europeas- -Algunas migraciones iTlteTna-

cionales (dentro de Américalatina)

-"Colonialismo interno" (dis-minución en términos rela.tivos, 'aumento en cifras ab-solutas) -

-Difusión de la movilizaciónsocial (con grados y exten-sión de "marginalidad" va-riables persistiendo aún; ca-

--existencia de "sociedad demasas" y de "marginalidad")

-Extensión de derechos socia-les --salario mínimo, garan-tías sociales, etc..,....a los tra-bajadores urbanos (sólo par-cialmente efectuada)

-Predominio de la "justiciasocial", 'desarrollo nacional'sobre las ideologías "nacio-nales liberales"

-Caida de la 'oligarquía', peromayor ambigüedad y absor-ción de las clases medias (es-pecialmente burguesía máselevada, pero también de losfuncion£rios), en el statuqua

-Caída (y/o) fracaso de. lastentativas de reforma' socialpor los re gimen es de clasemedia

- Tendencias reformistas (yfalta de radicalización) entrelos obreros urJ¡anos partici-pantes, _

-Carácter variable de la in.tervención militar (~ipo ~b')

-Creciente rol ideológico delejército (:'la frontera ideoló-,gica ") sobre todo como "unabarrera contra la extensiónde la participación y refor-

Page 28: Germani - Sociologia de la Modernización

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,La movilización social y SI1S confliclos'

Capítulo l1

!" <"0<.4'

J Se rcmenl" "'1ní 1" uoción d" !'O/r'-Jet definid;1 pe.r Hovcr K. ?Ir ,non.Social TheOlY alltl Suciat Slrllcl,il'C (Glcncoc, Frcc J'ress, 19:;i). ""l!. ;HiR ) si¡;s.

l. De,l'integmción)' reintegración en el jJr(Jr:eso de 1I7or/c1'1Iizaciáll wcial1'"'''' \.,...r (-{ ¿ t~ e" .':1-[-.: >" ti'"¡ ¡...J c..e;"-:-',:;

En el capítulo anterior se incluyó, entre los componentcs de J;¡modcrn ización soci ;11,d,Jl!.:g~~S.9(!<;:.,IIIO.r:i 'i.ZIIcúJn. ESle 1)) occso c'2!.~IJ)J'gJ\;~1.~ill.g1!~}9.s(!e los mecanismos n);Ís il1lPOrtilll~CS11H:dialllClos, CII;I;.CS.:.s~produce la transici()n: desintcgración' de la 'estn.IClura prc~xis~cn.te.ci~IiC~n~ (!!si)QlJilJi!idad,. nlOv¡lización pn;¡;iamellte (.ii~:h;!,.1:einl~gl~a-ción. Se trata de cambios en la natur;lraleza y extcnsión de la )l;'\'liri.p7;;:¡Ó~1, noción esta que se define cOI1lZ.sJJ.2!:iU.!.I.!'y ..!li:'.1,;.0lfS 1 que unindividuo deSeJ11j';eñaen virtud del co'njllnto ele statlls en los 'lue s:~ha-lla ubicado dcntro de la sociedad. Sc incluyc explícitamcnte entrc l.;desroles no solamente los (lue con'esponden a posiciones estl'llctural,~s enlas varias instituciones y grnpos, sino talll!)ién los qlle definen el ;\ccesodel individuo al consulllO de bienes materiales e inmateriales y el cjer-cicio de derechos y cumplimiento de obligaciones. Puesto que .li.l<J!"!l1si,('i~!!I.hacia el I¡po l1Iodcl'llo de 'eslrllelllr;1 i,npl ir;l. IJI'('cis;lllIe~H(;.(:;!m-l~iR.Sradicales en cl conjllnto de status (y dc roles corrcspondicntes) ;lsig-nadas a los individuos. y como lino ele los procesos m;ís frccuenles esla "invasión" de nuevos status y el desem peiio de nllevos role~ porparte de grupos o seaores de la polJlaci('lll que en la estrllctllra anleriorno tenían acceso a ellos, preferimos hablar, por comodidad de kngllaje,de P.4:rJ.icj,j~{;l_c.Ú;!I.",En este sentido P9.clría definirse la movjJ,izaCiIJ,1ls~- i

cial como nn cambio en el contenido y la extcllsiún de ti parlieipaei('m.,/so'~I,1'{(icfinida de l1Ian~ra mllY ;¡mpli;,). En este all;'di~is .se tcr;dl;í en 'c~i~!J.ta,el c¡mleter discontinuo, designal y 'iisincrc'lIlico (¡el ¿am~)io: t;¡'~-to en el nivel de las instituciones como en el de los grupos y de lasá~:eas centrales_o periféricas, en el interior y el eXleriilr de (:;¡;Ia :;ocie-dad nacional.

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Page 29: Germani - Sociologia de la Modernización

Ahora bien: antes de continuar es necesario advertir que el pro-ceso de movilizaci{;n pue(ie ser definido en un nivel más elevado degene;'alidad, que abarca taJllO el r.aso de la transición "tradicional-moderno" como otros casos, en los que el proceso se da a partir de es-tructuras ya total o parcialmente modernizadas. Fenómenos de desin-legraciún y sucesiva reintegración en estructuras distintas, con cam-bios en la torma y extensióu de la participación, ocurren en todos lostipos de sociedades -modern;ls o tradicionales.-, y en sus ;¡spectosgenerales el proceso presenta elementos comunes. Sin emhargo, adopta-d fonn~s especffir.as segün se trate de movilización a partir de estruc-turas de :tipo <Ircaico, o a partir de estructuras de tipo moderno. Paramanlener esta distinción se introducen aquí los .términos de moviliza-ción' primaria para el primer caso y movilización secundaria para elsegundo. Nuestro interés se dirige prin'cipalmente al primer caso, aun-que se dadn algunas indicaciones con respecto a la movilización secun-

\ d~~~,( ~o~~~l~lo con el fin de arlarar la distinción.Partimos del concepto de.soci~d.d. "integrad:(. Con este término

eJllenderemos una sociedad en ]a que se dan las siguientes cirr.unstan-das:@ las iliIerentes partes de su estructura }lormaliva -es decir, sussistemas y subsistemas de normas, status)' roles.- sé hallan en condic.io-nes .~k_r.cJaüvo ajuste reclpr!2co; hay un grado de "compatibilidad" en-tre las diferenles partes que es. por lo menos, suficiente para as~gurarel funcionamiento "normal" de la sociedad (puede haber conflictos,pero o bien son previstos y resueltos dentro de la estructura rtíisma, ohien IlO son tan intcllSos (l111l0p:\ra' illll)edir lal funeionamienlo;~"b)' las- /

('xpe~Hri(l.IH's" )ns.l:O\cS )' las actitudes int~rnalizados por los individups1\~t..,'~',n~~'~}l!,ü'_:\~.I\~".lh').l\;!})I\~Ü~'\ l:n:vi>tl' p,)r b emucttlí:l nC'l111atipi:.,,1'1~r)!-.~J~1I:LI0._,l'xi~\t:.l;t1llbiénun f:tado de recíprO(;l compatibilidaa 'f',Ú).Il¡;~.H:n(i~\._.c\1trc.J.\~intcr,ll.l1ilacil)IH:~~. de 1l'5 indi\idllos): @ b~ c!r-(um~.'}.c.i2,~re.1I):.Le¡1. la.s~,q1J~ .d~.b,;n.d-:;ar;')~lar;e I:H a((il)nes de los~.,~_.,-:~.S~....i.~~'";{J~~.¡~::!:_'::J~~"~~~íl..t.~:.4, la ~~.>Li-:¿'~dc,)71~:¿~T2:::~2..(QrT~~pond~n su.t; {~e!ll~tr:~n.~e.• a _b~.pre.'.:¡sione~" expectaciones y ddiniciones de la~ít.u;~Sio~!.tal cual resultan del sistema normativo y de las internaliza-dones relativas (C0I110es oovio. tales circunstancias no resultan única-Il\('nle dc la intcracciún enlre los miembros ele la sociedael en cuestión,sino también de hechos y procesos ambienlales físicos y de illterferen-cias de origen social originadas en otras sociedades). Para entenelernosdesignaremos el ;¡Spccto de la integración aludido en a) con el términode integración normativa, el aspecto selialado en b) como integración1).liros()cial y el aspcrto c) como integración ambicntal. Esta últimacalegoría tienc cadeter residual; adCIT\¡'ls.depende del sistema social

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I ,SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

,2 F.,\ rlreir. mhre la ba~ de una noción de r.~lructura social ql1e dUiere IUI-

IInci~hJlcJlle de la que se halla impllcita en la bien conocida distinción entre los11J",~d'J1 elementos "maferiale~" e "'inmalt:'tia1cs". véase G. Germani: PoUticlI '1,,,,¡,,rnri. ntl, (il.. capitulo'

que se analiza. Consideramos también como parte tIe lo ambiental lascondiciones ¿readas por la acción, de otros sistemas sociales. .." De acuerdo con lo anterior, se defin~rá como "desintegración" .t.oda..situ~c_ión"en)a .•.que.no se registre -en la medida mhlima sufiCiente-d ~stado de. ajuste en uno o y~rios de Jo,s aspectos indicadps, Es claroq~(;""'~i-~;;;c~pt;de ¡¡sociedad integrada" es una npción limite quenunca se da en la realidad. Toda sociedad empírica registrará ciertogrado de "desintegración" (o no integración). pero habrá períodos enque ésta será particularmente intensa o abarcará áreas esenciales de laactividad humana y otros períodos en que la falta de inregradón o la"desintegración", tales como aquí se las define, quedarán restringidas

• • 1

dentro de límites menores. To/)O ('PHi>, =-- luí'''''-<' •... ;' , ~'.<. t •••

Por consiguiente,!?d..o_~mbio.~oc!al .-en tanto ~~ lo defina como (1:J.~"I'ctransformación de la estructura soclal- Implicará Cierto grado. de de-~.i!.!.!fgr~!{m••.EIJq, _QClJrre_por el hecho de la asincronla en. el cambiode las variasJ?artes d~J'J..estl1l,c:tl}ra, por el sonocido fenómeno del "re-.t~;isq"-:'pero' ~ntendido en términos. mucho ~ás amplios que en S~I

formulación originaria. 2 Solamente SI todas las partes variaran al mis-mo tiempo y en la misma "dirección" podría mar¡tenerse el ajuste o lacongruencia en el plano normativo y en el psicosocial; además, lasotras circunstancias "reales", físicas y sociales dentro de las cuales fun-ciona la estructura en cuestión también deberían experimentar trans-formaciones congruentes. El",.(;.aso más frecuente, sin embargo. será .•el<.1s..!a-.a,rincm?,l(a, y_.~9r:)0_ tanto. de la, pérdida de ajuste. en los tr~splanos mencionados o en algunos de ellos. Habrá "desintegración", ycs rn'uy importante anotar. a los fines del análisis de las tensiones, que('sc proceso podrá ser percibido desde varias perspectivas, eptre Lis(lIales podrá haber conflicto, tanto en lo referente al mero diagt)(')stico

. del proceso (el significado y la orientación, del cambio), cQmo,en méritoa \:dorcs 'el tipo de cambio social m:ís deseable). r"v. (1 -_~~'..

En resumen, s~,presentarán dos puntos de vista opuestos: éJ el d~b. r.,S1I\1cturadcsde la cual se opera el cambio. y(f)' el de la estructura1rllJ.ia ]a, epal se orienta el cambio., Cada una de estas perspectivas po-(Id ori~inar' actitudes de aceptación o de rechazo clel' proceso, Además.(liando se mira el cambio desde el punto de vista de la eslructura fu-lllta plleden aparecer otras divergencias: diagnóstir.os diferelltes en(lIanto;¡ la orientación del proceso mismo (qué tipo de sociedad o de('Utllctura parcial va a resultar del cambio) y diferentes concep<:ioll(,s

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63SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

!"io, la sociedad llamada "industri;¡J" se caracteriza pur un a!tísimó graoJo de participación, en la mayoría de las esferas, por parte de unaproporción creciente de la poblaci(ín, hasta alcanzarse en ,1_g'u1lOSsecotores un nivel total de participación, En ,1I11bas sociedades, entonces,la integración se caracterizar;í de diferenles maneras, las qll:: ser;h encada caso esperadas y consideradas legítimas por los grtlpns g uc lascomponen. Adem;ís, en ambos casos las cin;unstanciés "reale:¡" amhiell.tales ser;ín ,ult-cuadas y suficientes para asegllrar d grado :fe ya -tici.pacil.n normal i\-a y psico!(')gi(;IIIIt'1I11' adm it ido y requerido,

Es IlIuy importante distinguir este tipo de panicipaciólI, que po.dríamos denolllina¡- "integrada", de otra forma IIIUYdistillla, la "par.ticipación no integrada", La primera es la que se realiza el. condicio-nes de integración normativa, psicol¡'.gica y amhiental, segúr: la termi-nología ;uloptada. La segnnda, por lo contrario, se daría ell aqudlos(asos en que no hay cOlrespolldellcia elltre grado, forma y extensifínde la participación psicológica ,y normativamellte requerid;¡ (y dec.tivamellle posible) y la que se registra de hecho, Esta falta de corres.pOlulellcia pucde ocu; .•.ir en dos semidos opuestos: por "exn:s)", o bienpor "defecto" de participación, en relación con lo normati\(<l y. F;ico.l¡'¡gicamente csperado y lo efeclivamente posihle en virtud de las cir.CllI1stancias anilJÍentalCs existentes.

El concepto de movilización resultad de la ;¡plicación d,~ csta dis.tinción, jnntamente con las nociones desarrolladas en p:lrrafos an-teriores. Vimos )'a que todo camhio social -en. b medida r:J1que sec;¡racteriza por retrasos ° asincronías-- implica "desintegracilÍn" o "pér.,dida de intcgraci{l/l", la cual, aunqllc COIIdiferelltes sentidos. cs -)er-ceptihle talllo dc_sde el punlO de "iSla de la eSI'"UClura :Inlc--ior ("(11110

ell rc/acilJn COII la estructura fUlura (deseada o real). En CU;¡IIlo_a par.ticipaci<ín, el proceso implica (lue los gru-pos afeclados po~ d cambiodejan el nivel, grado, forma de participación integrada, para pasar aotros tipos de parlicipacifín IlO previstos cn la estruclllra normativa ypsicosocial de la sociedad antcrior al ~"all1hio (y de los grupos que' hanquedado "relrasados" cu este respecro), () biell (ya la vez seg:in los ca-sos) 110viables desde el Plll1l0 de visla de las posibilidades I"f :des ofre-cidas por las circullstallcias ;¡mhientales, De acuerdo COIllos ,:OllCCP0.'iaquí lIlilizados, cste c;¡mbio ell la panicipaci(ín puede ¡mp icar ulladisminucilÍn o Ull ;llImento en su nivel y extensión . .según 1I!J:t imagenempleada a nlenudo, el grupo se halla ahora "dcsllhicado" con respectoa la estructura preexistente, y esta desuhicac:ilm [JlIcde tradllcirse, se-g-IÍn los casos, en retraimiel1to, a/)aiz'a, abal1dono de actividades, o bienen una actitud de puesta en disponibilidad, para un aumento de rar-ticipación, y/o en cambios en la n;¡turaleza e intensidad de é~;ta.

GINO GERl\IANI62

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acerca del modelo_ de, estructura hacia el cual debcl'ía tenderse. Sonprecisamente estos puntos de vista divergentes los que se manifiestan enforma de ideologías políticas antagónica,.

~I~I , ' d' 'b'I'.7-!d 'l.". "'11" - I 2~ Pucsta el1 ISPOlll I luu , movl IZaCIU1l, mtcgraCloll

:' ,1 of¡" d.f>,/ plí- tI>. i'r> v-.' v-:2,.Á CA' O""

: t'''IIIL'1.OL1.e:/ "I~unO\l¡lizaciórt'es un proceso de camuio social que puede anali-

',1 "~", z;¡ne en térmillos de una serie de "1I10JllenlOs" ljllf.:, desde el punto de¡,¡ .n :~:::: visla empírico, pucdell darse silllult;\nca o sll({:sivalllente, Talts "mo,)¡ ',:,"": melitos" son:, 1) e) estado de il/tegracidn (dentro de formas estructura-

\'~!' ",,""'- \./ .:-- .'~\' 11","" I , les específicas); I~, eLp::oceso de ruptura o desintegració.n (que afecta;~!: :::::::::: alglln;'ls p:trles de dicha estl'llctura o altera de algún mo(!o significati\'o

'1~r: ,,,,,1111:: el nivel de,ajus~e ell.tre ni\:ele~',seg¡'1I1 se indicó antes); 3) ~I desp~a::a.t-~t. ",,11'11 :\ m/e/I/o o deSIII)/f'llClOlI de IlHIt\'lduos, gTUI)OSo senores SOCl:J!CS.//f\,lalJ l I "1I"JliI '-',., - '\.:..J _,1~: 1'"

1"':: I~dúucsta a tal desplazanliento (]lH~ puede darse como 1'ctmi/lliento, o

;~I :",1111 'como 1)~{cJta en disponibilidad'..--..o movilizació1l psicoldgica);@ mouili-;~H zacidll objetiva; y finalmente,(0J re.ill/egracipll (que puede ocurrir por1, i absorcúJU o a~-illlill/ci¡jn, o Líen por camúio de la c,l/rlle/lITa p1'eexi".tI I /Pllc),

~I 1 Al h:;llarse "integrado" un grupo funcionar;í de manera "norm;¡l"& f dentro de la sociedad:, su participación sed precisJmente aquella pi-e-~~ vista' y' esperada por la estructura' 1l01111aliva,por las expectaciones ill-f Í' I

t~~naljzadas y por las circunstanci;}s ambientales; sus roles, expecta-f~i tivas, a~titudes, su presencia y lugar en ];¡s diferentes esferas ud COrn-I'~ 'j j porta;lIiento ser:\n "I~gítil1los", y los demás grupos que componen la¡' 11 sociedad en cuestión los perciuirán como tales, Esta normalid;¡c! de! jI: ',ningún modo implica ausencia de conflictos; pero los conflictos se'-:\n

" ' ",¡"", ¡ , 'únicament~ aquéllos 'también previstos y esperados por la estructurai¡: ::::::11I I normativa y psicosocial. Sabemos muy hien que diferentes tipos de es.

tructura social pueuen caracterizarse por diferentes grados y formas dep:lI'licipacilll1 'de los distintos grupos en las mlrltiples esferas Je la' acti~idad humana, En particular, en el tipo llamado "tradicional" hayuna gran m:J)'oría de la población cu)'a particip:Jción se halla conside,, rahlemen'te limitada: ;1) en cuanto al ámbito geográfico, pues se cir.cunscriLe dentro del ámbito de pequeñas comunidades; h) en cu;¡nto'a las esferas de actividad (por ejemplo, relativo aislamiento en lo eco-nómico, no participación en las decisiones y actividades política~, ete.),y c) en ClI:Jnto al conocimiento, la experiencia y :los bienes materialese inruateriales de la cultura de la sociedad global (tal como acunei(:u~ndo una considerable proporción de los hahitanlt.s se halla limitadadentro de los confines de sus respectivas culturas fa/k). Por lo contra.

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11

65SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACiÓN

" ¡,,,"ir rI•. r,lrUl'lllras Ir:trliri(Jn~!f's. La inlenc'ión es la de hallar elementos com-l'al;lIil'''~ ("IllUlleS (y ]al ne~esarias dislindones) COIl los fenómenos que originaron1", llIo\'imienlos tOlalitarios de (lc:recha y de izquieríJa en Europa. Un an;'llisis"""p, •.at"'o riel fascisllIo y del peroni~mo. forlllulado aproximadamenle en eslOS""1millO'. pucde h~lIarse en G. Ccrmani: La il/legra(ión 1Jolítiea de las majas~. ,./ 1"1,,lil'''';,1I110. ]lUCilOS Aires. elES. 19!i6; una aplicación a la situación de Amé-I jc", 1:11ina en "])emocraf ie Reprl'Senlative el Cla,~es Porulaires en Amcrir¡ue La-linc", "/', ril. 1Jua ddillición hasad:l. en IIna lipologla de la acción sncial se halla~n /',,/;/:ra y sociedad, o/,. cit., 'lue jncluy~ lambiéu el texlo ele los olros dos arlfculosfi':ldnCi. I

t 'U:I 31'licari,\n de la teorla de la movilizaci{,n social (secllndari,> h: fascismoÍ1,Ii;II'o puede leerse en "Falcislll and Class", o/" rilo

gica puedcn ocmrir en distintos momentos. En algunos casos la movi-lizacic)n psicológica se transforma en acción (mov~lización ~bjc'tiva),siempre y cualJt10 int.ervenga otro estímulo activo -por ejemplo, una \ e.P ¡a¡lr.-.- que pr.O\:e~,expresi,ón .Y Ii~~erazgo"a un movim iento ,social., ,'£-:.:~,,~,1:,,::'¡''7-Ct_

En la defllllCJOn, eLt~rm.mo exceso' Se emplea para subrayar no, ~..d...._ .s(',I() el hecho de ljue el r.lmhio en el conjunto de roles (cambio en la' 1',participaciún) impli(;J S71sfilllc¡rin dc ;llgunos roles poe ot.ros, 'sino _ysohre lodo-- en (uanto incluye la invasión de roles (j\le antes estabanJ ('SlT\';¡dos a otros se( torcs de la so(icd:ltL AUJlcluC la uocióJI dc rambioeñé':l .;¡~~rY~()ST~";l tic' la p;lrt'icipación (como mle ,se!) potlrían:l)Jcsar~;c de m;mera m;is ncutra y m;is general, es decit, sin acentuar el;¡'¡'CCIO de "invasión" en el desempef¡o de roles' otrora excluidos parael grnpo ('JI lIloviliz;)ric'm, prefcrimos utilizar un término más "carga-do" justamente para deslac;lr dos aspr-ctos que nos parecen iTllp~rtantesell el ;ln;iJisis dc l;l transición: J) el hecho de la expa~lsión de la par::t icipacic'lll, y 2) el hecho u_cque est.a1fpansión a menudo es pc,rcibit!a("c;1l10i"1I7)(7siríll de siatlls y ,roles que estaban antes reservados I'a otrosgri,pos. '¿y.. I Pf..'<-.n.- eh P(.>/Z1,c.'?¿,u~'-'l

.~ l~~!2~~..c]~~~~~!'f~c!..(!.,?falla dr. participa~ic'>n en td~cic'1I1.con.laJ>:~1_0ciJl;tei(ín1!!!E!.':lali\'al!.!cl:t~.legl.~!~~.r.!.~:.s..~~g!~~.:!....~!l est£.e~~~!!..~l.Qbre todo para seíialar el posible efecto.anÓllImo de la desjn-I('~r;lei(JI1sobre ciertos grupos y en ciert.os aspectos del comportamiento,d~~'3'~.:i!Ü[Le:~ta~,~:~!"!.".cÉ~s:A~. r'e.tra!~lie'll!O o-ap~ll;t :rambjén ~s",[ir re,nnbr que este de/lelO de participación puede ser observado: l)desde r:I punto de vist.a del nivel ,dc participaei('JI1 colTespon~liente aLt ('" nl('tur;J social eu Ilesint.egracián, o bien, 2) en rclaci¿lIl con losJlII('\'05 tipos dc participacil)JI Iltle podrían esperarse sohre la base de laI'SII'11< tilIa social c1I1crgctlte. Un ejcmplo del primer, caso podría serLt ralla de participación religiosa; tln ejemplo del segundo caso lo ha-J1:ll1lmcn la demora de los inmigrados recientes, t.ransformados de cam-!'<"¡I1O:; cn obreros inc1l1Striales, de part.icipar en actividades sindica-Ir"~ fl 1'1)Ií 1 iras.

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~ Concrptm tCI"licntcs a interprelar el comportamiento de 105 grnpo~ ¡nle.~r,_ntes de una wciecbcl. cn términos de "cksplazamicll\o", "puc~ta en )11(lI'illlicnto","pnesla en disponibilidad", "movilización" .,on muy comune. cn la ¡¡Ieratnra :sohreel lellla, pero el aulor quc ha dado una definición más prcci.,a del concepto demevililarión es K. W. Deulsch, quien lo empicó en su libro .Nalional~(m (Inri SocialCO'lIr1luniratioll. Nnen York. "7iley, 1953, cap. VI. Rccienlcmcnle dcfin;/, la movili.zación social como el proceso por el cnal se quiehran lo, principale, conjunto< elelas anliguas Icallades y compromiso, (coII,milment), r:n l'I Ol'llo-n sn<.ial. psiUl)/,girny polílÍtO. " la !:ente se vuelve "oi'ponihlc" r~ra la ""plari"" de \lllna' [('rma',\¡o [('''':,ml~'',;cnl" ~. de S",.-i.l1;z:lCit'!1, n~"I'ch "5"(;11 "lohilizJtion end I'olitir.alDnrl<'l'!1\eril", .4r'lni(Ml l'C'/itim/ Sr;erlrr llr. :r:,. \"1;\ 11.\-" 4~1~-.q F\ ",¡ven,Ir\ C"Il'("l't,' I'lle,le h~naf5~ I'n IZ. ~hnnhcit11 (,1rmocralinci,';n !lm(bment,l). en1 ¡balad ~' (,Ianifi(ación, México, F.e.E.. 19.\1. La idea de "dj'ponibilidad" usadaen rclación con un proceso di,linlo. pero an;ilogo 31 pr(,ducio" (11 13\ c1a'~' mediaseuropeas enlre las dos guerra'. [ue fomnllad" pr>r R .. \ron, l'N lO ,lrmís. hdc'\cripción con dilcr~nlcs ténninos de la integ1Jr:6n de 12' ma~~' mo,ililadl~.pllede hallarse en ",rio' autores, Pna (>Xcelenle de'cripcion del proceso d~ inl~'~raci6n polltica en 11l~\aterTa. en términos conceptllalmenle semejantr.', se halla"n T. H. Marshall: (;iliunsiJi/, and Sorial e/II.1.<, Cambrir\¡;e, Univ, Prc~', 1950.En ~~ta exposición se 1m Irata,)o de dar del pIO(CSO de "rllesta en d;lp"nibili(bd"(y e\'entual movilización) una ,ldillki6n suficicntemente amplia como para aharcarI(,tio tipo de proCl'Sf) d('silllrJ;r,d'lr de orrlen colc,'n,'o. y no snlall1l'ntc el r¡ne ocurre

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Y es precisamente este último el proceso que denominamos mOllilizfI-

cióII. Entendemos entonces por.-.mo~Ui¥J,.ciól) el,:'~.xcesg;' (en illfcmidad,e::l(m.IÍón y/o forma) (J.r•.•La.tJa~tJciJ~acJr)n JI.e J~rypo$ .f;JJ .rc.JqJ:Ílj/1 cQn el111YIll...!£ef.irügo. como "nQn;ual'~ ..sg(Jre Ja. ..,k{Wül(Ua ..qJJ:I!ctl:nªMPrelérila.~

• (l A esta altura debemos introducir una distinción muy importante'-e;¡trc lT~ov}I}7.~~:i.óJ.l1),~icológ~cay l~yiliza(.i.ÚIJ.objctú)a. El primer tér.mino es el c¡"e qlleda re;llmente implicado en el. concepto de disP01¡j.

bllidad, es decir, eslar IJrolllo para una respuesta activa en relación conun aumento o cambio CII la p;lrtiópación. En ténnillos m;is generales,la movilización psicol0giGI podría también definirse como una propen.sión activa a reestablecer el equilibrio entre el nivel psicosocial y otro(ti otros) niveles -normativo y ambiental-o Ese restablecimiento pue-de significar una modificaciún de la estructllra social (en sus normas y"nivel ambiental"). En cambio, tl. movilización ()bjctivaes l,a expl:e-s.0.!:_de la resp"~sta activa, en. térmilJ9~ .del ~omportarnient.o.real (porejemplo: migración a la ciudad, participación en un nuevo movimientopolítico o social). La movilización psicológica y la ohjetiva a meIi.udoocurren al mismo tiempo. Pero la movilización psicológica puede pre.

.ceder a, su expresión objet.iva. T;lmhién puede ocurrir, un fcnflmenoopuesto: cambios en el nivel ambiental puedcn producir una descolo.cación del grupo, el q\le se ve forzado hacia una movilización ohjetiva(por ejemplo, la "huida" de un ,irea rural). La. mo\'ili7ación psicolcShi.ca tiene lugar despu(~s, una vez que el grupo reacciona a la desroloca-ción material con cambios de actituc1es. Sea como fucre. la distinciónentre ambas es ue(esaria, ya que la movili,:acián objetiva y la psi coló-

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G Véase cap/tulo lII.

que se da normalmente en los países desarrollados, donde la movilidadsocial ha adquirido el car;ícter de un mecanismo alll()SO,I'len;I/>l(se :rataaquí de movilidad integrada, que ocurre en un t;po de socic:dac1que laincluye en su sistema normativo •.la internaliza como actitud y motiva-ción y además le proporciona oportunidades reales para que se realice).1lEn cambio, la movilidad de facto, no legitimizada e'1 términos de nOT-mas sociales imperantes, la movilidad no integrada,' constit,Jlye UJ~ fe-nómeno ele lIIo\'ilización (cuando es de orden clIlr.ctillO y uo un ,dcrocaso de desviación individual).

En términos m;ís generales puede decirse que uno de los r;;fgosesenciales ~lIe dist~nguen ~a movilización es. que la ~nisma 'incluye un"momento' de desll1tegraClón del orden SOCIalpreeXIstente, llue p¡ ,cdeeventualmente traducirse en un camhio estructural (aunClu,: tambiénpuede originar simple ahsorción en el orden preexistente, ,; implicarpocos cambios) . Toda otra forma legítima o esperada dc can; lúos en laforma, intensidad o extensión de la participación no cons,tilüye movi. )lización social, tal como aquí se la define. ¿J,., T'fl.-1'..N~"'-'',)""' Ce-clA-.'-;""-"

En resumen, el proce~~ ,de transÍr:iól), se.practeriz;l por una des'nte-gr~~,ión inicial de1a:~;tr{,ctura tradicional (por lo me'nos en ;.~g-una3deSiis panes); en el nivel d~, los grul~q~ ,tal desintegración se manifiestamediante la (íesiJ7)i~aci~jn'de los mismos en relación con el lugar que leséó"iiespó'ñdía.' Cilan;lo'-dic1t'a disponibilidad se traduce, en pa¡licipadónr;;ds '''llltci¡Sa'dé la que se daba anteriormente o en esferas an !'esexclui-das, hablaremos de movilización. Cuando por fin sc han producidc loscambios que permitan por un la:do legitimizar, y por el otro ('freeerpo-sibilidarles efectivas de l'calización al aumentado grado de IJar/id/ladónde los grupos movilizados, se hablarti dc integraciún, Parece ría h;:beraquí una sucesión temporal; sin embargo, pese a ser muy frecuente,ella no es esencial. Lo que se quiso destacar hasta ahora son diferentes"momentos" de la transición. disting-uibles como unidades d ~ análisis.aunque a veces puedan darse simultáneamente en el tiempo.

Pero de hecho, y de acuerdo con el fenómeno general •.lr: asincro-nía, muy raras veces habd simultaneidad, Por lo tanto. en tll);1prirr, erafase algllnos grupos se verán puestos en disponibilidad por b desinte-gración parcial de ciertos sectores de la sociedad tradicional; ", CIta 11doresponden C01l una participación activa aumerltada Cll cualql;ier esjáano prevista eTI la estructura anterior, cliremos que se hallan mcvilizaLlos.F.s necesario reiterar que tal res/mes/a adilla no se da neces1!riameute,pues una alternativa posiLle es la apalia. A esta primera' fate de dis-ponibilidad y movilización puede seguir un. segunda de i:llegracián,

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("\ ~ I,A Lu.o ? ~ '1 1'1" vI'! 2 (. ¿...~~••El.pr?~eso de movilización tiene estrecha relación con el de movi:,.

lidg4~ En efecto, en determinadas circunstancias algunos tipos de movili.,oad pueden ser considerados como formas especiales de movilización. Es-te concepto, empero, ~s.,?1l;1ch~~ás amplio e implica ~lpa' perspectiva.diferente'.¡.En primer lugar, mientras la moyil~z~!=i9n incluye-aualquier'1?,r'ma..~i_d~.e.I!.~~.mle?to ,-horizontal, vertical, etc.-, la. movilidad ~, r_eg<::.~.u~ica~~t~ .a)?~._d~spl~~a~~e~tos. ---en ascens~ o en descenso---:-~'lo '1argo del sistema de estrauflcaclón. En este sentIdo el concepto demovilidad social es mucho más restringido que el de movilización. Ensegundo lugar, 12:.x:n<?.vil~d~de ascenso o descenso implica abandono de£i~.Uoi.~.t.al!!~•.(y los roles correspondientes) y~.dquisición de otros, qu~,corresponden a po~icio.nes superipres o inferiores a las que se oCllpabanaiile's' de( n:t'ovimiento. En la movilización, en cambio, puede haber ad-quis[dÓ~de nuevos status sin pérdida de los anteriores; o pérdidas de los,anteriores sin idquisici6n de nuevos. En tercer lugar, J:ay ciertas for¡p.asde movilidad que son claramente distintas de la movilización. Se, tratq de'- ... ' .', la movilidad de orden individual. Recordemos aquí la distinción entre la

I movilidad de intercambio o de reemplazo ---en la que algunos indivi-duos' ascienden en reemplazo de otros que descienden- y la movilidad,de orden colectivo, movilidad de masas que afecta a estratos enteros, sea~n sentido ascendente o descendente. 4 En el primer caso se trata deun fenómeno claramente distinto del de movilización. En el segundo,en cambio, la mov'ilidad colectiva puede considerarse, en determinadascondici0res, como una forma especial de movilización. Más específi-camente, la movilidad colectiva se da como movilización cuando setrata de un proceso intrageneracional muy rápido y no esperado niprevisto por la estructura normativa de la sociedad ni por las actitudesint~rnalizadas de los otros grupos. particularmente de los grupos hege-mónicos. Cuando un estrato. como tal, causa de alteraciones estructura-les o psic'osociales es desplazado velozmente (durante una misma gene-ración) de I su posición dentro" del s£Stema de es/ratificación social, yeste desplazamiento no forma parte de un mecanismo normal de cam-bio previsto y esperado, es decir legítimo, entonces la movilidad verti-cal (en ascenso o en descenso) representa un caso particular de moviliza-ció'n, con todos sus efectos. Si por lo contrario, la movilidad colectiva"ertical es algo esperado y normativamente aceptado (y/o es de orden"intergeneracio~a0, entonces no puede hablarse de procesos'<;le mo-vilización. Tal sería el c.aso de la movilidad por p~rticipación creciente,

1,4 Véase para estas definicioneg, G. Germani. "Estrategia para estimular lamovilidad social", en José Medina Echeverr[a y EglJert de Vrie! (compiladores).Aspectos social~s dd dt:sarrol/lJ ~conómico ~n América lajina (Par/s. UNESCO.,1963). y cap/tulo III de este libro.

SOCIOLocíA DE LA MODERNIZACIÓN 67

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68 crNO C£RMANl SOCIOLOGíA DE LA M~DERNIZACIÓN 69 I

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la (yc puede producirse, a grandes rasgos, de dos maneras que puedenocurrir alternativa o simultáneamente: a) por asimilación, es decir,a través de la modificación de los grupos movilizados que adquieren losrasgos necésarios para su legitimización como grupos participantes; b)por cambio social, es decir, por modificación de la cstructUla de lasociedad que se transforma en el sentido requerido como para h;lcerque la participación sea prácticamente lJialJle y normativa y psicológi-call1t'nle legítima.

Por olra parlr. y sicJlJ¡)I"e tenicndo en lllrllta el car<Ícler generaldc ;Jsincronla que caracteriza el cainhio, tanto la puesta en disponibi-lidad como la respuesta apática o la movilización y la sucesiva intrgra-eión no suelen darse, en un mismo grupo social. simult,íl1eamente entodas las esferas del comportamiento (o en todos los sectores ele la es-tructura en que el grupo participa), sino en diferentes momentos. Elresultado de cIlo es que pueden coexistir sitllaciones muy tliSIintas:apatía en ciertos aspectos, movilización en algunas áreas del comporta-miento, IJ;Hlicipación intq?;radá en otras y prrsislencia del patrc"ll tra-dicional en las restantes. Por In dem;ís. incluso con este agregado el es-quema simplifica groseramente los procesos concretos, pues. aun dentrode lo qlle consideramos analíticamente como un área dada lle compor-tamienlo (por ejemplo, el trabajo, la familia, b actividad política, larecreación, cte.), pueden darse todos los tipos de comhinaciones entreelemcntos "tradidonales" y. "no tradicionales". Este panicular fenóme-no, que en otra parte se ha denominado "efecto de fusión", caracte-riza muchas situaciones de lransición.

Sobre esta variedad de posihilidades influyen ciertamente las cau-5as del desplazamiento y las formas en que ocurre la puesta en dispo-

Illibilidad )' la movilización (cuando y si la primera desemboca en latercera, lo <¡ue no ocurre necesariamente). En principio, el desplazamien.to se p~oduce en virtud de la pérdida de integraci(/m en alguno o en\';uios de los tres niveles sefíaIados en la definiciún: a) alteración de lacort"csponlkncia interna entre normas socialmente v;í1idas; 11) aller:1cil'mde la correslt~ndencia entre normas por un lado V actitudes intcrn;¡li.zal1:ls por rl ~tro; c) alteraciún entre normas y actitudes por un lado ypnsibilil\;¡dcs efectivas de aplicación por el otro (nivel ambiental). Lasformas concretas que pueden adoptar estos fen('1Il1ellOSWI\ sumamentevari(\(las y, aunque el comienzo del proceso PUC(!:t darse en cualquierade lo~;ln:s niveles, en la inmensa mayoría {le los casos tended a ex ten-dns{' a los dcm:ls. De todas maneras y en todos los casos, dos aspectoseS(,Il<,;l1cs deben sciíaIarse: en primer lugar. la puesta en disponiLilicladil1lplir::lr:'tsiempre 'lile la mencionada "pérdida r1e correspondencia" ha-

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'1brá afectado el plano de las actitudes; en segundo' lugar, cualquieraque sea el paI:ticular sector de actividad en que' el desajuste ~e hayaproducido, tender;' con una mayor o men<;>rrapidez a extenderse' a otros,chnpos. Esto es obviamente lo mínimo y más genérico q~e puede afir-m;USf:: tan sólo señala que los grupos afectados deb~rán advertit elcambio y per~ibirlo como una alteración que hace inaplicables 'las an-. , ,tiguas prescripciones. A tal alteración p~lrán responder con retraimien-to, ;¡P;lt í:l, formas de ;momia y desorgani1.ación individual, o con acti-tudes 'Ille •.ienden a estructurar nuevos roles que implican participa-ción; y es precisamente a esta respuesta activa a la que derihminamosmovíl i7.ación.

Debe advertirse que dentro de este esquema no atribuimos' priori-dad causal necesaria a los cambios "objetivos" (en el sistema normativo.en las circunstancias ambientales) con respecto a los "subjetivos;' (alte-racit'ln de las actitudes, roles internalizados). Así, el incremcntado nivelde comunicación de ideas r~ede constituir el elementt>'(ó, por lo menos,un elemento) uesencadenante, no menos que una alteración "qbjeti\'a"en el equilibrio demográfico, en la estructura económica, etcétera. Pero

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es neces<Jrio insistir en que se trata siempre de "procesos circulares",en los cuales los cambios en un nivel estimulan y facilitan cambios enlos otros niveles, los gue pueden a su vez ,reaccionar ,sobre los primeros1"011 ulla ulterior facilitación)' estimulación (aunque también en sentidocontrario, como inhibición).

3. Movilización primaria y secundaria. lJesmovilizaciqn, I

En la seccifín anterior 1l0S hemos 'referido al p~oceso de moviliza-ción t;¡1 como ocurre dentro de tina estructura tradicional y que se iniciacon su desintegración, que puede originar el surgimiento de una pro-pensil'm hacia . lluevas formas de partisipación de tipo moderno. Sinembargo, como se mencionó al comienzo del capítulo, la teoría de lamovilización social puede tener una validez más. general; .en realitladpuede referirse no sfÍ\o a procesos que tienen lugar deritro de estruc-turas tradicionales sino también en sociedade's modernas. Este tipo demovilizaCión sení ciertamente distinto; su significado histórico, st~ resul-tado final y la naturaleza de los movimientos pollticos generados porél adquirir,in cierto carácter propio. Pero aun así seguirá siendo "movi-lizacilín" y poseerá 2lgunos de los rasgos generales que definen esteproceso .. Por ello hemos denominadtL!l,lOvilizacián fll'imaria a J;~....n.lO:vi!iz;J(:Í(JIlque ocurre dentro de una estructura tradicionat (por ejemplo,-,."-

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7ISOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

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.1. Disponibilidad y movilidad de las éliles

Aunque no analizaremos aquí el papcl dc las élilt:s en lo! procesosde desintegración, movilización y reintcgración, daremos algl nas illlli-caciones al respeclo.

Los términos.i!t!.:.~J: ...)~~l~~l~ S9!) ..!!l.~~U)ien i!,!.l P!'d:i sos; y debemosreconocer que un an,í1isis detallado re(l"eriría un;l \tcfinici")IJ m:ís ri-gurosa. Pero para nuestra finalidad, digamos simplelllcnte IJUl' a] ut ili~ '

~ zar el primer térnlino nos referimos a los grupos e individuos que seencueñi'fan en la cúspide de ¡as div~l~s~s inslituci?nes y actividades hu-rñáiias o que ejercen actu?I2..p'olcncialmente el liderazgo de detenpi-ilaOos sectores sociales. ~on el segundo designamos a la mayorÍ1 que no

/1/:» P" --- . . I 1 - .. I l' . . .•-:...:---- ocupa pOSICIOnes (e a lo presllglO o pOl lT, O el UG¡CIOn,o ,lluacLonec15noffiiéa. -etéétera., Tal vez esta distinción podría ser formulada mc-¿¡¡alite una expresión estadística simple, diciendo que la cúspille sc re-fiere al 10 ó 15 % "superior" de la ¡)obIación. Sea como f¡1(:re, debetenerse presente que la" cúspidc no coincide necesariamcnte con los es-lratos m,ís aILos en el sistema de cstratiric~ciún. Algunas per:¡onas ogrupos pueden eslar en la cúspide de ciertas aClividades o inst lUcionesy al mismo ticmpo no pertencccr a las clases sociales superiores. l\delll;ís

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en la definición incluimos las "élites pOlcnciales" y las "contra.ditd',es decir, grupos .que en la estruClura aClual no gozan de p)sicioncsprivilegiadas, pcro quc por su liderazgo dc delerminados grupw puedenllegar a ellas. Seí'íalamos aquí un factor muy irnportante en d compOJ'-tamienlo de las élites: SlJ po~icil'lIl "congruel1le" o "incongruente" den-tro del sistcma de estralifi'(";tción. Por ejl:lllplo, los casos bien CiJllocidosdel homure de negocios exilos~ pero careute de poder político o de Im~s.tig-io, la arisLOcracia cl<lpo]¡recida, el illle!ectual "proletarizadl'''' y ,!sísiguiendo.

"Teniendo presentes esas definiciones rcsultará claro quc 1;-5 procc-sos de ruptura del ordcn social aJ1lerior, de "desplazamienlo", "dispOJli-bilidad", "apalía", "movilizaciúll", y "reinlegración", sc aplic;m tantoa las masas como a las élites. Es cierto que cn muchos an;ílisis de lamoviliz;l,ción el lérmino élile parece haller sido ;¡cuiiado especialmentcen relación con las m;¡sas, pero la desi ntegraciún dc la cstntcr_lra pi e-existente pucde muy Ilien afectar a gTUpOSde élite que pueder encon-trarse "desplazados" en una u' otra dirección, los <¡"e reaccionan C('11retraimienlo, ;qlalía o diferentes formas y grados de p:llticiy>ari('lll, laquc pucdc ser legílima o no, aceptada () confliuual.

El papel de la ¿lite desplazada o parcialmclHe desplazac.!i' _.C!U~1_.c2-mino--SOC'iarespeClalulcr!le el; ci proceso de modcrnización, ha sido des:

en Una región o en un -grupo social tradicional, dentro de una sociedad,I o-~n ,una so¿iedad totalmc:nte tradicional); y llamaremos 11lovilizaciúll

,ie'7:;tñ~df;lrfa.a}'proceso que se ~~s.arrolla a p~rtir(¡e l~l desintc,f,'Taci-ónCfeUna estructura moden~a. En la movilización primaria el gnlpo des-pril'Zado' es' pbr definición no participante, marginal con respecto a la

I sociedad modérna. Tal es el significado del concepto de democratiza_rió n fundamental de Mannheim. En la movilización secundaria Ungrupo que ya participaba en la estructura moderna es ,dcsplazado a GIU-

Osa de algt'1I1 tipo de dcsintegración, ya caus:¡ de ello ya 110 puede ]>;11'-

-ticipar cn el mismo nivelo en la misllla forma qnc antes. El cjemploI

c!;ísico lo constituye, el desplazamiento que afectó a las clases mediaseuropeas en la década del veinte, como efecto de la inflación y la prole-

I tarización. Su respuesta activa .ll impacto del desplazamielHo fue untipo de rj1ovilización' que originó un nuevo movimiento político: elfascismo. A causa de ql!e ambos tipos de movilización pertenecen a lamisma categ~ría general, muchos autores no han introducido c.!Sladis-tinción, considerando la movilización primaria y la secundaria COmosi filCran exactamente Jo mismo. Esto puede llevar a serios enores. J .osmovimienlos que se han gencrado sobrc la hase de un;1 lIIovilizaci()nprimaria SOn muy difcrentes de los causados por la movilización secUIl-daria;

°U2..<;'C;;>E.S.!1l..!£Jlnl~~r~ame.que debe definirse es el de desmoviliza.._cion. 'En el transcurso de los conflictos causados por la movilización,;¡gmio, g<upo, d, b ,oded'd pU'den opone"e a la nMili,.dón de'l;os 'olros o bien a su participación, ya Jegitimizada, en ciertas esferasdadas. Si los primeros logran su propósito, tratadn de reesta)¡lecer elstatu q1l0, 9 sea dcsmovilizar a los Scctores rccientemenle movilizados.Esto ha Ocurrido varias veces Gn la llÍstoria reciclHe de Ellropa y Anlé-rica. El fascismo, basándose en Ja movilización secUIl(j;¡ria de bs clasesmedias logró la desmovilización de las clases bajas. En América latina,desp~lés e1e1 30 muchos- movimientos militares tuvieron como objetoprecisamente la desmovilización, en una forma u otra, de las clasesmedias o bajas, ele acuerdo con las circunstancias (por ejemplo, el goJpemilitar de 1930 en la Argentina fue Un intento de desOlOviliz:lcilÍn delas, clases medias, como lo fueron también Jas illlervencioncs militaresCOntra el APRA en Perú. El goJpe de 1915 contra Vargas, el dc'.J!J!j5contd Perón y muchos de los Sucesivos golpes milit~res en ambos paí-ses fueron prcparados, por lo menos en parte, con Jd inLCllcilín de des-movilizar a la clase lrabajadora o reducir Sil panicipacil")1l IlOlírica). H

o Véa,e C. Ccrinani, "Fa,cislD and Class", op. cit.

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Page 35: Germani - Sociologia de la Modernización

7 l'na de Ia~ formulaciones n,;,s completas de esta Icorfa pllcdc encontrarseen E'elc'tI 11, lIa¡:cn, 0" lile Tlrenn' nI Sociol ClIO'I};C (lIorn~wood, JllillOÍ5, Thellt I'e\' Press. ll)fi~), cap, 1), Pel,) b 111;'l11a hiF'ótc<!\ ha si,l') cllulIcia,h cn l11'JcllJSh'l :1\"( l~i~:,'l"{'~\tt'~.

taca~lo, p(~r,Ai~ersas t<~orlas. Sc ha SlIpucStoquc la movilidad "lJloqpca-J7í" y la "incongruem:ia de status" de ulla mancra u otra crean "gruposparcialmente subordinados". 7 Estos conceptos bien conocidos se refie-ren básicamente a los 'mismos procesos de desplazamiento, disponihili-dad y movilizaci(')fl <¡ue estamos examinando. Pero deuemos recordar<fue clliderazgo puede también ser descmJ>eíiado por élites "integrada~",es dccir, por grupos cau:¡)mente establecidos en el orden ~ocial existente.

Por lo general se suponc lJue cn el proceso de J/1ovilización (inclu-}'endo sus v~arias fases de desintegración, desplazamiento y puesta en:lisponiuilidad), las élites asumen el papel más activo; la iniciativa les,:orresponde, así C0ll10 también el liderazgo y eventualmente la organi.:?acil'm (cuando el proceso tiene una exprcsión organizada), Pero aun'éste cnunciado cs sumamcnte impreciso y ambiguo: se hasa cn el su-puesto de que cualquier camuio implica la necesi(bd funcional de unadile de innovadores o de lideres, pero no alcanza a esclarecer el origeny naturaleza de cada élile, Slt papel específico y' sus relaciones mil lamasa de seguidores. También puede cuestionarse el supuesto mismo del

. requerimiento funcional de una élilr!. Un problema conexo ataiíe a lanaturaleza -inducida, eSl'onl;inca o mixta- de todo el proceso o de-algunas de sus etapas. Por supuesto, en una sitllación de cambio espon-táneo el papel de las éliles será mllY diferellle del que desempeíian enuna situación provocada por grados diversos de pIaneamiento o' induc-ción delibcrada. Tal vez una de las situaciones m;\s comunes será el'desplazamiento y la disponibilidad de grandes sectores de la poblacic'mcomo consecuencia' de camuios espontáneos en la socicebd; es d('cir, Ullasituación en ia cual los factores de cambio, cualesquiera <¡ue sean, tie-Ilen consecuencias que no son esperadas ni previstas sobre el de~pla7a.miento y la eventual disponibilidad de ciertos grupos. En IIna siluaciúnlal podríamos distingnir tres diferentes fonnas en que la disponibilidad:

, de la masa puede convel:tirse en movilización: 1) por intervención deuna élite "externa"; 2) por intcn'ención de una élile "int(Tna", es de-ci:', i{l'nrrada en el interior del grupo movilizado; ,1) corno proceso sinliderazgo .•~n el primer caso, la élile es proporcionarla por grupos o ca-tegorías ehernos al sector de masa. disponible, que por una u otra razónaS~lmen el liderazgo y las armas iueológicamente necesarias para provocarla movilización de esa masa. La élile misma puede ser un gmpo "des-phzado" en una situación de disponihilidad, pero en r.ual<Juier <:<lS0su diferenciación respecto de la masa disponible jJrccxislia a la sitlla-

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7~. SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

R 1. n, I.cllill, 1I'Ilnl i\ In I,r. DOl1cr (Nueva Yml:. Inlcll1alional publishers,1'1'."':" I";~'," ~~.~3. 1.enil1 agrega !juc "la histllria tle lodos los países lTlue',tra que

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un grupo "establecido" que pueda encontrar, conveniente <lirigir la mo-'vilizadón de grande~ sectores desplazados con el fin' de integrarlos en el.sial1/. qilO. En el segundo caso no intervendrá ,ninguna élile extern¡¡. y,1el lillerazgo (P'C provocará la movilización de grandes sectores es genc-rado clesde adentro. La élite aparece sobre la base de un procesode <likJt~ntiaeiún intcrl1~, sirnultúneo o sucesivo respecto del proceso de1\11't.llr;1y dC;p1a7.;lllliclltO. quizá como ot.ra cons~cuencia del de mismoproceso. Fin;llmentc, cierta fonna de movilizacir'n pucde darse sin ,lainlCl"Vf:nción de líderes (por lo menos en el sentido de ,ún grupo delíderes claramente di fcreneiatlos) . Las migr'aciones rural-urbanas -con-~ider;\c!as a 'Veces como un sustituto de la revolución- son un buenejemplo de tales procesos "carentes de llder", o el surgimiento de nuevasaspiraciones, nucvos esfuerzos en pos de la. movilii.lad, social, nue~asnecesidades, nuevas actitmlcs y pautas de conducta CJue de,'una man~rau otra proporcionan :ll~una orientación concreta a las 11la~as cksplaza-das, d:'ll1doles los medios de cxprc'sar en una mancra estructurada nl~cvas,p;nllas ele participación, y canaliz;\mlolas hacia alguna reacci6n"posi\ivaen lugar dd retr;lÍlIliento Y la ;'patfa. Es cierto que aun en este rasoel proceso requiere la mediación de innovaclores, la infltle'ntia personalde lideres formales, pero no n05 referiremos a éstos como 'a una ,élilCporque no est;\11 rlaramenl.e diferenciados Y operan todavfa a ,nivel in-

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t("persona, <cntro ( e grupos prnnanos. . ' 'En cualquier proceso concreto de movilización las tres formas sr-

com1Jinar<Ín en diferentes proporciones y algunos aspect,os imporlante~.del proceso mismo nri;¡r:íll de acuer<1ocon el tipo de combiJiación.Para expresarlo de lIna manera más general: la naturaleza dr talproceso esl;¡r:í condiciOl1ada )lor la existencia, la naturalN.;l y' la dis-ppni1Jiliclad de las éliles, en relación con la natura1cza, existencia Y'disponibilidad de sectores m:ís amplios de la población. L¡l combinaciónd~ (:liles di<;ponibles (y movilizrzrirzs) y de masas disponibles (y por lo.II1CIIOSllIoyiliz;lblcs) parece proveer las lo~diciones más favorables parala ap;¡riei{lIl lle movimientos poIlticos extremistas aHli-slalu. qua. Seha argumentado, por ejemplo -de acuerdo con una tesis muy cono-ricla-, que un venladero movimiento revolucionario siempre requerirá];¡ intervención de lIna c!lile proporcionada por intelectuales, "los.representantes' educados de las clases proletarias". Sin embargo, tam-poro esta tesis niega la segunda alternativa, que m'encionamos antes,de una (:lile "interna", Pero el movimiento que surja de ahí será muy

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Page 36: Germani - Sociologia de la Modernización

la clase trahajadora, por su prQpio y exclusivo esfucrzo, cs capaz de dcsarrollarsolamcnte \lna concicncia sindical", que es un tipo de organización política refor-mista, gradualisla, pcro no \In movimiento ideológico cou vcrdadera co,i,ieuciade clase (cn el sentido marxista). Algunos sectores de la izc]uicrda naciou'alisLahan reconocido por ¡su parle quc dentro de la si !Ilación depCl,llJicule de lus nuc\'ospaíses. " colon bies" o "neom!oniales", el único sector capaz de asumir el liderazgode los mOl'illlieutos dc liberación es "la pcqucl1a bUI'g'uesía" dc cada país (réf.Audlear Cabral, "L'anuc dc la .théol'ic" eu Pariisall.l', no'. :!(j.:?7). Es)a "tesis i"só.lita", COmo lo sellala Luis l\fcrcier Vega, ha sido talllbiéu ;llloptada. auuque COIlmucha cau'tela, por el com\lnismo ortodoxo (cn Prou/e/luls de la paz)' del sucialismo,cnero J 966. al'io IX. uQ 1).

Probablemente, el hecho de que la Canalización de un proceso dem~viIización en un movimiento político requiera una élile exlernavariará según las caract~rísticas de los sectores illl()licados )' según la ve-10cidad.e1el proceso. ESlo puede explicar la diferencia en lo que hace alos 'movin1ientos de clase b<lja entre los p,iíses tempranamente indus-'trializ<ld9S )' los que es[;ín h'o)' en el proceso de indnsll'ializaci<'ln. Enlos prij1)(:ros, la importancia de las élites internas era quid lll<ÍSgrande,.aun, cuando hubiera li'der<lzgo externo y éste tuvicra una fUllci")ll. Enlos últimos, la dif~renciación interna de una "aristocracia dc Lt clase¡rabaj,)elora" se h,lce nds difícil a caUSa dd car;íClcr lIds tr;ldiciollal di:los sectores 'disponibles)' ele la velocilbd e1el proceso. Talllbién la cxis-tencia ele una élile "dislJollible", pronta para asumir el liderazgo delos grandes sectores movilizados, puede apresurar la cristalizacilÍn deun movimiento p¿Iítico e impedir la formación esponl<Ínea ele unadite "interna", que en otras circunstanci<ls podría haberse formadomucho m,ís lentamente en ausencia de una intervención eXLerna. Seacomo fuere, si bien en ciertas condiciones la existencia de élites d isro-nibles,es 'un requerimiento necesario para la moviliz;¡ción políLic<l de,estr;¡tos más amplios en una situación de disponibilidad, la si tu;¡ciónopuesta -élitcs disponibles y movilizauas sil! m;¡sas potenciales de se-guid?res- no es susceptible de origin;¡r grandes 1lI0\'illlientos ideuló-'gi'cos y polílicos. La acción política de J;¡ dile movilizada debe tomaralguna otr'a [oml;¡, toda vez (llle tome alg<lna. EncolltralllOS aquí queun aspectoilllport;¡nLe es la capacidad dc J;¡s éliles para percibir co-rrectamente la sitll;¡ción, su "I,'ealismo" o "llIopismo". Es cierto <¡IICen algunas circunst<lncias los enfoques utópicos de la acción políticapueden resultar Jos' más realistas; pero en una situación en que lam<l)'oríaele 'la población' está integrada aún en el orden social existente,J;¡s posibilidades polític<ls de un grupo de ¿lite desplaz<ldo y mOI'i1izaeloserán limilae1<Js. ,El único procedimiento realista p,lra originar 1111 gT<l1lmovimiento de masas consistiría en "indllcir" de ;tlg-una IlIancra ladesintegración del orden social existente)' promover la puesta cn dis-ponibilidad de los sectores de masas.

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~,5. lI[ovilizació1l e integración como f1/l:nlt:s de tel1siá71 y cmz [licios

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Hemos visto, por otra parte, que aun en ausencia de un;! eliir.disponible y movilizada, o <le otro ~rtlpo líder proporcionado pcr una¿lile establecida, el proceso de movilización puede muy bien origi~arun liderazgo interno o asumir alguna otra forma cspontánea Cirente<le 'l/der.

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75SOCIOLOGíA DE LA MODEltNIZAC1ÓN

Los diversos fenómenos que se ha tratado de definir, -pueHa en<Iisponibilidad, movilización, integracit'lIl- pueden ahora tomarse co-mo punto de partida para el an,ílisis de las tensiones cuando ést.as se~'cntran sobre todo en el hecho de la ~ubitáTlea IJartieipación actitla desegmentos que a1lies se caracterizaban PO}",su "pasividad". Tal "des-pertar" es percibido (y recibido) de distinta manera por los distintossectores de la población, ,yen sus actitudes al respecto, a menwlo enviolento COl1lraste u oposición las unas con las otras, ha de buscarsela fuente princi pal -si no la única- de las tensiones. Este fenl'menoes bien conocido; el término tan empleado de "revolución de las as-piraciones crecientes" se refiere precisamente a hechos de esta naturaleza.El an,í1isis desarrollado hasta aquí tenía por objeto formular UI!l al-gún rigor su significado, relacioJl<\ndolo con el cambio en gener<lI.También se proponía señalar con mayor énfasis que este despertar,esta revolución de las aspiraciones, de ninguna manera se ciJ'cuns-aiLe únicamente a lo económico (o más estrechamente a los' deseos demayores consumos). Es todo eso, por cierto, pcm es también mucho m,ís:es una nueva aclitud de participación genemlizada que choc~ conlas actitudes preexistentes en muchos grupos y a veces también (( ,n lasposiLilidaeles concretas de hallar satisf;¡cciones relativamente ;tl ecua-das dentro de las circunstancias concrctas dominantes. En nllestraopinión, la interpretación restringida a lo económico dc las "aspi racio-nes crecientes" de grandes estratos de la población ele Améric;¡ ;atin;¡ha sido y es fuente de graves malentendidos, y errores, tanto por partcde las elites dominantes de cada país como de los observadores e):tran-jeros. Este malentendido lleva, por ejemplo, a juzgar el éxito o elfracaso de un movimiento tan sólo sobre la base de lo <¡ue ol'rezcaen témlillos de mejoras económicas. Sin embar):',,-), lo que podr; <lmosllamar una "experiencia de participación" en olras esferas (y a l1Ie-'nudo una mera ilusión de IJarticij¡aeión) puede ser tanto o IlI,ís efec-tiva para asegurar el apoyo de los grupos recién movilizados que unaexpansióTI en los consumos.

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Page 37: Germani - Sociologia de la Modernización

En términos generales puede decirse que las tensiones y confliclo\entre grupos' dependerán, de dos categorías de variables. La primera serelaciona 'con la estructura de I{nlpas. incluyendo 'el sistema' de estrati-'fiC;ici¡')ilsoeiál, la estructura étriica (si existe diferenciación al respecto)la distriiJuci,'m de la población en el territorio y la posición "centrar"o "pcrifé'rica" que ocupan los diferentes !;rllJlos. Esta posición se rc-J;I( iOllólcon el pólJlel h('g'cllu'JlIico dc ;I!gun;¡s ;'IITas dcnt)o dd territorion;1(iOll;1! y ticlle que ver con la disll ibución del poder. Con respecto-a la segunda cal c¡!;orfa lle variahles, dehen mcncionarse diferentes ;"1 s-pectos, a s;¡!Jcr: a) esrrra o esferas de la actividad humana en las quesc produce la disponibilidad, la movilización y la posible subsiguientcintegr;¡óún; b) velocidad del proceso; c) existencia '0 no de mecanis-mos de integraó(¡n dentro de la sociedad, adecuados para los gruposen' movilización; d) imlepcTI(lientemente de lo anterior, existencia o'no de posibilidades "reales" que hagan viau!C la participación illle-

gl:ada (estos dos ültimos aspectos log-ran ;Ibsorber los sectores en mo-vilización; t"mbién inclu)'CI\ la r"pidel con la cual los meeanismmde integración de 1" estructura cxistente y el "costo" social de dichosmecanismos, su tipo, etcélC:ra; la misma c(lnsideracic'lII se aplica a laereacic'lIl lk las circunstancias concrctas quc permitan o h"gan viablela participacic'Jn), y e) respecti\'as proporciones de la pobl<lcie'lJl movili-zada, a movilizar, intc¡!;rad" o en das de integración, es decir el esta-, dio del proceso global en que se ('1~cuentran Jos diferentes grupos que !J'wmpOllen la población. J",-t __o e.- __ Jl-r "l. Oí'-v I'{."-'--' d--<9~ CQc-,'oJe

T~ e J; c.- <=-. r ~- (Jo. e,Los países dei\mé:riGl latina presentan grancles diferencias en i

cuanto a los aspcllos se¡"¡alados y ello hace muy difícil formular propo-siciones precisas aplicables a todos. En términos gcnerales..las causa!>que h;lII producido la ruptura del patrún tradicional son bien conoci-d;s" y apenas necesitan ser mencionadas aquí. Consisten en la acelera-c1;:)I1dc algunos procesos de lll(ldcrnil.arje'm (según la definición d~daeñ el primer capitulo): lreciente pcnetración de pautas, ;¡ctitud~s yformas de cultura materi;,' correspondicntes a la socicdall na,cionalrtr'-grand~' estratos de la pohlación que permanecían aislados ep unau 'Otra forma; rupturil de las comunidades locales; dcsaparición de laseconomlas cerradas o aisl<Jdas y creciente incorporación a la economía'nacional; trans(ormal je'", lle las formas tradicionales de trahajo entrabajo asalariado. o por cambios en el sellor primario en general,por \0 tanto, dcsapariciún de ];¡s "iei:ls (ormas "primarias" o romuni-t:ni,\; lIl' rl'1:1cú'tll', ~"ri,l1r, t:11110en la mi<11H e,fera' de trabaio comoen \.'~t.\'. tJL, ~\'~'~l.' \.\ ,iJ.\ \.~.t' (\"~n'.1l1t..~.l,\. 1., Tc\-r:".1;(~,"n. (tc.: crec\-",i~':lt" l:C \,,, ""',\i,,, ,:,' lr.m'\,,~ttt' \ 11':1\\'1' :1"c'<ibi\i,h,\ l\e b" 101\:l~

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medios de comunicación de masas; incremento y difusión de la educa-ción a capas crecientes de la población; desequilibrio demográficoproducido por la petsistencia de alta natalidad frente al descenso dela mort;lidad. Estos y otros fenómenos; como es bien s~bido, trastrue;can el viejo orden tradicional en una escala incomparable con lo ocu-rrido en el siglo pasado, pues mientras durante la época de la lnde- I

pendencia, )' a 'lo largo de tOllo el siglo XIX e incluso parte' del actual,' ;mn algunas excepciones, la modernización sólo tocó (y parcialmente)pequeños grupos de las éliles de las áreas "cen~rales" de cada país, lopeculiar del proceso actual es que abarc? a la totalidad de la pobla-ción e invade tocio el territorio nacional; y, además, adquiere hna ve-, +'loeidad inmitad;!. J:"" --+, cJ-r J --.,- (t" ~ (1/J

Concretamente, lQ.s_con[Jictos .Y tensiones ,surgen por el hech~ 'de(U!$d~n virtud de los cambios mel).cionados, las aspiraciones, actitudt¡s,1!!Q1iyaciones y los correspondientes comportamientos de ,cada g~upo.(ill£.~~omp()nen.la estructura social han dejadó de ser "congruente(£.Q-I}_la,s,expectativas de algunos o ele todos ll?s demás grupos:_ Los COI1-

lIictos más visibles son aquéllos entre los grupos recién rpovilizadosele los estratos inferiores y los grupos que poseen el poder 'polftico yeconómico, pites las nuevas actitudes de participación de aquéJlos noSOIl aceptadas corno "legítimas" por las éliles dirigentes mientras ésdsse sigan orientando de acuerda con las expectativas tradicionales. Elenfrentamiento de las familias tradicionales, con sus aliados",los mili.tares y la Iglesia, son por supuesto la forma clásica asumida en Améri'calatina, expresada mediante muchísimas manifestaciones ideologicas.Sin embargo, los conflictos y las tensiones son sobremanera más com-plicados de lo que podrÍa. parecer si nos limitáramos al simple e'sque-lila aludido, Hay "arios aspectos que tienden' a hacer niá~' complejaaún la situación. II ' I ' l'

En primer lugar, las incongruencias -y por lo tanto los conflidtos--'110 se producen sólo entre grupos que ocupan lugares distintos enla jerarquía del poder, del prestigio, de la economía, sino que, abarcan;\ otros situados en niveles equivalentes o por lo menos próximos (conIcferenna a tal jerarqula), o también grupos que no forman partecomo tales del sistema de estratificación. ' '

El papel de la hurguesía naciente y de los demás estratos de cIasemedia -o sectores medios, como se los ha llamado- al enfrentar~TllPOSque anteriormente monopolizahan el poder; es bien conocido.[1\ un mismo nivel, a menudo, los nuevos grupos empresarios --orien-t:ldos hacia la industrialización- enfrentan a las "famlIias tradiciona-Ir,", rIl\'O poelrrlo y si¡{nific:lrlo se b::'lsa en la concentración de la

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Iprópiedad de la tierra o la exportación d~ pocas materias primas.Conflictos análogos deben enfrentar la IglesIa y las fuerzas armadas.

. Iras situaciones creadas por el cambio rápido pueden producir todaclase de enfrentamientos, no sólo entre los diversos grupos sino tam-bién en el interior de éstos. Así, resultaría hoy muy erróneo cOJ1sidentral ejército como el sector monolítico enrolado en favor de una u otrasolución; por lo cdntrario, en la mayoría de los países el ejército seha visto fragmentado en muchas facciones que reflejahan, en parte,los clivajes existentes' en la sociedad (aul1(lI1C en téllJlilloS generalessu intervención se haya producido casi siempre en favor del ordenpreexistente).

Lo mismo cabe observar en relación con la Iglesia, que en la ma-yoría d~ los países ha sido penetrada por corrientes renovadoras orien-tadas por propósitos de reformas sociales más o menos radicales. Porotra, parte, no hay q'ue olvidar que los nuevos motivos de conflictossuelen superponerse a las' antiguas luchas de facciones de tipo pur;)-mente personalista que caracterizaban la historia política de la mayo"ría de los países la tinoarnericanos., Tampoco sería correcto haular de los estratos populares como de

un oloque monolítico enfrel1lado con los antiguos _y l1uevos_ posee-dores del poder .. Por un lado el proceso de transformación hacia unaestructura de tipo industrial tiende a diferenciar, delllro de estos estra-tos, sectores dotados de características peculiares en cuanto a nivel edu-cacional y formación técnica, papel en el proceso productivo, nivelde vida, del mismo modo que ha estado ocurriendo en los países in-~iustriales. Por el otro, el proceso de movilización, como se ha indicado.,cobra diferentes ritmos en los distintos grupos, y este hecho introduceuna ulterior 'diferenciación entre sectores más o menos modernizados.

"A todo ello caoe 'agregar las diferencias étnicas que a veces tamuiénd~sempeñan un papel ,en los conflictos, en el interior de los estrato~populares y de otros sectores. .

Además hay conflictos que se plantean, por lo menos parcialmente,fuera del sistema de estratificación social; tal es el caso del conflict(>entre generaciones, que se va agudizando obviamente en períodos decam bio rápido. En..~ln,s.d.C'l.. [email protected]!.c;J."jl).Lq~grad.o.de, .po1ilización de.]~.wl!'y~n,t\;lqes tll1iv~!:s.it,~lI:iil.s_h~J,~c;!=h~.de é?fas..u,na, fue,n.te.de .li~lerazgó,ck..granimpor~anda .•~n,J,os W9viroientos que t,rat¡m de dar r'cspucst;!Sm"okQ9.na.ri¡ts (aunque a menudo contradictori~s entre sí) a las nue-vas situaciones creadas por la transición.

Por último, y relacionándose en parte con los conflictos generacio-nales, hay que mencionar otra fuente de conflictos y tensiones en elinterior de los distintos grupos, clases, estratos y sectores sociales. Se trata, '

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de la diferenciación creada por el hecho de que los procesos de moviliza-ción e integración suelen afectar a los diversos sectores de la pOr, , .blación en fases sucesivas. Por ejemplo, la movilización ue sectc,resde las clases populares puede realizarse en dos o tres fases q',le dis:anentre sí, en términos de tiempo, dos o más décadas. De este mo~lo,por ejemplo, al iniciarse una segunda fase de la movilizaá'lI1 'de laclase popular, los sectores afectados por la primera f¡Se treinta o l 1;'I~

años antes ya se hallan de alguna man(Ta infc¡.;-rados ,al sist('lua. Porlo tanto, en ese momento hal>r;í dos proletariados "'JlIodel'll :)S"; 1 no"antiguo", resultado de la primera fa~e de la lIlovilizaciún y ya Le talo parcialmente integrado, y un segundo, "reciente", cuya mO'liJizacjónse está iniciando y que no necesari~ente adoptad los mismos canale~de expresión, en particular, de participación política, que fueron usa-dos por los sectores populares de antigua movilización. Según la c):is-tencia -o no- de una tradición política v;ilida para las clasc! popula.-res, la existencia de las dos capas "históricas" del proletariado puedeoriginar conflictos y tensiones internas en el mismo. Procesos an;ílo~:'ospueuen ocurrir en los 'sectores medios y en la, burguesía. Cuardo estosestratos han emergido en distintas y sucesivas fases, sectores ya integ'a-dos de las clases medias (o de la burguesía) pueden coexiHir con sectoresrecién emergentes y movilizados, pero todavía no integrados, No setratará en general de una coexistencia pacífica, sino que el procesoprovocará tensiones y conflictos en el i?llajor de cada estrato..~ ~'pv,i.I;2...c>c.,''¿'-...., -!>~ f-,,(... ,

" Tal como se indicó en el -capítulo anterior.&-~. diero'1 cn.,'.A¡ngj£;i!.•.latina .dqs fases princip¡¡.les de movilizaciól}.~ U na, menos im ~ortan t~desde el punto de "ista de su amplitud y penetración en la pc,lJlacién,"ocurrida en varios países como "efecto modernizador" de la e :ono¡'n í••de exportación primaria durante el tercer estadio, y la segunda, mu-cho más amplia, iniciada en el cuarto estadio bajo el illl pactu del ti e-rrumbe del mercado internacional y la industrialización 7ll(l,'gré snj,

con las grandes migraciones internas, la explosión demográfi.:a y losotros fenómenos relacionados. Cada una de esas fases esti mu1<',el SL r-gimiento de sectores modernos en las ciudades, el proletariado. las cia-ses medias y la uurguesía_ Con frecuencia, las capas más antiguas sehallaban parcialmente asimiladas en el sistema cuando se i lició lasegunda fase que tuvo por efecto el surgimiento de un prol,~tariado"más reciente", así como de "nuevos" sectores medios y de burguesí:l,."recientes". 1\1uchos de los fenómenos político-sociales ocurridos dt s-pués de la Gran Depresión y de la Segund.a Guerra Mundia l debfllexplicarse teniendo en cuenta la existencia de estas "capas" ,Je dife-rente antigüedad de formaci6n (en términos históricos). Mu:Jlas de

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11 Se prmlnce al rc~pe<.\o 111\ (a~o (le "dcclo de ¡1I~i6n": las rccicntes :l.cliluc\e~'1"C ponen el I'lIfn~i~ rohre el consumo, ~nrgida~ en I<,~ pahcs de más alto ues-¡¡rrollo.' ~n alloplada~ por la~ ¿litrs de los paises menos de~arrollados, pero aqu(¡¡ mrtl\lll" ~l' "[u~i(,nan" (0n b~ conrepci"lIc~ de la "ida "~eñorial" que predo-miu::h,," cn la ~l'cil'(btl fr:lllici('nal, las que, paradójicamente, ohlienen _por decirlo:l'.; \11\ tl'Í\H'T1rt t'1;":1":'ll!0 (n 1(\~ ln(\{\e\C'~ n,:\~ (..'\trett~0~ de Y'd~dd.d "rüQ6J~rn3.".

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las ambivalencias Y contradicciones de las clases medias en América1, latina responden no solamente a su posición "interl1\edia~' dentro del, sistema de estratificación (enfrentando al mismo tiempo al proleta-riado urbano y a las antiguas, élites tradicionales), sino también a lahcte:-ogeneidad de su composición en cuanto a antigiiedad de forma-ción y grado de irilegraóún, o absorción en el sist.ema.

En segundo lugar, l:ts "incongruencias" no se dan úniC<Jmcnle entrelos ¡:,;upos y dentro de éstos, sino lamhién en d nivel psicoll')giro, ener"inlerior'" de sus miembros individuales. En las mismas personas,a1gíJil0s ;ISI)Cctos"mO\:illzados" ["iedeJl (:¿'existir con la persistencia deactitucles tradicionales cn otros aspectos. Así, el inmigr;mte rural pue-de h<Jberse transformado en obrero industrial, pero su orientación ha-cia un tipo de relación patc~'nalista (o particularist<J) que caracteriz<tbasu anterior situación de trabajo puede no lwber desaparecido e in-fluir de este modo en su relación con la empresa o con el sindicato.Asinctonías equivalentes pueden ocurrir entre ,los empresarios, los po-líl.i(O~;, las élites diri~elltes antigu;¡s' y nuevas, las emergentes clasesmedías y la burguesía indnstríal naciente.

En tercer lugar, las aspiraciones de part.icipación en los consumo,;;a m~nudo no hallan ü';;7;"a'd~CII;,(i'a posibilidad (le ~~Í:¡sfacción en l{ls¿íi¿¡.ínstáiiCias' l:eóÍle-sC-XIst.entes:'El gr;;(io' dé des:irrdlo 'er.onómico nop~¡'m'he:!~~i)~oñdér"a la -(1cniamlá lié ni'1.' nivel de vid;¡ rn,ás: c1c:-ac\o.Ariñ[smo tiempo, la dis~r!'yucV;n del product.o nacían al es nuiy d(;;s-!~~?!,a?le .para, los grtlPOS ~ovilizados. El conocido "cEecto de dell.:0s-t.ración" abarca tanto los estratos popul;¡res como los medios y altos,y en definitiva concluce a b ;lspiraeióll' de consumos 01¡entados por elllIodr.lo d~ los paises dcsarroll;ulos, mientras el aparato productivo sehalla t.odavía en un estado de subdesanollo o de desarrollo insuficiente.US<Jndola terminología de Rmtow, se producen los <1c,eos referentes auna etapa de "consullJo de masa" en una ctara en que ni siquiera seha producido el "despegue". Este efecto de demostración, en lo querrC refiere a las actitudes ele los estr;¡loS superiores, implica énfasis wbreel consumo, 'r11;ísque (;tlfasis sobre laprodurciún, de manera que al'Juft;¡mhién se inYirrle el orden observado en el desarrollo histl')rico seg¡'lnel modelo occil\ental ("ascesis capit.alista" y "ét.ica protestante" en laetapa de acumulación, según la fonllulación de .Weher).lJ El retraso del

desarrollo económico, o la aceleración' de los procesos de moderniza-ción social conducen a esta situación.

Estas é.:'5incio~ías son, obviamente, causas de conflictqs. 'Cu~ndoprod\,lcen contrastantes expectativas' entre Jos grupos, detenninan laadopción de propósitos incoherentes entre si, o bien es~imulall cier-tos de~e(Js sin la 'aceptación de los costos correspondient.es, etcétera. Unejemplo tlpir:o ;¡1 respecto es el fenómeno de la aspir;¡ción, ahora flrác-ticamente universal, por part.e de Jos grupos diJ igentr~s, de "des:!l rollo")' de "moderniza<.Íún", que 110 se acomparía por el reconocimiento yla aceptación de muchas de sus consecuencias, clland~ éstas afectahsituaciones de privilegio de los mismos grupos. Cónsideraciones 'aná-logas pll?den hac:ci'se cn relación con las expresiones ideológicas en quesuelen artiCt1Iar~~ Jos movimientos de los estratos populares reciénmovilizados; aquí tamhién la adopción de actitudes irrcalist~s e iuter-.namente contradictorias es uno de los rasgos caracter1stic~s. Un 'aná-lisis d~ las "ideologías de desarrollo" de muy diferente (o iricluso,qpr.tcs-ta) orientación permitiría descubrir tales, incoherencias internas yprobablemente re1:J.cionarlas, por lo menos en parte, con bs contradic-('iones inherentes a la posición de los grupos que las ~ustentanr

Las consieleraciones anteriores pueden acaso invocarse p:ni daruna explicación siquiera parcial de una característi.ca bastante difun- i'dida que p2Tecen asumir los conflictos en América latipa, o, sea' laextrema fragmentación de los grupos en juego, hecho que, salvo enalgullos países, se observa tanto en el campo de la expresióri "políticacomo en otros; multiplicación de facciones euyos respec,tivos lineaI';1Í~n- _ '"

. b . .?'r- "~'l>-/~ <o", rfas resultan a menudo vana les y hasta Incoherentes. , '1"''' erre ¿r:.0,'"'>:;'.Como se indicó antes, la integración de Jos grupos l1).ovilizado~

puede ocurrir por asimilación7p7;r ca,iibto cíe estructura, d~biÚld~eseií'alaí' (JITé estas cIós formas no se excluyen s~no que pueden' combi-n,i'i-¡;e ele v,iríos 'lnodos. Dada la situación de los países de América

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¡~Tlna es, sin embargo, la segunda forma la que predomina, a travésde la Il1ovili7ación masiva de gr<Jndes estratos' de la pob1dción. Es lae~tructl1ra misma de la sociedad que se ve sometida a un proces<;) detransformacil'm más o menos radical. 'Si biei! la dirección, gen('ral~ '.d~:.~_ 'pr?~csC! va hacia l~ mo~ernizaciÓn, es decir, h~cia elsurgi-m lento de alguna forma de sociedad industrial, hay tres aspectos quepuciTeií" ";ÍrElr fundamentalmente: ~ el.lipo de sociedad inclustri':l.lqüe' adopian ~omo meta los diferentes grupos;di}) el tipo' de sociedadincfúSi'l'iaf que resulta realmente posible en función de' las condicionese~.i,;~ente!i,.y @la J.?rma. -gradual o masiva- que caracteriza el pro-c~so mismo. -

a) Este aspecto comprende por 1In lado las meta~ "reales" de la

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acción de los diferent~s grupos y sectores comprendidos en el proceso,, y por el otro. su expre~ión ideológica. Resulta obvio que ideologías y,'metas ,reales no coinciden necesariamente. Un ,análisis en términosde metas "reales" resulta difícil desde :el punto de vista tanto teóricocomo empírico. El concepto de metas "reales'~ es extremadamentccomplejo. A menudo dichas metas no alcanzadn una expresión cons-ciente y sólo puede con jeturárselas por medios de acciones concretas delgrupo. Otras veces tales metas pueden ser fijadas 'implícita o cxplíci-tamente por los lídcres. Finalmcnte, el grupo puede no tener metas"reales", siendo su acción bastante incongruente. Sin embargo, la dis-tinción, entre las metas y su cxpresión ideológica es necesaria, puessiempre existe la posibilidad de' un uso exclusivamente instrumental

'de las ideologías. No aceptamos el concepto de Pareto de una dife-renciación o hasta oposición entre las ideologías y el objeto "real" de

. ,la acción concreta; en realidad tal contraste' puede variar mucho deacuerdo. con las distintas situaciones históricas y los difCl"entes grupos.Pero, como difimós ántes, en América latina el grado de manipulacióndeliberada es a menudo bastante alto, aunque no sÜponemos que laelección, de ideologías sea completamente arLitraria. Las ideologíaslJsadas no son tampoco irrelevantes con respecto al curso concreto deacción. ' En primer lugar existe el problema de ideologías adecuadas'para poner'en práctica ciertos propósitos y la posibilidad de una elec- ,ción equivocada; en segundo lugar, la ideología misma, una vez puestae~ práctica, p~lede afectar la acción, desviándola de las metas originales

'que habían sido fijadas o eran "realmente" perseguidas por el liJerazgo., La posición del gTupo dentro de la estructura soc::ial, su ubicaciÓn"c~ntral" o "periférica", la forma en que ha sido afectada por elproceso de desplazamiento, disponibilidad, movilización y condicioneshistóricas que caracterizan el contexto social en el cual ocurren, sedn

, los factores de mayor importancia en la determinación de la existenciay naturaleza de metas reales. Estos factores probablemente limitar<Ínla elección de' ideologías, y la elecCión misma podrá ser afectada por

'. otras' dos condiciones adicionales: primero, la naturaleza de otros gru-pos o sectores de la población que se hallan disponibles y movilizahlesy, segundo, la' naturaleza y contenido de las ideologías disponibles.

, Muy a menudo la expresión' política del proceso de movilización en!América latina origina alianzas implícitas o explícitas entre diferentesgrupos y sectores, así como también el "uso" y :manipulación de unsector por otro. En nuestra opinión, el análisis: de estos fenómenosnecesitad lIe. las 'distinciones que hemos tratado de exponer aquí.

b) No discutiremos el problema concerniente al tipo de sOGiedadindustrial que será en realidad posible dadas las' condiciones históricas

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existentes en cada país. Descle luego, existe una gama definid 1 de 1e-sultados posibles, determinados por los procesos hisll'¡ricos Jm',TcI~ntesy por el contexto internacional general. En olros capítulos J¡CI1l0Stra-tado de formular un esquema de etapas cOJlcel'llicnlcs al cre(¡mien~ode la participación política en _cl proccso de nlodernizaci('lIl a :¡cr ap' i-cado a la situaCión latinoamericana, esqucma que p1lcde ayndar enla ex'plicaci()n de la naturaleza variahle de la int('~r:lci~n ('11dil'erenL':;circunstancias /!is(<'JI'jcas.

c) Con respeClo al terccr aspeClo, o sea la n:ltlll':dez;l vic knta ()de otra índole, del proceso de movilización)' reinlegracitÍn, Fodemosdecj¡~, en general, que cuanto 'más r<Ípida sea la fase de "desplazamien-(o" y mayor la pmporciór. de Lt poblaci()JI que <¡ueda disj)onib!e y:7lloviliza!J!e (¡nilo Ul¡ís pequeiías ser:íli I:ts posihilidades de L1naliz;lra los sectores movilizados por llIecanisinos legítimos de participacicín,nds profundas scr;ín las terisiones )' nds e1cvadas las probab lidades,de confliclos abienos y violentos. Las proporciones respectivas enucesa parte de la población total de IlIl país lot:dlllcl1te Iliovil'zada cill(egl'ada en formas de vida Illoderll:ls, la parle ¡n'lll slll1lcrgid;1 ell el'>rdcu U"adirional y, por ¡'¡Itimo, la parte eJl proceso de. movil;zaci<Ír,constiluyeJl otros aspectos esenciales. La posibilid:ld de proces(?s soci::-les <¡ue ocurren en etapas sucesivas es un elemento im)lortan':e parala determ inaci()n del ca r<Íetcr de los con flietos. En otras pa I:thra s, I.l ,oportnnidad y el tiempo necesario elllre una' etapa y la si:r,uiente'para integrar esa parle de la poblaci('l/l <¡lIe est,i sielldo movilizada.,Esto es lo <¡ue ha ocurrido en muchos países de Occidente con repecto'tanlo a la integra('it'lJI política C01\10 a o(ras formas de partici ¡:lci('JlI.La formaci(ín de ca lIa les legílimos de pa']'1icipaci('¡n ell cada ct:I):.1 han:jlosible J¡¡ illtegr:lci('l/l de csa parle dc la jloJ¡l;¡ciúlI <¡lIe Vjl a sel 1II00'i,liz;,da. El eqllilibrio del sistema en cada etapa se ve asegurado por elhecho de que la pobJ:¡ciún todavía 110 incluida no ejerce presi¡')JJ (o POlolo menos 110 un grado peligroso de presiún) porquc permancce pasiva,y la secuencia es lal q"e, cUjlJ1do rn,is tardc (-sla se cOllvierla (:11 activ;l,deben exisli'r lllecallisllloS capaces de callalizar I;¡ par(icip:ICioll sinincurrir en ca(aslróficos disturhios dcíllro del sistema (aullque (\'id~II'lemenle no sin agudós conflictos y camhios cstl'llctllrales). Estel:lOdeJc.ha sido aplicado (eli eSI()s o en ;lIJ;Ílogos términos) a la formacÍ(')J' de I;¡estnl(:lura política de los países más avanzados en el mlllldo occidclita!.Sin lugar a dudas podría ser apliciltlo a otras formas de movili raciúne integracir')f]. Por ejcmplo, la secllcncia entre I;¡ expallsi()1l del apa-rato técriico y CCOlIl)mico para la producci<Ín ell IllaSa, }' !as aspiracio-nes de consumo en masa, siguió cstc eS<jllcma cn los países' k in_dustrialización' temprana.

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La secuencia de etapas mencionada anteriormente, una baja tasa,de rnovilizacióncombinada con una marcada elasticidad en la estruc-,tma social (demostrada por la disposición de las clases gobernantesa aceptar el cambio)' la actitud por parte de los estratos bajos al mo-derar sus dema'ndas), ha sido el rasgo esencial de este proceso en al-p'UIlOSpaíses de Occidente,' aunque en todos ellos la transición se ca-racterizó por serios conflictos, algunos de carácter revolucionario. En,,1105 la rigidez de la estructura preexistente sc manifestó a travésde intentos masivos de desmovilización, que llegaron a estabilizarsedurallte décadas y condujeron a prolongadas interrupciones, del procesode llIol1ernización. p.í'&C~ (e' '-:..;0 y..roo,-' ti' f">:>~4;.:> 0- ~,L.,

En América latina, aunque en su carácter más general el procesoparecesérsimilár, la diferente secuencia cntre procesos parciales, ;l!sdisjiil!t.::.s__~e~~i,da<!es y: la situación periférica producen situaci0!,les'mu)' distintas. Algunos de tales rasgos diferenciales ya fueron analizados'Drey;;:ncnte en el capítulo anterior:(!) la rapidez de los proccsos deT:lOvilización, c;specialmente en la cuarta 'etapa de la transición (des-pués de 1930):@ el hecho de que la integración y absorción de fiertossectores en el sistema se producc antes de que ciertas etapas más a.van-Zá(~ásrld desarrollo económico y la modernización social hayan llegadoacumplirse; por este motivo esa in,t;qración se convierte en una causaacTicioí1al de resistencia al cambio;~ la coexistencia de estos sectoresintcgr:~~()s ,con ,amplios sectores de la pob¡'ación todavía marginales, y'(@} la dcpendencia respecto del sistema internacional y las consecven-, das de"'Tilfrit'érvenlÍón externa directa o indirecta .•

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84 GINO CERMANI

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Capítulo JII

El impacto de la movilidad sobre el ~onsenso'y la aceptación del orden social

1. Las consecuencias sociales de la movilidad y su contexto estrudural

El análisis de la literatura existente sobre las consecuencias socia-les de la' movilidad llevaría probablemente a una única cbn'clusión so.bre la que fuera posible un acuerdo general: prácticamc¡nte to~a Clasedc diferentes y a menudo opuestas consecuencias sociales e in,dividualespueden imputarse a la movilidad social. No sólo diferentes tipos demovilidad producirán consecuencias diferentes en circunstancias di-ferentes, sino que además el número y la varied,ad de los proccsoscomprendidos por el concepto general de movilidad (aun limitando, I

esto a 1'J movilidad vertical) y, sobre todo, la complejidad y diversi-dad de las circunstancias históricas con probabilidad de afectar lamovilidad y el curso 'de sus consecuen,cias, haccn extre/11~qamentedifícil formular incluso unas pocas generalizaciones empíric~~ válidas.

Por otra parte, debe reconocerse que un análisis d~' ~as consecuen-cias de la movilidad -sea ésta social o individual_ exigiría unateoría, esto es, una serie de hipótesis especificadas con claridad y 'rela-cionadas lógicamente entre sí, de ser esto posible y, al mismo tiempo,la disponibilidad de datos pertinentes. Infortunadamente, tfnto lasformulaciones teóricas como los datos empíricos son insuficientes, pordecir poco. De hecho, la mayor parte del material empírico consisteen estudios no mu}' riguT{)50s, vagas generalizaciones históricas,. infe-rencias indirectas y meras conjeturas, ,Por otra parte, disponemds demuchas sugestiones teóricas, pero de pocas hipéJtesis específicas b~cndefinidas y, por cierto, de ninguna teoría sistemática.

Entre las muchas consecuencias posibles de la movilidad,1 estecapítulo se referirá solamente a su impacto en las actitudes de acep-

1 En el conocido libro de P. A, Sorokin, Social Mobilily (Nueva Yorle, Har.PeT, 1927), cap. XXI. puede hallarse una resella general.

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Page 42: Germani - Sociologia de la Modernización

Cuadro 1,Factores pertinentes al análisis de las consecuencias sociales

'de la movilidad

,tanún o rcchazo del orden social y/o político exislcllle, examinandoen especial Jps efectos ,de la movilidad colectiva y dc masas cn loscstratos m:\s bajos. Inici:lremos nuestro an:íJisis con una exposición de

'los lactares quc pueden determinar las consecuencias socja!l:s de laIHO\ilidad.

Las consecucncias "individuales" y "sociales" de la movilidad de-penden de los mismos.procesos sociales b:ísicos. En el caso dc las pri-meras, has interesan los efectos causados por la movilidad en los indi-"idu~JS como individuos, miclItr;;s CjIIC las últimas sc refiercn a lasconsccuencias <¡ue, a través de los individuos y los grupos implicados,afectan la estructura social. o algunos de sus aspectos y los procesos

.'sociales. En este sentido algunos de los efectos "individuales" de lamovilidad desempeñan un papel como variables gue interviencn enla causaci(}n de consecuencias sociales. Debe subrayarse gue el impactosobre los i.;/(livitillOS no ha de considerarse como un fenómeno psicoló-gico püramente individual; 'en realidad, tales "efectos individuales"son de por sí el resultado de procesos social y cultura1mente pautados.

1 i En los Cuadros 1 y 2 hemos resumido las principales categ-orías<le variables gue, en'nuestra opinión, debcn tenerse en CUCllla al ana-

'l¡'zar las consecuencias de la movilidad. Puede agregal:se que su perti-nencia variar;\' <le acuerdo con la especie de impacto que se estudie.

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I.~ l.artlcll'l'í-'iws de los i,¡dividuos(n otras Innidades) implicados (tantomóvi!,.s romo no móviles) ,

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lIl:'>l'iks (u ot ra~ uuidades) ,,,Ii.dada pOlI'

la clase cspedfi¡:¡, dc movilidad tal como'Ja defincn los faclCJres lucucionados <:nI.I y con rcJ"crcncia J a) estrato clr i.sor; h) estrato n,cep~)r

Gradu de eqüiliurio entre cl nile! de lasaspiraciones )' la mUl'ilidad re:ll (o sucarencia)

Adqnisición de Jos rasgos eultu ralcs ddestrato receptor: desde courorlll ¡dad 0:-trcma hasta retcnción de los r; sgos ddcstrato emisor

Capacidad de' soportar tensiones psicoU,.gicas (si ~e presentan) prol'ocada\ por eltraslad.; a IIn medio sociocultural e in-terpersonal diferente

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(;r;l<lo dc identificación con e estratoreceptor (o retención de la idenlificacióncon el .cstrato emisor)

(Véase Cuadro 2)(Véasc lexto)

(Véase texto)

\tarias GOlllhinacioncs posihles oLg-in;u\a,¡por la ap:lrición Silllllll:íllea de ,Iiferen ..les tipos de movilidad 'lile afectan dife ..relltes sectorcs dc la pohlación y su co..cxistencia con sectores no móvills

Cnadro

SOCIOLOGíA DE LA l\LODEItNIZAClÚN

l. I 'llIillb/e illClejJeudiellle:

2.4 Adaptauilidad lJtr.wllal

:!.:J lciclltificacióll

2.1 Gralificacióll/frustmció;¡ de losilldivicillos (móviles)' no mó\'iles)implicados en el proceso

1.:1 IllljJorlllllcia cllantitativa delmUl'iUliento

2.~ Acu/luracióll

:l. r'arilliJles lHicológiclls(illlen1illielltes): .

3. Variables contexluales(illltl1!illielltts):.

3.1 Estmctul'tl del sistema deestratificacióll y gracio y(asa de la 1Il0tlerllizacióIl.facial Y. jJulitica dc la sociedad

3.2 Grado y lasa del desarrolloecoll'ólIlico

3.3 Configuración' de los secloresmÓIJiles y 110 mÓIJiles

La lis la dehe considerarse sólo como una ilustracic'll1 de l: clasede fáctores gue determin;1I1 los efectos sociales de la movilidad. No esen mod~ alguno exháustiva, aunque acaso de 'U1ia idca tic la comple-jidad del anúlisis.

Movilidad "u/Jjdiva"

Dirección (descendente, asccndente)

Distancia (desde el cstrato cmisor al re-ccptor)

"¡mto de partida (posición del cstratocmisor)

Dimensiones (ocupacióil, pOllcr, ri'lueza,prestigio, consumo, .participación social,etcétera)

Tiempo (período requerido piira com-pletar el movin!iento: a) intra¡\eneracio-

. nal: número de alios; h) inlergcnera-cional: número de generacioncs)

Critcrios de selección:(inteligencia, rasgos dc pcrsonalidad, etni-cidad, origcn rural-milano, etcétera)

GINO GERMANI'HG

l. "n/iau!" illl1cj,e,uliellte:

1.1 Natllral"'a dd 1Il0l'illliellto1

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Page 43: Germani - Sociologia de la Modernización

b) JiOt,ilicitl(l "sllbjetiva" 'Y efectos "individlLales" como variablesintcrvitlientes

'j) La "movilidad objetiva" como variable independiente

El concepto de movilidad "objetiva" se basa en los procedimiento~corrientes utilizados habitualmente para medir cambios posicionalesen el status manifiesto de los individuos (u otras unidades, tales comofamilias o gTupos) en una o más de las dimensiones de la estratificación..Obsérvese que es sumamente amplio el número de tipos de la mov¡'"lidad "objetiva" que puede construirse utilizando todos o la mayorparte de los rasgos señalados en el Cuadro l. Puede que algunos noresulten empíriC3mente pertinentes o ni siquiera teóricamente impor-tantes, pero no es necesario 'destacar el hecho evidente de que el im-pacto social de la movilidad debe reladonarse específicamente con tiposespecíficos de movilidad objetiva.2

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89SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

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I '14 H. L. Wilensky: "Orderly CareCrS and Social Participation", Ameri~anSdcio-

/ogical Review, 26 (1961). "¡; A. S. Fcldmnn: "The Interpenetration of Firm and Society", , en 'ISSC (comp.),.

Les imfJ/icalions .'ocia/es du progres tec/lnique (Par/s, ISSC, 1962), pág. 192. "6 Véase 1'. M. nJa\l: "Social Mobility and Interpersonal Relations", en Ameri-

can Soci%gical' Reviclll, 21 (1956) " 290-295.7 Parece existir lendencia a "retener" el status 'del padre; este efecto era per-

fectamente claro en un estudio sobre Buenos Aires; cL Germani, Clase social sub-jetiva e illdicadores objetivos de estratificación (Buenos Aires, Instituto de Socio.logra, 1%3); también observaron los efectos de la movilidad sobre la, autoafiliaciónn. Hutchinson, en "Class Self-Asses.sment in Rio de Janeiro l'opulalion", en AmericaLatina, 6 (1963), 53-61 Y F. M. Martin, en "Some Subjectivc Aspects of SocialStratification", en D. V. (comp.), Class and Social lIfobilily in England (Londres,Routledge. Kegan Panl. 1951), cap. 111.' I

S E. Durkhcim: Le suicide (París, Alean, IR!)?), cap. V; M. Halbwachs: Les(alises du .Iuicide (l'arls, Alean, 1930): una temprana c interesante reforlllulaciónrle b r1;\sica hipóle,is rlurkhcimi:lna por un cminentc miembro de la cs(ncla .R. 1'. :'Ilellon: ,,/,. cit., p:íg. 188. Sobre los efectos desorganizadores de la movilidad

Aunque el nivel de las aspiraciones y la elección de los grupos dereferencia pueden: ser en parte el resultado de factores ~diosincráticos.si ha, de buscarse en los efectos de la movilidad alguna regularidad,en mucho mayor medida deben ser éstos el resultado de la experiel?-ciasocial y culturalmente pautada de lQs individuos, obtenida por 'medi() .'de sus procesos de socialización temprana y en etapas posteriores desu vida. Las variables cOlltextuales intervendrán en ese, sistema depautas desde la estructura del sistema de estratificación hasta el im-pacto que las circunstancias históricas pudieron haber producido du-rante la vida de varias generaciones coexistentes .•

El traslado de una subeultura perteneciente a un 'determinad()estrato, a otro diferente, puede comprender la aculturación, el cambiode identificación de clase y la adaptación personal a un medio so¿iale interpersonal diferente. La mayoría de I las investigaciones llevadasa cabo sobre las consecuencias de la movilidad y sobre su "costo" serefieren precisamente a tales. procesos. A este respecto, las pruebJs.empíricas de que disponemos revelan la existencia de diferentes "IÚec-tos". Por ejemplo, la movilidad "norm.ativa"r6 que implica un cambiode clase en una subcultura. puede traducirse algunas veces e? "confor-midad extrema", otras en "asimilación" (vale decir. en conformidadpromedio), otras, en fin, en "retención" de las viejas normas cortes-pondientes al estrato original o emisor.6 Respecto de la autoi(]cntifi-cación en una clase,7 pueden observarse a'lternativa's basta~te seme-jantes. Y, finalmente, una serie de efectos psicosociales p,arecen rela-cionarse con la situación anómica de los individuos y, grupos trasl~CIados.de un medio sodocultüral interpersonal a otro diferente, en el queel conflicto entre las normas internalizadas y los requerimientos' del lanueva situación provoca una desorganización personal lO colectiva.s

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GINO GERMANI

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La movilidad "objetiva" exige que se la interprete en términosde .acción social. Cómo perciben la movilidad los individuos implica-odos (debemos incluir aquí tanto individuos móviles como 7W móviles.implicados de un modo u otro en la situación) y su reacción frente atodo esto, esel determinado no sólo por las características de un tipoespeCífico de "movilidad objetiva" sino también por una serie de

procesos psicosociales.Sabemos en qué medida se relaciona 1:\ teoría del grupo de refe-

rencia con el análisis de la movilidad: 8 la g~atificación o la frustracióndependerán de los grupos de referencia elegidos, de las aspiraciones('xperimcntJc1as Y del margen de distancia entre tales aspiraciones, ydc la posibilidad rcal de movilidad (tal como esta movilidad es per-cihida por l.s sujetos). 'No son la clase y el gratIo de movilidad obje-tivos los qlk constituyen los factores dim~micos (entre otros) los quedet.crminan las consecuencias individuales y sociales, sino la relaciónentre aspiraciones y movilidad. Además, como se observó, una mayormovilidad objetiva. tanto en las personas m{¡viles como en las no mó-viles, puede elevar el nivel de las aspiraciones o crearlas tIonde no lashabla. De este modo. la noción de privaci6n relativa (y también degml'¡icacicill relativa) cabe enteramente en este respecto.

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Page 44: Germani - Sociologia de la Modernización

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Otros dectos importantes pueden imputarse al conflicto entre las as-piraciones culturalmente favorecidas y los medios socialmente penni-siblcs.u 'La naturaleza de tales procesos -aculturaeión, ideiHificaciónY, adaptación personal- puede dcscmpeí'iar un importante' papel enla modclacilm del impacto 'de la movilidad soure la estructura socialy los proccsos sociales.

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SOCIOLOGíA In: I.A MOIlElC'\IZACIÚN

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contrario. El gmdo de discontil1uidad entrc los estratos afe,'lar;í ~i,!.mi.ficativamcnte el proccso <lc andlllr;/{ i¡'jfI, idullilicl(i"lIl )' adapl;lci(;lIlpcrsonal. Con el llli~lIlo lipo de IIlo\'ilid;1l1 ",,!l.jl'li\'a" (b lIIislll1 di-rccci('>n, distancia, plinto de partida, CIC), el mislIlll nivel dI' aspiracio.ncs }' socialización anticipatoria, cs posible que talc~ ProCCS.ISresllltcnnliÍs traum;íticos, m;ís proclives a provocar reaccioncs an"lmic;¡; cncondiciones dc 'aha discontinuidad, qllc cn las co~;dicioncs 0plIcstas.'El grado de j'(:rarr¡uiz(I'cidl7 ¡[(: ll/s rdl/á()uI's ill/n"/'('1"Soll(t!es >lH'dc con.siderarsc CI] realidad COIIIOtilla d;lS(; partirll!:Jr dc disl'OlIlillllid;¡d y,cn estc sentido, plIedc tcner cn parte efectos similarcs. Sin cTlbargo, ;J!

,mismo tiempo su iínpaclo sobre 'la rno\ilidad y su consecucncia sjcialpuedcn ser indircctos y producir efectos difcrentcs. ClIando hay una.ieraiquización muy marcada los individuos pcrtcllccienles a los estralosinferiorcs (9 los pcrtcnccientcs a los c~tratos mcdios respe~:to de ,lasélites) se sicnten segrcgados y la scparaci('lII entrc los divers:)s estratosresulta sumamcnte visible. Con las ~lIislllas oportllui(J¡¡dcs .Ic nl(,\'ili-,dad, cs probable (IUC la visiúilir!lul de la movilidad asccr dente s~aIllenor cn las socicda(]e~ dc jerarquización muy marcada que Cll las me-nos jcrarquizadas. La movilidad desccndente o la privación relativadc los no Ill<ívilcs puedcn tcncr efcctos m;ís gra\'cs cn el ('as(; en qlle ladiscontinuidad y l;¡ jerarquizacic'lII ~;ean c!c\'adas.ll Tanlbil'n csta; ca-racterísticas deben ir acompaliatlas halJitnalnientc de una (lIla ¡17J.~illl~ i:ci07wlizarián tic la imagen de (:slrtllifi('(lrián. Este rasgo plCtlC tencrsuma importancia en la detcrmina(:i{'llI dc la naturaleza y (' 1 imlnetode la congrucncia c incongruencia de status. Con una clara imagcn dela' congruencia, el efccto psic~ltígico de la incongrucncia sobre losindividuos debe ser mucho nds intcnso quc en una sociedad (~nque Joslimites cntrc las c1ascs se:Jn borrosos)' quc carezca de una idca clar;1dc' 1:Is "cquivalencias" en cada dimcnsión de la cs[r;llificaciún. La ')1'0'

hahilidad de la aparici,ín dc la incongl:lIl'ncia se relaciolla, por SUlllICS'to, con el grado de homogencidad de las 1/orlll{]S ¡fe 111(wil¡'¡l/r! ,y !:Jsoportu11idades l'eales cn 1:Is varias dinlcnsiones. En los CISt,S Cll qllClas' nonnas dc movilidad}' 1;ls oportunidades empíricas SC;IIIlas 111¡'s lI:IS

en todas las dímclisioncs, no es prohable qllC la 11I00'ilid;1I1proclll/{'aincongrucncia dc status, pcro si la hcrcncia es la norma dOlllinante en,tlgunas dimcnsiones, mientras quc Olros clII;des sc manticnen abic,.tosdeacueruo COn critcrios dc logro. 'la incongTllclIcia SCr;'l\In rcsllll.ldofrecuentc dc b movilidad . .Esta es IIna siluacit">n dc particllJ Ir impor-tancia ,para los efcctos sociales dc la 1ll(l\'i1idad: la movilida'] ]);lI"cial,mente hloqllcada se considcra hahitualmclltc (,OlllO'IIna de h, lll;ís

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GINO GERMANI; 90 I I

No nos interesa aquí cl contcxto social general como causa de lamovilidad sino sólo en la medida en que éste intervenga directa o indi-rect;Jn¡(~ntc en el condicionamicnto de sus consecuencias sociales. 'Elmarco gcneral en gu'e la movilidad ocurre se ,da por el sistema de estra-'

'Iifitación.' Su estructura condicjol,1a el impacto de la movilidad \lO stÍlomedianty sus normas y valores especificas de movilidad y la distriuu-ción de las oportunidades reales, sino también llHidiante las' much<jsotras caracterís~icas enumel'adas' en el Cuadro 2.10 Unas pocas obser-vaciones bastarán 'para ilustra.r su pertinencia a este respecto. El perfilde la estratificación resultará de suma imponancia en la determinacióndel impacto cuantitativo dc la movilidad: dada una misma propor~'ción 'de individuos móviles o no móviles, ese impacto dependerá delI tarnalio relativo de los estratos emisor y rcccptor. Cuando los estratosmedios y altos, son relativamente pequeños, aun una pcrmeabilidadcompleta' (esto es, una movilidad empírica que se aproxima a la mo-vl'lidad "pcrfecta" fornlalizada en ciertos índices) significará muy pocoen términos de las oportunidades reales de los individuos ubicados enlos estratos más bajos. Cuando los estratos medios son más grandes ~incluycn una proporción de la población no mucho más pequeIia quela proporció~ ubicada en ios estratos más bajos, será posible un efecto

social. se ha publicado una abundante literatura; véase el índice y la bibliografía'de la "hr.l de S. M. Lipsét y R. Bendix, Social Mo/Jilily in ¡'/{hlllrial Sociely(lIerkeley y Los Angeles,' Univ. 'of CalifornjaPre~s, 1959), p¡lg. G,l y, sig., :!52 ytwuim. Tamhiéu M. janowilz: "Some Consequences of 'Social l\ofohilily in lhelInilCll Stales"cn Trnl/Sflcliolls o{ l!le III J1!ol'lcl COllgress of Sociulogy (Londres,ISA, 1956), vol. IIJ, 191,201. Contribuciones m;ls recientes sobre esl~ tópico son':R. J. Keiner y S, l'arker: "Coalstriving, Social' Status and Mental Disprder", enArnl'l'ican Sociological lIt:l'iew, 28 (1963), 189'203; W. Breed: "Occupational Mob.ility ¡¡"d Snicide 'among White Males", en loc. cil. Resp~cto de la lileratnra ante:rior sobre' el tema, P. A. Sorokin: Social Mo/Jility, o/). cit., cap. XXI, págs. 6.10,

[1 R. K. Menon: uf): cil., pág. 135 Y sigo

, JO, Véase sobre 'esle lema M, TUl11in: "Competing Stalus Systems", en 'V, E.Moore y A. S. Feldlllan '(comps.), Labor Commillllenl and SocÍlil Clulllge in Deve.loJ,illg Areas (Nueva York, SSRC, 19(0), P¡\¡''S. 279.280.

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Page 45: Germani - Sociologia de la Modernización

poderosas fuentes de resentimiento y tensiones ~ociales, Los valaresde la movilidfld, lizs actitudes y las creencias condicionan, claro está, elnivel de aspiración y, en relación con las normas de movilidad)' las'oportunidades reales ofrecidas al individuo, determinan el grado desatisfacción o frustración provocadas tanto en las personas móviles comoen las no móviles, Además, como se indicó antes, las creencias y lasactitudes pueden incrementar o disminuir la visibilidad de la movili-dad real o cmpíric. •.

Con las características que :;e incluyen en el Cuadro 2 podr!a cons-truirse una tipología de' sistemas de estrati[icacÍón. La más general-mente maua -sea explícita o implícitamente-- es la clasificat:Íón.dicotómica (o, mucho mejor aún, un C07lli711lUm) cuyos tipos polaresenfr~ntan una pauta "t.radicional" con una "moderna", La primerase uescribe con frecuencia como un sistema de dos clases: de acúerdocon ella se ubica a la gran mayoría de la población en los estratos másbajos y comprende una alta discontinuidad y jerarquización, una altainstitucionalización .de la imagen de estratificación, predominio de nor-mas de herencia, valores y actitudes y po'ca~ oportunidades reales demovilidad. La segunda, la pauta "moderna" de estratificación, se de-fine por los rasgos opuestos: mullir)licidad de est.ratos o aun un "COft-

lilllillm de estratificaciém", baja discontinuidad, h¿¡ja jerarquización,falta de claridad en la imagen del sistema, frecuente incongruencia de- st!:!tm, predominio de normas de logro o desempeño, valores y actitu-des y abundantes oportunidades de movilidad efectiva. Es bien cono-rido el hecho de que tal tipología no 'pretende describir empíricamentelos sistemas existentes; por lo contrario, debemos estar preparados parahallar variadas mezclas de rasgos "modernos" y "arcaicos", y esto re-sulta v;ílido no sólo para las sociedades en transición -a causa de sucar;kter de transición- sino adem;ts para sociedades m;ís estabilizadas.. En reali,dad, se han ob&ervado rasgos "modernos" en muchas socieda-des preindustriales y, viceversa, el grado de compatiIJili(l;td entre losrasgos "tra~licionales" -incluyéndose aspectos de la cstratificaciún- ylas socied~dcs urbanas, industriales y modernas parece ser elevadd.Pero no puede rieg~rse que muchos de los r<lsgos enumerados en elruadro estén interrelacionados.

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Tienden, en efecto, a agruparse, y las combinacion,es en )a~Iquelos rasgos "modernos" prevalecen se obsen'an más freeuentemen'te 'en las 'sociedades industriales urbanas, mientras que las configuraciones más"tradicionales" parecen ser bastante comunes en las preindustriales.Pero al mismo tiempo debe subrayarse que muchas importantes con-secuencias sociales de la movilidad sólo pueden comprenderse ~n elcontexto de un sistema de estratificación "mezclado". .

Otros aspectos de la modernización (s~cial y polItica) d~ la socie-dad también afectan los resultados de la movilidad: grado de, urbani.zación, alfabetización, difusión de los medios' de comunicación, demovilización, de participación polI t:ica, de se~ularizació~ de la familia,la Iglesia _y otras instituciones, etcéter~. Debe, reconocerse que m1lchbsde estos rasgos 'se relacionan en alguna medida con el sistema de estra-tificación y ejercen su influencia sobre todo a través de él. Sin embargo,algunos aspectos de la modernización, tales como las acqtudes respectodel cambio, la habilidad para adaptarse a nuevas situaciones y, espe-cialmente: a alteraciones sociales y ecológicas, y varios otros pueden

Cuadro 2

Caracterfsti~as de la estructura del sistema de estratificación,para el análisis de las consecuencias de la movilidad '

l. Perfil de la estratificación. Ptoporción de la población ubicada cn los divcrsoscstratos (posibilidad de varias combin-aciones: ¿liles relati vamenle pequefias yrelativamente grandes, estratos medios grandes, pequefios o prácticamellte inexü-tentes, etcétera).' .

2. Grado de discontimtidad entre lo.t estmto.'. (Desde un m.\ximo de discontinuidadcon claras llneas de demarcación entre l(ls estratos junto con grandes diferencias-y d~igualdades en tod2s las dimensiones, hasta un mlnimo de discontinuidaden todas las dimcmiones y aparición de un "c01ltin:uum de estratificación".)

3. GTllda de ;erarquizaciórJ de las relaciones interpt:Tsonal~, (Desde un máximode acentuacitln [abierta o encubierta) de las desigualdades 'de status en la mayorparte o en todas las situaciones sociales, hasta' un mínimo de acentuación de lasuesigualdad~ de status en la mayor parte o en todas las situaciones.) I

4. Grado de institucionali:tació" de la "imagen" del ,sistema de eslratificación. (Des-de un grado máximo a \In grado mlnimo de institucioualización; esto comprendetambién el paso de un grado máximo a un grado mlnimo de élaridad de la"imagen" de cada uno de los es~ratos, y de co¡;tgl'Uencia "ideal".)

5. Normas de movilidad. Predominio de la herencia o del logro (desde la herenciaen todas )-as dimensiones de la estratificación, hasta el logro en tbdiu las dimen-siones de la estratificación, incluyendo las varias posibilidades intermedias)¡

6. Valores, creeneillS 'Y actitudes relativos a movilidad, Desde la máxima valoriea-ción de la estabilidad y la herencia, hasta la má~ima valorización de la movilidady el logro (junto con grados variables de consenso en los diferentes estratos).

7. Posibilidades ,'eales de mnviliCÚld. Desdc muy pocas, excepcionales y desigual-mente distribuidas entre los estratos, hasta muchas e igualmente diStribuidasentre los estratos. '

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

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2. La movilidad como factor de oposición radical y de ruptura delconsenso

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9.)SOCIOWGíA DE LA MOllERNIZACIÓN

1) Afovilidad parcial ascendente: caso de los f){lúes en desarrollo, 'En esta situación los b'TuIJOSafectados trat:lri de eliminar los oi)stáculo;(¡ue impiden p,uTialmcnte su asccnso social, yesos es(i,crzos Jlucdenconvenirlos ell grupos innovadores o revolucionarios. Es dccir, en tale,;casos sc dan las circunsta'lIcias de "desplazamiento" y IlIovilizaci(',n exa-minadas eh el capítulo a'nterior. La bien conocida teoría del ro, estra.tégico del "grupo parcialmente bloqueado" en las primeras elapas de:desarroEo, se basa precisamente en una hip(~tcsis de csta c1ase.1,=iEn ta.les casos se ha considerado que si la movilidad completa Íluhiera sidoposible (esto es, si la posibilidad de cquilil.li"io de statushuhicra exis. I

tido durante el slnlu qllOY, 1/0 h;dJi-i:ln pre\':llecido' actitudes innova.doras o revolucionari<ls. A la movililbd parcial creada por 1;1d fusiónde la educaci<Ín se le han ¡¡tribuido consecuencias an;ílogas. Las es,peranzassurgidas el1tre los grupos dc reciente educacitÍn pueden per ..manecer insatisfechas a causa, del virtual monopolio.quc tiener aIro!,gruJlos -extranjeros o cOlllpatriotas- dc tOlL1S las ¡titas pos ,cione~,asef¡'uibles de la sociedad, o' porque cl suministro de nuevas p( rson:l;instruidas excedc la dcmanda o no respondc a las habilidades te;cnica~o 'intelectuales de que se tienc necesidad. Dc este modo, la for:'laci<Í1lde un "proletariado intelectual desarraigado" se considenl un £actoldel desarrollo del cOllllmismo en 1\sia.1-I En Afriea y en otros lugares

grupos implicados a reequilibrar su status.12 Nos referiremos aquí a ,dos tipos de situación: 1) la movilidad jJarcial ascendcnte, y,2) lamovilidad fJarcia'l descendente.

12 S. I\f. Lipsct y R. I\clldi". O/,. rit., considcl'an la illcun!{l'lIencia d" SIJlllSComo uno tic los In~'lS iU)portallll'S f~lt:l()rcs '(lIe ¡lIlen ¡Clleu l'1l el condidou;ullicqlode las cOllscCUellli:ls so,ia"'s de la 1l11l\'ilidad. (;. E. l.e:lIsky desCllhrió al~lllloscícelos dc la h~lja crisl;lIizaciúll sobre la orit'lJtaci()u (lolit¡ca t; . ideológica. Tamhiéll{obuuló una técllica para la dcfillitie\1I cs(adisl ka de la illcollgrtlelll'ia véase(;. E. l.ellsky. "Slallls Cryslallizalioll: ¡\ !':oll.Vcrlical DilllellsiulI of ,Social Slatus",CII Americall Socioir'gical Uelll'e1ll"J9 (Í!I}'l), '¡O'í-41:1; 1. \\'. (;offman halló resllltauos,allálogos: "Status COlIsistenC)' and I'rcfcrellce for Chan~e ill I'ower J)istl'il '1Ilion"ell A"lericlllI Su/'Íological II<:"ic1II, :!~ (1!1;,7),~7!í,:!HI; sc estudiaroll tambiéll losdcclos suhre' la participaciólI social: C. E. Lcnsky, "Social I'anicipalion and StatusCr)'stallizatioll .allu CI:lss COllsciuIIsness", cn AlIllTirllll Sociological Rcvi~ll', ,21(1956), 458.464. También el grado de congruencia dc stalUS pal'ece afectar II aUlo-afiliación 'a una clase: \V. S. Landcácr, "Class Cr)'slallizalion ano Class Conscio-usness", cn A IIlCriCllTl SociologiCllI Revicw, 28 (1!lCi:l), 21!1.229; rcsllltauos sen ,cjanlesse ohtilvicron en Buenos Aires cn el estlldio de G. Germalli. cilado cn la' II,la 7,

1:¡ !\l. Lcv)', "Contrasting l'ac'lors in the Modcrnizalion of ChUla amI .rapan",en S, h.uznets, W. E. 1\foore y .J. J. SpengJer (i"omps.), I,rollolllie Growth: ¡¡rllúl,IlIllill, ja/"J>r (Durllam, Dllkc Universit)' .J'rcss, 19!í!í); E. E. J (agen, 011' the Tircory01 Social Changr:, o/J. cit.

14 M.. \Valnick, "Tlle Appeal of Communism to Ihe l'eoples of Und('nJevel.oped Arcas". en Chus, Status and PO'wer (GJcncoe, N. Y., Tlle Free l'ress, 1953)comp. por S. M. Lipsct y R. Bendix; M. \Veiller, "Tlui l'olitics of Soutll Asia",

GINO GERMANI, ,, i

94¡

Intervenir más directamente en la determinación de las consecuencia~so~iales' de la movilidad.

El grado y la tasa del desarrollo económico (diferenciados dcl gradoy la tasa de la modernización) introducen otro importante conjunto decondiciones que puedeJ,1 modificar el impacto de la movilidad. Pretcn-

, de'mos sugel'ir aquí que, en un mismo nivel de modernización, el mismo1, tipo ~Ie movilidad "objeqva" puede producir diferentes consecuencias

sociales en condiciones de ,desarrollo económico que en una situaci('¡n dedepresión económica, y que la etapa dc desenvolvillliellto económico ¡ti.canzada por la sociedad' in troducirá an,í1ogas condiciOllcs madi ficadoras.

Debe recordarse filfalmenteque difcrentes tipos 'de movilidad pue-den o,currir al mismo tiempo, y que las configuraciones particularesque resultan de tales procesos simultáneos pueden' introducir nuevascondiCiones pertinentes en los efectos de la movilidad, sea respecto de lasociedad global, sea respecto de grupos específicos.

Sobre la base, de la secci(ín precedente, puede decirse que' la mayorpartcde los efectos ,desorg'anizadores sob •.e la aceptación del statu quase produce, por causa de una de estas dos situaciones o por ambas a lavez: '1) movilidad de 'facto o no il1stitucionalizada, y 2) desequilibrioentre las aspiraciones y las ojJOrtunidades reales de movilidad o suGlI!encia en el cnsode que b movilidad sea objeto de expectativa y sehalle institucionalizada. En este sentido la movilidad seda desOl-ga-nizadora en una sociedad "tradicional" (con tal de que tcnga un sis-tend' "adscripti'i'o" de estratificación), mientras que en una sociedad"jndllStrjal" (quc se aproxima al tipo ideal opuesto) sería un procesopermanente y nornial que favorecería la conservaC;ión dcl equilibrio delsistcma (o aun' resultaría indispensable). Cuando estos procesos son: a)de orden colectivo, )' b) intrageneracionales y rápidos, la movilidad dcfacto o el deseq~lilibrio entre aspiraciones y oportunidades reales COI1S-ti ttlyen un caso de movilización social (primaria o secundaria).

.La movilidad no institucionalizada introduce por definición in'congruencias de status: de hecho, implica la apertura de algunasdimensiones, mientras que las normas y valores dOI':ninantes (o al me-,

'nos las normas y valores de los grupos, dominantes) siguen respon-diendo a los requerimientos de la estructura previa. Como se indicóanteriümlcnte, es muy posible que esta situación se convierta en unapoderosa fuente de tensiones sociales a causa de la tendencia de los

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en G. A. Almancl y Coleman (comps.), TIJe Pr.>litics of tl,e DCTJe10ping ArCO.f(Prineeton ~Jniversity l'rcs."19(0) ; J. M. d. Krocf; "Sodal Conmet and MinorityAspiration~, in Indonesia", en Amcl'icoll ]oumal o/ Socic>logy, LV (1950), 450-4Gj.

15 R. F. Uehj-enclt, "The Emergence of New E1ite~ ancl New Political Inte-gration Forms and Their Infiucnce on Economic Development", en Transaclions"f Ihc Fiflla World Cc>llgress of Sociology (Lovaina. ISA, 1962). En un estudio~obre la c\'olur:ión polltic<l de Uganda se menciona un interesante ejemplo de losefectos contrastantes de la educación moderna en un medio tradicionalista, cuandose acompaña o no se acompaña por discrepancias de status: D. E. Apter, TlleP"Wical Kingdorn of Ugand4 (Princdon, Princeton University Press, 1961), 199Y sig,; 313 y sigo

16 Sobre la alianza p"pulista de la clase media en ascemo ~' los estratos inre-ri"r •.'. véase ", Alba, HistClril\ n(1 r.tl't'imimto C'!>rrro (r; A",idrn !atino (~l!iieo,1 ,1'1<"" ~lri".:ll1l" \'niJ,,,'. \%\\. C~::'. \'\1: \. \'i\~':"\le' 1 .id C~<npv. 'T~='_i,i-,

se ha observado una "clara polarización ideológica" entre élites "vie-jas" y élius "nuevas" (ambas educadas) que ha dado origen a movi-mientos innovadores semejantes. Su familiaridad con las ideas y losmétodos modernos les ha dado un sentimiento de superioridad queestimula sus <lmbiciones de aIcam.ar el poder mediante la revo!tl(;ióno la reforma.1r, En Latinoamérica, los grupos cuyo ascenso fue parcial-mente entorpecido por la persistente rigidez del sistema de estrat.ifica-tión, promovieron moyimicntos extremistas revolucionarios o, al me-llaS, reformistas. Tal fue habitualmente la situación de los estratoSmedios en ascenso, creados durante la tercera elapa de la transición,por los efectos modernizan tes de la expansión económica. Su reciénadquirida identificación como clase y sus esfuerzos por participar delpoder político y de las posiciones de prestigio, hizo que se opusi.eranal orden político y, a veces, incluso al orden social, que daba a las élilestradicionales un virtual monopolio del poder y del prestigio. Apoyadospor los sectores de los estratos más bajos recientemente movilizados yque habitualmente carecían de experiencia política y de liderazgo pro-pio, los intelectuales, los profesionales, los empresarios industriales y'otros grupos similares, organizaron los típicos movimientos "liberal-populares" o "nacional-populares" que aparecieron en la mayoría <.lelos países latinoameric.anos desde fines del siglo pasado y durante lasúltimas décadas. Podemos mencionar aquí, entre otros, el AI'RA enPerú, el partido de Liberación -Nacional en Costa Rica, la Acción,Democrática Veneiolana, Cl MNR en Bolivia, los partidos "Radicalcs"en Chile y en la Argentina, al menos, en sus primeras etapas de' evo-luciÓn polftica, y el PRI en Méjico. 'También deben clasificarse en estaamplia, categoría el peronismo y el varguismo (que examinaremos m;ísadelante), en la medida en que incluyeron como importante elementodinán~ico sectores de la clase media parcialmente entorpecidos en suascensión política y social,16 Cierto es que eslOs movimientos POIíllCOS

II

Irevolucionarios en Indoll.mérica", en Combatc, sel. 1961 y febo 1962; M. MonteforteToledo: Parlidos t,o/{ticos de ]1Jcl'Oamérica (Méjico, Instituto de InvcstigacionesSodaleq, UnÍ\'erqitlad Nacional Autónoma, 1961). Torcuato Di Tella ha ana-lizado el p3pel de la movilidad parcialmente entorpecida en las actitudes antislatu quo de los intelectuales y los grupos de clase media latinoamericanos, en-"Loq procesos pollticoq y sociales de la industrialización", en Desarrollo Económico,vol. 2 (1902), nI' 3. 19.48, Y en El sislema po/{Iico argentino. y la clase obrera(Buenos Aires, EUDroJlA, 1961), cap, IX.

17 A. Mendoz~ Diez analiza desde el punto de vista de la izquierda la tlpicaevolución del ArRA y otros 1ll00'imicntos latinoamericanos similares en La rCTJolu-ríon dc 1m t'rofrsiorJalcs e i"Iclalunlr.! en LatirJonmhiw (Méjico, Instituto eleIr"TstiR~d(loes S"ciaks, Universidad Naci()n~1 AntÓllolIl:!, ]!){j2).

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

difirieron grandemente, y que para realizar un análisis más específicode ellos deben tenerse en cuenta más abundantes y, fihas distin-ciones. Sin emBargo, todos ellos fueron partidos integrados por muchasc1~'ses, su ideología apoyaba cambios sociales básicos y todos ellos fue-o

, I Iron pronunciadamente nacionalistas, antiimperialistas y <lntioligárqui- 1,

coso Hay que destacar que variaban bastante de un país a otro .y, devez en cuantlo, dentro del mismo país, rcspecto de. su verdadera oposi-ción al .l/alu quo. Al respecto puede recordarse que precisamente unode los factores esenciales era la posición cambiante de los grupos quecomponían la clase media conductora, especialmente, 'el grado d~ difi-cultad con que tropezaban al tratar de equilibrar su status. La evolu-ción típica de estos movimientos ha ido desde una oposición revolu-cionaria al orden político y social, a una orientación plUcho másmoderada. Este cambio pareció corresponder al nivel de integraciónde los grupos de la clase media. El partido Radical (je la Argehtinamantuvo su ímpetu revolucit;mario hasta ,comienzos dél .qiglo: ,Luego,la inusitadamente alta tasa de movilidad y el muy veloz proceso demodernización social, que originaron una clase trabajadora, urbanaindependiente, lo transformaron en un partido típicamente c~ntrisla,más homogéneamente arraigado en las clases medias. En Chile pudo, 'observarse una evolución similar. I I

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El APRA comenzó con mía orientación más extre'misla, lo que 'respondió a una pauta de estratificación mucho más tratliciOl~al y asu mayor rigidez. En años posteriores, sin embargq, ,cierto grado departicipación polltica y, probablemente, la incrementada 1egitimiza-eión social de sus sectores conductores han' producido una. moderaciónen su orÍentación,17 : "

La revolución nacional de Bolivia fue 1ma consecuenCia ~ás extre-ma, que puede explicarse casi enteramente por la combinación de lagrave privación de los sectores conductores de la clase me<;lia y el mayorgrado de movilización social de los estratos 'más bajos,' que obtuvieron

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I ipara el MNR un apoyo popular mucho más amplio que en el casode Perú.

18 Existen in¡licios de que d status y el grado de modernización de la regiónde origen han sido faclores importantes en tal orientación política. En Alemaniaparece que los intelecluaIcs de status mns eIcvado y de regiones más tradicionalislasy periféricas lenían con suma frecuencia una ideología nazi, mientras que lo con-u'ario SlIcedía con los "cosmopolitas" y aqnellos de orígenes sociales más bajos.En la Argentina, durante la década del treinta. el nacionalismo de extrema dere-cha estaba claramente asociado con la élite tradicional de movilidad descendenle.compuesta en su mayoría por miembros pertenecientes a zonas atrasadas del interior.

10 K. Mannhcim, Libertad y planificación (Méjico, Fondo de Cultura Econó-mica, 1942), partes l. JI, 111. E.ste autor describió hábilmente la diferencia enlrelos efectos de la desocupación i'ldividual y la d~socupación masiva: "Si en 'tiemposnormales un indi\:iduo pierde su empleo, puede por cierto; desesperarse, pero susreacciones pueden aproximadamente preverse y su desazón sigue las líneas de unapauta general. ( ... ) El pánico cunde en grado máximo cuando el individuo des-cubre que su inseguridad no es meramente personal. sino que le es común con lamasa de sus congéneres, y se le hace claro que no existe ya una autm'idad' social

,que imponga estándores incuestionables y determine SU conducla." 01'. cit., pág.130 (ell. inglesa).

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9!JSOCIOLOGÍA DE LA lIfOIlERNIZACIÚ:"

análogas en grupos de clase baja, en el nivel individual.20 El Oi ro fac-tor esencial de este proceso fue. la alta discontinuidad y la alta jel arqui-zación del sistema de estratificación que prevalecía en Europa duran!!:ese tiempo, lo cual aUlllcnló las consecul'ncias anómicas dd dl~l'bza-miento e hizo intolerable .la amenaza de la e1evaciún de la c:lase traba- '. .jadora, especialmeJ1Le para los grupos medios inl'criores.( Pucde .obser.varse aquí que procesos similares de igualaci(ín entre nj,~'elcs mcd ios ypopulares ocurridos en los misJllos países desp"és de la Scgllllda 1 ;ucrr~:1\Iulldial no fueron causa de los Illismos efectos m:lsi\'os. COJllO se' su'giere en la sccción sig-uientc, los cambios recientes del sistema de eSlra..tificación de esos países constituyen una importante explicación dela diferencia.

Los ejcmplos precedentes han mostrado que la direccit'll1 de 1:1movilidad puede relacionarse con una orientaci(ín ideol<Jgica específica:la movilidad ascende1lte bloqueada parcialmente crea una prop~nsiónal "progresismo", mientras que el "reaccionarismo" sería una expre-sión de la movilidad descendente. Siri embargo, la re!aci,ín es muchomás compleja, pues intervienen muchos otros factores. Por ejcm¡:;lo, lasdiferentes configuraciones ele grupos móviles y no m(')viles que ,'oexis-ten en una sociedad y su dispollibilidad para la acci,')n políli"a fueotra condición determinante de la orientación '''nacional-popular'' enLatinoamérica y el movimiento totalitario derechista en Europa. En elprimer ca'so los sectores incongruentes de la clase media eran e:.casos,pero les era asequible el apoyo de los grupos inferiores recientc.llentemovilizados, y esto requirió, claro est;Í, una ideología "populista' y de"justicia social". Incluso los gTllPOS de movilidad descendCIII.l:de lasélitBs tradicionales (que habían fracasado en sus anteriores in .entosde promover movimientos fascistas) se sumaron ell la Argclltin; )' elBrasil a la masa nacional-popular de los partidos peronista y var~'uista.En Europa la clase trabajadora hacía ya tiempo que estaba políti-camente organizada y se hallaba históricameme relacionada con el"progresismo"; las únicas m:lsas "dispollibk~" eran las c/;¡~es uediasdesplazadas, qlle concentraban un m'lIllero de micnd)'l'Os lo suficiente-Illellte amplio COIllOpara integrar IlJ~ 1I10VilllielllOlnasivo, aun cllandono le fuera posible incluir a la mayoría de la pohlaci(ín, como al urríaen Latinoal1lérica.21 Élites, masas e ideologías disponibles constil.uycnlas condiciones importantes p;¡ra la modclación de Lis orientaciones

20 Sobre las diferenles consecnencias de la lIIovilidad descl'ndelllc en nn climade depresión y ejl un clillla de prosperidad. v('ase 11. L. Wilensk.y y E. Edll'ards,"The Skidder", eH American Sociological l/e"ic"" 24, l!l!in. 215.2111. .

21 Germaní. PoliliUl y soried"", O/,. cit" cap. !l. y "FascislIl and C1ass", o[), cil.

GINO GERMANI98

"2) Mo~ilidad parcial descendente: un ejemj)lo cm-opeo. Uno delos' caso~ ¡;nás impresionantes de las grandes tensiones sociales creadaspor la movilidad parcia,l descendente es el apoyo prestado por la clasemedia a los movimientos totalitarios derechistas que tuvieron lugar enEuropa en el período interbélico. La movilidad descendcntc se origillúpor la acumulación de \'arios facLOres: la inflaciún redujo ddstica-

1 mente los ingresos reales y los ahorros de la mayor parle de los mielll-bros de los estratos medi~s, su posición relativa se afectó profunda-

. mente por las ganancias sustanciales que los trabajadores obtenían porentonces, tanto en ingresos como en poder político y, finalmente, eldesempleo 'de los profesionales contribuyó también a su "proletariza-ción". Bajo el. impacto de este proceso, los intelectuales proveyeronde líderes a ambos extremos radicales del espectro político, pero fun-damentalmente, al totalitario derechista.1B

Este ejemplo europeo sugiere que cuando la movilidad descendenteafecta <1, una alta proporción de individuos de posición media o elcvadaeS posible que los efectos anómicos de! desplazamiento transformcn unfenómeno individual en un fenómeno de masas, es decir en moviliwción.K. Mannheim y otros han descripto, cómo la inseguridad individualprovocada por la inOación, la inestabilidad de status o la desocupaciónmasiva pueden originar inseguridad colectiva,' crC<Índose de este modolas condiciones para la aceptaCión de soluciones totalitarias.lO En unclinla de depresión gen'eral semejante se han observallo consecuencias

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ideológicas específicas de los moviIpientos origina~05 en procesos demoyilización constituidos sobre la ~ase de moviH~ad colectiva parcialdescendente o ascenuente: ' 1

Los resullados de la exposición precedente sugieren las condicion.es~eIlerales para que la movilidad sea una fuerza integradora en la SOCIe-dad. Tale~ condiciones pueden resumirse como sigue: 1) las aspi-;-ariones de movilidad deben tener importancia para el individuo ytlifllntlirse ampliamente entre la población; 2) debe mantenerse unFCIuilibrio entre las aspiraciones y la movilidad rea122 en todos los~stralOs y para la gran mayoría de los individuos (los fracasos se per-, fi~en como casos "desviados" que deben explicarse de acuerdo con laspormas de la movilidad institucionalizada); 3) la, movilidad debe serigualmente posible en todas las diVlensiones pertinentes (esto es, no~lebe provocar incongruencias 'grav~s); 4) la jerarquización y las dis-conlilluidades culturales e interperspnales (o, al menos, su visibilidadpara la mayoría de los individuos) ,¡eben redllcirse a un mínimo, y 5)~lcbcn desarroIlarse mecanismos individuales y sociales de adaptación a,la movilidad. En una situación semejante es probable que los "costos"111llividllalcs de la movilidad sean peqtleños o inexistentes, mient.ras¡¡ue la ¡{ratificación cont.inua que resulta del equilibrio entre las aspi-raciones y las oportunidades reales drbe tender a fortalecer (o al menosa mantener) un intenso sentimientQ de participación en la sociedad y,(OTIlOconsecuencia,' debe promover' un alto grado de compromiso ensu orden social y político y una amplia acept.ación de los mismos.

La experiencia hist.órica de los paíse~ actualmente desarrollados,así como también la de algunas naciones en proceso de desarrollo.sugiere que bajo el impacto acumulativo de algunos de los procesoslípicos c1ettdes;urollo económico y de la modernización política y social,10's factor~5 contextuales que en lal' primeras etapas de la transiciónfOlllribuyeron a determinar los efect.os desorganizadores ,le la movili-jlac1 o a neatralizar SllS cOllsecllcllci;IS integ-raooras, tienden a ser reem-I)~azados por las condiciones opm:st~s. Podemos ~lencionar aq~¡j. va~iosfJcl11plos de tales procesos: 1) Gnnblos en el perhl de la estlal.lflG1ClÓn¡)(JI' los que los estratos medios se cps<lnchan con la consiguiente movi-¡¡ 22 Tal equilihrio d"hp. r('1:lrinnar agllimcion('~ r,,¡.'rcífirnr fon rst,1uí{icn.l c1ages~'t rn"l'ilil!;"\ ,,'al. v r!che n'"d('\' a ",r!"I,ir a U" mínim', la privación relativa y,1I ;t'..q;1I1ar nU:1 "IP'Í1":l I~';lljfi('adl"u jt'1;ll¡.":J. .

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lOlSOCIOLOGíA VE LA MODERNIZACIÓN

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lidad "estructural'~ (transicional), y condiciones permanentes que posi-bilitan altas tasas de movilidad de intercambio; 2) movilidad adicional

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creada por diferenciales demográficos; 3) una mayor "fluidez" origi-nada 'i)Qr la movilidad de "intercambio",23 ,como resultado de una m;í~amplia aplicación de criterios de logro ,o' desempefíb (especiiJlmenteeducación) con la consiguiente mayor proporción de ipdi viduos m¿J-viles, y 1) continua transferencia de símbolos 'de status desde el vÚticea la base, a través de una incrementada participación en las pautas deconsuma y estilos de vida más prestigiosos, y la elevación de los nivelesde prestigio ocupacional a causa del progreso tecnológicq (podemosllamar a este proceso "movilidad por par~icipación creciente"). '

Por olra parte, todo este proceso se refuerza grandemente IJor lamovilidad misma, una vez que alcanza un nivel cuantitativ~' relativa-mente alto y cierta duración. Deben tenerse en cuenta, varios as-pectos de esta funci6n reforzadora de la movilidad comb factor decambio estructural del sistema de estratificación: a) I en, primer lugar,contribuye a modificar la significación psicológica de la incongruen-cia y a disminuir sus efectos. Durante las etapas iniciales l.1ela tr~nsi-(i6n la "incongruencia" contint'Ia percibiéndose a través de la "image~ ,.ideal" de la congruencia vinculada con el patrón tradicional d~'estp.tificaci6n, y esta situación puede durar largo tiempo y coexistircon aspectos mucho más modernizados. Pero una vez qtie ~na persis.tente alta tasa de movilidad incrementa la proporción de i'lltlividuosincongruentes más alIá de un cierto nivel, es .probable' que la "imag~1lideal" pierda mucho de su anterior validez y cese de ser un criterioimportante de valorización. Puede sefíalarse que --con excepcíón (kciertos casos especiales donde intervienen elementos de. castas.- cuantomayor ht proporción de individuos incongruentes en una poblacióntanto más débil la previa imagen institucionalizada. En un cierto niveldado, como ocurrió en el sistema de estratificación de las zonas 'desarro-lIadas, la congruencia se convierte en una cuestión de opinión (se re-curre a una encuesta con intención de descubrir dicha imagen en lapropia sociedad) o -corno para el sociólogo...,....en un hecho estadís-tico basado en la distribución de frecuencia de los indicadores de es-

23 El término fluidez es utilizado por S. M. MilIer, "Comparative SocialMobility", en Cunera SociO/Off)', IX, 1960, XX, 1.. Por movilidad de intercambiose entiende la movilidad en la que el ascenso de urta persona es posible cuandose produjo el descenso de otra. La movilidad estructural se da cuando, a causadel ensanchamiento de un estrato (mayor proporción de "puestos" en une!trJltodado, en rclari(,n COII IIna situación anterior en que dicha proporción era rncnqr)."C llcccsifa reclutar a los ocupantes rk lag nuc\'as "vacantcs" as! creadas cn otrosr.~ll afos. .

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Page 50: Germani - Sociologia de la Modernización

tratificación.24 Cuando la incongruencia alcanza una proporción ele-vada' de individuos se 'convierte en uI)a p~opiedad del sistema de estra-tificación'. La significación psicológica de la incongruencia, sus efectosindividuales y sociales y la posibilidad misma de ser consciente de ella,

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deberían tender a disminuir; b) en segundo lugar, el aumento deproporción de los factores incongruentes, junto con la combinación',de un alto grado de movilidad ascendente y descendente tiende a dis-I minuir la homogeneidad interna de las clases y, por lo tanto, a dismi-nuir la separa~ión entre ellas, tendiendo de ese modo a oscurecer lasdiscominuidades entre los estratos. Esta observación est;Í lejos de seroriginal,25 pero el fenólheno no parece haber estimulado la apariciónde estudios destinados a determinar hasta qué grado tales procesospueden ~lterar la estructura del sistema de estratificación.20 No esnecesario insistir en sus efectos inmediatos sobre las orientaciones po-líticas al debilitar la solidaridad de clase y tener una influencia ge-neralm~nte moderadora a este respecto:27 lo que. queremos subrayar'aquí es el impacto estructui'al de la fluidez una vez que alcanza unalto nivel' suficientemente constante; c) finalmente, la experiencia de lamovilidad compartida por muchas generaciones y por una amplia y

Icrecient~ proporción de la población contribuye a la difllSión de valores

24 G. 'E. Lensky utiliza el procedimiento en op. cit.25 P. A. Sorokin, op. cit., cap. XXII.20 En el área metropolitana de nuellos Aires el origen social de la generación

actual aparece suma!Uente mezclado. Usando una clasificación en siete estratossocioeccnómicos, en los dos estratos inferiores (manuales) considerados juntos,sólo el 34,7 por ciento habla pemlanecido estable (sea en un estrato o en elotro);. el 21,7 por ciento habia ascendido y el 6,6 por ciento había descendido,

,ambos dentro de las dos categarlas manuales; finalmente, había un 37 por cientoen ocupaciones manuales cuyos padres hablan tenido ocupaciones no manuales.En las tres categorías medias la heterogeneidad era aun mayor; sólo el 23,8 por,ciento habla permanecido en cada una de las tres categorías de sus padres; otro20 por ciento habla ascendido o descendido dentro de los estratos medios; el 17,4por ciento habla nacido en los dos estratos más altos; y, finalmente, el 38,7 porcicrlto era de un origen más bajo, es decir de padre manual. En los dos estratosm¡\s elévados, el 29 por ciento era estable, el 8,5 por ciento se había trasladadodentro de los dos estratos altos y la mayoría -62,5 por ciento_ tenía origen m;ís¿ bajo (o sea el 42,0 por ciento habla nacido en los 'estratos medios y el 20,5 pory. 4ciento en los estratos manuales). Esta situación parece bastante corriente en las

:: 70nas urbanas. Cf. G. Germani, "La movilidad social en la Argentina", puhlicauo,c'oino apéndice a la edición en español del libro de R. nenuix y S. JI!. Lipset,La movilidad social en la sociedad, indusll'ial (Buenos Aires, EIIIlEllA, 19'6~).

.27 P. A, Sorokin, op. cit., caps. XXI y XXII; S. M. Lip~et y R. nendix,o/J. :cit., p:íg. 66 y sig.; H, l:. Wilensky y II. Edwards, op.: cit., etc. R. ])'ahrenuorfexpresa la misma opinión; sin cmbargo observa que cn el COlllexto del collfliclO"'e c1ascs, "la movilidad dentro de las mismas clases carece enteramcnte de impor-tancia":' Class and Class Con/lie! in all Industrial Soeiety (Londrcs, Routledge amiKegan Paul, 1959), p~gs. 220.221. Pero entonces puede UlIO preguntar dónde sehallan los límites de clase cn la sociedad urbana mctropolitana.

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103SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACiÓN

y creencias m;ís iljualitarios y de actÍllllles, expresiollcs, ntoda les y lela.ciones interpersonale~ menos jerarquizados.

Existe quizá cierta analogía entre este proceso c¡ue se autoforta'lecey el proceso de desarrollo económico. Antes de alcanzar la etapa de' l.'

movilidad "autosostenida", debe modificarse una serie de aspectos es-tratégicos dados de la estructura social, y esta transiciún puede reque-rir períodos de ¡H\lY diversa dlll'ación, según, quiz;í,~1a nawraleza. delos valores y otras características estructurales de la s()c~'dad en el "puntode partida". Pero una vez alc;l1Izada dicha etapa entra (n accÍón\In efecto de realimentación positiva, y la movilidad tramitoria de lasetapas iniciales se convierte en un proceso normal pelmanente.Los cambios re(lueridos por el desarrollo industrial originan el ensan-'chamicnto del perfil de estratificación y otras modificaciones tIe la es-tructura ocupacional que provocan la movilidad masiva inici:J!. Almismo tiempo, las cambiantes necesidades de ubicación de pesonal enlas diversas posicioues -especialmente las necesidades educativas 2:l-:..

tienden a incrementar la movilidad de "intercambio", mientras que 'eldesenvolvimiento de la producción nacional y su m;'ls equitativa distri-bución incrementan el consumo. Por otra parte, loda clase de movilidadoriginada de este modo reacciona con el tiempo frente a las condicionesestructurales que refuerzan los cambios en la misma <1irección. La in-lIovación tecnol<ígica como proceso normal parece ser un 11\I~canismob;ísico para el mantenimiento de la tasa de movilidad neces;;ria p;;raproducir los efectos de integración. De hecho, la sola ,movi ¡idad de"intercambio" no sería suficiente para satisfacer tal requerimiento, puesel grado máximo posible de fluidez en toda sociedad resulta obvia-mente limitado. Pero la innovación tecnológica lleva a cabo la tareade dos maneras: por una parte, produce una continua elevación ocu-pacional al transferir a las máquinas las tareas "1l1;is bajas", '"nientrasque por la otra, al crear nuevas necesidades y nuevos productos .q'lelas satisfagan, es capaz. de mantener el flujo constante de nuevos sím-bolos de status circulando del nivel superior al inferior.

~8 Pueue seJial~rse <¡lle la tasa de movilid~d desccndente tiende a aumentarcon el desarrollo de I:ls ocupadones cuyo acceso depcllua m;ís de Jos rcq""rimiclllos<:ducadonalcs que de Ja J,crencia de riquczas. Porque aunque las 0pOltuuidat'.escducativas no se hallen equitativamente disllihuidas, existe siempre, par<. el in,li."i<luo, UlI mayor riesgo de fracasar en la co"'pJÍsta del nivel cducacional requeri.jop,ua manlencl' su posidú11 familiar, que cn el mero hecho de hercdar una P1U-piedad. En la CIlCllesta sobre estratifiración y mOl'ilidad IIcvada a caho en S'lIlPahlo (Brasil), se asoci6 uua c:nllsidcrahlc plOl'orci"'n de luovili<lad desccndelltccon la illlposihilidad de ad'luirir el nivcl cducadollal "requerido" en cual<¡uierl''!ralo o(;lIpacio::al dado (el "requerilll~cnto" ,se. d~finía cstadistica.ment':). Vé3se .'ir )n, Hutclllnson, A Educa<;:lO e a MoLdldade SOCIal, cu 11. JIUttl'JIISOll (COUll")~ ........•... '.oH"bilid",I, , ",",,,,1/,,, ("'" J, );""''". cm'E. """l' '. •... )

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Page 51: Germani - Sociologia de la Modernización

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no Los datos publicarlos mueslran que la movilidad ascendente a partir del(Os estralos JIl:ís hajos o no calificados puede ser sumamente elevada tn algunospaíses: el 7!l,r. por ciento en los Paises Bajos; el 80,0 por cicnto en los Estadostinidos; el '12,6 por ciento en Inglaterra; el 51.6 por ciento en Dinamarca; y másbaja en d Japón (36,3 por ciento) y en' llaJia (34,0 por cientq). Pero puede(lh~en'arse que en los primeros, la movilidad ascendente a partir de los estratossemicalifieaclos incluye a la mayor/a de los nacidos en ese estrato (el 53.7 porriento): también se ohserva tina alta movilidad cuando se tienen en cuenta sólolos movimientos a partir del m:ís bajo estrato urbano: Puerto Rico, el 8G,0 porriel1l0, los Estados Unidos el G3,O por ciento; pero a partir de un estralo media-11:l1l1ellle h:ljo en Alemania occidental, sólo el 38,5 por ciento. Datos eu S. M.~liller. o/). cil. .

31 Lipset mencionó la posibilidad de una relaCión inversa entre la distancial' lo~ efectos de la movilidad descendente; véase S. M. Lirset )' J. ('..ordon: "MobiJityand Trade Urdan Memhership", en S. M. Upset y R. Bendix (comps.), Class ..•o,," eil., p~gs. 703.701. I

Ide representar nada m;ís que un artefacto estadístico producido por elnlJmero y la especie de las categorías empleadas. Por ejemplo, si dis- Icriminamos derHrb de los estratos manuales, esto es, si consideramos lasepa~ación existente entre obreros manuales calificados y no calificados,la proporción de hijos de obreros no calificados que asciende abarca enmuchos países industrializados a la mayóría de la 'poblacióri de eseestrato.311 Aquí debemos también recOl dar la hipótesis, según la cuhllos sujelos móviles .11 perciben y experimentan como muy imp0rl¡\l1tcla movilidad (ascendente o descendente) de corta distancia. Esto resultacierto especialmente para la movilidad intrageneracional. Se sabe per-fectamente, por ejemplo, que la hahilidad para discriminar diferenciasde prestigio es más elevada cuando se comparan ocupaciones ubi~adasen la proximidad de las propias, que 'cuando se comparan ocupaCiones

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alejadas de la posición ocupacional en la que el sujeto se encuentra.Lo más importante resulta aquí observar que los niveles de aspiraciónde los individuos pueden restringirse habitualmente a \lna esfer'a muy

Ireducida de la jerarquía social. Si esto es así, deBemos concluir queprobablemente muchos estudios de la movilidad, basados en 1111 'cpn-junto de muy generales categorías ocupacionales, subestim~n el m~rgende movilidad psicológica y socialmente significativa. Sería necesariotener un (;onocimiento más preciso de los' niveles modales y de'sviadosde aspiración y grupos de referencia dentro de cada uno de los estr~tosy de los factores que pueden col1()¡cionar tal distribucióri. ' Los estudiosde que se dispone muestran que aun e~ los Estados Unidos, que p~dríaconsiderarse un caso extremo de cultura que valoriza al máximo eléxito ocupacional y económico, los niveles de aspiración I de los ~ra-bajadores son Illucho nds bajos que los de las clnses medias Y' altas.Parece <¡ue existe nna tendencia a ver en tén~inos realistas los valores

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105SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓNGINO meRMANl

.Los cambios ocurridos en Europa p;uecen haber tenido por resul-

tado una mayor semejanza entre los paises europeos Y el tipo de socie-dad industrial ejemplificado por los Estatlos Unidos. A pesar de lasnotables difercncias entre tales países, parece quc todos han ido apro-ximándose a las diversas condiciones necesarias para producir el im-pacto !ntegrador. Esas condicioncs, por otra parte, se han alcanzadohasta 'un punto considerable: disminución de las tensiones entre lasclase:;, una mayor aceptación del orden social por parte de los estratosinferlores Y una sustallcial reorientación de SlIS partidos políticos. Exa-minaremos aqui los dos aspectos b,ísicos del proceso: movilidad "indi-vidual" de masas (de intercambio Y estructural) y movilitlad por parti-cipación creciente (hay [actores desintegradores _potenciales o reales-que subsisten en todas las sociedades occidentales, pero se sitúan, 1)01'

(l/IO'm, fuera del sistema de estr;¡ tificación -en el contraste generacional,por ejemplo, o en la combinación de conflictos étnicos, marginalidad Y,discriminación racial como en los Estados Unidos).2~

Sobre' el car<Ícter masivo de la movilidad oCtlpacional individualpueden señalarse una serie de puntos. Sin utili7.ar otro criterio que elclel carácter manual o no manllal de las ocupaciones, los datos recogi-dos por Miller lIluestran qlle en lo~ nueve países más industrializadosla movilidad illlergen'nacional ascendente de los estratos mallll;lks al-canzó del 20 al 30 por ciento. Ahora bien, que esas cifras se consideren"elevadas" o, no, depende obviamente de las esperanzas que uno tengarespecto de (;ste proccso en el tipo de sociedad d;l(lo. Pero en todo casoresulta atinlltlo ohscrvar que laS<lStic esla proporci('H\ dejarían insatis-fecha a una mayoría, al menos, de las personas pertenecientes a estos

I cstratos, pues ha permanecido estahle (esto es, si todos cllos rea lmentcaspiraban a trasladarse al nivel no manual). Por otra parte, se ha ob-servado que la categorización "manual/no mal1u;¡l", si bicn es suma-mente conveniente desde el punto de vista de las comparaciones inter-nacionalrs, puede incurrir cn una grosera suhcstimación tle la movilidadpsicológicll11lelltc sig1lificativll. La proporción dc personas móviles pue-

~\l \'(;¡se al r('sp('cto poli/in! )' sociednd, of'. cit., cap. Jll.

4. Consccucncias de la movilidad cn los t}(/Jses a1laJlwr/os

Ilustraremos los efecLOsde "integración" (le la movilidad medianteun análisis de las sociedades desarrolladas _especialmente de las delos países de Europa occidental- Y mediante ejemplos de procesos;in{¡)ogos en dos países btino'amcricanos.

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32 L. Reissman: "Level of Aspiration and Social Class", en American Socio-logical Review, 18. 1953, págs. 233.242: y la bibliografía mencionada en su Class¡" America" Society (Clencoe, The Free Press, 1959), cap. VI. Chinoy descubrió,en su invesligación sobre los obreros de la industria del automóvil, que un empleoestable se experimentaba como movilidad o "apertura de porvenir"; véase E.Chino}': Automo/Ji'le Worhers and ¡he American Dream (Carden City, Doubleday,1955), p:lg. 125. Seg¡'m F. Zweig, el trabajador "qlliere mejorar no lanto porpromoción como por tina paga más elevada"; antepone la seguridad a toda otracosa; F. Zweig: T/¡e Worhcr in' lln Alfll/ent Society (Londres. Heinemann, 1961),págs. 205.206,'

33 N. N. Foote: "The Professionalization of Labonr in Detroit", en American¡oumal 01 Sociology, LVIII. 1953. págs. 371-3flO; 1'. F. Drucker: "The EÍ'!¡ployeeSociety", en loco cit., p:"gs. 358.363; respeclo de la mismal tendencia en Francia."éase S. Jlfallel. La noltvelle classe ollvri2re (l'aris. E<1ilioll$ <Iu Senil, 1963). p,ig.56 Y sigo '

34 n. L.¡Wilensky: op. cit.35 A,' H. Feldman: "Economic Developmcnt and Social Jlfobilily", cn ECOllO-

mi~ Development a'ld Cultltral C/¡fJ1¡ge, VIII. 1960. 311.320; véanse sns observa.<:iOilCSsobre la acción reciproca entre movili<1ad de slnlus y movilidad de sitllS.

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107SOCIOLOGÍA DE LA l'\'fODERNIZM:J('I;\;

dudable q lIe -cualesquiera: que sean los costos de adaptación y la'contradicción interna- esle proceso implidl, a la brga, la eJevaci¡'lIlmasiva de grandes estratos de }JohlaeiúlI.:II¡ Este proceso, que dllranled siglo pasado y parte del actll;d se c(lIllhillú CII Ills Estados llúidos ycn varios países con las graJl(!cs lIligraciones internacionales, fue ~cgllidorecientemente por migraciones internas. La mayO!" p:ll'le de los paí~es,curopeos, y especialmente los mcnos desarrollados, 11;114'cxperimentadogra ndcs cam bi os en este rcspecl o.:J7

La movilidad descendente p:¡re(c haber bido 11111)'cOllSidel:i1IJc enEuropa durallle las últimas d<:c;l(l:Is.::5 AllnCJue a esle fcncímello 110 sele consagró mucha atención, se s;¡J)e (lue los individuos Ill<'lvilcs tiendcna mantener durante algún tiem po sus actitudes )' aun su idcllti ricaci(:,ncon su clase origin¡¡ria. Pero las consccuencias sociales dc l:t f!ui(kz,pueden variar considerablemente de acuerdo con Sil (,OlllcXlo )' Sil" cir-cunstancias históricas. Nos referimos aqllÍ a las sociedadcs indllslriaksdesarrolladas y a un período de desclI\'ol\'illlicnlO C(()IH'lI11ieo. : Puedcseíialarse quc, mientras la persistellcia en los individuos mó"liles Lealgunos rasg-os cultur;¡}es relacionados ('on su clase originaria ¡la con.tribuido a incremcntar la Ileterogencidad denlro de cada esl -;ltO, el"costo" de la IlIovilidad puede habcrse reducido )l0r Lt dism/IIIICi(íllde los difcrenciales de clase. Adem<Ís, la socializacü'JIl, ell nll per (¡do decambios r;ípidos.'J alta movilidad ccoh')gica y veniea], millO lo cs):1 dc lageneración aClual, pucde Iwber conll'ibllido a crear mecanislbos de

1.1

36 Los dalos internaciouaks sobre la movilidad en relación con la llIiJ\'raciónrural.urbana fueron compendiados y analiz'ados en la o/J. cit. de S. Jlf. Lipset yR. lIen<lix; véanse p:iJ\'. 21G y siJ\'S. Aunque las ('irCllUslancias de la Illiwaci<\n.la selección de (Iuielles emigrall, la dislribuci{JI} de oportunidades ocup:ciouale;,<'le.. coudicionan la adaptación}' las c(lnsecuencia~ de la lIligracióu, en Uila etapa<le desarrollo y eu la siluación contempor;ínea del trabajo se <la ulla l:,"cienciaa pncibir el traslado rural.urbano como JJlovilidad 'lscelllle'"e, EII IIl1a •.•.ri('nl~invesligacióJl subre Jos Irabajadores frauceses de origen rural, Touraiue :Irinll~:"Su preseucia eJl laf,ibrica es -para ellos_ prueba de uw\'ilidad, si 111)de UII.Imovilidad conquislada, al menos de un pri,uer paso. de una pri,"era victoria:Sil enlrada eu la cmnomía y la "ida urbanas," A. 'j'ollraille y O. !{ag:II,/i: "Im'ril'/I'tl'uri¡;ille fJ¡;ricole (PaJis, Edilions dll Seuil, 1%1), p:íg. J 17. ' •

37 El caso de Jlalia es pl'Ohahlelllenle 11110 de los nl:Ís notahles elltre lospaíses d~ la Europa occidelltal: en EJ51 el ,10 por ('iclllo de la po!>I:" ii", a(li\:Ise cllllcenlr:,ba en el trahajo agrícola: en I!)(jl eSla )'llIporci,," se haiJia l'cdlldd,)a la mitad. esto es. al 20 por rielllo. Este proceso (,Olllillll:II:\ prohablenll.'lIle ellInllcllCJs paíscs eumpe()s: en Ellropa se ha calclllado lJlle la poblaci"n adiva s:Irasl:ldar:\ desde el SCelor pri,"ario a los otros seclores en lI11a I'llIporci<'Jn ,kmilloncs; véase C:. Ikijer: Jlur"l !IIigr{//it,¡ in Ur/IIIII Sl'ltillg (La Ilaya, ~larlillUiNijhofr, 19(j:), p:íg-. 23. I

38 S, l\f. Jlliller: O/J. ('jI. Las (ilras )'1I1,];('ad:ls sohre los d:,los n::::iollalc,;JIlUCSIran UJI InillilHO de aproxilllad;llllclllC ~O por cicllto a 1111Jldxirno dc .13 po~cien/o de illdividuos ulóvi!c's desdc los estratos 110 lllanllales hacia abajo, ~s ded,'hacia los estra lOS In:III1,a les.

CINO GERMANI106 , ;

,sociales dOlhinantes que ponen de relieve el éxito individual, según laescala de posibilidad de que realmente se dispone.32

Debemos tener también en cuenta otras tendencias generales queestan transformando la situación laboral en el sentido de qlle modelanlas 'aspiraciones de movilidad de acuerdo con una secuencia de pasos~elativamente ordenados: de esto trata la llamada profesionalizacióndel trabajo. En',sí mismo,~ste proceso es el resultado de una serie de'otros factores tecnológicos' y económicos, pero al menos una de su!>consecuencias generales consiste en introuucir la movilidad "de carre-ra" (¡ue, aun cuando se limite a la esfera de las posiciones de la "¡Jaselaboral", es no obstante experimentada por el sujeto como un procesoordenado .de avances sucesivos, de acuerdo con una serie de expec-tativas.33

Las carreras que se ordenan a lo largo de la mayor parte de lavida <le un individuo son, según estudios realizados por 'Wilensky, pro-bablemente nada más que una pequeña proporción de todas las ca-n"eras.Pero, como lo señala el mismo alltor, los efectos psicológicosde la "carrera" dependen de una serie de diversas circunstancias, entre

Iotras, de la experiencia generacional, que puede afectar el nivel deaspiración de los individuos de acuerdo con su edad y, por lo tanto,según el iÍnpacto recibido a través de las diferentes circunstancias his-tórips en las que le's ha tocado vivir.34

Apenas es necesari~ mencionar uno de los más importantes aspec-t<;>s'dela movilidad masiva: las grandes migraciones de las zonas ruralesa l~s urbanas y t¡l sucesivo desplazamiento de las actividades primarias alas secundarias y terciarias. Aunque la interpretación de estos movi.mientas en términos de movilidad dista mucho de ser simple,35 es in-

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Page 53: Germani - Sociologia de la Modernización

;11ILa, 1I1(}\'ilieJad no parl'((, resllltar dcwrgalli7adora para aquellos Rrtlpo~ qllese hallan pr('paradlls para ella: estas cOIlc1l1siolles provisionales se rclicren a la mo-"ilidad cwl,j,~;rn, pero pueden aplicarse también, en cierta medida, a la movilida(l,'erliea!. \'['as(' 1'. fellin )' E, I.ilwak: "Ncighbolll'hoo(l Cohesion Undec Conr1iliollsoE 1Il01Iili,y", en A /l/aiOll1 Soriologicnl Un'ic1I', 28. )%:1, p;ígs. 3G\-37(;,

4(l Esle p1'llcew de (;lmhio progresi\'ll 1'11 las eXl'eC(;IIÍ\'as normales del con-Slllno file ohl.'n'ado y descril'lo hace 'lid, de treinla :nio< por ]\f. lIalbw:lch,1'11 1:cllo(1IIioll ,"',\ (,,',will.l ,[(/11,\ le,' c/(/,\.\{',\ ollllri.:rcs (I':lris. Alean, I!lD), p;',g".I-IH r si~.;.

.Ji El <:oIlSUIllOcOlISl'i(llo ('sl:í haci,'ndme corriente ,'nlre los trabajadores. DiceZl\'eig. o/,. eil.: "Es(e [el trahajador) prelende qne su (rallajo mucs(re al~o tan-gihle 'lile pueda \'er tooo el mUI"lo V bahle clararnenle el len~lIaje del éxito.J'rele,,,lc d('JlIo~rrar que no ha Ikspereliriado su vida, sino que ha lo~rado algoqne Ilo es mellos que el nivel :J1r:1l11:"lo por otros. De ('s(" modo una amplias('('(i"'1I ele la p"lllatiún de la dase trabajadora se cOIH'icrle elJ r1a~e propielaria"

, q;;;g. ~11'¡). !.os h¡enes dur,"le, "s. lo" :llJlomú"ilcs y la rasa propia rOllsrrnn su\all~r rOllJo ~jllllJtdl)s de StCllI1S. a pesar de S{'r r.ada \(~, 111;'1'; corrientes ("J\fi~\('';1I'" di"'1l 'l1Jl' 1"'r1elll'lm a la clase me,!i" I'0rqlle la r;,s:, dOllde ,¡vo es mí:l".(J/'. ril, 1";:;' I 'I~).

adapl;1ciúll a lo que parcce ~er lln ncon!.ecimiento ¡¡orillnl.:I!' Los efectosfrustr<mles de la 1ll00'ilidad elesr.endcn!.e pueden haber sido neutraliza-dos en parte por el difundi(lo sentimiento de que se dispone cada yez

'de mayor' número de oportunidades, como ya se apuntú. De r.llnlquicrmanera, este clima pucde haber impedido que los casos individualesde movilidad descendente se hayan convcrtido en un fenónwno defrllStracic'm 1/1l/sil.',l (con erectos de ",novili7;lcit'JIl").

¿1Iasta e¡1I0 PUllto se 'cxperinll'llta COIllOrn1"1lla de Il1ovilid:lll per-sonal la p;'l'licipaciún progresiva de grnndes sectores de población enlas [orlnas,'de conSllrno, el estilo de "jda y los nil'eles de educnriún <¡ueun;1 vez constituyeron los símhqlos de status de las cl;lses al[;ls? Enotras, palabras: ¿cu;índo pierden tales c1e1llentos su va lar psicosocialcomo símbolos de stalU~? Fs evidellte q'l(' las IJI.ICV;!S formas de rOIl-SUl110ticndcn n incluirsc r;ípid;llllrtlle el1 (] presupucsto [;lIl1iliar r01l1Osus elementos permanentes, y a convertirse en expectativas normales.~()

No obstante, para las g(~neraciolles actuales al llIcnos, 1lluchas ele lasnuel'as pautas de consumo se consideran tocla\'Ía símholos de éxitopersonal.oll De cualquier moclo, no es necesario esforzarse para allverl irque ,este proceso ha disminuido (OllSiclcrahlcmf'nte la diqnucia cnll,~el estilo de vida de los estratos lrah;,j;ldores y el de las cbsl's medias.origin;índose en la población trabajadora 1In cierto grndo de almrgllc-salllil'n(o. Respecto de esto, la prugresi,'a elev;lci(ín edllc:lcional y elhecho de que cada 11I1cvag-ellcraciún ten~a acreso a niveles que cstabanfuera del alclIlce de la que la precedía, no sólo origina un sentimientode mejoramiento individual, sinu que ,;Idcm;ís permite transmitir a loshijos las eventuales aspiraciolles de movilidad de los padres.

l\lerlinnle 1In mecani,lllo scmejante, lo (¡tIC en lT:llidad es uua me-

42 S. M. l.irsel, "'file Chan¡:ing Class Slrnclure ancl COlltemporar)' European1'"lilics". en DnctlnlllJ, invierno ele I !H101 , p';gs. 27I-30~; V['allSe la 111bit'-r, en el mismonúmero los arllculos de R. Dahrcnc!orf, A. PillOl'IlO y A. Touraine.

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109SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN,

jora generalizada para la entera población pueden sentirlo los sujetosmismos como 1JI1a.conquista individual.'

". Dos elementos muy importantes' de este tipo de movilidadcolec-tiva'son su continuidad y su rapidez relativa, losuficienteme~te grandescomo para que influyan en la mayor parte de la presente generación,con lo cual cada uno experimenta una progresiva expansión de las poJsibilidades del individuo. En estas condiciones parece que la c:"I/ansióndc las a,lpimácl1lcs ('s si71l11l(ánca con la cxl1ansión dc las posibilida-des de satisfacción.

De acuerdo con su bien conocida hipótesis, Lipset y otros l~ansugerido que todas las sociedades industria~es tienen ~'altas" tasas demovilidad individual y que algunas consecuencias atribuidas a" esteproceso en los Estados Unidos, especialmente la mayor integración delas clases inferiores y la ausencia de típicoS movimientos de clase, nose deben tanto a la movilidad como a otros aspectos de ,la estr\lcturasocial y del sistema de estratificación: la igualdad de valores que tienepor consecuencia la "igualdad' en las relaciones interpe~~onales":. Estosin duda ha contribuido a disminuir o a disimular las di[e'rencias depoder y prestigio que en muchos países europeos son (o eran) muchom;is visibles y tendían a subrayar el aislamiento de la ~lase trabaja-dora. Esta barrera no sólo no existía o era menos' visible en los Esta-dos Unidos, sino que a(lemás estaban ausentes o eran má~ débiles o,tl"OSfactores vinculados con la persistencia de, rasgos arcaicos I~n el'si~temade estratificación. En contraste ron esto, fueron típicas de la situa-cic'm de Europa occidental algunas de las principales concllcibnes ,;quepro\'oC;lIl la movilidad "frustrada" y facilitan la movilización)' la ra-dicalizaci{lIl subsiguiente de grupos subordinados ° a'is!a'cIos. Ahorabien, es perfectamente cierto que tale~ contrastes existen el'ltre la- Eu-ropa occidental y los Estados Uniuos. Sin embargo, una, vez que, enla sitllacilÍll europea se dieron por fin las condiciones necesarias parafacilitar los efectos integradores de la movilidad, como observó 'el mis-mo Lipset, la, integración de la clase trabajadflra fue aumentando con-siderablemente; esto halló clara expresión en la modificación sustancialde sus acl iludes políticas e ideológicas, aun cuando los viejos rótulos~' la ori{anización partidarios permanecieron inalterildos.~2 La' hipótesissegún la cual existe una tasa de movilidad igualmente alta en tocIaslas soried;,des in(lustriales no ha sido aceptada por ll1uch,os., De todosmodos, debe tenerse en Cllenta que la t;lsa de que habla Lipset se li..mita a la movilidad "individunl" principalmente de tipo manual/no

GINO GEIt\I,\NllOS

Page 54: Germani - Sociologia de la Modernización

5. Migmriones, movilidad masiva y consenso social en la Argcntinay cn el Brasil

La Argentina, en dos de las etapas de su desarrollo socioeconómico,y m;ís recientemcnte el Brasil, en sus regiones de rápida industrializa-

43 Resulta interesante comparar las condiciones para la existencia de unaclara conciencia de clase cntre los trabajadores, tal como las compendió Henride Man hace unos cuarenta años sobre la base de una encuesta entre traba-jadores, y las investigaciones de Zweig sobre la clase trabajadora inglesa contem.por:inea. De acuerdo con de Man las condiciones son: 1) el hecho de pertenecera una clase desprovista de propiedad; U) inseguridad; IJI) bajo status, consiguiente'ralta de consideración; IV) falta de movilidad; H. de Man: La Gioia nel Lavo'l'()'(Bari, Laterza, 1931), p:lg. 292. Segúll Zweig 1) "la población i de la clase tra-bajadora se con\'ierte en clase propietaria" (porqne posee por :10 menos su "i-,'icnda): 11) ticne "propensión a la seguridad"; 111) "posee un lugar social reco-noddo y aun 'posición social' "; IV) sin conlar aquellos qne ascienden denu.o de'la clase trabajadora,' "una Cllarla parte de los muchachos provenientes de familiasde trabajadores industriales alcanzan rdl'ell:s de clase media". F. Zweig: 01'. di."p,ígs, 1'16.147, 205-206.

manual. Peroi como hemos indicado, esta clase de movilidad es sólouna de las varias formas qqe pueden crear las condiciones de movili-dad masiva necesarias para romper el aislamiento de los estratos infe-riores,'Y su sentimiento de inferioridad y abandono. Estamos entera-mente 'de acuerdo cOn la idea de que los valores, las actitudes y lasideólogÍas son factores determinantes de las consecuencias de la mo-vilidad, pero consid~ramos alt~mente pertinente destacar que Cl1 COl1-diciones de movilidad masiva' es 1J1'olJable que estos mis1/los vlllor!'s,actitudcs c ideologills sc modifiqucl1 sustancialmcl1te; y éstc fue de hccho.!'l IJTOCCSOquc ,tIlVO lllgar CI! EUJ"Oj)(1dll1"ll1llc' las décadas de jJOsgllc-rrn.~:l La wmparación entre la 'experiencia norteamericana y la euro-pea indica que para cristalizar organizaciones políticas de composiciónpredominante o exclusivamente obrera, es condición necesaria un pe-ríodo más bien prolongado de aislamiento en un sistema de estratifi-Gleil)n altamente i~rárquico '> discontinuo. Pone también de relieveque t~les. organiLaciones son lo suficientemente estables como para per-sistir después que las condiciones del aislamiento han desaparecido odisminuido en alto grado. Sin embargo, el contenido ideohígico y lasconsecuencias de' la acción política de tales partidos serán modificadosprofundamente por la acrecentada integración de los estratos 'inferioresen I;i sociedad nacional. En los Estados Unidos la integración se pro-dujo 1111,IChomás temprhno, y la mayor y más difundida aceptacióndel orde'ri social existente hie a parentemente una barrera para la crea-ción de partidos específicos de clase obrera que tuvieran alguna im-portanCia. '

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111SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACiÓN

44 T. ni Tella observó en Chile, la Argentina y otros paises la existenciade un eslrato "intermedio" de natllrale7.a tradil'Íoual (artesanos, peC]ucljos comer.ciantes, <:le.) quc ('Ourclltra ulla cousidcrable proporción de la pohlaciúlI l¡rÚana,aun cuando en escala uacioual resnltc muy pc<¡unja. Ik¡.;rad'"la por el. "pri~c,rimpacto" de desarrollo ccollúnli('o, podría descmpeljar c:icrlo papel polltlco. I-.slahipótesis, sin emhargo, no altera eu el uivel uacional la hipólcsis dc 1111 'istem~de dos clases. Véase T. Di Tella, "Economía y estructura oCllpacion~1 en un pa~ssubdes?l'l'ollado", en Desllrmllo ECOIlÓ'lIico (1901): 123.153. Cl. tambIén, [,(. t,:ortadet pnmer impacto del desflrrollo ecolló",ico (Iuslituto de Sociología, lIuCllos AIres).

ción, se han aproximado a las condiciones que ;.1 principio de est;¡ "sección señalamos como las más conducentes a los efectos integ-radore:¡de la movilid¡¡d.

La experiencia argentina durante las seis décadas de migracÍlJn inter-nacional masiva (1870-1930) representa casi un caso "puro" de cOllpletatransformación del sistema de estratificación y de notahle cambio devalores y actitudes bajo el impacto de la movilidad 1l1as~b. ,Esta etap"corresl)oIH!e al "(crel'r" l'slaliio lid CS1Iul'Ulagl'IIl'l':II, el l's(udio >:Is:I<I"

en el desarrollo "hacia afuera" y sus efectos modernizadores. f\ c,Imil'1llOS dd período, la estructura social y los valores prcdominantes deesta sociedad se asemejaban bastante 'a los de los otros paíscs latino-americanos. De aClIcrdo con la Iradiciún hisp:ínica, se ponían dc rclie ..ve normas y valores adscriptivos, el origen familiar y la estabilidad.,En el nivel nacional, b estnlclura socioo('(rpacÍonal cxhibía b típicapauta de dos clases, oJ.I de acuerdo con la cual el grueso de la poblar~iún seubicaba en los estratos inferiores y entre las clases prevalecía la h;hitualalta discontinuidad y alt.a jerarquizaciún. Durimte la seg-untla mitac'del siglo pasaJo, en la Jécada de 1860-1870, se inició UIl aceleradoproceso de expansión económica y de modernizació'n q;le en pOlO m:ísde cuarenta aiios transformó cc:>mpletamente la estructura social y laeconomía del país o, al menos, de su región "central", cJuc ;¡)br:rgabados tercios de la población. En este caso el agente innovador fue laélite liberal, formada en su mayoría por grandcs terratenientes queemprendieron la tarea de organizar la Argentina como nación moc1ern;¡ ,y cumplieron sus propósitos dentro de los límites de bs c()Jw'Fcioncseconómicas de la época y de acuerdo con sus propios intcreses pe líticosy económicos. Su programa comprendía: inmigración extranjCJ a ll~a.siva, importación en gran escala de capitales extranjeros para inver-siones infraestructurales (construcción de ferrocarriles, caminos y nediosde comunicación), establecimiento y difusión de un moderno sistemade educación en todos los niveles, creación de una organizacil'lIl buro-crática moderna y de una democracia representativa estahle, oClIpacicJnde toda la tierra disponible, incorporación de todo cl tcrritorio nacio-nal a la econoinía de mercado y, fin;¡lmcllle, la inlegraci"lI1 de la ero-

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Page 55: Germani - Sociologia de la Modernización

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Eslraton ocupacionales medios. Estratos ocupacionales inferiores,\iios Urbanos •• Rurales ••• Urbanos •• Rurales l •••I

,1869 5,1 5,.1 53,5 35,9

'1,1895 1'1,6 10,6 46,2 28,6191-1 22,2 8,2 50,0 19,61947 31,0 9,2 43,8 I I

;,16,0I j1960 ,37,3 7,9 39,7 , I 15,1

• Los estratos medios incluyen los grupos, más altos.e. ACI.ividarles secundarias y terciarias.••• Actividades primarias.

46 Las mismas fuentes del Cuadro 11y para 1960, G. Germani y Malvina Segre,La ~structura sociooCllj)(lcional de la Argentina ~n 1960 (en preparación).

47 G. Germani. "La movilidad social", op. cit.4R :'fás rk) 70 por dento en la zona de Buenos Aires, y más riel 50 por

riento en el Litoral. G. Germani, J'olítirn JI .wcicrinri, 01'. cit., cap. VI.

Cuadro 4Proporción (en porcentajes) de la población activa

en los diferentes estratos socioocupacionales: 1869-196046

l'Ilomía nacioi,al en la economía mundial por medio de la moderniza-ción de la agri~ultura y la ganadería, cambio que convirtió a ,la Argen-lin;. de país importador en uno de. los principales' exportadores dec'ereales, carne y otros prodU( .•os. El asombroso desarrollo del paísdurante las primeras tres o cuatro décadas dd proceso se ve claramenteell los pocos' illd ¡('adores socioecon6micos que incluyen I<:>sCuadros ,3 y1 de este capítulo.

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Las condiciones de movilidad. masiva fueron principalmente ciea-Idas por la rápida expansión de los estratos medios, ~uya propórci6naumentó en m;is del doble en veinticinco años, antes del comienzo del 'siglo, y continuó creciendo según una tasa muy elevada durante todoslos alias que siguieron. Este crecimiento implicó que la clas¿ inediaemergente reclutara a sus miembros entre los estratos ,ir(eriores. Puedecalcularse a este respecto que durante el período que Vil desde 1890hasta el fin de la inmigración masiva, en 1930 más de dos 'tercios-por' lo menos-- de la clase media tenían su origen en la 'clase' baja,r en muchos casos la movilidad era intrageneracionaI. 47 E'1, realidad,la mayor parte del rec1utamirnto tuvo lugar entre la masa de ínmigran-tes extranjeros que durante mucho tiempo, formaron la Imayoría de lapoblación adulta de sexo masculino 48 en las regiones "centrales" delpaís. Hasta 1900 m;ís del !J5 por ciento de los extranjeros que IÍegaron

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1'1 '40 G. Germani, "1.'1 movilidad social", op. eit. .

50 Salvo el Uruguay, donde tuvo lugar un proceso muy semcjante al de la

Argentina.51 Dutantc la década' dcl veintc los comunistas en la Argentina no alcanzaban

a 3500. Véase R. Poppino: Inlernalional Cornmunism in Lalin Ameriea, Glencoe,Frce I'ress, 1964, pág. 64. El máximo de votos obtenido por los comunistas, en

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a la Argentína pertened~n a la clase baja, trabajadores rurales en sumayoría; durante las décadas siguientes la proporción de inmigrantes dela cl'ase media aumentó algo, pero nunca alcanzó más del 10 por cien-to durante la etapa que consideramos.4u

Respecto de las consecuencias sociales de este proceso debemos re-cordar, en primer lugar, que la Argentina se transformó en \10 paísdonde prevalecieron actitudes de "sociedad abierta", valores, modelosy relaciones interpersonales igualitarias y una di[ulHlida creencia enlas posibiJid,l<les dcl éxito individual concehido en términos materiales,y mellar formalismo y distinciones jerárquicas que en los otros países'latInoamericanos. 50 Debe recalcarse el hecho de que este cambio (conrespecto a la situación histórica original) fue mucho menos marcado oaun inexi~lente en las zonas no afectadas por el proceso que, comose indic() antes, se concentró principalmente en la regiún litoral. Encuanto a la aceptación del orden polltico y soei.ll, el impacto du-rante este período, (1870-1930) pareció enteramente an;ílogo a la ex-pcrienc:ia, europea. La élite innovadora -la llamada "oligarquía"-concibió su régimen polltico como una democracia liberal con unali~nitada participación popular. De hecho, los cambios radicales que laélite misma había promovido originaron las fuerzas sociales y políticasque con el tiempo amenazarían su monopolio de poder y de prestigio.Como se señaló en una sección anterior, el resultado de esta situaciónde'l"movilidad parcial" fue un movimiento de reforma "populista" di-rigido por la clase media, pero su éxito político relativamente fácil

'~con la ampliación de la participación política y su acceso al poder,junto con el persistente alto grado de movilidad- pareció disolver en

'gran medida s,. celo reformista. En los estratos inferiores, el proletariadourbano recientemente formado originó en la primera década del siglomovimientos de protesta revolucionaria que alcanzaron una considera-ble violencia, pero cuya' duración fue relativamente corta pues queda-ron rápidamente absorbidos por los gremios y el muy moderado socia-lismo que durante las décadas del veinte y el treinta se convirtió enel ala izquierda de los partidos de clase media. En cuanto al comunis-mo en sus diversas variedades, se conoce bien el hecho de que en laArgentina" tanto antes de 1930 corno después, constituyó un grupo su:mamen te limitado.' 51 Esta integración relativamente rápida del yroleta-.'

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]]5SOCIOLOGíA DE LA 1\I00ERNIZACIÚN

riada urbano en la regi(ín "central" puede explicarse dentro del marcoconceptual que hemos utilizado hasta ahora. La lIIo\'ilidad in1Iivi'.lualde los estratos manuales fue elevada, r,~ pero aun cuando hahía siJoinsuficiente para afectar a la mayor ,'¡arte de las personas, se apoy(í enmecanismos suplementarios. El país no alcanzó por cierto 1; etapa deconsumo masivo en esa é:poc;i, pero de cuaJclllier manera d proccsode inintelTumpida expansiún económica pllede haherlolllrilJllido a ~atis-faen las 1ll0desl;ls aspiraciones de ];¡ lIlayoría. Sin ('m!>;lIgo, el lll;ísdectivo "lIlultiplic;¡dor" de los dcctos de J;¡ nlovilidad indi"il!lI;il fllCla continua renovación de una alta I'roporciún de los eSlr:lIos iuferioresmediante el continuo ingreso de nuevos inmigrantes perten('cientes alnivel llI:ís hajo, que reenlplazaha el egreso prodncido por ];¡ movilidadascendente. Cuando este hien conocido mecanismo (según el cual seproduce una cadena de reemplazo desde el u);Ís hajo nivel) es lo :iufi-cieJ1l.emente vclol -como lo file en la Argelltina- no existe tiempobastante como para que se forme una verdadera "tradiciún proletaria",Esta re(jllCriría, como lo muestra la experiencia europea, un largo pe_ríodo de aislamicnto y' homogeneidad sin :lpreciab!c lIIovilid;id (por lomenos dos generaciones). . , ,

El período de setenta años que hemos analizado fue bas':ante esta-'ble, con una sucesión de gobiernos civiles y sin ninguna inlcn'enciónmilitar, y con una participación cada vez mayor por medio de eleccio-nes y una actividad política normal. Sólo la abundante j)ohlaci6n ex-tran jera no participaba en las elecciones, roa y en las regiones subdcsarro-liadas "exteriores" el peso político de los estratos inferiores segda siendouastante bajo.

El segundo ejemplo lo tomamos de los procesos ocurridos en la"cuarta" etapa del esquema general, con los comienzos del :\esarrollo"hacia adentro" )' la movilización de masa en la Argentina y ;n el Bra-siL Estos dos países ofrecen una buena ilustración ~le los efectos i:.\te-gradares de la movilidad en los países actualmente en desarrollo: enambos casos, el hecho ele que la movilidad masiva se aproximara a las

coaliciÓn COn grupos <ICIlJocr;\licos no comunistas, fuc mcnos del !i PO)' dente: cn19'J(j cu la zona de Buenos Aircs. En el rcsto del país scncillamcnte uo existían.

fi~ El promcdio nacional pucdc eslimarsc cn alrcdedor del 20 al 2!í porcicnto como mínimo. I'ero como el proceso sc coilccntró cn las zon; S ccntlaleslas verdadcras tasas dc movilidad asccndcnte dc esta rcgión dehcn hahcr sidomucho más .lItas, )' csto cs v;¡!illo csp,ccialrncntc para Bncnos Aires y ot 'os grallllesccntros urbanos.

roa Sólo el 2 por cicnto elc los cxtranjeros lcnía ciudadanía ar~':l1tina. Laoportnnidad les cstaua ahicrt.a a lodos y cra relativamcntc simplc, pe:o a todoslos lcnia en realic1~d sin cuidado, pucs la silllación leRal dd cXlranjcrll rcsullabaen todos los aspectos sumamcnte vcntajosa. Por lo gcncral, tampoco tcnlall elIlábito dc participar anivamclJ(c cn polltica.

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1 !fi CINO G£Ri\IANI SOClOLOGÍA DE LA MODERNIZACiÓN 117

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u)11dirin!le~, 1 c!jucridas parece 1I;II)('r atenuarlo las 1.l'nsiones original1asj''-'!' el lHlI}' veloz proceso dc~ "movilización social", mediante el (lIal seilll'O) )10)";11011 :t. la \'ida 1';11:;onal grandes grllpos de población. El pro-cr.~o e'~ sClIJejanf,c al (JlH' t1l'.o IlIgar en muchos países clll"opeos duranteel, ,;igJn pasado, pno el r¡t'llo mucho m;ís veloz de desarraigo de la(',1 Tl.I(,t 1Il :1 tradicional n el medio rural, junto con las m;ís elevadas;I']'il.l(:IlW'S (l'(';Iljas ¡"JI' C'! "c[rc(o de dC111oQraci(JI1" ('11 una era de <:on-"Pin'" "I;¡~i,\,f) inllll(lllCCn illlporl;nllcs r1ircrenri;ls.

Ln ),¡ !hli;clllil1;1. 1,," lIlaS,I:; IeciclltelllclIIC llloliliL;\das I'crtcnecí:mprinc ij)'¡]lllcnlc ;¡ las regiones "periféricas" todavía en gran medidaSlI1>e1csarrollac!as y n¡;Ís tradicionales, pero también provinieron de laszo!:as moderlliz:'c!as "cClllraks", donde gramles sectores hablan quedadoCTU1!1')JlIic;jy sori;¡]llll.'fl(e des:trraigados por el impacto de la <Idstica

, rcdllC('i"'lI de e~xporlariolles prm'.xada por la crisis mundial y la largadel'rcsi'JIl tic comienzos de la d(c;Hla del treinta. L:I interrupci,'m delco;n('l'rio r;lI11Hlial puso I'n !IIO\-illlienld un nuevo (;do de industriali-/:,c:iÚ~1,{ue sc hilO HlUdlO m:ís iflt('ns~vo y veloz que el primero. :1 prin-,ripios del siglo,ro'l y los sectores movilizados y desl-'lal.;l(los de la pobla-(i'H1 pmporrion:lI'on la mano de ollr:-. rrxluerida por la dcmanua deilIc!,Usirias. Las migr;,cioncs masivas inlernas rrcmpbzaroll a la inmi-~r.lr'i\')J1 l'xlral1jela que sc hahía detenido cOlllplel:;UI1,,:ntc en EI,W. Des-d •..mediado!; ele la década del treillta a la dp.cada del ciTHut'lJta,la zona11!C1I'Opolit;lTl'.l <le Buenos Aile~ n:eihit'J un flujo de casi 100.0\10 mi-g¡antr~s }'or aiio. El desalTol1o de: b migración interna ;¡rcctó tamhi{:n;: Jas' olrilS gr;llH1es ei udadcs del país, y hacia EH 7 casi un (uarlo de losar¡..'."l1tinlls vida en una prc'vincia q1le !la (''-;1 ac.¡ueJh donde habían:,;idu."'¡ Un" í~ran lllaS;¡ de trabajadores rur;l1e'; y pueblerinos, pequc-¡iO', ;~I;llJjcl I)S, arrendatarios en Sil mayoría, pequclios ;nl ~5anos, pe-('plf'ÍH'S lOllll:l'ci,;llltc~, bajo •• cl1lplc;¡dw¡ y dcpcndielllrs de lienda, )' losde,,,o(,lIp;,do~ cnd(~lIlj(oS dt, );¡s provilH:ias subdcsanoJl;ubs sc (onvirl.ie.ron en Irabaj;ntores de la ,indllstria en las grandes ciudades)' en la zonade HuellOS ¡\ires,:'o prodll<:Íendo el impacto hahitual en la vivienda y enl.IS ll)lllli{'iOlIl'~ soci:des gClIerales y probablemente mClIor Ill'olluClivida<l, ,.

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1",'- \.1 illdm, r;a f\l<' 1l1ayor '1\11.' la gencrada por 1:1 n~ric\lll.llra y la g:lIladerla;\"l";IS(' t ',n:,t!ro :~. •

¡,:, 1;. C"llll:lIli: "El I'H'f"'I' tic nlba1l:1ación en la Argenlina", en Rruisll11Hir1l.:tU'''''BU."l ,,'c (;i(.'lIdtl.~ :;(lci(tl,!.'i (\,Vas1Jinglont )~Hl:L "r,1 :t. •

,," 1,:1 dl'llt:lIll!:l '\(-' Itab:ljo dI.' las ilidll511ia~ excedió con mutho el creci.'lIjell:1l :11111:1110',,1 dI, 1" I'"hlarilln al'til'a, Lo,~ mígralllcs inlernos, que en 1914~,,';¡ll < ','Il,liln;,lll 1,1 í I 1'01' ._'cnt¡, ti" la rohl~ci6n de la l(ll1a melropolitana deitUc,lio:') _:\¡n~C\ y i.(lr1.t\'i." f'1l I~':lf~no f'xo'dian el'~ pr0l'nrtió11 h(lblan alcanzarlod 2~i ¡)I" d,'rll" c:" 1~\l7, /,] ,"i~,''Iln ¡¡('In ro, la pohlación extnl1ljna dislllinulal,'lpid;n:,r:llf.f". FI Illi",,"() j>,""rt ~H tll\t\ lt~g.1t" ('n la lnayof parle ele lP5 (,f~ntrl)~urhanos.

que los trabajadores urbanos anteriores,nl desorganización personal ;; ,familiar, mayor aislamiento, mayor alienacÍl'm y una menor propensióna par'icipar en asdciaciones volunlarias, menor racionalidad en el com-portal:nienlo económico, etcétera.5B Pero la reorganización de acuerdocon las pautas urbanas también parece haber sido rápida.nu Las lC'n~i(),Hes sociales provocadas por este gran flujo de población ¡nigranl'c cOIIsu problema de adapt;ición :1, la sociedad industrial, aunque gTave, noalcan7Ó nunca la gran i'ntctJsicl:1c1 <Id proceso similar acaecido a cCJlI1ieJl-

,7.05 del siglo.n', De hecho, las tensiones ruCrtJll en su l1Iayoría, abs()11,jd;¡~por la movilidad masiva en sus varias formas, el mejor lIivc1 general devida .alea'n7.ado por medio de una mayor participaci~>n en la euucacÍóll,la (1.l1tul';] material e inmaterial y la movilidad inuividual. En la zonade ll1.1ell0~ Aires, la movilidad ascendente a partir de los eSlr;:¡tos ma-nuales se reveló m{¡s intensa aún que a comienzos de,l siglo, y ocur;'ió<'_ través delmislIlo mecanismo de elevación desde el nivel más bajo de1:Is sucesivas generaciones que hablan inmigrado a. la cÍuuad.Gr Aun COI~menores nportllnidades imlividu;¡les, los recién llegados 110 se sintieronfrustrauos en sus esperanzas 62 y después ele diez afias de estancamie'htoecont'nnico y disminucie'm del nivel de vida, la mayor P;¡rlC del proleta-riado Ilru;¡no todavla crela en el éxito gallad¿ con el trabajo duro y lainici;¡tiva personal.U3 I I I

En re:.tlidad, los trabajadores parecieron' totalmente dispuestos aI ", ,

nI J. N. Kllox halló mucho mayor ~ra,lo de ihestabilioao y amenlismo enlrelos, migralltes inlernos que entre los e:;tranjeros o los nacidos en la ciudad. J. N.Knox: "Absentisrn ano Turno,"er in an A.gentine Factory", en American, Socio:/ogica/ Revir.lI', 2(i, 1961, p:¡p .. j2H2B. , I ,

58 G. Gennani: HAn Jnqlliry into lhe Soci:ll E£fects of lndllslrialization alltlUrbanization in TIm:nos Aires", en P. Hauser (comp.): Vl-banizatioll ¡,I La/inAmcrira., I'arls, IINFSCO, 19li2. " '1

r.u Hahilar en nna "villa miseria" conslilula la m;ls seria ba.rrera 'i)ara lar:lpida :l(uJIllI'ación ,le los emi~raltte~ a la "illa urbana (pero scilo aproximadamelJlcel 2 por dento de \;¡ pohlación tolal. vivía en lales condiciones). Aun' el' tul/llruioera IIna siluación 1I1:\s favorable para la ve101. adaptación del migran le. ,:

.fU' G. (;("nna11 i: "El pr()l:r.~o ele llt'h~lni7.;¡d6nH, o/,. dt. 1,

lil En HIGO, ':n 1111elll'S Ah("; el 77 por dento di, los hijos' ,le p3dl'C~ 110codificados hahla aJr;l1lzado cil'rl.n p;rado dc 1I10vili,lad astelldente; esta prorortiónera dc 1I1:"s,leI Hu por denl(, para aquéllos nacidos en la 7CIn:l de J\l1eno~ Aires,y del 75 por cielito aproximadamenle para los mi¡;l'anleS ¡lIlernos. El ,lirado demovili.lad hada la~ catc{iorfas 110 manuales (desde las nn manuales', fueran ellascalifkad¡¡s (l no) fue lamhiéll elevado y reveló mayores diferenciales enlre losnad"los cn la (il"lad, los mir;ranl('s y los extl'anjeros.

112 Sólo el 3 por ciento de los Illi{iranles ton larga estadla en 1:,. ciudad deda'lnc sus espel-anzas se hahían visto frnslradas. La proporción de k.s de menoresladia na lIl;ís alla (el 20 por cienlo), pero hahlan lle¡;ado en un periodo dedeclinación econolllica. (Véase G. Gernwni: ':1\n lnlllJiry inlo lhe Social Eltecls",o{,- cil)

(ii\ El 1'c1m. aUll1cnlo de illgresos l,cr e"j)i/,l (m:ls del r. por dcnto al afio)11:11,/;1 ,nado en ]lJ5().!í2.

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Page 58: Germani - Sociologia de la Modernización

• 1aceptar el orden económico y social existente, aun cuando quisielanciertas reformas. De cualquier manera, los conflictos pol/ticos y la ines-tabilidad reinante durante las tres últimas décadas no pueden impu-tarse a la' abrumadora presión social de una cla~e obrera.revolucionaria;tales perturbaciones fueron el resultado de otras circunstancias histó-ricas, allnque también expresaron el impacto de la ~úLita incorporación. de lbs grupos recientemente movilizados a la arena política y el co-mienzo de la participación total. El hecho de <luC tal incorporacióntuvo lugar mediante un movimiento "nacional.popular" autoritario,I fue sobre todo resultado dc las graves limitacione~ que ~e lc habíanimpuesto al ~istell1a político a partir de 1930. La introducción de losgrupos rc~ientemente movilizados y los cambios en la composición delos estratos inferiores urbanos requerían, sea la adaptación de los, parti-dos políticos existentes, sea la creación de uno nuevo, dentro del marcode la democracia representativa. Sin embargo, por una parte el in-tento de restablecer una democracia "limitada" en beneficio de la vieja"oligarquía" tuvo corno resultado una mayor rigidez precisamente enil momento en que había una gran necesidad de un máximo de f1exi-bilidad.U4 Por otra parte, la élite política era incapaz de comprender..los cambios económicos y sociales que estaban ocurriendo tan veloz-mente. El partido Socialista, como también los gremios, fueron parti-Cl;larmeme incompetentes para canalizar el potencial político que re-presentaban los nuevos trabajadores indu~triales.ü5 Los comunistas yotros grupos de extrema izquierda se mostraron activos, pero no logra-ron conquistar su apoyo, que le dieron en cambio a Perón. Este hechosólo puede e~plicarse parcialmente como expresión <.le la necesida<.l <.leun liderazgo carismático. Aunque esto sea verdad respecto de los secto-res m;ís tradicionales de la clase baja, para la mayoría de los traba ja-dores no fue sino la elección más realista para obtener una reformamoderada de acuerdo con el, ~istema social existente que, básicamente,aceptaban. Al prestar apoyo al peronismo elegían una alternativa mo-derada: bajo sus proclamas antiimperialistas y antioligárquicas, habi-tualmente puestas de relieve en el populismo latinoamericano, el pero-

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O~ Este intento tuVo luga~ en 1930, cuando un golpe militar puso fin a un"periodo de estabilidad política que había durado setenta años. El generalizadofraude 'electoral limitó e! funcionamiento del sistema H\presentativo. Dé 1943 aI!H5 otro golpe militar intentó eStablecer una dictadura fascista de estilo europeo.En 1946 se reestableció la constitución y el peronismo ganó' las elecciones con el55 por cie\lto de los votos, aproximadamente., 65 Los periódicos de la Confederación del Trabajo y de los gremios no pres-

taron. atención alguna a la, masa de los nuevos trahajadores industriales. Estospermanecieron en su mayorla desorganizados hasta que se produjo su agremiación'en m:\sa. por acción de I'erón y de sus aliados gremiales.

Nivel economicosocial: l 2 3 .1 r, 6(bajo) (alLo)

I'rcfcrelH:ia por el sislell,aunipartidario: (';;,) 20,1 17,1 13,'1 13,7 \3 ' 3.2,

Los dos grupos m;ís bajos (el 1,1 por ciento aproximadamente de J:¡ poblacióntotal) IlIljestran una luayor frecuencia de individuos partidarios de! autoritarism~,pero conslitu)'eu, sin embargo, Ilteuos de IIn quinto en amhús estratos (GeTlllant,"Autoritarismo y prejnicio eu Hueuos Aires", inédito). Existeu mucl.os indiciosque señalan que los partidarios del aUlOrilarismo I'eneueceu al tipo "lradicion~l"(véase G. Germaui, "Anti"en,itismo ideológico )' antisemitismo tradicional" en Co-mentario, I!J(3). Otra encuesta (I%~) mostró que los peronistas "lil: siem~re"provenían en muy alto I'0rcelllaje dc.:!sector emigrante del interior de J; pohlaclón,y su orientación estaba determinada sobre todo por su "lealtad" al líder cari,;má.tico (J. L. Imaz: 1IIO/il'llcióll electoral, Buenos Aires, liJES, 19(;2).

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II!)~()CIOLO¡;ÍA DE LA I\IOllERNIZACILJN

nismo fue mucho m<Ís cauteloso que la mayor parte de los movimicntosde este tipo. Nunca cuestionó la base del ordcn ct'O/lól/lic(' exist~nte-propiedad y empresa priv<ldas-; sólo iJ1Si~tió cn la "jIlSIÍ< ia ~ocial",la kgi~lación social, la industrializaciún, la rc!'orllla agraria, la planiri-cación y otros camhios compatibles' con los intere~cs de algtlln.i sectoresde las dasc~ medias.Hu Vehc tcncrsc en cllcnta <¡"C I;~ ori<:nt¡¡ció/l ;¡/Ili-democr;ítica y autoritaria de sus lídere~ políticos tdlÍa \In ~ig-/Iirjcadoculcraml'nle distinto p;,ra la masa partid:ll'ia y p;lra los ohr,:ros."7 Decllalqllier lIlallCra, la evoluciún ]>olíticl de los ;Iijos JlosIWI',)Jlisla~ hadellJo~trado <¡lIe la 'mayoría de Jos trabajadorcs, si bien llIaUlllVicl'On SllSorganizaciones }' ~u disponibilidad para defender sus intel'c,cs econcl-micos y sociales por medio de la pauta normal del wnflicto industrial,no se mostraron dispuestos a buscar soluciones extremas. D.n'ante lasvarias elecciones de lo~ recientes aiíos, parte considlTablc de los v:Jtosperdidos por el peronismo se canalizó hacia los pal'lidos denlOcr;Íticosy el movimieJ1lo peronista mi~m(), profundamente di vid ido, pareció dis-puesto a una reorient~ción an:doga.UH

El proceso qllc tuvo lugar en el llrasil a partir de I~J30 es en mu-

60 Especialmente la nueva clase media inoustri:tI, '1ue prohabl'~mente fueun caso oc 11IlJ\'ilidad parcialmente hlo(lneada; ele hecho no fue ,:nteran:ellteaceptada por la clase media preexistenle y se rehusó a seguir su posi( ión :w.ipe-ronista.

07 En C. (;ermani, l'oUiica y sociedad, o/,. cit., cap. 8, puede leerse un aná.lisis especifico del significado ele la libertad y el autoritarismo para 1:, clase bajadurante el peronismo.

68 Del m;ís alLo porcentaje ele votos alcanzado por el peronislno duranteel régimen (aproximadalllente el 65 por cien lo ele los votos), los vutos ,:n "blanco"(peronistas) qnedaron reducidos al 18 por ciento aproximadamenle en h s eleccionesde 1%3. a pesar de la "orden" tic I'erón. En conjunto los grnpoc peronistasparecen represen lar hoy un tercio del electorado. Los datos recogidos en encuestassobre las actitudes pulíticas ele la pohlación de la zona ele nuenos Aires (en 1960)parecen también indicar un amplio apoyo al pluralismo políLiw y e! rechazo delsislclna 1Illil'anitIario.

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121SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

70 El rau,hin dc iikulificaeióu de c1asc de "pobrc" a "ohrero" disminu)'e conla ('llu("aci{lll y parece tamhién rdadonarse inversamente con la conciencia política;(;. A. ))i1lon Soarcs: "Classes Sociais, Slrala Sociais e as Ele~oes PresidenciaisIIe HIGO", en Sociología, 1961. págs. 217-238.

71 .J. R. Hrandao Lopes, op. cit.: .J. R. Brnnclao Lopcs, "Relations lndustridlesIIan, den x Commnnaulés Brésilienlles". en Sociologic du Tmvail. lJI. 1961. p,í~s.1~.~2. 11, F. Cardow: "Actitudes e F.xpecwlivas Desfavor:',veis a Mullan\" Social",on /loklí" (CI.AI'ECSO, Río de .Tane;ro) 111. 1%0, nQ 3. p:\gs. 15,22"

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tal y los Estados Unidos, el impacto de la movilidad masiva produjomecanismos integradores seinejantes, en' las lOn¡ls de r;ípido desarrollo,

,. \economlco... Hay varios estudios que describen el papel que .desempeiía 'la mo-vilidad. en el proceso de asimilación de ,los migran tes rurales en Bra-sil. En esta transición se han distinguido dos fases fundamentaies. L;¡"primera consiste en la simple trasposición de la pauta tradicional ala nueva ~itllarión; la segunda comprende la redeflnición de la situa-ción, nuev;'s actitudes y nuevos modos de ;¡cción. '

En la primera etapa, las tareas específicas relacionadas con el tra-bajo industrial se asimilan a las "obligaciones" tradicionales que setenían para con el patrao y que se "retribuían" mediante u~ salario"justo". Se c~pera (Iue la empresa dispcnse la misma "protección" par-ticularista como lo hada el "patrón", amo de las tierras. Aunque sigueexistiendo un difuso sentimiento de solidaridad, es ~ste mús una expre~sión de la dis~inción tradicional entre la "gente pobre" y los "ricos",que una m;ís específica expres-ión de la solidaridad del grupo de' traba-jadores como tapO Como resultado, los nuevos trabajadores' ,carecenele tOlla p;¡uta de ;¡cóón co1cctiva org;inizada o, de lo contrario, taJcspautas existen exclusivamente en el nivel de las relaciones primarias deparentesco y <Imistad. Puede ocurrir que el gremio inicie y organiceuna acción colectiva. pero ;¡un cuando logre imponer la disciplina ne-cesaria para una huelga, se lo percibe como factor externo, q¡le carecede la participación activa y psicológica del trabajador migrant~. Elgremio se concibe como proveedor de servicios; a menudo no se hacendistinciones entre éste y el Est.ado. Las aspiraciones se orientan predo.minantemente haria una huida de 1;1situación industrial misma.u Sinembargo, con' el tiempo se produce la adaptación a la nueVa culturaindustrial urbana: una proporción de losmigrantes, al menos, escapaz de desarrollar una nueva definición de la situación, nuevas £or-,mas de interacción y una más clara conciencia como oh'rero industriall

que debe enfrentar un nuevo conjunto de relaciones sociales. Pero SI

estos camhios ~ignifjcan una mits eleva~la conciencia polít.ica y' un~mús consciente y m;¡dura partieipaci6n ,en el sindicato, no. implicanuna mayor disponibilidad para aceptar formas de extremismo idce¡ló-

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,chos aspectos semejante al que acabamos de describir. Una diferenciaimportante, que sin embargo úo altera el significado del proceso quevamos a examinar, consiste en que algunos de los efectos de moderni-zación política que en la Argentina ocurrieron en la tercera etapa delesquema general, se fusionaron en el Brasil con los procesos pollticosde la cuarta etapa. l\'rient.ras que en la Argentina la ampliación de lapanicipaeión política y el paso a la democracia ampliad;! ya hahía ocu-rrido Jurantc la fase de la economía primaria exportadora. en el Brasilse dio en la cuarta etapa junto con la fase de "movilización de masas"Entonces, a l.ravcs de la car;¡cterística aceleración ele ciertos proccsos.bajo el impacto de los mismos acontecimientos externos que operaron~'n la Ar~cnt.ina como en el resto de la región y a poco más de unadécada del movimicnto revolucionario ele 1930 _que había sido unaafirmación ele las clases medias-, se manifestaron también los efectosde la movilización social de grandes sectores de las clases pOlíulare

s.

También en Brasil, como en la Argent.ina, hubo un intento -el EstadoNovo- llc rl:gimen totalitario, el cual, sin embargo, y por los mismoSmotivos que en el país del Plata, no pudo prosperar Y dio lugar a unmovilllicllto Y a un régilllcn típicamente "nacional popular". A partirde 1930, un ciclo de intensa urbanización e industrialización modificóprofundamcnte la estructura social de algunas regiones, creando unapauta más moderna de cstratificación social, con un nuevo prolet.ariadourh;¡no y una nueva, clase metlia. Este cambio no afecló amplias 7.onasdel país, y Brasil sigue siendo todavía en gran medida rural, con unapauta marcadamente dual según la cu~l contrastan las zonas altamenteurbanizadas e indu~tri;¡li7,adas con ;¡mplias regiones muy tradicionalesy todavía cconÓmiGllllcntc marginales.m, Pero la migración interna yl;¡ movilización de una creciente proporción dc la pohlación, Y SIl ahsor-ción por el nucvo medio ur1>;,1110e industrial. tIlvieron lugar en ,condi-cioncs de dpido desarrollo económico y movilidad masiva, creadas porlos cambios estructurales y las mejores condiciones de "illa de la pobla-ción de las,7.0nas en dcsa;-rollo, Aunque el lT\a~'or tl';¡llieionalismo delos grllpoS;cnH'rgentC's. el lll;'tSbajo nivel de moderni7.:tciún' llel ~ist.ell\atle r\;lSt' ~_,_aun en la, rq:,il111CS1l\;'ISavan7.atla~- y el l"lll1texl.OgenerallTl'-'tl., \".,r \ln:1 <1'ri(,l\:\t\ tOlb"ía (;¡r;¡rteri7alla \lor el dualismo estrU(-tuu] j¡~\\,li,.\\\ \HU imp"rLantr di[rrenri:r ,,:,\'("('.(1 dC' E\II'0pa 0((iden-

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72 H. F. Cardoso: "l.e prolclariat. .. ", op. cil., pág. 377 .. , ' 73 A. Touraine: "IlIdustrialisation et conscience ouvrÍere a Sao Paulo", enI Soci%g.ie dll 'Tral'ail, I!l. 1961. p;\gs. 389-407.

74 C. Wagle)': 01'. cit:; .l . .I01lllson: Political C/wuge iu L.atiu AJllcrica (Stan-tordo Stallrord lllli\'crsit)' I'ress. 1~:íH) p:\g. 171.1 1" A. Pcarse: "Algunas •."aractcrislicas de la urbani¿aci611 ell Río ck .Ianciro",en P. 1I:lIIs(r (uunp.). o/, .•. il. p:\g~. 194-207.

gico. H. F. Cardoso ha descripto esta transición, seiíalando que el com-portamiento de aquellos trabajadores que han alcanzado esta etapa se

caracterizam;\s por su! demanda de mejores condiciones dentro del sistema capilaiistaque por una acción polftica dirigida a transformar el' sistema social en sutotalidad. Tal estimación del futuro se basa en el hecho de que existe laposibilidad de embarcarse en una carrera en la in,lnstria, en el hecho deld,'sarrollo económico y dcl razonable nivel de los salarios de los trabajadorcs

calificados ...

Por eSla razón, el autor encuentra que por el momento hay en elproletariado 'urbano brasileño escaso potencial revolucionario. Porlo contrario, cree que lo más probable es que la acción de los trabaja-dores se ori~nte antes hacia movimientos caracterizados por demandasde mejor trabajo y mejores condiciones de vida, que hacia ningunaotra cosa.72 La movilid;¡d individual desempeña un papel central enesta transición. Touraine le ha aplicado una tipología basada precisa.mente en diferentes niveles de aspiración y en diferentes experienciasde movilidad. En el nivel más bajo, no existen aspiraciones ni movi.]idad"y nos encontramos con una negación llana de la situación indus-trial, que conduce a una especie de adaptación apática y, tal ve,!-,encondicion~s más favorables, al populismo. Por otra parte, cuando' lasaspiraci0'ies son más elevadas, la experiencia de alguna medida de mo.vilidad ascsn,dente dentro de la sitl.lación industrial originará un másalto nivel' de iptegración y de participación política y gremial. En con-diciones de desarrollo económico, y si la movilidad individual se vive

1 ~ t 1como parte de un proceso subyacente general de desenvolvimicnto na-eio'nal, es ppsible que la orientación política de los trabajadores sea másmoderada que revolucionaria.73

, La evolució'1 política del Brasil refleja muy de cerca tal orienta-c'ión re£ormista y moderada del nuevo proletariado urbano. En esesentillo puede decirse que el varguismo no difiere del peronismo res-pecto del nivel moderad\) de demandas obreras, la composición de suliderazgo y,su autoritarismo.'l4 Dado el más tradicional elemento en lossectores movilizados, el factor paternalista y carismático debe haber sidomás intp1!s0.'5 No obstante, en el Brasil el varguismo cxpresó una elec-ción más moderada, pl)eS existían por cierto otras posibilidades más

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SOCIOLOGÍA DE LA l\IODERNIZACIÓN

7G El panido c(Jlllunísla aicam'; aproxillladamcule el 8 },or ciC'lto de los'"DIOS; se 1I:lllaha 1Ii(,1I oq,::tIlizado y ICII;a UIl lider p,esti~ioso, .

77 En Hla~il lal inl('g-rali{'11 ~ólo aharca a las zunas 1Ir1lallas ln;lf inclusr.na.liza<1as. Dchc recordarse quc la 1'0111:1<;<'>11no illcorporada o fonn:dmclI'C nnrgll\:I1sigllc sielldo Illlly grande.

extremas.76 El hccho de que el presidcnte Coulart no lograra obtenerel apoyo de los trabajadorcs industriales en un momento puede consi.derarse otro síntoma de la falta de potcncial rcvolucionario. 1n la daseha ja urhana.

Aunque semejante moderaci¡'H1 puedc en. parlc reflejar ];¡ pasividadde un pueblo todavía tradicional (y sumiso), de acuerdo con el an~ílisisprecedente se pucde ver qne cs tamhién cl resulrad<i' de Ulla evolnciónde la conriencia de la clase trabajadora, qne parece diferir nctablclllcn-te de la experiencia hist('¡rica de los países ellropeos. En estos ¡'¡J,ill1C'seldespertar de una concicncia de cIasc en los grnpos tradicionales, encondi~iones ue aislamiento social y fuertc jerarquización, implicó' unaetapa 'intermedia (que duró varias décadas) en la que predominabala alienación y una extrema radicaliz;¡ción, y s¡'¡lo posteriormcllle tuvolugar una tercera etapa, con una integración progrc~iva y un;¡ crecienteaceptación del orden soc¡"aI. En cambio, tanto en el Brasil COIlIOen laArgenlina parece haber tenido lugar una Iransici¡'lIl de dos etapas: di.rectamente desde "la. situación tradicional". a la si [nación de inte;;ra-ción caracterizada por un reformismo moderado.77 La movilidad ma-siva y las otras condiciones, al eliminar o reducir considerablcrnel1t:~ elperíodo de aislamiento y segregacic'lIl de la c1asc trabajador:, elill" inatambién la posibilidad de la elapa radical intermedia. ,Tal parece ser-como se indicó en ];¡ primera sccción del capítulo- la cOllsecuenciaespecífica de la movilidad masiva para la clase baja en los países endesarrollo cuando todas las otras condiciones necesarias ir tervic:1enen la misma direcci()n.

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Page 61: Germani - Sociologia de la Modernización

es el resultado de la acción recíproca y el equilibrio de fuerz,as expul-'sivas existentes en' el campo y fuerzas atradivas' operantes, en la ciudad ... Com'binacion~s diferentes de tales fuerzas pueden determinar a veces~quilibrios eqi.livalentes, esto es,. movimientos de población del mismo'sentido. Así, se .ha observado a menudo que en tanto 'que en paísesdesarrollados la migración rural-urbana está relacionada principalmen ..te con aumentos de la demanda de trabajo creados por el crecimientoindll5trial urbano, en muchas naciones en des3lTollo se producen mo-vimientos Il1ilsi\'os lJileia las ciudades aun cuando esas nuevas y mejoresoportunidades de empleo son extrem3d~mente bajas o completamenteinexistentes. En este caso tenemos una combinación de fuerzas dife.rente en la que el peso de los factores atractivos hacia las áreas urbanassería menor que el de los factores de expulsión de'sde las zonas rurales ..En otros casos podernos encontrar situaciones en las que las condicionesrurales, aunque realmente están mejorando, todavía son insuficit;ntespara contrabalancear los abrumadores incentivos que irradian las ciu- :.dades.2 Mecanismos análogos pueden usarse, por supuesto, para descri.bir no sólo la existencia y el grado de la migración rural-urbana sino.también su ausencia. . ,

Si bien este enfoque puede ser bastante tnil, en ciertos sentidos,debe reconocerse que implica el riesgo de simplificar demasiado el pro-oceso, reduciéndolo a una especie de equilibrio mec:inico de hlerzas im-personales externas. Al mismo tiempo parece otorgar démasiad,o énfasisa las motivaciones "racionales" o instrumentaks, sin tener en cuenta laposible complejidad del proceso psicológico que da lugar a la decisiónde irse o de quedarse. Ahora bIen,' para los fine. del an;\lisis macroscó-pico mediante el uso de ltatos globales pdncipalmer,lte, este modelo o

puede resultar m,ís o menos adecuado. En C;Hnbio, en los casos en quela investigación apunta a un estudio de las diferenciales de migración,a una descripci6n tle la adaptación, participación' y aculturacion' de losmigran tes en las áreas urbanas, y a un análisis causal de los principalesfactores asoci;ltlos con eslOs procesos,el modelo que se emplee debe tener'en cuenta no s6lo factores expulsivos y atractivos sino también las de-m;ís condiciones sociales, culturales y subjetivas en las que tales factoresoperan tanto en el lugar de residencia como en el lugar de destino.

, I2 Este. parece ser el caso en ciertos sectores rurales de Italia y otros paIses

europeos, especialmente entre la generación joven. Cf. G. Beyer, Rural Migran!sitl Urbnn SeUillgs, op. cil.; Francisco Alberoni, "Caralleristiche e tendcnze delle:migr:17.Íoni interne in Italia", S!udi di Sociologia, 1 (1963)': 23-50. Véase también,en relación con el peso de los factores de atracción en áreas urbanas; Ph. Hamer(comp.), Urbaniza!ion in Asia and tite Far Eas! (Calcuta, 'UNESCO. Res~archCenter, 1957), y Kirigsley Davis y Ho H. Colder, "Urbanization and the Dcvel.opment of Pre-In<!ustrial Arcas", en' Economic Developmen! and Cultural Change,111 (1951): (j.26 '

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Capliulo IV

Asimilación oc Illigranles en el medio urbano(Aspectos teúricos 'j metodológicos)

Si bien la ur!J;l1lizaciún es 1111 I)lOCl"sOcomplejo qlle comprende mu-chos aspectos diferentes, no hay duda <le que las migraciones internase illternacíona!cs constituyen los m;ís imporL;llltes, no sólo porquc lamayor parle dd Cll'ci1I1icnto dl'1l1()~dfico urbano es callsado por movi-mientos de po!llaciúll, sino también en "irtml del hecho dc que la mi-'graci(')Il'rnisma. como proceso social, cs una expresión de los camhiosl)ásicos que csl;in lr;¡ns(ormall(lo al IlIlIndo, con\'irl.ielHlo a un planetade aldeas y desiertos ('11un l'!allcla de CiUll;ll\cSy lllCl.rópolis. En Am(~-

ri(;1 LItina las lIIi1,?;racíonesinternas represcntan probablemente uno deIn~ procesos m;ís significati\'os que car;¡cterizal1 el cuarto estadio deleSf.IUlélllageneral. Varios (le los enfoques teóri.cos y metodológicos con."~;id{'radosen este capíttl!o se rclacionan estrechamente con problemas1 raudos en otroS capitulos sobre movilización social, urbanización

01 ros Icmas concxOS.En el ;ln;Uisis de la migraciúll podemos distinguir por lo menos

tres procesos principales: la decisión de rnir,rar, el traslado real y laaculturación en la scicícd;\(1urbana.1 Si bicn la mayoría de los estudiosse ocupan pri nci pa 1men te del tercero, nosotros inc1l1iremos las tres eta-

)las en nucstro examen.En to(lo caso, el estudio (le \;¡ aculturación requerid;¡ el conocimien-

to y la com41rensiún de tOllo el proceso de migración, incluyendo elproceso que~ocurrc en ('\ lugar de origcn y tiene por re~ultado la ~Ieci-siún de 1l1if';r:\r)' cl ú;\slado físico rcal a la cill(la(1.

l. Trl'.\ 1I°i,Ir'/I's ('11 1'/ l11/(íli.li.1 ,[r; /n llli,araci(jll,~

Es frcl'l1'.'llle analilar la migración rural-urbana en términos de fac-ton:s llc c7'Jluhiun :0 atracción. S: considera entonces que b. migración

1 eL. ~. :-;. Fi<("IHla,ll, TJlr ,~¡'!oll,ri('!1 '" 11'1IJlig'(11If! ',Lom!le«: ROlltletigc

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SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓNI

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Page 62: Germani - Sociologia de la Modernización

Al formular un esquema teórico para el análisis ue las migracionesutilizaremos los ¡¡rincipios que han guiado la concepLUalización delproceso de movilización. Como se indicó, la migración en ciertas con-dicioncs pucde c(.nsiderarse C0l110una de las formas asumidas por lamovilización social. Se disti'nguidn pues, en este análisis, los tres ni-veles mencionados en el se~undo capítulo: nivel a1IlÚiClllal u objctivo,

nivel normalivo y nivel jJSirosociitl.1. En el primcro incluiremos dos categorías principales: por un;t

parle, lus factures cxpulsivos y atractivus, y por otra, la naturaleza y lascondiciones de las comunicaciones, la accesibilidad y el contacto entrelas ;íreas ruralcs y urbanas o, en términos m;ís generales, entre el lugarde origen y el lugar de destino.

J. 1. Los factores expulsivos, y atractivos son bien conocidos y noes ne~esario describirlos aquP Es necesario indicar, sin embargo, queno.¡Jebemos 'imitarnos a lps contrastes entre condiciones rurales y urba-nas si queremos abarcar todas' las clases de migraciones urbanas. Enmuchos 'países (tanto en desarrollo como avanzados) la migración puedeocurrir y ocurre entre áreas urbanas, generalmente entre ciudades detam;,lño y características diferentes, y en esos centros urbanos fuerzasatractivas Y' expulsivas operan e influyen sobre el flujo de la inmigra-ción y In emigración.

111: 2. Las con1lll1icaciones Y la accesibilidad entre el lugar de origeny clluga'i- de destino constituyen otro conjunto de factores objetivos queLOndicipnan, la migración (contactos formales e informales, medios deromun'icación de masas, sistema de transportes, distancia, costos, ete.).

'11, Las conuiciones objetivas no operan en el vacío, sino en uncontexto normativo y psicosocial. En las normas, creencias y valoresde la I'socie(lad de origen pueden encontrarse no sólo criterios acercade lo <¡ue debe considerarse malas o buenas condiciones, atracciones oexpulsiones, si,no también attitudes y pautas de comportamiento que endid¡a' sociedad regulan la migración. Esto es: en el nivel normativo 4

I3 En Iforllla muy sumaria podríamos enumerar tales factores como sigue:a) condiciones económicas favorabtes o desfavorahles en' el campo (estado de Josrecursos naturales, su deterioro o mejora, tasa de crecimiento demográfico, rela-ción población. tierra, sistema de tenencia, grado de concentración de la propiedadde la tierra, técnicas ineficientes o atrasadas y baja productividad de la agriculturao,. al. revés, modernización Y reducción de la demanda de \llano de ohra I,!••.a]);l?) falta -<l exísteucia- de oportunidades a\lernativas en' e,I :lInbienle rural; c)condicioues económicas favorables o desfavorables en las ciudades: oportunidadesde .emplco, nivel de salarios, etc.I, y d) otros diferenciales rural.urbanos no econó.I'licos. como condiciones educacionales y sanitarias, servicios I'ecreativos, condicionespolíticas' de segurida,l personal (tales como evitar guerra de guerrillas y bandidaje).

4 Las normas idcales pueden definirse por contraste con las normas reales:éstas se refieren al comportamiento empírico de los individuos, en tanto que aqué-\las indican el comportamiento prescripto por la sociedad.

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1:!7SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

los roles, las expectativas y las pautas de comportamiento instituciona-lizadas proporcionan el marco dentro del cual las personas percibeny evalúan tales condiciones objetivas. Se sabe <¡ue un rasgo frecuentede muchas áreas rurales y, en general, de las sociedades m;ís tr;dicionl- I ...tlles (con excepciones como las de los pueblos nómadas y similares), es ;;leénfasis en la estabilidad, el aislamiento y la fijación (1£ los individuos ......)al suelo natal. En una sociedad industrial)' m;ís mod<..'~'niz:lda,b mo\ i- I :;' Ilidall ecoMgica es otra respuesta posihle (cnlre llIuchas) a cicrtas situ,t-ciones. ]'vliel1tras que en las primcras no es norm;¡]melltc esp:~rada, y Ihasta es considerada en algunos casos como comportamiento t..I,csviado .~. I)' sancionada negativamente, en la segunda la movilidatl ecol<igica espor lo mellos permilida, si no realmente faeilitatla y fomcntaLa. .,' ')

La pauta 1I0rlll:ltiva también puede facilitar la migración de ciertas ,1 't-'"

categorías de personas y dificultar la de Olras, como owrre, per ejem-plo, con la migraCión de las mujeres, que puede depender de su status, )en la sociedad. En todo caso, las normas y los valores ueben :;er COIl-JI')siderados como variables inlervinientes en el ;lIl;í1isis del itllJl:tclo de tlos fact?res eXI)l~I~jvosY alra~li~os. Lo <¡u: a tll1 obs~rvador exterior.le . . )parecenan condICIOnes eCOnOnUGISexcepCIonalmente malas, 110 funclO- .)nará en absoluto como factor expulsivo si corresponde a t¡(la pauta tra- ;'t, ..dicional que no solamente est;í ins(iluciOlÚ1lizada en las normas, lüs )valores y las creencias tle la sociedad, sino que también contilllla ope- ")rand~ c~mo una exp:~ta~iva. illte~-nalizada en la mente de las pl:rs~nas. ••..!I-Esta ultima observaclOn lIl(!Ica, Slll emhar¡!;o, que el mero conOCimIento ,\ L.)de la~ nor.mas, l.os ideal~s y los va,lores no es suficienl~ para el es~t.~(~iode'~.r)la mIgraCIón. Surge aSI la neceSidad de un tercer Illvel de anaJlSls. -;,;,iIiíII

IIJ. En el nivel psicosocial deben tenerse en euenta las actitudes ffr ))' expectativas de los individuos concretos. En una sociedad perfecta,-.")mente integrada, sin desviados ele la pauta idcal, el marco nOlmativo."estaría exactamente reflejado en las actitlldes y expectativas ihtemali- ..t........ .'zadas de los individuos. " .

Otra condición b;ísica para el mantenimiento de esa inte¡!;raci()Ji 1..•_1 1, )sería que las condiciones objetivas correspondieran efectivamente: a las, 'L,

expectativas, l~s actitudes y el comportamiento real. Tal situa(~ún d~~ I ,.~,.

correspondenCIa perfecta o cuasi-perfecta entre los tres niveles (condi-ciones objetivas, marco normativo )' actitudes internalizadas) es en 1.,.Jrealidad extremadamente difícil ele encontrar, y debe reconlatse quelr~¡ \cierta proporcion de desviación debe ser considerada normal ell todasociedad. E~ las actuales .nacion~s en desarrollo la silliación (Ipues~~ . )es mucho mas frecuente, SI no unIversal. La falta de corres por denSI,t ~;rpuede darse de varias maneras: camhios en las condiciones ohjetivas "("1" como "'p"pobb,¡ún, b'jn, """-;0', gn''''' , "e) pn,d" 1m",' . .)

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imposiblc realil.ar las ilccioncs sociales según las c)(pectativas del marcoinstitlicionalil.:llló Y de los roles y actitüd~s intemalizados; o contactos1 lI]tllr~,Jcs, la comunicación de masas, etc, pueden haber producidocambiasen l;is expectativas; o tal vez,' como es más probable, diferen"les Gimas llc cambio p"edetí operar' simultáneamente. En cualquier(aso, directa" oillllircclamentc, el nivel psicológ-ko estará implicado,y el. modo en q"e son akrl;ld:ls las actitudes individuales condicionaI'rcI isalllcntc 110 sú]o la dCIisic'm de migr:,f, sino tamhién el c;¡dctcrde la ll1igraciúll y el (1l1l'lH,rl:llllicIlIO IIllnio," del llligranle CIl 1" socie-

dad recipiente.Destaquemos qlle 110 estamos reduciendo las C;¡lIsas de la mig-ra-

(j(',n cxclusivamente a lIn proceso psicológico; 10 q"e estamos tratando'de sei"í;¡lar es la necesidad de usar lIn contexto psicológico y un con-le)(IO normativo con el fin de comprender el funcionamiento de loslactares objetivos. Adent:'ts debe recordarse llue este esqllerriaconcep-lual, u otro equivalente, debe emplearse en el análisis de todas las'etapas del proceso de migración, es decir, no sólo en clIanto a la deci-'siún de riJigrar, sino, también en lo que respecta a la acultllraeión, y la adaptaci<'>n a la sociedad reCipiente. De hecho, las condicionesobjetivas existentes en esta última _oportuni(lar1cs de empleo, viviell-da, sueldos, oportunidades educucionales, y similares--, ílsí como lasnormas, creencias y valores que caracterizan a la sociedad urbana y;' los grupos soci,l1es que la wmponen, temldl11 un profundo impacto~oh)'e la recepción de los migran tes y su integración.

, Por último, d~be subrayarse que los varios elementos indicados nooperan atomísticamentc; por 10 contrario. son estrechamente intenle-pendientes. El énfasis en las distinciones analíticas no (lebe llevarnosa olvidar el hecho húsiw de que, en el proceso empírico a ohservar,esos elementos constituyen una confir,uración específica y no una meracolección de ras~os ,:Iislados. Dehemos ,¡hora aplicar estc esquema con-ceptual gencral al problema espccfrico de la asilllilacic'Jn de los mip;ran-tes en las {¡reas urbanas, Se sahe que este concepto es algo ambiguo.Por una p"rte tenemos una serie de térm inos que se rdieren a losmismos fcn;1ll\enos o a fcnómcnos conexos; ro por la otra, muy a menudoel mismo t(\rll\ino tiene diferentes signific:lllos. Este no es el lugarpara ulla 11isrusit"111terminológ-ica y teórica riel t(,Pla; empezaremos m:\shien por distin~lIir un coujunto de nociones que nos permitirán iden-tificar los fenómenos y procesos m;\s importantes. pertinentes para elestudio de la asimilación en áreas urbanas: 1) adaptación; 2) partici-pación, y :1) aculturaeión.6

ro eL )1[. J. TIc'r,kc"dl7. AUII1IIIralicJll (Nueva York. J" J. A~llstin, 1938).,6 S" N. F.iSCllsla<!l. 01', rit., y G\l'ltu10 11 oe esle libro.

1

7 PI lérmino "~malg-nmnci6n" indica a veces matrimonios cruzarlos. Hay Una¡,urna "i~rll<iún dd ItTltlino "asimilación" en Charles Tilly. "Migrar ion lo ~nAlI1rrk;m Cily" (1%3, mallusnilo inéLlilo).

'11) La Iloción de adajJlación se ldiere a la maner¡¡. en que el mi-

grante desempeña sus roles en las ([iversas esferas de' actividad en queparticipa, .:\qyí el interés del observador s~ concentra en el I1ligrantemi~l\lo: es su adaptación jJl:rsonai lóquc se estudia, es decir, 'su capaci-d~d para cksempeJiar los roles sin tensión psicológica excesiva o into-lerahle. Hay, por supuesto, I1l~chas maneras de definir.la adaptación;lo qlle debemos acentuar aquí es la necesirlad de distinguir ron la ma-yor rlaridarl posible este ;\sperlo tic los, dem;ís.

::') r:()1l el (()l1U'pIO dI' jJIl1"licijwcll.íl1 a(!oplamo'i el [lllllto tic vista,110 del individuo migrante, sino (1;; la socicdad recipiente. AquídebelTlos distinguir otra vez tres dimensiones diferentes por, lo ,menos.En prime\' lug-;¡r podernos preguntar por la exlensión y el grado dela participación del individuo: ¿cll~¡ntos y qué roles desempeña dentrode las instituciones, los grupos soci;¡les y los diversos sectores de lasociedad urbana? Esta pregunta incluirá la partici'paci6n tanto comola no-parti~ipación. y tambi&n la partícipación en estrunuras no-urba-nas, pur ejemplo, ¿en qué medida est;¡ todavía conectado (es decir,participa) con su comunidad de origen? 0, muy a menudo y si elindividuo participa en ipstitueiones y grupos sociales ubicadq~ ecoló-g-iGIITlCllledentro de las [rontcras del ;\rea urbana en que vive, ¿hastayu{: punto dicha,; instil.ueiOlles y grupos pertenecen a la sociedad ur-bana propiamente dicha? 7 En segundo lugar podemos pi"cguntarnost"Ol1qué c¡£ci(?llcia el individuo desempeña los roles, debiendo definirsela eficiencia desde el punto de vista de las instituciones y grupos re-cipientes y de hn valores de la sociedad recipiente. Ea tercel-' lugar,podemos ocuparnos de la rer:ejJción brindada por la sociedad urbana:~c,'¡rno reaccionan ~;US grupos e insti,tuciünes frente a los inmigrantesy su participacic'ln? Aquí podemos encontrarnos con situaciones dejJaFlicií}aárjn arel7/ada, 1/() acc/Jlar/a y crm[Tic/l/aT. Tall\"ez podr!amoshablar ;¡ ('~te rc~p('cto de il/legración, rdi¡ iéndonos c~pcrífir;¡lI1entc al141¡¡do de participaci()fI acr.¡;t.ada y/o no conflictual. Esta dis,tincíón:;jgnific;¡ 1111(' 1111gnrpo de: migrantes podría jJm"licijmr en una deter-illin;¡c!a estructura Hrhana ún eslar integrado en ella, si el grupo des-f'mpciía role~ dCIlII() t1r.ella pero tal actividad es resistida o 110aceptadapor olros gr1.lp'os illlportantes (los ca~os colTlunes de conflir:toh raciale~" pe,líticos).

,!\) El tbrry ¡1I0 aC1dtllracirjn inr.lic:l el proceso (y el grado) de ad- I<¡uisicic'm )' aplTlldizaje, por parle del migrante, de los modos urba-nos de comportamiento (incluyendo roles, h;\lJitos, actitudes" valores,

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129SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

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8 Mayer describe tres tipos de migrante aculturado: el de "cultlll:h. doble",que "puede ir y venir libremenle de los ambientes nlrale~s y urhanos conservandosiempre "C1 otro conjunto de pautas rn estado latcIllC ..•. el "rúst iw" quc siguccomporlát\dose como tal aun en ,la ciudad y, finalmentc, cl migraute que se havuclto un "rcncgado en scntido cultural". Philip Maycr. TO"'"SIIIC" al' Trilic,.,¡ell,lIr/l,,"í;,,'iol i" (/ Dj¡,ílil'd Socícl)' (Ciu(lad del Cabo, Oxford Univcrsity !'ress.

1 1963), págs. 10.11,

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1:\1SOCIOLocíA !lE LA 1\I01>1o:1(<'IIZ,\<:""1\:

grada de manera tan completa.u Hay ;t1gunas ()bscr\';¡ciolle~ m;ís queformular con respecto a l;¡s tres nociones de (1I/lIj¡lflrilÍll, j)(ll'lir:ij)(u:iríny aClllluracÍón. Todas ellas se ,refiercn a ];¡ vez a cierto (:slm/o de cllsas,en un mOlllento determinado, y a un j¡roo'so en el tiempo: en estclsentido el interés de ]a investigacic'lI1 puede estar (eut r;¡do~n tilia ti.

otro, o en ambos. Se puede querer est imar el gl';HI~.)de ;'j llste, pani-cipaciún, etcétera, que se ohserva cn cierto período. y/o se pucde de.sear estlldiar el proceso por el cu;t1 Jos migl';1I1tcs sc ;Idaptall ;¡ l:ts COil-dicioncs urb;lIlas. Esta distinciún p;m:rc 1J:lStantc oh"i;t y cn carla ca\(Jdehcn cmplcarse técnicas diferentes.

Por olra parte, los tres proccsos no son ueceSari;llJleut<: simuJl;í.neos ni se dan Ilcccsari<lOlcntc asociados en un mismo grupo o indi-viduo., Esta cs, por supuesto, la r;wín principal de la introdl1cci')n ~el<ls distinciones mencionadas. Tal1lhién es posible que se logre ungrado determinado de adaptación (o part icipat'Íón, o aCII'ttll'<lcilÍn)en una esfera de actividad y no en otra. Una persona puede e~:tar(o sentirse) muy adaptada con respecto a las tareas técllicas concretasrequeridas cn su trabajo, y scr incapaz de soportar las tensones ;Jsi-cológicas introducidas por las relaciones humanas "illlperson:lles". Laaculturaci,ín a cienos rasg'os no implica la acu!turaci¡')il a otros, Lt/la rtici paci<in eil del crm inados grupos urba 1l0S ¡Jllcdc I'c;t1i¡'arse conuna acuituraci(Jn insuficiente, etcétera. Es verdad que, porio menoscon respecto a ciertas esferas dc actividad, la adaptación, la panici pa-ción y la aculturación normalmente van juntas, pero las incongrut~n-cias entre diferentes esferas de actividad pucden scr mu)' frecuentes.Con respecto a esta posibilidad debe advertirse quc, si bien la maTO- ,.ría de los migrantes pueden por lo menos desempeíJar cierto númérode roles que constituyen el mínimo requerido para continuar "ivicn:loen las áreas urbanas, permanecen sin cmbargo segregados o <ljenos aun conjunto de otras actividades, que, por ]0 contrario, pu,~dcn ¡;crconsideradas "normales" para los habit<lntes nativos -con J;¡ misl:laeducación y el mismo status economicosocial_ de la, ciudad.

Por ejemplo, es probable que tengan un trabajo, que ,lsen losscrvicios públicos, que compren biene~, etc., y en este sentido tiei](~nque haber ac!<¡uirido el conocimienlo necesario para llevar a cahoesas actiyidades y desempefíar los diversos roles implícitos en lIS situa-ciones sociales correspondientes. Pero al mismo ticmpo csas mismaspersonas pueden seguir viviendo en un harrio aislado form;¡do p'mo,migrantes del mismo origen, manteniendo o tratando de 11'antel1'~rl

o Véase. por ejemplo, el informe de Jlrandao Lores. "Adaplalions of ruraLmigranls in 5:10 1'aulo", en J'h. Jlanser (comp). Vrballizalioll~ (J/), cit.

CINO GF.RMANI

conocimientos). Como han observado los antropólogos, tal proceso nose produce sin ejercer alguna in£luencia sobre la sociedad recipiente.Este aspecto debe ser recordado, aunque no siempre sea consideradomuy importante desde el punto de vista de un estudio que se ocupaprincip;¡Jrr:ente de la asimilación de los inmigrantes en la ciudad. Otraohservación es más importante: la adquisición de nuevos rasgos culLll-ralc:,s puede tener lugar de diferentes maneras: puede consistir en un;t1)J"(.:ndi¡ajerelativam'ente slll)erficial o que los rasgos penetren profun-(J;¡lllente en la personalidad. Los rasgos pueden ser inlclnali¡;l(los cnmayor o luenor grado y el sujeto scntirse Ill;ís o menos (,oll\!l1'olllctidocn la nueva pauta de conducta. Al hablar de "internalización" nos,referimo~ al proceso por el cual el rasgo sc vuelve parte dc la perso-nalid'ad del individuo;' en el caso de una pauta de comportamicntocompleL¡ltnente internalizada, ésta sería vivida como una expresic'lI\espont;íf!ea ,del sujeto mismo.,1 . A traves' del proceso normal de socialización y aprendizaje dent ro'de la familia, durante la infancia, el migrante ha internalizado laculLura de su sociedad de origen. En el ambientc nrbano sc cnfrentac~n" la ~ecesidad de adquirir nucvos roles, nuevos conocimientos y't:lI1\bién Ilucvas actitudes y nuevos valores. Pero en esta re-socializa-,ción pucde 10gr;1r, a vcccs, UI1 concrimiento suficiente, pcro no profun-d;\mente ,vivido, de las nuevas pautas de comportamicnto, y en otroscasos internalizarlas más profundamente. En el campo de las actitudesy valorfs ~a re-socialización puede llevar a un profundo compromisoe identificación con la nueva pauta urbana, a una aceptación muy su-

'perfieial o a un rechazo más o menos complelO_8 El reconocimientode estas Uiferentes formas y grados de aculturación es a veces de sum;limportancia. El aprendizaje intelectual es más f:ícil que la adquisición'de rasgos en los que dominan los componentes emocionales y afectivos:';lCtitudes, valores o pautas de comportamiento asociados con determi-'lados campos de las ~-elaciones interpersonales.'

Sahemos que los mjgrantes rurales pueden <ld<¡uirir con relati\'arapidez habilidades técnjcas nuevas, pero su acu!turaciún a tipos nue-vos 'y mouernos de relaciones sociales industriales en la Líhrica o elsindicato toma normalmente mucho m;ís tiempo y puede no ser 10-

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datus )'i'lláli.li.\

la misma cull.ur,l ele 511aldea o Ill~ar de origen y estrechas relacioncsinterperson,llcs CUll amigos y parientcs quc todavía residen allí. Aun-qlle viven I'ísicamente cn 1;, ciudad y hasta participan en un conjunt.ode actividades Ilr1J,lnas, estos lIligrantes permanecen'ln' parcial o total-mente ajenos a (JIros importantes sectores de la vida urbana, comociert;'s I'ormas de ocio, p;lI'liripación en el sindicato, polltica, asocia-

(jl'il('S \o1tllttari;ls y olros.

133i :SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

de vida mbano. Por otra parte, para fines de comparación con cam-bios posteriores a la migTación, la información sobre eJi lugar, ~le origen(y solne las c~racterfsticas de los grupos migran tes) dche ser bastantedetallada. Por ejemplo, una descripción general de las principales ins-[ituciones -familia, trabajo y ecanomla, religión, po\Itica, ~ducación,etcélcra- y su funcionamiento constituye una inforn\ació~ l'nuy im~pon<Jnte sobre Jos.inrnignll1tes en la 'ciudad. De especial importancia~Cl ;ín los (!;)tos relativos al grado de desarrollo eC0I1"1111i((1y de 111ollcr-lIi/acj"lIl cultural y a los aspectos particulares que plled('n caractcTj7;'rel lllgar de orig".n desde el punto de vista de la transición de una es-tructura mellas moderna (o m;ís' tradicional) a una más nl0derna(o menos tradiríonal): formas de tenencia de la tierra! grado de COIl-centr"rit'¡n ele la propiedad de la tierra, extensión de la economíaInollciaria o de subsistencia, grado de integración del área en el mer-cado nacional, tipo de relaciones sociales' qne prevalele en el campodel trabajo y la economía, así como en otros órdenes de la vida.

Infortunadamente, el i~vestigador rara 'vez encuentra ,estudios pre-vios o siquiera datos primarios sobre estos esenciales asuntos. Sin em-bargo. no sería aconsejable limitarse al material obtenido de los mi-gr<lntcs elll.revistados cn la ciudad; sc debe tr;J.tar de lograr por lomenos un cuadro aproximado acudie~do a otras fucntes o ;¡un me-diante la experiencia personal.

Un ejemplo ~vbresaliente de análisis completo de la sociedad deorigcn es el estudio clásico de Thomas y Znaniecki sobre el campesinopolar.o.l° Como se s;¡be, estos autores il~du)'cron en su libro sllbre laasimilación del migrante polaco en los Estados Unic1rJs un profundoanálisis de la sociedad campesina polaca, sus institl.ciones principalesy el proceso de desorganización individual y socd.!. Su investigaciónsc bas(; en colecciones decanas, peri(')diros )' material hiogrMico com-plemcntados por fuentes ernngráficas, otros estudios sistcndticos y SIl

propio cOllocimiento de la sociedad polaca. En los países en desarrolloen los que una población indígcna vive todavía en sociedadp folh olrihal(~s, pucde existir un importante cuerpo de estudios etnográficosr antropulr"gicos susccptibles de contribuir mucho al trazado de unclladro completo del car<Ícter de las sociedades de; origen, de su pre-senle grado de integración y de las características de los grupos de los(lile pmvienen los migran tes. Tales son, por ejemplo, los casos de

lfl \\'. 1. Thomas y F. Zllaniccki; The Po!isl¡' P"a.<Ilnt in EU~op" an'r1 America(Nllc\'a Y",k, DO\'cr I'uhlicalions, 1958), vol. 1 (la primera cdición cs dc 1918.1920).\:n r<llldio sohre las ~rcas de OIíp;cncs fue realizado en la Arp;enrina por MarioMarp;nJi,: Migración )' marginalidad en la sociedad argentina (Buenos Aires,""id"", I()(jfl). 1 amenlah1cmcnrc estc Irabajo no pudo ser teuirlo en cucnla enrI IlIc'cUlc ;lIdlisis por haber aparecido de.'/lIlrs de Sil rc(lacció'\.

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qllc i:ld"Y;1Il il1\'c"ti¡l;aeioJles sistC'm:íticas realizadas en el lugar de ori-

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Las dos sen iones pn'cedclltes habr{1I1 sugcrido al lector la COI1\-l'leji(bll dc las siluariolles quc caracterizan a la migración y la acultu-raciúll. y la varieda(l de factores que pueden condicionar estos pro-cesos. Seria imposible examinar aquí en forma completa y coherenteesos pro((.'sus, no sólo a causa dd .1lcancc limit.a(\o de este capituloSilHl también por el eSlallo lUdada muy imperfecto de Iluestro cono-(illliclIlo ll'¡'¡ricu y elllpírico. Intentaremos, sin emhar~o, indicar lar1;lS(~dl' datos !jue el investigador dehe hllsc.r (~n IIn es1tH\io (lcdiclllo;; ];¡ a';illli\:tci"JI1 (le 1I1igranl('s en áreas Uf/lanas .

. Fn esla. sccciún nos ocu¡J,\I-clllOSprincipalmente de lo que htmos,'k¡'0111illado 1.t.s dos primtras etapas del proceso: la derisión tle mi,!~I'"r J' el traslado f/~al. Consideraremos entonces el tipo de datos nece-sarios para ta.l :1I1;'oIisisy, en panicular, los datos sobre: ~1) caracle-]'isliras del JU¡'"tr de or igtll: 11) cal'itcterísticls ue los miro-rantes antesde la mig:rariúll; () mot ivación para migrar, y ti) e:irrnIlsta.ncias IIel

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11 Véa~c por cjcmplo el informc dc .l. Malos Mar, "~ligralion and Urbaniza-I ion, Tltc 'barriadas' in Lima", cn I'h. Hauscr (comp.), ti/l. cit. y varios trabajos¡,ndnidos cn InlcrnaLional African InSlitlllC, Soda/ bll¡Jii('fllio7ls o/ lutiustri!lliwliulIIlllil l!r/}{lIIiwtiou iu Afriea, Soullt' o/ lile Sallara (Parls, UNESCO, 1!l5G).

1~ R. M. Tcxtor, "Thc Nonhcastcrn Sanllor Drivcr in Bangkok" cn UNESCORcscarch CClllcr, Soriil/ /1I//J/ira¡iollS o/ /1Ii{u"lria/izaliou in S"ul!lern Asia (Caleuta,lINESCO, I95G)_

, 0-rric~ y <.lelos paíse,s indio-mestizos <.leAmérica latina. En la mayoría(le los casos los autores !1O hacen un an;ílisis cspedfico <.Iel lugar deorigen, &ino que emplean Sil conocimiento de otl'<lS informaciones so-hre, aquél, principalmente con fines de comparación con la socieda<.lre(iI)iente y como la base de inferencia que se necesita cuando se estu-

I dian problemas de acultllración.1lA veces, las comparaciones sumarias cntre el lugar de origen y

el lugar de destino pueden ser muy útiles para olJtener d contextogeneral dentro del cual es pmible hacer un an~íJisis nds detallado.l~[' " A me;ll:do la información más f,ícilmente disponible en relaciónC011 'estos asuntos generales se encuentra en los Jatos censales y otrasüSt~dístic~ls ¡¡n;í]ogas. El tamaJÍo de la ciudad y la mano de obra, no,-ab'Tíco1ason dos de los indicadores m¡\s conocidos de la moderniza-ción y el desarrollo económico. Sin embargo, aun cuando ambos estén, ¡¡, menudo asociados con tales procesos, sería muy eugaíloso basarsee~clusivamente en ellos. Por razones no sólo teóricas, sino tambiénernpíric~s, se los debe considerar como procesos diferentes. De hecho,tenemos qnto ¡lreas rurales modernizadas como ciudades tradicionales

1 Eh' algunos de los países más avanzados, los diferenciales rural-urbanoscon respecto ¡¡ características demogTÚficas, sociales, culturales y psico-sociales Ilan disminuido considerablemente. En tales casos, la distanciacultural entre ¡íreas modernizadas, ciudades pequeíias y ciudades gTan-'des puede ser no muy grande o totalmente inexistente." , Una situación an,jloga de distancia cultural reducida se encuentraa menudo len aquellos países subdesarrollados donde las pautas tradi-cionales tadaría prevale¡:en tanto en las áreas urbanas como en las,rurales'. Sin embargo, considerables desniveles internos en cuanto al1 grado de modernización son bastante normales en la mayoría de lospaíses en desarrollo y !lO raros en los desarrollados. De acuerdo conlas indic;\ciones precedentes, el tamaño de la ciudad y la proporciónde la población empleada en actividades no-agrícolas dehen ser siem-pre completados con otros datos relativos a las ¡',reas de migración,talesl como tasas de fecundidad, mortalidad general y mortalidad infan-til, tamaíio de la familia, proporción de la r>oblación empl~ada en laindustria, tamalío de las Líbricas, ingreso per CQ'pila, proporción de es-,tratos socioocupacionales medios, alfabetismo y otras tasas e~llIcacio-

];i Sohrc indicadures de desarrollo ccow'nl) ico y social y sobre IHo<.h rJlizaci.illl,,,('am'c: UIlilcd Natiolls. Re/JOrl 1111 I!le lV,,'¡'¡ Silua/;,,,, (Nnel'a York. 191i1), pa¡;s.~!l-(i2, K. W. IkllLsch, "Social Mobilizalion", o¡J. cit., y Hauscr (19GI) ..

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lI¡tles, propon.i('lIl de votantcs. proponi('J/l de ;Iriliados a ,illdil'atos,circllbeir'JI\ de diarios, ap,lIatos de radio y lc!el'isi"'1l ell fllllCi'JlJa-lI,iento, etcétera Y'

AdenJ;Ís de los indicadores rdativos .al gr:ldo de IlIod :rniz:ll'ir'mdebe explurarse lo que POdl'Í;UIIIJSJ!alllar el "gr:ldo de (ksill.c:gracit'JII"del orden tradicional. Call1hios de ¡¡('(itud, Illlcvas c~)ccta!iv, s, rCc!lazoparcial de v~t111l'eS,creellcias y o!Jlig;llioncs a'lliglla~, r O!I'W tipos deCOIllpOrlallliClllo illllol'adol' a IIlCllllllo Jlllcdl'1I ser ini'('ridm a p;lrlirdel grado de 1I11,dcrniza(.i('JIlestilJlado sobrc b h:lse de los illdic:ld'JlesdClllogdricos y de otro tipo slIgcridos IlI:ÍS arrilJ,l. Sin ellli>argc, yespeciallllente cn las primeras etapas de la transiciólI. los call1bios psi-cosociales n1<Ís illlportantes para la migración --es decir, la difusiónde desviaciones actitlldinales respecto de los valores y normas predo-minantes- bien pueden preceder al tipo de call1l¡jos qlle dic.hos indi-cadores pueuen descubrir.

El tamaílo y la composición de la inmigracit'Jl1 y cmigr,)ción del¡írea de origen deben' ser cuidadosamente ;lIlalizados, si es posible, nosólo para estimar las características delllogrMicas de los migra:1tes, s ;notambién en relación con la lIallll'alcza de la Illigración y 1;, sociedadde origcn en Sil coujunto. Por c:jelllplo, lUla tasa alta de L11igraciólt ' ,.,-de \In ambicnte que cs tradicional CII los c!cm:ls aspectos sllgeriría la 'hipútcsis, digna de ser explorada, de ulla desintegracit'm aval' zada delviejo orden o, tal vez, de la existencia de fuertes factores e)pulsivosEn estos casos la selectividad de la migración uebc ser IIds, bien baja.Por lo contrario, una tasa baja cn \Ina sociedad en \lila eta :Ja tra(\i-cional equivalente debería ser interpretada como altamente selectivay J?rouablell1ellle no relacionada con procesos desinteg-raLivos.

IJ) Caraci£:r/slicas tle los l/1igl'flllln mUes ele /a migracirín(y ele ll/s {rI/f'gor/fls, /!,1'IIj){}S y es/m/os fit: (os f¡lIf: jll'rJllicllcll)

La infol'lll:lcit"ln sobre la sociedad en (lue los IIligTallles nacier,)ny vivieron alúes de la migración no es suficicnte para averi~uar 19~diversos factores que pueden intervcnir en su decisit"ln de emigrar,prod uciendo di fel'en tes propensiones y diversos tipos de moti';acion ~s,y cn Sil ulterior cOlilllOrt:lm ien lo en la ci udad.

1'0l[emos distiugnir dos tipos de caracterlsticas: 1) aspecDs socio-culturales (incluyendo los aspectos biosocillles o delllogr:íficcs), y 2)alributos individuales.

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l) Entre los \)\ imeros, los m;\s conocidos y universales son la edady el sexo: la mayoría de las migraciones se caracterizan por tales dife-renciales; tipos diversos de sociedades y configuraciones de condicionesoriginan (liferentes propensiones entre los div~rs(),) grupos de e(iad ytamuién inducen proporciones diferentes de migración familiar e in-dividual. Pero no menos significativas son la educación y la oCllp,lLi6n,lIluy illlJH)r1alltes en si mismas y taIJlIJ.ién ¡mI' el hecho de ('star rstre-rhalllclItc c"nc!aciolladas (011 otras \;11 i;thles, (nrno ni .•c1 (1c viua, in-¡.:reso, vi\ iClltla o, cn términos más genC'ra!t:s, el status t'collomicosocial(SES), cn el <¡lIe normalmente se inclUyen todas,. juntamente con laocupación )' la educación.

2) La inteligencia y otros rasgos psicosoeiales relacionados con lapropensión a adl) u irir actil. udes innovadoras, aspiraciones al tas, lide-razgo y otras, están entre las Glracterísticas individuales más impo\""tan tes.

Puede verse que la distinción entre los dos tipos de capcterístic<lsno I:S lIIlIY clara: por \In:! parle todas la~ Gnactcrísticas mcioc\llturalesson expresada., --empírir;l1ncl1te- como atributos individuaJcs, no me-nos <¡ne los denominados individllales o psic:ol(')~icos; por otra parte,~stos últimos 110 wn (o no son siempre) independienles de los as-pectos ~;()cioculluralcs (por cjc::mplo, inteligencia, etc.) y pueden estardiqribuidos diferellcialmenl.c cntre los diversos estratos socioeconómi-cos, ctc<:tera. La razón de la distinción se aclarará cuando consideremosel papel que dcsclll'peíl;Jn, e1l el análisis de la motivación, la 3daptacióny la <Icu!I\ll'aÓón. Las características sociocnlturales afectan a los imli-viduos. lIO como inuividuos, sino por el hecho de peItenecer a ciertacatc¡::oría, grupo o cstr:/to sociales. l.as Illuj,'res no son \Ina c;Jleg(>ríadrfinicL solamente por cararlcrisl.ic:as biológicas, sino también por unS/I1II1S c'i\wdfi((l, definido por lln conjunto de nonnas ) v<llorf"s: es1'1(',.í':1IIIt'llt(' esll' SI;\11ISel Ijue prohíbe, I.lilicnlta o facilita SIl I1lÍ~r:l.l1"'I1, Y. por ,11\)\\("\1', t:1I :a:\l1ls ('5 l':ntc de la ('strllctllr:l so<:ial de la~l'l tt:I.~.HL 1 t..' tl':,n\l' t' ...~.:~'~~"dC\-lr;:" l\C 1.l~ nl.~.J'; c~t_~~':l'lr{:1';,.. ,-le l~s C~~fiA

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SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

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de campesinos, etcétera. Pero las mismas consicleraciones pudden ha-cerse con respecto a los valores, normas y actitudes; los estratos socio-,económicos pll'eden constit.uir hast.a cierto punto sub,culturas especí-fitas caracterizadas por marcos nOD1Jativos diferentes y,' en ~ol\secuen-'cia, dotadas de diferentes propensiones a la migración 'y, ,en últimain5t:mcia, a la asimilación. Más aún: en las soci~dades transici6nales,l;]s dife;'enlcs ca legorías hiosociales y socioeco\l('m~i~as pueden estarcXl'u(,slas <1.. trianera diferenri;d al proceso de desinlel?;r<lciólI del viejoordell y a camhios de actitudes, J\lientras que las condicione, queafectan a un estrato determinado pueden haberlo dejado' inalterado,de manera que la mayoría de sur. miembros todavía sienten, y se com-portan de acuenlo con la paut.a tradicional, en otro e5tr;lto esto puederesultar ¡mposible a causa de rnol1i{i':aciones en las cdndiciones obje.tivas () en virtud de cambios en la~ actitudes; tal vez como resultadode ]a exposición diferencial a Jos medios de comunicación. Un gruposocioeconómíco determin ••.do puede sentirse tan frustrado' que recunaa la migración aun. en unasocied;J(l que la. prohibe o la. desalienta.

Los "rasgos individuales" operan dentm del m<lfCOgeneral est.a-blecido por las calegorías tal como son definidas por las cJracterlsticassociocllltur;llcs. Aun si \Ina i)roport.:i(JIl considerable de los jóvenes, delas mujeres o de los trabajadores lluiere migrar (o de hecho migra).habd. otros que prefieran quedarse. Siempre hay una selección, y losfactl)re~ que condicionan esa sc1ección, ,dc7ltro de la calegoría socio-Cll1tllTllI, deben ser buscados precisamente en las diferencias de inteli-gencia, neccr.idad de logro, etcétera. En ciertas condicion.es (betas losl11ás inteligentes, () los que tienen m;ís alta necdidad psicológica deH:alizarse, ser<Ín los qlle migren o los que se aculturen m;\s f,\cilmente.

Dehe ,llh-ert.irse que las dos cat.egorías de atributos son empleadascomo factorc~ explicativos en la motivación de migrar y en el compor-tamiento po~tcrioL Sin embargo. no agotan toda la. CU\lsación en

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ninguno de los dos aspectos. Una tercera serie de factores puede inter-. vcnir y lo 11"ce: podríamos lbunarlos factores plIramente aleatorios,1 ales como los rasgos idiosincr;.íticos, los accident¡;s; biográficos, etc. No1m hrmos inc1ui(lo en ];¡s categorías que deuen tenerse en cuenta por-{lile b inve~lig;eié>n se concentra en el descubrimiento de TI~g'ulllrida.tir!, ('n b dctennillariún de la probabilidad de que cierto cQmporta-mirntn tcJiga htgar en determinada categoría de individuos y no en1:t p,rdin:iún del comportamiento individual como tal. Podría ob~er-\'afM'. por otra parte, que a "eces lo que en la mayoría de las situaeio-nM ~\ (Omiderado un "accidente biogr;Ífico" resulta! ser, en circuns-tanri;¡~ dif('rcntes, llna wndición común que afecta a 'todas las perso-'la' (!:t<ifi( ;ld:l, en un;t categoría (lada. Pero en tales casos, preci~a-

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Page 68: Germani - Sociologia de la Modernización

mente ;11 c'ausa de su' cadetcr de cOlldil.:iún cOllllÍn, que afecta a todoun: ptrato, grupo de ed;~d, ctc., 1/0 sed considerada por el investigador('amo un acolltecimiento LiogrMico, individual.

1 'Lasl fuentes de (]¡¡tos soLre las caral.:terístil.:as considcr¡¡das hasta:It¡uí S~J11 aproximadamente las mismas que las indicadas con respectoal luga!' 9 ,área de origen, y las difil.:ultades y limiulciones ljue suelensurgir e'n ,es~c caso son similares. Normalmcnte el censo ofrece por,'lo menos ciena información que pucde dar un cuadro de las ,aradc-ríslíbs' demog-r:',j'ieas dc Ins migrantes; por ejelllplo, gnlJJ(Js dc ed:,d ysex<;l,a menudo por lugar o iÍrea de origen. Estos datos pueden per-

I milir un~ comparación tendiente a averiguar hasta <]lIé punto pro-vienen desproporcionadamente de ciertas categorías. En alguJlos casos,es posible extel1<ler dichas comparaciones a otros atrjulIlos, como laeailcal.:iqil. ' Pero en todo caso la mayor parle de la información puedeobtenerse de los migral,ltes, y la comparal.:ión debe llacerse elit re estegrupo' y los datos relativos a la población del lugar de origen.u En,nlla~llo a la inteligenc!a y otras características psicológicas -si se in-cluye este tipo de atributos en el diseiio de la iJlvestigaeión-, general-

I '. . ,. . 1mente sera necesarIO un estlH JO especIa.

~) La r1lotivació1l de migrar,J I I El estudio de la tnotivación es un punto estratégico en toda la1, investigación. Por una parte, para comprenderla correctamente, todoslos datos consi~erados haSta aquí deben ser objeto de una integración~jgllificativa y usados Co~lO base para interpretar cualquier informa-ción directa que pueda obtenerse sobre la decisión individual de mi.grar; por ptra parte, los tipos de migración (por ejelnplo, permanenteü transitoria), los tipos de motivación y de migrantes son aspectos es-trecham~nte relacionados que representan una de las claves básicaspara comprcnder la adaptación, la participación .Y la aculturación., Los datos sobre el car<Íct'er de la migración y su motivación son

obtenidos generalmente de los propios migrantes mediante cuestiona-rios, entrevistas e, instrumentos similares. En algunos casos puede usar-se otro tipo de documentos personales. Los estudios en el lugar deorigen sobre actitudes o sobre la propensi<'m a migrar son mucho m:ísraros; su Íliterés es, sin embargo, muy alto, porque iluminan fl con-

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14 Un ejemplo dc uso dc dat'os censales para caracle)"izar rcgión de origeny grupos migranlcs puede encontrarsc cn ]\f. B. ])eshmukh ¡)c1hi, A Stlldy o/ Floa-/i"g Migra/ion (UNEStO Researdl Ccnlcr, Calfllla, I!Jr,(j). COInparacilllles, has;"bs('n q IIlislllll lipo de fucllle, entre pohlación IlIi¡.¡rallle y no.nligrante lIacida en elmismo lugar de origcn, puedcn ,"crsc cn F. Zaccone de Rossi, "L'inserimenlo1Ie1 lavoro dc¡;-li inlllligrali lIleridiollali a Torino", en Ant.ores varios, bwJigm¡jolle eI"dllstria (MiJ;ín, ,Comllni¡;"I, 1962).

Ir. Véanse ejcmplos de laJes dasifiracioncs de motivos de mi¡.¡rar (,n T: MalOSMar, op. cit., G. Halandier, Soci%gie de"' limZZfllJilles naires (París. CoJin, 19~5),págs. 40.43; G. Gennani. "El proccso dc ur/xlI1izaci6n cn la Argenlina" Rct'ls/.a,IlItertlll1e1'icaIlCl de Ciellcias Sociaks, 2 (1963), ::,;7.31".

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texto sociopsicológico total que conduce a la decisión de migr:lr o dequedarse. Tambitn puede intentarse reconstruir dicho context:) inte-rrogando a los migrantes entrevistados en la ciudad.

La literatura pertinente revela que, en la abrumadora mayoríade los casos, se atribuye la migración a motivos "econ('lInicos"; de estamanera las respuestas directas de los sujetos parecen confirmar d aná.lisis hecho en términos de faLtores explllsivos y atric:livos. Hemo;visto, sin cmhargo, (IIIC la llligTaóún es el resullado de UII procesolllUY complejo, en el que tanto bs prcsiones o atrau:iolJCs 11: mada:;"económicas", como las de otro tipo, súlo pueden expresarse a travé:;de los valores y normas peculiares de la' sociedad y de los grupos so,.ciales a que pertenece el migran te, así como por la de las ac:i tude!de éste. '

Como indicamos m:ís arriba, ;1l1ll<¡lIe no nos intcresa dc!ulbrirlas peculiaridades y complejidades de LIS motivaciones y d(;cisione!,individu;¡les como tales, subrayamos la necesidad de estahlecer el ca.r:ícter de la 'migración en la medida en <Iue est:í relacionado con el , ".contexto social dellllgar de origen y LOn la adaptación y la acullu;'aciónen la ciudad. Desde este punto de vista podcmos indicar alglllios as-pectos de la motivación que deben explorarse.

a) Motivos manifiestos, que pueden ser registrados yana: izadosen los términos habituales de razones económicas (salarios b;ijos, des-ocupación, falta de tierra, ete.), domésticas (es decir, el ,deseo de reu-nirse con otros miembros de la familia), educacionales y otras (deseode nuevas experiencias, deseo de escapar del ambiente tradicioJ,al, de;\spiraciones y movilidad mayores, ctcétei-a).IJ

b) Intención lIlanitiesta del migrante con respecto al car;ícter tem-porario o permanente de la migración:

c) Carácter de la decisión, que podría analizarse en términos delgrado de deliberación, que iría, por ejemplo, desde la c!ecciór. alta-, I

mente racional hasta la pura impulsividad, en la <¡ue no podría des-cubrirse ninguna etapa consciente de deliberación.

Por supuesto, hay muchos otros aspcctos que se podrían a¡;regar;1 los indil.:ados. Pero el esquema de an;Í/isis' debe ser diseJiado deacuerdo con los fines específicos de la investigaciún y también ~n re-lación coI} las pLÍrticulares circunstancias de la migración q ue s~ estáestudiando. Tal vez algunos ejemplos tomados de la literatura puedenilustrar esta posibilidad. '

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,TOur;lilH',IG por ejemplo, distingue entre rléplacement (desplaza-miento), 'cn el (IUC la migración. no cs expresión de un propc'Jsito per-sOllal y madurado. sino resultado dc circullstancias fortuitas, presioneso atr;lcciones ocasionales (corno cuando se ofrece al migrante un tra-bajo industrial, sin esfuerzo deliberado de su parte por obtenerlo);dé/larl (partida), en la qllc por lo menos esa intención existe y es1J;lst;IIl\(' conscientc; y finalmellte mobifil(: (movilidad). en )¡¡ qlll: lallli~',J:l('i¡'OII('S 1l1l,li";llb pOI :lsl'iJ;ICillnes dc1il)('r:J(l:is dc 1111 stallls s(xi:lIm:ís allo ....Es iJllport:lllle obser\';lr que los tres 1II0dos cSl;Ín n:laci<)na-dos cc>n el proceso de asimil;lción o, en caso de ser pcrl11<tncnte. que];¡ ;lcull\lrar.iún 110 se produzca o sea incompleta. En consecuencia, laP:lI Licipación en estrucLuras m'banas puede ser muy restringida y m;!-')'or.la prob:¡J)ilidad de inadaptaciún. POl" lo contrario, en el caso dela 711obilité, la asimilación a la vida urbana será más f¡íci) y más com-pleta. Otra tipología de orientaciones de movilidad 17 tiene en cuentala l'oncxión entre status ocupaciollal y modo de decisión. Estos autoresproponen la hipótcsis de que cuanto más alto es el status, TTl;í,~fre-cuente es c,l modo de decisi!'lIl "intencional.racional" y, viceversa, cuan-to n¡;Ís bajo el slatus, mayor la frecuencia de b orienlación "hed"nisla:1 '01 Lo p!;IIU". I.a primera eSL;l cOIlllicionada por meLas de toda lavida, en tanto que la segunda est.¡í determinada principalmente porfaet.orcs situaciunales del m0111ento. Podría' sugerirse que esta tipolo-gí:l debe sn referida IlO sú10 al estralo social, sino tambif:n al gradode ll10derni/ación }' desarrollo exislf:nLes en el lugar de origen en Silcon jun to: cuan to m¡ís ava nzada sea la lTlo(lernización cuhural de estasociedad, más frecucntes ser;ín las (keisiones "racional.intencionales",en t:mto que 1¡IS'''hcdonistas a corto pla7.0" serán más probables en;lreasde transición.1R Por otra panc, los tipos de motivación no sonilldl'fl('1Il1ien{es dd grado de dcsorg;lIIizaciún y cambio del orden t.ra-dicional. La migración puede ser un sustituto de la revoluóún; entodo caso es \Ina expresión de rnovilizaciún social y, como se ha ob-serv;ldo a menudo, la propensión a emigrar est{l correlacionada (onel rechazo '.el orden tradicional.19 Por último, se ha sugerido que lostiFoS de. utt'isi()n Lambién pucden ser dcterminados en' parte por la

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pos](]bn relativa del lugar lle origen y el 'de destino en cuanto a pres-tigio y por la dIstancia cultural entre el uno y el otro: cuando ,el lugarde, origen todavb es aceptado o muy valorado po~ los individuos '(unaindicación de buena integración en esa sociedad) y la distancia cultural I

entre ése y el lugar de destino es muy grande, la migración, si la hay,tenderá a ser transitoria y el migrante propenderá a aisl~rse de la socie-dad recipiente, participando en ella tan poco corno sea posible y a("lll-1\l1';;ndose en escasa medida. Cuando la distancia cultural es menor, ellugar de origen menos valorado que el lugar de destino, y el grado deintegración en el primero es más I.>ienbajo, la migraciÓ~ ~enderá a serpennanente y la aculturación m{ls fácipo

Este esquema parece adecuado para muchas situaciopes existl;ntesen los países en desarrollo --en Africa y en América latina, por ejem-plo--, y la existencia y el grado de efecto de demostración entre 'el lugar ,de origen y el de dest.ino podrían ser usados. en la construcción de unainteresante hip()tesis de trahajo. También otras situaciones puedenafectar el modo y el tipo de 'migraci(~n. Por ejemplo, podríamos, com-p"rar situ"ciones de migración masiva con la migración .aislada; en elprimcr (':ISOpue.le sugerirse que la selectividad sed baja y la llccisióntenderá a ser del tipo "hedonista a corto plazo", y qpe ,se dará latendencia opuesta en el caso lle la migración aislada.

ZO )'¡ "ntim' A l!leroni, np. cit.ZI F<I~ dislinr.i6n es su~crida (en términos diferentes) por Ch. Tilly, op. cit.Z1 1-". 1-". "al~, "OcCIlparional OJllt:1ct Nctwork", en Social Forces, 37 (1958):".~,.

d) CirCU1'Istancias del tmslado

El aspecto más importante a incluir aquí es la naturaleza de loquc podríamos JIamar el "canal" por el cual tiene lugar el traslado.Al igual que Jos otros aspectos, no es un rasgo independiente del pro-ceso de migraci6n. A este respecto se ha distinguido entre canales rela-cionados con el trahajo )' canales relacionados con parientes y amigos.211)11caso típico y "puro" de uso del primer tipo de canales es la lI1igl~a-.-i('lll de ejecutivos u otros empleados de una empresa privada o de unainstitución pública, que pasan de un lugar a otro por las líneas de la"red org:l/lizacion;¡]"; casos similares son las migraciones de profesio-nales y de personas de otras ocupaciones, en cuyo caso puede hablarsedI.' una "reu de contacto ocupacional",22 esto es, de un sistema de comu-nicación que sostiene la movilidad eco1c'Jgica. Los canales de parientes)' amigos son ilustrados por las típicas migraciones en cadena, que SeI'IIrnentra11 tan comúnmente en llIuchos paIses; la afluencia de 'inmi-~:r:l/ltes se produce por la cadena establecida por los pioneros que se

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Page 70: Germani - Sociologia de la Modernización

23 Véanse. por ejemplo: Human Rclation Area ]'iles. Cw'ilille al' Cultural/\fa/erials (New /laven, 19">0). y Royal Jnslitl.l\e' for AnthropoJol(Y, No/es amiQller~cs Oll A71/hro/){Jlogy (Londres. ROlltledge and Kegan l'auJ, 1(51).

e~tabláen en la cim!ad: luego vendrán amigos, paJ'ientes y vecinos.encontrando ayuda para conseguir uhicación y trabajo, así como unpoderoso. p~ecanismo de, adaptación a la nueva situacilÍn. Puede obser-varse que estos dos modos de traslado est;ín estrechamente conectadoscon 'el modo de decisión y con la motivación. Po~' otro lado, est¡ín re-lacionados' con el proceso de a(!Jptación y acu!turacil'm: vale la penamencionar aqüÍ que la cadena; de migración facilita el aislamiento y elaI)artamiento de Lt participaciún plena en la cultura Ulhana, aun cuan-do, COIllOhelllos indicado, pueda proporcionar s()st~n psicol,')gico.¡I I ,Otro aspecto importante relacionado con las circnnst;lIlcias deTtraslado I es la distinción entre migmción familiar e indivillual. POI"familia entendemos aquÍ s(llo la familia nucle<lr o conyugal. La infor-

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mac,i(ln sobre este aspecto, así como sobre el tipo de canal antes me n-ci~nado, puede ser múy importante en el an¡í1isis de la motivaci"lI1 y delos ulteriores procesos de asimilación en la ciudad.

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, Como hemos indiódo en una sección anterior, la asimilación delos mig+al~tes puede ser analizada en términos de tres procesos: adap-tación, participación y ;lculturación. Tales procesos pueden ser obser-,;ados en las diversas esferas de actividad de un individuo y en relación

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cbr diferentes institucio,nes, grupos y sectores de la sociedad. La inclu-: 'sión de ciertas esferas específicas y la omisión de otras depencle del'alcance y la amplitud del estudio. La literatura revela una gran varie-, dad de temas: lIe hecho los inventarios antropológicos ~3 pueden dartIna iclea de tal variedad. La mayoría tle los estudios, sin embargo, res-tringen el campo de observaci6n a cierto nlll1lero de sujetos definidos deacuerdo co'n los prop,)si tos principales de la investigación. Hay, porsupuesto, algunos temas muy frecuentes y rara vez omitidos, aunque seles de diferente énfasis: familia)' parentesco, trabajo (aspectos técnicos,' I

sociales y psicol6gicos), ubicaei6n y vecindario (cultura material y rc-laciones sociales), medios de comunicación de masas y otros contactoscon la sociedad mayor, participación informal (especialmente partici-paciÓn poIíticil). educilción (formill e informal, tipos especiales,- comotécnica)' profesional), costumbres y hábitos (vestim~nta, alimentad6n).lenguaje, pautas de carrera y movilidad social (tanto intra con10 inter-

21 Pnede encontrarse uua ilustración en el estudio de la salud menlal enrelación con la urbanización de H. Rotollc!o. "All(1lnos aspectos de la salud TIenlalen relación con el f"nómt:no de la urbanización", cn I'h, Hallscr. o/}, cit.

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14:}SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

generacional). Se incluyen normalmente en los estudios infonl1aciúnsobre hechos ocurridos, comportamiento manifiesto y aspcnos de lacnltura material, así como informacil)n sobre anitudes y otros a\pecto;psicológicos.

Cualquiera <fue sea el interés partirular de la investigaci<'m y elpanicular aspecto qne se acentúe (trahajo, familia, par}ir.ipaci<'n polí.tica, etcétera), es conveniente lener en cuenta la posibi¿ldatl sllhrayad~cn nna sCü'i"Jll anteriOl', ;¡ saher, (lile tilla miSllla 1l('I"S())];1 jlll/'de noakanzar simuldncalllcnte grados comparahles dc asimila( ión el1 lr)da~,las esferas de comportamiento, y que esta falta de congruencia puedeser mny importante cuando no se trata de una expresi¡'m idiosineráticade un individuo aislado, sino que afecta a categorías cnteras -cstrato!;sociales, grupos sociales- de sujetos.

Cada IIllO de los diversos aspectos de la asillli!aci()u (la a(/;tplacirín,la participación, la acultllfación) réquiere indicadores específicl}s quehan de elegirse dentro de las esferas de actividad consideradas en lainvestigación. El estudi9 de la adaptación es realizado tamhién en unnivel m:ís general, 1'01- medio de tests psicológicos. lit} 1,c:cesarj¡lIIlemerelacionados con el comportamicnto o las actitudes eu institucionesespccíficas (o bien incluyendo mueslras de muchas silllaciol/l's (lcsiblcs,en diversas áreas),24

La elección de indicadores debe guiarse por el criterio del 111:íximopoder de discriminación entre el comportamiento (y las actitudes) 'dclos "asimilados" y de los "no asimilados", Esto implica. por sur ucsto,una definición operacional de la "asimilación" para cada uno -:le loselementos específicos observados. C0l110 se sahe, la dcterJIlinación de lavalidez es uno de los problemas cruciales en la investigación socia:, y S~I

solución es bastante difícil. El investigador puede decidirse aquí enfavor de un criterio pragmático. Por ejemplo, el conl(lortaTllient] mo-delo o medio del habitante nativo de la ciudad se toma romo un ,nade.lo con el cual se compara al migran te. Por supuesto, tal comparacióndebe limitarse a lo que es realmente comr)arable: deben tenerse en'

, Icuenta consideraciones de cdad, sexo y nivel socioocupacional. El ;ratloy la extensión de hl participación política del obrt:m 111igl'll1/.IC 1/1' cali-fIcado, sus actitudes hacia los sindicatos, o los tipos de relaciones inter.personales que se dan dentro de la familia, son comparados aniÍlogamen-te, tomando como criterio las categorías equivalclllr:s de los habilantesnativos de la ciudad. l\fuchas investigaciollcs adoptal1, explícita o

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_"._ ~(j E~I_~~ tipo c.k cliloqllC. puedt., {'nc:nn'rar~e en una_ 5;'rie de .arlJr:1.l.los .. d~di-cldns a Jí'S (¡hrenl.', )' lo:~ (:jnt-1ical.os ('11 A,,}¡.rir~ );lt.jl1a: que se OCl~pan 11~l, problemade la ac:;ill!i 1;1~'i"'1l(~e .i 11iII igr:llll ('s, fO:;c:r ¡triS por 'T:~li rainc, CarcI0!=.fJ, ~~jm~(\ y Hr:ant1:loI.fl}le" "'(\II'''ii~'~'~ (.t ~Y'lIlil';lIs d'''\l'l(r!qtn~ l.:Hi,:p", Sf)r;(}lo.r?,jt~ du 7'1l1tiuil, nt:' 4. IOGt.

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SOCIOLOGÍA DE, LA MODERNIZACIÓN

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mente en la ciudad. La consideración de la sel~ctiviuadde la migl;a¡ ,ción y otras precauciones por tomar son también bastante obvias. Como'i~dicalUos ant~s, el entrevistado actualmente en la ciuc1~d o eh ,cl~lllgande origen puede proporcionar información sobre silllacioll~s anleúo-¡'es y cambios posteriores - " , ' ,i

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, implícilalnCIlI.c.:, este lipa de critl~rio pr;]l~m;¡lico.~¡; Ha)', sin cmbargo,otras solucioncs: el criter:;:, Plll":2 ser estableódo por Ull lTIoddo noempírico sino td'rico. En -este caso es necesario construir un "tipo",)' esto debe hacerse en cOlicord;mcia 'con lln nJarco t.eórico específico.Una definición explícita y teóricalllente fundada del "hombre imlm.trial" (J ~lel habilante de~ hJs ciudades modcrIlas (urbrm£lc) (COll todaslas espccificlciones rclati\':!s a ((1:1<1,sexo y SES) p':Hlrb emplearse comonilerio p;iLI úllnrúrar Iris diversos tip()s empíricos ólx,érvac1os -en lainvc'sligaci"HI. IklJenws dccic '¡ue lal COllstrllcci(\n explícita ¡-;¡ri'. vezse encuclltra en la investigación sobre lIrbanizacir'>n y mign,ción. I\I;ísIn'cuente tS <¡tiC el modelo sea implícito y ljne, ClWIlt10 éste no (oinci-de con el rnodclo empírico ofleeido por Jos urbanistas locales, se tomenromo base de eómp;uación los ejemplos ofrecidos por la socicd;¡d uroball;l de países nds :lvanzados. Por ejemplo, al estudiar el surgimien-to de la "conciencia o-hrera de clase" entre los obreros de origen ruralen un l);lÍs en desarrollo, el _investig;l'.lor puede compararlo con la s¡tua.ciún aUllal n, :_1 \TCeS, con l:t ~-,itu;lciún hisl.c:"rica. pn~valeciente en Eu-ropa y en los E.U.A. Tnitasc de un cnloque rcl;,tivamente adecuado,\ cOII,h condiciúfl de <¡ue sc l'Cll,l:a¡¡ dcbirtullcntc en cnenta las difcren ..(ia~; I1isll:'rie:ts pcrti !len lcs. ~(;

1,:1" cOlllp:rracionC's con r:I crilerio aduptado como modelo de la";lsinlil:ILión" no :;011 ~.~Ifirien(('s: es llcresari:t también una "línea bá-,sica" con n.:spcC!n :1 la I)lal 5('3. posible medir o comparar los cambios'onmidris desde qtl(; se produjo la migración, y esto.n~ S(l]O en estudios.,explicativos, sino lalllhió, cuando ,simpkmente se quierc describir elproceso. L;I lk"cril'ciún de ];, sc)('¡(.'dad ud !lIgar <1r~ 01 ¡gen 'j bs carac--I.erísl.icls del Illigrallte antes de 1.1 l11it;ración proponiorl:lll tal "líllea.J¡;bic,". '1'(:1'Jo gCIH:r:JI 110 se [r;lla ;li¡ní de un;'. cOIllparaci¡')1l del mismogrll]J() (oliu.-elO: Jo:; lIligl':lnlTs 'lne se cnClIcntr::n (¡(lIwl1lIcnlr: en elIn¡;-ar de destino son cOlllp:lr:ulos con d grupo cOITt'SJlOndiellte obser."<lilo (/('lIwi1llcllle en el Ili;~;It- rte origen. ESl~" I'rtl(et1irniel1to tiene SIl"rleS¡~OS,pero lllU)' a JlJCllll(l" es el único de CjHe di"pnnt el inn;sl.ig-;ldor;

. - :'1.':1 \ Ol11t~ fllct-e, dehe ser cornnJclllcnl.:HJo con dat.os adicionales referentesa posih¡'es calldJios que jmc(!;1Il haber alterado la si~lIac:iún en el lugarde origCII rk'sde "la partid:: d,~ In:; mi::iTantcs (lue :;1.' cncncntr;'.n ;Ictual.

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1, El termino urbanización se refiere tanto al proceso por ti cual unadetcrrniJlada área y su poblaci{lI1 se tornan urban;¡s, C0ll10 al estadoalcanzado por el proceso mismo en un momento dado. En su semidodin,i'niico y en su sentido estático~ la definición depended de los crile-l.' '1 . 1 bE" ,

I nos que se emp een para caractenzar o ur' ano. 'stas cntenos vanan'en for'11a considerable y en realidad no existe una definicie'm universal-men(e aceptada al respecto. Lo que hace sobrem<lnera complejo elanálisis y 1<1definiciéin de este termino es la íntima concxión enlre el

1 proceso de urbanización y otros procesos de cambio, tanto en la epocaI ,moderna y COnlcllIpor;ínea como en el pa~ado. Esta cOllexit'in es talque, a mdnudo, el concepto de urbanización tiende a seóalar el procesoglob<ll, es decir, a identificarse con la totalidad de esos cambios. Nues-tro propósito' es aquí muy limitado: se trata de seilabr en términos muygenerales y sumarios de que mauera debe tenerse en cuenta, cuando seconsidera el proceso de urbanización entendido puramente como fenó-meno. de concentración ecológica, su conexión con los otros procesoscomponentes de la transición global, en particular el proceso de desa-rroJlo 'económico y los subprocesos de modernización social.

, En los censos y otr<ls est,Hlhlicas oficiales se suelen :Hloptar crite-rios relativamente sencillos 'Y de f,ícil determinación cuantitativa. Elcriterio del tamaiío numérico de habitantes, y el (le la densidad de

1 pobbcieín son los m;ís empleados. Según este criterio se definc comourbano el centro y aglomeración identificable (por ejemplo, sobre labase de qn nivel dado de densidad) que posea cierto número ni,ínimo deha bitantes. Este mínimo suele variar: 2.000, 5.00~0,10.000 Y 20.000 soncifras a menudo utilizadas para marcar la diferencia entre unidades urha-nas y no urhan;1s. Otro criterio menos difundido, que a veces se com-

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147SOCIOLOGíA DE LA l\IOIJERNIZACIÚN

1 Naciones Unidas, "Elude sur les données relalivcs ;1 la pop"lalior IIrhaineel it la p"pulation rm-ale dans les recensemcn(s récel1Cs", Elude", n"1II0¡;,o/,iliqll,:S,nQ 8 (Nueva Yurk, Lake Sncces, 1950), cap. I., Problemas adicionales se agregan en reladán con la delimitaciún del "centr',)"o "aglomeración urb;lIla". Allui surge la bien conocida dicollllnía enlle li,niles,adminislrativos, por un lado, y ;Ireas reahnenle urbani7,adas por el 01 ro, y lafalla de coincidencia entre ;¡mbas puede asumir diferenlc'S formas. En l:t Arge 1-tina, la \lirección de Es(adística reconoce la aglomeraciólI urhana del Cora1 Buen)sAires, cOlIsliluit!a por la Capital Federal y 18 partidos de la provincia. f':1'O ha'lael presente los censos no han dado inrurmaciones labuladas en relación con ulZOlla l]ne, por otra parle, incluye ciertas ,íreas todavía no urbani7;llbs (I:S decir,un pel]lIelio poréelllaje de población l]ue no vive en aglomeraciones de 2.000 ym,\s ha\)ilailles, seg¡'1II la definición oricial aceptada ell la Argentina). Adem;\s, 11;yen el país otras a¡.;'lomeraciones elue incluyen nl<Ís de una división admi lÍstrati,a(partidos o depanamenlos).

Sobre la identificación de aglollleración urbana, c('ntro nrhano, cL los tnsprimeros capitulos de .J. 1'. Gibbs (COlllp_), U,-ball ne.,eare/¡ lIlelilods. (Nue\aYork, Van Nos(rant!, 1961).

bina con el anlerior, es el que se hasa s(Jhre el tipo de or¡;anizaric'm polí-tico.adlllinistrat iyo dd ¡'In:a cOllsiderada. Es~o es posible solll'i: todo ena(lueJ1os países donde las ¡íreas urbanas tienen una forma de admhis_tracie'm diferente de la de las ;íreas rur;tIes. POI' último, lal11l.i~n a losfines cellsales, se ha propueslo IIn tercer niltTio, IJas;ldo s"llI e b ot't)-paciúu -agrícola ° no agrícola- de los habitalltes de la unidadconslderaJa. El Instituto 11llernaciollal de Estadístic.¡J, ¡'ti qlH: se (ll:beesta propuesta, sllgería qlle se consil1eraran urbanas lIquellas divisiones;]dminislrativ;IS mínimas cuy;) pof¡J;¡cic'm eSluvi(:s(' dedicada (11 \111 (jO

por ciel1lO, por lu menos, a tareas no agrícoLts.1Todos estos criterios no son e"iJvi;unente sino indicadores ele cierta

realiJad social que se quiere estudiar. Son útiles, por cierto, en losanálisis macrosociológicos y en las comparaciones, por su cadc ,el' cuan-titativo y porque son fücilmente observables. Queda abieno, sin em-hargo. el problema de su validez, es decir, de su conexión o representa-tividad, en relación con aquellos fenómenos que se pretellde; estudi.lr.Estamos aquí frente a un problema teórico, pues se trata de definir elconcepto de lo urbano 'y luego examinar en qué medida, cutre los n~u-chos posibles indiC:ldores manifiestos qlle podrían tomarse para aislar;empíricamente la realidad concreta <¡ue corresponde a ese c[)ncepl.o,algullo~ de cntre ellos -POI- ejemplo, densidad y tamaiio- ser;'ll1 losmás convenientes para estudiarla. ,

Una definiciún socioZ,ígica del concepto debería bas;lI'se sob'e aque-llas notas específicamente .Isaciadas con 1;1panicular estructura socialque caracteriza la sociedad urbana, en contraste con la no urbana orural. Si adem,ís se intenta una definición universalmente v,íl,da, esasnotas deberían ser tan generales como para cubrir muy dircrcn ,es tipos

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Capítulo V

El 'proceso de urbanización en los países avanzadosy en los países en desarrollo

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149SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN 1.

2. Urbaniza'cÍon primario) urbanización secundaria y seCll{ari~ación

,3 A menudo se ha observado el carácter valorativo de las dicotornl~s "secu-

lar-accesihle, urbano-rural, comunidad-social, etc.... Igual' infiltración ideológicapadece el' concepto de sociedad de masas a menudo atrihuido a la ciudad comolal. Recordar <'¡tle el an;\lisis de lo patológico -la desorganizaCión .sodal-l. sehaJl~ hisl<;ricarnente vinculado, de manera muy estrecha, con la sOciologla IHbana(de tal modo re£Jeja, sohre todo, las circunstancias correspondientes a Chicagoen la Meada de 1920 a 1930). ' "

4 M. Weber, EconOlllía y sociedad (México, F.C.E., 1914), vol. IIJ, cap . .vIII.ro R. Re,llicld y 1,1. H. Sin~er, "The CulLmal Role of the Cilies", en ECOllomic

T>rr'c/o/"',,'n! an,l Cllllnral C¡wng", 111 (1!l5.1). 53-73.

Redfield y Singer 5 han intentado formular un esqlH;ma destinado Ia diferenciar conceptualmente por un lado la sociedad [olk y por el otro .dos tipos de ciudad: la ciudad promotora del cambio "ortogenético" yla ciudad promotora del cambio "heterogenético". Redfield concibe laciudad corno desempefiando un importante papel en el cambio culturalpero, con la distinción indicada, intenta marcar claramente una sepal'a-ción entre la ciurlad preindustrial y la correspondiente a las sociedades"secularizadas". En el primer caso la ciudad .no niega ni destruye laantigua cultura. folk sino que la desarrolla, dentro de los mismos valo-res, sistematiz¡índola, dándole una expresión "culta" (en el ,sentido decultura superior) en el arte, la filosofía y las letras. I ,

En el segundo caso, la ciudad del cambio heterogenético, ,li! llrbees creadora de una nueva forma cultural ql,le niega la cultura foUe y lasustituye precisamente por esos valores de racionalidad,. predominio

GINO GERMANI

? I.. Wirlh: "lilllanism aS;¡ wa)' or tire" en 1'. K. llalt )' A. J. Rciss: Cilíesolld SlIcicty (1;1o'1I1:0e,Tlle Free I'ress, 19:'7).

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de ~ociedades. i\quI reside la principal dificulLad: la naturalcz~ tle lo logas podrían dirigirse a otros esquemas teóricos, por ejemplo a laurbano y de lo no urbano varía fundamentalmente según el t~po ~e idea del continu,o [oUt-urbano. Otro de los elementos negativos quesociedad en niestiún. El concepto de lo urbano, en una medida 111- stle~e presentar la caracterización de la ciudad como sociedad seculari-rluso mayor que otros conceptos de la 'sociología, es de cadcter hi~tó- zadá es su asimilación a la llamada "sociedad de masas", que le atribll~

--------ri('ü.lo que in'fp1tc-:rquc tilIA <!efillit.iáll debe .'tener suficiente col1.te.l1~do a la vez todas las connofaciOnes negativas de este concepto.3 L;' res-------J lomo para (lue sirva para aislar fenómenos concretos. Una defImClón tricción de la validez de una definición a un ámbito histórico dado es

--Ji 1I11~\'.el..sal ,le lo \liba ¡¡O, :Illllque J~osible, ~o has.lada ~ los fines d~~ perfectamente legítima. La i~lea de W~ber de ~OI~siderar 1:' ciudadalJ:dlsIS; p:lra ello se rer¡lucre un IlIvel de concreliCIad t,ll, que su :lph sobre todo corno una comumdad política comlttlllda por Iguales ycabilidad qucda nccesari:1tI1ellle reslrillgida a uetcrminado tipo de dotada de soberanía y de los medios militares correspondientesl'esultasocicda(1cs. Es ob"io que pueden tenerse simulláneamente en ~uenta sin duda muy fecunda cuando se intenta explicar el papel de la ciudaddiferentes niyelcs de abstracción (o de concretidad), pero sería muy occidental en el súrgimiento de la sociedad moderna, y como tal se la¡>cli¡:;roso eXlrnder definiciones válidas en UI\ detennin;~do ;ÍI~bito, o opone a la ciudad oriental, sede de burocracias autocráticas, desprovistaen UII nivel de aplicabilidad,-ll olro ¡ímbito o a UI1 nivel dJ~e~-ente. de poder propio y caracterizada por un sistema de casta~ que estableceI\luchas de );¡s d iscusiollCS sohre lo urhano ha 11 l) lIedado estenlizadas barreras insuperables entre sus habitantes.. Pero el fenómeno de loprecisamente por una Jalta de claridad en cuanto a estas restricciones urbano y de la urbanización en una época de r;Ípida trans[onnaciónen el uso de los diversos conceplos. tecnológica y social requeriría otros instrumentos conceptuales.

Uno de los intentos más logrados de definir la ciudad en ténninosde teoría sociológica -el de \'Yirth- presenta ))recisamente ese defecto:extiende la aplicahilidad del concepto más allá de los l/mi tes de su,,:¡¡¡dez histc/lrica. \Virth dofine la ciudad como "nn asentamiento per-manente relativamente grand.e y denso de individuos socialmente hete-ropéllcos". Esta dclini~iún proporciona las variables que -a juiciod~' \-\'irth- caracterizan fa estructura social urbana y a la vez condi-cionan .muchos de sus rasgos culturales y psicológicos.2 Se reconocerá;¡CjIlÍ y m':ís alÍn por su descripción 'del "urhanismo como. modo devida", la inlhH.'ncia de DurkheilI1 y Simmcl. Volumen, denSIdad, hete-. rn~'~;leidad son los caracteres de la sociedad urbana, y de. aIll. pr?c.edenlos dcrn;ís rasgos: predominio de las relaciones secundanas .. Im]¡~I~lua-lislllO, toler;Jllr:ia, roles segmentarios, propensión ~ll cambio, mOVIlIdadslKiaJ, pens:¡¡nielllO ;¡J)stracto, al par que muchos elementos considera-dos p:'LOlú;.;icos, cOnglobados bajo las nociones ele anomia y (\e desorga-lIinlci('lIl socia!' Ahora bicn, esta noción de lo lIrb;lno, como se had(,sl;lcatlo~'rciter:l(l;¡s veces, responde más bien a una fase históricadC:ltnnina'tla de la ciudad y a UI1tipo de sociedad dado. Muchos de losras~os indicados por \Virlh son los mismos (lue se asignan a la "sacie-ti;".! industrial" cn las llicotolJlías que oponen este tipo ele est.ructuraal tipo "prcindust.rial" o "tradicional". La ciudacl es percib.ida. comoulla sociedad secularizada por excelencia y, por lo tanto, urbamzaClón secOllvierte en sin('lllimo tic llloderni/.aóón y secularización. Críticas aná-

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, o c. Ccnnani, l'olitira j' .\Oeietllltl, a/I. eil., cap, 111.I I 7 G,.' Sjiihcrg: TI,e j',cilltluslr;1I1 (;i/)', (Cknwc, T'rce l'rcss, 1(0).

Ide lo técnico y lo científico, relaciones secundarias y otras característicasque usualmente se emplean para definir las sociedades secularizadas.En concxión con esta tipología se definen dos tipos de urhanización:}¡lmuallizaciun primaria y la sewndaria. La urbanización jnil/¡aria no~onduce a un contraste agmlo entre cultura rural y cultura urbana,pues ésta, de todos modos, se nutre de aquélla y representa una subli-mación y una articulación "culta" de las tradiciones.

La uruanización secundarla, por lo contrario, supone el surgimien-to de valores y de una estructura social que modifica sllslanciahncnte lan;'ltura rural y tradicional. Se trata precisamcnte del jJruu:so de sall-lariznción, el cual, como se vio en el primer capítulo, constilllye elcambio básico, condición necesQl-ia (aunque no su£ieiente) del surgi-miento de la sociedad "moderna-industrial". Esta aportación de Red-fieM y Singer puede contribuir sin duda a aclarar parle de la confu-sión que todavía existe a propósito de urbanización. Si bien.el proc;esoactual es sin duua de "urbanización secunuaria", el hecho de que lamisma ocurra en ¡Íreas' donde se dio previamente la uruanización /)ri-maria y que la modernización se dé en circunstancias en extremocomplejas, obliga a tener inuy en cuenta la distinción. Entre otrascosas, el surgimiento de una "identidad nacional" en los países nuCVOSpuede conducir a dar nuevos significados a los productos cullllra!cs dela "urbanización primaria". Se trata de formas de "tradicionalismoideológico".o Contenidos de la cultura "preindustrial" se transformanen el,ementos de la nueva conciencia nacional que los inteleclUales Y,~os dirigentes políticos de los países ex coloniales tratan de promoverentre la masa de la población. Por otra parte, estructuras correspon-dientes i'la lIruanizacidn primaria pueclen seguir coexistiendo con lasproducidas por la urbanización secllndaria y es éste un fenómeno quepuede tener consecuencias significativas.

, Del importancia deben considerarse los trabajos de Sjiiberg, desti-naclos a proporcionar genera liz<lciones sohre la "ci ullad prei udustri al",especialmente la ciudad preindustrial de nuestros días,7 es decir, unaestructur~' social ele transición rúpida hacia otras formas, a las que no~ólo no so~ enteramente aplicables los eS(luemas construidos sobre labase de los tipos sociales correspondicntes a etapas previas al comienzo'd~1 pro~eso de transición o ele los que ya han alcanzado sus etapas m:\savanza(las, sino c¡ue tampoco se prestan a ser analizados en lo", mismostérminos a los c¡ue se dieron en la transición ~ocurrida en países quei~iciaron temprano "la gran transrormación", en panicular lnglatcrra,Estados Unidos y otras naciones de Europa occillental.

8 £. E. Lampard: "The History of Citics i" Eeonolllically Advar cCll Aleas",en Eca'lOltIic Deve/ojJlllellt G1,d ClI//lIm/ Change, 111 (1~5,1): 81-1:Hi.,

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Por otra parte, incluso en Enropa debemos distinguir con claridadeste papel de la ciuJad como cuna del mundo modcrno, con s:¡ iTnpactoen los grandcs procesos históricos del Renacimiento o la R.dormJ, elsurgimiento de la ciencia y la secularizaci"lI1 en la política y ~a eUHlO-rnía, del papel y de la situación ele la ciuelad cn relación CO.l las con-diciones universales que requieren cierto nivel de cOllcenlracic.'n ürhanapara <¡lIe la industrialización (en scntido estricto) sea posihle. Se trata,entonccs, ele la conexic'J\l entre la urbanización por un lado y el desa-rrollo económico por el otro. Ac¡uí la concentración urbana se re,'elacomo un requerimiento funcional necesario, dado cierto IÚ\ el de de-sarrollo técnico y científico, y ciertos rasgos de la cstructura social (esdecir, ciertas "precolldiciolles" para el suq~imient() del "ti]Jo" in ..lus-tri al). Pero una vez difundido c:I princi pio de la racionalid ¡el instru-mental, puede mostrarse cómo las lIecesiuades de la racio :Jali'Jcióneconómica, incluso en el nivel de actuación "espont;\nea" (:e las em-presas en un régimen liberal, tiCllden a promover 1:\ concenlraciónecológica de la población. Lampanl M ha rcslllnido cn un esquema muyclaro los mecanismos que en el sUI-gimiento de la "prilllera~ sociedadindustrial y su difusión en el :\lllbito occidental han Ile\ado ~ laconcentración urbana.

La especialización de funciones y su result:mlc interdc)cnt!enciaconducen a una necesidad de integración, y de aquí, dadas cicrta~ con-diciones, a la concclllración ecológica. La uhicaciún y el lamafío ele laciudad resultará de un balance ele difcrentes elelllcntos: CO!,LO de los

Por cierto, como lo han mostrado \Veher y otros, la ciudad (occi-dental Jesempeiiú un papel central en la -creación de las prec(.ndici(,nesculturales que l'0silJilitaron el a<!vcnillliC'nlo de la sociedad industrial.1>e allí salieron los valores, las actitudes, las rOJIII:ISde pl:mall.ic'llto, losgru pos huma nos y las obras cult u ralcs sulJre las cua les se c'unstrll)'{¡este nuevo ti po de suciedad. Es deci r, la ci udad oecideu la 1 dcselllpelióUII papel esencial eu c:l proceso de secularizaci('lll (IU~ fiuahrcnte, lIIC-dianle Sll asociación con el cambio de actitudes econ~lI\icas y el uso detecnología )' fOrIuas cnergéticas de al lo ]Jolcnci:t!, origillú]Jo prill,cravez el surgilllicnlO del "complejo culwra] illduslri:t1 1I1l)(1cCIII)".

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(ramportes. disponibilidad dc materias primas y dc trabajo. situacióncon respecto ;¡ los mercados compradores. Las llamadas "economlasexternas" de la concentraciólI resllltadn de la reducción de costos ori-~inados en esas consideraciones. También hay que aRregar __dentrode ellas- la reducción del costo de las inversiones rc\ali\.;l<; a la infra-es! IUclllra cconi'lITlica (tales (01110 provisión de a~ua y cnerr,la. servicios~drninistralivos. limpieza. ele .. transportes urbanos y ;1ll;'tIOgOS). o eninversiones "sc)cialcs" (vi\'iend;l. servicios sanitarios, educaciona1cs, ser ..vi,jns de protección). El1tn~ e~;le tipo dc "ccollomías" Lampard seiíalat:mli)i¡"ll (citando a l\Iarshall) el clima psicológico crp<ldo por la con-cel,tI ación de 1;1 acti\idad indllslri;ll; un clima p<lrticlllarmente favo-ra¡'le p;¡ra la jllnovacj{'n. 110ndc la estimnlación intc1ectual para clcambio haJlaría conJidones óptimas. T;l1l1POCOhay <¡ne olvidar a estcrespecto ciertas velltajas 11\<1teria1cs y organizativas de la concentracióncn el campo intc1cctu<ll y científico: por ejemplo. hibliotccas y labo-rat.orios.' A las economías "cxternas" se :Jgreg<ln obviamente las "inter-na,"; las rrc!lIcciones de costo deriva,las de la ampliación de "escala"ne bs operaciones eccnómicas.

Si se dan estos y otros requerimientos puramente técnico-económi-cos del desarrollo illllustrial que condncen a la concentración urbana.este mismo efecto se convierte en una causa de ulterior concentración.no sMo a c¡¡usa de qne aumenta la fllerza de atracción de la concen-tI'ación exist.ente, sino porquc surgen nuevas necesidades rlerivadas delGHllbio de escala de la unidad urbana: por ejemplo. el crecimientoele las necesidades de conrdinaci¡'lIl y ~le organización (es decir, la ara-ricir'nl de nuevos servicios). A este proceso se ar~rega otro (lue tambiéncontribuye de rn<lnera poderosa a incrementar la "concentración urba-1\:\". el aumento del sector terciario, no solamente por la mencionadanecesidau en cuanto a las funciones de organización y coordinaciónsino t;lmhitn por el :Jumento en todos los servicios y la aparición denuevas forma~,. hecho este rc1;lrionado, por un lado. con mayor pro-ductividad industrial, pues re(luce consicler;lhlernente el person;¡l detli-cado a la;1lTotll\cci{1Il de Lienes físicos y, por el otro, C1Jnlas continuasinnovarioll(,s Y la creciente expansión de los conSl\mos a sectores cada\l'Z 1'1~\';\mplios de la pnhlari"l\\.

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n C'f. r:lrilnlo"J1I y Política y sorirrl",l, "1'. cil. cap" vr. ,10 s. Creer: T/¡~ 1':lI1e'"gi,rg Cit)" GlcnC0c, Frce I'rr,s. 1962, p:ig. !l!l y si~s .

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153SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

la electricidad ha originado nuevas condiciones que favorecen lo quepodrlamos llamar la "dispersión urbana", es decir, la aparición de lasgrandes ;\reas fllelJ'fJpolit<lnas. de un sistema continuo de aglomeracio-n~s urbanas que cubren regiones enteras y pueden llegar a concentrardecenas de millones de habitantes. Este nuevo proceso. en cuyas cau-sas no ha]bmos lJnieamente las innovaciones tccnológicas alndidas sinoIam bién mod ificaciones sustanciales de la estructura social de los paí-ses de de;;arrollo más avanz<I(ln, está alterando sl1stancialrnente la cim\;llly al misllIo tiempo otorg;¡ nuevos significados al término urbanizacilÍll.Los cambios tecnológicos por un lado (revolución en el sistema detransportes y en los medios de comunicación de masas). ul1idos,la1 1)\0-ceso de "participación creciente" y de "movilidad autosostenida" 9 quecaracteriza las fases más avanzadas de la sociedad industrial. conducen,en e[Ccto. a un;¡ homogenización de la sociedad, tendiendo a borrarlas diferencias entre ciud ••d y campo. El proceso implica, lisa y llana-mente, qlle el modo de vida, las formas culturales y el tipo de estructurasocial que distingulan a la ciudad del campo y quel (para seguir laterminolog!J. de Redficlc1). en la lit banización "secundaria" tendía aoponer ciurbd y campo como dos so~iedades bien diferenciad~s, llega aextenderse ahora a toda la sociedad. La consecuencia de esta tendenciasería la de borrar en dd.initiva muchas o todas las diferencias entre"sociedad ur~';¡n;¡" y "sociedad rural" mediante la absorciém de ésta porparte de aquélla. El proceso asumirla tres formas principales.

a) La espectacular reducción de las distancias en térm'inos de cos-tos y de tiempo (la llamada "fricción del espacio") tiende a disminuir.lo qne amplía enormemente el radio geográfico de organización uni-taria de las funciones, influyendo m;ls las limitaciones de carácter social(lue las de orden físico y espacial. El ámbito de organización "funcio-nal". ahierto a la redistrif.¡ución y dif~renciación óptima de. las acti-\"jdades, personas y "cultura material", tien,de ahora a extenderse a todala nación (y aun a trascendeda en la medida que lo permitan la' remo-ción de los (.I>sr.:ículossociales y lo alienten las medidas de planificaciónsupranaeional; por ejemplo, "mercados comunes"). Este proceso im-plica una fuerte intensific:Jeión de los contactos y de la iÍ1Hcnlependen-cia ecol{)gica entre las diversas regiones del país. El resultado es, --eo-1110 se ha ohservado-.lo UI1 cambio de escala de la socitdad, y -las gran-des :íl"C<lS'metropolitanas, las cindades y centros mellores', asl como lasdemás ;íreas, tienden a integrarse de una manera íntima en un sisteman;tríollal, lo que provoca, por ejemplo, una movilidad ecoJ¡',gif=aextra-

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15,;SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

1. Problemas meluduldgicos y lclÍricos CII d l:sllldio (11: IIIS

cOrrclllcilJ111'S enln: la lI1"ballizacitíll y olros f)J'()('(:.l"IJs

la \'éa~c l':íg-. 2CJ )' sigs,

Se indicó en el primer capítulo que la creciente concenlraCIODdemográfica en las ciudades debe considerarse como 11110 de le'5 sub ..procesos de la modernización social. Ahora bien, la ex¡jrieneia hisllÍ ..rica dc los países de "prillHTa trallsicióu" revela lllla de\('llllill:,,1;¡ f"l"Il1ade conexil'1I1 cnlre I:i urh;llIi/aci('JII y "tros proces1h COIllI}(lIH'II!t'S.('npanicular el desarrollo económico (sobre lodo el desarrollo industrialpropiamente dicho) y la extensión de la secularización a distinta~ úreascleI comportamiento. A esta forma de conexión sc allHli(í cn el r:írrafoprecedente. ¿En <¡ué medida cabe esperar que ella se repita o. por 'locontrario, sufra modificaciones sustanciales en los p:lÍsc;s que !J;'n ini-ciado la transición 11I;ís taruíamente? Por otra parte. cabe tauiJiénpreguntarse, ¿en qllé medida el proceso de urbani/.:¡ción secul1daria,tal como se ha ciado y est;l ocurriendo en Occidente, se halla villnt!:idono sólo con requerimientos universales de la mol!ernizacit'Jn sinc tam~bién con formas culturales peculiares e intransferibles de los p:'opiospa íses occiden tales?

Sólo muy parcialmente sed posible contestar a est.as preguntas.Lo que parece incuestionable es <¡ue la velocidad y la secuencia e:l <¡uese da el proceso ele creciente concentración urballa, varían cn rormanotable al variar las circunstancias históricas tanto en el ni,'cl n:lcio-nal como en el internacional. Con el término "circunstancias hist('¡ricas"seilalamos un conjunto de condicioncs de lodo ordcn <¡ue ell u Il1Cranosbrevemente en el primer capítulo.I:1

En una primera aproximación podría intentarse una \'crifi( acic'lllde la existencia (o no) de un grado de con'C1acilÍn n~lativ:ullenle ;tltoentre urbanización (definida como concentraci<Ín dClllogr;ílica llIha-na) y una varieclad ue otros procesos componentes de la transición.Como se sabe, el proceuimiento m:!s común para este tipo de verifica-ciones es acudir a alguna mediua de correlación entre indicador~s delos procesos cuya asoLÍación se formula como una hip<Ítesis.,

La construcción, selección y uso de eslos iildicadores presenta 1 00-viamente .ulla s::l'ie de problemas muy C<J1l1plcjostalllo en el urdenteórico y concéptual como en el ele la mera accesibilidad de la infor-mación; y no podría afirmarse que .tales problemas tengan por' ,¡horauna soluciólI s;ltis'facloria. a pesar dd cOllsiderable: trahajo tdJ,rico yempírico <¡ue sc CSt;'1Ilcvando a calJo a este ITspccl.O desde Ilace muchos

GINO GERIIIANI

~' I, 11 Loe. cit., p;\gs. ~3.48.I'~ D. ~farlindale en Sil prefacio a la traducción inglesa de La ciudad, de

r-1. Weuer (TJ¡e Cily, Glencoe. )Oree Prcss. 1958).'

154

ordinaria por parte de los habitantes. que tiende a cubrir el territorionacional en su totalidad.ll

,h) Este cambio ue escala va unido ;¡ la o-eciente importancia <lelas grandes orgal1izaciones -sean éstas empresas privadas o públicas,sindicatos u otras formas de asociación- que cubren el territorionacional y ejercen su infiuenci;¡ en los habitantes' por encima de suubicac'it'lI1 en una u otra ciudad. en las zonas urbanas o en las rtIrales.Tirndtn así a constituir un sistcma de rolcs "orientados hacia unaorg:lJlil.aci/lll de escala nacioual. industrias de escala Ilaciou:¡]. glllJlOSocupacionales de escala nacional". a causa d,e lo cllal sea cu:t1 fune ellugar físico de sV residencia, 105 miembros consideran como su sedenatural la red organizativa misma que cubre el país o incluso puedetrasccnderlo. Son "ciudadanos de la nación" y, podríamos agregar. conigualo incluso mayor 'derecho que miembros de la comunidad urlJanadonde -por' así dccirlo- "accidcntalmcnte" viven.

c) El tercer aspecto del proceso se vincula con la aludida revolu-ci('m en los meuios de comunicación de masas (cine, prensa, TV, radio).los profundos cambios en el sistema de estratificación y los efccLOsde la participación creciente en los consumos, la educación, la política,la recreación, con todo lo que ello implica en cuanto a normas depensamiento y.actitudes.

1'odo esto -los tres aspeCtos del proce~- apunta hacia unadesaparición potencial de la dicotomía campo-ciudad; por lo menostal como se 'da en las etapas de crecimiento o de maduración ue lasociedad, indllStrial, la sociedad urbana tienue cada vez más a coincidircon la nación. Por ello se ha uicho, paradójicamente, que con el,;Ivance uhiversal ue la urba"nización. la ~iudau desaparece como unidadhistórica (p,or lo menos en sentido weberiano). y es reemplazadapor la nación,l~ Por otra parte, "el urbanismo como forma de vida"tiende a tra'nsformarse en el modo de vida universal, independiente-meri'te de la ubicación ecológica de los' grupos humanos. Con estasúltimas I ~o~sideraciones llegalllos a otro sentido que puede otorgarse<JI tér'mino urpanización, sentido que se parece, por cierto, a la clásicadcfínidón de'Virth. pero que a diferencia de ésta no intenta señalarnotas universales d~l fenómeno urbano sino cierta forma específicaque' adppta en los países en que se dan auem;Ís otras dos características:el alto grado' de. desarrollo económico y su pertenencia histórica a uncírculo cu,ttural determinaclo, ;mnque muy amplio, ~I de Occidente.

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1.\ Ik~(k <¡ue Alfl'l',lo NÍl:f[oro publicó \1111)de los primcros (o r¡l\i7.á~ el pri-m<'l''') textos sohre i\lllic~dore~ de la 1l\00!crnizaciól1. a comiel\zos de este siglo. lahihlio,:r~fia .~oh•.•: el t('m~ se h~ hIn 11\\11tiplirallllo. eL Alfrcdo Nicdoro. Lesi"tii¡'clto'ur.< lltllllt'1i'1u(.< ,le In cit.ili.<ntioll et du /,rc,¡::rrs (l'arls, flammarion. lll::!l).Tamhkn la ,'i<p<mibilidJd dc los dato' ha ido en continuo aumento. 10 que es

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alios.H Con todo, su empleo está ahora muy difundido y, a pésar delas grandes limitaciones, ofrece por lo menos un punto de partida. Enesta secri<'ln nos limitaremos a l\;lr algunos ejemplos de los indicadoresque potlrlan usarse para intentar medir el grado de correlación entreurbanización demográfica y otros snbprocesos.

La construcción de indicadores de urhanización, 'en el sentido('stI i( I~1llrnte (lcmográfico del término. es rela tivamente f;ícjl en com-pa¡;lciún r01l las difindladcs presentadas por 1;1 l\1cdj{ i<'lnde otros pro-cesos. C01110 se indicó al comienzo, lo m:ís común es tomar corno indi-'cadof de urbanización la proporción lle población en centros urbanosddinidos sobre la base de un talll<lííO determinado. A partir de estabase podr:in construirse diferentes tipos de tasas de urbanización, ensentido est;Ítico y dinámico.

T\Iucho m;ís complejo es el problema <¡ue pr"esentan los indicadoresde JIlo(lerni7.<Ición social. económica y política; no sólo por las di£icul-ta(ks conceptu<llcs y lm'tcticas ya mencionadas sino también a caUsa dew casi inagotahle variedad. Tenninologia y conceptos "arian comi-der;¡l)1cl1lent~; por ejemplo, las Naciones Unidas. en un estudio sobreill!nrclación de procesos de modcrnizaciún. uliliza, cnglohándolos bajoel (Oll.c('plO de "desarrollo social" (como distinto de "desarrollo econó-miro"), una serie de indicadores demogrMicos (esperanza de vida alnacer. mortalidad infantil). educacion;J1es (proporci6n de niños queconcurren a la escuela. dentro de los grupos de edad correspondientes,tasa de alfahetismo), ocupacionales (proporción de desocupados en lapoblación acliva) y de consulno (calotías, hidratos de carbono, otr05commnos "personales"). Pero aquí "desarrollo social" es un concepto

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157SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACIÓN

15 Nadone~ Ullic.la~. Re/,ort 011 the World Social Situation (Nueva' York,1961). parte 1\. J. Drewcowski y 'W. Senil, por Sil parte. han construido' un ¡ndice« nÍ\'rl de vicia. dirigido preci~amente a medir ,la "calidad de la villa" en paiseslit diltinta, cllltnras: 1'he Leve[ 01 Living In'dex (Ginebra, United Nation~ Research..illlll~. I%G) .

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distinto del de modernización social. Los indicadores seleccionadospor las Naciones Unidas implican un propósito determinado: medir la"calidad de la ,¡ida", es decir un aspecto del proceso de transición, vistodesde el punto de vista del "bienestar" de las poblaciones a las quese refieren los indicadores mismos. El punto de partida es aquí la ideade que el "desarrollo económico" sólo debe presentar un medio para'mejorar realmente lá "calidad de la vida" de los individuos, y no un finen sI mismo. Se trala de un propósito, no sólo legitimo, sino esenci;¡1.l'cro, indudablcmente, desde el punto de vista conceptual y prácticoesta definición presenta dificultades no menores.tú El concepto de "mo-dernización social" que hemos venido empleando apunta a otra ,orien-tación teórica. Su propósito es proporcionar un esquema analiticopara el estudio histórico y causal del proceso de transición global. Laselección de indicadores debería, pues. satisfacer esa exigencia. '

Existen numerosisimos intentos de operacionalizar los subprocesosincluidos en la modernización social. Recordemos en primer lugar unode los más conocidos, el de ¡{arl Deutsch, Este autor ha clasificado suconjunto de indicadores bajo el concepto de "movilización social".lo Setrata, sin embargo, de una Iloción bastante distinta ¡-aunque muyrelacionada- de la que hemos analizado en un capitulo anterior. Se-gún la terminología usada aqui, poddamos hablar"más bien c)e unconjunto de indicadores referidos a los tres aspectos de la moderniza-ción: social. politica y económica, Deutsch reconoce la existencia de ungran número de indicadores posibles, pero, dada la" hipótesis de suinterrelación 'y por lo tanto de su relativa intercambiabilidad, selec-ciona entre ellos siete que correspondedan al proceso sul~yacente de loque él llama movilización social, especialmente en conexión con el

• '1comportamiento politico, Tales indicadores sedan: 1) el porcentaje dépersonas expuestas en una medida importante a uno o más aspectossignificativos del modo moderno de vida (uso de, maquinarias, edifi-cios, bienes de consumo, etc.; exposición a prácticas gubernamentales.elc.); 2) porcentaje de personas expuestas a los medios de comunica-., 1 (1" '11' •• lId' Irrv' .')notl l e masas os PU) leos (e a prensa, ra lO, , cme;, etc. ;~) porcentaje de personas que han cambiado de residencia; 1) porcen-Lije de personas que viven en centros urbapos; 5) porcentaje de perso-Ila~ ocup;¡(bs en actividades no agrícolas, respecto del total de la

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. '17 Sohr~ esle problema véase Merrit y Rokkan, o/). c~l. Kings\cy Davis haformulado' serias crílicas al uso de indicadores que no sean generados por unateoría. Véase su artículo "P,roblems and Solulions in intel'nalional Comparisons1'01: Social Scicnce I'nrposcs", ;Iparcddo ell versión caslellana en A lIláiCll /1I1illll,

n'I,I, l!lli5, [n\gs. 61-76.I , 1/\ D. Lerncr, Tile Passl/g o{ Tmdiliollal Society (Glcncoe, Free 1'ress, 1958).

1,:lpS. 11 y I1L I

Ipoblación activa; G) porcentaje de los alfabctos, y 7) producto nacionalbrúto (o neto) jJcr ((I/Jila.

Todos estos indicadorcs pueden construirse sobre la base de infor.maciún preexistente, lo que sin duda presenta considera Lles vcntajaspr;ícticas. No se deja de reconoccr; sin embargo, que también tienengTan~les limitaciones. Por un lado se trata de datos en el nivel nacional,lo que usualmcnte oculta las discontinuidades internas, especialmenteimportantcs en I(')spaíses menos desarrollados.17 Adem;ís. Illuchos aspec.tos de la nlo(krnizaci('1I1 social no hallan expresi('lI} e11 la infonu;lci("11<¡ue entidades públicas () l',il'ad;ls compilan con diferentes finalidades.Por este motivo varios estndiosos han propuesto y usado en algunos casosotro tipo de indicadores que se suponen más v;ílidos. Lerner,18 porejcmplo, ha sugerido alguna~ definiciones de indicadores <¡ue estaríanm;ís directamente relacionados con cambios en la personalidad y po-drían detectar la transiciún desde la situación de "no participación"(tradicional) I a la de "participación" (industrial o moderna). Talesíndices indicadores: 1) la cmpalia definida como la capacidad de ubi-c\rse a sí mismo en la posición del otro, la capacidad, es decir, de"idd,ltlficación con aspectos nuevos del ambiente"; esta capacidaddependería de los mecanismos de proyección (atribución a los demásde atribnt051de uno mism'o) y de illlmyeceión (atribución a uno mismode los, ;,¡tributos de los demús); en ambos casos el "sí-mismo" incorpo-raría a "los demás" (o bien porque sc quiere ser como ellos, o bienpol-que 'slen1te que ellos son como uno mismo); 2) el de calJacidad de01:>111(11", (lc.~inido como la propeilsión a dar opiniones sobre cuestionesque, d~i1tf(;>~l~ la situación tradicional, escaparían por completo a lacompeténcia del individuo. Lerner trata de mostrar cómo estos uosfen<'¡m'eI10sse hallan vinculados con otros aspectos del proceso de mo-

l'dernización y, en particular,' ele qué manera algunos indicadores comoa!fabet,isnlO,', residencia urbana, participación en medios de comunica-ción de masas, participación política, forman un "sistema" correlacionán-dose con los dos mencionados indicadores. No hay duda de que tantola !emj)atía como la jJro/Jensión a opi1lar representan síntomas impor-tantes del .~1roceso de secularización tal como se lo ha definido antcs.Amhos apuntan a los cambios psicológicos necesarios para que la ac-ción I c.;/c;'liva¡reemplace 1; acción prescrijJtiva, e implícitamente rene-

lU \V. Moore inlenló formnlar una melodología para la medición de las con,secuencias sociales dd camhio tecnológico, sin illlplicar en cllo ningln:a clasede determinislllo a la manera de Oghurn. En función de un inlen:santc esquemateórico que distingue tres uiveles de vínculos enlre d camhio. t,,¡;Jlieo )' (1 social(el de lüs l~roducloS maleriales, el de los roles ,le: trahajo. y el dd "espiril.l racio.nal"). y varias uIJidades de ohservación, propuso una serie de indicadores, la ma.yoría de los cuales requiereu encuestas especiales. u oh,:err;lcioncs indireclas e infe-renciales (y ohviamente su Iraducción operacional ('n illStl'lllllenlos adecuadw); v(:as£:su trahajo "Measllrellll'nt 01' organi/alion and inslillllion:d i'"l'lil;'lions ,,1' ,h;,ngl",in prodnctivc lelilu"logy", en Bnn:au (ulemali"nal de Recherches snr les IlIIpli-cati"ns Sociales du, Progri:s Technique: CJltmgelllclIls Tcclmiqlles, t'cOlllJllliqllCS elsociaux (París, 1958)'.

jan el grado de propensión al camhio. Pero, a diferencia de los dem;Í!indicadores recordados hasta aquí, torlos ellos requieren el elllpll:o deencuestas especialc:s y obviallH:nte presellt:t11 el prohlema de su Irac1uc-ción en términos operacionales de inSIJ'lIIlICIlI<lSCOIHTClOSde obscrl'aciúlI(problemas que no fueron del todo superados por Lerner), O .ra su..gestión sumamente interesante para la construcci(in de indicadcres re ..ferentes a los procesos de moderni7.ación social, distingui~ndo analítica ..mente sus aspectos, es el de \V. ]Hoore,ln aunquc a(l'~ t:lmbi('n no~enfrentamos con d prohlClJl:1 dc que se nccesitan, en la IlIa)'oría de lw;casos, encuestas u olJservaciones indircet;ls e iuferellci;t!es, )' (ue detodos modos la traducción de las propuestas a términos operac. onalc~;(no intentarla por el autor) acaso no siempre sea posible con los me.dios de que se dispone. Un indicador global del proceso de seculari ..zación no siempre empleado de manera explícita es el referente a latasa de natalidad, u otro índice dc!mogr;ífico capaz de detectar la pant~de la planificación consciente (o de acciún electiva) en la esfera de la:;relaciones matrimoniales. Aunque obviamente aquí también :;c est;',tratando de un solo aS/Icé/o del proceso, que puede reslllt:lr en algunoscasos relativamente independiente de los demás, parecería C]ue, s~empreque no se trate de los efectos de algún intento deliberJdo y masivo deilllroducir el control de nacimientos en una pohlacil'lI1 tradicional (conwha ocurrido en parte de Japón). la planificación de nacimiento::, deli.berada y no inducida por medidas externas, en el nivel indivi(lLal, (Jc..hería implicar un grado de secularización en las relaciones fall,iliarc~,bastante avanzado, el que a la vez debería tener bastantes 'probabilida.:des de ser acompaiíado por otros aspectos de la secu!arizacit'm, por lomenos en cuanto a "electividad" de la accÍ('UI, estratificaciún (asr iracio'nes de movilidad) y otros. La ventaja de este indicador sería, natural ..mente, su fácil acceso, En cuanlO a los límites)' conveniencia de Sl

utilización como indicador de "seclllarizacit'm" sería preciso a :l;llizalsu validez en reIacilm con varios aspectos del proceso global que ~~staría

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l5~'SOCIOLOGÍA UE LA MODERNIZACIÓNGINO GERl\IANI158 I

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Page 79: Germani - Sociologia de la Modernización

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~I) Una IIlilizari,;n hien cOllocida de eSle ftl'!i':r.' .... 0 de I:t l;¡~a de increlllen1U'Tgctalj"u_ pua caraclelil.ar de Illatwra global b lran~ic:ióll de la sociedad tra-rlirional a la soeicua,l i",lll,trial. es 1.a 'Ille rcali7an 1). Rit';;man y col. en TII(,LOllely erowd (Ne", JI a \!.' 11, Yak I!nj\,('\'~jly ¡'ress. I!J(i!l) [hay versión cast.: JJiIIlUcI'Cdl/trI1,re .<oli/fIl';" ()\s. t\ires, \'aidós, 1968, ~a ed.)]. J.a I~layor parle (k laliterafura d('lnogTiHka !wií:lf:l ios factores .~()(i~lk~ :~;;()dad()s (on la Lr.1H:;ic:iún de.lI,o¡:r:ili, a, y Ulla hrni,iJIl;t ,¡Ill".~is »"('01" halbl ~r: el! C'I ~rtíclll() de N. 11_ RyrlerSOIHC fertilidad (ell ]'11. 11~II't'T )' O. D. 1)\III(all, mm)'s., Tilt~ SllIti)' of I'''j.'tllalion,<:"ira!~o, Tllc .lJlli\'er~ily 01' Chicagll ¡'res', J~:.,'1); O\rO ""llario alllplio pllccleh;oIbne <':11 l'l lihlll p"iJli<:,do 1'''1' 1':atiolll" ljlliti:". 'J'b: !J<:lrllllillfl7II.l (11/11co",.\I'('IICI/rr.\ flj ¡'''I"J/flt;()1! 'I'U'1/'!.1 (Nw"';J York, 1"r,:;:).

Algllllo, ejemplo, 1';III'r''Tian mostrar 'lile la la", de p;JI:;Iidad p"er1e funr.ionar(0:110 indicador de traditiollali";1110 (q s(,tllhll'b~!( ¡('Jn) de Tn;'U\Cra inrh:pendicntcdc (ll rO.li pnKt",(J~ (po!" 4:.1"1\11'1 •.1: gl ;!do dl~ \11 h:lTlil~H:¡on. de!'1c.rroJlo indu~ll ¡al f'

«'t"Onlllnirn f"tl 'o.;ell,¡dn ""!"i( ~i'). 'l';II('~ sCTíall k~ 1';1:'1'''. ,!f' Ht;I~~iI¡" l\1t~xkn (cnfll('

('jt'lllpln li(' 1'('11;1'0 l'll 1;1 ":lula del 4..ullllol ddilll'l":,d" (;11 1;ls ¡h.'as "d~ lIrhanas(' indllsf I ¡a'¡/adas) () d~' J. ranlÍa (Cf)J1J() r.j('llJplo dl fldl'lunlo t'n J el;1l j"JlI eO:1 la11 all,rll\ fnat ¡e'JI} ('1) ~;t'lllidn te'., 11inl-('t.Ol1t'l1l1 it:o) (CI. rOl1sidcracioncs sohre lo.~ t~I~O"

dp IIr:"il l' Frallr;;l ('11 F. 1.OI'illltT, C,,;/fI1~ (/Jlti /llIlIInll F('J'lilit~., I'ari" U:~ESl:O.\~}'..l). <:,,.. lod". '" po,i1Jk 'lile ,,~ Irale dl~ UII indi(,'l;or r'wo ~eusihJc '\ los call1bios¡,,;ri,Jin. h:H ia \ll\a maYIOl :-.t.'nl1:11 ¡lar jbll: R. l~li1\d)l'lg' 11:l11ú que ~óll) ;~ p:trtir ,IrUIl l\i"d lit: alt.d."t'\IlH' 1\1;1\01' que el ~O por rit':ltn fl~ 11. pobladón ~r.: prr;t111'C:111\ r~H\\l\\P t:ldit,d t'll 1.\ 1 '''.\ lk n,it:l1~l~'l\\. lIlkl\tl';l~ tl',le ~~\3I\lt' •••(iI.' 10 a t;O pflr

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-0.67O,A1

SOCIOLOGÍA DE l.A MODERNIZACIÓN

VIl.il'!M~

Cuadro ]

Correlar:iones entre un indicador dc urbanizaciéJll (porcentaje de lapoblaóón que ,'ive en cent.ros de :20.000 o uds !I;¡hit.antes) e indica.dotes de desarrollo económico, modernización social y' mo~lerni7.ac.ión

política (aprox. J 95~- J <)()n) n--------_. __._-_._--------_._-----------------,--._,

Coefi- 'ciento N'aÍlncro

d~ de('orr. f)Rís('s----------------_._-_._-----------_._------------

Ve.'arrollo uO/l(;m;co

1. I'l'fJduclO llnHo N~donal (Plll~), por PCIR,jla .2. ltn-cl'lión interna bruta, romo porcentaje del pnN ..3. Porccntaje del 1'1IN generado por la agriwltllr~ .'l. C')1I5UtnO ,k cnf'rJii~ flor pCTSi1na .5, 1'(~rU~nl:l;(",fe la p( ..I,J(td(ln '2'((HU'Jlni(aITlCntc ;n:fiva

11'1::.\) "11 agdn!II'!l:f -0.72(i. Porcentaje de la PEA en ;;etivirJa<lcs 110 agrícolas O,78!

, 1

mica, social y política, los que han sido clasificados en sllhgmpos ('uandoera posible. Sr trata de datos ;¡gregaci,os; en el uivd' nacional. Comopuede verse, todos estos indicadores se hallan correlacionados con ur-banización (positiva o negativamente segúlI la forma asumida porcada indicador de modernización), pero, como podía e~'rer;¡rsc, estascorrelaciones, aunque "altas" en muchos casos, di~;tan mucho de ser"perfectas"; es uedr, existen "rel.r,lsos" o "ade1,1ntos" (''1 1;1 1111J;llIiJ.a-,i(;n. C'n rc!:l('Í"lll con lns dem;Ís ¡lI'H!'S",. cn un '¡l/I1lICIO ('f)J),id('laJ¡k

d<: casos. Lo lÍnico 'llIe puede afi!ll1arse sobre la base de estas cortt'-lacioncs es la existencia de UlJa "tendcncia" genérica, ell cl procesode urbanizaci6n, de asoei;¡rsecon los dem;ís procesos componentes dela lran:;ición. En realidad, todos ellos se hallan asociados entre sí, y la.:lplic;JcjOll de téC11ica~ cSla(lIsticas -_..e1 ;m;\Iisis factorial, por ejemplo-suele fIlostl al' qllC:' est.os indicadores sc comportan como si por deba jode 105 muchos subprocesos componentes operara Ulla e~tructura' com-puesta de pocos [actores () "dimensiones" indepündientcs, o incluso

1un. solo factor. Por ejempló, en uno de los primeros int.entos ,de estetipo, Cattell y otros ais~on 12 factores subyacentes ei1 las intercorrela-

23 Excepto para las \';ohhles £loe se .irH1iC<i1la rOlllinu~ci,ín. las c()lTc1acionC5han si,lo !.l'madas (le Rus<ct )' DCUlsch,' 011. cil. En e"os C;\!;OSel indi(';l(inr' de urba-"ilaci611 cs el porCl!l1taje de poblacÍl'lI1 qlll: vive en c'elltTCIs dc 20.f)()O hahitantes ont;h El wcfidet,!c de correlaciólI es el de l'carson. 1 l'

. La, variables ~, 17 )' 14 corresponden al cstudio de Leo }:. Schnoro~,' "TheSta!i,licaJ MeasurcJncnl of Urbanization and Economie DevcJopnwnl", .el1 J.a7ldrcnTlf;'mir:s, agosto 1%1. La~ variables 8, 9., 27 Y 3~ 'pntenccen al e~tudill pllhlicado"or l'J¡ilip Cutright. "National Politir.aJ De\'elormcnl: 1\feasllremenl a\,ci Analy,i,",~n A mr.riran Sót:iol"g:m! Ji C'l.'ir.lI.', 28 (\9G3): 253.2f,1. I.¡;S \"ólriables I'1, I.~, 'B Y 1!l,~ !'"n lomado del estudio .le Nacionc:s Unidas. OIJ. cit. Para todas las correlarione,~I m' lit iPlIle empicado en Jos ca '''s arriba mc:ntiollaclns es el oc Srcarmal\;""~:~(~~

':~f;.,...... ~.~.." .....

~"llo

(;INIJ GERlIIANl

deslinado a del(.rtar.~1) ;\ est(~ propr.">sito cabe s(,[í;¡far no solallleute laslimitaciuues derivadas de la falla o incxactitlld de los dalos y el hechode que por lo geÍlcral se trala de tasas bruta:;, sino también que en losj¡ais('s de: s(:clIlarizaci(hl )' (ksarrollo ('col/(ímico mil)' avanz.ado se ItajJ7'(){llIcir/o 11.11 rcjJ1l1ltl' en la 1IfIlo1icifl(l., repunte que no implica obvia-¡/lenl.e UII regreso a la natalidau 110 planead;I., sillo probablcJJlcntl~ unI ;;Illi¡io CII el LIlII;ti'io idr;t! de l:t familia. En c;,l.ns (a;;\1~¡las tasas de l1a-l:did:1l1 puC'drl1 vol\'{'rsl' 11111)''('tlsih¡f'S a ]IlS cl1nh¡os (ovlItlttlr;J1cs dc la('ClIlIlIJllía, Jos hiju:;, sielldu a110Ia tilia 101111;[de "UJI1;,lIl1lO". 1':'..10 illl-plica que, en clcterl1lin;¡dos períoc] os, en algunos países ue alto desarrullola tasa dc l1at;didad puede penn;lIIeccr rclal.iV;l1rJcutc ";dl:a" y coexistircon 1111~dl() grado dc sccutu'i/.ación en las relaciones familiares.

En ('pura llI;ís I'l',iellt(' se han hecho otlOS itltcntos ill1pol'laUl.es deCollstnlCl i"'n y ;lplic;l('i"lIl de indicadores de IIlOdcrnil,a, ¡c'JlI, construidos/Ir! lLOc. Tal es el caso dc la escala de llJoL!ernizaciún elauorada por;\. Inkeles y aplicada cn \111 estw'.!;() compar;'livo en v;¡rios países,~l olos cuestionarios usado, por J. Kah1 eu su investigación sobre actitlldesmodernas en 1\1f~xico y Bra:,il.~~

En el cuadro I se ha rellnido cicrlo IIÚIlH'rO de correlacioncs cntre1.111 illdicador de ur!¡;lfIiZ;tcj")f1 e illdicadores dc Illot!erllizaciún <:('011("-

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Page 80: Germani - Sociologia de la Modernización

7~ Porcenlaje de la población en edad de trabajar ow-pada en la industria , '.' .

8. Indice de diversificaciÓn industrial .................•9. Inrlice de dispersión externa relativa de las importa-

ciones .Modernización ~ocial

a) Tra7l.\ición tiemognífica1lI. Tasa hrula de lJalalidad .JI. Tasa bruta de IJl(ntalidad .12. "Esperama" de vida al nacer (mujeres) .13. Tasa de mortalidad i'lfantil .14. Tasa de depenrlencia (proporción de la población de

15 a 6.j años, sobre población total, en porcentaje) ....b) Estratificación social' .

15. Porcentaje de trabajadores dependientes (empleados yobreros, sobre total de la población en edad de trabajar

16. ,DistribuciÓn de los ingresos (índice de desigualdad) ..e') COllwrnos y salud

17. Vehículos de motor registrados, por persona' .11l., Consumo de calor/as, por persona .

; l !l. Porcentaje de consumo de hidratos de carbono sobreconsumo total .

20. "'úmero de habitalllcs por nH'rlico .21. Número de habii:lJltcs por cama de hospital .

d) í J,d.lI«(lCiÓIl22. Porcentaje de alfabetos en la población de 15 y m;\s a¡jos23. Porcentaje de alumnos secundarios y primarios, sobre

t,;tal de la pobladón de 15 a,ios' .24. ;Número de estudiantes universitarios o e'luir'alentes, por

'IUO.ooO habitantes .(.) (:(;1I1UnicllCió7I de 11laSas e i71lercar"/Jio

2' •. CirCIIlación de diarios, por I.UOO habitantes .1I 2G. Radios por 1.000 habitantes .

, ,27. ,T.V. por 1.000 habitantes .2fl. Concurrencia a cinematógrafos, por persona;.!!I. In~ice combinado de .comunicaciones de masas (diarios.

impresos, teléfonos, circulación de piezas por correointerno) .

3(1. Número de piezas enviadas por correo interno, porI persona' .131. Número de piezas enviadas por correo internacional.

por persona ; .Modernización Poli/iea I

321 Porcelllaje del "fiN .gastado por el gobierno (inclusiveI sf:l('ltridad social y empresas pllblicas) .33. Porcentaje de empIe-ados pllblicos (mismas inclusiones).

s9bre tolal población en edad de trabajar .... ~.....31.' Porcentaje de votantes sobre la población en edad de

votar .....•.... ,........•..................... , .....35. Indice Cutright de funcionamiento de la democracia

represenlativa .36. Porcentaje de per~onas que habJan el idioma dominante,

sobre lota l de la población .

~.I Rapnontl !l. Callcll y otros, "An Attempt at More Refinel1 Dl:finition of111" Cultural Jlillleusions of Sylllality in Modern Nalions", en 11111erictlllSociolagi,al,/lt'l'it'lI', 17 (19[>1), .toll,'l:?1.

:!" N. (;iusblll', o/). cil.~(; 1.. Srhnorc, o/J. cit.:!7 (:Jaucill Ary Jlillun Soarez, "Congrtlency and Incongruency among Inrlil:8-

lors of F",uolllic Ilcvelopme,e:. An Exploratory Study" (trahajo prescntado en Ja"onfneuria Internaciunal sohre Investigación Social Comparativa. Bucnos Ail'l~s.J9M) .

ciones dI: unos 70 indicadores de modernización pertenecie.les a .JOpaíses "indllstriales 1ll0dernos".24 Berry realizó un trabajo ;lIdlogo uti-lizando .1:1 indicadores de desarrollo econúlllic.o y modernizac ún (para!l:! países), encontrando "cuatro factores \);ísicos subyacentes los .1:J in.dicadores". Entre ellos se destaca llIlO, denolllillado por (ite alltor"faelor teclloll')gico", de llIucho mayor peso qlll: los otros In:i.~" eOIl-dllsiones más favorables aún a la "lInidimensionalid;l<{ del proceso [ue-rOIl al, all/;l(las POI' S( hllor(', ('n Sil ('sllH\io dirigido pn:cis Illll'lIl~ a;1I1;i1ilar J¡¡ rclaciúlI clltre lIr!J;llIizaciúlI y desarrollo CUlIll'Hllil(l (iIlJll-ycndo en su definición modernización social). En su an;íli,is (el~ elque utilizú doce indicadOl-es), la llrbanizaci('m aparecil) COIllOlIllO de 1mdivCI'sOSaspectos de un pron:so lÍnico. Si bien 1I111chosprocesos pue. lendistingllirse en el nivel conceptual, tallos ellos aparecen extrenndamenteinterrelacionados en el plano elllpírico.~6 Correlaciones en el nivel in-Iranacional, como las realizadas por ndloll Soarez p;lra \'!nczu~la,Brasil, Chile y .Japún, también aportaron resultados p;lrcci('()s.~7

Estos y otros resl.t1tados similares son por cierto lJtiles en tantorepresentan un punto de partida para el an;'disis. Confirman la hipó-tesis de <¡lIe la transición puede percihirse como UII proceso global yque lodos los varios sullprocesos componeqtes se halbn illu:rrchcjo-nados enlre sÍ. Al mismo tiempo indican que existen cowideral,Jes\'ariaeiones en h forma adoptada por la transición en cada país. GJn-firman, es decir, lo <¡ue se había sugerido en el primer capítulo ace:'cade I;:s considerables variaciones en los Tilmos oltasas ue,cam!:ios, y enlas secuencias de los subproductos en 'las condiciones peculiar~s (exter-nas e internas) <¡ue caracterizan las diferentes sociedades en I.rallsici('lI1.El pnhimo paso sería, entonces, \Ina teoría o sistema de hipót(sisrcrcrcntcs a las formas posibles de transición y a las condiciores y flc-tares <¡ne en cada caso I;¡s detenilinan. Las hi p(ll.esis collc<Tnien tesa I proceso de u rha n ización en relación con los otros proces()~ com ]l0-

nentes dl:berían ser parte de esa teoría general. Como se dijo, (':¡ta(eoría no existe por ahora y los intentos preliminares para, llegar aeJla ptleden lomar difG'enles caminos, <¡\lid complementarios, sea PIr-tielldo del lado tdlrico, con la construcci<'Jn de modelos, sea dd lado :le

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0,71 69-0.69 74

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0.G9 7(j-0,39 20

0,74 670,69 40

-0,66 40-0.69 114-O,G2 117

0.66 109

0,71 74

0,56 100

0/;9 1150,68 1090,54 67O,(j2 9(j

0,82 73

0,65 68

0,54 66

0,47 41

0,56 21

0,38 90'

0,69 77

0,54 61

SOCIOLOGÍA DE 1.A MODt:ItNIZACIÚN J(i3 ~

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Page 81: Germani - Sociologia de la Modernización

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

Ido con est.e criterio se ha hablado ele "sobre urbanizaci<'Jn" para la ma-yoría de los países subdesarrollados o' actualmente en desarrollo, y esto

" se aplica especialmente a América latina, cuya urbanización es la más"alta de todas las regiones del Tercer Mundo. Ya a comienzos de la década1950-1960 Davis y Golen observahan que, con pocas excepciones; todos.losp;lÍscs menos desarrollados se caracterizaban por un proceso aceleraclo(le urbaniz:JciÓII.~n Los {1;ltoShisllíricos confirman csta impresión, Por(,¡cilIpln, el grllpo de paLses nl<Ísnrbanizados en .IH!IO, con lIna proporciónde pohlaei(ín cn centros urbanos (de 20.000 o más habitantes) del 33,8por cicnto, alcanzaba ('n términos de "producto real" por persona uníndice promedio de 869 (en "unidades internacionales" de Colin Clark). ,En 1950 un grupo de paises latinoamericanos, con un promedio de ur-uanizaciún simihr (32,5 por ciento), alcanzaba solamente un índice pro-medio de "producto real" por persona inferior en más de un~ cuartapa .te ((i24 U /1) con respecto a aquéJ.:1O ,

En la experiencia del primer p;¡ís que se induslrializ6 -Inglaterra--el proceso de conccntraci<'Jn urbana avanzó casi pari IJassu con el delcrecimiento industrial. Al mismo tiempo que ocurría una profll11da trans-formaciún del sector rural, resultante en la expulsión (o "liberación") decampesinos, surgía y aumentaba r:ípidamente la demanda creaJa por laindustria moderna.!l1 Si se toma el proceso de industrialización corno as-pecto clave del desarrollo económico (según la dcfinici9n sugerida en uncapítulo antlnior), una forma más adecuada para an:diz;¡r el crecimientourbano en relaC'iún con el crecimiento illdmtrial es utilizar un índice que

Ireladone estos dos procesos. En el Cnadro 2 se ha empleado un índicede este tipo.32 Su aplicación a datos de 25 países es apenas una ilnstracióndel procese), m;ís que una verificación. Como puede verse, cuar¡,to másalto el desarrollo económico (medido en PBN por persona), tanto menorcs la relación urballizacic'>n-ocupación industrial. La cOI!relación entreI'BN por persona, e Indice urbanización.ocupación industrial es 1lega-tiva (-0,74). ,Es también in tcresante ohservar que dicha correlación •.iri-

2lJ KinR~lcy Davis c Hilda Hcrtl Goldscn, '~Urhanilation a 11<1 thc Devel0l'llIent"r t're.lndustrial Area,~", <;n £rmlOl/lir J)cudOJ"Ilt:111ol1d Clllplral Change, JJI (1951)(..,l...... ,

:JO T.o~ dalns para estc olmruto han ~ido dtra{dn~ de E. f'. 'Vc!Jer, The Growlho/ I"e Cirirs i,~ l/u Ninrlecntl! CCII/ury (nueva c(lición, Comell Univ, Prcss, 196:J),r;'tg~. J.j.(.!¡, y Colin Clark, Tlu: COlldili(ms of F.col1omic Pm¡;>ess (Londres, 'l\bcMi.lIan, 1(57)', cal', 111. V«'asc G, Gennani. "La ciudad como llJecani~mo integrado", enllr.lIi.\la Jlte,~icflna de Soriolvgí,¡, XXIX (1967), 387.406.

~r Eric ,E. Lampard, "Thc History oE Citic;; in the Economically AdvancedArc:IS , n/,. Cl!,

8~ Ta~a (le urhani~ación (porccntaje dc población en ciudarlcsl de 20.000 )' má~habitantc~) sobrc ta~a de indu5trialinci6n (porccntaje dc la población cconómica.lIlente acti"a que trabaja en manufactura), por ciento. Cuanto mC'nor el {ndicc, tanlomcnor la urbanimción cn rC'lación con cl cmpleo illllmtrial. cr, Germani, o/J, .dI.

1,

GINO GERMANI16.1

S:d)('1ll0Sque el nin:l de urh:lIIizar.ión dc los países menos desarro-llal10s es "11 la ;lclllalidad hastanté uds e1c\'ado de lo que podría espe-1 arse dado su grado de desarrollo cconl'Hniro, cuando se 105 compara.con el niv!'! lh~urbanizari(ín que tenían los países "cI.\lalment,e nds avan-¡';uíos en l'OlTc"pond('nria lOll \In Rrado simil"r de desarrollo. De acuer-

la gcneralizaci/l/l empírica. Una ilustr;¡ei{l/l de esto úlLimo ya se vio en,el esquema de etapas referentes a América latina, esquema de validezlimitada a una región relativamente homogénea y a un determinadoperiodo hi~tórico, La comparación de este esquema con otros correspon-dicntf~s a otras regiones podría acaso proporcionar una primera aproxi-maei()npara aislar las condiciones y factores detemlinantes 11.elas dis-lillt:IS forlllas a~\ltllidas por b Irallsici('>lI. Otro procedimiento podría sercOlllpar;11'Jos "pcrliks" de desarrollo y llIodcnir.ación alcanzados en unllHllIH'llto dado por tilia grall Gllltid:ld (k países, y tr:II:1t de extraer de;¡Jií tina tipología de t;IIl:s "perfiles". Es el procedimienlo eshozado enel estlldio de NacioJH:s Unidas, en el que se cOlnparan indicadores dedesarrollo económico con indicadores de "desarrollo social". Se proce-dió a c1asifi(;¡r todos los países en relación con cada tino de los indica-dores seleccionados, en tina escala tic seis GltcgOl ías en onlen de crecien-te desalTollo económico y social. De este modo pudo definirse como. "equilibrado" el desarrollo de aquellos países que remltaron ubicadosen la misnla categoría para lodos los indicadores, es decir, qlle habÍ;lIlalcan7.;Ido el mismo grado relativo de desarrollo en cada uno de los as-pectos considerados. En el estudio se vio que en los países n¡{\s avanza-do', los indic;¡dores de desarrollo social)' los (le desarrollo económicotendí;\n a forlllar \lila ('onfj!~lIraci{'n lII;ís "equilihrada" que la de losp:lÍscs en transicilín y IlICllOSavalllados,~H

tJna limit:l(it'm muy grave de este procedimiento, que también se:lplica a las correlaciones)' a Jos amílisjs factoria1cs ya mencionados, es(Iue rom para países cuya tr:lI1sición se inició en ('pocas distilltas, es decir,el! U/I cllIljllllto de circlIllstancias hisu')ricas muy diferentes en el nivelinternacional (con su illlpacto en el lIivel nacional). Como se sefialó,('stas cin:lIl1swncias varían continuamente y de este modo alteran deIIVlIera :,ir,nificaiiva la forma que adopta la transición en los paisesque la hall inici;1l1o en ('pocas dislintas. Este efecto puede wrse c1aI~I-mente cn el caso del proceso de urbanizacióu.

1,

I

Page 82: Germani - Sociologia de la Modernización

. I ' Cuadro 2La ¡elación urbanización.industrializJción (índice U / J) Y el grado dedesarrollo económico (PBN) , en diferentes niveles de urbanización

I (1950-1955) 33

La obs~rvJción ele e'ste contraste entre ,los países de antigua tI'ami.cióh'y los de transición reciente ha sugerido la noción de "sobre urbani-zación". Los países actllalmente menos desarrollados estarían afeclados

I I

, Compilado soure la base de datos de: Naciones IllIidas, lIc/}()rt mI JI,,:,H'or¡'l SociaL Sitllalion, 1957 (Nueva York, 1957), p'\g, 127; J. D. Durand, "l'attcrnsof Uruanization in Latin America", en II-liLbank !lIemol'iaL FWl(! Q.uarter/y, XLIII{1~G5); 'nQ 4. Las correlaciopes est,\n computadas sobre la Ipsc del ílldice de Spcar-man, Los ocho paises con menos del 25 por ciento de urhanización son l'akisl<Ín,Boli"ia, India, lJaiti, Filipinas, México, Cosla Rica, Finlalld¡,i; los paiscs ('On un ni"eldel ~G al 40 por, ciento: Egipto, Chile, Pnerto Rico, Vcnczuela, ,\lIslri:l, Frallri:I,~uiza, SlIecia, Can'ad,\; con el ,41 por cielito o nds: Argcntilla, Jlolanda, AlclllalliaoccidclJt:lI, Inglaterra, Bélgica, Australia. La clasificación enlre los 13 países m:isuesarrollados y los I1 menos desarrollados en 1913 se ha hccho mure la basc <lclos datos incluidos en C. Clark, 0i). cit.

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, 167

1890 1910 1950(nprox.) (n¡>rox.) I_~~

112 145 ISO50 80 9392 107 119

126 1~7 15059 60 130

100 113 ,.'9G JO(i 1-11 I ,

!)j 133115 172

137

15

36

1870("prux.)

SOCIOLOGíA DE LA r.IO[)ERN IZACIÚ;-':

1840Paillu (avrox.)

según esla tesis por uu proceso de urbanización anormal o pato: úgico, entanto el mismo no se lllanlencIría dcnlro de las proporciones conectaso funcionalmente req ueridas para su grado de ¡lid ustrializac:i,'JIl Algu'lOSautores han rechazado esta ¡'lOsición PUCMO <¡ue la misllla adoi)ta COIIIOmalIcIo universal lo ocurrido históricamente en los países hoy más avan-zados en la transición.a• Aun teniendo en cuenta las e,nseñanzas de esaexperiencia histórica, tanto las causas como los efect;s del p -oceso deurhanizaciún en los países ell curso de desarrollo del>eríau :I11:diz;rscen funci/III de las l il'<llllslancias en las cuales se est:í re:di':llIdo <¡ue '")orcierto difieren de las que se daban en el siglo pasado.

El crecimiento de la poblacit'm urbana en ulla medida mue'lo mayor<¡ue el crecimiento de la proporción ocupada en la industria ha ocurridoen todos los países. Una mirada al Cuadro 3 Illuestra que la relaciónllI'bauización-ocupación en el sector secundario ha ido en continuoJumento. Es decir, la población urbana ha crecido mucho m-Ís que laproporción de las personas ocupadas en la industria y en las (¡tras acti-vidades del sector "sen,mdario" (clasificación de Colin Clark).

La explosión urbana en los países de "antigua" transición se pro-dujo por medio de varias fases sucesivas, que ocurrieron en distintJs épo-cas según los distintos países. Si bien en términos re!atiyos el gran ere-cim ¡ento urbano ocurriú en los países m¡Ís avanzados de Europ: elUl:a 'l'teel siglo XIX, :1l1lJ rcciellternente, despuó de la Segunda Guerra Mundial,

Cuadro 3Relación urbanización-ocupación en el sector secundario para 1111grupo

de países (18.10.1950) aro

G. llretalÍa 67VranciaEstados Unidos 59AustraliaSucriaRllsiaArgcntinaChilcCnlla18 p,,¡:,cs lalino:lmcrica-'IlJS (promcdio)

:1,1Véase V. N. Sovani, "Tlle An,ilysis of Ovcrlll'ballizalion", en Úco'107IIic .De..'c:l0I""Cl11 mil! Cu/tum! Changc, XII (I!}(j,)), 11:1-122. "

3;' 1)"los cxtraídos de Nacioncs Unidas, 1I"/)/)I't 1m 'l'he lVo'rl<! Socia: Situation19:,7, oj). cit.; Adna V. Wcbcr, o/). cit,; C. Ciad;, o/). cit. El índice se ),a "OInput:ldodividiendo el porccntaje de lIa!Jilantcs en riudadcs de ~I),(JOO y m;,s, por el por(e~.I:l¡e dc la poblaci"", econólllicnncnte activa' quc trabaja en el sector secund::no ,(1 (,n" rurción. lila 11 11 fa(( n ra, electricidad).

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-0,'11--O,ti7_0,(i8

-0,7,1

Correlacionesentre PUN y

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:\1102:l7200

177

330

Indice .de urhn-nización/indu:t--

trioliznción<UII)

flromt..-di~

I'BN porpersona

(¡Jromcdioen dolares

E.U.A.)

247900

J.219

'GINO GERMANI

Númerode

países

166

U~bnniznci6n (porcen-taje de ;10 población enciudades de 2tJ.000 y

mlÍs habitantes)J¡¡rellos del 25 '70 826%'~,tO% 941',70 ,o más 7Los ,2'1 país¿s 2413 paiscs m,\s desarrollados

cn 1913 I 13I'¡ P\tÍscs Illcn<;JSdesarrollados

en 1913' I1

versa tiende a ser mayor en los niveles más bajos de mbanización (y dedesarrollo económico). Es decir que a parlir de estadios más avanzadosde la 'transición la relación urbanización-ocupación industrial se vuelverelativamente' m,ís independiente del grado de desarrollo económico. Porotra parte puede también notarse que cuando' se separan los países endos grupos, los de transición más temprana y los de transición másreciente, el primer grupo, registra un índice urbanización-ocupaciónindustrial inferior en un 50 'por ciento al de los segunuos; con otraspa labras, la urbanización' más elev:lC1a, en relación con el grado deindustrialización se da en los países que han iniciado la transiciónmás recientemente. En las circunstancias históricas (sociales, cultura-les, polItieas, económicas, etc.) del siglo pasado y comienzos ,del actual,el proceso de crecimiento urbano telidía a ser más lento y mús tardíoen comparación con ,el desarrollo económico.

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Page 83: Germani - Sociologia de la Modernización

:W ¡'mirla r,'((mlar,e '1"" "n el perí"do ('ntrc la, dos ~lIerras, en varios paí.'esde £:""'I'a I'l'l'dtJIuinal>all id"ologías anlilllbanas, Particularmente en los paIses fas-1 isla~, el "r<:tOrtlO" a la licrra r,lln5Ii'"}'6 11110 de los objetivos principales del Estado,,,talíl;lIio, Des]'".', de I!Hr" c'Il('Liallllel1le (011 el Mercado ComÍln, los movimientos(lo: l-'"blacY", r1e~;d,: l'l C:lIlI!," y ¡"ada las dlldades asumieron el volumen de un ver-l\;ldn'l ",'sod,,", Sin clllharl(o, ,,,davia en l!JliU se estimaba que solamente para los~l'is p;Jil:('\ ,,)1 11l'lvimicnlo tUl";)1.1I1tJílHO aref"Íaría a JntH.hn~ millones dr personas,'u l'i flllu", 'illlllediato, V"aS(: C;. lIe)'er. JI ",.,,/ Afi¡:rrllll,', "tI. ril. Sohre las migra-(iOIII'l; i'n I I sj~lo .\;lX \':'as(' ¡\. V. 1Vehef. 0/', cit.

::7 \'(.'as'.~ l:qll(tt1n IV,

hemos a~istirllJ a IIna, nueva intensificación de dicho crecimiento, espe-cia 1r1Jf:ntcen paIses (¡ue, como It¡llia, España y 01 ros, se caracterizabantodaVÍa por la subsisten, iade un scctor rural muy extenso.30 En Europay ell los 11('\11;'15!níses ya desarrollados el crecimiento urbano ocurrióen p;nt/:' por crecimiento vegetativo (en el siglo XIX), pero sobre todopor 1l11'di,)de la mig-r:let(ín rural-urbana interna e internacional. En1('I'I11illl'S1~('n,;r¡)!l's.el llli:;1\11)csquema de anJlisis de este p:'oceso sllge-:''¡O ('11 ,,1 (:'1,¡IIII •• ;Iull'rior es ;lpli(ahle a los p;1Íscs de "anligua"Ir:lIlsi(il'lll y ;1 kl~ de Ir;\I1:;idóu reciente.

En el nivel "!Jjd;U'} o UIIII,¡r:II/(L!,R7 1m faclores de "cxpu!Sj"lIl delc:¡nllo'O" sc 01 igill:tlon en la modnnización de la agricultllra, que permi-riú \;¡ "liber ación" de lIn CllC'rme nlÍmero de pcrsonas y la reducción

'dr:ístiLa ue 1;, OCtijJ;\I:it':n(;11 el sector primario. U na segunda causa de"cx.p,t!Si,')Il" del ('¡)mpo lue el crecimiento dcmogd{ico. Por ot.ra parte.1<1misma tr;l1lshrmaóón tccnoV)gica y económica afectaba simultánea-ml'lI((' el ¡;-Ido urbano, El crecimiento de la población ocupada en lai11llustli;. c:i(illllll(', w);111wnl',~una primera fase de la expansión urbana.Lo? c;nl'lhjos t.eCl!ológicos )' el consiRuient.e aumento Je la productividad

, l'n:uó el ;IlJincnlo de la po\)bción absorbida por la industria, En realidad,lodo el sector sccllIlllario se estabilizó o induso tendió a disminuir entérminos porcentuales. Sin embargo, al mismo tiempo el surgimiento de1I11CVaSneccsidades -salud, educar.i('m, servicios sociales, rccreación '1horas lihres, or~;allizacic'ln y aclminislración- irnpnls6 enormemente elsc(lpr de servicios, De csl,e modo, fue el intenso aumento de la produc-ti..-idad en la ;lgríCllltllra y en la industria lo que permitió el creci-miento del sector [r~rri;lril>,Tale:; han sillo los camhios ambientales gene-r;ltlorcs de los rartorcs ohjetivos dc "atracción hada la ciudad". En tér-11lillOSeconóm leo:;, míenll as d ismi nub la demanda agrícola, aumentaba1;1dl'manda lIlhana, demalld:l r¡ue ('n las fases m;ís avanzadas ya no es-laba 1,;lsada '1.:'11 bs Ilcccsid:l(1cs de la industria sino en la aparición denUC';]S necesidades, •

Ell lo:; ni, c!r', "nOl'ln;lI ¡"o" y "I"ico:;orial", la ruptura del orden tra-c!icion:,] 1('I1~li(');1 OC!!!'r;l (011 cierta !elllilud para grulllles sectores de lapnIJl;lci"lll, t'l 't1l11pal';]Ci'\ll 1'011 los pron.'sos an;'¡jof;oS en 1111,,110Spaíses

1I

169

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

Ia8 V~ase, por ejempln, F, Alheroni, 01" cit.3D La noción marxista de "ejército de reserva" hallaba su fundamento len

este hecho,

, ,

actualmente en desarrollo. El hecho de que ,en el siglo XIX no existierantodavía medios efectivos de comunicación de masas íue acaso uno de los{actores que mantuvieron el aislam~ento de los sectores "peri'féricos"dei1tro de sociedades cuya burguesía, en las zonas centrales, 'ehaba impul-sando vigorosamente el desarr9110 capitalista. En Rusia, ocurrió básica-mente un proceso similar, pues la gran mayoría de la po,blaci(m, toebvíarural, tendió a permanecer en las formas tradicionales de viúa y fue solocn el curso de la ('onstrucción socialist.a 'ltIe se promovió su Illovilizaciúnhacia formas modcrnas. Y dicho proceso fue en medida considerablesometido a una planificación central tanto económica como social y psi-cológica. Por supuesto, el desplazamiento desde las zonas rurales a lasurbanas, y de las formas culturales preindustriales a las industriales, ori-ginó conflictos profundos y de larga duración en todos los paÍses~ Esnotable, empero, que en varias naciones europeas la ¡migración desde elcampo tuviera caracterl,sticas muy distintas en el siglo pasado y hastala Primera Guerra Mundial, ~n comparación con las migraciones de lasegunda posguena. En el primer caso la migración 110 implicaba unaruptura definitiva con el orden tradicional; en las intenciones del mi-grante se trataba de una migración transitoria. realizada con la irhenciónde procurarse los medios para adquirir tierra en su lugar natal y reesla-blecer así las condiciones "normales" en términos de expectativas' y as-piraciones de tipo tradicional. En las migraciones de la segunda pos-guerra, la motivaci(m central fue el abandono definitivo de la 'formade vida rural y la decisión de adaptarse a la forma urbana indus~rial demanera permanente.3S

El fenómeno de la "marginalidad", en términos económicos, poll-ticos, sociales y culturales, se dio por cierto en esos paIses y afectó agrandes proporciones de la población, pero su ingreso allsector modernono sólo fue relativamente lento sino que se produjo medi~nte la incor-poración parcial a determinadas esferas de actividad, m.ientras en otras'se mantenían las normas y las actitúdes tradicionales. A menudo, l'a in-corporación al trabajo industrial, como mano de obra. tendió a prece-der los cambios en el nivel normativo y psicósocial en cuanto a actitudes,expectativas y relaciones in terpersona les. Aunque a lo largo de todo elproceso la desocupación urbana fue un hecho constante,ah alcanzandocon las crisis cíclicas niveles amenazadores, el desarrollo económico (y eldrenaje que significó la gran migración de ultramar, particularmente Ien el siglo XIX 'y comienzos del xx. así como el causado por la disminu-ción del crecimiento ve:getativo) permitieron finalmente que la pobla-

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J 71SOCIOLOGíA m; LA MOIlERNIZACIÓN

el paso desde la urhallización preindustrial a la nrhanización illdustrial 'ocurdó en [unci,'))I de factores m,ls endógenos qlle eX"lgenos.

b) La secuencia con que se dieron los subprocesos se vio alterarla'por diferentes motivos. En primer lugar, la industrialización pwpiamen-te dicha se vio retrasada o incluso impedida por una conjunción de fnc.tores internos y externos. Entre los primeros pueden hilber influido eltipo de cultura y las actitudes dominantes, la falta de ~~pitales, de merocado interno, de infraestructura organizativa, de inversiolll:s básicas, et:.;en tre los segundos, la sit uación Ill'isllla de pa ís ex portador eh: Ina teri asprimas y el complejo de intereses locales y extranjeros favOIables almantenimiento de esa situación. El retraso o, la falla de desarrollo in.dustrial no impidió, sin embargo, el desencadenamiento de otros pro,:e-sos de modernización social, especialmente aquellos que surgían de ladifusión de innovaciones científicas y tecnológicas no directamente de.pendientes del grado de indiJstrialización. l'al es el caso de.:la n~ducdt"ndrástica de las tasas de mortalidad, que junto con el mal)tenin:iento (oel aumento) de las tas;IS "tradicionalcs" de natalidad condujeron a laexplosión demográfica. O el de la difusión de medios ele colllllllicaciónde masas que implicó la introducción de poderosos instrumento" de mo-vilización subjetiva. La p~rsisteIlcia de una estructura agraria IllUYdes-favorable en la mayoría de los países menos desarrollados, el enormeincremento de la presión demográfica y la aceleración dé los procewsde movilización subjetiva constituyen factores impoúalltes para, explicaren parte la migración rural-urbana, sin que al mismo tiempo exi ;tiera unaumento de la demanda de empleo urbano, en un nivel equiva,lcnte. Porotra parte, aunque en medida muy inferior a la fuerza dc trahajo dispo-nible, hubo cierta trans[onllaeión de la estrnctura tradicional, que re-quirió algún aumcnto de la ocupación urbana. Nos referimos sobre todo,a los "efectos modernizadores" de la economía primaria de ex¡:ortaciónaludidos en otro capítulo. Por ejemplo, la organización del E;tado, elestablecimiento de servicios sociales de toda naturaleza, la acti, idad co-mercial y financiera, el crecimiento del mercado interno y los comicn7.0s .,de la industrialización (aún limitada a la producci<'m de I>i(,l;(,~de con.SUIllOno duraderos o pina los sectores de escasos recnrsos, suscitaron sinduda una nueva delllaJ~da de trahajo Cll las ciudades. Es illl)llll',aIlIC :HI.

vertir aquí, que la expansión de la bur~cracia pública y privada y de ~osservicios fue mucho mayor que en etapas correspondientes del d :'sarro,loen los países de antigua transieiún. Una iUI)}()rtante causa de es:c hec:lOfue <Iue el "1I\odelo" del Estado y tle la socied:1l1, y el tipo y ni,dde necesidades que intentaban satis[;¡cn Lis nuevas illstitllciolll~S en Jospaíses en desarrollo; no eran los que durante el siglo ¡¡:¡sade hahí:¡11car:lcterizado a los países ele industrialización temprana, sino que cstah~n

~~~

GINO GERMANI170

, 4'0 Ya se mencionó en los capltulos segundo y tercero cómo los IlIovimicnt05 yreghnenes totalitarios de derecha pueden interpretarse como formas de desmovili-zaciÓn forzada de los sectores populares en rase de rápida movilización primaria.

ción en edad de trabajar fuera absorbida en actividades cconómicas mo.dernas y de mayor productividad. Aun ahora esta absorción dista de sercompleta, por lo menos en las economías de mercado. llasta recordar lapersistencia de considerables sectores económica y socialmente s~grega-dos entre .los negros y otras minorías en los Estados Unidos, y la persis-tencia ,dc ,áreas subdesarrolladas en muchos país:o:savanzados. El procesode movilización en sus diferentes aspectos objetivos y subjctivos ocurrióen estos países de manera discolltinua, CII grandes "olas" succsivas dis-tanci;ldas entre sí, '1 veccs, por lapsos de m;Ís dc IIl1a generac.i,'¡n. El!r~alidad, toda clase obrera urbana permaneció relativamente aislada osegregad¡t de la sociedad nacional y de varias esferas de la cultura mo-dCJ;na hasta muy tarde, pues su incorporación e integración (relativa) cnel sistema nacional sólo empezó a producirse con todos sus efectos en las

I últimas dos décadas, al, alcanzar las, economías de sus respectivos paísesla. etapa de mayor madurez. Por lo demás, las discontinuidades en elproces~' y las ocasionales fases de acelerada movilización no dejaron deprovocai' ~onnictos y tensiones muy agudos, que en algunos casos pusie-¡ron en crisis el sistema.4o

, , ~l'proceso en los países en curso de desarrollo difiere del que se hades(]ripto',anteriormente en tres aspectos principales: a) la situación inter-'na 'y externa que se halla en el origen de la urbanización; b) la secuencia, con que se han dado diferentes subprocesos, c) la intensidad y la veloci-

I

dad de éstos., I

Nos referiremos sucintamente a estos tres aspectos, puesto que otros,detall~s se agregarán al examinar el caso latinoamericano.

, ,I I a) Cqn la excepción de aquellos paíscs nuevos cn los que no existía

'ura estructura urbana preindustrial, el proceso de urbanización "moder-no" ocurrió usualmente a partir de la estructura urbana preexistente, esdecir, de naturaleza preindustrial. En los países hoy en desarrollo talestructura estaba en gran parte moldeada por la situación de dependen-cia económica y política del país en cuestión respecto ele la metrópolis o

, . 1

; ,& los países industrializados. Tanto las necesidades político-administra-, tivas durante la época c.o~onial (cuando la hubo), como las necesidadeseconómicas derivadas de l,a exportación de materias primas y la importa-'ción de productos manufacturados (lo que constituye la forma más ('0-'

mún de incorporación del país al mercado mundial y a la economíamoderna); afectaron profundamente la estructura drbana. D:o:este modo,ya en el punto de partida hay una eliferencia con los países en los males

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Icpn'S('1I1'aclos, por lo cOlIl.r;lrío, por ('sa:; mismas sociedades, pero el1 SIl

esl.rucllll'a aet.ual (es decir, ya ;1\'"nZ;l(.la), Las funciones del ESl.jldo Iwni('ndido a ir en continuo aumento, cualquiera que fuera el Lipo desisle¡na ccollómico domin"ntc. y lo mismo ocurrió con los servicios. No!.'la posihle', 1'01' cierto, ignorar I"s exigcncias de org;lnizaóón y de ser-\'il i'lS en \In ni\'l'1 m;b tlIor!crnJ, una n:z que é~las habían aparecido y'lit:' J:¡ cnlKiclHi" de Sil necesidad se habí:l difundido, Por (itrto, ('SI;1 p').',t1"h!:ld de e:,-p;II1.,i""1 di' Ins \('I'\icios y (11:1:1Illg;l"i7.ació" púhli(a y"ri-\'a(~;l <:SIII\,(I lilllil;J(la por I(ls ITC\lISOS disponilJics <.'n ,-"da p"is. 1'el () en1I111chos de ellos 1" "c.xpansi<'m (:co"ólllic;I" sobre b base de la economía1.11j);' ,ri,1 de expollaciúlI 'H provcyú lIIedios relati"allll~"te ahullllan-le, FII lII\1chos casoS, además, se re;l\izt'> a eXlH:nsas de las inversionesdi,,', t;ll11l'ntc jJrouU<li\'as. Por todos CSIOS motivos, aunqlle en IlIc(lida11111)' dc~igllal, ell la mayoría tie los países de transición m;\5 reciente lant I lH I \11 a dc l:t ocupación urhana )' su yolumen resu!t,lJ"f)1l in£Iuidos por

,fondiciolles no dircrtalll"Jlte "iJlcubdas c(,n el desarrollo, econúmico y lailltillstrializaci!'>1l propiamente dicha. Claro est;\, cierta proporción de lajl,,!,j;\l, i,',n (11 '::dad de trabajar que reside en las ciudades de estos países,11') ',1' ), ti];, ;tir',o) bida por servidos dc tipo "modcrno" y dehe considerarse111;:!gin;,) \) I '.'la! j\ ¡;IlICIIlC Jllarginal a las formas 1lI0dern;¡s de elonolllÍa.F~l" es \:\ 'í!,,) de "p:;eut!o-tcrciario" que infla en gran medilla las est;¡.dí~iil"s 'H"llpariona1cs de los países subdesarrolbt!ns. Pero, al mismoti(';nJlll. h;,)' 1111sector ler('hlio reaJ que es, sin duda, m;ís ;l1llplio q\le el(PIe' (,OlT('spo1llleria a grados eqlli\'alcntes de lksarrollo económico, segúnla \');pniCll(j;¡ cid pasado. Y estrr mayor ;¡mplitJHl se explica sobre Jaba~l.' ele los citados "cfeclos..lnoderniza'r1orcs" )' del tipo (le modelo de'Jlg:lflllación y de neccsi(bdcs que ejerce mayt1r influencia en la act.ua-lid;;d. Por último, la int.roducción de medi,]> I!lodernos <le transporte,<:11gr;1I1 parte oricnta(los haci;) Jas nccesidades dela econolllfa primaria'!e (';'qJOrlaciún, 101llrihuyú po<lcros;illlcnle a romper el aislamiento tleIlIU( has /.Ollas del terrilorio nacional, favoreciendo el contacto con los,'I'1111<1S urhallos )' 1:1 migración hada ellos. partínt!anncnte h;l{"Ía;¡<¡II¡"llos <.'1l,cXP;JIISiÚIl a C;lI1Sa de su [ullciún econúlIIiGI y polltica en

es" 1I po d~ ('conom'ía.1) 1..1 \'d(lridad y d volumell de algullos de los procesos causales del

Cil', ¡llIíelll!) IIrhallo IU('I"on 111llCho mayores ell los países hoy ('n desarro-Ih q"e ('11 los países de illlhlstrializaciúlI temprana. Por ejempJo. el ere-,¡¡¡:¡,'UI" ,It- 1.11",hb('il'lIl i;¡m;'¡s akallJ.\l ell 1111país europ('o bs t;¡sas del!1 ,', \,,'\ ,¡,'n:,' ,\\1tl.,l (1'1" t'.lral\eri ...ll1. 11(1\"en día. ;¡ ciert;¡' Te~iolle"

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, IS()CIOLOGiA DE LA MODERNIZACIÓN

4:: Peter T. llatler v nasi1 S. Y~rn('v, 'rlrr I\r.onomics o( Vlldcrrirllc/o/)(r/(.",mtrie,~ (Chicago. Chic~R(l 1.Jnivcrsil)' l"rl's<. 1%7). capitulo 111.

tad de las lasas nombradas, los paises europeos necesitaron envi¡u m;is de.I J" ¡ l.sesenta mIl olles de personas a u lramar. En una proporclOll muy consI-

derable, eJ pt.esel~te "éxodo" rural hacia 'las ciudades, es el sustituto,en IÓs países en desarrollo, de la gran migración curopea, <¡lel siglo pasa-do, A esto debe agregarse, como otro factor 'de aceleración,' la introduc-ción de los medios de comunicación de m~sas y las faeil idad,es detr:lmporte moderno, que han elirnin~do o reducido dr;\stican{ente ela i~1a11IÍ<:1I1o psicolúg-ic o y lila terial de grandes sectores de la pohlacilll1,y facilitado por I.Ollsiguie\lte su moviJizaciéJl1 material hac!a el únicoloro de atracción disponible en las condiciones actuales! las ciudades.

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La urbanizaeilm sin industrialización o con industriaJización retra-sada es, entonces, el resultado del complejo de condiciones externas ,einternas que caracterizan la transición en los países que la han iniciadoen épocas más recientes. Cuáles serán Jas consecuencias de este hechosobre los dem3s proceso~ y en particular sobre el desarrollo económicoes un probJema m"y compJejo que no puede resoJverse calificándolosimpJemente de "sobre.urbanizaCión" o de urbanización anormal. Por.0 pronto debe reconocerse como real el hecho comúnmente observadode que en estos países, una parte -a veces consitlerable- de la pobla-cit'>n urbana es marginal desde el punto de vista de su actividad e~on<Í-mica, así C0l110 en relación c.on las formas de consumo y otros aspectosde la cultura modelna. Como ya se dijo, se ~ucle destacar el hecho de<¡'le Ja estructura ocup;¡cional producida por Ja expansión urbana ynoacolllpaíiada por cambios estructurales en Ja econornfa produce una dis-tribución de Ja población activa que, aunque nominaln;'ente parece acer-cai-se a la de los países desarrollados, presenta diferencias sustanciaJes.Lo que' se destaca es que en estos casos el sector de servicio uo corres.ponde a ocupaciones modernas sino a formas u:adicionales, ~or ejel~lplo~servicios domésticos (que en cambio tienden a desapalecer en los prrísesde economía más madura) y otras actividades no modernas y de bajao nula productividad. En estc sentido tales ocupaciones SOlll.lan s(,lo unaforllla de desoCllpaóón disfrazada, trasladada del campo a la eiudad.42

Es lo que hemos denominado m;ís arriba "pseudo-terciario": Jas per1so-\las en esta situación no solamente no ejercen actividades propias de U11

seclo\' terciario moderno, sino <¡"e sus consumos y formas de vida (aun-que \lO necesariamente sus a~piraciones) si¡;uen en gran parle siendomarginaJes con reSI)eclO ;¡ la sociedad moderna. Razonamientos análogos

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podrfan aplicarse :l cierta proporción de Ja pobJación que figura en lasestadfsticas ocupacionales como trabajando en' el sector secundario. No

GINO (:ERMANI]-.,1:-

Page 86: Germani - Sociologia de la Modernización

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4a Actividadcs artcsanales y otras actividadcs dcl sccton sccundario basadas sohrctccnolo~ías quc absorbcn m;ls irabajo quc capilal, pucdcn' rcsultar Íltilcs o inclusonccesarias cn dclcnninadaS condicioncs o cn cicrtas clapas del dcsarrollo.

, H Estas cousidcracioncs dc J. Fricdmann y Th. Larkington, cxprcsadas a pro-!)ósito dc Chilc, constitu)'cn ulla opinión difundida aplicahlc a olras silllarioll(,;an,lIogas. Véasc "Jlyperurbanizalion alld Natiollal Dcvel0l'mcnt ill Chilc" cn lh/)(III

Affail'S Qllar/erly, JI (1967), junio.

sólo éste inCluye actividad'es artesanales o de tipo preindustrial,43 SlllO'

incluso otras actividade~de,muy bajo rendimiento que también consti-tuyen desocupación disfrazada y originan, en todo caso, un sector social)' psicológicamente distinto del moderno proletariado industria!' A estos"marginales" o "semimarginales" cabe agregar por fin los desocupados,q4e' e~ algunas ciudades representan una proporción collsiderable. L<lpr'esencia del "pseudo-terci-ario" y de las demás categorlas marginales nodebe hacer olvidar la expansión del terciario a que ya hicimos referencia,que aunque va más alLí del nivel "histórico" esperado en un g-radodado del desarrollo econúlllico no deja, de constituir un sector de 1<1poblacióri que, desde el punto de vista social y psicológic~, se hallaincorpo~ado a las formas modernas de vida urbana. Por ello cs necesariodistinguil- entre el "pseudo-tcrciario" (y si se quiere, el "pseudo-secunda-rio") y el te~-ciario social y psicológicamente real, aungue expandido cnproporciones mayores que el nivel de desarrollo económico, según ,cri-terios' es:trictamente "j¡istól-icos".

I : ~En' (¡ué medida el "exceso~' de población urbana se convierte cnun factor negativo para el desarrollo económico? Según algunos la sobre-urbanización "ac;túa directamente sobre el desarrollo económico, dismi-núyendo l,a propensión al ahorro, desalentando la producci(')fJ <Ig-rop¡:ula-ria y 'desviando lo~ recursos escasos de las inversioncs de alta producli-vidadl1~cia aquéllas de bajo rendimiento".H También se seiíala que 1;'1excesiva c~ncentración urbana, particularmente laconcenlración en ciu-I.i~des "primates" es un factor desfavorable para el desarrollo equilibradoen el nivel geográfico y, por lo tanto, un obstáculo para la integraciónnacional. El fenómeno de la primacía de ciertas ciudades se halla vincu-lado, en los países periféricos, con una estructura económica dependienteelel comercio internacional. Tales ciudades suelen funcionar como punto

~'de contacto ¡entre el tra~lsporte terrestre (desde el interior) y el marítimo, (hacia el exterior) de la p~oducción primaria. Su ubicación y crecimielltu

responde a las nccesidade~ del comercio internacional (del desarrollo "h;l-¿ia afuera") y no.tiel desarrollo equilibrado o integrado en el nivel na-cional. El sistema de transporte sirve a los mismos propósilos y tiende a

. multiplicar los efectos deformantes,del "síndrome de la cconomía prima-ria de exportación". La ciudad primate, y su hinterland inmediato, con

4[, Cuunar l\f}'rdal, FWl/olllic Thcm)' al/ti UIIt1t'1'c/e-¡'''¡''I,ell lI",~io71S (J..ond:e.s,Duckworlh & Co_, 1!JC,7), cap. III; Ilcl'l H. Hosclitz, "Ccn<:ralivc all,l J'arasllu:Cilies", cn Eeo'wlIlic 1Jwe/()/'lIlel/t mul ClIlI.lIral Cl"w¡o;e, 3 (l!J:jr,), p,ígs. 287-~9-1;Wilhur R. Tholllson, "Urhall I,conolllic Growlh ;,nd llc\'cl0l'u/cnt in a tialionaiS}'stclll .of Citics", en }'h. M. Hauser }' Lco F. Sdlllorc (O}/Ul'S.), -rhe S.',uly ufUrbtmizatiOf¡ (Nuc\'.l Yurk: J. Wilc)', 1965); I'h.' M. H;lIIs<:r, ":J'hc Sodal E"ouornic¡¡nd Technulogiral l'rohJcms of Rapid Urhal~izalion", cu lICrl F. lIusclill }' ',\'ilI~e~.tMoure (comps.), /¡ulllstrializalioll <lIlel S()ciety (LJNESCO, ]\foutOIl, l!lli~); J'llIllj>l\f. lIauscr (romp.). l!rb'lIIiUltiu" in Lati" AlIlerica (I'arís. 11:'\ ESU), 1%1); I'hilip 1\1.Hauser (comp_), l!rba"i¡ation in Asia clIIci the Far East (Calruta, UI'\ESCO 19">7):,Intcrnalional African Ins¡ilut('s (Londrcs), Social 1'"I>!ieccliols o/ 1"c1rcsl•.ia'i,ali01I""el U,'bar¡izatiOIl in Af"ica, SOllth o/ tl/(~ SalUll'a (Paris, U N I'~~CO, l !JC,li); Orici.na I

dc Asunlos Sociales de las Naciollcs Unidas, Re/)()I'l 01 lhe Jl'orl,l Sorjal S'!llallV71(N.Y., U.N., 1957), caps. VIII, IX Y X. Véansc tan/hit'll las bibliografías CII R. M.Mors<:, "Latill Amcrican Cities: Aspl'cls "f FllIlClion al\(1 Structlln:", ell ¡;O/llj¡a.,mlit,,, SII/(/it:s i" S(}ciety amI /lislory (IV, J!J(j~). p:íg-s, 47:1.4~J:\, l' "lten:lIt ttc:se:orr.hon L~tin Amcrican lJrballiz;¡tion: A Sdl'I'livc SlIrvey with Ctllnmenl:IrY", cn /.alll1Amenca" lleuare/¡ 1{e¡)iew (J, 1%5), págs. 35-74.

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175SOCIOl.Oc;í:\ DE LA 1\I011EItNI:t_ACIÚN

su gran concentración de l;¡ rique:ta, su nl1tllr;1 moderna y Sil ("~panslOnecontJlIlica despropoJ'cion;llla, ha sido, de ;Icuerdo COIl estas o¡,¡nion'us,un factor negativo ¡¡;Ira el des;IlT,dlo de otras regiones y de 1;' na~'i()nconsiderada C0ll10 UIl lodo. Los recursos materiales y humanos han sidoconcentrados desproporcionadamente en esas ;íreas, en detriluelltO deotras regiones del mismo país. Induso al iniciarse el proceso d~ indus-trialización, esa precxistente estructura urbana tiende é' deterllliúar la10Gilización de las nuevas actividades, agregando lIuevos factores de dese-quilibrio y una dislrihucic'lI1 esparial de la industria a mcnudo lIluy d, s-favorahle p;¡ra su ulterior deseuvolvimienLO.4['

Aunque muy poros sc atreverían a negar la existencia de estas con-secuencias nega ti vas, ot ros a u tores destaca n (l' IC la conccntración urb;lll apuede también tencr dedOS Ll\'ol"ahles. Por cjemplo la noción misllla de"sobre-urbaniz;¡ci(ín" ha sido cueslionada; la concentración de rccursosescaso's cn linos cuantos ccntros uriJanos puede ser nds dicienlt <¡ue siestuvieran diseminados en un gr;1Il territorio; la funcit'lIl positiva dc laciudad como un centro din;íll1ico p;li-a la educaciún )' la iIlIlOl'aC:<ÍnlÚ:-nica y social bicn puede conl pens;] l' los costos --eco n ('1I 11:{OS y sori;iles-de la "sohre-urhaniza(HlIl". y <'~slapucde ser 1111 fano!' de des;lrwllo eco-IIÚlllico c indllstriali¡aci('JIl en las regiones suiJdesarl'llllalbts. 1-:ntildo GIS",

la funcic"1l de la ci udad cn las socicdades actualnlenle en desan (1110 esdiferen le de la [unción histúrica e¡Ile des(:11lpeii<Í en los primeros paí-ses ind ustrializados. Finalmente, la deseabilidacl de un' desarrolle- y unamodernización integrados ha sido puesta en discusión. Tal vez las con- I I l.,¡Jiciones en las cuales ocurren ambos procesos hacen imposiblc ,I,!canzardicha integración. O qlliZ<Í las discontinuidades gcogT,íficls interna,;puedan rcplTsent;¡r un fanal' quc acelere el proccso en su conjullto" po;

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•¡ 1\. ] 1. Jlo,dil?, n/J. nI,

Jo lIlcnos Cll cicrtas etapas de transiciún.40 Dc tudas modos, como Jo se-iíalú lloselitz, la función "generativa" o, por lo contrario, la disfunción"parasitaria" <le las ~.iudades, en particular de las ciudades "primates", .depcm/e de una serie lllll}' COInpleja de factores económicos y no econó-milOS quc pucden iuter\'cnir en cada caso. Infortunadamcnte, debcmosconcluir con las mismas palabras dc Hosc1itz, escritas hace quince afias,Cli el sentido de que la dclcllninaLÍ,jn de estos helores y de sus inter-I elaciones siguc siendo uua de las l:Ibores principales CTl c1 estudio de la(ollcxiún ('nlrc la urbanización y los demás proccsos que intervienen enla transicit'm.H AunCjue en este libro no 1105 proponemos examinar lasrepercusi~ncs er:onómicas. de Ja urbanización acelerada, en un capítulopusterior se har;Ín algunas refcrencias a las consccuencias, a menudo«>ntradictOl ias, que pueden a(ljur!icarse ;¡ cse proceso en otros aspectosde la sociedad y del camuio .social.

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Car(¡ ulo VI

La fran.sir.ión demog"áfi("Q en América laflna

Notas sobre el problema de la explosión dcm,ogdficay el desarrollo económico

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Los pa(~('s de América lalin~ se hallan actu21men~e en diferenteselapas de la "transiciúlI demográfica". Este proceso se caracteriza portres et:lp:ls. Un" primera etapa en la que predomina el patrón demográ-fico lradidona!: lasas altas de nataliebd acompañarlas por tasas igu;¡}-rnente altas de lrlort,didad (I.lsualmcnlc por fucrtes oscibciones produ-c:id3~ por epidemias, períodos de intensa esc;)sez de 'alimentos. ctc.). En.eS'.a et;;pa la población se mantiene estacionaria o aumerila en formamuy lenta. En la segunda ctapa -ele transición en sentido estrÍ(lo,- seobserva un descrmo de la mortalidad, mientras que la natalidad se man-tiene '?n los nivdes anteriores o incluso tiende a aumentar (pm.'.diversosfactores). En esta fase f'I equilibrio entre bs lasas vitales de5aparece y lapobbciún ;wmenta dpidamente a causa de la diferencia entre la'.nata-Iid"d y la mort21idad. Ll duración del "retraso en el comienzo dr1 des-censo el,.,b fertilidad" ,'ada S(:gll!1Jos países y las ci,cunst:¡ncias his'tóri-C:IS. En Europa nunra f:w menor de treinLl a¡¡os y en varios C¡¡SOS ma-Y°1";1 Los factores inmr:dlOlns en el (Tf.'cilllienlo explosivo de la poblacióncst:in precisamellte en: 1) la relativa rapidez c~n la que disminuye lata:;a d~ mort:lJid:HI; 2) la duración del "retraso" en el descenso de lakllilidad. y ~) la rJpidez (on la cual ocurre la disminución de la fer-tilidad una vez '1"(: d proceso ha cmpczado. Cuanto nLIs veloz la dis-Ini"llcit'1I1 de la mortalidad, t.anto m;Ís lTlrasado el comieilZo de la dis-llliIlIJ(;("n de la natalidad y, cU:lIlto m;Ís lento este proceso, t~1I1tomayorel (}ccimientn durante la fase de transici(JI1. A eslos tres factores hayfilie "f'.regar otrn: el nivr! inidal eH las tasas de mortalidad y fertilidad .

GINO •• f.RMANI1 'j ti

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2 Kingsley Da\'is, "The I'lare of Latin America in Worll! Demográphic Hist-ory," en T/u: Milbunk Memorial Fuml Quarterly. XLII (,19().1): 19-47; 2~ partc.[ :l Carmen A. Miró, "La población de América latina en el siglo xx", Semi-nario Centro Americano y de la Federadón Intcrnacional de I'lanificadón dI; laF¡lInilia (mimcógrafo).

i O. A:ndrew Collycr, "Current Trend and Diffcrcntials in Fertility in LatinAmerica as re"ealed by offici~1 data" (Milballk Fund, Round Table, 1967, m,:mus-crito inédilO).

Es probable que el proceso demográfico en América latina siga bási-camente el mismo modelo de transición demográfica que en los paísesocciden,tales en el pas;¡do. En este sentido se puede recordar ti lit algunosdel los países de la región -como Argentina, Uruguay, Cuba y PuertoRico- han alcanzauo la última fase del proceso, y que en otros, comuChile, parecc haberse producido el comienzo de la disminución de lanatalidad. En la Argentina la natalidad comcnzó a disminuir a partirde la décaela 1870-IRHO, desde Hna tasa bruta (estimada) ele 1ü,7 por mil ~!lasta algo menos del :¿,¡ por mil en la actualidad. Eu el Uruguay d pro-ceso fue: semejante:. En Chile el cOllli<:uzo lit: la úeclinación habia ya <:111.pezado d'maptc la décaua del 30.3 Algunos elemógrafos, sin embargo, hane?,pres;1l10 serias dudas sobre estas ;¡nalogías. Se hace notar que, en espe:-dal 'n¡;¡ndo se compar;¡n tasas estanuarizadas por edad en lug;¡r de tasasbrutas, el nivel de fertilidad h;¡ ido en aumeIHu en lugar de disminuiren' la ma)'qría de los países, excepto los tres 'mencionados m;ís arriba, que~e hallan cn pleno cn la tercera fase de la transicil)n demogdfica. rorejemplo, incluso Chilc experimcntó un ligero crecimiento en la nataliuaddespués de 1955.'Según un autor, el caso dc Argentina, Uruguay y Cuba

1

no puede comp:trarse con el de los demás paíscs de la región: en cllm ladeclin:¡c!óll se debería al hecho de la gr;¡n inmigración extranjera, quepuede }¡;¡bFr introducido prácticas de control de la natalidad. En las na-tiones cuya población es autóctona o mezclada con los uesccndientes delo's pril11e:ros colonizadores, seglÍn el autor citado no se rq~j;'tran tenden-cias a la disminución a, pesar de haherse pro¡[ucido en Ifluchas de ellasavarices pronunciados en cuanto a desan-üllo económico, Por ejemplo, en!v!éxico, si bien la población ocupa¡[a en acti\'idades secúndarias y tercia-rias ha aumentado del [24 al 41 por ciento dcsde 1920 a 19f¡0, la tasa (es-tandarizada) de natalidad ha subido dcl'!l al .19 por mil. En Venezuela,con cambios iIJcluso más 'aceJltuado~ en la composición de la población'económicamente acriva, la tasa de natalidad ha pasado de '15 a 48 pormil. Sobre la base de cstas consideraciones, este autor concluye que la "rc.ducción de la fertilidad no es un suhproducto all[om:itico del ¡[es;nrolloeconómico" .• Estas observaciones 'son probahlemente exactas en cuantoal aurncJlto de la natalidad en la mayor paI'le de América lat ina desplu:sde 1930. Pero no parecen ajustarse a otros hechos según los cuales los

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l7aSOCIOLOGíA DE LA MOllERNIZl\C1ÚN

meC:lI1isrnos sociocultllrales que acomp;¡ ¡Jaron y 1¡(.It:]In in;lron el desccn.so de la natalidad tal corno se dio ell el pmccso "CspOIII.;ínco" ocurrido,<:/1 EtII Opa, JlO parecen diferir ('JI Amcrica lal iJla. j,,1 ¡,asll desde la fertili.dad "tradiciollal" a b "fertilidad" mo((¡.rna es nada rn;ís ljilC UII ,Ispectode la adopción de pallta~; de compOn;lIltiel1lo deliberado, so!lre l:t base dcdecisionc~ individllalf'S (ploceso de "indi\'idll;lci(;i¡" y "':Icionalilaciún"),aplicado ;1 \lila l'sf<:l:¡ qlle en la socif,(Ltd íra.li('joJl:d .;~tdcsO' ,'cguladaP('I f:\llor('s iml'l'¡ sOIl;dcs 01'''1' P:IIII;IS de cOi/dilet;, ,sol'ialllll'lll<, pn"IT:I'-tas (<:11OII':IS p,,!:Ihl :IS, IJlW toda socie'.!:,d n'!~lll:< su !lin'! dCIl IWI':íriu)de ;dgtilla 11I::IICLI. pelO en la MH ied,l<! nilldcr/l;¡ eSI;¡ n'gu1:l(i,',n descmsa(,Oll nlayor ftCIlII'II(ia .;;(JI)rc decisiones illdí\'jdll:l1cs), La ;¡liOll('j()lI de;¡ctillldes y CUJIlj,ort:lI11icnlo de tipo dclilwralil'o dqwlll!e a su \'ez d(~ UIIconjunto de Canl;)!OS, ('n sentido l1I(l(krno. Cnmo ¡Jiu! ~.(~~;'¡l(',b p;¡utadel control de ].1, lOllc("jlci,'m SUr¡~é ill!,:i,dmelltl": t:Jltl'l' los ~(I'llP()s más"modernizados" de l:J sociedad, el1 !:ts d;),,', llledi:¡, Jllli:,nas, \' se difuwlelue~o a otros ;,(:('[orcs de h jlobl:tcil'lI1 :1 Jlwdida qu<: ill;;r~s:11l :d "í¡"lo devida "moderno-urhano". En <:sle sentido, se OiJsCI'Viln ell AJlIl':rica l:.ttin:llas rnisll1:.ts tasas dif,:rcuéia!cs de n:Jlalidad ¡;osi, ivalllcllle cOl'n:lahOIlaclascon el grado de participación lIIoderna ¡Irhall:!. .'.'.í. i!lelmo JI):; países!Jllcen el promedio r,a(io.I;11 lllilcstran las;¡s de lIaudidad IJI!!y ;dt:rs,reve];¡n dircll:llóas significariv;ls entre fcnilid;ld IId'ana }' rural, o entrela fertilidad de clase media y de clase jl\Jllldar. o clltre sertorr~s de la

Ipobl;¡ci!'Jn lJuc !l.ll} alc;'Jlz;¡do difen:nle:, ni\'l'lr:s de edllcal'Í!'Jn. Tales ~onlas Lonclusjnnes lJuc se extraen del an;í1í,i, de Jos dato;, dCIJ](Igr;íricos cen-sales}' tambit"n dc los ol.tenidos en CllClleSias espcc¡;dl.'~¡. Ell todos lospaíses de la regi!'Jll las tasas de fenilidad lIIiJalla SOll m;'IS h:ljas que las rl!-¡-¡dcs, las de las IlIlljcrcs de m;¡yor CdUGll jl'm y/u de m:ís :':1.0 nivl'l (;conó-mico sucial lIICllOf('S II'W las de las menos ecilJ(,;"l.ls o dt (:/;¡Sl: popular.Por ej':fl1e111, Carktoll h;di,', que J:¡ ícrliljdalÍ 1111;;¡na ú~n lonJ(1 de los:lijos, !íO) represenl;",a el (i I por ci('nlo d" };¡ ¡'lIlal <:11Brasil, el p,r, p,nrcielito cn ,\'Ib;ieo. el h!) por ciento en !'an;lIl1,í, lOdos países de ;dlas la.s;:sdc natalidad a nivel nacionaL y ljue Jo ¡¡¡¡;,tIlO podía afirmane de otrosp:lÍscs de la r('gi<'lll,~ L¡ enCII('Sel ¡"ealjjad;; por d Cellfl o l.:,t in l'lmcri- ,callO d<: Iklllografja (:n \'arias ciudadl'~ capitaks \' en :dg'IIIl:tS ZlJll.lS rura-les confirma ¡;¡ ('xjs¡~'n(ia de rJiíerenLÍ¡I!c-s urb;lI'lo.t'Ilr::J<:s, segl'¡n cc!uc:¡- 'ciÓll, clase social yac¡itudes de I1lodcrnl'11Io o tradióon;t!isflllJ, Otro I

factor imponanlc, t;lllll¡j(:n influido pUl cl l,;'rado de nllJdClllislll"), C~ laedad al casarse.u Debe agTcg;¡rSC que la i ¡¡f IlIcncia reli¡,:ills:t no cjl:rcc un

n Roben O, C¡¡r:<:!oll. "Fl'nilit)' 'l'rellds ~lId DiHerellrials in I.:dill A nII,:rÍ<::¡",en Tite Mill){t1lk !ofl'""".i¡¡f FU71c! Quarl<:rly, XLII! (1%5): 1!;-~5. , .

1I Carmen A, Miró y otro~, "J'rclim;,.ar)' Filldings of (;ol1lpúatil'L' I'ertllltySurveys in Thrl'c 1.alill AmeriGIll Citics", cn Millul7Ik Memorial FUrlIl (¿'iarl~rl)"

GINO GERMANI178

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!ISOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

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hecho del aumento de las tasas de natalidad de las últimas déca(L-1s ¡l ,pesar de la transferencia de población de formas rurales y más t~adicio-nal~s a formas Ul~banas y más modernas? Hay varios factor'es 'que expli-

, "cantal aumento: En primer lugar, es posible que los primeros efectosdel desarrollo económico y la modernización social ti elidan a in~remen-tal' y no a disminuir la fertilidad. Entre otras causas se Il1encionan elaumento de ];¡ duración de la vida, que prolonga el período de fertilidad,y las mejoras cn las condiciones sanitarias, que pllcden tener el mismoefecto. Adem;ís -por lo menos en algunos países europeos- los efectosdesorganizantes tic los cambios sociales que a~ompañan los comienzos dela trallSición pueden anular algunos de los frenos basados en normasy valoles de la sociedad tradicional. Ppr otra parte, para que los efectosde los cambios estructurales repercutan en cambios espontáneos de acti-tudes es necesario cierto lapso, que puede variar según el tipo de culturay '\'alorcs dominantes. Esto parece ser precisamente lo ,que ocurre enaquellos p;Jíses de América latina que han vist0 aumentar su natalidada pesar del avance de la urbanización y del desarrollo económico. Alrespecto, Carleton ha estimado que, dad~ la diferencia entre la fertili.dad urbana y la rural que existe en la actualidad en la región, y dnivel de urbanización a1canzallo hasta la fec,ha, los diferenciales urbano ..rurales no pueden ejercer todavía una influencia apreciable en las tasas,generales de natalidad,8 Por otra parte, como ya se indicó, la mera COII-

centracil'm urbana no implica de por sí la adguisicihn de ¡¡ctitudes yvalores modernos, La existencia de vastos sectores de lllarginalidadurban;¡ en las esferas ecoIHímicl. y sociocultural implica que parte ,dela población de las ciudades, de inmigración reciente o no muy antigua(y es la mayoría), conserva todavía muchos de los h:íbitos y pau,tas decondllcta de los medios tradicionales rurales. Todos estos motivos hacenhastante lenta la difusión esponl:ínea de las actitlldes necesarias riaraque ocurra un descenso espontáneo de la natalidau, arlllque los faqoresque plleden producirlo se hallan presentes. El caso de Argentina yUrllRllay se explica entonces mejor por el hecho de (lile iniciaron elproceso de modernización casi medio sig-lo antes que los dem;ís Ibíses.En Enropa. la Il';lIlsici('m dCllIogr;ífira aharcó IIHJc!Jas décad:ls y 110 hay .I ;m'JIl p<lra esperar que ell América latilla se desen\'lIcl\'a COII mayorr;'pidcl., flor lo menos de mall('l'l! espO/lliÍ1lra yen <lusencia de una poIí-. I . f' I f' . 1 IIIc;1 ( ('1I10gra 1(';1 (e IlIlt a. '

PI'IO si el raso latinoamericano no se diferencia de los dem;Ís en,(\I:\I1to a 1m factores J¡;ísicos ell juego, hay otros elementos <¡ue conlras-

2,472,372.803.52

l.R82,122.152.,,0

2.112.R93,1"3.1"

GINO GE.RMANl

CII;I(1ro 1prolllcdill de hijos n;'cidlls vivos scgún nivel de fn:rucncj;l de la

pr;'¡¡-tica rdit~iosa de la madre (mujeres católicas) 7

Cjud"d de San J().\¿ del'flllomd nía ¡le Joncin' Costa ¡¡jea

'N;ltllralmente, la sorprelll1elile corrc1;Jci<Ín negativa entre pr;'lctirareligim:l y número pr01lledi.o de hijos no indica que b religión fll"edis-t'Ol1r

() es favorable al conlrol de la n;¡taiic1ad, sino que h:IY otr;¡S varia-¡)\es inler\'inicntes, qne cn este raso son la clase social y la e(lueación.Co11\O la pr;íetica religiosa es m;ís frecuente entre las clase medias y demejor educación. y son precis;¡mente las mujeres de estas categorías lasque con 'Jn:Jyor frecuencia planifiGlI1la familia, la roincidenci:t de las dosseries de factores hace aparecer a las mujeres m¡ís religiosas como las demenor ferundidad. Como lo muestran estos estudios, en cal.l:t nivel eco-l1('II11ico:sodal o educarional, las mujeres más religiosas tienden a tenerm;ís hij(l~, COll todo, la rcligillll no es suficientr, como y;¡ se h<l illllicnc\o,para COTltr;IIT('st:l1' los efectos de la mejor. educación y de un n¡{ts alto

nivel cCllnolllicosoci;,l.Residencia urhana. educación y clase social son indicadores de un

complejo de rasgos que caracterizan la vitla "moderna", Sil nparici('II1.inl!:nsificaci(')f\ y ~lifusi¡'¡n est;Ín vinculadas con una serie (le cambios(,,¡'1'I1l1ur;lils )' en p:tl'ticular con el desarrollo económico. con los con-"'_:lI;"'ltt'" l,t~1\hi(lS en el si~tcm:l ocup;l('ion:t1, aumentQ del nivd d~

•• :\ .:~ ~1.., ", :,.1. ~ ': (('~._'~~1~r::::;. '£1 (1.~ ;'.~:!,,!:'') "~~rJ)nt.~~r:c:",/' (JI': lao., .~ ~~ :~-:'":"'-'- '--:. :;,

FrcnU:rJ{in de l!l 'comunióno "j,li/(1< a {a j,f!,le.IÍa--------_.~--

Una 'VC7. por c¡cnlaua o nl:Ís

l!na o !los veces por mes ,.ella menor frecuencia ,.,,'Nunca , , .

impacto illlportante en la 1l;ltalidal1. En efecto, este [actor no es sufiócntepara contrarrestar las consecuencias de otros determinantes de las prác-til'as ;1I1ticonceplivas, como la educación, 1<1clase social y la vida urb;lI1a.rOl' ('jcTllplo, una comparación entre Illujeres que tienen (listillta inten-sidad de pr;',ctica religiosa muestra que serían las más observantes las

r¡IIC ¡¡ClIpl 11I':n()S hijos.

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tan cO,n la experiencia europea y que tienden a acenLUar de maneramuy pronunciada los efectos del proceso, particulannente durante lafase de ~recimiento máxil~lO de la población. Se trata, en parte, de (life-ren~ias 'en la secuencia entre desarrollo económico y transición demo-gráfica. '1

Señalemos cuatro aspectos principales: a) en primer lugar, las tasasini~i~les de n;nálidad enm bastante menores, En la Europa preindus-trial, en general, oscilaban entre 30 y 35 por mil, frenle a las tasas de15 ó 50 por mil registradas en muchos países de América latilla; 11)en, segundo lugar, el JescellSo de la Jl1llrlalidaLl empezó más tardLll\lenH':(en' relación con el grado de desarrollo económico) que en Américalatina y la reducción fue menos rápida. La razón de esto es quelas ciencias I médicas y la tecnología aplicada a medidas. sanitariashan progresado en fonna acelerada desde la última parle del siglopasado y aUIl más en tierilpos recientes. Una aplicación, aunque par-cial, !de medidas sanitarias resulta SUJll,Jlnentc efect.iva inclmo en ausell-ci~ ,de desarrollo económico y de otros aspectos de modernización;e) en terce~ lugar, los países de Europa hallaron una importante "vál-vula de seguridad" (como se la solía llamar) cn la migración a paísesde ultramar, especialmente los Estados Unidos, Argentina, Canadá,At'istralia~ Brasil y algUI\os otros, Dcsde mediados del siglo XIX hastatI primer cuarto del siglo actual más de sesentit millones de perso-nas dejaron el viejo contin~nte. No cahe duda <le que ello contribuyó,en mcdida considerable a disminuir la presión demogr:ífica no sólo enpaíses menos desarrollados y sobrepoblados, como Italia, sino tambiénen naciones que ya se hallaban industrializadas, como Inglaterra; d)en cuarto lugar hallamos por fin una diferencia que,' a nuestro juicio,es muy, importante: en Inglaterra y algunos otros países europeos, ytambié~ en los Estados Unidos, la explosión demogrMica tendió a ocu-rrir después que las etapas dedsivas del desarrollo económico habíansido superadas, En América latina, en camhio, está alcanzando su ma-yor magnitud en momentos de industrialización incipiente. Un factorimportante que contribuye a este retraso puede ser que la moderniza-ción de América laLina se inició en forma casi exclusiva bajo el tipode "cconomía primaria exportadora". Por eso, si bien hubo cierta ex-pansión económica (que en algunos países fue llIuy considerable), nollegó a constituir un mecanismo de crecimiento económico autQsoste-nido, Así, mientras, por un lado la expansión eCOl)ómica hiLO posilJlecienps GlIT\bios que contribuyeron a iniciar la fase de transición demo-gráfica, por el otro no fue suficiente para introducir aquellos cambiosestructurales necesarios para absorber el aumento demogTúfico resul-

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Algunos de los efectos más visibles y más dramáticos del d!:sf;¡,;aj,:entre explosión demográfica y desarrollo económico se observan en .la,persistencia y el crccimienLo (en términos ahsolulos) de la marginali-dad y en la aceleración de la urbanización. Por supuest~, estos dos fe-nómcnos no son solamente el resultado del creci1lJil'Ul(~ nalurai de J;¡

población. Las causas que relrasan el desarrollo eCOlu')101icorepresenta uel otro Ldo, el IJ];ís impoJtalllc, de lodo el proceso. l'el'll no seria sen-sato dejar de lado las cousccuencias de los hechos cleIllOgráficos.

No hay duda de que la marginalidad -rural y lIrbana- en sw;diferentes formas económicas, políticls, culturales y sociales ti¡:nde J,

disminuir en términos absolutos. EII parle se dehe esto a los a\'ance~;del desarrollo y la modernización, en parle a la dil'lIsión de formas(aunque parciales) de participación de distinto tipo, incluso, en );(1,

zouas menos urbanas o rurales. Pero lo que hay que subrayar es quea causa de las altas tasas de crecimiento (li~mof::,rráfic(), el nÚ1IIcnl abso"lllto de los marginales, en sus difeTcntes formas, también ercrc. E!, decir,que si bien la relación porcentual apunta a una dismiulIción de la mar,.ginalidacl, la cantidad de personas lI1argiualcs aumellta. ES[f) pncdcverse en muchos asp~ctos, desde el arialíabetismo a las fonnas (k ,Jcsem.pleo o de empleos marginales, al conSUIllO, ctcétera.

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Una buena ilustración de lo ~lntedi(!lo la ofrc:ce I\U:xi(o, c!olldc,según un estudio n.:ciellte, el anaIfabel iSll10 en Lre 1~):;oy 19(jO Ita' pasJdo

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Algunos paises subúesa.I rollados, inclmn A. L

(M;, yorí¡, de los (la ísesI;ll il U 14"1IllcTicanos)

SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

Cuadro :2

l\.farginalidad en términos absolutos y en ténuinos relativo>

2. Crecimiento deTllogrtÍfico, margi1Jalirlatl y llr[¡alti~(Jcióll

En aumenlO

En disminución

IMarginnli<!lul en lérmiu(I:'I del lIúmt:"ro tol8l

Mareinalidad en término!l cie pt"rsr,nns rnof1!inalc.!lde IlOrct'ntajea .sob.ro ' , ~-. _

el tOlal de hu.LIt.ante& En numellto 1 ):1\ lllsndnu('lfln _

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GINO GERMANII

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181 GINO GERMANI SOCIOLOGÍA DE LA MOllERNIZACIÓN 185/'J,

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de un 66,6 por dento a un 37,8 por ciento, pero el nlÍmero de analfa-betos ha :'lumentado de llueve millones a diez millones y medio. Igual-mente los que no reciben educación han disminuido en porcentajedesde 48,7 por ciento (1930) a 36,6 por ciento (1960), pero el número.Ie los excluidos pasó de 1.700.000 a 3.lIS.OOO, es decir que casi se haduplicado. Del mismo modo, la integración en la sociedad. nacional porel uso del j,Jioma ha crecido en porcentaje. pero el número de losque 110 hablan espaiíol ha pasado de 1.100.000 a 2,000.060; la pro.porción dc los que 710 comen p;ln tic tri¡;o ha r1ccrcrit!o. pro!) la¡"'JntidatÍ ha au.mentnrln de 8.300.000 a lO.fiI8.000, Lo mismo ("1 /~llantu

<tI uso del calzado y otras fono as elementales del vi\'ir centralizado.oEl' cs<]ucma proporcionado en el Cuadro 2 da una idea de las di.

versas ~ituaciones que pueden presentnrse en esla yariable relación entrecrecimientos relativos y absolutos. La gran mayoría de los países de laregiÓn se hallan en la situaciém señalada con la letra c en el esquema,es 'decir, disminución relatÍ\'a y aumento absoluto de marginalidad. So-bmente alguhm p::dses - ..comoArgentill<l y lJrllguay.- se hall"l1 en lasitil;lC\Ón d. Y aun a~IIlI ciertos aspectos de la marginalidad no dismi-nH)'en sino que han dejado de aument:Jr en l:érminos absolul(~s.

F.st;l ~il1lación se cl','i)e al hecho de que el proceso de incorporaciónde la población" la sociccbd naciol/al y a 1;.1vida moderna est::i alenadopor 1" relación entre tasas de cr,ecimiento dcmogr;i[ico y tasas de im:oT-poraci()n, Aunque éSt;lS sean más altas <¡ue ar¡llI~J1as (y no par3 todaslas fonnas de marginalj{lad), la magnitud de las tasas de crecimiento de-mog-r:í.fico es demasiado grande como p::11'aespe1':JT una rápid;l reduc,ción de la población no participante,'Para ello se necesitaría un es{uenosocial y medidas polítir:as lIe orden excrpciona1.

En cu¡¡nto a la relacir'lIl entre crecimiento dcmográ{i((l )' url,ani-7.aóón acelerad:\ nos r{'\nitimos a lo exnu('slo en otros capllulo~;, Has-tará recordar '~.qllídos plllltoS centrales: 1) d neci1l1iC'1l1OdeHIl.'grMit"oacelerauo (')nll'ihuyc dircrtnmr.nlr' <11crecimiento d(' )a~ ci\l(hdcs. EnAmé¡je<l L"llina. ((1Tl pocas exccpcilln(~s, :I\1I1'lUI: las ta~;lS d•.. n;,\aIídar!ur\):l11a :;~n nds ¡'ajas (¡lit: las rllr<lh'5, exisle 1111crecimiellto veget:Jlj"ol.lIh:lllfJ ~ollsidetable, }'\1es en la lIlal'oTÍ:l. de los rasos 1:1 tr:l1lsici,'1I1 d("rno:.~r;íiica s:~llalla en SllS primeras fases y los diferellcia1cs IIrbano'l"l.II,I,les 1l<JSOIlI11U)'clc\"ad0s: 2) pero las cillda{1es cn:cr:'1l('11\lila ploporriúnmucho 111:1\'Orqlle la poblaci"ll1 gCllcraL y ello se dehe a las llligrariollC'sinl(',:nas, En el pasado, pafse.s como Argentina, Urllgllay v P:\l t('~ dt:Hra~,ilse urhanizaron schre la hase de tnil:!;raciollcs intern:lcion;des, En b;>ctu:llidacl hay corrientes migratorias de relativa illlJ'0Il:1I1<';:1cnlle los

"1 T":tb:n G~"!~í;t'l t:l'-.' !H'\a->. r.: :'~'''lnr.,yi'l (t! .'q,''(j'fl ,'",:'\:i(~. F~l. ,or"'I.

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países de 1aregión, y estos rnigrantes ~e dirigen ha'da' las ciudades delos paises vec?nos relativamente más desarrollados. Pero la mayor pro-porción del oredmiento se debe a las migraciones internas.,., .El fen6meno de las migraciones en gran escala desde zonas ruralesa zonas urbanas, o desde zonas menos urbanas a más urbanas, suele ex~:>licarse sobre la base de la interacción de factores "qbjeti,:os", I algun~)5ue los cuales son factores de "expulsión" del campo y otros 'de "atrac-ción" haei? h, dudades. El credmiento d~m()grMico interviene romo/actor dr: ur!':H1i,:ación 110 s(')lo de manera dircct,!, ,silla tallJ.biéll indi-rut01 ..'1elltc en la medida en que contribuye a acentuar los f:1ctorcsde "expul,ián".

3.. Crecimient.o d.r.mográfico y deJarrollo 'económico. Neces~WJ.d y lími-tes de una política de pobla'cióil

El dcsfasajc entre rlCS:UT0Iloeconómico, modernizacióil y erecimien-, I

1.:. dcmogr;ífico c:oloC1 a los pafses'en desarrollo en generat y a Amé-ric:} latina en particular, frente a. una situación sin precedentcs en lahir.(oria. Parece claro, pues,' que en f'st;¡.Scondiciones el excesivo creci-rnicnto de la poblacílm puede transformarse en un bbs't:'tclJlo para eldes:J.JToJlo económico. Si, en efecto. el JlIr.c::tnisIIlOde 'reajuste espolltá-n~'o de la t;~g;lde natalidad rcquiere un liempo muy largo, ello signifi-cará '-Jue la inversión dr.brrá crecer en forma m;is que proporcional alaUnJ':nto de la poblaci6n. El incremento de inversión necesario paraaumentar el PBN por persona deberá sMisfacer dos necesidades: a) enprimer !'¡gar, cn:cer en forma correspondiente al crecimiento de la po-blación (y (on esto sólo se mantendría el nivel actl/al de capitalización.y, por lo tanto, el nivel actual de producto nacion:)l por persona); b) ensegundo lug:Jl", la inversión no sólo debe satisfacer la demanda generadapor el crecimiento delllogr;\fi(o, sino que deberá aumcntar m:ís all:i deesta proporción para que se,1 posible un inr:remento del prorJurto na-ciona! por persona. Se considera que Jos países 1;,tinoamcriranos !lO

r>sl:ín. en general. cn condiciones de soportar un esfu':?T"Zode este tipoaun cuando la relación capital-producto sea u¡¡stante favorahle. Esc¡¡paa la n¡¡turakza de este capitulo considerar en forma detallatl;:t talescucstirmes, asI como el impacto económico producido por lns sucesivoscambios ',-n la e,~tr\lctllra de edades de la poblaci(;n, con el fuene incre-mento de la tasa de dependencia y sus diferentes posibles vari';icioncs,determinadas por el comportamiento dc I¡¡.stas~s de mortalidad, de na-ta lidad, la demora y la velocid:ld en el descenso de ésta y lns dem:ísfactores demol!rMicns intcrvinientes. Sr')Jo sed nC'ce~al"io recordar lal' . "

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interdependencia directa entre' dinámica demográfica y desarrollo eco-nómico, y subrayar un hecho por lo demás bien conocido, aunque nosiemprc tenido en cuenú: el problema demográfico de América latina(para 'la mayoría de sus países) no consiste en un excedente de pobla-ción en relación con los ,'ecursos naturales potenciales (tal como ocurrep¿r eiemplo en algunos países de Asia). Por lo contrario, potencial-mente Al11érica latina podría sostener a una población mucho mayor.En decto, se p'ata de un contincnle prácticamente desierto, si lo medi-mos en cscala de la dcnsidad de los países actualmente dcsarrollauos.Pero el esfuerzo necesario para hacer frente a un crecimiento dernográ-

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fico tan acelerado al mismo tiempo que la necesidad de incrementarlas 'tasas de, inversión para sostener el desarrollo económico es muy.n1tJC1'iora las posibilidades actuales de la ,'egión., Estas considerflciones permiten establecer cuáles son las (;QnL1iciones

'Y 'los; límit~s de una política demográfica racional en América latina.No cahe duc1t ele que, de algún modo, muchos países deben enfrclltar elproblema de intervenir anivamCllte con el fin ele adelantar el comienzode la Ifa-~e'd~ fertilidad controlada, pues el crecimiento actual no per-n¡:ite esperar' pacientemente que esta fase ocurra estJontáneamente comoen Euro¡:¡a.í Por otra parte, no cabe duda de que la simple disminucióndel rion._: de crecimiento, dClllogTáfico no provocará por sí sola el des--arrollo económico. Tal desarrollo detJende de manera c1i¡'ecta ele medi-da~ y rcfomlQs de orden económico, politico y social. Estas reformas-qmstituycn el factor dittámiw del desarrollo, mien"tras que la política-~lemográfica es solamente un medio negativo para eliminar o disminuirUlI OÚSliÍclllo. Las medidas tendientes a reducir el crccimiento acele-Tauo de la pobl~ción son IJar lo tanto necesarias, pero no m1icientes,Una política de planeamiento familiar no es un sustituto de una jJOlíti-m de reforr¡lQs necesarias para producir y acelerar el desarrollo econó-mico. Estas reformas, cabe agregar, no son solamente internas, sino queen medida considerable también dependen de la política internacional,y en particular de los paises !tegcmúnicos. Además, en ,ciertos países pa-rece muy difícil que ---dada la rigidez de la estructura de pOller- talesreformas puedan obtenerse mediante una evolución relativamente pa-cHic;¡,. En estos casos, desgraciadamcl1lc, habrá que pagar un preciom{¡y alto en términos de conflictos y tensiones sociales.'. .

La política demográfica, por otra parte, no se I funda lÍnicarilenteen los requeHmientos de orden económico sino que se dirige tambiény en forma esencial a otras finalidades de orden social y ético. En estesentido, facilitar la difusión de actitudes más racionales y responsablesen relación con los hijos y h familia representa sin duda una finali-dad 'de altísima prioridad. No se trata solamente de estimular el pla-

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lIeamiellto de ia familia, especi:t1111t:JJte_CI!los see:t()re,~de la p:,hLICi")l)más desposeídos)' (¡tle m{¡s lo lICCCsit..JII,sillo lalllIJil"1l .le c<)lllriiJllir ;¡

disminuir o eliminar ruuchos aspectos IIc;;alivo,,>)' dr;'lol,ir;nl::; '¡:Je (':11;1(:-terizan la sitllacjÓ'l p¡-c:,;cnte de Jnilcho~ países. Por ejcIlIJll>i. la a;l;[Pl'opo¡'cic)n de al)(t1tOs inducidos podría S(" n~durida si bs i;:I'-¡iii:l, :Ic

los sectores llI;is ¡¡rectados COIII:llall con la edIlGICi'-'I~ Ih:':l'S;l'i;l I'ar.\introducir alguna Iacionalidad )' previsión ell Ctl;lll(~ al 1111!len> lel¡¡jos en rl'!aci('lIl con sus rc("urS(Jjdi::jJOllill!<:S.AIllJ;¡rgcli de Lt:; :¡H:dida,,d~ todo urden ¡<:eliJe/idas p;¡ra (¡islni!luir ja llJort;t\id:,t1 inL1n!i', !);lr.::(:~

cl~¡ro qne la reducción del. lamúlO de la f~t1lJilja pnedc co¡¡o,ti,;¡i/ \lllfaclOr importaute pala favorccer un mejor r.uidad,) de los lIil;-', y. p,:rJo tanto, intn:uucir camuio.s f;¡vorab\e,. En ti:' Iniu,p; e,:ner;J.(;,: \lll:t~jcción illtcgr;¡i, de c;¡r:icter (~d.lIcacional y a$istc:nci;d. que enfrcllt:lra (~nforma c:onjnllta los diversospl"fJbll'luas que afligen a las f;lrniJi;s de los:sectores de mcnol' educación y uajus ingresos, no solamentc pod" ía favo-reccr el p1aneamiclllo de la n;(1;dietad sino tallll)jén contribuir ;¡ lIuamayor inlegl acü'lI1 del, JIúdeo fa11Iiliar, ;¡ proporcionar Illcjures basespara su estabilidad y a estilllular el senlido <.leresponsahi]i~I;¡d y delJrevisión.

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Page 93: Germani - Sociologia de la Modernización

l. El rrecimienlo de la concentración llrbatw

CapItulo VI,

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SOCIOLOGÍA DE LA MODERNIZACiÓN

urbano, caracterizado por las tendenrias centrípetas irr<J.tliad~s a travésde la ciudad pqr el poder de la metrc.polis, se fuqda en esa dependencia.Las ciudades, pues, no desaparecieron, pcro Sil ubicación y cre~il1lienlo'flleron determinados sobre todo por los requerimientos, del pdcld políti-co y administrativo, y por la nccesidad' de una economía G,~i exclusiva-ITIl:ntc oricntada hacia 1;\ exportac.:i<"llIde materias primas! Este scg-undoe3tadio no tC'rrninó' ron la independencia; m;ís bien se inten~id~ó conla creciente in!cglacir'lII de la región en el n,crcaJo m;mdial. L:J~ car;I(".terbtic;¡s de la rC'd urbana, así corno la conliguraciún a~lnllida 1"'1' elsistema de transportes (en particular los ferrocarriles), f~leron 'moldea-das sobre toJo por las necesidades del tipo ele economía prhlominante.En general, )' compatiblemente con las peculiaridades geogr:íficas decada país, las líneas férreas tcndían a irradiarse desde los puntos de cm-banlues de las exportaciones hacia los lugares de prod(ltción primaria,descuidando asegurar la conexióndireeta entre otras ,íreas (lel territorionaciona!. Todo esto ejerció una inl1ucncia aetenninante en eI'désarro-Jlo posterior, inclllSo en Ja- ubicación y concentración ccológica de laindustria y, .tI actuar en forma acumulativa acentuaba cada vez másel contraste entre las ciudades "primates" y IGS ccntros llr])anos l1Ienore,y las zonas rurales, A menudo, las graneles ciudades, punto de contactocon el exterior y sobre todo con los países hegemónicos, se transformaronen "isbs" en 1::Jsque la modernidad y la riqucza tendieron a quedarencapsuladas o segregadas, mientras que su influencia real sobre el restodel país se ejercía más en sentido "parasitario" que en sentido "gene-rativo". Aunq ue este cuadro pesimista pudo asumir aspectos algo más ••alenf 1don:s en aquellos países en los quc los "efectos modernizadores"<le la expansic'lll económica alcanzal'OlI mayor difuhión en la sociedady en la población, el carácter "dual" de la economía)' de la estructlll'asocial)' Sll tendencia a persistir e incluso a accntuarse con el tiempo,fueron sin dnda rasgos típicos de esta forma centrifuga tle urbaniz:Jóón,Dualismo estructllral aut.osostenido, sobreurbaniz<Jciún y primacía ur-liana, son todos element.os integrantes' del síndrome de la economíaprimaria de exportación.

Puede decirse que en América !atina la urbaljizaeión "moclerna",o SC;] como proceso componenle de la modernización social, se iniciaCC)tI el tercer estadio del esquema sugerido en el primer capítuio, estlc'cir. mn la expansiólI eronc'Jmica "hacia afuera" sobre la base del grandesarrollo de la ecouomía primaria de exportaci('ll1 y la comecucnteaccntllación del dualismo estructural, La expresión "urbanización 111"-dnna" dehe ser ent.endida en el sentido especial y (on las restriccionr:s'lile se han sefialado en el capitulo anterior al analidr los contrastcs1'1111('('1 pro('C'sn d(' Ilrb:IPi7;It'j('1l11'11los paises de antir;no r.lcqrrol1o

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Nllt;l~ sobre el proceso de urbanización en América latina

Morse, .IÍ sugerir un esquema de dos estadios principales para tles-(ribir 1<1historia urbana de América latina, destaca en primer lugarlas dikrchcias que existen entre las ciudades del occidente europeoy !a:; ("ilHí;lt1escoloniales de la región: "Micntras la ciudad europea oc-('idC'n~;¡1expres/) la transferencia de las energías económicas desde la5M'ti",id;l.des extlactivas hacia aquellas dirigidas a la producción indm-tri;¡1 y a la tlistribución, la ciunad latinoamericana se constitu)'<'J como1;\ b:l~e dc la energía y la organización desplegadas hacia la explotaciónde los rccursos naturales." La ciudad fue esencialmente el punto departida p;lra la explotación cIel suelo.1 De esta comprobación el autorcitado deduce la naturaleza de SI.Iprimer estadio en la urbanización de'América latina, caracterizado según él por tendendas centrifugas. Ent;tI estadio se collStituye lo que f~le la llnidad ecológica más ir~pOl'tantedel sistema colonial, base del poder y de la organización social: la granJ1lOpiedad territorial, la "hacienda" autónoma y autosuficienle, Si porUI1lado la ciudad podía representar el poder del Est.ado, la haciendaexpresaba un j>nl1(Tdistinto, el de los grandes terratenientes, "cuya auto-riJalhle hecho podí", medirse por el número de obreros y dependientes<¡U(' u'ld;]" y ¡'llr la ('xll'mi,ín de b tirITa que rcprcsent;]ha su propie-Ihd",': L;tn':¡da :¡ si mi'ma, \' en au,eneia d~ fuerzas 0p\le't3~. la ten.: ~."'•.• ' ••:, •••.~'-":-.~'::'~. :' •.:~.,: :':-",' .1.~~~~,.~_.~," ','"~":' :"~':'. <...: ,:-::-. r ::-').\~~:-;.'~1~'l".~ro J

Page 94: Germani - Sociologia de la Modernización

Cuadro l" 1Porcentaje de la poblaci<ín total <¡ue "ivc en ciudades de

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", 20.000 Y m,ís hahitantes 3,

(que son también países 'ccntrales, al!,'1mos de ellos en posición lIege-mónica) y en los de desarrollo tardío (frecuentemente col()nialt:~ o excoloniales)'., ,

,Como ya se seiíaló, la urhanizaci")J1 preindllslrial 'o prclllodernJ ell

la región ya eSlaba fuertcrncllte marcada por esa misma orientaciónquc debía caracterizarla con mayor vigor a partir de l.l segunda 111itadd(11 sir.-Io XIX al)roximad:Jlllcntc.

.)

. Durante el tcrcer estadio, el proce,o de cOIl('entraei6n urhana semant'uvo dentro de un ritmo H:lativalllCl1le lento, con excépción dellnos pocos países. Fue en la cuana etapa, aproximadamcnte a partirde la tcrcera década, nuncio se 'prodlljo una mllY fuerle acekraciún cidproceso en todos los pabes de la regi<ín. Pueden así distinguirse d05

. fases ,cn cuanto a crecimiento de la poblaci<1n urbana. En la pórntra,¡

I :1 Fuentes: Los datos han sid" cxtraídos ,1<: Adna F. Weber, "J'- (ji. Censos delos paises y John l]l. Durand y César A. l'clael, "l'alterns o[ 1!I1Jaui/ ..lliuu inl.atin America", en T}¡r: MjllulIIk Flllltl Q"llrleriy, LXVIII (JUf>;i): I,ÓlllcroJ 4.parle 2. Las fechas no siempre coinciden tUll los cellsas para todos los paíse;: enciertos casos los datos hall sieJo clasificados en las fechas m:\s próxilllas indicadasen las columnas.

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SOClOLOGÍA DE LA MODEI<NIZ¡\CIÚN

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4 A. F. Weher. 01'. cil.6 Adaptado de Duraud y l'eJael, 01). ,-jI.

Clladro :.!Porcentaje de población en <'Íudadcs de 20.000

y más hahitanles 19'.;O.//liiO r,

los pocos paíSeS en que se dio un fuerte fTCCilllienlu urbano t,:ndier~lI)a ser aquellos elt los ql,e los dedos Ililldl'rtliz;ldores flll'Jün IlI,is difun-didos y, ;tdcll1;Ís. acompaiiados por illtnigr,l<:ilÍn extr;lnjera de ultramarcn g1<lIl escala. Hacia 1800 tres paÍbl's !alínoallll:ricanos se conralJ'lnentre los doce más urbanizados dd IllUlHlo, ell una scrie de r/l n;lCion,:s.En esa fecha, Uruguay, Argentina y Cuba olupaIJ:11l n:spe:'lil',t1lletlle elnoveno, el decilllosegundo y el dt.'cilnocuarlo 111g-ar. \)Iros tres países--Chil/:, Ecuador)' \'('111:1.11.-1.1.-- SI' 11;111:111;111ligI'Lllllt'lIll' III;'IS t ,I';ll1i,;I-dos tI"e el reslo, p"es J ig-lIr;l/l;11I ell la ¡llit:HI superior de la cil:lda lista.4Hacia 1%0/\111(:1 jca latina hahía llegado a ser la n:gil'lIl lIl;ís urhanizadadd 'ftTU.T I\-IUlI<lo, COIl Ull lIivd de: concclllracilJIl IIrllana <jlli: se: acerecaLa.;¡J de: las ,íre:as desarrolladas (véase Cuadro ~). .Esta sittl~.ción es;en pane, una cOllsecuencia del hecho de ljlle varias nacioll~~ lat.ino-americanas hall alc;mzado un gradu de 11I0derniza<'Íún mayor <].te olr.1Srcgiollts subdesarrolladas del ¡;Iulldo. Pero es ItllIlúih¡ el ~reeto de una'acc!cra<'Íún de Lt 1I1!J;miz;lciún, /lO ;Innnpaiíada por un ;1\'''JlC~ igu;d-mcnte r;ípido de I;¡ illdustrialila< i"Jl1 )' el desarrollo <'TOIHílllico propi:l-metlle <1i<.lIo. Cuando sí: cOJllpara Américl latina con los E,tadus Uni.dos respecto de épocas "c<jllivalt:nlcs" de Sil lransiciún, se ohsc,'va quc

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Page 95: Germani - Sociologia de la Modernización

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si bien d rroCl:~() ~i¡;lI(: \IU:¡ Illi~:L'1a pauta hay una notaule aceler:lt:iónen la lasa de llrl)ani/:lciún de la región, panicul;lnnclltc ,ksl1e 1%0. La<1iSLJ'11Jl}ci,;n de ]a publacibn urlJan;,\ ,revda la p:mt;) de l'l •primad,,",lípic;), de las regiones merws dr$arroll:)d;I~. En 19Gi.l, :!\Tontevidco "bsor-iJja el 4S,9 por ciento de b poblaciún l1;)óonal, Buellos Ain~s el 33,8por \:icnto y SanlÍ;)go dc Chile el 28,9 por citnto, Venczuela \' Cl:ba(l :':!!,1) sr¡.;¡:(;lIt (on ;dgo lIH'I1l)5 del in po; cjenv' ('ad;] una, y Perú ca~i;dcan/,;Ih;, el !:' por Ci"IiID, FJi dic(i,<~'is países :¡dlllC veinte, Ill;b de h!mitad de L, po;'¡;¡ri"J11 1l11),I"" SI' 1,;,]LtII'l C',)!.C('III,;,d,1 en \111;' ~,flia cil!'

dad. y silll;ll:-iones OÍmii:lre,\ )Jodían nl,scrvane en ml,lChos otlos palscs,;liIl1\llle con mellor illlen~i(bd, La gran densid,Hl ele c:iert<'s Z(}H;tSde

alta urb;lOiz'lcion conl.r;".: a um los graneles esp;u:ios vacíos: los centrospoblados se COllcent.r;lII, ;l!rnledor de jas ciudades "primates" y cens-{iluyen especi-cs de "is!as" en medio de inmensos ten itorios casi des-pohlados. G

E, posible' que esta ~i(~lariÚII de accnl.U;lda "prilllada" y dI" con-c:cnll';lci')l1 ti:: ia pcb!ali':'1l ll\ b:ll1:J en ~reas limitadas tld territorio na-(ion:¡j cnllSlituya VD'!, bsc: tr,lnsitoli'l del proce~;o y. que al alcanzarseun mayo)" grado de mtJt1rrniz:¡ción y dcsarroJlo los cenlros mcnore~; ,ic!l-clall a crecer clJn llla]')r npidez, rcstablet'il'11t!o UlI maynr equilibrio.AUII'1lJC no es 1I111;' plo/):rh:e ¡lile ello ocurra tll' TlIanna l'~'P()nl;'I~lea,enla últin:a década (l!J5n.19!;l)j se podí:J observar en la maYOlla (.\p losp;dscs 1:11 may')r crCCim!('lHo rdativo de las ciu,bde:; inl{:,lllledias. Lapohbc,ión 1\rf¡;1I1~.pal'('(Í:; d','c'uer "U tend('ncia ;mlcr;or ;;¡ COllcellrarsc

I wbrc lo;;10 o' tina 501a ,'j,:d,l(\. La I':Hlsa ele ello parece haber ,i.lo el\;¡lgUIlD~ ,.¡¡~()Sl"~ Cllil!.Jin cn la (l\"j,t:'Il;"j6n de las llIi(!,TM:iorlrs in~('l'n;IS

haci:t Cii~(l;¡dr:s inlclm::(:¡;¡::;' Es po';iIJie (¡'.le eiCII,:' lcllisfri')1.1Ii,',n de lapoLla< irJn urhana pueda t:1J1pcz;lr a ocurrir allí don<1': s': in n en ;idoP()J(1S'¡dl(,ln¡¡I¡vo~ de Cl'C'c;i¡nj¡;r;IUS ,"n otra~ -':(I\¡;,'. dc1 ¡,};¡is, ¡¡mit,lndo laéxc1ll,i,';¡ al.ran:ión ,le ];. <;I"l:>d "¡H.illlate".

F.n '! l' :¡cr!-.nt ¡!'In <:1::1;: urb;"l:I.:Hji;!1 dlll .:Ct:(~ ci UI;:rto eSI;diotlp¡;:f"rnpf.'ii~1)O~l (y dI '.;~~n~p~'ii;"1) un f.l;i}.Ir~ rClItr;l1 las il,l~r¡~ICi{)l1LS iIH,T-n;E;, !/df'/lI,is ~lcI '-rC(i!11il:nIO 1I;l11!T;<1 ele h ¡)\lb!:,¡ ¡,'1I1 urh;,n:I, qlle l'n 1::m;I\(Il"Í;, de ~.S país:'.': cit- 1:1 11'!,i""l (',' (llfl:i'!cr;li,1c-, ;':"0 C'lIl1l:1sl.:I 11,,1.1-

)df'n,~l1lc «¡!1 la ;¡(cin:':'¡,"1l "':111liria dur:lIllt' d If~r('er c~'i:idip, ,'S decirprr'\'¡" ;1.1;, Prillle;;l (:\II'I1'a \!Ullri!;¡\, ()ll" ~(" r(';t1i~.') sol,,(' I.,d(, "n flln,

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193SOCIOLOGiA DE LA MODERNIZACIÓN,I I

reducida. Aunque en menor medida, esto. puede afirmarse tambiéncon respecto a los; demás paises. Por este motivo, donde faltó el aportemigratorio de ultramar el ritmo de la urb;mización resultó más lentoque"-en las décadas posteriores. .

2. Factores determinantes de la urbanizaciónI

Las características ele la nrhaniz;]rit'>n, asI C0l110 sus cambiantes rit-Il)(lS y su secuencia en relación con los demás procesos componentes dela transición pueden explicarse en función de la' forma asumida' por lamodernización social y el desarrollo económico. En términos generalesson aplicables a América latina las causales de urbanización aceleraday adelantada a la industrialización, propias de los paIses dependientes yde transición tardía, ya descriptas en un capitulo anterior. Aplicando, alcaso latinoamericano las generalizaciones ya' ~ugeridas, losl principalesfactores estructurales de la. urbanización pueden sintetizarse en .los si.guientes:

a) Economía primaria de exportaciónb) Efectos modernizan tes de la expansión económica resultan~ec) Cierto grado de industrialización I ,1 '

d) Crecimiento demográfico aceleradoe) Concentración de la propiedad de la tierra y baja Pfod,uctividad

de la agricultura.Estos factores objetivos, a su vez, operan en función de factores nor-

mativos y psicosociales, según el esquema, teórico' expuesto en otraspartes de este libro.

Aproximadamente desde la segunda mitad del siglo pasado, con eldesarrollo de la industrialización en Occidente, especialmente en Ingla-terra, las innovaciones tecno16gicas en los transportes y comunicacionesy el aumento de las necesidades de materias primas er;t los países ya'industrializados, la economía primaria de exportación alcanzó un ritmo'de expansión acelerado. Al mismo tiempo se recibieron fuertes' inver-siones extranjeras, en su mayor parte dedicadas a crear la infraestruc-tura requerida para desarrollar la exporta~ión de materias primas yasegurar la importación de productos manufacturados desde Inglaterray otros países industrializados. De este modo las tendencias centrípetas,de la estructura urbana preexistente fueron intensificadas por la ex~pansión económica desde la segunda mitad del siglo. Al inismo tiempo, ,muchos de los países de la región a!canzab;)n etapas más avanzadas enla constitución de un Estado moderno; de alIl otro factor de concentra-ción en las ciudades capilales, y también, donde exist¡a un sistema fe-deral, en las cabeceras de los Estados o ];¡s provincias.

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Page 96: Germani - Sociologia de la Modernización

1~S,LOSfacLO,:es' de urbanización son los característicos de la primerafase de cre<Ímiento IlrlJ:1Il0 en todos los paÍsé:s de la región. Pero 50-

lamcnlc ¡.-llí ~Iondc los efectos modernizadores fuclon lu;b prolllln-ciad\Js y"sc vie\'on acompai1ados por la inmigraci('Jl\ extranjcra, Ic>s co-, 'micnz()s ue la industrialización y el allnlenLO de servicios (en sentidomoderno), hubo nna aceleración de la concentración urbana; en losdcrn;'ls la IlriJaniz;J('j('¡J1 signió un ritmo mucho m;ís h:nLO, La atran:i¡')¡J dclos inmigranks externos hacia bs ciudadcs es un fenómeno universaldc las IIliglaciol,lcs de ultr;ullal del siglo pas;l(lu )' cOlllieIllos dd ;1( 1I1;'!.

Pelo sn 'a((:nlilaci"JIl ell la Argcnliua, 11111gll;IY ) (J!Ius países de la rc-gión' s~ debió no sú10 a la demanda real generada por la modernización.sino tambiénl y en considerable medida al hecho de que la tierra yaestaba IllOnopolizada por los grandes propietarios. A pesar de quer:iert'a cantiuad ue inmigr:lIltes pudo arraigarse en las zonas rurales, lamay6ría se vio obligada a Quedarse en las ciudades.

J' I ~I ' La segunda fase de la urbanización "mouerna" ocurrilla a partirde' 1930, y aun más después ye la Segunda Guerra l\fundial, obedecióa ,cuatro factores principales:, 1) los comienzos de la industrializaciónen muchos países o su intensificación donde ella se había iniciado cnlas déCadas' anteriores; 2) el crecimiento de los servicios "modernos"

I (esto es. la difusión de las nuevas necesidades del estado, educación,salud, etc~, tal como había ocurrido o estaba ocurricndo eu los paísesya modernizados); 3) la explosión demográfica, y 4) las condiciones rei-nantes eú las zonas rurales. Los factores 1) y 2) corresponden a lascausas universales y normales lle la urbanización. En este caso el in-cremento es acomparlado por una mayor demanda dc trabajo urhano.Este ;ll'1ll1cnto "real" (por Ibullarlo así) de la demauda se dio en dife.rente med ida en todos los países y debe ~er mencionado como uno delos aspectos dlel proceso. Pero los dos últimos factores, crecimientode la población y condiciones del ;írea rural, surgen de las condicionesparticulares de la región. En cuanto al crecimiento demogr;ifico, ya"imos en el capítulo ~nterior que su aceleración ocurrió, salvo excep-ciones, a partir de la décilda del 30 y se intensificó después (con cx-cepci('m de los países ya en fase de natalidad qecreciente). ]\.fientrasq lIe en el período I ~l~O-EJ30 el crecimiento nalllral (en la región comoun t~do) e'a Jd, 1,8 por ciento anual, alcanza en la actualidad a 2,9por: ciento. Estas tasas son un pronledio e incluyen tanto las i'~reasrurales como las urbanas. Aunque éstas tienen un cr¡:cimienro nati:JralmenOl" que las primeras, parte lle! aumento de la polJlación urbana sedebe a su crecimiento natural. Pero la contribuciún mayor se originaen. las migT:lciones, especialmente las rur;¡l-urb;lllas. Es aquí dondeopera el lactor mencionado en cuarto termino: las condiciones econó-

H jar'lues Cflouc1lOl, "Land ~}\~Ilurcaud JJc.~Vdl\!'fll(:lli. in L;l(lll .r\tlJ~:ri['l" c'nClaudia Véliz (comp.), Ob:iI'JClá lo Clul1lgc ill l,a:i" .'iltl.:ricll (L"Il(!t:'S, O:Jo:dUniversit)' 1'1-CSS, 19(5). Véase también un ¡",,¡lisis d,' i,,:; resultados de 1111 (,sr 1l(;0sobre leneru:ia' de la tierra en P,IÍst's \;tI illlio1i1lCr¡';a,lOS; So!t)fl L. Jbn;!dough yArthur L. Donlike) "Agrarian 5lt ticl ¡Ire in Sen'u i.~Ilin AlI!l-riclll (:ll\ll\ll'ie~.".':11I,alld I!c07lOlfIics, XLII (1!I(j(j): :i!II-1:!.1.

u Naciones Ullido1S, CEPA L, l"IJhleIlUl, )' /lIn/JNlil'iI\ de la {¡!~(indir:r'l lali'¡(I-americana (1Il1cnos Aircs, SoJa¡-llacl:elle. J!lii.í¡, parie 1.

10 Naciolles Ullid"" CEPA!., "J'. lit.

micas y ~ociales de las ~ollas nlr;dl'$ (d('sCII1I)!t-o, s;d;llio, bajos, pn!:I'I'!;1

y hambre, falta de {)portllnidad(:s para IIH:jorar, f;dl;¡ de h"ilid ,(i.'ss:Init;Jrias, ec!ucaeiolla!t.:s y otras). La ,('strtlrlllla (!,. 1;( 1\'IIt:IH í:, d: i;1tierra, con la ¡t1lísill\;¡ CI!JIl'Clllr;'I'¡(\1I lit- h pr',¡,i,,'d,:d, (1 IJiell ,,11 npdt:slO,el minifundio, constitllye en 1;, 1I1;,)""b de J"" países IIl1a de las CIII,asprincipales de c:xJJtlJsiún. l,a gr;1Il COIlrCl1tl;1l iÚII lle la pr,llpicd;1l1 dela tierra en AlIlérica latina es bicll conocida. FII elevada tllqlida se t":at;¡de la cnlltinlJac!(ín (k IIl1a lenf!ell,ia lli'I<"l'i";1 !jIW ,l' (Il'i~~;Ij(" lO;, /;1i:poca colonial, h;,jo el ,,¡,(eliJa dr: la J1:., jend:l. ;,1I1Hj'lC ('!1 ti 1I!:l\',¡IÍ:lde l(l~ JJ:lÍs(,~ L. ;Ij¡wpiación de la I ¡elTa por 1I11;ISpoca:; bmili.ls o ;nl1i-viduos continuó durante todo el siglo Xtx. S('~;ún :r!gllllas (:stimacjcncs-para toda la rq~ión cn Sil (Olljlllllo-, __ el 1...1 por ci'~Tllo de b, ,1':':-plotacioll{:s agrícolas () ganaderas Cüllccntr:lll el (j,:; j)O;' cjclllú ddárea cllltival.le.f' El l,-,tifunt!io se combina por otra ¡';lrtC con el,minifundio, la proliferación de' unidades de explotación por l~el ajodel mínimo econlÍmico. Ambos u: (rcn,os d il jc¡¡!tan ue d isti 1ll:1 malll~r¡lla introducción de mejoras técnic;¡s y de inversiones gllc podría elevarel nivel de la productividad. Según algunos cstuciios" la' difusión yla aplicación de tecnologías m;ís adecnada,s en el C:1l11~)()en(lJ(~n tr ••cuatro obstáculos principalrs: 1) insllficienlcs ~(TvjLi()s de cKlens.c'>nagrícola; 2) estructura de la propiedad dI,' la (ierr;l; ") ,,;, j;1 educll: ('mdel campesinado, y il) otros factores institucionales, por ejemplo. LItade créditos y de un sistema eficiente de comercia liz..lci,'m. Podría dc("i rseque el proceso de expulsión del campo t(llllh¡::ll jl;lc(k' rcslIÍlar de 11lC-joras técnicas y económicas [ajes Cjue, ¡JI :lnIlWIJI;¡r i;¡ prcll'lIctivi(;,lddel trabajo agrícola, quede un excedcnle dl' flll'l'l.a de lr:lilaj,) 'l"C \('_cesari;llllclllC debe Irasladarse a otros sectores d(~ ];¡ (:colll1lllía. Ene ú:ti-mo caso es poco común en América latina dada la ~ítll;¡ci¡'lI1 de a!¡';:so' técnico-económico del fenal' agrícolil. En el pcrí"c1o !'1)"hdico Lt pm-ductividad agrícola y ganadera hil aUllwIHado.w Este Iledlo ~e h;¡'I"vinculado no sé)lo CO/1 el estado de subdesarrollo ell que h¡m ,si:lnmantenidas las pobl:tciones rurales (;11 [;¡ n'gión. sinu 1;11111)161(011 lafalta de políticas agTarias ¡¡declladas y 1,.sin Sil fici<:o tes j I1vcniones. 1(;,]"

ello rc:lacionado ,~11 gran parte con la 1'(Tsislenci:1 dd Lttirundio y dd

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194 GINO GERMANISOCIOLOGÍA IJE LA l\[()f)ERi\'I~ ..\C:I(');\i ¡~l5 .

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Page 97: Germani - Sociologia de la Modernización

11 l\arrar1uIIgh y llol1likc, 0/1, cil.1~ IlJhkm.

mm pIejo de acti tudes arcaicas que caracteriza, por lo general, el sectorterrateniente. En parte por estas razones y en parte por otros factores

, debc hacerse notar un ulterior factor de expulsión: el progresivo y"alarmante" (según el informe de la CEPAL) deterioro de las condi-ciones de fertilidad del suelo en los países latinoamericanos. La des-trucción de estos rccursos naturales contribuye en medida considerableal éxodo rural. Dentro de este contexto v dado el estancamiento tec-ni~o--rconómicb de la agricultura, el a\lm~nto de presiém demogrMicancado por la ~¡]ta tasa de crecimiento de la población debe necesaria-mente originar el desplazamiento del excedente hacia las ciudades.

Dada la gran desigualdad en la distribución del ingreso en laszonas rurales, incluso teniendo en cuenta la baja productividad actual,el rédito extraído por los grandes .terratenientes sería suficiente pararealizar inversiones importantes en la agricultura y en la industria.Se ha estimado, por ejemplo, que si la proporción de réditos consu-midos por los terratenientes en Chile fuera la rnisma que en GranBretaña (para un sector equivalente), los gastos personales de consumodé este grupo bajarían del 21,1 al 10,3 por ciento del rédito nacional.Esta disponibilidad de capital sería suficiente para elevar al doble lasinversiones en capital fijo y circulante. Esto significaría que la inver.sión neta podría aumentar del 2 al 14 por ciento del rédito nacionalneto.l1 Estas consideraciones pueden extenderse a todo el resto de laregión. La persistencia del latifundio es también respomable del hechode que solanlente una parte de la tierra cultivable sea realmente utili-zada .. En un estudio sobre la tenencia de la tierra en siete países seobservó que sólo una sexta parte de la tierra correspondiente a lasgrandes propiedades se hallaba cultivada. Sin embargo, estos propie-tarios no sólo controlan las mejores tierras, ubicadas en las zonas másfavor~¡J)les, sino (lue también tienen f:kil 'lcceso a la ayuda técnica)' al crédito.12 En el otro extremo de la escala, la baja productividaddel' minifundio es también una consecuencia de la estructura de ).1propiedad y del tipo de relaciones sociales dominantes. La posibilidadr1" inlw('.Irir mejoras técnicas en la explotación agrícola se ve anuladap~r el Illjo nivel de educaci{m, falta de acceso a la información, faltade medios y otras causas.

Dentn¡ del complejo de condiciones desfavorahles en que se hallala población rural y bajo la creciente presión demográfica, la únicasalida es la migración hacia las ciudades.

A estos factores de expulsión desde el campo debemos agregar los

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'In¡rrcso bruto por '.fio, por penona("" dólar •• , 1960)

Actividades

Todas las actividadesAgriculturaIudustria manufactureraMiner/aTransportes y otrosservicios públicos

Comercio y otros servicios

Cuadro 3Ingreso bruto por persona ocupada en,diferentes actividades (1950, aprox.) ,

América la tina 14

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SOClOLOGfA DE LA MODERNIZACI'ÓN 197" 1

- I!factores de atracción hacia la ciudad. Si bien la demanda de ttabajoindustrial y ~e scrvicios modernos es muy inferior' al flujo ~e' fuerzade trabajo que migra hacia las zonas urbanas y, en general, el grado de'urbanización es mucho más elevado qu~ .el del desarrollo' económico¡no deja de ser cierto que las oportunidades económica~ en la ciudadson mejores que en el campo, aun en las actividades de baja 'producti-vidad del "pseut!octerciario" o el "pseudo-secundario':, y hasta para losdesocupados.

Aunque la distribución del ingreso' es sumamente despareja, tantoen la agricultura como en las.demás actividades, es en Ja prirpera dondese registran las situaciones más desfavorables. ~n Chile, por ejemplo,cl ingreso promedio de los propietarios (12,4 por ciento de la poblaci<~nactiva en la agricultura) era catorce veces superior al de los trabaja-dores agrícolas sin ticrra. En 1956 en Cuba, antes de la' revolución,cuando el ingreso promedio de las familias era de 370 dpla~es por año,el de la familia campesina sólo alcanzaba a 92 dólares por' afio. EnBrasil cl promedio nacional (por persona en la pO?l,aciónactiva) erade 4'10 dólares, mientras que en las zonas rurales de ese ,país se hallabamuy por debajo del nivel nacional de llO dólares por afio.' En laszonas periféricas de ese país el nivel era todavía más bajo: en el noreste85 dólares y en las plantaciones de azúcar 50 dólares an,uales.13 Ladisparidad entre los ingresos promedios' en la agricultura' y en lasdemás actividades está ilustrada por las, estimaciones' presentadas enel Cuadro 3.

13 Naciones Unidas. CEP AL, Problemas y jJerspectiuas de la agricultura, op. cit.14 Unión Panamericana, Estudio Económico y Social de Amérim Latina, 1961

(Washington, D. C., Secrctarla General de la Unión Panamericana. 1963), yol. 2.pág. 250.

GINO GERMANI196

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Page 98: Germani - Sociologia de la Modernización

Las ciivcrgenrias entre anividades serían aun nl;Ís prollunciadassi se tuviera' ~n cuenta la distribuci¡'lIl del ingreso entre empresas ytrabajadores, cn'¡pleados y obreros. Esta distrilJllción es mucho m;Ísdt.;s'ravol'itl>Je en bs actividades agrícolas.

En, 10,1;\ América !atina, allIHlue en gr:1l10 distinto según lus países,, 1, '

);¡s, condiciol\es de vida, la nutrición, la salud, la educación y hastala, v'ivienda o la seguridad persona 1 son mucho peores en las zonasnlr:t1es 'lue en las 'urhan:ls. Formas de conSlllllO como el Ilsar zap:lloso (OII)C:I"pall de trigo esl:1Il disll'íl>uidas nlllY desi12,lI:i1l1lellle enlre la(iut!:ld )' el (";1l11PO, Lo nlislJIO oculTe con las diferentes ¡orillas deintcgración Cl¡Itur:d, :dbbe\.ismo, uso del idioma nacional, participaciónImIíli'c!t, exposición a los medios de comunicación de masas.

, ~,a COllllJinación de 'factores dee'xpulsión desde el campo y deatracción Ih:\cia la cimhd aClúa pOI' medio de los cambios en el planouormativo y psicosocial. Las grandes migraciones internas no son sola-n,d1te efecto de las circunstancias amhientales y estrncturales sino tam-lJiéh, del deterio~o del or~len normativo tradicional y clel surgimientocIé nuevas auiludes. Es decir, que en una forma u otra y con distintainrensidad las gr:!ndes migr:lciones internas repl'esentan un aspecto delproceso de movilización social. En efecto, aunque las condiciones de\"ida ac'tuales en las zonas agrarias en muchos casos no han mejoradoen relación con el pasado, tampoco puede decirse que hayan empeo-rado. Pero e'stas condicione:; no pueden ya ser aceptadas, por lo menospor una parte de la población rural. Todos los cstudios sobre migra-ciones internas selialan motivaciones económicas -falta de trabajo, sa-larios bajos, precario nivel de I'ida- COl1l0 motivaci{lI1' principal de lallligración. Sin embargo, no sólo aparecen también otras ca lisas: deseode educación, aspiracioncs de movilidad, "deseo de cambio" y otrasan;ílogas, sino (Iue por debajo de la motivacicín "cconómica" se descu-bre el hecho u;bico del rechazo de las condiciones inhumanas reinantesen ];[5 zonas rurales. Es verdad que el complejo motivacional pnede"ariar de individuo a individuo y según las regiones. Por ejemplo,:illí donde la migración es proporcionalmente m;ís reducida, es proha-hle que factores selectivos operen cn la determin:lI:iún de emigrar (porejemP10, los, nds din:ímicos, los m{IS inteligentes o más educado:;, losque ¡ienen mayores o m;ts clara, aspiTaciones de mOl'ilidad). Pero enzonas donde la migr:Jción asume cadcter masivo ems rasgos selectivospücclen l":tltar y la migración representar un despladllliento tn el queel momenlo de la elecci{lI1 consciente y deliberada es menos importante.De (odas maneras. sea Cjue la migración esté precedida por un conside-rahle 'grado de 1Il()¡¡ilizacidn j)sicol.Jgica, sea que OClIlTa en forma dehllida dc las zonas rllrales con Iln hajo grado de 1Il0Ii\':lción ddilJl.Tada

:1. Solire algunas ("Ollsccllcncius (k lu ur/J,/niUlcicJlI cn ,lé/(;ril'll /,¡/il1n:1'1 (TI:cilllil'l//o uC<'!I'rut/o I/<: 10.1 ('s/II/Io, 1II1',!iO,1 ¡¡r/lI/l1(/\'

('n ti nivel individual, siempre conslituye de una 11 ot!,;1 form;¡ ciertogrado de ruplilra con el patnín lradicional y IIn "desplazallliclll")" nosol:lll1('nte físico sino tambi{'n psicol,'¡gico que pucde originar la "¡'llestaen di'ponil'ÍJid:"I" \ la sucesiva ll10vilizaóón p,icoh'lg-ic;l. ("on la'; ,'arÍ;lsposihles consecuencias que hemos mtlH:ionado en otros cal)i'ld\)~,

En .\IlI"'rica Ltlina, COIIIO en olras regiolll:~ lkl TI.TUT Illillldl),pulida 'apliclrse la noción de sobreurbanilaciún, en lélll)inos dI: gT;['

dos de industrialil:¡ci(ín y de desarrollo económico. En todos los,laÍsesdd ;írca la Ic!aci,'))) urhanización-ocupación indus(rial tiende a ser¡l!ta, y J;¡ expansión del sectoJ' terciario no guarda projJorción (on elg;rado de avance en la estructura económica. Sin embargo, t:llllui{nes necesario destacar que el traslado a las ciudades y la red Ul ej'''11 de lapoJ.¡bcit'lII rura l consl itlIye UI1 Ilecho irreversi ble y forma parte dd Pl',-¡,ceso de III0derniz;lcjt'!n, AUII cuando se hubiese producido UII 'C;',ll1hiodr;íslico CI1 la estructura rural, con un fuertc aUlllenlt) de )lrodllctivi-dad y los GIIlIbios sociales concomitantes, de todos mod,,;s tl11a ':lIcrtcprojJorcilÍl1 de los habitantes de las :lOnas rurales 11IIhiesen sido despla-zados hacia las ciudades, Dado el alto crecimiento vegetativo, h en:-(¡ente conccntraciólI urbana era de todos modos incvit:¡J,Ie. El prohle-ma real 110 est:í en la sobreurbaniz:lcióli, sino ell la sllhi:lt!ustriali,aciilllv en el suhdesarru]Jo, tanto en las actividades prilllari:¡s como en l:tindmlria, La marginalidad urbana en sus c1i\"(~rsas forlllas, los p:nhle-'lilas sallil;1I ios, de "ivicnda, de CdIlC1l:i"'1I y de otrns senicios c 11 !;¡s ' ,ciudades no hall sido creados por la exccsiva concenl.racic'Jl1 cn éstas.pues de tollos modos esos mismos scrvicios hubiescn debido j'lw,'eers,:cn las ;íreas rllrales y a mayor ClIStO. Naturalmellte esto no qllic:-e de:,cir que la cOllcentración urbana acolllpaií.ada por el palr<JIl de la "pri-macía" de IIllaS pocas grandes aglolllcraciones no sea alr;llIIel,tc ¡rra-ciol!;¡!. l ¡na red urbana rn:ís equilibrada, basada en Ulla j',T;lr<¡ui;1de difercllte 1:lIuaiío, Jistribuid:l :I11cclladalllcnle por el tcnilori'J ddpaís en cOlniJinación con varios "polos" de desarrollo, serb ¡¡IIHII" JIl:ísracional y por cierto llIucho n¡;Ís capaz de proveer ulla súlida baseecclúgiq para el desarrollo nacional inlegrado. Per,) eslos prohlemasc:,capall :1 los' propósitos lll;b restringidos que nos g'uían aqllí. Tam-,pOlO es éSle el lllgar de hacer IIn balance de las consccuelH:ias neg'llivasy posi ti \':IS de la urba n ización arlela litada y acdcr:1l1a sobre el de!,a ni¡,110 econ"lIllico. Nos limitaremos, en call1iJio, a h;lccr referellci;1 a al!',"u-11\)S aspectos rlI'! proceso en 1" que \(' rt'iicre a las lllr)rlificaciones que

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Page 99: Germani - Sociologia de la Modernización

1:; C:, Germani. "I.a Cill,\;"l reuno ]IIe('anismo lnlcgr:u\or". RC1,i,II(l }\fcxir(lllll,1" S",¡"I"!,;II. XXIX (1%7): 3Ri.'IO(;.

lJ 11primer caso de lo que helllos llamado "sobreexpansi<'>n" de losc:,trat()~ urb;lllOS pucde verse comparando el mismo proceso en la Argen-tin;1 y Cll los F.stados Unidos ele AIll(:rica. Naturalmente, una compa-raciúll de los perfiles del ~eclor primario presentaría rasg-os muy dis-lintos, pues ese último país. a diferencia de la Argentina, tenia una

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SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACiÓN

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ICla. pr<>p~l\l\iOllobr"rotl I

lO Pnlílica y .wcicd.od. 01'. cil., cap. VI.17 G. Germani. "La ciudad, ctc ....•. op. cil.

amplia clase media rural en el siglo pasado. Pero el sec~or rural' ensu conjunto telidió a disminuir a su mínima expresión.' mientras gra-dualmente la sobedad urbana se transform~ba en una sociedad de' clase

", I I ¡media. Esto ocurría por un lado a través de la expansióI;l del sector"no manual" urbano, y por ei otro a ca'usa del acercamiento' de porlo menos una parte de los estratos populares al tipo de trabajo y situa-ci(in de mercado que caracteriza a la clase me¡Jia. Tambi¿n en laArgentina el sector rural ha disminuido considerablemente, pues hoyalcanza a poco m;ís de un quinto del total de la población activa: ,Pero,aunque ha llegado a tener una clase media baja en el ~ector' pl;imario, 'su proporción a nivel nacional fue siempre considerablementy,reducida.

5110 para pocos países latinoamericanos se cuenta con datos 'hisló-ricos elaborados,lo y no es posible realizar una corril~a,r3;ción del tipoutilizado en el cuadro 4. Por otra parte, con la excepcipn de Argen-tina, Uruguay y parcialmente de Chile, esta expansión es fUUY reciente,es decir, se remonta a las últi,mas dos o tres décadas como ¡náximo (o seaque corresponde a la cuarta etapa del esquema). Pero el perfil deestratificación existente en 1950 y las tendencias que muestrah estima-ciones basadas en los datos del censo de 1960 comparadb con el perfilactual de algunos paIses avanzados, parecen confirmar la idea deque en América latina loS' estratos m~dibs urbanos se están exp~ndien-do más allá de lo que podría esperarse si se tiene en cuerlta la' expe-riencia histórica de los países más modernizados.

CUADRO 5Perfiles de la estratificación urbana y rural' (1950 aproximadamente) 17

Paiselt

Argcntina 41,4 I 5,5 !í3.1 ,32.1 4,7 63,2Chile 29.4 10,6 60,0 2,3 28,3 69,4Costa Rica 31,0 9,8 !í9,2 15,0 25.6 59,1Cuha !l!í.!) 12.4 [,1,7 1,4 36.1 62,5Vcncwrla 2li,R l7Jo ,ti!),? 1,8 58,2 37.0Colombia 28.1 W,6 55,3 17,0 39,9 43,113rasil 35,2 13.3 51.5 3.2 62.5 '34.3Panamá 31.9 11,1 54,0 l.l 89,6 9,3Paraguay 26,8 24,4 48,8 3.8 86,0 10.2Ecuador 20,1 19,1 60,8 1,5 58.5 1, 40,0Salvador 21.2 18,3 57.5 2.9 47,6 49,SGuatcmala 16,2 41.9 41,9 2.7 64,8 32.5Bolivia 2!í,6 24.4 50,0 1,0 59.8 39.2Haití 12,6 46.2 41,2 1,3 92,2 ,6,5

(;INO (;ERMANI

EAlndoH llnitloR Arjt'entina

AfllJ.:l Jo:~t r:tfo~ r;~tl'nto:J Años Eflt.rnt.os E~lrntoom('<iiuR hnjo~ medios hajos

1 ¡iO 33,[, liG.'í IRli9 8,7 91,3

-- -- -_.-- IR'!" 2,1.0 7(i.01'\111 , 3,1.2 (¡-',H. I!IH !lO.7 li'J.~11!11O . :\11.:\ (;1.7 l'l17 11.1 !íIU;1!llill

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experimenta la estratificacicín social en concomitancia con la expan-si(lIl urbana, y en particular lo que pouríamos llamar la "sobreexpan-si(!n" de los estratos medios urbanos. Es claro que se habla ue "con-comitancia" y no de "determinación", por cuanto el fenómeno de quese 'trata e~ parte del proceso de modernización social, es decir, en tér-minos del esquema que estamos siguiendo, de los "efectos moderni7.<l.-dores" O( unidos dur:lIlte la tercera y la ('uarta etapa. También vale]; 1)(:n;1 record;¡r quc la cxpansión de los estratos mediO' no es el únicor:1I11bio que se produce en la naturale7a, cOlllposiei(m y volumen deLis c);¡ses urbanas. La apari(:i<'m y el crecim ¡ento ue un proletariadomoderno y de un seelor marginal urbano, así como los cambios en lacomposición)' natur<tleza de los sectores de la clase alta, son procesosno mcnos importantes. La limitaci(m de estas observaciones a la ex-pansi"lI1 dc los sectores medios se debe m;ís bien al hecho de queorrcce 111J buell ejemplo de un "efecto de modernización" que se tram-forma, en ciertas circunstancias, en un mecanismo de estabilización delsla/u r¡uo o de obst;ículo para el cambio ulterior.

Se habla aquí de "sobreexp;msión" en términos relativos, es decir,en 1'l:!acj()\1con el grado de desarrollo económico, tomando una vez más('onl() b;I:.e de' comparaci"l!1 los paises de desarrollo y transición glob;J1nt:':s ¡¡\'anzada y de iniciaci('m m;ís temprana. Deben entonces recor-darse lus problemas, inherentes a este tipo de comparación, que men-cionamus en "arios capítulos anteriores.

CUADRO 1Perfil de la eslralificaci('!I1 urbana el1 la Argentina y en los EstadosUnidos de Alllérira (estratos ocupacionales medios y bajos en las

acti \'¡dades secundarias y terciarias). tr,

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Page 100: Germani - Sociologia de la Modernización

.1. La C1JQlllclón de las clasr.s medias IIT/JanaS (~n ElIro/JlI )' en Américalatina

El tema de las clases medias urbanas, de su existencia, naturaleza,illlportanéia 'y significado (especialmente político) ha ocupado la aten-ci(')J1 de muchos estudiosos en las últimas dos décadas. La publicaciónde l~ serie de monografías, organizad,a por la Unión PanalJ1ericapa a

, 18 Véanse las cstimacioncs de J. Knhl, op. cit., cap. 1, véas~ J.19 Datos computados del Delllographic l'ear1Jook de las Nacio"es U"idits para

el ailO 'J964. Los datos de Australia son de Kul'l 11. !llayer, "Social Slralificalioll in111'11 E<jllalilarian Socieries", cn R, Bendix y S. !Ir. l.ipset (COIllPS,): S/alllS (;[au

alld POII'er (NuCI'a York, Free Press. 1%6) _ Los de lnglall'l'ra SOn de C. D. H. ('ole,S/lIdies ill C/ass Sll'llctllTe (Londres, ROIHlcdge and Kegan I':lnl, ICJ~~) cap. \'[,

En 195Ó' varios países se acercaban o incluso snperaban d ni\'l:1d~' ~11130 por ~iento de categorías no manuales en las actividades se-nmdari'as' y terciarias en conjunto (además de Argenlina se hallahaneu est,a situación Chile, Cosla Rica, Cuha, Brasil, Colomhia y Panalld).

, , ..\Jguno~ datos de 1960 (llle sc han podido lIlilizar aquí Inll(~strallquc las mismas lendencias hacia la exp;msiún continuahall: VCIIl'/,IIl:Ltrq;is,t,ralJa :1I ,5 por ciento de no manuales; J'aualll;'1 36,tl por cieulo, yFI S:¡JI':lllm' 21,.1 por cienlo (sif'lllpre sohre el tOlal S(:CllIllLllio y l!'l'-1 i:11io). Para J\léxico (no iucluido en la tah];¡) hay \ al i:¡s es' iUI:,cio'Jc"pero lodas ellas sciialan <¡'ue no !llenos dc una tercera parle o nds de

, "1 '1lo~ estratos urbanos esta Jan compuestos por categonas no l1lalHt:I es.y cste nÍ1'e\ ya habría sido superado desde 1940.18 Aunque no nos esposible I!ealizar aquí comparaciones sistem:íticas al respecto, algunascifras relativas a países a\:anzados sugieren las mismas impresiones queIa~, sugeridas de la comparaci6n con el perfil urbano de estratifica-ri<'!n en los E~tados Unid~s. Por ejemplo, en 1960 Noruega tenía 39,3IJor cicn~o de no manuales secundarios y terciarios; Suecia el 33,0 porciento; Australia el 41,0 por ciento e Inglaterra (en 1951) el 34,3por ciento.19, ,

La,~ LallS;¡S de esta expansión adelantada (y a menudo acelerada)de Jos estr;¡ t.os urlJa nos en América latina debe buscarse en parte enel crecimiento adelantado del sector terciario y en la burocratizaci<'lllde la iudustria, Cllyas causas generales han sido examinadas en el c;¡pí-11110lJuint~. A éstas, sin embargo, deben agregarse otras que derivande las características que la transición h;¡ asumido en América latina,características a las que se hicieron ya algunas alusiones en capítulosprecedentes. A estos aspectos y también a algunas de las consccucnciasdel' fc;lómel~o dedicaremos el contenido de la últinla seccilín del capítulo.

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que en la ma)oria dt los p:lÍscs de 1:1 rc:~¡('.n 11:i1lí,1 ),¡'¡,:I[,<)s dI: rl:twIncdia dc creciente ill1p0rl:lIlria. Pero llllil!I()': ;Inton's, incluso \';Irio;de lo, t¡lIe p:lrlicil':lrOI1 CI) 1:1 lUl'ucioll:ld:¡ ~('J'i(' dI' III0I10:~),¡Ji,I', (',/'IT-~:,roll dud:,s :Ilcrra dc la 1I;lIlIr:I1('/a de !;t/c, -'1,,'1"1'1". FII ,~'('Ih' .:tI. se"i,s('JLiI':1 ljlll: l'~ll" uo W tiil('l'('11( i,I!J:III dI'! \',II';¡I" :i1I" 1(:"li( i,"t:11 /'01'tilia adectlada atltoidCtllifical'Í"ll1 dc el:¡',,''i. "Los IlIi('!I~i'rll~ rhi 1"(:ISILtlll;,d:" d:lst'~ Illl:di:,,.; --.c'Criilí;¡ .Johtl Gillill ;¡ nll'di:"lo" dI: l., <1,,(;,,1:,de I~Fl(l . SI' (',1'111:11::11por ¡d,'lIlili':lne no )':1 ('''I! 1, (h,,[, l,,,'di I ¡lIi".U);¡, sino COIl I"s c];¡SCS :JlLIS o, pilr lo cOlltr:lrill, ('1)11111il¡iel['[ 111:dcs 1'1'0-!cl::rios."~) Olro punto de "iSLI :lllIplialllclllc difundido "eí;¡ en Li,l'slra,-lificacÍón soci:d existcrlle en I:t l'e!~i["1l h:1l i.[ Lt rnitad dI'! siglo ('Cinlela coexistencia ele d(js sistellí:ls dc d:I'.e,: d :lllIi:~111l p,lln',,] "fcud:¡j"dc dos clases (un:1 ('1:1.>('.:Jlta tr:lllicion:J!, )' lIn:1 (Iast: I>aj:l), ,ep:lI'adas¡:nr tilla rígida di\'isi")II, ell t(orlllillOS dc dis¡:lllcia sllci:J!, Ltlta de 1I100'i-¡idad )' rc:!aciones inlcr¡Jcrson:t1c;; ;¡]I:It1Wnte jn;¡njllizadas. 1~:J!1'J¡ l;eaIs,:¡J sistCIll:Jli¡:rr SIIS conrlu.,ioncs g-cner;l!cs, I¡asadas soiJre 10110 (11 l:tsillollografías sohre c1:lscs medi:l" rcaJi/adas por la Uní('m 1~~"l:"nlT;C:iI1:l,lIega/¡a pl'eCis;I11H':lIte :1 UIl:1 COllllIISi/'1l1 de ese tipo:

"1 [a:"ll:1 que se pueda dispolIlT de Jlll'¡:OfCS il1!':lnllllt'lIlo'; dc IIll'dj'-;ÚII, lasituado)) (JI ti mayol ia de Jos paises plH'de dt'scrihilsc sobr{' lodo \"()J110 (J-

l:lctcri/ada por UII ~jSI(~lIi;t de lres l!;ISl". clda un;l de' dl:Js difcrl'llci:lIb'\illlcrll:lll1c,,'C en una SlTie de ~rllp{)"i cSII.ltific:ados y dt~ dilcn'l1lc SI:llllS. Sinl'lIlh;Ir;:~('.desde el PlIllto de \'iSla <Id eOll1portallli(,IIIO ntlllll'al y de la alllo,.

ic!ClllifiClcit'JI1, d :-:i~lL'llla fCl1(bl dc dos d,lSCS persisle, a pesar dd C'ICCifliclIlo,

ell la llIayori" de Jos países, de g-nlpos ;1I1<Tllle";o, d,'''''' I'i 1'111110d,. "i,la desu silu;lti('J1t ccoIJ(')micl. Los \'alorc~ y las adillltics t¡pica" de la d.l~c ~}lraharia d l,aJ¡"jo llIallllal y ):1 <:Jase h:'ja s"" plcll:III1l'lIle al'l'plados por 1:1IlIa~oría dc los Ini('llllll"os dc la~ clases Jlu,tIias. En alg'llllus l';lÍ\e:; b ila'!.' alla)' la. da"-" Illedia tienden a p~trCuT~''ll:d('sde el PUllto de "hU l'CIIII"llllico; ('11

,.lros Ia'i tli,jsiollcs l'CO)I('Hllicas se supcrpolu:n a Ja IHlSiól'lIl :-'(H:i~tl.:':.!::

Según lIe:¡]s, los únicos p:¡íses cn dlJlldc podía !lahl:II's(' de (i(Tladi,llliIlUci"l1I o illclllso dc cicrln grado de dc~ap;ll'iri")1l del ,islcIlIa "fCII-dal" dc dos c);¡scs }' su!.>rc todo de las ;letiIIH!t:S corrcsjlolltliclI1C'i, ('I:11llos países pl'edomill:lJ)lClllell!C cllropeos o tic oli<:rH:ICi"1l1 ('ump(':¡ JlIC-

dOlllill:llltC (.\rgcnlin:l, Chile, Urugll:IY, COSl;1 Ril':1 )' ,\I,"xi[ o) ElIlli'IlIO :111101'rccollocía t¡IIC el ~jslC)J1a dc l:slr:tlific:lci['1l1 se 1¡:t1Ld¡1 .,0_llll'tido a fucrtes lerhioncs y cst;¡b~1 expclilllcllt;¡ndo clI,JiJios I':ípidll'.

~1I -r"eo C'rel'('lIl1~ «('01111")' .H"/f'fia/cs ¡,,(rtl el F.,'/lIdi" d,' /a, Ua,,',' "',.d"" "'1- t JlI(:rir{l ¡.tI/il/u (\\';tSltillgloll, l"lIióll Pall¡lll\cril';II1;I, I~l.)~),(j n)II'IIlH'IlI'S.

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~~ Ralpll Ih-:lls, ""(Hi;d SII;llificlli(l1l ¡li 1,;lIin \IlHTit;I", ('IJ "''''lt.IIt:';!! 1(1Ilnwl:JI Sorio/up,I', 1.\'111 ~I!I:,:I): g~7.:;:)q.

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Page 101: Germani - Sociologia de la Modernización

~~R, ¡kals. o/,. cito2~ John J. Johnson, PoliliCllI Challge in l.a/in Al1Ieríca (Slan[orcl, Stan[ord Uni-

,'('rsil)' I'I'CSS, 1938).~~ Loe. til., P;'I~. "llI.

¡\ pesar del car;Ícle!" uds estamental que mOllcrno de las clasesmcdias latinoa.nericúnas y de su heterogeneidad interna, ]ohnson, co-mo sc sabe, jtlzgaha que ellos desempeñarían un papel preponderante-y posi tiyo en el desarrollo poHtico y la estabilidad de l;lS sociedades.latinoamcricanas, dentro de formas democr;Íticas representativas y elsistcma de econom ia de mercado. Esta interpretación y otras similaresfueron lur~o seriamente cuestionadas por otros autores, y ya se hanmencionado (aunque brevemente) en capítulos <Interiores las fases por

Por Ull lado, observaba, la vieja clasc alta cstaba empobrcciéndose obien estaba orientando, por lo menos en parte, sus inversiones haciala propiedad urbana, la industria o el comercio, en lugar de perma-necer restringida delltro de las "iejas formas de propiedad latHundista.Al mismo tiempo debía enfrentar conflictos, sea al interior de la mis-ma clase, sea a través de ataqucs externos por parte de las clases bajasV medias. El proceso de industrializa~i{m, <ldem;ís, sostenido en partepor ella misma, debía considerarse como la amenaza más grave a suhegemonía política y social, ya seriamente amenazada. Quizás una delas ,conclusiones importantes de este an{tlisis era la de que el crecimientode las clases medias no representaba de por sí una garantía de esta-bilidad. En la medida en que estos estratos se hallaban permeados de\';dores similares a los de la clase, alta, la amenaza originada por lasclases populares podía transfonnarlos en una fuerza relJresiva frente alos avances de los sectores populares.2~

El tema de las clases medias adquirió :mn mayor importancia enlos aÍlos posteriores, partieularmepte desdc la publicación dcl libro de'Johiuon sob,re la transformación política de América latina.2~ Aunqueeste ,\litar ha ejercido una influencia considerable al sugerir una pers-pecli\a optimista acerca de su acción progresista, evitó utilizar el tér-mino clases medias por motivos análogos a los scñalados anteriormente:

"El llegar a una, decisión en cuanto a los terminos a usar para identifi-car los grupos medios urbanos era una tarea dificil, y el resultado no fue'completamente ~atis£actorio. En primer lugar p:treció necesario evitar los tér-minos "clase" o "estrato", que han llegado a tener para los pueblos de Eu-ropa occidéntal y los ESlados Unidos connotacionc:l esencialmente económicas,mientras que en Améric:t latina sólo en lo~ lJ!limos aiíos el ingreso y lariqueza se han agregado a la educación, prejuicios, comportamientos, forma'(le vida; 'antecedentes y sentimientos religiosos y esteticos romo determinantesde la po~ición social. Hoy en dla (en América latina) algunos de estos deter-minantes cnllllTales siguen todavla ejerciendo en la fijación del status social,1:i1 papel mucho nuis importante que el que desempeñan en los Estados Uni-dos.~.2ti

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!205SOCIOLOGíA DE LA MODERNIzACIÓN

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las que parecen haber pasado los movimientos, políticos basados en Jasiclases, medias: del lardor revolucionario o por lo menos reformis'taavanzaao, hacia la aceptación del S1ta.tu qua o de tendencias conserva-doras, la <lliama con la alta burguesía o inclúso con los restos sobre~vivientes de la oligarquía tradicional, o en todo caso un !tIto gr~dode fragmentación interlla, cambios de orientación y ambigüedad.26Pero no es nuestro propósito analizar en detalle este proceso. 'Paraello nos remitirnos al ya citado trabajo de Graciarena, que presentaun análisis de conjunto en nuestra opinión sumamente adecpado de latrayectoria polftica de las clases medias en América latina.27 N os :¡nt~-resa en cambio complementar ese análisis sugiriendo algunas compara~dones con los "sectores medios" de las sociedades avanzadas europea,sde tipo capitalista y su evolución política. Pensamos que es~as compa-raciones, hechas con más atención que la que nos es posible prestarlesen este capítulo, podrían poner de manifiesto ~i£erencias y semejanz~sde gran interés para comprender' el proceso de transformación de lasclases medias urbanas en América latina. ' " 1

En primer lugar resulta en l'C<1.lidadsorprendente la idd: tan di.funcHda, especialmente, entre los observadores extranJ' eros, acerca de los

, l'supuestos "componentes culturales" y la falta de autoidentificacióncomo clase de los grupos medios urbanos. Estas observaciones rcpitencasi textualmente los análisi¡ y las descripcione¡¡, que pueden, recogersea lo largo de un siglo y medio o más de especulaciones teóricas y estu-dios empíricos sobre las clases medias europeas. ,También muchos qelos estudios teóricos y empíricos acerca de la sociedad norteameri-cana destacan componentes "culturales" tales como prestigio, origenfamiliar, modales, origen étnico, educación, atribuyéndoles l.jna, impor-tancia que no parece menor que la que puede sospecharse, existe enAmérica latina, aunque puede admitirse que se trata' de un sistemade estratificación caracterizado por una ideología (sino por una reali-dad) más igualitaria que la predominante en los sistemas de clases delas sociedades europeas.28 De todas maneras, la dicotomía entre trabajollo;ullIal y trabajo no manual, con todas sus connotaciones, ha existido

26 Véase cap. I.27 J. Graciarena, op. cit.28 La literatura sobre el tema es enonne. Para una revisión bastante com-

pleta de las teorlas sobre l'a~ clases medias desde mediados del siglo XVlll ha.stanuestros dlas, véase Roger Girod, Etudes sociologiques ,sw' les couches sala rities: I

O'turiers et emjJloyés (Parls, Marce! Riviere, 1961). cap£tulos 1 a IV. Sobre la perosistencia y la importancia a nivel motivacional y de comportamiento polftico de loscomponentes de prestigio en las clases medias europeas entre las do~ guerras, véaseR. Aron y otros, blllelltaire IIl, GlaS,leS lHoycnnes (Parls, Alean, 1939). Para EstadosUnidos, véa~e Milton ]\f, Gordon, Social Class ill American Sociology (Durham.])nke Univ('rsity Press, 1958).

GINO GERMANI~O'l

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Page 102: Germani - Sociologia de la Modernización

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, ~lJ ef. los artículos de D. Lockwood, Goldlhorpe y otros en el lihro compiladopor Joseph Kahl, COI1l/Jll1"alive Perspeclilles itl Slml.i{icaliotl' (BoslOn, LiIl1c Browu,1968). Véanse también las rderencas citada~ en el capltnlo lJI.

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An tes de caracterizar muy brevemente estas fases es necesario acla-rar algunos supuestos del pre~ente análisis. En primer lugar creemosque los que algunos observadores de las clases medias latinoamericanasllaman "component'es culturales", es decir los elementos de status aque' hemos' aludido antes, existen de una u otra forma en todo.sistemade I estratificación social. No importa el Illodelo explicativo (¡ue se

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~o En el lexto se hace refeH'ncia a dos formas <le enfo']ues en el cHtHlio dela estratificación social. tln enfu,]lIe puramellte rlcscril,lilOo, 'Iuc SÚ!t, se I,n'ocnl':lpor ;lualil.ar los rasgos del si:-ilclua. de (~:-.lratifi(";H:iúll lal nHUU :qmreu' al Oh~cl\';.tdnr't'1l t~rlllinos de illdic:ulores (ohjetivos y suhjetivos), incluso detrlt.'tllOS tales (onu)

el prestigio de la ocupación, forma y monto d('ill¡!;reso, eHilo de vida y wnsumo,aClillldes, ele. Y enfo<]lIe cX/JlicaliIlo en el clIal estas cal-acln+,licas SOll l'\leSlaS curelaci6n cansal COll otros aspectos de la estruclnra soci:ll: sislema pr<>¡juclivo orelaciones de producci6n, sislema de valores cenl raJes de la sociedad, funciones en r>ladón con partes o lOdo el sislem'a social. O inClnso, COmo en el enf0'lue de\\'arner.lOdo el sislema se nlelve algo puramente depcndicule de si n,islllo, es de\ ,r de I,ISestados subjelivos de las personas.

:11 Esto se debe en parte a las caracleríslica, paniculares (Id país ~e ori~ende muchos latinoamericanislas, es decir Eslados U"idos. donde dcCli":lII e"le los'valores igualitarios son más fllerles y 1Il:\s "is¡llle, 'lile en Europa. l' ('11 I,arl<- p"rel hecho de tomar como hase dc comparaci"'" las sociedades neoc'l'ilali'las, '1' ecomo se verá han ido experimentando una Irallsformaci6n CIl rllalllo a "1 l!i,il,;,litl",1 de la imporlancia de los "'("(Imponclltes CIIlturaks".

adopte (marxista, estructural-funcional, o puramente psiculol!;ista" esdecir, tendiente a reducir la existencia de la clase o cstados !n:ram¡;r.tepsíquicos, ¡¡ IO/C (!tosc ¡/.'o/JI'lIion), al dt:Scri/,ir un ,¡Sklll:! de cstratifi-caciún siempre se hallad n componentes de Slatlls y t'stos ddwr:'lll ~crtenidos eu cuenta como determinantes de! cOlllp()rtallli,~nto empíricode los individuos, por lo menos a corto plazo.:1tJ Esta posici(:)1 no ('snada original' pues refleja las posiciones explícita o implícitamente"multidimensionalistas" que parecen predominar en J;~ sociolof!,"ía'con.tempodnea, especialmente desde 'Veber en adelante.~ Lo eX'TailO esque JlilHhos )¡¡I in():ullcricanistas hayan considerado "arcaico"; el COIl1-)l())]ellte cullur:tl del mayor prcsti~io asignado a las fUIHiollcs no rra-nu;tles en las clases medias de la región.:ll El segundo punto ,s":refierea la idea de que el "dualismo" estructural es un hecho universal delcamhio soci:tl y no se eJlcucntra únicameute en los países de dCS:IIT01l0

tardío. Esto significa que en la historia de los países hoy anIllados,'se ha pasado por fases de dualismo estructural, que este dualisrnr) puedehaber disminuido o desaparecido en fases posteriores y que, por fin,podr¡i reaparecer bajo nuevas formas en el futuro. Por este motivonociones similares a la~ de clases "declinantes" o "arcaicas',' y clases"nu(;\,as", "mol\crnas" o "emergentes" (tan comunes en l"\l1H~riG,Iatjn.~1)!tan sido em!)le:lda~: corricntelllcnte (con los mismos n otros término,),en los an¡Ui,is de las transformaciones de las sociedades' hoy avanz:ldas.

A t(){lo esto es necesario agregar algunas aclaraciones. En pril;l'~rlugar el término "dualismo" debe entenderse en sentido ampli:>, comocoexistencia de dos o más formas estructurales (estratos, caractcrísticasdel s;stema, tales como normas, valores, etcétera), que corresponden aclas~s de sociedad "ideal-típicas" distintas. Usualmente esta lli[erell-'ciacilín se da en virtud de la asincronía en el camhio social; por eSl.e'

GINO G.ER1\'IANl2()[j

en todo el ¡írea cultural del occidente modernizado, y solamente alaicanzar,se la etapa m;ís avanzada de la sociedad de consumo de masas,con la ;1'parición de la "nuev;! clase obrera", parece haberse producido( , , 1"')" . "1 1 1 dI" 1 .segun a gU!l~S uua convergenCia, resu tan te, por un al O, e a )Ul-

g'upalllicnw" de sectores crecientes del proletariado, y por el otro dela a(JbpLión de modos menos individualistas y m¡ís colcnivistas (pOI'ejer~pl9 sindicalización) por sectores de las clases meJias.~lJ Si bienaml?as tesi's (convergencia y "aburguesamiento") son todavía muy dis-'cJtibles, se puede aceptar que hay ahora mucho menos resistencia porP31}C dc vastos 'sectores de las clases medias bajas para aceptar unapar! icipaci¡"m mayor de los sectores obreros en ciertos tipos de consu-mos que antes eran peculiares de los "no manuales". Es decir, se ad-vierte en las sociedades' industriales avanzadas (de economía de em-pre:sa priva'da) menos temor a la "invasión" de status por parte de losestratos inferiores. Pero éste es un hecho nuevo y marca una profundadiferencia' con el "pánico de status" manifestado por la pequeña bur-guesía y la clase media' europeas en el período entre las dos guerras.'l;al hec!lO nuevo podría ser el síntoma de que se han producido cier-tbs cambios ,en el sistema de estratificación. Ya nos hemos referido a

, I .1, e~.te proceso en el capírulo IlI. r-.Jás específicamente volveremos ahora'a los argumentos allí expuestos en particular con referencia a los cam-

I !lios experimentados por d sistema de estratificación bajo el impactodel iJicremento de las varias formas de movilidad, hasta llegar a la faseque hemos denominado de "movilidad autosostenida". Quizá seríacom'eniente introducir aquí un esquema de" análisis basado en tressucesivas fases o tipos de sociedad, por las que han pasado los paísesoccideptales de transición temprana y de desarrollo capitalista. Estastres fases podrían denominarse' "paleocapitalista", "transicional" y "neo-capitalista". En lo que sigue retomaremos y ampliaremos varios de losconceptos ya expuestos en e! capítulo mencionado con el propósito detiJalar ún paralelo con el proceso que está ocurriendo en Américalatina.

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32 G. Gerrnani, l.a ,lOciología en América l.alina (HuellOS Aires, Eudeba, 1964),último [a,,/lulo.

motivo se habla de formas ";¡rcaicas", (declinantes) en contraste conformas "modernas" (emergentes). Sin embargo, puede resultar conve-nicnte introducir una clasificación tripartita: formas "declinantes",formas "b¡isic;¡s", y formas "emergentes". Dentro de un esquema dean;ilisis que supone: 1) asincronía, 2) cambio permanente, 3) rapidezdel c;¡mhio, tcndrl;¡mos trcs formas coexistentes quc podrían correspon-der a CSL;ldios("sociedades" o "conJiguraciones estructurales") "ideal-típicos" distintos: las formas declinantes corresponderían a la sobre-viviente sociedad arcaica o tradicional, la forma básica a la sociedad"moderna" tal como pucde definirse en un momwto dado de la tran-sición (en el "presente"), y la forma "emergente" a l~ sociedad haciala quc pa¡-ccc oricntarsc la socicdad actual en su estadio siguiente (la"futura" sociedad moderna). Esta terminología supone la presencia ola contemporaneidad, por así decirlo, del pa~ado, del presente y delfuturo. En segundo lugar debemos señalar que los términos "decli., narlte", "b4sico", "emergente" no se refieren necesariamente a decli-nación, apogeo y emergencia, en términos de volumen numérico prÜ"porcional y de posición a lo largo de las varias dimensiones de estra-tificación (poder; riqueza, prestigio, etcétera). Fundamentalmente selo emplea aquí para i"1diear una orientación del curso histórico, unaorientación en cuanto al sentido de las transformaciones que la socie.dad (y el sistema de estratificación) están experimentando. Esta orien-tación es cledllcida o inferida por medio de un modelo (o sistema dehipótesis) "construido" por el observador (el científico social) que rea-liza el análisis. SU' pertinencia, "realismo" y capacidad predictiva es-tán en gran parte determinados por el estado general de la teoría y lacalidad y cantidad de los datos utilizables en el momento de su for-mulación, es decir por el "nivel histórico" ;¡lcanzable por la disciplinaen ese momento,32 Por este motivo la situación del observador resultabastante distinta cuando analiza un proceso ya transcurrido y cuan-do confronta uno que cstá transcurriendo: en el primcr C:lSO,al trat;ude expli,car lo, q~le ocurrió, ya conoce que orientadún espccífica asu-mió la transidún. Pucde identificar, por ejemplo, más claramente unaclase "emergente" si ésta ha llegado a afirmarse en épocas sucesivas,Sus predicciones acerca del futuro son mucho más inciertas que suspredicciones "retrospectivas". En lo R.ue se reficre al significado delos términos clase, sector "declinante", "básico", o "emergente", éstospueden según los casos incluir estimaciones en cuanto a futuro creci-miento o oeclinación, en nümero, en posición de poder, riqueza ('

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, ,209,SOCIOLOGíA DE LA MODERNIZACIÓN

prestigio, o en vados de estos atributos a la ,vez. Una clase alta "decli.nante" puede haber sido en la fase anterior la clase "pásica", peropuelte mantener por mucho tiempo, en su fase declinante, un' granpoder, incluso un poder hegemónico que en esta fase d~tlin;¡nte se ha-lla scriamente amenazado. En el futuro, sin embargo, de rr;'lIlÍ1l1101' latcndcncia cn función de ln cllal se Iza [fJ1"Il1ulado la di.llillci,íll cnllT

clase alta b;ísica y clasc alta dcclinantc, esta úlLim;¡ deberb cxp'erimclI-tar una disminución o incluso desaparición, sea a tr;¡ vés de unafusión con la clase básica, sea a causa de procesos de movilidHd ,des-cend ¡en te, ino ividual o del estra to en tero, J\n;í loga med le, una I claseemcrgente puede llcgar a crecer en número y/o podcr (r~re~~igio, ri.queza, ete.), y eventualmente transformarse en básica, cn nil ,cs~hdiosucesivo, en la medida en que la tenciencia prevista se realiza efectiva-mente.~;¡ Por ültimo no estará de más mencionar dos 'c'u~stiones. Enprimer lugar el hecho de que' a mem~do la distinCÍlJn eutI!c clases b;í.sicas, emergentes, o declinantes tiende a d~saparecer, y que ,hay pnatendencia que puede ser de c:lr;ícter general hacia la fusil'm ~Je estosagrupamientos. Fusión quiere decir aquí (¡ue pierdcn identid¡ld~' o lapierden lo suficiente como para dejar de ser j¡~portalltes ddsde el puntode vista del análisis.:J1 También es cierto, en segundo lugar, que ladistinción, aunque tiene su refcrente ,concreto o empírico, deb~. ser

Iutilizad:l corno un instrumento de ;1I¡¡jlisis, en el sentido 'de que paraciertos fines es conveniente igno¡;;¡r la distinción cntre clase emergente,b;ísica o declinante dentro de un mismo nivel. Tenicncl(~ 'en cucnt;¡estas dos obsen.aciones -la de orden sustancial y la dc ordcn mctodo-Mgico_ en ]0 sucesivo habbrclllos dc "~ectores" dec1in;¡nles, b¡ísicoso emergentes, dentro de cada clase, dejando abicrta la posibilidad deSil fusión concreta o de su identificación en ciertos aspectos o <,;nalgu-nas circlIns'anrias, y record;ltIdo a la vez la, conl'eniClIcia analítica de11I:1111('11('1"la distinción o no,

Vamos ahora a dcscribir };¡s tres fases desde el ¡JU111l0 de vista del

sislema de estr;¡tificaeiún social. La cstructura ocupacional en ];¡s tresf:lses puede ser descripta de acuerdo con el modelo c1<Ísicowgerido porColin Clark,~;¡ En la fase paleoc;¡pitalista el sector "primario" es de-clinante pero todavía sigue ;¡lcanzando una' proporci()J1 importante

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'I~ La distinción entre sect()res de nna clase, ('n fnnciún de sn fnlnro histó-rico, se il1Spira c" parte ell el principio de "estratificación fund:nncnta\" de Theo.dor {;ciger, \,("ase l'anl" F"rIlel i, Thenrior (;eiger e /n (olIsciellUl <id/a .wrielti ill_

e/IIS/ria/e (TorillO, CiappirrhclJi. I%ri) , p;;gs. ,ti r sigs. ,:104 S"IIt{, ('sic d('( lo de 1"11",;('111. \"1":1"(' 1'(Jlífir'a " Jor;('(fnd, (//,. (';1 .• r:1p. :1,S(,( ¡'il'lll 10.:I;¡ C, Cl:irk, "/,, ,;1.

GINO GEl<.l\'I/\I'.208

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Page 104: Germani - Sociologia de la Modernización

de la población activa. Por ejemplo, Inglaterra en 1841 tenía todavía, I

más (!t! una cuarta parte 'de paLIación económicamente activa ocupadaen' la agricultura y la minería; en 1870 los Estados Unidos registrabanmás del ~2, por ciento en estas actividades primarias. El sector "~e-cundario", la industria, puede considerarse "básic;o" para esta fase, pordan t,o,,H;presenta el elemento central del sistema econ6mico industrial.Estadísticamente está en crecimiento, y además es en el mismo (yen, ,. I \' I 'su~ se'ctores, ~ocla es correspom lentes) que se operan as transrorlllaClo-

n:es técnico:económicas llue van a dar las caraeterística~ fIlIldaulcllt:t1csde la sociedad pa!eoindustriaL Esta sociedad o fase del desarrollo iu-dustrial podría ser denominada "secundaria", y ello tendría aplicacic'mtambién para el tipo socialista de desarrollo industrial. .ln la fase detransici!)n, el sector primario ha decrecido estadísticamente pero toda-vía ,tiene cii~rta importancia, que como en el caso de los Estados Uni-dos en 1920 alcanza todaVÍa casi a una tercera parte de la poblacilÍn

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activa, polo más de una quinta parte en Alemania (entre 1910 y 193(1),, o incluso puede alcanzar proporciones mayores en los países europeos

de dcsarrollo, bajo forma c<Jpitalista pero de transición m;ís tardía onLís lenta (por ejemplo, en Francia hallarnos cerca del 311 por cienla, ,

; en la década de los años veinte, en Italia del 16 al 10 por ciento encl mi~mo perío~o, a pesar, de qne ~u industria pesada se 1l;I!,ía ya de,.arrollado antes' de fines del siglo). En esta fase, el sector secundarioya ha alcanzado su máximo y tiende a estabilizarse. Pero ha experi-mentado (y sigue experimentando) fuertes tran~fonnaciones internas.siguiendo la ,misma tenuencia básica observable en la base paleocapi.talista, es decir, una tendencia hacia una mayor concentraciún técnico-econólnica. Finalmente, la fase de "transicilÍn" registra un aumentonotabie del sector terciario. Por ejemplo, Inglaterra tiene en IRílcasi el 36 por ciento trabajando en comercio, transportes y servicios,'arios, mientras treinta años antes esta proporción apenas pasaba del30 por ciento. En los Estados U nidos la diferencia es más pronunciada,del .23,3 por ciento en lB70 al 37,7 por ciento en 1920. Adem¡ís, lacomposicióll i'nterna del sector se halla en plena transronnaciún:reducción acelerada de los servicios "tradicionales" (domésticos y si-milares) y aumento de los servicios "!1lOdernos". En la fase neocapi-talista el sector prImario está reducido al mínimo, d secun(!ario hadis~ninuid'o o bien se halla estabilizado al nivel aproximadaniente ya,alcanzado en la fase anterior y el terciario se :ha expandido hastarepresentar el, sector de mayor tamaíio en la composición de la po-b.Iaeión activa. Tanto cn la producciún de biencs como en la pro-¡lucci<Ín de scrvicios ha seguido la telldellci:l I,acia );¡ alta COII(l'n-

36 Todos los datos que anteceden cSlán tomados de Clark. 0/'. ,;1., " k R,Cirod, o/" ál, Scg"1Il GilOd. a lIlediados del siglo XIX (eu cOlTesl'(lIl1h:ncia (1111 lafas," que hcmos dCllominado pa""":;'!,i!al;s,a) b dislrihnci6n c:n los Ires ~:c-!."rcssel fa la siglli,'nlc~ r.0 )HlI' delllo I'ri,"ario, y la olra milal! "'cnllll,,, io }' 1<;'.j',lin(1'<:1'0 CO'il fllerle predominio del primcro), '

lración t(~cni(o-ecollllllljca y financicra, Es la é~Il()C;1 d(~ Lis gTandcscorporacioncs y los "conglolllerados",:lG

El sisterlla de estratificaci6n cn SIlS tres fases, 1;lnlo ell lo CJ"Crespecta a caracteríslicas generales del sistema COlllu en ClJal:to <l lanaturaleza y composición de sus estratos, ha ido cxperimentar.do unacH¡lllción paralela. En la fase p:tleocapitalista !tallamos en la clasealta. por un lado, el sector "declinaute", vincnlado COI~ la 1)1'0.!llcciónprimaria, y el 'sistem:l estamental ¡lr('exislenl(: (1" ";lJ4¡SI(lC;':t('i;¡"), ~;econsidera "declinaute" ('11 cuanto a su deslino l1isl(')rico, aunqu( pllcdeseguir ejercicndo dllraule esta r;lsc y 1:1 siguiellle un consid(Tald ~ podereconómico y político y gozar de llIl prestigio luda\'Ía pred()n,jnal1t'~.Pero compartiendo esa posición hegelJlóllica CIlI:ontranlOS la h¡¡ "g-uesÍacorno sector "básico", en el mismo sentido d" [muro J¡ist{'II'ico, es<Iecir, como protagonista de la tral1sl'ormaciún industrial de lá econc-mía y de la sociedad. En el otro extremo del sistema, en l:is posi.ciones inferiores, observamos por un lado un SCCl/)r dec!inanll~ rural(pero que puede ser todavía preponderante como \'ohlm(~n numé.rico compuesto por l»~queiios arrendatarios, medi('l'os y propict;¡rio!;pol>les, por campesillos sin tierra, así como por los superyi I'ientes"uolwnes" de economía de subsistencia, los que IOd:tvía /lO !i: harintegrado al mercado uaciollal o se hallan Illuy parci;t!nwutc conec--tados con él). En algunos países puede haber SCdorf's' r:.,dicalment.eexcluidos de la sociedad nacional, com~ en el caso de los 'Jegros(durante el régimen esclavista), o muy marginales, COlllOocun j6 su-ce~'.ival1lente con ésa y otras minorías étnicas, El sector "!l:ísico" dela clase inferior est¡í formado por el prOlelariado urbano, Pun. y estoes de suma in'ponancia, su grado de movi)izaci()n social )' política es'hajo y parcial. Una característica, sobre la que hemos insistido variasv~ces en éste y en otros trabajos, es que si bien la illt!llstri,1 y losnacientes servicios modernos )':l han creado un sector oClIj!:u:ional(también "model'llo") numéricamente importante en mudl;lS e,[erasde la vida, ms miemhros siguen siendo Iradicionales, Cu;rJfjlIieraqlle !laya sido la violencia o intensidad de la protesta social el e1e-lerminados momentos, el sector política o sindil'almente movilizado

de la cIase ohrera es taLlaVÍa nH~y reducido, A este último, lo pode-1I10S considerar como el sector "emerg'elltc" del estrato inferior .én lasociedad paleocapitalist", un ~ector que halmí de crecer y vol\'erse

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,"b;Ísic:o" en la 'fase sucesiva (de ."transici<'Jn"). Por último, en la

, f;lse pa1eocapitalist<l, en rl estrato intermedio es posible señalar conciena c1ari(bd un sector declinante y un sector emergente, pero menoSj';'lcil r<:Slllta idclltifirar el sector b;isiro. Declinante, en términos devolumen numérico, y de poder, es ciertamente el segmento de loscstralOS mulios vinculados con la producción primaria (donde existe) .E.slo es cierto incluso donde, como en los Estados Uni(los, la clasemecli;! rural representa uno de los sectores más. poderosos de la cs-tructura política al comienzo del proceso de industrialización; tam-hié'n ;Jlli su declinación será inevitable. También declinante son lossectores intermedios vinculados con formas :Ircaicas de producción de.bienes y de, servicios, C0l110los arteS;1\lOS y ciertas formas de pequeíioo' medio comercio. En el sector "p;nergente" hallamos l:ls c:ltegoríasde los fnncionarios públicos y privados, empleados ele oficina y pro-Cesionales dependientes, CJue serán luego subunidos en el término de"nueva clase media" .. Este segmento de la población activa, todavíamuy pec¡uefio en la fase paleocapitalista está destinado a crecer ince-santemente ;J. través de las tres fases. "Antigna clase media" ser;!precisamente la denominación que recibirán ('n l:pocas posterioresjas categorías que pueden represent<lr el sector búsico de los estr:ltosintennedios en la sociedad paleocapitalista. En realidad pertenecen:\ las m.i~lI1;,Is.cate~orías ocupaciona1cs de la burguesía: son empresa-rio~ industriales, hombres de negocios, profesionales. Se clasifican comopertenecientes al sector b,ísico cuando su actividad está orientada ensentido "moderno". As.í los pequeiíos y medios 'cmpresarios indus-triales constituyen un elemento típico de este grupo. Hay otras tloscaractcristic:ls que pueden interesar. Por un lado se trata ele indi-vit]uos (o. familias) en movilidad ascendente o descemlente. La granburguesía i'ndustrial, comercial y financiera hallad en este seeloruna de sus más importantes bases de reclutamiento. Pero al mismotiempo, ocupan un espacio social sumamente amenazado: tarnbié'npuedcn pro1c.arizarse. "Los miemhros dc las clases meclias ---dice(~eigcr- puc~len definirse como personas que luchan para' llegar aser capit,tlistas." 37 Aunque esta definición debería aplicarse con ma-yor ex;u:ti!lld a la fase de transición, también parece bastante apro-pia(la par;]. la fase anterior.

Para describir las características del sistema (le estratificaci¡'m po-del1los sq!,uir el esquema indic;Hlo en el cua(lro 2 del C:lpítulo lJI. Encnanln :d 1,r.rfil de cstratificaci,'m, puede decirse que gran parte dela pO:Jlaci")Jl se halla nbicada en los estratos inferiores. Una distri.

~" R. Ch.", "/J, ril., p,Ir,'. 10~ T;•• r,timal:Íol1cs ,le Girnd sólo son aplicables.;1 1:1, fa"', p:d,'oc'!,il,,!;"a )' nene"pil"I;,I.a.

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buci611 conjetural "tlpica" realizada en base a varios es~¿d¡o~ híst6.ricos3s. asigna a la 'clase alta un 4 por ciento del total, un 11 porciento ;1 b 'clase media urbana (secundaria y terciaria) y un 35 por

..ciento -a los estratos . inferiores uruanos. El otro 50' por d'ontpes rural, '/ dependet'á de.la estructura de este sector la existencia yel' tamaiío de una cbse 11ledia rural. El sistema se caracteriza t:lmbiénpor altos grados de dismntinllidad entre los estratos, de jero:rqlliw.ci,ónde las reJ;-iciolles interpcrsonales y, con.secuentemente, de institllcio-

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1lalización de la "imagen" del sistema. de estratificación. La lín~amannal-no manual está profundamente marcada, y la restringida clasemedia urb;ma' ("antigua" y "nueva") tiende a identificJrse dm ladWie ;¡lta. (Es ésta la "falsa conciencia", que le atribuye el ITIarxismo,especialmente a la clase media dependiente.) Aunque las pm¡ibilidade,sreales de movilidad son ahora considerables (también a causa de loscambios estructurales), las normas de movilidad de tipo adscriptivoy las actit!Jdes y aspiraciones córrespondientes siguen difundiéndoseen gran parte de la sociedad y en todo caso coexisten con normas y;l(titudes Cll1crgeptes favorables a la mm¡ilidad y a criterio del log~o.Entre los {:ambios m;ís significativos que marcan la fase de tnlnsiciónobser\'amos ulla disminuci6n ulterior de todos los estratos rurales;pno es en esta fase que los grandes intereses terratenien~es 'pueden,en r:iertm países, segnir compartiendo el poder con la burguesía (ensitu.;¡ci<Ín de fusión 'Parcial, de alianza o de' lucha). Y, a, su vez, losestr.;¡tos intermedios rmales (cuando exis'ten) pueden desempeííartodavía algún r;lpel significativo en la política nacional y, típicamente,acciones defensivas o reactivas de sectores en \etirada. El sector básicode la clase alta sigue siendo el mismo que en la fase anterior peroahora el. elemento directorial y burocrático ya empieza a ser impor- i[;lI1t('. A la vez, el proceso de concentraciém ha seguido y sigue su ¡

ritlllo. Camhios rrJ<Ís importantes los hallamos en las clases bajas ymedias. FII jas primeras se ha consolidado el proletariado urbano. 1

que ahora está completamente movilizado y organizado y ha aumen-tado su poder; puede ya identificarse un nU,evo sector "emergef\te"de "aristoera(Í:I obrera", que por sus ingresos, niveles de consumoe in tegración en la vida nacional preanuncia la "nueva clase obrera';,que es característica de la fase neocapitalista. Mientras, que desde elpun[o de vis\.<l de su proporci(Jn en el total la clase inferior ha dis-,minuido (c;nnhianclo sin embargo su composicÍl~n: menos rurales 'ym;is secundarios y terciarios), la clase media en conjunto ha aum'en-

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"'Jásico" en la fase suce~;iva (de "transición"). Por último, en lafase pacocapitalist;l, en d estrato intermedio es posible seüalar concien a cari<!:Hl un sector declinante Y un sector emergente, pero menoSU.ei] rei1l1ta idenlificar ,el sector básico. Declinante, en términos dey,>IUIllLI nUlIl(Tico, y de poder, es ciertamente el segmento de lose~;traLOSnH.:dios vinculallos con la producción primaria (donde existe) .

,Eslo es cierto incluso donde, como en los Estados Unillos, la clase,n!edia rural representa uno de los sectores más poderosos de la es-

tructura política al comienzo del proceso de industrialización; tam-hibl ~:ilí su llcclinación será inevitable. También declinante son lossectores intermedios vincnlados con formas arcaicas de prot1w ción debi<;:nesy de servicios, como lo~ artesanos y ciertas formas de per¡neiíoo medio cOlllercio. En el sector "p:l1ergente" hallamos las categoríasde los funcionarios públicos y privados, empleados lIe oficina y' pro-fesionales Jep~ndientes, que serán luego subunidos en el término de"nueya clase media",' Este segmen~o de la pohlación activa, todavíamuy pcc¡ueiío en la fase p:llcocapitalista está destinado a lrecer ince-santell\:nte ól través de las tres £ases. "Antigua clase media" seráFrecisaJllellte la denominación que recibirán en épocas posterioreslas calq.;orías que pueden representar el sector búsico de los estratosi'lterm::llios en la sociedad paleocapit:disla. En realidad pertenecena las nismas categorías ocupacionales de la burguesía: son empres:r-rios industriales, hombres de negocios. profesionales. Se clasifican comof,erlen, tientes al sector b;isico cuando su actividad está orientada ensentido. "mollerno". Así los pequeüos Y medios empresarios imlus-triales 'constituyen un elemento típico de este grupo. lIay otras doscaracterísticas que pueden interesar. Por un lado se trata de imli-\ iduos (o familias) en movilidad ascendente o descendente. La gr:::n

hllq~IIISÍ;1 industrial. comercial y' financiera hallad en este sector1I11adt: Slb m;i.'; illlportanles hases de redut:nlliclIto. Pero al mislIlo1 ¡cm pe. UCllpa n u n espacio social sumamente amenazado: tambi blpueden prolet"rizarse. "Los miembros de las clases medias --dice

,Cciger- Pl,lcltcn definirse como' personas que luchan par:~ llegar a~er capitalislas." 37 Aunque esta definición debería aplicarse con ma-"qr eX;I.-tilll(l a la fase de transicit'Jn, también parece baslante apro-l'i;,d;1 j lan 1:1 f:t~;[' ;\11tcl'iOL

\'; ra descrilJir bs Glrat'icristít'as del sistema de estratificadón po-Jemos seguir el esquema indicado en el cuadro 2 del capítulo 111. Encuanto al /J{:l'fil de estratificaciÓn, puede decirse que gran parte de:,;1 población ~ halla ubicada cn los estratos inferiores. Una distri.

3R R. Girnd, ,,/,. cit., p~g. ) 02. Ll~ estimacion~ de Girod sólo son aplicablesa las fases palcoopilalisla y ncocapitalista.

buóón collj('tural "típica" realizada en. base a varios estudios histó-ricosas asigna a la dasealta un 4 por ciento del total, un 11 porciento ~(b'clase media urbana (secundaria y terciaria) y 'un 35 porciento' a lor. estratos inferiores urbanos. El otro 50 por cientoes 1'1Ira1, y 11cpendcl';i de la estructura de este sector la existencia yel tarna;ío de una clase media rural. El sistema se caracteriza tambiénpor alias grados de d£Jcontinllidad entre los estratos, de jerarquizacióndc J;¡S rc1;itiolles interpersonales y, con,<;ecncntemcnte, de insti~ucio-llalizt1eió¡¡. de la "imagen" del sistema de estratificación. La líneamanll:d.no lIl:lIlual est:i profulld:ITlJente marcada, y la restringida clasemedia urbana ("antigua" y "nueva") tiende a identificarse con lac!a,e alta. (E~; {~sta la "falsa couciencia" qu'c le atribuye el marxismo,especialmcllte a la clase media dependiente.) Aunque las posibilidades:reales de movilidad son ahora consiclerables(también a causa de los

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camoios ('strllcturales), las normas de movilidad de tipo adscriptivo,y las ;¡ctitúdes y aópir:aeiones correspondientes, siguen difundiéndose"en gran parte de la sociedad y en todo caso coexisten con normas iactitudes emergentes favorahles a la movilidad y a criterio del logro.'Elltre los cambios m:ís significativos que marcaú la fase de transiciónobscn amos una disminución ulterior de tod05 los estratosl rtIrales;pero es en csta fase que los grandes intereses terratenientes puede~,!en ciertos países. seguir compartiendo el poder con la burgue,s{a :(knsituación de fusión parcial, de alianza o de lucha), Y, a su vez, losestratos intermedios rurales (cuando existen) pueden de1empeiíartodavía algún papel significativo en la política nacional y, típicamente"accioncs defensivas () reactivas de sectores en retirada. El sector básico,de la clase alta sigue siendo el mismo que en la fase anterior pero 1

a1mr;1 el e1emenlo directorial y burocrático ya empieza a ser impar-lal1lr. A la vez, el proceso de cOTlcentración ha seguido y sigue suritlllO. Cambios m;ís impoIlantes los hallamos en las clases bajas Yl:Illedia:;, En Ia~ plimeras se ha con~olidado el proletariado urbano,

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-tO \'{<l5e capítulo n.

tado comiderahlel11ente. ' Pero todo el aumento corresponde a la"¡-Juev'a r1ase meuia", al sertor "dependiente", lJllrocr;ítico, profesio-nal y técnico, mientras que los incÍependientes urbanos de la "antiguaclase media" han disminuido en términos proporcionales y, dentrode b estructura económica, se hallan ubicados en posiciones que enrealidad son de creciente dependencia efectiva respecto de las gran-des empresas y del sector púhlico de la economía. L::1s caract.erísticasgenel :1Ies del sistem::1 siguen sienelo las mismas que en la fnse ralco-capitalisla. ('s decir, con rasgos de "alta" estratificación y profundosclivajes. eSI')ecialmente en la línea manual-no manual pero con dosmodificaciones importantes. La primera se relaciona con el t)c1'¡il deestr::1tific<1ción, que ahor::1 registra una considerable expansión ele losestratos medios. La segunda, el aumento en la proporción de personasde status incongTuent~s, lo que es una consecuencia del hecho deque, mientras que por un lado ha aumentado considerablemente lamovilidad (il~dividual, estructural y "por participación ereciente"),39las normas y actitudes referentes a movilidad en los niveles medio ysuperior siguen orient;índose según pautas m,ís arcaicas. Es preci-samente el estrato interme(lio, en touos sus sect.ores, el que se halla'l'lI,is ;,feclado. Amenazado desde arriba por la creciente concentracióndel poder económico y político, y desde ahajo por los avances de la

, clase ob~ei-a organizada próxiJ1l<1a proletarizarse en términos relativosy absolutos, y manteniendo todavía sus aspiracione~ y "componentescultur<1]es", se halla particulannente expuesto en esta fase el "pánicofrente a la privación de status". Y esto se vio intellSificado por situa.riones particulares de "desplazamiento" 40 producidos por rrocesosfuertemente traumáticos, como la Primera Guerra J\-Iundial, la graninflación de la primera postguerra o la Gran Depresilln.

En la tercer fase, neocapitalista, las tendencias manifiestas en elperíodo transicional llegan a su nl;Íxima expresión . .'\dem;ís de losprocesos ya seiíalados referentes a h l'educción ddstica del sectorp;-imario' (en alg-unos países por debajo del 3 6 .1 por ciento), y ladi~ll1illllCi"lI¡ e~ la ('st;lhiliz;lción del secundario, pueden señ<1Jarse losr;lI11IJios('n 1:) clase ;dta, con el extenderse de la llamada separ;lción

I d(: la propiedad y tld control, la acentuada concen tración y el con-siguiente avance del elemento tecnocr<Ítico (civil )' militar público )'privado). Hay otras modificaciones, sin embargo, (lue interesan par-ticularmente al presente amílisis. En primer lugar los estratos nomanuales alcanzan ahora la mitad o más de la población activa total;

11 ,la hetereogenidad interna de los estratos ha aumentado considera-blemen te tan to en t.érminos ocupacionales como en términos de' orí- I 'gen~s sociales yl ecológicos (con un f,uerte aumento', de l~ irlcon- I

gruehcia de status, que se transforma ahora en una característica, d~lsistema); el c1ivaje manual-no manual ,tiende a perder 'imponfnoao por lo 'menos "visibilidad", y todo el sistema ~e estratifidción¡icnde aho1'll Il scr l)creiúido como un "continuo" m;ís que romo unajerarqllía de estratos bien distanciados y tliferenciados. ':Aunq~e lareali¡J;ld subyacent.e puede ser otra; ésta es la imagen que parecepredominar en la sociedad "de consumo'" o neocapitali'sta,' como sela denomina aquí. Finalmente, todo el sistema se halla d.ominadopor lo <¡ue hemos denominado "movilidad autosostenida" a través dela circulación continua de símbolos de statlis desde arrib~ .hacia abajo(tanto en lo que respecta a símbolos ocupacionales como en cl,lantoa. sírn bolos de consumos). Mientras touos estos cambios tienen'. porefecto aumentar el consenso, y la integración social, tienden a esta-bilizar las clases medias .. En realidad, todos los estratos, arrastradospor el mecanismo, de la movilidad autosostenida, se j)erciben a sillIi,'1II0S COIllOen Illovimiento "hacia ;¡del;¡mt.e" o, con m;ís precisión,este proceso' (olectivo es vivido como si fuera un ascenso individual.Es posible que al 11Iismo tiempo se esté produciendo una disminuciónreal ele la desigualdad, particulannente CI'¡ las zonas medias del perfilde estratificación, que ahora engloban a la Ihayoría de los indid-duos; pero esto no es tan importante C0ll10 lo es, en cambio, el hechode la 1lI0vilidacl autosostenida. Es este movimiento "hacia adelante"-aparente o real- el que da estabilidad a los estrhtos medios. Larontinua "in\'asicJn de st.atus" por parte de los ~estratos inferioresdeja de generar "p;ínico de status", por cuanto parece compensadajlor su propio ascenso. Adem;ís contribuyen al mismo efectó estabi-li/ador otros dos componentes. Por un lado .los cambios ya señalados,;1 saber, la disminución de clivajes visihles en la "gr<1n zona gris"de la sociedad urbana y. como resultado de la generalización de 'laincongrucncia de statllS )' de la experiencia. de movilidad, la difusiónele ideologías )' actitudes m;ís igualitarias. Por el ot.ro, el hecho ,'deque en esta fase la situación de dependencia real -cualquiera quesea );¡ si tuacie)n legal- se ha institucionalizado y tiende' a ser' másuna garantía que una amenaza a su seguridad.' En efecto, por unlado la clase media se compone en gran parte de asalariados y ésto~di.-ponen de JÍlanera distinta de los medios para defender sus inte-reses (en paniClllar la agremiación, para los niveles inferiores). Ensegundo lugar, el superviviente sector de hombres de negocios y pro-fesionales "independientes" ha encontrado roles subsidiarios en un;¡

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economía dominada por los grandes conglomerados, que les permilcnsubsistir, aunque dependan de éstos -a veces de manera directa-oLa dependencia misma se ha transformado en un mecanismo deseguridad.

La 'estabilidad de 1\1 clase ,media en la fase neocapitalista de-pende' de la estabilidad del sistema de estratificación y. obviamente,del sistema slj'Cial global. ,Vna primera amenaza para d sistema deestr:llificación reside en la persistenr.ia e imp0rlancia actual o po-tencial de los sectores que hayan quedado marginales al siste]));!mismo y ,a la sociedad nacional. Es decir, en la existencia e impor-tancia de zonas supervivientes y poblaciones periféricas dentro delp;¡íso de 'importantes minorías étnicas. El ejemplo más líp!c~) esel de los Estados Unidos con su sector de población uLicado llcbajode I~,"línea de' pobreza" y sus sectores negros, porlon:iqueí1os )'otros; en' mayoría enclavados, en las ciudades. Otro ejemplo lo tene~mos en I las 'supérstites zonas suLdesanolJadas existentes en variosp;¡(ses ¡;uropeos, o en la población extranjera que, en cienos paísescomo Suiza, está reemplazando totalmente .a la clase obrera nacional.En to~los estos casos los sectores marginales habrán de ser incor-porados, pero en determinadas circunstancias el proceso puede re-sultar sumamente conflictivo. Mucho más decisivo para la est;¡lJilicl:tddel sistema de ,estratificación es el mantenimiento del proceso de mi)-viligad :autosostenida y la posibilidad de continuar indefinidamenteen el, movimiento "hacia adelante". Ambos procesos est;\n condicio-nados por llal capacidad del sistema social global para seguir sin inte-rrupciones apreciables un proceso continuo de innovaciún tecnológicay d~, crecimiento del producto. ~o se trata solamente de la viabilidada .largo plazo del sistema, económico neocapitalista, sino de un con-ju~to de circunstancias económicas, Soci:lles y políticas, a nivel na-cional y, en no menor mcc¡,illa, internaCional. La existeIlcia de un'"proletariado externo" que ,aLm'ca la gran mayoría de ,la poblaci"lI1del' planeta es uno de los elementos significativos de esta configu-ración de factores. (En este análisis hemos omitido toda referenc;aa los sistema's socialistas. Su trayectoria y silllación actual es obvia-mente distinta, pero nos parece qne también con rt'~:pecto a dIos esposible distinguir distintas fases sucesivas y que su esta1Jili(lad ¡utmadepende' asimismo de la capacidad del sistema global para aSCf;urarprocesos de movilidad autosostenida y un ininterrumpido mo\'imicIlLO"hacia adelante". finalmente, ese movimiento, tanto: en las sociedadessocialistas como en las neocapitalistas debería darse no solamente enIb'minos de bienes y servicios económicos silla t;lJ1ihién en funciónde la satisfacFi¡'lll de necesidades antiguas y de la creac;úll y satis-

41 Entre Lis illterpretaciones redeutcs del faslislno, )' que h:ltl SllgCI ido jllgH-nos de CS[OS f.H lores, n~(ordalJ1os las sigllÍl'nlcs: Barringtoll i\loore (fr.). snrial Ori.,~iIlS o( ])iellllon/';I' a ",1 J)clIlocrac-y (Ix)s!nn, Ikaton Prcss, E)(i(i); :\, F, K, OrgHls-ky. '[Ir" .\tl/,~f.I o{ l'"lilica/ DC"eiojlllll'"1 C"IlC\'a York, :\, K lllll' r, 1'lIí',); (;crn'ani."Mass SOClcty. Social C:lass alltl lhe ElJH~r~Cncc of Fascislll", nI', cil. Segl'lll la ttoríadd "d",,,r,,,lIo sinlr;'lliro", fornllllada por Or~an,ky, cl 1;lSriSIlIO c, IIl1a de lasfonuas p(lsilJ1cs 'lile PllClic asullIir <.:1 SiS(l'lua l'0líliCt)-~(H.i;tI en 1111 c~[:j{lio d,'Il'"-rni-

nado dc la trallsiril'Hl, cSladin que g"osso lIJor/o corresponde a la fJsC' "tr,lIl'iici(; 1:11"'dd eS'¡"Cllla cm picado cn el lexto, Sc~"n Or¡pns"r CS <:11 eSlc estadio ('Ic""do

facción de nuevas; en las sociedades socialistas -y aunque en fOnll;¡dislinta también en );¡~ neocapitalistas- el problt-Ina de la libc,tal! 'y dd significado del individuo como creatividad y aul,llTe,di/;ltl"JIIparecen llamado> a ;¡sul1lir importancia ccntral.)

Según este análisis, cs cn la segul1lla fase, transicion'al, del des-arrollo en forma, rapitalist;¡ q"e las das(~s meelias atraviesan su pe-dado ele ma)'or incstahililLtd. Es la {~poca en que, csper.i~llmente enEllropa, se hab!:l de \lna "(1 isis de ):¡s clases n]('(li;I~." (d('~<te romicn¡osde siglo haq;t la Sr;'IlTlda Guerra J\llIndial). Si j¡ien en cisi t!,doslos p;iÍscs csU (\ ¡si,; 1,;, origillad,) impurl;llllcs 1ll0l'ilnictllOS políl j"(}.s(Jeiales, es sólo cn :¡]gllnos e¡\le llega a desem bOClr etl las for III;¡Sfascista~; "c!:hicas". En tales países, además ele prodllcirse 'los f,~nú.mellos 1ll:lsin)5 de "desplazamiento" y 'de "nloviliz:\ciún seCtIlHlaria;',le las clase, rnedi;¡s q"e proporcionan la basc humana dc );¡s 1''':\'0-

IlIciones y los regímclles f;¡scist;lS, se da un;¡ panicul:Jr consteLl<'i<',nde factores contelllpodneos e históricos Clue condicionan la ;Jcci(jn delos di fcrcllles seclores de la clase alta hacia soluciones Clue de I1nalIIaner;¡ o de otra rcestableZcan en su favor el equilibrio dd pe>!tr.E,ntre tales faClores cabe recordar: a) un rCU':lSOen la integraciónnaciün;t1 (es el caso de Italia, Alemania, Espaiía y país",> de F.1l1::Jpaoriental); b) el hecho de que el proceso de Illodcrnil.aci{m y, cn Far-tiClllar, el desarrollo en forma capitalista se realizaron nt<'ls a ti';v(""de "u na renJlnciún desde arriba", llevada a ca bo por' Li clase,.11 í..:

diriRentt~, que sobre la base de condicioncs rrrada~ por una rcVf,11ICic'J1I"desde abajo"; e) la lllcha entre los sectores declinantes (<I¡',r:1rio) y b:ísico (industrial) de la clasc alta, y su solncitÍlI en támjnor,de un compromiso entre ambos, sobre todo a expensas de 105 CSlr:¡tosinferiores U1banos )' rurales y, a menudo (auuque con excepciones),'a costa de un est;meamiento en el proceso de dcsarrollo CCOll')1l1 j< o)' de nlodlTllizacj'1I1 social; d) la a~u7:lci<'m de la lucha tle c];¡ses :J¡-j-,:.!;inad¡¡en los ¡¡\';JIJces y 1:1 rapidez de la Jllol'iliz;lci"lI1 p~ill1alia delos cstrat'os bajos, especialmcnte urban(.s, f]ue impulsa ;¡ los scc[(,rescoalig'ados de la (bse alta a procurar su forzada desmovi!izacicín, lIti-¡i¡;¡ndo para ello el apoyo masivo proporcionado 1'01' l:is clases Ilwdi:I..,:ll;.~

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pueoen !tar.er CI'lSIS valios conflictos: entre élilr.s ap;rarias y éliles inrhlst.rialcs, cntrcI"s "¡¡In (en conjunto) y trahajadorcs, y Cntre trahajadores induslrialcs y traha-jadores :.grírolas. Dc lodos ellos. el OI;\S sip;nifiGltivo cs el conflklO entre élite'''graria y ,'lile industrial" y la (Irallsitoria) resolnción dc estc ronflicto es lo 'lileorigina el r/'gilllC'l) silln;lliro, Ilna forma de fél.,;ci~lno en la (1Ial el c(lIl1poncntc ¡n-<I"sU ¡al I'S 111;;S ",,,,,<'ido (\'C:tsc o/,. rit.. cal'. \') .

.I~ Craciarcna, "/J. rito

J)e~p1Jl'S de este acaso dcmasiado largo CXCIITSllS sobre la evolu-ciólI de las c1;lses Illed ¡as f;UrO¡Was, podemos volver a la consideraciónde los procesos que afectan las clases medias latinoamericanas, es decir,a COTlsiderar ;¡ la luz de la experiencia europea lo que GraciarenaIbm:1 mllY adecuadamente la "crisis de las clases medias," en Américalatjll;\:'~ Pues de eso se trata, Estos scctores est;ín atravesando por unIJrlJU'SO ¡'<Jreeido al qlle expCrinH'nlarOn ell Enropa durante la faseq'll' lICIII')S (/(>II01l1inado lransir:ional. Esto no <¡lIien' decir <¡ue enestc C;III1j>0'no JlICIlOS (111C cn los den¡;Ís aspectos dc la tr;lIlsición,110 ex islangra ndes ti iÍt'rcllci as en tre la expericncia la ti Iloa lllericana yla de los países occidentales de desarrollo m;ís temprano, Pero hay;dgunos elementos C"OlIlllllesque llerivan sobre todo de la similituden cllanlo a su u!Jicaci"JII eli la estruflqra social global y en el sistema.de CSlr;¡lificación. Las diferencias, qu(" son muchas, surgen de losfactores internos y externos sefialados reiteradas veces (en particularen la illtroducción y en el primer capítulo de este libro). Siempre,delltro de los Iílllit"s de comp;¡rabilidad permitido por tales contras-'[cs. s~~pcdrÍ<Jn acaso encontrar cicrl;\S equivalencias. En particularsUgCl¡mas que desde el plinto de vista de la situ;¡ción de los estratosmedies debería n)l11l'ar"rsc d terrer estadio del proceso de moderniza-ción cn i\nl(~1ica J;¡tina con );¡ fase palcocapit;¡lista, )' el cuarto estadió('on l;i fase Ir;¡nsicional. i\Jg-unos de los rasgos diferenciales s;¡!t;¡n a\'" viSla. El p,,1coc<'pitalislTlo de América lafina no se fundó en el cles-arrollo industri" 1 sino en la econom ía prim ari;¡ ele exportacirín. Comoconsecuencia directa de est.e hecho el proceso de industrialización sevio rc[r;¡sado respecto de muchas ele las consecuencias modernizadorasestimubdas, o por lo menos posibilitada, por la expansión económicaoriginada eh ese t.ipo de economía, Aunque condicionada también por01 r;)5 f"r:[nrcs, la urhaniza('it'1lI acelerada y el crecimiento del terciario,la sa1Jre,:xpansi(')Il de Jos estratos medios ur!J;¡nos se adelantrí al des-alTollo cnmólllico y ;¡ );¡ indlls[rializ;¡cÍrín. Cuando este proceso cobrríimJ!ulso en el e,,'adio dt'l "crecimiento hacia adentro". se h;:l1lé>conque ('SOSaspcdos de I;t CSlrlH:tura social hahían ;dc;¡nDl(lo niveles com-parables conJa f"se lransicional dd c;¡pit;¡Jismo europeo (aunque mu-chos ,;tros :IS¡'.Cctosy :íreas qlledab:ln retrasados a niveles aun anteriores

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, 219SOCIOLocíA DE LA MODERNIZACIÓ\'l

a la fase paleocapitalista). En términos generales pllede,afinnarse' que. I •

la transición hacia la modernidad no fue precedida en América 'launapor revoluciones; "desde abajo", o que •ello ocurrió de manera, sólopan:.ial. Las revoluciones que llevaron a la independe~cia no iml)lica-ron un cambio esencial en la estructura d(" la sociedad ni en el tipoele clase alta. Aun en país~s formalmente independientes r;--incluso enel caso excepcional de la re\'olucilÍn mexicana, que es la que se ;Icercamás ;¡ I;¡s revoluciones "dcsd(' abajo" gener;¡doras de moderriizacir'ln-,tales movimientos quedaroll inconclusos o fueron reabsorbidqs por al-gUlla especie eJe compromiso. "

En medida considerable la transicirin' hacia la mddernidad fueinici;:¡da bajo la égida de oliganjllÍas modernizadoras, sea en forma deautocracia o de democracia restringida (como en el caso eun;>peo): perosiempre dentro de los lími tes rígidos de su horizonte de clase. Y estoslímites estaban en considerable medida determinados no sólo por lapropia posición comoinonopolizadora del poder y la necesidad de man-tenerse como tal, sino tmnbi'én por una, forma de desarrollo basadoen la econom{a prim;¡ria de exportación y no en la industria. Esto esuna inversión casi completa de la situación europea. Se trata ademásde una burguesía cuyos intereses se hallan en estrecha vinculación dedependencia con los de las burguesías inq.ustriales de los países cen-trales. Aunque SIIS anhelos de modernización social y política fuerona menudo sinceros, debían inevitablemente experimentar la doble li-mitación de su posición en la estructura social y de Ila coyuntura his-tórica a nivel internacional. La clase media latinoamericana surge enprimer lugar como una especie de subproducto de ese particular tipode modernización y se basa, no menos que la prosperidad de la clasealta, en los frutos de la' economía primaria de exportación. Como"gruposituado en determinad;¡ posición dentro de la sociedad y dentro de unadeterminada (y fechada) coyuntura histl'nica, sus horizontes estuvie-ron igualmente limitados. Luch6 con la oligarquía, para ampliar labase de la panieipacir'jIJ política y con expresiones ideolr'>gicas q~e nodiferían sustanci;J!mente de aquéllas manifiestamente profesadas p'or laoligarqu/;¡ misma, pues p;¡rtieularmcl1te durante 1<1fase de' la ecónomf."lprimaria de exportación s(ilo se propuso transformar.en realid<1d losproyectos constitucionales formul;¡dos por la oligarquía. Encabezó mo-vimientos multiclases, de tipo populista: pero esto era posible porcuanto debajo de ella no habla un proletariado organizado. 'Por lotanto le fue fácil funcionar como sector progresista de la sociedad.Desde este punto de vista, puramente político, la clase media latino-americana fue quizá m;ís democrática y progresista que su contr;¡parteeuro!':,,;¡ (sobre todo en los países latinos). Aunque ésta proveyó mu-

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chos de los líderes del. naciente movimiento olnerü CIl la rase paJeo.capitalista. Il(? llegó a crear un populismo de la envergadura, la exlen-sión.' y,la orientación "progresista-democnítica" que puJo generar enmuchos países }atino}lmeriGinos. La clase media también se limite') enAmérica' latina .1 la' afirmación de la democracia formal, pero nuncale faltaron ,componentes de "justicia social" aunque éstos tendieron aacentuarse hacia el fin del tercer estadio y ~e afirmaron solJre tododurante 'r! Cliaho., caracterizado precisamente por la moviJizacilín demasas. Pero (!el mismo modo que las élilcs olig¡hquicas JIJoderllil.:ldo-ras, b clase media nuÍlC:I logró percihir claramente y (01110 d:lse 1",lím,tes .pe la .estructura económica que posibilitaba ~Il existencia yexpansión ha~ta' que esa estructura se derrumbó bajo el ilnpaclo exte-rior. 'El impulso in(lustrializador fue generado desde aflll.:r::! y gr:tnparte fle la clase m'edia lo recogió, pero no faltaron eJemelllos de lavieja üiigarquía que hicieron lo mismo. 1nduso ésta llegó a presidir,en algun(iSpaíses, las primeras fases del proceso de subslitución deimpori.ai:iónes., Durante el ~stadio ,de expansión hacia afuera. es decir,en 10s' términos de la comparación que estamos siguiendo. dur:lIlle elpaleocapitalismo primario. las clases medias en América latina fueron

, I\lna clase "cmergente" que se transformó rápidamente en "b;ísica". Nofaltó por supuesto, un estralo intermedio declinante. particularmenlelas viejas artesanías reemplazadas por la importaci6n de manufacturasdesdc los países industrialVados ni el sector declinaflte de la das~ alta,ta:les como los 'sectores marginalizados de los latifundistas que no pu-dieron adaptarse :a la nueva modalidad de la economía exportadorao, que permanecieron. al margen de los cambios. en condiciones pre-capitalistas o "feudales" (como a veces se los denomina utilil.ando eltérmino feudal en forma laxa.43 Aparte dc ese sector declinanle. la

! <Jase media l~tinoamericana -era una clase en ascenso durante el paleo-capitalismo primario: ascenso en télminos políticos. sociales y de ex-pansión nUluérica. No hay pucs en este cstadio un "pro~lema de lasclases rÍ1edias" en América latina. y su posici6n puelle aparecer comom;ís firme y menos ambigua que en Europa. donde. ya en la fasepalcocapitalista, dentro y fuera del marxismo se discute sohre estosestr~to~ como esencialmente problem:ílicos y de comportamiel1lo polí-tico contradictorio y ambiguo. Esto no implica que. en América 1:~til1a,su autoidentificación como clase no estu"iera fuerlemenl~ influidipor

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los "componentes culturales" del prestigio y la identificaciún (comoaspiración) con la clase alta, tal como ocurría con la clase media cmo-

.13 Torcuato S. di Tclla, L" tcori" det primer illllJac/o del crecimiellto eco-Ilómico I (Rosario. Instituto de So~iología, FaCllllad de Filosofía, Universidad delLitor;!], 1%5).

pea. Otra hiptítesis digna dc ser tcnid:t cn Clte!lla comislc en' suponerque el sistema de estratificación en América latina s\~ ;'¡J1'üxirn;.ra aleuropeo (particularmente en Europa 'cenlral y Illeridioual) ('n 1'11:\11-

LO a grado de jerarquización y .t1istancia. o clivajes cnt!:e las. .:J~lses.Pero estos rasgos elilistas del sistema no limitaban nece,arialJlclIte laorientación, políticq "progresista" de la clase media 1:Itipqamcric:tJla,siempre que éSla en su enfrentamicrito con la élite diri.~cnte ¡)lIdier;l,,:i!clsc dI'! :q'm)' •.•'(le las clascs iJ{)pIJhrcsurhanas; Tal apoyo cr:; r)o'i-lile )':1 Cine, en esa época, el I,rol(;[;lri:ldo industrial ,s,:: 11:111:11'):1(cdad:l<:n fOrllLI(:i"'l1y cunstituÍa un se<101' :¡Ull Illl'Il()S Ill(>\i!íz;,do y otgani.zacIo que su c01llr;lp:lrte eurcipca. dur;1lllc la fase de! l,alcl)capi¡alisJllojndllSnia!;por esle motivo no estaba en condiciones de oq!,:!ni7.arscen un partido propio. de cOl1lposicic'll1 cxclusi\'al1lentc obrera. J.s du-ranle esta fase (jlIC la clase media urbana (o(nienza a sobreex¡úpdirse(~n América latina; proceso estc qne por lo dcm¡ís continúa y se, acen-túa t:lIuLién c1mante el estadio siguicnte de c1es:\lTollo industri •.d EsasobrecXpansión como se iildio'" obedece en parle a factores gen::ralesque afectan a los' países dé transj¡,i('lIl tardía: incremelllo de los s('rvi-cio~, de las necesidades de organización. de burocracia pública 'f pri-vada. y de tecnocracia. (:'11 tina medida desconocida en la historia delpaleocapitalisl11o emopco. Pero a la vez la expansión, seg-ún el .iuicio('enero de lIIUd,OS oLservadores, obedeció taml)ién a otras causa!. EnJlalle 'se tratLÍ de una consecuencia de sn mismo éxito CIl incOIjlora!:sea la vida nacional; el poder recióladquirido lo ernpld, en no f:scasamcdida .púa favorccer su propia expansi<'Jn cuanlitaliva y tanhi(n¡,!>riclH.I') nue\'os canales de movilidad, particularmente mediar re' lac:ducaci<'ln secundaria y superior. En parte fue un ,resultado de la fle-xihilidad Jllostrada por la clase "Ita olig:írquica; fue una fonTa' de('()optaci"lJ1, en' parte no deliberada y q\li7.:ís en muchos casos no d,~gea-da. pelO lamhi¡':n en ali~nna forma ul;Ís o menús claramente peH ¡bidapor algul1m de los gru pos Ili¡ís prc"isOIes y rea listas de este sector. Esta,(-ooplacir'ln P¡¡gú sus frutos, digamos. a través de la moderaci")11 I'efor-¡ni:,la de los Illo\'imientos y rt'gíIlH'lIes de clase media.

La "crisis de las clases medias" en América latina empieLa a ma-nifestarse con la crisis del sistema econúmico-so,eial y político nisla-lilado dur:lI1te el tcrcer estadio, con la rrisis de la economía primariade exponari<'lI1, )' se acenlúa luego en función de los problemas II~ dis-tinto tipo Cjne acompaiían el proceso de industrialización y la mo\'ili-zaci<'lI1de 1lI:1sasque caraCleril.an el cnarto estadio.

La clase media, por cierto, se heneficia t:1ll1iJit;n con el "nuevo.curso" que asume la economía con la inc1ustlialil.aci(íll_ Por mi \;¡c\oIJl0I'01l iona, al IIlCllOS,ulla parte del nuevo clIlprcsariado il1dllSll'i:ll y

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g-ran parte de los sectores gerenciales, burocráticos y administrativos<¡'uej:equicre la actividad industrial, incluso cn su primera fase de subs-titución de importaciones. Y esta demanda, cabe recordar, no se .limitaal nivel histórico existente en las primeras fases de la industrializaciónen Europa, sino que se acerca m;is a la estructura de la empres.'l indus-trial burocratizada de nuestros días. POI: el otro, el proceso de industria-lizaci/lIl, la urb;lIlizaciún acelerada y otros cambios acentúan la nece-siua(:, dc scrvicios y de este mouo contribuyen aUIl m{IS a la expansiónde ];¡ clase media illClTmelltall<'lo sus posibilidades de lllovilid:!d y suparlicipaci~'m en los consumos. Pero al mismo tiempo este estadioagrega nuevas causas de tensión, ,conflict.os internos a la clase y exter-nos a la misma, inseguridad y amenazas desde arriba y desde abajo.

En el estadio tIe la economía primaria cxportadora la clase medial/O era más homogénea que su contraparte europea. Se trataba de unan;í1ogo conglomerado de sectores heterogéneos cuyos intereses econó-micos a menudo se hallaban en contraste entre sí. Sin embargo, quil.ásincluso en m~yor medida que en varios países europeos" las clases me-dias de muchos países latinoamericanos mostraron cierta coherenciapolítica. No se trató solamente de la comunidad de situación "inter-

"media", de sus "componentes cullur;¡les" comunes, aspiraciones, orien-lación dc la identiricaci(')Jl y separaciflll de los estratos inreriores, sinolambi~1l de su capacidad para ;;rrancar de la clase dirigente del mo-mento una panic:ipación signiricaliva en la vida nacional. Pero laheterogencidad y los cont.rastes que pudieron permanecel' parcialmente

,latentes durallle la época' de ascensión tendieron a manifestarse de ma-nera erel."liva en los mementos de crisis .. Y ;nm dnrant.e el crecimientoprouucido por el desarrollo industrial, a estos viejos factores divisivosse agregaron otros. Así, la función empresarial indnstrial de ciertaparte de la clase media debía conclucir a enfrentamientos con la buro-cracia gremialment.e org;Jlli7ada; la inflación crónica debía producirtransferencias de ingresos de un sector a otro de las clases medias,:luJl(I'Je los sectores sindicalizados plldieron defenderse llIucho mejoren csta circunstaucia que su contr;¡parte europea ent.re las dos guerras.Una radm i'¿'ponante de este hecho es q\lc en esa época el grado de

. .,' 1" 11 1 1 " 1 ' IagrenllaclOn f~nlre os c\le os I anco,s europeos era muc 10 mas re( u-(ido que el sindicalismo masivo característico de estas categorías enmuchos países de América latin;¡ (aunque con excepciones).

/\ lodo eslo se agreRaron las prcsiones amenazadoras desde abajoy desde arriba, en una forma muy semejante a la que se observó en lafase lI'ausi,ioual del capitalismo ellropeo. Por cierlo, en ambos extre-1l1OSla composición y la naturaleza de los esU,ltos altos y bajos enAméric;l lat.ina presentan aspectos dirercntes. Pero la situación estruc-

tllfal de las clases medias sigue sienclo análoga, frente a esa dol{le pre-L I

si('m de gnlpos cuyo poder está creciendo. Durante el cuarto estadio,la clase alta latiúoamericana se presenta como un con!?lomer~do 'for~lIlaiJ.o por la vieja burguesía terrateniente, la vieja burguesía irdu~trialestablecida (en la medida, en que est.aba vinculada con la producciónprimaria) y la IHleva burguesía surgida de la industrializacióI11~eciiente.Pero los posibles divajes internos de esta clase no resultan necesaria-mente favorables para las no menos fragmentadas clases medi;ls delllIi',mo modo fJue no lo fueron en la situación europea. 'Adem;\s, en,\mérica latina hay un componente: de gran importancia, que actúaen el sentido de la presión: una parte consIderable de la Industrial m:ísgrande o m:ís modernizada se halla bajo control extranjero, ,'y esta esIIl1a circunstancia actual y potencialmente amenazadora para Jos secto-res medios nacionales. En el otro extremo &: la tenaza; la' clase obreralIrbana (que ahora ha crecido de manera ex~raordinaria), aunq~le noha logrado formar todavía (salvo excepciones) partidos obreros propia-mente dichos, ha adquirido, mÚl fuerza considerable no sólo de sust4remios sino también a través cle las nuevas formaciones P?pulistas .detipo "nacional-popular", las que, si bien incluyen núclebs dc clase me-dia se hall:1I1 mucho nJ;Ís sometidas a la inflúencia del elemento obrero'llIC Jos anteriores partidos populist.as, donde los estratos bajos no súloformaban IIna proporción mcnor sino que se hallaban mucho m;ís sub-ordinados ;¡ los elementos de clase media.

Cabe agregar, además, lo que podríamos llamar un problema cons-titucional de las clases medias en América latina. El hecho de queen cierta medida su existencia y expansión se deben I a una polít.ica' decompromisos con el orden existent.e. Esta política en ciertas circúns-tancias puede resultar cOl~vcniente y favorable para el camhio orde-nado, pero a la larga está llamada a disminuir el potencial de cam:biode los seet_ore~que la practican durante demasiado ticmpo o en condi-ciones poco propicias. Todos estos factores y otros gue no se mencio-nan aquí parecen configurar la actual "crisis ile las clases medias" en.\m~rica lat.ina. Sus contradicciones, ambigücdad, ret.rocesos y, n-l;\s amenudo cn tiempos recientes, reacciones en el senliHo de apatU I y dealienación, son la expresión de tales crisis.

En Europa, durante la fase transicionaL la conjllJJc~,ín d~ variascirc.unstancias: esl ancamiento econúmico, 11lcj¡:ls entre sectores 'de lasclases altas, movilización de la clase obrera y' acontecimientos alt.a.mente traumát.icos, guc llevaron al desplazamiento y a la movilizacir'msecundaria de las clases medias, originaron los regímepes fascistas yotras salidas autoritarias de la situaciún de im/)(/He creada por los mu-dIOS grupos en conflictos. En América latina, desde que la crisis de

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222 r.JNO GERJ'"IANI SOCIOLOGí.\ DE LA MODERI'IIZACIÚN I , 223

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~1 Véase capílulo rIJ.'4G el. nota ,11.,

la: economía 'e~portadora 'destruyó las hases del antiguo equiljb¡'io,no han' faltado intentos de soluciones fascistas "clásicas", Pero todasell~~ han, .fra,casa:do hasta :~hora, y eIJo se lIeue a varios factores. En

.primer lugar el clima internacional ya no es favorable para ese tipode soluciones, ...y las ideologías correspondIentes han dejado de ser via,bIes. En, segundo' lugar, como vimos, .la clase media latinoaulericana,a pe,~ar de que. ello pueda' resultar paradójico para muchos, se hallatodaVía muy permeada de creencias democr:íticas. En tercer lugar, yesto e,s más importante, no se 1Ia'n dad.o tu AUlérica latina choquesrraum;íticos ¿.paces de producir desplazamientos)' procesos de Jllovi.lización' de las e/ases medias, COIllOocurrió eu ciertos pa íses europeos.El 'd~terioro ha sido ,más, bien lento, Además, ha sido iUlelTUlllpido porperíodi.>s de creCimiento, En efecto, la crisis producida por el derrum-be' de la economía primaria.' de exportación, que no careció de inten-tos fascistas en Argentina, Üruguay, Chile, Brasil, etcétera, se vio engran pa'rte cOlrlpensada por el a-ecil11iento industrial de ,la fase de sus-ritucióri de importaciones, ' A pesar de los' movimientos nacional-popu-lares que produjeron el enfrentamiento de la clase media contra lospt'imero~ inovÍmientoscle masas de base obrera (aunque de cOlnposi-cion mu~ticlases), tocla la poblaci6n urban\!-, en particular en los polosJe clesarrollo industrial, puJo 'de alguna manera beneficiarse con el crc-ciiúiei-lto, Especialmente' e~ las áreas m¡ís inuustrializadas de los paísesmayores se produjo un efect? de movilidad autososlenil!a, Este decto,aunque a mi nivel muy inferior que en .las sociedades neocapitalistas,tuvo consecuencias psicosociales parecidas, pues se partía de niveles

. más bajos;44' Luego sobrevino el estancamiento, e indudablemente laI continuación de una 'situación de eSla naturaleza ts la que abre Jos

interrogantes más serios' para el futuro. Pero si la erisisde la clasemedia latinoamericana no ha desémbocado en un fascislJlo clásico,eHono ;e debe solamente a la ausencia de condiciones que hubieranpermitido Sil movilización. En efecto hahla -y' ha)'- en la presclIle(ase de la transición en América Jatina, una configuración de ra~gosqiJe, ptoduce conflictos de difícil solución en un momento parlicular-mente decisivo para la prosecusión del desalTolIo económico_ El eTl-frentamiento r-nlre sectores de la clase dirigente, y entre éstos y lasclases inferiores, ya han conducido a distintas formas de acuerdos "sin-crático~", según la fórmula de Organsky,45 es decir, a alguna fornl'a de,compromiso entre seqores de la clase alta, acompañada de la desmo-vilización de. las clases populares. El mecanismo para esto es el régi

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men militar. ESlo es pC)~ible debido a la patlta' p'rofund;¡mente arrai-gada en la clIllllra polír:ca latirroaillerican;¡, (¡tI!' )1;1(e d<: la illli~n:l'n-ción militar tln recurso legítimo en el jucg'o jl"iilim. h'l(, Sil siv;ni-ficado, en tina visión comparal.iva y en relación con la erap;l .;¡clu.dde la transición es la, de desempciíar el ¡la/JI'[ de suS!itU'lo ¡,i/'(Im/,¡/ Jelfascismo. y esto puede ser cierto, indepcndientemente de I:ts inkllcio- '!les, Jos propúsi lOS y los fines mani fie:>1os y conscicn I.es4~qIle ge 11(,),;11l

nlllc!J;ls de (;dcs illl.crvcllcj,)(l('S IniliLllcs. }\dcnl;ís, (:SI05 pnl('eso, t¡cn('lllllgar en un ;írea pcriférjul, es (!t:cir dependiente de !;¡s dec;si","'s de(odo orden de las pOlt'IH:ias hcgeIHc)n;cls. ),a polílica inll'nta lit: e,IOs

paí~es no es scp;lr;d'¡c de Jas orienl:lfÍones y dccisiones de I;dcs polen-cias. En cumiderable I1lCdida el "sustituto funcional" del fascismoI.iende a actuar en consonancia con lales orientacioncs e intereses (,) m:ísprecisamente con las orientaciones e intereses de ciertos gru¡>,',s depoder dentro de las naciones hegeuH)nicas). No es nec.esario qlle ~Ct:bÍ.

Pero tal parece haher sido hasta ahora la tendencia prepollder;tnle.~¡¡l,as consideraciones I~echas !lasla ;1(1111, debemos rCCl)llOCCt!c,1;111

sólo alcanzan a tocar de manera muy superficial el problema tr;:lado.Pero guiz,is ofrezcan un Ptluto de parl.ida para una consideraciórt JIl;ísprofunda del papel contradictorio qne en la aClualidad deselupeii;1J1las clases medias urhanas en América latina.

De todos modos una consideración :ldecuada de estc p;ipd nopodda realizarse sin analizar al mismo tiempo)' con igual detenimieil-to las clases alta y popular:17 Ambas, como hemos indicado, han expe-rimentado grandes cambios durante el cuarto estadio del proce;o demodernización. Y, todo indica que, tanto elesde el punlo del desa'Tolloeconómico como de los denl;Ís cambios en la estructura social y <'11. los;lspertos poli ticos, lIna n neva COI tfig lIfa'cióu de rasgos eSl;í emergic'Jlllo)' cristalizándose, es decir, estamos asistiendo a los comicmos de un,nuevo -el quiulo- estadio del proceso. Desgraciadamente, St'S co-llliclI/,O~;parcccn aplllll;lI' lIaci;1 IIna ('Ial':t de cSlanLlllli('IIIO (','on(lllli,'oy. de autoritarismo politico, acaso lIO muy diferente de Jos procesosocurridos entre las dos guerras en Europa.

40 Para el Laso de Hrasil, Hdio J¡¡~uaril:le sug-iere la hipótesis elc un fascismobasado ell el apoyo militar y ell cOllllJinación con inlereses CXlernos. V'~I.se su"Stabilité SoLiaI" par le 'Colonial FaschlllO' ", ('11Les Tellll',f Moderl"'-' (onulm; 1967).

.17 Un análisis <le la U';¡nsición <I"s<le la oligllr'l,tl'a terratenienle h;¡ci;, unaéli/F. inrerllalllCllle <lifcre"cj;¡úa, Clln diferenll~s lipos illl(;l'nwdios, ha sidu l'l'ali/,:ltlopor J. Craeiarc"a, en 01'. cit., capilulo 11.

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41. LOS i'\ERVlOS DEL GOBIERNO:" "MODELOS DE COMUt¡'I<j:ACION .,YCO:'lTROL l'OLlT1COS. Karl W. DCtllSch "

,12. IDENTIDAD. JU.VE:NTUD y CRISIS. E. H. Erikson'1~\. TfORIAS EN 'PSICOLOGIA SOCIAL, i\l. Denlsch y R. Kram;'s I l'H. LAS ESTRUCTURAS ELEt\'IENT,\I.ES DFL PARENTESCO: C.' l.l:vi"Slratl5S45 .. IDI',ÓLOGIA y I'ODER EN LA 1'0LlTICA SbVIETICA. K. Z. Bl"7.czi.\ski46 .. l.A SOCIOLOGIA NORTEAMERICANA CONTEl\lPORANEA, T. l'arsons1I:_!2.-1~E_\YLUCION ACADEl\IICA, Ch, Jcncks y D. Ricsman, I I48. LA EST1UJCTUR-A-]}~:I;-P0HE,R-,--A ••.l\'I~Rose I I I I

'I!J.. INTRODUCCION A LA SOCIOLOGIA I;OLITICA, R. Miehcls'50.. PODER 1'0LlTICO y CAl\U\1O ESTRUCTURAL EN LA ARGENTINA, I

J. Oyhanartc ~:. "'" ~".".",,' ,,' . ,,'. ..,,'.. l. re.

51. LOS ORIGE.NES INTELF.GTUALES DE LA REVOLUCION fRAN,CESA," ,

D, i\¡"rncl .52. LOS OIUGENES lllEOLOGICOS DE LA REVOLUCION NORTEAl\IFRICA-

NA. n. Bailyn "53. "TECNOLOGIA MEDIEVAL.Y CAl\IBlO SOCIAL, L. WhiL~!,;.I. ESTRUCTURA SOCIAL DE LA ARGENTINA, G. Gcrinani' \55, ORGANIZACION MILITAR y SOCIEDAD, S. Andrcski!',ti. fENOl\IENOLOGIA DEL MUNDO SOCl AL, A. Schnlz!)7. EL ANALlSIS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES, le w. Dcutsch58. 1'0LlTICA COMPARADA, G. Alrnond y G. l'owcll I 1

59. INTRODUCCION A LA ,ANTROPOLOGIA, LOS PRIMEROS DOS MILLO-NES DE A~OS DEL HOMBRE, A. Montagu . "

SF.I11E MENOIl

1. ¿{,ODRA SOBREVIVIR EL 1-1011'1BRE?, ,E, frotl11V2. I'SICOPATOLOGIA y I'OUTICA. H. Lasswcll "3. FUND:\MENTOS CULTURALES DE LA CIVILlZACJON' ÜmUSTRIAL,

J. U. NC£4. INTRODUCCION A LA J'SlCOLOG1A SOCIAL, W. H. J. Sprott5. EL DOGMA DE CRISTO Y OTROS ENSAYOS, E. Fromm I '

6. I'SICOLOGI.'\ DE LA AFILJACION, S. Schachtcr7. EL J)lfICIL CAl\llNO HACIA LA PAZ, A.'nitai Etzioni8. MARX Y LOS MARXISTAS, Sidney Hook' '9. NACIONALISMO Y POLlTICA DE DESARROLLO, K. H. Silvert

10. ESTUDIOS DE SOC10LOGIA y I'SICOLOGIA SOCIAL, Gino Gcrmani11. lNMIGRACION y NACIONALIDAD, D. Cúnco, J. Mafud y olros '12. EL ~IARXISMO DE JEAN ..PAUL SARTRE, W. Desan13. ESTUDIO SOBRE LA SOCIEDAD ARGENTINA, vol. 1, Gino GcnnaniH. ESTUDIO SOBRE LA SOCIEDAD A'¡l..GENTINA, vol. 2, Gino Germani15. Jllll\IANISMO SOCIALISTA, E. fromm y otros I16. LA REVOLUCION LABORAL EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERl,CA,

Gus Tylcr . \17. LA ECONOMIA NORTEAMERICANA CONTEMPORANEA,J. R. Coleman

y otros - I

18. POUTICA y COMUNICACION. R. R. Fagcn19. EL COi\II'ROMISO ARGENTINO. Julio Gotthcil20. LA EDUCACION EN EL DESARROLLO DE' LA COMUNIDAD, l YI Shiclds

(hijo)2\. LA J\Ili\lINISTRACION I'UBl.lCA EN LAS NACJONES NUEVAS, H. F.

Aldcrfcr22, SOCI01.0G1A DE LA COMU",ICACION DE MASAS, D: McOuail23. LOS 1", DIOS DE LOS ESTA DOS U N IDOS DE Ai\!ERICA, C. Wisslcr II

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