7
Revista Universitaria de ocio y cultura. Distribución gratuita. The Imaginarium of Doctor Parnassus (o el viaje interior) La última película de Terry Gilliam es un verdadero tripi… mal digerido. Mezcla de anacrónico cuento iniciático y de viaje al inconsciente, recuerda bastante, en sus mejores planos, al cine de Jodorowsky. El Imaginario del Doctor Parnassus es una gran invitación al viaje al interior de uno mismo, inspirada por viejos rela- tos fantásticos, experiencias como la meditación y por la alteración de conciencia a través de la toma de algunas sustancias. Sobre una original y transgresora idea -una carreta de extraños feriantes ofrece viajar dentro de la imaginación de cada uno- el director monta una serie de escenarios inconscientes verdaderamente alucinantes por su belleza, que sin embargo no conducen a ninguna parte, pero que plasman de una manera sorprendente las ideas fuerza de la llamada Nueva Era. El Imaginario del Doctor Parnassus es una de esas pelí- culas que hay que ver para criticar después con pasión, pues aporta algo esencial sin llegar a desarrollarlo. La tarea de viajar al imaginario de cada uno y dar sentido a ese viaje es el mayor reto del hombre futuro. Por eso sor- prende que una maravilla de realización no concuerde con un argumento mínimamente digerible, y que se pierda en historias sin significado. Gilliam, que empezó su carrera con Monty Pithon y llevó al cine entre otras imaginativas y arriesgadas películas como Las Aventuras del barón Munchausen o Miedo y asco en las Vegas, realiza en este caso un verdadero ejercicio de escenografía que se come la posible trama del film. Tal vez el inconsciente, que lo devora todo en la obra de Gilliam, sea así de caótico, y eso es precisamente lo que quiera resaltar el director, pero entonces no haría falta intentar argumentar lo que sucede a lo largo de la pelícu- la con unas historias bizarras que no se sostienen. En medio del caos de imágenes e historias sin veleta, el espectador acaba mareado. Lo inconsciente y su traduc- ción a través del imaginario no son virtuales, como piensa gran parte del cine que trata sobre estos temas, sino un valiosísimo material para el análisis de uno mismo o de una sociedad entera. En este terreno, Gilliam hace una apuesta que pierde. En el plano inconsciente o precons- ciente de la película suceden cosas maravillosas, mientras en el plano consciente, los lugares comunes cansan. Es posible que la cadena de significantes psíquicos que guarde el inconsciente no tenga para Gilliam más sentido que lo efímero, pero lo dudo. Creo que el problema de la realización -y por tanto del ritmo de la película- estriba en la inconexión entre los planos real e imaginario. Aldous Huxley, después de conocer sus entrañas por medio de los alucinógenos, pasó toda su vida tratando de entender aquel viaje con la filosofía perenne. Antes de que su mujer le inyectara su deseada dosis de LSD en su lecho de muerte, quiso entender que las cosas tenían un sentido, más allá del caos y de la dualidad. El intento de Huxley fue esencialmente humano, esa humanidad es precisamente lo que está ausente en el gran vodevil de Parnassus. Tal vez el director no haya querido llegar al fondo del asunto, pero eso no significa que este asunto no sea uno de los grandes retos del hombre o que la pelí- cula no sea una verdadera curiosidad escénica. La espe- leología del alma siempre resulta interesante. I´m mad about the doctor... Brillante estirpe la de los científicos locos. Gracias a ellos, al pensar en la ciencia, es decir, el laboratorio, los tubos de ensa- yo y las retortas espumeantes, los arcos voltaicos y los ch i s p a- zos eléctricos, los fragmentos de cadáveres..., no podemos reprimir un cierto escalofrío. Como si, en el estilo de Prometeo, estuviésemos robando nuevamente el fuego a los dioses... Desde la leyenda del Dr. Fausto, la idea de un hombre jugando a ser Dios ha ofendido y seducido al mismo tiempo a centena- res de lectores y espectadores. Ya antes de que Goethe rescri- biera la vieja fábula, permitiendo al alquimista ser salvado, Fausto era uno de los personajes predilectos de los titiriteros ambulantes de la vieja Europa central. ¿No van, al fin y al cabo , ciencia y locura siempre de la mano?, me pregunto. “Los sue - ños de la razón producen monstruos” . La divisa goyesca, una vez más, resulta certera. Más que el Oráculo de Delfos. Alcanzar lo prohibido: ¡qué gusto, qué placer! Ser invisible, minúsculo o gigante, mutante; lo anormal se lleva este siglo. Es tendencia y Hollywood lo sabe. Suficiente, pues. Y si resulta que el Dr. Moreau puede sacar al animal que hay dentro de cada uno de nosotros en un sentido incluso fisiológico, albricias, al menos podremos sacudirnos de algún modo esta corteza social que nos oprime. A veces, más de lo recomendado (debí de confun- dirme de talla). Bien, liberémonos: monstruos y alboroto. Confesemos de una vez nuestro amor por Boris Karloff. Aquel que dio vida a la criatura en tres ocasiones, interpretó suficien- tes papeles de científico loco él sólo como para merecer un doctorado en química orgánica. O, al menos, como escribe Brad Steiger, en “química del miedo”. No importa que buscara siem- pre en vano la fórmula de la eterna juventud, investigara la crio- nización (una década antes de que la leyenda sobre Walt Disney se instalara placenteramente en el imaginario social del planeta) o trasplantase cerebros con los peores resultados. Él era un mét - teur-en-peur, no lo olvidemos. Gracias a todos. Y volved lo antes posible. Dr. Jekyll, acompañado s’il vous plait por vuestro delicado camarada criminal Mr. Hyde (Freud hubiera preferido llamarlo Mr. Id, sin duda); barón von Frankenstein, a quien jamás podré imagi- nar con otros rasgos que no sean los de Peter Cushing; Dr. Praetorius, de una elegancia tan fascinante que merecería ser traído de vuelta del otro lado. A él le gustaría, sin duda. Es que no hay nada mejor que imaginar… Así comen- zaba uno de los estribillos más populares y brillantes del fallecido Antonio Vega. Luego seguía lo que los simbo- listas denominaban un “bosque de imágenes”. ¿Asociaciones libres? ¿Cualquiercosismo? Un momento en una agenda, una décima de segundo, una ráfaga de aire frío, un molino de viento… Las canciones que Antonio escribía a la droga parecían canciones amor; sus letras sobre el amor eran letras drogadas. Dedicamos este número al ego mago, a todos aquellos que viven en las nubes; que nunca posan los pies en la tie- rra por miedo, como el alba- tros de Baudelaire, a no poder levantar el vuelo. Lo dedica- mos a los “letraheridos”, los científicos chiflados, a los que no bajan del guindo, a los que siguen creyendo en la posibili- dad de hacer un “gratuito” (para colmo, cultural). Ese era el problema de Antonio Vega, el complejo del cantautor: “Tener dema- siadas imágenes detrás de los párpados”… La defini- ción más imaginativa de ima- ginación que he oído nunca pertenece a Ingman Bergman y se escribe así: “imágenes detrás de los párpados”. La imaginación no solo sirve al arte, aunque es cierto que es el “punto G” de la creación. Imaginar puede servirnos para dejar de fumar o para fumar (si es que nunca hemos sido fumadores). El gran proble- ma de hoy es imaginar al margen de los grandes ima- ginarios. La publicidad coloniza imaginarios… La imaginación debe ser com- bate activo contra la reali- dad. Aquella realidad que, por momentos, nos parece tan irreal. Es que no hay nada mejor que imaginar Secun Delgado Javier Esteban Dr. Mandelip & Mr. Rubín de Celis DIRECTOR: Javier Esteban / REDAC TO R A JEFE: Maria Velasco / EDICIÓN DIGITAL: David Ballota / COLABORADORES: Ainhoa García, Rubín de Celis, Manuel Uzcanga, Guillermo Arróniz, Jesús R.Cancela, Frank G.Rubio, Ignacio Reyo, José Carlos Aguirre, Miguel Repiso / SUPLEMENTO: Mónica Pe d raye s DISEÑO: Rodrigo Vi c o / PUBLICIDAD: C ovadonga Molpeceres. Tel: 629 48 80 39 / WEB MASTER: Enrique Gómez / G E R E N T E: Nasser Mouaffak. Tel: 696422434 / EDITA: LibrePensamiento Editorial G., C/ Carlos Arniches, nº 14. (Madrid) / D E P Ó S I TO LEGAL: Gi-1590-2007 / ISSN: 1577-4457 2ª quincena de Noviembre

Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

Citation preview

Page 1: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

Revista Universitaria de ocio y cultura. Distribución gratuita.

The Imaginarium ofDoctor Parnassus (o el viaje interior)

La última película de Terry Gilliam es un verdadero tripi…mal digerido. Mezcla de anacrónico cuento iniciático y deviaje al inconsciente, recuerda bastante, en sus mejoresplanos, al cine de Jodorowsky. El Imaginario del Doctor Parnassus es una gran invitaciónal viaje al interior de uno mismo, inspirada por viejos rela-tos fantásticos, experiencias como la meditación y por laalteración de conciencia a través de la toma de algunassustancias. Sobre una original y transgresora idea -unacarreta de extraños feriantes ofrece viajar dentro de laimaginación de cada uno- el director monta una serie deescenarios inconscientes verdaderamente alucinantes porsu belleza, que sin embargo no conducen a ninguna parte,pero que plasman de una manera sorprendente las ideasfuerza de la llamada Nueva Era. El Imaginario del Doctor Parnassus es una de esas pelí-culas que hay que ver para criticar después con pasión,pues aporta algo esencial sin llegar a desarrollarlo. Latarea de viajar al imaginario de cada uno y dar sentido aese viaje es el mayor reto del hombre futuro. Por eso sor-prende que una maravilla de realización no concuerde conun argumento mínimamente digerible, y que se pierda enhistorias sin significado. Gilliam, que empezó su carreracon Monty Pithon y llevó al cine entre otras imaginativas yarriesgadas películas como Las Aventuras del barónMunchausen o Miedo y asco en las Vegas, realiza en estecaso un verdadero ejercicio de escenografía que se comela posible trama del film. Tal vez el inconsciente, que lo devora todo en la obra deGilliam, sea así de caótico, y eso es precisamente lo quequiera resaltar el director, pero entonces no haría faltaintentar argumentar lo que sucede a lo largo de la pelícu-la con unas historias bizarras que no se sostienen. Enmedio del caos de imágenes e historias sin veleta, elespectador acaba mareado. Lo inconsciente y su traduc-ción a través del imaginario no son virtuales, como piensagran parte del cine que trata sobre estos temas, sino unvaliosísimo material para el análisis de uno mismo o deuna sociedad entera. En este terreno, Gilliam hace unaapuesta que pierde. En el plano inconsciente o precons-ciente de la película suceden cosas maravillosas, mientrasen el plano consciente, los lugares comunes cansan. Esposible que la cadena de significantes psíquicos queguarde el inconsciente no tenga para Gilliam más sentidoque lo efímero, pero lo dudo. Creo que el problema de larealización -y por tanto del ritmo de la película- estriba enla inconexión entre los planos real e imaginario. Aldous Huxley, después de conocer sus entrañas pormedio de los alucinógenos, pasó toda su vida tratando deentender aquel viaje con la filosofía perenne. Antes deque su mujer le inyectara su deseada dosis de LSD en sul e cho de muerte, quiso entender que las cosas tenían unsentido, más allá del caos y de la dualidad. El intento deHuxley fue esencialmente humano, esa humanidad esprecisamente lo que está ausente en el gran vodevil deParnassus. Tal vez el director no haya querido llegar alfondo del asunto, pero eso no significa que este asuntono sea uno de los grandes retos del hombre o que la pelí-cula no sea una verdadera curiosidad escénica. La espe-leología del alma siempre resulta interesante.

I´m mad about the doctor. . .

Brillante estirpe la de los científicos locos. Gracias a ellos, alpensar en la ciencia, es decir, el laboratorio, los tubos de ensa-yo y las retortas espumeantes, los arcos voltaicos y los ch i s p a-zos eléctricos, los fragmentos de cadáveres..., no podemosreprimir un cierto escalofrío. Como si, en el estilo de Pr o m e t e o ,estuviésemos robando nuevamente el fuego a los dioses...Desde la leyenda del Dr. Fausto, la idea de un hombre jugandoa ser Dios ha ofendido y seducido al mismo tiempo a centena-res de lectores y espectadores. Ya antes de que Goethe rescri-biera la vieja fábula, permitiendo al alquimista ser salvado,Fausto era uno de los personajes predilectos de los titiriterosambulantes de la vieja Europa central. ¿No van, al fin y al cabo ,ciencia y locura siempre de la mano?, me pregunto. “Los sue -ños de la razón producen monstruos”. La divisa goyesca, unavez más, resulta certera. Más que el Oráculo de Delfos. Alcanzarlo prohibido: ¡qué gusto, qué placer! Ser invisible, minúsculo ogigante, mutante; lo anormal se lleva este siglo. Es tendencia yHollywood lo sabe. Suficiente, pues. Y si resulta que el Dr.Moreau puede sacar al animal que hay dentro de cada uno denosotros en un sentido incluso fisiológico, albricias, al menospodremos sacudirnos de algún modo esta corteza social quenos oprime. A veces, más de lo recomendado (debí de confun-dirme de talla). Bien, liberémonos: monstruos y albo r o t o .C o n fesemos de una vez nuestro amor por Boris Karloff. Aquelque dio vida a la criatura en tres ocasiones, interpretó suficien-tes papeles de científico loco él sólo como para merecer undoctorado en química orgánica. O, al menos, como escribe BradS t e i g e r, en “química del miedo”. No importa que buscara siem-pre en vano la fórmula de la eterna juventud, investigara la crio-nización (una década antes de que la leyenda sobre Walt D i s n e yse instalara placenteramente en el imaginario social del planeta)o trasplantase cerebros con los peores resultados. Él era un m é t -t e u r - e n - p e u r, no lo olvidemos. Gracias a todos. Y volved lo antesposible. Dr. Jekyll, acompañado s’il vous plait por vuestro delicadocamarada criminal Mr. Hyde (Freud hubiera preferido llamarlo Mr.Id, sin duda); barón von Frankenstein, a quien jamás podré imagi-nar con otros rasgos que no sean los de Peter Cushing; Dr.Praetorius, de una elegancia tan fascinante que merecería sertraído de vuelta del otro lado. A él le gustaría, sin duda.

Es que no hay nada mejorque imaginar… Así comen-zaba uno de los estribillosmás populares y brillantesdel fallecido Antonio Ve g a .Luego seguía lo que los simbo-listas denominaban un “bo s q u ede imágenes”. ¿Asociacioneslibres? ¿Cualquiercosismo? Unmomento en una agenda,una décima de segundo, unaráfaga de aire frío, un molinode viento… Las cancionesque Antonio escribía a ladroga parecían cancionesamor; sus letras sobre elamor eran letras drogadas.Dedicamos este número alego mago, a todos aquellos

que viven en las nubes; quenunca posan los pies en la tie-rra por miedo, como el alba-tros de Baudelaire, a no poderlevantar el vuelo. Lo dedica-mos a los “letraheridos”, loscientíficos chiflados, a los queno bajan del guindo, a los quesiguen creyendo en la posibili-dad de hacer un “gratuito”(para colmo, cultural).Ese era el problema deAntonio Vega, el complejodel cantautor: “Tener dema-siadas imágenes detrás delos párpados”… La defini-ción más imaginativa de ima-ginación que he oído nuncapertenece a Ingman Bergman

y se escribe así: “imágenesdetrás de los párpados”.La imaginación no solosirve al arte, aunque escierto que es el “punto G”de la creación. Imaginarpuede servirnos para dejarde fumar o para fumar (sies que nunca hemos sidofumadores). El gran proble-ma de hoy es imaginar almargen de los grandes ima-ginarios. La publicidadcoloniza imaginarios… Laimaginación debe ser com-bate activo contra la reali-dad. Aquella realidad que,por momentos, nos parecetan irreal.

Es que no hay nada mejor que imaginarSecun Delgado

Javier Esteban

Dr. Mandelip & Mr. Rubín de Celis

D I R E C TO R: Javier Esteban / R E DAC TO R A J E F E: Maria Velasco / E D I C I Ó N D I G I TA L: D avid Ballota / C O L A B O R A D O R E S: Ainhoa García, Rubín de Celis, Manuel Uzcanga, Guillermo Arróniz, Jesús R.Cancela, Frank G.Rubio, Ignacio Reyo, José Carlos Aguirre, Miguel Repiso / S U P L E M E N TO: Mónica Pe d raye sD I S E Ñ O: Rodrigo Vi c o / P U B L I C I DA D: C ovadonga Molpeceres. Tel: 629 48 80 39 / WEB MASTER: Enrique Gómez / G E R E N T E: Nasser Mouaffak. Tel: 696422434 / EDITA: LibrePensamiento Editorial G., C/ Carlos A r n i ches, nº 14. (Madrid) / D E P Ó S I TO L E G A L: Gi-1590-2007 / I S S N: 1577-4457 2ª quincena de Noviembre

Page 2: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

www.generacion.net2

Soseki Inmortal y Tigre es un librosencillo pero profundo, sentimentalpero culto. Una historia dirigida alniño que todos llevamos dentro. Laliteratura sobre animales de compa-ñía es un género poco conocido enEspaña, país de maltratadores con-suetudinarios. Dragó se interna enese género por la puerta grande, enun rotundo cambio de estilo y quizáde personalidad. Soseki es un ejercicio didáctico,pero también un ejercicio de medi-tación con el que el autor se enfren-ta al espejismo de la muerte. Sosekies semilla de conocimiento paraCaterina, la nieta del escritor queencarna el futuro, pero también estradición y estoica reflexión del quesabe porque ha vivido.Juntos, pero no revueltos, hemosquerido entrevistar a Soseki y aDragó. Poco importa que uno hayamuerto y que otro esté vivo y cole-ando. Permitámonos, por una vez,transgredir el umbral de la certeza ola ignorancia que separa a los vivosde los muertos…

Fernando: nuestro ca ro AlejandroJodorowsky, al conocer la muer-te de Soseki, te escribió algomuy bello inspirado en un haiku:Murió tu gato, morirán los astros,desaparecerá el cosmos. Peroahora, solo te queda aceptar yrespetar ese dolor que te convier-te en humano…

Es lo que he hecho al escribir ellibro. Tal vez sea Alejandro la per-sona que mejor me comprende. Élperdió un hijo y tiene cinco gatos.La gente me dice que Soseki sóloera eso, un gato, y se equivoca. Eratambién hijo, y amigo, y compañe-ro, y ejemplo, y maestro. A laspocas horas de morir Soseki escri-bí a Jodorowsky, convencido deque me entendería. Y lo hizo. Lepedía árnica, y me la dio. La belle-za de ese haiku no enjugó mislágrimas, pero les dio sentido. Merecordó algo que yo sabía, peroque en ese momento, ofuscado porla tragedia y por el sentimiento deculpa, se había escondido en elfondo de la conciencia: hay quea p r o v e char el impulso del dolorpara transformarlo en amor.

Soseki, donde quiera que estés,no sé si esto te consuela o teparece una obviedad humana ypretenciosa. Sabemos que loselefantes realizan enterramien-tos y duelos, y quizá los gatostambién sentís la muerte sinnecesidad de ser humanos perosí divinos…

Miau. Desde aquí puedo percibirtodo el dolor que mi muerte causó aFernando, pero no debería sufrir porello, porque lo hice como un acto deamor y de generosidad. Los guerre-ros numantinos y los siete infantesde Lara, a los que conocí durantemis correrías por las Tierras Altas.Me habían enseñado el arte y eldeber de la inmolación. No importalo que nosotros esperamos de lavida, sino lo que la vida espera denosotros. Él no lo vio, porque mi

cabeza había desaparecido bajo eltravesaño del montacargas, peromorí sonriendo y con una ex p r e-sión de gratitud en la mirada. To d o ,en ese instante, cobró sentido.¡ Por fin tenía alma! Fue mi salto ala eternidad.

Fernando: ¿tu nagual o animalinterior es un gato, un toro, unescarabajo, un águila?

Veo que conoces bien la obra deCarlos Castaneda, pero no mi zoointerior. Mis animales totémicos sonel gato, el lobo, el oso, el lagarto y elescarabajo. Libres todos y solitariostodos. Nunca voy en grupo. Mihéroe novelesco favorito es Sinuhé,el egipcio, que pasó en soledadtodos los años de su vida, lo que nole impidió mezclarse estrechamentecon ella y apurarla hasta su últimosorbo.

Y tú, Soseki, imagino que desea-rías ser un escritor, como el quete da nombre, ¿o piensas queeso no es más que vanidad?¿Acaso hay algo que no seavanidad en los humanos?

Miau. De hecho estaba aprendiendoa escribir a máquina. Al principio nosabía muy bien qué era aquel apara-to que Fernando manejaba tan amenudo. Luego, con el paso de losdías a su lado, me fui dando cuentade que, cada vez que pulsaba unatecla, una varilla se desplazaba ymarcaba una letra con tinta en lahoja de papel. Entonces comprendíque Fernando debía ser un granescritor a tenor de lo mucho queescribía. Él siempre bromeaba conque, cuando él no pudiera hacerlo,yo podría sustituirlo y ser su negro.¿Vanidad? No, porque la literatura yel arte empiezan en el momento enque vivir no basta para expresar lavida. Pero aquello, para mí, era unjuego. Para Fernando, no. Era suvocación, desde la primera infancia,y la vocación es destino. No cabesustraerse a él.

Fernando: Has hecho de estamuerte tu muerte, y de estai n m o r talidad tu inmorta l i d a d . . .Pareces un puro siete en el ene-agrama, al que las muescas de lavida han tocado el corazónabriendo uno de sus nueve pun-tos que vigila lo sensitivo…

Al hombre se le mide por sus cica-trices. Quien no las tiene, ha vividoen vano. Ya conoces esa frase deJung que cito a menudo y que tam-bién aparece en el libro: “la vida novivida es una enfermedad de la quese puede morir”. Las cicatrices sonel carnet de identidad y el certifica-do de garantía del samurái, delguerrero, del torero, de los discípu-los de Dionisos y Siva, de quienestienen a la muerte por compañera,la miran cara a cara y bailan siem-pre, felices, feroces y fe r a c e s ,sobre el filo de la navaja. Y nadiesale indemne de esa danza. Ya lodijo Miguel Hernández: Llego contres heridas: / la del amor, / la dela muerte, / la de la vida. So s e k itambién era un guerrero, lo contra-rio de un soldado. Los soldadostienen soldada y oficiales. Los gue-rreros, no. Ni cobran ni obedecen.

Soseki: Tu amo (o quizá elsuperyó del escritor) te hizocosas que no sé si querías quete hicieran. ¿Le perd o n a r á salgún día tratar de domestica r-te y hacerte un poco pequeñob u rg u é s … ?

Por lo pronto, no era mi amo ni que-ría serlo. ¿Cómo va a ser amo dealguien quien nunca tuvo amo?Cuando Fernando hizo la mili, la milide verdad, no la de milicias, dijo ensu filiación que no sabía leer niescribir para que no lo hiciesenc a bo. Los gatos, por otra parte,jamás tenemos dueño. Somos nos-otros los que elegimos a las perso-nas con las que queremos vivir. Yo loelegí a él y a su esposa, Naoko, por-que me gustaba su forma de vida,su casa y el misterio que de ellamanaba. No me domesticaron. Yono lo habría permitido. El gato y eltoro de lidia son los únicos mamífe-ros que no se dejan domar. Mi tiem-po de aventuras, además, ya habíapasado, aunque algunas veces meescapase para irme de botellón. Enmi infancia recorrí todas las TierrasAltas de Soria, conversé con losguerreros de Numancia, combatícontra brujas en sus aquelarres a laluz de la luna, incluso me las vi conel mismísimo diablo. CuandoFernando me abrió la puerta de sucoche, sabía que mi vida ya sólopermanecería ligada a su persona, asu familia y a su campamento.

Fernando: ¿hay sentido de culpaen este libro?

La culpa, pese a que yo no la reco-nozca racionalmente por ser éstalegado del judeocristianismo, nodeja de estar presente, al menos anivel subconsciente, pues fui edu-cado en el catolicismo y cargado alnacer con el peso del pecado origi-nal. Soseki murió por mi causa, porla generación de una larguísimacadena de acontecimientos de lacual yo fui artífice, involuntariamen-te, por supuesto. En el mundo noexiste el bien ni el mal, sólo las reac-ciones y los efectos derivados denuestros actos. La instalación delmontacargas donde pereció Sosekipartió de una orden mía hacia misayudantes. No me siento culpable,pero debo reconocer que este libroes, entre otras cosas, redoble y des-cargo de conciencia. La deuda estásaldada. Nunca, que yo sepa, harendido nadie tamaño homenaje aun gato. ¡Imagínate! ¡Tr e s c i e n t a scincuenta páginas peleadas línea alínea! Es oración fúnebre e himnodedicado a un héroe.

Fernando: sostienes que el gatosimboliza ante todo la libertad,pero tal vez lo sea por puro ins-tinto, y en el instinto no somoslibres, sino liebres…

La libertad siempre ha sido un dile-ma paradójico en la historia de lafilosofía. Ésta, además, se mide entérminos humanos. No podemossaber cómo siente un gato su liber-tad. ¿Instinto? Todos los animales lotienen, pero sólo el gato lleva lalibertad hasta sus últimas conse-cuencias. No, no es instinto. Esvoluntad, es decisión, es convicción,es sabiduría, acaso kármica. Sifuese instinto, los gatos se parece-rían entre sí, cosa que no sucede.No hay dos gatos iguales.

Soseki: ¿es verdad el rumorbizarro de que quisiste acabarcon esta vida o todo fue un acci-dente inesperado? Ahora quehaces guardia junto a los luce-ros, ¿crees como Shakespeare,que las cosas suceden… como ycuando tienen que suceder?

Miau. Mi intención no era morir.Nadie quiere morir, y menos ungato, que es el animal con mayorinstinto de supervivencia que ex i s-te. Sentí que mi obligación era lla-mar la atención de Fe r n a n d ohacia el peligro que suponía eseMinotauro de fauces metálicaspara su nieta Caterina, que plane-aba jugar con él, y ¿sin sospech a r-lo? con la muerte. Cuando, esemismo día, Ayanta llamó para avi-sar a Fernando que llegarían ella yCaterina por la noche, supe que elmomento había llegado. Aceptémi responsabilidad y me lancé a laboca del monstruo, sin saber sisobreviviría. Luego todo se volvióoscuro durante unos instantes…Las cosas suceden como y cuan-

do tienen que suceder, en efe c t o .Mi destino no consistía en salir dellaberinto, sino en perecer allí ypasar a formar parte de la casa deKokoro ¿que es como se llama?,guardando su entrada, nutriendola tierra bajo el olivo bajo el quesolía jugar, frente a la miradaserena de Buda. Lee el haiku deAlicia Mariño, madrina hoy de mihermanillo Sensei, que figura enmi lápida: “Ser como tú / surcan-do el infinito / tigre de luz”.

Fernando: ¿Le pediste a Antonio(uno de los protagonistas de lahistoria) que durmiese en tucasa de Castilfrío para ver si apa-recía el fantasma de Soseki? Soseki seguía en la casa. Naoko,que tiene el olfato muy fino, percibíasu olor. Tardó cuarenta y nueve díasen irse, pero sigue en contacto con-migo. Me ha enviado varias cartas.No es broma. Dos de ellas estánreproducidas en el libro. Desde laaparición de éste me han llegadootras dos. ¿Quién las escribe? No losé, aunque tenga mis sospech a s ,pero ahí están. Soseki está ahora en

el cielo de los gatos, al otro lado delPuente del Arco Iris. Tengo ganas dereunirme con él, pero sin prisa, por-que para eso tendré que morir y aúntengo varios libros por escribir yunos cuantos países por recorrer.

Soseki: Desde aquel lado de la vida,¿qué consejo nos darías a Fe r n a n d oy a todos los demás humanos?¿ C rees ahora que la bondad essuperior a la inteligencia?

Lo he creído siempre. Todos losanimales son buenos, aunque notodos sean tan inteligentes comolos gatos. De poco sirve la inteli-gencia si no está al servicio de labondad. Sólo los hombres puedenser malos.

Dragó & Soseki: Donde un tigre se oculta nace un libro

Javier Esteban

De poco sirve la inteligencia sino está al servicio de la bon-dad. Sólo los hombres puedenser malos

En el mundo no existe el bienni el mal, sólo las reacciones ylos efectos derivados de nues-tros actos

Al hombre se le mide por suscicatrices. Quien no las tiene,ha vivido en vano

Todos los animales tienen ins-tinto, pero sólo el gato lleva lalibertad hasta sus últimas con-secuencias…

Soseki, resucitado al olor de las sardinas... posa para nosotros

Soseki

Page 3: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

Un montón de acontecimientoss o n o ros se ciernen sobre nues-tras cabezas cual tormenta sm u s i cales en la aridez de la cri-sis económica patria, que aun-que se ha llevado por delantem u chos festivales y actuacio-nes, debe combatirse de con-cierto en concierto, y aquí tene-mos unos cuantos : JulietteLewis, The Pro d i g y, We areS ta n d a rd . . .¡Que empiece el espectáculo!

Juliette & The New Romantics

Empecemos por Juliette Lewis, lacampeona contra cualquier tipo decrísis: actriz, cantante y agitadora cul-tural donde las haya. Vuelve a Españarenovada y con más energía quenunca para presentar su nuevo pro-yecto en solitario. Ahora, tras 5 años,2 discos e incontables conciertos yfestivales como el Leeds Fe s t i v a l ,Reading y Lollapalooza, JulietteLewis nos presenta “Terra Incognita”.

Acompañando a Juliette en toda sugira española tendremos a unosinvitados excepcionales. Se trata deScanners, una banda del ReinoUnido comparable a bandas de latalla de Joy Division; también conta-rá con dos bandas invitadas delpanorama nacional: Nothink, quetocarán con ella en Madrid, el 25 denoviembre (Heineken) y Santa Rita,en Barcelona, el 27 de noviembre(Apolo) y en Oiartzun (¿os suena?)el 26 en la sala Itzela.

We Are Standard

“¿Cómo puede ser que para grabar9 temas se necesiten 8 meses devisión y supervisión?” -se preguntanellos mismos. Quizás sea el motivo por el que sue-nan tan bien. El único disco que porahora (esperemos que haya más)les hace merecedores del éxito, “WeAre Standard”, es un disco que teagarra por donde más te duele, quete obliga a moverte y a disfrutar delo que el grupo propone: te guste ono, te contagia.Tuvimos la grata ocasión de verlosen Universimad, y ahora en la salaSol el día 9 de diciembre.Mencionar que además les handado el MTV Europe Music Award almejor artista español el pasado 12de noviembre, que no es poco paraempezar.

The Prodigy

¿Qué decir de esta archiconocidabanda? Cada vez que visitan nues-tro país nos revolucionan, eso es así.Pero esta vez Liam Howlett, KeithFlint y Maxim invadirán el planetaIberia este próximo mes de diciem-bre con do únicas fechas: el 3 dediciembre en el Palacio de los

Deportes de Madrid y el 4 dediciembre en el Estadi Olimpic LluísCompanys de Barcelona.“Invaders must die”, su quintoálbum, suena contundente y susritmos frenéticos no te dejaránimpertérrit@. Desde “The fat of thel a n d ”, The Prodigy se ha dado aconocer como banda tech n o p u n kdonde las haya, y así lo demuestrasu vasta discografía, pero el direc-to es aún mejor si cabe. Atrás qeudaron las elntillas decolores y los “pelopinch o ”, peroeso no es óbice para que el espíri-tu de lucha decaiga (incluyendolos afters, ¿por qué no?, ¡resistir esv e n c e r !“Representamos toda la grandezabritánica, y deberíamos estar pro-tegidos como patrimonio nacio-nal”-asegura Liam.

3www.generacion.net

Ainhoa G. Oiartzun

oCiópolis. ¡Resistir es vencer!

Juliette & The New Romantics

We Are Standard

The Prodigy

¡Atención! ¡Aviso!

MUSE cambia de fe cha enBarcelona debido a la final de laCopa Davis en el Palau Sant Jordi. Elgrupo actuará en la nueva fecha delmartes 24 de noviembre en el mismorecinto.

Page 4: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

4 www.generacion.net

No ignoro que el título de este artí-culo será considerado ofensivo porno pocos: para unos molestará elhecho de hablar de temática homo-sexual por rechazo hacia su mismaexistencia; a otros les parecerá abu-rrido y tópico el ahondar en algoque ya empieza a dejar de estar demoda por saturación; y a los de enmedio, les parecerá un horror quehable de "Literatura gay" o, lo quees peor, que relacione a Terenci coneste concepto.De los primeros y los segundos(y para ellos) nada diré. Con res-pecto a los terceros no entraré enla discusión bizantina de si ex i s t e nlas literaturas de género (fe m e n i-na, gay…) o no, o si la homosex u a les aquella escrita por o parah o m o s exuales, en la que aparecenprotagonistas o personajes homo-s exuales o que tratan de temas deinterés para el colectivo. Daré porsentado que, sea o no literatura degénero, englobo con esta ex p r e-sión todo lo que acabo de mencio-n a r, y por eso mismo tiene sentidocitar a Terenci, que la Gloria deOsiris esté, que era un Escritorcon Mayúscula más allá de suorientación sexual o de la temáticade sus libros, todos maravillosos.Una vez dicho todo esto, y a tenorde la exposición y coloquios queestán teniendo lugar en el CentroCultural Blanquerna, en la calleAlcalá 44, Madrid, y que continuaránhasta el 5 de enero, he vuelto arecordar a mi querido escritor. Enrealidad, teniendo en cuenta queocupa una de mis estanterías, no

dejo de tenerlo presente. ¿Cómopodría haber imaginado él cuandoredactaba aquella escena de El díaque murió Marilyn, en el que un per-sonaje homosexual le contaba condesparpajo sicalíptico a un familiarel encuentro sexual frustrado conun extranjero, auténtica audacia delenfant terrible que fue, la profusiónde novelas, cuentos y ensayosescritos por y para homosexualesque caen sobre nosotros en laactualidad? Hablando de literaturade temática homosexual escrita porhombres (con respecto a la femeni-na o la escrita por mujeres deboconfesar una imperdonable falta deconocimiento más allá de DjunaBarnes, Virginia Wolf, MargueriteYo u r c e n a r, Mary Renault y elespléndido recopilatorio de blogsorganizado hace unos años porNuria Rita Sebastián), está claroque se pueden mencionar autoresde habla hispana de larga experien-cia como Mendicutti o Luis Antoniode Villena, seguidos por una gene-ración que ya ha demostrado sermás que una promesa: Pe d r oVíllora, Jorge Marchant… Pero es,sobre todo, sorprendente, la canti-dad de títulos que llegan a nues-tras manos hoy, obra de hombresjóvenes que auguran un buenfuturo para esta literatura, y endefinitiva para la literatura engeneral: Raúl Portero (premio, porcierto, Terenci Moix); JavierQuevedo… E incluso se echa demenos, no obstante, y pesar de lagran cosecha, el regreso a laslibrerías de Óscar Hernández, unode los más vendidos ganadores delpremio Odisea, y Valentín Castrege,autor de la valiente Fondos marinos,

autores ambos que hicieron unaaparición también digna de men-c i o n a r. La lista es mucho máslarga y espero que nadie se sien-ta ofendido por no haber traído su

nombre a estas palabras, puese s c r i bo desde mi pequeña peroapasionada experiencia lectora.Me habría gustado conocer la opi-nión de Terenci respecto a todos

estos autores nuevos, con respectoa esta libertad creativa y de publica-ción que ha agrandado sus límitestanto con respecto a otras épocasno tan lejanas. Él, amante barrocode las palabras, autor de laberintosemocionales y dueño de un conoci-miento tan inmenso como su senti-do del humor, era un escritor muyexigente con su obra, el significadoy el alcance de la misma. Se arries-gó hasta donde ni la crítica (que élllamaría pacata en su momento) niel público esperaban que nadie lohiciera, en el fondo y en la forma, ynos fascinó y nos ató para siemprea su mundo de fantasía erótica ysiempre imbricadamente emocional. Me pregunto también a menudoqué saben estos jóvenes escritoresde un maestro como Moix, qué hanleído de él y en qué medida su obrales sirve de guía y tutelaje; desde

qué perspectiva le contemplan yhasta qué punto habrán calado suslecciones sobre la palabra de estageneración tan abundante.El futuro nos mostrará quiénes, deentre todos ellos, conseguirán consa-grarse y seguir aportando al mundoliterario con su trabajo y su talento,pero es evidente que gracias a la labo rde editoriales como Egales, Odisea,Desatada, se abren caminos paraautores que, hasta hace treinta añostenían que estar callados o circular ensecreto. ¿Será esta apertura beneficio-sa o supondrá una red con caladodemasiado grande? El público y elmercado tienen mucho que decir. Po rdesgracia nos falta ya la opinión deuno de los grandes, el inmortal Terenci. PD: También se echa en falta unaIsis reparadora, que, recogiendo lostrozos desperdigados del marido

muerto (el Orisis-faraón-Terenci) lovuelva a la vida, publicando la totali-dad de su obra y especialmenteaquellos títulos hoy imposibles deencontrar como El sadismo denuestra infancia, Amami, Alfredo!,Nuestro virgen de los mártires…

Por Guillermo Arróniz

LA TIRA

Versus acaba de editar en nuestro país, en una cuidada edi-ción especial, uno de los títulos fundamentales de ese para-je liminal entre el cine mudo y el sonoro: Vampyr (1932), delcineasta danés Carl Th. Dreyer. Más que un film de vampi-ros, a pesar de adaptar fragmentos de In a glass darkly deLe Fanu, maestro victoriano del horror, la obra de Dreyer seerige como una joya del cine experimental lanzada a explo-rar los dominios del sueño, en el sentido mismo deBachelard, es decir, vinculando éste a la ensoñación delánima. ¡Qué hermosa ilustración de la tesis del filósoforepresenta la secuencia en la que Allan Gray, desdoblado,se sueña, contemplándose a sí mismo en su entierro!Sirviéndose de la restauración del film realizada por elComune di Bologna (bajo la dirección de Martin Koerber)en 1989, se ha elaborado un transfer digital en alta defini-ción impecable que, por primera vez, permite apreciar losjuegos visuales, las distintas estéticas y texturas del filmcon total perfección. Una joya para los ojos. Un segundoDVD incluye diversos materiales extra como la emisión dedi-cada al cineasta danés por la mítica serie Cineastes de notret e m p s, realizada por Eric Rohmer en 1965, el documental deJörgen Ross, uno de los primeros estudiosos dreyerianos,con apariciones estelares de Henri Langlois, Jean-Lu cGodard o François Truffaut, y secuencias eliminadas del mon-taje definitivo de la película, metraje nunca visto, recuperadoen el proceso de restauración, diferentes tomas con distintabanda de sonido, etc. Además, un libro editado con un impe-cable gusto en el diseño de arte, conformado por textos deDavid Bordwell (extraído de su monografía sobre el cineasta),Ib Monty, Gonzalo de Lucas y Jesús Palacios, en mi opinión,de diversa calidad e interés.

«El alma —de la obra— se manifiesta en el estilo que es,en el artista, la expresión de su manera de concebir sutema. El estilo es necesario para fijar la inspiración enuna forma artística. El artista funde los múltiples detallesen un todo mediante el estilo, hace que los demás veansu tema con sus propios ojos a través del estilo. (...) Através del estilo —el director—insufla a la obra ese almaque la convierte en arte» .Carl Th. Dreyer

José Saramago fabuló en su novela La balsa de piedra con una fallaabierta de forma espontánea a lo largo de los Pirineos que desgajaa toda la Península Ibérica del resto de Europa, transformándola enuna nueva ínsula que navega a la deriva. Sin embargo, las aspiraciones de iberismo del maestro luso noencuentran mucha contrapartida al otro lado de la frontera y losespañoles apenas sabemos algo de nuestros vecinos, aquellos mis-mos con los que nos repartimos el mundo en un día de resacacolombina.Solo así puede explicarse que autores de la talla de Camoens,Pessoa o Eça de Queirós no parezcan tener especial relevancia ennuestro país cuando son autores de reconocimiento mundial.Curiosamente, de este último, Eça de Queirós, comenzaron a tenerconocimiento los españolitos de a pie a través de México cuando, enel año 2002, se estrenó en España la notable película de CarlosCarrera El crimen del padre Amaro, adaptada de la novela homóni-ma del propio Queirós.Pero D. Eça, prócer de la siempre interesante casta de los diplomáti-cos-escritores (o viceversa), escribió mucho más y, como buen hijo delsiglo XIX, lo hizo desde una perspectiva casi naturalista sin por ellodejar de probar fortuna con diferentes géneros y estilos. Así nacieronla monumental Los Maia, El mandarín o La capital, publicada de formapóstuma y aparecida por primera vez en España en 2008 .El proceso de creación de La capital lo comenzó Queirós en 1877para abandonar la obra sin terminar definitivamente en 1884, arro-jándola al ostracismo del cajón. Las razones parecen encontrarse enque lo autobiográfico y crítico de las páginas que conforman la nove-la torturaban tanto al autor que llegó a referirse a los personajes dela misma, en una epístola, escribiendo de ellos: “les tengo tanto odio,que si tuviesen alguna sangre en las venas, me la bebería”.La historia narra las peripecias capitalinas de Artur Corvelo, un jovenaprendiz de boticario, poeta y dramaturgo en ciernes, romántico deprovincias que se lanza, tras recibir la inesperada herencia de unpariente lejano, hacia su Lisboa soñada en busca del reconocimien-to social para terminar desplumado y humillado, indistintamente, porprostitutas, gacetilleros, artistas, burgueses o conspiradores políticos.Cuando Corvelo huye del oropel metropolitano para cultivar su jar-dín particular; cuando las últimas páginas, las más descuidadas deesta novela inacabada, van escapándosenos, el lector parece abrigarel deseo clandestino de seguir reencontrándose una y otra vez conel pulcro, con el prolijo, con el inmortal realismo decimonónico.

LA CAPITAL

Eça de QueirósAcantilado, 2008.

Por Jesús Ramírez Cancela

VAMPYR, DE CARL TH. DREYER

Pablo SueroPapel de Liar, 2009.

Por Santiago Rubín de Celis

TERENCI MOIX Y “LA LITERATURA GAY” HOY

Page 5: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

5www.generacion.net

Conocí a Mae Kurtz hace apenasalgunas semanas. Su voz, evoca-dora como pocas, tiene la capa-cidad de crear y abolir estadosde ánimo. Se acompaña de bue-nos músicos. En su conciencia,la linterna mágica y el Rey delRock…

Para un neófito de la críticamusical es difícil adentrarse enel mundo de los géneros; algu-nos como el “ro ck” abarca ndemasiadas cosas distinta s .¿Cómo podemos clasificar lamúsica de Mae Kurtz? La verdad es que es difícil clasificar-se uno mismo, porque una cosa eslo que sientes y cómo lo expresas ycómo el otro recibe el mensaje. Yome defino como rock melancólico y,sí, algo oscuro quizá, pero no mesiento cómoda con las etiquetas.

¿Por qué clasificar? A veces suenapoco creíble, pero diría que mis can-ciones parten del rock clásico y deljazz antiguo, aunque parece que elresultado es otro cuando se filtrapor mi persona.

Me parece que hay cierto desga-r ro, cierta pena negra en tus ca n-ciones. Algunos poetas lo han afir-mado antes… ¿Es la melancolía lamejor semilla para la cre a c i ó n ?En mi caso sí. Es curioso porquecuando más alegre estoy, menos

necesidad tengo de buscar miespacio creativo. Supongo quevariará según las personas y el tipode música que realicen, pero paramí la música es una necesidad vitalque aflora en momentos tristes. Soyde tradición romántica. (Risas)

Todo empieza cuando descubre sque tu portátil es la manera idó-nea de llevar a la práctica un pro-yecto musical que por el momen-to era solo una quimera, quen e c e s i ta b a de más ingre d i e n t e sque la guitarra y la voz, por

sugestivos que éstos fueran. Lamanera de hacer música se estátransformando a la velocidad delrayo ¿Hay que ser optimista ?Bueno, ni optimista ni pesimista. Larealidad va por su lado y yo por elmío. Sí que facilita, pero no siemprepara mejor, simplemente es dife r e n-te. A mí me ha satisfe cho el podercontrolar todo el proceso, escribir laslíneas de cada instrumento sindepender de nadie. Me ha dadolibertad, pero en algunos casos, faci-litar el hacer música es como el faci-litar viajar a todo el mundo. Ta m b i é nexiste la posibilidad de saturación.

Instrumentos como el violín y elcello han estado desterrados larg otiempo en ciertos géneros musi-cales. Se llevan muy bien con tuvoz… Y aportan un tono… Seguroque tú puedes definirlo mejor.

Bueno, el cello es uno de mis instru-mentos preferidos. Su sonido metransporta, se relaciona muy biencon mis sentimientos… Es grave,melódico y melancólico, así que noveo por qué no. Antes había queromper con lo clásico, crear algonuevo, ruidoso, enchufado. Pero lle-gados a cierto punto, la música clá-sica y sus instrumentos pueden, enmuchas ocasiones, expresar tantomejor ciertos estados de ánimo.

Los 80. Una década, lo que se dice,p ro l í f i ca en el ámbito de la música .Joy Division vuelve a sonar en losb a res –si es que alguna vez dejóde hacerlo-. He podido notar quetienes muchas querencias por lam ú s i ca de esta época. ¿Cuálesson tus re f e rentes? O simplemen-te… La música que escuch a b a santes de arrojarte a la piscina.Sí, eso he oído decir, que suena apost punk. Pero en realidad, la músi-ca que escuchaba antes, digamos laque me ha influido, es justamentede otra década… Mi ídolo fue Elvis

durante muchos años y lo combina-ba con Janis Joplin, con BillieHolliday, con Edith Piaf, con TheDoors, con David Bowie, con OtisRedding…nada que ver, vaya.

S o b re el escenario Mae pare c eu n e n f a n t t e r r i b l e n e r v i o s a ,a t o r m e n tada… Su imagen espuramente andrógina y cine-m a t og r á f i ca. Los músicos quela acompañan también tienenaura. ¿Consideras que es indis-pensable para un grupo cre a r s euna imagen icónica? O aúnmás… ¿Diseñar una puesta ene s c e n a ?Bueno, supongo que no está demás tener una imagen icónica. Entodo caso, sí que pido a los músicosque vayan de negro, por una cues-tión más estética que icónica, la ver-dad. Y en lo referente a una puestade escena, no estoy segura, soymás de las que piensan que se tieneo no se tiene. En todo caso, sí quese debe mejorar siempre, pero sim-plemente para el público.

Tu último concierto… Pese a losproblemas prácticos de la sala,el directo me emocionó. Hayartistas que dicen que el procesode creación se basa fundamen-talmente en la composición y lagrabación. ¿Qué aporta a esteproceso el directo?Es complicado. El directo no tienecasi relación con el proceso ante-rior. Yo hago música sola, en sole-dad y en mi mundo. El directo signi-fica compartir tu música; primerocon los músicos y que la expresental como tú la sientes, y despuéscon el público a quien, en realidad,no he tenido en cuenta a la hora decrear… Así que… el directo en micaso es aprender a compartir. Perome está gustando.

Yo me defino como rockmelancólico y, sí, algo oscuroquizá, pero no me sientocómoda con las etiquetas

Antes había que romper con loclásico, crear algo nuevo, rui-doso, enchufado. Pero llega-dos a cierto punto, la músicaclásica y sus instrumentospueden, en muchas ocasiones,expresar tanto mejor ciertosestados de ánimo.

Mi ídolo fue Elvis durantemuchos años

María Velasco

Entrevista a Mae Kurtz: “ La realidad va por su lado y yo por el mío”

Page 6: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

6 www.generacion.net

Las mismas fuerzas que duran-te más de dos siglos, re t o rc i e n-do la cola del Dragón, incita ro ncon todos los medios a sua l cance cambios drásticos entodo tipo de sociedades, ya nob u s can la ruptura, sino esta b l e-cer una nueva conformidad decuño planetario. Protocolos para un Apocalipsis.

El 11 del 11 del presente año2 0 09 el periódico El País publica-ba una curiosa entrevista a So n gHongbing, autor chino especializa-do en temas económicos, cuyolibro Currency Wars ( 2 0 07) llevaya más de diez ediciones en China.Entre las declaraciones del oriental,que trabajó varios años en USA enfinanzas y telecomunicaciones, figu-ran afirmaciones tan “conspiranoi-cas” como las siguientes:1 La moneda única llegará en2024 y años después habrá unGobierno unificado en el mundo.2 "Esta crisis financiera era espe -rada, hubo gente que lo compren -dió, pero dejaron que ocurriera.Querían ir estableciendo un con-senso para preparar la llegada dela divisa mundial. Aunque piensaque hará falta otro desastre peorpara que ésta se haga realidad.Los Gobiernos sólo sacrificansoberanía en las crisis.”3 “Dado que el dólar está conde-nado, los banqueros de la ReservaFederal estadounidense respaldanla creación de una moneda mun-dial basada en el oro y créditos deemisiones de gases de efe c t oinvernadero. En este caso, Chinaserá la gran perdedora.”Hace ya más de un año RamónTamames, entrevistado porS á n chez Dragó en un noticiario de

Telemadrid, habló con entusiasmodel tema. Bastante antes de “lac r i s i s ”.

Volviendo al libro de marras, que hasido calificado de nacionalista yobviamente de “antisemita” y xenó-fobo (las letanías obligadas de losvoceros del sistema), los paísesoccidentales (los Estados Unidosen particular) son controlados poruna cábala de banqueros interna-cionales que utilizan la manipulaciónde las divisas para conseguir exce-

dentes de riqueza ex t o r s i o n a n d o ,mediante créditos usurarios, a lasnaciones subdesarrolladas. Tanto la

crisis japonesa, la de los “dragones”del Sureste Asiático, como la crisisfinanciera Latinoamericana entrandentro de esta matriz explicativa. Ellibro también dedica una parteextensa y significativa de su conte-nido a demostrar que el clanRothschild controla, aquí y ahora, lafortuna más poderosa del planeta.Muy por encima de personajesmediáticamente ensalzados comoBill Gates. En una entrevista concedida enTaiwán, Song ha declarado que siChina desea ser tratada como unaigual por los poderes occidentales,una condición necesaria sería llegara alguna forma eficiente de unión

económica en Asia. Y añade: siobservamos la historia del mundo,cuando una gran potencia declina,hay un periodo inevitable de inesta -bilidad durante el cual surge unnuevo poder que llena el vacío deja -do por el anterior. Durante esteperiodo ambas voluntades chocanferozmente. Los momentos máspeligrosos de la historia no sonaquellos en los que emerge unagran potencia, sino cuando unagran nación decae.El uso del dinero como arma pudeser mucho más destructivo en lapráctica que el uso de las armasnucleares. China, que es el máximoacreedor de los Estados Unidos,

tiene en sus manos una herramien-ta ingente de presión. Como señala-ba Amsel Rothschild: Denme elcontrol del dinero de una nación yno me importará lo mas mínimoquien haga sus leyes. El dominio delos bancos centrales a través delcontrol de la información, consegui-da mediante una eficaz red deInteligencia, es la clave de bóvedade poder de este clan. Íntimamentevinculado también a decisiones cla-ves de política internacional; pense-mos en como se originó su fortuna,con la manipulación fraudulenta deinformación tras la batalla deWaterloo, o en la emergencia delestado de Israel en la que jugaronun papel nada desdeñable.El actual caos financiero ha sido

provocado por una creación masivade dinero sin respaldo de realidadeconómica alguna. El papel de laReserva Federal norteamericana hasido decisivo en este evento queestá teniendo repercusiones plane-tarias. Hay que destacar el papel delos medios de comunicación masivay del gobierno federal USA.Diversas agencias, así como laimplementación draconiana delegislación vinculada a las concep-ciones marxistas de “lo políticamen-te correcto”, han contribuido a lafinanciación de innumerables crédi-tos basura. Al mismo tiempo, elmantenimiento del dólar como divi-sa energética, piedra clave de losintercambios mundiales, constituyeun robo masivo para las economíasdel resto del mundo.Tanto China como USA son esta-dos fallidos, a la vista de la calidadde vida de sus habitantes y la dis-tribución del poder (marcadamen-te asimétrica) en ambas socieda-des. Son ambos países, y no sóloellos, oligarquías de matiz neta-mente criminal que huirán haciaadelante conjuntando esfuerzospara dar a luz a un espejismo des-pótico de características planeta-rias. ¡Criminales del mundo uníos!es el lema de esta “revolución”.Continuaremos informando.

Frank G. Rubio

El hundimiento

…El clan Rothschild controla,aquí y ahora, la fortuna máspoderosa del planeta. Muy porencima de personajes mediá-ticamente ensalzados comoBill Gates

El uso del dinero como armapude ser mucho más destruc-tivo en la práctica que el usode las armas nuclearesLos países occidentales (los

Estados Unidos en particular)son controlados por una cába-la de banqueros internaciona-les que utilizan la manipula-ción de las divisas para conse-guir excedentes de riquezaextorsionando, mediante cré-ditos usurarios, a las nacionessubdesarrolladas

Los momentos mas peligrososde la historia no son aquellosen los que emerge una granpotencia, sino cuando unagran nación decae

¿Te consideras un artista del realis-mo mágico? “No, porque eso soncuentecitos para viejecitas. No megustan esos escritores que hablande supersticiones para gente mayor.Yo hago magia realista, no realismomágico”.Santa irreverencia, santo descaro.En una respuesta que rezuma cinis-mo. Jodorowsky, con su habitualperspicacia, da la vuelta al conceptocuestionado y contenta a su exten-sa parroquia, la misma que aceptasus boutades como dogmas de fe. Hace ya veinte años Jodorowskyrealizó el experimento completo,fusionando arte y vida en una menteproclive a creer en su ilusoriomundo sin necesidad o, al menos,sin sentido de refugio ante la crude-lísima realidad.En Santa Sangre, el personaje pro-tagonista, Fénix, es interpretado pordos de los hijos de Jodorowsky;Axel haciendo de adulto, y Adán(más conocido en la actualidadcomo Adanowsky, cantante devariedades, pánico showman total)recreando la infancia del atribuladoantihéroe. Adán siente como partepropia esa cosmogonía de extrañoscaracteres y sucesos. “Cuando veo

la película tengo la impresión deque eso lo he vivido realmente, escomo si formara parte de mi infan -cia”. ¿No es acaso ese travestismo

de la vida, los minutos de cintadonde aparece Adán de niño, unejemplo práctico y certero de realis-mo mágico? Extrañas marchas fúne-bres por un elefante, la prestidigita-ción de la sangre en un ritual defemenina religiosidad, cohorte deestrafalarios seres como única com-pañía (lo más cercano a la veracidadde un circo), psicosis permanentedebido al marcado carácter simbóli-co del tatuaje… Procesos mitifica-dos por la imaginación, el acuerdotácito de magia que se respira entrelos habitantes de ese cruce de cami-nos que es México y la desbo r d a n t e

sensación de pérdida de la concien-cia a través de los enteógenos.Que no joda Jodorowsky, S a n t aSangre es Psicosis a la mexicana,Psicosis sodomizado, torturado y

sacrificado por el realismo mágico.De acuerdo, un realismo mágicoque se adapta a las inherencias delchileno, de su biografía, de su formade encarar el arte, pero al fin y alcabo, realismo mágico, del superla-tivo, del transformador, del genial.Puede ser no creíble, si se obedeceal racionalismo pragmático de occi-dente, pero es imposible no sentirsecautivado en su proyección. Yo solo confío en Joe Strummer:porque está muerto, porque jamásme va a defraudar. Mientras veíaSanta Sangre creía hasta en lasinconexas letras que escupen enspanglish The Mars Volta.

Santa Sangre significó el últimocapítulo del psicomago como cine-asta de riesgo y culto. Vista con laperspectiva que da el tiempo trans-currido, chirría esa casquería tanhabitual en el giallo, que se presu-pone fue obligada por el productor,Claudio Argento, hermano de Darío.Es el elemento desmitificador delfilm, lo que hace que podamos des-viarnos de su poder de ilusión, eincluso que el grotesco humor hagaaparición. Es interesante el análisis psicoló-gico, y el preludio de la psicoma-gia, que existe en Santa Sangre.Ante un “árbol genealógico tóxi-c o ”, romper a través del procesodel alma todo vínculo, y transfor-marse en un ser humano nuevo.Basado en un caso real, el delasesino Goyo Cárdenas,Jodorowsky da un golpe de inspi-ración extrasensorial, separa lati-tudes y pensamientos en loshomicidas (padre gringo, madrem exicana) y crea un puzzle cine-matográfico que está tan cercadel thriller sobrenatural como deldesdoblamiento esquizofrénicode “Fight Club”. Formar esa mez-colanza y ordenarla en forma deobra de arte, valida a Jodorowskyde por vida, lo redime en cuanto ah e chicero de feria que embauca ala plebe con sus encantos. E

incluso esa parcela suya, como lade cineasta, dramaturgo o pintor(su última faceta) no se transcri-be/critica tan fácilmente.¿Truco o trato? ¿Realidad o deseo?¿Mae Kurtz o Ramones? En SantaS a n g r e la disyuntiva se muestrainválida. Acepta tiempo pretérito ypresente, conciencia cruda e iluso-ria, tú, yo y él. Es el arcano, el mitogriego que recuperó Freud, la pato-logía fusionada. Es como escuchar“King Vulcano” de Bauhaus desnu-do a la luz de la luna.

“El mal solo es una frustración delbien, el odio es amor que sedesea obtener, y no se obtuvo.Debajo del odio hay amor, y deba -jo del mal hay una gran bondad.Es lo que pienso, aunque me ven -gan a matar mañana”. A m é n

Ignacio Reyo

Santa irreverencia, santa sangre

Que no joda Jodorowsky,Santa Sangre es Psicosis a lamexicana, Psicosis sodomiza-do, torturado y sacrificado porel realismo mágico (...) realis-mo mágico, del superlativo, deltransformador, del genial.

Procesos mitificados por laimaginación, el acuerdo tácitode magia que se respira entrelos habitantes de ese cruce decaminos que es México y lad e s bordante sensación depérdida de la conciencia a tra-vés de los enteógenos.

Formar esa mezcolanza yordenarla en forma de obrade arte, valida a Jodorowskyde por vida, lo redime encuanto a hechicero de fe r i aque embauca a la plebe consus encantos.

Obra del pintor y escultor alemán Anselm Kiefer

Page 7: Generacion.net noviembre 2009 segunda quincena

7www.generacion.net

Si hay alguna noción maltratada porla cultura dominante, de corte crip-topositivista, es la del imaginario. Deacuerdo la misma la mera creenciay la imaginación quedarían confron-tadas con la certeza de la racionali-dad y del acceso luminoso –ilustra -do- a la objetividad. Se hace obvioque el precio de lo dicho será arro-jar al cajón de sastre de lo subjetivoo de la mera elaboración fantasiosaasuntos tan relevantes como el dela relevancia cognoscitiva de imáge-nes y sentimientos en los muy diver-sos mundos que instauran. Acasouna nueva manera de entender laimaginación sea precisa, una mane-ra que se haga consciente de la

relevancia de las facultades imagi-nativas de la vida anímica del hom-bre y, especialmente, de la creativi-dad de nuestros procesos percepti-vos. Maticemos que apelo a un sen-tido de la palabra imaginación muy

distante del uso corriente que leadjudica la cultura dominante. Alaludir al imaginario, convocando susentido helénico, aludo al modo deconocer y percibir inherente a unadeterminada imagen del mundo,que enhebra la mirada, y de la queno se puede prescindir. Por eso, lafacultad imaginativa de la vida aní-mica, para un griego antiguo, lejosde quedar confrontada con la racio-nalidad será condición constituyen-te del percibir humano en tantoposibilidad de vida. De tal suerteque según imagines y veas, asívives. O dicho de otro mundo, segúnacojas el mundo éste te devolverátu mirar. En resumen, percepción ypensamiento no serían sino el sellodel carácter creador y creativo delconocer humano y de la reciproci-dad existente entre exterior e inte-rior… Ni que decir tiene que lo máscomún será que el operar de esaimago mundi, constitutiva tanto dela identidad propia como del mundoque se reconoce, sea completa-mente inconsciente. Nocionescomo la de episteme de MichelFoucault o la de paradigma deThomas S. Kühn estarían muy enrelación con todo lo dicho.Interior y ex t e r i o r, lejos pues devenir a cancelar su relación en lasgastadas nociones de lo “objetivo”y lo “subjetivo”, encontrarán asíuna relación de reciprocidad ycopertenencia tremendamenterica y dinámica. De ahí que tomarconciencia de la propia riqueza dela percepción humana en su acce-so a texturas de ser de lo más

diverso será tomar conciencia dela propia creatividad de la vidaanímica. Desde la perspectivaapuntada los estados internos de

la vida anímica y la cualidad delmundo percibido estarán en cons-tante retribución. Las variedadesdel percibir humano quedaráninsertas así en el natural “darse dela vida” en tanto expresión de lasposibilidades de esa misma vida.El hombre, lejos de ser un meroe s p e c t a d o r, será partícipe y agen-te de las diversas expresiones dela propia vida desde la creatividadde sus procesos anímicos. La rea-lidad siempre será encuentro,cópula y cruce entre quien perci-be y entre “aquello” que interpelanuestra percepción y nuestra

capacidad de conocer. Ta lencuentro acontecerá en un planocontinuo que vincula y enlazadejando de lado todo dualismo ytoda ficción de separatividad. Así,perceptor y realidad percibida noserán sino ese enlace en el quese asienta la propia expresión dela vida.

José Carlos Aguirre - http://phantastikablog.blogspot.com

Imaginar es ver

Manuel Uzcanga Meinecke

Danza con el cosmos

Diminuto nombre. Sólo tres letras. YLondres ¡tan grande! Me duelen loszapatos de buscarte. Existe en mí una vieja costumbre debromear con el dolor. Todo esto,podría ser sólo una broma pesada...¿Dónde te escondes? ¿Bajo lassábanas de algún animal nocturno?Voy a reírme tanto que... la últimacarcajada va a estrangularme. ¿Y ati? ¿Te estrangularon?La muerte es terrible; un asesinato,no. Un asesinato puede llegar a seruna obra de arte, ser más. Nunca tehubiese creído tan grosera comopara morir de una muerte natural. Me engañaste. La primera vez queconversamos (yo siempre he tenidopor orgullo el conversar familiarmen -

te, more Socratico, con todo serhumano, hombre, mujer o niño que elazar eligiera) me dijiste que tenías die-ciséis ¿Dieciséis? Las niñas no tienenarrugas de mal dormir; las niñas noandan arqueadas por haber alojadoentre las piernas soldados, poetas ysacerdotes, las niñas no conocen lossecretos de las alcantarillas. ¡Te n d r í a sque haber sido actriz! ¡Te hubieranregalado ramos cada noche! Tu oficio... también en eso me mentis-te. Entre aquellos buitres leonados deOxford Street, que vendían bocas pin-torrojeadas y vientres gelatinosos almejor postor, nadie te hubiera recono-cido como una ramera. ¿Qué tenías túque vender? Minúscula y desposeída...¿Qué tenías que vender sino tus hue-sos? Ni eras puta, ni eras niña. Me heacostado con muchas, por eso sé queno eras una de ellas.

También yo tenía menos de diecisie-te años cuando huí de la escuelapara empezar a vagabundear.Nunca oí una tos como la tuya. ¿Teparece “cordial” (hacia mí) morir deun ataque de tos? Yo podría haber-te asesinado. Todo Londres hubieraasistido a tu funeral. Hubieras teni-do un mausoleo genial como el delas grandes señoras. Una casabonita ¡al menos para tu cadáver!Hecha abstracción del horror exce -sivamente convencional que inspira,el asesinato exige ser tratado esté -ticamente y apreciado desde unpunto de vista cualitativo a la mane -ra de una obra plástica. ¿Cómo te

hubiese asesinado a ti, ángel...? ¿Enuna hoguera de papel de celofán? El asesino de profesión sabe que lavíctima ha de ser joven, en ningúncaso debe pasar de los treinta, ygozar de buena salud... Esa tos era unfingimiento. Todo ese artefacto gutu-ral convulsionando tu pecho de paja.¿No eras más que un mendrugo depan? ¿Como los que roía en el Pa í sde Gales? ¿Las sobras de los seño-res? Te he buscado... No has dejadoni si quiera un rastro de migas. Hepreguntado por ti en cada esquina ylos buitres me han mirado húmedosy divertidos y han manoseado misnalgas para que las invitase a un

cigarro y he pasado frío, porque hacefrío en Londres, y los de la fábricatampoco te habían visto y he dadootra vuelta a la manzana y habíae s c a r cha. Hace frío. Como el díaaquel que bajaba por la calle alucina-do por los grandes faroles. Viniste amí. Me acercaste un vaso de vino alos labios. Luego te sumergiste en lan o che por siempre, para siempre.Recuerda que yo no tengo amigos.Te vendías sin tener nada que ofre-cer. Montarte era cabalgar en elvacío. Últimamente eras invisible.Tenía que mirarte dos veces parapoder verte. ¿Cómo no me di cuen-ta de que estabas desapareciendo?Ni siquiera yéndote temprano ocu-parás tu puesto entre las divas loca-les. Ni siquiera dejas un cuerpo paraexponer en sociedad. El comité dela virtud. Nadie puede negarme que

el aire externo de la sociedad londi -nense parece duro, cruel, repulsivo.Las calles no te recuerdan. Otrachica ocupa ya tu farola. Yo no hubiese consentido tu sufri-miento. Después de chapotear sobretu sangre, como los niños un día delluvia en Covent Garden, me hubieseacostado para siempre. Tú serías laheroína de todas mis pesadillas, másque del incendio de Lo n d r e s .Cuando venda mis obras, cuandoconsiga una casa confortable,espero que estés a mi lado. Muerta,viva, de pie, en escorzo o de mediolado. ¡Imagínate el oropel de putas,plañideras, asociales e inadaptadosque nos hubiera acompañado el díade nuestra boda!. Hoy tengo nece-sidad de las calles.(Basado en la biografía y obra deThomas de Quincey)

Cabalgando cábalasPor María Velasco

Cinco días en verano de 2009 visitando Estambul, con la premura decaptar lo más esencial de esta ciudad por el escaso tiempo disponible;tarea imposible en esta inmensa urbe, que guarda su historia sin apenasdeterioro y que puede aparecer ante el viajero como una puerta giratoriaentre Oriente y Occidente, entre el pasado y el presente, entre lo terre-nal y lo divino. En la tarde de un domingo presencio en el barrio deBeyoglu un “samâ”, un “concierto espiritual” de monjes sufíes de la ordenMevleví. Busco en la sala un recodo alejado de los espectadores y quepresente el ángulo apropiado para captar todo el escenario, comienzo adisparar y sigo atento a la progresión de los rituales, iniciados con cánti-cos acompañados por instrumentos de percusión y de viento. Poco a

poco soy consciente de que estoy contemplando un espectáculo de unaenorme plasticidad y armonía; esta intuición se transforma en certezacuando los derviches inician su andar meditativo y prosiguen con ladanza del giro: el pié izquierdo fijo en el suelo, imprimiendo con el dere-cho un movimiento en espiral y elevando ambos brazos para captar ytransmitir la energía que reciben del cosmos. Opto por disparar unasecuencia de fotos con un flash retardado y de esa forma reproducir elmovimiento de la escena a través de la estela que dejan los brazos ensus giros vertiginosos. Días después contemplo en la pantalla del orde-nador una imagen casi monocromática, dominada por luces y sombras yque creo consigue transmitir sensaciones de paz, quietud y movimiento.

Acaso una nueva manera deentender la imaginación seaprecisa, una manera que sehaga consciente de la relevan-cia de las facultades imagina-tivas de la vida anímica delhombre y, especialmente, de lacreatividad de nuestros proce-sos perceptivos

Al aludir al imaginario, convo-cando su sentido helénico,aludo al modo de conocer ypercibir inherente a una deter-minada imagen del mundo,que enhebra la mirada, y de laque no se puede prescindir

La realidad siempre será puesencuentro, cópula y cruceentre quien percibe y entre“aquello” que interpela nuestrapercepción y nuestra capaci-dad de conocer

“Max Ernst: bestiario e imaginario”

“Paul Delvaux, nocturnidad mística y realismo mágico”

LA FO T O