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I' r ,. 1 L _) ft · . I PAIDOS STUDIO ClitTord Geertz ft 1t) l' I' '; ; ,:?L :. ) I EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR 'I Ultimos titulos publicados: i FLACSO - mbtloteca 27. E. Fromm· La crisis del psicoandlisls · } 28. A. Montagu y F. Matson· El contacto humano 29. P. L. Assoun Freud. La [ilosoiia y los [ilosoios 30. O. Masotta - La historieta en el mundo moderno 31, 32, 33, 34. 35, 36, 37. D. J. O'Connor - Historia critica de la [ilosofia occidental. 7 volumenes, I. La iilosojia en la antigiiedad. II. La [ilosofla en la Edad Media y los origenes del pensamiento moder- no. Ill. Racionalismo, iluminismo y materialismo en los siglos XVII v XVIII. IV. El empirismo ingles. V. Kant, Hegel, Schopen- hauer, Nietzsche. VI. Empirismo, idealismo, pragmatismo y [ilo- sofia de la ciencia en la segunda mitad del siglo XIX. VII. La jilosojia contempordnea. . 38. A. M. Guillemin • Virgilio. Poeta, artlsta y pensador 39. M. R. Lida de Malkiel - Introduccion al teatro de Soiocles 40. C. Dyke - Filosoiia de la econornia . 41. M. Foucault - Bnfermedad mental y personalidad 42. D. A. Norman - El procesamiento de la informacion en el hombre 43. Rollo May· El dilema existencial del hombre moderno . I 44. Ch. R. Wright • Comunicacion de masas i 45. E. Fromm - Sobre la desobedlencia y otros ensayos j 46. A. Adler El cardcter neurotico 47. M. Mead· » Adolescencia y cultura en Samoa > 48. E. Fromm El amor a la vida 1. 49. J. Maisonneuve· Psicologia social 50. M. S. Olmsted - El pequeiio grupo 51. E. H. Erikson - El cicio vital completado 52. G. W. Allport - Desarrollo y cambio 53. M. Merleau-Ponty • El ojo y el espiritu 54. G. Lefebvre - El gran pdnico de 1789 55. P. Pichot - Los tests mentales 56. L. E. Raths - Como enseiiar a pensar 57. E. De Bono - El pensamiento lateral. Manual de creatividad 58. W. J. H. Sprott y K. Young - La muchedumbre v el auditorio 59. R. Funk - Erich Fromm 60. Ch. Darwin Textos iundamentales > 61. Ph. Aries, A. Bejin, M. Foucault y otros - Sexualidades occidentales 62. E. Wiesel - Los [udios del silencio 63. G. Deleuze- Foucault 64. A. Montagu - es el hombre? 65. M. McLuhan, Q. Fiore - El medio es el masaje 66. W. J. H. Sprott - Grupos humanos 67. Ph. Aries - El tiempo de la historia ediciones 68. A. Jacquard - Yo y los demds '\ 69. K. Young La opinion publica v la propaganda PAIDOS I 70. M. Poster > - Foucault, el marxismo y la historia Bercelone I 71. S. Akhilananda - Psicologla hindu Buellos Aires 72. G. Vattimo - Mds alld del suieto M'xico .. I l

Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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I EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR bull I Ultimos titulos publicados bull i FLACSO - mbtloteca

27 E Frommmiddot La crisis del psicoandlisls middot 28 A Montagu y F Matsonmiddot El contacto humano 29 P L Assoun bull Freud La [ilosoiia y los [ilosoios30 O Masotta - La historieta en el mundo moderno 31 32 33 34 35 36 37 D J OConnor - Historia critica de la [ilosofia

occidental 7 volumenes I La iilosojia en la antigiiedad II La [ilosofla en la Edad Media y los origenes del pensamiento modershyno Ill Racionalismo iluminismo y materialismo en los siglosXVII v XVIII IV El empirismo ingles V Kant Hegel Schopenshyhauer Nietzsche VI Empirismo idealismo pragmatismo y [iloshysofia de la ciencia en la segunda mitad del siglo XIX VII La jilosojia contempordnea

38 A M Guillemin bull Virgilio Poeta artlsta y pensador39 M R Lida de Malkiel - Introduccion al teatro de Soiocles 40 C Dyke - Filosoiia de la econornia 41 M Foucault - Bnfermedad mental y personalidad42 D A Norman - El procesamiento de la informacion en el hombre 43 Rollo Maymiddot El dilema existencial del hombre moderno I44 Ch R Wright bull Comunicacion de masas i 45 E Fromm - Sobre la desobedlencia y otros ensayos j46 A Adler El cardcter neurotico 47 M Meadmiddot

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Adolescencia y cultura en Samoa gt48 E Fromm El amor a la vida 1

49 J Maisonneuvemiddot Psicologia social 50 M S Olmsted - El pequeiio grupo 51 E H Erikson - El cicio vital completado 52 G W Allport - Desarrollo y cambio 53 M Merleau-Ponty bull El ojo y el espiritu54 G Lefebvre - El gran pdnico de 1789 55 P Pichot - Los tests mentales 56 L E Raths - Como enseiiar a pensar 57 E De Bono - El pensamiento lateral Manual de creatividad 58 W J H Sprott y K Young - La muchedumbre v el auditorio 59 R Funk - Erich Fromm 60 Ch Darwin Textos iundamentalesgt

61 Ph Aries A Bejin M Foucault y otros - Sexualidades occidentales 62 E Wiesel - Los [udios del silencio 63 G Deleuze- Foucault 64 A Montagu - Qtl~ es el hombre 65 M McLuhan Q Fiore - El medio es el masaje ~ 66 W J H Sprott - Grupos humanos 67 Ph Aries - El tiempo de la historia ediciones 68 A Jacquard - Yo y los demds 69 K Young La opinion publica v la propaganda PAIDOS

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- Foucault el marxismo y la historia BerceloneI 71 S Akhilananda - Psicologla hindu Buellos Aires ~ 72 G Vattimo - Mds alld del suieto Mxico

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raquoks and Lives The Anthropologist as Author I61es por Stanford University Press Stanford

~l de Alberto Cardin Universidad de Barcelona

FLACSO Gibioteca

SUMARIO bullbullPrefacio 9

Cubierta de Julio Vivas 1 Estar alli La antropologia y la escena de la

escritura 11I edicion 1989 bull ~ J

2 EI mundo en un texto C6mo leer laquoTristes troshypicosbull 35f~~middotmiddotI8~middotr bull

3 Imageries ex6ticas Las diapositivas africanas de bull CUT l L ~gt gt Evans-Pritchard 59 bull

Bl9l mTtCA FtACSO bull4 EI yo testifical Los hijos de Malinowski 83 Todos los derechos reservados Ninguna parte de este Iibro puede ser reprodushy 5 Nosotros I Los otros Los viajes de Ruth Beshy

I

bullbullbullcida transmitida 0 almacenada sea por procedimientos mccanicos opticos 0 nedict 111

qufmicos incluidas las fotocopias sin permiso del propietario de los derechos

I 6 Estar aqui lDe que vida se trata al fin y al cabo 139 copy by the Board of Trustees of the Leland Stanford Junior University

bullbullbull

copy de todas las ediciones en castellano Indice analftico 159 Ediciones Paid6s Iberica S A Mariano Cubi 92 08021 Barcelona J

bullbullbullbullbullbullbullbull bullbully Editorial Paidos SAICF

Defensa 599 Buenos Aires

IiISBN 84-7509-524-0

Deposito legal B 51191989

Impreso en Ingraf S A lI

Badajoz 145 08018 Barcelona

Irnpreso en Espana - Printed in Spain

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EL ANTROp6LOGO COMO AUTOR10 1li

I un ensayo biografico ni historico sino que esta fundamenshytalmente interesado en tiel modo en que escriben los anshytropologosraquo es decir tiene una orientaci6n textual Debo subrayar que no soy de esos que creen en el caracter laquoonshy

tologicamenteraquo aut6nomo de los textosry pienso por tanto f que las cuestiones biograficas e hist6ricas estan muy leshy FLACSO - Biblioteca jos de ser irrelevantes para la interpretacion de las obras antropologicas Mi acento aqui no obstante aparece puesshy 1

Ij to en cuestiones de otro tipo laquoIiterariasraquo si se quiere a

las que los analisis antropologicos suelen prestar normalshy II

ESTAR ALLI

La antropologia y la escena de la escrltura

f La ilusion de que la etnografia consiste en hacer enshy

mente poca atenci6n Un buen numero de personas han hecho cornentarios

en favor 0 en contra 0 de otro tipo sobre diversos aspecshytos del manuscrito de este Iibro y si quiero mencionar a las profesoras Karen Blu y Amelie Rorty para mostrarshyles de manera particular (y particularmente afectuosa) mi j cajar hechos extrafios e irregulares en categorias famishyagradecimiento es porque sus esfuerzos fueron especialshy liares y ordenadas -esto es magia aquello tecnologiashymente amplios y tuvieron un efecto sustancial sobre la forma final de este trabajo Doy tambien las gracias a

lleva tiempo siendo explotada Lo que pueda sustituir a esto resulta sin embargo menos claro Que pudiera ser un cierto tipo de escritura de trascripcion es algo que cuantos emplearon su tiempo en ayudarme a hallar la

salida de mi particular cuello de botella de vez en cuando se les ha ocurrido a los relacionados con su produccion su consumo 0 a ambos por igual Pero el analisis de la etnograffa como escritura se ha visto obs-

Finalmente y en lugar de una dedicatoria que resulshytarfa pretenciosa quiero limitarme a mencionar el nomshybre de la persona no citada en parte alguna del texto y carente de cualquier conexi6n directa conmigo que sin

taculizado por consideraciones varias ninguna de elIas demasiado razonable

Una de estas de especial peso entre los productores deembargo haactuado como inspirador y gula en casi cada punto del libro Kenneth Burke

The Institute for Advanced Study Princeton NJ [ebrero de 1987

etnografia es que seria poco antropol6gico hacer algo asi Lo que un buen etn6grafo debe hacer es ir a los sitios

CG volver con informacion sobre la gente que vive alli y poshy ner dicha informacion a disposici6n de la comunidad proshy fesional de un modo practice en vez de vagar por las bibliotecas reflexionando sobre cuestiones literarias La preocupacion excesiva -que viene a querer decir la meshynor preocupaci6n- por el modo en que estan construishydos los textos etnograficos semeja una distracci6n insana derrochadora en el mejor de los casos e hipocondrfaca en el peor~~LqlliUlQsimporta_s9n 10~tik~Ei~ 1 ~~s J~IJ~nshysi en sf mi~~~sLyQlasestrategias mir~ati~a~ qegayshymond Firth_()_1~s~~91lJSP1QS ret6riggt~_lte_M~y~r_fortes

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de detalles culturalesaltamente especificos ha sido el modo tmiddot

12 BL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

Otra objeci6n esta vez por parte de los consumidores es que los textos antropol6gicos no merecen tan delicada atenci6n Una cosa es investigar como consiguen sus efecshytos Conrad Flaubert 0 incluso Balzac mientras que aplishycarse a 10 mismo con Lowie 0 Radcliffe-Brown por hashyblar s610 de los muertos puede llegar a parecer c6mico Hay unos cuantos antropologos -Sapir Benedict Malishynowski y en la actualidad Uvi-Strauss- a los que lIega a reconocerseles un estilo personal y distintivo mas alla de sus ocasionales tropos Pero se trata de algo inhabitual y mas bien desventajoso para ellos por cuanto puede sushy

- BSTAR ALL 13

rruecos referidas por Westermarck tienen la misma cashytegoria que las de Paul Bowles y hacen uso de identicos medios con identicas intenciones ciertamente las cosas empezarian a situarse des de ese momento en terrninos de pura palabrerfa

Pero que todo esto vaya a ocurrir por tomar en serio la escritura antropol6gica como tal escritura resulta dishyficil de creer Las rakes del miedo hay que buscarlas en otro lado en el sentido de que tal vez de llegar a comshyprenderse mejor el caracter literario de la antropologia

en quedeterminados mitos profesionales sobre el modo

II

f

gerir una practica poco escrupulosa Los buenos textos antropol6gicos deben ser planos y faltos de toda preten- si6n No deben invitar al atento examen crftico literario ni merecerlo

consigue lIegar a la persuasi6n sedan imposibles dese mantener En concreto seria diftcil poder defender la idea de que-fos textos etnograficos consiguen convencer en la medida en que convencen gracias al pure poder de

Pero tal vez la mas seria objeci6n que puede hacerse susustantividad factual El dominic de un gran numero~ por todas partes y que puede en verdad extenderse a la I

I II

I I

moderna vida intelectual en general es que concentrar fundamental con que la apariencia de verdad -verosimishynuestra atenci6n en el modo en que se presentan los enunshy litud vraisemblance wahrscheinticnkeii-laquo se ha acostumshyciados cognoscitivos mina nuestra capacidad para tomarshy brado a buscar en dichos textos Todas las dudas que el middotff

los en serio En cierto modo la atenci6n prestada a cuesshy lector pueda sentir ante la rareza de dicho material queshytiones tales como las metaforas la imagineria la fraseo- lt

logfa 0 la voz parece que puede conducir a un corrosivoo relativismo en el que todo pasa a convertirse en poco mass-

que unaopini6n inteligentemente expuesta La etnograffa I

se dice se convierte en un mero juego de palabras como puedan serlo la poesfa 0 la novela Exponer el modo como se hace la cosa equivale a sugerir como en el truco

dan despejadas por su simple abundancia A pesar de 10 cual el grado de credibilidad alto bajo 0 del tipo que sea hoy prestado a la etnografia de Levi-Strauss Malishynowski 0 cualquier otro no reposa at menos no primorshydialrnente sobre esa base De ser asi J G Frazer 0 en otro sentido Oscar Lewis sedan los reyes y la reserva de incredulidad que muchos (yo incluido) otorgan al poco

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documentado Sistemas politicos de la Alta Birmania dede la mujer partida por la mitad con una sierra que se Leach 0 al impresionista ensayo de Margaret Mead Balishynese Character serfa del todo inexplicable Los etn6grashy

trata de un pure ilusionismo Tales puntos de vista son del todo irrazonables puesshy

to que no encuentran fundamento en amenazas reales ni siquiera en atisbos sino en la imaginaci6n de simples fushyturibles que podrfan llegar a darse en caso de ocurrir de

tI

fos pueden en verdad lIegar a pensar que se les cree por la amplitud de sus descripciones (Leach intent6 responshyder a los ataqucs empiristas contra su libro sobre Birmashynia escribiendo otro atiborrado de datos sobre Sri Lankarepente las cosas de modo distinto a como ahora ocurren

Si los antropologos dejaran de referir como ocurren las cosas en Africa 0 en Polinesia y se dedicarari a perder el

que sin embargo alcanzo mucha menor audiencia Mead por su parte arguyo que los cientos de fotagrafias tomashydas por Bateson demostraban sus tesis aunque pocos incluido el propio Bateson parecen estar de acuerdo con

tiempo buscando dobles tramas en los textos de Kroeber o informantes poco fiables en los de Max Gluckman 0 a

ella) Tal vez es cierto que debiera crecrsclos par la am-defender con toda seriedad que las historias sobre Mashy

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EL ANTROroLOGO COMO AUTOR14 15ESTAR ALL

plitud de sus descripciones perc las cosas no parecen ser asi

El porque de la persistencia de esta idea es algo diffshycil de explicar Tal vez las ideas anticuadas sobre el modo

en que se laquoestablecenraquo los laquoresultadosraquo en las ciencias dUl~ ras tenga algo que ver con ello Encualquier caso la prin cipal alternativa a esta especie de teoria factualista d como consiguen convencer los trabajos antropol6gicos saber que 10 consiguen mediante la fuerza de sus argushymentos te6ricos ya no resulta plausible El aparato teoshyrico de Malinowski en otro tiempo una orgullosa torre yace hoy en gran medida en ruinas a pesar de 10 cual sishygue siendo el etn6grafo por antonomasia El caracter mas bien pasado de moda ode las especulaciones psicologistas

tipo laquocultura y personalidadraquo de Margaret Mead (Balishyi

I nese Character se financi6 gracias a una beca para el esshytudio de la dementia praecox que los balineses parecian exhibir en su forma mas cotidiana) no parece sin emshy

j

bargo desmentir la pertinencia de sus observaciones inishygualadas por el resto de nosotros sobre como son los bashylineses Parte al menos de la obra de Levi-Strauss sobreshyl

i vivira a la disolucion del estructuralismo en sus impashycientes sucesores La gente seguira leyendo Los nuer a pesar del claro endurecimiento dogrnatico de la teorfa segmentaria

La habilidad de los antropologos para hacernos tomar I en serio 10 que dicen tiene menos que ver con su aspecto

factual 0 su aire de elegancia conceptual que con su cashy pacidad para convencernos de que 10 que dicen es resulshy

tado de haber podido penetrar (0 si se prefiere haber sido penetrados por) otra forma de vida de haber de uno u otro modo realmente laquoestadQ_alliraquo~Y-en-la-persuashysi6n de que este milagro invisible ha ocurrido es donde intervieneIa escritura

Las peculiaridades cruciales de la escritura etnografishyca estan como en la carta robada tan a la vista que esshycapan a nuestra atenci6n el hecho por ejernplo de que buena parte de ella este forrnada por asertos incontrastashy

1Iii i 1

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bles EI caracter altamente concreto de las descripciones etnograficas -tal antropologo en tal fecha en tal lugar con tales informantes tales compromisos y tales expeshy

i riencias en tanto que representante de una cultura conshy

II creta y miembro de una determinada clase- da al conshy

junto de 10 que se dice un cierto cariz de laquo0 10 toma 0 10 dejaraquo Algo asf como el clTu habeg estado alli Sharlieraquo

-I

I I del bar6n Munchausen en versi6n de Jack Pearl

Incluso cuando como ocurre cada vez mas otros anshytropologos van a trabajar en la misma zona 0 con el misshy

L mo grupo de modo que almenos hay una posibilidad geshyneral de compro~~s9Jlbullresulta muy diffcil desmentir 10I que alguien no totalmente desinformado ha dicho Podeshy

l mos por ejemplo volver con los azande perc aunque la

I I compleja teoria de la pasi6n el conocimiento y la causashy

ci6n que Evans-Pritchard dice haber descubierto no lleshygue a verificarse es mas facil que se pueda desconfiar de nuestros poderes que de los suyos 0 tal vez haya que lleshygar a la conclusi6n de que los azande ya no son 10 que eran Cualquiera que pueda ser la situaci6n actual del inshytercambio JfuJg y las ideas con el relacionadas -y hay t que decir que cambian rapidamente-i- la imagen que de el nos ha proporcionado Argonautas del Pacifico Occidenshytal se mantendra imborrable a todos los efectos Quienes quieran quitarle fuerza no tendran mas remedio que inshytentar desplazar nuestra atenci6n hacia otras imagenes Incluso aquellos casos que en otros tipos de estudios emshypfricos se considerarian directamente contradictorios (la polemica de Redfield y Oscar Lewissobre Tepoztlan por ejemplo) la tendencia mayoritaria en antropologfa cuanshydo ambos estudiosos tienen ganado un merecido respeto es considerar que el problema surge de dos tipos diferenshytes de enfoque que versan sobre distintas partes del misshymo elefante y una tercera opini6n no haria mas que anashydir lena al fuego Y no es que todo 10 que digan los etn6shygrafos se acepte sin mas s610 porque 10 hayan dicho ellos A grandes rasgos y a Dios gracias no ocurre asf Pero si es cierto que las bases que determinan 10 que se acepta y 10 que no tienen muchlsimo que ver con las personas Incapaces de ~erar la jnmediat~-deltrkp~jgg~-cll~~

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16 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR fpo para su reevaluaci6n empirica escuchamos determinashydas voces e ignoramos otras tSerfa eso si un verdadero escandalo si escucharamos a unos y dejaramos de escuchar a otros -todo es relatishyvo por supuesto- fundandonos en el capricho el habito f

o (algo muy a tener en cuenta hoy en dia) los prejuicios y deseos politicos Si en cambio 10 hacemos debido a que determinados etn6grafos son mas eficaces que otros a la i hora de transmitir en prosa la impresi6n que han obteshy I

nido de su estrecho contacto con vidas que nos son lejashynas el asunto resulta mucho menos enojoso Al descubrir Iel modo en que en determinadas monograffas 0 artfculos llega a crearse esa impresi6n descubriremos al mismo tiempo los criterios por los que se los juzga Del misshy

~ i mo modo que la critica de ficcion y poesfa se alimenta rnushy

cho mas de un compromiso efectivo con la ficcion y poeshy il sia mismas que de nociones importadas sobre 10 que amshy

bas deberian ser la crftica de la e~critura etnografica (que en rigor no tiene nada de ninguna de elIas pero en un sentido amplio es tan poetica como ficcional) deberfa nu- trirse de identico compromiso con la escritura misma y no de preconcepciones sobre 10 que debe parecer para que se la califique de ciencia

Dada la naturaleza especificopersonal (no meramente laquopersonals) de nuestros juicios en esta materia el punto obvio por donde iniciar tal compromiso es el problema de 10 que pueda ser en antropologia un laquoautorraquo Puede que en otros ambitos del discurso el autor (al igual que el nombre la historia el yo y demas martingalas burgueshysas) se balle en estado agonizante el ella en cambio siguen perfectamente vivos en antropologfa En nuestra ingenua disciplina tal vez como forma habitual de episshyteme importa aun mucho quien babla

Hago estas irreverentes alusiones al famoso articulo de Michel FoucaultsgOue es un autor (con el que estoy en general de acuerdo salvo en sus premisas sus conclushysiones y su estilo intelectual) porque aun no compartienshydo la idea de que el mundo actual haya reducido todas las formas de discurso cal anonimato del murmulloraquo en inshyteres de la dispersion del poder 0 de que Mallarm~ haya

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17ESTAR ALL

producido una ruptura radical en la historia de la literashytura tras la cual la noci6n de obra literaria se ha ido desplazando hacia Ia idea de modos de dominaci6n texshytual ciertamente situa el problema que estoy planteando con bastante exactitud Foucault distin~e alli tal vez de un modo excesivamente taj~mte-dosAiiib1tOsdel discurso aquel especialmente en el campo de la ficci6n (aunque tambien en historia biografia filosofia y poesia) en el que 10middot queel llama cautor-funci6n sigue siendo algo al menos por el momento razonablemente firme y aquel otroespecialrnente en el campo de las ciencias (aunque tambien en las cartas documentos privados legales y deshyclaraciones ipollticas) donde en general no 10 es tantoNa se trata de un hecho constante ni siquiera dentro de nuestra propia tradici6n en la Edad Media la mayor parte de los cantares de gesta -Ia Chanson de Roland por ejemplo- carecian de autor mientras que los tratashydos cientfficos --el Almagesto pongamos por caso-- si 10 tenfan Si bien

se produjo una inversi6n en el XVII y el XVIII Los discursosa cientfficos empezaron a apreciarse por st mismos en medio del anonimato de una verdad aceptada 0 siempre redernostrashyble su pertenencia a un conjunto sistematico y no la referenshycia al individuo que los habia producido servia como garantia EI autor-funci6n se desvaneci6 y el nombre del inventor emshypez6 a servir s610 como forma de designar los teoremas las proposiciones determinados efectos propiedades de los cuershypos 0 sindromes patol6gicos Casi al mismo tiempo los discurshy50S literarios empezaron a ser aceptados s610 en la medida en que pudieran atribuirse a un autor-funci6n En la actualidad preguntamos siempre ante cualquier texto poetico 0 ficcional ide d6nde procede lquien 10 escribi6 lcuando len que cirshycunstancias 0 lcon que intenci6n El significado que se Ie adshyjudica y el estatuto 0 valor que se Ie concede dependen siernshypre del modo en que respondamos a estas preguntas Como consecuencia el autor-funcion desempefia hoy un importante [aunque de nuevo en opinion de Foucault decreciente] papel en nuestra percepci6n de las obras literarias

1 M FOUCAULT _What is an Authorraquo en J V HARAlU (ed) Texshytual Strategies Nueva York Ithaca 1979 pags 149-150

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

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t f I t ~

tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

ESTAR ALLt 19

cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

i j 1 i I

allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

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~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

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capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

_middotr~ -c-~lllll~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

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1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

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escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

f bull

convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

ESTAR ALL1 33

remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 2: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

bull bullbull bullbull bull bullbull bull bullbull bull

raquoks and Lives The Anthropologist as Author I61es por Stanford University Press Stanford

~l de Alberto Cardin Universidad de Barcelona

FLACSO Gibioteca

SUMARIO bullbullPrefacio 9

Cubierta de Julio Vivas 1 Estar alli La antropologia y la escena de la

escritura 11I edicion 1989 bull ~ J

2 EI mundo en un texto C6mo leer laquoTristes troshypicosbull 35f~~middotmiddotI8~middotr bull

3 Imageries ex6ticas Las diapositivas africanas de bull CUT l L ~gt gt Evans-Pritchard 59 bull

Bl9l mTtCA FtACSO bull4 EI yo testifical Los hijos de Malinowski 83 Todos los derechos reservados Ninguna parte de este Iibro puede ser reprodushy 5 Nosotros I Los otros Los viajes de Ruth Beshy

I

bullbullbullcida transmitida 0 almacenada sea por procedimientos mccanicos opticos 0 nedict 111

qufmicos incluidas las fotocopias sin permiso del propietario de los derechos

I 6 Estar aqui lDe que vida se trata al fin y al cabo 139 copy by the Board of Trustees of the Leland Stanford Junior University

bullbullbull

copy de todas las ediciones en castellano Indice analftico 159 Ediciones Paid6s Iberica S A Mariano Cubi 92 08021 Barcelona J

bullbullbullbullbullbullbullbull bullbully Editorial Paidos SAICF

Defensa 599 Buenos Aires

IiISBN 84-7509-524-0

Deposito legal B 51191989

Impreso en Ingraf S A lI

Badajoz 145 08018 Barcelona

Irnpreso en Espana - Printed in Spain

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EL ANTROp6LOGO COMO AUTOR10 1li

I un ensayo biografico ni historico sino que esta fundamenshytalmente interesado en tiel modo en que escriben los anshytropologosraquo es decir tiene una orientaci6n textual Debo subrayar que no soy de esos que creen en el caracter laquoonshy

tologicamenteraquo aut6nomo de los textosry pienso por tanto f que las cuestiones biograficas e hist6ricas estan muy leshy FLACSO - Biblioteca jos de ser irrelevantes para la interpretacion de las obras antropologicas Mi acento aqui no obstante aparece puesshy 1

Ij to en cuestiones de otro tipo laquoIiterariasraquo si se quiere a

las que los analisis antropologicos suelen prestar normalshy II

ESTAR ALLI

La antropologia y la escena de la escrltura

f La ilusion de que la etnografia consiste en hacer enshy

mente poca atenci6n Un buen numero de personas han hecho cornentarios

en favor 0 en contra 0 de otro tipo sobre diversos aspecshytos del manuscrito de este Iibro y si quiero mencionar a las profesoras Karen Blu y Amelie Rorty para mostrarshyles de manera particular (y particularmente afectuosa) mi j cajar hechos extrafios e irregulares en categorias famishyagradecimiento es porque sus esfuerzos fueron especialshy liares y ordenadas -esto es magia aquello tecnologiashymente amplios y tuvieron un efecto sustancial sobre la forma final de este trabajo Doy tambien las gracias a

lleva tiempo siendo explotada Lo que pueda sustituir a esto resulta sin embargo menos claro Que pudiera ser un cierto tipo de escritura de trascripcion es algo que cuantos emplearon su tiempo en ayudarme a hallar la

salida de mi particular cuello de botella de vez en cuando se les ha ocurrido a los relacionados con su produccion su consumo 0 a ambos por igual Pero el analisis de la etnograffa como escritura se ha visto obs-

Finalmente y en lugar de una dedicatoria que resulshytarfa pretenciosa quiero limitarme a mencionar el nomshybre de la persona no citada en parte alguna del texto y carente de cualquier conexi6n directa conmigo que sin

taculizado por consideraciones varias ninguna de elIas demasiado razonable

Una de estas de especial peso entre los productores deembargo haactuado como inspirador y gula en casi cada punto del libro Kenneth Burke

The Institute for Advanced Study Princeton NJ [ebrero de 1987

etnografia es que seria poco antropol6gico hacer algo asi Lo que un buen etn6grafo debe hacer es ir a los sitios

CG volver con informacion sobre la gente que vive alli y poshy ner dicha informacion a disposici6n de la comunidad proshy fesional de un modo practice en vez de vagar por las bibliotecas reflexionando sobre cuestiones literarias La preocupacion excesiva -que viene a querer decir la meshynor preocupaci6n- por el modo en que estan construishydos los textos etnograficos semeja una distracci6n insana derrochadora en el mejor de los casos e hipocondrfaca en el peor~~LqlliUlQsimporta_s9n 10~tik~Ei~ 1 ~~s J~IJ~nshysi en sf mi~~~sLyQlasestrategias mir~ati~a~ qegayshymond Firth_()_1~s~~91lJSP1QS ret6riggt~_lte_M~y~r_fortes

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de detalles culturalesaltamente especificos ha sido el modo tmiddot

12 BL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

Otra objeci6n esta vez por parte de los consumidores es que los textos antropol6gicos no merecen tan delicada atenci6n Una cosa es investigar como consiguen sus efecshytos Conrad Flaubert 0 incluso Balzac mientras que aplishycarse a 10 mismo con Lowie 0 Radcliffe-Brown por hashyblar s610 de los muertos puede llegar a parecer c6mico Hay unos cuantos antropologos -Sapir Benedict Malishynowski y en la actualidad Uvi-Strauss- a los que lIega a reconocerseles un estilo personal y distintivo mas alla de sus ocasionales tropos Pero se trata de algo inhabitual y mas bien desventajoso para ellos por cuanto puede sushy

- BSTAR ALL 13

rruecos referidas por Westermarck tienen la misma cashytegoria que las de Paul Bowles y hacen uso de identicos medios con identicas intenciones ciertamente las cosas empezarian a situarse des de ese momento en terrninos de pura palabrerfa

Pero que todo esto vaya a ocurrir por tomar en serio la escritura antropol6gica como tal escritura resulta dishyficil de creer Las rakes del miedo hay que buscarlas en otro lado en el sentido de que tal vez de llegar a comshyprenderse mejor el caracter literario de la antropologia

en quedeterminados mitos profesionales sobre el modo

II

f

gerir una practica poco escrupulosa Los buenos textos antropol6gicos deben ser planos y faltos de toda preten- si6n No deben invitar al atento examen crftico literario ni merecerlo

consigue lIegar a la persuasi6n sedan imposibles dese mantener En concreto seria diftcil poder defender la idea de que-fos textos etnograficos consiguen convencer en la medida en que convencen gracias al pure poder de

Pero tal vez la mas seria objeci6n que puede hacerse susustantividad factual El dominic de un gran numero~ por todas partes y que puede en verdad extenderse a la I

I II

I I

moderna vida intelectual en general es que concentrar fundamental con que la apariencia de verdad -verosimishynuestra atenci6n en el modo en que se presentan los enunshy litud vraisemblance wahrscheinticnkeii-laquo se ha acostumshyciados cognoscitivos mina nuestra capacidad para tomarshy brado a buscar en dichos textos Todas las dudas que el middotff

los en serio En cierto modo la atenci6n prestada a cuesshy lector pueda sentir ante la rareza de dicho material queshytiones tales como las metaforas la imagineria la fraseo- lt

logfa 0 la voz parece que puede conducir a un corrosivoo relativismo en el que todo pasa a convertirse en poco mass-

que unaopini6n inteligentemente expuesta La etnograffa I

se dice se convierte en un mero juego de palabras como puedan serlo la poesfa 0 la novela Exponer el modo como se hace la cosa equivale a sugerir como en el truco

dan despejadas por su simple abundancia A pesar de 10 cual el grado de credibilidad alto bajo 0 del tipo que sea hoy prestado a la etnografia de Levi-Strauss Malishynowski 0 cualquier otro no reposa at menos no primorshydialrnente sobre esa base De ser asi J G Frazer 0 en otro sentido Oscar Lewis sedan los reyes y la reserva de incredulidad que muchos (yo incluido) otorgan al poco

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documentado Sistemas politicos de la Alta Birmania dede la mujer partida por la mitad con una sierra que se Leach 0 al impresionista ensayo de Margaret Mead Balishynese Character serfa del todo inexplicable Los etn6grashy

trata de un pure ilusionismo Tales puntos de vista son del todo irrazonables puesshy

to que no encuentran fundamento en amenazas reales ni siquiera en atisbos sino en la imaginaci6n de simples fushyturibles que podrfan llegar a darse en caso de ocurrir de

tI

fos pueden en verdad lIegar a pensar que se les cree por la amplitud de sus descripciones (Leach intent6 responshyder a los ataqucs empiristas contra su libro sobre Birmashynia escribiendo otro atiborrado de datos sobre Sri Lankarepente las cosas de modo distinto a como ahora ocurren

Si los antropologos dejaran de referir como ocurren las cosas en Africa 0 en Polinesia y se dedicarari a perder el

que sin embargo alcanzo mucha menor audiencia Mead por su parte arguyo que los cientos de fotagrafias tomashydas por Bateson demostraban sus tesis aunque pocos incluido el propio Bateson parecen estar de acuerdo con

tiempo buscando dobles tramas en los textos de Kroeber o informantes poco fiables en los de Max Gluckman 0 a

ella) Tal vez es cierto que debiera crecrsclos par la am-defender con toda seriedad que las historias sobre Mashy

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EL ANTROroLOGO COMO AUTOR14 15ESTAR ALL

plitud de sus descripciones perc las cosas no parecen ser asi

El porque de la persistencia de esta idea es algo diffshycil de explicar Tal vez las ideas anticuadas sobre el modo

en que se laquoestablecenraquo los laquoresultadosraquo en las ciencias dUl~ ras tenga algo que ver con ello Encualquier caso la prin cipal alternativa a esta especie de teoria factualista d como consiguen convencer los trabajos antropol6gicos saber que 10 consiguen mediante la fuerza de sus argushymentos te6ricos ya no resulta plausible El aparato teoshyrico de Malinowski en otro tiempo una orgullosa torre yace hoy en gran medida en ruinas a pesar de 10 cual sishygue siendo el etn6grafo por antonomasia El caracter mas bien pasado de moda ode las especulaciones psicologistas

tipo laquocultura y personalidadraquo de Margaret Mead (Balishyi

I nese Character se financi6 gracias a una beca para el esshytudio de la dementia praecox que los balineses parecian exhibir en su forma mas cotidiana) no parece sin emshy

j

bargo desmentir la pertinencia de sus observaciones inishygualadas por el resto de nosotros sobre como son los bashylineses Parte al menos de la obra de Levi-Strauss sobreshyl

i vivira a la disolucion del estructuralismo en sus impashycientes sucesores La gente seguira leyendo Los nuer a pesar del claro endurecimiento dogrnatico de la teorfa segmentaria

La habilidad de los antropologos para hacernos tomar I en serio 10 que dicen tiene menos que ver con su aspecto

factual 0 su aire de elegancia conceptual que con su cashy pacidad para convencernos de que 10 que dicen es resulshy

tado de haber podido penetrar (0 si se prefiere haber sido penetrados por) otra forma de vida de haber de uno u otro modo realmente laquoestadQ_alliraquo~Y-en-la-persuashysi6n de que este milagro invisible ha ocurrido es donde intervieneIa escritura

Las peculiaridades cruciales de la escritura etnografishyca estan como en la carta robada tan a la vista que esshycapan a nuestra atenci6n el hecho por ejernplo de que buena parte de ella este forrnada por asertos incontrastashy

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bles EI caracter altamente concreto de las descripciones etnograficas -tal antropologo en tal fecha en tal lugar con tales informantes tales compromisos y tales expeshy

i riencias en tanto que representante de una cultura conshy

II creta y miembro de una determinada clase- da al conshy

junto de 10 que se dice un cierto cariz de laquo0 10 toma 0 10 dejaraquo Algo asf como el clTu habeg estado alli Sharlieraquo

-I

I I del bar6n Munchausen en versi6n de Jack Pearl

Incluso cuando como ocurre cada vez mas otros anshytropologos van a trabajar en la misma zona 0 con el misshy

L mo grupo de modo que almenos hay una posibilidad geshyneral de compro~~s9Jlbullresulta muy diffcil desmentir 10I que alguien no totalmente desinformado ha dicho Podeshy

l mos por ejemplo volver con los azande perc aunque la

I I compleja teoria de la pasi6n el conocimiento y la causashy

ci6n que Evans-Pritchard dice haber descubierto no lleshygue a verificarse es mas facil que se pueda desconfiar de nuestros poderes que de los suyos 0 tal vez haya que lleshygar a la conclusi6n de que los azande ya no son 10 que eran Cualquiera que pueda ser la situaci6n actual del inshytercambio JfuJg y las ideas con el relacionadas -y hay t que decir que cambian rapidamente-i- la imagen que de el nos ha proporcionado Argonautas del Pacifico Occidenshytal se mantendra imborrable a todos los efectos Quienes quieran quitarle fuerza no tendran mas remedio que inshytentar desplazar nuestra atenci6n hacia otras imagenes Incluso aquellos casos que en otros tipos de estudios emshypfricos se considerarian directamente contradictorios (la polemica de Redfield y Oscar Lewissobre Tepoztlan por ejemplo) la tendencia mayoritaria en antropologfa cuanshydo ambos estudiosos tienen ganado un merecido respeto es considerar que el problema surge de dos tipos diferenshytes de enfoque que versan sobre distintas partes del misshymo elefante y una tercera opini6n no haria mas que anashydir lena al fuego Y no es que todo 10 que digan los etn6shygrafos se acepte sin mas s610 porque 10 hayan dicho ellos A grandes rasgos y a Dios gracias no ocurre asf Pero si es cierto que las bases que determinan 10 que se acepta y 10 que no tienen muchlsimo que ver con las personas Incapaces de ~erar la jnmediat~-deltrkp~jgg~-cll~~

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16 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR fpo para su reevaluaci6n empirica escuchamos determinashydas voces e ignoramos otras tSerfa eso si un verdadero escandalo si escucharamos a unos y dejaramos de escuchar a otros -todo es relatishyvo por supuesto- fundandonos en el capricho el habito f

o (algo muy a tener en cuenta hoy en dia) los prejuicios y deseos politicos Si en cambio 10 hacemos debido a que determinados etn6grafos son mas eficaces que otros a la i hora de transmitir en prosa la impresi6n que han obteshy I

nido de su estrecho contacto con vidas que nos son lejashynas el asunto resulta mucho menos enojoso Al descubrir Iel modo en que en determinadas monograffas 0 artfculos llega a crearse esa impresi6n descubriremos al mismo tiempo los criterios por los que se los juzga Del misshy

~ i mo modo que la critica de ficcion y poesfa se alimenta rnushy

cho mas de un compromiso efectivo con la ficcion y poeshy il sia mismas que de nociones importadas sobre 10 que amshy

bas deberian ser la crftica de la e~critura etnografica (que en rigor no tiene nada de ninguna de elIas pero en un sentido amplio es tan poetica como ficcional) deberfa nu- trirse de identico compromiso con la escritura misma y no de preconcepciones sobre 10 que debe parecer para que se la califique de ciencia

Dada la naturaleza especificopersonal (no meramente laquopersonals) de nuestros juicios en esta materia el punto obvio por donde iniciar tal compromiso es el problema de 10 que pueda ser en antropologia un laquoautorraquo Puede que en otros ambitos del discurso el autor (al igual que el nombre la historia el yo y demas martingalas burgueshysas) se balle en estado agonizante el ella en cambio siguen perfectamente vivos en antropologfa En nuestra ingenua disciplina tal vez como forma habitual de episshyteme importa aun mucho quien babla

Hago estas irreverentes alusiones al famoso articulo de Michel FoucaultsgOue es un autor (con el que estoy en general de acuerdo salvo en sus premisas sus conclushysiones y su estilo intelectual) porque aun no compartienshydo la idea de que el mundo actual haya reducido todas las formas de discurso cal anonimato del murmulloraquo en inshyteres de la dispersion del poder 0 de que Mallarm~ haya

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17ESTAR ALL

producido una ruptura radical en la historia de la literashytura tras la cual la noci6n de obra literaria se ha ido desplazando hacia Ia idea de modos de dominaci6n texshytual ciertamente situa el problema que estoy planteando con bastante exactitud Foucault distin~e alli tal vez de un modo excesivamente taj~mte-dosAiiib1tOsdel discurso aquel especialmente en el campo de la ficci6n (aunque tambien en historia biografia filosofia y poesia) en el que 10middot queel llama cautor-funci6n sigue siendo algo al menos por el momento razonablemente firme y aquel otroespecialrnente en el campo de las ciencias (aunque tambien en las cartas documentos privados legales y deshyclaraciones ipollticas) donde en general no 10 es tantoNa se trata de un hecho constante ni siquiera dentro de nuestra propia tradici6n en la Edad Media la mayor parte de los cantares de gesta -Ia Chanson de Roland por ejemplo- carecian de autor mientras que los tratashydos cientfficos --el Almagesto pongamos por caso-- si 10 tenfan Si bien

se produjo una inversi6n en el XVII y el XVIII Los discursosa cientfficos empezaron a apreciarse por st mismos en medio del anonimato de una verdad aceptada 0 siempre redernostrashyble su pertenencia a un conjunto sistematico y no la referenshycia al individuo que los habia producido servia como garantia EI autor-funci6n se desvaneci6 y el nombre del inventor emshypez6 a servir s610 como forma de designar los teoremas las proposiciones determinados efectos propiedades de los cuershypos 0 sindromes patol6gicos Casi al mismo tiempo los discurshy50S literarios empezaron a ser aceptados s610 en la medida en que pudieran atribuirse a un autor-funci6n En la actualidad preguntamos siempre ante cualquier texto poetico 0 ficcional ide d6nde procede lquien 10 escribi6 lcuando len que cirshycunstancias 0 lcon que intenci6n El significado que se Ie adshyjudica y el estatuto 0 valor que se Ie concede dependen siernshypre del modo en que respondamos a estas preguntas Como consecuencia el autor-funcion desempefia hoy un importante [aunque de nuevo en opinion de Foucault decreciente] papel en nuestra percepci6n de las obras literarias

1 M FOUCAULT _What is an Authorraquo en J V HARAlU (ed) Texshytual Strategies Nueva York Ithaca 1979 pags 149-150

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

I i r J

t f I t ~

tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

ESTAR ALLt 19

cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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20 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

i j 1 i I

allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

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capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

_middotr~ -c-~lllll~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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25BSTAR ALLt

cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

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1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

I

escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

f bull

convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

ESTAR ALL1 33

remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 3: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

EL ANTROp6LOGO COMO AUTOR10 1li

I un ensayo biografico ni historico sino que esta fundamenshytalmente interesado en tiel modo en que escriben los anshytropologosraquo es decir tiene una orientaci6n textual Debo subrayar que no soy de esos que creen en el caracter laquoonshy

tologicamenteraquo aut6nomo de los textosry pienso por tanto f que las cuestiones biograficas e hist6ricas estan muy leshy FLACSO - Biblioteca jos de ser irrelevantes para la interpretacion de las obras antropologicas Mi acento aqui no obstante aparece puesshy 1

Ij to en cuestiones de otro tipo laquoIiterariasraquo si se quiere a

las que los analisis antropologicos suelen prestar normalshy II

ESTAR ALLI

La antropologia y la escena de la escrltura

f La ilusion de que la etnografia consiste en hacer enshy

mente poca atenci6n Un buen numero de personas han hecho cornentarios

en favor 0 en contra 0 de otro tipo sobre diversos aspecshytos del manuscrito de este Iibro y si quiero mencionar a las profesoras Karen Blu y Amelie Rorty para mostrarshyles de manera particular (y particularmente afectuosa) mi j cajar hechos extrafios e irregulares en categorias famishyagradecimiento es porque sus esfuerzos fueron especialshy liares y ordenadas -esto es magia aquello tecnologiashymente amplios y tuvieron un efecto sustancial sobre la forma final de este trabajo Doy tambien las gracias a

lleva tiempo siendo explotada Lo que pueda sustituir a esto resulta sin embargo menos claro Que pudiera ser un cierto tipo de escritura de trascripcion es algo que cuantos emplearon su tiempo en ayudarme a hallar la

salida de mi particular cuello de botella de vez en cuando se les ha ocurrido a los relacionados con su produccion su consumo 0 a ambos por igual Pero el analisis de la etnograffa como escritura se ha visto obs-

Finalmente y en lugar de una dedicatoria que resulshytarfa pretenciosa quiero limitarme a mencionar el nomshybre de la persona no citada en parte alguna del texto y carente de cualquier conexi6n directa conmigo que sin

taculizado por consideraciones varias ninguna de elIas demasiado razonable

Una de estas de especial peso entre los productores deembargo haactuado como inspirador y gula en casi cada punto del libro Kenneth Burke

The Institute for Advanced Study Princeton NJ [ebrero de 1987

etnografia es que seria poco antropol6gico hacer algo asi Lo que un buen etn6grafo debe hacer es ir a los sitios

CG volver con informacion sobre la gente que vive alli y poshy ner dicha informacion a disposici6n de la comunidad proshy fesional de un modo practice en vez de vagar por las bibliotecas reflexionando sobre cuestiones literarias La preocupacion excesiva -que viene a querer decir la meshynor preocupaci6n- por el modo en que estan construishydos los textos etnograficos semeja una distracci6n insana derrochadora en el mejor de los casos e hipocondrfaca en el peor~~LqlliUlQsimporta_s9n 10~tik~Ei~ 1 ~~s J~IJ~nshysi en sf mi~~~sLyQlasestrategias mir~ati~a~ qegayshymond Firth_()_1~s~~91lJSP1QS ret6riggt~_lte_M~y~r_fortes

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de detalles culturalesaltamente especificos ha sido el modo tmiddot

12 BL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

Otra objeci6n esta vez por parte de los consumidores es que los textos antropol6gicos no merecen tan delicada atenci6n Una cosa es investigar como consiguen sus efecshytos Conrad Flaubert 0 incluso Balzac mientras que aplishycarse a 10 mismo con Lowie 0 Radcliffe-Brown por hashyblar s610 de los muertos puede llegar a parecer c6mico Hay unos cuantos antropologos -Sapir Benedict Malishynowski y en la actualidad Uvi-Strauss- a los que lIega a reconocerseles un estilo personal y distintivo mas alla de sus ocasionales tropos Pero se trata de algo inhabitual y mas bien desventajoso para ellos por cuanto puede sushy

- BSTAR ALL 13

rruecos referidas por Westermarck tienen la misma cashytegoria que las de Paul Bowles y hacen uso de identicos medios con identicas intenciones ciertamente las cosas empezarian a situarse des de ese momento en terrninos de pura palabrerfa

Pero que todo esto vaya a ocurrir por tomar en serio la escritura antropol6gica como tal escritura resulta dishyficil de creer Las rakes del miedo hay que buscarlas en otro lado en el sentido de que tal vez de llegar a comshyprenderse mejor el caracter literario de la antropologia

en quedeterminados mitos profesionales sobre el modo

II

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gerir una practica poco escrupulosa Los buenos textos antropol6gicos deben ser planos y faltos de toda preten- si6n No deben invitar al atento examen crftico literario ni merecerlo

consigue lIegar a la persuasi6n sedan imposibles dese mantener En concreto seria diftcil poder defender la idea de que-fos textos etnograficos consiguen convencer en la medida en que convencen gracias al pure poder de

Pero tal vez la mas seria objeci6n que puede hacerse susustantividad factual El dominic de un gran numero~ por todas partes y que puede en verdad extenderse a la I

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moderna vida intelectual en general es que concentrar fundamental con que la apariencia de verdad -verosimishynuestra atenci6n en el modo en que se presentan los enunshy litud vraisemblance wahrscheinticnkeii-laquo se ha acostumshyciados cognoscitivos mina nuestra capacidad para tomarshy brado a buscar en dichos textos Todas las dudas que el middotff

los en serio En cierto modo la atenci6n prestada a cuesshy lector pueda sentir ante la rareza de dicho material queshytiones tales como las metaforas la imagineria la fraseo- lt

logfa 0 la voz parece que puede conducir a un corrosivoo relativismo en el que todo pasa a convertirse en poco mass-

que unaopini6n inteligentemente expuesta La etnograffa I

se dice se convierte en un mero juego de palabras como puedan serlo la poesfa 0 la novela Exponer el modo como se hace la cosa equivale a sugerir como en el truco

dan despejadas por su simple abundancia A pesar de 10 cual el grado de credibilidad alto bajo 0 del tipo que sea hoy prestado a la etnografia de Levi-Strauss Malishynowski 0 cualquier otro no reposa at menos no primorshydialrnente sobre esa base De ser asi J G Frazer 0 en otro sentido Oscar Lewis sedan los reyes y la reserva de incredulidad que muchos (yo incluido) otorgan al poco

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documentado Sistemas politicos de la Alta Birmania dede la mujer partida por la mitad con una sierra que se Leach 0 al impresionista ensayo de Margaret Mead Balishynese Character serfa del todo inexplicable Los etn6grashy

trata de un pure ilusionismo Tales puntos de vista son del todo irrazonables puesshy

to que no encuentran fundamento en amenazas reales ni siquiera en atisbos sino en la imaginaci6n de simples fushyturibles que podrfan llegar a darse en caso de ocurrir de

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fos pueden en verdad lIegar a pensar que se les cree por la amplitud de sus descripciones (Leach intent6 responshyder a los ataqucs empiristas contra su libro sobre Birmashynia escribiendo otro atiborrado de datos sobre Sri Lankarepente las cosas de modo distinto a como ahora ocurren

Si los antropologos dejaran de referir como ocurren las cosas en Africa 0 en Polinesia y se dedicarari a perder el

que sin embargo alcanzo mucha menor audiencia Mead por su parte arguyo que los cientos de fotagrafias tomashydas por Bateson demostraban sus tesis aunque pocos incluido el propio Bateson parecen estar de acuerdo con

tiempo buscando dobles tramas en los textos de Kroeber o informantes poco fiables en los de Max Gluckman 0 a

ella) Tal vez es cierto que debiera crecrsclos par la am-defender con toda seriedad que las historias sobre Mashy

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EL ANTROroLOGO COMO AUTOR14 15ESTAR ALL

plitud de sus descripciones perc las cosas no parecen ser asi

El porque de la persistencia de esta idea es algo diffshycil de explicar Tal vez las ideas anticuadas sobre el modo

en que se laquoestablecenraquo los laquoresultadosraquo en las ciencias dUl~ ras tenga algo que ver con ello Encualquier caso la prin cipal alternativa a esta especie de teoria factualista d como consiguen convencer los trabajos antropol6gicos saber que 10 consiguen mediante la fuerza de sus argushymentos te6ricos ya no resulta plausible El aparato teoshyrico de Malinowski en otro tiempo una orgullosa torre yace hoy en gran medida en ruinas a pesar de 10 cual sishygue siendo el etn6grafo por antonomasia El caracter mas bien pasado de moda ode las especulaciones psicologistas

tipo laquocultura y personalidadraquo de Margaret Mead (Balishyi

I nese Character se financi6 gracias a una beca para el esshytudio de la dementia praecox que los balineses parecian exhibir en su forma mas cotidiana) no parece sin emshy

j

bargo desmentir la pertinencia de sus observaciones inishygualadas por el resto de nosotros sobre como son los bashylineses Parte al menos de la obra de Levi-Strauss sobreshyl

i vivira a la disolucion del estructuralismo en sus impashycientes sucesores La gente seguira leyendo Los nuer a pesar del claro endurecimiento dogrnatico de la teorfa segmentaria

La habilidad de los antropologos para hacernos tomar I en serio 10 que dicen tiene menos que ver con su aspecto

factual 0 su aire de elegancia conceptual que con su cashy pacidad para convencernos de que 10 que dicen es resulshy

tado de haber podido penetrar (0 si se prefiere haber sido penetrados por) otra forma de vida de haber de uno u otro modo realmente laquoestadQ_alliraquo~Y-en-la-persuashysi6n de que este milagro invisible ha ocurrido es donde intervieneIa escritura

Las peculiaridades cruciales de la escritura etnografishyca estan como en la carta robada tan a la vista que esshycapan a nuestra atenci6n el hecho por ejernplo de que buena parte de ella este forrnada por asertos incontrastashy

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bles EI caracter altamente concreto de las descripciones etnograficas -tal antropologo en tal fecha en tal lugar con tales informantes tales compromisos y tales expeshy

i riencias en tanto que representante de una cultura conshy

II creta y miembro de una determinada clase- da al conshy

junto de 10 que se dice un cierto cariz de laquo0 10 toma 0 10 dejaraquo Algo asf como el clTu habeg estado alli Sharlieraquo

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I I del bar6n Munchausen en versi6n de Jack Pearl

Incluso cuando como ocurre cada vez mas otros anshytropologos van a trabajar en la misma zona 0 con el misshy

L mo grupo de modo que almenos hay una posibilidad geshyneral de compro~~s9Jlbullresulta muy diffcil desmentir 10I que alguien no totalmente desinformado ha dicho Podeshy

l mos por ejemplo volver con los azande perc aunque la

I I compleja teoria de la pasi6n el conocimiento y la causashy

ci6n que Evans-Pritchard dice haber descubierto no lleshygue a verificarse es mas facil que se pueda desconfiar de nuestros poderes que de los suyos 0 tal vez haya que lleshygar a la conclusi6n de que los azande ya no son 10 que eran Cualquiera que pueda ser la situaci6n actual del inshytercambio JfuJg y las ideas con el relacionadas -y hay t que decir que cambian rapidamente-i- la imagen que de el nos ha proporcionado Argonautas del Pacifico Occidenshytal se mantendra imborrable a todos los efectos Quienes quieran quitarle fuerza no tendran mas remedio que inshytentar desplazar nuestra atenci6n hacia otras imagenes Incluso aquellos casos que en otros tipos de estudios emshypfricos se considerarian directamente contradictorios (la polemica de Redfield y Oscar Lewissobre Tepoztlan por ejemplo) la tendencia mayoritaria en antropologfa cuanshydo ambos estudiosos tienen ganado un merecido respeto es considerar que el problema surge de dos tipos diferenshytes de enfoque que versan sobre distintas partes del misshymo elefante y una tercera opini6n no haria mas que anashydir lena al fuego Y no es que todo 10 que digan los etn6shygrafos se acepte sin mas s610 porque 10 hayan dicho ellos A grandes rasgos y a Dios gracias no ocurre asf Pero si es cierto que las bases que determinan 10 que se acepta y 10 que no tienen muchlsimo que ver con las personas Incapaces de ~erar la jnmediat~-deltrkp~jgg~-cll~~

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16 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR fpo para su reevaluaci6n empirica escuchamos determinashydas voces e ignoramos otras tSerfa eso si un verdadero escandalo si escucharamos a unos y dejaramos de escuchar a otros -todo es relatishyvo por supuesto- fundandonos en el capricho el habito f

o (algo muy a tener en cuenta hoy en dia) los prejuicios y deseos politicos Si en cambio 10 hacemos debido a que determinados etn6grafos son mas eficaces que otros a la i hora de transmitir en prosa la impresi6n que han obteshy I

nido de su estrecho contacto con vidas que nos son lejashynas el asunto resulta mucho menos enojoso Al descubrir Iel modo en que en determinadas monograffas 0 artfculos llega a crearse esa impresi6n descubriremos al mismo tiempo los criterios por los que se los juzga Del misshy

~ i mo modo que la critica de ficcion y poesfa se alimenta rnushy

cho mas de un compromiso efectivo con la ficcion y poeshy il sia mismas que de nociones importadas sobre 10 que amshy

bas deberian ser la crftica de la e~critura etnografica (que en rigor no tiene nada de ninguna de elIas pero en un sentido amplio es tan poetica como ficcional) deberfa nu- trirse de identico compromiso con la escritura misma y no de preconcepciones sobre 10 que debe parecer para que se la califique de ciencia

Dada la naturaleza especificopersonal (no meramente laquopersonals) de nuestros juicios en esta materia el punto obvio por donde iniciar tal compromiso es el problema de 10 que pueda ser en antropologia un laquoautorraquo Puede que en otros ambitos del discurso el autor (al igual que el nombre la historia el yo y demas martingalas burgueshysas) se balle en estado agonizante el ella en cambio siguen perfectamente vivos en antropologfa En nuestra ingenua disciplina tal vez como forma habitual de episshyteme importa aun mucho quien babla

Hago estas irreverentes alusiones al famoso articulo de Michel FoucaultsgOue es un autor (con el que estoy en general de acuerdo salvo en sus premisas sus conclushysiones y su estilo intelectual) porque aun no compartienshydo la idea de que el mundo actual haya reducido todas las formas de discurso cal anonimato del murmulloraquo en inshyteres de la dispersion del poder 0 de que Mallarm~ haya

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producido una ruptura radical en la historia de la literashytura tras la cual la noci6n de obra literaria se ha ido desplazando hacia Ia idea de modos de dominaci6n texshytual ciertamente situa el problema que estoy planteando con bastante exactitud Foucault distin~e alli tal vez de un modo excesivamente taj~mte-dosAiiib1tOsdel discurso aquel especialmente en el campo de la ficci6n (aunque tambien en historia biografia filosofia y poesia) en el que 10middot queel llama cautor-funci6n sigue siendo algo al menos por el momento razonablemente firme y aquel otroespecialrnente en el campo de las ciencias (aunque tambien en las cartas documentos privados legales y deshyclaraciones ipollticas) donde en general no 10 es tantoNa se trata de un hecho constante ni siquiera dentro de nuestra propia tradici6n en la Edad Media la mayor parte de los cantares de gesta -Ia Chanson de Roland por ejemplo- carecian de autor mientras que los tratashydos cientfficos --el Almagesto pongamos por caso-- si 10 tenfan Si bien

se produjo una inversi6n en el XVII y el XVIII Los discursosa cientfficos empezaron a apreciarse por st mismos en medio del anonimato de una verdad aceptada 0 siempre redernostrashyble su pertenencia a un conjunto sistematico y no la referenshycia al individuo que los habia producido servia como garantia EI autor-funci6n se desvaneci6 y el nombre del inventor emshypez6 a servir s610 como forma de designar los teoremas las proposiciones determinados efectos propiedades de los cuershypos 0 sindromes patol6gicos Casi al mismo tiempo los discurshy50S literarios empezaron a ser aceptados s610 en la medida en que pudieran atribuirse a un autor-funci6n En la actualidad preguntamos siempre ante cualquier texto poetico 0 ficcional ide d6nde procede lquien 10 escribi6 lcuando len que cirshycunstancias 0 lcon que intenci6n El significado que se Ie adshyjudica y el estatuto 0 valor que se Ie concede dependen siernshypre del modo en que respondamos a estas preguntas Como consecuencia el autor-funcion desempefia hoy un importante [aunque de nuevo en opinion de Foucault decreciente] papel en nuestra percepci6n de las obras literarias

1 M FOUCAULT _What is an Authorraquo en J V HARAlU (ed) Texshytual Strategies Nueva York Ithaca 1979 pags 149-150

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

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tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

ESTAR ALLt 19

cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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20 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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23

shy

22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

i j 1 i I

allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

I

i

capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

_middotr~ -c-~lllll~

- jJ~_

)

ESTAR ALL

cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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25BSTAR ALLt

cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

it

t

EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

Other t

La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

1

1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

I

escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

II1(

llill~

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

t

ESTAR ALL 29

cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

f bull

convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

ESTAR ALL1 33

remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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de detalles culturalesaltamente especificos ha sido el modo tmiddot

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Otra objeci6n esta vez por parte de los consumidores es que los textos antropol6gicos no merecen tan delicada atenci6n Una cosa es investigar como consiguen sus efecshytos Conrad Flaubert 0 incluso Balzac mientras que aplishycarse a 10 mismo con Lowie 0 Radcliffe-Brown por hashyblar s610 de los muertos puede llegar a parecer c6mico Hay unos cuantos antropologos -Sapir Benedict Malishynowski y en la actualidad Uvi-Strauss- a los que lIega a reconocerseles un estilo personal y distintivo mas alla de sus ocasionales tropos Pero se trata de algo inhabitual y mas bien desventajoso para ellos por cuanto puede sushy

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rruecos referidas por Westermarck tienen la misma cashytegoria que las de Paul Bowles y hacen uso de identicos medios con identicas intenciones ciertamente las cosas empezarian a situarse des de ese momento en terrninos de pura palabrerfa

Pero que todo esto vaya a ocurrir por tomar en serio la escritura antropol6gica como tal escritura resulta dishyficil de creer Las rakes del miedo hay que buscarlas en otro lado en el sentido de que tal vez de llegar a comshyprenderse mejor el caracter literario de la antropologia

en quedeterminados mitos profesionales sobre el modo

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gerir una practica poco escrupulosa Los buenos textos antropol6gicos deben ser planos y faltos de toda preten- si6n No deben invitar al atento examen crftico literario ni merecerlo

consigue lIegar a la persuasi6n sedan imposibles dese mantener En concreto seria diftcil poder defender la idea de que-fos textos etnograficos consiguen convencer en la medida en que convencen gracias al pure poder de

Pero tal vez la mas seria objeci6n que puede hacerse susustantividad factual El dominic de un gran numero~ por todas partes y que puede en verdad extenderse a la I

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moderna vida intelectual en general es que concentrar fundamental con que la apariencia de verdad -verosimishynuestra atenci6n en el modo en que se presentan los enunshy litud vraisemblance wahrscheinticnkeii-laquo se ha acostumshyciados cognoscitivos mina nuestra capacidad para tomarshy brado a buscar en dichos textos Todas las dudas que el middotff

los en serio En cierto modo la atenci6n prestada a cuesshy lector pueda sentir ante la rareza de dicho material queshytiones tales como las metaforas la imagineria la fraseo- lt

logfa 0 la voz parece que puede conducir a un corrosivoo relativismo en el que todo pasa a convertirse en poco mass-

que unaopini6n inteligentemente expuesta La etnograffa I

se dice se convierte en un mero juego de palabras como puedan serlo la poesfa 0 la novela Exponer el modo como se hace la cosa equivale a sugerir como en el truco

dan despejadas por su simple abundancia A pesar de 10 cual el grado de credibilidad alto bajo 0 del tipo que sea hoy prestado a la etnografia de Levi-Strauss Malishynowski 0 cualquier otro no reposa at menos no primorshydialrnente sobre esa base De ser asi J G Frazer 0 en otro sentido Oscar Lewis sedan los reyes y la reserva de incredulidad que muchos (yo incluido) otorgan al poco

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documentado Sistemas politicos de la Alta Birmania dede la mujer partida por la mitad con una sierra que se Leach 0 al impresionista ensayo de Margaret Mead Balishynese Character serfa del todo inexplicable Los etn6grashy

trata de un pure ilusionismo Tales puntos de vista son del todo irrazonables puesshy

to que no encuentran fundamento en amenazas reales ni siquiera en atisbos sino en la imaginaci6n de simples fushyturibles que podrfan llegar a darse en caso de ocurrir de

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fos pueden en verdad lIegar a pensar que se les cree por la amplitud de sus descripciones (Leach intent6 responshyder a los ataqucs empiristas contra su libro sobre Birmashynia escribiendo otro atiborrado de datos sobre Sri Lankarepente las cosas de modo distinto a como ahora ocurren

Si los antropologos dejaran de referir como ocurren las cosas en Africa 0 en Polinesia y se dedicarari a perder el

que sin embargo alcanzo mucha menor audiencia Mead por su parte arguyo que los cientos de fotagrafias tomashydas por Bateson demostraban sus tesis aunque pocos incluido el propio Bateson parecen estar de acuerdo con

tiempo buscando dobles tramas en los textos de Kroeber o informantes poco fiables en los de Max Gluckman 0 a

ella) Tal vez es cierto que debiera crecrsclos par la am-defender con toda seriedad que las historias sobre Mashy

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EL ANTROroLOGO COMO AUTOR14 15ESTAR ALL

plitud de sus descripciones perc las cosas no parecen ser asi

El porque de la persistencia de esta idea es algo diffshycil de explicar Tal vez las ideas anticuadas sobre el modo

en que se laquoestablecenraquo los laquoresultadosraquo en las ciencias dUl~ ras tenga algo que ver con ello Encualquier caso la prin cipal alternativa a esta especie de teoria factualista d como consiguen convencer los trabajos antropol6gicos saber que 10 consiguen mediante la fuerza de sus argushymentos te6ricos ya no resulta plausible El aparato teoshyrico de Malinowski en otro tiempo una orgullosa torre yace hoy en gran medida en ruinas a pesar de 10 cual sishygue siendo el etn6grafo por antonomasia El caracter mas bien pasado de moda ode las especulaciones psicologistas

tipo laquocultura y personalidadraquo de Margaret Mead (Balishyi

I nese Character se financi6 gracias a una beca para el esshytudio de la dementia praecox que los balineses parecian exhibir en su forma mas cotidiana) no parece sin emshy

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bargo desmentir la pertinencia de sus observaciones inishygualadas por el resto de nosotros sobre como son los bashylineses Parte al menos de la obra de Levi-Strauss sobreshyl

i vivira a la disolucion del estructuralismo en sus impashycientes sucesores La gente seguira leyendo Los nuer a pesar del claro endurecimiento dogrnatico de la teorfa segmentaria

La habilidad de los antropologos para hacernos tomar I en serio 10 que dicen tiene menos que ver con su aspecto

factual 0 su aire de elegancia conceptual que con su cashy pacidad para convencernos de que 10 que dicen es resulshy

tado de haber podido penetrar (0 si se prefiere haber sido penetrados por) otra forma de vida de haber de uno u otro modo realmente laquoestadQ_alliraquo~Y-en-la-persuashysi6n de que este milagro invisible ha ocurrido es donde intervieneIa escritura

Las peculiaridades cruciales de la escritura etnografishyca estan como en la carta robada tan a la vista que esshycapan a nuestra atenci6n el hecho por ejernplo de que buena parte de ella este forrnada por asertos incontrastashy

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bles EI caracter altamente concreto de las descripciones etnograficas -tal antropologo en tal fecha en tal lugar con tales informantes tales compromisos y tales expeshy

i riencias en tanto que representante de una cultura conshy

II creta y miembro de una determinada clase- da al conshy

junto de 10 que se dice un cierto cariz de laquo0 10 toma 0 10 dejaraquo Algo asf como el clTu habeg estado alli Sharlieraquo

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I I del bar6n Munchausen en versi6n de Jack Pearl

Incluso cuando como ocurre cada vez mas otros anshytropologos van a trabajar en la misma zona 0 con el misshy

L mo grupo de modo que almenos hay una posibilidad geshyneral de compro~~s9Jlbullresulta muy diffcil desmentir 10I que alguien no totalmente desinformado ha dicho Podeshy

l mos por ejemplo volver con los azande perc aunque la

I I compleja teoria de la pasi6n el conocimiento y la causashy

ci6n que Evans-Pritchard dice haber descubierto no lleshygue a verificarse es mas facil que se pueda desconfiar de nuestros poderes que de los suyos 0 tal vez haya que lleshygar a la conclusi6n de que los azande ya no son 10 que eran Cualquiera que pueda ser la situaci6n actual del inshytercambio JfuJg y las ideas con el relacionadas -y hay t que decir que cambian rapidamente-i- la imagen que de el nos ha proporcionado Argonautas del Pacifico Occidenshytal se mantendra imborrable a todos los efectos Quienes quieran quitarle fuerza no tendran mas remedio que inshytentar desplazar nuestra atenci6n hacia otras imagenes Incluso aquellos casos que en otros tipos de estudios emshypfricos se considerarian directamente contradictorios (la polemica de Redfield y Oscar Lewissobre Tepoztlan por ejemplo) la tendencia mayoritaria en antropologfa cuanshydo ambos estudiosos tienen ganado un merecido respeto es considerar que el problema surge de dos tipos diferenshytes de enfoque que versan sobre distintas partes del misshymo elefante y una tercera opini6n no haria mas que anashydir lena al fuego Y no es que todo 10 que digan los etn6shygrafos se acepte sin mas s610 porque 10 hayan dicho ellos A grandes rasgos y a Dios gracias no ocurre asf Pero si es cierto que las bases que determinan 10 que se acepta y 10 que no tienen muchlsimo que ver con las personas Incapaces de ~erar la jnmediat~-deltrkp~jgg~-cll~~

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16 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR fpo para su reevaluaci6n empirica escuchamos determinashydas voces e ignoramos otras tSerfa eso si un verdadero escandalo si escucharamos a unos y dejaramos de escuchar a otros -todo es relatishyvo por supuesto- fundandonos en el capricho el habito f

o (algo muy a tener en cuenta hoy en dia) los prejuicios y deseos politicos Si en cambio 10 hacemos debido a que determinados etn6grafos son mas eficaces que otros a la i hora de transmitir en prosa la impresi6n que han obteshy I

nido de su estrecho contacto con vidas que nos son lejashynas el asunto resulta mucho menos enojoso Al descubrir Iel modo en que en determinadas monograffas 0 artfculos llega a crearse esa impresi6n descubriremos al mismo tiempo los criterios por los que se los juzga Del misshy

~ i mo modo que la critica de ficcion y poesfa se alimenta rnushy

cho mas de un compromiso efectivo con la ficcion y poeshy il sia mismas que de nociones importadas sobre 10 que amshy

bas deberian ser la crftica de la e~critura etnografica (que en rigor no tiene nada de ninguna de elIas pero en un sentido amplio es tan poetica como ficcional) deberfa nu- trirse de identico compromiso con la escritura misma y no de preconcepciones sobre 10 que debe parecer para que se la califique de ciencia

Dada la naturaleza especificopersonal (no meramente laquopersonals) de nuestros juicios en esta materia el punto obvio por donde iniciar tal compromiso es el problema de 10 que pueda ser en antropologia un laquoautorraquo Puede que en otros ambitos del discurso el autor (al igual que el nombre la historia el yo y demas martingalas burgueshysas) se balle en estado agonizante el ella en cambio siguen perfectamente vivos en antropologfa En nuestra ingenua disciplina tal vez como forma habitual de episshyteme importa aun mucho quien babla

Hago estas irreverentes alusiones al famoso articulo de Michel FoucaultsgOue es un autor (con el que estoy en general de acuerdo salvo en sus premisas sus conclushysiones y su estilo intelectual) porque aun no compartienshydo la idea de que el mundo actual haya reducido todas las formas de discurso cal anonimato del murmulloraquo en inshyteres de la dispersion del poder 0 de que Mallarm~ haya

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producido una ruptura radical en la historia de la literashytura tras la cual la noci6n de obra literaria se ha ido desplazando hacia Ia idea de modos de dominaci6n texshytual ciertamente situa el problema que estoy planteando con bastante exactitud Foucault distin~e alli tal vez de un modo excesivamente taj~mte-dosAiiib1tOsdel discurso aquel especialmente en el campo de la ficci6n (aunque tambien en historia biografia filosofia y poesia) en el que 10middot queel llama cautor-funci6n sigue siendo algo al menos por el momento razonablemente firme y aquel otroespecialrnente en el campo de las ciencias (aunque tambien en las cartas documentos privados legales y deshyclaraciones ipollticas) donde en general no 10 es tantoNa se trata de un hecho constante ni siquiera dentro de nuestra propia tradici6n en la Edad Media la mayor parte de los cantares de gesta -Ia Chanson de Roland por ejemplo- carecian de autor mientras que los tratashydos cientfficos --el Almagesto pongamos por caso-- si 10 tenfan Si bien

se produjo una inversi6n en el XVII y el XVIII Los discursosa cientfficos empezaron a apreciarse por st mismos en medio del anonimato de una verdad aceptada 0 siempre redernostrashyble su pertenencia a un conjunto sistematico y no la referenshycia al individuo que los habia producido servia como garantia EI autor-funci6n se desvaneci6 y el nombre del inventor emshypez6 a servir s610 como forma de designar los teoremas las proposiciones determinados efectos propiedades de los cuershypos 0 sindromes patol6gicos Casi al mismo tiempo los discurshy50S literarios empezaron a ser aceptados s610 en la medida en que pudieran atribuirse a un autor-funci6n En la actualidad preguntamos siempre ante cualquier texto poetico 0 ficcional ide d6nde procede lquien 10 escribi6 lcuando len que cirshycunstancias 0 lcon que intenci6n El significado que se Ie adshyjudica y el estatuto 0 valor que se Ie concede dependen siernshypre del modo en que respondamos a estas preguntas Como consecuencia el autor-funcion desempefia hoy un importante [aunque de nuevo en opinion de Foucault decreciente] papel en nuestra percepci6n de las obras literarias

1 M FOUCAULT _What is an Authorraquo en J V HARAlU (ed) Texshytual Strategies Nueva York Ithaca 1979 pags 149-150

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

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tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

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cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

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allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

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capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

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2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

Other t

La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

1

1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

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Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

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escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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ESTAR ALL 29

cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

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trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 5: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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EL ANTROroLOGO COMO AUTOR14 15ESTAR ALL

plitud de sus descripciones perc las cosas no parecen ser asi

El porque de la persistencia de esta idea es algo diffshycil de explicar Tal vez las ideas anticuadas sobre el modo

en que se laquoestablecenraquo los laquoresultadosraquo en las ciencias dUl~ ras tenga algo que ver con ello Encualquier caso la prin cipal alternativa a esta especie de teoria factualista d como consiguen convencer los trabajos antropol6gicos saber que 10 consiguen mediante la fuerza de sus argushymentos te6ricos ya no resulta plausible El aparato teoshyrico de Malinowski en otro tiempo una orgullosa torre yace hoy en gran medida en ruinas a pesar de 10 cual sishygue siendo el etn6grafo por antonomasia El caracter mas bien pasado de moda ode las especulaciones psicologistas

tipo laquocultura y personalidadraquo de Margaret Mead (Balishyi

I nese Character se financi6 gracias a una beca para el esshytudio de la dementia praecox que los balineses parecian exhibir en su forma mas cotidiana) no parece sin emshy

j

bargo desmentir la pertinencia de sus observaciones inishygualadas por el resto de nosotros sobre como son los bashylineses Parte al menos de la obra de Levi-Strauss sobreshyl

i vivira a la disolucion del estructuralismo en sus impashycientes sucesores La gente seguira leyendo Los nuer a pesar del claro endurecimiento dogrnatico de la teorfa segmentaria

La habilidad de los antropologos para hacernos tomar I en serio 10 que dicen tiene menos que ver con su aspecto

factual 0 su aire de elegancia conceptual que con su cashy pacidad para convencernos de que 10 que dicen es resulshy

tado de haber podido penetrar (0 si se prefiere haber sido penetrados por) otra forma de vida de haber de uno u otro modo realmente laquoestadQ_alliraquo~Y-en-la-persuashysi6n de que este milagro invisible ha ocurrido es donde intervieneIa escritura

Las peculiaridades cruciales de la escritura etnografishyca estan como en la carta robada tan a la vista que esshycapan a nuestra atenci6n el hecho por ejernplo de que buena parte de ella este forrnada por asertos incontrastashy

1Iii i 1

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bles EI caracter altamente concreto de las descripciones etnograficas -tal antropologo en tal fecha en tal lugar con tales informantes tales compromisos y tales expeshy

i riencias en tanto que representante de una cultura conshy

II creta y miembro de una determinada clase- da al conshy

junto de 10 que se dice un cierto cariz de laquo0 10 toma 0 10 dejaraquo Algo asf como el clTu habeg estado alli Sharlieraquo

-I

I I del bar6n Munchausen en versi6n de Jack Pearl

Incluso cuando como ocurre cada vez mas otros anshytropologos van a trabajar en la misma zona 0 con el misshy

L mo grupo de modo que almenos hay una posibilidad geshyneral de compro~~s9Jlbullresulta muy diffcil desmentir 10I que alguien no totalmente desinformado ha dicho Podeshy

l mos por ejemplo volver con los azande perc aunque la

I I compleja teoria de la pasi6n el conocimiento y la causashy

ci6n que Evans-Pritchard dice haber descubierto no lleshygue a verificarse es mas facil que se pueda desconfiar de nuestros poderes que de los suyos 0 tal vez haya que lleshygar a la conclusi6n de que los azande ya no son 10 que eran Cualquiera que pueda ser la situaci6n actual del inshytercambio JfuJg y las ideas con el relacionadas -y hay t que decir que cambian rapidamente-i- la imagen que de el nos ha proporcionado Argonautas del Pacifico Occidenshytal se mantendra imborrable a todos los efectos Quienes quieran quitarle fuerza no tendran mas remedio que inshytentar desplazar nuestra atenci6n hacia otras imagenes Incluso aquellos casos que en otros tipos de estudios emshypfricos se considerarian directamente contradictorios (la polemica de Redfield y Oscar Lewissobre Tepoztlan por ejemplo) la tendencia mayoritaria en antropologfa cuanshydo ambos estudiosos tienen ganado un merecido respeto es considerar que el problema surge de dos tipos diferenshytes de enfoque que versan sobre distintas partes del misshymo elefante y una tercera opini6n no haria mas que anashydir lena al fuego Y no es que todo 10 que digan los etn6shygrafos se acepte sin mas s610 porque 10 hayan dicho ellos A grandes rasgos y a Dios gracias no ocurre asf Pero si es cierto que las bases que determinan 10 que se acepta y 10 que no tienen muchlsimo que ver con las personas Incapaces de ~erar la jnmediat~-deltrkp~jgg~-cll~~

______e-_- ~~~ bull ~ -~--~~ ~~f~_~middot -7~(1~m~-l~~

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16 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR fpo para su reevaluaci6n empirica escuchamos determinashydas voces e ignoramos otras tSerfa eso si un verdadero escandalo si escucharamos a unos y dejaramos de escuchar a otros -todo es relatishyvo por supuesto- fundandonos en el capricho el habito f

o (algo muy a tener en cuenta hoy en dia) los prejuicios y deseos politicos Si en cambio 10 hacemos debido a que determinados etn6grafos son mas eficaces que otros a la i hora de transmitir en prosa la impresi6n que han obteshy I

nido de su estrecho contacto con vidas que nos son lejashynas el asunto resulta mucho menos enojoso Al descubrir Iel modo en que en determinadas monograffas 0 artfculos llega a crearse esa impresi6n descubriremos al mismo tiempo los criterios por los que se los juzga Del misshy

~ i mo modo que la critica de ficcion y poesfa se alimenta rnushy

cho mas de un compromiso efectivo con la ficcion y poeshy il sia mismas que de nociones importadas sobre 10 que amshy

bas deberian ser la crftica de la e~critura etnografica (que en rigor no tiene nada de ninguna de elIas pero en un sentido amplio es tan poetica como ficcional) deberfa nu- trirse de identico compromiso con la escritura misma y no de preconcepciones sobre 10 que debe parecer para que se la califique de ciencia

Dada la naturaleza especificopersonal (no meramente laquopersonals) de nuestros juicios en esta materia el punto obvio por donde iniciar tal compromiso es el problema de 10 que pueda ser en antropologia un laquoautorraquo Puede que en otros ambitos del discurso el autor (al igual que el nombre la historia el yo y demas martingalas burgueshysas) se balle en estado agonizante el ella en cambio siguen perfectamente vivos en antropologfa En nuestra ingenua disciplina tal vez como forma habitual de episshyteme importa aun mucho quien babla

Hago estas irreverentes alusiones al famoso articulo de Michel FoucaultsgOue es un autor (con el que estoy en general de acuerdo salvo en sus premisas sus conclushysiones y su estilo intelectual) porque aun no compartienshydo la idea de que el mundo actual haya reducido todas las formas de discurso cal anonimato del murmulloraquo en inshyteres de la dispersion del poder 0 de que Mallarm~ haya

i ~

17ESTAR ALL

producido una ruptura radical en la historia de la literashytura tras la cual la noci6n de obra literaria se ha ido desplazando hacia Ia idea de modos de dominaci6n texshytual ciertamente situa el problema que estoy planteando con bastante exactitud Foucault distin~e alli tal vez de un modo excesivamente taj~mte-dosAiiib1tOsdel discurso aquel especialmente en el campo de la ficci6n (aunque tambien en historia biografia filosofia y poesia) en el que 10middot queel llama cautor-funci6n sigue siendo algo al menos por el momento razonablemente firme y aquel otroespecialrnente en el campo de las ciencias (aunque tambien en las cartas documentos privados legales y deshyclaraciones ipollticas) donde en general no 10 es tantoNa se trata de un hecho constante ni siquiera dentro de nuestra propia tradici6n en la Edad Media la mayor parte de los cantares de gesta -Ia Chanson de Roland por ejemplo- carecian de autor mientras que los tratashydos cientfficos --el Almagesto pongamos por caso-- si 10 tenfan Si bien

se produjo una inversi6n en el XVII y el XVIII Los discursosa cientfficos empezaron a apreciarse por st mismos en medio del anonimato de una verdad aceptada 0 siempre redernostrashyble su pertenencia a un conjunto sistematico y no la referenshycia al individuo que los habia producido servia como garantia EI autor-funci6n se desvaneci6 y el nombre del inventor emshypez6 a servir s610 como forma de designar los teoremas las proposiciones determinados efectos propiedades de los cuershypos 0 sindromes patol6gicos Casi al mismo tiempo los discurshy50S literarios empezaron a ser aceptados s610 en la medida en que pudieran atribuirse a un autor-funci6n En la actualidad preguntamos siempre ante cualquier texto poetico 0 ficcional ide d6nde procede lquien 10 escribi6 lcuando len que cirshycunstancias 0 lcon que intenci6n El significado que se Ie adshyjudica y el estatuto 0 valor que se Ie concede dependen siernshypre del modo en que respondamos a estas preguntas Como consecuencia el autor-funcion desempefia hoy un importante [aunque de nuevo en opinion de Foucault decreciente] papel en nuestra percepci6n de las obras literarias

1 M FOUCAULT _What is an Authorraquo en J V HARAlU (ed) Texshytual Strategies Nueva York Ithaca 1979 pags 149-150

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

I i r J

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tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

ESTAR ALLt 19

cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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20 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

i j 1 i I

allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

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capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

_middotr~ -c-~lllll~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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25BSTAR ALLt

cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

1

1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

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escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

t

ESTAR ALL 29

cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

f bull

convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 6: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

16 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR fpo para su reevaluaci6n empirica escuchamos determinashydas voces e ignoramos otras tSerfa eso si un verdadero escandalo si escucharamos a unos y dejaramos de escuchar a otros -todo es relatishyvo por supuesto- fundandonos en el capricho el habito f

o (algo muy a tener en cuenta hoy en dia) los prejuicios y deseos politicos Si en cambio 10 hacemos debido a que determinados etn6grafos son mas eficaces que otros a la i hora de transmitir en prosa la impresi6n que han obteshy I

nido de su estrecho contacto con vidas que nos son lejashynas el asunto resulta mucho menos enojoso Al descubrir Iel modo en que en determinadas monograffas 0 artfculos llega a crearse esa impresi6n descubriremos al mismo tiempo los criterios por los que se los juzga Del misshy

~ i mo modo que la critica de ficcion y poesfa se alimenta rnushy

cho mas de un compromiso efectivo con la ficcion y poeshy il sia mismas que de nociones importadas sobre 10 que amshy

bas deberian ser la crftica de la e~critura etnografica (que en rigor no tiene nada de ninguna de elIas pero en un sentido amplio es tan poetica como ficcional) deberfa nu- trirse de identico compromiso con la escritura misma y no de preconcepciones sobre 10 que debe parecer para que se la califique de ciencia

Dada la naturaleza especificopersonal (no meramente laquopersonals) de nuestros juicios en esta materia el punto obvio por donde iniciar tal compromiso es el problema de 10 que pueda ser en antropologia un laquoautorraquo Puede que en otros ambitos del discurso el autor (al igual que el nombre la historia el yo y demas martingalas burgueshysas) se balle en estado agonizante el ella en cambio siguen perfectamente vivos en antropologfa En nuestra ingenua disciplina tal vez como forma habitual de episshyteme importa aun mucho quien babla

Hago estas irreverentes alusiones al famoso articulo de Michel FoucaultsgOue es un autor (con el que estoy en general de acuerdo salvo en sus premisas sus conclushysiones y su estilo intelectual) porque aun no compartienshydo la idea de que el mundo actual haya reducido todas las formas de discurso cal anonimato del murmulloraquo en inshyteres de la dispersion del poder 0 de que Mallarm~ haya

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producido una ruptura radical en la historia de la literashytura tras la cual la noci6n de obra literaria se ha ido desplazando hacia Ia idea de modos de dominaci6n texshytual ciertamente situa el problema que estoy planteando con bastante exactitud Foucault distin~e alli tal vez de un modo excesivamente taj~mte-dosAiiib1tOsdel discurso aquel especialmente en el campo de la ficci6n (aunque tambien en historia biografia filosofia y poesia) en el que 10middot queel llama cautor-funci6n sigue siendo algo al menos por el momento razonablemente firme y aquel otroespecialrnente en el campo de las ciencias (aunque tambien en las cartas documentos privados legales y deshyclaraciones ipollticas) donde en general no 10 es tantoNa se trata de un hecho constante ni siquiera dentro de nuestra propia tradici6n en la Edad Media la mayor parte de los cantares de gesta -Ia Chanson de Roland por ejemplo- carecian de autor mientras que los tratashydos cientfficos --el Almagesto pongamos por caso-- si 10 tenfan Si bien

se produjo una inversi6n en el XVII y el XVIII Los discursosa cientfficos empezaron a apreciarse por st mismos en medio del anonimato de una verdad aceptada 0 siempre redernostrashyble su pertenencia a un conjunto sistematico y no la referenshycia al individuo que los habia producido servia como garantia EI autor-funci6n se desvaneci6 y el nombre del inventor emshypez6 a servir s610 como forma de designar los teoremas las proposiciones determinados efectos propiedades de los cuershypos 0 sindromes patol6gicos Casi al mismo tiempo los discurshy50S literarios empezaron a ser aceptados s610 en la medida en que pudieran atribuirse a un autor-funci6n En la actualidad preguntamos siempre ante cualquier texto poetico 0 ficcional ide d6nde procede lquien 10 escribi6 lcuando len que cirshycunstancias 0 lcon que intenci6n El significado que se Ie adshyjudica y el estatuto 0 valor que se Ie concede dependen siernshypre del modo en que respondamos a estas preguntas Como consecuencia el autor-funcion desempefia hoy un importante [aunque de nuevo en opinion de Foucault decreciente] papel en nuestra percepci6n de las obras literarias

1 M FOUCAULT _What is an Authorraquo en J V HARAlU (ed) Texshytual Strategies Nueva York Ithaca 1979 pags 149-150

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

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tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

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cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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20 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

i j 1 i I

allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

I

i

capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

_middotr~ -c-~lllll~

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ESTAR ALL

cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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25BSTAR ALLt

cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

it

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

Other t

La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

1

1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

I

escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

II1(

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

t

ESTAR ALL 29

cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

f bull

convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

ESTAR ALL1 33

remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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18 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

Es evidente que asi las cosas la antropologia esta mucho mas del lado de los discursos-litenirIosraquo que cie Ios laquocientfficosraquo Los nombres personales aparecen ligashydos a libros y artfculos y mas ocasionalmente a sistemas de pensamiento (ltltFuncionalismo radcliffebrownianoraquo laquoEsshytructuralismo levistraussianoraquo) Muy raramente aparecen en cambio conectados con descubrimientos propiedashydes 0 proposiciones (un laquomatrimonio murdockianoraquo es

un chiste polemico el laquoefecto Westermarckraquo -dejando I a un lado su realidad- sirve tan s610 como calificativo) L()_ _ ~l cual no nos convierte sin embargo en novelistas del misshymo modo que el hecho de construir hip6tesis 0 escribir f6rmulas tampoco nos convierte como algunos parecen pensar en fisicos Aunque sugiere ciertos parecidos famishyliares que -al igual que la mula norteafricana que habla siempre del hermano de su madre el caballo pero nunca de su padre el burro- tendemos a suprimir en favor de otros s~p~estamente mas dignos de recuerdo

Asi pues si admitimos que los textos etnograficos tienshyI) den a parecerse tanto a los textos de ficci6n como a los

i informes de laboratorio (aunque al igual que nuestra

mula no se parecen a ninguno de los dos) dos cuestioshy f

nes 0 quizas una sola doblemente planteada se nos preshysentan de inmediato 1) ide que forma el laquoautor-funcions j

(i O habremos de reducirnos aIo meramente literario y hablar de laquoautorraquo sin mas P) se hace manifiestoen el texshy

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tQ 2) ique es 10 que -mas ana- de la obvia tautologfa de t tratarse de laquouna obraraquo- el autor laquoautorizaraquo La primera cuesti6n llamemosla de J~_fiI1~ ti~_I~_qlle __Y_~ __EQn_~a __ ~

I construcci6n de una identidad textual La segunda que t podriamos llamar del discurso tiene qiiever con el desashyrrollo de un modo concreto de formular las cosas -un vocabulario una ret6rica un p~~6n argumental- que aparece conectado con tal identidad de modo que parece provenir de ella como la manifestaci6n de un intelecto JLa cuesti6n de la firma el establecimiento de una preshysencia autorial dentro del texto ha perseguido a la etnoshy 1

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cho de forma camuflada Camuflada porque nunca ha sido considerada como una cuesti6n narratol6gica algo que tenga que ver con la forma de contar sinceramente una historia sincera sino como una cuesti6n epistemol6shygica es decir como algo que tiene que ver con c6mo evishytar que la visi6n subjetiva coloree los hechos objetivos El choque entre las convenciones expositivas de los textos saturados de autoria y los privados de ella que surge de la peculiar naturaleza de la empresa etnografica suele imaginarse como un choque entre la visi6n de las cosas tal como querriamos verlas y tal como son en realidad Una serie de desdichadas consecuencias han surgido ije este entiero del p~oblema de la laquoa~-iza~6nraquo de los U~xtosetnograficos bajo las ansiedades (a mMntender exageradas) de la subjetividad Entre elIas esta un empishyrismo que resulta extrema incluso en el contexto de las ciencias sociales aunque una de las mas dafiinas ha sido el hecho de que a pesar de presentarse de manera proshyfunda y continuada las ambigtiedades implicitas en el asunto siempre ha resultado muy dificil poder abordarshylas de forma directa Los antropologos estan poseidos por la idea de que los problemas metodologicos centrales imshyplicitos en la descripci6n etnografica tienen que ver con la mecanica del conocimiento la legitimidad de la laquointuishycionraquo de la laquoempatiaraquo y demas formas similares de cogshynici6n la verificabilidad de los informes internalistas soshybre los sentimientos y pensamientos de otros pueblos el estatuto ontol6gico de la cultura Consecuentemente han hecho remontar las dificultades que experimentan a la hora de construir tales descripciones a la problematica del trabajo de campo en vez de a la del discurso La idea

es que si la relaci6n entre observador y observado (inshyforme) puede llegar a controlarse la relaci6n entre autor y texto (firma) se aclarara por si sola

Y no se trata solamente de que esto sea falso es decir de que por muy delicada que pueda ser la forma de enshyfrentarse entre sf dos materias nunca sera 10 mismo que enfrentarse a una pagina La dificultad esta en que la rashyreza que supone construir textos ostensiblemente cientishy

gratia desde muy pronto aunque generalmente 10 ha heshy i II bullbullbullbullbull ficos a partir de experiencias claramente biograficas que

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20 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

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allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

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capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

1

1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

I

escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

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trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

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res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

ESTAR ALL1 33

remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 8: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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20 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

es 10 que al fin y al cabo hacen los etnografos queda toshytalmente oscurecida El problema de la firma tal como el etnografo tiene que afrontarlo 0 tar como se enfrenta con el etnografo exige a la vez la actitud olfrnpica del Iishysica no autorial yla soberana autoconciencia del novelista hiperautorial sin permitir caer en ninguno de los dos exshytremos Lo primero puede provocar acusaciones de insenshysibilidad de tratar a la gente como objetos de escuchar las palabras pero no la musica y por supuesto de etnoshycentrismo La segunda provoca acusaciones de impresioshynismo de tratar a la gente como marionetas de escuchar musica que no existe y por supuesto tambien de etnoshycentrismo Poco puede asombrar que los etn6grafos osshycilen habitualmente de manera incierta entre ambos poshy

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los a veces en li~JIos diferentes y otras en el mismo librflot Encontrar a quien pueda sustentar un texto que se su- t pone debe ser al mismo tiempo una vision intima y una I fria evaluacion es un rete tan grande ~mo adquirir l~ I perspectiva adecuada y hacer la evaluacion desde el pri- mer momento _-gt

La unica forma de captar este rete -como sonar como un peregrino y como un cart6grafo al mismo tiempo--- y la incomodidad que provoca asl como el grado de represenshytarlo como producto de las complejidades de las negociashyciones yootro mas que de las yotexto es a partir de la observacion de los propios textos etnograficos Y puesto que el rete y la incomodidad se sienten de manera obvia ya desde las solapas la mejor forma de estudiar las etno- graffas es hacerlo desde el principio desde las paginas ~ donde se describe la puesta en escena las intenciones y 1

la autopresentacion Pondre para que se vea mejor 10 que quiero decir dos ejemplos uno tornado de un clasico de la etnograffa merecidamente considerado como un estushydio modelico y otro muy reciente tambien muy bien heshycho que transpira el aire del inquieto presente

El trabajo clasico es We the Tikopia de Raymond Firth publicado por primera vez en 1936 Tras dos introduccioshynes una a cargo de Malinowski -donde dice que el libro de Firth laquofortalece nuestra conviccion de que la antroposhylogfa cultural no tiene por que ser una confusa mezcla de

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frases hechas 0 etiquetas una fabrica de resumenes imshypresionistas 0 reconstrucciones conjeturales sino mas bien una ciencia social casi estoy tentado de decir que la cienshycia de los estudios socialess-i- y otra del mismo Firth donshyde subraya la necesidad de laquoprolongados contactos persoshysonales con la gente que uno estudiaraquo y se disculpa porshyque laquoeste trabajo no representa cl estudio de campo de ayer mismo sino el de hace siete afiosraquo el libro como tal comienza con un capitulo titulado laquoEn la Polinesia prishymitivaraquo

En el fresco amanecer poco antes de la salida del sol la proa del Southern Cross enfilo hacia el este sobre cuyo horishyzonte se divisaba debilmente una tenue linea azul Poco a poco fue convirtiendose en una masa de escarpadas montafias que parecian alzarse directamente desde la superficie del oceano segun fbamos acercandonos un estrecho anillo de tierra baja y llana cubierto de espesa vegetacion se nos revelo en su base El triste dia gris con sus nubes bajas acrecento mi agreste impresi6n de encontrarme ante un pico salvaje y turbulento surgido de en medio de las aguas

En poco mas de una hora nos hallabamos pr6ximos a la orilla y pudimos ver toda una serie de canoas que venian en abanico desde el sur fuera ya del arrecife de coral sobre el que la marea estaba baja Las embarcaciones de balancin se ~

acercaron a nosotros los hombres que iban en ellas aparecian desnudos hasta la cintura cubiertos con un taparrabos de tela de corteza con grandes abanicos metidos en la parte trasera de ~

sus cinturones aros de carey 0 rollos de hojas en sus orejas y tabique nasal con barba y con los largos cabellos cayendoles f

libremente sobre los hombros Algunos empleaban sus pesadas ~ri

y rudas palas otros llevaban estcras de pandano hermosamenshyte tejidas en los estribos de sus barcas otros en fin empufiashyban largas picas 0 lanzas El barco echo anelas en la bahia ~

abierta que se extendia fuera del arrecife de coral Apenas se hubo soltado el cable los nativos se arremolinaron dentro del buque subiendo por los costados por cualquier medio factible gritandose fieramente unos a otros en una lengua que ni los interpretes mota del barco de la mision podian entender Me pregunte si aquel turbulento material humano podrfa alguna vez someterse a estudio cientifico

Vahihaloa mi laquoboyraquo echo un vistazo desde la cubierta sushyperior y dijo laquosefior ml mucho miedoraquo con risa temblorosa

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

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allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

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capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

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2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

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1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

i

Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

I

escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

II1(

llill~

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

t

ESTAR ALL 29

cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

f bull

convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

) cC- l d-J u L

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 9: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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22 EL ANTROroLOGO COMO AUTOR

Yo creer estos tipos poder kaikai mfraquo Kaikai es el termino pidgin que significa laquocomerraquo Por primera vez sin duda emshypez6 a plantearse si habia sido prudente dejar 10 que para el era la civilizacion en Tulagi la sede del gobierno a cuatrocienshytas millas de alli para pasar conmigo un afio entero en un lugar tan lejano y entre salvajes de tan feroz apariencia Yo mismo aun sin sentirme tampoco del todo seguro de 10 que

i j 1 i I

allf nos esperaba -ya que sabia que estaban al borde del cashynibalismo---- 10 tranquilice y empezamos a sacar la impedishymenta Luego fuimos hasta la orilla en una de las canoas Al llegar al borde del arrecife nuestra embarcaci6n se detuvo debido a la resaca de la marea Saltamos sobre la roca corashylina y empezamos a vadear el arrecife hasta la orilla llevados de la mana de nuestros anfitriones como nifios en una fiesta intercambiando sonrisas a falta por el momento de algo mas tangible 0 inteligible Estabamos rodeados de una muchedumshybre de muchachos parlanchines con sus agradables y atercioshy

I

~ i peladas pieles marron claro y su pelo lacio tan distintos de los melanesios que habiamos encontrado hasta entonces Remoshyloneaban en derredor chapoteando como un banco de peces y

r algunos de ellos presa de su entusiasmo se hundian en las pozas Finalmente el largo vadeo llego a su fin escalamos la escarpada playa en forma de concha cruzamos la suave y seca arena sembrada de pardas agujas de los arboles casuarina -un cierto toque casero era como una avenida de pinos- y nos condujeron ante el gran jefe cubierto pomposamente con una

I

i

capa blanca y un taparrabos del mismo color qui en nos espeshyraba en su estrado bajo un copudo arbol

Pocas dudas puede haber despues de esto de que Firth en el mas amplio sentido de la palabra estuvo laquoalliraquo

Ii Cada minimo detalle relatado con dickensiana exuberanshy-cia y conradiano fatalismo -la masa azulada de la isla las nubes bajas el excitado parloteo las aterciopeladas

I I pieles la playa en forma de concha la alfombra de agujasshyde casuarina el entronizado jefe- induce a la convicshy

j

2 R FIRTH We the Tikopia Londres 1936 pags 1-2 Para una contextualizaci6n de este Iragmento en el contexto de la travel wrishyting (escritura de viajes) puede verse ahora M L PRAIT laquoFieldwork in common placesraquo en J CLIFFORD y G E MARCUS (eds) Writing Culture The Poetics and Politics of Ethnography Berkeley Califorshynia 1986 pags 35-37 (de proxima publicaci6n en editorial Jucar con] I Iii crito por un joven etn6grafo Loring Danforth Como mushy

)1 j 1)1 el titulo Retoricas de la etnografia) 11 II ~ I chos otros de su generaci6n destetados con la Positivisshy

Ii 11 I Iii 1 I ~

_middotr~ -c-~lllll~

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cion de que cuanto sigue quinientas paginas de descripci6n i resueltamente objetivizada de las costumbres sociales l -los tikopia hacen esto los tikopia creen aquello-- pueshy de tomarse como un hecho La ansiedad de Firth sobre [ la posibilidad de lograr que laquotan turbulento material hushy

fI manoraquo pueda laquosometerse alguna vez a estudio cientificoraquo se revela al fin tan exagerada como el miedo de su laquoboyraquo

t a ser devorado Aunque tampoco desaparece del todo Los subrayadosbull

del tipo laquoesto me ocurri6 amiraquo reaparecen periodicamenshy te el texto aparece finnado y rubricado por todas partes Hasta la ultima linea Firth lucha con surelaci6n respecshyi to de 10 que ha escrito viendolo aun en terrninos de puro pound estudio de campo laquoLa mayor necesidad -dice en esa t ultima linea- que tienen hoy las ciencias sociales es la l de una metodologia mas refinada tan objetiva y desapa-

I sionada como sea posible en la que aunque los presushy puestos debidos a los condicionamientos e intereses pershy

sonales del investigador llegue a influir en sus resultados1 dicho sesgo pueda asumirse conscientemente y la posibishyi lidad de otros supuestos iniciales tomarse igualmente en f cuenta descontandose asi las implicaciones de cada uno r en el curso del analisisraquo (pag 488) En el fondo su anshy- siedad y la de su laquoboyraquo no resultan demasiado diferentes t laquoDoy esta especie de recital egocentricoraquo escribe disculshyr pfmdose tras pasar revista ii-susteCnicasde campo sus f recursos Ilngtlisticos su modo de vida en la isla etc ~n0 porque piense que la antropologia deba convertirse ent -un~rectura- agradable sino porque la consideraci6n de I jas relaciones del antropologo con la gente que estudiat soIirelevantes para la naturaleza de sus resultados Consshyt fifiiyen un indice de su digestividad social hay personasr~e_no pueden digerir extraiios y otras que los absorben cQ1 facilidadraquo (pag II)l gtraquo El texto reciente que quiero ejemplificar como muesshy tra de la incomodidad autorial que surge del hecho de t tener que producir textos cientificos a partir de experien-J cias biograficas es The Death Rituals of Rural Greece esshy

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25BSTAR ALLt

cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

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1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

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Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

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escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

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res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 10: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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cadaver de un hombre que acababa de morir hacia pocashoras y escuchaba a su mujer sus hermanas y sus hijas lashymentar su muerte imaginaba esos mismos ritos celebrados yesos mismos cantos interpretados en la muerte de uno de misparientes e incluso en mi propia muerte Cuando e1 hermanodel difunto entraba en la habitacion las mujeres empezabaa cantar un lamento que hacia referenda a la vio1enta separashyci6n de dos hermanos mientras ambos se hallaban colgadosde las ramas de un arbol arrastrado por un furioso torrentePense entonces en mi propio hermano y llore La distanciaentre el Uno mismo y el Utro se habia hecho realmente peshyquefiaJ

3 L DANFORm The Death Rituals in Rural Greece PrincetonNueva Jersey 1982 pags 5-7 Para similares quejas modernas 0 posshymodernas sobre la laquoantropologfa de la mucrteraquo surgida de una expeshyriencia personal la muerte accidental de su propia esposa veaseR ROSALOO laquoGrief and a Headhunters Rage On the Cultural Forceof Emotionsraquo en E BRUNNER (ed) Text Play and Story 1983 Proshyceedings of the American Ethnological Society Washington DC 1984

~ p~gs 178-195 laquoEn la mayor parte de los estudios antropologicosbull sobre la muerte los analistas simplemente eliminan las ernociones

f asumiendo el punto de vista del observador mas distanciado Su postula iguala asimismo 10 ritual can 10 obligatorio ignora la relashy

ci6n entre ritual y vida cotidiana y confunde el proceso ritual can elproceso luctuoso La regla general parece ser la de adecentar lascosas cuanto sea posible enjugando las lagrimas e ignorando los lashymentesraquo (pag 189)

Hay por supuesto grandes diferencias entre estas dos1 puestas en escena y autoubicaciones una sigue el modelo de la novela realista (Trollope en los Mares del Sur) mienshyf tras la otra sigue el modelo filos6fico-meditativo (Heidegshy~ ger en Grecia) una muestra una preocupaci6n cientffica

1 POl_~ insuficiencia de la distancia mientras la otra exhishy be una preocupaoion humanista por la insuficiencia del-compromiso Expansividad ret6rica en 1936 sinceridad reshyI t6rica en 1982 Pero las similitudes son aun mayores toshyf das ellas derivadas de un tapas comun -el delicado peroI fructifero establecimiento de una sensibilidad familiar seshy mejante a la nuestra en un lugar intrigante pero extrafio en modo alguno similar al nuestro El drama de la llegadat de Firth a su territorio termina con un encuentro casi~ una audiencia real con un jefe Tras ello uno sabe queJ

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EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR24

mus-kritik y el anticolonialismo Danforth parece maspreocupado por no devorar a las gentes que estudia quepor ser devorado por ellas aunque para el el problemaes y seguira siendo epistemologico Cito con bastantes elip- I

sis un fragmento de su introducci6n titulada laquoSelf and i

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La antropologfa inevitablemente implica un encuentro conel Otro Con excesiva frecuencia sin embargo la distancia etshynografica que separa allector de los textos antropol6gicos y alantropologo mismo del Otro se mantiene de manera rlgida yaun se la exagera de forma artificial En muchos casos estedistanciamiento conduce a una focalizaci6n exclusiva del Otropoundomoalgoppmitivo curioso y ex6tico La brecha entre el fashymiliar cnosotrosmiddoty -er ex6tica laquoellosraquo es un obstaculo fundashymental para la comprension significativa del Otro obstaculoque s610 puede superarse mediante algun tipo de participacionen el mundo del Otro

El mantenimiento de esta distancia etnografica ha dadocomo resultado la parroquializaci6n 0 la folclorizacion de lainvestigaci6n antropol6gica sobre 1a muerte En vez de abordarel significado universal de la muerte los antropologos la hantrivializado con frecuencia interesandose sobre todo por laspracticas rituales ex6ticas curiosas y a veces violentas queacompaiian a la muerte en muchas sociedades Si no obstanshyte resultara posible reducir 1a distancia entre el antropologo

~ y el Otro superar la brecha entre laquonosotrosraquo y cellosraquo podrtacu1minarse la meta de una antropologia verdaderamente hushymanista [E1] deseo de superar la distancia entre el Unomismo y el Otro que urgi6 [mil adopci6n de este [tipo de enshyfoque] surge de mi propia experiencia de campo Cada vez queobservaba los rituales funerarios en -la Grecia rural tomabaaguda conciencia de la parad6jica y simultanea distancia ycercanfa otredad y mismidadA mis ojos los lamentos funeshyrarios la ropa de luto y los ritos de inhumaci6n eran ex6ticosY sin embargo era consciente en todos los casos de que nosolamente los Otros mueren Era consciente de que mis amigosy familiares tienen que morir que yo morire que la muertellega para todos propios y extraiios por igual

En el curso de mi trabajo de campo estos laquoexoticosraquo acashybaron adquiriendo sentido e incluso se me presentaron comoatractivas altemativas a la experiencia de la muerte tal como yola habfa conocido Mientras me hallaba sentado al lado del

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

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f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

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Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

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escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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ESTAR ALL 29

cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

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trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

ESTAR ALLt

res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

j J

v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 11: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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26 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

se producira un entendimiento mutuo y todo ira bien Las obsesivas reflexiones de Danforth sabre la Otredad terminan con su especularizacion funeraria mas llena de fantasia que de empatia Tras ello uno sabe que la brecha quedara superada que la comuni6n esta al alcance de la mano(Los etn6grafos necesitan convencernos (como estos dos hacen de manera efectiva) no s610 de que verdaderashy

I ment han laquoestado alliraquo sino de que (cmo tambien hashyi cen estos aunque de manera menos evidente) de haber

f estado nosotros aIli hubieramos visto 10 que ellos vieron I sentido 10 que ellos sintieron concluido 10 que ellos conshyI cluyeron)

No todos los etn6grafos ni siquiera la mayor parte de ellos empiezan cogiendo por los cuernos el dilema de la firshyma de manera tan enfatica como hacen estes La mayor parte se mantienen mas bien a raya bien sea comenzando con una amplia y no siempre suficiente (dado 10 que sigue) descripci6n detallada acerca del entorno natural la poblashycion y cosas similares 0 con amplias disquisiciones teori shy

[ cas a las que luego no se hace mucha referencia La represhy

j sentaci6n explicita de la presencia autorial tiende a quedar relegada del mismo modo que otras cuestiones embarazoshy

sas al prefacio las notas 0 los apendices

Pero el tema acaba siempre por aparecer aunque se reshychace 0 se disfrace laquoEI viajero del Africa occidentalraquo --esshycribe Meyer Fortes en la primera pagina de su estudio soshybre los tallensi (quiza la mas plenamente objetivizada de todas las grandes monografias etnograficas cuya escritura

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1 ESTAR ALL1 27

f Mississippi -dice William Ferris al comienzo de su libra tf

Blues from the Delta publicado hace pocos afios sobre los musicos negros del sur rural- Hileras de algod6n y soja de muchas millas de longitud se extienden a partir de sus calles y rodean las ciudades que de cuando en cuando se encuentran con nombres tales como Lula Alligator Panshyther Burn Nitta Yuma Anguilla Arcola y Onwardraquo Esta bien claro (aunque no se sepa que Ferris es nativo del Delshyta) quien es el que ha estado recorriendo la citada autoshypista

Meterse en su propio texto (es decir entrar represenshyI tacionalmente en el texto) puede resultar tan dificil para 165 etnografos como meterse en el interior de una cultura (es decir entrar imaginariamente en-una cultura) Para alshyt-gunos puede resultar incluso mucho mas dificil (Gregory t Bateson cuyo excentrico clasico Naven parece consistir principalmente en una serie de falsos comienzos y conti shyf nuos replanteamientos -preambulo tras preambulo epishyr logo tras epilogo- es quien viene inmediatamente a laI cabeza) Pero de un modo u otro aunque sea de manera ~ irreflexiva y con todo tipo de recelos sobre su pertinenciaf todos los etn6grafos acaban haciendolo Puede que hayat muchos libros romos e indigestos en antropologia pero

pocos de ellos si es que hay alguno pueden considerarse murmullos an6nimos

La otra cuesti6n preliminarJ9~~~J9QUeJJllJltor~~1__ viene a ser como una especie de texto legal escrito por un Jorizaraquo 0 elproblemadlscursivo como antes 10 he llamashybotanicoj-i- laquoque penetra en esta region desde el sur queda ti do)j-epplantea tambien de manera general en laquolQue es uri

impresionado por el contraste con la franja boscosa Segun ~rld~LFQypoundaIlt yen el ensayode Roland Barthesjen sus gustos se sentira complacido 0 desanimado tras la ma- ~ mi opini6n bastante mas sutil) laquoEscritores y escribientessj siva y gigantesca lobreguez de la selva virgens No cabe 1 publicado casi una decada antes6 middot -

duda de quien puede ser ese laquoviajeroraquo de cuya ambivalen- J cia se nos habla y que aparece embozado en una nota a pie I de pagina laquoLa autopista 61 atraviesa doscientas millas de J

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Foucault situa lacuesti6n en terminos de una distinci6n

5 W FERRIs Blues from the Delta Garden City Nueva York 1979 pag Iricas tierras negras conocidas con el nombre de Delta del

I Hi 6 R BARTHES laquoAuthors and Writersraquo en S Sontag (ed) A Barshythes Reader Nueva York 1982 pags 185-193 (trad cast laquoEscritcres

ill 4 M FORTES The Dynamics of Clanship Among the Tallensi LonshyiI1

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escribientesraquo en La cuesti6n de los intelectuales Buenos Aires Roshyli dres 1967 ampuQlfo Alonso Ed 1969)

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28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

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cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

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arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

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tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

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res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

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v acaba~ de leerlo sin haberse sentido como minima un poco shy tJ Jo Dicho todo esto quiero tomar como ejemplos cuatro l sacudidos

figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

ESTAR ALL1 33

remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 12: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

28 EL ANTROPOLOGO COMO AUTOR

entre aquellos autores (la mayor parte) laquoa quienes pueddl atribuirse legitimamente la producci6n de un texto un li~ bro 0 una obraraquo y aquellas otras figuras de mayor alcance que laquoson autores de mucho mas que un libroraquo autores de laquo una teorfa una tradici6n 0 una disciplina en la que otros libros yautores encuentran a su vez lugarraquo (pag 153) Y hace a continuaci6n toda una serie de cuestionables aser- tos a este respecto que sus ejemplos de los siglos XIX Y XX ~ (Marx Freud etc) son tan radicalmente distintos de los ejemplos anteriores (Arist6teles san Agustin etc) que no pueden compararse con ellos que tal cosa no ocurre en la ficci6n y que Galileo Newton 0 aunque el no 10 menciona

(tal vez por prudencia) Einstein no son ejernplos adecua-] middotdos Aunque es mas que evidente que los laquofundadores de r

discursividadraquo como el los llama los autores que han pr~ ducido no s610 sus propias obras sino que al producirIasj

laquohan producido algo distinto la posibilidad y las reglas de formaci6n de otros textosraquo son cruciales no s610 para el desarrollo de disciplinas intelectuales sino para Ia natura- leza misma de dichas disciplinas laquofreud no es s610 el au-t tor de La interpretacion de los sueiios 0 El chiste y su re-~ lacion con 10 inconsciente Marx no es solo el autor de Elt

maniiiesto comunista 0 El capttal aJl9shane_~~~ble~N91 UIl~ ilimitada posibilidad discursivaraquo (pag 154) T lt Tal vez s610 parece ilimitada pero sabemos 10 que conmiddot

ello quiere decir Qfu-th~ aborda esta misma cuestion dis- t tinguiendo entre laquoatltorraquo y laquoescritorraquo (y en otro lugar en- tre laquoobraraquo que es 10 que un laquoautorraquo produce y laquotextoraquo quet es 10 que el laquoescritorraquo hacej Elautor dice ejecuta una fun-

- bull 7 En realidad la distincion que establece Barthes es entre laquoecri-

vainss i laquoeCriVantSlO El traductor castellano de la edicion argentina citada en la nota anterior traducia tal disyunci6n como laquoescritoreslO Ylaquoe~cribienteslO aunque tal vez fuera Ias justo traucir el segundo Ii tenmIo ~omo laquoescrtbanosraquo d~dole aSI e~ to~o clencal que Barthes le atribufa Para mantener el juego terrninologico tal como Geertz t 10 desarrolla en su argumentacion se ha preferido no obstante tra-i ducir directamente del texto Ingles convirtiendo el laquoescritorraquo de Barthes en laquoautorraquo tal como quiso la traducci6n inglesa del farnoso ] articulo barthesiano y tal como Geertz 10 usa [T]

8 R BARTHES laquoProm Work to text II en HARARI (ed) Textual Strategies pags 73-82 (trad cast laquoDe la obra al textoraquo en pound1 su- surra del lenguaie Barcelona Paid6s 1987) f

t

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cion el escritor una actividad El autor tiene una cierta fund6n sacerdotal (10 compara con el hechicero de Mauss) el escritor tiene que ver con el clerigo medieval Para el autor laquoescribirraquo es un verba intransitivo laquoes alguien que transforma de manera radical el par que de las cosas en un como escribirraquo Para el escritor en cambio laquoescrlbirraquo es un verbo transitivo escribe alga laquoPlantea una meta (para evidenciar explicar instruir) para la que el lenguaje es s610 un medio ~a~~ eJ~1 lenguaje sostiene una praxis no la constituye 10 restituye a su naturaleza deJnstrushymento de comunicaci6n de vehiculo del pensarnientovs Todo esto puede recordar un tanto a aquella profesora

de laquoescritura creativaraquo que aparece en Pictures from an Institution de Randall Jarrell la cual dividfa a todo el mundo en laquoautoresraquo y laquogenteraquo y mientras que los autores eran gente la gente no eran autores Pero en el campo de la antropologia resulta dificil negar el hecho de que detershyminados individuos comoquiera que se les llame estableshycen los terminos discursivos en cuyo marco otros posteshyriormente se mueven durante un tiempo al menos y siemshypre a su propio aire EI conjunto de 10 aqui tratado apashyrece diferenciado cuando se examina por encima de las etiquetas acadernicas convencionales en terminos similashyres Boas Benedict Malinowski Radcliffe-Brown Murshydock Evans-Pritchard Griaule y Levi-Strauss por no alar-gar demasiado la lista y hacerla a la vez preterita y vashyriada remiten no s610 a obras concretas y particulares (El hombre y la cultura Social Structure 0 El pensamiento salvaje) sino a tOdo u~ ~stilo antropo6gico de ver las cosas recortan el paisaje intelectual y diferencian el camshy

d 1 d E 1 po e ls~urso sta es a razon de que tend~o~ a desshycartar rapldamente sus nombrcs de pila y a adjetivizar sus apellidos tenemos asf la antropologia boasiana griauliashyna 0 por citar el sard6nico adjetivo inventado por Talcott p (

arsons a su v~z un~ especie d~ auteur a 10 Barthes en el campo de Ia soclologia) y que siernpre me ha hecho gracia una antropologia laquobenedictinaraquo

Esta distinci6n entre laquoautoresraquo y laquoescritoresraquo 0 en la -

9 R BARTHES laquoAuthors and Writersll cit pag 187-189

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

lt

trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

tos B~rthe~ en realidad termina laquoEscritores y escribienshytesraquo hablando de que la figura literaria caracteristica de nuestro tiempo es un tipo bastardo el laquoautor-escritorraquo el intelectual profesional capturado entre el deseo de crear una seductora estructura verbal para ingresar en 10 que el llama el laquoteatro de la lenguaraquo y el deseo de comunicar hechos e ideas de mercadear informacion y coquetea conshytinuamente con un deseo y otro Pase 10 que pase con el discurso propiamente lettre y con el especificamente cienshytffico que parecen inclinarse de manera mas 0 menos deshyfinitiva hacia el lenguaje como praxis 0 el lenguaje como medio el discurso antropol6gico sigue siendo un discurso oscilante hibrido entre ambos La incertidumbre que se

manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

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res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

middottiempo Tratare a cada uno de estos exponentes de manera disshy

1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

yorquina- sino porque quiero explayarme sobre diversos temas a partir de ellos Levi-Strauss a quien analizare en

primer lugar aunque es el mas reciente el mas esquinado y en terminos Iiterarios el mas radical de los cuatro inshy11 troduce en materia con ~otal rapidez s~bre t~do si uno ~e bull concentra como yo hare en esa especie de Iibro-casuario que es Tristes tropicos El c~racter extremadamente texshyI tualiste de esta obra que situa en todo momento 10 liteshymiddotbullmiddot

rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

bull jamente tensa una aproximaci6n aparente que es en reashylidad una toma de distancia hasta el punta de poner utilshymente en tela de juicio las concepciones establecidas sobre la naturaleza de la etnograffa Levi-Strauss tiene ciertashymente un modo muy personal de laquoestar alliraquo A pesar de 10 que los antropologos puedan pensar de Tristes tropicos

J ~ componerlo imaginativamente middot ~ue es un hermoso cuento una visi6n reveladora 0 un nuevo ejemplo de equivoco frances-s- pocos son los que

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figuras distintas -Claude Levi-Strauss Edward Evan Evans-Pntchard es por supuesto hanna de ~tro costal u Evans-Pritchard Branislaw Malinowski y Ruth Benedict- un autor para el que -dado su e~tllo seguro directo yarshy

quienes a pesar de cuanto de ellos pueda decirse son cier- qU1t~ct6mco- un oximoron ~onslderado como laquocegadora tamente laquoautoresraquo en el sentido laquointransitiveraquo de fundado- claridadraquo parece hecho a medida Un aventurero-etnografo

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

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la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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31 30 EL ANTROPdLOGO COMO AUTOR

versi6n foucaultiana entre fundadores de discursividad y productores de textos concretos carece como tal de valor intrinseco Muchos de los que laquoescribenraquo en el marco de

tradiciones que otros han laquoautorizadoraquo pueden llegar a sobrepasar ampliamente a sus modelos Firth y no Malishynowski es probablemente nuestro mejor malinowskiano

Fortes eclipsa de tal manera a Radcliffe-Brown que Ilegashymos a preguntarnos c6mo pudo haber tornado a este como maestro Kroeber realiz6 10 que en Boas no era mas que

una promesa Tampoco se le hace justicia al fenorneno en la mas bien facil noci6n de laquoescuelaraquo que suena un poco a formaci6n de grupos que nadan juntos a la zaga de un pez-guia antes que 10 que realmente es una cuesti6n de generos el impulso que lleva a explotar nuevas posibilidashydes de representaci6n recien reveladas Mucho menos se

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trata por ultimo de un duelo entre tipos puros y absolushy I

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manifiesta en terminos de firma sobre hasta que punto y de que manera invadir el propio texto se manifiesta en tershy

minos de discurso sobre hasta que punto y de que manera

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res de discursividad estudiosos que al mismo tiempo han firmadoisus obras con cierta determinacion y construido teatros del lenguaje en los que toda una serie de otros de manera mas 0 menos convincente han actuado actuan aun y sin duda alguna seguiran actuando durante algun

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1 tinta no s610 porque son distintos -el mandarin parisino ~l profesor de Oxford el polaco errante y la intelectual neoshy1

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rario en primer plano haciendose eco sin cesar de muy diversos generos y resultando imposible de clasificar en ninguna categoria concreta que no sea -Ia suya propia 10

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convierte probablemente en el texto antropologico mas enfaticamente autorreferencial que existe un texto que reduce sin el menor rebozo el laquopor queraquo de las cosas al laquocomo escribirraquo Por otro lado al igual que en las restan-gt tes obras de Levi-Strauss su relacion con la laquorealidad culshyturalraquo (cualquiera que sea) es oblicua distante y compleshy

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que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

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En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

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en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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remedios mas 0 menos descsperados La meditabunda nota de la laquoIntroducclonraquo antes citada de Loring Danforth I~ (lquien soy yo para decir estas cosas icon que derecho CJ

icon que fin y lc6mo demonios puedo arreglarrnelas para ~ decfrselo con honestidad) tiene hoy amplias resonancias bajo variadas formas y con diversa intensidad Hacer etno- E graffa laquodesde el punta de vista del nativeraquo era para Ma- g linowski dramatizar sus propias esperanzas de autotras- g cendencia para muchos de sus mas fieles descendientes ~ dramatizar sus miedos de autoengaiio

Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

r artisticos y una cierta paciencia para soportar una intershy~ minable busqueda de agujas en infinitos pajares El modo

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34 EL ANTROP6LOGO COMO AUTOR

de estar allf autorial se vuelve cada vez mas dificil La venshyi taja de desplazar al menos parte de nuestra atencion desde

la fascinaci6n del trabajo de campo que durante tanto tiempo nos ha mantenido esclavos hacia la escritura esta no s610 en que tal dificultad podra entenderse mas facil- [ mente sino tarnbien en que de este modo aprenderemos a leer de un modo mas agudo Ciento quince aiios (si fechashymos el inicio de nuestra profesion como suele hacerse a partir de Tylor) de prosa aseverativa e inocencia literaria son ya suficientes

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EL MUNDO EN UN TEXTO

Como leer cTrlstes troplcosraquo

El advenimiento del estructuralismo (eadvenimientoraquo es la palabra adecuada apareci6 de repente insospechadashy

mente anunciado por una improbable presencia) ha conseshyguido alterar mas la autopercepci6n de la antropologia que la percepci6n de su propia tematica Cualquiera que pueda ser el futuro de la circulacion del intercambio de mujeres de los mitemas la raz6n binaria 0 la ciencia de 10 concreto el sentido de importancia intelectual que el estructuralisshymo aport6 a la antropologia y mas especialmente a la etshynografia --en la que Levi-Strauss declare en cierta ocasi6n haber encontrado nada menos que laquoel principio de toda investigacions-c-- tardara mucho en desaparecer La disci-

plina habia logrado ir abriendose camino por uno y otro lado en el campo mas amplio de la cultura Eliot ley6 a

Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Page 14: Geertz Clifford_ El antropologo como autor_Estar alli.pdf

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32 BL ANTRoroLOGO COMO AUTOR

que se mueve a sus anchas por el mundo del imperialismo colonial a la vez como observador y como actor y cuya misi6n parece ser poner al desnudo hacer claramente vishysible como las ramas de un arbol 0 un redil de ganado la

sociedad tribal sus libros simples fotos de 10 que descrishyben bocetos tornados al natural Que estos supuestos moshydelos de 10 que G Marcus y Dick Cushman en su repaso r de los recientes experimentos sobre escritura antropolo- gica llaman laquorealismo etnograficoraquo hayan venido a con- ~ vertirse en los mas desconcertantes textos de toda la an- tropologfa -leiclos y discutidos una y otra vez y de variados i modos considerados ya como ciencia estricta 0 como gran ~

arte exaltados como mode1os clasicos 0 como experimen- tos heterodoxos citados por fiI6sofos 0 celebrados por ecologistas- no hace sino sugerir que bajo su aspectof digno y decoroso resultan tan taimados como los textos de~

Levi-Strauss y casi tan instructivos Los objetos s61idos l que se diluyen bajo una mirada fija resultan ser no menos fascinantes que aquellos otros de caracter formalmente fan- tasmal y quiza no menos turbadores

En el caso de Malinowski mi interes versara no tanto ep e1 hombre como tal sobre e1 que mucho se ha escrito _t

tya como sobre 10 que forj6 cAutor barthesiano de la observaci6n participante del laquono s610 estuve alli sino que tshyfui uno de ellos y hable con su VOZlt como estilo de tradi- ~ ci6n etnografica (aunque no file ciertamente el primero r

en practicarla del mismo modo que Joyce no fue e1 pri- r mere en utilizar la laquocorriente de concienciaraquo ni Cervantes en recrear la picaresca) hizo de la etnograffa una curiosa materia interior una cuesti6n de autoprueba y autotrans- middottmiddot (Ellaquoestar aUI autorial palpable en la pagina escrita formaci6n y de su escritura una forma de autorreve1aci6n resulta en cualquier caso una triquiiiuela tan diffcil de

La quiebra ~e laseguridadepi~temol6gica(y ~~r~D q1~~ J( hacer aflorar como el laquohaber estado allfraquo personalmente contoda su externa fanfarronena empez6 practicando con-~ que al fin y al cabo s610 requiere poco mas que un billete

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Finalmente en los esquernaticos retratos y sumarias evaluaciones de Ruth Benedict emerge con peculiar clarishydad otro aspecto del caracter reflexivo tipo laquolD6nde estan ellosraquo laquolD6nde estoy yoraquo de la antropologia el modoshyen que se escribe acerca de otras sociedades resulta ser siempre una especie de comentario es6pico sobre la propia sociedad Para un americano recapitular a los zufii los kwakiutl los dobu 0 los japoneses como una sola pieza equivale a recapitular a los americanos como una sola pieshyza al mismo tiempo hacerlos tan provincianos ex6ticos c6micos y arbitrarios como puedan serlo los hechiceros y los samurais EI famoso relativismo de Benedict era meshynos una postura fiIos6fica sistematicamente defendida 0 incluso coherentemente mantenida que el producto de una forma particular de describir a los otros un tipo de desshycripci6n en el que las rarezas distantes servian para cuesshytionar los presupuestos pr6ximos y familiares

sigo mismo -como podemos ver ahora en su postumamenshyte publicado Diario- ha dado lugar hoy a una quiebra en la seguridad expositiva y provocado toda una oleada de

10bull Gbull MARCUS Y D CUSHMAN c Ethnographi es as Tex sa en Bt S IEshyGEL (ed) Annual Review of Anthropology vol II Palo Alto Calishy

fornia 1982 pligs 25-69

~ de viajeypermiso para aterrizar capacidad para soportar uiiaCierta dosisde soledad de invasi6n del ambito prishyt vado y de incomodidad ffsica un estado de animo relaja-J do para hacer frente a raras excrececias e inexplicables ~ fiebres capacidad para soportar a pie firme los insultos ~ bullbullbull bull

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Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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Frazer Engels ley6 a Morgan Freud vaya ley6 a Atkinson yen Estados Unidos al menos casi todo el mundo ha Ieido a Margaret Mead Pero nada semejante a una invasion geshyneral de todos los campos vecinos (literatura filosoffa teoshylogfa historia politica psiquiatria lingliistica y hasta alshygunas partes de la biologia y la matematica) se habfa proshyducido hasta entonces Tan precipitado desplazamiento desde los margenes hasta el centro mismo de las cosas ha hecho volverse a cabezas mas prestigiosas que las nuestras y los efectos -a pesar de mi ironia no del todo inadecuashyda-- seguiran con nosotros de manera mas 0 menos pershy manente

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