G) NOTAS - Enrique González Rojo · 105 La lectura sintomática o sintomal que Marx aplicara a Smith y Ricardo y Althusser a Marx, debe ser aplicada, pensamos, al propio Althusser

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G) NOTAS

1 K. Marx y F. Engels, La ideología alemana, Edic. de Cultura Popular, Mex. 1976,

p. 47.

2 Probablemente habría que reservar el nombre de dialéctica, en sentido estricto, a la

dialéctica materialista, y aún más, a la dialéctica materialista concreta. No obstante

ello, creemos legítimo emplear el término dialéctica en sentido amplio, porque eso

nos permite visualizar la vinculación y las diferencias entre diversas posiciones

filosóficas.

3 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, Editorial Diógenes,

México, 1977, 2da. Edición, p. 235.

4Ibid., p. 381. 5 Adolfo Sánchez Vázquez escribe: "Lenin establecía -de acuerdo con Marx y

Engels- la unidad de la teoría y la práctica, del socialismo y la ciencia y, de este

modo, ponía en su verdadero lugar la praxis humana". Filosofía de la praxis,

Editorial Grijalbo, México, 1972, p. 40.

6 Como cuando Sánchez Vázquez asienta: "hemos entendido la praxis como

actividad material humana transformadora del mundo y del hombre mismo. Esta

actividad real, objetiva, es, a la vez, ideal, subjetiva y consciente. Con este motivo,

hemos insistido en la unidad de la teoría y la práctica, unidad que entraña también

cierta distinción y relativa autonomía"... Ibid., p. 324. Y en el libro Ciencia y

revolución afirma: la "teoría científica, justo es reconocerlo, no surge, a diferencia

de la conciencia de clase, simplemente del movimiento obrero espontáneo, ya que,

como toda ciencia, requiere un trabajo teórico específico y relativamente autónomo"

Ciencia y revolución, Alianza Editorial, Madrid, 1978, p. 43.

7 Crítica a la teoría de la praxis, Editorial Nuestro Tiempo, México, 1977, p.22.

8 Adolfo Sánchez Vázquez, op. cit. 9 Althusser escribe: "Si nos contentamos con hablar de la práctica en general, o si

hablamos solamente de la práctica económica y de la práctica política, sin hablar de

la práctica teórica como tal, estamos sustentando la idea de que las prácticas no-

científicas producen por ellas mismas, espontáneamente, el equivalente de la

práctica científica, y descuidamos el carácter y la función irremplazables de la

práctica científica". La filosofía como arma de la revolución, Córdoba, Argentina,

Cuadernos de Pasado y Presente, No. 4, 1971, p. 37.

10 Enrique González Rojo, Para leer a Althusser, Diógenes, Mex., 1974, p. 50. 11Ibid., p. 44. 12 En el libro La revolución proletario-intelectual, Editorial Diógenes, 1981. 13 Entendemos por instrumentos intelectuales de la producción las Generalidades II y

por medios intelectuales de la producción, tanto las G I como las G II. 14 0, si se quiere, de las relaciones de propiedad, que constituyen su aspecto

medular.

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15 De las "relaciones de producción" en sentido técnico-funcional.

16 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 10.

17 Fase en que se publican, además de Pour Marx y Lire le Capital, Teoría, práctica

y formación teórica (1965), Materialismo histórico y materialismo dialéctico

(1966), Sobre el trabajo teórico (1967).

18 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y Revolución, op. cit., p. 12. 19 Ibid., p. 14. 20 Ibid., p. 17. 21 Ibid., p. 17. 22 Enrique González Rojo, Hacia una teoría marxista del trabajo intelectual y del

trabajo manual, Editorial Grijalbo, México, 1977, pp. 7-8. 23 Objeto que Althusser ve generalmente como una ideología; pero que puede ser un

error, una tesis científica, una tendencia filosófica, etc. 24 Adolfo Sánchez Vázquez, op. cit., p. 26. 25 Ibid., p. 27. 26 Ibid., p. 27. 27 Ibid., p. 27.

28 Ibid., p. 27. 29 Ausencia que explica, como después veremos, el contenido de la Autocrítica del

Althusser de la segunda etapa a su "desviación teoricista". 30 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., pp. 19-20. 31 Enrique González Rojo, "Ciencia e Historia", en Episteme, Nos. 2-3, Revista de la

Academia de Filosofía del CEC y T., México, 1979, p. 19. 32 Ibid., p. 19. 33 Ibid., pp. 19-20. 34 Ibid., p. 20. 35 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., pp. 348-349. 36 Enrique González Rojo, Hacia una teoría marxista del trabajo intelectual y el

trabajo manual, op. cit., pp. 8-9. 37 En un momento dado, nosotros pensamos que Althusser daba por supuesto el

concepto de condicionamiento favorable o no (contrapuesto al de determinación en

última instancia) como el apropiado para señalar el tipo de relación específica entre

la ciencia y las otras prácticas; pero aunque su teoría "pedía" dicha noción, nuestro

filósofo no pudo acceder, por lo visto, a tal concepto. Su autocrítica a su "desviación

teoricista" se funda, por consiguiente, no sólo en el ya mencionado vacío, sino en la

ausencia de una pieza esencial: la del condicionamiento favorable o no. 38 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 12. 39 Es muy significativo el hecho de que en todo el libro de Sánchez Vázquez que

comentamos, y en que se denuncia incesantemente el teoricismo, no se mencione el

peligro del practicismo. 40 Dice, por Ej.: "no basta señalar que la teoría produce efectos prácticos, sino que es

preciso subrayar asimismo que la práctica tiene efectos teóricos, y no de un modo

exterior o casual, sino intrínseco y necesario", Ibid., p. 17.

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41 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 29. 42 Ibid., p. 29. 43 Ibid., p. 29. 44 Ibid., p. 29. 45 Podemos criticarlo por no tematizarlas, por no hacer de ellas objeto de

conocimiento. Pero no podemos atribuirle a Althusser la tesis teoricista de que la

teoría, autonomizada, carece de vinculación con las prácticas empíricas. 46 Ibid., p. 30. 47 Ibid., p. 30. 48 Ibid., p. 31. 49 Ibid., p. 31. 50 Ibid., p. 32. 51 Ibid., p. 34. 52 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p. 352. 53 Adolfo Sánchez Vázquez, op. cit., p. 32. 54 Ibid., p. 37. 55 Ibid., p. 37. 56 Ibid., p. 37. 57 Ibid., p.37. En otro sitio dice Sánchez Vázquez que, en Althusser, "la ideología de

la clase dominante cubre por entero todo el campo ideológico" Ibid., p.41. 58 Ibid., p. 37. 59 Ibid., p. 37. 60 Ibid., p. 37. 61 Ibid., p. 37.

62 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p. 317. 63 La realidad fenoménica, captada a través de los sentidos o la experiencia práctica,

es o puede ser una verdad, aunque no una verdad científica o filosófica. 64 Ibid., p. 318. 65 Ibid., p. 318. 66 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 37. 67 Aunque puede ser, desde luego, utilizado como tal. Basta echar los ojos al

"marxismo burocratizado" de los países "socialistas" para advertir la certeza de este

aserto. 68 Ibid., p. 43. 69 Ibid., p. 38. 70 Ibid., p. 38. 71 Ibid., p. 39. 72 Ibid., p. 39. 73 Ibid., p. 39. 74 Ibid., p. 40. 75 "Cuando queremos estudiar qué tipos esenciales de ideología existen, podemos

acudir a su cara invisible o a su cara externa. Según su cara invisible (o contenido

real) hay tantas ideologías como clases (o sectores). De acuerdo con su cara externa

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hay tres tipos esenciales de ideología: la ideología-apariencia, la ideología-ciencia

y la ideología-filosofía. La cara externa de la ideología... consiste en su pretensión

de ser una conciencia verdadera. La conciencia verdadera, por su parte, puede

asumir tres formas esenciales: la apropiación cognoscitiva del fenómeno

(apariencia), la apropiación cognoscitiva de la ciencia (esencia) y la apropiación

cognoscitiva de la totalidad (filosofía: materialismo dialéctico)". Enrique González

Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., pp. 119-120. 76 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 43. 77 Ibid., p. 40. 78 Ibid., p. 41. 79 Ibid., p. 41. 80 Ibid., p. 41. 81 Ibid., p. 41. 82 Ibid., p. 41. 83 Ibid., p. 42. 84 Ibid., p. 42. 85 Ibid., p. 42. 86 Ibid., p. 42. 87 Ibid., p. 42. 88 Ibid., p. 42. 89 Ibid., p. 43. 90 Ibid., p. 43. 91 Ibid., p. 43. 92 Ibid., p. 41. 93 "Los individuos sólo forman una clase en cuanto se ven obligados a sostener una

lucha común contra otra clase". La ideología alemana, Monte-video, Ed., Pueblos

Unidos, 1959, p. 58. 94 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p. 83.

95 Ibid., p. 46. Cuando pone Sánchez Vázquez las iniciales PM se refiere al título

Pour Marx de la edición francesa. La cifra que viene a continuación remite a la

página de esa edición; la segunda cifra corresponde a la edición en español. 96 Ibid., p. 46. 97 Ibid., p. 46. 98 Ibid., p. 46. 99 Ibid., p. 47. 100 Ibid., p. 47. Althusser lo dice de esta forma: "No he propuesto otra cosa que la

lectura 'sintomática' de las obras de Marx y del marxismo las unas por las otras, es

decir, la producción sistemática progresiva de esa reflexión de la problemática sobre

sus objetos que los hace visibles, la revelación, la producción de la problemática

más profunda que permita ver aquello que aún no pueda tener más que una

existencia alusiva o práctica". Louis Althusser y Etienne Balibar, Para leer el

capital, S XXI, México, 1969, p. 37. 101 Ibid., p. 34.

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102 Ibid., p. 26. 103 Ibid., p. 24. 104 Ibid., p. 33. 105 La lectura sintomática o sintomal que Marx aplicara a Smith y Ricardo y

Althusser a Marx, debe ser aplicada, pensamos, al propio Althusser. El resultado es,

en algunos puntos, sorprendente. Ya mencionamos alguno. Hablar de la existencia

de medios intelectuales de producción sin explicar el proceso social de

monopolización de ellos y de las consecuencias sociales de dicha apropiación es,

yendo a la problemática, una respuesta, ¡y qué respuesta!, a una pregunta

inexistente. Pero ya hablaremos de ello con mayor detalle. 106 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 47. 107 Ibid., p. 47. Althusser es consciente del método por él empleado. De ahí que diga:

"puesto que nunca existe una definición sino de una diferencia, hemos planteado a

El capital el problema de la diferencia específica...". Louis Althusser y Etienne

Balibar, Para leer El capital, op. cit., p. 19. 108 Adolfo Sánchez Vázquez, op. cit., p. 47. 109 Ibid., p. 47. 110 Ibid., p. 48. 111 Ibid., p. 48. 112 Ibid., p. 48. 113 Ibid., p. 48. 114 Ibid., p. 49. 115 Louis Althusser y Etienne Balibar, Para leer El Capital, op. cit., pp. 25-26 116 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 49. 117 Ibid., p. 49. 118 Ibid., p. 49. 119 Ibid., p. 50. 120 Ibid., p. 50. 121 Ibid., p. 52. 122 Ibid., p. 53. 123 Tal vez porque, dado su carácter teórico, supone Sánchez Vázquez que esta

ideología de forma teórica, de que habla Althusser, escapa a las determinaciones de

clase. Decimos tal vez porque Sánchez Vázquez no precisa su idea al respecto. 124 El de la teoría general y el de la teoría particular de la ideología, E.G.R. 125 Ibid., p. 53. 126 Ibid., p. 54. 127 La filosofía de Hegel se entronca, como ya lo demostró Feuerbach, con la

religión; se trata, pues, de la vinculación de una ideología teórica con un campo

ideológico práctico; pero tanto el hegelianismo como el cristianismo poseen el

mismo denominador estructural: su carácter deformante/conformante, el cual encar-

na en ideologías de diferente forma. 128 Ibid., p. 54.

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129 Ibid., p. 53. Esta crítica de Sánchez Vázquez carece, a nuestro modo de ver las

cosas, de sentido, ya que cuando Althusser habla de una ideología de forma teórica o

precientífica une dos términos (el de ideología y el de precientífica) que no se

contradicen. Lo precientífico no es lo científico sino la prehistoria de ello. 130 Ibid., p. 53. 131 El materialismo histórico. 132 Louis Althusser, La revolución teórica de Marx, 2da. edición en español, S.XXI,

México, D.F., 1968, pp. X-XI. 133 Ibid., p. 55. 134 Ibid., p. 55. 135 Ibid., p. 55. 136 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p.315. 137 Diferencia muy tenida en cuenta por Althusser. 138 Ibid., p. 56. 139 Ibid., p. 57. 140 Althusser mismo, en contra de la presuposición de Sánchez Vázquez, rechazaría

tal cosa. 141 Ibid., p. 57. 142 Ibid., p. 57. 143 Ibid., p. 57. 144 Ibid., p. 57. 145 Ibid., p. 57. 146 Ibid., p. 57. 147 Ibid., p. 57. 148 La posibilidad de que la posición althusseriana al respecto sea exclusiva-mente

teórica es, nos parece, relativa: entre otras cosas, como ya lo dijimos, porque la

ideología con la que rompe la ciencia se vincula con lo no teórico y porque la

ciencia que rompe con esa ideología lo hace teniendo como objeto, en última

instancia, la realidad social; ruptura llevada a cabo, además, para servir a la

transformación social. Falta, sin embargo, en Althusser, y como siempre, la acción

permanente de la práctica empírica sobre la ciencia. 149 Ibid., p. 58. 150 Ibid., p. 58. 151 Louis Althusser, Elementos de autocrítica, Linotipia, Pontelti, Buenos Aires, p.

14. 152 Karl Marx, El capital, Tomo I, FCE, México, 1946, p. 827. 153 Karl Marx y F. Engels, Obras escogidas en II Tomos, t II, "Crítica del Programa

de Gotha", Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1952, p.17. 154 Althusser escribe: "en rigor, no se puede hablar de error en filosofía desde un

punto de vista marxista, a menos que nos lancemos a pensar la propia filosofía bajo

las categorías del racionalismo (verdad/error), es decir, bajo tesis filosóficas no

marxistas". Louis Althusser, Elementos de autocrítica, op. cit., p. 57. 155 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 61.

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156 Ibid., p. 61. 157 Ibid., p. 61. 158 Ibid., p. 62. 159 Ibid., p. 62. 160 Ibid., p. 62. 161 Ibid., p. 62. 162 Enrique González Rojo, Para leer a Althusser, op. cit., p. 46. 163 Nombre que conviene dar a lo práctico en sentido tradicional, cuando este último

concepto se subsume en el género de la práctica. 164 Enrique González Rojo, Hacia una teoría marxista del trabajo intelectual y del

trabajo manual, op. cit., pp. 136-137.

165 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 63. 166 No el objeto, pero sí "su" objeto, y esto es lo esencial. Además, si se respeta la

especificidad de la producción teórica (o sea la transformación consciente de "su"

objeto) ello crea la posibilidad de coadyuvar a la transformación del objeto real.

EGR. 167 Ibid., p. 63. 168 Ibid., p. 63. 169 Enrique González Rojo, Para leer a Althusser, op. cit., p. 18. 170 Nosotros hemos escrito: "Se debe a Althusser el hecho de haber hallado que esta

estructura de la práctica económica es la estructura de toda actividad humana

transformadora... No conviene dar el nombre... de 'actividades' a estas disciplinas

humanas (filosofía, ciencia, ideología, religión, etc.) porque el término actividad

resulta tan general que en él no se recoge el elemento fuerza humana de trabajo, o

conciencia humana..." Ibid., p. 43. 171 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 64. 172 Ibid., p. 64. 173 Dice, por ejemplo, "La práctica política de los partidos comunistas en efecto

puede contener en estado práctico ciertos principios marxistas o algunas de sus

consecuencias teóricas, que no se hallan en los análisis teóricos existentes" (Sobre el

trabajo teórico; dificultades y recursos, Barcelona, Cuadernos Anagrama, 1970,

p.49). 174 Consúltese Para leer a Althusser, op. cit., p. 94. 175 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 64. 176 Ibid., p. 66. 177 Las teorías. 178 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., pp.354-355. 179 Ibid., p. 355. 180 Tenemos la impresión de que Sánchez Vázquez malinterpreta la acusación de

Althusser. Este, al calificar a ciertos teóricos marxistas de pragmatistas no está

pensando en el pragmatismo de James, Pierce o Parsons, sino en la desviación

practicista de la filosofía práxica. Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución,

op. cit., p. 66.

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181 Ibid., p. 66. 182 Ibid., p. 67. 183 Ibid., p. 67. 184 Ibid., p. 67. 185 Ibid., p. 68. 186 Ibid., p. 68. 187 Ibid., p. 68. 188 Ibid., p. 69. 189 Ibid., p. 69. 190 Ibid., p. 71. 191 Ibid., p. 69. 192 Louis Althusser, Para leer El capital, op. cit., p. 66.

193 Ibid., p. 67. 194 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 69. 195 Ibid., p. 69. 196 Ibid., p. 70. 197 Ibid., p. 70. 198 Ibid., p. 70. 199 Ibid., p. 70. Aquí alude Sánchez Vázquez a Bogdanov, Stalin y Jdanov.

200 Ibid., p. 70. 201 Ibid„ p. 70. 202 Por eso el "subjetivismo de clase", que reduce la ciencia a la ideología y ve a ésta

última como el polo estructurado por una historia endógena (la de la infraestructura),

no es otra cosa, si la llevamos a sus últimas consecuencias, que historicismo

(comentario actual, EGR). 203 Louis Althusser, Para leer El capital, op. cit., p. 145. 204 Ibid., p. 146. 205 Ibid., p. 146. 206 Enrique González Rojo, Para leer a Althusser, op. cit., pp. 29-30. Ver nota No. 9.

207 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 71. 208 Dirigido esencialmente contra Roger Garaudy. 209 Ibid., p. 71. 210 Ibid., p. 71. 211 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p.147.

212 Ibid., pp. 153-154. 213 "Mi tesis es simple, dice Althusser. Teóricamente hablando el marxismo no es un

humanismo. Teóricamente hablando el humanismo es una ideología" (Althusser, L.,

Semprún, J; M., Verret, M., Polémica sobre marxismo y humanismo, Col. Mínima

Siglo XXI, 1968, p.172). Más adelante dice Althusser: "Para nosotros el humanismo

no puede ser sino una ideología de clase. Agregar a la palabra humanismo los

adjetivos real, verdadero [como lo hace Semprún], no basta para dar al humanismo

el contenido de clase..." (Ibid., p.191). 214 Ibid., p. 185.

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215 Ibid., p. 185. 216 Ibid., p. 188. 217 Ibid., p. 189. 218 Ibid., p. 189. 219 Consúltese nuestro texto respecto a ello. 220 Adolfo Sánchez Vázquez, op. cit., p. 73. 221 Ibid., p. 74. 222 Ibid., p. 74. 223 Ibid., p. 75. 224 Ontología que caracteriza Sánchez Vázquez como si fuera platónica, como si

hubiese "realizado los géneros" (Aristóteles). 225 Ibid., p. 75. En La filosofía como arma de la revolución, Althusser escribe: "sólo

existen, en el sentido cabal del término, objetos reales, concretos y singulares".

Cuadernos de Pasado y Presente, Córdoba, Argentina, 1969, p.72. 226 Ibid., p. 76. 227 Ibid., p. 76. 228 Ibid., p. 76. 229 Ibid., p. 76. 230 Ibid., p. 77. 231 Ibid., p. 77. 232 Ibid., p. 77.

233 Ibid., p. 77. 234 Ibid., p. 77. 235 Ibid., p. 77. 236 Ibid., p. 79. 237 Louis Althusser, Escritos (1968-1970), Ed., Laia, Barcelona, 1974, p.16. 238 Ibid., p. 16. 239 Ibid., p. 17. 240 Salta a la vista que diferimos de Althusser cuando hacemos intervenir entre la

ruptura y la reproducción natural teórica la acumulación originaria científica. Marx,

por ejemplo, no inaugura la ciencia de la historia sin más, sino que inicia su proceso

de constitución. 241 Enrique González Rojo, Para leer a Althusser, op. cit., p. 47. 242 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., pp.320-321. La

conveniencia de designar también con el nombre de Generalidad la impresión

sensible inmediata, estriba en la convicción de que, como en la Fenomenología del

espíritu, el esto, producto del aquí y el ahora, se nos vuelve una generalidad, y en

ella la producción teórica puede hallar la materia prima de su operación. 243 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 89. 244 Ibid., p. 90. 245 Ibid., p. 90. 246 Ibid., p. 90. 247 Ibid., p. 90.

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248 Ibid., p. 90. 249 Ibid., p. 90. 250 Ibid., p. 90. 251 Ibid., p. 93. 252 Ibid., p. 94. 253 Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política

(borrador) 1857-1858, la. ed. esp., "Introducción", vol. I, S. XXI, México, 1971,

pp.21-22. 254 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 97. 255 Ibid., p. 98. 256 Marx dice, por eso mismo: "la totalidad concreta, como totalidad del

pensamiento, como un concreto del pensamiento, es in fact un producto del

pensamiento y de la concepción, pero de ninguna manera es un producto del

concepto que piensa y se engendra a sí mismo, desde fuera y por encima de la

intuición y de la representación, sino que, por el contrario, es un producto del trabajo

de elaboración que transforma intuiciones y representaciones en conceptos"

(Elementos fundamentales... , op. cit., p. 22). 257 Conocimiento no científico que erróneamente identifica Althusser con lo

ideológico. Nuestro punto de vista, ya lo hemos dicho, es que no es ideológico todo

lo que no es científico. 258 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 92. 259 Louis Althusser, Para leer El capital, op. cit., p. 61. 260 Ibid., p. 62. 261 Ibid., p. 68. 262 Ibid., p. 74. 263 Ibid., p. 100. 264 Relación, hemos dicho páginas atrás, de condicionamiento favorable o

desfavorable.

265 Ibid., p. 100. 266 Ibid., p. 100. 267 Ibid., p. 103. 268 Ibid., p. 103. 269 Ibid., p. 103. 270 Ibid., p. 105. 271 Ibid., p. 107. 272 Ibid., p. 107. 273 Consúltese Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p.235

y ss. 274 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 107. 275 Las diferencias de Sánchez Vázquez con la teoría leninista del partido se han ido

haciendo cada vez más expresas, al grado de que en la actualidad mantiene una

posición francamente progresista, denunciadora y penetrante, pese a ciertas

limitaciones.

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276 Consúltese Alain Brossat, El joven Trotsky, Ed. Siglo XXI, México. 277 Como Michel Lowy nos confesó, en plática personal, que le ocurría a menudo. 278 Consúltese mi libro La revolución proletario-intelectual, Diógenes, 1981. 279 Consúltese, para el problema de la organización partidaria, nuestro escrito "La

concepción global del partido obrero-campesino", en Revista Revolución Articulada,

No. 1, México, 1981. 280 Proceso éste vigilado todo él por una masa que desde el principio sepa de la

existencia de una clase intelectual y de su tendencia histórica a sustantivarse, a

generar los sistemas tecno-burocráticos y militares del llamado socialismo. 281 Sobre todo en el capítulo "Contradicción y sobredeterminación" de La revo-

lución teórica de Marx, S. XXI, México, 1967, pp. 71-106. 282 Ibid., p. 88. 283 Ibid., p. 74. 284 Ibid., p. 74. 285 Althusser subraya que Mao Tse-tung, en su folleto de 1937 Sobre la

contradicción "contiene una serie de análisis en los que la concepción marxista de la

contradicción aparece bajo una forma extraña a la perspectiva hegeliana... Sin

embargo, el texto de Mao, inspirado en la lucha contra el dogmatismo en el Partido

chino, permanece en general en estado descriptivo, y en contrapartida, abstracto en

ciertos aspectos..." Ibid., p. 75. 286 Ibid., p. 77.

287 Ibid., p. 77.

288 Ibid., p. 78.

289 Ibid., p. 80.

290 Ibid., pp. 80-81.

291 Ibid., p. 81.

292 Ibid., p. 81.

293 Ibid., p. 82.

294 Ibid., p. 83.

295 Ibid., p. 83.

296 Ibid., p. 86.

297 Louis Althusser, "Tesis de Amiens", Dialéctica, Año II, No. 3, julio 1977,

Universidad Autónoma de Puebla. "Insisto voluntariamente en la subdeterminación

pues algunos se han acomodado con facilidad a que se agregue un suplemento fácil a

la determinación pero no han soportado la idea de la subdeterminación, es decir de

un umbral de determinación que, no franqueado, hace que aborten revoluciones, se

estanquen o desaparezcan movimientos revolucionarios, que hace que el imperiales-

mo se pudra aún desarrollándose, etc." p. 174.

298 En Para una crítica de la práctica teórica. Respuesta a John Lewis, México,

Siglo XXI, 1974, Althusser reconoce explícitamente que en el pasado llegó a "creer

que la filosofía es una ciencia", p. 59.

299 Y también en la Advertencia a la segunda edición francesa de Lire le Capital, de

finales de 1967 y principios de 1968.

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300 En otra parte hemos escrito que el marxismo "tiene que respetar la diferencia de

tres niveles: la filosofía, la ciencia y la ideología. Si no hace tal cosa degenera en

positivismo (al subsumir la filosofía en la ciencia) o en el historicismo (al subsumir

la filosofía en la ideología)" Teoría científica de la historia, op. cit., p.338.

331 "Es unilateral, dice Althusser porque no da cuenta de otro aspecto decisivo de la

filosofía: su relación orgánica con la política" Para leer El capital, op. cit., p.4.

302 Citado por Adolfo Sánchez Vázquez en Ciencia y Revolución, op. cit., p.111.

303 Ibid., p. 112.

304 Sánchez Vázquez, aludiendo al teoricismo (incidental) de Althusser, asienta

críticamente: en la Advertencia "Althusser muestra indudablemente un espíritu

autocrítico, pero al mismo tiempo ambivalente: por un lado reconoce su tendencia

'teoricista' y, por otro, niega que afecte a la médula de su pensamiento" Ibid., p. 112.

305 Ibid., p. 112.

306 Ibid., p. 113.

307 Ibid., p. 112.

308 Aunque creemos que Althusser es de la misma opinión.

309 Ibid., p. 112. Tal cosa nos parece, desde luego, indiscutible. El problema -

que trataremos después- está, sin embargo, en otro lado: en esclarecer rigurosamen-

te el tipo de relación específico que existe entre la teoría y el más allá práctico de

ella.

310 Ibid., p. 112. El problema es, entonces, éste: ¿hasta qué punto la redefinición no

teoricista de la filosofía anula su carácter de especificidad-en-relación, de acuerdo

con la terminología empleada con anterioridad?

311 Ibid., p. 113.

312 Ibid., p. 113.

313 Althusser lo dice de esta forma: "Las Tesis filosóficas, al no ser susceptibles de

demostración o prueba científicas, no pueden denominarse 'verdaderas' (demostradas

o probadas, como sucede en matemáticas o en física). Sólo pueden denominarse

'correctas' " Curso de filosofía marxista para científicos (Introducción: Filosofía y

Filosofía espontánea de los científicos), Editorial Diez, 1975, p. 14.

314 Esta es la Tesis 4 de la "Introducción" del Curso Ibid., p. 18.


316 Ibid., p. 114.

317 Ibid., p. 114.

318 Ibid., p. 115.

319 Ibid., p. 115.

320 Luis Salazar Carreón, Althusser y el problema del conocimiento, Cuadernos

Caligrama, Colección Teoría, Monterrey, N.L. México, 1979, p. 11.

321 Ibid., pp. 12-13.

322 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p.118. Para Althusser,

añade, "la filosofía se halla fuera del dominio de lo verdadero o lo falso por carecer

de objeto, lo cual no deja de ser discutible" Ibid., p. 118.

389

323 Ibid., p. 118. El que el espacio y el tiempo sean considerados por Sánchez

Vázquez como categorías y no como formas (objetivas) es algo insólito pero puesto

que nuestro autor no abunda al respecto, tampoco nuestro señalamiento puede ir más

allá de la expresión de cierta sorpresa.

324 Ibid., p. 118.

325 Ibid., p. 118.

326 Ibid., p. 118.

327 Ibid., p. 118.

328 Ibid., p. 118.

329 Ibid., p. 118.

330 Es de subrayarse, sin embargo, que si el primer Althusser empleaba este concepto

para explicar la génesis tanto del MH como del MD, el segundo, como después

veremos, cree que la noción de ruptura debe ser utilizada sólo para comprender el

nacimiento del MH, pero no el del MD.

331 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p. 37.

332 Althusser prefiere analizar el materialismo dialéctico implícito en Marx (por

ejemplo en El capital) que el materialismo dialéctico explícito en Engels. Nosotros

creemos que deben analizarse ambos materialismos.

333 Enrique González Rojo, Para leer a Althusser, op. cit., p. 103.

334 Sin dejar de lado, desde luego, las "ciencias fronterizas": bioquímica, etc.

335 En otra parte hemos apuntado que "los principios del materialismo y la dialéctica

se aplican tanto a la teoría del ser cuanto a la teoría del conocer, para salirle al paso

a toda interpretación idealista y metafísica. El materialismo dialéctico no puede

reducirse a ser una ontología o una epistemología. Si fuese una ontología sin

epistemología se instalaría de golpe en la prehistoria incluso de la 'revolución

copernicana' del criticismo kantiano. Si fuese una epistemología sin ontología se

definiría como un formalismo idealista. La ontología y la epistemología se hallan

vinculadas, por razón de principio, en el MD", Teoría científica de la historia, op.

cit., p. 15.

336 Ahora sustituiríamos este término por el de apropiarse de... (EGR).

337 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia. op. cit., pp.16-17.

338 Consúltese mi libro La revolución proletario-intelectual, Ed. Diógenes, 1981, en

que trato detalladamente este tema.

339 Ahora diríamos apropiativo-material.

340 Karl Marx, El Capital, TI, FCE, México, 1947, p. 403, nota 51.

341 Enrique González Rojo, Para una teoría marxista del trabajo intelectual y el

trabajo manual, op. cit., pp. 105-107.

342 Nosotros consideramos, además, que espacio y tiempo no son categorías sino

formas de la sensibilidad, aunque no formas a la manera kantiana, sino formas

reales de la sensibilidad.


344 Ibid., p. 120.

345 Ibid., p. 121.

390

346 Ibid., p. 121.

347 Ibid., p. 121.

348 Ibid., p. 122.

349 Ibid., p. 122.

350 Ibid., p. 122.

351 Ibid., p. 122.

352 Ibid., p. 122.

353 Ibid., p. 123. El mismo Sánchez Vázquez lo reconoce más adelante al decir que

"es verdad que en la política se dan prácticas subjetivista-voluntaristas, contra las

que Marx y Lenin se pronunciaron siempre" Ibid., 124.

354 Ibid., p. 123. Nosotros no creemos, por otro lado, que la finalidad sea, en Marx,

"algo exterior a la acción misma", sino que se trata, a no dudarlo, de una finalidad

interior a la transformación práctica.

355 Ibid., p. 124.

356 Ibid., p. 123.

357 Intelectual en la acepción amplia y no restringida del término: intelectual en el

sentido de dueño de los medios intelectuales o espirituales de producción y no tan

sólo en el sentido de la intelectualidad puramente académica.

358 Reléase, por ejemplo, la Crítica del programa de Gotha.


360 Charles Bettelheim, Las luchas de clases en la URSS, Segundo período 1923-

1930. Siglo XXI, México, 1979, p. 3.

361 "Estatismo y anarquía" (1873), en El pensamiento de Miguel Bakunin, antología

preparada por B. Cano Ruiz, Editores Mexicanos Unidos, S.A., México, 1979, p.

124.

362 Ibid., p. 126.

363 Ibid., p. 128.

364 Ibid., p. 130.

365 Ibid., p. 133. Tan no comprendía Marx este tipo de problemas que, en las Notas

marginales sobre la obra de Bakunin "El estatismo y la anarquía", comenta este

último pasaje con sólo dos palabras: "¡Qué desvarío!" (¡Quelle reverie!), Ed.

Controversia, Bogotá, 1973, p. 48.


367 Ibid., p. 124.

368 Ibid., p. 124.

369 Ibid., p. 125.

370 Ibid., p. 125.

371 Bo Gustafsson, Marxismo y revisionismo, Ed. Grijalbo, Barcelona, Buenos Aires,

México, 1975, p. 139.

372 Sánchez Vázquez desdeña, por lo visto, el común denominador de la filo-sofía y

las ciencias consistente en que ambas son "saberes", y sólo hace referencia a la

distinción de la determinación epistemológica (de las ciencias) y la determinación

sociopolítica (de la filosofía).

391

373 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, ibid., p. 125.

374 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., p. 328.


376 Ibid., p. 126.

377 Ibid., p. 126.

378 Ibid., p. 127.

379 Ibid., p. 127. Este argumento no es convincente. El que no se hable expresa-

mente de ello no quiere decir que dicha noción no se halle presente, de modo

implícito, a lo largo del texto.

380 Ibid., p. 127.

381 Ibid., p. 128. Tampoco este argumento nos parece convincente. El darle una

nueva connotación a un término (sin violentar su significado estructural) y sin que

haya el peligro de confusión terminológica (el mismo Sánchez Vázquez nos explica

en qué sentido se están usando ahora los vocablos) no es un error serio, aunque la

distinción no haya sido "anunciada".

382 Citado por Adolfo Sánchez Vázquez, ibid., p. 128.

383 Ibid., p. 128.

384 Citado por Adolfo Sánchez Vázquez, ibid., p. 129. Es de subrayarse, que si detrás

de la "ideología teórica" (de los científicos) está la "ideología práctica" (que

presuponen las filosofías) la estructura de conformante-deformante que define a la

ideología en general, no queda soslayada en ningún momento.

385 Ibid., p. 129.

386 Ibid., p. 129.

387 Ibid., p. 129.

388 Ibid., p. 129.

389 Lo que con anterioridad denominábamos el carácter epistemológico del MD

390 Consúltese el cap. A.2 de este libro.

391 Enrique González Rojo, Teoría científica de la historia, op. cit., pp. 337-338.


393 Ibid., p. 130.

394 Citado por Sánchez Vázquez, ibid., p. 130.


396 Ibid., p. 130.

397 Ibid., p. 131.

398 Ibid., p. 131.

399 Ibid., p. 131.

400 En escritos posteriores a este libro Sánchez Vázquez parece cambiar tajantemente

su punto de vista al respecto.

401 Idea clara significa aquí esto: un esclarecimiento completo de la estructuración

clasista de la sociedad capitalista, la dilucidación de las leyes de tendencia (hacia un

modo de producción tecnoburocrático) y la concomitante aclaración de cómo

superar esa tendencia natural y emprender el camino hacia el socialismo.

402 Ibid., p. 131.

392

403 Ibid., p. 132.

404 Ibid., p. 133.

405 Ibid., p. 133.

406 Ibid., p. 133. Para Sánchez Vázquez la tesis de la "dependencia" de la filo-sofía

respecto a la ideología y la ciencia debe convertirse en la tesis de la identidad. Dice

que la filosofía "no sólo depende de la ideología, sino que ella misma lo es..., y no

sólo sirve al conocimiento, sino que ella misma es conocimiento" Ibid., p. 133.

407 Ibid., p. 134.

408 Ibid., p. 133.

409 Con anterioridad escribimos: "Nosotros creemos que la ciencia revolucionaria no

se articula con la ideología proletaria, sino que la desplaza. Esto no quiere decir

que no subsistan, y hasta se desarrollen, algunos elementos -emotivos, pasionales,

etc.- que antes se hallaban asociados con la ideología y ahora adquieren un nuevo

significado. En este sentido nosotros propondríamos esta tesis: la ciencia

revolucionaria, al desplazar las ideologías prevalecientes en la clase obrera, se

articula con el impulso revolucionario de ella [con el punto de vista de clase] y le da

un nuevo matiz al hacerlo pasar de un encuadramiento ideológico a un

encuadramiento científico" p. 53.

410 Ibid., p. 128.

411 Ibid., p. 134.

412 Ibid., p. 135.

413 Ibid., p. 135.

414 Ibid., p. 135.

415 Ibid., p. 135.

416 Ibid., p. 136.

417 Ibid., p. 136.

418 Ibid., p. 136.

419 Ibid., p. 137.

420 Ibid., p. 137.

421 Ibid., p. 138.

422 Ibid., p. 137.

423 Ibid., p. 138.

424 Nosotros hemos subrayado que el tipo de relación existente entre la práctica

científica y el ser social es, a diferencia del nexo que caracteriza a la vinculación

entre la ideología y aquél, de condicionamiento favorable o desfavorable. La

explotación de que habla Althusser no es sino una de las modalidades del

condicionamiento social de la ciencia. Normalmente expresa un condicionamiento

desfavorable en virtud de que, al poner el Elemento 1 bajo la explotación del

Elemento 2, perturba o puede perturbar la libre prosecución de la práctica científica.

425 Tesis que comparten Pannekoek, Korsh y otros.

426 Dominique Lecourt, Ensayo sobre la posición de Lenin en filosofía, Siglo XXI,

México, pp. 45-46.

427 Ibid., pp. 47-48.

393

428 Ibid., pp. 32-33.

429 Ibid., pp. 32-33.

430 Louis Althusser, Lenin y la filosofía, Serie popular Era, México, 1969, p. 74.

431 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit., p. 148. Althusser

escribe: "La filosofía representa la lucha de clases, es decir, la política" Lenin y la

filosofía, op. cit., p. 73.


433 Ibid., p. 148.

434 Ibid., p. 149. Althusser escribe que ninguna filosofía puede "evadirse del

determinismo de esta doble representación" Lenin y la filosofía, op. cit., p. 74.


436 Ibid., p. 149.

437 Ibid., p. 149.

438 Ibid., p. 150.

439 Ibid., p. 150.

440 Ibid., p. 150.

441 Ibid., p. 151.

442 "Fácil es advertir aquí, dice Sánchez Vázquez, un eco de la famosa tesis de

Clausewitz 'la guerra es la continuación de la política por otros medios', citada y

ensalzada por Lenin"... ibid., p. 146.

443 Dominique Lecourt, Ensayo sobre la posición de Lenin en filosofía, op. cit., p.

94.

444 Ibid., p. 94.

445 Ibid., p. 94.

446 Ibid., p. 95.

447 Ibid., p. 100.

448 Ibid., p. 100.

449 Ibid., p. 100.


451 Ibid., p. 151.

452 Ibid., p. 152.

453 Ibid., p. 152.

454 Ibid., p. 152.

455 Ibid., p. 152.

456 Ibid., p. 153.

457 Ibid., p. 153.

458 Dominique Lecourt asiente que, para Lenin, "siendo la filosofía una batalla, su

esencia, que reside en su división en dos campos, es inmutable"; pero "las formas de

la batalla son variables puesto que las apuestas (teóricas y políticas) están

históricamente determinadas. La unidad de que hablamos consiste por lo tanto en

plantear conjuntamente -indisociablemente- la eternidad o inmutabilidad de la

esencia y la transformación histórica de las formas de la filosofía" Ensayo sobre la

posición de Lenin en filosofía, op. cit., p. 104.

394


460 Ibid., p. 142.

461 Ibid., p. 142.

462 Ibid., p. 142.

463 Ibid., p. 142.

464 Ibid., p. 142.

465 Ibid., p. 143. Althusser escribe, en efecto, "Hegel no se equivocaba al afir-mar

que la filosofía se levanta cuando se ha puesto el sol; cuando la ciencia, nacida al

alba, ya ha recorrido una larga jornada" Lenin y la filosofía, op. cit., p. 36.

466 Adolfo Sánchez Vázquez, op. cit., p. 144.

467 Ibid., p. 144.

468 Ibid., p. 144.

469 Lenin y la filosofía, op. cit., p. 37.

470 Ibid., p. 145.

471 Ibid., p. 145.

472 Todo esto resulta poco claro: la argumentación de Sánchez Vázquez se debilita y

vuelve incierta si provocadoramente preguntamos: ¿qué nació primero la ciencia "en

sentido no estricto" o la filosofía "en sentido estricto"?

473 Ibid., p. 144.

474 Ibid., p. 145.

475 Ibid., p. 143.

476 El MD, por ejemplo, tras la formulación de la evolución de las especies animales,

el descubrimiento de la célula y la afirmación física de que la cantidad de energía

del mundo natural no se extingue.

477 Louis Althusser, Lenin y la filosofía, op. cit., p. 58.


479 Ibid., p. 154.

480 Ibid., p. 155.

481 Ibid., p. 155. Dice, por ejemplo: "la filosofía que, respondiendo a una nece-sidad

práctica, concibe el mundo como objeto a transformar, constituye un eslabón

decisivo en la fundación de esa ciencia" Ibid., p. 160.

482 Ibid., p. 155.

483 Ibid., p. 155.

484 Ibid., p. 161. Dice Althusser: "No debemos leer la Tesis X1 sobre Feuerbach

como el anuncio de una nueva filosofía sino como esta declaración de ruptura con la

filosofía que deja el lugar disponible para la fundación de una ciencia nueva" Lenin

y la filosofía, op. cit., p. 34. Nosotros añadiríamos sin temor a equivocarnos que:

debemos leer también la Tesis XI como una declaración de ruptura con las

ideologías de la historia que deja el lugar disponible para que, tras la fundación del

MH, se funde la nueva filosofía.

485 Ibid., p. 163.

486 Ibid., p. 155.

487 Ibid., p. 156.

395



490 Ibid., p. 159.

491 Ibid., p. 159.

492 Ibid., p. 158.

493 Ibid., p. 160.

494 Ibid., p. 164.

495 Ibid., p. 164.

496 Ibid., p. 160.

497 Ibid., p. 160.

498 Ibid., p. 161.

499 Ibid., p. 162.

500 Ibid., p. 162.

501 Ibid., p. 162.

502 Ibid., p. 166.

503 Ibid., p. 166.

504 Ibid., p. 167.

505 Ibid., p. 168.

506 Ibid., p. 168.

507 Ibid., p. 168.

508 Ibid., p. 169.

509 Ibid., p. 169.


511 Ibid., p. 169.

512 Ibid., p. 170.

513 Ibid., p. 170.

514 Ibid., p. 171.

515 Louis Althusser, Para una crítica de la práctica teórica. Respuesta a John Lewis,

México, Siglo XXI, 1974, p. 26.

516 Ibid., p. 14.

517 Ibid., p. 15.

518 El marxismo es una teoría de clase y "de clase", si se nos permite decirlo así,

porque es conocimiento objetivo y punto de vista de clase. Aún más, sólo puede ser

conocimiento objetivo porque se coloca en el punto de vista de la clase obrera. Está,

pues, determinada y condicionada.


520 Ibid., p. 171.

521 Ibid., p. 172.

522 Ibid., p. 172.

523 Ibid., p. 172.

524 Ibid., p. 172.

525 Ibid., p. 173.

396

526 Ibid., p. 173.

527 Althusser escribe: es "la revolución filosófica la que manda el 'corte cien-

tífico'..." Para una crítica de la práctica teórica. Respuesta a John Lewis, op. cit.,

p.56.


529 Ibid., p. 173.

530 Ibid., p. 174.

531 No sólo la impresión, sino la convicción de que tal cosa ocurre. Léase, por

ejemplo, esta frase: "A diferencia de las ciencias, la filosofía mantiene una relación

íntima con la tendencia de las ideologías que, en última instancia, son prácticas"...

Para una crítica de la práctica teórica. Respuesta a John Lewis, op. cit., p. 15.

532 Hay, sí, y sólo en esta fase de proceso autocrítico, una diferencia: Sánchez

Vázquez subraya la presencia de la causación eficiente de la práctica no sólo

respecto a la filosofía marxista, sino también al MH. Pero Althusser concluirá

posteriormente en lo mismo.

533 En Elementos de autocrítica dice: "Yo pretendía defender el marxismo contra las

amenazas reales de la ideología burguesa: era preciso mostrar su novedad

revolucionaria... Pero en vez de dar a este hecho histórico toda su dimensión social,

política e ideológica y teórica, lo reduje a las dimensiones de un hecho teórico

limitado". Elementos de autocrítica, Editorial Diez, B. Aires, 1974, p. 11.

534 Para una crítica de la práctica teórica. Respuesta a John Lewis, op. cit., p.46.

535 Ibid., p. 15.

536 Ibid., p. 15.

537 Ibid., p. 58.

538 Ibid., pp. 58-59.

539 Ibid., p. 59.

540 Ibid., p. 59.

541 Louis Althusser, Lenin y la filosofía, serie popular, Ediciones Era, México, 1970,

p. 38.


op. cit., p. 60.

543 Louis Althusser, Lenin y la filosofía, op. cit., pp. 27-28.


op. cit., p. 60.


546 Ibid., p. 28. Silencio roto sólo por Engels, primero, y Lenin después, quienes

toman en sus hombros la tarea de crear y desarrollar el MD.


op. cit., p. 61.

548 En una parte de su obra dice Althusser: "la filosofía no es la 'sirvienta de la

política', como en otro tiempo fue la 'sirvienta de la teología'; a causa de su posición

en la teoría. Y de su 'autonomía relativa'. "Ibid., p. 46. Esto no evita, a nuestro modo

de ver las cosas, los problemas. La expresión "autonomía relativa" es una noción

397

que exige llenar el doble vacío de: en qué sentido es autonomía y en qué sentido es

relativa. Pero si se da esta exigencia de conocer como un conocimiento, no se

avanza un ápice en el proceso epistemológico.

549 Ibid., p. 63.

550 Ibid., p. 64.

551 Ibid., p. 64.

582 Quizás Althusser tenga presente, en su seudo-ideologización la filosofía (a

diferencia de la ciencia) su extraña tesis de que Lenin estaba consciente de que

mientras la ciencia une, la filosofía divide Lenin y la filosofía, op. cit., p. 12. Pero

adviértase, entre otros problemas que acarrea este planteamiento, que no sólo la

filosofía divide, aunque en el seno de ella haya surgido la filosofía, sino que la

ciencia también lo hace si tomamos en cuenta que en su seno ha surgido ya la

ciencia de la historia. ¿Razones? Porque tanto el MD cuanto el MH, sin dejar de ser

formas de la conciencia verdadera, expresan los intereses de la clase obrera. El que

estas formas no sean aceptadas por los teóricos burgueses y pequeño-burgueses, no

les quita un ápice de su carácter. En realidad ellos se hayan excluidos de la

comprensión o suscripción de tales formas, no por culpa de éstas, sino por la acción

perturbadora de sus intereses de clase propios.

553 George Lichteim, Marxisme, Londres, 1964, p. 247.

554 Jean-Paul Sartre, Materialismo y revolución, Editorial Deucalión, B. Aires, 1954,

p. 89.

555 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, op. cit. p. 175.

556 Ibid., p. 176.

557 Ibid., p. 181.

558 Ibid., p. 177.

559 Ibid., p. 177.

560 Ibid., p. 177.

561 Ibid., p. 182.

562 La afirmación de Sánchez Vázquez de que es "propio de toda teoría" tener

repercusiones en lo práctico nos parece si bien cierta, francamente hornológica: no

repercuten de igual manera en la práctica (en la lucha de clases) la ideología y la

ciencia (proletaria).

563 Ibid., p. 188.

564 Ibid., p. 186.

565 Ibid., p. 186.

566 Ibid., p. 190. A esta conclusión -coincidente con Sánchez Vázquez- había-mos

llegado en nuestra Teoría científica de la historia.

567 Ibid., p. 191.

568 Louis Althusser, Elementos de autocrítica, op. cit., p. 34.

569 Ibid., p. 29. Nosotros hicimos una diferenciación clara del error y la ideolo-gía en

nuestra Teoría científica de la historia. Althusser escribe: "Pensar en la oposición

verdad/error era, en efecto, racionalismo. Pero era especulación querer pensar la

398

oposición verdades detentadas/errores rechazados, en una teoría general de la

Ciencia y de la Ideología y de su diferencia" Ibid., p. 34.

570 Ibid., p. 35.

571 Ibid., p. 34.

572 Ibid., p. 64.

573 Ibid., p. 64.

574 Ibid., p. 57

575 Ibid., p. 58.

576 Ibid., p. 58.

577 Ibid., p. 58.

578 Ibid., p. 58.

579 Ibid., p. 59.

580 Ibid., p. 60.

581 Ibid., p. 61.

582 Creemos que este primado "se da por supuesto" en el segundo Althusser. Lo

extraño, sin embargo, es que algo tan importante sólo se halle en el discurso en

estado (no práctico ni teórico) sino "de suposición". Pensamos que el contenido real

de esta frase de los Elementos: la ciencia marxista "nace del concurso imprevisible;

increíblemente complejo y paradójico, pero necesario en su contingencia, de

'elementos' ideológicos, políticos, científicos (que parten de otras ciencias),

filosóficos, etc." (Ibid., p. 20), "implica" la causación eficiente (dialéctica); pero lo

insólito es que aparezca sólo en "estado de implicación". Retengamos entonces esto:

"detrás del silencio", si se nos permite expresarnos de ese modo, se oculta una

reticencia althusseriana reveladora.

583 La "razón que sea" es, sin embargo, una vaguedad. Hay varias razones muy

visibles: que los "teóricos" tienen "cola que les pisen", que no pueden sustraerse de

un dogmatismo inveterado, que no quieren o no pueden "dar el brazo a torcer"

respecto a lo sostenido siempre, etc, etc.

584 Ibid., p. 29.

585 Ibid., p. 43.

586 Ibid., p. 41.

587 Ibid., p. 41.

588 Ibid., p. 42.

589 Ibid., p. 40.

550 Ibid., p. 35.

591 Ibid., p. 35.

592 Ibid., p. 35.

593 Ibid., p. 35.

594 Ibid., p. 35.

595 Ibid., p. 64.

596 Ibid., p. 58.

597 Ibid., p. 58.

598 Ibid., p. 59.

399

599 Ibid., p. 59.

600 Ibid., p. 59.

601 Ibid., p. 59.

602 Ibid., p. 62.

603 Ibid., p. 63.

604 Ibid., p. 63.


606 Ibid., p. 45.

607 Ibid., p. 47.

608 Ibid., p. 48.

609 Ibid., p. 48.

610 Ibid., p. 48.

611 Ibid., p. 49.

612 Ibid., p. 51.

613 Louis Althusser, "Tesis de Amiens", en Revista Dialéctica, Puebla, año II, No. 3,

julio de 1977, p. 175.

614 Ibid., p. 177

615 Ibid., p. 178.

616 ibid., p. 164.

617 Ibid., p. 178.



620 Ibid., p. 194.

621 Ibid., p. 194.

622 Ibid., p. 194.

623 Ibid., p. 195.

624 Mientras en las ciencias naturales dicha exigencia no es directamente clasista, en

la ciencia de la historia sí lo es.

625 Hay edición española: Louis Althusser, Lo que no puede durar en el Partido

Comunista, Siglo XXI de España, 1978.

626 Los cuales redactan la Carta de seis intelectuales del PCF (publicada en Le

Monde, el 6 de abril de 1978) en la que solicitan la celebración de un Congreso

Extraordinario. La Carta se reproduce en Lo que no puede durar en el Partido

Comunista, op. cit., pp. 105-110.

627 Ibid., p. 93.

628 Ibid., p. 81.


630 Ibid., p. 197.

631 Louis Althusser, Lo que no puede durar en el Partido Comunista, op. cit., p.90.



634 Ibid., p. 62.

635 Ibid., p. 33.

400

636 Ibid., p. 60.



639 Ibid., p. 64.


641 Ibid., p. 202.

642 Ibid., p. 198.

643 Ibid., p. 199.

644 Ibid., p. 199.

645 Ibid., p. 199.


647 Ibid., p. 23.


649 Ibid., p. 202.

650 Ibid., p. 203.

651 Ibid., p. 203.

652 Ibid., p. 204.

653 Louis Althusser, Nuevos escritos. La crisis del movimiento comunista

internacional frente a la teoría marxista, Editorial Laia, Barcelona, 1978.

654 Ibid., p. 12.

655 Ibid., p. 12.

656 Ibid., p. 12. Un "Estado de todo el pueblo", dice Althusser, "no tiene sentido

desde el punto de vista de la teoría marxista". Ibid., p. 15.

657 Ibid., pp. 12-13. El concepto de hegemonía se vincula estrechamente con el de

dictadura del proletariado.

658 Ibid., p. 13.

659 Ibid., p. 13.

660 Ibid., p. 13

661 Ibid., pp. 13-14.

662 Ibid., p. 18. La verdad de la dictadura del proletariado "es -como decía Spinoza

de todas las verdades científicas eterna" Ibid., p. 21.

663 Ibid., p. 21.

664 Ibid., p. 38.

665 Ibid., p. 29.

666 Ibid., p. 33.

667 Esta "Nota" se halla incluida en Nuevos escritos, Ibid., pp. 83-105.

668 Ibid., p. 34.

669 Ibid., p. 36.

670 Ibid., p. 57.

671 Ibid., p. 57.

672 Ibid., p. 57.

673 Ibid., p. 58.

674 Ibid., p. 59.

401

675 Ibid., p. 68.

676 Ibid., p. 68.

677 Ibid., p. 69.

678 Ibid., p. 62.

679 Ibid., p. 63.

680 Ibid., p. 70.

681 Ibid., p. 71.

682 Ibid., p. 72.

683 Ibid., p. 72.

684 Ibid., p. 73.

685 Ibid., p. 75.

686 Althusser escribe: "este mismo partido que tanto y tan generosamente habla de

libertades para los demás sigue, en cambio, sin decir nada acerca de las formas y de

las prácticas actuales del centralismo democrático, es decir, acerca de la libertad de

los comunistas en su propio partido" Ibid., p. 6.

687 Ibid., p. 76.

688 Ibid., pp. 76-77.

689 Ibid., p. 78.

690 Ibid., p. 79.

691 Ibid., p. 79.

692 Ibid., p. 80.

693 Ibid., p. 80.

694 Y, desde luego, si viene al caso, los puntos de vista de Sánchez Vázquez sobre

los mismos problemas.


696 Ibid., p. 24.

697 Ibid., p. 24.

698 Ibid., p. 26.

699 0, más exactamente, es una conformación ternaria dispuesta dentro de un

cuadrilátero estructural. Es ternaria porque se halla formada por el capital, la clase

intelectual y la clase obrera. Pero se encuentra dentro de un cuadrilátero estructural

porque supone una contradicción principal (capital/trabajo) y una secundaria

(trabajo intelectual/trabajo manual). Las "tres clases" se disponen en "cuatro polos"

porque la clase obrera es simultáneamente el polo negativo del capital y del trabajo

intelectual.

700 Esta última es la teoría predominante en la ortodoxia marxista.

701 Consultar al respecto nuestro texto La revolución proletario-intelectual, op. cit.,

pp. 67-82.


703 Louis Althusser, Nuevos escritos, op. cit., p. 42.



402

706 Tanto en el texto denominado "Sobre la ideología y el Estado. Ideología y

aparatos ideológicos de Estado", de abril de 1970, incluido en Escritos (1968-1970),

Editorial Laia, Barcelona, 1974, cuando en la continuación del anterior llamada

"Nota sobre los Aparatos Ideológicos de Estado" (AIE), incluida en Nuevos escritos,

op. cit., pp. 83-105.

707 El que antes de escribir su libro Clases sociales y poder político en el Estado

capitalista (donde se advierte la influencia althusseriana) había escrito su texto

Hegemonía y dominación en el Estado moderno (donde, por lo menos en el primer

capítulo "La teoría marxista del Estado y del derecho...", vive "a la sombra" todavía

de Antonio Gramsei).

708 Consúltese al respecto nuestro escrito Bosquejo para una teoría del Estado. El

caso de México, Ed. Pico y Pala, Zacatecas, México, 1980.


710 Los partidos-sumisión, como el PCF en Francia o el PSUM en México, viven, no

obstante, una ambigüedad: son marxistas formalmente y burgueses en fin de

cuentas. Esta ambigüedad les podría servir, sin embargo, si se presentara la

coyuntura revolucionaria (no propiciada por ellos) que pudiera poner a la orden del

día la revolución anticapitalista. Como ha ocurrido en otros casos -el recuerdo del

PSP cubano es imborrable- se sabrían subir rápidamente al tren del "socialismo" con

la política oportunista del "borrón y cuenta nueva".

711 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas en 2 T, T H "Crítica del Programa de

Gotha", Ed. en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1952, p. 17.

712 Aunque jurídicamente la propiedad sea formalmente colectiva.

713 Jan Waclav Machajski, Le socialisme des intellectuels, Editions du Seuil, 1979,

p. 133.


715 Ibid., p. 75.

716 Ibid., p. 75.

717 Ibid., p. 75.

718 Ibid., p. 77.

719 Ibid., p. 67.

720 Ibid., p. 67.

721 Adolfo Sánchez Vázquez, Ciencia y revolución, pp. cit., p. 202.

722 Ibid., p. 201.

723 Como se dice en el artículo "Una regresión" (Le Monde, 20 de mayo de 1978) la

lucha en favor de una reestructuración de la forma organizativa resultó infructuosa: a

los intentos de perfeccionar el centralismo democrático, lo llamó la dirección

"anarquismo pequeño-burgués" (Lo que no puede durar... op. cit., p. 112).

724 Louis Althusser, Lo que no puede durar en el Partido Comunista, p. cit., p. 61.

La ausencia de "memoria política" del PCF se deja sentir inconfundiblemente en

esta frase de Althusser: "Vieja práctica dirigente, perfectamente puesta a punto en el

Partido: la llamada a las tareas del futuro servirá muy rápidamente para enterrar el

pasado" Ibid., p. 35.

403

725 Ibid., p. 88.

726 Ibid., p. 88.

727 Ibid., p. 88.

728 Ibid., pp. 101-103.

729 Enrique González Rojo, "Por una democracia centralizada", Revista Econo-mía,

UAZ, Año I, No. 9-10, Sept.-Oct., 1980, Zacatecas, México, pp. 34-35.

730 Ibid., p. 35.

731 Ibid., p. 35.

732 Ibid., pp. 35-36.

733 Ibid., pp. 35-36.

734 Ibid., p. 36.

735 Rosa Luxemburgo, La acumulación del capital, Editorial Cenit, Madrid, 1933, p.

455.

736 Ibid., p. 478.

737 Tesis refuncionalizada por Grossmann y por Mattick.

738 Adolfo Sánchez Vázquez, Filosofía de la praxis, 2da. Edición, Teoría y Praxis,

Grijalbo, 1980, p. 366.

739 Implicaciones en la teoría de las clases, del Estado, de la dictadura del

proletariado, del socialismo.

740 Louis Althusser, Lo que no puede durar... op. cit., p. 90.

741 Consúltese, por ejemplo, Lo que no puede durar... Ibid., p. 87.

742 Consúltese, Ibid., p. 62.

743 Ibid., p. 47.

744 Ibid., p. 69.

745 Ibid., p. 88.

746 Ibid., p. 90.


748 Ibid., p. 79.

749 Ibid., p. 41.

750 Ibid., p. 45. "Si se destruye o transforma el aparato de Estado burgués, y nos

fabrican inmediatamente un nuevo aparato que no sirva, mediante la intervención de

las masas, para su propia extinción, tendremos un nuevo aparato de Estado burgués"

(p. 53).

751 Ibid., p. 46.

752 Ibid., p. 16.

753 Ibid., p. 16.

754 Ibid., p. 16.

755 Ibid., p. 47.

756 Ibid., p. 47.

757 Ibid., p. 48.

758 Ibid., p. 48.

759 Ibid., p. 48.

760 Ibid., p. 48.

404

761 Ibid., p. 49.

762 Ibid., p. 49.

763 Ibid., p. 50.

764 Ibid., p. 50.

765 Moshé Lewin, El último combate de Lenin, Ed. Lumen,Barcelona, 1970. p.38.

766 León Trotsky, La revolución traicionada, Ed. La oveja negra, Medellín,

Colombia, 1969, p. 265.

767 Andras Hegedüs escribe, por ejemplo: en los países socialistas "que constituyen

todavía sociedades estratificadas -en las que siguen existiendo grupos de intereses

diferentes y separados- los diversos grupos sociales..." etc. Andras Hegedüs,

Socialismo y burocracia, Ediciones Península, Barcelona, 1979, p. 45.

768 Sustantivada significa monopolizar los recursos económicos, políticos, sociales.

No tiene sólo un significado económico.

769 Y, si le damos crédito a Castoriadis, incluso en la URSS actual.

770 Consúltese al respecto el texto de Marc Paillet, Marx contra Marx. La sociedad

tecnoburocrática, ed. DOPESA, Barcelona, 1972.

771 La propiedad privada del poder aparece tanto en el pequeño jefe de una oficina,

como en el titular del Poder Ejecutivo. La propiedad privada del poder es también,

como la enajenación sexual y familiar, propiedad privada de personas y

cosificación; pero mientras en ésta última dicha prosesividad es individual o en su

caso límite familiar, en la primera se trata de una propiedad colectiva de personas,

ejercida a través de un poder que restringe la libertad, la espontaneidad, la gestión de

los subordinados al designio del presidente, jefe o funcionario que monopoliza un

puesto de mando.

772 Expropiación de los medios intelectuales de producción tiene el sentido, como se

comprende, no de negar la cultura (lo cual será manualismo) sino socializarla.

773 Marc Paillet: Marx contra Marx, La sociedad tecnoburocrática pp. 12-13.

Rudolph Bahro nos dice respecto a Trotsky: "...No se trataba, por tanto, de un

problema de realización insuficiente, sino de un nuevo orden social antagónico

situado más allá del capitalismo. Trotsky a quien consternaba este ensom-

brecimiento de su perspectiva, tuvo sin embargo el valor de planteárselo como

posibilidad, y llegó a la conclusión de que, en tal caso, el lugar de los comunistas

debía estar al lado de las masas nuevamente oprimidas. La alternativa, contribución

a la crítica del socialismo realmente existente." Ed. Materiales populares,

Barcelona, p. 24.

774 Sobre esto, Ernst Bloch nos dice: "Entiende Hegel por 'astucia de la razón', el

hecho de que los grandes individuos, es decir, los individuos descollantes, parezcan

obedecer a sus propios designios, cuando, en realidad, ponen en práctica otros

mucho más generales... La razón histórica no sólo se mantiene indemne a través de

estas acciones turbulentas, sino que se abre paso en ellas. Triunfa, por ejemplo, en la

buena estrella de Sila, en la ambición de César, en el fanatismo de las cruzadas y en

la lucha de Lutero con su propia conciencia, en el temor de la revolución francesa y

405

en las guerras de Napoleón". Ernst Bloch, El pensamiento de Hegel, F.C.E., México,

1949, p. 214.

775 A propósito de esto Rudolph Bahro escribe: "...Esta constelación teorética ha

demostrado poseer tal capacidad de permanencia que incluso en el presente muchos

observadores marxistas del monopolismo de Estado de Occidente se dan

regularmente por satisfechos con la indicación de que todo lo ocurrido desde el

tránsito al monopolio no supone sino la preparación cada vez más perfecta de

aquella socialización la que preveía Marx]. En principio, de este modo puede uno

ahorrarse el estudio de todos estos fenómenos en su específica significación

(subrayado nuestro). Todos ellos han sido explicados, ciertamente, hace ya mucho

tiempo, con el único problema de detalle de que las consecuencias demostradas

cientos de veces en la teoría no se han verificado. La acusación que subyace aquí no

afecta evidentemente a Marx, sino al pensamiento de la época postleniniana". op.

cit., p. 51.

776 Marx contra Marx. La sociedad tecnoburocrática, op. cit., pp. 18-19.

777 Ibid., p. 66.

778 Ibid., p. 67.

779 Ibid., p. 70.

780 C. Castoriadis, "El régimen social ruso", en Revista Vuelta, México, p. 8.

781 Michel Pablo, Consideraciones para la revolución de la URSS, La burocracia

soviética y los "Estados obreros en general", París, 1974, p. 5.

782 Para una mejor comprensión de las implicaciones de considerar a la in-

telectualidad (ideológica, científica, técnica y humanística, etc.) como una clase

social sui generis, consúltese: La revolución proletario-intelectual de Enrique

González Rojo, op. cit., y otros textos que hemos citado o citaremos posteriormente

(Bahro, Paillet, Szelenyi, Gouldner, etc.).

783 Marc Paillet, op. cit., p. 263.

784 Ibid., p. 345.

785 Creemos que debe de hablarse de una determinación global de los intelectuales

en el capitalismo, en el sentido de analizar cómo se determina la existencia y

reproducción del trabajo intelectual en dicho modo de producción. La determinación

global consta de una determinación eficiente y una determinación teleológica. La

determinación eficiente es el trabajo en su fuerza de trabajo que realizan los

individuos para atender la demanda por parte del capital, o sea, es la oferta de fuerza

de trabajo intelectual. La determinación teleológica consiste en que, ante los

requerimientos del capital, ciertos individuos capacitan su fuerza de trabajo

intelectual, o sea, que la determinación teleológica es la demanda de trabajo

intelectual (calificado y/o especializado) por parte del capital.

786 El concepto de Naturaleza en Marx, Ed. S. XXI, México, p. 329.

787 Sin olvidar los enfrentamientos que existen o pueden existir entre el alto mando

de las tres armas y los otros tres sectores de la tecnoburocracia.

788 Marx contra Marx. La sociedad tecnoburocrática, op. cit., p. 271.

406

789 De hecho la ruptura entre Yugoslavia y la URSS se da como manifestación de la

contradicción de dos proyectos distintos de gobierno: el primero, más "democrático

y autogestionario" (esto es, tecnocrático) y el segundo más piramidal y totalitario

(esto es, burocrático).

790 Marc Paillet escribe a propósito del proceso de universalización: "Para una total

comprensión puede ser útil una comparación con el sistema capitalista. En este

último sistema, al menos en la época clásica, el capitalista, individual o colectivo,

extrae la plusvalía empresa por empresa. Más exactamente aún, logra esta plusvalía,

que está sometida a una apropiación al nivel de la empresa, de la sociedad, del trust

por intermedio del mercado. En un régimen tecnoburocrático no hay nada de esto.

La estructura económica de tales regímenes se caracteriza por una centralización

obtenida a través de la planificación, a su vez apoyada en la estatización de los

medios de producción y de distribución. En un régimen tal la plusvalía no puede

aparecer ya, como sucedía en el régimen capitalista, a nivel de fábrica o trust. El

beneficio a este nivel en la sociedad "socialista" ha estado constituido durante

mucho tiempo, y aún lo está en gran parte, por un cierto porcentaje fijado

arbitrariamente sobre el precio de coste". Marc Paillet, Marx contra Marx. La socie-

dad tecnoburocrática, op. cit., p. 66.

791 Ibid., p. 263.

792 Ibid., p. 19.

793 El mismo Paillet arguye: "la clase dirigente, al poseer todos los atributos de la

propiedad, en ausencia de un propietario legal, venía a ser el verdadero detentados

del instrumento económico", Ibid., p. 28.

794 Ibid., p. 186.

795 Rossana Rossanda lo dice de este modo: "Detrás de la imagen 'revolucionada' y

'recompuesta' reaparece la persistente e irresuelta relación capitalista de

producción..." Ch. Bettelheim, R. Rosanda, K. S. Karol, China después de Mao, "El

comunismo difícil", El Viejo Topo, Barcelona, 1978, p. 16.

796 Esto no significa que no se puedan ni deban plantear alianzas tácticas con algunos

sectores de la intelectualidad antiburocráticos en la lucha de la clase manual por

autoemanciparse.

797 Adolfo Sánchez Vázquez, "Ideal socialista y socialismo real", Nexos, No. 44,

México, agosto de 1981.

798 Ibid., p. 3.

799 "Para nosotros -dicen- el comunismo no es un estado que debe implantarse, un

ideal al que haya de sujetar la realidad. Nosotros llamamos comunismo al

movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual". La ideología

alemana, Trad. de W. Roces, Ed. Pueblos Unidos, Montevideo, 1959, p. 36.

800 Adolfo Sánchez Vázquez, "Ideal socialista y socialismo real", op. cit., P. 3.

801 Ibid., p. 3.

802 Ibid., p. 3.

803 Ibid., p. 4.

804 Ibid., p. 4.

407

805 Ibid., p. 4.

806 Ibid., p. 4.

807 Ibid., p. 5.

808 Ibid., p. 6.

809 Ibid., p. 6.

810 Ibid., p. 6. "No estamos de acuerdo, por esta razón, dice Sánchez Vázquez, con

Umberto Cerroni cuando afirma: 'Son socialistas los países que se trazan cons-

tantemente un programa de tipo socialista' ", Cerroni, ¿Crisis del marxismo?, Ed.

Riuniti, Roma, 1978, p. 76, Ibid., p. 12.

811 Ibid., p. 6.

812 Ibid., p. 6.

813 Ernest Mandel, "Por qué la burocracia soviética no es una clase dominante",

Revista Mensual Monthly Review, Barcelona, clic. de 1979.

814 Adolfo Sánchez Vázquez, "Ideal socialista y socialismo real", op. cit., p. 6.

815 Ibid., p. 7.

816 Ibid., p. 7.

817 Ibid., p. 7.

818 Ibid., p. 7.

819 Ibid., p. 7.

820 Ibid., p. 7.

821 Istvan Mészsáros, "La question du pouvoir politique et la théorie marxiste", en II

Manifiesto, Pouvoir et opposition dans les societés postrevolutionaires, Seuil, Paris,

1978, p. 136.

822 Adolfo Sánchez Vázquez, "Ideal socialista y socialismo real", op. cit., P. 8.

823 Ibid., p. 8.

824 Ibid., p. 8.

825 Ibid., p. 9.

826 Ibid., p. 9.

827 Ibid., p. 10.

828 Ibid., p. 10.

829 Ibid., p. 10.

830 Ibid., p. 10.

831 Ibid., p. 10.

832 Ibid., p. 10.

833 Ibid., p. 11.

834 Ibid., p. 11.

835 Ibid., p. 11.

836 Ibid., p. 11.

837 Nosotros decíamos "su inevitabilidad, pero no su fatalidad". Después volve-

remos sobre esta diferencia en apariencia puramente terminológica.

838 Ibid., p. 11.

839 Ibid., p. 11.

840 Ibid., p. 11.

408

841 Ibid., p. 11.

842 Estamos en desacuerdo, aunque es un punto de detalle, con esta deno-minación

de socialismo realmente existente porque se presta a malos entendidos. Tan es así

que no sólo los críticos de los países "socialistas" lo emplean, sino asimismo, y

sobre todo últimamente, también lo usan los apologistas de los regímenes del Este

(por ejemplo: en la crítica del PCUS al Partido Comunista Italiano de principios de

1982). Creemos más acertada la utilización del término (aunque sea una noción

puramente indicativa) de socialismo realmente inexistente.

843 Y en nuestro medio un artículo significativo: el del Capitalismo colectivo estatal

de Guillermo Rousset, Autogestión No. 6.

844 ¿Cómo demostrar que en el MPI la cúpula del Estado, la burocracia en el sentido

estricto de la expresión, expresa los intereses de toda la clase intelectual, los

opositores incluidos? Haciendo notar que las cosas ocurren de manera análoga a la

forma en que lo hace el Estado burgués frente a los asalariados. Esta defiende la

propiedad privada de los medios materiales de la producción. Aquél la propiedad

privada de los medios intelectuales de la misma. El Estado del MPI es, pues, un

Estado que combate todo "sueño" de subvertir la división del trabajo, todo intento de

revolución cultural.

845 Cfr. "El modo de producción soviético" en Revista Nueva Política, Vol. II, No. 7,

1979.

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G) NOTAS - Enrique González Rojo · 105 La lectura sintomática o sintomal que Marx aplicara a Smith y Ricardo y Althusser a Marx, debe ser aplicada, pensamos, al propio Althusser