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Protocolo de investigación
Doctorado en Literatura Hispanoamericana
Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias
Universidad Veracruzana
Fragmentación y crisis de la narratividad en
la “Trilogía de la espera”, de Antonio Di Bendetto
Estrella Ortega Enríquez
Introducción
Excéntrico e incomparable, el escritor argentino Antonio Di Benedetto (Mendoza 1922-
Buenos Aires 1986) publicó cinco novelas: El pentágono (1955, reeditado en 1972 como
Anabella), Zama (1956), El silenciero (o El hacedor del silencio en 1964), Los suicidas
(1969), Sombras, nada más (1984), y ocho libros de cuentos: Mundo animal (1953), Grot
(1957, que en 1969 adquiere el título de Cuentos claros), Declinación y ángel (1958), El
cariño de los tontos (1961), Two stories (1965), Absurdos (1978), Caballo en el salitral
(1981), Cuentos del exilio (1983). Autor marginado por su insistencia en permanecer en
provincia y defender ideas contrarias a las de los grupos de poder de la época, su prosa ha
sido en realidad poco estudiada, abundan los comentarios breves, pero las investigaciones
de largo aliento aún están pendientes. Es hasta 1999, después de la nada desdeñable
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empresa de Juan José Saer por reivindicar su nombre, cuando la casa editorial Adriana
Hidalgo asume la reedición de las obras completas del autor mendocino. A partir de este
momento la crítica especializada posa su mirada y reflexiones sobre la narrativa de Antonio
Di Benedetto. Voces como las de Julio Cortázar, Manuel Mujica Láinez, Jimena Néspolo,
Julio Premat, desde Argentina, y Norma Angélica Cuevas Velasco, en México, se unen a la
defensa iniciada por Saer, y enlistan y enarbolan esta obra sin parangón. Julio Premat en la
presentación a los Cuentos completos, “Lo breve, lo extraño, lo ajeno”, segura que:
A pesar de su reconocimiento, la obra [de Antonio Di Benedetto], en parte por su atipicidad, por la sutileza con la que se desliza fuera de todo encasillamiento fácil, por la dinámica que traba la percepción de un todo coherente a partir de los fragmentos que la constituyen, e inclusive por la imposibilidad de aplicarle al escritor algunos tópicos sobre autores relegados, como el de “marginalizado genial” o el “precursor ignorado”. La suya es una negatividad que supone una singularidad: Di Benedetto es un “fenómeno” literario, es un escritor anticlásico, que practicó una literatura inacabada, silenciosa, inestable, en cambio constante […]. Un escritor que no cabe en el molde uniforme de la canonización, un escritor extraño o, mejor, un escritor de la extrañeza, del extrañamiento, términos que, a falta de otros más específicos, parecen calificar acertadamente sus textos […]. [Su] proyecto literario es una dinámica que asocia la crisis del sujeto con la crisis del relato […], una representación fraccionada del individuo y de su relación sufriente con lo no racional. Lo indecible de lo pulsional, las angustias identitarias, los límites de lo cultural, los conflictos éticos, no originan un gran relato organizador sino al contrario una proliferación, una división, una repetición negativa, una serie de transgresiones genéricas. El origen de la escritura en Di Benedettto estaría por lo tanto del lado de la fragmentación, tanto del cuerpo y del sujeto (invadido, multiplicado en espejos deformantes, mutilado) como del relato (una novela desmontada en segmentos similares y diferentes), así como estaría en un proceso de deshumanización (2006: 8-9).
En principio, convengo con los críticos mencionados en un punto: los elementos retóricos
que saltan a la vista por su impecable construcción ficcional son aquéllos que se relacionan
con la voz narrativa y la organización discursiva. Así, parto de factores eminentemente
textuales para desplazarme, mediante un análisis detenido, hacia las estrategias
compositivas que muestran cómo los personajes experimentan un proceso que los diluye o,
mejor, una travesía que devela un complicado fenómeno de subjetivación y que,
paralelamente, origina una crisis en la narratividad.
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Atípica, marginal, lacónica y extraña, la prosa de Antonio Di Benedetto “no tiene ni
precursores ni epígonos” (Saer, 1999: 12), aunque, como afirma Saer, sí hay en ella un eco
de los discursos existencialistas de Kierkegaard, Schopenhauer y Camus que giran en la
mente de sus protagonistas como fragmentos que se yuxtaponen en la narración. De los
cuentos, novelas cortas y novelas, es Zama1 la que ha recibido mayor atención, pues
sintetiza los rasgos estéticos experimentados en algunos de sus relatos; cabe hacer notar que
en determinados textos el lector puede reconocer ciertas constantes discursivas,
perfectamente definidas, tales como la presencia de un narrador que transita, con audacia,
de un nivel narrativo a otro; la disgregación de un sujeto a partir de su duplicación; el
manejo de un tiempo casi suspendido en la fugacidad del instante. Estos rasgos se erigen
como las características principales de la narrativa de Antonio Di Benedetto y son,
precisamente, hacia donde se dirige la atención de esta propuesta de análisis, teniendo
como objeto de estudio las novelas Zama, El silenciero y Los suicidas. Es Juan José Saer
quien las denomina la “Trilogía de la espera” y las señala como la espina dorsal de la obra
de Antonio Di Benedetto:
Las tres principales novelas de Antonio Di Benedetto, Zama, El silenciero y Los suicidas, en razón de la unidad estilística y temática que las rige, forman una especie de trilogía […], constituyendo uno de los momentos culminantes de la narrativa en lengua castellana de nuestro siglo […]. Di Benedetto es uno de los pocos escritores que ha sabido elaborar un estilo propio, fundado en la exactitud y en la economía y que, a pesar de su laconismo y de su aparente pobreza, se modula en muchos matices, coloquiales o reflexivos, descriptivos o líricos, y es de una eficacia sorprendente […]. El silenciero, aparecida por primera vez en 1964, prosigue el soliloquio narrativo iniciado con Zama en 1956 y que se prolongará en Los suicidas, publicada en 1966, formando un sistema tácito que se propone representar el mundo […]. Del abandono cósmico de Zama al inventario metódico de las
1 “Para Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Juan José Saer, al menos, Zama es la obra maestra de Antonio Di Benedetto: se trata de un ‘texto a la vez épico y discreto, viviente y desgarrador’ (Saer, 1997: 51). Escrita con inteligencia y traspasada por una profunda tensión narrativa, Zama se presenta al lector como un ‘soliloquio lírico sobre la espera, la soledad, el desgaste existencial y el fracaso’ (52). Por su forma, Zama es novela que desborda al género mismo, al tiempo que se consolida como aquél que puede contenerlos todos sin poner en riesgo sus componentes estilísticos definitorios: hay en Zama la intimidad propia del diario, la tensión de la trama novelesca mejor construida, la reflexión profunda del ensayo, la figuración característica de la autobiografía y la aventura de la literatura de viajes” (Cuevas, 2014: 36).
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circunstancias y de las razones que pueden legitimar el suicidio, el hombre de Di Benedetto vive acorralado por el ruido destructor del mundo (1999: 8).
La simplicidad narrativa de Antonio Di Benedetto es engañosa: aunque aparenta una
linealidad sin rupturas, se percibe el eco de diversas voces que se yuxtaponen al discurso,
pequeñas interferencias o breves historias que se cuelan entre las frases del relato. Con esto,
logra una especie de inmovilidad narrativa que permite integrar de manera natural esos
murmullos exportados de otro mundo. Los referentes extratextuales que se enlazan con la
histoire de Zama, El silenciero y Los suicidas, revelan de manera gradual cómo el discurso
se fragmenta de una a otra, a través del discurrir de la conciencia de los personajes-
narradores-protagonistas, pues son ellos quienes permiten la imbricación de otros textos en
el devenir de su pensamiento. Esta paulatina disgregación, tanto del discurso como de los
personajes, es la que se erige como elemento principal en la “Trilogía de la espera”, mismo
que comparte con la literatura del siglo XX; en palabras de Rafael Gerardo Arce:
La novela del siglo XX incorpora el tiempo a la descripción (somete a la contingencia la unidad espacial del objeto) y asume la multiplicidad de lo que acaece forzando la linealidad del relato escritural. Es decir: se quiebra la convencionalidad de lo espacial mezclando el tiempo del discurso con el tiempo de la historia y se interroga la convencionalidad de lo temporal yuxtaponiendo la simultaneidad espacial de lo que acontece. El procedimiento más efectivo para la consecución de este quiasmo es la narración en tiempo presente, que las novelas y cuentos de Di Benedetto […] utilizan de manera predominante. El relato en presente crea el efecto de una simultaneidad entre lo que se narra y lo que sucede. Esto supone que el tiempo de la historia, convencionalmente lineal, se espacialice: lo que pasa antes y lo que pasa después, se determina, espacialmente, por lo que está antes y lo que está después […]. El orden temporal de las acciones lo sugiere el orden espacial de la sintaxis […]. Pero esta “sugerencia” es solo consecuencia de la cristalización de los protocolos narrativos: más bien deberíamos decir que el tiempo de la historia se diluye en el espacio de la sintaxis (nada de “tiempo real”, que es solo un efecto de lectura). De ahí la casi ausencia de conectores temporales [en la obra de Antonio Di Benedetto]. En las formas cristalizadas de la narración, la abundancia de marcas temporales termina teniendo como paradójica consecuencia la volatilización de la temporalidad: la puntualización de “antes”, “después”, “años más tarde”, “pasaron meses”, etc., lejos de hacer perceptible el tiempo, lo disimulan. Por el contrario, el escamoteo de la modalización temporal, en el relato moderno, tiene como consecuencia señalarlo, mostrarlo o, mejor, volverlo experimentable. Diluir el tiempo de la historia en el espacio de la sintaxis es el modo más efectivo de, silenciando el transcurrir temporal, volverlo sensible como tal. Esta paradoja permitiría comprender la eficacia del tan mentado laconismo dibenedettiano: habituados al énfasis narrativo y, por lo tanto, insensibilizados para su experiencia, la austeridad reactiva la sugestión sensible de lo que se escamotea (2014: 20-21).
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La “Trilogía de la espera” comparte un mismo eje articulador de sentido: la
fragmentariedad discursiva. Hay en estas novelas cierta similitud retórica y poética que las
convierte en terreno fértil para un estudio profundo centrado en la crisis de la narratividad2
y la disolución del sujeto. Con esto, no se niega la existencia de otros textos semejantes,
sólo se reduce el material de estudio a un corpus homogéneo que permite mostrar, de
manera más certera, la cuestión que atañe a esta propuesta de investigación.
Multiplicidad de géneros, corrientes, escuelas y estilos enmarcan la literatura
universal; cambios, rupturas, innovaciones o subversiones son términos estrechamente
ligados al concepto de estructuras discursivas en el texto literario. A cada nueva categoría
corresponde una actitud de filiación o separación, por parte del autor, frente al ejercicio de
la escritura de su época. Asumir este distanciamiento o cercanía significa, en muchos casos,
cuestionar la realidad y su contexto; las obras literarias que lo hacen, aceptan su naturaleza
fictiva, subvierten sus formas y la organización interna que las rige, generando con ello un
colapso en el interior de sí mismas, es decir, ponen en crisis su narratividad.
La crisis en los discursos literarios está enmarcada por la violencia que se ejerce en
su estructura compositiva a través del lenguaje, pues es éste, y no ya los personajes-sujetos,
el que se eleva como protagonista de la historia. Dislocación de sentidos, frases inconexas,
simultaneidad espacio-temporal, puesta en abismo, duplicación o dispersión de los
personajes, referencialidad interna y externa, relatos especulares, hibridez genérica, etc.,
son sólo algunos de los nombres que recibe la literatura metaficcional, misma que, afirma
Norma Angélica Cuevas Velasco,
2 Las teorías narratológicas han explicado y argumentado suficientemente la coexistencia de varias modalidades discursivas en un género literario. Es el caso del género narrativo y, particularmente, el estilo de las novelas que han sido seleccionadas como objeto de estudio en esta investigación, donde la crisis de la narratividad, originada entre otras cosas por la presencia del fragmento, da cabida al predominio de la modalidad argumentativa; esto es: trama y argumento corren paralelos al desarrollo de un conjunto de ideas literarias.
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[Es] aquella ficción que excede sus límites, que va más allá de lo que convenimos en calificar de ficción al mostrar, mediante la inclusión de un comentario sobre su propia identidad, las condiciones de posibilidad de toda ficción. En la metaficción nos encontramos con que la transformación entre el referente externo de la realidad extratextual y la histoire de ese referente se realiza por medio de un referente interno llamado concepto. Este concepto no es sino una determinada actitud del autor implícito, una forma específica de concebir el referente externo; lo maravilloso de todo esto es que a partir de tal o cual concepto se generan figuras como los personajes, el autor (implícito o ficcional) y el lector implícito. Quizá este procedimiento sea el que hace parecer a esta clase de narraciones como volcadas en sí mismas, ensimismadas (2009: 525).
Esta característica metafictiva es la que produce el efecto de suspensión, desintegración y
autoconciencia en una obra literaria: insertar un texto en otro texto genera un quiebre
aparente dentro de la “realidad” narrativa, pues la escritura reflexiona sobre su naturaleza
artificiosa, es decir, se vuelve consciente de sí misma. La escisión, ruptura o intersticio que
se abre en la obra es la que permite llamarlas “experimentales, nuevas novelas, narraciones
en abismo, discursos especulares o metaliteraturas o metaficciones” (Cuevas: 2009, 521).
Más allá de las nominaciones que se otorgan a este tipo de obras, la piedra angular de su
composición es el paralelismo y relación que establecen con otros textos, con discursos
ajenos que se integran y engarzan con el sentido totalizador hasta construir su “verdad”.
Por ello, resulta imprescindible hacer una revisión crítica y un análisis profundo de
la narrativa de Antonio Di Benedetto que permita anotar las características y elementos
compositivos de su obra. Dueño de una escritura de pliegues que dice sin decir, pues la
parquedad, el laconismo, la casi oquedad del lenguaje que emplea, abre siempre una
meditación sobre sí mismo que yuxtapone imágenes y discursos y diluye los límites
genéricos y subjetivos, el escritor argentino explora los avatares de una escritura que se
construye con base en pequeñas reflexiones, en frases a penas sugeridas que se difuminan
en la última línea.
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Objetivo
Analizar, dilucidar y mostrar cuáles son y cómo funcionan los elementos que detonan la
crisis narrativa y la fragmentación discursiva en las novelas que integran la “Trilogía de la
espera”, de Antonio Di Benedetto: Zama, El silenciero y Los suicidas. A través de esta
investigación será posible establecer nexos entre la crítica y la tradición literaria en la que
se inscribe la obra del autor argentino y revelar cómo dialoga con temas y problemas
propios de la literatura hispanoamericana. Intuyo que estas indagaciones permitirán
desentrañar el pensamiento literario de Antonio Di Benedetto en estas tres novelas.
Perspectiva teórica y metodología
Como consecuencia de lo antes expuesto, el procedimiento metodológico contempla la
revisión de la obra de Antonio Di Benedetto, tratando de reconocer los focos donde la
mirada de la crítica se ha detenido, ya sea para sumar, distanciar o construir un diálogo
tanto con ésta como con la obra; desde este mismo punto de vista, se prevé una fase de
análisis sobre la composición de las novelas, observando especialmente la articulación
discursiva, a fin de señalar las diversas etapas que atraviesa la trama hasta llegar a su
fragmentación en varios discursos integrados, ya sea que pertenezcan al narrador o que se
encuentren insertos en la historia; además, interesa observar cómo se transgreden los
niveles narrativos y se fragmenta la estructura hasta dislocar el discurso y diseminar al
sujeto. El paso siguiente es relacionar las tres novelas por medio de un ejercicio
interpretativo; dicha interpretación intenta mostrar cómo funcionan los elementos que
(des)integran el discurso, en especial aquellos que se reconocen como característicos de la
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crisis de la narratividad, y cómo la conciencia de los personajes, simultáneamente, se
disemina y bifurca entre las reflexiones que se desarrollan en la trama, mismas que mezclan
voces provenientes de otras disciplinas, construyendo así una totalidad articulada por
fragmentos.
Se organizan los resultados de esta investigación en cuatro capítulos, a saber: I)
Literatura latinoamericana en la década de la ruptura 1959-1969: crisis de la narratividad y
fragmentariedad; II) La literatura excluida: el excéntrico caso de Antonio Di Benedetto; III)
El sujeto en la vorágine: apuntes a la “Trilogía de la espera”; IV) Los discursos
convergentes; finalmente, en el espacio destinado a las conclusiones, se exponen las
características generales de la obra del narrador mendocino, haciendo hincapié en las que
destacan la crisis de la narratividad, la fragmentariedad del discurso y la disolución del
sujeto; asimismo, se recapitula el pensamiento literario que Antonio Di Benedetto despliega
en su prosa.
El capítulo primero se centra en el desarrollo teórico-conceptual de tres ideas: a) la
disgregación del sujeto; b) hibridez genérica y discursos heterogéneos; y c)
fragmentariedad narrativa. Estas estrategias, ligadas estrechamente al concepto de
metatexto, permiten estudiar las obras literarias en su diversidad discursiva, es decir, al
integrar diferentes discursos –provenientes de otras disciplinas, géneros y/o contextos– que
se unen a la totalidad significativa del mundo narrado y, a su vez, lo dislocan y fragmentan,
pues la intromisión de “voces” categóricas distintas se perciben ajenas de la historia
principal y, sin embargo, forman parte de él. Esta separación, a veces patente a veces
sugerida, se intuye en primera instancia desde la configuración del sujeto, mismo que
disgrega su conciencia y es precisamente en ella donde encuentra cabida la multiplicidad de
discursos.
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Ahora bien, el análisis, desarrollo e interpretación de este marco teórico-conceptual
permite un acercamiento más profundo a obras relacionadas con la crisis de la narratividad
y la metaficcionalidad, como es el caso de la escritura de Antonio Di Benedetto; misma que
será explorada desde este enfoque, cuyas características ponen en el centro de observación
a un personaje cuya conciencia va ramificándose al integrar diversos discursos en su
devenir reflexivo que, cuando se muestran al lector, parecen fragmentos gratuitos, no
obstante, poseen una función específica. Y es, justamente, esta especificidad significativa
del fragmento la que se pretende explicar en la obra del narrador argentino.
El capítulo segundo hace una valoración crítica de la recepción de la obra de
Antonio Di Benedetto, construyendo un diálogo con las opiniones especializadas, culturales
y el marco teórico expuesto en el capítulo anterior. En este apartado se destaca el papel del
“estilo lacónico” del autor, sin que ello tenga la connotación de carencia o deficiencia, más
bien ese “laconismo estético”, característico de la obra, se constituye como la piedra de
toque de lo que sus críticos han denominado escritura fragmentaria o disgregada, que se
presenta por medio de frases cortas, directas, intensas, adjetivadas de manera inusual y que
aparentan independencia unas de otras.
En primera instancia, se elabora un recorrido crítico por la narrativa breve del autor,
para develar y explicar los mecanismos de creación de sus cuentos. En seguida, se
comentan las novelas, haciendo hincapié en las estrategias narrativas empleadas en su
construcción –previamente ensayadas en los cuentos– y que se manifiestan como escrituras
del intersticio, pues en las aristas donde los discursos se unen se revela su carácter
paradójico: al fragmentarse el discurso se unifica la narración.
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El capítulo tercero desarrolla el análisis de lo que Juan José Saer denominó la
“Trilogía de la espera”, constituida por tres novelas: Zama (1956), El silenciero (1964) y
Los suicidas (1969).
El estudio e interpretación de cada una de las novelas, analizadas cronológicamente,
permite mostrar cómo, de una a una, la escritura va dividiéndose, pues en el interior de la
narración se insertan fragmentos de otros discursos que son, a su vez, asimilados por los
protagonistas quienes poco a poco se sumergen en una vorágine reflexiva que los hace
afirmar, aparentemente, su individualidad / subjetividad, pero que en verdad los mantiene
suspendidos, inmóviles entre sus cavilaciones que se ramifican hasta disolverlos. La
paulatina disgregación del sujeto y el discurso suspende también el devenir de la acción
hasta dejar un universo desolado y vacío.
El capítulo cuarto explora las posibilidades de unión de los distintos registros
discursivos que se integran en las novelas Zama, El silenciero y Los suicidas, pues las
referencias filosóficas, psicológicas y culturales son reiteradas de manera significativa.
Estas correspondencias extratextuales permiten establecer una línea de convergencia entre
la literatura del escritor argentino y la obra de aquellos que son mencionados de manera
explícita o sugerida en sus narraciones.
En las conclusiones, se elabora un resumen que traza las principales características
de la obra de Antonio Di Benedetto, exaltando aquellas que revelan la fragmentariedad de
su escritura y su pensamiento literario. Así mismo, se hace hincapié en el carácter
inconcluso de los protagonistas, sobre todo los que pertenecen a la “Trilogía de la espera”,
pues al ver suspendida, cortada o acabada antes de tiempo su historia se difuminan en la
última línea, y permanecen estáticos, desolados en ese intersticio narrativo.
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No pretendo circunscribir esta propuesta de lectura a un mero estudio narratológico
profundo, más bien aspiro, en todo caso, a una comprensión de las novelas que integran la
“Trilogía de la espera”, partiendo de categorías de análisis provenientes de los estudios
formales, particularmente de la narratología, pero también de otros conceptos propios de las
teorías del discurso y la hermenéutica. Por ello, esta propuesta de estudio se ubica en un
punto de encuentro entre el análisis textual y la interpretación, con el objetivo de conciliar,
en la medida de lo posible, teoría literaria y significación. Ensamble analítico e
interpretativo que pretende ejemplificar cómo la subjetivación de los personajes y la
narratividad son puestos en crisis e intenta explicar también cómo, en conjunto, Zama, El
silenciero y Los suicidas trazan un recorrido hacia el desmembramiento significativo que,
simultáneamente, devela el complicado pensamiento de Antonio Di Benedetto acerca de la
literatura y su construcción.
El diálogo inconcluso que construye esta trilogía queda a la zaga, a la espera de
continuar sus reflexiones, esas cavilaciones que rebotan siempre contra la pared de
imposibilidades de un individuo que no quiere, que no puede cambiar, que existe
únicamente en el devenir de un pensamiento y permanece en el umbral de la muerte.
Con base en el trabajo aquí descrito, el propósito final es generar una reflexión
sobre las ideas literarias que integran la constelación narrativa de Antonio Di Bendetto.
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ÍNDICE TENTATIVO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I. LITERATURA LATINOAMERICANA EN LA DÉCADA DE LA RUPTURA 1959-1969:
CRISIS DE LA NARRATIVIDAD Y FRAGMENTARIEDAD
1.1 Ruptura espacio-temporal
1.2 La desaparición del sujeto
1.3 Hibridez genérica y discursos heterogéneos
1.4 Referencialidad narrativa
1.5 Fragmentariedad narrativa
1.6 Soportes discursivos o literatura en segundo grado
1.7 Literatura y metaficción
CAPÍTULO II. LA LITERATURA EXCLUIDA: EL EXCÉNTRICO CASO DE ANTONIO DI BENEDETTO
2.1 Antonio Di Benedetto: abogado, periodista, literato
2.2 Los cuentos: historia, brevedad y potencia narrativa
2.3 Las novelas: los intersticios narrativos
CAPÍTULO III. EL SUJETO EN LA VORÁGINE: APUNTES A LA “TRILOGÍA DE LA ESPERA”
3.1 Juan José Saer habla de “La trilogía de la espera”
3.2 Zama o la insoportable espera
3.3 El silenciero o el murmullo de la muerte
3.4 Los suicidas o la vida inútil
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CAPÍTULO IV. LOS DISCURSOS CONVERGENTES
4.1 La reflexión del sujeto: un decir filosófico
4.2 Los pequeños flashazos: imagen y escena cinematográfica
4.3 La intersección literaria en Antonio Di Benedetto: cine, filosofía y literatura
CONCLUSIONES
Las ideas literarias de Antonio Di Benedetto
BIBLIOGRAFÍA
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CRONOGRAMA
Fecha Actividades Agosto-Diciembre
de 2015
Seminario de Investigación I: búsqueda y recopilación de la biblio-
hemerografía teórica relacionada con la crisis narrativa, la
desaparición del sujeto y la literatura fragmentaria.
Lectura y análisis de los materiales recopilados.
Corrección del protocolo de investigación con asesoría del comité
tutoral. En caso de ser aprobado, escritura del Capítulo I. Literatura
latinoamericana en la década de la ruptura 1959-1969: crisis de la
narratividad y fragmentariedad.
Cursar el Seminario de Teoría Literaria I y la Optativa
correspondiente.
Correcciones generales al capítulo primero.
Enero-Julio de
2016
Seminario de Investigación II: búsqueda y recopilación de la biblio-
hemerografía relacionada con la obra de Antonio Di Benedetto.
Lectura y análisis de la obra del autor.
Escritura del Capítulo II. La literatura excluida: El excéntrico caso
de Antonio Di Benedetto.
Cursar el Seminario de Teoría Literaria II y la Optativa
correspondiente.
Agosto-Diciembre
de 2016
Seminario de Investigación III: inicio de la escritura del Capítulo III.
El sujeto en la vorágine: apuntes a la “Trilogía de la espera”.
Lectura, análisis y escritura del apartado Zama o la insoportable
espera.
Lectura, análisis y escritura del apartado El silenciero o el murmullo
de la muerte.
Enero-Julio de
2017
Seminario de Investigación IV: lectura, análisis y escritura del
apartado Los suicidas o la vida inútil.
Estancia de investigación en Argentina para realizar la búsqueda
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biblio-hemerográfica de trabajos críticos sobre Antonio Di
Benedetto.
Correcciones generales a los capítulos segundo y tercero.
Agosto-Diciembre
de 2017
Seminario de Investigación V: búsqueda y recopilación de la biblio-
hemerografía relacionada con el discurso literario, filosófico y
cinematográfico en la obra de Antonio Di Benedetto.
Lectura y análisis de los materiales recopilados.
Escritura del Capítulo IV: Los discursos convergentes.
Correcciones generales al capítulo cuarto.
Enero-Julio de
2018
Seminario de Investigación VI: escritura de la Introducción y
Conclusiones: Las ideas literarias de Antonio Di Benedetto.
Correcciones generales.
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