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T,A COLONIZACIÓN/CORPOREIZACIÓN DEL ESPACIO EN LA PEREGRINACIÓN A SAN ruAN DESDE LACOS DE MORENO Flavio Pinedo Mrirquez* Resunun: esle arÁcufo trsta ile los pet€grinos que caminan desde Lagos de Mor€rio hasta San Juan de loa lagm, en la región de Lm Altos de Jalisco Deapuéo de pa¡ticipa¡ en 11 peregrinacio nes, el autor elabora u¡a reflexión fe¡romenológica y etnográfica que plantea cómo curquista el cuerpo el eepacio en donde lo hiero6nico s€ maDifiesta. Si bien la pe.regrinació¡¡ s€ hace corpora¡- mente, son los piea los que ofrecen un conjunto de téc¡ricas mryoralee consagradas a la integra- ción de couocimiento táctil que ofrece un doninio del eepacio sagrado al peregrino y que, an lo sucesivo,lo dotaráa de un conocimiento gocial. A lo largo del texto se analiza cómo los pies del peregrino ee convierten en el priacipal soporte corloral mediante los cuales el cuerpo coloniza el eepacio eagrado en que los camiDántes se desplazan hacia el santuario. Ibloóros clorxr espaciq cuer¡o, mlonüación, técoicas del cuerpo, pies, Aüsrru¿ri this article ia about the pilgrime who walk from Lagos de Moreno to San Juan de lo8 Laep§, the rcgion ofl¡s Altoe de Jalisco. Aft¿r participating in eleven pilgrimages the autüm has elaborated a pürcnmenological anil ethnogaphic reflectim wbich presente the wqy in which t}e body conquers the space where hierophany emerges. While the pilgrimage is made with one's body, onet feet are what ofrer a set ofbodily t¿c¡niques mneecrat€d to the integration oftactile knowledge whidr offers the pilgrim dominim ofthe sacred space and which hereaftrcr will pro- vide eocial knowledge.lbmughout the tetrt tlre author analyzee hon' the pilgrius'feet becone the main bodily support by means ofwhich tlle body colonizes the saoed space over whidr tlrc tr€k- kers more on fheir way to the sa¡ctua¡y, IGyr¿o¡d¡: Space, body, colo¡rüation, bodily t¿chniques, feets. INTRODUCCIÓN de vive es un espacio sagrado y no es homogéneo, que es cualitativamente No t¿ acerques acá, prosiguió el Señor: difer€nte eú sus porciones y significati- quítate el calzado de los pies, porque la vo en relación con los espacios no sa- tiera que pisas eE Banta. grados. para ese hombre el espacio Éxodoltr,5 ;;c";¡";;cr'"c" nliu¿", "r el ünico real; el resto del espacio es amorfo. fl I eplgrafe con el que comienzo H ' est€ trabaio fue citado de I¿ B! I-ilbru "', 1e56 por Mircea Eliade ^^-:yff:P^::.Tl1T*J,c::::=!E:,§: (1ee8: 21) para señalar y precisar qu" ;T,lffilil:ft1ffi"tr&fffi"#ifl',?ff para un hombre reügioso el lugar don- ügón. - Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv DR © 2016. Instituto Nacional de Antropología e Historia

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T,A COLONIZACIÓN/CORPOREIZACIÓN DEL ESPACIOEN LA PEREGRINACIÓN A SAN ruAN DESDE

LACOS DE MORENO

Flavio Pinedo Mrirquez*

Resunun: esle arÁcufo trsta ile los pet€grinos que caminan desde Lagos de Mor€rio hasta SanJuan de loa lagm, en la región de Lm Altos de Jalisco Deapuéo de pa¡ticipa¡ en 11 peregrinaciones, el autor elabora u¡a reflexión fe¡romenológica y etnográfica que plantea cómo curquista elcuerpo el eepacio en donde lo hiero6nico s€ maDifiesta. Si bien la pe.regrinació¡¡ s€ hace corpora¡-mente, son los piea los que ofrecen un conjunto de téc¡ricas mryoralee consagradas a la integra-ción de u¡ couocimiento táctil que ofrece un doninio del eepacio sagrado al peregrino y que, an losucesivo,lo dotaráa de un conocimiento gocial. A lo largo del texto se analiza cómo los pies delperegrino ee convierten en el priacipal soporte corloral mediante los cuales el cuerpo colonizael eepacio eagrado en que los camiDántes se desplazan hacia el santuario.

Ibloóros clorxr espaciq cuer¡o, mlonüación, técoicas del cuerpo, pies,

Aüsrru¿ri this article ia about the pilgrime who walk from Lagos de Moreno to San Juan de lo8Laep§, i¡ the rcgion ofl¡s Altoe de Jalisco. Aft¿r participating in eleven pilgrimages the autümhas elaborated a pürcnmenological anil ethnogaphic reflectim wbich presente the wqy in whicht}e body conquers the space where hierophany emerges. While the pilgrimage is made with one'sbody, onet feet are what ofrer a set ofbodily t¿c¡niques mneecrat€d to the integration oftactileknowledge whidr offers the pilgrim dominim ofthe sacred space and which hereaftrcr will pro-vide eocial knowledge.lbmughout the tetrt tlre author analyzee hon' the pilgrius'feet becone themain bodily support by means ofwhich tlle body colonizes the saoed space over whidr tlrc tr€k-kers more on fheir way to the sa¡ctua¡y,

IGyr¿o¡d¡: Space, body, colo¡rüation, bodily t¿chniques, feets.

INTRODUCCIÓN de vive es un espacio sagrado y no eshomogéneo, que es cualitativamente

No t¿ acerques acá, prosiguió el Señor: difer€nte eú sus porciones y significati-quítate el calzado de los pies, porque la vo en relación con los espacios no sa-tiera que pisas eE Banta. grados. para ese hombre el espacio

Éxodoltr,5 ;;c";¡";;cr'"c" nliu¿", "r

el ünicoreal; el resto del espacio es amorfo.

fl I eplgrafe con el que comienzoH '

est€ trabaio fue citado de I¿ B!I-ilbru

"', 1e56 por Mircea Eliade ^^-:yff:P^::.Tl1T*J,c::::=!E:,§:(1ee8: 21) para señalar y precisar qu" ;T,lffilil:ft1ffi"tr&fffi"#ifl',?ff

para un hombre reügioso el lugar don- ügón. -

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56 Flaüo Pinedo Márquet

Este especialista nos üce que la e:rpe-riencia del hombrc reügioso en eI espa-cio sagrado es anterior a toda reflexiónsobr€ eI mundo. Es deci4 1o sagrado semanüesta en el espacio,Io hace hiero-fánico, lo firndamenta ontológicamenteporque es algo, es un se¡ y lo ponecomo en un centro que será referenciade toda la existencia del hombre reli-gioso (Eliade, 1998: 22; Sánchez Noga-les 2003:338).

Ahora bien, la coneideración deEliade posiciona al hombre sobre el es-pacio y el tiempo; lo sagrado eleva alsujeto religioso fuera de todo Io homo-géneo, después lo separa y lo distinguede todo lo profano, esto es, de aquelloque a:rcla al hombre a una vida coti-diana que se hace día a dla y que loubica en actividades de siempre, delmundo ordinario. Eu cambio, es lo sa-grado lo que pone aI hombre en un um-bral hierofánico y lo encamina a unavida consagrada para las experienciascon lo divino; eso lo ubica en otras in-tenciones porque el espacio sagrado,en relación con todo lo profano, se re-serva para Ios momentos de trascen-dencia (Haris, 2007: 348).

Desde este planteamiento desar¡o.llaré en el presente trabajo una re-flexión epistemológica sobre la maneraen que los peregrinos que realizan suscaminatas hacia San Juan de los La-gos, en la región de Los Altos de Jalis-co, colonizan el espacio de la ruta queBiguen con su cuerpo, con los pies enparticular. A continuación haremosuna especie de epistemologÍa del cuer-po en la peregrinación que nos moetra-rá cómo los pies del peregrino son elprincipal soporte corporal mediante

los cuales el cuerpo coloniza el espaciosagrado en que los cami¡untes se des-plazan hacia el santuario. La peregri-nación se hace con el cuerpo; de éste,son loo pies los que ofirccen un conjuntode técnicas corporales consagradas ala integración de un conocimiento tác-til que ofrece un dominio del espaciosagrado al peregrino y que, en lo suce-sivo, 1o dotarán de un conocimientocorpóreo que otorgan una seguridad yuna completa orientación en la pere-grinación.

Quiero deñnir el conceptn aloniza-ción et el oentido en que todo sujetopercibe algo del mr:mdo con su cuerpo ylo integra a é1. No concibo al ser huma-no como una mera tabuln rusa mec6rli-ca. Lo entiendo como un sujeto qrteposee algo que permite integrar yaprender de las experiencias vividas.Sin esto, simplemente no se podríaaprender. Una piedra, si la entiendoe,omo tabuln rasa poryue no aprende,no puede integrar experiencias, no escomo el ger humano. Este sf incorporaexperiencias y comienza con las reali-zadas con el cuerpo. Esa integración esun conocimiento que fort¿lece desde laprimera experiencia y, en consecuenciqotorga al sujeto percipiente un soportemayor a su conocimiento. Así, colonizarse hace desde una primera orperienci4y desde ahf pmporcionará al sujeto unincremento en su conocimiento.

Ios pies son la entrada principal detodo lo extemo en el peregrino; son laparte en la que el cuerpo se Boporta; §inlos pies la peregrinación es imposible.Ests reflexión la elabom a partir de miparticipación en al menos 11 percgri-naciones que he realizado a pie y en bi-

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La colonización/corPoEitación rl€l espacio €n ta peEg¡inaciótr a San Juan desde Lagos de Moiéno 67

cicleta desde Lagos de Moreno hasta elsantuario de San Juan de los Lagos apartir de abril de 2011 hasta abril del2014 en üstintos periodos y momentos.Mi propio cuerpo lo utilié metodológi-camente como una referencia que mepemlitió mirar hacia Io táctil, en este

iaso mis pies, como un elemento dedi-cado a p,rivilegiar la construcción de tmconocimiento no visual. Por eso, estetrabajo es un ejercicio etnográfrco yfenomenológicó cultural que de fondorechaza la construcción de un conoci-miento social y cultural que se fundaprincipalmente desde aspectos visua-Ies. La narrativa que presento es unareconstrucción que he interpretadodesde la fenomenología cultural paracomprender más a fondo los modos enque il cuerpo de los peregrinos andapor los caminos sin que sea problemá-iico. La vista es tal vez la principal re-ferencia del hombre hacia eI mundo,

¿por qué elaboramos nuestro conoci-miento principalmeute deede ahí?,

¿por qué no construimos desde, Porójemplo, Io táctil y 1o olfativo con Iamisma intensidad que con lo üsual; lohacemos no sólo en las peregrinacio-nes eino en la üda cotidiana?

SOBBE IA TENOMENOI.OGIACLLiIIJRAL Y 1,A MEI''oDOLOGIA

Para la fenomenología culturd la ex-periencia se entiende como el ámbitoexistencial de la cultura y lo sagrado.

La pretensión de rescatar la e:rperien-cia desde la fenomenologfu resulta rltilpara Io que Thomas J. Csordas deno-mina como el !o sag¡ado" para referir-se a un movimiento insPirado hacia

la orientación en Ia vida, es decir, losentiende como una capacidad. indeter-min¿ida del ser humano previa a cual-quier apreciación oonsciente sobre larealidad. Csordas se auxilia en estatarea de algunas perspéctivas que hanadoptado el estudio del siglro y delsímbolo en teoríae antropológicas másemparentadas con tradiciones herme'neutas (Reynoso, 1998: 11-12, 17-18,24 y 57; Csordas, 1997: 4); El'resultsdo,en térurinos metodológicos, de esta dis'posición consiste en elaborar un ejerci-cio de interpretación fenomenológico.La orientación del yo sagtado es,resul-tado de la coqiunción entre la expe-riencia registrada en el cuerPo, elentomo cultural y la envoltura del ñ¿-

óiú¿s; Io anterior todavía no consisteen que formalrnente se ténga una con-cieniia de eso, es decir,lo que se archi-va es prerreflexivo (Csordas, 1997: 5).

Esta poetura sugiere que un ser hu-mano está de g[t€mano en cierto con-te:<to cultural y todo Io que desde él sea

captado y significado no ocurre desdeque éI tiene conciencia; én su vida eso

es posible gracias a que, antes de Iaconciencia que se tiene previamente,ya está lo que la hace posible, incluyen-do todos los procesos de cogrición. Así'eI cuerpo ee entenüdo como sujeto depercepción que incorpora la experien-cia y se puede objetivar. Pensar y asi-milar son, desde este ¡íngulo, efectosposteriores que serían imposibles sinel cuerpo. Ahora bien, Io que Csordasdenomina las "orientaciones del yo 8a-grado" permiten ver que muchos deta-llee de los contextos culturales en que

un eer humano se encuenha 8qr tema-tizados y expresados obj etivamente.

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58 I'lavio Pincrio Márquez

En el contexto cultural en el que Beeetá, captar el mundo es posibilitadoúuicamente con el cuerpo; esta idea esreforzada por Csordas gracias a la re-presentación de Merleau-Ponty decomprender al ser humano como unaunidad mente y cuerpo cuya sentidodel mundo se logra en el ámbito de lapercepción corporal que logra quenuestros cuerpos sean objetivados conla reflexión. Sin égtajamás nos pensa-rfamos con nuestras complejidades(Csordaq 1997: 9).

Desde este planteamiento construíIas reflexiones que presento en este tra-bqjo. Mi cuerpo fue una referencia enlas peregrinacioneB en las que participe.Definitivamente fue uno de los porrne-nores mrís imporüantcs. Siempreprestémucl¡a atención a cada Bituaciótr y de-talle cuando pude establecer üálogoscon peregrinos; las üstintas pláticas yla experiencia personal me permi-tieron desarrollar una comprensióndetallada de Ias técnicas corporalesestudiadas. También pude significarmás profundamente las e:perienciasde los peregrinos que entrevisté. Entodo momento intenté realizar la in-terpretación desde todas las narati-vas procesadas, y las notas que fuielaborando eu cada uno de los casosabriemn un perfil para cada interpre-tacidn que posteriormente reflexioné.Escribí tndo esto y lo refiné con una re-dacción lo más cla¡a posible para tenerla idea precisa. Con la experiencia et-nográñca en cada una de las peregri-naciones miré cómo se desenvolvió laexperiencia corporal.

Todas las notas que escribl las com-parÉ con los dirflogos que tuve con cada

¡¡¡s ds 'ni¡ entrcvistados, para el casode las entrevistas estructuradas. To-dos Ios escenarios de las entrevistaeinformales me pmpiciamn un conjrmtode ideas y eugerencias que incluí en laredacción final; la interpretación laconduje oportunameote cm mi cuerpo.Esto quedó como una clave corpóreaque en definitiva me faciütó la formu-lación etnognífica de cada una de lascategorías tratadas. Algunas represen-taciones las forr¡ulé e interpreté desdemis arperiencias; cada rma de éstas meauxiüó para comprender el senüdo quelos peregrinoe otorgan a sua e-perien-cias durante las peregrinaciones. Micuerpo también me ayudó en este pro-píeito; purle entender muc,has condicio-nes exist€nciales sobre experienciasconcretas y especÍñcas en e8e contexto.

AIYDARPORLOSCAMINOSDE PEBEGRINACIÓN

Partamos de que el espacio sagrado esya r¡na construcción significada, pero,antes de eso, ¿c6mo es que el hombrereligioso, el peregrino eu este caso, hallegado hasta ahf?, ¿cómo y por qué essagrado el espacio? Veamos cómo eBque esa significación se ha construido.Como lo apunté en párrafoe anteriores,el caminante se desplaza sobre un es-pacio que considera distinto a ohos es-pacios, propios de una vida comrln omás simple. La orperiencia de su par-ticipación en diverras peregrinacionesle ha otorgado un conocimiento cultu-ral sobre diversos caminos, veredas,árboles, animales, hoyos peligrosos,piedras grandes que representan ries-gos, lugares para descansar, dormir y

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La coloDirlción/corporeitacitu d.l €¡pecio en l¡ poEgrin.ción a San úla¡ d..d. tá8o. de Mdcno 59

comer, oeÍog, montañas y carreteraspara realizar la perregrinación en condi-ciones que la favorezcan. Cuando losperegrinos se desplazan hacia eI san-tuario es común que el paisaje en suconjunto eea un factor que ayude ohaga nás diflcil la camhats. Eso ee sig-nificativo para todo peregrinq en tantolo important€, desde eI punto de vistaffsico, e8 concluir el desplazamiento,laperegrinación; ahora bien, en términosespirituales, es importanh Ia significa-ción que eI peregrino construye respec-to a su o§eto de pereg¡inaje.

Caita instante r€corrido con el cuer-po se hace mayor o menor dependien-do de la distancia, dél clima, de losacompañantes, del dolor del cuerpo ode la alimentación. El paieaje no ee,por lo general, un fac.tor que orfrezca unapoyo extra para el peregrino. Ia tra-vesfa suele ser peligrosa y compücada.Ader¡ás de las amerrazas natu¡ales delpaisaje, como Ia exposición a piquetesy mordeduras de animales, que en oca-siones euelen ser mortíferas, los pere-grinos se enfrentan a loe divertos ¡etosque las rutas ofrecen cuando se despla-zan sobre las carreteras y caminos.Son blanco fácil de asaltantes, trafi-cantes, ladrones, carteristas y estafa-dores. A lo anterior eg necesarioagregar lo que el clima puede repre-sentar para el peregrino. Dependiendode la época del año, los üajeros puedenpadecer üversas conüciones meteorulógicas, como lluvia, calor, frfo, hume'dad, aire, polvo, etétera.

El desplazamiento implica que elcuerpo del per€gxino, además de poeeer

fortaleza y resistencia, demanda de sucompleta voluntad y del deseo por en-

frentarse a las divertas fuerzae de lanaturaleza como una manera de haceralg¡itr tipo & man¿ls o sacrificio para laüünidad. Eso puede representar unaespecie de intercambio para üIatar Iarelacióin del binomio hombre-dios: eIhombre, en su peregrinación, hace algppara Ia divinidad; égta, en cambio, re-oompensa ese sacriñcio cou todos losbeneñcios que aquél puede requerir ensu vida. Pur esq el peregrino suele acun-pañar su odisea on agua, cobijas, comi-da, bastones, lentes, cadrudraq gorrcB,

sombrems, zapatos, botas, gu.aradres,ropas diversas, medicinas, mochilas,utensilios para cocina y todo lo que se

considere necesario para eI viqje, Todosesos dispositivos están presentes parahacer más accesible el desplaz¡miento,auuque aristen peregrinos que preecin-den de algunos de ellos o, depenüendode la manda, de los más elementales,como pueden ser zapatos, algunasprendas de vesti4 agua o comida. Estoúltimo es más comrím principalmenteen peregrinoe con "manda' o en sqietosque desean expresar u ofrecer algúnsacriñcio por eI favor o beneficio recibi-do por Ia üvinidail.

Desplazarse sobre las divergas ca-rreteras con temperaturas de mtís de30 grados es algo común en el tramoque está etrtrc Lagos de Moreno Y SanJuan de los Lagos en loe meses caluro-soe de ab,ril o mayo. Caminar sobre ce-r:ros, en veredas, caminos y carreterasde terracerla con gran variedad detemperaturas demanda que el cuerpose Bometa a las exigenciae climáücasque, de no tener resistencia y capaci-ilad corporal, el peregrino puede enfer-mar o desmayarte. El polvo y el calor

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suelen ser adversidades que complicanlas peregrinaciones. Además, las im-prudeneias de algunos droferes que enmudras ocasiones han atropellado pe.regrinós son, entre otros, los peligroslatentes en el camino -sobre t¡do en lascarret€r.as-. En cualquier instantepuede ocurrir una tragedia.

Hay momentos en el viaje para laoración o las peticiones especiales alsanto por parte de los peregrinos. Seapc el cüma o por motivos personales,suelen ger comunes }os rezos y oracio-nes de pmtección contra el clima y de-más problemas extremos durante elrecorido. Dentro del santuario el pere.grino se aflige, reza, se hincq se persig-na, llora. Puede repetir la mismaoración en varias ocasiones. Grupos deppregrinos hacen lo mismo una vez ovarias veces; en ocasiones ocupan largos periodos para rezar y contemplar elpanorama. El lugar posee un efecto quehace que todos los inüviduos hagan lomismo, en sintonía, como si fuera demanera programada. hro eso se perci-be visualment€. Desde luego que losmotivos internos de cada peregrino noson iguales. Cada peregrino poeee razones y motiios especiales y üferentes.Más adelantc retomaÉ esta cuestión.

Los rezos de un peregrino devotoreflejan una concentración total en loque hace. Cuando se ora, el devoto cie-rra los ojos y expresa con sus labios sinque se pueda escuchar su voz con clari-dad,Ias oraciones ofrecidas a la divini-dad reverenciada. Por el moümientode los labios se puede percibir que sereza. El momento en que los ojoe se cie-rran y Be conserea esa posición algu-nos segundos o minutns genera cierta

er(pectación por parte de los observa-doree. En cambio, el devoto vive unagracia que para él es 'indescriptible"porque "no hay palabras que puedandefinir esa experiencia". Es un mo-mento maravilloso lleno de vida. Talinstante se puede cumbinar con el llan-to y la aflicción porque la divinidad,misteriosa de por sf, al no expresarsecon patrones entendibles, puede pro-ducir reacciones de asombro y perpleji-dad en los devotos, 1o que provoca quelos oeyentes expregen reacciones cor-porales mriltiples

¿Qué piensa un peregrino cuandoestá dentro del santuario?, ¿en quépiensa el peregrino cuando se encuen-tra frente a la imagen venerada? Lasactitudes de contemplación visual.mentc no dicen nada porque el obser-vador es iucapaz de penetrar en lainterioridad del creyente. Pero si bienlas interrogantes planteadas son üff-ciles y complejas de explorar, la obser-vación (no visual) del cuerpo es una víaque me permite captar otros aspectogde la cultura que quedan como un ras-tro en el cuerpo. Esa huella no podríaser posible sin una colonüación del es-pacio por parte del cuerao. ¿Cómo esest¿ colonüación? Q segrin mi aprecia-ción, ¿por qué digo que mediante elcuerpo se puede tener una descripciónde las sigrrifrcaciones del peregrino,pero no por una vía visual? Yeamos lasargumentaciones.

I¿S IÉCNICAS DEL CT.IERPO

Cuando Marcel Mauss afirmaba queera capaz de reconocer a una chica quese habfa formado en un convento por

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La colonización/corporeiración dol e.pacio en la peregrineción a San Jus¡ desde Iágbs de Morcno 6l

la forma en que acomodaba los puños(cerrados), no querfa más que oqresary decir que las diferentes posturas delcuenpo y las pnícticas y accionee asocia-d¡" a éste eran Mbitos e imit¿cidres noe:¡clusivas de carácter inüüdual, sinoque concernían, se mantenían y se r+producían "con las sociedades, la edu-cación, las reglas de urbanidad y lamoda" (Mauss, 1971: 339-340). Las di-ferentes posturas de un cuerpo nosofrecen hoy una üversidad sociológicaimportante para comprender la mane-ra en que la crrltura se crea y transmiteen una cantidad diversa de circunstan-cias y contextos. El conjunto de postu-ras, gestos, formas de actuar y demásmovimientos del cuerpo fueron deno-minados por Mauss como "técnicascorporales" y afirrraba que se transmi-tían por tradición. AI refetirse a esoe

movimientos, Mauss afirma:

Todo ello ha sido más simple de lo que

me suponía, sólo había que referirse ala diüsión de los actos tradicionales,en técnicas y en ritos, división quecreo tiene su fundament¡. Tbdas esa§

forrras de actuar son técnicas, son lastécnicas corporales. Denomino técr¡i-ca al acto eficaz trodicional (ve4pues, córro este,acto no se diferensiadel acto mágico, del religioso o delsimbrSlico). Es necesario que sea úru-

d,icional y sea eficaz. No hay técnicani transmieión mientras no haya tra-dición. El hombre se distingue funda-mentalmente de los anirrales porestas dos cosas, por la tr¿msmisión desus técnicas y pmbablemente por sutra¡rsmisión oral ( 197 l: 942).

Las tecnicas corporales no son tan sim-ples en la peregrinación que realiza unsujeto que desea someterse a ese rito,Desde la cita de Mauss se puede haceruna deducción amplia sobre Ia varie-dad de técnicas corporales duranteuna peregrinación; en particular meinteresan las que denomino para estetrabajo técnicas eorporales d,e dzspla'zamiento. Éstas son las técnicas delcuerpo que un peregrino realiza en lascaminatas. El cuerpo de un caminantetiene que asimilar. todo lo dolorosopara ser dorninado y controlado. Lapiel del cuerpo, y de los pies en oncre-to, es el puente entre el espacio sagra-do y la conciencia del devoto queejecuta el ritual peregrinacional. Lospies están a la deriva con la multitudde técnicas corporales que.sostienen elpeso del cuerpo y que también dominan el dolor y facilitan eI desplaza:miento por carreteras, cerros, etcétera.La técnica corporal más comrln cunsis-te en caminar, andar o peregrinar, aun-que esa modalidad suele mezdarge conel uso de palos, pañuelos amanados enlos músculos, en las articulaciones delas mdillas y los brazos, en las caderasy otras partcs del cuerpo, los pies in-corporan, a su modo,las intenciones enla travesía.

Eso es, en el caso de un peregrino,la sigrrificacióu, el sentido de un hom-bre religioso a través de su cuerpo; éstees el sqieto previo a un diseurso, a unvocabulario que un caminante narra aotro para decir curfl fue su e,:<periencia.Los pies son la entrada al camino, alespacio sagrado, al santuario; con lospies se mueve la persona, se colonizacada centímetro de tierra recorrido.

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62 Flaüo Pin.do Márquet

Ese dominio no solamente otorga unaseguri¿lad en el recorridq también pm-porciona un conocimiento social com-partido que se recurstruye y resig¡rificacada vez que se peregrina. AI respecto,uno de los peregrinos dice:'La peregri-nación pasada estuvo más diffcil; hoyeetuvo más fácil, me canaé menos;¡mira mis pies!, casi no traigo am-pollas".r Pero loe pies son sólo una r€fe-rencia del cuer?o en su totalidad; lamultitud de hécnicas en su conjuntoson, en conaecuencia, una forrra de ob-teuer del cuerpo el conocimiento de laorperiencia que otorgan la participa-ción en las peregrinaciones, así se mlo-niza el espacio sagrado, con lastécnicas corporales (De la Calle Val-verde, diciembre 2otl-marzo 20L2:84). Revisemos üora por qué el cuerpoes el instrumento de colonización dele6pacio.

CUXRFOYCOLONIZACIÓNDELESPACIO SAGRADO

Tt¡omas J. Csordas desarrolla y ofreceuna detallada acplicación sobre la ma-nera en que el ser humano se constitu-ye como tal desde el punto de vista dela fenomenología cultural. Para eso, esnecesariq desde su punto de vista, pne-guntarse sobre la forma en que la crea-tividad inmanente del ser humanoopera de distintas maneras y en mrllti-ples niveles y, a su vez, sobre el modoen que esa creatiüdad perrnanece y seconserva en algo que funge como la

I Diario de campo, notas realizadas por F'la-üo Pinedo Má¡quez.el29 de diciembre del 2012en San Juaa de los Lagos, Jaliaco.

mediación entre la cultura y la percep-ción de ésta: el cuerpo. La fenomenolo-gla cultural planteada por Csordasproporciona un conocimiento de lae:<periencia corporal inmediata dentrode una amplia gama de signifrcadosen donde nos encontramos y, por lotanto, nos ofrecen un horizonte parahacer nuestra üda. La perspectiva deCsordas sobre eI cuerpo es, como loapunté, desarrollada desde el puntode vista fenomenológico, es decir, desdelas cosas tal y como se nos presentan,con la intención de determinar su ser ycapturar su esencia como son en larealidad (Pérez, 2(X)8: 198).

El punto de inicio no consiste enconsiderar al cuerpo como un objetoque puede ser estudiado en relacióncon la cultura, sino como un sujeto decultura o como un fondo existencial dey para la cultura. Es decir; el cuerpo seconcibe, desde el punto de üsta feno-menológico, como un horizonte dondela cultura es, donde la cultura se que-da o, eu otro sentido, donde se registrala cultura y, por lo tanto, donde se cons-truye un conocimiento social. Sin cuer-po simplemente no habría culturaporque no habría nada ni nadie que laconcibiera. Fero es necesariq de inicio,no pensar que eI cuer?o es un agentepasivo entendido y asimilado comoalgo de algrin modo sobrcentendido. Espreciso mirar 1o que es; no se tiene queobviar que la colonización del espaciopor parte del cuerpo es algo dado. Amenudo lo damos por hecho, pero diff-cilmente sabemos cómo hemos llegadohasta üí. La colmización es un hectro;cuando un inüüduo está en una pere-grinación, tiene un conocimiento deta-

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I¡ colonirrciór/corpo¡eizsción del elDecio .n Ia perr8¡iDacióú a gen Jutr d€.de lÁ8o. de Mor€no 6e

llado del espacio de deeplazamiento;sin apelar a su memoria, si una persona prescinde de su sentido de la vistacerrando sus ojos o vendándolos du-rante una peregrinación, sabe ubicarse en el espacio; puede computar eldesplazamiento en pasos o distanciasbien calculadas. Sabe dónde está y quéhacer para deeplazarse,

El punto de partida fenomenológicode Ceordas se rcmonta aAlfred In'ingHallowell con algunos de sus aportes,como el que hizo sobre percepción ypráctica. La definición de Hallowellsobre la percepción refiere que el yo("self') ee una conciencia de sí mismo,"self-awareness", que le permite re-con(rcerse a sÍ mismo como un objetoen un mundo de objetos. Esto es ele-mental para el funcionamiento de lasociedad y para la formación de la pengonalidad humana. Hallowell reco-noció el yo como autoobjetivación("self-objectification") que deviene enproducto a partir de un modo de re-flexión. El trab{o de Hallowell plan-tca que si nosotros somos capaces dere@nooernoB oomo objetos para noso-tros mismos, en la vida cotidiana esoocurriría raramente porque no nospercibimos asf, nos percibimos comootra cosa. Hay una experiencia delcuerpo preobjeüva y prerreflexiva quemuestra al pnoceso de autoobjeüvacióncomo algo anterior a Ia cultura en ladistinción analítica entre sujeto y o§e-to. La anterioridad de la concienciaque se autopercibe faciüta la concep-ción del cuerpo como antesala de laconciencia.

Otro aporte de llallowell reivindica-do por Csordas se denomina'ambiente

conductual' (behavioral envimnment),que lo tomó de la psicología Gestalt deI(oft a. El enfoque pmtofenomenológi-co de la percepción induye no sólo o[e-tos naturales como elementoe delambiente conductual sino t¿mbién ob-jetos culturalmente reificados comoseres o coaaa supematurales (supema-tural beings) y prácticas asociadas aellos. Lo anterior permite establecervínculos entre la conducta y el mundoobjetivo, procesos de percepción, li-mitaciones sociales y sigrrificados cul-turales. El punto central de Hallowellconsistió en orientar eI yo, objetos,espacio y üempo, motivación y ntxmas,peno sobre todo Ia manera en que se per-cibe, here¡rcia de la fenomenología y dela psicoloela Gestalü a esos objetoe des-de el cuerpo, que será la principal fuen-te de Csordas, desde la manera en queel francés Mau¡ice Merleau-Ponty lodesarrolló (Pérez, 2ffi8: 200-201).

Principalmente desde estos aportesde Hallowell, Csordas,desar:rolla el pa-radigm.a de la encarnación (embodi-ment), cuya construcción se sustentasobr€ el derrumbe y superación de ladualidad mente.cuerpo y sujeto-objeto.Csordas conBidetra que a los aportes deHallowell les faltaba algo; éstos teníanIa intuición de que en la percepción elreconocimiento de sí mismo tendríaque tener utr soporte, pero Hallowellno lo desarrolló, dejó esa tarea a la mi-tad, Para complementar ese vaclo,Csordss r€currió a los aportes de Menleau-Ponty sobre la percepción y elcuerpo. Para est€ autor el cuerpo es unes€enario en r€Iación con eI mundo y laconciencia es la proyección del cuerpoen el mundo. También completó ese

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64 Flaüo Pin€do Márque,

punto de vista con la sociología dePierre Bourdieu, para quien el cuerpoBocialmeirte sabido es el principio ge-nerador y unificador de todas las prác-ticas, y la conciencia es un cálculoestratégico fusionado con un sistemade potencialidades objetivas (C§ordas,1990: 5-8).

Ahora bien, para entender esasideab es necesario lrrofunüzar. Supo-ner que lo.que se percibe con los sen-tidos es la puerta de entrada paracaptar las cogas en su esenoia no egotra cosa más que, dice Merleau-Ponty,"una falsa apariencia" (2003: 9). Lapercepción no se puede reducir a unobservador qué pone a trabajar sussentidos como una máquina que regis-tra las sensaciones de los objetos. Esteestilo de apreciar el conocimiento de lainformación que bombardea a un sqie-to de percepciones descansa más eR unsensualismo mmrln propio de la inge-nuidad que en otros tiempos noe habíaregalado la definición de oímo se perci-bía la realidad. Inclusive la idea de unobservador absoluto ya no se sostieneni en ciencias como la fisica. Cúando sepercibe un objeto, ciertamente el ob-sen ador lo percibe desde un punto devista; si ese observador se posiciona enotro ríngulo y observa el mismo objeto,e§e mismo ente se percibe desde otraperspectiva; entonces, ¿qué se percibe?,

¿oímo se percibe?, ¿se percibe?Soetiene Merleau-Ponty que lo pen

cibido de ese objeto lo es en relacióncon un contexto u horizonte en don-de la visualización que se hace sobreese objeto se constituye con la visiónque todas las cosas tienen sobre eseobjeto; la visión de tal objeto es la mi-

rada que se provoca y obtiene desde'todas partes" (Merleau-Ponty, 1994:88): Tal objeto está ubicado en un hori-zonte; la visión del obseruador fija' aese objeto y al instánte se olvida delfondo" que rodea a ese objeto. Simple-mente, afrrma Merleau-Ponty, así mi-ramos (Pérez Riobello, 2008: 201-203).El observador percibe pero desde unpunto específico; no puede, en conse-cuencia, reducir su percepción a uncriterio total y único. En las cienciasque constituyen su visión del mundoen un conjunto de leyes, se aspira a lomáximo a ¡nostrar solamente una fa-eeta del universo. Ya no se aspira amostrar toda la esencia de las cosascomo en ot¡os tiempos se sostuvo o Be

cr€yó.Merleau-Ponty escribió: "La fisica

de la relatividad conñrma que la obj+tividad absoluta y rlltima es un sueño,moshándonos cada obeen ación estric-tamente ligada a la posición del obser-vador, inseparable de su situación, yrechazando la idea de un observadorabsoluto" (2003: 14). La posición de unobservador en cierto sentido se liga consu situación de tal modo que se ligacada observación con la serie de obser-vaciones que se perciben, En el caso enque un pintor observa un paisaje parapintarlo, apunta Merleau-Ponty, na

cada momeutq mientras nuestra mi-rada üaja a través del panorama, esta-mos sometidos a cierto punto de vista,y esas instantáneas sucesivas, parauna parte deterrrinada del paisaje, noson superponibles' (2003: 21).

Cuando el ojo del pintor rctiene, pordecirlo de alguna manera, un solo ins-tante de la serie sucesiva y eterna de

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I¿ coloñización/colpoEiración del €specio 6n la per€gdÁecióú a Ssn Jusn d6Éde Logps de MG€no 65

percepsiones visuales, Io que está ha-ciendo es actuar en contra de las per-cepciones en movimiento que el ojocapta habitualment€. En cierto senti-do, el ojo del pintor niega su visión por-que eterniza lo que su ojo captó en latela del übujo que pinta. lnclusive, elpintor se somete a una especie de lu-cha incesante etrtre su producto enconstruccirán y lo que su üsión Ie refle-ja en percepciones visuales eucesivasen el tiempo y el espacio. Al eternizaruna sola percepción, se imprime demanera estática la riqueza que elmundo posee, Se infiere que la posicióndel observador cuando percibe lo haceen una situación determinada deutrodel üempo y del espacio ffsico. Por eso,

cuando el cuerpo coloniza el espaciosagrado durante la peregrinación lohace desde Io kíctil y en algunos casosdesde lo olfaüvo, pero los sujetos no se

dan cuenta de eso, el registro queda enel cuerpo. las pies contribuyen con Iacolonización del espacio sagrado, eB de-

cir, ese conocimiento se hace desde logpieo.

El epígrafe de este trab{o ilustraesta idea. Cuando Dios le üce a Moisésque se quite el calzado de sus pies, eleecritor de ese texto sugiere que lo sa-grado ee previo a loo pies, ya está antesde, y por Io mismo, con los pies descal-zos, es decir, con el cuerpo, Moisés dee-cubrirá por qué es un espacio sagradoen donde ge encuentra. La concienciadel juüo será posterior a su enperien-cia como tal. Desde luego esto es unametáfora, pero cuando eI Moisés pien-sa o sugiere algo en zu conciencia, se

brinca -si se me permite la exPre-eión- Ia percepción primera de los

pies en eI espacio; la conciencia de Moi-sés no considera Io precultural y lo pne-

rreflexivo que los pies anticipan en talexperiencia, Con los pies Moisés entraal espacio sagrado, y cuando nane suexperiencia al pueblo de Israel, lo quecuente partirá de tal experiencia. Siuembargo, una vez que los pies coloni-zan el espacio sagrado, todo el conoci-miento derivado se someterá a lasalteraciones e interpretaciones de loque otros derivarán de las experien-cias primigenias. Por ello, tarea es decada hombre aproximarse por sí mis-mo a lag cosas si en verdad desea co-nocerlae. Como se ve, esta serie deplanteamientos apuntan la atencióndel sujeto que conoce hacia otros enfo-ques de interés epistemológico.

Las relaciones del sujeto con el es-pacio no son obvias en el sentido dedecir que las cosae están en un espaciohomogéneo. El sujeto tiene que perci-bir las cosas con la ayuda de su cuerpopem lo hace en un espacio heterogéneoplagado de objetos que se encuentranerntre el sqjeto que percibe y Io que per-cibe. La idea del espacio homogéneoreeponde a un punto de vista bast¿ntemecanicista de la ffsica clásica queconsidera al sujeto que percibe en unplano en donde sólo Io que se capta eg

1o que es. Pero eso es insufciente en eIplano de Ia percepción a partir delcuerpo. Merleau-Ponty (2003: 24) diceque la concepción de un espacio homo'géneo asume, por el contrario, que enel ámbito de la percepción el sujetocapta lo que quiere percibir desde unplano horizontal en donde Io percibidoes figurado; existe una cierta ilu§ióndel tamaño y la forma pe¡sibidos, e¡he

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68 naüo Pinodo Mfiquez

Cuando un ser humano apareoe enel horizonte del mundo, éete ya ofreceun puñado de üvencias a aquél; éstasse maniñestatr como fenómenos per-ceptuales. Por la percepción es como elyo conocerá eI muudo; el cuerpo es lavÍa para lograrlo, es la iniciación de lapercepción. Sin cuerpo no habla per-cepción. El comienzo de ésta está en elfenómeno del embodiment como pencepción. Específicamente cotr una sen-sación que del mundo externo se anclaen el cuerpo. Ateuder la sensación cor-poral no es contemplar al cuerpo aisla-dq más bien eo atender su situación enel mundo, La sensaci6n agrega algo almundo porque antes el cuerpo ya esta-ba sobr€ el mundo. La sensación agre-ga algo nuevo. La atención corloralincrementa la sensación. La atenciónimplica el compromiso sensorial y elobjeto. Si se ve, escucha, huele, toca oprueba un objeto, esto es posible ponque antes hay cuerpo; así, ver, oíq, pro-bar, etcétera, no e8 mera funcióncogaitiva; lo es si se piensa que no haycuerpo, pero con la concepción de ha-ber cuerpo, éste aparece antes quecualquier función cognitiva consciente(Csordas, 1993: 138).

El cuerpo no es un objeto paranuestra percepción, al contrario, elcuerpo es el mismo sqjeto que percibe,es el sujeto de percepción del mundo.Este posicionamiento tiene el presu-puesto metodológico implícito de queno se puede distingu.i4, en el ámbito dela percepción, entre el cuerpo y la men-te. Es decir, este binomio asume que elcuerpo y la mente son una unidad por-que la percepción en última instanciase recibe en el cuerpo y aqul mismo se

comenzarla a pensar en 1o que se per-cibe. Es como decir que yo no podríapensar sin tener cuerpo y viceversa.Pero el modo inverso es otro punto devista.

De modo opuesto, si se parte de larealidad perceptual resulta relevant€y problemático preguntarse eobre elmodo en que el cuerpo deviene objeti-vado mediante la reflexión. En esteseutido, Csordas complementa su posi-cionamiento con la sociología de la ac-ción de otro francés, Pierre Bourdieu.Csordas retoma el concepto de habituspara decir que el cuerpo es un ámbitode lo social en la medida en que es elescenario de la interpelación normati-va. Thmbién tiene una dimensión inü-vidual porque es la puerta que facütael acceso a la existencia de los sujetosindividualee, sensibles, orperienciales.La ftz*is corporal es, de la misma ma-nera, un esquema singular y sistemá-tico. Esta conexión es el embodiment,en palabras de Csordas. Con esa cate-gorfa se quiere decir que el cuerpo estáen un marco de vida existencial; esavida comenzará a tener sentido, a sig-nificar afuo o a quererse vivir, cuandoge desee conocer el mundo; eI conoci-miento comenzará con el cuerpo comola fuentc subjetiva inicial de la expe-riencia, en tanto el cuerpo eo la base detoda actividad existeucial (Csordas,1993:13D.

De acuerdo con las intenciones queCsordas persigue,lo que le interesa re-saltar eobre el habitus ee que la orga-nización del comportamiento seelabora como una disposición que seordena, se conkola y se arÍrcniza en Iacolectividad con y por medio del cuer-

I

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Le coloÁiracióry'c¡¡po¡eiració¡ del espsoo e|r la p€Eg¡inecióa e Señ Jue¡ d6sd. Lago6 de Mor€no 69

po. Éste e8 la vfa y la herramientapara lograr una acción sincronizada.De tal forma se pretende estableceruna relación que cor{ugue la vida ysus dispositivos objetivos ütales, losdeseos y aspiraciones que como prácti-cas se esperaría que sean compatiblescon las condiciones. Para Bourdieu loobjetivo es el resultado de la conciernciaque percibe. Eso implica que las conü-ciones objetivas no predeterminan lasprácticas y, de igual manera, éstas nodeterrninan las condiciones objetivas.Csordas establece una relación entreBourdieu y Merleau-Ponty. Ambos,sostiene Csordas, superau la dualidadsujetoobjeto y estructura-práctica conel embodiment, como recurso metodo-lógico en lo preobjeüvo,lo preculhral yer¡ el habitus (Csodas, 1990: 11-12).

Con lo anterior, Csordas pretendecaptar mediante la categoría del embodiment el momento clave en el que lapercepción, en un mundo indetermina-do y arbitrario, aparece y es constitui-da y coastituyente de la cultura.Asimiemo, eI habitus facilita conside-rar al cuerpo socializado como una ma-nera de existir de la sociedad. EIcuerpo socializado es un tipo de socie-dad, porque el cuerpo es parte consti-tuüva del todo social, de la sociedad, ypor lo mismo, facilita y permite Ia ge-

neración y unificación de las prácticascomo un principio. Esa doble tarea delcuerpo socializado se realiza en rela-ción con las eetructuras objetivae y alas prácticas sociales. Esto es, ante lavariedad de prácticas sociales, el cuer-po socializado más o meuos unificaalgo en las estructuras objetivas quequeda como una referencia o habitus

que nos ayuda a comprender cómo enla práctica los üscursos y las relacio-nes se mueven para construir la reali-dad; obviamente el cuerpo estáinvolucrado en esta dinámica. Y aquíes donde, enfatiza Csordas, la descrip-ción fenomenológica de la percepciónen el cue¡?o (embodiment) nos permitecomprender cómo eso tiene cabida enel cuerpo. Lo atrterior sugiere que elanálisis no comienza con la autocon-ciencia, sino, por el contrario, con lagénesis de la misma a partir del cuer-po. Se parte del proceso de ubicación yrelación en el cual la pemona como taldeviene objetivada. Pero el problemade esta apreciación es que no se resuel-ve eI problema de la percepción. ¿Quése percibe en realidad?

REFLEXIONESFTNAL,ES

Csordas sugiere que con el embodi-ment se inicia el conocimiento de lacultura, pero no resuelve el asunto dela percepción, En este trabajo no pre-tendo resolver ese problema, por elcontrario, asiento que la percepción esun hecho pero pienso que todavÍa noestamos en posición de afirmar qué ycómo se percibe. Esta es una limitaciónde este trab{o. Lo que resalto de Csor-das es para afirnar no con toda seguri-dad que un sujeto percibe algo con elcuerpo, pero lo percibido siempre seráproblemático para él mismo y paraotros. Ahora bien, si el cuerpo es el su-jeto de conocimiento en una peregrina-ción, teuemos que el cuerpo es la víacentral para recolectar tal experienciay, por lo tanto, es con el cuerpo con loque se colonüa y efectúa la orperiencia

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70 Fleüo Piftdo Má¡quez

peregrinacional por excelencia. Y delcuerpo, los pies Botr eI sustento centralde tal experiencia.

Estos planteamientos me permitensugerir que es a través de los pies queel sujeto en una peregrinación experi-menta, antes que cualquier significa-ción que circule en experiencias bienorganizadas en los diferentes grupossociales que realizan peregrinacionesdesde üversos puntos de la BepúblicaMo<icana o del extranjem hacia el san-tuario de San Juan de los Lagos. Pieneoque lo8 pies Bon la parte más honestadel cuerpo en sus intenciones de mos-trar al sujeto que se desplaza porquelas técnicas del cuerpo empleadas re-flejan la principal intención y los pla-nes de un ser humano. Cua¡do alguienestá rcunido con otros,los pies apuntanen la dirección de la atención captadapor la persona dueña de esos pies. Laposición de los pies podría indicar laaceptación o el redrazo de un indiüduoen un grupo; en una peregrinación todoper€grino se desplaza en r¡na direccióürcolonüada en cada caminata. Nadie egconsciente de lo que los pies revelanporque no los consideramos, simple-mente nuestros pies, sin que lo sepa-mos, dirigen nuestra atención hacia unpunto de interÉs inconsciente mayorque cualquier otúo elemento.

Después nuestra conciencia reali-zará un discurso sobre los sentidosgracias aI r€giBtro de eensaciones cor-poreizada8; el embodiment en cadauno es peculiar; loB pieB dejan pues unrastro táctil apenas explorado en la8peregrinaciones. Asinismo, los piesnos puedeú guiar hacia elementos in-consciente8, profuDdos, de Ia cultura,

poco o escasameD.te valorados. Por ello,propongo una fenomenología culturalde los pies como recureo epistemológi-co y metodológico que nos ayude acomprender lo táctil como una formade entender la cultura de las peregri-nacione§.

Esta es apenas una propuesta enconstrucción que apunta más a la im-posibiüdad de la construcción del sen-tido mediante el cuerpo que a laconstrucción de un conocimiento de-frnitivo del fenómeuo de la peregri-nación. El privilegio de narrativasvisuales elimina percepciones táctiles,olfativas o intuitivas soportadas ensensaciones que no surgen visual o au-ditivamente; los pies facilitan eI desa-rrollo de valores humanos que serelaciouan con Ia astucia y la valentíaque una caminata puede representarpara un peregrino; eso no se ve, se haceal camhar, Una peregxinación eB unüaje que refleja poderes y resistenciasque Be Bignifican hasta que se hacen.En todo caso,Ios peregrinos narran susorperiencias desde lo que la peregrina-ción les hizo sentir desde los pies, perotodavía no se puede precisar eso condetalles. MavÍa no tenemos siquieravocabularios para conceptualizar lasexperriencias tríctiles deede los pies.

En eete anáIieie he presupuestouna equivalencia entre sensacionesvisuales y táctiles como si lo que perci-bido con loe pies fuese lo misno que sepencibe con la vista, y desde ahí he ela-borado "¡a reflexión y la he significa-do. Eso ha sido un trabqio mecánicohaeta ahora. Duratrte la peregrinaciónque efectué en abril de 2014 caminépor una vereda coa árboles "verdes".

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La colonizacióry'corporéización d6l éspacio 6n la peregrinació¡l a san Juán desd6 !ago. d6 Mor€no 7l

Debajo de esos árboles terdes" habfauna piedra "rasposa" en la que me sen-té por un momento a descansar. Conmis pies percibf lo "rasposo'de esa pi+dra. Lo "rasposo" era de color'tafé cla-m". Esas eJ.periencias simplemente lasreduje al color 'café claro' presupo-niendo que lo "rasposo" es o pretendeser equivalente, igual o similar a "caféclaro'. ¿Por qué algo del mundo de loüsual es equivalente a algo del mundode lo táctil? Para mí no hay una res-puesta satisfactoria. Simplemente ha-cemos eso pm mstumbre y no sabemosexactamente por qué. La perepción esun hecho. El resto del fenómeno esinexplicable para mí.

La peregrinación aI ser una cami-nata se recibe con las vibraciones quela piel capta sobre las piedras y el te-rreno multiforme; de esa piel dependetoda la colonización y, en consecuencia,todo el conocimiento social y culturalque los diversos lugares, los acompa-ñantes y las experiencias registrarrínen el cuerpo. Sin pies simplemente noes posible el conocimiento; todo Io quela peregrinación representa para unperegrino se construye desde los pies,desde el cuerpo. Esa fenomenologíacultural de los pies la propongo nocomo recurso último, más bien comovía alterna para salir del reduccionis-mo audiovisual que como imperialis-mo dominante está presente en Iaetnograffa contemporánea.

Mis añmlaciones forzosamente ha-cen pensar en el tipo de conocimientoque la percepción mediante los piesconstruye. Teóricamente es conoci-miento t¡íctil sir un vocabulario cultu-ralmente significado; esto es algo que

tendremos que realizar. No se ha cons-truido aún un acervo de conceptostríctiles para la comprensión de Ias pe-regrinaciones. I,os pies en las peregri-naciones son haeta ahora un factor oconducto poco e.:rplorado desde lo táctil;en ese sentido, pienso que en este baba-jo no resuelvo esa cuestión. Solamenteseñalo que las grandes significacionesque tenernos de las peregrinaciones y dela experiencia de lo sagtado las hemosreaüzado firndamentalmente desde elconocimiento etnográfico auüovisual,no desde 1o trictil; queda para la poste-rioridad esforzarnoB en hacer etnogra-fías táctiles con otras metodologíascualitativas, como la fenomenologíacultural.

Este trabajo me ha hedro pensarbastante sobre las alternativas teóú-cas y metodológicas sobre el tipo de eLnografia táctil que desde los pies sepodría realizar. Luego de reflexionarsobre la cuestión, me atrevo a afirmarque poco o nada sé sobre cómo podríarealizar una etnograffa desde Io táctilcon Ios elementos que sobre el cuerpo,las técnicas corporales y la coloniza-ción he planteado en este texto. Sola-mente me encuentro en el punto dearranque. Me quedo con más dudasque con respuestas. Espero que en unfutu¡o cercano, personas más capacesme ayuden a pmponer, construir, pen-sar y resolver estas cuestiones. Hastaahora mi alternativa es escéptica y re-lativa.

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