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revista de taller de medios impresos

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RedactoresCarol SolórzanoJavier Mejía PradoOrlando RizoChristiam Pérez

Diseño GráficoAlicia Zamora S.Christiam Pérez

Fotografía Christiam PérezOrlando RizoInternet

EditorJavier Mejía Prado

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Editorial

Personajes Olvidados por la Revolución

La producción depende de las mujeres

Zona Verde Fuentes de agua en peligro

En AcciónNuevo horizonte

Espacio AbiertoFeminismo vs hembrismo

Urbano“¡Adiós amor! ¿Te acompaño?” Y lo que se piense después de eso, no importa.

Detrás de un delicioso quesillo nagaroteño

Pasatiempos

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ÍndiceEditorialEn nuestra sociedad, sobretodo entre los jóvenes, existe una individualidad que no permite el desarrollo como un conjunto, donde estemos incluidos todos sin importar estratos sociales, religión, sexo, edad entre otras cosas. Nos hace falta encontrar esa característica que nos une a todos como una sola entidad juvenil.

Y esa es la finalidad de “Factor Común” una revista hecha por jóvenes, para ser leída por jóvenes que les inquieta conocer algo más que la farándula, la moda o algunas cosas superficiales. Es para inquietar a la juventud, dándoles conocimiento sobre lo que sucede a su alrededor, en su país y en su comunidad.

En este primer numero de la revista podremos encontrar algunos reportajes que nos ubican en la realidad del país y nos dejan con la incógnita, algo que nos motiva a seguir leyendo, ubicarnos, entender y, como ultimo punto, cambiar. La revista consta de diferentes secciones que van desde los personajes que esconde nuestros país, hasta cuales son las actividades culturales de la semana, pasando por temas sociales, ecológicos y algunos que hablan sobre la ciudad.

También es necesario decir, que ese cambio se puede ver reflejado en “Factor Común”, ya que una parte realmente importante es la retroalimentación que queda reflejado en la sección de opinión. Ahora es cuando tenemos que empezar un cambio. “Factor Común” nos da la idea, está en nosotros aceptarla, hacerla propia y realizarla.

Javier Mejía Prado

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Olvidadospor la revolución

Don Guillermo Ortiz, mientras busca los papeles que comprueban su edad. A sus 93 años, todavía recuerda cuando muchos de los que ahora figuran como grandes cuadros del FSLN, vivieron clandestinos en su casa.

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Don Guillermo y doña Aura Celeste, una pareja que vivió, luchó, sufrió y lloró por la Revolución.

Persona

jesYo digo que mi vida es feliz y es triste”, cuenta don Guillermo Ortiz, “alegre por el montón de tiempo que he vivido y triste por la enfermedades que lo joden a uno”, agrega. Moreno, de pelo ralo y canoso, con orejas enormes y nariz gruesa, narra los por¬menores de su vida. Junto a Aura Celeste, su compañera de vida desde hace 70 años, cuenta los recuerdos que su mente anciana recuerdan.

Aura Celeste Padilla es una de esas viejitas que enamoran a cualquiera. Dulce, con su camisón, floreado y su pelo adornado con un aro, muestra su perfecta dentadura. A sus 84 años, los recuerdos de sus hijos fallecidos en la Revolución Sandinista, todavía la hacen llorar.

“Yo digo que si la Aura viviera fuera una buena comandante”, se imagina don Guillermo. “Ella vivió de clandestina mucho tiem¬po, porque como era periodista, ella y otro grupo de gente tenían un periodiquito sandinista, entonces se tuvieron que ir a esconderse a otro lado”, recuerda a su hija, asesinada durante la Insurrección Sandinista.

El mes más doloroso de sus vida

Junio del 79, Nicaragua esta paralizada. 99% de los establecimientos de Managua se encuentran cerrados y en los departamentos al me¬nos en un 80%. Los bombardeos se intensifican sobre Masaya y el resto del Occidente.

“Ya en el 78 ella se mete en la guerrilla y ahí aguantó hasta casi llegar al triunfo”, rememora don Guillermo. “A ella la matan por enero del 79”, expresa, “No, no seas loco, el 7 de Junio la matan a ella”, corrige doña Aura. En efecto, los documentos del FSLN constatan que Aura Ortiz muere el 7 de Junio de 1979 en la toma del cuartel de Diriamba. “No¬sotros nos dimos cuenta casi una semana después”, asegura doña Aura, con la voz entrecortada y con los ojos llorosos.

“Después de que se graduó de periodista en la UNAN, la Aurita se casó con uno que fue Comandante Guerrillero”, expresa doña Aura Celeste al contar que su hija fue esposa de Ramón Cabrales, con quien tuvo un hijo: Rodrigo. “El pobresito la lloró un montón, si hasta embarazada estaba cuando me la mataron”, señala Aura Celeste. “Él se dió cuenta de que la habían matado hasta después del triunfo, cuando vino aquí a la casa a buscar a la Aurita”, agrega.

Por: Orlando Rizo

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“Y ahí nomasito, 21 días después me mataron a otro hijo mío en Piedras Quemadas”, recuerda doña Aura Celeste. “Cuando todos se estaban replegando a Masaya, el 28, los bombardeó la guardia y ahi mataron a Róger”, agrega, otra vez con la voz entrecortada. “Én un mes nos mataron a dos hijos”, expresa don Guillermo, “nosotros no hallábamos ni que hacer con esa aflicción horrible que nos agarró.

“Mi casa fue una guarida de clandestinos”

“Ramón conoció a la Aura cuando vivió clandestino aquí en la casa”, señala don Guillermo. “Si aquí fue una guarida de clandestinos”, agrega. “Aquí estuvo Omar Cabezas, solo que el venía de noche y muy de mañana se iba de nuevo”, cuenta. “También estuvo William Ra¬mírez”, cuenta doña Aura Celeste, “pero ese si se estu¬vo un buen rato”, comenta, “aquí pasaba metido y vivía adoctrinando a los zipotes de la casa”, asegura entre risa.

“William fue el único que mantuvo contacto con noso¬tros”, señala Aura Celeste. “Si hasta nos decía papa y mama ese jodido”, indica don Guillermo. “Ahí venía siempre el pobresito a dejarnos comida para el día de la madre y regalos de Navidad”, agrega Aura Celes¬te. “Él siempre fue muy fino con nosotros”, asegura.

“De ahí también estuvo Bayardo Arce mucho tiempo con nosotros”, comenta don Guillermo. “A él hace poquito lo fui a ver porque estaba bien enferma la Aura Celeste y quería ver si por lo menos me podía ayudar con las medicina”, cuenta, “pero cuando le pregunté si se acordaba de mí solo me dijo `ideay viejo,

¿qué pasó?´ y yo le conté lo de la Aura y me dijo que estaba bien ocupado que regresara mañana”, continúa, “pero yo no regresé, lo mismo me iba a decir”.

“Me mandaron a que trabajara 3 años más”

“Aquí antes uno comía lo justo”, asegura don Guillermo, “lo que pasa es que antes no existían esos capitalistas malvados que hasta por una miga de pan le quieren cobrar a uno”, indica. “Ahora todo está más caro, pero eso es por la misma especulación de los empresarios que todo lo ponen más caro de lo que en verdad es”, afirma.

“La Aura por lo menos tiene su pensión por ser madre de heroes de la Revolución”, señala don Gui¬llermo, “pero ya ni con eso nos da, por eso es que nos tienen que estar manteniendo los hijos que to¬davía trabajan porque hay dos que también ya están jubilados”, agrega. “Pero como ahora todo está más caro, ya ni a ellos les da con lo que ganan y a veces nos pasan dinero y a veces no”, lamenta.

“También los nietos de vez en cuando nos traen alguna canasta con comida, o unos centavi¬tos para mantenernos”, asegura Aura Celeste.

“Yo ya he buscado como conseguir alguna pensión”, asegura don Guillermo. “Hace tres años le escribí una carta a la Compañera Rosario, contándole mi situación”, afirma, “y ella ahí nomasito me respon¬dió y me dijo que me fuera al INSS porque ya había mandado mi caso para que lo analizaran”, agrega.

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Doña Aura Celeste, con un hablar pausado, relata como perdió a 2 de sus 8 hijos en un año de guerra.

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Don Guillermo conduce a su hija Aura Celeste en su graduación universitaria. 3 años más tarde, cuando ya trabajaba como

periodista, fue asesinada por la Guardia Somocista en Jinotepe.

Aura Celeste y su hijo Rodrigo. “El es el único que me dice abuelo”, expresa don Guillermo, refiriendose al menor, “el resto me dice `papa´”,

asegura. Después del fallecimiento de su mamá, Rodrigo pasó a vivir con sus abuelos pa¬ternos, ya que la casa de don Guillermo y doña Aura

Celeste, era muy insegura.

“Cuando llego al INSS me dicen que tengo que trabajar 3 años más para que pudieran pasarme una pensión porque solo había cotizado doce años y el mínimo es quince”, cuenta. “¿Y ya a los 90 años de que iba a trabajar?”, cuestiona, “yo todavía camino bien, sin bastón, pero nadie va a estar con¬tratando a un viejo para que les trabaje”, afirma.

“Todo se lo han comido las cucarachas”

“Nosotros no agarramos fusil porque ya eramos muy viejos”, asegura doña Aura Celeste. “Gui¬llermo tenía más de 60 y yo 50 y pico, ya no esta¬bamos para andar en la montaña”, agrega.

“Fijate que a nosotros nos dieron un montón de reconocimientos si”, señala don Guillermo. “Nos dieron diplomas por participar en los repliegues”, recuerda, “William Grigsby nos dió una medalla porque la Aurita era periodista”, asegura, “nos dieron fotos de Carlos Fonseca y de Sandino”, agrega. “Pero todo se nos ha perdido, de repente se desaparecen las cosas”, lamenta. “Lo que pasa es que él es muy desordenado”, se queja Aura Celeste entre risas, “no, yo creo que todo se lo han comido las cucarachas”, responde su esposo.

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Bajote cho

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www.bajotecho.wordpress.com

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Más de 8oo féminas se dedican a labores agropecuarias

La producción depende de las Mujeres

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“Las mujeres ticuantepeñas antes que todo se destacan por ser grandes trabajadoras del campo”, dice Gustavo Cortés, edil de este municipio. Y así lo demostraron al celebrar el Día Internacional de la Mujer Rural.

La producción depende de las Mujeres

En Ticuantepe, municipio caracterizado por ser una zona agrícola, vive doña Clarisa Cerrato, hoy al igual que todos los días, se ha levantado desde muy temprano, no sólo para hacer los quehaceres del hogar sino para prepararse para una nueva faena de trabajo en el campo.

A las seis de la mañana en punto, doña Clarisa, se dirige junto a sus cuatro hijos, a su finca. Terrenos a los que desde muy pequeña ha ido a trabajar, y de los que ha obtenido los ingresos y el alimento necesario para satisfacer las necesidades básicas de su familia.

Todos van con azadones y machetes en mano. El día apenas comienza y doña Clarisa junto a sus hijos, no regresarán a su casa sino hasta terminar la jornada de trabajo, que podría extenderse hasta las 12 del mediodía.

Aunque según datos de la alcaldía de Ticuantepe, no sólo doña Clarisa se dedica a esta actividad, existen más de 800 féminas que trabajan en agricultura y ganadería. Por ello, la Alcaldía de Ticuantepe junto a otras organizaciones decidieron festejar a las mujeres que se dedican a estas actividades. Ello, en conmemoración del día internacional de la mujer rural.

“Ticuantepe abarca en gran parte sectores rurales (…) y es allí donde las mujeres rurales ticuantepeñas se destacan por ser grandes trabajadoras del campo y gran parte de la producción depende de ellas”, manifiesta con orgullo el alcalde de este municipio, Gustavo Cortés.

Dentro de las actividades a las que se dedican estas mujeres, están la producción de granos básicos y productos como piña, café, musáceas, vegetales, entre otros. Asimismo, la crianza y comercialización de ganado ovino y vacuno.

Doña Irma Ruíz, vive en la comunidad Los Ríos, se dedica a la crianza de aves de patio. La facilidad con la que se reproducen y los bajos gastos que requieren estos animales, le ha permitido crear su propio negocio de comercialización de huevos y de pollos.

“Por lo menos con lo que me queda de esas ventas puedo mantener este negocio y comprar algunas cosas para mi familia”, dice doña Irma.

Microempresarias

Pero las mujeres de las zonas rurales de Ticuantepe, no sólo se destacan en la producción y comercialización de frutas y animales. Muchas de ellas han recibido diferentes capacitaciones de organismos que trabajan con las mujeres del campo y han logrado crear microempresas que producen derivados de los mismos productos que cultivan.

Tal es el caso de Nohemí Sánchez, ella junto a otras once mujeres se han aliado para formar una microempresa llamada “delicias ticuantepeñas” en la que se fabrica jaleas, jugos y vinos de piña.

“Las mujeres rurales tienen un gran potencial,

Persona

jesPor: Christiam Pérez

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son muy ingeniosas y trabajadoras, por ello nosotros decidimos organizarlas en sus comunidades para que crearan este tipo de microempresas”, explica Francisco Nicaragua, responsable del área de agricultura del organismo Visión Mundial, Plan de Desarrollo de Área (PDA) Ticuantepe.

“Hemos trabajado juntas por más de seis meses en `delicias ticuantepeñas´ y eso nos ha permitido tener mejores ingresos”, cuenta Nohemí Sánchez, socia de la microempresa.Otra accionista es Juana Ruíz y dice que “lo mejor de esta empresa es que las materias primas que usamos para nuestros productos, las producimos nosotras mismas”, en relación al ingrediente principal de sus recetas: la piña.

Asesoramiento

Por su parte, la alcaldía de esta localidad, ha desarrollado una serie de actividades para brindar asesoramiento a las mujeres productoras.

“Hemos capacitado a hombres y mujeres en temas de control de calidad de la producción ya sea de alimentos a de crianza de animales”, expresa el alcalde, Gustavo Cortés.

“Queremos que los campesinos, y en este caso las mujeres campesinas, ofrezcan una mejor producción cada día y que en sus parcelas se diversifiquen los productos frutales”, añade el edil.

Celebración

En vista de la importancia del papel que tiene la mujer en el principal motor de la

economía de Ticuantepe, la alcaldía junto a diversas instituciones como Visión Mundial- PDA Ticuantepe, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre otros decidieron organizar una feria para celebrar el día internacional de la mujer rural con una feria en la que las invitadas de honor fueron las campesinas.

En esta celebración que se realizó en la comunidad de La Borgoña, el pasado sábado 17 de octubre, las mujeres del campo comercializaron sus productos.

Una de ellas fue Migdalia Pavón, habitante de la comunidad Las Enramadas. Ella aprovechó esta feria para vender los diferentes productos que cultiva en su finca.

“Me invitaron a la actividad y me dijeron que trajera a vender de lo que cultivaba, entonces traje: piña, plátanos, bananos, pitahayas (…) estoy muy contenta con esta actividad y espero que las continúen realizando”, opinó Migdalia.

Lo mismo piensa Gloria Chamorro, quien el día de hoy suspendió el día de trabajo para venirse con sus hijos a la exposición y aprovechar para vender sus cultivos.

“Hoy no trabajamos porque queremos aprovechar a vender algo (…) y lo que pido es que se nos siga ayudando porque nosotras también queremos salir adelante”, dijo la productora.

Al finalizar, el alcalde se comprometió ante las productoras a “promover estas ferias los fines de semana para que las y los productores amplíen su mercado y obtengan mejores ganancias”.

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Fuentes de agua en peligro

El avance de la frontera agrícola y el despale indiscriminado en la zona de amortiguamiento de la sub-cuenca III de la cuenca Sur del Lago de Managua, afecta directamente las fuentes de agua que posee la reserva natural El Chocoyero, con las que se abastecen cinco

comunidades del área rural del municipio de Ticuantepe.

Por: Cristhiam Pérez

Dentro de la reserva el bosque aún se conserva verde. La espesa cobertura selvática que existe, ayuda a infiltrar el agua en el subsuelo y mantiene las reservas del vital líquido. Aunque, en los alrededores o zona de amortiguamiento del área protegida el panorama es deprimente.

Las malas prácticas ambientales como el despale, desaparecen gradualmente la cobertura boscosa de esa franja, substancial zona de infiltración del agua que brota en las cascadas de El Chocoyero y El Brujo, ubicadas en el área protegida que lleva su nombre.

Para Yader Peralta, ambientalista y presidente de la junta directiva de la Cooperativa Juan Ramón Rodríguez, que se encarga de la administración, protección y cuido de la reserva natural El Chocoyero, localizada a 28 kilómetros de la capital, han sido muchas las acciones que se han realizado para evitar que los habitantes de las comunidades cercanas continúen con estas prácticas que van en contra de la naturaleza y que amenazan en un “plazo incierto” con desaparecer las cascadas del área protegida.

“Hemos trabajado en asociación con la Alcaldía

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–de Ticuantepe–, y otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, con un solo objetivo: hacer conciencia en la población de las comunidades que rodean el área protegida, diciéndoles que el futuro de la reserva está en sus manos y que si se sigue con las malas prácticas tendremos graves consecuencias en el futuro”, cuenta Peralta, quien ha trabajado en la reserva desde hace más de 5 años.

El Chocoyero, que forma parte de la sub-cuenca III de la cuenca Sur del Lago de Managua, también es amenazado por el avance de la frontera agrícola siendo la piña el cultivo más arraigado en esta actividad. El peligro está en que este cultivo requiere de mucha luz solar, lo que provoca un cambio drástico ya que disminuye de la cobertura del bosque.

La Alcaldía de la localidad y los protectores de la reserva desconocen la cantidad de vegetación que ha sido eliminada en la

zona de amortiguamiento que abarca los municipios de Ticuantepe, La Concepción y El Crucero; sin embargo, se estima que “si se parte de los linderos de la reserva, puede haber un kilómetro de bosque que no ha sido alterado, a partir de allí comienza ya sean los cultivos o el despale”, explica Danilo Pasos, guardabosque del área protegida.

Menos Agua

Las consecuencias de la deforestación en la zona de amortiguamiento de la reserva son evidentes. La cascada El Chocoyero, que beneficia a las comunidades de San José y El Edén, alrededor de 250 familias, ha experimentado una leve baja en su caudal con relación al monitoreo de años anteriores.Según explica Adán Martínez, encargado de la distribución del agua en esas comunidades, anteriormente la fuente producía alrededor de 850 litros de agua en un minuto, ahora fluyen unos 800 litros en igual cantidad de tiempo.

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Esto indica que en cada minuto se dejan de producir unos 50 litros del vital líquido y en una hora esto representa 3 mil litros que podrían abastecer con la suficiente cantidad de agua, por día, a unas 10 familias del sector.

Pero para Martínez, la problemática de la baja en la producción de agua no queda allí. “El mal invierno que hemos tenido, afecta (…) poca agua se ha infiltrado. Ahora viene la temporada seca y no sabemos si el caudal bajará más”, alerta.

Mismo panorama

El Brujo, la otra fuente de agua de la reserva, que abastece a las comunidades de Los Ríos, La Francia y parte de La Borgoña, que representan unas 4oo familias, no muestra serias variaciones en su caudal. Según cuenta Yader Peralta, “no se ha tenido muchos problemas con esta cascada, porque queda en un lugar más alto y el despale en la parte alta más allá de la reserva no ha sido intenso por la dificultad para llegar allí”.

Aunque Peralta no desestima que en los próximos meses de la temporada seca se puedan presentar disminuciones en el caudal de la fuente.

Cartas en el asunto

Ante esta situación que atenta en contra de la naturaleza, diferentes organismos han elaborado estrategias para concientizar a la población en el cuido de los recursos naturales. Uno de ellos es Visión Mundial mediante el Programa de Desarrollo de Área (PDA) Ticuantepe.

María Antonieta López, responsable del área de educación de este organismo, explica que ellos han desarrollado diferentes planes para tratar de parar la mala práctica ambiental. “Nosotros trabajamos directamente en las comunidades rurales y específicamente con la niñez. A ellos se les capacita en temas ambientales con el objetivo de que reconozcan que la protección y cuido del medioambiente es importante para el desarrollo de toda sociedad”, cuenta López. “Hemos realizado jornadas de reforestación en aquellas zonas donde hay un gran despale”, explica.

“Otro proyecto que se ha desarrollado y del que se ven frutos, es el que desarrolló el Cenade (Centro de Acción y Apoyo al Desarrollo Rural) hace unos cinco años”, recuerda Yader Peralta. Con esa idea se pretendía hacer que la población local aprovechara el desarrollo del turismo de la reserva.Con esta propuesta se instruyó a los pobladores para proteger y conservar la reserva, y utilizar sus recursos naturales de manera racional.

Más apoyo

Yader Peralta, director del área protegida El Chocoyero, cree que a pesar de las condiciones que amenazan las fuentes de agua, “todavía se puede hacer mucho”. Por tal razón, hace el llamado a los pobladores de la localidad a “que se pare la destrucción de la naturaleza”.Asimismo, llama a las instancias gubernamentales correspondientes para que se le dé “mayor apoyo” a esta reserva y de esta manera invertir tanto “en el área protegida como en la capacitación a la población en temas ambientales”.

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Un nuevo “Ahora vamos con el piso”, grita Maria Eugenia, con su voz chillona ha liderado a la cuadrilla que está construyéndoles un nuevo hogar a Marisol y Jorge, junto a sus 3 hijos. Iker, hoy ausente, es el otro jefe de cuadrilla que, junto al resto de voluntarios, se estarán encargando de fabricar una nueva esperanza, un nuevo camino y el inicio de un cambio en esta familia.

“Llevamos 13 años de estar juntos”, cuenta Marisol, “Desde que tenemos 15 años he vivido con Jorge”, asegura. Sus labios son capaces de contar cualquier historia de matrimonio, “si no es chiche haber aguantado tanto tiempo juntos”, asevera entre risas. Jorge es mesero en una discoteca de la capital. “Trabajo de 8 de la noche hasta las 4 de la mañana”, afirma, mientras los voluntarios bromeando le dicen que ahora van a entrar de gratis a la disco.

Son las 5 de la tarde del sábado 10 de octubre y la jornada de trabajo está terminando. Desde poco antes de las 11 de la mañana, la cuadrilla ha pasado con palas, barras y, sobre todo, con sus manos, cavando en la suave tierra para poner los pilotes que serán las bases en las que se erigirá un hogar. Ahora, se prestan a poner el piso que pronto soportará el peso de una familia que ha tenido que luchar para sobrevivir.

Junto a los voluntarios de Un Techo para mi País, están trabajando hombro a hombro,

algunos trabajadores del Canal 2 y del grupo COASA que, además de venir a grabar la experiencia de construir una “mediagua”, vinieron a formar parte de la cuadrilla y a unir esfuerzos.

“Primero los del Canal 2”, despiadadamente grita Carlos, un voluntario que también está construyendo la vivienda. Pero ellos, ni cortos ni perezosos, toman el primer panel de los dos que se unen para formar el piso. Sin ningún aparente esfuerzo, colocan el panel sobre las vigas que están clavadas sobre los pilotes y lo dejan caer suavemente, como si de una pluma se tratara.

“Ahora los del techo”, les devuelven el reto los voluntarios del Canal 2 a los de Un Techo para mi País. Ellos, con un poco más de esfuerzo pero con la misma determinación, toman el siguiente panel y lo colocan, aunque no tan suavemente como el anterior, sobre las vigas.Ahora, con el piso puesto, es hora de irse a casa. Doña Marisol, penosa pero siempre sonriente, y don Jorge, incansable y amable hasta la saciedad, se despiden de los voluntarios que hoy han dado el mayor esfuerzo físico posible. Mañana será otro día.

Domingo 11 de Octubre.

A las 6 y media de la mañana, aún con los ojos pequeños y un poco entumidos, los voluntarios llegan a la casa de Marisol, quien los espera con un helado vaso de chicha para

Por: Orlando Rizo

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empezar el día. Las cámaras del Canal 2 no se hacen esperar y pronto están filmando todo lo que acontece en la construcción y construyendo un techo más digno para una familia nicaragüense.

Desde el productor, pasando por el reportero, editores y camarógrafos, todos clavan los paneles, que poco a poco de le van dando forma a lo que pronto será una nueva vivienda.

Los panales se colocan rápidamente e, impecablemente, colocan las ventanas, supervisados por Adolfo, un cuadrillero maniático de la perfección en las ventanas y las puertas. Con sus manos gigantescas y un cepillo de madera, rápidamente corregía cualquier imperfección en cualquier lugar en el que se tuviera que encajar alguna ventana.

Vigas, clavadores y zinc, se clavan sin parar y a mediodía doña Marisol hace que le trabajo se detenga. “Ya está la comida”, exclama y no hay mejor forma de detener el trabajo en una cuadrilla que esa. La cuadrilla entera se sienta en el piso y con panas de plástico de todos los colores, Marisol sirve la comida que ha preparado para los voluntarios.

Poco después los voluntarios detienen el trabajo. “Suave, suave”, grita Carlos, miembro de la cuadrilla más famosa que ha pasado por UTPMP-NI, “hay que dejar algo para mañana”, exclama.

Lunes 12 de Octubre

La Ford E350, color blanco, con un valor aproximado de 670 mediaguas, se asoma por las calles del Asentamiento 30 de Mayo. En un costado se observa la escritura “Unidad Móvil” y por el otro lado el logo del Canal 2 se muestra sin ningún tipo de reservas.

La inmensa furgoneta se parquea el extremo más alto de la calle y después de conectarle una infinidad de cable empieza hacer un sonido ensordecedor, parecido al de una planta eléctrica en funcionamiento. Pronto, una antena empieza a salir del vientre de este gigante. Con 30 metros de altura, este aparato es capaz de transmitir hasta Saturno y sus alrededores.

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Por otro lado, doña Marisol se prepara para recibir a los voluntarios. “Cuando los vi llegar por primera vez se miraban todos debiluchos, todos flojos”, asegura, “pero después se pusieron las pilas”, afirma, al ver la casa que pronto será su hogar.

A esos debiluchos que una vez vio entrar doña Marisol, por la puerta de su casa, ahora solo les falta la puerta, 2 ventanas, 2 láminas de zinc y la cumbrera de la vivienda. “Todo hemos trabajado arduamente, nadie se ha quejado”, asegura Iker, jefe de cuadrilla de este grupo de chavalos que está a punto de entregar un nuevo horizonte, una nueva vida.

El primero de casi una docena de carros que pronto estarán parqueados en la calle, apaga el motor frente a la casa de Marisol. Uno a uno, empiezan a bajar los miembros de la cuadrilla. Pronto, llega otro carro que completará al grupo de voluntarios que hoy, está decidido a concluir la construcción.

“Estamos ansiosos, ya queremos terminar de construir la casa”, exclama Leonie, una de las cuadrilleras que está a punto de entregar un nuevo hogar. Mientras tanto, Federico, uno de los hijos de Jorge y Marisol, entra y sale de la casa sin cesar. Sus pequeños pasos marcan la tierra y la huella de sus diminutos pies queda grabada en el fino polvo. “¿Te gusta la casa?”, le pregunta Maria Eugenia, “Si”, le responde él, “¿Por qué?”, “porque si”, responde escuetamente con su vocecita de tres años de edad. Hombre de pocas palabras.

“Bienvenido a Primera Hora, estamos en el Barrio 30 de Mayo”, empieza a contar el presentador del programa que Canal 2 transmite en vivo a las 8 de la mañana de lunes a viernes. Ahora, el show se ha trasladado a la escuela Ebenezer, ubicada a unos 50 de metros del lugar en el que unos 8 voluntarios están terminando de construir el comienzo del cambio en la vida de una familia.

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En la escuela, el ambiente es muy diferente. Unas 200 personas se aglomeran alrededor de las cámaras y se incorporan a las dinámicas que el equipo del programa tiene preparadas, siempre premiando a los ganadores.

“Ya están pasando el reportaje por la tele”, exclama Adolfo y todos se aglomeran en el pequeño televisor que Marisol ha colocado sobre una silla de plástico. “Devuélvanse, devuélvanse”, advierte Iker, “que todos nos vemos gordos”, afirma entre risas.

Pronto, la cuadrilla vuelve al trabajo y en poco menos de una hora la casa está lista para ser inaugurada. Un voluntario coloca la cinta azul y blanco que cruza de lado a lado la puerta y rápidamente el equipo de Canal 2 se coloca en posiciones para transmitir en vivo el momento en el que se le entregan por primera vez las llaves a la familia.

Rápidamente, luego de una explicación del proceso constructivo, a cargo de Gian Carlos Ozuna, Director de Construcciones de Un Techo para mi País – Nicaragua, la cuadrilla se aglomera frente a la puerta de la casa y luego de unas breves palabras de Iker Luna, doña Marisol y Jorge se prestan a abrir el candado del cambio en sus vidas.

“Nicaragua necesita de un techo digno”, dice Jorge, cuando la periodista le pregunta sus últimas impresiones y abre el candado para luego abrir la puerta, subir la escalera que la cuadrilla les preparo, poner el primer pie dentro de la casa, luego el segundo y alcanzar un nuevo horizonte

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En Nicaragua, no es anormal que las pocas mujeres que hablen sobre feminismo, digan cómo no quieren ser parte de estos movimientos. ¿Cómo es posible que una mujer no quiera defender sus derechos? El feminismo empieza ya a jugarse en contra. Valeria Sanchez creció con un hermano que le pedía que nunca fuera feminista y una madre que temía cuando Valeria se acercaba a las muchachas que pertenecían a este movimiento. Lo extraño de este caso, en un mundo donde los conceptos son bien empleados, es que el hermano de Alicia era lo menos machista que la herencia cultural permitía, y su mamá nunca fue denigrada por su esposo o cualquier otro hombre de la familia.

Una verdadera feminista se asombraría al saber esto y le sonaría ilógico. Una joven como Valeria y muchas de las nicaragüenses, diría firmemente “No soy feminista”. Así dijeron varias muchachas que se enfrentaron a esa pregunta. Al preguntar ¿Por qué no? La mitad dudó y no quiso seguir respondiendo, las otras dijeron “no me gustan los extremos”. Podemos decir entonces, que para una gran parte de las jóvenes nicaragüenses ser feminista significa estar en un extremo, en el que las mujeres son perfectas, y los hombres, que toda la vida nos hicieron creer lo contrario, realmente son los incapaces para lo que vale la pena.

Todas las mujeres deberían de ser feministas, como humano normal que desea que sus derechos se cumplan, sin embargo, el feminismo ha arrastrado un fenómeno más que le juega en contra: el hembrismo. Término

relativamente nuevo que jamás se utiliza por los movimientos feministas nicaragüenses, y fenómeno que ha llegado a usurpar al feminismo y ahuyentar a las verdaderas afectadas por el machismo.

Las reacciones ante el hembrismo son distintas. Están las mujeres que lo adoptan porque lo ven como única salida, ya en estos tiempos ningún movimiento es liderado por mujeres que no hayan cruzado la línea del feminismo al hembrismo; Están las que rechazan totalmente el feminismo por las hembristas que usando el nombre de feministas, luchan por enaltecer la imagen de la mujer y denigrar la del hombre, colmadas de cinismo y las características del peor machista; Por supuesto, siempre queda el espacio libre para los indiferentes.

El hembrismo podría ser la razón al fracaso de los movimientos feministas. Se trata de un resentimiento arrastrado de una experiencia propia o después de conocer la triste historia de la denigración hacia las mujeres durante la historia que conocemos. Es lo que ahora se conoce normalmente como el feminismo extremo, o ya incluso feminismo en su máxima expresión. Quizás aclarándose estos términos y empezando a emplearse de manera correcta, quizás ya no serían las mismas pocas mujeres y acompañadas de sus amigos homosexuales que demandan el cumplimiento de los derechos de las mujeres. Pero no basta aclarar los términos, toca replantear la causa, la lucha y el fin. Reivindicación del papel de la mujer ¿Cuándo estará terminado esto? La respuesta

Feminismo VSPor: Carol Solórzano

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más fácil es cuando el hombre esté por debajo. Esto explica que Valeria al enfrentarse a la

pregunta de “¿ Por qué no sos feminista?” responda

ignorantemente “Creo más en la igualdad de géneros”.

“ S i en Nicaragua no existiera el problema de la penalización del aborto terapéutico no tendrían qué hacer, si ya hasta una presidenta tuvieron, no son más que pegar gritos, mira si alguna de ellas se va a meter a donde las más pobres a enseñarles sus derechos, son fomentar el hembrismo, no hay quien luche por la equidad de géneros en este país” comenta uno de los tantos jóvenes hombres que se ha sentido agredido por las nuevas feministas, al aprender el nuevo término.

Es probable que el problema no sea qué tan machista es Nicaragua sino que tan hembristas son las que se hacen llamar feministas. Sin dejar de tomar en cuenta que la mayoría de la población no tiene acceso a una educación de calidad y aún vive acostumbrada a que el rol de la mujer sea la que no sale de la casa y espera al marido para servirle, debería de ser preocupante saber que dentro de las universidades, mujeres que tienen acceso a la educación de mayor calidad dentro del país, repudian el término “feminista”. La feminista es la loca, lesbiana (por resentimiento social), busca pleitos, a la que seguramente “se las pegaron fuerte” y la que defiende sus derechos y los de toda mujer que encuentre, no tiene nombre. Incluso, podríamos culpar a los términos de esta desunión. A estas alturas, en que en un

país tan pobre como Nicaragua ya las mujeres tienen según las leyes casi todos sus derechos, la lucha debería de ser por la defensa de los derechos de todos los humanos, sin importar el género. No hay mujer sensata que se lance a las calles a gritar por los derechos de las mujeres, mucho menos hombre, porque se ha encasillado esta causa a un pequeño grupo (sólo de mujeres) donde te exigen ir en contra de lo que es una mujer normal hoy, y pasa también que para la mayoría de mujeres que no quieren ser normales, el éxito es intentar ser hombre. El nombre feminismo, que algún día unió a miles de mujeres, hoy fomenta un hembrismo rechazado tanto por mujeres como por hombres.

¿Qué soy, entonces, si quiero amar a un hombre, tener hijos, hacer la comida por puro arte, ser una profesional exitosa, y no estar ni por debajo ni encima de la persona con la quien escoja vivir? Según la situación de hoy: nadie. Es un “estás conmigo o estás en mi contra”.

Entonces, si concluimos que feminista es quien lucha por la equidad de géneros especialmente desde el punto de las mujeres, que han sufrido un histórico maltrato de parte de los hombres y que las hembristas son aquellas que odian a los hombres y los consideran incapaces de hacer cosas útiles e importantes por cualquier razón, es muy difícil que una mujer me diga “no soy feminista”. Después de conocer el significado de ambos términos Valeria intenta llegar a la conclusión de qué es (porque en este mundo ahora es necesario ser algo en todo) “Yo igual prefiero decir que defiendo los derechos humanos. A las feministas de hoy, les falta ser feministas”

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“¡Adiós amor! ¿Te acompaño?” Y lo que se piense después de eso, no importa.

Pauline es una francesa a la que por cosas de la vida le tocó vivir en Nicaragua. Ella no se preocupa por decir su apellido porque se puede tardar horas enseñándole a la gente a pronunciarlo, pero todos la conocen como “Polín”.

Por: Carol Solórzano

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Está acostumbrada a caminar mucho, a falta de carro, y como cualquier “chela” llama mucho la atención de los hombres que se dedican a “halagar” a las mujeres en la calle. Para seguir con el esquema de ser chele en Nicaragua, se viste con trajes que a cualquier nica le resultan llamativos y extraños.

Hoy está vestida de negro. Camisa de tirantes y una falda que se mueve con facilidad cuando camina, su piel está blanca como siempre y con el pelo café oscuro, suelto. Parece una buena representación de la famosa Marianne, figura alegórica de la República Francesa. La misión: comprar un quesillo a dos cuadras de su casa. El problema es que su casa es en Altamira, famoso barrio de Managua, y para llegar al quesillo hay que pasar por el supermercado Palí y un parque, dos lugares que mantienen a mucha gente en movimiento.

Sale de la casa con toda la naturalidad del mundo, sin percatarse que en frente hay un camionero, al lado un CPF y más adelante dos hombres sentados en una escalera.

Los espectadores están listos para ver pasar el show de la francesa en falda y lanzar sus críticas al aire. “Adios” murmura el primero, como si no quisiera ser escuchado. El camionero aprecia el espectáculo desde lo alto en el camión, mientras descargan en el Palí, no dice nada, pero la persigue con su mirada. Cuando llega el momento de pasar entre los dos hombres,

Pauline y su amiga guardan silencio, como si ya supieran lo que va a pasar y quisieran recordar ese momento como si no hubo más que eso, silencio. “Adiós amor, preciosa, ricura, bonita, chelita” empieza uno de los hombres en el momento en que le pasan al lado, y continua hasta que probablemente ella ya no pueda oírlo si no grita.

El Palí ha sido superado, falta el parque. El momento anterior parece ser olvidado, las amigas hablan de otra cosa, y al parecer lo que dijeron los hombres no importó. En la esquina del parque, está el señor de la alcaldía, limpiando la calle. ¿Será víctima de éste también? Camina, pareciera que ni lo ha visto, cuando pasa en frente el señor se detiene, sostiene su barbilla en la escoba y empieza a dar su opinión como si fuese un juez o un crítico de la carne que ve. Pauline llegó a su destino y compró su quesillo. Es momento de regresar a la casa, y por puras ganas, toma otro camino donde hay una parada de buses, ahí hay más gente todavía.

Cuando se acerca más a la parada empieza a parecer todo como un juego de computadoras. El punto blanco (Pauline) debe deslizarse por algún lugar y pasar entre muchos puntos oscuros (la gente que espera un bus) , aumenta la velocidad de sus pasos y comienza a caminar esquivando personas, sin embargo, lo que dicen no lo puede esquivar, lo único que obtiene con suerte, es un poco del

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efecto doppler. “No quisiera saber qué dicen después de las primeras estupideces” dice con su extraño acento español.

Cerca de la casa, ni de sus vecinos se salva. Está llegando y falsamente, se siente más segura, los únicos que quedan son personas dentro de sus casas, gente “civilizada”. “Regalame quesillo” le dice uno. A Pauline ya ninguno la sorprende, camina en su burbuja como si no escuchara nada. No expresa ningún sentimiento , no se siente halagada ni ofendida. “Me acostumbré a ser la chela” justifica.

Pauline creía haberlo visto todo, con aquellos hombres que se acercan a ella cuando anda de fiesta y pretenden conseguir algo diciéndole que sus ojos (que en la oscuridad no se aprecian bien) son bonitos o que tiene una hermosa cabellera. Sin embargo, a pesar de estar acostumbrada, no deja de molestarse cuando habla de los hombres que le gritan cosas cuando camina, que parecieran estar seguros de que sus palabras son esperadas.

Ella no entiende si lo hacen para hacer a una mujer sentirse halagada o por la necesidad de expresarse. Por muchos años la mujer siempre ha tenido que soportar cualquier cosa del hombre para que satisfaga sus necesidades o exprese lo que quiera expresar, esto es una muestra de lo que pasaba antes con mayor magnitud, piensa Pauline.

Es como si les gustara sentir que pasan encima de las mujeres y que tienen que calificarlas,

ella igual que muchas no se siente menos importante, y no deja de molestarle mucho esa situación “Pero hay dos cosas a las que me niego, la primera a bajarme a su nivel e insultarlos, porque de todas maneras hablan más y la segunda es a renunciar a la libertad ganada de escoger la longitud de mi falda y comprarme un quesillo cuando se me antoje” dice con tono fuerte la francesa que en dos meses ha vivido lo que viven todas las mujeres nicaragüenses que no pueden guardarse en sus burbujas como sus carros o los muros grandes de sus casas. Esas mujeres que deben inventarse a diario una burbuja imaginaria, donde las palabras que no entran se traducen en un mal humor que afecta su día, el mal humor de saber que todavía tiene que ser el espectáculo de muchos hombres que están convencidos de que la mujer es para eso, que pegarles un grito no importa, porque su voz o decisión, todavía no vale. Todavía no importa que tengan capacidades iguales o mayores, no importan sus gustos, ni si quieren o no saber lo que piensan de ellas, todavía no dejan de ser un pedazo de carne con hoyos que existen para satisfacer al hombre.

Y aquí, en las calles de Managua, no hay príncipe azul que valga y venga con su espada a atacar los comentarios de los demás para que ellas ya no oigan, no hay quien las salve de que sus derechos sean violentados en la cabeza de ellos, en Managua, el príncipe azul estaría sentado en una esquina esperando a la primera mujer para gritar “¡Adiosss amooorr!”.

“Es como si les gustara sentir que pasan encima de las mujeres y que tienen que

calificarlas”

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Detrás de un delicioso quesillo nagaroteño

Desde hace más de una década, doña Juana Castillo de 37 años, repite religiosamente una rutina que le ha ayudado a “ganarse la vida y sacar adelante a su familia”. En su pequeño e improvisado puesto de venta, localizado en el mercado Israel Lewites en Managua, ofrece, acompañados de una gran sonrisa, los deliciosos quesillos nagaroteños que ella misma prepara.

A como todas las quesilleras de Nicaragua, doña Juana instala, bajo una sombrilla de colores, una mesa plegable en forma de tijera en la que coloca una batea o bandeja de madera en la que se encuentran debidamente ordenados los componentes del famoso y típico platillo nagaroteño, compuesto por: cebolla –cocida, picada y encurtida-, espesa crema ácida, tortillas calientes, sal y el quesillo de trenza, a como doña Juana aprendió a hacerlo desde muy pequeña por la instrucción de su mamá.

Hoy, martes 26 de agosto, vino acompañada de uno de sus 3 hijos, Giovanni. Él tiene 6 años, y la mañana bulliciosa del mercado, se la ha pasado jugando con un carrito de carrera que no tiene las dos ruedas delanteras. Los otros dos hermanos de este pequeño, tienen 8 y 16 años. El último estudia secundaria y, según doña Juana, ya le ha pedido que le deje estudiar en la universidad. “Pero esto no es cosa de dejarlo, es que no hay reales y lo poco que puedo ganar es para el día a día”, dice la señora haciendo un gesto de tristeza.

Doña Juana Castillo no

puede ayudar a sus hijos en las tareas escolares por el afán de la

preparación y venta de quesillos.

Más de 150 mujeres nagaroteñas viajan hasta Managua, a comercializar este

producto apetecido por muchos.

Por: Christiam Pérez

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Pero doña Juana, originaria de la comunidad de San Martín en Nagarote, no es la única mujer que se gana el sustento de la venta del quesillo. Diariamente, más de 150 mujeres nagaroteñas viajan hasta Managua, a comercializar este producto apetecido por muchos. En Nagarote-León, el quesillo, a falta de fuentes de empleo, es considerado como uno de los motores de la economía junto a la actividad agropecuaria.

Mientras el día transcurre muchos clientes llegan hasta el pequeño puesto de la quesillera. A eso de las 9 de la mañana, arriban dos clientes y piden un quesillo para cada uno. Después de comérselo, piden otro y antes de retirarse del lugar, se despiden de doña Juana diciéndole: “ahora sí nos vamos bien enquesillados”. Doña Juana les sonríe y les dice que regresen cuando ellos quieran.

Ahora son las diez de la mañana y doña Juana, mientras juguetea con su niño, se pregunta cómo irá la venta en su casa localizada junto a la carretera en el barrio San Martín. Allí, su mamá es la encargada de vender el quesillo a las personas que transitan por la autopista.

Y, mientras ella se pregunta eso, su pensamiento se interrumpe pues nuevas clientes han llegado:

―Si mi amor, dígame de cuál quiere.―dice la quesillera.― ¿Cuánto cuestan (los quesillos)?― le pregunta una muchacha de piel morena y de estatura media, quien va acompañada por una niña de no más de 10 años.―Pues hay de 15 y 22 córdobas. Pero eso sí, los dos son hermosos.―le responde.

Luego la conversación se extiende y más que una compra-venta parece una plática de viejas amigas. Pues mientras las clientas degustan

de su quesillo, entablan una charla con la productora de ese alimento.

― ¿Usted viene desde Nagarote?― le pregunta la joven a doña Juana.―Sí. ¿Por qué?― le responde y pregunta la quesillera.―Es que (el quesillo) está rico y yo digo que los de allí son los mejores.―Eso es cierto, porque sólo en Nagarote, vas a encontrar los mejores quesillos: ricos y hermosos.― le contesta muy orgullosa y con una sonrisa en su cara doña Juana.

Pero el día pasa y los clientes siguen llegando. Y mientras eso sucede, la quesillera trata de llamar la atención y el paladar de los clientes y comerciantes del mercado capitalino, pregonando a gran voz los afamados quesillos nagaroteños.

“Quesillo, quesillo. A 15 y a 20 el quesillo. Vas a llevar amor, vení te lo voy a dar hermoso. Quesillo nagaroteño van a llevar”.

Doña Juana trata de terminar su venta en el mercado Israel, antes de la una de la tarde para llegar temprano a su casa y aprovechar la tarde para salir a vender en los alrededores del barrio en el que vive.

Ya es la una de la tarde, doña Juana se prepara para marcharse del lugar. Recoge la sombrilla, se pone sobre su cabeza la bandeja de madera, en la mano derecha lleva la mesa plegable y con la otra toma de la mano a su niño. Se despide de uno de sus amigos y parten en busca de la unidad de transporte que los lleva hasta San Martín localizado en la cuna del quesillo nicaragüense: Nagarote.

Doña Juana se siente cansada, así que aprovecha el viaje en el bus para dormir un rato.

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Mientras la Cuenta Reto del Mileno, suspendida hace más de 2 meses, se desarrolló en el occidente del país, muchas de estas mujeres nagaroteñas se beneficiaron, pues fueron capacitadas en diferentes temas relacionados con la producción y venta del quesillo, como: aspectos higiénico sanitarios para poder brindar un producto de mayor calidad y competitividad en el mercado.

El reloj de pared que cuelga sobre una de las tablas de la casa de doña Juana marca las 3 de la tarde. Esto le indica que es hora de salir a vender en los alrededores. Hace los últimos arreglos en su batea y se la sube a la cabeza. Ahora parte sola. Toma una moto taxi y le pide que la lleve a cierto lugar.

A su casa regresa a eso de las 4 y 30 minutos. Pero, su trabajo aún no ha terminado pues todavía tiene que preparar los ingredientes del quesillo que venderá el día siguiente.

“Esto lo hago diariamente, lo hago por mi familia. Si no lo hago quien los va a mantener… Pienso que sea a como sea mis hijos van a ir a la universidad, para que tengan un futuro mejor y puedan aspirar una vida mejor”.

Al llegar cerca de su casa, llama a uno de sus hijos quien sale a ayudarle:

― ¿Qué tal, cómo estás, todo bien? ¿Ya hiciste la tarea?―le pregunta la mamá a su hijo que quiere estudiar en la universidad, tratando de cerciorarse a través de estas preguntas de que si todo está bien.

Doña Juana lamenta no poder estar tiempo completo con su familia. Asimismo, lamenta no poder ayudar a sus hijos en las tareas pues además de pasar casi todo el día fuera de casa, apenas logró cursar hasta cuarto grado de primaria. “Yo sé leer y escribir y todo eso, pero yo no les puedo ayudar a mis hijos en las tareas porque esas cosas que les dejan, son más difíciles”, comenta.

Una de las vecinas de doña Juana, que también vende quesillos en la capital hace una hora que llegó a su casa. La hermana de ésta aún se encuentra en la ciudad vendiendo quesillos. Ellas, al igual que su vecina y otras mujeres que viven cerca de ese sector, forman parte de las más de 720 mujeres que a diario viajan a departamentos como León, Managua, Carazo Y Rivas para comercializar su producto.

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Mafalda

In s t ru cc i onesHay que rellenar la cuadrícula de modo que: cada fila, cada columna ycada región contengan los números del 1 al 9, sin repetirse.

Pasatiempos

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