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EL ESPÍRITU TRÁGICO EN EL PROMETEO DE ESQUILO: o AUTOR: Jaime García Muñoz, 2º Filosofía. o TEMAS: Prometeo encadenado: el destino en Esquilo. Ignorancia del sentido trágico. Hegemonía apolínea. Prometeo, máscara de Dionisos. El retorno de lo trágico. La reconciliación del arte con el destino. o BIBLIOGRAFÍA: o Fuentes: Esquilo, “Tragedias completas”, Prometeo encadenado, Ed. Planeta, 1993. Platón, “Protágoras”, Trad. Carlos García Gual, Ed. Gredos, pp.253-255. o Secundaria: F. Nietzsche, “El nacimiento de la tragedia”, Trad. Germán Cano, Ed. Gredos.

Esquilo a ojos de Nietzsche

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Tragedia Griega, vitalismo.

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EL ESPRITU TRGICO EN LA FIGURA DE PROMETEO:

EL ESPRITU TRGICO EN EL PROMETEO DE ESQUILO: AUTOR: Jaime Garca Muoz, 2 Filosofa.

TEMAS:

Prometeo encadenado: el destino en Esquilo.

Ignorancia del sentido trgico. Hegemona apolnea. Prometeo, mscara de Dionisos.

El retorno de lo trgico. La reconciliacin del arte con el destino.

BIBLIOGRAFA: Fuentes:

Esquilo, Tragedias completas, Prometeo encadenado, Ed. Planeta, 1993.

Platn, Protgoras, Trad. Carlos Garca Gual, Ed. Gredos, pp.253-255.

Secundaria:

F. Nietzsche, El nacimiento de la tragedia, Trad. Germn Cano, Ed. Gredos.

INTRODUCCIN:

El presente ensayo tratar sobre la tragedia de Esquilo Prometeo encadenado y , despus de un resumen, sobre sus consecuencias y precedentes en la filosofa y el arte dramtico. Ms concretamente, el tema a abordar son las principales caractersticas formales y temticas de esta obra, contrastadas todas ellas con la versin de Platn sobre el mismo mito, abarcando no slo sendos escritos sino tambin la evolucin del teatro y su cambio de paradigma en Eurpides, llegando desde ah al nacimiento del idealismo con Scrates, todo ello interpretado desde la ptica nietzscheana del Nacimiento de la tragedia.RESUMEN:

Comienza esta obra con la aparicin de Hefesto y un secuaz de Zeus llamado Poder . El dios herrero tiene el cometido de trabar en una roca al insolente Prometeo, encargndose su acompaante de que este no se retracte y apiade de aquel a quien se castiga, pues Hefesto llega a lamentarse de ser l quien ejecute esa tan inclemente orden . No obstante, el dolido artesano se resigna ya que es incapaz de oponerse a la autoridad de Zeus.

Una vez atado Prometeo a la roca, abandonan estos dos la escena aparecindo poco despus las ocenides (Coro), las cuales compadecen y lamentan la desgarradora situacin que contemplan. Prometeo es castigado por dar el fuego a los mortales en contra del dictamen de Zeus, por lo que la sentencia divina se torna represiva, ms lejos que lo que se podra considerar injusto. Por tal motivo acude el padre de estas, Ocano, para auxiliarle. Este ltimo sugiere a Prometeo que cambie de talante y se retracte de lo que ha hecho y que busque remedio a su desoladora situacin, o si no slo lograr empeorar ms an su castigo. Prometeo sin embargo rechaza su consejo, de tal modo que el padre de las ninfas solamente ve plausible el persuadir a Zeus para su liberacin. Prometeo, pese a mostrarse agradecido por la fidelidad del otro, siente que slo l debe responder a las consecuencias de sus actos y no otros .Despus de abandonar el lugar desistiendo en su intento de ayudar, Io, otro ser que padece la crueldad de las sanciones olmpicas , entra en escena. sta, al consultar su futuro al visionario Prometeo y saber que le queda mucho ms por padecer (y por andar), llega a considerar que mejor sera el suicidio que vivir el resto de sus das sufriendo . El consuelo que le da el titn encadenado es que peor es un castigo eterno que una vida condenada, y que adems debe completar su destino para poder dar a luz a quien destrone a Zeus. Detalla aunque no demasiado ms ese derrocamiento, y Corifeo, su otro oyente, le pregunta si no teme que Zeus le castigue an ms severamente por conspirar contra l. La respuesta de Prometeo es que no teme ningn castigo pues todo lo espera .De forma repentina, Hermes acude all para sonsacar al protagonista ms detalles sobre ese amenazante futuro que augura contra Zeus. La respuesta que obtiene es que la desgracia llegar al Olimpo igual que a todos sitios, y que adems no se amedrentar jams ante ningn nuevo dios . Al verse obligado a regresar sin ninguna nueva por la estoicidad de Prometeo, Zeus se enfurece tanto que la tormenta que provoca derrumba la montaa, sepultando toda la escena y acabando as la obra .

PROMETEO ENCADENADO: EL DESTINO EN ESQUILO:Los principales hitos a comentar del Prometeo encadenado de Esquilo, se pueden abordar desde lo formal hacia lo temtico. As pues, partiendo ahora de lo primero, comenzamos por los elementos escenogrficos. La sken (escena) se presenta como contenedor del drama (accin), y este a su vez del miths (configuracin de hechos) . El mito tiene una naturaleza histrico-ficticia, y en consecuencia adquiere una dimensin hermenutica ya que los hechos encarnan un pasado y un futuro simultneamente contenidos en acto. En otras palabras, la lgica temporal del mito es un aion (tiempo eterno, perfecto en s mismo, circular) contenido en el kairs (tiempo en acto, momento) que implica toda representacin, que en este caso teatral. En definitiva, la tragedia mtica es una metonimia de lo eterno: un suceso desde el cual podemos aspirar a contemplar la inconmensurabilidad del mundo, y en el caso particular de esta obra, un abismo de insalvable injusticia. En Esquilo el statu quo del dominio divino del mundo es sustancialmente injusto; Prometeo es sin duda el agraviado respecto a Zeus, siendo por el contrario el hacedor de la hazaa heroica (salvar a los hombres en ltima instancia). Mientras que el pater familias del Olimpo sale impune en principio- de todo perjuicio, el titn epnimo de esta obra es condenado a padecer un dolor eterno.

Otro elemento formal digno de mencin es el dilogo. Con l se abre el conflicto, ya que ste slo es posible a partir de una dualidad de agentes aunque se alternan varios de modo que no slo hay una dupla sino un grupo de personajes-. Los principales de estos personajes son caracteres heroicos, representaciones de posturas ontolgicas y no cnones antropolgicos. Lo que esto significa es que son seres perennes y sublimes, aunque no estn por ello exentos de pasiones humanas. Tambin son seres con voluntad, con errores y miedos, pues no siempre han sido las instancias ms poderosas del Universo. En los cultos y tradiciones ms antiguos del mundo griego, aparecen las Moiras como divinidades primigenias ctnicas- al margen del devenir y voluntad de los dioses. Para Esquilo, quien parece homenajear esta arcaica vertiente de la mitologa helena, Zeus administra el destino de los mortales y el resto de dioses, pero no lo establece; condiciona en tanto es superior, pero no determina. Por tal motivo Prometeo fue capaz de oponerse a la autoridad del padre del Olimpo cuando pretenda acabar con la infantil raza humana y crear una nueva; porque es un alma heroica incapaz de evitar el impulso de actuar al respecto, es decir, su voluntad. Su desbordante amor hacia los hombres le llevo a obrar en contra de todo lo dems, permaneciendo fiel solamente a s mismo. Por quedar en tal evidencia el poder de Zeus, ste incurre a un castigo ejemplar para el desafiante traidor. Pese a sufrir y lamentarse, Prometeo jams reniega o evita tal dictamen. Para l, un viejo titn mucho anterior al panten de los doce dioses, no haba ms poder al que someterse que al del destino. La fuerza del destino por tanto est constituida por las Moiras, hijas de Crons (tiempo) y Ananke (necesidad, determinio), y las Erinias (venganza, furia) . Las tres hermanas hijas de Crono, tejen un curso temporal del mundo que conjuga una cierta transformacin constante con lo irrevocable, constituyendo un sino de contrariedad, un azaroso arbitrio al que solamente cabe sucumbir. Al juntarse con las temibles Erinias se aade un matiz de destructividad, estableciendo todas ellas en conjunto un infortunio implacable como orden de las cosas. Incluso Zeus, segn vaticina el adivino Prometeo, sucumbir ante esta fuerza primordial, volvindose toda su vanidad contra l. En conclusin, esta celebrrima obra trgica es una alegora a la aceptacin del sufrimiento y al no renunciar a la voluntad propia por miedo a un castigo. Por tal motivo, como veremos ms adelante, esta postura es una anttesis de una metafsica nihilista incapaz de asumir la desgarradora existencia. En cuanto a representantes de una y otra, la tragedia y el optimismo idealista respectivamente, Prometeo es la nmesis de Scrates y viceversa.

LA EXCELENCIA TRGICA EN ESQUILO: EL SUSURRO DE DIONISOS:Es en este punto donde resulta oportuno introducir los conceptos nietzscheanos de apolneo y dionisiaco, para ms tarde recoger en ellos la decadencia del espritu trgico. En primer lugar, Apolo, el primero de estas dos divinidades entendidas como realidades ontolgico-estticas complementarias, es el dios de la verdad, la claridad, la armona, la proporcin, la mesura y la perfeccin. Es adems la deidad de la imaginacin y la representacin onrica, y por tanto, su accin es siempre diferida por las apariencias (mediata) . Esa simbolizacin, el mundo figurativo de ensoacin, genera un efecto patolgico de la imagen onrica: la apariencia nos engaara como realidad grosera . Otorga tanto amparo como violencia; mantiene un germen de oscuridad. La accin de Apolo, la razn y todo lo relacionado con ella, tiene un efecto bivalente: Scrates el hombre ms enaltecido por esta deidad - percibe gracias a ella la incoherencia de la realidad y las personas, pudiendo edificar desde ella una correccin; Nietzsche en cambio la intuye ms bien como un placebo, un consuelo sanador de ese desamparo existencial que siente el decepcionado Scrates imaginando la viabilidad de un mundo perfecto y mejor.

Por otro lado, Dionisos es la expresin del xtasis, de lo salvaje. Su accin es inmediata, pues no la atraviesa ningn tipo de mediacin simblica. Lo que esto significa es que lo que realmente representa el hijo de Smele es una unidad mstica inabarcable, abstracta. Su independencia del smbolo le proclama como la encarnacin de la propia naturaleza. Dionisos por tanto es olvido; nos permite ser independientes y liberarnos de la cultura para reconciliarnos con nuestra propia naturaleza y la naturaleza de otras cosas . Ese olvido e inmediatez equivalen, a efectos prcticos, a vivir el instante, sin estar condicionados por sucesos de un pasado, los proyectos de un futuro o cualquier reflexin terica al respecto. Pese a mostrarse sumamente amable el dios del vino, oculta en esas virtudes una faceta negativa: otorga embriaguez a la par que aniquilacin y locura. Por este motivo esta divinidad necesita de un cierto grado de mediatez para llegar a nosotros sin arrebatarnos la cordura y arrojarnos a la animalidad, y por esto mismo, la tragedia tal y como se manifiesta en Prometeo encadenado, es el arte ms completo y sublime de toda la antigedad.

No obstante, la tragedia no es enteramente Dionisos, pues para que lo fuese deberamos ser personajes inmersos en una accin real y no en un simulacro literario que se nos presenta en una escena. Apolo es la mscara de Dionisos; necesitamos de smbolos (representacin) para interpretar la naturaleza de las cosas , aunque no todo proceso vital consiste en algo epistemolgico sino tambin experiencial, emotivo (voluntad). La voluntad en el sentido schoppenhaueriano- viene a ser el nomeno humano segn la terminologa kantiana- inabarcable y subyacente en todos nuestros actos. En consecuencia, no solo necesitamos saber, sino tambin sentir. Apolo simboliza el afn por descubrir y la incapacidad de soportar la incertidumbre y el dolor, las emociones ms profundas sin lugar a dudas. Dionisos en cambio es el propio afn por vivir, por aceptar la vida pese a cualquier circunstancia. Retomando la obra central del trabajo, Prometeo se enfrent a los dioses con total conciencia de ser castigado por ello, y aun as no sinti reparo alguno por actuar libremente. La libertad no consiste entonces en estar por encima de la vida como s lo cree Scrates, cosa que se expondr ms adelante-, sino en ser fiel a lo que uno mismo es y siente. Podra decirse por tanto, y sin lugar a muchas dudas, que Prometeo tiene un alma dionisaca. El primer motivo para postularlo es que Prometeo puede ver ms all de lo aparente . No slo por ser un hroe trgico, su espritu mantiene un estrecho vnculo con Dionisos ya que el de ambos est ms all de lo superficial, es decir, Apolo. Podra entenderse de esto ltimo que Prometeo y su indomable espritu trgico son ajenos a lo apolneo, lo cual no es literalmente cierto. La tragedia se sirve de Apolo para rendir culto a Dionisos. As pues, ni es ajena a la deidad de Delfos, ni tampoco se yuxtaponen en exacta simetra. Prueba de ello la encontramos en la propia etimologa del gnero: tragedia significa cancin a Dioniso (tragoda). Apolo por tanto en la tragedia esqulea ostenta el papel secundario, como hemos visto anteriormente, de contener en su capacidad simblica el corazn de Dionisos.Pese a la ya extensa explicacin referente a las dos divinidades y su estatus dentro del mundo de la tragedia esqulea, cabra preguntarse por qu elementos concretos establecen esa jerarqua, o, dicho de una manera ms concreta: qu nos transmite Dionisos que no pueda Apolo siendo este ltimo su mensajero y sello? La respuesta la encontramos en dos atributos de este arte

que son el coro y la poesa.

La excelencia de esta tragedia reside en que a travs de una mscara apolnea, es decir, la representacin de los acontecimientos concernientes a Prometeo, sentimos una voz que habla a lo ms recndito de nosotros, al corazn del espectador: el coro. Dionisos, a travs del coro, comulga al espectador con el hroe, y aunque Apolo sea el mediador de ese encuentro no es suyo el merito, pues dicha unin no es a nivel conciencial, ni tan siquiera es una coincidencia subjetiva -si entendemos esta como una racionalidad auto-reflexiva del individuo-. Es ms que eso, y eso se debe a que no estamos hablando del logos coral, sino de la dimensin msica. La msica parece revelarnos la verdadera esencia de las cosas y los seres. No prescribe un anlisis racional al que someterlas, sino que induce una carga emotiva para comprenderlas. Se podra decir que las melodas, igual que los conceptos universales, son en cierta medida una abstraccin de la realidad, aunque la meloda es de naturaleza emotiva (dionisiaca) y el concepto es una representacin mental (apolnea) . El coro, gracias a su musicalidad, se nos presenta como un gran individuo que amplifica como un gran altavoz la emotividad del hroe hasta el mismsimo plpito del espectador . Del mismo modo que el narrador en tercera persona es un espectador ideal que ve tanto el interior de los personajes como lo que est ms all de ellos desde la panormica de su omnisciencia, el coro es otro espectador ideal pero esta vez a nivel emotivo.

El otro elemento del que emana lo dionisaco es la poesa. En tanto realidad ficticia pero verosmil, podemos conocer la realidad no en s sino desde otras realidades anlogas. El realismo se cie a retratar y desentraar la realidad, mientras que el poder de la metfora combina la irrealidad con la posibilidad existencial. Se podra decir que ambas son representaciones, slo que esencialmente antagnicas. La metfora conforma una realidad paralela en la que podemos sentir las cosas como nuestras pero sin que materialmente lo sean, pudiendo ir ms all de las limitaciones de nuestra personalidad, de nuestro ego sum. Por el contrario, las estructuras conceptuales es su visin desencarnada de las mismas cosas, ignoran la voluntad subyacente a ellas. Adems, con su pretendida verdad absoluta discriminan conocimiento a nivel racional, cosificndolo a nivel ontolgico, mutilando la vida que hay dentro de l, y llevando durante toda la historia a los humanos al fraticidio en aras de unas ideas superiores a la vida de otros.

En conclusin, la tesis que englobara todo este apartado se podra denominar trascendencia emotiva. Pese a parecer concisa, es un concepto muy denso ya que ha requerido toda esta explicacin para poder entrever qu facultad es la que se perdi a lo largo de la historia de la Antigua Grecia.DECADENCIA DEL SENTIDO TRGICO: EL AUGE DE APOLO:Este escrito no consiste exclusivamente en una caracterizacin de la tragedia esqulea, pues tambin debera tratarse la problemtica en la que se contextualiza y a la que se enfrenta: la decadencia del sentido trgico en el mundo griego. A partir de Esquilo comienza a apagarse la incandescencia y luminosidad de este espritu hasta su casi absoluta extincin con el apogeo del espritu idealista.Con Sfocles, el sucesor de Esquilo en el arte trgico, incrementa la atencin a lo escenogrfico y alude a una justicia divina que castiga la voluntad o desmesura de los personajes tal y como ocurre, por poner un ejemplo emblemtico, tanto con Antgona como con Creonte . Pese a este primer signo de alejamiento con respecto a Esquilo, mantiene todava sangrante la brecha o herida de lo trgico en sus obras. La desgracia se consuma sin consuelo para los personajes. La voluntad de Antgona, al igual que la de Prometeo, demuestra estar por encima de toda ley poltica o convencin social, aunque Sfocles extrapola a su obra su propio contexto: la crtica sofista a la heroicidad e hybris homricas.

Sin embargo, es en la obra de Eurpides donde verdaderamente encontramos el debacle del legado trgico del Prometeo de Esquilo. Con el ltimo de este tro de poetas trgicos, la tragedia se restringe necesariamente al mbito de la cotidianeidad con el realismo de sus personajes, perdiendo por tanto la aspiracin a lo eterno que encontrbamos en los personajes heroicos. En este caso, los personajes estn diferenciados por unos rasgos particulares y atravesados por el contexto poltico y social. Otros catalizadores responsables de esta decadencia trgica estn relacionados con lo escenogrfico: la escenificacin domina a la orquesta y al coro y el dilogo de los personajes cobra una relevancia sin precedentes, relegando a la msica a un papel secundario (lo que para Nietzsche como veremos ms adelante es un error fatal). Adems, el recurso de deus ex machina quebranta la susceptibilidad de la realidad de poder ser polifactica y polivalente, ya que irrumpe con un elemento ajeno a la situacin de los personajes. Dicha intervencin consiste en la actuacin de una divinidad organizadora y justiciera, que evita que los acontecimientos acaben con los personajes obsequiados con el favoritismo del espectador ya que se identifica con ellos, gracias a la ya citada cotidianeidad de los personajes, como con la imagen que se refleja al mirarse en un espejo. En resumen, lo que Eurpides comienza a hacer es el construir una realidad ad hoc: una representacin no fidedigna sino idlica en cuanto a la desenvoltura de los hechos, y cuya consecuencia es que dicha ficcin que es la obra no complementa existencialmente lo que ya vivimos sino que lo reproduce difuminando su ambigedad, es decir, no hay nada que aprender de ella si no es ms que el mero intento de materializar los anhelos de un artista en la realidad en la que vive. En otras palabras, esta modalidad teatral fomenta el optimismo metafsico, una mirada que vaca e ignora el verdadero contenido de la existencia la cual caracteriza a Scrates (a ojos de Nietzsche) y por tanto se antepone a lo que es Prometeo.

Retomando la interpretacin del Nacimiento de la tragedia de Nietzsche, ya que Eurpides no entenda el espritu trgico introduce en sus obras la racionalidad para espectadores como l. Scrates es uno de estos espectadores, pues el identificar lo bueno con lo bello origina el principio socrtico de todo lo bueno ha de ser bello e inteligible. El privilegio a la razn en estos autores engendra un rol de artista, de filsofo y de espectador contemplativo (terico), pasivo (subjetivo, introspectivo) y perfeccionista (hedonista crtico ).

Apolo hasta la llegada de Scrates tena el papel de mediador. Despus de que el sabio ateniense tomase la cicuta, Apolo pas a encarnar la verdad. El martirio de Scrates fue el inicio de un culto que priorizaba a las ideas por encima incluso de la propia vida. Lo que hace decadente a la cultura pstuma a Socrates, es esa infravaloracin y negacin del ser humano, lo que Nietzsche llama la historia de un error . La naturaleza de las cosas no puede ser descubierta. Se debe aceptar la pluralidad, la incoherencia y la inexorable injusticia de una realidad proteica: la voluntad de poder. El mundo no es un equilibrio perfecto en el que la justicia es simetra, pues no todos somos iguales y tan siquiera una cosa es idntica a s misma a lo largo del tiempo . El relato pico de Esquilo no solo admite sino que se inspira en esa pluralidad.(Scrates y Eurpides) qu sern stos con el arte trgico sino nios que, ignorando qu sublime juguete tenan entre las manos, terminaron por romperlo? .La naturaleza de la msica no podra desentraarse mejor que con las palabras del propio Nietzsche, las cuales dicen as: la musica como tal, dada su absoluta soberana, no necesita ni de la imagen ni del concepto. Tan solo los tolera como posible acompaamiento...Resulta imposible para el lenguaje agotar el simbolismo universal de la msica, ..., simbolizando por tanto una esfera que precede y se encuentra allende toda apariencia. En relacin con ella, toda apariencia no es ms que una analoga simblica . En resumidas cuentas, la msica es motriz mientras que la representacin es quietud, de tal modo que la fluida y constantemente cambiante caudalidad del ser queda congelada en algo aparentemente distinto pero esencialmente similar, lo que llamamos forma o apariencia. La tragedia, por continuar con este smil un tanto heraclitano, es una especie de embarcacin apolnea con la que discurrir por el torrente de lo dionisaco.

Ese ocaso de la tragedia fue tambin del mito. Hasta ese momento los griegos se sentan obligados a relacionar de inmediato todas las vivencias con sus mitos, es ms, stas slo resultaban inteligibles a la luz de este vnculo: de este modo, hasta el presente ms prximo tena necesariamete que aparecrseles enseguida como fenmeno sub specie aeterni (bajo la perspectiva de la eternidad000000000, en cierto modo como una vivencia intemporal...De hecho, un pueblo como tambin, por otra parte, un hombre- es tanto ms valioso cuanto ms capaz es de imprimir en sus vivencias el sello de lo eterno.

sabidura que,..., dirija una mirada imperturbable a la imagen total del mundo y, presenciando esta visin, trate de abrazar, mediante un sentimiento compasivo de amor, el dolor eterno reconocindolo como suyo . Relatividad del tiempo y del significado metafsico de la vida. 0000000Prometeo de Platn arrastra victorioso en su carro al Prometeo de Esquilo cual Hector de Troya.00000000El drama burgus, por decirlo literariamente, vaca las palabras de Apolo y mancilla el cadver de un Dionisos derrotado, del que solo cabe esperar que vuelva a nacer.0000000000Bastante limitado es el hombre como para cederle adems su libertad a los dioses. Esa libertad es lo que le acabar haciendo mejor que esos dioses que esperan su veneracin.He aqu el efecto inmediato de la tragedia dionisaca: el Estado, la sociedad, y, en general, todos los abismos que separan a un hombre del otro, ceden terreno ante un poderoso sentimiento de unidad que conduce al mismo corazn de la naturaleza .

Dionisos es desterrado detrs del velo de apolo, permaneciendo en lo obsceno (detrs de la escena. Sabiendo que en la tradicin lingstica lo obsceno es sinnimo de impdico, depravado, desagradable, lo que podemos deducir es que todo lo que representa Dionisos est cargado de matices peyorativos por ser meramente obsceno, lo que no se quiere ver. Se hace patente la cobarda que fluye por el cauce de los supuestos culturales de las tradiciones occidentales, brotando todas ellas de la fuente de la Grecia Clsica apolnea.

Excepto Zeus nadie en el mundo es libre . Zeus sucumbir tambin al destino. Esta profeca mtica deja la puerta abierta a la filosofa nietzscheana pudiendo decir que Zeus ser destronado por el superhombre. Por tal motivo quera acabar con la raza humana: por el mismo temor que sinti su padre Crono y el cual le hizo querer acabar con l devorndole a l junto con sus hermanos, solo que consigui escapar-, para no ser destronado por alguien destinado a ser superior. No obstante es oportuno aadir que Eurpides no erradica el espritu trgico. En Las bacantes, el rey Penteo es descuartizado por negar e intentar impedir el culto a Dionisos. Adems, en el propio Esquilo podra preverse la decadencia de dicho espritu en Las eumnides: las Erinias, sedientas por la venganza de Clitemnestra, asesinada por su hijo Orestes, aceptan el veredicto expiatorio de Atenea salvndose as el perseguido. En definitiva, en Esquilo ya aparece el consuelo apolneo imponindose al destino ya que Atenea acude en auxilio de quien le suplica, y su intervencin salva a su protegido de la muerte segura ; y en Eurpides todava pervive un cierto respeto hacia Dionisos.Frnico de Atenas fue un trgico anterior a Esquilo. Su obra La toma de Mileto supuso tal impacto que fue multado por ello, de tal modo que a excepcin de Los persas de Esquilo, se renunci a representar cualquier drama histrico que tratase sobre la derrota de Grecia. La obra de Esquilo refleja la victoria ante el ejercito invasor en la Batalla de Salamina, mientras que en la de Frnico se muestra el aplastamiento de Mileto ciudad griega arrasada- y de la revuelta jnica ante el magno imperio oriental de Dario. Se puede, a raz de este acontecimiento cultural, sospechar que la aceptacin del destino tan elogiada por Nietzsche de la Antigua Grecia est teida por la heredada nostalgia romntica de la Alemania del s.XIX. La incapacidad de asumir una derrota blica contradice todos los mritos vitalistas que hemos encontrado en Prometeo. El tema trgico dej de ser histrico para evitar el tambaleo de la identidad cultural de los helenos, para ser mtico. De tal forma no slo lo esquivaban sino que conseguan lo contrario: la identidad cultural se reforzaba si compartan un patrimonio artstico y mitolgico.000000000En la versin de Platn del mito de Prometeo las diferencias con respecto a la versin de Esquilo, ilustran no ya una asimetra entre autores sino tambin entre pocas. En la versin esqulea de este mito Zeus es impiadoso y cruel, mientras que en el dilogo de Platn, aunque en boca de Protgoras, Zeus es benvolo y justo. Este contraste expresa lo que es una vida trgica en comparacin con su sucedneo optimista. Podramos decir la conciencia, patrimonio de Apolo, es una instancia disuasoria y embriagadora, mientras que el instinto dionisaco- que mueve la obra de poetas trgicos como Esquilo es una fuerza afirmativa y creadora . Zeus gobierna a su antojo y los grandes de ayer ha aniquilado. Enjaulamiento del superhombre.

Ate es el castigo para quienes no se someten a la sofrosyne apolnea.

Acomdate a las nuevas costumbres . Por disentir asumi un castigo atroz, por afirmarse a s mismo y al ser humano.0000000000En lo que respecta al artista, el escultor y el pintor los representantes por antonomasia del arte apolneo- quedan absortos ante la pura contemplacin de las imgenes , mientras que el msico y el poeta lrico se hacen dolor originario y eco originario de este dolor .00000000Esquilo se puede considerar como el preludio de la obra de arte total wagneriana (gesamtkunstwerk).0000000Anaxgoras: al principio todas las cosas estaban mezcladas; ms tarde lleg la razn e introdujo el orden. Podemos adjudicar a Apolo la facultad de establecer un cosmos, y a Dionisos a representar el estado inicial de las cosas: el caos, lo apeiron. No podemos controlar el dolor. El bien es siempre racional, idlico. En cambio el dolor es irracional; a quien lo sufre le resulta costoso incluso escucharse a s mismo, disipandose toda forma de control externo o propio-, difuminndose o negndose toda forma de autoridad que no sea la de los sentimientos y no conciencia- de uno mismo. Por eso Platn cree que la clave para el determnio poltico del ser humano es el establecer un orden: por miedo a la desmesura, a que la libertad de unos hombres pueda acabar injustamente con otros, como le ocurri a su maestro.El atardecer muestra una belleza inalcanzable durante el resto del da. La filosofa socrtica ha provocado una diurnidad que ha durado veinticinco siglos de forma ininterrumpida gracias a la luz y el calor de un sol artificial [Apolo], manteniendo todo ese tiempo la incertidumbre y el hasto humanos bajo plena luz, impidiendo a toda costa que sea envuelta por la penumbra de los desconocido y misterioso, impidiendo tambin que el ciclo del da y la noche se complete y reitere sobre s mismo en un eterno retorno. Cierto es que no debemos vivir en la sombra nocturnidad del ser humano, pero tanta luz es antinatural. Debemos por tanto, a partir de ahora, estar dispuestos a entrar sin huir de la morada de Noche para conocer la profunda verdad de las cosas aunque ninguna funesta fortuna nos empuje .(QUIN CUENTA LA HISTORIA DE PROMETEO EN EL PROTGORAS

- PROTGORAS (UN EJEMPLO DE DISCURSO RETRICO BELLO, IMPACTANTE, ANTE LOS JVENES QUE ESCUCHAN, SOBRE LA POSIBILIDAD DE ENSEAR O NO LA VIRTUD)

- SCRATES, CON POSTERIORIDAD, DIALOGA CON PROTGORAS, PORQUE NO QUIERE SABER NADA DE DISCURSOS, SINO DILOGO)

(FALTA RECOGER LA IDEA ANTERIOR EN RELACIN AL TRABAJO, NO OLVIDAR QUE ESQUILO Y SU PROMETEO TIENEN QUE ESTAR SIEMPRE PRESENTES

- RECOGER LA IDEA DE LA DECADENCIA, A TRAVS DE LA UTILIZACIN DE LOS CONCEPTOS APOLNEO DIONISACO..

- PLATN (QUE REPRESENTA TAMBIN UN MOMENTO CUMBRE DE ESA DECADENCIA, VUELVE SOBRE EL MITO, CON OTRA MIRADA)***De la vida no hay que hablar, hay que vivirla. Si hay que saber qu es, pero no desde una conciencia de qu son, sino descubriendo sus misterios adentrndonos en ella, vivindola. Nietzsche pese a no elaborar una teora, sino remitirnos a la vida, no consigue devolvernos del todo, no se despega del plano de lo literario en tanto que es un autor. Lo que cabe decir es que es l, junto con la reminiscencia a autores como Esquilo, Herclito o Schopenhauer, el que propicia la caida, el retorno desde lo trascendente --ideales ascticos- , a lo inconmensurable, a lo vital. Sacrific su vida por liberar la de sus lectores en sus obras; es el Prometeo moderno, pues prev que quien realmente destronar a Zeus es el superhombre, y su hazaa no es mostrarnos el fuego y la inteligencia, sino mostrarnos el camino del superhombre, de superarnos viviendo ms all del bien y del mal, y, en ltima instancia, de vivir por l. En realidad, Hefesto va acompaado de Fuerza y Poder, solo que Fuerza es un personaje mudo.

En otras ediciones de esta obra, Fuerza interviene y es Violencia el personaje mudo.

45.

344-345.

Esta muchacha amante de Zeus, convertida en vaca por su seguridad, fue objeto de venganza por la celosa Hera esposa de Zeus-. Le at un tbano al cuerno para que le atormentase constantemente, y es as, condenada a vagar por el mundo sin tregua, se encontr con Prometeo en el Cacaso.

747-751.

nada hay que yo no espere. 935.

creeis que dolor no hay en vuestros alczares; ... Crees que tiemblo frente a los dioses mozos y ante ellos me acurruco? Estoy lejos, muy lejos de ello ... nada podrs averiguar de lo que me preguntas. 956, 959-961, 963.

En unas versiones el coro es aplastado pero en otras no.

Aristteles, Potica, 1450b.

516.

El arco es el smbolo de Apolo, y lo caracterstico de este arma es que inflinge su dao diferidamente, pues la flecha siempre recorre una parbola de tal modo que, sea mayor o menor y tarde ms o menos en recorrerla, siempre acabar cayendo.

Pg.

Segn se cuenta, el orculo de Delfos, transmitiendo el mensaje de Apolo, dijo que Scrates era el hombre ms sabio de toda Grecia.

Este es el ser originario que Hlderlin anhela con suma nostalgia.

De antemano bien conozco los males que me esperan, pues habr de soportar con paciencia la implacable fuerza del destino. (antes de que aparezca el coro).

En concreto significa oda (oide) al macho cabro (tragos), pero hace referencia a las fiestas dedicadas a Dionisos, en las cuales se sacrificaba a un chivo.

Citando el mismo fragmento que cita Nietzsche de El mundo como voluntad y representacin I, Pg. 309: gracias a esta misma relacin [msica como voluntad encarnada] comprendemos por qu el que se abandona por completo a la impresin de una sinfona ve desfilar ante si todos los posibles acontecimientos de su vida y del mundo, aunque, mientras reflexiona, es incapaz de aducir ninguna similitud entre ese juego tonal y las cosas que le hacan imaginar. Pg. 106.

La psicologa actual es capaz de explicar esta diferencia ya que se ha descubierto que el odo es el sentido ms cercano al sistema lmbico, encargado de las emociones primarias. La vista en cambio tiene su propia regin del neocrtex (lbulo occipital), la zona que habilita la racionalidad humana. Volviendo al contenido del texto se puede decir con seguridad que hay una relacin biolgica entre la carga emotiva de la msica y la reflexibilidad crtica a la que es susceptible el contenido visual y conceptual.

Pg.53, nota 92.

Sfocles, Antgona,

Pg. 87.

Lo que opina el autor alemn al respecto de este perfil artstico es lo siguiente: nuestros expertos en esttica [se entiende que puramente hedonistas] no se cansan de recordarnos que el elemento idiosincrtico de lo trgico radica en la lucha del hroe con el destino, en la victoria final del orden moral o en la catarsis afectiva que suscita...una cerril persistencia que me lleva a pensar que podran ser hombres incapaces de emocionarse estticamente y que quiz, cuando escuchan la tragedia, slo se interesan por ella en calidad de seres morales. Pg. 141.

Herclito

Pg. 111.

Pg. 52.

No nos baamos dos veces en el mismo ro,

Pg. 147.

Pg. 118.

Pg. 58.

50.

Se baraja la hiptesis de que Prometeo encadenado sea la primera parte de una triloga (Prometeo liberado y Prometeo portador del fuego seran las otras dos supuestas partes) ya que no sera la primera del mismo autor (vase La orestada). Lo que esto supondra es que el final de Prometeo no quedara abierto, haciendo prcticamente toda consideracin expuesta en este ensayo incorrecta o incompleta. Cabe la posibilidad de que Esquilo no aceptase las ya eludidas angustia e inclemencia existenciales inherentes al destino del modo en el que Nietzsche lo admirara. En otras palabras, Esquilo podra no ser el prototipo de trgico que reivindica el vitalista alemn.

Pg.92.

150.

310.

Pg.

Pg.

Pg. 88.

Alusin es esta ltima frase al proemio de Parmnides, donde el protagonista desciende en un viaje catbico hacia la verdad.

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