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    4X INTRODUCC[ON A LOS ESrUDIOS CULTURALI\~dox ia . & t s :: ~ nt r_ ( )J \J e . .U[lCaJd.oclecultiv(J deimportaciones teo~icas, de chapuzas innovadoras sabre cuestiones pas ta enton-ces consideradas incl ignas del trabajo academico, Frecucn'telTle~te pretenciosa, la nocion de laboratorio adquiere to t lasu pertinencia en el CCCS. Durante mas de quince aiios, unacxtrafia cornbinacion de cornpromiso social y polftico y dea rnbic ion intelectual produjo una impresionante masa de t ra -bajos.

    La invenclon de los estudios culturalosEL CCCS

    La puesta en rnarcha del CCCS sc hara lentamente. Ex-p re sad o po r Ho gga rt en una confe re nc i a de 1964, el proyectodel centro es claro. Rcivindica explicitarnente el legado (I eLeavis. Quiere uJ j l i z a rme_ todo~y hcrramientas de la .crfticutcxtua] y literaria mediante c1dcsplazamiento de faal)li,qci()Il_de las obras clasicas ylegftimas hacia los productos de Iacul-tura de rnasas , hacia el universo delaspracticasculturalespop~ la re ,_Aunqu~ ,pe s~ a e s ta r a so ciad o a un a un ive rs id ad , clcentro quedara marcado dcsde sus comienzos por la margina-lidad institucional en qu e vivi6 la gcneracion de los padresfundadores. Los recursos financieros del equipo son Ia n limi--tados que H agg art t ie ne que solicitar e l mecenazgo d e la edi-torial Penguin para algunas inversiones y In eontrataci6n dl'Stuart Hall, que Ie sucedera en 1968.

    EI re to tambien reside en lograr la aceptacion de los secteres proximos a la univcrsidad, Los socirilogos desconflunde cstos recien llegados que cazan furtivamente en su territo-rio. Los especialistas en estudios Iitcrarios no son menos rccelosos respecto de un a in ic ia tiva que a su juic io cx travfa susabiduria por carninos subalternos. EI p r ime r desaffo al qu ese enfrenta Hoggart es cI de legitimar acadcrnicameute UIl, Irama original dedicada a In cultura, c1 de amaestrar 1 1 colcgusdesconfiados, Una de sus tacticas consistio en que forrnarun

    LOS AN OS BIRMINGHAM: LA PRIMAVERA [ - - 1 4()

    parte de los tribunalcs academicos del departamento de estu-ilios culturalcs los colegas mas tradicionalistas, a veccs los~llIese tenian pOl' mas severos, eo n cl fin de acreditar ante SlIShurn olo go s cl rigor d e la formaci6n. Por consiguiente, en clA!. !n_b.T.? ldelo s a r io s se te n ta e s donde hay que s itua r ..e l 4E:sp~:I! . l~~_qe~~ent ro ,ul1a vez superadas las ctapas de su trasplanteMJ~~niversidad ycle la fOf.ina~i6pdeslisprimcr_asproInOCl?~

    .- !ll::;.Constituiran el vivcro de 10 qu e puede llamarsc, despues" de los padres fundadores, la scgunda generaci6n de los cst~-:{ rlios culturales: Charlotte Brunsdon, Phil Cohen, Cas Crit-~ . . c hc r, Simon Frith, Paul Gilroy, Dick Hebd ige , Dorothy Hob-;[" ~()I1, Tony Je ffe rson, Andrew Lowe, Angela McRobbie,

    Duvid Morley y Paul Willis, par citar a los mas conocidos, Lacrcciente notoriedad cientffica de] CCCS obed~ce eo.ncret~:" ili~ n te ,'s e g l i n u na t ra d ic io n anglOfona, it 1a _difl~si?I1' a part i ) :

    $ t l u T C ; 7 2 , d c w()rking papers (iutfcillosmuiticopiados_que.: ' . t ~ I ~ ~ " f q r i i : i ; m_una rcvista ariesanalj.Parte de ~stos texros sc~a.:i IllI.:gQfE:llnida en libros qu e coudensan 10 f[ lCJor de laproduc-,"f rl{~l/a()t~;:Jg~~ciun en cl CCCS partira en primer lugar del

    J ; necrvo de trabajos de Hoggart y de la sensibilidad reflexivelillie todas las vividas dimensiones de la cotidianidad de la cla-~l~obrera que habra cxplorado desdc una forma original y pro-lundu de autoctnograffa (Passeron, 1999)_ Pero un a de las ca -l 'nClerlsticas del 'trabajo de Hoggatt es lade hablar de un,11 11 1lld oqu e s c e ro sio na .q ue .in ic ia un a sccuell~ia~lccisiva d~nlillacionescn cl m em en to m ism o de s u o cJes~1~pcI6n y ~ c ; sll ,j t~ l lI 'i za c i6 n . E n u n texto ed i t a do apenas CHlCO anos despues deT n Jlllblicaci6n de su libra fundamen t a l , The Uses of Literacy,Nubraya basta qu e punto sus descripciones pucden resul~~rI I ' I lS l lochadas como consecuenc i a del incremento de la movili-dud cspacial, de un biencstar materia l relative p er o c rc ci en te ,

    . d l ll impacto inedito del autornovil y de la televisi6n en la so-~ll l1hil idad obrera ( Ho gg ar t, 1 97 3) .

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    50 lNTRODUCClON A LOS ESTUDIOS CU l.'I'IJ 11/ \1 I '. ';

    Stuart HallDe origen jamaicano, Stuart Hall nace en 1932 cu

    una familia que define como middle class. Su padrees empleado de la United Fruit: Era el primer jamaicano en habcr ascendido a todos los puestos que ha de-sempefiado. Hall insiste en la importancia de la expcriencia del colonizado, de la reacci6n ante la posturapaternalists de los hritanicos rcspecto de su familia du-rante la constitucion de su identidad. Abandona Jamai-ca en 1951 para cursar estudios eo lnglaterra. En Oxford, donde cstudia letras, se relaciona tanto con losmilitantes nacionalistas cienaciones colonizadas comocon los circulos de la izquicrda marxista, aunque sin afi-liarsc al Partido Comunista.En 1957 obtiene una plaza doccnte en una escuelasecundaria de Brixton, entre aiumnos de scctores po-pulares, donde desarrolla un proyecto pcdag6gico queiutenta tener en cuenta 1 0 realidad de sus practices cul-turalcs. Sc instala entonces dcfiniti vamcnte en Gran Brc-taiia, En 1961 cmpieza a cnsefiar medias y cine en clChelsea College de In Universidad de Londrcs. Enl9fi4escribc, en colaboraci6n con Paddy Whannel, su primerlibro, The Popular Arts, que trata, especialrnente, dejazz. Ese mismo afio, Hoggatt 10 llama para que Ie ayu ..de en la fundacion del' centro de Birmingham, de cuyudireccion se hara cargo. Hoggart llegara a dccir: Yo nosoy un teorico. Stuart Hall es un te6rico. Habitual c ins-tintivamente es un sutil manipulador de teortas, de for ..rna que nos complemcntabamos perfcctamentc.

    Coordinador de la mayoria de los grandcs trabajoscolecti vos del centro, Hall ha desempefiado un papclconsiderable de empresario cientifico c intelectual enBirmingham. A difercncla de los restantes padres fundadores, Hall no cs tanto el autor de algunos libros dl~relcrcncia como el de una gran masa de articulos. Abor-

    I ll:, i\r\lIlS UI!IMIN(OIIAM: LA PRIMAVERA [... jd.m 1I1Ul gran diversidad de t emas : desde la secci6n decotillcos del diario a las fotograffas de prensa pasan-do por el movimicnto punk. Pero una parte significativade la producci6n cientffica de Hall tiene forma de traba-jo sobre conccptos: reflexion sobre la eventual produc-tividad de los legacios del marxismo, debates sobre lasuportacioncs y los riesgos de las teorias que se t e rnanprcstadas ciel posmodernismo 0 de In deconstrucci6n.

    No siernpre es tacit disociar en sus textos mas directa-mente polfticos el componente puramcnte cientffico, ellla medida en que, como intelectual, se ha manifestadorcpctidarnente en contra de este tiro de diferenciacion, yen que su gran capacidad para cornprender las evolucio-lies polfucas le permite encontrar cl punro de apoyo ade-cuado para rcplantear temas de investigacion, e incorpo-r ut ' n u e v as ma t er ia s y cuestionamientos. En 1979, Stuartl lall se incorpora a la Open University.

    Muy solicitado a 10 largo de quince arios para pro-nunciar confercncias en cuaiquier coloquio irnportantesobre estudios culturales, Hall, ell ocasiones, pudo en-ccrrarse en una postura de tcstigo privilegiado cuya rni-si6n consistia en recordar los grandcs retos y los verda-dcros problemas. Pese a que la fuerza innovadora de susrecientes contribucioncs sc desvanece, habra sido, a lavcz, cl cmpresario y el universitario mas preocupadopor sisternatizar la tcorfa en el seno de los estudios cul-turales.

    Morley y Kuang-Hsing Chen (1996) ofrecen unaexhaustiva bibliograffa de los trabajos de Hall y una en-t r cv is t a b io g r a fi ca ,

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    52 INTRODUCC16N A LOS ESTULJIOS CU LTIIllA 1.1.:;RECONSIDERACION DE LAS SOC1ABILIDADESY DE LAS CULTUl{AS l'OPULARES

    El proyecto inicial de una ctnograffa compr~nsiva de 1 :1cultura de las clases popularcs supone pues multiples rep 1

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    54 TNTRODuccrON A LOS ESTUDTOS CULTURALJ-,S

    Subculturas y significado de los cstilos de vidaLas jovenes subculturas --en el scntido de estilo

    cultural especffico- sun objeto de un gran numcro demonograffas desde comienzos de los anus setenta, Bi-kers, hippies, mods, punks, rastus, rockers, ruddies,skinheads, teddy-boys ... No cs seguro que todas estas su bc ul tu ra s b ri ta n ic a s, a1gunas de las cuales tienen yacuarenta alios, lcs suenen a Ioslectorcs del siglo XXI quepuedcn tener dificultadcs para situar a los blousonsnoirs franceses de 1960.

    El marco interpretative cornpartido por los invcsti-gadores britanicos perrnite prccisarnente darle sentido acste florecimiento de estilos y marc adores indumenta-rios, capilares (uinicas indias, scooters, imperdibles). EIpunto de partida cs el deuna crisis de reproduccion delmundo obrcro, en ~1.sentido de la imposibilidad de rc-peticion, sin grandes alteraciones, de los rolcspaternospor parte de los hijos. 131auge del habitat eolectivo y deIaescolarizacion.Ios carnbios del e n torno mediatico, introducenuna ruptura en Ia socializacion de las g~nel'

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    56 INTR()f)UCCI6" A LOS ESrUl llOS CULTURALESlcgisladores) que los definencomo indeseablcs -.El panico rno-raj" que a mediados de los aiios scscnta transforma las trifulcasentre mods y rockers en las playas del Kent en sfntoma de crisisde lajuventud y de lu autoridad cs uu buen ejcmplo (S. Cohen.1(72). El anal isis de las subculturas se propene pucs cornprcn-der sus reins politicos. i,Cube considcrarlas, en primer lugar.como resistcncias mediante rituules, de acucrdo con cI tiLulode una obra del CCCS (Hall y otros, 1975)') i .Hay que darles linvalor subversive? 1,0 sugerir mas modcsrarncntc que contiencnuna critica latcntc a los valores cstablccidos? {,O acaso 110 SOIl1l1,IS que recrcaciones sin conxccucncias que cl capiial ismoautoriza fucra del horario de la cscuela 0de la fiibrica?

    Expansion y coherencia de las prohlematicasLA l\lANCIIA DE ACI :ITF DE 1.0 CULTURAL

    El cucstionarnicnro de la culturu en la vida coiidiana ~l'extenders concentricamcnte como LIllamancha de aceiic.

    Una prirnera ampliucion de las iuvcstigucioncsvcrsani SlIbre In rclacion dc los jovcnes de scctores popularcs con 1 0 1 insjitucion cscolar. Ell un enfoquc ctnografico de gran r iqucvn.Paul Willis (1977) ilustra la te n s io n e n cl scno de una cscuclnpopular entre el comportamicnto rcbcldc de los lias, y cl < I , 'los pclotas- que llcvan lu marca de las divcrsas Iormas de sumision y de buena voluntad frentc a la institucion cscolur, 1'1propio subtitulo del libro ("(,Como los chavales de lu cla::obrcra encucntran empicos de obreros?) condcnsa taruhivnIus atolladeros de csia rcsistcncia, AI expresar en la cscuela (111estilo rebclde, una masculinidad agrcsiva, un rcchazo de iii',compromises con los vulorcs intclectualcs y de Ia docilid.lcxigidn poria institucicn, los tfos. resistcn a SllS cmpn'.~a';socializadoras y reivindican valores obrcros. Y sirnuluu:mente hacen que se cumpla el destine mas probable al ccrruse los marscncs de movilidad social ofrecidos pOl' la cscuvlnLa contrib~ci6n de Willis y cl trahajo del CCCS sobrc \;1P'1I",I

    LOS ANOS IlW\II:-':CIlA\I: LA Pln,lA VUi (J 977), Hall dcsalTolla un marco.. ld)fiGo que ponede relieve que eJ Iuucionamicnto de un medic~ 1 1 ll)ue~c l irnitarsc a una transmision mecanica (cmisilin/rc:\'q)ci(H~)siIlO que ha de dark forma al material discursivettliscurso, imagenes, relate) en el que intervicnen datos tccni-~'IlS, condiciones de produccion y modelos cognitivos. EsteIIIl1n:o analirico, hoy en diu, pucdc parccer trivial. Pero cnton-1'\'.' implica ba to n e r e n cue n ia to dus las situaciones de desfase,t I , cquivocos entre codigos culturalcs, cs dccir, las gramaticas1I11'diiilicas que prcvalcccn en la produccion del mcnsajc, porIIl1lat!(\,y las rcferencias culturalcs de los rcccpiorcs, par otro.IInslaba eon cso para trastornar las rutinas de la sociologfaC'llIpfdco-fuIlcionalista de los medics, cscasarncntc prcocupa-1 1 1 1 por las condiciones de produccion de los mensajes. ,La 110~. :JOII de dcscod ificacion invita a tornarsc en serio cl hccho deUUl'Ilisrcccptores tienen sus estatus socialcs, sus culturas, yquc.~NIIcscuchar lin mismo programa no implica dade un senti- l l l l cvocar un recucrdo similar,llf lNI! IW Y R/\ZA: NUEVAS ALTERIDAOJiS

    li,llIIllvimiento que se cxticnde como una mancha de acci-1~lldrj Iinnlmcntc dos ampliaciones cuyas consccucncias a

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    58 INTlWDUCC!(lN A LOS EST!! I}lOS CI J I:n II~,\ 1.1,: :largo plazo seran esenciales, La primera des~mb()ca ell , 1 : 1 : :cuestioncs degenero,en Javariablemascuhno/temclllllo. 1'81;1clave de lectura sirve de estructura al libro Women Take / , 1 ' , 1 ' 1 1 1 '(Women's Studies Group, 1978). La apreciacion del gcn,ClIIobedeee al trabajo empfrico que pone de manifiesto las dill'rencias de consume y de valoraci6ncntre hombres y mujcn.en materia de television ode bienes culturales.iTambicn S\'debe a la ~ensibili(lad teminista de las investigadoras (Ch,11lotte Brunsdon y Dorothy Hobson). No se puede pasar po r .]11< ,que los personajes y los comportamientos analizados por lu II.teratura sabre las subculturas easi siempre son masculines, IIIpuede ignorarse una forma de conniyencia rnachista en cicrt.u:deseripciones de la cultura obrcra, Esta es [a raz6n pOl' la,qll"Willis y su forma de hablar de los tios son objcto de crtuc.ihoy en dia por parte de la literatura ferninista sabre la escucla.

    Valorada dcsde sus prirneros trabajos par Hebdige, la 011:1alteridad, si~boiizada por las cornunidadesinmigrantcsy pOIel asunto del racismo, ocupara un Ingar preeminente gracias ;J ilibr~ The Empire Strikes Back (CCCS, 1982)." La atcncion ,Iestas variables tarnbicn se irnpone aqui por cl terrene y la prrsencia de poderosas comunidades de inmigrantes, por .1;1:,rcacciones de atraccion y de rechazo racista que suscitan. LsI;1sensibilidad tarnbien se debe a la presencia de inmigrantcs I'de hijos de inmigrantes entre los investigadorcs del cenln,"empezando por Hall 0 por Paul Gilroy. Cabc afiadir que la SItuacion britanica contrasta can ia de Francia en un punto eSCl1cial: los creadores procedentes de la inmigraci6n disfrutan aliide una mayor presencia y un mayor reconocimiento en el mundo cultural, especialmcnte en Iiteratura (Kincaid, KureishiRushdie).

    Los REFRACTARIOS: PASADO/PRl'SENTEAunque Birmingham representc Ia sedc institucional mo

    lo ra d e lo s e stu dio s culturales, el auge de e s to s e n fo q ue s no acahi luqul . Williams, t ar d ia rn e nte r ec lu ta d o en Cambridge -ipri

    I.OS !\Ioi(JS BJl(MIN(OIIAM: LA PRIMAVERA [.. ,] 591 1 1 l ' I ' O como titular de Ingles y luego (1974) como catedraticod,' dnunaturgias l=-, desarrolla entonces alli sus investiga-clnucs; 'c'aaport(lci6n de Iavertienteehistoriadora- de los c~,-lUdios culturales ilustra la cohcrcncia de los cuestionarnientos,1 1 1 1 1 1 0 si se dirigenal pas ado como a l presenlc,,'

    Thompson saca provccho de la crcaci6n de una nueva uui-vcrsidad en Warwick donde logra que 10 contratcn ell J()()tI -,AliI crea un centro de investigaciones en h ix to ri a s oc ia l. 'I'rus(II libro de refercneia que habfa prcparado sobrc 1:1IonnnciontIL,la clase o b re ra b ri ta n ic a (1963), d es ar ro lla a li i ~lIS i nves t i -lIu

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    munidad tiene unos modestos dcrcchos a su privatizucion ;1traves de una evoluci6n jurfdica que s610 rcconoce los derc-chos exclusives de l propietario.

    Se comprende entonces cual es, mas alla de la s dcsigualcsIiguras del mod del Soho de 1964 0 del furtivo de Windsor de1714, la cohercncia de estos t raba jos . S~Jrma,~iplJlPn;:> d.e,uOo! '"dar lo social par abajo, de observar la cotidianidad de los seclares populares, Los cstudios culturalesnacen del rechazodclIegitimismo, de la s jerarquias academicas d e los objetos no.bles c innobles, Se fijan en la aparentc trivialidad de la publi-~i t lad de las crnisiones de cntretenimiento, d e las modas indu-mentarias. EI estudio del propio mundo popular se detiencmucho menosen las heroic as figuras de los dirigentes que enla cotidiana sociabilidad de los grupos 0 en cl detalle de losdecorados, practices y costumbrcs.

    Esta prcdisposicion implica favorecer metodos de investi-gaci6n susceptiblcs de conoccr d e cerca esras vidas ordinarias:etnograffa, h[storiq. oral, investigacion de los escritos que ense-nail 10 popular (archivosjudiciales, industriales, parroquiales)y no s610 la gesta de los poderosos. Par ultimo, y por cncima detodo, estes trabajos dependen de 10 que Passcron llama -sillafiadir nada que sea despeetivo- un analisis ideologico ()externo de la cultura. No se proponen solamente cartografiarlas cuituras, percibir su coherencia, 0dcmostrar que la manerade frecuentar el pub, asistir al partido de Iutbol 0 participar enlas ferias puede constituir un conjunto de practicas coherentcs,Las actividades culturales de las clases populates se analizanpara prcguntarse por las funciones que asumen e n relacioncon la dorninacion social (Grignon y Passeron, 1989, pag. 29).Aunque la cultura es el meollo de la iniciativa, no es s ino elpunto de partida de un cuestionamiento sabre sus retos ideolo-gicos y politicos.j Corno se dotan las clases populares de siste-mas de valores y de universes de senti do? i,Cuai es su contri-bucion a la constituci6n de una identidad colectiva? i,C6mo searticulan dentro de las identidades colectivas de los grupos do-minados las dimensiones de la resistencia y de una aceptaci6n,resignada 0 rnaltrecha, de la subordinacion?

    !,(lS ANos IIIHMINC;IIAM: LA I'I

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    rNTrH)1 II f(:CI()N A L()S r-xrunt: IS ( 'III ruu ,\I I"cspccificidad del podcr cultural que pucdcn ejcrccr las l '1;1~,I"1populares. La borrosa noci6n de resistcncia sugicrc m.ls 1 1 11 ( ",pacio de debate q ue u n c on ce pto acotado. POI ' un lado, lcjos I I . -ser unas consurnidoras pasivas, unas idiotas culturalcs, por 1111liz ar L a e x pr es io n del antrop61ogo Clifford G oe rtz (197:\) , 1:1 ',clases populares ponen cn juego un repertorio de ohstacuh: IIl a d , : ) ] . n i u ( l d O n . , Se tr

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    IN'J'IW[)UCCltlN 1\ I.()~ 1!~Tl)f}I()~ CtlLTUR/\ I.I':~;

    interesarse por los mods 0POl'los camparncntos scouts, A partir de cntonces, hacer la compra teorica en lonjas de investigaci6n mas cnticas, ya sean de Europa continental 0 de los opositores nortcamericanos a la sociologfa oficial, no pareee quecste desprovisto de coherencia.

    EI ambito de la sociologia es un buen ejemplo. AunqucHall evoca la tarea colectiva de lcctura crftica de Weber, quc,cia claro, no obstante, que, identificada can cl funcionalismo,esta disciplina no es la fucntc de inspiracion del cquipo, dis-tancia que entonces no puede sino aurnentar la falta de interesque tiene la Asociacion Britanica de Sociologfa por la cultura.Pcro eI ambito de las subculturas, la atcncion prestada a 1 < 1desviacion, l, orienta susobjetivos y SllS prestarnos teoricos.

    Por cso es pOl' 10 que Williams convierte estas cues-tiones en el zocalo de su proyccto de materialismo cul-tural: Lo que suele confundirse con Ia noci6n marxistatradicional de producci6n econ6mica cs la producciondirecta de 10 "politico", cuando toda clase gobernantedcdica una parte significativa de produccion material al a i n st a ur a ci o n de un orden politico. Tanto el orden so-cial y politico que sostiene un mercado capitalism comolas luchas socialcs y polfticas que este ultimo engendrason, necesariamente, produccion material. Dcsde los cas-

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    tillos, palacios e iglesias hast a las prisiones, hospitalcs ycscuelns; desdc cl a rrnamcnto belico basta la pren,~acontrolada: toda clase gobernante, de distintas manerax,pew sicmpre materialmentc, produce un ordcn social ypolitico. Estas actividadcs jam.is son superestructuralcs[ . . . J . La complejidad de este proccso puede detcctarscespecialmentc en las sociedades capitulistas avanzadas,en las que no rcsulta pcrtincntc scparar "produccion" c"industria" en In produccion, tambien material, de "de-Iensa", de "ley y ordcn", de "bicnestar", de "opinion pu -blica" y de "entretenirnicnto". Al Iracasar en la apre-hension del canicter material de la produccion de unordcn social y politico, 0 1 matcrialismo selective (y,pucstos a dccir, burgues) iampoco ha logrado compren-der, y csto de forma todavfa mas patentc, c1caracter ma-terial de la produccion de un orden cultural (Williams.1977).

    En cuanto a los prestamos teoricos, han pasado porlas scgundas lecturus de Marx propuestas por Louis AI-thusser, por su teorizacion del papcl espccifico de losaparatos idcologicos de Esiado como la cscue!a ylos medics, por su biisqucda de vinculos entre marx is-InO, cstructurnlismo y psicoanalisis (Sparks, en Morleyy K ua ng-H sin g C he n, 19< ')( .

    Este redescubrimicnio de un marxismo hcterodoxotarnbien cxplica el rccurso a la escucla de Frankfurt (so-hre todo Walter Benjamin), la atencion prestada al so-ciolinguista Mijail Bajtin, a los teoricos marxisias de laliteratura como Lucien Goldmann y cl hungaro GY()rgyLukacs. Descmboca sobre todo en Gramsci por S\lS rc-flexiones sobre cl pupcl de los intclectuales y sus rcla-clones con las clascs populares, sobrc In dcsigual cupa-cidad de los grupos socialcs para dotarse de portavoccsque le den forma coherentc a SlIS crecncias y aspirucio-ncs. EI pensamicnto dc Gramsci sed , objcto de nurncro-S(}S dcsarrollos y comentarios (Laclau, 1977; Laclau yMOll ffc, 1985), sobrc todo porque destaca que las rela-

    "iolles de podcr no SOil el calco obtenido de anrcmano(k las rclacioncs economicas. Gramsci se toma en seriofa fo rmula d e Marx sobre l a idcologfa como fucrza m a-terial, in icn tu reflcxionar tan to sabre la cupacidad dercsistcncia de los dominados como sobre la mancra enque un se ntid o comuns d ifun dido po r las clitcx contri-huyc a su conforrnidad con 01o rden social. M,is alia deposiciones abstractas, Gramsci desurrolla SllS intuicio-Il(;S en una serie de ana l isis de campo; snore el papcl de1:1litcratura popular d e f oll et fn como he rram ien ta d e d i-fusion de una idcologfa, sabre las rcsisteucias y la auto-nomia de una sociedad civil, sobrc los efcctos polfti-cos y culturales de las disparidadcs de! desarrollo (elasunto delmezzogiorno i tuliano), sobre los vfnculos del o s i n te le c tu a le s como mcdiadorcs oraanicos- de losdisposirivos de podcr, 0 como promotorcs de cstrtueaiusde cOlJtrahegcmonfa. ._

    lui punto que Thompson despotrica contra 1 0 que dcnominu-! 'I IIa elcctrif icacion de la linea Pans-Londres. Barthes sen!cl principal y mas precoz bcncticiurio de cste intcrcs, y pron-to sc vera acornpaiiudo de autorcs como cl teorico del cine

    ; ; . Chris tian Metz 0 Julia K ris revu, que partic ipan cn ton ccs en;f II I (aventura semiologica desdc la rcvista Communicationsly dcsde Tel Quel. Estc memento vunguurdista de la irnporta-lci6n no debe dejar en el olvido emprcstitos anteriorcs y mas!prcvisiblcs (Sartre y su vision de la litcratura) por parte de~ . 1 I I H 1 com un id ad cuyo te rrito rio inicial ha sido la crftica lire -.'i mria .r,,.,' , .~tu:; importacioncs no han dcjado de suscitar polemicas,. u mcnud o agria s . Cris ta lizan en to rn o a In muy a ithuse riun a rc~

    yi~lade anal isis filmico Screen (Robins" 1(79). Hall lIcgardlucluso a plan tca rsc la aparic io d e lin segundo pa ra d igma,exrructuralista, en los estudios culturales (e n Collins y Curran,I ')X 6). Tho mpso n d ispara lIna vt'!'(hrl.". .. -.-

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    68 INTIWDUCCllJN A LOS ESTUDIOS CUI.TURAl.FS

    Hipotccas y aciertosUN DISTANC(!\MIENTO COSTOSO PARA LA SOCIOLOGfA

    EI hecho d e poncr de r eli cv e la s a po rt ae io l1 cs y la:, contri-buciones d e l CCCS no impid c se fia la r a lgun a s debilidades,

    So n visiblcs a travcs d el bugaje soctologico d e muchos l l L 'lo s investigadores d e l CCCS . Su csca sa co n s is te n cia ticn e exp iic acio ne s 1 6g ic as , A un qu e lo s e st il1 lu la ntc s llSOS d e las apo rtacioncs de lu escuela de Chicago pOI' parte d e Cohen 0 d l'Hebd ige d e sm icn tan la regIa , mucho s d e lo s investigadorcs pr ocedcntcs d e las hu\nanidudes, mas que de l a s c le n e la ," socialcs.e sta n c sc as am cn te fa milia rizn do s can la sociolugfa, I I lc iulda I:id e Ia cultura, laguna que pluntea algllno~i nconvcn lCn~e s l'1Iuna cmpresa in te lcctua l que no obstante haec buenas m rga s .. ,.co n un a so cio lo gia d e In cultura ! El mcollo del Jebatc no e~I:1~~ un patr iolislIlo 0 una Oltot\nxia discipliner, s ,in o e n lo s ellTlO S practices de un desconoeimiento de los lundamentaks ..d e las ciencias soc i a k s .EI r e to e p is t emo l {) g ic o planteado po r el cstu? io de la s CIIItura s po pllla re s e s un bucn cjcm plo , Hoggan 0 1 hn mpx on . Silldud a , han sabid o prcsta r le s a la s culture s d om ~n ad a .s un a ah'llci6n minuciosu, respe l l losa y comprensiva. sin dcjarsc llcv.upa r un a compbcen cia a critica : pew no to d a s las in ves tiga l."II Ines de I3irminuham han escapado a la doble irampa del 1111',('rabilisll10 y d c l p o pu li sl 11 o , (.:iertos an a lis is d e la di~d(:CI: LA I'IUMAVLRA [ . , . J 69n cs un alizud as , pcro ta rn bicn s ign ilica enircver a ta jo s in te r-pre ta tivo s que se sis tem at iza ran m as ta rd e .

    Un pun to d e vista so cio lo gico m as cla bo rud o pcrrnite COJl-s id crur la crca cio n cultura l como un cspacio d e compctic io n cin te rd cpen d cn cia en tre pro ducto re s , d e 10 que cia cucn ta , e nconcreto, la nocion de campo , En su defccio, tendcrnos a so-brcvulo ra r la vis io n d e un a pro duccio n cultura l como re spn cs -ta ex plfci ta a Ius expccta tiva s , cla ra s po r su par te , de clascs 0d e grupo s d e co n sum id o rcs . E sta e specia l lagun a pucde re lu-cionarse COil e l hecho d e que la s impo rta cio n cs fran ccsa s n ocngloban sin o modcstam en tc la s aportacioucs d e B o urd icu.H sla pro lo ngud a ign oran cia o bed eec en pa rte a un a pcrcepcio nhriuin ica d e B ourd ieu co mo ctn olo go y so cio lo go d e la cduca -dt'lll, en d etrirn cn to d e sus trubajos sobre l a c ul tu ra 0 l as c la s espupu lu res . N icho la s G arn ha m y Raym on d W illium s d cstaca -uin cl co sro d e es te d csen cuen tro : EI va lo r po te n cia l d e l tru-hn jo d o . B ourd ieu en cs te mornento cspccffico pa r e l quc a tru-v ie sa n lo s m ed ic s y lo s cs tud io s cultura le s briu in ico s res id e CIlI'! heche d e que , en un rn ovim ien to d e cruica , e n L :I scn t i dorunrxista clasico, conf r on t a y supera d ia le ctic nm en te po sic io -III'S purcia les y o pucstus . Desa rro lla un a te o rfa d e la id co loa ia1111lll'jO)' dicho del podcr simholico toda vcz que, por 10 gene-"III, rcxerva cl te r rn in o d e id co lo gfa para cue rpo s d e pcn su-l!llt-nlll m a s c xp lfc it os y cohcrcntes) que se ba su, a ]" vez, en1 1 1 1 1 1 in vcst igacio n his io r ica co n crcta yen e l uso d e l as c la si ca s".l 'ulcm; de l a s o ci o lo g fa ernpfrica, como e l a n al i si s e st ud fs ti co~(I dn to s d e cn cue sta s , De sar ro lla co n jun tamcmc su cn t ica d e ll.mkislllo, c sp cc ia lm cn te d e l c st ru cr ur ul is mo marxista y de la s

    ius co n com ita n tcs a l fo n n a lismo (19~O , pag. 2 10 ).

    IIIIWARSE LA ECON()MiA?

    JililldilillCllla[menlc,.cl pecad o o r ig in a l d e lo s cstud io s cul-o bcd ccc a xu d e fic it d e in te rcs POf I n h is to r ia y po r l ulin, I ,a cn n sid cracio n rcflcx iva d e lo s lcgudo s his t6ri~ '

    1 1 1 \III Liillh'llsi{lI\ d e 1< 1largi l duraciou en In c u lt u ra l cs cvi-

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    70 INTRODUCCJ6N A LOS ES'flJDJOS CULTURAU:.S

    Lcgitimismo, populismo y mlscrabilismoEn un trabajo que prctcnde ser, a la vcz, prolong a-

    cion y critica de la sociologia de la cultura desarrolladapor Bourdieu, Grignon y Passeron cxplicitan las difi-cultades especfficas que plantea el analisis de las cul-turas populates, cstudiadas, casi sicmpre, por autorescuya posicion de intelectualcs les separa de los mundospopulares.

    La dificultad mas evidentc reside en el riesgo de unaforma de condescendencia, el legitimismo, que lleva aobscrvadores doctos y cultos a restringir la nocionde cultura: gran literatura, rmisica clasica, obrascxpuestas en los museos. Este sesgo lleva a plantearsela relacion de las clases populares con la cultura desde laperspectiva de la carencia, del menos, de Ia in-cultura,toda vez que estan rnenos familiarizadas con la culturalcgftirna, es dccir, socialmcnte consagrada. Una rupturanecesaria consistc cntonces en asurnir un relativisrnoque no consistc tanto en fingir que vale todo sino enconsiderar que los uni versos de las practicas y consu-mos culturales populares merccen la misma atencion, elmismo rcspeto que las de un acadcmico, que pucden en-eerrar significados subjctivos igual de intensos y engcn-drar un sistema sirnbolico, tambien valioso y coherente.Esta ruptura con cl legitirnismo plantea dificultadesepisternologicas igualmente importantes, Surge entoncesla arnenaza de des posibilidudes de analisis. El misera-bilisrno puede enfocarse como una forma de rcconsi-deracion del rcchazo Iegitimista. Eventualrnente obscr-vada con atencion y sirnpatia, la cultura popular, sinembargo, todavia sigue sicndo percibida como un modolacrimoso 0 reductor. Solo puedc ser dominada, inc om-plcta 0 patetica, 0 caractcrizarse poria carencia, la po-breza 0 la ingenuidad. SlI tragico destine cs el de nopoder acccder al estatus de cultura cornpleta, con rna-

    LOS ANOS BJl{MINGHAM: I.A PRlMAVERA [ ... ]

    ~'

    yuscula. EI populismo sociologico es simctrico a1mise-rabilisrno. Consiste en celebrar y magnificar todas yeualesquiera practices culturales populares revcstidassistematicamente esta vez de un plus: de autentici-dad, de profundidad, de simplicidad, de virtud, Un acor-deonista mediocre en un baile popular se encontrarade csta manera dotado de virtudes creadoras que le se-rfan regateadas a Horowitz S I interpretara a Musorgski. Amenudo, en su afan por sefialar bucnas intenciones, elmiserabilismo oculta la realidad de Ia institucionaliza-ci6n social de jerarquias socialcs, frecuentemente inte-riorizadas por los dominados (un Crichton no vale unRushdie, ni en la escuela, ni en las paginas de culturade los periodicos). Basado ell el golpc de mano de unainversion de las jerarquias culturales, el populismo nosiempre es ajeno a la demagogia. Sus efectos respectode la revaluacion efectiva de las eulturas populares son,a menudo, dudosos 0 cffrneros. Descmboca en la para-doja de que las preguntas iniciales (l,que es una culturapopular? l,En qu e se diferencia de una cultura dorni-nante legftima?) se quedan sin objeto y sin respuesta.(Bourdieu, 1979; Grignon y Passeron, 1989).

    dente en Thompson y apreciable en Williams. Aparte de Groy, es menor el impacto en el sene de la generacion forrnadpar el CCCS . Para Thompson (1978), pOl' otra parte, se tramenos de un silencio sabre la historia que de los cfectossingular materialisrno de Althusser, poco atenta a las tensines internes de una sociedad, a Ia trama de las resistenciasdel funeionamiento material de 10 social. Dcsde entonccsdeclara que el pensarniento hist6rico carece de valor no socienuficamente sino tarnbicn poljticamente..9 t escaso intercs porIas aportaciones de .Ia economconstituye otradebilidad que no puede sino hip()teca~ el pyecto de materialismo cultural que integra la dill1ensi9n_delproduccion y de Iacirculacion de los bienes .culturalcs. Au

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    72 t TRODlJCCtON A L.O::; I;:' 11J1J1lJ" VJ.I,,\.'U, I ...... ~ - . _

    i. . .

    Esta s co n trad icc io n cs se ap rcc ia n e n la rc la cio n co n My COil cl rn a rx ism o, que co us ti tuye --can la ex ccpcio n de Hga tt- un a re fe re n d a com un a lo s pad re s fun d a do rcs y a lan e rucio n d e B irm ingham , L a forma do rn i n ame d e ape laMa r x 0 a sus in te rp rctcs sc d ebe a una d o blc y cur io sa ota cio n . L o s re x to s d e l Marx historiador-sociologo (EI ) 8mario, !.O.\' luchas de clascsi y lo s d e l Marx economisiao bje to d e lin lIS() po co in te n s ive . E I Marx. y cl m a rx ism o ac iad o s en cl CCCS so n mas bie n lo s que m iran a la Filo soal analisis de las ideologras. Ahora csui bien visto sef i a l aria st im a la inspi rac i6n marx ism d e Ull pcn s ami en t o para dlu ar lo . P er c, a un qu e n o o culta n s u per tcnenc ia u un a epistma rx ism , lo s g ran d es libro s d e Thompson s iguen s ie nd o cces d e cs timula r ta n to u l in vcs tigad o r como a l ciud a d aTa rn bicn cs vcrd ad que cl le cto r m cn o s avis ad o ha lla n i eco rpus in ic ia l d e lo s cs tud io s culturu lcs icx io s que cn tro n ccon la ex eges i s marxologica rruis soponfcra. La Iuerza dmas bel la contribuciones de a qu ello s a no s no pucde ocultulrccue nc iu d e lo s te x to s que rcvis itan m achacon am en te(Icua l tco rico m arx is ta , 0 in cluye n ta le s 0 cualcs glosas d econceptos de hegemon fa 0 de aruculacion. Hal l en ocasiosc lle va la palma, Pcro apcn a s s i ticn e acom pafta n te s d e svel. L a po s te r io r in vas io n d e lo s cs tud io s cu ltu ra lcs po r pd c un a pro life rac io n d e tcx to s que , e n cs ta o ca s ion , lie cx td e ll e n co rn cn ta r io s so brc lu n ad e riu co n cep tua l d e l po s rrlcruismo sugiere que lu postura aquf objetuda obedccc mlIll hubito in telec tual , a un a re iuc io n co n I I I t eo r i a , qu e a la s~LLI!lridades de la de Marx .

    Tambicn hay un a dena t en s i o n entre el proyccto dcc l1 1 1 1 y la s p rcd ispo s icio ncs d e buen a pa r te de x us p ro m o io rI k ( l ' ~ s de la id e a d e rn a tcr ia lism o cultu ra l, d e Ja queIHllm~ fue el primer hcraldo, sc oculta la in tcn c io n d e un aI' t 'olltacion t o t a l ca n lo s he cho s culturulcs . To ta l, po rquc,"I cucn ta to d u la s cu ltu re s y n o so lo lu d e lo s dOdOS; tpurquc cn ticn d e la cultura como un ivcrso d e scn tid o ,IlIlIIhicn pOl' e s ta r som etid u a pro ccso s d e pro d ucc io n y cI ud I 'm , p o r SCI' capuz d e p ro du cir e fec to s e n l as c o rr e la c io n

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    INT!(OIJ!I('(I(}N II l.oSI'XI'(II)IOS('III,TIIILlIII'

    P olic in g th e C risisLas ambivalencias de una investigacij)1I

    de referendaLas severas condenas irnpuestas a jovenes illll!i

    grantes en Birmingham a raiz de lin suceso criminal(robo can intirnidacion) son eL punta de arranquc ill'uno de los libros colectivos del CCCS. Policing {ill'Crisis (Hall y Critcher, 1978) expone, partiendo de 1 1 1 1extenso analisis de prensa, el mecanismo deL pauicomoral. En una s co nd icio n es que sugie ren con crcccxuna empresa de orquestacion y aumento de la arnenuzn,la policta y las autoridades britanicas advierten del pcligro que representaria la explosion de los robos COliintirnidacion, cuyas vfctimas serfan principalmente mujeres y personas de edad, y sus autores j6venes inrni-grantes.

    La obra postula de forma Iecunda las problematicasinteraccionisias de construccion de una desviacion, ydemuestra, en concreto, c6mo la invencion de nuevas ti -pologias de actos delictivos par parte de policfas y rna-gistrados contribuye a otorgar credito a 1'1percepcion deuna amenaza inedita, ALclestacar cl hecho de que la es-tigrnatizacion apunta sobre todo a jovenes procedentesde la inmigraci6n, esta investigacion saca a LaLuzla ere-ciente importancia que tienen Loscucstionamientos acer-ca de las identidades, del racismo. El volumen, que tra-baja con relates de prensa, tiene la mirada puesta en losmedics, en Larnanera en que los rnodelos narratives pue-den dar credito a la idea de una forma de peligrosidadnatural 0 innata en jovcnes originarios del Caribc 0 deIa India. La principal contribuci6n dellibro radica en laatencion que presta a los juegos de poder, de hegemo-nia, que este panico moral transmite, El equipo del CCCSdcsarrolla en concreto el concepto de definidor prima-rio para vaLorar cl poder que detentan ciertas autorida-

    dt'1> (en l~SI\: caso, l a p oli cfa y l a j us t ic i a en cuanto fucn-( L ' I > (k informacion y gestores de la delincuencia) para)lllIdlll~ir dcfinicioncs legftimas y autor~~adas de los pro-hkllias y situaciones que la prensa difunde en la OP1-ulon. Publicada cl ano en que Margaret Thatcher lleganl podcr, la obra ofrece un cuadro cstimulante del climahklliogico de la epoca, una presciencia, retrospectiva-mente imprcsionante, de sus usos por parte de los con-s~~rvadores.Simult,lneamente, la obra deja entrever algunas delus limitaciones de Lostrabajos del centro. Su actividadsiguc estundo mayoritariamente centra~la en los textos;xc trabaja sabre los relates de prcnsa SIn cuesttonar lasrccepciones y, mas aun, sin lIevar a cabo una verdaderainvcstigacion sobre la tarea de los periodisras que losrcdactan. Tal y como dernostrara Philip Schlesinger, lanoci6n clave de definidor primario puede scr muy va-liosa. No obstante, tendrfa que evitar una cxcesiva sim-pliticacion de la complejidad social: podrfa alimentaruna vision en tcrrninos de complot que los autores re-chazan explfcitamente. En efecto, cia por supucsta unaeoherencia ahsoluta en el discurso de las autoridades yla impotencia de las fuentes altcrnativas. Su uso, sabretodo, trata a Laligera la forma que el periodismo, enten-dido aqu f mas como un altavoz activo 0 Iorzado de lasautoridades que como un campo social y un ambito detrabajo, tiene de retransmitir, 0 no, los discursos y lascatcgorfas oficiales, Por ultimo, ciertos rratarnientos,como las consideraciones finales sobre el buen uso dela noci6n de lumpenproletariaclo, son mas propios de Lerudicion marxologica que de una gran aportacion alproblema planteado.

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    lNTRODUCCJON A LOS ESTUDIOS CULTURALI,:!:

    de ruerzas socialcs, Sin embargo, para un sector de Ia generacion de Birmingham este proyecto materialista, ante lotio.esta teoricamente pcrtrcchado con saberes proccdcntes de !;t, ',tradiciones litcrarias y de hi. s emiologfa, de un marxisrno frl'cuentementc teoricista, de una disposicion para textualizar-hasta las culturas profanas, sin siquiera beneficiarse de est;!forma de materialismo prosaico que podia aportar a los padresfundadores la experiencia de una larga inrnersion en la practica de la formacion permanente de aduItos de las clascs pOP"Jares. EL funcionamiento del CCCS, la mayorfa de las vcccs,ha.pcrrnitido rechazar este tropismo textual. Peru hay tendencias que rcaparecen..

    LA ECUACJ6N DE LA FECUNDIDAD

    Destacar a s f LasI imi tac iones del centro de Bi rmingham no significa devaLuar un radiante momenta de Iecundidad para ahorrase la hagiografia. Trcs datos expresan, pese a sus lirnitaciones, 0 1 dinamismo de aquellos afios,

    TIlp rimero sc rcfiere a Larenovaci6n del ternario y de losplantcamientos. La cultura ya no era objcto de devoci6n 0 drcrudici6n sino que era cuestionadu por su relacion con el podcr

    EI segundo nace de una singular combinaci6n entre investigaci6n y compromise. EI legado del centro, 10 mas innovador y duradero que cientfficarnente tiene, no se explica a JWsar de Los compromises de sus p ro rno t o re s sino porque dosgeneraciones de investigadores invirtieron en un trabajo COil'cicnzudo diversas formas de pasion, de colcra, de compromise[rente a un ordcn social que consideraban injusto y se proponfan cambiar, EI compromise, ciertamente, no es la condicionnecesaria y suficiente para una buena ciencia social, Pero clcentro ha encarnado uno de esos rams momentos de 1a vida intelectual en Lo s que c\ compromise de Lo s investigadorcs no scesteril iza en la ortodoxia In obcecacion, sino que se apoya elluna gran sensibilidad ante los retos sociales que neutraliza rlefecto gucto del mundo acadernico. Al concentrar en una sedc

    LOS ANOS BI!{MI~GHA.M: LA PRIMAVERA (".J 77central a la mayor parte de una segunda generaei6n de inves-tigadores, el auge del centro ha producido una masa crftica detrabajos. Las 16gicas competitivas propias del mundo intelec-t ua l i n d uc e n entonces efectos virtuosos qu e obligan a lo s in-vestigadores a gestionar sus rivalidades mediante la biisquedade arrnas teoricas, de protocolos de investigaci6n innovado-

    I res, en resumen, a traves de la carrera de arrnarnentos cientffi-. cos, incluso para resolver desacuerdos de origen politico enrelacion con la evaluacion de un sistema social.

    La ultima variable sc refiere al rechazo de los patriotismosde disciplina. Birmingham no hizo desaparecer pm encantolas divisiones cstablecidas par las especialidadcs universita-rias. Pero eLrechazo de las fronteras entre analisis literario, so-ciologia de Ladesviaciou, ctnograffa y amUisis de los rnediosh a engcndrado una fecunda inrerdisciplinaridud.

    Se esboza entonces una triple superacion. La de un es-tructuralisrno que se limita it hcrmeticos ejercicios de dcsco-dificacion de textos. A traves de Gramsci, la de las vcrsionesmecanicistas de la ideologla dentro del marxisrno. La de lasociologia funcionalista nortearnericana de los medias: frenteul mecanisme del modele estimulo-respuesta, se perfila uninteres por las repercusiones ideologicas de los mcdios, porlas respuestas dinarnicas de las audiencias. Alcanzara su ple-

    . nitud durante los afios ochcnta, en un contexte politico muydistinto,