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28 de mayo de 2006 En domingo ENTREVISTA Joan Manuel Serrat «Valencia me parece espléndida por muchas razones» 6/7 MEDIO AMBIENTE Paisajes y jardines Un repaso por la historia de los espacios verdes mediterráneos 5 MEMORIA Nobles y ciudadanos Un libro de María José Muñoz Peirats repasa la historia de la nobleza valenciana 8 El castillo de Montesa, uno de los más importantes de la Comunitat Valenciana, tiene cerca de mil años de historia. Destruido por los terremotos que asolaron la Costera en 1748, permanece desde entonces en estado de ruina, a pesar de que en 1926 fue declarado monumento nacional. «En Domingo» inicia hoy una serie de tres entregas con el ánimo de que los valencianos conozcan uno de sus más emblemáticos monumentos, a la espera de que la Administración ponga manos a la obra e inicie su proceso de restauración. Páginas 2 y 3. Castell de Montesa FOTO: PERALES IBORRA

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28 de mayo de 2006

En domingo

ENTREVISTA

JoanManuelSerrat«Valencia me pareceespléndida pormuchas razones»

6/7 MEDIO AMBIENTE

Paisajes y jardinesUn repaso por lahistoria de losespacios verdesmediterráneos

5 MEMORIA

Nobles yciudadanosUn libro de MaríaJosé Muñoz Peiratsrepasa la historia dela nobleza valenciana

8

El castillo de Montesa, uno de los más importantes de la ComunitatValenciana, tiene cerca de mil años de historia. Destruido por los

terremotos que asolaron la Costera en 1748, permanece desde entoncesen estado de ruina, a pesar de que en 1926 fue declarado monumento

nacional. «En Domingo» inicia hoy una serie de tres entregas con elánimo de que los valencianos conozcan uno de sus más emblemáticos

monumentos, a la espera de que la Administración ponga manos a laobra e inicie su proceso de restauración. Páginas 2 y 3.

Castell de Montesa

FOTO: PERALES IBORRA

A. Garzó ■ XÀTIVA

FOTOS: PERALES IBORRA

EL castillo [de Montesa]

en la actualidad ofrece

una vista por demás de-

soladora; por doquier se

ven ruinas y sólo algún que otro

capitel, fuste de columna o azu-

lejos que escaparon a las manos

de avarientos visitantes, nos pue-

den ofrecer, siquiera vagamente,

una impresión de lo que fue aquel

claustro monacal». Estas letras,obra de Vicente Ferrán y Salvador,son de 1926. Hoy, ochenta añosdespués, bien podrían seguir igualde vigentes de no ser por la im-portante consolidación de restosacometida desde hace apenas diezaños, en concreto desde 1996. Yano hay saqueadores, entre otrascosas porque queda poco que sa-quear. Pero la fortificación siguecon esa imagen de perpetua ruina,tan asimilada ya porque nadie enmás de doscientos años conocióotra silueta distinta.

Si Ferrán y Salvador dejabaconstancia del imparable deterio-ro del castillo en 1926, esa fechadebió ser precisamente el mo-mento en el que la ruina empeza-se su cuenta atrás, ya que el 13 deabril de ese año, el Estado lo de-clara Monumento Nacional. Perodesgraciadamente no fue así. Tan-to antes –desde 1887, aprove-chando la desamortización deMendizábal de 1835– como poste-riormente, se contabilizan variasoperaciones de venta, todas ellasprivadas y casi siempre entre ca-balleros de la Orden montesina.En esos años –mediados de los 50y 60– todavía hay amantes de losajenos que roban piezas, todo elloaderezado con el más absolutodesdén de las instituciones loca-les. El Marqués de Olivart fue el úl-timo dueño privado. Vendió losrestos al ayuntamiento en 1970.

El castillo de Montesa tiene, almenos, mil años de historia. Su pri-mera constancia documental datadel siglo X. La fábrica original,pues, es islámica. Pero poco que-dó de ello en las posteriores ree-dificaciones, las más importantesde las cuales son, se-gún los historiado-res, las del sigloXIV (sala capi-tular, refecto-rio, iglesia,

horno y muralla circundante delconvento) y las del XV (la capillade San Jorge). En esa época tomacuerpo, por tanto, el castillo talcomo ha sido estudiado poste-riormente. De esa primera fase,queda en pie parte de la torre dehomenaje, incluido su escudo. Esel fragmento que más nítidamen-te remite al pasado. De finales delXV es la portada de las habitacio-nes del Maestro, que hoy están in-tegradas en el Palau de la Genera-litat.

Lugar de ceremonias de intro-ducción en la Orden de Santa Ma-ría de Montesa o sede de la comu-nidad de religiosos bajo la regla deSant Benet, lo bien cierto es que elesplendoroso pasado del castillose remonta a antes de 1748. Eseaño, el terremoto que asoló lo quehoy se conoce como la comarca deLa Costera causó tal daño a la for-taleza que todo su historial poste-rior es la crónica del abandono, elexpolio y el saqueo. Mariano Gon-zález Baldoví, hoy director del mu-seo municipal de l’Almodí, en Xà-tiva, describe en 1983 cómo la titá-nica tarea que hubiera supuesto re-construir el castillo fue sustituidapor otra acción que, con el tiempo,significaría condenarlo a la ruina.

Según González, «el castillo fue

destruido en los terremotos acae-

cidos entre el 23 de marzo y el 2

de abril de 1748. Conocida la no-

ticia en Valencia, la orden envió

varias personas con la misión de

2/3 En domingo 28 de mayo de 2006

La fortificaciónsigue con esaimagen deperpetua ruina,tan asimilada ya porque nadieen más dedoscientos añosconoció otrasiluetadistinta.

L AS transfusiones desangre siempre fue-ron asociadas a

hemorragias de diversaetiología. Cuando a alguienle ponen sangre es porqueestá malito y la necesitapara recuperarse y nomorirse de momento.Normalmente, a casi nadiele apetece que le saquensangre. No causa buenasensación psicológica darsecuenta de que por la jerin-guilla se escapa, a cuenta-gotas, la vida. De ahí que lareacción instintiva sea nomirar la aguja clavada en lavena.Cuando nos quitan sangrees como si alguien nos estu-viese matando lentamente(¿o no?) y robándonos ellíquido que nos permitegozar diariamente de la cul-tura del fútbol. Además, según la mayor omenor habilidad del profe-sional y de la morfologíade las venas, la extracciónpuede no causar molestiaso contusionar aquéllashasta alcanzar un bonitocolor morado (y luegoamarillento).A veces, como en los toros,hay que pinchar variasveces, e incluso rectificar eltrayecto de la jeringuilla,escarbando por aquí y porallá, en la inerme vena, eintentado no extraer petró-leo sino sangre.

También puede suceder quela aguja se quede en lavena, separada de la jerin-guilla, al modo de una esto-cada taurina desprendida o,todavía peor, un bajonazo,llamado así porque la espa-da casi le atraviesa la barri-ga al morlaco. Menos mal que, general-mente, quienes en cumpli-miento de su profesiónsacan el preciado líquidorojo (a veces espeso, aveces menos, de tonoencarnado o de vino tintocon mucha extracción decolor) no barrenan la venacomo los picadores en elmorrillo de los cornúpetas. Ahora, con el escándalo deldopaje y el tráfico sanguí-neo descubierto por laGuardia Civil, que afecta,presuntamente, a ciclistasde más o menos elite y, talvez, a otros deportistas (¿)–la realidad es que era algoque ya se sabía: faltaba que

un cuerpo tan profesionalcomo la Benemérita aporta-ra las pruebas–, debería-mos afirmar que nos pareceuna vergüenza, un fraude yla muerte definitiva de tan-tas románticas ilusionespuestas en los esforzados

de la ruta y en la serpiente

multicolor.

Y lo afirmamos. Tambiéndeberíamos denunciar aquienes, desde hacemuchos años, han ampara-do tanta estafa, engañandoa las buenas gentes consoflamas patrioteras. Son, sucintamente, las auto-ridades deportivas (¿esta-ban en Babia?), ciertosmédicos corporativistas,organizadores de carreras,patrocinadores e inclusiveperiodistas especializados. Ya en 1991, uno de ellos,valenciano, nos contó loque veía (trasiego de jerin-guillas y de mercancías sinidentificar) cuando viajabapara cubrir la VueltaCiclista a España.Afirmamos, desde luego,que todo esto es una ver-güenza, como también queal pueblo llano le conven-dría utilizar más la razónque dejarse llevar por unasprimitivas emociones per-fectamente inducidas porlos señores del gran nego-cio deportivo. ¿Está apunto de llegar el día enque irán dopados hasta losprogres de la bici que arro-llan a los peatones en lasaceras, circulan por la cal-zada –sin respetar las direc-ciones prohibidas– o por elcauce seco de Bofill /Pérez Casado? Dios quie-ra que no.Una vez condenado el GranTimo Deportivo (ya vendránotros) o Mens Sana In

Corpore Sano, debemosmostrar, no obstante, nues-tra poética admiración porlos presuntos implicados,víctimas, se supone quemás o menos voluntarias,de extracciones, transfusio-nes y autotransfusiones desangre a lo bestia (uno haconfesado que le chupabanun litro o más por sesión).Mártires de las jeringuillas.¿Y saber que tu propia san-gre, congelada, está en unfrigorífico (junto a las ver-duras, los quesos y las sar-dinas) hasta que te la rein-gresan antes de empezar,por ejemplo, el Tour deFrancia?Terrible, atroz y fantástico.Pi de la Serra escribió unacanción, Spot (1971), casipremonitoria. Trataba de lapromoción publicitaria dela sangre en la televisión.«Pastillas de sangre, mas-

tíquelas lentamente en la

boca»…

Antonio Vergara

SALVE Y USTED LO PASE BIEN

Sangre, sudor y bielasUnas ruinas con historia

Castell de Montesa (I)

¿Y saber que tu propia sangre,

congelada, está en unfrigorífico (junto a lasverduras, los quesosy las sardinas) hastaque te la reingresanantes de empezar,

por ejemplo, el Tour de Francia?

FOTO: EFE

recuperar el Santísimo, los cadá-

veres, objetos preciosos y docu-

mentos, así como auxiliar a los he-

ridos». Este estudioso del patrimo-nio sitúa en ese contexto el impara-ble camino hacia el expolio total.«Algunos elementos arquitectóni-

cos, laudas sepulcrales y escudos

labrados fueron trasladados al Pa-

lacio del Temple y otros edificios de

la capital. La fortaleza quedó aban-

donada y, durante muchos años,

sirvió de cantera para las obras de

reconstrucción del pueblo. A lo lar-

go del tiempo desaparecieron las

columnas, capiteles, claves y los pa-

vimentos de azulejos góticos y ba-

rrocos. Hoy es un monumento

arrasado y expoliado, donde ape-

nas se pueden reconocer algunas

dependencias», resumía GonzálezBaldoví.

FRANCO NUNCA ORDENÓEXCAVARLO. Como si de otroCódigo da Vinci se tratara, el casti-llo de Montesa también cuenta consus particulares leyendas. Acaba depublicarse una novela, El espejo de

Salomón, de León Arsenal, que seaproxima tangencialmente al casti-llo. Su autor dice utilizar una basereal cuando se refiere a una secre-tas excavaciones durante el fran-quismo y traslada ese hecho a otrocontexto. Arsenal dice que «Franco

mandó acordonar el derruido cas-

tillo de Montesa mientras en el in-

terior trabajaba un ejército de ar-

queólogos sin que se supiera bien

para qué». Menos mal que el escri-tor, defensor del axioma de que nose deba hacer pasar fabulación porrealidad, agrega que el libro no pre-tende dar una hipótesis sobre la ubi-cación del gran tesoro de los visigo-dos. Un historiador y erudito local,Josep Cerdà –que además tiene uncameo involuntario en el libro– cer-tifica el grado de fabulación que en-cierra ese pasaje de la novela y ase-gura que tal extremo es falso de to-das todas.

Este mismo experto en la histo-ria de Montesa y de su castillo agre-ga que, como mucho, hay docu-mentada una excavación despuésde la Guerra Civil, pero para nadase trata de una misión secreta enbúsqueda de no se sabe qué miste-rios. Fue una prospección en la que,por cierto, se halló la lápida de Be-renguer March, tío de Ausiàs March,

quien fue enterrado en el castillo.Si se puede hablar de un mis-

terio ése sería el saber adónde fue a parar esa pie-za, porque se sabe que fuedescubierta allí pero noquién se la quedó, lamen-

ta Josep Cerdà.

Vista del Castillo de Montesa en 1949

Los restos del castillo de Montesa

Bóveda de la sacristía

Gárgola

Puerta de las cárceles

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20

1: Entrada y puente.

2: Plaza de armas

3: Patio del comendador

4: Parque

5: Cuartel

6: Iglesia

7: Sacristía

8: Sala capitular y archivo

9: Palacio y refectorios

10: Entrada a la barbacana

11: Claustro mayor gótico

12: Priorato

13: Contaduría

14:Biblioteca

15:Dormitorios

16: Patio de la cisterna

17: Torre del Homenaje

18: Despensa de la cocina

19: Capilla mayor

20: Coro alto

CLAVES DEL PLANO

Retrato de José Folch de Cardona, Lugarteniente General de la Orden

Pila gótica blasonada

Azulejos encontrados en las excavaciones

1317Se crea la Orden de MontesaTras la desaparición de la Orden del Templeen 1312, Jaime II inicia una serie de embajadasal Papa para crear una orden militar con losbienes de los templario y los hospitalarios.En el 1317, el Papa Juan XXII promulga la bulade la fundación de la Real Orden de Montesa.

Tan sólo se pueden reconocer algunas dependencias del que en su día fue el Sacro y RealConvento de la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama, a penas respetadaspor los terremotos de 1748. En el interior del castillo se edificó un monasterio siguiendo laplanta típica cisterciense.

1748Destrucción del castilloLos terremotos de los días 23 de marzo y 2de abril destruyeron el castillo, sepultando ala mayoría de sus moradores. Los frailessupervivientes se trasladaron en julio deese año a Valencia al Palacio del Temple, dondeconstruyeron un nuevo convento

1835Extinción de la ordenEn 1835 se extinguieron los señoríos quedependían de la Orden. Sus bienes pasaron amanos particulares. La Orden mantuvo elderecho de nombrar al cura de la parroquiaentre los frailes montesianos. Esta situaciónse mantuvo hasta 1852.

4 de junio de 2006

En domingo

ENTREVISTA

Castillo Carpio“El responsable de lasagresiones al medioambiente es el promotor.Y fundamentalmente losgestores del urbanismo”.

6/7 PATRIMONIO

Una fortalezacon futuroSegunda entrega dela serie quedescribe el Castillode Montesa

4/5 SOCIEDAD

Adictos al sexoUna patología que se extiendeentre los hombresmaduros

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La Colección Orts-Bosch se muestra en todo su esplendor,desde el pasado viernes, en las diferentes salas de exposicionesdel Museo de Bellas Artes de Valencia. La importante donación,

ratificada en noviembre de 2004 en el Palau de la GeneralitatValenciana constituye la mayor nunca antes realizada con

destino al Museo San Pío V y, por ello, sólo comparable conalgunos de las donaciones o legados históricos de las grandes

centros museográficos internacionales.Páginas 2/3

OrtsBosch

Colección

Pere Maria Orts junto a untapiz que reproduce delretablo El centenar de la Plomade Marçal de Sax y a SanPedro, de Michael Coxcie. FOTO: MANUEL MOLINES

E N las guerras, lospuentes asumen lacondición de lo enemigo.

Hay que bombardearlos paraimpedir el paso del ejército con-trario. Otras veces, los puentesson como algo cotidiano, tancotidiano como un televisor, elsofá y la almohadilla eléctricapara calentar la edad antigua,como la nevera donde se enfríala bebida y aguantan losyogures. Y es entonces cuandoesa cotidianeidad, la costumbrede vivir cada día en el mismopaisaje, acaba por convertirlotodo en invisible. Atravesamoslos puentes que juntan dospartes del pueblo, las orillas deun río, el musgo prehistóricoque crece en las laderas de unbarranco y es como si en vez desobre el puente pasáramosvolando a la otra parte: no nosdamos ni cuenta de que elpuente está ahí y lo atravesamostodos los días porque no ten-emos la voluntad del pájaro nisu cabezona obstinación enpasar por la tierra sin dejar sushuellas como si fueran dioses.En Buñol hay un puente quecruza el barranco de los mudosy el pueblo se fue haciendogrande hacia el otro lado. Loempezaron a construir en 1932,un 14 de abril, y cuando se inau-guró al año siguiente se llamóde la República. Eran otrostiempos. Y ahí, por las calles yplazoletas que envuelven elcastillo, fueron creciendo unsentido de la dignidad que noabunda en muchos sitios y laseguridad de que el mundopuede mejorar si en vez de con-formarnos con la mierdaluchamos sin descanso paramejorarlo. En Buñol siempre eltiempo fue otro y muy distinto.Sin embargo también aquí lle-garían los efluvios de la dictadu-ra y el puente cambió de nom-bre, como cambiaron de nom-bre tantas cosas en un paístriste sometido a la devastacióny al exterminio. Se le llamó

Nuevo, como si ese falso adjeti-vo fuera capaz de hacer olvidarel nombre de antes. No lo con-siguió nunca y hace unos días elviejo puente regresó a su inalter-able condición republicana. Allíestaban las izquierdas del ayun-tamiento, mucha gente queaplaudía su decisión de devolverel puente a sus orígenes, loshombres y mujeres de entoncesque recibían el homenaje desdehace tantos años merecidocomo nadie. El puente recobróla piel que le habían arrancadolos de la victoria, volvió a respi-rar con el alma entera del super-viviente, se erguía de pronto consu nueva arquitectura de dig-nidad recuperada en la memoriade sus paseantes. Era comoverlo por primera vez, como sipor primera vez lo cruzáramospara pasar de una parte a otradel barranco, como si definitiva-mente hubiera perdido su oblig-ada y nada retórica condiciónde invisible. No estamos enguerra y el puente de laRepública, en Buñol, no es delenemigo. Lo veía allí, dondesiempre pero a la vez tan difer-ente. Y me venían a la cabezaotros puentes amigos, aquellosque se inventaba Pedro Salinas

en uno de sus poemas de amormás hermosos: Y cuando te

despierte/ y yo vuelva a colocar

los ojos/ allí, donde ellos me

enseñaron a mirar,/ te hablaré

en voz muy baja de otro

puente,/ por si acaso tú

quieres./ Porque queda otro y

otro y otro, aún. No separan lospuentes. Juntan. Aprieta el deBuñol las laderas del barrancode los mudos y les concede denuevo la vocación incansable derecordar aquel 14 de abril de1932. El día que les cuentoregresaron sus voces, las deentonces, las que empezaron aconstruir no sólo un puente sinoel andamiaje de una vida mejorpara el pueblo y para sus gentes.Me gustan esas voces muchomás que cualquier silencio. Ypor eso las escribo aquí, en esteapacible paisaje de domingo.Por eso las escribo. Por eso.

DESDE LA FRONTERA

Alfons Cervera

Agustí Garzó ■ XÀTIVA

FOTOS: PERALES IBORRA

UNA primera compa-ración entre las fo-tos antiguas y la ac-tualidad invita a

pensar que casi nada ha cam-biado. Pero no es así. La eternasilueta ruinosa del castillo deMontesa no es la misma vistadesde cerca; «se ha hecho mu-

cho, aunque también falte mu-

chísimo por hacer», explicaSalvador Vila, arquitecto res-ponsable de su restauración yque también trabaja en el claus-tro del monasterio de Santa Ma-ría de la Valldigna, en Simat. Unplan director ideado en 1989 ydos procesos restauradores –amediados de los noventa y du-rante el último año y medio–han conseguido, al menos, con-solidar lo que queda e, incluso,rehacer algunas partes signifi-cativas. Son intervenciones, entodo caso, que carecen de es-pectacularidad porque, «que

quede claro, reconstruir el cas-

tillo es una barbaridad, no tie-

ne sentido alguno y no se hará

jamás», aclara Vila. Actuaciones en el castillo de

Montesa —destruido por losterremotos de 1748— ha habi-do muy pocas, pero las ha ha-bido. El propio Vila ha datadolas que van de 1946 a 1955, quesimplemente fueron labores delimpieza y desescombro parala prospección arque-ológica. En 1957 con-tinuaron dichasobras. En los años60 y 70 se efec-

tuaron pequede consolidahasta la últim

Salvador Vlos trabajos mála primera faseron la consolidla mejora del casi imposible

da, se eliminó

migón y el acce

era un muy f

bloques… Tam

la puerta y tod

cipal». Vila agde la importanca de las actuato modo se ga

bién la seguri

porque había

desprendimie

4/5 En domingo 4 de junio de 2006

“Este caes únicocastilloconventapenas Su tipolúnica y carga hes trem

Una fortalecon futuro

Castell de Montesa (2)

Puente

Imágenes delestado actual

del Castillo deMontesa.

eñas actuacionesación. Nada más

ma década del XX. Vila recuerda queás importantes ene de las obras fue-dación de restos yacceso, «que era

e. Se rehizo la sen-

un puente de hor-

eso principal, que

feo, todo hecho de

mbién se recuperó

do el acceso prin-

grega que ademásncia arquitectóni-aciones, «en cier-

arantizaba tam-

idad de la gente,

a peligro serio de

entos», recuerda.

Sin embargo, tal como in-siste Vila, la importancia de lasactuaciones radica en podercompletar la lectura del con-junto. «Cuando te enfrentas

por primera vez al castillo ves

ruinas y puedes llegar a pen-

sar que no hay nada que ha-

cer. Pero das un paso más y te

das cuenta de que es increíble;

que la planta es bien visible,

que el claustro se puede perci-

bir nítidamente…». Vila hablade la fortificación apasionada-mente. «Este castillo es único;

castillos-convento apenas hay.

Su tipología es única y su car-

ga histórica es tremenda. Eso

hay que darlo a conocer y ser-

virlo de la mejor manera, sino

reconstruyéndolo todo, porque

es obvio que sería demasiado,

sí por lo menos dejando cons-

tancia clara de las estructuras

y perpetuando lo que hay, que

es mucho en contra de lo que

la gente piensa. Sí, se esquil-

mó, pero sólo grandes silla-

res». «Nervios, columnas o ar-

cos, todavía quedan bastantes.

Todo ello está desperdigado y

fuera de su emplazamiento

original —continúa explican-do el arquitecto— pero si se lo-

grara reunir, nos asombrarí-

amos de la cantidad de mate-

rial que se conserva todavía»,agrega Vila.

Conjugar esa lenta recupera-ción y hacerla atractiva al ojo delespectador es otra de las preo-

cupaciones del recuperador delcastillo de Montesa. «La visita-

bilidad del conjunto es primor-

dial. Se ha avanzado mucho en

ello, pero queremos que cada vez

se recorra un espacio más

amplio y además, ha-

cerlo con mayor segu-

ridad». No es el úni-co reto. La próxi-

ma gran obra

pendiente es la sala capitular. Hay partes de esa sala capitularde las que se conserva hasta el45% de los elementos aunqueahora estén desperdigados. Asi-mismo, la intervención en la salacapitular podría derivar, en el fu-turo, en «la posible utilización de

una estancia cubierta para de-

sarrollar algunas actividades»,

añade esperan-zado.

astillo o;s-tohay.

logía essu

históricamenda”.

eza o

INTERVENCIONES RECIENTES

1996-98. Consolidación de restos, acondicionamiento de accesosy puerta principal. Prospecciones arqueológicas.

1999. Obras de emergencia en las partes altas para evitar lapérdida de volúmenes por erosión.

2005/06. Restauración perímetro exterior de las murallas. Másprospecciones.

INTERVENCIONES PREVISTAS

2006/07. Reconstrucción parcial de la sala capitular (graderío,cierre de la bóveda, ventanas…). Diputación de Valencia.Presupuesto reformado, 360.000 euros.

Estabilización del talud del castillo, a cargo de la Diputación deValencia. (Pendiente de adjudicación, publicado en el BOP el 27 demayo de 2006). Presupuesto, 192.421 euros.

Imágenes comparativas del foso deacceso al Castillo, que muestran elestado actual y el de 1920.

Fotografías de la siluetadel Castillo, quemuestran el estadoactual y el de 1920.A la derecha, plano de laplanta general.

Rafel Montaner ■ VALENCIA

FOTOS: LEVANTE-EMV

EN el siglo XIII las dosprincipales órdenesmilitares de la Coronade Aragón, el Temple y

San Juan del Hospital, habían ju-gado un papel clave en la con-quista de Valencia por Jaume I. Laabolición de los templarios y laposterior decisión del pontíficede adscribir sus posesiones a SanJuan del Hospital tropezó con laoposición de Jaume II, quien veíacomo esto suponía convertir a loshospitalarios en el poder señorialmás importante de la Corona.

Esta disputa por los bienes delTemple, que se prolongó durante10 años, no terminó hasta que lamuerte del Papa posibilitó unacuerdo. La decisión final llegó através de una bula del nuevo pon-tífice, Juan XXII, de fecha 10 dejunio de 1317, en la cual «básica-

mente se establecía la creación de

una nueva orden militar bajo el

nombre de Santa María de Mon-

tesa, con el objetivo simbólico

más que real de defender las fron-

teras del Reino de Valencia fren-

te a los enemigos musulmanes»,

señala el director del Departa-mento de Historia Medieval de laUniversitat de València, EnricGuinot.

La nueva orden administraríatodos los bienes del Temple y del

Hospital en este reino, con la úni-ca excepción del patrimonio delos hospitalarios en Valencia (laiglesia de San Juan del Hospital)Torrent y Picanya, que conforma-rían una encomienda hasta el si-glo XIX. Además, Jaume II dota-ba la nueva entidad «con el tér-

mino de Montesa, una pequeña

villa real hasta ese momento, con

el objetivo de que fuese el centro

orgánico de la nueva orden, don-

de se debía construir un conven-

to para residencia de los freiles

eclesiásticos»,apunta el profesor. Por todo esto, explica que la

creación de esta orden «es políti-

ca, no militar». «Las órdenes mi-

litares nacen a finales del siglo

XI, con motivo de la conquista de

Jerusalén, mientras que Monte-

sa se funda casi dos siglos des-

pués, por lo tanto su aparición es

una solución diplomática un

tanto anacrónica», añade.Es una orden creada bajo la to-

tal influencia real de Jaume II, dehecho, continua el profesor, «los

primeros miembros de Montesa

son frailes catalanes del Hospi-

tal, muy fieles a la monarquía».Aunque será una «orden pequeña

en el contexto hispánico, no com-

parable con las de Calatrava y

Santiago, y una entidad no de-

cisiva en la Corona de Aragón,

en el ámbito va-

lenciano se-

rán claves desde el punto de vis-

ta del poder feudal y por lo tanto

una de las instituciones princi-

pales que explican la historia va-

lenciana de los siglos XIV y XV».

Guinot destaca que los monte-sianos se convirtieron en «los ma-

yores señores del Reino de Va-

lencia, los más poderosos des-

pués del obispo, y por lo tanto van

a ser determinantes en la histo-

ria política bajomedieval». Eneste sentido, recalca que Monte-sa «siempre estuvo al servicio del

rey y fueron un instrumento de

su poder».

«Nunca —relata— se rebeló

contra la Corona, siempre que

hubo un conflicto se mantuvo fiel

a la monarquía», como es el caso

de la guerra de la Unió de 1348,cuando el patriciado y las capaspopulares de Valencia protagoni-zaron la primera revuelta urbanade Europa contra el autoritarismoreal, o la guerra de Castilla (1356-1365), conocida también como lade Los dos Pedros.Esta última, re-lata, «es la guerra más grave y

desconocida de toda esta época

ya que los invasores castellanos

llegaron a ocupar dos tercios del

Reino de Valencia y la zona de Te-

ruel, mientras que la ciudad de

Valencia tuvo que resistir el ase-

dio de los castellanos».Además, en el siglo XV, duran-

te la conquista de Nápoles por Al-fons el Mangànim, los frailes deMontesa tuvieron una participa-ción muy intensa en las guerras.De hecho el Clavero, una especiede tesorero de la orden, Lluís Des-

puig, «hijo de una familia de la

pequeña nobleza de Xàtiva, llega

a ser embajador y lugarteniente

militar del Magnànim, dirige

sus tropas y por tanto además de

una figura clave a nivel militar

lo es también en el campo de la

política», revela.Su nivel de influencia en el si-

glo XV fue tal que llegaron a ocu-par el cargo de lugarteniente ge-neral del Reino de Valencia, lamáxima autoridad tras el rey yque posteriormente derivaría enla figura del virrey. Por otro lado,cuando en esta centuria, detallael historiador, «se crea la Gene-

ralitat como una organización

delegada de las Corts para ges-

tionar los impuestos, el brazo

eclesiástico está encabezado por

el arzobispo y el maestre de

Montesa».Para Guinot el poder de Mon-

tesa es más económico que mili-tar: «Tenían un señorío muy

grande y por tanto unos niveles

de riqueza muy elevados». Estehistoriador cuenta que Montesatenía 12 encomiendas: las tem-plarias de Peníscola, Xivert, Ares,Culla, les Coves de Vinromà, to-das ellas en la zona del Maestratde Castelló, así como la de Mon-cada, en plena comarca de l’Hor-ta; igualmente se mantuvieron lasencomiendas sanjuanistas de Vi-lafamés, Onda, la Vall de Perput-xent, Silla, Sueca y Montroi, «si

bien éstas tres últimas se asig-

naron en bloque al Clavero para

el mantenimiento del castillo». A estas cabe añadir las dos cre-

adas en Borriana y Valencia conlos bienes conjuntos de las dos ór-denes. «La antigua encomienda

hospitalaria de la bailía de Cer-

vera, la más grande y poblada,

con su capital Sant Mateu (laquinta ciudad más habitada delreino por aquel entonces), quedó

adscrita al Maestre», destaca. A finales del siglo XVI, pese a

la pérdida de Peníscola, las enco-miendas montesianas abarcaríanunos 2.500 km2, el 10,6% del actualterritorio de la Comunitat. Contodo esto, es una «orden peque-

ña, formada como mucho por 15

ó 20 frailes comendadores que

ejercen como grandes señores, se-

ñores feudales rentistas», apun-ta Guinot.

Esta circunstancia lleva a quedentro de la orden haya dos cla-ses diferenciadas, «por un lado

están los frailes laicos, los co-

mendadores, que son los que

mandan y que incluso a finales

del siglo XVI, ya en época mo-

derna, una bula papal les per-

mitirá contraer matrimonio, y

por otro los clérigos y religiosos,

que a principio hacen vida con-

ventual en Montesa, y luego, a

partir del siglo XV, ya vemos

aparecer la figura del sacerdo-

te o rector de parroquia que se

reparte por las iglesias de las

encomiendas». Según el histo-riador de la Universitat, este ni-vel inferior, el de los religiosos,«es secundario para la orden y

de hecho sus miembros están

marginados con respecto a los

frailes laicos».Con el paso de los años, estos

4/5 En domingo 11 de junio de 2006

PATRIMONIO ÚLTIMA ENTREGA DE LA SERIE DEDICADA A UNA DE LAS MÁS EMBLEMÁTICAS RUINAS VALENCIANAS

La Orden de Jaume II

Castell de Montesa (y 3)

La Orden de Montesa fuefundada a principios delsiglo XIV comoconsecuencia del procesoinquisitorial abiertocontra los templarios y se disolvió en 1835, con la desamortización

de Mendizábal, cuatrosiglos de historiasimbolizados en lasilueta del castillo quela identificaba y conuna influencia notableen el medievo

valenciano.

EL momento de mflicto con respe

gura del Maestre seprimeros nueve añoglo XV cuando el PaBenedicto XIII, interforma directa para el control de la ordehecho consiguió suvos en diciembre deimponer como Maemeu de Corbera, unfiel a su causa. El Papa Luna fue unnaje clave en la CorAragón. De hecho, éro Sant Vicent Ferreun papel vital en el miso de Caspe que cambio de dinastía tronización de los Tra», argumenta GuinEl historiador de la tat relata que se traperíodo histórico «dgrave tensión sociaen el Reino de Valentoda la Corona, quelerarse con la muerredero del rey Marty la apertura del procesorio que culminacon el Compromisoy la entronización dnastía Trastámara.

Es pues en ese contque Benedicto XIII sel 24 de diciembre dderecho a nombrar Maestre de Montesdiante la aprobaciósentencia arbitral del fraile Bonifaci Femano del santo, y eaños, un personaje en la vida política dCorona», cuenta.Para Benedicto XIII tener bajo su podermontesianos. La Cohabía concedido el Peníscola, que precpertenecía a Monteba rodeado por las nes de esta orden. también buscaba sueconómico. Su sueñcó «cuatro o cinco apués de llevar al trorran I de Antequeraéste le abandonó»,la muerte del Papa Corona se apropió dcola.

Jaume II. Debajo, unaminiatura delsiglo XIV querepresenta elasalto a unafortaleza.

Bajo elinflujo dPapa Lu

Silueta delcastillo deMontesa.

últimos se convirtieron en seño-res absentistas, «ninguno de ellos

vive en los castillos de la orden

sino en los municipios que en-

cabezan las encomiendas y a

partir de finales del siglo XIV no

viven ni en las encomiendas sino

en Valencia, donde forman par-

te de la nobleza urbana».

Si a finales del XIV todos losfrailes pertenecen a la noblezacatalana, cien años después elcargo de comendadores lo ocu-pan miembros de la pequeña no-bleza valenciana, «casi todos de

Xàtiva como es el caso de los

Despuig, los March, etc… y en

el siglo XVI la orden ya es ple-

namente valenciana».En la segunda mitad del XVI,

cuenta el medievalista, «cambia

la estructura de la orden, ya que

personas casadas pueden recibir

los hábitos de Montesa, y éstos

empiezan a darse a miembros de

la nobleza como algo honorífico».Teóricamente, cuando hacen losvotos en el siglo XVI, los obligana ir al castillo durante una sema-na «pero muchos no lo hacen».

A partir de entonces ser mon-tensiano se convierte en una re-compensa honorífica para los no-bles que son nombrados frailes deMontesa, «que si tienen suerte

puede ir acompañada de una

renta económica. En los siglos

XVII y XVIII la mayoría de ca-

balleros de Montesa tienen el há-

bito pero ninguna renta de la or-

den, eso es algo que pasa en todas

las órdenes militares», concluye. La incorporación de Montesa

a la Corona española tuvo lugaren 1592 con la muerte del últimoMaestre, Frey Pere Lluís Galceràde Borja, marqués de Navarrés.Este descendiente de la familia delos dos Papas había ejercido elcargo desde el 19 de septiembrede 1545 hasta su fallecimiento el20 de marzo de 1592.

Sin embargo, Montesa habíadejado de ser autónoma el 15 deMarzo de 1587, tras la promul-gación de la correspondientebula papal que decretaba la in-corporación de la orden a la Co-rona, cuyo tronó ocupaba Feli-pe II. «A partir de entonces apa-

reció la figura de Lugarte-

niente General del Maestre, un

caballero que en la práctica ha-

cía estas funciones por detrás

de la figura más simbólica del

rey cómo Maestre de la orden»,

señala Guinot.Felipe II repartirá el hábito de

Montesa entre muchos noblesde la corte. «La muestra de que

en los dos siglos siguientes la

pertenencia a Montesa será un

cargo honorífico sin más que

acumula la nobleza es que por

parte de la monarquía no habrá

límites al reparto de hábitos»,

concluye.Durante el siglo XIX, Monte-

sa, al igual que otras órdenes, de-sapareció con los decretos dedesamortización de Mendizabalen 1835. Los caballeros monte-sianos, al igual que los de otrasordenes militares, quedaron re-ducidos a una institución hono-rífica que ha perdurado hastanuestros días.

José Luis García ■ VALENCIA

FOTOS: FERRAN MONTENEGRO

EN la plaza de toros oen los descampadosque hasta hace pocosalpicaban la ciudad,

las carpas circenses han ayuda-do durante todo el siglo XX a di-bujar con su achatado perfil elpaisaje urbano valenciano. Sinembargo, la atracción que ahoranos brinda la Diputación de Va-lencia no es un espectáculo detres pistas y quien invita a pasary ver a niños y mayores, no es uncharlatán con sombrero de copay pajarita.

Se trata del Museu Valenciàd’Etnologia, que desde el pasa-do 18 de mayo y hasta el 15 deoctubre, será el escenario don-de acampen las vivencias, lastradiciones y la cultura de la cu-riosa familia del circo.

Ese el objetivo principal dePasen y Vean, una exposiciónque el Museu ha organizado pararevelar al espectador la vida co-tidiana de la familia que se dedi-ca a este arte desde un punto devista antropológico. «Decidi-

mos montar esta muestra cuan-

do nos dimos cuenta de que Va-

lencia era un enclave con larga

tradición de asentamiento pa-

ra los artistas del circo», expli-ca Joan Seguí, comisario de estaexposición. Y es que, poblacio-nes como Xirivella o Rocafort,acogen desde hace décadas a al-gunas de las personalidades y di-nastías más conocidas en estemundo, como los Cristo o los Pa-padopoulos.

Así, a partir de diferentes en-trevistas grabadas a artistas va-lencianos o asentados en la ciu-dad y sus pueblos, el visitantepodrá conocer cómo se desa-rrolla la vida de un familia enmovimiento, la del circo, prota-gonizada por nómadas a bordode una caravana.

En este sentido, el diputadopresidente del área de Cultura,Vicente Ferrer, enfatiza la «cali-

dad científica» del trabajo delMuseu d’Etnologia. «La exposi-

ción penetra con profundidad

en el fenómeno antropológico,

la forma en que el circo y sus

protagonistas van unidos a

nuestras vidas, pero también es

una muestra muy atractiva

para el público», explica Ferrer. Al margen del interés antro-

pológico de la exposición, Pasen

y vean tiene otros recorridospor los que los niños y los no tan

niños se sorprenderán con lasmaravillas y rarezas del espec-táculo circense. Para ello, el Mu-seu ofrece una pequeña muestrade «todo el exotismo, la comici-

dad y las habilidades sobrena-

turales» que recorren el imagi-nario colectivo de este grandio-so espectáculo.

Aunque sin duda, la principalatracción de esta incursión en-tre las bambalinas del circo laconforma el Pabellón artístico

de los hermanos Valle, un ca-rromato de 1920 y restauradopara la ocasión, que hace las de-licias de los espectadores consus diez escenas de autómatasen movimiento, recogiendo mo-mentos tan dispares como la co-gida que mató a Manolete, o unasecuencia de peluquería.

Los fondos aportados para laexposición tienen su origen enla Diputación, que ha puesto adisposición de los comisarios suarchivo de cartelería de la Plazade Toros. También han colabo-rado la Biblioteca Nacional deMadrid y numerosos coleccio-nistas particulares, así como elcirco Gran Fele.

Payasos, trajes, autómatas,hombres prodigiosos, pantomi-mas... Una oportunidad para elentretenimiento y la curiosidadque, en definitiva, nadie debedesaprovechar.

mayor con-ecto a la fi-e dio en losos del si-apa Luna,rvino deconseguiren. Y deus objeti-e 1409 al

estre a Ro-n hombre

n «perso-rona deél y el futu-er jugaronCompro-provocó el

a con la en-Trastáma-not.Universi-

ata de unde muyal y políticancia y ene va a ace-rte sin he-tí el Humàroceso su-na en 1412o de Caspede la di-

texto en else reservóde 1409 elal nuevo

sa «me-ón de unadictada porerrer, her-en aquellose influyentede toda la

era vitalr a losorona lecastillo de

cisamenteesa, y esta-posesio-Además,u respaldoño se trun-años des-ono a Fe-a, cuandoapunta. ALuna, lade Penís-

R. MONTANER

Hasta el mes deoctubre puedevisitarse laexposición quemuestra en laBeneficència lossecretos delconocido comomayor espectáculodel mundo

Pasen y vean

Imágenes delos diversosmontajes de laexposición. A la derecha,una de lasatracciones dela exposición:los autómatasdel pabellónartístico de loshermanosValle.

deluna