El Trastrocamiento Feminista de Inés Arredondo

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El Trastrocamiento Feminista de Inés ArredondoMargarita Mejía Ramírez

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  • Mxico, Distrito Federal I Marzo-Abril 2009 I Ao 4 I Nmero 19

    Mujeres en la literatura. Escritoras

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    EL TRASTROCAMIENTO FEMINISTA DE INS ARREDONDO

    Margarita Meja Ramrez

    Nuestro destino es viajar a lo largo del tiempo y del espacio navegando fatalmente hacia Samara. La lite-ratura es una excelente compaera de viaje pues nos abre ventanas, nos conecta con lo posible, nos anticipa el futuro o nos revive el pasado; nos inclina a la comprensin y a la tolerancia hacia el prjimo y hacia nosotros mismos.1

    ejos de conservarse en la memoria de sus lectores tan slo como la

    nica mujer escritora de la llamada Generacin del Medio Siglo

    Mexicano,

    Nara Araujo

    2

    1 Mara Grant. Nara Araujo: Mi huella en la huella, Opus Habana (on line),

    o mucho ms lejana por su insurreccin a las teoras

    http://www.opushabana.cu/index.php?Itemid=45&id=629&option=com_content&task=view, (Consultado febrero de 2009). Publicado originalmente en Opus Habana, vol. IX, no. 3, 2005, pp.14-21. 2 Dicha generacin estuvo conformada por escritores como Toms Segovia, Huberto Batis, Juan Garca Ponce, Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo y Jos de la Colina, entre otros; cita Claudia Albarrn que El trmino fue utilizado por Enrique Krauze en Caras de la historia (Mxico, Joaqun Mortiz, 1983, p. 146), para englobar a las personas nacidas entre 1921 y 1935 (La Generacin de Ins Arredondo Casa del tiempo en Internet (septiembre, 1998), http://www.uam.mx/difusion/revista/septiembre98/, [Consultado febrero 2009]). Asimismo, enu-mera en siete puntos generales el perfil de la generacin a la que Arredondo ingres: El perfil de la generacin a la que Ins perteneci puede definirse en trminos generales, a partir de varios aspectos: 1) La adopcin de una postura contraria a ciertas tendencias nacionalistas de los aos cuarenta, sustentada en el cuestionamiento de los presupuestos de la Revolucin Mexicana y en la denuncia de las promesas revolucionarias incumplidas por parte del gobierno mexicano; 2) El cosmopolitismo, gracias al cual se foment y enriqueci una labor cultural con pocos precedentes en la historia nacional; 3) El pluralismo, que implic la apertura de sus miembros al quehacer cultural y literario de otros pases; 4) El apoyo de sus integrantes a otros jvenes intelectuales y escritores, tanto nacionales como extranjeros, quienes mostraron a la sociedad mexicana de los aos sesenta otros rumbos y puntos de vista sobre el quehacer literario y cultural de Mxico; 5) Su participacin en distintas instituciones culturales, como el Centro Mexicano de Escritores, y en distintas dependencias de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM); 6) Su actitud crtica ante la cultura en general y ante algunas instituciones en particular, la cual ejercieron en diversas revistas del pas como Universidad de Mxico, Revista Mexicana de Literatura (en adelante RML), Cuadernos del Viento, S. Nob y La palabra y el hombre, entre otras, y en los suplementos Mxico en la Cultura (del peridico Novedades) y La Cultura en Mxico (de la revista Siempre!), y 7) El apoyo que recibieron de diversas editoriales, como la Imprenta Universitaria de la UNAM, Era,

    L

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    feministas de reivindicacin de las escritoras mexicanas del siglo XX,3 Ins

    Amalia Camelo Arredondo es simplemente una de las mejores narradoras

    de Mxico, tal como en una de sus ltimas entrevistas se autoprofetiz:

    Quiero ser uno de los mejores narradores de Mxico junto con los

    hombres.4

    Ante esta tcita respuesta acerca de su papel en el mundo de las

    letras mexicanas, para ese entonces gozosa de un xito apremiante, y aun

    cuando su produccin literaria era escasa (consta su acervo de slo tres

    libros de cuentos y dos cuentos para nios),

    5 su legado tampoco ha sido de

    uso exclusivo para incluirla en la literatura propiamente femenina, al

    contrario, pues tal como menciona Miguel ngel Quemain: Quera ser el

    mejor escritor mexicano y combati, el estpido prejuicio que distingue

    entre literatura y literatura femenina.6 Es ms, ella misma descart ms

    en otra entrevista cualquier asomo de duda al respecto: ...no creo en el

    feminismo, no existe para m... A m me gustara estar entre los cuentistas,

    pero sin distingo de sexo, simplemente con los cuentistas.7

    As pues, para el lector alejado de las vertientes generacionales o

    genricas, categorizar su obra es irrelevante o escuetamente importante,

    Empresas Editoriales, Joaqun Mortiz, el Fondo de Cultura Econmica (FCE) y la editorial de la Universidad Veracruzana, por citar slo algunas. 3 Ins Arredondo comparte ese mundo de escritoras mexicanas del siglo XX con Rosario Castellanos, Amparo Dvila, Guadalupe Dueas, Elena Garro, Luisa Josefina Hernndez, Josefina Vincens, entre muchas otras ms. Para una referencia ms amplia sobre las mujeres escritoras nacidas en las primeras dcadas del siglo XX (entre 1910 y 1941), vid. Julia Tun, Nueve escritoras, una revista y un escenario: cuando se junta la oportunidad con el talento, y Sara Poot Herrera, Primicias feministas y amistades literarias en Mxico del siglo XX, en Elena Urrutia, (coord.), Nueve escritoras mexicanas nacidas en la primera mitad del siglo XX, y una revista, Instituto Nacional de las mujeres / El Colegio de Mxico, Mxico, 2006, pp. 3-32 y pp. 35-78. 4 Miguel ngel Quemain, Ins Arredondo: el presentimiento de la verdad, Coordinacin Nacional de Literatura, http://www.literaturainba.com/escritores/escritores_more.php?id=5720_0_15_0_M, (Consultado febrero de 2009). Cabe destacar que Arredondo insiste en usar narrador en vez de narradora, aspecto que ms adelante desarrollar con mayor detalle. 5 Ya para 1987, cuando fue llevada a cabo la entrevista con Quemain, la sextogenaria Ins Arredondo haba ya recibido un sinfn de premios y honores que le colocaban en un lugar esencial para las letras mexicanas, tras las publicaciones de sus tres libros de cuentos: La seal (1965), Ro subterrneo (1979) y Los espejos (1988), adems de los cuentos para nios Historia verdadera de una Princesa, El Destino y un ensayo: Acercamiento a Jorge Cuesta. Asimismo se haba realizado una primera compilacin de su obra completa. 6 Quemain, op. cit. 7 David Siller y Roberto Vallarino, El mundo culpable inocente porque no hay conciencia del mal (Entrevista a Ins Arredondo), Unomsuno, 8 de diciembre, 1977, p. 18, apud. Beatriz Espejo, Ins Arredondo o las pasiones subterrneas, en Elena Urrutia, (coord.), op.cit., p. 168.

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    no as para la crtica, la que podra decirse que est dividida entre lo que

    sus textos dejan entrever (una absoluta defensora y/o reveladora de la

    mancills a lo femenino) y lo que en todo momento quiso Arredondo liberar

    en su breve obra (la importancia de una literatura que rescatara la

    existencia).

    Para comprender ms ampliamente ambas posturas es necesario

    retomar las palabras con que Arredondo comienza la entrevista que

    sostuvo con Queiman:

    Ins, hay escritoras y escritores? Hay escritores, las mujeres estamos haciendo muy mal en decir: la mejor escritora, es de las mejores escritoras. Yo no soy escritora, yo no quiero ser una de las mejores escritoras. Quiero ser uno de los mejores narradores de Mxico junto con los hombres, yo creo que las mujeres nos estamos discriminando solas. A m me interesa mucho saber qu piensa un hombre y si les suceden las mismas cosas que les suceden a las mujeres, pero esto a las mujeres parece intere-sarles poco o no lo dan a conocer. A m las escritoras que me importan no me importan porque laven platos, lo que me interesa saber qu les sucede cuando los lavan. (nfasis mo)

    Ante esta categrica respuesta se observa que Ins Arredondo es

    transgresora no slo en su obra sino en su concepcin del quehacer

    literario, pues a pesar de que como asegura Beatriz Espejo, Nunca tuvo la

    hoy llamada conciencia de gnero8 s produca una visin femenina en

    sus textos, lo que sin duda le otorgan un rasgo ms de genialidad, pues

    como indica Queman: tuvo el valor de convocar a todos sus ngeles y

    demonios en la misma mesa y hacer del aquelarre un festn de ima-

    ginacin9

    Por una parte, sin necesariamente buscar causas que defiendan el

    feminismo al que Ins Arredondo jams se aline podra argumentarse

    que fue una de las pocas mujeres que destac en un mundo literario

    y muy sutilmente tambin dej explcito qu es lo que

    representa para ella la literatura, y cul es la veta a seguir en su literatura

    y, asimismo, su muy particular defensa de lo femenino.

    8 Ibid. 9 Quemain, op. cit.

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    mexicano liderado por varones, y que goz de la fortuna de nacer en una

    cuna que le permiti bajo el auspicio de su abuelo materno una carrera

    profesional que evidentemente estaba negada para la gran mayora de sus

    contemporneas mexicanas, y que aun despus de contraer nupcias con el

    famoso poeta Toms Segovia, y asumir el papel de la esposa y madre

    relegada a los quehaceres domsticos y a la sombra intelectual y laboral de

    su marido, y tras su separacin, resurgieron sus letras10 con su primer

    libro, La seal, exaltando lo femenino en un cuento (La Sunamita) que

    marcaba una sealada crtica a la sumisin a la que es obligada la

    narradora-personaje en un mbito donde no se negocia, se acata; en el

    que no se discute, se somete11

    Escribi Mariana, uno de los cuentos ms feministas que se han escrito en nuestra literatura, con una intensa comprensin de la entrega y el placer y de las relaciones iguales entre los sexos; 2 de la tarde, traduciendo sin ambages los pensamientos groseros de un hombre que observa a una muchacha antes de subirse al camin. Habl con insistencia del aborto, la maternidad, las frustraciones de las mujeres. Y padeca, como la padecemos todos, la condena onto-

    convirtindose, as, en todo un ejemplo de

    la dignificacin y denuncia de las fminas; ella, al final de cuentas, con esa

    rotunda respuesta (tan slo quiere ser uno de los mejores narradores de

    Mxico) da un revs, en primer trmino, a la acuacin de una identidad

    genrica a travs de las palabras; y en segundo, a aquellas escritoras que

    s se llamaban a s mismas escritoras y comenzaban a darle una

    categorizacin a la literatura producida por mujeres, lo que nos lleva a

    tratar de entender entonces cul es su muy particular defensa de lo

    femenino, pues tal como indica Beatriz Espejo:

    10 La bigrafa de Arredondo, Claudia Albarrn (Luna menguante, Vida y obra de Ins Arredondo, Juan Pablos, 2000, apud. Eve Gil, La trenza de Sor Juana: Blog de Eve Gil, http://evetrenzas.blogspot.com/2006/03/inmolacin-de-la-inocencia.html, (Consultado febrero de 2009]), previo a su divorcio, relata que Juan Carlos Onetti lleg a casa de Toms Segovia buscando a la esposa agazapada en la cocina, la escritora Ins Arredondo por la que Onetti dijo sentir gran admiracin, lo que le caus al poeta un golpe a su exaltado ego As pues, el valor literario de Ins, ya haba sido expuesto a travs de su primer cuento publicado en 1957 en la Revista de la Universidad, El Membrillo, y que se insertara aos despus en La seal. 11 Anglica Tornero Salinas, La distincin puro/impuro en La Sunamita y Sombra entre Sombras, de Ins Arredondo. Letras. [online]. 2007, vol.49, no.75, p.1-35. en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0459-12832007000200001&lng=es&nrm=iso> (Consultado en febrero de 2009).

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    lgica de haber nacido sola y estar condenada a una muerte individual.12

    Es as como la visin femenina se entrev en su literatura, con

    personajes que efectivamente no son un dechado de virtudes, pues de

    cierta forma sucumben a las pasiones humanas tan innatas a las que

    todos estamos expuestos, como es el caso arriba citado por Espejo, o el de

    la protagonista de Esto, o de la misma Laura de Sombra entre

    sombras; estos personajes son, ante todo, y tal como indica su misma

    creadora: seres reales y no los presento como categoras abstractas. Si

    algo significan, es por su indefectible individualidad. Las vicisitudes

    cotidianas y sociales no me importan demasiado.

    13

    encontramos historias de almas, con una investigacin profunda sobre la dimensin espiritual del ser humano, [la autora] cargada de preguntas, busca una sola respuesta; la ms vieja y la ms escurridiza, la que declara el sentido de la existencia.

    Detengmonos por un momento en esta cita y retomemos. Para

    Arredondo entre sus personajes no existen mujeres ni hombres sino

    simplemente seres reales, tan reales como los que existen en el plano

    creativo, donde tampoco existen escritores o escritoras slo narradores;

    por tanto creo que en realidad su literatura va mucho ms all de una

    visin femenina evidente en muchos de sus cuentos, por las voces

    narrativas, por los puntos de vista, o espacios, o circunstancias que giran

    en torno a lo femenino, ms bien considero que su obra muestra una

    visin de seres humanos, no slo femeninos, sino tambin aquellos

    masculinos que no pueden insertarse en una estricta sociedad patriarcal

    mexicana, son marginados y ante esa incomprensin de su existencia

    frente al otro, muestran o sacan a flote lo ms nfimo de sus esencias,

    pues, tal como apunta Ana Pellicer, el logro fundamental de Ins

    Arredondo a travs de su obra es

    14

    12 Espejo, op.cit., p. 168. 13 Quemain, op. cit. 14 Ana Pellicer, Ins Arredondo: una potica transgresora, subterrnea y necesaria, en Rinconete, (23 de ene. de 2009), http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/enero_09/23012009_01.asp)

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    Y s, efectivamente, en esas historias de almas arredondianas

    sobresalen puntos de vista femeninos, pero los masculinos tambin estn

    presentes y son en suma, personajes desde los que Ins Arredondo

    trata de deconstruir la racionalidad patriarcal, demostrando que las categoras consideradas como laterales encierran una grandeza oculta. Y esa potica, que busca reinvindicar y derrumbar lo establecido, se concreta en un discurso narrativo fragmentado, ines-table y polidrico, que resulta efectivo para los fines desmitificadores de una literatura conscientemente combativa. Y verdadera.15

    As pues, el hilo conductor de esas temticas que empapan toda la

    obra de Arredondo y que le han colocado en lo perverso de las pasiones

    humanas, de las obsesiones, del mal, se resumen en la individualidad que

    sus personajes destellan y que slo se logra a travs de lo que Evodio

    Escalante y Beatriz Espejo han reparado y destilado de las declaraciones

    que Arredondo nos ofreci de primera mano en su biografa y entrevistas al

    hablar de su propsito como escritora: Quisiera llevar el hacer, el hacer

    literatura, a un punto en el que aquello de lo que hablo no fuera historia

    sino existencia, que tuviera la inexpresable ambigedad de la existencia.

    16

    Vaya bombo que nos ha dejado caer Arredondo, dirn muchos de

    sus asiduos y primerizos lectores, sin embargo, est plenamente basada en

    una inexpresable ambigedad de la existencia, es decir, en una

    categorizacin que, segn propias palabras de Escalante, no cede a

    (nfasis mo)

    (Consultado febrero 2009). 15 Ibid. Un ejemplo masculino que considero podra representar tambin esa sumisin a la estricta sociedad patriarcal es Opus 123 ya que el relego de sus voces, marcadas por la homosexualidad, se degradan y mancillan tal vez mucho ms que las femeninas, al grado que los protagonistas sobre los que se habla, pocas veces tendrn algn dilogo directo que no haga ms que desentraar sus esencias, sus seres y sus frustraciones. Por otra parte, en cuentos como Lo que no se comprende, Wanda, De amores, Ro subterrneo, esos seres masculinos son descalificados autom-ticamente dentro del poder patriarcal mexicano, al ser incapaces de representar ese mundo. Pero esta marginacin sufrida por estos personajes para nada es el hilo conductor a una denuncia de la marginacin imperante, si no simplemente una posible lnea para cuestionarnos la esencia de esos personajes, su existencia e inclusin a lo real. 16 Evodio Escalante, El talante filosfico (y transgresor) de Ins Arredondo Prensa Fondo.com, http://www.fondodeculturaeconomica.com/prensaImprimir.asp?art=14404http://www.fondodeculturaeconomica.com/prensaImprimir.asp?art=14404 (consultada en febrero 2009).

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    convencionalismos ni barreras morales y que solicita como realidad de la

    literatura exactamente lo mismo que intentan analizar los filsofos.17

    Hecho con lo que evidentemente cumple al pie de la letra y como

    ejemplos, retomando de nueva cuenta sus propias visiones femeninas, en

    el cuento Atrapada, como apunta Escalante, puede leerse forzando un

    poco las cosas como una cierta protesta contra la condicin sumisa de la

    mujer en la sociedad mexicana del siglo pasado, pues recordemos que la

    protagonista paga con la misma moneda a su marido que le humilla y es

    infiel, pero a pesar de recuperarse a s misma en esa puesta de cuernos,

    regresa sumisamente a su lado. O bien, en Opus 123, donde Ana Larrea,

    la madre de Feliciano Larrea, uno de los protagonistas, luego de llevar a

    cabo una custodia cerrada de su hijo, finalmente le confiesa, en su lecho

    de muerte, que le ha apoyado en su recorrer por el mundo como pianista

    y resguardando su virginidad homosexual tan slo porque haba sido por

    amor a su padre y nunca a l mismo. Si su padre se avergonzaba de l, su

    madre haba hecho el sacrificio de dejar a su padre para quitarle la

    vergenza de los ojos.

    Y prosigue:

    Si la literatura ha de devenir existencia, entonces es indispensable que la narradora, al reconstruir la vida de sus personajes, ponga el acento en la transgresin, en lo incalculable de las decisiones humanas, en la emergencia todopoderosa del deseo que busca su satisfaccin a travs de la carne. Que lo que ocupe del escenario sea la existencia dislocada producto de tensiones y cataclismos que de algn modo resultan insuperables.

    18

    17 Ibid. 18 Ins Arredondo, Opus 123, Los espejos, Joaqun Mortiz, Mxico, 1988, pp.104

    Accin que refleja cmo sus personajes

    sucumben ante, efectivamente, un egosmo propio, basado en la bsqueda

    de su confort aun a costa de la felicidad de su hijo, aspecto que sin duda

    muestra el grado de existencia ambigua por la que miles de seres reales

    sufren, viven, tanto hombres como mujeres.

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    EL LECTOR IDEALIZADO DE ARREDONDO: LA EXPERIENCIA COMO PUNTO DE PARTIDA Al respecto, no cabe duda que todo escritor siempre tiene en mente a un

    lector idneo o idealizado, Ins Arredondo no es la excepcin. Y aunque en

    un principio todo empez como un mero ejercicio de desahogo

    yo prefera un rincn, que me dejara en paz y leer. Despus estudi literatura, me cas, tuve a mi hija mayor, luego tuve una prdida muy grande [su segundo hijo naci muerto] y ah comenc a escribir para vencer al dolor.19

    contar una historia, hacerla que trascienda a s misma. Esa es mi meta. No me importa si sucedi o no. Si un pedazo de historia real me sirve lo uso y lo dems lo desecho. [] Otro camino es inventarlo todo, hacer una historia con la obsesin que uno tenga.

    La literatura, el arte de crear historias se convirti para Arredondo en

    su oficio y lo nico que le interesaba hacer es

    20

    yo quiero que el lector sienta algo ante esta historia [] quiero que el lector reciba algo ms de lo que le estoy ofreciendo [] Para las personas que no leen mis cuentos como historias, se convierten en experiencias que adems sirven en determinados momentos para entender otras cosas, otras almas, otras circunstancias, pero aunque no sirviera para nada, la sola experiencia de vivir un acto de la vida diaria ms all de la experiencia cotidiana, me importa mucho.

    Pero esa obsesin, ese reflejo de historia real slo podr ser

    visualizada a travs de la experiencia que sin duda es el motor principal

    que la autora deseaba transmitir:

    21

    19 Quemain, op. cit. 20 Ibid. 21 Ibid.

    Para Arredondo, el que su lector ideal recree un instante creativo de

    su obra es necesario, pues slo as logra la comunicacin idnea entre el

    narrador y el lector que con l colabora. Sin embargo, no deja afuera al

    lector especializado, y arremete contra l al acusarle de hacer una prosa

    muy cerrada:

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    Me han acusado de hacer una prosa muy cerrada. Yo creo que eso no es una acusacin, porque lo que mi prosa quiere es ser perfectamente justa con lo que est sucediendo y con lo que piensan los personajes. No quiero que haya palabras de ms ni palabras de menos ni me quiero meter en sus asuntos, y los calificativos que los pongan ellos y los verbos que los pongan ellos y yo, a economizar lenguaje para que puedan expresar ms. Finalmente lo que ms me interesa son los lectores, porque slo ellos, no la crtica, me van a decir si sintieron algo fuera de lo comn.22

    22 Ibid.

    Y efectivamente, cada cuento, al tratar temas repletos de escabro-

    sidades del ser humano, siguen obsesivamente lneas principales como

    son la muerte, la soledad, la locura, la deformidad, la lascivia, la

    exasperacin, la fragilidad, la traicin, el vampirismo, la homosexualidad,

    la pasin desenfrenada, el incesto, el voyerismo, etctera, pero que ante

    todo, son temas que al final de cuentas provocan en sus lectores la

    necesidad de aproximarse, dialogar con sus letras y vivir la experiencia de

    su lectura.