EL PROFETA MIRANDO EL CUMPLIMIENTO ELÍAS DE LAS PROFECÍAS RESTAURANDO TODAS LAS COSAS · 2016-12-27 · MIRANDO EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROFECÍAS Miércoles, 21 de Enero de 2009

MIRANDOEL CUMPLIMIENTODE LAS PROFECÍAS

Miércoles, 21 de Enero de 2009Chicago, Estados Unidos

Rev. William Soto Santiago, Ph.D.

EL PROFETAELÍAS

RESTAURANDOTODAS LAS COSAS

Domingo, 23 de agosto de 2009

Santa Martha, D.F., México


NOTA AL LECTOREs nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta deeste Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquiererror en este escrito es estrictamente error de audición,transcripción e impresión; y no debe interpretarse como erroresdel Mensaje.El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificadocon las grabaciones del audio o del video.Este folleto debe ser usado solamente para propósitospersonales de estudio, hasta que sea publicado formalmente.

NOTA AL LECTOREs nuestra intención hacer una transcripción fiel y exactade este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tantocualquier error en este escrito es estrictamente error deaudición, transcripción e impresión; y no debeinterpretarse como errores del Mensaje.El texto contenido en esta Conferencia, puede serverificado con las grabaciones del audio o del video.Este folleto debe ser usado solamente para propósitospersonales de estudio, hasta que sea publicadoformalmente.


NOTAS



NOTAS

EL PROFETA ELÍASRESTAURANDO TODAS LAS COSAS


Domingo, 23 de agosto de 2009

Santa Martha, D.F., México

Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y

los que están a través del satélite Amazonas o de

internet en diferentes naciones, y a todos los ministros un

saludo muy especial, los que se encuentran aquí presentes y

los que están en otras naciones.

Para esta ocasión leemos en la Palabra de Dios, la

Escritura, en San Mateo, capítulo 17, versos 10 al 13, donde

le preguntan a Jesús luego de descender del Monte de la

Transfiguración:

“Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por

qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga

primero?

Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene

primero, y restaurará todas las cosas.

Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino

que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo

del Hombre padecerá de ellos.

Entonces los discípulos comprendieron que les había

hablado de Juan el Bautista.”

“EL PROFETA ELÍAS RESTAURANDO TODAS

LAS COSAS.”En este pasaje que hemos leído, al preguntarle a Cristo Sus

discípulos y sobre todo Pedro, Jacobo y Juan que habían

estado con Cristo en el Monte de la Transfiguración y habían

visto el orden de la segunda Venida de Cristo como Rey, y

REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO, PH.D.4

vieron a cada lado de Jesús, a un lado vieron a Moisés y al

otro lado vieron al profeta Elías, porque ese es el orden de la

segunda Venida de Cristo.

El mismo Cristo dijo que “el Hijo del Hombre viene con

Sus Ángeles y entonces pagará a cada uno según sus obras”

(San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28), y también les dijo

a Sus discípulos que: “Hay algunos de los que están aquí, que

no gustarán la muerte (o sea, que no verán la muerte) hasta

que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino.” Y

luego seis días después tomó a Pedro, Jacobo y Juan y subió

con ellos a un monte alto, se transfiguró delante de ellos y

aparecieron Moisés y Elías hablando con Él.

Ese es el orden de la segunda Venida de Cristo con Sus

Ángeles, la venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero,

y Sus discípulos al descender del monte, le preguntan: “¿Por

qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga

primero y restaure todas las cosas?” Esa pregunta la hacen

porque los escribas estaban basados en la profecía de

Malaquías, capítulo 4, versos 1 al 6, y sobre todo el capítulo

4, verso 5 al 6, donde dice:

“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el

día de Jehová, grande y terrible.

El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y

el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga

y hiera la tierra con maldición.”

O sea, que antes del tiempo llamado la gran tribulación que

durará tres años y medio y que corresponde a la segunda parte

de la semana número setenta de la profecía de Daniel, capítulo

9, antes de eso tiene que estar en la Tierra el profeta Elías, o

sea, un hombre con el ministerio del profeta Elías, para

restaurar todas las cosas.

En el tiempo de Jesús, Juan el Bautista era el Elías que

tenía que venir en aquel tiempo preparándole el camino al

EL PROFETA ELÍAS RESTAURANDO TODAS LAS COSAS 45

que está siendo transmitida, también ustedes pueden ser

bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y que

Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca

en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos

viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de

Jesucristo nuestro Salvador.Continúen pasando todos una tarde feliz, llena de las

bendiciones Cristo nuestro Salvador, y recuerden, nos

continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de

Jesucristo nuestro Salvador.

Dejo con ustedes al reverendo Ricardo Villagrán para que

les indique hacia dónde dirigirse para colocarse las ropas

bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor

Jesucristo como ha sido ordenado en la Palabra.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“EL PROFETA ELÍAS RESTAURANDO TODAS

LAS COSAS.”


suficiente Salvador, quedó contestada vuestra pregunta: “¿Que

tengo que hacer, qué debo hacer? Ya he creído en Cristo, lo he

recibido como mi Salvador y ahora ¿qué debo hacer?” El

Espíritu Santo a través de San Pedro les dice:

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el

nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis

el don del Espíritu Santo.”

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. Y que les bautice

con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el

nuevo nacimiento.En el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su

muerte, sepultura y resurrección, cuando la persona recibe a

Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando el ministro

lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está la

persona siendo sepultada; y cuando lo levanta de las aguas

bautismales, está resucitando a una nueva vida, está

levantándose a una nueva vida con Cristo en Su Reino, o sea,

está levantándose, resucitando a la Vida eterna con Cristo en

Su Reino eterno, y dice San Pedro, en Primera de Pedro,

capítulo 13, verso 21 en adelante:

“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no

quitando las inmundicias (¿ve? No quita las inmundicias de

la carne, no quita nuestros pecados ni quita ninguna cosa) de

la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia

hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios;

y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.”

Y ahora, conociendo el simbolismo del bautismo en agua,

bien pueden se bautizados. Y que Cristo les bautice con

Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo

nacimiento.Y ustedes también que están en otras naciones a través del

satélite Amazonas o de internet conectados con esta actividad


Señor, pero no era este Elías que restaurará todas las cosas,

porque este Elías que restaurará todas las cosas viene en este

tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo, y preparará

todo para la restauración de todas las cosas.

Vean, eso corresponde a un tiempo muy importante del

cual el apóstol Pedro nos habla en el libro de los Hechos,

capítulo 3, versos 18 en adelante donde dice:

“Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado

por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de

padecer.

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados

vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor

tiempos de refrigerio,

y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;

a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los

tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló

Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde

tiempo antiguo.”

Y ahora, la segunda Venida de Cristo está establecida para

el tiempo de la restauración de todas las cosas, restauración

que está señalada para ser llevada a cabo por el ministerio de

Elías. El ministerio de Elías ha estado manifestado en este

planeta Tierra en diferentes ocasiones, ha sido el Espíritu de

Dios, el Espíritu Santo en un hombre obrando, ministrando,

profetizando.

En la primera ocasión en que ese ministerio fue

manifestado, fue en un hombre llamado Elías Tisbita, y por

eso las demás manifestaciones de ese ministerio es

identificada con el nombre de Elías, aunque el hombre o velo

de carne en quien se manifieste ese ministerio en otras

ocasiones no se llame Elías, el ministerio sí es el mismo que

operó el Espíritu Santo en el profeta Elías, pues el único que

tiene ministerio es el Espíritu Santo.


Y ahora, luego de Elías Tisbita tener ese ministerio, va a

cruzar el Jordán y hiere con su manto el Jordán, y se separan

las aguas y cruza el profeta Elías con Eliseo su siervo, y le

dice a su siervo luego: “Pide lo que tú quieras antes que yo sea

quitado de ti,” o sea, “antes que Dios me lleve.”

Y el joven Eliseo le dice: “Yo quiero que una doble

porción del espíritu que está en ti, venga sobre mí.” El profeta

Elías le dice: “cosa difícil has pedido,” porque una persona no

puede pedir a Dios que le dé el ministerio de profeta. No

puede un hombre decir: “Yo quiero ser un profeta.” Ya eso

está determinado por Dios, predestinado por Dios desde antes

de la fundación del mundo.

Los profetas no se hacen profetas, ellos nacen profetas,

nacen con las dos conciencias juntas, a tal grado que estando

despiertos pueden ver en otras dimensiones y pueden escuchar

la Voz de Dios, y la Palabra de Dios viene a los profetas,

“porque no hará nada el Señor sin que antes revele sus

secretos a sus siervos Sus profetas,” Amós, capítulo 3, verso

7.

Y ahora, el profeta Elías también se pone muy contento

porque ya Eliseo había estado por algún tiempo con él, o sea,

había estado tomando su entrenamiento, y Dios le había dicho

al profeta Elías que descendiera del monte Sinaí y ungiera a

Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel, y a Eliseo por

profeta en lugar suyo, o sea, que el profeta Elías sabía que el

sucesor suyo sería Eliseo.

Y cuando le dice... miren, podía pedir ser rey en Israel y le

sería concedido, podía pedir ser multimillonario y le sería

concedido: “Pide lo que quieras, lo que tú quieras pídelo y te

será concedido,” pero pidió lo más importante, pidió aquello

para lo cual Dios lo había traído a la Tierra: para ser el sucesor

del profeta Elías, y eso es más grande que ser un rey.

Y ahora, el profeta Elías le dice: “Cosa difícil has pedido,


fueron bautizados por Juan, y cuando Cristo predicaba, los

que creían eran bautizados por los apóstoles; y el Día de

Pentecostés cuando Pedro predicó, creyeron como tres mil

personas y fueron bautizadas en agua en el Nombre del Señor

Jesucristo.

Recuerden a Pedro predicando y las personas preguntando

qué deben hacer, como preguntarían ustedes ahora que hemos

recibido a Cristo, “¿qué tengo que hacer?” Vamos a ver, que

lo diga el Espíritu Santo a través de San Pedro, capítulo 2,

vero 36 en adelante, dice:

“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que

a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho

Señor y Cristo.”

Por eso llamamos a Jesús, Señor Jesucristo:

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a

Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué

haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de

vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los

pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos,

y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor

nuestro Dios llamare (o sea, para todos los que Dios llame es

el Espíritu Santo, y antes es el bautismo en agua en el Nombre

del Señor).

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba,

diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados;

y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Como tres mil personas creyeron el mensaje del Espíritu

Santo a través de San Pedro y fueron bautizadas y fueron

añadidas a la Iglesia del Señor Jesucristo; ese es el orden

divino para todos los que reciben a Cristo como único y


El bautismo en agua no quita los pecados a la persona, el

agua no tiene poder para quitar los pecados, es la Sangre de

Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el autismo en

agua fue un mandamiento del Señor Jesucristo, aun el mismo

Cristo cuando Juan estaba bautizando, Juan el Bautista, Cristo

fue a donde Juan estaba bautizando, entró a las aguas del Río

Jordán y estuvo frente a Juan para que Juan lo bautizara, y

Juan no lo quería bautizar, le dice: “Yo tengo necesidad de ser

bautizado por ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?”

Recuerden que María, la virgen María y la madre de Juan:

Elisabet, eran parientes, y la virgen María visitó a Elisabet

cuando María quedó embarazada, cuando concibió, y ya

Elisabet tenía más de seis meses, no menos de seis meses de

embarazada.

Y cuando llega y saluda a Elisabet, el niño que estaba en

el vientre de Elisabet que era Juan el Bautista, saltó, brincó en

el vientre de Elisabet, ahí fue lleno del Espíritu Santo como

dijo el Ángel que sería lleno del Espíritu Santo, aun desde el

vientre de su madre. Se conocían y luego los niños de seguro

se llegaron a conocer cuando eran niños, ustedes saben cómo

son las visitas entre familias, que se llevan los hijos y allá

juegan los niños, y así por el estilo.

Así que Juan vio en Jesús uno mayor que él, pues Juan

estaba anunciando que después de él vendría uno mayor que

él, que Juan, del cual Juan dice: “No soy digno de desatar la

correa de su calzado, Él les bautizará con Espíritu Santo y

Fuego.”

Y ahora, Jesús quiere ser bautizado y Juan no lo quiere

bautizar, y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia,”

y entonces lo bautizó. Y si a Jesús le convenía ser bautizado

para cumplir toda justicia, cuánto más a mí, ¿y cuánto más a

quién más? A cada uno de ustedes también.

Aun los discípulos del Señor Jesucristo, los apóstoles,


pero si me ves cuando yo sea quitado de delante de ti, te será

concedido, sino, no te será concedido.” Por lo tanto, Elíseo no

podía dejar perder de vista al profeta Elías, porque si lo pedía

de vista y desaparecía no le sería concedida la petición de una

doble porción del espíritu que estaba en el profeta Elías.

Pero iban caminando y hablando y de momento un carro de

fuego, Ángeles de Dios se lo llevaron al profeta Elías, y Eliseo

lo vio, cayó el manto de Elías, lo tomó llorando, muy triste

porque su padre espiritual se había marchado, y eso era algo

muy doloroso para Eliseo (Eliseo era su hijo espiritual).

Y ahora, Eliseo se regresa al Jordán, levanta del manto de

Elías y dice: “¿Dónde está el Dios de Elías?” Hiere el Jordán

y se abren las aguas como había sucedido cuando hizo en esa

forma el profeta Elías.

Los hijos de los profetas que estaban al otro lado, o sea, en

el territorio de Jericó, cuando ven eso dicen: “El espíritu de

Elías ha reposado sobre Eliseo,” recibió la doble porción del

espíritu que había pedido que viniera sobre él, la doble

porción del espíritu de Elías; fue la segunda ocasión en que el

ministerio de Elías estuvo sobre la Tierra en un hombre

llamado Eliseo. Eliseo fue el segundo Elías, aunque su

nombre era Eliseo.

Luego, más adelante aparece un hombre llamado Juan el

Bautista y viene preparándole el camino al Señor como dice

Malaquías, capítulo 3, verso 1, y vamos a leerlo, dice:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el

camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el

Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien

deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los

ejércitos.”

En esta profecía está anunciado un mensajero que vendrá

delante del Señor, un mensajero que vendrá preparándole el

camino al Señor en Su primera Venida. Cuando apareció Juan


el Bautista ya el Ángel Gabriel le había hablado a sacerdote

Zacarías sobre la petición que él tenía delante de Dios, pues el

sacerdote Zacarías y su esposa Elisabet no tenían niños, ella

era estéril y ya estaba avanzada en edad y había orado el

sacerdote Zacarías por muchos años, pero vean, ahora dice

capítulo 1 de San Lucas, versos 8 en adelante:

“Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante

de Dios según el orden de su clase,

conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte

ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.

Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la

hora del incienso.

Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la

derecha del altar del incienso.

Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.

Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu

oración ha sido oída (este Ángel viene en respuesta a la

oración de Zacarías, y recuerden que este es al Ángel Gabriel),

y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su

nombre Juan.

Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su

nacimiento;

porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni

sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de

su madre.

Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al

Señor Dios de ellos.

E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías...”

Aquí tenemos mencionado por el Ángel Gabriel al tercer

Elías, un hombre que viene con el espíritu y virtud del profeta

Elías:

“...para hacer volver los corazones de los padres a los

hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para


Con nuestras manos levantadas al Cielo y nuestros ojos

cerrados, los que están presentes y los que están en otras

naciones los que han venido a los Pies de Cristo en estos

momentos, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de TuEvangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con todami alma, creo en Tu primera Venida y en Tu muerte en laCruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación pornuestros pecados. Reconozco que soy pecador y necesito unSalvador, y reconozco que Tú eres el único y suficienteSalvador y que no hay otro Nombre bajo el Cielo, dado a loshombres en que podamos ser salvos.

Doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo comomi único y suficiente Salvador, Te ruego perdones mispecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y mebautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí elnuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivireternamente Contigo en Tu Reino; sálvame Señor, Te loruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo.Amén.

Y con nuestras manos levantadas al Cielo, todos decimos:

¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado!



Amén.Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros

pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado,

porque ustedes escucharon la predicación del Evangelio de

Cristo, nació la fe de Cristo en vuestra alma y lo han recibido

como vuestro único y suficiente Salvador.

Y ahora, ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua

lo más pronto posible,” porque Él dijo:

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”


las naciones, y los está llamando en este tiempo final; los está

llamando antes que llegue, antes que caiga el juicio divino

sobre el planeta Tierra, por lo tanto, si oyes hoy Su Voz, no

endurezcas tu corazón, eres un hijo o una hija de Dios y tu

nombre está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, y

aunque no lo sabías primero, ahora si lo sabes. Cristo dijo:

“Gozaos de que vuestros nombres están escritos en el Cielo,”

en el Cielo ¿dónde? En el Libro de la Vida.

Todavía continúan viniendo más personas que como

ustedes quieren vivir eternamente, quieren recibir la Vida

eterna a través de Cristo nuestro Salvador. Vamos a estar

puestos en pie los que están aquí presentes y los que están en

otras naciones para la oración por todos los que están

recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.

Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo y los que

están en otras naciones también, y los niños de diez años en

adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues

Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también, él dijo:

“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis porque de

los tales es el Reino de los Cielos.” Por lo tanto, los niños

tienen también el derecho y el privilegio de venir a los Pies de

Cristo nuestro Salvador.

Ya estamos preparándonos para la oración por todos los

que han estado viniendo a los Pies de Cristo... que nos

indiquen de Villahermosa si ya están listos, y de Venezuela y

de Colombia y demás naciones para la oración por todos los

que están viniendo a los Pies de Cristo nuestro Salvador.

Lo mismo que ustedes ven aquí, está sucediendo en otras

naciones y también en otras ciudades: personas viniendo a los

Pies de Cristo nuestro Salvador. Si falta alguna persona por

venir a los Pies de Cristo, puede venir; ya vamos a orar por las

personas que han venido a los Pies de nuestro amado Señor

Jesucristo.


preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.”

Venía para preparar un pueblo bien dispuesto para recibir

al Señor en Su primera Venida.

“Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque

yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.”

No recordó que Abraham era más viejo que él y Dios le dio

un hijo; Abraham y Sara, con 90 años Sara, y Abraham con

100 años tuvieron el hijo que Dios les prometió:

“Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy

delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas

buenas nuevas.

Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día

en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las

cuales se cumplirán a su tiempo.”

Esa pregunta que hizo: “¿Cómo será esto? Porque yo soy

viejo, avanzado en edad y mi esposa es de edad avanzada

también,” fue una pregunta llena de incredulidad. Por lo tanto,

le fue dicho que quedaría mudo hasta el momento que se

cumpliera esa promesa.

Y ahora, cuando ya ha nacido Juan el Bautista y Jesús está

en Su ministerio terrenal, en el capítulo 11, versos 9 en

adelante hablando de Juan el Bautista, Jesús dice:

“Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y

más que profeta.

Porque éste es de quien está escrito:

He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz,

El cual preparará tu camino delante de ti.”

Y ahora, lo que había sido prometido en Malaquías,

capítulo 3, verso 1, Cristo lo está confirmando aquí, de que

esa persona es Juan el Bautista que vendría preparándole el

camino a Jesús:

“De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha

levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más


pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de

los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.

Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.

El que tiene oídos para oír, oiga.”

Y ahora, Jesús identifica a Juan el Bautista como el Elías

que tenía que venir en aquel tiempo preparándole el camino al

Señor. Por lo tanto, queda identificado Juan el Bautista como

el Elías prometido para aquel tiempo, y por consiguiente el

tercer Elías o la tercera ocasión en que el ministerio de Elías

es manifestado por el Espíritu Santo.

Y luego la cuarta ocasión en que ha sido manifestado el

ministerio de Elías en la Tierra, fue en medio del Cristianismo

en Norteamérica, en un hombre de Dios llamado William

Marriom Branham. En el reverendo William Branham se

cumplió el ministerio de Elías por cuarta ocasión en medio del

Cristianismo, y vino precursando la segunda Venida de Cristo

en medio del Cristianismo y para el Cristianismo.

Pero tenemos la promesa que Elías vendrá y restaurará

todas las cosas, eso será la quinta ocasión en que el ministerio

de Elías estará manifestado en la Tierra por el Espíritu Santo

en un hombre que aparecerá en este tiempo final, el cual

cumplirá esta promesa de Malaquías, capítulo 4, la cual

parcialmente la han cumplido otros profetas y la cumplió

parcialmente Juan el Bautista, y luego el reverendo William

Branham, y en este tiempo final aparecerá un profeta con el

espíritu y virtud de Elías para restaurar todas las cosas, y en

ese se cumplirá plenamente esa profecía que está esperando el

pueblo hebreo.

El pueblo hebreo está esperando a Elías que venga para

restaurar todas las cosas, que venga precursando la Venida del

Mesías para el pueblo hebreo y que venga proclamando la paz


escritos en el Cielo en el Libro de la Vida, por lo cual hemos

estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo. Lo

más importante es la Vida eterna, no hay otra cosa más

importante para el ser humano, y no podemos conformarnos

con una vida temporera y después nada más, tenemos que

hacer como aconsejó San Pablo: “Echa mano de la Vida

eterna.”

¿Cómo echamos mano de la Vida eterna? Echando mano

de Cristo, recibiendo a Cristo en nuestra alma como nuestro

único y suficiente Salvador, pues Él dijo: “Yo soy el camino,

la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí”(San

Juan, capítulo 14, verso 6), y si Él es la vida, el cual es el

Árbol de la Vida, cuando uno lo recibe, ¿qué está recibiendo?

La Vida eterna, está comiendo del *Árbol de la Vida que es

Jesucristo nuestro Salvador.

Hemos visto que Cristo es la persona más importante que

Dios tiene, no solamente aquí en la Tierra, Él es el más

importante en el Cielo también; a Él están sujetos Ángeles,

Arcángeles, potestades, autoridades celestiales, todo está

sujeto a Él, todo está bajo su dirección, bajo su autoridad.

Y recibirlo nosotros acá en nuestra alma es el privilegio

más grande que nosotros tenemos, recibir al Rey de los reyes,

al Rey de reyes y Señor de señores acá en nuestro corazón es

realmente el privilegio más grande que podemos tener.

Todavía continúan viniendo más personas que como

ustedes desean entrar al Reino de Dios para vivir eternamente.

Los que están en otras naciones también pueden venir a los

Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que

estaremos haciendo por todos los que están recibiendo a

Cristo como único y suficiente Salvador.

Dios tiene muchos hijos en toda la América Latina, Dios

tiene muchos también en Norteamérica, también en el África,

también en China, también en Rusia, en toda Europa, en todas


todavía está abierta, no puede ser cerrada hasta que haya

entrado al Reino de Cristo hasta el último escrito en e Cielo,

en el Libro de la Vida del Cordero.

Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, sino lo has

recibido como tu Salvador, recuerda que tu nombre está

escrito en el Cielo, eres una oveja del Señor, eres un hijo o

una hija de Dios que tienes tu nombre escrito en el Cielo, por

lo cual te ha dirigido, te ha guiado para que estés escuchando

en estos momentos la predicación del Evangelio de Cristo para

que nazca la fe de Cristo en tu alma, creas en creyente en

Cristo lo recibas como tu único y suficiente Salvador.

Yo escuché la predicación del Evangelio de Cristo, nació

la fe de Cristo en mi alma y lo recibí como mi Salvador, y Él

me ha dado Vida eterna, me ha colocado en Su Reino eterno,

¿y quién más? Cada uno de ustedes también.

Si hay algunas persona que todavía no lo ha recibido como

Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos

orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, y así

tenga asegurado en el Reino de Cristo su futuro eterno, es el

único Reino que asegura el futuro eterno de las personas.

Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad, Ciudad México

y en todas las ciudades de la República Mexicana y los está

llamando en estos momentos, y si oyes hoy Su Voz, la Voz de

Cristo, no endurezcas tu corazón.

Cristo dijo: “También tengo otras ovejas que no son de

este redil (o sea, que no están allá en el Israel)las cuales

también debo traer, y oirán mi Voz y habrá un rebaño y un

pastor.” El pastor es Cristo, el rebaño es la Iglesia, y las ovejas

somos todos nosotros, por eso Él dijo también: “Mis ovejas

oyen mi Voz y yo las conozco y me siguen, y yo les doy Vida

eterna.” San Juan, capítulo 10, verso 27 al 30; y la cita

anterior fue San Juan, capítulo 10, verso 14 al 18.

Es motivo de regocijo saber que nuestros nombres están


imperecedera, y ese es el verdadero precursor de la Venida del

Mesías, así lo está esperando el pueblo hebreo.

Por lo tanto, en este tiempo final el pueblo hebreo está a la

expectativa mirando, buscando para encontrar ese profeta

Elías proclamando la paz imperecedera, y precursando la

Venida del Mesías y por consiguiente la restauración de todas

las cosas, viene para restaurar todas las cosas.

Ahora, vamos a ver algunas cosas que están prometidas

que serán restauradas: está prometido para el pueblo de Dios

una resurrección de los muertos en Cristo y una

transformación de los vivos; eso es una restauración a la vida,

y será no a una vida temporera sino a la Vida eterna.

Por lo tanto, en ese tiempo estará el ministerio de Elías por

quinta ocasión siendo manifestado, porque el Hijo del Hombre

viene con Sus Ángeles, y Sus Ángeles aquí son Moisés y

Elías, esos ministerios repitiéndose en este tiempo final.

También está prometida en la venida de Elías la

restauración del Reino de Dios en la Tierra, para lo cual Cristo

dijo que orando, allá en el Padre nuestro que le enseñó a Sus

discípulos en el capítulo 6 de San Mateo, verso 10, dice que

orando pidamos la venida del Reino de Dios: “Venga Tu

Reino, hágase tu voluntad como en el Cielo también en la

Tierra (o aquí en la Tierra).”

Es en el Reino de Dios que será restaurado en la Tierra,

que se hará la voluntad de Dios en todo el planeta Tierra,

porque ese no será un Reino de mano débil, será un Reino de

mano dura, será un Reino con sus leyes establecidas y con un

orden judicial bien estricto, que no dejará que las personas

como las naciones también, violen esas leyes divinas, está

prometida esa restauración del Reino de Dios en la Tierra.

Ahora, ¿qué será la restauración del Reino de Dios en la

Tierra? El Señor Jesucristo antes de subir al Cielo, antes de

ascender al Cielo, estando con Sus discípulos encontramos allí


en el libro de los Hechos, capítulo 1, versos 3 en adelante, que

dice:

“A quienes también, después de haber padecido, se

presentó vivo con muchas pruebas indubitables,

apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca

del reino de Dios.

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén,

sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo,

oísteis de mí.

Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros

seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos

días.

Entonces los que se habían reunido le preguntaron,

diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este

tiempo?”

La pregunta está de acuerdo a lo que Dios prometió, Dios

ha prometido la restauración del Reino a Israel:

“Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las

sazones, que el Padre puso en su sola potestad.”

Ellos están viviendo en un tiempo en que la restauración

del Reino físicamente no va a ser llevada a cabo, porque eso

es para el Día Postrero.

Y ahora, los judíos todo el tiempo han estado interesados

en la restauración del Reino, ¿qué será la restauración del

Reino, lo cual es tan importante para el pueblo hebreo?

Veamos en Primera de Crónicas, capítulo 28, versos 4 en

adelante, esto es cuando el rey David ya está anciano con

unos... alrededor de 70 años de edad, y va a ceder el trono a su

hijo Salomón, que es lo mejor que un rey puede hacer estando

vivo, para que sus hijos no se peleen y vayan a matarse y

vayan a formar un grave problema en la familia. Vean, dice:

“Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa

de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel;


para la restauración de todas las cosas, para lo cual Elías

aparecerá, que será un hombre de este tiempo en el cual el

Espíritu Santo estará operando el ministerio de Elías y estará

proclamando la paz imperecedera, y esa es la señal de que

estaremos en el tiempo para la restauración de todas las cosas.

El profeta Elías... y eso será el profeta Elías restaurando

todas las cosas, así comienza el proceso de la restauración de

todas las cosas. Antes que sea restaurado el Reino de David en

la Tierra, toda persona escrita en el Cielo, en el Libro de la

Vida del Cordero tiene que ser restaurado al Reino de Dios, al

Reino del Mesías, al Reino de Cristo que está en la esfera

espiritual, para que luego en el Reino del Mesías pueda estar

literalmente cuando sea establecido en la Tierra el Reino del

Mesías.

Por lo tanto, todas las personas que escuchen la

predicación del Evangelio del Reino de los Cielos, que

escuchan la predicación del Evangelio de la Gracia, el

Evangelio de Cristo, y nace la fe de Cristo en su alma, y lo

recibe como Salvador, dado testimonio público de su fe en

Cristo, son bautizados en agua en Su Nombre y Cristo lo

bautiza con Espíritu Santo y produce en ellos el nuevo

nacimiento: han sido restaurados a la Vida eterna, y por

consiguiente al Reino eterno de Dios, que es el Reino del

Mesías que está en la esfera espiritual.

Y luego cuando esté en la esfera física, allí vamos a estar

con Cristo, con el Mesías, Él es el heredero a ese Reino. Se ha

estado predicando el Evangelio de Cristo por unos dos mil

años desde el Día de Pentecostés hacia acá, dos mil años

aproximadamente y han estado entrando millones de seres

humanos al Reino de Cristo.

Pero todavía la puerta del Reino de los Cielos está abierta,

el Espíritu Santo por medio de San Pedro que tenía las llaves

del Reino de los Cielos, la abrió el Día de Pentecostés y


Y luego comienza a dar la parábola de las minas donde

nuestra que le es repartido, son repartidas estas minas (son

monedas), y le son repartidas para que haga el negocio y

luego, y él se va a recibir un Reino; recibe el Reino celestial,

se sienta con el Padre en el Trono y recibe todo poder en el

Cielo y en la Tierra, porque el planeta Tierra está dentro del

reino de Dios, y luego vendrá para establecer Su Reino,

restaurar el Reino de David. Tan simple como eso.

Por eso el Cristianismo está esperando la Venida de Cristo,

la Venida del Mesías, el judaísmo está esperando la Venida

del Mesías, un hombre también, ¿y saben ustedes que el Islam,

los musulmanes saben que Jesús va a establecer un Reino en

la Tierra? Y ellos, los líderes religiosos con los cuales hemos

hablado y los cuales han estado con nosotros en diálogos inter

religiosos, los cuales nosotros hemos entrevistado y ellos

también han hablado públicamente, ellos dicen: “Jesús no está

muerto, Él está vivo,” y Él va a establecer un Reino.”

Ellos creen en Jesús, en María, en los apóstoles, en

Abraham, en Moisés, en la Toráh, todas estas cosas; es

sorprendente pero es así. Aun más, uno de los líderes en una

ocasión del Islam, nos decía en una maqueta de Jerusalén que

estaba - tienen en Río de Janeiro, Brasil, nos decía: “Jesús va

a entrar por aquí por eta puerta a la Ciudad de Jerusalén,” y un

sinnúmero de cosas más. O sea, que se puede hablar con ellos

de paz para el Medio Oriente, y van ellos a comprender

porqué la paz solamente, la permanente, solamente va a venir

al medio Oriente en el Reino del Mesías.

Así que podemos que algo está acercándose de parte de

Dios, recuerden que ese Reino dice: “El celo de Jehová de los

ejércitos hará esto,” será una Obra de Dios, los humanos no ha

podido traer la paz al Medio Oriente pero Dios si la va a traer,

y la va a traer por medio del Mesías en el Reino de David que

va a ser restaurado, en el tiempo ¿de qué? En el tiempo de y


porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de Judá a la

familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se

agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel.”

El rey David era el octavo hijo de la familia, recuerden que

la familia, los hermanos de David son tipo y figura de los

diferentes mensajeros que Dios ha enviado a Su Iglesia, y hay

siete mensajeros para las siete edades y luego uno para la

Edad de la Piedra Angular, que corresponde al número ocho.

Sigue diciendo:

“Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado

muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en

el trono del reino de Jehová sobre Israel.”

El Trono del Reino de Dios sobre Israel, es el Trono de

David, el Reino de Dios sobre Israel, es el Reino de David, o

sea, que el Reino de Dios en la Tierra, es el Reino de David,

y el Trono de Dios en la Tierra es el Trono de David; y la

ciudad del Rey, la ciudad capital del Trono y para el Trono de

Dios en la Tierra, es Jerusalén, la única ciudad del planeta

Tierra que es reconocida bíblicamente y que es señalada por

decreto divino como la ciudad del Rey; y el único Trono que

está por decreto divino señalado como el Trono de Dios

terrenal, es el Trono de David.

Por eso en diferentes tiempos pasados trataban algunas

familias de la realeza de hacer matrimonios con descendientes

del rey David, porque el Trono de David por decreto divino es

el Trono terrenal de Dios, y el que se siente en ese Trono será

el rey, no solamente sobre el pueblo hebreo sino sobre todas

las naciones. Es un Reino para siempre, vean, y ahora, lo

vamos a ver más adelante. Sigue diciendo:

“Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y

mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a

él por padre.”

Y en el capítulo 29 de este mismo libro de Primera de


Crónicas, versos 22 en adelante dice:

“Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con

gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino

a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por

príncipe, y a Sadoc por sacerdote.

Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar

de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo

Israel.”

¿En qué Trono se sentó el rey Salomón? Aquí dice: “Y se

sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de

David.” ¿Ven? El Trono de Dios en la Tierra es el Trono de

David. En San Lucas, capítulo 1, el Ángel Gabriel le aparece

a la virgen María y le habla acerca del Reino de Dios, y le

habla de un hijo que ella va a tener; le dice, capítulo 1 verso

30 en adelante de San Lucas:

“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has

hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y

llamarás su nombre JESÚS.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el

Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino

no tendrá fin.”

Aquí tenemos la promesa del Trono de David siendo dado

al heredero, Dios le dará el Trono de David su Padre y se

sentará sobre él y reinará sobre toda la casa de Israel, o sea,

que ya estamos viendo cuál es el Trono del Mesías, el Trono

de Cristo.

De ese Trono es que Cristo habla en el libro del

Apocalipsis, capítulo 3, verso *21 cuando nos dice de la

siguiente manera, dice:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi

trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre


Apocalipsis:

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces

en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a

ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos

de los siglos.”

¿De quién van a se los reinos de este mundo? Del Señor y

de Su Cristo, del Señor y Su Mesías, su ungido. El diablo le

ofreció los reinos del mundo a Cristo hace dos mil años atrás

y Cristo no los quiso, ¿por qué? Porque eran los reinos del

mundo bajo el imperio de los gentiles, y si lo aceptaba recibía

los reinos del mundo al recibir el reino romano, y vendría a

ser el emperador romano para aquel tiempo.

Esa era el reino que le estaba ofreciendo, el cual estaba

vigente en aquel tiempo, pero Cristo sabía que Él era el

heredero del Reino de Dios, y el Reino de Dios no solamente

el terrenal que es el Reino de David, sino también el Reino

celestial.

Por lo tanto, Él heredaría el Reino celestial primero, y

después vendría para heredar el Reino terrenal, porque Él se

iría de esta Tierra para recibir un Reino y luego volver, y

recibió el Reino celestial, y luego regresa a la Tierra en Su

segunda Venida para recibir el Reino terrenal, el Reino de

David y Trono de David.

En San Lucas capítulo 19, verso 11 al 12, dice:

“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una

parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos

pensaban que el reino de Dios se manifestaría

inmediatamente.”

Ellos pensaban que iba Cristo en aquellos días a restaurar

el Reino de David, a restaurar la Tierra, el Reino de Dios que

es el Reino de David:

“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano,

para recibir un reino y volver.”


por una paz temporera en lo que llega la paz permanente, pero

la paz temporera terminará con una guerra; dice San Pablo,

dice: “Cuando digan paz y seguridad, entonces vendrá

destrucción repentina.” (Primera de Tesalonicenses, capítulo

5, versos 1 al 10).

Así que, la paz permanente solamente Israel la recibirá en

el Reino del Mesías, que será el Reino de David restaurado, y

en el Trono de ese Reino, el Trono de David se sentará el

Mesías Príncipe, el cual está esperando el pueblo hebreo.

¿Y saben cómo está esperando al Mesías? Está esperando

a un hombre del tiempo en que se cumpla esa profecía, un

hombre que nazca en la Tierra, un hombre de carne y hueso:

eso es lo que está esperando Israel para que se siente en el

Trono de David, como también está esperando a Elías, un

hombre del tiempo en que se cumpla esa profecía, un hombre

de este tiempo, predicando, proclamando la paz imperecedera.

¿Y dónde predica o dónde coloca la paz imperecedera? En

el Reino del Mesías, ahí está la esperanza de la paz

permanente en el Reino del Mesías, por lo tanto, la única

esperanza para Israel de la paz, está en el Reino del Mesías, de

la paz permanente.

Y la única esperanza para la humanidad de la paz

permanente está en el Reino el Mesías, por eso es el deseado

de todas las naciones; todas las naciones quisieran tener un

gobernante, un presidente o un rey que sea el Mesías Príncipe,

todos quisieran tener como su gobernante el Mesías Príncipe,

y lo van a tener, porque el Mesías Príncipe cuando restaure el

Reino de Dios en la Tierra, cuando restaure el Reino de

David, va a reinar, va gobernar sobre Israel y sobre todas las

naciones, porque todas las naciones le serán dadas.

Y eso lo encontramos aquí en la Biblia. Recuerden que la

Biblia contiene todo lo que va a ser la historia de la raza

humana. Dice en el capítulo 11, verso 15 en adelante del


en su trono.”

Cristo cuando murió, resucitó y ascendió al Cielo, se sentó

a la diestra de Dios, se sentó en el Trono de Dios, y por

consiguiente recibió todo poder, toda autoridad de los Cielos

y de la Tierra, “todo poder me es dado en el Cielo y en la

Tierra,” dice Cristo en San Mateo, capítulo 28, verso 20. Por

lo tanto (capítulo 28, versos 16 al 20), ahí tenemos esas

palabras.

Y ahora, el Trono de Dios celestial está en el Cielo, desde

el cual Dios sentado en Su Trono gobierna sobre todo el

Universo, y en ese Trono es donde Cristo se ha sentado con el

Padre y le ha sido dada autoridad sobre los Cielos y la Tierra,

y por eso Cristo está reinando, Él tiene toda la autoridad, todo

el poder de los Cielos y de la Tierra Él es el Rey de reyes y

Señor de señores.

Pero ahora el Trono de Cristo Jesús, es el Trono de David,

el Trono terrenal de Dios es el Trono de Cristo, Él es el

heredero a ese Trono, llamado el Trono de David, ahí el Ángel

Gabriel se lo explica a la virgen María.

Así que, ya estamos viendo lo que es el Reino de Dios en

la Tierra, lo que es el Trono de Dios en la Tierra, que es el

Trono del Mesías, y lo que será la restauración de ese Reino

del cual le preguntan a Jesús: “¿Restaurarás tú el Reino a

Israel en este tiempo?” Se refieren a la restauración del Reino

de David.

Y ahora, para el tiempo de la venida del profeta Elías, lo

cual será un hombre de este tiempo final en donde estará el

Espíritu Santo operando ese ministerio, será el tiempo para la

restauración de todas las cosas, por lo tanto ese profeta vendrá

hablando de la restauración de todas las cosas, la restauración

de los muertos en Cristo siendo resucitados en cuerpos

eternos, la restauración a la Vida eterna de los que están vivos

creyente en Cristo siendo restaurados a la Vida eterna, o sea,


siendo transformados y entonces tendrán cuerpos eternos,

inmortales y glorificados, y cuando esté hablando a Israel y

con relación a Israel, les estará hablando no de la

transformación de sus cuerpos físicos, porque ellos no van a

la Cena de las Bodas del Cordero, eso corresponde a la Iglesia

del Señor Jesucristo.

La Iglesia del Señor Jesucristo, los que estén vivos y sean

transformados no pasarán por la gran tribulación, irán con

Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero a esa dimensión

divina, y los judíos van a pasar por el tiempo de la gran

tribulación, que será para ellos algo parecido, o por el estilo,

del tiempo de la inquisición en donde fueron perseguidos y

del tiempo del holocausto allá en Alemania en donde murieron

millones de judíos. Algo así se va a repetir en contra del

pueblo hebreo, y no podemos hacer nada para evitar que

suceda algo así, ya está en la profecía bíblica y no va a

cambiar.

Ahora, si quieren ver un poco acerca de eso, vamos a verlo

en el capítulo 6 del libro del Apocalipsis (esto es una Biblia de

estudio, por eso está así marcada). En el libro del Apocalipsis,

capítulo 6, versos 9 al 11, estas personas son los que han

muerto como mártires en el tiempo del holocausto, dice:

“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas

de los que habían sido muertos por causa de la palabra de

Dios y por el testimonio que tenían.

Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor,

santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los

que moran en la tierra?

Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que

descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se

completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que

también habían de ser muertos como ellos.”

O sea, que todavía vienen más problemas para el pueblo


restaurado el Reino de David, va a ser consolidado, van a ser

juntados los dos palos, van a ser juntadas las diez tribus,

llamadas las tribus perdidas de la casa de Israel, del reino del

Norte, y las tribus, las dos tribus compuestas por la tribu de

Judá y la tribu de Benjamín, van a ser unidas y entonces

estarán las diez tribus, porque el Reino no puede ser

restaurado sino están las doce tribus.

Son doce tribus y tienen que ser restauradas esas tribus

para que pueda ser restaurado el Reino de David.

Luego dice en este mismo capítulo 37, verso 23:

“Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus

abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de

todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré;

y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios.

Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán

un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos

guardarán, y los pondrán por obra.

Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual

habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos

y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será

príncipe de ellos para siempre.

Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con

ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi

santuario entre ellos para siempre.

Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por

Dios, y ellos me serán por pueblo.

Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel,

estando mi santuario en medio de ellos para siempre.”

Y ahí ya queda restaurado el Reino de David al pueblo

hebreo, y el pueblo hebreo queda restaurado dentro del Reino

de David, y ahí es que tendrá Dios con el pueblo hebreo un

Pacto de paz. Conseguir la paz de Dios para Israel, solamente

se logra en el Reino del Mesías, pero mientras tanto se lucha


Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido

mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se

juntaron cada hueso con su hueso.

Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y

la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos

espíritu.

Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre,

y dí al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de

los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en

ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército

grande en extremo.”

¿Ven? Y ahora el Espíritu tiene que regresar a Israel, tiene

que regresar de donde ha estado: por todos estos dos mil años,

en medio de los gentiles; y ese Espíritu de vida lo lleva Dios

por medio del ministerio de los dos Olivos, verso 11:

“Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la

casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se

secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo

destruidos.

Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor:

He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré

subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.”

Es una profecía del regreso de los judíos, de entre todas las

naciones regresando a su tierra Israel. Luego nos habla de los

dos palos: palo de Judá y palo de José en la mano de Efraín,

hablándonos del Reino de David que fue dividido en dos

reinos: el reino del Sur compuesto por la tribu de Judá y la

tribu de Efraín, lo cual le quedó al descendiente de David:

Roboam.

Y las otras diez tribus del Norte le tocaron a Jeroboam, un

descendiente de José por la línea de su hijo Efraín.

Pero para este tiempo final la promesa es que va a ser


hebreo, millones de hebreos, como comúnmente se dice hoy

de judíos, van a morir como mártires por su fe, y así va a

suceder, eso será durante el tiempo llamado la gran tribulación

o apretura de Jacob.

Y ahora, podemos ver que todo eso también va a ser dado

a conocer al pueblo hebreo, bajo el ministerio del profeta Elías

por quinta ocasión. Ellos lo van a reconocer, lo van a recibir

y Elías le va a revelar todas estas cosas que van a suceder a los

judíos.

Ahora, él les estará hablado también de la restauración del

Reino, recuerden aquella ocasión en que el profeta Elías

edificó un altar para Dios tomando doce piedras, las cuales

representaban las doce tribus de Israel, eso es tipo y figura de

la restauración de las tribus de Israel que va a efectuar Dios

por medio del profeta Elías, o sea, del ministerio de Elías

manifestado en otro hombre, pues los judíos están esperando

a Elías, pero no están esperando al Elías que se fue hace miles

de años atrás; no están esperando a Elías Tisbita, están

esperando un hombre, un profeta con el ministerio de Elías

siendo manifestado a través de ese hombre y también esperan

al profeta Moisés; pero esperan un hombre como Moisés,

porque les fue prometido en Deuteronomio, capítulo, 18,

verso 15 en adelante dice Moisés:

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te

levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”

¿A quién va entonces a escuchar el pueblo hebreo? A ese

profeta como Moisés, Moisés fue un profeta dispensacional,

vean, más adelante dice, verso 18 dice:

“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como

tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo

que yo le mandare.

Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él

hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”


Y ahora, aquí él está mostrando lo que Dios le dijo tal y

como Dios se lo dijo: “Profeta le levantaré de en medio de sus

hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca,” viene

con un mensaje, con la Palabra de Dios correspondiente a ese

tiempo, viene con el mensaje del Evangelio del Reino para dar

a conocer todo el Programa Divino de la restauración de

Israel, la restauración del Reino a Israel que será la

restauración del Reino de David. Todas esas cosas estarán

incluidas en el mensaje de ese Elías en su quinta

manifestación que aparecerá en este planeta Tierra.

Y ese profeta conocerá la forma de hablarle a los judíos;

ustedes pueden notar que por miles de años han tratado de

convertir el pueblo hebreo al Cristianismo, y como nación no

han podido, porque los judíos tienen el mandato divino de

escuchar siempre a un profeta. Tiene que ser un profeta como

Moisés el que ellos están esperando, un hombre como el

profeta Elías y un hombre como el profeta Moisés, “y a él

oid,” dice Moisés: “Escuchen a ese hombre, escuchen a ese

profeta.”

¿Qué vendrá hablando? Pues lo que Dios habrá puesto en

su boca: “Y pondré mi Palabra en su boca y el les hablará todo

lo que yo le mandare,” ese hombre está tipificado, reflejado en

el apóstol Juan recibiendo al Ángel Fuerte que desciende del

Cielo, el cual es el Ángel del Pacto, es el Espíritu Santo

viniendo con el Librito abierto en su mano, el Libro de la

redención, el Libro de la Vida, el Libro donde están escritos

los nombres de todos los hijos e hijas de Dios, es el libro de

la Vida eterna o Título de la Vida eterna.

Y ese Libro lo tuvo Adán, pero cuando pecó le fue quitado,

no se lo comió, por eso le fue quitado, y cuando dice la

Escritura que estaba el Árbol de la Vida allí, si comía del

Árbol de la Vida se estaría comiendo ese Título de Propiedad

y viviría eternamente, pero comió del árbol equivocado; son


naciones vecinas para buscar la paz porque eso es lo más que

anhelan: la paz, pero todavía no tienen la paz. También

escuché a un embajador diciendo que desde que fue destruido

el templo allá en Jerusalén, la presencia de Dios se fue de

Jerusalén y es la cosa más triste que ha pasado en Jerusalén y

por consiguiente en Israel, que la presencia de Dios se fue de

ese lugar, la cual estaba en el templo en el Lugar Santísimo.

Pero la promesa es que la presencia de Dios va a volver al

pueblo hebreo, va a volver a Jerusalén y eso va a ser en el

Reino del Mesías; y en la Escritura de Ezequiel 37 nos habla

que Dios va a poner Espíritu en ellos, en esos huesos secos

que es la casa de Israel, los cuales van a ser restaurados y va

a ser un ejército grande en extremo y el Espíritu de Dios va a

ser llamado; va a ser llamado el Espíritu para que entre a ese

gran ejército, a esos huesos secos que ya revivieron, y están

como un ejército grande en pie, pero las falta el espíritu, el

Espíritu de vida para que así tengan la vida de Dios, y eso lo

hace Dios por medio de un profeta, ahí en Ezequiel al cual le

dice: “Llama al Espíritu que venga,” vamos a ver, dice

capítulo 37, verso 5 en adelante, verso 5 en adelante dice de

Ezequiel:

“Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo

hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.”

Fue dicho también: “Huesos secos oid Palabra de Jehová,”

para que haya una resurrección de pate de Dios, tienen que

escuchar Palabra de Dios, la Palabra que habla esa

resurrección, que para la Iglesia, para los que murieron, es la

gran Voz de Trompeta o trompeta final:

“Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo

hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre

vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros

espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.


Arcángeles en diferentes posiciones del gobierno celestial, y

todo está sujeto a Cristo que está sentado en el Trono del

Padre, a Él están sujetos Ángeles y potestades, y así por el

estilo.

Los reinos del mundo invisible están sujetos a Él, el que no

se ha querido sujetar es el del enemigo de Dios que se rebeló

contra Dios, pero ese reino va a ser destruido (el reino de las

tinieblas, el reino del maligno) y va a quedar el Reino de

Cristo gobernando sobre los reinos terrenales, sobre todas las

naciones y sobre los reinos celestiales, porque Él es Rey de

reyes y Señor de señores, Rey en la séptima dimensión, Rey en

la sexta dimensión, y Rey en la dimensión terrenal; como Hijo

de Dios es el Rey de los Cielos y de la Tierra.

Y ahora, hemos estado viendo todas estas cosas que van a

suceder. En Ezequiel, capítulo 37 nos habla de la restauración

del Reino a Israel. Por lo tanto, en el mensaje del Evangelio

del Reino, del Evangelio eterno que estará predicando ese

mensajero, va a estar hablándole de la restauración del Reino.

Dice en el capítulo 34, verso 23 en adelante:

“Y levantaré sobre ellas (o sea, sobre las ovejas) a un

pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las

apacentará, y él les será por pastor.

Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en

medio de ellos. Yo Jehová he hablado.”

David significa: Amado, el amado; Dios levantará al

amado, el cual es el Mesías:

“Y estableceré con ellos pacto de paz.”

El Pacto de paz que tanto anhela el pueblo hebreo, está en

el Reino del Mesías. Israel desde el 1948 es un nación libre y

soberana, un Estado judío, pero desde que se que proclamó

como un Estado libre y soberano, le comenzó la guerra, y por

poco lo destruyen, y no ha tenido paz por todos esos años de

existencia del Estado de Israel; y hacen pactos con otras


tipos y figuras esos arboles: el Árbol de la Vida es Cristo, el

Ángel del Pacto.

Y ahora, encontramos que luego que pecó Adán y Eva,

fueron sacados del Huerto del Edén para que no extendieran

la mano y comieran del Árbol de la Vida y vivieran

eternamente como pecadores, porque Dios no quiere que el

pecador viva como pecador eternamente, Él quiere limpiarlo

de todo pecado con la Sangre de Cristo, justificarlo para que

quede como si nunca hubiese pecado y viva eternamente en un

cuerpo eterno y glorificado.

Esa es la forma en que Dios quiere que viva eternamente

el ser humano, no quiere que viva como pecador, por eso lo

sacó del Huerto del Edén; pero ahora el segundo Adán, que es

Cristo, nos da la Vida eterna y nos llevará en lo literal a Su

Reino eterno que será restaurado en la Tierra, y eso será

nuevamente el regreso al Edén, la luna de miel de Cristo y Su

Iglesia en un nuevo Edén.

Y ahora, por medio del primer Adán todos mueren, porque

murieron todos, pues estaban en él; como una planta de trigo

con muchos granos de trigo, ¿dónde estaba antes de aparecer?

Estaba en una semilla de trigo, y en Adán toda esta

civilizaciones que han transcurrido de Adán hacia acá, todos

esos descendientes de Adán ¿dónde estaban? En Adán, y por

cuanto pecó perdió la Vida eterna y a Sus descendientes no les

pudo dejar la herencia de la Vida eterna sino una herencia de

una vida temporera que como se le terminó a Adán, se le

termina a cada persona.

Pero ahora, el segundo Adán nos da la herencia de la Vida

eterna, y nos llevará con Él a Su Reino eterno para vivir

felices por toda la eternidad. Cuando el Reino de Dios en la

Tierra , el cual es el Reino de David al cual Cristo, el Mesías

es heredero, cuando Él restaure ese Reino en la Tierra,

entonces todos los creyentes en Cristo de tiempos pasados


nacidos de nuevo y de nuestro tiempo, estaremos con Él en

cuerpos eternos y glorificados, y ese grupo de personas que

será de millones, será el gabinete de Su Reino, será el gabinete

de la parte política, será el gabinete del poder judicial también

y será el gabinete del poder religioso, porque dice la Escritura

en el libro del Apocalipsis, capítulo 1, verso 5 al 6 y también

Apocalipsis, capítulo 5, versos 8 al 11, y Apocalipsis capítulo

20, versos 4 al 6, que Él, Cristo con Su Sangre nos ha

limpiado de todo pecado y nos ha hecho para nuestro Dios,

Reyes y Sacerdotes, y dice también: “Y reinaremos con Él.”

También dice que reinaremos con él, por mil años. En esas

tres Escrituras ustedes encuentran todas esas cosas que les he

dicho, y ese es el Reino al cual el Ángel Gabriel le dice a la

virgen María que el niño que va a nacer a través de ella, al

cual le pondrá por nombre Jesús, ese es el Reino que le será

dado, Dios le dará el Trono de David su Padre y reinará sobre

la casa de Jacob para siempre, y será un Reino eterno.

Vean, en el capítulo 9 de Isaías, nos habla de ese glorioso

Reino y también en el capítulo 11, aquí les leo el capítulo 9,

verso 6 al 7 que dice:

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el

principado sobre su hombro; y se llamará su nombre

Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de

paz (el Príncipe de Paz es el único que puede traer la paz a la

raza humana).

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre

el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y

confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para

siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”

Será una Obra de Dios, la restauración del Reino de David

será una obra divina, y para eso vendrá primero Elías en su

quinta manifestación para restaurar todas las cosas. Vean,

también en el capítulo 11 nos habla también de este rey que se


Elías, cerró los Cielos para que no lloviera durante tres años

y medio, y él dijo: “No habrá lluvia ni aun rocío, sino por mi

palabra,” o sea, era la Palabra de Dios en ese hombre.

Podemos ver que esto será el poder de Dios manifestado en

los dos Olivos, anunciando las cosas que han de suceder, las

cosas que Dios va a hacer en la Tierra; recuerden, Moisés no

hizo ningún milagro, Moisés no trajo ninguna plaga, fue Dios,

Moisés solamente era el que daba la noticia, el que anunciaba

lo que Dios iba a hacer. Así ha sido siempre con los profetas,

son el portavoz de Dios, dan a conocer lo que Dios va a hacer;

y el que cree, entonces toma las precauciones, si es un anuncio

de juicio que viene y se señala el lugar, pues el que es

entendido se va de ese lugar, no se queda ahí para esperar el

juicio, se va lejos a otro lugar, y de allá después escuchará las

noticias de lo que pasó. Sigue diciendo:

“Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh

Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado

estas cosas.”

Recuerden que todo eso es el juicio divino que va a venir

sobre la Tierra, porque la hora de su juicio, de su ira y de su

juicio, dice el Ángel predicando el Evangelio eterno: “La hora

de su juicio ha llegado,” y aquí están enumerados todos estos

juicios que ya también han acontecido en la Tierra, pero que

se van a repetir durante el tiempo de la gran tribulación que

durará tres años y medio.

Y en ese tiempo recuerden: la escases de agua va a ser muy

grande como en los días del profeta Elías, al cual Dios le

reveló que no llovería por tres años y medio y puso esa

Palabra en la boca del profeta Elías, y él habló esa Palabra,

eso que Dios iba a hacer y así sucedió. Así va a suceder

nuevamente.

Y ahora, hemos visto aquí que nos habla del Ángel de las

aguas, Dios tiene todo bien ordenado, hay Ángeles y


“...el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.”

Algunas personas piensan: “Dios no me ve, lo que hago no

queda registrado en ningún sitio,” pues miren, si en esta Tierra

hay cámaras que graban imagen y voz y queda registrado,

cuánto más en el Cielo; el Cielo es lo mas adelantado que hay,

miren, pueden venir de otra dimensión acá en cuestión de

segundos (y menos de segundos), e irse después, ¿estarán bien

adelantados en transportación? Claro que sí. El mismo Cristo

dijo: “Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo,

el Hijo del Hombre que está en el Cielo.”

Así que, vean ustedes, en la Tierra estamos por billones de

años atrasados en todas las cosas, ¿qué si tienen poder

atómico? Averigüe el lugar donde estaba Sodoma y Gomorra,

no quedó ni uno vivo.

Así que, vean, también cómo aquí en la Tierra están en los

gobiernos los que son ministros de las aguas, o los que están

a cargo, los jefes de los servicios de agua tienen que ver con

todos los sistemas del servicio de agua para las ciudades y

para todos los seres humanos, pues miren, en el Cielo también

hay ministerios de Ángeles que están a cargo de todas esas

cosas. O sea, que la Escritura nos habla por ejemplo en un

lugar donde dice que el Ángel de las aguas habló, o sea, un

Ángel que está a cargo de las aguas (ese se encargó del

diluvio), y así por el estilo podemos ver que Dios tiene todo

bien organizado.

Miren aquí lo que les dije, capítulo 16, verso 4 al 5, dice:

“El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre

las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.”

¿Recuerdan a Moisés que hirió las aguas del río, del Nilo

y se convirtieron en sangre? Es el ministerio de los dos

Olivos, de Moisés y Elías repitiéndose; también pueden cerrar

el Cielo para que no llueva en el tiempo de su ministerio, en

el tiempo de su profecía, ¿quién hizo eso? Lo hizo el profeta


levantará y traerá la paz; dice el capítulo 11 de Isaías, verso 1

en adelante:

“Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago

retoñará de sus raíces.

Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de

sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder,

espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No

juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan

sus oídos;

sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con

equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la

vara de su boca (o sea, con la Palabra), y con el espíritu de

sus labios matará al impío.

Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor

de su cintura.”

El verso 9 al 10, dice:

“No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte;

porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como

las aguas cubren el mar.

Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual

estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las

gentes; y su habitación será gloriosa.

Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará

otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo

que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar

y Hamat, y en las costas del mar.

Y levantará pendón a las naciones, y juntará los

desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los

cuatro confines de la tierra.”

Vean, nos habla del llamamiento, del recogimiento de los

descendientes de Jacob, el recogimiento de esos elegidos, de

esos miembros de las diferentes tribus de Israel; de esto fue


que también Cristo habló en el capítulo 24, versos 30 al 31

cuando dice de (San Mateo):

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el

cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y

verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,

con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y

juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un

extremo del cielo hasta el otro.”

Esos escogidos son los miembros del pueblo hebreo que

serán llamados y juntados para así llevarse a cabo la

restauración de Israel. Por eso en Apocalipsis, capítulo 7

aparece un mensajero con el Sello del Dios vivo, el cual viene

para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce

mil de cada tribu. Dice el capítulo 7 del Apocalipsis, verso 2

en adelante de la siguiente manera:

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol,

y tenía el sello del Dios vivo (o sea, tenía el Espíritu Santo que

es el Sello del Dios vivo); y clamó a gran voz a los cuatro

ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño

a la tierra y al mar,

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los

árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los

siervos de nuestro Dios.

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro

mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.”

Y comienza a enumerar doce mil de cada tribu, y luego en

Apocalipsis, capítulo 14 ya aparecen llamados, recogidos con

el Cordero; dice capítulo 14, verso 1 en adelante:

“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre

el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que

tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.”

Ahí están ya recogidos por el Ángel que viene con el Sello


que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero,

y fiel su interpretación.”

“Y fiel su interpretación.” O sea, que esto va a suceder

como fue mostrado al profeta Daniel y como el profeta Daniel

se lo mostró al rey Nabucodonosor. Es que el Ángel Gabriel

tiene acceso al Libro de la Verdad, y en el Libro de la Verdad

que está en el Cielo, está escrito todo lo que va a ser la historia

de la raza humana, está todo lo que sería la historia del reino

de los gentiles, y también lo que sería la historia del Reino de

Dios en la Tierra.

Y ahora, en el capítulo 7 de Daniel, verso 9 en adelante,

dice:

“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se

sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la

nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama

de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.

Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares

de millares le servían...”

Esos millares de millares son los miembros de la Iglesia

del Señor Jesucristo, porque los santos juzgarán al mundo,

dice San Pablo en Romanos, capítulo 6, y por consiguiente

ellos son los miembros del poder judicial, y Cristo es el Juez

de todos, el Juez Supremo (capítulo 6, ahí lo encuentran del 1

al 3 de Primera de Corintios). Sigue diciendo:

“...millares de millares le servían, y millones de millones

asistían delante de él...”

Los millares de millares que le servían, servían en el orden

judicial, eran los miembros del poder judicial, y los millones

de millones que asistían delante de Él, los que asistían delante

de Él eran los que iban a ser juzgados: “Porque los santos

juzgarán al mundo y aun a los ángeles,” dice Primera de

Corintios, capítulo 6, verso 1 al 3, ahí San Pablo explica ese

misterio del poder judicial, del Cielo. Dice:


Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro

cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las

eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos

quedara rastro alguno.”

O sea, que esos reinos que formaron de etapa en etapa la

imagen, van a ser destruidos en este tiempo final, y por

consiguiente los territorios donde existieron esos reinos,

Babilonia, Media y Persia; o sea, en nuestro tiempo Babilonia

es Irak, Persia es Irán, el reino de Grecia pues ya corresponde

a Grecia, y que es el vientre y muslos de bronce, y las piernas

de hierro y los pies de hierro y de barro cocido que

corresponde a Roma, esos... y lo que ha quedado de esos

reinos va a ser destruido, desmenuzado con la venida de la

piedra no cortada de manos que es la Venida del Mesías, la

Venida del Señor. Sigue diciendo... y dice que no quedará

rastro alguno:

“Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran

monte que llenó toda la tierra.”

Un gran monte, un gran reino, recuerden que los reinos

están tipificados en montes, y montes representa reinos. Y

ahora, dándole explicación de esto, Daniel por revelación que

recibió de Dios, dándole explicación al rey Nabucodonosor en

este mismo capítulo 2 de Daniel, versos 44 al 45, dice:

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un

reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a

otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos,

pero él permanecerá para siempre.”

Y ese Reino, es el Reino del Mesías, por eso es tan

importante la restauración del Reino de David que es el Reino

del Mesías. Sigue diciendo:

“De la manera que viste que del monte fue cortada una

piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce,

el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo


del Dios Vivo, el mensajero que traerá el mensaje del

Evangelio del Reino para el llamado de estos ciento cuarenta

y cuatro mil elegidos de Dios, esos sí van a entrar al Reino

Milenial del Mesías, esos van a resucitar después de la gran

tribulación, pero van a pasar por la gran tribulación y van a

morir.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 10, dice que el Ángel

Fuerte le entrega el librito abierto a Juan el apóstol, el cual es

tipo y figura del mensajero del Día Postrero y le dice que se lo

coma que va a ser amargo en su vientre, pero va a ser dulce

en su boca; Juan se lo come y es dulce en su boca como la

miel, pero amargo en su vientre, y luego le es dicho: “Es

necesario que profetices sobre muchos pueblos, naciones,

lenguas y reyes.” Dice capítulo 10, verso 10 al 11:

“Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí;

y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube

comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre

muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”

Si va a profetizar luego de haberse comido ese librito, es

un profeta y va a profetizar de acuerdo al contenido de ese

Librito que está escrito y le fue entregado abierto, por lo tanto,

él conocerá todo el contenido porque está abierto para él, y él

se lo come y será la primera ocasión en las historia de la raza

humana, que un hombre se come ese librito que estaba en la

diestra de Dios y Cristo lo tomó en el Cielo, lo abrió y lo trajo

a la Tierra en Apocalipsis, capítulo 10 y se lo da a un hombre

para que se lo coma.

Y por consiguiente luego ese hombre, vean, es el que

tendrá el ministerio de los dos ungidos, de los dos Olivos, de

los dos candeleros que están delante del Dios de toda la

Tierra, conforme a Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14, y

Apocalipsis, capítulo 11, donde dice, verso 3 al 4:


“Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil

doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que

están en pie delante del Dios de la tierra.”

Este ministerio profético que estará siendo manifestado

para profetizar sobre todo pueblo, nación, lengua y por

consiguiente sobre todos los seres humanos, es el ministerio

de este Ángel de Apocalipsis, capítulo 14, recuerden que

Ángel significa mensajero, y si es un mensajero que va a

profetizar, que tiene un mensaje para todos los moradores de

la Tierra, tiene que ser un hombre aquí en la Tierra, un profeta

que predique, que proclame ese mensaje sobre todos los seres

humanos. Dice Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 al 7:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el

evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la

tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.”

O sea, que viene para predicar el Evangelio del Reino, el

Evangelio eterno, el Evangelio del Reino que dijo Cristo en

San Mateo, capítulo 24, verso 14, diciendo:

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el

mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces

vendrá el fin.”

La señal del fin para la raza humana, así como la señal del

fin para el mundo antediluviano fue Noé, y para Sodoma y

Gomorra fue la presencia de los Ángeles allí en Sodoma y

Gomorra. También hubo un profeta dispensacional llamado

Abraham, el cual estaba en un lugar seguro.

Y ahora, este mensajero con el Evangelio eterno dice,

sigue diciendo:

“Diciendo a gran voz...”

O sea, tiene el mensaje de la gran Voz, un mensaje

dispensacional, ese es el mensaje del tiempo final:

“Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria,


porque la hora de su juicio ha llegado...”

O sea, que llama a los seres humanos a servir a Dios y les

dice que la hora del juicio divino ha llegado, el tiempo para el

juicio divino caer sobre la raza humana como cayó en el

tiempo de Noé y en el tiempo de Lot, ha llegado. Recuerden

que Cristo dijo que será como en los días de Noé y como en

los días de Lot la Venida del Hijo del Hombre, la

manifestación del Hijo del Hombre, el día en que el Hijo del

Hombre se revelará , se dará a conocer (Hijo del Hombre

siempre es profeta). Y ahora, sigue diciendo:

“...y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y

las fuentes de las aguas.”

Este mensajero es el que tiene el último llamado de Dios

para la raza humana, llamando a los seres humanos hacia

Dios, el llamamiento de Dios viene por medio de ese

mensajero que viene predicando el Evangelio del Reino, el

Evangelio eterno a todos los moradores de la Tierra, y lo que

será Moisés y Elías, lo que será la trompeta, la séptima

Trompeta que son Moisés y Elías, es el séptimo Sello también

de Apocalipsis, capítulo 8, o sea, la Venida del Señor, la

Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.

Y ese es el tiempo para la restauración de todas las cosas,

y si van a ser restauradas todas las cosas, ¿saben lo que

sucede? Cuando usted va a restaurar un edificio, hay muchas

cosas que tienen que se quitadas. El reino de los gentiles que

está en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, va a

ser quitado y va ser establecido el Reino de Dios.

Vean, esto lo habla tanto en el libro del profeta Daniel,

capítulo 2, verso 34 al 35, dice:

“Estabas mirando (le dice Daniel, el profeta Daniel al rey

Nabucodonosor), hasta que una piedra fue cortada, no con

mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro

cocido, y los desmenuzó.

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EL PROFETA MIRANDO EL CUMPLIMIENTO ELÍAS DE LAS PROFECÍAS RESTAURANDO TODAS LAS COSAS · 2016-12-27 · MIRANDO EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROFECÍAS Miércoles, 21 de Enero de 2009