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Tiene mucho mérito conseguirque las viñas arraiguen sobre elcemento. Pero es más meritoriolograr en estos tiempos en los quelos negocios son, sobre todo, digi-tales y electrónicos, o simplemen-te una sucesión interminable deunos y ceros, o sea, binarios, intan-gibles, trasladar un modelo quefunciona con éxito en Internet almundo real. Este es el viaje queinicia el club de compras de vinoonline Todovino.com gracias a laaperturade suprimer espacio físi-co (La Carta de Vinos) enMadrid.
GonzaloVerdera, quien capita-nea, junto con un peso pesado delas finanzas patrias como es Clau-dio Aguirre (Merril Lynch, Gold-man Sachs o la firma de capitalriesgo Altamar), y otro socio, queprefiere no citar, el proyecto, hadecidido plantar sus viñas entregalerías de arte, restaurantes dediseño y antiguas embajadas. Unambiente que, en principio, pudie-ra parecer algo inhóspito para lauva. Pero no es así. En su estable-cimiento de 250 metros cuadra-
dos del barrio de Chamberí hanencontrado su particular lugar enelmundomás de 500 referencias,desde un Pétrus 1989 (cuyo pre-cio es de 4.695 euros) hasta unsencillo Cuatro Rayas (4,95 eu-ros). Entremedias, un viaje por latopografía mundial del vino. “Latienda es un lugar para encontrarydescubrir. Noes un espacio enci-clopédico ni canónico. No juga-mos a tener más botellas que na-die, sino a que el cliente sientaque este es su club del vino. Unespacio para disfrutar”, apuntaGonzalo Verdera.
El dios Baco estaría de acuer-do con estas frases de Verdera,quien ha construido una estrate-gia empresarial que se resumeen una frase: “Hacer real lo vir-tual”. Para ello cuenta con lacomplicidad de los 12.000 sociosque tiene el club en su formatoelectrónico y los cerca de 3.600que piden habitualmente bote-llas a través de la web. Tambiéngestiona clubes comoThe Reser-ve Shop (lanzado por Diageo) ylos vinos de la clase BusinessPlus de Iberia. ¿Será suficiente?
El tiempo —la verdadera ma-teria con la que se elabora el vi-no— deberá contestar a esa pre-gunta. Mientras tanto, esperanque el know how de los casi doceaños de vida de Todovino.comsea una ayuda para sostener yhacer crecer un negocio que tie-ne que hallar su propio caminopara expandirse.
A finales de los años ochenta,Verdera ganó la prestigiosa becaFullbright que le permitió cur-sar unmáster de administraciónde empresas (MBA) en la Univer-sidad de Harvard. Después fueconsultor en McKinsey; creóuna agencia de Bolsa (Savia Capi-tal), que acabaría vendiendo; unsello discográfico (BajaMusic),
con la idea de hacer lo que en lajerga de esta industria se llamaTalent Scout (descubrir talen-tos), y, posteriormente, a finalesde 2000, surge Todovino.com. Al-go en lo que poco tuvo que ver elazar. El vino siempre ha sido elpatio de recreo de Verdera, yaque transformar una pasión enuna empresa reside en la esen-cia de todo emprendedor.
Y como en cualquier botella,el exterior también cuenta. Laimagen del establecimiento la fir-ma Sandra Tarruella (El Tomatey El Celler de Can Roca, entreotros), la interiorista delmomen-to. Así que el objetivo es juntarlas mejores piezas posibles paraque el puzle encaje y, a la vez,aprovechar el pasado paramiraral futuro. “Al año, en nuestraGuía Todovino, catamos 5.000 vi-nos. Es, para que se entienda, co-mo si se tratara de nuestro análi-sis bursátil, el cual nos ayuda aseleccionar las referencias queel aficionado y socio del club en-contrará en el establecimiento.La idea es que disfrute, aprenday descubra”, cierra. J
Todovino.comtoma cuerpoEl club de compras ‘online’ abre suprimer establecimiento físico en Madrid
Imagen del establecimiento abierto por el club Todovino.com en Madrid.
Claudio Aguirreparticipa en elproyecto, que vende5.000 tipos de caldos
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA VEGA
EL PAÍS, DOMINGO 5 DE FEBRERO DE 2012 NEGOCIOS 13
»empresas & sectoresJ