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El dragón PabloArthurMariusPabloArthurMarius. El Dragón

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El DragónEl Dragón

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Érase una vez en un pueblo viking, una chica llamada

Gertrudis.Ella era una guerrera

valiente, pero un poco tonta, tosca y sucia. Un dia, Gertrudis oyó la historia de su padre que trataba de la leyenda del Dragón negro.

Su padre le explicó también que el Dragón escupía

llamas ardientes y que era tan negro como el infierno.

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Gertrudis no tenía miedo al monstruo y decidió irse para traer

la cabeza del Dragón para demostrar su valor a su padre. El padre se burló de ella. La chica enojada tomó sus armas y fue a

buscar la cabeza del Dragón.

Gertrudis estaba cansada de caminar.

Ella había instalado el campamento en la orilla de un río para dormir y alimentarse.

Tres días más tarde

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De golpe, ella oyó un ruido, se levantó y se aproximó. Puf, un duende, salió de la nada. Gertrudis conocía pandillas de duendes pero

él estaba solo. El duende presumido habló con desafío a Gertrudis. El

sabía dónde se escondía el Dragón y le dijo «Tu vida contra el

escondite de la bestia. Te voy a hacer una pregunta. Si no sabes

contestar, te morirás». Para saber dónde estaba, Gertrudis aceptó.

«Godefroy de Bouillon tiene cinco niños. La mitad son chicas. ¿Cómo

explicarlo?»

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Tardó tres dias en contestar: reflexionó tanto como pudo, hasta tener jaqueca. Por fin, contestó sin estar muy segura «la otra mitad de los niños también son chicas». El duende disgustado respondíó «si». Gertrudis estaba

enfadada contra el duende, ella lo tomó por los hombros y lo sacudíó. Por fin, el pobre Puf, aturdido, se dio por

vencido y confesó el escondite: el bosque de ceniza.

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Un mes más tarde Ella llegó al bosque y se encontró cara a cara con el Dragón. Este la observó durante unos segundos. Después, se elevó por las nubes. Gertrudis miró alrededor de ella, pero sin verlo. De repente, el Dragón surgió de las nubes y escupió una enorme llama. La joven viking se tiró al suelo y blandió su escudo para protegerse.

Pero el escudo prendió fuego y Gertrudis lo soltó y fue a esconderse detrás de una roca.

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Apenas había comenzado el combate que Gertrudis tuvo ya una quemadura. Pero la valiente viking siempre iba con la cabeza alta. Ella se levantó y corrió directamente hacia el Dragón. Dio un gran golpe de hacha en una de las alas del animal, que se puso a lanzar llamas. Gertrudis decidió darle el estoque final.Cortó la garganta del Dragón, que murió entre gritos espantosos. Extenuada, ella se durmió en un charco de sangre de Dragón. Cuando despertó unas horas más tarde, tomó la cabeza del monstruo y se la llevó como prueba de su valentia. A su vuelta, Gertrudis era una heroína…

¡Una leyenda!

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FinFin