Upload
others
View
9
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
HIJOS DE JACOB 1
El deber del atalaya
En Juan 21:15-17 existe un pasaje, en el cual Yeshúa exhorta a Simón Pedro (Kefas), a apacentar la grey en todo
momento. En dicha porción, queda muy claro que una de las maneras de amar a nuestro señor Yeshúa HaMashíaj es
cuidar de su congregación diligentemente.
Jua 21:15-17: “Cuando hubieron comido, Yeshúa dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que
éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda
vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis
ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez:
¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Yeshúa le dijo: Apacienta mis ovejas”.
En este estudio haremos énfasis en unos de los mandamientos que nos da el Todopoderoso, que representa una de las
herramientas básicas para proteger la grey. En muchas ocasiones hemos hablado del mishméret, pero nunca
relacionándolo directamente con el acto de apacentar las ovejas del Señor.
Empecemos recordando qué es el mishméret.
El mishméret es aquel mandamiento, que nos ordena desempeñar un acto de vigilia, custodia o guarda, hacia cada
uno de sus hermanos, o a sí mismo. Cada uno de nosotros es responsable de ser el atalaya de sus propias vidas, y
también de su prójimo.
El mishméret está relacionado con estar atento o vigilante a la voz de Elohím, pero en este caso, nos enfocaremos en
el vínculo que tiene el mishméret con ser atalaya del pueblo cadosh.
Dt11:1 es uno de los versículos que muestra que entre los mandamientos de YAHWEH, encontramos el mishméret
como estatuto vigente: “Amarás, pues, a YAHWEH tú Elohím, y guardarás sus ordenanzas H4931, sus estatutos, sus
decretos y sus mandamientos, todos los días”.
En Dt11:1, el vocablo hebreo traducido al español ordenanzas, es mishméret, marcada con el número H4931, según
el diccionario Strong; su significado es: vigilia, custodia, centinela, preservación, deber, cuidado, deber,
desempeñar, encargar, encargo, grupo, guarda, guardar, guardia, ley, ministerio, ordenamiento, ordenar,
precepto, reclusión, a salvo, servicio, servir, velar.
Levíticos 19:17 es el ejemplo más auténtico encontrado en la Torá, en cuanto al mishméret (“No aborrecerás a tu
hermano en tu corazón; reprenderás a tu prójimo, para que no participes de su pecado”).
Indudablemente, la vigilia es un fundamento que no puede faltar en nuestras vidas, y constituye una transgresión a la
Torá, incumplir dicha ordenanza.
No sería vano aclarar que el mishméret se fundamenta en estar atentos a los mandamientos del Creador, y no a los
preceptos humanos, la razón por la cual debemos vigilar.
Pongamos un ejemplo, que demuestra que el deber del atalaya (vigilia o mishméret) tiene una gran importancia y
que tiene una responsabilidad ante nuestro Elohím Padre.
Ezequiel 3:17-21: “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, mi palabra, y los
amonestarás de mi parte. Cuando yo diga al impío: ‘De cierto morirás’, si tú no lo amonestas ni le hablas, para que
el impío sea advertido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre
demandaré de tu mano. Pero si tú amonestas al impío, y él no se convierte de su impiedad y de su mal camino, él
morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu vida. Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, y yo
pongo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no lo amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había
hecho no serán tenidas en cuenta; pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si amonestas al justo para que no
peque, y no peca, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu vida”.
HIJOS DE JACOB 2
En este pasaje podemos observar que la tolerancia a diferentes tipos de pecados, o no señalar a todo aquel que incurre
en ellos, son motivos por los cuales muchos acarrean graves consecuencias para su vida, siendo esta falta unos de los
motivos por los cuales se derrama la ira de Elohím sobre el hombre.
Si hacemos un análisis detallado del mensaje a las siete comunidades, que se encuentran en el Libro de apocalipsis,
podemos darnos cuenta que su mayor falta era la tolerancia y no señalar diferentes tipos pecados (no cumplir con el
mishméret).
Citemos algunos ejemplos:
El mensaje a Pérgamo. Apo 2:14-16: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la
doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a
los ídolos y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo
aborrezco. Por tanto, arrepiéntete, pues si no, vendré pronto hasta ti y pelearé contra ellos con la espada de mi
boca”.
El mensaje a Tiatira. Apo 2:20: “Pero tengo contra ti que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa,
enseñe y seduzca a mis siervos para fornicar y para comer cosas sacrificadas a los ídolos”.
El mensaje a Sardis. Apo 3:1-2: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives y estás muerto. Sé vigilante
y confirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus obras bien acabadas delante de Elohím”.
En estos ejemplos queda demostrado que el carácter de nuestro Mesías no está relacionado con tolerar ningún tipo de
pecado, y mucho menos callar cuando alguno de ellos sea identificado.
Yeshúa, en su ministerio, ponía en práctica todos los mandamientos de Elohím Padre, entre ellos el mishméret,
sirviendo fervientemente de atalaya a su pueblo Israel.
Mateo 23 muestra cómo Yeshúa combate la impiedad, anunciando todo lo mal hecho, no ocultando, o dejando pasar
por inadvertidas las transgresiones ajenas.
Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres,
pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis
largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito y, cuando lo
conseguís, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: “Si alguien jura por el Templo, no es nada; pero si alguien jura por el oro
del Templo, es deudor”.
¡Insensatos y ciegos!, porque ¿cuál es mayor, el oro o el Templo que santifica al oro?
Yeshúa anunciaba sus palabras en contra de los escribas y fariseos, y ninguno de ellos estaba presente en el acto (Mat
23:1>Entonces habló Yeshúa a la gente y a sus discípulos. No dice que estaban presentes los escribas y fariseos.)
De este modo podemos comprobar, que la teología de encubrir los pecados, no es más que manipulación, que muchos
líderes han predicado con el fin de que sus propias concupiscencias no salgan a la luz.
En muchas ocasiones, se ha mal interpretado la palabra murmuración, provocando que muchos piensen que anunciar
los pecados ajenos (vigilia, o servicio de atalaya., es murmurar o calumniar contra otra persona.
Nota: Ver en nuestra Web: www.hijosdejacob.com, estudio: “La murmuración”.
Podemos poner otros ejemplos, como Gál 2:12-14 y 1 Cró 21:2-3:
Gal 2:12-14: “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, lo reprendí cara a cara, porque era de condenar, pues antes que
llegaran algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que llegaron, se retraía y se apartaba,
porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera
HIJOS DE JACOB 3
que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente
conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: ‘Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no
como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?’”.
Podemos observar, cómo el apóstol Pablo reprende a Simón Pedro por una falta cometida. En ningún momento
vemos que Pablo se queda callado al enfrentarse a tal escenario, sino que corrige a su prójimo, cumpliendo con lo
ordenado en Lv 19:17 (“Reprenderás a tu prójimo, para que no participes de su pecado”).
1 Cr 21:2-3: “Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan,
e informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa. Respondió Joab: ¡Que Yahweh añada a su pueblo cien
veces más de lo que es, rey, señor mío!; ¿acaso no son todos ellos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor
esto, que traerá pecado sobre Israel?”.
No siempre el servicio de atalaya (mishméret), aplica una vez que el pecado ha sido consumado, en ocasiones se
utiliza como medida preventiva, ante un suceso que ha de venir. En el caso de 1 Cr 21:2-3, Joab alerta al rey David
que el censo le sería contado por pecado, de esta manera traería consecuencias negativas para Israel. Joab queda
liberado de toda responsabilidad, o futuro castigo de parte de Elohím, puesto que cumplió correctamente con el
mishméret, sirviendo de atalaya al rey David.
Debemos entender que el propósito primordial de la reprensión, o deber del atalaya, es que el hermano se vuelva de
sus malos caminos, y acuda a un real arrepentimiento.
La reprensión o corrección no está asociada con destruir personas, y mucho menos con el afán de humillarlas.
Tit 1:13-14: “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no
atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad”.
En el momento que amonestemos a nuestro prójimo, debemos tener un equilibrio, en el cual se manifieste sabiduría y
prudencia. Podemos citar Gál 6:1-2: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois
espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la Ley de Mashíaj”.
Por supuesto, hay ocasiones en que el lobo rapas vestido de oveja se manifiesta abiertamente, facilitando que se
revele su identidad sin lugar a duda.
En estos casos, el deber del atalaya (vigilia o mishméret) consiste en sacar a dicho lobo del rebaño, sin ningún tipo
de objeción o escrúpulo. Rom 16:17-18: “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y
tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas
no sirven a nuestro Señor Yeshúa, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los
corazones de los ingenuos”.
El incumplimiento del mishméret trae consecuencias nefastas para nuestras propias vidas, y para la grey del señor.
Podemos asegurar que la ausencia de atalayas en la congregación de Elohím ha sido la causa por la cual el pueblo
cadosh se ha desviado hacia prácticas que se alejan de la voluntad del Creador. En la mayoría de los casos, este
descuido comienza por parte de los sacerdotes o responsables de cuidar la congregación del Señor.
No quiere decir que solo un grupo de personas es el encargado de apacentar la grey, pues el mandamiento que está en
Levíticos 19:17 es para toda la nación de Israel, sino que es innegable la elección de algunos hermanos, para los
cuales este sería su principal legado.
Pongamos ejemplos, que afirman lo antes dicho:
Lam 2:14: “Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio,
sino que te predicaron vanas profecías y extravíos”.
Jer 2:8-9: “Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Yahweh? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores
se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. Por
tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Yahweh, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé”.
Isa 56:9-11: “Todas las bestias del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar. Sus atalayas son ciegos,
todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos
HIJOS DE JACOB 4
perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos,
cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado”.
Ahora podemos entender el motivo por el cual nuestro Mashíaj insistió repetidamente a Simón Pedro que vigilara de
su grey, siendo este mandamiento una de las formas mediante las cuales nosotros podemos demostrar el verdadero
amor a nuestro único Rabí Yeshúa HaMashíaj.
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al
rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los
discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con
lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Elohím, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para
sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados”. Hch 20:29-32
Web: www.hijosdejacob.com Hermano: LEO BEN JACOB