7/26/2019 El Coloso de Francisco de Goya Heraldo de Aragon 19
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4 Artes & Letras HERALDO DE ARAGN 19 de enero de 2012
Esquilloro la vidadespacio
POESA Caricaturas de un diario.Mariano Esqui-llor. Libros del
Innombrable: Coleccin Bi-blioteca Golpede Dados.Con
ilustraciones.
Zaragoza, 2012. 256 pginas.
Prolfico, incansable, frtil,vital. MarianoEsquillor
(Zaragoza,1919)vuelvea darnosunamuestra de todos loscalificativos
quelo perfilan. El poeta cumplir 93 aos en2012 y todava hadadoa los
trculosestasCaricaturasde un diarioque losubliman,lo hacen ser y
estar ms all de su propia
edad, ms all de su realidad cotidiana.l mismose es, sefabrica,
se reconstru-
ye con palabras queacudenaqua unaja-ms extraviada memoria,aunque
este su-puestodiario hayaprescindido estavez dela advocacin
iluminista para proponer-nos un sesgo pausado, reflexivo,
contem-plativo en el que caben invitaciones a lapaz,descripcionesde
excelsosbosques re-cordados, apelaciones a desconocidosde-miurgos,
confesiones de desamor y con-vicciones amorosas, raptos de odio,
derencory deira (porque sonigualmentepa-siones por las que transita
el poeta), ten-
sinemocional, pero una flexibilidadqueprescinde por completo de
prejuicios ti-
ARTEATRIBUCIONES Y POLMICASTRAS EL ESTUDIO EXHAUSTIVO DE LOS
SIGNOS HALLADOS EN LA PIN-
TURA, LA INVESTIGADORA JESUSA VEGA AFIRMA QUE EL FAMOSO CUADRO
FUE PINTADO POR ELARTISTA DE FUENDETODOS, ANTES DE 1812. EN ESTE
ARTCULO ARGUMENTA TODAS SUS RAZONES L
o ocurrido con la pinturade El Coloso de Goya esun episodio
quese podra
calificar de anecdtico si no fue-ra por las consecuencias que
hatenido en la valoracin tanto delcuadro como del propio
pintor.
Sin fundamento, se cuestionsu capacidad para innovar la tc-nica
pictricay para crear nuevastemticas, nuevas iconografas yesto es
grave, pero lo peor es elimpactoque produjoen el pbli-co la decisin
unilateral del Mu-seo del Prado, la institucin de-positaria de
losbienesculturales,de negar la autora y la calidad auna pieza
fundamental de nues-tro patrimonio, revitalizando elojo como nico
criterio de vali-dacin en detrimento del mto-do cientfico. No
obstante, losenormes esfuerzos hechos porelMuseo delPrado han
sidovanos:la documentacin de laboratoriosobre el soporte, los
pigmentosy los aglutinantes son de la po-
ca de Goya;la tcnicaartstica,esdecir los procedimientos, no s-lo
no le alejan de Goya sino quecorroboran que es obra suya; encuanto
al contenido y la audaz yatrevida composicin, son cohe-rentes tanto
con la crisis blicacontraNapolen, comocon lal-tima etapa de la vida
de Goya ysu produccin en pintura comoen grabado y dibujo.
Por ltimo, la proximidad fsi-cay conceptual deEl Coloso conlas
Pinturas Negras es algo queha puestode manifiesto connue-vas
aportaciones el Dr. Foradada,pero exista ya una densa
histo-riografa que avalaba, documen-taba y adems explicaba
esteenorme gigante como obra deGoya.
Entonces qu es lo que ha pa-sado? Pues lo que ha ocurrido esque
a los actuales inquilinos delMuseo del Prado no les gusta
es-teGoyay hanconfundido su gus-to personal con la realidad
cues-tionando, con enormefrivolidad,la documentacin y las
aporta-ciones de los historiadores quehan enriquecido el
conocimientode El Coloso,llegando a una ter-giversacinde loshechos
quepo-dramoscalificar de escandalosa.
Quea loshistoriadores y direc-tores de una institucin no
lesguste una pintura o una determi-nadapocadeunpintor,noesra-ro. Es
ms, Goya tiene una larga
trayectoria en este sentido: des-de Merime hasta Eugenio
dOrspasando por Hamerton, Passa-vant y Ortegay Gasset,por ejem-plo.
Incluso dentro de la historiadel propio Museo del Prado hu-bo una
larga poca en que los
es de Francisco de GoyaEl Coloso
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cos. TomaMarianoEsquillor una distanciamuy medidaentrelo que esy
loque fue,yestafocalizacines la quele permite adop-tar una postura
hasta ahora poco prdigaen su obra: la conseja, la admonicin,
elcontenido moral susceptible de ser trasla-dado a los otros.
El poeta total
Sin embargo, la ms profusa presencia deese t no se limita a ser
slo sujeto de unnuevo didactismo, sino que le sirve tam-
bin para lo que a Mariano Esquillor le haservidosiempre:
comosujeto de su propio
prendimiento a la belleza, al amor, a la sen-sualidad todava
capaz y viva de su antro-pologa a flor de piel.
Este sujeto es clave y clsico en la obrade nuestro poeta, que
encuentra en esa fi-sonoma multiforme el mejor y ms realpretexto de
su inspiracin. Lo que para unsinnmero de poetas constituye un
com-placiente desvanecimiento, para Esquillorsignifica un activo,
la causa real de su in-clinacininapelablea lapoesa;peroen
esetesposibleencontrartambinaunyoem-
boscado,un tquehabita ens mismo y alque hay que separar de s
para decirle que
el tiempo de la espera sigue su curso, aun-que sin
apresurarse.
Eneste diarionos topamos conun Esqui-llortotal, un pangrafo
vertido, como siem-pre,en su ensimismamientogenial,pero unEsquillor
que se ha detenido un momento,ha mirado arriba y abajo y a cada
lado pa-ra seguir escribiendo de lo de siempre, delo nuestro y de
los suyo, pero de otro mo-do,mirndonosdirectamentea losojos
pa-radecirnos:No salgas esta noche. Abre tupecho y abrgate con los
principios de la
Sabidura.MANUELMARTNEZFOREGA
Fernando Ferrer: 1.Crece el diluvio, baa el musgo. / Crece la
espiga, pruebassu contacto. / Cemento de ciudad que reconoce / su
aspecto: / las personas anu-
dan / su trayectoria, libres / desde la simple / ancdota. 2.
Materiales meno-res. / El lenguaje gotea ceniza. / El poeta se
apaga (De Variaciones.... PUZ)
que en esta ocasin, probable-mente por la penuria econmicaen la
que estaba viviendo,
Goyanosesirvideungrabadordele-traespecializado,sino que publi-c de
forma impresa los ttulos yaadilos nmeros elmismoconla punta del
aguafuerte.
Quedara la cuestin de porquesta parte del lienzo est
tandeteriorada.En esteasunto lasin-vestigaciones del Dr.
Lenaghansobre el positivo fotogrfico delcuadro que se conserva en
la ac-tualidaden laHispanic SocietyofNew York ofrecenalguna luz.Enl
se aprecia el rastro de lo quepodra ser la firma de Goya bajoel
nmero 8.
Entonces, es fcil comprenderque cuando Vicente Poler res-taur
laobra quisiera borrarla ci-fra parasacara laluzla firma pe-ro, por
lo que se ve, todo devinoen un fiascoy el deteriorode esaparte del
lienzo.
El Coloso es el cuadro que seregistraen elasiento 18del
inven-tariode 1812titulado Un gigante,la misma denominacin que
re-cibi la estampa que Goya grabunos aos despus con la
mismatemtica. Entre ambas obras hayun dilogo visual evidente,
peroadems la segunda nunca podrahaberexistidosin laprimera,y
encabeza de nadie cabe que Goyausurpara la invencin, precisa-mente
lo que ms valor Mengsde su genio, a un ayudante que,por otro lado,
siempre ha dadopruebas de esta carencia.
Noes difcilentender quea de-terminadas personas no les gus-ten
determinados cuadros, perolo que no se puede explicar es elinters
de los actuales responsa-blesdel museopor convencernosde que un
cuadro excelente esuna obra de mala calidad. Pero,definitivamente,
lo que no se pue-de aceptar es que se detraiga dellegado creativo y
material de unpintor una de sus obras ms ge-niales por pura
frivolidad, deva-luando adems con ello el patri-monio de todos los
espaoles.Rectificar es de sabios, y este re-frn es igualmente
patrimoniocultural por lo que siempre esbueno ponerlo en valor.
JESUSAVEGA
Firma de Asensio Juli en Elnufrago (Museo de Bellas
Artes de Valencia), detalle del
ngulo inferior izquierdo de El
Coloso; superposicin del
guarismo del 8 que grab Goya
en la estampa de La Tauroma-
quia. El 18 es el nmero de
asiento de la pintura Un gigante
en el inventario de los bienes de
Goya de 1812.
grandes cuadros del 2 y 3 dema-yo fueron considerados bosque-jos
hechos de pura prctica quedestruiran la gloria del pintor sise
exponan al pblico; y lo mis-mo prcticamente ocurri conlasPinturas
Negras tras ser dona-das al Museo del Prado.
Nunca puse en duda la autorade El Coloso, pero en esta oca-sin
voy a ocuparmede ella por-que creo que es posible esclare-cer la
interpretacin de los sig-nos sobre los que se ha asentadola
desatribucin, me refiero a losrestos que se aprecian en el n-gulo
inferior del cuadro, supues-tamente A J. A partir de ah,
se-construy el resto deledificio, esdecir del discurso, un
discursohechoalamedidaparareforzarla
idea de que la pintura era deAsensio Juli. Como explic laDra.
Garrido, en la reunin a laqueasist hace unos aos, no erasa la nica
lectura posible. En-tonces, ya aconsej investigarmsesa partedel
cuadro,ms de-teriorada que el resto, antes depronunciarse. Nos
mostr cmola pinturahabasufrido erosiones
que haban provocado la prdidade materia pictrica. Por otro
la-do, ya se apunt en esa reuninqueeramuyposiblequeesosres-tos
correspondieran al
nmeroquerecibielcuadroenelinven-tariolevantadopor Goyay su hi-jo
tras el fallecimiento de JosefaBayeuen1812.Elnmero18.Yes-toes
efectivamente loque hanre-
sultadoser estosrestos, puestan-to en pintura como en grabado
ydibujo,Goyahace el guarismodeuna maneraparticular. He
tenidooportunidad de verlo contem-plando de nuevo en el Museo
deBrooklyn el retrato de Goya a suamigo Tadeo del Rivero
fechadoen1806;y enel dibujode lapgi-na 87 del lbum F que se
con-serva en el Metropolitan Mu-seum de Nueva York. Pero cual-quier
lector lo puede comprobaren la Tauromaquia, serie grabadaal
aguafuerte,prcticamente coe-tnea a la poca del inventario.
Superponindolos,la formadelnmero grabado explica por ssola los
restos que conservamosenEl Coloso.Y aquno cabe du-darsobre
elautorde lagrafa por-
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La noche sin fronterasJavier Valln
Primer premio de poesaUniversidad de Zaragoza 2011
Como entoncesMara Frisa
Primer premio narrativaUniversidad de Zaragoza 2009-2010
