“El Cerebro y la Mente de un Adicto” por Kevin Taylor ¿Qué está sucediendo en el cerebro y en la mente de un adicto?Leamos Proverbios 23:29-35. El cerebro recibe muchos estímulos, algunos de los cuales son reconocidos como placer y recompensa. Por ejemplo, la intimidad, el sexo, la comida, la co-modidad, el alcohol, las drogas, los juegos de azar, la pornografía, y otros placeres carnales. El cerebro humano tiende a querer replicar el placer y la comodidad y evitar el dolor o la in-comodidad. Los seres humanos tienen "funcionamiento ejecutivo" en la corteza frontal (lóbu-lo frontal) que permite el retraso de la gratificación, la comodidad y el placer. Cuando una persona consume una droga como cocaína, en el cerebro, se suelta como mil veces más dopamina en el cerebro que cuando un placer normal y saludable. Tres resultados aconte-cen. (1) Ya no puede disfrutar un placer normal y saludable en su vida. (2) Sin cesar busca replicar la sensación que le dio la droga. (3) Las otras áreas del cerebro que le ayudan a pensar y razonar tienen menos función y por tanto ya no es posible que piense correctamente acerca de los placeres y las consecuencias.

A través del tiempo, el alcohol y las drogas dañan el lóbulo frontal que es responsable de ra-zonamiento y interfieren con la capacidad de retrasar el placer. Por tanto, en el cerebro del adicto, hay una incapacidad para retrasar la gratificación.Aquí Salomón describe el proceso, que la vida de un hombre es física y emocionalmente afectada en una manera muy negativa por el uso repetido de una sustancia. En versículo 29, encontramos las muchas adversidades que una adicción produce en la vida del hombre: -¿Para quién será el ? (El ay es un grito de desesperación pronunciada sobre una persona por su extensa maldad. Es asociada con profundo dolor y gran tristeza.) -¿Para quién el ? (Es la emoción de tristeza asociada con la pérdida de algo valioso) -¿Para quién las ? (Son las contiendas verbales y físicas innece-sarias en las cuales el borracho se mete. Muchas veces cuando está borracho, hiere a las per-sonas que ama cuando está sobrio.) -¿Para quién las ? (Al meditar en su situación, entiende que está en miserias, y comunica a menudo su deseo de ser libre, pero no halla la manera de salirse) -¿Para quién las en ? (No son lesiones honor-ables, por proteger a su esposa o familia, sino son golpes recibidos por las contiendas huecas que él causa por su borrachera) -¿Para quién lo de los ojos? (Su sentido más importante, la de visión, es afectada por su vicio, dejándole vulnerable y expuesta a los ataques de personas con quienes él contiende sin razón.) Después de preguntar a quien pertenece tantas adversidades tan desagradables, Salomón nos da la respuesta. “Para los que se detienen en el vino, Para los que van buscando la mixtura.” (Prov. 23:30) Es claro que Salomón está describiendo a las personas que están bajo el control de una sus-tancia mala. La evidencia es que “se detienen” y “van buscando” el alcohol o la droga. La per-sona sobria y sabia considerará el fin de tal vicio y abstendrá de aun mirar al vino en la copa (vv. 31-32). Pero la persona adicta sufrirá grandes consecuencias; tales como: La visión nublada y la sensación de ver cosas que no son (v. 33a) Expresarse en la forma más necia posible (v. 33b) Los mareos por la pérdida de equilibrio físico y los mareaos (v. 34) A pesar de todas las consecuencias, él adicto declara, "lo volveré a buscar". ¿Por qué? Por causa del daño cerebral, el adicto por tanto vive sin razonamiento. En su libro llamado “El Cerebro Egoísta: Aprendiendo de la Adicción”, el Dr. Robert DuPont califica la incapacidad de retrasarse de la búsqueda del placer como el "cerebro egoísta". En el adicto, el consumo

de sustancias produce un comportamiento de “ahora mismo”. En el mismo momento, el comportamiento se repite independientemente de las consecuencias a largo plazo a causa de su fuerte deseo de experimentar el placer ahora mismo. (http://www.interventionfamilyre-covery.com/alcoholism-addiction/). Por eso la Biblia nos mantiene con el mandamiento de una abstinencia total de tales cosas (Prov. 23:31).Ha sido probado que la parte del cerebro responsable del razonamiento (lóbulo frontal) tiene menos función en la vida de un adicto. Ya no medita en las consecuencias de su mal-dad. Por tanto, el adicto vive una vida de auto-engaño (Ef. 4:22). A menudo se escuchará de-cir el adicto: “En cualquier momento yo podría dejar esto.” “Una copa de vez en cuando no es nada.” “Es que tengo derecho de disfrutar mis fines de semana.” “Mi familia no está siendo afectada por eso. Es algo personal.”

Aplicaciones: 1. Que nos demos cuenta que los vicios son un problema espiritual, y por tanto tienen un remedio espiritual únicamente. En el contexto de Efesios 4, el remedio para la persona vicia-do conforme a los deseos engañosos es una relación salvadora con nuestro Dios mediante el Señor Jesucristo (Ef. 4:17-21). Los vicios tienen consecuencias físicas (muerte de células cerebrales, la ruina del hígado), pero si se trata solamente con el lado físico, estará tratando con los frutos y no las raíces del problema. 2. La salvación es instantánea cuando el adicto pone su fe en Cristo, pero la restauración del ex-adicto es un proceso. Así como ha sido un proceso gradual en lo cual se envolvió en el vicio, será un proceso gradual sacarlo de lo mismo. Esto es evidente por el mandamiento dado en Efesios 4:23, que el mandamiento, “renovaos en el espíritu de vuestra mente,” im-plica una acción continua. Ten paciencia con el adicto, mientras poco a poco su cerebro va recuperando sus capacidades de razonamiento también y el Espíritu Santo mueva en su vida. 3. Tal recuperación requiere que el adicto recibe instrucción de otros (Ef. 4:23). Nunca es un proyecto de a solas. En el idioma griego, la palabra “renovaos” es en el tiempo pasivo, impli-cando que el adicto reciba algo de afuera (Dios y los consejeros). De hecho, Gálatas 6:1 im-plica que cuando uno peca, los muchos deben de participar en la restauración. Pero el es-fuerzo para recuperarse, no es solamente de Dios y los consejeros, sino que el adicto tam-bién necesita poner de su parte. Necesita tomar acción con la ayuda de Dios (Ef. 4:24). 4. El vicio ha controlado al adicto. Él esta “viciado conforme a los deseos engañosos” (v. 22), un verbo el el tiempo pasivo en el griego que revela que algo más poderoso que él está dominándole. La solución secular sería que necesita volver a tomar control de su vida. Bíbli-camente, la solución no es así. Él es un esclavo, y necesita seguir siendo un esclavo, pero

ahora con un nuevo Amo que le puede dar libertad. Requiere de un cambio de amo; de un amo cruel llamado la droga, a un Amo compasivo y poderoso llamado Cristo. Por eso el ver-bo “creado” en el versículo 24 está en el pasivo también. Cediendo su vida a Dios en obedi-encia es la clave. Nunca venceremos un mal deseo por tratar de eliminar ese deseo. Eso pro-ducirá frustración y nada más. Venceremos los malos deseos por desear fuertemente algo noble, “la justicia y santidad de la verdad” (v. 24).5. Fácilmente, no metemos en vicios aceptables como el uso del internet y las redes sociales en particular, comprar cosas sin necesidad de ellas, ser apasionado para algún deporte o pasatiempo, o los video juegos. Necesitamos reconocer que en medio de un mundo viciado, ha sido probado que cualquier que trabajemos en nosotros mismos mientras que trabajamos con otros (Gal. 6:1-10).