El Centro Histórico de Morelia

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    RESUMEN

    El centro histrico de Morelia es uno de los ms seoriales y mejor conservados deMxico e incluso en 1991 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de laUNESCO. No obstante, la proliferacin de comercio informal en las calles y plazas ob-servado durante los ltimos 25 aos se convirti en un problema que pareca irresolu-ble y que generaba problemas sociales y ambientales, adems de que limitaba el dis-frute de los espacios pblicos, tanto para los ciudadanos locales como para el turismo.

    Gracias a una labor de consenso poltico y de mltiples negociaciones se logr re-tirar a dichos comerciantes (ms de 1.500) mismos que fueron realojados en sitios me-jor dispuestos con lo cual el centro histrico luce una agradable imagen y se encuentraen mejores condiciones para perpetuar su centralidad. Se documentan los mecanismosutilizados y el papel desarrollado por el Patronato Pro-Rescate del Centro Histricopara alcanzar este importante objetivo que en Mxico resulta muy alentador y ha ge-nerado un clima de optimismo social.

    Palabras clave: Centro histrico, comercio informal, Morelia, Mxico.

    ABSTRACT

    The historic center of Morelia is one of the most stately and best conserved in M-xico, so much so that in 1991 it was declared a Patrimony of Humanity site by UNES-CO. Notwithstanding such a mark of distinction, the last 25 years have seen the centerinvaded by a proliferation of street vendors, a problem that until recently seemed in-soluable. It generated not only social and environmental problems but also limited theenjoyment to the public spaces by residents and tourists alike.

    Thanks to consensual political action and multiple negotiations, the more than 1.500vendors were removed and relocated in more appropriate locations, leaving the city

    El centro histrico de Morelia:gestin social y revaloracin del patrimonio

    Luis Felipe CABRALES BARAJAS*

    Recibido: 5-IV-2002Aceptado: 25-VI-2002

    Anales de Geografa de la Univ. ComplutenseVol. 22 (2002): 131-156

    ISSN: 0211-9803

    * Universidad de Guadalajara (Mxico).

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    center to better exhibit its pleasant environment and distinguished architectural past. Thepaper documents the methods uses in relocation process, especially the role played by thePatronato Pro-Rescate del Centro Histrico to achieve this important objective which,for Mexico, appears most encouraging and has generated a climate of optimism.

    Key words: Historic center, informal commerce, Morelia, Mxico.

    La bsqueda de un futuro termina siempre con la reconquista de un pasado

    Octavio Paz

    1. INTRODUCCINCada finca es un palacio. El entramado de palacios y conjuntos conven-

    tuales forma en Morelia uno de los cascos histricos ms seoriales de Mxi-co. Dada la coloracin de la piedra desnuda que domina sus muros, Pablo Ne-ruda hizo referencia a los prpados rosados de Morelia (1981: 356).

    La antigua Valladolid constituye un sitio excepcional por sus valores urba-nstico-arquitectnicos y por el protagonismo desplegado en diversos episodiosde la historia nacional. Si bien el esfuerzo por valorar y recuperar el patrimoniode la capital de Michoacn tiene lejanos antecedentes (Ramrez, 1985: 75-88,Daz- Berrio, 1998: 172), recientemente se convirti en noticia. Durante los l-timos 25 aos sufri una despiadada invasin por parte de comercios semifijos yambulantes que lograron apropiarse de calles y espacios cvicos del corazn de laciudad, incluso una porcin de ese comercio tena ms de 40 aos de arraigo.

    En el ao 2001 ocurri el milagro: la ciudad histrica de pronto se vio li-berada de dicha patologa social, tan comn en las ciudades latinoamericanas.El encabezado celebratorio de un artculo periodstico que circul a nivel na-cional es elocuente y pretende ser aleccionador: Como acabaron en Moreliacon los ambulantes (Crigo, 2001: 16). Por su parte un diario local, La Voz deMichoacn en su edicin del 5 de junio hizo referencia en su primera plana a laLimpia de ambulantes.

    La operacin pblica de desalojo, lejos de ser resultado de una actuacindura por parte del Estado, fue producto de una mezcla entre el consenso yaplicacin de la norma legal. Por su contundencia, sta afirmacin se exponea un natural margen de duda, que intentamos disipar en el presente trabajo yadelantamos que no se trata de una accin aislada: forma parte de una polti-ca integral emprendida a travs del Patronato Pro-Rescate del Centro Hist-rico Todos por Morelia1, mismo que ha logrado aglutinar voluntades de di-

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    1 Agradezco la colaboracin del Patronato que en voz de Ricardo Aguilera Soria respondi pro-fesional y generosamente a muchas interrogantes y me aport algunos documentos de base.

  • versos sectores de la sociedad, aunque tambin haremos referencias al uso po-ltico de la iniciativa.

    La intervencin sobre el comercio informal tiene tal trascendencia para elcasco histrico que merece ser documentada. Aunque las buenas experienciasde gestin social no son mecnicamente repetibles, el caso que nos ocupamuestra una voluntad creativa puesto que ha impactado positivamente a la ciu-dad heredada: mejor notablemente sus aspectos sociales, funcionales y est-ticos e infundi un buen nimo ciudadano.

    La zona patrimonial se encuentra en mejores condiciones para perpetuar sucentralidad: para los morelianos es y seguir siendo el espacio simblico porexcelencia. Tambin augura mejores horizontes para el turismo cultural: ese ni-cho de mercado tiene gran importancia para la economa mexicana y se prevuna notable expansin durante los prximos aos. El ordenamiento comercialdel centro histrico de Morelia puede alimentar la agenda de compromisos queenfrentan las ciudades histricas, de cara a una mejora en la calidad del hbi-tat y tiene un valor de ejemplo que inspire soluciones a sus difciles retos.

    Mxico cuenta con 56 Zonas de Monumentos Histricos oficialmente re-conocidas y con 21 sitios declarados por la UNESCO Patrimonio de la Hu-manidad 2: dos de ellos son bienes naturales, mientras que 19 constituyen bie-nes culturales. De estos ltimos, nueve corresponden a cascos histricos vivosque simbolizan magistrales realizaciones del urbanismo colonial 3.

    Los centros histricos estn sujetos a presiones tursticas diferenciales,fenmeno que en principio podemos desdoblar en tres tipologas. Estn en pri-mera instancia los de la ciudad de Mxico (8.605.239 habitantes en el ao2000 4), Puebla (1.346.916), Quertaro (641.386) y Morelia (620.532), queaunque tienen vocacin turstica presentan funciones urbanas diversificadas, locual se explica parcialmente por la escala de la ciudad que representan y por supeso industrial. En cambio Oaxaca (256.130), Guanajuato (141.196) y Zaca-tecas (123.899) constituyen una segunda categora que se caracteriza por unantida especializacin turstica que se ha conseguido en buena medida a partirde la recuperacin de sus cascos histricos.

    La tercera tipologa esta representada por los centros histricos de Cam-peche (216.897) y Tlacotalpan, Veracruz (14.946), cuya presin turstica re-

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    2 Durante julio de 2002 se celebrar en Budapest la reunin de la UNESCO en que se discutir lapropuesta de inclusin en la lista del Patrimonio Mundial de la ciudad maya de Calakmul (Campeche)y de las misiones franciscanas de la Sierra Gorda de Quertaro.

    3 El resto de sitios declarados son: la ciudad prehispnica y Parque Nacional de Palenque, las ciudadesprehispnicas de Teotihuacan, Chichen-Itz, Uxmal, Paquim y la zona prehispnica de Xochicalco. Tambinestn las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco, los monasterios del siglo XVI sobre las laderas del Po-pocatpetl y el Instituto Cultural Cabaas de Guadalajara. En el caso del centro histrico de la ciudad de Mxicose incorpora Xochimilco y en el de Oaxaca incluye la ciudad prehispnica de Monte Albn. Los sitios naturalesincluidos son la reserva de la Biosfera Sian Kaan y el Santuario de Ballenas de las Lagunas de Vizcano.

    4 Cifra que comprende al Distrito Federal y por tanto no incluye el resto de la metrpoli asentadasobre el estado de Mxico. Los datos proceden de INEGI (2001). En el resto de las ciudades los datoscorresponden al municipio central que en algunos casos polariza a una ciudad ms amplia.

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    sulta por ahora incipiente. Son los sitios que ms recientemente obtuvieron ladeclaratoria y tienen en comn su emplazamiento litoral, lo cual refleja elavance de la frontera patrimonial oficialmente reconocida, antes circunscrita alcentro del pas, e incluso en el caso de Tlacotalpan incorpora una cultura localcon arraigados ingredientes rurales.

    2. VALLADOLID-MORELIA: VALOR HISTRICOY RECUPERACIN DEL PATRIMONIO

    Morelia se instal con el nombre de Nueva Ciudad de Michoacn sobreuna pequea loma del valle de Guayangareo, sitio con poblacin indgenaescasa y dispersa y buena disponibilidad de recursos naturales como agua, tie-rras frtiles y pastos para el ganado. Se trata de una implantacin tpicamenteespaola hecho que llev a Manuel Gonzlez Galvn a afirmar que la ciudadnace de semilla hispnica en un dbil surco indgena (Ramrez: 1985: 10).

    La fundacin fue aprobada el 23 de abril de 1541 por el virrey de la NuevaEspaa, Antonio de Mendoza, aunque su creacin haba sido autorizada cuatroaos antes por Cdula Real expedida en Valladolid, Espaa. El 18 de mayo

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    CENTROS HISTRICOS DE MXICO DECLARADOSPATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

    Estados Unidosde Amrica

    REPBLICA MEXICANA

    Golfode Mxico

    Zacatecas

    GuanajuatoQuertaro

    MorellaCd. de Mxico

    Puebla

    Oaxaca

    Guatemala

    Belce

    Campeche

    Tlacotalpan

    Ocano Pacfico

  • de 1541, a las 8 de la maana los jueces comisarios designados, tomaron po-sesin del sitio en el valle de Guayangareo, y sealaron el lugar de la ciudad,su traza y los sitios para la iglesia catedral, casas de cabildo, crcel y plazaprincipal (Cervantes, 2001: 23). Al convertirse en sede episcopal recibe elnombre de Valladolid (1577 o 1578), nombre que ostentara hasta 1828 en quese denomina Morelia, en honor al prcer de la Independencia Nacional DonJos Mara Morelos y Pavn.

    La eleccin del nombre colonial es un buen ejemplo de los valores que per-meaban las relaciones entre el poder peninsular y el novohispano: en una in-teresante hiptesis Herrejn (2000: 155-156) plantea que aunque no hay indi-cios para asegurar que la iniciativa hubiera provenido del rey Felipe II,funcionarios subordinados a l como el bachiller Alonso Martnez o el virreyMartn Enrquez de Almanza consintieron rebautizar a la ciudad como Valla-dolid. Las razones: ah haba nacido el monarca en 1527 y con la refundacinmichoacana se prometan los nuevos pobladores prolongar ac el lejano es-plendor, el mismo que la ciudad castellana haba perdido cuando la capitali-dad del reino fue trasladada a Madrid en 1561 por el propio Felipe II. El lustrey prestigio que a Valladolid se restaba en Espaa se ganara en Amrica.

    En la construccin fsica y formacin social de Valladolid-Morelia se fil-tran los ideales del humanismo renacentista que no por ello estn desprovistosde arraigadas concepciones del orden religioso medieval.

    El ncleo moreliano articula magistralmente dos componentes morfolgicos,el plano y la edificacin, con lo cual adquiere una singular personalidad. Laplanta urbana, diseada por el alarife sevillano Juan Ponce responde a la tradi-cional trama ortogonal de las ciudades espaolas en Amrica, aunque en ciertossectores la cuadrcula muestra ajustes que bien son resultado de adaptaciones aaccidentes fsico-topogrficos, incorporacin de caminos rurales a la trama ur-bana o bien responden a la bsqueda de soluciones creativas, por ejemplo las ca-lles cerradas que rematan en fachadas de iglesias realzando el paisaje urbano.

    Entre las singularidades del plano moreliano tenemos que la imponente ca-tedral no cuenta con una plaza frontal sino que est flanqueada por dos plazas,una a cada lado. La suma de estas, junto con la superficie ocupada por laconstruccin catedralicia suma 298 metros de frente (direccin E-O) por 129de fondo (direccin N-S) lo que genera un cuadriltero de 38.442 m2 en dondese conjugan armnicamente espacios sacros y ldicos. Tambin llama la aten-cin la presencia de un amplio y monumental eje articulador oriente-ponienteque hace las veces de espina dorsal del casco histrico: la actual avenida Ma-dero que durante el virreinato constituy el camino real entre Mxico y Gua-dalajara.

    Oculta bajo su unidad aparente, la edificacin vallisoletana muestra diver-sidad: en trminos genricos se desarroll el concepto barroco, aunque con taloriginalidad e introversin que se han acuado calificativos como barrocomoreliano o tablerado, cuya sea principal es la sobriedad, al tiempo que co-existe con determinantes influencias platerescas y neoclsicas.

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    Resalta la arquitectura religiosa desde el momento en que Valladolid seconsolid como ciudad conventual durante el siglo XVII, la construccin de losedificios se convirti en un factor de atraccin de mano de obra indgena. Losmonasterios, conventos y capillas son imprescindibles piezas de un patrimo-nio excepcional que se completa con la portentosa catedral cuyos mritos ar-tsticos slo podran ser superados por sus homlogas de la ciudad de Mxicoy de Puebla.

    Cada orden religiosa dej su particular huella en la ciudad, as por ejemplo,los carmelitas descalzos levantaron su convento al iniciar el siglo XVII antepo-niendo el principio de sobriedad. En un estudio sobre el tema, Dvila (1999:

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    Vista area del casco histrico en la dcada de 1930.

  • 88) documenta la filosofa constructiva del Convento del Carmen seran lasproporciones y no el ornato las que aportarn esttica al conjunto y a los di-versos elementos de la construccin...la sobriedad contribua a la meditacin yal recogimiento de los frailes, ayudndoles a interiorizarse. Ello explica la au-sencia de alardes decorativos y que el claustro sea de una planta, con lo cual sebuscaba congruencia con los ideales religiosos5.

    Por su parte, las fincas domsticas suelen ser de una o dos plantas y en loscasos ms relevantes son el producto de una refinada concepcin acadmica

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    5 El exconvento carmelita es la sede actual del Instituto Michoacano de Cultura.

    Grabado decimonnico de la Catedral, principal hito monumental de Morelia.

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    ejecutada por arquitectos europeos. En las mansiones palaciegas sorprende lamagnificencia de sus patios porticados y balcones: en especial, durante el si-glo de las luces intentan ser el reflejo del poder que ostentan sus dueos, ge-neralmente propietarios de haciendas agrcolas.

    La riqueza econmica combinada con los ideales ilustrados monumentali-z la ciudad. Entre las obras civiles de la poca se cuenta el acueducto cuyamanufactura procede del siglo XVIII: consta de 253 arcos que se distribuyen a lolargo de 2.010 metros (Cabrera & Ettinger, 1998: 71-72).

    El centro histrico actual, cuyo permetro corresponde a la trama urbana definales del siglo XIX, esta formado por 1.142 edificios: se sita en el tercer lu-gar nacional dentro de las 56 zonas monumentales oficialmente reconocidas 6.Segn el decreto publicado el 19 de diciembre de 1990 en el Diario Oficial dela Federacin se declara Zona de Monumentos Histricos, cubre 219 manza-nas y una superficie de 3,43 km2.

    Durante los ltimos 60 aos el casco histrico ha estado expuesto a po-tentes presiones para servir a una ciudad que crece vertiginosamente. Para elao 1900 Morelia contaba con 37.278 habitantes: en el ao 2000 aloja a

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    6 Slo es superado por el centro histrico de la Ciudad de Mxico que cuenta con 1.435 edificioscatalogados y el de Quertaro con 1.380 (www.inah.gob.mx).

    El acueducto, rehabilitado en 1997, se prolonga sobre dos kilmetros.

  • 620.532; sin embargo, ese trnsito observa dos cortes claramente diferen-ciados: entre el arranque del siglo XX y 1940, cuando Morelia alberga a44.304 habitantes, crece a una tasa media anual de 0,43 %, mientras que en-tre 1940 y 2000 lo hace a 4,58 %, dato que ilustra la contundencia del fen-meno.

    El balance sobre la pureza del patrimonio moreliano se enfrenta a naturalescontroversias. Para el comn observador externo guiado por la percepcin, elcentro histrico destaca por su magnificencia y buen estado de conservacin.En cambio el especialista y ciudadano crtico, ms atentos al detalle no estarntotalmente de acuerdo.

    Aunque existen voces de denuncia sobre la destruccin o abandono de edi-ficios, stas pesan menos que las originadas por cambios en los usos del sueloya que orillan a realizar adaptaciones materiales: la ms tpica es la conversinde patios en espacios aprovechables comercialmente o la instalacin de servi-cios como bancos y restaurantes, situacin que ha llevado a injertar cu-biertas, aunque a veces en forma acertada.

    Es necesario incorporar matizaciones y mantener el espritu crtico, locual no debe impedir reconocer que el casco moreliano ha logrado salva-guardar su marco edificado, evaluacin que debe inscribirse dentro del con-texto nacional en el que buen nmero de ncleos urbanos han corrido con peorfortuna.

    Daz-Berrio (1998: 171) sintetiza y concilia valoraciones de distinto signoal mencionar que no se encuentran, ms que en contadas ocasiones, elemen-tos o edificios discordantes, o volmenes excesivos que afecten el entorno his-trico general de la zona urbana central, aunque haya habido deterioros, des-trucciones y diversos problemas en Morelia, como en todas las ciudadeshistricas.

    Una apreciacin similar ofrece Vargaslugo (1997: 122) cuando afirmaque puede considerarse como una ciudad bien conservada, que ha resguar-dado la mayora de sus bienes histrico-artsticos a pesar de las vicisitudes queinevitablemente destruyeron parte de su patrimonio.

    En un minucioso estudio publicado por Esperanza Ramrez en 1985 secuantifica el rea degradada en un 11,7 %, aunque alerta que un 37 % se en-cuentra en proceso de deterioro, para tal efecto usa como unidad de anlisis lacuadra.

    Por su parte el Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro His-trico de Morelia (1999) estima el que el 11,8 % del patrimonio edificado seencuentra en malas condiciones, el 51,5 en regular estado y el restante 36,7 enbueno, con lo cual se tiene una aproximacin objetiva que invita a pensar enlos grandes retos que el casco moreliano debe afrontar 7.

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    7 Un tema por dems controvertido es el que se refiere a los aplanados de los edificios morelianos.En el ao 1965 fueron retirados gracias a las exhortaciones del Ayuntamiento de la ciudad, durante elperiodo en que fuera presidente municipal Fernando Ponce De Len (Ettinger, 2001: 118). Cabe

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    De especial importancia es la fuerza de participacin ciudadana. Hiriart(1999: 119) documenta la presencia activa de 17 agrupaciones civiles 8 enca-minadas a velar la buena salud del centro histrico, algunas con un papel cla-ve en la recuperacin de edificios especficos, el rescate de bienes muebles olas dedicadas al tema de la formacin profesional y difusin cultural. Unejemplo por dems exitoso lo constituye la iniciativa de la asociacin civil Mo-relia, Patrimonio de la Humanidad para restaurar el acueducto, obra que en1997 qued concluida regresando as la dignidad a uno de los principales em-blemas de la ciudad.

    El inters por conservar y recuperar el casco histrico moreliano se inten-sifica con la creacin del Patronato Pro-Rescate del Centro Histrico, ocurridaoficialmente el 18 de mayo de 1999. El organismo esta formado por 68 per-sonas y la iniciativa surge del Ayuntamiento de la ciudad 9.

    Las acciones emprendidas durante 2001 gravitarn en buena medida sobrealgunos actores clave que trabajan sincronizadamente, aunque desarrollandodistintos papeles: el gobernador del Estado y el alcalde de la ciudad10 quienesotorgan la voluntad poltica necesaria y la gestin de recursos econmicos,Esperanza Ramrez Romero, historiadora y experta conocedora del centro his-trico quien funge como presidenta del Patronato y Enrique Villicaa Palo-mares, Coordinador Ejecutivo del Plan Maestro para el Rescate del CentroHistrico en el cual se involucran los gobiernos municipal, estatal y federal.

    Este instrumento contempla tres proyectos estratgicos:

    Desconcentracin de oficinas administrativas de los gobiernos estatal ymunicipal.

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    sealar que en aquel momento se consideraba como tcnicamente vlida dicha prctica que fue difun-dida internacionalmente. Con la eliminacin de los revoques se gan una imagen homognea de las edi-ficaciones que al paso del tiempo ha adquirido carta de naturaleza, no obstante la UNESCO ha hecho elsealamiento que esa intervencin atenta contra la autenticidad del casco histrico ya que anteriormenteexhiba un aspecto policromtico. La desnudez ptrea de los edificios tiene adems el inconveniente deestimular la adherencia de salitre, con lo cual se favorece su deterioro.

    8 Adopta una obra de arte, grupo Michoacn (1991), Asociacin de Conservadores de Bienes In-muebles de Michoacn (1988), Asociacin de Egresados de La Escuela de Historia de la UMSNH(1990), Comit de Solidaridad Pro-rehabilitacin de la Capilla del Seor de la Columna (1989), Comitde Solidaridad Pro-restauracin de la Capilla del Santo Nio (1995), Comit Michoacano del ICOMOS(1988), Comisin de Arte Sacro de la Arquidicesis de Morelia (1995), Comit de Solidaridad Pro-res-tauracin de la Iglesia y Antigua Capilla de Santa Mara de Guido (1995), Patronato del Conservatoriode las Rosas (1990), Patronato para el Rescate y Reconstruccin de la Calzada de Fray Antonio de SanMiguel PROCAL (1991), Patronato para la Restauracin de la Catedral de Morelia (1992), So-ciedad Defensora del Tesoro Artstico de Morelia (1994), Conservacin y Desarrollo de Morelia,A.C. (1995), Morelia, Patrimonio de la Humanidad, A.C. (1992), Colegio de Arquitectos de Michoacn(1965), Cmara Nacional de la Industria de la Construccin en Michoacn y Patronato Pro Monumentoa los constructores de Morelia (1995).

    9 Un antecedente de lo anterior es la Junta encargada de hacer cumplir el Reglamento para la con-servacin del aspecto tpico y colonial de la ciudad de Morelia decretado en 1956. Dicha Junta, a di-ferencia del Patronato tena ms ingerencia en la vigilancia que en la promocin de iniciativas.

    10 Vctor Manuel Tinco Rub y Salvador Galvn Infante, respectivamente.

  • Reubicacin de la Central de Autobuses Generalsimo Morelos y delas terminales de autobuses sub-urbanos y rurales.

    Reubicacin del comercio informal instalado en el centro histrico.

    La mayor parte de las tareas quedaron consumadas en el ao 2001. Con lamudanza de 17 oficinas pblicas estatales y la construccin de tres complejosadministrativos municipales fuera del centro (en la zona Manantiales), se pro-pici que al centro no acudan un total de 30.000 personas diariamente a tra-bajar o a realizar gestiones11 (Plan Maestro, p. 18).

    La estacin fue reubicada: el 8 de noviembre (2001) entr en operacin lamoderna Terminal de Autobuses de Morelia, emplazada a bordo del anillo decircunvalacin (Perifrico Paseo de la Repblica)12. El impacto en beneficiodel centro histrico consiste en que ya no llegarn al centro 1.200 unidadesdiarias que transportaban a 43.750 pasajeros (op. cit, p. 18).

    3. EL PROBLEMA SOCIAL Y FUNCIONAL MS VISIBLE: LA ECONOMA BAZAR EN ESPACIOS PBLICOSEntre la opinin local y los turistas estaba bien arraigada la idea de que la

    invasin de espacios pblicos por parte del comercio informal constitua laprincipal patologa negativa del centro histrico moreliano. Las investigacionesgeneralmente hacan referencia a ese problema (Ramrez, 1994: 22, Gonzlez,1998: 118, Lpez & Rodrguez, 2001: 146).

    No era para menos, el ncleo histrico alojaba a una buena cantidad de ten-deretes que en promedio funcionaban durante ocho horas diarias e incluso al-gunos utilizaban su comercio como improvisada vivienda, lo cual permiteadivinar las condiciones infrahumanas y de insalubridad que ah podan en-contrarse.

    El foco principal del improvisado comercio era la Plaza Valladolid queforma un conjunto con la iglesia y exclaustro de San Francisco. En 1936 Ma-nuel Toussaint se refiere a la plaza convertida en la actualidad en un merca-do (1939: 141).

    Aunque las fuentes varan en su estimacin, lo nico seguro es que estasunidades comerciales superaban el millar y medio: as el Plan Maestro docu-

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    11 La intencin de la poltica de desconcentracin de oficinas fue reducir la funcin administrati-va antes que eliminarla. De hecho la mayora de los edificios mantienen sus funciones pero con menorcarga. Hay slo dos casos en que se plantea un radical cambio de uso: el Palacio Clavijero que aloja ofi-cinas del Gobierno del Estado se pretende convertir en el Museo de la Ciudad y Centro de Conven-ciones y en el Palacio de Justicia se intenta instalar el Centro Superior de Investigaciones Jurdicas dela Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo.

    12 Existe la inquietud de reciclar la antigua estacin de autobuses para convertirla en un pabellnturstico. Si se plantea un proyecto lcido este equipamiento podra aliviar parte del dficit de estacio-namientos y ser aprovechado para dar servicio a grupos tursticos que se trasladan en autobs, altiempo que se podra articular con la oferta hotelera aledaa.

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    menta 1.500, una investigacin universitaria calcul 2.000 (Lpez & Rodr-guez, 2001: 146) e informaciones periodsticas consignaban hasta 2.480 (LaVoz de Michoacn, 5 de junio de 2001).

    La economa bazar desencadena opiniones encontradas: se pueden enu-merar fcilmente sus mltiples inconvenientes en lo que respecta a la evasinfiscal, su competencia desleal al comercio establecido, la basura y condicionesinsalubres que provoca, el estrangulamiento de espacios pblicos, entorpeci-miento de la circulacin peatonal y congestionamiento vehicular.

    Adems desata el deterioro material en las fincas histricas y plazas, dis-torsin de la imagen urbana, as como la prdida de calidad de vida de un es-pacio histrico y por tanto se limita su capacidad para recibir a ciudadanos lo-cales y turistas.

    Est el otro lado de la balanza: es una modalidad comercial que genera em-pleo, requiere de baja inversin y se articula con una amplia demanda que bus-ca productos y servicios de bajo costo. En el caso particular de Morelia, uncomponente bien valorado del comercio callejero estaba conformado por ar-tesanas michoacanas que se cuentan entre las ms ricas y variadas de Mxico.

    Vale anotar otra faceta de su dimensin cultural: tal forma de comerciar tie-ne hondas races histricas de procedencia prehispnica, por lo tanto la erra-dicacin del comercio callejero puede considerarse desde esa perspectivacomo una agresin a los usos y costumbres tradicionales13.

    An adoptando el sistema de valores que defiende el comercio informal se-ra irresponsable no reconocer que esta prctica debe estar sujeta a diversasnormas: las de orden urbano adquieren espacial relevancia en un espacio quepor su cntrica localizacin es proclive a que diversos sectores de la sociedadse lo apropien.

    Mientras que la economa moderna sea incapaz de incorporar formal-mente a esos grupos marginales, el fenmeno seguir presentndose. Inclusoexisten interpretaciones tericas que plantean la interdependencia entre loformal y lo informal conceptualizados como el circuito superior y el cir-cuito inferior de un mismo modelo (Santos, 1982, citado en Estbanez, 1988:459-460).

    Una vez reconocido ese hecho que provoca pugnas sociales y tensiones so-bre el territorio urbano, distintas administraciones pblicas del pas han reali-zado intentos por ordenar el comercio subterrneo. Los resultados han ronda-do en el fracaso y han generado graves episodios de violencia urbanaperpetrada entre los comerciantes y la polica. En la capital del pas el conflictoobserva tal grado de masificacin y de manipulacin poltica que obliga a pen-sar que es irresoluble: los numerosos intentos fallidos as lo indican. Por ello laexperiencia de Morelia merece ser analizada.

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    13 Cabe aclarar que se mantuvo a un pequeo grupo de vendedores de artesanas en el corredor la-teral de acceso al claustro de San Francisco, sitio en el que desde 1972 hay tiendas formales de arte-sanas.

  • Una condicin necesaria para actuar sobre la realidad social es el conoci-miento especfico del fenmeno. Una radiografa del comercio instalado en lava pblica del centro histrico de Morelia, elaborada mediante una encuestaaplicada en el ao 2000 (Lpez & Rodrguez, 2001) permiti conocer susprincipales caractersticas, entre ellas: el 43 % eran propietarios de los puestosatendidos, mientras que el restante 57 % laboraban como empleados. La mayorparte pertenecen a la edad plenamente productiva: el 72 % oscilan entre los 18y los 40 aos de edad.

    En lo que atae a la escolaridad casi el 80 % de la fuerza de trabajo que seocupa de esta actividad, cuenta con un nivel de instruccin suficiente para po-der incorporarse a los establecimientos formales que demandan fuerza de tra-bajo capacitada y productiva. El hecho de que el 43 % de los entrevistados ha-yan afirmado haber realizado estudios de nivel medio superior y universitario,refleja claramente la desvinculacin que existe entre las polticas educativas ylas econmicas (idem, p. 152). Se descubri que el 55 % pertenece a algunaagrupacin gremial, la ms mencionada fue Felipe Carrillo Puerto con 28 %.

    Entre otros hallazgos est que el 70 % obtiene ingresos que superan el sa-lario mnimo y que hay un segmento empleador de mano de obra que obtienebuenos beneficios y en cambio evade el fisco y no ofrece a sus trabajadores elacceso al sistema de seguridad social (el 87 % no cuenta con esa prestacin).

    Lo anterior denota que el conglomerado de comerciantes de ninguna ma-nera es homogneo y que a partir de las mltiples diferencias internas se pue-den establecer tipologas: entre ellas es evidente que existe una parte de acu-mula capital, mientras para otros constituye un mecanismo de sobrevivencia.

    4. LA SOLUCIN AL CONFLICTO DEL COMERCIO CALLEJERO:CONSENSO SOCIAL Y AUDACIA POLTICAEl 5 de junio de 2001 pas a la historia moreliana como el da que el centro

    histrico qued liberado del comercio en la va pblica: la fecha fue elegida enfuncin de la celebracin del da mundial del medio ambiente. La prensa de losdas subsecuentes public desplegados signados por asociaciones ciudadanas,grupos universitarios, el gremio del comercio establecido y hasta la multina-cional McDonalds, pasando por una insercin firmada por la Unin Mutualis-ta de Comerciantes, Locatarios y Ambulantes Mariano Matamoros. En ellosse refleja un gran impacto emotivo y se felicita a las autoridades, al Patronato eincluso a los propios comerciantes informales por su voluntad para reubicarse.

    Las opiniones periodsticas se afilian a la euforia triunfalista en los ms decincuenta aos de vida que tiene este peridico, jams habamos presenciadoun fenmeno similar en la ciudad de Morelia: la gente, toda la que pudo, salia la calle a gozar, a redescubrir, a vivir una ciudad libre, limpia, hermosacomo fue construida...no podan creer lo que unos das antes se pens imposi-ble: una ciudad libre de ambulantes...ms de veinticinco aos permaneci

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    Morelia con el rostro tapado por los ambulantes que estaban a punto de aho-garla y a nosotros con ella (Maquiavelo, en La Voz de Michoacn, 11 dejunio de 2001).

    La operacin contaba con la debida legitimidad y se cimentaba en la lega-lidad pero no estaba exenta de riesgos: tan es as que el desalojo fue sorpresi-vo. A la media noche del 4 de junio hicieron acto de presencia 310 policas dediferentes corporaciones, as como notarios pblicos y representantes de la Co-misin Estatal de Derechos Humanos: en un par de horas el desalojo fue con-sumado.

    Producto de una preparacin meditada, y quiz de algo de suerte, la accintuvo la fortuna de desarrollarse sin violencia fsica: de haber ocurrido segura-mente el tema se hubiera politizado y comprometido la continuidad del pro-yecto de rescate del centro histrico. Para garantizar que los espacios fueranrespetados se colocaron redes metlicas que das posteriores seran retiradas, loque simboliz la liberacin fsica del mbito pblico.

    Si bien es cierto que la estrategia utilizada pone en duda la disposicin delos comerciantes para relocalizarse, hay que considerar que se trata de ununiverso mltiple en el que haba una porcin renuente, en especial las unionesde comerciantes Miguel Hidalgo y Primero de Octubre, que agrupan alrededorde 250 (La Voz de Michoacn, 5 de junio de 2001).

    La mayora haba aceptado previamente los acuerdos, lo cual no result f-cil ni rpido: durante casi dos aos se llevaron a cabo plticas de negociacincon diferentes uniones del comercio informal, las que manifestaron desde elinicio oposicin a la reubicacin y sin embargo, al observar que las accionesdel Plan Maestro no se detenan y que exista suficiente firmeza y apoyo social,fueron poco a poco flexibilizando su posicin (Plan Maestro, p. 12).

    Entre las manifestaciones de inconformidad est la marcha pacfica que elpropio de 5 junio emprendieron vendedores de la Unin Primero de Octubre re-clamando la asignacin de locales y la toma del Palacio Municipal el da 2 deagosto por parte del Frente Cvico de Comerciantes Ambulantes, liderados porun diputado federal. La postura de las autoridades en este ltimo caso fue que losdemandantes no eran realmente comerciantes de acuerdo al padrn previamen-te levantado y avalado con el testimonio de un fedatario pblico o correspond-an a vendimias mviles por ejemplo de globos o pequeos juguetes, sinembargo, el director de Mercados y Comercio en la Va Pblica del Ayunta-miento manifest disposicin al dilogo partiendo del principio de no cederante las presiones (La Voz de Michoacn, 3 y 4 de agosto de 2001).

    En lo que atae al aspecto legal el tratamiento fue ms simple: el 11 demayo de 2001 en sesin extraordinaria de cabildo, el Ayuntamiento de More-lia aprueba un bando municipal en el que se declara el Centro Histrico deMorelia, Michoacn de Ocampo, zona restringida para toda actividad comer-cial en la va pblica (Ayuntamiento de Morelia, 2001: 9).

    El acuerdo se cimienta en diversas disposiciones legales, especialmenteen el Reglamento para Comercio y Mercados en la Va Pblica, vigente a

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  • partir del 2 de julio de 1973, as como en la categora que ostenta el CentroHistrico como Zona de Monumentos Histricos y como Patrimonio de laHumanidad.

    Al momento de efectuar el desalojo ya estaban acondicionados los dos pri-meros mercados que albergaran a los comerciantes: el Mercado San Juancon 400 locales y el Mercado Capuchinas con 24014.

    Un hecho que ayuda a entender el xito del reacomodo de comerciantes ydeja entrever un rasgo de congruencia por parte del poder pblico es que ade-ms de las negociaciones polticas se requiri de una buena inversin econ-mica que se maneja mediante un Fideicomiso. Los comerciantes realojados enlos mercados accedieron a un pequeo local (con superficie de 4 m2) quetiene un costo prximo a los 2.000 dlares que pagarn en un plazo de 10 aos.

    Los comerciantes pendientes de reubicacin han recibido a partir del de-salojo, una indemnizacin mensual de 250 dlares mientras son reinstalados,situacin que contribuye a desactivar brotes de inconformidad pero al mismotiempo ha obligado a poner empeo en el acondicionamiento de los mercadosfaltantes para desprenderse de esa carga financiera.

    A efectos de impedir el retorno de comerciantes callejeros o la aparicinde nuevos se implant una solucin blanda e inteligente: un programa de re-clutamiento de jvenes universitarios que dan vida a la agrupacin ARCOS(Amigos del Rescate del Centro Histrico). Previa formacin en materia de pri-meros auxilios, turismo, seguridad pblica, reglamentos municipales y educa-cin vial patrullan durante seis meses como vigilantes e informantes ciudada-nos, a cambio de lo cual obtienen una beca y se les reconoce el servicio socialque la normatividad universitaria obliga15. En el caso de detectar la posible ins-talacin de algn comerciante lo invitan a retirarse, si el intento fracasa danparte a la polica.

    La documentacin del complicado proceso social de ordenamiento co-mercial quedara incompleta si no se anotan dos de sus ramificaciones: la la-bor de ciudadanizacin encaminada a subrayar la necesidad de salvaguardar elcentro histrico, as como el clima poltico bajo el que se materializaron lasacciones.

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    14 El resto de los mercados son: en el centro histrico San Francisco (110 locales), Humboldt (225)y Allende (250). En un recorrido realizado en diciembre de 2001 comprobamos que en los dos ltimoscasos se trabajaba para concluir las obras en tanto las de San Francisco estaban terminadas. Fuera delcentro los mercados son Manantiales (200 locales), tambin ya terminado y Nueva Terminal de Auto-buses (450) que tena un avance de 50 %. Entre las causas del retraso el alcalde Augusto Caire Arriagamencion la tardanza de una parte de los recursos econmicos provenientes del Banco Interamericanode Desarrollo (La Voz de Michoacn, 19 de diciembre de 2001). El 31 de enero de 2002 se instal laComisin para la Adjudicacin y Preadjudicacin de Locales a Comerciantes que hasta el 5 de juniodel ao 2001 ocuparon la Va Pblica del Centro Histrico de Morelia, misma que el 2 de febrero pu-blica un acuerdo en el que se definen las reglas para la asignacin de los locales (La Voz de Michoacn,2 de febrero de 2002).

    15 El programa depende de la Subsecretara de Seguridad Pblica del Gobierno del Estado. El n-mero de jvenes involucrados es de 80. En agosto de 2001 comenz a funcionar la segunda promocin.

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  • El Patronato trabaj desde marzo del ao 2000 con diversos sectores de lasociedad moreliana para sensibilizar acerca del valor del centro histrico y asformar militantes defensores del patrimonio. El objetivo se centr especial-mente en escolares de educacin bsica que recibieron una hora de instruccindiaria durante cinco das a travs del curso Conoce tu ciudad, el cual tuvocomo apoyo didctico el libro Mi ciudad y yo16 (Ramrez, 1992). El nmero dealumnos involucrados fue de 10.500, pertenecientes a 95 escuelas.

    Otra de las frmulas para incitar la apropiacin ciudadana del centro his-trico ha sido la intensificacin de la oferta cultural y ldica. Apenas ejecuta-do el desalojo de los comerciantes se programaron jornadas dominicales deatletismo, ciclismo y otros deportes y se ofrecieron actividades artsticas enplazas y recintos cerrados del casco antiguo mediante el programa Vive elCentro Histrico.

    La vertiente poltica es por dems compleja. La recuperacin de los espa-cios se desarrolla en forma simultnea al proceso electoral que se avecinaba el11 de noviembre de 2001: de los comicios saldra el relevo a partir del ao2002, para la gobernatura del estado, ayuntamientos, as como diputados ysenadores.

    Dentro del espectro nacional Michoacn es el principal bastin del PRD(Partido de la Revolucin Democrtica) encarnado en la figura de Cuauht-moc Crdenas17, cuyo hijo Lzaro Crdenas homnimo de su legendarioabuelo, compiti para convertirse en gobernador y gan. La competenciapoltica para el PRD estaba representada principalmente por el PRI (PartidoRevolucionario Institucional) que tambin tiene hondo arraigo michoacano yen esos momentos mantena el poder en el estado y en el ayuntamiento deMorelia.

    Aunque es casi inevitable la tentacin de asociar las acciones de gobiernocon propsitos electorales resulta aventurado aseverar que la proximidad de lossufragios fue el resorte principal para emprender determinadas acciones, mscuando se tenan antecedentes de 29 meses con la creacin del Patronato. Entodo caso demostrara una audacia poltica basada en una estrategia de amplioplazo para acumular capital electoral.

    Los acontecimientos reales: adems del triunfo del PRD para la goberna-tura estatal, el PRI refrend el poder en Morelia en la persona de Fausto Va-llejo Figueroa, quien estuvo involucrado activamente en el rescate del centro

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    16 Esta obra se hizo acreedora en 1995 a una mencin honorfica en investigacin, otorgada por elConsejo Nacional para la Cultura y las Artes. Cuenta con tres ediciones, 1992, 1994 y 2000 que en con-junto suponen un tiraje de 11.000 ejemplares. La ltima edicin cont con el apoyo del Patronato Pro-Rescate del Centro Histrico y la UNESCO.

    17 Un par de evidencias sobre la fuerza del PRD en Michoacn: durante las elecciones presiden-ciales del ao 2000 el candidato Cuauhtmoc Crdenas obtuvo en ese estado el 8,69 de los votos na-cionales. En relacin con los otros partidos, el 37,14 % de los michoacanos favorecieron a Crdenas loque representa el porcentaje ms alto del pas (cifras calculadas a partir de estadsticas consultadas enAguayo, 2000: 253).

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    histrico18. Tanto el da de su postulacin como al momento de conocer sutriunfo el discurso tuvo destacadas alusiones al centro histrico, las que resul-tan preocupantes ya que explcitamente apuntan a una turistizacin elitista.

    Adems de prometer continuidad al rescate del centro histrico se dar unnfasis sin igual al aprovechamiento de la vocacin turstica de Morelia, con lameta de llegar al 100 por ciento de ocupacin hotelera y de atraer turistas conun ms alto poder adquisitivo, mnimo de 7 salarios mnimos para que puedanderramar ms recursos...el centro histrico no puede verse como algo romn-tico, contemplativo, sino que hay que aprender a venderlo como se hace en va-rias ciudades de Espaa (La Voz de Michoacn, 30 de agosto de 2001).

    Sin dejar de reconocer que dicha intencin tiene su parte positiva en cuan-to al anhelo de potenciar la competitividad turstica, ofrece una lectura paralela:el riesgo de generar un esquema excluyente lo que equivaldra a poner el cen-tro histrico al servicio exclusivo del gran capital a costa varios logros sociales,entre ellos la reubicacin de los ambulantes.

    Por ltimo cabe resear un punto que igual ofrece lecturas respecto a laparticipacin ciudadana que a los nexos del rescate con el ambiente electoral:

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    18 Desde su posicin como oficial mayor del Gobierno del Estado. Para completar el cuadro hayque aadir que el alcalde promotor del rescate del centro histrico dej el cargo anticipadamente paraaspirar a una diputacin plurinominal.

    Imagen histrica: la Plaza Valladolid ahora luce libre de comercio.

  • el 31 de agosto de 2001 inmediatamente despus del destape del candidatoprista se llev a cabo el Primer Rescatn Todos por Morelia a instanciasdel Patronato.

    La meta era recolectar recursos econmicos para iniciar la restauracin delas plazas y portales, en especfico la Plaza de los Mrtires, anexa a la catedral.Se determin previamente un monto-objetivo de $ 1.500.000 pesos (150.000dlares) con lo cual se podra emprender la obra.

    El resultado exhibe un alto grado de compromiso social: adems de lanutrida asistencia en la Plaza Valladolid donde destac la presencia infantil, sereunieron $ 1.725.000 pesos (172.500 dlares), ms $ 100.000 pesos (10.000drales) en especie objetos artesanales y obras de arte, aunque es prudenteasentar que un empresario local don un milln de pesos equivalente acien mil dlares (La Voz de Michoacn, 1 de septiembre de 2001).

    El gobernador del Estado aprovech el acontecimiento festivo para infor-mar la futura inversin de ms de 15 millones de pesos de aportaciones fede-rales y estatales para restaurar espacios pblicos del centro histrico. El Res-catn se convirti en una pasarela donde llam la atencin el acto depresencia de funcionarios y candidatos pristas y de partidos de la oposicinque hicieron sus aportaciones econmicas, actitud que exhibe el uso polticode la situacin pero al mismo tiempo refleja madurez y capacidad de consen-

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    Los espacios pblicos recobraron su belleza y funcionalidad: el Portal Allende.

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    so: el centro histrico convertido en un vrtice ciudadano que recobra susentido cvico.

    El cuadro presentado muestra el complejo entramado social y poltico quese ha tejido a raz de la apuesta por el centro histrico. Este se ha convertido enun teatro en el que han desfilado las ms diversas tentaciones, las pugnas porsu dominio y el anhelo por revalorarlo y hasta de reinventarlo.

    Ello delata variados trasfondos que han puesto a prueba la cohesin sociala la hora de imponer la inteligencia colectiva. El resultado material y sus saldossociales y culturales sern un retrato fidedigno del pulso de sus ciudadanos, losque de entrada se han anotado una virtud: rompieron con la apata.

    5. EL TURISMO: ALIADO O ENEMIGO EN LA RECUPERACINDEL CENTRO HISTRICO?Con el reordenamiento del comercio en va pblica, aunado a la descon-

    centracin de oficinas administrativas y desplazamiento de la terminal de au-tobuses se pretende mejorar la funcionalidad del centro histrico. Si bien losafanes conservacionistas tienen una matriz cultural y la intencin de lograr ar-mona urbana, tambin cuentan con el estmulo que representa la actividad tu-rstica como un componente dinmico de la economa.

    El turismo es uno de los pilares de la economa mexicana: representa la ter-cera fuente de ingresos para el pas, solo es superada por la industria manu-facturera y el petrleo. Segn datos de 1995 aporta el 9 % del PIB nacional ygenera 600.000 empleos directos y un milln y medio de empleos indirectos(Certeza Econmica, 2000: 32).

    Mxico recibe anualmente en nmeros redondos 100 millones de vi-sitantes internacionales de los cuales 20 millones son propiamente turistas y 80millones son excursionistas19 (Idem. p. 36). La ventajosa posicin del pas y suriqueza de atractivos, seguramente masificarn an ms los flujos tursticosante lo cual las empresas privadas y organismos pblicos debern estar pre-parados para afrontar los retos que ello supone. La Secretaria de Turismo es-tima que para el ao 2025 la cifra de turistas internacionales llegar a49.388.000 (citado en Mundo Ejecutivo, 2002: 96).

    Como parte del vertiginoso proceso, posiblemente se incrementar la presin so-bre las ciudades histricas, ms an considerando que se trata de un producto tursti-co muy singular que puede resultar cada vez ms atractivo para los ciudadanos de Ca-nad y Estados Unidos que en conjunto aportan para Mxico el 73 % del mercadoturstico internacional, en cuanto a nmero de visitantes 20 (Certeza Econmica, p. 30).

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    19 De ellos 77 millones son visitantes fronterizos (principalmente en la lnea divisoria Mxico-Es-tados Unidos) y tres millones son pasajeros de cruceros.

    20 De los cuales el 60 % corresponden a Estados Unidos y un 13 % a Canad. El resto se distri-buye as: 13 % de Europa, 9 % del Caribe, Centro y Sudamrica y un 5 % que corresponde a Africa,Asia y otros.

  • Morelia es el epicentro urbano de una de las regiones ms ricas de Mxicopor su patrimonio natural y manifestaciones culturales, estas ltimas muy car-gadas de identidad indgena, las cuales adquieren una de sus mejores expre-siones en la vecina comarca lacustre de Ptzcuaro, nombre que tambin lleva laciudad que articula ese territorio y que actualmente intenta cubrir el expedientepara sumarse a la lista del patrimonio mundial.

    Ptzcuaro tiene mritos ms que suficientes para lograrlo, lo cual supondratener dos ciudades Patrimonio de la Humanidad en una distancia de 56 kil-metros, las que por otro lado tienen personalidades diferentes, Morelia conhonda raz hispnica, Ptzcuaro ms indgena, ms rural, pero ambas resultanser las estrellas regionales del urbanismo y la arquitectura.

    Michoacn representa un territorio con gran entidad geogrfica y densidadde atractivos, que adems tiene la ventaja de estar situado entre las dos prin-cipales metrpolis nacionales ciudad de Mxico y Guadalajara, que suponenun mercado cautivo de 22 millones de personas lo que explica la notoria pre-sencia de turismo nacional facilitado por la accesibilidad que otorga la red decarreteras y autopistas.

    Adems del turismo cultural que ofertan sus pueblos y ciudades, Michoa-cn ofrece atractivos naturales, entre los que destacan paisajes volcnicos, la-custres y bosques de pino-encino.

    Un atractivo especial lo constituye la mariposa monarca (Danaus plexip-pus): millones de insectos migran desde Estados Unidos y Canad, lo cual su-pone un trayecto de ms de 4.000 kilmetros para invernar en los bosques mi-choacanos ofreciendo un espectculo fantstico. El periodo de estancia de lasmonarca en los santuarios michoacanos es entre septiembre y marzo, su avis-tamiento ha generado un circuito turstico que suele combinarse con pernoc-taciones en Morelia o Ptzcuaro.

    Por otro lado, Michoacn cuenta con una tradicin artesanal que encierranotables valores histricos y artsticos. El desarrollo de la artesana fue im-pulsado durante el perodo colonial por el obispo Vasco de Quiroga bajo unaconcepcin humanista: sera un complemento y prolongacin natural de las ac-tividades agrarias. Cada pueblo se especializara en una rama particular loque propici la formacin de una densa red de trueque y comercializacin.

    La obra de Quiroga trasciende en el espacio y en el tiempo: la aplicacin desus ideales contribuye a cohesionar la regin y funda un modelo de organiza-cin productiva que reserva un lugar especial a la creatividad artesanal. Ambasaportaciones perviven al paso de los siglos.

    La pletrica riqueza artesanal incluye una fina y variada cermica, tallas demadera, coloridos textiles, minuciosos bordados y piezas de cobre 21. Una

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    21 El Concurso Estatal de Artesanas de Nuevo Diseo constituye un factor de innovacin y va-loracin de la actividad, as por ejemplo en su octava edicin efectuada en 2002 participaron 422 ar-tesanos de 39 comunidades, que en conjunto presentaron 604 piezas (La Voz de Michoacn, 3 de fe-brero de 2002).

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    afortunada conjuncin entre el patrimonio religioso colonial y la desbordanteoferta artesanal lo constituye el claustro del convento de San Francisco en Mo-relia, donde se exhiben y comercializan productos de todo el estado de Mi-choacn desde 1970.

    Morelia es por tanto el referente de una regin muy atractiva y dada su valacultural seguramente ver durante los prximos aos reforzada su vocacin tu-rstica. La urbe moreliana cuenta con una planta hotelera conformada por un n-mero prximo a las 3.500 cuartos y ha superado el milln de turistas (cuadro 1).

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    Anales de Geografa de la Univ. ComplutenseVol. 22 (2002): 131-156

    22 El predominio de turismo nacional es una constante en las ciudades histricas: los casos en quela afluencia de extranjeros es ms elevada son Oaxaca con 26 % y Guanajuato con el 12 %. En cambiolos destinos sol y playa son dominados por los turistas internacionales que por ejemplo en Cancn ocu-pan el 73 % y en Puerto Vallarta el 53 % (INEGI: 2001).

    La ciudad atrae principalmente al turismo nacional 22, no obstante comoparte de la evolucin del sector y de su creciente internacionalizacin es posi-ble el aumento del turismo extranjero que en mayor o menor medida evolu-cionar en paralelo al incremento del turismo nacional. Todo ello suponeadoptar esquemas capaces de asumir los cambios en forma controlada, debeplantearse una adecuada banda de equilibrio entre la oferta y la demanda.

    La administracin michoacana realiza una importante labor en promocinturstica a lo que deber sumar el diseo de un modelo de desarrollo que con-tine recuperando patrimonio cultural, lo convierta en atractivo y le agreguevalor. Tambin ser necesaria la ampliacin de los servicios tursticos, la bs-

    Mes Turistas nacionales Turistas extranjeros Total Ocupacin hotelera(%) (%) (%)Enero 87.564 (97) 3.049 (3) 90.613 49 Febrero 85.153 (95) 4.282 (5) 89.435 46Marzo 82.668 (95) 3.907 (5) 86.575 55Abril 88.468 (96) 3.767 (4) 92.235 52Mayo 78.472 (97) 2.570 (3) 81.042 47Junio 72.616 (96) 2.905 (4) 75.521 42Julio 107.750 (96) 4.384 (4) 112.134 60Agosto 97.023 (96) 4.296 (4) 101.319 58Septiembre 78.284 (96) 3.105 (4) 81.389 49Octubre 86.356 (96) 3.436 (4) 89.792 52Noviembre 93.215 (97) 3.192 (3) 96.407 54Diciembre 98.468 (97) 3.568 (3) 102.036 52Total 1.056.037 (96) 42.461 (4) 1.098.498 51

    Cuadro 1Morelia 2000: nmero de turistas y ocupacin hotelera

    Fuente: Secretara de Turismo del Estado de Michoacn.

  • queda de mejor calidad 23 y la resolucin de problemas funcionales (trfico,movilidad, estacionamientos). Con todo ello podran alcanzarse diversos ob-jetivos, entre ellos incrementar la ocupacin hotelera que actualmente ronda el51 %. Aunque la presencia de turistas no presenta una acusada estacionalidad(destaca el incremento en los meses de verano, sobre todo julio y agosto) sepuede estimular el aumento durante los meses de menor afluencia (los inme-diatamente previos al verano, es decir mayo y junio).

    Sin ser una norma generalizable, es posible afirmar que en Mxico sepone actualmente ms atencin a la vertiente de la promocin turstica que a lagestin del espacio turstico. De ah se desprende la gran oportunidad de aten-der promocin y gestin en forma sincronizada con el objeto de garantizar unproducto sostenible pero que al mismo tiempo resulte competitivo.

    De lo anterior se deriva la necesidad de operar transversalmente integran-do objetivos tursticos, urbanos, sociales y culturales. Debe plantearse res-ponsablemente la relacin entre turismo y patrimonio con el objeto de maxi-mizar beneficios y prevenir costos sociales y ambientales: hay que convertir alturismo en un aliado de la recuperacin y no en su enemigo. Por ello convieneabordar el tema de la capacidad de acogida del centro histrico de tal formaque se llegue a un sano equilibrio entre diferentes usos, evitando que el turismodomine y con ello sature y trastoque culturalmente el espacio en detrimentoque de l hacen los ciudadanos locales. El casco histrico ha de ser un espacioarmnico de cruce social entre ciudadanos y turistas.

    Aunque en la actualidad Morelia no observa situaciones criticas de con-gestionamiento turstico conviene abordar el tema preventivamente ya quede esa forma se facilitaran las soluciones y resultarn menos costosas.

    Un sitio podr calificarse de tursticamente exitoso cuando la expe-riencia resulte agradable al turista y no genere tensiones con los residentes yciudadanos locales. En tal sentido deben reconocerse las limitaciones del es-pacio receptor y tambin de los contingentes tursticos: se trata de manteneruna adecuada calidad del medio ambiente urbano. Esto lleva a rechazar la l-gica mientras ms turistas mejor: se requiere una labor de gestin del es-pacio turstico urbano, de la que emanar una poltica de promocin tursticay no al revs.

    Tal como seala Garca (2000: 143) a nivel urbano, al igual que ocurrecon la capacidad de acogida turstica, en la mayora de los destinos tursticospatrimoniales no existen estrategias ni lneas de actuacin especficas de ges-tin de los flujos de visitantes. Sin embargo, s se suelen adoptar medidas que,directa o indirectamente se puede considerar estn relacionadas con la gestinde los flujos tursticos...En general la gestin de los flujos de visitantes persi-gue cuatro objetivos bsicos:

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    23 Entre las iniciativas para lograr calidad turstica destaca el programa Tesoros de Michoacn,marca de excelencia que ostentan algunos hoteles.

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    a) Proteger los espacios patrimoniales ms saturados diversificando el usoturstico del espacio, b) Poner en valor espacios patrimoniales sin uso tursticopara alargar la estancia de los visitantes, c) Crear infraestructuras de acogidapara los visitantes y mejorar los servicios que stos utilizan, y d) Mejorar la sa-tisfaccin de los visitantes.

    En el caso de Morelia la gestin de la ciudad histrica deber incluir deci-didamente frmulas que contrarresten el despoblamiento residencial del centrohistrico, con lo cual se garantizara un esquema urbano sustentable a largoplazo.

    De ah la necesidad de que los agentes locales participen en la definicin depolticas pblicas: hay que apostar por estrategias tursticas prudentes, con-troladas por la sociedad local y adecuadas a la capacidad de acogida de las di-versas ciudades (Troitio, 2000: 135). Sin lugar a dudas lo alcanzado hastaahora para mejorar el centro histrico de Morelia es un cimiento bsico que fa-cilita la consecucin de objetivos superiores.

    La intervencin sobre el comercio informal ha ampliado el grado de liber-tad para actuar pblicamente en favor del casco histrico, est por verse en quemedida se aprovecha la oportunidad.

    6. A MANERA DE CONCLUSINAl margen de los juicios de valor poltico sobre el reordenamiento del

    comercio informal que antes ocup la va pblica del centro histrico more-liano, los hechos resultantes invitan a pensar que la operacin ha sido por de-ms benfica.

    El mejoramiento de la calidad ambiental y esttica, la reduccin del estrs ur-bano y los problemas sociales, as como la participacin de la ciudadana cons-tituyen logros nada despreciables. Se requerir de la continuidad y responsabi-lidad de los diversos actores sociales para ahuyentar riesgos y no dar marchaatrs en los afanes por perpetuar el carcter pblico de dichos espacios 24.

    Una vez alcanzados los tres grandes objetivos del Plan Maestro para elRescate del Centro Histrico de Morelia se podr avanzar en tareas no menoscomplicadas como rehabilitar fincas y sitios pblicos, mejorar la accesibili-dad, calmar y reordenar el trfico rodado, ampliar la oferta de estaciona-mientos sin lastimar el patrimonio, multiplicar la oferta cultural y consolidaruna funcin turstica de excelencia, todo ello a partir de un optimismo vigi-lante por parte de la sociedad local y con una alta dosis de intervencin p-

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    24 La coexistencia poltica que supone el ayuntamiento de Morelia en manos del PRI, la guber-natura emanada del PRD y la presidencia de la Repblica con el PAN (Partido Accin Nacional) pon-drn a prueba la madurez poltica alcanzada y la continuidad de acciones que favorezcan la recupera-cin del centro histrico.

  • blica que haga contrapeso a la especulacin y otros efectos negativos del libremercado.

    Al mismo tiempo se deber proteger y estimular el uso residencial como es-trategia detonadora en el alcance de un modelo equilibrado de usos del suelo y asevitar que el centro histrico se convierta en una escenografa inerte de vida ba-rrial: el patrimonio intangible es un componente esencial del casco antiguo.

    Resulta paradjico advertir que en un espacio que se ha anotado impor-tantes xitos las asignaturas pendientes suenen tan difciles. Ello puede ser unaseal de que al ir avanzando se van vislumbrando nuevos desafos.

    La sociedad local ha demostrado que es capaz de perpetuar sus seas deidentidad a la par de emprender iniciativas innovadoras. Esto puede ser unaprueba tangible de que Mxico cuenta con los ingredientes necesarios paraconvertirse en un pas moderno y al mismo tiempo ser congruente con su pa-sado.

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