EL ARTE DE LA POESÍA ÉPICA_ODISEA

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    EL ARTE DE LA POESA PICA

    LOS AEDOS

    Tengo la cabeza llena de historias en ebullicin,

    deseando salir y ser contadas. Entindanlo, soy un aedo. Vivode historias muertas que cobran vida gracias a m. Y a veces,las siento aqu dentro, martilleando mi cabeza, pidiendo agritos ser contadas para que otros las conozcan y as pasar aformar parte de vuestras cabezas y de vuestro interior. Y as,el da menos pensado, se sorprendern contndole esashistorias a alguien al calor del fuego o en una cena. De ese modo, esas historias serneternas y nunca morirn. Todos, cada uno de nosotros tenemos un fin en esta vida, unanica misin de la que nos encargan los dioses. Unos son coraje; otros iniciativa; otros,

    descubrimiento. Mi misin es ser memoria, alma viva dehistorias muertas.

    Saben? Los otros tiempos han sido muy difcilespara nosotros. Llegbamos a una fiesta y comenzbamosnuestras historias. Si al pblico le gustaba, nos daban de comery alojamiento para esa noche; si se aburra, nos echaban apatadas y se rean de nosotros

    Es curioso ste nuestro oficio, el del aedo. Vamosa cenas a las que no somos invitados, hablamos idiomas que noconocemos y contamos historias que tan solo sabemos dememoria

    El Aedo

    Jess Torres

    Quiz Homero fue uno de esos aedos ciegos que recorran la tierra griega

    ganndose el sustento gracias a su oficio: recitar extenssimas tiradas de versos que

    narraban las hazaas y aventuras de los dioses y de los grandes hroes que haban

    participado en acontecimientos como los de la guerra de Troya.As nos describe el oficio Homero en la Odisea (VIII, 469-ss)

    Tal diciendo marchse a ocupar un silln junto al rey, cuyos hombres partan elmanjar y mezclaban el vino. Al cantor siempre fiel, a Demdoco, honrado por el pueblo,acerc de la mano un heraldo y lo sent en medio del banquete, apoyndolo en la altacolumna; y Odiseo, rico en ingenio, cortando un pedazo de lomo, se lo entreg al heraldo:

    Lleva, heraldodijo- esta carne a Demdoco, y que coma a placer: quiero honrarleaunque est yo afligido, porque los aedos merecen la honra y el mayor respeto de parte decualquier ser humano que pise la tierra, que a ellos su cantares la Musa ense por amor de

    su raza

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    As habl, la tom el heraldo, la puso en los dedos del egregio Demdoco y ste sealegr en su alma.

    A los ricos manjares dispuestos lanzaron sus manos y, una vez que tuvieron saciados

    su sed y apetito, se dirigi a Demdoco Ulises, el rico en ingenios:

    Oh Demdoco! Te tengo en ms que a ningn otro hombre, ya te haya enseado laMusa nacida de Zeus o ya Apolo, pues cantas tan bien lo ocurrido a los dnaos, sus trabajos,sus penas, su largo afanar, cual si te hubieras encontrado all o escuchado a un testigo. Mas,

    ea!, cambia ya de cancin y celebra el ardid del caballo de madera, que Epeo fabric con laayuda de Atenea y que Ulises divino llev con engao a la ciudadela, tras llenarlo de hombresque luego asolaron Troya. Si refieresaquello del modo que fue, yo al momentoante todos habr de afirmar que algn diosfavorable te ha otorgado la gracia del cantodivino.

    As dijo y el aedo, movido por el

    dios, modulaba su canto desde el punto en

    que aquellos argivos, despus de dar

    fuego a las tiendas se hicieron al mar en

    las slidas naves.

    Escondidos en la entraa del

    caballo, los otros se agrupaban en torno a

    Odiseo ya en medio de Troya. Los teucros,

    por s mismos, lo haban arrastrado hasta

    la acrpolis y, erguido en medio, discutan

    a su pie, en confuso alboroto.

    Se escuchaban all tres sentencias: romper con el bronce implacable la hueca madera,

    llevarlo arrastrando a la cima y dejarlo caer por las rocas, guardarlo como ofrenda preciosa alos dioses. Y esta fue la que luego se habra de cumplir, pues conforme al destino la ciudad

    debera perecer una vez que albergase al caballo de tablas ingente en que estaban los

    dnaos ms astutos tramando matanza y ruina para los teucros.

    ACTIVIDADES

    1. A partir de los textos explica en qu consista el oficio de aedo, dnde sedesempeaba, qu caractersticas tenan

    2. Compara en ambos textos cmo trataban a los aedos, qu consideracinsocial tenan y por qu.

    3. Resume el texto de la Odisea quese desarrolla en el pas de los feacios adonde ha llegado Odiseo en su vuelta ataca.

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    EL ARTE DE LA POESA PICA II

    LA ODISEA

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    Canta, musa, al hbil varn que en su largo

    extravo, tras haber arrasado la ciudadela sagrada deTroya, conoci las ciudades y el genio de innumerables gentes. Muchos males pas porlas rutas marinas luchando por si mismo y su vida y la vuelta al hogar de sus hombres,pero a stos no pudo salvarlos con todo su empeo, que en las propias locuras hallaronla muerte. Insensatos! Devoraron las vacas del Sol Hiperin e, irritada la deidad, lospriv de la luz del regreso. Cuntanoslo a nosotros desde donde quieras (Odisea I, 1-10)

    Las Musas son hijas de Mnemsine (diosa de la memoria) y de Zeus. Son nueve hermanas, pues Zeuspas nueve noches de amor con Mnemsine. Cada una tena asignada una disciplina artstica o delpensamiento: Calope: poesa pica; Clo: la historia; Polimnia: la pantomima; Euterpe: la flauta;

    Erato: la lrica coral; Terpscore: la poesa ligera y la danza; Melpmene: la tragedia; Tala: la comedia yUrania: la astronoma. Forman parte del squito de Apolo, que es dios de las artes.

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    Zeus, al principio de la Odisea, por peticin de Atenea, decide que es hora de que Odiseovuelva a taca. Por esta razn enva a Hermes hasta Ogigia, la isla en la que estabaretenido por la ninfa Calipso. sta, entristecida se ve obligada a dejarlo marchar:

    Infeliz!, no me llores ya ms, no consumas tu vida de ese modo: estoy pronta a dejarte partir.Anda, corta con el hacha de bronce unos largos maderos, ensambla una balsa espaciosa que puedaconducirte a travs del ocano brumoso; yo dentro cargar con el agua manjares y vino rojizo que tesacien el gusto y el hambre te quiten, vestidos te pondr y enviar por detrs una brisa ligera para quellegues sin dao a tu patria si as lo quisieran los dioses que habitan los anchos espacios del cielo, enpensar superiores a m y en cumplir lo pensado

    Pero Odiseo, el hroe paciente, qued estremecido al or su propuesta y le dijo en palabrasaladas:

    Otras cosas meditas t, diosa, que no mi regreso, pues me mandas que cruce el abismo delmar espantable en una balsa, el mar que apenas si salvan los veloces y firmes bajeles que correnufanos con las brisas de Zeus. No entrar sin tu gusto en la balsa si no das tu promesa, oh divina!,con gran juramento de que no has de tramar una nueva desgracia en mi dao.

    As habl, se sonri Calipso, la diosa entre diosas, le tom con cario la mano y le dijo enrespuesta: Astuto eres t de verdad y no vano de mente segn vas meditando las cosas que dices.Testigos de ello son la tierra y el cielo que arriba nos cubre y la Estigia y las aguas que vierte, el ms

    grande y terrible juramento quepueden hacer las felices deidades, deque no he de tramar una nuevadesgracia en tu dao, que, antes bien,para ti pienso y quiero lo mismo quehabra de querer para m si en tupropia afliccin me encontrara

    Cuando hubieronsaciado el placer de comida y bebida,el silencio Calipso rompi, la divinaentre diosas:

    Oh Laertada, retoo de Zeus,

    Odiseo, astuto! De verdad tienesprisa en partir al pas de tus padres yvolver a tu hogar? Marcha pues, pesea todo en buena hora, mas si ver en tumente pudieses los males que antesde encontrarte en la patria te harsoportar el destino, seguiras a mi ladoguardando conmigo estas casas,

    inmortal para siempre, con mucho que est deseando ver de nuevo a la esposa en que piensas un datras otro. Comparada con ella, de cierto, inferior no me hallo ni en presencia, ni en cuerpo, que nuncamujeres mortales en belleza ni en talla igualarse han podido a las diosas.Contestando, a su vez, dijo Odiseo, el rico en astucias:

    No lo lleves a mal, diosa augusta, que yo bien conozco cun por bajo de ti la discretaPenlope queda a la vista en belleza y noble estatura. Mi esposa es mujer mortal, mientras t nienvejeces ni mueres. Mas con todo yo quiero, y es deseo de todos mis das, el llegar a mi casa ygozar de la luz del regreso. Si algn dios me acosara de nuevo en las olas vinosas, lo sabr soportar;sufridora es el alma que llevo en mi entraa; mil penas y esfuerzos dej ya arrostrados en la guerra yel mar.

    OdiseaV, 160-225

    ACTIVIDADES:1.- Describe el aspecto y el carcter de Odiseo y de Calipso y justifcalo sealando las palabras ofragmentos que aparecen en el texto.

    2.- Por qu Odiseo renuncia a la inmortalidad y decide regresar a su casa?

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    EL ARTE DE LA POESA PICA III

    Las aventuras de Odiseo

    Etimologa- La palabra pica procede del griego que significa palabra, cancin, poesa. Esta

    palabra en plural , designaba la poesa pica.El nombre del aedo procede del griego . De la misma raz es el sustantivo

    , canto, poesa, de donde viene el espaol oda.Odiseo es el nombre griego del protagonista de la segunda obra de Homero, laOdisea, donde se narran las incontables aventuras del hroe en su vuelta a taca tras laguerra de Troya. El nombre de Ulises, nombre latino del mismo hroe, procede de unavariante griega de la palabra , , procedente de otro dialectogriego.En espaol utilizamos la palabra odisea para referirnos a algo que nos ha costadomucho lograr: ha sido una odisea llegar hasta aqu.

    Despus de partir de Ogigia, Odiseo debe enfrentarse denuevo a Poseidn en el mar, quien provoca una tormenta

    que hace que naufrague su balsa. Pero consigue llegar a la

    costa del pas de los feacios, donde la princesa Nauscaa le

    auxilia y le indica cmo llegar al palacio de su padre, el rey

    Alcnoo, quien le acoge cumpliendo as con el sagrado

    deber de hospitalidad, que todos los hombres deban

    cumplir, pues si no seran castigados por los dioses.

    Odiseo, tras escuchar el canto del aedo Demdoco, quesiguiendo sus propias indicaciones recit el episodio delCaballo de Troya, se emociona terriblemente y el reyAlcnoo le pregunta qu le pasa. Odiseo, revela quin esrealmente y comienza a narrar todas sus aventuras hastallegar a Feacia, desde que sali de Troya con suscompaeros.

    Lo primero, quiero deciros mi nombre, para que lo sepis, y en adelante, despus que me hayalibrado del da cruel, sea yo vuestro husped, a pesar de vivir en una casa que est muy lejos.Soy Odiseo Laertada, tan conocido de los hombrespor mis astucias de todas clases, y mi gloria llegahasta el cielo. Habito en taca, que se ve a distancia;en ella est el monte Nrito, frondoso y esplndido, yen contorno hay muchas islas cercanas entre si,como Duliquio, Same y la selvosa Zacinto. Itaca no seeleva mucho sobre el mar; est situada la ms remotahacia el occidente, es spera, pero buena criadora de jvenes, y yo no puedo hallar cosa alguna que seams dulce que mi patria

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    El pas de los cconesHabiendo partido de Ilin, me llev el viento al pas de los ccones, a Ismaro: entr a saco enla ciudad, mat a sus hombres y, tomando las mujeres y las abundantes riquezas, nos losrepartimos para que nadie se fuera sin su parte del botn. Exhort a mi gente a que nosretirramos con pie ligero, y los muy simples no se dejaron persuadirLos ccones llamaron aotros vecinos suyos, los cuales eran ms en nmero y ms fuertesVinieron por la maanatantos cuantas son las hojas y las flores que en primavera nacen, y ya se nos present anosotros, el funesto destino que nos haba ordenado Zeus a fin de que padeciramos multitud demales Mientras dur la maana y fuese aumentando la luz del sagrado da, pudimos resisitir,mas cuando el sol se encamin al ocaso, los ccones derrotaron a los aqueos, ponindolos enfuga. Perecieron seis compaeros, de hermosas grebas, de cada embarcacin, y los restantesnos liberamos de la muerte y del destino Zeus, que amontona las nubes, suscit contra losbarcos el viento Breas, y una tempestad deshecha cubri de nubes la tierra y el ponto y lanochecay del cielo

    El pas de los lotfagos

    Daosos vientos me llevaron nueve das por el ponto, abundante en peces, y al dcimoarribamos a la tierra de los lotfagos, que se alimentan con un florido manjar envi a algunoscompaeros para que averiguaran qu hombres coman el pan en aquella tierra. Se fueronpronto y encontraron a los lotfagos, que no tramaron ciertamente la perdicin de nuestrosamigos, pero les dieron a comer loto, y cuantos probaron este fruto, dulce como la miel, ya noqueran llevar noticias ni volverse; antes deseaban permanecer con los lotfagos, comiendo loto,sin acordarse de volver a la patria. Mas yo los llev por fuerza a las cncavas naves, y, aunquelloraban, los arrastr e hice atar debajo de los bancos

    La isla de los cclopes

    Desde all continuamos la navegacin con nimo afligido, y llegamos a las tierras de loscclopes soberbios y sin ley, quienes confiados en los dioses inmortales, no plantan rboles, nilabran los campos, sino que todo les nace sin semilla y sin arada, y se lo hace crecer la lluviaenviada por ZeusOrden a mis fieles compaeros que sequedaran a guardar la nave, escog a los doce mejores y juntos echamos a andar, con un pellejo de cabra lleno denegro y dulce vinoy adems viandas en un zurrn, pues yadesde el primer instante se figur mi nimo generoso que senos presentara un hombre dotado de extraordinaria fuerza,salvaje e ignorante de la justicia y de las leyesPronto llegamos a la gruta, mas no dimos con l, porqueestaba apacentando las pinges ovejasAll moraba unvarn gigantesco, solitario que entenda de apacentarrebaos lejos de los dems hombres, sin tratarse con nadie.Era un monstruo horrible que no se asemejaba a loshombres que viven de pan. Encendimos el fuego, ofrecimosun sacrificio a los dioses, tomamos algunos quesos, comimos y le aguardamos, hastaque volvi

    con el ganado

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    Despus cerr la puerta con una enorme roca que llev a pulso y que no hubiesen podido moverdel suelo veintids carros de cuatro ruedasEncendi el fuego, y al vernos nos hizo estaspreguntasForasteros! quines sois? De dnde llegasteis navegando por hmedos caminos? Venspor algn negocio o andis por el mar a la ventura, como los piratas que divagan, exponiendo suvida y produciendo dao a los hombres de extraas tierras? Somos aqueos, respond, aquienes extraviaron, al salir de Troya, vientos de todas clases que nos llevan por el gran abismo

    del mar y venimos a pedirte si quisieras presentarnos los dones de la hospitalidad o hacernosalgn regalo, como es costumbre entre los huspedes. A su vez respondi Polifemo: Eres unsimple o vienes de lejanas tierras cuando me exhortas a temer a los dioses, que los cclopes nose cuidan de Zeus, que lleva la gida. Pero dime, en qu sitio, al venir dejaste la bien construidaembarcacin.Sin embargo su intencin no me pas inadvertida a m, y de nuevo habl conengaosas palabras: Poseidn, que sacude la tierra, rompi mi nave llevndonos a unpromontorio y estrellndola contra las rocas, enlos confines de vuestra tierra...

    El cclope con nimo cruel cogi a dos compaeros, los arroj a tierra, y se los comi comoun montaraz len. Nosotros contemplbamos aquel horrible espectculo con lgrimas en losojos.Cuando se descubri la Aurora de rosceos dedos, el cclope encendi el fuego, orde lasgordas ovejas y ech mano de dos de los mos, y con ellos se aparej el almuerzo. Sac de lacueva los pinges ganados, removiendo con facilidad la enorme roca y volvindola a colocar. Yome qued meditando siniestros ardides. Echada en el suelo haba una gran clava de olivo verde.Me acerqu a ella y cort una estaca como de una braza, que di a los compaeros mandndolesque la puliesen. A continuacin afil uno de sus lados, la endurec pasndola por el ardientefuego, y la ocult debajo del abundante estircol esparcido por la gruta. Cuando lleg el cclopeagarr a otros dos de mis amigos y con ellos se aparej la cena. Entonces me acerqu al cclopey, teniendo en la mano una copa de negro vino, le habl de esta manera:

    Toma, cclope, bebe vino, ya que comiste carne humana a bien de que sepas qu bebida seguardaba en nuestra nave As le dije. Tom el vino y se lo bebi. Le gust tanto el dulce licorque me pidi ms: Dame de buen grado ms vino y hazme saber tu nombre para que te ofrezcaun don hospitalario con el que te alegres Volv a servirleel negro vino: tres veces se lo present y tres vecesbebi incautamente, y cuando los vapores del vinoenvolvieron la mente del cclope, le dije con suavespalabras:

    Cclope, mi nombre es Nadie, y Nadie me llaman mi

    madre, mi padre y mis compaeros todos. As habl, yenseguida me respondi: A Nadie me lo comer elltimo, despus de sus compaeros, y a todos los demsantes que a l: tal ser el don hospitalario que le ofrezca.Dijo, se tir atrs y cay de espalda. Met la estacadebajo del abundante rescoldo, y anim con mis palabrasa todos los compaeros. Me rodearon mis compaeros yuna deidad nos infundi gran audacia. Tomando laestaca de olivo, la hincaron en el ojo del cclope, y yo,alzndome, la haca girar por arriba. Dio el cclope unfuerte y horrendo gemido, se arranc la estaca, la arrojfurioso lejos de si y se puso a llamar a los cclopes que habitaban a su alrededor. Al or sus

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    voces acudieron muchos yse pararon junto a la cueva y le preguntaron: Por qu tan enojado,Polifemo!, gritas de semejante modo en la divina noche, despertndonos a todos? Acasoalgn hombre se lleva tus ovejas mal de tu grado? O, por ventura, te matan con engao o confuerza? Y le respondi desde la cueva el robusto Polifemo: Oh amigos! Nadie me mata conengao, no con fuerza. Y ellos le contestaron con estas aladas palabras: Pues si nadie te hacefuerza, ya que ests t solo, no es posible evitar la enfermedad que te enva en gran Zeus, peroruega a tu padres, el soberano Poseidn. Apenas acabaron de hablar, se fueron y yo me re en

    mi corazn de cmo mi nombre y mi excelente ardid les haba engaado. El cclope, gimiendoanduvo a tientas, quit el peasco de la puerta y se sent en la entrada, tendiendo los brazospor si lograba echar mano a alguien que saliera con las ovejas: tan mentecato esperaba que yofuese! Mas yo meditaba cmo pudiera acabar mejor aquel lance Haba unos carneros bienalimentados, hermosos, grandes, de espesa y oscura lana y, sin desplegar los labios los at detres en tres, y as el del centro llevaba a un hombre y los otros dos llevaban a cada varn

    Cuando se descubri la Aurora de rosceos dedos, los machos salieron presurosos a pacer.Su amo palpaba el lomo a todas las reses que estaban de pie, y el simple no advirti que miscompaeros iban atados debajo de los animales. El ltimo en tomar el camino de la puerta fuemi carnero, cargado de su lana y de m mismo, que pensaba muchas cosas

    Cuando estuvimos algo apartados de la cueva y del corral, me solt del carnero y desat amis amigos. Cogimos aquellas gordas reses y dando muchos rodeos llegamos por fin a la nave.Embarcamos y cuando estuvimos lo suficientemente lejos como para que se dejara or a unhombre que grita, habl al Cclope con estas palabras: Cclope! No debas emplear tu granfuerza para comer a los amigos de un varn indefenso. Las consecuencias de tus malasacciones habran de alcanzartey si alguno de los hombres mortales te pregunta la causa de tuvergonzosa ceguera, dile que quien te priv del ojo fue Odiseo, el asolador de ciudades, hijo deLaertes, que tiene su casa en taca. Y Polifemo invoc a su padre Poseidn y le pidi queOdiseo no pudiera llegar jams a su palacio, y en caso de que llegara, que esto se produjera

    tarde y despus de haber perdido a todos sus compaeros.

    La tierra de Eolo

    Cuando el sol se puso y sobrevino la oscuridad, nosacostamos en la orilla del mar, pero apenas se descubri la hijade la maana, la Aurora de rosceos dedos, orden a miscompaeros que subieran a la nave y desataran las amarra.Llegamos a la isla de Eolia, donde moraba Eolo, querido porlos inmortales dioses. Eolo me trat como a un amigo por

    espacio de un mes y me hizo preguntas sobre muchas cosas,de todo lo cual le inform debidamente. Cuando quise partir yle rogu que me despidiera, no se neg y prepar mi viaje. Medio entonces, encerrados en un cuero los soplos de losmugidores vientos. Y at dicho pellejo en la cncava nave conun reluciente hilo de plata, de manera que no saliese ni elmenor soploNavegamos sin parar por espacio de nueve dascon sus noches, y el dcimo, me sent fatigado y me rindi eldulce sueo. Los compaeros se figuraban que dentro del odre

    haba oro y plata. As pues lo desataron y se escaparon con gran mpetu todos los vientos. Lanave lleg a la isla de Eolia pero Eolo nos ech, no dejndonos desembarcar.

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    Los lestrigonesLuego seguimos adelante, con el corazn angustiado. Navegamos seis das sin interrupcin y

    al sptimo llegamos a la isla de Lestrigonia, donde el paso del da y de las noches se producemuy aprisaEnvi a algunos compaeros para que averiguaran qu clase de hombres coman

    el pan en aquella comarcaLlegaron al palacio delrey. ste cogi a uno de ellos y con su cuerpo sehizo la cena. Los otros huyeron perseguidos por loslestrigones que parecan gigantes, y desde laspeas arrojaban pedruscos muy pesados. Mientrasmataban a mis compaeros saqu la aguda espaday cort las amarras de mi bajel de azulada proa.Desde all seguimos adelante, escapando de lamuerte

    La morada de Circe

    Llegamos a la isla de Eea, donde moraba Circe, lade lindas trenzas, deidadpoderosaEnvi a algunos compaeros para que me informasenLoechamos a suertes y el magnnimo Eurloco parti con veintids compaeros que lloraban, ynos dejaron a nosotros. Llegaron al palacio y todos, excepto Polites, pasaron cuando se lo pidiCirce. Cuando los tuvo dentro les ofreci una comida en la quehaba echado drogas perniciosas, para que los mos olvidaran latierra patria. Se la dio, bebieron y los toc con una varita y losencerr en pocilgas. Y tenan la cabeza, la voz, las cerdas elcuerpo como puercos, pero sus mentes quedaron tan enteras como

    antes.Eurloco volvi sin dilacin para contarnos la aciaga suerte que leshaba cabido a mis compaerosMe alej de la nave y del mar. Ycuando estaba a punto de llegar al gran palacio de Circe, me salial encuentro el mismsimo Hermes, el de la urea vara, y me dijo:quiero preservarte de todo mal, quiero salvarte: toma esteexcelente remedio, que apartar de tu cabeza el da cruel, y ve a lamorada de Circe, cuyos malos intentos he de referirtentegramente. Te preparar una mixtura y te echar drogas en elinterior, mas con todo eso no podr encantarte porque lo impedir

    el excelente remedio que vas a recibir. Te dir ahora lo que ocurrirdespus. Cuando Circe te hiriese con su largusima vara, tira de laaguda espada y acomtela como si desearas matarla. Entonces,cobrndote algn temor, te invitar a que yazgas con ella: t no teniegues a participar del lecho de la diosa, para que libre a tusamigos y te acoja benignamente, pero hazle prestar el solemne juramento de los bienaventurados dioses de que no maquinar contra ti ningn otro funestodao: no sea que, cuando te desnudes las armas, te prive de tu valor y de tu fuerza. Cuandotermin de hablar el dios me entreg el remedio, arrancando de la tierra una planta cuya

    naturaleza me ense, y Hermes se fue al vasto Olimpo. Llegu al palacio de Circe y todoocurri como me haba dicho el dios mensajeroCirce me dijo: Por qu Odiseo, permanecesas, como un mudo, y consumes tu nimo, sin tocar la comida ni la bebida? Sospechas que haya

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    algn engao, y has de desechar todo temor, pues ya te prest solemne juramento. Y yo lerepuse diciendo: Qu hombre que fuese razonable osara a probar la comida y la bebida antesde liberar a los compaeros y contemplarlos con sus propios ojos? Si me invitas a comer y abeber, suelta a mis fieles compaeros para que con mis ojos pueda verlos. As habl, Circe salidel palacio con la vara en la mano, abri las puertasde la pocilga y les unt con una nueva droga, yvolvieron a su forma humana.

    Ms adelante Circe me dijo: Laertada, del linajede Zeus! Odiseo, fecundo en ardides! No osquedis por ms tiempo en esta casa, pero antes detodo debis emprender un viaje a la morada deHades y de la veneranda Persfone, para consultarel alma del tebano Tiresias, adivino diego, cuyamente se conserva ntegra. A l tan solo, despusde muerto, le dio Persfone inteligencia y saber, pues los dems revolotean como sombras. Circenos dio las indicaciones necesarias para emprenderdicho viaje. Y siguindolas llegamos all dondeTiresias hizo sus predicciones, para revelarnoscmo volver al hogar.

    De regreso en el palacio de Circe, sta nos explic los peligros que deberamos afrontar ennuestra vuelta al hogar: Llegars primero a las sirenas que encantan a cuantos hombres van asu encuentro. Aquel que imprudentemente se acerca a ellas y oye su voz, no vuelve a ver a suesposa y a sus hijos, sino que el hechizan con el sonoro canto. Pasa de largo y tapa las orejasde tus compaeros con cera blanda, a fin de que ninguno las oiga; pero si t desearas orlas hazque te aten en la velera embarcacin de pies y manos arrimado al mstil, y as podrs deleitarte

    escuchando a las sirenas.Despus de que tus compaeros hayan conseguido llevaros ms all de las sirenas, no te

    indicar con precisin cul de los dos caminos te interesa recorrer, considralo en tu nimo,pues voy a decir lo que hay a ambas partes. A un lado se alzan peas prominentes, contra lasque rugen inmensas olas: las llaman las ErrticasNinguna embarcacin pudo escapar, pueslas olas del mar y las tempestades se llevan las tablas del barco y los cuerpos de los hombres.Tan solo logr dobla aquellas rocas una nave surcadora del ponto: la Argo, por todos celebrada,al volver del pas de Eetes, y tambin a esta habra estrellado el oleaje, si Hera, no la hubiesehecho pasar junto a ellas por su afecto a Jasn. Al otro lado hay dos escollos. El uno alcanza el

    anchuroso cielo con su pico agudo. En medio se encuentra una cueva en la que habita Escila,que es un monstruo al que nadiese alegrar de ver. El otro escolloes ms bajo, y lo vers cerca delotro. Tiene una frondosa higuera yal pie la divinal Caribdis sobre laturbia agua. Tres veces al da laecha fuera y otras tantas vuelve asorberla. No te encuentres allcuando la sorba, sino que acrcateal escollo de Escila, ya haz que tunave pase rpidamente.

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    Llegar ms tarde a Trinacria, donde pacen las muchas vacas y pinges ovejas del Sol. Si aestas dejaran indemnes, ocupndote solo en preparar tu regreso, an podras volver a taca,pero si les causaras dao, desde ahora te anuncio la perdicin de la nave y la de tus amigos.Aunque t te salvaras, llegaras tarde y mal a la patria, despus de perder a todos tuscompaeros.

    Todo lo que me predijeron Circe, y Tiresias se convirti en realidad. Llegu naufragando a laisla de Ogigia donde me acogi durante siete aos la divina Calipso y de all he llegado a la

    tierra de los feacios, hospitalaria sin igual.

    Una vez de vuelta en taca, Odiseo, con la ayuda de Atenea, toma aspecto de anciano

    mendigo, de modo que nadie lo reconoce. Solo se da a conocer ante Eumeo, el criado

    que cuida de los cerdos y que vive lejos de la ciudad, y ante su hijo Telmaco, quien en la

    primera parte de la obra ha ido a buscar noticias de su padre a Pilos y a Esparta, ayudado

    tambin por la diosa Atenea.Odiseo se halla ante la desastrosa situacin de su reino: los nobles de la isla

    constantemente agobian a su esposa Penlope pidindole que elija a uno de ellos como

    esposo, ante la interminable ausencia de Odiseo, y agotando el patrimonio de su reino

    con incontables banquetes.

  • 8/9/2019 EL ARTE DE LA POESA PICA_ODISEA

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