El Arte de Ilustrar

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    EL ARTE DE ILUSTRARSERMONESL. J. THOMPSON

    EL ARTE DE ILUSTRAR SERMONES, 2001 L. J. Thompsony publicado por Editorial Portavoz, Miami, Florida.Todos los derechos reservados.

    Ninguna parte de esta publicacin podr reproducirse de cualquier forma sin permiso escritoprevio de los editores, con la excepcin de citas breves en revistas o reseas.Editor: Luis Nahum SezDiseo textual: Ark ProductionsPortada: Meredith BozekIlustraciones: Enrique CampdepadrsEDITORIAL PORTAVOZMiami, FloridaVistenos en: www.portavoz.comCategora: PredicacinISBN: 0825417198

    ndiceAgradecimientosIntroduccinCaptulo 1:

    En busca de una ilustracinCaptulo 2:

    El mal, y el buen uso de las ilustraciones

    Captulo 3:Misin imposibleCaptulo 4:

    El humor en las ilustracionesCaptulo 5:Un sermn ilustrativoCaptulo 6:

    Las partes de un sermn debidamente ilustradasCaptulo 7:Por qu necesitamos buenos predicadores hoy?Apndice

    Acerca de las ilustraciones: Dr. Osaldo MottesiBibliografa

    DEDICATORIAEn memoria de mi padre

    Elmer Vernard Thompson(19011998)

    De cuyos labios escuch y entend la Palabra de Dios;labios de los cuales nunca o lo srdidoni vi salir mancha, nunca o blasfemia,

    nunca o mentira, nicamente la verdad.

    Agradecimientos

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    Cmo llegu a escribirEl arte de ilustrar sermones? La verdad es que nunca cruz pormi mente escribir un libro sobre este tema. En febrero de 1998, asist a ExpoLit Panam; allse me acerc un amigo de toda mi vida, Harold Kregel. Hablamos un rato y me cont que leestaba entregando el cargo de director de Portavoz al ilustre espaol, Luis Seoane, aunquetodava Kregel mantena un poquito de poder en los asuntos editoriales.

    Cambiando su actitud de colega a director, Harold me dijo: Quiero que me escribas unlibro acerca de el arte de ilustrar sermones. En su fino espaolcon acento gallegoaadi algo acerca de la necesidad de una obra en ese particular.

    Gracias Harold, por el empujn.Ms adelante, el mismo aoaunque ahora en Iquitos, Per, e inspirado por la peticin

    de Kregel, ense a un grupo de pastores una clase acerca del tema. O comentarios como:Qu valiosas fueron estas lecciones! Ahora s hallar las ilustraciones que necesito. Esla primera vez que oigo algo tan prctico. Eso agreg estmulo a mi empeo.

    As que puse a madurar algunas ideas en los meses posteriores, las revis varias veces yconcluyendo el ao pasado, pese a toda la algaraba del fin de milenio, escrib los primeroscaptulos.

    El acicate de una persona que aprecio mucho aceler esta obra. Gracias, Luis Seoane, portu insistencia. Y puesto que termin el libro a tiempo, me debes la mejor cena de GrandRapids! Ah!, tambin debo decir: Ests haciendo un gran trabajo como director de Portavoz.

    Otro que contribuy llevndome de la mano de la Real Academia Espaola, a mimanuscrito es mi editor y amigo Nahum Sez. Mil gracias por darle ms claridad a todo loque escribo.

    Gracias tambin a mi ilustrador de hace dcadas, Kike Campdepadrs. Argentina ha deestar orgullosa de tan genial dibujante. Tus dibujos dan vida a cualquier escrito.

    Y mi ltimo agradecimiento es a los muchos que me han obligado a escuchar sermonestediosos y mal ilustrados, pues me impulsaron a trabajar para tratar de remediar el problema.

    Les Thompson

    IntroduccinSoy uno de esos que oigo predicar desde el vientre de mi madre. Nac hijo de un gran

    expositor de la Palabra de Dios y, como consecuencia, cada predicador que he escuchado enmi vida siempre ha sido evaluado a las medidas de mi padre.

    Nac en Cuba de padres misioneros. Mis primeros recuerdos son de mi padre, ElmerThompson, predicando en el Tabernculo Los Pinos Nuevos. Recuerdo de la manera en quesuba al plpitosu mismo porte demandaba silencio y atencin. Aquellos eran das en queel respeto en la casa de Dios era requisito. Ese espritu jocoso de hoy en da se considerabairreverente y era reprendido. El templo representaba a Dios y, por ende, cuando entrbamos ala casa de Dios el temor del Sina caa sobre todos. Cuando mi padre suba al plpito nadie

    dudaba de que Dios haba enviado a su siervo para hablar en su lugar. Hasta la manera en quecolocaba la Biblia sobre el plpito (como objeto de gran reverencia) aada a ese ambientesobrio y santo.

    Luego de abrir la Biblia, lo primero que haca mi padre era levantar la vista. Esa miradafija pareca absorber la congregacin. Los ojos azules parecan poder penetrarinstantneamente hasta el fondo de cada alma, obligando a aquellos que haban pecadodurante la semana a sonrojar o agachar la cabeza en vergenza. Esa mirada, adems, parecademandar de cada individuo la debida reverencia y respeto durante todo el sermn. La miradatambin era como una proclama de que haba llegado el momento ms trascendental de lasemana: Dios estaba por hablar de su santa Palabra por medio de su siervo.

    Fue el no hacerle caso a esa mirada que en un domingo inolvidable me busqu un

    reventn. Nio que era, con el refunfuar del sermn me olvid del lugar en que estaba y mebaj de la banca para jugar a los autos pretendidos. De inmediato o del plpito el anuncio de

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    mi nombre. Volte la cabeza para encontrar los ojos furiosos de mi padre. Leslie, estamos enla casa de Dios, me dijo. Sintate tranquilo al lado de tu madre y escucha. Pero el sermnera largo y mi memoria corta. De nuevo, soadoramente, los autos y camiones se convirtieronen realidad y nuevamente abandon mi asiento para usar la banca como carretera. Tanabsorto estaba en mi juego que no me di cuenta de que pap haba dejado de predicar. Fueron

    las suelas de sus zapatos acercndose a la banca que por fin que me sacaron de mi trancemuy, pero muy tarde. Con una mano me levant. Me gir en posicin boca abajo, miposterior indefenso ahora expuesto a la otra mano. All mismo, con el pblico numeroso detestigo, me dio lo que siempre he recordado como una santa paliza. Testifico que me

    sirvi de gran beneficio espiritual, ya que desde aquel da jams he podido dormir en unaiglesia, no importa lo aburrido de un sermn.

    Como vena diciendo, la misma voz con que mi padre pronunciaba sus palabrasvozsonora y clara como de clarnllamaban a ese acto especial y nico de adoracin pblica.Desde la primera palabra hasta al sagrado amn al final, lo que se senta y se oa desdeaquel plpito villaclareo eran los pronunciamientos del Dios de los cielos.

    Han de haber habido muy pocos los domingos en que los asistentes saldran de esos

    servicios con un sentido de desilusin, pues, a mi criterio, eran encuentros profundamenteespirituales. Eran mensajes poderososungidos poderosamente del Espritu Santo. Ahoraque tambin soy predicador y me encuentro en el deber de descifrar el texto sagrado, avalorograndemente la manera brillante en que mi padre desenlosaba el texto bblico. Sus mensajessiempre eran sencillos y claros, ocultando las muchas horas de preparacin. Su proclamacinera fluida y sus frases importantes puntualizadas con fuertes clamores. La aplicacin del textoinescapable.

    Pero tambin haba un genio en su predicacin que haca sus sermones imborrables: esasinolvidables ilustraciones! Qu habilidad extraordinaria tena pap para ilustrar! Tan precisase interesantes eran que cuando uno las escuchaba saba de inmediato no solo lo que el texto

    bblico deca, pero cmo aplicar las verdades aprendidas al diario vivir.Recuerdo un sermn que predic basado en Hebreos 11:6: Y sin fe es imposible agradar a

    Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que l existe y que es

    galardonador de los que le buscan. Remach pap la verdad del texto contando unaexperiencia que tuvo en los comienzos del seminario Los Pinos Nuevos. Los bancos en Cubase haban quebrado y con esa quiebra pap haba perdido todo el dinero que haba acumulado

    para el comienzo del nuevo curso en septiembre. Ilustr la lucha de la fe, contando:Cada da iba al correo. Esperaba que Dios supliera mi necesidad a travs de un amigo en

    Norteamrica. Pero al apartado de correo 131 en Placetas no lleg ninguna carta. El da antesdel comienzo de las clases fui una vez ms, seguro de que ese da llegara la carta esperadaconteniendo el dinero en respuesta a mis oraciones. Que desalentado me sent. No haba

    carta. Todo lo que lleg fue un peridico cristiano de Moody en Chicago.Me quej a Dios en todo el regreso a mi casa. Qu iba hacer para el comienzo delseminario el da siguiente? Llegu a la triste conclusin de que Dios me haba fallado.Entonces, casi sin pensarlo, abr el peridico que me haba llegado. En la cubierta, impreso enletras grandes, estaba el texto: Vuestro Padre sabe de qu cosas tenis necesidad antes quevosotros le pidis.

    Qu reproche sent! Mi fe estaba puesta en un amigo norteamericano, no en Dios. Creaque en el correo estara la respuesta a mi necesidad! Arrepentido, ped de Dios perdn, yrepos mi necesidad en l. Qu bien dorm esa noche. Saba que Dios todo lo tena en control.

    Ese primer da del curso comenzaron a llegar los estudiantes. Recuerdo que el primerolleg silvando un himno, su rostro lleno de alegra. Vino a saludarme y a contarme de la

    maravillosa manera en que Dios le haba bendecido durante las vacaciones y de una iglesianueva que haba establecido. Luego del saludo, sigui hacia el dormitorio de jvenes. De

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    pronto se gir, diciendo, Hermano Thompson, se me olvid una cosa, y vino corriendohacia m. Es una carta de una viuda del campo donde estaba trabajando. Me dio la carta ysigui en su camino.

    Abr la carta y ah estaba todo lo que necesitaba para comenzar el curso. Esa viuda meenviaba una ofrenda de $200 dlares como agradecimiento por el joven de Los Pinos que

    lleg a donde ella viva con el evangelio.Les digo amigos, poned vuestra fe en Dios, no en el hombre ni en las circunstancias, puesvuestro Padre sabe de qu cosas tenis necesidad antes que vosotros le pidis .

    De las muchas cosas que aprend de mi padre, una de las que ms valoro ya que comol tambin sal predicadores la importancia de las buenas ilustraciones en un sermn.Hijome decasi quieres aprender a predicar para que el mundo te escuche, tienes queaprender el arte de ilustrar sermones.

    Mi esperanza es que en las pginas que siguen usted aprenda a valorar y emplear lasherramientas y recursos brindados. Sobre todo, que se d cuenta que toda persona puedeaprender a ilustrar bien. A cada persona Dios ha dado dos cosas: (1) Su bendita Palabra y (2)las experiencias vividas. En la Biblia encontramos el mensaje que todo hombre necesita para

    vivir correctamente. La experiencia particular de cada persona le da abundante material paramostrar cmo ese mensaje transforma al ser humano. Lo que hace el buen predicador esarmonizar estas dos fuentes. El desafo que presento en este libro es que al conocer el arte deilustrar sermones aprendas a trazar bien la Palabra de Verdad.

    CAPTULO 1

    En busca de una ilustracinNuestro objetivo no es poner la gente a dormir, sino hacerles vivir una verdad bblica.

    UNO

    En busca de una ilustracinPor tus palabras sers justificado y por tus palabras sers condenado.Mateo 12:37

    En el seminario, en una clase de oratoria, estudibamos el tema de las ilustraciones. Elprofesor asign una tarea que todos debamos llevar a la prxima clase: escoger un pasaje dela Biblia, extraerle una frase importante y emplear una ilustracin que le diera mayorclaridad.

    Al siguiente da, un compaero llamado Delbert, fue el primero en dar su ilustracin. Noscont acerca de la aventura de un joven estadounidense que visit Londres por primera vez.

    Antes de emprender el anhelado viaje, su madre le pidi encarecidamente que visitara auna ta y a unos primos que vivan en aquella ciudad lejana, para ello le dio la direccin de la

    casa de los familiares. Al llegar a Londres, lo primero que hizo el joven, como era deesperarse, fue dirigirse a los lugares tursticos ms reconocidoslo cual era el propsito

    principal de su visita, luego trat de conocer otros parajes y por ltimo se aventur aencontrar a sus parientes.

    En el hotel le dieron una idea general de cmo llegar, indicndole que no estaba muylejos, que poda ir a pie, pero le advirtieron que se fijara bien en los letreros de los postes encada esquina, los cuales indicaban el nombre de las calles.

    Iba a medio camino cuandoinesperadamentese percat de la densa neblinalondinense que cubra la ciudad. Abrindose paso entre ella, se paraba en cada esquinaintentando leer el letrero del poste, pero el ambiente seminublado le dificultaba sus intentosms y ms. Al fin crey llegar a la calle que buscaba, y se aferr al poste. Lo trep para poder

    leer la direccin, y se encontr con que el letrero deca: Recin pintado. No tocar!

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    Interrumpiendo las carcajadas que invadieron la clase, mi amigo Delbert dijo: No s cultexto de la Biblia ilustr, pero me parece una extraordinaria ilustracin.

    Nuestro inters en este libro es doble: (1) Ayudar al predicador que desea aprender ailustrar, es decir, aquel que trata de aclarar las verdades que anuncia con relatos, reseas,referencias, descripciones y dichos; (2) mostrarle cmo puede embellecer o hacer ms amena

    e interesante su predicacin, introduciendo material que aclara a la vez que deleita al queescucha.Cmo describir, entonces, el libro que ahora est en sus manos?

    Si tomamos el sentido literal de la palabra homiltica (del griego homiletikos, que setraduce conversacin afable) entonces lo que ensearemos en este libro es aplicable y, porlo tanto, til. Aqu tratamos acerca de las maneras de hacer amena la predicacin, de aadirilustraciones a una pltica para que esta sea gustosamente entendida. Si entendemos la

    palabra homilticaen su sentido estrictola forma en que se elabora un sermnentonceseste no es el texto que usted necesita, ya que solo trata de un aspecto del tema general de la

    predicacin. Entendmonos bien. Nuestra determinacin es clara: Al terminar de leer esta

    obra, usted habr aprendido el arte de ilustrar, no el de predicar.As que el libro es homilticosolo en el sentido de que ensea cmo amenizar unapredicacin. Es hermenutico(arte de interpretar textos de la Biblia correctamente) solo en elsentido de ayudar al predicador a adornar lo que interpreta. Es retrico(arte del bien decir)solo en la medida en que ayude al orador a embellecer el contenido de los conceptos que

    proclama.Lo que nos motiva es que muchas veces, mientras el predicador expone su sermn,

    muchos estn sentados en la iglesia, con los brazos cruzados, los ojos cerrados y disfrutandoun profundo sueo. Y como que la iglesia no debe ser el sitio para echarse una siestecita, enestas pginas pretendemos ayudar al pastor a encontrar maneras de aadir inters a lo que

    predica con ilustraciones que en verdad comuniquen lo que se quiere hacer llegar al pblico.

    El contenido de este libro, pues, tiene que ver solo con esta parte del sermn: la ilustracin.Es decir, exponer las maneras de hacer claro el mensaje mientras el predicador lo proclama.Queremos hacer desaparecer esa cantidad incontable de sermones secos que adormecen a lagente.

    El predicador tiene dos problemasAl articular un sermn de la mejor manera posible para presentarlo ante una audiencia, el

    predicador enfrenta un reto especial: tiene que interesar al pblico al que se dirige con lo quedice. Si escoge un tema que no es de inters para la audiencia, destruye el sermn antes decomenzar. Pero si selecciona uno apropiado, si desea mantener el inters del pblico respectoal tema que predicar, si busca maneras de aclarar los puntos ms difciles, tal predicador es

    probable que acepte las sugerencias que aqu ofrecemos. Es necesario hacer una advertencia:No lea lo que escribimos pensando que todo lo que necesita son dos o tres buenos y graciososcuentos. Eso no es lo que se entiende por ilustrar.

    Demos el concepto de una vez, y de inmediato veremos que hay muchas otrasdefiniciones. Por ilustrarqueremos decir:

    1. La accin y el efecto de dar luz al entendimiento.12. Explicar un punto o materia.2

    1 Julio Casares, Diccionario ideolgico de la lengua espaola, Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona,

    1959, p 462.

    2 Ibid.

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    3. Alumbrar interiormente a la criatura con luz sobrenatural.34. Depositar un nido de ideas en la mente.45. Captar la atencin en medio de una distraccin.56. Contar una historia, presentar un relato, un chiste, un dicho, una lectura que logre establecer

    una buena relacin con la audiencia, persuadindoles de la verdad que se les predica, y sobre

    todo, ensear.67. Aquello que ayuda a desarrollar ideas, a ampliar el horizonte, a llegar a aceptar opinionesnunca antes imaginadas, y que a veces hasta lleva el oyente a conclusiones contradictorias.7

    Y a estas se podran aadir muchas ms. Lo importante es reconocer que el reto paranosotros es captar la atencin de los que nos escuchan mediante ilustraciones interesantes.Comencemos, pues, con una simple pero a la vez entendible premisa.

    La mayora de las ilustraciones que hallaremos se caracterizan por uno de dos problemas:1. Son inadecuadas: blandas, flojas, sin vida.2. No vienen al caso.

    Por ejemplo, en la escuela dominicaldespus de una discusin en la clase, y paracalmar a los alumnos, la maestra le pidi a Juanito que orara. El muchacho or as: Seor,

    haz que los malos sean buenos y que los buenos sean simpticos. Ah tenemos un sucesogracioso y a la vez real. Pero, dnde cabe?

    Seguramente, si como predicador ha intentado ilustrar sus plticas, ya habr confrontadoestas dos realidades: ilustraciones inadecuadas o las buenas pero que no tienen nada que vercon lo que se predica.

    Primero pensemos en un predicador que no puede encontrar las ilustraciones apropiadas.Qu hace? Puede ser que decida no emplearlas en su sermn. Todos los domingos losescuchamossermones sin ilustraciones! Por ejemplo, este domingo pasado fui a unaiglesia y escuch un buen sermn que el pastor titul:La gracia de Dios, basndose enEfesios 1:314. El esqueleto del sermn era excelente. El predicador escogi los puntosapropiados, y los explic a su mejor manera. Seleccion los textos con sumo cuidado, loshizo leer, seguidos por comentarios adecuados. Perocomo muchos predicadorescarecade ilustraciones, las que le habran dado vida y carne al esqueleto.

    Mientras predicaba observ a varios adolescentes sentados en la audiencia. Bostezaban.Agarraban el himnario. Lo hojeaban. Lean un himno aqu, otro all. Lo colocaban de nuevosobre el asiento. Reclinaban la cabeza sobre el banco de enfrente y por largos ratoscontemplaban el piso, como si estuvieran contando hormigastodo ello evidencia clara del

    puro aburrimiento. Lo paradjico era que se predicaban algunas de las ms sublimes verdadesdel evangelio, pero a aquellos jvenes no los estaba alcanzando.

    Es que a los jvenes les faltaba inters en las cosas espirituales? No lo creo. Es que eranindiferentes a la Palabra de Dios? Tampoco lo creo. Es que el predicador no intent ponerse

    en onda con ellos. No comunicaba la verdad de una manera que la captaran. La razn bsica3 Ibid.

    4 Frank S. Mead,Encyclopedia of Religious Quotations, Fleming H. Revell Co., Westwood, N.J.,

    prefacio.

    5 Saul Bellow, George Plimpton, Writers at Work, 1967.

    6 Steven & Susan Mamchak,Encyclopedia of Humor, Parker Publishing Company, West Nyack, N.Y.,

    1987.

    7 Ralph Emerson Brown, The New Dictionary of Thought, Standard Book Co., 1957.

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    es que le faltaban ilustraciones!,ese tipo de prdicas que hacen vivir una verdad bblica yque activan la imaginacin de los que la escuchan.

    El Dr. Osvaldo Mottesi afirma: El uso de lenguaje abstracto condena la predicacin alfracaso. Esto no es un problema meramente comunicativo, sino tambin teolgico. No es soloque nuestros oyentes no entiendan o que les cueste demasiado seguir los argumentos

    puramente abstractos y por consiguiente se aburran y se desconecten de la predicacin, sinoque nuestro Dios se revela a la humanidad a travs no de abstracciones sino de personas ysituaciones concretas de la vida diaria.8

    De qu hablamos? De la necesidad de avivar nuestra predicacin, hacindola amena,llena de esos elementos retricos que cautivan la atencin, el ms importante siendoilustraciones apropiadas.

    Ejemplo de una buena ilustracinComencemos con la misma palabra gracia del sermn ya mencionado. Si usted

    predicara sobre ese tema, cmo lo hara? Quizs se le ocurra correr al diccionario, dar ladefinicin clsica de la palabragraciay seguir adelante con el sermn. Espere! No tanrpido. Las definiciones de diccionario tienen su lugar, pero tambin pueden ser muy secas ydemasiado tcnicas para gente no estudiosa. Adems, una explicacin de diccionario no esuna ilustracines solo y simplemente una definicin. Hablamos de la tcnica de crear uneslabn comunicativo con los que nos escuchan, no ponerles a dormir! Mejor sera dejar aldiccionario en el anaquel un rato y buscar una solucin ms atractiva.

    Ya que pusimos el diccionario a un lado, a dnde debemos ir? Pregntese, qu es lo quesobre todas las cosasnos interesa ms? La gente! S, a la gente, al homo sapiens, anosotros que somos de la propia especie humana. Walt Disney, para lograr que los nios sequeden pegados al televisor, usa animales, pero les da personalidad humana! Es ms, parahacerlos atractivos, los coloca en situaciones muy humanas. Hace uso de toda la gama deemociones, temor, amor, sospecha, desnimo, lgrimas y alegras propias del ser humano

    todo para captar nuestra atencin. El secreto de su xito es esa humanizacin de suspersonajes. Lo que digo es que a todos nos gusta or degente, de cosas que nos suceden, deexperiencias que tenemos, de tristezas o goces que sentimos.

    Otro ejemplo. Por qu es que las mujeres se quedan tan pegadas a las telenovelas? Loque ven son crisis, pleitos, celos, envidias, rollostodos puros inventos que se toman desituaciones humanas tpicas. A quin les interesa? A todas! La verdad es que a todos nosinteresan las situaciones humanasaunque sean inventadas como las de la televisin, esasque perduran en la imaginacin. El hombre secular sabe usar los medios para atraer laatencin. Por qu nosotros no? Estos principios estn igualmente a nuestro alcance.

    Ahora bien, si usted como expositor de la Biblia puede tomar un concepto abstractoporejemplo, este de la gracia de Diosy envolverlo en humanidad, no asegurara la atencin

    de todos que escuchan el sermn?Recordemos a Natn cuando fue ante el rey David para condenarlo. El concepto abstracto

    sobre el cual el profeta tuvo que predicarle al rey tena que ver con su pecado deinfidelidad. De qu manera habra de captar la atencin del rey?

    Por ejemplo, el profeta podra haber llegado con un pergamino hebraico enmarcando ladefinicin mosaica delahem! adulterio y su terrible castigo. Si as hubiera hecho, me

    imagino que Davidal estilo del famoso presidente Clintonhabra trado a sus mejoresabogados para defenderse con un sinnmero de tecnicismos legales. No. Natn humanizel

    pecado contando una historia. Creando un cuento. Y as describi con lujo de detalles a unpoderoso abusador y cmo se aprovech despiadadamente de un dbil infortunado. Tan

    8 Osvaldo Mottesi, Predicacin y misin, LOGOI, Miami, Florida, p. 250.

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    cautivado estaba David con la historia que, sin darse cuenta, se conden a s mismo. Natnadmirablemente logr su objetivo.

    Imitar el estilo de Natn es lo que buscamos cuando ilustramoses preferible aconsultar un diccionario! Ahora bien, buscar tal tipo de ilustracin humana para avivar unsermn es lo que distingue a los grandes predicadores de los ordinarios. Pues, encontrar tal

    tipo de ilustracin es lo que consume tiempo y trabajo (mucho ms complicado que irsecorriendo al diccionario). Recordemos que, aparte de exponer con claridad el sentido bblico,nuestro intento como predicadores es asegurarnos que los adolescentes que nos oyen dejen de

    bostezar y los ancianos de cabecear. Como dice el famoso comunicador, el Dr. Steve Brown:El regalo ms preciado que una audiencia puede obsequiarle es su tiempo. Una vez que loreciba, no lo despilfarre hablando de cosas que no necesitan escuchar.9

    Para seguir con nuestra meta de ganar la atencin cmo, entonces, podramos hacerlo altratar el tema ya mencionado de ese sermn acerca de lagraciaque result aburrido para los

    jvenes? Primero, percatmonos de que para que el pblico de veras preste atencin alsentido de la palabragracianecesitamos un incidente humano que nos sirva para explicar loque se entiende bblicamente. Cul? Dnde hallarlo?

    En busca de una ilustracin eficazDel diccionario nos enteramos quegraciaquiere decir un favor inmerecido. Es el

    sentido de esa palabragracialo que queremos destacar. Como primer paso novamos a ira un libro de ilustraciones para ver qu nos dicen Spurgeon o Moody acerca de la palabra

    gracia. Entendamos que no es que ellos no supieran ilustrar, al contrario, lo hicieronperfectamente es sus das. Pero la vida actual es muy distinta, y lo que le interesa a la gente esalgo que est ocurriendo en sus vidas hoy, no lo que ocurri hace 100 aos.

    Busquemos algo que se identifique con nosotros hoy, cosas que conocemos y sentimosque tengan que ver congracia, algo valioso que una persona recibi aunque no lo mereciera.Para esto hagamos una lista de posibilidades que se nos ocurran, todas con ese elemento de

    favores inmerecidos:1. Por ejemplo, el artculo que lemos esta maana en el diario acerca del deportistadesconocido, sin esperanzas de xito, que accidentalmente fue visto por un entrenadorfamoso. Este, reconociendo sus dotes, lo hizo firmar un contrato con un importante equipo yun salario increble.

    2. Otro, quizs ms extico. Si lo hizo Natn el profeta, y si los directores de televisin lopueden hacer, tambin nosotroseso es, dar rienda suelta a la imaginacin en busca de unrelato ficticio. Imaginemos a una joven que en un mercado se encuentra improvisadamenteante un prncipe. A primera vista, este es cautivado por la hermosura de la chica. La persigue,le regala prendas costosas y la enamora con pasin. Al fin, una noche bajo los rayos de laluna, l le expresa su amor, y ella lo acepta como su enamorado. A los meses se casan, y de

    un da al otro ella, que esperaba solo conocer la pobreza, se convierte en una mujer famosa yrica.

    3. O, nos acordamos de la conmovedora historia de un nio de la calle, de doce aos deedad, abandonado por sus padres. La prensa relata que a este chico lo capturaron robando lacasa del pastor de la Iglesia Metodista, el reverendo Rubn Garca. Lo sorprendente del relatoes que este pastor, en un gesto singular, en vez de acusar al muchacho ante la polica, con elconsentimiento de su esposa, pide la custodia del delincuente con el propsito de adoptarlocomo hijo.

    9 Steven Brown, Cmo hablar, Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, p. 114. El doctor Brown

    es profesor de Homiltica en el Seminario Reformado de Orlando, Florida.

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    Ya que buscamos una ilustracin adecuada para describir lo que esgracia, recordemosque la Biblia es una gran fuente de ilustraciones. Qu relatos podramos encontrar en laBiblia que ilustren este tema de lagracia?

    4. El ladrn en la cruz que a ltimo momento hall el perdn de Jess y la entrada al cielo.5. Ester, la hermosa y bella joven juda escogida como reina por el rey Asuero.

    6. Saulo, el perseguidor de la iglesia, sorprendido por Jess en el camino a Damasco, ygloriosamente transformado en el gran apstol.

    Cmo evaluar la ilustracin adecuadaAhora, con las seis posibilidades anteriores, comenzamos el proceso de escoger la

    ilustracin apropiada. Ya hemos visto que hay una gran diferencia entre una seca definicinde diccionariogracia, favor inmerecidoy una ilustracin viva que seguramente atraerala atencin de todos, incluso a los adolescentes.

    Indicamos hace un momento que el predicador tiene dos problemas:1. Ilustraciones inadecuadasblandas, flojas, sin vida.2. Ilustraciones que no vienen al caso.

    As que buscamos esa buena ilustracin que describa gracia, favor inmerecido.Examinemos la primera:

    Un deportista desconocido, sin esperanzas de alcanzar la fama, es accidentalmente visto

    por un entrenador famoso. Este, reconociendo sus dotes, le hace firmar un contrato con un

    importante equipo y un salario increble.

    Define eso lo que significagraciaen su sentido bblico?Necesitamos ir al diccionariono para leer la definicin al pblico, sino para

    asegurarnos de que literalmente entendemos el sentido de la palabra (o frase) que nosproponemos ilustrar.

    Nos sorprende encontrar que el diccionario comn definegraciacomo un don naturalque hace agradable a la persona que lo tiene.10Obviamente ese no es el sentido bblico. Portanto, ya que se trata de un concepto importante de la Biblia, vayamos a un diccionariobblico.11All leemos: Gracia: la generosidad o magnanimidad de Dios hacia nosotros, seresrebeldes y pecadores [L]as Escrituras son vigorosas al afirmar que el hombre no puede

    hacer nada para merecerla. De ah la abreviada definicin que tantas veces omos: Gracia,don o favor inmerecido. (Repito: como predicadores debemos tener bien clara la definicinsagrada, no para lersela al pblicocosa que ya enfatizamossino para saber qu es loque debemos ensearle a la congregacin.)

    Apliquemos la definicin bblica a la primera ilustracin. Hay algo en el deportistadesconocido que le hara merecedordel puesto que le ofrece el entrenador?Lamentablemente s lo hay. Dice el relato reconociendo sus dotes. Le da el puesto y el

    salario porque se lo merece. Esta ilustracin, por tanto, no nos sirve, puesto que eldeportista se mereca el reconocimiento. Gracia es favorinmerecido.Veamos la segunda ilustracin:Una joven improvisadamente se encuentra ante un prncipe. A primera vista, este cae

    presa de su hermosura, la enamora y se casan; de un da al otro ella, que solo conoca la

    pobreza, es rica.

    10 Real Academia Espaola, Diccionario de la Lengua Espaola, 1970.

    11 Diccionario Ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, Miami, Florida.

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    Ilustra esto la gracia inmerecida? De nuevo tenemos que rechazarla(a pesar de quepudiera haber sido atractiva para las jvenes que estuvieran en la audiencia). El prncipe labusca por los mritos de su belleza. Si es porgracia, no hay cabida a mrito personal alguno.

    La tercera ilustracin:Un nio de la calle, abandonado por sus padres, un da se mete a la casa de un pastor

    metodista y le roba algunas cosas de valor. Este, en lugar de llevarlo a la polica, lo lleva denuevo a su hogar. Como no tiene hijos, decide adoptarlo con el consentimiento de su esposa,

    y darle abrigo, amor y un nombre.

    Tiene algn mrito este nio? Lo que merece es una buena paliza! Ahora s tenemosuna ilustracin vlida, pues describe a perfeccin lo que es lagraciade Dios. Lo que tenemosque decidir, entonces, es si esta es la ilustracin que queremos usar. Quizs podramosencontrar una ms apasionante, ms impactante, ms apropiada al sermn que vamos aexponer. Sea como sea, la ilustracin es vlida.

    De las tres posibles ilustraciones extradas de la Biblia, vemos que tanto la cuarta como lasexta llenan los requisitos. La quinta no, porque de nuevo vemos que el rey Asuero escoge a

    Ester por su increble hermosura. La Biblia ensea que Dios nos escoge a nosotros puramentepor gracia: somos como el ladrn crucificado al lado de Jess, llenos de pecados, y sin mritoalguno para ir al paraso. Nos parecemos a Saulo, quizs muy religiosos, muy celosos de losmritos que poseemos, pero indignos de esa gracia y favor divinos. Si uno llega a Dios conmritos personales, estospor decirlo asintentan anular o desacreditar los gloriososatributos de Cristo en su obra de redencin.

    Es as que, al preparar el sermn sobre el tema de lagracia, podramos usar cualquiera deestas tres: (a) la del nio que es adoptado, (b) el ladrn penitente, o (c) el orgulloso yautosuficiente Saulo. La decisin la tomaramos de acuerdo a la que ms nos guste. Es decir,si una ilustracin explica el sentido de la verdad bblica que exponemos, se puede usar. Porsupuesto, al contar la historia el predicador puede repetir varias veces la definicin

    gramatical: La gracia es un regalo inmerecido. Pero lo que va a atraer la atencin, a la vezque aclarar el sentido, es la ilustracin especial que cuidadosamente se escoja.

    Unos comentarios generalesAhora puedo percibir horror y espanto en los ojos de los pastores. Se estn diciendo:

    Tengo que atravesar ese proceso para seleccionar cada ilustracin? Dios mo, no tengotiempo para hacer todo eso!

    Mi respuesta es sencilla. Tiene que decidir entre sermones fciles con gente dormidatodos los domingos, o dinmicos que mantienen la atencin de la congregacin. La decisines suya; y los que sentirn la diferencia sern los que le escuchan domingo tras domingo.Usted tiene que decidir si desea ser un elocuente predicador del evangelio, o un predicador

    comn que la gente escucha por obligacin.Hemos indicado que el propsito de la ilustracin es: (1) atraer la atencin y (2) aclarar elsentido.12Si como predicadores hemos trabajado horas preparando un sermn, de ningunamanera queremos que los que han de llegar para escucharlo se lo pierdan. Es por eso quedesde que comenzamos el mensaje necesitamos tener algo excepcional para que los que nos

    12 El Dr. Osvaldo Mottesi indica que hay trece propsitos que cumplen las buenas ilustraciones: 1)

    captar y mantener la atencin, 2) aclarar las ideas, 3) apoyar la argumentacin, 4) dar energa al

    argumento, 5) hacer ms vvida la verdad, 6) persuadir la voluntad, 7) causar impresiones positivas,

    8) adornar verdades majestuosas, 9) proveer descanso frente a la argumentacin abstracta, 10)

    ayudar a retener lo expuesto, 11) reiterar o dar variedad a la repeticin de un concepto, 12) aplicar

    indirectamente la verdad, 13) hacer prctico el sermn. (Predicacin y mision, p. 256.)

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    escuchan salgan de su ensueo (creo que la gente siempre trae sueo cada vez que llega a laiglesia). Cuando el predicador sabe tirar un anzuelo retrico, desde el principio capta laatencin de todos.

    A su vez, esa herramienta retrica no debe traspasar los lmites de propiedad. La iglesiano es un saln de entretenimiento, es la Casa de Dios. Jams, como mensajeros divinos,

    podemos olvidarnos de la dignidad que acompaa nuestro llamado. Como regla,parafraseamos la admonicin de San Pablo: Todo lo que es verdadero, todo lo honorable,todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud

    alguna, si hay algo que merece alabanza, de esto predicad(Filipenses 4:8).Pero hay un segundo punto que necesitamos destacar antes de concluir este captulo. No

    solo predicamos para captar la atencin, predicamos para expresar el significado del textobblico. Es lo que San Pablo llama la palabra de la cruz. Para los que no conocen a Dios,tal tipo de predicacin es locura; pero para los que amamos al Seor es palabra de vida.

    Como dijo el gran predicador Ralph Sockman, pastor de la Iglesia Metodista de Cristo enNueva York: La esperanza del plpito descansa en la profundizacin del mensaje para quellegue hasta la verdadera crisis espiritual en que vive la gente hoy da, y nunca en esa

    frivolidad que se acostumbra en un intento por captar la atencin de los que no estninteresados.13Por tanto, queremos predicar lo que los corazones vacos y perdidos necesitany no lo que la gente quiere or. A su vez, tenemos que predicar con tal pasin y contenido quela gente nos escuche. La verdad salvadora tiene que ser presentada de tal forma que seaineludible.

    Adems, casi siempre surge la inquietud: Cun extenso debe ser el sermn o cuntotiempo debe tomar? En Christian Science Monitor[El observador de la ciencia cristiana]apareci hace un par de aos un artculo sobre lo prolongado de los sermones. Se lleg a laconclusin de que, debido a que la gente hoy da no escucha, el sermn nunca debe pasar dequince minutos. Imagnense! Los mos promedian los cincuenta minutos. Qu respuestadoy a tal conclusin?: Si no se est diciendo nada, esos quince minutos parecern unaeternidad. Pero si algo significativo se est diciendo, cincuenta minutos parecer un poquitoms de quince minutos.

    El problema de la gran mayora de los sermones no es su extensin, es su falta decontenido. Hoy, como lo hizo Ezequiel en su da (Ez 13:8), se puede hablar de los pastoresque hablan vanidadpredican sermones vacos, con falta de contenido. Estos, comoaade Jeremas, son pastores que destruyen y dispersan las ovejas[del] rebao (Jer 23:1),

    pues al no tener mensaje de Dios, sustituyen con palabras vacas lo que Dios hubiera queridoque oyera su pueblo. La consecuencia, cranlo o no, es que por su falta de contenido guanfalsamente a la congregacin, pues no dan ni direccin ni instruccin.

    Una ilustracin, por buena y conmovedora que sea, nunca puede sustituir el contenido del

    mensaje. Lo que hace la buena ilustracin es enfatizar la gran verdad que anuncia elpredicador, dndole vida. Cun maravillosa es la naturaleza de una buena ilustracin quepuede tomar una enseanza declarada hace dos mil aos y contemporizarladndole unadimensin y aplicacin moderna.

    Regresemos al mensaje de la graciaYa que hemos destacado la importancia de tener un buen contenido, por qu no regresar

    al tema de la gracia tratado por Pablo en Efesios 1? Al hablar de la gracia de Dios, notemos elreto que se nos presenta: no solo es definir el sentido de la palabra misma, sino tambin dar aconocer todas las ramificaciones de esa gracia en nuestras vidas. En el texto, San Pablo nosindica que la gracia de Dios:

    13 Paul Butler, editor, Los mejores sermones de 1964, p. 19.

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    1. Nos bendice con toda bendicin espiritual (Ef 1:3)2. Nos escoge para ser el pueblo santo de Dios (Ef 1:4)3. Nos adopta como hijos de Dios por Jesucristo (Ef 1:5)4. Nos hace aceptables a Cristo, perdonndonos los pecados (Ef 1:67)5. Nos da a conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas (Ef 1:910)

    6. Nos da una herencia eterna en la gloria (Ef 1:1112)7. Nos sella con el Espritu Santo de la promesa (Ef 1:13)Siete facetas importantes de la gracia, el nmero bblico que indica perfeccin! Cun

    perfecta es esa gracia de Dios! Ahora, en el sermn, nos toca tratar estas siete cualidadesincrebles, aclarndolas de tal forma que ni los jvenes bostecen ni los viejos se duerman.Ms bien, que tanto jvenes como ancianos, salgan del servicio rebosando de gozo por lo quesignifica ser objetos de la gracia de Dios.

    El desafo retrico espiritualAl predicar un sermn, nuestro reto es definir y explicar con brillante lucidez lo que

    significa en forma prctica:1. Recibir toda bendicin espiritual,2. Ser pueblo santo,3. Ser adoptados por Dios,4. Ser aceptados como resultado del perdn,5. Conocer la voluntad de Dios,6. Tener una herencia en el cielo, y7. Ser sellados por el Espritu Santo.

    Imagnese, encontrar una excelente ilustracin para cada uno de estos siete puntos!Cmo hacerlo? Comenzamos tomando cada uno de estos siete elementos y examinndolosuno por uno.

    1. Recibir toda bendicin espiritual

    Qu es una bendicin espiritual? No lo compliquemos, creando un mstico encuentrocon Diospor ejemplo, una visin; una aparicin de un ngel, etc. Nada de eso es lo queensea el apstol Pablo. Qu beneficios espirituales ha recibido usted por lagraciade Dios?

    a) La Biblia, que contiene el mensaje del Dios que nos amab) Jesucristo, que vino a este mundo para morir por mis pecadosc) La iglesia, donde acudo a escuchar el mensaje de Diosd) La salvacin que tengo por la fe en Cristoe) El perdn de mis pecadosf) La presencia del Espritu Santo que camina conmigo da tras da.g) La promesa de estar para siempre en el cielo con Cristo.

    Siete bendiciones! Ciertamente una de ellas emociona. No tiene que ir ni a Spurgeon ni

    al libro de ilustraciones de Moody, porque tiene algo personal mucho ms impactanteelda en que usted mismo recibi a Cristo! Los detalles, los sucesos que ocurrieron alrededor deese encuentro, es lo que harn la ilustracin interesante. No cree usted que a los jvenes desu congregacin les gustara escuchar acerca de esa bendicin espiritual que recibi por lagracia de Dios? Y ah tiene la ilustracin que necesitaba para este punto! Recuerde que lailustracin no es el mensaje, as que estos comentarios que hace deben ser breves, aunqueemotivos.

    2. Ser pueblo santoVemos que el sermn se crea por s mismo. Lo que se est haciendo es una exposicin,

    verso por verso, de lo que dice el apstol. Cada frase se est analizando, explicando eilustrando. Es as que llegamos a la segunda bendicin, la de ser un pueblo santo, es decir:

    a) Lavado por la sangre de Cristob) Apartado del pecado

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    c) Que no busca su placer en lo que Dios prohibed) Que vive para agradar a Dios.

    Para destacar esa verdad y hacerla viva para el da de hoy, se busca una ilustracin que deforma ineludible toque el corazn de todos los presentes, algo con que se pueden identificaral pensar en la importancia de ser pueblo santo. En algunos casos las ilustraciones

    negativas son tiles, por ejemplo:Me contaban hace poco acerca de un joven de 17 aos de edad, nacido y criado en laiglesia, que se apart del Seor. Se uni a un grupo de amigos inconversos. Pronto, junto aellos, se involucr en consumo de cocana y toda la vida inicua que eso representa. Su madre,una fiel cristiana, maestra de escuela dominical, no tena control sobre las decisiones de suhijo. Das atrs fue despertada por la polica que le anunci que su hijo haba matado a unhombre a tiros. La esperaban a ella en el comando policial para identificar a su hijo. (El

    predicador, entonces, con breves comentarios, establece el peligro de dejar al Seor, de ir porcaminos de iniquidad, junto con el valor de ser pueblo santo; recuerde que la ilustracinno es su sermn! Siga con Pablo, no con los delincuentes.)

    3. Ser adoptados por Dios,

    Aqu est la gran doctrina paulina, que ensea que la manera en que Dios nos hacehijos es por adopcin. Somos hijos naturales de Adn, heredamos todas sus caractersticas

    pecaminosas. El pecado es parte y costumbre nuestra. Cuando Cristo nos salva, nos saca de lafamilia de Adn y nos adopta legalmente, comprndonos con su sangre, para colocarnos en lafamilia de Dios. Ahora nos pone en un ambiente sano, santo, puro. Y nos da poder (Juan1:12) para vencer las tendencias pecaminosas que an fluyen por nuestras venas, pues hastaque muramos seguimos siendo de la raza humana, hijos de Adn por naturaleza (por esto esque los cristianos tambin pecan). Pero como hijos adoptivos de Dios nuestro Padre, tenemossus promesas, su poder y su perdn continuo.

    La ilustracin: Hoy en da muchas familias adoptan hijos. Imagnense un nio nacido enun hogar pecaminoso, con toda clase de costumbres y hbitos oprobiosos, que es adoptado

    por una familia cristiana. Fjese en todo lo que tiene que aprender. La nueva familia no lepermite blasfemar, mentir, ni reunirse con compaeros de mala reputacin. Lo mismo sucedecuando somos adoptado por Dios. Tenemos que dejar los hbitos del pasado, tenemos queaprender un vocabulario nuevo, tenemos que comportarnos de acuerdo a lo que Dios pide. El

    problema de muchos cristianos es que no quieren abandonar por completo su vida del pasado.Quieren tener un pie en el mundo y otro en el cielo! Dios pide que comprendamos lo quesignifica ser adoptados en su familia, para que comencemos a comportarnos de acuerdo aello.

    4. Ser aceptados como resultado del perdnHabiendo visto cmo tratamos un pasaje, cree que puede hacerlo? Qu quiere decir ser

    aceptado como resultado del perdn que nos da Jesucristo? Haga una lista de posibilidades.Como ilustracin sugiero la ltima pareja que se cas en la iglesia. All hubo un caso dedoble aceptacin: el novio aceptado por la familia de la novia y viceversa. Las ilustracionessiempre salen o fluyen naturalmente del tema que se enfatiza, y nunca se imponen sobre elmismo. En otras palabras, no se comienza con la ilustracin, se comienza con el tema. Al irelucidando el sentido del tema, la ilustracin fluye naturalmente.

    Las ilustraciones estn por todos lados. Cada semana ocurren mil cosas que pueden serusadas para ilustrar verdades. Lo que como predicadores tenemos que aprender es areconocerlasa tener ojos que capten lo extraordinario y lo distingan de lo ordinario.Pnganse, pues, a pescar y, de paso, tiren esos libros de ilustraciones que tienen en su

    biblioteca, al menos colquenlos en un rincn. Hoy la gente en su congregacin no quiere or

    de Spurgeon ni de Moody, quieren or de la manera en que usted lucha con la vida y aprendede sus experiencias.

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    Asegrese de sus interpretaciones bblicasPara estar seguros de que interpretan correctamente el texto divino (esta siempre debe ser

    la gran preocupacin del predicador), es sabio consultar algunas obras de eruditos bblicos.En este caso podramos referirnos alDiccionario Bblico Caribe(all encontrarn excelentesexplicaciones del significado de todas las palabras clave mencionadas en ese pasaje, con la

    excepcin de los trminos aceptados y voluntad de Dios.Cada predicador debe poseer un buen diccionario bblico. Adems del diccionario,

    sugiero que se consulte un buen comentario que trate acerca del pasaje bblico escogido (porejemplo, Editorial Portavoz tiene dos comentarios:Epstola a los Efesios, por ErnestoTrenchard y Pablo Wickham; y otro que se titulaEfesios: la gloria de la iglesia, por HomerA. Kentdebe poder conseguirlos en su librera ). Estos comentarios le ayudarn a conocerlo que el apstol quiso decir en este pasaje, y le darn la base necesaria para seleccionar

    buenas ilustraciones.Cuando se consulta un comentario, nuestra tendencia es simplemente citar lo que dice ese

    autor. Eso no se debe hacer, a menos que all se encuentre algo tan extraordinario que mejoresu propia explicacin. Los comentarios ms bien deben servir para el estudio personal. Sutarea como predicador es estudiar esos textos, leyndoles vez tras vez , buscando claraexplicacin para cada frase, luego le toca masticar y remasticar el pasaje. Entonces, conoracin y confianza en Dios, tomar todas esas explicaciones y ponerlas en sus propias

    palabras, usando su propio estilo y vocabulario al predicar.Sus oyentesa menos que sean profesoresno estn interesados en las implicaciones

    escatolgicas ni de la parousia, ni en elsupralapsarianismo, ni en palabras griegas que no

    pueden pronunciar, ni en lapraxis, ni el escatn, y mucho menos la extensin de suvocabulario personal. Hoy la gente quiere que se les hable en castellano simple y claro. Yaque usted es el pastor de ellos, conocido por ellos, la persona en la cual confan, les interesa

    saber qu es lo que ustedentiende por los textos citados. Recuerde que aunque somospredicadores no somos cotorras, repitiendo lo que otros dicen. Somos seres inteligentes queestudiamos, conocemos y llegamos a nuestras conclusiones.

    Luego de hacer todo el estudio, puede que al preparar el sermn la cantidad de materialque resulte sea mucha y se percata de que requerir ms tiempo de lo que se le puede dedicaren un servicio. La solucin es simple: dedicarle dos o tres domingos al tema. Lo que seclasificara como imperdonable sera tratar un tema (como el que hemos usado como base

    para nuestro aprendizaje, la de la sublime gracia de Dios) de una forma tan superficial quecontribuysemos a los bostezos y los ronquidosuna predicacin vanaqueespiritualmente entumece los corazones de los oyentes en lugar de avivarlos.

    Qu importante, pues, es la manera en que damos a conocer la Palabra de Dios. De

    ninguna forma es fcil la preparacin de un buen sermn. Les confieso que, despus de 45aos que he estado predicando, la preparacin de un sermn todava me lleva un promedio de14 horas de trabajo concentrado. Ah, s, y an lo sigo haciendo con mucho gozo por tresrazones: primero, el ms beneficiado y bendecido por medio del estudio soy yo. En segundolugar, me gusta predicar de tal forma que capto la atencin especialmente de los jvenes (siellos me entienden, s que todos en la iglesia me habrn entendido). En tercer lugar, comoSan Pablo, No me avergenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvacin. Medeleito en ver a creyentes transformados por medio de la Palabra de Dios.

    Por ltimo, me gusta buscar ilustraciones para dar a entender las verdades de Dios. Creoque estas, en gran parte, se parecen a los condimentos que mi esposa utiliza para hacersabrosa su cocina, pero de esto hablaremos en otro captulo. Lo que ahora me ha interesado es

    hacerle consciente de lo importante que son para su predicacin, especialmente si no quierever a los jvenes bostezar y a los ancianos roncar.

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    Esto me lleva a expresar que si las ilustraciones son tan importantes y logran fines tanexcelentes podramos decir que mientras ms las usemos, mejor ser el sermn? Sigaleyendo, pues de eso trata el captulo que sigue.

    CAPTULO 2

    El mal, y el buen uso de las ilustraciones Qu tiene que ver esa ilustracin con el tema?DOS

    Uso y abuso de las ilustracionesPredica la Palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con

    mucha paciencia e instruccin.2 Timoteo 4:2

    Me interes un sermn predicado por un buen amigo cuyo nombre, por cario, mereservo. Se basaba en Isaas 7:14, que dice:He aqu que la virgen concebir y dar a luz unhijo, y llamar su nombre Emanuel.

    Recuerdo que aquel domingo me acomod en el asiento de la iglesia para or lo queesperaba fuese un gran sermn navideo. Pero me decepcion! Como que aprendemosmucho de los ejemplos negativos. Hace poco, al recordar el sermn, me acerqu a la iglesia

    para comprar el casete de ese sermn. Lo acabo de escuchar de nuevo. Con fidelidad, pues,puedo identificar las fallas en el sermn.

    El gran error de mi amigo fue crear un sermn alrededor de unas buenas ilustraciones, enlugar de dejar que estas surgieran del tema bblico. Les cuento las ilustraciones para mostrarla manera en que caemos, con facilidad, en la tentacin de permitir que ellas cambien elrumbo de una predicacin. As se darn cuenta de lo fcil que es dejar que las ilustracionessean lo que forman la base de los pensamientos en vez del pasaje bblico.

    Comenz contando acerca de lo inepto que somos, usando una ilustracin personal: Fueal refrigerador a buscar la mayonesa. Saba que sola estar all, pero no la poda encontrar.As que llam a la esposa. Acercndose a la puerta abierta, ella apunt el dedo y le dijo:Ah est, en tus propias narices! Cmo es posible que no lo hayas visto? De inmediatosigui a otra ilustracin, esta vez relat en cuanto a lo sordo que a veces somos: la ocasinmencionada fue un juego de ftbol que vea en la televisin. La esposa se le acerc para

    pedirle un favor.Honestamenteconfesno o ni una sola palabra de lo que ella mepidi, tan absorto estaba en el juego.

    Aplicando las dos ilustraciones al sermn, dijo: As era Israel. Tan absortos estaban ensus problemas y quehaceres que no prestaron atencin a lo que les dijo el profeta Isaas encuanto a la venida del Mesas.

    Buen comienzo, pens, me alegro que vine.Pero fue al terminar esa explicacin, mi amigo comenz a fallar. Habl acerca de la

    manera en que hoy da se nos bombardea con publicidad por televisin. Cit un verso pueril,publicidad cantada para nios, con el propsito de venderles perros calientes (un pan consalchicha, salsa de tomate, mayonesa y mostaza), que deca as:

    Cunto quisiera ser perro caliente;Es lo que ms quiero, verdaderamente;

    Porque si fuera un perro caliente,Todo el mundo me amara siempre.

    La congregacin estall en risas, y alentado por esa respuesta de la audiencia, mi amigo

    predicador continu. Al parecer, lo contagioso de la cancioncita le inspir otrospensamientos, y el sermn comenz a buscar otro rumbo. Dej de hablar del profeta Isaas,

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    abandon el texto que haba escogido, e introdujo un tema totalmente nuevo: los regalos quet y yo deseamos. Indic que en lugar de desear aquello que nos hace mejores, escogemos loque nos perjudica. Pas un buen rato hablando de nuestras avaricias malsanas.

    Esto lo sigui introducindonos, con otra ilustracin, al gran msico Bethoven, cuandoera ya viejo y muy sordo. En cuanto a este personaje, el predicador relat que un da se sent

    ante el clavicordio y comenz a tocar con todas sus fuerzas. Tan sordo estaba que no podaor que el instrumento estaba todo desafinado y algunas cuerdas rotas. Inspirado con suilustracin, mi amigo comenz a levantar la voz contndonos que, a pesar de su sordera, lamsica le sala del corazn a Bethoven y que en su odo interno le sonaba tan bien que laslgrimas brotaban de sus ojos. Cuando hay msica en el interiordijo con gran fervornoimporta lo que se oye por fuera, estamos conmovidos y satisfechos, pues Dios ha puestomsica en el alma de nuestras vidas.

    Lo que deca sonaba convincente, pero no tena nada que ver con el pobre Isaas, losperros calientes ni la Virgen con que haba comenzado; ya no se acordaba de ellos. Ahorahablaba de la msica que debiramos tener en el interior de nuestras almas.

    Luego habl de una seora que tena una casa. El piso de la misma estaba cubierto

    totalmente por una linda alfombrada, pero estaba muy sucia; por tanto necesitaba unaaspiradora elctrica. La mujer fue a un almacn de Sears y se compr una. La llev a su casay la enchuf en el tomacorriente. Prendi la aspiradora, pero al poco rato se apag. Volvi a

    prenderla, y se apag de nuevo. Irritada pensando que la haban engaado, la seora llam alalmacn contando lo ocurrido con el aparato y exigi otro.

    El gerente, oyendo cmo funcionaba la mquina de manera tan inexplicable, mand unempleado a la casa de la mujer para que le mostrara el problema. La seora enchuf de nuevoel aparato, y comenz nuevamente a trabajar, pero enseguida se par. El empleado revis laconexin elctrica, y se ech a rer dicindole. Mir, seora. Usted enchuf la aspiradora ala conexin que enciende las luces de su arbolito de Navidad. Este enchufe tiene undispositivo intermitente para que las luces del arbolito prendan y apaguen. Es por eso que suaspiradora funciona as.

    Todos los presentes nos remos, pues la ilustracin era graciosa. Pero, ya puedenimaginarse el rumbo que tom el sermn.

    Mi amigo pastor se puso a hablar de la necesidad que tenemos de estar conectadosdirectamente a Jesucristo, no dejando que las tentaciones intermitentes del mundo nosdistraigan. La nica relacin que hizo con el pasaje de Isaas fue una breve referencia a queJesucristo proceda de una Virgen, segn la promesa del profeta.

    Cit luego un proverbio chino: El que no cambia de rumbo, llegar al destino del caminopor el que va. Esta cita fue seguida por otra del conocido escritor Max Lucado, hablando deun nombre nuevo escrito en la gloria. Ambas referencias le sirvieron para preguntar a sus

    oyentesnosotros, qu camino seguamos, y si tendramos nuestros nombres escritos enla gloria.Termin contndonos acerca de un hogar para nios con el sndrome de Down. Resulta

    que, acercndose la Navidad, el director, Bud Wood, les habl a los nios de la manera enque Jess los amaba. Aadi que l regresara pronto, apareciendo en las nubes, parallevarlos al cielo. A los nios les encant la historia, y todos corrieron a las ventanas delhogar, pegando sus manos y bocas contra el cristal, para intentar ver a Jess descender en lasnubes. Pocos minutos despus llegaron visitantes y familiares. Comentaron de lo sucio queestaban los cristales de las ventanas. Ahexplic el directores que los nios hace unosminutos las ensuciaron todas, queriendo ver si Jess llegaba en las nubes para llevarlos alcielo.

    As lleg a la conclusin: Queridos amigos, qu precioso es pensar que Jess vino almundo para hacer posible que nosotros, manchados y sucios por el pecado, podamos ir al

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    cielo. Recuerden que si no estn limpios por su sangre, esa entrada les ser prohibida. Pero sisus pecados han sido limpiados, esa esperanza es de ustedes.

    Creo que al revisar las ilustraciones de mi amigo en su sermn todos diramos que sonbuenasalgunas magnficas. Pero como acabamos de ver, tener magnficas ilustraciones nohace un sermn. Tener muchas ilustraciones tampoco. El buen sermn tiene que apegarse a

    un texto o pasaje bblico y quedarse ahno vagar por el mundo entero. Las ilustracionesescogidas tienen que ayudarnos a entender el pasaje de comienzo a fin, no sencillamentellenar los minutos que corresponden a un sermn dominical.

    Cul fue el gran error de mi colega? Dejar que las ilustraciones fueran las que guiaran elpensamiento. Nunca permitamos que la ilustracin sea la base del sermn. Lo que Dios hadicho en su Palabra es esa base. Lo que debe hacer una ilustracin es abrir la mente para queentendamos el concepto tratado en la Biblia. Lo que necesita la humanidad es un mensajeclaro de la palabra divina, no una serie de ilustraciones entretenidas que nos llevan a nada.

    Tenemos que presentar esa palabra de tal forma que el que nos escucha sea conmovidopor ella. Queremos ver cumplir en nuestra predicacin un espectculo milagroso, puessabemos que esa Palabra de Dios es viva y eficaz, y ms penetrante que toda espada de dos

    filos.Penetra hasta partir el alma y el espritu, las coyunturas y los tutanos, y discierne lospensamientos y las intenciones del corazn.1

    Ilustraciones bien escogidasUna ilustracin puede ser breve o extensa. Lo importante es que, cuando estamos

    predicando, las que usemos no salgan del marco de la enseanza bblica que proponemos,ms bien que nos ayuden a aclarar esa enseanza en particular.

    Hay vida despus de la muerte?Pensemos en el interrogante planteado por el patriarca Job: Si el hombre muere, volver

    a vivir?(Job 14:14). Por siglos los hombres hemos vivido y muerto, pero habr manera deescapar de la muerte para vivir otra vez eternamente?

    Hay un relato acerca de un ateo que al rechazar la idea de Dios, igualmente rechazaba elconcepto de que existe vida despus de la muerte. Dios le abri los ojos de una manerasorprendente:

    Un domingo de una maana invernal, fue despertado por el son de las campanas de unaiglesia. Furioso se levant, fue a la ventana y la abri. All, desafiando el crudo viento y lanieve que caa, vio a un grupo de fieles que se abran paso hacia la iglesia.

    Tontos!deca. Pasan la vida en busca de un Dios que no existe! Cerr la ventana yse volvi a acostar. Ya no poda dormir, y all en la cama se qued maldiciendo a esoscristianos tontos.

    De pronto oy el choque de algo sobre una ventana de su casa, como si le hubieran tiradouna bola de nieve. Entonces, otro golpe, seguido por uno ms. Qu podra ser? Se levant denuevo. Mirando por la ventana, not que eran los pjaros, buscando refugio de la crueltempestad invernal. En su desesperada bsqueda no vean el cristal de las ventanas y selanzaban contra ellas, matndose.

    Baj del segundo piso de su casa a la sala, y abri una ventana. Tengo que salvarlas!,pens y comenz a gritar:

    Vengan, vengan por ac! Esta ventana est abierta, slvense!pero las aves no leentendan y seguan matndose.

    En su desespero tomo una escoba y sali al patio. Bata la escoba en el aire tratando demeterlas por la ventana y la puerta que haba dejado abierta, pero no le hacan caso. No me

    1 Hebreos 4.12.

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    entienden!, no me entienden! Cmo puedo hacerlas entender? Para salvarlas tendra quevolverme un pjaro; no entienden mi idioma!

    En ese momento sonaron las campanas de la iglesia otra vez. De repente su mente captel misterio de Cristo. Siendo Dios, se hizo hombre, para ofrecerle vida al hombre cuyodestino era la muerte. Corri a su habitacin, se cambi y apurado fue a la iglesia, donde

    entreg su corazn a Cristo.Satans, siervo de Dios

    Max Lucado, el conocido autor y pastor de la Iglesia Oak Hills Church of Christ en SanAntonio, Texas, predic un sermn titulado: Satans, siervo de Dios.2Para mostrar cmoilustra sus puntos, hacemos una condensacin de su tema. Fjese, por favor, en la manera enque cada ilustracin ampla el sentido del tema, todas en conjunto enfatizan el principio queLucado desea ensear, que Satans en verdad es un siervo ms de Dios. Ntese tambin, quela mayora de las ilustraciones las extrae de la Bibliaqu gran fuente de ilustraciones! Deinmediato capta la atencin con una ilustracin que todos comprendemos:

    La frustracin del diablo

    Imagnese pensar que uno es un jugador estrella en un equipo de ftbol. Corre con toda sufuerza con la bola y patea un fantstico gol, pero en vez de or aplausos y voces de triunfo,oye silbidos y gritos de burla. La razn es que corri hacia el arco equivocado y, en vez deanotar para su equipo, anot para los contrarios.

    Eso es lo que siente Satans continuamente. Cada vez que cree que ha metido un gol parasu equipo, en realidad lo anota para Dios. Puede imaginarse lo frustrado que se ha de sentir?

    Pensemos en la esposa de Abraham, Sara. Dios le promete un hijo, pero pasan los aos yno hay descendiente. Satans apunta a esa cuna vaca para crear tensin, disensin y dudas.Sara sirve de ejemplo perfecto de que no se puede confiar en las promesas de Dios. Pero,inesperadamente llega Isaac para llenar esa cuna, y Sara a los 90 aos de edad se convierte enel modelo idneo de toda la historia para comprobar que Dios siempre cumple sus promesas.

    Recuerdan a Moiss? Satans y todos sus demonios se mueren de risa el da en que eljoven Moiss monta su caballo y sale huyendo de la presencia de Faran. Pensaron que enesa circunstancia no haba manera en que pudiera librar a su pueblo de la esclavitud. Cuarentaaos ms tarde aparece un viejo de ochenta con su bastn en Egipto, hace milagros increblesy libera poderosamente a todo el pueblo de Dios. Sobre cada labio en Egipto est el nombredel viejo: Moiss! Moiss! De nuevo, Satans es humillado.

    Qu diremos de Daniel? La vista de toda esa juventud israelita llevada en cautiverioalegra al corazn de las huestes satnicas. Ahora vern lo que es ser esclavo! Pero en lugarde esclavitud, Dios los eleva y llegan a ser prncipes de Babilonia. El mismo joven queSatans quiso callar llega a ser el hombre que sabe orar y recibir de Dios la interpretacin desueos, y es elevado por encima de los sabios del reino para servir de consejero a los reyes deBabilonia. Qu risa debe quedar en los labios de ese mundo demonaco?

    Tambin podemos pensar en Pablo. Ponerle en la crcel romana pareciera un triunfo paraSatans. Ahora, de ninguna manera podr seguir abriendo iglesias y predicando a los gentiles.Pero la crcel se convierte en un escritorio. De la pluma de Pablo salen las hermosas epstolas

    para las iglesias de Galacia, feso, Filipos y Colosas, cartas que hasta el da de hoy traeninspiracin e instruccin al pueblo de Dios. Pueden ver a Satans pateando y crujiendo susdientes cada vez que un cristiano lee una de esas cartas, dicindose: Y pensar que fui yo elque hizo posible que se escribieran, poniendo a Pablo en la crcel.

    2 Michael Duduit, ed.,Preaching, Jackson, TN, marzo-abril, 1998, p. 24. Resumen usado con permiso

    de los editores.

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    Y de Pedro tambin podemos hablar. Satans procura desacreditar a Jess provocando aPedro para que lo negara. Pero, otra vez el plan se le invierte. En vez de Pedro servir comoejemplo de desgracia y fracaso, se convierte en modelo de la gracia de Dios para levantar alos cados.

    Cierto es que cada vez que Satans cree haber hecho un gol, resulta que ha goleado para

    Dios. Como en la serie televisiva, Satans es el coronel Klink de la Biblia. Se acuerdan deKlink? Siempre sala como el estpido en la serie Los hroes de Hogan. Klink se crea muyinteligente en su trato con los prisioneros de guerra, pero en realidad eran estos los que lehacan las jugadas a l.

    Una vez tras otra la Biblia aclara quin es el que en verdad gobierna la tierra. Satans harsus maniobras y sus amagos, pero el que maneja todo es Dios.

    Hemos odo del diablo, y lo que se ha dicho de l nos llena de miedo. En dos ocasiones laBiblia abre la cortina para dejarnos ver a ese ngel Lucifer, el que no se satisfaca con estar allado de Dios. Quera ser ms grande que l. No se conformaba con adorar a Dios, queraocupar el mismo trono de la Santa Trinidad.

    Nos cuenta Ezequiel tanto de la belleza como de la iniquidad de Lucifer: T eras el sellode la perfeccin, lleno de sabidura, y acabado de hermosura. En Edn, en el huerto de Diosestuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crislito,

    berilo y nice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas

    estuvieron preparados para ti en el da de tu creacin. T, querubn grande, protector, yo te

    puse en el santo monte de Dios, all estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.

    Perfecto eras en todos tus caminos desde el da que fuiste creado, hasta que se hall en ti

    maldad(Ez 28:1215).Los ngeles, al igual que los humanos, fueron hechos para servir y adorar a Dios. A

    ambos Dios les dio soberana limitada. De no ser as, Cmo hubieran podido adorarle?Tanto Ezequiel como Isaas describen a un ngel ms poderoso que cualquier humano, mshermoso que toda otra criatura, y a la vez ms tonto que todos los seres a quienes Dios le diovida. Su orgullo fue lo que lo destruy.

    La mayora de los eruditos de la Biblia sealan a Isaas14:1315 como la descripcin dela cada de Lucifer: T que decas en tu corazn: Subir al cielo; en lo alto, junto a lasestrellas de Dios, levantar mi trono, y en el monte del testimonio me sentar, a los lados del

    norte; sobre las alturas de las nubes subir, y ser semejante al Altsimo .En esas expresiones, subir al cielo y levantar mi trono, se capta la increble

    arrogancia de este pretencioso ngel. Por querer exaltarse hasta el trono divino cay en lasprofundidades de la maldad. En lugar de llegar a ser como Dios, lleg a ser la misma anttesisde todo lo grandioso y bueno, lo opuesto a todo lo que es hermoso y sublime. l ha pasado suexistencia tratando, generacin tras generacin, de tentar al hombre para que haga lo mismo

    que l. En cada odo susurra: Oye mi consejo y Seris como Dios (Gn 3:5).Satans no ha cambiado. Es el mismo egocntrico. Es tan necio como lo fue al principio,y sigue siendo tan limitado como al principio. Aun cuando su corazn no haba concebido esarebelda contra su creador, era limitado e inferior.

    Todos los ngeles son inferiores a Dios. Dios todo lo conoce, los ngeles solo conocen loque les es revelado. Dios est en todas partes, ellos solo pueden estar en un lugar a la vez.Dios tiene todo poder, los ngeles solo tienen el poder que Dios les permite tener. Todos losngeles, incluyendo a Satans, son inferiores a Dios. Y una cosa ms, algo que posiblementeles sorprenda: Satans sigue siendo siervo de Dios.

    El diablo es el diablo de DiosNo es que lo quiere ser, ni tiene la intencin de serlo, pero no puede evitarlo. Cada vez

    que procura avanzar su causa, Satans termina adelantando la de Dios.En su libro, La serpiente del paraso, el autor Erwin Lutzer dice:

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    El diablo es tan siervo de Dios ahora en su rebelin como lo fue antes de su cada. Nopodemos olvidarnos del dicho de Lutero: El diablo es el diablo de Dios. Satans tienedistintos roles, dependiendo de los propsitos y el consejo de Dios. Y est obligado a servir ala causa de Dios en este mundo y a seguir los mandatos del Todopoderoso. Hemos derecordar que el diablo todava tiene poder, pero nos complace saber que solo lo puede ejercer

    bajo las directrices divinas. Satans no puede ejercer su voluntad sobre este mundo a supropia discrecin y deseo.

    Es por eso que cuando comienza a tentar, a obrar y a atormentar a los siervos deJesucristo, todo le sale a la inversa. Aflige a Pablo con una espina, pero en lugar dederrotarlo, le sirve para que aprenda de gran manera lo que realmente es la gracia de Dios, yas es perfeccionado en sus debilidades (2 Co 12).

    En 1 Corintios leemos del creyente que, seducido por Satans, cay en terribleinmoralidad. Pareciera que esto fue una victoria para el diablo. Pero sorpresivamente Pablo ledice a la iglesia:El tal sea entregado a Satans para destruccin de la carne, a fin de que elespritu sea salvo en el da del Seor Jess(1 Co 5:5). Esa sacudida que le da Satans no es

    para destruirlo sino para su salvacin. Algo parecido se nos cuenta de un tal Himeneo yAlejandro, a quienes entregu a Satans, dice el texto, para que aprendan a no blasfemar(1Tim 1:20). En lugar de destruir a estos hombres, Satans termina rescatndolos para Dios. Enverdad que tiene que sentirse frustrado. Nunca sale ganando.

    Recordemos la ocasin en que Jess le dice a Pedro: Simn, Simn, he aqu Satans os hapedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y t, una

    vez vuelto, confirma a tus hermanos(Lc 22:3132). De nuevo vemos la leccin. Satanspuede venir para zarandearnos, pero uno mucho ms fuerte que l ha orado por nosotros, yesa oracin de Jesucristo es tan poderosa que no solo nos rescata de la garras del diablo, sinoque nos saca de tal forma que resultamos fortalecidos para servir de ayuda y nimo al pueblode Dios. Satans siempre sale perdiendo, no importan sus intentos.

    No importa los lmites a que llegue Satans cuando quiere tentarnos y hacernos caer, lapromesa de Dios es cierta:No os ha sobrevenido ninguna tentacin que no sea humana; perofiel es Dios, que no os dejar ser tentados ms de lo que podis resistir, sino que dar

    tambin juntamente con la tentacin la salida, para que podis soportar(1 Co 10:13).Luego que pasemos por las pruebas ms difciles y angustiosas, podremos mirar atrs y,

    con el gran vencedor Jos, decirle al diablo y a toda esa hueste de demonios: Vosotrospensasteis mal contra m, mas Dios lo encamin a bien, para hacer lo que vemos hoy, para

    mantener en vida a mucho pueblo(Gn 50:20).

    ConclusinHemos visto que las magnficas ilustraciones no hacen que el sermn sea bueno.

    Tampoco tener muchas. El buen sermn es aquel que tiene lcidas ilustraciones que ayudan ainterpretar y a aclarar un texto o pasaje bblico. Si las ilustraciones escogidas no nos ayudan aentender el contenido bblico, hemos fallado en nuestro intento de predicar.

    El gran error de muchos predicadores es permitir que las ilustraciones guen elpensamiento, en lugar de aclarar la exgesis. Como ya hemos dicho, esto es un anatema!Nunca permitamos que las ilustraciones sirvan de base a lo que predicamos. Esa no es sufuncin. Lo que Dios ha dicho en su Palabra es la base slida sobre la cual fundamos nuestro

    pensamiento. Una ilustracin sirve para abrir la mente a un concepto tratado en la Biblia.Volvemos a repetir: Lo que necesita la humanidad es un mensaje claro de la palabra

    divina, no una serie de ilustraciones entretenidas que nos llevan a nada.Cmo aprendemos a ilustrar ese tipo de mensajes que nutren a la iglesia? Voltee la

    pgina y lea el tercer captulo.CAPTULO 3

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    Misin imposibleManzana de oro con adornos de plata es la palabra dicha oportunamente

    TRES

    Misin posibleManzana de oro con adornos de plata es la palabra dicha oportunamente.Proverbios 25:11

    Qu ocurre si no encontramos una ilustracin adecuada? Han pasado unos cuantos aosdesde que sucedi, pero lo que ms recuerdo del suceso fue la desesperada bsqueda queemprend tras una buena ilustracin para comenzar una charla y solo tena segundos paraencontrarla. Estbamos mi esposa y yo en Paraguay para una graduacin de FLET. Luego delhermoso acto, el Dr. Rodolfo Plett, director de nuestro programa en ese pas, hizo arreglos

    para llevar a todos los graduados a cenar en uno de los mejores restaurantes de Asuncin. Elsaln estaba lleno de personas, y una vez que llenamos las mesas que habamos reservado(para unas 35 a 40 personas adicionales) no caba ni siquiera un alfiler.

    Estbamos comiendo y disfrutando el momento, cuando el dueo del restaurante selevant, micrfono en mano y, parndose en el centro del lugar, comenz a decir: Mi buenamigo, el Dr. Plett, me informa que tenemos en el restaurante esta noche a un educadorinternacional que visita nuestra patria. Adems de educador, es un predicador reconocido.Qu les parece si invitamos al Rev. Les Thompson a darnos un breve mensaje? ycomenzaron los aplausos.

    Todo eso me sorprendi. No me haba avisado el Dr. Plett, y con un restaurante lleno degente inconversa, qu iba a decir? Me levant y comenc a caminar hacia el lugar dondeestaba parado el dueo con el micrfono, orando desesperadamente, y buscando algo que

    pudiera decir que captara la atencin y el inters de esa audiencia en su mayora irreligiosa.Se me ocurri hablar sobre el tema del amor. Ahora necesitaba una ilustracin con que captarla atencin de todos.

    Qu ambiente ms hermoso!, comenc diciendo mientras revisaba mi mente conrapidez y rechazaba una ilustracin tras otra. As que dije lo siguiente: Con poca luz y lamsica suave que ha estado tocando, me veo obligado a hablarles del amor. De los clientesse oa un Ah, s qu lindo! (y en ese momento me lleg la ilustracin):

    Nunca olvidar mi primer amor. Ambos tenamos quince aos de edad. Ella era la mslinda, hermosa y magnfica chica que mis ojos haban visto. En cuanto la vi, me enamor, yella me correspondi. Todas las tardes, despus de la ltima clase, nos reunamos en un

    pequeo parque cerca de la escuela. Y me crea en el cielo. Pasaron varias semanas, yo vivaanhelando esa hora en la tarde cuando poda estar con mi Betty. Un da, en que haban

    cancelado las clases, no poda esperar hasta la hora de mi encuentro con Betty. Ya que ellugar donde nos encontrbamos haba llegado a ser casi sagrado para m, determin llegartemprano all para pasar un rato pensando en esa mujer que rob mi corazn. Al acercarme ounas voces. De quin era esa voz varonil?, porque la que pareca ser de la mujer me era muyconocida. Qu gran sorpresa fue encontrar a mi Betty en los brazos de otro hombre. (Todo elmundo se ri al imaginarse el momento.)

    Hay varios tipos de amor, continu diciendo. Hay amor falso y engaoso.Seguramente todos aqu hemos descubierto ese amor traicionero. No obstante, hay un amorque es puro, fiel y verdadero. Soy uno de esos dichosos que encontr ese amor. Carolina,querida, por favor ponte de pie. Damas y caballeros, all tienen ustedes un amor real, leal yverdadero.

    Pudiera entretenerles un buen rato hablndoles de mi querida esposa, continudiciendo, y as lo hara, a no ser que descubriera un amor aun ms profundo y hermoso.

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    Sera muy injusto si no les contase de ese amor. El amor de que les hablo es el de unpersonaje real, que conoc, y que ao tras ao me ha mostrado por sus hechos, su vida y suejemplo, lo que en verdad es amar. Ese amor se describe en el siguiente verso: Porque de talmanera am Dios al mundo que dio a su Hijo unignito, para que todo aquel que en el cree nose pierda, mas tenga vida eterna (y por unos 10 minutos les habl de Jesucristo).

    Tratamos en este captulo lo que llamaremos Misin posible, es decir, encontrarilustraciones eficientes y apropiadas y que capten la atencin de una audiencia de inmediato.Recuerdo los das de mi pastorado. Tena que predicar por lo menos tres sermones cada

    semana, adems de servicios fnebres, en bodas e invitaciones especiales. Si quera captar laatencin de los asistentes, tena que hacer buena planificacin. Los domingos en la maana

    predicaba sermones temticos, ya que no era una audiencia fija, pues vena bastante gente queno eran miembros. Los domingos en la noche, ya con una asistencia bastante fija, dabamensajes expositivos. Mircoles, mensajes doctrinales. Como soy un gran creyente en el

    poder de las ilustraciones, por tanto, para cada predicacin tena que encontrar manerasefectivas de ilustrar lo que predicaba. En cada predicacin usaba por lo menos cincoilustraciones. Estas tenan que ser contemporneas, dinmicas, del tipo que comprende la

    gente de hoy. Por qu? Fjese lo que nos informa la UNESCO: El estudiantelatinoamericano promedio, durante sus aos de escolar pasa ante las pantallas de cine otelevisin, quince mil quinientas horas, muchas ms de las que pasa en las aulas de clase. El

    joven estadounidense promedio se devora al ao dieciocho mil pginas de historietas. Laventa y especialmente el alquiler de videocasetes alcanza proporciones todava imposibles decuantificar a nivel mundial. La venta anual de discos sobrepasa la astronmica cifra de losquinientos mil millones anuales en el mundo; nmero este sobrepasado por la venta deaudiocasetes.1

    Hoy da no hablamos a un mundo pasivo, tranquilo, que tiene poco conocimiento. Acausa de la televisin, de la movida msica moderna, las revistas seculares bien ilustradas, yel hecho de que tantos estudian, nuestro pblico hoy exige un lenguaje pictrico, vvido,contemporneo. El pastor moderno tiene que darse cuenta que est en competencia con todoel entretenimiento que ofrece el mundo. Lo que dice tiene que interesar, o la gente no vendr

    para escucharlo.Entonces, dnde encontrar las ilustraciones que necesitamos? Osvaldo Mottesi, en su

    texto,Predicacin y Misin, indica: Las ilustraciones pueden surgir de una sola palabra, unafrase breve, una oracin gramatical completa, o uno o varios prrafos. La extensin no es loms importante, aunque la brevedad y precisin son virtudes de toda buena ilustracin.2

    Dice el muy elocuente pastor bautista, Adrian Rogers (que pastorea una de las msgrandes iglesias en los Estados Unidos, Belleviu Baptist Church, en Memphis, Tennessee):La persona con vida, que respira y piensa se ahoga en ilustraciones, si solo abre sus ojos.

    Creo, sin embargo, que el secreto de tener buenas ilustraciones es saber de antemano sobrequ va a predicar. Es as que siempre est escuchando, mirando, buscando ilustraciones paraese tema. Cuando creo que hay algo que se aplica al mensaje que voy a dar, saco mi pluma yah mismo lo anoto. Si es algo que leo en un peridico o en una revista, arranco la hoja. Si

    1 Estadsticas presentadas en la mesa redonda Nuestras interrelaciones educativas, en el

    Seminario de Medio de Comunicacin Socialauspiciado por la UNESCO en Ciudad Mxico, del 4 al 9

    de diciembre de 1986.

    2 Osvaldo Mottesi, Predicacin y Misin, LOGOI, Inc., Miami, 1989, p. 249.

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    quiere tener buenas ilustraciones lea, piense y escuche mucho; creo que las buenasilustraciones brotan del que est alerta, del que est interesado en la vida.3

    Craig A. Loscalzo, profesor de Predicacin Bblica en Southern Baptist TheologicalSeminary, Louisville, comenta: En el pasado, los grandes predicadores usaban ilustracionesextradas de las grandes obras literarias. Hoy da, desafortunadamente, nuestras

    congregaciones no conocen la literatura laspersonas estn mucho ms familiarizadas conel cine. Ilustraciones sacadas de ese medio o de la televisin dan al predicador la oportunidadpara crear magnficos puntos de comunicacin con una audiencia.4

    Me asombra el Dr. Salvador Dellutri, pastor en Buenos Aires, por la manera tan fcil enque extrae excelentes ilustraciones del cine moderno. He observado, cuando las presenta, quela audiencia lo sigue sin perder la atencin. A la gente le gusta que relacionemos las verdadesde Dios con las cosas que conocen y viven.

    Tipos de ilustracionesUna de las mejores listas de ilustraciones que un predicador puede utilizar la he

    encontrado en el texto de Mottesi.5Estdiela con cuidado, ya que le ayudar a comprender lagran variedad de maneras en que se puede ilustrar una verdad:

    a. El smil es una expresin de carcter pictrico. Consiste en la comparacin directa que sehace entre dos ideas o realidades, por la relacin de semejanza, similitud, que hay entre ellasen uno o varios de sus aspectos. Encontramos muchos ejemplos en el Antiguo y NuevoTestamentos. Jesucristo utiliz constantemente el smil. Un buen ejemplo es: Cuntas vecesquise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!(Mt 23:37).

    b. La metfora, que es la figura literaria por excelencia en la lengua espaola, consiste enpalabras o expresiones que dicen que una realidad es como otra parecida. Es decir, se trasladael sentido de una persona o cosa a otra en virtud de la relacin de semejanza que hay entreellas. Como en el caso de los smiles, las metforas son numerosas en la Biblia, y constituyenuno de los recursos retricoliterarios ms utilizados para ilustrar en la enseanza y

    predicacin de Jesucristo. Para muestra, solo un par de ejemplos: Yo soy el buen pastor, elbuen pastor su vida da por las ovejas (Jn 10:11); Vosotros sois la luz del mundo (Mt5:14a). Es impresionante e iluminador el hecho de que en el sermn del monte podemosencontrar cincuenta y seis metforas.

    c. La analoga funciona, en la ilustracin, basada en el principio de que las realidades osituaciones que se asemejan en ciertos aspectos, lo harn tambin en otros. Esto no debeconfundirse con la comparacin. En la analoga solo hay similitud entre dos o ms atributos,circunstancias o efectos. El parecido es en forma proporcional. Por ejemplo, los filsofosantiguos, preocupados por el sentido total de la vida humana, al observar que la mariposa,

    viva y bella, emerga de una crislida aparentemente muerta y poco atractiva, decidieron poranaloga que el alma viviente del ser humano emergera en forma similar de su cuerpomuerto. Es decir, su observacin de ciertas leyes naturales los llev, a travs del paralelismoanalgico, a formular argumentos antropolgicos. Por ejemplo, segn Jesucristo, el acto deevangelizar es anlogo al de pescar, y para Pablo, el evangelio es anlogo a la dinamita. Con

    3 Adrian Rogers, Preaching and Church Growth,Preaching, May/June 2000, pp. 10-12.

    4 Craig A. Loscalzo,Preaching Sermons that Connect, InterVarsity Press, Downers Grove, Il, 1992, p.

    115.

    5 Op. cit., pp. 250-256.

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    James Crane concordamos en que uno de los mejores, sino el mejor ejemplo del uso de laanaloga en Jesucristo, es: Y como Moiss levant la serpiente en el desierto, as esnecesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en 1 cree, no se

    pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3:1415).

    d. La parbola es, etimolgicamente, la combinacin de dos vocablos griegos:para, lapreposicin que significa al lado de, junto a; y ballein, el verbo echar o arrojar. Juntossignifican aquello que se coloca al lado de otra cosa, para demostrar la semejanza entre lasdos. En resumen, parbola significa semejanza. La parbola es semejante al smil, pero susdetalles se han ampliado como narracin. En cierto sentido, la parbola es la extensin delsmil. Es una historia concreta y fcilmente comprensible de lo cotidianoreal oimaginarioa fin de ilustrar una verdad que, quien la usa, quiere hacer clara y central en susoyentes. La parbola se compone normalmente de tres partes: la ocasin, la narracin y laaplicacin o leccin espiritual. La parbola ensea siempre una sola verdad central,exactamente como todo otro tipo de buena ilustracin en el sermn.

    Cuando la verdad del sermn se ilustra objetivamente a travs de una historia que pareceinocente, y se ejemplifica en la vida de alguien, su moraleja puede obrar positivamente en losoyentes. La parbola bien construida no necesita explicar ni moralizar, puesto que estasfunciones deben estar implcitas en la misma. Jesucristo no solo utiliz parbolas inspiradasen la naturaleza y en la vida social, poltica y domstica, sino que tambin perfeccion estegnero retricoliterario. Sus parbolas son ejemplos notables de ilustracin, por su fuerza,equilibrio estructural y economa del lenguaje. La preparacin de parbolas como material deilustracin para nuestros sermones, es una tarea difcil, pero su uso, en los casos no muynumerosos en que se hace posible, vigoriza el carcter pictrico y docente de la predicacin.

    e. El suceso histrico es la imagen forjada en palabras sobre caractersticas de algn personaje

    o situacin de la historia, preferiblemente de nuestros pueblos, que ofrezca ejemplos sobreaspectos de nuestros temas, aun en relacin con manifestaciones de la providencia de Dios atravs del devenir humano. Esto ltimo obliga a la prudencia y cautela extremas en el uso deeste tipo de ilustraciones. Adems, somos llamados a buscar tales recursos en nuestra propiahistoria, pletrica de material ilustrativo. Los libros de ilustraciones, por ser hasta el presenteen su mayora traducciones del ingls, aunque proveen gran nmero de referencias a hechoshistricos, son muchas veces desconocidos y completamente ajenos a los intereses denuestras congregaciones. Lo mismo se aplica a las ancdotas ilustrativas, que a continuacincomentaremos.

    f. La ancdota es el relato breve de un hecho curioso, poco conocido y ejemplificador, ya seasobre personajes y situaciones reales o imaginarias. Su valor yace no tanto en su intershistrico o biogrfico como en sus caractersticas narrativas, basadas ms en lo inusual queen lo moral. Es lo fuera de lo comn lo que, por va de ejemplo, ofrece la leccin espiritual.Este recurso, muy usado en nuestros plpitos, requiere seleccin y formulacin cuidadosas.Uno de los peligros de la ancdota es su degeneracin en fbula. Esta, en su significadonegativo, es la narracin falsa, engaosa, de pura invencin, que carece de todo fundamento.Es la ficcin artificiosa con que se encubre o disimula una verdad. Aparece en casi toda laliteratura de gnero mitolgico. El uso ms positivo de la fbula es como composicinliteraria, generalmente en verso, en que por medio de una ficcin alegrica y larepresentacin de personas y de personificaciones de seres irracionales, inanimados oabstractos, se da una enseanza til o moral. Entre las colecciones ms conocidas por nuestra

    gente estn las fbulas de Esopo, Samaniego y Hans Christian Andersen. El plpito,opinamos, no es lugar para la fbula. Las ancdotas, ya sean reales o imaginarias, pero

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    vlidas por su relacin directa y ejemplificadora con las verdades del evangelio y lasnecesidades humanas, tienen un lugar valioso en la predicacin.

    g. La poesa es un gnero literario muy utilizado, con propsito ilustrativo, en la predicacin.La buena poesa no solo contiene los pensamientos ms sublimes que puede concebir la

    mente sino que adems penetra y expresa las complejas profundidades de la naturalezahumana. Tanto los clsicos de todos los tiempos, como la poesa contempornea, en susexpresiones cristianas, como en el amplio mundo de lo llamado secular, ofrecen en nuestralengua cervantina una fuente inagotable de material ilustrativo. Aunque en general a nuestrascongregaciones les agrada el uso de la poesa desde el plpito, debemos ser muy cuidadosos.Una cosa es la poesa como medio de ilustracin; otra es su uso como flor, adorno, para hacerms bonito el sermn. Por ello, a veces ser sabio usar solo una estrofa o lneas del poemaque ilustren el aspecto del tema en cuestin. Con lo dicho no desestimamos la belleza que elgnero potico agrega a la predicacin; solo apuntamos que la tica antes que la esttica debedominar nuestro mensaje.

    h. El episodio o incidente biogrfico es uno de los tipos de ilustracin sermonaria de mayoruso y valor. Y esto con razn, pues, como bien apunta James D. Robertson: No hay aspectode la vida que no tenga paralelo en alguna biografa. Es aqu donde podemos encontrar unejemplo concreto para cada verdad bblica que tiene que ver con el ser humano.6Un tipoespecial, dentro de este gnero, es la autobiografa o experiencia personal de quien predica.El caso del apstol Pablo, que reiteradamente usa sus propias experiencias para ilustrar laverdad, defender su ministerio y ensalzar la gloria de Dios, es constantemente emulado ennuestros plpitos. Los testimonios personales son elementos comunes a nuestra predicacin.El peligro est cuando, quien testifica, se transforma, inconsciente o conscientemente, en el

    personaje o hroe de la historia. Ah es cuando la experiencia personal, que pretenda ilustraruna verdad, pierde su valor dentro del sermn, pues desva la atencin de la congregacin del

    Personaje nico, en ltima instancia, de t