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Eduardo Deves Valdes Pensamiento Periferico 2012

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  • Pensamiento Perifrico

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    Pensamiento Perifrico

    Asia frica Amrica Latina Eurasia y algo ms. Una tesis interpretativa global. Primera edificin: Octubre 2012

    Eduardo Devs -Valds, 2012

    Registro de propiedad intelectual

    N 221056

    IDEA-USACH

    Romn Daz 89

    Providencia, Santiago de Chile

    Tel. (56-2) 7181360

    www.idea.usach.cl

    Diseo de Portada: Claudio Guerrero Velarde

    Diagramacin, composicin y edicin: Jos Antonio Palma Ramos

    ISBN:

    DERECHOS RESERVADOS.

    Pensamiento Perifrico

    Asia frica Amrica Latina Eurasia y algo ms. Una tesis interpretativa global. Primera edicin: octubre 2012

    Eduardo Devs -Valds, 2012

    Registro de propiedad intelectual

    N 221056.

    1. Pensamiento Periferico. Pensamiento Latinoamricano. Pensamiento

    asitico. Redes Intelectuales. Circulacin de las ideas.

  • Eduardo Devs-Valds

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    EDUARDO DEVS-VALDS

    IDEA-USACH

    PENSAMIENTO

    PERIFRICO Asia-frica-Amrica Latina-

    Eurasia y algo ms. Una tesis

    interpretativa global

  • Pensamiento Perifrico

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    ndice

    Prefacio

    Introduccin General 1. Presentacin 2. Planteamiento del problema: Hacia una definicin de la disyuntiva

    que constituye al pensamiento perifrico 3. Cuestiones relativas a los estudios eidticos (de las ideas) 4. Las propuestas de algunos estudiosos para entender la dinmica de

    las ideas en las regiones perifricas

    5. Condiciones de aparicin del pensamiento perifrico: Un sentimiento de inferioridad-vulnerabilidad y un tipo de

    pensamiento suficientemente racionalista 6. Desarrollo histrico del pensamiento perifrico 7. Los motivos del pensamiento perifrico 8. Las negaciones y superaciones del pensamiento perifrico 9. La importancia de las notas y los anexos 10. Las limitaciones de este trabajo 11. Para terminar la introduccin y no cerrar el libro

    Captulo I: Las proto-formulaciones y la maduracin de la

    disyuntiva perifrica: 1700-1820 1. Introduccin 2. La primera prctica y las formulaciones en Rusia 3. La aparicin de la disyuntiva en el Imperio Otomano 4. En el Extremo Oriente 5. El espacio Ibero-Americano 6. En el Subcontinente Indio 7. Conclusiones

    Captulo II: La maduracin de la disyuntiva y la aparicin

    de intelectualidades auto-asumidas como perifricas: 1820-

    1870 1. Introduccin 2. La redificacin de la intelectualidad romntica de las periferias

    en las ciudades del centro

    3. Polmicas entre eslavfilos y occidentalistas 4. Pensamiento latinoamericano romntico a mediados del XIX

  • Eduardo Devs-Valds

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    5. El brahmo-samajismo en la India 6. Modelos para el Imperio Otomano y sus naciones desprendidas 7. La aparicin y maduracin de la disyuntiva perifrica en el

    Oriente del Pacfico

    8. La aparicin de una intelectualidad moderna en el frica Sudsahariana

    9. Conclusiones

    Captulo III La disyuntiva se universaliza se radicaliza: sea

    como nacionalismo, antimperialismo o pan-ismo: 1870-1920 1. Las redes intelectuales 2. El Subcontinente Indio: Revivalismo, teosofa, nacionalismo e

    hindunidad

    3. Regiones Islmicas: Jvenes Otomanos, nacionalismo, revivalismo, salafismo y jadismo

    4. Asia Oriental: Meirokushismo, panasiatismo, anticolonialismo 5. Pensar (en) Eurasia: Asia Central, Rusia y los Balcanes 6. Re-africanizar la regin Sudsahariana 7. Positivismo y arielismo en el pensamiento ibero-americano

    Captulo IV El desarrollo de un pensamiento de los

    movimientos de liberacin. Nacionalismos e identitarismos

    radicales: 1920-1950 1. Las redes de la intelectualidad perifrica en el perodo de

    entreguerras 2. El Asia Extremo Oriental: Renovacin, revivalismo, panasiatismo 3. El Asia del ndico: Nacionalismo radical 4. Mundo rabe y Medio Oriente: Nacionalismo igualmente radical 5. El frica Sud-Sahariana: Nacionalismo no menos radical 6. El espacio Ibero-Americano: Identitarismo social y econmico,

    indigenismo y afroamericanismo

    7. Espacio Eurasitico, Ruso y Balcnico: Antimperialismos, identitarismos y fascismos

    8. Las similitudes entre los pensamientos conservadores

    Captulo V: Pensamiento perifrico y desarrollo de las

    ciencias econmico-sociales 1950-1990 1. Introduccin

  • Pensamiento Perifrico

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    2. Las redes intelectuales y la preponderancia de las ciencias econmico-sociales

    3. El Asia del ndico: Propuestas para la construccin del estado-nacin en un mundo con hegemona occidental

    4. El pensamiento liberacionista: disciplinas y regiones del mundo 5. El Asia Oriental 6. Eurasia y Europa Oriental: Neo-eurasismo, nacionalismo y

    marxismo

    7. Ciencias econmico-sociales en Amrica Latina-Caribe 8. El pensamiento del Medio Oriente y las Regiones Islmicas 9. Pensamiento Sudsahariano: El pan-africanismo y la elaboracin

    de discursos alternativos al colonialismo

    10. Neoliberalismo Latinoamericano: Economa y disyuntiva perifrica

    11. Conclusin

    Captulo VI El pensamiento perifrico hacia el 2000: temas-

    problemas, principales figuras, conceptos-categoras y

    formulacin de la disyuntiva 1. Introduccin 2. Pensando sobre el frica Sudsahariana 3. Acerca de las ideas en Amrica Latina hacia el 2000 4. En el Subcontinente Indio 5. En las Regiones Islmicas 6. Pensar Eurasia hacia el 2000 7. Polmicas y tendencias en China, Japn y Corea 8. Algunas ideas en el Pacfico 9. Conclusin

    Captulo VII Conclusiones Generales 1. Pensar la totalidad desde los medioambientes intelectuales de la

    periferia y la bsqueda de puntos de encuentro Cmo y para qu?

    2. Evolucin de las redes: Sntesis, crecimientos, evoluciones en su carcter cantidad, relaciones, densidad

    3. Las sensibilidades Cmo se gesta y como se rompe con el pensamiento perifrico?

    4. La constitucin y evolucin de una conciencia de ser periferia, teniendo como eje el pensamiento latinoamericano

    5. Evolucin o caracterizacin de la disyuntiva ser-como-el-centro versus ser-nosotros-mismos en pocas y regiones.

  • Eduardo Devs-Valds

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    6. Los principales motivos del pensamiento perifrico: otro intento de ir hacia los puntos de encuentro

    Eplogo: Propuestas para el pensamiento y la intelectualidad

    de las regiones perifricas 1. Asumir las debilidades y fortalezas del pensamiento de las

    regiones perifricas

    A. Debilidades B. Fortalezas

    2. Las Propuestas para un pensamiento que contribuya a salir de la condicin perifrica

    Introduccin Propuesta 1: Las redes intelectuales: el empoderamiento de las

    profesiones del conocimiento y el protagonismo en el espacio

    mundial

    Propuesta 2: El bien-pensar en-desde las periferias

    Propuesta 3: Pensar el mundo desde las periferias. Una mirada

    plantica

    Propuesta 4: El progresismo desde la periferia, para el espacio

    mundial

    Bibliografa

    ndice de notas de erudicin Introduccin

    1. La disyuntiva perifrica se articula con otras 2. Disyuntivas diversas a la perifrica 3. Lo que se piensa en la periferia ha sido elaborado en el centro 4. Matices en la disyuntiva

    Captulo I

    5. Rusia el Imperio Otomano compiten por la imagen 6. Prestar odos a los discursos de los dems, una fortaleza de las

    intelectualidades perifricas y un peligro

    7. La reaccin en el pensamiento usamericano del XVIII 8. Accin concertada por la imagen-pas 9. No es de erudicin

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    10. Ram Mohun Roy y Yamal el din Afgani 11. El medioambiente intelectual de Kolkata: la intelectualidad del centro

    presente en la periferia

    12. Los contactos entre ibero-americanos hacia 1800 13. La figura de Pablo de Olavide y las redes 14. Tempranas redes intelectuales en defensa de los derechos humanos 15. Los idiomas: el saber-poder y la subordinacin

    Captulo II

    16. Constitucin de una sociedad civil redificada 17. tica y esttica versus fuerza 18. La amplitud del escenario intelectual ruso 19. Identitarismo y conservadorismo 20. Tambin el terremoto de la Guerra de Crimea 21. Aportes a la humanidad 22. La construccin de una sociedad nacional y de una cultura mundial 23. Salones literarios, libreras, tertulias y asociaciones 24. La Sociedad Unin Americana de Buenos Aires 25. Cambios en la imagen de Francia: el momento del indiferentismo, entre la

    civilizacin emancipatoria y la invasin colonial

    26. Similitudes entre el proyecto de la Rusia de Pedro y el Egipto de M. Al 27. Ortodoxia e identidad 28. Regeneracionismo en frica, Espaa y Amrica Latina

    Captulo III

    29. Migrantes en el medioambiente intelectual de Estambul 30. Redes en las periferias de la periferia 31. Importantes personajes que recibieron inspiracin fabiana 32. Antecedentes: otomanos y egipcios, panasiatismo y panislamismo 33. Logias filipinas 34. Viajes y contactos de Sun Yat-sen 35. Los viajes de la intelectualidad africana 36. El muy escaso conocimiento recproco entre las intelectualidades de la

    periferia

    37. La importancia de los intelectuales del centro en la idea de Oriente de los propios orientales hacia 1900

    38. Reformismo religioso, racionalismo, secularizacin 39. Siri Lanka cambio de nombres y vestuario 40. Proyeccin temprana del pensamiento de Gandhi en Sudfrica 41. El Egipto-centrismo de los estudios eidticos sobre el mundo islmico 42. Salafismo y revivalismo 43. La creacin del mito de Afgani

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    44. Abd, Blyden, Douwes-Dekker y Mart 45. Puntos en comn de Afgani y Abd 46. Renacimientos diversos a lo ancho del mundo 47. Origen extranjero de numerosas figuras del pensamiento otomano y turco 48. La importancia de Guizot para la obra de Fukuzawa, Sarmiento y Afgani 49. La intelectualidad del centro contribuye a la creacin de imgenes

    identitarias

    50. Teoras socialistas y factores autctonos, en diferentes sentidos 51. Panturanismo y panislamismo 52. La importancia de los intelectuales caribeos para el pensamiento

    africano

    53. El vestuario, las apuestas y el juicio del futuro 54. Religin propia 55. Otros panafricanismos 56. Hacer la historia del pensamiento y la cultura 57. La importancia del ejemplo japons para numerosos intelectuales del

    mundo perifrico

    58. Discusiones sobre el vestuario y la identidad 59. Latinismo y neerlandismo

    Captulo IV

    60. Algunos miembros de la Asociacin de Revolucionarios Asiticos 61. La Sociedad Gran Asia 62. Organizacin Demcrata Cristiana de Amrica 63. Kang Yu-wei y Nishida Kitaro 64. El faraonismo y la reelaboracin del pensamiento identitario en Egipto 65. Negritud y latinoamericanidad 66. Concurso de belleza de la India Bonita 67. Una vez ms, acerca de los remezones, terremotos y catstrofes militares

    y los cambios eidticos

    68. Parentescos y composicin geneidtica del pensamiento de Marr 69. Los orgenes de la lingstica y la discusin sobre la identidad, en Rusia y

    en la Escuela de Praga

    70. Una vez ms la polmica acerca de las especificidades de las escuelas de pensamiento

    71. Trotsky y la integracin latinoamericana

    Captulo V

    72. Bandung y el pan-asiatismo 73. Amrica Latina en la India 74. Antecedentes y redes confluyendo en el FTM

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    75. Sobre la difusin de ideas econmico-sociales latinoamericanas en Asia y frica

    76. Personas que participaron en la Conferencia Sur-Sur 77. Maestr@s o profesor@s de Jagdish Bhagwati 78. Nyerere y los populistas rusos 79. Nyerere y la educacin liberadora de Paulo Freire 80. Panteras Negras de Australia 81. Socialismo y nacionalismo melanesio desde Papa Nueva Guinea 82. La versin islamizada de la teora del subdesarrollo perifrico 83. Penetracin e hibridacin de las teoras del desarrollo 84. Ciencias econmico-sociales y auto-reflexin 85. Islamismo o identitarismo 86. Marxismo y religin 87. Gilberto Freyre en frica

    Captulo VI

    88. 3 momentos en la insercin de la intelectualidad perifrica en las grandes ciudades del centro

    89. Figuras intelectuales con impacto internacional? 90. Amartya Sen y la economa como disciplina de las regiones perifricas 91. El estudio del carcter en cada sociedad perifrica 92. Tendencias eidticas en estado de latencia o hibernacin 93. Top 10 Think Tanks en China 94. Algo ms todava sobre la presencias de las intelectualidades perifricas

    en el centro

    95. Deng Xiaoping entre ser como el centro o ser nosotros mismos 96. El carcter doblemente perifrico 97. La importancia de los intelectuales del centro en la idea de Oriente de la

    propia intelectualidad oriental hacia el 2000

    Conclusin General

    98. Decadencia y cambio de religin 99. Nociones pre-modernas de la transformacin del mundo 100. Descalificaciones recprocas y heridas 101. Las intelectualidades del centro y su capacidad de mirar la totalidad 102. Redes intelectuales y densidad eidtica 103. El grupo impulsor de Bandung 104. La UNCTAD es un foro 105. Militancia Tercermundista de Prebisch 106. Salvador Allende en la UNCTAD 107. Comisin Sur-Sur 108. Robert Mugabe y la necesidad de un Think Tank para el Sur

  • Eduardo Devs-Valds

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    109. Relativizacin del orientalismo 110. La inversin radical y la disputa por los orgenes de la civilizacin:

    Occidente debe todo al no-Occidente

    111. Identitarismo y espiritualidad 112. El buen Salvaje tono menor

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    PREFACIO

    Este libro ha tenido la tentacin de ser una especie de historia del

    pensamiento de las regiones que se asumen como intelectualmente

    perifricas en los ltimos 300 aos. Ha tenido la tentacin de serlo,

    pero no lo es. Ha debido contentarse, a travs de las sucesivas re-estructuraciones de que ha sido objeto, con ser la presentacin y defensa de la hiptesis siguiente: La manera ms comprensiva de

    entender el pensamiento emergido en las regiones perifricas,

    durante los ltimos siglos - regiones en general sometidas a

    procesos de invasin o colonizacin- consiste en la disyuntiva ser-

    como-el-centro versus ser-nosotros-mismos. Este problema se lo ha

    planteado la intelectualidad latinoamericana, la africana y la

    asitica, como tambin la eslava, la balcnica y la ibrica de esta

    poca. En consecuencia, ha decidido limitarse a mostrar mltiples

    trazos que contribuyan a probar esta hiptesis, y ya se dir ms sobre el

    alcance pretendido de la hiptesis.

    Este libro pretende, en consecuencia, ser una articulacin y superacin de mis trabajos anteriores sobre pensamiento

    latinoamericano, africano y asitico y exponer la circulacin de las

    ideas tanto como la aparicin espontnea, en diversas partes del mundo, de un mismo tipo de pensamiento, aquel motorizado por la

    disyuntiva perifrica. Ha debido conformarse con ser la unin de trabajos anteriores con amplios agregados acerca de las regiones

    islmicas, del extremo Oriente, el Subcontinente Indio, el mundo euro-

    asitico y eslavo como tambin remontarse hacia el siglo XIX y e

    incluso, para algunas regiones el siglo XVIII, decidindose a ser la

    exposicin de la mayor tesis que se haya intentado sobre el

    pensamiento de las regiones perifricas, es decir ha tenido que conformarse con no ser lo que hubiera querido inicialmente ser,

    simplemente una sntesis de trabajos anteriores. Incluso lo poco o

    mucho que se ha aprovechado ha debido recortarse y reformularse, en

    ocasiones, para ajustarse a la arquitectura de este nuevo estudio que ha

    exigido, por variadas razones, entre otras de equilibrio, renunciar a lo

    que habra sido ms fcil, sumar mis trabajos sobre el pensamiento

    latinoamericano y sobre el pensamiento sudsahariano y agregar por

    aqu y por all algunos aditamentos para dar sensacin de completud.

    Pero, cmo renunciar a lo mucho que se ha pensado en los ltimos

    siglos en el jadismo y ms ampliamente en el revivalismo islmico,

    cmo renunciar al panasiatismo y al eurasismo. Y cmo renunciar a

  • Eduardo Devs-Valds

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    vislumbrar siquiera las maneras en que algunas de estas escuelas se van

    asomando al siglo XXI, repitiendo parcialmente las maneras en que la

    intelectualidad perifrica ha mirado siempre e intentando, por otra

    parte, emanciparse de una camisa de fuerza que la ha maniatado por

    tanto tiempo.

    Se ha debido aceptar tambin el comercio con la larga duracin, para lo cual se ha dibujado la cancha de juego para el tiro largo y alto,

    donde no haya concesiones al provincianismo ni al epocalismo, sino

    que se trata de superar, desde la partida, las pequeas manas del

    aldeano vanidoso. Porque si de ser vanidoso se trata pareciera ser mejor

    realizarlo desde una posicin que asume las grandes dimensiones del

    mundo y de la historia, puesto que si hay que conformarse con algo es

    mejor conformarse a lo grande que a lo pequeo y a lo generoso que a

    lo mezquino.

    Los objetivos de este libro son dos: el primero consiste en

    caracterizar un tipo de pensamiento que se ha dado en diferentes

    regiones del mundo, especialmente en las colonizadas, a travs de la

    modernidad; el segundo, consiste en sealar las limitaciones, posibilidades y caminos de superacin para este gnero de

    pensamiento. Estos dos objetivos se realizan, por otra parte, en un

    tercero que se refiere a la ubicacin de puntos de encuentro que

    permitan dialogar y encontrarse a las intelectualidades perifricas

    actuales y, por tanto, que stas se reconozcan como tales y puedan

    hacer una auto-crtica que las potencie. Estos objetivos se desglosan en

    mltiples objetivos subordinados. Estos tres objetivos se realizan en la

    docencia: ofrecer a estudiantes de las regiones perifricas puntos de

    referencia para ubicarse en un mapa de la cartografa eidtica global,

    elaborado precisamente desde las periferias.

    Este es un libro de estudios eidticos y como tal trata del pensamiento de otras personas y no del propio, sin embargo, y lo digo

    con cierto sentimiento de culpa y pudor, no pude dejar de proponer

    algunas ideas, en la lnea de reflexionar sobre las limitaciones y

    posibilidades de pensamiento que me ha ocupado durante tantos aos.

    Inspirndome en los trabajos del Leopoldo Zea, en los que trat de

    relacionar las ideas latinoamericanas con las de otras periferias, he

    querido continuar dicha tarea y agregar empiria a lo que el maestro slo

    alcanz a insinuar. Esta inspiracin madur al conocer la muy

    sugerente obra del polaco Eugeniusz Grski quien mostr mltiples

    similitudes entre el pensamiento de Amrica Latina y el de Europa del

    Este. Deca Grski: utilizamos el adjetivo perifrico en sentido

  • Pensamiento Perifrico

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    descriptivo y no valorativo, enfatizando el significado profundo del

    pensamiento filosfico de la periferia y especialmente el esfuerzo por

    pensar precisamente desde el punto de vista de la periferia (1994, 10) y,

    poco ms adelante, acotaba en trminos generales, la historia de la filosofa hispanoamericana es similar a la de Europa-Oriental (1984, 23). Lo dems fue ir universalizando el proyecto, definiendo los marcos tericos especficos y sobre todo ir avanzando en la empiria inmensa y

    tantas veces desalentadora.

    Se quiere, en primer lugar mostrar que las intelectualidades

    latinoamericanas, asiticas y africanas, e incluso de regiones semi-

    perifricas, en los ltimos siglos, han pensado de manera muy similar y

    que esa distincin entre occidentales y orientales o entre animistas y

    cristianos, para este efecto es casi irrelevante. Se quiere mostrar, ms

    all de eso, que aparece una sensibilidad perifrica y un pensamiento perifrico, que compromete a estas intelectualidades por sobre las diferencias tradicionales que se han establecido.

    Se quiere explicar cmo aparece y cmo se desarrolla esta

    sensibilidad y discutir la primera aproximacin superficial que cree que se trata de un fenmeno que tiene que ver con la postmodernidad o, en

    el mejor de los casos, se trata de una consecuencia del colonialismo

    propiamente tal. No es as, aunque ste la facilit. Dicha sensibilidad

    probablemente surgi en Amrica (Per o Mxico), Rusia y en Espaa

    y se expres poco ms tarde durante el siglo XVIII, y las dos ltimas no

    fueron regiones colonizadas. Por cierto, la expansin europea y luego la

    expansin colonial permitieron que muchos pueblos vieran y sintieran

    la potencia de la Europa Occidental, que sintieran la radical

    relativizacin de su espontnea nocin de ser ombligo del mundo, pero

    ello tampoco bast. Era necesaria tambin la madurez de una

    intelectualidad, para que pudiera generarse esta sensibilidad y este pensamiento. frica y Amrica Latina y el Caribe conocieron la

    expansin europea ya en el siglo XV y a inicios del XVI, pero

    nicamente a fines del XVIII y sobre todo en el XIX se incorporaron

    masivamente al grupo de quienes posean la sensibilidad y el

    pensamiento perifrico. Fue para ello necesario cierto nivel o cierta

    densidad. Fue necesario que la intelectualidad fuera capaz de ver ms

    all de su regin poseer una mentalidad ms o menos secularizada (es

    decir, que no explique los acontecimientos por fuerzas sobrenaturales o

    mgicas) y sobre todo abandonar esa idea que la propia cultura era

    completamente sagrada y se hallaba ubicada en el ombligo del mundo.

    Sea como fuere, el problema de la identidad y de la referencia al centro,

    GonzaloResaltado

  • Eduardo Devs-Valds

    15

    es clave para las intelectualidades perifricas desde comienzos del siglo

    XVIII y algo antes, no siendo en ningn caso un problema o una moda

    de las ltimas dcadas como piensa la intelectualidad del centro, porque

    a ella se le ha transformado en un problema, slo en este momento. A

    las intelectualidades del centro esto se les ha hecho un problema, sobre

    todo al interior de sus propias sociedades, por la inmensa presencia de la inmigracin. Para las intelectualidades perifricas fue y es

    principalmente un asunto, si se quiere, de relaciones internacionales o,

    mejor, de ubicacin y de sentido en el espacio global.

    Por ejemplo, Burhan Ghaliou (2001) afirma respecto de las

    sociedades musulmanas que, en stas, hasta inicios del siglo XIX, la

    religin dominaba completamente. Sin hablar de la vida espiritual y

    religiosa en sentido estricto, del Islam dependa la constitucin de todos

    los elementos necesarios a la organizacin social: los cuadros

    institucionales, los conceptos y los valores. A la cabeza de la institucin

    religiosa, los ulemas constituan el componente principal de la elite

    poltica. Y mientras estos se ocupaban de la formalizacin del cuerpo

    del Estado en los campos que forman la estructura de un Estado -la gestin de lo sagrado, la enseanza, la educacin y la jurisprudencia-,

    los jeques de las rdenes msticas, verdadero Estado dentro del Estado,

    imperaban sobre extensas redes subterrneas, llegando hasta lo ms

    profundo del espritu de estas sociedades. Todo el edificio social, tanto

    en sus fundamentos morales como en sus instituciones, descansaba en

    la religin o se empapaba de su atmsfera. Pero entonces llega la hora

    de la verdad: tomado al asalto por la modernidad, este edificio secular,

    agotado y congelado, ni siquiera tendr tiempo de renovarse. Desde

    finales del siglo XVIII empezar a crujir bajo el doble choque con la

    expansin econmica del capitalismo competitivo y con la expansin

    poltico-militar de la Europa conquistadora. Abocarse a todo esto remite a otro problema. Mirando y mirando

    comienzan a advertirse los contornos de una intelectualidad perifrica,

    que va identificndose a s misma y generando cierta vaga solidaridad.

    Esta intelectualidad (que carece de esencia, pues no est marcada por

    algn sello de carcter permanente o radicalmente distintivo, que no

    proviene de regiones completamente determinadas, de idiomas ni de

    pocas y que no posee tampoco una misin en el devenir de ningn

    espritu absoluto) toma alguna conciencia de s y estudiarla es de la

    mxima relevancia.

    Las redes de las que se ocupa este libro son de personas que se

    preguntan por la realidad de sus pueblos en el mundo y por el destino

  • Pensamiento Perifrico

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    de estos. Se trata principalmente de personas productoras de ideas

    como interpretaciones y propuestas para sus realidades y no slo de

    informacin, como conocimiento emprico acerca de stas. El

    pensamiento perifrico emerge y expresa una preocupacin por el

    destino de individuos y sociedades y no se desenvuelve en los mbitos

    del quehacer cientfico estricto, sino en aquellos que tratan de conectar el conocimiento con la construccin de proyectos.

    Proponerse estos problemas de investigacin, que vengo

    sealando, significa haberse emancipado del paradigma nacional que

    ahoga en muchas oportunidades a la propia intelectualidad de las

    regiones perifricas. La pregunta ha sido cmo funcionan las ideas?

    Cmo funcionan las ideas en sus dinmicas internas, en tanto

    sistemas-de-ideas, cmo se desenvuelven, mutan, se cruzan,

    evolucionan y se multiplican y, en sus dinmicas externas, cmo

    circulan y se disputan los espacios? La pregunta sobre el

    funcionamiento de las ideas adquiere toda su fuerza en la medida que se

    va asumiendo que los seres humanos estn, cada vez ms, regidos por

    ideas y no por instintos. Esto no lo digo en el sentido idealista, imaginando que los seres humanos seramos espritus bien

    intencionados ni mucho menos que nuestros comportamientos estaran

    guiados por fuerzas providenciales que nos conducen hacia algn final

    feliz, sino en otro sentido ms prosaico y simple: estamos mediados por

    ideologas, discursos, visiones del mundo, paradigmas, religiones y

    pautas culturales, y si asumimos ese pan-eidetismo entenderemos que ingenier@s, predicador@s, investigador@s, filosof@s, poltic@s y

    otros tantos gremios son productores de ideas. Para decirlo ms fuerte:

    los intereses, las acciones, los consensos, los proyecto y las decisiones

    de los seres humanos no pueden entenderse sin las cosmovisiones, las

    ilusiones, las fantasas y placebos que, a su vez, no pueden entenderse, formularse, vehiculizarse y transmitirse sino como ideas. Ello no quiere

    decir que las disputas se limiten a las ideas, tambin estn los puo y

    los caones, entre otras formas, pero generalmente los intereses no se

    asumen instintivamente sino a travs de corpus de ideas. En este

    sentido el estudio de las ideas es la clave para el estudio del

    movimiento global de todo (o casi todo) lo que no es idea: personas,

    mercancas, capitales y otras cosas.

    La arquitectura de este libro debi compatibilizar muchas cosas.

    El libro deba ser suficientemente comprensivo, abarcador, para poder

    probar una tesis y para permitir la comparacin entre diversas regiones

    en un perodo suficientemente extenso, pero a la vez tena que ser

  • Eduardo Devs-Valds

    17

    suficientemente breve para no transformarse en una enciclopedia.

    Deba aprovechar ampliamente la informacin existente en la web, a la

    vez que deba subirse a la web una cantidad de informacin que

    aligerara el libro, y con este objetivo se dise Atlas del Pensamiento

    (www.umbral.uprrp).Deban lograrse niveles de erudicin suficientes,

    sin intentar hacerse especialista en lenguas ni caer en la tentacin de usar palabras ni menos signos fonticos u ortogrficos que l@s

    lector@s nunca podran entender. En cierto sentido la arquitectura fue

    una cuestin de equilibrios pero sera simplificador decir que se trata de

    un trabajo equilibrado.

    Cmo leer este libro? La Introduccin General presenta una

    visin resumida. El cuerpo del trabajo est constituido 6 captulos que

    pretenden cubrir 3 siglos de historia, dando cuenta de los

    medioambientes intelectuales de las periferias. Cada captulo cubre los

    6 o 7 medioambientes geoculturales que se han constituido en

    ecosistemas eidticos perifricos. Estos ecosistemas son presentados a

    travs numerosos acpites, cada uno de los cuales se inicia con unas

    lneas en negrita, donde se enuncia la tesis que se desarrollar. Los captulos se cierran con una Conclusin General, donde se sintetizan

    los puntos de encuentro que permiten reconocerse y dialogar a las

    intelectualidades de las periferias: redes, sensibilidad, conciencia,

    evolucin de la disyuntiva perifrica y los motivos ms importantes del

    pensamiento de estas regiones. El libro casi se cierra con un Eplogo

    medio filosfico, medio ensaystico y medio historiogrfico, que se

    ocupa de evaluar este pensamiento, apuntando al objetivo del bien-

    pensar. Al final se incorpora una Bibliografa de los textos citados y un

    Anexo con algunas cartografas eidticas. Adems, se incorporan a lo

    largo del libro, alrededor de 100 notas de erudicin, donde se amplan

    informaciones, se muestran articulaciones entre autor@s y regiones y se sugieren pistas de investigacin. Estas notas son relativamente

    extensas y creo que sern de mucho inters y diversin para quienes se

    ocupan profesional y eruditamente en estos asuntos. No tienen, sin

    embargo, mucha relevancia para quienes quieren captar simplemente la

    mdula del planteamiento.

    Este trabajo ha sido pensado, en primer lugar, como un texto para

    la docencia. Un texto que permita a l@s estudiantes, particularmente de

    las regiones perifricas, conocer como se ha pensado en otras regiones

    del Sur, cmo han circulado horizontalmente las ideas entre su regin y

    las otras, cmo ubicar puntos de encuentro para dialogar con las

    intelectualidades de las otras regiones perifricas y, en este marco,

  • Pensamiento Perifrico

    18

    asumir igualmente las relativas especificidades. La superacin del

    provincianismo intelectual ha sido un leitmotiv de los ms persistentes

    del volumen. Sabemos que las intelectualidades perifricas se

    desconocen recprocamente y creen que son especficos algunos

    elementos que se expanden por casi todo el globo en la poca moderna.

    Superar estos provincianismos posibilita pensar la periferia como totalidad.

    Es necesario leer el libro de manera completa? Si usted ya ha

    ledo el ndice y este Prefacio, posee una primera idea del sentido de la

    investigacin, aunque poco y nada del contenido. Si lee la

    Introduccin General, tendr una visin muy resumida, aunque

    bastante completa, del conjunto del trabajo, con un mnimo acopio de

    pruebas, pero con la estructura, las hiptesis, los conceptos, y casi todo

    lo necesario para manejar las ideas claves. No es una introduccin

    breve, pues intenta presentar sintecatimente gran parte del libro. Si

    usted es o quiere ser un@ especialista en estudios eidticos no podr

    conformarse con mucho menos que leer, adems de lo sealado, gran

    parte de los captulos de contenido y la sntesis final. stos le aportarn un mapa del pensamiento mundial, mirado desde las regiones

    perifricas, en los ltimos 2 y casi 3 siglos. Por decirlo de algn modo,

    ser como un mapa del mundo antes y despus del viaje de Sebastin El

    Cano. Conocer casi todo el mundo pero slo por las costas. Si usted se

    pretende una persona erudita o en vas de serlo, de aquellas que

    manejan sobre 3000 autor@s (es decir, que en su disco duro ha

    almacenado algo de informacin sobre las biografas y las obras de

    unas 3000 personas que algo pensaron) entonces, las muchas notas y las

    pocas cartografas que se incluyen le sern muy tiles y quizs hasta

    algunas lleguen a deleitarle. Ser como adentrarse por los caminos, por

    los ros y tambin por los ms escabrosos territorios de los continentes del pensamiento. En las notas y cartografas, adems encontrar una

    serie de categoras y principios metodolgicos que estn apenas

    enunciados en la Introduccin General y que algo se ponen en juego

    en los captulos, pero que sobre todo se trabajan y explotan en las notas

    y en algunas de las cartografas anexas. stas deben ser observadas con

    paciencia. Algunas son simples, pues se refieren a pequeos territorios,

    indicando apenas unos pocos puntos (entiendo por punto una persona, una institucin o una escuela de pensamiento), otras

    sobrepasan los 50 puntos. Me ha sido muy difcil disear las

    cartografas. Hoy los mapas del mundo parecen casi obvios con sus

    puntos cardinales, escalas, paralelos y meridianos, pero a quienes

  • Eduardo Devs-Valds

    19

    conocen los alrevesados mapas del siglo XV les ser claro cunto cost

    construirlos conceptualmente, fuera de la informacin necesaria para

    llenarlos. Concebir estas cartografas eidticas ha sido todo un proceso.

    Particularmente difcil ha sido incorporarles la variable tiempo, que

    aqu es algo clave. Por ltimo, si usted se encuentra en la categora de

    persona obsesiva podr profundizar en casi todos los nombres propios, las escuelas de pensamiento, las instituciones y en las relaciones entre

    unas y otras adentrndose en el Atlas del Pensamiento y en los

    innumerables links que ir encontrando, si le queda vida para hacerlo.

    Por qu hacer este libro? Por dos razones: la primera, por

    llegar donde otr@ no ha llegado; la segunda, con el fin de aportar algo

    para que algunas sociedades puedan emanciparse de la condicin

    perifrica.

    Entiendo que los libros se leen de maneras diferentes, de acuerdo

    a condiciones, intereses o perspectivas de quienes lo hacen. Quisiera

    que al leer ste se tuviera en cuenta tambin que se ha querido entregar

    elementos para facilitar un dilogo ente las diversas regiones

    perifricas, que haga ms factible la creacin y potenciacin de redes intelectuales, a travs de las cuales circulen ms fluidamente las ideas y

    que a la vez permitan mejor el empoderamiento de las intelec-

    tualidades, para decir su voz en el espacio global. Se ha tratado de

    sentar algunas condiciones para que las intelectualidades perifricas

    puedas conversar acerca de si mismas y del destino de sus pueblos,

    puedan unas aprovechar tambin lo que otras han producido y, sobre

    todo, puedan asumirse como partes de un todo.

    Se ha pretendido elaborar un discurso ms generoso que permita

    incluir ms que descalificar, colaborar ms que competir, capitalizar

    ms que desperdiciar, construir ms que criticar, renovar y favorecer la

    confluencia de lneas de pensamiento que se han ido agotando quizs, pero que representaron momentos histricos importantes y que las

    intelectualidades del mundo perifrico pueden recordar y capitalizar

    para pensar mejor.

    Dicho de otra manera, se ha querido elaborar un discurso que

    tenga, en cierto sentido, un carcter de mnimo comn, que permita remitir (no reducir) los discursos de las distintas periferias a un terreno

    comn y que, en consecuencia, porque se escucha ms a otros, sea un

    aporte que permita expresarse mejor a la intelectualidad de las

    periferias y que permita generar una accin (colaboracin) comn, para

    superar la condicin de periferia, hacia un mundo donde el poder se

    encuentre ms diseminado y por tanto se vaya destruyendo a s mismo.

  • Pensamiento Perifrico

    20

    Los agradecimientos de este libro se identifican prcticamente con

    mi vida en las ltimas dcadas: personas queridas, colegas e

    instituciones de investigacin, docencia y financiamiento. No voy a

    mencionar personas sino apenas a las instituciones de investigacin y

    docencia que han permitido esta obra. Es mi obligacin mencionar en el

    lugar ms importante a la Universidad de Santiago de Chile, a FONDEYT-Chile y a la Biblioteca Nacional de Chile. En casi todos los

    lugares que cito a continuacin, buenas amistades me han invitado,

    recibido o facilitado el trabajo: Biblioteca Nacional del Per; Centro de

    Estudios Africanos, Malher, U. Paris I (Francia); Centro de Estudios

    Afro-Asiticos, U. Cndido Mendes, Ro de Janeiro (Brasil); Centro de

    Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, San Juan de Puerto

    Rico; CODESRIA, Dakar (Senegal); IDEP, Dakar (Senegal); El

    Colegio de Mxico; Comisin Econmica para Amrica Latina y el

    Caribe CEPAL, Santiago (Chile); Instituto de Altos Estudios de

    Amrica Latina, U. Paris III, (Francia); Instituto Superior de Filosofa,

    U. de Lovaina (Blgica); Instituto Superior de Ciencias del Trabajo y

    de la Empresa, Seccin frica, Lisboa (Portugal); Instituto de Cooperacin Iberoamericana, Madrid (Espaa); Instituto de Estudios

    Latinoamericanos, Berln (Alemania); Instituto de Estudios

    Latinoamericanos, Academia de Ciencias de la URSS, Mosc (Rusia);

    Biblioteca del Congreso, Washington D.C. (USA); Museo Jawaharlal

    Nehru, Nueva Delhi, (India); U. Autnoma del Estado de Mxico; U.

    Autnoma de Madrid (Espaa); U. de Buenos Aires (Argentina); U.

    Catlica del Paraguay; U. Central de Venezuela; U. de Costa Rica; U.

    Cheikh Anta Diop (Senegal); U. del Estado de Sao Paulo, Franca

    (Brasil); U. Federal Ro Grande do Sul, Porto Alegre (Brasil); U.

    Federal Fluminense, Niteroi (Brasil); U. de las Palmas de la Gran

    Canaria (Espaa); U. de Lovaina (Blgica); U. Mayor de San Andrs, La Paz (Bolivia); U. Nacional Autnoma de Mxico; U. Nacional, en

    Heredia y en Brunca, (Costa Rica); U. Nacional Autnoma de

    Nicaragua, Managua; U. Nacional de Cuyo (Argentina); U. Nacional

    del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Argentina); U. Nacional

    del Mar del Plata (Argentina); U. de Puerto Rico en Ro Piedras; U. de

    Puerto Rico en Arecibo; U. Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi, (India); U.

    de Santo Domingo (Repblica Dominicana); U. de Sao Paulo (Brasil);

    U. de Talca (Chile); U. de Tel Aviv (Israel); U. UNISINOS, Sao

    Leopoldo (Brasil); U. de Valencia (Espaa); U. West Indies, Puerto

    Espaa (Trinidad-Tobago).

  • Eduardo Devs-Valds

    21

    INTRODUCCIN GENERAL

    1. Presentacin

    Los estudios eidticos se han ido ampliando y renovando por

    todas partes y tambin en Amrica Latina. Una de las cuestiones ms

    importantes ha sido la capacidad para englobar toda la realidad como

    objeto de estudio, yendo mucho ms all de las fronteras de su

    inspiracin inicial, que consista en estudiar las ideas entendidas slo

    como ideas filosficas. Esta mirada pan-eidtica, se aventura a construir versiones nacionales, continentales o mundiales teniendo

    como ejes las ideas, sin aspirar por otra parte a una suerte de

    exclusividad o monopolio, que impedira mirar la realidad desde otras dimensiones. Una perspectiva englobante podra tenerse tambin a

    partir de la realidad econmica o de las comunicaciones, entre otras

    posibilidades.

    En cierto sentido, si puede decirse as, este planteamiento hereda

    los aportes de Leopoldo Zea y Ral Prebisch, en su aspiracin explcita

    por entender el funcionamiento del mundo y de la historia,

    comprendindolos globalmente desde Amrica Latina Caribe y desde

    las regiones perifricas, en el seno de una red de relaciones

    intelectuales y sociales que quieren avanzar en la constitucin de una

    intelectualidad global, que realmente tenga tambin como agentes a las

    intelectualidades perifricas. Pero cmo pensar con ellos, sin querer

    simultneamente ir ms all? Heredero del tercermundismo este proyecto intelectual se imagina luego del fracaso de dicha frmula, sin

    pretender desligarse, por otra parte, de sus legados. En otras palabras,

    se trata de pensar planticamente la totalidad de las periferias, pensar la

    condicin perifrica para dejar de ser periferia.

    Ya se ha sealado, los objetivos son dos: el primero consiste en

    caracterizar un tipo de pensamiento que se ha dado en regiones auto-

    asumidas como periferias del mundo, a travs de la modernidad; el

    segundo, consiste en sealar las limitaciones, posibilidades y caminos

    de superacin para este tipo de pensamiento. Estos dos objetivos se

    realizan, por otra parte, en un tercero que se refiere a la ubicacin de

    puntos de encuentro, que permitan dialogar y encontrarse a las intelectualidades perifricas actuales y, en consecuencia, que stas se

    reconozcan como tales y puedan hacer una auto-crtica que las

  • Pensamiento Perifrico

    22

    potencie. Estos objetivos se desglosan en mltiples objetivos

    subordinados.

    El primer gran objetivo se desglosa en 3 partes:

    1. Determinar y exponer las principales tendencias en el seno de las cuales emergi y se constituy este gnero de pensamiento,

    intentando elaborar una tipologa, con sus perodos e hitos clave en lo que se puede llamar un proceso de maduracin, intentando decir algo respecto de las razones que confluyeron en los cambios;

    2. Determinar los motivos perifricos ms importantes y sealar que autor@s los han puesto en relieve;

    3. Determinar cules han sido las instancias en las cuales se han producido los encuentros y contactos entre las intelectualidades

    perifricas y que han servido para la circulacin de las ideas.

    El segundo gran objetivo se desglosa en 2 partes:

    1. Determinar las limitaciones o debilidades ms importantes que se han manifestado en la historia del pensamiento perifrico;

    2. Determinar las fortalezas y posibilidades de superacin de dicho pensamiento en la perspectiva de avanzar hacia la superacin de la condicin perifrica.

    El tercero, relativo a los puntos de encuentro, apunta a las redes

    intelectuales, al desarrollo de cierta conciencia comn, a los motivos reiterados en el pensamiento perifrico, a hacer la crtica-auto-crtica de

    este pensamiento y a buscar los andares por donde las intelectualidades

    van haciendo sus caminos.

    Ahora bien, la amplitud de los objetivos no debe llevar a imaginar

    este trabajo como una historia universal de las ideas en los ltimos

    siglos, sino nicamente como el recorrido a travs de suficientes

    momentos, en cada medioambiente intelectual de las regiones

    perifricas, para allegar suficiente informacin que avale las hiptesis propuestas.

    Las hiptesis ms importantes que se presentarn y defendern a

    lo largo del trabajo son las siguientes:

    1. La manera ms comprensiva de entender el pensamiento producido durante los ltimos siglos en las regiones perifricas,

    muchas veces (aunque no siempre) sometidas a procesos de

    invasin o colonizacin, se formula sobre la base de la disyuntiva

    ser-como-el-centro versus ser-nosotros-mismos.

    2. Esta disyuntiva sirve de dadora de sentido a varias otras que se articulan a sta, de modos diferentes y complejos, y que incluso en

  • Eduardo Devs-Valds

    23

    ocasiones la opacan o la desplazan1.

    3. Esta disyuntiva aparece, muchas veces, por generacin espontnea en el seno de intelectualidades de dichas regiones, luego de haber

    sufrido el impacto del centro.

    2. Planteamiento del problema: Hacia una definicin de la disyuntiva que constituye al pensamiento perifrico.

    Se trata de elaborar una teora general del pensamiento de las

    regiones perifricas (de las intelectualidades auto-asumidas como perifricas) en los ltimos siglos. Correlativamente una teora sobre el

    pensamiento perifrico remite a una interpretacin (y a una teora)

    sobre las regiones perifricas y sobre la historia global o, al menos,

    echa sobre los hombros la necesidad de entender el desenvolvimiento

    de la historia global de la modernidad, pues la condicin perifrica es

    una de las caras de la modernidad. En ese sentido, al menos, se trata de

    hacerse cargo de la periferia del mundo, que es gran parte del mundo.

    Se entiende por pensamiento perifrico aquel que cumple con las

    siguientes condiciones:

    a. Se articula al interior de una sociedad por relacin a teniendo como punto de referencia- la forma de existencia de otra sociedad, coetnea y no pretrita, intentando imitarla o bien diferenciarse el

    ella;

    b. Se constituye a partir de una tensin bsica entre la propuesta imitativa de ser-como-el-centro y la identitaria diferenciadora ser-

    nosotros-mismos. La primera consiste en plantear la necesidad de

    1 La disyuntiva perifrica se articula con otras

    La disyuntiva perifrica se articula entre otras con las siguientes:

    colonialismo/independencia, imperialismo/independencia, negro/blanco, pobre/rico,

    explotador/explotado, machismo o patriarcalismo /emancipacin femenina,

    campo/ciudad, industria/agricultura, desarrollo/subdesarrollo, desarrollo /dependencia,

    dependencia/liberacin, civilizacin/barbarie, progreso/atraso, democracia /dictadura,

    obrero/capitalista. Ello se percibe ms claramente en disyuntivas como las siguientes:

    urbano/ campesino, catolicismo /masonera, catolicismo /protestantismo, socialismo

    /liberalismo, proteccionismo/ librecambismo, religin/ libre-pensamiento. Hay otras que

    son casi sinnimas de la disyuntiva perifrica: extranjerismo/ nacionalismo, afrancesados/

    nacionales, alienacin /autenticidad, occidentalismo/ autoctonismo, moderno/

    tradicional, pero conllevan una mirada despectiva respecto de una de las partes, segn

    sean las preferencias de quienes las han propuesto.

    GonzaloResaltado

  • Pensamiento Perifrico

    24

    mejoramiento de la propia sociedad a travs de la frmula de

    alcanzar-imitar y capitalizar los aportes de la sociedad modelo,

    por medio de la ciencia y la tecnologa, abrindose a los avances

    de sta y tratando de romper con las formas de vida autctonas; y

    la propuesta diferenciadora, que afirma la necesidad de

    profundizar en la propia identidad y buscar frmulas que se inspiren en sta, sea para defenderse de los embates y/o sea para

    superar las limitaciones del centro;

    c. Apunta a la interpretacin y transformacin estructural de una forma de existencia o sociedad;

    d. Aparece en la poca moderna, ms precisamente durante el siglo XVIII, aunque tenga proto-manifestaciones y por cierto

    antecedentes varios;

    e. Se articula sobre la base de una serie de motivos, que se ordenan segn los polos: ser como el centro o bien ser nosotros

    mismos.

    Este trabajo es una exposicin de la constitucin y desarrollo de

    este gnero de pensamiento, en funcin de mostrar conexiones y paralelos que permitan, a su vez, mostrar la existencia de redes y

    circulacin de las ideas, prioritariamente entre las regiones del Sur. La

    disyuntiva del pensamiento perifrico: ser-como-el-centro versus ser-

    nosotros-mismos es la clave para entender dicho pensamiento. Esta

    disyuntiva expresa la polaridad bsica en la cual se juega el

    pensamiento de las regiones perifricas a partir del siglo XVIII, aunque

    existan algunos antecedentes. Esta formulacin tiene una pretensin

    comprensiva respecto a otras formulaciones que se han empleado para

    entender estos pensamientos. Comprensiva quiere decir tres cosas:

    a. Que es la ms frecuente a nivel de las ideas, ms frecuente que otras como la oposicin entre unitarismo poltico y federalismo, entre economa ms planificada o menos; entre posiciones ms

    libertarias o ms estatalistas, entre posiciones proteccionistas o

    librecambistas, entre propuestas culturales ms laicas o ms

    religiosas, etc., disyuntivas que adems no tienen una

    especificidad perifrica.

    b. Que otorga sentido a otras disyuntivas eidticas en las cuales subyace sin mostrarse explcitamente;

    c. Que es necesaria, es decir que aparece en todas las regiones perifricas, una vez que aparece una intelectualidad distinta de la

    tradicional, que se entenda como ubicada en el ombligo del

    mundo. Esta nueva intelectualidad, capaz de mirar ms all de

  • Eduardo Devs-Valds

    25

    su propia cultura-sociedad, se despierta con una sorpresa o

    perplejidad respecto de lo que es el centro: el poder, la belleza, la

    diferencia de sus producciones. Esta sorpresa, perplejidad o

    estupefaccin, que normalmente cristaliza en algo as como un

    sentimiento (ms que complejo) de inferioridad, resulta en dos

    reacciones: fascinacin o rechazo, cada una de las cuales se expresa conceptualmente: la fascinacin como la apuesta a que es

    posible y deseable ser como el centro; la de rechazo, como que es

    imposible e indeseable ser como el centro.

    La primera: ser-como-el-centro, la propuesta centralitaria, se

    asume como una tarea de imitacin, que es casi siempre de

    occidentalizacin. Pretende adaptarse al espritu de los tiempos o

    ponerse al da; apunta a superar las diferencias que entiende como negatividades y por ello se realiza como negacin de la cultura

    indgena-campesina-popular; exalta en cambio la ciencia y la

    tecnologa; frecuentemente propone abrirse a la cultura y a la gente del

    centro (no necesariamente a sus capitales ni menos a sus invasiones

    armadas) para recibir inspiracin desde all; es casi siempre una propuesta modernizadora, que apunta a asumir los adelantos del centro, particularmente su capacidad cientfico-tecnolgica, aunque

    existen algunas excepciones en intelectuales que aspiran a ser-como-el-

    centro, pero no en la dimensin tecnolgica sino como asimilacin o

    imitacin espiritual o cultural. Ejemplo de esto ltimo es el yoruba

    Samuel Crowther, a mediados del siglo XIX, quien postulaba la

    necesidad de asumir cultura y religin anglicano-victoriana, sin hacer

    alusiones a la tecnologa, al vapor o al ferrocarril, ni tampoco a la

    ciencia o a la democracia. Algo parecido ocurre con los hispanistas o

    iberistas como el Jos Vasconcelos y el Jos de la Riva Agero

    maduros y los no tan viejos Carlos Ibarguren y Plinio Salgado, de los aos 1930s y 1940s en Amrica Latina, que reivindicaban la

    recuperacin de lo ibrico, lo medieval y lo catlico.

    La segunda propuesta: ser-nosotros-mismos, es la identitaria. Asume la diferencia, queriendo profundizar en los elementos que

    conforman dicha diferencia, potenciando algunas fuerzas all presentes

    que debern realizarse en el futuro; exalta la cultura y particularmente

    la cultura de quienes han asimilado menos del centro, que permanecen

    incontaminad@s; propicia, en consecuencia, ms bien cerrarse ante

    unas influencias que concibe como sospechosas sino francamente

    peligrosas o perniciosas; no se piensa como adaptacin al mundo y si lo

    hace ello deber ser precisamente desde la diferencia y desde la

  • Pensamiento Perifrico

    26

    posibilidad de aportar lo que el centro no posee.

    Aquello que las constituye a ambas como propuestas del

    pensamiento perifrico es que son incomprensibles sin la referencia al centro. Esta novedad, descoloca, trastorna o deja obsoletas las antiguas oposiciones que manejaban las intelligentsias tradicionales:

    creyentes versus cafires, nosotros-ombligo-del-mundo versus los otros, humanos cabales y civilizados versus brbaros, elegidos-de-los-dioses

    versus no-elegidos. En este sentido, la disyuntiva perifrica,

    centralitarismo versus identitarismo, se conecta, pero no se identifica,

    con disyuntivas como aquella entre universalismo y particularismo o

    aquella otra entre racionalismo (ilustracin) y romanticismo. La

    disyuntiva perifrica representa, de algn modo, esas oposiciones, pero

    no se reduce a ellas, y no se reduce precisamente porque adquiere su

    sentido slo por su referencia al centro: el universalismo perifrico no est referido a algn modelo abstracto o utpico, sino al (o a los)

    modelo(s) del centro, y el particularismo perifrico se define

    normalmente como diferencia respecto del (o de los) patrn(es) del

    centro. Para entender esto, no debe pensarse en una suerte de centro esencial, eterno e inmutable, sino en la imagen de un centro en el

    imaginario de las intelectualidades, que se perciben o asumen a s

    mismas -por sensibilidad y pensamiento- como perifricas.

    La disyuntiva perifrica no es una discusin en la que tercian slo

    integrantes de las intelectualidades nativas. Frecuentemente, aparecen

    voces e intelectuales procedentes de las potencias centrales que juegan

    un papel en dicha discusin, sea como participantes materiales o como

    referentes. Esto tiene mucho que ver con el discurso del centro sobre la

    periferia.

    Por otra parte, no toda la intelectualidad nativa inmediatamente

    asume la disyuntiva perifrica. Se trata de un proceso largo, que demora dcadas y hasta siglos. Existe una parte que ha asumido la

    expansin europea, la que est consciente de este fenmeno y actuando

    en consecuencia y en el seno de la cual se genera la disyuntiva ser

    como el centro versus ser nosotros mismos. La otra, la que sigue

    cerrada a la existencia del centro, contina pensando exclusivamente en

    los trminos de su sociedad, sin asumir, ni reaccionar frente a la

    presencia del centro. Probablemente el caso ms denunciado por una

    intelectualidad deseosa de renovacin, es la universidad Al-Azhar en el

    Cairo, supuesto reducto de quienes no se queran enterar del nuevo

    mundo en que vivan.

    La concepcin del mundo como un sistema en que ya no se es el

  • Eduardo Devs-Valds

    27

    ombligo, sino una de las partes, e incluso una de las pequeas partes, de

    la periferia, es clave en este cambio de sensibilidad. En ello consiste,

    por as decir, la modernidad de la periferia. Se trata de haber asumido la

    condicin perifrica, la periferalidad, cosa que no tiene que responder a una periferalidad econmico-poltica-militar (o real), sino que basta con la conviccin (subjetiva) de la intelectualidad. Ser modernos es haber pasado a ser parte de la periferia, es concebir la modernidad

    como periferalidad. Este cambio de perspectiva ha venido casi siempre

    acompaado de la capacidad de manejar, adems de la materna, una

    lengua occidental u otra no occidental, pero que permite un acceso ms

    directo a la cultura del centro (el caso del idioma japons para los

    chinos y el caso del idioma ruso para los trtaros hacia 1900). Cierto es

    que la asuncin de esta condicin se encuentra asociada, en muchas

    oportunidades, a cierta laicizacin o adopcin de un pensamiento racional, etc., pero ello es parcial, como tambin lo es en el centro, por otra parte. Sin embargo, la adopcin del pensamiento racional no tiene

    que manifestarse en todas las dimensiones de la vida o de la sociedad.

    Ya sabemos que basta con ciertos grados de comportamientos modernos para manejarse en la modernidad y que es posible mantener amplios mbitos en la vida de las personas insertas en la

    modernidad, en que la mentalidad mgica sigue vigente. La condicin

    moderna puede coexistir con la pertenencia a un mundo mgico, en el sentido que puede concebirse la condicin perifrica como un castigo

    divino, por faltas cometidas, y por tanto la lucha contra la condicin

    perifrica ser, a la vez, la lucha por reivindicarse frente a esa divinidad

    vengativa.

    Esta interpretacin del pensamiento perifrico como tensin entre

    centralitarismo versus identitarismo, puede leerse como una herencia

    estructuralista y en verdad la bsqueda de una oposicin bsica que d cuenta de una porcin tan grande del pensamiento puede apuntar en ese

    sentido. Pero si ha de tomarse as, asmase slo de modo light. No se

    trata en ningn caso de un estructuralismo duro, que pretendera dar

    cuenta de la cabalidad del pensamiento generado en las regiones

    perifricas, sino slo del asunto predominante o ms inclusivo. Por otra

    parte, la teora que intenta explicar el funcionamiento de pensamiento

    perifrico tiene algn parecido con la teora de la gravitacin universal.

    Explica la existencia de dos movimientos de signo opuesto que se

    constituyen en tensin y en equilibrio. Es parecida a la teora que

    explica por qu una manzana cae y un globo se eleva y por qu la luna

    y los antpodas no se caen.

  • Pensamiento Perifrico

    28

    3. Cuestiones relativas a los estudios eidticos (de las ideas)

    El desarrollo de los estudios eidticos exige la formulacin de un

    conjunto de conceptos y distinciones para entender adecuadamente la

    tesis que se postula en este trabajo. La definicin de pensamiento perifrico, de centralitarismo (distinguindolo de centralismo), de identitarismo (distinguindolo de tradicionalismo y particularmente de nacionalismo, mxime cuando un concepto tan clave como ste, y que aparecer tantas veces a lo largo de estas pginas, ha sido de tal

    manera inflado en las ltimas dcadas, confundindose con mltiples

    expresiones con las cuales se emparienta, pero que no son sinnimas),

    son cuestiones decisivas, pero no slo ello. Asuntos como las mutaciones en los sistemas eidticos, sus cruzamientos y sus relaciones

    con los medioambientes intelectuales y con los medioambientes

    sociales con los cuales establecen simbiosis, cuestiones como la

    distincin entre sistemas eidticos y sensibilidades, esos caldos donde aparecer la vida del pensamiento perifrico, adquieren entonces

    gran importancia y el asunto de la circulacin de las ideas en el seno de

    las redes intelectuales de la periferia y ms all, son todos temas de

    discusin y de necesarias precisiones.

    La disciplina de los Estudios Eidticos: Los estudios sobre las

    ideas han crecido de modo importante en las ltimas dcadas,

    diversificndose las escuelas que intentan abordarlos. Se denomina

    eidologa o estudios eidticos la disciplina que estudia las ideas, comprendiendo numerosos paradigmas: sociologa del conocimiento,

    estudios conceptuales, historia de las ideas, historia de la filosofa,

    visiones del mundo, estudios de pensamiento, historia de la ciencia,

    entre otras opciones.

    Los estudios eidticos se han ligado, buscando interpretar o

    explicar sus objetos, a la sociolgica, la economa, la politologa,

    historiografa e incluso la ecologa. En su afn por encontrar un

    lenguaje y formulaciones adecuadas, adems de las citadas disciplinas

    se han inspirado en la lingstica, en los estudios literarios y filosficos,

    en los estudios culturales e incluso en la geografa y la biologa, sin

    menoscabo de adecuaciones y adaptaciones.Una de las principales potencialidades de la disciplina es su capacidad para hibridar lenguajes

    e incluso para utilizar e hibridar paradigmas provenientes desde

  • Eduardo Devs-Valds

    29

    orgenes bastante lejanos.

    Los estudios eidticos desde siempre han trabajado con diversas

    disciplinas, aunque por alguna razn han tendido a denominarse

    historia de, no habiendo hecho verdadera historiografa en numerosas oportunidades. La dimensin diacrnica o evolutiva no

    siempre ha estado presente. Muchas veces se han realizado estudios sincrnicos. Pero, ms ampliamente, este quehacer ha echado mano a

    diversas disciplinas para entender su objeto: por ejemplo,

    especialmente la escuela marxista, la ha hecho dialogar con la

    economa para explicar el surgimiento de las ideas. Como sociologa del conocimiento ha querido entender los hechos eidticos con relacin al contexto y a la infraestructura. En verdad, normalmente se

    ha llamado historia ms por referirse al pasado que por asumir verdaderamente una perspectiva histrica o de mtodos

    especficamente historiogrficos y cuando, en ocasiones, ha querido

    referirse al presente ha incurrido en llamarse historia del presente. En este sentido, se ha intentado superar los estudios eidticos de

    baja altura que, parapetados en los estrechos lmites del estado-nacin, aportan apenas unos pocos elementos de las influencias europeas a las

    intelectualidades compradoras de sus propios pueblos. Los estudios eidticos como parte de las ciencias del

    conocimiento.Particularmente, en regiones donde se ha pensado poco, donde se han recibido demasiadas ideas hechas, donde la produccin es relativamente pobre de acuerdo a los indicadores

    mundiales, donde no se han alcanzado los objetivos deseados por la

    intelectualidad, se hace relevante estudiar las ideas en vistas a mejorar-

    aumentar su produccin e imaginar entonces unos estudios eidticos

    ocupados de incrementar la produccin de ideas. Su leitmotiv sera

    entender y mejorar la produccin de conocimientos-ideas. Ahora bien, lo que parece acuciante para las regiones con poca o pobre produccin

    eidtica, es vlido para toda la humanidad, pues siempre es posible

    producir ms-mejores ideas.

    La aspiracin transformar los estudios eidticos como un quehacer

    que aporte para un mejor pensar ha estado siempre presente, de algn

    modo. Quienes estudian las ideas ms o menos borrosamente aspiran a

    que podamos pensar mejor, en el futuro contando con sus aportes. Sin

    embargo, normalmente no se atreven a tematizar est aspiracin, quizs

    para que no les cobre luego por lo que escriben, quizs porque no saben

    cmo conectar sus estudios sobre el pasado con la posibilidad de pensar

    mejor en el futuro.

  • Pensamiento Perifrico

    30

    En este sentido, emerge el desafo que consiste en unos estudios

    eidticos que no se formulen nicamente el objetivo de estudiar lo que

    ha pasado en los territorios eidticos sino tambin mejorar la

    produccin de ideas-conocimiento, de manera similar a la economa del

    desarrollo, que no slo estudia cmo funciona la economa sino que

    intenta epistmicamente contribuir a generar desarrollo o, ms ampliamente, riqueza. La relacin entre historia de las ideas y estudios

    eidticos es parecida a la relacin entre historia econmica y economa.

    En este sentido debe entenderse la propuesta de una sub-disciplina

    como la Eidologa del desarrollo equivalente a los Estudios del Desarrollo en la economa.

    Los estudios eidticos pasan entonces a ser concebidos como una

    ciencia del conocimiento, como una disciplina para mejorar la

    produccin de conocimiento: el estudio de las ideas como condicin

    para la produccin de ideas, el trabajo para la produccin de ms-

    mejores ideas.

    En la conviccin que los seres humanos no pueden vivir como

    colectividades sin ideas, o mejor: que viven con y por las ideas, mejor an: que su convivencia con mejores ideas les hacen vivir mejor, o que:

    las buenas ideas nos hacen mejores seres humanos, entonces la nica

    vida posible sin ideas es en estado-vegetal, y ni siquiera de eso estamos

    seguros.

    La periferizacin de las ideas. Frecuentemente se ha aludido a que en diversas regiones del mundo se importaron ideas desde Europa y luego se adaptaron. Esta adaptacin se entiende como la seleccin de algunos aspectos, el recorte de otros, la acentuaron o

    disminucin de otros todava. Ello es correcto, pero pasa por el lado de

    un asunto ms significativo. Se trata que esas ideas no fueron slo

    adaptadas a una sociedad en que originalmente se encontraban fuera de lugar, sino al cambiar de ecosistema adquirieron nuevas significaciones. Para expresar esta idea el concepto adaptacin queda corto, en muchas ocasiones, y a veces largo.

    Las ideas, as tradas y llevadas, terminan por decir cosas que no

    estaban contenidas en sus formulaciones iniciales, no necesariamente

    cosas opuestas sino simplemente diferentes. Al ubicar esas ideas en la

    disyuntiva ser como el centro versus ser nosotros mismos adquieren un

    sentido distinto. Insertas en otra totalidad, el contexto de relaciones les

    cambia el sentido. Algo as es lo que hace por ejemplo Gandhi con las

    ideas de H. D. Thoreau. La resistencia pasiva, asumida como

    satyagraha pas a ser la expresin de la identidad india. Deja de ser un

  • Eduardo Devs-Valds

    31

    mtodo de lucha para ser el mtodo idneo pues expresa la identidad de un pueblo. Existe entonces una indianizacin de la nocin thoreausiana, pero no slo eso, sino tambin una periferizacin pues se trata de una ubicacin de esa nocin en la disyuntiva perifrica y en

    este caso, claramente apunta a ser-nosotros-mismos. Algo parecido

    ocurri con Aurobindo Gosh, quien realiz una reinterpretacin del espiritualismo ancestral de la cultura hind, asocindolo a la identidad

    india en oposicin a Occidente y a una supuesta misin que tendra la

    India de espiritualizar al mundo, reelaborando por segunda vez, por as,

    decir un mensaje que ya Vivekananda haba reelaborado unos aos

    antes en el mismo sentido (Ver Mukhopadhyay 1979, 201ss).

    Una de las maneras en que las ideas venidas desde fuera se

    incorporan en la disyuntiva perifrica es hibridndose con ideas

    ancestrales de la regin, como en el caso de Gandhi, pero ello no es

    imprescindible. Esto que ocurre con las ideas venidas de afuera,

    tambin ocurre con ideas presentes en la propia regin desde tiempos

    ancestrales y que no emergieron en la sensibilidad perifrica. Es el caso, por ejemplo, del salafismo o del wahabismo que existiendo desde siglos van a ir reelaborndose (para asumir o transformarse) y formar

    parte de la disyuntiva perifrica. Existe una mutacin o una

    recuperacin o una capitalizacin. En la disyuntiva perifrica, personas

    con formacin previa, reelaboran, repiensan sus propias ideas y las

    transforman, llevndolas a formar parte, ahora, de la disyuntiva

    perifrica. Eso ocurre parcialmente con el salafismo reelaborado por

    Afgani o con el espiritualismo reelaborado por Rod. Tales

    reelaboraciones ocurren frecuentemente con la incorporacin de

    algunos componentes eidticos procedentes del centro, a los cuales se

    echa mano para cruzarlos con las ideas presentes en el acervo local.

    Cartografas y otros procedimientos grficos y nemotcnicos para ubicarse y aprehender grandes procesos: La intencin de aportar

    visiones amplias tanto geogrfica como temporalmente ha conducido a

    apoyarse en un sistema de recursos grficos y nemotcnicos que

    permitan aprehender tal cantidad de sociedades, pases, ciudades,

    nombres, instituciones, escuelas de pensamiento y fechas clave, entre

    otros datos. Articular esto de modo sinttico ha conducido a la idea de

    confeccionar un Atlas Del Pensamiento que sea un compendio de todo

    ello y que simultneamente pueda capitalizar los aportes de la

    informtica para agregarle valor a la informacin.

    Esta intencionalidad hacia procesos englobantes hace de la mayor

    importancia la elaboracin de cartografas, comparaciones, paralelos

  • Pensamiento Perifrico

    32

    que muestren la existencia de una intelectualidad y de una produccin

    de pensamiento perifrico que de algn modo emparienta a las diversas

    sociedades perifricas y a sus diversos momentos.

    Las redes intelectuales: mtodo y proyecto:Dentro de las

    cuestiones eidticas deben considerarse tambin asuntos como la

    circulacin de las ideas y las redes intelectuales. El trabajo sobre las redes intelectuales se enmarca dentro de los estudios eidticos pero no

    se limita a stos, o se encuentra en sus fronteras, tratndose de un

    mtodo como de un proyecto. En qu sentido se dice mtodo y proyecto?.

    El estudio de las redes intelectuales es un mtodo para detectar los

    contactos de largo aliento entre personas dedicadas a la tarea

    intelectual, aunque no necesariamente slo a sta, detectando as la

    existencia de canales de circulacin de ideas y de nodos ms y menos

    densos, en los cuales se trabaja con las ideas y en los cuales se gestan

    iniciativas diversas. Estudiar las experiencias histricas de algunas de

    las grandes redes intelectuales es entregar insumos acerca de cmo

    crear condiciones de posibilidad para trabajar ms productivamente con los sistemas eidticos.

    Por otra parte, de algn modo, desde el propio estudio se va

    desprendiendo el proyecto de capitalizar las redes existentes: su

    experiencia, su trayectoria, su densidad y su produccin, para avanzar

    en el trabajo con-para las ideas.

    El estudio de las redes de la intelectualidad perifrica apunta

    igualmente hacia la constitucin de una sociedad civil intelectual

    global. En las redes operantes en un campo intelectual se cocina la

    disyuntiva, se generan las posiciones (y oposiciones) en las cuales se

    colocan los diversos sectores. En los 6 captulos que vienen a

    continuacin se aborda el tema de las redes, en algunos casos con bastante profundidad y detalle, cuando se ha encontrado suficiente

    informacin, en otros apenas someramente. Dems est decir que existe

    un gran cantidad de mbitos en que no se ha estudiado la relacin entre

    las principales figuras de la intelectualidad, la constitucin de los

    escenarios con-por las redes que all se desenvolvieron y la relacin de

    estas con las de otras regiones del mundo.

    Por sus medios, por su visin del mundo, por la institucionalidad

    que posee y por otras razones, la intelectualidad de las regiones

    centrales ha tenido mayor incidencia en la constitucin de redes

    intelectuales supra-nacionales, incluso trascendiendo con mucho las

    regiones que abarca el propio centro. Por otra parte las intelectualidades

  • Eduardo Devs-Valds

    33

    perifricas han estado relativamente rezagadas en este plano, aunque

    comprenden la mayor parte del mundo, como geografa y, todava ms,

    como poblacin.

    Avanzar en el estudio de cmo se han creado y mantenido estas

    redes parece ser una cuestin del mximo inters para el estudio de la

    intelectualidad en general, particularmente para el estudio de la constitucin de una sociedad civil intelectual de carcter global y para conocer como han circulado las ideas en la modernidad. Los casos

    que ms se desarrollan son: la red de la ilustracin ibero-americana,

    hacia 1800; la red de la intelectualidad eslava, en especial la exilada, y

    sus conexiones mucho ms all de los dominios de sus idiomas, hacia

    1850; la red intelectual del revivalismo islmico, hacia 1900; la red del

    panasiatismo e incluso las relaciones entre esta y algunas

    manifestaciones del panislamismo, tambin hacia 1900; las redes que

    articulan el independentismo y el nacionalismo indio con la teosofa,

    entre 1900 y 1920; las redes indigenistas-apristas-mestizfilas en el

    espacio latinoamericano, hacia 1920-1940; las redes panafricanistas con

    conexiones que van entre el Caribe y USA a frica y Europa hacia 1950; y por ltimo, las redes de las ciencias econmico-sociales ligadas

    por el tema del desarrollo, entre 1950-1975.

    Definiciones conceptuales:Se ha definido pensamiento perifrico como aquel emergido en el seno de comunidades impactadas por la, ms o menos cercana, presencia del nuevo centro,

    que trastorna la tradicional comprensin del mundo que posean. Para

    entender este proceso, debe tenerse en cuenta un conjunto de conceptos,

    tanto como debe echarse mano a nuevas formas de entender los

    fenmenos eidticos.

    Conceptos:El asunto de los conceptos adecuados es muy

    importante por varias razones: una, porque para entender la realidad es clave utilizar conceptos que d cuenta de sta; otra, porque la

    constitucin de una disciplina pasa, en buena medida, por la creacin

    de una conceptualizacin especfica.

    Para entender adecuadamente los dos polos de la disyuntiva,

    deben distinguirse de posiciones cercanas, de concepto emparentados y

    muchas veces confundidos y particularmente de usos frecuentes por

    parte de personas que mezclan confundiendo conceptos simplemente

    por falta de destreza profesional.

    Identitarismo no es tradicionalismo. La reivindicacin de la identidad tiene que ver con la trayectoria cultural, pero no debe

    entenderse como una vuelta tradicionalista al pasado ni como la

  • Pensamiento Perifrico

    34

    permanencia en el pasado. La identidad debe entenderse tambin como condicin, es tener en cuenta la realidad propia no slo cultural.

    El identitarismo es la tendencia a profundizar en la propia cultura e

    historia, afirmando la diferencia respecto de otras culturas y

    particularmente la del centro. Existen identitarismos que no son ni

    nacionalistas, como el de Gabriela Mistral, (sino continentalistas), que no son independentistas, como el indigenismo boliviano actual (porque

    se dan en estados ya independientes), ni tradicionalistas (porque no

    pretenden revivir un dorado pasado, sino que apuntan hacia la

    construccin de proyectos progresistas, de mayor libertad y justicia

    social, con abolicin de las castas y otras desigualdades).

    Nacionalismo es la afirmacin de la nacin y la bsqueda de su independencia hacia la constitucin de un estado nacin. Existen

    nacionalismos que no son identitarios, porque pretenden vehiculizarse a

    travs de imitacin del centro, como por ejemplo Sujtan Sjahrir de

    Indonesia o James Africanus Horton de Sierra Leona. Por otra parte, si

    todo nacionalismo es independentista y pretende la independencia y la

    afirmacin de un estado nacin, no todo independentismo es nacionalista.

    Independentismo es la bsqueda de independencia respecto de una metrpoli, de un imperio o de un poder cualquiera. Existen

    independentismos que no son ni identitarios, ni nacionalistas, ni

    tradicionalistas, sino slo de conveniencia o pragmatismo. El caso ms

    significativo es el de Gonzalo Pizarro en Per a mediados del siglo

    XVI, pero algo parecido puede afirmarse de los movimientos

    independentistas de traficantes de esclavos en Mozambique y Angola

    hacia 1820, que buscaban independencia respecto de la metrpoli para

    poder continuar con su comercio, sin conllevar un proyecto de estado-

    nacin. Tradicionalismo, como sinnimo de conservador, es la defensa

    de costumbres arcaicas o la bsqueda del retorno a un tiempo dorado y

    la afirmacin de los valores que imperaron supuestamente en ese

    tiempo. Existen tradicionalismos que no son ni nacionalistas, ni

    independentistas, sino que se realizan slo en la bsqueda conservadora

    de la poca dorada como Opus Dei, hasta 1970, y Fiducia.

    Por cierto, existen escuelas de pensamiento que pueden ser a la

    vez identitarias y nacionalistas e independentistas y tradicionalistas,

    como la del Kuomingtang en los aos 1940s en Taiwn.

    Centralitarismo es la idea de construir en la periferia una sociedad mejor inspirndose en el modelo del centro. Centralitarismo no es

  • Eduardo Devs-Valds

    35

    centralismo, como lucha contra las provincias o regiones o contra el federalismo, ni mucho menos es sinnimo de traidor y vende patria,

    como un identitarismo populista lo ha considerado. Puede objetarse que

    el centralitarismo, por imitar al centro, termina por aceptar sus modos

    de ser y por asociarse a dicho centro y por pavimentarle el camino.

    Tambin puede argumentarse, por otra parte, que en numerosas oportunidades los centralitarios han superado a los modelos y han

    puesto en jaque a las potencias que otrora dominaran a sus regiones:

    Japn y Corea del Sur, son algunos de los ejemplos ms palmarios.

    4. Las propuestas de algunos estudiosos para entender la dinmica de las ideas en las regiones perifricas.

    Numeros@s autor@s que han estudiado el pensamiento

    latinoamericano, asitico, africano, eslavo, rabe, ibrico o islmico se

    han acercado a la nocin de un pensamiento perifrico, sin alcanzarla cabalmente.

    Arjun Appadurai argumenta que el problema central de las

    interacciones globales actuales es la tensin entre homogeneizacin

    versus heterogeneizacin (2003, 1).

    Nicols Berdiaev, refirindose a Rusia ha sealado que el pueblo

    ruso respondi a las reformas de Pedro el Grande, dando nacimiento a dos movimientos: el eslavfilo y el occidentalista, de modo que todo el pensamiento ruso imantado por las ideas generales, se ha encarnado

    en una u otra de estas tendencias, ha querido zanjar la pregunta

    siempre abierta bajo cualquier forma que fuese planteada: Rusia debe

    continuar avanzando por el camino abierto por Pedro o, por el

    contrario, debe volver al antiguo estado Moscovita? (1940, 31-32). Refirindose a Polonia, Jerzy Jedlicki destaca que el pensamiento

    polaco, que estuvo permanentemente comprometido en una lucha

    incesante con el dilema de civilizacin y nacionalidad, busca o bien la frontera que separe los dos reinos, o una frmula mgica que los

    unifique. No es importante donde corre la lnea -quien va en favor de la

    civilizacin, la imitacin de Occidente o el paisaje del futuro y quien opta por la nacionalidad, la cultura auto-sostenida y el paisaje del

    pasado- pero el conflicto fue experimentado por cada mente individual

    que alcanz a compartir an orden en el elusivo curso de los sucesos y

    sueos de la poca (1999, 26). La idea de defender la esencia nacional

  • Pensamiento Perifrico

    36

    contra la invasin de conceptos extranjeros provoc una fuerte

    respuesta emocional. La tesis general fue rpidamente aplicada a la

    legislacin, a la industria, a la filosofa y al arte (1999, 22).

    Sobre los Balcanes, Roumen Daskalov ha sostenido que los

    estratos educados la as llamada "intelligentsia" estuvo dividida entre

    los occidentalistas y los autoctonistas; que especficamente la intelligentsia literaria-artstica estuvo dividida entre los modernistas (europeistas, cosmopolitas), que profesaban la fe en la modernidad , (significando en este caso estndares urbanos y europeos) y aspiraban a

    los valores universales y quienes afirmaban lo nativo (idealizando el pasado y la cultura del pueblo); los primeros fueron ms

    individualistas mientras que los segundos pretendan expresar los sentimientos y las preocupaciones del pueblo (1997, s/p).

    Refirindose al populismo entre eslavos y balcnicos en general,

    Angus Stewart afirma que las dos facetas de la situacin populista se reflejan en la sntesis ideolgica de tradicionalismo y modernismo. Las

    variedades de ideologa populista que se encuentran en muchos de los

    nuevos estados africanos y asiticos hacen hincapi en la modernizacin, pero en la modernizacin que tiene lugar sobre la base

    de formas nativas, que evitaran las consecuencias disruptivas de la

    modernizacin en Occidente (1970, 236). Sobre la Espaa de fines de XVIII y comienzos del XIX, Ignacio

    Fernndez Sarasola ha destacado que la penetracin de las luces, sobre todo desde Francia, trajo en Espaa una escisin doctrinal que habra de

    extender sus huellas a lo largo del siglo XIX. Por una parte, surgi un

    movimiento de decididos opositores a todo cuanto significase una

    prdida de los valores y el espritu nacional: los apologistas, cuya cabeza visible ms relevante fue Juan Pablo Forner, destacaron la

    historia espaola como reaccin contra la invasin cultural francesa. Un segundo grupo -a los que podra denominarse como reformistas- sigui las enseas de la Ilustracin ms moderada. Sus influencias ms

    notables fueron la fisiocracia francesa y el cameralismo alemn, lo que

    les llevaba a buscar reformas administrativas organizadas desde el

    poder, formando as un verdadero "Despotismo Ilustrado" que slo

    parcialmente se haba logrado con Carlos III. Ente los representantes de

    esta postura podra citarse a Francisco Cabarrs. Finalmente, un tercer

    grupo, al que se lo podra llamar de rupturistas, asumi el ideario ms revolucionario procedente de Francia. Lejos de contemplar reformas

    tenues, pretendieron alterar las bases del Estado a partir de un

    reconocimiento de los derechos naturales de los individuos y el

  • Eduardo Devs-Valds

    37

    establecimiento de una divisin de poderes en la que el Parlamento

    legislativo -expresin de la voluntad nacional- fuese el centro poltico.

    Esta postura ya se anticipa con Len de Arroyal. En este sentido, bien

    puede decirse que Arroyal era la cara opuesta de Forner (Fernndez s/f).

    Jacques Berque, refirindose a las sociedades musulmanas, sostiene que se hallan en una crisis permanente, en la cual se oponen como los dos polos de su vida, un impulso hacia el modernismo y una

    nostalgia hacia la autenticidad (1981, 87). Por su parte, Mohamed

    Arkoun ocupndose de las visiones polticas, que comienzan a afirmarse frente a las situaciones creadas por la colonizacin, se

    esfuerzan por tomar en cuenta los temas del atraso, de la decadencia, de

    la debilidad, del subdesarrollo que han develado el progreso, la fuerza,

    el desarrollo del Occidente. Desde el comienzo la respuesta al desafo

    toma dos formas: la tendencia de los intelectuales liberales formados en

    Europa y abiertos a una aculturacin progresiva; la tendencia islmica

    que propona el retorno a las enseanzas del Islam, a la autoridad de los

    piadosos Antiguos (1986, 155). Nazih Ayubi seala que los pensadores musulmanes (de la segunda mitad del XX) continan en su

    bsqueda de una nueva frmula que pueda combinar modernidad con autenticidad (Ayubi 2000, 94). Burhan Ghalioun subraya, segn Olivier Carr, en libros de 1985 y 1986, la existencia de dos elites

    intelectuales antagnicas, en el mundo rabe. Una se quiere

    modernizada, en el sentido de occidentalizada e incluso

    voluntariamente desenraizada. La otra elite, tradicional, muy anclada en

    la herencia religiosa, est en simbiosis con aquello que Ghalioun llama

    cultura popular o consenso cultural (Carre 2004, 195-196). Respecto a Egipto, Anouar Abdel-Malek seala que una parte de

    las elites intelectuales se vuelve hacia las grandes revoluciones europeas para encontrar all la inteligibilidad de la decadencia, las

    fuentes de reflexin, la clave de los modelos del futuro, es decir del

    renacimiento, y estas elites son principalmente aquellas formadas en las

    escuelas modernas en Egipto y en las misiones escolares en Europa;

    Tahtawi es aqu el maestro de manera incontestable. Una segunda parte

    de estas elites se forma en el mundo tradicional de la enseanza

    islmica dominado por Al-Azhar, estos intelectuales se volvern, muy

    naturalmente, hacia la bsqueda endgena; y sta con Abduh

    desembocar sobre la necesidad de hacer un retorno a las fuentes

    originarias de la religin, donde se encontrarn los elementos

    indispensables para el renacimiento (1969, 507). Intentando una

  • Pensamiento Perifrico

    38

    sntesis, Claude Liauzu sostiene que desde la llegada de Bonaparte a

    Egipto, una sola y misma cuestin obsesiona a las sociedades del Sur:

    Cmo permanecer si-mismas a la vez que cambiando, puesto que el

    cambio es la condicin de la existencia? Cul es el secreto de la

    superioridad de Occidente? Qu tomar de all prestado? En qu

    medida esos prstamos ponen en cuestin el devenir de la identidad rabe y musulmana? Es posible disociar la tcnica, el dominio del

    poder material, y los valores, la antropologa? (1994, 123). Hassan al-

    Banna y Taha Hussein proponen dos Egipto, donde la parte de

    Occidente y la referencia al Islam son antinmicas (1994, 138). En la

    misma lnea de intentar una sntesis Gerard Chaliand postula que, ante

    el choque colonial, ha sido comn a todas las sociedades de tradicin

    estatal, bajo la influencia de sociedades letradas tradicionales y de

    clrigos, representando los valores religiosos (categoras a menudo

    confundidas en una sola), refugiarse en la tradicin en tanto que

    ideologa de resistencia, exaltar el pasado y predicar la paciencia

    esperando otros tiempos. En Vietnam (como en China) los letrados, si

    critican a los soberanos nacionales que se han sometido al extranjero, lo hacen en nombre de la virtud, y suean con restaurar una soberana digna del mandato del cielo. En los pases musulmanes, los hombres de religin representando la umma (comunidad islmica) predican la

    fidelidad a la fe y al modo de vida tradicional. Despus de la derrota o

    la ocupacin, la manutencin crispada de los valores tradicionales ser

    el fundamento de esta ideologa de resistencia. Otra corriente aparece

    pronto, vehiculada por una burguesa occidentalizada que puja, a fin de

    modernizar el pas, la adopcin a la manera de Europa de formas

    parlamentarias o republicanas y se dota de partidos polticos modernos

    (1979, 29).

    Sobre los pensadores sudsaharianos Margareth Read ha explicado la tendencia de los africanos, expuestos al impacto europeo, a moverse

    desde una fase de imitacin de la cultura europea hacia una fase de

    redescubrimiento y pre-afirmacin de valores tradicionales, y la

    bsqueda de alguna forma de sntesis. Y este esfuerzo de sntesis fue,

    en algunas ocasiones, anterior al nacionalismo, segn ha citado Thomas

    Hodgkin (1958, 171). Pathe Diagne, por su parte, piensa que ya en

    1850, tanto en Liberia como en Sierra Leona, lugares en se haban

    fundado centros de educacin superior, surgi un conflicto entre los

    defensores del nacionalismo cultural, quienes urgan el reconocimiento

    del conjunto de las tradiciones nativas (como E. W. Blyden), los

    partidarios de la integracin incondicional en la tradicin lingstica y

  • Eduardo Devs-Valds

    39

    cultural europea (como J. Africanus Horton, en Sierra Leona) y los

    campeones de la aculturacin, quienes pretendan adaptar la diferencia africana personalidad, negritud, africanidad- a las identidades francesa, inglesa o portuguesa. Este debate sigue siendo un

    tema central durante la evolucin contempornea de frica (1982,

    132). Pieter Boele van Hensbroek, siguiendo una lnea similar, sostiene que uno puede identificar en la historia intelectual africana una familia de autores, que comparten la idea que hay una cultura africana y una

    experiencia de vida distintiva, o una manera de estar en el mundo (2001,129). E. A. Ayendele, refirindose a la elite que viva en los

    puertos westafricanos, escribe que dichos puertos fueron incubadoras de una nueva especie de africanos hibridados, transformados por

    encanto y apasionados imitadores de los valores, ideas, normas,

    costumbres, modos de pensar, religin y cosmografa occidentales;

    desertores de su herencia cultural patria; parrandistas en el u