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[ 155 ] ©  2003 I nstituto de I nvestigaciones Sociales. R evi sta M exi can a de Soci ologí a, año 65, núm. 1, enero-marzo, 2003, M éxico, D. F., pp. 155-233. I SSN : 0188-2503/ 03/ 06501-03/ U SD 1.50 ( $ 5.00) Resumen: E l con cepto de capi tal soci al hace hi n capi é sobre vari os factores qu e n o son n u e- vos, pero qu e n o han si do tomados en cu en ta du ran te el au ge de la econ omí a n eocl ási ca y las teorías de elección racional: confianza y normas de reciprocidad, redes y formas de participación civil, y reglas formales e infor- males o i n sti tu ci on es. L a con tri bu ci ón de la perspecti va del capi tal soci al con si ste en qu e i n tegra estos factores aparen temen te di versos en el marco de la acción colectiva. Abstract: T he con cept of soci al capital stresses several factors that are n ot n ew bu t have often been i gn ored du ri n g the heyday of n eoclassi cal econ omi cs an d rati on al choi ce theori es: tr u st an d n orms of reci proci ty, n et- works and forms of civic engagement, and both formal and informal rules or institu- tions. T he contribution of the social capital approach li es i n that i t bri n gs these seemi n gly diverse factors in to the framework of collective acti on . Palabras clave: capital social, acción colectiva, desarrollo económico, confianza, redes, instituciones. K ey words: social capital, collective action, economic development, trust, networks, institutions. I NTRODUCCIÓN E N LA MEDIDA EN QUE LOS CIENTÍFICOS SOCIALES siguen buscando en el siglo XXI las causas de la prosperidad económica y el orden democrático, el concepto de “capital social” atrae más y más la atención. Se ha propuesto el capital social como la respuesta a una amplia variedad de preguntas. Por ejemplo: • ¿Q ué hizo surgir las diferentes estructuras industriales en las economías capitalistas? ( Fukuyama, 1995) . • ¿Por qué algunos gobiernos democráticos tienen éxito y otros fracasan? ( Putnam et al. , 1993) . U na perspectiva del capital social desde las ciencias sociales: capital social y acción colectiva* ELINOR OSTROM Y T. K. AHN ** * Agradecemos al Study Commission on the Future of Civic Activities of the German Bundestag, el permiso para la reproducción de este artículo. ** Dirigir correspondencia a los autores a Workshop in Political Theory and Policy Analysis, I ndiana U niversity, 513 N orth Park, Bloomington, I N 47408-3895, EE.U U . Tel.: ( 812) 855 0441; fax: ( 812) 855 3150; e-mail: [email protected] y [email protected].

E. Ostrom - Cap. 9 -

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Capitulo 9.

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    2003 Instituto de Investigaciones Sociales. R evista M exicana de Sociologa, ao 65, nm. 1, enero-marzo, 2003, Mxico, D. F.,pp. 155-233. ISSN: 0188-2503/ 03/ 06501-03/ USD 1.50 ($ 5.00)

    Resumen: E l concepto de capital social hacehincapi sobre varios factores que no son nue-vos, pero que no han sido tomados en cuentadurante el auge de la economa neoclsicay las teoras de eleccin racional: confianza ynormas de reciprocidad, redes y formas departicipacin civil, y reglas formales e infor-males o instituciones. L a contribucin de laperspectiva del capital social consiste en queintegra estos factores aparentemente diversosen el marco de la accin colectiva.

    Abstract: T he concept of social capitalstresses several factors that are not new buthave often been ignored during the heyday ofneoclassical economics and rational choicetheories: trust and norms of reciprocity, net-works and forms of civic engagement, andboth formal and informal ru les or institu-tions. T he contribution of the social capitalapproach lies in that it brings these seeminglydiverse factors into the framework of collectiveaction.

    Palabras clave: capital social, accin colectiva, desarrollo econmico, confianza, redes,instituciones.K ey words: social capital, collective action, economic development, trust, networks,institutions.

    INTRO DUCCI NE N LA MEDIDA EN QUE LOS CIENTFICOS SOCIALES siguen buscandoen el siglo X X I las causas de la prosperidad econmica y elorden democrtico, el concepto de capital social atrae msy ms la atencin. Se ha propuesto el capital social como la respuestaa una amplia variedad de preguntas. Por ejemplo:

    Qu hizo surgir las diferentes estructuras industriales en laseconomas capitalistas? (Fukuyama, 1995).

    Por qu algunos gobiernos democrticos tienen xito y otrosfracasan? (Putnam et al., 1993).

    Una perspectiva del capital social desdelas ciencias sociales: capital socialy accin colectiva*EL INOR OSTROM Y T. K. AH N **

    * Agradecemos al Study Commission on the Future of Civic Activities of the GermanBundestag, el permiso para la reproduccin de este artculo.

    ** Dirigir correspondencia a los autores a Workshop in Political Theory and PolicyAnalysis, Indiana University, 513 North Park, Bloomington, IN 47408-3895, EE.UU. Tel.:(812) 855 0441; fax: (812) 855 3150; e-mail: [email protected] y [email protected].

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    Por qu las polticas de desarrollo centradas en la construccinde infraestructura fracasan con tanta frecuencia? (Ostrom, 2000).

    Qu explica el resurgimiento de la economa estadunidensedurante el siglo X X y las innovaciones tecnolgicas que la faci-litaron? (Fountain, 1997).

    Por qu hay ms jvenes que participan en movimientos extre-mistas de derecha en Berln oriental que en Berln occidental?(H agan, Merkens y Boehnke, 1995).

    Cmo influye la participacin poltica de un ciudadano en lascaractersticas de su red personal? (Lake y H uckfeldt, 1998).

    El concepto de capital social pone el acento sobre varios factoresque no son nuevos, pero que generalmente fueron pasados por altodurante el auge de la economa neoclsica y las teoras de la eleccinracional: confianza y normas de reciprocidad, redes y formas de parti-cipacin civil y reglas o instituciones tanto formales como informales.La contribucin de la perspectiva del capital social consiste en queincorpora estos factores aparentemente diversos al marco de la accincolectiva. La perspectiva del capital social ayuda a abordar la cues-tin de cmo acelerar el desarrollo econmico y la gobernabilidaddemocrtica. Al mismo tiempo, esta perspectiva le pide a los tericosde la accin colectiva que salgan del mundo del razonamiento puro yaborden cuestiones empricas de polticas pblicas, cuestiones de im-portancia prctica. Tambin sugiere a los generadores de polticasque amplen sus perspectivas.1

    Sin embargo, cuando un solo concepto incluye tal variedad defactores y asegura proporcionar respuestas para preguntas tan diver-sas, resulta natural que algunos investigadores cuestionen el conceptomismo.2 Sus crticos argumentan que: 1) el concepto es ambiguo por-que es demasiado ambicioso; 2) lo nico que hace es ponerle unanueva etiqueta a ideas viejas, y 3) no hay una elaboracin sobre cmo

    1 Sin embargo, el mayor mrito del capital social es que ofrece una puerta de en-trada verosmil hacia las cuestiones sociopolticas desde una perspectiva amplia, multie interdisciplinaria, que permite abordar algunas de las cuestiones ms urgentes denuestra poca (Woolcock, 1998: 188).

    2 James Putzel (1997) argumenta que Putnam estira tanto el concepto de capitalsocial y de confianza que casi lo revienta. Putzel asevera enseguida que, utilizar unsolo marco para dar cuenta de toda la gama del desempeo poltico y econmico, esllevar las cosas demasiado lejos.

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    afecta cada forma de capital social (H arriss y De Renzio, 1997; Jackmany Miller, 1998) al desempeo econmico y poltico.

    Este informe, basado en una revisin de la historia del concepto ysu uso actual, presenta una perspectiva del capital social que realzala cualidad cientfica del concepto y su utilidad para las polticas p-blicas. El capital social no debe considerarse una moda ni descartarsesimplemente como una nueva etiqueta para ideas viejas.

    Reconocer las coincidencias importantes, compartidas entre varia-bles que previamente se haban manejado de manera independiente,es un paso hacia adelante en las ciencias sociales y polticas. Durantedcadas se ha avanzado tratando a varios tipos de capital fsico dentrode una sola rbrica, cuando se manejan temas conceptuales de inver-sin en las empresas individuales y en las economas y su crecimiento.Eso no significa que una planta fsica, un camino o una computadorasean la misma cosa. En muchos casos se quiere analizar el impactode nuevos servicios de transporte independientemente del impacto delas nuevas tecnologas fsicas. Pero para otros temas, puede ser analti-camente til centrarse en el impacto del nuevo capital fsico (comoun solo concepto amplio).

    De manera similar, los conceptos de red social, de normas com-partidas y confianza y de reglas formales e informales, que ms abajotratamos como formas separadas de capital social, se pueden reunirproductivamente bajo la rbrica de capital social. Esto permite alanalista abordar muchas cuestiones ms amplias sobre el desarrollosocial y econmico. La clave para el anlisis es saber cundo abordaruna cuestin en un nivel ms especfico y cundo enfocarla de mane-ra ms general y abordar una cuestin en un nivel ms amplio.

    Sostenemos que el concepto de capital social debe localizarse enlos esfuerzos para crear las teoras de la racionalidad y de accin colec-tiva de la segunda generacin (Ostrom, 1998a: 9-14). Y los esfuerzospara crear una teora conductual de la accin colectiva se beneficiande la perspectiva del capital social.

    En la primera seccin de este informe presentaremos una breve his-toria del concepto de capital social. Discutiremos la visin minimalistasegn la cual el capital social se limita a las relaciones individuales quetienen los individuos con los dems. A continuacin, examinaremosel trabajo de James Coleman sobre la naturaleza de bien pblico delcapital social como una visin transicional. Finalmente, examinaremos

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    cmo se ha relacionado al capital social con la accin colectiva y laspolticas pblicas: la visin expansionista.

    En la segunda seccin nos centraremos en las maneras en que elcapital social est relacionado con otros tipos de capital producto dela accin humana (man-made capital): especficamente el capital fsicoy el capital humano. Todos los tipos de capital producto de la accinhumana involucran la inversin de tiempo y esfuerzo en actividadespara construir hoy herramientas o bienes que en el futuro incre-mentarn el bienestar. El capital humano involucra la creacin denuevas oportunidades, imponiendo tambin algunas restricciones.Todos los tipos de capital se crean, ya sea como un subproducto deotras actividades, ya sea como resultado de esfuerzos conscientes.Siempre existe el riesgo de que la inversin fracase. Y todos los tiposde capital tienen, potencialmente, un lado oscuro desde el cual elcapital se dedica a daar a los dems.

    En la tercera seccin identificamos la diferencia entre capital socialy capital fsico. Se identifican cuatro diferencias: 1)el capital social nose desgasta con el uso, sino ms bien con la falta de uso; 2) el capitalsocial no es fcil de observar ni medir; 3)el capital social es difcil deconstruir mediante intervenciones externas, y 4) las institucionesgubernamentales nacionales y regionales afectan profundamente elnivel y el tipo de capital social disponible, para que los individuos sedediquen a esfuerzos de desarrollo de largo plazo.

    En la cuarta seccin revisamos brevemente la proliferacin de lainvestigacin sobre capital social, como preludio a nuestro esfuerzopor identificar las formas clave que adopta dicho capital. En la quintaseccin argumentamos que, centrarse en el papel desempeado porel capital social en la solucin de problemas de accin colectiva, faci-lita el desarrollo de un anlisis ms riguroso del capital social, a la vezque enriquece la evolucin contempornea de las teoras de la accincolectiva. Identificamos tres formas amplias de capital social: 1)con-fianza y normas de reciprocidad, 2) redes y 3) reglas o institucionesformales e informales. Vemos la confianza como el concepto centralque se ve afectado por las otras dos formas de capital social, as comopor factores del contexto. Y la accin colectiva exitosa no puede ex-plicarse slo a partir del capital social. O tros factores contextualestambin afectan los incentivos a los que se enfrentan los individuos ysu probable comportamiento en escenarios de accin colectiva.

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    La sexta seccin presenta una discusin breve sobre el capital socialen el contexto de las sociedades modernas, de alta tecnologa, puestoque algunos acadmicos se muestran escpticos sobre su pertinencia enla poca contempornea. Nos centramos en el papel del capital socialen la innovacin tecnolgica relacionada con internet.

    I. UNA BREVE H ISTO RIA DEL CO NCEPTO DE CAPITAL SO CIAL3El uso del concepto de capital social en referencia a las funciones yformas de las relaciones sociales, cercano al uso actual, se remonta alestudio de H anifan (1920) sobre el papel de las comunidades en lasatisfaccin de las necesidades sociales de los individuos.4 H anifan norealiza una comparacin explcita entre el capital social y otras formasde capital, sino que ms bien lo usa de manera figurativa para referir-se al aspecto de la [] vida que tiende a hacer que esas sustanciastangibles (bienes races, propiedades personales o dinero en efectivo)cuenten para la mayora de la gente en la vida cotidiana: es decir, labuena voluntad, el compaerismo, la empata y las relaciones socialesentre individuos y familias que conforman una unidad social: la co-munidad rural, cuyo centro lgico es, en la mayor parte de los casos,la escuela (H anifan, 1920: 78).

    Para ilustrar cmo se puede desarrollar y utilizar el capital socialcon el fin de mejorar las condiciones de recreacin, intelectuales,morales y econmicas de una comunidad, H anifan en ese enton-ces supervisor estatal de escuelas rurales en Virginia del oesteanaliza el esfuerzo de un supervisor de distrito para atraer a maestrosy padres a diversas actividades comunitarias organizadas alrededor delas escuelas. Seala que la creacin de capital social no slo mejor lacalidad de vida en las comunidades, sino que adems capacit a losestudiantes para enfrentarse ms adelante en la vida a situaciones denaturaleza pblica (H anifan, 1920: 80-90).

    Ms adelante, la evolucin del concepto de capital social muestrados tendencias relacionadas, pero relativamente distintas. L lamaremos

    3 Para historias adicionales, vanse Woolcock, 1998; H abisch, 1996; H arriss y DeRenzio, 1997; Wall, Ferrazzi y Schryer, 1998.

    4 Por supuesto que se pueden encontrar races ms profundas en L a democracia enA mrica de Alexis de Tocqueville (vase Siedentop, 1994; Ostrom, 1997). Jane Jacobs(1961) realiza un anlisis notable del capital social en las reas urbanas sin utilizar eltrmino.

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    minimalista a la primera tendencia y expansionista a la segunda.Las dos tendencias representan extremos. As, un estudio especficopuede encontrarse en cualquier lugar entre estos dos extremos; lostrabajos clsicos de Coleman, para nosotros, poseen aspectos de ambasvisiones.

    1. La visin minimalista: el capital social como conexiones individualesAnlisis de redesLa utilizacin minimalista del capital social, se encuentra con mayorfrecuencia en el anlisis de redes sociales en las que el capital socialse entiende como el acceso de las personas a redes personales favora-bles. Por ejemplo, podemos imaginar al hijo de una familia de clasealta que goza de ventajas en sus negocios debido a las conexiones(connections) que su padre ya ha establecido. En la utilizacin minima-lista, el capital social pertenece a cada individuo, a veces a costa de losdems. Tal y como lo expresa Burt (1992: 9-13) con simplicidad, el ca-pital social son las relaciones que uno tiene con amigos, colegas ycontactos ms generales y mediante los cuales uno maximiza el capi-tal financiero y humano que ya posee.

    Un grupo de individuos (por ejemplo, una empresa de negocios)puede poseer capital social de manera colectiva. Tal y como se en-tiende en la visin minimalista, sin embargo, lo que pertenece a unacolectividad es bastante diferente al concepto de posesin descritoms abajo para el uso expansionista. Para esta visin se trata de un ac-tor corporativo que posee el capital social y compite contra otrosactores corporativos. El capital social de la gente se agrega al capitalsocial de la organizacin [En una empresa] hay hacedores de llu-via a los que se valora por su habilidad para atraer clientes [ellos]representan el capital social [de una empresa] (Burt, 1992: 9-13). Elconcepto, en este uso, no est relacionado con la solucin de un pro-blema interno de accin colectiva del grupo, sino que ms bien es lasuma de las conexiones en redes que poseen los integrantes de dichogrupo y que pueden ser usadas para alcanzar su meta. Se hace menoshincapi en el papel del capital social para la solucin de problemasde accin colectiva dentro del grupo. Burt (1997), como analista deredes, ofrece una comparacin entre el capital social y el humano. Ar-

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    gumenta que el capital social es un atributo entre la gente, mientrasque el capital humano es un atributo individual. El capital humanode un individuo, derivado de su inteligencia, educacin o edad es mso menos efectivo, dependiendo de dnde se localice ese individuo enun crculo de amigos, un mercado o una jerarqua.

    Sociologa de los empleos, la educacin y los barriosTambin pertenece a esta tendencia minimalista el uso del conceptode capital social que hacen investigadores como Loury (1977), Bourdieu(1983) y en parte Coleman (1988, 1990). En estos estudios, el capitalsocial se refiere al conjunto de recursos inherentes a las relacionesde familia y en la organizacin comunitaria y social, que son tilespara el desarrollo cognitivo o social de un nio o una persona joven.Estos recursos difieren para distintas personas y pueden constituir unaventaja importante para los nios y adolescentes en el desarrollo desu capital humano (Coleman, 1990: 300). El nico caso emprico delartculo seminal de Coleman, que recibe un tratamiento que va msall de lo anecdtico, tiene como variable dependiente las tasas dedesercin del bachillerato. En el estudio emprico, Coleman con-sidera la presencia de los padres y la frecuencia con la que se hablacon ellos sobre asuntos personales en una familia, como medidas delcapital social de un estudiante dentro de dicha familia. Considera,adems, el nmero de cambios y los tipos de escuela como medidasnegativas y positivas de capital social para un estudiante en el entornoexterior a la familia.

    A travs de las visiones minimalistas es comn entender el capitalsocial como 1) perteneciente a los individuos y 2) como una conexincon las personas que posiblemente pueden ayudar como la forma pri-maria. Con el paso del tiempo, el concepto se ha expandido se haestirado, como dicen ciertos crticos, especialmente acerca del uso dePutnam para incluir una variedad de otros factores y para explicarlos desempeos polticos y econmicos en los niveles grupales, regio-nales y nacionales. U n ejemplo es la definicin de Fukuyama (2000:4) del capital social como una norma informal concretamente ejem-plificada que promueve la cooperacin entre dos o ms individuos.Coleman, aunque se lo cita como a alguien que est en contra delestiramiento de Putnam, de hecho elabor un fundamento tericopara la expansin.

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    2. La visin transicional: Coleman y la naturaleza de bien pblico del capital socialEl principal caso emprico que Coleman estudi en su artculo se-minal Social Capital in the Creation of H uman Capital (El capitalsocial en la creacin de capital humano), recuerda la estrecha defini-cin del capital social en la poca cercana a su origen. El lugar queocupa el concepto en su Foundations of Social T heory (Fundamentos deteora social) (1990: 315-318) resalta, sin embargo, el aspecto de bienpblico del capital social. Adems, su tratamiento de las diversas for-mas del capital social confianza y normas justifica considerarlocomo un especialista clave que tiende un puente entre la maneraoriginal de comprender el capital social, ms estrecha, y la actual quees ms amplia. Coleman define el capital social por su funcin:

    [El capital social] no es una entidad individual, sino una variedad deentidades diferentes que tienen dos caractersticas en comn: todas estnformadas por algn aspecto de una estructura social y facilitan ciertasacciones de individuos que se hallan dentro de la estructura [...] A di-ferencia de otras formas de capital, el capital social es inherente a la es-tructura de relaciones entre dos o ms personas. No se aloja ni en losindividuos ni en la puesta en marcha fsica de la produccin (1990: 302).

    La naturaleza de bien pblico del capital social se hace inmediata-mente aparente en los ejemplos que presenta despus de su defi-nicin. Primero, el grupo clandestino de estudiantes sudcoreanos queeran activistas radicales, creado con base en relaciones prexistentesdel pueblo natal o del bachillerato (como inform el I n ternationalH erald T ribune, 21-22 de junio de 1986). Segundo, el crculo vicioso dedemandas por negligencia y el aumento de los costos mdicos, debi-do al decaimiento de las relaciones sociales entre mdicos y pacientes,sobre las cuales se puede construir la confianza. Tercero, la estructuranormativa en Jerusaln que permite a las madres sentirse con la segu-ridad suficiente para dejar que sus hijos pequeos jueguen afuera.

    En los ejemplos de Coleman, no slo alcanzan los actores sus metasindividuales, sino que logran sus metas colectivas al utilizar formasde capital social. El capital social les ayuda a resolver sus problemas deaccin colectiva. Coleman (1990: 314-318) aborda explcitamente lanaturaleza de bien pblico del capital social. La persona que invierteen el capital fsico y humano saca partido de sus beneficios. Por otra

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    parte, una vez creado, el capital social beneficia a todos los individuosde la estructura social correspondiente. Esto puede, por supuesto,conducir a una subinversin potencial, lo que es un problema de ac-cin colectiva de alto nivel. Otra implicacin de la naturaleza de bienpblico del capital social es que la mayora de las formas de capitalsocial se crean o destruyen como producto secundario de otras activi-dades (Coleman, 1990: 317).

    Despus de presentar una interpretacin ms amplia del capitalsocial, Coleman (1990: 310-312) introduce varias de sus formas: po-tencial de informacin que es inherente a las relaciones sociales;normas y sanciones efectivas; relaciones de autoridad; organizacinsocial apropiable y organizacin intencional. La inclusin de organi-zaciones intencionales, tales como las firmas de negocios y las aso-ciaciones de padres y maestros como formas de capital social queno aparecan en su artculo de 1988 muestra cmo se avanz msall de la interpretacin ms estrecha del capital social como conexio-nes personales, hacia una concepcin del capital social como unafamilia de factores que mejoran la capacidad del individuo para resol-ver problemas de accin colectiva (vase tambin Coleman, 1986).

    3. La visin expansionista: la relacin entre capital social y accin colectiva y las polticas pblicasEl reconocimiento del papel del capital social en la resolucin deproblemas de accin colectiva tiene implicaciones importantes tantopara la teora de la accin colectiva, como para las polticas pblicas.El modelo tradicional de la accin colectiva supone la existencia deindividuos atomizados que buscan metas egostas de corto plazo quellevan a cada individuo a no colaborar en un grado eficientemente in-tegral con los proyectos colectivos. Segn esta visin, los individuos noabordan voluntariamente una multitud de proyectos que benefician ala colectividad en las esferas privada y pblica, porque esperan a quelos dems lleven a cabo las costosas acciones necesarias para benefi-ciarlos a todos. Los problemas de accin colectiva se han identificadocomo problemas que se eluden en las empresas privadas, tales como:una tasa descendiente de actividad empresarial, la incapacidad parasuministrar bienes pblicos locales y la posibilidad de una sobrecose-cha o de la destruccin de los recursos de un acervo comn (common-poolresources) , en vez de que sean cosechados en un nivel ptimo. Los pro-blemas de accin colectiva son endmicos en todas las sociedades.

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    Los defensores del modelo tradicional tienden a recomendar la in-tervencin de autoridades externas para imponer y hacer cumplir lasreglas desde fuera. Las soluciones que se basan en la autoridad exter-na pueden fcilmente conducir a un intento de imponer reglas uni-formes que no toman en cuenta las condiciones locales. L as reglasuniformes impuestas no slo no logran movilizar al capital social enel nivel local para resolver problemas concretos, sino que pueden darcomo resultado la destruccin total de los recursos de capital social yaexistentes.

    Partiendo de la elaboracin terica de Coleman, Ostrom y suscoautores (Ostrom, 1990, 1992; Ostrom, Schroeder y Wynne, 1993;Ostrom, Gardner y Walker, 1994), de Putnam, Leonardi y Nanetti(1993), y de Putnam (1996, 2000), amplan el concepto de capital so-cial de tal manera que ha llegado a resultar atractivo tanto para lostericos como para los generadores de polticas hoy en da. Primero,localizan explcitamente los conceptos de capital social en el marcode la accin colectiva. Segundo, abordan problemas importantes depolticas pblicas con la perspectiva del capital social/ accin colecti-va. Dada la importancia de la accin colectiva para las economas ylos sistemas de gobierno en transformacin de la Europa moderna,nos centraremos extensamente en la importancia del capital socialpara la solucin de los problemas de accin colectiva.

    En el trabajo de Ostrom, el capital social se halla sobre todo en laforma de normas compartidas, saberes comunes, reglas de uso y se su-braya que es un medio para solucionar problemas de accin colectivaa los que se enfrentan los propietarios de recursos de un acervo co-mn en escala relativamente pequea. Ostrom (1990: 183-184) sealaque los propietarios de recursos de un acervo comn en escala relati-vamente pequea tales como bosques, sistemas de irrigacin, cuencasde agua subterrnea o pesqueras costeras, pueden comunicarse einteractuar unos con otros en un contexto fsico localizado y aspueden aprender en quin confiar, qu efectos tendrn sus accionessobre los dems y sobre los recursos, y cmo organizarse para lograrbeneficios y evitar daos. Las normas compartidas y los patrones decomportamiento que los propietarios desarrollan con el tiempo, sonformas de capital social con las cuales pueden construir arreglos insti-tucionales para resolver dilemas relacionados con los recursos de unacervo comn.

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    Ostrom, Gardner y Walker (1994: 328) tambin sealan que la co-municacin y la interaccin continuadas, las expectativas de confianzamutua que se generan a partir de aqullas y la capacidad para crearsus propias reglas y establecer el medio de vigilancia y sancin de lasreglas, constituyen un factor clave que ayuda a los individuos a resol-ver sus problemas de accin colectiva.

    Las lecciones aprendidas del estudio de comunidades en pequeaescala no se pueden aplicar directamente en situaciones ms com-plejas y de accin colectiva en mayor escala. Sin embargo, si los indi-viduos que se enfrentan a tales problemas tambin participan enarreglos organizacionales que se traslapan y ayudan a generar infor-macin sobre esfuerzos exitosos para manejar situaciones de recursosde un acervo comn, entonces tienen mayores oportunidades paraprobar, modificar y mejorar sus reglas ( ibid.: 326). La idea de que losarreglos organizacionales que se traslapan pueden ayudar a los indivi-duos a resolver problemas de accin colectiva de mayor escala,tambin constituye el mecanismo clave en el recuento de Putnamsobre cmo las redes de participacin civil en pequea escala, que setraslapan, crean los fundamentos para la gobernabilidad democrticaen un nivel ms alto, regional.

    Comprender la importancia del capital social no implica que las au-toridades externas deban siempre mantenerse alejadas de losproblemas locales. El papel clave para las autoridades pblicas consis-te en proporcionar informacin exacta y confiable a los individuos, ala vez que se les permite disear sus propios arreglos institucionalespara poder manejar sus problemas especficos. La autoridad externapuede tambin ayudar a los propietarios/ ciudadanos locales al pro-porcionar sistemas complementarios endgenos de vigilancia ysancin. Ostrom, Gardner y Walker (1994: 327) concluyen que laspolticas apropiadas involucran la provisin de mecanismos justos ybaratos de resolucin de conflictos y de apoyo para exigir el cumpli-miento de las normas, ms que la imposicin de elaboracin de reglasy la exigencia de su cumplimiento por parte de funcionarios externos,por un lado, o la desatencin total, por otro.

    Aunque estos trabajos incorporan el concepto de capital social enel estudio de situaciones de accin colectiva de escala relativamentepequea, bien definidas y que involucran el manejo de recursos deun acervo comn, M aking Democracy Work: C ivic T raditions in M odernI taly (Para que la democracia funcione: tradiciones civiles en la I talia

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    moderna) de Putnam, Leonardi y Nanetti (1993), ampla an ms laaplicacin del concepto, y lo utiliza para estudiar la gobernabilidaddemocrtica en mayor escala. Los autores atribuyen la diferencianotable entre el norte y el sur de Italia, en cuanto a la actuacin delos gobiernos regionales, a las diferencias en la tradicin de participa-cin civil y en los niveles de confianza entre la gente.

    Por lo menos durante diez siglos, el norte y el sur se han acercado demaneras contrastantes a los dilemas de la accin colectiva que afligen atodas las sociedades. En el norte, las normas de reciprocidad y las redesde participacin civil han estado encarnadas en sociedades de la torre,*

    gremios, sociedades de ayuda mutua, cooperativas, sindicatos e inclusoclubes de futbol y sociedades literarias. Estos lazos civiles horizontalesposeen niveles de apuntalamiento del desempeo econmico e insti-tucional mucho ms alto, generalmente, que en el sur, en donde las re-laciones sociales y polticas se han estructurado de manera vertical(Putnam et al., 1993: 181).

    Los autores definen el capital social como aspectos de la organi-zacin social, tales como confianza, normas y redes, que puedenmejorar la eficiencia de una sociedad al facilitar la accin coordina-da ( ibid.: 167). Dedica el captulo con el que cierra M aking DemocracyWork a la creacin de una teora sobre cmo el capital social facilita lagobernabilidad democrtica y la prosperidad econmica. El mecanis-mo clave puede resumirse de la siguiente manera ( ibid.: 170-171):

    El problema de la accin colectiva se halla en el centro del desa-rrollo econmico y del orden democrtico.

    La vigilancia y la elaboracin explcita de contratos son con fre-cuencia demasiado costosas o imposibles, y la imposicin departe de terceros no es prctica.

    Por lo tanto, la cooperacin voluntaria es necesaria. La cooperacin voluntaria se ve fortalecida cuando las personas

    participantes parten del capital social existente.

    Putnam argumenta que en los complejos ambientes modernosla confianza social el factor clave que facilita la cooperacin volun-

    * El trmino en ingls es tower societies. Se llamaba as a organizaciones de la EdadMedia que consistan en un grupo de ciudadanos que, por razones de seguridad,construan juntos una torre de observacin. Se turnaban para subir a la torre y vigilar sivenan bandidos o regimientos militares. Era una forma de accin colectiva. Aclaracinde E. Ostrom, N. de la T.

  • 167UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    taria puede provenir de dos fuentes relacionadas: las normasde reciprocidad y las redes de participacin civil. La reciprocidadgeneralizada limita eficientemente las conductas oportunistas, lo queconduce a un incremento en el nivel de confianza de quienes hansido testigos de una reciprocidad repetida. Las densas redes de inter-cambio social que, en trminos de la teora de los juegos, incremen-tan la repeticin y la cercana de las relaciones, tambin incrementanla confianza, ya que los individuos confan en que se vern otra vez osabrn unos de otros nuevamente ( ibid.: 172-173).

    Las redes de compromisos sociales, tales como las asociaciones devecinos, sociedades corales, cooperativas, clubes deportivos, partidosbasados en las masas, son una forma particularmente importante decapital social porque representan una interaccin horizontal intensa.Putnam presenta varias razones por las cuales las redes de participa-cin civil tienen fuertes efectos benficos ( ibid.: 173-174).

    Las redes de compromiso social:

    Incrementan los costos potenciales para un desertor (alguien queno acta de una manera confiable) en una transaccin individual.

    Fomentan normas slidas de reciprocidad. Facilitan la comunicacin y mejoran el flujo de informacin acer-

    ca de la confiabilidad de los individuos en transacciones pasadas. Representan el xito que la colaboracin ha tenido en el pasado,

    lo que puede funcionar como un patrn culturalmente definidopara la colaboracin futura.

    En este informe, adoptaremos esta visin ms totalizadora. Vemosla teora de la accin colectiva como una teora clave para todas lasciencias sociales y, por lo tanto, vemos el capital social como un factorcrucial para todos los cientficos sociales y generadores de polticas,en su esfuerzo por comprender y promover maneras ms efectivas desolucionar problemas de accin colectiva en todas las facetas de lavida econmica y poltica. Dada esta visin, es importante entenderlas similitudes y las diferencias entre el capital social y otras formas decapital producto de la accin humana, incluyendo el capital fsico yhumano. (Excluimos la consideracin del capital natural en este in-forme, porque las acciones humanas son responsables en menorgrado de la generacin de capital natural.)

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    II. C MO SE RELACIO NA EL CAPITAL SO CIAL CO N EL CAPITAL FSICO Y H UMANOAunque algunos crticos han argumentado que el capital social no esrealmente una forma de capital en absoluto, nosotros sostenemoscomo lo han hecho muchos tericos fundamentales que el capi-tal social comparte el nmero suficiente de caractersticas con losconceptos claros del capital fsico y humano, para ser considerado de-finitivamente como una forma de capital.5 De acuerdo con esta visin,todas las formas de capital producto de la accin humana se creancuando los individuos invierten tiempo y esfuerzo en actividades detransformacin y transaccin para construir herramientas o bienesque incrementan el bienestar individual en el futuro.6 La gente creacapital cuando retiene recursos sin consumirlos en el presente y losusa, en vez de ello, para aumentar las posibilidades futuras de consu-mo [o produccin] (Bates, 1990a: 153).

    Las inversiones en capital fsico se deben generalmente a decisionesconscientes. El capital humano y el social se crean, a veces, como unsubproducto de otras actividades y tambin se crean de manera cons-ciente. El papel esencial del capital se reconoce en todas partes, perono siempre se comprende bien. Desafortunadamente, en ciertos mo-mentos se equiparan capital y dinero. El dinero no es capital, sino elmedio por el cual se pueden obtener algunas formas de capital fsico,humano y social. El dinero, como muchos recursos, se puede usar al-ternativamente para el consumo o puede guardarse en una caja fuertecomo una reserva valiosa. Se pueden crear muchos tipos de capital sindinero, o con el uso de muy poco dinero, con base en el tiempo y laenerga invertidos por los individuos para la construccin de herra-mientas e instalaciones, la adquisicin de habilidades y el estable-cimiento de patrones regularizados de relaciones con los dems. Todoel capital producto de la accin humana involucra la creacin de nue-

    5 Esta seccin se basa en E. Ostrom, 2000.6 Las actividades de transformacin toman un conjunto de insumos y los transforman

    en otro conjunto de productos que pueden ser usados en subsecuentes actividades detransformacin o ser finalmente consumidos. Las actividades de transaccin son lasrelaciones entre los individuos involucrados que toman tiempo y energa para completarlas actividades de transformacin. Vase Ostrom, Schroeder y Wynne (1993) para unadiscusin detallada de los costos de transformacin y transaccin implicados en elsuministro y produccin de bienes y servicios.

  • 169UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    vas oportunidades, as como el ejercicio de restricciones, el riesgo deque fracase la inversin y la posibilidad de usar el capital para producirdao en vez de beneficios.

    1. Capital fsicoEl capital fsico es la reserva de recursos materiales producto de laaccin humana, que puede usarse para producir un flujo de ingresosfuturos (Lachmann, 1978). El capital fsico existe en una variedad muyamplia de formas, incluyendo carreteras, obras hidrulicas, herra-mientas, ganado y otros animales, automviles, camiones y tractores,para nombrar slo algunas de las formas que puede adoptar el capitalfsico. El origen del capital fsico es el proceso de inversin de tiempoy otros recursos para construir herramientas, plantas, instalaciones yotros recursos materiales que pueden, a su vez, ser usados para elabo-rar otros productos o ingresos en el futuro.

    La construccin del capital fsico involucra el establecimiento derestricciones fsicas que 1)crean las posibilidades para que ocurranciertos sucesos que de otro modo no ocurriran (por ejemplo, encau-zar hacia los campos de un granjero el agua de un cauce lejano), y2) constreir los sucesos fsicos a un dominio restringido (por ejem-plo, el agua queda contenida en un canal en vez de que se esparza).As, el capital fsico abre algunas posibilidades a la vez que limitaotras. La intencin de construir capital fsico til no siempre rindefrutos. Una inversin en capital fsico puede no generar el flujo mejo-rado de servicios futuros. Una carretera o un sistema de riego nuevosque ya se estn desmoronando o un edificio vaco representan unadecisin fallida de inversin.

    El capital fsico puede tener un lado oscuro y generar ms daosque beneficios. La inversin en una fbrica de armas incrementa lacantidad de capital fsico que existe en un momento particular, peroel producto de esta forma de capital fsico es la amenaza de la des-truccin de la humanidad. Incluso las inversiones en la produccinde bienes de consumo pueden producir un nmero considerable deefectos exgenos. U na planta nuclear que deja escapar materialesradioactivos, por ejemplo, se construye con el fin de aumentar la dis-ponibilidad de energa con propsitos positivos, pero pueden sermayores los efectos exgenos negativos que los beneficios netos quegenera. El capital fsico no puede operar sin capital humano, en laforma de conocimiento y habilidades necesarias para usar y mantener

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    los bienes fsicos con el objetivo de producir nuevos productos ygenerar ingresos. Si el capital fsico va a ser usado productivamentepor ms de un individuo, tambin se necesita el capital social.

    2. Capital humanoEl capital humano es el conocimiento y las habilidades adquiridas queel individuo lleva a una actividad. Las formas de capital humano tam-bin difieren entre ellas. Una educacin universitaria es un tipo decapital humano diferente a las aptitudes de un carpintero adquiridasdurante su capacitacin como aprendiz. El capital humano se formaconscientemente mediante la educacin y la capacitacin e incons-cientemente a travs de la experiencia.7 Un individuo que practica lanatacin por el placer de la actividad, por ejemplo, se dedica a activi-dades de consumo pero tambin est mejorando su salud fsica. Lasalud es un bien en el que se abreva para lograr otras metas. Algunasinversiones en capital humano no se hacen de manera consciente,sino que resultan de actividades que se hacen por otras razones.As, algunos individuos usan las bicicletas estacionarias aunque no lesgustan, porque saben que un ejercicio aerbico es esencial para apo-yar otras capacidades futuras. Se ejercitan sobre todo para invertir enel capital humano y despus encuentran maneras de hacer que estaactividad sea lo ms placentera posible. De este modo, cuando se cons-truye capital humano participan procesos de inversin conscientes yotros relativamente inconscientes.

    El capital humano consiste en la adquisicin de nuevas capacidadesas como en el aprendizaje de restricciones. Aprender un nuevo idioma

    7 Los padres a menudo invierten en la educacin de sus hijos no slo para mejorarel ingreso futuro de estos ltimos sino tambin para mejorar el ingreso de los padres,especialmente en pases en desarrollo. En Zambia, sealaba Robert Bates: Los pa-dres pagaban los costos de la educacin [de sus hijos] para que adquirieran las habili-dades necesarias para competir con xito por empleos en las ciudades del Copperbelt.Los costos de la educacin eran altos [ ...] Pero tambin lo eran los rditos. Pues losadultos dedicaban recursos a sus hijos no slo porque los amaban sino tambinporque esperaban que en el futuro los hijos que tenan empleos en los pueblos lesmandaran ciertos productos ( jabn, ropa de cama, materiales para la construccin,ropa y alimentos procesados) y dinero [ ...] Si se toma en cuenta la magnitud y laduracin de los costos de la educacin, el periodo de espera para que un hijoobtuviera un trabajo, y la subsecuente magnitud y duracin de los pagos de los envos,la tasa de rendimiento de los gastos dedicados a los hijos se hallaba en el rango del 8al 10% (1990a: 154-155).

  • 171UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    nos abre a diferentes concepciones del mundo. Muchas de las habili-dades que adquieren los individuos involucran la imposicin de unaautodisciplina. Como el capital fsico, el capital humano puede usarsecon fines destructivos o productivos. U n individuo que conoce loslenguajes de la computacin puede usar esta habilidad para escribirhoy programas que ayuden a resolver muchos problemas en el futu-ro. Quienes escriben programas para que funcionen como virus queinvaden y destruyen los archivos de los dems, usan su capital humanocon fines destructivos.

    3. Capital socialTal y como lo discutimos anteriormente, el capital social adopta mu-chas formas. Consideramos que el capital social abarca los conceptosde confianza, normas de reciprocidad, redes de participacin civil, re-glas y leyes. Todos afectan las expectativas que tienen los individuosacerca de los patrones de interaccin que los grupos de individuosintroducen en una actividad recurrente (Coleman, 1988; O strom,1990; Putnam et al., 1993). Al establecer cualquier actividad coordina-da, los participantes logran mucho ms por unidad de tiempodedicada a una actividad conjunta si parten de los recursos de capitalcon objeto de reducir el nivel de aportaciones necesarias para produ-cir un resul-tado conjunto. Son ms productivos, sea cual sea el capitalfsico y humano del que parten, si concuerdan en la manera en quecoordinarn las actividades y se comprometen realistamente a una se-cuencia de acciones futuras.

    En el mbito de los problemas de coordinacin repetida, los sereshumanos con frecuencia se enfrentan a una amplia diversidad deequilibrios potenciales. Encontrar el mejor o incluso un buen equili-brio en el conjunto no es un problema trivial. Cuando se enfrentan aun dilema social o a situaciones de accin colectiva, los participantespueden con facilidad seguir estrategias de corto plazo, maximizado-ras, que los dejan a todos en una peor situacin que si hubierantomado otras opciones disponibles. De alguna manera, los participan-tes deben encontrar maneras de crear expectativas y confianza que serefuercen mutuamente para vencer las tentaciones perversas de cortoplazo a las que se enfrentan (Ostrom, 1998a). Los acuerdos se pue-den basar en un aprendizaje mutuo sobre cmo trabajar mejor enconjunto (Sirianni, 1996). Asimismo se pueden basar en que una per-sona acuerde seguir las rdenes de otra en lo que se refiere a cierta

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    actividad. O bien se pueden basar en la evolucin o construccin deun conjunto de normas o reglas sobre cmo se llevar a cabo ciertaactividad de manera repetida en el tiempo y cmo se van a vigilar loscompromisos e imponer las sanciones cuando no se cumple.

    Como otras formas de capital, el capital social abre la puerta a cier-tas oportunidades y la cierra a otras. L a decisin de establecer ungobierno de la mayora como la norma para tomar decisiones espe-cficas de eleccin colectiva, por ejemplo, crea oportunidades queantes no existan. Las votaciones no existen en la naturaleza. La posi-bilidad de votar est creada por reglas. Por otro lado, una norma quelimita la ladera de tierra en la que un granjero puede sembrar o eltamao de la orilla sin plantar al lado de un camino, por ejemplo, res-tringe las actividades a un conjunto ms limitado que el previamentedisponible.

    El capital social, como el fsico y el humano, tambin posee un ladooscuro. Las pandillas y la mafia usan el capital social como fundamen-to de su estructura de organizacin. Los crteles tambin crean capitalsocial en su esfuerzo por controlar una industria, de modo que pue-dan obtener ms beneficios de los que podran en otras circunstan-cias. Un sistema autoritario de gobierno basado en un mando military el uso de instrumentos de fuerza, destruye otras formas de capitalsocial a la vez que construye el propio. Estos aspectos no se compartencon el capital fsico y son origen de diferencias sustanciales entre es-tas dos formas de capital producto de la accin humana.

    III. DIFERENCIAS ENTRE EL CAPITAL SO CIAL Y EL FSICOLas similitudes entre diversas formas de capital social provocan al-gunas diferencias fundamentales entre el capital social y el fsico.Discutiremos cuatro diferencias fundamentales, incluyendo que:

    El capital social no se desgasta con el uso sino con el desuso. El capital social no es fcil de percibir ni de medir. El capital social es difcil de construir mediante intervenciones

    externas. Las instituciones nacionales, regionales y locales de gobierno

    afectan profundamente el nivel y tipo de capital social del quepueden disponer los individuos para realizar esfuerzos de desa-rrollo de largo plazo.

  • 173UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    Muchas de estas diferencias se deben a la importancia de los enten-dimientos cognitivos compartidos, que son esenciales para que existael capital social y para que ste se transmita de una generacin a lasiguiente.

    Primero, el capital social difiere del capital fsico en que no se des-gasta con el uso, sino ms bien con el desuso. El capital social puede,de hecho, mejorar con el uso mientras que los participantes siganmanteniendo los compromisos previos y mantengan la reciprocidady la confianza. Usar el capital social con un fin inicial, crea entendi-mientos mutuos y maneras de relacionarse que con frecuencia sepueden usar para llevar a cabo actividades conjuntas totalmente dife-rentes, con costos de despegue mucho ms bajos (Putnam et al., 1993).No es que desaparezcan por completo las curvas de aprendizaje denuevas actividades. Ms bien, una de las secciones ms pronunciadasde una curva de aprendizaje aprender a hacer compromisos y aconfiar en los dems en una tarea conjunta ya ha sido superada. Ungrupo que ha aprendido a trabajar conjuntamente de manera efecti-va, puede encargarse de otras tareas similares con un costo en tiempoy esfuerzo menor al que implica reunir a un grupo totalmente nuevoque debe aprender todo desde cero. La intercambiabilidad del capi-tal social es, por supuesto, limitada. El capital social que se adapta aun conjunto amplio de actividades, tal vez no se adapte fcilmentea tareas que requieren patrones de expectativas, autoridad y distribu-cin de recompensas y costos diferentes a los usados en el conjuntoinicial de actividades.

    Si no se usa, el capital social se deteriora rpidamente. Los individuosque no ejercitan sus propias habilidades pierden capital humano rpi-damente. Cuando varios individuos deben recordar la misma rutinadel mismo modo, la probabilidad de que por lo menos un miembro delgrupo olvide algn aspecto aumenta rpidamente con el paso del tiem-po. Adems, a medida que ste pasa, nuevos individuos entran a losgrupos y otros los dejan. Si no se hace conocer a los recin llegados unpatrn establecido de interaccin a medida que entran (mediante lacapacitacin, la iniciacin o alguna de las otras maneras por medio delas cuales se transmite el capital social de una generacin a otra), el ca-pital social se disipa con los cambios de personal. A la larga, nadie estseguro de cmo se llevaba a cabo una actividad conjunta especfica. Elgrupo tiene que pagar la mayor parte de los costos otra vez o quedarsin las ventajas conjuntas que haba alcanzado a tener antes.

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    Segundo, el capital social no es tan fcil de encontrar, ver y medircomo el capital fsico. La presencia del capital fsico es generalmenteobvia para quienes lo ven desde afuera. Los centros de salud, las es-cuelas y los caminos son fciles de percibir. El capital social, por otrolado, puede ser casi invisible a menos que se hagan esfuerzos seriospara averiguar sobre las formas en que se organizan los individuos ylos derechos y obligaciones que guan su comportamiento, algunasveces sin que sea consciente. Aun cuando se les pregunte, los residen-tes locales pueden no describir en su totalidad las reglas que utilizan.Robert Yoder advierte a quienes estn interesados en ayudar a loscampesinos, que deben indagar a profundidad y de maneras noamenazantes para obtener la informacin adecuada, sobre las reglasutilizadas para asignar el agua y las tareas de mantenimiento de lossistemas de riego. Intimidados por el estatus elevado de los funciona-rios, pueden dejar de comunicar los detalles de las reglas y proce-dimientos que usan para operar y mantener su sistema (1994: 39).

    Los acuerdos tcitos son con frecuencia difciles de articular en unlenguaje preciso, particularmente cuando las diferencias de estatus di-ficultan la comunicacin desde el inicio. Si los agentes externos decambio no esperan a que los campesinos hayan desarrollado ciertasmaneras de relacionarse que son productivas en el ambiente en el queviven, quienes tratan de ayudar pueden fcilmente destruir el capitalsocial sin darse cuenta. Si se destruye el capital social existente y nohay nada que tome su lugar, el bienestar de los involucrados resultardaado y no mejorado por la ayuda externa.

    El investigador o los colaboradores de un proyecto interesados enel capital social, no pueden suponer desde fuera que un grupo ha (ono ha) establecido acuerdos tcitos que les permiten saber que todosse comportarn de formas predecibles y mutuamente productivas. Lapresencia de palabras en un papel o un edificio con un nombre en lafachada no equivalen a los acuerdos tcitos que son compartidos porlos participantes. Los procesos de autoorganizacin facilitados por elcapital social generan resultados que son visibles, tangibles y mensu-rables. Los procesos mismos son ms difciles de ver, comprender ymedir.

    Tercero, el capital social es ms difcil de construir mediante inter-venciones externas que el capital fsico. Un donante puede propor-cionar los fondos para emplear a los contratistas que construirn uncamino o trazarn un canal de riego. Sin embargo, construir suficiente

  • 175UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    capital social para que una infraestructura opere eficientemente, re-quiere el conocimiento de las prcticas locales que pueden diferirradicalmente de un lugar a otro. Las estructuras organizacionales quefacilitan la operacin del capital fsico en un ambiente pueden sercontraproducentes en otro. El conocimiento local es esencial parala construccin de un capital social efectivo.

    Crear el capital social que hace que el capital fsico sea operativoa largo plazo, es algo que hacen constantemente los individuos queutilizan con xito el capital fsico, pero la comprensin que se tienede ello no es tan profunda como la que se tiene sobre la construccindel capital fsico. Para las actividades del sector privado, un aspectoimportante de la actividad empresarial es reunir los factores de pro-duccin pertinentes y hacerlos que entren en relacin unos conotros de manera efectiva. Los aspectos que conforman estas habilida-des se ensean en las escuelas de administracin y se aprenden en ellugar de trabajo mediante la experiencia. El incentivo para crear capi-tal social en la empresa privada se atribuye a la motivacin de la ga-nancia. Gran parte de lo que hacen los empresarios privados es crearredes de relaciones que incrementan las ganancias que se puedenobtener. El empresario privado se queda despus con los remanentesde la creacin y el sostenimiento del capital social.8

    Los incentivos y la motivacin de los empresarios pblicos que pro-veen de bienes y servicios, no se comprenden tan bien como los delos empresarios privados (Kuhnert, 2000; H enton y Walesh, 1997). Enuna poca anterior, la teora de la burocracia postulaba que los fun-cionarios pblicos eran personas que trabajaban por el interspblico y se hallaban motivados para atenderlo. Los anlisis ms re-cientes son menos optimistas acerca de la capacidad de dichos funcio-narios para saber cules son los intereses pblicos o para encargarsede las actividades menos costosas destinadas a proveer y producirbienes colectivos. En vez de ser vistos como autmatas que hacen loque se les dice que deben hacer de la manera ms eficiente, los em-pleados pblicos son considerados por gran parte de la bibliografareciente sobre eleccin pblica (public choice) como actores individua-les que van tras sus propios intereses. Perseguir sus propios intereses

    8 John R. Commons (1957) subray la diferencia entre la planta (capital fsico),por un lado, y el negocio en marcha (capital social) , por otro lado. El negocio enmarcha inclua las reglas prcticas que permitan que las personas de la compaa serelacionaran unas con otras de manera productiva al usar una planta.

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    puede o no generar bienes pblicos netos, dependiendo de cmoayuden las reglas que afectan sus incentivos a producir un trabajo debuena calidad. De este modo, encargarle a la burocracia pblica la ta-rea de crear el capital social para que el capital fsico y humano seams efectivo, puede no generar los resultados planeados, a menos quelos funcionarios tengan una fuerte motivacin dirigida a facilitar elcrecimiento y empoderamiento de los dems. En vez de ello, el capi-tal social creado puede ser la organizacin de redes limitadas de indi-viduos, o camarillas, que se ayudan mutuamente a expensas del grupomayor al que se supone deben servir.

    Cuarto, las instituciones gubernamentales nacionales, regionales ylocales afectan profundamente el nivel y el tipo de capital social del quedisponen los individuos para realizar esfuerzos de desarrollo a largoplazo. Las instituciones gubernamentales de gran escala pueden facili-tar la creacin de capital social por parte de ciudadanos que tratan deresolver problemas de coordinacin o accin colectiva, o bien puedencomplicarla. Facilitan la creacin de capital social cuando se autorizaun espacio amplio para la autoorganizacin fuera del mbito de la ac-cin gubernamental requerida. Por otra parte, cuando los gobiernosnacionales o regionales se hacen completamente responsables de gran-des mbitos de las actividades humanas, no permiten la entrada a otrosesfuerzos en estos campos. Cuando los gobiernos nacionales se vuelvenpropietarios de todos los bosques u otros recursos naturales o cierranescuelas y hospitales manejados por grupos religiosos con la intencinde proporcionar ellos mismos todos los servicios educativos y de salud,destruyen una inmensa provisin de capital social que es de por s es-casa. Rara vez puede remplazarse esto con rapidez. La creacin deciudadanos dependientes en vez de ciudadanos emprendedores reducela capacidad de los individuos para generar capital.

    Ahora que muchos acadmicos aceptan la importancia del capitalsocial al lado de los mbitos del capital fsico y del humano, veamosuna revisin breve de la importante proliferacin de investigacionessobre este tema.

    IV. PRO LIFERACI N DE INVESTIGACIO NES SO BRE CAPITAL SO CIALDesde que se publicaron los primeros trabajos, se ha llevado a cabouna importante cantidad de investigacin con la perspectiva del capi-

  • 177UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    tal social.9 Se han realizado estudios sobre desarrollo econmico ypoltico desde la perspectiva del capital social en frica,10 Mesoam-rica y Amrica del Sur,11 Asia del Sur ( Isham y Khknen, 1999;Sadeeque, 1999), la U nin Europea (Grahl, 1996) y las sociedadespostcomunistas.12 Tambin se han realizado estudios tericos y emp-ricos sobre el capital social aplicado a la historia medieval europea(McInstosh, 1999), a la cultura poltica (Rotberg, 1999), al comporta-miento poltico,13 a la investigacin y el desarrollo industrial (Fountain,1997; Rausser, 1999), a la organizacin industrial (Lorenz, 1991), a laadministracin pblica (Gregory, 1999), a las asociaciones voluntarias(Putnam, 1995; Gamm y Putnam, 1999), al ingreso familiar (Robinsony Siles, 1999); a la era de la informacin (Riedel et al., 1998; Blanchardy H oran, 1998), a la economa nacional (Fukuyama, 1995; Knack yKeefer, 1997) y a la teora econmica.14

    Una revisin de toda la bibliografa existente sobre capital socialrequerira un trabajo equivalente a un libro. Una bsqueda simple apartir de la palabra clave con EBSCOhost Academic Search Elite, dacomo resultado 147 artculos que contienen el trmino capital socialen el ttulo y que fueron publicados en revistas acadmicas en unperiodo de cinco aos desde 1995. Una manera de sintetizar la biblio-grafa es usar el marco de accin colectiva/ capital social como elesquema organizador. Como veremos a continuacin, no aseveramos

    9 H ay varios factores que condujeron a la actual popularidad de la perspectiva delcapital social no slo entre los acadmicos sino tambin entre los generadores depolticas. En primer lugar se han hecho esfuerzos, como se mencion antes, para aplicarel concepto de capital social a la investigacin relacionada con aspectos importantes delas polticas. Numerosos estudios que tienen implicaciones directas sobre las polticasutilizan la perspectiva del capital social. En segundo lugar, el concepto parece ser atrac-tivo para un espectro ideolgico amplio, incluyendo la derecha neoliberal todavaescptica en cuanto al papel del Estado y para aquellos comprometidos con ideasacerca de la participacin y del empoderamiento de grupos de base (H arriss y DeRenzio, 1997: 920). En tercer lugar, el concepto atrae de manera intuitiva a personasque estn fuera de la academia.

    10 Barr, 1998; H yden, 1994; L yon, 2000; Narayan y Pritchett, 1999; Francis, 1998;Widner y Mundt, 1998.

    11 Bebbington, 1998; Bebbington y Perreault, 1999; Ravnborg y Guerrero, 1998;Booth y Richard, 1998; Fox, 1997; Molinas, 1998; Seligson, 1999; Durston, 1998, 1999.

    12 Mearns, 1996; Enyedi, 1992; Easter, 1996; Neace, 1999.13 H agan, Merkens y Boehnke, 1995; Sirianni, 1996; Brehm y Rahn, 1997; Lake y

    H uckfeldt, 1998.14 Krugman, 1993; Woolcock, 1998; Zeckhauser y Pollack, 1993.

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    que las tres formas de capital social sean analticamente excluyenteso que abarquen exhaustivamente el concepto de capital social. Estasson las formas de capital social ms discutidas en la bibliografa exis-tente y como formas individuales son relativamente coherentes. Puestoque la esencia de la perspectiva de capital social/ accin colectiva con-siste en analizar los factores que afectan la capacidad de los individuospara resolver problemas de accin colectiva relacionados con el desa-rrollo econmico y poltico, nos hemos centrado en las tres formasque estn claramente relacionadas con la accin colectiva.

    El vasto campo abarcado por la investigacin sobre capital socialexplica la frustracin experimentada por muchos cientficos socialesas como la popularidad de la que goza. H arriss y De Renzio (1997:932) sugieren que para usar el concepto de capital social de una ma-nera analticamente significativa, se tienen que reconocer diferentesusos y distinguir entre formas diferentes. Estamos de acuerdo en queen la mayora de las investigaciones, la discusin amplia sobre el ca-pital social no debera remplazar el anlisis sobre la manera en queciertas formas de capital social, su configuracin particular y su inte-raccin con otros factores provocan los fenmenos que se investigan.Como mencionamos en la introduccin, el capital social es una r-brica significativa para referirse a los diversos factores relacionadoscon la accin colectiva y el desarrollo poltico-econmico, pero no unremplazo analtico de ellos.

    Por otro lado, pensamos que la tendencia hacia la desagregacindel capital social en sus formas especficas es slo un aspecto del es-fuerzo, muy necesario, para proporcionar una base cientfica delconcepto. La otra direccin que debe seguirse es la sntesis de las for-mas en un marco terico coherente. Creemos que las florecientesnuevas tendencias de la teora de la accin colectiva los modelos deracionalidad de segunda generacin (Ostrom, 1998a), la teoraconductual de los juegos (Camerer, 1997) y la teora evolutiva indirec-ta de los juegos (Gth y Kliemt, 1998; Gth, Kliemt y Peleg, 1998),pueden proporcionar un marco terico que siente las bases concep-tuales y cientficas para el capital social.

    V. FO RMAS DE CAPITAL SO CIAL Y ACCI N CO LECT IVAEsta seccin trata sobre las formas en que el capital social, sus confi-guraciones especficas y la interaccin con otros factores facilitan la

  • 179UNA PERSPECTIVA DEL CAPITAL SOCIAL DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

    accin colectiva. Coleman (1990: 304-313) considera como formas decapital social las obligaciones y expectativas, el potencial de informa-cin, las normas y la sancin efectiva, las relaciones de autoridad, laorganizacin social apropiable y la organizacin intencional. Encuen-tra que tienen aspectos comunes en cuanto al valor que representanpara los actores, puesto que todas pueden ser usadas como recur-sos para realizar sus intereses. H arriss y De Renzio (1997: 932-933)consideran que son diferentes formas de capital social las conexionesfamiliares y de parentela, las redes sociales (o vida relacional) , elvnculo transeccional (o contratos que cubren diferencias de sectoresy poder), el capital poltico, el marco institucional y de polticas ylas normas y valores sociales. Sealan que sus puntos comunes son lasmaneras en que se organizan los actores.

    H emos seleccionado tres formas de capital social que son particu-larmente importantes para el estudio de la accin colectiva: 1) laconfianza y las normas de reciprocidad, 2) las redes/ participacincivil y 3) las reglas o instituciones formales e informales. Vemos el ca-pital social como un atributo de los individuos y de sus relaciones, queacrecienta su habilidad para resolver problemas de accin colectiva.Las formas pertinentes de capital social y su papel especfico debenser proporcionados por el marco terico en el que se ubica el concep-to. Consideramos que las teoras de la accin colectiva de la segundageneracin son las herramientas que organizan el discurso del capitalsocial. Por lo tanto, esta seccin comienza con una breve discusinsobre las teoras de la accin colectiva de la segunda generacin.

    1. Teoras de la accin colectiva de la segunda generacinLas teoras de la accin colectiva se refieren a escenarios en los queexiste un grupo de individuos, un inters comn entre ellos y un con-flicto potencial entre el inters comn y el inters de cada individuo.Las teoras de la accin colectiva de la primera generacin (O lson,1965; H ardin, 1968) llegaron a la conclusin de que los individuosno podan lograr beneficios conjuntos cuando se los dejaba solos, sitodos se iban a beneficiar contribuyeran o no al esfuerzo. Esta teoraapuntaba que para superar la incapacidad de los individuos para re-solver los problemas se requera la intervencin de una autoridadexterna, la provisin de incentivos selectivos o la privatizacin.

    La primera generacin de teoras de la accin colectiva era una cr-tica vlida a la creencia ingenua de que los individuos con intereses

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    comunes actuaran voluntariamente para hacer realidad dichos in-tereses, tal como fue expresado antes por tericos de grupos comoBentley (1949) y Truman (1958). Sin embargo, la investigacin sobreaccin colectiva ha mostrado que las teoras de la primera generacin,aunque no son totalmente incorrectas, representan slo un caso limi-tado de las maneras en que se estructuran las situaciones de accincolectiva y las maneras en que los individuos las resuelven (Blomquist,1992; Bolton y Ockenfels, 2000; Feeny et al., 1990; McCay y Acheson,1987, para mencionar slo unos cuantos trabajos importantes) .

    En el corazn de las teoras de la accin colectiva de primera gene-racin se halla la imagen de individuos atomizados, egostas y total-mente racionales. En realidad, los individuos no viven en un mundoatomizado. Muchos de los problemas de accin colectiva estn incrus-tados en redes, organizaciones u otras relaciones entre individuospreexistentes. En segundo lugar, la suposicin de que el egosmo esuniversal ha sido descartada repetidas veces por la investigacin emp-rica realizada en el campo y en el laboratorio experimental. H ayindividuos preocupados slo por las ganancias materiales inmediatas,a costa de los dems. Pero tambin hay una proporcin importantede individuos que, en trminos de la teora de los juegos, tienen fun-ciones utilitarias no egostas: que toman en cuenta los intereses deotras personas as como los propios al tomar decisiones (Frey, 1994,1997). Los individuos no egostas tambin difieren entre ellos en tr-minos del grado en el que se distancian de la motivacin puramenteegosta.

    A diferencia de las teoras de la accin colectiva de la primerageneracin, las teoras de la segunda generacin reconocen la exis-tencia de mltiples tipos de individuos como principio central delmodelaje (Ostrom, 1998a). Adems de la teora de los juegos estndarno cooperativos que ha sido la herramienta clave para el modelaje enlas teoras de la primera generacin, las teoras de la segunda genera-cin tambin usan las teoras conductual y evolutiva de los juegos(Gintis, 2000; H enrich, 2000). Muchos modelos de accin colectivabasados en las teoras conductual o evolutiva de los juegos, todavausan los conceptos de solucin de la teora de los juegos estndar nocooperativos. Sin embargo, se abocan a nuevos tipos de asuntos, queson especialmente pertinentes a la investigacin sobre capital social.Por ejemplo, una de las principales preocupaciones de la teoraconductual de los juegos es el problema de las motivaciones sociales,

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    que tiene una implicacin directa para la discusin de la confianza yla confiabilidad en la investigacin sobre capital social. Otro ejemploes el problema de las preferencias endgenas, un tema clave en el en-foque de la teora evolutiva de los juegos sobre la accin colectiva(Bowles, 1998, 2000; Gth y Yaari, 1992; Gth y Kliemt, 1998), queproporciona una manera de modelar la interaccin histrica entre lasestructuras institucionales y la calidad de la ciudadana descritas porPutnam, Leonardi y Nanetti (1993).

    En esta seccin no vamos a construir modelos de la teora de losjuegos que vinculen formas de capital social con la accin colectiva,pero usaremos el lenguaje de la teora de los juegos cuando contribu-ya a aclarar lo que queremos decir.

    Confianza y reciprocidadLa confianza como forma de capital social es el factor ms inclusivoen lo que se refiere a la facilitacin de la cooperacin voluntaria. Lasotras formas de capital social contribuyen, casi siempre, a la accincolectiva exitosa, porque acrecientan la confianza entre los actores.En otras palabras, vemos las tres formas amplias de capital social envinculacin con la accin colectiva exitosa tal y como se muestra en lafigura 1.

    FIGURA 1

    FORMAS DE CAPITAL SOCIAL Y SU VINCULACIN CON EL LOGRODE LA ACCIN COLECTIVA

    Variables contextuales

    Confianza y reciprocidad

    Instituciones

    Logrode la

    accin colectiva

    Redes

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    Torsvik (2000) trata la confianza no como una forma de capitalsocial sino como resultado de otras formas de capital social, vinculn-dolas al desarrollo econmico. Es cierto que la existencia de la con-fianza en un grupo de individuos puede explicarse frecuentementecomo resultado de otras formas de capital social, tales como normasde reciprocidad, redes, reglas e instituciones. Pero tambin hay aspec-tos del concepto de confianza que no pueden reducirse a otras formasde capital social.

    Basndonos en Gambetta (2000), definimos la confianza como unnivel especfico de la probabilidad subjetiva con la que un agente eva-la que otro agente o grupo de agentes realizar una accin espec-fica. As, la confianza permite que la persona que confa lleve a cabouna accin que involucra el riesgo de prdida si la persona en la quese confa no realiza la accin esperada (Ostrom y Walker, 2003). Otroaspecto crucial de la confianza es que implica una oportunidad paraque tanto la persona que confa como la persona en la que se confaincrementen su bienestar. Pensemos en una transaccin de negociosen la que el agente A tiene que pagar antes de que el agente B entre-gue el producto solicitado. Si A paga el precio y B entrega el pro-ducto, los dos estn en una mejor posicin que si no hubiera habidotransaccin. B podra verse tentado a no entregar el bien incluso des-pus de que A ha pagado el precio. Esta falta de confiabilidad dejaraal agente A con una prdida neta. Si A no confa en B desde el inicioy se niega a completar la transaccin, B habr perdido la oportunidadde vender su producto y de incrementar su riqueza. De este modo,la confianza y la confiabilidad son esenciales para que se completenmuchas transacciones complejas en la vida moderna. Como sealaKenneth Arrow (1972: 357), el economista ganador del premio Nobel,virtualmente toda transaccin econmica posee un elemento de con-fianza, ciertamente cualquier transaccin conducida en un periodode tiempo. Se puede argumentar plausiblemente que gran parte delatraso econmico en el mundo puede explicarse a partir de la faltade confianza mutua.

    Tericamente, la creencia subjetiva de una persona que confa pue-de ser independiente de las condiciones objetivas. Podemos confiarfalsamente en alguien que no es confiable y experimentar una pr-dida. La confianza como una creencia subjetiva no se sostiene a largoplazo, a menos que se verifique con frecuencia suficiente en el com-portamiento de la persona en la que se confa. Por lo tanto, cuando

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    decimos que una sociedad disfruta de un alto nivel de confianza, laesencia es que su gente es bastante confiable. La confianza tambininvolucra la confiabilidad de la persona que confa. Tcnicamente,cuando la confianza se define como una creencia subjetiva acercadel comportamiento no observable o no observado todava de la perso-na en la que se confa, es posible que un individuo no confiable con-fe en otro agente. Pero decir que A, que no le pag a B lo que ste lehaba prestado, confa en que B pagara a A si ste le prestara, es muypoco probable.15

    El factor clave para diferenciar entre la confianza que es reduciblea otras formas de capital social y la confianza que no es reducible, esel origen de la creencia subjetiva de la persona que confa acerca delcomportamiento esperado de las personas en las que se confa. Las va-riantes del juego del dilema del prisionero en la teora de los juegosestndar no cooperativos, proporcionan una cantidad grande de ca-sos en los que las expectativas sobre el comportamiento de los demsen situaciones de accin colectiva pueden reducirse a otros factores.La interaccin repetida entre individuos seal de una red slida yuna forma importante de capital social les proporciona incentivospara que creen una reputacin de confiabilidad. En estas circunstan-cias, incluso los individuos muy egostas probablemente no traicionena la persona que confa. De hecho, precisamente porque es egosta ydesea obtener ganancias en futuras transacciones con la persona queconfa, una persona egosta involucrada en interacciones repetitivasreciprocar la confianza.

    Las redes horizontales densas con capacidad para transmitir efi-cientemente informacin a travs de los miembros de la red, tambincrean incentivos para comportarse de manera confiable en aquellosque slo se mueven por motivaciones egostas. Supongamos que,aunque la transaccin entre A y B no sea de naturaleza repetitiva, hayotros agentes, C y D, que obtienen informacin acerca de la transac-cin y condicionan sus transacciones futuras con A en ver si ste secomporta confiablemente en su transaccin con B. Ah, otra vez, A

    15 Se ha encontrado de manera repetida que usar el punto de vista propio sobrequ hara uno en una situacin, es un gran predictor de las expectativas que sepueden tener sobre lo que hara alguien ms en dicha situacin. En las situacionesde dilema social, aquellos que eligen las estrategias de mayor cooperacin general-mente tienen una expectativa mayor de que los dems tambin cooperarn, queaquellos que no cooperan (Orbell et al., 1984; Orbell y Dawes, 1991).

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    tiene un incentivo para no traicionar a B, no debido a las perspectivasde ganancia futura en transacciones con B, sino en espera de realizar-las con C y D. Los negocios de coches usados utilizan cada vez ms lassubastas de internet para vender sus existencias. Puesto que la mayorade los consumidores compran coches slo cada tanto tiempo, es muyprobable que la transaccin no se repetir. Los administradores de lassubastas de internet generalmente proporcionan a los consumidorespotenciales informacin acerca de las transacciones anteriores delvendedor. Solicitan de manera activa comentarios de los consumido-res anteriores sobre la confiabilidad del vendedor y las incluyen en laspginas de las subastas, para que los compradores potenciales puedanver cmo se ha comportado el vendedor en el pasado.

    Las reglas y las instituciones tambin crean incentivos para que laspartes de una transaccin se comporten de manera confiable. Puedeninfluir directamente sobre el comportamiento al establecer mecanis-mos de recompensas y castigos, o indirectamente, al ayudar a los indi-viduos a gobernarse a s mismos al proporcionar informacin, asesoratcnica, mecanismos alternativos de resolucin de conflictos y dems.Cuando existen instituciones formales o informales que garantizanque se impondrn castigos a quienes no cumplan con los contratos,afectan la valoracin que hace la persona que confa sobre el compor-tamiento futuro de una persona en la que se confa. No entregarintencionalmente un bien despus de recibir el pago constituye undelito. Aunque la existencia de leyes que castigan el fraude puede noeliminar completamente su posibilidad, s tiene peso en la valoracinque la persona que confa hace de que la persona en la que se confava a cumplir con los trminos de la transaccin. La calidad de una re-gla, una institucin o un estatuto como formas de capital social,depende no slo de su contenido sino, ms crticamente, de cmo seaplica en la realidad. Una de las razones por la que las reglas, institu-ciones y leyes formales no son suficientes para resolver los problemasde accin colectiva, es que la aplicacin justa de las reglas a menudoconstituye otro tipo de problema, de mayor nivel, de la accin colec-tiva. Lo que determina, por lo tanto, el nivel de xito de una accincolectiva es una configuracin total de factores, formas de capitalsocial, en un contexto concreto.

    H asta ahora hemos examinado cmo otras formas de capital socialpueden afectar la confianza. En suma, cambian la estructura de incen-tivos de la persona en la que se confa. Como resultado, la persona

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    que confa conoce la estructura de incentivos a la que se enfrenta lapersona en la que se confa, dada la naturaleza repetitiva de la inte-raccin, la existencia de otros miembros de la red que observan elcomportamiento de dicha persona y las reglas y leyes que la castigano recompensan. Un acuerdo tcito entre la persona que confa y lapersona en la que se confa respecto de la existencia y funcionamien-to de estos factores, las alienta a ambas a involucrarse en transac-ciones productivas. L a confianza en tales casos es resultado de otrasformas de capital social.

    Existen adems aspectos de la confianza que no pueden reducirsea una u otra forma de capital social: las caractersticas de las perso-nas en las que se confa. Imaginemos una transaccin que se lleva acabo en absoluta ausencia de otras formas de capital social: sin repeti-ciones, sin redes, sin posibilidad de sanciones externas. El habitantede un pueblo al que un viajero perdido pide ayuda y promete pagar-le en el futuro el doble de lo que pide, as como el primer jugador deun experimento con el dilema del prisionero realizado en una solasecuencia, conducido con un procedimiento de doble ciego, tienenque decidir si confan o no en su motivacin pura. En esos casos, lasestimaciones de probabilidad de las personas que confan, dependennicamente de sus creencias con respecto de la motivacin de las per-sonas en las que se confa. Al no contar con informacin especficasobre la confiabilidad de la persona en la que se confa ni sobre losincentivos estructurales a los que sta se enfrenta, una persona queconfa considera que la persona en la que se confa representa unapoblacin de individuos heterogneos. El individuo que quiere queconfen en l se ve representado en la mente de la persona que con-fa como proveniente de una poblacin. La distribucin de personasconfiables en esta poblacin hipottica se basa en las caractersticasobservables de la persona en la que se confa (si es que pueden obser-varse), tales como la apariencia, la vestimenta, el gnero, la edad, ellenguaje y dems (Frey y Bohnet, 1996).

    Los ejemplos anteriores se presentan para abstraer la creencia deuna persona que confa en la motivacin de la persona en la que seconfa como una fuente independiente de las expectativas de la per-sona que confa sobre el comportamiento de la persona en la que seconfa. En la mayora de las transacciones sociales, la creencia de unapersona que confa acerca de las motivaciones de una persona en laque se confa, se conjuntan con su comprensin de otros factores

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    estructurales para producir una expectativa subjetiva final, en la for-ma de una estimacin de probabilidades acerca del comportamientode la persona en la que se confa.

    La confiabilidad de una poblacin puede formalizarse en la teorade los juegos introduciendo una funcin utilitaria genrica que con-tenga un parmetro tipo (type parameter) (Crawford y Ostrom, 1995).Supongamos que el parmetro da un valor de 0 a los individuos total-mente egostas, cuyo comportamiento cooperativo slo se ve inducidopor otras formas de capital social, y un valor de 1 para aquellos queson completamente confiables, que se comportaran de manera coo-perativa aun en ausencia absoluta de las otras formas de capitalsocial que intensifican la cooperacin. Entonces, la estadstica delparmetro, su valor medio, varianza y dems, es un aporte indepen-diente a la estimacin de probabilidad de la persona que confacuando se enfrenta con un individuo o individuos annimos en unasituacin de accin colectiva. La evidencia sugiere que son muy pocoslos individuos que son altruistas incondicionales decididos a cooperaro confiar en los dems sin que nada ms importe. Ms bien, adems delas redes y las instituciones, las consideraciones de equidad y justezatambin afectan la probabilidad de que los individuos cooperen con-dicionalmente en situaciones de accin colectiva (Fehr y Schmidt,1999; Bolton y Ockenfels, 2000; Ahn, Ostrom y Walker, 1998).

    Las normas, especialmente la norma de reciprocidad, son otra for-ma importante de capital social. La reciprocidad es una norma moralinternalizada as como un patrn de intercambio social. Ostrom(1998a: 10) define que la reciprocidad involucra a una familia de es-trategias en situaciones de accin colectiva que incluyen: 1)un esfuer-zo para identificar quin ms se halla involucrado, 2) una estimacinde la probabilidad de que los dems sean cooperadores condiciona-les, 3) una decisin de cooperar inicialmente con los dems si seconfa en que los dems sern cooperadores condicionales, 4) la ne-gativa de cooperar con quienes no reciprocan, y 5) el castigo paraquienes traicionan la confianza.

    Como indica la definicin anterior, la confianza es una parte inte-gral de la reciprocidad. Una persona que cumple con la norma de lareciprocidad es confiable. La informacin acerca de la confiabilidadde los dems es un aporte esencial para la decisin que tomar un in-dividuo recproco sobre si coopera o no. Cuando la norma de la reci-procidad prevalece en una sociedad, esto implica que una proporcin

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    importante de los individuos de la sociedad son confiables. Putnam ycoautores (1993: 171) subrayan que la reciprocidad generalizada, quel define como una relacin continuada de intercambio que en unmomento dado puede ser no correspondida o desequilibrarse, peroque involucra expectativas mutuas de que un beneficio concedido hoyser devuelto en el futuro, es un componente especialmente produc-tivo del capital social.

    La reciprocidad como un patrn prevaleciente de interaccin delos individuos es, en trminos de la teora de los juegos, un equilibrioeficiente de juegos de dilemas sociales repetidos con una serie de ti-pos de individuos e informacin incompleta. Ahn (2000) estudi unasituacin que implica accin de dilema social, en la que haba un con-tinuo de tipos, desde aquellos que son totalmente egostas hastaaquellos que estn fuertemente orientados hacia la imparcialidad. ldemostr que si hay un nmero suficiente de individuos no egostas ylos beneficios materiales derivados de la desercin no son demasiadograndes, existe un equilibrio que hace persistir la cooperacin mutuahasta cerca de la etapa final del juego. L a estrategia de equilibrio delos jugadores no egostas se asemeja mucho a las cinco reglas con-ductuales de la reciprocidad delineadas por Ostrom. Sin embargo,incluso cuando la proporcin de individuos no egostas es considera-ble, la desercin mutua constituye otro equilibrio para el juego. Elanlisis muestra que para que prevalezca la reciprocidad como patrnde interaccin social, los individuos confiables necesitan no slo supe-rar la tentacin de viajar gratis, sino que necesitan tambin coordinareficientemente sus acciones.

    Aunque los mtodos de modelaje de la motivacin individual yla caracterizacin resultante de una poblacin no se aplican directa-mente a la investigacin emprica, excepto en los estudios experimen-tales, muchas encuestas estandarizadas tales como la Encuesta SocialGeneral (General Social Survey, GSS) , la de Monitoreo del Futuro(Monitoring the Future, MTF), la Encuesta Mundial de Valores (WorldValues Survey, WVS) y el Eurobarmetro, incluyen preguntas que pro-porcionan medidas de confiabilidad. Se han conducido varios estu-dios empricos que utilizan estos datos de las encuestas para examinarlas causas y las consecuencias de la confianza social (vase, por ejem-plo, Brehm y Rahn, 1997; Putnam, 2000).

    Los estudios empricos que usan estos datos de las encuestas en-cuentran tpicamente que mientras ms alto sea el nivel de confianza

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    entre los individuos de una nacin, regin o comunidad, mayor es laprobabilidad de que esos individuos gocen de prosperidad econmi-ca y gobernabilidad democrtica. Knack y Keefer (1997) utilizaron laEncuesta Mundial de Valores de veinte economas de mercado yencontraron que la confianza interpersonal tiene un impacto positivosignificativo sobre las tasas de inversin y crecimiento, despus decontrolar el ingreso per cpita, la educacin y los precios de inversinde bienes. Tambin encontraron que la confianza est vinculada aderechos ms seguros sobre la propiedad y a las exigencias de cumpli-miento de los contratos, lo que consideran como predictores centralesdel desempeo econmico. El impacto de la confianza es especial-mente poderoso en las naciones ms pobres.

    Fukuyama (1995) argumenta que las diferencias en las estructurasindustriales nacionales entre economas de mercado pueden explicar-se mediante la confianza. Observa que, mientras en los Estados Unidos,Japn y Alemania las empresas gigantes y profesionalmente adminis-tradas desempean el papel clave en las economas nacionales, enFrancia, I talia y las regiones mercantilizadas de China estn domi-nadas por negocios ms pequeos, propiedad de familias y adminis-trados por ellas. Argumenta que esta diferencia se debe al nivel deconfianza existente en cada grupo de naciones. Esto, por supuesto,tiene su origen en las experiencias histricas relativas a la centraliza-cin de cada pas; China, Francia y el sur de Italia, y otras sociedadesde confianza baja, pasaron todas por un periodo de fuerte centraliza-cin poltica [] En contraste, aquellas sociedades que experimentanun alto grado de confianza social como Japn, Alemania y los EstadosU nidos, nunca experimentaron un periodo prolongado de poderestatal centralizado ( ibid.: 5). Lo que obstaculiza la formacin de em-presas mayores en esas sociedades con confianza baja, es que dichaconfianza permanece dentro de los lmites de las relaciones familiaresy de parentesco y no se extiende a la sociedad como un todo.

    Mackie (2001) ha revisado los datos de la encuesta Eurobarmetroen relacin con la confianza en doce pases de Europa occidental.Encontr que la tendencia a confiar en los dems por parte de los ciu-dadanos de una nacin, est estrechamente relacionada con la con-fiabilidad que los ciudadanos perciben que existe entre ellos y por lapercepcin de ciudadanos de otros pases. Los doce pases se dividenen grupos de confianza altos (Luxemburgo, Pases Bajos, Dinamarcay Blgica), intermedios (Francia, Alemania, Gran Bretaa e Irlanda) y

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    bajos (Espaa, Portugal, Grecia e Italia). Cuando se incluyeron otrospases europeos en la encuesta de 1996, los encuestados suizos, sue-cos y noruegos obtuvieron los niveles ms altos y los encuestados de Eu-ropa oriental y Turqua los niveles ms bajos en lo que se refiere a nivelde confianza. Mackie propuso que los patrones histricos relacionadoscon el matrimonio son la hiptesis ms persuasiva para explicar la dife-rencia en los niveles de confianza entre diferentes pases. Argumentaque el matrimonio tardo, la tradicin de formar hogares separadosdespus del matrimonio y la prctica tradicional de los jvenes delhemisferio norte occidental de salir de su casa para trabajar como sir-vientes temporales en otros lugares, alienta el desarrollo de la confianzasocial general ms all de las relaciones familiares.

    Dejamos la discusin adicional de la confianza para la siguienteseccin, en la que se profundizar en los estudios tericos y empricosacerca de las relaciones causales entre la confianza, la participacinen organizaciones civiles y la participacin poltica.

    Redes/ Participacin civilH emos discutido el impacto de las redes sobre el comportamientocuando hablamos de la confianza. Sin embargo, el papel de las redesno consiste simplemente en proporcionar incentivos adicionales a laspersonas egostas para que se comporten de manera cooperativa.Como seala Putnam (2000: 127), las redes densas de intercambio so-cial son condicin crucial para el surgimiento de la norma de reci-procidad generalizada. Cuando los individuos confiables que estndispuestos a cooperar con otros constituyen slo una pequea mino-ra de la poblacin total de la sociedad, una condicin para quepuedan sobrevivir, prosperar y expandirse es establecer una red entreellos. Los tericos evolucionistas (H amilton, 1964; Axelrod, 1984) hanmostrado que cuando los agentes recprocos que usan las estrategiasde yo te doy si t me das (T it-for-Tat strategies) tienen mayores posibi-lidades de interactuar unos con otros que con la poblacin engeneral, pueden invadir a una poblacin compuesta de agentes quesiempre desertan. La informacin relativa a la confiabilidad de un so-cio en una transaccin potencial, es crucial cuando los individuosconfiables intentan iniciar la colaboracin. Las redes sociales densastambin estimulan el avance de la norma de reciprocidad mediante latransmisin de informacin entre los individuos que son confiables yaquellos que no lo son.

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    Putnam (2000: 173) distingue entre dos formas de redes: una redhorizontal que rene a agentes de estatus y poder equivalentes y unared vertical que vincula a agentes desiguales en relaciones asimtricasde jerarqua y dependencia. Argumenta que las redes de participa-cin civil representan interacciones sociales densas y horizontales yacarrean los efectos secundarios ms poderosamente benficos parala sociedad como un todo. M ientras que las redes verticales tambincontribuyen hasta cierto grado a la resolucin de problemas de ac-cin colectiva, las sanciones dirigidas hacia arriba son difciles cuandolos agentes no son considerados iguales. L as relaciones familiares y deparentesco tienen las caractersticas de una red densa, pero los lazosen esas relaciones son demasiado fuertes. De ese modo, la norma dela reciprocidad surgida en las redes familiares y de parentesco gene-ralmente no se expande a la sociedad como un todo. Por esa razn,Putnam concuerda con Granov