DUFOUR Bruckner

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    Los desconciertos del individuo-sujeto

    Dany-Robert Dufour*

    Pierre Bourdieu propona concebir el neoliberalismo como un programa de "destruccin

    de estructuras colectivas" y de promocin de un orden nuevo fundado en el culto del"individuo solo, pero libre" (1). Pero habra que llevar ms lejos la reflexin: se puedepensar que el neoliberalismo en su obra de destruccin puede dejar intacto al individuo-sujeto?

    En nuestra poca, la de las democracias liberales, todo descansa, a fin de cuentas, en elsujeto, en la autonoma econmica, jurdica, poltica y simblica del sujeto. Pero al ladode las expresiones ms pretenciosas de ser uno mismo, se encuentra la mayor dificultadde ser uno mismo. Las formas de la destitucin subjetiva que invaden nuestrassociedades se revelan a travs de mltiples sntomas: la aparicin de fallas psquicas, laeclosin de un malestar en la cultura, la multiplicacin de actos de violencia y la

    emergencia de formas de explotacin a gran escala. Todos esos elementos son vectoresde nuevas formas de alienacin y de desigualdad.

    Esos fenmenos estn fundamentalmente ligados a la transformacin de la condicindel sujeto que se verifica ante nuestros ojos en nuestras "democracias de mercado". "Sersujeto", es decir "ser uno mismo" y "ser con los otros", se presenta bajo formassensiblemente diferentes de las que fueron para las generaciones precedentes.

    La emergencia de este nuevo sujeto corresponde a una fractura en la modernidad que yahan sealado varios filsofos, cada uno a su manera. La entrada en esta poca"posmoderna" -Jean- Franois Lyotard (2) fue uno de los primeros en apuntar elfenmeno-se caracteriza por el agotamiento y la desaparicin de los grandes relatos delegitimacin, especialmente el relato religioso y el relato poltico. Se asiste incluso a ladisolucin de las fuerzas sobre las que se apoyaba la modernidad clsica, as como a ladesaparicin de las vanguardias. Otros elementos, que no dejan de tener relacin con loque conocemos bajo el nombre de neoliberalismo, ilustran la mutacin actual en lamodernidad: lo posmoderno es a la cultura lo que el neoliberalismo es a la economa.

    Esa mutacin, que est provocando un nuevo malestar en la civilizacin, corresponde alo que podra llamarse una afirmacin del mecanismo de individuacin puesto enmarcha desde hace mucho tiempo en nuestras sociedades (3). Afirmacin que junto a

    algunos aspectos positivos vinculados con el progreso de la autonomizacin delindividuo, no deja de provocar sufrimientos inditos. Porque aunque la autonoma delsujeto se proclama bajo el ideal de proyecto emancipador, nada indica que todos estnen condiciones de satisfacerla, especialmente entre las nuevas generaciones expuestasfrontalmente a esa exigencia. La famosa "prdida de referentes entre los jvenes" notiene pues nada de sorprendente: estn experimentando una nueva condicin subjetivacuyas claves nadie posee, tampoco los responsables de su educacin.

    Y resulta ilusorio creer que algunas lecciones de moral a la antigua puedan bastar paraatajar los daos.

    Esto ya no funciona porque la moral hay que impartirla "en nombre de". Pero,precisamente, ya no se sabe en nombre de quin o de qu hablarles. La ausencia de un

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    enunciante colectivo creble est caracterizando la situacin del sujeto posmoderno,conminado a hacerse a s mismo sin contar con los recursos para ello, y sin ningnantecedente histrico o generacional con legitimidad para remitirse a l.

    Pero qu es exactamente un sujeto autnomo? Tiene esa nocin un sentido en la

    medida en que el "sujeto", cosa que tendemos a olvidar, es en latn el subjectus, quedesigna el estado de quien est sujeto a? Pero sujeto a qu? Esa cuestin ha interesadosiempre mucho a la filosofa: el ser humano es una sustancia que no tiene su existencia

    por s mismo, sino por otro al que las sucesivas ontologas han dado nombres diferentes:la Naturaleza, las Ideas, Dios o... el ser. El ser, cualquiera que sea, no ha dejado deencarnarse en la historia humana. Y es esa construccin histrico-poltica, esa ontologa,la que el trnsito a la posmodernidad conmociona y de la que constituye una nuevaetapa.

    Para designar esa realizacin del ser en la historia, tomamos prestado de Lacan elnombre del Otro de manera que se pueda distinguir bien de su aspecto puramente

    especulativo y se puedan incluir las dimensiones simblicas y clnicas. Qu figuras delOtro ha construido el ser humano para someterse a l, antes que ponerse en condicionesde liberarse de cualquier Otro? Si el "sujeto" es el subjectus, el que est sujeto a,entonces la historia aparece como una serie de sometimientos a grandes figurascolocadas en el centro de configuraciones simblicas cuya lista puede establecerse conrelativa facilidad: la Physis (4) en el mundo griego; Dios en los monotesmos; el Rey enla monarqua; el Pueblo en la Repblica; la Raza en el nazismo; la Nacin con eladvenimiento de las soberanas; el Proletariado en el comunismo... Es decir, relatosdiferentes, que cada vez es necesario edificar con gran acompaamiento deconstrucciones, de realizaciones, o de puestas en escena muy exigentes.

    Todos estos conjuntos no son equivalentes: segn sea la figura del Otro escogida, todaslas coacciones, las relaciones sociales y el ser con los otros cambian. Pero lo que

    permanece constante es la relacin de sumisin, y por supuesto los esfuerzosconcomitantes para escapar de ella. En general, textos, gramticas y todo un campo desaberes se establecieron para someter al sujeto, es decir para producirlo como tal, pararegir sus maneras de trabajar, de hablar, de creer, de pensar, de habitar, de comer, decantar, de morir, etctera, eminentemente diferentes aqu y all. Y lo que llamamos"educacin" nunca fue otra cosa que lo institucionalmente establecido con vistas al tipode sometimiento que se quiere inducir para producir sujetos.

    En el centro de los discursos del sujeto se encuentra entonces una figura, uno o variosseres discursivos, en los que cree como si fuesen reales, dioses, diablos, demonios, seresque, frente al caos, aseguran al sujeto una permanencia, un origen, un fin, un orden. ElOtro permite la funcin simblica en la medida que da un punto de apoyo al sujeto paraque sus discursos reposen en un fundamento (5).

    Ser uno mismo y ser junto con Sin ese Otro, el ser uno mismo apenas es, ya no sabe pordecirlo as a qu santo encomendarse, y el ser con los otros est igualmente en peligro

    porque slo una referencia comn a un mismo Otro permite a los diferentes individuospertenecer a la misma comunidad. El Otro es la instancia por la que se establece, para elsujeto, una anterioridad fundadora a partir de la cual se ha hecho posible el orden

    temporal. Es tambin un "all", una exterioridad gracias a la cual puede fundarse un

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    "aqu", una interioridad. Para que yo est aqu, es necesario en suma que el Otro estall.

    El psicoanlisis, especialmente el lacaniano, ha aportado mucho sobre esta cuestinclave del acceso a la simbolizacin. En cambio se mantuvo indiferente a la cuestin del

    ndice de variacin del Otro en la historia. En la poca posmoderna, se pone enevidencia que la distancia de lo que me funda como sujeto no cesa de acortarse. Entre laPhysis y el Pueblo se podan determinar algunas etapas claves de entrada del Otro en eluniverso humano: la distancia inmediata y sin embargo infranqueable del momento dela Physis o de los dioses del politesmo, siempre dispuestos a manifestarseinmediatamente en el mundo. En cambio, est la distancia infinita de la transcendenciaen el monotesmo. Se mantiene todava la distancia mediana del trono entre Cielo yTierra en la monarqua (de derecho divino). Finalmente, est la distancia"intramundana" entre el individuo y la colectividad en la Repblica...

    La modernidad puede pues caracterizarse como un espacio colectivo donde el sujeto se

    define por diferentes avatares del Otro. Se es moderno cuando el mundo cesa de estarcerrado y se hace abierto, es decir "infinito", incluido en sus referencias simblicas. Lamodernidad es pues un espacio donde se encuentran sujetos como tales, sometidos a losdioses, a Dios, al Rey, a la Repblica, al Pueblo, al Proletariado... Todas las definicionescohabitan en la modernidad a la que nada le gusta tanto como mudar de la una a la otra,lo que explica ese costado en movimiento, de crisis, crtico de la modernidad.

    La modernidad es un espacio donde como el referente ltimo no deja de cambiar, todoel espacio simblico se vuelve movedizo. Hay un Otro en la modernidad, e inclusomuchos Otros, o al menos muchas figuras del Otro. Precisamente por eso la condicindel sujeto puede definirse a travs de dos elementos: la neurosis, llamada as a partir deSigmund Freud, por el lado del inconsciente, y la crtica por el lado de los procesossecundarios. La neurosis, en la medida que no es otra cosa que aquello por lo cual cadauno paga su deuda simblica respecto al Otro (el Padre, para Freud) que se ha hechocargo de la cuestin del origen. Y la crtica, en la medida en que el sujeto de lamodernidad slo puede ser un sujeto que juega con varias referencias que compiten, yque incluso entran en conflicto. Este ltimo aspecto es evidentemente decisivo encuanto a la educacin: en tanto que institucin que interpela y produce sujetosmodernos, slo puede existir como espacio definido por el pensamiento crtico.

    El sujeto moderno sera pues, globalmente, un sujeto neurtico y crtico.

    Esa doble definicin acaba de desmoronarse. Por qu? Porque ninguna de las figurasdel Otro vale ya en la posmodernidad. Parece que todos los anteriores Otros, todos losde la modernidad, son ciertamente posibles y estn disponibles, pero ya ninguno deellos tiene el prestigio necesario para imponerse. Todos se han visto afectados por losmismos sntomas de decadencia. Y no ha faltado la constatacin de la decadencia de lafigura del Padre en la modernidad occidental.

    Si los perodos precedentes definan espacios sealados por la distancia entre el sujeto ylo que lo funda, entonces la posmodernidad puede definirse por la abolicin de ladistancia entre el sujeto y el Otro. La posmodernidad, democrtica, corresponde

    efectivamente a la poca en la que se trata de definir al sujeto por su autonoma,especialmente jurdica, y en la que se da al sujeto parlante una definicin

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    autorreferencial. Es decir que la autonoma jurdica, como la libertad mercantil,eventualmente total, son absolutamente congruentes con la definicin autorreferencialdel sujeto.

    Por ello, el anlisis del devenir decadente del Otro en el perodo posmoderno debe

    incluir los tiempos neoliberales que vivimos, definidos por la "libertad" econmicamxima acordada a los individuos. Lo que se llama el "mercado" no vale en absolutocomo nuevo "Otro", en la medida que est lejos de tomar a su cargo la cuestin delorigen, de la autofundacin. All es donde se identifica el lmite fundamental de laeconoma de mercado en su pretensin de hacerse cargo del conjunto del vnculo

    personal y el vnculo social.

    Accin e iniciativa atascadas En el momento en que se conmina a un sujeto a ser smismo, es cuando se encuentra la mayor dificultad, o incluso la imposibilidad, de serlo.Eso explica que en las sociedades posmodernas confluyan cada vez con ms frecuenciatcnicas de accin sobre uno mismo, verdaderas prtesis identitarias que vienen a

    aplicarse en el lugar donde opera la destitucin del sujeto. Por ejemplo, esos programastelevisivos que ponen en escena a gente corriente ("Es mi opcin"), el uso de

    psicotropos que estimulan el humor y multiplican la capacidad individual, entre los queel dopaje slo es un aspecto (5).

    Con la posmodernidad, la distancia respecto al Otro se ha convertido en distancia de smismo a s mismo. El sujeto posmoderno no es slo disociado, es "esquizo". Todosujeto puede enfrentarse as con su autofundacin, puede ciertamente llegar a tener xito

    pero no sin encontrarse constantemente enfrentado a fracasos, ms o menos graves. Esadistancia interna del sujeto respecto de s mismo resulta inherente al sujeto posmodernoy modifica sensiblemente el diagnstico de Freud sobre el sujeto moderno, llevado a laneurosis. El sujeto posmoderno parece encaminarse hacia una condicin subjetivadefinida por un estado lmite entre neurosis y psicosis, cada vez ms entrampado entrela melancola latente, la imposibilidad de hablar en primera persona, la ilusin deomnipotencia y la huida hacia delante en falsos s mismo, en personalidades prestadas,es decir mltiples, ofertadas profusamente por el mercado.

    Por ejemplo, lo que se llama "depresin", esa enfermedad del alma, afecta hoy demanera permanente a importantes franjas de la poblacin (se dice que la sufre, de formarotativa, un 15% a un 20% de la misma). Lo que antes se llamaba la "pasin triste" se hatransformado en un atascamiento de la accin y la iniciativa ante el cual la gente tiene

    que recurrir cada vez ms a tratamientos mdicos y especialmente a antidepresivos,cuyo emblema es el Prozac. En Estados Unidos, la administracin masiva de Ritaline achicos inquietos atestigua la medicacin cada vez ms generalizada de los trastornos dela conducta. En la posmodernidad ya no es la culpabilidad neurtica la que define alsujeto, sino algo as como el sentimiento de omnipotencia cuando se logra algo y deimpotencia absoluta cuando no.

    La vergenza (ante uno mismo) ha reemplazado, en suma, a la culpabilidad (respecto delos otros)... Sin referencias en las que se pueda fundar una anterioridad y unaexterioridad simblicas, el sujeto no consigue desplegarse en una espacialidad y unatemporalidad suficientemente amplias. Queda atrapado en un presente donde se juega

    todo. La relacin con los otros se vuelve problemtica en la medida en que susupervivencia personal se encuentra siempre en cuestin. Si todo se juega en el

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    momento, entonces los proyectos, la anticipacin, el retorno a uno mismo se conviertenen operaciones muy problemticas. De manera que todo el universo crtico se encuentraafectado.

    Qu hacer si ya no hay Otro? Construirse a solas utilizando los muchos recursos de

    nuestras sociedades en este sentido. Sin duda, pero no es seguro que la autonomaconstituya una exigencia que todos los sujetos pueden satisfacer. Los que la logransuelen ser los que han estado "alienados" antes y han tenido que luchar para liberarse.En ese sentido, el estado aparente de libertad promovido por el neoliberalismo es unaengaifa. La libertad como tal no existe: slo existen liberaciones. Es por eso quequienes no han estado nunca alienados no son libres, contra lo que podra hacer creer lafrmula de Pierre Bourdieu a propsito del "culto del individuo solo pero libre". Losnuevos individuos estn ms abandonados que libres. Lo que, por otra parte, lesconvierte en presas fciles de todo cuanto parezca poder cubrir sus necesidadesinmediatas, y en blancos cmodos para un aparato tan poderoso como el mercado (7).

    Varias tendencias se plantean remediar la carencia del Otro. La primera sera lo que sellama la pandilla. Cuando el Otro falta y no se puede hacer frente solo a la autonoma oa la autofundacin requeridas, se puede intentar siempre hacerlo entre varios. Basta conexpresar a una persona colectiva que abarque varios cuerpos distintos. La pandilla estmarcada por el transitivismo: puesto que pertenece a una misma persona colectiva, siuno de ellos cae, a los otros puede hacerles dao. La pandilla posee un nombre colectivoque cada cual ostenta. Posee su firma, sus siglas, su graffiti propio, su logo, que seala ydelimita su territorio. Variante de la pandilla: la patota.

    La patota es una pandilla que ha triunfado imponiendo sus mtodos expeditivos(extorsin, acciones violentas, ajustes de cuentas...).

    La segunda tendencia expresa la eleccin de un sucedneo que pueda suplir la carenciadel Otro: sera la secta. Cuando el Otro falta, se puede erigir por fuerza una especie deOtro que garantice absolutamente al sujeto contra cualquier riesgo de ausencia.

    La tercera tendencia expresa igualmente un sucedneo. Ya no se reinscribe al Otro en elorden del deseo, sino en el de la necesidad. Es lo que pasa con la toxicomana. En estecaso al menos, se sabe as donde est y lo que es del Otro ausente, que no es otra cosaque un producto qumico lo ms adictivo posible, que uno se podr procurar a condicin

    de que se convierta en su esclavo.La cuarta tendencia va de alguna manera ms lejos, puesto que equivale a una tentativade convertirse en el Otro. El sujeto se autoadjudica signos de omnipotencia y seautoatribuye derecho de vida y de muerte sobre sus semejantes dotndose de poderessupuestamente mgicos. Se deesatan entonces sin freno los actos de violencia mscrudos, como el de Littleton (8).

    Esas tendencias no se expresan exclusivamente bajo distintas formas de delincuencia, almenos hay una muy difundida en todo el cuerpo social: la tendencia a utilizar lastecnociencias con el fin de franquear los lmites en los que estn contenidas las bases

    materiales de la vida. Se recurre a las tecnociencias con vistas a reforzar el sentimiento

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    de omnipotencia del sujeto. Se hace necesario salir de nuestro emplazamientorestringido en el tiempo (un "ahora") y en el espacio (un "aqu").

    Es de destacar que esta cultura de la informacin se acompaa de un nuevoanalfabetismo que agobia la transmisin generacional: pensemos en la decadencia de la

    lectura en las generaciones jvenes, en el fracaso de la enseanza que produce cada vezms diplomados casi analfabetos.

    Se trata tambin de intentar salir del orden de sucesin de las generaciones (ahora hayabuelas que dan a luz, y padres muertos, precavidamente colocados en frascos, que danvida).

    Se trata tambin de salir del confinamiento de todo sujeto en uno de los dos gneros (serhombre o mujer), que remite a una tentacin humana tan antigua como legtima, peroque se jugaba en el registro simblico imaginario, mientras que ahora se despliega en elreal.

    Se trata tambin de intentar franquear las diferencias genticas o de compartimentacinde las especies vivas. En este registro, pensemos en las profesiones de fe sobre unasupuesta identidad animal, o en los intentos genticas de mezclas de especies (porejemplo, la humanizacin de los cerdos con vistas al injerto de rganos). Por todas

    partes, las tecnociencias refuerzan las tendencias del sujeto posmoderno a franquear loslmites org*nicos, mediante la creacin de lo que se denomina lo hiperreal...

    El neoliberalismo nos obliga a una reflexin muy amplia. No nos impone solamente lacrtica de un sistema econmico inicuo, o la comprensin de mecanismos de destruccinde instancias colectivas y de "ser con los otros", sino tambin una reflexin renovadasobre el individuo, el "ser uno mismo". La condicin subjetiva surgida de la modernidadest amenazada. Podemos dejar volatilizarse en una o dos generaciones el espaciocrtico, tan arduamente construido en el curso de los siglos precedentes?

    Notas al pie:

    1 Pierre Bourdieu, "L'essence du nolibralisme", Le Monde diplomatique, Pars, marzode 1998.

    2 Jean-Franois Lyotard, La condicin posmoderna, Altaya, 1999, Barcelona.

    3 Vase sobre este punto los trabajos de Marcel Gauchet.

    4 Uno de los conceptos fundamentales de la filosofa griega, cuya etimologa viene de"nacer", "crecer".

    5 Dany-Robert Dufour, Les Mystres de la trinit, Gallimard, Pars, 1990.

    6 Vase sobre estas cuestiones Alain Ehremberg, La fatigue d'tre soi, Odile Jacob,Pars, 1998.

    7 Frank Mazoyer, "Consumidores: la irresistible perversin de la necesidad", Le Mondediplomatique, edicin Cono Sur, enero de 2001.

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    8 El 20-4-1999, en Littleton, Estados Unidos, dos muchachos de 18 y 17 aos,fascinados por las mquinas informticas y algunas sectas violentas, mataron a trece desus compaeros de clase antes de suicidarse.

    *Filsofo, profesor en la Universidad Pars-VIII, autor, entre otras obras, de "Folie etDmocratie", Gallimard, Pars, 1998.

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    La filosofia, Dufour y el proletariadoEnviado por Francisco Umpirrez Snchez

    Partes: 1, 2

    1. Trabajadores y proletariado2. Los filsofos y la transformacin del mundo3. Las abstracciones y las ocultaciones4. La postmodernidad5. Emancipacin poltica y emancipacin humana6. La postmodernidad y la salvacin de la humanidad por el proletariado7. Neoliberalismo8. El uso absoluto de las palabras9. Capitalismo de libre mercado y capitalismo monopolista

    10. El mercado y la regulacin11. El sujeto postmoderno12. El ser actual como un ser sin lmites13. La postmodernidad, el mercado y Dios14. No tenemos ms que el mercado?15. Dioses falsos?16. Los fines inmediatos y los fines lejanos17. El sujeto y la destitucin subjetiva18. El mercado como persona19. El mercado y la produccin

    Rebelin (http://www.rebelion.org/)"As como la filosofa encuentra en el proletariado sus armas materiales, el proletariadoencuentra en la filosofa sus armas espirituales". Karl Marx. En torno a la crtica de lafilosofa del derecho.

    El 3 de julio de 2006 fue publicada en Rebelin una entrevista al filsofo francs Dany-Robert Dufour bajo el ttulo La muerte de Dios postmoderna. Aunque Anglica M.Aguado y Jos J. Pauln, sus entrevistadores, presentan al filsofo francs como uno delos pensadores europeos ms importantes, a mi juicio este filsofo, como la mayora delos filsofos postmodernos, le da la espalda a la realidad y usa el lenguaje como si

    constituyera un mundo independiente. No acta conforme se expresa Marx en la citaque encabeza este trabajo, no entiende que el proletariado, las masas ms pobres del

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    mundo, debe encontrar en la filosofa sus armas espirituales. As se evitara que labuscara en exclusividad en la religin. Y para lograr que el proletariado encuentre en lafilosofa sus armas espirituales, el filsofo debe traducir su lenguaje filosfico allenguaje corriente. Slo as se demostrara que la filosofa sirve a la vida y es expresinde la vida.

    Trabajadores y proletariado

    Hoy da, dadas las diferencias entre los pases del Norte y los del Sur, se hace necesarioestablecer una clara distincin entre trabajador y proletario. Deberamos utilizar esteltimo nombre para los trabajadores que viven en condiciones difciles, con bajossalarios, y especialmente en pases pobres. Puesto que los trabajadores que viven en los

    pases ms avanzados, incluso los que no tienen grandes salarios, pueden disfrutar de unnivel de vida relativamente satisfactorio, si la comparamos con la vida que llevan lostrabajadores en los pases menos avanzados.

    Los proletarios, dada las penurias de su vida, son quienes ms sienten la necesidad deque el mundo cambie y suean con dicha posibilidad. Lo que sucede es que la culturacapitalista alimenta este cambio como una opcin individual y no como una opcincolectiva. En el otro extremo de la balanza nos encontramos con trabajadores que

    pueden llegar a percibir hasta seis mil euros al mes en concepto de salario. Este salariono los convierte en capitalistas, pero si en unos ciudadanos que disfrutan de un buennivel de vida y a quienes no les falta de nada. De ah que estos trabajadores no sientan lanecesidad de que el mundo cambie. No obstante, tanto un sector como otro, tanto eltrabajador como el proletario, necesitan de la filosofa como arma espiritual. Ms eneste mundo de hoy, tan ausente de espritu y de valores, donde el materialismo vulgar yla vida superficial lo ocupan todo.

    Los filsofos y la transformacin del mundo

    El pensamiento filosfico puede ser empleado para dos fines: por un lado, pararepresentar el mundo, mostrando lo que existe y sealando cules son sus necesidadesde cambio, y por otro lado, para ocultar el mundo, metamorfosearlo y volverloinexplicable. Creo que hoy da hay muchos filsofos, entre los que se encuentra Dufour,cuyas palabras slo sirven para convertir el mundo en algo inexplicable. No obstante,aconsejo al lector que lea la entrevista de la que antes di las referencias y que tenga la

    paciencia de leer hasta el final la crtica que aqu formulo. S que para las personas

    prcticas, las que tienen que comunicarse con la gente sencilla, el lenguaje filosficoabstracto, ms especialmente el especulativo, les resulta muy poco interesante. Pero aun sector importante de los intelectuales s les interesa ese lenguaje y los problemas quetrata. Y los intelectuales constituyen una de las fuerzas sociales imprescindibles para latransformacin de la sociedad capitalista en una sociedad socialista. As que lasvanguardias de la izquierda radical no pueden ignorarlos ni desatender sus necesidades.

    Las abstracciones y las ocultaciones

    Creo que la mayor abstraccin en la que incurre Dufour en su entrevista es en la desujeto o neo sujeto. Y carga an ms de abstraccin a ese sujeto cuando lo define como

    un sujeto determinado por el ideal crtico kantiano y por la neurosis. Me parece unaabstraccin burguesa, propia de la clase media, que siempre anda huyendo de las

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    contradicciones extremas. No se trata de inventar contradicciones extremas; pero siestas existen, no hay que ocultarlas o hacer como si no existieran. Pero por qu me

    parece una abstraccin burguesa la del sujeto del que habla Dufour? Porque cualquierfilsofo que tenga los ojos abiertos puede ver dos clases de sujetos en el primer planodel mundo: por un lado, las cien mil personas que mueren cada da de hambre, y por

    otro lado, las quinientas personas ms ricas del mundo que suman ms dinero que el queposeen las 410 millones de personas ms pobres del mundo. Por mucho que avance lafilosofa, por mucho que se declare la importancia y omnipresencia del lenguaje, nadade eso puede borrar la contradiccin extrema entre riqueza y pobreza. Como tampoco

    puede borrar la contradiccin entre propiedad pblica y propiedad privada. Puesto quetanto la pobreza extrema como el enriquecimiento desproporcionado son frutos de la

    propiedad privada. As que en vez de un sujeto crtico kantiano y neurtico, lo quetenemos en el mundo de hoy es un sujeto hambriento y un sujeto extremadamente rico.

    La postmodernidad

    A la pregunta de qu caracteriza exactamente a la postmodernidad, Dufour contesta losiguiente: "La postmodernidad se caracteriza, segn Lyotard, por el fin de los grandesrelatos de emancipacin de la humanidad que fueron elaborados durante la modernidad,la cual funcion en torno a ciertos ideales, por ejemplo el acceso a la razn y alcriticismo y la emancipacin social. Tomen como ejemplo el marxismo y la salvacinsocial prometida de alguna manera con referencia al pueblo-, y el acceso a ciertas"fuerzas oscuras" (pienso ahora en Nietzche o en Freud, que decan que en cuantoacudiramos a ellas nos bamos a liberar). Entonces, los que sufren frente a la

    postmodernidad seran esos grandes relatos, ya que sta pondra fin a esas esperanzas ya esos ideales. As que la postmodernidad dice que ya no seremos salvados ni por Dios,ni por el proletariado, ni por ningn ideal de emancipacin".

    Emancipacin poltica y emancipacin humana

    Dufour nos dice sintticamente dos cosas: una, ha llegado a su fin los grandes relatos deemancipacin de la humanidad, y dos, la humanidad no debe esperar a ser salvada por el

    proletariado. Ha sido la burguesa, sobre todo por medio de la declaracin de losderechos humanos, quien ha confundido de siempre la emancipacin poltica con laemancipacin humana. La emancipacin poltica llevada a cabo por la revolucin

    burguesa signific, entre otras cosas, que el Estado se liberara de la religin. Pero nosignific la liberacin humana de la religin, todo lo contrario: las personas se volvieron

    ms religiosas. As que quien hable de que la modernidad, esto es, la poca burguesa yla poca de la transicin del capitalismo al socialismo, se caracteriza por el fin de losgrandes relatos de la humanidad, es vctima de la ideologa burguesa, que presenta laemancipacin poltica como emancipacin humana.

    En esta confusin entre la emancipacin humana y la emancipacin poltica, en la queincurri la burguesa, no poda caer el proletariado. Y la experiencia del socialismorealmente existente lo ha puesto as de manifiesto: se trata en principio yfundamentalmente de la emancipacin econmica y poltica del proletariado, no de laemancipacin de la humanidad. El ejemplo de Cuba y de China as lo atestiguan. Asque es un error asignarle al proletariado una misin que no le corresponde y que la

    prctica desmiente.

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    La postmodernidad y la salvacin de la humanidad por el proletariado

    De todos modos no deja de ser una actitud extremadamente burguesa y cmoda hablarde que no debemos esperar del proletariado que salve a la humanidad. Ser que Dufourno tiene los ojos abiertos y no ve lo que hay que ver: no ve que cada da mueren de

    hambre cien mil proletarios. Cmo podemos esperar del proletariado, que representa lams grande de las deshumanizaciones, la salvacin de la humanidad? Slo puedeesperarlo la clase media, que es una clase social cmoda donde las haya, que le gustahablar de que los relatos de emancipacin de la humanidad han acabado sentada en susilln, como si ella nada tuviera que ver con la marcha del mundo. No sabe o no quieresaber que si los grandes relatos de emancipacin de la humanidad han llegado a su fin,especialmente en Europa occidental, ser porque ella los ha sofocado, estrangulado yasfixiado.

    Neoliberalismo

    Ante la pregunta formulada por sus entrevistadores de cul sera la diferencia entreneoliberal y ultraliberal, Dufour responde lo siguiente: "Neoliberal quiere decirliteralmente "nuevo liberalismo". Ahora bien, creo que no es un nuevo liberalismo; slohay un liberalismo que fue enunciado hacia 1768 por primera vez por Adam Smith, yque se presenta como la posibilidad para los individuos de entregarse a la gananciamxima y seguir todos sus clculos egostas; que deca que "podan hacer" sin ningnlmite, sin ninguna vergenza, porque de todas maneras exista una Providencia que ibaa transfigurar los vicios privados en virtudes pblicas, es decir, en riqueza colectiva. Eseste rgimen, simplemente llevado hasta sus ltimas consecuencias, el que vemosaparecer en el mundo, sobre todo a partir de 1980 con Margaret Thacher, en Inglaterra,y con Ronald Reagan, en Estados Unidos, y que implica la destruccin de todas lasformas de regulacin".

    El uso absoluto de las palabras

    No deberamos dejar que ciertas palabras, como, por ejemplo, la palabra"neoliberalismo", oculten los detalles del mundo y de la vida. No deberamos ver tras elneoliberalismo especialmente y en exclusividad a los mandatarios de las grandes

    potencias. Nuestra visin debera ser ms amplia y percibir bajo la bandera delneoliberalismo, adems de a esos mandatarios, a los grandes capitalistas de todas lasnaciones, con sus nombres y apellidos, a los grandes lderes de opinin del mundo

    capitalista, a sus grandes y enriquecidos deportistas, y a todas las grandes figuras que semueven en torno a la moda y la publicidad. Hay que ampliar los blancos sobre loscuales apuntar la crtica. No debemos fijarnos en exclusividad en los representantes

    polticos, los que estn al frente del Estado y dan la cara, sino tambin y msespecialmente en los representados. Son demasiadas las fuerzas y los sectores socialesque viven de lo lindo gracias al estado econmico y social del mundo actual. Haymuchos vividores, presentes en todos los mbitos de la vida, que sacan grandes tajadassin trabajar o trabajando muy poco en este mundo extremadamente liberal. As que eluso absoluto de cualquier palabra, como en este caso sucede con la palabra"neoliberalismo", sin entrar en los detalles y matices de la vida, nos lleva a tener unaconcepcin del mundo muy unilateral. Es como si sobre la vida echramos una pesada

    manta y todo lo viramos de un solo y uniforme color. As que si alguien dice que est

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    contra el neoliberalismo, qu nos diga que hay detrs de esa palabra o a quin apuntacon esa palabra.

    Capitalismo de libre mercado y capitalismo monopolista

    Adam Smith hablaba para la poca del capitalismo de libre mercado, donde lasempresas no eran muy grandes y producan para un mercado desconocido. En esa pocaera cierto, hasta cierto punto, que el inters individual generaba un inters comn. Perodesde principio del siglo XX el capitalismo de libre mercado dej de existir y su lugarfue ocupado por el capitalismo monopolista, donde los bancos pasaron a desempear un

    papel central y dominador. Y los monopolios, al contrario que las empresas de la pocadel libre mercado, lo calculan todo y lo planifican todo. No venden a un mercadodesconocido, sino a un mercado conocido en todos sus detalles. Las grandes empresastransnacionales antes de invertir en un determinado lugar lo estudian todo previamente,si hay las infraestructuras adecuadas o no, si hay estabilidad poltica o no, incluso tienenlos contactos y tratos necesarios con las autoridades locales. Nada se les escapa al

    movimiento espontneo. Ya nadie cree en el mercado ciego y desconocido. As que eneste sentido el liberalismo del capitalismo transnacional nada tiene que ver con elliberalismo de los siglos XVIII y XIX. Es un grave error terico presentar el liberalismoactual como una continuacin o culminacin del liberalismo representado por AdamSmith.

    Hay que observar adems una diferencia esencial: en tiempos de Adam Smith el trabajose consideraba la sustancia del valor, mientras que en la actualidad todos los esfuerzosde los economistas burgueses estn encaminados a quitarle el protagonismo al trabajoen la creacin de riquezas. Y como dije en cierta ocasin: Adam Smith es un aliado paralos marxistas en la lucha contra los economistas convencionales. Adam Smith era uneconomista profundo, no superficial, como s lo son los economistas burgueses actuales.As que es un gran error ideolgico presentar el liberalismo actual, que expresa losintereses del capital monopolista y el predominio de la economa vulgar, con elliberalismo de los siglos XVIII y XIX, que expresa los intereses del capitalismo de libremercado y el predominio de la economa profunda y esencialista. En aquel entonces la

    burguesa era revolucionaria, mientras que ahora es reaccionaria.

    El mercado y la regulacin

    Dufour habla como si el capitalismo actual supusiera la destruccin total de todas las

    formas de regulacin. Esto es un error. Dufour confunde la actuacin de los grandescapitalistas en el interior de sus fronteras con su actuacin fuera de ellas. El mercado enlos pases miembros de la UE, por poner un ejemplo, es un mercado regulado. Slo hayque pensar que la mitad de la economa es pblica. Y la regulacin no slo es unademanda de la clase obrera, tambin lo es de la clase capitalista. Todos los capitalistasestn unidos mediante organizaciones empresariales y exigen del Estado muchas cosas:que abaraten los costos de la seguridad social, que faciliten subvenciones, y que lesayude en la creacin de puestos de trabajo. As que el mercado actual es un mercadoregulado e intervenido. La cuestin est en que cuando los grandes capitalistas de laUnin Europea actan en el exterior, especialmente en los pases atrasados, quieren lamayor de las libertades: el dejar hacer sin lmites. Pero ah est la reaccin de pases

    como Venezuela y Bolivia para establecer lmites y no dejar al gran capital hacer lo quequiera. De todos modos el problema no sta en el mercado, sino en que el mercado sea

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    capitalista, y ms especficamente que est en manos de las grandes empresastransnacionales. Y las empresas transnacionales lo regulan todo, no actan a ciegas y sincontrol. As que es un error presentar el liberalismo internacional como una economade mercado sin regulacin ni control. El problema no es si hay un mercado regulado ono regulado, sino en manos de quines est la regulacin y el control.

    El sujeto postmoderno

    A la pregunta de cules seran las consecuencias psquicas para el que, a todas luces,parece ser un neo sujeto, formulada por sus entrevistadores, Dufour contesta en lossiguientes trminos: "En la poca moderna tenamos un sujeto doblemente definido:estaba definido por el ideal kantiano que apareci alrededor de 1800, y estaba definidotambin por la condicin subjetiva de este sujeto moderno caracterizada por la neurosis.Yo creo que el sujeto postmoderno es un sujeto que ya no est marcado por la necesidadde esta substraccin; es un sujeto que debe poder obtener todo lo que quiere en funcinde que Adam Smith llam la maximizacin de las ganancias. A partir de entonces es un

    sujeto que se presenta con una nueva caracterstica, la de ser un ser sin lmites, y por lotanto entra en otra economa psquica distinta a la del ser humano moderno que se veobligado a renunciar a una parte para que lo dems funcione".

    Los filsofos, como Dufour, atrapados por las palabras, falsean el mundo, tanto elpasado como el actual. Nadie puede creer que las personas de 1800 fueran sujetoskantianos y neurticos. Algunas tal vez s, y siempre en una parte de Europa, pero lamayora no. Y de todos modos esas caracterizaciones son insuficientes para saber cmoera la gente de aquel entonces. Adems, entre las personas hay muchas diferencias, declase, de cultura, de posicin, de origen, etctera. Y al caracterizar al sujeto actual,Dufour cae en el mismo error que cuando caracteriza al sujeto de 1800, y hay cosas queno comprende. La maximizacin de las ganancias es una exigencia que debe plantearsecualquier empresa. El problema no est en maximizar las ganancias, sino en quin seapropia de las ganancias. Pertenece al socialismo antiguo y reaccionario pensar quequien lucha por maximizar las ganancias es un capitalista. Tambin cualquier personadebe buscar ganar lo ms posible. El problema no est en luchar por el mximo ingreso,sino en que haya personas que se apropien de trabajo ajeno.El ser actual como un ser sin lmites

    Cuando Dufour habla de que el ser actual es un ser sin lmites, se deja llevar por las

    ideas. El Estado, lejos de debilitarse, se ha vuelto ms complejo y poderoso. Y el Estadoes el ms grande de los lmites que existen. No limita Estados Unidos con sumaquinaria de guerra el libre hacer del pueblo iraqu? Sin duda que s. Hoy existen mslmites que nunca. La existencia de las transnacionales es la limitacin ms importanteque tiene el mundo de hoy. Pero no por ser transnacionales, sino por ser de propiedad

    privada. Otra cosa es que haya pueblos que son muy libres y otros que lo son menos.Pero pensar que existe un sujeto abstracto y universal que carece de lmites, no deja deser un canto al ciego idealismo. Y el idealismo es un veneno para la conciencia quequiere cambiar el orden existente.La postmodernidad, el mercado y Dios

    A la pregunta cul es entonces el lugar de Dios en la postmodernidad?, formulada porlos entrevistadores, Dufour responde lo siguiente: "Me estn haciendo una pregunta

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    muy interesante porque, de hecho, los grandes relatos de salvacin de la modernidadhan muerto en la postmodernidad. As que podramos decir que Dios ha muerto, peroeste vaco trascendente de Dios fue reemplazado por la nueva Providencia quemencion hace rato, que es la Providencia del mercado. Es el mercado el que se

    presenta como un nuevo dios: potencia, omnipotencia; podra hacer todo, regular todo.

    As que estamos ante una especie de nuevo dios. El problema es que este nuevo dios nocumple sus promesas. Por qu? Porque el mercado es una simple red de intercambios,un mbito donde se puede intercambiar todo, todo lo que es mercantilizable en elmundo".

    Pienso que Dufour habla de espalda a la realidad y que sus palabras carecen de verdad.Dios no ha muerto, porque la creencia en Dios no ha muerto. La gente sigue siendo hoyda muy religiosa. La necesidad de creer en Dios sigue siendo hoy da muy fuerte. Yentre ms pobres sean los pueblos, entre ms miserias y calamidades padezcan, msfuerte y desarrollado est el sentimiento religioso. As que Dios slo morir cuandomuera la necesidad de creer en l. Y la necesidad de creer en l desaparecer cuando del

    mundo desaparezca el mal: el hambre y la guerra.

    Presentar al mercado como el nuevo Dios me parece un pensamiento del tiempo deLutero, que hablaba del dinero como algo que en s mismo encerraba el mal. El mercadoes un mecanismo econmico que sirve para acelerar el desarrollo de las fuerzas

    productivas y para asignar los recursos. El problema en el mundo actual no est en quehaya mercado, sino en que el mercado sea capitalista. No es el mercado el que lo puedetodo, sino los grandes capitalistas que operan en el mercado. As que para acabar con laomnipotencia que hay en el mercado habra que acabar con los grandes capitalistas.Sucede con el mercado lo mismo que sucede con el dinero. El problema no es el dinero,sino que haya personas que lo posean en cantidades infinitas y otras personas queapenas puedan disponer de l.No tenemos ms que el mercado?

    Los entrevistadores despus de afirmar que si la postmodernidad presenta la posibilidadde la muerte de Dios y lo que ha venido a ocupar su lugar es el mercado, formulan lasiguiente pregunta: la oferta de las nuevas religiones es la existencia de un dios falso?Y Dufour responde del siguiente modo: "No, yo creo que es en esta declinacin de lasdistintas figuras del Otro que la humanidad ha conocido, donde hay que contar formasextraordinariamente diversas de la divinidad, o formas extremadamente diversas de loque se da en llamar el soberano, o formas muy diversas de lo que se podra llamar la

    soberana. Piensen, por ejemplo, en la historia occidental, en la cual pasamos de laphysis griega, los dioses de la naturaleza, el politesmo griego, a todas las variedades delmonotesmo; pasamos a una forma de la teologa poltica con la monarqua absoluta,luego pasamos a nuevas apariciones del soberano: el pueblo; as, por ejemplo Rousseau,en el contrato social, llama al pueblo el soberano, y esa es una nueva forma de relacincon un tercero. Tambin conocimos formas de religin del arte, de religin poltica, porejemplo Marx era alumno de Hegel, y en esta teleologa de la Historia no es larealizacin del espritu absoluto lo que estaba en el orden del da para Marx, sino eladvenimiento de una sociedad sin clases, lo cual en el fondo est muy cercano al

    proyecto teleolgico y lgico de Hegel. Por eso hablo del marxismo como de unateologa poltica. Resulta que todo esto se desmoron, entonces, efectivamente, por el

    momento no tenemos nada ms que el mercado que no mantiene sus promesas, ytenemos el regreso de falsos dioses".

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    No dejan de asombrarme estas formas de hablar. Supuestamente el mercado, convertidoen una persona, a juicio de Dufour, nos dice: "quiera usted lo que sea, nosotros se lovamos a dar". As no acta el mercado. No basta con querer una cosa, es necesario tenerel dinero suficiente para pagarla. Si no, el mercado no te lo da. Y slo los que tienenmucho dinero, piden cosas al mercado irracionales, como, por ejemplo, los objetos de

    lujo, los excesos y los caprichos. Pero quien viva del salario base, slo le pide almercado lo que necesita. As que lo que se espera del mercado depende del dinero quese tenga en los bolsillos.El mercado y la produccin

    Frente a los abusos del mercado, frente a los excesos y los caprichos, frente al consumodesproporcionado e irracional, la mejor resistencia sera cambiar la produccin. Y endos sentidos: cambiar la propiedad, de privada cambiarla a pblica, y cambiar lo que se

    produce, sustituir los artculos de lujos por artculos bsicos y necesarios. Pensar que laclave de la sociedad moderna est en el mercado en vez de en la produccin, es pensarcomo los economistas convencionales, como los economistas vulgares, quienes prestan

    odos sordos a estas sabias palabras de Marx: "Por eso abandonamos esta esfera ruidosa,situada en la superficie y visible para todos, junto con el poseedor del dinero y el defuerza de trabajo, a fin de seguir a ambos en los lugares ocultos de la produccin, encuya puerta se halla escrito: No admittance except on business. Veremos aqu no slocmo produce el capital, sino cmo se produce l mismo. Y se nos revelar por fin elsecreto de la plusvala".

    Y pensar que escribir un poema, hacer una obra de arte y tener una sesin depsicoanlisis son formas de resistencia al mercado capitalista, es sencillamente que nose sabe lo fuerte que es el sistema capitalista ni se sabe donde se encuentra la mayorfuerza contra el sistema capitalista: en las grande masas trabajadoras. De todos modos

    para hacer una obra de arte hay que tener tiempo libre, preparacin y conocimientos. Yesto ltimo cuesta dinero. Como tambin cuesta dinero una sesin de psicoanlisis.Francisco Umpirrez Snchez.

    *************

    Hernn Daz

    Al interrogarse muy concretamente acerca del futuro de las nuevas generaciones, elautor cuestiona las novedosas maneras de consumir, de informarse, de educarse, detrabajar y, en una perspectiva ms general, de vivir con los dems.

    El autor sostiene que una nueva ideologa est instaurndose, quiere comprender losconfines de esa ideologa. La Amsterdam capitalista de Descartes ha conquistado almundo, sostiene. Dany-Roibert Dufour u pronostica que el neoliberalismo quierefabricar un "hombre nuevo" como en su momento quisieron hacerlo el nazismo y elcomunismo.

    En los aos setenta, en una de sus conferencias, Jacques Lacan seal: El discursocapitalista es locamente astuto [] marcha sobre ruedas, no podra andar mejor. Pero

    precisamente, marcha demasiado rpido; se consuma. [] se consuma tan bien que seconsume. Justamente, Dany-Robert Dufour rescata esa interpretacin como punto de

    partida para El arte de reducir cabezas, ensayo filosfico en el que sostiene que elsujeto crtico de Kant y el sujeto neurtico de Freud, que suministraron la matriz del

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    sujeto de la modernidad, han sido destruidos por la mutacin del capitalismo moderno.En pocas palabras, ste ya no se basa en la apropiacin de los cuerpos como fuerza detrabajo, sino en algo ms sutil y peligroso: la apropiacin de las mentes.Despojado de su facultad de juicio, impulsado a gozar sin trabas, desentendido ya detoda referencia a un valor absoluto o trascendente, el hombre nuevo fabricado por el

    neoliberalismo va apareciendo a medida que el planeta en su conjunto entra en la era delcapitalismo total.Esta obra analiza esa verdadera mutacin antropolgica y las consecuencias sin duda

    problemticas que implica para la vida de las personas lo que el autor llama el arte dereducir las cabezas. Dufour trata pues cuestiones prcticas que afrontan hoy lossocilogos, los psicoanalistas y los expertos en educacin. Al interrogarse muyconcretamente acerca del futuro de las nuevas generaciones, el autor cuestiona lasnovedosas maneras de consumir, de informarse, de educarse, de trabajar y, en una

    perspectiva ms general, de vivir con los dems.

    No es hora de optimismo idiota ni de pesimismo nostlgico, afirma Dany-Robert

    Dufour, el imperativo categrico hoy es la resistencia ante el establecimiento delcapitalismo total, sostiene.

    *****************

    Nihilismo para iconoclastas

    Efran Escobar Guerrero

    Dedicado a A.BcCmo pasaron tus horas? El recuerdo de un gesto, la impronta de una pasin, el fulgorde una aventura, una hermosa y fugitiva demencia ?no hay nada de esto en tu pasado; ningn delirio lleva

    tu nombre, ningn vicio te honra-. Has pasado sin dejar huellas; pero, cul fue tu sueo?Cioran

    Dentro de las grandes construcciones jurdico-polticas que la estructura neoliberal viene promulgandopor todos los territorios "globalizados", a su destruccin material, apropiacin y ambicin desmedida, sele introduce un componente adicional, la necesidad de generar un hombre "nuevo", un ser social capaz deaguantar, sin comprender la miseria y el hambre, capaz de "tolerar" la apata estatal, la privatizacingeneralizada, los desamparos en seguridad social, educacin y empleo, es decir en trminos de La botie:hombres especializados en el arte de servir, la antitesis del Zarathustra Nietzscheano.

    En el hermoso texto, escrito por Dany-Robert Dufour llamado Lart de reduire les ttes, nos introducimosen el complejo mbito de las ideas del neoliberalismo, que gracias a su lgica funcional dedesenvolvimiento, y facilidad de plegarse a cualquier movimiento econmico, formula la creacin de un

    hombre "nuevo" que le resulte funcional, destruyendo las grandes conquistas/logros del pensamientooccidental, mediante una hiptesis simple,pero radical: actualmente asistimos a la destruccin del doblesujeto surgido de la modernidad, el sujeto critico (kantiano) y el sujeto neurtico (freudiano),al queaadimos el sujeto marxista, nos proporciona como resultado el "nuevo"hombre producto de la estructuraideolgica neoliberal, el sujeto postmoderno.

    El hecho de que podamos visualizar el cuerpo humano como un territorio de disputas de poder, puedeaclararnos estas nuevas tecnologas de control y sometimiento de cuerpos y mentes, que van desde losestereotipos y obsesin, aquellos delirios por la figura humana -las dietas de adelgazamiento, el fitness, laliposuccin, cirugas plsticas,?-, pasando por los modernos sistemas de control y vigilancia que regulanlos modelos estticos, los patrones de consumo, de gusto y placer, hasta educacionales, preferenciasliterarias o musicales,llegando a los placeres, los ocultos deleites, la sexualidad, la lujuria, el arte, es decirel sistema nos ensea a desear, nos lo indica, nos lo ordena. Las maquinas deseantes establecen

    lineamientos precisos, donde se formatean los agenciamientos grupales, impidiendo que se desborden los

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    limites corporales,destruyendo las pulsiones moleculares ms intimas, por desequilibradas, por lujuriosas,por blasfemas, por revolucionarias.

    Donde el deseo llega desear represin y se hace cmplice. Los Jbaros, son una comunidad indo-americana, que viven en el oriente de ecuador, y elevaron su prestigio y nombre a nivel internacionaldebido al nimio detalle de que sus antepasados reducan, mediante compleja tcnicas, las cabezas de sus

    enemigos capturados. Los tericos del neoliberalismo han ido ms all, han superado las tcnicascomplejas y elaboradas de los propios Jbaros, de la mera reduccin fsica de la cabeza, pues, se lareducen para que siga "funcionando", y sea un hombre til y servicial a la "comunidad", al sistema, a lagran maquinaria neoliberal. La "Metamorfosis" Neoliberal Al despertar Gregorio Samsa una maana, trasun sueo intranquilo, encontrse en su cama convertido en un monstruoso insecto. Hallbase echadosobre el duro caparazn de su espalda, y, al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientreoscuro, surcado por curvadas callosidades cuya prominencia apenas si poda aguantar la colcha, queestaba visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente esculidasen comparacin con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecan a sus ojos el espectculo de una agitacinsin consistencias.

    Ese sueo letrgico del seor K, se nos presenta como un proceso mediante el cual se pierde todo lo dehermoso/humano que habita en el hombre. La transformacin de Gregorio Samsa en un ser monstruoso,en un insecto, que afronta una complicada y trgica situacin en su cotidianidad, en la manera derelacionarse con su entorno natural, que parece ser un proceso "irreversible",contra el cual el slo hechode oponerse parece ridculo, estpido necio. La incertidumbre fantstica contina cuando Gregorio

    piensa: Qu pasara si yo siguiese durmiendo y me olvidase de todas las fantasas? El cambio de lafisonoma y fisiologa, es la interiorizacin, es la mirada del otro, del sistema, que lo ve, lo "siente" comoun insecto, como un despreciable y repugnante bicho. Se percibe la transformacin de su sensibilidad, decmo siente el mundo, de cmo se comunica con el mundo, laperdida de la voz, es la perdida de lasrelaciones entre las ideas, su interioridad y el flujo del pensamiento.

    Haciendo una transicin de los gustos, de lo que come, lo que quiere o desea, adquiriendo nuevashabilidades, nuevos placeres, nuevas pasiones, que lo transforman en una abominacin, un monstruoqueno tiene la ms mnima esperanza y al que ni siquiera se le puede tener consideracin. Es de la derrota y

    la impotencia de Gregorio desde donde emerge su ltima ilusin, su ltima batalla contra esa realidad?

    En Colombia y toda Latinoamrica, la pedagoga neoliberal impulsa una campaa de adiestramiento, quemuestra una esfera donde existe un "orden"mundial que manifiesta un sentido de "verdad" y de lo "real",que se expresa en todos los aspectos de la vida y al cual es mejor convertirse en vasallo que en opositor,su carcter aparece siempre dulce, hermoso, querido, deseado, mientras que en el trasfondo, oculta laterrible violencia donde se amparan sus discursos, su accionar y su pensamiento. Para la formacin deeste "nuevo"hombre, el imperio ha cargado de poder la massmedia, como vil instrumento de propaganday desinformacin, sentenciando la muerte programada del sujetocritico kantiano y del sujeto neurticofreudiano, con la del sujeto marxista:en la economa neoliberal el trabajo ya no es aquello sobre lo cual se

    basa la produccin del valor, es decir, el mercado funciona desde una perspectivaaltamente especulativa,donde se crean imperios de la nada y donde funcionan a la par una economa "real", y una economa"virtual" que consiste en crear mucho dinero con casi nada, vendiendo muy caro lo que an no existe, ya

    no existe o no existe en absoluto.

    De esta manera la investigacin bio-tecnolgica, los descubrimientos cientficos asociados a lamedicina,gentica, etc. , son propiedad de unos pocos, que venden los "derechos" de sus estudios al mejor

    postor, generalmente gigantes monopolios unidos para especular, aglutinar y expropiar, un ejemplo deesto lo constituyen la apropiacin del patrimonio biolgico de las comunidades, que va desde saberestradicionales asociada a la etnobotnica, el descarado robo/contrato de los hidrocarburos que reposan enel subsuelo, hasta lo ms ilegitimo que es patentar la vida -que adelantan las multinacionales de losagroqumicos y farmacuticas-. En pocas palabras se trata de un proceso mediante el cual se transformanlos saberes populares, as privatizados en mecanismos de extraccin y renta , en instrumentos dedominacin poltica y social, donde se sacraliza la propiedad privada y se desprecia la vida, la dignidad.

    El nuevo hombre que necesita el imperio: un autmata, un "bicho" sin voluntad ni rebelda, alguien

    prescindible, fcil de reponer, con caractersticas precisas: la falta creatividad, de pasin, de arte, dereflexin, de solidaridad. El panptico bajo el cual se desarrolla esta pedagoga, ha generado una

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    omnipotencia del valor monetario. Ante lo cual Dufour sostiene: El capitalismo, que produce mucho ydevora mucho, es :tambin hombres. Pero, qu consume exactamente? Cuerpos?

    Desde hace tiempo son utilizados y la ya antigua nocin ?marxista- de lo demuestra. La gran novedad dehoy es la reduccin de las mentes. Lo que caracteriza a esta transicin posmodernista, es el momento enque el capitalismo luego de poseerlo todo, se dedica al arte de reducir cabezas, en busca de la nueva

    servidumbre para el imperio. Por eso todo lo que se relaciona con identidad, originalidad, patria, sondigeridos por las tendencias neoliberales de moda a manera de estereotipos, sofismas,? de ah que paraellos la memoria es un incomodo inconveniente que lo muestran como un arcasmo caduco, que generatodo tipo de smbolos y signos subversivos, libertarios, que es mejor destruir/aplastar, para de esta maneraconstruir el hombre nuevo, desde las ruinas de los saberes, desde los escombros de los pueblos, desde lamiseria de las comunidades, hombres sin identidad, ni pasado, ni patria.

    El sueo de Gregorio Samsa: Nihilismo para iconoclastas Para despabilar el "espritu" y mantenerlodespierto, sugiere Cioran, no slo contamos con el caf, la enfermedad, la poltica, el insomnio o laobsesin de la muerte, tambin la miseria es un excitante de la vida: el terror al da siguiente tanto como ala eternidad, los problemas financieros como los metafsicos, son parte esencial del movimiento, del flujode formas e imgenes con las cuales nos vamos a la cama todas las noches, pero, tenemos untranquilizante, que todo lo ve, todo lo oye y todo lo dice, la massmedia que permite que los contratiemposy desventuras cotidianas sean aparentemente dispersadas en las vertiginosas imgenes que muestran la

    belleza y armona del mundo, de la realidad en la que estamos anclados.

    Donde el hambre y la miseria fueron excomulgadas por subversivas, por feas, antiestticas, dondemalos/buenos son muy diferentes y no hay escalas intermedias, no existen tonalidades grises, nialternativas, pues, el sistema genera una polaridad de la que fluyen una serie de pautas, reglas, clichs, ?que se exhiben de manera impositiva, como formas puras que contienen libertad, democracia y bellezaesttica. El valor de la libertad, no consiste fundamentalmente en lo que se gana al adquirirla, sino cuantose paga ?nos cobran- por obtenerla, cuanto cuesta. Las leyes que supuestamente son para preservar lalibertad y la democracia, en Latinoamrica son para proteger las propiedades, y no a los hombres dentrodel gran marasmo neoliberal, la propiedad privada y la deuda con la banca internacional son prioridades.Las leyes se convierten en pretextos para manejar polticas fascistas y estrategias extremas de represin,

    control y vigilancia,donde nica libertad permitida es, claro esta, la libertad de consumo.

    El sistema neoliberal intenta eliminar la subjetividad del individuo o sencillamente lo ignora/desconoce yreprime, excluyendo su singularidad y particularidad de los objetos y de las cosas, del paisaje. A

    propsito de esto -parafraseando a Foucault- se nos devela el actual momento histrico como una etapa detinieblas de la que iluminacin y fuerza vienen del interior, de la voluntad de potencia y creacin: .Rebelarse a manera de un Zarathustra, un Lautaro, como un hombre cargado de animalidad ?al estiloRimbaud-, tambin cargado de rocas, de lo inorgnico -all donde reina el silicio-, retornando la palabracritica al pensamiento ?a esa regin informe,muda, insignificante, en la que el lenguaje es parte del

    proceso de liberacin-, para no dejarse diluir en el sueo del seor K, con respecto a los reductores decabezas, que deforman los cuerpos y excluyen las singularidades.

    Los "nuevos" tiempos que se avecinan pronostica el advenimiento de un hombre "nuevo", vasallo de un

    "nuevo" territorio donde reina el capitalismo totalitarista y autoritario, un desptico sistema que no solose apropia de las cosas y los objetos, su aparato coercitivo ya no se limita a un control social de loscuerpos, sino que a partir de una apariencia de libertad, equidad y democracia, se dedica a un "lavadocerebral" dejando limpias las mentes, para esto se vale de todos los recursos hasta los ms representativosde lo pueblos como el arte, incluyendo la msica, el teatro, la pintura. Un buen ejemplo de esto lo realizanescritores como Cohelo, Cuahutemoc,? que reproducen una literatura Light para cerebros Light, que noquieren , donde se hallantodas las respuestas a la vida, todo esta dado, la felicidad y el amor vinculados enun despreciable cuadro de enajenacin y mansedumbre, nada de problemas, nada de complicadas formassociales, slo dormir bajo el sopor de la ilusin neoliberal.

    ******Disolviendo los procesos de inteleccin que constituyen la subjetividad (Piscitelli)

    Efectivamente una operatoria maravillosa del neoliberalismo consistente en disolver losdos grandes procesos de inteleccin que constituyen la subjetividad. En lo tocante a la

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    conciencia reflexiva (procesos secundarios) el neoliberalismo liquida definitivamente alsujeto crtico kantiano.Y en lo tocante al inconsciente (procesos primarios) liquida alsujeto neurtico atormentado por la culpa. En lugar de ese sujeto doblementedeterminado, prefiere disponer de un sujeto acrtico y lo mas psicotizante posible.Es decir un sujeto disponible para conectarse con todo, un sujeto flotante,

    indefinidamente abierto a los flujos comerciales y comunicacionales, permanentementenecesitado de mercancas para consumir. Se trata de un sujeto precario, cuyaprecariedad misma se ofrece en subasta al Mercado, que encuentra en ella nuevosespacios para vender sus productos, y se transforma as en el gran proveedor de kitidentitarios e imgenes de identificacin

    *****La abominacin que no cesa

    Periscopio: allende nuestras fronteras | 12 de Septiembre 2009

    El patrimonio de los 10 ms ricos del mundo es superior a la suma de las rentasnacionales de los 55 pases ms pobres. La sociedad debe cuestionar al capitalismo

    que glorifica la riqueza de unos pocos.

    PorJos Vidal-Beneyto, director del Colegio Miguel Servet de Pars y presidente de laFundacin Amela.El pasado mes de enero ocup este mismo espacio con el mismo tema y la mismaindignacin. Lo que entonces llam El arma del crimen apuntando a los parasosfiscales, lugares de la inmundicia financiera, hoy tengo que centrarlo en el aplauso quereciben los grandes protagonistas de guante blanco de la economa criminal, conBernard Madoff a la cabeza, cuyas fechoras desbordan los lmites de lo repugnante, loque no impide que cosechen los elogios de muchos de nuestros contemporneos.Todo comenz con el triunfo absoluto del yo en el universo de los valores y laemergencia de su soberana en la sociedad con la exaltacin absoluta del sujeto,

    propulsor sin lmites de la intimidad de masa, pero indisociable sin embargo de suvocacin de triunfador social, derivada de su radical inscripcin colectiva. Porque staes la extraa matriz de la ideologa del individuo, en la que lo de uno, el sujeto encuanto tal, es indiferenciable de lo de todos, su condicin de producto social, y de ah lalectura turbadora de la conjuncin de lo pblico y lo privado. Conjuncin en la que loque se nos aparece como la expresin ms acabada de lo propio, como lo msirreductiblemente de uno, es, al contrario, la materia subjetiva ms contaminada por lasdeterminaciones comunes que vehicula masivamente la sociedad. Determinaciones cuyorepertorio es muy limitado, en virtud, por una parte, de la propia limitacin entitativa desus posibilidades y, por otra, de la presin de la oferta real con que golpean los mediosde comunicacin, instrumentos privilegiados de la estrategia del vendedor, que domina

    el mercado y practican las grandes empresas.Ahora, adems, ideologa y poltica se han sumado a esta estrategia, que ha hecho suyael liberalismo econmico radical, una de cuyas formulaciones programticas ms

    populares son los Diez mandamientos para el xito que nos propone Dany Robert-Dufour en su obra La Revolucin cultural liberal, de los que pueden servir de muestraestos tres que traduzco del francs: Tu nica gua ser el egosmo, Violars las leyessin que consigan cogerte, Los otros sern slo instrumentos para el logro de tusobjetivos.En una lnea ms atenuada y de recibo, pero respondiendo sustancialmente a la mismaorientacin, se inscriben los preceptos del Consenso de Washington, formulados porJohn Williamson, en los que se resume la quintaesencia de la poltica econmica de los

    grandes organismos econmicos mundiales, celosos guardianes del credo liberal -FondoMonetario Internacional, Banco Mundial, Organizacin Mundial del Comercio,

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    Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Ministerios de Hacienda de los principalespases occidentales- cuya hermtica defensa de la doctrina y de la prctica delneoliberalismo no admite una sola excepcin, y cuya sustancia resumen estos tres

    principios que completan los mandamientos de Robert-Dufour: 1. Libertad total para losintercambios de bienes, capitales y servicios. 2. Desregulacin absoluta de la vida

    econmica sin ningn tipo de reglas. 3. Reduccin drstica del gasto pblico,establecido en volmenes mnimos y sometido a rgido control presupuestario sinninguna excepcin. Como dicen sus promotores, el nico gasto pblico productivo esel que no se hace.Esta glorificacin del individuo y de sus obras tena que traducirse, en unaradicalizacin de la desigualdad tanto entre individuos como entre los colectivos, enespecial pases. Nunca los ricos han sido tan ricos, ni los pobres tan pobres. Ms de lamitad de la poblacin mundial tiene que conformarse con menos de dos dlares diarios,y ms de 1.300 millones de personas intentan sobrevivir con un dlar al da.Cada tres segundos muere un nio por causa ligadas a la pobreza y frente a ello cada dase multiplica vertiginosamente la fortuna de los ms ricos. Emanuel Saez y Thomas

    Piketty, grandes especialistas de esta aritmtica de la ignominia, nos recuerdan que, enEE UU, el 1% de los habitantes situados en la cumbre patrimonial disponen de unafortuna superior a la suma de las que tienen los 170 millones de estadounidenses conmenos recursos. Robert Reich, de la Universidad de California, sostena en un artculoen el Wall Street Journalque un director ejecutivo medio (un CEO, en sus siglas eningls) gana hoy 364 veces ms que un empleado medio, cuando hace 40 aos apenasllegaba a 20 veces ms. Lo cual, adems, nada tiene que ver con la eficacia de sugestin. Como vemos en tantos casos.Por ejemplo, en el de Stan ONeal, director ejecutivo de Merrill Lynch, con prdidassuperiores, durante su mandato, a los 10.000 millones de dlares entre prstamos deriesgos fallidos y cuentas negativas de su gestin ordinaria, que recibi en su despedida161 millones de dlares, o Hank MacKinnell, presidente de Pfizer, que perdi durantesu mandato 137.000 millones de dlares en valor de mercado y se llev a casa algo msde 200 millones.Con carcter ms general, en los ltimos 30 aos se ha confirmado y generalizado la

    prctica de los contratos blindados, conocidos popularmente comoparacadas dorados,que aseguran a sus titulares una cuantiosa retribucin cuando dejen de ejercer susfunciones. Para limitarnos a nuestro pas y a un solo caso, que fue objeto decontroversia en la prensa, el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, y su consejerodelegado, Rafael Miranda, si hubiera funcionado la OPA que organizaron, su relevohubiera costado 17 millones de euros. Un ejemplo francs: el superpatrn de Carrefour

    Daniel Bernard, que se neg a aumentar el salario a sus empleados y puso en la calle ams de mil y que, cuando dej la empresa despus de haber acumulado en provechopropio 171 millones de euros, arrambl con 38 millones como prima de salida.Con todo, lo ms oprobioso es lo que se califica como la actividad de los fondos buitrescontra los pases pobres, fondos especializados en comprar las deudas comerciales delos pases ms desvalidos e intentar revenderlas con sustanciosos beneficios. El casoms sonado ltimamente ha sido el de la financiera Donegal International, que compr

    por menos de cuatro millones de dlares a Rumania una deuda de Zambia de 11,4millones de euros, que la Alta Corte de Londres haba convertido en ejecutiva y por laque luego Donegal peda a ese pas africano 55 millones de dlares.Y luego no digamos que ese desafuero y todas las otras fechoras globales son

    inevitables como consecuencia de la situacin mundial. El ltimo informe anual de laONU sobre Desarrollo de los Recursos Humanos desmonta una vez ms el mito de que

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    la pobreza global deriva necesariamente de un conjunto de circunstanciasinmodificables por los escasos recursos disponibles frente a tanta poblacin desasistida.Y de ah la malnutricin, las cuantiosas enfermedades, la explotacin y el crimen, elanalfabetismo, la mortalidad infantil. Lacras que podran eliminarse si se pusiera fin aun orden social, cuyo objetivo principal es aumentar la riqueza de los ricos. Conductas

    que aplaudimos con las dos manos. Porque qu puede justificar que el patrimonio delas 10 primeras fortunas del mundo sea superior a la suma de las rentas nacionales delos 55 pases ms pobres? Cundo dejaremos de tolerar tanta ignominia, cuando

    pondremos fin a tanta abominacin?(El Pas - Madrid)

    ***************Pascal Bruckner:

    Una sociedad que genera exclusivamente consumidores est atentando contra s

    misma

    Por Raquel Guinovart *

    " (...) La inocencia que segn Bruckner tienta al mundo desarrollado es una especie deestado de gracia que despoja a los individuos de la pesada carga de la responsabilidad."Llamo inocencia a esa enfermedad del individualismo que consiste en tratar de

    escapar de las consecuencias de los propios actos, a ese intento de gozar de los

    beneficios de la libertad sin sufrir ninguno de sus inconvenientes".El individualismo al que alude no es sinnimo del egosmo; es el modelo de civilizacinque surge en Europa despus del Renacimiento, cuando el individuo se convirti en elfundamento de los valores que antes dependan de la fe o de la autoridad de un tercero.La consecuencia de esta creacin histrica occidental es la libertad; su contrapartida, lainquietud permanente de tener que construirse a s mismos.El desarrollo tecnolgico ha potenciado los alcances de esa libertad y, desde luego, ladimensin de la responsabilidad. El problema que Bruckner detecta es que esteincremento de responsabilidad se combina con una conciencia de la propia impotencia.De ah la paradoja del hombre moderno que parece expresar dos demandascontradictorias frente a la sociedad: "djenme en paz"y "ocpense de m". El individuocontemporneo querra conservar las ventajas de la libertad (la independencia)sacndose de encima sus inconvenientes (la responsabilidad). Una libertad ingrvidaque slo conocen el nio o el santo. Es una inocencia que resulta tentadora. Brucknerinventa dos categoras para ilustrar sendas modalidades de la inocencia rediviva: elinfantilismo y la victimizacin. (...)

    La diversin constituye el otro baluarte de esa fijacin en lo pueril. Las sociedadesactuales dan a la diversin un papel excepcional, y en este sentido la televisin es unobjeto nico que combina la evasin mxima con el mnimo de obligaciones. Brucknerse espanta: quien iba a pensar que "cuatro siglos de emancipacin de los dogmas, de losdioses y de los tiranos desembocaran ni ms ni menos que en la maravillosa

    posibilidad de elegir entre varias marcas de detergente para lavadora, varias cadenas

    de televisin o modelos de vaqueros". Nada ms absurdo, porque esa prctica no coronasino que anula el proyecto emancipador: "consumimos... para dejar de ser individuos yciudadanos, para liberarnos de la pesada obligacin de tener que llevar a cabo

    elecciones fundamentales".El problema es que el consumidor no es un ciudadano. Bruckner advierte que una

    sociedad que genera exclusivamente consumidores esta atentando contra s misma. Hayciudadana a partir del momento en que el individuo acepta suspender su punto de vista

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    privado para tomar en consideracin el bien comn. Ser usuario, por el contrario,significa ocuparse de la defensa exclusiva de los intereses propios, aunque estosrepresenten los de un grupo de presin.Opina que las sociedades desarrolladas, situadas en un lugar y en un tiempo

    privilegiados de la historia, pretenden la cuadratura del crculo: "ciudadanos

    acomodados, adormecidos por las comodidades y ciudadanos activos, implicados". UnBruckner moralista en el ms tradicional sentido de la palabra, se sorprende: "Laapuesta disparatada del consumismo radica en pretender conseguir que los mayores

    defectos de los hombres se vuelvan beneficiosos para la colectividad, en tratar de

    transformar la codicia, la voracidad, el egosmo en vectores de la civilizacin".Otra sea que distingue esta poca es el lugar que ocupan los nios en la sociedad. Lagenealoga de esta situacin surge de la doble herencia de Freud y de Rousseau. DeRousseau proviene la alianza entre el nio y el salvaje; uno y otro vienen en una purezaque la civilizacin y la sociedad todava no han alterado. De Freud se conserva sobretodo la importancia otorgada a los primeros aos de la vida, la infancia como etapa defundacin. En los aos 60 estas dos tradiciones se unieron. (...)".

    *(nota de Raquel Guinovart sobre La tentacin de la inocencia de Pascal Bruckner, enEl Pas Cultural del 28 de mayo)

    La prosperidad miserable de Pascal Bruckner

    por Luis de la Fuente

    Por suerte, de vez en cuando aparece algn libro de ensayo que no llega del mbitoanglosajn, como el del escritor y periodista francs Pascal Bruckner titulado Miseria dela prosperidad y subtitulado La religin del mercado y sus enemigos. Con este libro elcolaborador de Le Monde consigui el premio Libro de Economa 2002 del Senadofrancs, aunque en realidad no es un libro ni trata de Economa.

    Digo que no es un libro porque la brillante prosa de Bruckner, que invita a leerlo confruicin, lo convierte en un largo artculo periodstico. Otro Bruckner ilustre, elcompositor alemn, hubiera elegido una amplia y concienzuda estructura para su obra,

    pero parece que el francs prefiere la forma de las variaciones sobre un tema. Y el temasobre el que giran los distintos captulos es el de las actitudes sociales hacia la economade mercado, abordando asuntos como el individualismo, la globalizacin, elestadounidismo...

    Y digo tambin que no es de Economa porque no trata de modelos tericos ni describe

    acontecimientos econmicos. En realidad trata de Sociologa y de Poltica, de actitudessociales y de ideologas. La ciencia econmica no es relevante para Bruckner porqueentiende que actualmente no est en discusin.

    Bruckner afirma que la economa es el dolo venerado por toda la sociedad occidentalactual y llama la atencin sobre algunas de sus paradojas. La cada del muro de Berln,exacerbada por los atentados del 11 de septiembre, ha provocado la aparicin de dosactitudes enfrentadas, pero que comparten valores comunes. Los defensores de lasociedad de mercado han elevado la economa "de disciplina particular a ciencia total,[...] que ambiciona, como el marxismo, regir lo social, lo poltico y lo ntimo". Por otrolado, su detractores ejercen una oposicin virulenta ya que, "al disponer el capitalismo

    de una considerable ventaja [...], surge la tentacin de imputarle todas las desgracias del

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    momento". En el fondo, la economa es el santo de devocin tanto para susincondicionales seguidores como para sus ms acrrimos enemigos.

    Existe frente al capitalismo un descontento generalizado a pesar del enriquecimientoespectacular de la sociedad. Bruckner lo atribuye a la creciente desigualdad. De nada

    vale tener las necesidades bsicas cubiertas cuando existen unos pocos ricos con unpoder y un prestigio desmesurados, porque "la indigencia de hoy es la privacin decapacidades". La infelicidad es la miseria de la prosperidad, "porque sta no revierte enningn beneficio social cuando no es compartida por el mayor nmero de personas". Deese descontento surgen manifestaciones de oposicin de vago ideario y escasocontenido, como el movimiento antiglobalizacin. Como bien dice Javier Tusell, "en elfondo de las reivindicaciones que aparecen en pancartas y manifiestos se adivina unmundo pluriforme, confuso y poco digno de verdadera confianza, una especie de patch-work de retales de izquierdismo viejo y nuevo pero poco menos que imposible".

    Tambin surgen de esa insatisfaccin las teoras del complot, igualmente vacuas, "que

    atribuyen el retorno del integrismo, de las sectas, de las mafias, el crimen a la oscuramano del mercado". Aparecen gurs, como Ignacio Ramonet, director de Le MondeDiplomatique, que descubren los secretos de una manipulacin gigantesca paraatribuirse la hazaa de sacarla a la luz. Como bien afirma Bruckner, "es unaequivocacin pensar que la gente cree todos los mensajes que recibe".

    Para los que se oponen al mercado, Estados Unidos es su gran Satn, porque ese pas seencuentra tan identificado con la economa de mercado que parece haberla inventado.Amrica "horroriza y encanta porque encarna los mejores y peores aspectos de lamodernidad".

    Por su parte, entre los defensores del capitalismo habita otra paradoja. Por un lado,rechazan la intrusin del Estado en la economa y, en calidad de contribuyentes, exigenel control del gasto pblico, pero por otro le consideran un reductor de incertidumbres.Bruckner la llama la paradoja de Reagan, porque "preconiza la reduccin de impuestosal precio de un formidable dficit pblico, equivalente a un impuesto diferido".

    La conclusin de Pascal Bruckner es que es un error haber hecho de la economa lanueva religin y que, por tanto, es necesario desacralizarla, es necesario librar al hombrede la economa. Pero no est claro cmo. Eduardo Robredo seala en El Catoblepas que"Bruckner acude en defensa resuelta del Estado-Nacin como legislador de los excesos

    del Mercado". Yo dira que Bruckner no busca tanto el Estado-Nacin como unafederacin de Estados. Bruckner defiende la necesidad de una actitud proeuropea, noantiamericana, porque Amrica anticipa nuestros problemas futuros, idea que vienendefendiendo varios pensadores franceses ltimamente, como Laurent Fabius. Y yaavanza cules deben ser los objetivos de esa superpotencia Europea: "establecer unarenta mnima universal, redefinir la nocin de pensin de jubilacin [...], instaurar unainstitucin financiera mundial para combatir el blanqueo de dinero, abolir los parasosfiscales [...], suprimir las barreras aduaneras que penalizan las exportaciones del Sur al

    Norte, anular la deuda de los pases pobres (a condicin de que su importe sea destinadoa educacin y desarrollo". En fin, que finalmente Bruckner defiende muchas de las ideasde aquellos a quienes critica.

    Bruckner arremete contra el economicismo, pero no consigue mostrar que eldescontento sea culpa suya. Miseria de la prosperidad es un brillante libro descriptivo,

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    pero falla en llegar a una conclusin vlida. La insatisfaccin de los que viven en lasociedad opulenta no es culpa de la economa, sino del inconformismo inherente al serhumano. Recientemente, Richard Layard mostraba las conclusiones de diversosestudios, entre ellos algunos del reciente premio Nobel Daniel Kahneman, segn loscuales las personas tendemos a compararnos con los dems. En muchas ocasiones

    preferimos estar peor en trminos absolutos si mejoramos en trminos relativos conrespecto a otras personas. Por eso, aunque la situacin mundial haya mejorado, pareceninsuficientes "las partculas de oro cadas de la mesa de los potentados" como diceBruckner. Las posturas extremistas son odiosas, sean cules sean, pero debe reconocerseque la ciencia econmica de verdad ha ayudado a librar de la necesidad al hombre y elhombre no debe librarse de la economa, sino de sus propios prejuicios.LOS LADRONES DE LA BELLEZALa belleza es una cualidad, un rasgo, y entre los rasgos uno de los ms inquietantes. La

    perfeccin de la que habla la belleza es algo as como una sumisa y cmplice perotambin oportuna y precisa adecuacin a la expresin ideolgica de una poca. En la erade la esttica como ideologa misma, la belleza -inevitable- ha obtenido un lugar

    fundamental. Para Bruckner la belleza es portavoz de una desigualdad innata, sobre laque cabe preguntarse: es un crimen poseerla?, una injusticia someter al mundo a sucontemplacin?Por suerte, o para limitar el dao, en Los ladrones de belleza la bellezaes slo un atributo juvenil, especfico, recortable. Un thriller. Pascal Bruckner no se

    pregunta, en realidad, en qu reside realmente lo bello. En un breve relato que OscarWilde le cuenta a Andr Gide, el ro llora incansable la desaparicin de Narciso; eslgico -dicen las flores-: era tan hermoso. -Era hermoso?, se asombr el ro. -Quinmejor que t para saberlo!, dijeron las flores. -Si yo lo amaba -contest el ro- es porquecuando se inclinaba sobre m vea en sus ojos el reflejo de mis aguas.

    Bruckner incide tambin en uno de los rasgos de la actual sociedad europea,desarrollado en ensayos anteriores como La euforia perpetua. Se trata del infantilismo,

    plasmado en la expresin sociedad-cuna, en la que todos quieren sentirse mecidos, yque se caracteriza por que el individuo cree que la sociedad, representada por elomnipresente Estado providencia, le debe todo. El autor reconoce la dificultad de lucharcontra la idea de la vida como una fiesta permanente, en la que hay infinidad dederechos y escasas responsabilidades.Al igual que otros intelectuales franceses Lipovetsky, Finkielkraut, Glucksmann,Bruckner presume de ser polticamente incorrecto, y tambin lo es en los temas de

    poltica exterior. Entre otras cosas, se atreve a sealar que la principal diferencia entreEuropa y Estados Unidos es que este ltimo pas siempre es capaz de reinventarse a s

    mismo para salir de sus crisis, se llamen Vietnam o Irak. En cambio, la Europamasoquista y acomplejada es incapaz de hacerlo, por mucho que presuma de que susreacciones son ms maduras.os intelectuales franceses de derecha existen. Bruckner (Pars, 1948) es uno de ellos. Ases catalogado en medios franceses: ex intelectual de izquierda tentado por la derecha. lmismo anunci sus simpatas por Sarkozy; se decepcion de la socialista SgolneRoyal cuando escuch a su compaero sentimental y secretario nacional del P.S.,Franois Hollande, decir que odiaba a los ricos. "No me gusta la hipocresa de lossocialistas que se enriquecieron bajo el gobierno de Mitterand". Esta entrevista se hizoen el Barrio Latino al publicarse su reciente libro: La tirana de la penitencia, ensayosobre el masoquismo occidental. Bruckner gan en 1995 el Premio Medicis de ensayo

    con La tentacin de la inocencia, y dos aos despus su novela Los ladrones de la

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    belleza gan el Renaudot. Ha sido profesor de la New York University y del Instituto deEstudios Polticos de Pars.

    Pascal Bruckner

    21 de junio de 2007 Imprimir esta noticiaEnviar a amigos

    - Europa es tan consumista, hedonista e individualista como otras sociedadesoccidentales. Por qu dice que los europeos padecen un profundo sentimiento deculpa?

    - Ambos movimientos van juntos. La ideologa oficial es el hedonismo: la liberalizacinde los sentidos y el goce como fin supremo. Pero esto es una mera fachada. En el fondo,la tradicin judeocristiana inspira culpa, vergenza y malestar. Lo que hacen los que se

    dicen profetas del goce es, en realidad, prolongar ciertos postulados del cristianismo.

    - La importancia de las vctimas en las sociedades occidentales modernas es para usteduna herencia positiva o negativa del cristianismo?

    - Es un progreso, pero subrayo los efectos nocivos de esa herencia. Despus de losmensajes cristiano y democrtico, tuvo lugar el genocidio de los judos y los gitanos enla II Guerra Mundial. Eso se ha convertido en el modelo de la vctima absoluta, elsegundo Glgota que evoc Juan Pablo II. El problema es que hoy todo el mundo quiereocupar el puesto de la vctima: Jesus soy yo, yo soy el nuevo sacrificado.

    - Ya no se siente Europa mejor que el resto de la humanidad?

    - Europa vive macerando la vergenza de s misma, encerrada en una especie de visinhumilde de s misma. No se da cuenta o quiz lo sabe muy bien que es un continente

    privilegiado donde no hay guerra desde hace sesenta aos. A pesar de las desigualdades,vivimos una gran prosperidad y gozamos de una libertad de conciencia y de expresinextraordinarias. La otra cara es que Europa se ha retirado de la historia.

    - Irak marca una ruptura entre Europa y EE.UU.?

    - Europa mantiene una relacin adolescente con EE.UU. En apariencia, las eliteseuropeas estn contra del modo de vida americano por su brutalidad y arrogancia. Peroen el fondo los dirigentes europeos saben que el ltimo recurso en caso de problema esEE.UU. La seguridad europea todava depende del paraguas norteamericano. La culturaoccidental es hoy la suma de dos debilidades: la congnita europea y la coyunturalnorteamericana.

    - Por qu dice que Europa tiene el monopolio de la culpa en Occidente?

    - Europa es al tiempo mil aos de Ilustracin y de progreso, pero tambin de crueldad ybarbarie incalificables. La historia de Francia, Alemania, Italia, Espaa est plagada de

    episodios espantosos, exterminios y genocidios. La crueldad de la Iglesia, el fanatismo,las guerras civiles, la de religiones, todo eso fue hace tres siglos, pero sigue muy

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    presente. En Europa ocurrieron adems dos acontecimientos que no vivi EE.UU.:Verdn y Auschwitz.

    - Pero en la historia de EE.UU. tambin hay crmenes horribles.

    - S, el exterminio de los indgenas y la segregacin, entre otros. Pero nunca han sido unpas ocupado. Francia ha sido ocupada tres veces en un siglo por Alemania. Por eso,EE.UU. no tiene la conciencia trgica de la historia que tenemos nosotros.

    - Tiene Europa todava alguna leccin para el mundo?

    - Claro que s, porque ha logrado derrotar a sus propios monstruos. Su aventura no tieneprecedentes y puede ser un modelo para todos los pueblos que se estn matando hoy.Los europeos han demostrado que es posible reconciliarse con sus peores enemigos.

    - Comparado con las grandes potencias emergentes como India, Brasil y Sudfrica, qu

    le falta a Europa?

    - Una cualidad esencial de las naciones jvenes: confianza en s misma, voluntad deconstruir el futuro. Los europeos estamos aqu solamente para resguardarnos.

    - Los disturbios de noviembre del 2005 en Francia, cuando fueron incendiados ms de10 mil autos y 2 centenares de edificios pblicos, son considerados los peores desde1945.

    - Fueron unos disturbios extraos porque no tenan ninguna reivindicacin. Losvndalos actuaban de manera espontnea y su nico inters era incendiar autos y matar

    policas. Es un movimiento complejo porque, de un lado, es la expresin de unverdadero malestar en ciertos barrios perifricos completamente abandonados por elEstado hace 40 aos. En la banlieu se han desarrollado pandillas de jvenes queaterrorizan a la poblacin. Pero tambin constituye una revuelta ldica y consumista. Elgran placer de esos jvenes es salir en los noticieros de la tele, ser vistos mientrasqueman un auto. Hay competencia entre los barrios en torno a esa notoriedad. Cuandose les dio la palabra, los jvenes reclamaron coches deportivos y chicas bonitas, esdecir, participar en la fiesta consumista. No tienen la ms mnima voluntad detransformar el orden establecido.

    - Lleg la hora de la ruptura y las grandes reformas para Francia?- Somos un viejo pas muy conservador y por eso las reformas deben hacerse de maneramuy lenta. Al mismo tiempo, los franceses estn maduros para el cambio. Hay unaespecie de hartazgo de un pasado fijo. O las cosas se mueven y Francia ir mejor, osigue la crisis y la elite se instalar en Londres, Bruselas, Nueva York, Toronto,Montreal, Bombay, Shangai. Francia corre el riesgo de perder a sus elites y convertirseen un pas-museo, una especie de Disneylandia para el resto de Europa.

    - Usted seala que un dirigente europeo nunca hubiera dividido el mundo entre buenosy malos, como lo hizo Bush tras los atentados del 11-S. Los europeos hablan ms bien

    en trminos de regmenes preferibles y detestables. No es en el fondo lo mismo?

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    - Es una sutileza, pero es muy importante. Los europeos no nos atrevemos a decir quesomos buenos porque hemos cometido en nuestra historia las peores atrocidades.Sabemos que los sistemas que hemos establecido hoy permiten mejorar el espritugracias a la educacin y las instituciones democrticas. Por eso, la democracia es, alfinal de cuentas, preferible a la autocracia y el totalitarismo. Lo que nosotros le

    quitamos a la expresin bien y mal es la connotacin religiosa. Sabemos que hemosido progresivamente de lo malo a lo mejor, pero tambin somos conscientes de quepodemos caer de nuevo, en cualquier momento, en lo malo.

    - Cul es hoy la misin de los europeos?

    - El mercado. Convertirse en un gran mercado donde cada uno pueda realizarse y vivirbien. Europa ha reducido finalmente al ciudadano al papel de consumidor. Los europeosya no estn dispuest