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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DIPUTADO CARLOS CANACHE MATA EN LA SESION SOLEMNE DEL CONCEJO MUNICIPAL DE CARACAS EN EL 421 ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DE LA CIUDAD Cuando ' leemos a los historiadores y cronistas que nos cuentan la conquisra y po- blación de la provincia de los caracas y del valle de los toromaimas, es como si -deslurnbra- dos- participáramos en una aventura mágica y portentosa. Combates increib les, sacrificios prodigiosos, emboscadas lerribles, heroísmos y crueldades sin fin, en desfile lascinante y diabólico, van ganando escenario en vastas regiones de la naturaleza víolen ta y salvaje. "Por la autoridad del Omnipotente Dios", un español nacido en Játiva, el Papa Alejandro VI , me- diante Bulas expedidas el 3 y el 4 de mayo de 1493, concedió a otros españoles, a los Re- yes, el derecho a tomar en posesión y a gobernar las Indias Occidentales, estas tierras que el humanista Pedro Mártir de Angleria llamó Orbe Novo, Nuevo Mundo . Los Reyes, no con- tentos con la sola asistencia divina, rerorzaron el privilegio con razones temporales vincula- das al principio regalista, por lo que en la Recopilación de Indias se puede leer: "Por dona - ción de la Santa Sede Apostólica y otros justos y legitimos titules, somos señor de las Indias Occidentales, islas y tierra firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, y están en nuestra real Corona de Caslilla". Como esos blasones, aún siendo tan poderosos, no eran reconocidos por los índigenas, a éstos , antes que la fuerza pasase a decidir la contienda , el conquistador les teía el famoso "Requerimiento" conminándolos a obedecer al Papa y acep- lar el vasallaje del Rey con la advertencia de que "si no lo hiciereis o en ello dilación malicio- samente pusiereis, certificoos que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra todos vosotros y vos haré guerra por todas las partes y manera que yo pudiere". y en verdad "entraron" dilundiendo la le cristiana y buscando oro, evangelizando y con aquel anhelo de "aver mantenencia" que señalara el Arcipreste de Hita. El fiero paisaje sirvió como encandilado telón de fondo para el duelo celestial y satánico de la cruz y la es- pada, mezclados rezos cristianos e idolatrias tot érnícas. En serranías bordeadas por preci- picios, en llanuras ardientes, en ríos torrentosos, la larga lucha dejó sus huellas de gloria y de sangre, de codicia y valentía, de grandeza y miseria. La conquista fue una epopey a hibri- da que anda suelta en la Historia con sus brillos hazañosos y sus sombras desalmadas. Co- mo lo sentenció Rafael Maria Baral! "en ninguna parte de América, si se exceptúa pa ís de

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DISCURSO PRONUNCIADO POR ELDIPUTADO CARLOS CANACHE MATA

EN LA SESION SOLEMNE DELCONCEJO MUNICIPAL DE CARACAS

EN EL 421 ANIVERSARIO DE LAFUNDACION DE LA CIUDAD

Cuando ' leemos a los historiadores y cronistas que nos cuentan la conquisra y po­blación de la provincia de los caracas y del valle de los toromaimas, es como si -deslurnbra­dos- part icipáramos en una aventura mágica y portentosa. Combates increib les, sacrificiosprodigiosos, emboscadas lerr ibles, heroísmos y crueldades sin fin, en desfile lascinante ydiabólico, van ganando escenario en vastas regiones de la naturaleza víolen ta y salvaje. "Porla autoridad del Omnipotente Dios", un español nacido en Játiva , el Papa Alejandro VI , me­diante Bulas expedidas el 3 y el 4 de mayo de 1493, conced ió a otros españoles, a los Re­yes, el derecho a tomar en posesión y a gobernar las Indias Occidentales, estas tierras queel humanista Pedro Mártir de Angleria llamó Orbe Novo, Nuevo Mundo . Los Reyes , no con­tentos con la sola asistencia divina, rerorzaron el privilegio con razones temporales vincula­das al principio regalista, por lo que en la Recopilación de Indias se puede leer: "Por dona ­ción de la Santa Sede Apostólica y otros justos y legitimos t itules, somos señor de las IndiasOcciden tales , islas y tierra firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, y están ennuest ra real Corona de Caslilla". Como esos blasones, aún siendo tan poderosos, no eranreconocidos por los índigenas, a éstos , antes que la fuerza pasase a decidir la contienda , elconquistador les teía el famoso "Requerimiento" conminándolos a obedecer al Papa y acep­lar el vasallaje del Rey con la advertencia de que "si no lo hiciereis o en ello dilación malicio­samente pusiereis, certificoos que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contratodos vosotros y vos haré guerra por todas las partes y manera que yo pudiere".

y en verdad "entraron" dilundiendo la le cristiana y buscando oro, evangelizando ycon aquel anhelo de "aver mantenencia" que señalara el Arcipreste de Hita. El fiero paisajesirvió como encandilado telón de fondo para el duelo celestial y satánico de la cruz y la es­pada, mezclados rezos cristianos e idolatrias tot érnícas. En serranías bordeadas por preci­picios, en llanuras ardientes, en ríos torrentosos, la larga lucha dejó sus huellas de gloria yde sangre, de codicia y valentía, de grandeza y miseria. La conquista fue una epopeya hibri­da que anda suelta en la Historia con sus brillos hazañosos y sus sombras desalmadas. Co­mo lo sentenció Rafael Maria Baral! "en ninguna parte de América, si se exceptúa ~I país de

los araucanos, habían hallado los espa ñoles. ni tanto valor , ni tan grandes estragos" . Aque­llos "mármoles que separó la fama para materia de sus trofeos" que Oviedo y Baños quieresólo para los conquistadores, tienen también gestas de resistencia aborígen para la talla enal­tecedora .

Quien primero avizoró la conquista de los caracas fue aquel Gobernador Villacindaque llegó a Coro por el ano 1554 y se propuso dominar la comarca de la laguna de Tacariguapara luego avanzar hacía el centro . Antes de morir en 1556, sólo pudo lograr que AlonsoDiaz Moreno fundase la ciudad de Valencia en "una llamada espaciosa, amena y fértil" sin po ­der adelantar nuevos poblamientos.

Fue el mestizo rnarcante ño Francisco Fajardo el primero en probar fortuna para llegara la provincia. que se llamaba "Caracas" por la yerba y los indios de ese nombre, habítada a­demás en aquel tiempo las naciones tarrnas, arbacos, manches, teques , meregotos, chargo­tos , paracotos, guarenas, quiriquires y algunas otras de sono ras denominaciones.

En un primer viaje -el de 1555- por su cuenta, sin la bendición del permiso real, salióde Margarita. costeó la Provincia de Curnan á, dobló Cabo Codera, tomó puerto en el ríoChuspa y. cumplido su propósito exploratorio, a fin de año volv ió a su Isla.

En 1557, acompanaoo de su madre Isabel y de 100 guaiqueríes. emprende su se­gundo viaje. De Margarita pasa al puerto de Píritu . donde se le suman dos caciques y 100 in­dígenas, deja atrás Cabo Codera y desembarca en el sitio llamado Panecillo, a sotavento delpuerto de Chuspa. Para seguir adelante se fue al Tocuyo a solicitar la aqtorizaci ón del Go­bernador Gutiérrez de la Peña , quien le dio título para que "en su nombre pudiese gobernartoda la costa y poblase las villas y lugares que juzgase necesarios al progreso y resguardo dela conquista". Al volver a Panecillo levantó la Villa que llamó del Rosario , donde al poco tiem­po trab ó combate con el cacique Paisana, quien protestaba el maltrato de los soldados a losindios. Paisana es derrotado y entonces trata de asediar y rendir la población envenenandolas aguas de los pozos que la abastecían. Después de nuevas escaramuzas, Fajardo conce­de la entrevista que le había solicitado Paisana, ocasión que aprovechó para ahorcarlo en supropia casa Terminando 1558, Fajardo regresó a Margarita. Juan de Pimentel, en su lamosaRelación ; Oviedo y Baños: Rafael María Baralt y José Gil Fortoul afirman que la madre de Fa­jardo murió en el Rosario al consumir las aguas que envenenó el cacique Paisana en 1558,lo que no parece ser cierto por lo que dice el cronista-poeta Juan de Castellanos en una desus elegías sobre la solicitud que ella hizo ante la Audiencia de la Española de castigo paraAlonso Cobos, Alcalde de Cumaná, por haber matado a su hijo, hecho que ocurrió 6 añosdespués, en 1564. Así cantó Castellanos;

Lamadrepareció porsu presenciaa pedir elagravio recibidodelante Jos selroresdela Audienciadonde fuesunegocio bien reñido;ióse la causa, diósa la sentencia,ttcada cusl defendiendo supartido:mas laindia nopleiteo de balde.pueshizoqueahorcasen al afcaJde.

Con l' españoles y 200 indios, en 1559, Fajardo emprende desde Margarita su ter­cer viaje para conquistar el valle de los caracas, Desembarca en Caruao, donde deja la granmayoría de sus acompañantesbajo las órdenesde su amigo Guaimacuare y pasó a Valencia,obteniendo del nuevo gobernador Pablo Collado el nombramiento de teniente general"con poderes amplios para conquistar; poblar y dividir la tierra en encomiendas", Con esa au­torización, treinta hombres que le había entregado Collado y apréciable cantidadde ganadovacuno, a comienzos de 1560 parte de Valencia, atraviesa montañas y nos. "hasta llegar -di­ce Oviedo y Baños- al valle de Gaire (o Guaire), llamado asi entre los indios, por un hermosorío de este nombre, que cortándolo de Poniente a Oriente, lo atraviesa con sus corrientes yfecunda con sus aguas", Fajardo le da al valle su nombre y lo llama Valle de San Francisco;aquí, en una especie de halo, deja las reses y parte de sus corrpañeros: baja a Caruao, don­de se reencuentra con su gente que habiaconfiado a Guaimac.uare, y funda una Villa con ladenominación del Collado, en homenaje al Gobernador, designando, además, regidores y al­caides, A los pocos dlas reqrssa al Valle de San Francisco y logra explorar y descubrir en tie­rras de los indios teques algunos veneros de oro, lo que provocó que el Gobernador Co­llado, que no le tenia confianza, le revocara los poderes y en su lugar nombró como tenientegenerala PedroMiranda,para que COntinuase la conquistade loscaracas,

Se ha discutido mucho acerca del alcance de la empresa conquistadora'del valle delos caracas por Fajardo, La mayorla de los autores niegan que el hato de San Francisco pue­da considerarse como una primera fundaci ón de la ciudad, aunque un investigador tan res­petado como el Hermano Nectario María, en su importante obra "Historia de la Conquista yFundación de Caracas", sostiene que Fajardo, de acuerdo con el testimonio de su corn­panero Lázaro Vásquez, no sólo estableció un hato, sino que "al mismo tiempo, fundó, jun­to a él, un pueblo que llamó San Francisco, en obsequio a su santo Patrono", que "fue real­mente el primer asiento de la Ciudad de Caracas"; pero, en definitiva, considera que Fajardosólo fue "el verdadero precursor de la fundación de esta ciudad". Demetrio Ramos Pérez,en su voluminoso trabajo "Estudios de Historia Venezolana", se pregunta qué carácter pue­de darse "al hato con la gente que allí dejó para su cuidado". Y se responde: "Fajardo ni si­quiera podía tener presumiblemente intención de poblar el lugar. Alli dejó el ganado y la gen­te para su custodla ... Fajardo necesitaba antes descubrir las minas, para intentar establecerpueblo sólo después que supiera dónde estaban, junto a ellas, como es lógico. Era, pues,una reservade su fuerza que dejaba a retaguardia -para no hacerla iry venir- en su marcha ha­cia la costa para fundar y adquirir colateralidad, con el fin de situar tales efectivos donde, des­pués de la operación de búsqueda, le fuera preferible". Concluye afirmando que nada per­mite "admitir que Fajardo hiciera allí población formal", lo que, entre otras razones, se re­fuerza con el hecho de que en el hato obviamente no hubo nombramientos de regidores yalcaldes,a diterenciade loque ocurriócuandofundó la villadel Colladoen iacosta del mar,

Los historiadores y cronistas nos cuentan que Fajardo, para el momento en que des­cubre las minas de oro, tenia relaciones pacificas y amistosas con los indios teques, toro­maimas y charagotos, lo que le hubierafacilitadofundar y establecerpueblo cerca de los yaci­mientos del metal precioso, si no es que el Gobernador Collado toma la injusta y lamentabledecisión de destnuíno. Fajardo era hijo mestizo de un hidalgo español y de una india guai­querí, nieta del cacique Charayma, y hablaba varias lenguas indígenas, por lo que, como att-

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nadamente lo apunta Antonio Arellano Moreno, "era la persona más indicada para lograr laconquista y pacificación del csmro" salvando "sus vidas muchos indios y caciques que de­fendían con heroicidad sus territorios, así como las de los conquistadores que fueron víc­timas de la flecha aborigen" .

El desenvolvimiento posterior de la conquista, ya marginado Fajardo como protago­nista principal, nos revela precisamente que fue una empresa.que cobró más fiereza y ma­yores ardores bélicos.

Su sucesor, Pedro Miranda, mientras se quedó labrando las minas con algunos de lossuyos, envió a Luis de Ceijas allrente de 25 hombres de armas a recorrer la provincia en­trando al área habitada por los manches que quedaba "desde donde acaba el valle de SanFrancisco, muchas leguas de tierra quebrada hacia el naciente", produciéndose un encuen­tro donde hubo muchos muertos . Asustado por Guaicaipuro y sus indios teques, Miranda re­gresó a Borburata para pasar a ElTocuyo a rendir cuenta al Gobemador.

Después continuaría la violencia con aquel valiente extremefio, Juan Rodríguez Suá ­rez, nombrado en 1561 por Collado Teniente de la provincia de Caracas. Después de algu­nas confrontaciones con Guaicaipuro, hay el terrible asatto a las minas con 500 indios te­ques, el incendio del hato de San Francisco por Paramaconi y sus indios toromaimas y la ba­talla en el mismo sitio del hato entre 600 tlecheros toromaimas que bajaron por el abra de Ca­tia y la gente de Julián de Mendoza. Fue entonces, l' de agosto de 1561, cuando Ro­dríguez Suárez, demostrando no tener miedo ante entorno tan hostil, "popió" dice Oviedo yBaños, "fundó" dice Baralt, la villa de San Francisco, en el lugar donde había estado el hatode ganado de Fajardo, este mismo lugar donde ahora n05 encontramos los habitantes deCaracas, nombrado Ayuntamiento y haciendo repartimientos de tierras y encomiendas. Lue­go vendría aquel combate de héroes, cuerpo a cuerpo , entre Rodríguez Suárez y Para­maconi en las lomas del arroyo de Caruata , y la pelea de la loma de las Lagunetas, en la queGuaicaipuro y Terepaima cubrieron de necnas los escudos, cotas y escaulpiles de los es­pañetes, hasta que el intrépido Rodríguez Suárez, el de la capa de grana, "no pudiendomantenerse más tiempo en el caballo -cuenta Oviedo- por la gran debilidad que padecía conla falta de alimento, se desmontó, sentándose en el suelo para tomar algún aliento, y des­cansar un rato, donde oprimido de la congoja, y sofocado de la tatiga, y la sed, se quedómuerto".

Al igual que en el caso de Fajardo, también hay controversia sobre Rodríguez Suárezy la fundación de Caracas. Para Luis R. Oramas el verdadero fundador de Caracas es JuanRodríguez Suárez al establecer en 1561 en el valle del Guaire el pueblo de San Francisco,el cual, ante los ataques de los indios , quedó abandonado y despoblado a los seis meses.Demetrio Ramos Pérez. en su obra antes citada, formula interesantes consideraciones: "SiOramas partió del criterio de poslcíón para hacer a Caracas continuadora de San Francisco,ya que las dos ciudades se fundaron en el mismo emplazamiento, no tuvo en cuenta que,según el criterio jurídico español de la época, lo fundamental en una ciudad no es el lugar ...Debe tenerse en cuenta que la vecindad plena y la propiedad de los solares repartidos s610se adquiría pasado determinado tiempo, a veces tres o cuatro años, según los casos de

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permanenc ia. Sin esa permanencia no se consolidaba la vecindad ni la propiedad. Y hasta talextremo es así que la población venia a tener un carácter de provi siona lidad hasta pasadoese tiemp o, por lo que algunas fundaciones que se consideraba n repetidas no lo son en rea­lidad, sino el perfeccionamiento .. . Por falta de perfeccionamiento, por despoblación y por di ­soluc ión de la com unidad de vecinos, en ningún caso puede tornarse la lundación de Rod rí­guez Suárez como fundación de Caracas ... Puede, pues, estimarse a San Francisco comoun precedente de ocupación, lo mismo que podria decirse de l hafo de Fajardo, pero nadamás". Un juicio similar emite el acad émico Jerónimo Marti nez Mendoza : "Sin ánimo de restarni un ápice a los grandes méritos de Francisco Fajardo y Juan Rodr iguez Suárez, no pode ­mos considerarlos lundadores de Caracas, en el sentido estr icto de l término. Faja rdo descu­brió el va lle de Ca racas y estab leció en él un hato ; pero un hato no es una población. Ro­dr iguez Suárez si logró fund ar hacia el 1· de agosto de 1561 el pueblo de San Francisco:pero éste pereció a los seis .meses, recié n nacido . En efecto, cuando apenas empezaba n aedificarse la s primeras viv iendas, el sanguinario Lope de Aguirre desembarca ell Borbu ratael 7 de set iembre. Al saber lo, Rodriguez Suárez parl e a combatirlo, llevándose parl e de la po­blación ; lnto rtunadamente, a poco andar, es muerto por los indio s. Al cabo de cua tro meses,los pocos que quedaron en el· pueblo se ven obl igados a aban donarlo y aquellos lo in­cend ian".

MuMO Rodriguez Suárez, el Licenciado Alonso Bernáldez sustituye a Pablo Co lladoen noviembre de 1561 como Gobernador encargado, y envia a Luis de Naiváez en 1562 aenfrentar a Guaicaipuro que estaba convocando a todas las tr ibus a levantarse en masa y ata­car simulfáneamente a los invasores en San Francisco y el Collado, impidiendo asi que pu­diesen auxiliarse mutuamente. En el alto de las Mostazas, merogotos y arba cos, con sus ca­bezas empenachadas. sus bocas llenas de gritos y sus manos armad as de necnas y de ma­canas, destrozaron la gente de Narva éz, quien también perdió la vida. En 1564 , el licen­ciado Bernáldez, cuando ejercía por segunda vez la Gob ernación como encargado, en sus ­titución de Alonso de Manzanedo, intentó personalm ente la conquista de los caracas, perocuando llegó a las sabanas de Guaracarima vió que arbacos, meregotos y quiriqu ires coro­naban con sus plum ajes mull icolores las alturas de las montañas en son de guerra. Despuésde avanzar cierto trecho por el angosto valle que forman las dos serranías por entre las quecorre el Tuy, las gentes de Bernáldez "cobraron tal espanto , que no hubo forma de hacerlospasar más adelante", teniendo luego que volver sobre Guaricarima y pos terio rmente al To­cuyo. "Asi concluyó la expedic ión del Licenc iado Bernáldez -díce Baralt- sin ningún fruto. si­no es el nombre de Valle del Miedo que impu so la opinión comú n a la angostura del Tuy endonde lo tuvie ron tan cervallos españoles".

A fines de 1565, el Gobernador Bernáldez ordena una nueva exped ición a la pro­vincia de Caracas y nombra como jefe de ella a Diego de Losada, lo que es ratificado por elnuevo Gobernador, Pedro Ponce de León, quien llega a Coro a comienzos de mayo de1566. La conquista de los caracas y la fundación de la ciud ad que habian hecho fracasar anumerosos y aguerridos capüanes, van a se r empresas que coronará victoriosamente Lo­sad a, a qu ien en sus Eleg ias de Varones Ilustres de Indias, Juan de Cast ellanos ekana consu canto:

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Capitán valeroso y esforzadoVarón enguerra y paz de granrecatoGranhombrede a caballo y agraciado

En rápida campaña, como una exhalación de fuego y sangre, de heroísmo y cruel­dad, acampa en el anhelado valle de los toromaimas. A comienzos de enero de 1567 partede Barquisimeto; pasa por Villarrica o Nirgua, donde invoca la protección de San SebastiánMártir, asaeteado por el emperador Diocleciano, rogarido no correr la misma suerte con lasflechas envenenadas de los aborígenes; espera inútilmente por 15 días en Borburata aJuan de Salas y sus prometidos cien indios guaiqueries; pasa revista en Mariara a su ejércitode 136 españoles y 800 personas de servicio; entra en el Valle del Miedo y acampa en la pe­queña sabana de Guaipana; cruza el río Tuy y empieza a subir la loma de Terepairna o cuestade las Cocuizas, cuando en medio del estrépito de caracoles y totutos que resonaban en la­deras y hondonadas, decide favorablemente un fiero combate de flechas y arcabuces; andapor el desfiladero inmediato del salto de Freire entre pajonales incendiados y fragores béli­cos; resiste en las pequeñas montañas de Lagunillas las extrañas flechas de procedencia im­precisable que disparaban indios vestidos con paja de la saoana: enfrenta en el valle de SanPedro al bizarro y gran Guaicaipuro que comandaba más de 10.000 indios teques, tarmas ymariches, cuyas flechas y piedras "cubrían el cielo al dispararlas, y embarazaban la tierra aldespedirlas"; cordializa con los indios de Macarao en el valle de Juan Jorge que no queríanmaltratar y perder sus sementeras en flor; evita los cañaverales del curso del Guaire propiciospara emboscadas y, pasando por los pueblos del cacique Caricuao, llega en Semana Santaal que llamó por eso Valle de la Pascua, hoy parroquia El Valle; el3 de abril de 1567 entra alValle de San Francisco o Valle de los Toromaimas; procura el sometimiento de los indios pormedios pacificos, sin conseguirlo; ordena incursiones por el pueblo del cacique Chacao;personalmente, a la cabeza de 80 hombres, traba recio combate con los marlches: y des­pués de más de tres meses de esfuerzos de pacificación, sin haberla logrado, funda la ciu­dad de Santiago de León de Caracas, "en la región entonces llamada Torornairna, al pie delcerro Güararía Repano, que en el idioma de los indios del lugar es sierra grande -hoy cerrodel Avila- en el sitio de Catuchacuao, que significaba quebrada de los guanábanos".

Sebastián Diaz A1faro, presente en el acto de la fundación de Caracas. nos describelas formalidades, solemnes y pintorescas a la vez, del suceso: "Losada mandó a poner unapicota donde se habría de ejecutarse la justicia (en el centro de la plaza) y subió en su ca­ballo con todas sus armas y echó a mano a su espada y rodeado de todos los pobladores, di­jo en altas voces cómo en aquel sitio poblaba en nombre de Dios y de su Majestad una cíu­óad, a la cual ponía nombre de Santiago de León, y que si hubiese alguna persona quelo quisiera contradecir, que lo saliera a pedir, que él lo defenderia, y en señal de posesión,con la espada desnuda dio al mismo tiempo un golpe sobre el madero; y todos los circuns­tantes a una voz contestaron; Viva el Rey Nuestro Señor. Repetida esta ceremonia, al finalde la tercera vez, con la mayor solemnidad, Losada declaró fundada la ciudad de Santiagode León de Caracas". Seguidamente designó los Alcaldes y Regidores del Cabildo y señalólos solares para las casas de los vecinos.

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Aun cuando el acta de su fundación está perd ida, Caracas no es una ciudad indocu­mentada.

Que la fundación fue el año 1567 está confirmado por una carta del Gobemador Pe­dro Ponce de León , por cartas de Fray Pedro de Agreda , por la información aparecida en laconocida Relación Pimenlel, por los testimonios de var ios de los' conquistadores que acom­pañaron a Losada y por las opin ione s de var ios cronistas . No puede esta r en lo cierto la publi­cac ión de la Fundación Boulton que dejaba abierta la pos ibilidad de que la fundación de Ca­racas hubiera ocurrido en 1566, ya que ese año Diego de Losada estaba ocupado en los jui­cios de residencia de Barquisimeto y El Tocuyo y organizando los preparativos para em­prender prec isamente la conquista de la provinc ia de los cara cas.

Que la fundación de la ciudad fue el 25 de julio puede aceptarse con no poco Iun­damento porque as í lo afirman en sus obras los historiadores y cronistas Gil González Dávilay Fray Antonio Vásquez de Espin osa , aun cuando los dos se equ ivocan en los años; por­que Enrique Bernardo Nuñez y otros investigadores señalan que generalmente los íun­dadores tomaban el nombre del santoral correspondiente al día en que poblaban la ciudad;y porque, por Real Orden de Carlos V, del 28 de mayo de 1530, de bía celebrarse la "Fiestao Paseo del Pendón o Estandarte Real" en todas las ciudades de las Indias Occidentales eldía aniversario de 1'1 fecha de su fund ación , y, consta en acta del Cab ildo de Caracas del? deju lio de 1654, que "de tiempo inme morial a esta parte ha sido costumbre que el alférez ma­yor de esta ciudad , la víspera y el día del dicho Santo Apóstol saque el Pendón y EstandarteReal". Ese d esfile del Pendón encabezado por funcionarios y vecinos eminenles en cabal­gaduras engalanadas, es para Mariano Picón Salas "una exrañamezcla de alegorismo y for­mulismo medieval con lujo renacentista, más el híbrido aporte que han de dar a esas cere­monias, como en México, Perú o Guatemala, las masas índias o mestizas" .

Con la fundación de Caracas no cesó la res istencia ind igena. A principios de 1568,Guaicaipuro, cacique de los indios teques, convocó a los caciques y tribus de los toro­maimas, de los tarmas, de los mariches y del litoral de Naiguatá, con el f in de tomar la nuevapoblación. Todos deb ían encontrarse en Maracapana, una alta explanada ubicada al pie dela serrania en las afueras de la ciud ad. Una contusión imprevista impidió a los tarmas ya los te­que s y su jefe Guaicaipuro acudir al lugar de la cita , Maracapana, donde las otras tribus fue­ron acomet idas y derrotadas por Losada y sus hombres, destacándose el indio Tiuna en elcombate. Poco después, el mismo año 1568, Guaicaipuro, el vencedor de conquistadores,mientras subohlc ardía, moría a estocadas, peleando y blandiendo en las tinieblas de la no­che la espada que había sido de Juan Rodr íguez Suárez.

Después de la muerte de Losada , es Garci González de Silva, ayudado al final por Se­bastián Díaz Alfara, quien somete definitivam ente a los caracas y tribus vecinas. Sucesiva­mente van siendo derrotados Paramaconi y sus toromaimas, los tarmas, los teques, los rnere-,gotos y los mariches, quienes, después de la batalla librada entre los cañaverales del Guaire,vieron a su cacique Tamanaco protagonizar, en plena montaña, un espectáculo de circo ro­mano al morir, dentro de un palenque de estacas, en lucha cuerpo a cuerpo con un perro

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que le destrozó la garganta. Era el año 1573. La guerra y la conquista de Caracas había ter­minado.

Dieg0 de Losada había presidido la reunión del Cabildo del 8 de abril de 1568 en laqU5 59 repartie ren tierras en el Valle de Caracas, "desde la punta de Cerro Gordo que entramás adentro hasta el río abajo de sierra a sierra que hayan sido o sean de cualesquier natu­rales de esta provincia", a las personas que en un memorial se mencionan. Esos reparti ­mientos de tierras acordados por los jefes expedicionarios y las mercedes reales son la parti­da de nacimiento del latifundio o gran propiedad territorial en Venezuela y América.

Gil Fortoul afirma que "Losada repartió entre sus compañeros las tierras conquistadasy las encomendó a los indios ; origen éste de las grandes riquezas que poseyeron luego losseñores principales de Caracas y Aragua", añadiendo que una sola hacienda comprada poruna familia al conquistador Garci González de Silva "se extendía desde la Vega hasta el Tarta­gal, hoy plaza del Teatro Municipal".

En su obra "La Estructura Económica de Venezuela Colonial", Federico Brito Figue­roa asienta que "las primeras mercedes arrancan de la fecha de fundación de la ciudad de Ca­racas, periodo en el que se distribuyen caballerías y peonías entre los conquistadores, queigualmente reciben la población indigena sometida para explotarta y cultivar la tierra en be­neficio suyo", además que "las propiedades adquiridas por merced o donación se incremen­tan rápidamente mediante la ocupación de las tierras baldías o ejidales y el despojo de las tie­rras de las comunidades indígenas". Brito aporta el dato esta.ristico de que en la provinciade Caracas, entre 1568 y 1800, la superficie bajo dominio privado se elevó a 4.399.292 hec­táreas.

El historiador JA. De Armas Chitty en su tr.:\bajo "Caracas, origen y trayectoria de unaciudad" escribe: "Amparados, pues, en sus privilegios de pacificadores pobladores, el gru­po que ha vivido en forma dispersa ya en El Tocuyo , ya en Barquisimeto, ya en Valencia, através del Cabildo de Santiago que ellos mismos dirigen, se apropia lentamente la tierra, nosolamente en el Valle de San Francisco, sino en el Valle de Aragua, hacia los collados delSan Juan, -hoy San Juan de los Morros-, hacia Platilla, etc. No estaban exceptuadas las tie­rras del Tuy, zonas de Ocumare , Santa Lucia y Barlovento, como algunas del litoral guai­reño" . Esos conquistadores avecindados en la ciudad recién fundada serán, al decir de DeArmas Chitty, "la célula de la tutura oligarquía caraqueña". Los "amos del valle" que novelóFrancisco Herrera Luque.

No se habían cumplido cuatro años de la fundación de Caracas cuando en febrero de~ 571 tiene lugar en ella el primer luicio de residencia, origínal proceso que tuvo su estrenoen Amér ica, en la isla Española, en 1501, cuando Nicolás de Ovando residencíó a su antece­sor y sucesor de Colón , Francisco de Bovadilla . Se seguian esos juicios a los Gobernadoresy altos funcionarios al término de su gestión, a fin de sancionar las arbitrariedades, abusos eirregularidades que hubieren podido cometer. El Hermano Nectario Maria dice que "llama laatención la seriedad de la legislación de Indias, que prorubia a los funcionarios de la adminis­tración colon ial el ejercicio del comercio, aun en materias de poca monta o de alguna nece-

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sídad", El juicio se anunciaba por pregón y publicación de bandos y edictos del dia y sitiodonde debían concurrir todos los habitantes que tuviesen quejas y acusaciones contra el ex­funcionario.

En la fecha antes mencionada. esta ciudad presenció el juicio de residencia que se lesiguió al ex-Teniente de Gobernador y ex-Alcalde Juan de Guevara. entre otras razones,"por habervendidovinoa varios vecinos".

Ahora cuando abundan los tramposos, cuando los pícaros se desviven por cometersus arterías, cuando en ocasiones se olvida que el cargo público es para servir y no para ro­bar, cuando la codicia del dinero hace languidecer honras. cuando no son pocos los apa­ches que quieren hacer valer su astucia, cuando hay líderes que en la mañana realízanuna o­peración comercial y en la tarde pronuncian un discurso político, cuando pareciera que esta­mos en medio de un baile de disfraces y en torno nuestro se mueven tantas gentes apa­rentando ser lo que no son ¡quién pudiera convocar a la plaza pública a vecinos y ciuda­danos en general para que, en juicio de residencia, digan toco cuanto saben acerca de losadministradores de lacosa pública.

La primitiva Gobernación de Venezuela tenia su capital oficial en la ciudad de Coro,pero en su "Hisloria de Venezuela" Guillermo Morón nos recuerda que "los gobernadoreshabían acostumbrado establecerse en una u otra ciudad, de acuerdo con las necesidades in­mediatas o con los gustoS" y que "Coro conserva la capitalidad. pero sólo en teoría" porque"sucesivamente serán El Tocuyo, de manera principal, y Barquisimeto, las residencias de losgobernadores, hastaJuan de Pimentel".

EI8 de mayo de 1576 llega a Caraballedael Gobernador y Capitán General Juan de Pi­mentel, sube a Santiago de León de Caracas, presenta sus credenciales ante el Cabildo y ti­ja aquí su residencia,convirtiendo de hecho a la ciudad en capital de la entonces llamada Go­bernación de Venezuela. En su conocida Relación histórico-geográfica de Caracas, dirigidaal Rey, escrita entre ell' y el 23 de diciembre de 1578, Pimentel nos hace la siguiente des­cripción de la ciudad, cuando tenía apenas 11 anos de fundada: "El edificio de las casas deesta ciudad ha sido y es de madera, palos hincados y cubiertos de paja. Las más que hayahora en esta ciudad de Santiago son de tapias sin alto ninguno y cubiertas de cogollos decanas. Dedos o tres anos a esta parte, se ha comenzado a labrar tres o cuatro casas de pie­dra y ladrillos y cal y tapería, con sus altos cubiertos de teja. Son razonables y están aca­badas la iglesia y tres casas de esta manera y los materiales los hay aquí. En esta ciudad deSantiago hay una iglesia parroquial. Hay dos curas en ella y el uno es vicario. En'esta ciudadde Santiago de León hay un monasterio de San Francisco, de tapias no durables. Comen­zóle a fundar Fray Alvaro Vidal, que vino de Santo Domingo con otros Irailes hace tres anosal dicho efecto, en cuya tundación le halló Fray Francisco de Arta, comisario que de ordende Vuestra Majestad vino cori siete religiosos y con él ocho, los cuales están al presente eneste monasterioy en las doctrinasde los naturalesde los términosde estaciudad".

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Durante el siglo XVII el país que sería después Venezuela estaba formado por pro­vincias independientes entre sí, sin una administración central y con población escasa (en­tre comienzo y fin de siglo , Caracas pasó de 500, según unos , o de 2.000, según otros, a6.000 habitantes) . Eran los Cabildos los que fundamentalmente dirigian los gobiernos lo­cales de las ciudades, sin comunicaciones recíprocas ni ningún plan de acción común. Esasituación gubernativa y la pobreza existente eran un reflejo de la decadencia din ástica de laCasa de Austria, que habla alcanzado su apoteosis con el abúlico Carlos 11. cuyo reinado en­tre 1661 y 1700 fue uno de los más desastrosos para España y para todo el Imperio.

Andando el tiempo. la personalidad metropolitana de Caracas se robustece con la ce­lebracion del congreso de los Cabildos de la Provincia en 1589 ; con el traslado desde Coroen 1613 del Obispo Fray Juan de Bohorquez y del Cabildo Eclesiástico en 1636; con la aper­tura en 1641 del Seminario de Santa Rosa de Lima por el Obispo Mauro de lavar y la pos­terior Real Cédula del 22 de diciembre de 1721 que concede a dicho Colegio la "facultad pa­ra que pueda dar grados y erigirse en Universidad"; con la creación de la Intendencia de Ejér­cito y Rea! Hacienda por titulo real del 8 de diciembre de 1776; con la Real Cédula del 8 deseptiembre de 1777 que separa del Virreinato y Capítanta General del Nuevo Reino de Gra­nada a las provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo e islas de Trinidad y Margarita inte­grándolas a la Capitania General de Venezuela, cuya capital 3S Caracas; con la creación de laReal Audiencia de Caracas por Decreto del 6 de julio de 17&6 y Real Cédula del 31 de juliodel mismo año; y con la creación del Real Consulado de Caracas por cédula del3 de julio de1793.

Ese proceso de integración de la provincia o Gobernación de Venezuela operado enel siglo XVIII , que acabo de reseñar, se explica porque el Imperio Español había pasado a sergobernado por una dinastía distinta. la de los borbones, que tenia una concepción cen ­traüstadel Estado. Cuando muere el pobre Carlos 11, antes citado, estalló una guerra al adve­nir al trono Felipe V -de la Casa de Barbón y nieto de Luis XIV, el "Rey Sol" de Francia- con laoposición de los Habsburgo, de la Casa de Austria, que contaban con el apoyo de Inglaterra,Holanda y Portugal. Fue la llamada Guerra de Sucesión de España que duró 15 años -de1700 á 1714- Yterminó con el reconocimiento de Felipe V.

La guerra de Sucesión enervó la administración española yeso produjo efectos eco­nómicos desastrosos en las colonias. Felipe V autorizó a la Compañía Real de Guinea paracomerciar con las Indias Occidentales. Por uno de los tratados que puso fin a la Guerra de Su­cesión, el de Utrecht , hubo una concesión a una compañía inglesa que hizo llegar en 1717a La Guaira seis navíos cargados de víveres diversos y se llevaron tabaco y cueros, y otroscinco navíos en 1718 que trajeron mercaderias y sacaron cacao, cueros y tabaco. Como, porconsecuencia de la Guerra de Sucesión. España tenía diticultades para atender el comercio.exterior de sus colonias. la Corona le concedió el 5 de septiembre de 1728 a una empresaprivada , la famosa Compañía Guipuzcoana, privilegios comerciales en la provincia de Cara­cas, patente para perseguir el contrabando y exoneración del tonelaje. Aun cuando muchosalegan que aumentó el comercio y la exportación, que íntrodujo nuevos cultivos y trajo ensus navíos los libros de la "Ilustración", la verdad es que la Compañía Guipuzcoana hastaque se disuelve el 11 de febrero de 1785 tuvo la más tenaz oposición de los grandes pro -

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pieíaríos territoriales de la provincia de Caracas. los llamados "grandes cacaos", que al verque aquella empresa perseguia el contrabando monopolizando de hecho el comercio, lesimpedía el tradicional tráfico ilegal de sus productos -cacao, tabaco, añil, ganado- con las An'·tillas y con la Nueva España, actual México. La oposición a la Guipuzcoana se extendió aotras capas sociales y fue el origen de protestas y rebeliones armadas en la provincia curan­te el siglo XVIII .

El río silencioso de la Historia que corre en la entrada de los procesos sociales en mar­cha ya tenía dispuestos los grandes sucesos que peco después iluminarían a la ciudad, a suvalle, a su Guararía Repano -su Avila·, bueno para la protección del asalto de los conquista­dores, de los corsarios y de las tormentas , Si, ya en los aires, en los cielo s, se veía bajar la Ii·bertad como una luz para posarse sobre este pedazo de tierra agraciada , sobre Caracas.Aquí tenía que ser la voz primera, la rasgadura del relámpago inédito, el sacudimiento queserviría de ejemplo.El ts de abril de 1810 y el5 de julio de 1811 nacieron aqui , son cr íatu­ras caraqueñas. Después, la guerra, la independencia refrendada con sangre, ta República,las contiendas civiles, una patria buscando afanosamente el porvenir.

A los 421 años de aquella solemne y pintoresca ceremonia que protagonizó Diegode Losada el día de la fundación, Caracas exhibe y enfrenta el claroscuro de sus logros y susproblemas.

El progreso, sobre todo en los úllimos años, ha ido deslizando hacia la nostalgia surostro colonial. Los ojos de los que aquí nacieron y de los que aquí han venido, ya no pue­den ver sino una ciudad distinta a aquella ciudad de los techos rojos que con prosa ena ·morada nos describiera Enrique Bernardo Núñez. Nunca más encontraremos la c iudad quese fue. la ciudad que se fugó en las alas del crecimiento veloz. Altos edificios apuntan su cie ­lo sorprendido. Las calles estrechas han dado paso a imponentes avenidas y el "metro" avan­za desbrozándote el subsuelo. Ha engrandecido su jerarquía de primer centro político y cul ­tural del país. Es sede de las principales instifuciones industriales y financieras y destinatariade los voluminosos dineros del petróleo . Es Caracas, la ciudad que no se olvida .

Sus problemas la mortillcan, pero no la acobardan. Yo diría que la causa esencial de to­dos ellos es la desproporción entre las limitaciones de su territorio y el desequilibrado y rá­pido crecimiento de su población. Su valle es de casi 15 kiló metros de largo por unos 4 deancho, lo que la ha obligado a un crecimiento lineal. Para 1810 tenía 50000 habitant es, el5% del millón de habitantes que entonces ten ia Venezuela, En 1936 ten ia 258 .000 habi·tantes. Ahora su área metropolitana debe estar cerca de los 5 millones más del25% de la po­blación total del país. La explosión demográfica ha extendido la superticie de la c iudad hacialas laderas de sus montes mostrándonos un triste y acusatorio espectáculo habüacíonal, ge ­nerando daño ecológico y contaminación ambiental y visual. En ese contexto, ha espigadoel crónico déficit de los servicios públicos. La democracia tiene el reto de implementar una sa­bia política de población. de ordenamiento territorial y de mejor d istribución del bienestar pa­ra que Caracas sea más humana y más vivible .

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La ciudad lleva su corona de espinas de ranchos trepados en los cerros y con altiva mi­rada intemporal marcha al desafío del porvenir.

y lee aquel pedazo de la carta que su más grande hijo, el Libertador, le escribiera aPáez desde el Alto Perú en 1825 : "Los papeles públicos habrán informado a usted de losbrillantes sucesos que han coronado nuestros servic ios en el alto Perú y las pródigas recom­pensas de estas repúbticas liberadas en Ayacucho: ya me tiene usted comprometido a de­fender a Bolivia hasta la muerte, como a una segunda Colombia: de la primera soy padre, dela segunda soy hijo; así mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegará has­ta las márgenes del Río de la Plata . Mil leguas ocuparán mis brazos, pero mi corazón se ha­llará siempre en Caracas: allí recibí la vida, allí debo rendirla; y mis caraqueños serán siempremis primeros compatriotas. Este sentim iento no me abandonará sino después de la muerte".

Así quería Simón Bolívar a Caracas, la curnpleañera de hoy , la ciudad que no se 01-vida .

Caracas, 25dejuliode 1988.