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Dios Es Feliz Dándose: Esbozo de Una Teología Espiritual (Herder) - Josep María Rovira Belloso

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Dios Es Feliz Dándose: Esbozo de Una Teología Espiritual (Herder) - Josep María Rovira Belloso

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  • JOSEP MARIA ROVIRA BELLOSO

    DIOS ES FELIZ DNDOSE

    Esbozo de una teologa espiritual

    Traduccin del cataln de ANTONI MARTNEZ RIU

    Herder

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  • La traduccin de esta obra cont con la ayuda del Institut Ramon Llull. Ttulo original: Du s feli donant-seTraduccin del cataln: Antoni Martnez RiuDiseo de portada: Purpleprint creative 2015, Josep Maria Rovira Belloso 2016, Herder Editorial, S. L., Barcelona

    ISBN: 978-84-254-3424-2

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica otransformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sustitulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro de DerechosReprogrficos) si necesita reproducir algn fragmento de esta obra(www.conlicencia.com). Produccin digital: Digital Books Herderwww.herdereditorial.com

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  • ndice

    PortadaCrditosPresentacinPrimera parte. La espiritualidad: hablar bajo la lluvia fina de la Palabra

    IntroduccinPreludio. Aurora1. Discernir2. Trascender3. Recibir4. Disfrutar5. Compadecer6. Trastornar7. Impacientarse8. No saber9. Cantar10. AgradecerCorolario. Atreverse

    Segunda parte. Lenguaje divino y lenguaje humanoIntroduccin1. La peculiaridad de la Palabra de Dios envuelta, en el tiempo, en palabrahumana2. Cinco temas de la persona humana que vive en la Palabra de Dios3. Comunicacin y revelacin en el lenguaje del Evangelio4. La persona humana bajo la Palabra de Dios

    Tercera parte. La fe en Jess segn los captulos 7 y 8 del Evangelio de sanJuan

    Introduccin1. Diez observaciones previas2. Contenidos de los captulos 7 y 8 del Evangelio de san Juan

    Eplogo

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  • BibliografaNotasInformacin adicional

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  • PRESENTACIN

    El lector ver que este libro se estructura en tres partes. La primera recuerda mucho auna entrevista, pero en realidad se trata de una obra a cuatro manos, y as la llamo enla Introduccin.

    Ahora bien, esta larga, pensada y a la vez improvisada entrevista a la que merefiero tiene dos fundamentos que la sustentan. Son, respectivamente, dos trabajos, unodel 2012 y otro del 2013. El primero, que lleva el ttulo de Llenguatge div i llenguatgehum, se public en sus dos primeros puntos en Qestions de Vida Cristiana.[1] El otroes un trabajo que, para m, ha sido muy necesario hacer. Se trata de La fe en Jess,segons els captols 7 i 8 de lEvangeli de sant Joan. Digo que se trata de un trabajo queme ha sido necesario hacer porque tena que explicarme a m mismo unos textos dedifcil comprensin y que a la vez son imprescindibles, porque en ellos se proclama la fecomo una actitud viva y abierta de corazn ante Dios. Las figuras que desfilan en estostextos, y que para el evangelista son emblemticas, continan siendo la Virgen Mara, eldiscpulo amado, Mara Magdalena y el apstol Pedro: las figuras de la fe.

    De manera que estos dos trabajos, estas dos reflexiones meditativas queconforman la segunda y la tercera parte de este texto seran, hablando acadmicamente,los subsidia, los refuerzos, los fundamentos que a manera de trama esencial sostienenel edificio de la entrevista que se lee en la primera parte.

    Josep Maria Rovira Belloso

    El Desert de Sarri

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  • PRIMERA PARTE

    LA ESPIRITUALIDAD: HABLAR BAJO LA LLUVIA FINA DE LA PALABRA

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  • INTRODUCCIN

    Esta primera parte es una obra a cuatro manos. El lector debe imaginar que en unasilla se sienta alguien que preferentemente se encarga de la construccin del discursoy en la otra, alguien que lo redacta, en este caso, mi amigo Santi Pau Bertran.

    No es este un libro de entrevistas convencional, entretenido o adornado, perotampoco es un libro de tesis. Los contenidos se han desdoblado a su aire en diezconversaciones diez infinitivos verbales en las que los dos interlocutores hemosprocurado simplemente ejercer el oficio de cristianos con las herramientas que cadauno de nosotros tena a mano: siempre bajo la lluvia fina, hemos rezado yreflexionado en voz alta, intentando conocer a Jess, intentando conocer a Dios; hemosrecordado las palabras en las que creemos y hemos procurado averiguar por qu puedesentirse uno tan enamorado de la buena noticia que nos anuncia que Jess ha venidodesde la eternidad a nuestro tiempo.

    Como estas pginas son fruto de un hablar coloquial, el lector no deber olvidar queconstituyen simplemente un trabajo de meditacin, con todas las imperfecciones quepueden tener los libros de este tipo.

    Mano a mano, los autores invitan a los lectores a participar en un dilogo en el que,estructurado en diez movimientos y con variaciones sobre cuatro temas la reflexin,la teologa, la espiritualidad y la oracin, se ha intentado rezar teolgicamente o hacerteologa rezando, puesto que a estos cuatro grandes temas se ha accedido, por as decir,de una manera pericortica, esto es: de modo tal que a veces el pensamiento cede elpaso a la teologa y a veces la teologa cede el suyo a la oracin, mientras que otras veceses la espiritualidad la que ejerce de aurora de la reflexin, encendindola.

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  • PRELUDIO

    AURORA

    Domus aurea

    Me gustara empezar este trabajo cambiando el orden que suelen seguir los librospiadosos, que solo hacia el final acostumbran a recordar a la Virgen Mara, como si esterecuerdo fuera un ritual, un trmite o un simple quedar bien; como si nicamenteantes de terminar, y algo as como deprisa y corriendo, nos estuviera permitidoacordarnos de la Madre de Dios.

    Pues bien, de ella quiero hablar aqu antes que nada, con anterioridad a las pginasque vendrn y de una manera plenamente auroral. Por eso iremos al Gnesis yleeremos un fragmento, que ahora contemplo desde una perspectiva distinta de la quepara m tena cuando era estudiante. Se trata del llamado fragmento de las excusas:Adn se excusa en Eva, Eva se excusa en la serpiente y el reptil se excusa en lanaturaleza. Pero tambin Dios tiene algo que decir a todo ello (Gn 3,14-15):

    Por haber hecho esto, maldita sers entre todas las bestias y entre todos los animales del campo;sobre tu vientre te arrastrars y polvo comers todos los das de tu vida. Pondr enemistad entre tiy la mujer, y entre tu linaje y el suyo; este te aplastar la cabeza y t le acechars al taln.

    En mis aos de estudiante en Roma, este fragmento se consideraba mariano encuanto no solo se refera a Eva, sino a toda su descendencia, que llega hasta Mara, hastaJess y hasta nosotros mismos. Creo que en aquel tiempo no acab de entender esto, almenos no de la manera como lo veo ahora.

    Ahora considero que en la entrega de Mara, en su abrirse y darse a Dios, tambinest incluida, de una manera inevitable, la entrega a los dems. La prueba es que,despus de escuchar la anunciacin del ngel, Mara fue deprisa a las montaas deJudea para visitar a su prima Isabel, que la necesitaba porque estaba embarazada de seismeses. Como podemos ver, solo hay una cosa el amor en la raz de la entrega aDios y del darse al prjimo, y es que, en efecto, la fe siempre est unida al amor.

    Efectivamente, ahora puedo ver con mucha ms claridad que antes hasta qu puntolleg Mara a unir su fe y su amor con este espritu de lucha del que ya habla el profetaIsaas cuando se enoja frente a una actitud quietista o miedosa:

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  • Respondi Ajaz: No la pedir [la seal] y as no tentar a Yahveh. (Is 7,12)

    Pues para eso vino precisamente Mara, para ser seal. El Seor mismo os dar una seal, mirad: la doncella est encinta, va a dar a luz un hijo, y le pondrel nombre de Emmanuel. (Is 7,14)

    Por utilizar una expresin tradicional y habitual hace unos aos, diramos que la actitudde Mara desencadena la lucha contra el mundo, el demonio y la carne. El indicio, laprueba, la seal, la palabra o el anuncio de que las cosas de alguna manera han sido asest dado por el hecho de que Jess mismo dir:

    En el mundo tendris tribulacin; pero tened buen nimo: yo he vencido al mundo. (Jn 16,33)

    Y as llegamos a la pregunta: Es lucha la vida?. El libro del Apocalipsis nos dice ques, que es la lucha para vencer el mal del mundo:

    Fue arrojado el gran dragn, la antigua serpiente, el que se llama Diablo y Satans, el que seduce aluniverso entero. (Ap 12,9)

    Con su s, con su hgase, Mara echa, expulsa el mal del mundo y nos libera detodas nuestras esclavitudes, nos libera de las manos de los enemigos. Esta es subatalla pacfica. Aqu es donde su fe se une al combate del que habla Job:

    No es milicia la vida del hombre en la tierra?No son sus das como los de un jornalero? (Job 7,1)

    Se trata, por cierto, de la misma lucha, del mismo jornal que el de Jess y que elnuestro.

    La vida no es en modo alguno una gnosis seudocelestial, ni es tranquila como unatarde de familia feliz: no, no lo es! Es misin. Es la misin de traer, difundir ocomunicar la liberacin y su noticia, es poner en prctica la evangelizacin, y estoquiere decir hacer llegar la compaa que tenemos en Dios a todo el mundo: a todos losque amamos y a todos los que an no amamos.

    As es como ahora contemplo esta lucha de la descendencia de Eva, que es Mara:aquella nia vestidita de azul utilizando, si queris, una imagen romnticaresulta ser una persona, adems de hermossima, mucho ms consciente, grande yvaliente de lo que esconda o disimulaba su apariencia de niez privilegiada, ya que, ensilencio y sin contemplaciones, dirige el gran combate de nuestra liberacin porque solo

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  • nos quiere de una nica manera: sin temor, en piedad y rectitud (Lc 1,74).El Cantar de los Cantares expresa magnficamente esta unin de hermosura y fuerza

    pacfica: Quin es aquella que se alza como la aurora, hermosa como la luna, brillante como el sol, terriblecomo ejrcito formado bajo las banderas? (Cant 6,10)

    Por eso tambin es la llave de la torre de David, para que sea para nosotros la granluchadora pacfica que, amaneciendo como el alba, nos hace ver la luz de la paz, de lalibertad, de la compaa de Dios, de su bendicin y de su salvacin. Aunque, para llegara esta salvacin, habr sido necesario que antes hayamos atravesado el tnel de lamuerte, puesto que solo as conseguiremos poder ser de nuevo los compaeros, losamigos o los enamorados de aquel Jess que nos quiere llevar en hombros, como a laoveja perdida, hasta el amor infinito del Padre.

    Este fragmento que hemos tomado del Gnesis es como un aviso, como una promesade que todo lo que ha de venir ha de concluir en algo tan simple como el hecho de estarcon Cristo, que tiene los ojos puestos en el Padre; as es, esta es nuestra salvacin y elsentido de nuestra vida.

    Pues bien, este es el sentido que me gustara encontrar en cada una de las pginasque siguen, porque el sentido siempre empieza con la claridad humilde de la presenciade Mara, que desde el fondo del corazn de la casa de Nazaret llena todo el universo.Mara, la precursora de Cristo, nos conduce de este mundo a la misericordia infinitadel Padre.

    Si conseguimos unir este fragmento del Gnesis con el de la casita de Nazaret Heaqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra (Lc 1,38), tendremos unavisin difana y simple de lo que puede significar recibir la buena noticia: se trata deldoble paso que da Jess del Padre al mundo y del mundo al Padre para venir abuscarnos.

    Y en todo este asunto Mara tambin da pasos, que son siempre paralelos a la figuraprecursora de Juan Bautista. Como l, tambin ella es precursora de esta especie degran peripecia, que es ser benvolo y humilde de corazn.

    Queris ser benvolos y humildes de corazn? Pues adelante, no hace falta quesufris o que os angustiis o que os cansis, porque de muchas maneras y en muchasocasiones nos ser dada la visin cristalina del don que ha sido para nosotros la venidade Jess al mundo, su buena noticia, su evangelio.

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  • 1DISCERNIR

    En Jeremas 15,19 leemos:

    Por esto as dice Yahveh: Si te conviertes, te permito volver, podrs estar en mi presencia; siseparas lo precioso de la escoria, sers como mi propia boca. Ellos se volvern a ti, t no tevolvers a ellos.

    Si separas lo precioso de la escoria, es decir, si separas lo que vale de lo que no vale...,sers mi portavoz. Esto llama mucho la atencin.

    Por qu? En primer lugar porque Dios, por as decir, lo hace todo. Dios es el todoque lo hace todo y en l vivimos y nos movemos y somos, y por tanto nuestra actitud espreferentemente receptiva con respecto a su accin.

    Pero aqu se nos dice que tenemos que hacer algo, que algo nos ha sido reservado yeste algo es discernir lo que vale de lo que no vale, porque esto es sabidura para la vida.

    Qu es lo que vale? Vale la comunin, la comunin con el Padre y el Hijo en unmismo Espritu.

    Qu es lo que no vale? No vale, por ejemplo, la indiferencia o la duda o el perderseen cosas labernticas.

    O hay comunin o hay laberinto, y aqu lo que vale es todo lo que nos traercomunin. Por ejemplo, la oracin. La oracin es el medio normal de entrar encomunin con el Padre y el Hijo en un mismo Espritu.

    San Pablo, en los Hechos de los Apstoles (Hch 20,32), dice espontneamente unafrase trinitaria en sentido implcito: Ahora os dejo encomendados al Seor y a lapalabra de su gracia. Una traduccin libre, pero de hecho fiel, se entenderatrinitariamente as: Os confo a Dios Padre y a su Palabra llena de la gracia delEspritu Santo.

    La frase termina de este modo: [...] que tiene poder para edificar y concederos la herencia con todos los santificados.

    Literalmente, Pablo encomienda los fieles a Dios Padre a travs del (logos), lapalabra de la Gracia, es decir, el de la comunicacin del Espritu.

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  • Es una frase en la que la Trinidad santa aparece como un movimiento puramentedinmico que se dirige hacia nosotros, aunque permaneciendo siempre en la unidadtrina.

    Esta reflexin explica por qu es difcil distinguir, siendo imposible separarlos, aJess, el Hijo, del Espritu Santo que el mismo Hijo nos enva: porque cada uno estdonde est el otro, dando paso al otro.

    Qu hacen los tres ngeles del icono de Andri Rubliov, que representa laTrinidad? Se miran uno al otro, se aceptan y al mismo tiempo se ceden mutuamente ellugar como si se tratara de una danza en la que uno se complace en el otro, al mismotiempo que le cede el paso.

    Tcnicamente, esto recibe el nombre de pericoresis o circumincessio.Uno en torno al otro y cada uno en el otro. Esto hace posible distinguir a Cristo del

    Espritu y del Padre.La palabra es siempre la Palabra de la gracia del Espritu.Pues bien, esto quiere decir que el Padre, el Hijo y el Espritu lo hacen todo, pero

    tambin quiere decir que el hombre tiene que hacer algo: tiene que distinguir lo quevale de lo que no vale, porque se da cuenta de que lo que vale es querer por encima detodo la comunin con el Padre y con el Hijo.

    Adems de la oracin, hay otro camino que vale y nos conduce a la comunin, y es lacaridad, porque... no estamos solos en el mundo! Est la humanidad entera y nosotrosestamos con y para esta humanidad, para mejorar en lo que podamos su nivel tico y sunivel espiritual.

    Por tanto, en la medida en que queramos amar a Dios, tenemos que amar tambin anuestros hermanos.

    Dios nos ha hecho hermanos porque nos ha hecho a todos hijos del mismo Padre yesta fraternidad ha de poder verse ya en este mundo: no sera correcto amar a Dios, aquien no vemos, y no amar al prjimo, a quien vemos. Hemos de decir, ms bien, queamando al prjimo, al que vemos, amamos a Dios, que es invisible .

    Vale la comunin con Dios, vale la oracin y vale la caridad: aprendamos adiscernir, aprendamos a conjugar el verbo discernir.

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  • 2TRASCENDER

    Vayamos a Mateo 14,23: Despus de despedirlo, subi al monte para orar a solas. Al anochecer, estaba all l solo.

    Es decir, Jess se va a orar con el Padre. Pasa orando toda la noche. Al anochecer,estaba all l solo, ya que solo haba subido a orar.

    Por qu esta obsesin de ir a orar con el Padre?Responde a la situacin real de Jess, que es la siguiente: El Padre y yo somos uno.

    Mi lugar es el lugar del Padre del cielo.Dnde vives, dnde te alojas?Venid y lo veris (Jn 1,39). Veris que mi lugar es el Padre. Unos viven en un

    piso, otros viven quiz en la esquina de una calle o en casa de unos amigos, pero milugar es el del Padre del cielo, porque mi Padre y yo somos uno. Somos uno, pero almismo tiempo el Padre es mayor que yo.

    Cmo puede ser esto as, si son uno? Cmo puede ser mayor?El padre es el origen. Originariamente, el padre es primero. Sin el padre no hay hijo.

    El Padre y el Hijo son una sola cosa, pero el Padre es el origen. Es el Padre amado,Abb.

    Si para Jess el Padre no fuera Abb, tampoco lo sera para nosotros. Padre amado...porque eres el origen, porque eres la fuente de la misericordia. Pues bien, la fuente dela misericordia es el lugar de Jess y atencin! tambin el nuestro.

    Ahondemos en ello. Jess pasa toda la noche orando y podra haber pasado mstiempo! porque ha encontrado... su centro. Este centro es el origen de lamisericordia y del amor, y el origen del amor es el Padre. Estar conectados con el origendel amor es estar salvados. La comunin con el Padre es la salvacin. La no comunincon el Padre es el laberinto, es todo aquello que no vale, es el camino que pierde.

    Y esto lleva a preguntarnos por qu queremos conectar esta comunin con lamisericordia ms original, con la fuente del amor, con el manantial vivo del amor quesiempre fluye.

    Respuesta: porque tambin es nuestro lugar, un lugar ms nuestro que nosotros

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  • mismos, porque es nuestro centro, porque es el lugar de la salvacin. Es el lugar donde,si ests ah, ests donde tienes que estar. Uno no va perdindose por caminosequivocados, sino que est siendo acogido por la misericordia original, el amorfontanal, la fuente misma del amor.

    Y esto este estado de salvacin tambin presupone una revelacin, presuponeque Dios se comunica con nosotros: (Ho Kyrios meta sou). El Seorest contigo (Lc 1,28).

    Todo viene de aqu. Todo viene de que Dios se nos ha dado y ha hecho que estehombre, este hombre que conoce y ama y que se puede perder, este hombre y estamujer Mara, todos ellos queden absorbidos por el amor y se salven. Y si somossalvados es que hemos recibido la presencia del Dios que se revela.

    ! El Seor est contigo!He aqu las races de la oracin de Jess.Jess busca la donacin del Padre. Jess busca que el Padre le diga Hijo! y Jess,

    al mismo tiempo, busca poder decirle: Abb, Padre amado!.Esta es la situacin de trascendencia propia del hombre.Por tanto, si las cosas son as, ser cuestin de anunciar la buena noticia, que no es

    otra que esta: no estamos solos en este mundo!Recuerdo a un profesor de filosofa que deca que muy a menudo llamaba por

    telfono a Dios, pero que Dios nunca se pona al aparato. Se hizo discpulo nada menosque de Cioran. Desde entonces tampoco ha podido dormir! Me caa simptico, elhombre. En el fondo, s, llamaba a Dios por telfono, pero cada vez menos, aunque noha dejado de hacerlo de vez en cuando. Algn da tambin l oir esta palabra y estarcerca de la Virgen que dijo s, la respuesta ms hermosa de toda la historia:Hgase!. Quin sabe si tambin este profesor algn da dir como ella: Hgase tuvoluntad, Seor.

    Y aqu se presenta una cuestin muy interesante: Qu significa dejar hacer?Cmo se hace ese dejar hacer a Dios?

    Qu haremos para entrar en este amor original, en esta fuente del amor? Cmo loharemos?

    Respuesta: dejndonos llevar.Y qu es dejarse llevar?Respuesta: es estar convencido de que el Padre nos atrae, que el Padre es bondad

    infinita y que es capaz de comunicarnos esta bondad, que es salvacin y revelacin. Oh, yo espero que he de gustar los bienes del Seor en la tierra de los vivos! (Sal 27,13)

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  • Siempre la expansin de la bondad de Dios, como en la Transfiguracin! Tiene raznPedro, pero ms razn tiene Jess, que da respuesta a la felicidad de Pedro. Cuando estedice Qu bien se est aqu: hagamos tres tiendas, Jess no dice precisamente Pues,venga: hazlas!, sino que le advierte: He aqu que una nube te privar de tener plenaconciencia de lo que ahora solo percibes con una conciencia inicial o velada.

    Pero ya es suficiente, ya nos basta con ello, porque no podemos ponernos tensosintentando entrar en ese amor solo con nuestras fuerzas! Tenemos que dejarnos llevar.

    Exacto. En mi caso, lo de ! hizo que me diera cuenta de lacomunidad cristiana. Dios quiere estar con nosotros!

    Dios se complace, disfruta estando con el hombre pecador, firmando alianzas con l.Por qu disfruta? Porque puede comunicar su bondad.Bonum est diffusivum sui et communicativum. El bien tiende a rebosar, a

    desbordarse, a comunicarse, a darse (Pseudo Dionisio).Dios disfruta dndose.Pues bien, junto con todo ello est la nubecilla. Pero, alerta: la nubecilla con la

    palabra Se form entonces una nube que los envolvi, y de la nube sali unavoz..., con estas palabras: Este es mi hijo amado; escuchadle. Haced lo que l quierae id donde l vaya. Por eso Jess busca estar todo el tiempo con el Padre. El Padre y yosomos uno, pero el Padre es mayor que yo (Jn 10,30 y Jn 14,28).

    Hemos dicho que dejarse llevar es la nube que nos invade y que nos desconcierta,pero al mismo tiempo tambin es la palabra: Este es mi hijo amado. Es atender a lapalabra, pero de una manera precaria. No tenemos la plenitud de la conciencia,tenemos solo una conciencia incoada.

    Sea como sea, este dejarse llevar siempre va unido a la contemplacin y a las buenasobras del Padre, y esta es la razn precisamente de que nos preguntemos: Seor,cmo puedo hacer algo bueno si necesito tanto de los dems?.

    Pues es esta misma necesidad de los dems lo que provoca que podamos hacerbuenas obras. Las buenas obras consisten en amar a los otros, a los que tratamos cadada. Las buenas obras van unidas al amor. La oracin y la caridad, como descubramosen el captulo anterior, siguen siendo las dos maneras de llegar hasta Dios, de alcanzarla misericordia de Dios, de estar del lado de Dios.

    Podemos hacer mil cosas, pero el fondo de nuestro corazn est en Dios. Inclusopodemos perdernos en el laberinto, pero como ahora ya tenemos la clave tambinsabremos cmo salir.

    Y as es. Esta es la condicin trascendente del hombre que Dios nos concede; Diosdisfruta dndose porque la bondad se difunde, porque la bondad no tiene otra finalidadque difundirse.

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  • Y esto es redencin. Y esto es salvacin. Y esto es revelacin.Puesto que Dios se nos ha revelado, toda la vida de la persona por pura lgica debe

    convertirse en una imitacin de Dios. Pero no solo por pura lgica: tiene que haber unamor grande en este imitar, porque solo se imita lo que se ama de verdad. Solo lo queamas con toda el alma es lo que puedes imitar o lo que quieres imitar, o quiz lo que yahayas imitado.

    De modo que amar a Dios es el primer mandamiento.Qu bien dicho est esto de Amar a Dios con todo el corazn, con toda el alma, con

    todas las fuerzas!Y el segundo es: Amars al prjimo como a ti mismo.Y aqu tambin encaja perfectamente todo lo que hemos dicho de la pericoresis.La pericoresis es otra manera de expresar esta relacin entre la nube y la palabra.Fijmonos, para acabar, en un detalle importante: la forma en que Jess vuelve a los

    discpulos. Jess, que estaba orando al Padre, que era feliz as, con este retorno suyoviene para decirnos: Ea! Y a estos que amo, qu, no los... retorno?.

    Jess es el que retorna. Nos retorna! Jess va del Padre a nosotros y, por tanto...,claro que tena que andar sobre las aguas hasta llegar a Pedro, que se hunda! Porque,cmo no iba a regresar a toda prisa hasta donde estaban aquellos a los que amaba?Pues s, seor! Lo hizo, y por la va rpida: por encima de las olas! De esta maneralos discpulos participaron de la oracin de Cristo sumergido en el amor del Padre.

    No debemos tener miedo de sugerir que el estado ptimo de la persona, creyente ono, es la bsqueda de la trascendencia. Debemos pensar que, si Dios nos llama, esto esbueno. No podemos ponerle a Dios excusas como en la parbola:

    Pero todos, sin excepcin, comenzaron a excusarse. El primero le dijo: He comprado un campo, ynecesariamente tengo que ir a verlo; te ruego que me disculpes. Otro dijo: He comprado cincoyuntas de bueyes, y voy a ir a probarlas; te ruego que me disculpes. Y otro contest: Me acabo decasar, y por eso no puedo ir. (Lc 14,18-20)

    No probaremos ni un bocado en el banquete al que hemos sido invitados a menos queDios vuelva a llamarnos y no le pongamos ya ninguna excusa.

    Al llegar, por tanto, al final del segundo captulo, echemos por la borda todo miedo:No nos complicamos en exceso la existencia cuando hablamos de trascendencia?.No! Es nuestro estado normal! Hemos venido a esta vida como invitados!

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  • 3RECIBIR

    El Espritu Santo, lluvia fina y don que nos enva el Padre. Un don que nos envuelve,nos rodea, nos penetra y nos supera para que seamos hijos de Dios: esto, nada ms ynada menos, es lo que encontraremos en este tercer captulo, si prestamos atencin.

    Para empezar, podemos tomar un punto de partida puramente humano y observar ladiferencia que hay entre una persona deprimida y otra con iniciativa o con autoridadsobre s misma, capaz a la vez de tener proyectos o de dirigir su vida hacia objetivosnobles.

    Pues bien, el creyente ve a menudo esta clara diferencia como un fruto, como unadonacin del Espritu Santo.

    Contemplaremos tres textos. El primero es la promesa de Jess: Yo estoy con vosotros todos los das hasta el final de los tiempos. (Mt 28,20)

    Pregunta: cmo podr Jess quedarse aqu y estar siempre con nosotros? Respuesta: lohar mediante el don del Espritu Santo.

    El segundo fragmento pertenece a la Carta de san Pablo a los romanos: Y la esperanza no decepciona, porque se ha derramado en nuestros corazones el amor de Dios, pormedio del Espritu Santo que nos ha sido dado. (Rom 5,5)

    En este texto vemos que la esperanza no engaa porque nos ha sido dada con el amor deCristo, que previamente se derram sobre nosotros como un don gratuito.

    El tercer texto es el relato de los Hechos de los Apstoles (Hch 2,1-36), que explica lavenida del Espritu Santo y el discurso que pronunci Pedro.

    Pero, antes de continuar, quisiera recordar unas palabras verdaderamente hermosas,que proceden de la Exhortacin apostlica Evangelii Gaudium del Santo PadreFrancisco. All el Santo Padre habla de cmo el primer anuncio de Jesucristo, elkerygma, es trinitario y dice:

    Es el fuego del Espritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con sumuerte y resurreccin nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre. (III, 164)

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  • Ahora ya podemos seguir y lo haremos con una afirmacin que puede parecer un pocosorprendente: El Espritu Santo se encuentra en la red de los sacramentos. Por esoeste captulo podra titularse tambin Conectados a la red.

    Efectivamente, no podemos prescindir de los sacramentos cuando hablamos delEspritu Santo. El Espritu Santo se comunica a travs de la red sacramental, aunquetambin puede comunicarse al margen de esta. Es como si el Padre nos concediera unadoble visin del mismo hecho de la donacin del Espritu Santo: por un lado, como donsacramental y, por el otro, como don existencial a travs de la oracin y de las buenasobras. Ha de quedar claro que, parafraseando el lenguaje de san Juan de la Cruz, lossacramentos son las migajas del Espritu que caen de la mesa del Seor.

    Todas las criaturas son migajas que cayeron de la mesa de Dios.[1]

    Por tanto, donde est la sacramentalidad cristiana all estar el Espritu Santo porque lossacramentos no se encuentran en absoluto al margen del Espritu. Si acaso, es elEspritu el que se da al margen de los sacramentos. Podramos decir que lossacramentos son servidores del Espritu.

    Hagamos un repaso.El Bautismo lleva al Espritu a la vida ordinaria y nos lleva tambin a la fe y a las

    obras.La Confirmacin nos empuja a superar y a vivir la vida de una manera distinta a

    como la vive el mundo.La Eucarista nos transforma en una sola cosa con Jess. En la Eucarista nos

    fundimos en el amor de Cristo y el amor de Cristo se funde en nosotros.La uncin de los enfermos hace que nos encontremos con la comunidad que reza por

    los enfermos; implica, asimismo, el gozo de la presencia de Cristo, que se inclina sobreel enfermo y le sirve.

    El orden y el matrimonio son el mismo Espritu que infunde su aliento a lacomunidad. El orden sirve a la comunidad y el matrimonio crea el amor de la pareja,smbolo del amor de Cristo por la Iglesia.

    El perdn. Si Dios es amor y nos ama, es fcil llegar a la conclusin de que tambinnos perdona, porque el perdn es una forma peculiar y ptima de amor. El tribunal alque nos acercamos es el del Padre del cielo, que siempre pronuncia sobre nosotros unveredicto de misericordia, lleno de amor y de perdn. Todo acercamiento sacramentalal Padre del cielo acaba en este amor excelso que es el perdn o la misericordia que, poras decir, borra los pecados. Y en esto tiene razn el Concilio de Trento: no los

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  • cubre dice como si no existieran, sino que, en realidad, ya no existen, pues losborra. El mismo Concilio, en otro lugar, afirma que con el perdn nos acercamos almdico de la misericordia. El mdico que te mira, te quiere, te perdona y hace de ti unacriatura totalmente nueva.

    Todos los sacramentos estn relacionados entre s, pero tambin lo estn con elamor de Cristo y con la donacin del Espritu en la que nos es dado este amor. Y esto esimportante, porque en este repaso hemos visto que todos los sacramentos son un dondel Amor de Dios. Nos fundimos en su amor al mismo tiempo que su amor se funde ennuestra vida.

    Dicho esto, podemos volver a lo que hablbamos sobre los que no tienen iniciativa ylos que, al contrario, estn animados por el Espritu, los que tienen la iniciativa delentusiasmo misionero. Se trata, no obstante, de un entusiasmo de un celo que no esfantico ni para nada proselitista. Es efusivo y comunicativo, siempre tienedescendencia y da fruto constantemente a pesar del paso del tiempo, sobre todo porqueno quiere nada para s mismo. Quien no siente este celo pierde una dimensin muyimportante del hecho de ser cristiano. Es el celo del ministro, del seglar, delresponsable, del comprometido, y es el celo de las iglesias visitadas por san Pablo, quequera que fueran todas gloria de Dios y presencia de Cristo anhelante en el mundo[...] lleno de celo por la causa de Dios, como lo sois todos vosotros hoy (Hch 22,3), un celo que san Pablo no disimula y del que tampoco presume; simplemente es suforma de ser: Para m el vivir es Cristo.

    Para acabar, podramos realizar una segunda lista, tal como hemos hecho antes conlos sacramentos, tratando de precisar de algn modo las caractersticas de este Espritu.Lo haremos siguiendo lo que nos dice la Carta de san Pablo a los glatas cuando hablade los frutos.

    Por el contrario, el fruto del Espritu es amor, alegra, paz, comprensin, paciencia, bondad,fidelidad, mansedumbre, autodominio. Contra tales cosas no hay ley. (Gl 5,22-23)

    Esta lista debera ser puntual; junto a cada palabra deberamos aadir, si supiramoshacerlo, una frase sinttica, programtica o potica que de alguna manera la explicara.Por ejemplo:

    Amor: el don de la entrega de uno mismo a los dems.Alegra: el don de Dios que hace que, aun estando nosotros abrazados a la cruz,

    vivamos la alegra de la vida del Padre.Paz: el don de estar en el centro, de estar salvados. La salvacin es la unin profunda

    con Cristo y con el Padre en un mismo Espritu.Comprensin, bondad: son dones que prcticamente se funden en uno solo; se

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  • identifican, se intercambian, convertuntur. Podramos decir que la comprensin es laactitud exterior de la bondad y que tiene un trato suave y reconfortante.

    Paciencia: el don de la grandeza de alma, que es lo contrario de la mezquindad.Fidelidad o confianza: es como la fe. Confiad en Dios, confiad en m o Creis en

    Dios, pues creed tambin en m (Jn 14,1): las dos versiones son correctas.Mansedumbre o dulzura, que elimina la chulera y la irritacin.Autodominio, que no tiene nada que ver con querer tener siempre todas las cosas

    bajo control. Este dominio de uno mismo es una manera de ser que procede de laseguridad y de la confianza de saber que siempre es Dios quien impulsa suavementenuestros corazones, sean cuales sean las circunstancias. Una actitud, por tanto, quesiempre conlleva un gran gozo por el don recibido.

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  • 4DISFRUTAR

    Ante todo, debemos entender qu quiere decir que la humildad equivale a la infanciaespiritual o que la infancia espiritual es lo mismo que la humildad.

    Sabido es que Jess mantiene una actitud positiva con los nios. Vive esta actitud yla explica.

    En el libro Jess, el Mesas de Dios,[1] expreso sistemticamente esta manera de actuarde Jess con los nios y ya hablo all de lo que significa la infancia espiritual. Aunqueestos pasajes son de algn modo variaciones de un mismo relato, debemos poneratencin en ellos. La primera variacin puede ser esta:

    Si no cambiis y os hacis como nios, no entraris en el reino de los cielos. (Mt 18,3)

    La segunda: Dejad que los nios vengan a m, no se lo impidis; pues el reino de Dios es de los que son comoellos. (Mc 10,14; Lc 18,16)

    La tercera variacin viene de la mano de la lgica cuando afirma que la infanciaespiritual nos permite entrar en el reino de los cielos:

    Quien se haga pequeo como este nio, ese es el ms grande en el reino de los cielos. (Mt 18,4)

    Este texto es programtico y, para m, tiene la categora de las Bienaventuranzas. Escomo si dijera: Tenis que llegar a la humildad, a la sencillez, a dejaros llevar como losnios.

    Antes, hace tiempo, me conformaba pensando que Jess elogiaba la infancia porquelos nios son confiados, se fan de sus padres, no dan nada por hecho, son sinceros,dicen lo que piensan y muchas veces nos iluminan con unas verdades sorprendentes.

    Pero hay algo ms simple que todo esto. Jess elogia la infancia porque los nios sedejan llevar, porque dejan que se les lleve en hombros como en el relato de la ovejaperdida. Jess quiere llevarnos tambin en hombros, con su amor, y que su amor estcon nosotros y nosotros con su amor.

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  • Y es que cuando uno no se deja llevar llegan los problemas y las angustias, porque seva a contracorriente: es cuando no vemos que en todo est la inevitable repesca queDios hace de nosotros, cuando no vemos que todo es don, que todo es salvacin y que lnos am primero.

    Cuando Jess actuaba como actuaba y deca lo que deca, no lo haca en nombre deuna teora o de un precepto o de una religin o de una teologa o de una filosofa, sinoque lo haca porque tambin l se senta querido por su Padre. PermanentementeJess es el nio de su padre, permanentemente lo encontramos aupado a sus brazos,permanentemente nos transmite este abrazo y por eso, tambin permanentemente,quiere que seamos nios como l. Jess es el primero en experimentar esta acogida, esteamor tierno del padre.

    Con esta tercera variacin ya podemos decir que hemos encaminado bien el tema:la infancia espiritual, entendida como humildad, que se deja llevar por Cristo, nospermite entrar en el reino de los cielos. Y, ya para terminar, podemos tener todava encuenta otra variacin, la cuarta. Acoger a un nio es acoger a Cristo y es acoger al Padre:

    Quien acoge en mi nombre a un nio como este, es a m a quien acoge. (Mt 18,5) Todo el que acoge a uno de estos nios en mi nombre, es a m a quien acoge; y quien me acoge a m,no me acoge a m, sino a aquel que me envi. (Mc 9,37) Quien acoge a este nio en mi nombre, es a m a quien acoge; y quien me acoge a m, acoge a aquelque me envi. Porque el que es ms pequeo entre todos vosotros, ese es grande. (Lc 9,48)

    El resumen final del Nuevo Testamento podra ser este: Os aseguro que quien norecibe como un nio el reino de Dios no entrar en l (Lc 18,17). Y cmo lo recibe unnio? Lo recibe dejndose llevar, dejando que Cristo lo cargue en sus hombros tal comolo hace con la oveja perdida. Porque, en definitiva, qu es la humildad, sino considerarque todo lo que viene de nosotros deriva hacia la perdicin y lo que viene por gracia deDios es comunicacin, comunin con el amor infinito del Padre?

    La humildad es la salvacin.Hace falta la humildad de un san Francisco de Ass y es necesario el conocimiento

    que el doctor Tarrs tena de Cristo para que sepamos ver que Dios los haba amadoprimero a ellos, para ver cmo toda la aventura de la vida espiritual consiste en queCristo viene a buscarnos como si furamos ovejas perdidas y nos alza en brazos como lohara con un nio.

    Pero esta imagen ya nos la ofrece el profeta Oseas. Despus de todo lo que hemosvisto en el Nuevo Testamento, debemos ahora preguntarnos por lo que dice el AntiguoTestamento.

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  • El Antiguo Testamento habla de un modo muy concreto.En primer lugar, algo fundamental: Dios nos lleva a hombros como el guila a los

    aguiluchos, nos lleva sobre sus alas. En el libro del Deuteronomio podemos leer: Lo halla en tierra desierta, en vasta soledad, entre aullidos salvajes; lo rodea de cuidados, lo atiende,lo guarda como a la nia de sus ojos. Como guila que incita a su nidada, que revolotea sobre suspolluelos, l despliega sus alas, lo toma, lo lleva encima de sus plumas. Solo Yahveh lo gua; ningndios extrao est con l. (Dt 32,10-11)

    Cunta ternura en esta imagen!Tambin podemos leer muchos salmos que hablan con el mismo lenguaje. Por

    ejemplo, los salmos 17, 18, 36, 57, 61 y 63. He aqu un fragmento del Salmo 91: l te libra, en efecto, del lazo del cazador y de la palabra perniciosa. Con sus plumas te protege, bajosus alas hallas un refugio, por escudo y defensa su antebrazo. No tendrs que temer del terror de lanoche, ni de la flecha que vuela por el da de la peste que anda en las tinieblas, o la epidemia quearrasa al medioda. Que a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no te alcanzar.

    Pero antes de continuar quisiera recordar un texto muy importante que no podemoseludir. Es otro texto de Oseas:

    Yo ser tu esposo para siempre, yo ser tu esposo en justicia y derecho, en amor y misericordia; yoser tu esposo en fidelidad, y t conocers a Yahveh. Aquel da responder orculo de Yahveh,responder a los cielos, y ellos respondern a la tierra; la tierra responder al trigo, al mosto y alaceite, y ellos respondern a Yizreel. La sembrar para m en el pas y amar a la No-amada. AlNo-mi-pueblo le dir: T eres mi pueblo!. Y l dir: Mi Dios!. (Os 2,21-26)

    Y el mismo profeta, en el captulo 11, nos explica el porqu de este trato: [...] porque yosoy Dios, y no un hombre.

    Cuando Israel era nio, lo am, y de Egipto llam a mi hijo. Cuanto ms los llamaba yo, ms seapartaban de m; sacrificaban a los baales y quemaban incienso a los dolos. Yo ense a Efran aandar, los llev en mis brazos, pero no comprendieron que yo los cuidaba. Con ataduras humanaslos atraje, con lazos de amor. Fui para ellos como quien alza a un nio hasta sus mejillas; meinclinaba hacia l y le daba de comer. [...] No dar curso al ardor de mi ira, no volver a destruir aEfran, porque yo soy Dios, y no un hombre; yo soy el Santo en medio de ti. (Os 11,1-9)

    Vamos avanzando. Si tuviera que cifrar todo este saber en unas pocas palabras elegirael Salmo 131. Aunque no llega a ser un gran tratado de infancia espiritual, es unadescripcin profunda del tema. Como es muy breve, lo cito entero:

    Mi corazn, Seor, no es altanero, ni mis ojos altivos. No voy tras lo grandioso, ni tras loprodigioso, que me excede, mas allano y aquieto mis deseos como el nio en el regazo de su madre:como el nio en el regazo, as estn conmigo mis deseos. Tu esperanza, Israel, en el Seor, desde

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  • ahora, para siempre.

    Este salmo no solo es precioso; sus mismas palabras parecen evocar aquel dejar hacer aDios, el dejarse llevar del que hablbamos: casi vemos al nio en el regazo de lamadre, con la ternura del Dios que es Padre y Madre nuestro.

    Todo lo que Oseas haba hecho tomando en brazos a su hijo, alzndolo y llevndoloasido al cuello, esto mismo lo hace ahora el Dios que es nuestro Padre y nuestra Madre,con la ternura que nos hizo sentir el papa Juan Pablo I cuando exclam: Dio Padre edanche Madre (Dios es Padre y tambin Madre).

    Esto no es teologa dogmtica, esto es tambin teologa espiritual pura, como la delpapa Francisco.

    Ms que sacar consecuencias de teologa sistemtica, me gustara llegar a laconclusin teolgica de la ternura de Dios. Dios es tierno como un padre y como unamadre. Dios es ternura infinita. Es el que ama, el que perdona, el que te ayuda a hacerbuenas obras, el que disfruta convirtindonos, de pecadores que somos, en justos.

    He aqu que Dios disfruta!Dios es feliz dndose!Dios disfruta hacindonos nuevos!Es la bondad difusiva!

    La infancia espiritual no es un sacramento, pero se refiere a cada uno de ellos, es unamanera de ser que es condicin de todo; sin ella, por ejemplo, ni siquiera la caridadtendra sentido y solo sera un mirarse el propio ombligo, un refuerzo del propio ego.

    Siempre es importante dar con la palabra justa: Dios es feliz, tambin lo somosnosotros!

    A todo lo que llevamos dicho, y ya para acabar, aadamos que este concepto deinfancia espiritual recordmoslo tiene su origen en una expresin de santaTeresita del Nio Jess. La santa que trat y vivi la infancia espiritual en propiacarne.

    Cmo la vivi? De una manera infantil? Quiz s. Quiz segn el modelo de surelacin Teresa-hija-de-la-tierra y Luis-padre-de-la-tierra. Lo amaba, confiaba en l,tena puesta en l aquella mirada vertical de la que podramos hablar mucho. Tenaeste darse, este dejarse hacer, este ir adonde el padre quiere, ese ir a la casa del padre.

    En definitiva, el nio quiere estar en casa con su padre y esto supone un grado dehumildad impresionante. La santa de Lisieux simplemente nos invita y nos conduce abaarnos en este amor espontneo del padre que ayuda a hacerlo todo. Somos delPadre: somos los hijos que el Padre ha escogido con su filiacin divina.

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  • Somos hijitos (a, teknia; Jn 13,33).Volveremos sobre esto ms adelante. Creo que ahora ya estamos donde tenamos

    que llegar.

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  • 5COMPADECER

    Llegados al captulo quinto, ya hemos avanzado lo suficiente como para atrevernos aechar un vistazo a Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.

    Te confesar, para empezar, que yo mismo me quedo un poco perplejo ante lasintuiciones y la falta de profundidad que creo encontrar en mi libro El misteri de Du,por lo que se refiere al Antiguo Testamento.

    Yo estudi esta parte de la Biblia, evidentemente. Encontramos en ella... la zarzaincandescente. Pienso en Dios y pienso que Dios es amor. Es amor y... ya casi no esposible decir nada ms.

    En el Antiguo Testamento hay una serie de actitudes de Dios que, aparentemente,podran parecer vengativas, y que, adems, han dado lugar a un prejuicio demasiadofcil aunque absolutamente falso: pretendera decirse, basndose en ellas, que el Diosdel Antiguo Testamento es un Dios malvolo y vengativo, que no tiene nada que ver nicon el amor ni con la misericordia, algo que en modo alguno es verdad.

    Tras la visin de Moiss de la zarza en el libro del xodo, uno llega a la firmeconviccin de que, si hay algo bueno sobre la faz de la tierra, es la bondad de Dios. Paraun judo esto es una verdad meridiana.

    Para Wittgenstein, por ejemplo, hay dos interpretaciones de la esencia de Dios.Segn la ms superficial, una cosa es buena porque Dios la quiere. Segn la otra, msprofunda, en cambio, Dios quiere lo bueno precisamente porque es bueno. Pero no:algo es bueno porque Dios lo quiere, porque lo manda, porque de Dios solo puedesalir lo bueno.

    El bonum est diffusivum sui et communicativum, otra vez!Por tanto, la interpretacin ms profunda es: Es bueno lo que Dios manda porque

    esto bloquea el camino a cualquier otra interpretacin. En cambio, la segundaexplicacin es la superficial, es la racionalista, porque da a entender que hay un bienabstracto ms all de Dios mismo, l que es la bondad suprema, como si Dios tuvieraque regirse por un bien abstracto ms all de lo que es verdaderamente en s mismo:bondad incondicionada, suprema e infinita.

    Para m, una cosa es buena porque participa de Dios y porque expresa su poder, quese concreta en hacer el bien, en ser bueno y en estar del lado de la vida, de la vida

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  • temporal y de la vida eterna.Vayamos al captulo 34 del libro del xodo, versculos 6 y 7: Yahveh, Yahveh! Dios compasivo y misericordioso, tardo a la ira y rico en amor y fidelidad; queguarda su benevolencia por mil generaciones, que tolera culpas, transgresiones y pecados.

    La zarza incandescente dice: Yo soy el ser, yo soy el que Yo-Soy. Hoy ya podemosdecir que no le hace dao la traduccin griega: Yo soy el ser Yo soy el que soy.Quin es, realmente? Yo soy... la bondad, yo soy... el que no engaa, el que vivifica, elque ama, el que perdona, el que levanta, el que alienta. Yo soy... todo lo que es positivo.

    Avancemos un poco ms y volvamos a Oseas. En l ya hemos ledo cmo el amordomina la escena. Yo soy Dios, y no un hombre. Esto quiere decir que es una bondadabsolutamente nueva e inverosmil. La bondad de Dios es inverosmil porque Diosmismo es inverosmil: porque Dios es manso y humilde de corazn y esta humildad lotrastorna todo, porque hace sorprendentes, desconcertantes, chocantes, sobrecogedoras,cautivadoras, maravillosas y extraas sus intervenciones. Su bondad no es la de losseres humanos, es la bondad del fundamento, es la bondad del que ama: ama a los sereshumanos. Recordmoslo:

    Cuando Israel era nio, lo am, y de Egipto llam a mi hijo. Cuanto ms los llamaba yo, ms seapartaban de m; sacrificaban a los baales y quemaban incienso a los dolos. Yo ense a Efran aandar, los llev en mis brazos; pero no comprendieron que yo los cuidaba. Con ataduras humanaslos atraje, con lazos de amor. Fui para ellos como quien alza a un nio hasta sus mejillas; meinclinaba hacia l y le daba de comer. (Os 11,1-4)

    Pero hay an algo ms, en Oseas 6,4-6, que quisiera considerar: Qu debo hacer por ti, Efran? Qu debo hacer por ti, Jud? Vuestro amor es como nube matinal,como roco que temprano se disipa. Por eso los her por medio de los profetas, los mat con laspalabras de mi boca, y mi juicio apareci como la luz. Porque amor quiero yo y no sacrificios.

    En Miqueas 6,8 leemos: Se te ha revelado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh reclama en ti: tan solo practicar lajusticia, amar la lealtad y ser humilde ante tu Dios.

    Hoy, con este ser humilde, hemos contemplado un avance impresionante hacia elNuevo Testamento. Pero ahora simplemente quiero decir que el paradigma del xodo yde los profetas, tal como expuse en El misteri de Du, es un paradigma positivo: Dios esamor. Dios ama, perdona, levanta, acompaa, camina. Camina humildemente a nuestrolado y nosotros caminamos humildemente en su presencia. Pero despus est no solo el

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  • paradigma, sino la misma frase que culmina este paradigma, al cual se repite una y otravez y sirve de contrapunto clarificador del Dios del Antiguo Testamento.

    Seor, Seor, t eres compasivo y misericordioso, tardo a la ira y rico en amor.

    La frase es tan paradigmtica que la reencontramos en los libros de los profetas Joel yJons. En Joel 2,13 hay una cita literal, idntica a la del libro del xodo:

    Rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos, y convertos a Yahveh, vuestro Dios, porque les clemente y misericordioso, tardo a la clera, rico en piedad, y se arrepiente del dao que causa.

    En Jons 4,2 la encontramos tambin literalmente: Ah, Yahveh! No era esto lo que yo me deca cuando an estaba en mi pas? Por eso me apresur ahuir a Tarsis, pues saba que t eres clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, yque te arrepientes del mal con que amenazas.

    Pero esto no solo ocurre aqu. Encontramos lo mismo en muchos salmos. He elegidocuatro. El primero es el 86 que, en los versculos 13-16, dice:

    Tus mercedes conmigo son muy grandes, has salvado mi vida del profundo seol. Los soberbios, ohDios, se yerguen contra m y una turba atroz busca mi vida sin tenerte a ti presente. Pero t, Seor,eres el Dios piadoso y compasivo, paciente, amable y fiel. Retrnate hacia m y tenme compasin.

    El segundo es el 103,8-14: El Seor es misericordioso y compasivo, tardo a la ira y grande en su clemencia. No sostienequerella eternamente ni conserva por siempre su rencor. No es su pago conforme a nuestras culpasni segn nuestros delitos es su retribucin. Cuanto dista en altura el cielo de la tierra, as excedensus favores para los que le temen. Cuanto dista el Oriente del ocaso, as aleja l de nosotrosnuestras culpas. Como se apiada el padre de los hijos, tal se apiada el Seor del que le teme. lconoce, en efecto, nuestra hechura, recordando que el polvo es nuestra condicin.

    El tercero es el 117, el ms corto de los salmos: Alabad al Seor, todos los pueblos; ensalzadle, todas las naciones. Grande es su amor hacianosotros, y su lealtad dura por siempre. Aleluya.

    Hay otros equivalentes; lo son todos los que dicen Su amor dura por siempre: el 100,el 106, el 107, el 118 y el 136. Para terminar, vayamos al cuarto salmo. Es el 145,8-9:

    El Seor es bondadoso y compasivo, lento a la ira y grande en sus favores. Para todos es bondad,sobre todas sus obras, su clemencia.

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  • Bien, pues, aqu tenemos suficientes precedentes que nos llevan a decir: Dios es amor.

    Hay una continuidad entre el Dios compasivo y el Dios benigno. Compasivo esmisericordioso y misericordioso quiere decir que es el amor fiel. Podemosencontrar la expresin amor fiel (o su gracia y su verdad) en los salmos 25, 40, 57,81, 86 y 130.

    Como vemos, el Antiguo Testamento no contiene una concepcin malvola deDios; al contrario, de todo cuanto hemos ledo la conclusin es cada vez ms difana:Dios es amor.

    As, en este quinto captulo podramos decir que el escenario que contemplamosquedara de la siguiente manera: paradigma del xodo, El Seor es compasivo ymisericordioso, tardo a la ira y rico en amor; y, paradigma del Nuevo Testamento,Dios es amor y es manso y humilde de corazn.

    Manso o benvolo quiere decir que el amor de Dios es bondadoso, bondad pura,infinita, comunicativa y benigna, y el contraste entre el Dios todopoderoso y el Dioshumilde de corazn, sorprendente pero imparable, lento pero eficaz, no puede serms grande. Dios es humilde de corazn!

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  • 6TRASTORNAR

    De la cruz surge la limitacin pero tambin de ella nace una vida nueva, una manera devivir forjada en un proceso de conversin basado en la humildad de corazn, comohemos visto en los captulos cuarto y quinto.

    Pensar como Dios es pensar que Cristo, el Mesas, ha de subir precisamente a lacruz, l que era de condicin divina. En cambio, el pensamiento humano tiende msbien a creer que ha de haber un mundo sin cruz.

    [Cristo Jess], siendo de condicin divina, no se encastill en ser igual a Dios, sino que se despoj as mismo, tomando condicin de esclavo, hacindose semejante a los hombres. Y presentndose enel porte exterior como hombre, se humill a s mismo, hacindose obediente hasta la muerte, ymuerte de cruz. Por lo cual Dios, a su vez, lo exalt y le concedi el nombre que est sobre todonombre, para que, en el nombre de Jess, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en losabismos y toda lengua confiese que Jesucristo es Seor, para gloria de Dios Padre. (Flp 2,6-11)

    Esto s que pone orden, esto est muy bien dicho! Esto vale, como decamos alprincipio. Pero hay ms. Est la palabra misma que nos dice Jess. Y no la dirprecisamente en el Evangelio de san Juan. La encontramos en san Mateo y en san Lucas.Leemos en Mateo 11,25-30:

    Yo te bendigo, Padre, Seor del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios yentendidos, y las has revelado a la gente sencilla. S, Padre; as lo has querido t. Todo me lo haconfiado mi Padre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquela quien el Hijo quiera revelrselo. Venid a m todos los que estis rendidos y agobiados por eltrabajo, que yo os dar descanso. Cargad con mi yugo y aprended de m [...].

    Y ahora despacito, despacito: [...] porque soy manso y humilde de corazn, y hallaris reposo para vosotros; porque mi yugo esllevadero y mi carga ligera.

    Es que casi queda disimulado, casi nos pasa desapercibido, como si hubiera sido dichoen un susurro: soy manso, soy bondad infinita, soy bueno! Pues, s!, quin es bueno,sino Dios?

    Y luego: soy humilde de corazn!

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  • Yo te bendigo, Padre, en la parte ms suplicatoria. T eres manso y humilde decorazn. Pero l es quien es manso, no nosotros. No est de ms subrayarlo, recordandolas palabras de san Mateo:

    Por qu me preguntas acerca de las buenas acciones? Uno solo es el bueno (Mt 19,17).

    Esto es muy importante. Solo hay uno que sea el bueno! Nosotros somos buenos ymalos. Simul justus et peccator (Justo y pecador a la vez). Pero sabis por qu, enel fondo, tienen razn pienso yo los catlicos y, con ellos, santo Toms de Aquino?Porque todo es gracia! Porque estamos en un rgimen de gracia, de misericordia y poreso el don inherente precede al Simul justus et peccator.

    Pero volvamos al tema. Qu sucede aqu? Por qu es humilde de corazn? Qu eslo que hace que Jess sea humilde de corazn? Respuesta: el hecho de que subi a lacruz.

    A Jess lo hace benigno, entraable y tierno el hecho de subir a la cruz. Lo hacemisericordioso. Esto es lo que hace que Jess piense como Dios, el Padre, porque loshombres pensamos como Satans y desearamos eliminar la cruz: Oh no, la cruz no,que afea la vida. Oh s, la cruz s, porque consigue que las personas sean dulces,humildes de corazn y mansas.

    Si no hubiera la cruz, probablemente no habra misericordia. Desde la cruz Jessabre los brazos a toda la humanidad. Desde la cruz dice al buen ladrn: Hoy estarsconmigo en el paraso. Cristo no solo no quiere bajar de la cruz, sino que desde ella nicontesta a los que le dicen: Baja!.

    No quiere bajar de la cruz! Y es Jess quien est con las manos atadas ante el poderde Poncio Pilato, el poder de Roma. Pero su poder es otro. Es el poder de lamisericordia que levanta a los humildes y da pan a los que tienen hambre y restablece elorden de la humildad, el ordo humilitatis. Restablece la misericordia que poco a pocoreinstaura la bondad en la tierra.

    No tengamos miedo, no, que no avanzar la violencia, sino que vencer la ms lentade las misericordias, la que no tiene poder, la que parece que no tiene ni siquierafuerzas; pero el siervo de Yahveh es aquel que, a pesar de no tener fuerzas, llevar elderecho y la justicia hasta los extremos de la tierra.

    De modo que ante la respuesta a la pregunta Quieres pensar como Dios?, ha decontestarse a su vez: Pues sube a la cruz. De lo contrario perders el tiempo. Pasarnpor tu cabeza mil maneras nuevas, y a cada cual ms moderna de arreglar el mundo:cada da aparece un sistema nuevo, un modo, una modalidad para cambiar o paraarreglarlo todo; modalidades y modos basados todos ellos los mismos catlicos lo

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  • reconocen en un mundo... sin dolor. El mundo sin dolor es imposible. Del dolor nacela vida, la alegra, la bondad y la humildad del corazn.

    La cruz de Cristo lo trastorna todo de raz. El Nuevo Testamento tiene una palabranueva sobre Dios: Dios es el Dios de la cruz. Hay un cambio radical. No es el poder. Esla misericordia. La verdad no es Pilato. La verdad es Jess! Queda claro eso, no?

    As, el trastrueque consiste en ser manso y en tener humildad de corazn. [...] y hallaris reposo para vosotros [...].

    Pareca, pues, que se trataba de encontrar un sistema de mundo sin dolor y lo quehemos encontrado es un Dios que sube al vrtice del dolor y, desde all, abre los brazosal amor. De la cruz brota la vida porque brota del amor.

    [...] porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera. (Mt 11,29-30)

    Repito: Dios no hace caso de los que le dicen Baja de la cruz. La segunda persona dela Santsima Trinidad, el Hijo de Dios, debe permanecer horas colgando de la cruzcomo smbolo que es de los humildes de corazn.

    As es Dios: humilde de corazn. Un vuelco total. Cmo no nos ha de amar hasta elfin este, que es humilde de corazn? Esta es la aportacin de Jess a la teologa de Dios.

    Por cierto, ha quedado algo traspapelado este tema en la teologa de nuestro tiempo.Pero la verdad es que, a pesar de ello, la teologa catlica actual pongamos por casoBruno Forte, la teologa ortodoxa actual digamos Zizioulas y la teologaprotestante de hoy Jrgen Moltmann, por ejemplo han hecho caso del Dios de lacruz. Moltmann, en el campo de concentracin, cuando los ingleses le hicieronprisionero, dijo: Este es mi Dios, el abandonado. Salmo 22:

    Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado?

    Dios abandonado por Dios! Nos lo explic el mismo Moltmann en una cena en laFacultat de Teologia de Catalunya.

    Ahora, bajando la voz, deberamos preguntarnos: Y qu debemos hacer, Seor?Esconder todo esto con sumo cuidado? Esconder que t subes a la cruz y que desde lacruz eres el Dios humilde de corazn?. Pero Dios, tu Dios, oh, cristiano, ser un Diosque te ama con pasin. No har otra cosa que amarte, pero al mismo tiempo te dejarabandonado en esos momentos en los que solo t puedes y debes decir s. S, Diosmo, me dejas las fuerzas justas, las imprescindibles solo para poder decir s.

    Creo que todo esto, aunque sea en voz baja, hay que decirlo... bien alto.

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  • El cristiano, por tanto, har caso y creer con toda su alma y con todo su consuelo enlo que expresa aquella frase de Romanos 8:

    Et diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum. Y todo lo que acontece, acontece paravuestro bien.

    Todo lo que nos sucede a los que amamos a Dios sucede para nuestro bien. Este despojode ochenta y ocho aos que tienes delante..., cmo quieres que no haya experimentadoesto? Todo lo que nos pasa, pasa para bien nuestro!

    Pero Dios tambin sabe que hay un momento en que nos deber dejar solos para queseamos nosotros los que digamos s, pero sobre todo para que seamos libres de decireste s.

    Ahora pienso en la Virgen y en toda aquella retrica tan bella de san Bernardo:Venga, venga, di s, di s!. Lo explica muy bien este santo porque pareciera que toda lahumanidad, adems de Dios nuestro Seor, est esperando el s de Mara, y resultaque es el mismo Dios quien se retira tanta confianza nos tiene? para que nosotrospodamos decir: S, venga, qu alegra ser cristiano, qu abandono ser cristiano!.

    Todo lo que hemos visto en este captulo se podra resumir en una expresin quequiz en el fondo sea lo que deberamos predicar: Adorar a Dios es adorar a un Dioshumilde de corazn. Es lo que en definitiva nos dice el Nuevo Testamento. Toda laaccin, la actio Cristi, contada en las Pasiones de los cuatro evangelistas, explica de qumanera podemos entrar en la humildad de Cristo, si es eso lo que queremos.

    Bien, por hoy ya basta. Ni hemos descubierto el Mediterrneo ni hemos dichodisparates. Simplemente estamos contentos por poder decir: Te amamos, oh, Dios,porque eres manso y humilde de corazn.

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  • 7IMPACIENTARSE

    Hoy tenemos que volver al captulo cuarto, donde hablbamos de Teresita de Lisieux,para hacer mencin de un problema quiz implcito en la misma infancia espiritualde la santa que a priori puede parecernos incompatible con las tentaciones de aquelatesmo descarnado que sufri en la ltima etapa de su vida.

    Cmo puede entenderse que Dios, por un lado, la llame a la infancia espiritual yque, por otro, permita en ella aquellas terribles, devastadoras y desoladoras tentaciones?Podemos entenderlo de alguna manera leyendo la crnica de los Derniers entretiens(ltimas conversaciones) y LHistoire dune me (Historia de un alma).

    Son tan autnticas las manifestaciones de infancia espiritual como las declaracionesde sufrir tentacin, soledad y experiencia de la nada.

    En las reflexiones que ahora seguirn empezaremos, como siempre, por esta base: loque no se vea claro en la oracin no se ver claro en ninguna otra parte. Y qu vemosen la oracin? En la oracin vemos a una persona que busca su vocacin, su llamada, supalabra-en-ella y esta vocacin es el amor: Mi vocacin es el amor!, exclamabaTeresa de Lisieux.

    Hemos sealado que el amor, mejor dicho, la imagen ms clara del amor es la de unnio en el regazo de la madre o bien la que nos ofrece el profeta Oseas.

    Cmo pudo soportar santa Teresa la convivencia de su infancia espiritual, por unlado, con la tentacin del atesmo ms desolador, por el otro?

    Me ha parecido que, para entender un poco el intrngulis de la cuestin, podemosseguir un camino ms bien subjetivo, en el sentido de que solo un nio puedecomprender del todo el todo-o-nada, que es el hecho de darse.

    Imaginemos: Estoy en casa de mis tos y espero que lleguen mis padres.Llegarn?. Como soy un nio, pienso que s, que han de llegar, pero al mismo tiemposufro porque todava no han llegado. El s-pero-todava-no y el todava-no estnmuy vivos en la cabeza de un nio. Por qu? Tambin por una razn subjetiva. Porqueel nio no tiene nada, no tiene ms que las alas de su padre, que son su nicaproteccin, porque el nio es la imagen del desvalimiento absoluto. Este binomiodesvalimiento-dependencia hace que surja un sentimiento incontenible elespanto! ante la posibilidad de que ese todava-no pueda dejar de cumplirse.

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  • Pero tambin hay un camino ms objetivo.En el fondo se trata del problema del todo o nada. No se trata de que el nio espere

    un poco ms o un poco menos. No. Es un todo o nada tan absoluto, tan categrico,que asusta pensarlo porque tiene su origen en esta actitud de donacin total, tan propiadel nio por naturaleza. El nio, por tanto, adivina o intuye el todo o nada de la muertey el todo o nada de la resurreccin. Es decir, la resurreccin podra no venir y, dehecho, no hay razn de que venga automticamente, porque llega por el acto libre deDios, que ama. Si la muerte es un tiempo de presente-presente, la resurreccin essiempre, al contrario, un tiempo de futuro, y este paso del presente al futuro hace sufrirmucho.

    En este sentido, es cierto que santa Teresita dispona de todo el amor de sushermanas y de todo el monasterio, pero este amor era de un orden distinto al de laobjetividad del todo o nada. Este amor no haca evidente el paso del presente alfuturo, de la muerte a la resurreccin; el amor tampoco eliminaba el contraste entredesvalimiento y dependencia. Ese amor era de otra categora.

    El testimonio del amor es necesario para creer, pero solo es el envoltorio de la fe: noes su prueba determinante. Aqu hay algo que solo el nio puede captar porque es nioy porque est hecho para estar en brazos del padre. Y en ese dejarse llevar suyo, tanpronto experimenta la nada ms absoluta como la alegra ms completa. Pero en estamisma experiencia el testimonio que envuelve la evidencia de la fe no es la fe misma. Silo fuera, como a todos de una manera u otra nos llega alguna vez algn tipo detestimonio como ese... todo el mundo creera!

    Quiz esto que estamos diciendo sea solo un esbozo, ya que el tema es ms complejode lo que parece a primera vista. Porque son dos las cosas que estn implicadas ah.

    La primera: el testimonio es la envoltura de la fe, pero no es todava la fe misma. Queeste testimonio pueda llegar a mucha gente no quiere decir que todo el mundo puedacreer de un modo automtico. El testimonio, por tanto, no es exactamente lo mismo quela evidencia de la fe. Y, ahora s, ya podemos hablar de la segunda cosa implicada, quees considerar la fe en s misma, entendida como ese abrir los ojos hacia Dios oentendida como lo que vio san Pablo cuando fue arrebatado, si en el cuerpo o fuera delcuerpo: no lo s. La visin de Dios...

    Ah est el nudo de la cuestin. El nio est dispuesto a creer y a la vez le espanta elfuturo, teme que quiz no ha de llegar nunca el quiz hoy, estando en el todava no.Y cmo resuelve el nio este conflicto? Con un acto de fe.

    Qu haca santa Teresita? Crea! Uno solo puede tener fe creyendo, en el acto defe. Pero quiz estamos queriendo sacar demasiada punta a todo. No queramos saberdemasiado...

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  • No queramos saber demasiado!.El nio no quiere saber! El nio quiere estar seguro, quiere sentirse amado.

    Quiere... la evidencia del amor.Quin siente con mayor intensidad el amor? El nio. Ahora bien, subjetivamente

    ah no est todava la evidencia. Por tanto, el nio sufre extraordinariamente, aunquesolo est hecho para el amor. El nio sabe que tiene que abandonarse. Que en elabandonarse est el sentido de su vida. Que s, que hay ms un s que un no. El nioconfa en que el s existe porque tambin sabe que este s le precede desde muchoantes de que l existiera, desde el infinito. Y al mismo tiempo, y tal vez por eso mismo,el nio siente el espanto del quiz no. El nio va a por todas absolutamente, el niose lo juega todo.

    No s si hemos entendido bien todo eso. De todos modos no hay que tener prisa.Apresurarse no es propio de nios. La impaciencia del nio!. Ya ves, no paran desalir nuevos temas o nuevas variaciones sobre el mismo tema!

    El nio no se queda quieto ante el dilema terrible. Impaciente como es! El nio llevael s incorporado en su corazn y de ah la impaciencia! El nio puede resistir latentacin de la nada porque tiene este s a prueba de bombas impreso en su corazn,porque tiene el amor de Dios inscrito en el libro de su corazn. El nio es quien puederesistir la tentacin del atesmo total porque su infancia es tambin disposicin total alamor.

    l es el s de Dios, l es la buena noticia de que lo que an no es promesainfinita! ser, llegar a ser.

    El atesmo es secundario, dice el Vaticano II y con ello quiere decir que vienedespus de la creencia. Primero est la creencia. A partir de ella vendr posteriormenteel atesmo. El atesmo es un vampiro que vive de la sangre de la fe. Si no hubiera fe, nohabra atesmo. El atesmo vive a expensas de la fe como un no vive a expensas de uns creador pronunciado con anterioridad a toda negacin.

    El nio lleva el s de Dios, la promesa de Dios en su corazn. l, el impaciente,existe para dar el paso de la promesa a la realizacin.

    A l, al impaciente, podramos caracterizarlo como una encarnacin de la esperanza.Por qu la fe es una fe esperanzada?Por qu hay palabras como las del captulo 14 del Evangelio de san Juan: Que no se

    turbe vuestro corazn: creis en Dios, pues creed tambin en m o Confiad en Dios,confiad en m, como tambin se traducen estas palabras?

    Por qu esta implicacin entre fe y esperanza?Porque, en el fondo, este s de Dios, grabado en el corazn del nio, es la

    esperanza misma. Este s es lo que hace que uno piense que, por encima de la

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  • impaciencia, ms all del desvalimiento, est la esperanza. Este s es estructural.La fe tambin es esperanza. La fe, cuando tiene que dar el paso del presente de los

    hombres al futuro de Dios, es esperanza en estado puro y vivir de esperanza es comovivir de la fe o incluso como vivir del amor. La fe, cuando se presenta abierta al futuro ya la promesa de Dios, es esperanza y eso es lo que est grabado en el corazn del nio ypor eso el nio est tan dispuesto a vencer la tentacin de la impaciencia, de ladependencia, del pesimismo o de cualquier no en general. El nio est bien dispuestopor la fuerza del amor que da cuerpo a las promesas. Las promesas de Dios tienenfuerza por el amor que Dios es en s.

    Y as volvemos al tema recurrente: Dios disfruta dndose. El don de Dios, elbonum diffusivum, es la objetividad de la fe que se hace esperanza cuando piensa en elfuturo que nos espera.

    Y todava queda una ltima observacin por hacer: Por qu Dios no suprime lastentaciones?. No sera mejor eliminarlas?

    Alto!Recordemos que tambin Jess sufri la tentacin! La tentacin es algo inherente a

    la vida. Toda vida, dice el libro de Job, es lucha, es tentacin: No es milicia la vida del hombre en la tierra? (Job 7,1)

    No lucha el hombre? No es tentado? Si el hombre lucha es porque se le presentanbarreras u obstculos ante los objetivos que debe conseguir. La tentacin es exactamenteesto.

    [...] No son sus das como los de un jornalero? (Job 7,1)

    El jornal, el trabajo, el yugo: el contraste y el umbral entre el espacio luminoso y elcamino donde hay de todo: cosas buenas, cosas malas, cosas templadas, cosas psimas:cosas, cosas, pero con tendencia todas ellas a encontrar la luminosidad. El hombre esthecho para la luz, el hombre est hecho para el amor.

    Por eso hay que destacar dos hechos que aparecen tanto en el Evangelio de Mateocomo en el de Lucas. El primero: el hecho de que Jess sufri la tentacin. Entr delleno en el tiempo, en la vida, en lo que es polidrico. El segundo es la peticin delpadrenuestro, que no dice elimina la tentacin, sino que dice no nos dejes caer en latentacin. Es decir, la tentacin se supone, es parte o forma parte de la misma vida,porque esta vida es una tendencia hacia un objetivo luminoso, hacia un camino hechode afirmaciones. Por eso se inflaman de sentido las palabras de san Pablo:

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  • No os afanis por nada, sino que, en toda ocasin, en la oracin y splica, con accin de gracias,vuestra peticiones sean pblicamente presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que est por encima detodo juicio, custodiar vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jess. (Flp, 4,6-7)

    Pues bien, hasta aqu esta observacin sobre el captulo cuarto, que podramos resumiren la promesa de no caer, en la promesa de que Dios sigue dndose, de que sigueadelantndose a nuestra vida con su presencia mansa y humilde de corazn.

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  • 8NO SABER

    Santa Teresa de vila tena un concepto... experimental, lleno de sabidura, delcristianismo. No de una sabidura que se limita simplemente a recibir informacin o aadquirir conocimientos, sino de aquella sabidura que proviene de la adquisicin deconocimientos que transforman el corazn.

    Los msticos llaman trato con Dios a esta actividad que busca el cultivo de suamistad.

    Tratar con Dios es tenerlo por amigo, tenerlo por seor, tenerlo por hermano,tenerlo por Hijo de Dios. Es tenerlo en toda su extensin centrada en su humanidad.

    La humanidad de Jess es el signo de que l est en el mundo, en el tiempo..., entrelos pucheros. Al mismo tiempo est con toda la riqueza personal centrada en suhumanidad porque esta humanidad suya es el signo de la buena noticia. Es lapenetracin del Eterno en el espacio de los hombres. Es la entrada del Eterno ennuestro espacio-tiempo, para ser amigo nuestro, hermano de todos los hombres.

    Pues bien, esta visin experimental del cristianismo, el hecho de que creer en Diosno es saber cosas acerca de l, sino conocerlo humildemente, amarlo, imitarlo, sertransformados por su misericordia..., esto tiene una trascendencia muy grande y quizpor eso existe la mstica cristiana.

    No se trata de que pueda haber alguna religin a la que solo le interese buscar a Diosy tener de l cierta experiencia por cierto, algo recndita, como en el caso delbudismo o de que una religin tenga solo informaciones sobre Dios y las expresesimplemente recitando el creo en un Dios: no! Nuestro creo en Dios nostransforma en aquel que muri y que resucit para instituir para construirnos uncamino real hacia el Padre. Jess es quien siempre nos hace caminar con l: porejemplo, cuando en Emas se puso a caminar con ellos comentando las escrituras ocuando dice a Mara Magdalena que corra a dar la noticia de su resurreccin o cuandohace caminar a los apstoles, los pone en marcha y les da una misin. Esta proximidadentre contemplacin, amor y accin es propia de la mstica y de la sabidura cristianas.

    As que vuestra merced, seor, no quiera otro camino, aunque est en la cumbre de contemplacin;por aqu va seguro. Este Seor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. l le ensear.Mirando su vida, es el mejor dechado. Qu ms queremos de un tan buen amigo al lado, que no

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  • nos dejar en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien deverdad le amare y siempre le trajere cabe s. Miremos al glorioso san Pablo, que no parece se le caade la boca siempre Jess, como quien le tena bien en el corazn.[1]

    Teresa procura que la experiencia entre de una manera explcita en la vida cristiana.Para santa Teresa, Dios no es en absoluto objeto de un conocimiento fro cientfico,objetivo, sino que nos ha hecho tantos favores, nos ha ofrecido un amor tan grande,que nos ha regalado una prenda inmensa.

    Pues quiero concluir con esto: que siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor conque nos hizo tantas mercedes y cun grande nos le mostr Dios en darnos tal prenda del que nostiene; que amor saca amor. Y aunque sea muy a los principios y nosotros muy ruines, procuremosir mirando esto siempre y despertndonos para amar; porque si una vez nos hace el Seor mercedque se nos imprima en el corazn este amor, sernos ha todo fcil y obraremos muy en breve y muysin trabajo. Dnosle Su Majestad pues sabe lo mucho que nos conviene por el que l nos tuvo y porsu glorioso Hijo, a quien tan a su costa nos le mostr, amn.[2]

    Subrayo lo dicho. Para un mstico, la experiencia cristiana hace fciles todas las cosas,segn la famosa expresin de san Agustn: Suave fecit quod non delectabat: hizo fcillo difcil, lo desagradable. Porque... amor saca amor.

    Y ahora volvamos a san Pablo. Para l, la experiencia cristiana es una experiencia queincorpora a la vida cotidiana y normal la oracin de splica y la oracin de accin degracias. La Carta a los filipenses (Flp 4,4-6) dice:

    Estad siempre alegres en el Seor, os lo repito: estad alegres. Que vuestro mesuradocomportamiento sea conocido de todos los hombres. El Seor est cerca. No os afanis por nada.

    La transformacin de la persona que es amada por Dios y que ama a Dios acaba por, oest en la direccin de no preocuparse por nada. Solo Dios basta!, como dir lasanta. Con la presencia de Dios tenemos suficiente, a pesar de todas las tribulacioneshumanas. Tanto en la Carta a los filipenses como en santa Teresa se da el mismo caso.Quiz, sin embargo, con este pequeo matiz: en la primera se incorpora la oracin atodos los momentos de la vida.

    El Seor est cerca. No os afanis por nada, sino que, en toda ocasin, en la oracin y splica, conaccin de gracias, vuestras peticiones sean pblicamente presentadas a Dios. (Flp 4,6)

    Pues bien, interpreto este fragmento de la siguiente manera: cada instante, cadamomento de la vida lleva su carga de dolor o de placer. No debemos exaltarnos coneuforia ni deprimirnos hasta el colmo del pesimismo, sino que... no os afanis pornada debemos estar en paz, debemos estar en paz con Dios y se nos dar esta

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  • receptividad de la que habla Teresa de Jess para que nuestras obras acompaennuestros conocimientos y se nos dar tambin esta oracin incorporada hasta lostutanos en la vida cotidiana.

    En cada momento presentaremos a Dios nuestras splicas con accin de gracias.Accin de gracias porque hemos llegado hasta aqu y es algo muy grande atravesar elocano de la vida. Y despus de la accin de gracias haremos una splica confiada,porque confiamos en el amor de Dios, confiamos en su arraigo: esta es la verdaderaexperiencia del mstico.

    Por eso me ha gustado tanto un libro que acabo de leer de Josep Otn Cataln,[3]

    donde no se habla de una mstica de fenmenos que podramos llamarextraordinarios, sino que se habla simplemente de la presencia de Dios en la vidacotidiana. Por decirlo con sus palabras:

    Todo es metfora, parbola, mensaje, signo de la presencia de la Eternidad encarnada en medio delo transitorio.[4]

    Otn alude a otro mstico, a san Juan de la Cruz, para recordarnos que no es extraoque una cumbre de la literatura universal se refiera de una forma velada y misteriosa almismo Dios:

    Mi Amado las montaas, / los valles solitarios nemorosos, / las nsulas extraas, / los rossonorosos, / el silbo de los aires amorosos. / La noche sosegada / en par de los levantes de laaurora, / la msica callada, / la soledad sonora, / la cena que recrea y enamora.[5]

    Todo esto es la vida, en su mxima simplicidad y hondura, que conlleva la presencia delo trascendente que la impregna y se hace presente para dar sentido, sabidura,inteligencia, amor y accin a lo que era estril o inerte, o simplemente nada. Tenemos elgozo de vivir con aquel que solo l nos basta, solo Dios basta.

    Aqu, quien ha de sentirse aludido es el cristiano de misa de doce, como decamosantes. El que solo cumple y se limita a tomar nota de la informacin de que hay un Diosy de que, por tanto, con cumplir e ir a misa ya es suficiente. Entonces se produce esefenmeno que describe Ausis March: Catlic s, mas la fe no mescalfa / que la fredorlenta dels senys apague [Catlico soy, mas la fe no me da calor, / pues la apaga el lentofro de los sentidos].[6] Se hunde en la tristeza porque su fe no va unida ni al amor ni alas obras ni a la incorporacin a Jesucristo; no tiene la fuerza de las cosas que estnvivas, sino que solo es informacin de la que se toma buena nota y que sirve para decir:tal vez ests condenado.

    El gran dolor de Ausis March era que su fe no le impeda la condenacin: era la fe

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  • de los demonios. Horror, horror, horror! Nunca ser as en el cristianismo autntico,en el que Cristo siempre se adelanta a darse para que nosotros nos demos. Amor sacaamor, acabamos de leer.

    Pero, para reforzar el sentido de este captulo octavo, nos ira bien hacer todava unareflexin sobre nuestra fe.

    La de cosas que hasta aqu hemos ido encontrando! La fe une contrarios: amigo,hermano, Hijo de Dios, Seor, Dios de Dios, Luz de Luz. La figura de Cristo es de unariqueza salvfica inmensa. Cuando Cristo se da, aparece la salvacin, aparece el sentidoo, mejor dicho, la plenitud de sentido. Por eso amamos a Cristo y todo lo que nos llegagracias a l, todos sus favores, porque l es la salvacin, porque l salva al pueblo de suspecados.

    Al mismo tiempo la fe hace fcil lo que era difcil, porque la fe es viva. Ya no nosinteresa la circuncisin o la no circuncisin, solo nos interesa la fe, que nos haceactuar por medio del amor, con celeridad y fcilmente. Pablo escribe:

    Porque en Cristo Jess nada valen ni la circuncisin ni la no circuncisin, sino la fe que acta pormedio del amor. (Gl 5,6)

    Si estamos inmersos en la fe, encontraremos a los pobres, a los que debemos tratarcomo si fueran los hermanos pequeos de Cristo. Los encontraremos, si la fe esautntica y hemos de procurar que lo sea del todo! y nos ser fcil encontrar a losms pequeos de Cristo. Esto solo implica que debemos aportar algo, aunque sea muypoca cosa, a la accin de Dios o, mejor dicho: que ser l quien nos conceder ese algo anosotros para que podamos aportarlo de nuevo y de inmediato a Dios, mientrascontemplamos que ha sido l quien nos ha amado primero. La aportacin personal nosignifica que sea obra nuestra: todo es obra de Dios, pero con nuestra colaboracin. Estacolaboracin es creer, amar y actuar.

    Con todo lo que hemos dicho hasta aqu no quisiera menoscabar el valor que tiene lacreacin, el Dios creador. Es importantsimo que sintonicemos con el Dios creador, quenos incorporemos sin reparos y totalmente a su accin creadora.

    Dios ha creado los rboles, el cielo azul, los animales; todo, del len a la hormiga!Esta accin creadora es un milagro tan grande que casi todos los msticos hablan deella:

    Toda la bondad que tenemos es prestada, y Dios la tiene por propia obra; Dios y su obra es Dios.[7]

    Como si no hubiera accin humana?

    No, de ninguna manera! El hombre est incorporado a la accin creadora de Dios.

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  • Formamos parte de la creacin. Estamos en el sexto da o tal vez en el cuarto o quiz entodos los das de la creacin, y estamos en ella in nuce y siempre y realmente. Esto no esinformacin Dios cre el mundo en seis das, bla, bla es la vida tal como es, conDios que la traspasa entera, con un Dios que... claro que calla!

    Calla porque nosotros querramos que entrara ahora mismo por esta puerta o poraquella otra, segn nuestro humor.

    Dios, Jess, ya estn dentro! No necesitan entrar por ninguna puerta. Se hanadelantado. Dios, Cristo, ya nos estn transformando. Y quiz por eso Dios calla: porqueest haciendo algo ms importante que hablar. Est transformando nuestro interior, esthaciendo que seamos la criatura que cree, ama e imita la bondad de Dios. Est haciendoen nosotros algo llamado vida divina. San Juan de la Cruz deca: Somos Dios porparticipacin.[8] La vida traspasada por lo trascendente, como dicen todos losmsticos: santa Teresa, san Juan de la Cruz, Ruysbroeck, la mstica renana o el mismoJosep Otn, que nos muestran cmo lo trascendente entra por los vericuetos de lahistoria humana. Te leer otro fragmento de La mstica de la palabra:[9]

    Por qu Dios nos habla a travs de elipsis? No todo est explicado, no todo encaja en nuestralgica, no todo es fcil de entender! El texto est escrito, pero requiere nuestra complicidad parareconstruir su significado. Tal vez si el mensaje fuera totalmente explcito limitara nuestralibertad. De ah que quiz Dios opte por sugerir sin acabar de demostrar ni imponer, porque eneste acto comunicativo lo importante no es tanto el mensaje cuanto el emisor. La elipsis no es soloun recurso esttico ni un simple ejercicio intelectual. Utilizada con habilidad seduce, incita,involucra las emociones, la imaginacin, los recursos, capta la atencin del lector que siente lanecesidad de leer una vez tras otra el texto sin acabar de agotar su significado. De este modo seacaba por ponerlo en contacto con el alma del autor. El creyente no es un mero receptculo delmensaje del emisor: lo escucha, lo acoge, lo interpreta, lo asimila. Tambin lo puede rechazar orebatir pero sobre todo necesita adentrarse en el sentir de su interlocutor para captar el alcance delo que escucha. Sin conocer quien habla no es posible entender su mensaje y lo importante no estanto lo que dice cuanto quin lo dice.

    As es. Totalmente de acuerdo... Esto es una revelacin para los humildes! Dios esaquel que es capaz de bajar hasta este mundo, de subirse l a la cruz, de levantarnos atodos nosotros y llevarnos hasta Dios Padre y hacer de la muerte lo ms terrible de lavida el camino que lleva al amor ms grande, al amor original, el del Padre.

    Todo se ha trastrocado. Todo ha dado un giro radical!Para vivir debemos aceptar con alegra y con sencillez el hecho de la muerte, porque

    la muerte es el dinamismo de la vida que lleva a ese amor de Dios, amor de padre,origen de todo bien.

    Si hay palabras, hay algo que es an ms importante que las palabras pero nosabemos cmo decirlo. No sabemos cmo llamarlo: Llama divina? Tal vezsalvacin? Tal vez amor original? No sabemos cmo llamarlo...

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  • Y cada vez que no sabemos estas cosas, se encarna la palabra misma y cada vezalguien viene desde la eternidad a nuestro tiempo. Es la buena noticia que es fruto dela humildad de Dios, tan perturbadora, tan increble que solo con la fe nos estpermitido saborearla.

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  • 9CANTAR

    Y esta es la buena noticia: que constantemente alguien eterno viene a nuestro tiempo.En qu consiste esta buena noticia que nos revela Dios, por ejemplo, en la Carta a losefesios?

    Estoy a punto de emplear una palabra terrible. La palabra sntesis. De todo lo dichopodemos hacer una sntesis, si damos toda la importancia de la vida cristiana a la buenanoticia, tal como se experimenta cuando alguien se nos muestra desde la eternidadhasta nuestro tiempo, hasta nuestra vida de cada da, hasta nuestros pucheros.

    Y esto es lo que debemos hacer hoy: poner en su sitio la buena noticia.Hay dos escritos misteriosos de san Pablo. La Carta a los efesios y la Carta a los

    colosenses. Yo dira sobre todo en el caso de la primera que no pertenecennecesariamente a san Pablo. Puede que fueran de un discpulo que igual el ser-san-Pablo; igual la profundidad, la genialidad del maestro y quin sabe si estas palabrasson del maestro mismo o de alguien que lleg a ser como el maestro.

    La cuestin es que, desde el comienzo hasta el captulo 3 de la Carta a los efesios, senos regala esta sntesis maravillosa expresada como un canto, como un himno deintensa oracin en el que se alaba a Dios:

    Bendito Dios, Padre de nuestro Seor Jesucristo [...].

    Pero, inmediatamente despus de comenzar con este intento de bendicin dirigida alPadre, vemos que es el mismo Padre quien nos bendice a nosotros:

    [...] que nos ha bendecido con toda bendicin espiritual en el cielo, en Cristo [...].

    Esto ya es el primer anuncio de la buena noticia que prosigue sumamente inspirada a lolargo de casi tres captulos: por cuanto nos ha elegido en l antes de la creacin delmundo [...].

    Es un designio benvolo, escondido durante siglos y siglos, pero que ahora, enCristo, en el tiempo, desde la eternidad se revela: para ser santos e inmaculados en supresencia.

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  • Hay un motor que mueve todo esto? S, lo hay! En su amor nos haba predestinado a ser hijos adoptivos suyos por medio de Jesucristo, segn elbeneplcito de su voluntad [...].

    He aqu otro bello nombre para la buena noticia. La buena noticia es el beneplcitode su voluntad, de la voluntad de aquel que es manso y humilde de corazn, de quienha dado un vuelco a todo para poder convertirse, eterno como es, en habitante deltiempo y del espacio, habitante de la humanidad, habitante del pueblo, habitante delcorazn humano.

    [...] para alabanza de la gloria de su gracia, de la cual nos dot en el Amado. En l tenemos laredencin por medio de su sangre, el perdn de los pecados [...].

    Yo quiz habra aadido incluso un ahora, como para subrayar que lo de su sangresolo es un momento, un tiempo o un instante de gracia eterna.

    De modo que la salvacin es la eternidad en el tiempo. A que en estas palabras haymucha msica callada y mucha soledad sonora? Pues an hay otro oxmoron: muchaeternidad en el tiempo. Este aterrizar de la eternidad en el tiempo. As es, este es elbenvolo designio decidido antes de todos los siglos y revelado ahora, en Jess, elamigo, el Seor.

    [...] segn la riqueza de su gracia, que ha prodigado con nosotros en toda sabidura e inteligencia[...].

    De cuntas maneras no lo dir! [...] dndonos a conocer el misterio de su voluntad, segn el benvolo designio que se habaformado de antemano referente a la economa de la plenitud de los tiempos: recapitular todas lascosas en Cristo, las que estn en el cielo y las que estn en la tierra.

    Benvolo designio: se va repitiendo. Es ms que una variacin, es una acumulacinde sentido. Es darse cuenta de que las palabras se inclinan para recibir la realidad. Ungran nmero de palabras se inclinan reverentemente para recibir una sola verdad:que Cristo ha primereado, ha sido el primero en venir y es que, de hecho, ya est aqu,Cristo, Dios con nosotros, el eterno en el tiempo.

    En [Cristo] mismo hemos sido tambin agraciados con la herencia, predestinados segn elprevio decreto del que lo impulsa todo conforme a la decisin de su voluntad [...].

    Esta decisin es otra forma de hablar del benvolo designio. Porque la buena

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  • noticia es esta: antes de ser buena noticia, ya era, ya es. Antes de ser aquella noticia quenos vivifica y nos salva ya es, ella, la realidad misma que ser expresada por medio de labuena noticia.

    [...] a ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya de antes tenamos puesta en Cristo la esperanza.En l tambin vosotros, despus de haber odo la palabra de verdad, el evangelio de vuestrasalvacin [...].

    La palabra de verdad! La buena noticia que nos salva. [...] en l tambin, despus de haber credo, habis sido sellados con el Espritu Santo, de la promesa[...].

    Tiene mucho que ver con el amor, la buena noticia! Tiene que ver con el EsprituSanto, que es el amor entre Padre e Hijo.

    [El Espritu Santo] es arras de nuestra herencia, para la redencin del pueblo que Dios adquiripara s, para alabanza de su gloria [...].

    In laudem gloriae gratiae suae, como todava recuerdo del libro de Schlier, La Carta alos efesios,[1] que le hacia los aos sesenta, pero que todava hoy da frutos en micorazn, aunque quiz ahora los tenga ya algo desdibujados.

    Por eso, yo tambin, habiendo odo hablar de vuestra fe en el Seor Jess y de vuestro amor haciatodo el pueblo santo, no ceso de dar gracias por vosotros y de recordaros en mis oraciones, paraque el Dios de nuestro Seor Jesucristo, el Padre de la gloria, os d espritu de sabidura y derevelacin...

    Revelacin puede ser el nombre abreviado de designio, de benvolo designio: larevelacin que est en la eternidad y en el tiempo simultneamente. El Espritu esprenda arras de la herencia que Dios nos tiene reservada cuando nos redimirplenamente como posesin suya. l har que seamos alabanza de su gloria