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DIARIO DEL JUICIO NOVIEMBRE DE 2011 Agustín Arnolf

diario del jucio

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una cobertura de los juicios a los genocidas de la dictadura

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Agustín Arnolf

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página 2 | noviembre de 2011 DIARIO DEL JUICIO

ENTREVISTA CON EDUARDO COSTANZO

El ex Personal Civil deInteligencia del Ejército (PCI)durante la dictadura, EduardoTucu Costanzo, recibió en sudomicilio a el eslabón, volvióa prender el ventilador y nodejó títere con cabeza. Sedespachó contra sus excamaradas del Batallón 121,Luis Rubeo, Orlando Vignatti yNorberto Nicotra –entreotros–, y reveló los nombresde varios represores en fotosinéditas que aquí se publicanpor primera vez.

El teléfono sonó y atendió unainconfundible voz con tonadatucumana.

—“Qué tal Costanzo, yo soy Basso, delperiódico…”.—“Sí, Juane –interrumpió–, ya se quién

es usted, del Eslabón, de HIJOS, usted esde Rufino, el marido de la doctora...”.Lo corté: “Quiero hacerle una entrevista

sobre el caso Cambiaso-Pereyra Rossi, y porlo que usted sabe de la desaparecida RaquelNegro y sus mellizos, a propósito de lo quedeclaró en el juicio en Paraná”, le dije. “Esofue un desastre, cómo van a absolver aMarino González”, replicó el condenado areclusión perpetua por la justicia federal deRosario. Combinamos una cita en su casa,donde purga pena –bajo el régimen de pri-sión domiciliaria– por integrar el grupo detareas que, entre otros crímenes de lesahumanidad, secuestró, mantuvo cautivosclandestinamente y desapareció a 17 mili-tantes, durante el terrorismo de Estado.El número 2931 de calle Pueyrredón no

fue difícil de ubicar, un patrullero haceguardia permanente a pocos metros delportón de ingreso. “Sí, esa es la casa deCostanzo”, confirmó el oficial de la poli-cía santafesina sentado al volante delmóvil. A las 10 en punto del 9 denoviembre, hora pautada para la entre-vista, el Tucu está sentado en un sillónen el porche de su casa. Cualquiera quepase por la vereda puede verlo detrás dela reja, donde suele matar el tiempo.Apenas entramos con la fotógrafa Cos-

tanzo se atajó. “Yo no soy como los otrosrepresores, esos milicos hijos de puta.Quiero que vean que no soy el monstruoque se construyeron ustedes”, dijo, apenasabrió la puerta. Entrar en la entrevista pro-piamente periodística no fue simple, Cos-tanzo insistió en hablar, en tono de

reclamo, sobre por qué HIJOS le solicitóprisión perpetua en el juicioGuerrieri–Ámelong, en el que finalmentefue condenado por esa pena. Tras un cortoy tranquilo peloteo le propuse: “Convenga-mos una cosa, hagamos una entrevista y nopretendamos ponernos de acuerdo”.

De servicio a servicioel eslabón accedió a una carpeta pertene-

ciente al ex personal de Inteligencia delEjército Ariel Porra, alias Puma, entregadapor una fuente que reclamó estrictareserva, que contiene diferentes documen-tos como una autorización para ingresar adependencias policiales a ver anteceden-tes, informes de inteligencia, fichas de exdetenidos desaparecidos y fotos del propioPorra con otros personajes presumible-mente ex camaradas de la patota, a vecesde uniforme, a veces no, y que datan de1978. Costanzo aceptó identificar para estemedio quiénes son los hombres que apa-recen junto al Puma, y los lugares en quefueron tomadas las fotografías.En la primera imagen (1) el Tucu reco-

noció a Porra. En la segunda (2) le pare-ció que el lugar es la Fábrica Militar deArmas. En la tercera (3) reconoció a “untal Sebastián, yerno de Juvenal Pozzi,creo que el apellido es Sebastián, ledecían Filtro”, apuntó Costanzo, yagregó: “Es el que le iba pisando lacabeza a uno de los secuestrados en elbar Magnum”.En la cuarta foto (4) el Tucu señala al

Puma y a otro de la patota del Batallón121de ejército que utilizaba el seudó-nimo Aldo y cuyo verdadero nombre esAriel López. La foto está tomada en elcentro clandestino de detención La Cala-mita, por donde pasaron, según Cos-tanzo, más de cien detenidos; y de dondese llevaron a unos sesenta en diferentesmomentos para ser arrojados en aviones

al mar o a la Bahía de Samborombón. ElTucu reconoció de inmediato el lugar.“Es la Calamita porque Fariña le decía elFortino”, indicó. En la imagen se ve queun cartelito pegado sobre la pared reza“Bienvenidos al Fortino”.En la quinta foto (5), tomada a la salida

de un subte en Buenos Aires, Costanzoidentificó a “Puma, Pancho (Francisco)Scilabra y a González Pinto, ya muerto”.De la séptima (7) foto que se publica en

esta edición, con el tanque de guerra detelón de fondo, Costanzo aseguró queestá tomada en el Batallón 121.

Del mercado deconcentración alcampo de concentraciónCostanzo contó que en Tucumán tenía

camiones y trabajaba en el mercado deconcentración de la capital provincial. Enagosto de 1976 fue detenido acusado deun robo en el mercado. El Tucu negótodo, pero luego de haber estado dete-nido, se fue a Rosario porque –aseguró–él y su familia corrían “riesgos” despuésde ese episodio. “Todos los sábadosvenían al mercado camiones de Ejércitoa solicitar algo de la mercadería quequedaba y todo el mundo le daba, ycomo yo no le he querido dar ni mierda,supongo que de ahí ha venido la bronca”,explicó Costanzo el origen del problemacon los de verde.—¿Y cómo fue que empezó a realizar

tareas como personal civil de inteli-gencia, a través de quién se contactó?—A través de un amigo mío, que tenía

otro amigo, que me recomendó parahacer informes. Y es así que hacía infor-mes yo los primeros meses. Te digo queera un problema bárbaro. La primera vezme mandan a la esquina de Wheelwrighty Corrientes y yo no sabía ni dónde que-daba eso.

“Yo no soy como losotros represores”

Maia Basso

por Juane Basso

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Raquel NegroCostanzo habló a borbotones. Contó,

con una verborragia incontenible y unanaturalidad difícil de asimilar, hechosde los más terribles que se puedanescuchar y que protagonizó u observóen persona. Son relatos del descenso almismo infierno.

—¿Cuál fue el destino de los mellizosde la detenida de la Quinta de FunesRaquel Negro?—El tema de Raquel Negro yo lo

denuncié en el año 1992. No es nuevo.Y nadie hizo justicia en todo esos años.Hasta en la revista Gente salí en unanota que me hizo el Bigote Acosta. Escurioso que ahora el doctor (Marcelo)Bailaque (juez federal de instrucción)me procese como coautor de la muertede Raquel Negro. Y más curioso cuandoen Paraná me citan como testigo. En eljuicio en Paraná el juez me dijo que meremita a responder lo que me pregunteny no me dejaron decir nada de lo quetenía para decir de Marino González–quien posteriormente fue absuelto enel juicio–. No me dejaron decir nada delo que sé de Marino González. Él es aquién le encargan organizar el trasladode Raquel Negro de la quinta La Inter-media, propiedad de la familia deDaniel Ámelong, al Hospital Militar deParaná. Marino González es el que orga-nizaba las guardias las 24 horas. Así mecuentan, a mi no me mandaron. Unamañana vuelve uno de los que hacíancustodia y dice que han nacido mellizos(un varón y una nena) y que el chiquitohabía nacido muerto. Después mecuenta (Walter) Pagano a mí que él conÁmelong la llevan a la nena a un con-vento, no me dicen en ese momento elHogar del Huérfano. La ponen a laentrada bien envueltita. La dejan ytocan el timbre y le dejan un escarba-dientes para que siga sonando.

—¿Qué sucedió con Raquel?—A Raquel Negro la traen muerta de

Paraná o Santa Fe, en un baúl de un autoPeugeot 504. Yo estoy parado en un cos-tado después de que han matado a todoslos detenidos y cargado en un camion-cito Mercedes 608, que es el mismo queusan en el secuestro de Cambiaso yPereyra Rossi. La traen desnuda, atada ycon una bolsa de plástico en la cabeza.Pregunto quién es y me dicen que era laMaría Amarilla (así le decían a RaquelNegro). La sacaron de ahí, la metieronjunto con los otros muertos.—¿Y qué hicieron con esos cuerpos?—Los llevaron al aeropuerto, los carga-

ron al avión y los tiraron a la bahía deSamborombón.

Navone“Yo le dije al juez de Paraná que hable

con Carlos Razzetti, hijo de Constantino,que fue asesinado por la Triple A. PorqueRazzetti se comunicó con Kopaitich, que

es un periodista que vive en Barcelonaque se crió con Nabone en Casilda. Hacemuchos años ya se comentaba que elhijo que tenía el hermano de Navone, noel militar, era hijo de desaparecidos”, dijoCostanzo, en un tramo de la entrevistaen el que nos concentramos en el temadel otro de los mellizos de Raquel Negro,el varón. La mujer, Sabrina Gullino, recu-peró su identidad en 2008, entre otroselementos por el testimonio del propioCostanzo, quien relató a la justicia el epi-sodio protagonizado por Ámelong yPagano, cuando llevaron a la bebé alHogar del Huérfano. En cuanto al varón,la posibilidad de que esté vivo se reavivódurante el juicio en Entre Ríos, cuando elTucu declaró que Razzetti y Kopaitichsabían quien lo tenía.El teniente coronel Paúl Alberto Navone

prestó servicios en la sección Inteligencia122 de Paraná, dependiente del Destaca-mento de Inteligencia 122 de Santa Fe, asu vez dependiente del Segundo Cuerpo

del Ejército con asiento en Rosario. En elaño 1976 se encontraba en apoyo delComando de la Segunda Brigada Blindadade la capital entrerriana, tal cual informóa la Justicia el Comando del Ejército.Según declaró Costanzo, Navone integróel grupo de tareas que llevó a RaquelNegro desde Rosario al Hospital Militarde Paraná y permaneció con ella duranteel cautiverio.Por su parte Oscar Kopaitich, el seña-

lado periodista residente en Barcelona,declaró a la prensa que conocía a Navonepor ser vecinos de toda la vida en la ciu-dad de Casilda. Kopaitich alimentó lahipótesis de que Navone habría sidoquien se llevó al mellizo varón de RaquelNegro y se lo habría dado a su hermano.Navone se suicidó de un disparo en la

cabeza en febrero de 2008, el mismo díaque debía prestar declaración indagato-ria en la causa que investigaba la exis-tencia de una maternidad clandestina enel Hospital Militar de Paraná.

Autorización que se encontraba entre los documentos de la carpeta del servicio de inteligencia Ariel Porra.

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El primer día de noviembre, el fis-cal federal de San Nicolás, JuanPatricio Murray, confirmó a este

medio la citación a prestar declaraciónindagatoria de una larga lista de impu-tados en la causa por el secuestro y ase-sinato de los militantes OsvaldoCambiaso y Eduardo Pereyra Rossi. Lanómina de represores, que incluye al exídolo de Central Edgardo Gato Andrada,y al organizador de los cruces de losAndes, Víctor Chuli Rodríguez, se com-pleta con los ya detenidos por otros jui-cios Luis Patti, Reynaldo Bignone,Pascual Guerrieri, Ariel (Puma) Porra yJuan Andrés (Barba) Cabrera.Entre la importante prueba recogida por

la investigación encabezada por Murrayse cuenta una declaración testimonialbrindada por Eduardo Costanzo. El Tucu,recordó en la entrevista con el eslabónlos principales datos aportados a travésde su testimonio ofrecido en San Nicolás.El 4 de febrero de 1979 Costanzo

había sido detenido nuevamente enTucumán por homicidio. Según explicóel Tucu, ese episodio fue consecuenciade una pelea. “Recién salí en el año'83”, refirió el ex civil de inteligencia,quien agregó que al tiempo volvió aRosario y en algunos cafés y encuen-tros con ex integrantes de la patota,reconstruyó el secuestro y asesinato delos militantes peronistas.

―¿Cómo tomó conocimiento de lo quesucedió con Cambiaso y Pereyra Rossi?―Hablando, tomando café con los

muchachos. El que más me contó fue elBarba Cabrera.

Cabrera hacía seis meses que lo veníasiguiendo a Cambiaso. Cabrera vivía enPérez a pocas cuadras de Cambiaso.―¿Qué pudo reconstruir de los hechos

de ese operativo?―Me cuenta Cabrera que Pereyra Rossi

venía de Buenos Aires y Cambiaso lo ibaa esperar en la terminal. Pero parece queCambiaso lo hace bajar antes. Y toda lapatota encabezada por Pascual Guerrieri

y Victor Hugo Rodriguez, alias Chuli, sevienen de la terminal con el operativo yafracasado. Pero otro muchacho, de nom-bre legal Daniel Ferrere, los ve entrar aCambiaso y Pereyra en el bar Magnun,los llama por handy y todos convergenahí. Los primeros son Guerrieri y Rodrí-guez y al volante en ese auto venía unoque le decían Choper, creo que Vanzinniel apellido.

Choper me cuenta a mi que estaba ahí elkiosquero que vendía las revistas, quemiraba y no sabía como ponerse.Entonces llega la patota. Guerrieri

adentro los tenía apretados. Campilongo,uno del destacamento también estaba enla puerta y no dejaba pasar a nadie por lavereda. Y se los llevan a Cambiaso yPereyra Rossi, en el camioncito que usa-ban para transportar los cuerpos, aOroño al fondo, donde estaban haciendola Circunvalación. Ahí los tienen todo el

día torturándolos y a la noche se los lle-van y le entregan a Patti.En el auto de Cambiaso, un Fiat 1500 lo

llevan tirado en el suelo a él y ahí va Porracon los pies arriba de la espalda. Y en otroauto lo llevan a Pereyra Rossi y lo vapisando Filtro, creo que de apellido Sebas-tián, ex yerno del coronel Pozzi.―Usted también mencionó en su

declaración judicial como otro inte-grante de la patota al ex arquero deCentral Edgardo Andrada.―Él entra a trabajar creo que en el año

80, lo nombra Guerrieri. Y él era uno másde la patota también estaba ese día. Por-que Choper después me contó todo cuandoyo estaba preso en el Batallón 121. Y ahíme contó con lujo de detalles todo. Cho-per, que ahora tiene taxi y remís en Pérez,fue toda la vida chofer del jefe del destaca-mento. Cambiaban los jefes y él seguía. Élestaba en la puerta del bar Magnum.

Rubeo, Costanzo yuna relación explosiva

El eslabón ya publicó diferentes notasque dan cuenta de los vínculos queunieron a Costanzo con Luis Rubeo

padre. Rubeo, sindicado como uno de losprecursores de la Triple A en Rosario, ade-más de ser padrino de uno de los nietos deCostanzo, integró al Tucu a su staff deempleados cuando fue Senador, al igualque a Pascual Guerrieri, quien según Cos-tanzo fue la persona que los presentóalguna vez. Se ha contado en este perió-dico el episodio en que el Tucu, ya entiempos de la democracia, se encargó dehacer detonar un explosivo a un competi-dor de Rubeo en la interna justicialista. Enesta entrevista, Costanzo se detuvo aúnmás en la figura de uno de los colaborado-res de Rubeo en los años ochenta, el actualdueño de los diario Ámbito Financiero, ElCiudadano, Buenos Aires Herald y socio deLa Capital, entre otros tantos negocios,Orlando Vignatti. “Vignatti, el del diario LaCapital –se despachó el ex represor–, eraun ladrón de autos. Te lo digo con todas lasletras: ladrón de autos. Fichado y recono-cido. Incluso yo cuando Vigantti andabamuerto de hambre, le desarmé un auto conlos pibes para que tenga un mango paracomer. Antes que fuera director del Bancode Santa Fe, que lo puso Rubeo. Era uno delos lacayos de Rubeo”.

―¿A usted le consta que Vignati sededicaba al robo de autos?―Pero si lo han detenido incluso. En el

año 85 estuvo preso en la Federal. Otra vezlo detuvieron con una cupé Sierra en elChaco. Que tuvo que hablar el en ese

momento senador Rubeo con el goberna-dor Vitel para que le arreglara la situación.―¿Qué tarea realizaba usted como

empleado de Rubeo en el Senado?―Ninguna, yo lo cuidaba cuando

venía a Rosario. Como custodia, comohombre de confianza.―¿Y que se rompió en esa relación

para que usted cuente las cosas quecuenta sobre él, que claramente no lodejan bien parado?―Él me había dicho que me iba a

sacar para que yo no lo cague política-mente, pero que iba a mantener a miseñora, y cuando culminó el mandatode senador y siguió como diputado, nosdejó afuera. Entonces para que aprendaa tener códigos. Por eso es que hedicho esto yo. Además no estoy min-tiendo, digo la verdad―¿Qué sabe de otros ex represores

que ya en democracia trabajaron conreferentes políticos, como en el caso dela Defensoría del Pueblo?―Con Norberto Nicotra, que era el

defensor. Hombre de Rubeo. Nicotra lollevó a Cabrera y al Chuli Rodríguez.―Alguna vez Nicotra dijo que él no

conocía del pasado de Cabrera.―Pero si ha sido informante de los ser-

vicios toda la vida Nicotra. Él era infor-mante de Rodríguez cuando el Chuli erasegundo jefe del destacamento. Pasaronlos años y Rodríguez pasó a retiro yNicotra lo llevó de empleado al Chuli,cuando Nicotra fue Defensor del Pueblo,concejal y diputado. Se invierten lascosas pero siempre juntos.

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“Guerrieri sumó al Gato Andrada a la patota”

“Te pido queesto se publique”

COSTANZO SOBRE EL CASO CAMBIASO PEREYRA ROSSI

“El rol que está cumpliendo Costanzono lo cumple nadie en el país. Vos hasvisto a alguno que haya hecho lo que

he hecho o dicho yo. Entonces creo quetengo derecho a decir a la opinión pública,que no soy el monstruo que crearon”,afirmó el Tucu en tono de reclamo. Y soli-citó que esos dichos no sean excluidos dela nota que se publique en el eslabón.

―¿Usted cree por la información queha declarado debería tener una conside-ración especial por parte de los jueces,fiscales y querellas?―Lógico. Creo que en la vida se tiene

que tener un agradecimiento. Está cantadoque este hombre (por él) ha estado en sutrabajo y que tenía que estar ahí. Y si ahí,en otra habitación, mataron a uno, queculpa tengo yo. La otra es que yo no lepodía agarrar la mano a Guerrieri y decir“no lo matés”.―Le repito que no vinimos acá a

hacerle otro juicio, usted ya tuvo su jui-cio y fue condenado.—Si, tuve un juicio, pero vos sos con-

siente que hubo una injusticia conmigo.Como me van a dar perpetua a mi.―Yo no pienso que hubo una injusti-

cia con usted. Usted por integrar esedispositivo de poder, ha sido partícipede esos delitos de lesa humanidad, quetienen que tener la máxima pena.―Pero no como coautor. Coautor es

cuando vos matás, o estás en la muerte. Yyo no he estado en ninguna muerte. Nonos podés juzgar igual.―Coautor significa que para que se

pueda haber realizado esa acción, esosdelitos, usted tuvo que ser parte y estarallí para que el autor la realice.―Yo te he recibido para que veas que no

soy un monstruo. Ni siquiera te tengorencor por esa tapa que ha hecho de loshijos de puta (se refiere a una tapa de eleslabón en la que aparece la foto de Cos-tanzo junto a los otro cuatro represoresdel juicio Guerrieri-Ámelong que titula-mos con esa puteada). Yo duermo tran-quilo, no tomo pastillas, yo no torturé anadie, yo no maté a nadie, ni he hechodesaparecer a nadie.

Maia Basso

por Juane Basso

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noviembre de 2011 | página 5DIARIO DEL JUICIO

JUICIO HOSPITAL MILITAR

Condenadosen Paraná

Los integrantes del Batallón de Inte-ligencia 121 de Rosario condenadosfueron Pascual Oscar Guerrieri (14

años de prisión), Jorge Alberto Fariña(13 años), Juan Daniel Amelong (13años) y Walter Pagano (11 años), mien-tras que el médico del hospital militarlocal, Juan Zaccaría recibió una pena de5 años. La resolución fue celebrada comoun hecho histórico para Entre Ríos, aun-que abogados, querellantes y organismosreconocieron que esperaban “mayor con-tundencia en las condenas”.A la vez, el tribunal resolvió absolver

de los delitos investigados en la causa alex militar Marino González, también exintegrante del batallón rosarino.Los condenados pidieron no estar pre-

sentes en la sala al momento de la lec-tura del fallo, que encontró a Guerrieri,Amelong, Pagano y Fariña “coautoresresponsables” de la sustracción delmellizo varón de la detenida-desapare-cida Raquel Negro, y de alteración osupresión de su identidad.En tanto, el médico Zaccaría, ex jefe de

terapia intensiva del nosocomio cas-trense, fue considerado partícipe necesa-rio del delito.El tribunal dispuso también que Gue-

rreri y Zacarías cumplirán prisión domi-ciliaria, mientras que los restantes irán acárcel común.Guerrieri, Fariña, Amelong y Pagano

ya habían sido condenados a la pena deprisión perpetua por el Tribunal OralFederal N°1 de Rosario en el marco deljuicio que investigó los delitos cometi-dos en cinco centros clandestinos dedetención que funcionaron bajo laórbita del Batallón 121 de ejército conasiento en Rosario.Por otra parte Marino González es

investigado en otras tantas causas quetambién tramitan en los juzgados federa-les de Rosario.El abogado de Abuelas de Plaza de

Mayo e integrante de HIJOS, ÁlbaroBaella, recordó a el eslabón, que desdela durante los alegatos la Fiscalía habíasolicitado que Guerrieri sea condenadoa la pena de 14 años de prisión, Fariña,Amelong y González a 13, y Zaccaría yPagano a 11, mientras que las querellaspidieron que todos los acusados seansentenciados a prisión perpetua por losdelitos investigados.Por otra parte, Baella indicó que desde

la querella también habían solicitadoque se revoque la prisión domiciliariaque goza actualmente Guerrieri y, sub-sidiariamente, para el caso de que eltribunal no aceptara la calificación deldelito de desaparición forzada, la penade prisión de 25 años e inhabilitaciónde cumplimiento efectivo para todoslos imputados.Baella advirtió que “aún no se han

leído los fundamentos”, pero admitióque la sentencia “dista mucho delpedido de pena que hizo la querellaconjunta, tanto del pedido de pena deldelito de desaparición forzada de per-sona como los 25 años que pedimospara todos”.La abogada querellante por la agrupa-

ción HIJOS regional Paraná, FlorenciaAmore, adelantó que apelarán el fallodel tribubal. “Esperábamos mayorescondenas ‒dijo la abogada‒, pero siguesiendo satisfactorio haber podido trans-currir por este juicio después de 30años y haber logrado estas condenas,que para nosotros son menores pero soncondenas al fin, sobre todo teniendo encuenta la clase de delitos de la que esta-mos hablando”.“Tenemos un sentimiento contradicto-

rio. Por un lado estamos contentos por-que hemos logrado una condena, peroesperábamos mayor severidad”, señaló.“Es importante que la sociedad tenga

muy claro el mensaje en relación aestos hechos gravísimos. El daño quegeneran, tanto en las personas apropia-das como en las familias que los hanbuscado por más de 30 años no puedeser soslayado con una pena de tanpequeña. Entonces, desde nuestropunto de vista, los jueces tienen quedejar claro simbólicamente que en estepaís la apropiación de menores es unhecho repudiable”.

Una cuestión de actitudFuera del tribunal, desde las 17 se

había montado un escenario para “cele-brar el hecho histórico de que por pri-mera vez Paraná tenga una condenapor delitos de lesa humanidad”, expli-caron militantes de HIJOS desde los

micrófonos.Sabrina Gullino, reconoció estar “sor-

prendida porque apostábamos a perpe-tua” para los secuestradores de sumadre, Raquel Negro, y de su hermanomellizo, que continúa desaparecido trasel parto en el hospital militar de Paraná,en marzo de 1978.“Igual estoy contenta de que se cierre

esta parte”, dijo al recalcar el valor deljuicio que, sostuvo, “aportó no sólo lacondena de los imputados, sino ademásel hecho de saber que el Melli está vivoy que tenemos herramientas paraencontrarlo”.Recalcó que el juicio permitió deste-

rrar la hipótesis de su hermano mellizomuerto a las pocas de nacer, como dije-ron algunas versiones.Funcionarios, militantes sociales y

familiares de víctimas de la causa, des-tacaron el fallo que condenó a los impli-cados y resaltaron la importancia“histórica” del juicio para la provinciade Entre Ríos.El ministro de Gobierno de la provin-

cia, Adán Bahl, aseguró que a partir delfallo “finalmente, la provincia ingresaen la senda de la justicia, la verdad y lamemoria”.A su vez, el integrante de la Liga

Argentina por los Derechos del Hombre,José Iparraguirre, dijo que “es untriunfo del movimiento de derechoshumanos la condena de los cuatro mili-tares y del médico Zaccaría”, imputadosen la causa.“Salió la verdad a la luz, así que para

nosotros es una alegría enorme”, com-pletó el dirigente.La luchadora por los derechos huma-

nos y hermana de un desparecido,María Luz Pierola, recordó por su parte

que “hacía 30 años que veníamos pele-ando por esto”.“Vamos a ir por más”, prometió antes

de reconocer que “hemos logrado enEntre Ríos la condena de los genocidas,lo que no es poco”, recalcó.Tras la lectura del veredicto, la Mesa

por Juicio y Castigo organizó un festi-val popular frente a los tribunalesfederales locales.En el escenario, por donde pasaron

varios artistas paranaenses, pudo versea los Payasos Autoconvocados y laMurga la Memoriosa de la ciudad deRosario, que acompañaron a unanutrida columna de rosarinos entre losque se encontraron integrantes delEspacio Juicio y Castigo y militantes deHIJOS de esta ciudad.El evento culminó con un recital a

cargo de las Actitud María Marta.

Datos de la causaEn la causa Hospital Militar se inves-

tigó a los seis imputados por el robo yla sustitución de identidad de los hijosmellizos de la pareja de los militantesmontoneros desaparecidos RaquelNegro y Tulio Valenzuela, nacidos enmarzo de 1978 en el hospital militarde Paraná.La melliza mujer, que fue dada en

adopción y anotada como SabrinaGullino luego de ser abandondana en unorfanato de Rosario, recuperó su identi-dad en 2008.Mientras tanto el bebé varón continúa

siendo buscado, a pesar de que el repre-sor arrepentido, Eduardo Costanzo,afirmó que el chico está en el seno de lafamilia del militar Pablo Navone, quiense suicidó en Córdoba el día que debíadeclarar por esta causa en Paraná.

El Tribunal Oral Federal queinvestigó el funcionamiento deuna maternidad clandestina enel Hospital Militar de Paranádurante la dictadura, declaróculpables a 5 de los 6imputados de los delitos desustracción de un menor y deadulteración de identidad.

Sabrina Gullno rodeada de sus hermanos Sebastián y Matías. “Sólo faltas vos, Melli”, dijo la nieta recuperada.

Nora Pastorini

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CAUSA DÍAZ BESSONE

Luego de referirse a la importanteevidencia que prueba la participa-ción en los delitos de lesa humani-

dad cometidos en el SI por DíazBessone, Lofiego, Marcote, Vergara yScortechini, Stara fundamentó lo queconsideró las causas exculpatorias yeximentes de la conducta del imputadoRicardo Chomicky ‒el ex militante mon-tonero acusado de “colaboracionista”por varios de los sobrevivientes del cen-tro clandestino de detención que fun-cionó en la ex jefatura de la policíarosarina‒. Tras cinco semanas de ale-gato, Stara culminó su acusación elmiércoles 19 de octubre.El fiscal remarcó la condición de víc-

tima de Chomicky y explicó que, por loque surge de la causa, por los dichos delpropio Chomicky y por resoluciones deljuzgado de Instrucción y la CámaraFederal de Apelaciones de Rosario, elacusado “fue secuestrado en diciembrede 1976” por un grupo de tareas de ladictadura. Stara recordó además que poresas resoluciones judiciales Lofiego yMarcote están procesados por “priva-ción ilegítima de la libertad y tormen-tos” contra Chomicky.El fiscal se refirió a la falta de libertad

y a las condiciones que existían en elSI, y remitió a un documento de la Pro-curación General de la Nación ‒cabezade todos los fiscales federales del país,conducido por Esteban Righi‒, en elque se fundamenta por qué no se debeacusar en casos como el de Chomicky.

Luego Stara pasó a detallar la califica-ción legal de los hechos y describió losdelitos que cometieron los imputadosen el SI, entre los que incluyó “priva-ción ilegítima de la libertad”, “homici-dio agravado” y “tormentos”.Además el fiscal fundamentó por

qué los delitos deben ser considera-dos de “lesa humanidad”, y se detuvoen la consideración de la figura de“genocidio”.En el final de su alegato, el fiscal

Stara solicitó al Tribunal Oral FederalNº2 (TOF2), integrado por Otmar Pau-lucci, Beatriz Caballero de Barabani yJorge Venegas Echagüe, la pena de pri-sión perpetua para el ex comandantedel Segundo Cuerpo del Ejército,Ramón Genaro Díaz Bessone, e igualcondena para el ex oficial de la policíarosarina José Rubén Lo Fiego.Ambos están acusados por 91 casos de

privación ilegítima de la libertad, tor-mentos y 17 casos de homicidio de per-sonas que fueron secuestradas durantela última dictadura y detenidas ilegal-mente en el centro clandestino que fun-cionó en el Servicio de Informaciones(SI) de la policía local.En tanto, el representante del Ministe-

rio Público pidió 25 años de prisión einhabilitación absoluta y perpetua paralos ex policías José Carlos Scortechini,Mario Alfredo Marcote y Ramón RitoVergara; mientras que solicitó la abso-lución de Ricardo Miguel Chomicky, unex militante de la Juventud Peronista

secuestrado en 1976 y acusado porotros sobrevivientes del SI de complici-dad con sus captores.

Cárcel comúnAdemás, Stara pidió que los imputados

cumplan la pena de prisión en cárcelcomún bajo la órbita del Servicio Peni-tenciario Federal, de acuerdo a lo esta-blecido por la Resolución 444 delMinisterio de Defensa de la Nación.A la vez, el fiscal solicitó con relación a

Díaz Bessone que se le revoque la pri-sión domiciliaria de la que goza, y porúltimo reclamó al TOF2 que al dictar lasentencia se ordene la inmediata deten-ción de los imputados, que en todos loscasos están en libertad por decisiones dela Cámara Nacional de Casación Penal.Finalmente, el representante de la Uni-

dad Fiscal solicitó que se remitan copiasde las declaraciones de algunos de lostestigos del juicio oral al Juzgado Fede-ral Nº4 de esta ciudad, a los fines de quese investigue el posible delito de tor-mento contra menores que estuvierondetenidos en el SI mientras sus padrespermanecieron allí.Según dijo Stara, “entendemos que esas

condiciones de detención configuran eldelito de tormentos”. Entre otros, men-cionó los casos de los hijos de NellyBallestrini de Larrosa, María InésLuchetti, Estela Cristina Bernal y Fran-cisca Van Bove de Espinoza, quienesestuvieron en cautiverio en el SI durantelas detenciones de sus progenitores.

El fiscal federal del juicio oraly público que investiga loscrímenes de lesa humanidadcometidos en el Servicio deInformaciones (SI), GonzaloStara, pidió la pena de prisiónperpetúa para Ramón GenaroDíaz Bessone y José Rubén LoFiego. Tras describir lacuantiosa evidencia acumuladacontra los policías MarioMarcote, Ramón Vergara yJosé Scortechini, Staraconsideró que hay causas“exculpantes y eximentes” dela conducta del ex militanteacusado de colaboracionistaRicardo Chomicky.

La puerta de los Tribunales Federales de Rosario, en bulevar Oroño al 900, es un espacio de encuentro y militancia.

La fiscalía pidióperpetua para DíazBessone y Lofiego

Agustín Arnolf

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El Juez Federal de Rosario, MarceloBailaque, citó a “indagatoria” conpedido de “detención” a monseñor

Eugenio Zitelli, en el marco de la causadenominada “Feced-residual”, en la quevarios testigos sobrevivientes de laúltima dictadura afirmaron que el excapellán de la policía de Rosario presen-ciaba las sesiones de torturas.Además del cura Zitelli, hay una larga

lista de represores que también seránindagados por diferentes delitos de lesahumanidad. Entre ellos los represoresJosé Lofiego, Mario Marcote, Ramón Ver-gara y José Scortechini, quienes seencuentran soportando el proceso oraldenominado Díaz Bessone y que perma-necían en libertad por una resolución dela Cámara de Casación Penal. Por estanueva citación quedarán detenidos hastaque la justicia resuelva sus estados proce-sales. El fiscal de la causa, Gonzalo Stara,informó que la nómina de citados se com-pleta con “Videla, Sotera, Corrales, Portilo,Vallejo, Olazagiotía y Formoselle”.La medida tomada por el magistrado

rosarino se enmarca en la causa denomi-nada: Feced-Residual, que investiga delitoscometidos por la policía de Rosario, de laque el cura fue capellán entre 1964 y 1983,según informaron voceros judiciales.En declaraciones formuladas al pro-

grama Trascendental que se emite porLT8, Stara señaló que el religioso –quehasta el 2 de octubre pasado estaba acargo de una parroquia en la localidadsantafesina de Casilda– “fue denunciadopor testigos de presenciar sesiones detorturas e indagatorias que se realizabanen el Servicio de Inteligencia que funcio-naba en sede policial”.Según testimonios de sobrevivientes, el

cura Zitelli cumplía diversas funcionescomo las de “calmar a la familia, y evitarreclamos y denuncias sobre desaparicio-nes y detenidos”.Eugenio Zitelli, por decisión del Arzo-

bispo de Rosario José Luis Mollahan, fuerelevado –el pasado 2 de octubre– de sucargo al frente la parroquia San Pedro dela localidad de Casilda, aunque continúaviviendo en el lugar.El ex capellán de la Unidad Regional II

de Rosario es el primer sacerdote citadoen Santa Fe por la Justicia, en causas queinvestigan delitos de lesa humanidadcometidos durante la última dictaduramilitar.

Juicio Díaz BessonePor otra parte, se desarrolló una nueva

audiencia de la causa Díaz Bessone,denominación que adquirió la parte delllamado expediente “Feced y otros” que

fue elevado a juicio, y que cursa en elTribunal Oral Federal N°2 de Rosariodesde julio de 2010.La audiencia continuó con el alegato

del abogado de oficio Germán Artola,quien prosiguió con la defensa de los expolicías Mario Marcote, José Scortec-chini y Ramón Vergara.Artola se dedicó a buscar diferencias

entre las fechas de detenciones manifes-tadas por los sobrevivientes y las quefiguran en los partes policiales elabora-dos en esa época.El defensor señaló además que “se tra-

taba de detenciones de carácter legítimodado el estado de sitio y la legislación anti-subversiva vigente” y recordó que la juezaLaura Cosidoy –quien declaró como testigopropuesta por los abogados de los represo-res–, “manifestó que los habeas corpus serechazaban porque las detenciones se ajus-taban a la legislación de la época”.

En el marco del proceso que investigaal interventor de Santa Fe durante ladictadura, José María González, el Tribu-nal Oral Federal de la capital provincialdará inicio a los alegatos el 24 denoviembre próximo.A partir de ese día, los jueces JoséMaría Escobar Cello, Marivon Vella y

Lilia Carnero comenzarán a escuchar lasexposiciones de las querellas, del Minis-terio Público Fiscal y de las defensas.En el proceso se investiga la responsa-bilidad del ex interventor de Santa Fe yex coronel, José María González, en elhomicidio de Mario Marini y en elsecuestro de Ana María Cavadini.

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LA VIOLACIÓN: UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

Un acto de JusticiaA

principios de noviembre de 2011,la Justicia consideró –por primeravez en Rosario– a la violencia

sexual perpetrada en centros clandesti-nos durante la dictadura como “delito delesa humanidad e imprescriptible”. Fue araíz del testimonio de la secretaria gre-mial del Sindicato de Prensa rosarino,Stella Maris Hernández, quien aseguróhaber sido violada por el ex represorMario Alfredo Marcote alias El Cura.La decisión del juzgado federal Nº 4

rosarino crea un antecedente nove-doso, ya que hasta ahora los delitossexuales no eran perseguidos en formaindependiente a los tormentos sufri-dos por personas detenidas durante larepresión ilegal.Se trata del caso de Stella Maris Her-

nández, actual secretaria gremial delSindicato de Prensa Rosario (SPR), quienfue secuestrada el 11 de enero de 1977 ymantenida en cautiverio en el centroclandestino que funcionó en el Serviciode Informaciones (SI) de la policía localhasta el 23 de junio de ese año.En su testimonio en el juicio oral de la

causa Díaz Bessone, que lleva adelante elTribunal Oral Federal 2 (TOF2) de Rosa-rio, Hernández contó que además de lostormentos sufridos en la sala de torturafue violada por el entonces oficial de lapolicía rosarina Mario Alfredo Marcote,alias El Cura, uno de los imputados enese expediente.“Di todo este testimonio, que fue muy

duro para mí, porque quiero que decla-ren la violación como un delito de lesahumanidad, porque fue algo sistemá-tico en el Servicio de Informaciones,no eran hechos aislados”, dijo la sobre-viviente de la dictadura ante el TOF2el 1º de diciembre pasado, cuandoprestó testimonio.“Por mí y por todas las compañeras que

no lo pueden denunciar, porque esto noes sencillo, tiene un costo altísimo podercontarlo”, abundó la dirigente sindical,que tenía menos de 20 años cuando fuesecuestrada por la dictadura.

Un fallo que sientaantecedente“Estamos muy conformes con la deci-

sión del juez, esto es algo que Stella Her-nández viene pidiendo desde 1984”,aseguró la abogada de la Liga Argentinapor los Derechos del Hombre (Ladh),

Gabriela Durrutti, quien patrocina a lasobreviviente del SI.La letrada explicó que “hasta ahora lo

que ocurría en la jurisprudencia nacional,es que la violación se la tomaba como unamodalidad más de los tormentos, así fueen el caso Etchecolatz y en la Esma. Antela denuncia de las víctimas, los tribunaleslo tomaban como parte del tormento”.Durruti señaló que la resolución del

juez Bailaque encuadra a la violación“como delito autónomo”, lo cual recogeuna demanda de las víctimas porque

“hace a la dignidad personal” de lasmismas.Días antes de la resolución, la abogada

había solicitado al juzgado federal Nº 4de Rosario que “indague a Mario AlfredoMarcote por el delito de violación agra-vada por su condición de funcionariopúblico a cargo de la guarda y con elconcurso de dos o más personas”.La medida fue adoptada el 10 de

noviembre pasado por el juez, quienahora debe resolver un pedido de eximi-ción de prisión presentado por la defensade Marcote, y luego establecer si lo pro-cesa por el delito de violación.Marcote está siendo juzgado ante el

TOF 2 de Rosario junto al ex coman-dante del Segundo Cuerpo del Ejército,Ramón Díaz Bessone, y los ex policíasRamón Rito Vergara, José Carlos Scor-techini y José Rubén Lo Fiego, por suparticipación en el centro clandestinode detenciones que funcionó en el SIdurante la última dictadura, por dondese estima que pasaron entre 1.800 y2.000 personas.Tras el testimonio de Hernández, en el

que relató que fue sometida sexual-mente por el ex policía y dijo que losdetenidos en el SI “supimos que el CuraMarcote era un violador serial”, el TOFenvió los audios de la audiencia al juz-gado de Bailaque.Luego, el fiscal del juicio, Gonzalo

Stara, pidió durante la ampliación de laacusación a los imputados que se juzga-ran por separados los delitos sexualesocurridos en el centro clandestino del SI.Finalmente, el martes, Hernández y su

abogada pidieron ser querellantes en lacausa y, ayer, el juez Bailaque consi-deró a la violación como un delito delesa humanidad al convocar a indagato-ria a Marcote por el caso de la sobrevi-viente del SI.

PIDEN LA DETENCIÓN DEL CURA ZITELLI

Justicia divina

Hora de alegatosJUICIO EN SANTA FE

Umano Casilda

José Granata/Télam/cl

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página 8 | noviembre de 2011 DIARIO DEL JUICIO

El Diario del Juicio es una propuesta impulsada por la agrupación HIJOS Rosario en convenio con Cadena Informativa Asociación Civil y la Cooperativa La Masa. Hacen posible elproyecto, el Concejo Municipal de Rosario, la Fundación Electroingeniería y la Presidencia de la Comisión Laboral de la Cámara de diputados de la Provincia de Santa Fe.

ACTO POR LA MASACRE DE LOS SURGENTES

Familiares de los siete jóvenes fusilados en 1976 compartieron con los vecinos de la localidad cordobesa una historia silenciada.

La cordobesa localidad de los Surgen-tes cumple cien años y prepara lostípicos festejos que juntan a sus

pobladores con su memoria y tierra. Conlos clásicos desfiles de instituciones de laciudad, recitales, obras de teatro y charlas,los cerca de cuatro mil habitantes cele-bran el compartir y defender su lugar enel mundo.Pero, la ciudad ubicada a 140 kilómetros

de Rosario y a 307 al sur de la capital cor-dobesa, tiene en su historia una páginatestigo de lo que fue el Terrorismo deEstado, hace 35 años.Así, entre las actividades del centenario

de la ciudad, también se realizó unacharla con familiares de jóvenes fusiladosel 17 de octubre de 1976.En un camino rural, cerca de la entrada

al pueblo, crecen siete sauces en memoriade Cristina Costanzo, María Cristina Már-quez, Analía Murguiondo, Daniel OscarBarjacoba, Sergio Abdo Jalil, EduardoFelipe Laus y José Antonio Oyarzábal, víc-timas del Terrorismo de Estado.Los árboles fueron plantados en 2101

por los pibes del 3º año del Instituto Emi-lio Castoldi, como parte del proyectopedagógico “Lazos de Identidad" y para“conocer la verdad y ayudar a esclarecer ala masacre”.Los siete fueron secuestrados en Rosario

y llevados al Servicio de Informacionesde la Unidad Regional II de la Policía Pro-vincial. Allí, según las declaraciones detestigos, fueron torturados y en la madru-gada del 17 de octubre de 1976 los reu-nieron en una oficina para trasladadosatados y encapuchados. Más tarde loshallaron acribillados en un camino de LosSurgentes.

Los cuerpos pasarían por el cementerioSan Vicente de Córdoba y enterrados enuna fosa común. En 1984 sus restos fue-ron desenterrados e incinerados.“Tenían entre 21 y 25 años, todos estu-

diaban o laburaban. Así como la mayorparte de los desaparecidos fueron sacadosde sus casas y no de trincheras, comoindica la teoría de los dos demonios. Elterrorismo de Estado se aplicó con elmodelo francés empleado ya en Argelia”,afirmó el “Vasco” Oyarzábal, al explicar enel salón central del colegio Emilio Castoldide Los Surgentes, la desaparición de suhermano José Antonio.En el marco de los festejos de los cien

años de la ciudad, el Himno Nacionalabrió el acto oficial realizado el 14 deoctubre en el establecimiento católico.Chicos, profesores, la electa intendentaPaula Córdoba, funcionarios municipalesy vecinos retomaron el tema con undocumental realizado por una de lasalumnas. Luego, las organizadores delgrupo Lazos de Identidad presentaron aMarcelo Jalil y Francisco Oyarzabal,familiares de dos de los fusilados.Al iniciar la charla, el periodista Carlos

del Frade remarcó que las siete víctimasfueron llevadas a esas tierras cordobesas“porque esa era la carta presentación quehace Galtieri al frente del Comando delSegundo Cuerpo del Ejército con asientoen Rosario, sobre Santa Fe, Chaco, For-mosa, Misiones Corrientes y Entre Ríos”.Por su parte, el Vasco relató lo vivido

por aquellos días: “Luego que desapare-ció mi hermano no sabíamos qué hacer,sentíamos indefesión. Al enterarnosque había sido detenido, mi madre nosdecía que al menos estaría preso, nomuerto. Supuestamente, los militaresvenían a instaurar la legalidad que

había sido alterada”.“A José Antonio, en la escuela le decían

el Ciruja, también así lo llamaban en elclub Duendes donde jugaba al rugby.Tenía 22 años, estudiaba Derecho y eramilitante de la Juventud UniversitariaPeronista. Había dejado de vivir con nues-tros padres y se había mudado a una pen-sión, en España 961”, explica el Vasco.Al igual que Marcelo Jalil, también

resaltó la lucha de las familias de las víc-timas y el recorrido en sus innumerablesdenuncias, presentaciones ante tribuna-les provinciales y federales, dependen-cias del Ministerio del Interior, en laPolicía, Ejército, Vicaría Castrense yorganismos internacionales. Marcelo remarcó la pelea que dio

Nelma Jalil, su madre. Esa mujer, quiencon Esperanza Labrador en plena dicta-dura daban vuelta a la rosarina plaza 25de Mayo, falleció en septiembre de2008, antes de sentar a los represores enlos tribunales.

El silencioresquebrajado“La matanza alteró la vida de la ciudad

en 1976. Luego de unos días el tema secalló, fue silenciado. En los años 90aparece el primer libro de la localidad,pero sólo en siete reglones se toma elhecho. Para algunos, como las víctimasno eran del pueblo, los muertos eranajenos”, dice una de las integrantes deLazos de Identidad.“En 1997, Del Frade y el Vasco vinie-

ron a la ciudad a investigar y eso sirviópara retomar la memoria, pero tampocose habló casi sobre eso. Cuando en 2008me acercaba a entrevistarme con veci-nos de cierta confianza, aún se hablabacon cautela”, admite.

Pero ahora el grupo retoma el trabajode los alumnos en la materia FormaciónEtica y Ciudadana, coordinado por laprofesora Nancy Marino. “Los alumnosbuscaron información en internet, noti-cias periodísticas, entrevistaron al dueñodel campo en donde ocurrieron los fusi-lamientos, al hombre que llevó los cuer-pos y a policías. La historia volvió arecordarse”, señalan.Así se llegó a levantar el monolito en el

lugar de la masacre, a plantar los saucesy a que la legislatura provincial declareal sitio “Lugar Histórico Provincial-Espa-cio de la Memoria”.“Es importante que ahora nos visiten

los familiares de las víctimas para reto-mar el relato. Está bien el monolito, perohay que hacer un trabajo de la memoria,hay que conocer esas vidas”, resaltan.En el salón del colegio los vecinos

escuchan a los familiares de pibes ase-sinados en la zona. Con respeto recono-cen la inquebrantable militancia ycompromiso de quienes además deintentar quitarles a sus seres queridossufrieron la infame actitud de unifor-mados, sacerdotes, funcionarios políti-cos y judiciales que colaboraron con loscrímenes de lesa humanidad.En tanto, en la sala del tribunal de

Oroño al 900, donde los represores sonjuzgados, los familiares militantes de unsolidario compromiso protagonizan consu valentía y memoria esta lucha por lajusticia y la historia argentina. En laaudiencia, cuando el Vasco declaró enmarzo por la desaparición de su hermanoadvirtió: “Para los abogados, lo que sejuzga acá son delitos. Para los familiares,son dolores. Me pregunto cuántos dolo-res tienen que pasar por este escritoriopara que los asesinos estén presos”.

Los lazos de la memoriaPancho Elvar Budo

Por Alfredo Montenegro