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En este volumen se recogen varios estudios cuya caracteristica co- mlm es el enfoque contrastivo entre esquemas lingiiisticos del italia- no, por una parte, y del espafiol, por la otra. En un momento en que la gramatica de contrastes se afirma como metodologia fundamental para el tratamiento didactico de las lenguas, estos estudios ofrecen en ese sentido una importante contribucion, esclareciendo circuns- tancias diferenciales complejas y puntualizando otras en teoria mas inmediatamente perceptibles. El ambito de los temas tratados tiene una notable amplitud, abar- cando desde concretas circunstancias fonéticas hasta el contraste de perspectivas lingiiisticas genera/es, pasando por el analisis de los comportamientos verbales y preposicionales. Variados son también los enfoques, desde la vertiente estilistica a la de la didactica del uso basico; y elmaterial objeto de anilisis, que comprende desde los usos mas exquisitamente literarios hasta los esquemas de la lengua usual. Enfocada cada lengua en si misma y a través del prisma de la otra, sa/en a la luz, iluminados desde perspectivas distintas, aspectos y apreciaciones inéditas que obligan a reconsiderar a/gunos de los cli- chés COmlll1mente aceptados, como es, entre otros, el de la presun- ta facilidad de las dos lenguas. Estos estudios, por otra parte, permiten la extraccion de conclusio- nes puntuales inmediatamente aplicables al ambito didactico, COl1S- tituyendo en ese sentido un corpus que rellena parte del vacio exis- tente en el campo de la lingiiistica contrastiva italo-espafiola.

©}dAQUIN ARCE / MANUEL CARRERA...En este volumen se recogen varios estudios cuya caracteristica co mlm es el enfoque contrastivo entre esquemas lingiiisticos del italia no, por una

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En este volumen se recogen varios estudios cuya caracteristica co­mlm es el enfoque contrastivo entre esquemas lingiiisticos del italia­no, por una parte, y del espafiol, por la otra. En un momento en quela gramatica de contrastes se afirma como metodologia fundamentalpara el tratamiento didactico de las lenguas, estos estudios ofrecenen ese sentido una importante contribucion, esclareciendo circuns­tancias diferenciales complejas y puntualizando otras en teoria masinmediatamente perceptibles.

El ambito de los temas tratados tiene una notable amplitud, abar­cando desde concretas circunstancias fonéticas hasta el contraste deperspectivas lingiiisticas genera/es, pasando por el analisis de loscomportamientos verbales y preposicionales. Variados son tambiénlos enfoq ues, desde la vertiente estilistica a la de la didactica del usobasico; y elmaterial objeto de anilisis, que comprende desde los usosmas exquisitamente literarios hasta los esq uemas de la lengua usual.

Enfocada cada lengua en si misma y a través del prisma de la otra,sa/en a la luz, iluminados desde perspectivas distintas, aspectos yapreciaciones inéditas que obligan a reconsiderar a/gunos de los cli­chés COmlll1mente aceptados, como es, entre otros, el de la presun­ta facilidad de las dos lenguas.

Estos estudios, por otra parte, permiten la extraccion de conclusio­nes puntuales inmediatamente aplicables al ambito didactico, COl1S­tituyendo en ese sentido un corpus que rellena parte del vacio exis­tente en el campo de la lingiiistica contrastiva italo-espafiola.

©}dAQUIN ARCE / MANUEL CARRERAFELIX FERNANDEZ MURGAM.a DE LAS NIEVES MUKlIZ

EDITA: SECRETARIADO DE PUBLICACIONESDE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA

CUBIERTA: LUIS ORS SIMON

IMPRIME: GRAFITRES, S.L. - UTRERA (SEVILLA)

DEPOSITO LEGA L: SE - 84 - 1984

I.S.B.N.: 84 - 7405 - 281 - 5

En este volumen se ofrecen, reunidos, algunos trabajos que sobre

aspectos contrastivos del italiano y el espai'iol se han ido elaborando,durante los ultimos ai'ios, en las universidades espaFiolas.

La mayor(a de ellos, como se inclica en los lugares oportunos, hanvisto ya la luz en otras publicaciones, algunas hoy de acceso relativamentedif/cil. Esta ultima circunstancia, y el deseo cle presentar en un conjuntomateriales en el fondo tematicamente homogéneos, han sido las motiva­ciones funclamentales que han impulsado la tarea de reunirlos. Casi toclos,por otra parte, han sido ampliados o remoclelados expresamente para su

inc!usi6n en el presente volumen.

Estos estudios, como resultara eviclente, ofrecen ya, en los secto­

l'es tratados, una tipolog/a cliferencial y unos resultaclos de analisis va­

lidos, en unos casos en forma embrional y en otros extensamente, para

iniciar el clespegue clesde el plano puramente contrastivo al cle la aplicaci6ncliclactica en el ambito de los campos estucliados. Teniendo en CLlenta lasactuales perspectivas y necesidades de la diclactica de las lenguas, puedeafirmarse que solo cuando se haya elaborado un corpus suficientemente

amplio de amilisis de este tipo se disponclra cle bases s61iclas para proceder a

la preparaci6n cle una tipolog(a diferencial completa y susceptible cle seI'

trasvasacla con éxito a determinados sectores aun semivaclos de la lingf1 (s­tica aplicada en el campo hispanoitaliano.

Esperemos pues, que a estos trabajos puedan seguir otros que com­pleten tan amplia, ardua y necesaria labor. Vaya, mientras tanto, nuestroagradecimiento a las editoriales que amablemente nos han permiticlo repro­

ducirlos.

M. C.

INDICE

Pagina

1. LAS FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO ENITALIANO Y ESPANOL.Fé/ix Femandez Murga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2. ITALIANO Y ESPANOL: CONFRONTACION LINGUIS­TICA.Joaqu(n Arce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 109

3. USO DEL CONDICIONAL EN ITALIANO Y ESPANOL:ESTUDIO CONTRASTIVO.Mar(a de /as Nieves Mufiiz. . . . . . . . . . . . . . . .. 127

4. IL NUMERO DEI FONEMI IN ITALIANO IN CON­FRONTO CON LO SPAGNOLO.Joaqu(n Arce. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 159

5. SOBRE EL VALOR TEMPORAL DE LA PREPOSICIONESPANOLA "DESDE" Y DE LA ITALIANA"DA": APUNTES PARA UNA DIDACTICA DELITALIANO EN ESPANA.Marra de /as Nieves Mufiiz. . . . . . . . . . . . . . . .. 169

6. ITALIANO Y ESPANOL: ELEMENTOS PARA UNACOMPARACION.Manue/ Carrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 185

LAS FORMAS NO PERSONALES DEL VERBOEN ITALIANO Y EN ESPANOL

Por Fé/ix FERNANDEZ MURGA

Uno de 105 campos en 105 que mas claramente se manifiesta la dife­

rencia de posibilidades y la diversidad de tendencias e)(presivas entre dos

lenguas tan afines, por otro lado, como son el italiano y el espanol, lo cons·

tituyen las Ilamadas Formas no persona/es del verbo, es decir, el Infinitivo,

el Gerundio y el Participio.

Adopto esta denominacion, propuesta hace muchos anos por Sa­

muel Gili y Gaya (1) y aceptada ultimamente por la Real Academia Espa­

noia (2), por parecer la mas acertada frente a otras varias que suelen darse­

les: entre ellas, una de las mas corrientes, la de Formas nomina/es del verbo

(que les da ba antes la misma Real Academia y continuan dandoles algunos

estudiosos de temas gramaticales) (3), y la de Modos infinitivos, que prefie­

ren otros (4).

(1) S. Gili y Gaya, Cllrso sllperior de sintaxis espaJ1ola, Barcelona, 'Bibliograf"VOX", 1964, pp. 185-204.

(2) Real Academia Espaiìola, Esbozo de lilla nuella gramdtica de la lenglla espa.J1ola, Madrid, Espasa-Calpe, 1973, pp. 483·499.

(3) Manuel Criado de Val, Gramdtica espm10la y comelltario de textos, Madrid,S.A.E.T.A., 1973, p. 128.

(4) Katerin Katerinov, La lingua italiana per stranieri, III Parte, Perugia, Guerra,1974, p. 41.

9

De hecho, el dato mas significativo, comun a dichas tres Formas,

que es el de no seleccionar morfemas concordantes (5), las contrapone ca­

racterizadoramente a las demas formas verba/es, es decir, a las Formas per­

sona/es. Frente a éstas, caracteriza también a las Formas no personales el

hecho de no expresar tiempo sino aspecto. Las tres tienen, por otra parte,

un doble valor, que las sitLla entre e/ sintagma verbal y el sintagma nomina/

(6). Velldrfa a seI' el Infinitivo un sustantivo verbal; el Gerundio, un adver­

bio verbal; y el Participio, un adjetivo verbal (7). Tendrfa el Infinitivo ca­

nlcter imperfectivo, sin expresion determinada de tiempo; el Gerundio, ca­

nlcter durativo de accion en su desarrollo; y el Participio pasado, caracter

perfectivo de accion en su término (8).

Como veremos luego, los estudiosos de gramatica espanola no sue­

/en prestar atencion al participio presente ni 'al participio futuro, de los que

apenas existen hoy algunos vestigios en nuestra lengua.

El estudio contrastivo de esas formas en italiano y en espanol, estu­

dio basado preferentemente en testimonios literarios, podra servirnos, por

una parte, para mejor comprender, a través de sus peculiares tendencias ex­

presivas, e/ espfritu de /os pueblos que hablan y escriben esas lenguas y,

por otra parte, podra servirnos también para apreciar y aquilatar mejor los

diversos resultados estéticos que el no coincidente comportamiento en el

empleo de esas formas ha podido determinar en una y otra /iteratura. Ba­

saré, pues, preferentemente este estudio, como he dicho, en los testimo­

nios literarios por seI' el/os, dada su privilegiada estructura, el resultado mas

exqui'sito de ese ejercicio del lenguaje, ya que, como escribe Vidal Lam f­

quiz, es precisamente el lenguaje literario (y, de modo especial, el lenguaje

poetico) el que "realiza practicamente la totalidad del codigo que el hom­

bre tiene a su disposicion" (9).

(5) Juan Alcina Franch-José Manuel Blecua, Gral1l1itica espaiiola, Barcelona,Ariel, 1975, p. 740.

(6) Francisco Marcos Marin, Curso de gramatica espaiiola, Madrid, ed. Cincel,1980, p. 299.

(7) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 186.(8) M. Criado de Val, o. cit., p. 117; F. Marcos Marin, o. cit., p. 300.(9) V. Lamiquiz, Sistema lingù/stico y texto literario, Universidad de Sevilla,

1978, p. lO.

10

La verdad es que ni el estudio a fondo de una determinada lengua

puede I/evarse cumpl idamente a cabo sin completarlo con el estudio de la

literatura que ha sido expresada precisamente en esa lengua, ni el conoci­

miento cabal de una determinada literatura podra lograrse nunca sin el co­

nocimiento solido de la lengua que /e ha servido de instrumento expresivo.

Asf lo advertfa Roman Jakobson, como senala e/ mismo Lamfquiz: "Pocos

crfticos literarios se atreverfan hoy a afirmar que la literatura puede seI' sa­

tisfactoriamente estudiada sin prestar la debida atencion a su vehfculo, /a

lengua. De igual modo, pocos lingi.'lfstas justificarfan una investigacion de

la lengua literaria sin la gu fa de las investigaciones de quienes se dedican al

estudio de la /iteratura" (10).

Aparte de las antedichas consideraciones, especial e inmediata uti/ i­

dad podra tener el estudio contrastivo de estas Formas no persona/es del

verbo (lo m ismo que todos los estudios de esta fndole, que se realicen 50­

bre otros fenomenos gramaticales) para conocer a fondo esas diversas ten­

dencias e)(presivas del italiano y del espailol; conocimiento éste que, al mis­

ma tiempo que contribuira a consolidar el dominio de nuestra propia len­

gua, dara, sin duda, conciencia de mayor seguridad en e/ manejo de la len­

gua aprendida y facilitara notablemente esa ardua y diffci/ tarea, que es

siempre la traduccion o version de una lengua a la otra.

I. EL INFINITXVO

El Infinitivo Sustantivo.

Comenzaremos recordando a/gunos hechos que atestiguan /as cain­

cidencias, en algunos casos, y las divergencias, en otros, entre ambas len­

guas, en e/ Uso del infinitivo.

(lO) R. lakobson, "LingUistica y poética", en E,Isayos de lingii/stica generaI,Barcelona, Seix BarraI, 1975, p. 395; V. Lamiquiz, o. cit., p. 13.

11

La primera coincidencia se da en la antigua y constante posibilidad

de esta forma verbal de comportarse como un auténtico sustantivo, tanto

en italiano como en espanol, y de admitir, como tal sustantivo, la flexion

plural, pudiendo ademas il' precedida por el artfculo (siempre masculino) y

acompanada por toda clase de adjetivos (10').

Se ha dicho que, situado en una zona entre el sustantivo y el verbo,

el diverso modo de empleo del infinitivo resultarfa uno de los datos mas

significativos para caracterizar un idioma, segun predomine en esos infiniti­

vos la funcion sustantivao la funcion verbal (11). ComLIIl al italiano y al

espanol es la gran flexibilidad con que los infinitivos pasan en ambas len­

guas de la funcion verbal a la nominai y viceversa.

Esta posibilidad de sustantivacion del infinitivo, basada en la practi­

ca equivalencia de ambas formas, la vieron ya claramente los escritores an­

tiguos, aun antes de que la constataran los gramaticos. Cuando Virgilio po­

ne en boca de Eneas aquellas descorazonadas palabras: "Una salus victis,

nullam sperare salutem" (Eneida, Il,354), la simple aposicion salus-sperare

subraya bien la piena conciencia de la antedicha equivalencia. Y mas clarà­

mente aLIIl se ve la conversion del infinitivo en un sustantivo en aquel re­

moto "dolce far niente", "illud iucundum nihil agere", de que habla Pli­

nio y que recuerda Gerhard Rohlfs ha blando precisamente de estas sustan­

tivaciones (12).

El gramatico Prisciano formulo va, en el siglo VI de nuestra era, esa

equivalencia de que hablamos: "Vim nominis habet verbum infinitum; di­

co enim bonum est legere ut dicam bona est lectio" (13). Viene a seI' lo

mismo que advertfa siglos mas tarde, en 1492, nuestro Antonio de Nebrija,

autor de la primera gramatica castellana: "Esso mesmo todos 105 presentes

del infinitivo pueden seI' nombres verbales, como diziendo el amar es dulce

tormento, por dezir el amor" (14).

(lO') Serge Vanvolsem, L'infinito sostantivo in italiano, Finenze, accademia dellaCrusca, 1983.

(11) M. Criado de Val, o. cit., p. 128.(12) G. Rohlfs, Grammatica storica della lingua italiana e dei suoi dialetti, voI. III,

"Sintassi e formazione delle parole", Torino, Einaudi, 1969, p. 80.(13) Emilio Martlnez Amador, Diccional'io gl'amatical, Barcelona, R. Sopena,

1961, p. 752.(14) A. Nebrija, Gral1uitica castellana, ed. critica de P. Galindo Romeoy L. Ortiz

Mufioz, Madrid, 1946, p. 67.

12

En realidad, la equivalencia entre ambas formas no es total ya que,

como acertadamente se ha escrito, "la construccion verbal es mas viva y

animada que la sustantiva" (15). El sustantivo, efectivamente, presenta la

realidad como algo estatico, mientras que el infinitivo presenta esa misma

realidad, expresada mediante un idéntico lexema, como una accion en su

dinamismo" (16).

También los futuristas coincidieron en esta vision del infinitivo co­

mo forma ve l'bai eminentemente dinamica y, por elio, eminentemente pro­

yectable hacia el futuro; por lo que, en su desprecio hacia todo lo pasado y

en su l'enuncia a la expresion de ese pasado y a la de un inaferrable presen­

te, propusieron el infinitivo como unica y exclusiva forma del verbo apta

para cualquier tipo de discurso (17). Pero, obviamente, ni el futurismo ni

sus iconoclastas postulados, demoledores del pasado y de su historia, tie­

nen mucho que ver con esta vision historica, que intento presentar, de las

formas no personales del verbo y de sus diversas utilizaciones en las litera­

turas italiana y espanola.

Continuando, pues, con nuestro discurso, recogemos esta acertada

apreciacion de Raffaello Fornaciari: "L'infinito esprime cosa di sua natura

momentanea ed in atto, mentre il sostantivo corrispondente ritrae invece

cosa continua ed abituale; l'infinito esprime la cosa in azione; il nome, la

cosa come ferma e stabile" (18).

Precisamente porque el sustantivo expresa una "cosa continua y ha­

bitual" es por lo que lo empleamos normalmente en las definiciones: "Lavida es suello", y no "el vivir es sueno".

El acertado uso de estas formas es una de las secretas razones que

determinan la honda belleza de versos como éstos de Ugo Foscolo: "Sento

gli aversi Numi e le segrete I cure che al viver tuo furon tempesta", o de

(15) S. Diii y Gaya, o. cit., p. 188.(16) J. Alcina Franch-J.M. Blecua, o. cit., p. 742.(17) Filippo Tommaso Marinetti, "Manifesto tecnico della letteratura futurista" y

"Lo splendore geometrico e meccanico e la sensibilità numerica", en Teoria eilll!el1zione jìltUl'ista, Milano, Mondadori, 1968, pp. 41, 87 -88.

(18) R. Fornaciari, Sintassi italiana, Firenze, Sansoni, 1881 (reproducci6n anasta­tic~ 1974), p. 193.

13

aquellos otros del mismo poeta, en los que deliberadamente se contrapo­

nen ambos corradicales, sustantivo e infinitivo: "Ché se la vita è l'error. .. Itroppo hai del viver tuo l'ore prodotte" (19).

Todo esto lo habfan intuido también los escritores V los artistas

medievales, en los que, como escribe Giovanni Battista Bronzini, "II passag­

gio dal concetto astratto e statico (il cammino) al concetto concreto e di­

namico (il camminare) è comune ad altri eventi esistenziali, rappresentati

nella pittura medievale non come immagini statiche, bensi come scene di

azioni, con piLI diretta riflessione della realtà e in sintonia con l'espressione

poetica e musicale: la morte como morire, la vita come vivere, la passionecome patire" (20).

De hecho, esa sustantivaci6n del infinitivo aparece va en los mas'

antiguos textos literarios, tanto italianos como espanoles. Basten como

ejemplo, entre los much isimos que podrian aducirse, los versos iniciales del

Ritmo cassinese, redactado probablemente en el siglo X Il: "Eo, sinjuri,

s'eo fabello, I lo bostru audire compello" (21). Y, en espanol, aquel otro

verso, mas antiguo aun, del Poema del Mio Cid (verso 27), escrito en la pri­

mera mitad de aquel mismo siglo X Il: "Que perderie los aueres e mas losoios de la cara".

Aunque de hecho se dé mas raramente, la sustantivaci6n puede rea­

lizarse también con el infinitivo compuesto V con el infinitivo pasivo: "E

da questo essere abbandonati gli infermi dai vicini .. discorse un uso... " (G.

Boccaccio, Decamerol7, Introducci6n a la "Prima Giornata").

La proliferaci6n de infinitivos sustantivados fue abundantisima, so­

bre todo en el italiano, aùn mucho antes de que Dante V Petrarca advirtie­

ran la especial belleza de ese sintagma v, con piena conciencia de su efica­

cia estética, lo emplearan sin ningun tipo de restricciones como logradisi­

mo estilema: "Che suoli al mio dubbiare esser conforto" (Dante, Inferno,

(19) U. Foscolo, Soneto "In morte del fratello Giovanni", vv. 9-10, y soneto "Ase stesso", vv. 5-6, en Le poesie, Milano, Garzanti, 1974, pp. 37,40.

(20) G. B. Branzini, Nel mezzo del cammin, en "Giornale storico della letteraturaitaliana", Anno XCV, fase. 480, Torino, Loescher, 1978, p. 168.

(21) G. F. Contini, Poeti del Duecellto, a cura di-, Tomo I, p. 9, Milano-Napoli,R. Ricciardi, 1960.

14

IV, 17); "Non era l'andar suo cosa mortale" (F. Petrarca, Canzoniere, so­

netto XC) (22).

Aunque con mucha menor frecuencia, no es raro tampoco encon­

trarlos en los textos medievales espanoles: "Si lo presie grand agua, su na­

dar noi vale nada" se lee en el Libro de miseria de omne (est. 190, v. 4), de

autor an6nimo del siglo XIV. El Arcipreste de Talavera nos habla en su

Corbacho de "excesivos comeres V beveres en yantares cenas e plazeres"

(23). Es notable su presencia en la obra del Canciller Avala, como luego ve­

remos, V también en la Celestina. Y harto conocidos son los versos de Jor­

ge Manrique: "Nuestras vidas son los rfos I que van a dar a la mar, I que es

el morir".

Algunos de esos infinitivos se presentan va, desde época remota,

c1aramente lexicalizados, convertidos en sustantivos que expresan cosas,

concretas o abstractas, mas bien que acciones o estados: los haberes, los se­

res, los deberes, los pareceres, los placeres, los poderes, etc. En italiano: gli

averi, gli esseri, i doveri, i pareri, i piaceri, i poteri.

Se ha afirmado que el espanol se caracteriza por la extraordinaria

flexibilidad de sus infinitivos, por la facilidad con que pasan de la funci6n

verbal a la nominai V viceversa (24). Pero la verdad es que ese dato no re­

sulta suficientemente caracterizador frente al ital iano, que dispone en este

caso de la misma flexibilidad e incluso la utiliza, segun vamos viendo, con

mavor frecuencia V en forma mas variada que el espanol. Es cierto que in­

finitivos sustantivados como los amaneceres, los anocheceres, los atardece­

res no tienen directa correspondencia en italiano; pero, frente a ellos, hav

en italiano numerosos abbracciari, ardiri, conversari, gridari, parlari etc. di­

flcilmente vertibles en forma directa al espanol.

A veces, en el proceso de lexicalizaci6n, ha quedado fusionado con

el infinitivo el adverbio que lo calificaba. Es el caso de il benessere (en es­

panol, el bienestar) V de il benestare: "un senso... di benestare sereno... un

(22) F. Petrarca, Canzoniere, a cura di Gianfranco Contini, Torino, Einaudi,1975, p. 123.

(23) Arcipreste de Talavera, Corbacho, ed. de Martin de Riquer, Barcelona, Selec­ciones bibliognificas, 1949, p. 109.

(24) M. Criado de Val, o. cit., p. 118.

15

benessere fisico" (25). A veces, benestare tiene valor de aprobacion, de

Visto Bueno: "Non tolleravano che ... si osasse erigere un'opera pubblica

senza il loro benestare" (26).

En otros casos, el elemento fusionado con el infinitivo es una pre­

posici6n: el por-venir, l'av-venire. En italiano, este compuesto lexicalizado

se emplea a veces incluso con valor adjetival, con el significado de venide­ro: "Lo prese per un amuleto della sua vita avvenire" (27); "II tempo avve­

nire gli poteva sembrare un periodo immenso" (28).

Especial fortuna ha tenido el infinitivo lexicalizado manjar, fre­

cuente en la lengua espanola desde el sisglo X III (29) V que cOl15tituve uno

de nuestros mas antiguos galicismos (30). El Canciller Avala, en su Caydade principes (acertado titulo que da a su traduccion del De casibus viro­rum i/Iustrium de Boccaccio), aprovechando discretamente este recurso es­

tilistico de la sustantivacion infinitiva,hace neta distincion entre ese va de·

finitivamente lexicalizado manjar V su sinonimo comer, ocasionalmente

sustantivado también: "E viéndolo ocupado en grandes combites e muv ce­

rimoniosos comeres, e de muv preciosos vicios e manjares pasando su tiem­

po..." (31); donde comeres es el acto de reunirse a comer, mientras que

manjares es lo que durante ese acto se come.

Enitaliano es también muv antiguo el infinitivo mangiare si, como

afirma Bruno Migliorini, aparece va documentado en 1158 frente a 105 nor­

males manucare o manicare (32). Pero, mientras que en espanol manjar

aparece siempre exclusivamente como sustantivo, en italiano mangiare ha

conservado hasta hoV prevalentemente su valor verbal, por mas que, sobre

(25) Riccardo Bacchelli, Il mulino del Po, Milano, Mondadori, 1960, Tomo I, p.232.

(26) Fulvio Tomizza, La miglior vita, Milano, Rizzoli, 1977, p. 24.(27) Corrado Alvaro, "II rubino", en Gente ili Aspromonte, Milano, Garzanti,

1975, p. 104.(28) Dino Buzzati, Il deserto dei tartari, Milano, Mondadori, 1970, p. 221.(29) J. CoromÌ1Jas-J.A. Pascual, Diccionario critico etimologico castellano e hispa­

nico, VoI. III, p. 815, Madrid, Gredos, 1980.(30) Vicente Garda de Diego, Gramatica historica espailola, Madrid, Gredos,

1970, p. 12.(31) Canciller P. Lopez de Ayala, "Prologo" a Cayda de principes.(32) B. Migliorini, Storia della lingua italiana, Firenze, Sansoni, 1960, pp. 117 y

171-172.

16

todo en la lengua antigua, aparezca también frecuentemente lexicalizado.

Con ambos valores (de verbo V de sustantivo) lo encontramos, por ejem­

pio, en la "Novella IX" del Novellino, obra anonima de finales del siglo

XIII: "I saracini, li qual i fanno i mangiari a vendere ... "; "cerca l'uomo la

ruga per li piue netti mangiari..."; ''l'olore che n'uscia del mangiare...";

"e cosi il consumoe di mangiare", etc. (33).

Pietro Bembo, en sus Prose della volgar lingua, lIama la atencion 50­

bre este hecho de la sustantivaci6n de 105 infinitivos en el italiano. Pero

observa desacertadamente que, aunque en la obra en verso de Petrarca apa­

recen a veces en plural esos infinitivos sustantivados, elio diflcilmente

podria darse en el lenguaje de la prosa (34). Tanto en el Novellino, segun

hemos visto, como en el Decameron de Boccacio, hubiera podido Bembo

encontrarlos en notable abundancia: "Gli amorosi basciari e i piacevoli

abbracciari" (G. Boccaccio, Decameron, Introduccion a la "Quarta Gior­

nata") .

Infinitivo sustantivado en la lengua literaria.

La lengua literaria italiana utiliza con mavor frecuencia que la espa­

noia, V con mavor variedad de formas, ese recurso estil istico de la lexicali­

zacion de 105 infinitivos hasta convertirlos en sustantivos, que no expresan

acciones sino meramente cosas. Recordemos, por ejemplo, la conocida

estrofa del Pianto della Madonna de Jacopone da Todi: "Se i tollete el

vestire, / lassatelme vedere, / como el crudel ferire / tutto l'ha ensangue­

nato" (35).

De 105 dos infinitivos sustantivados que aparecen en esa estrofa,

uno, "el crudel ferire", conserva aun de alguna manera su valor verbal (el

(33) Cf. Anonimo, Novellino, a cura di Sebastiano Lo Nigro, Torino, D.T.E.T.,1968, pp. 81-83.

(34) P. Bembo, Prose della ]lolgar lingua, Libro terzo, XXXIX, en "Opere in vol­gare", a cura di Mario Marti, Firenze, Sansoni, 1961, pp. 401-402.

(35) Jacopone da Todi, Laude, en "Poeti del Duecento", a cura di GianfrancoContini, Milano-Napoli, R. Ricciardi, 1960, Tomo II, p. 121.

17

hecho de herirlo); pero el otro, "el vestire", se refiere clara V exclusiva­

mente a una cosa: el vestido. También Boccaccio lo emplea repetidamente

con ese mismo significado en su Ninfale fiesolano; V, con significado muv

proximo a éste, aparece igualmente en N. Machiavelli: "Con nova legge ai

vestiri, ai mortori, ai conviti termine posono" (36).

Clara referencia a una cosa, mas bien que a una accion, tiene tam­

bién el infinitivo sustantivado en este otro famoso verso de Dante: "Non

t'inganni l'ampiezza dell'entrare" (Inferno, V, 20), en el que entrare, com­

plemento determinativo de un sustantivo dimensionai, como es ampiezza,tiene logicamente valor topogré'lfico: la entrada o boca del infierno; signi­

ficado muv distinto, pues, del que tiene ese mismo infinitivo sustantivado

en este otro pasaje de una airada carta de Baldassarre Castiglione a Alfonso

de Valdés cuando, en ocasian del saco de Roma del ano 1527, le recordaba

los muchos asesinatos de religiosos, "i quali morirono cosi crudelmente nel

primo confl itto dell'entrare dei soldati" (37). Y aun mas subravado apare­

ce el caracter verbal de este mismo infinitivo en esta expresian de Antonio

Fogazzaro: "L'atto dell'entrare ... in casa Trento le fu durissimo" (38).

Puesto que, excepto en casos extremos de total lexicalizacion, que

va hemos visto, el infinitivo sustantivado, sea cual sea su funcian ocasional,

no pierde su valor verbal, puede presentarse a veces con su complementa­

cian propia: "Si fece un gran sussurrare contro la prepotenza del castella­

no" (39); "questa effimera conferma del proprio signoreggiare su uomini e

fabbricati" (40). Y, si se trata de verbos transitivos, ese infinitivo sustanti­

vado puede llevar su propio complemento directo, o su ablativo agente si

(36) N. Machiavelli, Istorie [iorelltine, Libro settimo, XXVIII.(37) B. Castiglione, Lettere: Risposta al Valdés, en "Il libro del Cortegiano con

una scelta delle Opere minori", a cura di Bruno Maier, Torino, V.T.E.T.,1964, p. 667.

(38) A. Fogazzaro, Leila, VoI. I, p. 21, en "Tutte le opere", a'cura di Piero Nardi,Milano, Monc1adori, 1931.

(39) Ippolito Nievo, Le confessioni di un italiano, cap. IV, Torino, Paravia, 1960,p.147.

(40) Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Il gattopardo, Milano, Feltrù1elli, 1959, p.19.

18

aparece en forma pasiva: '.'Queste testimonianze... descrivono il primo di­mettere le armi" (41); "E da questo essere abbandonati, gli infermi dai vi­cini..." (42).

A su vez, en su funcion sustantiva, estos infinitivos pueden, lo mis­

mo que cualquier otro nombre, servir de complemento a otros sustantivos

V también a verbos e ir introducidos, por tanto, cuando el caso lo requiera,

por las correspondientes preposiciones.

También en este tipo de sustantivaciones infinitivas el italiano ha

procedido siempre con mavor libertad que el espanol: "pioggia di lagrimar,nebbia di sdegni", escribe F. Petrarca (43). Y G. Boccaccio: "Gli aveva

promesso nei suoi dormiri ..." (Ninfale fiesolano, est. 262, v. 5). Abunda de

manera significativa este tipo de infinitivos sustantivados preposicionales

en el Aminta de T. Tasso: "ch'io precorressi col mio morir la noia", "s'ho

bisogno d'aiuto al mio morire" (Atto Il); "per tema del morir", "vedendo

al mio apparire" (Atto III); "l'amor suo col tuo morir comprasti", "presti

a mio volere", "alta strada al morir" (Atto IV). En Giambattista Marino

encontramos: "il collo e il dorso / soave al maneggiar" (44). Y también po­

demos verlo en autores modernos; aSI, en Antonio Fogazzaro: "La santità

del suo vivere" (45). Y, en Giuseppe Ungaretti: "Non fanno più rumore /

del nascere dell'erba", "nel tuo notturno riposare sola" (46).

Aunque menos frecuentes, como hemos dicho, no son raros tampo­

co en espanol estos infinitivos sustantivados introducidos por preposicio­

nes. ASI en Alonso de Ercilla: "que al tiempo del herir..." (La Araucana,

XI, v. 442). Frav Luis de Leon escribe: "Y, en medio delllorar, solo esto

suena" (47). Y Juan Ramon Jiménez: "Suenan los arboles verdes / al ir

(41) Giorgio Saviane, Il mare verticale, Milano, Rusconi, 1973, p. 101.(42) G. Boccaccio, Decameron, Introduccion a la "Giornata Prima".(43) F. Petrarca, O.C., p. 245, soneto CLXXXIX: Passa la nave mia, v. 9.(44) G. B. Marino, "Idilli favolosi: Il ratto d'Europa", vv. 209-210, en La sampo­

gna. Cf. G. B. Marino, Opere scelte, voI. I, Torino, V.T.E.T., 1949, p. 315.(45) A. Fogazzaro, Il santo, Milano, Mondadori, 1975, p. 214.(46) G. Vngaretti, Antologia, a cura di Leone Piccioni, Milano, Mondadori, 1971,

pp. 160 y 176.(47) Fray Lyis de Leon, Soneto II, v. 13; cf. Oreste Macrì, La poesia de fray Luis

de Leon, Madrid, Anaya, 1970.

19

El infinitivo sustantivado, con complementaci6n determinada.

Iloroso del agua" (48). Y, antes que todos ellos, Garcilaso de la Vega:

"Con mi Ilorar las piedras entercenecen / su natural dureza", "Tal es la te­

nebrosa / noche de tu partir" (Egloga I, vv. 197-198 y 318-319).

Especialmente fecundo, por sus peculiares posibilidades sugestivas,

ha sido en el campo de la literatura el sintagma formado por un infinitivo

sustantivado precedido, o no, por el artlçulo y acompanado de un comple­

mento determinativo, que va introducido por la preposici6n di (de, en es­

panol): l'abbaiare dei cani, elladrar de los perros.

Se da preferentemente esta bella construcci6n con 105 infinitivos de

verbos intransitivos, en cuyo caso el complemento introducido por dicha

preposici6n actua como sujeto 16gico del infinitivo: el ladrar de los perros,

105 perros ladran. También con 105 verbos transitivos el complemento de­

terminativo del infinitivo actua normalmente como SLIjeto 16gico del mis­

mo: "Che vano il mio pregar saria / vano il pregar di ogni mortale" (A.

Manzoni, Adelchi, Atto V, sco 8, vv. 376-377). Pero en alguna ocasion, con

esos infinitivos transitivos. el complemento determinativo puede actuar

igualmente como verdadero complemento directo: "II riguardare dell'alle­

gra beltate (Dante, Canzoniere) (49); "II rimembrar delle cose passate" (G.

Leopardi, Alla luna, v. 15) (50). Evidentemente, no es la belleza la que

contempla y tamp'oco son las cosas pasadas las que recuerdan, sino el obje­

to de esa contemplacion y de ese recuerdo.

Otras veces el sujeto logico de esos infinitivos SLIstantivados es la re­

ferencia implicita en un adjetivo relativo: "O eletti di Dio, li cui soffriri..."(Dante, Purgatorio, XIX, 76); y, mas frecuentemente, como ya se ha podi­

do ver, la referencia implicita en un adjetivo posesivo: "Che vano il mio

(48)

(49)(50)

20

J. R. Jiménez, "Pirineos", en Antolo/za poética, Buenos Aires, Losada, 1947,p.28.Dante, n Canzoniere, III, 25, en "Tutte le opere", Firenze, Barbera, 1964.G. Leopardi, TIate le opere, a cura di Francesco Flora Milano Mondadori1958, Volume primo, p. 49. ' , ,

pregar saria ... "; "su nadar noi vale nada"; "en vano su morir van dilatan­

do" (Garcilaso de la Vega, Egloga I, v. 20).

Gianfranco Contini ha senalado con gran acierto y finura los exqui­

sitos logros poéticos que, por este procedimiento de la sustantivaci6n in­

finitiva, suele obtener frecuentemente Francesco Petrarca: "Si vedranno

riapparire ... quei tali effetti li liquidità melodica mediante verbi talmen­

te intransitivi, talmente descrittivi, che non possono a meno di sostan­

tivarsi" (51):

/I cantar novo e 'I pianger delli augelli

in sul di fanno retentir le valli,

e 'I mormorar de' liquidi cristalli... (52).

Pero, antes que Petrarca, Dante, por ejemplo, habla visto ya la in­

tensa belleza de este estilema. y un sonreir de las hierbas aparece como la

mas feliz y eficaz de sus pinceladas cuando emprende la extasiada descrip­

ci6n de un emblematico do de luz en 105 inefables paisajes del Paralso: "II

fiume e li topazii / ...e 'I rider dell'erbe / son di lor vero ombriferi prefazii"

(Paradiso, XXX, 76-78l.

Se demuestra especialmente apto dicho estilema, eminentemente

propio del lenguaje literario, para acentuar los tonos sentimentales de la

poesia bucolica y elegiaca, atenta al melanc6lico fluir de 105 fen6menos de

la naturaleza y de 105 episodios de la vida humana. De hecho, abundan par­

ticularmente estos infinitivos en la obra poética de Petrarca, Sannazaro,

Tasso, Leopardi, etc.

Acabamos de escuchar ese pianger de//i auge//i y ese mormorar deiliquidi cristalli de Petrarca, cuyos ecos, lo mismo en la Iiteratura italiana

que en la espanola, lIegaran hasta nuestros dlas. Su "dolce amaro lamen­

tar" (Sonetto CLVII, 6) sera repetido por nuestro Garcilaso de la Vega en

El dulce lamentar de dos pastores, en el verso inicial de la Egloga l; y su

melanc61ico tramontar del sole (Sextina XXII, 30) tenira de purpura las

(51) F. Petrarca, a.c., p. XXIV.(52) F. Petrarca, a.c., p. 281.

21

nubes de la Arcadia de Sannazaro (comienzo de la Prosa V: "per lo tra­montare del sole), antes de que, al final de la repetida Egloga l (v. 412)

de Garcilaso, aparezcan "al tramontar del sol bordadas de oro", esas, mis­

mas nubes.

El mismo Jacopo Sannazaro invita a sus ovejas a apacentarse de

hierbas y de flores "mentre il mio canto e 'I murmurar de l'onde / s'accor­

deranno", al mismo tiempo que advierte que, ante la presencia del lobo,

los buenos pastores "nel latrar de' can non s'assicurano" (Arcadia, Canto

Il, vv. 7-8 y 44).

En el famoso drama pastoril Aminta de Torquato Tasso, a su prota­

gonista, el pastor Amintas, las palabrpS de su amada Silvia le parecen "assai

più dolci / che 'I mormorar d'un lento fiumicello / .. , o que 'I garrir de l'au­ra intra le frondi"; y su amigo Mopso "intende il parlar degli augelli" (T.

Tasso, Aminta, Atto I, sc. 2.a). Y, a lo largo de toda la obra, el desdenado

pastor aparece liricamente obsesionado por el pensamiento de su anhelada

muerte que, como era de prever, no lIega a realizarse porque (lo dice el Co­

ro invocando al Amor) tu "del suo trionfar trionfi e regni" (Atto IV, sc. 2.a).

En Leopardi pueden verse enteras secuencias de estos infinitivos

sustantivados: "Pur tu, solinga, eterna peregrina, / Che si pensosa sei, tu

forse intendi / Questo viver terreno, / Il patir nostro, il sospirar, che sia; /

Che sia questo morir, questo supremo / Scolorar del sembiante / E perirdalla terra, e venir meno / Ad ogni usata, amante compagnia" (53).

Hemos visto ya en el Adelchi de A. Manzoni: "Che vano il mio pre­

gar saria, / Vano il pregar d'ogni mortale" (Atto V, sc. 8.a ) y, en la misma

obra, "Sentiva / Lo scrosciar dei torrenti, o l'improvviso / Stridir del falco"(Atto Il, sc. 3.a ).

Con la misma naturalidad y abundancia podemos encontrar este ti­

po de construcciones en la prosa narrativa de algunos escritores italianos

contemporaneos. Asi, por citar solo algunas obras bien conocidas, en Ilmulino del Po, de Riccardo Bacchelli: "mi accontento del dormire e delmangiare"; "topi grossi e prepotenti che, all'entrar di Scacerni, si rifugiarono

nell'erba"; "dal bussare si conoscono"; "un par/are sommeso e frequente ...

(53) G. Leopardi, "Canto notturno di un pastore errante dell'Asia", vv. 61-68, eno. cit., pp. 81-82.

22

un ridacchiare pettegolo':; "innanzi il levar del sole"; "era un bel vive­

re sul mulino San Michele" (54). Y, en el Cimitero cinese, de Mario Pomi­

lio: "Udimmo nell'interno l'abbaiare d'un cane"; "qualcosa come uno sti­rarsi delle labbra verso gli angoli della bocca" (55).

No es raro encontrar tales infinitivos sustantivados en la prosa pe­

riodistica italiana, incluso en ellenguaje casi coloquial de las cronicas de su­

cesos: "R imasto solo ... ho udito lo scrosciar dell'acqua di un torrente" (56).

Observamos que los poetas ital ianos del siglo XV I, al emplear este

bello estilema, tenian piena conciencia de su especial eficacia expresiva

frente a su correspondiente corradical sustantivo. Asi Luigi Tansillo, en su

soneto, dedicado probablemente a Garcilaso de la Vega, que comienza:

"Lasso, già chiude l'error mio", sustituyo en un segundo momento los sus­

tantivos" pianto mio y "mill'opre illUstri", que aparecian en los versos 7 y

8 respectivamente, por los correspondientes infinitivos "pianger mio" y

''l'oprar illustre" (57).

En cambio, en espanol, nuestra espontanea tendencia a la sustanti­

vacion abstracta (en este y en otros casos que luego veremos) ha hecho que

el ejemplo de Garcilaso de la Vega, que tanto prodigo esos infinitivos sus­

tantivados, haya tenido solo esporadicos imitadores. Incluso los buenos

conocedores de los legitimos recursos expresivos de nuestro idioma han va­

cilado a veces al tener que traducir al castellano esas preciosistas construc­

ciones, y frecuentemente se han decidido por el corradical sustantivo espa­

noi frente al infinitivo italiano. ASI procedio, por ejemplo, Juan de Jaure­

gui al traducir estos versos del antedicho Aminta de T. Tasso: "se piangete

il morire / del misero innocente" (Atto IV, sc. 2. a); "si 1I0rais la desdicha­

da muerte / del misero inocente" (58). Por mas que, como oportunamente

(54) R. Bacchelli, o. cit., pp. 138,154-155,187, 181,210.(55) M. Pomilio, n cimitero cinese, Milano, Rizzoli, pp. 35 y 37.(56) n racconto del ragazzo sequestrato a Trento, "La Stampa", n. o 235, Torino,

19 ottobre 1974, p. 9. .(57) Puede verse fotocopia del manuscrito de este soneto, con correcciones auto­

grafas, en Ettore Bonora, Luigi Tansillo, en "Storia della letteratura italiana",VoI. IV, n Cinquecento, Milano, Garzanti, 1966, p. 54l.

(58) J. de Jauregui, Aminta, traducido de Torqllato Tasso, edicion de JoaqulnArce, Madrid, Castalia, 1970, p. 113.

23

observa Joaqu In Arce, también "es natural que se dé, aunque menos fre­

cuentemente, el caso contrario" (59).

También Bartolomé Cairasco de Figueroa procede asi al traduci l' el

siguiente verso de la Gerusalemme liberata del mismo Tasso (Canto IV, 51,

v. 4): "Per non affrettar l'ore al mio morire", "Por no aprestar la muerte y

prevenirla" (60). Esa misma "aversi6n" hacia el infinitivo sustantivado ha

sido observada y senalada en la traducci6n que don Enrique de Villena hi­

zo, en el siglo XV, de la Divina Commedia de Dante (60').

El infinitivo circunstancia1.

Hemos visto que a veces, 105 infinitivos sustantivados van precedi­

dos, en su funci6n de complementos nominales, por las correspondientes

preposiciones, lo mismo que ocurre con 105 normales sustantivos.

Acompanando a unos o a otros, las preposiciones conservan SLi fun­

ci6n primaria de "senalacasos" (traduzco asi el italiano "segnacasi"), en lu­

gal' de las desaparecidas c1esinencias nominales de la declinaci6n latina.

Poco tienen que ver, en cuanto a funciones y significado, estos infi­

nitivos sListantivacios con las Ilamadas proposiciones circunstanciales impli­

citas en infinitivo, en las que el infinitivo sLiele también il' precedido por

determ inadas preposiciones.

Con estas sLibordinadas impl icitas de infinitivo las preposiciones

pierden su can3cter y significado de tales y asumen la funci6n de las con­

junciones, dando a esos infinitivos valores circunstanciales: temporales,

condiconales, finales o intencionales, causales, etc.: al salir el sol, a decirverdad, de ser eso asi, para vivir mejor, por haber sido imprudente, etc.

(59) 1. Arce, Tasso y la poesia espaiiola, Barcelona, PIaneta, 1973, p. 185.(60) T. Tasso, Jerusalén libertada, traduccion de B. Cairasco de Figueroa, Teneri­

l'e, Aula de Cultura, 1967, p. 114.(60') José Antonio Pasclla!, La traduccion de la "Divina Comedia" atribulda a don

Enrique de Aragon. Estudio y edicion del Infiemo, Universidad de Salaman­ca, 1974, p. 21.

24

Ocurre lo mismo en ital iano, aunque a veces I~ preposiciones em­

pleadas en una y otra lengua para expresar una misma circunstancia sean

distintas: "al verse en aquella situaci6n", "nel vedersi in quella situazione".

No es este el momento para extendernos en la amplia casuistica

que ofrecen en este campo una y otra lengua. Recordaré s610 que, a veces,

determinadas preposiciones, acompaFiando a esos infinitivos circunstancia­

les, adquieren particulares significados, que no tienen cuando acompaFian

a los sustantivos. La preposici6n por (per en italiano) puede dar al infini­

tivo valor concesivo: "por mucho madrugar no amanece mas temprano",

"Per ficar lo naso a fondo / io non discerne'a alcuna cosa" (Dante, Inferno,IV, 11-12).

Especialmente rica en posibilidades de significado es, en ambas len­

guas, la preposici6n a cuando acompaFia a 105 infinitivos y, en italiano, la

preposici6n da, que no suele tener correspondencia directa en espanol (61).

Pueden dar idea de la abundancia y variedad de su uso y significados las si­

guientes frases, entresacadas de las paginas de una breve novela de Giorgio

Bassani, Gli occhiali d'oro: "insisteva a non finire"; "ti trova ad attender­lo"; "a udirla mio padre sgranò gli occhi"; "si sarebbero ritrovati tutti

assieme a desinare"; "a guardarli... pareva ... "; "continuava ancora a cerca­

re"; "due signorine... da intrattenere su Ila spiaggia"; "a volgersi indietro ... ";'

"rimanevo chiuso in camera a leggere"; "i due maschi hanno da studiare";"spero che mi sia rimasto tanto da pagare il conto"; "colpa che era da at­tribuirsi a... "; "ho tanto poca stima da non poter garantire... "; "gli altri

due a udirla tacevano", "diafane tanto da lasciar trasparire", etc. (62).

(61) Emidio de Felice, La preposizione italiana "A ", en "Studi di Filologia italia­na", XVI, Firenze, Sansoni, 1958, Y Contributo alla storia della preposizio­ne "DA", en "Studi di Filologia italiana", XII, Firenze, Sansoni, 1954.Erich Poppe, Studi sui significati di "DA", en "Studi di Filologia italiana",XXI, Firenze, Sansoni, 1965, pp. 265-387.Maria de las Nieves Mufiiz, Sobre el valor teliJporal de la preposicion espai'io­la "Desde" y de la italiana "Da": apuntes para una didactica del italiano enEspaFla, en "Anuario de Estudios Filologicos", II, Caceres, Universidad deExtremadura, 1979, pp. 147-159.

(62) G. Bassani, Gli occhiali d'oro, Torino, Einaudi, 1962, pp. 66, 67, 68, 69, 75,81,83,86, 88, 89,9~ 10~

25

Esa construcci6n, con verbos de percepci6n sensible, es viva inclu­

so en la lengua actual, tanto en la literaria como en la coloquial, y lo mis­

mo en espanol que en ital iano: "oigo doblar las campanas" "veo acercar­

se una nave"; "Odi greggi belar, muggire armenti" (G. Leopardi, Il passerosolitario) .

Fuera de estos casos, con verbos regentes de otra naturaleza, esta

construcci6n se ha dado escasamente en espanol, conscientes quienes la

emplearon de su caracter eminentemente literario: "He probado mi signo

seI' atal" (Arcipreste de Hita) (63). Se ve especialmente en escritores del si­

glo XV: "No creo il' conmigo el que contigo queda" (La Celestina) (64).

Este y otros usos del infinitivo han sido diligentemente estudiados en la

prosa del Arcipreste de Talavera (65); pero podrian hacerse analogos estu­

dios, con parecidos resultados, en otros escritores del mismo siglo XV. Por

ejemplo, el anonimo traductor del De mulieribus claris de G. Boccaccio no

vacila en recurrir en su dinamico castellano a estas construcciones la mayor

parte de las veces que las encuentra en el texto latino que traduce: "Algu­

nos afirman Jupiter... haber corrompido a esta donzella, e el/a ... habersepuesto con algunos de los suyos en una nave" (66). La vemos igualmente

en escritores del siglo XV I. "Piensan /a religi6n consistir solamente en estas

cosas exteriores", "Conoscerias haber muchas imperficiones" (67); "Cono­

ceréis el autor no haber perdido todo el tiempo" (68); "El cual por conje­

turas comprehendo I SeI' de gran importancia y fundamento"; "Pues ve­

mos por los tiempos haber sido I Eneas cien anos antes que fue Dido"

Por no alargar excesivamente este capitulo dejamos para otra oca­

slon el estudio, no menos interesante, de la particulo pleonastica di, que

precede frecuentemente a los infinitivos italianos dependientes de verbos

declarativos o inyunctivos y que no tiene correspondencia en el espanol

moderno: "Disse (dichiarò) di essere cittadino romano"; "Gli disse (ordi­

nò) di partire immediatamente".

Como puede ve l'se, el verbo dire puede presentarse con ambos valo­

l'es, deelarativo e inyunctivo, y en los dos casos suele Ilevar preferencial­

mente esa construcci6n del infinitivo introducido por la particula di.

También su correspondientes espanol decir puede tener esos dos

mismos valores y, en el primer caso, podria completarse con un infinitivo,

pero sin preposici6n alguna: "dijo seI' ciudadano romano". En el segundo

caso el verbo dependiente iria necesariamente en subjuntivo, introducido

por la eonjunci6n que: "le dijo que marchara inmediatamente". Algunos

verbos inyunctivos admiten en espanol ambas complementaciones: infi­

nitivo sin preposici6n o subjuntivo: "le mand6 marchar" o "le mad6 que

marchara".No tiene correspondencia en italiano el infinitivo imperativo espa­

noi, precedido por la preposici6n a: iia callar!. Tampoco la tiene el infi­

nitivo compuesto, con valor de reproche, que no va acompanado por pre­

posici6n alguna: "haberte explicado mejor y te habrian comprendido".

Anadiremos, en fin, que el italiano es mas preciso que el espanol en

el empleo del infinitivo simple, con valor de presente, y del infiriitivo com­

puesto, con val or de pasado, en las subordinadas preposicionales. Dice el

espanol, refiriéndose a un hecho pasado: "fue multado por conducir mal"

(aunque el hecho no sea habitual, en cuyo caso podria justificarse ese infi­

nitivo presente). Con mas 16gica, el italiano dice: "fu punito peravergui­dato male" (con un infinitivo pasado, que subraya la efectiva realizaci6n

ocasional del hecho).

El infinitivo latinizante.

L1amamos infinitivo latinizante al que, a la manera de los infiniti­

vos latinos que los gramaticos suelen decir "no concertados", aparece cons­

trufdo con sujeto propio, distinto del de su verbo regente.

26

(63)(64)

(65)

(66)

(67)

(68)

Vicente Garcia de Diego, o. cit., pp. 327-328.Rafael Lapesa, Historia de la lellgua espaiiola, Madrid, Gredos, 1980, p. 277.Joaquln Gonzalez Mliela, El !lIjìnitillo en "El Corbacho" del Arclzipreste deTalaJ!era, Universidad de Granada, 1954, pp. 67-99 y 127.Anonimo, De las ilustres mujeres en romance por iuan Bocacio, Zaragoza,Paulo HurllS, 1494, folio XV. (Existe reprodllccion en facsImile MadridRea! Academia Espalìola, 1951). ' ,

Alfonso de Valdés, Dziilogo de las cosas ocurridas eli Roma, Madrid, EspasaCalpe.' "Clasicos castellanos", 1956, p. 1; y DUilogo de Mercurio y Cm'on,Madnd, Espasa-Calpe, "Clasicos castellanos", 1965, p. 21.Francisco Delicado, La lozana andaluza, Madrid, Clasicos Castalia, 1969, p.249.

27

(69). Y muchos ejemplos podrfan espigarse también en nuestros historia­

dores del siglo de oro. Pero esta construccion no acabo de tomar carta de

naturaleza ennuestra lengua.

En italiano ese infinitivo latinizante tuvo igualmente especial acep­

tacion en los siglos XV y XVI (70); pero la verdad es que, aunque en el si­

glo XVII la condenara Paolo Beni en su Anticrusca (71), dicha construc­

cion ha sido empleada lo mismo después que antes de esa condena y lo

mismo en prosa que en verso: "E vedere mi parea donne andare scapiglia­

te" (Dante, Vita nuova, XXIII, 5); "Conobbi quella ripa / ...esser di marmo

candido" (Dante, Purgatorio, X, 29-31); "Conobbe essere stata vera la sua

visione", "Diciendo di queste cose niuna colpa aver la donna" (G. Bocca­

ccio, Decameron, IV, 5.a y VIII, 3. a); "Creeano lui essere da' lupi devorato

o essere da' malandrini preso" (Franco Sacchetti, Trecentonovelle "II gar­

zone e il lupo"). Y aSI en otros muchos seguidores de Boccaccio.

Como era de esperar, aparece frecuentemente ese infinitivo en la

prosa, cuidadosamente calcada sobre los modelos latinos, de Leon Battista

Alberti: "veggo la fortuna più volte essere senza vera cagione inculpata"(72). Los historiadores del Renacimiento tienen especial predileccion por

esta construccion: "giudicava questo fatto potergli senza suo pericolo riu­

scire" (N. Machiavelli, Istorie fiorentine, Libro VI, 5). Francesco Guic­

ciardini, al relatar el famoso desaflo de Barletta, emplea una larga secuen­

cia de tales infinitivos: "Ricordava il Vicerè ... questi essere quegli medesi­

mi Italiani che... " (73). Benvenuto Cellini, en su vivaz e incontrolada pro­

sa, simultanea los elementos de la construccion personal con la forma in­

finitiva: "Forse la causa è stata che quegli non essere stati tanto animosi

al ben dire" (74).

(69) Alonso de Ercilla, La Araucana, Canto XII, VV. 35-36 y Canto XXXII, vv.367-368.

(70) B. Migliorini, o. cit., pp. 230,292,393,632.(71) B. Migliorini, o. cit., p. 472.(72) L. B. Alberti, "Prologo" allibri della famiglia, Bari, Laterza, 1960, p. 4.(73) F. Guicciardini, "La disfida di Barletta" en Storia d'Italia, Libro quinto,

XIII.(74) B. Cellini, "Introduzione" al Trattato dell'oreficeria, ell Opere di B. Casti­

glione-G. Della Casa-B. Cellilli, Milano-Napoli, R. Ricciardi, 1960, p 971.

28

Escribe G. Rohlfs que esta construccion pierde terreno a partir del

siglo XVI (75). Lo cierto es que incluso en nuestros dfas, continLla em­

pleandose con frecuencia y con entera naturalidad no solo enla prosa Iite­

raria sino también en la meramente expositiva: "Insinuarono il pittore non

esser forte nello scorcio e nella prospettiva", "Gli facevan capire discre­

tamente essere tempo d'accasarsi. .. esse mugnaie avere figlie belle" (76);

"Gli zeloti ... dicevano il silenzio dell'Eterno ... essere prossimo a finire"

(77); "L'esperienza... aveva dimostrato essere ormai il Sacro Romano Im­

pero... un nome vano... e la realtà essere da un lato la grande organizzazio­

ne della Chiesa, dall'altro... " (78); "La denuncia era la stessa... essere cioè

la Spagna tributaria dell'estero" (79). Lo cual demuestra la firme aclimata­

cion de esta estructura sintactica en el italiano frente a su eflmera presen­

cia en el espanol.

II. EL GERUNDIO

Origen y valores funcionales del gerundio en italiano y en espanoI.

Suele decirse, como ya hemos visto, que el gerundio es "un adver­

bio verbal", mientras que el infinitivo seria "un sustantivo verbal" y el par­

ticipio "un adjetivo verbal" (80). Pero, por lo que al gerundio se refiere, tal

definicion es inadecuada por insuficiente, ya que, en su amplia casuistica,

no se limita solo a esas funciones adverbiales sino que desempena frecuen­

temente también las adjetivas e incluso las sustantivas, como a continua­

cion veremos.

(75) G. Rohlfs, o. cit., p. 88.(76) R. Bacchelli, o. cit., T. I, pp. 176 y 202.(77) Giuseppe Berto, La gloria, Milano, Mondadori, 1979, p. lO.(78) Franco Landogna, Storia d'Italia, Bologna, Cappelli, 1957, p. 116.(79) Mario Di Pinto, Cultura spagnola ileI Settecento, Napoli, Edizioni Scientifi­

che Italiane, 1964, p. 180.(80) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 186.

29

Conviene a este proposito recordar que, tanto en italiano como en

espanol, esta forma verbal es herencia del latin, aunque posteriormente ha­

va en ambas lenguas.acrecentado sus valores V sus funciones (81).

Desde el punto de vista formai, el gerundio, que funcionaba origi­

nariamente en latll1 como variante combinatoria del infinitivo, acabo por

perder esa funcion, al crearse el infinitivo preposicional, V se concentro en

una sola forma -o, que era la que ten ia en el caso ablativo (amando,

monendo, etc.) (82). Lo mismo que el infinitivo, al que iba sustituvendo

en los casos oblicuos, el gerundio conserva ba su doble valor, nominai V

verbal V, como verbo, su régimen de tal (83).

Del ablativo latino ha conservado el gerundio, Vde modo especial el

gerundio italiano, las principales funciones, entre ellas la funcion instrumen­

tal o de medio, que en latin era bien evidente en casos como éste: "Homi­

nis mens discendo alitur et cogitando", "La mente humana se robustece

con el aprendizaje Vcon la reflexion" (Ciceron, De Officiis, I, 105).

A partir del ablativo instrumental, se habia desarrollado también en

el mismo latin el ablativo modal o de circunstancias (84), con su corres­

pondiente variedad de valores V de significaciones (causai, condicional,

concesiva, etc.), que frecuentemerite se acumulan en él, sobreponiéndose al

otro valor, el temporal, que siempre Ileva implicito V que ex presa una rela­

cion de contemporaneidad con la accion del verbo regente: "Quod si ex­

pectane/o ... pendemus animis, cruciamur", "Porque sufrimos si tenemos

suspensa el alma esperando", en /a espera, con /a espera, mientras espera­

mos (Ciceron, Tusculanae, I, 96).

Esos valores, instrumental V modal, los vemosbien evidenciados en

los siguientes pasajes virgilianos; valor instr.umental, o de medio: "Frigidus

(81) S. Lyer, Syntaxe du gérondif et du participe présent dans les langues roma­nes, Paris, Droz, 1934.

(82) Pavao Tekavéié, Grammatica storica dell'italiano, VoI. II, "Morfosintassi",Bologna, Il mulino, 1972, pp. 338,533.

(83) Antonio Tovar, Gramatica historica latina, Sintaxis, Madrid, Afroclisio Agua­cio, 1946, p. 149, 150.Francisco Marcos Marln, o. cit., p. 209.

(84) A. Tovar, o. cit., p. 153.

30

in pratis cantando rumpitur anguis", "Con la cancion se consigue que re­

viente en los prados la fria serpiente" (Egloga VIII, 71); valor de medio o

de modo: "An mihi cantando victus non redderet ille / ...caprum?", "LEs

que, vencido et? la cancion, podia él no entregarme el carnero?" (EglogaIII, 21-22); valor modal: "Saepe ego longos / cantando puerum memini

me condere soles", "Recuerdo que cle niilo pasé muchas veces dias enteros

cantane/o" (Egloga IX, 51-52).

Con toclos esos valores (temporal, instrumental, modal, etc.), acu­

mulados muchas veces, encontramos abundantemente el gerundio, tanto

en italiano como en espanol, clescle los primeros textos literarios: "A la exi­

da de Bivar ovieron la corneja diestra / e entrane/o a Burgos oviéronla si­

niestra" (Poema e/e Mio Ciel, 11-'/2); "Ficiera muchas faciendas ... ven­ciene/o muchas batallas e conquiriendo gentes e acresciene/o su imperio e

sefiorio e faciene/o muchas fortalezas" (Alfonso X, GeneraI Estoria, li­bro IV, c. 16).

En italiano, con mavor o menol' intensiclacl cle presencia, es va muV

frecuente su uso en los mas antiguos autores (85). Podemos leer en el Rit­

mo su sant'Alessio, poema anonimo, probablemente de finales ciel siglo

XII: "Ammorcloe (ambos) se gianu continene/o / e lu servitio de Deu fa­

ciene/o, / la 101' vita contenene/o" (86). Y en la prosa artistica cle Guido Fa­

ba, cle principios del siglo siguiente: "A vui ... seguramente recurro in le mie

necesitade, sperane/o ch'eo no poclrave esser offeso ... sci che la vostra

potentia e/efensane/o" (87).

Particularmente abunclante' es el empleo ciel gerundio, en toclos sus

valores V funciones, en la obra cle Boccaccio, tanto en verso como en prosa,

asi como en la de sus muchos imitadores. Pero ocune lo mismo en la pro­

sa narrativa cle Franco Sacchetti (1330?-1400?), cle tono mas popular, V

(85) S. Skerlj, S)'ntaxe du participe présellt et du gérondz( en )!ieil italien, Paris,Champion, 1926, passim.B. Migliorini, o. cit., p. 229.

(86) Anonimo, Ritmo su sant'Alessio, VV. 56-58, en "Poeti ciel Duecento", a curacii G. F. Contini, Milano-Napoli, R. Ricciardi, 1960, p. 19.

(87) Guiclo Faba, Gemma pllrpllrea, en "La prosa ciel Duecento", a cura cii CesareSegre e Mario Marti, Milano-Napoli, R. Ricciarcli, 1959, p. 7.

31

menos preocupada de imitaciones latinas, el cual, como escribe Cesare Se­

gl'e (88), emplea con profusion 105 gerundios, lo mismo que hacfan 105 de­

mas prosistas italianos de su tiempo, tratando de dar con ese recurso es­

til istico belleza y solemnidad al periodo: "Sono uno che giungendo a

uno albergo, volendo lenzuola nette, addomando che mi dia lenzuola di

bucato" (89).

El gerundio simple suele il' referido al sujeto de la proposicion re­

gente, como hemos podido ver, lo mismo en 105 textos latinos que en 105

italianos y en los espanoles. Aunque, por lo que se refiere al gerundio ins­

trumental, éste, en las proposiciones latinas en voz pasiva, puede referirse

al ablativo agente, expreso o tacito, y no al sujeto gramatical. En "anguis

cantando rumpitur" no es la serpiente la que canta; son otros los:que, con

su canto, la hacen reventar. Lo mismo puede ocurrir en italiano y en espa­

noi si la proposicion se presenta en forma pasiva.

Ademas de los anteriores valores, el gerundio italiano y el gerundio

espan 01, por haber sustitu ido a veces al participio presente latino asumien­

do su s funciones, pueden tener, como aquél, valor adjetival. En este caso,

la norma espanola es que dicho gerundio adjetival solo pueda acompafiar

correctamente al complemento directo de 105 verbos de percepcion sensi­

ble o intelectual y a 105 verbos de representacion (90). El italiano, en cam­

bio, ha procedido en el empleo de ese gerundio adjetival con muchas me­

nos limitaciones como luego veremos.

Valor temporal del gerundio.

Puede el gerundio presentarse en dos formas, simple y compuesta:

Ilegando, habiendo Ilegado. Lo mismo en un caso que en el otro, el gerun­

dio forma proposiciones dependientes, que pueden seI' de vario tipo, como

ya hemos visto.

(88) C. Segre, Tendenze stilistiche nella sintassi del "TrecentollOJlelle", en "Ar­chivo glottologico italiano", XXVII, Firenze, Le Monnier, 1952, FascicoloI, pp. 9-17.

(89) F. Sacchetti,!l Trecelltonol'elle, XIX, Torino, Einaudi, 1970, p. 54.(90) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 197.

32

I.

De suyo, el gerundio no expresa idea de tiempo (pasado, presente o

futuro), sino una relacion de coincidencia o no coincidencia temporal con

el momento en que se realiza la accion (pasada, presente o futura) del ver­

bo de la proposicion de la que él depende. Hasta aqu i coinciden el italiano

y el espanol, con la unica diferencia de que, en espanol, el auxiliar unico

para la formacion del gerundio compuesto es el verbo haber, mientras que,

en italiano, el correspondiente verbo avere es auxiliar unicamente para 105

verbos transitivos normales, para 105 intransitivos, y para 105 transitivos

reflexivos, el auxiliar es essere: essendo arrivato, essendosi bagnato.

En espanol, el gerundio simple expresa una accion realizada en con­

temporaneidad con la del verbo principal, o en un momento inmediata­

mente anterior a la misma, y el compuesto, una accion anterior a la del ver­

bo principal.

En términos generales, también el gerundio simple italiano expresa

esa contemporaneidad (y el gerundio compuesto, esa anterioridad) con res­

pecto a la accion del verbo regente (91).

Puede emplearse a veces el gerundio simple, lo mismo en espafiol

que en italiano, para expresar acciones que se realizan con posterioridad a la

del verbo regente. Pero, en este caso, hay a veces notables diferencias en

ambas lenguas por lo que se refi ere a la extension de esa posterioridad. En

espanol solo puede emplearse ese gerundio de posterioridad "cuando las

dos acciones son tan inmediatas, que se funden en la representacion con

apariencia de simultaneidad: Salio de la estancia dando un fuerte portazo"

(92). También el gerundio simple italiano puede expresar a veces esa in­

mediata posterioridad de accion con respecto a su verbo regente: "Non

mancavo, quando avevo del denaro in mano, di spenderlo subito, penten­

domi immediatamente d'averlo speso" (Natalia Ginzburg, Lessico famiglia­

re). Pero otras veces ese gerundio puede incluso referirse a una accion no

realizacla todavia y solo presumiblemente realizable en un futuro mas o

menos proximo. A este proposito es altamente significativo un dramatico

y clamoroso suceso ocurriclo en Italia hace algunos afios: 81 asesinato de

(91) Miklos Fogarasi, Grammatica italiana del Nopecellto, Budapest, TankollY­vk~do, 1969,p. 294.

(92) S. GiIi y Gaya, o. cit., p. 193.

33

Aldo Moro. En aquella ocasi6n, sus asesinos, las Brigate rosse, publicaron

un comunicado, en el que manifestaban; "Concludiamo quindi la battaglia

iniziata il 16 marzo, eseguendo la sentenza a cui Aldo Moro è stato con­

dannato".

En espanol, ese gerundio no habrfa dejado lugar a dudas; la senten­

cia habia sido cumplida al mismo tiempo que conclufa esa batalla de la que

se habla. Por el contrario, la gramatica italiana no avudaba a aclarar dicho

comunicado con la suficiente V deseable precisi6n. No pod fa saberse si di­

cha sentencia hab(a sido cumplida o no, V muchos italianos esperaban que

no se hubiera cumplido. Escrib(a en aquella ocasi6n Leonardo Sciascia:

"Gerundio presente del verbo eseguire. Un presente dilatabile. E si prefe­

risce dilatarlo verso il futuro, verso la speranza" (93). Por desgracia, en es­

ta ocasi6n, el gerundio, habfa sido empleado con su significado mas habi­

tual, de contemporaneidad con la accion del verbo regente concludiamo.Puede a veces también expresar el gerundio simple una accion anterior a la

del verbo regente; "Poi, riflettendo aveva deliberato ... ", "Luego, tras ha-

ber reflexionado, ... habfa decidido " (L. Pirandello, Scialle nero, 1/).

Por otra parte, V por lo que se refiere a ese gerundio simple, sU tem­

poralidad es siempre durativa en espanol, puesto que es esencial en él la

idea de accion en curso (94). De aquf se sigue el hecho de que el espanol,

para la expresi6n de esa temporalidad contemporanea, solo emplee 105 ge­

rundios de verbos de acci6n durativa; vivir, viajar, conversar, tener, etc. No

puede, en cambio, utilizar. para la expresi6n de esta temporalidad 105 ge­

rundios de verbos que expresen acci6n puntual, momentanea, como nacer,morir, entrar, salir, aparecer, etc. Cuando Calder6n de la Barca escribe sus

famosos versos: "Apurar, cielos, pretendo, / va que me tratais asI, /qué

delito cometf / contra vosostros naciendo", es claro que no da a ese

gerundio un valor temporal de contemporaneidad (a/nacer), sino un valor

causai (por el hecho de nacer). Lo subrava él mismo en 105 versos con que

concluve Segismundo esta parte de su monologo; "pues el delito mavor /

del hombre es haber nacido" (95).

(93) Leonardo Sciascia, L' "affaire" Moro, Palermo, Sellerio, 1978, p. 118.(94) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 197.(95) Calderon de la Barca, La vida es sueiio, Jomada primera, escena 2.a.

34

Para expresar esa contemporaneidad de acciones entre el verbo

principal V el verbo dependiente, cuando éste es un verbo de acci6n mo­

mentanea, el espanol ha de acudir a otro tipo de locuciones: a/nacer, CL/an­do naci6, etc.: "Cuando naci6 Cristo, reinaba la paz en el mundo". El ge­

rundio, con dichos verbos de acci6n momentanea, solo podria emplearse

haciéndolo preceder, en construcci6n perifrastica, por otro verbo que ten­

ga de por sf, V le confiera a él, ese matiz durativo que el gerundio simple

espanol ha de lIevar siempre cuando expresa tiempo: "estaba naciendo un

nuevo dia", "iba muriendo la tarde".

En cambio, el italiano si que puede emplear libremente, V lo hace

con frecuencia, ese gerundio simple, con valor exclusivamente o predomi­

nantemente temporal, con cualquier tipo de verbos, incluso con esos que

expresan acci6n momentanea. Lo vemos lo mismo en 105 escritores anti­

guos que en los contemporaneos: "Aveva, vivendo, le pubbliche e le private

condizioni amplificate e, morendo, lasciata in ciascuno costante opinione

che..." (96); "II tuo nemico prega per te, morendo" (A. Manzoni, Ade/chi,

Atto V, sco 8.a ); "Nascendo, non sai nulla" (Giuseppe Ungaretti, Proverbi,"Cinque"); "Una ragazza orfana di entrambi i genitori che, morendo, le

avevano lasciato una casetta", "Soltanto uscendo dall'udienza avrei chiesto

il suo nome" (97); "Uscendo, chiudeva a chiave la porta" (98); "Egli mi

tese la borsa che gli avevo consegnato partendo" (99); "Incontrando/a per

strada, evitava di salutari a", "Uscendo, sentivo il ticchettio della vecchia

Singer" (100).

Obviamente, para expresar esa contemporaneidad de acci6n con la

del verbo regente, es aùn mas empleado el gerundio simple de los verbos de

acci6n durativa, cosa que puecle ocurrir también en espanol: "AI que co­

miendo canta algùn sentido le falta" (refran); "Paseando por el campo, vi

(96) Francesco Guicciardini, Storia d'Italia, Libro Primo, Il, Volume I, Firenze,Salani, 1963, p. 22.

(97) Nicola Lisi, Diario di un parroco di campagna, Firenze, Vallecchi, 1973, pp.74,131.

(98) Luigi Preti, GioJlinezza, giOJlillezza, Milano, lvIondadori, 1970, p. 184.(99) Giuseppe Berto, La gloria, Milano, Mondadori, 1979, p. 104.

(100) Fulvio Tomizza, o. cit., pp. 111, 129.

35

aterrizar un avion" (101). Vemos igualmente en italiano: "Approssimando­

si la sera, camminava in una direzione, che era poi quella del deserto",

"Tu, crescendo, forse avrai cominciato a chiederti. .. ", "Amo pensare,

camminando" (102); "Gli dissi che proseguendo, chiamasse il sagrestano"(103); "II sole, calando, aveva allungato le ombre" (104); "Allontanandomi,

seguivo con l'occhio lui che s'allontanava" (105).

El gerundio preposicionaI.

En espanol, el gerundio temporal, incluso en el lenguaje coloquial,

se emplea a veces, aun hoy dfa, precedido por la preposicion en para expre­

sar ulla accion inmediatamente anterior a la del verbo regente: "En termi­nando este trabajo, nos iremos a casa".

Este uso del gerundio preposicional es muy antiguo en el espanol.

Escribe R. Menéndez Pidal, comentando un pasaje de la Cronica generaI de

Espafia de Alfonso X ("Et en vendo en pos ellos, vieron ante Sl. .. siete ca­

valleros moros"): "El gerundio con en, formando una oracion incidental

temporal, era muy usado antiguamente" (106).

Suele decirse que aunque, efectivamente, ese sintagma ex presa ac­

tualmente una anterioridad inmediata a la acci6n del verbo regente, en un

primer momento no era asf, puesto que "hasta el siglo XV, por lo menos,

designò simultaneidad" de ambas acciones (107). Serfa el caso del antedi­

cho pasaje de la Cronica generaI. Y confirmarfan su significado de tiempo

inmediatamente anterior al del verbo re gente, en los textos· posteriores al

~,~'(~~~,~~ /

(.?..... ...."", ...\,. ". 1'::;;'\';

'''x. lJ llJ Il \.../'-""=r--,......

siglo XV, ejemplos como éste del Ouijote (Parte segunda, cap. 16): "Ca­

lia, en diciendo esto, don Quijote". Pero Santiago de los Mozos, en sU con­

cienzudo trabajo sobre El gerundio preposicional espanol, pone en tela de

juicio la validez de tales afirmaciones (108). En algun caso, en textos pos­

teriores al siglo XV, podrfa incluso discutirse que dicho sintagma exprese

idea alguna de temporalidad, pues mas bien aparece como mero preciosis­

mo estilfstico en un normal gerundio modal. Asf ocurre en la estrofa final

de la cancion epitalamica de Luis de Gongora que comienza: "Qué de en­

vidiosos montes levantados", estrofa en la que se lee: "Coronad el deseo /

de gloria en recordando". De hecho, por un simple gerundio modal lo tra­

duce Benedetto Croce, que estudia dicha cancion y que, de paso, recuerda

como algunas de sUs expresiones estan inspiradas en la obra poética de Tor­

quato Tasso (109), en la que no son raros esos gerundios preposicionales

con simple val or modal.

Por lo que se refiere al ital iano moderno, el empleo del gerundio pre­

posicional es raro (110) fuera de algunos usos dialectales (111). Pero no

ocurrio asf en el pasado. Su empleo fue notable en los siglos XIV y XVI y,

mas aun, en el siglo XV III, favorecido ese empleo por un prurito de imita­

cion de la analoga construccion francesa (112). Ya Pietro Bembo, en sus

antedichas Prose della volgar lingua, consideraba ese uso del gerundio pre­

posicional como propio "della provenza I favella", advirtiendo al mismo

tiempo que no habfa sido la preposicion in la unica que, en el pasado, ha­

bia acompanado al gerundio. Y citaba a este proposito el siguiente pasaje

de Giovanni Villani (Cronica, IX, 318): "Con levando ogni dì grandissime

prede... " (113). En Boccaccio lo encontramos precedido también por la

(101) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 192.(102) G. Berto, o. cit., pp. 27, 34,45.(103) N. Lisi, o. cit., p. 22.(104) Giorgio Bassani, o. cit., p. 69.(105) Guido Gozzano, I benefici di Zaratllstra, en "Opere", Milano, Garzanti,

1953, p. 840.(106) R. Menéndez Pidal, Antologia de prosistas espaiìoles, Madrid, Centro de Es­

tudios Historicos, 1923, pp. 22-23.(107) Real Academia Espaiìola, Gramatica de la lenglla espaiiola, Madrid, 1962, p.

416.

36

(108)(109)

(110)

(111)(112)

(113)

S. de los Mozos, El gerzmdio preposicional, Universidad de Salamanca, 1973.B. Croce, "Gongora", en Poesia antica e modema, Bari, Laterza, 1950, pp.293-294.F. Diez, Grammaire des langues romanes, Paris 1874-1876, VoI. 111, p. 239;W. Meyer-Liibke, Grammaire des langlles romanes, Paris 1890-1900, VoI. Il!,.p. 560. /G. Rohlfs, o. cit., pp. 109-110.B. Migliorini, o. cit., p. 544; M. V. Setti, en "Lingua Nostra", XIV, 1953, p.

12.P. Bembo, o. cit., pp. 417-418.

37

preposici6n senza: "E senza al suo o al mio onore avendo riguardo niu­

no ... " (114). En este caso esta claramentesustituvendo al correspondiente

infinitivo preposicional y tiene, por tanto, valor muy pr6ximo al de un sus­

tantivo. Mas c1aro aun es su valor de sustantivo en este otro pasaje del mis­

mo Boccaccio, en el que ese gerundio preposicional aparece culminando

una analoga secuencia de sustantivos: "Sempre convien che si stea / in

pianti, ed in sospiri et in dolendo" (Filostrato, Parte seconda, 75, vv. 5-6).

Comentando ese gerundio y equiparandolo a las formas sustantivas in dolo­

re, in doglia, escribe V. Branca: "II gerundio al posto dell'infinito, usato

ora dopo preposizione, era comune nel '300" (115). Tal uso tenIa ilustres

antecedentes en el latln clasico (116): "Antiqui faciles erant in suumcui­que tribuendo" (Ciceron, Brutus, 85).

No es ése el caso de otro gerundio preposicional, en el que se simulta­

nean valores modales y temporales, de contemporaneidad de acciones, usa­

do como preciosismo estilfstico por algunos escritores italianos de los si­

glos XVI V XV II. ASI Torquato Tasso: "Che tu in andando al fonte con co­

lei / cerchi d'intenerirla" (Aminta, Atto Il, sco 2. a, vv. 1026/27); "Narra

(e il caso in narrando aggrava molto) / che Rinaldo ... " (Gerusalemme libe­

rata, V, 33, vv. 2-3); G.B. Marino: "la cui tremula pelle / il ginocchio in an­

dando offende e sferza" (/I ratto d'Eurapa, en "La sampogna, Idilli favolo­

si"); Federigo Della Valle: "Ché cor ingiusto, in oltraggiando altrui, / a sé

sicurta toglie" (La reina di Scotia, vv. 1565-1566).

En espanol, hemos visto va un empleo analogo del gerundio prepo­

sicional en Gongora, empleado como preciosismo estillstico, quizas por

imitacion de los contemporaneos poetas italianos. Por su parte, tampoco

Juan de Jauregui tuvo inconveniente en emplear esa misma construccion al

traducir el antedicho pasaje del Aminta de Tasso: "Que en estando en la

fuente tu con Silvia, / procures ablandarla" (117).

(14) ~. Boc~accio,."Corbaccio", en Opere il! versi, Corbaccio, etc., Milano-Napo­li, R. Rlcclardl, 1965, p. 522.

(115) V. Branca, Tutte le opere di G. Boccaccio, a cura di-, Milano, Mondadori1964, Val. II, p. 62. '

(116) A. Tovar, o. cit., p. 153.(117) J. Arce, Tasso y la poesia espaifola, p. 188.

38

L.I

Por lo que se refiere a la lengua actual, el empleo del gerundio pre­

posicional, con valor temporal, sigue, como ya hemos dicho, vivo en el es­

panol, mientras que en el italiano es solo de uso dialectal. Incluso en la len­

gua literaria, el uso del gerundio preposicional se ha ido haciendo cada vez

mas raro en italiano, a partir del pasado siglo (118).

Mas raro aun ha sido el empleo del gerundio de privacion o de abs­

tencion equivalente también por su funcion a un ablativo, pero constru Ido

sin preposicion alguna segun la norma latina: "Ma si convien che il mio

cantar desista / Più dietro a sua bellezza poetando" (deje de poetar),

(Dante, Paradiso, XXX, 31-32). De todas formas, la analoga construccion

latina "Et desiit loquendo" se consideraba un helenismo (118').

El gerundio modal.

Junto a los antedichos valores temporales, el gerundio tiene tam­

bién, con especial frecuencia, en funcion de adverbio modal, la mision de

expresar la manera como se real iza la accion del verbo regente. En este ca­

so, su valor temporal, aunque implIcitamente se conserve siempre, pasa a

un segundo plano de relevancia, hasta quedar casi siempre practicamente

eclipsado.

Tanto en espanol como en italiano el empleo del gerundio modal es

muv abundante, V su version directa de una lengua a otra no suele ofrecer

dificultades: "doze annos... andido en guerra vendendo muchas batallas e

conquiriendo gentes e acresciendo su imperio... " (Alfonso el Sabio, Gene­raI Estoria, Libro IV, cap. XXVI); "Mil gracias derramando, / paso por es­

tos sotos con presura" (San Juan de la Cruz, Canciones entre el alma yelesposo); "Sua Santità prese tacendo una mano di Benedetto" (119); "Dis­

se alla sorella quasi scandendo le sillabe" (120); "Ballava pestando e but­tando i piedi di qua e di là" (121); "Visse i suoi giorni venerando il suo

(118) B. Migliorini, o. cit., p. 633.(118') A. Tovar, o. cit., p. 153. / ...---(19) A. Fogazzaro, nsanto, p. 260.(20) L. Pirandello, "Scialle nero", en NOI/elle per un qnllo, Milano, Mondadori,

1952, Val. I. p. 20.(21) R. Bacchelli, o. cit., T. I, p. 17.

39

signore" (122). Tan frecuente es el empleo del gerundio modal que, como

ocurre también con el gerundio temporal, encontramos a veces secuencias

enteras de este tipo: "II molto amaro / che provato ha costui servendo,amando, / piangendo e disperando" (T. Tasso, Aminta, Atto V, Coro).

Lo mismo que algunos adverbios modales pueden ir en diminutivo

(despacito), el gerundio modal espanol se emplea también a veces en esa

forma diminutiva (123), especialmente en el lenguaje familiar afectivo:

"Ven aca corriendito"; "Entro cal/andito". Lo vemos va empleado aSI en

la lengua de Gonzalo de Berceo: "La oracion que reza el preste ca//andie­I/o" (124). Esto no ocurre en el italiano moderno, aunque alguna vez, en

"forma enfatica, hava sido empleado con otro tipo de sufijos, por ejemplo

con e I ·de superlativo, "como eficaz estilema individuai" (125), en algLIIl

autor: "Andronne in ninferno? Si bene, ritto, ritto, correndissimo" (Gior­dano da Rivalta, s. XIV).

El gerundio perifnistico.

En las frases verbales resultantes del empleo de un gerundio peri­

frastico acompanado por los verbos auxiliares estar, ir, venir etc., el gerun­

dio tiene también valor moda!. Pero, en estos casos, es la accion del gerun­

dio la que da sentido a fa "frase prevaleciendo sobre la de dichos verbos

auxiliares, de los que recibe a su vez la confirmaci6n de su propio caracter

durativo o iterativo: "estaba contemplando las estrellas" (contemplaba);

"no vengas diciendo que... " (no digas); "iba murmurando continuamente"(murmuraba).

Analoga es la construccion en que el gerundio aparece acompanan­

do a algunos verbos de significado estatico, como quedar, permanecer etc.:

"se qued6 temblando", "permanecio Ilorando largo rata".

(122) Cesare Pavese, Dialoghi con Leucò, Torino, Einaudi, 1953, p. 41.(123) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 194.(124) R. Lapesa, o. cit., p. 230.(125) B. Migliorini, o. cit., p. 227.

40

En una V otra lengua el empleo del gerundio perifrastico ha sido

muv frecuente siempre, lo mismo en el lenguaje coloquial que en el litera­

l'io: "Su ganado Ilevando, / se fueron recogiendo poco a poco" (Garcilaso

de la Vega, Egloga 1,420-421); "Y todos cuantos vagan, / de ti me van mil

gracias refiriendo", "Un no sé qué que quedan ba/buciendo" (San Juan de

la Cruz, Canciones entre e/ alma y el esposo); "A gente che stava bevendodell'acqua, magari poco pulita, veniva l'impressione che stavano bevendoottimo vino", "Dottori e farisei andavano dicendo che... " (126); "II prete

stava parlando con una domestica". "Tu dove stavi andando?", "Una

domenica stava finendo di prepararsi" (127); "II cinese nel frattempo stavavenendo verso di noi" (128); "Stava ridando un nome alla famiglia". "Che

cosa mi state nascondendo1" (129).

Pero el italiano, muchas veces, para mejor su bravar la acci6n del

verbo dependiente, en lugar de emplear el gerundio perifrastico (o el nor­

mal gerundio modal), prefiere recurrir al infinitivo precedido por la prepo­

sici6n a o, en otros casos, al verbo en modo personal, introducido por la

conjunci6n che: "Rimase a guardarlo un attimo", "I pidocchi pollini gli

saltavano ...come fossero li ad attenderlo" (130); "Erano lì che lavoravano

la pietra" (131); "Li trovò che dormivano" (132); "L'altra sera ero nello

studio, che facevo l'elenco de' miei buoni popolani", "La consolazione di

esser qui, che stendo queste note", "Mia sorella era ad aspettarmi alla fi­

nestra", "Mi sorprese che ero assorto di memoria", "Partirono che eranocommossi", "Ritornai che avevo in mano un involtino", "Ella erasull'us­

cio della stanza, che aspettava", "La trovai nell'orto che lavava", "Trovai il

merlo morto che giaceva su di un fianco" (133).

En espanol no es raro el caso de que el verbo del cual depende el

gerundio perifrastico vava también en gerundio: "Y yéndolos mirando, ... /vestidos los dej6 de su hermosura" (San Juan de la Cruz, o. cit.).

/-(126) G. Berta, o. cri., pp. 69, 105.(127) Carlo Cassola, La ragazza di Rube, Torino, Einaudi, 1963, pp. 133, 172, 205.(128) M. Pomilio, o. cit., p. 44.(129) F. Tomizza, o. cit., pp. 122,129.(130) Francesco Jovine, Racconti, Torino, Einaudi, 1960, pp. 11,29.(131) C. Cassola, o. cit., p. 158.(132) G. Berta, o. cit., p. 165.(133) N. Lisi, o. cit., pp. 25, 27, 29,49,64,76,118,119,126.

41

En italiano, ese empleo del gerundio dependiente de otro gerundio

es mas raro, pero "no excepcional" (134). Lo hallamos, por ejemplo, en

Boccaccio, tanto en su obra juvenil como en la de su madurez: "Mitola, an­dando dietro a quel gridando .. ." (Caccia di Diana, XV, 34); e, invirtiendo

el orden normal de la colocacion de dichos gerundlos: "Esaminando ve­gnendo ogni particularità .. ." (Decameron, G. 3.a, nov. 9.al.

Conviene recordar que los antedichos verbos estar, ir, venir etc.,

aunque vayan seguidos de un gerundio, no siempre forman frase verbal con

el mismo. Cuando no la forman, conservan sus respectivos significados

propios, de verbos estaticos o de verbos de movimiento (1351: "Por sU ca­

mino se tue; / se tue diciendo cantares" (J.M. Peman, Elegia del nifio ma­riscadorl.

Gerundio coordinativo.

MLjchas veces el gerundio, mas que indicar conia propia accion el mo­

do como se real iZa la accion del verbo principal, lo que hace es expresar una

accion distilllta, que se anade a la del verbo principal. Equivale en estos ca­

sos a una proposicion coordinada, generalmente copulativa: "Volvfan a en­

mudecer (Ias dos hermanasl, suspirando" (y suspiraban) (R. del Valle

Inclan, Sonata de otofio, c. 1); "Sus ideas eran barbaras y crueles, abun­dando los sacrificios humanos" (y abundabanl (1361; "Lo scudo ... era la

sola cosa che non avesse voluto vendere, dicendo a Mazzarò... " (137);

"Ad un tratto si fermò, ascoltando" (138); "Tagliavano dalla siepe rami

grossi. .. fingendosi occupati in quel lavoro", "La parrocchia pareva esser

pervenuta alla miglior vita, continuando a starsene in terra", "Le provvi­

denziali gelate spaccavano la terra distruggendo le larve" (1391. En la prosa

(134) V. Branca, o. cit., T. I, p. 38 y nota 6 en p. 703.(135) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 114.(136) Antonio RUl11eu de Arl11as, Historia de EspaJla, Salamanca, Anaya, 1968,

Val. I, p. 240.(137) G. Verga, "La roba", en Tutte le novelle, Milano, Mondadori, 1957, Val. I,

p. 251.(l38) G. Berta, o. cit., p. 45.(139) F. TOl11izza, o. cit., pp. 162, 201, 257.

42

narrativa de Luigi Pirandello, 'por ejemplo, es muy abundante este tipo de

gerundios con valor coordinativo: "s'era messa a curare insolitamente la

persona, assumendo una cert'aria di nubile", "quel suo corpo vigoroso... le

s'accendeva turbandola profondamente", "aveva voluto sorprenderlo, la­sciando d'un tratto il pianoforte", "s'era abbandonata, sì, cedendo pur

senza voler concedere", "gemette allora lei, rattondando vie più il capo",

"domandò lui, appressandosi di più", "riprese il Bandi. .. stringendola da

presso", "ruggì allora il Bandi, levando un pugno sul capo di lei" (140).

Ese mismo valor coordinativo vendria a tener el gerundio en los ca­

sos en que, como ya hemos visto, es permitido su uso con valo,r de tiempo

posterior al del verbo regente: "salio dando un portazo".

A veces, el valor coordinativo del gerundio no es de significado co­

pulativo sino adversativo: "Non mancavo... di spenderlo subito (el dinero),

pentendomi immediatamente" (pero me arrepentfa inmediatamente) (141 l.

Otras veces tiene valor explicativo: "Le sgridate mi toccavano appe­

na,sfilando via come da un marmo"(141'1.'~-

Gerundio con enclisis pronominal.

El gerundio es en espanol una de las tres formas verbales que, junto

con el infinitivo y con el imperativo afirmativo, y a diferencia de los parti­

cipios, admiten la enclisis pronominal cuando el verbo al que pertenecen es

necesariamente reflexivo (arrepentirse, avergonzarsel u ocasionalmente re­

flexivo (mirarse, caerse etc.l.

La lengua italiana, por su parte, admite esa enclisis, no solo en las

tres antedicJ~-as formas verbales, sino también en los participios presente y/

pasado, como veremos luego.

(l40) L. Pirandello, "Scialle nero", II, en NOJJelle perllll alllLO, Milano, Mondadori,1975, VoI. I, pp. 65-69.

(141) N. Gi.nzburg, Lessico famigliare, Torino, Einaudi, 1963, p. 138.(141') F. TOl11izza, o. cit., p. 129.

43

Pero, mientras que en espanol el gerundio lIeva necesariamente esa

enclisis pronominal cuando la lIeva el correspondiente infinitivo (arrepin­

tiéndose, avergonzandose, sentandose, cayéndose etc.), en italiano no siem­

pre ocurre asf: "Ruminava sedendo alti disegni" (Alessandro Tassoni, La

secchia rapita, Proemio, 4).

Algunas veces aparece sin dicha enelisis incluso el gerundio de ver­

bos necesariamente pronominales: "Vergognando talor ch'ancor si taccia, /

donna, per me vostra bellezza... " (142); "II vecchio si coperse il volto, ver­gognando" (143).

También aparece a veces suprimido en el gerundio italiano el pro­

nombre enel ftico que normalmente, lo mismo en italiano que en espanol,

se emplea con las antedichas formas verbales para referise al complemento

directo de las mismas cuando ese complemento aparece anticipado: "Acer­bo frutto, che le piaghe altrui / gustando afflige pill che non conforta"

(144) (en lugar de gustandolo).

El gerundio circunstancia1.

El gerundio simple, tanto en italiano como en espanol, lIeva fre­

cuentemente impl fcitos determinados significados, que lo hacen equivalen­

te a diversas proposiciones subordinadas circunstanciales. No siempre apa­

recen bien definidos esos significados y, por .ello, esos gerundios son sus­

ceptibles muchas veces de interpretaciones distintas (145). Por ~er casi

siempre equivalentes esos valores y esas posibles interpretaciones en ambas

lenguas, limitaré la ejemplicaci6n al gerundio italiano. Los valores mas fre­

cuentes delmismo son:

a) Gerundio causaI: "II quale, sentendo questi tumulti e parendogli .suo ufficio quetargli, mandò... " (N. Machiavelli, Istorie fiorentine,

(142) F. Petrarca, o. cit., p. 22, Soneto XX, 1-3.(143) A. Fogazzaro, n santo, p. 260.(144) F. Petrarca, o. cit., p. 8. Sonetto VI, 13-14; y nota 14.(145) G.B. Moretti-G.R. Orvieto, Grammatica italiana, Perugia, Benucci, 1980, pp.

179-194.

44

Libro IV, XXXII); "Fino alla fine, morendo di morte volontaria,fui peccatore dinanzi a Dio" (146); "Conoscendo che dottori e

farisei andavano in giro.. s'irritò" (147); "Egli non aveva mai fatto

distinzione tra italiani e croati, premendogli altro" (148); "Nonvedendo, accesi un fiammifero" (149); "Non sapendo resistere alla

tentazione, cominciai a recitare dei versi" (150).

b) Gerundio hipotético o condicional: "Qualunque persona, tacendo,i benefici ricevuti nasconde" (G. Boccaccio, Corbaccio, palabras

iniciales); "Cessando la spinta del rovaio... il cielo si risolverebbe in

un uniforme grigiore" (151); "Mi disse che, fermandoci, avremmo

perduto il treno" (152); "Quella non è casa mia ... stabilendomici

avrei rinunciato alla speranza" (153).

Particularmente fecundo en este campo es en el italiano el

verbo volere: "Si come colei che, volendo, poteva Ruggieri scampa­

re" (G. Boccaccio, Decameron, G. IV, nov. 10. a); "Giugnendo a

uno albergo, volendo lenzuola nette, addomando che mi dea len­

zuola di bucato" (154); "Potrebbe anche andarsene di colpo, volen­

do" (155); "I n fondo, volendo, per l'una saremo a Boulogne" (156).

A veces, como ya hemos dicho, es dificil precisar si en un de­

terminado gerundio prevalece el significado condicional o el tempo­

ral: "Accettandolo, prevedevo una giornata piena di disgusto"

(157); "Incontrandola per strada, evitava di salutarla" (158).

/(146) G. Papini, Giudizio universale, Firenze, Vallecchi, 1958, p. 187.(147) G. Berto, o. cit., p. 105.(148) F.Tomizza, o. cit., p. 36.(149) DÙlO Buzzati, "Le gobbe nel giardÌJlO", en La boutique del mistero, Milano,

Mondadori, 1970, p. 190.(150) F. JovÌJle, o. cit., p. 45.(151) N. Lisi, o. cit., p. 38.(152) F. Jovine, o. cit., p. 47.(153) F. Tomizza, o. cit., p. 256.(154) F. Sacchett~ o. cit., XIX, p. 54.(155) G. Berto, n male oscuro., Milano, Rizzoli, 1973, p. 229.(156) M. Pomilio, o. cit., p. 42.(157) G. Bassani, o. cit., p. 75.(158) F. Tomizza, o. cit., p. 111.

45

Otras veces es solo el tiempo del verbo regente el que puede

esclarecer el significado condicional o causai que tiene el gerundio

que lo acompana: "Jugando con el fuego se quemara" (consecuen­

cia logica de una accion hipotética); "Jugando con el fuego se que­

mo" (valor causai).

Ademas del geru'!dio, el italiano dispone de otra forma impli­

cita (el infinitivo precedido de la preposicion a) para la expresion

hipotética: opcionales ambas formas frente a la mas usual, expl ici­

ta, del verbo en modo personal, introducido por las correspondien­

tes conjunciones: "Ha l'impressione che, a toccarla, debbano co­

municargli una scarica" (159).

cl Gerundio concesivo: Es también bastante frecuente en ambas len­

guas el empleo del gerundio convalor concesivo: "Siendo tan ma­

vor, no comprendia nada". En la lengua moderna suele ir el gerun­

dio concesivo introducido por alguna particula, que su brave sU ca­

racter de tal: en espanol, aun; en italiano, pure (o purl, seppure, an­che, magari etc.: "Aun diciéndoselo todos, no lo creia"; "Pur am­mettendo che non fosse lui l'Unto, qualcosa forse aveva a che fare

con l'Atteso", "Pur concedendo agli intellettuali il diritto di essere

oscuri..." (160); "Pur guidando con un impegno quasi caparbio,

appariva turbata" (161); "Seppure continuando ad esprimersi con

grande prudenza e delicatezza, aveva replicato che... " (162); "Non

si può, anche volendo" (163).

En el italiano antiguo es frecuente encontrar el gerundi/con­

cesivo sin acompanamiento de tales particulas. Refiriéndose a An­

tioco, que sufrfa en silencio amando a la mujer de su padre, escri­

be Petrarca en el Triunfo del Amor: "Tacendo amando, quasi a

morte corse" ("a pesar de que la amaba") (Triumphus Cupidinis,

(159) F. Jovine, o. cit., p. 78.(160) G. Berto, La gloria, pp. 27 y 29.(161) M. Pomilio, o. cit., p. 41.(162) G. Bassani, Cinque storie ferraresi, Milano, Mondadori, 1974, p. 37.(163) G. Verga, Mastro Don Gesualdo, Milano, Mondadori, 1960, p. 18.

46

Il, 124). V, en otro lugar: 'T t'avea già tacendo inteso" ("a pesar

de tu silencio") (Triumphus Cupidinis, III, 10). En Boccaccio se

lee: "Si rimanga a conoscer che io, desiderando fornir con parole,

non posso" ("Por mas que deseo expresarlo con palabras") (Deca­meron, G. III, nov. 5. a). V Torquato Tasso, refiriéndose a la coque­

teria de la mujer en generai, se ex presa de esta manera: "Fugge e,

fuggendo, vuoi ch'altri la giunga"; Iniega e, niegando, vuoi ch'altri

si toglia; I pugna e, pugnando, vuoi ch'altri la vinca" (Aminta, Atto

Il, sco 2. a).

d) Gerundio instrumental: Como va hemos dicho al hablar del origen

V de los valores funcionales del gerundio en italiano V en espanol,

una de las funciones que ese gerundio ha heredaqo del latin en am­

bas lenguas es la de instrumento o medio: "Tu que ganaste obran­do (con tus obras) / un nombre en todo el mundo" (Garcilaso de la

Vega, Egloga I, 7-8).

A veces resulta diffcil también en este caso·precisar si en ta­

les gerundios lo que prevalece es el valor instrumental o el mera­

mente moda/.

Con valor c1aramente instrumental, su empleo es mas fre­

cuente en la lengua literaria italiana que en la espanola: "Ritornai

pensando (con el pensamiento) alla mia debilitata vita" (Dante, VitaNova, XX III). Refiriéndose al emperador Augusto, escribe Petrarca

(Triumphus Cupidinis, 1,96): "Che Livia sua,pregando (con sus in­

sistentes ruegos), tolse altrui". V en otro lugar del mismo Triunfo

(III, 129-140): "Chi poria 'I mansueto alto costume I Agguagliar

mai parlando?" (con las palabras). También en el Canzoniere (So­

netto VIII, 3-4): "Colui che a te n'invia I spesso dal sonno lagri­mando desta" (con sU lIanto). N. Machiavelli, en sus Istorie fioren­tine (Libro secondo, IX) cuenta como" Venendo (con su lIegada)

pertanto le genti di Carlo, feciono diventare i guelfi insolenti". V

en el Aminta de T. Tasso (Atto IV, sco 2.a) leemos: "Che so certo

ch'ei m'ama I come mostrò morendo" (con su muerte).

Vemos igualmente este tipo de gerundios instrumentales en la

literatura moderna italiana: "Attratta dalla rivelazione fisica che il

47

sole produrrà sorgendo" (con su aparicion) (164); "Feci morire na­scendo (con mi nacimiento) mia madre" (165); "L'atomo della ri­

volta ho costruito morendo" (con mi muerte) (166).

Ese valor instrumental del gerundio aparece aun mas claro

cuando dicho gerundio alterna con complementos preposicionales

de este tipo: "Una follia suggeriva di buttarmi giù a negare con lamorte, incapace di negare vivendo" (con la vida) (167).

El gerundio adjetivo.

Ya en el latln ciasico el gerundio asumla a veces las funciones del

participio presente o de simultaneidad (168): "Deponendoque tutelam ...

in se unum omnium vires convertit" (Tito Livio, Annales, XXIV, 4, 9).

Entre esas funciones adjetivales asumidas por el gerundio latino, fue

ganando terreno la funcion relativa. Lo vemos repetidas veces empleado

asI, con valor de una proposicion implicita de relativo, en el ItinerariumAetheriae, de finales del siglo IV (169): "Sic redirent mature ad candelas

cum c1ericis et monachis dicendo psalmos et antiphonas" (1,15,5).

Esta funcion adjetival del gerundio sigue viva tanto en el espanol

como en el italiano. ASI en este pasaje de La Arcadia (Libro primero), de

Lope de Vega: "No se 05 presentan aquI ... sino unos rLlsticos pastores ha­I

blando mal y sintiendo bien, desnudos de artificio de vestidos" (170). Y en

Ramon del Valle Inclan: "Parecian dos hermanas Ilorando la misnia pena e

(164) G. Ungaretti, "Il Canto 1 dell'Inferno", en AA.VV., Letture dantesche, Fi-renze, Sansoni, 1961, VoI. I, p. 7.

(165) G. PapÌJù, o. cit., p. 184.(166) G. Saviane, o. cit., p. 63.(167) G. Saviane, o. cit., p. 132.(168) A. Tovar, o. cit., p. 153.(169) Ethérie, Joumal de Jloyage, Paris, Les editions du cerf, 1964, p. 154.(170) Lope de Vega, La Arcadia, en "Coleccion escogida de obras no elramaticas

ele__", Maelrid, Rivaeleneyra, 1872, B.A.E., Tomo XXXVIII, p. 47, col. 2.

48

implorando una misma gracia" (Sonata de atofio, I). ASI también en italia­

no: "E un fiero cinghiar. .. vide ... in verso lei guardando" (G. Boccaccio,

Caccia di Diana, VI, 28-30) (171).

Aunque normalmente el gerundio conjunto tiene caracter explicati­

vo y va referido al sujeto del verbo regente (172), este gerundio adjetivo

tiene val or especificativo y puede referirse no solo al sujeto sino también a

un complemento de la proposicion principal, como acabamos de ver en el

ejemplo de Boccaccio. Pero lo mismo la gramatica espanola que la italiana

imponen muchas restricciones a este uso.

En espanol, solo estarla autorizado ese empleo cuando el gerundio

acompana al complemento directo de verbos de percepcion sensible o inte­

lectual (ver, observar, encontar, imaginar, recordar etc.) o al de verbos des­

criptivos o de representacion (pintar, describir, presentar, representar etc.).

En realidad, son esos mismos verbos 105 que acompanan implicitamente, ri­

giéndolo, al gerundio que aparece a veces en las titulaciones: "ninosjugan­do", "105 barbaros saqueando Roma"; y también al gerundio exclamativo:

"iun bosque ardiendo!". La Real Academia Espanola admite también el

uso de 105 gerundios adjetivos ardiendo e hirviendo, referidos tanto al suje­

to como a cualquier clase de complementos. Pero condena el cada vez mas

frecuente empleo del Ilamado "gerundio de Boletln Oficial del Estado":

"Orden disponiendo que ... " (173).

El italiano, aunque suele preferir en todos estos casos el empleo de

la proposici6n relativa expllcita: "bambini che giuocano", "i barbari che

saccheggiano Roma", o el participio presente: "acqua bollente", emplea

también muchas veces en la lengua Iiteraria ese gerundio adjetivo. Y lo em­piea lo mismo refiriéndose al sujeto que al complemento directo del verbo

regente, y lo mismo con 105 antedichos verbos de percepcion y de represen­

tacion que con otras clases de verbos, tanto en la lengua antigua como en

la moderna (174): "E pareami che li uccelli volando (que volaban) per aria

(171) G. Boccaccio, Tutte le opere, a cura eli V. Branca, Milano, Moneladori,1967, T.I, pp. 23-24; y nota 6 en p. 693.

(172) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 159.(173) F. Marcos Marln, o. cit., pp. 387-388.(174) B. MigIiorini, o. cit., p. 710.

49

cadessero morti" (Dante, Vita nova, XXIII, 6); "E vidi spirti per la fiamma

andando" (Dante, Purgatorio, XXV, 124); "Ch'Amor quest'occhi lagri­

mando (liorosos, que 1I0ran), chiuda" (F. Petrarca, Canzoniere, cancion

CXXVI, 16); "Pregni d'iniquo volere e d'ira mormorando, gli lasciò" (G.

Boccaccio, Filocolo, Libro primo, 1, 11) (175); "AI far del giorno avevo

davanti a me... un soldado nemico di cavalleria chiedendomi la vita" (G. Ga­

ribaldi, Memorie, p. 281) (176); "Vide la padrona in uno stato spaventevo­

le, frugando nei cassetti" (177). Y referido a un compimento determinati­

vo: "Era come considerare l'andar del sole ... in ponente sparendo" (178).

De todas formas, el italiano prefiere normalmente, incluso cuando

se trata de acompanar a los complementos de verbos de percepci6n V c1e re­

presentacion, emplear para elio, en lugar del gerundio, una proposicion ex­

pl fcita introclucicla por la partfcula che: "Li trovò che dormivano" (179);

"Che cosa fai cosi impalato? Gli chiese scorgendolo ... che fissava le onde"

(180). Lo mismo ocurre, como va hemos visto, cuando el gerundio, adjeti­

vo o modal, va refericlo al sujeto: "Francescoè in piedi alle soglie della chi­

setta, che parla" (181); "II signor Paolo Ferrari era in sala da pranzo, che

beveva il tè" (182).

Referencia del gerundio.

Hemos visto ya como, en ambas lenguas, el gerundio conjunto va

normalmente referido al sujeto del verbo regente o, en determinados. 6asos,

al complemento directo de dicho vergo regente. Lo hemos visto también,

en forma excepcional, referido a un complemento determinativo. Menos

(175) G. Boccaccio, Tutte le opere, T. I, p. 63; y nota 42 en p. 716.(176) Citado por B. MigliorÌlli, o. cit., p. 710.(177) G. Verga, Mastl'O Don Gesualdo, p. 292.(178) R. Bacchelli, o. cit., T. I, p. 200.(179) G. Berto, La gloria, p. 165.(180) D. BlIzzati, "Il colombre", en o. cit., p. 171.(181) G. Gozzano, "San Francesco", en o. cit., p. 1173.(182) N. GÌl1Zburg, o. cit., p. 82.

50

caracter excepcional tiene en italiano el encontrarlo igualmente referido a un

complemento indirecto en construcciones que, por su sentido V por su for­

ma, estan muv proximas a la del gerundio absoluto, del que hablaremos a

continuacion: "Nascendo, gli morì la madre"; "II santo per cui Galizia è visi-

tata con lieto viso gli incominciò a parlare, dormendo egli"; "Non voglio

che pellegrinando, la coscienza mi rimorda" (G. Boccaccio, Filocolo, Li-

bro primo, 5, 13-14 V Libro terzo, 65); "La sua poesia è come un magna

che ci comunica, leggendolo, la sua incandescenza" (183).

El gerundio absoluto.

A c1iferencia del gerundio conjunto estudiado hasta aquf, el gerun­

clio absoluto (es decir, desvinculado) no va gramaticalmente referido a nin­

guno de 105 elementos (sujeto o complementos) de la proposicion principal.

AI igual que el gerundio conjunto, el gerundio absoluto puede ser

siemple o compuesto, con el mismo significado de temporalidad simulta­

nea o inmecliatamente anterior a la del verbo regente, en el gerundio abso­

luto simple, V temporalidad anterior a la de dicho verbo regente, en el ge­

runclio compuesto.

La no referencia gramatical al sujeto ni a los complementos de la

proposicion principal queda especialmente evidenciada, en italiano, en el

gerundio absoluto compuesto, cuando el elemento auxiliar de esa composi­

cion es el gerundio del verbo essere; lo cual ocurre siempre que el otro

elemento, el participio pasado, es intransitivo. En este caso, el participio

pasado concierta en género V numero con su propio sujeto, y no con el del

verbo regente: "Essendo arrivati in ritardo gli scolari, la proffessoressa si

arrabbiò".

Lo mismo que ocurre con el gerundio conjunto, el gerundio absolu­

to, ademas de los antedichos valores temporales, puede lIevar, en forma

mas o menos evidenciada, otras diversas matizaciones modales. Coinciden

en sU abundante empleo el espanol I} el italiano:!

(183) E. Soprano-A. Bianco, "Preludio" a Antologia italiana per il Ginnasio supe­riore, Sancasciano, Palllmbo, 1955, p. 545.

51

a) Temporal: "E, ella andando en estas guerras, cresciò el ninno",

"Estando la casa cerrada, la sacaron ellas della" (Alfonso X, Gene­rai Estoria, Libro cuarto, XXIV y Libro V,XXX); "Que en estos

hondos mares / tormenta corre como en Manzanares / dando al tra­

vés un coche" (Calder6n de la Barca, Céfalo y Pocris, Jornada pri­

mera); "Icaro misero le reni / senti spennar... / gridando il padre a

lui" (Dante, Inferno, XV Il, 109-111); "Si alzò in piè, mangiandoancora gli altri la frutta" (G. Boccaccio, Decameron, G.III, n. 7.a);

"Chiesono al re Carlo aiuti per potere, passando Curradino, difen­

dersi" (N. Machiavelli, Storie fiorentine, Libro secondo, IX); "Tra­montando le stelle, rimase Drogo... a vedere sorgere il giorno"

(184); "Aprossimandosi la sera, caminava in una direzione che era

poi quella del deserto" (185).

En el italiano moderno es frecuente la elisi6n del gerundio

del verbo essere cuando el ablativo absoluto con valor temporal se

refiere a las épocas de la vida: "L'avevo visto sempre fin da quando,

bambini, la mamma ci mandava al cinema" (186). Ocurre lo mismo

con el gerundio conjunto.

b) Causai: "Solamente falta Ruidera y sus hijas, las cuales lIorando,por compasi6n... las convirti6 en otras tantas lagunas" (M. de Cer­

vantes, Quijote, Parte segunda, cap. 23); "Ese vapor testimoniai

-industria editorial y peri6dicos ayudando- lo invade todo~' (187);

"Todo tu rezumabas, agua y fango colmando tus botas" (188);

"Sonando (la porta) la sentì esser richiusa" (Dante, Purgatorio, X,

4); "E l'acqua schiarando, vide (Narciso) l'ombra che piangea"

(189); "Ma stimolandol Pandaro, si volse (Troilo) ver lui" (G. Boc­

caccio, Filostrato, Parte seconda, XVIII, 7-8); "II tempo conti­nuando bellissimo, ci hanno fatto passare ... in giardino" (190);

(184) D. Blizzati, n deserto dei tartari, Milano, Mondadori, 1970, ]l. 172.(185) G. Berta, La gloria, p. 27.(186) G. Bassani, Gli occhiali d'oro, p. 114.(187) M., en "Camp de l'arpa", n. o 13, p. 2, Barcelona, Octllbre 1974.(188) Xavier Benqllerel, [caria, !caria, Barcelona, Pianeta, 1974, p. 89.(189) Anonimo, Novellino cit., p. 32.(190) Edmondo De amicis, Cuore, Milano, Garzanti, 1959, p. 175.

52

)

"1/ fatto essendosi ripetuto, ... fece cenno al fattorino di avvici­

narsi" (191).

c) Hipotético o condidonal: "lDe qué se queja éste, no atormentan­dole nadie?" (F. de Quevedo, Las zahurdas de Plut6n); "Eo non

podrave essere offeso... scì, che la vostra potentia defensando"(192); "Facendo (noi) così, il bambino potrà continuare da solo ...

Riconoscendo (noi) questo principio, ci si potrà quasi scusare"

(193).

d) Coordinativo: "La derecha disputa la vanguardia a la izquierda, es­fOlZandose todos, segun sus ideas, en atender al bien comun" (194).

e) Instrumental: "Acciò che la sua deità ... sacrificando (con los sacri­

ficios) si mitigasse" (G. Boccaccio, Filocolo, Libro primo, XII, 1­

2); "Fa costei lieta, morendo io" (con mi muerte) (Boccaccio, De­

cameron, G. IV. n. 10.a ).

Como hemos podido ver, las coincidencias entre el espanol y el ita­

liano en el empleo del gerundio son frecuentes. Pero también las divergen­

cias san muchas y muy notables.

III. EL PARTICIPIO DE PRESENTE

Es un hecho bien conocido, heredado ya del latrn en las lenguas

romantes, el retroceso del participio de presente como tal, dada su progre­

siva pérdida de carga verbal y su tendencia a convertirse en un simple adje­

tivo calificativo, con posibilidad de ulterior sustantivaci6n, como ocurrfa

(191) D. Blizzati, "I santi", en La boutique del mistero, p. 151.(192) G. Faba, o. cit., p. 7.(193) Malia Montesori, n bambimo in famiglia, Milano, Garzanti, 1957, pp. 124­

126.(194) Madrid, "ABC", 1 de noviembre 1974, ]l. 11.

53

con los demas adjetivos. Sabido es también que esa funcion verbal perdi­

da por el participio de presente fue asumida en las lenguas romances unas

veces por el gerundio, mientras que otras veces se prefirio recurrir a pro­

posiciones explfcitas de diverso tipo, relativas, temporales etc.

El participio presente latino.

Aunque no sea este el momento para hacer la historia del participio

presente latino, conviene recordar que tampoco en el latln vulgar fue muy

intenso el uso del mismo como forma verbal, pues también entonces se

tendfa a acentuar en él preferentemente el valor nominaI. Ocurrla esto

principalmente cuando se empleaba en forma atributiva, "aqua feruens ",hasta el punto de que solo el acompanamiento de un complemento o de un

adverbio podfa hacer recordar en él su auténtica condicion de verbo. En

forma predicativa sol la emplearse preferentemente con verbos de percep­

cion sensible ("quem huc aduenientem conspicor?", Plauto, Epidicus,435), mientras que con verbos de percepcion intelectual se preferla el

empleo del infinitivo (195).En cuanto a la lengua literaria, el empleo del participio presente fue

relativamente abundante, dadas las peculiares posibilidades estilfsticas que

ofrecfa a 105 escritores esta forma no personal del verbo por su caracter

generalizador, mas rapico y mas comodo que el que brindaban las formas

personales. La intensidad de ese empleo se acentuo al final de la época

republicana, y en escritores tan refinados como Ciceron, Tito Liviq;Tacito

etc. Mas tarde esa tendencia arraigarfa también en los escritores cristianos

y en los poco cultos Scriptores Historiae Augustae (196). Pero, al entrar en

concurrencia con el infinitivo y con el gerundio, el retroceso del participio

presente se fue evidenciando ya en la misma literatura latina. Escribe a es­

te proposito C. Aspland: "Le participe présent est utilisé clès le début cle la

(195) A. Tovar, o. cit., pp. 157, 160-161.(196) Giorgio Pasquali, Lingua nOJla e antica, Firenze, Le Monnier, 1968, pp. 122­

124. Cita a su vez G. Pasquali a Marouzeau, Emploi du participe présent latinà l'époque républicaine, en "Mel11oires de la Soc. Linguist. de Paris", XVI,1919, pp. 133-320.

54

littérature latine, chez Plaute par exemple... jusqu'à l'époque du poète

chrétien Prudence... Quoique se rencontrant à une époque plus reculée que

l'infinitif, le participe présent est dejà à partir de Plaute la moins fréquente

des deux constructions" (197).

En cuanto a 1§.é1'ternante rivalidad del participio presente con el ge­

rundio, puede ésta observase frecuentemente, por ejemplo, en las paginas

del Itinerarium Aetheriae: "Et pervenientes ad monasteria quaedam

susceperunt nos ibi satis humane monachi ... praebentes. nobis omnem

humanitatem"; "habens ergo iter ab lerosolima usque ad Carneas eundo

per mansiones octo"; "alia die subiens montem Taurum et faciens iter iam

notum per singulas provincias, quas eundo transiueram ... perueni Calce­

dona" (198).

El participio presente en espafiol.

Sea o no aceptable la tesis de S. Lyer sobre la te_mprana desapari­

cion del participio presente en las otras lenguas romances (199), Si lo es

por lo que al espanol se refiere. A finales del siglo XV, Antonio cle Nebrija,

en su Gramatica castellana, ciel ano 1492, hablando de los participios pre­sente, passado y venidero, constataba que "el castellano apenas siente el

participio del presente y ciel veniclero, aunque algunos cle los varones doctos

introducieron del latln algunos clellos" (200). Se refiere aqu I Nebrija al

participio presente en su funcion cletenninativa-acljetival, en laqLlepa'la­

bras como doliente, paciente, bastante, sirviente, semejante y corriente le

sonaban como cultismos latinizantes, "propios de varones cloctos", aunque

(197) Clifford Aspland, La propositioll partieipe... et la propositioll géroncZif .. cZansla poésie française dll douzième siècle, en "Studia Neophilologica", XLVI, n.I, StockhoIl11, 1974, pp. 15-31.

(198) Ethérie,Joumal de Jloyage eit., I, 3,p. 116; 1,13, pp. 146-148; 1,23, p. 186.(199) Stanislav Lyer, Syntaxe chI gérond(f et dll participe présent dans les langlles

romanes, Paris, Librairie E. Droz, 1934.(200) A. de Nebrija, Gramatica castellana, edicion critica de P. Galindo ROl11eo y

L. Ortiz Muiìoz, Madrid 1946, voI. I, p. 80.

55

acabaran luego por aclimatarse enteramente en nuestra lengua como adjeti­

vos o como sustantivos, al igual que se aclimataron también otros muchos.

Y, sin duda, se referia también, de manera especial, a 105 participios presen­

tes con fu nci 0--;';- predicativo-proposicional, es decir, a 105 verdaderos parti­

cipios presentes con piena carga verbal que, por imitacion latina o italiana,

como veremos luego, trataron de introducir, en aquel mismo siglo XV, al­

gunos escritores espanoles.

El participio presente nominalizado.

En la primitiva lengua culta espanola (la de 105 poetas del.lll ester de

Clerecfa) no era desconocido el empleo del participio presente nominali·

zado, con funcion de adjetivo o de sustantivo. Y no era tampoco descono­

cido su empleo con funcion predicativo-proposicional, siempre que se tra­

tara de participios de verbos intransitivos o, de todas formas, de verbos sin

complementacion directa. Gonzalo de Berceo 105 emplea repetidas veces:

"Ias flores bien olientes", "davan a non aventes", "con cirios ardientes","feos, ca non luzientes", "en laudar la Gloriosa todos eran ardientes"(201). Ello, dice, R. Lapesa, se debia a latinismo, a conservacion arcaizan­

te o a galicismo (201 ').Todos esos participios, excepto el claro latinismo aventes, acabaron

por quedar definitivamente incorporados a nuestra lengua. Se acl imataron

en ella también otros muchos, como abundante, altisonante, resplande­ciente, etc. Pero la lengua espanola se ha mostrado siempre 0as reacia que

la italiana a acoger este tipo de adjetivos participiales, frente a 105 que suele

preferir otros del mismo lexema verbal pero diversamente desinenciados:

aearieiador (frente a aeariciante), eonfiado (frente a eonfiante), moribun­do (frente a muriente), sonoro (frente a sonante), tembloroso (frente a

temblante).

(201) G. de Berceo, "Introduccion" a los Milagros de Nuestra Seiiora, est. 3, v. 1;La deuda pagada, est. 698, v. 3;EI milagro de Te6[ilo, est. 734, VV. 2-3; y est.853, v. 4, Madrid, Chisicos Castellanos, 1922, pp. 2,160,168, 189.

(201') R. Lapesa, o. cit., p. 214.

56

En realidad, a 105 senalados por Nebrija, podrian anadirse actual­

mente otros muchos, como amante, andante, hiriente, humillante, Ilamean­te, poniente (el 501), titubeante, vacilante, zozobrante y tantos otros. Po­

driamos incluso anadir algunos que, como ocurre también en italiano

(202), aunque no deriven de verbos, han tornado el mismo 5lIfijo -nte de

105 participios de presente, como e.[,!{jémte, flamante, pedante, petulanteetc. Pero seria dificil hallar en ningun momento de nuestra historia Iitera­

ria esa Iibérrima facilidad que han tenido siempre 105 escritores italianos

para utilizar como adjetivos 105 derivados participiales de cualquier verbo.

Seria dificil, por ejemplo, hallar en el espanol adjetivos participi al es com­

parables a esos aitante, miagolante, perdonante, sbadigliante etc., que tan­

to abundan en italiano.

Es cierto que, con caracter mas o menos novedoso, algunos escrito­

res espanoles, en diversos momentos de nuestra historia literaria, han recu­

rrido al empleo de este tipo de adjetivos participiales, notablemente pre­

ciosistas. Lo ha hecho, por ejemplo, en época todavfa reciente, don Ramon

del Valle-Inclan, lector asiduo del italiano Gabriele D'Annunzio (203). Y

por elio lo alaba sin reticencias el que fue secretario perpetuo de la Real

Academia Espanola de la Lengua, don Julio Casares, el cual, por el contra­

rio, no se mostro indulgente con otros amanerados procedimientos estills­

ticos de Valle-Inclan: "En cambio, tengo por muy dichosa innovacion el

uso de 105 participios activos, ya que el olvido de ellos, no solo priva a la

lengua de una utillsima y vigorosa forma verbal, sino que deja libre el cam­

po al abusivo, impropio y barbaro empleo del gerundio... Pues bien, Valle­

Inclan se ha arriesgado a emplear estos participios y a veces el resultado es

5lImamente fel iz". Y anota Casares éstos, recogidos "a la ventura" en las

obras de dicho escritor: eabeeeante, bailante, espumante, verdeante, saltan­te, murmurante, suspirante, susurrante, temblante, ululante, anadiendo

que "ninguno es reprensible" (204).

(202) B. Migliorini, I nomi del tipo "bracciante", en "Saggi linguistici", Firenze,Le Monnier, 1957, p. 109.

(203) F. Fern<lndez Murga, Gabriele D'Annunzio e il mondo di lingua spagnola, enVarios, "Gabriele D'Annunzio nel primo centenario della nascita", Roma,Centro di Vita italiana, 1963, pp. 144-160.

(204) J. Casares, Q'itica profana, Madrid, Espasa-Calpe, "Austral", 1954, p. 44.

57

Este libre empleo del participio presente, nominalizado como adje­

tivo o como sustantivo, que merecia para Valle-lnclÉm el aplauso del docto

académico, como audaz y feliz innovacion en nuestra lengua literaria, ha

sido en ital iano pn3ctica constante en todos los tiempos. Sin necesidad de

acud ir a ejemplos manieristas, como aquellos "atomo sonante" y "suon vo­lante", con que G.B. Marino alude al ruisenor (205), y limitandonos solo a

escritores contemporaneos, podemos hallar, lo mismo en los poetas que en

los prosistas italianos, todo tipo de participios de presente, adjetivados o

sustantivados. En Giovanni Papini: "le scolature nere e luccicanti delle fe­

ritoie", "il cane abbaiante", "il pungente crepuscolo della sera", "il furen­te sole d'estate", "tornavo a casa coi piedi brucianti" (206). Benedetto

Croce, hablandonos de su infancia, nos cuenta sus congojas ante las "terri­ficanti dipinture dell'inferno" y nos habla luego de su juvenil admiracion

por Antonio Labriola "scoppiettante di brio e di frizzi e riboccante di fres­

ca dottrina" (207). Damos una ojeada a las impresiones que su visita a

Pompeya dejo en Giuseppe Ungaretti (recogidas en el relato "In sogno e

dal vero" de su famoso libro 1/ deserto e dopo) y nos encontramos en

seguida con una "pesante pace", un "frassino saettante", un "sangue fu­

rente" etc. (208). En Francesco Jovine podemos ver un "Ietto del dor­miente", "i preti litanianti", "le luci morenti del tramonto", il fulgore mo­rente del sole", "la luce calante", "un fuggente sorriso", "era cascante e

corpulento" (209). Y, mas recientemente, en Giorgio Saviane: "sentivo

l'acqua invitante", "intimò l'alt dietro il troncone fumante", "carne ritta e

dolorante", "i duellanti si allontanarono", "escono dal gruppo parlamen­tante", "il gruppo parlamentante si scioglie", "la colonna degli orsi ruggen­ti", "spinte dalle sopravviventi", "ai territori dei confinanti", "sacrificare

all'anima del morente", "il morente ne sarebbe stato contento", "il capo

sorvegliante", "gli schiavi ammiranti", "petti uniti e aggredienti", "cani

rabbiosi e latranti", "lo guardava interrogante", "il viso frizzante, gli occhiaffioranti", "un sogno sconvolgente" (210).

Por no extenderme demasiado en las citas, senalo solo algunos

ejemplos en famosos poetas modernos. Giosuè Carducci los prodiga en su

obra lirica, lo mismo en sus primeros balcuceos adolescentes que en los

poemas de su madurez. En su juvenil soneto a Giuseppe Chiarini encontra­

mos "il fato assente", "di pietà possente", "notte alta silente", "il cieco

errante vulgo"; en Intermezzo: "terga rosolate e fumiganti", "ansante ca­

nea", "un buon beccaio rosso ed aitante ... e gocciolante", "confidentecuore", "anima rovente", "fanciulli. .. piangenti", "rima miagolante", "ri­

me sbadiglianti", "marm isplendenti", "carmi sussurranti"; enldilio marem­mano: "alta e ridente tra 'I biondeggiante or delle spiche"; en La chiesadi Polenta: "fervente rame", "secoli affluenti", "la spumeggiante ven­

demmia", "forte e redolente vino", "Dio vendicatore e perdonante", "Ber­tonoro alto e ridente", "vertici ondeggianti" (211).

De Gabriele D'Annunzio recordaré solo, del libro Alcyone, el bien

conocido poema "La pioggia nel pineto" con aquellos "ginestre fulgenti",

"coccole aulenti", "quasi fatta virente", "vita... fresca aulente" (212).

Aunque no aparezca con frecuencia especialmente significativa esta

forma verbal en la obra de Salvatore Quasimodo, también él la emplea con

natural espontaneidad en diversas ocasiones: "un tempo già assente", "alla

lucente / immaginazione degli astri", "il filo della tua ascia / tambureggian­te", "in mezzo ad ombre deliranti", "numeri amanti", "Olimpia luogo sa­piente / di villeggianti", "curve di luna taglienti", etc. (213).

Por su parte, Eugenio Montale, especialmente en los poemas de su

primera época,aprovecho ejemplarmente la sugestiva musicalidad de estos

(205) Giambattista Marino, L'Adone, VII, 37, vv. 4 y 6.(206) G. Papini, "la mia campagna", en Un uomo fznito, Firenze, Vallecchi, 1958,

pp. 49-53.(207) B. Croce, "Pagine autobiografiche: contributo alla critica di me stesso", en

Filosofza-Poesia-Storia, Milano-Napoli, R. Ricciardi, 1955, pp. 1142 y 1145.(208) G. Ungaretti, "Mezzogiorno", en n deserto e dopo, Milano, Mondadori,

1969, pp. 177-182.(209) F. Jovine, Raccollti, Torino, Einaudi, 1960, pp. 11,22,29,119,121,122.

58

(210)

(211)

(212)

(213)

G. Saviane, n mare lIerticale, Milano, Rusconi, 1973, pp. 65, 67, 73, 77, 89,90,94,96,99,100,130, 132, 155, 176, 191, 197.G. Garducci, Opere, ed. nazionale, Bologna, Zanichelli, 1958, VoI. I, p. 5;VoI. III, pp. 117,119,124,128,130,131; VoI. IV, pp. 239,240,242,243,244.

G. D'Annunzio, Versi d'amore e di gloria II Milano Mondadori 1968 pp619-623. " , ".

S. Quasimodo, La terra impareggiabile, Milano, lvlondadori, 1958, pp. 17,21,22,26,30,35,37.

59

participios de presente en todos sus posibles usos, como adjetivos o como

verbos: "nel tepidario / lustrante", "le tinnanti scatole", "una zampantegreggia", "un rovente muro d'orto", "gli azzurri specchianti / del cielo",

"le strepeanti acque", "dal tuo petto / rombante", "un mare pulsante","la faccia candente del cielo", "tremanti tamarischi", "loquaci / di riottan­ti uccelli / e di cantanti rivi", "vetri luccicanti", "salso nembo / vortican­te", "un male calmo e lucente", "bambù mormoranti", "nella luce / raden­te", "un murmure stagnante di città", "oscurità animate dagli occhi confi­denti / dei maiali", "l'arpeggiante / volteggio degli sciami" (214). Y con

valor verbal: "sullo scoglio lucente di sale", "globi accesi, dondolanti a ri­

va", "un vuoto risonante di lamenti", "reti / dilunganti sul viale", vite tra­montanti / oltre il confine", "i sargassi / umani fluttuanti alle cortine / dei

bambù etc. (215). Los emplea incluso alguna vez con complementacion di­

recta: "guglie scoccanti luci" (216).

El motivo de esta predileccion italiana por el participio de presente

adjetivado, frente a otras posibles elecciones de adjetivos igualmente dever­

bales, no es s610 de indole estética, o sea, por la notable musicalidad de los

mismos; se da ademas en ellos una intensidad de significado (de accion en

acto), que no tienen los otros deverbales corradicales. Escribia acertada­

mente a este proposito Cibrario, comentando aquel piacente ("Mostrasi sì

piacente a chi la mira") del celebérrimo soneto (Tanto gentile e tanto one­sta pare, "Vita nuova", cap. XXVI), en el que celebra Dante lainefable be­

lIeza de Beatrice: "Piacente è vocabolo molto gentil, ed avanza in proprie­

tà di significato la voce piacevole, a cui il Boccaccio ha cominciato a dar

voce ... l'avanza in proprietà di significato, perocché è participio presente,

ed indica un tempo ed una azione; laddove piacevole ha una significazione

indeterminata, ed indica quello che generalmente può e dee piacere" (216').

(214) E. Montale, Tutte le poesie, Milano, Mondadori, 1979, pp. 29, 30, 48, 53,73,77,91,92,93,101,109,119,127,213,216,223.

(215) E. Montale, o. cit., pp. 23,110,123,126.(216) E. Montale, o. cit., p. 77.(216') Dante, Vita mlOlla, con il commento di T. Casini, Firenze, Sansoni, 1953, p.

97.

60

El participio presente sustantivado.

La sustantivacion del participio presente es un hecho que, por imi­

tacion del griego, se daba ya en la lengua latina culta, mientras que la len­

gua vulgar mostraba repugnancia hacia tal empleo (217). En cambio esa

sustantivacion se dio abundantemente en el latin medieval. Lo mismo ocu­

l're en el italiano antiguo. Boccaccio siente particular predileccion por ese

tipo de sustantivos participiales (218), algunos de los cuales, tanto en ita­

liano como en espanol, se fosil izaron pronto exclusivamente como tales

sustantivos. Es el caso de serpente, serpiente, derivados del participio lati­

no serpens (de verbo serpere).AI igual que en ital iano, esa sllstantivacion se da también abundan­

temente en el espanol: el caminante, el practicante, el veraneante etc. y

los que cualqllier escritor puede, como hacia Miguel de Unamuno, inven­

tarse por su cllenta: "gentes que entraban mientras otras salian, yentes y

vinientes, andantes y parados" (219).

Escribe Bruno Migliorini qlle, en este aspecto, la espanola es, entre

todas las lenguas romances, la que mas se ace l'ca al italiano (220). Lo de­

muestran no solo sintagmas como los susodichos el caminante, el practi­

cante, el veraneante y tantos otros: la corriente, el estudiante, el tenienteetc., sino también todos esos sustantivos: Almirante, comediante, Rocinan­te etc. que, como antes hemos dicho de algllnos adjetivos, toman el sufijo

--nte de los participios de presente sin derivar realmente de ningun verbo

(221). Pero tampoco en este sentido dispone el espanol de esa abundancia

(217) A. Tovar, o. cit., p. 161.(218) Comentando la frase de Boccaccio: "questo orrido cominciamento vi fia

non altrimenti che a' camminanti una montagna aspra ed erta", escribe Giu­seppe Petronio: "Il participi presenti con forza di sostantivo, già frequentinel latino medievale, sono cari al Boccaccio" (Cf. G. Boccaccio, n Decame­ron, a cura di G. Petronio, Torino, Einaudi, 1950, Val. I, p. 105, n. 9).

(219) M. de Unamuno, "Un partido cle pelata", en Obras completas, Madrid, A.Aguado, 1958, tomo I, p. 126.

(220) B. Migliorini, I nomi del tipo "bracciante", cit., p. 127.(221) Conocida es la arbitraria etimologia que da Cervantes acerca del nombre Ro­

cinante: "al fin le vino a llamar Rocinante, nombre, a su parecer, alto, sonoroy significativo de lo que habia siclo cuanclo fue rocin, antes de lo que ahora

61

con que cuenta el italiano ni de su facilidad para crear otros nuevos: botte­gante, bracciante, cruscante, edicolante, gitante, paesante, politicante, tea­tran te, tragediante, ruzzolante, V toda esa larga lista que presenta B. Mi­

gliorini en su referido artfculo.

El participio presente con funci6n verbal.

Refiriéndose al castellano, afirma R. Lenz que "Las formas en

-ante, -iente existen solo en un numero muv reduciclo de verbos con el

significado que correspond ia en latin al participio de presente" (222). da­

cio que, como acabamos cle seilalar, la mavor parte de ellas se sienten hoV

como adjetivos o como sustantivos.

La afirmacion de Lenz, valida ciertamente por lo que al castellano

se refiere, no lo es tanto en lo que se refiere al italiano, segun veremos a

continuacion.

El participio presente de verbos intransitivos.

En el espanol, como va hemos dicho, la pérdicla ciel particpio pre­

sente como tal es antigua V progresiva. De hecho, tan clébil es la fuerza

verbal del mismo, que las actuales gram81icas no suelen ocuparse de él al

hablar de las categorias gramaticales (223). Escribe a este proposito Sa­

muel Gili V Gava: "Desde sus origenes la lengua espailola clejo de usar co­

mo tales la mayor parte de los participios de presente latinos y los convir­

tio en acljetivos. Sin embargo, en el lenguaje meclieval se encuentran usaclos

era, gue era antes y primero de todos los rocines delmundo". (M. de Cer­vantes, Don QlIijote de la 1I1ancl1a, parte I, cap. I, en "Obras completas" i Ma-drid, Aguilar, 1952, p. 1039, col. 2). !

(222) Rodolfo Lenz, La oracion y sus partes, estudios de gramatica generaI ]I caste-llana, Madrid, Centro de Estudios historicos, 1935, p. 382. .

(223) La Real Academia Espaiiola solo habla del participio pasado en su Esbozo delIna nueFa gramatica de la lengua espaFiola, Madrid, Espasa-Calpe, 1973, pp.494-495.

62

participios de presente de verbos que actualmente no pueden formarlos,

de manera que la restriccion del idioma a este respecto ha ido creciendo a

lo largo de su historia ... La Academia Espanola enumera los siguientes par­

ticipios de presente usados en funcion de tales: abundante, buI/ente, com­placiente, concerniente, condescendiente, conducente, conveniente, corres­pondiente, crujiente, equivalente, fascinante, abediente, participante, per­manente, plasmante, presente, recurrente, tacante. A ellos habrfa que ana­

dir (continua el ilustre gramatico) ausente, demandante, querel/ante, fir­mante, salicitante V algunos mas. Pero téngase en cuenta que aun los parti­

cipios mencionados se emplean ordinariamente como adjetivos" (224). Hu­

biera podido anaclir que dichos participios, en su mavor parte intransitivos,

evidencian de manera especial su funcion verbal cuanclo van acompanados

cle complementos introclucidos por las correspondientes preposiciones;

aunque, aun asi, la fuerza verbal en estos participios intransitivos es tan te­

nue, que facilmente se confunde esa funcion verbal con la funcion califica­

tiva de los acljetivos de analogo significado: abundante en, riea en; obe­

diente a, sumiso a; camplaciente con, simpatico con; correspondiente a,

propio de, etc. Funcionan también como verdaderos participios: depen­diente de, perteneciente a v, con muv frecuente uso, procedente de. De to­

das formas, mientras "el catalan V el aragonés mantenfan participios de

presente con valor latino", el castellano ha tendiclo a reemplazarlo 'en esa

funcion verbal mecliante una frase relativa o mediante un gerunclio, como

observa V. Garda de Diego (225).

Por el contrario, eLitaliano, en el que, como hemos visto, tanto

abundan los participios de presente nominalizados, ha conservado tam­

bién el uso de esos participios con su piena funcionalidad verbal; V no solo

Emilio Alarcos Llorach no incluye el participio de presente entre las catego­rias verbales en su Gramatica estrllctllral... con especial atencion a la lenguaespa11ola, Madrid, Gredos, 1969.Tampoco Francisco Marcos Marin trata de él en su Curso de gramatica espa­Fiola, ya citado.Y, por su parte, Ramon Menéndez Pidal, glie dedica el capltulo VII de Sll

Manual de gramatica historica espaFio/a al participio pasado, hace caso omisodel participio de presente.

(224) S. Gili y Gaya, o. cit., p. 203.(225) Vicente Garcia de Diego, Gramatica historica espmlo/a, cit., p. 233.

63

cuanda se trata de verbos intransitivos sino también con los transitivos, se­

gun veremos luego. Es, por tanto, valida la tesis de S. Skerli, que sostiene

la persistencia del participio de presente en el italiano antiguo (226) y que

G. Herczeg confirma al estudiar la presencia de ese participio en la prosa de

Boccaccio (227). Pero, insisto, esa presencia del auténtico participio de

presente en la lengua escrita italiana continua viva también hoy, tanto en

verso como en prosa.

Es especialmente frecuente Este uso del participio presente italiano

con pieno val or verbal cuando se trata de verbos intransitivos, en cuyo caso

van siempre acompanados por complementos circunstanciales introducidos

por las correspondientes preposiciones. Véamoslo en modernos autores,

poetas y prosistas. En Carducci: "O sedente al terren lido... Versilia mia",

"Marmi di Paro... splendenti alla marina", "Carmi di Lesbo sussurranti alvento", "di selvaggio fuoco lampeggiante", "il teschio mozzo contro teghignante di Antonietta" (228). En G. Ungaretti: "animali pelosi volantinel cielo", "animali pennuti fuggienti tra le siepi" (229). En E. Montale:

"globi accesi, dondolanti a riva", "un vuoto risonante di lamenti", "reti

dilunganti / sul viale" etc. (230). En Ignazio Silone: "tronchi di colonne...

sorgenti dal pavimento", "mammelle pendenti fin quasi sulle ginocchia",

"tremante di freddo" (231). En R. Bacchelli: "la paura spirante dalla vo­

ce di Schiavetto", "la battaglia lontanante verso i colli nebbiosi" (232). Y

en la prosa de cronica de sucesos: "un autobus ... proveniente dalla direzio­

ne opposta", "Si tratta della signora' V.C. abitante in Via Fucini 238"

(233). Muy abundantemente empleados son los participios intransitivos

sovrastante (o soprastante) y sottostante, acompanados por un comple­

mento circunstancial que puede il', o no, introducido por la preposicion

(226)

(227)

(228)(229)(230)(231)(232)(233)

64

Stanko Skerlj, Syntaxe dll participe présellt et dll gérondif en J!ieil italien, Pa­ris, Ecole des Hautes Etudes, 1926.G. Herczeg, n participio presellte nella prosa di Boccaccio, en "Saggi lingui-stici e stilistici", Firenze, OIschki, 1972, pp. 121-143. /G. Carducci, O. cit., voI. 111, pp. 129, 131,272 y voI. IV, p. 76.G. Ungaretti, n deserto e dopo cit., pp. 179, 231.E. Montale, O. cit., pp. 110, 123.I. Silone, Pane e J!ÌllO, Milano, Mondadori, 1970, pp. 243,277,377.R. Bacchelli, O. cit., tomo II, p. 432, tomo 111, p. 781.En "II Tempo", Roma, lunedi 22 aprile 1974, n. no, p. 5, col. 2.

a. En ambos casos, la que actua primordialmente es siempre la preposi­

cion sovra (sopra) o sotto que entra en la composicion de los mismos:

"due, tre gradini, scavati nella roccia sottostante la sabbia" (234).

El participio presente transitivio en castellano.

Menos frecuente es en italiano, y practicamente desconocido en el

espanol, el participio presente de verbos transitivos, el cual participio, por

conservar pienamente su fuerza verbal, puede il' completado con un com­

plemento directo y, de hecho, lIeva frecuentemente ese complemento.

En el espanol actual, repito, ese tipo de participios de presente es

desconocido y, en realidad, excepto en algunos momentos muy significati­

vos de nuestra historia literaria, apenas se ha empleado nunca. Queda cle él,

sin embargo, algLIll testimonio en ciertos compuestos fosilizaclos actual­

mente: fehaciente, sedicente, terrateniente, maldiciente etc.

La repugnancia del espanol al empleo de estos participios de pre­

sente transitivos es antigua. A finales del siglo X" I los traductores de la

corte cle Alfonso X lo van desterrando de su prosa, dirigida y corregida per­

sonalmente por el sabio rey (235) y, por ejemplo, los frecuentes participios

de ese tipo que aparecen en la obra de Suetonio son traducidos sistematica­

mente por proposiciones expl icitas, en hipotaxis o en parataxis con la pro­

posicion principal. ASI, "coronamque capite gerens olympiacam, dextera

manu Pythiam (Nero, 25) se traduce: "et traie en la cabeça una corona tal

cuemo la ciel idolo de Jupiter e otra en la mano cliestra cuemo la de Phi­

t6n", "exauclita vox est nomine eum cientis" (Nero, 46), "et salio ende

una gran voz que lo lIama por su nombre". Lo mismo hacfan los vulgariza­

clores que, en aquella misma corte, se esforzaban por verter al castellano

los textos blblicos. ASI, en la version del Salmo Locutus est autem David

Domino, recogida en la GeneraI Estoria, los verslculos 34 ("coaequans pe­

cles meos cervis et super excelsa sua statuens me") y 35 {"docens manus

(234) Ferruccio Ulivi, Le mllra del cielo, Milano, Rizzoli, 1981, p. 182.(235) Ramon Menéndez Pida1, Antologia de prosistas espaiioles, Madrid, Espasa­

Calpe "Austral", 1956, pp. 16,22.

65

meas ad proelium et conponens quasi arcum aereum brachia mea") apare­

cen traducidos: "Egual6 los m ios pies a los de los ciervos e establesci6me

sobre las mis fortalezas", "Ensefi6 las mis manos a batalla e compuso los

mios bracos assi como arco de arambre".

Sin embargo, curiosamente, el versiculo final de ese Salmo, que di­

ce: "magnificans salutes regis sui et faciens misericordiam christo suo Da­

vid", es traducido con los correspondientes participios de presente: "el

grandeante las saludes de su rey, e el fazient misericordia a David, su cris­

to". De la misma manera se procede al traducir el Salmo Diligam te Domi­ne fortitudo mea, cuyo ultimo versiculo repite, con una ligera variante

(eius en lugar de sui) ese mismo final del Salmo anterior: "Grandeant las

saludes del rey d'El e fazient misericordia a su cristo David". Sorprenden

especialmente estos participios de presente en el vugarizador de este ultimo

Salmo si tenemos en cuenta que, incluso el participio adjetivado innocens,que aparece en el versiculo 26 del mismo, ha sido traducido mediante un

complemento preposicional: "cum sancto sanctus eris et cum viro innocen­te innocens eris", "con el santo senls santo, e con el varon sin nozimientoseras sin nozimiento" (236); y elio a pesar de que, como ya hemos dicho,

el empleo del participio de presente adjetivado no era infrecuente en 105

poetas cultos castellanos de aquella época, como tampoco lo era el de 105

participios verbales de verbos intransitivos.

Pero, en el siglo XV, la admiracion por la cultura antigua clasica,

griega y latina, y el afan de remedar 105 recursos sintacticos y estil isticos

con que aquella cultura se habia expresado en el campo Iiterario, movio a

algunos escritores espanoles "a trasplantar al romance usos sintacticos lati­

nos sin di lucidar antes si encajaban o no dentro del sistema lingu istico

espanol"; y asi, continua R. Lapesa, "se adopta el participio de presente en

lugar de la oracion de relativo, del gerundio o de otros giros, como en estos

versos de Santillana: "iOh vos dubitantes creed las estorias" y "yo seria

demandante, / guardante su cirimonia, / si el puerco de Calidonia / se mos-

tro tan admirante" (237). )

(236) Margherita Morreale, Il Salmo 17 (18) nei Folgarizzamenti biblici spagnoli delDuecento, en "Atti dell'Instituto Veneto di scienze, lettere ed arti", TomoCXXXVIII, Venezia 1980, pp. 628-652.

(237) R. Lapesa, o. cit., pp. 267-268.

66

Como acabamos de ver, y como senala el mismo Lapesa en otro lu­

gar, refiriéndose igualmente al marqués de Santillana, "el latinismo alcan­

za a la morfologia y a la sintaxis" (238). La complementacion directa evi­

dencia bien el latinizante empleo del participio de presente en casos c.a­

mo ese "guardante su cirimonia" o como en estos otros versos de su

petrarqu izante Triunfete de amor: "Ya sal ia el agradable / mayo mostrantelas flores" (239).

Otro elocuente dato del uso latinizante del participio de presente

por parte del marqués de Santillana es su repetido empleo en construccio­

nes absolutas: "Ya las estrellas cayentes / denunciaban la mafiana, / ma­

yo ilustrante las flores"; o aquellos otros versos de su antedicho Triunfetede amor: "Incensantes los discores / de melodiosas aves, / oi sones muysuaves".

Todas estas construcciones participiales empleadas por el culto mar­

qués debieron de sonar a 105 oidos de la mayoria de sus contemporaneos

tan extranas y tan artificiosas como suenan hoy dia a 105 nuestros. Pero no

fue él el unico en emplearlas. Las vemos también, con tanta o mayor abun­

dancia, en una obra tan diferente de la suya, como es el Corbacho del ar­

cipreste de Talavera: "E asy Nuestro Senor permitiente, que quiere dezir

non contradiziente a la discrizion liberai de la criatura ... ; "esigentes que su

justicia ... "; "venino... de yuso de sus lenguas trayentes"; "Ias lenguas mu­

cho fablantes"; "animai ias de rraz6n carecientes"; "pécoras salvajes de na­

turaleza fallecientes e contra natura usantes"; "da sentencia contra el mal

diziente"; "Ios fablantes de otros" (240).

En dicho siglo XV no es raro ver estos participios en los traductores

de textos latinos, inducidos quizas por 105 mismos textos que traduclan.

(238) R. Lapesa, La obra literaria delmarqués de Santillana, Madrid, Insula, 1957,p.166.

(239) Marqués de Santillana, Canciones y Decires, edicion, prologo y notas de Vi­cente Garcia de Diego, Madlid, Espasa-Calpe, "Cl:isicos Castellanos", 1973,p.43.

(240) Arcipreste de Talavera, Corbacho, cit., pp. 251, 259, 260,262, 273, 317,318.

67

ASI, en El espéculo de los legos (traduccion anonima de un Speculum lai­

corum escrito en Inglaterra en el siglo X III): "Goliaz quiere dezir traspa­

sante e descubriente" (241). Y, a finales del mismo siglo XV, otro anoni­

mo traductor de un te)(to latino (el De mulieribus claris de Boccaccio) tra­

duce en el capltulo V (De Ceres) un "urens invidia" por "quemante invi­

dia"; y en el VII (De Venus) un "nequeuntibus... obscenitatibus" por "no

embargantes sus vicios e suziedades". Por otra parte, en la breve introduc­

cion al capltulo XXXIV, sobre Clitemnestra, nos dice que ésta "fue mujer

muy scelerada, ca (absente el marido) cometio adulterio con Egisto" (242).

Pero, en generai, aquel anonimo V e)(celente traductor de dicha obra latina

de Boccaccio, mientras no tiene dificultad alguna en traducir con idénticas

construcciones castellanas las formadas con participios pasados latinos,

prefiere traducir con gerundios, o mediante proposiciones e)(pl Icitas de di­

verso tipo, los muchos participios de presente que en dicha obra latina apa­

recen. ASI procedla también Alfonso de Cartagena al traducir el De inven­

tione de Ciceron, que, dos siglos antes, habia traducido o parafraseado va

en Italia Brunetto Latini, el maestro de Dante. Pero, mientras que Brunet­

to Latini no tenia inconveniente alguno en calcar casi indénticas en italia­

no frases como "ac me quidem diu cogitantem ratio ipsa in hanc potissi­

mum sententiam ducit", "e così me lungamente pensante la ragione stes­

sa mi mena in questa fermissima sentenza" (243), Alfonso de Cartagena

se siente forzado a recurrir al gerundio para traducir ese participio: "e

pensando VO luengamente en esto, la razon me tra)(o en una téil conclu­

sion" (244).

De todas 'formas, historiadores como Gutierre Dlaz de Games tam­

poco vacilaban en emplear construcciones tan curiosas V tan sorprendentes

como éstas: "Durante el rev aquella vez en Sevilla, fueron fechos nluchos

(241)

(242)

(243)

(244)

68

El espéculo de los legos, ed. de I.M. Mohedano, Madrid, C.S.l.C., 1951, p.361. }De las ilustres mujeres en romance, por Juan Boccaccio, Zaragoza, 1949(edicion facsImile de la Real Academia Espafiola, Madrid 1951).B. Latini, "La Rettorica", en "Volgarizzamenti del Due e Trecento", a curadi Cesare Segre, Torino, U.T.E.T., 1953, p. 359.A. de Cartagena, La Rethorica de M. Tullio Ciceron, a cura di Rosalba Ma­scagna, Napoli, Liguori, 1969, p. 35.

juegos de canas"; "e cumpliendo va el rev treze anos, entrante en los cator­

ze anos, entregaronle su revno" (245); donde es cla'ro el valor participi al

absoluto no solo del participio entrante sino también de durante, que aqui

no esta gramatical izado.

Mas pro)(imo a la gramaticalizacion (como acabo ocurriendo con

durante, mediante V obstance) esta el participio de presente absoluto en

e)(presiones como éstas, que aparecen en el Dialogo de Mercurio y Caron(1528-1529) de Alfonso de Valdés: "No embargante esto, el rev de Fran­

cia ocupo brevemente mucha parte del Estado de Milan"; "antes no embar­

gante esto ... " (246). I<eniston sefiala en La Ilama de amor viva de san Juan

de la Cruz esta otra construccion participal, muy pro)(ima a la construc­

cion absoluta: "Los ojos ardientes, le mostro el furor de su pecho" (247).

Algunos casos mas podrian hall arse en nuestros escritores del siglo

XV II. Gongora, ademas de un "Cierzo expirante por cien bocas", nos pre­

senta un joven "al instante arrebatado / a la que, naufragante y desterra­

do, / le condeno a su olvido"; y emplea otra construccion formalmente

pro)(ima a la absoluta en "vigilantes aquellos, la aldehuela rediman" (248).

Pero tan escaso relieve tiene en su obra el empleo de los participios de pre­

sente, que Damaso Alonso, en su conocido estudio sobre La lengua poéti­ca de Gongora, ni siquiera los senala entre los cultismos sintacticos, a que

tan ficionado era el gran poeta cordobés (249). Sll empleo, en todo caso,

no fue mas que una moda pasajera, que no dejo nunca ralces tenaces en el

sistema e)(presivo del espanol.

(245) Gutierre Dlaz de Games, El victorial, Cronica de don Pero NiFio, edicion y es­tudio por Juan de Mata Carriazo, Madrid, Espasa-Calpe, "Coleccion de croni­cas espafiolas", 1940, pp. 73 y 76.

(246) A. de Valdés, Dialogo de Mercurio y Caron, ed. de Iosé F. Montesinos, Ma­drid, Espasa-Calpe, "Chisicos castellanos", 1965, pp. 31 y 89.

(247) Hayward Keniston, 1Yle Syntax oj" Castilian Prose, Chicago-Illinois, The Uni­versity of Chicago Press, 1937, p. 306.

(248) Luis de Gongora, Soledades: Soledad primera, vs. 450,734-36, 798-99, enObras completas, recopilaci6n, prologo y notas de Iuan e lsabel Mille y Gi­ménez, Madrid, Aguilar, 1943, pp. 560, 567, 569.

(249) Damaso Alonso, La lenglla poética de Gongora, Anejo 20 de la "Revista deFilologIa espafiola", Madrid 1961.

69

A principios del siglo XVII, Bartolomé Cairasco de Figueroa tradu­jo a nuestra lengua la Gerusalemme liberata de T. Tasso. Pues bien; a pesar

de que Cairasco de Figuerosa era, como dice Cioranescu, "partidario de unarte poético dificil" (250), y a pesar de que, como escribe Joaqu fn Arce,

no le arredraran 105 virtuosismos expresivos "en su intento de trasladar has­ta los recursos ret6ricos tan magistralmente utilizados por Tasso" (251),una frase como "te permettente, i dieci andranno", de dicha obra (252),

Cairasco de Figueroa se siente en la necesidad de explicitarla mediante unaproposici6n condicional: "si das licencia ..." (253).

Sin embargo,en la literatura espanola del siglo actual, esta construc­

ci6n eminentemente culta del participio de presente absoluto aparece em­

pleada por diversos escritores. En La velada en Benicar/o (1937) de Manuel

Azana pueden verse frases como: "Declinante un dfa de marzo, cortan la

campina del Panadés... y desembocan en la Plana, lIameantes 105 ocres dela costa sobre el agua azul" (254), Y en nuestro doctfsimo y supremo poe­

ta actual Jorge Guillén: "Orillas que han vuelto a florecer, turnante Junio"

(255). Antes que ellos, lo habfa empleado también, como recuerda el an­

tedicho Julio Casares, don Ram6n del Vallé-Inclflll que, en su novela Laguerra carlista, por ejemplo, escribfa: "Don Enrique de Espana habfa en­trado en la antigua villa desplegadas las banderas, sonantes 105 tambo­res". Y comentaba asf Casares este hecho esporadico y aislado: "Bien sé,y es grande lastima, que no hemos de recuperar el verdadero participio con

(250)

(251)(252)

(253)(254)

(255)

70

Alejandro Cioranescu, "Prologo" a la Jerusaléll libertada de T. Tasso, tradu­cida por B. Cairaseo de Figueroa, Tenerife, Aula de Cultura de Tenerife,1967, p. 19.1. Arce, Tasso y la poesia espaiiola, Barcelona, PIaneta, 1973, p. 37.T. Tasso, La Gerusalemme liberata, Canto V, 7, v. 3. Por eierto que las COI1S­

trueciones con auténtieos participios de presente no abtmdan en la obra deTasso. De los venticinco'que J. Aree exarnina en su exhaustivo estudio sobreelAminta (Madrid, Castalia, 1970), la mayor parte estannominalizados. Ji

B. Cairasco de Figueroa, traduccion de la Jerusaléll libertada cito p. 125. ,M. Azafia, La ]lelada ell Bellicarlo. Didlogo de la guerra de Espafia, edicionde Manuel de Aragon, Madrid, Castalia, 1974, p. 59.1. Gui11én, "Cisne sin Leda" en Y otros poemas, Buenos Aires, Muehnik edi­tores, 1973, p. 229. Joaquln Gonzalez Muela (Ellenguaje poético de la ge­l1eracioll GuiZlén-Lorca, Madrid, Insula, 1955, p. 113) ha estudiado el empleodel participio de presente en la obra Ctintico de J. Gui11én.

su reglmen verbal: temientes a Dios (Villena), centauros trayentes armas(Alfonso de la Torre), creyentes en don Christo (Berceo)". Y anade: "Perosiquiera como adjetivos verbales, lqué enorme caudal de voces no ganarfa­mos si las plumas cultas y autorizadas formasen 105 participios en -ante y

-ente de 105 verbos que lo permiten y 105 echasen a rodar por el mundo?

lQuién no advierte el aumento de vida y energfa que hay de sonoro asonante, de verde a verdeante, de risuefio a ,,'ente?" (256).

De hecho, alguna de las actuales plumas cultas, como la del profe­sor sal manti no Luis Cortés Vazquez, no tiene inconveniente alguno en elempleo de esos participios de presente, ni siquiera en construcci6n absolu­

ta, gramaticalizada a la manera del antedicho A. de Valdés: "No embargan­

te las tres leguas cumplidas que separaban al hablante de su amada" (256').

Pero, a pesar de esos y otros esporadicos intentos de recuperaci6n,

que han hallado siempre escaso eco, incluso en la lengua literaria la pérdi­da del auténtico participio de presente con val or verbal es en el castellano,

como ya hemos dicho, un hecho antiguo y progresivo. No ocurre asf en el

italiano, segLIIl podremos ver a continuaci6n.

El participio presente transitivo en italiano.

Afirma Stanislav Lyer en sU ya citada obra sobre el gerundio y el

participio presente en las lenguas romances que, en el italiano, es precisa­mente a partir del siglo XIV cuando el participio presente va ganando te­rreno a costa del gerundio: "Les constructions avec le gérondif représen­tent un élément spécifiquement roman, qui s'oppose nettement aux ten­dances latinisantes, qui, elles, lui préfèrent l'adjectif issu du participe pré­sent latin et muni de la pleine force verbale. Cela nous explique pourquoien italien littéraire, langue très latinisée, le gérondif décline à partir duXIVe siècle et pourquoi l'adjectif en -nte le remplace dans beaucoup defonctions. D'après ce que nous venons de dire, le portugais et l'espagnol

(256) J. Casares, O. cit., p. 44.(256') Luis Cortes, Mi libro de Zamora, Salamanea, GrMieas Cervantes, 1975, p.

121.

71

représent l'état de choses le moins altéré par des influences extérieures"

(257). Lo cierto es que no solo el participio de presente nominalizado sino

también el participio presente con su piena fuerza verbal se ha empleado en

la lengua literaria italiana de todos 105 tiempos V que, cligase lo que se diga,

la presencia de ese auténtico participio es muv viva también en el italiano

actual, incluso fuera de la lengua literaria. Lo hemos visto va abundante­

mente empleado cuanclo se trata cle participios cle verbos intransitivos.

Veamos también ese participio cle presente con verbos transitivos acom­

paAados de su complementacion directa.

Segun Gerharcl Rohlfs eso ocurre solo en la lengua literaria V en

ciertos casos, que no especifica cuales san: "II participio (presente) è usato

dalla lingua letteraria in funzione di verbo solo in certi casi, per esempio:

Epicuro negante l'eternità delle anime (Boccaccio)". E insiste en que este

uso "è puramente letterario, non appartiene alla lingua viva parlata" (258).

Lo m ismo viene a decir Pavao Tekavcié cuando afirma que construcciones

como "II generàle comandante l'essercito" "sono imitazioni di modeli sin­

tattici latini" (259). Y Giorgio Pasquali: "II participio presente ha perduto

nell'italiano comune quasi ogni valore verbale: il comandante la compa­gnia, il regente la prefettura sono ormai sentiti quali peculiari ciel linguaggio

amministrativo; studente il diritto suonerebbe affettato e ridicolo" (260).

De hecho, tampoco las modernas gramaticas italianas suelen ocu­

parse de este tipo de proposiciones impl icitas formadas con 105 participios

cle presente de verbos intransitivos V transitivos; aunque si lo hizo Raffaelo

Fornaciari en su conocicla Sintassi italiana dell'uso moderno (261).No vov a detenerme ahora en demostrar la presencia de este parti­

cipio verbal en escritores italianos de todos 105 tiempos. Como va he re­

cordado anteriormente, G. Herczeg lo ha estucliaclo en la prosa cle Boccac­

cio. Podrian hacerse estudios analogos referentes a la obra cle otros muchos

(257) S. Lyer, o. cit., p. 358.(258) G. Rohlfs, Grammatica storica della lingua italiana e dei suoi dialetti, tomo

III: "Sintassi e formazione delle parole", Torino, Einaudi, 1969, p. 112.(259) P. Tekavèié, Grammatica storica dell'italiano, voI. II: "Morfosintassi", cit.,

pp. 340-341.(260) G. Pasquali, o. cit., p. 133.(261) R. Fornaciari, Sintassi italiana dell'uso moderno, Firenze, Sansoni, 1881, pp.

208-210 (Reimpresion anastatica, Firenze, Sansoni, 1974).

72

escritores V encontrariamos sin clificultad ejemplos como aquel "gridanti e

mercè ad alta voce chiamanti" cle Matteo Bandello (262), o la definicion

que Emanuele Tesauro hace de la metafora en su Cannocchiale aristoteli­

co: "Parola peregrina velocemente significante un obietto per mezzo di un

altro" (263). Y, en escritores moclernos, G. Garducci: "Montezuma... vam­pante livide fiamme" (Miramar); "cittadi a Enosigeo le braccia bianche

porgenti", "amor nuovo spiranti" (La chiesa di Polenta); "II sole cii Napo­

li ... gli spacchi delle caverne trapassante" (Impressioni napoletane) (264).

Los podemos hallar igualmente con la misma (o quizas mavor)

abundancia en 105 escritores contemporaneos en 105 que tanto abunda

también, como va hemos visto, el participio presente de verbos intransiti­

vos V el participio presente nominalizado. En G. Ungaretti: "bastimenti

stazzanti 8 metri" (265). En E. Montale: "guglie scocanti luci" (266). Y

también en 105 prosistas. R. Bacchelli: "professante le idee del secolo",

"rasente la riva", "per una logica dei fatti e trascendente i singoli"; V, en

construccion absoluta: "stante il non ubertoso raccolto", "glielo leggeva

negli occhi, quell'ora durante", "poco stante ... fu il precipizio" (267). En .

I. Silone: "quel balconcino... prospiciente la propria finestra", "Pilato

mostrante al popolo Cristo flagellato", "l'angelo custode accarezzante una

colomba" (268). En G. Saviane: "tutti i componenti la popolazione mari­

na", "la mia pittura ... raffigurante il liocorno", "i re del grano accentrantipotere", "uomini sacri reccanti foglie cii palma", "quei suoi occhi ... confes­santi sadicamente che... ", "suoni significanti lo sbrigliarsi clelia rabbia",

"vola rasente le pietre clelia via" (269). En G. Tomasi di Lampeclusa:

"monticciuoli paralleli delimitanti i canaletti cI'irrigazione" (270). En G.

(262) M. Bandcllo, Tutte le opere, a cura di Francesco Flora, tomo l, novella VII,Milano, Mondadori, 1952, p. 713.

(263) B. Croce, "I trattatisti italiani e Baltasar Gracian", en Problemi di estetica,Bari, Laterza, 1966, p. 318.

(264) G. Carducci, o. cit., voI. IV, pp. 76,242,243,294.(265) G. Ungaretti, Il deserto e dopo, cit., p. 231.(266) E. Montale, o. cit., p. 77.(267) R. Bacchelli, o. cit., tomo I, pp. 26, 186; tomo II, pp. 32,122,190,206.(268) 1. Silone, o. cit., pp. 145-46,237,275.(269) G. Saviane, o. cit., pp. 83, 101, 127, 130, 145, 147, 190.(270) G. Tomasi di Lampedusa, Il gattopardo, Milano, Feltrinelli, 1953, p. 21.

73

Berto: "le isole Aleutine, formanti come un cordone", "un nuovo partito

avente come simbolo il circolo" (271). Aun limitada la exploraci6n a los

escritores italianos actuales, los testimonios de la presencia de este tipo de

participios en sus obras resultarfan bien elocuentes por su abundancia.

Véamos algunos en La miglior vita, de Fulvio Tomizza: "un tale dubbio,

implicante il totale cambiamento di una vita", "una boccetta contenenteun liquido", "l'incartamento riguardante mio figlio , "un tovagliolo ...

contenente solo il tabacco", "fantocci di paglia e stracci raffiguranti le

autorità italiane", "I 'ed ificio prospiciente la strada", (el altar mayor) "conte­

nente le spoglie di un santo", "armadio contenente i paramenti bianchi",

"i leggii dei componenti la banda", "i miei rintocchi annuncianti l'inizio

della messa", "il confiteor annunciante la richiesta del pane santo", "tre

preti indossanti la cotta" (272).

Y, contrariamente a lo que suele decirse, no es solo en la lengua pu­

ramente literaria o en el lenguaje administrativo, donde suele emplearse es­

te tipo de construcciones con el participio de presente, que se tachan de

"Iatinizantes". Las encontramos igualmente en la lengua sencilla~ente

expositiva del ensayo y de la critica y hasta en la prosa cron istica de los

periodicos. Fausto Nicolini, al trazar su espléndida biografia de Benedetto

Croce, nos habla de "un' comunicato ufficiale annunciante che... ", y de

"una lotta escludente ogni concessione" o de "i componenti quel Comita­

to di liberazione" (273). Croce mismo habia escrito que "Leopardi fu il

poeta ... dei giovani liberali, preparanti guerra e rivoluzione" (274). Mauri­

zio Dardano, en su estudio sobre el lenguaje periodistico italiano, habla de

"centri di enunciati aventi per lo più una funzione esplicativa e conclusiva"

(275). En el prologo de Francesco Antinucci a su traduccion de la obra de

Noam Chomski, y en el texto de esa traduccion, podemos leer que "ci

sono fenomeni concernenti il linguaggio" y "proprietà indicanti che..."; y

(271) G. Berto, La [antarca, Milano, Rizzoli, 1971, pp. 177-78, 181.(272) P. Tomizza, La miglior vita, Milano, Rizzoli, 1977, pp. 50, 120, 147, 165,

198,203,220,222,235,242,246,249.(273) 'P. Nicolini, Croce, Torino, U.T.E.T., 1962, pp. 276, 357,408.(274) B. Croce, "Leopardi", enPoesia e non poesia, Bari, Laterza, 1950, p. 98.(275) M. Dardano, n linguaggio dei giornali italiani, Bari, Laterza, 1973, p. 311.

74

se habla de "un teorema riguardante l'inglese" (276). G. Herczeg, buen

conocedor de la lengua italiana y de sus recursos expresivos, enjuicia

la obra de S. Lyer dici endo que "la sua tesi riguardante il ritmo della fra­

se ... non è corroborata dai fatti"; y en otro lugar: "sono nati ... dei participi

presenti esprimenti azioni finite" (277). En uno de sus comentarios al De­cameron de Boccaccio escribe Umberto Bosco: "Questa è la superno­

velia ... preannunciante da vicino la civiltà delle corti del Rinascimiento"

(278). Y armando Pleble: "gli stessi termini indicanti la pittura e la scrittu­

ra", "concetto dell'arte del bello includente in sé la poesia, la pittura",

"queste origini dell'estetica greca, culminanti nella polemica tra i Pitagori­

ci e i Sofisti" (279). En la obra critica de Giorgio Barberi Squarotti no es

raro encontrarse con expresiones como"fantasmi ... non trasportanti con

sé l'orrore dell'oppressione e della morte", "mostri popolanti i castelli

dell'Europa", "il fondamento ideologico giustificante le sue strutture lin­

guistiche", "realtà sociale, comportante ... la piena assunzione e giustifica­

zione", "neorealismo specificamente meridionale, accentuante sia i moduli

dialettali, sia ... " (280).

En el mismo Bruno Migliorini podemos leer expresiones como:

"Valga un piccolo elenco includente nomi gergali e semigergali" (281), a

pesar de haber afirmado que "il participio presente tende sempre più a stac­

carsi dal verbo" (282) y que "in confronto col latino, il valore verbale dei

participi è in italiano molto meno sentito", afiadiendo que "con un verbo

transitivo, poniamo arare, una costruzione come il contadino arante i cam­pi è letteraria e sensibilmente latineggiante" (283). Sera una construccion

(276) N. Chomski, Le strutture della sintassi, traduzione e note di F. Antinucci,Bari, Laterza, 1970, pp. XIX y 27.

(277) G. Herczeg, o. cit., pp. 123, 130.(278) U. Bosco, "introduzione" a G. Boccaccio, Decameron, Milano, Bietti, 1966,

p.9.(279) A. Plebe, Origini e problemi dell'estetica antica, en Varios, Momenti e pro­

blemi di storia dell'estetica, Milano, Marzorati, 1968, pp. 19, 21.(280) G. Barberi Squarotti, La narratil1a italiana del dopoguerra, Bologna, Cappel-

li, 1965, pp. 7, 129.(281) B. Migliorini, fnomi del tipo "bracciante", cit., p. 125.(282) B. Migliorini, Lingua contemporanea, Firenze, Sansoni, 1943, p. 69.(283) B. Migliorini, f nomi del tipo "bracciante", cit., p. 109.

75

literaria y latinizante; pero lo cierto es que, como ya he dicho, no es raro

encontrarla incluso en la prosa lIanamente cronistica de los peri6dicos:

'L'anziana signora, mentre attraversava la strada prospiciente la propria

abitazione ... " (284). Y especialmente abundante es este empleo del parti­

cipio de presente transitivo en el lenguaje conciso, funcional y meramente

expositivo, de las guias turisticas: "un dipinto raffigurante la Vergine che

mostra il Bambino a San Brunone" (285).

Tampoco en construcci6n absoluta son privativos de la lengua lite­

raria estos participios de presente. No es dificil ni raro encontrar en cual­

quier clase de escritos expresiones como éstas: "la cui storia non è facil­

mente perseguibile ... stanti le condizioni degli anni difficili di guerra"

(286); "L'edizione uscì vivente il poeta" (287).

La ejemplificaci6n, no exhaustiva, naturalmente, aunque quizas

si excesiva, que he aportado, demuestra bien la continua vigencia del ver­

dadero participio de presente en la lengua escrita italiana de todos los tiem­

pos y, de manera particular, en la lengua escrita actual.

/

El participio de presente italiano con pronombre enclitico.

La consistencia verbal del participio de presente italiano se eviden­

cia también, y de manera muy especial, cuando en él aparece la enclisis

pronominal, lo mismo si el verbo es transitivo que si es intransitivo.

Dada la eficaz concision de esos sintagmas, desde un punto de vis­

ta eminentemente funcional, esos participios de presente con enclisis pro­

nominai aparecen quizas con mayor frecuencia en la lengua escrita no es­

pec(ficamente literaria que en textos literarios propiamente dichos: "Geno­

va è il centro che determina il tipo ligure con le sue energiche innovazioni

(284) "II Tempo" de Roma, cit., p.S.(285) Vittorio Gleijesses, NuoJla guida di Napoli e dintorni, Napoli, Società Editri­

ce Napoletana, 1973, p. 66.(286) Maurizio Vitale, Nota final a n mulino del Po cit., de R. Bacchelli, tomo III,

p.785.(287) A. Scaglione, Nota introductiva al Canto XXII del Libro II del Orlando ilZlza­

l11orato, de M.M. Boiardo, Torino, V.T.E.T., 1966, Tomo II, p. 346.

76

irradiantisi più o meno lontano" (288); "una quantità di termini nuovi,

especialmente riferentisi al liguaggio scientifico e economico" (289); "la

sua decisione riferentesi alla forma verbale in -ant" (290); "mitici ricordi

perdentisi nella lontananza dei tempi" (291); "Correnti di caldo e di fred­

do confuse e accavallantisi" (292).Esta enciisis pronominal que, como veremos luego, se da también

(y con mayor frecuencia aùn) con el participio pasado, es uno de los rasgos

sintacticos mas evidentemente diferenciadores de las posibilidades ex presi­

vas del italiano frente al espanol.

Adjetivos deverbales con complementaci6n directa.

Muy pr6xima a esa construccion del participio de presente transiti­

vo, con la correspondiente complementaci6n directa, esta la de algunos

simples adjetivos deverbales que, evidenciando también su intrinseca, y no

del todo olvidada, naturaleza verbal transitiva, pueden también ser cons­

truidos en italiano con un complemento directo.

Aunque rarisima y exclusivamente literaria, esta construcci6n, pro­

pia de la sintaxis griega (293), y que ya en ellatin mismo era un raro pre­

ciosismo sintactico, ha sido a veces empleada en el ital iano moderno por

algunos escritores eminentemente cultistas, en busca de exquisiteces esti­

IistiCas. Asi lo ha hecho Ricardo Bacchelli que, en su tantas veces citada

novela Il mulino del Po, nos habla de: "uno stupito sentimento, ben

proprio di abitatori le terre ... del Po" (294).

(288) G. Devoto-G. Giacomelli, I dialetti delle regioni d'Italia, Firenze, Sansoni,1972, p. 14.

(289) Carlo Pellegrini, "Relazioni fra la letteratura italiana e la letteratura france­se", en Letterature comparate, Milano, Marzorati, s.a., pp. 65-66.

(290) G. Herczeg, o. cit., p. 123.(291) Tommaso SorbeIli, "Relazioni fra la letteratura italiana e le letterature classi-

che", en Letterature comparate cit., p. 332.(292) G. Berto, n male oscuro, Milano, Rizzoli, 1973, p. 269.(293) José S. Lasso de la Vega, Simaxis griega, I, Madrid, C.S.LC., 1967, p. 363.(294) R. BaccheIIi, Il mulino del Po cit., tomo III, p. 470.

77

Giorgio Pasquali, que comenta y aplaude esta curiosa construccion

en la obra de Bacchelli, nos recuerda que, ademas de sus remotos antece­

dentes en la Iiteratura latina imperial, e incluso en la literatura italiana pri­

mitiva (Ritmo di Sant'Alessio), se habfa dado algun otro caso mucho mas

proximo y que Gianfranco Folena lo habfa senalado concretamente en

Ugo Foscolo, el cual, en una primera redaccion de su poema Le Grazie, ha­

bfa escrito estos versos, suprimidos luego en la redaccion definitiva:

"L'arti etematriciFarmonia divina" (295).

Ello es una prueba mas de la admirable receptividad de la lengua li­

teria italiana con respecto al latfn, que la hace tan rica de posibilidades ex­

presivas.

NOTA.- Las datos principales de este estudio fueron presentados en formade comunicacion en el "XIV Congresso Internazionale di Linguistica e FilologiaRomanza" celebrado en Napoles del 15 al 20 de abril de 1974. Dicha comunicacion,con el titulo de El participio presente en italiano y en espaifol, aparece publicada enlos "Atti" de aquel Congreso, pp. 353-371. El trabajo fue también publicado/con elmismo titulo, en "Filologia Moderna", 54, Madrid, junio 1975, pp. 345-366.!

IV. EL PARTICIPIO PASADO

Aunque quizas fuera mas correcto Ilamario participio "perfecto"

por prevalecer en él el aspecto perfectivo sobre el temporal (296), seguiré

aquf la denominacion usual en las gramaticas. Y, para una mayor claridad

en la exposicion, aun a riesgo de pecar de prolijo, repitiendo nociones

sobradamente conocidas, recordaré previamente los diversos valores que

puede tener esta forma no personal del verbo y que justifican sus diver­

sos empleos.

(295) G. Pasquali, o. cit., pp. 113, 133-34.

(296) Franca Brambilla Ageno, Il verbo nell'italiano antico, Milano-Napoli, R, Ric­ciardi, 1964, p. 319, n. 1.

78

Recordaré, ante todo, que, como ocurre con el participio de pre­

sente (sobre todo en el italiano, segun hemos ya visto), esta forma no per­

sonal del verbo participa efectivamente de un doble caracter: nominai (en

funcion de adjetivo o de sustantivo) y verbal. El primero es solo ocasional;

el segundo, con mayor o menor evidenciacion, es permanente. En el pri­

mer caso, las coincidencias entre el espanol y el italiano son bastantes; pe­

ro no lo son tanto en el segundo caso, es decir, cuando el participio pasadoconserva prevalentemente su valor verbal.

El participio pasado nominalizado.

El empleo del participio pasado nominalizado como adjetivo o co­

mo sustantivo es tan frecuente en el italiano como en el espanol. Y en am­

bas lenguas conviene tener en cuenta que el participio pasado de los verbos

transitivos tiene valor pasivo: "Ios ciudadanos desterrados" o "Ios desterra­dos" ("i cittadini esiliati", "gli esiliati"), los que han sido desterrados;

mientras "Ios soldados ca/dos" o "Ios ca/dos" ("i soldati caduti", "i cadu­ti"), los que han cafdo. Pero, con mas frecuencia en el espanol que en el

italiano, se da el empleo anomalo de algunos participios pasados de verbos

transitivos que, contrariamente a lo que acabamos de decir, tienen valor ac­

tivo: "estaba algo bebido", "estoy recién comido", "un estudiante muy

le/do" o "a guisa de omme entendido", como escribfa el marqués de Santi­lIana (lnfierno de los enamorados, XXX, 8).

El participio adjetivo, dada su proximidad a los adjetivos calificati­

vos, se da principalmente con verbos que expresan una accion continuada

(297): "un hombre muy admirado". Y puede seI' empleado tanto en fun­

cion atributiva, "un joven instruido", como en funcion predicativa, "elavaro ten fa escondidos sus tesoros" (298).

Como los demas adjetivos calificativos, dicho participio adjetivo ad­

mite grados (comparativo y superlativo). En esto continuan coincidiendo

(297) R. Fornaciari, o. cit., p. 210.(298) M. Regula-J. Jernej, Grammatica italiana descrittiva, Berna, A. Francke-A. G.

Verlag, 1965, pp. 233-234.

79

ambas lenguas. Coinciden también en el hecho de la ausencia de la enclisis

pronominal. Este ultimo hecho, que en espanol nada tiene de sorprenden­

te, por la sencilla razon de que el participio pasado en nuestra lengua nun­

ca ha Ilevado tal enclisis (como tampoco la ha lIevado el participio de pre­

sente), 5 I que puede sorprender en el ital iano, ya que éste la admite, en

cambi o, V la Ileva frecuentemente, como luego veremos, cuando el partici­

pio conserva su valor de verbo. Por el contrario, como decimos, el partici­

pio-adjetivo italiano no admite esa enclisis ni siquiera cuando cOrl-esponde

a verbos reflexivos o pronominales en generai: "uomo pentito (infinitivo,

pentirsi), uomo perdonato" (299).

El participio pasado atributivo.

En términos generales coinciden el espanol V el ital iano en el em­

pleo del participio pasado en funcion de adjetivo predicativo, es decir, liga­

do al nombre mediante un verbo copulativo cualquiera para expresgr esa

accion mas o menos duradera implicita, como hemos dicho, en los p~rtici­pios adjetivos. En cambio, veremos en seguida notables diferencias entre

ambas lenguas en el empleo del participio pasado en funcion atributiva, es

decir, unido asindéticamente al nombre (300).

Por ejemplo, en algunas advocaciones de la Virgen, mientras el es­

panol suele emplear un sustantivo verbal acompanado de un complemento

determinativo, la Asuncion de la Virgen, la Inmaculada Concepcion de laVirgen, etc., el italiano emplea frecuentemente el correspondiente parti­

cipio pasado corradical, acompanando al sustantivo en forma atributiva:

la Madonna Assunta, la Madonna Concetta, la Madonna Addolorata; V esas

advocaciones, Assunta, Concetta, Addolorata etc. han pasado as I a la ono­

mastica femenina (a veces también a la masculina, Concetto) especialmen­

te en las regiones del sur de Italia.

(299) M. Regula-J_ Jernej, o. cit., pp. 194-196.(300) Aunque hay notables diserepaneias entre los fil610gos en euanto a las aeep­

ciones de los términos predicatiJlo y atribllti1JO, referidos a los adjetivos,adopto la reeogida por Fernando Uizaro Carreter en Sll Diccionario de térmi­nos filol6gicos, Madrid, Gredos, 1967, p. 27.

80

Por cierto que, con respecto a la antedicha advocacion de la Vir­

gen, Concetta, se ha dado en espanol este hecho curioso. Carlos III, rev de

Napoles en un primer momento V rev de Espana luego, proclamo en ambos

reinos como Patrona a la Inmaculada Concepcion. Ello contribuvo logica­

mente a que esa advocacion se adoptara muchas veces en los bautismos co­

mo nombre de mujer. A las mujeres italianas que lIevaban como nombre

esa advocacion se les lIamaba Concetta; a las espanolas, Concepcion. Pero

en Espana, donde las aficiones italianistas eran muchas, ese nombre italia­

no Concetta, que parece se daba a veces a las Concepciones espanolas, aca­

bo por interpretarse como un diminutivo, dado el evidente parecido entre

el sufijo -ètta de ese participio pasado irregular V el sufijo -étta de los di­

minutivos femeninos. Y de ese supuesto diminutivo, que se tradujo por

Conchita en espanol, se creo el falso regresivo Concha, con que, en forma

hipocorlstica, solemos lIamar a las Concepciones va maduras.

De todos modos, no es raro ver también en italiano esas antedichas

advocaciones expresadas en la misma forma, mas popular, en que las ex­

presa el espanol. En la tantas veces aludida obra de R. Bacchelli, /I mulinodel Po, podemos ver, junto a "il giorno dell'Ascensa" o "il dì dell'Ascen­

sa", "la vigilia dell'Ascensione" V "la mattina dell'Ascensione" (301).

El participio pasado atributivo latinizante.

Analogo al que acabamos de ver es el empleo latinizante del parti­

cipio pasado en forma de adjetivo atributivo, pero en realidad cargado de

sentido verbal concreto, para expresar una accion referida al sustantivo al

que dicho participio acompana. Uno de los casos mas conocidos es el pasa­

je de Tito Livio (Ab urbe condita, liber XXI), en que habla de Anlbal:

"Angebant ingentis spiritus u irum Sicilia Sardiniaque amissae". Aparece

frecuentemente empleado ese tipo de participios en las inscripciones: OBREM PVBLlCAM CONSERVATAM. Y su uso quedo consagrado en las

formulas de datacion del tiempo, tanto clasicas ("Ab urbe condita") como

cristianas ("ante Christum natum", post Christum natum").

(301) R. Baeehelli, o. cit., Tomo I, pp. 215, 221-25, 295.

81

En la lengua literaria italiana este empleo latinizante del participio

pasado ha sido bastante frecuente en todos los tiempos. Basten algunos

ejemp los, tanto antiguos como actuales, en los que el espanol preferirfa

siempre el empleo de un sustantivo abstracto en lugar de ese participio de

la misma rafz. En Dante: "Icaro misero le reni / sentì spennar per la scal­data cera" (Inferno, XVII, 109-110). Es cl aro que la causa de que a Icaro

se le cayeran las plumas de sus postizas alas no fue la cera recalentada sino

el recalentamiento de la cera. Boccaccio, a su vez, escribe (Filocolo, Libro

I, 16, 8): "né delle nostre armi prese niente sanno", L,no saben que hemos

empuf1ado las armas"). Y Machiavelli (lstorie fiorentine, Libro VI): "e, a

questo fare, gl i offerse Niccolò Piccinino pagato mentre che la guerra duras­

se". (lo que Filippo Visconti ofrecio al Papa Eugenio fue que él pagarfa

a N. Piccinino, y no un Piccinino ya pagado). Giuseppe Parini (II giorno: Ilmattino, 214-215), hablando de Laura, dice: "già la bella Francese e i culticampi / a l'orecchio dei re cantati furo". Comentando G. Albini ese "uso

classico del participio in luogo d'un astratto seguito da specificazione" ("el

cultivo de los campos"), recuerd~ su frecue~te presencia ~n los ,escri:i.res

italianos y cita toda una secuencla de los mlsmos en el SCIsma d InghIlter­ra de Bernardo Davanzati (1529-1606): "avrebbe grande allegrezza... per lo

devotissimo libro de' "Sette Sagramenti" composto, per la Sedia Apostol ica

ultimamente difesa, per la persona sua di mano dei nemici tratta" (302).

No es raro tampoco ver estos participios en los escritores italianos

contemporillleos. Asi, en Nicola Lisi: "non s'accorse della sopraggiuntamia presenza", "forse per l'avvenuta pace del venticello... sta ferma" (303).

Igualmente en G. Papini: "L'amore non tollera spartizioni. ..fiorisce sotto

il segno del terzo escluso" (304). También aquf esta claro que como flo­

rece el amor no es "con el tercero excluido" sino mediante "la exclusion

de terceros".

(302) G. Parini, n giorno, a cura di G. Albini, Firenze, Sansoni, 1957, p. 13.(303) N. Lisi, o. cit., pp. 108, 132.(304) G. Papini, L'aurora della letteratura italiana, Firenze, Vallecchi, 1956, p.

116.

82

Nada sorprende encontrar este tipo de participios en ese culto y

gran escritor, que es Riccardo Bacchelli, y encontrarlos incluso como deli­

berado calco latino: "dopo il disastroso passaggio del Dnieper e Maloiaro­

slavez undici volte persa e ripresa" (305). En otra forma, lo vemos también

en Fulvio Tomizza: "incolpava la Perpetua del mancato starnuto", "pian­

se per l'avvenuta accettazione", "non ce ne fu bisogno grazie ... al mutatoatteggiamento verso i preti" (306).

También se emplea esta construccion en el italiano no literario:

"era molto addolorato per il mancato successo".

En espanol, a pesar de nuestra antedicha preferencia por el empleo

del sustantivo corradical abstracto, no es del todo desconocida esta cons­

truccion latinizante en la lengua literaria. Francisco de Moncada, en el

"Prologo" a su Expedicion de catalanes y aragoneses contra turcos y grie­gos (1623), enumera, como castigos divinos cafdos sobre aquellos pueblos,

toda una secuencia de desastres: "desbaratados y rotos poderosos ejérci­

tos, vencidos y muertos en campo reyes y prfncipes, grandes provincias

destruidas y desiertas, muertos, cautivos o desterrados sus moradoreS ...Tra­

cia, Macedonia, Tesalia y Beccia penetradas y pisadas". Pero, a diferencia

del italiano, tampoco esta construcci6n ha tenido arraigo en espanol, ni si­

quiera en la lengua literaria.

El participio pasado atributivo en la titulaci6n de obras.

Esta misma tendencia culta italiana al empleo del participio pasado

atributivo, en lugar del correspondiente sustantivo verbal abstracto, se da

también en la titulaci6n de algunas obras famosas, a partir de los albores

del Renacimiento. La vemos ya en el titulo del poema épico que, sobre los

amores de Orlando, escribi6 Matteo Maria Boiardo.

Aunque en la edici6n de 1534 apareciera el tftulo obvio de Inna­moramento di Orlando y, mucho antes, en la carta que, con fecha 16 de

mayo de 1495, dirigfa Antonio Caraffi al hijo del ya fallecido autor, se

(305) R. Bacchelli, o. cit., Tomo I, p. 15.(306) F. Tomizza, O. cit., pp. 144, 146, 151.

83

congratulara aquél por la publicacion de los Amori di Orlando, acabo por

prevalecer, porque respond fa mejor a los gustos cultistas de la época, el tf­

tulo que hoV continua Ilevando de "Orlando innamorato". Se trataba, en

opinion de Pfo Rajna, de una reaccion de signo aristocratico frente a los

popu lares tftulos que Ilevaban otros conocidos poemas épicos que circula­

ban por Italia, como "L'innamoramento di Rinaldo" o el franco-véneto

"La prise de Pampelune" (307).

En la misma Ifnea culta esta el tftulo del otro gran poema épico ca­

baileresco que apareci6 anos mas tarde V que, en la inicial intenci6n de su

autor, habrfa de ser una continuacion del poema de Boiardo. Me refiero al

"Orlando furioso" de Ludovico Ariosto. En este caso, aunque el elemento

atributivo, furioso, no sea un participio sino un normal adjetivo, es eviden­

te la equivalencia semantica entre ese adjetivo V el participio enloquecido.

La demuestran el contenido de la obra V el hecho de que el tftulo que le

dio su autor es eco del de la tragedia "Hercules furens" ("Hercules enfure­

cido" o enloquecido) de Séneca.

Mas tarde, cuando, a finales del siglo XVI, se publico el gran pOjma

de Torquato Tasso, el titulo que prevalecio frente al de Goffredo, que le

habla dado su autor, fue el de "Gerusalemme liberata". Y elio, a pesar de

que lo que en dicho poema se cuenta no es lo que ocurrio en Jerusalén des­

pués de conquistada la ciudad, sino las peripecias de aquella conquista. Tas­

so mismo reconocio impl icitamente como mas acertado ese culto modo

de titulacion cuando, a la nueva version que hizo de su poema, tras haber

introducido en él las modificaciones que le dictaron sus tormentosos escru­

pu los, la lIamo "Gerusalemme conquistata".

Influvo seguramente esa va prestigiada mocla italiana de titulacion

para que muchos de los escritores espanoles del Siglo de oro clieran a sus

obras tftulos semejantes, a pesar de la antedicha natural tendencia de nues­

tra lengua a la nom inalizacion o depredicatizacion, como la lIaman otros.

Asl, frente a tltulos anteriores como "La coronacion del marqués cle

Santillana", de Juan cle Mena, o "Defuncion cle clon Enrique cle Ville­

na" V "Coronacion de mosén Jorcll cle San Jordf" del anteclicho marqués

(307) M. M. Boiardo, Orlando innamorato, a cura di Aldo Scaglione, Torino,V.T.E.T., 1966, Tomo I, p. 187, nota l al titulo de la obra.

84

cle Santillana, o "El saco cle Roma Vmuerte cle Borbon", "Libertad cle Es­

pana por Bernarclo ciel Carpio", "Conquista cle la Bética" (1603) etc., cle

Juan cle la Cueva, escribe ahora Lope de Vega un poema "Jerusalén con­

quistada" (1609), con el mismo tftulo de la susodicha obra cle Tasso; V

escribe otras obras con tftulos como "Roma abrasada", "La clifunta plei­

teada" etc. Por entonces también, publica Cristobal Suarez de Figueroa su

"Espana defendida" (1612) V MarIa cle Zavas, una serie cle obras con tftu­

los cle este tipo: "El prevenido engano", "La inocencia castigada", "La

burlada Aminta". A proposito cle este ultimo tftulo, diremos cle paso que,

al consiclerar femenino el nombre Aminta, clona Marfa cle Zavas caia va en

el mismo error en que, como escribe Joaqu fn Arce, se ha ca fclo también en

algunas obras cle crItica muv recientes (308). La culpa la tLIvo Juan cle Jau­

regui al traducir mal (Aminta) la obra cle ese mismo tftulo cle T. Tasso, en

la que se cuentan los amores ciel pastor Amintas (en espanol, con -s final,

como Eneas, Hércules, Amarilis etc.).

• Se publicaron también en el siglo XVII "La Hespana libertada", cle

Bernarclo Ferreira cle Lacercla (1618), "Sevilla restaurada" cle Juan Anto­

nio cle Vera V Figueroa (1632), "Napoles recuperada por el rev clon Al­

fonso", cle Francisco cle Borja (1651), etc. Pero la mocla de este tipo cle ti­

tulaciones no lIego a generalizarse V acabo por prevalecer en ellas la habi­

tual sustantivacion verbal abstracta espanola: "Defensa cle Tarifa", cle An­

tonio cle Zamora, "Defensa de la Junta Centrai", cle Jovellanos, "Conquis­

ta ciel reino cle Mava ... ", cle Angel Ganivet, "Defensa de la Hispaniclacl", de

Ramiro cle Maeztu.

El participio pasado en funci6n verba!.

Como va clijimos al principio, las diferencias en el empleo ciel parti­

cipio pasado en ambas lenguas son aun mavores cuanclo en éste predomina

(308) 1. de Jauregui, Aminta, traducido de Torqllato Tasso, edicion de JoaqulnArce, Madrid, Castalia, 1970, p. 22.

85

su caracter verbal. Ocurre esto, ante todo, cuando va acompanado por al­

gun verbo auxiliar para formar tiempos compuestos o para formar la Ila­

mada voz pasiva. Ocurre igualmente cuando aparece en construccion abso­

Iuta; y también cuando aparece en construccion conjunta, explicativa o es­

pecificativa.

En este ultimo caso, el participio conjunto especificativo podria a

veces confundirse con el va estudiado participio adjetivo atributivo. Pero

en italiano, como veremos luego, la posibilidad de lIevar la enclisis prono­

minai es va un dato seguro para precisar el caracter verbal de un participio

pasado, desde el momento que el participio adjetivo no puede lIevarla.

El participio pasado, acompafiado de verbos auxiliares.

Cuando va acompanado por un verbo auxiliar, se da va en el em­

pleo del participio pasado esa vistosa diferenciacion, que registran las mas

elementales gramaticas comparadas; es decir que, mientras en el espanol

moderllo el auxiliar unico para la formacion de los tiempos cornpuestos es

el verbo haber, en italiano puede serio avere o essere, segun que el partici­

pio auxiliado sea transitivo o intransitivo.

Esto mismo habia ocurrido en el espanol antiguo (309); vasi pode­

mos leer, por ejemplo, en el marqués de Santillana: "(qual dirés que soyquedado" y "Senora, qual soy venido / tal me parto" (310). Pero luego

acabo por imponerse como auxiliar unico, lo mismo para los verbos transi­

tivos que para los intransitivos, el verbo haber (311).

Por cierto que la diferenciacion entre verbos transitivos V verbos in­

transitivos no es siempre tan clara como a primera vista parece. Y, de he­

cho, el italiano se comporta de manera diferente en la expresion de los

(309) R. Lapesa, Historia de la lengua, cit., p. 213.(310) lfiigo Lopez de Mendoza (m. de Santilla.na), Canciones y decires, Madrid,

La Lectura "Clasicos castellanos", 1913, pp. 189,227.(311) Probablemente, P. Tekavcié (o. cit., VoI. II, p. 295) piellSa solo en el espa­

noI moderno cuando, hablando de la penetracion de essere en los diversospalses de la Romania, afirma erroneamente gue: "l'uso di essere è tuttavialimitato alla Romania centrale ... mentre nelle aree periferiche (Balcani, Ibe­rorromania) esso non è penetrato".

86

tiempos compuestos de un mismo verbo, segun el grado de transitoriedad o

intransitoriedad que advierte en él. Asi, frente a una expresion como "so­

no corso a casa sua", puede oirse V leerse "sto sudando perché ho corsotroppo". En este ultimo caso, el ad verbi o cuantitativo troppo actuaria en

cierto modo como complemento directo interno de ese verbo correre. Se­

gun G. Rohlfs (312), ese vacilante comportamiento de algunos verbos ita­

lianos obedece al hecho de que expresen solo la accion (ha volato alto) o

expresen también alguna circunstancia (è volato sul mare). De todos mo­

dos, en la mavoria de los casos, el comportamiento lingUistico obedece ex­

clusivamente a razones subjetivas: "il melo ha fiorito" (el manzano ha

echado flores) "il melo è fiorito" (esta florecido).

Sabido es también que, en italiano, el auxiliar para los tiempos

compuestos de los verbos pronominales o reflexivos es igualmente el verbo

essere: "si è arrampicato su di un albero e si è rotto (o rotta) una gamba".

Otro hecho diferenciador entre ambas lenguas es el de la concor­

dancia de ese participio en los antedichos tiempos compuestos, va que,

mientras en espanol el participio, auxiliado siempre por haber, adopta

constantemente la desinencia indiferenciada -o, en italiano la desinencia

de dicho participio es muv variada, no solo cuando lo acompana el verbo

essere sino incluso cuando lo hace el verbo avere: "l'ho visto, l'ho vista, li

ho visti, le h o viste" etc.

Con determinados verbos, que actLlan como auxiliares, el participio

pasado puede tener, lo mismo en italiano que en espanol, funcion predica­

tiva: "restò meravigliato", "quedo maravillado". El italiano emplea frecuen­

temente como tales auxiliares los verbos venire V andare: "viene detto mol­

te volte", "va rilevato che... ". El empleo de venire en funcion auxiliar tiene

va sus precedentes en los autores latinos (313): "Redditaque Eurvdice su­

peras veniebat ad auras" (Virgilio, Ge6rgicas, IV, 486).

Dada la notable tendencia del italiano, V especialmente del italiano

moderno, a la expresion braquilogica (314), es frecuente 'en él la elipsis del

(312) G. Rohlfs, o. cit., p. 121.(313) M. Regula-J. Jernej, o. cit., p. 189, nota 2.(314) Mario Medici, "Sintassi del periodo nella pubblicità", en AA. VV., La sin­

tassi, Roma, Bulzoni, 1969.

87

verbo auxiliar entre la conjunci6n subordinante V el participio auxiliado:

"Ci trovavamo oramai in un mondo cui io non appartenevo perché nato

prima della guerra" (315).

El espanol, por su parte, admite a veces en estos participios altera­

ciones derivativas, como ocurre también con el gerundio, segun hemos vis­

to, que no se dan en el italiano: "en medio de los dos / ha crecidito un ro­

sai", decia un viejo rom ance popular, que se ofa cantar en pueblos de la

Rioja alavesa.

El participio pasado conjunto.

Por lo que se refi ere al participio pasado conjunto, el italiano dispo­

ne también de una amplia posibilidad de empleos, que el espanol no tiene.

Recordaremos de paso que, por contraposici6n al participio absoluto (es

decir, suelto o desvinculado), el participio conjunto va ref~rido al sujeto o

a u n complemento de la proposici6n regente, formando una proposici6n

impl [cita dependiente, de relativo, causai etc.

A veces l'esulta diffcil determinar la naturaleza especificativa o ex­

plicativa de dichos participios conjuntos, lo mismo que l'esulta diffcil a

veces precisar la naturaleza especificativa o explicativa de una proposi­

cion relativa expl icita, pues la estructura formai de la frase es, lo mismo en

espanol que en italiano, aparentemente idéntica: "Ios arboles podados a

tiempo crecen mas lozanos" (especificativol, "Ios arboles, podados a tiem­

po, crecen mas lozanos" (explicativo). En este segundo caso, el hecho de il'

entre comas la proposicion participial indica grMicamente el caracter expli­

cativo del participio conjunto. Fonicamente ese caracter queda subravado

por una pausa en la enunciaci6n (316). La consistencia verbal de ambos ti­

pos de participios conjuntos (incluso la del especificativo, mas pr6ximo a

(315) Italo Svevo, "Le confessioni del vegliardo", en Corto viaggio sentimentale,Milano, Mondadori, 1957, p. 293.

(316) S. Gili y Gaya, o. cit., pp. 302-303.

88

los adjetivos) se demuestra en ital iano por el hecho de que, como va he­

mos dicho V veremos mas adelante, tanto el uno como el otra pueden Ile­

val' la enclisis pronominal: "Renata entrò in casa di Antonietta ... per sos­

tituire la vecchia nutrice di Umberto ritiratasi nel suo villaggio" (317);

"Benedetto guardava, rimessosi a giacere supino, i punti lucenti dell'im­

menso azzurro" (318).

El italiano procede con gran libertad en el empleo del participio pa­

sado conjunto, lo mismo si se trata de verbos transitivios que de verbos in­

transitivos, V sean estos Liltimos de significado dinamico o de significado

estatico (estado, permanecido, quedado etc.l, de mas diffcil empleo en es­

panol éstos, en construcci6n conjunta. El italiano, en cambio, los ha em­

pleado sin traba ninguna en todos los tiempos: "come gente stata sotto lar­

ve" (Dante, Paradiso, XXX, 91); "a servare il segreto tra noi stato" (Boccac­

cio, Decameron, IV, 6.a ), "stato alquanti di ... n'andò a casa" (Boccaccio,

Decameron, IV, 2.a). Y, en la lengua moderna, con funci6n especificativa:

"si voltano a salutare il gruppo rimasto" (319); "i pochi buoi rimasti furo­

no di nuovo aggiogati", "i partigiani sopraggiunti... intuirono l'accaduto"

(320). Y, con funcion explicativa: "Le dica che, uscito dal mondo, preghe­

rò", "Rientrato in sagrestia, vi trovò il custode" (321); "entrato, s'accorse

che la stanza era vuota" (322).

La traducci6n de la mavor parte de esos participios conjuntos in­

transitivos al espanol exigirfa, especialmente cuando se trata de verbos es­

taticos, el pesado empleo del gerundio compuesto, en unos casos, o, en

otros, el recurso a una praposici6n explfcita de relativo. En cambio, no ha­

brfa dificultad alguna en traduci l' los participios conjuntos, especificativos

o expl icativos, de verbos transitivos: "II racconto del ragazzo sequestrato a

(317) Ita10 Svevo, Le confessioni del vegliardo cit., p. 357.(318) A. Fogazzaro, n santo cit., p. 319.(319) Guido Gozzano, "San Francesco", en Opere, Milano, Garzanti, 1953, p.

1185.(320) L. Preti, o. cit., pp. 403, 473.(321) A. Fogazzaro, Piccolo mondo modemo, Milano, Mondadori, 1965, pp. 341,

344.(322) F. Jovine, o. cit., p. lO.

89

'''-''~-''-'', "Identificata la donna bruciata in un bosco" (323); "Menati dal

colla sferza, eran arrivati" (324).

De hecho, no es dificil hallar en los escritores espanoles, desde la

prosa histarica del rey Sabio hasta la prosa periodistica moderna, expresio­

nes como éstas: "Trebeta, echado de aquella tierra, fuese a Germania"

(325), "enriquecidos algunos, pagan si pueden jornales miserables" (326).

Cierto es que, en escritores novedosos, pueden verse esas construc­

ciones incluso con participios conjuntos intransitivos, como en el siguiente

caso en el que, ademas, dicho participio conjunto intransitivo va referido

no al sujeto de la proposician sino al complemento directo de la misma:

"ido, lo acusa de robo" (327).

El participio pasado conjunto, con prec1icado nomillal.

Tratandose de verbos transitivos, no es rara, ni en italiano ni en es­

panol, la construccian del participio pasado conjunto, en funcian e)(plica­

tiva, seguido de un predicado nominai: "costui, tenuto buono e male ado­

perando... " (Boccaccio, Decameron, IV, 2. a); "elegido alcalde, fue un buen

admin istrador".

Pero en italiano esa construccian es también muy frecuente con los

participios de verbos intransitivos, cosa que no ocurre en espanol: "Carmi­

ne riebbe il padre, ma non la madre, diventata pazza", "si dice che, mortoammazzato, risorse come Gesù Cristo" (328); "allegri, signor capitano, egl i

diceva ... tornato cordiale" (329).

(323) Periodico "La Stampa", Torino, 19 ottobre 1974, pp. 9, Il.(324) R. Bacchelli, o. cit., Tomo I, p. 35.(325) Alfonso X, General Estoria, Libro IV, c. XXIII.(326) Periodico "ABC", Madrid, l de noviembre de 1974, p. 21.(327) Carlos Rojas,Azaila, Barcelona, PIaneta, 1973, p. 2I.(328) Indro Montanelli, L'Italia dei notabili, Milano, Rizzati, 1973, pp. 86, 88.(329) R. Bacchelli, o. cit., pp. 33-34.

90

Particularmente fecundo en este sentido es, en la lengua literaria

moderna, el verbo rimanere: "Cristina apparve sul vano della porta del ma­

lato, rimasta aperta", "egli disse a Uliva, rimasto impassibile sul divano"

(330); "Rimasto vedovo, aveva rinunciato alla patria potestà", "rimasto so­

lo, girò lo sguardo attorno" (331); "il quale, rimasto silenzioso... " (332). Y

en noticias de Prensa: "rimasto solo... , ho udito lo scrosciare dell'acqua",

"rimasta vedova nel dopoguerra, aveva sposato il tedesco" (383). También

es frecuente el participio del verbo stare en este tipo de construcciones,

tanto en la lengua italiana antigua como en la moderna: "una canzone già

da lui stata fatta", "la regina al giardino statale da Pasquino insegnato se

n'andò" (Boccaccio, Decameron, III, 7. a); "molti del contado, stati chia­

mati da' cittadini", "fu preso uno monaco stato veduto andare più volte",

"trovavasi papa Eugenio in Firenze, stato cacciato da Roma" (N. Machia­

velli, Istorie fiorentine, Libro quarto, XXXII); "la vecchia del Subbia, sta­ta sempre ritenuta e contegnosa", "genti state sempre inclini alle burle",

"un terreno sempre stato in gran parte incolto" (334).

En todos estos casos el espanol tendria que recurrir a la proposi­

cian expl icita de relativo, si se trata de participios especificativos, para tra­

ducirlos correctamente; o al gerundio compuesto también, cuando se trata

de participios explicativos.

El participio pasado absoluto.

Lo mismo que hemos dicho del participio de presente, el participio

pasado puede ser empleado en construcciones absolutas y, de hecho, lo es

frecuentemente, tanto si se trata de un participio intransitivo como, sobre

todo, si se trata de uno transitivo.

Recordemos de paso que, aunque el participio absoluto sea heren­

cia del ablativo absoluto latino, no podemos ni en espanol ni en italiano

(330) L Silone, Pane e llilzo cit., pp. 130, 254.(331) L. Preti, o. cit., pp. 45, 207.(332) F. J ovine, o. cit., p. 96.(333) Periodico "La Stampa" cit., p. 9.(334) R. BaccheIli, o. cit., Tomo l, pp. 182, 211, 222.

91

denom inar ablativa esta construcclon puesto que no lIeva ninguna de las

preposiciones (segnacasi) propias de dicho caso. Todo lo mas, escribe G.

Pasquali (335), podria hablarse de un caso oblicuo.

Aparentemente esta construcci6n padria confundirse con la del

participio conjunto explicativo; y, de hecho, la funci6n de la misma es

también explicativa. Como ya hemos dicho, los distingue gramaticalmente

el hecho de que, mientras el participio conjunto va referido y concertado

con el sujeto o con un complemento de la proposici6n regente, el partici­

pio absoluto tiene su sujeto proprio, distinto gramaticalmete del de dicha

proposici6n regente.

Se trata de una construcci6n propia de la lengua literaria, aunque se

emplee también a veces en la lengua coloquial: "morto io, venga pure il

diluvio".

El italiano, para su empleo, no hace tampoco en este caso distin­

ci6n entre verbos transitivos, intransitivios, neutros, actiyos o pasivos. Ese

empleo ha sido abundantisimo en la literatura italiana de todos los tiem­

poso G. Herczeg lo ha estudiado en la prosa de Masuccio Salernitano (336),

pero podrian hacerse analogos estudios, con parecidos resultados, en las

obras de cualquier otro escritor y, de manera particular, en las de Boccac­

cio, maestro de estilo para Masuccio. La ejemplificaci6n padria ser inter­

minable y no seria exhaustiva: "La dolente donna riconciliata con esso

lui ...si partirono", "quindi, in terra gittate le pietre, ... si ristettero" (Boccac­

cio, Decameron, VIII, 3. a); "e quivi nuova progenie generata, ... rendeol'anima a Dio" (Boccaccio, Filocolo, Libro primo, I, 13); "i re caduti, ètolto ogni pretesto di vergogna" (A. Manzoni, Adelchi, atto IV, sc. 4. a);

"Valenti no morto, restammo a bocca aperta" (337); "Chiuso l'uscio, si

appoggiò a uno stipite", "lasciata lei al piede della salita, si era allontana­

to solo", "preso congedo, discese le scale", "venuto don Teofilo, egli an­

drebbe ad attendere Sua Santità", "partite tutte le altre signore, si trovò

solo", "entrati i due preti, il giovane ... disse" (338); "a casa mia...recitato il

(335) G. Pasquali, o. cit., p. 156.(336) G. Herczeg, "Il participio passato assoluto nelle novelle di Masuccio Salemi­

tana", en Saggi stilistici cito pp. 181-200.(337) l. Svevo, Le confessioni di Wl pegliardo cit., p. 321.(338) A. Fogazzaro, Il santo cit., pp. 323, 279, 262, 249, 220.

92

rosario, mia madre ci parlava di questi posti" (339); "tratta fuori dalla

tasca una bottiglia, si mise a riempire la lanterna" (340), etc.

Aunque con menor frecuencia de empleo que en italiano, también

en espanol es notable la presencia de este participio pasado absoluto, in­

cluso cuando se trata de participios intransitivos: "El rey Nino, andadosocho annos de Abraham ... e ordenados e puestos en recabdo el regno de

Assiria e de Babilonia, apoder6se de ... Bactra", "muri6 el rey Nino, an­dados ocho annos de Abraham", "andados veynte e dos annos de Abra­

ham...sac6 luego grandes huestes" (841); "Entrado en una floresta I de

frescos e verdes prados, I dos coseres arrendados I çerca d'una fuente es­

tavan", "Las ensenas demostradas, I se movieron las planetas", "El fecho

bien entendido ... I non les pude mas dezir" (342); "Empero sy, su amor

olvidado, las vanas cosas queremos e amamos, dexado el ynfinido Cria­

dor ...", "E, pues, dexada la corte del papa, la del emperador sy va por esta

rregla" (343); "Esto dicho, el misero Durandarte ... dijo" (344); "La gente

ya del todo sosegada, I Caupolican al joven se volvia"; "Acabado el comer,

lo que del dia Iles quedaba, las mesas levantadas, I se pas6 en regocijo y

alegria" (345); "Tan bien se ha dormido, I que, el dia venido, I inCIti I ha si­

do I gritarle y lIamar" (346).

En cuanto a la colocaci6n de 105 elementos esenciales de esta cons­

trucci6n, el participio suele ir normalmente precediendo al sujeto. Esto lo

senalaba ya Pietro Bembo en sus antedichas Prose della volgar lingua:

"Quando la detta voce del passato si pone assolutamente con alcun nome,

al n~me sempre l'ultimo caso si dia, si come latinamente favellando: cadu­to lui, desto lui" (347). Pero, como hemos podido ver, tanto en italiano

Gomo en espanol, ese orden se altera frecuentemente.

(339) G. Ungaretti, "Lucca", en L'allegria. Cf. L. Piccioni, Per conoscere Ungaretti,Milano, Moridadori, 1971, p. 107.

(340) M. Pomilio, o. cit., p. 44.(341) Alfonso X, Generai Estoria, Libro IV, c. XXI y XXV.(342) Marqués de Santillana, o. cit., pp. 51, 99, 120.(343) Arcipreste de Talavera, o. cit., p. 27.(344) M. de Cervantes, Quijote, Parte 2. a, cap. 23.(345) Alonso de Ercilla, La Araucana, Canto III, 653-54, Canto XI, 241-43.(346) Eduardo Ivlarquina, El monje bianco, Jomada 3. a, retablo 9. 0 .

(347) P. Bembo, o. cit., pp. 416-417.

93

Cuando el sujeto de la proposicion regente es también el sujeto lo­

gico de la accion expresada por el participio, dicho sujeto puede en italiano

aparecer explicitado en la proposicion absoluta: "E ridotta i Genovesi la cit­

tà ... in pochi giorni il castello occuparono", "Occupata Niccolò la Romag­

na, lasciò quella in guardia a Francesco" (N. Machiavelli, Istorie fiorentine,Libro Quinto, VII, XVIII).

También en espanol se da a veces este hecho: "Hecho el Marquésde Cafiete el castigo en el Piru, Ilegan mensajeros de Chile a pedirle soco­

rro" (348). Estas construcciones parecen ser el resultado de la elision del

gerundio auxiliar en una originaria construccion con el gerundio compues­

to ("E avendo ridotta i Genovesi la citta ... ", "Habiendo hecho el Marqués

de Canete el castigo... ").

Analoga a esta construccion es otra que, segun B. Migliorini (349),

se da en italiano, con particular frecuencia a partir del siglo XVI. Consiste

en el hecho de que el participio pasado absoluto Ileva la terminacion singu­

lar masculina en -o, aunque su sujeto (con el que deberia concertar en gé­

nero y en numero) sea un sustantivo femenino o un sustantivo plural: "fat­to Pasqua" (P. Pembo, carta del 1503), "stracciato la scritta" (Grazini,

Spiritata, atto I, sc. 3.a ), "restato la femmina contenta" (Don i, novella

X III). Pero vemos también esa construccion en escritores mas antiguos: "E

tolto le calze, e scarpette, e farsetto, e gonella e l'altre cose ... subito n'ebbe

fatto un assettato fardellino" (Franco Sacchetti, Il trecentonovelle,LXXXIV).

Segun Stanko Skerli, que ha estudiado este tipo de construcciones,

se trata efectivamente, también en este caso, del resultado de la elision de

del gerundio auxiliar que originariamente precedia a esos participios (350).

Franca Brambilla Ageno ha senalado los precedentes de las mismas en la ba­

ja latinidad y, de modo particular, en la Peregrinatio Aetheriae, su bra­

yando que las formas impersonales de verbos transitivos (constituidas por

(348) Aionso de Ercilla, o. cit., Canto XIII (Resumen preliminar).(349) B. Migliorini, Storia della lingua italiana cit., p. 372.(350) S. Skerlj, Costrutti participiali del tipo "Jledllto la bellezza", en "Italia dia­

lettale", VIII, 1932, pp. 118-178. Cf. Gianfranco Folena, Ricordo di StankoSkerlj, en "Atti dell'Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti", TomoCXXXVIII, Venezia 1980, pp. 72-77.

94

el auxil iar essere mas un participio neutro, del tipo: "non fu mai consenti­to la· tenuta da'fiorentini) acabo por fomentar esa misma licencia en las

formas compuestas de los verbos intransitivos, constituidas también por el

verbo essere mas un participio pasado: "ben m'è venuto prima cordo­glienza" (351).

El participio pasado en construcciones modales.

Muy proximas formalmente a las construcciones de participio abso­

Iuta san ciertas construcciones modales, en las que los elementos constitu­

tivos esenciales san también un participio y un sustantivo, al que dicho

participio va refe rido como a su sujeto propio. Normalmente, en el orden

de colocacion de dichos elementos, suele ser el sustantivo el que precede

al participio: "Antonia continuava a singhiozzare, il capo abbandonato su­

lla mia spalla" (352). Pero éste no es dato diferenciador, con respecto a las

construcciones de participio absoluto, porque, como acabamos de ver,

también en él se da muchas veces este mismo orden de colocacion de sus

elementos constitutivos. Los diferencia, mas bién, el hecho de que, en estas

construcciones modales, puede siempre explicitarse la preposicion con, que

revela en las mismas su verdadera naturaleza de ablativo moda!.

Esta construccion, eminentemente literaria, es empleada incluso en

la lengua actual, lo mismo en italiano que en espanol, y tiene precedentes

en los textos literarios mas antiguos. Asi, en espanol, en la traduccion del

libro de Barlaam, que hizo en el siglo XIII el infante don Fadri~ue, herma­

no de Alfonso X, a proposito de la parabola del hombre en el pozo, se lee:

"et en catando al fondon del pozo, via una serpiente, la baca abierta pa­

ra le tragar" (353). Y en el Arcipreste de Talavera: "E la Fortuna de conti­

nente, las manos juntadas, las rodillas en tierra, desnuda como nasciera, e

(351) F. Brambilla Ageno, o. cit., pp. 159-176.(352) l. Svevo, Le confessioni del Jlegliardo cit., p. 322.(353) M. Menéndez Pelayo, Origenes de la IJOJlela, Madrid, C.S.r.c., 1943, Tomo I,

p.54.

95

la cabeça vnclinada facia la tierra e los ojos baxos... " (354), donde el he­

cho de hallarse estas construcciones en una secuencia de complementos

modales demuestra el mismo caracter en ellas.

En la literatura espaFiola moderna, bien conocidos son estos versos

de Federico Garcia Larca: "Por el olivar venlan, / brance y sueFio, los gita­

nos, / las cabezas levantaelas / y los ojos entornaelos" (355). Y, en la italia­

na, también se da esa construccion con relativa frecuencia: "stette a guar­

darmi, gli occhi accesi" (356).

Es, como se ve, una construccion muv proxima a otras que, aun sin

la presencia cle participio, actuan también como complementos modales

apreposicionales: "El desconocido, mas hondas las arrugas de su rostro, ...

no podla apartar de tlO Peci l'O los ojos espantados" (357); "rimase a rin­

ghiare (il cane), le zampe anteriori a terra, finché io non mi chinai" (358).\

El participio pasado con enclisis pronominal.

Rasgo eminentemente diferenciador entre la lengua literaria espa­

Fiola V la italiana es la posibilidad que tiene esta 1I1tima de emplear pronom­

bres encl iticos, tanto con los participios de presente como con los parti­

cipios pasados, cuando éstos conservan su cankter verbal. Y es rasgo dife­

renciaclor porque, aunque, como ha seFialado M.E. Gorra (359), también

en el espaFiol antiguo se dé una fuerte tendencia a la enclisis pronominal

y, de hecho, esa enclisis aparezca a veces en el participio pasaclo ("A Mi­

nava X LV cavalleros acrecielol han", "Arriba alço Colada, un grant gol­

pe dadol ha", Cantar ele Mio Cid, 1419, 1421; "El Criador otorga quanto

(354) Arcipreste de Talavera, o. cit., p. 319.(355) F. Gareia Larca, "Romance de la luna, luna", en Obras completas, Madrid,

Aguilar, 1974, Tomo I, p. 394.(356) G. Savial1e, o. cit., p. 56.(357) W. Fermindez Florez, El bosque animado, Madrid, Espasa-Calpe, "Austral",

1973, pp. 133-34.(358) M. Pomilio, o. cit., p. 40-41.(359) M.E. Gorra, Lingua e letteratura spagnuola, Milano, 1898.

96

peelidol has", Poema ele Fermin Gonzalez), es claro que, en todos estos ca­

sos, la enclisis junto al participio es solo aparente, pues se refiere no preci­

samente a él sino al bloque verbal, en modo personal, que forma dicho par­

ticipio pasado con su verbo auxiliar (360).

En cambio, en italiano, la enclisis pronominal con el auténtico par­

ticipio pasado (forma no personal del verbo) se da y se ha dado en todos

los tiempos, tanto en construccion absoluta como en construccion conjun­

ta (explicativa e incluso especificativa), como ya he apuntado antes. Vea­

mos solo algunos ejemplos; con el participio conjunto especificativo:

"L'odore di carne cotta non ci distraeva dal compito impostoci dal costu­

me" (361); "la vecchia Singher prestatale dalla cognata" (362) y, en prosa

no literaria: "notazioni scolastiche tramandatesi almeno fino al Risorgi­

mento" (363), etc.

Naturalmente, con mucha mas frecuencia aun se da la enclisis pro­

nominai en el participio conjunto explicativo, dada la mayor evidencia­

cion del caracter verbal del mismo. En la prosa de Boccaccio la presencia

de estos participios explicativos con enclisis es abundantlsima. Veamoslos,

por ejemplo, en la nov. 2. a de la 4. a Jornada: "fattosi prete, ... piangeva la

passione ciel Salvatore", "salitosi su so, se n'entrò nella camera", "il quale

una notte andatovi...", "levatosi, aperse una finestra", "e clai cognati tra­

vatovi, s'era gittato nel canale", etc. Lo vemos igualmente en los escritores

modernos: "Presto la respirazione di Augusta, fattasi più rumorosa, ...

m'annunziò che essa dormiva" (364); "Questi, riavutosi, s'avanza nel mezzo

del quadro" (365); "Destatosi, aveva sentito un desiderio cii rose" (366);

"iscrittosi come tutti al GUF, non aveva aderito alla FUCI", "imboscatosi

nella Milizia, ... aveva avuto qualche contatto col suo vecchio maestro"

(367), etc.

(360) Erik Staaff, Etude SUl' les pronoms abréges en ancien espagnol, Uppsala, Aka-demiska Bokhal1dehl, 1906, p. 13.

(361) G. Saviane, o. cit., pp. 82-83.(362) F. Tomizza, o. cit., p. 129.(363) Mario Marti, Stilnovo, en "Dizionario critico della letteratura italiana", Tori-

no, U.T.E.T., 1973, vol. 3, p. 423.(364) I. Svevo, Le confessioni del Jlegliardo cit., p. 350.(365) G. Gozzano, o. cit., p. 1147.(366) A. Fogazzaro, n santo cit., p. 260.(367) L. Preti, o. cit., p. 48,331.

97

Y, por la razon antedicha, igualmente abundante es la enclisis pro­

nominai con el participio pasado absoluto. Como era de esperar, podemos

verla reiteradamente en la obra de Boccaccio. Asf, en la antedicha "nove­lla": "Fattosi il dì chiaro, ...udì dire come... ", "e messagli una catena in go-

la ...e datogli...un gran bastone mandò uno al Rialto", "e gittatagli unacappa in dosso e scatenatolo infino a casa loro nel menarono, dove inca-tenatolo ...si crede che egli morisse". En Machiavelli: "Dopo questo, tentòi compagni ... e trovatigli disposti, ne parlava con quelli" (lstorie fiorenti­

ne, Libro Quarto, XXXI). Y, en autores modernos: "Vistasi la strada sbar­rata, ... indietreggiarono" (368); "mortagli la nonna, ... s'era attaccato adAgostino", "e così, fattasi sera, ci avviammo alla casa designata" (369);

"Adesso, taciutasi la voce, tutto rientrava nell'ordine" (370).

Aunque el hecho no sea particularmente significativo, vale la pena

observar que, a veces, esta enclisis pronominal con los participios es acu­

mulativa, es decir, doble. Se da especialmente en los escritores antiguos y,

también en este caso, de manera especial, en Boccaccio, en el que, sin sa­Iirnos de la susodicha "novella", podemos ver: "presomi per la cappa e ti­ratomisi a' piè, tante mi diè, che tutto mi ruppe", "e là venutosene e ri­

conosciutolo, ... ". También en Machiavelli: "Ma sendo disarmati, datice­gli liberamente... siamo forzati a dolerci" (lstorie fiorentine, Libro Quar­

to, XXI).Con este recurso de la enclisis pronominal, el italiano, suprimiendo

el gerundio auxiliar ante el participio pasado, por seI' este ya de por SI sufi­cientemente significativo, aligera y agiliza la andadura del discurso, demos­trando una vez mas que, como observa Cesare Segre, la lengua italiana hamanifestado en todo momento una gran tendencia a imitar el sintetismo

expresivo de la frase latina (371).

Escribfa va, a este proposito, en 1525, Pietro Bembo, el verdaderomaestro y orientador de 105 gustos literarios italianos, tras haber alegadonumeros05 ejemplos: "Nel qual modo di ragionare si vede ancora questo,

(368) L. Preti, o. cit., p. 442.(369) G. Berto, La falltarca, cit., p. 23 y La gloria cit., p. 150.(370) G. Tomasi di Lampedusa, o. cit., p. 17.(371) C. Segre, Lingua stile e società, Milano, Feltrinelli, 1963, p. 292.

98

che si dice miratola e commendatola molto, invece di dire avençlola miratae commendata ... La qual guisa e maniera di dire, si come vaga e brieve a gra­

ziosa molto, fu da' buoni scrittori della mia lingua usata...e dal medesimoBoccaccio sopra tutti" (372).

Las razones, pues, del éxito de esta formula braquilogica italianadel participio con enclisis eran para Bembo su belleza y su econom fa ex­presiva: vaga e brieve e graziosa molto.

También Juan de Garlandia, en el siglo XIII, habfa presentàdo ensu Poetria el "verbum conversum in participium" y el "ablativus absolute

positus" como dos de los recursos mas eficaces para lograr (él se referfa ala prosa latina) el ideai estil fstico de la brevedad (373).

Cierto es que esa busqueda de brevedad y de belleza puede a veces

engendrar oscuridad o, por lo menos, mermar la natural claridad que sue­

le tener la proposicion explfcita. Pero, como escribe Bruno Migliorini, loque prevalece en generai en 105 escritores italianos es la atencion a la belle­za de la forma: "quel culto della forma che è l'atteggiamento secolare, an­

zi, possiamo dire, perenne degli italiani rispetto alla loro lingua. E una del­

le manifestazioni più tipiche è il desiderio di adeguarsi a quei tre grandi

trecenteschi, che avevano fornito così alti modelli letterari" (374). Uno de

esos tres grandes maestros italianos del siglo XIV era precisamente Boccac­cio, modelo para la prosa literaria. Por lo que se refiere a ese frecuenteempleo de todo tipo de construcciones participiales, que helllos visto enlos escritores italianos de todos los tielllpos, es evidente que tales construc­ciones encajaban talllbién perfectamente en la nueva moda de 105 perfodosbreves, o "estilo cortado" que, siguiendo los modelos franceses, lucho porimponerse en Italia a partir del siglo XVIII (375).

(372) P. Bembo, o. cit., Terzo libro, UV, p. 416.

(373) Ernst Robert Curtius, Literatura europea]l Edad Media latina, México-Ma­dlid-Buenos Aires, Fondo de cultura economica, 1972, voI. II, pp. 687-88.

(374) B. Migliorini, Storia della lingua italiana cit., p. 698.(375) B. Migliorini, Storia della lingua italiana cit., p. 511.

99

NOT~.- Los datos principales de este estudio sobre el participio pasadofueron por mI expuestos en una conferencia pronunciada en ocasion de la "Semanacultural italiana" organizada por el Departameno de Filologia romanica de la Univer­sidad de Oviedo durante los dias 22-26 de abril de 1979, y publicada posteriormenteen Estudios de lengua y literatura italianas, Oviedo, Servicio de Publicaciones de laUniversidad, 1980, pp. 81-89.

El participio pasado con "acusativo griego".

Exclusivo de la lengua literaria es el sintagma participial lIamado de

acusativo griego. Se trata de una construccion eminentemente preciosista,

formada por un participio pasado conjunto (376) acompafiado de un com­

plemento apreposicional con funcion marcadamente restrictiva. Precisa­

mente por ese caracter restrictivo, dicho complemento recibe también a

veces el Ilombre de "acusativo de parte".

Lo anomalo de tal construccion es el hecho de que ese complemen­

to directo apreposicional vaya referido a un participio pasado transitivo

(forma pasiva, por tanto) o, incluso, a un simple adjetivo descriptivo, sea

éste deverbal o no lo sea: "coperta il volto con le palme", "una Madonna

di Loreto tutta nera il volto" (377).Su empleo era frecuente en los poetas griegos, sobre todo a partir

de Homero, lo cual justifica que se Ilame comunmente aCLfsativo griego a

dicho complemento.

De los poetas griegos la imitaron mas tarde los escritores latinos,

poetas y prosistas. Con especial frecuencia aparece en toda la obra de Vir­

gilio: "Lacrimis oculos suffusa", "nuda genu", "exuvias indutus", "per­cussae pectora", "Procne pectussignata" (Eneida, 1,228,320; Il, 275; XI,

877; Georgicon, IV, 15).

(376) Real Academia Espafiola, Esbozo de una nueva gramdtica de la lenglla espa­riola, cit., p. 496.

(377) G. D'Annunzio, "La vergine Orsola", en Le novelle della Pescara MilanoMondadori, 1959, pp. lO y 8. ' ,

100

La antedicha aplicacion de este complemento de limitacion a 105

simples adjetivos se habfa producido ya en la misma lengua poética griega

por extension analogica (378). El mismo proceso extensivo se dio también

en latfn, donde el primitivo sintagma participial habfa tenido facil acogida

por el hecho de que, especialmente en la lengua poética latina, el participio

pasado puede tener sentido reflexivo, muy proximo al de la voz media

griega. Y ese sentido reflexico es el que justificarfa la complementa­

cion directa en un participio pasado. El arriba citado "Iacrimis oculos suf­fusa" equivaldrfa a un "habiéndose bafiado 105 ojos en lagrimas". La cons­

truccion, que tuvo luego en latfn otros ulteriores desarrollos, paso también

de la lengua poética a la lengua de la prosa (379).

Dada la exquisita belleza y la eficacia expresiva de este sintagma,

nada tiene de extra fio su pronta y facil acogida en la lengua poética italiana.

Francisco Petrarca, maestro y modelo de esa lengua poética italiana, lo em­

piea repetidas veces en sus dos posibles presentaciones, con el participio

pasado y con un simple adjetivo: "Marte / cinto di ferro i pie, le braccia e'1 col/o", "Andromeda ...bruna i begli occhi e le chiome" (Triumphus Cu­pidinis, I, 151-52 y 143-44); "Umida l'occhi e l'una e l'altra gota" (Canzo­niere, CCCXLlII-Sonetto CCLXXXV); "Una strania Fenice, ambeduel'aIe / di porpora vestita e 'I capo d'oro" (Canzoniere, Canzone XXIV), etc.

Mas vistosa aun es la presencia de este estilema en Boccaccio, en

casos como éste: "Sonava un'arpa graziosamente / in voce che il suono è

dilettosa" (Caccia di Diana, XV, 4-6). Y parece bien explicable ese exquisi­

to recurso expresivo en aquella primicia literaria del joven Boccaccio, aun­

que V. Branca interpreta diversamente esos versos: "La desinenza femmini­

le dell'aggettivo -escribe el ilustre crftico- è forse determinata anche qui

da necessità di rima e facilitata per una concordanza ad sensum con arpao voce" (380).

(378) José S. Lasso de la Vega, o. cit., Tomo I, pp. 377-387.(379) Paul Lejay, Oeuvres de Virgile, L'Eneide, Paris, Librairie Hachette, 1947, p.

253, nota 7.A. Tovar, o. cit., p. 28.

(380) G. Boccaccio, "Caccia di Diana", en Tutte le opere di G. Boccaccio, a curadi V. Branca, Milano, Mondadori, 1967, Tomo l, p. 37 y nota l en p. 702.

101

El buen poeta que fue, en el siglo XVI, el napolitano Luigi Tansillo

escribe en su Canzoniere (VII, 7-8): "ciascuna bianca il volto, i capei bion­da, I vestite tutte del color dell'onda" (381). A finales de aquel mismo si­

glo, Torquato Tasso refina aun mas el estilema cuando escribe (Gerusalem­me liberata, IIl, 21): "e parte nuda ella ne resta".

En uno de los mas bellos "Idilli favolosi" de la Sampogna, el que

Ileva por titulo 1/ ratto d'Europa, se compiace Giambattista Marino en

expresiones como "due ossa ...curve il picciol arco", refiriéndose a los pe­

quefios cuernos del joven toro, bajo cuya figura se enmascaro Jupiter para

raptar a la incauta doncella, de la que, poco mas adelante, nos cuenta el

poeta como surcaba el mal' "sparsa le bionde trecce"; trenzas esparcidas

que, rubias o negras, veremos luego presentadas de la misma manera por

otros poetas.

Toda una secuencia de sintagmas semejantes encontramos en un

elaborado soneto, barroco desde su mismo titulo, Bellissima mendica, del

poeta marinista Claudio Achilini: "Sciolta il crin, rotta i panni e nuda ilpiede" (382). Giuseppe Parini presenta en su poema Il giorno al diligente

administrador del joven aristocrata "bianco di gelo mattutin la chioma"("II mattino", 169); y Leopardi, en su canto Alntalia, contempla al poe­

ta gl'i ego "di lacrime sparso ambe le guance" por la muerte de los suyos.

En la tragedia Adelchi de A. Manzoni, la voz solemne del Coro describe a

los fugitivos longobardos "lrsuti per tema le fulve criniere (final del Ac­

ta III); y el mismo Coro, al final del Acta IV, se conmueve contemplan­

do la muerte de la infeliz Ermengarda: "Sparsa le trecce mordibe I Sull'affa­

noso petto, / Lenta le palme, e rorida I Di morte il bianco aspetto, I Gia­

ce la pia".

Como era presumible, no dejo de aprovechar G. Garducci este be­

llo estilema clasico en sus Odi barbare: "Pensoso il padre, di caprine pelli Il'anche ravvolto come i fauni antichi, I regge il dipinto plaustro e la for­

za I de' bei giovenchi, I de' bei giovenchi dal quadrato petto, I erti sul ca­

po le luna te corna" (Alle fonti del Clitumno, 13-18); "Solo un amante ... I

(381) Cf. Antologia della letteratura italiana, Milano, Rizzoti, 1968, Tomo 3, p.234.

(382) Cf. Antologia della letteratura italiana cit., Tomo 3, p. 1036.

102

caldo de' baci suoi le vene", "sparsa le nere trecce" (All'Aurora, 63-64,70); "Poggiata il capo al Palatino augusto" (Dinanzi alle terme di Caracal­la, 37), etc.

Lo mismo hizo en su prosa poética G.D'Annunzio: "una Madon­

na di Loreto tutta nera il volto, il seno, le braccia", "tutti erano in ginoc­

chio, chini la faccia", "Teodora La lece ...coperta il volto con le palme",

etc. (La vergine Orsola cit., pp. 8, 9,10).

Lo vemos también repetidamente empleado en la prosa de R. Bac­

chelli: "Giaceva supino ...nudo i piedi", "era un vecchio, canuto la granbarba", "siete tribolata la vostra parte", etc. (383).

También la lengua literaria espanola conoce esta construccion, aun­

que su empleo haya sido mucho mas limitado y esporadico que en la italia­

na. R. Lapesa atribuye su introduccion en esa nuestra lengua Iiteraria a

Garcilaso de la Vega que, junto con Boscan, consiguio introduci l' también

"la versificacion italiana, y con ella un nuevo sentido de la poesia" (384).

Y recuerda a este proposito aquellos versos de la cancion A la fIor de Cni­

do (18-19), compuesta durante su estancia en Napoles y claramente in­

fluenciada por los gustos italianos: "Ios alemanes I el fiero cuello atados".Recuerda igualmente R. Lapesa (385) que, después de Garcilaso, y antes

de que Gongora los procligara en su obra poética, los habian empleado

también fray Luis de Leon y, sobre todo, Fernando de Herrera, y que,

seglin Leo Spitzer, tal construccion pudo tener una base espontanea en la

misma lengua espafiola. Esa base espontanea a que apunta L. Spitzer serian

las expresiones del tipo aliabierto, manilargo etc. (386).

Gongora, efectivamente, especialmente en sus dos mas famosos

poemas barrocos (Fabula de Polifemo y Galatea y Las soledades) emplea

con vistosa frecuencia estos acusativos griegos: "calzada plumas", "vestidoestrellas", "cabras... vagas el pie, sacrflegas el cuemo" (Fabula, 127, 185,

466-467); "un arroyo ...mudo sus ondas", "Primavera I calzada abriles y

(383) R. Bacchelli, o. cit., Tomo I, p. 262; Tomo II, pp. 499, 557.(384) R. Lapesa, Historia de la lengua espmlola cit., pp. 304-305.(385) R. Lapesa, Historia de la lengua espmlola cit., p. 345, nota 17.(386) L. Spitzer, El aCl/sativo griego en espailol, en "Revista de Filologia Hispani­

ca", II, 1940, pp. 35-45.

103

vestida mayos", "Ias duras manos impedido", "vestida su marmol frio ...

calzada un duro hielo" (Soledad primera, 242, 576-77,992,999-1001);

"el cénit escalo, plumas vestielo", "Eco, vestida una cavaela roca (Soleelad

segunda, 138, 185). En este Llltimo verso, vestiela (participio femenino) va

referida a Eco, nombre femenino también (como lo es igualmente en el

italiano actual), por tratarse del de una ninfa.

También Juan de Jauregui recurre a esta construccion para traduci l'

un verso deTasso, "Toelapenelienteelcuerpo" (A minta, 811), que en el

texto originai italiano dice simplemente: "tutta pendente".

Creo, en fin, que también puede interpretarse como acusativo grie­

go esta expresion de Cervantes (Quijote, Parte segunda, cap. 16): "105 al­

canzo un hombre ... vestielo un gaban de pano fino verde", aunque no lIame

la atencion sobre ella R. Menéndez Pidal, que recoge ese paso en su Anto­logia de prosistas espafioles (387).

Pero, aunque, como vemos, también la lengua literaria espanola co­

noce esta bella construccion, el aprovechamiento que de la misma ha

hecho ha sido muy limitado frente al que ha hecho y continua haciendo,

incluso en la época actual, la lengua literaria italiana.

V. EL PARTICIPIO DE FUTURO

Del verdadero particIpIo de futuro latino apenas quedan restos ni

en italiano ni en espanol, tanto por lo que se refiere a su forma pasiva

-ndo / -a como a su forma activa -uro / -a.

Lo mismo en una lengua que en otra, esos restos aparecen casi

siempre totalmente nominai izados como adjetivos o como sustantivos

y, por elio, las gramaticas no 105 tienen en cuenta al hablar de 105 partici­

pios (388).

(387) R. Menéndez Pidal, Antologia de prosistas espaFioles, Madrid, Centro deEstudios hist6ricos, 1923, p. 241.

(388) Piergabriele Goidànich, Grammatica italiana, Bologna, Zanichelli, 1974, p. 29.

104

El participio de futuro pasivo.

Por lo que se refiere a esos restos latinos del participio de futuro

pasivo, algunos cle ellos ni siquiera tienen base ve l'bai propia ni en el italia­

no ni en el espanol, lo que demuestra que son latinismos clirectos. Es el caso

de reverendo (lo que clebe seI' reverenciado, del latin revereri) y 105 no po­

pulares nefando y vitando, nominalizados como acljetivos y propios de la

lengua culta: "la denominacion de castellano es vitanela por confusa y tos­

ca ... vitanda sobre todo en tratados cloctrinales" (389).

Pero otros cle esos participios cle futuro pasivo nominalizados si

que tienen base verbal romance: educando, doctorando, venerando y 105

sustantivos leyenda y molienda. En italiano, también laureando y el sus­

tantivo agenda.

También en este caso el italiano se muestra mas activo que el espa­

noi en la utilizacion de nuevas creaciones. Asi, en el lenguaje monastico,

monacanda es la muchacha que va a seradmitida en una comunidad de

monjas; y probanda es la que, antes de esa admision, ha cle seI' someticla a

las oportunas pruebas: "La monacanda abbassò la testa verso le sue mani

congiunte" (390); "Era finito il noviziato dell'ultima probanda", "La mia

parente e la probanda confermarono che là dentro eran felici" (391).

El participio de futuro activo.

Como resto ciel participio de futuro activo, no queda practicamente

en espanol mas que la misma palabra futuro, nominalizada como su stanti­

vo, el futuro y, rara vez, como adjetivo: "El siglo futuro" era, hasta el 18

de julio de 1936, el periodico de la Comunion tradicionalista espanola.

(389) R. Menéndez Pidal, "La lengua espafiola", en La lengua de Cristobal Colon,Buenos Aires-México, Espasa Calpe, "Austral", 1947, pp. 107-125.

(390) G. D'Annunzio, Le vergini delle rocce, II, Milano, Mondadori, 1957, p. 107.(391) N. Lisi, o. cit., p. 103.

105

En el italiano sobreviven muchos mas y, lo que es mas importante,

sigue viva (y es relativamente productiva) la posibilidad de nuevas forma­

ciones: duraturo, futuro, morituro, nascituro, perituro, venturo etc.: "in

lui venturo credettero" (Boccaccio, Filocolo, V,54); "la fallace matema­

tica dei nostri occhi perituri (392); "Si perdeva nelle immensità degli anni

futuri" (393); "Fin dalla prima ora io le conobbi ... anelanti e prossimamen­

te periture", "la musica portentosa che regge la sua sostanza peritura", "le­

veranno il grido verso il morituro" (394); "Pilato aveva, nei confronti di

questo prigionero, un'attitudine diversa da quella che poteva aver avuto ...

per altri morituri" (395); nientre altro avrei voluto essere se non il cavalie­

re morituro", "il corredo del nascituro", "dopo aver pensato alla consorte

e al nascituro", "mi ha proposto di andare con lui a Parigi la settimana

ventura", "dovrebbe sentirsi orgogliosa di lui se scrive un libro duraturo","un monumento più duraturo del bronzo" (396); "i1nascituro non vedrà

la luce che sulla paglia d'un presepe" (397).

En una de las novelas actuales de mas éxito, 1/ nome della rosa de

Umberto Eco, podemos leer: "un toro e un leone... ruggivano in adorazione

di un Venturo che avrebbe giudicato i vivi e i morti", "in forma di infante,

ahimè mai più nascituro alla vita eterna", "la storia degli istanti futuri che

mi attendevano", "a edificazione dei lettori venturi", ''l'olezzo di quella

santa invidia si comunicava al morituro" (398).Y en prosa no literaria: "Ricerche per un miglior controllo delna­

scituro" (399).A la entrada del cementerio de Lecce (Apul ia) se lee esta inscrip­

cian: "PER LA PACE DELLE VMANE OSSA RISVRGITVRE".

(392) F. T. Marinetti, "Fondazione e Manifesto del Futurismo", en Teoria e inven-zione futurista cit., p. 8.

(393) D. Buzzati, "Il mantello", en La boutique del mistero cit., p. 68.(394) G. D'Annunzio, Le vergini delle rocce cit., pp. lO, 13, 159.(395) G. Berto, La gloria cit., p. 178.(396) G. Berto, n male oscuro cit., pp. 85, 168, 169, 190, 229, 356.(397) G. Gozzano, o. cit., p. 1143.(398) U. Eco, n nome della rosa, Milano, Bompiani, 1981, pp. 49, 52, 244, 246,

428.(399) Peri6dico "La Stampa", Torino, 9 maggio 1975, p. 8.

106

CONCLUSION

A través de este estudio comparativo de las formas no personales

del verbo en italiano y en espanol, hemos podido observar el gran esplritu

conservador del italiano con respecto a la lengua madre, el latln. Para mu­

chos, elio hace ciel ital iano una lengua practicamente estatica en compara­

cian con las demas lenguas romances. Asl opinaban, por ejemplo, Carlo

Gozzi, Ugo Foscolo, Leopardi y Manzoni. Creo, por el contrario, con A.

Schiafini, que, efectivamente, "la presenza sensibile del latino non è feno­

meno che possa risultare o agire in qualche momento solo della nostra

storia linguistica, ma è cii tutto il suo decorso, il suo stigma"; pero "pre­

senza sensibile del latino significa studio delle forme e clelle proporzio­

ni: senso della forma, che è traclizionale clelia spirito neolatino, segnata­

mente di quello italiano" (400).

El hecho de haber conservado el italiano gran parte de los recursos

expresivos del latfn, al mismo tiempo que utiliza sin trabas los que san pro­

pios de las lenguas romances, su pone con respecto a éstas una riqueza de

posibilidades, que siempre es de aclmirar, aunque no siempre sea posible

imitar.

Es preciso aclvertir, por otra parte, que muchas de esas peculiarida­

des sintacticas del italiano, sin posible correspondencia directa en espanol,

constituyen frecuentemente, a pesar de la tan pregonada como falsa seme­

janza entre ambas lenguas, una notable dificultad, a la cual hay que estar

constantemente atentos en el momento de afrontar la lectura de un texto

italiano y, naturalmente, en el momento de intentar traducirlo al espanol.

(400) A. Schiafini, I mille anni della lingua italiana, Roma 1961.

107

ITALIANO Y ESPANOL:CONFRONTACION LINGUISTICA (*)

Por Joaqu/n ARCE

Es sabido que el espanol y el italiano son dos sistemas muy afines y

que es esa peligrosa afinidad, y facilidad aparente, la mayor dificultad que

se encuentra en el respectivo aprendizaje. Pero es que, ademas, se trata de

las dos lenguas mas faciles para aprenderlas mal, de las mas diflciles para al­

canzar su dominio desde la otra (l). El hecho se explica facilmente: las dis­

ponibilidades de cada lengua son innumerables y casi todo puede decirse

de muchas maneras; lo importante es saber decirlo adecuadamente, oportu­

namente, segun la situaci6n, el contexto, los interlocutores. Si el ital iano y

el espanol resultan reciprocamente bien comprensibles, por ser la estruc­

tura de su palabra aislada muy semejante y hasta idéntica en un gran por­

centaje de veces; si ademas ambas lenguas carecen de sonidos vocalicos

(*) Reproduzco aqui gran parte, eliminando los apartados de canicter 111<is es­trictamente literario, del capitulo II de mi libro Literaturas Italiana y Espa­fiala freme a /l'ente, Madrid, Espasa-ealpe, 1982.

(1) Me apoyo en el testimonio de Carlo Tagliavini que en un breve articulo apa­recido en la revista "Le lingue estere", en 1947, titulado Spagnolo e italiano,precisa: "Si arriva così al paradosso che un Italiano di buona volontà che co­minci in pari tempo lo studio dello spagnolo e del tedesco e coltivi ambeduele lingue con ugual diligenza, dopo un anno conoscerà meglio lo spagnolo deltedesco, circa un rapporto di 10:1, dopo due, di 8:3, poi di 7:5, ma dopoquattro anni il grado di conoscenza sarà circa uguale, e dopo cinque tradurràpill correttamente dall'italiano in tedesco che dall'italiano in spagnolo".

109

muv relajados, mixtos o nasalizados, que pudieran dificultar entre si la fa­

cii percepcion de los mismos, la comprension queda facilmente asegurada.

Aparte del hecho de que la accion ejercida por la primera lengua re­

sulta mas perturbadora y peligrosa cuando se trata de sistemas lingu isticos

afines, lo cierto es que en nada beneficia a dos lenguas el que cada una pue­

da sentir a la otra como caricatura de si misma, como deformacion parodi­

ca de lo propio.

De hecho falta todavia, sistematicamente, exhaustivamente, un es­

tudio contrastivo entre el italiano V el espanol que podria ir desde el aisla­

do fonema hasta los enunciados mas complejos (2). Mi intento en esta oca­

sion es confrontar algunas muestras de los dos sistemas, no por los aspectos

formales mas vistosos de la divergencia ni por las cuestiones anecdoticas o

graciosas de los equivocos, sino porque las considero menos, poco o nada

conocidas o mas dificilmente reconocibles.

Se han buscado fenomenos generales V lIamativos, no ejemplos

usuales y abundantemente tratados V se los ha provectado, cuando ha si­

do posible, en una dimension extralinguistica. Mis tres puntos de apovo

fundamentales san: mi experiencia de docente de ambas lenguas a los nati­

vos de la otra, mi propia competencia de hablante V mis estudios o trabajos

sobre problemas Iingu isticos italoespanoles.

La confrontacion global de los sistemas fonético-fonologicos de

ambas lenguas tiene que apovarse en una base lingu istica claramente insti­

tucional izada, razon por la cual se atendera al italiano comun sin notorias

interferencias dialectales, por una parte, y, por otra, al castellano de Espa­

na, elio, mas que desprecio o desconocimiento de la legitimidad de otras

peculiares expresiones nacionales, significa la inevitable limitacion de mi

personal experiencia linguistica.

(2) Las bases para el mismo, sin embargo, las traza Manllel Carrera Diaz en Italia­no y espai'iol: elementos para ulla comparaciém, en Estudios de Lel/gua y Li­teratura italianas, Universidacl de Oviedo, 1980, pp. 23-47, y en Italiano parahispanohablantes: la ellgai'iosa jàcilidad, "Rassegna italiana di linguisticaapplicata", 3-1979 / 1-1980, pp. 23-40. Pllede ser lIti! asimismo José M.aSaussol, Glotodiddctica del espai'iol COli especial referencia a italafollos,Padova, Liviana Editrice, 1978.

110

Solo como datos conclusivos, téngase presente que, frente a los 21

grafemas del ital iano, en el alfabeto espanol se consideran 28. La arbitra­

riedad de tal desproporcion numérica queda aun mas de manifiesto consi­

derando que los fonemas ital ianos son muchos mas que los espanoles. Na­

turalmente todo fonema o grafema actua como unidad distintiva dentro de

su propio sistema, segCIn correlaciones CUVO juego de interdependencia va­

ria de lengua a lengua. Asi se explica que, incluso en el sector de las grafias,

algunos signos grélficos que para la gramatica espanola son digramas de un

unico fonemas (II, rr, qu, gu) no son tales para la gramatica italiana, donde

los dos primeros representan el refuerzo de la I V de la r simple, mientras

qu V gu son dos grafemas unidos correspondientes a dos sonidos; ademas,

vello explica una de las discordancias entre ambos alfabetos, el italiano no

considera sus digramas [ch, gh, cita), gita), sc(e), gl, gn] entre las letras del

abecedario, mientras en espanol se cuentan en él tanto la eh como la Il,

grafias, V por eso son digramas, de un solo fonema.

De la confrontacion paralela de los dos sistemas fonologicos se de­

duce que son 15 los fonemas coincidentes en ambas lenguas; pero mientras

son solo 3 los fonemas castellanos de la pen insula [Ios representados por

los grafemas c(e), j, y] sin correspondencia en la lengua c~lta de Italia, son

6, en cambio, /os fonemas italianos inexistentes en el espanol de hoV: los

que corresponden a las grafias g(e), v, scie), s sonora V z sorda V sonora.

Asi que, frente a los 19 fonemas consonanticos del espanol (15 coinciden­

tes, 3 sin correspondencia, mas la r multiple considerada fonema aparte V

no mero refuerzo de la r simple), el italiano presenta 21. Ahora bien, la ri­

queza fonologica del italiano se acrecienta aun mas con la posibilidad que

tiene de que casi todos esos fonemas consonanticos se pueden reforzar en

la pronunciacion -V los duplica la escritura- dando lugar a toda otra serie

de 15 nuevas oposiciones fonematicas. En cuanto al sistema de las vocales,

sabido es que el toscano -y solo el toscano- tiene 7 fonemas vocalicos en

sflaba tonica frente a los 5 del castellano, donde la diferenciacion entre vo­

cales abiertas V cerradas tiene caracter fonético V nunca fonologico. De

aqui que e/ italiano Ilega a 43 unidades distintivas (21 + 15 + 7) donde e/

castellano unicamente presenta 24 (19 + 5 vocales).

Del examen de los cuadros comparativos de fonemas se deduce asi­

mismo que los mas caracteristicos del espanol en relacion con el italiano

111

[Ios que corresponde a los grafemas c(e) y j] son sordos, mientras la ma­

yor parte de los fonemas italianos no existentes en espanol eque correspon­

den a s dolce, z, g(e) y v] son sonoros; por otra parte, aquéllos, los castella­

nos, son fricativos (y a ellos de ben anadirse los tres fonemas b, d, g, por ser

su peculiar realizacion castellana casi siempre fricativa), mientras la mitad

de los fonemas italianos sin paralelo en castellano son africados (g, z sorda

y z sonora). El espanol, pues, se caracteriza, frente al italiano, no solo por

la reduccion numérica fonematica, sino porque esa reduccion opera fun­

damentalmente entre los fonemas consonanticos sonoros (cuatro menos) y

africados (solo uno frente a cuatro), compensada, sin embargo, por una

mayor abundancia de fricativos (ocho frente a cinco); y asimismo, caracte­

riza al castellano el tener una sola oposicion consonantica, con rendimien­

to funcional distintivo, entre fonema simple y reforzado (r/rr), mientras

esa oposicion es actuante y efectiva nada menos que en quince fonemas del

italiano (3).

En el ambito de la estructura de la palabra a nivei del significante

merece la pena senalar el contraste que su pone la practicamente inexisten­

te terminacion de las palabras italianas en consonante, de cara a la frecuen­

cia de las espanolas, acrecentada por los morfemas de plural. Ello lIeva con­

sigo no solo la preocupacion atenta del ensenante para que el discente ita­

liano pronuncie esas finales del castellano sin arrastres inoportunos de la si­

bilante (y sin adicion de vocales epitéticas, como se da en algunos hablan­

tes italianos de espanol), sino que ademas tiene evidente repercusion en la

lengua poética, al impedir a menudo las habituales sinalefas del italiano.

A nivei suprasegmental es decisivo tener muy presente el diverso

comportamiento del acento, sobre todo referido a la distinta considera­

cion de la autonomfa acentual de la palabra en la frase. Ejemplifico breve y

sencillamente con un nombre propio de mujer idéntico en ambas lenguas,

Maria Luisa: mientras el italiano conserva ambos acentos y sonoriza la

-S-, el espanol hace un solo grupo fonico subordinando acentualmente el

primer elemento al segundo (marialuisa) y deshaciendo, por consiguiente,

(3) Deduzco estos resultados, expuestos ahora en forma n1<ls didactica, de mipropio estudio, n numero dei fonemi in italiano in confronto con lo spagno­lo, en "Lingua Nostra", XXIII (1962), n.o 2, también reproducido en estevolumen. A él remito para la discusi6n de las cuestiones prob1ematicas.

112

el hiato ia. Desajuste, pues, entre graffa y pronunciacion que también se da

en algunas palabras aisladas, como periodo, y en otros casos ya definitiva­

mente resueltos a favor del diptongo, como polici'aco, austriaco, etc.

También en relacion con el acento de la palabra, el espanol, a pesar

de su movilidad acentual, se queda corto frente al italiano, ya que admite

como maximo palabras esdrujulas y s610 puede lIegar a las sobreesdrujulas

en sintagmas con pronombres encl fticos. El italiano admite hasta el sobre­

esdrujulo: asf, mientras en espanol una palabra como régimen no puede

mantener la misma sflaba tonica en plural, por la imposibilidad de hacer

régimenes, en italiano las terceras personas de plural de los verbos propa­

xftonos en su primera persona -inexistentes en castellano- (4) retrasan

una sflaba mas el acento en la ultima persona del plural: egli visita yessi

visitano; y scivola / scivolano, fàbbrica / fàbbricano, prèdica / prèdicano,

etc. Con los encliticos se lIega al acento en la quinta silaba a partir del fi­

nal: fàbbricamelo. El castellano no pasa de digaselo, sefialemela, etc.

En el mismo ambito de la estructura de la palabra, tampoco se

comportan ambas lenguas paralelamente en la consideracion de los ox fto­

nos y proparoxftonos, lo que ha tenido una curiosa consecuencia en la his­

toria de la lengua poética. En efecto, lse tiene presente en la ensenanza

que la lengua italiana es lengua nacida de y para la literatura, lo que su pone

una interpretacion de la misma a nivei poético diversa del castellano? La

consideracion de palabra aguda y esdrujula diverge entre el italiano y el es­

panol en final de verso. El castellano no establece en este punto diferencia

en relacion con la norma usual de la lengua. El italiano sI. La pausa ritmica

versai condiciona una pronunciacion mas lenta y marcada, que lIeva a

hacer sentir como Ilanas las terminaciones verbales amai, temei, fui o for­

mas como poi, etc. Ello comporta, desde el punto de vista castellano, cier­

tas anomalfas no siempre bien interpretadas, ya que para el ofdo italiano

no son propiamente agudas terminaciones como -ai, -e, -oi-, que son la5

que abundan, mientras por tales las interpretarla la fonética castellana.

(4) Esta es la raz6n por la que e1 verbo alinear hace alinea (y no alinea) en clpresente de indicativo, a pesar del contagio que suponc e1 sustantivo linea,quc es 10 que explica 1as vacilaciones de 10s mismos espano1es y e1 errorvu1gar alinio.

113

Para algunos tratadistas italianos, incluso, no solo son Ilanas estas palabras

en la medicion ritmica del verso, sino también en el plano usual de la

lengua, ya que el oldo no siente formas como eroi, assai, partirei, de la

misma naturaleza que amò, temé. Es decir, que pertenecerian a las paro­

xltonas las que, al/n teniendo el acento sobre la ultima sflaba, terminan en

diptongo descendente (5).

La misma norma divergente es valida en relacion con las palabras

esdruju las, sea para 105 que las tienen solo en cuenta en final de verso, sea

para 105 que extienden a la norma usual de la lengua el considerar proparo­

xftonas las que teniendo el acento en la sflaba penultima terminan en dip­

tongo ascendente, o sea, palabras como invidia, Italia, y hasta Laura (6). Y

también esto tuvo su repercusion en la historia de la métrica espanola. En

efecto, a imitacion de 105 frecuentes tercetos esdrujulos que emplea Sanna­

zaro en su Arcadia, esta forma estrofica se convierte en un elemento inhe­

rente a la estructura de la novela pastoril; y Jorge de Montemayor los utili­

zara en la Diana y Gil Polo en la Diana enamorada. Pero ni uno ni otro se

dieron perfecta cuenta de que la adaptacion no era posible en su totalidad:

y 105 tercetos de Montemayor terminan casi exclusivamente, con insufrible

monoton la, para obtener el esdrùjulo rimado, en gerundios o infinitivos

con enel fticos y en superlativos en -fsimo.

Gil Polo, por su parte, en 105 que lIama terços esdruccioles, usa el

mismo recurso pero con mayor parsimonia, ya que, ademas de utilizar al­

gùn verdadero proparox Itono en rima (mortffero / salutffero, / pestfferoj) ,

(5) "Vi sono parole le quali, pur avendo l'accento sull'ultima sillaba, non sonotronche, ma piane: tali sono tutte quelle che finiscono in un dittongo di­scendente o disteso, come assai, eroi, dovrei, partirei, ecc. I piìl non contem­plano questo caso" (Giuseppe lvIalagoli, L'accentazione italiana. Guida prati­ca, Firenze, Sansoni, 1946, pags. 8-9).

(6) "Per contro vi sono altre parole che suonano sdrucciole all'orecchio, quan­tunque siano accentate sulla penultima sillaba e non sulla terzultima, comeinvidia, Italia, innocuo, contiguo, ecc., terminanti in un dittongo COSI dettoimproprio" (G. lvIalagoli, op. cit., p. 9). Ni que decir tiene que en los tratadosde métrica recientes no se considera ese caso como normativa sino como re­curso posib1e utilizado por el poeta en la obtencion de versos esdrùjulos. Cfr.W. T. Elwert, Versificazione italiana dalle origini ai giol'lli nostri, Firenze,Le lvIonnier, 1973, pp. 18 y ss.

114

emplea vocablos que no son en castellano esdrujulos pero que 51 los puede

interpretar de ese modo la métrica italiana y, por mimetismo, el propio Gil

Polo, como abundancia / fragancia / instancia; tristicia / malicia / justicia;memoria / victoria / gloria; miseria / materia / Hesperia; copia / propia /inopia. Y para que no se dude de que es el modelo italiano quien condicio­

na tal valor pros6dico, comparénse esas rimas con las idénticas o casi idén­

ticas que, como esdrujulas, emplea Sannazaro: inopia / copia / propia; mi­

seria / Esperia / materia (égl. X); y asimismo memoria / gloria / istoria (égl.

VI); strazia /grazia /sazia (égl. VIII), etc.

* * * * *

Dentro del plano morfologico, sin analizar paralelamente los casos

y rasgos en los que ambas lenguas divergen, tenidos en cuenta en IIneas ge­

nerales por las gramaticas usuales, me parecen mas significativos los com­

portamientos lingiHsticos que deslindan el distinto modo de interpretar los

datos de la experiencia.

Partamos del género: lIama la atencion el hecho de que, en la

competencia que puede producirse entre género natural y género grama­

tical, en espanol predomine el primero, a diferencia del italiano. Cuando

una actividad tradicionalmente masculina se ex presa con un vocablo cuya

terminacion evoca el género femenino, el italiano tendera, en cuanto al ar­

t1culo, a la concordancia formai mientras el espanol se inclina por la con­

cOl'dancia ad sensum: comparense "el guardia", "el centinela", "el reclu­

ta", "el vigfa", "el gUla", "el espia" y, para el otro sexo, "la soprano", "la

contralto", etc., con los correspondientes italianos: la guardia, la sentinel­

la, la ree/uta, la guida (refiriéndose a un varon que haga de cicerone), la ve­

detta, la spia; y, para voces femeninas il soprano, il contralto, etc. Lo mis­

mo ocurre con "ser un canalla" (una canaglia), "un bestia" (una bestia),

"un caradura" (una faccia tosta), hablando de hombres.

1'15

Amplio material contrastivo ofrece en todas las lenguas la diversi­

dad de género gramatical con palabras que no corresponden a seres sexua­

dos; y no es el caso ni el momento de referirnos a "la fior", "la sangre" o

"la leche" frente a il fiore, il sangue, e il latte. Hay vocablos en que la di­

vergencia de terminacion en ambas' lenguas justifica pienamente el corres­

pondiente cambio de género; no sorprende, pues (y elijo dos ejemplos en

que se da ademas mutacion de acento) que "el meteoro" sea la metèora y

"la sandalia", il sandalo. Pero hay lexemas con los que el hablante de la

otra lengua se queda perplejo ante el cambio de género que no se espera:

"el eco" espanol es l'eco (la eco) en italiano, mas consciente del origen mi­

tologico de la palabra, la ninfa Eco; lo mismo "el auto" l'auto (que, unido

a que también "coche" es masculino frente a macchina, hace que "el 124"

corresponda a la 724). Los grecismos en -ma son también en espanol mas­

culinos si son recientes incorporaciones técnicas o cientificas: "el teore­

ma" y, para no salirnos de nuestro ambito, "el fonema", "el sintagma",

etc.; en cambio, si la palabra cuenta con cierta antiguedad en la lengua, el

espanol ha ido a la concordancia normal -"la diadema", "la estratagema",

"la proclama"-- mientras el italiano sigue fiel al origen culto de los voca­

blos: il diadema, lo stratagemma, il proclama; lo mismo ocurre con los

sustantivos en -ta, de los que recuerdo, por su cambio de género y de

acento, "el parasito", frente a il parassìta.

Significativa me parece la situacion de algunos nombres propios de

persona en cuanto a la terminacion; es un hecho meramente contrastante

que despierta curiosidad por su aparente anomalia. En espanol, .Ios nom­

bres propios de varon terminados en -a son excepcionales: recuerdo Bautis­

ta, Buenaventura y no sé si algun otro; viceversa, son muy frecuentes en

italiano, lo que diacronicamente se expl ica por la pérdida de -s final: asi te­

nemos Nicola, Elia, Luca, Matia, Zaccaria, Giuda, Andrea (que en espanol

es el femenino de "Andrés", mientras en italiano es el masculino de An­dre/na) y hasta un nombre, ya exclusivamente literario, como Aminta. Pe­

ro la curiosidad sorprendente a que antes me referia, al aludir a la frecuen­

cia de los nombres propios ital ianos de varon terminados en -a, es que queda

contrapesada con el porcentaje cuantitativamente abundante de los nom­

bres propios femeninos que en espanol terminan en -o, a los que dedico un

certero apartado Emilio Lorenzo en su importante libro sobre los problemas

116

del espanol de hoy (7). Ante este fenomeno individualizado por Loren­

zo, le senalaba por mi parte "que podria ponerse en relacion contras­

tante y su gestiva con los numerosos masculinos en -a del italiano" (8). Va

aclaraba Lorenzo que se explica esa aparente anomala tenninacion del fe­

menino porque se trata de advocaciones a la Virgen en las que se sobreen­

tiende "Maria del"; pero el hecho, en la sincronia actual de la lengua,

parece paradojico: recuérdense Amparo, Consuelo, Olvido, Sagrario, Ro­

cio, Socorro, Patrocinio, Rosario, en cambio, en algunas regiones, aunque

limitadamente, es también nombre de varon, pero nunca masculina su for­

ma afectuosa diminutiva Charo (en italiano existe la alternativa de masculi­

no y femenino entre RosariolRosaria). Los nombres de mujer italianos,

con desinencia -o, son practicamente inexistentes, salvo en derivados cul­

tos, comunes a ambas lenguas: la mencionada ninfa Eco, la también ninfa

Ero (espanol, Hero) o la poetisa Saffo (Safo).

Otra significativa diferencia en la interpretacion de la onomastica

femenina con advocaciones a la Virgen consiste en que el espanol prefiere

el nombre abstracto de la accion verbal frente a la lengua italiana, con su

tendencia a la expresion de lo perfectivo en la forma del participio pasado.

Me explico: el castellano, sobreentendiendo "Maria de", utiliza, como

nombres propios, Asuncion, Anunciacion, Consolacion (o Consuelo) y

Concepcion; en italiano tenemos la forma participial de esos mismos con­

ceptos, es decir, Assunta, Annunziata, Maria Consolata, y Concetta. Nom­

bre este ultimo, por cierto, que interpretado falsamente como un diminu­

tivo y traducido literalmente al espanol como Conchita, dio un regresivo

Concha, que sigue siendo el nombre propio doblete de Concepcion, sin

que se pueda explicar dicha relacion, si no es a través de ese regresivo artifi­

cialmente forjado desde el italianismo "Conchita" (9).

(7) Emilio Lorenzo, El espaì'iol de hoy, lellgLla ell ebullicioll, Madrid, Gredos,1966.

(8) En mi resefia al libro de E. Lorenzo, en "Filologia Moderna", n.o 25-26(1966-1967), pp. 196-199.

(9) Cfr. Félix Fermindez Murga, El participio pasado italiallo, en Estudios deLellgLta y Literatura italiallas, Universidad de Oviedo, 1980, p. 85. Es tam­bién autor de El participio presente ell italiano y ell espaFiol, en "FilologiaModerna", n. o 54, 1975, pp. 345-366.

117

En el plano morfosintactico se pueden senalar otros muchos casos

de solo aparente coincidencia" En Iineas generales, por ejemplo, no hay

grandes desfases en el comportamiento de las formas que componen el sis­

tema pronominal personal. Incluso podria apuntarse que ambos sistemas se

desgajan, en el plano de la lengua hablada y con diferencias regionales en

ambos paises, en relacion con el paradigma prescriptivo de la gramatica ofi­

cia!. Pero el desajuste no actua en el mismo sentido: en el castellano, el

cada vez mas difundido leismo y el mas restringido laismo obedecen a que

la forma interior del espanol (para usar una nocion restaurada por Rafael

Lapesa) (10) manifiesta preferencia por distinguir las categorias de lo

personal y lo no personal; y, por lo mismo, tiende a precisar el género de la

persona. Ello explica le vi por oposicion a lo vi y, en el habla usual castella­

na, con antecedentes en la literatura clasica, la dije, diferenciado de le dije,femenino que la prescripcion gramatical no admite todavia. En el habla

toscana persiste y se generaliza cada vez mas, la Iimitada utilizacion de loroa expensas del singular gli; y no se para en esto, sino que el gli absorbe tam­

bién en alglin uso regional la funcion del femenino. En esta ruptura hay,

por tanto, una clara tendencia a la simplificaci6n de formas, como en el

castellano, pero no es el problema de la distinci6n persona/cosa y mascu­

lino/femenino lo que afecta al sistema italiano: en efecto, en esta lengua si­

gue vigente la diferencia entre objeto directo y objeto indirecto (glil/o),que el castellano centrai confunde, mientras no tolera la indiferenciaci6n

sexual: le dije/la dije.También parecen concordar a primera vista los reducidos sistemas

de los pronombres relativos y no hay inconveniente inicial para admitir, en

Iineas generai es y elementales, las aproximadas equivalencias entre che y

"que", chi y "quien", quale "cual" y cui (con articulo) "cuyo". En un se­

gundo momento notamos que el ya desaparecido de la lengua coloquial es­

panola "cllYo" no Ilena las posibilidades funcionales del cui i.taliano, que

precedido de preposicion, acoge muchos de los valores del "que" espanol.

El hecho es lo suficientemente conocido para no tener que insistir en él.

(lO) Rafael Lapesa, EJIOlucion sintactica y forma lingiiistica interior en espa­iiol, en Actas del XI Congreso Internacional de Lingiiistica y Filologia Ro­nuinicas, Madrid, c.S.Le., 1968.

118

Sin embargo, creo oportuno senalar qlle entre chi y "quien" la equivalen­

cia no es absoluta, a no ser como pronombres interrogativos o indefinidos.

En ambas lengllas se refieren a personas, pero ali i donde el italiano hace

una distincion meramente gramatical, formai, al castellano le preocupa pre­

cisar una vez mas la oposicion entre lo personal y lo no personal. Puede,

pues, aceptarse como norma que el chi italiano se traduce siempre con

"quien" en espanol; pero el "quien" solo en limitados casos puede verterse

en la otra lengua con chi. Esta limitacion funcional de chi reside en que tie­

ne por si solo el val or de un demostrativo-relativo, y carece, por tanto, del

caracter anaforico o de referencia a un elemento linguistico ya expresado;

o, dicho con criterio pedagogico, podra utilizarse el "quien" espanol inclu­

so en los enunciados en que haya antecedente expreso, siempre que se re­

fiera a seres personificados, absorbiendo por lo tanto usos que correspon­

den en italiano a che y a cui. Si a esta distinta amplitud funcional entre chiy "quien" se anade la bien conocida divergencia en la utilizacion de la pre­

posicion a ante el complemento objeto personal, tenemos que una sola es­

trllctura superficial del espanol con el sintagma "a quien", con'esponde en

el italiano o a che, si es complemento objeto, o a cui si es complemento in­

directo: "El director, a quien tan bien conocemos... ", il direttore che... ,"el director a quien pedimos el favor ... ", il direttore a cui... (11).

En el mismo ambito morfosintactico, pero con interferencias esti­

Iisticas, podrian hacerse ciertas consideraciones en torno al LISO del posesi­

vo y del mismo demostrativo: la forma deictica de segunda persona "ese"

no queda ni mucho menos agotada con la explicacion, muy epidérmica, de

lo cercano o en cone)<ion con la persona que escllcha o a la que el mensaje

se dirige; hay que precisar que no solo es cuestion espacial o material sino

referencial, afectiva, imaginada o sllpuesta, alusion a algo consabido y has­

ta distribucion situacional en la frase. Hay que aclarar que, segLII1 el con­

texto, es valido tanto "esta decision mia" como "esa decision mia" y "esta

(11) De todos modos en la lengua coloquial espaiiola se observa un claro regresoen el uso de la forma "quien", sustituida normalmente en esos casos por"que" con preposici6n; siguen mas vivas, sin embargo, estructuras del tipo"fui yo quien lo dijo", tan contrastante con la correspondiente italiana sonostato io a dirlo.

119

decision tuva" como "esa decision tuva"; "éste es nuestro deber" o "ése es

nuestro deber", "este imbécil de Juan" o "ese imbécil de Juan", etc., etc.;

V asi se lIega a "el tonto ese", de tan pecul iar resonancia.

En cuanto al posesivo espanol, esa limitacion de que hablan tanto

Gili V Gava como Emilio Lorenzo, es evidente comparada con el inglés, el

francés o el aleman. Sin embargo, al parangonar nuestras dos lenguas, se

observa el incremento que adquieren 105 posesivos espanoles en las traduc­

ciones conscientes del italiano, sobre todo -V por eso rozamos con la esti­

listica- cuando no se trata de la materialidad de la posesion sino de la vin­

culacion afectiva entre la persona V 105 objetos o se l'es de su entorno. AI

analizar en otro lugar el comportamiento de un traductor, Juan de Jaure­

gu i -al que se puede considerar autor de la mejor traduccion clasica espa­

noia de una obra poética italiana, el Aminta de Tasso- he lIegado a la con­

clusion de que son muchos 105 posesivos que requiere la version castellana

en relacion con el originaI. Sobre todo me interesa recordar ahora que hav

enunciados en el Aminta traducido cuvo especial relieve semantico-expresi­

vo se debe a la "indudable intensificacion [que] alcanza esta forma posesi­

va con 105 conceptos que se refieren a la vida V la muerte" (12).No hav que insistir en el hecho, sobradamente conocido, de que las

mavores dificultades entre las distintas lenguas estriban en el diverso modo

con que cada una concibe V comunica 105 contenidos de su experiencia.

Sin embargo, si entre lenguas de estructuras claramente diferenciadas el

discente se acostumbra pronto a ligar a formas de suvo diversas esos dife­

rentes modos de interpretar IingLì isticamente la realidad, el problema se

agl'ava V agudiza entre lenguas muv afines. En el mismo V suficientemente

conocido fenomeno de las preposiciones, lo auténticamente diffcil V peli­

groso es habituarse a utilizar formas que parecen idénticas o casi idénticas

V que divergen en su amplitud funcional. Para eludir el mas su gestivo feno­

meno, el que representarfa en la otra dimension de la ensenanza esa com­

pleja y caracteristica preposicion italiana da -que entre otros privilegios

tiene el de poder seI' utilizada con las cuatro clasicas relaciones de lugar-,

menciono 105 obvios casos de a e in. Aqu (también la facilidad esta de parte

del italiano que aprende nuestra lengua va que a Ven espanolas conserva n

(12) Joaquin Arce, Tasso y la poesia espai'iola, Madrid, Pianeta, 1945, p. 166.

120

todavla un semantismo diferenciado entre direccion V situacion, que per­

mite distinguirlas en su empleo. Lo grave es para el alumno espanol ante el

grado de desemantizacion a que ha lIegado el italiano en estas relaciones de

lugar. Dadas las interferencias V la intercambiabilidad en el uso de estas

preposiciones, un docente atento las tratara juntas. Como la gramaticaliza­

cion de las mismas en italiano Ileva aparejada la neutralizacion de los valores

directivo V locativo, aun presentes en la conciencia del hispanohablante, la

opcion, que en castellano queda determinada por el alcance semantico del

nucleo verbal, en italiano depende del segundo término del sintagma pre­

posicional. Es decir, la oposicion funcional entre en va gravita en ambas

lenguas en torno a centros distintos, por lo que la estructura que tiene que

memorizar el que aprende espanol es "il' a", "dirigirse a" "encaminarse a",

"viajar a" o "estar en", "vivir en", "residir en", "pararse en""mientras el

que aprende italiano tendra que automatizar in Francia, a Parigi; a teatro,al cinema, in chiesa. a scuola, in fabbrica; a/l'università, in facoltà; in mon­tagna, al mare, etc., independientemente del verbo (13). El discente de es­

panol asimismo tendra que insistir en la aguda diferencia entre el punto de

partida expresado con de V el valor puntual, con refuerzo de la longitud es­

pacial, de desde, no siempre adecuadamente realizado desde la otra lengua:

"vengo de Roma" / "vengo desde Roma"; "salir de casa" / "mirar desde la

ventana".

En el ambito de 105 engarces sintacticos, senalo, tanto por tratarse

de un evidente elemento de contraste como porque no recuerdo que hava

sido adecuadamente tratado, el mantenimiento de la preposicion de ante la

conjuncion que, en las oraciones subordinadas sustantivas que funcionan

como complemento de un sustantivo V hasta de algunos verboso

(13) Téngase presente que me refiero exclusivamente a los sintagmas preposicio­nales de valor locativo, cuando el elemento terminal pertenece a la termino­logia geografica o a un concepto urbanistico, pùblico, privado o de caracterprofesional. Con otros complementos también puede existir interferencia enespanol, como en la curiosa contraposici6n "a cabaIlo" / "en burro"; pero esevidente que aqui se trata de una oposici6n entre un complemento con valorpredominantemente modal y otro de sentido Imis bien instrumental; lo mis­mo ocurre con "a pie" y "en coche", en que coincide con el italiano.

121

Mientras en el amqito del sintagma nominai hay coincidencia en el

empleo del signo prepositivo (ho paura di lui, "tengo miedo de él"), cuan­

do se sustituye el segundo término del sintagma preposicional por una ora­

ci6n, la lengua espanola sigue manteniendo la preposici6n ante la conjun­

ci6n que, mientras el italiano la elimina sistematicamente. El engarce fun­

cional de que actua, en espanol, no s610 dependiendo, como ya he dicho,

de un sustantivo o de un adjetivo ("estoy seguro de que se equivoca", "pare­

ce contento de que lo sepais"), sino incluso del verbo correspondiente: es

decir, que el castellano se comporta del mismo modo en "ten el convenci­

miento de que se equivoca" que en "convéncete de que se equivoca"; y,

por lo mismo, frente al italiano ho paura che venga troppo tardi, dice "ten­

go miedo de que venga demasiado tarde". De igual modo, si accogersi del

pericolo coincide en la sola preposici6n con "darse cuenta del peligro", en

cambio accogersi che ci sono molti pericoli, es "darse cuenta de que hay

muchos peligros". Y ya por este camino habrla que hacer toda una rela­

ci6n de frases o verbos del tipo "el hecho de que no te guste", "la esperan­

za de qLle venga", "tener la impresi6n de que todo funciona mal", "asom­

brarse de que haya tantos", "acordarse de que no hizo lo que debla", "du­

dar de que alguien lo diga", "asustarse de que venga n", etc., etc.

Que la lengua castellana vulgar o descuidada introduzca en algunos

casos un ele totalmente innecesario o que lo suprima en algunos de los

ejemplos mencionados, no invalida una norma que me parece muy signifi­

cativa como diferencia en el nivei sintagmatico (14). No abordo, en cam­

bio, el LISO de eli ante el infinitivo italiano por seI' fen6meno mucho mas es­

tudiado y conocido, y porque nos Ilevada a problemas muy diversos.

(14)

122

Manuel Seco, en su clara e innovadora -a pesar de la apariencia "tradicio­ual"- Gramdtica esencial del espaFiol, Madrid, Aguilar, 1972, refiriéndose alas preposiciones mas importantes (de, a, en, con) dice que las distingue "sucapacidad de funcionar como puro enlace, sin expresar otra cosa que la merarelad6n, vada de contenido". Y, tras citar entre otros ejemplos algunos co­mo "me acuerdo de que lo prometiste", "insisto en que no es verdad", "con­fiemos en que sea asf' (donde tenemos también el engarce en qlle), aclara:"Este empleo puramente formal de la preposici6n explica que a menudo, so­bre todo en el hablar descuidado, se omita ésta en algunos de los casos ante­riores: Afe acuerdo qlle... , Afe alegro qlle... ; o que, inversamente, se intercaledonde no es norma; le dijeron de que... " (p. 179).

Es hasta demasiado bien sabido que la aparente identidad del léxico

origina en muchos casos confusiones y resbalones impensados. Ello da lu­

gal' incluso a efectos de comicidad que ya utiliz6 la novela y comedia espa­

noia e italiana del Renacimiento, y hasta el lIamado en espanol "género

chico", a principios de siglo. La equivalencia fonética, pero no semantica,

ocasiona abundantes equlvocos reciprocamente explotados.

Pero no es éste el momento de insistir en estos efectos y recursos Ii­

terarios ni tampoco el de al udir a los tan conocidos y repetidos "falsos

amigos" ni a las graves caldas de traductores apresurados. Me interesa, en

cambio, mencionar hechos no tan consabidos, dado que de éstos hay ya un

repertorio en un c6modo libro de F. Meregalli (15); "tergiversaciones", por

ejemplo, es en espanol falseamiento o alteraci6n de hechos, no como en ita­

liano tergiversazioni, o sea, andarse por las ramas o dar largas al asunto, lo

que no presupone consci ente desfiguraci6n de pruebas. Como, por otra

parte, traduci l' no es LlIlicamente volcar palabras de una lengua en otra sino

trasladar datos de cultura con sus especiales connotaciones, pueden

conceptos perfectamente claros en SI l'esultar ofuscados en una distinta 61'­

bita de convenciones culturales; aSI, la "oraci6n atributiva" es en espanol

la oraci6n de predicado nominai, segun la denominaciòn de la usual grama­

tica tradicional que les da ese nombre indiferentemente (al identificar pre­

dicado nominai y atributo), no lo que en la misma gramatica tradicional

italiana se lIama la oraci6n "relativa explicativa o incidental", es decir, la

transformaci6n sintactica del attributo, término utilizado en italiano para

el adjetivo adjunto.

Lexemas sustancialmente idénticos en ambos sistemas sufren a ve­

ces, en uno de ellos, competencia semantica con otros. Es siempre mas fa­

cii reduci l' a unidad en la propia lengua lo que la lengua extrana tiene di­

vidido o diferenciado, que lo contrario. En este sentido, y como muestra

de una falta de coincidencia reciproca, pongo en relaciòn dos términos del

mundo animai desde el punto de vista de su captura por el hombre: si un

italiano se ve obligado a desdoblar en la otra lengua su unico vocablopesce

para ajustarse a los Ilmites semanticos del castellano entre el "pez" y el

(15) Franco Meregalli, Semantica pratica itala-spagnola, Varese-Milano, InstitutoEditoriale Cisalpino, 1955.

123

"pescado", el espanol, por su parte, se ve forzado al desdoblamiento de

"caza", para distinguir entre caccia, o cacciagione, como presa en generai,

y selvaggina, que no abarca las aves, pero SI liebres, gamos, jabalfes, etc" en

cuanto cazados para poder seI' comidos.

En otros casos las interferencias son mayores y en cadena e impli­

can d iversos vocablos que van entrecruzando gradualmente sus valores sig­

nificativos: "collar" se bifurca delicadamente en italiano para no confun­

dir el collare (sea el de perros o el simple alzacuello) y la collana (para per­

sona). Pero a su vez collana, ademas de "collar" es también "coleccion";

y no es que falte en italiano collezione, pero si se aplica bien a sellos, cua­

dros U otros objetos, no es valido para la serie de publicaciones de una

eclitoria!. Otro caso cle incidencia cle uno en otro vocablo por semejanza

formai y eslabonacla lo produce "oficina", que no es la officina ("taller")

sino el ufficio, que a su vez no es el "oficio", porque éste es el mestiere,

etc., etc.

En ordenes de icleas muy dispares, nos encontramos asimismo que

si el espanol distingue entre "calidad" y "cualidad", conceptos que el ita­

liano funde en un solo vocablo, qualità, sera el italiano el que delimite sig­

nificativamente accentare y accentuare, donde el castellano emplea el solo

"acentuar", sea gl'Mica o figuradamente intensificativo.

Por la pendiente de la gramaticalizacion, considérese el desgaste se­

mantico del verbo fare en italiano, que obliga a precisar con distintos le­

xemas espanoles las frases del tipo fare una passeggiata ("clar un paseo"),

far parte ("formar parte"), farsi indietro ("echarse atras"), fare a pugni

("darse de punetazos"), fare schifo ("dar asco"), farsi strada ("abrirse

camino"), far le carte ("barajar, dar las cartas"), farsi be/lo ("ponerse gua­

po"), farsi la barba ("afeitarse"), etc., sin olvidar tampoco ese caracterlsti­

co uso, tan incrementado en la narrativa moderna de los ultimos decenios,

por el que fare se prefiere a "decir", sobre todo en forma esponti'mea p.

imprevista. Sustantivado, en cambio, dicho infinitivo italiano, denota mas

intensa y concentradamente que el espanol: "tiene un moclo de actuar

desagradable", ha un fare sgradevole. No porque esté del todo gramatica­

lizado, sino porque ha fundido valores que en la otra lengua se mantienen

separados, el verbo castellano "pegar" exige en italiano distintos signos

léxicos segùn el contexto: no es lo mismo "pegar a un nino" (picchiare un

bambino) que "pegar una bofetada" (dare uno schiaffo) o "pegar fuego"

124

(dar fuoco) o "pegar un sello" (appiccicare un francobollo) o "pegar una

pieza rota" (incollare un pezzo rotto) o "pegarsela a alguien" (fargliela a

qualcuno) o "pegarse un tiro" (spararsi), sin olvidar que también "se le

pega a uno" un acento regional, una manIa, una costumbre, etc. (16).

Son suficientemente conocidas las dificultades derivadas de esta ne­

cesidad de precision en la segunda lengua cuanclo en la primera la concien­

cia del hablante no se ha habituado a tal distincion, por corresponder a un

unico significante mas de un significado. No quiero ya insistir ni siquiera

referirme al ser / estar, al por / para, al traer /Ilevar, al pero /sino, al ir /

venir. Si me parece oportuno en cambio precisar que "sino" no equivale a

un ma después de negativa -como a veces simpl fsticamente se dice- ya

que su alcance funcional depende del grado y del elemento sintactico que

interviene en la contraposicion (17). Y en cuanto a "il''' y "venir", téngase

muy en cuenta que su area de distribucion semantica es bien diversa en las

dos lenguas, al seren espanol la primera persona la clave distintiva del sen­

tido del movimiento, oponiéndose a las otras clos, mientras que en italiano

son la primera y la segunda las que se oponen a la sola tercera; en castella­

no se viene hacia la primera persona, mientras se va hacia la segunda o ter­

cea; en italiano se viene hacia la primera, se viene también hacia la segunda,

y solo se va hacia la tercera. Ahora bien, en cuanto el discente italiano ha­

ya aprendido a distingu il' entre ir y venir en espanol, puede igualmente asi­

milar el /levar y traer, ya que, en Ifneas generales, el que va, Ileva, y el que

viene, trae ( iel que viene en espanolno en italiano!).

(16) Presenta también dificultades para un italiano el verbo "tardar", que en efec­to, no solo implica retraso sino también transcurso de tiempo, espera y lenti­tud. Confrontense, como ejemplo, las expresiones siguientes: "tardé una ho­ra en venir", ci misi un 'ora per lIenire; "se tarda cinco minutos en hacerIo",ci lIogliono cinque minuti per jàrlo; "tardaran un mes en empezar", passeràun mese prima che incomincino; y, por este camino, "jcomo tarda!" (en ha­cer alga), "jcomo tarda!" (en IIegar), "tarda en irse", "tarda la comida", etc.

(17) Comparense: "no come pan sino gaIIetas" / "no come pan pero como gaIIe­tas" / "no come pan pero engorda"; "no come sino traga" / "no come perobebe"; "no es bianco sino amarillo" / "no es bianco pero es bonito".

125

Distinta cuesti6n es asimismo la presencia de significantes en una

lengua que no existen en la otra. Me limito, para terminar, a los sustantivos

que denotan la diferencia sexual en los seres humanos: los derivados lin­

gu isticas de "mujer" o donna casi coinciden en las dos lenguas: "mujerie­

go", donnaiolo; "mujeril", donnesco; "mujerzuela", donnaccia, si bien en

italiano hay un verbo anticuado, donneare, sin paralelo en el espanol pe­

ninsulilr, y en espanol un "mujerio" -término suculentamente masculino­

sin correspondiente italiano. Pero en cuanto a "hombre", es digno de notar

el contraste entre los diccionarios espanoles que registran "hombria",

"hombrada", "hombradia", "hombrear", "hombruno", donde los diccio­

narios italianos del uso no dan testimonio de ningun derivado del lexe­

ma uomo.No es el caso cle sacar conclusiones cuando se producen, en lo lin­

gu istico, interferencias psicol6gicas, culturales, sociales y hasta siempre po­

sibles reacciones nacionalistas. La actitud del linguista no tiene, ante la len­

gua que observa, por qué asustarse ni dolerse de los resultados.

NOTA.- La primera version (mis amplia) de este trabajo se publico enPliegos de Cordel (Roma), 1976, pp. 26-44, y, posteriormente, en J. Arce, Literatll­ras Italiana y EspaiIola freme a freme, Madrid, Espasa-Calpe, 1982, pp. 30-49.

USO DEL CONDICIONAL EN ITALIANO Y ESPANOL:ESTUDIO CONTRASTIVO

Por Maria de las Nieves MUNIZ

Algunas cuestiones de método.

Cuando se emprenden anal isis de lingLi istica sincr6nica contrastiva,

el dilema que socava a menudo las certidumbres del estudioso es, sin duda,

de caracter metodol6gico: si la adopci6n de un método esta determinada

por los fines que en ultima instancia se propone la investigaci6n, la pregun­

ta clave sera: lqué objetivo perseguimos al comparar dos o mas lenguas?:

lhallar sus puntos de equivalencia para establecer un unico sistema lin­

guistico virtual, o bien l'esaltar SLIS discrepancias para realizar L1na tipolo­

gia de lenguajes tomados en lo qLle tienen cle originai, intransferible e in­

comunicable? (1).

(l) "Quelle q ue soit la nature de la méthode choisie pour décrire chacune deslangues à comparer (traditionnelle, structurale, transformationnelle, etc.) ilexiste, selon nous, deux façons de concevoir la grammaire comparée: (l) unegrammaire comparée de type classique, qui compare les descriptions faitespour chaque langue à part, afin d'établir les identités et les différences et,(2) une grammaire comparée conçue comme modèle unique pour plusieureslangues" (cfr. M. Manoliu-Manea, "Grammaire comparée et grammaire trans­formationnel1e", en Actes du Xllle Congrès Intenzational de Lillgllistique etPhilologie romalles, Quebec 1976, voI. I, p. 361.

126 127

Los estudios contrastivos Ilevados a cabo en dos lenguas afines so­

bre la base de unidades morfosintacticas reducidas, parecen apoyar la se­

gunda h ipotesis. En efecto, cuanto mas limitamos el campo de analisis, mas

obligados nos sentimos a profundizar e intensificar su examen cualitativo,

mas contrastes Iran emergiendo ali i donde parecia haber solo analogias, y

mas diffcil resultara al final someter tales asimetrias a una disciplina estruc­

turante. En cierto sentido, la buena voluntad del investigador, deseoso de

elaborar sintesis esquematicas validas para todos los casos, se ve defrauda­

da por la existencia misma del contraste: elemento anomalo mediante el

cual los sistemas de ambas lenguas (en si coherentes) se infringen recipro­

camente (2).

En sustancia, la exigencia de conciliar una metodologia estructural

con el analisis contrastivo, se presenta cuanto menos problematica. Asi

pues, ante el doble peligro de efectuar generalizaciones apresuradas por un

lado (3), y de recaer en el callejon sin salida de una comparacion basada en

repertorios tautologicos de peculiaridades y equivalencias por el otro, nos

parece que es aconsejable aspirar mas bien a una esquematizacion coheren­

te y sistematica de los contrastes con vistas a una posterior ampliacion de

la perspectiva: solo la acumulacion de analisis "intensivos" parciales

permitira, en nuestra opinion, dar solidas bases a una lingu istica contrasti­

va generai capaz de efectuar el debido replanteamiento de las c1asificacio­

nes gramaticales, de elaborar un macrosistema donde encajen tanto las

afinidades como las diferencias.

(2) M. Wandruszka parece haberse resignado ante esta paradoja cuaEdo, en la in­troduccion de su libro (de no l11enos paradojico titulo), Nuestros idiomas,cOl11parables e incomparables (trad. esp., Madrid 1976, pp. 13-14) advierte:"En la comparacion critica nos haremos perfectamente conscientes de la pe­culiaridad, la singularidad incomparable de cada lengua Immana, cada uno deestos sistemas asistenuiticos tan raros, tan caprichosos, con sus analogias yanomalias, sus polimorfismos y polisel11ias, sus redundancias y deficiencias,sus explicaciones e implicaciones: la necesidad espiritual y el azar historico,la ley y la libertad".

(3) "Quant il s'agit de nos langues réelles, il faut, pom obténir des 'systèmes'parfaitement cohérents et opérationnels, hélas, toujours tricher un peu, sel11­ble-t-il. On peut se del11ander si de telles simplifications opérées uniquementpour la beauté du 'système' théorique ne risquent pas de fausser tous nos ju­gements sur la nature de nos langues réel1es" (M. Wandruszka, "Pom une in­terlinguistiqueromane", enActes du XIIIe Congrés... , op. cit., voI. I, p. 100).

128

Una vez aclarado este punto, nos atrevemos a firmar que el estudio

contrastivo de dos o mas lenguas (y en particular del italiano y el espanol)

puede dar frutos positivos inmediatos: nos referismos, por supuesto, a las

evidentes ventajas que ofrece en el campo de la lingu istica aplicada (venta­

jas ya suficientemente subrayadas y demostradas) (4), pero también a la

valiosa aportacion que deberia prestar al conocimiento teorico de los siste­

mas que se confrontano La ampliacion de perspectiva que toda compara­

cion supone obliga a precisar, por ejemplo, 105 Iimites de uso y de funcio­

nes que poseen determinados elementos gramaticales o a situarlos mas alla

de las fronteras que una sola lengua parece marcar; ayuda a descubrir nue­

vos matices y oposiciones internas que su misma "obviedad" dentro de

cada sistema aislado habria hecho pasar desapercibidas; desmiente o confir­

ma la validez de generalizaciones realizadas a partir de las constantes que

presenta una lengua, evita, en fin, la peligrosa confusion entre lo particular

y lo universal.

Si -como es nuestro caso- consideramos que la lingu istica api ica­

da no debe reducirse a la confeccion de sistemas gramaticales encaminados

a favorecer el correcto aprendizaje de un idioma mediante automatismos,

sino que puede conciliar esta exigencia con la de transmitir una informa­

cion cientifica (cumpliendo, entre otros objetivos, con el de lIevar a cabo

descripciones lingLi isticas capaces de conseguir que la operacion del apren­

dizaje sea autoconsciente), la doble ventaja a que acabamos de aludir

(4) Para una vision, a la vez descriptiva y critica, de la conexion entre lingUisticacontrastiva y lingUistica aplicada, cfr. E. Lorenzo, Lùzgiiistica de contrastesy estilistica multilateral, en Pliegos de cordel, Roma 1976, pp. 17-25; cfr.asimisl11o, E. Arcaini y R. Favretti, Analyse contrastive et apprentissage deslangues, Bologna 1980. Por lo que se refiere al estado actual de los estudioscontrastivos de italiano-espanol y su aplicabilidad al campo de la didactica,rel11itimos a cuanto dice: .J. Arce, (Espanol e Italiano: colltrastes fonético-fo­nologicos, mOljosùuacticos y léxicos, en Pliegos de cordel, cit., pp. 27-43)y !VI. Carrera Diaz (Italiano para hispanohablalltes: la engai'iO,sa facilidad, enRassegna Italiana di Linguistica Applicata, 3 (1979), pp. 23-47; Italiano y Es­pai'iol: elementos para una comparacion, en AAVV, Estudios de Lengua y Li­teratllra Italianas, Oviedo 1979, pp. 23-47). A este proposito, cfr. tambiénK. Katerinov, L'analisi colltrastilla e l'analisi degli errori di lingua applicateall'insegnamento dell'italiano a stranieri, Quademi di metodologia dell'inseg­namento dell'italiano a stranieri, Perugia 1975.

129

redundara en beneficio de una ensenanza (V de una idea) integrai de la len­

gua, entendida a la vez como alga real V virtual, universal e intransferible,

instrumento de expresion V de comunicacion en el que se conjugan multi­

ples niveles, desde el habla comùn, hasta el estilo poético.

Con el proposito, si no de realizar, al menos SI de no contradecir

esta idea de gramatica integrai segun la cual todas las variantes estan com­

prendidas en la regia, todas las infracciones en el sistema, todas las realiza­

ciones concretas en la virtualidad del lenguaje (5), trataremos, pues, de in­

troducirnos en el examen comparativo de un tiempo, el condicional, que

parece plantear mas problemas a los investigadores de cada lengua por se­

parado, que a los gramaticos obligados a confrontarlas.

Es sabido que la Real Academia Espanola de la Lengua ha vacilado

entre la opcion de clasi fica l' al condicional dentro del subjuntivo o del indi­

cativo, V que el fruto de esta incertidumbre ha sido la creacion de un modo

nuevo, el potencial, constantemente puesta en discusion por los estudios

posteriores (5). Por su parte, las gramaticas italianas tienden a aceptar la

(5) Concordamos pIenamente con E. Arcaini cuando afirma: "II sistema non pre­esiste alla 'parole'. I due sono compresi nella situazione comunicativa. L'usoconcreto per soddisfare le esigenze comunicative 'trae' dal sistema, concretiz­zandole, le virtualità implicite nel sistema stesso. La 'parole' è l'agente attua­lizzatore della 'Iangue', anche di quegli elementi che apparentemente pote­vano sembrare in contrasto con le leggi del sistema in un dato momento sto­rico", en "Sincronia e diacronia nelle prospettive della ricerca e dell'applica­zione", Lingua e Stile, IV (1969), p. 352; en este sentido, también P. Vale­sio, "Le style et la grammaire", en Actes du XJIle Congrés... , op. cit., voI. I,pp. 1003-1015.

(6) Sobre este problema, véase cuanto dice Gili Gaya en su Curso Superior deSintaxis Espaiiola, (Barcelona, 1964), pp. 171-173. Las ideas b:isicas de An­drés Bello, quien en 1917 dio argumentos contundentes en favor de la inc!u­si6n del condicional dentro del indicativo (Gramatica, cap. XXIII, De la con­jugacion, 495, p. 179, y A. Bello-R. J. Cuervo, Gramatica de la lengua cas­tel/mza, B. Aires 1952, pp. 221 y sgs.) con el nombre de post-pretérito y deante-post-pretérito, respectivamente para el condicional simple y el com­pllesto, han sido seguidas por S. Gili Gaya en la obra citada (si bien con ladenominaci6n de jìlturo y antejilturo ltipotéticos), por R. Seco en su Ma­IlLlal de gramatica espaiiola, Madrid 1963, pp. 76-77, donde, bajo el nombrede potencial simple y potencial compuesto, ambos condicionales son inc!ui­dos dentro de los futuros de indicativo, y por E. Alarcos Llorach en su fun­damental estudio: Cantaria: Modo, tiempo, aspecto, en Estudios de grama­tica jilllcìonai del espaiiol, Madrid 1973, donde conc!uye: "Por tanto, desde

130

doble naturaleza de este tiempo, modal, en cuanto forma verbal encargada

de expresar la eventualidad ("II condizionale esprime l'eventualità, che non

è necessariamente legata a un livello temporale; perciò il condizionale non

distingue i livelli temporali, cioè non ha "tempi", ma distingue soltanto il

rapporto reciproco (anteriore-non anteriore)") (l), V temporal, en cuanto

variante del futuro en frases introducidas por un tiempo pasado, V CUVO

nombre mas adecuado seria FNP, es decir, "Futuro Nel Passato ("II FNP

al contrario, è una variante del futuro legata al tempo passato nella propo­

sizione reggente; dunque, esso esprime unicamente un rapporto temporale

e non esprime nessun contenuto modale, non esprime l'eventualità") (8).

Pero, como hemos dicho, los métodos para la ensenanza del italia­

no a hispanohablantes o del espanol a italianos, no solo no se hacen eco de

tales cuestiones teoricas, sino que, en generai, ofrecen una imagen tranqui­

lizadora de la analogia funcional que en éste, asi como en muchos otros ca­

sos, parecen presentar los dos idiomas, o bien apuntan aqui V alla a ciertas

diferencias de uso sin profundizar en ellas de modo sistematico (g).

Tratemos de enumerar los casos en los que la simetria del condicio­

nal espanol e italiano emerge con mavor evidencia:

el punto de vista modal, cantarla pertenece al indicativo. En cuanto a las re­laciones temporales, se trata de un futuro medido desde el pasado, un 'pos­pretérito' ", p. 95. Recientemente, la misma Academia ha modificado supunto de vista y ha inc!uido al antiguo 'potencial' (ahora 'condicional') en elmodo indicativo (v. Esbozo de una Il1leva granuitica de la lenglta espaiIola,Madrid 1978, p. 472).

(7) P. TekavCié, Grammatica storica dell'italiano, voL II: MOIjosintassi, Bologna1972, p. 552.

(8) Ibid.; el mismo autor desarrolla estas ideas en polémica con Alarcos Llorachen "Saggio di un 'analisi del sistema verbale italiano", Linglla e Stile, V(1970), p. 7. G. Rolhfs se ha pronunciado ya en este sentido en su Gramma­tica storica della linglta italiana e dei suoi dialetti (trad. it., TOlino 1969, pp.55-58); sin embargo, para los granuiticos A. Marchese y A. Sartori, se trata deun modo "che assolve alla funzione di futuro del congiuntivo", n mondodella parola, Milano 1973, p. 107; ambos A. hacen idéntica afirmacion en nsegno e il senso, Milano 1970, pp. 280-281. Por nuestra parte nos inclinamosa favor de la teoria de Tekavcié, si bien con alguna salvedad que haremos enel curso de este estlldio; elio hace que adoptemos desde ahora la denomina­cion abreviada de FNP por su exactitud y funcionalidad.

(9) A t{tulo puramente indicativo, y en orden progresivo (desde la ausencia total

131

Ap6dosis de oraciones condicionales:1)

Si pudiera lo haria Se potessi lo farei

o que emplean ese matiz de duda V posibil idad para expresar

6rdenes V ruegos con la lIamada "atenuaci6n de cortesia" (v.

punto a) (10):

b) Frases que expresan provectos hipotéticos:

a) Optativas (en generai con los verbos querer, deber, poder /

volere, dovere, potere, o similares) con valor desiderativo V

obl igativo atenuados: Pero, la multiplicidad de estos casos no debe engafiarnos: en reali­

dad, como va ha sido sefialado en alguna ocasi6n (11), el punto 2, con to­

das sus modalidades, puede ser integrado en el 1, va que se trata de frases

condicionales convertidas en independientes gracias a la elisi6n de una pr6­

tasis mas o menos facilmente reconstruible:

2) Frases independientes:

Querria verte

Preferiria comer mas tarde

Podrias hacerlo tu

Deberias estudiar

Seria mejor callar

Vorrei vederti

Preferirei mangiare più tardi

Potresti farlo tu

Dovresti studiare

Sarebbe meglio tacere

Le agradeceria que me

escuchase

Le rogaria que no hablase

Querr/a verte (si pudiera)

No sabrfa qué decirte (si me

lo preguntaras)

Le sarei grato se mi

ascoltasse

La pregherei di non parlare

Vorrei vederti (se potessi)

Non saprei cosa dirti (se me

lo chiedessi)

c) F rases que indican probabil idad, posibil idad o duda:

de alusiones a posibles contrastes hasta la enumeracion asistematica y un tan­to apresurada de los mismos), citarnos tres manuales: G. Battaglia, Gramma­tica italiana (para estudialltes de habla espaiiola), Roma 1974, p. 281; C. L10­vera Majem, Gramotica italiana del siglo XX, Barcelona 1975, 6. a edicion,p. 476 y A. Gallina, Curso di Lingua spagnola, Milano 1972, pp. 332-333.Cabe hacer una excepci6n para la recientisima Moderna gramdtica espaiiolade F. AJ!anzini D'Angelo, Bologna 1980, aunque peque de ciertas simplifica­ciones y omisiones propias de todo manual y no dé un canicter realmente sis­tematico a los contrastes (v. pp. 208-210).

132

Yo compraria la cerveza

y tu prepararfas los

bocadillos

Se diria que esta enfermo

No sabrfa qué decirte

lo comprerei la birra

e tu prepareresti i

panini

Si direbbe che sia malato

Non saprei cosa dirti

Podemos pues cerrar el apartado de las similitudes entre el espa­

noi V el italiano, afirmando que ambas lenguas coinciden en el uso del

tiempo que nos ocupa cuando éste aparece en las ap6dosis de frases con­

dicionales expl icitas o implfcitas. En este caso, el paradigma simple es

transformable en el compuesto cuando hava que expresar una relaci6n de

anterioridad respecto al tiempo de referencia:

(lO) El empleo del "condicional de cortesia" tiene, sin duda, un indice de fre­cuencia superior en italiano. En esta lengua es posible, por ejemplo, expresarcon dicho tiempo lo que Rolhfs !lama "rifiuto attenuato (Jleramente, si­gnora marchesa, io aJlrei già pranzato 'ho già', ej. cit. por Rolhfs, op. cit., p.56), condicional que presupone un complejo recorrido 16gico del tipo: "Senon sembrassi scortese Le direi che ho già cenato", mediante cuya omisi6n seha efectuado una transferencia desde el verbo dicendi al enunciado mismo.Es también n1<ls frecuente en italiano el empleo del condiconal para dar "in­formazioni riservate" en el lenguaje periodistico: secondo le ultime notizie,il Presidente si sarebbe dimesso.

(11) Cfr. a este respecto, A. Puglielli y A. Ciliberti, "Il condizionale", en Fenome­ni /Ilorlologici e silltattici dell'italiano contemporaneo, SU; Roma 1974, voI.I, pp. 261-274, y G. Rolhfs, op. cit., pp. 55-56.

133

Sin embargo, cabe va aqu i hacer una salvedad:

A) Se trata de las oraciones condicionales que expresan eventual idades

futuras V estan regidas por un verbo en tiempo pasado:

Habr/a querido verte (aver)

Si hubiera podido lo habr/ahecho

Avrei voluto vederti (ieri)

Se avessi potuto l'avreifatto, etc.

(que se limita a tolerarlo en el uso comun, pero impone el pluscuamperfec­

to de subjuntivo en la lengua culta), lo que nos lIama mas la atenci6n es la

utilizaci6n por parte del italiano de un condicional compuesto alli donde

pareceria ser mas apropiado el correspondiente tiempo simple. Esta pecu­

liaridad del italiano se produce todas las veces que la expresi6n temporal

de la posteridad se combina con una perspectiva de pasado; V, por lo tanto,

se generaliza en el caso del FNP, es decir, del futuro visto como pasado:

Aparte de la diferencia que en este tipo de frases presentan el espa­

noi (que exige en la pr6tasis un imperfecto de indicativo) (12) V el italiano

(12) SerIa interesante llevar a cabo un estudio acerca de las circunstancias (tempo­rales, semanticas, sintacticas) que deteIll1inan en la pr6tasis el empleo de unimperfecto de indicativo o de un imperfecto de subjuntivo. Véanse los si­guientes ejemplos: "Si flleran las diez, la abuela comprenderla y no les deja­ria castigarme" (Gellte de Madrid); "Si le daba un puntapié a las tuercas, nosliariamos a golpes" (ivi); "Si no gllardaba silencio, se le impondrIa una mul­ta" (La Barraca). N6tese asimismo el contraste que ofrecen las frases tempo­rales-consecutivas o las condicionales especiales con las condicionales c!asi­cas: "Cuando se casaran -alguna vez habia de ser-, ya guardaria el dinero"(La Barraca) > "Si se casaban"; "en seguida pensamos que, a poco que seman tll Fiera, acabarian pegandose" (Gente de l1fadrid) > "Si se malltenia".Aparte de estos problemas, existe la siguiente constante: TE presente,pr6tasis con imperfecto de su bjuntivo ("Creo qlle si llegara mai'iana lo sa­bria"), TE pasado, pr6tasis con imperfecto de indicativo ("Q·eia qlle si lle­gaba mai'iana, lo sabria") aunque también en este terreno los limites se con­funden por simples variaciones de perspectiva. En cualquier caso, nos hemoslimitado a pr6tasis con implicacion de futuro, que es donde parecen nacermas vacilaciones temporales.

vasI sucesivamente. He aqui que la simetrla entre las dos lenguas se ha ro­

to en un punto de ampi isimo uso que entrana no pocas dificultades para

los discentes de una V otra (13).

B) Pero no acaban aqu I las discrepancias en el uso de ambos condicio­

nales. Si bien el italiano reduce a los casos estudiados hasta ahora las fun­

ciones de este tiempo, el espanol amplia las posibilidades modales V tem­

porales del condicional a un caso mas: la expresion de la probabilidad en el

pasado o desde el pasado (empleo paralelo al del futuro de indicativo en

suposiciones de acciones presentes o desde el presente) (14). Por el contra­

rio, el italiano recurre para este fin a aquellos tiempos V construcciones

Disse che sarebbe venuto

Credevo che mi avrestiperdonato

Dijo que vendr/a

Creia que me perdonar/as

(13) A esta dificultad alude M. Carrera Diaz en "Italiano para hispanohablantes:la engai'iosa facilidad", cit., p. 37.

(14) Este empleo del condicional es incluido por Bello dentro de los "significadosmetaf6ricos" de los tiempos, gracias a los cuales una forma de posteridadpuede pasar a designar la anterioridad con matiz de probabilidad (op. cit., p.236); es la misma opini6n sostenida por G. Rojo, segllll el cual se trata de un"uso dislocado" (por contraposici6n con los "usos rectos") de las formas dela posteridad ("La temporalidad verbal en espai'i01", Verba, voI. I, 1974, pp.114-115). Alarcos llega a proponer la existencia de un modo especial para lasformas llegaré, llegaria, habré llegado y Izabria llegado basandose en esta ex­presi6n de posibilidad y posteridad (Estlldios de gramatica fllncional del es­pariol, p. 104). Cabe, sin embargo, deciI que este peculiaI empleo del condi­cional no fue desconocido en el italiano antiguo (Sarebbe il medico tornato oaltro accidellte sopraFellllto?, Decameron, ej. cit. por Rolhfs, op. cit., p. 56).

Disse che se fossimo usciti

(uscivamo) di casa, ci saremmo

annoiatiCi avvertì che se non avessimostudiato (studiavamo) la

lezione, non saremmo andati

al cinema.

Dijo que si sal/amos de casa

nos aburrir/amos

Nos advirti6 que si no

estudiabamos la lecci6n, no

ir/amos al cine

134 135

que en castellano son variantes combinatorias de este tipo de condicional

(desde el futuro anterior, hasta los pasados recientes del indicativo y del

subjuntivo, generalmente acompanados por adverbios de duda o posi bi­

lidad): pero que en espanol abarca casos desconocidos para el italiano: aSI, en

frases con deber, querer, (solo en las hipotéticas de probabilidad) poder:

Ser/an las ocho (cuando Ilego)

Saranno state le otto

Forse erano le otto

Può darsi che siano state le otto

Può darsi che fossero le otto,

Esperaba que viniese (vendr/a)

Querr/a (quisiera) verte

Deber/as (debieras) estudiar

Podr/a (pudiera) seI' cierto

Speravo che venisse (sarebbevenuto)

Vorrei vederti

Dovresti studiare

Potrebbe essere vero

Uerivado del empleo supositivio que acabamos de mencionar, surge

en espanol (y asfmismo relacionado con los empleos paralelos del futuro)

un uso "concesivo" de ese tiempo, uso que en italiano se resuelve, una vez

mas, con la total exclusion del condicional:

Tendr/a quince anos

Ser/a fea, pero era simpatica

Lo har/a, pero yo no lo creo

Avrà avuto quindici anni

Forse aveva quindici anni, etc.

Sarà stata brutta, ma era

simpatica

L'avrà fatto, ma io non ci credo

y adquiere un caracter sistematico en las apodosis con tiempo compuesto:

Si hubiera (hubiese) querido lo habria hecho

lo hubiera (hubiese)

D) Por ultimo, un problema mas, originado por la abundancia de perf­

frasis que el espanol presenta respecto a la relativa escasez del italiano.

También el condicional tiene, en efecto, un sustituo perifrastico, ibaa + infinitivo, que el italiano desconoce (16):

Vendria manana = Iba a venir manana

C) A esta serie de discrepancias, que enfrentan un sistema binario del

codicional italiano (hipotético-temporal con valor de posteridad), a un sis­

tema tripartito del espanol (hipotético-temporal con valor de posteridad­

temporal supositivio con valor anterioridad) donde las proyecciones tem­

porales san abundantemente ampliadas, conviene ahora anadir otra, quizas

menos vistosa, pero no menos importante para la correcta valoracion de

@mbos si stemas.

Se trata de la neutralizacion de la oposicion condicional/subjuntivo

(15); neutralizaci6n que en am bas lenguas ocurre, a veces, cuando tienen

lugar ciertas concomitancias funcionales entre el tiempo que estudiamos y

el imperfecto de subjuntivo:

(15) Sobre este punto, cfr. Bello-Cucrvo, op. cit., p. 240; Gili Gaya, op. cit., pp.169-70; Gramdtìca de la Rt'al Acaclemia, panafo n. 385; G. Rojo, art. cit.,

136

paralelo a la variante perifrastica del futuro simple:

Vendra manana = Va a venir manana

pp. 125-127; P. Tekavéié, Grammatia storica dell'italiano, voI. II: Morfosìll­tassì, pp. 409-410. Por su parte, M. Regula-J. Jernej, en su Grammatìca ita­liana descrìttil'a, Bern 1966, incluyen un cuadro sin6ptico de la concordanciade tiempos donde tal concomitancia queda reflejada con algunos ejemplosque aqui simplificamos: Speravo che l'enìsse, Speral10 che sarebbe venuto,Ho creduto che vellìsse, Ho pensato che sarebbe Jlenuto).

(16) Existe ademas la equivalencia en ciertos casos entre la perUrasis obligativahabz'a de + ìnfinìtìJlo y el condicional: "El rey habz'a de morìr (morìda) doscl1as después", equivalente a la cOllstrucci611 italiana dOJleJla +ìllfinìtivo: "Ilre dOJlel'a morìre (sarebbe /Ilorto) due giorni dopo".

137

De modo que, en determinados contextos, "I ba a decfrselo" correspon­

dera en italiano a un "Gliel'avrebbe detto" mas que a un "stava per dirglie­

lo", que seria la traduccion aconsejada por el valor estrictamente incoativo

e inminente generalmente atribuido a dicha perifrasis.

El rapido cotejo que acabamos de hacer seria sin duda insuficiente

para sacar conclusiones acerca del uso comparativo del condiconal en am­

bas lenguas. La realidad de las discrepancias constatadas es, naturalmente,

mas cornpleja de lo que sugiere una primera aproximacion; por elio, vamos

ahora a examinar con mas detenimiento cada uno de los casos en los que

hemos notado divergencias. He aqu i un breve resumen de los enumerados

hasta allora:

a) Expresion de la posteridad vista desde el pasado, a) sujeta a condi­

cion, b) no sujeta a condicion (FNP);

b) Dislocacion del valor temporal de base (posteridad) en la expresion

de suposiciones sobre acciones pasadas o coincidentes con tiempo

de enunciacion pasado;

c) Neutralizacion de la oposici6n condicional/subjuntivo, a) en frases

con verbos modales, b) en la ap6dosis con tiempo compuesto;

d) Alternancia conclicional simple/perffrasis iba a + infinitivo.

CASO A

La tendencia del italiano moderno a emplear la forma del condicio­

nal compuesto (reservada para la expresi6n de la anterioridad) para indicar

la posteridad en frases regidas por tiempo pasado (17), resulta particular­

mente Ilamativa en aquellas narraciones literarias donde abunda el discurso

(17) Cfr. P. Tekavéié, Grammatica storica, cit., pp. 518-519. F. Brambilla Ageno,en n )lerbo nell'italiano antico, Milano-Napoli 1964, p. 350 constata que"quale 'futuro nel passato' 1'1 lingua aJltica presenta constantemente il con­dizionale semplice". Para este problema, v. también M.D. Savié, Condizionaletemporale nella prosa dei romantici italiani, en n Romanticismo, Atti del VICongresso dell'Associazione Internazionale per gli studi di lingua a Lettera­tura italiana, Budapest 1968. Remitimos asimismo, para ésta y para otras

138

indirecto y el indirecto libre (18), lugar predilecto para la combinacion de

los dos factores temporales, la anterioridad y la posteridad. Nada hay a ve­

ces, como no sea el contexto o ciertos indicadores adverbiales, que nos dé

la seguridad de hallarnos ante una accion eventual futura en vez de anteuna apodosis de pasado:

Volle assolutamente accompagnarmi fino a casa. Era quasi l'una or­

mai. Tentai di scoraggiarlo, facendogli notare che via Scandiana era

lontana, e che se mi avesse accompagnato non sarebbe potuto rien­

trare all'albergo prima delle due (G. Bassani, Dietro la porta)

D'un tratto infatti cominciò a ringraziarmi con grande effusione

dell'aiuto che gli avevo prestato durante il compito in classe. Se

non ci fossi stato io a dargli una mano -diceva-, chissà come

avrebbe potuto cavarsela. (lvi.)

De los dos textos citados, el primero exigiria en castellano un con­

dicional simple, puesto que se trata de una hipotesis futura, mientras que

el segundo, donde se expresa una eventualidad pasada, permitiria la trans­

posicion literal de los tiempos (19). He aqui dos ejemplos paralelos sacados

de sendas narraciones de autores espanoles contemporaneos:

cuestiones relativas al uso del condiconal italiano, a los siguientes estudios:D. De Vivo, Del futuro e del condizionale in italiano in rapproto con le altrelingue romanze, Dopart 1882; W. Esser, "Beitrage zur Geschichte des Irrealisin ltalien", en Romnische Forchungen, 39, pp. 267-314; L. Mourin, "La va­leur de l'imparfait, du conditionnel et de la forme en -ra en espagnolmoder­ne", en Romanica Gandensia, IV (1955); delmismo A., "Il condizionale pas­sato", en Lingua Nostra, XVII (1956) pp. 8-15; G. G. Lebedeva, Ob uslo)l­nem potential 'prediozenii )I ital' iallskom jazyke, Issledovanija (1961), pp.174-187; A. Leone, "Del condizionale dip~ndente", Lingua Nostra, XXIII(1962) pp. 57-59; M. D. Savié, Temporalni kondicionalu italiajaskom jezicu,Beograd 1966, y J. H. Arne, "Il condizionale nell'italiano moderno" en Stu­dia Neopllilologica, 43 (1971) pp. 101-113 y G. Herczeg, "Il'futuro nel pa­ssato' in italiano", en "Lingua Nostra", 30 (1969), pp. 63-68.

(18) G. Herczeg, en su estudio Lo stile indiretto libero in italiano (Firenze 1963),indica como [mico tiempo empleado para expresar la posteridad desde el pa­sado, el condicional compuesto (p. 60).

(19) Estos ejemplos muestran que la sustituci6n del paradigma simpIe por el com­puesto en italiano no es patrimonio exclusivo del FNP, conio parece pensar

139

Pero Leoncio subio la linterna y enseguida pensamos que, a poco

que el otro se mantuviera, acabarfan pegÉlI1dose, porque era mayor,

lo menos de trece a catorce anos. (J. Garda Hortelano, Gente de

Madrid).

AI final de las peleas lo sacaba abrazado por entre la gente que ocu­

paba el pasillo, acompanandolo a los vestuarios. Si se hubiese deja­do lo hubiera enjabonado, porque el padre sentia aquel cuerpo

completamente sUYO. (I. Aldecoa, Cuentos Completos).

Por lo que se refi ere al FNP, la uniformidad que el italiano presenta

en el uso del condicional es casi tan completa como la que ofrece el caste­

llano en su predileccion por el paradigma simple:

La mamma lo guardava mentre tendeva le manine alle rondini come

se volesse -prenderle a volo, o quando tirava la palla, e pensava che il

suo bambino non sarebbe sempre stato felice così. Non avrebbe po­tuto rimanere sempre seduto in quello spazio largo un palmo, tra la

finestra e la ringhiera, a baloccarsi con quella palla di cencio o a ri­

dere meravigliato alle buffonate dei ragazzi di faccia. Quei raggazzi

sarebbero stati presto uomini, e non si sarebbero più tinto il viso

con il carbone per spaventare il suo povero bambino, che invece ne

rideva. (U. Fracchia, Piccola gente di città).

Ma no. Sarei stato io, a scendere da lei. Avremmo parlato. Mi sareilasciato interrogare fino al momento in cui mio padre, rincasando,

e scorgendoci dal fondo del portico, avrebbe incominciato a batte­

re le mani per segnalarci che era arrivato e che aveva fretta di met­

tersi a tavola (G. Bassani, Dietro la porta).

Tekavèié ("Saggio di un'analisi del sistema verbale italiano", cit., p. 7), sinoql1e ocurre también en la expresion de la eventualidad futura y abarca tantola apoclosis como la protasis: "se mi aJlesse accompagnato non sarebbe potu­to rientrare" (en esp. "si me acompailaba no podrz'a volver. ..").

'140

Moriria él en presidio, como el pobre tlo Barret? .. No; se conti­nuarian las costumbres de la huerta, el l'es peto a la justicia por ma­

no propia. Se cal/arfa el agonizante dejando a sus amigos, los Tene­

rola u otros, el encargo de vengarle. (B. Blasco Ibanez, La Barraca).

No iba a buscar el triunfo en las grandes ciudades: alli mismo, en

San Juan, construiria su porvenir, alli se producirfan los grandes

hechos. Las obras saldrian de ali f, las gentes acudirian, af!uirian de

todas partes. (R. Chacel, Novelas antes de tiempo).

Si el comportamiento peculiar del italiano moderno en este aspecto

destaca como una disonancia, no solo frente al espanol, sino frente al con­

cierto generai de las lenguas romances, el hecho sorprende tanto mas

cuando pensamos que la sustitucion del paradigma simple por el compues­

to data de época muy reciente y que todavfa un texto tan cercano a noso­

tros como I promessi sposi de Manzoni presenta una alternancia de condi­

cionales simples y compuestos semejante a la que conserva el espanol

actual:

... in quel risolvi mento della natura sentiva più liberamente e più vi­

vamente quello che s'era fatto nel suo destino.

Ma quanto piu schietto e intero sarebbe stato questo sentimento, se

Renzo avesse potuto indovinare quel che si vide pochi giorni dopo:

che quell'acqua portava via il contagio; che dopo quella, il lazzeret­

to, se non era per restitu ire ai viventi tutti i viventi che conteneva,

almeno non n'avrebbe piu ingoiati altri; che, tra una settimana, si

vedrebbero riaperti usci e botteghe, non si parlerebbe quasi piu che

di quarantina; e della peste non rimarrebbe se non qualche restic­

ciolo qua e là.

Pero, a nuestro parecer, el origen de la "anomal fa" no deberfa seI'

buscado necesariamente en un diferente origen etimologico del condicional

italiano (canteri < cantare habui frente a cantaria < cantare habebam),

sintoma de una predileccion congénita por los paradigmas de anterioridad

141

(20), sino que podria ser suficientemente explicada en términos de estricta

psicologia del lenguaje.

En el discurso indirecto regido por un tiempo pasado o, mas gene­

ralmente, en el discurso narrativo (tomemos como base el ejemplo: Dijo

que vendrfa), la enunciacion se desdobla en dos tiempos: aquél desde el

que se relata (encargado de enunciar 105 verba dicendi, ya sean explicitos o

implicitos) y que Ilamaremos para abreviar TE 1 (es decir, Tiempo de

Enunciacion Uno), y aquél que es relatado (TE 2 ), encargado a su vez de

emitir el enunciado propiamente dicho (E). Hay, pues, dos tiempos enun­

ciantes en reciproca relacion: posterior el primero, anterior el segundo, y

un tercero (E), que sera anterior, coincidente o posterior respecto a TE 2 •

Si, en cambio, nos colocamos clesde una perspectiva fija, que podemos Ila·

mar "origen", haciénclola coincidir con el tiempo real en que tiene lugar el

cliscurso, consideraremos a TE 1 como un presente, a TE 2 como un pasado,

ya E, en el caso cle que exprese una relacion cle postericlad respecto a TE 2 ,

como un futuro. He aqu i el esquema que sintetiza estas relaciones:

Lo que es un "manana" para el enunciante dos, aparece como un

"ayer" desde el punto cle vista del enunciante uno. En suma, el futuro ciel

enunciado, que el espanol, adoptando la perspectiva de TE 2 , representa

con la forma simple del condicional (vendria), se transforma en un pasado

(si bien pasado cle la eventualidacl que, como tal, encierra siempre una im­

plicacion de futuro) para el italiano, que asume el punto de vista cle TE 1 y

adopta el conclicional compuesto (sarebbe venuto).

He aqu i por qué lIegan a coinciclir en la lengua italiana moclerna las

construcciones reservadas para expresar la eventualidad pasada ("se fosse

venuto l'avrei visto") y las que expresan una accion futura vista desde una

perspectiva posterior. Sinteticemos, pues, 105 contrastes entre las realiza­

ciones con conclicional simple (CS) y compuesto (CC) que ofrecen el espa­

noi y el italiano para expresar la eventualidad pasada y la futura (tanto cles­

de el presente como desde el pasaclo) (*):

Naturalmente, el enunciado, aunque es un futuro para el enuncian­

te clos, sera siempre un pasaclo para el enunciante uno, puesto que toclo lo

expresaclo desde la perspectiva cle TE 2 resulta anterior a la perspectiva ac­

tual de TE 1 :

ANTERIOR

TE 1

POSTERIOR

PRESENTE

posteri or

POSTERIOR

TE 2

ANTERIOR

PASADO

anterior

E

POSTERIOR

FUTURO

E

posterior

TIEMPO DEL ENUNCIADO TIEMPO DE LA ENUNCIACION

-PRESENTE PASADO

(credo che/creo quel (credevo che/crefa quel

it (Se fosse arrivato)

avrebbe telefonato

PASADO

esp. (Si hubiese Ilegado)

habrfa telefoneado

it. (Se arrivasse) (Se fosse arrivato)

telefonerebbe avrebbe telefonato

FUTURO

esp. (Si lIegase) (Si lIegaba) (*)

telefonearfa

(20) Seglm P. Tekavèié, Grammatica storica, op. cit., p. 519.

142

(*) Hemos eludido voluntariamente cualguier intento de ejemplificacion gue il1­c1uyera el problema de la consecutio temporum, puesto gue lo gue agui inte­resa es destacar la proyeccion pasadojfuturo en la parte terminaI de la frase.

(*) Véase la nota n. 12.

143

Simplificando aun mas, l'esultarla el siguiente esquema:

TIEMPO DE LA ENUNCIACION

donde el condicional simple indica que el sujeto proyecta comer a las tres,

mientras que el condicional compuesto informa de que a esa hora el sujeto

ya habnl terminado de comel'; oposicion paralela a la representada por la

alternativa futuro/futuro anterior cuando no existe perspectiva de pasadoen la enunciacion:

PRESENTE PASADO Dice que comera a las tres Dice qu e a Ias tres habra comido

oo«uz:::JZili

-IilioOa..:'2:ili

i=

cc

CS +- - - - - - - - - - - --7 CC

CS

tcc

PASADO )Italiano

FUTURO

FUTURO IEspanol

PASADO

Aunque con menos frecuencia, el espanol puede recurrir también al

condicional compuesto en las relaciones de posteridad desde el pasado

cuando la accion futura aparece bajo un aspecto de terminacion. Asi ocu­l're en el sigu iente texto :

Leoncio trajo una cuerda lo suficientemente larga para maniatar al

fascista (... ); conoela a Miaja, a Durruti, a Lister, dijo que eran mas

listos que nadie y que la Republica tenia practicamente ganada la

guerra, solo resta ba aniquilar a aquellos cerdos de la quinta colum­

na I. .. ), y habr/amos vencido. (J. Garcia Hortelano, Gente de Ma­drid).

Donde emerge c1aramente que el espanol establece una oposicion vertical

simple/compuesto sobre la base del tiempo del enunciado (CS para la ex­

presion de la eventualidad futura, CC para la eventualidad pasadal, inde­

pendientemente del tiempo de enunciacion; mientras que el italiano esta­

blece una oposicion horizontal sobre la base del tiempo de enunciacion

(CS si es presente, CC si es pasadol, independientemente del contenido

temporal del enunciado.

Sin embargo, esta eleccion del ital iano moderno impide poder ex­

presa l' cualquier ulterior relacion de anterioridad interna al enunciado mis­

mo, cosa que en cambio puede hacer el espanol recurriendo al condicional

compuesto todas las veces que la accion futura resulte anterior a otro pun­

to de referencia temporal, como demuestra la siguiente transformacion:

Si denominamos esta marca de anterioridad interna al enunciado

mismo con la sigla FNP 2 para distinguir este condicional del FNP j , "dijo

que vendria", podremos completar la tabla de correspondencias y contras­

tes entre el italiano y el espanol en la expresion de la eventualidad pasaday futura:

CS ap6dosis de frase condicional futura con TE presente

CC apodosis de frase condicional pasadaFNP2

apodosis de frase condicional futura

FNP j

lap6dosis de frase condicional futura con TE pasado

ap6dosis de frase condicional pasada

FNP j y FNP2

CS

CC

esp.

it.

Dijo que a las tres habr/acomido

Dijo que comer/a a las tres

144145

CASO B

Si es cierto que el empleo indiscriminado del condicional compues­

to en italiano, va sea para designar una eventualidad pasada o una futura

desde el pasado, puede dar lugar a ambiguedades temporales en ciertos

contextos, el espanol presenta la misma ausencia de fronteras formales en­

tre la expresion de la eventualldad (pasada o futura) y la de acciones su­

puestas pasadas o vistas desde el pasado. Una frase como "irfa a recibirle",

puede responder tanto a la pregunta "lqué haria manana Juan7", como a

"ldonde habra ido Juan 7".

Si bien lo mas frecuente es que coexistan ambos usos del condicio­

nal sin que se produzcan vacilaciones de sentido, como demuestra el si­

guiente ejemplo:

Era feliz, aunque a veces pensase cosas, como cuando se me ocurrio

pensar si Tano sabrfa que yo era feliz o si me supondrfa desgracia­

do. Yo creo que si sabia que yo era feliz. O quiza lo ignorase, igual

que yo ignoraba entonces que un dia las calles -sin nieve- se /lena­

rfan de gente y habr/a curas por las calles. (Gente de Madrid).

Sin embargo, hay otros problemas que conviene aclarar: el espanol

emplea a veces indistintamente el condicional simple y el compuesto para

expresar suposiciones de pasado:

Yo estaba nervioso y pensé que se le habr/a olvidado. (Gente de

Madrid).

- lDonde estan los fusiles que enterré en el caserfao de Gorostiza7

- Ali i estaran, si no fueron por ellos.

El Cura respondio con voz encalmada:

- Otros irfan... (R. de Valle Inclan, Gerifaltes de antano).

En ambos casos (la accion de olvidar y la de il') el sujeto hace supo­

siciones sobre hechos anteriores al discurso, pero en el primer ejemplo se

trata de una enunciacion pasada ("pensé que"), en el segundo, de un dis­

cUso directo. Tratemos, pues, de hacer las necesarias distinciones acel'ca del

tiempo de enunciacion y de enunciado para colocar en su debido lugar los

146

empleos alternativos de la forma simple y la compuesta en el condicional

supositivio.

1) Si el TE es presente, el condicional, tanto simple como compuesto,

aparecera unicamente para e)(presar acciones anteriores: "Supongo que se

lo dirfa aver = Supongo que se lo habrfa dicho ayer"; de modo que en este

caso la alternativa simple/compuesto marca solo una leve diferencia aspec­

tual de Noterminacion/Terminacion, y una menos leve diferencia modal

(menor insistencia en la incertidumbre/mayor insistencia en la incertidum­

bre) sobre la que vale la pena detenerse brevemente.

Ya que la suposicion de acciones pasadas tiene en espanol la posibi­

lidad de recurrir al futuro anterior ("Supongo que lo habra dicho") (21), la

lengua tiende a desplazar la oposicion aspectual: Terminado/No termina­

do a la alternativa habni dicho/dirfa y, consiguientemente, la tercera va­

riante, habrfa terminado, cobra frente al otro tiempo compuesto un valor

de irrealidad mas intenso: "Su pongo que se lo habra dicho/Supongo que se

lo habr/a dicho".

2) Por el contrario, cuando TE es pasado, el condicional simple estani

reservado para la expresion de acciones contemporaneas (es decir, coinci­

dentes con el tiempo de la enunciacion), como muestra claramente el si­

guiente ejemplo:

Y asi segu ia hablando de los trajes y costumbres del tiempo del Im­

perio, imaginandose que aun subsistirfa todo y la Francia de hoy

era como a principios de siglo. (La Barraca).

Mientras que el condiconal compuesto indicara que las acciones supuestas

son anteriores al tiempo de la enunciacion:

Seguro que los milicianos se habian pasado de alli, y muy probable­

mente, ni siquiera habrfan inspeccionado el corto tunel lateral.

(Gente de Madrid).

(21) He aqulun ejemplo significativo de alternancia del futuro anterior y el con­dicional simple en sentido supositivo: "Si lzabré yo pista visiones? i,SijaJmlsese hombre me habra mirado con amor; si aquel verle en todas partes seriacasualidad; si sus ojos estariall distraidos al fijarse en mi?" (L. Alas, La Re­gema).

147

Asi pues, el condiconal simple tiene, en las frases supositivas, una

doble funcion: la expresion de acciones pasadas con TE presente, y la de

accion es coincidentes con TE pasado. Por su parte, el condiconal compues­

to expresara siempre la anterioridad, tanto con TE presente como con TE

pasado. De elio deriva, evidentemente, una neutralizacion casi completa de

la oposicion CS/CC con TE presente, mientras que tal oposicion tendra

piena vigencia con TE pasado.

He aqu i, esquematizado, el cuadro de ambigLiedades al que tal siste­

ma de equilibrios temporales da lugar:

a una construccion peculiar consistente en una frase subordinada con el

verbo en pasado de subjuntivo: che fosse arrivato?, en la cual ha sido omi­

tida la oracion principal (por ej.: "(era mai possibile) che fosse arrivato?").

Empleando, una vez aclarado esto, las sigu ientes abreviaturas:

CS: condicional simple

CC: condicional compuesto

PI: imperfecto de indicativo

PLI: pluscuamperfecto de indicativo

IS: imperfecto de subjuntivo

PLS: pluscuamperfecto de subjuntivo

PP I: pretérito perfecto de indicativo

PPS: pretérito perfecto de subjuntivo

FA: futuro anterior

elaboraremos a continuacion el esquema contrastivo que emerge al valorar

el empleo supositivio del condicional en espanol y sus respectivas corres­

pondencias temporales en italiano:

Lo mismo cabe decir acerca de la distribucion de variantes para la

suposicion concesiva y la interrogativa.

Ya hemos visto que el italiano excluye en cualquiera de estos ca­

sos el empleo del condiconal y se limita a usar aquellas construcciones y

tiempos verbales que también el espanol adopta para las suposiciones de

pasado. Cabe, sin embargo, hacer una excepcion para las supositivas inte­

rrogativas, que, en italiano, ademas de emplear dichas variantes, recurren

o de otro modo:

E anterior

E coincidente

ICS

cc

{ CS

TE presente

TE pasado

TE pasado

TIEMPO DEL ENUNCIADO TIEMPO DE LA ENUNCIACION

PRESENTE PASADO

esp. CS

COINCIDENTE PI-ISit.CHE + IS?

esp. CS=CC CC

ANTERIOR FA PLI - PLSit. PFI - PPS CHE + PLS?

CHE + PPS?

148 149

Es sustancia, un condicional espanol, empleado como indicador de

suposicion, puede tener las siguientes traducciones en italiano:

es

CC

E coincidente

TE pasado

E anterior

TE presente

E anterior

/' /' TE presente/''-...

'-... '-... E anterior

TE presente

{PI-IS

CHE + IS?

IFA

PPI - PPS

CHE + PPS?

{ PLI - PLS

CHE + PLS?

lFA

PPI - PPS

CHE + PPS?

No necesitamos inslsltlr en las dificultades que para un italiano

entrana la interpretacion en cada caso de 105 matices V oposiciones tempo­

rales que acuita la forma del condicional simple en espanol.

Del mismo modo, un hispanohablante, ante un futuro anterior ita­

liano puede optar, ademas de por una traduccion literal, tanto por un con­

dicional simple como por un compuesto, con el correspondiente peligro de

dejarse escapar matices V oposiciones mas o menos importantes:

..---lIegaria aver..---Sarà arrivato ieri E'- -habrfa lIegado aver

--. --. habra lIegado aver

Cabe senalar ademas, que no siempre el condicional espanol es sus­

tituible con sus teoricas variantes combinatorias: se dira "tendria treinta

anos" V no "habra tenido treinta anos", "serfan las ocho" V no "habran

sido las ocho", puesto que la accion verbal expresada l'esulta indivisible en

distintas fases temporales V por tanto queda exclu ida la oposicion Termi­

nado/No terminaclo que FA/CS tiene, en este caso, en espanol.

Demos solo algun ejemplo de la multiplicidad de traducciones a

que podrfa dar lugar un condicional simple espanol empleado en sentido

supositivio:

sarà arrivato ieri

/ ~forse è arrivato ieri

L1egaria aver (*)~/_ può darsi che sia arrivato ieri

lLiegaria aver? ~- forse era arrivato (il giorno prima)

" "che sia arrivato ieri?

" h f . ""7C e osse arrivato Ieri.

(*) El contenido temporal impHcito en el verbo elegido (su Aktiol1sart) impideen italiano las variantes: "forse arrivava ieri" y "può darsi che arrivasse ieri",variantes que serian posibles en cambio con un verbo atemporal como saber:"forse lo sapeva ieri", "può darsi che lo sapesse ieri".

150

CASO C

Anadamos nuevos pasillos al laberinto: la neutralizacion condicio­

nal/subjuntivo, de la que hemos hablado anteriormente, encierra un con­

traste modal (mas o menos marcado segun 105 contextos) que no debemos

subvalorar a causa de las implicaciones estil fsticas que comporta. En el si­

guiente texto de La Barraca, Blasco Ibanez ha hecho coincidI' un condicio­

nal compuesto V un pluscuamperfecto de subjuntivo, funcionando ambos

como tiempos de una doble apodosis cuva protasis esta impl fcita:

Asf 1101'0 la huerta la desaparicion de don Salvador. Todos adivina­

ron la mano del tfo Barret, V nadie hablo. Las barracas hubiesen

abierta para él sus ultimos esconclrijos; las mujeres le habrfan acuf­

tada bajo sus faldas.

151

Presuponiendo una condicion del tipo: "Si el tio Barret no hubiera

desaparecido", la eventual avuda que los convecinos del fugitivo estaban

dispuestos a prestarle aparece presentada en gradacion, desde el subjetivo

"hubiesen abierto", que anuncia la imposibilidad irrevocable del hecho al

mismo tiempo que subraya la intenconalidad del deseo colectivo ("habrian

querido abrirle sus ultimos escondrijos, pero ah ora era va imposible"l,

hasta la objetividad sin atributos del "le habrian ocultado".

Igual combinacion de matices (irrealidad + intencionalidad) esta

presente en el empleo elel subjuntivo en frases desielerativas V obligativas

con verbos modales: "quisiera il''' implica una atenuacion ele la voluntael

mediante una acentuacion de la eluela que "querria il''' no ofrece.

Este breve apunte pone suficientemente en evidencia la importan­

cia que eliferencias gramaticales, sutiles solo en apariencia, tienen a la hora

de traducir e interpretar correctamente un texto (tanto espanol como ita­

liano, puesto que dos lenguas en contacto hacen reversibles todos los pro­

blemas).

CASO D

Lo mismo podriamos decir respecto a la conmutacion conelicional­

perifrasis incoativa iba a + infinitivo, cuando ésta juega un papel similar al

del FNP; como ocurre en el siguiente ejemplo:

No debia beber tanto: iba a perder, V le fa/tada dinero para pagar.

(La Barraca).

La compresencia de ambas formas, perifrastiea V no, del FNP,

muestra con suficiente c1aridad la diferencia que las separa: "iba a perder"

aparece aqu i como indicador de introspeccion en el personaje, deja en sor­

dina la "futuridad", o mejor, relaja la tension temporal hacia el futuro, pa­

ra mimar el pensamiento que medita V anticipa mentalmente ese futuro.

Hav mas, y es que el orden de aparicion elel condiconal precedielo por la

perifrasis incoativa destaca el caracter inminente de esta Ciltima frente al

mas genéricamente prospectivo del prime l'O: de este modo las acciones de

perder en el juego V de faltar dinero no resultan paralelas, sino causalmen­

te V cronologicamente sucesivas.

152

Recapitulemos: de todo lo dicho hasta aqui (casos A, B, C V D), se

deduce que un condicional simple V un condicional compuesto espanoles

tendran las siguientes posibles traducciones en italiano:

TIEMPO DEL TIEMPO DE LA

ENUNCIADO ENUNCIACION

Presente Pasado

--EVENTUAL NO PASADO

EVENTUALFUTURO CS CC

FNP,

CS (anterior) (eoinei- I

E SUPOSITIVO FA dente) T

S PPI-PPS PI-IS A

p CHE+PPS? CHE+IS? L

A I

N FNP2 CC A

O N

L EVENTUALPASADO CC O

CC(anterior) (anterior)

SUPOSITIVO FA PLI-PLS

PPI-PPS CHE+PLS?

CHE+PPS?

153

Por el contrario, un condicional italiano tendra en espanol estas

posibles traducciones:

TIEMPO DEL TIEMPO DE LAENUNCIADO ENUNCIACION

Presente PasadoIT EVENTUAL NO PASADO CS (IS)

E

A CSS

L EVENTUALP

CS-ibaI FUTURO-FNP j

CSa+inf.

A

AN

N FNP2 CCO

O CCL

EVENTUALPASADO CC-PLS

Queda suficientemente puesto de manifiesto el empleo cualitativa­

mente mas reduci do que el italiano hace del condicional, especialmente del

simple, y la mayor variedad de sustitutos funcionales que de este tiempo

tiene el espanol asi como emergen con claridad las dificultades de traduc­

cian y de correcta interpretacian de los textos (no solo en lo que concierne

a las relacianes y oposiciones temporales expresadas, sino a matices estil is­

ticamente relevantesl que las asimetrias notadas comportan (22).

(22) Al dar aq ui por agotadas las discrepancias entre el uso del condicional enitaliano y en espanol, somos conscientes de haber eludido el problema de lasconmutaciones condicional/indicativo en una y otra lengua. El motivo de es­ta omision es haber constatado, tras pacientes busquedas a través de textosliterarios y traducciones, que dicha neutralizacion, asi como las eventualesno correspondencias entre el italiano y el espanol, estan sujetas a factores ex­tremamente subjetivos y contextuales. Hacer generalizaciones de caracter

154

Sin pretender agotar la ejempl ificacian de toda la casu istica a que

da lugar el diferente empleo del condicional en una y otra lengua, sino a ti­

tulo meramente indicativo, citamos a continuacian, y como cierre del pre­

sente estudio, una serie de textos pertenecientes a obras narrativas espano­

las e italianas en los cuales son facilmente reconocibles algunos de los valo­

res aqu i examinados:

Aquel Frigilis, el de los eucaliptus, habia tenido la culpa. Se lo ha­

bia metido por los ojos. Y hacia ocho alios y todavia pensa ba en

esta mala pasada de Frigilis como si fuera una injuria de la vispera.

lY si se hubiera casado con don Frutos Redondo? Acaso le hubie-·

ra sido infiel. iPero aquel don Victor era tan bueno, tan caballero!

(... ). Con don Frutos hubiera sidotal vez otra cosa. No hubiera ha­

bido mas remedio. iSer/a tan brutal, tan groseo! Don Alvaro en­

tonces la hubiera robado, si, y estarfan al fin del mundo a estas ho­

raso Y si Redondo se incomodaba, tendrfa que batirse con Mesia.

(L. Alas, La Regenta).

Habia hablada, sin precisar nada, de malos pensamientos (... l. Pero

ldebia haberlo hecho? Tal vez. Sin embargo, lna hubiera sido po­

ner en berlina a don Victar sin porqué ni para qué, puesto que ella

le era fiel de hecho y de voluntad y se lo serfa eternamente? Y con

todo, debia haber especificado mas en aquella parte de la confe­

siano lEstaba bien absuelta? lPodr(a comulgar tranquila al dia si­

guiente? Eso no, de ningun modo, no comulgarfa; se quedarfa en la

cama fingiendo una jaqueca. (lvil.

normativa en este aspecto (asi por ej. Avanzini D'Angelo en suilIodel'lla Gra­mdtica cuando establece y teoriza la equivalencia "Debia creerlo" ="Avreb­be dovuto crederci", p. 210; equivalencia q ue en mas de un caso podria serreversible: "doveva" = "deberia", puesto que la neutralizacion condicional/ù1dicativo existe en ambas lenguas), nos parece arriesgado y sobre todo inù­iiI. Creemos, en efecto, que toda gramatica contrastiva debe partir de la dis­tincion entre las discrepancias necesarias y las facllltatiJlas, entre las constan­tes y las jì'ecllencias, y dar la preferencia a las primeras, ir de lo sistematico alo asistematico, para evitar graves confusiones en el discente.

155

Egli capiva che questo compiacimento aveva un carattere distrutti­

vo e che vi si esprimeva la sua ostilità contro i! mondo. In realtà

dormiva come si incrociano le braccia: per rinunciare, mancandogli

la forza di rifiutare. In altri tempi avrebbe resistito disperatamente

a questi torpori; e, alla fine, allarmato, ne avrebbe informato i geni­

tori, come era solito fare tutte le volte che credeva di essere malato.

Ma ora, attraverso quel compiacimento, gli pareva di indovinare

una volontà là dove in passato non avrebbe visto che una debolezza

C.. ). In quest'affondamento, la testa pareva riempirsi di un peso

opaco, mentre i piedi si libravano in alto, leggeri e vuoti. Pian pia­

no, ripetendosi: "dovrei studiare ... dovrei tradurre ... dovrei legge­

re", e pensando nello stesso tempo, con compiacimento, che quel

condizionale indicava che non avrebbe né letto, né tradotto, né stu­diato, si assopiva. (A. Moravia, La Disubbidienza).

La Canziria, Mangalavite, la casa, tutto, tutto sarebbe passato per

quelle mani. Chi avrebbe potuto difendere la sua roba dopo la sua

morte, ahimé povera roba! (... ). Ouante cose si sarebbero potute fa­

re con quel denaro! Ouanti buoni colpi di zappa, quanto sudore di

v illani si sarebbero pagati! (G. Verga, Mastro-don Gesualdo).

Por ultimo, un ejemplo de transposicion de condicionales en la tra­

duccion de un texto italiano al espanol, a través de la cual pueden verse

ilustrados algunos de los contrastes que hemos descrito:

E se lo avesse piantato? Se, accampando qualche scusa, me lo fossi

scrollato di dosso?

In casa, la manovra sarebbe forse potuta passare liscia. Sarebbe sta­to sufficciente raccontare qualche frottola C.. ). Ma a scuola, no: a

scuola non sarebbe stato altrettanto facile (... ). Rompere con Lu­

ciano adesso, subito, avrebbe voluto dire dargliela vinta troppo

presto. (G. Bassani, Dietro la porta).

Y si rompiera con él? lSi con cualquier excusa me lo sacudiera de

encima?

156

En casa la maniobra hubiera podido tal vez pasar casi inadvertida.

Seria necesario inventar alguna historia, hacer caer la responsabili·

dad de la ruptura en Luciano (... ). Pero en la escuela, no: en la es­

cuela no resultarla igualmente facil C,.). Romper ahora con Lucia­

no, de golpe, habrla significado declararse vencido pronto (traduc­

cion de Sergio Pitol, ed. Seix Barrai).

ASI, este breve estudio del condicional se cierra precisamente alli

donde debiera comenzar lo que consideramos como una de las aplicaciones

mas importantes de la lingUistica contrastiva: la confrontacion de las

virtualidades estillsticas que encierra cada lengua, la proyeccion en el

campo expresivo y literario, mas alla de cualquier graméltica normativa, delos contrastes que las separano

157

IRCE

di fo­

i, del­

affor­

logici

ntino

i con­

etico­

certe

~uesti

rario,

stano

a ver-

wl ciel

;eguitopogra­onore,ali e, o

fanno

159

IL NUMERO DEI FONEMI IN ITALIANO INCONFRONTO CON LO SPAGNOLO

Di Joaquin ARCE

Le differenze fra i diversi trattatisti (1) in quanto al numero di fo­

nemi in italiano consistono nell'inclusione, come fonemi indipendenti, del­

le vocali aperte [è, ò], della s sonora [5], delle consonanti doppie o raffor­

zate e delle due semiconsonanti [i, wl Nella diversità di sistemi fonologici

esistenti nell'ambito della penisola italiana, quello basato sul fiorentino

colto coincide con la norma fonetica letteraria, accettata, senza grandi con­

trasti, in tutta la nazione. E se certe istintive reazioni di carattere fonetico­

fonologico sono comprensibili nell'italiano non toscano, insensibile a certe

sfumature della pronuncia di questa regione, gli studiosi stranieri di questi

problemi non possono non accettare come solida base l'italiano letterario,

il quale coincide essenzialmente con la pronuncia fiorentina colta. Restano

fuori, naturalmente, le caratteristiche e le sfumature della pronuncia ver­

nacola, che ogni forestiero rileva non appena entra in Toscana (2).

(1) Adopero il termine semiconsonante per riferirmi al primo elemento [j, w] deldittongo, e quello di semiJlocale per designarne il secondo [i, li].Circa i segni fonetici, non potendo purtroppo servirmi dci metodo seguitodalla ReJlista de filologz'a espai'iola (II, 1915, pp. 374-376) perché la tipogra­fia non dispone dei caratteri necessari, indico con se z le esse e zeta sonore,con À la laterale palatale, con ii la nasale palatale, con è, é, ò, 6 le vocali e, oaperte e chiuse.

(2) Ricorderò due testimonianze spagnole, della fine del Settecento; che fanno

159

Circa l'ammissione dell'e aperta ed e chiusa, o aperta ed o chiusa,

come quattro fonemi diversi, non ci sono grandi divergenze. " fatto che le

comun i grammatiche normative adoperate nella scuola ital iana diano sem­

pre la serie di parole che hanno nel toscano una opposizione fonologica

secondo la loro pronuncia con vocale aperta o chiusa, è segno di una accet­

tazione generale che, almeno in sede teorica, non si discute. Ammessa la

norma fiorentina, bisogna dunque riconoscere all'italiano sette fonemi vo­

calici in posizione tonica, ridotti a cinque (coincidenti con gli spagnoli) in

sillaba atona.

A piLI complessi problemi danno luogo la s e la z, la cui particolareg­

giata spiegazione sarebbe qui fuori di luogo (3). Basti ricordare che, con­

tro G. Porru -cile interpreta la s sorda e la s sonora come varianti combi­

natorie dello stesso fonema, considerando normale la s sonora in posizione

intervocalica- B. Malmberg considera le due s come fonemi diversi (4).

Infatti, la normale pronuncia fiorentina distingue la s sorda [s] dalla s sono­

ra [5] tra vocali, con opposizione fonologica tra fuso [fuso] e il participio

di "fondere" fuso [fuso]; e di conseguenza sente, ma solo per la durata del­

la consonante sorda, l'opposizione casa / cassa, che per un settentrionale

rientra nella serie di opposizioni tra sonora e sorda [kasa / kasa]. Simili dif­

ficoltà presentano le due z, sorda e sonora, ma la loro interpretazione co­

me due fonemi è più chiara, sia perché in tutta l'Italia esistono i due suoni

riferimento alla tipica gorgia toscana. II primo è di Juan Antonio Gonzalezde Valdés, Ortopeia universa/ o arte de pronunciar, Madrid, Ibarra, 1783:"i,Quanta diferencia hay entre un Inglés, que silvando forma en la extremi­dad de sus labios todas sus palabras, y un Florentln que las forma todas alprincipio de su garganta?" (p. 99). -L'altro è del poeta e commediografoLeandro F. de Moratln, nel suo Viaje de Italia, iniziato nell'agosto del 1793:"A las cuatro postas de Bolonia se entra en la Toscana, y se empieza a notarel ceceo de 105 florentinos, fastidioso en 105 hombres, gracioso en las mujeres,particularmente si son bonitas, por el privilegio especial que goza este sexode convertir en gracia 105 defectos mismos" (Obras Postumas, l, p. 330, Ma­drid, Rivadeneyra, 1867). Curiosa, cl'altronde, questa confusione tra il "ce­ceo" andaluso e la gorgia toscana.

(3) Ci basti ricorclare P. Fiorelli, "Una sibilante e due campane", in Lingua no­stra, XII, 3,1951, pp. 81-86.

(4) B. Malmberg, "A propos du système phonologique de l'italien", in Acta lin­guistica, Copenaghen, III, 1942-1943, pp. 34-43.

160

-mentre la s sonora è ignorata dai meridional i- sia perché la z iniziale

può essere sorda o sonora, posizione in cui la s, se seguita da vocale, non è

mai sonora. E ancora, sebbene in rari casi, la -zz-, secondo la sua sordità

o sonorità, può dar luogo a opposizioni distintive: razza [razza / razza],

mezzo [mézzo / mèzzo].

Anche la lingua spagnola di quattro secoli fa possedeva una s sorda

e un'altra sonora, ed altri due suoni equivalenti alla z affricata italiana so­

nora e sorda. Ma il sistema fonetico del castigl iano ha perduto la sonorità

della s tra vocali, ed ha soltanto una sonorità condizionata, meramente mec­

canica, davanti a consonante sonora, come accade anche alla s italiana

preconsonantica. La perdita dell'altra distinzione spagnola ridusse i due

suoni affricati della z alla fricativa interdentale sorda [8]. Allo stato presen­

te delle due lingue, l'insegnamento fonetico non può permettere la grave

mutilazione che alcuni, a scopo pratico, consigliano, lasciando da parte la

s sonora nell'insegnamento dell'italiano agli spagnoli e ispanoamericani, e

raccomandando agli italiani, nello studio dello spagnolo, la pronuncia della

interdentale c o z come s, data la diffusione del "seseo" nelle nazioni ame­

ricane di lingua spagnola (5). Le caratteristiche che hanno "color locale"

sono legittime in una certa area, ma non possono essere generalizzate.

Prima di discutere il problema delle consonanti-rafforzate e delle

semiconsonanti, vediamo il numero di fonemi che sono stati assegnati

all'italiano. Bruno Migliorini, in un'agile operetta di carattere divulgativo,

ha accennato a 28 o 30 suoni-tipo (6). (Egli allude certo ai 21 fonemi con­

sonantici, inclusa la s sonora, più i sette vocalici, lasciando aperto il proble­

ma delle due semiconsonanti). Dall'elenco di R. A. Hall viene fuori un

totale di 27 fonemi, perché egli non tiene conto né delle semiconsonanti

né della s sonora (7). Anche W. Selardi, a proposito della differenza tra la

(5) Come fa Giovanni Meo Zilio, "Notas de Fono- y Auto-fonodidactica italo­hispanica", in Ana/es de/ Instituto de Profesores Artigas, 2, Montevideo,1957.

(6) B. Migliorini, Pronunzia fiorentina o pronullzia romana?, Sansoni, Firenze,1945, pp. 70-71.

(7) R. A. Hall, J., "Italian phonemes and orthography", in Italica, XXI, 2, 1944,pp. 72-82; e Descriptille Italian Grammar, Ithaca, New York, 1948, pp. 7-17.

161

s sorda e la sonora come delle opposizioni tra le vocali aperte e chiuse, di­

ce che "hanno importanza non tanto per l'essenziale distinzione semanti­

ca, quanto per l'eleganza della dizione" (8), il che significa negare a questi

suoni il carattere di fonemi indipendenti. Il Dizionario Enciclopedico Ita­

liano pubblicato dall'Istituto dell'Enciclopedia Italiana, nelle "Avvertenze"

premesse al val. I (Roma, 1955), dà tra l'altro un'esposizione sintetica dei

capisaldi del sistema fonologico adottato come tipico per la lingua italiana,

e coincidente con quello dell'uso fiorentino: tali capisaldi sono la "qualità

del suono" che "determina la reciproca opposizione di 30 fonemi", la "du­

rata del suono" che "determina la distinzione in doppie e scempie" di 15

consonanti, e l' "accento d'intensità".

Anche per A. Castellani la pronuncia fiorentina, indiscussa dapper­

tutto in ciò che ha di essenziale, comprende "dal punto di vista puramente

qualitativo" 30 fonemi, e cioè 7 vocali toniche, 2 semiconsonanti e 21 fo­

nemi consonantici: tuttavia, "tenendo conto dei dinemi consonantici e

dell'accento", bisogna aggiungere 5 vocali atone e 15 consonanti con due

dinemi, vale a dire con due gradi di energia diversi, capaci di differenziare

un significante da un altro significante; il Castellani giunge così a un inven­

tario di 50 unità fonematiche (9). In un importante commento al ricco ar­

ticolo del Castellani, P. Fiorelli ammette, anche lui, che "i fonemi sono

trenta, com'è noto", ma con i dinemi (e insieme cronemi) consonantici e

con l'accento, "si sale a cinquanta unità distintive" (10).

Dal confronto con il sistema fonologico spagnolo e dalle conclusio­

ni tratte dagli studiosi delle due lingue, possiamo tentare un nuovo conteg­

gio che differisce parzialmente dai precedenti.

Lo spagnolo, ortograficamente parlando, ammette un'opposizione

fonematica tra consonanti semplici e doppie solo in due casi: con r e con

(8) W. Belardi, Introduzione alla fonologia, Roma, 1952, p. 189 (cit. da Castella­ni, vedi nota seguente).

(9) A. Castellani, "Fonotipi e fonemi in italiano", in Studi di Filologia Italiana,XIV, 1956, pp. 435-453.

(lO) P. Fiorelli, "Degli elementi del parlar toscano", in Lingua Nostra, XVIII,1957, p. 115. Il Fiorelli aveva già pubblicato un ùwentario sommario dei"trenta fonemi" italiani, secondo la pronunzia di Firenze, nell'articolo "Sen­so e premesse d'una fonetica fiorentina", in Lingua Nostra, XIII, 1952, p. 60.

162

n. Ma queste due geminazioni non si presentano allo stesso modo alla co­

scienza del parlante. Le limitatissime opposizioni n / m rappresentano una

vera geminazione che appare in rare forme dotte, o, fortuitamente, in paro­

le composte (11). La rr invece viene considerata da Alarcos un vero e pro­

prio fonema a parte. I suoi argomenti sono convicenti: la rr esiste in spa­

gnolo in posizione iniziale, dove non si hanno mai consonanti doppie; nella

delimitazione sillabica, inoltre, appartiene per intero alla sillaba seguente.

I due fonemi vibranti spagnoli (r, rr) si possono includere nella distinzione

generale di debole / forte che, con la sonorità, oppone le coppie [bip, dlt,g/k], parallelismo confermato dal fatto che anche la r, come le occlusive

b, d,g, ha una variante fricativa e rilassata [r] (12). La questione in italiano

è diversa: la r iniziale toscana è sempre semplice. (Lasciamo da parte che la

rr iniziale si sente anche in Sicilia, mentre è ignorata in qualsiasi posizione

dai settentrionali; la pronuncia della r scempia in luogo di rr si è diffUsa nel

secolo scorso anche a Roma). Invece, nella separazione delle sillabe, la -rr­

si comporta come in spagnolo, malgrado l'ortografia italiana, car-ro, di

fronte alla spagnola ca-rro, giustificata da un senso di coerenza entro il

proprio sistema ortografico. Il sopraccitato fonologo spagnolo (13) crede

invece che, per quanto concerne l'ital iano, solo la r sempl ice debba essere

considerata unità fonematica, perché la rr è da interpretare come la sua ge­

minazione. Infatti, quasi tutte le consonanti italiane ammettono un grado

rafforzato che, fonologicamente, si oppone ai cosiddetti gradi tenue e me­

dio. E evidente che la spiegazione fonologica della rr, se considerata nel­

l'ambito delle relazioni entro il proprio sistema, sarà diversa in italiano e in

spagnolo; tuttavia non pare ben giustificato negare l'autonomia fonematica

alla rr italiana.

(11) Mi riferisco a opposizioni del tipo canna "género de plantas camiceas" / cana;annal "medida de peso filipina" / anal; pellllado "pinado" / penado; allllado"ant., hijastro" / a nado; connato "nacido al tiempo de otro" / conato.

(12) E. Alarcos Llorach, "Derniers travaux récents dans le domaine de la phonéti­que espagnole", in Plzonetica, III, 4, 1959, pp. 238-246; e Problemes de p/l0­n%gie romane, relazione presentata al "Colloque International de Civilisa­tions, Littératures et Langues romanes", Bucarest, 1959. Anche Berti! Malm­berg, Etudes sur la pronétique de l'espaiiol parlé en Argentine, Lund, 1950,afferma: "-rr- est senti comme un phonème à part, qualitativement différen­cié de -r-" (p. 197).

(13) Alarcos, Problèmes, cit.

163

Si può, a rigore di termini, parlare di geminate quando nella mag­

gior parte delle consonanti italiane chiamate doppie c'è soltanto un raffor­

zamento quantitativo, un allungamento della stessa articolazione? La di­

stribuzione in una o due sillabe delle consonanti doppie dipende, fonetica­

mente, dal modo d'articolazione della consonante: le occiusive restano ve­

ramente divise dal brevissimo intervallo richiesto nella loro pronuncia; ma

le fricative e le affricate solo ortograficamente si possono interpretare co­

me geminate. L'opposizione r/rr in italiano è da inquadrare nella serie delle

opposizioni semplici / rafforzate, di cui partecipano quasi tutte le conso­

nanti. Ma alcune ammettono solo il grado rafforzato, come le tre palatali

laterale [ì\], nasale [fil e fricativa [s]; sono anche di grado rafforzato o me­dio, non mai tenue, i suoni rappresentati da una z o due zz. Invece, la s

sonora [5] manca del grado rafforzato. Circa la possibilità del rafforzamen­

to consonantico iniziale, esiste pure normalmente nella pronuncia toscana

in determinate condizioni -senza che l'ortografia ce lo indichi- ma, si ba­

di, solo in principio di parola e non di gruppo fonico, come accade con la r

spagnola. La serie delle opposizioni consonantiche breve / lunga, indispen­

sabili nella determinazione del sistema fonologico italiano, abbraccia -di

fronte alla sola opposizione efficiente in spagnolo (para/parra, pera/perra,

toreroltorrero)-Ie quindici consonanti seguenti:

[b]: libra/libbra; Ebro/ebbro - [c]: micia/miccia, cacio/caccio ­

[d]: cade/cadde; Ada/Adda -- [f]: tufo/tuffo; Carafa/caraffa - [g]: fugai

fugga; mughi/mugghi - [9]: agio/aggio; mogio/maggio - [k]: eco/ecco;

roca/rocca - [I]: mole/molle; pala/palla - [m]: camino/cammino; fumo/

fummo - [n]: nono/nonno, ceno/cenno - [p]: rupe/ruppe; copia/coppia

- [r]: aringa/arringa, caro/carro - [s]: casa/cassa; poso/posso - [t]: bruto/

brutto; dita/ditta - [v]: bevi/bevvi; avito/avvito.

Ortograficamente ci può essere anche cambiamento di significato

nella sostituzione di -z- per -zz-, ma nella pronuncia non ne è percetti­

bile la differenza: si confronti vizi con vizzi. Malgrado dunque la grafia e il

nome dei secondi membri dell'opposizione distintiva (vengano chiamanti

lunghi, rafforzati, geminati o doppi), non possiamo dimenticarne le pro­

prietà fonologicamente rilevanti che danno loro piena autonomia funziona­

le nel sistema.

Resta, per ultimo, il problema delle semiconsonanti. In genere gli

studiosi italiani tendono a considerarle fonemi indipendenti dalle vocali i,

164

LI. La stessa idea viene precisata e confermata nel recente ed ottimo Dizio­

nario Enciclopedico Italiano, sv. semiconsonante, dove si indicano parole

con opposizione fonologica distintiva secondo la loro pronuncia con voca­

le piena o con semiconsonante; cos ì, piano è trisillabo [pi-él-no] se derivato

da Pio, mentre la pronuncia della stessa parola nel suo significato abituale

è [pjano]. Con la LI abbiamo la quale [la kwale] e lacuale [Iakuale] derivato

da "lago". Ma si riconosce a queste opposizioni scarso rendimento funzio­

nale e si ammette la coesistenza delle due pronunce anche in parole di Uso

frequente: A-ri-o-sto e A-rio-sto. La fonologia spagnola, invece, nel suo mas­

simo rappresentante, E. Alarcos L1orach, considera i suoni [j, L w, u] dei

dittonghi castigliani, come varianti dei fonemi vocalici [i, u], di fronte a co­

loro che li interpretano come varianti dei fonemi consonantici [V, wl La

loro indipendenza fonematica non viene nemmeno discussa. Alarcos, con­

siderando i dittonghi spagnoli come difonematici, determina la relazione

tra i due suoni che li compongono e i corrispettivi fonemi vocalici, di in­

dubbia somiglianza fonetica. Le semiconsonanti sono, per lui, varianti

"prenucleari" di sillaba, come le semivocali sono "postnucleari"; i, u, in­

vece, funzionano come nucleo sillabico: "san sonidos que no se oponen en

el sistema, sino que s610 contrastan en el decurso" (14).

Arrigo Castellani, dal canto suo, dopo aver citato esempi come ar­guire [ar-gu-i-re] e Trieste [Tri-è-ste] di fronte a eseguire [esegwire] e de­

striere [destrjère], conclude che [w] e [u], [j] e [i] sono fonemi diversi per­

ché "intercambiabil i in contesti equivalenti" (15), secondo la norma fono­

logica per cui le varianti di uno stesso fonema non appaiono mai nello stes­

so contesto. L'impostazione del problema e le conciusioni sono divergenti

nei due trattatisti. Eppure, le ragioni addotte dal fonologo spagnolo sono

(14) Alarcos, "Semivocales y semiconsonantes espaiìolas", in Are/liJlum, IX, Ovie­do, 1959, p. 181. I concetti di oposicion e cOlztraste si trovano anche nell'ul­tima edizione della Fonologia dello stesso autore, ma non nelle due prece­denti: "Reservamos oposicion para designar estas diferencias entre elementosque pueden aparecer en el mismo contexto, diferencias entre un elementoque realmente esta en el decurso hablado y otro que solo es virtual. En cam­bio las diferencias entre elementos sucesivos en e1 decurso hablado senin lla­mactas colltrastes" (E. Alarcos Llorach, FOllologia Espaiiola, 3.a ed., Madrid,Gredos, 1961, p. 37).

(15) A. Castellani, FOllotipi, cit., p. 450.

165

applicabili in italiano. In questa lingua, come in spagnolo, la [j] e la [w]

possono solo essere elemento iniziale di una combinazione monosillabica

di vocali; e la me la [\!] solo elemento finale. Ciò che è differenziale nei

gruppi di vocali degli esempi del Castellani è il loro carattere tautosillabico

e eterosillabico, dal che risulta, conseguentemente, la semiconsonante o la

vocale. Non m i pare che si possa parlare, a rigore, dello stesso contesto,

quando la distribuzione sillabica non coincide esattamente nelle due paro­

le. Esiste certamente una differenza fonetica subordinata alla connessione

dei suoni ma, anche per gli stessi italiani, "la distinzione tra le vocali [i] e

[u] e le semiconsonanti [j] e [w] non è sempre facile a farsi" (16). E giusto

far notare che in italiano non ci sono le alternative spagnole fra [WI-UI] e

[jU-I\J] come nell'avverbio muy e, più raramente, nella parola viuda. Ma ciò

si deve alla maggiore stabilità delle vocali italiane: si metta a confronto la

sopraccitata alternativa [muiJ e [mwI] spagnola e la neta differenziazione

fonologica dell'italiano tra cui e qui, dove non è rilevante tanto il valore

vocalico o semiconsonantico della u quanto l'accento. In spagnolo, huf

[u-i] e huy! [un non si trovano nello stesso caso perché la chiara opposi­

zione distintiva è qui segnata non solo dall'accento ma dal carattere etero­

sillabico e tautosillabico, rispettivamente, dei due gruppi vocalici. Aggiun­

go anche che la frattura in due sillabe del gruppo di vocali (debole atona +forte tonica) è molto più frequente in italiano che non in spagnolo, il che

costituisce una delle differenze fonetiche più importanti fra le due lingue.

Ma, eccezionalmente, si può anche citare qualche opposizione spagnola di

questo genere: [pjé/pi-é], il nome del "piede" e la forma del verbo piar

"pigolare", in un significativo contrasto che non giunge ad alterare la so­

stanza fonetica della i, variante semiconsonantica nel primo caso e f~nema

vocalico atono nel secondo (e anche si potrebbe aggiungere la forma del

congiuntivo pie, con valore sillabico della i tonica). Un'ultima osservazio­

ne: i suoni suddetti -secondo la regola IV di Trubetzkoy, ricordata pure

da Alarcos- non si combinano fra di loro, non esistono cioè i gruppi *[ji,

li, wu, u~] che darebbero alle varianti indipendenza fonologica. E non so­

no un'eccezione a questa regola le forme italiane finii, zii, pii, ecc. perché

in esse la seconda i non è semivocale ma vocale piena.

(16) Castellani, FOIIOtipi, cit., p. 445.

166

In conclusione: in confronto ai cinque fonemi vocalici del castiglia­

no, indipendentemente dall'accento, il toscano presenta sette fonemi in

sillaba tonica, ridotti a cinque in sillaba atona con la neutralizzazione delle

opposizioni élè, 6/ò. Nell'italiano letterario, inoltre, la s sorda e la s sonora

sono due fonemi diversi. In quanto alle cosiddette consonanti doppie, so­

no da interpretare come elementi essenziali del sistema fonologico italiano,

come unità fonematiche indipendenti da cui deriva il caratteristico chiaro­

scuro acustico, generato dagli alternativi rafforzamenti articolatori. Invece,

tanto in italiano come in spagnolo le semiconsonanti non sono che sempli­

ci varianti fonetiche delle vocali i, u.Restano dunque 15 fonemi consonantici coincidenti in entrambe le

lingue: [b], [c], [d], [f], [g], [k], [I], [ì\], [m], [n], [fil, [p], [r], [s], [t]. Ma,

mentre sono tre i fonemi spagnoli [8, x, y] che mancano in italiano, questo

ne presenta sei che non esistono in castigl iano [9, 5, v, S, z, z]. Ai 18 fonemi

consonantici elencati per lo spagnolo, dobbiamo aggiungere la rr che ha i

caratteri di un fonema a parte; in totale sono 19 e in più le cinque vocali.

La lingua nazionale italiana accresce i 21 fonemi consonantici inventariati

con altri 15 rafforzati o lunghi, funzionalmente autonomi, che fanno 36

più i sette fonemi vocalici.

Donde, il numero di 43 fonemi che si potrebbero assegnare all'ita­

liano letterario, di fronte ai 24 che formano il sistema fonologico della lin­

gua spagnola.

NOTA.- Este trabajo fne pnblicado por primera vez en Lingua Nostra,XXIII (1962), pp. 48-52.

167

SOBRE EL VALOR TEMPORAL DE LA PREPOSICIONESPANOLA "DESDE" Y DE LA ITALIANA "DA":

APUNTES PARA UNA DIDACTICA DELITALIANO EN ESPANA

Por Maria de las Nieves MUNIZ

Un breve repaso a las gramaticas italianas para estudiantes de habla

espanola (pero también a las gramilticas espanolas para ital ianos) (1) nos

convence de la escasa atenci6n p resta da en generai al cap(tulo de las pre­

posiciones. A la hora de afrontar este problema, los autores parecen osci­

lar entre un casuismo mas propio de diccionarios fraseol6gicos que de

textos did,lcticos, y una tendencia simpl ificadora que acentLla excesiva­

mente las equivalencias entre ambos idiomas. En cualquier caso, es eviden­

te la ausencia de criterios racionales que puedan servir de gu la al estudiante

(1) De nuestra referencia q uedan excIuidos los métodos basados en el aprendi­zaje mecanico de ambos idiomas y aqllellos que no tienen en cuenta la lenguamaterna del discente. Entre las gramaticas italianas mas difundidas en Espanacitaremos la Gramdtica italiana del siglo XX de C. Llovera Majem (ed. Bosch,Barcelona 1975 6) Y la Gramatica italiana para estudialltes de Izabla espaJ10lade G. Battaglia (ed. Bonacci, Roma 1974 6

). Por lo que se refiere a la ense­nanza del espanol en Italia, tenemos presentes los diferentes textos didacti­cos elaborados por Lucio Ambruzzi (en particular la Grammatica Spagnola yel Manuale di Lingua Spagnola, ambos editados por la casa Paravia de Tori­no), Juana Granados (La lingua spagnola, 2 vols., Paravia, Torino 1961) y

A. M. Gallina (en particlllar su Corso di Lingua Spagnola, Mursia, Milano1972).

169

para orientarse en el inevitable cajon de sastre de los modismos, cuva lista

se alarga en razon directa del numero de las discrepancias entre una V otra

lengua.

Pero no conviene atribuir toda la responsabilidad deestos defectos

a las gramaticas para extranjeros: la ensenanza comparada de dos idiomas

no hace sino reflejar, agravandolas, las insuficiencias V las incertidumbres

de que, en algunos terrenos mas que en otros, adolece la lingiHstica sincro­

nica, V es bien sabido que los sistemas preposicionales, aSI como, en gene­

rai, los lIamados elementos de relacion (2), estan muv lejos de haber reci­

bido una aciaraci6n definitiva (3).

Pero si cuando se trata de dar una definicion de las preposiciones

considerandolas como un conjunto homogéneo dentro del sistema de la

lengua, los estudiosos parecen encontrar un terreno sumamente movedizo

V aun hoy se vacila entre considerar su sentido o bien su funci6n como ele­

mento determinante (4); a la hora de establecer el valor caracterlstico de

(2) Segùn la terminologia de B. Pottier (cfr. Systélllatique des éléments de réla­tiOIl, Paris 1962). En esta categoria el lingUista francés incluye prefijos, su­fijos, preposiciones, conjunciones y ciertos adverbios.

(3) De este problema se han ocupado, entre otros, V. Brondal (Théorie des pré­positions. Introduction aline semantiqlle rationnelle, trad. franc., Copenha­glle 1928), C. Bally (Les prépositions dans lellr rapport avec les verbes trallSi­tils, en "Cahiers Ferdinand de Saussure", I, 1941, pp. 16-18) K. G. Ljungg­ren (Towards a definition ofthe concept ofpreposition, en "Studia linguisti­ca", V, 1951, pp. 7-20), B. Pottier (Systématique des éléments de rélation,cito y otros estudios parciales recogidos, dos de ellos en el volumen ed. porGredos, Lingiiistica moderna y filologia hispanica, Madrid 1970: Sobre lanaturaleza del easo y de la preposiciém y Espacio y tiempo en el sistema delas preposieiones) R. Lapesa (Los casos latinos: restos sintactieos y sllstanti­)lOS, en BRAE, XLIV, CLXXI, enero-abril1964, pp. 57-105) y E. Benveniste("Le système sublogique des prépositions en latin "en Problèmes de linguisti­que générale, Paris 1966, pp. 132-139). Para una vision razonada de las dife­rentes teorias acerca de las preposiciones, cfr. 1as paginas inicia1es del estudiode Maria Luisa L6pez, Problemas y métodos en el analisis de las preposicio­nes, Madrid, Gredos 1970. Mas proximo al tema qlle nos ocupa es e1 estlldiode Cristiano Castelfranchi y Domenico Parisi, Analisi semantiea del loeativitemporali, en La Sintassi. Atti del III Convegno Internazionale di Studi. So­cietà Linguistica Italiana, Roma 1969, pp. 193-215.

(4) A este respecto, remitimos a cuanto M. Luisa Lopez afinna en su Problemasy métodos en el analisis de las preposiciones, ya citado (cap. l, paginas 14­24).

170

cada una de ellas (es decir, la circunstancia que esta encargada de expresar)

el punto de vista semantico se hace indispensable, V los linderos entre fun­

ciones fijas V variantes de uso terminan por confundirse.

Es precisamente en este terreno, en este punto cero entre lengua V

discurso (5), donde la lingUistica aplicada se desenvuelve con mavor prove­

cho. La ensenanza de una lengua -V mas aun de una lengua extranjera- no

puede hacer abstraccion del concreto nivei de habla V I imitarse -como las

tendencias mas recientes de la teoria del lenguaje pretenden- a un numero

minimo de estructuras gramaticales paradigmaticas; mas bien -salvando el

peligro opuesto de elaborar una pura gramatica descriptiva tanto mas vo­

luminosa cuanto mas completa- se tratara de hallar un equilibrio ideai en­

tre la necesaria informacibn acerca de las leves estructurales que caracteri­

zan una lengua V el acliestramiento ciel alumno en la aplicacion practica de

sus variantes, cle sus matices V cle sus transgresiones.

Si en el aparentemente ilimitado ambito del uso, subvace una orga­

nizacibn racional mente estructuracla del Ienguaje colectivo, la I ingu Istica

aplicada ha de situarse en el punto estratégico que le permita clescubrir los

principales centros de racionalidad en torno a los cuales sea posible recoger

V un ificar un nùmero mavor cle manifestaciones practicas. Este proceso de

simplificacion (del todo compatible con la riqueza del patrimonio lingUIS­

tico real) lIevado a cabo mediante un doble recorriclo -desde el nivei del

habla al de la lengua V v iceversa-, puede estar facil itado por el estudio

comparado cle lenguas afines (entencliendo tal estudio va sea en el sentido

traclicional, como establecimiento de sus equivalencias, va sea en el mas

moderno, propio ciel método diferencial, como valoracibn de sus contras­

tes). Desde este punto de vista, nos parece que el sistema de equivalencias

V discrepancias entre dos organismos linguisticos tan cercanos como el

espanol V el italiano, es ideai para poner de relieve V dar su justo valor

(5) Como es sabido, la dicotomia saussuriana Langlle/Parole ha sido posterior­mente modificada por sus seguidores. Con el término discllrso entendemoslas manifestaciones colectivas del habla desde el punto de vista de sus deno­minadores comllnes, es decir, algo similar a lo que E. Coseriu denomina Iwr­ma distinguiéndola del sistema y del habla individuaI (cfr. E. Coseriu, Teoriadellenguaje y lingiifstica generai, Madrid, Gredos, 1962).

171

Es sabido que la relativa simplicidad de la preposlclon espanola

DESDE, cuyas funciones en el discurso parecen atenerse a la denotacion

"principio de tiempo o lugar" (8), contrasta con la polivalencia de la ita­

Iiana DA, muchos de cuyos numerosos significados (al rededor de 18 segun

Battaglia y Pernicone) (9) pueden seI' expresados en espanol solo recurrien­

do a otras preposiciones o incluso a elementos gramaticales no preposicio­

nales. Pero, por lo que se refiere al valor temporal contenido en ambas,

el campo cubierto por DESDE parece coincidir perfectamente con el

correspondiente ambito de DA y plantear pocos o ningun problema de

traduccion, como demostrar(an los sigu ientes ejemplos;

-comparando las- a OpOSIClones morfologicas, sintacticas o semanticas

existentes en una y otra lengua que de otro modo habrlan pasado inadver­

tidas o habrlan sido sobrevaloradas (6).

De lo dicho hasta ahora creemos que pueden deducirse dos criterios

metodologicos que trataremos de seguir en nuestro trabajo: a) por una par­

te, la oportunidad de sondear en profundidad expresiones linguisticas, in­

cluso mfnimas (como puede seI' el significado temporal de una determina­

da preposicionl, sin pasar por alto matices semanticos que, ante un anal isis

comparativo, a veces se revelan esenciales; b) por la otra, la necesidad de

reconducir los resultados del anal isis a una reflexion teorica que contri­

buya al esclarecimiento de problemas lingLllsticos mas generales, superando

los I(mites del empirismo a los que tan a menu do se somete el profesor de

lenguas extranjeras (7).

Desde que has lIegado

Desde tu lIegada

Desde hoy

Da quando sei arrivato

Dal tuo arrivo

Da oggi

(6) Un interesante planteamiento del estudio comparado entre el espanol y elitaliano ha sido hecho por J. Arce durante el I Seminario sobre problemas delespafiol ell Italia recientemente celebrado en Roma (cfr. J. Arce. Espafiol ei/aliano. Contrastes fonético-fonologicos, mOlfosintacticos y léxicos, en"Pliegos de cordel", Instituto Espanol de Lengua y Literatura, Roma 1976,pp. 26-44). Existe adel1las un proyecto de amilisis comparativo entre el espa­iìol, el italiano y el francés, denol1linado PACEFI, en el que colaboran lasulliversidades de Neuchiìtel (Suiza) y Bologna (Italia). A este respecto, cfr.J. P. Borel, "Les caractéristiques de PACEFI (projet d'Analyse contrastiveespagnol-français-italien. Universités de Bologne et de Neuchatel)", en Actesdu XIIIe Congrés de Linguistique e Philologie Romanes, voI. I, Quebec,1976, pp. 1047-1061. Cabe citar algunos amilisis contrastivos parciales,UIlO de ellos realizado por el misl1lo J. Arce, Italiano y espafiol en una tra­duccion clasica. Confi'ontacion lingt'ilstica, en "Actas del XI Congreso In­ternacional de Lingiilstica y Filologia ROl1lanicas", voI. II, Madrid 1968, pp.800-816 y otro, ele F. Fernandez Murga, El participio presente en Italiano yeli Espafiol. Estlldio comparativo, en "Filologia Moderna", n. 54, junio1975, pp. 345-366, al que recientemente ha aiìadielo un segundo estudio: Elparticipio pasado italiano, en Estudios de Lengtta y Literatllra Italianas, Ovie­do 1979. Cabe citar también aqui una contribucion al analisis semanticocomparaelo de ciertos verbos espanoles e italianos realizaela por E. Garcia DI­ni: "Para un estuelio contrastivo verbal", I, en Studi di Filologia e Letteratu­ra, (1977), pp. 146-162, y II, en Studi Ispanici (1980), pp. 259-269.

(7) No hacemos sino repetir aqui palabras ele B. Pottier: "El complejo de la 'se­gunda lengua' debe desaparecer. .. El empirismo elebe cederle el sitio a laret1exion y a la experimentacion", en Enseiianzas 1lI1iJlersitarias y enseiianzade las lenguas pil'as, "Yelmo", diciembre-enero 1971-72, p. 7.

172

Sin embargo, la analogia es menos completa de lo que un analisis

superficial nos inclina a creer. Si examinamos con detenimiento la gama de

(8) Esta definicion se encuentra en la primera Gramdtica de la lenglta castellanade la Real Academia Espanola.

(9) C. Battaglia, V. Pernicone, La gl'ammatica italiana, Torino 1971, p. 421. Lapreposici6n DA ha sido estudiada en particular por G. Devoto (Preposizioni,en "Lingua Nostra", n. 2, 1940, pp. 104-111), por E. Poppe (Studi sui sig­nificati di "da", SFI, n. 21, 1963, pp. 265-381) y por E. DE FELICE, "Con­tlibuto alla storia della preposizione da", en Stlldi di Filologia Italiana, 12,pp. 245-296: Recientel1lente H. Weinrich se ha ocupado de ciertos aspectosde DA en L1n articulo titulado Preposizioni incolori? Sulle preposizioni fran­cesi "de" e "à", ifal "da", en "Lingua e Stile", XIII, n. l, 1978, pp. 1-41.Asimismo cfr. M. CRISARI, Le preposizioni semplici italiane: Wl approcciosemantico, en VARIOS, Grammatica trasformazionale Italiana. SLI, Roma191, pp. 9-11, y en part. sobre la prep. DA, pp. 113-115. S. SCALISE ha Ile­vado a cabo un examen de las prep. it. partiendo de una visi6n critica de lasteorias de Brondal ("Verifica della funzionalità della teoria delle preposizionieli Vigo Bronelal", en Linglla e Stile, IV, 1969) y, respecto a la posibilidad dehallar un valor [mico para DA, conclu)'e: "Ma, mentre la definizione genera­le esprime la vera natura della preposizione, le relazioni speciali ne tradisco­no l'inadeguatezza, perché da non è affatto simmetrica, come vorrebbe Bròn­dal", p. 153. Cfr. asimismo C. Castelfranchi-G. Attili, "Da": analisi semallti­ca di IIna preposizione italiana, en "Studi di Grammatica Italiana", voI. VIII,pp. 189-234.

173

expresiones temporales reaIizables con D ESD E, empezaremos a descubrir

algunas pecul iaridades que la preposici6n ital iana no comparte:

1) Hay ocasiones en las que D ESDE alterna su empleo con DE; aSI, en

las correlaciones DESDE ... HASTA y DE...A, validas para indicar una dis­

tancia espacial o temporal entre dos IImites (10):

De lunes a martes/Desde el lunes hasta el martes

De junio a septiembre/Desde junio hasta septiembre

lo que en italiano (si exceptuamos la correlaci6n ADVERBIO DE

LUGAR ... A: di li a due giorni) no es posible.

Pero existe otro caso en el que la alternancia DE/DESDE ofrece

mayor interés desde el punto de vista de las discrepancias con el italiano.

Se trata de sintagmas temporales que estas preposiciones forman con adje­

tivos o sustantivos 105 cuales denotan épocas de la vida de un sujeto:

De joven/Desde joven

De nino/Desde nino

El paralel ismo de tales expresiones esconde, en real idad, una dife­

rencia importante: la preposici6n DESDE se emplea en estos casos para in­dicar el comienzo de una accion que se prolonga a lo largo de la vida de unsujeto o que aun no se ha extinguido en la actualidad. As l, se dira: Juan to­ca la guitarra desde nifio, o Juan mostro desde nifio una fuerte inclinaci6npor la pintura, implicando en la primera frase que Juan sigue tocando la

guitarra y dando mas relieve en la segunda al caracter temprano de su afi­

ci6n por la pintura.

Las sintagmas construidos con DE, en cambio, se limitan a situaren el tiempo (pasado,presente o futuro) una accion, sin establecer ninguna

referencia con otro tope cronol6gico. ASI, al decir: Juan de nifio tocaba la

(lO) Respecto a las alternancias y oposiciones entre DE y DESDE, cfr. M. L. L6­pez, op. cit., pp. 181-182 y R. Trujillo,Notas para Ull estlldio de las preposi­ciones espaFiolas, "Thesaurus", Bol. del Inst. Caro y Cuervo, t. XXVI, 1971,pp. 34-39.

174

guitarra, doy por supuesto que aquella primitiva actividad del sujeto ha ce­

sado o, en cualquier caso, omito toda informaci6n que pudiera hacer pen­

sar lo contrario. Esto es, vienen a faltar las dos impl icaciones semanticas

mas caracterlsticas de la preposici6n DESDE: a) la indicaci6n de origen dela accion y b) su tension temporal hacia un I (mite cronol6gico posterior.De ah ( que sea inconcebible decir: "una vez desde nifio toqué la gu;tarra y

que, para formar 105 sintagmas a que hemos aludido, DESDE haya de

acompanar fundamentalmente a nombres que indican épocas mas o menos

tempranas de una vida.

Tampoco en este caso coinciden las fronteras de la preposici6n es­

panola y de la ital iana. Una vez mas, DA asume las funciones que el espa­

noi reparte entre DE y DESDE, si bien, para l'esaltar el sentido inaugurai

de la acci6n que la lengua espanola encomienda a esta ultima, el italiano

antepone a DA la preposici6n FINO, de modo que el sintagma de nifio co­

rresponderla mas exactamente a da bambino, y desde nifio a la construc­

ci6n fin da bambino.2) Esta menor especializaci6n semantica de DA respecto a DESDE, la

mayor imprecisi6n de su significado tempo l'al -relacionable probablemen­

te con su diferente origen etimol6gico- (11) nos da la clave para compren­

der otra discordancia en el empleo de ambas preposiciones. Nos referimos

a la distinci6n, practicada por el espanol y desconocida en ital iano, entre

DESDE y DESDE HAGE.

Aunque dicha oposici6n tiene caracter de norma en nuestra lengua,

son escaslsimas las alusiones que a ella hacen 105 gramÉlticos. En su Diccio­nario de construccion V régimen de la lengua castellana, por ejemplo, R. J.

Guervo afirma que DESDE, para senalar "el punto en que empieza a durar

o a ejecutarse algo" (12), a veces "precede un nombre significativo de

tiempo" (13) (desde aquel dIa), y en otras ocasiones "precede a las frases

(11) Desde tiene la siguiente etimologia: de ex de, mientras qlle la de Da pareceser de ab o ad. Seglll1 Pottier ex y de expresan en latin una descendencia di­recta y ab una descendencia lejana; ademas, ex conlleva una indicaci6n de in­terioridad de la que las otras carecen (cfr. Sobre la naturaleza del caso y de lapreposiciol1, cit.).

(12) Instituto Caro y Cuervo, Bogota 1953, voI. II, p. 1032.(13) [bid.

175

y otro tanto hace Juan D. Luque cuando, describiendo el uso temporal

de D ESDE, cita algunos ejemplos en el orden que reproducimos a con­

tinuaci6n:

Desde el 3 de agosto

Desde el verano pasado

Desde hace cuatro anos

Desde el mes de mayo (16)

significativas de tiempo formadas por los verbos haber y hacer" (14) (des­

de hace mas de dossiglosl. Pero el autor se limita a establecer la diferencia

formai sin dar ninguna explicacian de ella.

La tendencia a ignorar este problema -a pesar de los avances rea­

lizados en el estudio de las preposiciones espanolas- (15) parece incluso

haberse acentuado recientemente. Asl, Maria Luisa L6pez en su libro acer­

ca del sistema preposicional espanol enumera indiscriminadamente las si­

gu ientes frases:

(14)

(15)

(16)

176

Estoy efermo desde el domingo

Ibid. Cabe advertir, sin embargo, que el empleo temporal de HABER esta ac­tualmente en de5uso.Ademas de 105 trabajos de Maria Luisa Lopez y de Ramon Trujillo, antes ci­tados, hay un estudio de ]uan D. Luque Duran sobre las preposiciones espa­i10las (Las Preposiciones, 2 vols. Madrid 1974). Existen, sin embargo, algunosintentos de examinar el sistema preposicional espanol comparandolo con elde otras lenguas modernas. Asi, Maria Teresa Zurdo ha realizado una aporta­ci6n de notable interés al analisis contrastivo de las preposiciones alemanas yespanolas (Estilistica comparada de las preposiciones en espai'iol y en alel1uill,en "FilologIa Moderna", febrero-junio 1974, pp. 233-269) y otro tanto cabedecir de Vicente Bastida Mouriiìo, cuyo trabajo Las prillcipales dificultadesde las preposiciones fi'alICeSaS y espaifolas (Estudio contrastiJlos), (en "Estu­dios Romanicos", Universidad de Murcia, 1978, pp. 59-105) citamos aq U!también en relaci6n con el tema que nos ocupa -el empleo temporal deDESDE- respecto a DEPUIS, DES, DE (cfr. pp. 86-87). Un fundamental es­tudio comparativo del sistema preposicional italiano y el francés se debe aC. De Boer (Essai SUl' la sYlltaxe modeme de la prépositioll eli rì'allçais et eliItaliell, Paris 1926).Op. cit., p. 143.

No lo veo desde hace mucho tiempo

Esta casa esta constru ida desde 1900

Ha estado con nosotros desde las 7 y media

Esta 1I0viendo desde hace dos horas (17)

Ante semejante estado de cosas, poco puede sorprendernos que,

en su Gramatica italiana del siglo XX, L10vera Majem se limite a advertir

que la preposician DA, "refiriéndose a tiempo, traduce en ocasiones

nuestro desde o desde hace (hac/a)" (18). Pero si el autor de una gramatica

italiana destinada a estudiantes de habla espanola puede pasar por alto

cualquier explicacion logica de la diferencia notada confiando en el uso

mecanico que el receptor de la informaci6n tiene de su propia lengua, no

ocurre lo mismo en el caso contrario, es decir, cuando se trata de habituar

a un italiano a practicar una distincian para él desconocida.

En efecto, ante esta dificultad, Annamaria Gallina, autora de un

Corso di lingua spagnola adoptado en numerosos centros de ensefianza ita­

lianos, improvisa la siguiente explicaci6n: "Desde hace (o desde hacl8 se

dipende da un verbo all'imperfetto o al trapassato prossimo) indica un

azione iniziata nel passato che continua, almeno nei suoi effetti, anche al

tempo del verbo reggente; in ital iano di sol ito corrisponde alla preposizio­

ne da" (19). En realidad, de este modo, se atribuye a la construcci6n DES­

DE HACE una prerrogativa (indicar el caracter de no extincion de una ac­

cian -o de sus efectos- iniciada en el pasado) que -como hemos visto- es

propia de la preposici6n DESDE y condici6n sine qua non para su empleo.

Bastara, en efecto, que elaboremos una serie de frases donde se ex prese la

misma acci6n verbal (estudio aleman) (20) y que, sin embargo, aparecen

(17) Op. cit., vo!. I, p. 64.(18) Op. cit., p. 516.(19) Op. cit., p. 380.

(20) Para evitar ambigUedades, hemos preferido emplear en los ejemplos llJ1ica­mente la forma HACE, dando por supuesto adenuis que el tiempo del hablan­te coincide con ei presente rea!. Conviene aclarar a este respecto, que el em­pIeo del imperfecto en el sintagma DESDE HACIA clepende sobre todo de laexistencia de un tiempo de referencia pasado; asi por ej. en la frase: "El la­dron hab!a huido desde hacia varias horas cualldo /lego la policia". En espa­noI (menos en it.) puede emplearse un futuro (mailalla hard Wl allO quel y unpretérito indef. (ayer hizo Wl allO quel.

177

introducidas unas veces por DESDE V otras por DESDE HACE, para

constatar la insuficiencia de tal hipotesis:

Lo que nos ha obligado a introducir HACE no ha sido, evidentemente, la

naturaleza de la accion verbal, sino la del locativo temporal que acom­

pana a la preposicion V que, en 105 ejemplos citados, constituve el unico

elemento variable. Independientemente de cualquier contexto, sabemos

que es posible decir desde aver o desde hace un afio, pero nunca *desde

hace aver o *desdeunafio (21).

Para comprender el motivo de estas incompatibil idades, confronta­

remos entre sf, aisl andol os, los diferentes locativos empleados en Ias frases:

Desde aver estudio aleman

Desde el ano pasado estudio

aleman

Desde el 4 de abril estudio

aleman

Desde las 3 estudio aleman

(A)

aver

el ano pasado

el 4 de abril

las 3

Desde hace dos d/as estudio

alemanDesde hace un ano estudio

aleman

Desde hace cuatro semanas

estudio aleman

Desde hace tres horas estudio

aleman

(B)

dosclfas

un ano

cuatro semanas

tres h oras

agrupar dentro de una misma clase de construcciones todas aquéllas que

-incluidos 105 sintagmas estudiados en el punto (1)- se atengan a estos re­

quisitos, es decir, las frases temporales con DESDE + locativo puntuativo

(por oposicion a extensivo), sea éste un adverbio, un nombre indicador de

tiempo o cualquier frase que exprese una circunstancia equivalente a un

punto de referencia cronologico fijo; de modo que 105 siguientes ejemplos

funcionan analogamente:

Desde nifio estudio aleman

Desde mi nifiez estudio aleman

Desde que Ilegaste estlldio aleman

Desde tu lIegada estudio aleman

Desde aver estudio aleman

Por el contrario, 105 indicadores de tipo (B) no nombran el tiempo,

sino que lo cuantifican (deberfan ser lIamados, pues, mas que locativostemporales, cuantificadores temporales) , es decir que miden su extension

(un dfa, tres horas, algunos ai10s, o incluso "mucho", "poco", "bastante"

omitiendo la impJ(cita palabra "tiempo"); de modo que cuanclo digo desde

hace tres horas estudio aleman, lo que me interesa no es va indicar con

exactitud el momento en el que mi estudio del aleman comenzo (ese

calculo le correspondera al receptor si quiere satisfacer su curiosidad a tal

respecto), sino poner de relieve su duracion. De ahf que, si el hablante

desea poner aun mas en sordina la informacion retrodatadora a favor de la

extensiva, puecla sustituir el sintagma DESDE HACE por la correlacion

HACE... QUE:

Los locativos de tipo (A) se limitan a nombrar el tiempo de mo­

do mas o menos preciso; pero siempre puntualmente; se trata de fechas, de

puntos fijos de referencia cronologica. Tales locativos temporales, precedi­

dos por D ESD E forman un sintagma que se encarga de sefialar el comienzo

de la accion no extinguida sin precisar su duracion. Nada nos impide, pues,

(21) Sin embargo, cabe la posibilidad de decir: desde un a/Io mltes.

178

Hace tres horas que estudio aleman

o incluso, recurrir a una perffrasis cle caracter claramente durativo como

LLEVAR + TIEMPO + GERUNDIO:

L1evo tres horas estudiando aleman

En italiano -va lo hemos dicho- la preposicion DA puede expre­

sar, sin avuda de modificador alguno, tanto la moclalidad (A) como la (B):

179

(A) (B) Hace afios la vida era mas facil

Tu padre lIego hace dos horasAnni fa la vita era piu facile

Tuo padre è arrivato due ore faDa ieri studio il tedesco

Dall'anno scorso studio il

tedesco

Dal 4 aprile studio il tedesco

Dalle 3 studio il tedesco

Da due giorni studio il tedesco

Da un anno studio il tedesco

Da quatro settimane studio il

tedesco

Da tre ore studio il tedesco

Lo que se mide aqu{ no es va la extension temporal de la accion, si­

no la distancia cronologica que separa el momento en el que la accion tuvolugar del presente del hablante. La informacion l'espande a un simple

icuando? y no ya a un idesde cuando?, como ocurr{a en los casos ante­riores.

Tratemos, pues, de resumir cuanto hemos dicho hasta ahora:

Ello no quiere decir, sin embargo, que la lengua italiana no perciba

la diferencia de matices que el espanol establece tan c1aramente por medio

de la oposicion DESDE/DESDE HACE. Existe una construccion forma da

por ESSERE + TIEMPO + CHE, la cual, si exceptuamos la concordancia

del verbo con el numero dellocativo -è un anno che/sono due anni che-,

es perfectamente equivalente a la correlacion HACE ...QUE. Una frase co­

mo hace tres horas que estudio aleman, tiene, pues, dos posibles versiones

en italiano:

Da tre ore studio il tedesco

Sono tre ore che studio il tedesco

Lo que ocurre es que los I(mites entre los diferentes matices tem­

porales que la lengua capta no pasan a través de la preposicion DA, mien­

tras que en espanol obligan a realizar una rigurosa division de competencias

entre distintas preposiciones V construcciones.

1) Cuando se sitLla una acci6n en una determinada época de la vida de

un sujeto sin enlazarla temporalmente con el tiempo de referencia del dis­

curso (De nifio tocaba la guitarra/Da bambino suonavo la chitarra) el ital ia­

no emplea DA mientras que el espanol recurre a DE.

2) Cuando se senala el comienzo de una accion no extinguida median­

te una fecha o su equivalente (desde aver, desde nii'io, desde que Ilegaste,etc., estudio alemanl, el espanol recurre a DESDE y el italiano a DA (o

F IN DA cuando se l'esalta el caracter temprano de la accion).

3) Cuando se mide la duracion de una acci6n no extinguida desde su

comienzo hasta el tiempo de referencia del discurso, el italiano introduce

el locativo temporal directamente con DA, mientras que el espanol ha de

emplear el sintagma D ESDE HACE o D ESDE HACIA. Ambas lenguas, sin

embargo, poseen una construccion alternativa: HACE (HACIA) + TIEM­

PO + QUE para el espanol V E'(ERA); SONO (ERANO) + TIEMPO +CHE para el italiano:

4) Por ultimo, cuando se mide la distancia cronologica existente entre

la real izacion de una accion perfectiva y el tiempo de referencia del discur­

so (si éste coincide con el presente del hablante el espanol empleara la for­

ma invariable HACE anteponiéndola al locativo, y el italiano la forma FA,

3) Hay, sin embargo, un matiz temporal aparentemente af{n a la mo­

dalidad (B) ante el que el italiano y el espanol se comportan de ma nera se­

mejante. Se trata de frases en las que el verbo HACER (FARE en it.) mues­

tra una mavor lexicalizacion (aparece utilizado unicamente en presente

-HACE/FA- y, de no coincidir la actualidad del discurso con el presente

del hablante, ha de recurrirse a sus equivalentes adverbiales ANTES/

ATRAS y PRIMA/ADDIETRO respectivamente), mientras que, su compa­

tibil idad formai V semantica con D ESDE desaparece al mismo tiempo que

la correlacion con QUE/CHE. Veamos algunos ejemplos:

Estudio aleman desde hacetres h oras

Hace tres horas que estudio

aleman

Studio il tedesco da tre ore

Sono tre ore che studio il

tedesco

180 '181

igualmente invariable, y pospuesta al indicador de tiempo. Si no coincide,se recurrira respectivamente a adverbios de tiempo como ANTES, ATRASy PRIMA, ADDIETRO):

Representando graficamente estos cuatro matices temporales, las

diferencias resultaran mas evidentes; para mavor c1aridad, designaremos

con la letra (T) el tiempo en el que la accion se realiza o se desarrolla V conla (A) la accion verbal misma. L1amaremos TIEMPO REFERIDO al mo­mento el1 el que la acci6n se origina o, si éste es puntual, en el que se real i­za; mientras que i1amaremos TIEMPO REFERENTE al tope cronol6gico

establecido en el discurso, tanto si coincide como si no con el presente del

hablante:

de la duraci6n temporal de la acci6n es omitido por el hablante, el cual fi­ja su origen cronologico. La accion es captada en su tension hacia el tiem­po referente; hay, pues, DINAMISMO, pero no hay MEDICION. De ahi la

separacion entre T (origen de la acci6n) VA (desarroilo de la mismal. En el

caso (3) A y T coinciden, en cuanto la informaci6n cronol6gicacomprende

todo el arco de desarrollo de la acci6n. E)(iste, por tanto, la doble connota­cion de DINAMISMO y de MEDICION. Por Liltimo, el caso (4) invierte elesquema del (2); se trata aqu f, como en el (3), de medir la distancia tempo­

l'al a contrapelo, pero el tiempo de desarroilo de la accion no coincide conesta distancia. Hay, pues, MEDICION, pero combinada con una noci6n de

ESTATICIDAD.En suma, e)(iste una doble oposicion entre estas cuatro diferentes

modalidades:

Hace aFios la vida era mas facil

Anni fa la vita era piu facile

TIEMPO REFERIDO

1) T=A

Afios atras (antes) la vida era

mas facilAnni addietro (prima) la vitaera piu facile

TIEMPO REFERENTE

ESTATISMO

1 y 4

MEDICION

3y4

I

I DINAMISMO

2v3

NO MEDICION

1 V 2

=A2) T -------------;.-

T= A

Tales contrastes, sin embargo, no son e)(presados de la mismamanera ni con el mismo relieve por las dos lenguas:

3) 2 3 4

4) +(---------------

Como vemos, el caso (1) hace coincidir en un mismo espacio T y A,

va que se limita a situar en el tiempo una acci6n sin indicar sus Iimites nila duraci6n de su desarrollo pero, sobre todo, sin realizar cone)(i6n alguna

con el tiempo refe l'ente. Tal informaci6n conlleva, pues, una connotaci6nde ESTABILIDAD y carece de toda MEDICION temporal. En el caso (2)el verbo carga con toda la informaci6n e)(tensiva, mientras que el calculo

A =FTDE DESDE DESDE HACE HACE + T

HACE + T + QUE ESP

(HACIA)

DA T + FA

DAI

DA/FIN DA E'(SONO) + T + CHE IT.

ERA (ERANO)-

182183

Para el italiano, que excluye solo en el caso (4) a la preposicion

DA, las tres primeras distinciones tienen unicamente caracter de matiz,

mientras que para el espanol, que reduce al caso (2) el empleo de DESDE,

tienen, tod as caracter de oposicion.

La l'ed de asociaciones que se ha ido extendiendo a partir de Ia ex­

presion temporal con DESDE y DA, nos ha ido alejando gradualmente del

puro ambito de las preposiciones y nos ha conducido a construcciones sin­

tacticas complejas. Formas aparentemente semejantes (algunas de las frases

temporales con HACER son incompatibles con el empleo de DESDE mien­

tras que otras representan un equivalente o un complemento de ella) ocul­

tan profundos contrastes dentro de una misma lengua. Por otra parte, las

correspond encias semanticas entre el ital iano y el espanol no siempre se

manifiestan mediante construcciones analogas y, sobre todo, no se em­

plean los mismos elementos morfologicos: no solo el comportamiento de

DA difiere notablemente del de DESDE, sino que el valor temporal atribui­

do por el espanol al verbo HACER esta repartido en italiano entre dos ver­

bos tan diferentes como ESSERE y FARE.

De todo elio podemos deducir que, por lo que se refi ere al espanol

yal ital iano,el terreno de las analoglas superficiales, tan Ilamativas en estas

dos lenguas, es sumamente enganoso, y que, al elaborar una gramatica

comparada, atenerse estrictamente a las distinciones morfologicas tradicio­

nales no es productivo ni desde el punto de vista pedagogico, ni desde el

cienHfico.

Creemos que una paciente labor de microanal isis contrastivo -en

cuya realizacion sistematica confiamos- puede aportar elementos nuevos

para el conocimiento de ambos idiomas aSI como facilitar su recIproco

aprendizaje.

NOTA. - La primera version de este trabajo fue publicada por el Anuario deEstudios Filologicos de la Universidad de Extremadura, II, 1979, pp. 147-159.

184

ITALIANO Y ESPANOL:ELEMENTOS PARA UNA COMPARACION

Por Manuel CA R R ERA

Parece obvio y natural que el conocimiento de una lengua extran­

jera traiga aparejada la tentacion de compararla con la propia, del mismo

modo que el conocimiento de los habitos y costumbres de un pals suele

il' mentalmente acompanado por el metro constantemente presente del

complejo de usos aut6ctonos. En principio, l'esulta elemental que una len­

gua extranjera tenga que seI' mas o menos facil que la nuestra, mas o menos

euf6nica y armoniosa, mas o menos compleja. Desde los enfoques pura­

mente estéticos, que consideran globalmente una lengua Como mas bella,

mas poética o mas musical que otras, hasta el detallado anal isis de los ele­

mentos f6nicos, morfosintacticos y léxicos practicado por la moderna lin­

gUIstica contrastiva, la gama de orientaciones y conclusiones mas o menos

fu ndada es variada.

Comparaciones mas O menos directas entre el espanol y el ital iano

aparecen ya en autores de hace siglos, lo cual es perfectamente 16gico si se

piensa en las intensas relaciones que desde la época medieval mantuvieron

Italia y Espana, y que alcanzaron el momento de maxima intensidad en los

siglos X VI y XV II. Las consideraciones esteticistas y falsamente funciona­

les, en generai Intimamente Iigadas a motivaciones c1aramente nacional is­

tas, privaron durante bastante tiempo, cristal izando en t6picos y estereoti­

pos que sin justificaci6n racional ni cienHfica se han arrastrado durante si­

glos, lIegando en buena parte hasta hoy.

185

Asl, y por poner algun ejemplo evidente, mientras el napolitano

Tommaso Costo sostenia en el siglo XVI que "se pure la [lingua] spa­

gnuola è beli a, e la nostra è beli issi ma, et ha più arte e più osservanza, oltre

che ella è arrivata a tanta riputazione, che se la spagnuola volesse presume­

re di teneri e dietro, senza poterla mai raggiungere ne rimarrebbe in tutto

zoppa a melO del cammino" (l), el doctor Viana afirma en los Equivocosmora/es que, sin que haya lugar a dudas, la lengua espanola "a la Toscana

aventaja muy conocidamente. En prosa, negocio es lIano, como lo vera

quien leyere a un fray Luis de Granada, a un Fray Hernando del Castillo,

etc., y los cotejare con los mas floridos y famosos toscanos (... ). Pues en

verso no tiene duda, porque ninguna poesia italiana hay que no imite nues­

tra lengua tan elegantemente como alla se compone L.. ). Pero las redondi­

lIas de la castellana son tan propias suyas, que a ningunas de las otras las

concede, y si alguna vez han querido intentar a hacerlas (... ), hanlas com­

puesto tal es que son dignas de risa" (2).

ASI las cosas, es logico que otros no sintieran ningLIn inconveniente

en proclamar, desde un distinto punto de vista nacional, una opinion nega­

tiva no s610 sobre una, sino sobre ambas lenguas. Es el caso, por ejemplo,

del padre Bouh ours, que en el siglo XV III sosten la que "si l'espagnol est

propre à représenter le caractère des matamores, l'italien semble fait pOLlr

exprimer celu i des charlatans" (3).

Esa evidencia que el juicio impresionista sobre las caracteristicas de

una lengua, formul ado de modo global y total izador, resulta cientrfica­

mente tan poco rediticio y exacto como Ias faciles generai izaciones sobre

el caracter o las peculiaridades de los distintos grupos nacionales. Mas inte­

resante puede resultar la elaboracion, en principio totalmente ajena a jui­

cios de val or, de un esbozo de caracterizacion diferenciadora. En este senti­

do tratan de encuadrarse las paginas que aqu I presentamos, en las que por

(1) Tommaso Costo, Lettere, Napoli, 1604, p. 205.(2) Cit. por A. Farinelli en el apéndice a la obra de Benedetto Croce La lingua

spagnola in Italia, Roma, Loescher, 1895, p. 73. Muy conocidas son tam­bién las opiniones de Fernando de Herrera sobre las cualidades del espailolen comparacion con el italiano (cfr. las Dbras de Garci Lasso de la Vega conanotaciones de Fernando de Herrera, Sevilla, 1580).

(3) Cit. por B. Migliorini-l. Baldelli, BreJ!e storia della lingua italiana, Firenze,Sansoni, 1971, p. 198.

186

supuesto no se pretende desarrollar una tipologia diferencial completa, si­

no solo apuntar y comentar algunos de los rasgos distintivos mas significa­

tivos de ambas lenguas (4J.

I. EL ASPECTO DIACRONICO

A. El sistema en sI.

Desde el punto de vista diacronico, la primera caracterlstica del ita­

liano es, en comparacion con el espanol, su mayor grado de "inmovilidad"

y su caracter mas conservador, lo que implica una mayor cercanla de esta

(4) Naturalmente, las gramaticas espaiìolas e italianas, tanto de siglos pasados co­mo las actuales, asi como algunos estudios lingUisticos, contienen, aunquesolo sea esporadicamente, importantes y acertadas referencias comparativas.Sobre la tipologia diferencial del italiano y otras lenguas, cfr., ademas de losestudios de Wartburg y Bartoli que citaremos mas adelante, E. Lewy, DerBau der europaischen Sprachen, Tlibigen, 1964 (2. a ed.), pp. 30-32; Z. Mul­jacié, "Die Klassification der romanischen Sprachen", Romanistisches Jahr­buch, XVIII (1967), pp. 23-27; M. Iliescu, "Ressemblances et dissemblan­ces entre les langues romanes du point de vue de la morphosyntaxe verbale",ReJ!ue de lùzguistique Romane, XXXIII (1969), pp. 113-132; C. Segre, "Lecaratteristiche delia lingua italiana", en apéndice a Ch. BaBy, Linguistica ge­nerale e linguistica jiwleese, Milano, Il Saggiatore, 1963, pp. 439-470; M.Wandruszka, Nuestros idiomas: comparables e incomparables, Madrid, Cre­dos, 1976, 2 vols.; R. J. Di Pietro, Lingue a confronto, Roma, Armando,1977. Interesantes estudios son, por lo que respecta a la comparacion espa­iiol-italiano, los de H. Lausberg, "Vergleichende Charakteristik del italieni­schen und spanischen Schriftsprachen", Romanische Forsc/lllngen, LX (1947)pp. 106-122, y J. Arce, "II numero dei fonemi in italiano in confronto con lospagnolo", Lingua nostra, XXIII (1962), pp. 48-52, y, sobre todo, de estemismo autor, "Espmìol e italiano. Contrastes fonético-fonologicos, morfosin­tacticos y léxicos", Pliegos de cordel, Roma, 1976, pp. 27-43 (recogido, conmodificaciones y bajo el tltulo de Italiano y espaizol: conii'olltaci6n lingiiisti­ca, en este volumen). Véanse también M. Criado de Val, Fisonomia del idio­ma espaFiol. Sus caracteristicas comparadas con las del fi'G/1Cés, italiano, por­tugués, inglés y aleman, Madrid, Aguilar, 1957 (en particular las pp. 221­223), y José M.a Saussol, Glotodidactica del espaizol con especial referenciaa ital6fonos, Padova, Liviana, 1978.

187

lengua con respecto al latln. Este ultimo hecho es sobradamente conocido,

y no insistiremos en él mas que en la medida en que nos sea necesario para

poner de relieve los aspectos mas aceleradamente evolutivos del espanol.

Mientras, sin una adecuada preparaci6n filol6gica, un espanol, aun

siendo culto, no puede entender cabalmente una obra como el Cantar deMio CM o El conde Lucanor, un italiano de preparaci6n cultural media

puede, sin especlficos conocimientos filol6gicos, entender con relativa faci­

lidad la lengua del Cantico di frate Sole o la del Decameron. Este hecho,

facilmente comprobable a nivei empirico, tiene su raz6n de seI', como

l'esulta evidente, en el menor grado de evoluci6n del italiano, en su relativa

inmovilidad diacr6nica. En comparaci6n con el espanol, esta circunstancia

se observa en la practica total idad de los niveles lingi.i isticos:

A. 7. Desde el punto de vista fonético, el italiano adquiri6 muy tempra­

namente sus principal es caracterlsticas, las cuales, una vez configuradas,

adquirieron gran resistencia al cambio, contrariamente al espanol, que lIeg6

a experimentar una revoluci6n fonética en época tan avanzada como el si­

glo XV II. W. von Wartburg ha senalado que el tipo fonético italiano se ha

conservado practicamente igual al del latln hablado en los siglos III y IV,

con la unica excepci6n l'elevante de las diptongaciones ocurridas en los si­

glos VI y VII (5). En un artlculo de 1968, Giuliano Bonfante adelanta la

fecha de constituci6n fonética del ital iano al siglo I de nuestra era -am­

pliando el plazo como maximo hasta el 11-, advirtiendo que lo mismo po­

dria decirse de su textura morfol6gica, sintactica, léxica V fraseologica. Se­

gun este autor, en esa época muchas personas en Italia e incluso en Africa

"parlavano una Iingua che presentava tute le caratteristiche principal i che

distinguono l'italiano dal latino"; esa lengua que va en el siglo I "trascu­

rava la quantità, e in cui si diceva fede e non fidem, bocca e non buccam,

otto e non octo, sette e non septem, dissi e non dixi, esso e non ipsum,

canta e non cantat, senti e non sentis (... ) è una lingua che certo assomiglia

molto all'italiano" (6).

(5) W. Von Wartburg, La posizione della lilzglla italiana, Firenze, Sansoni, 1940,p.43.

(6) G. Bonfante, "Quando si è cominciato a parlare italiano?", Festsc!lrift fiir Hl.von Wartbllrg, Tiibingen, 1968, val. I, pp. 21-46.

188

El sistema fonético pues, se constituy6 y fij6 muy pronto, y se ha

mantenido con extraordinaria estabil idad hasta nuestros d las (7). Se expl i­

ca aSI perfectamente que Juan de Valdés senale que, en comparaci6n con

el ital iano, el espanol tiene muchos mas "vocablos corrompidos", lo cual

para nosotros es perfectamente 16gico si se piensa en el caracter mas evolu­

tivo de esta lengua (8).

A.2 Algo parecido puede decirse del léxico. Bartoli ha demostrado, con

sus anal isis estad isticos, que las innovaciones léxicas anteriores al siglo V Il

son mucho mas numerosas en la lengua y en los dialectos italianos que en

las otras lenguas y dialectos romances, mientras que a partir de ese siglo

ocurre precisamente lo contrario (9). La oledada de arabismos que entr6

en espanol, por ejemplo, fue muchfsimo mayor que la que hizo su apari­

ci6n en italiano. Esta tengua, que se ha mantenido en estrecho contacto V

simbiosis con el latln a lo largo de toda su historia (piénsese, por ejemplo,

en el retraso con que empieza a desarrollarse la prosa romance italiana por

la competencia del latln, o en el interés por esta lengua en la época huma­

nista (10), o en el hecho de que un poeta como Pascoli escribiese, en época

(7) Cesare Segre seiìala que "tale aspetto conservativo può essere riportato, conuna prima approssimazione, a due fattori: la mancanza di turbamenti endo­geni in seno alla latinità, e la scarsità di turbamenti esogeni sopraggiunti inseguito; cioè, secondo la terminologia piil diffusa, il debole aporto delsostrato e del superstrato" (op. cit., p. 455).

(8) Juan de Valdés, Didlogo de la lengzla, ed. critica de Cristina Barbolani, Messi­na-Firenze, 1967, p. 102.

(9) Matteo Bartoli, "Caratteri fondamentali della lingua nazionale italiana e dellelingue sorelle", en 1I1iscellanea della Facoltà di Lettere e Filosofia dell'Uni­versità di Torino, sez. I, Torino, Bocca, 1936, pp. 60-106, y Saggi di /ingztì­stica spaziale, ibidem, 1945.

(lO) Uno de los reproches que los viajeros italianos hadan a la cultura espaiìolaera el supuesto desinterés y desconocimiento de ésta con respecto al latinoASI, Magalotti seiìala en 1668 que "non solo in Alca1<i, ma in Salamanca, eper assai verisimil conseguenza in tutte l'altre inferiori Università di Spagna,l'uso della lingua latina è quasi affatto sbandito dalle Cattedre, non costu­mandosi nelle pubbliche dispute di far in quell'idioma oltre il primo sillogi­smo, proseguendosi poi tutto il resto in spagnuolo, interrotto solo di quandoin quando da qualche parola latina, le quali vi si contano come i campanili dicontado, essendovi pill rare assai che non son le parole ebraiche nel Passio di

189

aun relativamente reciente, en lengua latina), esta lengua, decimos, ha con­

servado mayor capacidad que cualquier otra para acudir en sus necesida­

des léxicas a la fuente primigenia, como lo demuestra su historia Iingu{s­

tica y alguna de sus posibilidades actuales, como el frecuente uso de la

composicion, de la que nos ocuparemos mas adelante (11).

A. 3. En el campo morfosintactico, algunos elementos del uso actual, sin

ir mas lejos, demuestran la mayor cercania del ital iano con respecto al latln.

Limitandonos solamente a algunos ejemplos concretos, nos referire­

mos, en primer lugar, a las diferencias que existen entre el italiano y el

espanol por lo que se refiere al uso de las formas no personal es del verbo y,

concretamente, de los participios. Tales diferencias resultan evidentes en el

caso del participio presente, a proposito del cual Félix Fernandez Murga

senala que "mientras en el espanol la desaparicion de este participio, con

val or de tal, es antigua (y practicamente definitiva, lo mismo en la lengua

hablada que en la escrita, a pesar de esporadicas reapariciones cultistas), en

el italiano (me refiero a la lengua escrita) tiene aun hoy dI'a piena vigen­

cia, no solo en su funcion determinativo-adjetival, sino también en su fun­

cion predicativo-preposicional" (12). En efecto, ejemplos como il coman­dante la compagnia, fenomeni concernenti il linguaggio, carmi di Lesbosussurranti al vento (Carducci), usos con enel isis pronominal como innova­zioni irradiantisi più o meno lontano o construcciones absolutas como

l'edizione usc/ vivente el poeta (13), que san esquemas perfectamente aeli­

matados en la lengua literaria italiana, evidencian, en este sector, el carac­

ter mas conservador del ital iano, mas cercano al latln que al espanol.

Alga similar podria decirse de la relativa vitalidad de que aun goza

en el italiano literario de hoy la posibilidad de formacion de sustantivos y

adjetivos terminados en -uro (nascituro, morituro, venturo, duraturo, etc.),

en directa herencia de los participios latinos en -urus.

S. Matteo" (L. Magalotti, Scritti di corte e di mondo, ed. de E. Falqui,Roma, 1945, p. 36).

(11) Cfr. C. Segre, op. cit., p. 459.(12) Félix Fermindez Murga, "El participio presente en italiano y en espanol", Fi­

lologIa model'l1a, 54, junio de 1975, p. 346. Este trabajo se recoge, reelabora­do, en el presente volumen.

(13) Tomamos los ejemplos de F. Fermlndez Murga, op. cito

190

Otro ejemplo podda venir de algunas peculiaridades en el uso del

articulo, forma cuya generalizacion es, como se sabe, un hecho panroman­

ce. Pues bien, en italiano se dan algunos casos de ausencia del mismo que

parecen recordar situaciones latinas, segun advierte M. Wandruszka (14):

nos referimos, en concreto, a la configuracion de complementos circuns­

tanciales como los que figuran en frases del tipo ricevere un colpo in testa,andare in giardino, abitare in periferia, etc., cuya version espanola exigiria

la utilizacion del artlculo ante el sustantivo.

A.4. Por ultimo, la distinta evoluci6n de las unidades mel6dicas de la

prosa italiana y espanola confirma el caracter mas conservador de la prime­

ra, como se deduce de los estudios Ilevados a cabo para cada una de las dos

lenguas, respectivamente, por Gian Luigi Beccaria (15) y Tomas Navarro

Tomas (16). Este ultimo senala, por lo que al espanol se refiere, que la me­

dida mas frecuente de la unidad melodica de la prosa espanola contempo­

ranea es el octosflabo (y el heptasflabo). Ahora bien, si enla prosa medie­

val este tipo de unidad alcanza porcentajes de uso muy altos (15-19 %),

tocandose muy pocas veces el techo de 13 s{labas, en la prosa contempo­

ranea ha bajado el indice de utilizaci6n de la unidad octosilabica (11

%), rozandose en ocasiones la no despreciable medida de 18 s{labas. Ello

significa que las unidades mel6dicas del espanol han evolucionado, aunque

de forma liger{sima, hacia un mayor equilibrio y ampliacion.

Por el contrario, en italiano, segun advierte Beccaria en su docu­

mentado estudio, "la percentuale preferenziale del 9 % circa, riscontrata

per la misura del novenario nei Fioretti, la troviamo riconfermata nel testo

moderno di un D'Annunzio col 9,2 %, di un Cecchi col 9,1 %, e cosi

per le altre unità, anche in autori molto lontani per misure stilistiche ed età

diversissime di storia letteraria" (17). También en este aspecto, pues, el ita­

liano se ha mantenido como mas estable y conservador que el espanol (18).

(14) Op. cit., pp. 298-299.(15) Gian Luigi Beccaria, Ritmo e melodia nella prosa italiana. Studi sulla prosa

d'arte, Firenze, OIschld, 1964.(16) T01mls Navano T0111<IS, "El grupo fonico como unidad melodica", Revista de

Filologia Hispanica, I (1939), pp. 3-19.(17) Op. cit., p. 141.(18) Este canicter conservador no implica, por supuesto, que el italiano sea una

191

B. Sistema y sociedad.

En el ambito diacronico, citra notable diferencia que separa al ita­

Iiano del espanol radica en el pecul iar status del desarrollo sociol ingi.i Istico

del primero. Como es bien sabido, el espanol, originariamente un dialecto

septentrional con su centro en la zona de Burgos, se extendio con la Re­

conquista, nivelando y casi eliminado buena parte de las hablas locales con

las que entraba en contacto en el curso de su expansi6n. Es, por tanto, una

lengua que sigu i6 fundamentalmente una v ia poi itica de difusi6n (también

cultural, naturalmente), convirtiéndose desde época temprana en instru­

mento de comunicacion propio a la vez de masas y de élites, de conversa­

ci6n y de obras Iiterarias.

El italiano, por su parte, tiene una historia muy distinta. Su base,

como se sabe, es el dialecto fiorentino, que comenz6 a ganar notoriedad y

aprecio en Italia como consecuencia de la fama cobrada por las obras de

Dante, Petrarca y Boccaccio. Pero esa notoriedad y aprecio no se traduje­

ron en un empleo efectivo y masivo de tal lengua. AI contrario, durante

siglos este italiano-fiorentino se mantuvo en toda Italia (exceptuada Tos­

cana, naturalmente, y en parte Roma) como una lengua puramente litera­

ria, como un instrumento usado por pocos y a pocos destinado, mientras

que a lo largo y ancho de toda la penlnsula e islas se utilizaban lenguas y

dialectos muy distintos entre SI y con respecto al fiorentino. Tanto es aSI,

que aun a finales del siglo XVIII puede decirse que el italiano era una len­

gua practicamente muerta, utilizada en la conservacion ordinaria solo en

las dos zonas que hemos mencionado arriba.

Puede decirse, por tanto, que el ital iano era -y en parte lo sigue

siendo aun hoy- una lengua extranjera en su patria. Visconti Venosta, que

lengua anacronica o incapaz de acomodarse a contenidos y circunstanciasmodernos. Como advierte Segre, se trata de un tradicionalismo "che ha sapu­to mostrarsi all'altezza delle necessità attuali. Se si pensa alla disinvoltura concui l'italiano ha affrontado lo shock di un incontro contemporaneo con l'uni­tà politica e con i rivolgimenti della civiltà moderna, non si può che ribadire,un'ultima volta, che la nostra lingua (e non solo quella), continua a preferirel'evoluzione alla rivoluzione, como già mostrò in lontani momenti" (op. cit.,p. 466). Sobre la ductilidael y libertael elel italiano, cfr. B. Terracini, Lingualibera e libertà linguistica, Torino, Einaudi, 1970 (2. a eel.).

192

a mitad del siglo X IX viaj6 con su hermano por el SUl' de Ital ia, cuenta

que, por hablar italiano, eran tomados, en los pueblos que iban atravesan­

do, por ... ingleses (19). Como senala Tullio De Mauro, en un periodo cro­

nologicamente tan cercano al nuestro como es el de los ailos 1860-70 no

habia aLI/l una auténtica masa de italoparlantes, sino un simple "patrulla"

que se cifraba en el 2,5 % de la poblacion ital iana de aquel momento

(20). Con un pa IS territorial mente fraccionado hasta pasada la mitad de si­

glo, no se habian dado los presupuestos necesarios para que poi iticamente

fuese necesaria la unificacion lingUistica, y aun hoy, pese a la intensa labor

de ital ianizacion real izada en el ultimo siglo, la obra dista bastante de estar

completa.

Este diferente desarrollo del espanol y del italiano explica algunas

circunstancias que a primera vista pueden parecer lIamativas o extranas:

por ejemplo, por qué en Espana no hemos tenido una "questione della lin­

gua" como la compleja y prolongada cuestion ital iana; por qué (aunque es­

to lo explica s610 en parte) mientras la literatura espanola pudo seI' y fue

popular, al seI' comprendida lingtHsticamente por la gran masa de la pobla­

ci6n, la italiana qued6, con su cankter aulico, reducida al ambito de la

comprension e interés de pequenas élites. Se explica aSI por qué, mientras

para el espanol es facil delimitar un modelo fonologico y léxico, en Italia

se escapa de las manos la noci6n de lo que se entiende por ital iano, hasta el

punto de que puede decirse que existen varios italianos, o que, por el con­

trario, no existe ninguno. Finalmente, y para no alargar mas la lista, estas

circunstancias expl ican por qué, frente a la relativa uniformidad léxica del

espanol, el italiano, rico terminol6gicamente en los campos propios de una

lengua fundamentalmente Iiteraria, muestra grandes oscilaciones en la se­

lecci6n de vocablos referidos a objetos comunes y prosaicos, pero no por

eso menos necesarios (21).

(19) Tomamos la anécdota de Tullio De Mauro, Linguaggio e società nell'Italiad'oggi, Torino, ERI, 1978, p. 44.

(20) Para abunelantes elatos sobre esta cuestion, cfr. Tullio De Mauro, Storia lin­guistica dell'Italia unita, Bari, Laterza, 1963.

(21) Sobre los problemas sociolingiiisticos elel italiano ele hoy véase el volul11encolectivo La lingua italiana oggi: un problema scolastico e sociale, preparaelopor L. Renzi y M. Cortelazza, Bologna, Il Mulino, 1977.

193

II. EL ASPECTO SmCRONICO

La separacion de 105 aspectos sincronico y diacronico resulta, como

es logico, inviable en sentido absoluto, puesto que el cruce de 105 dos pia­

nos es constante cuando se analizan cuestiones como las que aqui nos ocu­

pan, como habra podido comprobarse en las paginas anteriores. La divisi6n

resulta, de toclas maneras, e)(positivamente adecuada y Lltil. En este segun­

do apartaclo trataremos de seiìalar algunas cle las caracterlsticas que tanto

en el plano fonético como morfosintactico y lé)(ico diferencian a nivei ge­

nerai a las dos lenguas, sin por elio renunciar a posibles excursus diacr6ni­

cos que permitan una mas cabal e)(pl icacion de aquéllas.

A. Fonética y fonologIa.

Desde el punto de vista fonético y fonologico, las principales carac­

teristicas cliferenciadoras son las siguientes:

A.l. Vocalismo.

A. 1.1. Frente a la coincidencia de las clos lenguas en la utilizacion de

un sistema pentavocalico en posici6n atona, el italiano posee un graclo mas

de apertura en posicion t6nica, con pertinencia fonol6gica. A este respecto,

de todas maneras, conviene tener en cuenta que en Italia el status fonol6gi­

co de las oposiciones ~/fè y 9/9 es muy vacilante; con e)(actitud es realizado

solo por 105 hablantes toscanos, mientras que en el resto del pals se va ten­

diendo a la pragresiva neutralizacion ciel mismo a través cle un timbre neu­

tra. Esto significa que, aunque el espanol no coincide con el modelo del

vocalismo tonico toscano, tiende a identificarse con el moclelo pentavoca­

Iico reducido del ital iano comLIn.

A. 1.2. La seguncla diferencia se refiere a la cantidad vocalica. Frente a

la relativa breveclad de las vocales espanolas, cualquiera que sea su posici6n

194

(22), en italiano las vocales t6nicas en sflaba libre se pronuncian con un li­

gera alargamiento (carente de relevancia fonol6gica) que, si bien es relati­

vamente poco perceptible al oido (23), constituye, en nuestra opini6n,

uno de 105 elementos caracteristicos del ritmo y la entonaci6n italianas.

Esto significa, pues, que en italiano se da una alternancia vocalica de largas

y breves que no tiene directa correspondencia en espanol.

A. 1.3. En cuanto a la distribuci6n y combinaci6n de las vocales,

existen entre el italiano y el espanol algunas cliferencias que enumera­

remos a continuaci6n.

Esta, en primer lugar, la conocida tendencia ciel italiano -que com­

parte con otros icliomas como el japonés, el congoleno y en parte con el fi­

lanclés- (24) a hacer terminar todas las palabras en vocal, a e)(cepcion de

algunos monosflabos (generalmente preposiciones: per, in, etc.), de ciertas

palabras extranjeras (bar, sport, film, etc.) y, ocasionalmente, cle ciertos

vocablos que han sufrido el "tronca mento" o ap6cope (il dottor Bianchi).En oposicion a la tendencia italiana, el espanol muestra una mayor inclina­

ci6n a exigir la presencìa del elemento vocalico a comienzo de palabra, lo

cual resulta ine)(cusable ante el grupo s + consonante, de tan alto indice

cle presencia en italiano en posici6n inicial (25).

(22) Tratando sobre la cantidad vocilica en espanol, T. Navarro Tonuls concluyesenalando que como regIa practica debe entenderse que "las vocales espano­las, en la conversacion corriente, fuera dellenguaje afectado o enfatico, sonsiempre breves, y que la denominacion de largas que se aplica a estas vocalesen determinados casos, solo representa cierto grado de superioridad relativacon respecto a los diversos matices de dLiracion que cl uso distingue dentrocle la brevedad generaI de toclas ellas" (Manllal de prollllllciacion espaiiola,Madrid, Consejo Superior cle Investigaciones Cientificas, 1971, 16.a ecl., p.200).

(23) Cfr. M. Durancl, Voyelles longues et Jloyelles brèJ!es. Essai SUl' la nature de laquailtité Jlocalique, Paris, 1946.

(24) Cfr. G. Bonfante-M. L. Porzio Gernia, Cenni di fonètica e fOllemàtica conparticolare riguardo all'italiano, Torino, Giappichelli, 1964, p. 74.

(25) Seiialan a este respecto Bonfante-Porzio que "ci sono le cosiclette lingue cieltatata (inclichiamo con t una consonante qualunque, e con a una vocale qua­lunq ue), cioè le lingue che tènclono a iniziare le parole con una consonante ea terminarle con una vocale, e le lingue dell'atatat, che tènclono a iniziare le

195

En segundo lugar, el italiano muestra una mayor tendencia al agru­

pamiento y acumulacion de elementos vocalicos, dando cabida con relati­

va frecuencia a nexos vocal icos tri y tetrafonemélticos: piénsese en formas

adjetivales pronominales como miei, tuoi, suoi, en formas verbales como

puoi, muoio, o en sustantivos como guaio, por no hablar de otros que pue­

den parecer mas rebuscados, como aiuola, cuoiaio, o el apelliclo Acciaiuoli.Algunos de estos grupos presentan incluso auténtica dificultad articulatoria

para un h ispanohablante que pretenda hablar italiano: nos referimos, en

concreto, a la secuencia formacla por k + w + i + vocal, presente en voca­

blos como quiete, colloquio, annacquiamo, etc.

Por lo qlle respecta a los diptongos, senalaremos que frente a la no­

table v ital idad y rendimiento que poseen en espanol los diptongos decre­

cientes, el italiano presenta una frecuencia de uso de los mismos mucho

menor. En el caso de i como segundo elemento, el diptongo aparece limi­

tado, en generai, a voces monosilabicas (sei, ai, noi, etc.) o a la ultima slla­

ba de voces aglldas, mientras que el diptongo con u como segllndo elemen­

to se ci rcunscribe, en generai, a latinismos y grecismos (bastante abundan­

tes, por cierto, en la lenglla) (26). Elementales razones de fonética histori­

ca expl ican el alto Indice de rendimiento y frecuencia en italiano de dip­

tongo uo (buono, nuovo, muore), frente a su vitalidad minima en espanol,

qlle lo sustituye, como es sobradamente conocido, por ue. Esas razones

elementales son también las que explican que la presencia de diptongos en

s(laba trabada sea mucho mas fuerte en espanol que en ital iano, lengua en

la que, como regia generai, la diptongacion de e y o se limita a s(laba libre.

Por no compi icar nuestra exposicion con la apertura de ulteriores

apartados citaremos también aqui como hecho distintivo la mayor altera­

bilidad ciel italiano en el segmento final de la palabra, constituida general­

mente, como hemos senalado, por una vocal. Nos referimos, en primer lu­

gal', al fenomeno de la elision, inexistente en espanol, que altera y cercena

el segmento final de artlculos contractos, preposiciones, demostrativos,

parole con una vocale e a terl11inarle con una consonante. L'italiano è linguadel tatata; Il francese, lo spagnolo e il greco sono lingue dell'atatat" (op.cit., pp. 73-74).

(26) Cfr. Z. Muljaèié, Fonologia della lingua italiana, Bologna, Il Mulino, 1972,p.86.

196

etc., y, en segundo lugar, al fenomeno ciel apocope o "troncamento", que

si en espanol se limita a unos contextos fijos y cuantitativamente muy re­

ducidos, en italiano, respetando unas reglas muy restringidas, presenta un

Indice de frecuencia muy alto. Estos hechos parecen dar pie para senalar

que el espanol presenta, en comparacion con el ital iano, un vocabulario

con un cuerpo fisico mas rigido.

A. 2. Consonantismo.

Entre los sistemas consonanticos de las dos lenguas se observan

también notables diferencias.

Hay que senalar, en primer lugar, qlle el espectro consonantico del

italiano es mucho mas amplio que el del espanol. La determinacion exacta

del numero de fonemas consonanticos del ital iano es una cuestion contro­

vertida, sobre la que se esta muy lejos de alcanzar el consensus omnium (la

polémica afecta también a las vocales). De todo el conjunto de fonemas vo­

cal icos y consonanticos del ital iano, solo 22 son aceptados unanimemente,

mientras se sigue discutiendo el status de otros 42 no universalmente admi­

tidos. De entre los principales sistemas fonologicos propuestos hasta la fe­

cha, la solucion mas minimalista (K. Lichem) reconoce la existencia en ita­

liano de 26 fonemas, mientras que la maximalista (A. Castellani) acepta na­

da menos que 53 (27). El problema, que, como declamos, toca al vocalismo,

afecta con mucha mayor intensidad al consonantismo. Por nuestra parte, y

en comparacion con el espanol, nos inclinamos por aceptar el sistema ita­

liano de 36 fonemas consonanticos propuestos por J. Arce (28), los cuales,

contrapuestos a los 19 del espanol (29), constituyen como es eviclente, un

sistema mucho mas complejo que el de este ultimo. Resulta, pues, com­

pletamente justificado que H. Lausberg senale que, aclemas cle la mayor

sencillez ciel espanol en el campo vocalico, "das spanische Konsonantensys­

tem ist also weitaus armer als das cles Italienischen" (30).

(27) Z.Muljaèié,op.cit.,pp.74-75.(28) n numero dei fonemi... , op. cit., y Espaì'iol e italiano... , op. cit., pp. 29-30.(29) Véase E. Alarcos Llorach, Fonologia del espaì'iol, Madrid, Gredos, 1965,

4.a ed., pp. 161-179.(30) Op. cit., p. 110.

197

Desde el punto de vista fonologico, quince fonemas consonanticos

se corresponden en ambas lenguas: Ib/, Ici, Idi, If/, Ig/, Ik/, III, Il!, Imi,In/, lal, Ip/, Ir/, 151 y Itl. Desde el punto de vista de la realizacion fonética,

solo se corresponden unlvocamente, sin embargo, 105 sonidos [c], [f], [k],

[I]. [m], [n], [p], [r] y [t]. Este numero resulta tan reduci do porque, como

se sabe, 105 fonemas espanoles Ib/, Idi y Igl presenta n dos variantes combi­

natorias, una oclusiva, y otra fricativa, mientras que én ital iano se real izan

siempre y exciusivamente en forma oclusiva. Por su parte, 105 fonemas Il! y

(al talllpoco coinciden en su realizacion fonética en ambas lenguas, puesto

que en ital iano se real izan siempre segun una variante reforzada o doble.

Por liltimo tampoco la real izacion fonética del fonema 151 es coincidente

exactamente, puesto que en espanol tiene una articulacion apical, mientras

que en italiano la posee predorsal. Aparte de estas diferencias, mientras el

ital iano desconoce tres fonemas existentes en espanol (/81, IXI, Iy Il, pre­

senta a su vez un nutrido grupo de ellos también desconocidos en nuestra

lengua, como san 19/, 15/, Ivl, I~/, Izl y /z), a 105 que hay que anadir 105

quince fonemas reforzados IPI, 18/, IF/, /VI, IT/, IDI, ISI, 11</, IG/, ICI,IGI, IMI, INI, IL! y IRI.

Dentro de las diferencias que hemos enunciado con respecto a 105

dos sistemas consonanticos, probablemente el aspecto mas Ilamativo sea la

ex istencia de tal cantidad de consonantes reforzadas o dobles en ital iano,

las cuales, si bien no igualan el Indice de frecuencia alcanzado por las sim­

ples, tienen sin embargo una notable funcionalidad. Por otra parte, dentro

de la cuestion de las cOllSonantes reforzadas entra un hecho totalmente

desconocido en espanol: nos referimos al "reforzamiento sintactico", feno­

meno seglin el Guai determinadas consonantes iniciales (que en la lengua se

transcriben como simples), al encontrarse en contacto con la vocal final de

determi nadas palabras, se pronuncian como reforzadas (ej.: la frase "Cari o

è venuto a dirmi che ha fatto il compito tutto da sé" seria pronunciada por

un toscano como "Carlo è vvenuto a ddirmi che ha ffatto il compito tutto

dassé" (31).

(31) Tomamos este ejemplo cle A. Gabrielli, fll7luseo degli errori, Milano, Moncla­clori, 1977, p. 11.

198

La alternancia de consonantes reforzadas y simples genera un ritmo

variado y ondulante que se diferencia muy netamente del espanol, que en

este senticlo padria cal ificarse como mas Iineal y monotono. La abundan­

cia de esas consonantes en italiano tiene ademas una notable incidencia en

la estructura silabica, preferentemente cerrada, cle esta lengua, frente a la

tendencia ciel espanol a la sllaba abierta.

Por lo que respecta a la combinacion y clistribucion de consonantes

senalaremos que 105 grupos tolerables coinciden, en generai, en ambas len­

guas, aSI como la distribucion cle 105 mismos. Las diferencias principales, a

nuestro entender, san dos: en primer lugar, y como ya advertiamos antes,

el espanol no tolera en posicion inicial el grupo s + consonante; en segun­

do lugar, no admite la presencia de Irl inicial simple, que en esa posicion

aparece siempre como If/, mientras que en ital iano, por el contrario, toda

Irl inicial es siempre simple.

De lo que lIevamos dicho hasta aqu I se clesprencle que la despropor­

ci6n entre el nlimero de vocales y el de consonantes -con predominio cle

estas liltimas-, es mucho mayor en italiano que en espanol. Esto padria

hacer pensar que en la lengua cle Dante predomina estadfsticamente la fre­

cuencia de utilizacion cle las consonantes, tanto consiclerando el sistema en

SI como en su relacion con el espanol. Sin embargo, no hay tal: como se ha

demostrado, la frecuencia vocal ica del ital iano no solo lIega casi a igualar a

la consonantica, con un porcentaje ciel 48 alo de elementos vocalicos, sino

que supera en este sentido el espanol, que con su 42,3 alo se presenta co­

mo una lengua ligeramente mas consonantica (32).

(32) Cfr. J. Knimsky, "Fonologické vyuziti samohlaskovych fonémat", Linguisti­ca Slovacca, IV-VI (1946-48), pp. 39-43, y VI. Skalicka, "Konsonanten-kom­binationen uncllinguistische Typologie", Travaux linguistiques de Prague, I,(1964), p. 114, ambos citados por Z. Muljaèié, op. cit., p. 118, n. 90. Losporcentajes cle frecuencia varian segùn las estad1sticas: cfr. G. K. Zipf - F.M. Rogers, "Phonemes ancl Variphones infour present-day Romance Lan­guages and Classical Latin from the viewpoint of dynamic Philology", Ar­cfliJles Néerlandaises de PllOllétique Expérimelltale, 15 (1939), pp. 111-147;T. Navarro Tomas, Estuelios de fOllologia espaFiola, Syracuse, 1940, pp. 15­30; E. Alarcos, op. cit., pp. 197-200 y R. Eusa et alli, "Una ricerca statisticasulla composizione fonologica della lingua italiana parlata, eseguita con unsistema IBM a schede perforate", en International AssociatimI of Logopedicsand Phoniatrics, Proceedillgs of the Xllth Illtematiollal Speeclz allei VoiceTherapy COllference, Padova, 1962, pp. 542-562.

199

B. Acento y ritmo.

Por lo que respecta al acento, las principales cliferencias son las

siguientes:

En primer lugar, la absoluta falta de correspondencia en cuanto a la

posici6n del acento principal en palabras incluso con textura foné­

tica idéntica o muy semejante en las dos lenguas, lo cual constitu­

ve, en el plano fonético, una de las diferencias mas lIamativas a pri­

mera vista. Comparense, a titulo de ejemplo, las siguientes pala­

bras: esp. atéo/it. ateo; esp. autobus/it. autobus; esp. pol/glota/it.

poligl6tta; esp. democracia/it. democraz/a; esp. Per/cles/it. Péricle,

etc.

En segundo lugar, y dentro de la comLIIl tendencia a las palabras lIa­

nas, el italiano, comparado con el espanol, presenta un indice

menor de preferencia por las palabras agudas (cfr. esp. alcoh61/it.

alcool; esp. bistur//it. b/sturi; esp. cami6n/it. camion; esp. tem­pestad/it. tempésta, etc.), y un indice mucho mayor que nuestra

lengua de preferencia por las palabras esdrLljulas, sobre todo en

el campo verbal (cfr. /ndica, Si/pera, d/sputa). En este sentido,

casi podria decirse que el italiano tiende a desplazar el acento

hacia el comienzo de palabra, mientras que el espanol lo hace

hacia el final de la misma.

En cuanto al ritmo, el comportamiento de las dos lenguas es tam­

bién bastante diferente. Ital iano y espanol coinciclen en su tendencia al rit­

mo binario, pero en medicla muy cliferente: comparada con las demas me­

didas, segùn estuclios de E. TorneI' y G. L. Beccaria (33), la uniclad ritmica

binaria alcanza en espanol una frecuencia ciel 55 %, mientras en italiano

se queda, aproximadamente, en un 40 %. Nuestra lengua, como ha de­

mostraclo cumplidamente S. Gili Gaya (34), tolera como maximo cuatro

(33) E.!vI. Torner, Ellsayos sobre estilfstica literaria espaJ1ola, Oxford, 1953; G.L. Beccaria, op. cito

(34) S. Gili Gaya, "La cantidad vocalica en la frase", Casti/la, I, 2 (1940-41), pp.287-298.

200

silabas atonas entre dos acentos, siendo esta medida ya muy rara, mientras

que el italiano admite una mayor variedad y amplitud de medidas, hasta el

punto de que la de cinco silabas puede tocar porcentajes del 7 % (35),

imposibles de alcanzar en espanol. Esto, naturalmente, esta en Intima rela­

ci6n con el alto numero de palabras esdrujulas existentes en aquella lengua.

De este distinto comportamiento de las medidas ritmicas en ambas lenguas

deriva esa sensaci6n de gravedad propia del espanol, frente a la impresi6n

de ligereza y ondulaci6n ritmicas propia del italiano.

C. El sistema grafico.

Tanto el italiano como el espai'iol ocupan, por lo que respecta a la

funcionaliclad y adecuaci6n de su sistema grMico, una posicion intermedia

y bastante aceptable en comparacion con otras lenguas. No son, desde lue­

go, sistemas tan perfectos como el de servio, el croata o el finlandés, pero

slson mucho mas aceptabl es que 105 del francés, el inglés o el irlandés (36).

Reduciendo la cuesti6n a las dos lenguas que ahora nos ocupan se­

nalaremos que el sistema espanol es mas imprevisible que el italiano e~ el

paso del plano fonico al grMico, mientras que en ital iano l'esulta mucho

mas compleja la interpretacion fonica ciel signo escrito, lo cual crea graves

~roblemas no solo a 105 extranjeros que tratan cle aprender esta lengua,

slllO a 105 propios habl antes ital iilllos.

La grafia ciel italiano resulta mas compleja por la alta frecuencia cle

signos dobles y triples para la representaci6n cle fonemas unicos. Si el caso

de la consonante duplicacla puede l'esultar aceptable e incluso util, puesto

que la formulacion grafica en este caso se acerca notablemente a la realiza­

cion fonética, no ocurre lo mismo, por ejemplo, cuanclo el fonema /'S/ cle­

be ser representaclo nacla menos que por tres signos, como en el caso de la

palabra sciarpa, o cuando l es transcrito por gli.

Por otra parte, si algunos signos espanoles resultan ambival entes

(por ejemplo, la letra c, que puede equivaler a [k] o a [6]), en italiano se ha

(35) G. L. Beccaria, op. cit., p. 253.(36) Cfr. Bonfante-Porzio, op. cit., p. 86.

201

sobrepasado en algunos casos esta dual idad, para lIegar a una poi ivalencia

que puede incluso inducir a confusion; es, por ejemplo, el caso del "trigram­

ma" gli, que puede representar a m(Cagliari), a m(pronombre gli) o a

[gl i] (glicerina).

Mas grave l'esulta que el sistema ital iano no discrimine grMicamen­

te 151 de N, l'f.l de IfJ/, IQI de 19/, /zl de I?I, lo cual causa notables proble­

mas incluso a 105 mismos hablantes italianos que, siendo de otras regiones,

pretendan aduenarse del sistema toscano.

Otro problema de esta lengua, en este sentido, radica en la falta de

una adecuada normativa de acentuacion gl'Mica, de inapreciable util idad,

sobre todo, para cualquier e)(tranjero que se dispusiera a aprender esta

lengua. Mientras en espanol, mediante el conocimiento de unas pocas re­

glas sencillas y fijas puede saberse inmediatamente donde cae el acento

tonico de cualquier palabra, aunque en principio resulte totalmente des­

conocida, el ital iano no goza de esta ventaja. Ciertamente, no puede negar­

se la utilidad del acento grMico en 105 vocablos o)(ltonos terminados en

vocal, o clispuesto en sllabas internas para distinguir un término con res­

pecto a un hom6nimo de significado distinto. Pero esto l'esulta insuficien­

te: y lo es, incluso, para 105 propios italianos, que en el curso de un mismo

programa racliof6nico o televisivo pueden OlI' pronunciar sucesivamente el

apell ido del conocido politico como Rumor y como Rumor, o el del

famoso autor de novelas de aventuras como Salgari y Salgari.

Por otra parte, 105 pocos acentos utilizados tampoco suelen obede­

cer a ulla normativa fija en cuanto a su condicion de graves y agudos: solo

la forma verbal è aparece siempre con acento grave. En 105 demas casos, la

utilizaci6n de acentos graves o agudos depende, en generai, cle 105 usos o

normas de cada editorial, cuando no del proceder personal de 105 tipogra­

fos, que en ocasiones echan mano de 105 acentos agudos cuando se les ha

acabado la caja de 105 gl-aves, o al contrario.

El espanol, como apuntabamos anteriormente, presenta un alto In­

dice de alternancias poligrMicas (piénsese, por ejemplo, en 105 problemas

originados por 105 grafemas b/v, gli, h-N°, c/z, etc.), lo que dificulta la

transcripcion gl'Mica (37).

(37) Las consideraciones contrastivas grificas de Jesùs lvlosterin, La ortografia

202

D. Los aspectos morfosintacticos.

La descripcion comparativa de la morfosinta)(is l'esulta forzosamen­

te mucho menos sistematica que la de la fonética y fonologia, al no e)(istir

modelos descriptivos homogéneos,y al tener que afrontar una materia mu­

cho mas compleja y fluida que aquélla. Debido a elio, hemos de limitarnos

aqui a senalar en un orden un tanto aleatorio algunas de las principales di­

ferencias, no sin antes advertir que en generai deben seI' consideradas como

simples tendencias, y no como orientaciones de valor absoluto.

D.l. En primer lugar, senalaremos que el italiano muestra, en compara­

cion con el espanol, una necesidad mucho mas fu erte de del)(is locativa y

referencial. En este sentido, da la impresion de que aquella lengua (como

otras del grupo romance, por otra parte) necesita la plasmacion detallada

en el plano gramatical, de puntos de referencia relativos a todo el conteni:

do conceptual, mientras que el espanol opera con un mayor esquematis­

mo, confiando la e)(plicitaci6n de aquél a la mente del interlocutor. Esto

se observa, por ejemplo, en 105 complementos de lugar, con el uso constan­

te de las partl'culas ci, vi y ne (ieri sono stato a Roma e CI ritornerò doma­

ni = "ayer he estado en Roma, y volveré manana"), cuya correcta utili­

zacion l'esulta tan diflcil para 105 hispanohablantes, que transfieren al ita­

liano su no necesidad de las mismas, tendiendo a omitirlas. Lo mismo po­

dI'la decirse, entre otros casos, de la necesidad del italiano de recurrir al

uso de partitivos, innecesarios en espanol al confiar a la mente ciel interi 0­

cutor la referencial idad a la fragmentacion del todo (vuoi DEL pane? =

fonémica del espafiol, Madrid, Alianza Editorial, 1981. no resultan muy escla­recedoras, al menos en lo gue se refiere al italiano, por imprecisas o err6neas.Asi, en la p_ 50 se describen como regulares las poligrafias ci/c, olvidandocasos como cielo, cieco o sl/perficie; sci/sc, dejando a un lado anomalias co­mo sciare; gi/g, soslayando casos como igiene o effigie. En la p. 105 se se­naia gue los italianos "aungue suprimieron la h en generai, sin embargo laconservaron en tres formas concretas del verbo al'ere (haber): la primera per­sona del singular y la tercera persona del singular y del plural del presente deindicativo: ho, ha, hanno", En realidad, como es sabido, tal conservaci6n tu­vo lugar en Cl/atro personas: ademas de las tres senaladas, la segunda del sin­gular, es decir, hai.

203

"Lquieres pan?"), o al todo del que se hace la particion (ne voglio un po'

= "qu iero un poco").

Resulta diflcil, y en el fondo ocioso, juzgar con criterios de valor

estas diferencias, puesto que las ventajas e inconvenientes parecen repartir­

se al cincuenta por ciento: de acuerdo con estas circunstancias, el espanol

resulta linguisticamente mas economico, pero el italiano es mas preciso.

Insistiendo sobre esta cuestion, senalaremos que la tendencia deic­

tica del italiano se manifiesta también en el refuerzo de los demostrativos

mediante adverbios (cosa vuole quello LI? = "Lqué quiere ése?", con fun­

cion en este caso puramente enfatica.

D.2. Conectando en parte con este ultimo punto, observaremos que el

italiano parece mostrar una mayor tendencia (o, al menos, mas tolerancia)

con respecto a la redundancia semantica y fonica de valor puramente in­

tensificativo o expresivo. Ello se observa en la adicion de palabras que

teoricamente no anaden nada nuevo a las que acompanan, o en la repeti­

cion pura y simple de elementos con textura fonética semejante. El espa­

noi es mas parco en este sentido: evita las redundancias del primer tipo, y

tiende a considerar cacofonicas las repeticiones.

Por lo que se refiere a las primeras, un ejemplo claro lo constitu­

ye en ital iano Ia abu ndante util izacion de partlculas redundantes acom­

panando a verbos, como ocurre en salire su, scender giù, filare via, pen­

der giù, etc.

Los ejemplos del segunto tipo se disponen segCIIl una configuracion

mas variada, y entre ellos podemos citar los siguientes:

La tolerancia del italiano con respecto a la acumulacion de adver­

bios en -mente (ha parlato INTELLIGENTEMENTE e SAGGIA­

MENTE = "ha hablado inteligente y sabiamente"), con cuidado

evitada en espanol mediante la utilizacion de una sola marca adver­

bial. Que esto no es una circunstancia que en ital iano dependa ex­

elusivamente de la evolucion historica, lo demuestra el hecho de

que en la Alta Edad Media el esquema espanol era en real idad pan­

romance y, por tanto, usado también en ital iano antiguo, habien­

do incluso reaparecido, tras un periodo de ausencia relativa, en la

204

lengua Iiteraria de los siglos XV I y XV" (38), aunque con respecto

a este ultimo periodo es posible que la recuperacion haya podido

seI' favorecida en parte por el influjo del espanol, particularmente

intenso en esa época en el mundo italiano (39). La generalizacion

del esquema actual parece deberse, mas bien, a la tendencia del ita­

liano hacia la busqueda de armonia por repeticion y redundancia.

La frecuencia de expresiones fonico-repetitivas del tipo man mano,

alla fin fine, lì per lì, etc.

La existencia y la relativa frecuencia de uso de superlativos forma­

dos a base de repeticiones: cammina mogio mogio, un discorso ter­

ra terra, una pioggia fitta fitta, una ragazza brava bravissima, etc.(40).

En el uso, no infrecuente en el habla de la conversaci6n ordinaria,

del fenomeno de la repeticion "de eco": te lo dico io, te lo dico; lo

sai bene, lo sai.

Todo esto, pues, parece indicar una mayor tolerancia del italia­

no con respecto a las redundancias semanticas y fonicas, cuando no una

abierta tendencia a las mismas en pos del énfasis y la armonica simetriafonica (41).

D.3. Asi mismo, el italiano parece tener una mayor capacidad que el es­

panol para "II enar" o "vaciar" la frase si n que quede afectado esencial men­

te el contenido semantico de la misma. Se presenta, en este sentido, como

una lengua mas libre y elastica que el espanol, mas manejable y ductil.

(38) Cfr. B. Migliorini, "Coppie avverbiali con un solo -mente", en Saggi linguisti­ci, Firenze, 1957, pp. 148-155.

(39) Cfr. G. L. Beccaria, Spagnolo e spagnoli in Italia. Riflessi ispanici sulla linguaitaliana del Cinque e del Seicellto, Torino, Giappichelli, 1968, pp. 15-16.

(40) Cfr. M. Fogarasi, Grammatica italiana del NOJlecellto, Budapest, 1969, p.160. .

(41) Podrian citarse también casos de repeticiones verbales como las que se danen frases del tipo li collocano come Jlanno JlanllO, o mettono le cose dOJle ca­pita capita, pero ejemplos no excesivamente diferentes se dan también en es­paiiol (pero él dale que dale, Jliene corre que corre).

205

Un ejemplo tipico de la capacidad de "lIenado" del italiano lo cons­

tituve su ampi ia posibil idad de util izacion de particulas expletivas que

no tienen un contenido semantico definido, pero que cumplen una nota­

ble funcion expresiva. Son, como las denominaba Juan de Jauregui, las

"particulas que entremete a la oracion" el italiano (42). En poeSia, sobre

todo, es muv frecuente la introduccion de las mismas para completar el

computo silabico. Comentando esta circunstancia, senala J. Arce que "elio

demuestra, una vez mas, las grandes posibilidades de la lengua italiana co­

mo instrumento de poeSia, que le permite disponer de sllabas al introducir

Iibremente, apocopandolas o no, todas esas formas, que, por s( mismas,

no alteran en lo esencial el sentido del enunciado" (43).

Pero, a su vez, esta lengua muestra mas capacidad que el espanol

para prescindir de determinadas partlculas o elementos de la frase que el

espanol soslavaria con mucha mavor dificultad. Este hecho afecta sobre

todo a las preposiciones, principalmente en la lengua burocratica, técnica V

comercial, como puede comprobarse en secuencias del tipo cassa integra­

zione, cassa pensioni, ufficio personale, borsa valori, etc. La omision de

part(culas es muv frecuente en el lenguaje periodlstico, cuva extrema

concisi6n en algunas ocasiones (sobre todo en 105 titulares de las noticias)

asemeja en cierto sentido el italiano a una lengua por otras caracterlsticas

tan distinta como es el inglés (44).

Pero no solo de las preposiciones puede prescindir el italiano, sino

de otros elementos cuva omision resultar(a imposible en espanol. Esto ocu­

rre, conaetamente, V sin querer ser exhaustivos, en 105 siguientes casos:

Con el verbo essere, cuVa omision es relativamente frecuente, sobre

todo en oraciones condicionales, tanto personales (SE AMMALA­

TO, non verrà = "si esta enfermo, no vendra") como impersonai es

(SE POSSIBILE, vorrei portare via questo libro = "si es posible,

querrla lIevarme este libro"), aunque la forma condicional no es

(42) Cfr. J. Arce, Torquato Tasso y la poesia espaFìola, BarceIona, PIaneta, 1973,p.226.

(43) Ibidem.(44) Cfr. Franco Fochi, Lingua in riJloluzione, Milano, FeltrineIli, 1966, pp. 288­

293.

206

presupuesto indispensable (Possibile? = "lEs posible?"). Véase, a

este respecto, un ejemplo doble bastante ilustrativo que nos sumi­

nistra Giacomo Devoto: "Gli attributi che potevano essere asse­

gnati a una parola, se elogiata, erano: pura chiara monda bella

grata; se disapprovata: languida densa rinserrata pingue arida mor­

bida" (45). De paso, obsérvese en estos per(odos la falta de comas

entre 105 adjetivos que componen las dos series enumerativas, lo

cual constituve también una pequena diferencia grafica con respec­

to al espanol.

Con la conjunci6n se, que puede desaparecer, en el habla coloquial,

de la pr6tasis de las condicionales (fossi fidanzata, non sarei qui ="si estuviera prometida, no estar(a aqu l") (46); este hecho es parti­

cularmente evidente V frecuente en expresiones enfaticas del tipo

siguiente: Certo, voi avete molti problemi, ma sapeste quanti ne ho

io! = "ISI, vosotros tenéis muchos problemas, pero si supiérais

cuantos tengo Va! ".

En el caso de ciertas expresiones, algunas de ellas lexicalizadas, en

las que de un tiempo compuesto se elide un auxiliar, como ocurre

en 105 ejemplos siguientes:

Dopo mangiato andremo al cinema (= Dopo AVER mangiato

andremo al cinema = "Después de comer iremos al ci ne")

- Andate a mangiare. - Già fatto (= L'ABBIAMO già fatto

= "Ya lo hemos hecho").

Todo esto parece significar, como apuntabamos al principio de este

apartado, que el italiano es una lengua mas ductil V flexible que el espanol

no 5610 en el aspecto fonético, sino también en el morfosintactico. Buscan­

do una mavor expresividad, quiza pudiera decirse en este sentido que,

mientras la frase espanola se presenta como un rigido muro de sillares

precisos e inamovibles, la ital iana, sin menoscabo de su sol idez V precisi6n,

(45) G. Devoto, n linguaggio d'Italia. Milano, Rizzoli (BUR), 1977, p. 273. Lacursiva es nuestra.

(46) EjempIo de Pratolini citado por M. Fogarasi, op. cit., p. 322.

207

aparece dotada de la facilidad de adici6n y supresi6n de piezas propia de

un "meccano".

0.4. Dentro de la comun tendencia al desenvolvimiento analitico propio

de las lenguas romances en comparaci6n con el latln, el italiano manifiesta

una mayor preferencia por la conservaci6n de la construcci6n sintética del

periodo latino.

Esto resulta particularmente evidente en la prosa antigua, donde,

como advierte Cesare Segre (47), la secuencia construcci6n participial +proposici6n principal es muy frecuentemente conservada por el ital iano

mediante el uso de participios pasados, a veces como ablativos absolutos, o

mediante gerundios.

Por lo que respecta a la lengua moderna, la mayor capacidad de sin­

tesis del ital iano con respecto al espanol se observa sobre todo en el campo

de las perifrasis verbales. En generai, puede decirse que este tipo de cons­

trucciones presenta notables analogias en las dos lenguas; sin embargo, hay

algunos tipos de perifrasis de un alto indice de frecuencia en espanol que

no tienen correspondencia directa en la otra lengua. Nos referimos, en

concreto, a las construcciones de inmediatez o inminencia, y a algunas

de continuidad; en estos casos, el ital iano utiliza una forma verbal senci­

Ila, o afiade un adverbio, como puede comprobarse a través de los ejem­

plos siguientes:

"Voy a decirte la verdad" (= Ti dirò la verità)

"lSigues viviendo en Roma?" (= Abiti sempre a Roma?)

Algo semejante ocu rre con las perffrasis de repetici6n. Si bien en

italiano en este sentido existen posibilidades parecidas a las del espanol,

suele preferirse la utilizaci6n del prefijo ri- para la expresi6n de la acci6n

repetida:

(47) C. Segre, Lingua stile e società, Milano, Feltrinelli, 1963, p. 292. Véase, a es­te respecto, el trabajo de Félix Fermindez Murga inclllido en este VOlllJ1len.

208

Rivedrò Mario (= "Volveré a ver a Mario")

Riaprirono i libri (= "Volvieron a abrir los libros")

La posibilidad de utilizaci6n de este prefijo con valor repetitivo

confiere al ital iano unos valores de precisi6n que muchas veces se pierden

en castellano. Aunque no poseemos datos estadisticos sobre esta cuesti6n,

la experiencia parece demostrarnos que es mucho mas frecuente la expre­

si6n de la acci6n repetida en italiano que en espanol, precisamente porque

aquella lengua puede hacerlo facilmente con una mayor economia de me­

dios. En nuestra lengua se hace solamente cuando interesa expl icitamente

senalar el caracter repetitivo de la acci6n, mientras que en el italiano pare­

ce ser un hecho mas mecanico, y como tal, mas frecuente.

0.5. En comparacibn con el ital iano, una notable caracterfstica del espa­

noi es su tendencia a "delimitar y destacar la persona en la sintaxis" (48),

mientras que aquella lengua no siente gramaticalmente una necesidad tan

fu erte de precisar la personal izaci6n. Esta diferencia se advierte, entre

otros, en los sigu ientes casos:

En la utilizaci6n, en espanol, de la preposici6n ante el complemen­

to directo personal o personificado, en contraposici6n al ital iano,

que no exige en este caso marca gramatical de ningun tipo. Quienes

ensenan ital iano a h ispanohablantes saben de la resistencia que

ofrecen éstos a la adopci6n del esquema italiano, tendiendo con­

tinuamente a la generaci6n de frases del tipo *ho visto a Mario y

similares.

En la tendencia del espanol a discriminar el empleo de los pronom­

bres le y lo no en base a su funci6n de complemento indirecto y di­

recto, como seria lo correcto, sino segun el criterio de referencia

personal/referencia no personal. Senala a este respecto J. Arce que

"también el italiano, en el uso vivo de la lengua, tiende a resquebra­

jar el sistema tradicional de los pronombres personales, pero sola,

mente en el dativo, donde Ilega a la confusi6n de género y numero,

(48) J. Arce, Tasso... , op. cit., p. 176.

209

no incl inandose, como el espanol, a fijar diferencias entre persona

y cosa" (49).

En la mavor necesidad del espanol de concretar la persona poseedo­

ra mediante un adjetivo posesivo, en casos en los que en ital iano

basta un simple art/culo. Este hecho diferencial se observa, sobre

todo, ante nombres de parentesco, de partes del cuerpo V de

indumentos personal es (V precisamente en este mismo orden

decreciente). Obsérvese la correspondencia de los siguientes ejem­

plos:

Maria usc/ con LA mamma (= "Maria sal i6 con su madre")

E' venuta Maria, con IL bel volto copeto (= "Ha venido

MarIa, con su hermoso rostro cubierto")

Maria, con L'ampia gonna, stentava a muoversi (= Maria, con

su amplia falda, se movla con dificultad")

En la necesidad del espanol de util izar construcciones personales en

casos en los que el que habla en primera persona se encuentra im­

plicado en la accion, frente a la posibilidad de utilizacion, por parte

del italiano (aunque es un uso originaria V fundamentalmente regio­

Ilal toscano), de expresiones impersonai es. Obsérvense, a este

respecto, los siguientes versos de Camillo Sbarbaro:

"E subito la scala tolta in spalla

di casa uscisti e l'appoggiavi al muro.

Noi piccoli dai vetri si guardava" (50)

Eviclentemente, al traclucir al espanol el tercer verso, no poclemos

emplear la forma impersonai "se miraba", sino "mirabamos". Otros ejem­

plos ital ianos cle este tipo son los constituiclos por frases como noi si parte,o dove si va?, quando si parte? (estas dos ultimas en contextos en que el

hablante también se encuentra implicaclo en la acci6n). Ciertamente, el

(49) Ibidem.(50) En Poesia italiana del NDJ'ecento, ed. de E. Sanguineti, Torino, Einaudi,

1971, val. II, p. 673.

210

espanol no es ajeno a cambios de eje personal de este tipo, y muchas veces

la forma "vo" puede ser sustituida por expresiones impersonales (c'se debealga?, se agradece el detalle) , pero elio se de be a razones distintas de las

que informan a las construcciones ital ianas antes mencionadas.

D.5. En estrecha relacion con la tendencia a que acabamos de referirnos

se situa también la preferencia generalizada del espanol por la voz activa,

frente a una orientaci6n igualmente intensa del italiano por la diatesis pasi­

va. Esto se debe a que, mientras el espanol tiende a subravar con mas fUer­

za que el italiano la persona agente, en esta ultima lengua se siente una ma­

yor necesidad de delimitar V poner de relieve el ser o la cosa que sufre la

accion con respecto a quien la cumple, para lo cual, evidentemente, la

construccion mas apropiada esla pasiva.

Las distinta preferencia por cada uno de los dos tipos de diatesis

resulta facilmente comprobable mediante la comparaci6n entre las versi 0­

nes italiana V espanola de un mismo texto. Frente a la pasiva italiana, el es­

panol suele preferir otras sol uciones:

Adopcion de la activa: "non ho studiato la lezione, e per questo

sono stato rimproverato dal professore" = "no he estudiado la lec­

cion, y por ese motivo el profesor me ha rei7ido' '.

Adopcion de una construccion impersonai: "in questa casa molto

cibo va sprecato" = "en esta casa se desperdicia mucha comida".

En segundo lugar, esa tendencia del italiano a diferenciar claramen­

te a quien sufre la accion de quienla realiza lIeva a esta lengua a la utiliza­

Gian abundante de verbos factitivos, que genera n pecul iares construcciones

sintacticas que no tienen correspondencia directa en espanol, lengua en la

que, en estos casos, suele utilizarse la construccion reflexiva. Trivializando

un poco la cuestion, diremos que cuando un italiano acude a una peluque­

rla no va a cortarse el pelo, sino a hacerselo cortar, V cuanclo visita a su sas­

tre no es para hacerse un traje, sino para hacérselo hacer:

Vado a farmi tagliare i capelli (= "Voy a cortarme el pelo")

Mi sono fatto fare un vestito (= "Me he hecho un traje")

211

DJ. Otro rasgo diferenciador es que, con respecto al espanol, el italiano

muestra una mayor tendencia a distinguir gramaticalmente, acentuando la

valoracion de la perspectiva sintactica, los hechos reales, sucedidos y obje­

tivos de los hipotéticos, irreales o subjetivos.

Esto se observa, en primer lugar, en la matizada dosificacion de que

hace gala el italiano con respecto al uso del indicativo y del subjuntivo, uti­

lizada para "distinguere l'indeterminato dal preciso, l'incerto dal sicuro, il

soggettivo dall'oggettivo e per segnare infinite altre differenze" (51). Estas

circunstancias Ilevan a que cuantitativamente el uso del subjuntivo en ita­

liano sea mas frecuente en oraciones que indican duda, vacilacion, convic­

cion puramente subjetiva, etc.; frases como non so se sia vero, sono convin­

to che sia vero, credo che tu possa considerarti soddisfatto, etc., jamas ad­

mitirlan una traduccion al espanol mediante el subjuntivo. Vuelve a fun­

cionar otra vez aqu I la tendencia del ital iano a marcar sintacticamente la

referencialidad conceptual. Ello comporta, ciertamente, notables posibili­

dades estillsticas: en la vida practica, no es la menor de ellas el poder pre­

sentar cortésmente como incierto o h ipotético lo que en real idad se da y se

sobreentiende como seguro; quizas por esto en las esferas del lenguaje poi 1­

tico italiano el subjuntivo obtiene unos arrolladores porcentajes de uso.

Con respecto al espanol, es caracterlstico también del ital iano el

uso del condicional, sobre todo en el lenguaje periodlstico, para la presen­

tacion de noticias aun no confirmadas pero que se presumen como ciertas

o al menos con vistos de verosimilitud ("secondo alcune indiscrezioni, il

presidente avrebbe deciso di dimettersi"). Tampoco en este caso hay una

correspondencia directa con el espanol, pese a los tlmidos intentos en este

sentido que se observan en nuestro actual lenguaje periodlstico.

D.B. Por otra parte, el italiano es mas sensible que el espanol, desde el

punto de vista sintactico, a la sucesion cronologica de las acciones ex presa­

das. Ello se refleja en la clara diversificacion y oposicion de los tiempos

simples y compuestos, oposicion que en espanol es mas facilmente sos­

layable. Esta diversificacion debe seI' tenida muy en cuenta en el ambito

de la didactica del ital iano para h ispanohabl antes:

(51) F. Fochi, op. cit., p. 315.

212

L 'hanno arrestato per A VER GUIDA TO da ubriaco (= "Lo han

deten ido por conducir borracho")

Ti telefonerò dopo che SARO' ARRIVATO (= "Te lIamaré por

teléfono cuando lIegue/después de lIegar")

Quando EBBE FINITO, se ne andò (= "Cuando termino, se fue")

D.9. El ital iano parece mostrar, con respecto al espanol, una mayor Ii­

bertad en el orden de los elementos de la frase. Este hecho se observa en al­

gunas posibil idades que resultarlan imposibl es, insol itas o extremadamente

raras en espanol, entre las que a t1tulo ejemplificativo se pueden enumerar

las siguientes:

La posibilidad de ruptura, mediante la introduccion de partlculas,

del bloque formado por el auxiliar y el participio de los tiempos

compuestos: "ho già mangiato".

La posibilidad de anticipar el pronombre precedido por preposicion

en casos como il di lui padre, o parlerò su un tema da me scelto.

La posibil idad de anticipaciones que suponen incluso acumulacion

de preposiciones, como ocurre en las frases "qui c'è un tavolo consopra un vaso di fiori", "una macchina con dentro un bambino",

"camminava con in testa un secchio".

La posibilidad de relegar a una posicion l'etra sada al sujeto, como se

observa en esta doble inversion de Pavese: "Era pieno di cocaina,

Poli, avvelenato" (La bella estate) (52).

La posibilidad de prever o adelantar el complemento mediante el

desplazamiento anticipado de un pronombre, como puede obser­

varse en estos ejemplos:

"La mangi, questa mela ?".

"Lo sanno, i matti, di essere matti?" (Marotta, Milanesi).

"Vallo a chiamare, il popolo" (Guareschi, Don Camillo).

"Mica occorre mungerle, le macchine" (ibidem).

(52) AIgUllOS dc estos ejel1lplos los hel1los tOl1lado de A. Frescaroli, La punteggia­tura corretta. La pullteggiatura efficace, Milano, De Vecchi, 1968, p. 48.

213

En este sentido, podrla citarse también la posibilidad, muv utiliza­

da en la lengua coloquial, de anticipar el complemento directo para enfati­

zarlo y hacerlo l'esaltar, como se observa en frases del tipo "Don Fabrizio

quella sensazione la conosceva da sempre" (T. di Lampedusa, Il Gattopar­

do), O "ma io Maria non la vedo mai". A diferencia de las anteriores, es­

tas construcciones son relativamente usuales en espanol, pero su frecuencia

parece seI' notablemente mas alta en ital iano.

E. El léxico.

E 1. El mavor caracter enfatico V expresivo del ital iano parece quedar

suficientemente demostrado a través del anal isis del uso que esta lengua ha­

ce de determinados procedimientos derivativos.

Los diminutivos, en concreto, tienen en ital iano un Indice de apari­

clon notablemente mas alto que en espanol, con matices V funciones muV

variadas (53). Ya Fernando de Herrera senalaba en 1580 que "la lengua

toscana esta lIena de diminutivos, con que se afemina V hace lasciva V pier­

de gravedad; pero tiene con ellos regalo V dulzura V suavidad. La nuestra

no los recibe si no con mucha dificultad V muV pocas veces" (54).

En efecto, el programa de utilizacian de 105 diminutivos es muV dis­

tinto en ambas lenguas. Una divertida observacion de Fernando Dlaz Plaja

l'esulta ilustrativa a este respecto; dice este autor que "el diminutivo, em­

pleado mucho mas libremente que en Espana, desconcierta también al que

de ésta lIegue. Una ferreteria de los aledanos de Via Nomentana de Roma,

ostentaba el trtulo de Il martelletto d'oro. Yo imagino lo que dirfan 105 veci­

nos de un herrero espanol que se atreviese a poner como divisa de su tienda

"El martillito de oro" (55). Las diferencias en el proceso de seleccian de

los diminutivos exigirian, para seI' explicadas, un detallado analisis compa­

rativo que aun no se ha realizado. En generai, quizas pueda decirse que en

espanol suelen aparecer mas frecuentemente ligados a contextos afectivos in­

dividuales, mientras el italiano, lengua mas retorica, no tiene inconveniente

en generai izarlos en contextos mas "abiertos", buscando una final idad des­

criptiva, estética o de captatio benevolentiae V tendiendo mas al efecto ac­

tivo que al puramente emotivo individuaI. La lengua de la publicidad pare­

ce demostrar que el diminutivo ital iano, aparte de su mavor tendencia acti­

va, es mas facilmente utilizable, en contextos neutros, para la expresian de

la idea de pequenez: en un periodico reciente (56) observamos, en la sec­

cian de ventas de 105 anuncios por palabras, que se ofrece una casetta con

tavernetta, una vi//etta di campagna, un piso con cucinino, unos barbonci­

ni, un a//oggetto, etc., términos todos estos que diflcilmente aparecerlan

-al menos en tal cantidad- en un diario espanol.

El Indice de frecuencia de aumentativos es también mas alto en ita­

liano, lengua donde el sufijo correspondiente lIega incluso a aplicarse a al­

gLIIl adverbio (benone, tardone) (57). Es muv frecuente la util izacian de

aumentativos caracterizadores, como es el caso de 105 vocablos fannu//one,imbroglione, sporcaccione, etc. La referencia enfatica al tamano, con in­

tencion activo-suasoria, es también corriente: piénsese, por ejemplo, en el

caso de los numerosos affaroni que se suelen ofrecer V prometer en 105

anuncios.

Tipico de la tendencia enfatica del ital iano es la abundancia de uso

del superlativo. En el estudio comparativo de las lenguas literarias se ha de­

mostrado va suficientemente que el Indice de frecuencia del espanol en es­

te sentido es mucho menor (58). La tendencia contraria del italiano es tan

fuerte que lIega incluso a violar las normas de la gramatica, aplicando el su­

fijo de superlativo incluso a sustantivos, como es el caso de canzonissima,occasionissima, etc. El uso del sufijo de superlativo se hace muv frecuente

(53)

(54)(55)

214

Cfr., sobre el diminutivo, el conocido y ejemplar estudio de A. Alonso, "No­cian emocian, accian y fantasIa en los diminutivos", en Estudios lingiiisti­cos, Madrid, Gredos, 1954.Cito por J. Arce, Tasso... , op. cit., p. 221.F. Dlaz Plaja, El italiano y los siete pecados capitales, Madrid, Alianza Edito­riai, 1970 (2. a ed.), pp. 58-59.

(56)(57)

(58)

La Stampa, l de marzo de 1979. .Cfr. P. Tekavcié, Grammatica storica dell'italiano, Bologna, Il Mulino, 1972,val. lll, p. 192.Cfr. M. Morreale, Castiglione y Boscdn: el ideal cortesano en el Renacimien­to espaiiol, Madrid, 1959, y J. Arce, Tasso... , op. cit., pp. 222-226.

215

en la lengua de la pubi icidad: en el mismo ejemplar del periodico a que he­

mos hecho referencia se ofrecen -elegimos solo al gunos ejemplos- unos

centralissimi locali, un monolocale confortevolissimo, buscan piso unos

sposi referenziatissimi, se vende una bellissima camera, se alquila otra silen­

ziosissima; hay apartamentos rifinitissimi, que ademas estan vicinissimi agliimpianti ski, pudiéndose optar también por otros soleggiatissimi y de re­

centissima costruzione; para 105 aficionados al mundo de 105 animales, se

dispone no solo de un peno pastor aleman bellissimo (59), sino incluso de

algunos ejemplares caninos de altissima genealogia. Ciertamente que esto

puede en buena parte atribuirse al cankter hiperbolico y suasorio de la

lengua de la publicidad, y que casos como estos pueden sin duda encon­

trarse en espanol, pero dudamos de que en nuestra lengua pueda darse una

acumulacion tal de sufijos de este tipo. La tendencia enfatica y activa de

algunos procedimientos léxicos italianos vuelve a manifestarse, pues, con

bastante n itidez. A la suma del deseo de énfasis, expresividad y s Intesis

parece deberse el relativamente alto uso de sufijos despectivos o peyorati­

vos, ciertamente mas abundante que en espanol. Comparando algunas

traducciones, M. Wandruszka ha advertido como en la version espanola no

suele utilizarse el sufijo, siendo en otros casos sustituido por una expresion

mas amplia (una canzonaccia sguaiata = una canci6n audaz; una scenatac­cia violenta = una escena violenta; la tua animaccia = tu alma condenada;

è un poveraccio = es un pobre diablo) (60).

La tendencia a la slntesis se manifiesta también en la acentuada

preferencia del ital iano por el procedimiento de formaci6n de palabras que

conocemos con el nombre de composici6n, mucho mas vital y frecuente

en italiano; piénsese, por ejemplo, en la larguisima serie de composiciones

de sustantivo + sustantivo donde el primer término es la palabra capo. En

la lengua actual, la composicion es particularmente frecuente con la utili­

zaci6n en primer término de un prefijoide (61). La composicion intensifi-

(59) Sobre los conceptos de belleza y bondad en italiano y espanol, cfr. M. Mor­reale, "Bello, bellezza e buono", Quaderni Iberoamericani, II (1951), III,pp. 89-95.

(60) M. Wandruszka, op. cit., pp. 128-129.(61) Cfr. Maria Corti, "La lingua e gli scrittori, oggi", Paragone (Letteratura),

182 (1965), pp. 4-22.

cativa o h iperbol ica es muy fr~cuente, con términos como supercampio­/1/SSlmO, ultradecennale, supertestimone, supercarburante, superdecreto,superpremio, etc. Pero otros tipos de composicion no intensificativa son

también frecuentfsimos: un garaje puede ser una autorimessa, un comercio

de recambios es un autoricambi, el salon del automovil puede ser un auto­

salone, el taller donde se repara el sistema eléctrico del mismo es un elet­trauto. Algunos productos son autolucidanti, y otros son capaces de pro­

ducir autoscatti. Para lIamar por teléfono se utiliza la teleselezione, por

mar se da un paseo en motoscafo. Las quinielas son el totocalcio, las no­

ticias deportivas se pueden leer en el Tuttosport, mientras es posible man­

tenerse al dia en informaci6n bibliografica leyendo Tuttolibri. Del mismo

modo, en 105 anuncios por palabras se habla de un piso bivano, de un apar­

tamento termonautonomo y dotado de biservizi, se ofrece una habitacion

triletto, pide trabajo un joven militesente o militeassolto , se hace pubi ici·

dad de monolocali, y hasta un benestante solicita relaciones con una nulla­

tenente.El espanol esta muy lejos de sentir una inciinacion compositiva

tan intensa; en compensaci6n, esquemas derivativos tan tfpicos como el

de luna lunera cascabelera, por ejemplo, resultarian mas bien inusuales

en ital iano.

E. 2. En otro orden de cosas, diremos que el italiano parece mostrar, en

algunos campos Iéx icos, un mayor Indice de poi isemia que el espanol. Un

mismo nucleo puede cubrir una gran cantidad de funciones y significados

gracias a las diversas orientaciones que le proporcionan determinadas par­

ticulas o modos constructivos. Ocurre esto, sobre todo, en el campo ver­

bai, donde quizas el ejemplo mas representativo en este sentido sea el ver·

bo fare, presente en numerosas locuciones de variadisimos significaclos (fa­re la pelle a uno = eliminar a alguien; farsi la barba = afeitarse; far le carte

= barajar y repartir las cartas; fare la fame = pasar hambre; etc.).

Mediante la adici6n de determinaclas partfculas, un mismo verbo

puecle aclquirir notables y variaclos cambios significativos (en mayor mecli­

da que el espanol), aspecto éste en el que el italiano, curiosamente, se acer­

ca a una lengua como el inglés. Piénsese, por ejemplo, en las serie mettere(ponerl :-mettere su (instalar) -mettere sotto (atropellar) -mettere sotto­

sopra (desordenar, revolver) o piénsese, asimismo, en variaciones seman-

217

ticas (que tantos quebraderos de cabeza causan a 105 traductores inexper­

tos) del tipo tenere/tenerci, dormire/dormirci sopra, prendere/prendersela,

squagliare/squagliarsela, avere/avercela, etc.

G.3. Otra importante caracterlstica diferenciadora en el sector léxico es

que el ital iano de hoy muestra una tolerancia mucho mayor que el espanol

en cuanto a Ia aceptacion de términos extranjeros, que ademas mantiene

en su forma gl'Mica y fonética originaI. El fenomeno es particularmente im­

portante en el sector de los angl icismos. En comparacion con el espanol,

mientras se da el caso curioso de italianizacion de sectores terminol6gicos

que en espanol son aun pienamente anglosajones (estamos pensando, con­

cretamente, en el léxico de algunos deportes), en otros aspectos la capaci­

dad de aceptacion de vocablos extranjeros es asombrosa, hasta el punto de

que importantes y prestigiosos diccionarios (p. ej. el Dizionario della lin­

gua italiana de G. Devoto y G. C. Oli) se toman el trabajo de incorporarlos

a su caudal léxico. Algunos ejemplos: un remonte de esqui es un ski-lift,

una pellcula es un film, 105 pantalones vaqueros son 105 blue-jeans, un ca­

lentador de agua es un boiler, una azafata es una hostess, y en algunos pe­

riodicos se puede leer que alguien ha muerto por una overdose de droga.

Estos términos, ademas, no son en generai privativos de grupos reducidos,

sino que muestran una ampi ia permeabil idad soci al.

Conclusi6n.

Estas son, a nuestro entender, algunas de las caracterlsticas mas sig­

nificativas en orden a la diferenciacion de las dos lenguas. Pasar ahora del

plano descriptivo al valorativo serra una operacion faci!, pero continua­

mente insidiada por el riesgo de caer en las simpl ificaciones que censuraba­

mos al principio. Ver la Iibertad como desorden, el orden como rigidez, la

capacidad de slntesis como pobreza, la retorica como superficial idad va­

cua, la complej idad como compi icacion, seria una perspectiva absurda de

la que debemos librarnos. Son, el espailol y el italiano, dos lenguas con re­

cusos propios y caracterlsticos, con sus modulos respectivos decantados

por el uso y la labor literaria, con sus propios sistemas de equilibrio. Si han

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servido y sirven perfectamente como instrumento de comunicacioll para

millones de personas, si han podido seI' utilizadas para crear dos espléndi­

das literaturas, sobra todo criterio discriminatorio basado en la belleza y la

bondad, y nos basta el de la eficaciéil comunicativa y artistica: y efica­

ces, ambas lenguas han demostrado sobrildamente serio.

NOTA. - La primera versi6n de este trabajo se publico en Estudios de lellguay literatura ita/iallas, Universidad de Oviedo, 1980, pp. 23-47.

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TITULOS PUBLICADOS

1. LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA EN EL SIGLO XVIII. ESTUDIOSSOBRE LA PRIMERA REFORMA UNIVERSITARIA MODERNA.Francisco Aguilar Pifial. (Agotado)

2. EL PENSAMIENTO FILOSOFICO DE GINER.José Villalobos. (Agotado)

3. LAS PROCLAMAS REALISTAS DE 1822.José M. Rodrfguez Gordillo. (Agotado)

4. EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN EL CERRO SALOMON.RIOTINTO. HUELVA.A. Bianco, J.M. Luzon y D. Ruiz. (Agotado)

5. LA CONSPIRACION DEL TRIANGULO.Maria del Pilar R. Rodrfguez. (Agotado)

6. HISTORIA DEL REAL COLEGIO DE ESTUDIOS MAYORES DE LAPURISIMA CONCEPCION DE CABRA. 1679-1847.M.a Soledad Rubio Sanchez. (Agotado)

7. GUIA DEL ARCHIVO HISTORICO UNIVERSITARIO.Julia Ysasi-Ysasmendi y Julia Herraez Sanchez de Escaricha. (Agotado)

8. ESTUDIOS SOBRE EL MUNDO HELENISTICO.Aisina Clota, Bianco Freijeiro, Blazquez Martinez, Diaz Tejera,Fernandez Galiano y Gil Fernandez. (Agotado)

9. LA ESTILISTICA DE DAMASO ALONSO.Valerio Baéz San José. (Agotado)

10. EL MAL EN EL PENSAMIENTO PLATONICO.José L. Lopez Lopez. (Agotado)

11. ENCRUCIJADA DE LO POLITICO Y LO HUMANO (UN MOMENTOHISTORICO DE GRECIA).Alberto Diaz Tejera. (Agotado)

12. NOTAS SOBRE LA ESPIRITUALIDAD ESPANOLA DE LOS SIGLOSDE ORO.Francisco Lopez Estrada. (Agotado)

13. LASCONSPIRACIONES L1BERALES EN FRANCIA: 1815-1823.Rafael Sanchez Mantero. (Agotado)

14. AL-ANDALUS EN EL "MU' YAM AL-BUL-DAN" DE YAOUT.(Terminologia geogrélfico-administrativa e historia poi itico-clIltural deAI-Andalus en el "Mu'Yam AI-Buldan" de Yaqut). (3. a edicion).

Gamal'Abd AI-Karim. (Agotado)

15. MiSCELLANEA WISIGOTHICA.loanneis Gil. (Agotado)

16. LA ARCADIA DE SANNAZARO EN ESPANA.Rogelio Reyes Cano. (Agotado)

17. ESTUDIOS SOBRE LA SEVILLA L1BERAL. 1812-1814.José M. Cuenca Toribio. (Agotado)

18. CIUDADES EN AZORIN.Vidal Lam iquiz y Departamento. (Agotado)

19. LOS BALBOS DE CADIZ.Juan Francisco Rodriguez Neila. (Agotado)

20. ISLA MINIMA. ASPECTOS GEOGRAFICO-AGRARIOS DELAR ROZAL SEVI LLANO.Fiorendo Zoido Naranjo. (Agotado)

21. HISTORIA ARABVM.Rodrigo Jiménez de Rada. Introdllcci6n, edicion critica, notas e indicesde José Lozano L6pez. (Agotado)

22. LaS CORRALES DE VECINOS DE SEVILLA.Francisco Morales Padron. (Agotado)

23. EL AROUITECTO ANDALUZ HERNAN RUIZ Il.Antonio de la Banda y Vargas. (Agotado)

24. ESTUDIOS SOBRE FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.Varios Autores. (Agotado)

25. UN BARRIO DE SEVILLA: EL CERRO DEL AGUILA.Luis Lobo Manzano. (Agotado)

26. LA PROVINCIA ROMANA DEL ASIA SEGUN LA EPIGRAFIAGRIEGA.Manllel A. Rabanal. (Agotado)

27. EL CAIRO DE MAHMUD TAYMUR. PERSONAJES L1TERARIOS.Eugenia Galvez Vazquez. (Agotado)

28. LA REPOBLACION DE LA ZONA DE SEVILLA DURANTE ELSIGLOXIV. ESTUDIO Y DOCUMENTACION.Manuel Gonzalez Jiménez. (Agotado)

29. FUNCIONAMIENTO LINGUISTICO DE LOS ELEMENTOS DERELACION.Pedro Carbonero Cano. (Agotado)

30. LA COLECCION DIPLOMATICA DE SANTA CLARA DE MOGUER.1280-1483.Maria ASllncion Vilaplana.

31. EPISTOLARIO DE SAN BRAULIO.Introdllcdon, edicion critica y traducci6n por Luis Riesco Terrero.(Agotado)

32. ASTURIA PRERROMANA Y ALTOIMPERIAL.F. Javier Lomas Salmonte. (Agotado)

33. CATALOGO DE DOCUMENTOS CONTENIDOS EN LaS L1BROSDEL CABILDO DEL CONSEJO DE SEVILLA.M.a Josefa Sanz Fuentes y M.a Isabel Sim6 Rodriguez. (Agotado)

34. SEIS LECCIONES EN TORNO AL HOMBRE.Alberto Diaz Tejera.

35. EL SURREALISMO EN LA POESIA DE LUIS CERNUDA.José M. Capote. (Agotado)

36. LOS MONASTERIOS DE JERONIMAS EN ANDALUCIA.Concepci6n Hernandez-Diaz Tapia.

37. OSUNA DE POMPEYO A CESAR. (EXCAVACIONES EN LAMURALLA REPUBLICANA).

Ram6n Corzo Sanchez.

38. LA ORDEN DE CALATRAVA EN EL S. XV. (LOS SENORIOSCASTELLANOS DE LA ORDEN AL FIN DE LA EDAD MEDIA).Emma Soiano.

39. SER Y ESTAR. ORIGENES DE SUS FUNCIONES EN EL CANTARDEL MIO CIO.José M.a Saussol.

40. IDEAS L1NGUISTICAS Y L1TERARIAS DEL DOCTOR HUARTE DESAN JUAN.Esteban Torre. (Agotado)

41. LA BUSQUEDA DEL SENTIDO EN EL PENSAMIENTO DE PAUL

RICOEUR.Mariano Pefialver Simo.

42. REGESTO DE DOCUMENTOS DEL ARCHIVO DE PROTOCOLOSDE SEVILLA REFERENTES A JUDIOS Y MOROS.1<laus Wagner. (Agotado)

43. ASOCIACIONES POPULARES EN HISPANIA ROMANA.José M.a Santero Santurino. (Agotado)

44. LAS TUMBAS FENICIAS Y PUNICAS DEL MEDITERRANEOOCCIDENTAL (ESTUDIO TIPOLOGICO).Antonio Tejera Gaspar.

45. EL PINTOR EDUARDO CANO DE LA PENA.Gerardo Pérez Calero.

46. DEIXIS ESPACIAL Y TEMPORAL EN EL SISTEMA LINGUISTICO.Pedro Carbonero Cano.

47. LEXICO-GENESIS EN ESPANOL: LOS MORFEMAS FACULTATIVOS.Manuel Alvarez Garda.

48. REVOLUCIONARIOS, REFORMISTAS Y REACCIONARIOS.(APROXIMACION A UN ESTUDIO DE LA GENERACION DE1868).José Luis Millan-Chivite. (Agotado)

49. REGESTO DOCUMENTAL SOBRE LA ESCLAVITUD SEVILLANA.(1453-1513).Alfonso Franco Silva.

50. ENGLlSH L1TERATURE ANO THE WORI<ING CLASS.Francisco Garda Tortosa.

51. LO PLATONICO EN EL SIGLO V p.C.: PROCLO.Enrique Angel Ramos Jurado.

52. LA PINTURA ROMANA EN ESPANA. (Dos tomos)Lorenzo Abad. (En prensa)

53. LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS Y LAS RELACIONES FRANCO­ESPANOLAS.Rafael Sanchez Mantero.

54. SEIS LECCIONES SOBRE LA ESPANA DE LOS SIGLOS DE ORO.HOMENAJE A MARCEL BATAILLON.Edici6n al cuidado de P.M. Pifiero y Rogelio Reyes. (Agotado)

55. EL PERFECTO RADICAL LATINO.JuliÉIIl Gonzalez Fernandez.

56. EL POSESIVO EN ESPANOL.Alberto Costa Olid.

57. CONTRIBUCION ETNOGRAFICA DEL ARCHIVO DE PROTOCOLOS.BI anca Morell Peguero.

58. ROTA·FELLINI.Carlos Col6n.

59. SOCIOLINGUISTICA ANDALUZA.Pedro Carbonera y otras.

60. CAMBIOS SEMANTICOS EN EL LEXICO VITIVINICOLA DE JEREZ.Joaqu in M. Casas G6mez y Lynda C. Smith.

61. CIENCIA Y METAFISICA EN EL J<ANT PRECRITICO.Juan Arana.

62. TECNICAS DE MODIFICACION DE CONDUCTA. APLICACIONESA LA PSICOPATOLOGIA INFANTO-JUVENIL Y EDUCACIONESPECIAL.Jaime Rodrfguez Sacristan, Jer6nimo Parraga Pérez.

63. MARTIN DE MONTESDOCA Y SU PRENSA.J<laus Wagner.

64. SER Y VERDAD EN AGUSTIN DE HIPONA.José Villalobos.

65. SEVILLA Y AMERICA.Pierre Chaunu. (Traduc. Rafael Sanchez Mantera).

66. EL PABELLON ESPANOL EN LA EXPOSICION INTERNACIONALDE PARIS EN 1937.Fernando Martin.

67. EL PENSAMIENTO EDUCATIVO DE GINER DE LOS RIOS.M.a Nieves G6mez Garcfa.

68. NATURALEZA Y FINALIDAD EN ARISTOTELES.Ram6n Queralt6.

69. SENECA EL VIEJO. VIDA Y OBRA.Pilar Le6n Alonso.

70. ANTROPOLOGIA FILOSOFICA DE MIGUEL DE UNAMUNO.Avelina Cecilia Lafuente.

71. ACTO Y SUSTANCIA EN SANTO TOMAS DE AQUINO.Javier Hernandez Pacheco. (En prensa)

72. LA ESTRUCTURA DE ABADDON EL EXTERMINADOR.Trinidad Barrera.

73. TEORIA Y PRACTICA DEL CUENTO EN CORTAZAR.M.a del Carmen Mora.

74. ITALIANO Y ESPANOL. ESTUDIOS L1NGUISTICOS.Manuel Carrera y otros.

75. SOCIOLINGUISTICA ANDALUZA. 2.M. Angel de Pineda.

76. EL CONVENTO DE SAN JOSE DEL CARMEN DE SEVILLA. LASTERESAS.M.a Luisa Cano Navas. (En prensa)

OTRAS PUBUCACIONES

RESENA HISTORICA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA.Publicaci6n facsimil de la edici6n de Antonio Martin Villa, del ano 1886.

EL TUMBO DE LOS REYES CATOLICOS DEL CONSEJODE SEVILLA.Edic. dirigida por R. Carande y J.M. Carriazo.I. Anos 1474-1477. Sevilla, 1968.II. Anos 1477-1479. Sevilla, 1968.III. Anos 1479-1485. Sevilla, 1968.IV. Anos 1485-1489. Sevilla, 1968.V. Anos 1489-1492. Sevilla, 1971.

CATALOGO DE INCUNABLES DE LA BIBLIOTECAUNIVERSITARIA.J. Tamayo y Francisco y Julia Isasi-Ysasmendi.

SUPLEMENTO.Varios autores.

POSTILLAE IN VETUS ET NOVUM TESTAMENTUM DE NICOLASDE LYRA.Edicion de Teresa Laguna Pau!.

LAS FORTIFICACIONES DE GIBRALTAR EN 1627.José A. Calderon Quijano.

HOMENAJE AL PROFESOR CARRIAZO.Tomo I: En la frontera de Granada. (Agotado)Tomo Il.Tomo III.Varios Autores.

EL PENSAMIENTO FILOSOFICO-POLITICO DE BARTOLOME DELAS CASAS.Ramon Queralto.

CATALOGO DE LA SECCION 16.a.Archivo Municipal de Sevilla. T. I.: 1280-1515.A. Collantes de Terim.

SEIS SEMBLANZAS DE HISTORIADORES ESPANOLES.Luis G. de Valdeavellano.

ANTOLOGIA BILINGUE: WORDSWORTH, COLERIDGE, SHELLEYY I<EATS.Departamento de Literatura Inglesa.

HISTORIOGRAFIA ROMANTICA ESPANOLA.Manuel Moreno Alonso.

LA REVOLUCION FRANCESA EN LA HISTORIOGRAFIAESPANOLA DEL SIGLO XIX.Manuel Moreno Alonso. (Agotado)

DIEZMO ECLESIASTICO Y PRODUCCION DE CEREALES EN ELREINO DE SEVILLA.M.A. Ladero Quesada y M. Gonzalez Jiménez.

HOMENAJE AL DR. MURO OREJON.Tomo I. Varios Autores.Tomo Il: Estudio Generai del Nuevo Codigo de las leyes de Indias.

A. Muro Orejon.

LA ADMINISTRACION ESPANOLA EN EL SIGLO XIXPUERTORRIQUENO.Jesus Lalinde Abadia.

HOMENAJE AL PROFESOR HERNANDEZ DIAZ.

Tomo I.Varios Auto l'es.

GRUPO ESPANOL DE TRABAJO DEL CUATERNARIO. 5.a Reunion.H. Verstappen, V.M.a Rosello, E. Vallespi y otros.

JAMES JOYCE. ACTAS/PROCEEDINGS.Departamento de Literatura Inglesa.

SUBJETIVIDAD Y REFLEXION. TRES ESTUDIOS DEANTROPOLOGIA FUNDAMENTAL.Javier Hernandez Pacheco.

LA GUITARRA EN LA HISTORIA.M.a Isabel Osuna. (En Prensa)