CUERPOS OBLICUOSANVERSO — REVERSO

JOSÉ VIVENESPINTURAS

Cuerpos Oblicuos. Pinturas de José VivenesAnversos y reversos de una imagen a contratiempo

Si pudiéramos, en los albores del siglo XXI, visualizar algunos lineamientos con la intención de trazar una breve historia de la pintura reciente, encontraríamos que tal vez su momento más crítico es con precisión el que se ha desarrollado en este período, cuando la representación de la figura humana y de todo lo que nos rodea cabalga sobre las inestabilidades efímeras de una polución mediática inabarcable. En este territorio espectral donde la autonomía digital del yo reconstruye sobre el sí mismo un copioso paquete de perfiles, la fotografía en todas sus modalidades, pero en especial dentro de los campos que amplían su uso mediante la telefonía móvil y las redes sociales, es uno de los principales gestores de este ampuloso paradigma de figuras y reinvenciones que inundan el imaginario contemporáneo.

¿Pero dónde queda el gesto de la pintura dentro de este movimiento que también hace eco en las preferencias metodológicas de la mayoría de los creadores? Es esta tal vez una de las preguntas que con mayor frecuencia se hacen, incluso, los propios pintores. Sin embargo, en ese extraño borde entre el anverso y el reverso de las grandes cargas iconográficas de la actualidad, la pintura ha comenzado a construir y revelar sus propias dinámicas, enlazando su técnica, su historia y su desempeño por entre caminos que se desvían y descienden hacia una traducción crítica de sus más esenciales protocolos, anclándose y desprendiéndose desde el diálogo con sus propias habilidades hacia las variables inciertas del contexto. José Vivenes es un pintor venezolano que ya completa un valioso cuerpo de trabajo en torno a las diversas consideraciones de lo pictórico como estrategia de la representación en la actualidad. Ha sido el cuerpo y los reveses de lo humano en los distintos episodios de la vida social y política de su entorno, uno de los principales campos de batalla mediante el cual ha logrado manifestar los pulsos de un ejercicio constante en el que plantea vibrantes líneas de aproximación y cuestionamiento, entretejiendo una expresividad inédita donde la tachadura, el espacio vacío, la sobreexposición y la ausencia se levantan desde la reveladora maculatura de cada uno de sus proyectos, actividad creadora con la que propicia la manifestación de atmósferas con una gran fuerza poética. De esta manera la obra de Vivenes ha evolucionado a medida que se despliegan sus lecturas sobre el afuera, formalmente decidido a convertir a la pintura en un campo abierto de discusión teórica y de movilización intangible de la conciencia. En su propuesta más reciente ha decidido dejar a un lado las preocupaciones tradicionales de lo pictórico frente a la voluptuosa

OradorEn el mismo discurso

Justo dando un discurso Lo retórico del discurso

cadena de la representación fotográfica, para entronizar inquietantes preguntas que se desplazan más allá de los orígenes de una imagen en particular; en este caso, el pintor se sumerge en la veracidad propia del ícono, navegando a través del soterrado mundo que nos sobrepasa día a día. Imágenes de prensa, fotografías que se han convertido en documentos trascendentales para la sociedad junto a grandes retratos de obras capitales para la historia de la humanidad, serán el campo de acción donde el artista se introduce, no solo para hacer surgir el cuestionamiento de lo pictórico, sino también para poner en juego la realidad de aquello que hemos decidido sea lo que nos representa.

En diversas series profundiza estos recorridos. Retrato del retrato, imagen de la imagen, gesto del gesto, su trabajo actual plantea un traslado desde testimonios cruciales realizados por fotógrafos como Steve Mc Curry o los venezolanos Luis Brito, Nelson Garrido y Carlos Germán Rojas, junto a imágenes de sucesos en la prensa nacional o fotografías de obras pertenecien-tes a pintores como Leonardo da Vinci, Théodore Géricault, Arturo Michelena y Caravaggio, entre muchos otros. Sin embargo, la captura pictórica del artista sobre estos referentes no está en ningún caso anclada a la reproducción solitaria o deshilvanada. En la acción de Vivenes la mano y la mirada se han transformado en un lente de aproximación y distancia, un inquieto caleidoscopio donde detalles, colores, perspectivas, intenciones y humanidades son editadas desde lo macro y lo micro, generando una transferencia de conjuntos cambiantes, una narrativa infiltrada de lugares soterrados que de alguna manera parecen hablar el mismo idioma. En esa dramaturgia sonora que trastoca el tiempo, el pintor disloca los límites de cada género (tanto de la fotografía como de la pintura), generando un contrapunto de ida y vuelta entre lo transitivo y lo perenne, entre lo efímero y lo trascendental, mecanismo con el que intenta evidenciar las fracturas de lo humano. Mediante esta aguda y punzante situación de doble direccionalidad, del mismo modo que refleja los difíciles tránsitos de esa historia común que resopla en los abismos de la Venezuela reciente, también apertura el nacimiento de preguntas taciturnas sobre quiénes somos y qué sostenemos desde las borrosas trayectorias de esa ficción tan real, o a la inversa: desde esa realidad tan engañosa en la que pululan los complejos vericuetos y las pálidas versiones de la vida contemporánea.

Lorena González I.

Canto, para ello tuviera que inventarse un arquetipo

Oblique Figures. José Vivenes PaintingsObverse and reverse of an offbeat image

if we could, at the dawn of the 21st century, envision some guidelines with the intent of drawing a brief history of recent painting, we would find that perhaps its most critical moment is precisely the one developed in this period, when the depiction of the human figure and everything that surrounds us, rides on the ephemeral instabilities of a vast pollution in the media. In this spectral territory in which the digital autonomy of the self rebuilds over its self in a generous bundle of profiles, photography in all its forms -but particularly within fields that extend its use with cell phones and social networks- is one of the main agents of this high-flown pompous paradigm of figures and reinventions that flood contemporary imagination.

But where goes the gesture of painting within this movement which echoes in the creators most methodological preferences as well? This is perhaps one of the most frequent questions asked by painters themselves. However, in that strange brink between the obverse and the reverse of today’s great iconographic loads, painting has begun to build and reveal its own dynamic, connecting their technique, history and performance between paths that divert and descend towards a critical translation of their more essential protocols, anchoring and detaching from the dialogue with their own abilities toward the uncertain variables of the background.

José Vivenes is a Venezuelan painter who has completed already a valuable frame of work around various considerations of painting as the depiction strategy of the present time. The body and human setbacks in different episodes of the social and political life of his environment have been one of the main battlefields which has managed to express the pulses of constant exercise in raises vibrant lines of approach and questioning are raised, interweaving an unprecedented expressiveness where eradication, empty spaces, overexposure and absence rise from the revealing waste on each of his projects, a creative activity that fosters the manifestation of atmospheres with a great poetic force.

In this manner Vivenes work has evolved through his readings of the outside world, formally decided to turn painting into an open field of theoretical discussion and intangible advancement of conscience. In his most recent proposal, he has decided to set aside traditional concerns of pictures against the voluptuous chain of photographic representation, to exalt disturbing questions that move beyond the origins of an image in particular; in this case, the painter is immersed in the own truthfulness of the icon, navigating through the underground world that we surpass every day. Images, photographs

that have become vital documents for society together with large portraits of major works for the history of humanity, will become the field of work where the artist will be inserted, not only to question painting, but to compromise that reality which we have decided that will represent us.

He has deepened these passages in numerous series. A portrait of the portrait, an image of the image, a gesture of the gesture, his current work proposes a transfer from crucial testimonies accomplished by photographers such as Steve Mc Curry or Venezuelans Luis Brito, Nelson Garrido and Carlos Germán Rojas, together with images of events in the national press or photographs of works belonging to painters such as Leonardo da Vinci, Théodore Géricault, Arturo Michelena and Caravaggio, among many others. However, the pictorial capture by the artist on these references is in no case anchored to a lonely or incoherent reproduction. In Vivenes work, hand and gaze have become a zoom lens, a restless kaleidoscope in which details, colors, perspectives, purposes and humans are edited from a large and short scale, producing a transfer of changing sets, a narrative permeated by underground places that somehow seem to speak the same language.

In this audio drama that disrupts time, the artist dislocates the limits of each gender (both photography and painting), creating a back and forth contrast between inheritance and permanence, between ephemeral and transcendent matters, a means by which he attempts to evidence human ruptures. Through this acute and stinging double-path circumstance, he reflects the difficult transit of that common history that chugs into the gulfs of Venezuela nowadays and opens the path to ask laconic questions about who we are and what we hold from the blurred roads of that fiction that is all too real, or vice versa: from that so misleading reality in which all complex twists and turns and pale versions of contemporary life swarm.

Lorena González I.

La idea del otro, tema no suficiente explorado

Otro bien real, tema no suficiente explorado

Plegarias bajo el discurso Letanía en un discurso

José Vivenes: Reflejo-Una mirada Víctor Guédez

La pintura ha sido sentenciada a muerte en muchos momentos históricos y por diferentes personas. Sin embargo, y de manera paradójica, esas condenas han incentivado la proliferación de sus posibilidades reafirmativas. Es así como en medio de los lenguajes objetuales que legitiman los referentes como códigos estéticos o de los estatutos conceptuales que privilegian las ideas y los procesos por encima de las resoluciones visibles, la pintura siempre ha convertido las limitaciones en espacios versátiles de presencia. Incluso, en medio de los más variados discursos objetualistas y conceptualistas se han perfilado manifestaciones heterodoxas y abiertas en donde también la pintura ha encontrado sus alternativas para entremezclarse y sus nichos para prolongarse. Ella no se ha arredrado en ninguna circunstancia y ha aprovechado cualquier rendija para asomar el aliento de su permanencia. Hasta se ha atrevido a ejercer su preponderancia al proclamar, en los años ochenta, la «pintura-pintura». Desde esa circunstancia hasta nuestros días se han mantenido las alternancias con otros énfasis estéticos, con lo cual se demuestra que en el arte no opera la noción de progreso en su acepción tecnológica, ya que la propuesta «A» no es superada por la «B», ni la propuesta «B» es superada por la «C» en una infinita línea de sucesión. En lugar de este tipo de evolución sustitutiva y eliminatoria, en el arte lo que prima es la diversificación de alternativas de una manera semejante a lo que sucede con las solapas de un abanico que muestra la amplitud de su apertura secuencial.Este preámbulo se repotencia cuando nos colocamos ante los recientes planteamientos de José Vivenes, y muy particularmente ante las obras que forman parte de esta exposición. Sin duda, el artista celebra la pintura a partir de la pintura y con la finalidad de subrayar la pintura. En el fondo lo que hace es afirmar, sin decir, que la pintura nunca muere porque siempre encuentra la opción de vivir de otra manera. Y la manera que encuentra resulta vitalizadora: él retoma figuras de los pintores del Renacimiento para replantear sus imágenes y para problematizar sus desafíos temperamentales y plásticos. Al revisitar y retomar los datos icónicos de pinturas pretéritas intenta mirar a través de otros, pero también asume el reto de vivenciar la existencia del otro y de experimentar sus particulares sensaciones. El otro no es otro en cuanto otro no yo, sino es otro en cuanto otro, es decir, en cuanto alguien que tiene una historia singular. Pues bien, cuando Vivenes se coloca en el otro es muy probable que, además de proyectarse en ese otro, reivindique a ese otro en tanto distinto a él. Por esta razón, pensamos que estamos en presencia de una propuesta de intensa vivencia psicoemocional. No se trata de recordar las obras de Velásquez, Leonardo o Caravaggio, lo importante es vivir lo que ellos vivieron al ver realidades humanas y sociales que se repiten en nuestros días y se acentúan en los contextos

Alegoría al discurso

actuales. Sin duda, estamos en presencia de un pintor sensible a los acontecimien-tos y propositivo en sus angustias. En este sentido, no deja de ser interesante que él rescate a personajes de pintores del Renacimiento porque fue en ese marco donde la fuerza de lo humano se hizo más hegemónica en las inquietudes artísticas. Con esto, quizá pretenda establecer un paralelismo con nuestro tiempo para reclamar la obligación de replantearnos el problema del ser humano. Es así como se aprecia que, en cada una de sus obras, recupera la energía expresiva y comunicativa de los personajes. Ellos se cargan de su temperatura emocional pero también deslizan el mensaje de ideas. No se trata de una cita textual de las obras que le sirven de referencia, por el contrario, es una alusión envuelta en las angustias renovadas y redimensionadas, así como de reinterpretaciones que trascienden la imagen primigenia. Así logra que el campo visual se solvente de manera inesperada y sorpresiva. El toque de asombro siempre está presente en cada resolución, con lo cual las posibilidades enigmáticas se hacen supremas. Las obras de Vivenes, en efecto, parecen querer legitimar la sentencia de Benjamín: «Nunca se habrá comprendido una obra de arte, si no es expuesta inexorablemente como un misterio». Inspirado en esta acepción, el artista logra que sus personajes, al hacer visible una expresión y un misterio, también convoquen la revelación de un desafío existencial. Al dar nueva vida y nuevo espacio a los personajes, Vivenes, favorece una inédita oportunidad de vivencia de la cual no puede escapar el espectador. Desde esta interpretación, podemos sostener que sus imágenes no buscan el énfasis de un realismo alusivo o anecdótico, más bien ponen el acento en el misterio de lo humano y en la problematización psicológica y social de sus angustias. A partir de lo expuesto, incluso podríamos ir más allá al advertir la presencia de una inquietud por la «intemporalidad». Con esto queremos decir que las obras trascienden a su historia y a la propia historia porque no solo mantienen su renovada presencia visual, sino porque igualmente pueden encontrar nuevas condiciones para recordar las denuncias de los contextos donde se produjeron. Ciertamente, las obras de Vivenes nos hablan de obras anteriores y de personajes de otra época, es decir, tienen antecedentes. Pero ellas igualmente encarnan derivaciones y revisiones prospectivas porque siempre pueden denunciar el presente y también el porvenir. En este contexto, entendemos mejor el alcance de su estatuto estético: él pretende que en cada una de sus realizaciones palpite otra obra que, a su vez, le abra el paso a una vida prolongada en el tiempo y renovada en su carga vivencial. El resultado deviene sin duda en algo potente, en tanto que logra que sus imágenes estén en tensión consigo mismas y con la realidad que les sirve de escenario.Para enfatizar esos significados, el artista hace uso de recursos plásticos interesantes. En algunos casos recurre a puntos que se alinean con una cierta simetría que, al final, generan la ambivalencia de los planos espaciales de la pintura y afectan las sensaciones perceptivas. Lejos de desplazar o solapar a las imágenes, estos recursos lo que hacen es afianzar sus presencias: en el fondo se mantienen y desde el fondo recalcan sus fuerzas expresivas. En otros casos,

en lugar de puntos desagregados, Vivenes procede a generar retículas que, a manera de rejas, problematizan el espacio plástico, al tiempo que rescatan la densidad misteriosa y dramática de los personajes. De este juego de metáforas visuales emerge adicionalmente el sentido de una nueva anfibología entre lo abstracto y lo figurativo de las resoluciones. Esta ambivalencia se une a las ya producidas entre lo original y lo derivado, o entre lo expresivo y lo comunicativo, o entre lo plástico y lo conceptual, o entre lo grotesco y lo afable. Sin duda, estas son pautas para otras lecturas de una obra que se abre paso a partir del valiente uso de los medios expresivos más convencionales pero al mismo tiempo más desafiantes: las imágenes, los colores y los trazos en el espacio bidimensional.

Un grito mueca

Justo un discursoLa cara del discurso

José Vivenes: Reflection- A view Víctor Guédez

Painting has received a death sentence in many historic moments and by different people. However, and paradoxically, these convictions have fostered their acquiescent possibilities. Hence, surrounded by languages which legitimate them as esthetic codes of conceptual standards which should favor ideas and processes over visible resolutions, painting has always transformed limitations into versatile spaces of presence. Moreover, in the middle of the most varied objetualist and concep-tualist speeches some heterodox and open manifestations have emerged, in which painting has found its alternatives to merge and its niches to prolong itself. It did not deter in any circumstance and has seized advantage of any fissure to show the breath of its permanence. It has even dared to exercise predominance by proclaiming, during the 80´s the «painting-painting.» From this circumstance to these days, alternations with other esthetic emphases have been maintained, showing there is no notion of progress, technologically speaking in art, since proposal «A» is not surpassed by proposal «B», and proposal «B» shall not be surpassed by proposal «C» in an unlimited line of succession. Instead of this substitutive and eliminating evolution, the diversification of choices is preponderant in art just as what takes place with the slats of a hand-held fan which shows the breadth of its sequential opening.This preamble is strengthened when we place ourselves before the recent statements of José Vivenes, and more specifically before the pieces which form part of this exhibition. Undoubtedly, the artist celebrates painting from painting aiming at high-lighting painting. At the end, he is reaffirming, without words that painting never dies for it always finds the option to live in another manner. And the way it finds is a vitalizing one: he takes back the Renaissance figures to rethink its images and to transform its temperamental and plastic challenges into issues. When revising and retaking the iconic data of past paintings, he intends to look through the eyes of others, but he also takes the challenge of living though the other´s existence and to experience their particular sensations. The other is not another while the other is not myself, rather he is another as another self; that is: as long as that someone has a unique story. Well, when Vivenes places himself in the other´s position, besides projecting himself in that other person, he would most probably claim from that other person someone different than him. Therefore, we think we are before a proposal with an intense psycho-emotional experience. It is not a matter of remembering the works of Velasquez, Leonardo or Caravaggio; the important issue here is to live what they have lived when seeing human and social realities, which are repeated nowadays, in more profound contexts. Undoubtedly, we are in the presence of a painter sensible to the events and who proposes vis-à-vis his anxieties. In this sense, it is still interesting that he rescues some figures from Renaissance paintings, since it was within this framework where the artistic restlessness of the human force became inwardly predominant. With this, he might pretend to establish a parallelism with our time so claiming the obligation to

reconsider the problem of human beings. Hence it is so that in each of his works he recovers the expressive and loquacious energy of the characters. They are filled with his emotional temper, and they also slip ideas into the message. It is not a matter of quoting the works which serve as reference, on the contrary, a reference surrounded by renewed and reshaped anxieties, as well as reinterpretations which go beyond that transcendental image. That is how he succeeds clearing the visual field in an unexpected and surprising manner. The surprise touch is always there in every resolution, and all enigmatic possibilities have an outmost relevance. Vivenes´ works seem to seek to legitimize indeed Benjamin´s sentence: «A work of art would have never been understood, if it had not been inexorably exhibited as a mystery». Inspired by this thesis, the artist successfully makes his characters to reveal an existential challenge, by making visible an expression and a mystery. When giving his characters a new life and a new space, Vivenes favors a new opportunity of experimenting which the viewer cannot escape from. From this interpretation, we can affirm that his images do not seek to emphasize allusive or anecdotic realism; instead, they make emphasis on human mystery and psychological and social problems of his anxieties.From all that has been previously stated, we could even go further when we warn about the presence of a concern over «timelessness». By this, we would like to say that the works go beyond their story and the story itself, since they do not only maintain its renewed visual presence, but new settings can be found to recall all the claims within the contexts they took place. Undoubtedly, Vivenes´ works talk about prior works and characters from another time: they have a background. However they embody prospective derivations and reviews, for they can always denounce the present and the future as well. Within this context, we understand the best scope of his esthetic rule: he aims that in each of his works of art other forms of art vibrate, which in turn, open the path to a prolonged life in time, renewing the load of experiences. The result transforms into powerful images that evoke stress among themselves and among the realities which serve as background. To underline these meanings, the artist utilizes interesting art resources. In some cases he uses dots which align with some symmetry that, at the end, produce an ambivalence of spatial planes of painting which affect sense perception. Far from displacing or overlapping images, these resources restate their presence: they maintain at the very bottom and from that extremity they reaffirm their forces of expression. In other cases, instead of disaggregating dots, Vivenes forms grids which, like fences, transform art plastic space into an issue while rescuing the mysterious and dramatic density of characters. From this game of visual metaphors the sense of a new ambiguity between abstract and figurative resolutions emerges. This ambivalence merges those produced between original and derived, expressive and communicative, plastic and conceptual, or between grotesque and affable issues. Undoubtedly, these are guidelines for other readings of a work which open the way from the brave use of the most conventional expressive media, but that at the same time the most challenging means: images and traces in a two-dimensional space.

Espejo de otroUn Baco

Mutación de otro

JOSÉ VIVENES

Lo pictórico reflexivo de la pintura y su espacio experimental como proceso constante, es un principio asumido por José Vivenes, quien nace en la ciudad de Maturín en 1977. En sus primeros trabajos despierta un profundo interés por el retrato y la figura humana, sosteniéndola como bastión de taller, donde se observa lo gestual del trazo, lo expresivo del color y la prevalencia del dibujo como esqueleto de sus aproximaciones. El interés por seguir profundizando en sus investigaciones, lo lleva a trasladarse a Caracas desplegando una serie de propuestas donde la nostalgia se hace presente sobre el soporte. A partir de este momento, toma un especial interés por la memoria, el recuerdo del objeto encontrado y las pertenencias/ausencias del entorno geográfico.

Entre 1998 y 2004 completa la Licenciatura en Artes, Mención Pintura en el Instituto de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón donde se gradúa con Mención Honorífica.

Vivenes asume la pintura como medio de comunicación, no solo para expresarse sino para reflexionar sobre las circunstancias sociales por las que atraviesa su país, utili-zando recursos como la descontextualización, el ready-made, lo extra pictórico y la apropiación de imágenes, figuras y fotografías de medios impresos y digitales, aportando y ampliando su interés como investigador de una pintura que se pluraliza dentro y fuera del soporte.

Ha participado en múltiples colectivas, concretando hasta la fecha varias muestras individuales en diversos espacios de la capital y en instituciones como el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia y la Galería Braulio Salazar en la ciudad de Valencia. También ha sido merecedor de reconocimientos por su trabajo artístico como el Premio Mejor Obra en el V Salón Bienal de Jóvenes Valores de Oriente. Porlamar (1998); el Gran Premio del IX Salón Regional de Jóvenes Artistas Homenaje a «Luís Felipe Salazar» Barcelona, estado Anzoátegui (2003); el Premio «Mario Abreu» en el XXXIII Salón Nacional de Arte Aragua, Museo de Arte Contemporáneo de Maracay «Mario Abreu», estado Aragua (2008); y el Premio «Braulio Salazar» del 66 Salón «Arturo Michelena», Ateneo de Valencia, estado Carabobo (2012).

A comienzos de 2014 recibió la mención de honor en la edición del Premio Mendoza #12+1, por su pieza Basta de falsos héroes, controversial políptico realizado con pintura industrial y óleo sobre papel fotográfico.

Mirada a la pintura, naturaleza mítica del salvaje

JOSÉ VIVENES

The pictorial reflect of painting and its experimental space as a constant process is a principle assumed by José Vivenes who was born in the city of Maturín, Venezuela, in 1977. In his first works a profound interest for portrait and human figure is brought to him, keeping it as the center of his atelier, where he observed the gestures of trace, color expression and the prevalence of drawing as the framework of his approaches. His interest to continue elaborating on his research forces him to travel to Caracas creating a series of proposals in which longing is the principle. From that moment on, he becomes especially interested in memory, the remembrance of the object found and belongings/absences of the geographic setting.

He studies arts from 1998 to 2004 at the «Instituto de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón», where he obtains his Bachelor of Arts Diploma, major painting, and received an Honorable Mention Award.

Vivenes takes up painting as a means of communication not only to express himself, but to reflect on the social circumstances his country is undergoing at present, by using resources such as decontextualization, the ready-made, the extra-pictorial and the appropriation of images, figures, and photographs of print and digital media, contributing and expanding his interest as an investigator of a pluralized painting both inside and outside its principle.

He has participated in many joint exhibitions, realizing up to the present various individual samples in different spaces in the capital city and institutions such as the Contemporary Art Museum of the State of Zulia, and Braulio Salazar Gallery in the city of Valencia. He has also received different awards for his artistic work, such as the Award to the best work on V Salón Bienal de Jóvenes Valores de Oriente, Porlamar, (1998); the Great Award of the IX Salón Regional de Jóvenes Artistas Homenaje a «Luis Felipe Salazar», Barcelona, State of Anzoátegui (2003); the «Mario Abreu» Award, at the XXXIII Salón National de Arte Aragua, Museo de Arte Contemporáneo de Maracay «Mario Abreu», State of Aragua (2008) and the «Braulio Salazar» Award, of the 66th Salón «Arturo Michelena», Ateneo de Valencia, State of Carabobo (2012).

By the beginning of 2014 he was awarded the Honorable Mention on Premio Mendoza #12+1, for the piece No More False Heroes, a controversial polyptych made with industrial and oil paint on photographic paper.

Alegoría a la balsa de Bello Monte, historia de nuestra civilización

Letanía en un discurso2014 Acrílico, óleo sobre tela52 x 46 cm.

Un grito mueca2014Acrílico, óleo sobre tela52 x 47 cm.

Plegarias bajo el discurso2014Acrílico, óleo sobre tela51,5 x 45 cm.

Mutación de otro2014Acrílico, óleo sobre tela100 x 100 cm.

Justo dando un discurso2014Acrílico, óleo sobre tela53 x 45 cm.

Alegoría a la balsa de Bello Monte, historia de nuestra civilización2014Acrílico, pintura industrial, óleo sobre tela198 x 272 cm.

La idea del otro, tema no suficiente explorado2014Acrílico, óleo sobre tela150 x 140 cm.

Imagen de una idea, tema no suficiente explorado2014Acrílico, óleo sobre tela150 x 140 cm.

La cara del discurso2014Acrílico, óleo sobre tela52 x 47 cm.

Orador2014Acrílico, óleo sobre tela 52 x 44 cm.

Lo retórico del discursoAcrílico, óleo sobre tela58,5 x 51,5 cm.

Efectos bajo el discurso2014Acrílico, óleo sobre tela52 x 47 cm.

Encarnación de otro2014Acrílico, óleo sobre tela100 x 100 cm.

Un baco2014Acrílico, óleo sobre tela150 x 134 cm.

Lectura para mirar un Baco2014Acrílico, óleo sobre tela114 x 76 cm.

En el mismo discurso2014Acrílico, óleo sobre tela53 x 47 cm.

Alegoría a la balsa de Bello Monte, hito de la sociedad2014Acrílico, pintura industrial, óleo sobre tela225 x 225 cm.

Canto, para ello tuviera que inventarse un arquetipo2014Acrílico, pintura industrial, óleo sobre tela. 225 x 195 cm.

Otro bien real, tema no suficiente explorado2014Acrílico, óleo sobre tela150 x 140 cm.

Escuchando el discurso2014Acrílico, óleo sobre tela53 x 45 cm.

Lo oculto de una idea2014Acrílico, óleo sobre tela47 x 44 cm.

Alegoría al discursoAcrílico, óleo sobre tela59 x 50 cm.

Justo un discurso2014Acrílico, óleo sobre tela52 x 48 cm.

Espejo de otro2014Acrílico, óleo sobre tela100 x 100 cm.

De niño de Vallecas2014Acrílico, óleo sobre tela130 x 107 cm.

Mirada a la pintura, naturaleza mítica del salvaje 2014Acrílico, óleo sobre tela150 x 200 cm.

Lista de obras