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Cuentos Volumen II Por Edgar Allan Poe

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CuentosVolumenII

Por

EdgarAllanPoe

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LAQUINTADELANDOR

(PARAFORMARPAREJACON«LAPOSESIÓNDEARNHEIM»)

Duranteunaexcursiónapiequehiceelveranoúltimoporunoodosdeloscondados ribereños de Nueva York, me encontré, al declinar el día, algodesconcertadorespectoa la rutaaseguir.La tierraerahartoondulante,ymicamino,desdehacíaunahora,serpenteabayserpenteabatanintrincadoensuesfuerzopormantenersedentrodelosvalles,quenosabíayaenquédirecciónse enclavaba el lindo pueblo de B***, donde había yo decidido detenermeparapasarlanoche.Apenashabíabrilladoelsol—hablandoconpropiedad—duranteeldía,desagradablementecaluroso.Unanieblahumosa,parecidaaladel verano indio, envolvía todas las cosas y aumentaba, por supuesto, miincertidumbre. No es que me inquietase mucho el lance. Si no llegaba alpuebloantesdeponerseelsoloantesdeoscurecer,eramásqueposiblequeaparecieseprontounapequeñagranjaholandesa,oalgoporelestilo,aunque,en realidad, las cercanías (quizá por ser éstas más pintorescas que fértiles)estuvierandespobladasagrandestrechos.Enúltimocaso,conmimochilaporalmohadaymipodencodecentinela,vivaquearalairelibreeraprecisamentela cosa quemás podría divertirme. Vagué, por tanto, bien a mis anchas—confiando mi escopeta a Ponto—, hasta que al fin, cuando me dedicaba acomprobarsialgunode losnumerosospequeñosclarosqueseabríanaquíyallá eran efectivos senderos, uno de ellos me condujo a una indudablecarreterapública.Nocabíaequivocación.Sehacíandetodopuntovisibleslosrastros de unas ruedas ligeras, y aunque los altos arbustos y lamaleza, conexcesocrecida,seentrecruzaranenloalto,nohabíaobstáculoalgunoabajoniaunparaelpasodeunacarretadelasmontañasdeVirginia,elvehículomásambiciosoensuclasequeconozco.Sinembargo,aquellacarretera,exceptoenlo de estar abierta a través del bosque—si el de bosque no es un nombredemasiado importantepara tanescasa reunióndeárboles—yexceptoen lasseñalesevidentesde las rodadas,no teníaelmenorparecidoconningunadelas que había yo visto antes. Las rodadas de que hablo eran sólo apenasperceptibles,habiendosidomarcadassobreunasuperficiecompacta,aunquesuavemente mojada y más semejante al terciopelo verde de Génova que aninguna otra cosa. Era césped, sin duda, pero un césped como rara vez lovemos fuera de Inglaterra, tan corto, tan espeso, tan liso y de un color tanintenso.Niunsoloobstáculoexistíaenlarodada,nisiquierauntrozodeleñaounaramitaseca.Laspiedrasqueantesobstruíanlavíahabíansidocolocadasconcuidado—no tiradas—a lo largode las cunetas, comoparamarcar suslímites en la zanja con una especie de precisión totalmente pintoresca,semiexactaysemidescuidada.Ramosde floressilvestrescrecíanen libertad,

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conexuberanciaenlosespaciosintermedios.

Pormiparteignorabaquéinferirdetodoaquello,naturalmente.Habíaallíarte,sinduda,locualnomesorprendía,yaquetodaslascarreteras,ensentidoordinario, son obras de arte; no puedo decir que causaramucho asombro elsimple exceso de arte manifestado: cuanto parecía haber sido hecho aquí,podíahacerseconlos«recursos»naturales(comosediceenloslibrossobreelpaisajede jardinería),conmuypoco trabajoygasto.No;noera lacantidad,sino el carácter del arte lo que me impulsó a tomar asiento sobre una deaquellas piedras floridas, para contemplar por un lado y por otro, durantemedia hora o más, con pasmada admiración, aquella avenida de aspectomágico.Habíaalgoqueseibaevidenciandomejoramedidaqueyomiraba:unartista, y uno de los de ojos más delicados con respecto a la forma, habíadirigidotodosaquellosarreglos.Habíapuestoelmayoresmeroenconservarunjustomedioentrelaeleganciaylagraciaporunaparte,ylopintoresco,enel verdadero sentido del término italiano, por otra. Había allí pocas líneasrectas, e interrumpidas con frecuencia.Elmismoefectode curvaode coloraparecíahabitualmenteduplicado,aunqueraravez;masdesdecualquierpuntodevista,pordoquierasehallabalavariedadenlauniformidad.Eraunapiezade«composición»enlaqueelgustodelcríticomásdescontentadizohubieraindicadoapenasunaenmienda.

Alentrarenaquellacarreteratorcíaladerecha,yal levantarmecontinuéen lamisma dirección. El camino era tan sinuoso, que en ningúnmomentopude seguir su cursomás de dos o tres pasos hacia delante. Su carácter nosufríaningúncambiomaterial.

Ahora sonó gratamente en mis oídos un murmullo de agua, y pocosinstantes después, cuando torcía yo por la carretera más bruscamente queantes, divisé una especie de casa situada al pie de una suave pendienteenfrentito de mí. No podía ver nada con claridad a causa de la niebla queocupaba todo el pequeñovalle de abajo. Se levantó una leve brisa, empero,cuandoibaelsolaponerse,ymientrasyopermanecíaenpiesobrelacumbredelaladera,lanieblasedisipóenespiralesporgrados,yflotósobreelpaisaje.

Cuando éste se halló por entero ante mi vista —así, gradualmente, talcomolodescribo:trozoatrozo,aquíunárbol,allíunresplandordeaguaydenuevoalláelrematedeunachimenea—,nopudeimpedirmedeimaginarqueelconjuntoeraunadeesasingeniosasilusionesqueseexhibenconelnombrede«cuadrosdesvanecientes».

Entretanto, durante el rato quehabía tardado la niebla en desaparecer, elsolsehabíapuestodetrásdelassuavescolinas,ydesdeallí,comosihubierahechounligeropasodebalancéhaciaelsur,volvióamostrarsedellenoantemivista,refulgiendoconunbrillopurpúreoatravésdeunagrietaqueseabrió

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en el valle desde el oeste. Así, repentinamente —como al conjuro de unavaritamágica—,elvalleenteroycadacosaconélsehicieronbrillantementevisibles.

El propio coup d’œil, cuando el sol se deslizó en la posición que hedescrito,meimpresionómuchomásquecuando,deniño,asistíayoalaescenafinal de algún espectáculo teatral bien ideado, o algún melodrama. Nadafaltaba,nisiquieralamonstruosidaddelcolor,pueslaluzdelsolbrotabadelagrieta, toda teñida de naranja y de púrpura, mientras el intenso verde delcéspedenelvallesereflejabamásomenossobre todos losobjetosdesdelacortinadevaporqueseguíacerniéndoseenloalto,comosilecostasetrabajoabandonarendefinitivauncuadrotanencantadoramentebello.

El vallecillo, en el cual escudriñaba yo así por debajo de aquel dosel deniebla,noteníamásdecuatrocientasyardasdelargo,entantoquesuanchuravariaba de cincuenta a ciento cincuenta, o quizá hasta doscientas. Era másestrechoensuextremidadnorteyseensanchabaalavanzarhaciaelsur,perosinmucharegularidadexacta.Lapartemásampliaeradeunasnoventayardasenelextremosur.Lasladerasquecircundabanelvallenohubieranpodidoserllamadas con propiedad colinas, salvo por el lado norte. Allí se elevaba unrebordeescarpadodegranitoaunaalturadeunosnoventapies,ycomoyahedicho,noteníaelvalleenaquelpuntomásdecincuentapiesdeancho;pero,cuando el visitante avanzabadesde aquel riscohacia el sur, encontraba a suderecha y a su izquierda declives menos altos, menos abruptos, menosrocosos.Todo,enunapalabra,ibainclinándoseysuavizándosehaciaelsur,yaun así, el valle entero estaba rodeado de lomas más o menos elevadas,exceptoendospuntos.Yahehabladodeunodeellos.Sehallabamuyhaciaelnorte y el oeste, allí donde el sol poniente, comohedescrito antes, se abríacaminoenel anfiteatroa travésdeuna recortadagrietanatural abierta enelterrapléngranítico;estagrietatendríadiezyardasdeanchuraensupartemásamplia, hasta donde la mirada podía penetrar. Parecía ascender como unacalzada natural hacia los escondrijos de las montañas y de las selvasinexploradas.Laotra abertura estaba situadadirectamente en el extremo surdel valle.Allí las laderas no eran en generalmás que suaves inclinaciones,extendiéndose de este a oeste y en una extensión aproximada de cientocincuentayardas.Alamitaddeaquelespaciohabíaunadepresióncuyonivelera el ordinario del suelo del valle. En lo tocante a vegetación, así comorespectoalasdemáscosas,elpaisajedescendíaysesuavizabahaciaelsur.Alnorte, sobre el precipicio escabroso, a unos pasos del borde, se alzaban losmagníficos troncos de los nogales americanos, nogales negros y castaños,entremezclados con algunos robles, y las recias ramas laterales, proyectadasporlosnogalesprincipales,seextendíansobreelbordedelrisco.Avanzandohacia el sur, el explorador veía al principio lamisma clase de árboles, perocadavezmenoselevadosyconmenoscarácterdeSalvator;luegodivisabael

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olmoapacible,alquesucedíanelsasafrásyelcurbaril,ydespuéselsuavetilo,el ciclamor, la catalpa, el arce, seguidos de unas variedades cada vez másgraciosasymodestas.Todalasuperficiedelaladerasurestabacubiertasólodearbustossilvestres,salvoalgúnsauceplateadooalgúnálamoblanco.Enelfondodel vallemismo (pues debe recordarse que la vegetaciónmencionadahasta aquí crecía únicamente sobre las rocas o las laderas de las colinas) seveíantresárbolesaislados.Unoeraunolmodebuenaalturayexquisitaforma.Sealzabavigilandolapuertasurdelvalle.Otroeraunnogalamericanomuchomás grueso que el olmo, aunque los dos eranmuy hermosos: parecía estarencargadodecustodiarlaentradadelnoroeste,surgiendodeungrupoderocasenlapropiabocadelbarranco,proyectandosugraciosocuerpoenunángulodecasicuarentaycincogrados.Sinembargo,aunastreintayardasalestededichoárbolsealzabalagloriadelvalleysindisputaelárbolmásmagníficoquehabíayovistonunca,aexcepciónacasodeloscipresesdelItchiatuckanee.Era un tulípero de triple tronco—el LiriodendronTulipiferum—, del ordennaturaldelosmagnolios.Sustrestroncosseseparabandeltroncopadreatrespies, aproximadamente, del suelo, y apartándose de manera muy leve ygradualnoestabanespaciadosmásdecuatropiesenelpuntodondeeltroncomásanchoseextendíaenfollaje,esdecir,aunaalturacomodeochentapies.La altura total del tronco principal era de ciento veinte pies. Nada puedesuperarenbellezalaformayelcolorverdelustroso,intenso,delashojasdeltulípero.Enelcasopresentetendríanesashojassusbuenasochopulgadasdeancho,perosugloriaquedabaeclipsadaenabsolutoporelfastuosoesplendorde la profusa floración. ¡Figuraos, en tupido ramillete, un millón de losmayoresymásresplandecientestulipanes!Sóloasípodráellectorhacerseunaideadelcuadroquequisieradescribirle.Yañádaseaellolagraciafirmedelospuros y finamente veteados troncos como columnas, el más grueso de loscuales tenía cuatropies dediámetro, a veinte de la tierra.Los innumerablesramosde flores,mezclándose con losdeotros árboles apenasmenosbellos,aunque muchísimo menos majestuosos, llenaban el valle de aromas másexquisitosquelosperfumesdeArabia.

Elsuelogeneraldelanfiteatroeradecésped,delamismaclasequeelquehabíayoencontradoenlacarretera,ysiacaso,demásdeliciosasuavidadaún,másespeso,aterciopeladoymilagrosamenteverde.Eradifícilconcebircómosehabíapodidoalcanzartodaaquellabelleza.

Hehabladoyadedosaberturasenelvalle.Delasituadaalnoroestepartíaunarroyueloquedescendíaalolargodelbarranco,conunsuavemurmulloyunaligeraespuma,hastaestrellarsecontraelgrupoderocasjuntoalascualesse alzaba el nogal americanoaislado.Allí, despuésde circundar el árbol, sedirigíaunpocohaciaelnordeste,dejandoeltulíperoaunosveintepiesalsur,y no teniendo otra alteración en su curso hasta llegar cerca de lamitad delcaminoentre los linderos esteyoestedelvalle.Enaquelpunto,despuésde

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una serie de revueltas, torcía en ángulo recto y seguía por lo general endirección sur, serpenteando a veces, hasta desembocar al fin en un pequeñolago de forma irregular (aunque toscamente ovalada) que se extendíarefulgentecercadelextremoinferiordelvalle.Estepequeñolagoteníatalvezun centenar de yardas de diámetro en su parte más ancha. Ningún cristalhubiera podido ser más límpido que sus aguas. Su fondo, que se veía conclaridad,estabaformadotodoélconguijarrosdeunafulguranteblancura.Susorillas,revestidasdeesecéspedesmeraldayadescrito,redondeadasmásbienquecortadasenterraplén,sehundíanenelclarocielodedebajo;y tanclaroera aquel cielo, y reflejaba a veces tan a la perfección todos los objetos deencima, que eramuy difícil determinar dónde terminaba la efectiva orilla ydóndecomenzabalareflejada.Lastruchas,yotrasvariedadesdepecesdequeaquella laguna parecía materialmente repleta, tenían todo el aspecto deverdaderos peces voladores. Era casi imposible creer que no estuviesensuspendidosporenteroenelaire.Una ligeracanoadeabedulque reposaba,plácida, sobre el agua, reflejaba en ella sus fibras más pequeñas con unafidelidadnosuperadaporelespejomásaconcienciabruñido.Unaislitagratay risueña, con sus flores en plena lozanía —en la que había el espaciosuficienteparacontenerunacasitapintoresca,semejanteaunapajarera—seelevabasobreel lagonolejosdelaorillanorte,conlacualestabaunidapormedio de un puente que, aunquemuy primitivo, parecía inconcebiblementeligero. Estaba formado por una sola tabla ancha y gruesa de madera detulípero.Teníaéstacuarentapiesdelarga,yabarcabaelespacioentreorillayorillaconunarcoreducido,peroperceptible,quepreveníatodaoscilación.Delextremo sur del lago salía una continuación del arroyuelo que, después deserpenteartreintayardasquizá,pasabaalcaboporla«depresión»(yadescrita)enlamitaddelapendientesur,ycayendoporunescarpadoprecipiciodeuncentenardepies,seabríasutortuosoeinadvertidocaminohaciaelHudson.

El lago tenía en algunos sitios treinta pies de profundidad; pero elarroyuelo rara vez pasaba de los tres, y su mayor anchura era de ocho,aproximadamente.Sufondoyorillaserancomolasdelalaguna,ysiexistíaundefectoqueselepudieraachacardesdeelpuntodevistadelopintoresco,erasuexcesivalimpieza.

La extensión del verde césped estaba realzada aquí y allá por algúnbrillante arbusto, tal como la hortensia, la bola de nieve común o la siringaaromática, o más a menudo, por un grupo de geranios de numerosasvariedades en magnífica floración. Crecían estos últimos en tiestoscuidadosamente sepultados en la tierra, de modo a darles la apariencia deplantas indígenas.Además de todo ello,moteaba de unmodo exquisito consusovejaselterciopelodelcéspedunrebañoconsiderablequevagabaporelvalleencompañíadetresgamosdomesticadosydeungrannúmerodepatosde brillante plumaje. Un enorme mastín parecía estar vigilando a todos

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aquellosanimales,sinexcepción.

A lo largo de las colinas del este y del oeste —donde, hacia la partesuperiordelanfiteatro,eranmásomenosescarpadosloslinderos—crecíalahiedra en gran profusión, de tal modo, que sólo podía vislumbrarse algúntrechodeladesnudaroca.Deigualmanera,elprecipiciodelnorteestabacasipor entero revestido de viñas de una rara exuberancia; algunas brotaban delsueloenlabasedelaroca,yotras,delosbordesdelasuperficie.

La ligera elevación que formaba el lindero inferior de aquel pequeñodominioestabacoronadaporunmurodepiedralisa,deunaalturasuficientepara impedirque losgamosseescaparan.Noseobservabaningunaclasedebarrera por otra parte, pues en ninguna otra parte era necesario un cercadoartificial: si alguna oveja perdida, por ejemplo, hubiese intentado salir delvallepor elbarranco,habría encontrado interrumpido suavance,despuésdeunas cuantas yardas, por el saliente escarpado de la roca desde donde sedesplomabalacascadaqueatrajoalprincipiomiatencióncuandomeacerquéalafinca.Enresumen,lasúnicasentradasosalidassehacíanporunapuertaqueocupabaunpasorocosoen lacarretera,aalgunasyardaspordebajodelpuntoenelcualmehabíadetenidoparareconocerelpaisaje.

Comoyahedescrito,elarroyoserpenteabaconmucha irregularidada lolargodetodosucurso.Susdosdireccionesgenerales,conformehedicho,eranalprincipiodeoesteaeste,yluegodenorteasur.Enlarevuelta,lacorrientehuía hacia atrás, haciendo una curva casi circular, de modo a formar unapenínsulaqueeramuyparecidaaunaisla,yqueencerrabalasextapartedeunacre. Sobre aquella península se elevaba una casa habitable, y al decir queaquellacasa,comolaterrazainfernalquevioVathek,«étaitd’unearchitectureinconnuedanslesannalesdelaterre»,quierodaraentendersimplementequesutautensemblemeimpresionóporelmásagudosentimientodenovedadydelimpieza—enunapalabra,depoesía—(puesmeseríadifícilemplearotrostérminos que éstos precisamente, para dar una definición más rigurosa depoesía en abstracto), y no quiero decir enmodo alguno que se distinguiesebajoningúnaspectosóloporposeeruncarácteroutré.

Enrealidad,nadapodíasermássencillo,mássinpretensionesenabsolutoqueaquellaquinta.Sumaravillosoefectoconsistíaporcompletoensuartísticadisposición que era como la de un cuadro. Hubiese yo podido imaginar,mientras lamiraba,quealgúneminentepaisajista lahabíaconstruidoconsupincel.

Elpuntodevistadesdedondehabíayocontempladoelvallealprincipionoeraniporasomo,aunqueseacercara,elmejorparaexaminar lacasa.Ladescribiré, por tanto, tal como la vi después, situándome sobre el muro depiedraenelextremosurdelanfiteatro.

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Eledificioprincipalteníaveinticuatropiesdelargoydieciséisdeancho,ocosaasí,ydeseguro,nomás.Sualturatotal,desdeelsuelohastaelápicedeltejado,noexcedíadedieciochopies.Alextremooestedeaquellaconstrucciónseuníaotra,unatercerapartemenorentodassusproporciones:lalíneadesufachadaretrocedíaunasdosyardasdelafachadadelamayor,ylalíneadesutejado, estaba, naturalmente, mucho más baja que la del tejado contiguo.Haciendoángulorectoconaquellosedificios,ymásatrásdelprincipal—noconexactitudenlamitad—seextendíauntercercuerpo,muypequeño,yengeneral, una tercera parte menor que el ala oeste. Los tejados de los dosmayoreseranmuyinclinados,describiendodesdelaparhileraunalargacurvacóncavaysuperandoencuatropieslosmurosdelafachada,demodoaformarlostejadosdedosgalerías.Estostejadosúltimosnonecesitaban,porsupuesto,soportes; pero como tenían el aire de necesitarlos, unos ligeros ymuy bienpulidospilareshabíansidoadaptadosaellossóloenlasesquinas.Eltejadodelalanorte era simpleprolongacióndeunapartedel tejadoprincipal.Entre eledificiomayoryelalaoesteseelevabaunaaltísimaymuyesbeltachimeneacuadrada de consistentes ladrillos holandeses, negros y rojos, alternados; lacoronaba una ligera cornisa de ladrillos salientes. Sobre los caballetes seproyectabanlostejadostambiénmucho:eneledificioprincipalelsalienteeradeunoscuatropieshaciaelesteydedoshaciaeloeste.Lapuertaprincipalnoestaba colocada con simetría en el cuerpo principal del edificio, pues sehallabaunpocoaleste,conlasdosventanasaloeste.Estasúltimasnobajabanhastaelsuelo,sinoqueeranmuchomáslargasyestrechasquedecostumbre,tenían unas sencillas hojas parecidas a puertas y unos cristales en forma derombos, pero muy anchos. La puerta misma era de vidrieras en su mitadsuperior,tambiéndecristalesenformaderombos,conunahojamoviblequela protegía durante la noche. La puerta del ala oeste estaba colocada en elmuro lateral y tenía una sola ventana orientada hacia el sur.El ala norte noteníapuertaexterior,ytambiénsólounaventanahaciaeleste.

Elmuroquesosteníaelcaballeteorientalestabarealzadoporunaescalera(conbalaustrada)quelocruzabaendiagonal,conlasubidahaciaelsur.Bajoel techado del ancho alero saliente, aquellos escalones daban acceso a unapuertaqueconducíaalasbuhardillas,omásbienaldesván,puesaquellapartenoestabailuminadamásqueporunasolaventanaorientadahaciaelnorte,yparecíahabersidodestinadaacuartoalmacén.

Laspiazzasdelcuerpoprincipalydelalaoestenoestabansoladas,comoes costumbre; pero ante las puertas y las ventanas, anchas losas de granitollanas e irregulares se encajaban en el delicioso césped, proporcionando entodotiempouncómodopiso.Excelentespasosdelamismamateria—nomuybienajustados,sinoquedejabanentrelaspiedrasfrecuentesespaciosporlosquesalíaelaterciopeladocésped—conducían,aquíyallá,desdelacasa,aunafuentedecristal,quemanabaunoscincopasosmáslejos,alacarreteraoauno

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o dos pabellones situados al norte, más allá del arroyo, y completamenteocultosporalgunoscurbarilesycatalpas.

A nomás de seis pasos de la puerta principal de la quinta, se alzaba eltroncomuerto de un fantástico peral, tan revestido desde la copa al pie pormagníficasfloresdebignonia,queexigíaunminuciosoexameneldeterminarqué especie de fenómeno podía ser aquello.De las diversas ramas de aquelárbolcolgabanjaulascondiferentesclasesdepájaros.Enuna,ampliocilindrode mimbre con un anillo en el remate, retozaba un sinsonte; en otra, unaoropéndola;enunatercera,eldescaradogorrióndelosarrozales,mientrastreso cuatro prisionesmás delicadas resonaban agudamente con el canto de loscanarios.

Lospilaresdelapiazzaestabanenguirnaldadosdejazmínydemadreselva,en tanto que del ángulo formado por el cuerpo principal y su ala oeste,enfrente,brotabaunaparradeunaexuberanciasinigual.

Despreciando toda contención, había trepado primero hasta el tejadoinferioryluegohaciaelsuperior,yalolargodelbordedeesteúltimoseguíaretorciéndose,lanzandosuszarcillosaderechayaizquierda,hastaalcanzarelcaballetedeleste,dejándosecaeryarrastrándosesobrelaescalera.

Todalavivienda,consusalas,estabaconstruida,conformealaviejamodaholandesa,conalfarjíasanchasynoredondeadasenloscantos.Estematerialposeelapeculiaridaddedaralascasaselaspectodesermásanchasenlabasequeenelremate,alamaneradelaarquitecturaegipcia,yenelcasopresente,aquelefectosumamentepintorescoestabaayudadopornumerosos tiestosdefloresquecircundabancasilabasedelosedificios.

Las alfarjías estaban pintadas de un gris oscuro, y un artista puedeimaginarsinesfuerzohastaquépuntosefundíaaqueltononeutroamaravillaconelverdevivodelashojasdelostulíperosquesombreabanparcialmentelaquinta.

Desdeelsitiopróximoalmurodepiedra,comohedescritoya,seveíanlosedificios con gran facilidad —pues el ángulo sudeste se proyectaba haciadelante—;demodoque lamirada captaba enseguida la totalidad de las dosfachadasconelpintorescocaballetedeleste,yalmismotiempoteníalapluralvisióndelalanorte,deunapartedeunlindotejadodelinvernadero,ycasidelamitaddeunligeropuentequesearqueabasobreelarroyoenlaproximidaddelosedificiosprincipales.

No permanecímucho tiempo sobre la cumbre de la colina, aunque sí elsuficiente para contemplar por completo el paisaje amis pies. Era evidenteque me había apartado de la carretera del pueblo, y tenía así una buenadisculpadeviajeroparaabrirlapuertafrenteamíypreguntarmicamino,en

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todocaso;porlocual,sinmásrodeos,avancé.

Después de franquear la puerta, la carretera parecía extenderse sobre unreborde natural que iba descendiendo a lo largo de la pared noroeste de lasrocas.Mecondujoalpiedelprecipicionorte,yluegoalpuente,ybordeandoelcaballetedeleste,alapuertadelafachada.Enmimarchaobservéquenosepodíanverlospabellones.

Cuando torcía la esquina del caballete, el mastín saltó hacia mí,silenciosamente amenazador, con los ojos y todo el aspecto de un tigre. Lealarguémimano,sinembargo,enpruebadeamistad,ynoheconocidonuncaperromássensibleaaquelllamamientohechoasucortesía.Nosólocerrósubocaymeneósurabo,sinoquemeofreciódeverassupata,despuésdehaberextendidotambiénsusafabilidadesaPonto.

Comonovicampanillaalguna,golpeéconmibastónsobrelapuerta,queestaba entornada. Inmediatamente avanzó una figura hacia el umbral, unajovendeunosveintiochoañosdeedad,delgadaomásbien ligera,ydeunaestatura superior a la mediana. Cuando se acercaba con cierta modestadecisión,consupasodetodopuntoindescriptible,medijeamímismo:«Heencontrado, de seguro, la perfección de lo natural, en oposición a la graciaartificial».Lasegundaimpresiónquemehizo,aunsiendolamásvivadelasdos,fueunaimpresióndeentusiasmo.Nohabíapenetradonuncaenelfondodemicorazónhastaentoncesuna impresiónnovelesca tan intensa, siesquepuede llamarse así, o de tal espiritualidad como la que brillaba en sus ojosmuyhundidos.Nosécómosucedeesto;peroesapeculiarexpresióndeojosque a veces se apodera de los labios es el hechizo más poderoso, si no elúnico,quecaptamiatenciónhaciaunamujer.«Novelesca»,con talquemislectores comprendan a fondo lo que quisiera encerrar en esa palabra;«novelesca» y «femenina» me parecen términos recíprocos, y, después detodo,loqueelhombreamaverdaderamenteenlamujeressu«femineidad».LosojosdeAnnie(oíquealguien,desdeel interior, la llamabasu«¡queridaAnnie!»)erandeun«grisespiritual»;sucabello,deuncastañoclaro:estofuetodoloquetuvetiempodeobservardeella.

Ante su muy cortés invitación, entré, pasando primero por un vestíbulobastanteespacioso.Habiendovenidoespecialmenteparaobservar,notéqueamiderecha,alentrar,habíaunaventanaparecidaalasdelafachadadelacasa;a la izquierda, una puerta conduciendo a la estancia principal, mientrasenfrentedemíotrapuertaabiertamepermitióverunapequeñahabitación,delmismotamañoqueelvestíbulo,arregladaparagabinetedetrabajoyconunaanchaventanasalientequedabaalnorte.

Alpasaralasaladeconfianza,meencontréconmisterLandor,quetalerasu nombre, como supe después; se mostraba afable, incluso cordial en sus

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maneras; pero precisamente en aquel momento estaba yo más atento aobservareldecoradodelacasa,quetantomehabíainteresado,queelaspectopersonaldelmorador.

Elalanorte,lovientonces,eraundormitorio;supuertaabiertaconducíaalasaladeconfianza.Aloestedeestapuertaseveíaunaventanasencillaquemiraba al arroyo. En el extremo oeste de esta sala de confianza había unachimenea y una puerta que daba acceso al ala oeste, donde, al parecer, seencontrabalacocina.

Nopuedehabernadamás rigurosamente sencilloqueelmobiliariode lasaladeconfianza.Cubríaelsuelounaalfombradenudodeexcelente tejido,conunfondoblancosembradodefiguritasverdes,circulares.Lascortinasdelas ventanas eran de muselina de chaconada blanca, bastante anchas, ycayendoenplieguesparaleloshastaelsuelo,hastaelmismosuelo.Losmurosestabantendidosconunpapelfrancésdegranfinura,defondoplateado,queteníaunatiradeunverdepálidocorriendoenzigzagsobreél.Lorealzabanentoda su superficie no más de tres exquisitas litografías de Lulien à troiscrayons,colgadasenlapared,sinmarcos.Unodeestosdibujosrepresentabauna escena de riqueza o más bien de voluptuosidad oriental; otra era una«escenade carnaval»deunbrío incomparable; el tercero era una cabezademujer griega, un rostro tan divinamente bello, y, sin embargo, con unaexpresióndevaguedadtanprovocativacomonuncahabíaatraídomiatención.

Los muebles más importantes consistían en una mesa redonda, unascuantassillas(incluyendoentreellasunamecedora)yunsofá,omásbienuncanapé de madera de arce lisa, pintada de un blanco crema, con un ligerofileteadoverde,y el asientodebejuco.Las sillasy lamesa«hacían juego»;pero las formasde todas habían sido, evidentemente, trazadas por elmismocerebroqueplaneóeltrazadode«losterrenos»:imposibleconcebirnadamásgracioso.

Sobreunamesahabíaunoscuantoslibros;unanchoycuadradofrascodecristalconteníaalgúnnuevoperfume;unalámparalisa,devidrioesmerilado,astral(nosolar),conunapantallaitaliana,yunbúcarograndellenodefloresespléndidamente lozanas. En realidad, las flores, de magníficos colores,formabanelsolodecoradodelaestancia.Lachimeneaestabacasirepletaporunfloreroconbrillantesgeranios.Sobreunarinconeratriangular,colocadaencadaesquinadelahabitación,habíatambiénunflorerosemejante,quesólosediferenciabadelosotrosensudeliciosocontenido.Unoodosbouquetsmáspequeñosadornabanlarepisadelachimenea,yunasvioletasreciéncogidasseapiñabansobrelasventanasabiertas.

EstetrabajonotieneotroobjetoquedarcondetalleunadescripcióndelaresidenciademisterLandortalcomolaencontré.

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ELINFUNDIODELGLOBO

¡Asombrosasnoticias«vía»Norfolk!¡ElAtlánticoatravesadoentresdías!¡TriunfoseñaladodelamáquinavoladorademisterMonckMason!¡Llegadaala isla Sullivan, cerca de Charleston, S. C., de los señoresMason, RobertoHolland, Henson, Harrison Ainsworth y otros cuatro, en el globo dirigibleVictoria,despuésdeunatravesíadesetentaycincohorasdesdeuncontinentealotro!¡Todoslosdetallesdelviaje!

El siguiente jeu d’esprit con el anterior encabezamiento en magníficostitulares, bien intercalado de signos de admiración, fue publicadoprimeramente comoun hecho auténtico en el diarioNew-YorkSun, y en élcumplió del todo el propósito de proporcionar un alimento indigesto a loscuriososdurantelaspocashorasdeintervaloentredoscorreosdeCharleston.Larebatiñaporconseguirel«únicoperiódicoquetraíalasnoticias»fuealgoquesuperalomásprodigioso;yenrealidad,si—comoalgunosafirman—elVictoria«noha»realizadoporcompletoelviajeregistrado,seríadifícilindicarunarazónporlacualnopuedahaberlorealizado.

¡El gran problema ha quedado resuelto al fin! El aire, lo mismo que latierra y el océano, ha sido dominado por la ciencia, y llegará a ser para laHumanidadunavulgarycómodavíadecomunicación.¡ElAtlánticoacabadeser atravesado en un globo! Y esto sin demasiadas dificultades, sin granpeligroaparente,conunamáquinaregidaporcompleto,¡yenelinconcebibletiempo brevísimo de setenta y cinco horas, de orilla a orilla! Gracias a laactividaddeuncorresponsalenCharleston,S.C.,estamosendisposicióndeproporcionaralpúblicounrelatodetalladodelmásextraordinarioviajequesehayarealizadodesdeelsábado6delcorriente,alasoncedelamañana,hastalasdosdelatardedelmartes9delcorriente,porsirEverardBringhurstylosseñores Osborne, un sobrino de lord Bentinck, Monck Mason y RobertoHolland,losfamososaeronautas;HarrisonAinsworth,autordeJackSeppard,etcétera;Henson,elinventordelaúltimayfracasadamáquinavoladora,ydosmarineros delWoolwich; en total, ocho personas.Los detalles que se dan acontinuaciónpueden ser considerados como auténticos y seguros bajo todoslosaspectos,puestoque,conalgunaleveexcepción,hansidocopiadosalpiede la letra de los diarios reunidos de los señoresMonckMason yHarrisonAinsworth, a cuya cortesía debe también nuestro corresponsal muchainformaciónverbalrelativaalglobomismo,asuconstrucciónyaotrostemasde interés. La única alteración en elmanuscrito recibido ha sido hecha conintencióndedaralrelatoapresuradodenuestrocorresponsal,elseñorForsyth,unaformacoherenteeinteligible.

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ELGLOBO

Dos fracasos señalados y recientes —los del señor Henson y sir JorgeCayley— habían rebajado mucho el interés público con respecto a lanavegaciónaérea.ElproyectodelseñorHenson(alprincipiofueconsideradomuyfactibleportodosloshombresdeciencia)sebasabasobreelprincipiodeun plano inclinado, lanzado desde una altura por una fuerza extrínsecaaplicadaycontinuadapor la rotacióndeunasaspasparecidasensu formaynúmero a las de unmolino. Pero en todos los experimentos efectuados conmodelosdelaAdelaideGalleryresultóqueelmovimientodedichasaspasnosólo no hacía avanzar lamáquina, sino que impedía realmente su vuelo.Laúnicafuerzapropulsoraquemostrónuncafueelsimpleimpulsoadquiridoeneldescensoporelplano inclinado,yese impulsoarrastraba lamáquinamáslejoscuandolasaspasestabanenreposoquecuandoestabanenmovimiento,hechoquedemostrabalosuficientesuinutilidad,yafaltadelpoderpropulsor,que era asimismo el sustentador, el aparato entero debía forzosamentedescender.EstasconsideracionesindujeronasirJorgeCayleyapensarsóloenadaptar un propulsor a una máquina que tuviese en sí misma un poderindependiente de sustentación; en una palabra, a un globo. La idea, sinembargo,noeranuevauoriginalporpartedesirJorgemásqueenloqueserefería al modo de aplicarla en la práctica. Exhibió él un modelo de suinvenciónenlaInstituciónPolitécnica.Elprincipiopropulsorofuerzamotrizeraenéstetambiénaplicadoaunassuperficiesnocontinuasoaspas,puestasenrotación.Estasaspaserancuatro;peroresultarondetodopuntoimpotentesparamover el globo o para ayudarlo en su fuerza ascensional. El proyectoenterosupuso,portanto,unfracasorotundo.

En esta coyuntura fue cuando el señorMonckMason (cuyo viaje desdeDover hastaWeilburg en el globo Nassau excitó tan gran interés en 1837)concibiólaideadeemplearelprincipiodeltornillodeArquímedesalproyectodelapropulsiónenelaire,atribuyendojustamentealfracasodelosplanosdelseñorHensonydesirJorgeCayleyalanocontinuidaddelasuperficiedelasaspasindependientes.RealizósuprimerensayopúblicoenWilli’sRoom;peromástardetrasladósumodeloalaAdelaideGallery.

ComoelglobodesirJorgeCayley,elsuyoeraunelipsoide.Medía trecepies y seis pulgadas de largo, y seis pies ocho pulgadas de alto. Conteníatrescientos veinte pies cúbicos, aproximadamente, de gas, que, si erahidrógenopuro,podíansoportarveintiunalibrasreciéninfladoelglobo,antesdequeelgastuvieratiempodealterarseodeescapar.Elpesodelamáquinaenteraydelaparatoeradediecisietelibras,dejando,pues,alrededordecuatrolibrasdeahorro.Debajodelcentrodelglobollevabaunaarmadurademaderaligera,deunosnuevepiesdelargo,sujetaalglobomismoporunareddeclasecorriente.Deesaarmaduraibasuspendidaunacestaobarquillademimbre.

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El tornillo consiste en un eje de tubo de cobre hueco, de dieciochopulgadas de largo, a través del cual, sobre una semiespiral inclinada en unángulodequincegrados,pasanunaseriederadiosdealambredeacero,dedospies de largo, y que sobresalen así un pie por cada lado. Estos radios estánconectadosensusextremidadesexteriorescondostirasdealambreaplastado,formandoasíelconjuntolaarmaduradeltornillo,queestácompletadoporuntejidodesedaengrasada,cortadaentriángulosytensademaneraapresentaruna superficiebastanteuniforme.Encada finalde sus ejes este tornillo estásoportado por unos tubos de cobre que bajan desde el aro. En las puntasinferioresdeesostuboshayunosorificiosenloscualesgiranlospivotesdeleje.Delfinaldeleje,queestájuntoalabarquilla,saleunaflechadeaceroqueune el tornillo con el piñón de una pieza de muelle mecánico fija en labarquilla.Alactuaresemuelle,eltornilloesobligadoagirarcongranrapidez,transmitiendo un movimiento progresivo al conjunto. Por medio del timónpuede girar con facilidad en todas direcciones. El muelle es de una granpotencia en comparación con sus dimensiones, siendo capaz de levantarcuarenta y cinco libras sobre un cilindro de cuatro pulgadas de diámetro,despuésde laprimerarevolución,yaumentandogradualmenteamedidaquefunciona.Pesaba,entotal,ocholibrasyseisonzas.Eltimóneraunaarmaduraligeradecañaforradadeseda,confeccionadoasemejanzadeunaraqueta,detrespiesdelargo,pocomásomenos,ydeunpiedeanchuramáxima.Supesoera de unas dos onzas. Podía girar en plano, y dirigirse de arriba abajo, lomismoqueaderechaoaizquierda,permitiendoasíalaeronautatransportarlaresistenciadelairequedebíaenunaposicióninclinadaengendrarasupaso,acualquierladosobreelcualquisieraactuar,determinandodeesemodoparaelgloboladirecciónopuesta.

Estemodelo(queporfaltadetiempohemosdescritoforzosamentedeunmodo imperfecto) fue puesto enmovimiento en la Adelaide Gallery, donderealizó una velocidad de cinco millas por hora, aunque, y resulta dolorosodecirlo, despertó muy poco interés en comparación con la anterior ycomplicada máquina del señor Henson; tan decidido está el mundo adespreciartodacosaquesepresentaconunairedesencillez.Pararealizarelgran desiderátum de la navegación aérea, se suponía en general que debíaaplicarsedeunmodoexcesivamentecomplicadoalgúnprofundoprincipiodedinámica.

Noobstante,elseñorMasonestabatansatisfechodelrecienteéxitodesuinvención,quedecidióconstruirdesdeluego,sieraposible,unglobodeunacapacidad suficiente para comprobar el problema en un viaje de algunaextensión,siendosuprimitivoproyectocruzarelcanaldelaMancha,comolohabíaefectuadoantesenelgloboNassau.Parallevaracabosuplan,solicitóyobtuvolaayudadesirEverardBringhurstydelseñorOsborne,doscaballerosfamosos por sus conocimientos científicos y en especial por el interés que

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habíandemostradoporlosprogresosdelaaeronáutica.Elproyecto,pordeseodel señor Osborne, fue ocultado con gran secreto al público; las únicaspersonasaquienesseconfióaquélfueronlasempeñadasenlaconstruccióndelamáquina,queseefectuaba(bajola inspeccióndesirEverardBringhurstyde los señores Mason, Holland y Osborne) en la morada de este último,próximaaPenstruthal,enelPaísdeGales.ElseñorHenson,acompañadodesuamigoelseñorAinsworth,fueadmitidoaexaminarenprivadoelglobo,elsábado último, cuando esos dos señores adoptaron las disposiciones finalesparaquefueseélincluidoenlaaventura.Nosabemosporquérazoneslosdosmarinerosformarontambiénpartedelaexpedición;perodentrodeunoodosdías podremos dar a nuestros lectores detalles minuciosos respecto a eseextraordinarioviaje.

Elgloboestáhechodeseda,barnizadaconcaucholíquido.Esdeampliasdimensiones, conteniendomás de 40.000 pies cúbicos de gas; pero como elgas de hulla ha sido empleado en lugar del hidrógeno, más expansivo einadecuado,lapotenciasustentadoradelamáquina,hinchadoporcompletoelgloboe inmediatamentedespuésdehaberlo sido, no llega a2.500 libras.Elgasdehullanoessólomuchomenoscostoso, sinoquepuedeencontrarseymanejarseconmayorfacilidad.

Debemos al señor Charles Green la utilización de ese gas en losprocedimientos usuales de la aeronáutica. Antes de su descubrimiento, elprocedimientoparahincharungloboeranosóloexcesivamentecostoso,sinoinseguro.Seperdíanconfrecuenciadosyhastatresdíasenesfuerzosinútilesparaproporcionarseelsuficientehidrógenoconqueinflarlo,yconesegasseproducíaunagrantendenciaalosescapes,acausadesuextremadasutilezayde su afinidad con la atmósfera circundante. Un globo lo bastante perfectopara retener su contenido de gas hulla sin alterar su calidad ni su cantidadduranteseismeses,nopodríaconservarunacantidadigualdehidrógenoconigualpurezaduranteseissemanas.

Estimandolafuerzasustentadoradedosmilquinientaslibras,ylospesosreunidos de los ocupantes sólo enmil doscientas, aproximadamente, restabaunexcesodemiltrescientas,delasquemildoscientasquedabanconsumidaspor el lastre, dispuesto en sacos de diferentes tamaños con sus respectivospesosmarcadossobrecadauno,yporelcordaje,losbarómetros,telescopios,barrilesconteniendoprovisionesparaunaquincena, recipientesparaelagua,capas, sacos de noche y otros varios objetos indispensables, incluyendounacafetera ideadapara calentar café pormedio de cal en polvo, para evitar enabsoluto encender fuego, si no se juzgaba prudente hacerlo así. Todos esosartículos,aexcepcióndellastreydeunascuantasmenudencias,vancolgadosdelarodearriba.Labarquillaesmáspequeñay leve,enproporción,que lacolgadaenelmodelo.Estáhechadeunmimbreligero,yesdeunaresistencia

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maravillosaparaunamáquinatanfrágil.Tieneunoscuatropiesdehondo.Eltimónesmuchomásgrande,enproporción,queeldelmodelo,yeltornilloesnotablementemenor.Elgloboestá,además,provistodeunrezónamododepequeña ancla, y de una cuerda de arrastre; esta última es de la másindispensableutilidad.Sonaquínecesariasunascuantaspalabrasexplicativasparaaquellosdenuestroslectoresquenoesténversadosenlosdetallesdelaaeronáutica.

Tan pronto como el globo se despega de la tierra, queda sometido a lainfluenciademuchascircunstanciasque tiendenacrearunadiferenciaensupeso, aumentando así o disminuyendo su fuerza ascensional. Por ejemplo,puede haber una acumulación de rocío sobre la seda, capaz de llegar hastaalgunos centenares de libras; hay que arrojar entonces lastre, pues si no elaparato desciende. Arrojado este lastre, y al hacer un sol despejado queevaporeelrocío,yalmismotiempoqueaumentelafuerzadeexpansióndelgasdentrodelaseda,elconjuntovolveráaelevarseenseguida.Paramoderaresa ascensión, el único recurso es (omás bien era hasta la invención de lacuerdadearrastreporelseñorGreen)dejarescapargasporlaválvula;perolapérdidadegassignificaunapérdidaproporcionalenlafuerzaascensional;detalmodo, que en un período de tiempo relativamente breve el globomejorconstruidotendríapornecesidadqueagotartodossusrecursosycaeratierra.Ésteeraelgranobstáculoenlosviajeslargos.

La cuerda de arrastre remedia la dificultad del modo más sencillo quepuedeimaginarse.Essimplementeunacuerdamuylargaquesedejaarrastrardesdelabarquilla,ycuyoefectoconsisteenimpedirqueelglobocambiedenivelenungradosensible.Si,porejemplo,hayunaacumulacióndehumedadsobre la seda, y el aparato comienza a descender, por consiguiente, no haynecesidad de arrojar lastre para remediar el aumento de peso, pues esto seremedia, o se contrarresta, en una proporción precisa, depositando sobre latierra exactamente tanto longitud de cuerda como sea necesario. Si, por elcontrario, determinadas circunstancias producenuna ligereza excesivayunaascensiónprecipitada, esa ligerezaquedaráalpuntoneutralizadaporelpesoadicionaldelacuerdaqueserecoge,subiéndoladesdetierra.Asíelglobonopuedesubirobajarmásquedentrodemuypequeñoslímites,ysusrecursosdegas y lastre permanecen casi intactos. Cuando se pasa por encima de unaextensióndeagua,sehacenecesarioemplearbarrilitosdecobreodemaderallenos de un lastre líquido más ligero que el agua. Flotan éstos y hacen eloficiodeunacuerdasobreelsuelo.Otrooficiomuyimportantedelacuerdadearrastreesseñalarladireccióndelglobo.Lacuerdadraga,pordecirloasí,yaseasobretierraoyaseasobreelmar,cuandoelgloboestáenlibertad.Esteúltimo, por consiguiente, cuantas veces marcha se adelanta; así, unaestimación realizada con el compás de las posiciones relativas de los dosobjetosindicarásiempreladirección.Deigualmanera,elánguloformadopor

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lacuerdaconelejeverticaldelamáquinaindicalavelocidad.Cuandonohayángulo—enotros términos, cuando la cuerdadesciendeperpendicular—, esquelamáquinatodaestáfija;perocuantomásabiertoeselángulo,esdecir,cuantomásestáelgloboenadelantosobreelextremodelacuerda,mayoreslavelocidad,yalainversa.

Como el proyecto de los viajeros, al principio, era cruzar el canal de laManchaydescenderlomáscercadeParísquefueraposible,habíantomadolaprecaución de proveerse de pasaportes visados para todas las partes delcontinente, especificando el carácter de la expedición, como en el caso delviajeenelNassau,locualasegurabaalosintrépidosaventurerosunadispensade las usuales formalidades oficinescas; pero unos sucesos inesperadoshicieronsuperfluoslospasaportes.Laoperacióndehincharelglobocomenzómuytranquilamenteenlamañanadelsábado,6delcorriente,alamanecer,enelgranpatiodeWheal-VorHouse,residenciadelseñorOsborne,aunamilla,o cosaasí, dePenstruthal, enGalesdelNorte;y a lasoncey sieteminutos,estandotododispuestoparalapartida,fuesoltadoelglobo,yseelevósuave,pero constantemente, en una dirección casi sur. No se hizo uso, durante laprimeramediahora,deltornillonideltimón.Nosservimosahoradeldiario,tal comoha sido transcritopor el señorForsyth conformea losmanuscritosreunidosdelosseñoresMonckMasonyAinsworth.Elcuerpodeestediario,según lo reproducimos, está escrito de mano del señor Mason, y se le haañadido un post-scriptum o apéndice del señor Ainsworth, quien tiene enpreparaciónydaráaconocermuyprontoalpúblicouninformemásminuciosodelviaje,y,sindudaalguna,deuninterésemocionante.

ELDIARIO

Sábado,6deabril

Todos lospreparativosquepudieranconsiderarsecomounobstáculohansidorealizadosestanoche:hemoscomenzadoahincharelgloboestamañanaal amanecer; pero, a causa de una niebla espesa que cargaba de agua losplieguesdelasedaylahacíapocomanejable,nonoshemoselevadoantesdelasonce,aproximadamente.Entonceslargamostodoconungranentusiasmoynoselevamosconsuavidad,aunquesininterrupción,mercedaunagratabrisadelnorte,quenosllevóendireccióndelcanaldelaMancha.Encontramoslafuerzaascensionalmásfuertedeloquehabíamosesperado,ycomosubíamoslobastantealtoparadominartodaslasescollerasyestarsometidosalaacciónmás cercana de los rayos solares, nuestra ascensión se hacía cada vez másrápida.Sinembargo,deseabayonoperdergasdesdeelcomienzodenuestratentativa,ydecidíquehabíaqueelevarseporelmomento.Recogimoshacianosotrosnuestracuerdadearrastre;pero,aundespuésdehaberlaretiradoporcompleto de tierra, seguimos ascendiendo muy deprisa. El globo marchabaconunaseguridadsingularyofrecíaunmagníficoaspecto;unosdiezminutos

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después de nuestra partida, el barómetro señalaba una altura de quince milpies.

Eltiempoeramuyhermoso,yelaspectodelacampiñaanuestrospies—uno de los más románticos desde todos los puntos de vista— era entoncessublime en particular. Las quebradas numerosas y profundas presentaban laaparienciadelagos,causadelosdensosvaporesquelasllenaban,ylasalturasy las rocas situadas al sudeste, amontonadas en un inextricable caos, seasemejanenuntodoalasciudadesgigantescasdelamitologíaoriental.Nosacercábamosrápidamentealasmontañashaciaelsur;peronuestraelevacióneramásque suficiente para permitirnos franquearlas con toda seguridad.Enunos minutos, planeábamos por encima de ellas a maravilla, y al señorAinsworth, así como a losmarineros, les chocó su apariencia poco elevada,vistas así desde la barquilla, y es que una gran altura en globo tiene porresultadoreducirlasdesigualdadesdelasuperficiesituadadebajo,aunnivelcasiunido.Alasonceymedia,cuandoseguíamossiempreunadirecciónsur,opocomenos,divisamosporprimeravezelcanaldeBristol,yquinceminutosdespués, la línea de la rompiente de la costa estaba debajo de nosotros ymarchábamosfavorablementesobreelmar.Decidimosentoncessoltarelgasrequeridoparaquenuestracuerdadearrastresedeslizarasobreelaguaconlasboyassujetasaella.Locualquedóhechoenunminutocomenzandonosotrosa descender poco a poco. Al cabo de unos veinteminutos, nuestra primeraboya tocó, y al zambullirse la segunda, permanecimos a una altura fija.Estábamos todos muy inquietos por comprobar la eficacia del timón y eltornillo,ynosdispusimosautilizarlossintardanza,afindedeterminarmejoraúnnuestrarutahaciaeleste,poniendoproahaciaParís.Pormediodeltimón,efectuamosenuninstanteelcambionecesariodedirección,ynuestrarutasehalló casi en ángulo recto con el viento; despuéspusimos enmovimiento elmuelle del tornillo, y nos sentimos encantados al ver que nos llevabadócilmenteenelsentidodeseado.Enestemomentolanzamosnuevevecesun«¡viva!»muyfuerteyarrojamosalmarunabotellaqueconteníauna tiradepergaminoconunabrevereseñadelprincipiodelinvento.Apesardetodo,nohabíamosacabadoapenasdemanifestarnuestrotriunfo,cuandosobrevinounaccidenteimprevistoqueeracomoparadesanimarnos.Lavarilladeaceroqueuníaelmuelleconelpropulsorquedóde repentedesplazadaporel extremoqueterminabaenlabarquilla(fueelefectodelainclinacióndelabarquilla,deresultasdealgúnmovimientodeunodelosmarinerosqueibanconnosotros),yenuninstante,seencontrósuspendidaybailandofueradenuestroalcance,lejosdelpivotedelejedeltornillo.Mientrasnosesforzábamosporatraparla,ytodanuestraatenciónestabaabsorbidaenello,nosencontramosenvueltosenunaviolentacorrientedeairedeleste,quenosllevóconunafuerzarápidaycrecientedelladodelAtlántico.

Nos encontramos empujados hacia el mar a una velocidad que no era,

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seguramente,menordecincuentaosesentamillasporhora,hastaelpuntodequealcanzamoselcaboClear,acuarentamillashaciaelnorte,antesdehaberpodido sujetar la varilla de acero y de tener tiempo de pensar en virar. FueentoncescuandoelseñorAinsworthhizounaproposiciónextraordinaria,peroque,ami juicio,noeraenmodoalgunoirrazonableniquimérica,en lacualfue enseguida animado por el señor Holland; a saber: que podíamosaprovecharlafuertebrisaquenosempujaba,eintentar,envezdedirigirnosaParís, alcanzar la costa de Norteamérica. Después de una ligera reflexión,presté gustosomi asentimiento a aquella removedora proposición que, cosaextrañadedecir,noencontróobjecionesmásqueenlosdosmarineros.

Sin embargo, como estábamos en mayoría, vencimos sus recelos, ymantuvimosconresoluciónnuestraruta.Nosdirigimosrectoshaciaeloeste;perocomoelarrastredelasboyasrepresentabaunobstáculomaterialparalamarcha, y dominábamos lo bastante el globo, ya fuera para subir, ya paradescender, arrojamos primero cincuenta libras de lastre y pormedio de unamanivelarecogimosdelmartodalacuerda.Comprobamosinmediatamenteelefectodeestamaniobraporunprodigiosoaumentodevelocidad,ycuandolabrisa refrescaba, avanzamos conuna rapidez casi inconcebible; la cuerdadearrastreseextendíadetrásdelabarquillacomolaesteladeunnavío.Esinútildecir quenosbastóun espaciode tiempomuy cortopara perder devista lacosta.Pasamosporencimadeinnumerablesbarcosdeguerradetodasclases,algunosdeloscualesibanabarlovento;perolamayorparteestabananclados.Causamosentresustripulacioneselmayorentusiasmo,entusiasmosaboreadoengrandepornosotrosmismos,yenespecialpornuestrosdoshombresque,ahorabajolainfluenciadealgunascopitasdeginebra,parecíanyadecididosaabandonar todos los temores y escrúpulos. Varios barcos dispararon elcañonazode señal, y todosnos saludaron con fuertes«¡vivas!», queoíamoscon una claridad sorprendente entre la agitación de gorras y pañuelos.Marchamos así todo el día, sin incidente material alguno, y cuando lasprimeras sombras se amontonaban a nuestro alrededor, hicimos una estimaaproximadadeladistanciarecorrida.Nopodíasermenordequinientasmillas,acaso mayor. Durante todo este tiempo el propulsor funcionó, y sin dudaalguna,ayudódeunamanerapositivanuestramarcha.Cuandoelsolsepuso,la brisa refrescó, transformándose en una verdadera borrasca. Debajo denosotroselocéanoeraperfectamentevisibleacausadesufosforescencia.Elvientosoplódelestetodalanoche,ynosdiolosmásbrillantespresagiosdeéxito. Sufrimos no poco con el frío, y la humedad de la atmósfera nosresultabamuy penosa; pero el sitio libre en la barquilla era bastante ampliopara permitirnos tendernos, y gracias a nuestras capas y a algunas mantas,salimosdelpasotodolomejorposible.

Post-scriptum (Por el señor Ainsworth).—Las últimas nueve horas hansido,indiscutiblemente,lasmásemocionantesdemivida.Nopuedoconcebir

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nadamásexaltadorqueelextrañopeligroylanovedaddeunaaventuracomoésta. ¡Quiera Dios concedernos el triunfo! No pido el triunfo por la simplesalvacióndemi insignificantepersona, sinoporamora lacienciahumanaypor lagrandezadel triunfo.Yal finy al cabo, lahazaña resulta tan a todasluces factible, que mi único asombro es que los hombres hayan tenidoescrúpulosenintentarlaantes.Conqueunsimpleventarróncomoelquenosfavorece ahora, con que un torbellino tempestuoso así empuje un globodurante cuatro o cinco días (esos vientos duran a menudo más tiempo), elviajeroseráfácilmentetransportado,eneselapso,deunaorillaalaotra.Conunventarrónsemejante,elvastoAtlánticoseconvierteenunsimplelago.Meimpresionamás, sobre todo ahora, el supremo silencio que reina en el mardebajodenosotros,noobstantesuagitación,quecualquierotrofenómenoquetengalugaralpresente.Lasaguasnolanzanningúnclamorhacialoscielos.Elinmenso océano llameante se agita y se atormenta sin quejas. Las olasmontañosassugierenla ideadeinnumerablesdemoniosgigantescosymudosforcejeando en una impotente agonía.Durante una noche como es ésta paramí,unhombrevive—viveunsigloenterodevidaordinaria—,ynocederíayoestearrebatadodeleiteporunsigloenterodeesaexistenciaordinaria.

Domingo7

(ManuscritodelseñorMason)

Estamañanahacialasdiez,elventarrónsehacalmado,convirtiéndoseenunabrisadeochoonuevenudos (paraunbarcoenelmar),ynoshahechorecorrer acaso treinta millas por hora o más. Sin embargo, había cambiadomuchohaciaelnorte,yahora,alponerseelsol,nosdirigimosaloeste,debidoprincipalmentealtornilloyaltimón,querespondenanuestropropósitodeunmodoadmirable.Consideroelproyectocomodetodopuntosatisfactorio,ylanavegaciónaérea,fácilentodasdirecciones(denoserconunvientocontrariopor completo), como un problema resuelto. No hubiéramos podido hacerfrentealfuertevientodeayer;pero,alelevarnos,habríamospodidolibrarnosdesuinfluencia,encasonecesario.Contraunasuavebrisapersistente,estoyconvencidodequepodríamosavanzarconelpropulsor.Hoyamediodíanoshemos elevado a una altura de casi veinticincomil pies, soltando lastre.Nohemosintentadobuscarunacorrientemásdirecta;peronohemosencontradoninguna tan favorable como esta que nos empuja ahora. Tenemos gasabundantepara cruzar esapequeña laguna, aunquehubiesededurar el viajetres semanas. No siento el más leve temor en cuanto al resultado. Lasdificultades han sido extrañamente exageradas y falsamente interpretadas.Puedo escogermi corriente, y aunque tuviese todas las corrientes en contramía,podríaseguirasatisfacciónlamarchaconelpropulsor.Nohemostenidoincidentesdignosderegistrarse.Lanocheseanunciahermosa.

P.S.(PorelseñorAinsworth).—Tengopocoqueanotar,exceptoelhecho

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(quehasidoparamíunasorpresacompleta)deque,aunaalturaigualaladelCotopaxi,nohesentidoniunfríointensonidolordecabeza,nidificultadpararespirar; tampocoloshansentidolosseñoresMason,HollandnisirEverard.El señor Osborne se ha quejado de opresión en el pecho, pero le hadesaparecido pronto. Hemos volado a una gran velocidad durante el día, ydebemos de estar a menos de la mitad de la travesía del Atlántico. Hemospasadosobreunosveinteotreintabarcosdediferentesclases,ytodosparecíanasombrados con deleite. Cruzar el océano en un globo no es tan difícil,después de todo. Omne ignotum pro magnifico. —Nota: a una altura deveinticinco mil pies, el cielo aparece casi negro, y las estrellas son bienvisibles, mientras que el mar, no parece convexo (como podría suponerse),sinoabsolutaeinequívocamentecóncavo.

Lunes8

(ManuscritodelseñorMason)

Esta mañana hemos sufrido de nuevo una pequeña perturbación por lavarilladelpropulsor,quedeberáserrehechatotalmente,portemoraunserioaccidente;merefieroa lavarilladeaceroynoa lasaspas.Estasúltimasnopueden mejorarse. El viento ha soplado todo el día constante y fuerte delnordeste: hasta tal punto la Fortuna parece decidida a favorecernos. Al ir aamanecer,nossentimos todosun tantoalarmadosporalgunos ruidos rarosyalgunassacudidasenelglobo,acompañadosdelaaparenteyrápidaparadadetoda lamáquina.Estos fenómenos estabanocasionadospor la expansióndelgas, debido a un aumento de calor en la atmósfera y al consiguientedesmenuzamientodelasmenudaspartículasdehieloquesehabíanincrustadoen la red durante la noche.Hemos arrojado varias botellas a los barcos queteníamos debajo. Una de ellas, según hemos visto, ha sido recogida por unbuquegrande:alparecer,unodelosquesirvenla líneadeNuevaYork.Noshemosesforzadopordivisarsunombre,peronoestamossegurosdehaberlologrado. El señor Osborne, con el telescopio, ha leído algo parecido aAtalanta.Sonahora lasdocede lanocheyseguimoscasihaciaeloesteconunamarcharápida.Elmarestásingularmentefosforescente.

P.S.(PorelseñorAinsworth).—Sonahoralasdosdelamañana.Haycasicalma, por lo que pueda juzgar; pero es muy difícil determinar este punto,dadoquenosmovemostanenabsolutoconelaire.NohedormidodesdequesalídeWheal-Vor;peronopuedoseguirasímás,yvoyaecharunsueño.Nopodemosestarlejosdelacostaamericana.

Martes9

(ManuscritodelseñorAinsworth)

Unade la tarde.Tenemosa lavista la costabajadeCarolinadelSur.El

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gran problema está resuelto. ¡Hemos atravesado el Atlántico —entera yfácilmente— en un globo! ¡Alabado sea Dios! ¿Quién dirá que exista cosaalgunaimposibleenelfuturo?

Aquí termina el diario. Algunos detalles sobre el descenso han sidocomunicadosporel señorAinsworthal señorForsyth.Habíacasiunacalmachichacuandolosviajerosllegaronalavistadelacosta,quefuedesdeluegoreconocidaporlosdosmarinerosyporelseñorOsborne.Estecaballeroteníaalgunas amistades en el fuerteMoultrie, por lo cual se decidió acto seguidodescenderensuscercanías.Elglobofue llevadohasta laplaya(habíamareabaja,ylaarenadura,lisa,seadaptabaadmirablementealdescenso),yechadala pequeña ancla, prendió con toda firmeza al instante.Los habitantes de laisla y del fuerte se apiñaban, claro está, para ver el globo; pero sólo conmuchas dificultades podían prestar crédito al viaje realizado, la travesía delAtlántico.El ancla prendió en definitiva a las dos de la tarde en punto; portanto,elviajeenterohabíasidoefectuadoensetentaycincohoras,omásbienenalgomenos,contandodeorillaaorilla.Noocurrióningúnaccidentegrave.Nohuboquetemerningúnpeligroverdaderoentodoesetiempo.Elglobofuedesinfladoysujetosinapuros,ycuandofueronenviadosdesdeCharlestonlosmanuscritosdedondesetomaesterelato,lostripulantessehallabanaúnenelfuerte Moultrie. Se desconocen sus propósitos ulteriores; pero podemosprometercontodaseguridadanuestroslectoresalgunainformaciónadicional,bienparaellunesoeneltranscursodelpróximodía,lomástarde.

Ésta es, innegablemente, la más estupenda, la más interesante y la másimportante empresa que haya sido realizada o intentada nunca por unoshombres. Inútil sería por ahora pensar en determinar qué magníficosresultadospuedetraercomoconsecuencia.

BERENICE

El infortunio es múltiple. La desdicha sobre la tierra, multiforme.Dominando el vasto horizonte cual el arco iris, son sus matices tan varioscomo los de ese arco, tan claros también, e incluso tan íntimamentemezclados.¡Dominandoelvastohorizontecualelarcoiris!¿Cómohepodidoobtener de la bellezaun tipode fealdad? ¿Cómodel pactodepaz, undolorsemejante?Perolomismoqueenlaéticaelmalesunaconsecuenciadelbien,así, en la realidad, de la alegría nace la pena, bienporque el recuerdode lafelicidadpasadaformelaangustiadehoy,bienporque lasangustiasquesontengansuorigenenloséxtasisquepuedenhabersido.

Mi nombre de pila es Egeo; no mencionaré mi apellido familiar. Sin

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embargo,nohay torreonesen lacomarcamás ilustresque losdemi tristeyvetustacasasolariega.Nuestrolinajehasidollamadorazadevisionarios;yenmuchos detalles notables —en el carácter de la mansión familiar, en losfrescosdelsalónprincipal,enlostapicesdelosdormitorios,enloscinceladosde algunos pilares de la armería, pero más especialmente en la galería decuadros antiguos, en el estilo de la biblioteca, y por último, en laparticularísima naturaleza del contenido de esa biblioteca— hay más quesuficientespruebasparajustificaresacreencia.

Elrecuerdodemisprimerosañosvaunidoaesasalayaesosvolúmenes,de los cuales no diré nadamás. Allí muriómimadre. Allí nací. Pero seríaocioso decir que no he vivido antes, que el alma no tiene una existenciaanterior.¿Loniegausted?Nodiscutamosesetema.Convencidoyomismo,nointentoconvencer.Allíhay,noobstante,unrecuerdodeformasaéreas,deojosespirituales y pensativos, de sonidos musicales, aunque tristes; un recuerdoque no quiere irse; un recuerdo parecido a una sombra, vago, invariable,indefinido,incierto,ycomounasombratambién,meveoenlaimposibilidaddedeshacermedeellamientrasexistaelsoldemirazón.

En esa estancia nací.Despertando así de la larga noche que parecía ser,peroquenoera,lanada,paracaerenseguidaenlasverdaderasregionesdeunpaís de hadas, en un palacio fantástico, en los extraños dominios delpensamientoyde la erudiciónmonásticos,noes raroquehayamiradoamialrededor con ojos espantados y ardientes, que hayamalgastadomi infanciaante los librosydisipadomi juventuden sueños;pero loquees singular, alpasarlosañosycuandoelmediodíadelavirilidadmeencontróaúnenlacasademispadres,loqueesmaravillosoeseseestancamientoquecayósobrelasfuentesdemivida,maravillosoesetotaltrastrocamientoquetuvolugarenelcarácter de mis más vulgares pensamientos. Las realidades del mundo meafectaban como visiones, y sólo como visiones, mientras que las ideasdesenfrenadas de la comarca soñadora llegaban a ser, en cambio, no elalimentodemiexistenciadiaria,sinorealmentemienterayúnicaexistencia.

Bereniceyyoéramosprimos,ycrecimosjuntosenmicasasolariega.Aunasí, crecimosmuydiferentes: yo,míserode saludy sepultadoen la tristeza;ella,ágil,graciosaydesbordantedeenergía.Paraellaeraelvagarporlaladerade la colina; para mí, los estudios del claustro. Yo, viviendo dentro de mipropio corazón, y entregado en cuerpo y alma a la más intensa y penosameditación; ella, vagando despreocupada por la vida, sin pensar en lassombras de su camino o en el vuelo callado de las horas con plumaje decuervo. ¡Berenice!Grito sunombre—¡Berenice!—,yen las ruinasvetustasde mi memoria se agitan mil recuerdos tumultuosos a ese sonido. ¡Ah, suimagen está viva antemí ahora, como en los primeros días de su luminosoardor y de su alegría! ¡Oh, magnífica, y con todo, fantástica belleza! ¡Oh,

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sílfideentrelosarbustosdeArnheim!¡Oh,náyadeentresusfuentes!Yluego,luego todo es misterio y terror, y una historia que no puede contarse. Unadolencia, una fatal dolencia cayó sobre su persona como el simún; y hastacuando yo la contemplaba, el espíritu de transformación pesaba sobre ella,penetrando su espíritu, sus hábitos, su carácter, y de la maneramás sutil yterrible, ¡perturbaba incluso la identidad de su persona! ¡Ay, el destructorveníayse iba!Ylavíctima,¿dóndeestá?Nolaconocía,oalmenos, ¡no laconocíayacomoBerenice!

Entre la numerosa serie de enfermedades acarreadas por aquella fatal yprimera, que provocaron una revolución de un género tan terrible en el sermoralyfísicodemiprima,hayquemencionarladenaturalezamáspenosaytenaz: una especie de epilepsia que terminaba con frecuencia en catalepsia,unacatalepsiamuyparecidaa lamuerte real,yde laquedespertabaellaenmuchos casos con un brusco sobresalto. Al mismo tiempo mi propiaenfermedad—puesmehandichoquenopuedollamarladeotromodo—,mipropia enfermedadaumentaba rápidamente, tomando,porúltimo, el carácterde una monomanía, de una forma nueva y extraordinaria, cobrando a cadahora, a cadaminutomayor energía, y adquiriendo al cabo sobremí elmásincomprensible ascendiente. Esta monomanía, si he de usar este término,consistía en una irritabilidadmorbosa de esas facultades del espíritu que laciencia metafísica denomina atentas. Es más que probable que no sea yocomprendido; pero temo de veras que no haya manera posible de dar a lamayoría de los lectores una idea adecuada de esa nerviosa intensidad deinterés con la cual, enmi caso, la facultad demeditación (para no empleartérminostécnicos)seocupabaysesumíaenlacontemplacióndelosobjetosmásvulgaresdeluniverso.

Meditar infatigablemente durante largas horas, con mi atención fija enalgún frívolo dibujo sobre elmargen o en el texto de un libro; permanecerabsorto lamayor parte de un día de verano en una curiosa sombra cayendooblicuamentesobreeltapizosobreelsuelo;olvidarmedemímismoduranteuna noche entera, espiando la firme llama de una lámpara; soñar toda unajornada con el perfume de una flor; repetir monótonamente alguna palabravulgar,hastaqueel sonido, acausade las frecuentes repeticiones, cesaradeofrecerunaideacualquieraa lamente;perder todosentidodemovimientoodeexistencia físicapormediodeunaabsoluta inmovilidadcorporal, largaypersistentementemantenida: tales eranalgunasde lasmás comunesyde lasmenos perniciosas fantasías promovidas por el estado de mis facultadesmentales,quenoson,porsupuesto,únicas,peroquedesafíanenverdadtodogénerodeanálisisoexplicación.

A pesar de todo, no quiero ser mal interpretado. La anormal, grave ymorbosaatenciónasíexcitadaporobjetosfrívolosensupropianaturalezano

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debeconfundirseenelcarácterconesatendenciameditativacomúnatodalahumanidad,ya laqueseentreganenparticular laspersonasde imaginaciónardiente.Eranosólo,comodeprimeraintenciónpodríasuponerse,unestadoextremoo una exageración de tal tendencia, sino originaria y esencialmentepreciso y distinto. En uno de esos casos el soñador o imaginativo, alinteresarseporunobjetoengeneralnofrívolo,demodoinsensiblepierdedevistaeseobjetoenundesiertodededuccionesysugestionesquedeallísurgen,hastaquealtérminodeunodeesossueñosdiariosconfrecuenciahenchidodevoluptuosidad, encuentra el incitamentum o causa primera de susmeditaciones, por entero desvanecido y olvidado. En mi caso, el objetoprimario era invariablemente frívolo, aunque revistiendo, a través delmediodemi visión perturbada, una importancia reflejada e irreal. Hacía yo pocasdeducciones,siesquehacíaalguna,yesaspocasvolvíanconobstinaciónalobjeto principal como a un centro. Las meditaciones no eran nuncaplacenteras;yalfinaldelensueño,lacausaprimera,lejosdeestarapartadadela vista, había alcanzado ese interés sobrenaturalmente exageradoque era elrasgocaracterísticodemi enfermedad.Enunapalabra, la facultad espiritualmás ejercitada con preferencia era en mí, como he dicho antes, la de laatención,yes,enelsoñadordiariolaespeculativa.

Mis libros en aquella época, si no servían en realidad para irritar aqueltrastorno, participaban, como debe comprenderse, ampliamente, por sunaturalezaimaginativaeinconexa,enlascualidadescaracterísticasdelpropiomal.Recuerdobien,entreotros,eltratadodenobleitalianoCoeliusSecundusCurioDeAmplitudineBeatiRegnDei,lagranobradeSanAgustínLaCiudadde Dios y el De Carne Christi, de Tertuliano, cuya paradójica sentencia:«MortuusestDe filius; credibile estquia ineptumest; et sepultus resurrexit;certum est quia imposible est», absorbió íntegromi tiempo durantemuchassemanasdelaboriosaeinfructuosainvestigación.

Parecerá así que, alterada en su equilibrio por cosas triviales, mi razónmostrarasemejanzaconesarocaoceánicadequehablaTolomeoHephestion,queresistíadefirmelosataquesdelaviolenciahumanayalmásfierofurordelas aguas y de los vientos, temblandoúnicamente al simple toquede la florllamada asfódelo. Y aunque a un pensador de poca fijeza le pueda parecerfuera de duda que la alteración producida por su desdichada dolencia en lacondición moral de Berenice me proporcionase muchos motivos para elejerciciodeesaintensayanormalmeditacióncuyanaturalezamehacostadocierto trabajo explicar, noocurría así enningún caso.Durante los intervaloslúcidosdemidolencia,mecausabasudesgraciaunapenareal,yaquellaruinatotaldesubellaydulcevidaconmovíahondamentemicorazón,sinquedejarayodereflexionar,muchasvecesconamarguraenlasmaravillosasvíasporlascualeshabíapodidoproducirsetandesúbitounarevolucióntanextraña.Peroaquellasreflexionesnoparticipabandelaidiosincrasiademidolencia,yeran

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tales como se le hubiesen ocurrido, en circunstancias semejantes, a lamasaordinaria de la humanidad. Fiel a su propio carácter, mi enfermedad semanifestaba en los menos importantes, pero más pavorosos cambios quetenían lugar en el estado físico de Berenice, en la singular y aterradoradeformacióndesuidentidadpersonal.

Al correr los días más brillantes de su incomparable belleza, con todaseguridad, no la había yo amado nunca. En la extraña anomalía de miexistencia, mis sentimientos no me han venido jamás del corazón, y mispasiones han venido siempre de mi espíritu. A través del gris de lasmadrugadas, en las sombras entrecruzadas de la selva al mediodía, y en elsilenciodemibibliotecaporlanoche,volóellaantemisojos,ylavi,nocomolaBerenicedeunsueño,nocomounserdelaTierra,tangible,sinocomolaabstracción de un ser semejante; no como una cosa que admirar, sino queanalizar;nocomounobjetodeensueño,sinocomotemadeunaespeculacióntan abstrusa cual inconexa.Y ahora, ahorame estremecía en su presencia ypalidecía cuando se acercaba; pero, aunque lamentando amargamente sudecaídoytristeestado,recordabayoquemehabíaamadolargotiempo,yenunmalmomentolehablédematrimonio.

Se acercaba por fin la época de nuestras nupcias cuando una tarde deinvierno,unodeesosdías intempestivamentecálidos, tranquilosybrumososquesoncomolanodrizadelabellaAlcione,mesenté(creyéndomesolo)enelgabineteinteriordelabiblioteca.PeroallevantarlosojosviaBereniceenpieantemí.

¿Fuemiimaginaciónexcitada,olainfluenciabrumosadelaatmósfera,oelinciertocrepúsculodelaestancia,oelropajegrisqueenvolvíasufiguraloque hizo tan vacilante y vago su contorno?No podría decirlo.Acaso habíanacidodurantesuenfermedad.Nohablóellaunapalabra;yyopornadadelmundo hubiera pronunciado una sílaba.Un estremecimiento helado recorriómipersona;meoprimióunasensacióndeinsufribleansiedad;unadevoradoracuriosidadinvadiómialma,yechándomehaciaatrásenelsillón,permanecíduranteunratosinrespirar,inmóvil,conlosojosclavadosensufigura.¡Ay!Era excesiva su demacración, y ni un solo vestigio de su ser primero seescondíaenningunalíneadeaquelcontorno.

No era sino una sombra de lo que había sido. Por fin cayeron sobre surostromisardientesmiradas.Sufrenteeraalta,muypálida,ysingularmenteplácida; los cabellos en otro tiempo de un negro azabache, la recubrían enparte, tapando las sieneshundidas con innumerables rizos, ahoradeunvivodorado, y cuyo carácter fantástico desentonaba de unmodo violento con lapredominantemelancolíadesurostro.Losojoscarecíandevidaydebrillo,y,enapariencia,depupilas;sinquerer,apartélasmíasdesufijezavidriosaparacontemplarsusdelgadosyarrugadoslabios.Sesepararon,yenunasonrisade

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unespecialsignificado,aparecieronlentamenteantemivistalosdientesdelacambiadaBerenice.¡PluguieraaDiosquenoloshubiesecontempladonunca,oque,alverlos,hubieramuertoyo!

Mesobrecogióelruidodeunapuertaquesecerraba,yallevantarlosojosviquemiprimahabíasalidodelaestancia.Perodelaestanciaagitadademicerebro no había salido, ¡ay!, ni siquiera salir el blanco y triste espectro deaquellosdientes.Nohabíaniunamanchasobresusuperficie,niunasombrasobre su esmalte, ni unamella en su hilera que en aquel breve lapso de susonrisanosehayagrabadoenmimemoria.Losviahoramásinequívocamentequeloshabíacontempladoantes.¡Losdientes,losdientes!Estabanallí,alláyentodaspartes,visiblesypalpablesantemí,largos,estrechosyexcesivamenteblancos, con los pálidos labios arrugados enmarcándolos, como en elverdaderomomentodesuprimeroyterribledesarrollo.

Entonces sobrevino la furia plena de mi monomanía, y luché en vanocontra su extraña e irresistible influencia. En los objetos multiplicados delmundoexteriornoteníayopensamientosmásqueparalosdientes.Sentíaporellosundeseofrenético.Todoslosdemástemasytodoslosinteresesquedaronabsorbidosensusolacontemplación.Ellos,sóloellosestabanpresentesamimiradamental,ysusolaindividualidadseconvirtióenlaesenciademividaespiritual. Los veía bajo todas las luces; les daba vueltas en todos sentidos;estudiaba sus características;mepreocupaban sus particularidades;meditabasobresuconformación;reflexionabasobre laalteracióndesunaturaleza;meestremecíaatribuyéndolesconla imaginaciónunafacultaddesensaciónydesensibilidad, e incluso, sin ayuda de los labios, una capacidad de expresiónmoral.SehadichobiendemademoiselleSalléque«toussespasétaientdessentiments», y deBerenice creía yo aúnmás seriamente que tous ses dentsétaient des idées.Des idées! ¡Ah, he aquí el pensamiento idiota queme haperdido!Des idées! ¡Ah,poreso loscodiciabayo tan locamente!Sentíaquesólosuposesiónpodíadarmeelsosiegoyhacermerecobrarlarazón.

Y cayó la noche así sobre mí, y entonces vinieron las tinieblas, y sedetuvieron,ysedisiparon,ydespuntóelnuevodía,ylabrumadeunasegundanocheseamontonóahoraamialrededor,yaúnseguíayosentado,inmóvilenaquella estancia solitaria, y todavía el fantasma de los dientes mantenía suterrible ascendiente, hasta el punto de que, con la más viva y horrendaclaridad, flotaba en torno, entre las luces y las sombras cambiantes de lahabitación.Alcaboirrumpióenmediodemissueñosungritodehorrorydecongoja, y a él, después de una pausa, sucedió un ruido de voces agitadas,mezcladasconmuchossordosgemidosdedolorodepena.Melevantédemiasiento,yabriendodeltodounadelaspuertasdelabiblioteca,virígidaenlaantecámaraaunadoncella,deshechaenllanto,quemedijoqueBerenice¡yano existía!Había sufrido un ataque de epilepsia en las primeras horas de la

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mañana;yahora,alcaerlanoche,estabalatumbadispuestaparasuocupante,yhechostodoslospreparativosparaelentierro.

Me encontré de nuevo sentado en la biblioteca y solo. Parecíame queacababa de despertarme de un confuso y agitado sueño. Vi que era ahoramedianoche,ymediperfectacuentadeque,alponerseelsol,seríaenterradaBerenice.Peronoheconservadodelosucedidounacomprensiónrealnibiendefinida.Sinembargo,mimemoriaestaballenadehorror,horrormásterribleaún por ser vago, terror más terrible en su ambigüedad. Era una páginaespantosadel librodemivida, escrita todacon recuerdososcuros, atroceseininteligibles.

Me esforcé por descifrarlos, aunque en vano; de cuando en cuando,parecidoalespíritudeunsonidomuerto,diríasequeretumbabaenmisoídoselgritoagudoypenetrantedeunavozdemujer.Habíayorealizadounacto—¿cuál?—.Me dirigía amímismo la pregunta en voz alta, y los ecos de lahabitaciónmemusitaban:«¿Quéhashecho?».

Sobre lamesa, ami lado, ardía la lámpara y cerca había una cajita.Noposeía un carácter notable, y la había visto antes muchas veces, puespertenecía al médico de la familia; pero ¿cómo había venido a parar aquí,sobremimesa,yporquémeestremecíaalmirarla?Eran,éstas,cosasdepocamonta, ymis ojos al final cayeron sobre las páginas abiertas de un libro, ysobre una frase subrayada. Eran las palabras singulares, pero sencillas, delpoetaEbnZaiat:«Dicebantmihisodales,sisepulchrumamiaevisitarem,curasmeas aliquantulum fore levatas». ¿Por qué al leerlas cuidadosamente semeerizaronloscabellosymisangresehelóenmisvenas?

Dieron un golpecito en la puerta de la biblioteca, y pálido como unhabitante de la tumba, entró un criado de puntillas. Sus ojos estabantrastornados de terror, yme habló con una voz trémula, ronca ymuy baja.¿Qué me dijo? Oí algunas palabras entrecortadas. Me habló de un gritoespantosoquehabíaturbadoelsilenciodelanoche,deunareunióndetodalaservidumbredelacasa,desubúsquedaendireccióndeaquelsonido;luego,eltono de su voz se hizo espeluznantemente claro cuando me habló de unatumba violada, de un cuerpo desfigurado, sin lamortaja, pero respirando ypalpitandoaún,¡vivotodavía!

Señalómisropas;estabanmanchadasdebarroydesangrecoagulada.Sinhablar,me cogió con suavidad de lamano: tenía señales de uñas humanas.Dirigiómiatenciónhaciaunobjetoapoyadocontralapared.Lomiréduranteunosminutos:eraunaazada.Lanzandoungritosaltéhacialamesa,yagarrélacajaquehabíasobreella.Peronotuvefuerzaparaabrirla,yenmitemblorsemeescurriódelasmanos,cayópesadamenteysehizopedazos.Deella,conun ruido tintineante, se escaparon algunos instrumentos de cirugía dental,

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mezclados con treinta y dos piececitas blancas, parecidas al marfil, que seesparcieronporelsueloaquíyallá.Eran¡losdientesdeBerenicequelehabíaarrancadoyoensutumba!

CUATROBESTIASENUNA

(ELHOMBRECAMELLOPARDAL)

Antiochus Epiphanes está considerado generalmente como el Gog delprofeta Ezequiel. Este honor, debe, sin embargo, ser atribuido más bien aCambises, el hijo de Ciro. Y, en realidad, el carácter del monarca sirio nonecesitadeningúnembellecimientoadventicio.Suelevaciónaltrono,o,mejordicho, su usurpación de la soberanía, ciento setenta y un años antes de lavenida de Cristo; su tentativa de saqueo del templo de Diana en Éfeso; suimplacablehostilidadcontralosjudíos;laviolacióndelSantodelosSantos,ysumuertemiserableenTaba,despuésdeunreinadotumultuosodeonceaños,soncircunstanciasdeuntiposobresaliente,y,portanto,másnotablesparaloshistoriadores de su tiempo que las impías, cobardes, crueles, necias ycaprichosashazañasquehayqueañadiralasumatotaldesuvidaprivadaydesureputación.

Supongamos,amable lector,queestamosahoraenelañodelmundo tresmilochocientostreinta,eimaginemosporunosminutosquenosencontramosenlamásgrutescamoradadelhombre,enlanotableciudaddeAntioquía.EsciertoquehabíaenSiriayotrascomarcasdieciséisciudadesdeesenombre,ademásde ésta aquemás especialmente aludo.Pero lanuestra es laque sellamaba Antioquía Epidaphne, a causa de su proximidad al pueblecito deDafne,dondeseelevabauntemploconsagradoaestadivinidad.Fueedificado(aunque sobre ello exista alguna discusión) por SeleucusNicanor, el primerrey del país después de Alejandro el Grande, en memoria de su padre,Antíoco,yllegóaserenseguidalasededelamonarquíasiria.EnlostiemposflorecientesdelImperioromanoeralaresidenciaordinariadelprefectodelasprovinciasorientales;ymuchosdelosemperadoresdelaciudadreina(entrelosquepuedenmencionarse,especialmente,aVerusyaValens)pasaronallílamayorpartedesutiempo.Peroadviertoquehemosllegadoalaciudadmisma.Subamossobreesamurallaydejemoscaernuestrosojossobrelaciudadylastierrascomarcanas.

—¿Cuáleseseanchoyrápidoríoqueseabrecamino,coninnumerablescascadas, por las montañas selváticas, y finalmente entre la maraña de losedificios?

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—Es el Orontes, y es la única agua que se divisa, a excepción delMediterráneo, que se extiende, como un amplio espejo, doce millasaproximadamente, hacia el sur. Todos han visto el Mediterráneo; peropermitidmedecirquepocoshanpodidoecharunvistazoaAntioquía.Pocos,quierodecir,pocossonlosque,comoustedyyo,hangozadoalmismotiempode losbeneficiosdeunaeducaciónmoderna.Poresodejedemirarelmarydirijatodasuatenciónalamasadecasasqueseextiendedebajodenosotros.Recordaráqueestamosahoraenelañodelmundotresmilochocientostreinta.Si fuese más tarde (por ejemplo, si fuese el año de Nuestro Señor milochocientos cuarenta y cinco) nos veríamos privados de este espectáculoextraordinario. En el siglo diecinueve, Antioquía está (es decir, Antioquíaestará)enunlamentableestadoderuina.Habrásidoenesetiempototalmentedestruidaentresépocasdiferentesportresterremotos.Adecirverdad,lopocoquequedarádelaprimitiva,seencontraráenunestadotandesoladoyruinoso,que el patriarca trasladará su residencia a Damasco. Está bien. Veo queaprovecha usted mi consejo y que dedica la mayor parte de su tiempo areconocerloslugarespara

…alegrarvuestrosojos

conlosrecuerdosylascosasfamosas

quemásrenombredanaestaciudad…

Lepidoperdón;habíaolvidadoqueShakespearenofloreceráantesdemilsetecientos cincuenta años. Pero el aspecto de Epidaphne, ¿no justifica esenombredegrutescoquelehedado?

—Estábienfortificada;y,enesterespecto,debetantoalanaturalezacomoalarte.

—Esoesmuycierto.

—Hayunacantidadprodigiosadeimponentespalacios.

—Loshay.

—Ysus templos suntuososymagníficospueden ser comparadoscon losmásprestigiososdelaantigüedad.

—Deboreconocerlo.Hay,noobstante,unainfinidaddecasuchasdebarroydechozasabominables.Observamosunaprofusióndeinmundiciasentodoslosalbañales,yanoserporlashumaredasquetodolodominandelinciensoidólatra, no cabe duda de que encontraríamos allí un intolerable hedor. ¿Havistoustednuncaunascallestaninsoportablementeestrechasounascasastanmilagrosamentealtas?¡Quéoscuridaddejansussombrassobreelsuelo!Estábien que las lámparas colgantes de esas interminables columnataspermanezcanencendidasdurantetodoeldía;enotrocaso,tendríamosaquílas

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tinieblasdeEgiptoenlaépocadesudesolación.

—¡Esporciertounextrañolugar!¿Quésignificaaquelsingularedificio?¡Mire!¡Dominatodoslosdemásyseextiendehaciaelestedelquecreoeselpalacioreal!

—EselnuevotemplodelSol,aquienadoranenSiriabajoelnombredeElahGabalah.Másadelante,unemperadorromanomuyfamosoinstituiráeseculto en Roma, y de él tomará su sobrenombre, Heliogábalo. Me atrevo aafirmarlequeleagradaríaecharunaojeadaaesadivinidad.Nonecesitaustedmiraralcielo;suSolnoestáallí;almenos,elSoladoradoporlossirios:Esadeidadseencuentraenelinteriordeeseedificio.Esadoradabajolaformadeunanchopilardepiedracuyapuntaterminaenunconoopirámide,conlacualsesimbolizaelfuegoopyr.

—¡Escuche! ¡Mire! ¿Quiénes pueden ser esos seres ridículos,semidesnudos, con las caras pintadas, que vociferan y gesticulan ante lachusma?

—Unos cuantos pocos son saltimbanquis. Otros pertenecen másparticularmentealarazadelosfilósofos.Lamayoría,empero,sobretodolosque tratan al populacho a palos, son los principales cortesanos del palacio,ejecutando,comoessudeber,algunalaudablechuscadadelrey.

—Pero ¿qué hay allí? ¡Cielos! ¡La ciudad hormiguea de bestias feroces!¡Quéterribleespectáculo!¡Quépeligrosasingularidad!

—Terrible es, si usted quiere, aunque nada peligrosa.Cada animal, si sedignatomarselamolestiadeobservar,vasiguiendo,muytranquilo,asuamo.Unoscuantos,enefecto,sonconducidosconunacuerdaalrededordelcuello;pero son en particular las especiesmás pequeñas omás tímidas.El león, eltigre y el leopardo marchan completamente sueltos. Han sido domados sindificultad para su presente profesión, y siguen a sus respectivos amos encalidaddevaletsdechambre.Verdadesquehaycasosenque laNaturalezaafirma su violado dominio; pero un heraldo devorado, o un toro sagradoestrangulado, son detalles de muy poco monta para ser mencionados enEpidaphne.

—Pero ¿qué tumulto extraordinario oigo? ¡Seguramente es un alboroto,inclusoparaAntioquía!Esoindicaalgunaconmoción,deuninterésinusitado.

—Sí, indudablemente. El rey habrá ordenado algún nuevo espectáculo,algunaexhibicióndegladiadoresenelhipódromo,oquizálamatanzadelosprisionerosescitas,oel incendiodesunuevopalacio,o lademolicióndeunhermoso templo,acasounahogueraconalgunos judíos.Elgriteríoaumenta.Suben hacia los cielos estallidos de risa. Desgarran el aire instrumentos devientoyelclamordeunmillóndegargantas.Bajemos,poramoralregocijo,y

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veamosquépasa.Poraquí, ¡cuidado!Estamosahoraen lacalleprincipal, lallamadacalledeTimarchus.Elmardegentevieneaeselado,ynosserádifícilremontar la corriente. Se esparce por la avenida de Hércules, que arrancadirecta del palacio; por eso, muy probablemente, vendrá el rey entre losalborotadores. Sí, oigo los gritos del heraldo proclamando su llegada con lapomposa fraseología del Oriente. Podremos echar un vistazo a su personacuando pase ante el templo de Ashimah. Cobijémonos en el vestíbulo delsantuario;estaráélaquípronto.Entretanto,examinemosesaimagen.¿Quées?¡Oh!EseldiosAshimahenpersona.Veráustedcómonoesniuncordero,niunacabra,niun sátiro;no tiene tampocomuchoparecidoconelPande losarcadios. Y, no obstante, esas apariencias han sido (le pido perdón), seránatribuidas por los eruditos de las edades futuras al Ashimah de los sirios.Póngaselasgafasydígamequées.¿Dequésetrata?

—¡BenditoseaDios!¡Esunmono!

—Ciertamente,unmandril;peronoesenabsolutounadeidad.Sunombreesunaderivacióndelgriegosimia(¡quégrandesneciossonlosarqueólogos!).Pero ¡mire!Mire cómo se escabulle aquel pilluelo andrajoso. ¿Adónde va?¿Quéchilla?¿Quéesloquedice?¡Oh!Dicequeelreyllegaentriunfo,quellevasuvestimentadeceremonia,quevieneahoramismodedecapitarconsuspropias manos ¡un millar de prisioneros israelitas encadenados! ¡Por estahazañaelgranujaleelevahastaloscielos!¡Atención!Aquíllegauntropeldegentes de una clase parecida. Han compuesto un himno en latín sobre lavalentíadelrey,ylocantanmientrasmarchan:

Mille,mille,mille,

mille,mille,mille,

decollavimus,unushomo!

Mille,mille,mille,mille,decollavimus!

Mille,mille,mille,

vivatquimillemilleoccidit!

Tantumvinihabetnemo

quantumsanguiniseffudit.

Locualpuedeserparafraseadodeestemodo:

Mil,mil,mil,

mil,mil,mil,

¡conunguerrero,hemosdecapitadonosotros!

¡Mil,mil,mil,mil,hemosdecapitado!

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Mil,mil,mil.

¡Vivaquienmilmató!

¡Quenoshadadounavendimiadesangre

mayorquetodoelvinoqueproducelaSiria!

—¿Oyeustedesetronardetrompetas?

—¡Sí, llega el rey! ¡Mire! ¡El pueblo está anhelante de admiración ylevantalosojosalcielo,reverente!¡Llega,hallegado!¡Ahíestá!

—¿Quién?¿Dónde?¿Elrey?Noleveo;ledigoquenoleveo.

—Debeusteddeestarciego.

—Esmuyposible.Peronoveonadamásqueunamultituddeidiotasydelocosqueseafananenprosternarsejuntosanteelgigantescocamellopardalypugnanporaplicarunbesosobrelapezuñadelanimal.¡Mire!Labestiaacabaprecisamente de cocear a uno de la chusma, y a otro, y a otro, y a otro.Realmente,nopuedodejardeadmiraraeseanimalporelexcelenteusoquehacedesuspatas.

—¡Unachusma!Pero¡sisonlosnoblesylibresciudadanosdeEpidaphne!¿Labestiadiceusted?Andeconcuidadodequenoleoigan.¿Novequeeseanimaltieneunrostrodehombre?¡Sí,miqueridoseñor,esecamellopardalnoes otro que Antíoco Epiphanes, Antíoco el Ilustre, rey de Siria, y el máspoderosodetodoslosautócratasdelOriente!VerdadesqueélsetitulaavecesAntíocoEpimanes,AntíocoelLoco;peroesoobedeceaquenotodalagenteresulta capaz de apreciar sus méritos. Es también cierto que está por elmomentoocultoenlapieldeunabestia,yquedesempeñalomejorquepuedeelpapeldeuncamellopardal;perolohaceparamantenermejorsudignidadderey.Además,elmonarcaesdeunaestaturagigantesca,ysuvestimenta,portanto, no le sienta mal ni le viene demasiado grande. Podemos, con todo,suponerqueélnose lahubierapuestomásqueenunaocasióndeunfaustoespecial.Yreconoceráustedqueloeslamatanzadeunmillardejudíos.¡Conqué suprema dignidadmarcha elmonarca sobre sus cuatro patas! Como veusted,lelevantanlacolasusdosprincipalesconcubinas,ElinayArgelais;ysuaspecto total sería atractivo hasta lo infinito si no fuese por sus ojosprotuberantes que están a punto de salírsele de la cabeza, y por el extrañocolordesufaz,queseconvierteenalgoindescriptibleacausadelacantidaddevinoquehaingerido.Sigámoslealhipódromo,adondesedirige,yoigamoselcantotriunfalqueélmismoinicia:

¿QuiénesreysinoEpiphanes?

Decid,¿losabéis?

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¿QuiénesreysinoEpiphanes?

¡Bravo,bravo!

NohaymásqueunEpiphanes;

no,nohayningúnotro.

Así,pues,derribadlostemplos

¡yapagadelsol!

»¡Bienyvigorosamentecantado!ElpopulacholesaludacomoPríncipedelosPoetas,GloriadelOriente,Deleite delUniverso, y, en fin, comoelMásNotabledelosCamellosPardales.Lehacenrepetirsuexpansión,y,¿looye?,comienza de nuevo a cantar. Cuando llegue al hipódromo, le pondrán lacoronapoética,vaticiniodesuvictoriaenlospróximosOlímpicos.

—Pero,¡buenJúpiter!,¿quésucedeenlamultitudanuestraespalda?

—¿Anuestraespaldahadichousted?¡Oh,ah!Yaloveo.Amigomío,hahecho usted bien en hablar a tiempo. Pongámonos a salvo lo antes posible.¡Aquí!Refugiémonosbajoelarcodeeseacueductoyleexplicaréenseguidaelorigende esa agitación.Haocurrido loqueyohabía anticipado.El singularaspectodelcamellopardalconcabezadehombrehaofendido,alparecer,lasideasdedecoromantenidasengeneralporlosanimalessalvajesdomesticadosen la ciudad. Ello ha originado un motín, y como es habitual en talesocasiones, todos los esfuerzos humanos serán inútiles para contener a lachusma.Varios sirios han sido devorados ya; pero el criterio general de lospatriotas de cuatro patas es, según parece, comerse al camello pardal. ElPríncipedelosPoetas,portanto,sehalevantadosobresuspatastraserasparadefender su vida. Sus cortesanos le han dejado en la estacada, y susconcubinashanseguidotanexcelenteejemplo.¡DeleitedelUniverso,estásenmal trance! ¡Gloria del Oriente, corres peligro de ser comido! Conque nomirestanlastimosamentetucola;sinduda,searrastraráporellodo,yesonotiene remedio. No mires hacia atrás, hacia su inevitable degradación, perorecobratuvalor,empleatuspatasconvigor¡yescabúlletehaciaelhipódromo!Recuerda que eres Antíoco Epiphanes, ¡Antíoco el Ilustre! ¡Y tambiénPríncipe de los Poetas, Gloria del Oriente, Deleite del Universo y el MásNotable de los Camellos Pardales! ¡Cielos, qué potencia de velocidaddespliegas! ¡Qué seguridad de patas desarrollas! ¡Corre, Príncipe! ¡Bravo,Epiphanes!¡Bienlohaces,CamelloPardal!¡GloriosoAntíoco!¡Corre,salta,vuela!¡Comounproyectildecatapultaseacercaalhipódromo!¡Sal,grita,yaestáallí!Bienhiciste,pues,¡ohGloriadelOriente!,quehedehabertardadoun segundomás en llegar a las puertas del anfiteatro, no habría osezno enEpidaphnequenohubieseroídotuosamenta.Salgamos,¡marchémonos!,puesnuestrosoídosmodernosnosoncapacesdesoportarelenormeestruendoque

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va a iniciarse para celebrar la fuga del rey. ¡Escuche! Ha comenzado ya.¡Mire!Todalaciudadestárevuelta.

—¡Es, con seguridad, la más populosa ciudad del Oriente! ¡Quémezcolanzadegentes!¡Quérevoltijodetodaslasclasesydetodaslasedades!¡Qué multiplicidad de sectas y de naciones! ¡Qué variedad de trajes! ¡QuéBabel de lenguas! ¡Qué gritos de animales! ¡Qué resonar de instrumentos!¡Quécuadrilladefilósofos!

—¡Vámonos!

—Espereunmomento.Veogranalborotoenelhipódromo.¿Quésignificaeso?Leruegoquemeloexplique.

—¿Eso? ¡Oh, nada! Los nobles y libres ciudadanos de Epidaphne, alsentirse,comoellosmismosdeclaran,muysatisfechosdelalealtad,valentía,sabiduríaydivinidaddesurey,yhabiendosido,además,testigospresencialesdesurecienteagilidadsobrehumana,creenquenohacenmásquecumplirconsudeberciñendoasussienes(ademásdelapoética)lacoronadelavictoriaenla carrera a pie, una corona que es evidente que deberá obtener en lacelebración de la próxima Olimpíada, y que, por tanto, le otorgan deantemano.

ELHOMBREDELAMULTITUD

Sehadichomuybiendeciertolibroalemánque«erlasstsichnichlesen»(que no se deja leer). Hay secretos que no admiten ser descubiertos. Unoshombres mueren en sus lechos por la noche estrujando las manos deespectralesconfesoresymirándolos lastimosamenteen losojos;muerencondesesperaciónenelcorazónyconvulsionesenlagarganta,acausadelhorrordelosmisteriosquenopermitenserrevelados.Decuandoencuando,¡ay!,laconciencia humana soporta una carga de tan pesado horror, que no puededesprenderse de ellamás que en la tumba.Y por eso queda sin divulgar laesenciadetodocrimen.

Nohacemucho tiempo, a la caídadeuna tardedeotoño,mehallabayosentado ante la amplia ventana saliente del caféD***, enLondres.Durantealgunos meses había estado enfermo; pero ahora me encontraba en plenaconvalecencia, y al recuperarmis fuerzas, me sentía en una de esas felicesdisposiciones de ánimo que son precisamente lo contrario del ennui;disposicionesdelamásagudaapetencia,cuandodesaparecelapelículadelavisiónmental,yelintelecto,electrizado,superasucondicióndiaria,entanaltogradocomolaardienteya laparcándidarazóndeLeibnitzsuperala locay

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endebleretóricadeGeorgias.Elmerohechoderespirareraungozo,yellomeproducíaunpositivoplacereinclusomuchasfuentesdelegítimodolor.Cadacosameinspirabauntranquilo,peroinquisitivointerés.Conuncigarrilloenlaboca y un periódico sobre las rodillas,me había divertido durante lamayorparte de la tarde, unas veces en examinar los anuncios, otras en observar lamezcladaconcurrenciadelsalón,yotrasencontemplarlacalleatravésdeloscristalesempañadosporelhumo.

Esa calle es una de las principales vías de la ciudad, y había estadoinvadida por lamultitud durante todo el día. Pero, al oscurecer, aumentó elgentío por momentos, y cuando encendieron los faroles, dos densas ycontinuas oleadas de gente pasaban frente a la puerta. No me había yoencontrado nunca antes en una situación semejante a la de aquel momentoespecial del anochecer, y el tumultuoso océano de cabezas humanas mellenaba,poreso,deunaemocióndeliciosaynueva.Alcabonopuselamenoratención en las cosas que ocurrían en el local, y permanecí absorto en lacontemplacióndelaescenadefuera.

Al principio tomaron mis observaciones un giro abstracto y general.Mirabaalostranseúntespormasas,ymipensamientonolosconsiderabamásqueensusrelacionesconjuntas.Pronto,empero,paséalosdetallesyexaminécon minucioso interés las innumerables variedades de figura, indumentaria,aire,andares,carayexpresiónfisonómica.

La mayor parte de los que pasaban tenían un porte presuroso, comoadecuado a los negocios, y parecían preocupados únicamente de abrirsecaminoentre lamultitud.Fruncían las cejasymovían losojos rápidamente;cuando eran empujados por otros transeúntes no mostraban síntomas deimpaciencia,sinoquesearreglabanlasropasyseaceleraban.Otros,enmayornúmero aún, eran de movimientos inquietos; tenían las caras enrojecidas,hablabanygesticulabanparasímismos,comosisesintiesensolosacausadelamontonamiento de gentes a su alrededor. Cuando eran detenidos en sumarcha, aquellos seres cesabandeprontodemurmurar, pero redoblaban susgestos y esperaban, con una sonrisa, ausente y excesiva, el paso de laspersonasquelesobstruíanelsuyo.Silosempujaban,sedisculpaban,efusivos,con los autores del empujón, y parecían llenas de azoramiento. Estas dosamplias clases de gentes que acabo de mencionar no tenían ningún rasgocaracterísticodeveras.Susropaspertenecíanaesegéneroque incluyoen lacategoría de decente. Eran, sin duda, caballeros, comerciantes, abogados,artesanos,agiotistas,loseupátridasyelvulgodelasociedad,hombresociososyhombres activamente dedicados a asuntos personales, que regíannegociosbajosupropiaresponsabilidad.Noatraíanmuchomiatención.

Elgrupodelosempleadoseradelosmásevidentes,yenéldistinguíayodosdivisionesnotables.Habíalospequeñosempleadosdecasasderelumbrón:

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unosjóvenesgentlemendeajustadaslevitas,botasrelucientes,pelolustroso,ybocasarrogantes.Dejandoaunladociertagallardíaensuporte,quepodríaserdenominadadedespachoafaltadeunapalabramejor,elcarácterdeaquellaspersonas parecía ser un facsímil exacto de lo que había constituido laperfección del bon ton doce o dieciochomeses antes.Exhibían la gracia dedesechodelaclasemedia,yesto,creoyo, implicalamejordefinicióndesuclase.

La división de los altos empleados de casas sólidas, o de los steady oldfellows(ocompañerosfirmesyantiguos)era imposibledeconfundir.Se losreconocíaporsuslevitasypantalonesnegrosomarronesdehechuracómoda,por sus corbatas y chalecos blancos, por su calzado holgado y de sólidaapariencia,conmediasgruesasobotines.Teníantodoslacabezaligeramentecalva,ylasorejasrectas,utilizadashacíalargotiempoparasostenerlapluma,habíanadquiridounsingularhábitodeseparaciónensupunta.Observéquesequitabanoseponíansussombrerosconambasmanos,yquellevabanrelojesconcortascadenasdeorodeunmodelosólidoyantiguo.Teníanlaafectaciónde la respetabilidad, si es que puede existir realmente una afectación tanhonorable.

Avariosdeesosindividuosdearroganteaspecto,losreconocíprontocomopertenecientesalarazadelosrateroselegantes,queinfestatodaslasgrandesciudades.Vigiléaaquellaclasemediaconverdaderacuriosidad,ymeresultódifícil imaginar cómo podrían ser confundidos con unos gentlemen por lospropiosgentlemen.Lospuñosdesuscamisas,queasomabandemasiado,ysuairedeexcesivafranquezalostraicionabaenseguida.

Lostahúres—quedescubríengrancantidad—erantodavíamásfácilesdereconocer. Llevaban toda clase de trajes, desde el del arrojado tramposocamorrista, con chaleco de terciopelo, corbata de fantasía, cadena dorada ybotones de filigrana, hasta el de pastor protestante, de tan escrupulosasencillez, que nada podía ser menos propenso a la sospecha. Todos, sinembargo, se distinguían por cierto colormoreno de su curtido cutis, por unapagamientovaporosodelojo,yporlapalidezdesusestrechoslabios.Había,además,otrosdosrasgos,porloscualespodíayosiempredescubrirlos:eltonobajoycautelosoenlaconversación,yunmásqueordinarioestiramientodelpulgar hasta formar ángulo recto con los demás dedos.Muy a menudo, encompañía de aquellos pícaros, he observado una clase de hombres algodiferentesensuvestimenta,peroqueeranpájarosdelmismoplumaje.Selospuededefinircomocaballerosquevivendesuingenio.Parecendividirseparadevoraralpúblicoendosbatallones:eldelosdandisyeldelosmilitares.Enlaprimeraclaselosrasgoscaracterísticossoncabelloslargosysonrisas,yenlasegunda,levitashaldurasyceño.

Descendiendoenlaescaladeloquese llamanobleza,encontré temasde

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meditación más sombríos y profundos. Vi judíos buhoneros con ojoscentelleantesdehalcónen rostros cuyosotros rasgosmostrabannomásunaexpresióndeabyectahumildad;porfiadosmendigosprofesionalesempujandoa pobres demejor calaña a quienes sólo la desesperación había arrojado enpúblico a la noche para implorar la caridad; débiles y lívidos inválidos aquienes tenía asidos con mano firme la muerte y que se retorcían y setambaleabanentrelamultitud,mirando,suplicantes,atodaslascaras,comoenbusca de algún fortuito consuelo, de alguna esperanza perdida; modestasmuchachasquevolvíandeunalargayprolongadalaborhaciauntristehogar,y retrocedían más llorosas que indignadas ante las miradas de los rufianescuyo contacto directo no podían evitar, a pesar suyo; rameras de todas lasclases y de todas las edades, la inequívoca belleza en el primor de sufeminidad, que hacía recordar la estatua de Luciano, cuya superficie era demármol de Paros, y cuyo interior estaba lleno de inmundicias; la leprosaharapienta, repugnanteycompletamentedecaída; laarrugadaypintarrajeadabruja, cargada de joyas, haciendo un último esfuerzo hacia la juventud; laadolescente pura, de formas sin acusar, pero entregada ya, por una largacamaradería, a las horrendas coqueterías de su comercio y ardiendo confrenética ambición por verse colocada al nivel de sus mayores en el vicio;innumerables e indescriptibles borrachos—algunos, andrajosos y llenos deremiendos, tambaleándose, desarticulados, con caras tumefactas y ojosempañados; otros, vistiendo ropas enteras, aunque sucias, con unafanfarroneríaun tantovacilante, gruesos labios sensualesy caras rubicundasde franca apariencia; otros, vestidos con telas que en otro tiempo fueronbuenas y que aun ahora estaban cepilladas con esmero—; hombres queandaban con un aire más firme y flexible de lo natural, pero cuyos rostrosestaban espantosamente pálidos, cuyos ojos eran atrozmente feroces einyectados, y que, mientras avanzaban a grandes pasos entre la multitud,agarrabancontrémulosdedostodoslosobjetosqueencontrabanasualcance;y junto a ellos, pasteleros, recaderos, cargadoresde carbón, deshollinadores,tocadores de organillo, domadores demonos, vendedores de canciones, queentonaban otros mientras ellos las vendían; artesanos harapientos y obrerosextenuadosdetodasclases,desbordantesdeunaruidosaydesordenadavivezaqueirritabaeloídoconsusdiscordanciasyaportabaunasensacióndolorosaalosojos.

Conformesehacíamásprofundalanoche,sehacíatambiénmáshondomiinterésporlaescena,puesnosólosealterabaelcaráctergeneraldelamultitud(sus rasgosmás nobles desaparecían con la retirada gradual de la partemástranquiladelagente,ylosgroserosseponíanmásderelieveamedidaquelaúltimahorasacabaacadaespecieinfamantedesuguarida),sinoquelosrayosde los faroles, débiles al principio en su lucha con el día agonizante,recobrabanalcabosuascendienteyproyectabansobretodaslascosasunaluz

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inciertaydeslumbradora.Todoestabaoscuro,ysinembargo,brillante,comoeseébanoalcualsehacomparadoelestilodeTertuliano.

Los extraños efectos de la luzme obligaron a examinar las caras de losindividuos;yaunquelarapidezconquepasabaaquelmundoluminosoantelaventanameimpidieranlanzarmásdeunaojeadasobrecadarostro,parecíameque, dadomi peculiar estadomental, podía con frecuencia leer en el breveintervalodeunaojeadalahistoriadelargosaños.

Con la frente pegada al cristal, estaba yo así dedicado a escudriñar lamultitud,cuandoderepenteaparecióantemivistaunacara(queeraladeunviejo decrépito, de unos sesenta y cinco o setenta años), una cara queenseguidaatrajoyabsorbiómiatención,acausadelaabsolutaidiosincrasiadesuexpresión.Nohabíayovistonuncaantesnadaniremotamenteparecidoaaquellaexpresión.Recuerdobienquemiprimerpensamiento,alverla,fuequeRetzch, de haberla observado, la hubiera preferido con mucho para susencarnaciones pictóricas del demonio. Cuando intentaba, durante el breveinstante de mi primer vistazo, efectuar algún análisis del sentimientotransmitido,notésurgir,confusasyparadójicas,enmiespírituunas ideasdeamplia potencia mental, de cautela, de ruindad, de avaricia, de frialdad, demaldad, de sed sanguinaria, de triunfo, de alegría, de excesivo terror, deintensa y suprema desesperación. Me sentí singularmente despierto,sobrecogido,fascinado.

«¡Quéextrañahistoria—medijeamímismo—estáescritaenesepecho!»Tuveentoncesunvehementedeseodenoperderdevistaaaquelhombre,desaber más de él. Me puse deprisa el gabán, y cogiendo mi sombrero y mibastón,meabrícaminoporlacalleymelancéentrelamultitudenladirecciónque le había visto tomar, pues había desaparecido ya. Con cierta dificultadconseguí al fin divisarle, me aproximé y le seguí de cerca, aunque conprecauciónparanoatraersuatención.

Tenía ahora una buena oportunidad de examinar su persona. Era depequeña estatura, muy delgado y muy débil en apariencia. Sus ropas, engeneral,estabansuciasyharapientas;perocomopasabadecuandoencuandobajo la fuerte claridad de un farol, observé que su ropa blanca, aunquemanchada era de buena clase, y si no me engañó mi vista, a través de undesgarrón del roquelaure abrochado hasta la barbilla y adquirido en unaprendería,sinduda,enqueseenvolvía,entrevíelrefulgirdeunbrillanteydeun puñal. Estas observaciones avivaron mi curiosidad, y decidí seguir aldesconocidoadondefuera.

Erayanochecerrada,y sobre la ciudadcaíaunaniebladensayhúmedaqueacabóenuna lluviacopiosaycontinua.Este cambiode tiempo tuvounefectorarosobrelamultitud,queseagitótodaellaconunanuevaconmoción

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yquedóocultaporunmundodeparaguas.Laondulación,losempellonesyelzumbido crecieron diez veces más. Por mi parte, no me fijé mucho en lalluvia,puesteníaaúnenlasvenasunaantiguafiebreenacecho,quehacíaquela humedad me resultase un tanto peligrosamente grata. Anudé un pañueloalrededordemicuelloymemantuvefirme.Duranteunamediahoraelviejose abrió camino con dificultad por la calle, y yo anduve casi pisándole lostalonesparanoperderledevista.Comonovolviónuncalacabeza,nomevio.Luegotorcióporunacalletransversalque,aunestandollenadegente,nosehallabatanatestadacomolaprincipaldelaqueacababaéldevenir.Aquítuvolugar un visible cambio en su actitud. Caminó mucho más despacio y conmenosdecisiónqueantes,vacilandomucho.Cruzóyvolvióacruzarlavía,sinfinalidad aparente, y la multitud era tan espesa que a cada uno de estosmovimientosmeveíaobligadoaseguirlemásdecerca.Eraunacalleestrechay larga, y su paseo se prolongó casi una hora, durante la cual fuerondisminuyendo los transeúntes hasta reducirse a la cantidad que se ve deordinarioalasdocedeldíaenBroadway,cercadelparque;hastatalpuntoesgrandeladiferenciaentrelapoblaciónlondinenseyladelaciudadamericanamáspopulosa.Unsegundogironosllevóaunaplazabrillantementeiluminaday desbordante de vida. Reapareció la primera actitud del desconocido. Sumentónsehundiósobresupecho,mientrassusojosgiraronconvivezabajosuscejas fruncidasen todossentidoshaciacuantos le rodeaban.Apresuróelpasoconregularidade insistencia.Mesorprendió,noobstante,cuandohubodadovueltaa laplaza,que retrocediese sobre suspasos.Ymeasombróaúnmás verle repetir el mismo paseo varias veces, estando a punto de quemedescubrieraalgirarsobresustalonesconunmovimientorepentino.

En aquel ejercicio consumió otra hora, al final de la cual fuimosmenosobstaculizadosporlostranseúntesquealprincipio.Caíaconfuerzalalluvia,refrescaba el aire, y la gente se retiraba a sus casas. Con un gesto deimpaciencia, el errabundo se adentró por una calle oscura, relativamentesolitaria. A lo largo de ella corrió un cuarto de milla o cosa así con unaagilidad que no hubiera yo imaginado en un hombre de tanta edad,costándomemucho trabajoseguirle.Enpocosminutosdesembocamosenunamplio y bullicioso ferial, de cuya topografía parecía bien enterado eldesconocido,quienvolvióaadoptarsuaparenteactitudprimitiva,abriéndosecaminoaquíyalláentreelgentíodecompradoresyvendedores.

Durante lahoraymedia,aproximadamente,quepasamosenaquel lugar,necesitémucha cautela para no perderle de vista sin atraer su atención. Porfortuna, llevaba yo chanclos de caucho, y podía moverme en un perfectosilencio. No se dio cuenta ni por un solo momento de que yo le espiaba.Entraba tienda por tienda, no preguntaba el precio de nada, ni decía unapalabra,yexaminabatodoslosobjetosconunamiradafijayausente.Estabayoahoraasombradoporcompletodesuconducta,yadoptélafirmeresolución

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denosepararmedeaquelhombrehastahabersatisfechodealgunamaneramicuriosidadconrespectoaél.

Unrelojdesonoracampanadadiolasonceytodoelpúblicosemarchódelmercadoactoseguido.Untendero,albajarelcierre,diouncodazoalviejo,yen el mismo momento vi que recorría su cuerpo un estremecimiento. Seprecipitóenlacalle,miróasualrededorduranteuninstante,yluegohuyóconuna increíble velocidad por las numerosas y tortuosas callejuelas desiertas,hastaquedesembocamosdenuevoenlagranvíadedondehabíamospartido,lacalledondeestabaelcaféD***.Sinembargo,noteníayaelmismoaspecto.Seguíaestandobrillantementeiluminadaporelgas;perocaíafuriosalalluviay se veían pocos transeúntes. El desconocido palideció. Dio unos pasos,pensativo,porlaavenidaantespopulosa;luego,conunfuertesuspiro, torcióen dirección del río, y adentrándose en una amplia diversidad de callesapartadas, llegó, por último, ante uno de los principales teatros. Estabancerrándolo,yelpúblicosalíaapiñadoporlaspuertas.Vialviejoabrirlabocacomopara respirar cuando semetió entre el gentío; perome pareció que laintensaangustiadesucarasehabíacalmadoenciertomodo.Volvióahundirla cabeza en su pecho, y apareció tal como le había visto la primera vez.Observéquesedirigíaahorahaciaelmismoladoqueelpúblico,auncuando,ensuma,nopodíayocomprenderlararaobstinacióndesusactos.

Mientras él avanzaba, se iba desperdigando la gente, y se repitieron sumalestaryvacilaciones.Duranteunratosiguiódecercaaungrupodediezodocealborotadores;peropocoapoco,unoporuno,sefueronseparando,hastaquedar reducidos sólo a tres, en una calleja estrechay lóbrega, escasamentefrecuentada. El desconocido hizo un alto, y durante un momento, parecióabsorto en sus pensamientos; luego, con una agitaciónmuymarcada, siguiócon rapidez una calle que nos condujo a las afueras de la ciudad, por sitiosmuydiferentesdelosquehabíamoscruzadoantes.Eraelbarriomáshediondode Londres, donde todas las cosas ostentan la marca de la miseria másdeplorableydel crimenmásdesenfrenado.A la luzdébildeun farol casualveíanse casas de madera altas, antiguas, carcomidas, tambaleantes, endirecciones tan diversas y caprichosas, que apenas se divisaba entre ellas laaparienciadeunpaso.Losadoquinesestabanesparcidosal azar, sacadosdesushuecosporlaprofusahierbatenaz.Horriblesinmundiciassepudríanenlasalcantarillas cegadas. Toda la atmósfera rebosaba desolación. No obstante,mientras avanzábamos, se reavivaron los ruidos de la vida humana confirmezagradual,yporúltimo,nutridosgruposdelachusmamásmalvadasemovieron vacilantes aquí y allá. Palpitaron de nuevo los ánimos del viejo,como una lámpara que está pronta a extinguirse. Una vezmás se precipitóhaciadelanteconelásticopaso.Derepentevolvimosunaesquina,ardióantenuestravistaunafulgurante luz,ynosencontramosanteunodelosenormestemplos suburbanos de la Intemperancia, uno de los palacios del demonio

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Ginebra.

Ahoraerayacasielalba;peroaúnseapretujabaun tropeldemiserablesborrachospordentroypor fuerade la fastuosapuerta.Casi conungritodealegría se abrió paso el viejo entre ellos, readquirió enseguida su primitivoporte, y se puso a pasear arriba y abajo, sin objeto apreciable. No llevabamucho tiempo dedicado a esta tarea, cuando un fuerte empujón hacia laspuertas reveló que el dueño iba a cerrarlas por la hora. Lo que observéentoncesenlacaradelsersingularaquienespiabayotantenazmentefuealgomásintensoqueladesesperación.Sinembargo,novacilóensucarrera;peroconuna energía loca, volvió sobre suspasosdeprontohacia el corazóndelpoderoso Londres.Huyó largo rato con suma rapidezmientras yo le seguíaconaturdidoasombro, resuelto anoabandonaruna investigaciónpor laquesentía un interés de todo punto absorbente. Salió el solmientras seguíamosmarchando, y cuando hubimos llegado otra vez al más atestado centrocomercial de la populosa ciudad, la calle del caféD***, presentaba ésta unaspecto de bullicio y de actividad humana casi igual al que había yopresenciadoenlanocheanterior.Yallí,entrelaconfusiónqueaumentabapormomentos, persistí en mi persecución del desconocido. Pero, como decostumbre,élandabadeunladoparaotro,ydurantetodoeldíanosaliódeltorbellino de aquella calle.Y cuando las sombras de la segunda noche ibanllegando, me sentí mortalmente cansado, y deteniéndome bien de frente alerrabundo, le miré con decisión a la cara. No reparó en mí, y reanudó susolemne paseo, en tanto que yo, dejando de seguirle, permanecí absorto enaquellacontemplación.

—Esteviejo—dijeporfin—eseltipoyelgeniodelcrimenprofundo.Seniegaaestarsolo.Eselhombredelamultitud.Seríainútilseguirle,puesnolograríasabermásdeélnidesusactos.ElpeorcorazóndelmundoesunlibromásrepelentequeelHortulusAnimaeyquizáunadelasgrandesmercedesdeDiosseaqueerlasstsichnichtlesen,quenosedejaleer.

ELEONORA

Provengodeunaestirpequesehadistinguidoporelvigordesufantasíayel ardor de su pasión. Los hombres me han llamado loco; pero no estáesclarecidalacuestióndesilalocuraesonoeslosublimedelainteligencia,desibuenapartedeloqueesglorioso—todoloqueesprofundo—nosurgede una dolencia del pensamiento, de unos modos del espíritu exaltado aexpensasdelintelectogeneral.Losquesueñandedíatienenconocimientodemuchas cosas que escapan a los que sueñan únicamente de noche. En sus

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grises visiones captan vislumbres de la eternidad y se estremecen, aldespertarse, viendo que han estado al borde del gran secreto. A retazosaprendenalgodelasabiduríadelbien,ymásaúndeladelmal.Penetran,noobstante, sin timón ni brújula, en el vasto océano de la «luz inefable» y denuevo, como los aventureros del geógrafo Nubio agressi sunt maretenebrarum,quidineoessetexploraturi.

Digamos entonces que estoy loco. Reconozco, al menos, que hay doscondicionesdistintasenmiexistenciaespiritual:lacondiciónderazónlúcida,sin discusión, perteneciente al recuerdo de los sucesos que han formado laprimeraépocademivida,yunacondicióndesombraydeduda,relacionadaconelpresenteyconelrecuerdodeloqueconstituyelasegundagranépocademiexistencia.Portanto,loquedigayodelprimerperíodo,creedlo;yaloquepuedarelatardelúltimotiempo,dadlecréditosólohastadondeosparezcajusto,odudaddeélporentero;osinopodéisdudar,representadelpapeldeEdipoconsuenigma.

La que yo amé en mi juventud, y de quien trazo ahora tranquila yclaramenteestosrecuerdos,eralahijaúnicadelaúnicahermanademipadre,fallecidahace largo tiempo.Eleonoraeraelnombredemiprima.Habíamosvividojuntos,bajounsoltropical,enelValledelaHierbaPolicroma.Jamásunpasosinguíahabíapenetradohastaesevalle,pues seextendíaa lo lejosentreunacadenademontañasgigantescasqueseelevabanydominabantodoel contorno, cerrando a la luz del sol susmás deliciosos recovecos.Ningúnsenderoestabaholladoensuscercanías,yparallegaranuestrohogarfelizserequeríaapartarconfuerzaelfollajedemilesdeárbolesselváticos,yaplastarlagloriademuchosmillonesdefragantesflores.Asívivíamos,completamentesolitarios,sinconocernadadelmundomásqueaquelvalle,yo,miprimaysumadre.

Desde las regiones oscuras al otro lado de las montañas situadas en elextremo superior de nuestro cercado dominio, serpenteaba un estrecho yprofundo río, más brillante que todo, excepto los ojos de Eleonora, yretorciéndose aquí y allá ennumerososmeandros, se escapaba al fin por undesfiladerotenebrosoa travésdelasmontañasaúnmásoscurasqueaquellasde donde había salido. Lo llamábamos el «Río del Silencio», pues parecíaposeerunainfluenciaapaciguadoraensucurso.Ningúnmurmulloseelevabadesulecho,ysepaseabaportodaspartestansuavemente,quelosgranosdearena,parecidosaperlas,quenosagradabacontemplaren laprofundidaddesuseno,nosemovíanenabsoluto,sinoquereposabanenunadichainmóvil,cadacualensuantiguositioprimitivoyrefulgiendoconunbrilloeterno.

Laorilladelríoydemuchosriachuelosdeslumbradoresquepordiferentescaminossedeslizabanhacia su lecho; todoelespacioqueseextendíadesdeesaorillahastaelfondodeguijosatravésdelasprofundidadestransparentes;

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todas esas partes, digo, así como toda la superficie del valle, hasta lasmontañasquelorodeaban,estabantapizadasdeunahierbaverdetierna,densa,corta,perfectamenteigualyperfumadadevainilla,perotanbienestrellada,entodasuextensión,deranúnculosamarillos,demargaritasblancas,devioletaspurpúreasydeasfódelosdeunrojorubíquesumaravillosabellezahablabaanuestroscorazones,conacentosrefulgentes,delamorydelagloriadeDios.

Y luego, aquí y allá, entre aquellas hierbas brotaban en macizos, comoexplosionesdesueños,árbolesfantásticos,cuyos troncosgrandesydelgadosnosemanteníanrectos,sinoqueseinclinabangraciosamentehacialaluzquevisitabaamediodíaelcentrodelvalle.Sucortezaestabamoteadaporelvivobrillo alternado del ébano y de la plata,más satinada que todo, excepto lasmejillasdeEleonora;detalmodoque,enelverdebrillantedelasanchashojasque se extendían desde sus copas en largas líneas temblorosas, jugueteandoconloscéfiros,hubierapodidotomárselospormonstruosasserpientesdeSiriaquerendíanhomenajealSol,susoberano.

Durante quince años, Eleonora y yo, cogidos de la mano, vagamos poraquel valle antes de que penetrara el amor en nuestros corazones. Fue unanoche, al final del tercer lustro de su vida y del cuarto de la mía, estandosentados, encadenados en un mutuo abrazo, bajo los árboles serpentinos, ycontemplando nuestra imagen en las aguas del río del Silencio. Nopronunciamospalabraalgunaduranteel finaldeaqueldeliciosodía,yhastapor lamañana eran nuestras palabras trémulas y raras. Habíamos sacado aldios Eros de aquellas ondas y sentíamos ahora que había inflamado ennosotros las almas ardientes de nuestros antepasados. Las pasiones quedurante siglos habían distinguido nuestra estirpe se precipitaron, numerosas,con las fantasías que la habían hecho igualmente célebre, y todas juntassoplaron una deliciosa beatitud sobre el Valle de la Hierba Policroma. Seapoderódetodaslascosasuncambio.Floresextrañas,brillantes,estrelladas,seprecipitarondelosárbolesdondenosehabíadejadoveraúnningunaflor.Las tonalidades del verde tapiz se hicieron más intensas; una por una seretiraron lasblancasmargaritas,y en su lugarbrotarondiezasfódelosdeunrojorubí.Yestallóportodasparteslavidaennuestrossenderos,puesellargoflamenco,quenoconocíamostodavía,contodoslosalegrespájarosdecoloresardientes, desplegó su plumaje rojo ante nosotros; peces de plata y de oropoblaron el río, de cuyo seno salió poco a poco un murmullo que llegó ahenchirse,porúltimo,enunamelodíaacusadora,másdivinaqueladelarpadeEolo,másdulceque todo,excepto lavozdeEleonora.Yentoncesunanubevoluminosa,quehabíamosacechadolargotiempoenlasregionesdeHéspero,emergió de ellas, chorreante toda de rojo y de oro, e instalándoseapaciblemente encima de nosotros, descendió cada vezmás baja, hasta quedescansaron sus bordes sobre los picos de las montañas, transformando suoscuridadenmagnificenciayencerrándonos,comopara laeternidad,enuna

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magníficaprisióndeesplendorydegloria.

Tenía Eleonora la belleza de los serafines, pues era una doncella sinartificio e inocente como la breve vida que había pasado entre las flores.Ninguna astucia encubría el fervor del amor que animaba su corazón, yescrutaba ella conmigo los más íntimos repliegues de éste, mientrasvagábamos juntos por elValle de laHierba Policroma y hablábamos de lospoderososcambiosquesehabíanmanifestadorecientemente.

Por fin, habiéndome un día hablado, deshecha en lágrimas, de la crueltransformación postrera que aguarda a la pobre Humanidad, no soñó desdeentoncesmás que con aquel tema doloroso, mezclándolo en todos nuestroscoloquios, de igual modo que en las canciones del bardo de Schiraz sepresentanlasmismasimágenesobstinadamenteencadavariaciónimportantedelafrase.

Había ella visto que estaba el dedo de laMuerte sobre su seno, y que,como laefímera,nohabíamaduradoperfectamenteenbellezamásqueparamorir;peroparaellatodoslosterroresdelatumbaestabancontenidosenunpensamiento único, queme reveló un día, al anochecer, a orillas del río delSilencio.Laafligíapensarque,despuésdehaberlaenterradoenelValledelaHierbaPolicroma,abandonaríayoparasiempreaquellosfelicesretiros,yquetrasladaríamiamor,queahoraeratanapasionadamentesuyoporentero,haciaalgunajovenmundana,frívolayvulgar.Ydecuandoencuandomearrojabaconprecipitacióna lospiesdeEleonoray leofrecía juraranteellayanteelCieloquenocontraeríanuncamatrimonioconunahijade laTierra,quenosería,enmodoalgunoinfielasuamadamemorianialrecuerdodelfervienteafecto que ella me consagraba. E invoqué al Todopoderoso Regulador delUniverso,comotestigodelapiadosasolemnidaddemivoto.YlamaldiciónconquelessupliquéquemeaniquilasenÉlyella—ellaunasantadelParaíso—,sillegabaaserperjuro,implicabauncastigodeunhorrortanprodigioso,que no puedo confiarlo al papel. Y ante mis palabras brillaron los ojosbrillantesdeEleonoraconunfulgormásvivo,ysuspirócomosisupechosesintiesealiviadodeunpesomortal,ytemblóyllorómuyamargamente;peroaceptómijuramento(pues¿quéeraellasinounaniña?),ymijuramentohizomássuavesulechodemuerte.Ypocosdíasdespués,almorirapaciblemente,me decía que a causa de lo que yo había hecho por el reposo de su alma,velaría pormí con esamisma alma, y que, si le estaba permitido vendría ahacersevisibleamídurantelashorasdelanoche;peroque,sisemejantecosasobrepasaba losprivilegiosde lasalmasenelParaíso, ella sabría, almenos,darmefrecuentessignosdesupresencia,suspirandoporencimademíenlasbrisasdelanocheollenandoelairequeyorespiraseconelperfumetomadodel incensario de los ángeles.Y con estas palabras en los labios, exhaló suinocentevida,marcandoasíelfinaldelaprimeraépocadelamía.

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Hastaaquíhehabladofielmente.Perocuandopasoestabarreraformadaenlarutadel tiempopor lamuertedemibienamada,yavanzoporelsegundoperíododemiexistencia,sientoqueseadensaunanubesobremicerebro,yyomismo pongo en duda la perfecta cordura de mi memoria. Pero dejadmecontinuar.Losañossearrastraronpesadamenteunoporuno,yseguíhabitandoen elValle de laHierba Policroma. Sin embargo, había tenido lugar allí unsegundocambioen todas lascosas.Las floresestrelladassehundieroneneltroncodelosárbolesynoreaparecieronmás.Lastonalidadesdelverdetapizse apagaron, uno por uno fenecieron los asfódelos de un rojo rubí, y en sulugarbrotaronpordecenas lasoscurasvioletas, semejantesapupilas,queseconvulsionabandolorosamente,rebosantessiempredelágrimasderocío.YsealejódenuestrossenderoslaVida,puesellargoflamenconodesplegóyasuplumaje rojo ante nosotros, sino que levantó el vuelo tristemente del vallehacia las montañas con todos los alegres pájaros de colores ardientes quehabíanacompañadosullegada.Ylospecesdeplataydeorohuyeronnadandoporeldesfiladerohaciaelextremoinferiordenuestrodominio,ynovolvierona embellecer nuncamás el delicioso río.Yaquellamúsica acariciadora, queeramásdulce que el arpa deEolo y, que todo, excepto la vozdeEleonora,murió poco a poco en murmullos que iban debilitándose insensiblemente,hastaque el arroyo recobró todo él la solemnidadde su silenciooriginal.Yluego,alcabo,seelevólavoluminosanube,yabandonandolascrestasdelasmontañasasusantiguastinieblas,cayódenuevoenlasregionesdeHéspero,yse llevó lejos delValle de laHierbaPolicroma el espectáculo infinito de supúrpuraydesumagnificencia.

Entretanto, Eleonora no había olvidado sus promesas, pues oía yo lossonidos del balanceo de los incensarios de los ángeles; y flotaban siempre,siempre, por el valle vaharadas de un perfume sagrado, y en las horas desoledad, cuando mi corazón latía con pesadez, los vientos que bañaban mifrente llegaban hasta mí cargados de quedos suspiros; y llenaban confrecuenciaelairenocturnorumoresconfusos;yunavez—¡oh,unasolavez!— fui despertado de mi sueño, comparable al sueño de la muerte, por lapresióndeunoslabiosinmaterialessobrelosmíos.

Pero a pesar de esto, el vacío de mi corazón se negaba a ser colmado.Ansiabaelamorquelohabíahenchidoanteshastahacerlorebosar.Porúltimo,meresultóelvalledoloroso,llenodelosrecuerdosdeEleonora,yloabandonéparasiempreporlasvanidadesylosturbulentostriunfosdelmundo.

Meencontréenunaciudadextranjera,dondetodaslascosasservíanparaborrardelrecuerdolosdulcessueñosquesoñétantotiempoenelValledelaHierba Policroma. Las pompas y faustos de una corte soberbia, y el lococlamor de las armas, y la belleza radiante de las mujeres, trastornaban yembriagaban mi cerebro. Aun así, mi alma había permanecido fiel a sus

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juramentos, y seguía Eleonora dándome signos de su presencia en lassilenciosashorasdelanoche.Derepentecesaronaquellasmanifestaciones,yelmundosetornóoscuroantemisojos,ymesentíaterradoporlosardientespensamientosque se apoderabandemí, por las terribles tentacionesquemeasediaban. Porque vino de alguna distante, muy distante y desconocidacomarca,alaalegrecortedelreyaquienyoservíaunadoncellacuyabellezarindió enseguida todo mi corazón desleal, ante cuyo estrado me postré sinlucha, con la más ardiente y la más abyecta idolatría de amor. ¿Qué erarealmentemipasiónporlajovendelvalle,comparadaconelfervor,eldelirioy el éxtasis arrebatador de adoración con que difundía yomi alma toda enlágrimasalospiesdelaetéreaErmengarda?¡Oh,cuánfúlgidaeralaseráficaErmengarda! Y esta idea no dejaba espacio para ninguna otra. ¡Oh, cuándivinaeralaangelicalErmengarda!Ycuandomesumíaenlasprofundidadesdesusojosmemorablessólopensabaenellosyenella.

Mecaséconella,sintemoralamaldiciónquehabíayoinvocado;peronorecibílavisitadesuamargura.Yunavez—sólounavezenelsilenciodelanoche—llegaronhastamí,atravésdemiventana,losquedossuspirosquemehabían abandonado, y semodularon unidos a una dulce y familiar voz quedecía:

—¡Duermeenpaz!PuesreinaygobiernaelEspíritudelAmor,yalacogerentuapasionadocorazónalaquesellamaErmengarda,quedasrelevado,porrazones que te serán dadas a conocer en el Cielo, de tus votos para conEleonora.

ELPODERDELASPALABRAS

OINOS.—¡Perdona,Agathos,laflaquezadeunespírituconalasrecientedeinmortalidad!

AGATHOS. —No has dicho nada, Oinos mío, por lo que debas pedirperdón. Ni aun aquí es el conocimiento cosa de intuición. ¡En cuanto a lasabiduría,pidesinreservaalosángeles,quetepuedaserconcedida!

OINOS.—Peroenestaexistenciahabíayosoñadoconllegaraconocerdeunaveztodaslascosas,yasídeunavez,alafelicidaddeconocerlotodo.

AGATHOS.—¡Ah,noestálafelicidadenlaciencia,sinoenlaadquisiciónde la ciencia!Sabiendopara siempre,gozaríamos labienaventuranzaeterna;perosaberlotodo,seríalamaldicióndeundemonio.

OINOS.—¿PuesnolosabetodoelAltísimo?

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AGATHOS.Ésa(yaesElMásFeliz)debeserlaúnicacosaqueleseaaÉldesconocida.

OINOS.—Peropuestoquecadahoraaumentanuestroconocimiento,¿nodebemosalfinalconocertodaslascosas?

AGATHOS.—¡Hundetumiradaenlaslejaníasabismales!¡Intentaquetusojos penetren hacia abajo esas numerosas perspectivas de las estrellas,mientrasnosdeslizamoslentamentea travésdeellasmásymás,ymásaún!Hasta la visión espiritual, ¿no está absolutamentedetenidapor las continuasmurallasáureasdeluniverso,esasmurallashechasdelasmiríadasdecuerposbrillantescuyosolonúmeroaparecefundidoenlaunidad?

OINOS.—Perciboclaramentequeelinfinitodelamaterianoesunsueño.

AGATHOS.—NohaysueñosenelEdén;peroaquísenossusurraquelaúnicafinalidaddeeseinfinitodemateriaesproporcionarfuentesinfinitas,enlascualespuedaelalmaaplacar la seddesaberqueesenella inextinguiblepara siempre, puesto que extinguirla sería extinguir la propia alma.Pregúntame, pues,Oinosmío, librementey sin temor. ¡Ven!Dejaremos a laizquierdalafuertearmoníadelasPléyades,ycaeremosfueradesdeeltronoenlas praderas siderales más allá de Orión, donde, en lugar de pensamientosvioletasytrinitarias,estánloslechosdelossolestriplesytricolores.

OINOS.—¡Yahora,Agathos,mientrasavanzamos,enséñame!¡HáblameenlostonosfamiliaresdelaTierra!Nohecomprendidoloquemeinsinuabashaceunmomento sobre losmodosy losmétodosde loque, cuandoéramosmortales,acostumbrábamosallamarCreación.¿QuieresdecirconesoqueelCreadornoesDios?

AGATHOS.—QuierodecirquelaDivinidadnocrea.

OINOS.—Explícate.

AGATHOS.—Sóloenelprincipiohacreado.Lascriaturasaparentesqueahora, a través del universo, surgen a tan perpetuidad en el ser puedenconsiderarse únicamente como mediatos o indirectos, no como directos einmediatosresultadosdelaDivinaPotenciaCreadora.

OINOS. —Entre los hombres, Agathos mío, esa idea hubiera sidoconsideradaheréticaengradosumo.

AGATHOS.—Entre losángeles,Oinosmío,esconsideradasimplementecomounaverdad.

OINOS.—Porloquepuedocomprendertehastaaquí,ciertasoperacionesde lo que llamamos Naturaleza o leyes naturales darán, bajo determinadascondiciones, nacimiento a lo que tiene toda la apariencia deCreación.PocoantesdeladestrucciónfinaldelaTierra,huboallí,lorecuerdobien,muchos

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experimentostriunfalesquealgunosfilósofosbastantesimplesdenominaronlacreaciónanimálcula.

AGATHOS. —Los casos de que hablas, en realidad, ejemplos de lacreaciónsecundaria,delaúnicaespeciedecreaciónquehayaexistidonuncadesdequelaprimerapalabraproferidadioexistenciaalaprimeraley.

OINOS.—Losmundos sideralesque estallan a cadamomentodesde losabismos del no ser en los cielos, esas estrellas, ¿no son, Agathos, la obrainmediatadelamanodelRey?

AGATHOS.—Déjame intentar,Oinosmío, llevarte paso a pasohacia laconcepciónquemepropongo.Tedasmuybiencuentadeque,comoningúnpensamiento puede perecer, de igual modo no existe ningún acto sin unresultado infinito. Al agitar nuestras manos, por ejemplo, cuando éramoshabitantesde laTierra, ocasionábamosunavibración en la atmósferaque lacircundaba.Estavibraciónseextendíainfinitamentehastadarimpulsoacadapartícula del aire terrestre, que desde allí en adelante, y para siempre, erapuesta en acción por ese solo movimiento de la mano. Este hecho lo hanconocidobienlosmatemáticosdenuestroglobo.Elloshicierondelosefectosespeciales,creadosrealmenteenlofluidoporimpulsosespeciales,elobjetodeun cálculo exacto; de talmodo, que resultó fácil determinar en qué períodoprecisoun impulsodeunalcancedadopodríadar lavuelta alorbee influir(para siempre) cada átomo de la atmósfera ambiente. Por un cálculoretrógrado, no encontraron ellos dificultad, con un efecto y bajo unascondicionesdados,endeterminarelvalordel impulsooriginal.Entonces losmatemáticos (que vieron que los resultados de un impulso dado eranabsolutamenteinfinitos,yquevierontambiénqueunapartedeesosresultadospodían ser seguidos con exactitud por medio del análisis algebraico; quevieronasimismolafacilidaddelcálculoretrógrado),esoshombresvieron,alpropiotiempo,queesaespeciedeanálisisconteníaensímismounacapacidaddeprogreso indefinido,quenoexistían límitesconcebiblesparasuavanceyaplicabilidad,exceptolosdelintelectoquelohapromovidooaplicado.Peronuestrosmatemáticossedetuvieronenestepunto.

OINOS.—¿Yporqué,Agathos,hubieranellosseguidoavanzando?

AGATHOS.—Porquehabíamásalláalgunasconsideracionesdeprofundointerés.Deloquesabíanpodíandeducirqueunserdeunainteligenciainfinita(un ser a quien la perfección del análisis algebraico fuese revelada) noencontraríadificultadenseguirelrastrodetodoimpulsodadoalaire(yalétera través del aire) hasta en lasmás remotas consecuencias, e incluso en unaépocainfinitamentealejadaeneltiempo.Es,enefecto,demostrablequecadaimpulsosemejantedadoalairedebealfinalinfluirsobrecadacosaindividualqueexistadentrodeluniverso;yelserdotadodeunainteligenciainfinita(el

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serquehemosimaginado)podríaseguirelrastrodelasremotasondulacionesdel impulso, seguirlas hacia arriba y hacia delante para siempre, en susinfluencias sobre todas las partículas de toda materia (hacia arriba y haciadelantepara siempre, en susmodificacionesde lasviejas formas, o enotraspalabras, en susnuevascreaciones)hastaverlas reflejadas (ineficacesal fin)detrásdeltronodelaDivinidad.Ynosólounsersemejantepodríahacereso,sinoenunaépocacualquiera,habiéndoseleproporcionadounresultadodado,podría(siunodeesosinnumerablescometasfuerasometidoasuexamen)sindificultaddeterminar,pormediodelanálisisretrógrado,aquéimpulsooriginalera debido. Este poder de retrogradación en su plenitud y en su perfecciónabsoluta(estafacultaddeasignar,entodaslasépocas,todoslosefectosatodaslascausas)es,naturalmente,prerrogativadelaDivinidadsola;peroesepoderesejercido,en toda lavariedaddegrados, salvopordebajode laperfecciónabsoluta,porlahuestedelasinteligenciasangélicas.

OINOS.—Perotúhablassimplementedeimpulsosdadosalaire.

AGATHOS.—AlhablardelairemereferíaúnicamentealaTierra;perolaproposición general alude a los impulsos sobre el éter, que, comopenetra ypenetrasolotodoelespacio,es,portanto,elgranmediodecreación.

OINOS. —¿Entonces es creador todo movimiento, sea cual fuere sunaturaleza?

AGATHOS.—Debe ser así; pero la verdadera filosofía nos ha enseñadodesdehacelargotiempoqueelorigendetodomovimientoeselpensamiento,yqueelorigendetodopensamientoes…

OINOS.—Dios.

AGATHOS.—Tehehablado,Oinos,comoaunniñodeesabellaTierraquehaperecidoúltimamente,delosimpulsossobrelaatmósferadelaTierra.

OINOS.—Esohashecho.

AGATHOS.—Ymientrastehablabaasí,¿nohassentidoquecruzabaportumentealgúnpensamientoreferentealpoderfísicodelaspalabras?¿Noescadapalabraunimpulsosobreelaire?

OINOS.—Pero ¿por qué lloras, Agathos? ¿Y por qué, ¡oh!, por qué seabatentusalasmientrasplaneamossobreesahermosaestrella,queeslamásverdeante y la más terrible de todas las que hemos encontrado en nuestrovuelo?Susbrillantesfloresseasemejanaunsueñodehadas;perosusferocesvolcanesparecenlaspasionesdeuncorazónturbulento.

AGATHOS. —No parecen, lo son, ¡lo son! Esa ardiente estrella (haceahoratressiglosdeesto,conmanoscrispadasyojosradiantes,alospiesdemiamada) la hice nacer yo, profiriéndola con algunas frases apasionadas. Sus

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brillantes flores son losmás dilectos de todos los sueños irrealizados, y susvolcanesfuriosossonlaspasionesdelmásturbulentoydelmásimpíodeloscorazones.

LASEMANADELOSTRESDOMINGOS

«¡Esusteddurodecorazón,zopenco,testarudo,rancio,bruto,enmohecido,viejo bárbaro!», dije una tarde, con la imaginación, a mi tío abueloRumgudgeon,amenazándoleconelpuño,tambiénimaginariamente.

Sólo con la imaginación. El hecho es que existía alguna contradiccióntrivial,precisamenteporeso,entreloqueyodecíayloquenoteníaelvalordedecir,entreloquehacíayloqueamediaspensabahacer.

Cuandoabrílapuertadelasala,elviejocerdomarinoestabasentadoconlos pies sobre la repisa de la chimenea y una copa llena de oporto en unazarpa,haciendoesfuerzosenérgicosporponerenprácticalacantilena:

Remplistonverrevide!

Videtonverreplein!

—Miqueridotío—dije,cerrandosuavementelapuerta,yacercándomeaélconlamászalameradelassonrisas—,hatenidoustedsiempreunabondadyunaconsideracióntales,hademostradounaindulgenciatangrandeentantasocasiones, que siento que me bastará con hacerle esta pequeña insinuaciónparaestarsegurodesucompletaaquiescencia.

—¡Ejem!—dijoél—.¡Buenmuchacho!¿Yqué…?

—Estoyseguro,miqueridotío(¡queeldiablolelleve,viejobergante!),dequenotieneustedverdaderayseriamentelaintencióndeoponerseamibodaconKate.Esoesnomásqueunabromadelassuyas,bienlosé,¡ja,ja,ja!,deesastandivertidasqueinventaustedmismoacadamomento.

—¡Ja,ja,ja!—exclamóél—.¡Quécondenado!¡Sí!

—¡Estoy seguro, naturalmente! Sé que bromea. Y ahora tío, cuantodeseamos Kate y yo por el momento, es que tenga usted la amabilidad deaconsejarnosconrespectoalafecha,¿sabe,tío?Enunapalabra,quenosdigacuándoleconvienemásquesecelebrelaboda,¿comprendeusted?

—¡Quecuándosecelebre,bribón!¿Quéquieresdecirconeso?Mejorseráqueesperesaquesecelebreparasaberlo.

—¡Ja,ja,ja!¡Je,je,je!¡Ji,ji,ji!¡Jo,jo,jo!¡Ju,ju,ju!¡Oh,éstasiquees

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buena,esmagnífica!¡Quéingenio!Peroloquequisierayoahora,tío,esquemeindicaseustedlafechaexacta.

—¡Ah!¿Lafechaexacta?

—Sí,tío,eso,precisamente,sigusta.

—¿Para qué contestar a eso,Bobby, y no dejarlo al azar, algo así comoparadentrodeunaño,porejemplo?¿Deboseñalarunafechaexacta?

—Siustedgusta,unafechaexacta.

—Bueno,entonces,Bobby,hijomío, túeresunchico listo,¿sabes?Yyaquequieresunafechaexacta,voyadartegustoporunasolavez.

—¡Miqueridotío!

—¡Chis, caballerete!—ahogómi voz—.Voy a darte gusto por una solavez. Tendrás mi consentimiento (y la pasta; no hay que olvidar la pasta).¡Déjamepensar!¿Cuándolotendrás?Hoyesdomingo,¿verdad?Bueno,pues,entonces,oscasaréisexactamente(¡exactamente,fíjate!)lasemanaquetengatresdomingos.¿Meoyes,caballerete?¿Porquéabresasí laboca?DigoqueserántuyasKateysupastalasemanaquetengatresdomingos,peronoantes,pillastrón,noantes,aunquememuera.Yameconoces;soyhombredepalabra.Yahora,¡lárgate!

Y con esto se echó al coleto su copa de oporto, mientras salía yoprecipitadamentedelahabitación,desesperado.

Mi tío abuelo Rumgudgeon era el «verdadero viejo gentleman inglés»;pero,adiferenciade loquedice lacanción,él teníamuchospuntosdébiles.Era un hombrecillo gordo, ostentoso, arrebatado, un tanto hemisférico, conunanarizroja,uncráneoabultado,unabolsarepletayunpoderososentidodesupropiaimportancia.Conelmejorcorazóndelmundo,searreglaba,porunamanía predominante de contradicción, para granjearse, entre los que leconocían sólo superficialmente, fama de tacaño. Como muchas personasexcelentes,parecíaposeídodeunespíritudetantalizaciónquepodíatomarsefácilmenteaprimeravistapormaldad.Atodapeticióncontestabadesdeluegoconun «¡No!» terminante; pero al final—muy al final—eran rarísimas lasvecesquesenegabaa laspeticiones.Atodoslosataquesdirigidoscontrasubolsillooponíaél lamásenérgicadefensa;pero lasumaquese learrancabaestaba, por lo general, en razón directa con la duración del asedio y latenacidaddelaresistencia.Nadiehacíalacaridadconmayorliberalidadydepeorgana.

Por lo que respecta a las bellas artes, y en especial a la literatura, lasconsideraba con profundo desprecio. En esto estaba inspirado por CasimirPerier,dequien tenía lacostumbredecitar ladescaradapreguntaAquoiun

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poèteest-ilbon?conunachuscapronunciación,comosifueseelnecplusultrade la agudeza lógica.Por esomi personal afición a lasmusas provocaba sumayor desagrado. Me afirmó, un día en que le pedí una nueva edición deHoracio,quelatraduccióndelPoetanasciturnonfitera«unindecentepoetanace para no hacer nada», observación que me produjo un gran enojo. Suaversióna«lashumanidades»tambiénhabíaaumentadomuchoúltimamenteacausadeunapredisposicióncasualenfavordeloqueélsuponíaqueeranlascienciasnaturales.Alguienlehabíaabordadoenlacalle,confundiéndolenadamenosqueconeldoctorDubbleL.Dee,elprofesordefísicaexperimental.Sesalióélporlatangente;yporlamismaépocadeestahistoria—pueshistoriaeséstadespuésdetodo—mitíoabueloRumgudgeoneraabordableypacíficoúnicamente en cuestiones que estuviesen en armonía con las cabriolas de lachifladura que le dominaba. Del resto se reía él amandíbula batiente, y supolíticaerainflexibleyfácildeentender.Pensaba,conHorsley,que«lagentenodebeocuparsedelasleyesmásqueparaobedecerlas».

Habíayovividotodamividaconelviejogentleman.Mispadres,almorir,lehabíandejadomipersonacomounricolegado.Creoqueelviejocamastrónme quería como si fuese su propio hijo, tanto casi como a su amadaKate;pero,apesardetodo,esonoleimpedíahacermeunavidadeperros.Desdemiprimerañohastaelquinto,mediounasazotainasperiódicas.Desdeelquintoaño hasta el decimoquinto, me amenazó a todas horas con el correccional.Desde los quince hasta los veinte, no pasó día en que no me prometiesedejarme sin un chelín. Era yo un pícaro loco, eso es verdad; pero entoncesaquello formaba parte de mi naturaleza, constituía, palabra, mi rasgocaracterístico.Sinembargo, enKate teníauna fiel amiga,yyo lo sabía.Eraunabuenachicaymeaseguróconmuchadulzuraqueseríamía(conlapastaytodo)cuandohubierayologradosonsacaramitíoRumgudgeon,afuerzademolestarle, el consentimientonecesario. ¡Pobremuchacha!Teníaellaapenasquince años, y sin aquel consentimiento, no podía entrar en posesión de supequeñocapitalhastaquecincoinconmensurablesestíos«hubiesenarrastradosu lenta duración». ¿Qué hacer entonces? A los quince, e incluso a losveintiuno (pues yo había pasado ya mi quinta olimpíada), cinco años enperspectiva vienen a ser lomismo que quinientos. En vano asediábamos alviejo gentleman con nuestras machaconerías. Era una pièce de résistence(como diríanmessieursUde yCarene) cuyo perverso capricho hubiera sidoadecuadoaunavigadeT.Habríaexcitado la indignacióndelpropio Job,elveralviejoperroratonerojugarconnosotroscomocondospobresratoncillosinfelices.Ensufuerointernonadadeseabaélmásardientementequenuestraboda.Era una idea que siempre había acariciado.En realidad, hubiese dadodiezlibrasdesubolsillo(eldinerodeKateerasuyopropio)porpoderinventaralgo parecido a pretexto para llevar a efecto nuestros naturalísimos deseos.Pero fuimos tan imprudentes, quemencionamosporprimeravez la cuestión

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nosotros mismos. No oponerse en tales circunstancias era, lo creosinceramente,superiorasusfuerzas.

Yahedichoantesqueteníaélsuspuntosdébiles;pero,alhablardeellos,nohequeridoreferirmeasuterquedad,queeraunodesuspuntosfuertes—assurémentcen’etaitpassonfaible—.Almencionarsusflaquezasaludoaunabizarre superstición de vieja que le acosaba. Era muy versado en sueños,portentos,etidgenusomnedegalimatías,yexcesivamentepuntillosotambiénsobrediversospuntosdehonor,yasumanera,unhombredepalabra,sindudaalguna. He aquí, en efecto, una de sus manías. No sentía escrúpulos paradespreciar el espíritu de sus promesas; pero la letra la consideraba unaobligacióninviolable.Ahorabiendeesteúltimodetalledesucarácterfuedelque la ingeniosidad de Kate sacó un buen día, al poco tiempo de nuestraentrevistaenelcomedor,unprovechoinesperado.Yhabiendoasí,alamanerade todos los bardos y oradores modernos, agotado en prolegomena todo eltiempoamialcance,ycasitodoelespacioamidisposición,quieroresumirenpocaspalabrasloqueconstituyeelmeolloenterodemihistoria.

Sucedió entonces —los hados lo quisieron— que entre las amistadesmarinasdemiprometidahubiesedosgentlemenqueacababanprecisamentedearribaralascostasinglesas,despuésdevariosañosdeausenciaquehabíanpasadocadaunodeellosviajandoporelextranjero.Encompañíadedichosgentlemen,miprimayyo,puestosdeacuerdoconantelación,hicimosal tíoRumgudgeon una visita en la tarde de un domingo, el 10 de octubre, tressemanasjustasdespuésdelamemorableresoluciónquehabíaechadoabajodetancruelmaneranuestrasesperanzas.Durantecercademediahorarecayólaconversación sobre temas corrientes; pero al final logramos, con todanaturalidad,darleelsiguientegiro:

CAPITÁNPRATT.—Bueno;heestadoausenteunañoexactamente.Hoyhace un año justo, a femía—¡déjeme ver, sí!—; es hoy el 10 de octubre.Recordará usted,misterRumgudgeon, que le visité estemismo día hace unañoparadespedirme.Ydichoseadepaso,resultaque,poralgoparecidoaunacoincidencia, ¿no es cierto?, nuestro amigo el capitán Smitherton, aquípresente, ha estado él también ausente un año justo, ¡un año que se cumplehoy!

SMITHERTON.—¡Sí!Un año justo, sin otra fracción.Recordará usted,mister Rumgudgeon, que le visité con el capitán Pratt el año pasado, estemismodía,parapresentarlemisrespetosalpartir.

EL TÍO. —¡Sí, sí, sí, lo recuerdo muy bien, y es extraño, de veras!Partieronustedesdoshaceexactamenteunaño.¡Unacoincidenciamuyrara,enverdad!Es,nimásnimenos,loqueeldoctorDubbleL.Deellamaríaunaextraordinariareunióndeacontecimientos.EldoctorDub…

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KATE.—(Interrumpiéndole).Con seguridad,papá, es algoextraño;peroluegoelcapitánPrattyelcapitánSmithertonnohanseguidolamismaruta,locualconstituyeunadiferencia,comosabes.

ELTÍO.—¡Yo no sabía semejante cosa, tunanta! ¿Cómo iba a saberlo?Creoqueesohacelacuestiónmásnotable,yeldoctorDubbleL.Dee…

KATE.—Sí, el capitán Pratt ha dado la vuelta al cabo de Hornos, y elcapitánSmithertonhadobladoelcabodeBuenaEsperanza.

ELTÍO.—¡Esomismo!Elunohaidohaciaelesteyelotrohaciaeloeste,picarona, y los dos han dado la vuelta entera almundo.Entre paréntesis, eldoctorDubbleL.Dee…

YO.—(Apresuradamente).CapitánPrattdebíaustedvenirmañanaporlanoche—conSmitherton—apasarloconnosotros,ypodríacontarnostodoloreferenteasuviaje,jugarunapartidadewhisty…

PRATT.—¿Dewhist,miqueridojoven?Seolvidausteddequemañanaesdomingo.Cualquierotranoche…

KATE.—¡Oh, no, ca! Roberto no está tan loco como todo eso. Es hoydomingo.

ELTÍO.—¡Conseguridad,conseguridad!

PRATT.—Lespidoperdónalosdos,peronopuedoestartanequivocado.Séquemañanaesdomingoporque…

SMITHERTON.—(Muy sorprendido). ¿En qué están ustedes pensando?Fuedomingoayer,porsinolosaben.

TODOS.—Hoyesdomingo;séloquedigo.

PRATT.—¡Oh,no!Mañanaserádomingo.

SMITHERTON.—Sehanvueltolocostodosustedes,unoporuno.Estoytan seguro de que ayer fue domingo como de que estoy sentado sobre estasilla.

KATE.—(Levantándose,presurosa).Yaveo,yaloveotodo.Papá,ésaesunaopinióntuyaacercadeloquesabes.Déjame,yosloexplicaréatodosenunminuto.Esunacosasencillísima,realmente.ElcapitánSmithertondicequeayereradomingo,yasífue;tienerazón.MiprimoBobby,eltíoyyodecimosquehoyesdomingo;yasíes,ytenemosrazón.ElcapitánPrattsostienequemañana será domingo; así será, y también él tiene razón. El hecho es, quetenemostodosrazón,yporesoeslasemanadelostresdomingos.

SMITHERTON.—(Despuésdeunapausa).Dichoseadepaso,Pratt,Katese halla completamente en lo cierto. ¡Qué locos estamos los dos! Mister

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Rumgudgeon,lacuestiónesésta:laTierra,comoustedsabe,tieneveinticuatromil millas de circunferencia. Ahora bien: el globo terrestre gira sobre supropioeje,yenestarotación,enestarevolución,recorreesasveinticuatromilmillas de longitud yendo de este a oeste en veinticuatro horas justas. ¿Mecomprendeusted,misterRumgudgeon?

SMITHERTON.—(Cortándolelapalabra).Bien,señor;estolohaceaunavelocidad de mil millas por hora. Ahora, suponga usted mi buque en unasituaciónamilmillasaleste.Porsupuesto,meencontraréconunadelantodeunahorajustasobrelasalidadelsol.Veréelsollevantarseunahoraantesqueusted.Avanzandoenlamismadirecciónotrasmilmillas,adelantarélahoradesalida dos horas; otras mil, y tendré un adelanto de tres horas, y asísucesivamentehastaquehayadadolavueltaenteraalglobo,regresandoaestesitio y recorrido así veinticuatro mil millas al este. Entonces tendré unadelantosobrelasalidadelsolenLondresnomenosdeveinticuatrohoras;esdecir,quetendréundíadeadelantosobrelahorainglesa.Comprendido,¿no?

ELTÍO.—PeroDubbleL.Dee…

SMITHERTON.(Hablandomuyfuerte).ElcapitánPratt,porelcontrario,cuandohayanavegadomilmillas al estede su situación, tendráunahora,ycuando haya recorrido veinticuatro mil millas al oeste, tendrá veinticuatrohoras,oseaundía,deretrasosobrelahoradeLondres.Poreso,paramí,ayerfue domingo; por eso, para ustedes, es hoy domingo, y por eso, para Pratt,mañanaserádomingo.Yhayaúnmás,misterRumgudgeon:esabsolutamentecierto que todos tenemos razón, pues no puede existir razón filosóficadeterminadaparaquelaideadeunodenosotrostengapreferenciasobreladelosotros.

ELTÍO.—¡Semevalacabeza!Bueno,Kate;bueno,Bobby.Éstaesunaopiniónmía,comodecía.Perosoyhombredepalabra—¡grabaosbienesto!—. Muchacho, la chica será tuya (con la pasta y todo) cuando quieras.¡Conforme, por Júpiter! ¡Tres domingos en ristra! Me voy a preguntar aDubbleL.Deesuopiniónsobreesto.

CONVERSACIÓNDEEIROSCONCHARMIÓN

EIROS.—¿PorquémellamasEiros?

CHARMIÓN. —Así te llamarás siempre, de ahora en adelante. DebesolvidartambiénminombreterrestreydenominarmeCharmión.

EIROS.—¡Noesrealmenteunsueño!

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CHARMIÓN. —Para nosotros ya no hay sueños; pero dejemos esosmisterioshastapronto.Meregocijaverquetienesaspectovitalyracional.Yaha desaparecido de tus ojos la nube de la sombra. Levanta el corazón y notemas nada. Han pasado los días asignados al estupor, y mañana quieroiniciarte yo mismo en las alegrías plenas y en las maravillas de tu nuevaexistencia.

EIROS. —En verdad no siento estupor alguno. Me han abandonado laviolenta náusea y la terrible oscuridad, y no oigo ya ese sonido insensato,impetuoso,horrible,parecidoala«vozdeunascrecidasaguas».Sinembargo,estánaturdidosmissentidos,Charmión,con laagudezadepenetraciónde lonuevo.

CHARMIÓN. —En pocos días desaparecerá eso del todo, pero tecomprendo plenamente y siento por ti. Hace ahora diez años terrestres quesufrí loque túsufres,ycon todo,persisteaúnenmíel recuerdodeaquello.HassufridoahoratodoeldolorqueteníasquesufrirenelEdén.

EIROS.—¿EnelEdén?

CHARMIÓN.—EnelEdén.

EIROS.—¡Oh,Dios!¡Tenpiedaddemí,Charmión!Estoyoprimidoporlamajestaddetodaslascosas:delodesconocido,ahorayaconocido;delteóricoFuturo,fundidoconelaugustoyciertoPresente.

CHARMIÓN. —No te aferres ahora a tales pensamientos. Mañanahablaremosde eso.Tu espíritu vacila, y su agitación encontrará alivio en elejerciciodelossimplesrecuerdos.Nomiresnialrededornihaciadelante,sinohacia atrás. Ardo de impaciencia por oír los detalles de ese acontecimientoestupendoquetehaarrojadoentrenosotros.Háblamedeeso.Conversemosdecosasfamiliaresenelantiguolenguajefamiliardeesemundoquehaperecidotanespantosamente.

EIROS.—¡Lomásespantosamente,lomásespantosamente!Yestonoes,enverdad,unsueño.

CHARMIÓN.—Yanohaysueños.¿Fuimuyllorada,Eirosmío?

EIROS.—¿Llorada,Charmión?¡Oh,profundamente!Hastalaúltimahorade todas se cernió una nube de intensa tristeza y de piadoso dolor sobre tucasa.

CHARMIÓN. —Háblame de esa última hora. Recuerdo que, fuera delhechoescuetodelacatástrofemisma,nosénada.Cuando,saliendodeentrelahumanidad,pasédentrodelaNocheatravésdelaTumba,eneseperíodo,sinorecuerdomal,lacalamidadqueosaniquilófuetotalmenteinesperada.Pero,realmente,conocíayomuypocodelafilosofíaespeculativadeaquellosdías.

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EIROS. —Esa calamidad individual fue, como dices, inesperada porcompleto;perohacíalargotiempoqueanálogosinfortunioshabíansidotemadediscusiónentrelosastrónomos.Nonecesitoapenasdecirte,amigamía,que,hastaquenosabandonaste,seponíandeacuerdoloshombresparacomprenderesospasajesdelasmuySagradasEscriturasenquesehabladeladestrucciónfinaldetodaslascosasporelfuego,comorefiriéndoseúnicamentealaTierra.Pero, con respecto al agente inmediato de la ruina, estaba perpleja laespeculacióndesdeesaépocaenquelacienciaastronómicahabíadespojadoalos cometas de sus ígneos terrores. Había quedado bien probada lamoderadísimadensidaddeaquelloscuerpos.LoshabíanobservadoensupasoentrelossatélitesdeJúpiter,sinqueprodujesenalteraciónsensiblealgunaenlasmasasoenlasórbitasdeesosplanetassecundarios.Demuchotiempoatrásmirábamos a aquellos viajeros como vaporosas creaciones de una tenuidadinconcebible, y totalmente incapaces de dañar nuestro sólido globo, aun encaso de colisión. Pero no se temía esa colisión en modo alguno, pues seconocíanconexactitud loselementosde todos loscometas.Lodequeentreellostuviéramosquebuscarelagentedelaamenazadoradestrucciónígneaseconsideraba desde hacía muchos años como una idea inadmisible. Pero enaquellos últimos días eran extrañamente abundantes entre la humanidad lasmaravillosasyardientesfantasías,yaunquesóloprevalecióaqueltemorsobrealgunos ignorantes, cuando los astrónomos anunciaron un nuevo cometa,aquel anuncio se acogió engeneral conno sé qué agitaciónydesconfianza.Fueron inmediatamente calculados los elementos del extraño orbe, y losobservadoresreconocieronporunanimidadquesutrayectoria,enelperihelio,debía traerle a una proximidadmuy inmediata a la Tierra. Hubo dos o tresastrónomos,deimportanciasecundaria,quesostuvieronresueltamentequeerainevitable un contacto. No puedo expresarte bien el efecto de ese informesobre la gente.Durante unos días se negaron a creer una afirmación que lainteligencia humana, consagradadesdehacía tanto tiempo a consideracionesmundanas, nopodía captar enmodo alguno.Pero la verdaddeunhechodeunaimportanciavitalseabrecaminomuyprontoenlosespíritus,hastaenlosmásobtusos.Alapostrevierontodosloshombresquelacienciaastronómicanomentía,yesperaronalcometa.Alprincipiosuaproximaciónnofuerápidaenapariencia,nituvosuaspectouncarácterinusitado.Eradeunrojooscuroytenía una cola apenas perceptible. Durante siete u ocho días no vimos unaumentomaterialensudiámetroaparente,sinosólounaalteraciónparcialensu color. Entretanto, quedaron descartados los asuntos ordinarios de loshombres, y todos los intereses, absorbidos por una discusión predominanteentabladaentrelosfilósofosconrespectoalanaturalezadeloscometas.Hastaloshombresdemáscrasaignoranciaelevaronsustorpesfacultadeshaciatalesconsideraciones.Lossabiosnoemplearonentoncessuinteligencia—sualma—en aliviar aquel temorni en sostener algunas teorías favoritas.Buscaron,

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ansiaron nociones ciertas. Gimieron por una ciencia perfecta. La verdad seelevó en la pureza de su fuerza y de excesiva majestad, y los sabios seinclinaronyadoraron.

»Eraunaopiniónqueperdíaatodashorasterrenoentrelossabiosladequeresultaseundañomaterialparanuestroglobooparasushabitantesdeltemidocontacto,ylossabiosteníanahoralibrepoderpararegirlarazónylafantasíadelamultitud.Quedódemostradoqueladensidaddelnúcleodelcometaeramucho menos que la de nuestro más raro gas, y el paso inofensivo desemejantevisitanteentrelossatélitesdeJúpiterfueunpuntosobreelcualseinsistió a porfía, y que sirvió mucho para aliviar el terror. Con un celoinflamadoporelmiedo,insistieronlosteólogossobrelasprofecíasbíblicas,ylas explicaron al pueblo con rectitudyuna sencillezdequenohabíandadoejemploantes.LadestrucciónfinaldelaTierradebíarealizarsepormediodelfuego, según adelantaron con un espíritu que reforzaba por todas partes laconvicción, y lo de que los cometas no eran de naturaleza ígnea (todos loshombres lo sabían ahora) constituía una verdad que los descargaba en granparte del temor a la inmensa calamidad predicha. Es de observar que losprejuiciospopularesyloserroresvulgaresreferentesalapesteylaguerra—erroresquevolvíanaprevalecer a cadaaparicióndeuncometa—fueronenesta ocasión desconocidos. Como por un repentino esfuerzo convulsivo, larazónhabíaderrocadodeunsologolpealasupersticióndesutrono.Lamásdébilinteligenciahabíaextraídovigordelinterésexcesivo.

»Eranpuntosdelaboriosadiscusiónlosdequepodíanoriginarsedeaquelcontacto unos desastres menores. Los sabios hablaban de ligerasperturbaciones geológicas, de probables alteraciones de clima, y enconsecuencia, de vegetación, así como de posibles influenciasmagnéticas yeléctricas. Muchos de ellos sostenían que no se produciría ningún efectovisible o sensible en manera alguna. Mientras tenían lugar aquellasdiscusiones,elobjetomismodeellasavanzabaprogresivamente,ensanchandodemodovisiblesudiámetroyaumentandosubrillo.Antesuproximidad, laHumanidadpalideció.Todaslasoperacioneshumanasquedaronensuspenso.Hubo una fase notable en el curso del sentimiento general, y fue cuando elcometa alcanzó al fin un tamaño que superaba al de toda aparición que serecordara.Elmundoentonces,privadodelaesperanzaampliadequepodíanequivocarse los astrónomos, sintió toda la certeza de su infortunio. Habíaperdidoelterrorsucarácterquimérico.Loscorazonesmásvalientesdenuestrarazalatíanconviolenciaenlospechos.Pocosdíasbastaron,noobstante,parafundir aquellas primeras pruebas en sensaciones más intolerables aún. Nopodíamos ahora ya aplicar al meteoro extraño ninguna de las nocioneshabituales. Sus atributos históricos habían desaparecido.Nos oprimía por laterrible novedad de la emoción. Lo veíamos no como un fenómenoastronómicoenloscielos,sinocomounapesadillasobrenuestroscorazones,

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como una sombra sobre nuestros cerebros. Había tomado con una rapidezinconcebible el aspecto de un gigantesco manto de llama clara extendidosiemprepor todos loshorizontes.Undíaaún,y loshombres respiraríanconmayorlibertad.Eraevidentequeestábamosyabajolainfluenciadelcometa,ysinembargo,vivíamos.Gozábamosinclusodeunaflexibilidaddemiembrosydeunavivezadeespírituinsólitas.Laexcesivatenuidaddelobjetodenuestroterroreraaparente,puestodosloscuerposcelestessedejabanverconclaridada través de él. Al mismo tiempo estaba sensiblemente alterada nuestravegetación,yestacircunstanciapredichaaumentónuestrafeenlaprevisióndelossabios.Unaprofusiónextraordinariadefollaje,desconocidadetodopuntoantes,estallósobretodoelreinovegetal.Pasóotrodía,ylacalamidadnosecerníaaúndeltodosobrenosotros.Eraahoraevidentequesunúcleodebíaserelprimeroenalcanzarnos.Seoperóunviolentocambioentodosloshombres,ylaprimerasensacióndedolorfuelaseñalenloquecidadelalamentaciónydel horror generales. Consistía aquella primera sensación de dolor en unafuerteopresiónsobreelpechoylospulmones,yenunainsoportablesequedadde la piel. No podía negarse que nuestra atmósfera estaba radicalmenteafectada, la conformación de esta atmósfera y las posiblesmodificaciones aquepodíahallarsesujetafueronentoncestemasdediscusión.Elresultadodelainvestigaciónprodujounestremecimientoeléctricodelmásintensoterrorenelcorazónuniversaldelhombre.Sesabíadesdelargotiempoatrásqueelairequenoscircundabaestabacompuestodegasesdeoxígenoydenitrógenoenlaproporcióndeveintiunapartesdeoxígenoporsetentaynuevedenitrógeno.Eloxígeno, principio de combustión y vehículo del calor, era absolutamentenecesario para el sostenimiento de la vida animal, y el más poderoso yenérgicoagentedelanaturaleza.Elnitrógeno,porelcontrario,erainadecuadoparamantenerlavidaolacombustiónanimal.Uninusitadoexcesodeoxígenodebíatraercomoconsecuencia,yasíhabíasidocomprobado,unaelevacióndelosespíritusanimalestalcomolaquehabíamosexperimentadoúltimamente.La prosecución, el desarrollo de la idea, había engendrado el terror. ¿Quéresultado debía tener una extracción total del nitrógeno? Una combustiónirresistible, que lo devorase todo, omnipotente, inmediata; la realizaciónporentero,entodossusmenoresyterriblesdetalles,delasllameantesyhórridasprofecíasdelLibroSagrado.¿Necesitodescribirte,Charmión,elfrenesíquesedesencadenó entonces en la Humanidad? Aquella tenuidad del cometa, quenoshabíainspiradoalprincipioesperanza,seconvertíaahoraenfuentedeladesesperaciónmásamarga.EnsuimpalpablenaturalezagaseosapercibíamosclaramentelaconsumacióndelDestino.Entretanto,pasóotrodía,llevándoseconsigolaúltimasombradeEsperanza.Jadeábamosenlarápidamodificacióndel aire.La sangre roja saltaba, tumultuosa, en sus estrechos conductos.Unfurioso delirio se apoderó de todos los hombres; y con los brazos tendidosrígidos hacia los cielos amenazadores, temblaban, lanzando fuertes gritos.

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Perosobrenosotrosestabaahoraelnúcleodelexterminador;aúnaquí,enelEdén,meestremezcoalhablardeello.Serébreve,brevecomoladestrucciónquenosaniquiló.Duranteunmomentosólohubounaimpetuosayfantásticaluz que tocaba y penetraba todas las cosas. Luego —¡prosternémonos,Charmión,antelaexcesivamajestaddelgranDios!—,luegohubounsonidoatronadorypenetrante,comosisaliesedelapropiabocadeÉL,mientras, lamasaenteraquecircundabadeéter,yen lacualvivíamos,estallóenelactocon una especie de intensa llamarada, cuya extraordinaria brillantez y cuyoardor insuperableno tienennombreniaunentre losángeles,enelaltocielodelconocimientopuro.Asíacabótodo.

MORELLA

Consideraba yo a mi amiga Morella con un sentimiento de profundo,aunquemuysingularafecto.Habiéndolaconocidocasualmentehacemuchosaños, mi alma, desde nuestro primer encuentro, ardió con un fuego que nohabía conocido antes jamás; pero no era ese fuego el de Eros, y representóparamiespírituunamargotormento laconviccióngradualdequenopodríadefinir su insólito carácter ni regular su vaga intensidad. Sin embargo, nostratamos,yelDestinonosunióanteelaltar;jamáshablédepasión,nipenséen el amor.Ella, aun así, huía de la sociedad, y dedicándose amí,me hizofeliz.Asombrarseesunafelicidad,yunafelicidadessoñar.

LaerudicióndeMorellaeraprofunda.Comoesperomostrar,sus talentosnoerandeordenvulgar,ysupotenciamentaleragigantesca.Lopercibí,yenmuchasmateriasfuisudiscípulo.Noobstante,prontocomprendíque,quizáacausadehaberseeducadoenPressburgo,poníaellaantemíungrannúmerodeesasobrasmísticasqueseconsiderangeneralmentecomolasimpleescoriadelaliteraturaalemana.Esasobras,nopuedoimaginarporquérazón,constituíansuestudiofavoritoyconstante,ysieneltranscursodeltiempollegóaserelmíotambién,hayqueatribuirloalasimple,peroeficazinfluenciadelhábitoydelejemplo.

Con todo esto, si no me equivoco, pero tiene que ver mi razón. Misconvicciones,ocaigoenunerror,noestabanenmodoalgunobasadasenelideal,ynosedescubriría,comonomeequivoqueporcompleto,ningúntintedel misticismo de mis lecturas, ya fuese en mis actos o ya fuese en mispensamientos.

Persuadidodeesto,meabandonésinreservaaladireccióndemiesposa,ymeadentréconfirmecorazónenel laberintodesusestudios.Yentonces—cuando, sumiéndome en páginas aborrecibles, sentía un espíritu aborrecible

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encendersedentrodemí—veníaMorellaacolocarsumanofríaenlamía,yhurgandolascenizasdeunafilosofíamuerta,extraíadeellasalgunasgravesysingularespalabrasque,dadosuextrañosentido,ardíanporsímismassobremi memoria. Y entonces, hora tras hora, permanecía al lado de ella,sumiéndome en la música de su voz, hasta que se infestaba de terror sumelodía, y una sombra caía sobremi alma, ypalidecíayo, yme estremecíainteriormenteanteaquellostonossobrenaturales.Yasí,elgozosedesvanecíaenelhorror,ylomásbellosetornabahorrendo,comoHinnomseconvirtióenGehena.

Resultainnecesarioexpresarelcarácterexactodeestasdisquisicionesque,brotando de los volúmenes que hemencionado, constituyeron durante tantotiempocasielúnicotemadeconversaciónentreMorellayyo.Losenteradosde lo que se puede llamar moral teológica las concebirán fácilmente, y losignorantes poco comprenderían, en todo caso. El vehemente panteísmo deFichte,lapalingenesiamodificadadelospitagóricos,yporencimadetodo,lasdoctrinasdelaIdentidadtalcomolaspresentaSchelling,solíanserlospuntosde discusión que ofrecían mayor belleza a la imaginativa Morella. Estaidentidad llamada personal, la define con precisión mister Locke, creo,diciendo que consiste en la cordura del ser racional. Y como por personaentendemos una esencia inteligente, dotada de razón, y como hay unaconcienciaqueacompaña siemprealpensamiento, es ésta laquenoshaceatodos ser eso que llamamos nosotrosmismos, diferenciándonos así de otrosseres pensantes y dándonos nuestra identidad personal. Pero el principiumindividuationis—lanocióndeesa identidadqueen lamuertesepierdeonopara siempre— fue para mí en todo tiempo una consideración de intensointerés, no sólo por la naturaleza pasmosa y emocionante de susconsecuencias, sino por la manera especial y agitada como la mencionabaMorella.

Pero realmente había llegado ahora un momento en que el misterio delcarácter demi esposame oprimía como un hechizo.No podía soportar pormástiempoelcontactodesuspálidosdedos,nieltonoprofundodesupalabramusical,nielbrillodesusmelancólicosojos.Yellasabíatodoesto,peronome reconvenía. Parecía tener conciencia de mi debilidad o de mi locura, ysonriendo, las llamaba el Destino. Parecía también tener conciencia de lacausa,paramídesconocida,deaquelgradualdesvíodemiafecto;peronomedabaexplicaciónalgunanialudíaasunaturaleza.Sinembargo,eraellamujer,yseconsumíapordías.Coneltiempo,sefijóunamancharojaconstantementesobre sus mejillas, y las venas azules de su pálida frente se hicieronprominentes. Llegó un instante en que mi naturaleza se deshacía encompasión;peroalsiguienteencontrabayolamiradadesusojospensativos,yentonces sentíasemalmi alma y experimentaba el vértigo de quien tiene lamiradasumidaenalgúnaterradoreinsondableabismo.

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¿DiréqueanhelabayoconundeseofervorosoydevoradorelmomentodelamuertedeMorella?Asíera;peroelfrágilespírituseaferróensuenvolturade barro durante muchos días, muchas semanas y muchos meses tediosos,hastaquemisnerviostorturadoslograrontriunfarsobremimente,ymesentíenfurecidopor aquel retraso,y conuncorazóndemoníaco,maldije losdías,las horas, losminutos amargos, que parecían alargarse y alargarse amedidaquedeclinabaaquelladelicadavida,comosombrasenlaagoníadelatarde.

Perounanochedeotoño,cuandopermanecíaquietoelvientoenelcielo,Morellamellamóasulado.Habíaunaoscurabrumasobretodalatierra,uncalor fosforescente sobre las aguas, y entre el rico follaje de la selva deoctubre,hubiérasedichoquecaíadelfirmamentounarcoiris.

—Ésteeseldíadelosdías—dijoella,cuandomeacerqué—:undíaentretodoslosdíasparaviviromorir.Esundíahermosoparaloshijosdelatierraydelavida,¡ah,ymáshermosoparalashijasdelcieloydelamuerte!

Besésufrente,yellaprosiguió:

—Voyamorir,yapesardetodo,viviré.

—¡Morella!

—Nohanexistidonuncadíasenquehubiesespodidoamarme;peroa laqueaborrecisteenvidalaadorarásenlamuerte.

—¡Morella!

—Repitoquevoyamorir.Perohayenmíunaprendadeeseafecto, ¡ah,cuán pequeño!, que has sentido por mí, por Morella. Y cuando parta miespíritu,elhijovivirá,elhijotuyo,eldeMorella.Perotusdíasserándíasdedolor,deesedolorqueeslamásduraderadelasimpresiones,comoelcipréseselmásduraderodelosárboles.Porquehanpasadolashorasdetufelicidad,ynosecogedosveceslaalegríaenunavida,comolasrosasdePaestumdosvecesenunaño.TúnojugarásyamásconeltiempoeljuegodelTeyo;pero,siéndote desconocidos elmirto y el vino, llevarás contigo sobre la tierra tusudario,comohaceelmusulmánenlaMeca.

—¡Morella!—exclamé—.¡Morella!¿Cómosabesesto?

Peroellavolviósurostrosobrelaalmohada,unlevetemblorrecorriósusmiembros,yyanooímássuvoz.

Sinembargo,comohabíapredichoella,suhijo—elquehabíadadoaluzalmorir,yquenorespiróhastaquecesódealentarsumadre—,suhijo,unaniña,vivió.Ycrecióextrañamenteenestaturayeninteligencia,yeradeunasemejanzaperfectaconlaquehabíadesaparecido,ylaaméconunamormásfervientedelquecreímeseríaposiblesentirporningúnhabitantedelaTierra.

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Pero,antesdequepasasemuchotiempo,seensombrecióelcielodeaquelpuroafecto,ylatristeza,elhorror,laaflicción,pasaronvelocescomonubes.He dicho que la niña creció extrañamente en estatura y en inteligencia.Extraño, en verdad, fue el rápido crecimiento de su tamaño corporal; peroterribles, ¡oh, terribles!, fueron los tumultuosos pensamientos que seamontonaron sobre mí mientras espiaba el desarrollo de su ser intelectual.¿Podíaserdeotramanera,cuandodescubríayoadiarioenlasconcepcionesde la niña las potencias adultas y las facultades de la mujer, cuando laslecciones de la experiencia se desprendían de los labios de la infancia ycuandoveíaacadahoralasabiduríaolaspasionesdelamadurezcentellearensusgrandesypensativosojos?Comodigo,cuandoaparecióevidentetodoesoantemissentidosaterrados,cuandonolefueyaposibleamialmaocultárselomás,niamisfacultadesestremecidasrechazaraquellacerteza,¿cómopuedeextrañar que unas sospechas de naturaleza espantosa y emocionante sedeslizaranenmiespíritu,oquemispensamientossevolvieran,despavoridos,hacia los cuentos extraños y las impresionantes teorías de la enterradaMorella?Arranqué a la curiosidad delmundo un ser a quien elDestinomemandaba adorar, y en el severo aislamiento de mi hogar, vigilé con unaansiedadmortalcuantoconcerníaalacriaturaamada.

Ymientraslosañostranscurrían,ymientrasdíatrasdíacontemplabayosusanto, su apacible, su elocuente rostro, mientras examinaba sus formas quemaduraban,descubríadíatrasdíanuevospuntosdesemejanzaenlahijaconsu madre, la melancólica y la muerta. Y a cada hora aumentaban aquellassombras de semejanza, más plenas, más definidas, más inquietantes y másatrozmenteterriblesensuaspecto.Puesquesusonrisasepareciesealadesumadrepodíayosufrirlo,aunqueluegomehicieraestremeceraquellaidentidaddemasiado perfecta; que sus ojos se pareciesen a los de Morella podíasoportarlo,aunque,además,penetraranhartoamenudoen lasprofundidadesdemialmaconelintensoeimpresionantepensamientodelapropiaMorella.Yenelcontornodesualtafrente,enlosbuclesdesusedosacabellera,ensuspálidosdedosquesesepultabandentrodeella,eneltristetonobajoymusicaldesupalabra,yporencimadetodo—¡oh,porencimadetodo!—enlasfrasesyexpresionesdelamuertasobreloslabiosdelaamada,delaviva,encontrabayo pasto para un horrendo pensamiento devorador, para un gusano que noqueríaperecer.

Asípasarondos lustrosde suvida,yhastaahoramihijapermanecía sinnombre sobre la tierra. «Hija mía» y «amor mío» eran las denominacionesdictadas habitualmente por el afecto paterno, y el severo aislamiento de susdías impedía todarelación.ElnombredeMorellahabíamuertoconella.Nohablé nunca de la madre a la hija; érame imposible hacerlo. En realidad,duranteelbreveperíododesuexistencia,laúltimanohabíarecibidoningunaimpresióndelmundoexterior,exceptolasquelahubieranproporcionadolos

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estrechoslímitesdesuretiro.

Pero,porúltimo,seofrecióamimentelaceremoniadelbautismoenaquelestado de desaliento y de excitación, como la presente liberación de losterroresdemidestino.Yen lapilabautismaldudérespectoalnombre.Yseagolparonamislabiosmuchosnombresdesabiduríaybelleza,delostiemposantiguosydelosmodernos,demipaísydelospaísesextranjeros,conotrosmuchos, muchos delicados de nobleza, de felicidad y de bondad. ¿Quémeimpulsóentoncesaagitarelrecuerdodelamuertaenterrada?¿Quédemoniomeincitóasuspiraraquelsonidocuyorecuerdorealhacíarefluirmisangreatorrentes de las sienes al corazón? ¿Qué espíritu perverso habló desde lasreconditeces demi alma, cuando, entre aquellos oscuros corredores, y en elsilenciode lanoche,musitéaloídodelsantohombre lassílabas«Morella»?¿Quésermásdemoníacoretorció los rasgosdemihija,y loscubriócon lostintesdelamuertecuandoestremeciéndoseanteaquelnombreapenasaudible,volviósuslímpidosojosdesdeelsuelohaciaelcielo,ycayendoprosternadasobrelaslosasnegrasdenuestracriptaancestral,respondió:«¡Aquíestoy!»?

Estas simples y cortas sílabas cayeron claras, fríamente claras, en misoídos, y desde allí, como plomo fundido, se precipitaron silbando en micerebro. Años, años enteros pueden pasar; pero el recuerdo de esa época,¡jamás!No desconocía yo, por cierto, las flores y la vid; pero el abeto y elciprés proyectaron su sombra sobre mí noche y día. Y no conservé nociónalgunadetiempoodelugar,ysedesvanecieronenelcielolasestrellasdemidestino,ydesdeentoncesseensombreciólatierra,ysusfiguraspasaronjuntoamícomosombrasfugaces,yentreellassóloviuna:Morella.Losvientosdelfirmamento suspiraban un único sonido en mis oídos, y las olas en el marmurmuraban eternamente: «Morella». Pero ella murió, y con mis propiasmanos la llevéa la tumba;y reíconunarisa largayamargaalnoencontrarvestigiosdelaprimeraMorellaenlacriptadondeenterrélasegunda.

LAESFINGE

DuranteelterriblereinadodelcóleraenNuevaYork,habíayoaceptadolainvitación de un pariente para pasar dos semanas con él en el retiro de sucottageornée,aorillasdelHudson.Teníamosallíanuestroalrededortodoslosrecursosordinariosdelasdiversionesveraniegas,yvagandoporlosbosques,tomandoapuntes,paseandoenbote,pescando,bañándonos,dedicándonosalamúsica o a la lectura, hubiéramos podido pasar el tiempo bastanteentretenidos,sinlaspavorosasnoticiasquetodaslasmañanasnosllegabandela populosa ciudad. No pasaba un día que no nos trajese la noticia del

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fallecimiento de algún amigo. Entonces, como la fatalidad aumentaba,esperábamosenterarnosadiariodelapérdidadealgúnserquerido.Yalfinaltemblábamos al acercarse cualquier mensajero. El propio aire del sur nosparecíaoleramuerte.Aquelpensamientoparalizadorseadueñaba,enverdad,demi almapor entero.Nopodíayohablar, pensarni soñar enningunaotracosa.Eramianfitrióndeuntemperamentomenosexcitable,yaunqueconelánimomuydeprimido, se esforzabapor reanimarme.Su inteligencia,dotadadeunagranfilosofía,noestabaafectadanuncaporquimeras.Sibienbastantesensiblealainfluenciadelterror,noleinquietabansussombras.

Sus esfuerzos por despertarme del estado de tristeza anormal en quemesumía, se veían frustrados en gran parte por ciertos libros que hube deencontrar en su biblioteca. Eran éstos de un carácter que hacía germinarcualquieradelassemillasdesupersticiónhereditariaquepermanecíanlatentesenmipecho.Habíayoleídoaquelloslibrossinqueéllosupiera,yporesosesentía perplejo con frecuencia ante las violentas impresiones que ejercíansobremiimaginación.

Unodemis temas favoritosera lacreenciapopularen lospresagios,unacreenciaque,enaquellaépocademivida,estabadispuestoadefendercasienserio. Sobre ese tema sosteníamos largas y animadas discusiones: éldemostraba la sinrazón de la fe en tales cuestiones, y yo afirmaba que elsentimiento popular brotando con absoluta espontaneidad —es decir, sinaparienciasdesugestión—,poseíaensímismoelementosevidentesdeverdadyteníaderechoaungranrespeto.

Elhechoesque,alpocotiempodemillegadaalaquinta,mesucedióallíunincidentetandetodopuntoinexplicableyconuncaráctertanportentoso,quesepodíadisculparelqueloconsideraseyocomounpresagio.Meaterró,yal mismo tiempo me trastornó y me dejó tan perplejo, que transcurrieronmuchosdíasantesdequepudiese teneránimosparacomunicarelcasoamiamigo.

Casialanochecerdeundíasumamentecaluroso,estabayosentadoconunlibroen lamano,ante laventanaabierta,alcanzandoun lejanopanoramadelasorillasdelrío,unavistadeunamontañadistante,cuyasuperficie,cercanaamiposición,estabadesprovista,poresoquesellamaunderrumbamiento,dela parte principal de sus árboles.Mis pensamientos habían vagado despaciodesdeellibroqueteníadelantealatristezaydesolacióndelavecinaciudad.Al levantarmisojosde lapágina, cayeron sobre la superficiedesnudade lamontaña, y sobre un objeto, sobre un monstruo viviente de horrorosaconformaciónqueseabriócaminorápidamentedesdelacumbrehacialaparteinferior,desapareciendoalcaboenlaespesaselvadeabajo.Cuandoaquelserse mostró primero a mi vista, dudé de mi propia razón, o al menos, de laevidenciademispropiosojos;ypasaronmuchosminutosantesdequepudiese

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convencermeamímismodequeno estaba loconi soñaba.Sin embargo, aldescribiralmonstruo(queviconclaridad,yquevigilécontodatranquilidaddurante el tiempo de su avance) temo que mis lectores encuentren mayordificultad en quedar convencidos de esos puntos que la que encontré yomismo.

Estimando el tamaño del ser en comparación con el diámetro de losgrandesárbolescercadeloscualespasaba—aquellospocosycolosalesdelaselvaquehabíanescapadoalafuriadeldesplomedetierra—,dedujequeeramayorquecualquierbarcode líneaenactivo.Digobarcode líneaporque laforma delmonstruo sugería esa idea; el casco de uno de nuestros setenta ycuatropuededar unanociónmuypasable de su contornogeneral.Estaba labocadelanimalalextremodeuna trompadeunossesentaosetentapiesdelargo,conelgrosordeladeunelefanteordinario.Cercadelarranquedeestatrompateníaunainmensacantidaddepelosnegrosehirsutos,másdelosquepuede tenerelpelajedeunamanadadebúfalos,yproyectándosedesdeesospeloshaciaabajoyhacialoslados,salíandosfulgurantescolmillosparecidosa los del jabalí, pero de un tamaño infinitamente mayor. Extendidas haciadelante, paralelas a la trompa, ostentaba a cada lado una gigantesca asta detreinta o cuarenta pies de largo, al parecer, de puro cristal y en forma deprismaperfecto,quereflejabandelamaneramásmagníficalosrayosdelsolponiente. El tronco estaba conformado como una cuña con la punta haciatierra. Desde éste se extendían dos pares de alas—cada una de unas cienyardas de largo—, un par colocado encima de otro, y todo él cubierto dedensasescamasmetálicas;cadaescamatendríacomounosdiezodocepiesdediámetro.Observéquelosparessuperioreseinferioresdealasestabanunidosporunafuertecadena.Perolaprincipalsingularidaddeaquellahorriblebestiaeralaimagendeunacalaveraquecubríacasitodalasuperficiedesupecho,yque estaba trazada con exactitud en un blanco deslumbrador sobre el colorterroso del cuerpo, como si hubiese sido cuidadosamente dibujada por unartista.Mientras contemplaba yo aquel animal terrorífico, y en particular elaspecto de su pecho, con un sentimiento de horror y de temor, con unsentimiento de maldad cercana que me era imposible reprimir por ningúnesfuerzodelarazón,vilaenormebocaenlaextremidaddelatrompaabrirsede repente, brotando de ella un sonido tan fuerte y expresivo de temor, quesobrecogió mis nervios como un toque de difuntos; y cuando el monstruodesaparecióenlafaldadelamontaña,caídesmayadoalpuntosobreelsuelo.

Al volver en mí, mi primer impulso, naturalmente, fue comunicar a miamigoloqueacababadeverydeoír;peronopodríaexplicarquésentimientoderepugnanciameimpidióhacerloalapostre.

Por último, una noche, tres o cuatro días después del suceso, estábamossentados juntos en la estancia desde la cual vi la aparición; ocupaba yo el

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mismositioantelamismaventana,yélestabatendidosobreunsofácercademí. La asociación de lugar y de tiempo me impulsó a darle cuenta delfenómeno.Meescuchóhastaelfinal—alprincipiosereíadebuenagana—yluegoadoptóungestoserioconexceso,comosimilocuraestuviesefueradetoda sospecha. En aquel momento tuve de nuevo una clara visión delmonstruo,elcual,conunestremecimientodeterrorabsoluto,señaléentoncesa suatención.Miróél ávidamente, sosteniendoqueno seveíanada, aunqueseñalara yo con toda minuciosidad la carrera del animal mientras se abríacaminobajandoporlasuperficiepeladadelamontaña.

Sentíameahorahartoalarmado,puesconsiderabaaquellavisióncomounpresagiodemimuerte,opeoraún,comoelsíntomaprecursordeunataquedelocura.Me eché vivamente hacia atrás enmi silla, y durante unosminutosescondímicaraentrelasmanos.Cuandodescubrímisojos,noerayavisiblelaaparición.

Mi anfitrión, no obstante, recobró hasta cierto punto la tranquilidad deconducta,ymeinterrogómuyminuciosamenterespectoalaconformacióndeaquel ser imaginario. Cuando estuvo plenamente informado sobre aquellacuestión, suspiró a fondo, como si se sintiera descargado de un pesointolerable, y empezó a hablarme, con una calma queme parecía cruel, devariospuntosdefilosofíaespeculativaquehabíanconstituidoantestemasdediscusión entre nosotros. Recuerdo que insistió con mucho empeño (entreotras cosas) en la idea de que la causa principal del error en todas lasinvestigacioneshumanasestáenelriesgoquecorrelainteligenciarebajandooatribuyendounvalorexcesivoa la importanciadeunobjeto,porunasimplemediciónerróneadesuproximidad.

—Paraevaluarcorrectamente,porejemplo—dijo—,lainfluenciaejercidasobre la Humanidad a lo largo del tiempo por la consumada difusión de laDemocracia,nodejaráderepresentarundatoladistanciadelaépocaenquetaldifusiónpudoefectuarse.Aunasí,¿puedeustedindicarmeunescritorquehaya escrito sobre el gobierno que pensara nunca en esa rama especial deltema,dignosiempredediscusión?

Hizoaquíunapausaqueduróunmomento,sedirigióhaciaunalibreríaysacóuntratadocorrientedehistorianatural.Merogóentoncesquecambiasede asiento con él, pues así podía ver mejor los pequeños caracteres de laimpresión;sentóseenmisillónantelaventana,yabriendoellibro,prosiguiósudisertaciónenelmismotonodeantes.

—Peroporsuexcesivaminuciosidad—repuso—aldescribirelmonstruo,puedoentodomomentoprobarleloqueera.Enprimerlugar,permítameleerleuna descripción, para chicos de escuela, del género sphinx, de la familiacrepuscalaria del orden lepidóptera y de la clase insecta o insectos. La

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descripcióndiceasí:

»“Cuatroalasmembranosascubiertasdepequeñasescamascoloreadas,deaspecto metálico; boca formando una trompa enrollada, debida a unaprolongación de la quijada, sobre cuyos lados se encuentran rudimentos depalpos vellosos; las alas inferiores están adheridas a las superiores por unospelos tiesos; antenas en forma de porra prolongada, prismática; abdomenpuntiagudo.LaEsfingedeCalaveracausaungran terrorentreelvulgo,yalmismo tiempo, el tono triste del lamento que profiere y esa imagen de lamuertequemuestrasobresucoselete”.

Cerróel libro,recostándosesobreelsillónenlamismaposturaqueteníayoenelmomentodecontemplaral«monstruo».

—¡Ah!Éseera—exclamóluego—,éseera,subiendoporlasuperficiedelamontaña,yadmitoquesetratadeunserdeaspectomuynotable.Contodo,noeraenmodoalgunotangrandeniestabatandistantecomoustedimaginó;porqueelhechoesque,cuandoserpeabasubiendoporesehiloqueunaarañahabía tejido a travésdelmarcode laventana, tendría el dieciseisavodeunapulgada de longitud máxima, y estaría a una distancia también de undieciseisavodepulgadadesupupila.

UNANARRACIÓNDEJERUSALÉN

—Vayamos presurosos hacia las murallas —dijo Abel-Phittim, a Buzi-Ben-LevíyaSimeónelFariseo,eldécimodíadelmesThammuz,enelañodel mundo tres mil novecientos cuarenta y uno—, marchemos presurososhacialasmurallaslindantesconlapuertadeBenjamín,queestáenlaciudaddeDavid, y que dominan el campamento de los incircuncisos. Porque es laúltima hora de la cuarta vela y ha salido el sol, y los idólatras, encumplimientodelapromesadePompeyo,debenesperarnosconloscorderosparalossacrificios.

Simeón, Abel-Phittim y Buzi-Ben-Leví eran los gizbarim osubrecaudadoresdelasofrendasenlaciudadsantadeJerusalén.

—En verdad—contestó el fariseo—, hemos de apresurarnos, pues estagenerosidadenlosgentilesesinusitada,ylainconstanciahasidosiempreunatributodelosadoradoresdeBaal.

—Que sean inconstantes y traidores es tan cierto como elPentateuco—dijo Buzi-Ben-Leví—; pero eso es únicamente con el pueblo de Adonai.¿Cuándo se ha visto que los amonistas fuesen contra sus propios intereses?¡Meparecequenoesungranrasgodegenerosidadconcedernoscorderospara

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elaltardelSeñor,ofreciendoacambiotreintasiclosdeplataporcabeza!

—Olvidas, sin embargo, Ben-Leví —replicó Abel-Phittim—, que elromanoPompeyo,queasediaahoraimpíolaciudaddelAltísimo,notienelaseguridad de que no apliquemos los corderos comprados para el altar alsustentodelcuerpomásbienquealdelespíritu.

—¡Vamos, por las cinco puntas de mi barba—exclamó el fariseo, quepertenecíaalasectallamadadelosMagulladores(unpequeñogrupodesantoscuyamanerademagullarseydedesgarrarselospiescontraelempedradoeradesde hacía largo tiempo una espina y un reproche para los devotosmenoscelosos,unobstáculoparalosviandantesmenosiluminados)—,porlascincopuntas de esta barba que, como sacerdote, me está prohibido afeitarme!¿Hemosvividoparaverquellegaráundíaenqueeladvenedizoblasfemadoreidólatra de Roma nos acusará de aplicar a los apetitos de la carne losmássantosyconsagradoselementos?¿Hemosvividoparaverquellegaráundíaenque…?

—Dejemosdeinquirirlosmotivosdelfilisteo—interrumpióAbel-Phittim—, pues hoy día nos aprovechamos por vez primera de su avaricia y de sugenerosidad;serámejorquenosapresuremosairalasmurallas,portemoraque os falten las ofrendas para el altar, cuyo fuego no pueden extinguir laslluvias del cielo y cuyos pilares de humo no puede derribar ningunatempestad.

Lapartedelaciudadhacialacualseacelerabannuestrosdignosgizbarim,y que llevaba el nombre de su arquitecto, el rey David, estaba consideradacomo el barriomejor fortificado de Jerusalén, y se hallaba situada sobre laabruptayaltacolinadeZeón.Allí,unazanjaancha,profunda,circular,abiertaen la sólida roca, estaba defendida por una muralla de gran reciedumbre,levantadasobresubordeinterior.Decorabanestamuralla,atrechosregulares,unas torres cuadradasdemármolblanco; lamásbaja tenía sesentay lamásalta ciento veinte codos de altura. Pero en la proximidad de la puerta deBenjamíndejabade levantarse lamurallaalbordedelfoso.Porelcontrario,entreelniveldelazanjaylabasedeaquéllasealzabaperpendicularmenteunaroca de doscientos cincuenta codos de altura, formando parte del escarpadomonteMoriah.DemodoquecuandoSimeónysuscompañerosllegaronalacúspide, a la torre llamada Adoni-Bezel —la más alta de todas las quecircundan Jerusalén y lugar acostumbrado para parlamentar con el ejércitositiador—,vierondebajoelcampamentoenemigoaunaalturaquesuperabaenmuchospiesladelapirámidedeCheops,yenalgunos,ladeltemplodeBelus.

—Enverdad—suspiróelfariseo,mientrasmirabaconvértigoalprecipicio—, los incircuncisos son como las arenas a la orilla del mar, como laslangostas en el desierto. El valle del Rey se ha convertido en el valle de

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Adomin.

—Ycontodo—añadióBen-Leví—,nopuedesseñalarmeunfilisteo;no,ni uno solo, desde Aleph a Tau, desde el desierto hasta el almenaje, queparezcamayorquelaletrajod.

—¡Bajad la cesta con los siclos de plata! —gritó entonces un soldadoromano,convozásperayroncaqueparecíasalirdelosdominiosdePlutón—;bajad la cesta con esamonedamaldita cuyo nombre destroza la boca de unnoble romano si lo pronuncia! ¿Es así como demostráis vuestra gratitud aPompeyo,nuestrodueño,quien,consuindulgencia,haconsentidoenescucharvuestras inoportunidades idólatras? El dios Febo, que es un verdadero dios,estáenmarchaensucarrodesdehaceunahora,¿ynodeberíaishallarossobrelas murallas al salir el sol? ¡Ædepol!, ¿crees tú que nosotros, losconquistadores del mundo, no tenemos nada mejor que hacer que estar devigilancia en lasmurallas de cada perrera para traficar con los perros de latierra? ¡Bajad el cesto, os digo, y mirad bien que vuestro fraude sea debrillantecolorydepesoexacto!

—¡ElElohim!—exclamóel fariseo,mientras losdiscordanteacentosdelcenturión retumbaban entre las escabrosidades del precipicio y venían adesvanecerse contra el templo—. ¡El Elohim!, ¿quién es el dios Febo? ¿Aquién invoca el blasfemador? ¡Tú, Buzi-Ben-Leví, que eres experto en lasleyes de los gentiles, y que has residido entre los que semancillan con losteraphims! ¿Es de Nergal de quien habla el idólatra, o de Ashimah, o deNibhaz,odeTartak,odeAdramalech,odeSuccoth-Benith,odeDagon,odeBaal-Perith,odeBaalPeor,odeBaal-Zebub?

—No es de ninguno de ésos, por cierto; pero ten cuidado y no dejesescurrir demasiado velozmente la cuerda entre tus dedos, pues podría elmimbre engancharse en aquel saliente del despeñadero de allí abajo, yvolcaríasdeunmodocalamitosolascosassagradasdelsantuario.

Con ayuda de algún mecanismo toscamente construido, fue entoncesdescendidoconcuidadoelpesadocestoentrelamultitud,ydesdesupináculovertiginoso podían ver a los romanos apretarse confusos alrededor; pero, acausadelagranalturaydelanieblapredominante,nopodíandistinguirconclaridadsusoperaciones.

Habíatranscurridoyamediahora.

—¡Llegaremosconretraso!—suspiróelfariseo,mirandohaciaelabismo,al expirar aquel tiempo—; ¡llegaremos con retraso! Seremos expulsados denuestroempleoporloskatholim.

—Nuncamás—repusoAbel-Phittim—,nuncamásnos festejaremosconlagrasadelatierra;nuncamásseránperfumadasnuestrasbarcasconincienso,

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niestaránceñidosnuestrosriñonesconelfinísimolinodelTemplo.

—¡Raca! —juró Ben-Leví—. ¡Raca! ¡Tienen intención de robarnos eldinero del mercado! ¡Oh, santo Moisés!, ¿están pesando los siclos deltabernáculo?

—¡Al fin han hecho la señal!—gritó el fariseo—. ¡Al fin han hecho laseñal! ¡Tira,Abel-Phittim! ¡Y tú, Buzi-Ben-Leví, tira también! Pues, por lovisto, los filisteos retienen aún el cesto, ¡o si no, elSeñor ha ablandado suscorazonesyloshahechocolocarenélunanimaldebuenpeso!

Y los gizbarim tiraban, mientras se balanceaba el fardo pesadamente alsubirentrelanieblaqueseguíaaumentando.

—¡Maldito sea, maldito sea!—tal fue la exclamación que brotó de loslabiosdeBen-Levícuando,alcabodeunahora,sehizoconfusamentevisibleunobjetoenelextremodelacuerda—.¡Malditosea!¡EsuncarneropadredelossotosdeEngedi,tanrugosocomoelvalledeJosafat!

—Eselprimerparidodelrebaño—dijoAbel-Phittim—.¡Loconozcoporelbalidode subocaypor lacurva inocentedesusmiembros!Susojos sonmásbellosquelasjoyasdelPectoral,ysucarneescomolamieldelHebrón.

—EsunternerocebadoenlospastosdeBastean—dijoelfariseo—.¡Losgentiles se han portado admirablemente con nosotros! ¡Elevemos nuestrasvocesenunsalmo!¡Demosgraciasconelsistroyelsalterio,conelarpaylatrompeta, con la cítaray el sacabuche!Sólo cuandohubo llegado el cesto apocospiesdelosgizbarimunsordogruñidotraicionóasusoídosuncerdodeuntamañomusitado.

—¡Vamos, El Emanu! —exclamó lentamente el trío, con los ojoslevantadoshaciaelcielo;ycomosoltaronsupresa,elpuercoliberado,alcaer,escapó corriendo entre los filisteos—. ¡El Emanu! ¡Dios sea con nosotros!¡Éstaeslacarneinnombrable!

GUILLERMOWILSON

Permítaseme, por el momento, llamarme Guillermo Wilson. La blancapágina que ahora está ante mí no debe ser manchada por mi verdaderonombre. Ha sido ya éste con exceso objeto de desprecio y de horror, deabominaciónparamiestirpe.¿Nohandivulgadosuincomparableinfamialosindignos vientos por las más distantes regiones del globo? ¡Oh, el másabandonado proscrito de todos los proscritos!, ¿no has muerto por siempreparalatierra,parasushonores,parasusflores,parasusdoradasaspiraciones?

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¿Ynoestásuspendidaeternamenteunanubedensa,lúgubreeilimitadaentretusesperanzasyelcielo?

Noquisiera,aunquepudiese,sepultarhoydíaaquíunalistademisúltimosaños de inefable miseria y de imperdonable crimen. Esta época —estosúltimos años— ha adquirido una repentina magnitud en vileza, cuyo sóloorigenesmiactualintencióndeterminar.Loshombres,porlogeneral,caenenlavilezaporgrado.Demísedesprendió todavirtuddeungolpe,comounacapa, enun instante.Deunamaldad relativamentevulgar hepasado, con lazancada de un gigante, a unas enormidades mayores que las de unHeliogábalo.Sean indulgentesconmigomientras relatoquéazar,qué sucesoúnico originó esa acción perversa. Se acerca laMuerte, y la sombra que laprecede ha proyectado una influencia calmante sobremi espíritu.Aspiro, alpasarporel sombríovalle, a la simpatía—ibacasiadecira lapiedad—demissemejantes.Quisieragustosohacerlescreerquehesido,enciertomodo,elesclavodelascircunstanciasquesuperantodaintervenciónhumana.Desearíaquedescubriesenfuerademí,enlosdetallesquevoyadarles,algúnpequeñooasisdefatalidadenundesiertodeerror.Quisieraqueconcediesen—locualellosnopuedenabstenersedeconceder—que,apesardequeantesdeahorahanexistidograndestentaciones,jamáselhombrehasidotentadoasí,cuandomenos,yenverdad,nuncahacaídoasí.¿Yporesonohasufridoasínunca?¿Nohevividorealmenteenunsueño?¿Ynofenezcoahoravíctimadelhorrorydelmisteriodelasmásextrañasvisionessublunares?

Soydescendientedeunarazaquesehadistinguidoentodotiempoporuntemperamento imaginativo y fácilmente excitable, y enmi primera infanciademostréquehabíaheredadodellenoelcarácterfamiliar.Cuandoaumentéenedad, ese carácter se desarrolló con más fuerza; llegó a ser, por muchasrazones,motivo de seria inquietud paramis amigos, y un perjuicio positivoparamímismo.Crecívoluntarioso,entregadoalosmássalvajescaprichos,yfui presa de las pasiones más irrefrenables. Propensos a la debilidad, yabrumados por defectos constitucionales análogos a los míos propios, pocopudieron hacermis padres para refrenar las perversas inclinaciones quemedistinguían. Fracasaron por completo algunos débiles y mal dirigidosesfuerzosporsuparte,y,comoeslógico,constituyeronuntriunfototalporlamía.Desdeentonceseramivoz leyenelhogar,yaunaedadenquepocosniñoshandejadosusandadores,fuiabandonadoamipropiogobiernoylleguéaser,exceptodenombre,eldueñodemisactos.

Mis primeros recuerdos de la vida escolar van unidos a una amplia yextravagante casa de estilo isabelino en un brumoso pueblo de Inglaterra,dondehabíanumerososárbolesgigantescosyretorcidos,ycuyascasastodaseran sumamente vetustas. A fe mía, era un lugar semejante a un sueño,apaciguador del espíritu aquella vieja y venerable ciudad. En este instante

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mismo siento con la imaginación el estremecimiento refrescante de susdensamente sombrosas avenidas, respiro la fragancia de susmil arboledas ymesobrecogedenuevocon indefinibledeleite lanotaprofundaybajade lacampanadelaiglesia,rompiendoacadahoraconsutañidolentoyrepentinolaquietuddelaatmósferaoscuraenquesesumíayseamodorrabalacaladaagujagótica.

Halloquizátantoplacercomomeesposibleexperimentarahoraviviendoesos minuciosos minutos de la escuela y sus inquietudes. Sumido en elinfortuniocomoestoy—infortunio,¡ay!,demasiadoreal—,semeperdonaráquebusqueunalivio,aunqueligeroypasajero,enlafutilidaddeesospocosyextravagantesdetalles.Porotraparte,aunsiendoéstosdetodopuntotriviales,y hasta ridículos en sí mismos, adquieren en mi mente una importanciacircunstancial,porirunidosaunaépocayunlugarenlosquereconozcolasprimeras advertencias del Destino, que desde entonces me han envuelto enabsolutoconsusombra.Dejadme,pues,querecuerde.

La casa, como he dicho, era vieja e irregular; los terrenos circundantes,amplios, y un alto y sólido muro de ladrillos, rematado con una capa demorteroydevidriosrotos, lacercabanporcompleto.Estamurallacarcelariaformabael límitedenuestraposesión;noveíamoselotro ladomásque tresvecesporsemana—unavezcadasábadoporlatarde,cuando,acompañadospor dos profesores de estudios, nos permitían dar cortos paseos en fila poralgunosdeloscamposvecinos—,ydosveceslosdomingos,cuandoíbamosformadosdelamismamaneraalosoficiosmatutinosyvespertinosenlaúnicaiglesia del pueblo. El director de nuestra escuela era el pastor de aquellaiglesia. ¡Con qué profundo espíritu de admiración y de perplejidadacostumbraba yo a mirarle desde nuestro alejado banco en el coro, cuandosubía él, con paso solemne y lento, al púlpito!Aquel hombre venerable, decara tan modestamente bondadosa, con unas vestiduras tan lustrosas y tanclericalmenteondeantes,conunapeluca tanminuciosamenteempolvada, tanrígido y alto, ¿podía ser elmismo que, hacía unmomento con cara agria yropas manchadas de tabaco, hacía cumplir, palmeta en mano, las leyesdraconianas de la escuela? ¡Oh, gigantesca paradoja, demasiadomonstruosaparatenersolución!

Enunaesquinadelmacizomuroseabría,torva,unapuertamássólidaaún.Estabaclaveteadayreforzadaconcerrojosdehierro,yrematadaporunbordedentado,tambiéndehierro.¡Quéimpresionesdeprofundoterrorinspiraba!Nola abrían nunca, excepto para las tres periódicas salidas y entradas que hemencionado ya; entonces, en cada rechinamiento de sus potentes goznes,encontrábamos una plenitud de misterios, un mundo de temas paraobservacionessolemnesoparameditacionesmássolemnesaún.

Elextensorecintoeradeformairregular,convariasdivisiones.Deéstas,

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tres o cuatro de lasmayores constituían el patio de recreo.Estaba alisadoycubiertodeunafinayduragrava.Recuerdobienquenohabíaenélniárbolesnibancos,ninadaparecido.Naturalmente,estabasituadoenlaparteposteriordelacasa.Antelafachadaseextendíaunpequeñoparterreplantadodebojesyotrosarbustos;pero,enrealidad,sólocruzábamosaquellasagradadivisiónen raras ocasiones, tales como la primera llegada a la escuela o la salidadefinitiva,oquizácuandounparienteounamigonoshabíahechollamar,ocuando corríamos muy alegres hacia nuestra casa en Navidades o para lasvacacionesdeverano.

Pero la casa, ¡qué carácter tan arcaico tenía! Para mí era un verdaderopalacio encantado.No acababan nunca sus recovecos y sus incomprensiblessubdivisiones.Eradifícil,encualquiermomento,decirconcertezaencuáldesusdospisosseencontrabauno.Deunahabitaciónaotraseteníalaseguridadde hallar tres o cuatro escalones que subir o que bajar. Luego las ramaslaterales resultaban innumerables—inconcebibles—, y daban vueltas de talmodo sobre sí mismas, que nuestras ideas más exactas respecto a la casaenteranoeranmuydiferentesdeaquellasconqueconsiderábamoselinfinito.Duranteloscincoañosdemiestanciaallí,nofuinuncacapazdedeterminarconprecisiónenquéremotalocalidadseenclavabaelpequeñodormitorioquemeestabaasignadoconotrosdieciochooveintecolegiales.

Lasaladeestudioseralamásgrandedelacasa,ynopuedodejardecreerque del mundo. Era muy larga, estrecha y lúgubremente baja, con unaspuntiagudas ventanas góticas y un techo de roble. En un lejano ángulo queinspiraba terrorhabíaun recintocuadradodeochoodiezpies, abarcandoelsanctum «durante las horas de estudio» de nuestro subdirector el reverendodoctorBransby.Eraunasólidaconstrucción,conunapuertamaciza;antesqueabrirla en ausencia del domine, hubiéramos todos preferido perecer por lapeine forte et dure. En otros dos ángulos había otras dos casillas, menosrespetadas, en suma, pero que causaban también un gran terror. Una era latribuna del profesor de «humanidades», otra la del profesor de inglés ymatemáticas. Esparcidos aquí y allá por la sala, cruzándose y volviendo acruzarse con una infinita irregularidad, había incontables bancos y pupitres,negros, antiguos, deteriorados por el tiempo, atestados a más no poder denumerososymanchadoslibros,yasimismoadornadosconiniciales,nombresenteros,figurasgrotescasyotraslaboresdecortaplumas,quehabíanperdidodeltodolaescasaformaoriginalquelespudocorrespondercomoparteendíasyaantiguos.Aunextremodelasalahabíaunenormecubollenodeagua,yenotro,unrelojdeestupendasdimensiones.

Rodeado por los macizos muros de aquella venerable escuela, pasé sintedio o repulsión, empero, los años del tercer lustro demi vida. El cerebrofecundode la infanciano requiereunmundoexteriorde incidentes conque

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ocuparseodivertirse,ylamonotoníaenaparienciatristedeunaescuelaestabahenchidadelamásintensaexcitaciónquemijuventudensazónhaobtenidodelalujuria,omiplenavirilidaddelcrimen.Apesardetodo,debocreerquemiprimerdesarrollointelectualfue,enconjunto,pococorrienteeinclusomuyoutré.En general, los acontecimientos de la primera infancia dejan rara vezsobre lahumanidad,en lamadurez,una impresióndefinida.Todoessombragris—débileirregularrecuerdo—,unconfusoembrollodedébilesplaceresydepenasfantasmagóricas.Enmínoocurreasí.Tengoquehabersentidoenmiinfanciacon laenergíadeunhombrecuantoencuentroahoragrabadoenmimemoriaconlíneastanvivascomolosexergosdelasmedallascartaginesas.

Aunasí,enrealidad—enlarealidadsegúnlaentiendeelmundo—,¡quépequeñoeraallíelrecuerdo!Eldespertarporlamañana,laordendeacostarsepor la noche, el estudio, la lección dicha en clase, las semivacacionesperiódicas, las visitas de inspección; el patio de recreo con sus riñas, suspasatiempos, sus intrigas; todo esto, por un hechizo olvidado hacía largotiempo, contenía un desbordamiento de sensaciones, un universo deemociones variadas, y de las más apasionantes y renovadoras excitaciones.Oh,lebontemps,quecesiècledefer.Enverdad,elardor,elentusiasmoylaimpetuosidaddemicarácterhicieronprontodemíuntiposeñaladoentremiscondiscípulos, y lentamente, pero por gradaciones naturales, me dieron unascendientesobretodoslosquenoeranmayoresqueyoenedad;sobretodos,conuna solaexcepción.Estaexcepciónestabaen lapersonadeuncolegial,que sin parentesco alguno conmigo, llevaba el mismo nombre de pila y elmismoapellidoqueyo;circunstancia,enfin,poconotable,puesnoobstanteunanobleascendencia,elmíoeraunodeesosapellidosvulgaresqueparecenhabersido,porderechodeprescripción,desdetiempoinmemorial,propiedadcomún de la multitud. En este relato me he llamado a mí mismo por esoGuillermoWilson,unnombreficticioquenoesmuydiferentedelauténtico.Sólo mi homónimo, entre esos que en la fraseología escolar componían«nuestrapandilla»,seatrevíaacompetirconmigoenlosestudiosdeclaseoenlos deportes y riñas del recreo, a negar una absoluta credulidad a misafirmaciones o a una sumisión a mi voluntad, y bien mirado a impedir miarbitraria dictadura en todo lo que fuese. Si hay en la tierra un despotismoomnímodo,eseldespotismodeunniñodegeniodominantesobrelosespíritusmenosenérgicosdesuscompañeros.

LarebeldíadeWilsoneraparamícausadesumaperturbación,tantomáscuanto que, a pesar de la fanfarronería con que me creía en el deber dedemostrarleaélyasuspretensiones,sentíayoqueenelfondoletemía,ynopodía impedirme de pensar en la igualdad que él mantenía tan fácilmenteconmigo, como prueba de su auténtica superioridad, pues me costaba unperpetuoesfuerzonoserdominado.Sinembargo,estasuperioridad—omásbienesta igualdad—sóloera reconocidapormí;nuestroscondiscípulos,por

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una inexplicable ceguera, no parecían sospecharla siquiera. Realmente, surivalidad,suresistencia,yenespecialsuimpertinenteytenazintervenciónenmis propósitos, no se habían traslucido más que en privado. Parecía éldesprovisto, además de la ambición que me impulsaba, y de la apasionadaenergíapormediode lacualerayocapazdesobresalir.Enesta rivalidadsehubierapodidosuponerquelemovíatansóloundeseocaprichosodeponermeobstáculos,desorprenderme,demortificarme,aunquealgunasvecesnopodíayodejardenotar, conun sentimientocompuestodeasombro,humillaciónyresentimiento, que él mezclaba a sus ofensas, a sus insultos, a suscontradicciones, cierta inadecuada y de fijo mal acogida afectuosidad demaneras.Únicamentepodíayoconcebirestaconductasingularcomodebidaaunaconsumadasuficienciaqueasumíaunairevulgardeamparoyprotección.

AcasoeraesteúltimorasgoenlaconductadeWilson,unidoalaidentidaddenuestronombre,yalasimplecoincidenciadehaberingresadoenlaescuelaelmismodía,loquepusoencirculaciónentrelasclasesmásadelantadasdelaescuela la noticia de que éramos hermanos. De costumbre, los alumnos deestasclasesnoseenteranconmuchaexactituddelascuestionesrelacionadasconlosdelasclaseselementales.Hedichoantes,odeberíahaberlodicho,queWilsonnoestabaenelgradomásremoto,unidoamíporvínculosfamiliares.Pero,seguramente,dehabersidohermanoshubiéramossidogemelos;porque,despuésdehabersalidodecasadeldoctorBrasby,supe,porcasualidad,quemihomónimohabíanacidoel19deenerode1813,locualsuponeunanotablesimilitud,yaqueesedíaesprecisamenteeldeminacimiento.

Puedeparecerextrañoque,apesardelacontinuaansiedadquemecausabala rivalidad deWilson y su intolerable espíritu de contradicción, no sintieseporélunodiocabal.Teníamos,contodaseguridad,casiadiariounadisputa,enlacual,otorgándome,condescendiente,lapalmadelavictoria,seesforzabaporhacermenotarqueeraélquienlahabíamerecido;perounsentimientodeorgullo por mi parte y una verdadera dignidad por la suya nos manteníasiempre en eso que se llaman «relaciones correctas». A despecho de éstas,habíaennuestrostemperamentosmuchospuntosparacongeniarafondo, loscualeshubiesendespertadoenmíunsentimientoquesólonuestrasituacióntalvez impedíamadurar en amistad. Es difícil, en resumidas cuentas, definir oinclusodescribirmissentimientosverdaderosconrespectoaél.Formabanunaabigarradayheterogéneamezcladeciertapetulanteanimosidadquenoeraloquesediceodio,deciertaestimación,debastanterespetoymuchotemor,conun mundo de inquieta curiosidad. Importa decir, para el moralista, porañadidura,queWilsonyyoéramoslosmásinseparablesdeloscompañeros.

Fue, sin duda, el estado anómalo de las relaciones que existían entrenosotrosloquehizoquetodosmisataquescontraél(yeranmuchos,francosoencubiertos)tomasenelcaminodelaburlaodelaironía(elcualmortificasi

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cobraelaspectodelasimplechacota)antesqueeldeunahostilidadmásseriay determinada. Pero no lograban mis esfuerzos a este respecto un éxitouniforme, ni siquiera cuando estaban mis planes más ingeniosamentecombinados,puesmihomónimoteníaensucaráctermuchodeesaausteridadllenade reservaycalmaque, aungozandocon lamordedurade suspropiasburlas,noenseñanuncaeltalóndeAquilesyseniegaenabsolutoareírsedeellas. No podía yo encontrar en él más que un solo punto vulnerable, queestribaba en un detalle físico que, como resultado quizá de una enfermedadconstitucional,evitaríacualquierantagonistamenosencarnizadoensus finesqueyomismo:mirivalpadecíaunadebilidadenlosórganosdelagargantaoguturales que le impedían elevar nunca la voz por encima de unmurmullomuy bajo. No dejaba yo de sacar de este defecto el mísero provecho queestabaamialcance.

LasrepresaliasdeWilsonerandemásdeunaespecie,empleabaunaformadebromaquemeturbabamásalládetodolímite.Esunacuestiónquenohepodidonuncaresolvercómosusagacidaddescubrióenunprincipioqueunacosa tanmínimapodíamolestarme;pero,unavezque lodescubrió,pusoenejecución aquella molestia. Siempre sentí aversión por mi inelegantepatronímicoypormiapellidotanvulgar,sinoplebeyo.Esassílabaseranunvenenoparamisoídos,ycuandoeldíamismodemillegadasepresentóenlaescuelaunsegundoGuillermoWilson,leodiéporllevaraquelapelativo,ymemolestódoblementeelnombreporque lo llevabaunextraño,unextrañoquesería causa de que lo oyese yo pronunciar con repetición, que estaría decontinuoenmipresencia,ycuyosactos,enlarutinaordinariadelascosasdela escuela, serían inevitablemente a causa de tan detestable coincidencia,confundidosamenudoconlosmíos.

El sentimiento de vejación engendrado así, se hizo más fuerte a cadacircunstanciaquetendíaamostrarlasemejanzamoralofísicaentremirivalyyo. No había yo descubierto aún el hecho notable de que fuéramos de lamisma edad; pero vi que éramos de lamisma talla y noté que teníamos unsingularparecidoenelcontornogeneralyennuestrosrasgos.Meexasperabatambiénel rumor referenteanuestroparentesco, alqueprestabancréditoenlas clases superiores. En una palabra, nada podía molestarme más (aunqueocultase yo escrupulosamente tal molestia) que cualquier alusión a unasimilituddeespíritu,personaonacimientoexistenteentrenosotros.Porciertoquenoteníayorazónparacreerqueesasimilitud(aexcepcióndelacuestióndel parentesco, y en el caso del propioWilson) hubiera sido nunca temadecomentariosuobservadasiquierapornuestroscondiscípulos.Eraevidentequeéllaobservabaentodossusaspectos,ycontantaatencióncomoyo;perolodequehubiesepodidodescubrirensemejantecircunstanciaunaminatanricadecontrariedades, no puede atribuirse, como he dicho antes, más que a superspicacianadacorriente.

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Medabalaréplicaconunaperfectaimitacióndemímismoenpalabrasygestos,ydesempeñabaadmirablementesupapel.Mitrajeerafácildecopiar,yseapropiósindificultadmisandaresymiportegeneral;apesardesudefectoconstitucional, ni siquierami voz se le había escapado.No intentaba imitar,por supuesto, mis tonos altos, pero la clave era idéntica, y su murmullosingularseconvertíaenelverdaderoecodemipropiavoz.

No intentaré exponer hasta qué extremo me atormentaba este exquisitoretrato(puesnopuedollamarloconexactitudcaricatura).Noteníayomásqueunconsuelo,yeraquelaimitación,porlovisto,sólolanotabayo,yquenotenía que sufrir sino las sonrisas extrañamente sarcásticas demi homónimo.Satisfechodehaberproducidoenmipechoel efectodeseado,parecía reírseentre dientes de la picadura queme había infligido ymostrarse en especialdesdeñoso del aplauso público que el éxito de sus ingeniosos esfuerzos lehubiera conquistado enseguida.Durante variosmeses fueun enigmaquenopude resolver cómo en la escuela no adivinaron de veras su intención nipercibieronsumaneradellevarlaacabo,nicompartieronsualegríaburlona.Quizá no era francamente perceptible la gradación de su copia, omás bien,debíayomi seguridadal airedemaestríadel copistaquien,despreciando laletra(queestodoloquelosobtusospuedenverenunapintura),noexpresabamásqueelespírituplenodesuoriginal,paramipersonalmeditaciónypena.

Hehabladoyamásdeunavezdelairemolestodeprotecciónquehabíaéladoptado conmigo, y de su frecuente y oficiosa intervención en misdeterminaciones.Esaintervencióntomabaaveceseldesagradablecarácterdeconsejo, consejo que no me daba abiertamente, sino que sugería, queinsinuaba. Lo recibía yo con una repugnancia que adquiría fuerza amedidaque aumentabapormi parte en años.Sin embargo, quierohacerle la simplejusticiadereconocerqueenesaépocalejananorecuerdounasolaocasiónenquelassugerenciasdemirivalhayanparticipadodeesoserroresolocurastancorrientesasuedad,desprovistademadurezydeexperiencia;quesusentidomoral,enfin,sinosusaptitudesgenerales,ysusabiduríamundana,eranmásagudos que los míos, y que sería yo hoy día un hombre mejor, y enconsecuencia,más feliz, si no hubiera rechazado tan amenudo los consejosincluidosenaquellossignificativosmurmullosquemeinspirabanentoncesunodiotancordialyundespreciotanamargo.

Por eso llegué a ser a la largamuy rebelde a su odiosa intervención, yaborrecícadadíamás loqueyoconsideraba intolerablearroganciasuya.Hedichoyaqueenlosprimerosañosdenuestraconvivenciacomocondiscípulos,mis sentimientos respecto a él hubiesen podido convertirse fácilmente enamistad; pero en los últimosmeses demi estancia en la escuela, aunque laimpertinencia de sus maneras habituales hubiera, sin duda, disminuido enciertomodo,mis sentimientos en una proporción casi semejante, eran sobre

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tododepositivoodio.Enunaocasiónéllopercibió,creoyo,ydesdeentoncesmerehuyóosimulórehuirme.

Haciaaquellamismaépoca, sino recuerdomal,enunviolentoaltercadoquetuvimos,perdióélsuacostumbradacautelahablandoyobrandoconunafranquezadeconductamásbienextrañaasucarácter.Entoncesdescubríomeimaginédescubrirensuacento,ensuaire,yensuaspectogeneral,algoquealprincipio me hizo estremecer y que luego me interesó profundamente,trayendo a mi espíritu visiones oscuras de mi primera infancia, recuerdosextraños,confusosyapiñadosdeuntiempoenquelapropiamemorianohabíanacidotodavía.Comomejorpuedodescribir lasensaciónquemeoprimióesdiciendoqueéramedifícildesprendermedelacreenciadequehabíaconocidoyaalserqueteníadelanteenunaépocamuylejana,enunpasadoremoto.Estailusión, empero, se disipó tan de súbito como había surgido, y lamencionosóloparamarcareldíademiúltimaconversaciónconmisingularhomónimo.

La enorme y vieja casa, entre sus incontables subdivisiones, tenía variasgrandesestancias,quecomunicabanunasconotras,dondedormíanlamayorpartedelosestudiantes.Había,además(comodebíaocurrirporfuerzaenunedificio tan torpemente proyectado), muchos pequeños recovecos oescondrijos, sobrantes de la construcción, y la ingeniosidad económica deldoctorBransbyloshabíautilizadotambiéncomodormitorios,aunque,porsersimples gabinetes, sólo tenían capacidad para un individuo. Uno de esoscuartitosloocupabaWilson.

Cierta noche, hacia el final de mi quinto año en la escuela, einmediatamente después del altercado con Wilson a que he aludido,aprovechandoquetodoestabasumidoenelsueño,melevantédemilecho,ycon una lámpara en la mano, me deslicé por un laberinto de estrechoscorredores desde mi dormitorio al de mi rival. Había yo maquinado a susexpensasunadeaquellasbromasmalignasenlasquefracasarahastaentoncessincesar.Teníaelpropósitode llevar a cabomiplanydecidíhacerle sentirtodalamaldaddequeestabahenchido.Lleguéasugabinete,entrésinruido,dejandolalámpara,conunapantalla,enelumbral.Avancéunpasoyescuchéel ruido de su respiración apacible. En la seguridad de que estaba dormido,volvíalapuerta,cogílalámparayconellameacerquéalacama.Lascortinasestabancorridasalrededory las separécon suavidady lentitudparaejecutarmi plan. Cayó de lleno sobre el durmiente una luz viva, y mis ojos en elmismo momento se fijaron en su cara. Miré, y un entumecimiento, unasensación de hielo penetraron al instante en mi ser. Palpitó mi corazón,vacilaronmisrodillasytodomiespíritufuepresadeunhorrorsincausa,perointolerable.Respirandoanhelosamente, bajé la lámparamás cerca aúnde sucara.¿Eranaquéllos,aquélloslosrasgosdeGuillermoWilson?Comprobéquesíloeran,perotemblécomoenunaccesofebril,imaginandoquenoloeran.

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¿Qué había en ellos para confundirme de aquelmodo?Le contemplaba confijeza,mientrasseperdíamicerebroenuncaosdepensamientosincoherentes.Nosemeaparecíaasí—no,porcierto—enlavivezadesushorasdespiertas.¡Elmismo nombre! ¡Losmismos rasgos! ¡La llegada en el mismo día a laescuela!¡Yluego,sutenazeinsensataimitacióndemipaso,demivoz,demitraje,demismaneras!¿Cabía,pues,enloslímitesdelaposibilidadhumana,que lo que veía yo ahora fuese simple resultado de la práctica habitual deaquellasarcásticaimitación?Sobrecogidodeterroryconunestremecimiento,apaguélalámpara,salíensilenciodelcuartoyabandonéluegolaviejaescuelaparanovolveraellanuncamás.

Despuésdeun lapsodevariosmeses,quepaséencasademispadresenplena ociosidad, entré como estudiante en Eton. Aquel breve intervalo fuesuficienteparadebilitarmisrecuerdosdelossucesosdelaescueladeldoctorBransby,oalmenos,paraoperaruncambioimportanteenlanaturalezadelossentimientosquemelosrecordaban.Larealidad—latragedia—deldramanoexistía ya. Podía ahora encontrarmotivos para dudar del testimonio demissentidos, y rara vez recordaba aquel tema sin asombrarme de hasta dóndepuedellegarlahumanacredulidadysinsonreírantelafuerzadeimaginaciónqueposeíayoporherencia.LavidaquehacíaenEtonnoeraapropósitoparadisminuir aquella especie de escepticismo. El torbellino de desenfrenadalocura en que me sumí tan inmediata como temerariamente lo barrió todo,excepto la espuma de mis horas pasadas, y absorbió de un golpe todaimpresiónsólidaoseria,nodejandoenmimemoriasinolasveleidadesdemipasadaexistencia.

No deseo, empero, trazar aquí el curso de mi miserable desenfreno, undesenfreno que desafiaba las normas y eludía la vigilancia de la institución.Tresañosdelocura,pasadossinprovecho,nohabíanpodidodarmemásqueviciosarraigados,aumentandohastaungradoinauditomidesarrollocorporal,cuandodespuésdeunasemanadedisipacióndesalmadainvitéaunpequeñogrupo de los más disolutos estudiantes a una francachela secreta en mishabitaciones.Nos reunimosahoraavanzadade lanoche,puesnuestraorgíadebíaprolongarsehastalamañana.Corríaelvinoenlibertad,ynocarecíamosdeotras seducciones acasomáspeligrosas, hasta el puntodeque, cuandoelalba aparecía débilmente por el oriente, nuestras delirantes extravaganciasllegabanalcolmo.Enardecidohasta la locurapor las tartasy laembriaguez,me obstinaba en pronunciar un brindis indecente sobre toda ponderación,cuandodistrajeronmiatencióndepronto laviolentamaneradeentreabrirmeuna puerta y la voz anhelante de un criado desde fuera. Me dijo que unapersona,alparecerconmuchaprisa,queríahablarmeenelvestíbulo.

Singularmente excitado por el vino, aquella inesperada interrupción mecausómásplacerquesorpresa.Salítambaleándome,yalospocospasosllegué

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alvestíbulodelacasa.Enaquellaestanciabajaypequeñanohabíaningunalámpara,ynorecibíamásluzquelasombradébildelamanecerquepenetrabaporlaventanacimbrada.Alponerelpieenelumbral,percibílafiguradeunjovendetallaaproximadaalamía,vestidoconunabatadecasimirblanco,delahechurademoda,comolaquellevabayoenaquelmomento.Aquelladébilluzme permitía ver, pero no pude distinguir los rasgos de su cara. Apenasentré, se precipitó hacia mí, y cogiéndome del brazo con un gesto deimpacienciapetulante,murmurólaspalabras«GuillermoWilson»enmioído.

Medespejéporcompletoenuninstante.

Habíanoséquéenlasmanerasdelextranjeroyeneltemblornerviosodesu dedo levantado, poniéndose entremis ojos y la luz, queme llenó de unilimitadoasombro;peronofueaquelloloquemeprodujounaconmocióntanviolenta. Era la absoluta y reprobatoria solemnidad contenida en lapronunciación singular, baja, sibilante, de aquel nombre, y, sobre todo, elcarácter, el tono, la clave de aquellas pocas, sencillas, familiares, y aun así,susurradassílabas,quetrajeronmilrecuerdosacumuladosdelospasadosdíasy agitaronmi alma como las descargas de una pila eléctrica. Antes de quehubiesepodidorecobrarmissentidos,habíadesaparecidoél.

Aunque este acontecimiento no dejara de producir un efecto muy vivosobre mi trastornada imaginación, fue desvaneciéndose. Durante variassemanas,tanprontomeafanabaenunaseriainvestigacióncomopermanecíaenvuelto en una nube de meditación morbosa. No pretendí disfrazar mipercepción de la identidad del singular individuo que intervenía con tantatenacidad en mis asuntos y me acosaba con sus insinuantes consejos. Pero¿quién, sí, quién era aquel Wilson? ¿Y de dónde venía? ¿Y cuál era supropósito? Sobre ninguno de estos extremos pude obtener satisfacción;comprobésimplemente,conrespectoaél,queunarepentinadesgraciafamiliarlehabíahechoabandonarlaescueladeldoctorBransbylatardedeldíaenqueyomeescapé.Pero,despuésdeunabrevetemporada,dejédepensarenello,porestarabsorbidatodamiatenciónenunproyectadotrasladoaOxford.Allíprontomefueposible—laincalculablevanidaddemispadresmeproporcionóunequipoyunapensiónquemepermitieronentregarmeadiscreciónallujo,tandilectoyaamicorazón—competirenderrochescon losmásarrogantesherederosdelosmásricoscondadosdelaGranBretaña.

Incitado por tales medios al vicio, mi temperamento constitucionalirrumpióconredobladoardor,yenlalocaceguerademisorgíaspisoteéhastalosmáscorrientesfrenosdeldecoro.Peroseríaabsurdodetenermeendetallesde mis extravagancias. Bastará con decir que superé las prodigalidades deHerodes, y que, dando nombre a unamultitud de nuevas locuras, añadí unabundanteapéndicealalargalistadelosviciosporentonceshabitualesenlamásdisolutauniversidaddeEuropa.

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Parecerádifícilcreerquehubieseyorebajadotanenabsolutoelrangodenobleza, que intentase familiarizarme con los más viles artes del jugadorprofesional llegando a ser un adepto de esa despreciable ciencia, que lapracticase habitualmente como medio de acrecer mi ya enorme renta aexpensas de mis condiscípulos de espíritu más débil. Y, sin embargo, asíocurrió. La enormidad misma de esa ofensa a todo sentimiento honorabledemostradoerasindudalaprincipal,sinolaúnicarazóndelaimpunidadconquelaperpetraba.¿Quién,realmente,entremiscompañerosmásdepravados,nohabríanegadoelevidente testimoniodesus sentidosantesquesospechartal conducta en el alegre, el franco, el generoso GuillermoWilson, el másnoble y elmás liberal camarada enOxford, aquel cuyas locuras (decían susparásitos)noeransinolas locurasdeunajuventudydeunaimaginaciónsintrabas, cuyos errores no eran sino inimitables caprichos, cuyos vicios másnegrostansólosuponíanunadespreocupadaysoberbiaextravagancia?

Habíayoseguidodosañosyaconéxitoaquellalíneadeconducta,cuandollegóalauniversidadunjovenparvenudelanobleza—Glendinning—,rico,según el rumor público, como Herodes Atticus, cuya riqueza había sidoadquiridasinesfuerzo.Prontodescubrísuescasa inteligencia,yclaroestá leconsideré como el sujeto más adecuado para mis trapacerías. Le insté confrecuencia a que jugase, yme dediqué, con las artes usuales del jugador, adejarle ganar sumas considerables para apresarle más eficazmente en misredes.Porfin,bienmaduradomiplan,mereuníconél(abrigandolaresueltaintención de que aquel encuentro fuera el último y decisivo) en lashabitaciones de un condiscípulo (mister Preston), que tenía igual intimidadcon nosotros dos, pero que, debo hacerle esta justicia, no tenía la menorsospechademipropósito.Pordaraaquellounaspectomejor,medimañaafindereunirallíungrupodeochoodiezpersonas,yprocurécontodocuidadoquelaintroduccióndelasbarajaspareciesecasual,ysehicieraapropuestademiproyectadavíctima.Paraabreviar,entanvilcuestiónnoseomitióningunade las bajas tretas tan usuales en semejantes ocasiones; maravilla que hayagentestanestúpidas,quesedejenatraparenellas.

Habíamos prolongado nuestra velada hastamuy avanzada la noche, y alcabomelascompuseparadejaraGlendinningcomoúnicoadversariomío.Eljuego era, además, el mío preferido, el ecarté. El resto de los reunidos,interesados por la magnitud de nuestra partida, habían dejado sus cartas yformabancorroanuestroalrededor.Elparvenuaquienhabíayoinducidoconmismanejos, durante la primera parte de la noche, a beber en abundancia,barajabaentonces,repartíaojugabadeunararamaneranerviosa,paralocualinfluíaenpartesuembriaguez,segúnpensé,aunquenolaexplicabadeltodo.Enmuybrevetiempoéramedeudordeunacrecidasuma,ytrasdeunsorbodeoporto,hizoprecisamenteloqueyoenfríohabíaprevisto:mepropusodoblarnuestra ya extravagante apuesta. Con una bien simulada apariencia de

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desgana,ysólodespuésdequemirepetidanegativalehuboincitadoaproferirunasagriaspalabrasquedieronamiconsentimientoelaspectodeunpique,accedí, por último. El resultado, naturalmente, no dejó de probar lo bienatrapada que estaba en mis redes la presa: en menos de una hora había élcuadruplicado su deuda.Desde hacía un rato su cara había perdido el colorfloridoque leprestabaelvino,peroentoncesviconverdaderoasombroquehabía adquirido una palidez de lo más espantosa. He dicho, con asombro.Glendinning,segúnmisinformesminuciosos,erariquísimo,ylassumasquehabíaperdidohastaaquelmomento,aunqueconsiderables,nopodían,suponíayo,preocuparleenserio,ymenosaúnafectarledeunmodotanviolento.Laideaqueseofreciódesdeluegoamiespíritufuequeestabatrastornadoporelvino que acababa de ingerir; y más bien con el propósito de defender mipropia conducta a los ojos de mis compañeros que por un motivodesinteresado, iba a insistir con ahínco en interrumpir la partida. Entoncesalgunas palabras pronunciadas cerca de mí entre los presentes y unaexclamación de Glendinning, que revelaba una completa desesperación, mehicieron comprender que había yo provocado su ruina total, en unascircunstancias que, convirtiéndole en objeto de compasión para todos, lehabríanprotegidohastadelosmalosoficiosdeundemonio.

Resultadifícildedecircuálibaaserentoncesmiconducta.Eldeplorableestado de mi víctima hacía que pesara sobre todos un aire de embarazosatristeza,yreinóunprofundosilencioporunosmomentos,durante loscualesnopude impedirquemismejillasenrojecieranbajo lasmiradasardientesdedesprecioodereprochequemedirigíanlosmenosdepravadosdelareunión.Confesaré inclusoqueduranteun instantemipecho se sintió aliviadodeunintolerablepesodeangustiaporlarepentinayextraordinariainterrupciónquesobrevino.Lasgrandesypesadashojasdelapuertaseabrierondeparenpardegolpe,conunimpulsotanviolentoyvigoroso,queapagaron,comoporartemágico, todas las bujías de la estancia. Pero su última claridadmepermitióaún entrever que había entrado un extraño, de mi propia altura,aproximadamente,yembozado todoenunacapa.Sinembargo, laoscuridadera en aquel momento absoluta, y sólo podíamos sentir que se hallaba enmediodenosotros.Antesdequeningunopudiesedominarelenormeasombroenquenoshabíasumidoaquellabrusquedad,oímoslavozdelintruso.

—Señores —dijo en un bajo, claro, e inolvidable murmullo que mesobrecogió hasta el tuétano—, señores, no intento disculpar mi conducta,porque,alobrarasí,nohagomásquecumplirconundeber.Ignoranustedes,sin duda, el verdadero carácter de la persona que ha ganado esta noche alecartéunacrecidasumaalordGlendinning.Quieroporesoproporcionarlesunprocedimiento rápido y decisivo para obtener estos informes tan necesarios.Sírvanseexaminarasugustolavueltadesubocamangaizquierda,ylosvariospaquetitos que podrán encontrar en los bolsillos un tanto espaciosos de su

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bordadabata.

Mientrashablaba,eratanprofundoelsilencio,quesehubieraoídocaerunalfiler sobre el suelo. Al terminar, salió de pronto y tan bruscamente comohabíaentrado.¿Puedodescribir,describirémissensaciones?¿Podrédecirquesentí todos los horrores del condenado?Tenía, de seguro, poco tiempo parareflexionar.Variasmanosmeclavaronconrudezaenmisitio,y,fuerontraídasenseguidaunasluces.Aestosiguióunregistrodemipersona.Enlavueltademi bocamanga se encontraron todas las cartas esenciales del ecarté y en losbolsillosdemibata,ciertonúmerodebarajasexactamenteigualesalasusadasen nuestras reuniones, con la sola excepción de las mías, que eran de esasllamadasporlostécnicosredondeadas,puesenellasestánlostriunfosuntantocombadosen losbordessuperiores,y lasotrascartas,unpococonvexasporloslados.Graciasaestadisposición,lavíctimaquecorta,comosuelehacerse,a lo largo de la baraja, lo hace siempre demanera a dar a su contrario untriunfo,mientrasqueeltahúr,alcortaraloancho,nodará,conseguridad,asuvíctimanadaquepuedaredundarenventajasuyadurantelapartida.

Una explosión de indignación ante aquel descubrimiento me hubieraafectadomenosqueelsilenciodespreciativoolacalmasarcásticaconquefueacogido.

—SeñorWilson—dijo nuestro anfitrión, inclinándose para recoger bajosuspiesuncostosísimogabánderarapiel—,señorWilson,estolepertenece.(Eltiempoerafrío,yalsalirdemishabitacionesmehabíaechadoporencimade labataungabán,quemequitéal llegaral teatrode lapartida).Supongoqueesinnecesariobuscaraquí—añadiómirandolosplieguesdelaprendaconunaamargasonrisa—cualquierotranuevapruebadesudestreza.Alaverdad,ya tenemos bastantes. Espero que comprenderá usted la necesidad deabandonarOxford,oentodocaso,desalirenseguidademishabitaciones.

Rebajado,humilladohastaelpolvocomomesentíaentonces,esprobableque reaccionara ante aquel lenguaje irritante con alguna inmediata violenciapersonal, si no hubiera estado fija toda mi atención por el momento en unhechodelgéneromáspasmoso.Elgabánquehabíayotraídoeradeunaricapiel,deuna rarezaydeunprecioquenomeatrevoaconcretar.Suhechuraera,además,demipropiacreación,puesmemostrabadescontentadizohastaun grado absurdo de presunción en cuestiones de aquella frívola naturaleza.Por eso, cuando mister Preston me tendió el que había recogido del suelo,cercade lapuertade lahabitación,viconunestuporquebordeabael terrorcómo tenía ya el mío al brazo (donde me lo había echado, sin dudainconscientemente),yqueelquemepresentabaeraunaexacta imitaciónentodosycadaunodesusmásminuciososdetalles.Elsersingularquemehabíadescubierto de tan desastrosamanera iba envuelto, lo recordaba yo, en unacapa,yningunode lospresenteshabía traídogabán,conmi solaexcepción.

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Conservandoalgunapresenciadeánimo,cogíelquemepresentabaPreston,ylopuse, sinque lonotasen, sobre elmío; salí de lahabitaciónconungestoceñudodeamenazaydereto,yalamañanasiguiente,alamanecer,iniciéunviajeprecipitadodeOxfordalcontinente,enunacompletaagoníadehorrorydevergüenza.

Huía yo en vano. Mi destino maldito me ha perseguido triunfante,demostrando, en realidad, que únicamente había comenzado entonces elejerciciodesumisteriosopoder.ApenaspuseelpieenParís,tuveunanuevaprueba del detestable interés que Wilson se tomaba por mis asuntos.Transcurrieron los años sinqueexperimentaseyoningúnalivio. ¡Miserable!EnRoma, ¡con qué inoportuna y a la par espectral oficiosidad se interpusoentre mi ambición y yo! ¡Y en Viena, y también en Berlín, y en Moscú!¿Dónde, en verdad, no encontré una amarga razón paramaldecirle desde elfondo de mi corazón? Ante su impenetrable tiranía, huí a la postre,sobrecogidodepánico, comoante lapeste, yhasta el finde la tierrahuí envano.

Ysiempre,siempre,ensecretacomuniónconmiespíritumerepetíayolaspreguntas:«¿Quiénesél?¿Dedóndeviene?¿Ycuálessuobjeto?».Peronoencontraba respuesta. Y a la sazón escrutaba con minucioso cuidado lasformas, los métodos y los rasgos característicos de su impertinenteintromisión.Perohastaenesoencontrabamuypocoquepudieraservirdebasea una conjetura. Era, por cierto, notable que en ninguno de los numerososcasos en que se había cruzado últimamente en mi camino, sólo lo hubierahechoparafrustrarmisplanesotrastornarunosactosque,delograréxito,nohubiesentenidootroresultadoqueunamargodaño.¡Pobrejustificación,afemía, aquélla para una autoridad con tanto imperio usurpada! ¡Pobrecompensaciónparalosderechosnaturalesdellibrearbitrio,negadosdemodotantenazeinsultante!

Mehabía yovisto tambiénobligado a observar quemi torturador, desdehacía una larga temporada (mientras mantenía escrupulosamente conmaravillosa habilidad su capricho de aparecer vestido igual que yo), habíalogrado,alefectuarsusvariadasintromisionesenmivoluntad,queyonovieseenningúnmomentolosrasgosdesucara.LoqueWilsonpudieraserera,ensuma,elcolmodel fingimientoode la locura.¿Podíaélsuponerun instantequeenmicensorenEton,eneldestructordemihonorenOxford,enelquefrustrómiambiciónenRoma,mivenganzaenParís,miapasionadoamorenNápoles,oloquellamófalsamentemiavariciaenEgipto;queenaquelser,miprincipalenemigoymigeniomaléfico,dejaseyodereconoceralGuillermoWilson de mis días de la escuela, al homónimo, al compañero, al rival, alodiadoy temidorivalde la institucióndeldoctorBransby?¡Imposible!Perodejadquemeapresurehacialaúltimaymemorableescenadeldrama.

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Hasta entonces había yo sucumbido indolentemente a aquella impetitosadominación. El sentimiento de profundo respeto con que templaba deordinario el carácter elevado, la majestuosa sabiduría, la aparenteomnipresenciayomnipotenciadeWilson,unido al terrorqueme inspirabanalgunosotrosrasgosdesunaturaleza,habíancreadoenmíhastaentonces laidea de mi completa debilidad e impotencia, aconsejándome una implícita,aunque amarga y contrariada sumisión a su arbitraria voluntad. Pero en losúltimos tiempos me había entregado de lleno al vino, y su influjoenloquecedor sobre mi temperamento hereditario me hacía cada vez másintolerantea todadominación.Comencéamurmurar,avacilar,a resistir.¿Yfuesólomiimaginaciónlaquemeindujoacreerque,alaumentarmipropiafirmeza, sufriría la de mi atormentador una disminución proporcional aaquélla? Es posible; empezaba yo ahora a sentir la inspiración de unaesperanza ardiente, y al final alimenté en lomás secretodemipensamientouna sombría y desesperada resolución de no someterme por más tiempo aaquellaesclavitud.

FueenRoma,duranteelCarnavalde18…,alqueyoasistíaduranteunamascarada que se celebraba en el palazzo del duque napolitanoDiBroglio.Habíaabusadomásquedecostumbredelvino,yahoralasofocanteatmósferadelossalonesatestadosmeexcitabahastaunextremoinsoportable.

Además,ladificultaddeabrirmepasoentreelgentíocontribuyónopocoaexcitarmimalhumor,puesbuscabayoconansiedad(nodiréporquémotivoindigno) a la joven, a la alegre, a la bella esposa del viejo y chocheanteDiBroglio. Con una confianza harto despreocupada me había ella confiadopreviamenteel secretodeldisfrazque llevaría,ycomoacababadedivisarla,tenía prisa por llegar hasta ella. En aquelmomento, sentí unamano que seposabaligerasobremihombro,yaquelinolvidable,bajoymalditomurmulloenmioído.

Invadido por un rabia frenéticame volví de repente hacia aquel quemehabíainterrumpidoylecogíconviolenciaporelcuello.Ibavestidocomoyoesperaba,conuntrajeigualenabsolutoalmío;llevabaunacapaespañoladeterciopeloazul,ysuspendidodeuncinturóncarmesíunestoque.Unantifazdesedanegracubríaporcompletosucara.

—Bandido—dijeconunavozenronquecidaporlarabia,ycadasílabaquepronunciabaparecíaunnuevoalimentoparami furia—.¡Bandido, impostor,maldito villano! ¡No irás tras mis pasos hasta la muerte! ¡Sígueme, o teatraviesodondeestás!

Y me abrí camino por el salón de baile hacia una pequeña antesalacontigua,arrastrándoleirresistiblementeconmigo.

Alentrar,leempujélejosdemí.Setambaleócontraelmuro,mientrasyo

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cerrabalapuertaconunjuramento,ordenándolequedesenvainase.Vacilóuninstante; luego con un leve suspiro sacó su espada en silencio y se puso enguardia.

Elcombate fuebreve, sinduda.Estabayoenloquecidopor todaclasedeexcitaciones,ysentíaenmisolobrazolaenergíaylafuerzadeunamultitud.En pocos segundos le empujé con la simple fuerza de la muñeca contra elpaneldemadera,yteniéndoleasíamimerced,hundíensupechomiespadaconbrutalferocidadrepetidasveces.

Enaquelmomentoalguien tocó la cerradurade lapuerta.Meapresuré aprevenirunaintrusiónyvolvíalpuntohaciamiadversariotendido.Pero¿quélenguajehumanopodríadescribiradecuadamenteaquelasombro,aquelhorrorque me invadió ante el espectáculo que se presentó a mi vista? El breveinstante en que aparté los ojos había bastado para producir, al parecer, uncambio material en la disposición de la parte alta y más alejada de lahabitación.Unamplioespejo—enmiconfusión,esomeparecióalprincipio—se levantabaahora,allídondenohabíayodivisadonadaantes,ycuandomedirigíhaciaélenelcolmodelterror,mipropiaimagen,peroconlosrasgosmuy pálidos y salpicados de sangre, avanzó hacia mí con un paso débil yvacilante.

Digoqueasímepareció,aunquenoloeraenrealidad.Eramiadversario,eraWilsonelqueestabaantemí, en suagonía.Suantifazy sucapayacíandonde loshabía arrojado, sobreel suelo. ¡Niunhilo en todo su trajeniunalíneaentodoslosrasgosnotablesysingularesdesurostroquenofuesenhastalamásabsolutaidentidad,losmíospropios!

EraWilson,perosinhablaryaconunmurmullo,hastaelpuntodequemehubiesepodidoimaginarqueerayomismoelquehablabacuandodijo:

—Has vencido y yo sucumbo. Pero de aquí en adelante tú también hasmuerto;¡hasmuertoparaelMundo,paraelCieloyparalaEsperanza!Enmíexistías tú, y mira en mi muerte, por esta imagen que es la tuya, cuánenteramentetehasasesinadoatimismo.

ELCAJÓNOBLONGO

HacealgunosañostomépasajedesdeCharleston(CarolinadelSur)paralaciudaddeNuevaYorkenelpreciosopaqueboteIndependencia,mandadoporel capitán Hardy. Nos haríamos a la vela el 15 de junio, si el tiempo lopermitía;yel14,subíabordoparaarreglaralgunascosasenmicamarote.

Supe que íbamos a tener un gran número de pasajeros, incluyendo una

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cantidad inusitadadeseñoras.En la lista figurabanvariosconocidosmíos,yentre otros nombres me alegró ver el de mister Cornelio Wyatt, un jovenartistaporquiensentíaunacordialamistad.HabíamossidocondiscípulosenlaUniversidad de C***, donde estuvimos mucho tiempo juntos. Tenía eltemperamento característico del genio, y era unamezcla demisantropía, desensibilidad y de entusiasmo. A estas cualidades iba unido el corazón mássinceroquehayalatidonuncaenunpechohumano.

Observé que su nombre figuraba sobre la puerta de tres camarotes, y alrepasarlalistadelospasajerosviquehabíatomadopasajeparaél,suesposaysusdoshermanas.Loscamaroteseranbastanteespaciosos,ycadauno teníados literas, una encima de otra. Estas literas, eran, con seguridad, tansumamenteestrechas,queapenascabíaenellasunapersona,apesardelocualno pude comprender por qué había tres camarotes para aquellas cuatropersonas. Precisamente en aquella época sufría yo uno de esos estados deánimodecaídosquetornanaunhombrecuriosohastalaanormalidadporlasbagatelas, y confieso avergonzado que me dedicaba a hacer una serie deconjeturasdescortesesyabsurdasacercadelacuestióndelcamarotesobrante.Aquello no era asunto mío, por cierto; pero me dediqué con la mayortenacidadaintentarresolverelenigma.Porúltimolleguéaunaconclusiónquemeasombródenohaberencontradoantes:«Seráparauncriado,naturalmente—me dije—. ¡Qué tonto he sido al no ocurrírseme antes una solución tanclara!».Yrepasédenuevolalista;perovientoncessinlugaradudas,quenofigurabaenelgruponingúncriado,aunque,enrealidad,suprimeraintenciónfue traerse uno, pues las palabras «y criado» habían sido escritas y luegotachadas.«¡Oh!Excesodeequipaje,conseguridad—medijeentonces—;algoquenoquerrállevarenlabodega,algoquedesearáteneralavista…¡Ah,yasé! Un cuadro o cosa parecida… Y esto es lo que ha estado tratando conNicolino,eljudíoitaliano».Estaideamesatisfizo,yporelmomentoprescindídemicuriosidad.

ConocíamuybienalasdoshermanasWyatt,queeranunasmuchachasdelo más amable e inteligente. Habíase él casado recientemente, y aún noconocía yo a su esposa. Sin embargo, hablaba de ella a menudo en mipresencia, con su acostumbrado estilo entusiástico. La describía comoposeedora de una belleza, un ingenio y una cultura insuperables.Estaba yo,portanto,ansiandoconocerla.

El día en que visité el barco (el 14), Wyatt y su familia se proponíantambiénvisitarlo—segúnmeinformóelcapitán—,ypermanecíabordounahoramásdeloquepensaba,esperandoserpresentadoalareciéncasada;peroal cabode ese tiempo llegóunadisculpa. «La señoraW*** estabaunpocoindispuesta,yaplazabasullegadaabordohastaeldíasiguiente,alahoradezarpar».

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Al otro día, yendo demi hotel almuelle,me encontré al capitánHardy,quien me dijo que «a causa de las circunstancias (frase estúpida, peroadecuada)creíaélmásbienqueelIndependencianoseharíaa lavelahastadentrodeundíaodos,yquecuandotodoestuviesepreparadomelomandaríaa decir».Estome pareció extraño, pues había una fuerte brisa del sur; perocomo «las circunstancias» no eran inmediatas, no tuve más remedio quevolveramialojamientoyconsumirmiimpacienciaenelocio.

Durante casi una semanano recibí el esperadomensajedel capitán.Contodo,llegó,alfin,einmediatamentesubíabordo.Elbarcoestabaatestadodepasajeros,yhabíaallíesebullicioqueprecedealalevadeanclas.Elgrupodelos Wyatt llegó unos diez minutos después que yo. Allí venían las doshermanas, la mujer y el artista, éste en uno de sus habituales ataques demisantropía. Sin embargo, como yo estaba acostumbrado a aquello, no leprestégranatención.Nomepresentósiquieraasuesposa;esteactodecortesíatuvoque llevarloacabo,demodoobligado,suhermanaMariana,muchachamuydulceeinteligente,quenospresentóenbrevesypresurosaspalabras.

Unespesovelocubríael rostrode la señoraWyatt;y cuando lo levantó,paradevolvermeelsaludo,confiesoquemequedéprofundamenteasombrado.Lohabríaestadomuchomás,empero,siunalargaexperiencianomehubierainducidoadesconfiardelasentusiásticasdescripcionesdemiamigoelartistacuandosecomplacíaenhacercomentariossobrelabellezadelamujer.Sisetrataba del tema de la belleza, sabía yo muy bien con cuánta facilidad seremontabaélalasregionesdelmáspuroideal.

LaverdadesquenopudeimpedirmedeconsideraralaseñoraWyattcomounamujer rotundamente fea. Si no de una fealdad positiva, no estaba, creo,muylejosdeello.Vestía,esosí,conexquisitogusto,ynodudéentoncesdequehabíacautivadoelcorazóndemiamigoporlasgraciasmásduraderasdelainteligenciaydelespíritu.Dijoellamuypocaspalabras,ypasóenseguidaasucamaroteconmisterWyatt.

Resurgióentoncesmiantiguacuriosidad.Allínohabíaningúncriado;eraunhechoestablecido.Miré,portanto,elequipajeadicional.Conalgúnretrasollegódespuésenuncarro,almuelle,uncajónoblongodepino,queparecíaserloqueesperaban.Araízdesullegadanoshicimosalavela;enbrevetiempopasamoslabarraynosencontramosenaltamar.

Elcajónocajaencuestiónera,comohedicho,oblongo.Teníaseispies,aproximadamente, de largo, y dos y medio de ancho; lo examiné condetenimiento,porquemegustalaprecisión.Suforma,pues,eraespecial,ytanprontocomolohubevisto,comprobélaexactituddemisconjeturas.Lleguéalaconclusión,segúnserecordará,dequeaquelequipajeadicionaldemiamigoel artista sería de cuadros, uno por lo menos, pues sabía que había estado

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variassemanasentratosconNicolino,yahorahabíaallíuncajónque,porsuforma, no podía, probablemente, contener más que una copia de La últimacena,deLeonardo;unacopiadeestaÚltimacena,hechaporRubinielmenoren Florencia, sabía yo que estaba hacía tiempo en poder de Nicolino.Consideréestepunto,porende,bastanteaclarado.Mereímuchoentredientespensando enmi perspicacia. Era la primera vez queWyattme ocultaba sussecretosartísticos;perointentaba,evidentemente,adelantarseamisorpresaypasardecontrabandounbuencuadroenNuevaYork,antemisnarices,conlaesperanzadequenomeenteraradelasunto.Decidítomarloabroma,entoncesyenlosucesivo.

Aun así, cierto detalle me preocupaba un poco. No llevaron el cajón alcamarotesuplementario.FuedepositadoeneldelpropioWyatt,yallíquedó,además,ocupandocasiel sueloentero,conexcesiva incomodidad, sinduda,paraelartistaysumujer,ymásaúnporquelabreaolapinturaconqueestabarotuladoengrandesmayúsculasdesprendíaunolorfuerte,desagradableyquesemeantojabaespecialmente repugnante.Sobre la tapaestabanpintadas laspalabras: Señora Adelaida Curtis, Albany, Nueva York. A cargo del señorCornelioWyatt.Esteladohaciaarriba.Manéjeseconcuidado.

Entonces tuve el convencimiento de que la señora Adelaida Curtis, deAlbany,eralamadredelaesposadelartista;peroluegoconsideréladirecciónenteracomounamistificacióndestinadaamíenparticular.Inferídeello,porsupuesto, que la caja y su contenido no irían nuncamás al norte de lo queestabaelestudiodemimisantrópicoamigo,enlacalleChambers,deNuevaYork.

Durante los tres o cuatro días primeros tuvimos buen tiempo, aunque elvientoeradeproa;viramoshacia elnorte,y enseguidaperdimosdevista lacosta. Los pasajeros estaban, en consecuencia, de buen humor y muysociables. Debo exceptuar, no obstante, a Wyatt y a sus hermanas, que secomportaronsecamente,ynopuedopormenosdepensarquecondescortesíahacia el resto del pasaje. No tomé muy en cuenta la conducta de Wyatt.Parecíamás tristede lohabitualenél—en realidadestabamalhumorado—;pero, tratándose de él, me hallaba preparado a cualquier excentricidad. Encuantoasushermanas,nopodíadisculparlas.Serecluyeronensuscamarotesdurante lamayor parte de la travesía, y se negaron en redondo, aunque lasinstérepetidamente,arelacionarseconcualquieradelaspersonasdeabordo.

La señoraWyatt semostrómás agradable.Esdecir, era habladora, y serhabladoraesalgoencomiableenelmar.Llegóatenerunagranintimidadconla mayoría de las señoras, y con profundo asombro mío, demostró unainequívoca disposición a coquetear con los hombres. A todos nos divirtiómuchísimo.Ydigo«divirtió»,aunqueapenassécómoexplicarme.Laverdadesqueprontonotéquesereían,conmásfrecuencia,deellaqueconella.Los

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caballeros lamencionabanpoco;pero lasseñoras lacalificaronenseguidade«corazóntierno,deaspectomásbieninsignificante,deignoranteporcompletoydecididamentevulgar».Causabaverdaderoasombropensar cómosehabíadejado atraparWyatt en talmatrimonio. Su fortuna era la solución general;peroyosabíaquenoeraésaenabsolutolasolución,puesWyattmecontóqueellanolehabíaaportadoundólarniesperanzaalgunadequeleviniesenporninguna parte. «Se había casado—dijo— por amor y sólo por amor, y suesposa era más que digna de su amor». Cuando pensaba en aquellasexpresionesporpartedemiamigo,confiesoquemesentíadesconcertadodeunmodoindescriptible.¿Seríaposiblequetuviesetrastornadalarazón?¿Quéotracosapodíayopensar?¡Él, tanrefinado, tanculto, tanexigente,conunapercepcióntanexquisitadelodefectuosoyconunaapreciacióntansutildelabelleza!Aquellamujer parecía estarmuy enamorada de él—especialmentedurante suausencia—,poniéndoleen ridículocon frecuentescitasde loquehabíadichosu«amadoesposo,misterWyatt».Parecíatenersiemprelapalabra«marido» —según una de sus delicadas expresiones— «en la punta de lalengua».Entretanto, todos a bordoobservabanque él la huía delmodomáscategórico,yque lamayoríade lasveces se encerraba solo en su camarote,donde,ensuma,podíadecirsequevivíadecontinuo,dejandoasumujerenplena libertad de divertirse como mejor le pareciese en compañía de lospasajerosdelacámaraprincipal.

Por lo que vi y oí, saqué la conclusión de que el artista, por algúninexplicablecaprichodeldestino,oquizáenunarrebatoentusiásticodepasiónimaginaria,sesintióincitadoaunirseconunapersonacompletamenteinferiora él, y de que, como consecuencia natural, había sobrevenido un rápidodescontento.Lecompadecídesdeel fondodemicorazón,peronopudeporesemotivoperdonarledel todo su reserva en la cuestióndeLaúltimacena.Porlocualdecidívengarme.

Un día salió a cubierta, y cogiéndole del brazo, como solía hacer, nospusimos a pasear hacia proa y hacia popa. Sin embargo, su tristeza (queconsideré muy natural por las mencionadas circunstancias) parecía haberllegadoasuplenitud.Hablópoco,yesoadisgusto,conevidenteesfuerzo.Meaventuréacontarleunchisteodos,ehizounahastiadatentativaporsonreír.¡Pobremuchacho!… Pensando en sumujer, me asombré de que pudiera éltener ánimo siquiera para poner cara alegre. Por último, me arriesgué a unataque en lo vivo. Decidí lanzar una serie de insinuaciones encubiertas oindirectasacercadelcajónoblongo,sóloparaqueélnotasegradualmentequenoerayoblancoovíctimadesupequeñaydivertidamistificación.Miprimeraobservaciónfueamododeandanadadesdeunabateríaoculta.Dijealgosobrela«formaespecialdeaquelcajón»,yalpronunciarestaspalabrassonreícongestodeenterado,guiñéunojoylediunsuavetoqueenlascostillasconelíndice.

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Lamanera como acogióWyatt esta broma inocenteme convenció desdeluegodequeestaba loco.Alprincipiomemirócon fijeza, comosi le fueseimposible comprender la gracia de mi comentario; pero en cuanto parecióabrirsemi chanza un lento camino en su cerebro, sus ojos parecieron, en lamisma proporción, salirse de sus órbitas. Luego se pusomuy rojo, despuéspalideció atrozmente, y a continuación, como si le divirtiese mucho lo quehabía yo insinuado, prorrumpió en una franca y ruidosa carcajada que, paraasombromío,prolongóconvigorcadavezmáscrecientedurantediezminutoso más. Y a modo de final, se desplomó cuan largo era sobre la cubierta.Cuandocorríalevantarle,teníatodoelaspectodeunmuerto.

Pedísocorro,yconmuchadificultadlehicimosvolverensí.Despuésderecobrar el sentido, habló con incoherencia durante un rato. Por último, lesangramos y lemetimos en la cama.A lamañana siguiente estaba del todorepuestoenloquesereferíasóloasusaludfísica.Desucabezanodirénada,porsupuesto.Duranteelrestodelatravesíahuídeél,porconsejodelcapitán,quienpareciócompartirde llenomiopiniónacercadesu locura,aunquemeadvirtióquenodijesenadaabordosobreelparticularanadie.

OcurrieronactoseguidodesdeaquelataquedeWyattvariosincidentesquecontribuyeronaaumentarlacuriosidadqueyamedevoraba.Entreotrascosas,ésta:sintiéndomenervioso,bebídemasiadotéverdemuycargadoydormímalpor la noche; en puridad, no puedo decir que durmiese nada durante dosnoches. Ahora bien:mi camarote daba a la cámara principal o comedor, aligualdelosdetodosloshombressolosabordo.LostrescamarotesdeWyattestaban situados en la cámara posterior, separada de la principal por unadelgadapuerta corredera, queno se cerrabanuncadenoche.Como tuvimosviento casi sin cesar y la brisa no era muy fuerte, el barco se escoraba asotaventodeunmodo considerable, y siempreque el costadode estribor seinclinabaasotavento,aquellapuertacorrederaentrelascámarasresbalabayseabría,quedandoasí, sinquenadiesemolestaraencerrarla.Peromi literasehallabaenunaposicióntal,quecuandolapuertademipropiocamaroteestabaabiertacomolacorrederaencuestión(ylamíaloestabasiempreacausadelcalor),podíayoverconclaridadlacámaraposterior,yprecisamente,además,aquella parte de ella donde estaban situados los camarotes demisterWyatt.Puesbien:durantedosnoches(noconsecutivas),encontrándomedespierto,vimuybienalaseñoraWyatt,hacialasoncedelanoche,salirconcauteladelcamarote de mister Wyatt, y entrar en el otro suplementario, dondepermanecióhastaelamanecer,horaenquelallamósuesposoyellasaliódeallí. Resultaba patente que estaban virtualmente separados. Tenían cuartosaparte,sindudaenesperadeundivorciomásdefinitivo,yahíresidía,pensé,despuésdetodo,elmisteriodelcamarotesuplementario.

Hubootracircunstanciaquemeinteresómucho.Durantelasdosnochesde

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insomnioencuestión,e inmediatamentedespuésdepenetrar laseñoraWyatten el camarote suplementario, atrajeronmi atención ciertos ruidos extraños,cautos y sofocados en el de sumarido.Después de escucharlos un rato conreflexiva atención, logré por fin averiguar su origen. Aquellos ruidos losproducíaelartistaintentandoabrirlacajaoblongaconayudadeunescoployunmartillo,esteúltimoenvuelto,paraamortiguarsuruido,conalgunamateriadelanaodealgodón.

De estamanerame figuré que podría acechar a satisfacción elmomentoprecisoenqueéllevantaselatapa,yquepodríaasimismoapreciarcuandoéllaquitaraporcompletoyladepositarasobrelaliterainferiorensucamarote;estoúltimolosupe,porejemplo,graciasaciertosligerosgolpesproducidosalchocar la tapa contra los bordes de madera de la litera, cuando intentócolocarla muy suavemente allí, por no haber sitio para ella en el suelo.Despuésdeestohubounsilenciodemuerte,yyanooíanadamásenningúnmomentohastacercadelamanecer,anoser, empero,quemencioneun levesollozo o unmurmullo, tan contenido, que era casi inaudible, aunque pudosucederqueesteúltimoruidoseprodujeramásbienenmiimaginación.Digoqueparecíaunsollozoounsuspiro,pero,pordecontado,podíanoserni louno ni lo otro.Creomás bien que era un zumbido enmis oídos. Sin duda,misterWyatt,deacuerdoconsucostumbre,estabasólodedicadoaunadesuschifladuras,entregadoaunodesusarrebatosdeentusiasmoartístico.Habríaabierto su cajón oblongo, a fin de recrear sus ojos en el tesoro pictóricocontenidoallí.Apesarde todo,nohabía en estonadaparahacerle sollozar.Repito, pues, que debió de ser un simple capricho de mi propia fantasía,perturbadaporeltéverdedelbuenodelcapitánHardy.Precisamenteantesdeamanecer,ycadaunadeesasdosnochesdequehehablado,oíconclaridadamisterWyattcolocardenuevolatapasobrelacajaoblongaymeterlosclavosenlosorificiosprimeros,utilizandoelmartilloforrado.Hecholocual,saliódesucamarote,vestidoporcompleto,yllamóalapuertadeldelaseñoraWyatt.

Llevábamos siete días en el mar, y estábamos ahora frente al cabo deHatteras, cuando sobrevino un tremendo vendaval del sudoeste. En ciertomodo estábamos preparados para ello, pues el tiempo se había mostradoamenazadordesdehacíapoco.Sedispusotodoparacapearloabajoyarriba,ycomo el viento refrescó rápidamente, permanecimos, en fin, al abrigo de lamaricangallaydelacofadeltrinquete,amboscondoblesrizos.

En esta posición navegamos con bastante seguridad durante cuarenta yochohoras,demostrandoelbuqueposeerexcelentescondicionesmarinerasenmuchos aspectos, y sin embarcar agua en cantidad notable.Al final de esteperíodo,noobstante,elvendavalseconvirtióenhuracán,yhaciendojironesunadenuestrasvelasdeatrásyocasionandouna inundaciónvariasenormesolasquerompieronencubiertaunatrasotra.Enaquelaccidenteperdimostres

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hombresquecayeronporlabordaconlacocinayconcasitodaslasamuradasdebabor.Apenasrecobramoslossentidos,sehizotrizaselvelacho;entoncesizamos una vela de estay contra borrascas, y con ella nos arreglamos biendurantealgunashoras,manteniéndoseelbarcoconmuchamayorfirmezaqueantes.

A todo esto continuaba el vendaval, y no descubríamos señales de quecesara.Elaparejonoeraelconvenienteyestabamuyforzado;yaltercerdíadel vendaval, a cosa de las cinco de la tarde se vino abajo nuestro palo demesanaenun fuertebandazodebarlovento.Porespaciodeunahoraomás,intentamos desprendernos de él en vano, a causa del enorme balanceo delbarco,yantesdepoderconseguirlo,vinoapopaelcarpinteroyanuncióquehabía cuatro pies de agua en la bodega. Para agravar nuestro apuro,encontramoslasbombasobstruidasycasiinservibles.

Todofueentoncestrastornoydesesperación;perosehizounesfuerzoparaaligerarelbarco,tirandoporlabordatodalapartedecargaqueeraposibleycortandolosdosmástilesquequedaban.Estoserealizóalcabo,peronopudohacerseaúnnadaconlasbombas,yentretanto,lavíadeaguaaumentabaconrapidez.

Alponerseelsoldecrecióelvendavalenviolenciasensiblemente,ycomose calmó con él el mar, abrigamos todavía esperanzas de salvarnos en losbotes.Alasochodelanoche,seabrieronlasnubesabarlovento,ygozamoslaventaja de una luna llena, lo cual fue una gran suerte que sirviómaravillosamenteparaalegrarnuestrosánimosdecaídos.

Después de un trabajo increíble, conseguimos por fin arriar el bote alcostadosinningúnaccidentematerial,ydentroseapiñarontodalatripulacióny lamayor parte de los pasajeros. Este grupo partió al punto, y después demuchos sufrimientos, arribaron a lapostre, sanosy salvos, a la ensenadadeOcracoke,altercerdíadelnaufragio.

Catorcepasajeros,conelcapitán,quedaronabordo,resueltosaconfiarsusuerte al botiquín de popa. Lo arriamos sin dificultad, aunque sólo por unmilagroevitamosquezozobrasealtocarelagua.Yaaflote,entraronenélelcapitánysuesposa,misterWyattysufamilia,unoficialmexicano,suesposa,suscuatrohijosyyo,másuncriadonegro.

No teníamos sitio, naturalmente, para nada, excepto para unos cuantosinstrumentos de todo punto necesarios, algunas provisiones y las ropas quellevábamospuestas.Nadiepensósiquieraensalvarotracosa.Ycuálnofueelasombrodetodoscuando,habiéndonosalejadounasbrazasdelbuque,misterWyattselevantóenlacámaradelboteypidiófríamentealcapitánHardyquehicieseretrocederlaembarcación¡conobjetoderecogerenelbuquesucajónoblongo!

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—Siéntese,misterWyatt—respondióelcapitán,conciertaseveridad—;sinosesientaypermanecequieto,nosharávolcar.Nuestrabordaestácasienelaguaahora.

—¡La caja! —vociferó mister Wyatt, en pie todavía—. ¡La caja, digo!CapitánHardy,nopuedeustednegarmeesto.Supesoesinsignificante;noesnada,nadaenabsoluto.¡Porlamadrequeledioelser,poramordeDios,porsuesperanzadesalvación,lesuplicoquevuelvapararecogerelcajón!

El capitán pareció conmovido durante un momento por la fervorosaimploración del artista; pero recobró su severa compostura, y dijosimplemente:

—MisterWyatt,estáusted loco.Nopuedoescucharle.Siéntese, repito,oharázozobrarelbote.¡Quieto,agárrenle,cójanle!¡Estáapuntodesaltarporlaborda!¿Ven?Yalosabía:¡sehatiradoalmar!

Al decir esto el capitán,misterWyatt, en efecto, saltó del bote, y comoestábamos aún a sotavento del buque náufrago, consiguió, con un esfuerzocasisobrehumano,asirseaunacuerdaquecolgabadelascadenasdeproa.Unmomentodespuésestabaabordo,yseprecipitabafrenéticamentedentrodelacámara.

Mientras, habíamos sido arrastrados a popa del barco, y estando enabsoluto fuerade sotaventonosencontramosamerceddeun tremendomar,todavía encrespado. Hicimos un denodado esfuerzo para retroceder; peronuestropequeñoboteeracomounaplumabajoelsoplodelatempestad.Nosdimoscuentaenunaojeadadequeerairremisiblelasentenciademuertedelinfortunadoartista.

Comonuestradistanciadelbarconáufragoaumentabarápidamente,vimosqueelloco(puessólocomotalpodíamosconsiderarle)salíadelaescaleradelacámara,arrastrandoconunafuerzaqueparecíagigantescaelpesadocajónoblongo. En tanto que le contemplábamos con asombro, dio él a toda prisavariasvueltasconunacuerdadetrespulgadasprimeroalrededordelacajayluegoentornoasucuerpo.Uninstantedespués,losdos,cuerpoycaja,caíanalmarydesaparecíandesúbitoparasiempre.

Permanecimos un rato tristemente, sin remar, con los ojos clavados enaquelsitio.Alfin,bogamosdenuevohaciaadelante.Duranteunahorareinóelsilencio.Porúltimo,aventuréunaobservación.

—¿Hanotadousted,capitán,lorepentinamentequesehanhundido?¿Noesestounacosamuysingular?Confiesoqueabrigabaunadébilesperanzadequesesalvasealfinal,cuandoleviatarsealacajayarrojarsealmar.

—Se han hundido, como era natural—respondió el capitán— y cual si

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fuesenunabala.Sinembargo,saldránotraveza lasuperficie,peronohastaquelasalsedisuelva.

—¡Lasal!—exclamé.

—¡Silencio!—dijoelcapitán,señalandoalaesposayalashermanasdeldifunto—.Yahablaremosdeestoenunaocasiónmásoportuna.

Sufrimosmucho,ynossalvamosenunatabla;peronosfavoreciólasuerte,asícomoanuestroscompañerosdelachalupa.Desembarcamosalcabo,másmuertosquevivos,despuésdecuatrodíasde intensasangustias,en laplayafronteraalaislaRoanoke.Permanecimosallíunasemana,sinsermaltratadospor los saqueadores de náufragos, y al fin, conseguimos pasaje paraNuevaYork.

Como un mes después del naufragio del Independencia me encontrécasualmente al capitánHardy enBroadway, nuestra conversaciónversó, porsupuesto,sobreaqueldesastre,yenparticularsobreeltristedestinodelpobreWyatt.Así,pudeenterarmedelossiguientesdetalles.

El artista había tomado pasaje para él, sumujer, sus dos hermanas y uncriado. Su esposa era, realmente, como parecía, la más cariñosa y la másperfectadelasmujeres.Enlamañanadel14dejunio(eldíaenquevisitéporprimera vez el barco) aquella dama cayó enferma de repente y falleció. Sujoven marido sintió un dolor frenético; pero las circunstancias le impedíandiferir suviaje aNuevaYork.Eranecesario llevar el cadáverde suadoradaesposa,yporotraparte,sabíamuybienqueelprejuiciouniversalleimpedíahacerloalasclaras.Dediezpasajeros,nuevesehubiesennegadoaembarcarantesquetomarpasajeencompañíadeuncadáver.

Antesemejantedilema,elcapitánHardydispusoqueelcadáver,despuésde haber sido embalsamado parcialmente, y acondicionado con una grancantidad de sal, en un cajón de tamaño adecuado, fuese conducido a bordocomounamercancía.No sedijonadadel fallecimientodeaquella señora,ycomosesabíamuybienquemisterWyatthabíatomadopasajeparasuesposa,se hizo preciso que alguna persona la representara durante la travesía.Convencieron fácilmente a la doncella de la difunta para que lo hiciese. Elcamarotesuplementario,tomadoprimeroparaestajovenenvidadesuseñora,fueentoncesretenidonadamás.Enaquelcamarotelaseudoesposadormíaporlasnoches.Duranteeldíadesempeñó, lomáshábilmentequepudo,elpapeldesuseñora,cuyapersona,locualfueobjetodeminuciosaaveriguación,eradesconocidaparatodoslospasajerosabordo.

Mi propia equivocación provino, y era bastante explicable, de untemperamento atolondrado con exceso, demasiado investigador y hartoimpulsivo.Peroestosúltimos tiemposes raroquepuedayodormir apierna

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suelta por la noche. Hay un rostro que me alucina y da vueltas,sugestionándome. Hay una risa histérica que resuena para siempre en misoídos.

ELJUGADORDEAJEDREZDEMAELZEL

Ninguna exhibición de ese género ha llamado tanto la atención generalcomoelJugadordeAjedrezdeMaelzel.Entodaspartesdondelohanvistohaprovocadouna intensacuriosidadencuantaspersonaspiensan.Sinembargo,la cuestión de su modus operandi no está aún resuelta. Nada se ha escritosobre este tema que pueda considerarse como decisivo; y, en efecto,encontramospor todasparteshombresdotadosdelgeniode lamecánica,deunagranagudezageneralydeunainteligenciadiscriminativa,quenosientenescrúpulos en declarar que el autómata es una pura máquina cuyosmovimientos no tienen relación alguna con la acciónhumana, y que es, porconsiguiente, fuera de toda comparación, el más asombroso invento de laHumanidad.Yesto sería indudable si fuesecierta la suposicióndeaquéllos.Adoptando esta hipótesis, sería torpemente absurdo comparar el Jugador deAjedrez concualquierotra cosa semejante,modernao antigua.Noobstante,han existido muchos y maravillosos autómatas. En las cartas de BrewstersobrelaMagianaturalencontramosunalistadelosmásnotablesdeaquéllos,entreloscualespuedecitarseprimero,comohabiendoexistidopositivamente,la carroza inventada pormonsieurCamus para diversión de LuisXIV, niñoentonces.

Sellevabaunamesadeunoscuatropiescuadrados,aproximadamente,alahabitación preparada para la exhibición. Sobre esta mesa se colocaba unacarroza demadera, de seis pulgadas de largo, tirada por dos caballos de lamismamateria.Comounode loscristalesde laportezuelaestababajado, seveíaunadamasobreelasientoposterior.Enelpescanteuncocheroempuñabalas riendas, y detrás, un lacayo y un paje ocupaban sus puestos ordinarios.Monsieur Camus tocaba entonces un resorte; enseguida el cochero hacíarestallarsulátigo,yloscaballosavanzabanconsupasonaturalalolargodelbordedelamesa,arrastrandolacarrozadetrás.Cuandollegabantodololejosqueeraposibleenaquellaprimeradirección,efectuabanbruscamenteungiroalaizquierda,yelvehículoreanudabasumarchaenángulorecto,siemprealolargodelbordedelamesa.Lacarrozacontinuabaasíhastaquellegabaanteelsillón ocupado por el joven príncipe. Entonces se detenía; el paje bajaba yabríalaportezuela;ladamaseapeabaypresentabaunapeticiónasusoberano.Luegovolvía a subir a la carroza.Elpaje levantabael estriboyocupabadenuevosupuesto;elcocherofustigabasuscaballos,ylacarrozadabalavuelta

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haciasuprimeraposición.

ElMagodemonsieurMaillardetmereceasimismoserresaltado.Copiamosla reseña siguiente de las Cartas ya citadas del doctor Brewster, quien hatomadosuinformaciónprincipalmentedelaEnciclopediadeEdimburgo:

«Una de las piezas mecánicas más populares que hayamos visto es elMago construido por monsieur Maillardet, cuya especialidad consiste enresponder a ciertas preguntas dadas. Una figura vestida de mago aparecesentadaalpiedeunmuro,conunavaritaenlamanoderechayconunlibroenlaotra.Ciertonúmerodepreguntas,preparadasdeantemano,estánescritasenunos medallones ovalados; una vez que el espectador separa las que haelegido, para las cuales solicita una respuesta, y las coloca en un cajóndestinado a guardarlas, el cajón se cierra mediante un resorte hasta que larespuestaestransmitida.Elmagoselevantaentoncesdesuasiento,inclinalacabeza,describeunoscírculos,yconsultandosulibro,comopreocupadoporun profundo pensamiento, lo yergue a la altura de su rostro. Fingiendo asímeditarsobre lapreguntaplanteada,alzasuvaritaydaconellaenelmuro,encima de su cabeza; se abren las dos hojas de una puerta y dejan ver unarespuestaadecuadaalapregunta.Lapuertavuelveacerrarse;elMagorecobrasu primera actitud, y el cajón se abre para devolver el medallón. Estosmedallonessonveinte,conteniendotodospreguntasdiferentes,alascualeselMago contesta con respuestas oportunas, de un modo asombroso. Losmedallonesestánhechosconfinasláminasdecobre,deformaelíptica,todasdeunexactoparecido.Algunosllevanunapreguntaescritasobrecadacara,yenestecaso,elMagorespondesucesivamentealasdos.Sielcajónsevuelveacerrarsinquehayasidodepositadounmedallónenél,elMagoselevanta,consulta su libro,menea la cabezay se sientadenuevo; lasdoshojasde lapuertasiguencerradasyelcajónaparecevacío.Si seponendosmedallonesjuntosenelcajón,noseobtienerespuestamásqueparaelcolocadodebajo.Cuando lamáquinaestámontada,el funcionamientopuededurarunahoraocosaasí,yduranteestetiempo,elautómatapuederesponderaunascincuentapreguntas. El inventor afirmaba que losmedios por los cuales actuaban losdiversos medallones sobre la máquina, para dar respuestas adecuadas a laspreguntasescritas,eransumamentesencillos».

ElPatodeVaucanson resultabamásnotable todavía.Eradeunvolumennatural, e imitaba tan a la perfección al animal vivo, que todos losespectadores tenían la ilusión de que lo estaba. Reproducía, dice Brewster,todas las actitudes y todos los gestos de la vida: comía y bebía con avidez;realizaba todos losmovimientosdecabezaydegargantapropiosdelpato,ycomoéste,enturbiabamuchoelaguaquesorbíaconsupico.Lanzabatambiénel grito gutural del animal con la veracidad del natural. En su estructuraanatómica,elartistahabíadesplegadolamayorhabilidad.Cadahuesodelpato

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real tenía su parejo en el autómata, y las alas eran anatómicamente exactas.Cadacavidad,apófisisocurva,estabaimitadaaldetalle,ycadahuesoactuabaconmovimientopropio.Cuandoechaban trigoanteél, el animalalargabaelcuelloparapicotearlo,lotragabaylodigería.

Siesasmáquinasrevelabaningenio,¿quéhemosdepensardelamáquinadecalculardemisterBabbage?¿Quéhemosdepensardeunmecanismodemaderaymetalquenosólopuedecalcularlastablasastronómicasynáuticashastacualquierpuntodado,sinotambiénconfirmarlacertezamatemáticadesusoperaciones,conlafacultaddecorregirposibleserrores?¿Quéhemosdepensardeunmecanismoquenosólopuederealizartodoeso,sinoquetambiénimprimematerialmente los resultados de sus cálculos complicados, no bienhansidoobtenidos,ysinlamásligeraintervencióndelainteligenciahumana?Se responderáquizáqueunamáquina tal como la quedescribimos está, sincomparaciónposible,muyporencimadelJugadordeAjedrezdeMaelzel.Enmodoalguno;es,porelcontrario,muyinferior,contalquehayamosadmitidoprimero (loquepodría ser admitido razonablementeun solo instante)queelJugadordeAjedrezesunapuramáquinayrealizasusoperacionessinningunaintervención humana inmediata. Los cálculos aritméticos o algebraicos son,por su naturaleza, fijos y determinados. Aceptados ciertos datos, producenciertos resultados de un modo necesario e inevitable. Estos resultados nodependen de nada ni sufren la influencia de nada más que de los datosprimeramente aceptados.Y la cuestión a resolvermarcha o deberíamarcharhacia la solución final por una serie de puntos infalibles que no sonsusceptibles de cambio alguno ni están sometidos a ninguna modificación.Una vez admitido esto, podemos sin dificultad concebir la posibilidad deconstruirunapiezamecánicaque,tomandosupuntodepartidaenlosdatosdelacuestiónaresolver,prosigasusmovimientosregular,progresivamente,sindesviaciónalguna,hacialasoluciónsolicitada,puestoqueesosmovimientos,porcomplejosquese lossuponga,nohanpodidonuncaserconcebidosmásquefinitosydeterminados.PeroenelcasodelJugadordeAjedrezexisteunainmensadiferencia.Aquínohaymarchadeterminada.Ninguna jugadaenelajedrez es resultado necesario de otra jugada cualquiera. Por ningunadisposición especial de las piezas en un momento cualquiera de la partida,podemos afirmar su disposición futura en otro momento cualquiera.Supongamoselprimermovimientodeunapartidadeajedrezenyuxtaposiciónconlosdatosdeunproblemaalgebraico,ycaptaremosdesdeluegolaenormediferenciaque losdistingue.Enel casode losdatosalgebraicos, el segundopasodelacuestióndependeporcompleto, inevitablemente,delsiguiente.Escreado por el dato. Es preciso que sea el que es, y no otro. Pero el primermovimientoenunapartidadeajedreznovaporfuerzaseguidodeunsegundomovimiento determinado. Mientras el problema algebraico avanza hacia lasolución, la certeza de sus operaciones sigue siendo inalterada. Como el

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segundopasonoessinoconsecuenciadelosdatos,elterceroesasimismounaconsecuencia del segundo, el cuarto del tercero, el quinto del cuarto, y asísucesivamente,sinningunaalternativaposible,hastaelfinal.Peroeneljuegodeajedrez, la incertidumbrede la jugadasiguienteestáenproporcióncon lamarchadelapartida.Sehanhechounoscuantosmovimientos,peronoseharealizado ningún paso cierto. Diferentes espectadores podrán aconsejardiferentesmovimientos. Todo depende, por tanto, del juicio variable de losjugadores.Ahorabien:aunconcediendo(locualnopuedeconcederse)quelosmovimientos del autómata jugador de ajedrez sean en sí mismosdeterminados, se verían necesariamente interrumpidos y alterados por lavoluntadnodeterminadadesuadversario.Nohay,pues,analogíaalgunaentrelas operaciones del Jugador de Ajedrez y las de la máquina de calcular demisterBabbage;ysinoscomplace llamaralprimerounapuramáquina,nosveremos obligados a admitir que es, sin comparación posible, el másextraordinario invento de la Humanidad. Aun así, su primer introductor, elbarónKempelen,nosentíaescrúpulosendeclararle«unapiezamecánicamuyordinaria, una bagatela cuyos efectos parecían tan sólo maravillosos por laaudacia de su concepción y la feliz elección de los medios adoptados parafavorecerlailusión».Peroesinútilinsistirsobreestepunto.Resultaciertoporcompletoquelasoperacionesdelautómataestánreguladasporlamenteynoporotracosa.Sepuedeinclusodecirqueestaafirmaciónessusceptibledeunademostraciónmatemática a priori. La única cuestión a resolver es, pues, lamaneradeproducirse la intervenciónhumana.Antesde entrar eneste tema,será,sinduda,convenientetrazaraquílahistoriayladescripciónmuybrevedelJugadordeAjedrez,paracomodidaddeaquellosdenuestroslectoresquenohayantenidonuncaocasióndepresenciarlaexhibicióndemisterMaelzel.

El autómata Jugador de Ajedrez fue inventado en 1769, por el barónKempelen, un noble de Presburgo, enHungría, que posteriormente lo cedióconelsecretodesusoperacionesasuactualpropietario.Pocotiempodespuésde su terminación, fue expuesto enPresburgo, enParís, enVienay enotrasciudades del continente.En1783y en 1784 fue transportado aLondres pormisterMaelzel.Enestosúltimosaños,elautómatahavisitadolasprincipalesciudadesdeEstadosUnidos.Entodaspartesdondelohanvisto,hasuscitadolamásvivacuriosidad,ysehanhechonumerosastentativas,porhombresdetodas clases, para penetrar el misterio de sus movimientos. El grabado queantecede da una representación pasadera de la figura que los ciudadanos deRichmond han podido contemplar hace unas semanas. Con todo, el brazoderechodebería extendersemáshaciadelante sobre la caja;debería tambiénverseun tablero,y, en fin, el cojínnodeberíadivisarse tantocomo lamanoquesostienelapipa.HansidohechasalgunasalteracionessinimportanciaeneltrajedelJugadordeAjedrezdesdequeestáenpropiedaddemisterMaelzel;así,alprincipio,nollevabaplumero.

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A la hora señaladapara la exhibición, se descorre una cortina, o bien seabre una puerta de dos hojas, y la máquina rueda a unos doce pies de losespectadores más próximos, entre los cuales y aquélla (la máquina) quedatendida una cuerda. Se ve una figura vestida a la turca y sentada, con laspiernas cruzadas, anteunagran cajaqueparecehechademaderade arce, yquelesirvedemesa.Elexhibidorhacerodar,siselopiden,lamáquinahaciano importa qué punto designado, o incluso la cambia varias veces de sitioduranteelcursodelapartida.Elfondodelacajaocajónestábastanteelevadoporencimadelsuelo,mercedaruedecitasopequeñoscilindrosdecobre,sobreloscualessemueve,ylosespectadorespuedenverasítodalapartedeespaciocomprendidadebajodelautómata.Lasillaenlacualsehallasentadalafiguraestá fijapermanentemente a la caja.Sobre el rematede éstahayun tablero,fijotambiénpermanentemente.ElbrazoderechodelJugadordeAjedrezestáextendidocuanlargoeshaciadelante,formandoángulorectoconsucuerpo,yapoyado con una postura indolente en el borde del tablero. La mano estávuelta con la palma hacia arriba. El tablero tiene dieciocho pulgadas encuadro.Elbrazo izquierdode la figura estádobladopor el codo, y lamanoizquierda sostieneunapipa.Uncortinajeopañoverdeoculta la espaldadelturcoyrecubreenpartelacaraanteriordeloshombros.Lacaja,ajuzgarporsuaspectoexterior,estádivididaencincocompartimientos: tresarmariosdeigualtamañoydoscajonesqueocupanlapartedelcofrecolocadadebajodelosarmarios.Lasobservacionesanterioresserefierenalaspectodelautómatacontemplado en un primer vistazo, cuando se lleva a presencia de losespectadores.

MisterMaelzelanunciaentoncesalareuniónquevaaponerantesuvistalamaquinaria del autómata. Sacando del bolsillo unmanojo de llaves, abreconunadeellaslapuertamarcadaconelnúmero1enelgrabadodelapágina546, y presenta el armario completamente abierto al examen de todos losespectadores.Esehuecoestáenaparienciallenoderuedas,piñones,palancasy demásmecanismos, amontonados y apretados unos contra otros demodoque la mirada no puede penetrar más que a una corta distancia entre eseconjunto. Dejando esta puerta abierta del todo, Maelzel pasa entonces pordetrás de la caja, y levantando el paño de la espalda de la figura abre otrapuerta colocada justo detrás de la primera ya abierta. Teniendo una bujíaencendidadelantedeesapuerta,ycambiandoalmismotiempolamáquinadesitio varías veces, hace penetrar así una viva luz por todo el armario, queaparece entonces lleno, lleno en absoluto de mecanismos. Una vez que losespectadoresestánplenamenteconvencidosdeestehecho,Maelzelempujalapuertaposterior,lavuelveacerrar,sacalallavedelacerradura,dejacaerdenuevoelpañodelafigurayvuelveacolocarsedelante.Lapuertamarcadaconelnúmero1haquedadoabierta,comoserecordará.MisterMaelzelabreahorael cajón colocado bajo los armarios en la parte baja del cofre, pues aunque

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seandosenapariencialoscajones,nohaymásqueunoenrealidad,yaquelosdostiradoresylosdosagujerosdelallavesóloestánallídeadorno.Unavezabierto por completo este cajón se ve un pequeño cojín, con una colecciónentera de piezas de ajedrez, fijos en un bastidor, de manera a sostenerseperpendicularmente.Dejandoabiertoestecajón,asícomoelarmarionúmero1,Maelzelabre lapuertanúmero2,y lanúmero3,quenoson,comoseveentonces,másquelashojasdeunamismapuertaqueseabresobreunsoloymismo compartimiento (es decir, a la derecha del espectador) existe unapequeña parte separada, de un ancho de seis pulgadas, ocupada pormecanismos.Encuantoalcompartimientoprincipal(alreferirnosaesapartede lacajavisibledespuésde laaberturade laspuertas2y3, la llamaremossiempreel compartimientoprincipal), está revestidodeuna telaoscuraynocontiene otrosmecanismos que dos piezas de acero, en forma de cuarto decírculo,colocadascadaunadeellasenunodelosángulossuperioresdedetrásdel compartimiento.Unpequeño saliente, deunasochopulgadas en cuadro,recubiertoasimismodeunatelaoscura,seelevadelabasedelcompartimientocercadelángulomásdistantea la izquierdadelespectador.Dejandoabiertaslaspuertas2y3,asícomoelcajónylapuerta1,elexhibidorsedirigehacialaparte de detrás del compartimiento principal, y abriendo allí otra puertailumina muy bien todo el interior, introduciendo en ese hueco una bujíaencendida. Una vez expuesta así en apariencia toda la caja al examen delpúblico,Maelzel,dejandosiemprelaspuertasyelcajónabiertos,vuelveporcompletoalautómatayexponelaespaldadel turcolevantandoelpaño.Unapuertacomodediezpulgadasencuadroseabreenlosriñonesdelafigura,yotra,máspequeña,enelmusloizquierdo.Elinteriordelafigura,vistoasíporesas aberturas, parece repleto de mecanismos. En general, todo espectadorqueda en lo sucesivo convencido de que ha visto y examinadosimultáneamentetodaslaspartesconstitutivasdelautómata,y la ideadequeunapersonahayapodido,duranteunaexhibicióntantotaldelinteriorquedarallí escondida, es rechazada al punto, si es que ha podido ser aceptada, portodoslospresentescomoabsurdaenextremo.

MisterMaelzel, volviendo a colocar lamáquina en su primera posición,informaahoraa la reunióndequeelautómata jugaráunapartidadeajedrezconquienestédispuestoamedirseconél.Unavezaceptadoelreto,colocanunamesitaparaelcontrincante,muycercade lacuerda,peroenunade suspuntas, para no privar de la visión del autómata a ninguna persona. De uncajón de esamesa sacan un juego de ajedrez, y, por lo general, aunque nosiempre,disponeMaelzellaspiezasconsupropiamanosobreeltablero,queconsistesimplementeencuadradospintadossobrelamesa,dentrodelnúmerohabitual.Sentadoyaeladversario,Maelzelsedirigehaciaelcajóndelamesa,sacadeél el almohadón,quepone, comoapoyo,debajodelbrazo izquierdodel autómata, después de haberle quitado la pipa de la mano. Cogiendo

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después de este mismo cajón el juego de ajedrez del autómata, coloca laspiezassobreel tablerosituadoantelafigura.Luegoempujalaspuertasylascierra, dejando el manojo de llaves colgado en la puerta número 1. Cierraigualmenteelcajón,y,porúltimo,dacuerdaalamáquinaintroduciendounallave en un agujero colocado en su extremo izquierdo (izquierda delespectador).Comienzalapartida,haciendoelautómataelprimermovimiento.Laduracióndeestapartidaquedatambiénlimitadaamediahora;perosinohaterminado al expirar ese plazo, y si el adversario pretende poder vencer alautómata,misterMaelzelraravezseoponeasucontinuación.Nofatigaralareunión es el motivo ostensible, y, sin duda, cierto, de esa limitación deltiempo. Naturalmente, se adivina que a cada movimiento hecho por eladversario en su propiamesa,misterMaelzel, actuando como representantedel adversario, ejecuta idéntico movimiento sobre la caja del autómata. Deigual modo, cuando el turco juega, el movimiento correspondiente esejecutadoenlamesadeladversariopormisterMaelzel,quienactúaentoncescomo representante del autómata. De esta manera es necesario que elexhibidorpaseconfrecuenciadeunamesaaotra.Tambiénamenudovuelvehacia la figura para recoger las piezas que ha ido tomando y que depositasucesivamentesobrelacaja,alaizquierdadeltablero(asupropiaizquierda).Cuandoelautómatavacilaenrelaciónconelmovimientoaejecutar,seveaveces al exhibidor colocarse muy cerca de su derecha, y poner, como aldesgaire, su mano de cuando en cuando sobre la caja. Tiene, además, unamanera de restregar los pies sobre el suelo, calculada para insinuar en losespíritus, que sonmás astutos que sagaces, la sospecha de una connivenciaentrelamáquinayél.Estasparticularidadesson,porlovisto,merostrucosdemister Maelzel, o si es consciente de todas ellas, las pone en práctica conobjeto de provocar en los espectadores esa falsa idea de que no hay en elautómatamásquepuromecanismo.

Elturcojuegaconlamanoizquierda.Todoslosmovimientosdelbrazosonejecutadosenángulorecto.Asílamano(queestáenguantadaydobladadeunmodonatural)vaabuscardirectamentelapiezaquedebemoverse;luego,porúltimo,cae sobreella,yenmuchoscasos, losdedos lacogensindificultad.Algunasveces, empero, si lapiezanoestáprecisayexactamenteenel sitioquedebeocupar, el autómata fracasa en su esfuerzopor asirla.Cuandoesteaccidente se produce, no hace él un segundo esfuerzo, sino que el brazocontinúasumovimientoen ladirecciónprimeramente intentada,comosi losdedossehubieranapoderadodelapieza.Habiendoasíseñaladoelsitiodondedebió ser hecho el movimiento, el brazo se retira hacia el almohadón, yMaelzelejecutaelmovimientomarcadoporelautómata.Acadamovimientode la figuraseoyemoverse lamaquinaria.Duranteelcursode lapartida,elturco, de cuando en cuando, mueve los ojos como si examinara el tablero,menealacabezaypronuncialapalabraechec(check)cuandoesnecesario.Si

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el adversario hace una falsa jugada, golpea vivamente sobre la caja con losdedos de su mano derecha, sacude enérgicamente la cabeza y, volviendo acolocarensuprimersitiolapiezamovidaporequivocación,seadjudicaasímismo el derecho de efectuar la jugada siguiente. Cuando ha ganado lapartida, balancea la cabeza con aire de triunfo, mira, complacido, a losespectadoresasualrededor,yretirandosubrazoizquierdotodoloquepuede,dejasólodescansarsusdedossobreelalmohadón.Engeneral,quedavencedorel turco; una o dos veces ha sido derrotado. Terminada la partida,Maelzelexhibedenuevo,silodesean,lamaquinariadelacaja,delmismomodoquealcomienzo.Lamáquinaruedahaciaatrás,yunacortinalaocultaalavistadelareunión.

Sehanhechovarias tentativaspara resolverelmisteriodel autómata.Laopinión más generalizada, opinión adoptada a menudo por hombres quedebían tenermás inteligencia, ha sido, comoyahemosdicho, que la acciónhumanainmediatanointerveníasobreella;enotraspalabras:quelamáquinaerapuramenteunamáquinaynadamás.Algunos,sinembargo,hansostenidoque el propio exhibidor regulaba los movimientos de la figura por mediosmecánicosqueactuabansobrelospiesdelacaja.Otrosasuvezhanhabladoconfidencialmente de un imán.De la primera de esas opiniones no tenemosporelpresenteotracosaquedecirsinoloqueyahemosdicho.Encuantoalasegunda, bastará con repetir lo que hemos afirmado antes, a saber: que lamáquina rueda sobre unos cilindros, siendo, a petición de todo espectador,empujadahaciacualquiersitiodelasala,hastaduranteelcursodelapartida.Lasuposicióndeunimánesigualdeinsostenible,puessiunimánsirviesedeagente, otro imán escondido en el bolsillo de un espectador alteraría elmecanismoentero.Elexhibidor,noobstante,consentiráenquequedesobrelacajaelimánmáspoderosodurantetodalaexhibición.

El primer ensayo de explicación escrita del secreto, el primer ensayo, almenos,delquetengamosnoticia,fuehechoenungruesopanfletoimpresoenParís en 1785. La hipótesis del autor se reducía a esto: que un enano hacíamoverlamáquina.Suponíaélqueeseenanoseescondíadurantelaaperturadela caja, metiendo sus piernas en dos cilindros huecos que parecían estar(aunquenoloestaban)entrelamaquinariadelarmarionúmero1,mientrassucuerpopermanecíaporenterofueradelacajaycubiertoporelpañodelturco.Cuando las puertas estaban cerradas, el enano encontraba medio de hacerpasarsucuerpodentrodelacaja,yaqueelruidodeunapartedelamaquinariale permitía hacerlo sin ser oído, así como cerrar la puerta por la cual habíaentrado.Alserelinteriordelautómataexhibidoasí,ynodescubriendoallíaninguna persona, los espectadores, dice el autor de ese panfleto, quedanconvencidosdequenohaynadiedentrode lamáquina.Toda lahipótesisesdemasiadovisiblementeabsurdaparamereceruncomentarioounarefutación,yporesosabemosqueatrajomuypocolaatención.

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En1789fuepublicadoenDresde,pormonsieurI.F.Freyhere,unlibroquecontenía un nuevo ensayo de explicación delmisterio. El libro demonsieurFreyhereeranotablementevoluminosoycopiosamenteilustradocongrabadosencolor.Lasuposicióndeéleraque«unmuchacholisto,muydelgadoyaltoparasuedad(losuficienteparapoderesconderseenuncajóncolocadodebajomismo del tablero)» jugaba la partida de ajedrez y efectuaba todas lasevoluciones del autómata.Esta idea, aunquemás necia aún que la del autorparisiense,tuvounamejoracogida,yfue,hastaciertopunto,adoptadacomolaverdaderasolucióndelmilagro,hastaelmomentoenqueelinventorpusofinaladiscusiónautorizandounminuciosoexamendelapartesuperiordelacaja.

Tansingularesensayosdeexplicaciónfueronseguidosdeotrosnomenossingulares. En estos últimos años, por cierto, un escritor anónimo, aunquesiguiendo una vía de razonamientomuy poco filosófico, ha conseguido darconunasoluciónplausible,peseaquenopodamosconsiderarlacomolaúnicaabsolutamenteverdadera.Su ensayo fuepublicadoprimero enun semanariodeBaltimore, ilustrado congrabadosy llevandopor título:Una tentativadeanálisisdelautómataJugadordeAjedrezdemisterMaelzel.Creemosqueeseensayo es la edición primera del panfleto al que hace alusión sir DavidBrewsterensusCartassobrelamagianatural,yqueélnovacilaendeclararqueesunaperfectaysatisfactoriaexplicación.Losresultadosdeesteanálisisson, en suma, y sin duda alguna, exactos; pero para que Brewster hayadecididoverenellosunaperfectaysatisfactoriaexplicación,hayquesuponerque losha leídodeunamaneradistraídayprecipitada.En el compendiodeesteensayo,presentadoenlasCartassobrelamagianatural,esdetodopuntoimposible llegar a una conclusión clara con respecto a la perfección oimperfeccióndelanálisis,acausadelamaladistribuciónydeladeficienciadelas cartas de referencia utilizadas. El mismo defecto se encuentra en laTentativa…, etcétera, tal como la hemos leído en su primera forma. Lasoluciónconsisteenunaseriedeexplicacionesminuciosas (acompañadasdegrabados enmadera, todo ello ocupando un gran número de páginas), cuyoobjetoesdemostrarlaposibilidaddecambiarloscompartimientosdelacaja,demodoqueunserhumano,ocultoenelinterior,puedacambiarpartesdesucuerpodeun lugar aotrode la cajadurante la exhibiciónde lamaquinaria,hurtándoseasíalaatencióndelosespectadores.Nohaylugaradudas,comoyahemoshechoobservarycomovamosaintentarprobar,dequeelprincipio,omás bien el resultado de esa explicación no sea el único cierto. Hay unapersonaescondidaen lacajadurante todoel tiempoempleadoenmostrarelinterior de ésta. Aun así, rechazamos toda la farragosa descripción de lamanerasegúnlacualdebenmoverseloscompartimientosparaprestarsealosmovimientos de la persona oculta. La rechazamos como una pura teoríaadmitidaapriori,yalacualdeberíanadaptarsedespuéslascircunstancias.Nohemos llegado ni podemos llegar a esa teoría por ningún razonamiento

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inductivo.Lamaneracualquieradeefectuarseese trasladoes loqueescapa,naturalmente,alaobservaciónencadamomentodelaexhibición.Mostrarquenoesimposiblequeciertosmovimientosseefectúendeciertamanera,noesen absoluto mostrar que hayan sido realmente ejecutados de esa manera.Pueden existir una infinidad de métodos distintos por medio de los cualeslleguen a obtenerse los mismos resultados. La probabilidad de que sólo elmétodo supuesto resulte ser el exacto, está por ende, en la relación de launidadconel infinito.Pero,enrealidad,esepuntoparticular—lamovilidaddeloscompartimientos—notieneimportanciaalguna.Esperfectamenteinútilconsagrarsieteuochopáginasaquererprobarloqueningunapersonadebuensentidonegará,asaber:queelpotentegeniomecánicodelbarónKempelenhapodidodescubrirlosmediosnecesariosparacerrarunapuertaohacerresbalarun entrepaño por un agente humano asimismo a su servicio y en contactoinmediato con el entrepaño o la puerta, así como todas las operacionesejecutadasdemodoaescaparporenteroalaobservacióndelosespectadores,comolomuestraelautordelEnsayoycomointentaremosnosotrosmostrarloconmásexactitud.

En nuestra tentativa de una explicación del autómata, nos esforzaremosprimero por mostrar cómo se efectúan sus operaciones, y describiremosdespués, lo más brevemente posible, la naturaleza de las observaciones dedondehemosdeducidonuestroresultado.

Esnecesario,parahacercomprenderbienlacuestión,querepitamosaquíenpocaspalabraslarutinaadoptadaporelexhibidorparaenseñarel interiordelacaja,rutinadelacualnoseapartaélnuncaenningúnpuntonienningúndetalle.Loprimero,abrelapuertanúmero1.Dejándolaabierta,vuelvedetrásdelacajayabreunapuertasituadaprecisamentefrentealapuertanúmero1.Anteestapuertadedetrásdeélsostieneunabujíaencendida.Empujaentonceslapuertadedetrás,lacierra,yvolviendopordelante,abreelcajónentodasulongitud.Hechoesto,abrelaspuertasnúmeros2y3(lasdoshojas)ydescubreel interior del compartimiento principal, el cajón y la puerta del armarionúmero 1, vuelve por detrás y abre la puerta posterior del compartimientoprincipal.Paracerrarotravezlacajanoobservaningúnordenespecial,salvoquecierrasiemprelapuertadehojasantesqueelcajón.

Supongamos ahora que, cuando lamáquina es rodada a presencia de losespectadores,estéyaescondidodentrounhombre.Sucuerposecolocadetrásdelamarañademecanismosenelarmarionúmero1(yaquelaparteposteriorde este aparato mecánico está preparado para resbalar en masa desde elcompartimiento principal hasta el armario número 1, cuando la ocasión lorequiere), y sus piernas quedan extendidas en el compartimiento principal.CuandoMaelzelabrelapuertanúmero1,elhombreescondidonocorreriesgodeserdescubierto,pueslamiradamásperspicaznopuedepenetrarmásalláde

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dospulgadasenaquellaoscuridad.Peroelcasoesmuydiferentecuandoestáabiertalapuertadetrásdelarmarionúmero1.

Una luz brillante penetra entonces en el armario, y sería descubierto elcuerpodelhombresihubierapermanecidoallí.Peronosucedeasí.La llavecolocadaenlacerraduradelapuertadedetráshasidounaseñalacuyoruidolapersonaocultainclinasucuerpohaciadelantehastaunángulolomásagudoposible,metiéndoseporenteroopocomenosenelcompartimientoprincipal.Pero es ésta una posturamolesta en la cual no se puede permanecermuchotiempo.PoresovemosqueMaelzelcierralapuertadetrásdeél.Hechoesto,nada impidequeel cuerpodelhombre recobre suprimeraposición,pueshaquedado el armario lo bastante en sombra para arrostrar el examen. Esentonces abierto el cajón, y las piernas de la persona escondida caen pordetrás, en el hueco que ocupaba hace un momento. No hay, pues, ningunaparte del hombre en el compartimiento principal, ya que su cuerpo estácolocadodetrásde lamaquinariadelarmarionúmero1,y suspiernas, enelespacio ocupado antes por el cajón. El exhibidor puede, por tanto, ahoramostrar a su antojo el compartimiento principal. Esto es lo que hace —abriendolasdospuertas,ladeenfrenteyladedetrás—,ynoseveallíanadie.Losespectadoresestánahoraconvencidosdequetodoelconjuntodelacajasehallaexpuestoasusmiradas,asícomotodaslaspartes,enunsoloymismoinstante. Pero, en verdad, no sucede así.No ven ni el espacio comprendidodetrás del cajón abierto, ni el interior del armario número1, cuyapuerta deenfrente ha cerrado Maelzel virtualmente al cerrar la de detrás. Habiendohechoentoncesgirarlamáquinasobresímisma,levantadoelpañodelturco,abiertolaspuertasdelaespaldaydelmusloymostradoeltroncodelautómatallenodemecanismos,vuelveacolocarlotodoensuprimeraposiciónycierralas puertas. El hombre está ahora en libertad de moverse. Se incorpora losuficientedentrodelcuerpodelturcoparaquesusojossehallenalniveldeltablero.Esmuyprobablequesesientesobreelpequeñobloquecuadrado,esesalientequesehavistoenunaesquinadelcompartimientoprincipal,cuandolaspuertasestabanabiertas.Enestaposiciónveeltableroatravésdelpechodelturco,queesdegasa.Llevandosubrazoderechodelantedesupecho,hacemoverelpequeñomecanismonecesarioparadirigir elbrazo izquierdoy losdedos de la figura. Estemecanismo está colocado justo debajo del hombroizquierdodelturco,ypuedeasíserfácilmentealcanzadoporlamanoderechadelhombreescondido,sisuponemosquesubrazoderechoestádobladosobreelpecho.Elmovimientode lacabeza,de losojosydelbrazoderechode lafigura, tanto como el sonido echec, son producidos por otro mecanismointerior, que actúa a voluntad el hombre de dentro. El conjunto de estamaquinaria,esdecir,todoelmecanismoesencialdelamáquina,sehalla,muyprobablemente, contenido en el pequeño armario (de unas seis pulgadas deancho) que está a la derecha (derecha del espectador) del compartimiento

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principal.

En este análisis de las operaciones del autómata hemos evitadodeliberadamente aludir a la manera de moverse los compartimientos, y secomprenderásinesfuerzoqueestacuestióncarecedeimportancia,puestoquelahabilidaddelmásvulgar carpinteropuede resolverlaporuna infinidaddemedios, y ya hemos mostrado que, de cualquier modo que se realice laoperación,tienelugarfueradelavistadelespectador.

Nuestro resultado se basa sobre las siguientes observaciones, efectuadasdurantenuestrafrecuenteasistenciaalasexhibicionesdeMaelzel:

1.ª Los movimientos del turco no tienen lugar a intervalos regulares detiempo, sino que están ajustados también a losmovimientos del adversario,aunque este punto (la regularidad), tan importante en toda clase de aparatosmecánicos, hubiese podido ser fácilmente resuelto limitando el tiempoconcedidoalosmovimientosdeladversario.Porejemplo,sieselímiteeradetresminutos, losmovimientos del autómata podrían tener lugar a intervaloscualesquiera, más largos de tres minutos. Por consiguiente, el hecho de lairregularidad,cuandolaregularidadhubierapodidosertanprontoconseguida,aporta lapruebadequecarecede importanciaen laaccióndelautómata;enotraspalabras:queelautómatanoesunapuramáquina.

2.ªCuandoelautómataestáapuntodemoverunapieza,puedeobservarseun claromovimiento debajomismo del hombro izquierdo, movimiento queagita de un modo leve el paño que recubre la parte delantera del hombroizquierdo.Estemovimientoprecedeinvariablementeenunosdossegundosalmovimientodelbrazomismo;yelbrazonosemuevenunca,enningúncaso,sinesemovimientopreparatoriodelhombro.Dejemosahoraqueeladversariomuevaunapieza,yqueMaelzelejecuteelmovimientocorrespondiente,comodecostumbre,sobreeltablerodelautómata.Dejemosqueeladversariovigiledecercaalautómatahastadescubriresemovimientopreparatoriodelhombro.Encuantohayadescubiertoesemovimiento,yantesdequeelbrazomismoloinicie,dejemosqueretiresupieza,comosiadvirtieraunerrorensumaniobra.Se verá entonces que elmovimiento del brazo, que, en otros casos, sucedeenseguidaaldelhombro,quedacontenido,nose realiza,aunqueMaelzelnohaya efectuado aún sobre el tablero del autómata ningún ademáncorrespondientealaretiradadelantagonista.Enestecaso,esevidentequeelautómataestabaapuntodehacerunmovimiento,yque,sinolohahecho,hasidoporunefectoproducidoporlaretiradadeladversarioysinintervenciónalgunadeMaelzel.

Estehechopruebadelleno:1.ºQuelaintervencióndeMaelzelejecutandolosmovimientos del adversario sobre el tablero del autómata no es esencialpara los movimientos de este último; 2.º Que sus movimientos —los del

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autómata—estánreguladosporlamentedealgunapersonaqueveeltablerodelcontrincante,y3.ºQuesusmovimientosnoestánreguladosporlamentedeMaelzel,quesehallabavueltodeespaldashaciaeladversariocuandoésteefectuabasumovimientoderetirada.

3.ªElautómatanoganaindefectiblementelapartida.Silamáquinafueseuna pura máquina, no sería éste el caso y debería ganar siempre. Una vezdescubierto el principiopor el cual puedeunamáquina jugarunapartidadeajedrez,laextensióndelmismoprincipiodeberíahacerlacapazdeganarunapartida y, en unamayor extensión, debería hacerla capaz de ganar todas laspartidas,esdecir,devenceracualquieradversarioenunapartida.Unaligerareflexiónconvenceráaquienquieraqueseadequenoesmásdifícil,enloquese refiere al principio de las operaciones necesarias, hacer unamáquina queganetodas laspartidasdehacerunaqueganesólouna.Si,enconsecuencia,consideramoselJugadordeAjedrezcomounamáquina,debemossuponer(locual esmuy improbable) que su inventor ha preferido dejarla incompleta ahacerla perfecta, suposición que resulta aún más absurda si pensamos que,dejándola incompleta, proporcionaría un argumento contra la posibilidad deque sea una puramáquina, y éste es el verdadero argumento que aducimosahora.

4.ªCuandolasituacióndelapartidaesdifícilocompleja,novemosnuncaal turco agitar la cabeza o mover los ojos. Tan sólo lo hace cuando sumovimiento próximo está muy claro o cuando la partida se halla en talescircunstanciasqueelhombrecolocadodentrodelautómatanotienenecesidaddereflexionar.Ahorabien:esosmovimientospeculiaresdelacabezaydelosojos son habituales en las personas sumidas en meditación, y el ingeniosobarónKempelenhabríaadaptadoesosmovimientos (si lamáquinafueraunapuramáquina) a las ocasiones adecuadas para su exhibición, es decir, a lasocasionesdecomplejidad.Peroelcasoquesucedeeselinverso,yelinversose ajusta precisamente a nuestra suposición de que hay un hombre en elinterior.Cuandoestásumidoenmeditaciónanteeljuego,notienetiempodepensar o de poner en movimiento el mecanismo del autómata por el cualmueveéstelacabezaylosojos.Sinembargo,cuandoeljuegoestáclaro,tienetiempodemirar a su alrededor,ypor lomismo,vemosagitarse la cabezaygirarlosojos.

5.ªCuandosedavueltaalamáquinaparapermitiralosespectadoresqueexaminen la espalda del turco, y cuando se levanta el paño y se abren laspuertas del tronco y del muslo, el interior del primero se ve repleto demecanismos. Examinando estosmecanismosmientras el autómata estaba enmovimiento —es decir, mientras toda la máquina se movía sobre susruedecillas—,noshaparecidoqueciertaspartesdelamaquinariacambiabande formaydeposiciónhastaungradodemasiadograndepara serexplicado

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por las leyes de la perspectiva; y otros exámenes subsiguientes nos hanconvencidodequeesasalteracionessucesivasdebíanatribuirseaunosespejoscolocados en el interior del tronco. La introducción de unos espejos en lamaquinaria no puede tener por intención ejercer influencia alguna sobre lamaquinaria misma. Su acción —sea la que sea— debe estar relacionadanecesariamente con la mirada del espectador. De lo cual inferimos actoseguidoqueesosespejosestabancolocadosparamultiplicarante lavista losdiversosmecanismosdeltroncodemaneraadarlaaparienciadequeéstesehallallenodemecanismos.Ladeduccióndirectadeestoesquelamáquinanoes una pura máquina. Pues, si lo fuese, el inventor, lejos de desear que sumecanismo pareciera complejo y de emplear un engaño para darle esaapariencia, hubiera estado particularmente deseoso de convencer a los quepresenciaban su exhibición de la sencillez de los medios por los cualesconseguíatanmaravillososresultados.

6.ªElaspectoexterior,ysobre todo laactituddel turco,noson,sise losconsidera como imitaciones de la vida, más que unas imitaciones muymedianas. La fisonomía no revela inventiva, y es superada, en cuanto alparecidocon lacarahumana,por lasmásvulgares figurasdecera.Losojosgiranenlacabezasinnaturalidad,ysinlosmovimientoscorrespondientesdeloslabiosodelascejas.Elbrazoespecialmenterealizasusoperacionesdeunamanera demasiado rígida, desmañada, convulsiva y rectangular.Ahora bien:todoestoesel resultadode la ineptituddeMaelzelparahacerlomejor,odeuna negligencia intencionada —ya que hay que desechar la negligenciaaccidental—,cuandovemosquetodoeltiempodelingeniosopropietarioestáocupado en perfeccionar sus máquinas. De fijo, no debemos atribuir aineptitud ese aspecto carente de vida, pues todos los restantes autómatas deMaelzel prueban su perfecta habilidad para imitar los movimientos yparticularidadesde lavida con lamás asombrosa exactitud.Susvolatineros,por ejemplo, son inimitables. Cuando el clown ríe, sus labios, sus ojos, suscejasypárpados, todos los rasgosdesu rostro,están realmente imbuidosdelas expresiones apropiadas. En él y en su compañero cada gesto posee unasolturatancompleta,estátanexentodetodovestigiodeartificialidad,que,sino fuese por lo diminuto de su tamaño, y por el hecho de permitir que losespectadoresselopasendeunosaotrosantesdesuexhibiciónenlacuerda,seríadifícilconvenceracualquierreunióndepersonasdequeesosautómatasdemaderanosoncriaturasvivas.Nopodemospues,dudardeladestrezademisterMaelzel,ydebemosporfuerzasuponerqueélhaconseguidoadredeelque su Jugador de Ajedrez siguiera teniendo la misma figura artificial ydeshumanizadaqueelbarónKempelen(sinduda,tambiénintencionadamente)lehabíadadoenunprincipio.Esfácildeimaginarcuáleraestepropósito.Siel autómata imitase la vida en susmovimientos, el espectador se veríamásinclinadoaatribuirsusoperacionesasuverdaderacausa(esdecir,alaacción

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humana desde dentro) que lo está ahora, cuando las desmañadas yrectangulares maniobras inspiran la idea de una pura máquina sin ayudaalguna.

7.ªCuando,pocotiempoantesdelcomienzodelapartida,elautómataesmostradoporelexhibidorcomodecostumbre,unoídofamiliarizadoenciertogrado con los sonidos producidos por el funcionamiento de un sistema demaquinaria,nodejadedescubririnstantáneamentequeelejequehacegirarlallaveenlacajadelJugadordeAjedreznopuedeestarconectadoconunpesoni con un muelle, ni con un mecanismo cualquiera. Por lo cual nuestradeducción es lamisma que en nuestra última observación. La cuerda no esesencialparalasoperacionesdelautómata,ysóloladaelexhibidorconobjetodesuscitarenlosespectadoreslafalsaideadeunmecanismo.

8.ªCuandoselepreguntaexplícitamenteaMaelzel:«¿Eselautómataunapuramáquinaono?», él respondeencadacaso lomismo:«Noquierodecirnada sobre eso».Puesbien: la notoriedaddel autómatay la gran curiosidadquehadespertadoentodaspartes,sedebenalaopiniónpredominantedequeesunapuramáquinamásqueacualquierotracircunstancia.Naturalmente,elpropietariotiene,portanto,interésenpresentarlocomounapuramáquina.¿Yqué medio más obvio y más eficaz puede haber para impresionar a losespectadoresconestaideadeseada,queunadeclaraciónpositivayexplícitaatal efecto? Por otra parte, ¿quémediomás obvio ymás eficaz puede haberparaprovocar la incredulidad enque el autómata seaunapuramáquinaquenegar taldeclaraciónexplícita?Porque lagente razona, comoes lógico, así:«Maelzeltieneinterésenpresentarlacosacomounapuramáquina;seniegaahacerlodirectamenteconpalabras,aunquenotieneescrúpuloyestá,sinduda,ansiosodehacerloindirectamenteporsusactos;sifueserealmentetalcomoélquiere presentarlo con sus actos, aprovecharía gustoso el testimonio másdirectodelaspalabras.Laconclusiónesqueenlaconcienciaqueéltienedequelacosanoesunapuramáquinaestálarazóndesusilencio;susactosnopuedencomplicarleenunafalsedad,ysuspalabras,sí».

9.ªCuando, al exhibir el interior de la caja,Maelzel ha abierto la puertanúmero 1, y también la que está inmediatamente detrás, coloca una bujíaencendida en la puerta de atrás (como antes hemos dicho) ymueve toda lamáquinadeun ladoparaotroconelpropósitodeconvencera la reunióndeque el armario número 1 está lleno en absoluto demecanismos. Cuando lamáquina es movida así, resulta visible, para un observador atento, quemientras lapartede lamaquinariapróximaa lapuertanúmero1permaneceperfectamente firme e inconmovible, la parte posterior oscila demodomuyleveconlosmovimientosdelamáquina.Estacircunstanciafuelaqueprimerosuscitóennosotroslasospechadequelapartemásdistantedelamaquinariaestaba dispuesta de modo que resbalase con facilidad en masa desde su

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posicióncuandoelcasolorequiriese.Estecaso,comoyahemosdeclarado,sepresentacuandoelhombreescondidodentrocolocasucuerpoenunaposturaerguidadespuésdecerradalapuertadedetrás.

10.ªSirDavidBrewsterafirmaquelafiguradelturcoesdetamañonatural,aunque, en realidad, supera conmucho el tamañoordinario.Nadamás fácilque errar ennuestras nocionesdemagnitud.El cuerpodel autómata está deordinario aislado, y no teniendo medios inmediatos para compararlo conninguna forma humana, nos permitimos considerarlo como si tuviese unasdimensionesordinarias.Sinembargo,esteerrorpuedecorregirseobservandoal Jugador delAjedrez cuando, como sucede algunas veces, el exhibidor seacerca a él. Seguramente, mister Maelzel, no es muy alto; pero cuando seaproximaalamáquina,sucabezaresultaestaradieciochopulgadaslomenospordebajodelacabezadelturco,aunqueesteúltimo,comoserecordará,estáenposturasedente.

11.ª La caja detrás de la cual está colocado el autómata tiene justos trespiesseispulgadasdelargopordospiescuatropulgadasdeprofundidadydospies seis pulgadas de alto. Estas dimensiones son muy suficientes para elacomodo de un hombre de un tamaño muy por encima del normal, y elcompartimientoprincipalsóloesdeunacapacidadquelepermitecontenerunhombre ordinario en la posición que hemos indicado, y que puede ser laadoptadaporlapersonaescondida.Comoéstossonloshechos,yquienquieraque los ponga en duda puede comprobarlos enseguida con el cálculo, nospareceinnecesarioinsistirsobreellos.Sugeriremosúnicamentequeaunqueelrematedelacajaseaenaparienciaunatabladeunastrespulgadasdeespesor,elespectadorpuedeconvencerseagachándoseparamirarpordebajomientrasel compartimiento principal está abierto, y ver que es, en realidad, muydelgada.Puedesertambiénjuzgadaconerrorlaalturadelcajónporquieneslaexaminen de unmodomuy precipitado. Hay un espacio de tres pulgadas ocosaasíentrelapartesuperiordelcajóntalcomosevedesdefuerayelfondodel armario, un espacio que debe ser incluido en la altura del cajón. Estosartificios, que hacen que el espacio comprendido en la caja parezca menosgrande,serelacionanconelpropósito,porpartedelinventor,deimpresionarala reunión con una falsa idea, a saber: que ningún ser humano puedeacomodarsedentrodelacaja.

12.ª El interior del compartimiento principal está forrado de tela.Suponemos que esta tela tiene un doble objeto. Una parte de ella puedeformar, cuando está muy tirante, las únicas divisiones que sea necesariomodificar durante los cambios de posición del hombre, a saber: la divisiónentre laparedposteriordelcompartimientoprincipalylaparedposteriordelarmarionúmero1,y luegoentreelcompartimientoprincipalyelespaciodedetrás del cajón cuando está abierto. De imaginar que es éste el caso, la

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dificultad demover las divisiones desaparece al punto, sí es que realmentepuedesuponersequeexistataldificultadenalgunaocasión.Elsegundoobjetodelatelaesamortiguaryhacerconfusostodoslosruidosocasionadosporlosmovimientosdelapersonaqueestádentro.

13.ª El adversario (como hemos observado antes) no puede jugar en eltablero del autómata, pero está sentado a cierta distancia de lamáquina. Larazón que nos darían, probablemente, de esta circunstancia, es que si eladversarioestuviesecolocadodeotramanera,supersonaseinterpondríaentrelamáquinayel espectador,yquitaría a esteúltimovista.Pero taldificultadpodría obviarse fácilmente, bien elevando los asientos de la reunión o bienvolviendo hacia ella el extremo de la caja durante la partida. La verdaderacausadeestarestricciónesacasomuydiferente.Sieladversarioseencontrasesentadoencontactoconlacajaestaríaexpuestoaserdescubiertoelsecretoalcaptarunoídofinoelruidodelarespiracióndelhombreescondido.

14.ªAunquemisterMaelzel,almostrarelinteriordelamáquina,seapartealgunas veces de la rutina que hemos indicado, nunca, en ningún caso, seapartatantodeellacomoparaimposibilitarnuestrasolución.Porejemplo,sele ha visto abrir lo primero de todo el cajón, pero nunca abrir elcompartimiento principal sin cerrar antes la puerta posterior del armarionúmero1;nuncaabreelcompartimientoprincipalsinsacarprimeroelcajón,nicierranuncaelcajónsincerraranteselcompartimientoprincipal;noabrenunca la puerta posterior del armario número 1 estando abierto elcompartimientoprincipal,ylapartidadeajedreznocomienzajamáshastaquetoda lamáquinaestácerrada.Ahorabien: si seobservaquenunca,ni enunsolo caso, se aparta misterMaelzel de la rutina que hemos señalado comonecesariaanuestrasolución,esésteunodelosargumentosmáspoderososquelacorroboran;peroelargumento resulta reforzadohasta lo infinitosihemosde considerar debidamente la circunstancia de que, si él se aparta algunasveces de la rutina, no se aparta nunca tanto como para imposibilitar lasolución.

15.ªDurante laexhibiciónhay seisbujías sobre lamesadel autómata.Ysurge, por supuesto, la pregunta: «¿Porqué emplear tantas, cuandouna solabujía,o todo lomásdos,seríanampliamentesuficientesparaproporcionaralosespectadoresunavisiónclaradel tablero, enuna sala,porotraparte, tanbieniluminadacomoloestásiempreesasala,cuando,además,siimaginamosque la máquina es una pura máquina, no hay necesidad de tanta luz, o enrealidad,deninguna,parapermitirleaélefectuarsusoperaciones,ycuando,sobre todo, hay una sola bujía colocada sobre lamesa del adversario?». Laprimeraymásobviadeducciónesquesenecesitaunaluztanfuerteparaquepueda el hombre ver a través de la materia transparente (gasa fina, lo másprobable) que forma el pecho del turco. Pero, cuando examinamos la

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disposición de las bujías, se nos presenta desde luego otra razón. Hay seisbujías(comohemosdichoantes)entotal.Tresdeellasestánacadaladodelafigura. Las más alejadas de los espectadores son las más largas; las de enmedio, dos pulgadas, aproximadamente, más cortas, y las más cercanas alpúblico, unas dos pulgadasmás cortas aún; las bujías colocadas en un ladodiferente,másenaltodelascolocadasenelopuesto,enunaproporcióndedospulgadas: es decir, que la bujíamás larga de uno de los lados es unas trespulgadasmáscortaquelamáslargadelotro,yasísucesivamente.Seve,pues,quenohaydosbujíasdelamismaaltura,ytambiénaumentaenaltogradoladificultaddecomprobarlamateriadelpechodelafigura(contralaqueestáenparticulardirigidalaluz)porelefectodeslumbradordelcomplicadocrucedelos rayos, cruceque seproduceal colocar todos loscentrosde irradiaciónadiferentesniveles.

16.ªMientraselJugadordeAjedrezestuvoenpoderdelbarónKempelen,seobservómásdeunavez,primero,queunitalianodelséquitodelbarónnoestabanuncavisibleduranteunapartida jugadaporel turco,ysegundo,quecuandocayógravementeenfermoesteitaliano,fueinterrumpidalaexhibiciónhasta que curó. Este italiano declaraba una ignorancia total del juego delajedrez, aunque todos los restantes del séquito jugasen bien. Análogasobservaciones se han hecho desde que el autómata ha sido adquirido porMaelzel. Hay un hombre, Schlumberger, que le acompaña dondequiera quevaya,peroquenotieneotraocupaciónconocidaqueladeayudarleaembalaryadesembalarelautómata.Estehombrevieneaserdeuna tallamedianaytiene los hombros notablemente encorvados. No sabemos si declara saberjugaralajedrezono.PeroesdetodopuntociertoquenoselehavistonuncadurantelaexhibicióndelJugadordeAjedrez,aunqueseleveaconfrecuenciaprecisamente antes y precisamente después de la exhibición. Además, hacealgunos años, Maelzel visitó Richmond con sus autómatas y los exhibió,creemos,enlacasaqueocupaahoramonsieurBossieuxconunaacademiadebaile.Schlumbergercayóderepenteenfermo,ydurantesuenfermedadnoseefectuó ninguna exhibición del Jugador de Ajedrez. Estos hechos sonconocidos por muchos conciudadanos nuestros. La razón explicativa de lasuspensión de las representaciones del Jugador de Ajedrez no fue laenfermedaddeSchlumberger.Dejamoslasdeduccionesdetodoesto,sinmáscomentario,allector.

17.ªEl turco juegaconsubrazo izquierdo.Unacircunstancia tannotableno puede ser accidental. Brewster no le da a esto la menor importancia,limitándose, según creemos, a hacer constar el hecho. Los más recientesautoresdetratadossobreelautómataparecennohaberobservadoesedetalleni por asomo, y no hacen referencia a él. El autor del folleto citado porBrewster lo menciona, pero reconoce su incapacidad para explicarlo. Noobstante,esevidentequedetalesrelevantesdiscrepanciasoincongruenciasse

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pueden hacer deducciones (si es posible hacerlas en absoluto) que nosconduzcanalaverdad.

Lacircunstanciadequeelautómatajuegueconsumanoizquierdapuedenotenerrelaciónconlasoperacionesdelamáquina,consideradasimplementecomo tal. Cualquier dispositivo mecánico que hiciera mover de cualquiermanera dada el brazo izquierdo de la figura, podría, a la inversa, hacerlemoverdeigualmodoelderecho.Peroestosprincipiosnopuedenextendersehastalaorganizaciónhumana,dondeexisteunamarcadayradicaldiferenciaenlaconformacióny,entodocaso,enlasfacultadesdelosbrazosderechoeizquierdo. Reflexionando sobre este último hecho, relacionamos, como esnatural,laincongruenciaevidentedelJugadordeAjedrezconlaparticularidadde la organización humana. Y entonces hemos de imaginar una especie deinversión,pueselJugadordeAjedrezjuegaprecisamentecomonojugaríaunhombre.Estasideas,unavezaceptadas,bastanparasugerirnoslanocióndeunhombre escondido dentro. Unos cuantos pasos imperceptibles más nosconducirán, por fin, al resultado. El autómata juega con su brazo izquierdoporque en esas circunstancias el hombre de dentro sólo puede jugar con elsuyo derecho, un desiderátum lógico. Imaginemos, por ejemplo, que elautómatajugaseconsubrazoderecho.Parallegaralmecanismoquemueveelbrazo,yque,comohemosexplicadoantes,estájustamentedebajodelhombro,sería necesario que el hombre de dentro utilizara su brazo derecho en unapostura sumamente molesta y embarazosa (a saber: levantándolo contra sucuerpo, estrechamenteoprimidoentreésteyel costadodel autómata),oqueutilizase su brazo izquierdo, doblándolo sobre su pecho. En ningún casoobraría con la requerida facilidad o precisión. Por el contrario, jugando elautómata, como lo hace actualmente, con el brazo izquierdo, desaparecentodasesasdificultades.Elbrazoderechodelhombrededentrosedoblasobresu pecho, y los dedos de su mano derecha actúan, sin constricción alguna,sobreelmecanismodelhombrodelafigura.

Nocreemosquepuedapresentarseobjeciónalguna razonablecontraestasolucióndelautómataJugadordeAjedrez.

ELPOZOYELPÉNDULO

Estaba agotado, agotado hasta no poder más, por aquella larga agonía.Cuando, por último, me desataron y pude sentarme, noté que perdía elconocimiento. La sentencia, la espantosa sentencia demuerte, fue la últimafrase claramente acentuada que llegó a mis oídos. Luego, el sonido de lasvocesdelosinquisidoresmeparecióqueseapagabaenelindefinidozumbido

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de un sueño. El ruido aquel provocaba enmi espíritu una idea de rotación,quizá a causa de que lo asociaba en mis pensamientos con una rueda demolino.Peroaquellodurópocotiempo,porque,depronto,nooínadamás.Noobstante,durantealgúnratopudever,pero¡conquéterribleexageración!Veíalos labiosde los juecesvestidosdenegro: eranblancos,másblancosque lahojadepapelsobrelaqueestoyescribiendoestaspalabras;ydelgadoshastalogrotesco,adelgazadosporlaintensidaddesuduraexpresión,desuresolucióninexorable,delrigurosodesprecioaldolorhumano.Veíaquelosdecretosdeloque para mí representaba el Destino salían aún de aquellos labios. Los viretorcerseenunafrasemortal; lesvipronunciar lassílabasdeminombre,ymeestremecíalverqueelsonidonoseguíaalmovimiento.

Durantevariosmomentosdeespantofrenéticovitambiénlablandaycasiimperceptibleondulacióndelasnegrascolgadurasquecubríanlasparedesdela sala, y mi vista cayó entonces sobre los siete grandes hachones que sehabíancolocadosobrelamesa.Tomaronparamí,alprincipio,elaspectodelacaridad,y los imaginéángelesblancosyesbeltosquedebíansalvarme.Peroentonces, ydepronto, unanáuseamortal invadiómi alma, y sentí que cadafibrademiserseestremecíacomosihubieraestadoencontactoconelhilodeunabateríagalvánica.Y las formasangélicasconvertíanseen insignificantesespectrosconcabezadellama,yclaramentecomprendíquenodebíaesperarde ellos auxilio alguno. Entonces, como una magnífica nota musical, seinsinuó enmi imaginación la idea del inefable reposo que nos espera en latumba. Llegó suave, furtivamente; creo que necesité un gran rato paraapreciarla por completo. Pero en el preciso instante en que mi espíritucomenzaba a sentir claramente esa idea, y a acariciarla, las figuras de losjueces se desvanecieron como por arte de magia; los grandes hachones seredujeron a la nada; sus llamas se apagaron por completo, y sobrevino lanegruradelastinieblas;todaslassensacionesparecierondesaparecercomoenunazambullidalocayprecipitadadelalmaenelHades.YelUniversofuesólonoche,silencio,inmovilidad.

Estabadesvanecido.Pero,noobstante,nopuedodecirquehubieseperdidola conciencia del todo. La que me quedaba, no intentaré definirla, nidescribirla siquiera. Pero, en fin, todo no estaba perdido.Enmedio delmásprofundo sueño…, ¡no! En medio del delirio…, ¡no! En medio deldesvanecimiento…,¡no!Enmediodelamuerte…,¡no!Sifueradeotromodo,no habría salvación para el hombre. Cuando nos despertamos del másprofundo sueño, rompemos la telaraña de algún sueño. Y, no obstante, unsegundo más tarde es tan delicado este tejido, que no recordamos habersoñado.

Dos grados hay, al volver del desmayo a la vida: el sentimiento de laexistenciamoraloespiritualyelde laexistenciafísica.Pareceprobableque

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si, al llegar al segundo grado, hubiéramos de evocar las impresiones delprimero, volveríamos a encontrar todos los recuerdos elocuentes del abismotrasmundano.¿Ycuáleseseabismo?¿Cómo,almenos,podremosdistinguirsussombrasdelasdelatumba?Perosilasimpresionesdeloquehellamadoprimergradonoacudendenuevoalllamamientodelavoluntad,noobstante,después de un largo intervalo, ¿no aparecen sin ser solicitadas, mientras,maravillados, nos preguntamos de dónde proceden? Quien no se hayadesmayado nunca no descubrirá extraños palacios y casas singularmentefamiliaresentrelasardientesllamas;noseráelquecontemple,flotandoenelaire, lasvisionesmelancólicasque el vulgonopuedevislumbrar; no será elquemeditesobreelperfumedealgunaflordesconocida,nielqueseperderáenelmisteriodealgunamelodíaquenuncahubiesellamadosuatenciónhastaentonces.

Enmediodemisrepetidoseinsensatosesfuerzos,enmediodemienérgicatenacidadenrecogeralgúnvestigiodeeseestadodevacío,huboinstantesenque soñé triunfar. Tuve momentos breves, brevísimos, en que he llegado acondensar recuerdos que en épocas posteriores mi razón lúcida me haafirmado no poder referirse sino a ese estado en que parece aniquilada laconciencia. Muy confusamente me presentan esas sombras de recuerdosgrandes figuras que me levantaban, transportándome silenciosamente haciaabajo, aún más hacia abajo, cada vez más abajo, hasta que me invadió unvértigoespantosoalasimpleideadelinfinitoendescenso.

También me recuerdan no sé qué vago espanto que experimentaba elcorazón,precisamenteacausadelacalmasobrenaturaldeesecorazón.Luego,elsentimientodeunarepentinainmovilidadentodoloquemerodeaba,comosiquienesmellevaban,uncortejodeespectros,hubieranpasado,aldescender,los límites de lo ilimitado, y se hubiesen detenido, vencidos por el hastíoinfinitodesutarea.Recuerdamialmamástardeunasensacióndeinsipidezydehumedad;después, todonoesmásque locura, la locuradeunamemoriaqueseagitaenloabominable.

Deprontovuelvenamialmaunmovimientoyunsonido:elmovimientotumultuosodel corazóny el rumorde sus latidos.Luego, un intervalo en elque todo desaparece. Luego, el sonido de nuevo, el movimiento y el tacto,como una sensación vibrante penetradora de mi ser. Después la simpleconciencia de mi existencia sin pensamiento, sensación que duró mucho.Luego, bruscamente, el pensamiento de nuevo, un temor que me producíaescalofríos y un esfuerzo ardiente por comprender mi verdadero estado.Después,unvivoafándecaerenlainsensibilidad.Luego,unbruscorenacerdel alma y una afortunada tentativa de movimiento. Entonces, el recuerdocompletodelproceso,delosnegrostapices,delasentencia,demidebilidad,demidesmayo.Yelolvidomáscompletoentornoaloqueocurriómástarde.

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Únicamente después, y gracias a la constancia más enérgica, he logradorecordarlovagamente.

No había abierto los ojos hasta ese momento. Pero sentía que estabatendidodeespaldasysinataduras.Extendílamanoypesadamentecayósobrealgohúmedoyduro.Durantealgunosminutosladejédescansarasí,haciendoesfuerzos por adivinar dónde podía encontrarme y lo que había sido demí.Sentía una gran impaciencia por hacer uso demis ojos, pero nome atreví.Teníamiedodelaprimeramiradasobrelascosasquemerodeaban.Noesquemeaterrorizaracontemplarcosashorribles,sinoquemeaterrabalaideadenovernada.

Alalarga,conunalocaangustiaenelcorazón,abrírápidamentelosojos.Miespantosopensamientohallábase,pues,confirmado.Merodeabalanegruradelanocheeterna.Meparecíaquelaintensidaddelastinieblasmeoprimíayme sofocaba. La atmósfera era intolerablemente pesada. Continué acostadotranquilamente e hice un esfuerzo por emplear mi razón. Recordé losprocedimientos inquisitoriales, y, partiendo de esto, procuré deducir miposición verdadera. Había sido pronunciada la sentencia, y me parecía quedesdeentonceshabía transcurridoun largointervalode tiempo.Noobstante,niunsolomomentoimaginéqueestuvierarealmentemuerto.

Apesarde todas las ficciones literarias, semejante ideaesabsolutamenteincompatibleconlaexistenciareal.Pero¿dóndemeencontrabaycuáleramiestado?Sabíaqueloscondenadosamuertemoríanconfrecuenciaenlosautosdefe.Lamismatardedeldíademijuiciohabíasecelebradounasolemnidaddeespecie.¿Mehabíanllevado,acaso,denuevoamicalabozoparaaguardarenélelpróximosacrificioquehabíadecelebrarsemesesmástarde?Desdeelprincipiocomprendíqueestonopodíaser.Inmediatamentehabíasidopuestoen requerimiento el contingente de víctimas. Por otra parte, mi primercalabozo, como todas las celdas de los condenados, en Toledo, estabaempedradoyhabíaenélalgunaluz.

Repentinamente,unahorribleideaacelerómisangreentorrenteshaciamicorazón,yduranteunosinstantescaídenuevoenmiinsensibilidad.Alvolveren mí, de un solo movimiento me levanté sobre mis pies, temblandoconvulsivamente en cada fibra. Desatinadamente, extendí mis brazos porencimademicabezayamialrededor,entodasdirecciones.Nosentínada.Noobstante, temblaba a la idea de dar un paso, pero me daba miedo tropezarcontra losmuros demi tumba. Brotaba el sudor por todosmis poros, y engruesasgotasfríassedeteníasobremifrente.Alalarga,semehizointolerablelaagoníadelaincertidumbreyavancéconprecaución,extendiendolosbrazosyconlosojosfueradesusórbitas,conlaesperanzadehallarundébilrayodeluz. Di algunos pasos, pero todo estaba vacío y negro. Respiré con mayorlibertad.Porfin,meparecióevidentequeeldestinoquemehabíanreservado

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noeraelmásespantosodetodos.

Y entonces, mientras precavidamente continuaba avanzando, seconfundíanenmasaenmimemoriamilvagosrumoresquesobreloshorroresde Toledo corrían. Sobre esos calabozos contábanse cosas extrañas. Yosiemprehabíacreídoqueeran fábulas;pero, sinembargo,eran tanextraños,quesólopodían repetirseenvozbaja.¿Debíamoriryodehambre,enaquelsubterráneomundodetinieblas,yquémuertemásterriblequizámeesperaba?Puestoqueconocíademasiadobienelcarácterdemisjueces,nopodíadudardequeelresultadoeralamuerte,yunamuertedeunaamarguraescogida.Loque sería, y la hora de su ejecución, era lo único queme preocupaba ymeaturdía.

Mis extendidasmanos encontraron, por último, un sólido obstáculo. Eraunaparedqueparecía construidadepiedra,muy lisa, húmeday fría.La fuisiguiendodecerca,caminandoconlaprecavidadesconfianzaquemehabíaninspirado ciertas narraciones antiguas. Sin embargo, esta operación no meproporcionabamedioalgunoparaexaminarladimensióndemicalabozo,puespodíadarlavueltayvolveralpuntodedondehabíapartidosindarmecuentade lo perfectamente igual que parecía la pared. En vista de ello busqué elcuchillo que guardaba en uno de mis bolsillos cuando fui conducido altribunal.Perohabíadesaparecido,porquemisropashabíansidocambiadasporuntrajedegroseraestameña.

Con objeto de comprobar perfectamente mi punto de partida, habíapensadoclavarlahojaenalgunapequeñagrietadelapared.Sinembargo,ladificultaderabienfácildesersolucionada,y,noobstante,alprincipio,debidoaldesordendemipensamiento,meparecióinsuperable.Rasguéunatiradelaorlademivestidoylacoloquéenelsueloentodasulongitud,formandounángulo recto con el muro. Recorriendo a tientas mi camino en torno a micalabozo,alterminarelcircuitotendríaqueencontrareltrozodetela.Porlomenos, esto era lo que yo creía; pero no había tenido en cuenta ni lasdimensionesdelaceldanimidebilidad.Elterrenoerahúmedoyresbaladizo.Tambaleándome,anduvedurantealgún rato.Después tropecéycaí.Migrancansanciomedecidióacontinuartumbado,ynotardóelsueñoenapoderarsedemíenaquellaposición.

Aldespertarmeyalargarelbrazohalléamiladounpanyuncántaroconagua. Estaba demasiado agotado para reflexionar en tales circunstancias, ybebíycomíávidamente.Tiempomástardereemprendímiviajeentornoamicalabozo,ytrabajosamentelogréllegaraltrozodeestameña.Enelmomentode caer había contado ya cincuenta y dos pasos, y desde que reanudé elcaminohastaencontrarlatela,cuarentayocho.Demodoquemedíauntotaldecienpasos,ysuponiendoquedosdeellosconstituyeranunayarda,calculéenunascincuentayardaslacircunferenciademicalabozo.Sinembargo,había

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tropezadoconnumerososángulosenlapared,yestoimpedíaelconjeturarlaformadelacueva,puesnohabíadudaalgunadequeaquelloeraunacueva.

No ponía gran interés en aquellas investigaciones, y con toda seguridadestaba desalentado. Pero una vaga curiosidad me impulsó a continuarlas.Dejando la pared, decidí atravesar la superficie de mi prisión. Al principioprocedí con extrema precaución, pues el suelo, aunque parecía ser de unamateriadura,eratraidorporellimoqueenélhabía.Noobstante,alcabodeunratologréanimarmeycomencéaandarconseguridad,procurandocruzarloenlínearecta.

De esta forma avancé diez o doce pasos, cuando el trozo rasgado quequedaba de orla seme enredó entre las piernas, haciéndome caer de brucesviolentamente.

Enlaconfusióndemicaídanonotéalprincipiounacircunstancianomuysorprendenteyque,noobstante,segundosdespués,hallándometodavíaenelsuelo, llamómiatención.Mibarbillaapoyábasesobreelsuelodelcalabozo,peromislabiosylapartesuperiordelacabeza,aunqueparecíancolocadosamenosalturaquelabarbilla,nodescansabanenningunaparte.Mepareció,almismo tiempo, que mi frente se empapaba en un vapor viscoso y que unextraño olor a setas podridas llegaba hastami nariz.Alargué el brazo ymeestremecídescubriendoquehabíacaídoalbordemismodeunpozocircularcuya extensión no podía medir en aquel momento. Tocando las paredesprecisamentedebajodelbrocal,logréarrancaruntrozodepiedrayladejécaeren el abismo. Durante algunos segundos presté atención a sus rebotes.Chocabaensucaídacontralasparedesdelpozo.Lúgubremente,sehundióporúltimoenelagua,despertandoecosestridentes.Enelmismoinstantedejóseoír un ruido sobremi cabeza, como de una puerta abierta y cerrada casi almismo tiempo, mientras un débil rayo de luz atravesaba repentinamente laoscuridadyseapagabaenseguida.

Con toda claridad vi la suerte que seme preparaba, yme felicité por eloportuno accidente quemehabía salvado.Unpasomás, y elmundonomehubiera vuelto a ver. Aquella muerte, evitada a tiempo, tenía ese mismocarácter que había yo considerado como fabuloso y absurdo en las historiasquesobrelaInquisiciónhabíaoídocontar.Lasvíctimasdesutiraníanoteníanotra alternativa que la muerta, con sus crueles agonías físicas o con susabominablestorturasmorales.Estaúltimafuelaquemehabíasidoreservada.Misnerviosestabanabatidosporunlargosufrimiento,hastaelpuntoquemehacíatemblarelsonidodemipropiavoz,ymeconsiderabaportodosmotivosunavíctimaexcelenteparalaclasedetorturaquemeaguardaba.

Temblando, retrocedí a tientas hasta la pared, decidido a dejarme morirantes que afrontar el horror de los pozos que en las tinieblas de la celda

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multiplicaba mi imaginación. En otra situación de ánimo hubiese tenido elsuficientevalorparaconcluirconmismiseriasdeunasolavez,lanzándomeaunodeaquellosabismos;peroenaquellosmomentoserayoelmásperfectodeloscobardes.Porotraparte,meeraimposibleolvidarloquehabíaleídoconrespectoaaquellospozos,delosquesedecíaquelaextinciónrepentinadelavidaeraunaesperanzacuidadosamenteexcluidaporelgenioinfernaldequienloshabíaconcebido.

Durantealgunashorasme tuvodespierto laagitacióndemiánimo.Pero,porúltimo,meadormecídenuevo.Aldespertarme,comolaprimeravez,halléamiladounpanyuncántarodeagua.Meconsumíaunasedabrasadora,ydeuntragovaciéelcántaro.Algodebíadeteneraquellaagua,puesapenasbebísentíunosirresistiblesdeseosdedormir.CaíenunsueñoprofundoparecidoaldelamuerteNohepodidosabernuncacuántotiempoduró;pero,alabrirlosojos, pude distinguir los objetos que me rodeaban. Gracias a una extrañaclaridad sulfúrea, cuyo origen no pude descubrir al principio, podía ver lamagnitudyaspectodemicárcel.

Mehabíaequivocadomuchoconrespectoasusdimensiones.Lasparedesno podían tener más de veinticinco yardas de circunferencia. Durante unosminutos, ese descubrimiento me turbó grandemente, turbación en verdadpueril,yaque,dadas las terriblescircunstanciasquemerodeaban,¿quécosamenosimportantepodíaencontrarquelasdimensionesdemicalabozo?Peromi alma ponía un interés extraño en las cosas nimias, y tenazmente medediquéadarmecuentadelerrorquehabíacometidoaltomarlasmedidasdeaquel recinto. Por último se me apareció como un relámpago la luz de laverdad.Enmiprimeraexploraciónhabíacontadocincuentaydospasoshastaelmomentodecaer.Eneseinstantedebíaencontrarmeaunoodospasosdeltrozodetela.Realmente,habíaefectuadocasielcircuitodelacueva.Entoncesmedormí,yaldespertarme,necesariamentedebídevolversobremispasos,creando así un circuito casi doble del real. La confusión demi cerebromeimpidió darme cuenta de que había empezado la vuelta con la pared a miizquierdayquelaterminabateniéndolaaladerecha.

Tambiénmehabíaequivocadoporloquerespectaalaformadelrecinto.Tanteandoelcamino,habíaencontradovariosángulos,deduciendodeellolaidea de una gran irregularidad; tan poderoso es el efecto de la oscuridadabsoluta sobre el que sale de un letargo o de un sueño. Los ángulos eran,sencillamente, productode levesdepresionesohuecosque se encontrabanaintervalosdesiguales.Laformageneraldelrecintoeracuadrada.Loquecreíamampostería parecía ser ahora hierro u otro metal dispuesto en enormesplanchas,cuyassuturasyjunturasproducíanlasdepresiones.

Toda la superficie de aquella construcciónmetálica estaba embadurnadagroseramentecontodaclasedeemblemashorrorososyrepulsivos,nacidosde

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lasupersticiónsepulcraldelosfrailes.Figurasdedemoniosconamenazadoresgestos, con formas de esqueleto y otras imágenes de horror más realista,llenabanentodasuextensiónlasparedes.Medicuentadequeloscontornosde aquellas monstruosidades estaban suficientemente claros, pero que loscolores parecían manchados y estropeados por efecto de la humedad delambiente.Vientoncesqueelsueloeradepiedra.Ensucentrohabíaunpozocircular,decuyabocahabíayoescapado,peronoviquehubiesealgunomásenelcalabozo.

Todoesto lovi confusamenteyno sin esfuerzo, puesmi situación físicahabíacambiadomuchodurantemisueño.Ahora,deespaldas,estabaacostadocuan largo era sobre una especie de armadura demaderamuy baja. Estabaatadoconunalargatiraqueparecíadecuero.Enrollábaseendistintasvueltasentornoamismiembrosyamicuerpo,dejandoúnicamentelibresmicabezaymibrazoizquierdo.Sinembargo,teníaquehacerunviolentoesfuerzoparaalcanzar el alimento que contenía unplato de barro quehabíandejado amiladosobreelsuelo.Converdaderoterrormedicuentadequeelcántarohabíadesaparecido,ydigoconterrorporquemedevorabaunasedintolerable.Creíentoncesqueelplandemisverdugosconsistíaenexasperarestased,puestoqueelalimentoqueconteníaelplatoeraunacarnecruelmentesalada.

Levantélosojosyexaminéeltechodemiprisión.Hallábaseaunaalturade treinta o cuarenta pies y parecíase mucho, por su construcción, a lasparedeslaterales.Enunadesuscarasllamómiatenciónunafiguradelasmássingulares. Era una representación pintada del Tiempo, tal como seacostumbra representarle, pero en lugarde laguadaña teníaunobjetoque aprimera vista creí se trataba de un enorme péndulo como los de los relojesantiguos.No obstante, algo había en el aspecto de aquellamáquina quemehizomirarlaconmásdetención.

Mientras laobservabadirectamente,mirandohaciaarriba,pueshallábasecolocada exactamente sobre mi cabeza, me pareció ver que se movía. Unmomentodespuésseconfirmabami idea.Subalanceoeracortoy,por tanto,muylento.Nosinciertadesconfianza,y,sobretodo,conextrañeza,laobservéduranteunosminutos.Cansado,alcabo,devigilarsufastidiosomovimiento,volvímisojosalosdemásobjetosdelacelda.

Unruidoleveatrajomiatención.Miréalsueloyvialgunasenormesratasquelocruzaban.Habíansalidodelpozoqueyopodíadistinguiramiderecha.En ese instante, mientras las miraba, subieron en tropel, a toda prisa, convoraces ojos y atraídas por el olor de la carne. Me costó gran esfuerzo yatenciónapartarlas.

Transcurriómediahora, talvezunahora—puesapenas imperfectamentepodíamedireltiempo—,cuando,denuevo,levantélosojossobremí.Loque

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entonces vi me dejó atónito y sorprendido. El camino del péndulo habíaaumentado casi una yarda, y, como consecuencia natural, su velocidad eratambiénmuchomayor.Pero,principalmente,loquemásmeimpresionófuelaideadequehabíadescendidovisiblemente.Puedeimaginarseconquéespantoobservéentoncesque su extremo inferior estaba formadopormedia lunadebrillanteacero,que,aproximadamente,tendríaunpiedelargodeuncuernoaotro. Los cuernos estaban dirigidos hacia arriba, y el filo inferior,evidentementeafiladocomounanavajabarbera.Tambiénparecíaunanavajabarbera,pesadoymacizo,yensanchábasedesdeelfiloenunaformaanchaysólida. Se ajustaba a una gruesa varilla de cobre, y todo ello silbabamoviéndoseenelespacio.

Yanohabíadudaalgunaconrespectoalasuertequemehabíapreparadola horrible ingeniosidad monacal. Los agentes de la Inquisición habíanprevisto mi descubrimiento del pozo; del pozo, cuyos horrores habían sidoreservados para un hereje tan temerario como yo; del pozo, imagen delinfierno, considerado por la opinión como la Última Tule de todos loscastigos.Elmásfortuitodelosaccidentesmehabíasalvadodecaerenél,yyosabíaqueelartedeconvertirelsuplicioenunlazoyunasorpresaconstituíauna rama importante de aquel sistema fantástico de ejecucionesmisteriosas.Por lo visto, habiendo fracasado mi caída en el pozo, no figuraba en eldemoníacoplanarrojarmeaél.Portanto,estabadestinado,yenestecasosinninguna alternativa, a una muerte distinta y más dulce. ¡Más dulce! Enmiagonía,pensandoenelusosingularqueyohacíadeestapalabra,casisonreí.

¿Para qué contar las largas, las interminables horas de horror, más quemortales,durantelasquecontélasvibrantesoscilacionesdelacero?Pulgadaapulgada, líneaa línea,descendíagradualmente, efectuandoundescenso sóloapreciable a intervalos, que eran paramímás largos que siglos.Y cada vezmás,cadavezmás,seguíabajando,bajando.

Pasaron días, tal vezmuchos días, antes de que llegase a balancearse losuficientementecercademíparaabanicarmeconsuaireacre.Heríamiolfatoel olor del acero afilado. Rogué al Cielo, cansándolo conmis súplicas, quehiciera descender más rápidamente el acero. Enloquecí, me volví frenético,hice esfuerzos para incorporarme e ir al encuentro de aquella espantosa ymovible cimitarra. Y luego, de pronto, se apoderó demí una gran calma ypermanecítendido,sonriendoaaquellamuertebrillante,comopodríasonreírunniñoaunjugueteprecioso.

Transcurrió luegoun instantedeperfecta insensibilidad.Fueun intervalomuy corto. Al volver a la vida no me pareció que el péndulo hubieradescendido una altura apreciable. No obstante, es posible que aquel tiempohubiese sido larguísimo.Yo sabía que existían seres infernales que tomabannotademidesvanecimientoyqueasucaprichopodíandetenerlavibración.

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Al volver en mí, sentí un malestar y una debilidad indecibles, comoresultadodeunaenormeinanición.Aunentreaquellasangustias,lanaturalezahumana suplicaba el sustento. Con un esfuerzo penoso, extendí mi brazoizquierdotanlejoscomomis ligadurasmelopermitían,ymeapoderédeunpequeño sobrante que las ratas se habían dignado dejarme. Al llevarme unpedazoaloslabios,uninformepensamientodeextrañaalegría,deesperanza,sealojóenmiespíritu.Noobstante,¿quéhabíadecomúnentrelaesperanzayyo?Repitoquesetratabadeunpensamientoinforme.Confrecuenciatieneelhombre pensamientos así, que nunca se completan.Me di cuenta de que setratabadeunpensamientodealegría,deesperanza,perocomprendí tambiénque había muerto al nacer. Me esforcé inútilmente en completarlo, enrecobrarlo.Mis largos sufrimientos habían aniquilado casi por completo lasordinariasfacultadesdemiespíritu.Yoeraunimbécil,unidiota.

La oscilación del péndulo se efectuaba en un plano que formaba ángulorecto con mi cuerpo. Vi que la cuchilla había sido dispuesta de modo queatravesaralaregióndelcorazón.Rasgaríalatelademitraje,volveríaluegoyrepetiríalaoperaciónunayotravez.Apesardelagrandimensióndelacurvarecorrida —unos treinta pies, más o menos— y la silbante energía de sudescenso,queinclusohubierapodidocortaraquellasmurallasdehierro,todocuanto podía hacer, en resumen, y durante algunos minutos, era rasgar mitraje.

Yenestepensamientomedetuve.Nomeatrevíaairmásalládeél.Insistísobre él con una sostenida atención, como si con esta insistencia hubierapodidopararallíeldescensodelacuchilla.Empecéapensarenelsonidoqueproduciríaéstaalpasarsobremitraje,yenlaextrañaypenetrantesensaciónque produce el roce de la tela sobre los nervios. Pensé en todas esas cosas,hastaquelosdientesmerechinaron.

Más bajo,más bajo aún. Deslizábase cada vezmás bajo. Yo hallaba unplacer frenético en comparar su velocidad de arriba abajo con su velocidadlateral.Ahora,hacialaderecha;ahora,hacialaizquierda.Despuésseibalejos,lejos,yvolvíaluego,conelchillidodeunalmacondenada,hastamicorazóncon el andar furtivo del tigre.Yo aullaba y reía alternativamente, segúnmedominaseunauotraidea.

Más bajo, invariablemente, inexorablemente más bajo. Movíase a trespulgadasdemipecho.Furiosamente, intenté libertar conviolenciamibrazoizquierdo. Estaba libre solamente desde el codo hasta lamano.Únicamentepodíamover lamanodesdeelplatoquehabíancolocadoami ladohastamiboca;sóloesto,yconungranesfuerzo.Sihubierapodidoromperlasligadurasporencimadelcodo,hubiesecogidoelpénduloeintentadodetenerlo,loquehubierasidocomointentardetenerunaavalancha.

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Siempremás bajo, incesantemente, inevitablementemás bajo. Respirabacon verdadera angustia, yme agitaba a cada vibración.Mis ojos seguían elvuelo ascendentede la cuchilla y su caída, con el ardorde la desesperaciónmásenloquecida;espasmódicamente,cerrábanseenelmomentodeldescensosobremí.Aun cuando lamuerte hubiera sidoun alivio, ¡oh, qué aliviomásindecible! Y, sin embargo, temblaba con todos mis nervios al pensar quebastaríaquelamáquinadescendieraungradoparaqueseprecipitarasobremipecho el hacha afilada y reluciente. Y mis nervios temblaban, y hacíanencoger todomi ser a causa de la esperanza.Era la esperanza, la esperanzatriunfante aún sobre el potro, que dejábase oír al oído de los condenados amuerte,inclusoenloscalabozosdelaInquisición.

Comprobé que diez o doce vibraciones, aproximadamente, pondrían elaceroen inmediatocontactoconmi traje.Yconestaobservaciónentróseenmi ánimo la calma condensada y aguda de la desesperación. Desde hacíamuchashoras,desdehacíamuchosdías,talvez,penséporvezprimera.Semeocurrióquelatiraocorreaquemeatabaeradeunsolotrozo.Estabaatadoconuna ligadura continuada. La primera mordedura de la cuchilla de la medialuna,efectuadaencualquierlugardelacorrea,teníaquedesatarlalosuficienteparapermitirquemimanoladesenrollarademicuerpo.¡Peroquéterribleera,enestecaso,suproximidad!Elresultadode lamás ligerasacudidahabíadesermortal. Por otra parte, ¿habrían previsto o impedido esta posibilidad lossecuaces del verdugo? ¿Era probable que en el recorrido del pénduloatravesasenmipecholasligaduras?Temblandoalimaginarfrustradamidébilesperanza,laúltima,realmente,levantémicabezalobastanteparaverbienmipecho.Lacorreacruzabamismiembrosestrechamente, juntamentecon todomicuerpo,entodossentidos,menosenlatrayectoriadelacuchillahomicida.

Aún no había dejado caer de nuevo mi cabeza en su primera posición,cuando sentí brillar en mi espíritu algo que sólo sabría definir,aproximadamente,diciendoqueeralamitadnoformadadelaideadelibertadqueyaheexpuesto,yde laquevagamentehabía flotadoenmiespírituunasola mitad cuando llevé a mis labios ardientes el alimento. Ahora, la ideaenteraestabaallípresente,débil, apenasviable,casi indefinida,pero,en fin,completa.Inmediatamente,conlaenergíadeladesesperación,intentéllevarlaalapráctica.

Hacíavariashorasquecercadelcaballetesobreelquemehallabaacostadose encontraba un número incalculable de ratas. Eran tumultuosas, atrevidas,voraces. Fijaban en mí sus ojos rojos, como si no esperasen más que miinmovilidadparahacerpresa.«¿Aquéclasedealimento—pensé—sehabránacostumbradoenestepozo?»

Menosunapequeñaparte,yapesardetodosmisesfuerzosparaimpedirlo,habían devorado el contenido del plato. Mi mano se acostumbró a un

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movimientodevaivénhaciaelplato;peroalalarga,launiformidadmaquinaldeesemovimiento lehabíarestadoeficacia.Aquellaplaga,ensuvoracidad,dejabaseñalesdesusagudosdientesenmisdedos.Conlosrestosdelacarneaceitosa y picante que aún quedaba, froté vigorosamentemis ataduras hastadondeme fue posible hacerlo, y hecho esto retirémimano del suelo ymequedéinmóvilysinrespirar.

Al principio, lo repentino del cambio y el cese delmovimiento hicieronque los voraces animales se asustaran. Se apartaron alarmados y algunosvolvieronalpozo.Peroestaactitudnodurómásdeuninstante.Nohabíayocontadoenvanoconsuglotonería.Viéndomesinmovimiento,unaodosdelasmásatrevidasseencaramaronporelcaballeteyolisquearonlacorrea.Todoestomeparecióelpreludiodeuna invasióngeneral.Unnuevo tropel surgiódelpozo.Agarráronsealamadera,laescalaronyacentenaressaltaronsobremi cuerpo. Nada las asustaba el movimiento regular del péndulo. Loesquivaban y trabajaban activamente sobre la engrasada tira. Se apretabanmoviéndose y se amontonaban incesantemente sobre mí. Sentía que seretorcíansobremigarganta,quesusfríoshocicosbuscabanmislabios.

Me encontraba medio sofocado por aquel peso que se multiplicabaconstantemente. Un asco espantoso, que ningún hombre ha sentido en elmundo,henchíamipechoyhelabamicorazóncomounpesadovómito.Unminutomás,ymedabacuentadequelaoperaciónhabríaterminado.Sobremísentíaperfectamenteladistensióndelasataduras.Medabacuentadequeenmás de un sitio habían de estar cortadas. Con una resolución sobrehumana,continuéinmóvil.

Nomehabíaequivocadoenmiscálculos.Missufrimientosnohabíansidovanos.Sentíluegoqueestabalibre.Enpedazos,colgabalacorreaentornodemicuerpo.Peroelmovimientodelpénduloefectuábaseyasobremipecho.Laestameñademi trajehabía sidoatravesadaycortada lacamisa.Efectuódososcilacionesmás,yunagudodoloratravesómisnervios.Perohabíallegadoelinstantedesalvación.Aunademándemismanos,huyerontumultuosamentemislibertadoras.Conunmovimientotranquiloydecidido,prudenteyoblicuo,lentoyaplastándomecontraelbanquillo,medeslicéfueradelabrazodelatiraydelalcancedelacimitarra.Cuandomenos,porelmomentoestabalibre.

¡Libre! ¡Y en las garras de la Inquisición!Apenashabía escapadodemilecho de horror, apenas hube dado unos pasos por el suelo demi calabozo,cesóelmovimientodelamáquinainfernalylaoísubiratraídahaciaeltechoporunafuerza invisible.Aquélla fueuna lecciónque llenódedesesperaciónmi alma. Indudablemente, todos mis movimientos eran espiados. ¡Libre!Había escapado de la muerte bajo una determinada agonía, sólo para serentregado a algo peor que la muerte misma, y bajo otra nueva forma.Pensandoenello,fijéconvulsivamentemisojosenlasparedesdehierroque

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merodeaban.Algoextraño,uncambioqueenunprincipionopudeapreciarclaramente se había producido con toda evidencia en la habitación.Durantevariosminutosenlosqueestuvedistraído,llenodeensueñosydeescalofríos,meperdíenconjeturasvanaseincoherentes.

Porprimeravezmedicuentadelorigendelaluzsulfurosaqueiluminabalacelda.Proveníadeunagrietademediapulgadadeanchura,queextendíaseentornodelcalabozoenlabasedelasparedes,que,deesemodo,parecían,yen efecto lo estaban, completamente separadas del suelo. Intenté mirar poraquellaabertura,aunquecomopuede imaginarse, inútilmente.Al levantarmedesanimado, se descubrió a mi inteligencia, de pronto, el misterio de laalteraciónquelaceldahabíasufrido.

Habíatenidoocasióndecomprobarque,auncuandoloscontornosdelasfiguras pintadas en las paredes fuesen suficientemente claros, los coloresparecían alterados y borrosos. Ahora acababan de tomar, y tomaban a cadamomento,unsorprendenteeintensísimobrillo,quedabaaaquellasimágenesfantásticasydiabólicasunaspectoquehubierahecho temblaranerviosmásfirmesque losmíos.Pupilasdemoníacas,deunaviveza siniestray feroz, seclavabansobremídesdemilsitiosdistintos,dondeyoanteriormentenohabíasospechadoqueseencontraraninguna,ybrillabancual fulgor lúgubredeunfuegoque,aunquevanamente,queríaconsiderarcompletamenteimaginario.

¡Imaginario! Me bastaba respirar para traer hasta mi nariz un vapor dehierro enrojecido. Extendíase por el calabozo un olor sofocante. A cadamomento reflejábase un ardor más profundo en los ojos clavados en miagonía. Un rojo más oscuro se extendía sobre aquellas horribles pinturassangrientas.Estabajadeante;respirabacongrandesesfuerzos.Nohabíadudacon respecto al deseo de mis verdugos, los más despiadados, los másdemoníacosdetodosloshombres.

Me aparté lejos delmetal ardiente, dirigiéndome al centro del calabozo.Frenteaaquelladestrucciónporelfuego,laideadelafrescuradelpozollegóamialmacomounbálsamo.Melancéhaciasusmortalesbordes.Dirigímismiradashaciaelfondo.

Elresplandordelainflamadabóvedailuminabasuscavidadesmásocultas.Noobstanteduranteunminutodedesvarío,miespíritunegóseacomprenderlasignificacióndeloqueveía.Alfin,aquellopenetróenmialma,alafuerza,triunfalmente.Segrabóafuegoenmirazónestremecida.¡Unavoz,unavozpara hablar! ¡Oh horror! ¡Todos los horrores,menos ése! Con un grito,meapartédelbrocal,y,escondidomirostroentrelasmanos,lloréconamargura.

El calor aumentaba rápidamente, y levanté una vez más los ojos,temblando en un acceso febril. En la celda habíase operado un segundocambio,yéseefectuábase,evidentemente,enlaforma.Comolaprimeravez,

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intentéinútilmenteapreciarocomprenderloquesucedía.Peronomedejaronmucho tiempo en la duda. La venganza de la Inquisición era rápida, y dosveces la había frustrado. No podía luchar por más tiempo con el rey delespanto.Laceldahabíasidocuadrada.Ahoranotabaquedosdesusángulosdehierroeranagudos,y,portanto,obtusoslosotrosdos.Conungruñido,conunsordogemido,aumentabarápidamenteelterriblecontraste.

Enunmomento,laestanciahabíaconvertidosuformaenladeunrombo.Pero la transformación no se detuvo aquí. No deseaba ni esperaba que separase.Hubiera llegadoa losmurosal rojoparaaplicarloscontramipecho,como si fueran una vestidura de eterna paz. «¡La muerte! —me dije—.¡Cualquier muerte, menos la del pozo!» ¡Insensato! ¿Cómo no pudecomprenderqueelpozoeranecesario,queaquelpozoúnicoeralarazóndelhierrocandentequemesitiaba?¿Resistiríayosucalor?Yaunsuponiendoquepudieraresistirlo,¿podríasostenermecontrasupresión?

Yelromboseaplastaba,seaplastaba,conunarapidezquenomedejabatiempo para pensar. Su centro, colocado sobre la línea de mayor anchura,coincidía precisamente con el abismo abierto. Intenté retroceder, pero losmuros,alunirse,meempujabanconunafuerzairresistible.

Llegó, por último, unmomento en quemi cuerpo, quemado y retorcido,apenashalló sitioparaél, apenashubo lugarparamispiesenel suelode laprisión.Noluchémás,perolaagoníademialmaseexteriorizóenunfuerteyprolongado grito de desesperación. Me di cuenta de que vacilaba sobre elbrocal,yvolvílosojos…

Pero he aquí un ruido de voces humanas.Una explosión, un huracán detrompetas, un poderoso rugido semejante al de mil truenos. Los muros defuegoecháronsehaciaatrásprecipitadamente.Unbrazoalargadomecogióelmío,cuando,yadesfalleciente,meprecipitabaenelabismo.EraelbrazodelgeneralLasalle.LastropasfrancesashabíanentradoenToledo.LaInquisiciónhallábaseenpoderdesusenemigos.

ELGATONEGRO

Niesperoniquieroquesedécréditoalahistoriamásextraordinaria,y,sinembargo,másfamiliar,quevoyareferir.Tratándosedeuncasoenelquemissentidossenieganaaceptarsupropiotestimonio,yohabríadeestarrealmenteloco si así lo creyera.Noobstante, no estoy loco, y, con toda seguridad, nosueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu. Miinmediatodeseoesmostraralmundo,clara,concretamenteysincomentarios,

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unaseriedesimplesacontecimientosdomésticosque,porsusconsecuencias,me han aterrorizado, torturado y anonadado.A pesar de todo, no trataré deesclarecerlos. A mí casi no me han producido otro sentimiento que el dehorror;peroamuchaspersonaslespareceránmenosterriblesqueinsólitos.Talvez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fantasma al estado delugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica y mucho menosexcitablequelamía,encontrarátansóloenlascircunstanciasquerelatoconterrorunaserienormaldecausasydeefectosnaturalísimos.

Ladocilidadyhumanidaddemicaráctersorprendierondesdemiinfancia.Tannotableeralaternurademicorazón,quehabíahechodemíeljuguetedemis amigos. Sentía una auténtica pasión por los animales, ymis padresmepermitieron poseer una gran variedad de favoritos. Casi todo el tiempo lopasabaconellos,ynuncameconsiderabatanfelizcomocuandolesdabadecomer o los acariciaba. Con los años aumentó esta particularidad de micarácter,ycuandofuihombrehicedeellaunademisprincipales fuentesdegoce.Aquellosquehanprofesadoafectoaunperrofielysagaznorequierenla explicación de la naturaleza o intensidad de los goces que eso puedeproducir.Enelamordesinteresadodeunanimal,enelsacrificiodesímismo,hayalgoque llegadirectamentealcorazóndelqueconfrecuenciaha tenidoocasiónde comprobar la amistadmezquinay la frágil fidelidaddelHombrenatural.

Me casé joven.Tuve la suerte de descubrir enmimujer una disposiciónsemejantea lamía.Habiéndosedadocuentademigustoporestos favoritosdomésticos,noperdióocasiónalgunadeproporcionármelosdelaespeciemásagradable. Tuvimos pájaros, un pez de color de oro, un magnífico perro,conejos,unmonopequeñoyungato.

Eraesteúltimoanimalmuyfuerteybello,completamentenegroydeunasagacidad maravillosa. Mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa,hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la antigua creenciapopularqueconsiderabaatodoslosgatosnegroscomobrujasdisimuladas.Noquiere esto decir que hablara siempre en serio sobre este particular, y loconsignosencillamenteporquelorecuerdo.

Plutón—llamábaseasíelgato—eramipredilectoamigo.Sóloyoledabadecomer,yadondequieraquefuesemeseguíaporlacasa.Inclusomecostabatrabajoimpedirlequemefuerasiguiendoporlascalles.

Nuestraamistadsubsistióasíalgunosaños,duranteloscualesmicarácterymi temperamento—me sonroja confesarlo—, por causa del demonio de laintemperancia, sufrió una alteración radicalmente funesta.De día en díamehicemás taciturno,más irritable,más indiferente a los sentimientos ajenos.Empleéconmimujerunlenguajebrutal,yconeltiempolaafligíinclusocon

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violencias personales. Naturalmente, mi pobre favorito debió de notar elcambiodemicarácter.Nosolamente,no leshacíacasoalguno,sinoque losmaltrataba.

Sin embargo, por lo que se refiere a Plutón, aún despertaba en mí laconsideración suficiente para no pegarle. En cambio, no sentía ningúnescrúpuloenmaltrataralosconejos,almonoeinclusoalperro,cuando,porcasualidado afecto, se cruzabanenmi camino.Pero iba secuestrándomemimal, porque, ¿quémal admite una comparación con el alcohol?Andando eltiempo, el mismo Plutón, que envejecía y, naturalmente, se hacía un pocohuraño,comenzóaconocerlosefectosdemiperversocarácter.

Unanoche,enocasiónderegresaracasacompletamenteebrio,devueltadeunodemisfrecuentesescondrijosdelbarrio,meparecióqueelgatoevitabamipresencia.Locogí,peroél,horrorizadopormiviolentaactitud,mehizoenlamano,conlosdientes,unaleveherida.Demíseapoderórepentinamenteunfuror demoníaco.En aquel instante dejé de conocerme. Pareció como si, depronto, mi alma original hubiese abandonado mi cuerpo, y una ruindadsuperdemoníaca,saturadadeginebra,sefiltróencadaunadelasfibrasdemiser.Del bolsillo demi chaleco saqué un cortaplumas, lo abrí, cogí al pobreanimal por la garganta y, deliberadamente, le vacié un ojo…Me cubre elrubor,meabrasa,meestremezcoalescribirestaabominableatrocidad.

Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón, cuando se hubierondisipado los vapores de mi crápula nocturna, experimenté un sentimientomitadhorror,mitad remordimiento,por el crimenquehabíacometido.Pero,todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento, y el alma no sufrió susacometidas.Volvíasumirmeenlosexcesos,ynotardéenahogarenelvinotodoelrecuerdodemiacción.

Curóentretantoelgatolentamente.Laórbitadelojoperdidopresentaba,escierto,unaspectoespantoso.Perodespués,conel tiempo,noparecióquesedabacuentadeello.Segúnsucostumbre,ibayveníaporlacasa;pero,comodebísuponerlo,encuantoveíaquemeaproximabaaél,huíaaterrorizado.Mequedabaaúnlobastantedemiantiguocorazónparaquemeafligieraaquellamanifiestaantipatíaenunacriaturaquetantomehabíaamadoanteriormente.Peroestesentimientonotardóenserdesalojadoporlairritación.Comoparamicaídafinaleirrevocable,brotóentonceselespíritudeperversidad,espíritudelquelafilosofíanosecuidanipoconimucho.

Noobstante,tansegurocomoqueexistemialma,creoquelaperversidades uno de los primitivos impulsos del corazón humano, una de esasindivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el carácter delhombre… ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo unaacciónneciaovil, por laúnica razóndeque sabíaquenodebía cometerla?

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¿Notenemosunaconstanteinclinación,pesealoexcelentedenuestrojuicio,aviolarloqueeslaley,simplementeporquecomprendemosqueeslaLey?

Digoqueesteespíritudeperversidadhubodeproducirmiruinacompleta.Elvivoeinsondabledeseodelalmadeatormentarseasímisma,deviolentarsu propia naturaleza, de hacer el mal por amor al mal, me impulsaba acontinuar y últimamente a llevar a efecto el suplicio que había infligido alinofensivoanimal.Unamañana,asangrefría,ceñíunnudocorredizoentornoa su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué conmis ojosllenos de lágrimas, con el corazón desbordante del más amargoremordimiento. Lo ahorqué porque sabía que élme había amado, y porquereconocíaquenomehabíadadomotivoalgunoparaencolerizarmeconél.Loahorquéporquesabíaquealhacerlocometíaunpecado,unpecadomortalquecomprometía a mi alma inmortal, hasta el punto de colocarla, si esto fueraposible, lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible ymisericordiosoDios.

Enlanochesiguientealdíaenquefuecometidaunaaccióntancruel,medespertódelsueñoelgritode:«¡Fuego!».Ardíanlascortinasdemilecho.Lacasaeraunagranhoguera.Nosingrandesdificultades,mimujer,uncriadoyyologramosescapardelincendio.Ladestrucciónfuetotal.Quedéarruinadoymeentreguédesdeentoncesaladesesperación.

Nointentoestablecerrelaciónalgunaentrecausayefectoconrespectoalaatrocidadyeldesastre.Estoyporencimadetaldebilidad.Peromelimitoadarcuentadeunacadenadehechosynoquieroomitirelmenoreslabón.Visitélasruinas el día siguiente al del incendio. Excepto una, todas las paredes sehabían derrumbado. Esta sola excepción la constituía un delgado tabiqueinterior, situado casi en la mitad de la casa, contra el que se apoyaba lacabecerademilecho.Allílafábricahabíaresistidoengranpartealaaccióndelfuego,hechoqueatribuíahabersidorenovadarecientemente.Entornoaaquella pared se congregaba lamultitud, y numerosas personas examinabanunapartedelmuroconatenciónvivayminuciosa.Excitaronmicuriosidadlaspalabras:«extraño»,«singular»,yotrasexpresionesparecidas.Meacerquéyvi,amododeunbajorrelieveesculpidosobrelablancasuperficie,lafiguradeun gigantesco gato. La imagen estaba copiada con una exactitud realmentemaravillosa.Rodeabaelcuellodelanimalunacuerda.

Apenashubevistoestaaparición—porqueyonopodíaconsideraraquellomás que como una aparición—, mi asombro y mi terror fueronextraordinarios.Porfinvinoenmiamparolareflexión.Recordabaqueelgatohabíasidoahorcadoenunjardíncontiguoalacasa.Alosgritosdealarma,eljardínfueinvadidoinmediatamenteporlamuchedumbre,yelanimaldebiódeserdescolgadoporalguiendelárbolyarrojadoamicuartoporunaventanaabierta. Indudablemente se hizo esto con el fin de despertarme. El

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derrumbamientode las restantesparedeshabían comprimidoa lavíctimademi crueldad en el yeso recientemente extendido. La cal del muro, encombinaciónconlasllamasyelamoníacodelcadáver,produjolaimagentalcomoyolaveía.

Aunqueprontamentesatisficeasíamirazón,yaquenoporcompletomiconciencia, no dejó, sin embargo, de grabar en mi imaginación una huellaprofunda el sorprendente caso que acabo de dar cuenta. Durante algunosmesesnopudeliberarmedelfantasmadelgato,yentodoestetiemponacióenmi alma una especie de sentimiento que se parecía, aunque no lo era, alremordimiento.Lleguéinclusoalamentarlapérdidadelanimalyabuscarentornomío,enlosmiserablestuguriosquealasazónfrecuentaba,otrofavoritodelamismaespecieydefaccionesparecidasquepudierasustituirle.

Hallábame sentado una noche, medio aturdido, en un bodegón infame,cuandoatrajorepentinamentemiatenciónunobjetonegroqueyacíaenloaltodeunodelosinmensosbarrilesdeginebraoronquecomponíanelmobiliariomás importantede la sala.Hacíayaalgunosmomentosquemirabaa loaltodeltonel,ymesorprendiónohaberadvertidoelobjetocolocadoencima.Meacerqué a él y lo toqué. Era un gato negro, enorme, tan corpulento comoPlutón,alqueseparecíaen todomenosenunpormenor:Plutónno teníaunsolopeloblancoentodoelcuerpo,peroésteteníaunaseñalanchayblanca,aunquedeformaindefinida,quelecubríacasitodalaregióndelpecho.

Apenaspuseenélmimano,se levantórepentinamente, ronroneandoconfuerza, se restregó contramimano y pareció contento demi atención. Era,pues, el animal que yo buscaba. Me apresuré a proponer al dueño suadquisición,peroéstenotuvointerésalgunoporelanimal.Nileconocíanilehabíavistohastaentonces.

Continué acariciándole, y cuando me disponía a regresar a mi casa, elanimal se mostró dispuesto a seguirme. Se lo permití, e inclinándome decuando en cuando, caminamos haciami casa acariciándole. Cuando llegó aellaseencontrócomosifueralasuya,yseconvirtiórápidamenteenelmejoramigodemimujer.

Pormiparte,notardóenformarseenmíunaantipatíahaciaél.Era,pues,precisamente,locontrariodeloqueyohabíaesperado.Nosécómoniporquésucedió esto, pero su evidente ternura me enojaba y casi me fatigaba.Paulatinamente, estos sentimientos de disgusto y fastidio acrecentaron hastaconvertirseenlaamarguradelodio.Yoevitabasupresencia.Unaespeciedevergüenza, y el recuerdo de mi primera crueldad, me impidieron que lomaltratara.Durantealgunassemanasmeabstuvedepegarleodetratarleconviolencia; pero gradual, insensiblemente, llegué a sentir por él un horrorindecible, y a eludir en silencio, como si huyera de la peste, su odiosa

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presencia.

Sinduda,loqueaumentómiodioporelanimalfueeldescubrimientoquehice a lamañana del siguiente día de haberlo llevado a casa.ComoPlutón,también él había sido privado de uno de sus ojos. Sin embargo, estacircunstanciacontribuyóahacerlemásgratoamimujer,que,comohedichoya,poseíagrandementelaternuradesentimientosquefueenotrotiempomirasgocaracterísticoyel frecuentemanantialdemisplaceresmássencillosypuros.

Sinembargo,elcariñoqueelgatomedemostrabaparecíacrecerenrazóndirectademiodiohaciaél.Conunatenacidadimposibledehacercomprenderal lector, seguía constantemente mis pasos. En cuanto me sentaba,acurrucábasebajomisilla,osaltabasobremisrodillas,cubriéndomeconsuscaricias espantosas.Sime levantabapara andar,metíase entremispiernasycasime derribaba, o bien, clavando sus largas y agudas garras enmi ropa,trepaba por ellas hasta mi pecho. En esos instantes, aun cuando hubieraqueridomatarledeungolpe,meloimpedíaenparteelrecuerdodemiprimercrimen; pero, sobre todo, me apresuro a confesarlo, el verdadero terror delanimal.

Este terror no era positivamente el de unmal físico, y, no obstante,meseríamuydifícildefinirlodeotromodo.Casimeavergüenzaconfesarlo.Aunen esta celda demalhechor, casime avergüenza confesar que el horror y elpánicoquemeinspirabaelanimalhabíanseacrecentadoacausadeunadelasfantasíasmás perfectas que es posible imaginar.Mimujer, no pocas veces,habíallamadomiatenciónconrespectoalcarácterdelamanchablancadequehe hablado y que constituía la única diferencia perceptible entre el animalextrañoyaquelquehabíamatadoyo.Recordará,sinduda,el lectorqueestaseñal, aunquegrande, tuvoprimitivamenteuna forma indefinida.Pero lenta,gradualmente, por fases imperceptibles y que mi razón se esforzó durantelargotiempoenconsiderarcomoimaginaria,habíaconcluidoadquiriendounanitidezrigurosadecontornos.

En ese momento era la imagen de un objeto que me hace temblarnombrarlo.Era,sobre todo, loquemehacíamirarlecomoaunmonstruodehorroryrepugnancia,yloque,simehubieraatrevido,mehubieseimpulsadoa librarme de él. Era ahora, digo, la imagen de una cosa abominable ysiniestra:laimagen¡delahorca!¡Ohlúgubreyterriblemáquina,máquinadeespantoycrimen,demuerteyagonía!

Yoeraentonces,enverdad,unmiserable,másalládelamiseriaposibledela Humanidad. Una bestia bruta, cuyo hermano fue aniquilado por mí condesprecio; una bestia bruta engendraba en mí, en mí, hombre formado aimagendelAltísimo,tangrandeeintolerableinfortunio.¡Ay!Nidedíanide

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noche conocía yo la paz del descanso. Ni un solo instante, durante el día,dejábameelanimal.Ydenoche,acadamomento,cuandosalíademissueñosllenodeindefinibleangustia,eratansóloparasentirelalientotibiodelacosasobremi rostro, y su enorme peso, encarnación de una pesadilla que yo nopodíaseparardemíyqueparecíaeternamenteposadaenmicorazón.

Bajotalestormentossucumbiólopocoquehabíadebuenoenmí.Infamespensamientos convirtiéronse en mis íntimos; los más sombríos, los másinfamesdetodoslospensamientos.LatristezademihumordecostumbreseacrecentóhastahacermeaborreceratodaslascosasyalaHumanidadentera.Mimujer,sinembargo,nosequejabanunca.¡Ay!Eramipañodelágrimasdesiempre.Lamáspacientevíctimade las repentinas, frecuentese indomablesexpansionesdeunafuriaalaqueciegamentemeabandonédesdeentonces.

Para un quehacer doméstico,me acompañó un día al sótano de un viejoedificio en el que nos obligara a vivir nuestra pobreza. Por los agudospeldañosde la escalerame seguía el gato, y, habiéndomehecho tropezar decabeza,meexasperóhastalalocura.Apoderándomedeunhachayolvidandoen mi furor el espanto pueril que había detenido hasta entonces mi mano,dirigí un golpe al animal, que hubiera sido mortal si le hubiera alcanzadocomoquería.Pero lamanodemimujerdetuvoelgolpe.Unarabiamásquediabólicameprodujoestaintervención.Liberémibrazodelobstáculoquelodetenía y le hundí a ella el hacha en el cráneo. Mi mujer cayó muertainstantáneamente,sinexhalarsiquieraungemido.

Realizado el horrible asesinato, inmediata y resueltamente procuréesconderel cuerpo.Medicuentadequenopodíahacerlodesaparecerde lacasa,nidedíanidenoche,sincorrerelriesgodequeseenteraranlosvecinos.Asaltaronmimentevariosproyectos.Penséporun instanteenfragmentarelcadáveryarrojaral suelo lospedazos.Resolvídespuéscavaruna fosaenelpisode lacueva.Luegopenséarrojarloalpozodel jardín.Cambié la ideaydecidíembalarloenuncajón,comounamercancía,enlaformadecostumbre,y encargar a unmandadero que se lo llevase de casa. Pero, por último,medetuve ante un proyecto que consideré el más factible. Me decidí aemparedarlo en el sótano, como se dice que hacían en la Edad Media losmonjesconsusvíctimas.

Lacuevaparecíaestarconstruidaapropósitoparasemejanteproyecto.Losmurosnoestabanlevantadosconelcuidadodecostumbre,ynohacíamuchotiempohabíansidocubiertosentodasuextensiónporunacapadeyesoquenodejóendurecerlahumedad.

Porotraparte,habíaunsalienteenunode losmuros,producidoporunachimeneaartificialoespeciedehogarquequedóluegotapadoydispuestodelamismaformaqueelrestodelsótano.Nodudéquemeseríafácilquitarlos

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ladrillosdeaquelsitio,colocarelcadáveryemparedarlodelmismomodo,deformaqueningunamiradapudiesedescubrirnadasospechoso.

Nomeengañómicálculo.Ayudadoporunapalanca,separésindificultadlos ladrillos, y, habiendo luego aplicado cuidadosamente el cuerpo contra lapared interior, lo sostuve en esta postura hasta poder restablecer sin granesfuerzo toda la fábrica a su estado primitivo. Con todas las precaucionesimaginables,meprocuréunaargamasadecalyarena,preparéunacapaquenopodíadistinguirsedelaprimitivaycubríescrupulosamenteconellaelnuevotabique.

Cuando terminé, vi que todo había resultado perfecto. La pared nopresentabalamásleveseñaldearreglo.Conelmayorcuidadobarríelsueloyrecogí los escombros, miré triunfalmente en torno mío y me dije: «Por lomenos,aquí,mitrabajonohasidoinfructuoso».

Miprimeraidea,entonces,fuebuscaralanimalquehabíasidoelcausantedetantremendadesgracia,porque,alfin,habíaresueltomatarlo.Sienaquelmomento hubiera podido encontrarle, nada hubiese evitado su destino. Peroparecía que el artificioso animal, ante la violencia de mi cólera, habíasealarmado y procuraba no presentarse ante mí, desafiando mi mal humor.Imposibledescribiroimaginarlaintensa,laapaciblesensacióndealivioquetrajoamicorazónlaausenciadeladetestablecriatura.Entodalanochenosepresentó, y ésta fue la primera que gocé desde su entrada en la casa,durmiendo tranquila y profundamente. Sí; dormí con el peso de aquelasesinatoenmialma.

Transcurrieron el segundo y el tercer día. Mi verdugo no vino, sinembargo. Como un hombre libre, respiré una vez más. En su terror, elmonstruohabíaabandonadopara siempreaquellos lugares.Yanovolvería averlenunca.Midichaerainfinita.Meinquietabamuypocolacriminalidaddemi tenebrosa acción. Incoóse una especie de sumario que apuró poco lasaveriguaciones. También se dispuso un reconocimiento, pero, naturalmente,nadapodíadescubrirse.Yodabaporaseguradamifelicidadfutura.

Al cuarto día después de haberse cometido el asesinato, se presentóinopinadamente en mi casa un grupo de agentes de policía y procedió denuevo a una rigurosa investigación del local. Sin embargo, confiado en loimpenetrabledelescondite,noexperimenténingunaturbación.

Losagentesquisieronquelesacompañaseensuspesquisas.Fueexploradohastaelúltimorincón.Porterceraocuartavezbajaronporúltimoalacueva.No me alteré lo más mínimo. Como el de un hombre que reposa en lainocencia,micorazónlatíapacíficamente.Recorríelsótanodepuntaapunta,crucé los brazos sobre el pecho y me paseé indiferente de un lado a otro.Plenamente satisfecha, la policía se disponía a abandonar la casa. Era

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demasiadointensoeljúbilodemicorazónparaquepudierareprimirlo.Sentíala viva necesidad de decir una palabra, una palabra tan sólo, a modo detriunfo, y hacer doblemente evidente su convicción con respecto a miinocencia.

—Señores—dije,porúltimo,cuandolosagentessubíanlaescalera—,esparamíunagransatisfacciónhaberdesvanecidosussospechas.Deseoatodosustedes una buena salud y un poco más de cortesía. Dicho sea de paso,señores, tienenustedesaquíunacasamuybienconstruida—apenassabía loquehablaba,enmifuriosodeseodedeciralgoconairedeliberado—.Puedoasegurarqueéstaesunacasaexcelentementeconstruida.Estosmuros…¿Sevanustedes,señores?Estosmurosestánconstruidosconunagransolidez.

Entonces,porunafanfarronadafrenética,golpeéconfuerza,conunbastónqueteníaenlamanoenesemomento,precisamentesobrelapareddeltabiquetraselcualyacíalaesposademicorazón.

¡Ah! Que por lo menos Dios me proteja y me libre de las garras delarchidemonio.Apenashúbosehundidoenelsilencioelecodemisgolpes,merespondióunavozdesdeelfondodelatumba.Eraprimerounaqueja,veladayentrecortadacomoelsollozodeunniño.Después,enseguida,sehinchóenungritoprolongado,sonoroycontinuo,completamenteanormaleinhumano.Unalarido,unaullidomitadhorror,mitad triunfo,comosolamentepuedebrotardelinfierno,horriblearmoníaquesurgieraalunísonodelasgargantasdeloscondenadosensustorturasydelosdemoniosquegozabanenlacondenación.

Sería una locura expresaros mis pensamientos. Me sentí desfallecer y,tambaleándome,caícontralaparedopuesta.Duranteuninstantedetuviéronseenlosescaloneslosagentes.Elterrorloshabíadejadoatónitos.Unmomentodespués,docebrazosrobustosatacaronlapared,quecayóatierradeungolpe.El cadáver, muy desfigurado ya y cubierto de sangre coagulada, apareció,rígido,alosojosdeloscircunstantes.

Sobresucabeza,conlasrojasfaucesdilatadasyllameandoelúnicoojo,seposabaelodiosoanimalcuyaastuciamellevóalasesinatoycuyareveladoravozmeentregabaalverdugo.Yohabíaemparedadoalmonstruoenlatumba.

ELMISTERIODEMARÍAROGET

(UNACONSECUENCIADE«LOSCRÍMENESDELARUEMORGUE»)

Pocaspersonasexisten, inclusoentre lospensadoresmásserenos,quenohayan creído alguna vez en lo sobrenatural, enfrentándose a ciertas

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coincidencias tan extraordinarias, que la inteligencia se siente incapaz deconsiderarlascomotales.Semejantessentimientos,yaqueestasemicreenciaaque aludo jamás posee la energía perfecta del pensamiento, no pueden serreprimidossinodifícilmente,anoserquenose lesatribuyaa lacienciadelazar o, técnicamente, al cálculo de probabilidades. Éste, en esencia, espuramentematemático.Así, nos encontramos con la anomalía de la cienciamásrigurosamenteexactaaplicadaalasombrayalaespiritualidaddeloquedemásimpalpableseencuentraenelmundodelaespeculación.

Losextraordinariospormenoresquesemeinvitaapublicarforman,comoveremos,porloqueserefierealasucesióndeépocas,laprimerapartedeunaserie de coincidencias apenas imaginables, cuya parte secundaria o últimahallaránloslectoresenelrecienteasesinatodeMaríaCeciliaRogerscometidoenNuevaYork.

Cuandohacecasiunaño,enunpequeñoartículotitulado«Loscrímenesdela rueMorgue», describía algunos rasgos salientes del caráctermoral demiamigoC.AugusteDupin, no seme ocurrió entonces que tiempomás tardehabríadeocuparmedenuevodeesteasunto.Noperseguíaotraintenciónquela de describir su temperamento, conseguido perfectamente a través de laextraña serie de circunstancias que se concertaron para esclarecer laidiosincrasiadel crimen.Hubiesepodido añadir nuevos ejemplos, peronadamáshubieraprobado.Noobstante,algunosacontecimientosrecientes,porsusorprendente desarrollo, despertaron en mi memoria, de pronto, algunosnuevos pormenores que supongo revestirán cierta apariencia de confesiónobtenidaviolentamente.Enteradounavezdecuanto recientementesemehacontado,muyextrañosería,enverdad,queguardasesilencioconrespectoaloquepudeveryoírhacemuchotiempo.

Después de la terminación de la tragedia ocurrida con la muerte demadame L’Espanaye y su hija, el señor Dupin borró de su espíritu aquelasunto y se sumergió de nuevo en sus acostumbrados y sombríosensimismamientos.Inclinadosiemprealaabstracción,notardósucarácterenahuyentarme;y,continuandodomiciliadosennuestropisodelfaubourgSaint-Germain, prescindimos de toda ocupación relacionada con el porvenir,adormeciéndonos tranquilamenteenelpresentey tejiendonuestrosensueñossobrelamolestatramadelmundoexterior.

Pero duraron poco estos ensueños. Se adivinará fácilmente que el papelque mi amigo representó en el drama de la rue Morgue había llamado laatencióndelapolicíaparisiense.ElnombredeDupinllegóasermuyfamiliarentre sus agentes.Comoquieraqueno sóloelprefecto, sino, a excepcióndemí,cualquierotrapersonaignorabaelsencillocarácterdelasdeduccionesdequesehabíavalidomiamigoparadesvanecerelmisteriodeaquelcrimen,noera extraño que se considerara milagroso el caso, o que se tuvieran las

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facultadesanalíticasdeDupincomo lasquecrearonelprestigiomaravillosodelaintuición.

Sinduda,sufranquezalehubieraimpulsadoadisuadiratodocuriosodelerror en que se encontraba. Pero su indolencia fue causa de que un asunto,cuya importancia e interés había cesado para él desde hacía largo tiempo,volviese a ser removido. Ocurrió así que Dupin se convirtió en el focoluminoso hacia el que convergieron lasmiradas de la policía, y en distintascircunstanciaslaPrefecturaefectuógestionesparautilizarsusaptitudes.Unodeestoscasos,yde losmásnotables, fueelasesinatodeuna joven llamadaMaríaRoget.

Ocurrióelhechounosdosañosaproximadamentedespuésdeldramadelarue Morgue. María, cuyo nombre y apellido serán, sin duda, motivo deatenciónporsusemejanzaconlosdeunajovenydesgraciadaextranjera,eralahijaúnicadelaviudaEstelleRoget.Durantelaniñezdelajovenmuriósupadre,ydesdeestaépocahastadieciochomesesantesdelasesinatoaqueestanarración se refiere, madre e hija vivieron juntas constantemente en la ruePavée Saint-André, donde madame Roget, ayudada por su hija, regentabanuna pensión. Transcurrió así el tiempo, hasta que la joven cumplió losveintidósaños,momentoenquesubellezadespertólaatencióneinterésdeunperfumista establecido en la planta baja del Palais Royal, y cuya clientelacomponíase, sobre todo, de audaces aventureros que infestaban aquelloslugares.Monsieur Le Blanc comprendía las ventajas que la presencia de lahermosa jovenpodía proporcionar a su establecimiento, y sus proposicionesfueron aceptadas por ella sin dificultad, a pesar de que en el espíritu demadameRogetseprodujoalgomásqueunasimplevacilación.

Las esperanzas del comerciante tuvieron éxito, y no tardaron en prestarnotoriedadasussaloneslosencantosdelalindagrisette.Apenastranscurridounaño,losadmiradoresdelajovenquedáronsesumidosenlamayorcongoja.Depronto,Maríahabíadesaparecidodelestablecimiento.MonsieurLeBlancno supo explicar esta ausencia, y madame Roget enloqueció de terror yzozobra. Inmediatamente, los periódicos tomaron cartas en el asunto, y lapolicíasedispusoaefectuarseriasaveriguaciones,cuandoundía,transcurridaapenas una semana, reapareció María sana y salva tras el mostrador de laperfumería, comodecostumbre,peroconsuaspecto levementeentristecido.Todas las investigaciones que se efectuaron, a excepción de las de carácterprivado,sesuspendieron.MonsieurLeBlanc,entoncescomoantes,nosabíaabsolutamentenadadeloocurrido.TantoMaríacomosumadrecontestaronacuantaspreguntasselesdirigierondiciendoquelajovenhabíapasadoaquellaúltima semana en el campo, en casa de un pariente suyo. Decayó, pues, elinterésconrespectoaesteasunto,yéstefueolvidadoporcasitodoelmundo;perolajoven,coneldeseodesustraersealaimpertinenciadelacuriosidad,se

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despidió,endefinitiva,delperfumistayserefugióenlacasadesumadre,enlaruePavéeSaint-André.

Transcurrieronapenascincomesesdespuésdesuregresoasucasa,cuandode nuevo los amigos de la joven volvieron a alarmarse por otra repentinadesapariciónsuya.Transcurrierontresdíassinquenadasesupieradeella.AlcuartofuedescubiertosucadáverflotandoenelSena,cercadelaorillayanteel barrio de la rue Saint-André, en un lugar situado cerca de los solitariosalrededoresdelabarrièreduBoule.

Lohorribledel asesinato, porquedesdeunprincipio se evidencióque setratabadeunasesinato, la juventudybellezade lavíctimay, sobre todo, suanteriornotoriedad,uníaseparaproducirunaintensaconmociónenelsensibleespíritu de los parisienses. No recuerdo otro caso parecido que hubieseproducido tan vivo y general afecto. Durante algunas semanas, las gravescuestiones políticas del día se olvidaron en la discusión de este único yapasionanteasunto.Elprefectollevóacabodesacostumbradosesfuerzos,ylapolicíadeParíspusoenactividadtodossusrecursos.

Cuando fuedescubierto el cadáver estábasemuy lejosde suponerque elasesinopudieratardarensustraersealasinvestigacionesqueinmediatamentese ordenaron. Hasta pasada una semana no se creyó necesario ofrecer unarecompensa, y aun entonces ésta se limitó a mil francos. Sin embargo, laspesquisascontinuaronsin interrupción,bienquesinacierto,y se interrogóagrannúmerode individuos,aunquesinobtener resultadoalguno.Apesardeello,lafaltaabsolutadeunapistaenestemisterionohacíamásqueaumentarla excitación pública. Pasado el sexto día, se creyó oportuno doblar larecompensa que se había ofrecido primeramente, y poco a poco, comotranscurrieraotrasemanasinquesellevaseacabodescubrimientoalgunoyseconvirtieran en alboroto las prevenciones que París había tenido siemprecontralapolicía,elprefectosedecidióaprometer,porsucuentayriesgo,lasumadeveintemilfrancos«porladelacióndelasesino»,o,enelcasodequehubiera varias personas complicadas en el crimen, «por la delación de cadauna de ellas». En el bando en que la recompensa se anunciaba prometíase,además,unatotalamnistíaatodocómplicequeespontáneamentedeclararaencontradesucoautor.Yentodosloslugaresenquefuefijadoestedocumentooficialseañadióuncartelparticularprocedentedeunadeterminada juntadeciudadanosqueofrecía,ademásdelasumaprometidaporlaPrefectura,diezmilfrancosmás.Enconjunto,ascendíalarecompensaatreintamilfrancos,loque,enrealidad,constituyeunacantidadextraordinaria,teniendoencuentalahumilde condición de la víctima y lo frecuentes que son en las grandespoblacioneslosdelitosdeestanaturaleza.

Desdeentoncesnadiedudódequenotardaríaenseraclaradoelmisteriodeaquelcrimen.Pero,apesardequeenunoodoscasoslasdetencionesque

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sepracticaronparecieronprometeralgunaclaridad,nopudodescubrirsenadaqueacusaraalossospechosos,quienesnotardaronenserpuestosenlibertad.Por extraño que esto parezca, desde el hallazgo del cadáver habíantranscurridoyatressemanas.Tressemanassinquesehicieraluzalgunasobreelsuceso,ynohabíallegadotodavíaanuestrosoídoslamáslevereferenciadeunasuntoquetanapasionadamenteexcitabalacuriosidadpública.

Consagradosainvestigacionesquereclamabantodanuestraatencióndesdehacíacasiunmes,niDupinniyohabíamospisadolacalle,nirecibidovisitaalguna, ni dado siquiera una leve ojeada a los más importantes artículospolíticosdelosperiódicos.TrajolaprimeranoticiadelcrimenelseñorC***enpersona.Vinoavernosel13dejuliode18…,aprimerahoradelatarde,yestuvo con nosotros hasta muy entrada la noche. Se hallaba evidentementemalhumoradoporelfracasodelosesfuerzosendescubriralosasesinos.Conuna actitud exclusivamente parisiense, afirmaba que su reputación seencontrabaenteladejuicio,yquesuhonorsehallabacomprometidoenaquellance.Porotraparte,laopiniónhabíafijadoenélsusojosyestabadispuestoano regatear ningún sacrificio para conseguir la aclaración del misterio.Terminósudiscurso,hastaciertopuntodivertido,conunacortésalusiónoloque le pareció conveniente llamar tacto de Dupin, e hizo a éste unaproposicióndirecta,yenverdadmuygenerosa,cuyovalornotengoderechoarevelar, aunque tampoco tiene relación alguna con el objeto del presenterelato.

Como mejor pudo, mi amigo rechazó el cumplido, pero aceptóinmediatamente la proposición, aunque, bien es verdad, las ventajas de éstahabían de ser absolutamente incondicionales. Puntualizado este extremo, elprefecto, desde el primer momento, se extendió en explicar sus opinionesparticulares, mezclándolas con abundantes comentarios acerca de lasdeclaraciones del proceso, que todavía nosotros desconocíamos. Discurríaprolijamente,y,sindudaalguna,inclusocongraneficiencia,cuando,alazar,mepermitíunaobservaciónacercadelanochequeavanzaba,invitándonosadormir.Dupin,apoltronadoensusillóndecostumbre,eralavivaencarnacióndel silencio atentísimo y respetuoso. Durante la entrevista había mantenidopuestas lasgafas,y comoyodirigieradecuandoencuandounamirada trassus cristales verdes, tuve la convicción de que, por silencioso que hubieraestado,nohabríasidosusueñomenosprofundodurantelassieteuochohorasúltimas,tanpesadas,queprecedieronalamarchadelprefecto.

A la mañana siguiente logré en la Prefectura una información de lasdeclaraciones obtenidas hasta aquelmomento, y en distintas redacciones deperiódicos,unejemplardecadaunodelosnúmerosenquehabíanaparecidoinformaciones cualesquiera relativas a tan penoso asunto, desde su origenhasta el último momento. Después de haber efectuado una selección con

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respecto a lo positivamente falso, el conjunto de informes se redujo a losiguiente:

MaríaRogethabíaabandonadolacasadesumadreenlaruePavéeSaint-André el domingo día 22 de junio de 18…, alrededor de las nueve de lamañana.Alsalir,diocuentaamonsieurJacquesSaint-Eustache,ysóloaél,desu intencióndepasareldíaencompañíadeuna tíasuyaquevivíaen la ruedesDromes.Esta calle es un pasaje corto y estrecho, peromuy concurrido,situadonolejosdelaorilladelSenayaunasdosmillasenlínearectadelapensióndemadameRoget.Saint-Eustache,queeraelprometidodeMaríayvivíaenlamismacasa,dondecomíatambién,habíadeirabuscarasunoviaal oscurecer y acompañarla a su domicilio. Pero durante la tarde llovióabundantemente, y creyendo que lamuchacha se quedaría en casa de su tíadurantetodalanoche,comoyaenotrasocasionesycircunstanciasanálogaslohabía hecho, no creyó necesario cumplir su promesa. Al avanzar la noche,madameRoget—queestabamuyenfermaycontabasetentaañosdeedad—manifestósutemordequetalvez«novolvieraavernuncamásaMaría»;peroenesemomentonadiedioimportanciaalafrase.

SecomprobóellunesquelajovennohabíaidoalaruedesDromes,yunavez hubo transcurrido todo el día sin tener noticias suyas, se organizó unaexploración, aunque tardía, por distintos lugares de la ciudad y susalrededores.Noobstante,hastaelcuartodíadesudesapariciónnadasesupodeimportanciaconrespectoalajoven.Aqueldía—miércoles25dejunio—untalmonsieurBeauvais,que,juntamenteconotroamigo,ibaenbuscadelashuellasdeMaría,alpasarcercadelabarrièreduRoule,porlamargenopuestade la rue Pavée, tuvo noticias de que por unos pescadores, que lo habíanencontradoflotandosobrelasaguas,acababadesertransportadouncadáveralaorilla.Alverelcuerpo,Beauvais,trasunacortavacilación,declaróquesetrataba del cadáver de la joven empleada en la perfumería. Su amigo lareconocióantes.

Tenía el rostro lleno de sangre oscura, que en parte surgía de la boca.Como ocurre en los casos de las personas simplemente ahogadas, no seadvertía espuma y tampoco decoloración en el tejido celular. En torno a sugargantaveíansealgunascontusionesyseñalesdededos.Losbrazosestabanpegados al pecho y rígidos. Tenía lamano derecha crispada, y la izquierdamedio abierta. En la muñeca de esta última veíanse las señales de dosexcoriacionescirculares;segúnpareceproducidasporcuerdas,ounacuerda,ala que se hubiese dadomás de una vuelta.Una parte de lamuñeca derechateníatambiénbastantesrasguños,ylomismolaespalda;pero,sobretodo,losomóplatos. Los pescadores, para transportar el cadáver hasta la orilla, lohabíanatadoconunacuerda,peronoeraéstalaquehabíaproducidoaquellasexcoriaciones.La carnedel cuello estaba tumefacta, peronoveíanse en ella

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cortaduras ni contusiones que pudiesen parecer producidas por golpes.Estrechamenteapretadoentornoalcuelloseencontróuntrozodecordón.Alprincipionopudodistinguirse.Estaba completamentehundidoen la carneysujetoporunnudoescondidoprecisamentebajolaorejaizquierda.Sóloestohubiera bastado para producirle la muerte. El informe de los médicosgarantizaba firmemente la virtud de la muerta. Según dijeron, había sidodominadaporlafuerzabruta.Alserhallado,elcadáverencontrábaseentalescondicionesqueporpartedesusamigosnopodíahaberlamenordificultadensuidentificación.

Elvestidoestabarotoyengrandesorden.Desutrajehabíasidorasgadadeabajoarriba,desdeelbordehastalacintura,unatiradeunpiedeancho,sinque hubiera sido arrancada del todo, y daba tres vueltas en torno al talle,sujetándose a la espalda por una especie de nudo sólidamente hecho. Laenaguaeradesuavemuselina,yunatira,deunasdieciochopulgadasdelargo,había sido arrancada completamente, pero con una gran limpieza y de unaformamuyregular.Latiraceñíaelcuellodelamuerta,aunqueflojamente,yterminaba en un nudo apretado. Sobre la banda de muselina y el trozo decordónuníanseloslazosdeunsombreroquequedabacolgando.Elnudoquelos cerraba no es el clásico que hacen lasmujeres, sino corredizo y a estilomarinero.

Después de su identificación, el cadáver no fue depositado, según seacostumbraba,enlaMorgue(porotraparte,estaformalidaderainnecesaria),sinoquefuesepultadorápidamente,nolejosdellugardelaorilladondehabíasido hallado. Gracias a las gestiones de Beauvais, no se dio publicidad alasunto,ytranscurrieronsietedíasantesdequeseprodujeraelmenorrevuelo.No obstante, por último, una gran revista semanal removió el asunto. Seexhumó el cadáver y se ordenó se incoase de nuevo el sumario.Mas nadapudo averiguarse que no se conociera ya. Sin embargo, se mostraron a sumadre y a sus amigos las ropas de la difunta, quienes las reconocieron sindificultad,manifestandoqueeranlasmismasquellevabaalsalirdesucasa.

La excitación por parte del público aumentaba de hora en hora. Variosindividuos fueron detenidos y puestos seguidamente en libertad por noaparecercargoscontraellos.Sobre todo,Saint-Eustachepareciósospechoso.Al principio no supo dar exacta cuenta delmodo en que había empleado eldomingo, en cuyamañanaMaría había salido de su casa. Pero, por último,presentó a monsieur G*** testimonios que explicaban satisfactoriamente eluso que había hecho de cada hora de la mañana del citado día. Comotranscurríaeltiemposinqueseaportaraningúnnuevohallazgo,comenzaronacircular rumores contradictorios, y los periodistas dieron rienda suelta a suimaginación.Una,entretodaslashipótesis,atrajoparticularmentelaatención.AdmitíaéstaqueMaríaRogetnohabíamuerto,yqueelcadáverhalladoenel

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Sena era el de otra desgraciada. Considero útil ofrecer al lector algunosfragmentos relacionados con una insinuación semejante, que transcriboliteralmente,deL’Étoile,periódicodirigido,porlocomún,congranhabilidad:

«MademoiselleRogetsaliódecasadesumadreenlamañanadeldomingo22dejuniode18…,conelostensiblepropósitodeiraverasutía,oaotroparientecualquiera,a la ruedesDromes.Desdeaquellahoranosesabequenadielahayavisto.Nosetienedeellarastroalgunoniningunanoticia.

»No se ha presentado nadie declarando haberla visto aquel día, una vezcruzadoelumbraldelacasadesumadre.

»Ahorabien:aunquenotengamoslaevidenciadequeMaríaRogetvivieraaúneldomingodía22dejuniodespuésdelasnuevedelamañana,latenemosde que existía hasta dicha hora. El miércoles, al mediodía, encontróse elcuerpodeunamujerflotandojuntoalaorilladelrío,cercadelabarrièreduRoule.Aun suponiendo queMaría Roget hubiera sido arrojada al agua treshorasmástardedelasalidadecasadesumadre,nuncaseríanmásdetresdíaslosquetranscurrieronenelmomentodesumarcha,tresdíasjustos.Peronoeslógico imaginar que el asesinato, si es que ha muerto asesinada, hubierapodido consumarse con la rapidez suficiente para permitir a los asesinosarrojarelcuerpoalríoantesdelamedianoche.Quienescometentanterriblescrímeneseligenlastinieblasynolaluz.

»Así,pues,vemosquesielcuerpohalladoenelríoeseldeMaríaRoget,nohubierapodidopermanecerenelaguamásdedosdíasymedio,otres,alosumo. Demuestra la experiencia que los cuerpos ahogados o arrojadosinmediatamente al agua después de unamuerte violenta necesitan de seis adiezdíasparaqueunadeterminadadescomposiciónloselevealasuperficie.Uncadáver,alquesehicierareventaryqueasciendeantesdequelainmersiónhayadurado, cuandomenos, cincoo seisdías, se sumergedenuevo si se leabandonaa símismo.Ynospreguntamosahora:¿Quées loque,enel casopresente,hahechodesviarelcursodelaNaturaleza?

»Si el cuerpo, en estadodedescomposición,permaneció junto a laorillahasta la noche del martes, encontraríase allí alguna huella de los asesinos.También resulta muy dudoso que el cadáver hubiera podido ascender tanpronto a la superficie, aun en el caso de que lo arrojasen al río dos díasdespuésdelamuerte.Porúltimo,esdemasiadoimprobablequeloscriminalesquecometenunasesinatocomoelqueselesatribuyehayanarrojadoalaguael cuerpo sin un peso cualquiera que lo mantuviese sumergido, cuando tanfácileratomarunaprecauciónsemejante».

El periodista se extiende tratando de demostrar que el cuerpo debe dehaber permanecido en el agua «no solamente tres días, sino cuandomenos,cincovecestresdías»,porque,dadosuestadodedescomposición, lecostóa

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Beauvais gran trabajo reconocerlo. No obstante, este último extremo eracompletamentefalso.Continúocopiando:

«¿Cuáles son, pues, los hechos en quemonsieurBeauvais se funda paramanifestar que no duda de que se trate del cadáver deMaríaRoget? Segúndeclara, ha desgarrado la manga del vestido y encontrado señales que laidentificaban. Generalmente, ha supuesto el público que tales señalesconsistiesenenunaespeciedecicatriz.PeromonsieurBeauvaispasólamanoporelbrazoyencontróvello,característica,segúncreemos,tanpocoatrayentecomopuedesuponerse,y tanpococonvincentecomohallarunbrazoenunamanga.Aquellanoche,Beauvaisnoregresóasucasa,peroelmiércolesporlatarde,alassiete,dirigiódosletrasamadameRogetparadecirlequeseguíasucursoelsumariorelativoalamuertedesuhija.AunadmitiendoquemadameRoget,porsuedadysudolor,nopudierapersonarseenellugardelsuceso,loqueenverdadesdemasiadoconceder,sindudaalgunahubieseencontradoaalguien capaz de comprender la importancia de ir allí a continuar lasinvestigaciones,yconmásrazónaúnsiestabansegurosdequeelcadávereraeldeMaría.Peronadiefue,nisehadichonioídonadaenlaruePavéeSaint-Andréconrespectoaesteasunto,quehubierapodidollegarinclusoaoídosdelvecindariodedichacasa.MonsieurSaint-Eustache,elnovioy futuroesposodeMaría, sehabíaalojadoenelmismodomiciliode lamadre,ydeclarónohaberoídohablardelhallazgodel cadáverde suprometidahasta lamañanasiguiente,cuandomonsieurBeauvais,personalmente,levioensuhabitaciónyleenteródeello.Nodejadesorprenderqueunanoticiadetantaimportanciahubiesesidorecibidacontantatranquilidad».

De estemodo pretende el periódico sugerir cierta falta de interés en losparientes y amigos deMaríaRoget, lo cual sería absurdo en el caso en quecreyeran que el cadáver encontrado era realmente el de la joven. En suma:L’Étoile se propone insinuar que María, en connivencia con sus amigos,ausentósede lacapitalpor razonesquecomprometíansuvirtud,yqueestosamigos, al descubrir en elSenauncadáver concierta semejanzaa la joven,aprovecharon la ocasión para impresionar al público con la noticia de sumuerte. Pero L’Étoile ha procedido con demasiada precipitación, ya queclaramentehasidoprobadoquenoexistiólafaltadeinterésaquealude;quelaancianamadameRogethallábasetanexcesivamentedébilyconmovidaquele hubiera sido completamente imposible ocuparse de nada; que Saint-Eustache, lejos de recibir la noticia con frialdad, quedó aturdido por laaflicción,yquedio talesmuestrasdedesesperación,quemonsieurBeauvaiscreyóconvenienteencargaraunparienteyamigoquelevigilaraeimpidierapresenciarlaautopsiaquehabíadeseguiralaexhumación.Además,aunqueafirmeL’ÉtoilequeelcuerposehavueltoaenterraracostadelEstado,quelafamiliaha rechazadoel ventajosoofrecimientodeuna sepulturaparticularyquealaceremonianoasistióningúnmiembrodelafamilia;aunqueL’Étoile,

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repito,afirmetodoestoparaasegurarlaimpresiónquetratadeproducir,todoello ha sido refutado ampliamente. En uno de los posteriores números delmismo periódico se intentó hacer recaer las sospechas sobre el propioBeauvais.Elredactordecía:

«Enesteasuntoacabadeproducirseuncambio.Segúnnuestrosinformes,enciertaocasión,mientrasmadameB***hallábaseencasademadameRoget,monsieurBeauvais,quesalía,dijoqueiríaungendarme,yqueella,madameB***,tuviesecuidadodenodecirniunasolapalabraalgendarmehastaqueélhubieraregresado,yledejaseencargadodelasunto.

»En la presente situación parece que monsieur Beauvais oculta en sucerebro elmisterio del hecho.No es posible dar un solo paso sinmonsieurBeauvais.Porcualquierladoquesevayasetropezaráconél.

»Caprichosamente ha dispuesto que nadie, excepto él, intervenga en elsumario, y en forma harto incongruente, si ha de darse crédito a susrecriminaciones, ha prescindido de los parientes. Se ha mostrado muyobstinadoenlaideadequeseimpidaalosparientesverelcadáver».

A las sospechas acumuladas de tal modo contra Beauvais, pareció darcierto viso de verosimilitud el siguiente hecho: Pocos días antes de ladesaparición de la muchacha, alguien que fue a visitarle a su despacho,durantelaausenciadeaquél,hallóunarosacolocadaenelojodelacerraduraylapalabraMarieescritasobreunapizarracolocadaalaalturadelamano.

La impresión general, cuandomenos tal como pudimos deducirla de lasinformacionesperiodísticas,eraqueMaríahabíasidovíctimadeunabandadefuriosos forajidos que la condujeron a orillas del río, maltratándola yasesinándola. No obstante, un diario de gran influencia, Le Commerciel,combatió apasionadamente esta creencia popular. Extracto de sus columnasunoodospasajes:

«Noshallamospersuadidosdequeelsumario,hastaelmomentoactual,haseguidounafalsapista,tantocuantoquesehadirigidoalabarrièreduRoule.Noesposiblequeunajoven,conocidaporvariosmillaresdepersonas,comoeraMaría, hubiese podido recorrer tan largo trayecto sin hallar a alguien aquiensurostronofuerafamiliar.Cualquieraquelahubiesevistolorecordaríafácilmente,porquelajovenhacíasesimpáticaacuantoslatrataban.Saliódesucasa,precisamente,aunahoraenquelascallessehallanmuyconcurridas.

»NoesposiblequehayallegadoalabarrièreduRouleolaruedesDromessinhabersidoreconocida,cuandomenos,porunadocenadepersonas,y,noobstante,enningunadeclaraciónseafirmaque lahayanvistomásqueenelumbraldelacasadesumadre,nienellastampocohaypruebaalgunadequehayasalidotanlejos,denosereltestimoniorelativoalaintenciónexpresada

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porellamisma.Untrozodesuvestidoaparecíadesgarrado,ceñidoalrededordeellay anudado;de estemodo, el cadáverpudo ser transportadocomounpaquete,ysielasesinatosecometióenlabarrièreduRoulenoeranecesariotomar talesmedidas.La circunstancia de que se haya encontrado el cadáverflotandocercadelabarrièrenopruebaquefueseéseellugardesdedondeloarrojaronalagua.

»Untrozodelasenaguasdeladesventuradajoven,dedospiesdelargoyunodeancho,fuearrancadoyceñidoentornoasucuello,yanudadosobrelanuca, probablemente con objeto de ahogar sus gritos, hecho realizado, sinduda,porunosforajidosquenisiquieratendríanpañuelosdebolsillo».

Unoodosdíasantesdequeelprefectonosvisitara, lapolicíaobtuvouninformemuyimportante,queparecíadestruirlaargumentaciónplanteadaporLeCommerciel,cuandomenosensupartedemayorinterés.Doschicos,hijosdeunatalmadameDeluc,merodeandoporelbosquecercadelabarrièreduRoule,entraronalazarenunrecintoapartado,llenodemaleza,dondehallarontresocuatrograndespiedrasqueformabanunaespeciedesillaconrespaldoyasiento.Sobrelapiedrasuperiorsehallabanunasenaguas,ysobrelasegunda,unchaldeseda.Seencontrarontambiénallíunasombrilla,unosguantesyunpañuelodebolsillo,enelcualveíasebordadoelnombredeMarieRoget.

Enlosespinosdelosalrededoressedescubrieronalgunosjironesderopa.El suelo hallábase pisoteado, y la maleza, aplastada. Advertíase lascaracterísticas huellas de una lucha. Se descubrió, además, que entre laespesura y el río estaban derribadas las empalizadas, y que la tierra ofrecíahuellasparecidasalasquepuedeproduciruncuerpopesadoalserarrastrado.

Un semanario, Le Soleil, hizo acerca de este hallazgo los comentariossiguientes,quenoeranmásquelosecosdelossentimientosdetodalaPrensaparisiense:

«Evidentemente,estosobjetoshanpermanecidoallídurante tresocuatrosemanas,cuandomenos.Hallábansecompletamentemojadosporlaaccióndela lluvia y apelmazados por la humedad. En torno a ellos había crecido elcésped, cubriéndolos en parte. La seda de la sombrilla era sólida; pero lasvarillasestabancerradas,ylapartesuperiordelatelahabíasufridolosrigoresdelahumedad,detalmodo,quealabrirlasombrillaserasgó.

»Losjironesderopahalladosenlosespinostendríanunastrespulgadasdeancho por tres de largo.Uno de ellos pertenecía al borde del traje y estabaremendado.Elotroerauntrozodefalda,peronodelborde.Parecíanmásbientirasarrancadas,ycolgabandeunzarzalaunpiedelsuelo.

»No cabe duda de que se ha descubierto, por fin, el teatro de tanabominablecrimen».

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Inmediatamentedespuésdehaberserealizadoestedescubrimientoaparecióunnuevotestigo.MadameDelucdeclaróserladueñadeunmerenderosituadoalbordedelacarretera,nolejosdelamargendelríoopuestaalabarrièreduRoule.Enaquellugar,losalrededoressonsolitarios,muysolitarios.Todoslosdomingos se reúnen allí los sujetos más sospechosos de la ciudad, quienesatraviesanelríoenbarca.

Aproximadamente, hacia las tres del domingo en cuestión, llegó alventorrounajovenacompañadaporunhombrederostrocetrino.Duranteunratoestuvieronsolos.Después,almarcharsesedirigieronhaciaalgúnespesobosquecillodelascercanías.AmadameDeluclellamólaatenciónelvestidodelajoven.Porsusemejanzaconeldeunaparientasuya,yadifunta,y,sobretodo,elchal.Unavezlaparejasehubomarchado,aparecióenelventorrounapandilla demalandrinesqueprodujerongran alboroto.Comieronybebieronsinpagar,ysiguierondespuéslamismadireccióndelosjóvenes.Regresaronalmerenderoaloscurecer,ymástardecruzaronelríorápidamente.

El mismo día, después de anochecido, madame Deluc y su hijo mayoroyeron unos gritos de mujer en los alrededores del ventorro. Eran gritospenetrantes, peroduraronpoco tiempo.MadameDeluc reconocióno sólo elchalhalladoenlaespesurasinotambiénelvestidoelcadáver.Unconductordeomnibús,llamadoValence,declaróquetambiénhabíavistoaMaríaRogetatravesarelSenaenbarca,aquelmismodomingo,encompañíadeun jovencetrino.ValenceconocíaaMaríaynopodíaequivocarseensuidentificación.También los parientes de María reconocieron los objetos hallados en elbosquecillo.

Esta serie de declaraciones e informes que recogí en los periódicos, porencargo de Dupin, comprendía un punto extremo de la mayor importancia.Inmediatamente después del hallazgo de los aludidos restos, se halló en lascercanías del lugar, que se creía entonces haber sido teatro del crimen, elcuerpoinanimadoocasiinanimadodeSaint-Eustache,elprometidodeMaría.A su lado se encontró un frasco con la etiqueta «láudano». El aliento delhombre acusaba envenenamiento.Murió sin haber pronunciado una palabra.SeleencontróunacartaenlaquebrevementeseexpresabasuamoraMaríaysufirmepropósitodesuicidio.

—Nocreonecesariodecirle—comentóDupinalterminarlalecturadelasnotas—queesésteuncasobastantemáscomplicadoqueeldelarueMorgue,del cual se diferencia en un puntomuy importante. Esto es un ejemplo delcrimencruel,peroordinario.Nohallamosenélnadaqueseaparticularmenteexageradooexcesivo.Leruegoquesefijeenque,porestarazón,haparecidosencilloelmisterio,aunqueaquélseaprecisamenteelmotivoporelcualhubodeconsiderarsecomomásdifícilderesolver.

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»Por esto, desde un principio, se consideró superfluo ofrecer unarecompensa.LospedantesauxiliaresdeG***erandemasiadosuperioresparacomprender cómo y por qué podía haberse cometido semejante crimen. Suimaginación les permitía idear unmodo (o varios), unmotivo (o varios), ycomonoeraimposiblequeunodetannumerososmediosymotivosfueseelúnico cierto, creyeron como demostrado que el real había de ser uno deaquéllos.Perolafacilidadconqueconcibieronideastandiferentes,yhastaelcarácter verosímil con que cada una estaba revestida, debieron haber sidotomadospor indiciosde ladificultad antesquede la facilidadatribuida a laexplicacióndelenigma.Yalehiceaustednotarque,saliéndosefueradelplanordinariodelascosas,debelarazónencontrarsucamino,onoloencontraránuncaenlainvestigacióndelaverdad,yqueencasoscomoésteloimportantenoesdecir:“¿Quéhechossonlosquesepresentan?”,sino:“¿Quéhechossonlosquesepresentanquenosepresentaronantes?”.

»En las investigaciones llevadas a cabo en casademadameL’Espanaye,los agentes de G*** se desanimaron y confundieron ante esta mismasingularidadqueparaunainteligenciabienconstituidahubierasidoelpresagiomás firme del éxito. Y esta misma inteligencia habríase sumido en ladesesperaciónporelcaráctercorrientedetodoscuantoshechosseofrecenalexamenenel casode la jovenperfumista,yquenadapositivohan reveladotodavía,denoserlapresuncióndelosfuncionariosdelaPrefectura.

»En el caso de madame L’Espanaye y de su hija, desde el principio denuestrainvestigación,nohuboparanosotroslamenordudadequehabíasidocometidounasesinato.Desde luego,quedabaexcluida toda ideadesuicidio.Enelcasoactualtambiéntenemosqueeliminarla.Elcadáverencontradoenlabarrière du Roule ha sido hallado en circunstancias que no nos autorizanninguna vacilación con respecto a extremo tan importante. Pero se hainsinuado que dicho cadáver no es el de María Roget, cuyo asesino, oasesinos, están todavía por descubrir, por cuyo hallazgo se ofrece unarecompensayquehoyconstituyeelúnicomotivodenuestrasrelacionesconelprefecto.Tantoustedcomoyoconocemosbienaesteseñor.Enélnodebemosconfiar demasiado. Lomismo que si, tomando como punto de referencia elcadáverhalladoysiguiendolapistadeuncriminal,descubrimosqueelcuerponoeseldeMaría,igualmentesitomamosporpuntodereferenciaalajoven,vivaaún,volvemosaencontrarlanoasesinada,nuestrotrabajo,enunouotrocaso, es estéril, puesto que tenemos que entendernos con G***. Por tanto,puesto que conviene a nuestra propia causa, si no a la de la justicia, esindispensable que nuestros primeros pasos sean de comprobación de laidentidaddelcadáver,enelcasodequecorrespondaaladesaparecidaMaríaRoget.

»Las argumentaciones de L’Étoile han hallado público eco. Incluso el

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periódicoestáconvencidodesutrascendencia,segúnsededucedelaformaenquecomienzaunode los reportajesdelasuntoencuestión.“Algunosdiariosdelamañana—dice—hablandeldecisivoartículodeL’Étoileensunúmerodel lunes”.Amientender,nomeparecetalartículodecisivomásquepor loqueserefierealinterésdelredactor.Nodebemosolvidarque,porlogeneral,elfinquenuestrosperiódicospersigueneseldeimpresionarasuslectoresyatraer la atención, antes que favorecer la causa de la verdad. Este últimoobjetivonosepersigue,denoserquecoincidaconelprimero.Elperiódicoqueconcuerdaconlaopinióngeneral,porbienfundamentadaqueéstaesté,noconsigue el crédito del público. El vulgo considera como profundo a quienpropugnacontradiccionesquesehallanencontradelaopinióngeneral.Tantoen lógica como en literatura, el epigrama es el género más inmediato yuniversalmenteapreciado.En losdoscasos, segúnelordendelmérito,eselgéneromásinferior.

»Digoconestoqueelcarácterentreepigramáticoymelodramáticodeestasuposición (la de que María Roget vive todavía) es el que ha inspirado aL’Étoileantesqueningúnotroaceptable,asegurándoleasíentreelpúblicounafavorable acogida. Examinemos ahora los puntos principales de laargumentacióndeesteperiódicoyfijémonosenlaincoherenciaquedesdeelprincipiolainspira.

»Por lo pronto, el periodista desea demostrarnos, teniendo en cuenta elcorto intervalo transcurrido entre la desaparición deMaría y el hallazgo delcadáver flotante, que éste no puede ser el de ella. Para el argumentador, lofundamental es reducir dicho intervalo desde el principio a la duraciónmáspequeñaposible.Persiguiendosinrazonamientoestefin,desdeelcomienzoselanzaaunapurasuposición.“Esinsensatoimaginar—dice—queelcrimen,siesquehamuertoasesinada,sehayapodidoconsumarconlarapidezsuficienteparapermitira losasesinosarrojarelcuerpoal ríoantesde lamedianoche”.Inmediatamente,ydelaformamásnatural,nosotrospreguntamos:¿Porqué?¿Por qué es insensato imaginar que el asesinato se haya cometido cincominutosdespuésquelajovenabandonaseeldomiciliodesumadre?¿Porquéesinsensatoimaginarquesecometióelcrimenaunahoracualquieradeldía?Los crímenes se cometen a todas horas. Pero aun cuando este asesinato sehaya cometido en un instante cualquiera, entre las nueve de la mañana deldomingoylasdocemenoscuartodelanoche,siemprehabríaquedadotiempobastantepara“arrojarelcuerpoal ríoantesde lamedianoche”.Por tanto, lasuposiciónsereduceaesto:elcrimennohapodidoperpetrarseeldomingo,ysi a L’Étoile le permitimos suponer esto, podemos concederle todas laslibertadesposibles.

»Puedeadmitirsequeelcitadopárrafoquecomenzabaasí:“Es insensatoimaginar que el crimen…, etcétera”, aunque impreso de esta forma por

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L’Étoile, fuerealmenteconcebidoporelperiodistabajoestaotra forma:“Esinsensato imaginarqueel crimen, si esque sehacometidouncrimen,hayapodido consumarse con la suficiente rapidez para permitir a los criminalesarrojar el cuerpo al río antes de la medianoche”. Decimos nosotros que esinsensatosuponereso,yalmismotiemposuponer,comoquisiéramos,queelcuerpo no fuese arrojado al agua sino pasada lamedianoche, opinión hastaciertopuntomaldeducida,peroquenoestancompletamenteirrazonadacomolaaparecidaenelperiódico.

»Sisimplementesemehubierapropuesto—continuóDupin—refutaresteextremo de la teoría argumentada por L’Étoile, lo habría dejado tal comoestaba.PeronosotrosnadatenemosqueverconL’Étoile,sinoconlaverdad.En realidad, la frase no tiene más que un sentido, que he aclaradoperfectamente.Peroes imprescindiblequevayamos tras lassimplespalabrasbuscandounaideaquedichaspalabrasdanevidentementeaentender,aunquede un modo positivo no la expresen. La intención del periodista era la demanifestarqueresultabapocoprobable,cualquieraquefueseelmomentodeldía o de la noche del domingo en que el asesinato se cometiera, que loscriminalessehubiesenarriesgadoatransportarelcuerpohastalaorillaantesdelamedianoche.

»Precisamenteenestosefundalasuposicióndequemequejo.Secreequeel asesinato se cometió en tal sitio y en determinada circunstancia, y quenecesariamente hubo de llevar el cuerpo a la orilla. Pero el crimen podíahaberseperpetradoenlaorillaoenelríomismo,y,portanto,ellanzamientodelcuerpoalagua,hechoalquefuenecesarioprocederencualquierinstantedeldíaode lanoche,habríade resultar laoperaciónmás inmediatay fácil.Comprenderáustedqueyonosugieroaquínadaquemeparezcaprobableoque esté de acuerdo conmipropiaopinión.Hasta este instantenohehechoreferenciaaloselementosdelacausa.Sencillamentequieropreveniraustedacerca del tono general de las insinuaciones de L’Étoile, y despertar suatención con respecto al carácter de prejuicio quedesde el primermomentorevelan.

»Habiendoprescritoasíunlímitedeacuerdoconsusideaspreconcebidas,y suponiendo que era de María el cuerpo hallado, no hubiese podidopermanecerenelagua,denoserduranteunespaciomuybrevedetiempo.Porestoelperiódicovieneadecir:

»“Demuestra la experiencia que los cuerpos ahogados o arrojadosinmediatamentealaguadespuésdeunamuerteviolentanecesitanunperíododeunosseisadiezdíasparaqueunadeterminadadescomposiciónloselevealasuperficie.Uncadáveralquesehicierareventar,yqueasciendeantesquelainmersión haya durado, cuando menos de cinco a seis días, se sumerge denuevosiseleabandonaasímismo”.

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»Tácitamente han admitido estas afirmaciones todos los periódicos deParís,exceptoLeMoniteur,queinsisteenrebatirlapartedelpárraforelativaaloscuerposdelosahogadoscitandocincooseiscasosenqueloscuerposdepersonas evidentemente ahogadas se han hallado flotando después de unespacio de tiempo menor del fijado por L’Étoile. Sin embargo, hay algoexcesivamente antifilosófico en el intento de Le Moniteur, rechazando lageneralafirmacióndeL’Étoile,citandoalgunoscasosparticularesencontradeaquéllos,auncuandohubiesesidoposibletraeracolacióncincuentacasosenvezdecincocadávereshalladosenlasuperficiedelaguaalcabodedosotresdías, los cincuenta ejemplos hubieran podido considerarse como simplesexcepcionesdelaregladeL’Étoile,hastaqueestamismareglafuerarefutadadefinitivamente.Admitida(yLeMoniteurnolaniega,sinoqueinsistetansóloen las excepciones), la argumentación de L’Étoile conserva toda su fuerza,porquenopretendededucirmásqueunacuestióndeprobabilidadconrespectoasiuncuerpopuedeascenderalasuperficieenmenosdetresdías,posibilidadque continuará en favor de L’Étoile hasta que los ejemplos alegados taninfaliblementealcancenunnúmerobastanteparacombatirunareglaopuesta.

»Comprenderáustedinmediatamentequetodaargumentaciónasísedirigecontralareglamisma;yconesteobjetodebemoshacerelrazonadoanálisisdeésta.Ahorabien:porlogeneral,elcuerpohumanonoesnimuchomásligeronimuchomás pesado que el agua del Sena; es decir, el peso específico delcuerpohumanoensuscondicionesnaturalesesigualaldelvolumendeaguadulce que desaloja. Los cuerpos de los individuos gruesos y robustos, depequeñoesqueletoy,porlogeneral,losdetodaslasmujeres,sonmásligerosquelosdelosindividuosdelgadosydeesqueletogrande,y,generalmente,losde todos los hombres; y el peso específico del agua de un río sufre algunainfluencia del flujo delmar.No obstante, prescindiendo de lamarea, puedeasegurarsequemuypocoscuerposhumanossesumergendeltodoenelaguadulce,aunporsupropioacuerdo.Alcaerenunrío,sonaptos,ensumayoría,para flotar si dejanque se establezca el equilibrio conveniente entre el pesoespecífico del agua y el suyo mismo; es decir, si se dejan sumergircompletamente exceptuando lasmenores partes posibles. Lamejor posiciónparaelhombrequenosabenadareslaverticaldelapersonaquecaminaportierra; la cabeza completamente echada hacia atrás y sumergida, dejando alnivel del agua tan sólo la boca y las narices. En estas condiciones, todospodremos flotar sin dificultades y sin esfuerzo alguno. Sin embargo, esevidentequeelpesode loscuerposyeldelvolumendeaguadesalojado sehallanentoncesrigurosamenteequilibrados,ylamenorcosabastaráparaqueunouotroprepondere.Unbrazo,porejemplo,elevadoporencimadelaguay,por consiguiente, privado de apoyo, es un peso adicional suficiente parasumergirporcompletolacabeza,mientrasqueunsocorroaccidentaldelmásínfimo trozo de madera nos permitirá que la levantemos lo suficiente para

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mirarentornonuestro.

»Ahorabien:enlosesfuerzosqueefectúaunapersonaquenopractica lanatación, los brazos, invariablemente, se agitan en el aire, almismo tiempoque la cabeza insiste en conservar su acostumbrada posición deperpendicularidad.Conello seproduce la inmersiónde labocay lanariz,ycomoconsecuenciadelosesfuerzospararespirardebajodelagua,elqueéstaseintroduzcaenlospulmones.Elestómagolaabsorbeengrancantidadyelcuerpoaumentadepeso,reforzadoenvirtuddeladiferenciadedensidadqueexisteentreelairequedistendíaprimitivamenteestascavidadesyel líquidoquelasllenaluego.Esreglageneralqueestadiferenciabastaparasumergiraun cuerpo, pero no en los casos de individuos de pequeño esqueleto, queposeen una cantidad normal de grasa y materia fofa, porque esta clase depersonasflotaninclusodespuésdeahogados.

»Elcuerpo,quesuponemosseencuentraenelfondodelrío,continuaráenél hasta que, por una circunstancia cualquiera, su peso específico se hagamenor que el del volumen de agua que desaloja. Este efecto puede serproducido por la descomposición o por otra causa. La primera produce losgasesquedistiendenlos tejidoscelularesydaa loscadáveresesahinchazónde tan espantoso aspecto. Cuando llega la distensión a un punto en que elvolumen del cuerpo ha aumentado sensiblemente sin el correspondientecrecimientodemasaodepeso,supesoespecíficoesmenorqueeldelaguadesalojada y determina su reaparición inmediata en la superficie. Pero, pornumerosas circunstancias, la descomposición puede modificarse e inclusoacelerarseoretardarseporunaseriedeagentes,como,porejemplo,elcaloroelfríodelaestación,porlaimpregnaciónmineraoporlapurezadelagua,porsumayoromenorprofundidad,porlacorrienteoestancamientomásomenossensibleyporlanaturalezayestadooriginaldelcuerpo,segúnestuvieralibredeunaenfermedadoinficionadoporellaantesdelamuerte.Resultaevidente,pues, que no podemos fijar con exactitud la época en que el cuerpo deberáelevarseaconsecuenciadeladescomposición.Encondicionesdeterminadas,este resultadopuedeproducirse enunahora.Otras, nopuedeproducirsedeltodo. Se conocen ciertas infusiones químicas que permiten preservar parasiempredelacorrupciónatodoelsistemaanimal;elbiclorurodemercurioesunadeellas.Apartedeladescomposición,puedeproducirse,noobstante,yseproducegeneralmenteungasenelestómagoporfermentaciónacéticadelasmaterias vegetales, o por otras razones en otras cavidades, suficiente paraproducir una distensión que eleve el cuerpo a la superficie. El efecto queproduceelcañonazoesdesimplevibración.Puedelibraralcuerpodellimoolégamopegajosoenqueseencuentrasepultado,permitiéndoledeestamaneraelevarse cuando ya otros agentes lo hayan preparado, o bien vencer laadherenciadedeterminadaspartesputrefactasdelsistemacelular, facilitandoladistensióndelascavidadesbajolainfluenciagaseosa.

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»Encontrándonos, pues, ante toda la filosofía del asunto, nos es posiblecomprobar las afirmaciones de L’Étoile. “Demuestra la experiencia —diceesteperiódico—queloscuerposahogadosoarrojadosinmediatamentealaguadespués de una muerte violenta necesitan de seis a diez días para que unadeterminadadescomposición los eleve a la superficie.Uncadáver, alque sehiciera reventar y que asciende antes que la inmersión haya durado, cuandomenos,cincooseisdías,sesumergedenuevosiseleabandonaasímismo”.

»Ahora, todo lo transcrito se nos aparece como una serie deinconsecuenciaseincoherencias.Laexperiencianodemuestrasiemprequeloscuerposdelosahogadosnecesitencincooseisdíasparaqueunadeterminadadescomposición lespermita flotarotravez juntas, lacienciay laexperienciademuestran que el momento de su reaparición sobre la superficie es, ynecesariamentedebedeserlo,imposibledeserdeterminado.Porotraparte,siun cuerpo asciende a la superficie del agua por haber reventado, no sesumergirádenuevo,auncuandoseleabandoneasímismotodaslasvecesenque la descomposición haya alcanzado el grado necesario para permitir elescapedelosgasesqueseproduzcan.Sinembargo,quierollamarsuatenciónconrespectoaladistinciónestablecidaentreloscuerposdelosahogadosylosde las personas que son arrojadas al agua “inmediatamente después de unamuerte violenta”. Aunque el redactor admita esta distinción, incluye, sinembargo, ambos casos en la misma categoría. He demostrado ya cómo elcuerpo de un hombre que se ahoga alcanza un peso específico másconsiderablequeeldelvolumendeaguaquedesaloja,ytambiénheprobadoquenosesumergiríacompletamentesinlosmovimientosporloscualessacaporencimadelagualosbrazosylosesfuerzosquepararespirarhacedebajodeella,loscualeshacenqueellíquidoocupeelespacioqueenlospulmonessellenadeaire.

»Sinembargo,estosmovimientosyesfuerzosnolosefectuaríauncuerpoque hubiese sido arrojado al agua “inmediatamente después de una muerteviolenta”.Enúltimocaso,lareglageneralesqueelcuerponodebehundirsecompletamente, hecho que L’Étoile ignora con toda evidencia. Cuando ladescomposiciónha llegadoaunpuntomuyavanzado,cuando lacarnesehadesprendido en gran cantidad de los huesos, entonces, únicamente, y nuncaantes,vemosquedesapareceelcuerpobajoelagua.

»Ahora bien: ¿qué pensamos de ese razonamiento por el que el cadáverhalladonopuedesereldeMaríaRogetporqueseencontróflotandodespuésdeunintervalotansólodetresdías?SiMaríaseahogó,siendomujer,nopudohundirse; y si se sumergió, pudo reaparecer al cabodeveinticuatrohoras, oantes. Pero no supone nadie que la joven hayamuerto ahogada, y de habersidomuertaantesdehabersidoarrojadaalrío,habríaflotadoyhubiesepodidoserdescubiertaencualquierépocaposterior.

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»Pero afirma L’Étoile: “Si el cuerpo, en estado de descomposición,permaneciójuntoalaorillahastalanochedelmartes,encontraríaseallíalgunahuelladelosasesinos”.

»Depronto,esmuydifícilcomprenderlaintencióndelperiodista.Pretendeprevenir lo que cree pueda ser objeción a su teoría; es decir, que el cuerpo,habiendo permanecido dos días en la orilla, debió descomponerserápidamente, más rápidamente que habiendo estado sumergido en el agua.Supone, en este caso, que el cuerpo pudo reaparecer en la superficie elmiércoles, pero sólo en estas condiciones. Tiene, pues, un gran interés endemostrarqueelcuerponohapermanecidoenlaorilla,porque,enestecaso,“encontraríase allí alguna huella de los asesinos”. Me parece que estadeducciónleharásonreírausted.Ustednopuedecomprender,niyotampoco,cómolapermanenciamásomenoslargadelcuerpoenlaorillahabríapodidomultiplicarlashuellasdelosasesinos.

»El periódico continúa: “Por último, es demasiado improbable que loscriminales que cometen un asesinato como el que se les atribuye hayanarrojadoal aguael cuerpo sinunpesocualquieraque le arrastrara al fondo,cuandotanfácileratomarunaprecauciónsemejante”.

»Fíjese usted en qué irrisoria confusión de ideas incurre. Nadie, ni aunL’Étoile,niegaquesehayacometidouncrimenenelcuerpoencontrado.Lasseñales de violencia son demasiado evidentes. El único fin que persiguenuestro razonador es tan sólo el de demostrar que éste no es el cuerpo deMaría.IntentaprobarqueMaríanohasidoasesinada,perono,encambio,queelcadáverpertenezcaaunamujernoasesinada.Noobstante,suobservacióndemuestra tansóloesteúltimoextremo.Noshallamosanteuncuerpoalqueno ha sido atado peso alguno.Los asesinos, al arrojarla al agua, no habríandejadodehacerlo.Luegonohansidoloscriminaleslosquelohanarrojadoalrío.Siesquepuedeprobarse,estoesloúnicoprobado.Porloquerespectaalaidentificación, todavía no se ha tratado de ella, y a L’Étoile le parecemuymolesto contradecir ahora loque admitíaunmomento antes: “Noshallamosperfectamente convencidos—dice— de que el cadáver encontrado es el deunamujerasesinada”.

»Aun en esta parte de su tema, no es sólo este caso en el que nuestrorazonadorargumenta,sindarsecuentadeello,contrasímismo.Comoyahedicho,suprincipalobjetoeseldereducirtodoloposibleelespaciodetiempotranscurrido entre la desaparición de María y el hallazgo del cadáver. Noobstante,insisteenelpormenordequenadievioalajovendesdeelmomentoenqueabandonólacasadesumadre.“Notenemos—dice—laevidenciadequeMaríaRogetvivieraaúneldomingodía22dejunio,despuésdelasnuevedelamañana”.

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»Como, evidentemente, es recusable su razonamiento, por haber sidoconcebidodeantemano,mejorhabríahechoabandonandoesteaspectode lacuestión,porque si se encontrabaa alguienquehubiesevistoaMaría,yaellunes o el martes, el intervalo a que se refiere sería muy corto, y, dado sumodo de razonar, disminuiría la posibilidad de que el cuerpo pudieracorresponder al de la grisette. No obstante, es divertido observar cómoL’Étoileinsisteenelextremoyadicho,conlasólidaconviccióndequevaarobustecersusargumentacionesgenerales.

»Examinemos ahora de nuevo la parte de la argumentacióncorrespondientealaidentificacióndelcadáverefectuadaporBeauvais.Porloque se refiere al vello del brazo, L’Étoile evidencia claramente sumala fe.Sólosiendounimbécil,monsieurBeauvais,hubiesepodidoalegarlodelvellodelbrazoparacomprobarlaidentidaddeuncuerpo.Ningúnbrazocarecedevello. La mayor parte de las expresiones de L’Étoile son una sencillaconfusióndelasfrasesdeltestigo,quien,necesariamente,hadebidodehablarde alguna particularidad del vello; de la coloración, cantidad, dimensión ositio.

»Diceelperiódico:“Supieerapequeño,yhaymilesdepiespequeños.Laligayelzapatonoconstituyentampocoelementosdeprueba,porqueambossevendenengrannúmero.Lomismopuededecirsedelasfloresdesusombrero.UnhechoenelquemonsieurBeauvaisinsistegrandementeesqueelbrochedelaligahabíasidocambiadodesitioparacortarla.Peroestonopruebanada,porque lamayorpartede lasmujeres llevanconsigosiempreunparde ligasque ajustan al tamaño de sus piernas, en lugar de probárselas en la tiendadondelascompran”.

»Al llegar aquí, resulta muy difícil suponer con sentido común alrazonador.SimonsieurBeauvais,buscandoelcuerpodeMaría,descubrióuncadáverqueseparecíaaellapor lasproporcionesgeneralesyelaspecto,hapodidocreer con toda razón, aunprescindiendode la cuestióndel traje;quehabíallegadoaltérminodesusinvestigaciones.Ysi,ademásdeldetalledelasproporcionesgeneralesydecontorno,hallóenelbrazodelcadáverunvelloobservadoyaeneldeMaría,suconvencimientopudo,lógicamente,reforzarseenproporciónconlaparticularidadocarácterinsólitodeestacaracterística.SielpiedeMaría erapequeñoy losdel cadáver eranpequeños igualmente, laprobabilidaddequeéstefueraeldeMaríadebeaumentarnosimplementeenproporcióngeométricayacumulativa.

»A todo esto añádanse los zapatos, que se vio llevaba el día en quedesapareció, y a pesar de que los zapatos se venden amiles, se dará ustedcuentadequelaprobabilidadaumentadetalmodo,querayaencertidumbre.Loque por sí solo no habría de constituir un elemento de identificación, seconvierte ahora, por suposición aseguradora, en la prueba más firme. Por

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último, concedamos que las flores del sombrero correspondan a las quellevabalajovendesaparecida,ynadamástendremosquedesear.Unasoladeestas flores, repito, y nada más tendríamos que desear. Sin embargo, ¿quédiríamosentoncessi tuviéramosdos,o tres,omás?Cadasucesivaunidadesuntestimoniomúltiple,unapruebanosumadaalaanterior,sinomultiplicadaporcientoopormil.

»Descubrimosahoraenlamuertaunasligassemejantesalasqueusabalaviva.El continuar esta información, realmente, espara enloquecer.Peronoshallamosconqueestasligassehanacortadoporhabercambiadoelbrochedesitio, lomismoqueMaría había hecho con las suyas antes de abandonar sucasa.Dudaraúnesdemenciaohipocresía.CuantodiceL’Étoileconrespectoala reducción o achicamiento de la liga, que debe considerarse, según creo,comouncasofrecuente,nopruebaotracosaquesuobstinaciónenelerror.Laelasticidad de una liga de broche es suficiente para demostrar el carácterexcepcionaldelachicamiento.Enmuyrarasocasionesloqueestáhechoparaajustar bien necesita un arreglo. La indicada reducción que requirieron lasligasdeMaríasólopudoserdebida,enelsentidomásestrictodelapalabra,aconsecuencia de un accidente. Sólo ellas habrían bastado para comprobar laidentificacióndeuncadáver.

»Pero lo importante no es que el cadáver tenga las ligas de la mujerdesaparecida,obiensuszapatos,osusombrero,olasfloresdeéste,osuspies,ounaseñalparticularenelbrazo,osuaspecto,osusproporcionesgenerales.Lo importante es que el cadáver tiene todas y cada una de estas cosascolectivamente.SisehubieraprobadoqueL’Étoilehaconcebidoenrealidad,en circunstancias parecidas, una duda, no tendría para el caso que exponenecesidadalgunadeunaconviccióndelunáticoinquiriendo.Haqueridohaceralarde de su sagacidad convirtiéndose en eco de las habladurías de losleguleyos, cuya mayoría se limita, a su vez, a copiar los preceptosrectangularesdelossumarios.

»Deboadvertirausteddepasoquemuchode loque rechazaun tribunalcomoprueba es para la inteligencia lomejor enmateria probatoria. Porque,basándose en los principios generales enmateria de pruebas (los principiosgeneralesreconocidosquesehallanenloscódigos),eltribunalnoseavieneaaceptar particulares razones. Tan obstinada adhesión al principio, lodeterminado,desdelorigurosohastalaexcepcióncontradictoria,esunseguromediodeesperar,enlargoespaciodetiempo,elmáximumdeverdadqueestápermitidoesperar.Lapráctica,portanto,es,enconjunto,filosófica.Peronoesmenosciertoqueendeterminadoscasosproducegrandeserrores.

»Por lo que respecta a las insinuaciones formuladas contra Beauvais, sedestruyen de un soplo. Usted conoce perfectamente el carácter de esecaballero. Es un hombre oficioso, de espíritu inclinado a lo novelesco y de

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poco juicio. Toda persona así se verá impelida fácilmente, en un caso deemoción real, a conducirsedeunmodoquepuedaparecer sospechoso a losojosdegentesdemasiado sutilesomaliciosas.MonsieurBeauvais, según sededucedelasnotasquehemosrecogido,hacelebradodiversasentrevistasconeldirectordeL’Étoile,aquiensorprendióalatreverseaindicarlaideadeque,apesar de suopinión, el cadáver erapositivamente el deMaría. “Insiste—diceelperiódico—enafirmarquesetratadelcuerpodeMaría,peronopuedeañadircircunstanciaalgunaalasqueyahemoscomentadoparahacerquelosdemáscompartanestacreencia”.Ahorabien:sininsistirsobreesteparticular,para hacer que los demás compartan esta creencia y suministrar una pruebamásfehacientequelasconocidas,observemosunacosa:esfácilsuponeraunhombreconvencidoperfectamenteenuncasodeestanaturaleza,peroincapaz,sin embargo, de formular una sola razón para convencer a una segundapersona.

»Nadahaytanvagocomolasimpresionesrelacionadasconlaidentidaddeunindividuo.Todapersonaconoceasuvecino,y,noobstante,pocoscasossedan de que el primero que llegue esté dispuesto a dar una razón de talreconocimiento. El redactor de L’Étoile no tiene, pues, derecho a que lesorprendalaopiniónnorazonadademonsieurBeauvais.

»Las sospechosas circunstancias que le rodean están de acuerdo conmihipótesisdeuncarácterentremetido,minuciosoynovelesco,antesqueconlainsinuación del periodista con respecto a su culpabilidad. Admitiendo lainterpretaciónmásamable,notenemosinconvenientealgunoenexplicarnoselporquédelarosacolocadaenelagujerodelacerradura,lapalabra“María”enla pizarra; el por qué se descarta a los parientes varones, la oposición adejarlesverelcadáver,larecomendaciónquesehizoamadameB***dequeno hablara con el gendarme hasta que él (Beauvais) volviera, y, finalmente,hasta la aparente resolución de no permitir a nadie, excepto a él mismo,intervenir en el sumario. Creo incontestable que Beauvais era uno de losadoradores deMaría; que ésta había coqueteado con él y que él aspiraba ademostrarquegozabacompletamentedesuintimidadysuconfianza.Nodirénadamássobreesteparticular.YcomolaevidenciarechazaporcompletolaafirmacióndeL’Étoileporloquerespectaasuacusacióndeapatíaenrelaciónalamadreylosdemásparientes,actitudinconcebibleconestasuposición(ladecreerenlaidentidaddelcuerpodelaperfumista),procedamosahoracomosi el problema de la identidad hubiera sido resuelto a nuestramás completasatisfacción.

—¿Qué opina usted —le pregunté entonces— de las opiniones de LeCommerciel?

—Que,porsucarácter,sonmásdignasdeatenciónqueotracualquieradelas que han sido expuestas sobre el mismo asunto. Las deducciones de las

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premisassonfilosóficasysutiles,peroendospuntos,porlomenos,sebasanenunaimperfectaobservación.LeCommercielquieredaraentenderqueunabandadecobardesforajidosseapoderódeMaría,nolejosde lapuertadelacasadondevivíasumadre.«Noesposible—dice—queunajoven,conocidaporvariosmillaresdepersonascomoeraMaría,hayapodidorecorrertanlargotrayecto sin hallar a alguien a quien su rostro fuera familiar». Ésta es lareflexión de un hombre que vive en París hace mucho tiempo, un hombrepúblico,cuyasidasyvenidasporlaciudadcasisiempresehanreducidoalavecindaddelasoficinaspúblicas.Sabeperfectamentequeélapenaspuededaruna docena de pasosmás allá de su bureau sin que alguien le conozca y leaborde.

»Midiendo laextensióndelconocimientoquemantienecon losdemás,yéstosconél,comparosupopularidadconladelperfumista.Noencuentrounadiferencia notable entre las dos, y fácilmente llego a la conclusión de queMaría,ensuspaseosporlaciudad,tuviesetalpredisposiciónaserreconocidacomo a él le ocurre en lo suyo. Para ella no podría ser tan legítima estaconclusión si sus paseos hubieran tenido el mismo carácter invariable ymetódico,yselimitaranaunadeterminadaregión,comoocurreconlosdeél.Conintervalosregulares,élsemueveyendoyviniendoporunazonalimitada,llenadeindividuosaquienessusocupaciones,semejantesalasuya,impulsandeunmodonaturalainteresarseporélyobservarsupersona,

»En general, los paseos de María podían atribuirse a una naturalezavagabunda.Enelcasoquenosocupa,hayqueconsiderarcomomuyposibleque haya seguido un trayecto más distanciado que de costumbre de suscaminoscorrientes.ElparaleloquehemossupuestoexistenteenelespíritudeLeCommerciel nopodríamantenerse, excepto en el casodedos individuosque atravesasen toda la población. Considerado entonces que las relacionespersonales son las mismas, las probabilidades serán también idénticas paraaquellosqueencuentranunigualnúmerodeconocidos.Opino,pormiparte,quenoessolamenteposible,sinoinfinitamenteprobable,que,acualquierhoradeldía,Maríahaseguidocualquieradelosnumerososcaminosqueconducendesdesucasaaladesutía,sinhallaraunsoloindividuoaquienconocieraodequienfueseconocida.Parajuzgarbienesteasunto,parajuzgarlocontodaclaridad,noesmuyprecisopensarenlagrandesproporciónqueexisteentrelasamistadespersonalesdelindividuomásconocidodeParísyelvecindariotododeestaciudad.

»Pero si la insinuación de Le Commerciel pareciera conservar algunafuerzatodavía,éstadisminuiríaencuantotomásemosenconsideraciónlahoraenquelajovenabandonósucasa.“Saliódesucasa—diceLeCommerciel—precisamenteaunahoraenquelascallessehallanmuyconcurridas”.¿Cómo?Eranlasnuevedelamañana.Aestahora,todoslosdíasdelasemana,excepto

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eldomingo,lascalles,escierto,estánmuyconcurridas.Peroalasnuevedelamañana del domingo, nadie, por lo general, ha salido todavía de su casa,porque se prepara para ir a la iglesia.Muypocoobservador habrá de ser elhombrequenohaya advertido el solitario aspectoqueofreceunapoblacióntodos losdomingos,deochoadiezde lamañana.Dediezaonce, lascallesestánllenasdegente,peronuncaaunahoratantempranacomolaquesehadicho.

»Además, otro extremo parece desmentir el espíritu observador de LeCommerciel.Dice:“Untrozodelasenaguasdeladesventuradajoven,dedospiesdelargoporunodeancho,fuearrancadoyceñidoentornoasucuelloyanudadosobrelanuca,probablementeconobjetodeahogarsusgritos,hechorealizado, sin duda, por unos forajidos que ni siquiera tendrían pañuelos debolsillo”.Más tarde observaremos si esta idea carece o no de fundamento;peroconlaspalabras“forajidosquenotienenpañuelosdebolsillo”,aludeelperiodistaalapeorclasedemalhechores.Noobstante,estetipodeelloseselquesiemprellevapañuelodebolsillo,auncuandolefaltelacamisa.Enestosúltimosañosustedhabrátenidoocasióndeobservarcuánindispensablesehahechoelpañuelodebolsilloparaelperfectosalteador.

—YacercadelartículodeLeSoleil,¿quédebemospensar?—lepregunté.

—Que es una verdadera lástima que su redactor no sea un loro, porquehubierasidoelmásilustredesuespecie.Sencillamente,harepetidodistintosfragmentosdelasopinionesindividualesyaconocidas,espigando,conloableindustria, en los periódicos. «Evidentemente —dice— estos objetos hanpermanecido allí durante tres o cuatro semanas, cuando menos… No cabedudadequesehadescubierto,por fin,el teatrode tanabominablecrimen».Loshechos,anunciadosdenuevoporLeSoleil,nobastan,nimuchomenos,para desvanecer mis dudas personales sobre este asunto. Habremos deexaminarlos más particularmente, relacionándolos con otro aspecto de lacuestión.

»Vamos a ocuparnos ahora de otras investigaciones. En el examen delcadávernohadejadousteddeadvertirunagrannegligencia.Elextremodelaidentificación no cabe duda de que ha sido resuelto fácilmente o ha debidoserlo, cuandomenos. Pero hay que aclarar otros puntos. ¿Fue el cuerpo decualquiermododespojado?¿Llevaba lamuertaalgunosadornosdebisuteríacuando abandonó su casa? Y de llevarlos, ¿fueron encontrados junto alcadáver?Estosimportantespormenoreshansidoadmitidosabsolutamenteenla información judicial, y también existen otros de igual trascendencia, quepara nada han llamado la atención. Vamos a intentar convencernosinvestigándolospersonalmente.

»La causa de Saint-Eustache, evidentemente, ha de ser examinada de

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nuevo. No tengo sospecha alguna contra este individuo; pero procedamosmetódicamente. Con toda escrupulosidad comprobaremos la validez de lasdeclaraciones referentes a los lugares donde fue visto el domingo. Muchasveces, esta clase de testimonios escritos son un medio de mistificación. Sinada encontramos en ellos que rectificar, prescindamos de Saint-Eustache.Aunquecontribuyasusuicidioacorroborarlassospechas,enelcasoenquesehallarauna superchería en los affidavits, si nohay superchería algunano esuna circunstancia inexplicable o que tenga que desviarnos de la línea delanálisisordinario.

»En el plan que le propongo a usted ahora, prescindamos de los ocultosmóviles del dramay concentraremosnuestra atención en su forma aparente.Enlasinvestigacionescomoéstassecometemuyamenudoelerrordelimitarel sumario a los hechos inmediatos, prescindiendo totalmente de lossuperficiales.Ladeplorablerutinadelosprocedimientoslimitaelprocesoyladiscusióneneldominiodel relativoaparente.Noobstante, laexperienciahademostrado, y lo probará siempre la verdadera filosofía, que una partemuyimportantedelaverdad,talvezlamayor,surgedeelementosenapariencianorelacionadosconelasunto.Precisamenteporelespíritu,yaquenoporlaletra,de este principio, la ciencia moderna ha llegado a tener en cuenta loimprevisto.Perotalveznomecomprendausted.LaHistoria,cienciahumana,nos muestra de modo tan continuo que los más numerosos e importantesdescubrimientos los debemos a los hechos superficiales, fortuitos oaccidentales, que ha concluido por hacerse necesario en todo cálculo delprogreso futuro conceder un espacio no sólo muy amplio, sino lo mayorposible,alasinvencionesqueresultarándelazaryqueporcompletoescapanalasprevisionescorrientes.Hadejadoyadeserfilosóficoelsistemadeapoyarenloquehasidounavisióndeloquedebeser.Comounapartefundamentalha de admitirse el accidente. Del azar hacemos materia para un cálculoriguroso. Lo inconcebible y lo inesperado lo sometemos a las fórmulasmatemáticasdelasescuelas.

»Repitoqueesunhechopositivoelquelamayorpartedelaverdadnacedelosuperficial,deloindirecto;y,apoyándomesencillamenteenelprincipioque implica este hecho, quisiera en el presente caso desviar el sumario delcaminotrilladoyestérildelsucesomismo,yllevarlohacialascircunstanciascontemporáneas de que se encuentra rodeado. En tanto usted comprueba lavalidezdelosaffidavits,examinaréyolosperiódicosdeunmodomásgeneralqueelqueustedhaverificado.Noshemoslimitadohastaahoraareconocerelcampo de la investigación; pero realmente sería raro que un comprensivoexamen de los diarios, tal comome propongo efectuar, no aportase algunospormenoresqueimprimieranalsumariounanuevadirección.

DeacuerdoconlaideadeDupin,mepuseacomprobarescrupulosamente

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los affidavits. El resultado de este examen fue la firme convicción de suvalidez, y, por tanto, de la inocencia de Saint-Eustache. Mi amigo seconsagraba al mismo tiempo a examinar escrupulosamente, con unaminuciosidad que me parecía enteramente superflua, las colecciones dedistintos periódicos. Una semana después pudo ofrecerme los siguientesrecortes:

«Hace aproximadamente tres años y medio se produjo una emociónsemejanteaconsecuenciade ladesapariciónde lamismaMaríaRogetde laperfumeriequemonsieurLeBlancposeeenelPalaisRoyal.Sinembargo,alcabodeunasemana,reaparecióensuacostumbradocomptoir,consuhabitualaspecto,siseexceptúaunalevepalidezquecasinuncatenía.TantosumadrecomomonsieurLeBlanc declararon que había ido al campo a visitar a unaamiga,yelsucesonotardóenserolvidado.Creemosquesuactualausenciaesunatravesuradelmismocarácter,yquedentrodeunasemanaodeunmeslaveremosdenuevoentrenosotros».

(EveningPaper,lunes,23dejunio).

«Cierto diario de la tarde recuerda en su número de ayer la primeramisteriosadesaparicióndemademoiselleRoget.SehasabidoquedurantesuausenciadeunasemanadelaperfumeriedeLeBlanchallábaseencompañíadeunjovenoficialdeMarina,muyconocidoporsusdepravadascostumbres.Supóneseque, conmotivodeundisgusto, volvió a verla casualmente en sucasa.Conocemoselnombredellotarioencuestión,queactualmentesehallacon permiso en París. Pero, por razones fáciles de comprender, nosabstenemosderevelarsuidentidad».

(LeMercure,martes,24dejunio,porlamañana).

«Enlosalrededoresdeestapoblaciónsecometióayerunodeloscrímenesmásatroces.Uncaballero,acompañadodesuesposaehija,solicitó,alacaídadelatarde,paraatravesarelrío,losserviciosdeseisjóvenesque,sinrumbofijo,maniobrabanenunalanchacercadeunribazodelSena.Unavezllegadosalaorillaopuesta,saltaronatierralostrespasajeros,ysehabíanyaalejadodelalanchahastaperderladevista,cuandolahijadelcaballerosediocuentadeque se había olvidado en ella la sombrilla. Retrocedió en su busca y fueasaltadaentoncesporlacuadrilladehombres,transportadaalrío,amordazada,maltratadavergonzosamenteyabandonadaporúltimoenunlugardelaorilla,pocodistantedellugardondesehabíaembarcadoenlalanchaconsuspadres.Porelmomento,losforajidoshanescapadoalapersecucióndelapolicía,peroéstaseencuentrayasobresupistaynotardaránalgunosensercapturados».

(MorningPaper,25dejunio).

«Se han recibido uno o dos comunicados que tienen por objeto acusar a

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Mennaisdelodiosocrimencometidorecientemente.Mascomoquieraqueesteseñor, segúnel sumario,hademostradosu inocencia,ycomo las razonesdequienes nos han enviado estos comunicados parecen más apasionadas quesagaces,creemosconvenienteabstenernosdesupublicación».

(MorningPaper,28dejunio).

«Pareciendo proceder de distintos orígenes, hemos recibido varioscomunicadosescritosconcierta firmezaque impulsanaaceptarcomohechoindudable que la desventurada María Roger fue víctima de una de lasnumerosascuadrillasdefacinerososquelosdomingosinfestanlosalrededoresde la población. Nuestra opinión se inclina decididamente al lado de estahipótesis.Enbreveharemosloposibleporexponeranuestroslectoresalgunosdeestosargumentos».

(EveningPaper,martes,21dejunio).

«Uno de los barqueros agregados al servicio del fisco vio el lunes en elSenaunalanchavacíaamerceddelacorriente.Lasvelas,recogidas,yacíanenel fondode labarca.Elbarquero la remolcóhasta laoficinadenavegación.Pero al día siguiente la lancha fue desamarrada y desapareció, sin que estehecho fuese advertidoporningunode los empleados.El timón se encuentradepositadoenlacitadaoficinadenavegación».

(LeDiligence,jueves,26dejunio).

Leyendoestosrecortes,nosólomeparecieronextrañosalasuntodequesetrataba,sinoquenopodíaimaginarningúnmediodecoordinarlos,yesperabaobtenerdeDupinunadeterminadaexplicación.

—Nofiguraenmiscálculos—medijo—insistirconrespectoalprimeroysegundodeestosrecortes.Loshecopiadotansóloparademostrarleaustedlagrannegligenciadelapolicía,que,sihedecreeralprefecto,todavíanosehapreocupado lomínimo por el referido oficial deMarina. No obstante, seríainsensatoafirmarquecarecemosdelderechodesuponerciertarelaciónentrelaprimeraylasegundadesaparicionesdeMaría.Admitamosquesuprimerafuga produjo una riña entre los dos amantes, y el regreso de la traicionadajoven.Podremosobservartambiénunsegundorapto(siesquesabemosquesehacometidounsegundorapto)comoindiciodenuevas tentativasefectuadasporpartedeltraidorantesquecomoresultadosdenuevosintentosllevadosacabo por parte de un segundo individuo. Esta segunda huida podemosconsiderarlamásbiencomoreconciliaciónoarreglodeunantiguoamourquecomoelprincipiodeunonuevo.

»Puedenocurrirdoscasos:oelquesefugóunavezconMaríalepropusounanuevaevasión,obienMaríaaceptó lasproposicionesdeotro individuo.Pero encontramos diez probabilidades contra una en favor de la primera de

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estassuposiciones.Permítamequeantesdecontinuarllamesuatenciónsobrela particularidad de que el tiempo transcurrido entre el primer rapto que seconoceyelsegundosupuestoexcedeenmuypocodeladuraciónordinariadeloscrucerosqueefectúannuestrosbuquesdeguerra.

»El amante, interrumpido probablemente en su primera infamia por lanecesidaddehacersealamarenseguida,¿aprovechóelprimermomentoasuregresopararenovarlascriminalestentativas,norealizadashastaentoncesporcompletoo,cuandomenos,nocumplidasenabsolutoporél?Nadasabemosde todoesto.Diráusted talvezque,enelsegundocaso,el raptoquehemossupuestonosehacometido.Ciertamente,no.Pero¿noesdableafirmarquenohubieraunatentativafrustrada?

»AexcepcióndeSaint-Eustache,y talvezdeBeauvais,nadasabemosdeningún pretendiente oficial conocido y decente, ni tampoco de que se hayahablado de ningún otro. ¿Quién es, pues, elmisterioso amante de quien losparientes (almenos lamayoríadeellos)nohanoídohablarnunca,peroquevuelve la mañana del domingo a encontrar a María, cuya confianza se hagranjeado de tal manera, que ésta no vacila en reunirse con él, hasta quecomienzan a descender las sombras del crepúsculo en los solitariosbosquecillosdelabarrièreduRoule?¿Quiénes,repito,esemisteriosoamantede quien la mayoría de los parientes no ha oído hablar? ¿Qué significadotienenesasextrañaspalabraspronunciadaspormadameRogeten lamañanadeladesaparicióndeMaría:“Temonovolveraverlamás”?

»Pero si no podemos suponer si esa señora tuviese conocimiento delproyecto de fuga de su hija, ¿no podemos imaginar que ésta lo hubieraconcebido?Saliendodesucasa,dioaentenderqueibadevisitaacasadeunatíasuya,alaruedeDromes,yencargóaSaint-Eustachequelarecogieraalacaída de la tarde. Claro es que, de primera impresión, esta particularidadpareceestarenpugnaconmiopinión.Peromeditemosunpoco.SabemosqueMaríavolvióaencontrarpositivamenteasuamante,yconélatravesóelrío,yque llegó aunahoramuyavanzada, cercade las tres de lamadrugada, a labarrière du Roule. Pero, al tolerar que la acompañase tal individuo, con undeseocualquiera, conocidoodesconocidode sumadre,Maríadebiópensar,sin duda alguna, en el propósito que habíamanifestado al salir de su casa,comotambiénenlainquietudyrecelosquehabíandeproducirseenelánimodesuprometido,Saint-Eustache,cuando,alirarecogerlaalahoraquehabíanconvenido, a la ruedesDromes,vieraquenohabía llegadoaún,y, además,cuando,deregresoalapensiónconunanoticiatanalarmante,seenteraradesuprolongadaausenciadelacasa.RepitoqueMaríadebiódepensarentodoesto,teniendoencuentalaalarmadeSaint-Eustacheylassospechasdetodossus amigos. Es posible que no tuviera valor para regresar y desmentir lassospechas, aun cuando éstas, para ella, tenían poca importancia, si la

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suponemosconlaintencióndenovolver.

»Podemos imaginar que razonó de este modo: “Estoy citada con unapersonaparaescaparmeconella,obienparaotrosplanesquenadie,exceptoyo,conoce.Esnecesarioevitartodaposibilidaddesersorprendida.Harécreerquevoydevisitaacasademitía,yquepasaréeldíaasulado,enlaruedesDromes.LediréaSaint-Eustachequenomerecojahastalanoche,ydeestamaneramiausenciadecasa,prolongadatodoeltiempoposibleysinprovocarsospechas ni inquietudes, tendrá una explicación, y con ello ganaré mástiempoqueconotroplancualquiera.SileencargoaSaint-Eustachequevayaabuscarme al anochecer, probablemente no se presentará antes. Pero, encambio,sidejoderogarlequevayaabuscarme,seacortaráeltiempodequedispongo para la fuga, puesto que a una hora más temprana esperará miregreso,ymiausenciadespertaráantes su inquietud.Por tanto, siélpudieracomprendermiintenciónderegresarynotuvierayomásperspectivaqueunsencillopaseoconlapersonaencuestión,noseríaoportunosuplicaraSaint-Eustachequefueseabuscarme,porqueal llegarcomprenderíaquemehabíaburladodeél,hechoestequepodríaocultarleparasiempremarchándomedecasasindarlecuentademipropósito,volviendoantesquellegaralanocheydiciendoentoncesquehabíaidoaveramitíaalaruedesDromes.Perocomomiplaneseldenovolvernunca,o,cuandomenos,hastadespuésdealgunassemanas,obienhastaquehayalogradoocultardeterminadascosas,loúnico,pues,quedebepreocuparmeeslanecesidaddeganartiempo”.

»Desde el primermomentohabrá usted observado en sus apuntes que laopinióngeneralconrespectoaestedesdichadosucesoesladequeMaríafuevíctima de una banda de desalmados. En determinados casos, la opiniónpopulardebesertenidaencuenta,porquecuandosemanifiestadeunaformaesencialmenteespontánea,hayqueconsiderarlacomounfenómenosemejantealaintuición,queeslaidiosincrasiadelhombredetalento.Deciencasos,ennoventaynuevemeinclinaríaenfavordesusjuicios.Peroesmuyimportanteelhechodequenoencontremoshuellaspalpablesdeunasugestiónexterior.La opinión, por tanto, debe ser rigurosamente el pensamiento personal delpúblico,yamenudoesmuydifícilestablecerestadistinciónymantenerla.Enelpresentecasosupongoqueestaopiniónpúblicaconrespectoaunapartidadedesalmadoshasidoinspiradaporelsucesoparaleloysecundariodequesedacuentaeneltercerodemisrecortes.

»TodoParísestáintrigadoconelhallazgodelcadáverdeMaría,unajovenconocidaybella.Elcuerpohasidoencontradoflotandoenelríoyconseñalesdeviolencia.Sehaaveriguadoahoraque,enlamismaépocaenquesesuponefue asesinada la perfumista, una cuadrilla de jóvenes rufianes cometió unatentado análogo al sufrido por ella, aunque no de tanta importancia, en lapersona de otra joven. ¿Sorprenderá, acaso, que el primer suceso conocido

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inspiraseeljuiciopopularconrespectoalsegundo,todavíaporconocer?Estejuicio esperaba una dirección, y el atentado que se conocía la indicaba conmuchaoportunidad.TambiénMaríafueencontradaenelrío,enelmismoríodonde se cometió el atentado conocido. La relación de estos dosacontecimientosteníaensíalgotanevidente,quehubierasidounmilagroqueel pueblo olvidara advertirlo y consignarlo.Mas, concretamente, uno de losdosatentados,conocidoporlaformaenquefuerealizado,esindiciodequeelotro,cometidoenunaépocaquecasicoincide,noserealizódelmismomodo.Realmente,hadeconsiderarsecomounmilagroquemientrasunacuadrilladedesalmadoscometíaenundeterminadolugarunatentadoinaudito,sehallaseenlamismalocalidad,enlamismapoblaciónyenlamismacircunstancia,aotra cuadrilla semejante empleando los mismos medios y los mismosprocedimientos, cometiendo un crimen de carácter exactamente parecido yprecisamenteenlamismaépoca.¿Enquéotracosa,téngaloustedencuenta,podría laopiniónpública,sugestionadaaccidentalmente, impulsarnosacreerenalgoquenofueraestamaravillosaseriedecoincidencias?

»Antesde irmás lejos,estudiemoselsupuesto lugarde losasesinatosenlossotosdelabarrièreduRoule.Elbosquecillo,muytupido,hállase,escierto,a regular distancia de una carretera pública. Se ha dicho que dentro de élexisten tres o cuatro anchaspiedras, que formanuna especie de asiento conrespaldo. En la piedra superior se han encontrado unas enaguas, y en lasegunda,unchaldeseda.Sehanhalladotambiénunasombrilla,unosguantesyunpañuelodebolsillo,queteníabordadoelnombrede“MaríaRoget”.Entrelaszarzasdelosalrededoressehanencontradoprendidosalgunosjironesdelvestido.Latierraestabaremovida,aplastadoslosmatorralesyveíaseentodohuellasdeunaluchaviolenta.

»A pesar del júbilo con que la Prensa acogió el descubrimiento de estelugarydelaunanimidadconquesesupusofueraelteatrodelcrimen,hayqueadmitir que existe más de una justificada razón para dudar de ello. Si elverdaderoteatrosehallase,comoindicaLeCommerciel,enlascercaníasdelaruePavéeSaint-André,losautoresdelcrimen,quesuponemosseencuentrantodavía en París, habrían recelado, naturalmente, de la opinión pública,dirigida tan vivamente sobre la verdadera pista. Todo espíritu nada vulgarhubieseexperimentado la inmediatanecesidadde llevaracabouna tentativacualquieraparadistraeresaatención.ComoelsotillodelabarrièreduRoulehabía ya despertado sospechas, pudo lógicamente inspirar la idea de que seabandonaranallílosobjetosdequesetrata.

»Diga lo que diga Le Soleil, no existe prueba real de que tales objetoshayanpermanecidoenaquelparajemásdeunescasonúmerodedías,mientrasque es más que admisible que no hubieran podido encontrarse allí sindespertar la atención, durante los veinte días transcurridos entre el trágico

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domingoydelatardeenqueunosmuchachoslosencontraron.“Sehallabancompletamente enmohecidos por la acción de la lluvia”, dice Le Soleil,deduciendoestaopinióndelosperiódicosquehablaronantes,“ypegadosporlahumedad.Elcéspedhabíacrecidoentornoaellosyloscubríaenparte.Laseda de la sombrilla era sólida, pero estaban cerradas las varillas y la partesuperior,enlacuallatelaplegadasufriólosefectosdelahumedad:serasgóencuantolaabrieron”.Por loquerespectaalhechodequeelcésped“habíacrecido en torno a los objetos, hasta cubrirlos en parte”, es evidente que nopudo comprobarse sino por las declaraciones de los dos niños, hechas deacuerdoconloquerecordaban,porquelosrecogieronylosllevaronalacasaantesdeservistosporunatercerapersona.Peroelcésped,sobretodobajounatemperaturacálidayhúmeda,como lade laépocadelasesinato,crecehastaunaalturadedosotrespulgadasenunsolodía.

»Unasombrillaabandonadaenunlugarcubiertodecéspedpuede,ensólounasemana,desaparecerbajolahierba,quehacrecidoconrapidez.Porloquerespecta al enmohecimiento, sobre el que con tanta obstinación insiste eldirectordeLeSoleil,puestoqueempleaestapalabraporlomenostresvecesen el breve párrafo transcrito, les que realmente ignora la naturaleza de talenmohecimiento? ¿Necesitará saber tal vez que es una de las numerosasvariedadesdefungus,cuyacaracterísticamásconocidaesladecrecerymorirenveinticuatrohoras?

»Así,a laprimeraimpresión,vemosqueloquetanaparatosamentesehaalegadoparamantenerlaideadequelosobjetospermanecieronenelbosque“durantetresacuatrosemanas”,cuandomenos,escompletamentenulo,siesquehemosdeconsiderarlocomoelementodeprueba.Porotraparte,esmuydifícil creerque talesobjetoshayanpodidocontinuarenaquel lugardurantemásdeunasemana,duranteunintervalomayorqueelqueexistededomingoa domingo. Cuantos conocen medianamente los alrededores de París sabencuándifícileshallarenellosunrefugiosolitario,exceptoagrandistanciadelos suburbios. No es posible imaginar un rincón inexplorado o visitadoraramenteenestosbosquesysotillos.Queintentecualquierverdaderoamantede laNaturaleza,condenadoporsusobligacionesalpolvoyalcalordeestagranmetrópoli,saciarsuseddesoledad,aundurantelosdíaslaborables,entreestasbellezasnaturalesycampestresquenosrodean.Antesquehayapodidodar un par de pasos romperá el naciente encantamiento la voz o irrupciónpersonal de algún chiquillo o de una banda de pilluelos borrachos. Buscaráinútilmenteelsilenciobajolasmásespesasfrondas.

»En estos lugares es, precisamente, donde abunda la crápula, donde sonmásprofanadoslostemplos.Conelcorazónllenodedesencantoregresaráelpaseante inmediatamente a París, como si volviera a una cloaca de menosgroseraimpurezay,portanto,menosodiosa.Silosalrededoresdelaciudadse

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encuentran tan infestados durante toda la semana, ¡cómo no lo estarán losdomingos! Entonces es cuando, mejor que nunca, libre de las ataduras deltrabajooprivadodelasocasionescorrientesfavorablesaldelito,elpilluelodela capital va hacia las afueras, no por amor a la naturaleza campestre, quedespreciaconvehemencia,sinoporhuirdelastrabasyconvencionessociales.Novaenbuscadelairepuroylosárbolesverdessinodelaabsolutalibertaddelcampo.Enelventorro,albordedelacarreteraoalasombradelbosque,sinquelojuzguenotrasmiradasdistintasdelasdesusdignoscompañeros,seentrega a los furiosos excesos de una falsa alegría, hija de la libertad y delalcohol.

»No anticipo nada que no salte a la vista de todo imparcial observadorcuando repito que el hecho de que tales objetos hubieran permanecido sindescubrirseduranteunperíodomayorqueelquemediadeundomingoaotro,enunbosquecillocualquieradeParís,debaserconsideradocomosifueseunmilagro.

»Pero no nos faltan motivos para sospechar que tales objetos fuerondejados en el sotillo en cuestión con el propósito de desviar la atención delverdaderolugarenquesecometióelcrimen.Permítameusted,antesquenada,hacerle notar la fecha del hallazgo. Relaciónela con la del quinto de misrecortes en la lista de periódicos que he confeccionado, y verá usted que aldescubrimiento siguen casi inmediatamente los urgentes comunicadosdirigidosaldiariodelatarde.

»Aunque con modificaciones, estos comunicados, procedentes, enapariencia,dedistintoorigen,tendíantodoshaciaelmismofin:eldeatraerlaatención sobre una pandilla de forajidos, a quienes acusar como autores delatentado,ytambiénsobrelosalrededoresdelabarrièreduRoulecomolugaren que se cometió el hecho. El que los niños encontrasen estos objetos aconsecuenciadedichoscomunicados,yluegoqueseencauzaraenestesentidolaopiniónpública,noes,naturalmente,loquepuedesorprendernos,sinoquepodría suponerse legítimamente que si los niños no encontraron antes estosobjetos es porque todavía no se hallaban en el bosquecillo, porque fueronabandonadosenunaépocaposterior:ladelafechaounamuypocoanteriorala de los comunicados, y esto fue hecho por los mismos asesinos, autorestambiéndeloscomunicadosdequesetrata.

»Esebosquecilloesraro,demasiadoraro.Sufrondosidadesinsólita.Enelcentro de susmurallas naturales hallábanse tres extraordinarias piedras, queconstituían un asiento con su respaldo. Este bosquecillo tan artísticoencuéntrase en las cercanías, a pocas varas de distancia, de la vivienda demadame Deluc, cuyos hijos tienen la costumbre de inspeccionarcuidadosamentelaespesuraenbuscadecortezasdesasafrás.¿Seríatemerarioapostarmilcontraunoaquenopasabadíasinqueporlomenoscualquierade

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esosmuchachosseescondieraeneseverdesalónysecreyerareysentándoseen ese trono natural?Quienes no se atrevan a apostar, o no han sido niñosnuncaonoconocenlanaturalezainfantil.Lorepito.Esinmensamentedifícilcomprendercómohubiesenlogradopermanecertalesobjetosenelbosquecillomásdeunoodosdíassinquenadie loshubiesedescubierto,existiendo,porotra parte, importantes razones para sospechar, a pesar de la dogmáticaignoranciadeLeSoleil,quefuerondejadosallíenfecharelativamentetardía.

»Sin embargo, para creer que esto haya ocurrido de este modo, existenotrasrazonesmáspoderosasquetodascuantasacabodeexponerle.Permítamequellameahorasuatenciónconrespectoalacolocacióntanartificiosadelosobjetos.Enlapiedrasuperiorhallábanseunasenaguas;enlasegunda,unchalde seda; en torno, esparcidos, una sombrilla, unos guantes y un pañuelo debolsilloconelnombrede“MaríaRoget”bordado.Estacolocación,talcomoestáefectuada,hadebido,naturalmente,idearlaunespíritupocosutil,deseosode encontrar la que fuera natural. Pero no es en absoluto una disposiciónrealmentenatural.Másmehubieragustadoveresosobjetosdiseminadostodosporelsuelo,ypisoteados.

»En el breve recinto del bosquecillo casi hubiera sido imposible que lasenaguasyelchalconservaransobrelaspiedrassucolocación,expuestosalasconmociones de una violencia entre varias personas. Se dice que “habíaseñales de lucha; la tierra aparecía hollada y aplastados los zarzales”; perotantolasenaguascomoelchalyacíancomosobretablas.“Losjironesderopaque colgaban de las zarzas tenían unas tres pulgadas de ancho por seis delargo. Uno de ellos era parte del volante o borde del vestido, que estabaremendado.Parecíantirasarrancadas”.Sindarsecuentadeello,aquíLeSoleilempleaunafraseenextremosospechosa.Talcomolosdescribe,estosjironesparecen tiras arrancadas, pero intencionadamente y por una mano. Es unaccidente extrañísimo que un trozo de vestido como el del que hablamospuedaserarrancadoenteramenteporlaaccióndeunaespina.

»Dadalanaturalezadeltejido,unaespinaoclavoqueseengancharaenéllo desgarraría en forma rectangular, dividiéndole en dos rasgaduraslongitudinales, formando un ángulo recto, y viéndose el sitio por donde seclavó la espina. Pero es casi imposible de comprender que el pedazo searrancara completamente. Yo no he visto nunca eso, y supongo que ustedtampoco. Para arrancar así un trozo de tela es necesario casi siempre queactúen dos fuerzas distintas en sentidos diferentes. Si, por ejemplo, la telapresentadosbordes,siesunpañueloyquierearrancarseunatira,solamenteentoncesbastaráunafuerzaúnica.Peroenelcasodequesetrata,sehabladeun trajequenoofrecesinounsolo lado,yarrancarunpedazodeenmedio,quenopresentaladoalguno,seríacasimilagrosoquepudiesenhacerlovariasespinas,ymenosaúnunasola.Peroinclusocuandolatelapresentaunborde,

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será necesario que actúen dos espinas, una en dos direcciones distintas y laotraenunasola,y,apesardetodo,esnecesariosuponerquenoestéribeteadoelborde,porqueentoncesestoresultaríaimposible.

»Ya hemos visto cuán grandes y numerosos obstáculos impiden que lasencillaaccióndelasespinasarranquenlosjirones.Noobstante,senosinvitaasuponerquenosólountrozo,sinovarios,sehanarrancadodeestemodo.Yunodeelloseraelbordedelvestido.Elotro,unapartedelafalda,peronoelribete;esdecirhabíasidoarrancadoporcompletoporlaaccióndelasespinas,precisamente de lamitad y no del borde de la falda. Digo que estas cosas,plausiblemente, no pueden ser creídas. No obstante, si las consideramos enconjunto, constituyen un motivo menos de evidente sospecha que la únicacircunstancia, tan sorprendente, de que los asesinos hubieran podidoabandonar talesobjetosenelbosque, teniendo,como tuvieron laprecaucióndellevarseelcadáver.

»A pesar de todo, usted no habrá comprendido por completomi idea, ycreequemideseoeseldenegarqueelbosquehayasidoellugardelcrimen.Posibleesqueenélocurrieraalgograve;peroparecemásverosímilaceptarqueladesgraciahayaocurridoprecisamenteencasademadameDeluc.Pero,endefinitiva,éstaesunaparticularidaddesecundariaimportancia.Noshemospropuestodescubriralosautoresdelcrimenynoellugarenquesecometió.Apesar de su minuciosidad, todos los argumentos que he aportado tiendenúnicamente a demostrar a usted lo insensato de las afirmaciones tanimpetuosasyrotundasdeLeSoleil,y,comoinmediataconsecuencia,llevarle,porelcaminomáslógico,aotro:aestudiarsielasesinatohasidoonoobradeunabanda.

»Aludiendo sencillamente a los raros pormenores que dio el cirujano aldeclararenelsumario,yoimpugnaríaesteextremo.Mebastarádecirquesusconclusiones,porloquerespectaalnúmerodelossupuestosmalhechores,hansido ridiculizadas por completo, dada su falsedad y por estar desprovistascompletamentedefundamento,segúntodos losanatomistasmásprestigiososdeParís.Noaseguroquematerialmenteelhechonohayapodidoocurrircomoéldice,peronoencuentrosuficientesrazonesparasuconclusión.¿Noexistíanmuchasmásparasustentarotrateoría?

»Reflexionemos ahora con respecto a las huellas de la lucha.Preguntémonosquéesloquesepretendedemostrarconello.¿Lapresenciadeunabanda?¿Acasonopruebanmuchomejoraún laausenciadeunabanda?¿Quéclasedeluchalobastanteviolenta,losuficientementeprolongada,paradejar huellas en todas direcciones, hemos de suponer entre una débil jovenindefensa y la banda de forajidos a que se alude? Unos brazos vigorosos,oprimiéndola en silencio, hubiesen bastado para que la víctima quedaraabsolutamente indefensa, pasiva y a su discreción. Advertirá usted que

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nuestrasrazonescontraelbosquecillo,supuestocomolugardelsuceso,nosedirigenprincipalmentesinocomoallugardeunatentadocometidopormásdeunindividuo.Sisupusiéramosunhombresolo,encarnizadoenunaviolación,entonces,ysolamenteentonces,cabríaadmitirunaluchadecarácterviolentoy obstinado para dejar tan visibles huellas. Además, hemos indicado ya lassospechasqueresultandelhechodequelosobjetosreseñadosanteshubiesenpodidopermanecerenelbosquecillodondefueronhallados.

»Casiparece imposiblequeestaspruebasdelcrimenseabandonaranporaccidenteenelsitiodondefuerondescubiertas.Setuvobastantepresenciadeánimo, y se ha supuesto así, para llevarse el cadáver, y, no obstante, unapruebaconcluyente,másaúnqueelcadávermismo,cuyasfaccionespudieronalterarse con rapidez a consecuencia de la descomposición, queda expuestadescaradamenteenelteatrodelcrimen.Merefieroalpañuelodebolsilloconelnombredeladifunta.Sielloesunaccidente,nosedebeésteaunabanda.Noslopodemosexplicartansólocomoobradeunindividuo.Veamoscómo:Un individuo es quien ha cometido el asesinato. Solo, con el espectro de ladifunta,seencuentraaterrorizadoanteelcadáverinmóvil.Sehaextinguidoelfurordesupasión,yahora,ensuánimo,comienzaaalentarelnaturalhorrordelcrimencometido.Suespíritucarecedeestaconfianzaqueinevitablementeinspira lapresenciadevarios cómplices.El asesino está solo con lamuerta.Tiembla horrorizado. Sin embargo, es preciso ocultar el cadáver en algúnlugar.Lollevaalrío;perotrasdesídejalashuellasdelcrimen;ycomoleesdifícil, ya que no imposible, transportarlo todo de una vez, podrá regresarluegopara recoger loquenohapodido llevar consigo.Peroen su trabajosoviajealrío,lostemoresqueleasaltabanaumentan.Rodeansucaminorumoresdevida.Unadocenadevecesoye,olepareceoír,lospasosdealguienqueleespía. Le aterran incluso las luces de la ciudad. Por último, tras largas yfrecuentespausas,llenasdeinfinitaangustia,llegaalbordedelrío,y,talvezvaliéndose de una barca, se libera de su siniestro fardo. Pero ahora, ¿quétesoro del mundo, qué amenaza de castigo tendría suficiente poder paraobligar a este criminal solitario a que regresara, a través de su peligroso yabrumador camino hacia el terrible bosque poblado desde ese instante delúgubresrecuerdos?Novuelve,ydejaquesigansucurso lasconsecuencias.Nopuederegresar,comoquisiera.Suúnicaideaesladehuircontodarapidez.Abandona para siempre la amedrentadora espesura y escapa como si leamenazaralacóleradelCielo.

»Pero¿ysisupusiéramosunabandadeasesinos?Elservariosleshubierainspirado audacia, en el caso en que sea verdad que la audacia pudo faltaralguna vez del corazón de un miserable empedernido, y se supone que labandaestácompuestademiserablesempedernidos.Comodigo,sunúmeroleshabría evitado el terror irrazonado y la turbación que de acuerdo con mihipótesisacometióalsolitarioindividuo.Siustedquiere,podemosadmitir la

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posibilidaddeuna ligerezaenuno,doso tresdeestos individuos.El cuartohubiera tenidoencuentaeldescuido.Nadahubiesenpodidodejar trasdesí,porque el ser varios les permitía llevárselo todo en unamisma vez, sin quetuvierannecesidaddevolver.

»Fíjese usted ahora en la particularidad de que en la falda del cadáverdescubiertosehabíadesgarradouna tiradearribaabajo,como,deunpiedeancho, y desde el borde de la cintura, pero que esta tira no había sidoarrancada,sinoquedabatresvueltasalrededordeltalleyseceñíaalaespaldapor una especie de nudo. Esto fue hecho con el evidente propósito deconseguirunasideroquepermitieseeltrasladodelcadáver.Enestecaso,¿unabandadeforajidoshubiesetenidoquerecurriratalextremo?

»Tratándose de tres o cuatro hombres, las mismas extremidades de lavíctima hubieran facilitado losmedios de traslado, no sólo suficientes, sinoque,además,hubieransidocómodos.Setrata,pues,delainvencióndeunsoloindividuo,yestonosllevaaconsiderarelsiguientehecho:entreelsotilloyelrío se ha descubierto que las empalizadas hallábanse caídas y que la tierraconservabahuellas, comosi sehubieraarrastradoporellaunobjetopesado.¿Acasounabandasehabríamolestadoenderribarunaempalizadayarrastrarsobreellauncadáver,cuandolevantándolopudohacerlopasarfácilmenteporencima?¿Unabandadecriminalesnohubieseevitadoarrastraruncadáver,denoserquehubieraqueridodejarunevidenterastro?

»Unavezllegadosaestepunto,hemosdevolveraunaobservacióndeLeCommercielenlaqueyaantesmehabíafijado.Esteperiódicodice:“Unjiróndeunadelasfaldasdeladesventuradajovenhabíasidoarrancadoyceñidoentornoasucuelloyanudadoalanuca,probablementeconobjetodeahogarsusgritos, hecho efectuado, sin duda, por los miserables, que no debían tenersiquieraunpañuelodebolsillo”.

»Heindicadoyaqueelverdaderogranujanodejadellevarnuncapañuelode bolsillo, pero no me propongo llamar su atención con respecto a estaparticularidad.Noesporfaltadepañuelo,niaunparaelfinquehasupuestoLeCommerciel para loque aquel jirón fue empleado.Loprueba el pañueloque se abandonó en el bosquecillo, y lo que demuestra que la intención deimpedirlosgritosnoexistió,esqueesatirasehaempleadopreferentementeenloquehabríadadomejoresresultadosparaelfinpropuesto.Ahorabien:elsumario,alhablardeella,dice“queseencontróceñidaasucuello,adaptadadeunmodomuyflojoysujetaporunapretadonudo”.Hastaestos términossonvagos,perodifierenesencialmentede losdeLeCommerciel.La tiraerade unas dieciocho pulgadas de ancho, y, plegada y enrollada en sentidolongitudinal,debíaformarunaespeciedecuerdabastantefuerte,auncuandofuesedemuselina.

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»Mi conclusión es ésta: el asesino solitario, habiendo transportado elcadáver a determinada distancia desde el bosquecillo o de otro lugarcualquiera,valiéndosedelatiraanudadaentornoalacintura,vioqueelpeso,aunapesardeestesistema,agotabasusfuerzas.Decidióentoncesarrastrarelcuerpo,yahíestánlashuellasqueloconfirman.Paraconseguirestepropósitoeranecesariosujetaralgosemejanteaunacuerdaaunadelasextremidades,ypreferentementeentornoalcuello,porquelacabezaserviríaasíparaimpedirqueelcuerposearrastrase.Evidentemente,pensóentonceselasesinoenusarlatiraceñidaentornoalacintura,loque,sinduda,hubierahechodenohabersido por estar arrollada alrededor del cuerpo por el apretado nudo que larematabaylaideadequenoestabaarrancadaporcompletodelvestido.Leeramás fácil sacar una nueva tira de las enaguas, y lo hizo así, anudándola entornoalcuelloyarrastrandodeestaformaasuvíctimahastaelrío.Estatira,cuyafacilidadconsistíaenestaralalcanceinmediatodelamano,peroquenorespondía sino imperfectamenteaestamisión, fueempleada talcomoestáydemuestraquelanecesidaddeservirsedeellaocurrióencircunstanciasenquenohabíamododerecuperarelpañuelo;esdecir,segúnhemossupuesto,luegodehaberabandonadoelbosque,dehabersidoenelbosqueyentreeltrayectocomprendidoentreésteyelrío.

»PerodiráustedqueladeclaracióndemadameDelucseñalaespecialmentelapresenciadeunabandadeforajidosenlascercaníasdelbosquealahora,oalrededor de la hora, en que el asesinato fue cometido. De acuerdo. Meatrevería incluso a creer que había una docena de bandas como las que hadescrito madame Deluc, y que se encontraban en aquellos lugares hacia lamismahora enqueocurrió la tragedia.Pero la bandaque atrajo la señaladaanimadversióndemadameDeluc,aunquesudeclaraciónseauntantotardíaybastantesospechosa,eslaúnicanombradaporesadignayescrupulosadama,banda que comió sus pasteles y se bebió su aguardiente sin preocuparse depagárselo.Ethincillœirœ?

»Pero ¿cuáles son los términos concretos de la declaración de madameDeluc?«Unapandilladegranujasapareció,armóunalborotodemildiablos,bebióycomiósinpagar,siguióelmismocaminodeljovenydelamuchachayvolvióalaposadaaloscurecer,ydespuésvadeóelríoprecipitadamente».

»Pues bien: esta precipitación pudo parecer muchomayor a los ojos demadame Deluc, que, con dolor e inquietud, pensaba en su cerveza y suspasteles robados, cerveza y pasteles por los cuales conservó hasta el últimomomentolaesperanzadequelefueranpagados.Deotromodo,ypuestoquese hacía tarde, ¿por qué dio tanta importancia a tanta prisa? Nada debesorprender que una banda aunque esté compuesta por pillos, pongadeterminadoempeñoenregresarapresuradamente,cuandotienequeatravesarunríoenfrágilesembarcacionesycuandoamenazalatempestadylanochese

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aproxima.

»He dicho se aproxima porque aún no era de noche. Los castos ojos demadame Deluc se fijaron en la irritante precipitación de los forajidos aloscurecer. Pero, según han contadomadameDeluc y su hijomayor, oyeronporlanochegritosdemujerenlascercaníasdelventorro.¿Dequétérminossevale madame Deluc para fijar el momento del día en que esos gritos seprodujeron?Segúnella,pocodespuésdeoscurecer;peroesepocodespuésdeoscureceres,porlomenos,lanoche,ylapalabraoscurecersuponeaúneldía.

»Nohaydudaalguna,portanto,dequelabandaabandonólabarrièreduRoule antes de haberse oído los gritos que casualmente (?) oyó madameDeluc.Aunque,enlosnumerososinformesdelsumario,estasdosexpresionesdistintas se citen invariablemente, como yo mismo lo hago en nuestraconversación,ningúnperiódiconi ningún sabuesode lapolicíaha advertidohastaahoralagrancontradicciónenqueincurren.

»Únicamente tengo que añadir un argumento contra esa famosa banda,pero cuyo peso es, cuandomenos paramí, absolutamente irresistible. En elcaso de ofrecer una buena recompensa y el indulto a todo delator de suscómplices,niporuninstantesepuedepensarqueunindividuocualquieradeuna banda de malhechores o de una asociación de hombres de cualquierespecienohubierayatraicionadoasuscómplicesdesdehacíamuchotiempo.Atodoindividuodeunabandadeestaclaseantesleatemorizalaideadeunaposible traición que le seduce la tentación de obtener una recompensa.Cualquiera de ellos traiciona para que no le traicionen. En fin, la mejorgarantía de un secreto es la de que no se divulgue. Los horrores de estosasuntos tenebrosos sólo son conocidos por uno o dos seres humanos y porDios.

»Reunamosahoraloshechos,pobres,esverdad,peropositivos,denuestrolargoanálisis,yasetratedeunfatalaccidenteenelventorrodemadameDelucodeunasesinatocometidoenelbosquedelabarrièreduRouleporunamanteo al menos por un amigo íntimo y secreto de la difunta. Este amigo es derostrocetrino,locual,teniendoencuentaelnudocorredizodelacinturayelde las cintas del sombrero, delata a un marino. Su amistad con la difunta(jovenunpococasquivana,escierto,peronoabyecta)noslodenunciacomoun hombre superior por un empleo a un simplemarino. Por otra parte, loscomunicados urgentes, muy bien escritos, que fueron dirigidos a losperiódicos,contribuyendeunaformanotablearobustecernuestrahipótesis.Elhechodeunafugaanterior,reveladaporLeMercure,nosobligaahacerdeunmismo individuo el marino y el oficial de Marina, ya conocido por haberhechoincurrirenfaltaaladesventurada.

»Muyoportunamentesenosofreceaquíotraconsideración,queeslaque

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se refiere a la duración de la ausencia del citado individuo de tez cetrina.Insistamosconrespectoaestepunto;esdecir,asutezsombríaytostada.Unatezlevementetostadaesloquehapodido,únicamente,constituirelsolopuntoderecuerdocomúnexistenteentreValenceymadameDeluc.Ahorabien:¿porquéestehombreestáausente?¿Fueasesinadoporlabanda?Dehaberocurridoasí,¿porquénoesposiblehallarmáshuellasdelamuchachaasesinada?Paralosdoscrímenessesuponeelmismoescenario.Peroelcadáverdeél,¿dóndeseencuentra?Sindudaalguna, losasesinoshabríanhechodesaparecera losdosdelmismomodo.No,nopuedeasegurarsequeelhombrevivatodavíayqueloqueleimpidedarseaconocereseltemordeseracusadocomoautordelcrimen.

»Enestemomento, tardíamenteya, es cuandopodemos suponerqueunaconsideraciónsemejantepesevivamenteenél,puestoqueuntestigoasegurahaberlevistoconMaría.Peroestetemornohubierainfluidoenmodoalgunoenlaépocadelcrimen.Laprimeraintencióndeunhombreinocentehubierasidoladedenunciarelhechoyayudaraldescubrimientodelosmalhechores.Asíloaconsejaríauninterésbienentendido.Levieronconlajoven.Cruzóelríoconellaenunabarca.Hastaauntonto,ladenunciadelosasesinoshubieraparecido elmás seguromedio de escapar a las sospechas. En ningúnmodopodemossuponerle,enlanochefataldeldomingo,inocenteynoenteradodelcrimen. No obstante, únicamente en circunstancias imposibles podríamoscomprender que, estando vivo, hubiese faltado al deber de denunciar a loscriminales.

»¿De qué medios disponemos para llegar a la verdad? A medida quevayamosavanzandolosveremosmultiplicarse,concretarse.Analicemosahoralahistoria,viejaya,deunaprimerafuga.Pasemosaenterarnosdelavidadeesteoficial,comotambiéndelascircunstanciasactualesquelerodeanydeloslugaresenqueseencontrabaprecisamenteenlaépocadelcrimen.Contodocuidado,comparemosentresílosdistintoscomunicadosdirigidosaldiariodelatarde,enlosqueseacusabaaunabandademalhechores.

»Hecho esto, cotejemos el estilo y la letra de estos comunicados con laletra y el estilo de los manuscritos que fueron dirigidos al periódico de lamañanaenépocaanterioryquetanenérgicamenteinsistíanconrespectoalaculpabilidad de Mennais. Después, comparémoslos con los manuscritosconocidosdeloficial.Medianteun interrogatoriomásminucioso, intentemosobtenerdemadameDelucydesushijos,asícomodeValence,elconductordel ómnibus, algún informe más concreto con respecto al aspecto físico ycostumbres del hombre de la tez cetrina. Mediante varias preguntasformuladashábilmente,sindudaalgunapodráobtenersedealgunodeaquellostestigosinformesrelativosaestepuntoconcreto,obienaotros;informesquelosmismostestigosposeen,probablementesinsaberlo.

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»Sigamosluegoelrastrodelabarcaquefuerecogidaporelbarqueroenlamañana del lunes 23 de junio, y que por descuido del oficial de serviciodesapareciósintimóndelembarcaderoenépocaanterioraldescubrimientodelcadáver. Con la perseverancia y cuidado convenientes seguiremos con todaatenciónalabarca,porquenosóloelbarqueroquesehizocargodeellapodríareconocerla,sinoqueteníaensupodereltimón.Noesposiblequenadie,seaquien sea, abandone deliberadamente y sin causa justificada el timón de unbarco de vela. Tampoco se publicó aviso alguno con respecto aldescubrimiento del mismo. En silencio, fue conducido a las oficinas deNavegación,ydesapareciótambiénensilencio.Ahorabien:¿cómoseexplicaqueeldueño,oelarrendatariodelabarcapudiera,sinunanunciopúblico,enunafechatanpróximacomoelmartesporlamañana,saberquelabarcafuehalladaellunes,denoserquelesupongamosrelacionadoenalgúnmodoconlaMarina,relacionespersonalesycontinuas,resultantesdelconocimientodelosinteresesmásnimiosenlasmáslevesnoticiaslocales?

»Al hablar del asesino solitario que arrastraba su fúnebre carga hacia laorilla, he insinuado que debió procurarse una embarcación. ComprendemosahoraqueMaríaRogetfuearrojadadesdeunbarco.Lógicamente,ocurrióasíel hecho. El cadáver no debió confiarse a las aguas bajas de la orilla. Lasseñales particulares descubiertas en la espalda y hombros de la víctimadenuncianlastraviesasdelfondodeunbarco.

»El hecho de que se haya encontrado el cadáver sin un peso corroboranuestraidea,puestoquedehabersidoarrojadodesdelaorillaselohubieranatado.Podremosexplicarnossu faltaúnicamentesuponiendoqueelcriminalnohubieratomadolaprecaucióndeprocurárseloantesdearrastrarelcuerpode lavíctima. Incontestablemente,debióadvertirsudistraccióncuando llegóelmomentodeconfiarelcadáveralrío.Peroyanoteníaasualcancenadaconqueremediaresteerror,yprefirióarriesgarlotodoantesquevolveralariberamaldita. Libre una vez de su fúnebre carga, el asesino debió regresarprecipitadamentehacia lapoblación.Saltó entonces a tierra en algúnmuelledesierto;pero¿podríaabandonarlabarcaenunlugarseguro?Parapensarensemejante tontería se sentíamás apremiado que lo corriente.Aun cuando lahubiese amarrado a un muelle, hubiera creído dejar allí una pruebacomprometedoracontraél.Suresoluciónmáslógicadebiódeserladeapartarlomáslejosposibledesítodoloqueguardaralamenorrelaciónconsudelito.Nosólodebiódehuirdelmuelle,sinoqueprocuróquelabarcanosequedaraenél,ylalanzó,sindudaalguna,aladeriva.

»Continuemos nuestra idea.A lamañana siguiente, el criminal debió deexperimentarunhorror indescriptible.Hallábaseenunlugaradonde, talvez,su deber le llamaba con frecuencia. Por la noche, sin atreverse a pedir eltimón,hizoquedesapareciera.Ahorabien:¿dóndeseencuentraesabarcasin

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timón?Vamosadescubrirlo,yqueseaellaunadenuestrasprimeraspesquisas.Con la primera aclaración que consigamos se iniciará la aurora de nuestravictoria. Con rapidez, de la que nosotros mismos nos asombraremos, estabarcanosllevaráhaciaelhombrequelausóenlanochedelfataldomingo.Laconfirmaciónseaumentaráconlapropiaconfirmación,yseguiremoslapistadelcriminal.

Porrazonesquenotenemosencuenta,nidelasquedamosrazón,peroquesaltanalavistadenuestrosnumerososlectores,noshemospermitidosuprimiraquí,delmanuscritoquenoshasidoenviado,laparteenquesedesmenuzalainvestigación realizada a consecuencia del indicio aparentemente tan ligeroque había descubierto Dupin. Creemos oportunomanifestar tan sólo que elresultado apetecido se logró, y que cumplió el prefecto, aunque no sinrepugnancia,lostérminosdesucontratoconelcaballero.ElartículodemisterPoeconcluyeasí:

«Se comprenderá fácilmente que hablo de simples coincidencias y nadamás.Debebastarcuantohedichoacercadeesteasunto.Micorazónnoposeefe alguna con respecto a lo sobrenatural. Ningún hombre capaz de pensarpuede sentirse inclinado a negar que la Naturaleza y Dios forman un todoúnico.QueÉste,habiendocreadoaaquélla,puedeasuvoluntadgobernarlaomodificarla, es cosa también fuera de toda duda. He dicho a su voluntad,porqueesunacuestióndevoluntadynodepoder,comológicosabsurdoshansupuesto.NosetratadequelaDivinidadnopuedamodificarsusleyes;pero,imaginando una necesidad posible demodificación, la insultamos.Desde elorigenhan sido creadas estas leyespara abarcar todas las contingenciasquepuedancontenerseenlofuturo,porqueparaDiosespresente.

»Repito que hablo sencillamente de estas cosas como de coincidencias.Unas palabrasmás todavía. En el presente relato se hallarámotivo sobradopara establecer un paralelo entre el destino de la desgraciada Mary CecileRogers,porlomenosencuantohasidoposibleconocer,yeldeunatalMaríaRoget,hastadeterminadaépocadesuhistoria;paraleloéstecuyaminuciosaysorprendenteexactitudseefectúaparaconfundirlarazón.Enefecto,todoestosorprenderá.PeroqueniunsoloinstantesesupongaquealcontinuarlatristehistoriadeMaríadesdeelpuntoencuestión,ycontinuandohastasudesenlaceen misterio que la rodeaba, he tenido el interés secreto de sugerir unaextensióndelparaleloodeinsinuarquelasmedidasquefueronadoptadasenParísconobjetodedescubriralasesinodeunaobrera,o las fondadasenunmétododerazonamientosemejante,hayandeproducirunresultadoparecido.

»Porque,porloquerespectaalaúltimapartedelasuposición,hemosdeconsiderar que la más insignificante variación de los elementos de los dosproblemas podrían engendrar graves errores de cálculo, desviandoabsolutamentelasdoscorrientesdeacontecimientos.Delmismomodoqueun

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error, en aritmética, juzgado aisladamente, puede ser inapreciable, por lafuerza acumuladora de la multiplicación produce a la larga un resultadoterriblementedistantedelarealidad.Yporloqueserefierealaprimeraparte,noolvidemosqueestemismocálculodeprobabilidadesqueheinvocadovedatodaideadeextensióndelparalelo,conunrigortantomásimperiosocuantoqueelparalelohasidoyamásextendidoyexacto.Aquéllaesunaproposiciónno normal, que aun cuando pueda parecer resurgir del dominio delpensamiento general, del pensamiento que nada tiene que ver con lasmatemáticas,hoysólohasidocomprendidoporlosmatemáticos.Porejemplo,nadaeshoymásdifícilparaconvencerallectorprofanodequesiunjugadordedadoshavueltodosveceselseis,unatrasotra,constituyaestehechounarazónsuficienteparaapostarengrandequéalaterceravezogolpenovolveráasacarlamismacifra.

»Por lo general, una opinión de esta índole suele, desde luego, serrechazada por la inteligencia. No puede comprenderse cómo dos golpes yajugados,desaparecidosenelpasado,puedeninfluirenelquesolamenteexisteenelfuturo.Laposibilidaddetenerelseispareceser,precisamente,laqueencualquier momento era; es decir, sometida tan sólo a la influencia de losdistintos golpes que pueden volcar los dados. Parece tan perfectamenteevidenteestareflexión,quetodoesfuerzollevadoacaboparacontrarrestarlase acoge más frecuentemente con una sonrisa burlona que con una cortéscondescendencia.Elerrorencuestión,yesuncrasoerror,fuenteenocasionesde perjuicios, no puede ser criticado dentro de los límites de que aquídispongo,y los filósofosno lonecesitan.Bastadecir tan sóloqueesteerrorconstituyeunaparteintegrantedeunailimitadaseriedesorpresasconlasquetropiezalarazónalolargodesucamino,porlapropensiónfunestadebuscarlaverdadenlospormenores».

ELEGANCIAS

Soy,o,mejordicho,eraungranhombre.PeronosoyelautordeJuniosnitampoco el hombre de la Máscara de Hierro, ya que mi nombre es, segúnsupongo,RobertJones,ynacíenalgúnlugardelaciudaddeFum-Fudge.

Elprimeractodemividafuecogermelanarizconlasdosmanos.Alveresto, mi madre me llamó genio, mi padre lloró de alegría y me regaló untratadodeNasología.Lodominéafondoantesdellevarpantalones.

Desdeentoncescomencéapresentirmicaminoenlasciencias,ynotardéen comprender que todo hombre, mientras sea poseedor de una narizsuficientementenotable,puede,sisedejallevarporella,alcanzarladignidad

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de un hombre superior. Peromi atención no se limitó solamente a la teoríapura.Todaslasmañanastirabadosvecesdeminarizybebíamediadocenadecopitas.

Alcanzada mi mayoría de edad, me preguntó mi padre un día si queríaseguirleasudespacho.

—Hijo mío —me dijo, cuando nos sentamos—, ¿cuál es la principalfinalidaddetuvida?

—ElestudiodelaNasología,señor—lecontesté.

—¿YquéeslaNasología,Robert?

—Eslacienciadelasnarices,padremío—ledije.

—¿Y puedes decirme—me preguntó— cuál es el sentido de la palabranariz?

—Lanariz, padremío—contesté, bajando la voz—,ha sidodefinida demuydiversosmodosporunmillardeautores—alllegaraquísaquéelreloj—:Ahora son las doce del día, o falta muy poco para que lo sean. Por tanto,disponemos de tiempo, de aquí hasta medianoche, para echar una ojeada atodas.Empezaré,pues.SegúnBartholinus, lanarizesunaprotuberancia,esagiba,esaexcrecencia,esa…

—Bien, Robert —me interrumpió el bondadoso anciano—. Me haaniquilado la inmensidad de tus conocimientos. Sí, por mi alma; estoyrealmenteaniquilado.

Alllegaraestaspalabrascerrólosojosycolocólamanosobresucorazón.

—Acércate —me dijo; y después, me cogió del brazo—. Desde ahorapuededarseporterminadatueducación.Horaesyadequetelancesalmundo,ycreoque lomejorquedebeshaceres seguir, lisay llanamente, a tunariz.Así,así,así…—yapuntapiésmehizodescenderlaescalerahastallegaralapuerta—.Así,saldemicasa,yqueDiosteproteja.

Como yo sentía en mi interior la divina inspiración, consideré esteaccidentecomouna suerte.Meparecióqueel consejopaternal erabueno,ydecidíseguiraminariz.TirédeelladosotresvecesyredactéunfolletosobreNasología.

TodoFum-Fudgesealborotó.

—¡Asombrosogenio!—dijoelQuarterly.

—¡Soberbiofisiólogo!—dijoelWestminster.

—¡Hábilmuchacho!—dijoelForeing.

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—¡Excelenteescritor!—dijoelEdinburg.

—¡Profundopensador!—dijoelDublin.

—¡Ungranhombre!—dijoelBentley.

—¡Almadivina!—dijoelFraser.

—¡Unodelosnuestros!—dijoelBlackwood.

—¿Quiénserá?—preguntómisterBas-Bleu.

—¿Quéserá?—dijolagruesamissBas-Bleu.

—¿Dóndeestará?—dijolapequeñamissBas-Bleu.

Peroyonoprestéatenciónalgunaatodoaquelvulgo,ymedirigíalestudiodeunartista.

La duquesa de Bendita-sea-mi-alma era el modelo para su retrato; elmarqués de Así-y-así cuidaba del perro faldero de la duquesa; el conde deEsto-y-aquellojugabaconelfrascodesalesdeladama,ysualtezarealNo-me-toquesinclinábasesobreelrespaldodesusillón.

Meacerquéalartistaylemostréminariz.

—¡Oh,hermosísima!—suspiróSuGracia.

—¡Oh,socorro!—balbucióelmarqués.

—¡Oh,chocante!—murmuróelconde.

—¡Oh,abominable!—gruñósualtezareal.

—¿Cuántoquiereustedporella?—preguntóelartista.

—¡Porsunariz!—exclamóSuGracia.

—Millibras—dije,sentándome.

—¿Millibras?—preguntóelartista,pensativo.

—Millibras—contesté.

—Esmuybella—dijoconéxtasis.

—Millibras—ledije.

—¿Lagarantizausted?—preguntó,volviéndomelanarizalaluz.

—Lagarantizo—dije,sonándomelafuertemente.

—¿Eseloriginalauténtico?—preguntó,tocándolarespetuosamente.

—¡Cómo!—exclamé,torciéndolaaunlado.

—¿Noselahancopiadonunca?—preguntóestudiándolaalmicroscopio.

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—No—repuse,enderezándoladenuevo.

—¡Admirable!—exclamóelartista,aturdidoporlabellezadelamaniobra.

—Millibras—dije.

—¿Millibras?—dijo.

—Exactas—dije.

—¿Millibras?—dijo.

—Justamente—dije.

—Lastendrá—dijo—.¡Quépiezamásrara!

Inmediatamenteme firmó un talón al portador y tomó un apunte deminariz.Alquilé una habitación en la calle Jermyny dediqué a sumajestad lanoventaynueveedicióndemi«Nasología»,conunretratodelatrompa.

MeinvitóacomerelpríncipedeGales,eseperversolibertinoenpequeño.

Todoséramostriunfadoresyrecherchés.

Entre nosotros había un neoplatónico. Citó a Pórfido, a Hamblico, aPlotino,aPróculo,aHierocles,aMáximodeTiroyaSiriano.

Tambiénhabíaallíunprofesorde«perfectibilidadhumana».CitóaTurgot,a Price, a Priestley, a Condorcet, a De Staël y el Ambitious Student in Ill-Health.

Estaba allí sir Positivo Paradoja. Observó que todos los locos eranfilósofos,yquetodoslosfilósofoseranlocos.

EstabaallídonAestheticusEthix.Hablódelfuego,delaunidadydelosátomos;delalmadobleypreexistente;de laafinidadyde laantipatía;de lainteligenciaprimitivaydelahomoomería.

Estaba allí don Teólogo Teología. Disertó sobre Eusebio y Ario. Hablótambién sobre la herejía y el Concilio de Nicea; sobre el puseísmo y elconsustancialismo;sobreHomousiosyHomouioisios.

EstabaallíFricasédelaRocherdeCancale.HablódeMuriton,delarojalengua;delascolifloresensalsaveloute;delcarneroalaSantaMenegilda;delescabechealoSanFlorentino,ydesalsasdenaranjaenmosaques.

SeencontrabaallíBibulusO’Bumper.ExpresósuopiniónsobreLatouryelMarkbrunnen;sobreelMosseauxyelChambertin;sobreelRichbourgyelSaint-George;sobreelHaubrion,elLeonvilleyelMedoc;sobreelNarsacyelPreignac;sobreelGrave,elSauterne,elLafitteyelSaint-Peray.ManifestósuincompetenciaconrespectoalClosdeVougeotysevanagloriódedistinguiraojoscerradoseljerezdelamontillado.

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Estaba allí el signor Tintontintino, de Florencia. Habló de Cimabue,Arpino,CarpaccioyAgostino;delastinieblasdelCaravaggio,delasuavidaddelAlbano,delcoloridodelTiziano,delasrobustascomadresdeRubensydelaschocarreríasdeJanSteen.

EstabaallíelrectordelaUniversidaddeFum-Fudge.DijoquelalunasellamabaBendisenTracia;Bubastis,enEgipto;Diana,enRoma,yArtemisaenGrecia.

EstabaallíunGranTurcodeEstambul.Nohabíaquiénleconvencieradequelosángelesnoerancaballos,gallosytoros.Estabasegurodequeexistíaen el sexto cielo alguien que tenía sesenta mil cabezas, y que la tierra lasosteníaunavacaazulcelesteconunagrancantidaddecuernosverdes.

EstabaallíelDelfínPoligloto.Noshablóde lasuertequehabíancorridolas noventa y tres tragedias perdidas de Esquilo; las cincuenta y cuatrooracionesdeIsaías;lostrescientosnoventayundiscursosdeLisias;loscientoochenta tratados de Teofrasto; el octavo libro de las secciones cónicas deApolonio;loshimnosyditirambosdePíndaro,ylascuarentaycincotragediasdeHomeroeljoven.

Estaba allí Ferdinand Fitz Fósil Feldespato. Habló de los fuegossubterráneosydelascapasterciarias;delosaeriformes,losfluidiformesylossolidiformes;delcuarzoydelamarga;delesquistoyelchorlo;delyesoyladiorita;deltalcoylacaliza;delablendaydelahornblenda;delmicasquistoyde laalmendrilla;delciánitoy la lepidolita;delhematitesy la tremolita;delantimonioydelacalcedonia;delmanganesoydetodocuantoqueráis.

Estaba yo allí.Hablé demí, demí, demí y demí; deNasología, demifolletoydemí.Mostréminarizyhablédemí.

—¡Felicísimohombre!¡Hombremilagroso!—exclamóelpríncipe.

—¡Soberbia!—dijeronlosinvitados.

Y, a la mañana siguiente, Su Gracia Bendita-sea-mi-alma me hizo unavisita.

—¿Vendrá usted a Almack, linda criatura? —me dijo, dándome unapalmadaenlabarbilla.

—Pormihonorquesí—lecontesté.

—¿Contodasunariz?—preguntó.

—Tanciertocomoqueestoyvivo—lecontesté.

—Entonces, tome esta tarjeta de invitación, mi vida. ¿Podré contar conusted?

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—Contodomicorazón,queridaduquesa.

—¿Quiénlehablaausteddesucorazón?Ledigosiiráustedcontodasunariz.

—Sinquelefalteunápice,amormío—ledije.

Portanto,metirédelanarizunaodosvecesypartíparaAlmack.

Lossalonesrebosabandegente.

—¡Yallega!—dijounoenlaescalera.

—¡Yallega!—dijootrounpocomásarriba.

—¡Yallega!—dijootro,másarribaaún.

—¡Yahallegado!—exclamóladuquesa—.¡Yahallegadoelamorcito!

Consusdosmanosseapoderótenazmentedemíymebesóenlanariztresveces.Unagranagitaciónconmovióinstantáneamenteatodalaconcurrencia.

—Diávolo!—exclamóelcondeCapricornutti.

—¡Diosguarda!—murmuródonStiletto.

—Milletonnerres!—profirióelpríncipedeGrenouille.

—Tousandteufel!—gruñóelelectordeBluddennuff.

Las cosas no podían quedar así. Me enfadé. Me volví bruscamente aBluddennuffyledije:

—Sir,esustedunmamarracho.

—Sir—repusoél,despuésdeunapausa—.DonnerundBlitzen!

Noesperabamás.Nuestrastarjetassecambiaron.AlamañanasiguientelerebanélanarizenChalk-Farmymefuiacasademisamigos.

—Bête!—exclamóelprimero.

—¡Memo!—exclamóelsegundo.

—¡Idiota!—exclamóeltercero.

—¡Burro!—exclamóelcuarto.

—¡Necio!—exclamoelquinto.

—¡Tonto!—exclamóelsexto.

—¡Fuera!—dijoelséptimo.

Todoestomemortificógrandementeymefuiaveramipadre.

—Padre—lepregunté—,¿cuáleslaprincipalfinalidaddemivida?

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—Hijomío—me contestó—, continúa ahora y siempre el estudio de laNasología;perointerviniendoenlanarizdelElectorhasidomásalládetufin.Tienesunanarizmuybella,escierto;peroBluddennuffyanoposeeninguna.Atiteabuchean,yélsehaconvertidoenelhéroedeldía.Comprendoque,enFum-Fudge,lagrandezadeunhombredemodaestáíntimamenterelacionadaconladimensióndesutrompa.Pero,¡porDios!,yanohayrivalidadposibleconunelegantequecarececompletamentedeella.

MANUSCRITOHALLADOENUNABOTELLA

Nadatengoquedecirdemipatrianidemifamilia.Aambasmehicieronextrañomalosprocedimientosylaacumulacióndelosaños.Tuveelbeneficiode una educación poco corriente, gracias a mi patrimonio, y la inclinacióncontemplativademi espíritumehizo aptopara clasificar, segúnunmétodo,todo ese instructivomaterial reunido y amasado por un estudio precoz. Lasobras de los filósofos alemanes me proporcionaron, sobre todo, infinitosgoces,noporadmiraciónasulocuraelocuente,sinoporeldeleiteque,graciasa mis costumbres de análisis rigurosos, experimentaba sorprendiendo susequivocaciones. Muchas veces se me ha reprochado el genio agrio y lacarenciadeimaginación.Mehizocélebreelpirronismodemisopiniones.

Enrealidad,metemoqueunagraninclinaciónporlafilosofíafísicahayallenadomiespíritudeunodelosdefectosmásfrecuentesdeestesiglo,osealacostumbrede relacionar con los principios de esta ciencia las circunstanciasmenos susceptibles de semejante relación. Por tanto, nadie menos expuestoqueyoadejarsearrastrarfueradelajurisdicciónseverísimadelaverdadporlosignesfatuidelasuperstición.Anteeltemordequelaincreíblenarraciónquevoyaefectuarseconsiderecomoelfrenesídeunaimaginacióncruda,ynocomolaexperienciapositivadeunespírituparaelquenoexistieronnuncaimaginativasensoñaciones,considerooportunoestepreámbulo.

Transcurridosmuchosañosdesaprovechadosenunlargoylejanoviaje,meembarquéen18…,enBatavia,enlaricaypopulosaisladeJava,parapasearporelarchipiélagodelaSonda.Meembarquécomosimplepasajero,yaqueno me impulsaba otro móvil distinto de mi nerviosa inestabilidad, siempretentadoracomounmalespíritu.

Aproximadamente, nuestro barco desplazaba las cuatrocientas toneladas.HabíasidoconstruidoenBombayyllevabauncargamentodealgodón,lanayaceitedelasLaquedivas.Tambiénllevábamosalgúnotrocargamentodistintode éste: azúcar de palma, cocos y unas cajas de opio. El navío había sidogroseramenteestibado,y,enconsecuencia,navegabamallastrado.

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DurantealgunosdíasnavegamosalolargodelacostaorientaldeJava,sinmásincidentesqueelencuentrodealgunosislotes,paraengañarlamonotoníadenuestraruta.

Una tarde, apoyado en la borda de la toldilla, observé una nubesingularísimaaisladahaciaelnoroeste.Distinguíase tantoporsucolorcomopor ser la primera que tuvimos ocasión de ver desde nuestra partida deBatavia.Hastalapuestadelsollaexaminéatentamente.Entoncesextendiósede este a oeste, dibujando en el horizonte una línea precisa de vapor queasemejabaaunaespeciedecostamuybaja.Elaspectorojooscurodelalunayelextrañocarácterdelmarnotardaronendistraermiatención.Elmarhabíaexperimentadouncambiorápido,pareciendoelaguamástransparentequedecostumbre.Distinguíaseelfondocontodaclaridad,y,sinembargo,alarrojarlasonda,comprobamosquenoshallábamosaunaalturadequincebrazas.Elaire se hizo intolerablemente cálido y se cargó de exhalaciones espiralesparecidasalasquedespideunhierroalrojo.

Cediótodalabrisaconlanocheynosenvolvióunacalmaabsoluta.Sinelmenor movimiento sensible, ardía hacia atrás la llama de una vela, y uncabellosostenidoentreelpulgaryelíndicecaíarecto,sinefectuaroscilaciónalguna.No obstante, comodijera el capitán que no advertía síntoma algunopeligroso,ycomoderivábamoshacia tierra,nos tranquilizamos.Secargaronlasvelasyanclamos.Nosepusovigíadecuarto,ylatripulación,compuestaen sumayoría demalayos, acostóse sobre el puente.No del todo tranquilo,descendí a mi camarote. Tenía el presentimiento de que iba a ocurrir unadesgracia.Todosaquellossíntomashacíantemerunsimún.Perocuandoselodijealcapitán,seencogiódehombrosymevolviólaespaldasincontestarme.Comoquieraquenopudieseconciliarelsueño,subíamedianocheacubierta.

Alpisarelúltimoescalónmeaterróunrumorprofundo,semejantealqueproduce la rápidaevolucióndeuna ruedademolino,yantesdequepudieraaveriguarsucausa,observéqueelnavíotemblaba,sacudidoconviolencia.Ungolpedemarlotumbódecostado,ylaola,alpasarsobrenosotros,barriólacubierta.Elmismoímpetudelvientocontribuyóasalvarelbuque,auncuandosehundiócasicompletamenteenelagua.Comoquieraquequedasenlibressusmástiles,selevantólentamente,vacilóunmomentobajolaviolentapresióndelatempestady,porúltimo,quedósecomohabíaestado.

Melibréde lamuertemilagrosamente.Aturdidoporel fuertechoquedelagua, al volver amíme encontré entre el timón y el codaste. Penosamenteconseguí ponerme en pie, y, al mirar a mi alrededor, supuse que noshallábamos en una rompiente, en cuyo abismo nos encontrábamosmetidos,puestoqueeltorbellinodelmaraqueleraespantoso.Oíunosmomentosmástardelavozdeunviejosuecoquehabíaembarcadounosminutosantesqueelbarcoabandonaraelpuerto.Agritoslellaméy, tambaleándose,acudióamí.

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Notardamosendescubrirqueéramoslosúnicossupervivientesdelsiniestro.Todoloquesehallabasobrecubierta,aexcepcióndenosotrosdos,habíasidoarrojadoalmarporlaborda.Elcapitánylosmarinerosperecierondurantesusueño,porqueelaguainundósuscabinas.

Nadapodíamoshacernosotrossolosparasalvaralanave,nitampoconosdejabaenellopensarlaseguridadqueteníamosdeperecerdeunmomentoaotro.Estrujadosporelhuracán,huíamos.Elaguaprecipitábaseporlasvisiblesbrechas;pero,noobstante,nosdimoscuentadequelasbombasfuncionabanyque el cargamento no había sufrido demasiado. Durante cinco días y cinconoches enteras, en los cualesvivimosdeporcionesde azúcardepalma,queconseguimos congrandificultad en el castillodeproa, el barco continuó suhuidaconunarapidezincalculableantelascorrientesdeairequesesucedíanespantosamente, y que, sin igualar el primer ímpetu del simún, eran, sinembargo,muchomásterriblesqueningunatempestadconocida.

Durante los cuatro primeros días nuestra ruta, excepto pequeñasvariaciones, fue ladesudeste,endireccióna lacostadeNuevaHolanda.Alquintodíaaumentóelfrío,yaqueelvientoprocedíadelnorte.Elsol,conunamarillentoyenfermizoresplandor,ascendióunosgradosenelhorizonte,sinproyectarunaluzfranca.Noveíasenubealguna,y,sinembargo,enfriábaseelviento.Enfriábaseysoplabaconviolencia.Casialmediodíadespertónuestraatenciónelaspectodelsol.En realidad,nodespedíaverdadera luz, sinounaespeciedesombríoytristefulgorsinreflexión,comosiestuvieranpolarizadostodossusrayos.Antesdequesehundieraenelturgentemar,sufuegocentraldesapareció súbitamente, como si una inexplicable potencia lo hubieseapagadodepronto.Cuandosesumergióenel insondableocéanonoeramásqueundiscopálidoyplateado.

Esperamos inútilmente la llegada del sexto día, pero este día aún hallegado para mí; para el sueco no llegó jamás. A partir de entonces, nosenvolvieronlasmásespesastinieblas.Nonoseraposibledistinguirunobjetoa veinte pasos del buque. Una noche eterna nos envolvía, y ni siquiera laaliviaba el resplandor fosforescente del mar, al que los trópicos nos habíanacostumbrado.Apesardequelatempestadcontinuaba,rabiosayenfurecida,nosdimoscuentatambiéndequenosentíamosningunaaparienciaderesacanidelascabrillasblanquecinasquenosacompañaronysacudierondíasantes.Entorno nuestro, el horror y la oscuridad impenetrable, y el negro desierto deébanolíquido.

Lentamente infiltrábase en el espíritu del viejo sueco un supersticiosopánico, y mi alma hundíase en muda estupefacción. Abandonamoscompletamentelasreparacionesycuidadosdelbuque,y,abrazadosalpalodemesana,mirábamosamargamentelaoceánicainmensidad.Noteníamosmedioalguno para calcular el tiempo. No podíamos formar la más insignificante

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conjetura con respecto a nuestra situación. Pero estábamos convencidos dehaberderivadomuchomásalsurqueningunodelosnavegantesanteriores,ynos sorprendíanohallar el natural obstáculodel hielo.Cadaminutoparecíaserelúltimo,ycadaola,lapostreraquehabíamosdever.Enrealidad,sóloporunmilagronoslibramosdeserabsorbidosporlamarejada.

Mi compañero hablaba de la ligereza del cargamento y recordaba laexcelente cualidad del navío. Pero yo, de antemano, había renunciado a lavida,ymelancólicamentemepreparabaparamorir.Nadapodíadetenermástiempodeunahoraalamuerte,porqueacadanuevoavancedelbuque,aquelmarnegroyprodigiosoadquiríaunaspectomáslúgubreyfatal.

Aveces,aunaalturamayorqueladelalbatros,nosfaltabalarespiración,yotras descendíamos vertiginosamente al fondo de un líquido infierno, dondeparecíanoexistirnielairenielsonido.

Nos encontrábamos en el fondo de uno de esos abismos, cuando unrepentinogritodemi compañerohirió siniestramente lanoche. «¡Veausted!¡Veausted!¡DiosTodopoderoso!»;megritóaloído.Unaluzroja,detristesysombríosresplandores,flotabasobrelavertientedelinmensoabismoenelqueestábamos sepultados y dejaba caer sobre el buque un vacilante reflejo.Levanté la mirada y vi entonces un espectáculo que heló la sangre en misvenas.Aunavertiginosaaltura,precisamentesobrenosotros,ysobrelamismacrestadel precipicio, navegabaungigantescobuque,quedesplazaría tal vezcuatromiltoneladas.

Aunquehallábaseencaramadoenloaltodeunaolaquetendríaunascienvecessualtura,parecíademuchamayordimensiónqueunbuquedelíneaodelaCompañíadelasIndias.Suinmensocascoeradeunnegrointenso,quenoaclaraba ninguno de los habituales ornamentos de un buque. Una sencillahileradecañonesdevolvía la luzdeinnumerablesfarolesdecombatequesebalanceaban en el aparejo, reflejada en sus superficies pulidas. Pero lo quemás agudizó nuestro asombro y horror fue verle navegar con las velasdesplegadas enmediode aquelmar sobrenatural y tempestuoso.Durante unmomento,momentodesupremohorror,vacilósobreelabismo.Temblóluego,seinclinóy,porfin,sedeslizóporlapendiente.

No puedo comprender cómo tuve sangre fría para dominar el espanto.Retrocediendo cuanto pude, esperé impávido la catástrofe que debíaaplastarnos. Nuestro barco no luchaba ya con el mar, y hundíase de proalentamente.Así,pues, elgigantescoymisteriosobuquechocóconesapartedelnuestroquehallábaseyabajoelagua,dandocomoinevitableresultadoelbruscolanzamientodemicuerpoentreelcordajedesuarboladura.

Cuandocaí,lanavetuvounmomentodereposo;viróluegorápidamente,ytal vez por esto, que produjo la confusión natural, hizo que mi presencia

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pasarainadvertida.Nomecostógrantrabajoescaparporlaescotillaprincipalsinservisto,ypudeocultarmeenelrincónmásapartadoyoscurodelacala.Nosabríadecircómoniporquélohice.Meindujoaellounvagosentimientode miedo que se apoderó de mi espíritu ante el aspecto de los nuevosnavegantes. No recuerdo a raza ninguna que ofrezca aquellos caracteres derareza indefinible y que pueda provocar tantos motivos de duda y dedesconfianza.Apenasmehubeocultado,sentíunruidodepasos.Unhombrepasó antemi escondite. No pude ver su rostro, pero sí observar su aspectogeneral.Teníatodaslascaracterísticasdeunserdébilyviejo.Bajoelpesodelos años, doblábanse sus rodillas, y un constante temblor sacudía todo sucuerpo.Convozdébilycascada,hablabaconsigomismoalgunaspalabrasdeun idioma incomprensible,mientrasseafanabaenun rincón, revolviendoenunapiladeinstrumentosdeextrañasformasydecartasmarinasenmalestado.Susgestosyademaneseranunamezclasingulardelatorpezadeunasegundainfanciaydelasolemnedignidaddeundios.Alcabodeunmomentovolvióacubierta,yyanolevimás.

Se ha apoderado demi alma un sentimiento que no tengo palabras paraexpresar,unasensaciónqueseresistealanálisis,quenoencuentratraducciónposible en los léxicos pretéritos y cuya clave me temo mucho no puedadescifrarse en lo por venir. Para un espíritu como el mío es un verdaderosuplicio esta consideración. Tengo el presentimiento de que nunca podrérevelarlasignificaciónverdaderademisideas.Noobstante,enciertomodoeslógico que estas ideas resulten indefinibles, puesto que brotan de fuentesinéditasenabsoluto.Amialmasehaincorporadounnuevosentimiento,unanuevaentidad.

Hacemucho tiempo que pisé por primera vez la cubierta de este buqueterrible, y los rayosdemidestino, según creo, se concentran cadavezmás.¡Oh gentes incomprensibles! Sin verme, pasan a mi lado sumidos enmeditacionescuyanaturalezanomeesposibleadivinar.Seríaunagranlocurapormi parte ocultarme a ellos porque no pueden verme.Hace unmomentopaséanteelsegundodeabordo;pocoantes,meaventuréhastaelcamarotedelcapitán, endondeconseguímediosparaescribir loqueantecedey seguiráaesto. Tengo la intención de continuar este diario de cuando en cuando. Esciertoquenoencontraréocasiónalgunadetransmitirloalmundo,pero,porlomenos,lointentaré.Enúltimocaso,guardaréelmanuscritoenunabotellaylaecharéalmar.

Últimamentehehechoalgunasobservacionessobrelaestructuradelbarco.Aunqueseencuentramuybienarmado,nocreoquese tratedeunbuquedeguerra. Tanto su arboladura como su tripulación rechazan esta idea. Séperfectamente lo que no es, pero me es imposible explicar lo que es.Examinando la extraña y singular forma de este buque, sus colosales

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proporciones,suprodigiosacoleccióndevelas,suproaseveramentesencillaysupopadeunrecargadoestilo,creoavecesquelasensacióndecosasdeltododesconocidascruzapormiespíritucomounrelámpago,ysemezclasiempreaestas sombras flotantes de la memoria el inexplicable recuerdo de antiguascrónicasextranjerasydesiglosmuypretéritos.

Cuidadosamente, he examinado todo el maderamen del buque. Estáconstruido con materiales totalmente desconocidos para mí. Me parecenimpropios para el uso al cual han sido destinados. Me refiero a su granporosidad,consideradaindependientementedelnaturaldesgaste,consecuentedeunalarganavegaciónporestosmaresydelapodredumbredelavejez.Talvez se encuentre demasiado sutil la observación que voy a hacer; pero meparece que esta madera se parecería demasiado al roble español, si éstepudieraserdilatadopormediosartificiales.

Releyendolafraseanterior,recuerdoelcuriosoapotegmadeunviejolobodemarholandés.«Espositivo—decíasiemprequedudabandesuveracidad—,comoespositivoquehayunmardondeengordaelbuquecomoelcuerpovivientedeunmarino».

Hacecercadeunahorahetenidolaaudaciadedeslizarmeentreungrupode individuos de la tripulación. No se han dado cuenta de mi presencia, yaunque me encuentro en medio de ellos, ninguno parece tener el menorsentidodemiestanciaasulado.Comoelqueporprimeravezvienlacala,todospresentabanel aspectodehombresviejísimos.Sus rodillas temblaban,débiles; ladecrepitudhabía encorvado sus espaldas; la rugosapiel temblabacon el viento; sus voces eran cascadas y opacas; los ojos destilaban lasbrillantes lágrimas seniles, y parecían huir con la tempestad sus grisescabellos. En torno suyo, por cualquier parte de la cubierta se encuentranesparcidos instrumentos matemáticos de formas antiquísimas y de empleodesusado.

Hehabladomásarribadelacurvaturadelaladeltrinquete.Enestetiempo,elbarco,navegandoconlasvelasdesplegadasalviento,continuabasuterriblecurso hacia el sur, sacudido y zarandeado por el más espantoso infiernolíquidoquehayapodidoconcebirnuncaelcerebrohumano.Heabandonadolacubiertaporquenopodíapermanecerenella.Sinembargo, la tripulaciónnoparecesufrirlomásmínimo.Considerocomounmilagrodemilagrosqueelmar no nos haya absorbido para siempre. Sin duda, estamos condenados abordear eternamente la eternidad, sin hundirnos de forma definitiva en losabismos.Comolasgolondrinasmarítimas,nosdeslizamossobrelasolas,milveces más altas y espantosas que ninguna de las conocidas; y otras olascolosales levantan por encima de nosotros sus crestas como demonios delabismoquenopudieranpasardesimplesamenazasyaquieneslesestuvieraprohibido el destruirnos.He terminado por atribuir esta suerte perpetua a la

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únicacausanaturalquepuedalegitimarunefectosemejante.Supongoqueelbuqueestásostenidoporalgunafuertecorrienteoremolinosubterráneo.

En su propio camarote, frente a frente, he visto al capitán. Pero, segúnesperaba, nome ha prestado lamenor atención. Aunque, realmente, nada aprimeravistahay en él de superiorode inferior al hombre, el asombroquesentíalverleestabaimpregnadoderespetoydesupersticiosoterror.Pocomásomenos, tienemiestatura;esproporcionadoyderobustoaspecto.Peroestaconstitución no anuncia un vigor extraordinario. Lo más singular es laexpresióndesurostro,laintensa,terribleysugestivaevidenciadelavejez,tanentera, tan absoluta, que conforme le miro más, crea en mi espíritu unsentimientoinefable.Sufrente,aunquepocorugosa,parecellevarlahuelladeun millar de años; sus cabellos grises archivan el pasado, y sus ojos, másgrisesaún,soncomosibilasdelporvenir.Elsuelodesucamaroteestácubiertode extraños volúmenes in folio con cantoneras de hierro, instrumentoscientíficos fueradeusoyantiguosmapasdeestilocompletamenteolvidado.Tiene la cabeza apoyada sobre las manos, y su mirada inquieta y ardientedevoraunpergaminoquellevafirmaysellosreales.Comoaquelmarineroquevi por primera vez en la cala, hablaba consigomismo,murmurando en vozbajaalgunassílabasenunalenguaextranjera.Aunquemehallabamuycercade él, me parecía como si su voz llegase a mis oídos desde una milla dedistancia.

Tanto el buque como su contenido están impregnados por el espíritu deotrasépocas.Los tripulantessedeslizancomosombrasdesiglossepultados.En sus ojos alienta la inquietud de ardientes pensamientos. Cuando, alcruzarseconmigo, iluminansusmanoslas luceslívidasdelosfaroles,sientoalgoquenosentíjamás,aunqueestuvotodamividallenadelalocuradelasantigüedades,auncuandomebañéenlasombradelascolumnasruinosasdeBalbec, Tadmor y Persépolis; tanto, que mi propia alma concluyó por sertambiénunaruina.

Cuandomiroen tornomío,meavergüenzode los terrorespasados.Si latempestad hasta ahora me hizo temblar de horror, ¿qué sensación y quépalabrasparaexpresarlahabríadenecesitarahoraantelabatalladelvientoydelocéano,batallaparalacuallosvulgaresconceptosdetornadoysimúnnopuedendarnoslamenoridea?Literalmente,elbuquehaquedadohundidoenlastinieblasdeunanocheeterna,enuncaosdeaguasydeespumas;peroaladistancia circular de una legua, aproximadamente, podemos advertir, porintervalos y bien distintamente, grandiosos bloques de hielo que asciendenhaciaeldesoladocielocomomurallasdeluniverso.

Tal como había supuesto, la nave se halla, indudablemente, sobre unacorriente,siasípuedellamarseaunamarejadaquemugeyaúllaa travésdelasglacialesblancurasyqueenlapartesurproduceelestruendosorumormil

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vecesmásprecipitadoqueeldeunacatarataquecayeseverticalmente.

No es posible concebir el horror de mis sensaciones. No obstante, lacuriosidadpordesvelarelmisteriodeestaespantosaregiónesmáspotentequeel terror y me reconcilia incluso con el aspecto odioso de la muerte.Indudablemente,nosprecipitamosenbuscadeunincomunicablesecretocuyoconocimientonopuedealcanzarsesinoacostadelavida.AcasoestacorrientenosconducealPolo.Porextrañaqueparezcaestasuposición,hayquerendirseasuevidencia.

Sobre el puente, inquieta y estremecida, pasea la tripulación. Todos susrostrostienenunaexpresiónnueva,másparecidaalcalordelaesperanzaquealaapatíadeladesesperación.

Como llevamosdesplegadas todas lasvelas,yelvientonosempuja,haymomentos en que el navío se escapa fuera del mar. De pronto, ¡horror dehorrores!,elhieloquenosrodeaseabresúbitamenteaderechaeizquierdaydamosvertiginosasvueltas en inmensos círculos concéntricos en tornoa losbordesgigantescosdeungrandiosoanfiteatro,cuyosmurosseprolonganmásalládelastinieblasydelespacio.Peronomequedayatiempoparasoñarmidestino.Rápidamente, los círculos se estrechan.Nos hundimos en el abrazocadavezmásapretadodeltorbellino,yatravésdelhorriblemugirdelocéanoydelatempestad,lanavetiembla,y,¡ohDiosmío!,sehunde.

ElManuscrito hallado en una botella fue publicado por primera vez en1831.MuchosañosmástardetuveocasióndeverlosmapasdeMercator,enloscualessevealocéanoprecipitarseporcuatroembocadurasenelabismonortedelPolo,siendoabsorbidoporlasentrañasdelatierra; inclusoelPoloestárepresentadoporunarocanegraelevándoseaprodigiosaaltura.

LAISLADELHADA

Lamusiqueestleseuldestalentsquijouissentdeluimême;touslesautresveulent des temoins, dice Marmontel en sus Contes moraux, que nuestrostraductores se obstinan en titular Moral Tales, como burla de su espíritu.Marmontel confunde aquí el placer que se deriva de oír sonidos agradablesconlafacultaddecrearlos.Lamúsica,comoningúnotrotalent,noescapazdeproducir un goce completo si no existe una segunda persona que aprecie laejecución.

Estafacultaddeproducirefectos,deloscualesnosegoceplenamenteenlasoledad,noleesparticular;escomúnatodaslasdemásartes.Laideaqueno ha podido concebir claramente el raconteur, o que en su expresión ha

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sacrificadoalamornacionaldelrasgodeingenio,es,indudablemente,laideamuysostenibledequelamúsicademáselevadoestiloeslaquedemodomásperfecto se siente cuando nos encontramos absolutamente solos. Laproposición, bajo esta forma, sería admisible desde el primermomento porquienesamanlaliraporelamordelalirayporsusventajasespirituales.Perohayunplaceralalcancesiempredelahumanidaddecaída,yesacasoelúnicoque quizá debe aún más que la música a la sensación accesoria delaislamiento.QuierohablardelafelicidadsentidaenlacontemplacióndeunaescenadelaNaturaleza.Realmente,elhombrequequierecontemplarfrenteafrente lagloriadeDiossobre la tierra,debecontemplaren la soledadaestagloria.Almenospormiparte,lapresencianodelavidahumanatansólo,sinodelavida,bajocualquierotraformaqueladelosseresverdeantesquecruzanpor el suelo y no tienen voz, es para el paisaje un oprobio; está encontraposiciónconelgeniodelaespecie.

Enefecto,contodaverdad,mecomplacecontemplarlossombríosvallesylasrocasgrises,ylasaguasquesonríenensilencio,ylosbosquesquesuspiranen afanoso sueño, y las orgullosas y vigilantes montañas que miran desdearriba. Me seduce contemplar todas estas cosas por lo que son: miembrosgigantescosdeunavastatotalidadanimadaysensitiva,untodocuyaestructura—ladelaesfera—eslamásperfectaycomprensivadetodaslasestructuras;cuyarutatranscurreencompañíadeotrosplanetas;cuyadocilísimaservidoraeslaluna;cuyodueñomediatizadoeselsol;cuyavidaeslaeternidad;cuyopensamientoeseldeundios; cuyodeleiteesel conocimiento; cuyodestinopiérdeseenlainmensidad;paraquiensomosunanocióncorrespondientealaquetenemosdelosanimaculaequeinfectanelcerebro;unser,porende,queconsideramos inanimadoypuramentematerial,apreciaciónmuysemejantealaqueestosanimaculaedebenhacerdenosotros.

Nuestros telescopios e investigaciones matemáticas, a pesar de lasuperchería del cleromás ignorante, nos confirmande todopunto enque elespacio,y, por tanto, el volumen, constituyeuna importante consideración alos ojos delOmnipotente.Las órbitas descritas por las estrellas son lasmásapropiadasalaevoluciónsinconflictodelmayornúmerodecuerposposible.Las formas de éstos están exactamente elegidas para contener, bajo unadeterminada superficie, lamayor cantidad demateria, y están dispuestas demodo que puedan recibir una población más numerosa de la que hubiesenpodidoposeerlasmismassuperficiesdispuestasdeotromodo.

Y, a pesar de que el espacio sea infinito, no puede hallarse argumentoalgunoencontradeesta idea: ladequeelvolumentienevalora losojosdeDios. Porque, para llenar ese espacio, puede haber un infinito material, ypuestoqueclaramentevemosquedotarlamateriadevitalidadesunprincipio,y,porloquepodemosjuzgar,elprincipiofundamentalenlasoperacionesde

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laDivinidad,¿eslógicosuponerloconfinadoenelordendelapequeñezdondediariamenteserevelaanosotrosyexcluirledelasregionesdelograndioso?

Delmismomodoquedescubrimoscírculosdentrodecírculos,ennúmerosin fin, evolucionando todos en torno a un centro único e infinitamentedistante, que es la Divinidad, ¿no podemos suponer analógicamente y delmismomodoalavidaenlavida,alomenorenlomayor,ycontenidotodoenel espíritu divino? En suma: nos equivocamos fatalmente por fatuidad,figurándonos que el hombre, en sus destinos temporales o futuros, es másimportante en el universo que ese vasto «cieno del valle» que cultiva ydespreciayalqueniegaunalmaporlarazónpococonvincentedequenolaveenfuncionamiento.

Estasideas,yotrassemejantes,siemprehandadoamismeditacionesentrelasmontañas y los bosques, cerca de los ríos y del océano, un tinte que nodejarán de llamar fantástico los hombres vulgares. Mis vagabundasexcursiones por paisajes de este género han sido muchas, singularmentecuriosasyconfrecuenciasolitarias.Yelinterésconquehevagadoatravésdeunvalleprofundoysombrío,ocontemplandoelcieloreflejadoennumerososylímpidoslagos,hasidouninteréssumamenteaumentadoporelpensamientode que yo erraba y admiraba solo. ¿Quién es el francés charlatán que,aludiendo a la conocida obra de Zimmerman, dijo: la solitude est una bellechose; mais il faut quelqu’un pourvous dire que la solitude est une bellechose?Comoepigramaesperfecto,perolanecesidadnoexiste.

Durante uno de mis solitarios paseos en una región muy lejana demontañas, entrelazadas con otrasmontañas,meandros de ríosmelancólicos,lagossombríosydurmientes,mehallécercadeunarroyueloencuyocentroencontrábaseunaisla.Lleguédepronto,enelmesdejunio,mesenelqueelfollaje es abundante, y me tendí en el suelo, bajo las ramas de un olorosoarbusto de especie desconocida para mí. Me adormecí contemplando elpanorama,ymedicuentadequenopodíaverlobiendeotromodo,porqueteníaelcarácterdeunavisión.Atodoslados,conexcepcióndeloeste,dondeestaba el sol a punto de desaparecer, elevábanse las verdeantesmurallas delbosque. El riachuelo, que efectuaba un brusco desvío, perdiéndoserepentinamente de mi vista, parecía no poder escapar de su cárcel, perohubiérasedichoquehaciaelesteestabaabsorbidoporelprofundoverdordelosárboles.Acostadocomoestaba,conlamiradafijaenelcielo,meparecíaque del lado opuesto caía en el valle, sin intermitencia y sin ruido, unamagníficacascadadeoroypúrpuraexpelidaporlasfuentesoccidentalesdelcielo.

Aproximadamenteenelcentrodelaestrechaperspectivaquealcanzabamimirada, reposaba en el seno del arroyuelo una isla circular de un verdemagnífico.Lariberaysuimagenestabandetalmodofundidasqueelconjunto

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parecíasuspendidoenelaire…Elaguatransparenteimitabadetalmaneraunespejo, que era casi imposible adivinar en qué lugar del tapiz de esmeraldacomenzabasudominioelcristal.

Miposiciónmepermitíaabarcardeunasolamiradalosextremosorientalyoccidentaldelislote,yobservéensusaspectosunadiferenciasingularmenteseñalada. La parte oeste era un radiante harén de bellezas de jardín. Seabrasabayenrojecíabajolapupilaoblicuadelsol,ysonreíaextáticamenteatravésdetodassusflores.Elcéspederacorto,elástico,olorosoyesmaltadodeasfódelos. Los árboles eran ligeros, alegres, rectos, brillantes, esbeltos ygraciosos,orientalesporelfollajeysuforma,conunacapapulida,lucienteydevarioscolores.Hubiérasedichoqueunprofundosentimientodealegríayde vida circulaba por todas partes; y aunque en los cielos no soplara brisaalguna, parecían agitados por incontablesmariposas que se hubiesenpodidoconfundircontulipanesaladosensusgraciosasfugasyvuelosenzigzag.

Alotrolado,enlaparteorientaldelaisla,todosehallabasumergidoenlamásdensasombra.Unamelancolíasombría,perollenadebellezaydecalma,envolvíaallítodaslascosas.Losárboleserandeuncolornegruzco,deformayactitudlúgubres,retorciéndosecomoespectrossolemnes,traduciendoideasdetediomortalydemuerteprematura.Elcéspedteníaallíeltintesombríodelciprés, y sus briznas inclinaban lánguidamente las puntas; elevábanse,dispersos, numerosos y toscos montículos, bajos y angostos, no demasiadolargos, que tenían aspecto de tumbas, pero que no lo eran, aunque en tornosuyotreparanlahiedrayelromero.Sobreelaguacaíapesadamentelasombrade los árboles, y allí parecía enterrarse, impregnando de oscuridad lasprofundidadesdellíquidoelemento.Imaginéquecadasombra,amedidaquedescendíamásymáselsolenelhorizonte,separábaseadisgustodel troncoque lehabíadadonacimientoyeraabsorbidapor el arroyuelo, en tantoqueotrassombrasnacíanacadamomentodelosárboles,ocupandoellugardesuspredecesorasdifuntas.

Una vez húbose apoderado esta idea de mi imaginación, la excitóvigorosamente,yacontinuaciónmeperdíenensoñaciones:«Sihuboalgunavezunaislaencantada—medije—,ésta,abuenseguro,loes.Esellugardecitadelaspocasgraciosashadasquesobrevivieronaladestruccióndesuraza.Estas verdes tumbas, ¿son, acaso, las suyas? Sus dulces vidas, ¿se acabancomo las de la Humanidad? ¿O es, acaso, su muerte una especie deconsunciónmelancólica? ¿Entregan sus vidas aDiospoco a poco, agotandolentamente su sustancia hasta lamuerte, delmismomodo que estos árbolesentregansussombrasunatrasotra?Loqueelárbolqueseagotaesalaguaqueaspirasusombraysevuelvemásnegraquelapresaquedevora,¿nosería,talvez,lavidadelhadaenrelaciónalamuertequelarompe?».

Mientrasasí soñaba,con losojossemicerrados,en tantoel soldescendía

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velozmentehacia suocasoy corrían torbellinosdeviento en tornoa la isla,llevandoensusenograndes,resplandecientesyblancasescamasquesehabíandesprendidode los sicomoros, escamasqueuna intensa imaginaciónhubierapodidoconvertir,graciasasusmúltiplesposicionessobreelagua,enobjetostalesquelahubierandeleitado;mientrassoñabadeestemodo,meparecióquela figura de una de esas mismas hadas en quienes yo había soñado sedestacabaenlaparte luminosayoccidentaldela islayavanzabalentamentehacia las tinieblas. Estaba erguida sobre un bote singularmente frágil, y lomovíaconuntimónfantasma.

Mientrashallósebajoelinflujodelosrayosdemorados,suactitudparecióreflejar la alegría; pero su fisonomía se alteró por la pena cuando pasó a laregióndelassombras.Lentamente,fuedeslizándosesobreelagua.Diopocoapocolavueltaalaislayentróenlaregióndelaluz.«Elcicloqueacabadedesarrollarelhada—continué,soñandosiempre—correspondeaunbreveañodesuvida.Hapasadoporsuinviernoyestío.Sehaacercadoalamuerteunaño.Hevistomuybienque cuando entraba en la regiónde la oscuridad, lasombrasedesprendíadeellayeraabsorbidaporelaguatenebrosa,haciendosunegruraaúnmásnegra».

Y de nuevo apareció el bote con el hada; pero en su actitud había másmeditacióne indecisión,ymenoselásticaalegría.Denuevonavegódesdelaluz a la oscuridad, que se hacíamás intensa a cadaminuto, y de nuevo susombra, destacándose, cayó en el ébano líquido y fue absorbida por lastinieblas. Hizo aún muchas veces el circuito de la isla, mientras el solprecipitábasehaciasuocaso.Ycadavezquesalíaalaluz,habíamástristezaensupersona;tornábasemásdébilymásabatida,ymásindistinta,ycadavezquepasabaalaoscuridaddestacábaseenellaunespectromásoscuro,queerasumergido por una sombra más negra. Por último, cuando el sol hubodesaparecido totalmente, el hada, ahora puro fantasma de sí misma, entró,pobreinconsolable,consubote,enlaregióndelríodeébano.Nopuedodecirsivolvióasaliralgunavez,porquecayeronlastinieblassobretodaslascosas,yjamásvisumágicafigura.

ELDEMONIODELAPERVERSIDAD

Enel examende las facultades e impulsosde la primamobilia del almahumana, los frenólogosolvidaronmencionaruna tendenciaque, aun cuandoexistevisiblementecomosentimientoprimitivo,radicaleirreductible,hasidotambiénadmitidapor losmoralistasque lesprecedieron.Ningunoen lapuraarrogancia de la razón la hemos tenido en cuenta. Hemos permitido que

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escapasesuexistenciaanuestrossentidostansóloporfaltadecredulidad,defe,yaseafeenlaRevelaciónoenlaCábala.Jamássenosocurriópensarenello, precisamente por causa de su carácter de supererogación. No hemosexperimentadolanecesidaddecomprobarestainclinación,estatendencia.Nonoseraposible imaginarsunecesidad,ni tampocoadquirir lanocióndeesteprimur mobile, y aunque hubiese penetrado a la fuerza en nosotros, nohubiéramospodidocomprendernuncacuál era sumisiónen laeconomíadelascosashumanas,temporalesoeternas.

No podemos negar que la frenología, y una gran parte de las cienciasmetafísicas,hansidoconcebidasapriori.El intelectualoel lógicopretende,más que el inteligente y observador, comprender los designios de Dios,dictarlesusplanes.Despuésdehaberprofundizadodeestemodoyasugustoen las intenciones de Jehová, y de acuerdo con ellas, ha construido susinnumerables y caprichosos sistemas. En frenología, por ejemplo, hemosempezado estableciendo, y por cierto de una forma muy natural, que eradesigniode laDivinidadelqueelhombrecomiera.Más tarde,asignamosalhombre un órgano, de alimentivenes, y este órgano es aquel por el cual laDivinidadobligaalhombre,degradooporfuerza,acomer.Ensegundolugar,decididoyaquepordesigniodeDiosdebeelhombreperpetuarsuespecie,nosvemosforzadosadescubrirunórganodeamatividad.Ocurrió lomismoconlos de combatividad y, en suma, con todo órgano que representa unainclinación,unsentimientomoralounafacultaddepurainteligencia.Enesteorden de los principios de la acción humana, los spurzheimistas, con o sinrazón,sehan limitadoaseguirenprincipio lashuellasdeterminadasporsuspredecesores, deduciendo y estableciendo cada cosa con arreglo al destinopreconcebidodelhombreyfijandocomobaselasintencionesdesuCreador.

Muchomásprudenteysegurohubierasidoestablecernuestraclasificación—ya que nos es absolutamente necesario clasificarla— en los actos que elhombreejecutahabitualmente,y enaquellosquede formaocasional lleva aefecto, ocasionalmente siempre, antesque fundarla en la hipótesis deque laDivinidad misma es la que obliga a su realización. Si no nos es posiblecomprender aDios en sus obras visibles, ¿cómopodremos comprenderle enlosimpenetrablespensamientossuyosquedanvidaaesasobras?Sitampoconosesposibleimaginarleensuscreacionesobjetivas,¿dequéformahabremosdeconcebirleensusmodossustantivosyfasesdecreación?

Lainducciónaposteriorihubieseobligadoalafrenologíaaadmitir,comoprimitivo e innato principio de la acción humana, un algo paradójico que, afaltadeuntérminomássignificativo,llamaremosperversidad.Esto,teniendoencuentaelsentidoqueaquíleatribuimos,esrealmenteunmobilesincausa,unacausasinmobile.Bajosupoderobramossinunafinalidadinteligible.Siesto aparece comouna contradicción en los términos, podemosmodificar la

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proposición diciendo que bajo su influjo obramos por la razón de que nodeberíamoshacerlo.

Teóricamente, no puede existir una razón más irrazonable; pero, enrealidad,nohayotramáspoderosa.Encondicionesdeterminadas,llegaaserabsolutamente irresistible para ciertos espíritus. No esmi vida paramí unacosamásciertaqueestaproposición.Laseguridaddelpecado,odelerror,quetraeconsigounactocualquiera,esfrecuentemente,laúnicafuerzainvenciblequenosimpulsa,ynosimpulsasolaaejecutarlo.Estatendenciaobsesionantedehacerelmalporelmalmismonoadmitiráanálisisniresoluciónalgunaenulterioreselementos.Esunmovimientoradical,primitivo,elemental.Supongoque se dirá que, si insistimos en ciertos actos porque sabemos que nodeberíamosinsistirenellos,nuestroprocedernoesmásqueunamodificacióndeaquellaque,porlogeneral,derivadelacombatividadfrenológica.

Una simple observación bastaría para descubrir la falsedad de semejanteidea.La combatividad frenológica sededucey resultade la existenciade lanecesidaddedefensapersonal.Esnuestraprotección contra la injusticia.Suprincipioprotegenuestrobienestar.Y,sí,almismotiempoqueseverificasudesarrollo, se produce exaltadamente en nosotros el deseo del bienestar. Deaquíresultaqueéstedebieraexcitarsesimultáneamentecontodoprincipioquefuera tan sólounamodificaciónde la combatividad.Pero en el casode estealgoquellamoperversidad,nosólonosedespiertaeldeseodebienestar,sinoque,además,pareceunsentimientosingularmentecontradictorio.

Todohombrequellameasupropiocorazónencontraráalfinyalcabolamejor respuesta al sofisma de que se trata. Todo el que leal y celosamenteconsulteeinterrogueasualma,noseatreveráanegarlaradicalidadabsolutade la tendenciaaquenos referimos, tancaracterísticacomo incomprensible.Por ejemplo, no hay hombre que, en determinados momentos, no hayaexperimentado un vivo deseo de atormentar con circunloquios a quien leescucha. Quien habla, sabe de sobra lo que desagrada. Tiene la mejorintención de agradar. Con frecuencia es lacónico, claro y concreto en susrazonamientos.Brotadesuslabiosunlenguajetanbrevecomoluminoso.Portanto,sólocongran trabajopuedeviolentarlo.Temeyconjuraelmalhumorde aquel a quien se dirige. No obstante, le asalta la idea de que podríadespertarlacólerasirecurrieraadeterminadosincisosyparéntesis.Bastaestesimple pensamiento. El impulso se convierte en veleidad; ésta crece y setransformaendeseo;eldeseodegeneraalcaboennecesidadirresistibleyéstase satisface, con gran pesar y molestia de quien habla, y prescindiendo detodaslasconsecuencias.

Tenemosunalabor,unamisiónquecumplir,yhemosdellevarlaatérminorápidamente. Sabemos que su demora es nuestra ruina. La más importantecrisis de nuestra vida reclama con perentoriedad la acción y energía

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inmediatas. La impaciencia de comenzar la tarea nos abrasa y consume. Elsaborear anticipadamente el éxito inflama nuestro espíritu.Es necesario queemprendamoshoymismoestatarea,y,sinembargo,ladiferimosparamañana.¿Porqué?Nohayotraexplicación,denoserlaquenoshacedarcuentadequeesto es perverso. Utilicemos la palabra, sin comprender el principio. Llegamañana,ytambiénlaansiedadimpacientedecumplirconnuestrodeber.Perocon ella llega asimismo un vivo deseo anónimo de retardar otra vez, deseoindudablemente terrible, porque es impenetrable su naturaleza. Cuandomáspasaeltiempo,eldeseoesmásfuerte.Sólonosquedaunahoraparalaacción.Esahoraesnuestra.Temblamosantelaviolenciadelconflictoqueseplanteaennosotros.Labatallaentrelopositivoyloindefinido,entrelasustanciaylasombra. Pero si llega la lucha a tal punto, se impone la sombra y nosdebatimosvanamente.Suenaelreloj.Sucampanadaeseltoquedeagoníadenuestrafelicidad,y,almismotiempo,paralasombraquetanlargamentenosha aterrado, el cántico desvelador, la diana del victorioso gallo de losfantasmas. Huye la sombra. Desaparece. Somos libres. Renace la antiguaenergía.Ahoratrabajaremos.Pero,¡ay!,esdemasiadotarde.

Nos hallamos al borde de un precipicio. Contemplamos el abismo.Sentimosvértigoymalestar.Nuestra primera intención es retroceder ante elriesgo.Pero, inexplicablemente, nonosmovemosde allí.Paulatinamente, elmalestar, el vértigo y el horror se confunden en un nebuloso e indefiniblesentimiento.Deformagradual, insensible, lanubeadquiereforma,lomismoqueelvapordelabotelladelaquesurgíaelgeniodeLasmilyunanoches.Pero, al borde del precipicio, de nuestra nube, se levanta, cada vez máspalpable, una forma mil veces más terrible que el genio, que cualquierfabuloso demonio. No obstante, es sólo un pensamiento. Pero un horriblepensamiento. Un pensamiento que hiela hasta la propiamédula de nuestroshuesosylesinculcalaferozdeliciadesuhorror.Sencillamente,esestaidea:¿cuáles serían nuestras sensaciones durante el transcurso de una caídaverificadadesdetalaltura?

Yporlasencillarazóndequeestacaída—esteanonadamientofulminante— implica la más horrible, la más odiosa de cuantas odiosas y horriblesimágenesdelamuerteydelsufrimientopuedenuestramentehaberconcebido,porestasencillarazón, ladeseamosconmayor intensidad.Yporquenuestroraciocinio nos aleja violentamente de la orilla, por esta misma razón nosacercamos a ella con mayor ímpetu. En la Naturaleza no hay pasión másdiabólicamente impacienteque ladelhombreque, temblandoalbordedeunprecipicio, piensa arrojarse a él. Permitírselo, intentar pensarlo un solomomento, es, inevitablemente, perderse, porque la reflexión nos ordena quenosabstengamosdeello,ypor estomismo, repito,nonos esposible.Sinoencontramos un brazo amigo que nos detenga, o si somos incapaces de unrepentino esfuerzopara apartarnos lejosdel abismo,nos arrojamos a él, nos

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aniquilamos.

Si examinamos estos actos y otros semejantes, encontraremos que nacentan sólo del espíritu de perversidad.Los perpetramos, sencillamente, porquereconocemosquenodebíamosperpetrarlos.Nienunonienotrocasoexisteunprincipio inteligible,yciertamentepodríamosconsiderarestaperversidadcomounainstigacióndirectadeldemonio,denohaberreconocidoquealgunasvecescolaboraenlarealizacióndelbien.

Si me he extendido tanto en todo esto ha sido para contestar en ciertamaneraavuestrapregunta,paraexplicaros la razónpor laqueestoyaquí,yparaofrecerosalgoqueparezcaunajustificacióncualquieradeloshierrosquemeencadenanydelaceldadecondenadosqueocupo.Sihubiesesidomenosprolijo, no se me hubiera entendido completamente, o, como el vulgo, mehubierais considerado loco.Comprenderéis ahora fácilmenteque soyunadelasnumerosasvíctimasdeldemoniodelaperversidad.

Nocreoposibleque sehayaplaneadoun acto conunadeliberaciónmásperfecta. Durante semanas, durante meses enteros, medité en losprocedimientosdelasesinato.Prescindídemilplanesporquelarealizacióndecadaunotraíaconsigounaprobabilidadderevelación.Porfin,leyendoundíaunasmemoriasfrancesas,hallélahistoriadeunaenfermedadcasimortalquepadeció madame Pilau, a causa de una bujía accidentalmente envenenada.Bruscamente, asaltó la idea mi imaginación. Sabía que mi víctimaacostumbraba leer en el lecho, y también que la alcoba era pequeña ymalventilada.Peronoquierocansarosconpormenoresociosos.Noparticulizaréenlosfácilesardidespormediodeloscualessustituí,enlapalmatoriadesualcoba, la vela que allí había por otra preparada por mí… Por la mañanahallóse muerto al hombre en el lecho, y la resolución del coroner fue lasiguiente:«MuertoporvisitacióndeDios».

Heredé su fortuna, y durante varios años todo marchó perfectamente.Jamás por mi mente cruzó la idea de su descubrimiento. Había destruidopersonalmente los restos de la fatal bujía, y no dejé el menor indicio quepudiera servir para venderme o hacerme sospechoso de asesinato. No esposibleimaginarcuánprofundaymagníficasatisfaccióndilatómipechoenlaconscienciademiabsolutaseguridad.Durantemuchotiempomeacostumbréagozardeesesentimiento,quemeproporcionabaunplacermáspositivoquetodoscuantosbeneficiospuramentematerialesconseguíconmicrimen.Llegó,porfin,unaépocaenlacualelsentimientodegozosefuetransformando,poruna gradación casi imperceptible, en una idea que no me abandonaba ytriunfaba sobre mí. Triunfaba, precisamente, porque no me abandonaba.Apenaspodíalibrarmedeellaunsolomomento.Confrecuenciaocurrequeeloído se fatiga, o la memoria se obsesiona, por una especie de repique ennuestros oídos del estribillo de una canciónvulgar o de algún insignificante

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fragmentodeópera.Nocesará la tortura,aunque lacanciónseaexcelente,oamableelfragmentodeópera.Delmismomodo,cuandodabaporterminadasmisreflexionessobremiseguridad,merepetíaconstantementeyenvozbajaestafrase:«Estoylibre».

Undíapaseandoalazarporlascalles,mesorprendiódarmecuentadequeestabamurmurandocasienvozalta lasacostumbradassílabas.Enunaccesodepetulancia,lasrepetíylesdientoncesestanuevaforma:«Estoylibre,estoylibre,sí,siemprequenoseatanestúpidoqueyomismomedelate».

Apenashubeterminadodepronunciarestaspalabras,cuandoexperimentéenmicorazónlaentradadeunfríoglacial.Yoteníayaalgunaexperienciaconrespectoaestosarrebatosdeperversidadcuyaíndoleextrañaheexplicado,nosinesfuerzo,yrecordabaperfectamentequejamáshabíasabidoresistirasustriunfantesataques.Enesemomento,lafortuitasugestiónnacidaenmímismodequeyopodíaserlobastanteestúpidoparaconfesarelasesinatoquehabíacometido,surgíaantemícomolamismasombradequienhabíaasesinado,ymelanzabahacialamuerte.

Al principio intenté esforzarme en ahuyentar aquella pesadilla de miespíritu.Anduveenérgicamente,másdeprisa,cadavezmásdeprisa,yterminéechandoacorrer.Experimentabaunembriagadordeseodegritarcontodasmisfuerzas. A cada ola que sucesivamente se producía enmi pensamiento, meacongojaba un nuevo terror, porque, ¡ay!, comprendíamuy bien, demasiadobien,que,enaquellasituación,pensareraperderme.Aceleréaúnmásmipaso.Casi a saltos, como un loco, crucé las calles llenas de gente. Por último, lagentellegóaalarmarseyechóacorrertrasdemí.Entoncesmedicuentadequemidestinosehabíaconsumado.Simehubierasidoposiblearrancarmelalengua,lohubierahecho.Perosonóamisoídosunavozruda,yunamanomásrudaaúnmesujetóporunhombro.

Mevolvíyabrílabocapararespirar.Duranteuninstanteconocítodaslasangustiasde lasofocación.Mequedéciego, sordo,ebrio,yentonces,pensé,algúndemonioinvisiblegolpeóenmiespaldaconsuanchamano.Elsecretoquedurantetantotiempohabíaaprisionadoescapódemiespíritu.

Dicen que hablé. También dicen queme expresé con gran claridad, conextrañaenergíayapasionadaprecipitación,comosituvieramiedodequemeinterrogasen antes de haber pronunciado las breves, pero importantes frasesquemeponían enmanosdel verdugoymeentregaban al infierno.Unavezhubereveladotodolonecesarioparalacompletaconviccióndelajusticia,caíconsternado,desvanecido.

Pero¿porquédecirmás?Hoyarrastroestascadenas,yestoyaquí.Mañanaestaréenlibertad.Pero¿dónde?

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ELRETRATOOVALADO

Elcastilloenelcualmicriadohabíadecididopenetrar,auncuandofueseporlafuerza,antesquepermitirme,hallándomegravementeherido,pasarunanoche al raso, era uno de esos grandes edificios, mezcla de melancolía ygrandeza,quedurantetantotiempohanerguidosuceñudafrenteporentrelosApeninos,notantoenlarealidadcomoenlafantasíademisterRadcliffe.

Según todas las apariencias, había sido temporalmente abandonado, y enfechamuyreciente,porsudueño.Nosinstalamosenunadelashabitacionesmás reducidas y menos suntuosamente arregladas. Estaba situada en unaapartada torre del castillo. Su decorado era rico, pero ajado y viejo.De susparedes colgaban tapices y adornábanse con diversos ymultiformes trofeosheráldicos,asícomoconuna insólitacantidaddepinturasmodernasdegranvivezaencuadradasenricosmarcosconarabescosdeoro.Talvezacausademidebilidadfebril, incipienteenese instante,sentíunvivo interésporestoscuadros que estaban colgados no sólo de las superficies principales de lasparedes, sino tambiénde losnumerosos rinconesque la extraña arquitecturadelcastillohacíanecesarios.

LeordenéaPedroquecerraselospesadospostigosdelahabitación,puestoqueyaeradenoche,queencendieselosbrazosdeungrancandelabroquesehallabacolocadojuntoalacabecerademicama,yquedescorriese,deparenpar,lascortinasdeterciopelonegroquetambiénrodeabanmilecho.Deseabaque se hiciera todo aquello para que, almenos, si no llegaba a conciliar elsueño, pudiese distraerme alternativamente en la contemplación de aquelloscuadrosyentregarmealaatentalecturadeunpequeñovolumenquehabíamoshalladosobrelaalmohadayqueconteníalacríticaydescripcióndecadauno.

Durante largo rato, muy largo rato, estuve leyendo, y devota, muydevotamente, contemplé los cuadros. Las horas transcurrieron rápida ymaravillosamente. Y llegó la profunda medianoche. Me desagradaba laposicióndelcandelabro,yextendiendo lamanodificultosamente,conobjetode no despertar ami criado adormecido, lo coloqué demodoque sus rayosincidiesenplenamentesobreellibro.

Pero este cambio produjo un efecto completamente inesperado. Losresplandores de las numerosas bujías (porque habíamuchas) se proyectaronentonces en un nicho de la habitación que hasta ese momento había sidodejadoensombrasporunadelascolumnasdelacama.Distinguí,vivamenteiluminado, un cuadro que hasta esemomentome había pasado inadvertido.Era el retrato de una niña que apenas si empezaba a ser mujer. Dirigí unarápidaojeadaaaquellapintura,ycerrélosojos.¿Porqué?Enunprincipiono

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pude comprenderlo; peromientrasmis ojos continuaban cerrados analicé enmi espíritu la razón que tenía para haberlo hecho. Fue un movimientoinvoluntario,paraganartiempoypensar,paraasegurarmedequemisojosnomehabíanengañado,paracalmarydominarmifantasíayentregarmeluegoaunacontemplaciónmásserenayauténtica.Pocosmomentosdespués,volvíamirardenuevofijamentealapintura.

Nipodíaniqueríadudar loquevientoncesclaramente,porqueelprimerresplandordelasbujíassobreellienzohabíadisipadoelsoñolientoestupordemissentidosymehabíadevueltodeprontoalavidadespierta.

Yahedichoqueelretratoeraeldeunajoven.Reducíasealacabezayloshombros,pintadossegúnesa técnicaquesuele llamarseestilodevignette,almodo de las cabezas predilectas de Sully. El seno, los brazos e incluso losbucles de sus radiantes cabellos, fundíanse imperceptiblemente en la vaga,peroprofundasombraqueservíadefondoalconjunto.Elmarcoeraovalado,magníficamentedorado,yafiligranadoconarabescos.

Como obra de arte, no podía encontrarse nada más admirable que lapinturamisma.Peroni la facturade laobra, ni la inmortal bellezade aquelsemblante,podíanhabersidoloquetanrepentinamenteycontalvehemenciamehabíaimpresionadoentonces,ymenosaúnquemifantasía,conmovidaensuduermevela,hubieseconfundidoaquellacabezaconladeunservivo.Medicuentaenelactoque lospormenoresdeldibujo,elestilodevignetteyelaspecto del marco, hubiesen disipado inmediatamente semejante idea y mehubieran evitado toda otra distracción, aun cuando fuera momentánea.Reflexionando seriamente con respecto a aquello, tal vez durante una hora,permanecímediotendido,mediosentado,conlamiradafijaenaquelretrato.Por último, satisfecho de haber acertado con el secreto real del efecto queproducíasobremí,meacostécompletamentedeespaldassobreellecho.

Había adivinado que el encanto de aquella pintura consistía en unaabsoluta semejanza con la vida en su expresión, que primero me habíaestremecidoy, finalmente,medesconcertó,subyugándomeyanonadándome.Conprofundoyrespetuosotemor,dejédenuevoelcandelabroensuposiciónprimitiva. Una vez húbose apartado de mi vista el motivo de mi intensaagitación, busqué afanosamente el volumen que contenía el análisis de laspinturas y su historia. Volví las hojas hasta que encontré el número quecorrespondíaalretratoovalado,yleíelimprecisoysingularrelatoquesigue:

«Era una joven de particular belleza y no menos amable que llena dejovialidad.Peromalhadada fue lahoraenquevio,amó,casóyvivióconelpintor.Él,apasionado,estudioso,austeroyteniendoyaunaesposaensuarte;ella,jovenderarabellezaynomenosamablequellenadejovialidad,sóloluzy sonrisa, y juguetona como un cervatillo, amante y cariñosa para todas las

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cosasdeestemundo.Odiabasolamenteelarte,queerasurival;temíasóloalapaleta,alospincelesyaotrosdesagradablesutensiliosquelaprivabandelapresenciadesuadorado.Fue,pues,algoterribleparaellaoíralpintorhablarde deseo de retratar también a su joven esposa. Pero ésta era humilde yobediente.Y,dócilmente,posó,sentada,durantelargassemanas,enlasombríayaltahabitacióndelatorre,dondefiltrábaselaluzsobreellienzosólodesdearriba.Peroél,elpintor,ponía todasuaficiónen laobra,queadelantabadehora en hora y de día en día.Y era él un hombre apasionado, vehemente ycaprichoso,queperdíasesiempreenfantasías.Tanto,quenoqueríavercómoaquella luz,quevertíasetantristementeenaquella torresolitaria,marchitabavisiblemente,alosojosdetodoelmundoyexcepcionalmentealossuyos,lasaludyelalmadesumujer.Y,sinembargo,ellanocesabadesonreírle,sinlamentarse nunca, porque veía que el pintor, que tenía un gran prestigio,experimentaba un ferviente y abrasador goce en su tarea, y afanábase día ynocheenpintaralaquetantoloamaba,peroqueadiariodesalentábasemásyenflaquecía.Y, en verdad, quienes contemplaban el retrato hablaban en vozquedadesusemejanza,comodeunaprodigiosamaravillaycomounapruebanosólodel talentodelpintor, sinode suprofundoamorporaquellaaquienpintabadeformatanexcelsa.Perohaciaelfin,cuandoacercábasemáslaobraa su término, no se dejó a nadie visitar la torre, porque el pintor habíaenloquecidoenelardordesutarea,yraravezapartabasusojosdellienzo,nitansiquieraparamirarelrostrodesumujer.Ynoqueríaverqueloscoloresque dejaba en el lienzo los arrancaba de las mejillas de la que se hallabasentada frenteaél.Ycuandohubieron transcurridomuchassemanas,ymuypoco quedaba por hacer, excepto un toque sobre los labios y una pinceladasobre los ojos, vaciló el espíritu de la mujer, como la llama que va aextinguirse en una lámpara. Y el toque fue dado, y fue dada también lapincelada. Y por un instante quedóse extático el pintor ante la obra queacababa de realizar. Mas un momento después, cuando todavía locontemplaba, se estremeció de horror, palideció y quedóse despavorido, ygritóenvozalta:“¡Enverdadqueeslavidamisma!”.Yvolvióbruscamentelosojosasuamada:¡Estabamuerta!».

ELBARRILDEAMONTILLADO

Lo mejor que pude había soportado las mil injurias de Fortunato. Perocuando llegó al insulto, juré vengarme. Vosotros, que conocéis tan bien lanaturalezademicarácter,nollegaréisasuponer,noobstante,quepronunciaralamenor palabra con respecto ami propósito.A la larga, yo sería vengado.Ésteerayaunpuntoestablecidodefinitivamente.Perolamismadecisióncon

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quelohabíaresueltoexcluíatodaideadepeligropormiparte.Nosolamentetenía que castigar, sino castigar impunemente.Una injuria queda sin repararcuando su justo castigo perjudica al vengador. Igualmente queda sinreparacióncuandoéstedejadedaraentender,aquienlehaagraviado,queesélquiensevenga.

Es preciso entender bien que ni de palabra, ni de obra, di a Fortunatomotivoalgunoparaquesospecharademibuenavoluntadhaciaél.Continué,comodecostumbre,sonriendoensupresencia,yélnopodíaadvertirquemisonrisa,entoncesteníacomoorigenenmílaideadearrebatarlelavida.

Aquel Fortunato tenía un punto débil, aunque, en otros aspectos era unhombre digno de toda consideración, y aun de ser temido. Se enorgullecíasiempre de ser un entendido en vinos.En realidad, pocos italianos tienen elverdaderotalentodeloscatadores.Enlamayoría,suentusiasmoseadaptaconfrecuenciaaloqueeltiempoylaocasiónrequieren,conobjetodededicarseaengañaralosmillionairesinglesesyaustriacos.Enpinturaypiedraspreciosas,Fortunato,comotodossuscompatriotas,eraunverdaderocharlatán;pero,encuanto a vinos añejos, era sincero. Con respecto a esto, yo no diferíaextraordinariamentedeél.Tambiényoeramuyexpertoenloqueserefiereavinos italianos, y siempre que se me presentaba ocasión compraba grancantidaddeéstos.

Unatarde,casialanochecer,enplenaeuforiadelCarnaval,encontréamiamigo.Me cogió con excesiva cordialidad, porque había bebidomucho. Elbuen hombre estaba disfrazado de payaso.Llevaba un trajemuy ceñido, unvestidoconlistasdecoloresycoronabasucabezaconunsombreritocónicoadornado con cascabeles. Me alegré tanto de verle, que creí no haberestrechadojamássumanocomoenaquelmomento.Ledije:

—QueridoFortunato,leencuentroaustedmuyapropósito.Pero¡québuenaspecto tiene usted hoy! El caso es que he recibido un barril de algo quellamanamontilladoytengomisdudas.

—¿Cómo?—dijoél—.¿Amontillado?¿Unbarril?¡Imposible!¡YenplenoCarnaval!

—Por eso mismo le digo que tengo mis dudas —contesté—, e iba acometerlatonteríadepagarlocomosisetrataradeunexquisitoamontillado,sin consultarle. No había modo de encontrarle a usted, y temía perder laocasión.

—¡Amontillado!

—Tengomisdudas.

—¡Amontillado!

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—Yhedepagarlo.

—¡Amontillado!

—Perocomosupusequeestabaustedmuyocupado,ibaahoraabuscaraLuchesi.Élesunbuenentendido.Élmedirá…

—Luchesiesincapaz,porsímismo,dedistinguirelamontilladodeljerez.

—Y,noobstante,hayimbécilesquecreenquesupaladarpuedecompetirconeldeusted.

—Vamos,vamosallá.

—¿Adónde?

—Asusbodegas.

—No,miqueridoamigo.Noquieroabusardesuamabilidad.Preveoquetieneustedalgúncompromiso.Luchesi…

—Notengoningúncompromiso.Vamos.

—No, amigomío. Aunque usted no tenga compromiso alguno, veo quetiene usted mucho frío. Las bodegas son terriblemente húmedas;materialmenteestáncubiertasdesalitre.

—A pesar de todo, vamos. No importa el frío. ¡Amontillado! Le hanengañadoausted,yLuchesinosabedistinguireljerezdelamontillado.

Diciendoesto,Fortunatosecogióamibrazo.Mepuseunantifazdesedanegray,ciñéndomebienalcuerpomiroquelaire,medejéconducirporélhastamipalacio.

Los criados no estaban en la casa. Habían escapado para celebrar lafestividad deCarnaval.Ya, antes, les había dicho que no volvieran hasta lamañanasiguiente,yleshabíadadoórdenesconcretasparaquenoestorbaranpor la casa. Estas órdenes eran suficientes, de sobra lo sabía yo, paraasegurarmelainmediatadesaparicióndeellosencuantovolvieralasespaldas.

Cogídosvelasdesuscandelabros,entreguéaFortunatounadeellasyleguié,haciéndoleencorvarseatravésdedistintosaposentos,porelabovedadopasaje que conducía a la bodega. Bajé delante de él una larga y tortuosaescalera, recomendándolequeadoptaraprecaucionesal seguirme.Llegamos,porfin,alosúltimospeldañosynosencontramos,unofrenteaotro,sobreelsuelohúmedodelascatacumbasdelosMontresors.

El andar demi amigo era vacilante, y los cascabeles de su gorro cónicoresonabanacadaunadesuszancadas.

—¿Yelbarril?—preguntó.

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—Está más allá —le contesté—. Pero aquí tiene usted esos blancosfestonesdetelarañaquebrillanenlasparedesdelacueva.

Sevolvióhaciamíymemiróconsusnubladaspupilas,quedestilabanlaslágrimasdelaembriaguez.

—¿Salitre?—mepreguntó,porfin.

—Salitre—lecontesté—.¿Hacemuchotiempoquetieneustedesatos?

—¡Ejem!¡Ejem!¡Ejem!¡Ejem!¡Ejem!¡Ejem!¡Ejem!¡Ejem!…

Amipobreamigolefueimposiblecontestarhastapasadosunosminutos.

—Noesnada—dijo,porfin.

—Venga—le dije enérgicamente—. Volvámonos. Su salud es preciosa,amigomío.Esustedrico,respetado,admirado,querido.Esustedfeliz,comoyo lo he sido en otro tiempo. No debe usted malograrse. Por lo que a mírespecta,esdistinto.Vámonos.Podríaustedenfermarseynoquierocargarconesaresponsabilidad.Además,cercadeaquíviveLuchesi…

—Basta—me dijo—. Esta tos no tiene ninguna importancia. No tengaustedcuidado.Nomematará.Nomemorirédetos.

—Verdad, verdad —le contesté—. Realmente, no era mi intenciónalarmarlesinmotivo,perodebetomarprecauciones.UntragodeesteMedocledefenderádelahumedad.

Ydiciendoestorompíelcuellodeunabotellaquesehallabaenunalargafiladeotrasanálogas,tumbadasenelhúmedosuelo.

—Beba—ledije,ofreciéndoleelvino.

Llevóse labotella a los labios,mirándomede soslayo.Hizounapausaymesaludóconfamiliaridad.

Loscascabelessonaron.

—Bebo —dijo— a la salud de los enterrados que descansan en tornonuestro.

—Yyoporlalargavidadeusted.

Denuevosecogiódemibrazoycontinuamosnuestrocamino.

—Estascuevas—medijo—sonmuygrandes.

—LosMontresors—lecontesté—eraunagrandeynumerosafamilia.

—Heolvidadocuálessonsusarmas.

—Un gran pie de oro en campo de azur. El pie aplasta a una serpienterampante,cuyosdientesseclavaneneltalón.

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—¿Ycuálesladivisa?

—Nemomeimpunelacessit.

—¡Muybien!—dijo.

Brillabaelvinoensusojosyretiñíanloscascabeles.TambiénsecaldeómifantasíaacausadelMedoc.Porentrelasmurallasformadaspormontonesdeesqueletos,mezclados con barriles y toneles, llegamos a losmás profundosrecintosdelascatacumbas.Medetuvedenuevo,yestavezmeatrevíacogeraFortunatodeunbrazo,másarribadelcodo.

—El salitre—le dije—. Vea usted cómo va aumentado. Como si fueramusgo,cuelgadelasbóvedas.Ahoraestamosbajoellechodelrío.Lasgotasdehumedadsefiltranporentreloshuesos.Vengausted.Volvamosantesqueseamuytarde.Esatos…

—Noesnada—dijo—.Continuemos.PeroprimeroechemosotrotraguitodeMedoc.

RompíunfrascodevinodeDeGraveyseloofrecí.Lovaciódeuntrago.Susojosllamearonconardientefuego.Seechóareírytirólabotellaalaireconunademánquenopudecomprender.

Lemirésorprendido.Élrepitióelmovimiento,unmovimientogrotesco.

—¿Nocomprendeusted?—preguntó.

—Laverdadqueno—lecontesté.

—Entonces,¿noesusteddelahermandad?

—¿Cómo?

—¿Noperteneceustedalamasonería?

—Sí,sí—dije—;sí,sí.

—¿Usted?¡Imposible!¿Unmasón?

—Unmasón—repliqué.

—Aver,unsigno—dijo.

—Éste—le contesté, sacando de debajo demi roquelaire una paleta dealbañil.

—Usted bromea —exclamó, retrocediendo unos pasos—. Pero, en fin,vamosporelamontillado.

—Bien —dije, guardando otra vez la herramienta bajo la capa yofreciéndoledenuevomibrazo.

Apoyóse pesadamente en él y seguimos nuestro camino en busca del

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amontillado.

Pasamosprimeropordebajodeunaseriedebajísimasbóvedas,bajamos,avanzamos luego, descendimos después y llegamos a una profunda cripta,dondelaimpurezadelairehacíaenrojecermásquebrillarnuestrasvelas.

Enlomásapartadodelacriptadescubríaseotramenosespaciosa.Ensusparedeshabíansidoalineadosrestoshumanosdelosqueseamontonabanenlacuevadeencimadenosotros,talcomoenlascatacumbasdeParís.Tresladosde aquella cripta interior estaban también adornados del mismo modo. Delcuarto habían sido retirados los huesos y yacían esparcidos por el suelo,formandoenunrincónunmontóndeciertaaltura.

Dentro de la pared, que había quedado así descubierta por eldesprendimientodeloshuesos,veíasetodavíaotracriptaorecintointerior,deunoscuatropiesdeprofundidadytresdeanchura,yconunaalturadeseisosiete. No parecía haber sido construida para un uso determinado, sino queformabasencillamenteunhuecoentredosdelosenormespilaresqueservíandeapoyoalabóvedadelascatacumbas,yseapoyabaenunadelasparedesdegranitomacizoquelascircundaban.

Envano,Fortunato,levantandosuvelacasiconsumida,tratabadepenetrarla profundidad de aquel recinto. La debilitada luz nos impedía distinguir elfondo.

—Adelántese —le dije—. Ahí está el amontillado. Si aquí estuvieraLuchesi…

—Esunignorante—interrumpiómiamigo,avanzandoconinseguropasoyseguidoinmediatamentepormí.

Enunmomentollegóalfondodelnicho,y,alhallarinterrumpidosupasopor la roca, se detuvo atónito y perplejo. Un momento después había yoconseguido encadenarlo al granito. Había en su superficie dos argollas dehierro, separadas horizontalmente una de otra por unos dos pies. Rodear sucintura con los eslabones, para sujetarlo, fue cuestión de pocos segundos.Estaba demasiado aturdido para ofrecerme resistencia. Saqué la llave yretrocedí,saliendofueradelrecinto.

—Paseustedlamanoporlapared—ledije—ynopodrámenosdesentirel salitre. Está, en efecto,muy húmeda. Permítame que le ruegue se vuelvaatrás.¿Novieneusted?Entoncesnomequedamásremedioqueabandonarle;perodeboantesprestarlealgunoscuidadosqueestáenmimanohacer.

—¡Elamontillado!—exclamómiamigo,novueltotodavíadesuasombro.

—Cierto—repliqué—,elamontillado.

Y diciendo estas palabras, me atareé en aquel montón de huesos a que

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anteshealudido.Apartándolosaunlado,notardéendejaraldescubiertounaciertacantidaddepiedradeconstrucciónymortero.Conestosmaterialesylaayudademipaleta,empecéactivamenteataparlaentradadelnicho.

Apenas había colocado el primer trozodemi obra de albañilería cuandome di cuenta de que la embriaguez de Fortunato se había disipado en granparte.Elprimerindicioquetuvedeellofueungemidoapagadoysaliódelaprofundidaddelnicho.

Noerayaelgritodeunhombreembriagado.Seprodujoluegounlargoyobstinadosilencio.Encimadelaprimerahiladacoloquélasegunda,laterceray la cuarta.Yoí entonces las furiosas sacudidasde las cadenas.El ruido seprolongóunosminutos,duranteloscuales,paradeleitarmeconél,interrumpímitareaymesentéencuclillassobreloshuesos.Cuandoseapaciguó,porfin,aquel rechinamiento, cogí de nuevo la paleta y acabé, sin interrupción, laquinta,sextayséptimahiladas.Laparedsehallabaentoncesalaalturademipecho.Denuevomedetuve,y,levantandolavelaporencimadelaobraquehabíaejecutado,dirigílaluzsobrelafiguraquesehallabaenelinterior.

Una serie de fuertes y agudos gritos salió de repente de la garganta delhombre encadenado, como si quisiera rechazarme con violencia hacia atrás.Duranteunmomentovaciléymeestremecí.Saquémiespadayempecéatirarestocadasporel interiordelnicho.Perounmomentodereflexiónbastóparatranquilizarme. Puse la mano sobre la maciza pared de la cueva y respirésatisfecho.Volví a acercarme a la pared y contesté entonces a los gritos dequienclamaba.Losrepetí,losacompañéylosvencíenextensiónyenfuerza.Asílohice,yelquegritabaacabóporcallarse.

Yaeramedianoche,yllegabaasutérminomitrabajo.Habíadadofinalasoctava, novena y décima hiladas. Había terminado casi la totalidad de laoncena,yquedabatansólounapiedraquecolocaryrevocar.Teníaquepelearconsupeso.Sóloparcialmentesecolocabaenlaposiciónnecesaria.

Peroentoncessaliódelnichounarisaahogada,quemepusolospelosdepunta.Seemitíaconunavoztantriste,quecondificultadlaidentifiquéconladelnobleFortunato.Lavozdecía:

—¡Ja,ja,ja!¡Je,je,je!¡Buenabroma,amigo,buenabroma!¡Loquenosreiremosluegoenelpalacio,¡je,je,je!,apropósitodenuestrovino.¡Je,je,je!

—Elamontillado—dije.

—¡Je, je, je!Sí, elamontillado.Pero¿nosenoshace tarde?¿NoestaránesperándonosenelpalacioladyFortunatoylosdemás?Vámonos.

—Sí—dije—;vámonosya.

—¡PorelamordeDios,Montresor!

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—Sí—dije—;porelamordeDios.

En vano me esforcé en obtener respuesta a aquellas palabras. Meimpacientéyllaméenvozalta:

—¡Fortunato!

Nohuborespuesta,yvolvíallamar:

—¡Fortunato!

Tampocomecontestaron.Introdujeunavelaporelorificioquequedabayladejécaerenelinterior.Mecontestósólouncascabeleo.Sentíunapresiónen el corazón, sin duda causada por la humedad de las catacumbas. Meapresuréa terminarmi trabajo.Conmuchosesfuerzoscoloquéensusitio laúltimapiedraylacubríconargamasa.Volvíalevantarlaantiguamuralladehuesoscontralanuevapared.Durantemediosiglonadieloshatocado.Inpacerequiescat.

LAMÁSCARADELAMUERTEROJA

Durantemuchotiempo,la«MuerteRoja»habíadevastadolaregión.Jamáspestilenciaalgunafuetanfatalyespantosa.Suavatareralasangre,elcoloryel horror de la sangre. Se producían agudos dolores, un súbitodesvanecimiento y, después, un abundante sangrar por los poros y ladisolucióndelser.Lasmanchaspurpúreasporelcuerpo,yespecialmenteporelrostrodelavíctima,desechabanaéstadelaHumanidadylacerrabanatodosocorro y a toda compasión. La invasión, el progreso y el resultado de laenfermedaderancuestióndemediahora.

PeroelpríncipePrósperoerafeliz,intrépidoysagaz.Cuandosusdominiosperdieronlamitaddesupoblación,reunióaunmillardeamigosfuertesydecorazón alegre, elegidos entre los caballeros y las damas de su corte, y conellos constituyóun refugio recóndito enunade sus abadías fortificadas.Eraunaconstrucciónvastaymagnífica,unacreacióndelpropiopríncipe,degustoexcéntrico, pero grandioso. Rodeábala un fuerte y elevado muro, con suscorrespondientes puertas de hierro. Los cortesanos, una vez dentro, sesirvieron de hornillos y pesadas mazas para soldar los cerrojos, decidieronatrincherarse contra los súbitos impulsos de la desesperación del exterior eimpedirtodasalidaalosfrenesíesdelinterior.

La abadía fue abastecida copiosamente.Gracias a tales precauciones loscortesanos podían desafiar el contagio. El mundo exterior, que se lascompusieracomopudiese.Porlodemás,seríalocuraafligirseopensarenél.

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El príncipe había provisto aquella mansión de todos los medios de placer.Había bufones, improvisadores, danzarines, músicos, lo bello en todas susformas,yhabíavino.Enelinteriorexistíatodoesto,ademásdelaseguridad.Afuera,la«MuerteRoja».

Ocurrió a finales del quinto o sextomes de su retiro, mientras la plagahacíagrandes estragos afuera, cuandoel príncipePrósperoproporcionóa sumillardeamigosunbailedemáscarasdelamásinsólitamagnificencia.

¡Quévoluptuosocuadroeldeesebailedemáscaras!Permítasemedescribirlossalonesdondetuvoefecto.Eransiete,enunahilera imperial.Enmuchospalaciosestashilerasdesalonesconstituyenlargasperspectivasenlínearectacuandolosbatientesdelaspuertasestánabiertosdeparenpar,demodoquelamiradallegahastaelfinalsinobstáculo.Aquí,elcasoeramuydistinto,comosepodíaesperarporpartedelduqueydesupreferenciaseñaladísimapor lobizarre. Las salas estaban dispuestas de modo tan irregular que la miradasolamente podía alcanzar una cada vez. Al cabo de un espacio de veinte otreintayardasencontrábaseunasúbitarevuelta,yencadaesquina,unaspectodiferente.

Aderechaeizquierda,enmediodecadapared,unaaltayestrechaventanagótica comunicaba con un corredor cerrado que seguía las sinuosidades delaposento.Cadaventanalestabahechodevidriosdecoloresquearmonizabanconeltonodominantedeladecoracióndelsalónparaelcualseabría.Elqueocupaba el extremo oriental, por ejemplo, estaba decorado en azul, y losventanales eran de un azul vivo. El segundo aposento estaba ornado yguarnecidodepúrpura,ylasvidrieraseranpurpúreas.Eltercero,enteramenteverde,yverdessusventanas.Elcuarto,anaranjado,recibíalaluzatravésdeunaventanaanaranjada.Elquinto,blanco,yelsexto,violeta.Elséptimosalónestabarigurosamenteforradoporcolgadurasdeterciopelonegro,querevestíantodoeltechoylasparedesycaíansobreuntapizdelamismatelaydelmismocolor. Pero solamente en este aposento el color de las vidrieras nocorrespondíaaldeldecorado.

Losventanaleseranescarlata,deun intensocolordesangre.Ahorabien:no veíase lámpara ni candelabro alguno en estos siete salones, entre losadornosdelasparedesodeltechoartesonado.Nilámparasnivelas;ningunaclaridad de esta clase, en aquella larga hilera de habitaciones. Pero en loscorredores que la rodeaban, exactamente enfrente de cada ventana,levantábaseunenormetrípodeconunbraseroresplandecientequeproyectabasuclaridadatravésdeloscristalescoloreadoseiluminabalasaladeunmododeslumbrante. Producíase así una infinidad de aspectos cambiantes yfantásticos.Peroenel salóndeponiente,en lacámaranegra, laclaridaddelbrasero, que se reflejaba sobre las negras tapicerías a través de los cristalessangrientos, era terriblemente siniestra y prestaba a las fisonomías de los

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imprudentes que penetraban en ella un aspecto tan extraño, quemuy pocosbailarinesteníanvalorparapisarsumágicorecinto.

También en este salón erguíase, apoyado contra elmurode poniente, ungigantescorelojdeébano.Supéndulomovíaseconuntictacsordo,pesadoymonótono.Y cuando laminutera completaba el circuito de la esfera e iba asonarlahora,salíadelospulmonesdebroncedelamáquinaunsonidoclaro,estrepitoso, profundo y extraordinariamente musical, pero de un timbre tanparticularypotenteque,dehoraenhora, losmúsicosde laorquestaveíanseobligadosa interrumpirun instantesusacordesparaescucharel sonido.Losvalsistasveíanseforzadosacesarensusevoluciones.

Una perturbaciónmomentánea recorría toda aquellamultitud, ymientrassonabanlascampanasnotábasequelosmásvehementespalidecíanylosmássensatospasábanselasmanosporlafrente,pareciendosumirseenmeditaciónoenunsueñofebril.Perounavezdesaparecíaporcompletoeleco,unaligerahilaridad circulaba por toda la reunión. Los músicos mirábanse entre sí yreíansedesusnerviosydesulocura,yjurábanseenvozbajaunosaotrosquelapróximavezquesonaranlascampanadasnosentiríanlamismaimpresión.Y luego,cuandodespuésde la fugade los sesentaminutosquecomprendenlostresmilseiscientossegundosdelahoradesaparecida,cuandollegabaunanueva campanada del reloj fatal, se producía el mismo estremecimiento, elmismoescalofríoyelmismosueñofebril.

Pero,apesardetodoesto,laorgíacontinuabaalegreymagnífica.Elgustodel duque era muy singular. Tenía una vista segura por lo que se refiere acolores y efectos. Despreciaba el decora de moda. Sus proyectos erantemerariosysalvajes,ysusconcepcionesbrillabanconunesplendorbárbaro.Muchasgentesloconsiderabanloco.Suscortesanossabíanperfectamentequenoloera.Sinembargo,eraprecisooírlo,verlo,tocarlo,paraasegurarsedequenoloestaba.

Enocasióndeestagranfête,habíadirigidogranpartedeladecoracióndelosmuebles,ysugustopersonalhabíadirigidoelestilode losdisfraces.Nohay duda de que eran concepciones grotescas. Era deslumbrador, brillante.Había cosas chocantes y cosas fantásticas, mucho de lo que después se havisto en Hernani. Había figuras arabescas, con miembros y aditamentosinapropiados.

Delirantes fantasías, atavíos como de loco. Había mucho de lo bello,muchodelolicencioso,muchodelobizarre,algodeloterribleynopocodeloquepodríahaberproducidorepugnancia.Deunladoaotrodelassietesalaspavoneábaseunamuchedumbredepesadilla.Yesamultitud—lapesadilla—contorsionábaseentodossentidos,tiñéndosedelcolordelossalones,haciendoquelamúsicaparecieraelecodesuspropiospasos.

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Depronto,repicadenuevoelrelojdeébanoqueseencuentraenelsalónde terciopelo. Por un instante queda entonces todo parado; todo guardasilencio, excepto la voz del reloj. Las figuras de pesadilla quédanse yertas,paradas.Pero los ecosde la campana sevandesvaneciendo.Nohanduradosinoun instante, y, apenashandesaparecido,una risa levemal reprimida secierneportodoslados.Yunavezmás,lamúsicasuena,viveenlosensueños.

Deun lado aotro, retuércensemás alegrementequenunca, reflejando elcolordelasventanasdistintamenteteñidasyatravésdelascualesfluyenlosrayosdelostrípodes.Peroenelsalónmásoccidentaldelossietenohayahoramáscara ninguna que se atreva a entrar, porque la noche va transcurriendo.Allísederramaunaluzmásrojaatravésdeloscristalescolordesangre,ylaoscuridaddelascortinasteñidasdenegroesaterradora.Yalosquepisanlanegra alfombra llégales del cercano reloj de ébano unmás pesado repique,mássolemnementeacentuadoqueelquehierelosoídosdelasmáscarasquesediviertenenlassalasmásapartadas.

Pero en estas otras salas había una densa muchedumbre. En ellas latíafebrilmenteelcorazóndelavida.Lafiestallegabaasuplenoarrebatocuando,por último, sonaron los tañidos de medianoche en el reloj. Y, entonces, lamúsica cesó, como ya he dicho, y apaciguáronse las evoluciones de losdanzarines.Y,comoantes,seprodujounaangustiosainmovilidad,entodaslascosas.Peroeltañidodelrelojhabíadereunirestavezdocecampanadas.Porestoocurriótalvez,que,conelmayortiempo,seinsinuóenlasmeditacionesdelospensativosqueseencontrabanentrelosquesedivertíanmayorcantidadde pensamientos. Y, quizá por lo mismo, varias personas entre aquellamuchedumbre,antesquesehubiesenahogadoenelsilenciolospostrerosecosde la última campanada, habían tenido tiempo para darse cuenta de lapresenciadeunafiguraenmascaradaquehastaentoncesnohabíallamadolaatención de nadie.Y al difundirse en un susurro el rumor de aquella nuevaintrusión, se suscitó entre todos los concurrentes un cuchicheo o murmullosignificativo de asombro y desaprobación. Y luego, finalmente, el terror, elpavoryelasco.

En una reunión de fantasmas como la que he descrito puede muy biensuponerse que ninguna aparición ordinaria hubiera provocado una sensacióncomo aquélla.A decir verdad, la libertad carnavalesca de aquella noche eracasi ilimitada.Peroelpersonajeencuestiónhabíasuperado laextravaganciade un Herodes y los límites complacientes, no obstante, de la moralidadequívoca e impuesta por el príncipe. En los corazones de los hombresmástemerarioshaycuerdasquenosedejan tocarsinemoción.Hastaen losmásdepravados,enquieneslavidaylamuertesonsiempremotivodejuego,haycosasconlasquenosepuedebromear.Todalaconcurrenciaparecióentoncessentir profundamente lo inadecuado del traje y de las maneras del

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desconocido.Elpersonajeeraaltoydelgado,yestabaenvueltoenunsudarioquelocubríadelacabezaalospies.

La máscara que ocultaba su rostro representaba tan admirablemente larígidafisonomíadeuncadáver,quehastaelmásminuciosoexamenhubiesedescubiertocondificultadelartificio.Y,sinembargo, todosaquellosalegreslocos hubieran soportado, y tal vez aprobado aquella desagradable broma.Perolamáscarahabíallegadohastaelpuntodeadoptareltipodela«MuerteRoja». Sus vestiduras estaban manchadas de sangre, y su ancha frente, asícomosusdemásfacciones,seencontrabansalpicadasconelhorrorescarlata.

CuandolosojosdelpríncipePrósperosefijaronenaquellafiguraespectral(que con pausado y solemne movimiento, como para representar mejor supapel,pavoneábasedeunladoaotroentrelosquebailaban),selevio,enelprimermomento,conmoverseporunviolentoestremecimientodeterrorydeasco.Pero,unsegundodespués,sufrenteenrojeciódeira.

—¿Quién se atreve —preguntó con voz ronca a los cortesanos que sehallaban juntoaél—,quiénseatrevea insultarnosconestaburlablasfema?¡Apoderaos de él y desenmascararle, para que sepamos a quién hemos deahorcarennuestrasalmenasalsalirelsol!

Ocurría esto en el salón del Este, o cámara azul, donde hallábase elpríncipePrósperoalpronunciarestaspalabras.Resonaronclarasypotentesatravésdelossietesalones,pueselpríncipeeraunhombreimpetuosoyfuerte,ylamúsicahabíacesadoaunademándesumano.

Ocurríaestoenlacámaraazul,dondehallábaseelprínciperodeadodeungrupo de pálidos cortesanos.Al principio,mientras hablaba, hubo un ligeromovimiento de avance de este grupo hacia el intruso, que, en tal instante,estuvo también al alcance de susmanos, y que ahora, con paso tranquilo ymajestuoso, acercábase cada vez más al príncipe. Pero por cierto terrorindefinido,quelainsensataarroganciadelenmascaradohabíainspiradoatodala concurrencia, nadie hubo que pusiera mano en él para prenderle, de talmodo que, sin encontrar obstáculo alguno, pasó a una yarda del príncipe, ymientras la inmensa asamblea, como obedeciendo a un mismo impulso,retrocedía desde el centro de la sala hacia las paredes, él continuó sininterrupción su camino, con aquel mismo paso solemne ymesurado que lehabíadistinguidodesdesuaparición,pasandodelacámaraazulalapurpúrea,de lapurpúreaa laverde,de laverdea laanaranjada,deéstaa lablanca,yllegó a la de color violeta antes de que se hubiera hecho un movimientodecisivoparadetenerle.

Sinembargo,fueentoncescuandoelpríncipePróspero,exasperadodeirayvergüenzaporsumomentáneacobardía,selanzóprecipitadamenteatravésdelasseiscámaras,sinquenadielosiguieraacausadelmortalterrorquede

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todossehabíaapoderado.Blandíaunpuñaldesenvainado,ysehabíaacercadoimpetuosamente a unos tres o cuatro pies de aquella figura que se batía enretirada, cuando ésta, habiendo llegado al final del salón de terciopelo,volviósebruscamenteehizofrenteasuperseguidor.Sonóunagudogritoyladagacayórelampagueantesobrelafúnebrealfombra,enlacual,actoseguido,sedesplomó,muerto,elpríncipePróspero.

Entonces, invocando el frenético valor de la desesperación, un tropel demáscaras se precipitó a un tiempo en la negra estancia, y agarrando aldesconocido, quemanteníase erguido e inmóvil como una gran estatua a lasombradel relojdeébano, exhalaronungritode terror inexpresable,viendoquebajoelsudarioylamáscaradecadáverquehabíanaferradoconenergíatanviolentanosehallabaformatangiblealguna.

Y,entonces,reconocieronlapresenciadela«MuerteRoja».Habíallegadocomounladrónenlanoche,y,unoporuno,cayeronlosalegreslibertinosporlassalasdelaorgía,inundadosdeunrocíosangriento.Ycadaunomurióenladesesperadaposturadesucaída.

Y la vida del reloj de ébano extinguióse con la del último de aquelloslicenciosos.Y las llamas de los trípodes se extinguieron.Y la tiniebla, y laruina,yla«MuerteRoja»tuvieronsobretodoaquelloilimitadodominio.

ELDIABLOENELCAMPANARIO

Todossabendeunamaneravagaqueellugarmásbellodelmundoes—oera, desgraciadamente— el pueblo holandés de Vondervotteimittiss. Noobstante,comoseencuentraaciertadistanciadetodaslasgrandesvías,enunasituación, por decirlo así, extraordinaria, probablemente lo haya visitado uncorto número de mis lectores. Por esta razón, considero oportuno, paraentretenimiento de aquellos que no hayan podido hacerlo, entrar en algunospormenoresconrespectoaél.Yestoesrealmentetantomásnecesariocuantoque, si me propongo relatar los calamitosos acontecimientos por los queúltimamente ha pasado su territorio, es sólo con la esperanza de conquistarpara sus habitantes la simpatía popular. Ninguno de quienes me conocendudarádequeeldeberquemeimpongonoseaejecutadocontodalahabilidaddequesoycapaz,conesarigurosa imparcialidad,escrupulosacomprobaciónde los hechos y la ardua confrontación de autoridades que deben distinguirsiempreaaquelqueaspiraaltítulodehistoriador.

Gracias a la ayuda conjunta de monedas, manuscritos e inscripciones,estoyautorizadoaafirmarpositivamentequeelpueblodeVondervotteimittiss

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existiósiempre,desdesufundación,precisamenteenlasmismascondicionesenquehoyseencuentra.Por loque respectaa la fechade suorigen,meessingularmente penosonopoder hablar sino con esaprecisión indefinida conquelosmatemáticossevenavecesobligadosaconformarsecondeterminadasfórmulas algebraicas. La fecha —me está permitido hablar así—, habidacuenta de su prodigiosa antigüedad, no puede ser menor que una cantidaddeterminablecualquiera.

ConrespectoalaetimologíadelnombreVondervotteimittiss,confieso,nosinpena,estarenduda.Entreunaseriedeopinionessobreestedelicadopunto,muysutilesalgunasdeellas,otrasmuyeruditasyotraslosuficientementeenoposición,nohalloningunaquepuedaconsiderarsatisfactoria.Talvezlaideade Grogswigy, que coincide casi con la de Kroutaplenttey, deba aceptarseprudentemente. Está concebida en los siguientes términos:Vondervotteimittiss; Vonder lege Donder, Votte mittiss; quasi und Bleitziz,Bleitziz, obsol, pro Blitzen. A decir verdad, esta etimología encuentra, dehecho, bastante confirmación en algunas señales de fluido eléctrico quepuedenversetodavíaenloaltodelcampanariodelayuntamiento.

Seacomo fuere,noesmi intencióncomprometermeenuna tesisde estaimportancia, y le ruego al lector ávido de informaciones que consulte losOrationculœ de Rebus Prœter-Vetoris, de Dundergutz; que vea, también,Bunderbuzzard,DeDerivationibus,delapágina27ala1.010,infolio,edicióngótica, caracteres rojos y negros, con llamadas y signaturas, y que consultetambién las normas marginales del autógrafo de Stuffundpuff, con lossubcomentariosdeGruntundguzzell.

A pesar de la oscuridad que envuelve de este modo la fecha de lafundación deVondervotteimittiss y de la etimología de su nombre, no cabeduda,comoyahedicho,dequehaexistidosiempretalcomolovemosenlaactualidad. El más viejo hombre del lugar no recuerda ni la más levediferenciaenelaspectodeunapartecualquieradeél,y,enrealidad,lasimplesugestióndetalposibilidadseríaconsideradacomouninsulto.Elpuebloestásituado en un valle perfectamente circular, cuya circunferencia mide, pocomás omenos, un cuarto demilla, y está rodeado completamente por lindascolinas, cuyas cimas jamáspensaron sushabitanteshollar con suplanta.Noobstante,éstosdanunaexcelenterazóndesuproceder,porcuantocreenquenohayabsolutamentenadaalotrolado.

Alrededor del lindero del valle —que es completamente liso ypavimentado en toda su extensión con ladrillos planos— hay unaininterrumpidafiladesesentapequeñascasas.Seapoyanpordetrássobrelascolinas, y, por tanto, todas miran al centro de la llanura, que se encuentrajustamenteasesentayardasdelapuertadelanteradecadacasa.Cadaunadeéstastienealaentradaunjardincillo,conunaavenidacircular,unrelojsolary

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veinticuatrocoles.

Las mismas construcciones son tan absolutamente iguales, que esimposibledistinguirunadeotra.Acausadesuextremaantigüedad,elestiloarquitectónico es un tanto extravagante; pero por esta razón, es todavíanotablementepintoresco.Estascasasestánconstruidasconpequeñosladrillos,bien endurecidos al fuego, rojos, con cantos negros, de tal modo, que lasparedesparecenun tablerode ajedrezdegrandesproporciones.Los rematesestán vueltos del lado de la fachada y poseen cornisas tan grandes como elrestodelacasaenlosbordesdelostejadosyenlaspuertasprincipales.Lasventanassonestrechasydeamplioalféizar,ysusvidrierasestánformadasporcristalespequeñísimosymuchostrocitosdemadera.Eltejadoestárecubiertoporunagrancantidaddetejasdepuntasarrolladas.Lamaderaestodadeuncolorsombrío,totalmentetallada,perodedibujospocovariados,puestoque,desdetiemposinmemoriales,lostallistasdeVondervotteimittissnohansabidoesculpir más que dos objetos: un reloj y una col. Ahora bien: hay quereconocer que esto lo hacen admirablemente, y lo prodigan con singularingeniosidadencualquiersitioquepuedanencontrarelcincel.

Lashabitacionessontanparecidasalaparteinteriorcomoalaexterna,ylos muebles son todos de un solo modelo. El piso está pavimentado conbaldosas cuadradas. Las sillas y mesas son de madera negra, con patastorneadas,delgadasyfinasporabajo.Laschimeneassonlargasyaltas,ynosolamente poseen relojes y coles esculpidos en la superficie de su partefrontal, sinoque, además, sostienenenmediode la repisaunauténtico relojque produce un prodigioso tictac, con los floreros, cada uno de los cualescontieneunacol,situadosenlosextremosamododebatidores.Entrecadacoly el reloj se encuentra, además, un muñeco chino, panzudo, con un granagujeroenmediodelabarriga,a travésdelcualpuedeverse laesferadeunreloj.

Los lares son amplios y profundos, con retorcidos morrillos.Continuamente arde un gran fuego sobre el que se encuentra una enormemarmitallenadesauerkrautycarnedecerdo,incesantementevigiladaporladueñadelacasa.Éstaesunagruesayviejaseñora,deojosazulesycoloradorostro, que se toca con un inmenso gorro semejante a un pilón de azúcar,adornadoconcintaspurpúreasyamarillas;sutrajeesdemezclillaanaranjada,larguísimo por detrás y de estrecha cintura, por otros conceptos demasiadocorto, porque deja descubierta la mitad de la pierna. Éstas son un pocogruesas, lomismoque los tobillos, pero están cubiertas por un lindopar demedias verdes. Sus zapatos, de cuero rosado, están atados con un lazo decintas amarillas dispuesto en forma de col. En su mano izquierda tiene unpesado relojito holandés, y con la derechamaneja una gran cuchara para elsauerkraut y la carne de cerdo. A su lado se encuentra un gato gordo y

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manchado, que exhibe en la cola un relojillo de cobredoradode repetición,que«loschiquillos»lehanatadoallícomojuego.

En cuanto a estos chicos, los tres están en el jardín, cuidandodel cerdo.Todos tienen dos pies de altura, se tocan con tricornios y visten chalecospurpúreosquelesllegancasialosmuslos,calzonesdepieldegamo,mediasrojas de lana, zapatones con gruesas hebillas de plata y largas blusas congrandesbotonesdenácar.Cadauno tieneunapipaen labocayunabultadoreloj en lamano derecha.Una bocanada de humo, unamirada al reloj; unamiradaalreloj,unabocanadadehumo.Asíestán.Elcerdo,queescorpulentoyperezoso,seentretieneunasvecesenmordiscarlashojasquehancaídodelascolesyotrasenquerermorderseelrelojitodoradoqueaquellospícaroshanatado también al rabo de este personaje, con objeto de embellecerle tantocomoalgato.

Exactamenteenfrentede lapuertadeentrada, enunapoltronadeampliorespaldoforradodecuero,conpatastorneadasyfinas,comolasdelasmesas,sehainstaladoelviejopropietariodelacasa.Esunviejecilloexcesivamentehinchado, con grandes ojos redondos y una enorme doble papada. Suindumentaria se parece a la de losmuchachos, y nadamás tengo que decirsobreesteparticular.Todadiferenciaconsisteenquesupipaesunpocomayorqueladeaquéllos,y,portanto,puedelanzarmáshumo.Lomismoqueellos,tieneunreloj,queguardaenelbolsillo.Adecirverdad,tienealgoquehacermás importante que vigilar un reloj, y esto es lo que voy a explicar. Estásentado, con la pierna derecha sobre la rodilla izquierda. Tiene semblantegraveyconservasiempreunopor lomenosdesusojoselsemblante fijoenciertoobjetomuyinteresantedelcentrodelallanura.

Esteobjetoestásituadoenelcampanariodelayuntamiento.Losmiembrosdel Consejo son todos unos hombrecillos achaparrados, adiposos einteligentes, con ojos gruesos como salchichas y enormes papadas. Vistentrajesmuchomáslargos,ylashebillasdesuszapatossonmuchomayoresquelasdelrestodeloshabitantesdeVondervotteimittiss.Desdequeresidoenelpueblohancelebradovariassesionesextraordinarias,yhantomadoestostresimportantesacuerdos:

«Esuncrimenalterarelbuenviejoritmodelascosas».

«Noexistenadatolerable,exceptoVondervotteimittiss».

«Juramoseternafidelidadanuestrosrelojesyanuestrascoles».

Sobreelsalóndesesionesseencuentraelcampanario,yenelcampanarioo torre está, y siempre ha estado, desde tiempo inmemorial, el orgullo ymaravilladelpueblo:elgranrelojdelaaldeadeVondervotteimittiss.Yhaciaese objeto están vueltos los ojos de los viejos caballeros que se encuentran

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sentadosenpoltronasforradasdecuero.

Elgranreloj tienesieteesferas,unasobrecadaunade lassietecarasdelcampanario,demodoqueselepuedeobservarcómodamentedesdetodoslosbarrios.Estasesferassonenormesyblancas,y lasagujas,pesadasynegras.Enlatorreestáempleadounhombrecuyasolamisiónconsisteencuidardelamisma; pero tal función es la más perfecta de las sinecuras, porque desdetiempos inmemorialesel relojdeVondervotteimittiss jamáshanecesitadodesusservicios.Hastaesosúltimosdías,lasimplesuposicióndesemejantecosaeraconsideradacomounaherejía.

Desde los más antiguos tiempos que los archivos registran, las horashabían sonado regularmente en la gran campana, y, en realidad, lo mismoacontecíacontodoslosdemásrelojes,grandesypequeños,delaaldea.Nuncaexistiólugarcomparableaésteenseñalarcontantaexactitudyregularidadlashoras. Cuando el voluminoso mazo juzgaba llegado el momento de decir:«¡Las doce!», todos sus obedientes servidores abrían simultáneamente susgargantasyrespondíancomounsoloeco.Enresumen,losbuenosburguesesestabanencantadosconsusauerkraut,peroorgullososdesusrelojes.

Todaslaspersonasquedisfrutandesinecurassonobjetodemayoromenorveneración, y como el campanero de Vondervotteimittiss poseía la másperfectadeellas,eselmásperfectamenterespetadodetodoslosmortales.Eselprincipaldignatariodelaaldea,einclusosusmismoscerdoslecontemplanreverentemente.Lacoladesucasacaesmuchomayor.Supipa,lashebillasdesus zapatos, sus ojos y su estómago sonmuchomayores que los de ningúnotro viejo caballero de la aldea, y en cuanto a su papada, es no solamentedoble,sinotriple.

DescriboelfelizestadodeVondervotteimittiss.¡Ay,quégranlástimaquetan delicioso cuadro estuviese condenado a sufrir un día una crueltransformación!

Hace muchísimo tiempo que ha sido aceptado y comprobado por loshabitantes más sabios de la aldea un proverbio según el cual «nada buenopuede venir de allende las colinas».Y, en realidad, hay que creer que estaspalabras contenían en sí algo profético. Faltaban cinco minutos para elmediodía de anteayer cuando, en lo alto de la cresta de las colinas del ladoeste,surgióunobjetodeextrañoaspecto.Semejanteacontecimientoerapropiopara despertar la atención universal, y cada uno de los viejos hombrecillos,sentados en sus poltronas tapizadas de cuero, volvió uno de sus ojos,desorbitado por el espanto, hacia el fenómeno, continuando con el otro fijosobreelrelojdelcampanario.

Faltaban sólo tresminutos para elmediodía cuando se comprobó que elsingularobjetoencuestióneraunpequeñojovencilloqueparecíaextranjero.

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Descendíaporlacolinaconunaenormerapidez,demodoquetodospudieronverlemuyprontofácilmente.Era,realmente,elmáspreciosohombrecilloquese había visto jamás en Vondervotteimittis. Tenía el rostro negro como elhumo,larganarizganchudaentrelosojos,queparecíanlentejas;enormebocaymagníficahileradedientes,queparecíamuyinteresadoenexhibirriéndosede oreja a oreja. Añádase a esto patillas y bigote, y no creo que nadamásquedaseporverensurostro.Teníalacabezadescubierta,ysucabellerahabíasido cuidadosamente arreglada con papillotes para rizarla. Componíase suindumentariadeunacasacaajustadaycolgante,queterminabaenunaespeciede cola de golondrina—por uno de cuyos bolsillos dejaba colgar una largapunta de un pañuelo blanco—; de unos calzones de casimir negro, mediasnegras y unos escarpines que parecían medio zapatos, cuyos cordonesconsistíanenenormeslazosderasonegro.Bajounodesusbrazosllevabaunchapeau-de-bras,ybajoelotro,unviolíncasicincovecesmayorqueél.Ensumano izquierda tenía una tabaquera de oro, de donde continuamente cogíapulgaradasde rapécon la actitudmásvanidosadelmundo,mientras saltabadescendiendo la colina y dando toda clase de pasos fantásticos. ¡Bondaddivina! Era un gran espectáculo para los honrados burgueses deVondervotteimittiss.

Hablandoclaramente:elpícaroreflejabaensurostro,apesardesusonrisa,un audaz y siniestro carácter. Mientras se dirigía apresuradamente hacia elpueblo, el aspecto singularmente extraño de sus escarpines bastó paradespertarmuchassospechas;ymásdeunburguésquelecontemplóenesedíahubiesedadoalgopordirigirunaojeadabajoelpañuelodeblancabatistaquecolgabadetanirritantemododelbolsillodesucasacaconcoladegolondrina.Peroloquedespertóprincipalmenteunajustaindignaciónfueelhechodequeaquelmiserablebotarate,mientrasejecutabatanprontounfandangocomounapirueta,noguardabaunareglaensudanzaynoposeíanilamenornocióndeloquesellamallevarelcompás.

Mientras tanto, los buenos habitantes del pueblo ni habían aún tenidotiempoparaabrirdel todosusojoscuando,exactamentemediominutoantesdelmediodía,seprecipitóeltunante,comoosdigo,enmediodeaquellabuenagente,hizoaquíunchassez,allíunbalancez,ydespuésdeunapirouetteyunpas-de-zephyr,sedirigiócomounaflechaalatorredelayuntamiento,dondeelcampanerofumabaestupefactoconunaactituddedignidadytemor.Peroelpillastrueloleagarróprimerodelanariz,selasacudióytiródeella,lepusosobre la cabeza su gran chapeau-de-bras, hundiéndoselo hasta la boca, ydespués, levantando su enorme violín, le golpeó con él durante tanto rato ycontalviolencia,que,dadoqueelvigilanteestabamuygordoyelviolíneraamplio y hueco, se hubiese jurado que todo un regimiento con enormestambores redoblaba diabólicamente en la torre del campanario deVondervotteimittiss.

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Nosesabeaquédesesperadoactodevenganzahubiese impulsadoaquelindignanteataquealosaldeanos,denohabersidoporelimportantísimohechode faltarmedio segundo para elmediodía. Iba a sonar la campana y era deabsoluta y suprema necesidad que todos consultasen sus relojes. Eraindudable,sinembargo,que,exactamenteeneseinstante,elpilloquesehabíaintroducido en la torre quería algo que se relacionaba con la campana, ymetíase donde nadie le llamaba. Pero como empezaba a tocar, nadie teníatiempodevigilar lasmaniobrasdel traidor,porquecadaunode loshombresdelpuebloeratodooídoscontandolascampanadas.

—Una…—dijoelreloj.

—Una… —replicó cada uno de los viejos hombrecillos deVondervotteimittiss,encadasillóntapizadodecuero.

—Una…—dijoelrelojdesumujer.

Y:

—Una… —dijeron los relojes de los niños y los relojillos doradoscolgadosdelascolasdelgatoyelcerdo…

—Dos…—continuólapesadacampana.

Y:

—¡Dos!—repitierontodoslosecosmecánicos.

—¡Tres! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Seis! ¡Siete! ¡Ocho! ¡Nueve! ¡Diez!—dijo lacampana.

—¡Tres! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Seis! ¡Siete! ¡Ocho! ¡Nueve! ¡Diez! —respondieronlosotros.

—¡Once!—dijolagrande.

—¡Once!—aprobótodalapequeñagente.

—¡Doce!—dijolacampana.

—¡Doce!—contestaronellos,perfectamentesatisfechosydejandocaersusvocesacompás.

—¡Handadolasdoce!—dijerontodoslosviejecillos,guardandodenuevosusrelojes.

Sinembargo,lagrancampananohabíaacabadoaún.

—¡Trece!—dijo.

—¡Trece!—exclamarontodoslosviejecillos,palideciendoydejandocaerlas pipas de sus bocas,mientras descabalgaban sus piernas derechas de sus

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rodillas izquierdas—. ¡Trece!—gimotearon—. ¡Trece! ¡Trece! ¡¡Dios santo,sonlastrece!!

¿Describiré la espantosa escena que se originó? TodoVondervotteimittisestallóderepenteenunlamentabletumulto.

—¿Qué le ocurrirá a mi barriga? —gritaron todos los niños—. ¡Tengohambredesdehaceunahora!

—¿Quélespasaráamiscoles?—exclamarontodaslasmujeres—.¡Debendeestarcocidasdesdehaceunahora!

—¿Qué le ocurre ami pipa?—juraron todos los viejecillos—. ¡Rayos ytruenos!Debedeestarapagadadesdehaceunahora.

Y volvieron a chupar sus pipas con gran rabia. Se arrellanaron en sussillones y aspiraron el humo con tal prisa y ferocidad, que inmediatamentequedóelvalleveladoporunanubeimpenetrable.

Mientrastanto,lascolesibanadquiriendotonalidadespurpúreas,yparecíaqueelmismoviejodiabloenpersonaseapoderasedetodoloqueteníaformade reloj. Los relojes tallados sobre los muebles poníanse a bailar como siestuvieran embrujados, mientras que los que se encontraban sobre laschimeneas apenas si podían contener su furor y se obstinaban en un toqueincesante: «¡Trece! ¡Trece! ¡Trece!». Y el vaivén y movimiento de suspénduloseratal,queresultabaverdaderamenteespantosodever.

Lopeoreraquelosgatosyloscerdosnopodíansoportarmáseldesarreglode los relojillos de repetición atados a sus colas, y ostensiblemente lodemostraban huyendo hacia la plaza, arañándolo y revolviéndolo todo,maullando y gruñendo, produciendo un espantoso aquelarre de maullidos ygruñidos, lanzándose a la cara de las personas, metiéndose debajo de lasfaldas,produciendolamásterriblealgarabíaylamástremendaconfusiónquepersonasensatapudieraimaginar.Encuantoalmiserabletunanteinstaladoenlatorre,hacíaevidentementetodoloposibleporlograrquelasituaciónfueramásaflictiva.Decuandoencuandopodíavislumbrárseleenmediodelhumo.Continuabasiempreallí, en la torre, sentadosobreelcuerpodelcampanero,queyacíadeespaldas.

El infame conservaba entre sus dientes la cuerda de la campana,sacudiéndolasinpararconsucabeza,de izquierdaaderecha,yproduciendotalbarullo,quemisoídosseestremecenaúnahoraalrecordarlo.Descansabasobresusrodillaselenormeviolín,querascabasinacordenicompásconsusdosmanos,procurandofingirhorrorosamente,¡ohinfamepayaso!,queestabatocandolacanciónde«JuddyO’FlannaganandPaddyO’Rafferty».

Como las cosas habían llegado a tan lamentable estado, abandoné con

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repugnanciaellugar,yahoradirijounllamamientoatodoslosamantesdelahora exacta y del buen sauerkraut. Marchemos en masa hacia el pueblo yrestauremoselantiguoordendecosasenVondervotteimittiss,expulsandodelatorreaaquelbellaco.

SOMBRA

(PARÁBOLA)

Vosotrosquemeleéis,estáistodavíaentrelosvivos.Yo,queescriboahora,estaré, desde hace mucho tiempo, en viaje por la región de las sombras.Porque, en verdad, sucederán extraordinarias cosas. Muchas secretas cosasserán reveladas,ypasaránmuchossiglosantesdequese revisenestasnotaspor los hombres. Y cuando éstos las hayan visto, unos no creerán, otrosdudarándeellasypocoshallaránmateriademeditaciónenloscaracteresqueconunestiletedehierrograboenestastablillas.

Habíasidounañodeterror,llenodesentimientostodavíamásintensosqueel terror, y para los cuales no hay nombre en la Tierra. Porque habíanseproducidomuchosprodigiosyseñalesdetodosloslados,enlatierrayenelmar.Ylasnegrasalasdelapestehabíansedesplegado,amplias.Noobstante,quienes entendían en la ciencia de los astros, no ignoraban que los cielosteníanunaspectodehecatombe.Yparamí,elgriegoOínos,entreotros,eraevidente que llegábamos a la rotación de esos setecientos noventa y cuatroaños en que, entrando en Capricornio, el planeta Júpiter llevaba a cabo suconjunciónconelanillorojodelterribleSaturno.Sinomeengaño,elsingularespíritudeloscielosponíademanifiestosupoderío,nosólosobrelaTierra,sino,además,sobrelasalmas,pensamientosymeditacionesdelaHumanidad.

Una noche nos hallábamos siete en un noble palacio, situado en unasombría ciudad llamada Ptolemais. Y los siete nos sentábamos en torno deunos frascos de purpúreo vino de Chios. Y nuestra estancia no tenía otraentradaqueunaaltapuertadebronce.YlapuertahabíasidodecoradaporelartíficeCorinnos.Y fabricadahabía sidoconextrañahechura,ycerradapordentro.Había,asimismo,negrascolgadurasprotegiendoestatristeestanciayprivándonos de ver el aspecto de la luna, de las lúgubres estrellas y de lascalles singente.Peroelpresentimientoyel recuerdodelazoteno sehabíaneclipsadodenosotrosconfacilidad.

Había en torno nuestro, cerca de nosotros, cosas de las cuales no puedoclaramente dar cuenta. Cosasmateriales y espirituales. Había pesadez en laatmósfera,sensacióndeasfixiaydeangustia.Y,sobretodo,habíaeseterrible

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mododevivirquesufrenlasgentesnerviosascuandoestánlossentidosvivosydespiertoscruelmente,yadormecidasytristeslasfacultadesdelespíritu.Yunmortal peso nos oprimía. Extendíase sobre nuestrosmiembros, sobre losmueblesde laestancia, sobre losvasosenquebebimoselvinodeChíos.Yparecían todas lascosasoprimidasypostradasenestadejadez.Todo,menoslas llamas de las siete lámparas de bronce que daban luz a nuestra orgía.Prolongándose en delgados filos luminosos, permanecían así, y pálidas einmóviles ardían. Y en la redonda mesa de ébano, en torno a la cual noshallábamos, y a la que el resplandor convertía en espejo, contemplaba cadaunodelosinvitadoslapalidezdesupropiafisonomíayelfulgorinquietodelossombríosojosdesuscamaradas.

No obstante, reíamos violentamente y nos hallábamos de un modohistérico contentos a nuestra manera. Y cantábamos las canciones deAnacreonte, queno son sino locura.Ybebíamos con abundancia, aunque lapúrpura del vino nos hiciera recordar la de la sangre. Porque en la estanciahallábase,además,unoctavopersonaje:eljovenZoilo.Yestabamuerto.Yacíaextendido y cubierto con un sudario. Era el genio y demonio de la escena.¡Ah!Nocompartíanuestradiversión,aunquesufigura,convulsionadaporlaenfermedad,ysusojos,enloscualessóloamediaslamuertehabíaextinguidoelardordelapeste,parecíanadquirirtantointerésennuestraalegríacomolosmuertossoncapacesdetomarenlaalegríadeaquellosquedebenmorir.Peroaunque yo, Oínos, sintiese fijos en mí los ojos del cadáver, esforzábame,empero,ennocomprenderlaamarguradesuexpresión.

Y mirando obstinadamente la profundidad del espejo de ébano, cantabacon alta y sonoravoz las cancionesdeTeos, el poeta.Poco apoco cesómicanto. Y los ecos, continuándose en la distancia por entre las negrascolgadurasdelasala,tornáronsedébiles,indistintos,ysedesvanecieronluego.

Yheaquíque,delasprofundidadesdeesasnegrascortinasdondemoríaelrumor de las canciones, surgió una sombra negra, sin forma. Una sombranegrasemejantealaqueproyectalalunajuntoalcuerpodeunhombrecuandoseencuentraenlalíneadelhorizontemáspróximaalaTierra.Peronoeralasombra de un hombre, ni la de un dios, ni la de ser conocido alguno. Ydespuésdehabertembladouninstanteentreloscortinajes,rectayvisible,sefijóalfinsobrelasuperficiedelapuertadebronce.Perolasombraeravaga,indefiniday sin forma.Noera la sombradeunhombre,ni ladeundios,nisiquieraladeundiosdeGrecia,niladeundiosdeCaldea,niladeundiosdeEgipto.Ydescansabalasombrasobrelagranpuertadebronce,ybajoelfrisocimbrado.Ynosemovía.Ynopronunciabapalabra.Perosedefiníayfijabacada vez más. Y permanecía inmóvil. Y la puerta, en la cual la sombrareposaba, si no recuerdo mal, hallábase junto a los pies del joven Zoiloamortajado. Pero nosotros, los siete compañeros, habiendo visto la sombra

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cuandosaliódeentrelascortinas,nonosatrevíamosacontemplarlaconfijeza,sinoquebajábamosnuestramiradayescrutábamossiemprelasprofundidadesdel espejo de ébano.Y yo,Oínos, al fin,me aventuré a pronunciar algunaspalabrasenvozbajaylepreguntéalasombrasumoradaysunombre.Ylasombra me contestó: «Soy SOMBRA. Y mi morada hállase al lado de lascatacumbas de Ptolemais, y cerca de las llanuras infernales y sombrías querodean el lago impuro deCaronte».Y entonces, los siete nos incorporamossobre nuestros asientos, llenos de terror, y permanecimos temblorosos,estremecidosyhorrorizados.Porqueeltimbredevozdelasombranoeraeldeunindividuosolo,sinoeldemultituddeseres.Yestavoz,quecambiabasusinflexionesdesílabaasílaba,resonabaconfusaennuestrosoídos,imitandolosacentosconocidosyfamiliaresdemilesymilesdeamigosdesaparecidos.

SILENCIO

(FÁBULA)

—Escúchame—dijoeldemonio,colocandosumanosobremicabeza—.Laregióndequetehabloesunaregiónlúgubre.SehallaenLibia,juntoalasorillasdelZaire.Allínoseencuentradescansonisilencio.

»Lasaguasdelríosondeuntinteazafranadoyenfermizo.Nocorrenhaciaelmar, sinoque eternamente semueven, bajo la pupila roja del sol, conunmovimientoconvulsivoytumultuoso.Aambasorillasdeesteríodefangosocauce extiéndese, en una distancia de muchasmillas, un pálido desierto degigantescosnenúfares.Unohaciaotro,anhelanenestasoledadydirigenhaciaelcielosuslargoscuellosespectrales.Aunoyotroladoinclinansuseternascabezas.Deellossaleunrumorconfusoqueseparecealrugidodeuntorrentesubterráneo. El uno hacia el otro suspiran, pero se halla una frontera en suimperio,yéstaesunaselvadensa,oscurayhorrible.

»ComolasolasentornodelasHébridas,losarbustosestánallíenperpetuaagitación, y, no obstante, no hay viento en el cielo. Y los enormes árbolesprimitivos sebalanceancontinuamenteaunoyaotro lado, conunestrépitoimpresionante.Ydesusaltascopas,gotaagota,sefiltrauninacabablerocío.Extrañasfloresvenenosasseretuercenasuspiesenunagitadoduermevela.Ysobresuscabezas,conunsuaverumor,nubesdeplomoseprecipitanhaciaeloeste, hasta que como una catarata se vierten detrás del muro ardiendo delhorizonte. Pero, a pesar de ello, no hay fuerte viento y a ambas orillas delZairenoexisteelsilencionilacalma.

»Denocheeraycaíalalluvia.Ycuandocaía,eralluvia;pero,caídaya,era

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sangre.Yyoencontrábameenmediodelamarisma,ycercadelosnenúfaresgigantescos.Ycaíalalluviasobremicabeza.Ysuspirabanlosnenúfares,unohaciaotro,ensudesolaciónsolemne.

»Ydepronto,atravésdellevevelodelafúnebreniebla,selevantólaluna.Yeraroja.Ymisojossefijaronentoncesenunagranrocagrisquesealzabaen lamargendel ríoya laqueel fulgorde la luna iluminaba.Y la rocaeragris,ysiniestra,yaltísima…Ylarocaeragris.Ensufrentedepiedrahabíaunos caracteres grabados.Y avancé hacia ella por lamarisma de nenúfares,hasta que me encontré cerca de la orilla, para poder leer los caracteresgrabadosenlapiedra.Peronopodíadescifrarlos.Medecidíaretroceder,ylalunabrillóentoncesconunrojomásvivo.Ymevolvíymiréotravezhacialaroca.Ymirédenuevoloscaracteres.Yloscaracteresdecían:Desolación.

»Yentoncesmiréhaciaarriba.En loaltode la rocahabíaunhombreenpie.Y,paraespiarsusacciones,meescondíentrelosnenúfares.Yelhombreeraimponenteymajestuoso,ydesdeloshombroshastalospiesenvolvíaseenlatogadelaantiguaRoma.Ysusiluetaeraindistinta,perosusrasgoseranlosde ladivinidad.Porque,apesardelvelode lanoche,yde laniebla,yde laluna,ydelrocío, losrasgosdesurostrofulguraban.Yerasufrenteanchaypensativa.Ynubladosestabansusojosporlascavilaciones.Yenlasarrugasde susmejillas leía las fábulas del tedio, del cansancio y del disgusto de laHumanidad.Yleíatambiénungrandeseoporlasoledad.

»Ysentóseelhombresobrelaroca,yensumanoapoyósucabeza,ysobrela desolación que le rodeaba paseó su mirada. Contempló los arbustosinquietossiempre,y losgrandesyprimitivosárboles.Ymiróa loalto,a lasnubesyalalunaroja.Yyo,escondido,estabaalamparodelosnenúfares,yobservaba los actos del hombre. Y temblaba el hombre en la soledad. Peroavanzabalanoche,yelhombrecontinuabasentadosobrelaroca.

»YelhombreapartódelcielosumiradaylafijósobreellúgubreZaire,ysobre las aguas amarillas, y sobre las legiones pálidas de nenúfares. Yescuchabaelhombrelossuspirosdelosnenúfaresyelmurmulloquesurgíadelasaguas.Yyohallábameenacechoenmiescondite,yobservaba losactosdelhombre.Ytemblabaelhombreenlasoledad.Peroavanzabalanoche,yelhombrecontinuabasentadosobrelaroca.

»Y entonces me hundí en las simas lejanas de la marisma, y anduve através del bosque susurrante de nenúfares. Y llamé a los hipopótamos quevivían en las lejanas profundidades de la marisma. Y los hipopótamosescucharon mi llamada, y, con los rinocerontes, vinieron hasta la roca. Yrugieron,sonorayespantosamente,bajolaluna.Yyocontinuabaocultoenmiescondrijo y observaba los actos del hombre. Y temblaba el hombre en lasoledad. Pero avanzaba la noche, y el hombre continuaba sentado sobre la

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roca.

»Ymaldijeentoncesaloselementosconlamaldicióndeltumulto.Yunatempestadhorribleseformóenelcielo,dondeapenasmomentosantescorríaunsolodebrisa.Yelcielosevolviólívidobajolaviolenciadelatempestad.Yazotabalalluvialacabezadelhombre,ysedesbordabanlasolasdelrío.Yelrío,torturado,saltabaconvertidoenespuma.Ycrujíanlosnenúfaresensustallos.

»Yelbosqueseagitabaalviento,ysedesplomabaeltrueno,ycentelleabaelrelámpago.Yyoestabasiempreocultoenmiescondrijoparaobservarlosactos del hombre.Y el hombre temblaba en la soledad.Y, a pesar de todo,avanzabalanoche.Yelhombrecontinuabasentadosobrelaroca.

»Yentoncesmeirritéymaldije,conlamaldicióndelsilencio,elríoylosnenúfares,yalviento,yalbosque,yalcielo,yaltrueno,yalossuspirosdelosnenúfares.Ypor lamaldición fueroncastigadosy se tornaronmudos.Ycesólalunaensutrabajosarutaporelcielo.Yeltruenoexpiró,ynocentelleóelrelámpago.Yquedáronsequietaslasnubes.Ydescendieronlasaguasdesulecho,ydescansaron.Ycesarondeagitarselosárboles,yyanosuspiraronlosnenúfares.Ynoseelevóelmenorrumor,nilasombradeunsonido,entodoaquelgrandesiertosinlímites.Yvolvíaleerloscaracteresgrabadossobrelaroca.Yhabíancambiado.Ydecíanahoraestapalabra:Silencio.

»Ymisojossefijaronentoncesenelrostrodelhombre.Yestabapálidodemiedo.Y levantó apresuradamente la cabeza que tenía entre lasmanos y seincorporó sobre la roca. Y aguzó entonces los oídos. Pero en todo aqueldesiertosinlímitesseoyóvozalguna.Yloscaracteresgrabadossobrelarocadecían:«Silencio».Yelhombreseestremeció,yvolviósedeespaldas,yhuyólejos,lejos,apresuradamente,yyanolevimás.

Ahora bien: se encuentran bellos cuentos en los libros demagia, en lostristes libros de losmagos, en esos libros que están encuadernados en piel.Digoquehayallímagníficashistoriasdelcieloydelatierra,ydelfieromar,ydelosgeniosquehanreinadosobreél,sobrelatierraytambiénsobreelcielosublime.Hay,asimismo,gransabiduríaenlaspalabrasquehansidodictadaspor las sibilas. Y sagradas cosas fueron escuchadas en otro tiempo por lashojassombríasquetemblabanalrededordeDodona.

Pero tan cierto como queAlá está vivo, considero a esta fábula, que eldemoniomeharelatadocuandosesentóamiladoenlasombradelsepulcro,como lamásmaravillosade todas.Ycuandoel demoniohuboconcluido suhistoria,seabismóenlasprofundidadesdelsepulcroycomenzóareír.Yyono pude reír con él, y me maldijo por eso. Y el búho, que continúa en elsepulcroportodalaeternidad,saliódeél,ypúsosealospiesdeldemonio,ylemiróalacarafijamente.

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ELCORAZÓNREVELADOR

¡De veras! Soy muy nervioso. Tremendamente nervioso. Lo he sidosiempre;pero¿porquédecísqueestoyloco?Laenfermedadhaaguzadomissentidos,peronoloshadestruidoniembotado.Detodosellos,elmásagudoera el del oído. Yo he escuchado todas las cosas del cielo y de la tierra ybastantesdelinfierno.¿Cómo,entonces,hedeestarloco?Atención.Observadconquésalud,conquécalmapuedocontarostodaestahistoria.

Esimposibleexplicarcómolaideapenetróoriginariamenteenmicerebro.Pero, una vez concebida,me acosó día y noche.Motivo, no había ninguno.Nada tenía que ver con ello la pasión. Yo quería al viejo. Nuncame habíahechodaño.JamásmeinsultóSuoronodespertóenmílamenorcodicia.Creoqueerasuojo.Sí,estoera.Unodesusojosseparecíaaldeunbuitre.Unojoazulpálido,conunacatarata.Cuantasvecescaíaeseojosobremísehelabamisangre.Yasí,lentamente,gradualmente,sememetióenlacabezalaideademataralancianoylibrarmeparasiempre,deestemodo,delojoaquel.

Ahoravieneladificultad.Mecreeréisloco.Loslocosnadasabendecosaalguna. Pero si me hubieseis visto, si hubierais visto con qué sabiduríaprocedí,conquéprecaución,conquécautela,conquédisimulopusemanosalaobra…

Nuncaestuvetanamableconélcomodurantetodalasemanaqueprecedióalasesinato.Cadanoche,cercadelasdoce,descorríaelpestillodesupuertayla abría, ¡oh!, muy suavemente. Y entonces, cuando la había abierto losuficientemente para que pasara mi cabeza, introducía por la abertura unalinterna sorda, bien cerrada, bien cerrada, para que no se filtrara ningunaclaridad. Despuésmetía la cabeza. ¡Oh!Os hubierais reído viendo con quéhabilidadmetía la cabeza. Lamovía lentamente,muy,muy lentamente, conmiedodeturbarelsueñodelanciano.Porlomenos,necesitabaunahoraparaintroducirtodamicabezaporlaaberturayveralviejoacostadoensucama.¡Ah!¿Hubierasidotanprudenteunloco?

Entonces, cuando mi cabeza estaba dentro de la habitación, abría conprecauciónmilinterna—¡oh,conquécuidado,conquécuidado!—,porquelacharnelarechinabaunpoco.Laabríajustamentelonecesarioparaqueunhiloimperceptiblede luz incidiera sobreelojodebuitre.Hiceestodurante sietenochesinterminables,alasdoce,precisamente.Peroencontrabasiempreelojocerrado,yasí,fueimposiblerealizarmipropósito,porquenoeraelancianoelque me molestaba, sino su maldito ojo. Y todas las mañanas, cuandoamanecía, entraba osadamente en su cuarto y hablábale valerosamente,

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llamándole por su nombre con voz cordial, interesándome por cómo habíapasadolanoche.Estáisviendo,pues,quehabíadeserunviejomuyperspicazpara sospechar que todas las noches precisamente a las doce, le observabadurantesusueño.

En la octava noche abrí la puerta con mayor precaución que antes. Laaguja de un reloj se mueve más deprisa que lo que se movía entonces mimano.Jamáscomoaquellanochepudedarmetantacuentadelamagnituddemis facultades, de mi sagacidad. Apenas podía dominar mi sensación detriunfo. Pensar que estaba allí abriendo la puerta poco a poco, y que él nisiquierasoñabaenmisaccionesomispensamientossecretos…Aestaideaseme escapó una risita, y tal vezme oyese, porque semovió de pronto en sulechocomosifueraadespertarse.Talvezcreáisahoraquemeretiré.Puesno.Sucuartoestabatannegrocomolapez,tanespesaseranlastinieblas—porquelasventanasestabancerradascuidadosamentepormiedoa los ladrones—,ysegurodequeélnopodíaverlapuertaentreabierta,continuéempujándolaunpocomás,siempreunpocomás.

Habíaintroducidomicabezaymedisponíaaabrirlalinterna,cuandomipulgarresbalósobreelcierredehierroestañadoyelancianoseincorporóensulechopreguntando:

—¿Quiénandaahí?

Permanecícompletamente inmóvilynadadije.Durante todaunahoranomovíun solomúsculo,yen todoese tiemponooíquevolvieraaacostarse.Continuabasentadoenlacama,escuchando,exactamentelomismoqueyolohabíahechodurantenochesenteras,oyendoalasarañasdelapared.

De pronto oí un débil gemido. Me di cuenta de que se trataba de unlamentodeterrormortal.Noeraunlamentodedolorotristeza,¡oh,no!,eraelmurmullosordoyahogadoqueescapadeloíntimodeunalmaoprimidaporelespanto.Yoya conocíabien esemurmullo.Muchasnoches, precisamente alfilodelamedianoche,cuandotodosdormían, irrumpíaenmipropiopecho,excavando con su eco terrible los terrores queme consumían. Digo que loconocía bien. Sabía lo que estaba sintiendo el viejo y sentía piedad por él,aunque la risa llenasemi corazón. Sabía que él continuaba despierto desdeque,habiendooídoelprimerrumor,semovióenlacama.Sustemoreshabíanido siempre en aumento. Procuraba persuadirse de que eran infundados.Habíasedichoasímismo:«Noesnada.Elvientoen lachimenea.Unratónque corre por el entarimado», o: «Simplemente un grillo que canta». Sí;procuró calmarse con estas hipótesis. Pero fue todo inútil. Fue todo inútil,porquelamuertequeseaproximabahabíapasadoanteélconsugransombranegra, envolviendo con ella a su víctima.Y era la influencia fúnebre de susombranovistaloquelehacíasentir—aunquenovieraniescucharanada—,

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loquelehacíasentirlapresenciademicabezaensucuarto.

Despuésdehaber esperado largo rato, con todapaciencia, sin oír que seacostaradenuevo,meaventuréaabrirunpocolalinterna,perotanpoco,tanpoco como si nada. La abrí tan furtivamente, tan furtivamente, como nopodréisimaginároslo,hastaque,alfin,unúnicoypálidorayo,comounhilodetelaraña,salióporlaranuraydescendiósobresuojodebuitre.

Estaba abierto, enteramente abierto y, al verlo,me encolericé.Lo vi connitidezperfecta.Todoél,deunazulmateycubiertoporunahorrorosanubequeme helaba lamedula de los huesos. Pero no podía ver ni la cara ni elcuerpodelanciano,comoporinstinto,precisamentesobreelmalditolugar.

¿No os he dicho ahora que apenas es una hiperestesia de los sentidosaquelloqueconsideráislocura?Entonces,osdigo,unrumorsordo,ahogado,continuo, llegóamisoídos,semejantealproducidoporunrelojenvueltoenalgodón. Inmediatamente reconocí ese sonido. Era el corazón del viejo,latiendo. Excitó mi furor como el redoble del tambor excita el valor delsoldado.

Medominé,noobstante,ycontinuésinmoverme.Apenasrespiraba.Teníaquietaenlasmanoslalinterna.Esforzábameenconservarelrayodeluzfijosobre el ojo.Almismo tiempo, el pálpito infernal del corazón era cada vezmásfuerte,másapresurado,y,sobretodo,mássonoro.Elpánicodelancianodebiódesertremendo.Estelatir,yalohedicho,volvíasecadavezmásfuerte,minutoaminuto.¿Meoísbien?Yaoshedichoqueeranervioso.Realmentelosoy,yentonces,enplenocorazóndelanoche,enmediodeltemiblesilenciode aquella vieja casa, un ruido tan extraño hizo penetrar en mí un pavorirresistible.Durantealgunosminutosmecontuveycontinuétranquilo.Perolapulsaciónhacíasecadavezmásfuerte,siempremásfuerte.

Creí que el corazón iba a estallar, y era que una nueva angustia seapoderabademí:elrumorpodíaseroídoporalgúnvecino.Habíasonadolahoradelviejo.Conungranalarido,abrídeprontolalinternaymeprecipitéenlaalcoba.Elviejodejóescaparungrito,unosolo.Enunmomentolederribéal suelo, depositando sobre él el tremendo peso del lecho. Sonreí entonces,complacido, viendo tan adelantada mi obra. Durante algunos minutos, elcorazón,sinembargo,latióconunsonidoahogado.Apesardetodo,yanomeatormentaba.No podía oírse a través de las paredes. Por fin, cesó. El viejoestaba muerto. Levanté la cama y examiné el cuerpo. Sí; estaba muerto,muertocomounapiedra.Pusemimanosobresucorazónyestuveasídurantealgunosminutos.Noadvertílatidoalguno.Estabamuertocomounapiedra.Enadelante,suojonomeatormentaríamás.

Siinsistísenconsiderarmeloco,vuestraopiniónsedesvanecerácuandoosdescriba las inteligentes precauciones que tomé para esconder el cadáver.

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Avanzabalanocheyyotrabajabaconprisa,peroensilencio.Loprimeroquehicefuedesmembrarelcuerpo.Cortélacabeza.Después,losbrazos.Después,laspiernas.

Enseguida arranqué tres tablas del entarimado y lo coloqué todo bajo elpiso de madera. Después volví a poner las tablas con tanta habilidad ydestreza, que ningún ojo humano —ni siquiera el suyo— hubiese podidodescubrir allí nada alarmante.Nada había que lavar.Ni unamancha, ni unamancha de sangre. No se me escapó pormenor alguno. Una cubeta lo hizodesaparecertodo…¡Ah!¡Ah!

Cuandoterminétodasestasoperacioneseranlascuatroyestabatanoscurocomomedianoche.Enelmomentoenqueelrelojseñalabalahora,llamaronalapuertade lacalle.Bajéaabrirconfiado,porque¿quéera loqueteníaquetemerentonces?Entrarontreshombres,quesepresentaronamícortésmentecomoagentesdepolicía.Unvecinohabíaoídoungritodurantelanocheylehizo despertar la sospecha de que se había cometido un crimen. En ladelegación había sido presentada una denuncia, y aquellos caballeros—losagentes—habíansidoenviadosparapracticarunreconocimiento.

Sonreí, porque ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a aquelloscaballeros.

—Elgrito—lesdije—lohabía lanzadoyo,soñando.Elviejo—añadí—estádeviajeporlacomarca.

Condujeamisvisitantesportodalacasa.Lesinvitéaquebuscaran,aquebuscaran bien. Por fin, los conduje a su cuarto. Lesmostré sus tesoros, enseguridad perfecta, en perfecto orden. Entusiasmado con mi confianza, lesllevéunas sillas a la habitacióny les supliquéque se sentaran,mientras yo,con la desbordada audacia del triunfo absoluto coloqué mi propia sillaexactamenteenellugarqueocultabaelcuerpodelavíctima.

Losagentesestabansatisfechos.Miactitudleshabíaconvencido.Sentíamesingularmente bien. Sentáronse y hablaron de cosas familiares, a las quecontestéjovialmente.Pero,alpocorato,medicuentadequepalidecíaydeseéquesefueran.Medolíalacabezaymeparecíaquemisoídoszumbaban.Sinembargo, ellos continuaban sentados y prosiguiendo la conversación. Elzumbido hízose más claro. Persistió y volvióse cada vez más perceptible.Empecé a hablar copiosamente, para libertarme de tal sensación. Pero éstaresistió,reiterándosedetalmodo,quenotardéendescubrir,porúltimo,queelrumornonacíaenmisoídos.

Sin duda, me puse entoncesmuy pálido. Pero seguía hablando sin tino,elevandoeltonodemivoz.Elruidoaumentabasiempre.¿Quépodíahacer?

Eraunruidosordo,ahogado,continuo,semejantealproducidoporunreloj

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envueltoenalgodón.Respirabacondificultad.Losagentesnadaoíanaún.

Hablé más deprisa, con mayor vehemencia. Pero el rumor crecíaincesantemente. Me levanté y discutí sobre tonterías, con voz muy alta yviolentagesticulación.Peroelrumorcrecía,crecíasiempre.¿Porquéellosnosequeríanmarchar?Comencéaandardeun ladoparaotrode lahabitación,pesadamente,dandograndespasos, comoexasperadopor susobservaciones.Peroelrumorcrecíaincesantemente.¡OhDios!¿Quépodíayohacer?Echabaespumarajos, desvariaba, pateaba.Movía la silla en que estaba sentado y lahacía resonar sobre el suelo. Pero el rumor lo dominaba todo y crecíaindefinidamente.Hacíasemásfuertecadavez,másfuerte,siempremásfuerte.Y los hombres continuaban hablando, bromeando, sonriendo. ¿Sería posibleque nada oyeran? ¡Dios todopoderoso! ¡No, no! ¡Estaban oyendo, estabansospechando! ¡Sabían! ¡Estabandivirtiéndose conmi terror!Así lo creíy locreoahora.Perohabíaalgopeorqueaquellaburla.Nopodíatolerarpormástiempoaquellashipócritassonrisas.Medicuentadequeeraprecisogritaromorir,porqueentonces…¿Looís?¡Escuchad!¡Cuánalto,cuánalto,siempremásalto,siempremásalto!

—¡Miserables!—exclamé—.¡Nodisimulenpormástiempo!¡Loconfiesotodo! ¡Arranquen esas tablas! ¡Aquí, aquí! ¡Es el latido de su horrorosocorazón!

LOSCRÍMENESDELARUEMORGUE

Lascondicionesmentalesquesuelenconsiderarsecomoanalíticasson,ensímismas,dedifícilanálisis.Lasconsideramostansóloporsusdefectos.Deellas conocemos, entre otras cosas, que son siempre, para el que las posee,cuandoseposeenengradoextraordinario,unafuentedevivísimosgoces.Delmismo modo que el hombre fuerte disfruta con su habilidad física,deleitándose en ciertos ejercicios que ponen en acción a sus músculos, elanalista goza con esa actividad intelectual que se ejerce en el hecho dedesentrañar.Consiguesatisfacciónhastadelasmástrivialesocupacionesqueponenenjuegosutalento.Sedesviveporlosenigmas,acertijosyjeroglíficosyencadaunadelassolucionesmuestraunsentidodeagudezaqueparecealvulgo una penetración sobrenatural. Los resultados obtenidos por un soloespírituy laesenciadesuprocedimientoadquieren, realmente, laaparienciatotaldeunaintuición.

Esta facultadderesoluciónestá, talvez,muyfortalecidapor losestudiosmatemáticos,y,especialmenteporesaimportantísimaramadeellosque,conningunapropiedadysóloteniendoencuentasusoperacionesprevias,hasido

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llamadaperexcellenceanálisis.Y,noobstante,calcularnoesintrínsecamenteanalizar.Unajedrecista,porejemplo,llevaacabolounosinesforzarseenlootro. De esto se deduce que el juego de ajedrez, en sus efectos sobre elcaráctermental,noestálosuficientementecomprendido.

Yo no intento escribir un tratado en estas líneas, sino que prologoúnicamenteunrelatomuysingular,conobservacionesefectuadasa la ligera.Usaré, por tanto, de esta ocasión para asegurar que las facultades másimportantes de la inteligencia reflexiva trabajan con mayor decisión yprovechoenelsencillojuegodedamasqueentodaesafrivolidadprimorosadelajedrez.Enesteúltimo,dondelaspiezastienen,cadauna,distintosyrarosmovimientos,condiversosyvariablesvalores,oquetansóloescomplicado,setomaequivocadamente,errormuycomún,porprofundo.Laatención,aquíespoderosamentepuestaen juego.Siunsolo instante flaquea,secometeundescuido,cuyosresultadosimplicanpérdidaoderrota.

Comoquieraquelosmovimientosposiblesnosonsolamentevariados,sinocomplicados,lasposibilidadesdeestosdescuidossonmúltiples;decadadiezcasos, nueve triunfa el jugador más capaz de reconcentración y no el másperspicaz.Eneljuegodedamas,porelcontrario,dondelosmovimientossonúnicosydemuypocavariación,lasposibilidadesdedescuidosonmenores,ycomolaatenciónquedarelativamentedistraída,lasventajasqueconsiguecadaunadelasparteslosonporunaperspicaciasuperior.

Para sermenosabstractos, supongamos,porejemplo,un juegodedamascuyaspiezassehanreducidoacuatroreinasydondenoesposibleeldescuido.Evidentemente,enestecaso,lavictoria,hallándoselosjugadoresenabsolutaigualdad de condiciones, puede decidirse en virtud de un movimientocalculadoresultantedeundeterminadoesfuerzodelainteligencia.Privadodelos recursos ordinarios, el analista consigue penetrar en el espíritu de sucontrario.Portanto,seidentificaconél,yamenudodescubredeunaojeadaelúnicomedio—a veces, en realidad, absurdamente sencillo—, en virtud delcualpuedeinducirleaerrorollevarloauncálculoequivocado.

Desde hace largo tiempo se ha citado el whist por su acción sobre lafacultad calculadora. Se ha visto que hombres de gran inteligencia hanencontradoenélungoceaparentemente inexplicable,mientrasabandonabanelajedrezcomounafrivolidad.Nohaydudaquenohayjuegoalgunoque,enrelación con éste, haga trabajar la facultad analítica. El mejor jugador deajedrezdelmundonopuedesermásqueelmejorjugadordeajedrez.Perolahabilidad,enelwhist,implicayacapacidadparaeltriunfoentodaslasdemásimportantesempresasenlasquelainteligenciaseenfrentaconlainteligencia.Cuando digo habilidad, me refiero a esa perfección en el juego que llevaconsigounacomprensióndetodaslasfuentesdedondesederivaunalegítimaventaja. Estas fuentes no sólo son diversas, sino también multiformes.

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Frecuentemente se hallan en las profundidades del pensamiento, y son porentero inaccesiblespara las inteligenciasordinarias.Observaratentamenteesrecordardistintamente.

Y desde este punto de vista, el jugador de ajedrez capaz de intensaconcentración jugará muy bien al whist, puesto que las reglas de Hoyle,basadas en el puro mecanismo del juego, son suficientes y generalmenteinteligibles.Poresto,elposeerunabuenamemoriayjugardeacuerdoconellibro son comúnmente puntos considerados como el cumplimiento total deljugadorexcelentemente.Peroenaquelloscasosqueseencuentranfueradeloslímites de la pura regla, es donde el talento del analista se demuestra. Ensilencio, realiza una porción de observaciones y deducciones. Posiblemente,sus compañeros harán otro tanto, y la diferencia en la extensión de lainformaciónadquiridanosebasarátantoenlavalidezdeladeduccióncomoenlacalidaddelaobservación.

Loprincipal, lo importante, es saber lo quedebe ser observado.Nuestrojugadornosereduceúnicamenteal juego,yaunqueésteseaelobjetoactualdesuatención,habrádeprescindirdedeterminadasdeduccionesoriginadasalconsiderarobjetosextrañosaljuego.Examinalafisonomíadesucompañero,ylacomparacuidadosamenteconladecadaunodesuscontrarios.Sefijaenelmododedistribuirlascartasacadamano,confrecuenciacalculandotriunfopor triunfo y tanto por tanto, observando lasmiradas de los jugadores a sujuego.Sedacuentadecadaunadelasvariacionesdelosrostros,amedidaqueadelanta el juego recogiendo gran número de ideas por las diferencias queobserva en las distintas expresiones de seguridad, sorpresa, triunfo odesagrado.Enlamaneraderecogerunabazajuzgasilamismapersonapodráhacer la que sigue.Reconoce la carta jugada en el ademán con que se dejasobrelamesa.Unapalabracasualoinvoluntaria;laformaaccidentalconquecaeunacarta,o elvolverla sinquerer, con laansiedado la indiferenciaqueacompañanlaaccióndeevitarqueseavista;lacuentadelasbazasyelordendesucolocación; laperplejidad, laduda,elentusiasmooel temor, todoellofacilita a su percepción, intuitiva en apariencia, indicaciones del verdaderoestadodecosas.Cuandosehandadolasdoso tresprimerasvueltas,conocecompletamente los juegos de cada uno, y, desde aquel momento, echa suscartascontalabsolutodominiodepropósitoscomosilosdemásjugadoreslastuvieranvueltashaciaél.

La facultad analítica no debe confundirse con el simple ingenio, porquemientrasel analistaes,necesariamente, ingenioso,elhombre ingeniosoestá,con frecuencia, notablemente incapacitado para el análisis. La facultadconstructiva o de combinación con que, por lo general, se manifiesta elingenio,yalaquelosfrenólogos,equivocadamente,amiparecer,asignanunórganoaparte,suponiendoquesetratadeunafacultadprimordial,sehavisto

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tan a menudo en individuos cuya inteligencia bordeaba, por otra parte, laidiotez, que ha llamado la atención general entre los escritores de temasmorales. Entre el ingenio y la aptitud analítica hay una diferencia muchomayor,enefecto,queentrelafantasíaylaimaginación,aunquedeuncarácterrigurosamente análogo. En realidad, se observará fácilmente que el hombreingeniosoessiemprefantástico,mientrasqueelverdaderoimaginativonuncadejadeseranalítico.Elrelatoquesigueacontinuaciónpodráservirenciertomodoal lectorpara ilustrarle enuna interpretaciónde lasproposicionesqueacabodeanticipar.

EncontrándomeenParísdurantelaprimaveraypartedelveranode18…,conocí allí a un señor llamado C. Auguste Dupin. Pertenecía este jovencaballero a una excelente, es decir, ilustre familia; pero por una serie deadversos sucesos habíase quedado reducido a tal pobreza, que sucumbió laenergíadesucarácteryrenuncióasusambicionesmundanas,lomismoqueaprocurar el restablecimiento de su hacienda. Con el beneplácito de susacreedores,quedótodavíaenposesióndeunpequeñorestodesupatrimonio,ycon la rentaqueéste leproducíaencontróelmedio,graciasaunaeconomíarigurosa,desubveniralasnecesidadesdesuvida,sinpreocuparseenabsolutoporlomássuperfluo.Enrealidad,suúnicolujoeranloslibros,yenParíséstossonfácilesdeadquirir.

Nuestro conocimiento tuvo efecto en una oscura biblioteca de la rueMontmartre,dondenospusoenestrecha intimidadlacoincidenciadebuscarlos dos un muy raro y al mismo tiempo notable volumen. Nos vimos confrecuencia. Yome había interesado vivamente por la sencilla historia de sufamilia,quemecontócontodopormenor,conlaingenuidadyabandonoconqueunfrancésseexplayaensusconfidenciascuandohabladesímismo.Porotraparte,meadmirabaelnúmerodesuslecturas,y,sobretodo,mellegabaalalmaelvehementeafánylavivafrescuradesuimaginación.LaíndoledelasinvestigacionesquemeocupabanentoncesenParísmehicieroncomprenderquelaamistaddeunhombresemejanteeraparamíuninapreciabletesoro.

Con esta ideame confié sin rebozo a él. Por último, convinimos en queviviríamos juntos todoel tiempoquedurasemipermanenciaen laciudad,ycomomisasuntoseconómicossedesenvolvíanmenosembarazosamentequelossuyos,mefuepermitidoparticiparenlosgastosdealquilaryamueblardeacuerdo con el carácter algo fantástico y melancólico de nuestro comúntemperamento,unaviejaygrotescacasaabandonadahacíayamuchotiempo,envirtuddeciertassuposicionesquenoquisimosaveriguar.LociertoesquelacasaseestremecíacomosifueraahundirseenunretiradoydesoladorincóndelfaubourgSaint-Germain.

Si hubiera sido conocida por la gente la rutina de nuestra vida en aquellugar,noshubierantomadopor locos,aunquedeespecie inofensiva.Nuestra

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reclusióneracompleta.Norecibíamosvisitaalguna.Enrealidad,el lugardenuestro retiro era un secreto guardado cuidadosamente para mis antiguoscamaradas,yyahacíamuchotiempoqueDupinhabíacesadodefrecuentarohacersevisibleenParís.Vivíamossóloparanosotros.

Unararezadelcarácterdemiamigo—nosécómocalificarladeotromodo—consistíaenestar enamoradode lanoche.Peroconestabizarrerie, comocontodaslasdemássuyas,condescendíayotranquilamente,ymeentregabaasus singulares caprichos con un perfecto abandono.No siempre podía estarcon nosotros la negra divinidad, pero sí podíamos falsear su presencia. Encuantolamañanaalboreaba,cerrábamosinmediatamentelosmacizospostigosde nuestra vieja casa y encendíamos un par de bujías perfumadasintensamente,yquenodabanmásqueunresplandormuypálidoydébil.Enmediode esta tímida claridad, entregábamosnuestras almas a sus ensueños;leíamos, escribíamos o conversábamos hasta que el reloj nos advertía lallegada de la verdadera oscuridad. Salíamos entonces cogidos del brazo apasearporaquellascalles,continuandolaconversacióndeldíayrondandopordoquierhastamuytarde,buscandoatravésdelasestrafalariaslucesysombrasdelapopulosaciudadesasinnumerablesexcitacionesmentalesquenopuedeprocurarlatranquilameditación.

En circunstancias tales, yo no podíamenos de notar y admirar aDupin,aunqueya,porlaricaimaginacióndequeestabadotado,mesentíapreparadoa esperarlo, un talento particularmente analítico. Por otra parte, parecíadeleitarseintensamenteenejercitarlo,yaquenoconcretamenteenejercerlo,ynovacilabaenconfesarelplacerqueelloleproducía.Vanagloriábaseantemí,burlonamente, de que muchos hombres, para él, llevaban ventanas en suspechos, y acostumbraba apoyar tales afirmaciones usando de pruebas muysorprendentesydirectasdesuíntimoconocimientohaciamí.

En talesmomentos, susmaneras eranglacialesy abstraídas.Quedábansesus ojos sin expresión,mientras su voz, por lo general ricamente atenorada,elevábasehastaun timbreatiplado,quehubieraparecidopetulantedenoserpor la ponderada y completa claridad, de su pronunciación. A menudo,viéndolo en tales disposiciones de ánimo,meditaba yo acerca de la antiguafilosofíadelAlmaDoble,ymedivertíalaideadeundobleDupin:elcreadoryelanalítico.

Por cuanto acabo de decir, no hay que creer que estoy contando algúnmisterio o escribiendo una novela. Mis observaciones a propósito de estefrancés no son más que el resultado de una inteligencia hiperestesiada oenferma, tal vez. Un ejemplo dará mejor idea de la naturaleza de susobservacionesdurantelaépocaaquealudo.

Íbamosunanochepaseandoporunacallelargaysórdida,cercanaalPalais

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Royal. Al parecer, cada uno de nosotros se había sumido en sus propiospensamientos,yporlomenosdurantequinceminutosningunopronuncióunasolasílaba.DeprontoDupinrompióelsilencioconestaspalabras:

—Enrealidad,esemuchachoesdemasiadopequeñoyestaríamejorenelThéâtredesVariétés.

—Nocabeduda—repliqué,sinfijarmeenloquedecíaysinobservarenaquel momento, tan absorto había estado en mis reflexiones, el modoextraordinarioconquemiinterlocutorhabíahechocoincidirsuspalabrasconmismeditaciones.

Unmomentodespuésmerepuseyexperimentéunprofundoasombro.

—Dupin—dijegravemente—,loquehasucedidoexcedemicomprensión.Novaciloenmanifestarqueestoyasombradoyqueapenaspuedodarcréditoa lo que he oído. ¿Cómo es posible que usted haya podido adivinar lo queestabapensando?

Diciendo esto,me interrumpí, para asegurarme, ya sin ninguna duda, dequeélsabíarealmenteenquiénpensaba:

—¿EnChantilly?—preguntó—.¿Porquésehainterrumpidousted?Ustedpensabaquesuescasaestaturanoeralaapropiadaparadedicarsealatragedia.

Estoeraprecisamenteloquehabíaconstituidoeltemademisreflexiones.ChantillyeraunexzapateroremendóndelacalleSaint-Denis,apasionadoporelteatroyquehabíaestudiadoelpapeldeJerjesenlatragediadeCrebillondeestetítulo.Perosusesfuerzoshabíanprovocadolaburladelpúblico.

—Dígame usted, porDios—exclamé—, por quémétodo, si es que hayalguno,hapenetradoustedenmialmaenestecaso.

Realmente, estaba yomuchomás asombrado de lo que hubiese queridoconfesar.

—Ha sido el vendedor de frutas —contestó mi amigo— quien le hallevado a usted a la conclusión de que el remendón de suelas no tiene lasuficienteestaturapararepresentarelpapeldeJerjesetidgenusomne.

—¿Elvendedordefrutas?Measombrausted.Noconozcoaninguno.

—Sí;esesehombreconquienha tropezadoustedalentrarenestacalle,haráunosquinceminutos,aproximadamente.

Recordéentoncesque,enefecto,unvendedordefrutas,quellevabasobrelacabezaunagranbanastademanzanas,estuvoapuntodehacermecaer,sinpretenderlo,cuandopasábamosdelacalleC***alacallejaenqueahoranosencontrábamos. Pero yo no podía comprender la relación de este hecho conChantilly.

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NohabíaporquésuponercharlataneriealgunaenDupin.

—Seloexplicaré—medijo—.Paraquepuedausteddarsecuentadetodoclaramente, vamos a repasar primero en sentido inverso el curso de susmeditaciones desde este instante en que le estoy hablando hasta el de surecontre con el vendedor de frutas. En sentido inverso, losmás importanteseslabones de la cadena se suceden de esta forma: Chantilly, Orion, doctorNichols,Epicuro,estereotomía,losadoquinesyelvendedordefrutas.

Existenpocaspersonasquenosehayanentretenido,encualquiermomentode suvida, en recorrer en sentido inverso las etapaspor las cuales han sidoconseguidas ciertas conclusiones de su inteligencia. Frecuentemente es unaocupaciónllenadeinterés,yelquelapruebaporprimeravezseasombradelaaparentedistanciailimitadaydelafaltadeilaciónqueparecemediandesdeelpuntodepartidahastalametafinal.Júzguese,pues,cuálnoseríamiasombrocuandoescuchéloqueeljovenfrancésacababadedecir,ynopudemenosdereconocerquehabíadichoverdad.Continuódespuésdeestemodo:

—Si bien recuerdo, en elmomento en que íbamos a dejar la calleC***hablábamosdecaballos.Ésteeraelúltimotemaquediscutimos.Alentrarenestacalle,unvendedordefrutas,quellevabaunagranbanastasobrelacabeza,pasó velozmente ante nosotros y lo empujó a usted contra un montón deadoquines, en un lugar donde la calzada se encuentra en reparación. Ustedpusoelpiesobreunade laspiedrassueltas, resbalóyse torció levementeeltobillo.Aparentóustedcierto fastidioomalhumor,murmuróunaspalabras,volvióseparaobservar elmontóndeadoquinesycontinuó luegocaminandoen silencio. Yo no prestaba particular atención a lo que usted hacía; pero,desde hacemucho tiempo, la observación se ha convertido paramí en unaespeciedenecesidad.

»Caminabaustedconlosojosfijosenelsuelo,atendiendoalosbachesyrodadas del empedrado, por lo que deduje que continuaba usted pensandotodavíaenlaspiedras.ProcedióasíhastaquellegamosalacallejuelallamadaLamartine, que, a modo de prueba, ha sido pavimentada con tarugossobrepuestosyacopladossólidamente.Alentrarenella,surostroseiluminó,ymedicuentadequesemovíansuslabios.Porestemovimientonomefueposibledudarquepronunciabausted lapalabra«estereotomía», términoquetan pretenciosamente se aplica a esta especie de pavimentación. Yo estabasegurodequenopodíaustedpronunciarparasílapalabra«estereotomía»sinqueestolellevaraapensarenlosátomos,y,porconsiguiente,enlasteoríasdeEpicuro.

»Y comoquiera que no hace mucho rato discutíamos este tema, le hicenotarausteddequémodotansingular,ysinqueellohayasidomuynotado,las vagas conjeturas de ese noble griego han encontrado en la reciente

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cosmogoníanebularsuconfirmación.Hecomprendidoporestoquenopodíaustedresistira la tentaciónde levantarsusojosa lagrannebuladeOrión,ycon toda seguridad he esperado que usted lo hiciera. En efecto, usted hamirado a lo alto, y he adquirido entonces la certeza de haber seguidocorrectamente el hilo de sus pensamientos.Ahora bien: en la amarga tiradesobre Chantilly, publicada ayer en el Musée, el escritor satírico, haciendomortificantes alusiones al cambio de nombre del zapatero al calzarse elcoturno,citabaunversolatinodelquehemoshabladonosotrosconfrecuencia.Merefieroaéste:

Perdiditantiquumliteraprimasonum.

»Yo le había dicho a usted que este verso se relacionaba con la palabraOrion, que en un principio escribíase Urion. Además, por determinadasdiscusiones un tanto apasionadas que tuvimos acerca de mi interpretación,tuve laseguridaddequeustedno lahabríaolvidado.Por tanto,eraevidentequeasociaríaustedlasdosideas:OrionyChantilly,yestolohecomprendidoporlaformadelasonrisaquehevistoensuslabios.Hapensadousted,pues,en aquella inmolación del pobre zapatero. Hasta ese momento, usted habíacaminado con el cuerpo encorvado, pero a partir de esemomento se irguióusted, recobrando toda su estatura. Estemovimientome ha confirmado quepensabaustedenladiminutafiguradeChantilly,yhasidoentoncescuandoheinterrumpidosusmeditacionesparaobservarque,portratarsedeunhombredebajaestatura,estaríamejorChantillyenelThéâtredesVarietés.

Pocodespuésdeestaconversación,hojeábamosunaedicióndelatardedela Gazette des Tribunaux cuando llamaron nuestra atención los siguientestitulares:Extraordinarioscrímenes.

«Estamadrugada, alrededor de las tres, los habitantes del quartier Saint-Roch fueron despertados por una serie de espantosos gritos que parecíanprocederdelcuartopisodeunacasadelarueMorgue,ocupada,segúnsedice,porunatalmadameL’EspanayeysuhijamademoiselleCamilleL’Espanaye.Después de algún tiempo empleado en infructuosos esfuerzos para poderpenetrarbuenamenteenlacasa,seforzólapuertadeentradaconpalancadehierro,yentraronochoodiezvecinosacompañadosdedosgendarmes.Enesemomento cesaron los gritos; pero en cuanto aquellas personas llegaronapresuradamentealprimer rellanode laescalera, sedistinguierondosomásvocesásperasqueparecíandisputarviolentamenteyprocederdelapartealtadelacasa.Cuandolagentellegóalsegundorellano,cesarontambiénaquellosrumoresytodopermanecióenabsolutosilencio.Losvecinosrecorrierontodaslashabitacionesprecipitadamente.Alllegar,porúltimoaunagransalasituadaenlaparteposteriordelcuartopiso,cuyapuertahubodeserforzada,porestarcerrada interiormente con llave, ofrecióse a los circunstantes un espectáculoquesobrecogiósusánimos,nosólodehorrorsinodeasombro.

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»Hallábase la habitación en violento desorden, rotos los muebles ydiseminadosentodasdirecciones.Noquedabamáslechoquelaarmaduradeuna cama, cuyas partes habían sido arrancadas y tiradas por el suelo. Sobreuna silla se encontró una navaja barbera manchada de sangre. Había en lachimeneadosotreslargosyabundantesmechonesdepelocano,empapadosen sangre y que parecían haber sido arrancados de raíz. Sobre el suelo seencontraron cuatro napoleones, un zarcillo adornado con un topacio, tresgrandes cucharas de plata, tres cucharillas de metal d’Alger y dos sacosconteniendo, aproximadamente, cuatro mil francos en oro. En un rincónhalláronseloscajonesdeunbureau,abiertos,y,alparecer,saqueados,aunquequedabanenellosalgunascosas.Encontróse tambiénuncofrecillodehierrobajolacama,nobajosuarmadura.Hallábaseabiertoylacerraduraconteníaaúnlallave.Enelcofrenoseencontraronmásqueunascuantascartasviejasyotrospapelessinimportancia.

»No se encontró rastro algunodemadameL’Espanaye; pero comoquieraque se notase una anormal cantidad de hollín en el hogar, se efectuó unreconocimientode lachimenea,y—horrorizadecirlo—seextrajodeellaelcuerpo de su hija, que estaba colocado cabeza abajo y que había sidointroducidopor la estrechaaberturahaciaunaalturaconsiderable.El cuerpoestaba todavía caliente. Al examinarlo, se comprobaron en él numerosasexcoriaciones,ocasionadas,sinduda,porlaviolenciaconqueelcuerpohabíasidometidoallíyporelesfuerzoquehubodeemplearseparasacarlo.Ensurostroveíanseprofundosarañazos,yenlagarganta,cárdenasmagulladurasyhondas huellas producidas por las uñas, como si la muerte se hubieraverificadoporestrangulación.

»Despuésdeunminuciosoexamenefectuadoentodaslashabitaciones,sinqueselograraningúndescubrimientonuevo, lospresentessedirigieronaunpequeñopatiopavimentado, situadoen laparteposteriordel edificio, dondehallaronel cadáverde la anciana señora, conel cuello cortadode talmodo,quelacabezasedesprendiódeltroncoallevantarelcuerpo.Tantoéstecomola cabeza estaban tan horriblemente mutilados, que apenas conservabanaparienciahumana.

»Quesepamos,nosehaobtenidohastaelmomentoelmenorindicioquepermitaaclararestehorriblemisterio».

Eldiariodeldíasiguientedabaalgunosnuevospormenores:

«La tragedia de la rue Morgue. —Gran número de personas han sidointerrogadas con respecto a tan extraordinario y horrible affaire (la palabraaffaire no tiene todavía en Francia el poco significado que se le da entrenosotros),peronadahapodidodeducirsequedéalgunaluzsobreello.Damosacontinuacióntodaslasdeclaracionesmásimportantesquesehanobtenido:

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»PaulineDubourg,lavandera,declarahaberconocidodesdehacetresañosa las víctimas y haber lavado para ellas durante todo este tiempo. Tanto lamadrecomolahijaparecíanvivirenbuenaarmoníayprofesarsemutuamenteungrancariño.Pagabanconpuntualidad.Nadasesabeacercadesugénerodevida y medios de existencia. Supone que madame L’Espanaye decía labuenaventura para ganar el sustento. Tenía fama de poseer algún dineroescondido. Nunca encontró a otras personas en la casa cuando la llamabanpararecogerlaropa,nicuandoladevolvía.Estabaseguradequelasseñorasno tenían servidumbre alguna. Salvo el cuarto piso, no parecía que hubieramueblesenningunapartedelacasa.

»PierreMoreau,estanquero,declaraqueeselhabitualproveedordetabacoy de rapé de madame L’Espanaye desde hace cuatro años. Nació en suvecindadyhavividosiempreallí.Hacíamásdeseisañosquelamuertaysuhijavivíanenlacasadondefueronencontradossuscadáveres.Anteriormenteasuestadía,elpisohabíasidoocupadoporunjoyero,quealquilabaasuvezlas habitaciones interiores a distintas personas. La casa era propiedad demadame L’Espanaye. Descontenta por los abusos de su inquilino, se habíatrasladadoalinmuebledesupropiedad,negándoseaalquilarningunapartedeél.Labuenaseñorachocheabaacausadelaedad.Eltestigohabíavistoasuhijaunascincooseisvecesdurantelosseisaños.Lasdosllevabanunavidamuyretirada,yerafamaqueteníandinero.Entrelosvecinoshabíaoídodecirquemadame L’Espanaye decía la buenaventura, pero él no lo creía. Nuncahabíavistopasarlapuertaanadie,exceptoalaseñorayasuhija,unaodosvecesaunrecaderoyochoodiezaunmédico.

»Enestamismaformadeclararonvariosvecinos,perodeningunodeellosse dice que frecuentara la casa. Tampoco se sabe que la señora y su hijatuvieran parientes vivos. Raramente estaban abiertos los postigos de losbalcones de la fachada principal. Los de la parte trasera estaban siemprecerrados,aexcepcióndelasventanasdelagransalaposteriordelcuartopiso.Lacasaeraunafincaexcelenteynomuyvieja.

»IsidoroMuset,gendarme,declarahabersidollamadoalacasaalastresde la madrugada, y dice que halló ante la puerta principal a unas veinte otreintapersonasqueprocurabanentrareneledificio.Conunabayoneta,ynocon una barra de hierro, pudo, por fin, forzar la puerta. No halló grandesdificultadesenabrirla,porqueeradedoshojasycarecíadecerrojoypasadorensupartealta.Hastaquelapuertafueforzada,continuaronlosgritos,peroluego cesaron repentinamente. Daban la sensación de ser alaridos de una ovariaspersonasvíctimasdeunagranangustia.Eranfuertesyprolongados,yno gritos breves y rápidos. El testigo subió rápidamente los escalones. Alllegaralprimerrellanooyódosvocesquedisputabanacremente.Unadeéstasera áspera, y la otra, aguda, una voz muy extraña. De la primera pudo

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distinguiralgunaspalabras,ylepareciófrancéselquelashabíapronunciado.Peroevidentemente,noeravozdemujer.Distinguióclaramente laspalabras“sacre”y“diable”.Laagudavozpertenecíaaunextranjero,peroeldeclarantenopuedeasegurarsisetratabadehombreomujer.Nopudodistinguirloquedecían, pero suponequehablasen español.El testigodeclaró el estadode lacasaydeloscadáverescomofuedescritoayerpornosotros.

»HenryDuval,vecino,ydeoficioplatero,declaraqueélformabapartedelgrupoqueentróprimeramenteenlacasa.Entérminosgenerales,corroboraladeclaración de Muset. En cuanto se abrieron paso, forzando la puerta, lacerraron de nuevo, con objeto de contener a lamuchedumbre que se habíareunidoapesardelahora.Ésteopinaquelavozagudasealadeunitaliano,yestásegurodequenoeraladeunfrancés.Duda,encambio,dequesetratasedeunavozmasculina,admitiendoquepuedaserladeunamujer.Noconoceelitaliano. No pudo distinguir las palabras, pero, por la entonación del quehablaba, está convencido de que era un italiano. Conocía a madameL’Espanayeyasuhija.Conlasdoshabíaconversadoconfrecuencia.Estabasegurodequelavoznocorrespondíaaningunadelasdosmujeres.

»Odenheimer, restaurateur. Voluntariamente, el testigo se ofreció adeclarar. Como no hablaba francés, fue interrogado haciéndose uso de unintérprete.NacióenAmsterdam.Pasabapordelantedelacasaenelmomentoen que se oyeron los gritos. Se detuvo durante unos minutos, diez,probablemente.Eranfuertesyprolongadosyproducíanhorroryangustia.Fueunodelosqueentraronenlacasa.Corroboralasdeclaracionesanterioresentodossuspormenores,exceptouno:estásegurodequelavozagudaeraladeun hombre, de un francés. No pudo distinguir claramente las palabras quehabía pronunciado. Estaban dichas en alta voz y con rapidez, con ciertadesigualdad, pronunciadas según suponía, con miedo y con ira al mismotiempo.Lavoz era áspera, no tan aguda comoáspera.Realmente, nopuedeasegurar que fuese una voz aguda.La voz grave dijo varias veces: “Sacre”,“diable”,yunavezsola“MonDieu”.

»JulesMignaud,banquero,delaCasaMignaudetFils,delarueDeloraine.Es el mayor de los Mignaud. Madame L’Espanaye tenía algunos intereses.Había abierto una cuenta corriente en su casa de banca en la primavera delaño…(ochoañosantes).Confrecuenciahabíaingresadopequeñascantidades.Noretiróningunahastatresdíasantesdesumuerte.Laretirópersonalmente,ylasumaascendíaacuatromilfrancos.Lacantidadfuepagadaenoro,yseencargóaundependientequelallevaraasucasa.

»AdolpheLeBon,dependientede laBancaMignaudetFils,declaraqueen el día de autos, al mediodía, acompañó a madame L’Espanaye a sudomicilioconloscuatromilfrancos,distribuidosendospequeñostalegos.Alabrirse la puerta apareció mademoiselle L’Espanaye. Ésta cogió uno de los

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saquitos,ylaancianaseñoraelotro.Entonces,élsaludóysefue.Enaquellosmomentosnohabíanadieenlacalle.Eraunacalleapartada,muysolitaria.

»WilliamBird,sastre,declaraquefueunodelosqueentraronenlacasa.Esinglés.HavividodosañosenParís.Fueunodelosprimerosquesubieronpor la escalera.Oyó las voces que disputaban.La gruesa era de un francés.Pudo oír algunas palabras, pero ahora no puede recordarlas todas. Oyóclaramente “sacre” y “Mon Dieu”. Por un momento se produjo un rumor,comosivariaspersonaspeleasen.Ruidoderiñayforcejeo.Lavozagudaeramuyfuerte,másque lagrave.Estásegurodequenose tratabade lavozdeningún inglés, sino más bien la de un alemán. Podía haber sido la de unamujer.Noentiendeelalemán.

»Cuatro de los testigos mencionados arriba, nuevamente interrogados,declararonquelapuertadelahabitaciónenquefueencontradoelcuerpodemademoiselleL’Espanayesehallabacerradapordentrocuandoelgrupollegóaella.Todosehallabaenunsilencioabsoluto.Nooíansenigemidosniruidosdeningunaespecie.Alforzarlapuerta,nosevioanadie.Tantolasventanasde la parte posterior como las de la fachada estaban cerradas y aseguradasfuertemente por dentro con sus cerrojos respectivos. Entre las dos salas sehallabatambiénunapuertadecomunicación,queestabacerrada,peronoconllave. La puerta que conducía de la habitación delantera al pasillo estabacerradapordentrocon llave.Unapequeñaestanciade lapartedelanteradelcuartopiso,alaentradadelpasillo,estabaabiertatambién,puestoqueteníalapuertaentornada.Enestasalasehacinabancamasviejas,cofresyobjetosdeesta especie. No quedó una sola pulgada de la casa sin que hubiese sidoregistradacuidadosamente.Seordenóquetantoporarribacomoporabajoseintrodujeran deshollinadores por las chimeneas. La casa constaba de cuatropisos, con buhardillas (mansardes). En el techo hallábase, fuertementeasegurada, una puerta de escotillón, y parecía no haber sido abierta durantemuchosaños.Porloquerespectaalintervalodetiempotranscurridoentre.lasvocesquedisputabanyelactodeforzarlapuertadelpiso,lasafirmacionesdelos testigos difieren bastante.Unos hablan de tresminutos, y otros amplíanestetiempoacinco.Costómuchoforzarlapuerta.

»AlfonzoGarcio,empresariodepompasfúnebres,declaraquehabitaenlarueMorgue,yqueesespañol.Tambiénformabapartedelgrupoqueentróenlacasa.Nosubiólaescalera,porqueesmuynerviosoytemíalosefectosquepodíaproducirlelaemoción.Oyólasvocesquedisputaban.Lagraveeradeunfrancés.Nopudodistinguirloquedecían,yestásegurodequelavozagudaeradeuninglés.Noentiendeelidioma,perosebasaenlaentonación.

»AlbertoMontani, confitero, declara haber sido uno de los primeros ensubir la escalera.Oyó las voces aludidas. La grave era de un francés. Pudodistinguirvariaspalabras.Parecíaqueeste individuo reconvinieraaotro.En

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cambio,nopudocomprendernadadelavozaguda.Hablabarápidamenteydeforma entrecortada. Supone que esta voz fuera la de un ruso. Corroboratambién las declaraciones generales. Es italiano. No ha hablado nunca conningúnruso.

»Interrogadosdenuevoalgunostestigos,certificaronquelaschimeneasdetodas las habitaciones del cuarto piso eran demasiado estrechas para quepermitieran el paso de una persona. Cuando hablaron de “deshollinadores”,refiriéronse a las escobillas cilíndricas que con ese objeto usan loslimpiachimeneas.Lasescobillasfueronpasadasdearribaabajoportodoslostubosdelacasa.Enlaparteposteriordeéstanohaypasoalgunopordondealguienhubiesepodidobajarmientraselgruposubíalasescaleras.Elcuerpode mademoiselle L’Espanaye estaba tan fuertemente introducido en lachimenea, que no pudo ser extraído de allí sino con la ayuda de cincohombres.

»Paul Dumas, médico, declara que fue llamado hacia el amanecer paraexaminar los cadáveres. Yacían entonces los dos sobre las correas de laarmadura de la cama, en la habitación donde fue encontrada mademoiselleL’Espanaye. El cuerpo de la joven estaba muy magullado y lleno deexcoriaciones.Seexplicansuficientementeestascircunstanciasporhabersidoempujado hacia arriba en la chimenea. Sobre todo, la garganta presentabagrandesexcoriaciones.Tenía tambiénprofundosarañazosbajo labarbilla, alladodeunaseriedelívidasmanchasqueeran,evidentemente,impresionesdededos.El rostrohallábasehorriblementedescolorido,y losojos fuerade susórbitas. La lengua había sido mordida y seccionada parcialmente. Sobre elestómagosedescubrióunagranmagulladura,producida,segúnsesupone,porlapresióndeunarodilla.SegúnmonsieurDumas,mademoiselleL’Espanayehabía sido estrangulada por alguna persona o personas desconocidas. Elcuerpo de su madre estaba horriblemente mutilado. Todos los huesos de lapierna derecha y del brazo estaban, poco o mucho, quebrantados. La tibiaizquierda,igualquelascostillasdelmismolado,estabanhechasastillas.Teníatodo el cuerpo con espantosas magulladuras y descolorido. Es imposiblecertificarcómofueronproducidasaquellasheridas.Talvezunpesadogarrotede madera, o una gran barra de hierro—alguna silla—, o una herramientaancha, pesada y roma, podrían haber producido resultados semejantes. Perosiempre que hubieran sido manejados por un hombre muy fuerte. Ningunamujerpodríahabercausadoaquellosgolpesconclasealgunadearma.Cuandoeltestigolavio,lacabezadelamuertaestabatotalmenteseparadadelcuerpoy,además,destrozada.Evidentemente, lagargantahabíasidoseccionadaconuninstrumentoafiladísimo,probablementeunanavajabarbera.

»AlexandreEtienne,cirujano,declarahabersidollamadoalmismotiempoqueeldoctorDumas,paraexaminar loscuerpos.Corroboró ladeclaracióny

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lasopinionesdeéste.

»No han podido obtenerse más pormenores importantes en otrosinterrogatorios.UncrimentanextrañoytancomplicadoentodossusaspectosnohabíasidocometidojamásenParís,enelcasoquesetraterealmentedeuncrimen. La policía carece totalmente de rastro, circunstancia rarísima enasuntos de tal naturaleza. Puede asegurarse, pues, que no existe la menorpista».

En la edición de la tarde afirmaba el periódico que reinaba todavía granexcitación en el quartier Saint-Roch; que, de nuevo, se habían investigadocuidadosamentelascircunstanciasdelcrimen,peroquenosehabíaobtenidoningún resultado.Aúltimahora anunciabaunanoticiaqueAdolpheLeBonhabía sido detenido y encarcelado, pero ninguna de las circunstancias yaexpuestasparecíaacusarle.

Dupindemostróestarparticularmenteinteresadoeneldesarrollodeaquelasunto; cuandomenos, así lo deducía yo por su conducta, porque no hacíaningún comentario.Tan sólo después de haber sido encarceladoLeBonmepreguntómiparecersobreaquellosasesinatos.

Yonopudeexpresarlesinomiconformidadcontodoelpúblicoparisiense,considerandoaquelcrimencomounmisterioinsoluble.Noveíaelmodoconquepudieradarseconelasesino.

—Por interrogatorios tan superficiales no podemos juzgar nada conrespecto al modo de encontrarlo —dijo Dupin—. La policía de París, tanelogiadaporsuperspicacia,esastuta,peronadamás.Nohaymásmétodoensus diligencias que el que las circunstancias sugieren. Exhiben siempre lasmedidas tomadas,perocon frecuenciaocurrequeson tanpocoapropiadasalosfinespropuestos,quenoshacenpensarenmonsieurJourdainpidiendosurobe-dechambre, pourmieux entendre la musique. A veces no dejan de sersorprendenteslosresultadosobtenidos.Pero,ensumayorparte,seconsiguenpor mera insistencia y actividad. Cuando resultan ineficaces talesprocedimientos,fallantodossusplanes.Vidocq,porejemplo,eraunexcelenteadivinador y un hombre perseverante; pero como su inteligencia carecía deeducación se desviaba con frecuencia por la misma intensidad de susinvestigaciones. Disminuía el poder de su visión pormirar el objeto tan decerca.Eracapazdever,probablemente,unaodoscircunstanciasconunapococorriente claridad; pero al hacerlo perdía necesariamente la visión total delasunto.Estopuededecirseque es el defectode serdemasiadoprofundo.Laverdadnoestásiempreenelfondodeunpozo.Enrealidad,yopiensoque,encuanto a lo que más importa conocer, es invariablemente superficial. Laprofundidad se encuentra en los valles donde la buscamos, pero no en lascumbres de lasmontañas, que es desde donde las vemos. Las variedades y

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orígenes de esta especie de error tienen un magnífico ejemplo en lacontemplacióndeloscuerposcelestes.Dirigiraunaestrellaunarápidaojeada,examinarlaoblicuamente,volviendohaciaellalaspartesexterioresdelaretina(quesonmássensiblealasdébilesimpresionesdelaluzquelasanteriores),escontemplar laestrelladistintamente,obtener lamásexactaapreciacióndesubrillo,brilloqueseoscureceamedidaquevolvemosnuestravisiónde llenohaciaella.Enelúltimocaso,caenenlosojosmayornúmeroderayos,peroenel primero se obtiene una receptibilidad más afinada. Con una extremaprofundidad, embrollamos y debilitamos el pensamiento, y aun loconfundimos. Podemos, incluso, lograr que Venus se desvanezca delfirmamento si le dirigimos una atención demasiado sostenida, demasiadoconcentradaodemasiadodirecta.

»Por lo que respecta a estos asesinatos, examinemos algunasinvestigacionespornuestracuenta,antesdeformardeellosunaopinión.Unainvestigacióncomoéstanosprocuraráunabuenadiversión—amímeparecióimpropiaestaúltimapalabra,aplicadaalpresentecaso,peronodijenada—,y,por otra parte, Le Bon ha comenzado por prestarme un servicio y quierodemostrarle que no soy un ingrato. Iremos al lugar del suceso y loexaminaremos por nuestros propios ojos. Conozco a G***, el prefecto depolicía,ynomeserádifícilconseguirelpermisonecesario.

NosfueconcedidalaautorizaciónynosdirigimosinmediatamentealarueMorgue.EséstaunadeesasmiserablescallejuelasqueunenlarueRichelieuyladeSaint-Roch.Cuandollegamosaella,eranyalasúltimashorasdelatarde,porque este barrio se encuentra situado a gran distancia de aquel en quenosotrosvivíamos.Prontohallamoslacasa,porqueaúnhabíaanteellavariaspersonas mirando a las ventanas con vana curiosidad. Era una casa comotantasdeParís.Teníaunapuertaprincipal, y enunode sus ladoshabíaunacasilladecristalesconunbastidorcorredizoenlaventanilla,yparecíaserlalogedeconcierge.Antesdeentrar,nosdirigimoscallearriba,torciendoporuncallejón, y, torciendo de nuevo, pasamos a la fachada posterior del edificio.Dupinexaminódurante todoeste rato losalrededores,asícomo lacasa,conunaatencióntancuidadosa,quemeeraimposiblecomprendersufinalidad.

Volvimos luego sobre nuestros pasos, y llegamos ante la fachada de lacasa.Llamamosalapuerta,ydespuésdemostrarnuestropermiso,losagentesdeguardianospermitieronlaentrada.Subimoslasescaleras,hastallegaralahabitación donde había sido encontrado el cuerpo de mademoiselleL’Espanayeydondesehallabanaúnlosdoscadáveres.Comodecostumbre,habíasidorespetadoeldesordendelahabitación.Nadavideloquesehabíapublicado en la Gazette des Tribunaux. Dupin lo analizaba todominuciosamente, sin exceptuar los cuerpos de las víctimas. Pasamosinmediatamenteaotrashabitaciones,ybajamosluegoalpatio.Ungendarme

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nosacompañóatodaspartes,ylainvestigaciónnosocupóhastaelanochecer,marchándonosentonces.De regresoanuestracasa,micompañerosedetuvounosminutosenlasoficinasdeunperiódico.

Hedichoyaquelasrarezasdemiamigoeranmuydiversas,yqueJelesmenageais:estafrasenotieneequivalenteeninglés.Hastaeldíasiguiente,amediodía, se negó a toda conversación sobre los asesinatos. Entonces mepreguntódeprontosiyohabíaobservadoalgoparticularenellugardelhecho.

En su manera de pronunciar la palabra «particular» había algo que meprodujounestremecimientosinsaberporqué.

—No,nadadeparticular—ledije—;porlomenos,nadamásdeloqueyasabemosporelperiódico.

—Mucho me temo —me replicó— que la Gazette no haya logradopenetrarenelinsólitohorrordelasunto.Perodejemoslasneciasopinionesdeestepapelucho.Yocreoquesiestemisteriosehaconsideradocomoinsoluble,porlamismarazóndeberíaserfácilderesolver,ymerefieroaloutrecarácterdesuscircunstancias.Lapolicíasehaconfundidoporlaausenciaaparentedemotivos que justifiquen no el crimen, sino la atrocidad con que ha sidocometido.Asimismo, lesconfunde laaparente imposibilidaddeconciliar lasvocesquedisputabanconlacircunstanciadenohabersidohalladaarribasinoamademoiselleL’Espanaye asesinaday no encontrar la formade quenadiesalieradelpisosinservistoporlaspersonasquesubíanporlasescaleras.Elextrañodesordendelahabitación;elcadávermetidoconlacabezahaciaabajoenlachimenea;lamutilaciónespantosadelcuerpodelaanciana,todasestasconsideraciones,con lasyadescritasyotrasnodignasdemención,hansidosuficientesparaparalizarsusfacultades,haciendoquefracasaraporcompletolatantraídayllevadaperspicaciadelosagentesdelgobierno.Hancaídoenelgrande, aunque común error de confundir lo insospechado con lo abstruso.Pero precisamente por estas desviaciones de lo normal es por donde ha dehallarlarazónsucaminoenlainvestigacióndelaverdad,enelcasoenqueesehallazgoseaposible.Eninvestigacionescomolaqueestamosrealizandoahora no hemos de preguntarnos tanto si ha ocurrido comoqué ha ocurridoquenohabíaocurridojamáshastaahora.Realmente, lasencillezconqueyohedellegar,ohellegadoya,alasolucióndeestemisterio,sehallaenrazóndirectaconsuaparentefaltadesoluciónsegúnelcriteriodelapolicía.

Conmudoasombro,fijélamiradaenmiamigo.

—Estoyesperandoahora—continuódiciéndome,mirandoa lapuertadenuestra habitación— a un individuo que, aun cuando seguramente no hacometido esta carnicería, bien puede estar, en ciertamedida, complicado enella. Es probable que resulte inocente de la parte más desagradable de loscrímenescometidos.Creonoequivocarmeenestasuposición,porqueenella

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se fundami esperanza de descubrir el misterio. Yo espero a este individuoaquí,enestahabitación,ydeunmomentoaotro.Ciertoesquepuedenovenir,pero lo probable es que venga. Si viene, hay que detenerlo. Aquí hay unaspistolas, y los dos sabemos para qué sirven cuando las circunstancias lorequieren.

Sinsaberloquemehacía,niloqueoía,tomélaspistolas,mientrasDupincontinuabahablandocomosimonologara.Dirigíansesuspalabrasamí,perosuvoz,nomuyalta,teníaesaentonaciónempleadafrecuentementeenhablarcon una persona que se halla un poco distante. Sus pupilas inexpresivasmirabanfijamentehacialapared.

—Laexperienciahademostradoplenamentequelasvocesquedisputaban—dijo—, oídas por quienes subían las escaleras, no eran las de las dosmujeres.Estehechodescartaelque laancianahubiesematadoprimeroa suhijaysehubierasuicidadodespués.Hablodeestoúnicamenteporrespetoalmétodo; porque, además, la fuerza de madame L’Espanaye no hubieraconseguido nunca arrastrar el cuerpo de su hija por la chimenea arriba, talcomo fue hallado. Por otra parte, la naturaleza de las heridas excluyetotalmente la idea de suicidio. Por tanto el asesinato ha sido cometido porterceras personas, y las voces de éstas son las que se oyeron disputar.Permítameque le haganotar no todo lo que se hadeclarado con respecto aestas voces, sino lo que hay de particular en las declaraciones. ¿No haobservadoustednadaenellas?

Yoledijequehabíaobservadoquemientrastodoslostestigoscoincidíanenque lavozgraveeradeun francés,habíaungrandesacuerdopor loquerespectaalavozaguda,oáspera,comounodeelloslahabíacalificado.

—Estoesevidenciapura—dijo—,peronoloparticulardeesaevidencia.Ustednohaobservadonadacaracterístico,pero,noobstante,habíaalgoqueobservar.Comohanotadousted,lostestigosestuvierondeacuerdoencuantoalavozgrave.Enellohabíaunanimidad.Porloquerespectaalavozaguda,consistesuparticularidadnoeneldesacuerdo,sinoenque,cuandounitaliano,uninglés,unespañol,unholandésyunfrancésintentandescribirla,cadaunodeellosopinancomosifueseladeunextranjero.Cadaunoestásegurodequenoesladeuncompatriota,ycadaunolacompara,noaladeunhombredeunanacióncualquieracuyolenguajeconoce,sinotodolocontrario.Suponeelfrancésqueeralavozdeunespañolyque«hubiesepodidodistinguiralgunaspalabrasdehaberestado familiarizadoconelespañol».Elholandéssostieneque fue la de un francés, pero sabemos que, por no conocer este idioma, eltestigohabía sido interrogadoporun intérprete.Suponeel inglésque lavozfueladeunalemán,peroañadequenoentiendeelalemán.Elespañol«estáseguro»que es la de un inglés, pero «considera, por la entonación, tan sóloqueloes,yaquenotieneningúnconocimientodel idioma».El italianocree

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que es la voz de un ruso, pero jamás ha tenido conversación alguna conunruso.Otrofrancésdifieredelprimero,yestásegurodeque lavozeradeunitaliano;peroaunquenoconoceeste idioma,comoel español,«está seguro,porsuentonación».

»Ahora bien: ¡cuán extraña debía de ser aquella voz para que talestestimoniospudierandarsedeella,encuyasreflexiones,ciudadanosdecincograndesnacioneseuropeas,nopuedenreconocernadaquelesseafamiliar!Talvezusteddigaquepuedemuybienhaber sido lavozdeunasiáticoo ladeafricano;peronilosasiáticosnilosafricanossevenfrecuentementeporParís.Pero,sindecirqueestonoseaposible,quierodirigirsuatenciónnadamásquesobretrespuntos.Unodelostestigosdescribeaquellavozcomo«másásperaque aguda»; otros dicen que es “rápida y desigual”; en este caso, no hubopalabras, no hubo sonido que tuviera semejanza alguna con palabras, queningúntestigomencionacomointeligibles.

»Ignoro qué impresión—continuó Dupin— puede haber causado en suentendimiento, pero no dudo en manifestar que las legítimas deduccionesefectuadasconsóloestapartedelostestimoniosconseguidos(laqueserefierealasvocesgravesyagudas),bastanporsímismasparamotivarunasospechaquebienpuededirigirnosen todoulterioravanceen la investigacióndeestemisterio. He dicho “legítimas deducciones”, pero así no queda del todoexplicadami intención.Quiero únicamentemanifestar que esas deduccionesson las únicas apropiadas, y quemi sospecha se origina inevitablemente enellas comouna conclusiónúnica.Nodiré todavía cuál es esa sospecha.Tansólodeseohacerlecomprenderaustedqueparamítienefuerzabastanteparadardefinida forma (determinada tendencia) amis investigacionesenaquellahabitación.

»Mentalmente, trasladémonos a aquella sala. ¿Qué es lo primero quehemosdebuscarallí?Losmediosdeevasiónutilizadospor losasesinos.Nohaynecesidaddedecirqueningunode losdoscreemosenestemomentoenacontecimientossobrenaturales.MadameymademoiselleL’Espanayenohansido,evidentemente,asesinadasporespíritus.Quieneshancometidoelcrimenfueron seresmateriales y escaparon por procedimientosmateriales. ¿De quémodo?Afortunadamente, sólohayuna formade razonarcon respectoaestepunto, y ésta habrá de llevarnos a una solución precisa. Examinemos, pues,unoporuno,losposiblesmediosdeevasión.

»Ciertoesquelosasesinosseencontrabanenlaalcobadondefuehalladamademoiselle L’Espanaye, o, cuando menos, en la contigua, cuando laspersonassubíanporlasescaleras.Portanto,sólohayqueinvestigarlassalidasdeestasdoshabitaciones.Lapolicíahadejadoaldescubiertolospavimentos,lostechosylamamposteríadelasparedesentodaspartes.Asuvigilancianohubieranpodidoescapardeterminadassalidassecretas.Peroyonomefiabade

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sus ojos y he querido examinarlo con los míos. En efecto, no había salidasecreta.Laspuertasdelashabitacionesquedabanalpasilloestabancerradasperfectamentepordentro.Veamoslaschimeneas.Aunquedeanchuranormalhastaunaalturadeochoodiezpiessobre loshogares,nopuede,en todasulongitud, ni siquiera dar cabida a un gato corpulento. La imposibilidad desalida por los ya indicadosmedios, es, por tanto, absoluta.Así pues no nosquedanmásquelasventanas.Porladelaalcobaquedaalafachadaprincipalnohubierapodidoescaparnadiesinquelamuchedumbrequehabíaenlacallelohubieranotado.Por tanto, los asesinoshandehaberpasadopor lasde lahabitación posterior. Llevados, pues, de estas deducciones y, de forma taninequívoca,aestaconclusión,nopodemos,segúnunminuciosorazonamiento,rechazarla,teniendoencuentaevidentesimposibilidades.Nosquedasólopordemostrarqueesasevidentes“imposibilidades”enrealidadnoloson.

»Enlahabitaciónhaydosventanas.Unadeellasnoestáobstruidaporlosmuebles,yestácompletamentevisible.Laparteinferiordelaotralaocultaalavista lacabecerade lapesadaarmazóndel lecho,estrechamentepegadaaella.Laprimeradelasdosventanasestáfuertementecerradayaseguradapordentro.Resistióalosmásviolentosesfuerzosdequienesintentaronlevantarla.Enlaparteizquierdadesumarcoveíaseungranagujeropracticadoconunabarrena,yunclavomuygruesohundidoenélhastalacabeza.Alexaminarlaotraventanaseencontróotroclavosemejante,clavadodelamismaforma,yun vigoroso esfuerzo para separar el marco fracasó también. La policía seconvencióentoncesdequeporesecaminonosehabíaefectuadolasalida,yporestarazónconsiderósuperfluoquitaraquellosclavosyabrirlasventanas.

»Miexamenfuemásminucioso,porlarazónqueacaboyadedecir,yaquesabía era preciso probar que todas aquellas aparentes imposibilidades no loeranrealmente.

»Continuérazonandoasíaposteriori.Losasesinoshandebidodeescaparporunadeestasventanas.Suponiendoesto,noesfácilquepudieranhaberlassujetado por dentro, como se las ha encontrado, consideración que, por suevidencia,paralizólasinvestigacionesdelapolicía.Noobstante,lasventanasestabancerradasyaseguradas.Era,pues,precisoquepudierancerrarseporsímismas.Nohabíamodode escapar a esta conclusión.Fuidirectamente a laventananoobstruida,yconciertadificultadextrajeelclavoytratédelevantarel marco. Como yo suponía, resistió a todos los esfuerzos. Había, pues,evidentemente,un resorteescondido,yestehecho,corroboradopormi idea,meconvenciódequemispremisas,pormuymisteriosasqueapareciesen lascircunstancias relativas a los clavos, eran correctas. Una minuciosainvestigación me hizo descubrir pronto el oculto resorte. Lo oprimí y,satisfechoconmidescubrimiento,meabstuvedeabrirlaventana.

»Volví entonces a colocar el clavo en su sitio, después de haberlo

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examinadoatentamente.Unapersonaquehubierapasadoporaquellaventanapodía haberla cerrado y haber funcionado solo el resorte. Pero el clavo nopodíahabersidocolocado.Estaconclusióneraclarísima,yrestringíamuchoel campo de mis investigaciones. Los asesinos debían, por tanto, haberescapadoporlaotraventana.

»Suponiendoquelosdosresortesfueraniguales,comoeraposible,debía,pues,haberunadiferenciaentrelosclavos,o,porlomenos,ensucolocación.Me subí sobre las correas de la armadura del lecho, y por encima de sucabeceraexaminéminuciosamente la segundaventana.Pasando lamanopordetrásdelamaderadescubríyapretéelresorte,que,comoyohabíasupuesto,eraidénticoalanterior.Entoncesexaminéelclavo.Eradelmismogruesoqueelotro,yaparentementeestabaclavadodelamismaforma,hundidocasihastalacabeza.

»Tal vez diga usted que me quedé perplejo, pero si abriga semejantepensamientoesquenohacomprendidobienlanaturalezademisdeducciones.Sirviéndomedeunapalabradeportiva, nomehe encontradoni unavez “enfalta”. El rastro no se ha perdido.No se ha perdido ni un solo instante. Enningún eslabón de la cadena ha habido un defecto. Hasta su últimaconsecuenciaheseguidoelsecreto.Ylaconsecuenciaeraelclavo.Entodossusaspectos,hedicho,aparentabaseranálogoaldelaotraventana;perotodoeranada(tandecisivocomoparecía)comparadoconlaconsideracióndequeen aquel punto terminaba mi pista. “Debe de haber algún defecto en esteclavo”,medije.Lo toqué, y su cabeza con casi un cuartodepulgadade suespiga, semequedó en lamano.El restoquedábase en el orificiodonde sehabíaroto.Laroturaeraantigua,comosededucíadelóxidodesusbordes,yalparecer,habíasidoproducidaporunmartillazoquehundióunapartedelacabezadelclavoenlasuperficiedelmarco.

»Volví entonces a colocar cuidadosamente aquella parte en el lugar dedondelahabíaseparado,ysusemejanzaconunclavointactofuecompleta.Laroturaerainapreciable.Apretéelresorteylevantésuavementeunaspulgadaselmarco.Conélsubiólacabezadelclavo,quedandofijaensuagujero.Cerrélaventanayeraotravezperfectalaaparienciadelclavoentero.

»Hasta aquí estaba resuelto el enigma. El asesino había huido por laventanasituadaalacabeceradellecho.Albajarporsímisma,luegodehaberescapadoporella,o talvezal sercerradadeliberadamente,habíasequedadosujeta por el resorte, y la sujeción de éste había engañado a la policía,confundiéndolaconladelclavo,porlocualsehabíaconsideradoinnecesarioproseguirlainvestigación.

»El problema era ahora saber cómo había bajado el asesino. Sobre estepuntomesentíasatisfechodemipaseoentornoaledificio.Aproximadamente

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a cinco pies y medio de la ventana en cuestión, pasa la cadena de unpararrayos. Por ésta hubiera sido imposible a cualquiera llegar hasta laventana, y ya no digamos entrar. Sin embargo, al examinar los postigos delcuarto piso, vi que eran de una especie particular, que los carpinterosparisienses llaman ferrades, especie poco usada hoy, pero halladafrecuentementeenlascasasantiguasdeOyonyBurdeos.Tienenlaformadeunapuerta normal (sencilla y nodedobles batientes), exceptoque sumitadsuperior está enrejada o trabajada a modo de celosía, por lo que ofrece unagarradero excelente para lasmanos. En el caso en cuestión, estos postigostienen una anchura de tres pies y medio, más o menos. Cuando los vimosdesdelaparteposteriordelacasa,losdosestabanabiertoshastalamitad;esdecir,formabanconlaparedunángulorecto.Esprobablequelapolicíahayaexaminado,comoyo,laparteposteriordeledificio;peroalmirarlasferradesenel sentidodesuanchura (comodebendehaberlohecho),nosehandadocuenta de la dimensión de este sentido, o cuandomenos no le han dado lanecesariaimportancia.Enrealidad,unavezseconvencierondequenopodíaefectuarselahuidaporaquellado,nolaexaminaronsinosuperficialmente.

»Sinembargo,paramíeraclaroqueelpostigoquepertenecíaalaventanasituada a la cabecera de la cama, si se abría totalmente, hasta que tocara lapared,llegaríahastaunosdospiesdelacadenadelpararrayos.Tambiénestabaclaroqueconelesfuerzodeunaenergíayunvalor insólitopodíamuybienhaberseentradoporaquellaventanaconayudadelacadena.Llegadoaaquelladistancia de dos pies y medio (supongamos ahora abierto el postigo), unladrón hubiese podido encontrar en el enrejado un sólido asidero, para queluego,desdeél,soltandolacadenayapoyandobienlospiescontralapared,pudiera lanzarse rápidamente, caer en la habitación y atraer hacia síviolentamenteelpostigo,demodoquesecerrase,ysuponiendo,desdeluego,quesehallarasiemprelaventanaabierta.

»Tengaustedencuentaquemehereferidoaunaenergíainsólita,necesariaparallevaracaboconéxitounaempresatanarriesgadaydifícil.

»Mi propósito es el de demostrarle, en primer lugar, que el hecho podíarealizarse, y muy principalmente llamar su atención sobre el carácter muyextraordinario, casi carácter sobrenatural, de la agilidad necesaria para suejecución.

»Mereplicaráusted,sinduda,valiéndosedellenguajedelaley,quepara“defendermicausa”debieramásbienprescindirdelaenergíarequeridaenesecaso antes que insistir en valorarla exactamente. Esto es realizable en laprácticaforense,peronoenlarazón.Miobjetivofinaleslaverdadtansólo,ymipropósitoinmediatoconduciraustedaquecompareesainsólitaenergíadeque acabodehablarle con lapeculiarísimavoz aguda (o áspera)ydesigual,conrespectoacuyanacionalidadnosehanhalladonisiquieradostestigosque

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estuviesendeacuerdo,yencuyapronunciaciónnohasidoposibledescubrirunasolasílaba.

A estas palabras comenzó a formarse enmi espíritu unavaga ideade loque pensaba Dupin. Parecíame llegar al límite de la comprensión, sin quetodavía pudiera comprender, lomismo que esas personas que se encuentranalgunas veces en el borde de un recuerdo y no son capaces de llegar aconseguirlo.Miamigocontinuósusrazonamientos.

—Habráustedvisto—medijo—queheretrotraídolacuestióndelmododesaliraldeentrar.Miplanesdemostrarlequeambascosassehanefectuadode lamismamanera y por elmismo sitio. Volvamos ahora a la habitación.Estudiemostodossusaspectos.Segúnsehadicho,loscajonesdelbureauhansidosaqueados,aunquehanquedadoenellosalgunasprendasdevestir.Estaconclusiónesabsurda.Esunasimpleconjetura,muynecia,porcierto,ynadamás. ¿Cómo es posible saber que todos esos objetos encontrados en loscajonesnoerantodoloquecontenían?MadameL’Espanayeysuhijavivíanunavidaexcesivamenteretirada.Nose tratabanconnadie,salíanraravezy,porconsiguiente,teníanpocasocasionesparacambiardevestido.Losobjetosque se han encontrado eran de tan buena calidad, por lo menos, comocualquiera de los que posiblemente hubiesen poseído esas señoras. Si unladrónhubieracogidoalguno,¿porquénolosmejores,oporquénotodos?Enfin,¿hubieseabandonadocuatromilfrancosenoroparacargarconunfardode ropa blanca? El oro fue abandonado. Casi la totalidad de la sumamencionadapormonsieurMignaud,elbanquero,hasidohalladaenelsuelo,enlossaquitos.

»Insisto, por tanto, en querer descartar de su pensamiento la ideadesatinada de un motivo, engendrada en el cerebro de la policía por esadeclaración que se refiere a dinero entregado a la puerta de la casa.Coincidencias diez veces más notables que éstas (entrega del dinero yasesinato)sepresentanconstantementeennuestravidasindespertarsiquieranuestra atención momentánea. Por lo general, las coincidencias son otrostantosmotivosdeerrorenelcaminodeesaclasedepensadoreseducadosdetalmodoquenadasabendelateoríadeprobabilidades,esateoríaalacuallasmásmemorablesconquistasdelacivilizaciónhumanadebenlomásgloriosode su saber.En este caso, si el oro hubiera desaparecido, el hechode habersido entregado tres días antes hubiese podido parecer algo más que unacoincidencia.Corroboraríalaideadeunmotivo.Pero,dadaslascircunstanciasrealesenquenoshallamos,sihemosdesuponerqueelorohasidoelmóvildelhecho, tambiéndebemos imaginarquequien loha cometidoha sido tanvacilanteytanidiota,quehaabandonadoalmismotiempoeloroyelmotivo.

»Fijados bien en nuestro pensamiento los puntos sobre los cuales yo hellamadosuatención:lavozpeculiar,lainsólitaagilidadylasorprendentefalta

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demotivoenuncrimendeunaatrocidadtansingularcomoéste,examinemosporsímismaestacarnicería.Nosencontramosconunamujerestranguladaconlas manos y metida cabeza abajo en una chimenea. Normalmente loscriminalesnoempleansemejantesprocedimientosdeasesinato.Enelviolentomododeintroducirelcuerpoenlachimeneahabráusteddeadmitirquehayalgo excesivamente exagerado, algo que está en desacuerdo con nuestrascorrientes nociones con respecto a los actos humanos, aun cuandosupongamosquelosautoresdeestecrimenseanlosseresmásdepravados.Porotraparte,pienseustedcuánenormedebedehaber sido la fuerzaque logróintroducir tan violentamente el cuerpo hacia arriba en una abertura comoaquélla,porcuantolosesfuerzosunidosdevariaspersonasapenassilograronsacarlodeella.

»Fijemosahoranuestraatenciónenotrosindiciosqueponendemanifiestoestevigormaravilloso.Habíaenelhogarunosespesosmechonesdecabellosgriseshumanos.Habíansidoarrancadosdecuajo.Sabeustedlafuerzaqueesnecesaria para arrancar de la cabeza aun cuando no seanmás que veinte otreinta cabellos a la vez. Tan bien como yo, usted habrá visto aquellosmechones. Sus raíces ensangrentadas (¡qué espantoso espectáculo!) teníanadheridos fragmentos de cuero cabelludo, segura prueba de la prodigiosafuerzaquehasidonecesariaparaarrancarunmillardecabellosa lavez.Lagarganta de la anciana no sólo estaba cortada, sino que tenía la cabezacompletamenteseparadadel tronco,yel instrumentoparaestaoperaciónfueunasencillanavajabarbera.

»Le ruego que se fije también en la brutal ferocidad de tal acto. No esnecesariohablardelasmagulladurasqueaparecieronenelcuerpodemadameL’Espanaye.Monsieur Dumas y su honorable colegamonsieur Etienne handeclaradoquehabíansidoproducidasporuninstrumentoromo.Enello,estosseñores están en lo cierto. El instrumento ha sido, sin duda alguna, elpavimentodelpatiosobreelquelavíctimahacaídodesdelaventanasituadaencimadel lecho.Pormuy sencillaqueparezcaahoraesta idea, escapóa lapolicía,por lamisma razónque le impidiónotar la anchurade lospostigos,porque, dada la circunstancia de los clavos, su percepción estaba cerradaherméticamentealaideadequelasventanashubieranpodidoserabiertas.

»Siahora,comoañadiduraa todoesto,hareflexionadoustedbienacercadelextrañodesordendelahabitación,hemosllegadoyaalpuntodecombinarlas ideas de agilidad maravillosa, fuerza sobrehumana, bestial ferocidad,carniceríasinmotivo,unagrotesquerieenlohorrible,extrañaenabsolutoalaHumanidad,yunavozextranjeraporsuacentoparalosoídosdehombresdedistintasnacionesydesprovistadetodosilabeoquepudieraadvertirsedistintaeinteligiblemente.¿Quésededucedetodoello?¿Cuáleslaimpresiónquehaproducidoensuimaginación?

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AlhacermeDupinestapreguntasentíunescalofrío.

—Unlocohacometidoesecrimen—dije—,algúnlunáticofuriosoquesehabráescapadodealgunaMaisondeSantévecina.

—En algunos aspectos—me contestó—no es desacertada su idea. Perohastasusmásferocesparoxismos,lasvocesdeloslocosnoseparecennuncaaesa voz peculiar oída desde la escalera. Los locos pertenecen a una nacióncualquiera,ysulenguaje,aunqueincoherente,essiemprearticulado.Porotraparte,elcabellodeunloconoseparecealqueyotengoenlamano.Delosdedos rígidamente crispados de madame L’Espanaye he desenredado estepequeñomechón.¿Quépuedeusteddeducirdeesto?

—Dupin—exclamé,completamentedesalentado—,¡quécabellomásraro!Noesuncabellohumano.

—Yonohedichoquelofuera—mecontestó—.Peroantesdedecidirconrespecto a esteparticular, le ruegoque examine estepequeñodiseñoquehetrazadoenuntrozodepapel.Esunfacsímilquerepresentaloqueunapartedelostestigoshandeclaradocomocárdenasmagulladurasyprofundosrasguñosproducidospor lasuñasenelcuellodemademoiselleL’Espanaye,yque losdoctoresDumasyEtiennellamanunaseriedemanchaslívidasevidentementeproducidasporlaimpresióndelosdedos.

»Comprenderáusted—continuómiamigo,desdoblandoelpapelsobrelamesay antenuestrosojos—que estedibujoda ideadeunapresión firmeypoderosa.Aquínohaydeslizamientovisible.Cadadedohaconservado,quizáhasta la muerte de la víctima, la terrible presa en la cual se ha moldeado.Pruebeustedahoradecolocarsusdedos,todosauntiempo,enlasrespectivasimpresiones,talcomolasveustedaquí.

Lointentéenvano.

—Es posible —continuó— que no efectuemos esta experiencia de unmodo decisivo. El papel está desplegado sobre una superficie plana, y lagarganta humana es cilíndrica. Pero aquí tenemos un tronco de leña cuyacircunferenciaes,pocomásomenos,ladelagarganta.Arrolleasusuperficieestediseñoyvolvamosaefectuarlaexperiencia.

Lohiceasí,peroladificultadfuetodavíamásevidentequelaprimeravez.

—Ésta—dije—noeslahuelladeunamanohumana.

—Ahora,leaestepasajedeCuvier—continuóDupin.

Era una historia anatómica, minuciosa y general, del gran orangutánsalvajedelasislasdelaIndiaOriental.Sonhartoconocidasdetodoelmundolagigantescaestatura,lafuerzayagilidadprodigiosa,laferocidadsalvajeylasfacultadesde imitacióndeestosmamíferos.Comprendí entonces,depronto,

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todoelhorrordeaquellosasesinatos.

—Ladescripcióndelosdedos—dije,cuandohubeterminadolalectura—está de acuerdo perfectamente con este dibujo. Creo que ningún animal,exceptoelorangutándelaespeciequeaquísemenciona,puedahaberdejadohuellas como las que ha dibujado usted. Este mechón de pelo ralo tiene elmismocarácterqueeldelanimaldescritoporCuvier.Peronomeesposiblecomprender las circunstancias de este espantosomisterio.Hay que tener encuenta,además,queseoyerondisputardosvoces,e,indiscutiblemente,unadeellaspertenecíaaunfrancés.

—Cierto,y recordaráustedunaexpresiónatribuidacasiunánimemente aesavozporlostestigos;laexpresiónMonDieu.Yentalescircunstancias,unodelostestigos,Montani,elconfitero,laidentificócomoexpresióndeprotestaoreconvención.Portanto,yohefundadoenestasvocesmisesperanzasdelacompleta resolución de estemisterio. Indudablemente, un francés conoce elasesinato. Es posible, y, en realidad, más que posible, probable, que sea élinocente de toda participación en los hechos sangrientos que han ocurrido.Puedehabérseleescapadoelorangután,ypuedehaberseguidosurastrohastala habitación. Pero, dadas las agitadas circunstancias que se hubieranproducido, pudo no haberle sido posible capturarle de nuevo. Todavía andasueltoelanimal.Noesmipropósitocontinuarestasconjeturas,ylascalificoasíporqueno tengoderechoa llamarlasdeotromodo,yaque losatisbosdereflexión en que se fundan apenas alcanzan la suficiente base para serapreciables incluso parami propia inteligencia, y, además, porque nome esposible hacerlas inteligibles para la comprensión de otra persona.Llamémoslas,pues,conjeturas,yconsiderémoslasasí.Si,comoyosupongo,el francés aqueme refiero es inocentede tal atrocidad, este anuncioque, anuestroregreso,dejéenlasoficinasdeLeMonde,unperiódicoconsagradoainteresesmarítimosymuybuscadoporlosmarineros,noslotraeráacasa.

Meentregóelperiódico,yleí:

«Captura.—EnelBoisdeBoulognesehaencontrado,aprimerashorasdela mañana del día… de los corrientes (la mañana del crimen), un enormeorangutándelaespeciedeBorneo.Supropietario(quesesabeesunmarinopertenecientea la tripulacióndeunnavíomaltés)podrá recuperarelanimal,previasuidentificación,pagandoalgunospequeñosgastosocasionadosporsucaptura y manutención. Dirigirse al número… de la rue… faubourg Saint-Germain…,tercero».

—¿Cómohapodidoustedsaber—lepreguntéaDupin—queelindividuodequesetrataesmarineroyestáenroladoenunnavíomaltés?

—Yo no lo conozco—repuso Dupin—; no estoy seguro de que exista.Pero tengo aquí este pedacito de cinta que, a juzgar por su forma y su

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grasientoaspecto,hasidousado,evidentemente,paraanudar loscabellosenformadeesaslargasguerresaquetanaficionadossonlosmarineros.Porotraparte,estelazosabenanudarlomuypocaspersonas,yescaracterísticodelosmalteses. Recogí esta cinta al pie de la cadena del pararrayos. No puedeperteneceraningunadelasdosvíctimas.Todolomás,simeheequivocadoenmisdeduccionesconrespectoaeste lazo,esdecir,pensandoqueesefrancéssea unmarinero enrolado en un navíomaltés, no habré perjudicado a nadiediciendo lo que digo en el anuncio. Si me he equivocado supondrá él quealgunascircunstanciasmeengañaron,ynosetomaráeltrabajodeinquirirlas.Pero,siacierto,habremosdadounpasomuyimportante.Aunqueinocentedelcrimen,elfrancéshabrádeconocerlo,yvacilaráentresideberesponderonoal anuncio y reclamar o no el orangután. Sus razonamientos serán lossiguientes: «Soy inocente; soy pobre;mi orangután valemucho dinero, unaverdaderafortuna,paraunhombrequeseencuentraenmisituación.¿Porquéhedeperderloconunvanotemoralpeligro?Lotengoaquí,amialcance.LoencontraronenelBoisdeBoulogne,amuchadistanciadelescenariodeaquelcrimen.¿Quiénsospecharíaqueunanimalhacometidosemejanteacción?Lapolicíaestádespistada.Nohaobtenidoelmenorindicio.Dadoelcasodequesospecharandelanimal,seríaimposibledemostrarqueyotengoconocimientodelcrimen,nimezclarmeenélporelsólohechodeconocerlo.Además,meconocen. El anuncianteme señala como dueño del animal.No sé hasta quépuntollegaesteconocimiento.Sisoslayoenreclamarunapropiedaddetantovalor, y que, además, se sabe que esmía, concluiré haciendo sospechoso alanimal.Noesprudentellamarlaatenciónsobremínisobreél.Contestaré,portanto,aesteanuncio,recobrarémiorangutányloencerraréhastaquesehayaolvidadoporcompletoesteasunto».

Enesteinstanteoímospasosenlaescalera.

—Estépreparado—medijoDupin—.Cojasuspistolas,peronohagausodeellasnilasenseñe,hastaqueyolehagaunaseña.

Habíamosdejadoabierta lapuertaprincipalde lacasa.Elvisitanteentrósin llamar y subió algunos peldaños de la escalera. Ahora, sin embargo,parecíavacilar.Leoímosdescender.Dupinseprecipitóhacia lapuerta,peroenesteinstanteleoímossubirdenuevo.Ahorayanoretrocedíaporsegundavez,sinoquesubiócondecisiónyllamóalapuertadenuestropiso.

—Adelante—dijoDupinconvozsatisfechayalegre.

Entróunhombre.Anodudarlo,eraunmarinero.Unhombrealto,fuerte,musculoso, con una expresión de arrogancia no del todo desagradable. Surostro,muy atezado, estaba oculto enmás de sumitad por las patillas y elmustachio.Estabaprovistodeungruesogarrotederoble,ynoparecíallevarotras armas. Saludó, inclinándose torpemente, pronunciando un «buenas

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tardes» con acento francés, el cual, aunque bastardeado levemente por elsuizo,dabaaconocerclaramentesuorigenparisiense.

—Siéntese, amigo —dijo Dupin—. Supongo que viene a reclamar suorangután. Le aseguro que casi se lo envidio. Es un hermoso animal, y, sindudaalguna,demuchoprecio.¿Quéedadcreeustedquetiene?

Elmarinerosuspiróhondamente,comoquiensealiviadeunenormepeso,ycontestóluegoconfirmevoz:

—Nopuedodecírselo,peronocreoquetengamásdecuatroocincoaños.¿Lotieneustedaquí?

—¡Oh, no! Esta habitación no reúne condiciones para ello. Está en unacuadradealquilerenlarueDubourg,cercadeaquí.Mañanaporlamañana,siusted quiere, podrá recuperarlo. Supongo que vendrá usted preparado parademostrarsupropiedad.

—Sindudaalguna,señor.

—Muchosentirétenerquesepararmedeél—dijoDupin.

—Nopretendoquesehayaustedtomadotantasmolestiasparanada,señor—dijoelhombre—.Nipensarlo.Estoydispuestoapagarunagratificaciónporelhallazgodelanimal,mientrassearazonable.

—Bien —contestó mi amigo—. Todo esto es, sin duda, muy justo.Veamos. ¿Qué voy a pedirle? ¡Ah, ya sé! Se lo diré ahora.Mi gratificaciónseráésta:hadedecirmeustedcuantosepaconrespectoalosasesinatosdelarueMorgue.

Estas últimas palabras las dijoDupin con vozmuy baja y con una grantranquilidad. Con análoga tranquilidad se dirigió hacia la puerta, la cerró yguardóselallaveenelbolsillo.Luegosacólapistolay,sinmostraragitaciónalguna,ladejósobrelamesa.

La cara del marinero enrojeció como si se hallara en un arrebato desofocación.Selevantóyempuñósubastón.Peroinmediatamentesedejócaersobrelasilla,conuntemblorconvulsivoyconelrostrodeuncadáver.Nodijounasolapalabra,ydetodocorazónlocompadecí.

—Amigomío—dijoDupinbondadosamente—,leaseguroaustedquesealarmasinmotivoalguno.Noesnuestropropósitocausarleelmenordaño.Ledoyaustedmipalabradehonor,decaballeroyfrancés,quenuestraintenciónno es perjudicarle. Sé perfectamente que nada tiene usted que ver con lasatrocidades de la rueMorgue. Sin embargo, no puedo negar que, en ciertomodo, está usted complicado. Por cuanto le digo comprenderá ustedperfectamente que, con respecto a este asunto, poseo excelentes medios deinformación,medios en los cuales no hubiera usted pensado jamás. El caso

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está ya claro para nosotros. Nada ha hecho usted que haya podido evitar.Naturalmente, nada que lo haga a usted culpable. Nadie puede acusarle dehaber robado, pudiendo haberlo hecho con toda impunidad, y no tienetampoconadaqueocultar.Tambiéncarecedemotivosparahacerlo.Además,portodoslosprincipiosdelhonor,estáustedobligadoaconfesarcuantosepa.Se ha encarcelado a un inocente, a quien se acusa de un crimen cuyo autorsolamenteustedpuedeseñalar.

Cuando Dupin hubo pronunciado estas palabras, ya el marinero habíarecobrado un poco su presencia de ánimo. Pero toda su arrogancia habíadesaparecido.

—¡QueDiosme ampare!—dijo, despuésdeunabrevepausa—.Ledirécuantosepasobreesteasunto;peroestoysegurodequenocreeráustednilamitadsiquiera.Estaríalocosilocreyese.Sinembargo,soyinocente,yaunquemecuestelavidalehablaréconfranqueza.

Enresumen,fueestoloquenoscontó:

Había hecho recientemente un viaje al archipiélago Índico. Él formabaparte de un grupo que desembarcó en Borneo, y pasó al interior para unaexcursión de placer. Entre él y un compañero suyo habían dado captura alorangután. Su compañero murió, y el animal quedó de su exclusivapertenencia. Después de muchas molestias producidas por la ferocidadindomabledelcautivo,duranteelviajederegresoconsiguióporfinalojarloensu misma casa, en París, donde, para no atraer sobre él la curiosidadinsoportable de los vecinos, lo recluyó cuidadosamente, con objeto de quecurasedeunaheridaquesehabíaproducidoenunpieconunaastilla,abordodesubuque.Suproyectoeravenderlo.

Unanoche, o,mejor dicho, unamañana, la del crimen, al volver de unafrancachelacelebradaconalgunosmarineros,encontróalanimalensualcoba.Habíase escapado del cuarto contiguo, donde él creía tenerlo seguramenteencerrado.Sehallabasentadoanteunespejo,teniendounanavajadeafeitarenunamano.Estaba todoenjabonado, intentandoafeitarse,operaciónen laqueprobablemente había observado a su amo a través del ojo de la cerradura.Aterrado, viendo tan peligrosa arma en manos de un animal tan feroz ysabiéndole muy capaz de hacer uso de ella, el hombre no supo qué hacerduranteunossegundos.Frecuentementehabíaconseguidodominaralanimalen sus accesosmás furiosos utilizando un látigo, y recurrió a él también enaquellaocasión.Peroalverellátigo,elorangutánsaltóderepentefueradelahabitación, echó a correr escaleras abajo y, viendo una ventana,desgraciadamenteabierta,salióalacalle.

El francés, desesperado, corrió tras él. El mono, sin soltar la navaja,parábasedecuandoencuando,sevolvíaylehacíamuecas,hastaquellegaba

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elhombrecercadeél.Entoncesescapabadenuevo.Lapersecuciónduróasíunbuenrato.Hallábanselascallesencompletatranquilidad,porqueseríanlastres de la madrugada. Al descender por un pasaje situado detrás de la rueMorgue, la atención del fugitivo fue atraída por una luz procedente de laventanaabiertadelahabitacióndemadameL’Espanaye,enelcuartopisodela casa. Se precipitó hacia la casa, y al ver la cadena del pararrayos, trepóágilmenteporella,agarrósealpostigo,queestabaabiertodeparenparhastalapared,yapoyándoseenéstaselanzósobrelacabeceradelacama.Apenastoda esta gimnasia duróunminuto.El orangután, al entrar en la habitación,habíarechazadocontralaparedelpostigo,quedenuevoquedóabierto.

Elmarineroestabaentoncescontentoyperplejo.Teníagrandesesperanzasde capturar ahora al animal, que podría escapar difícilmente de la trampadondesehabíametido,denoserquelohicieraporlacadena,dondeélpodríasalirlealpasocuandodescendiese.Porotraparte, le inquietabagrandementelo que pudiera ocurrir en el interior de la casa, y esta última reflexión ledecidióaseguirpersiguiendoalfugitivo.Paraunmarineronoesdifíciltreparpor una cadena de pararrayos. Pero una vez hubo llegado a la altura de laventana, cerrada entonces, se vio en la imposibilidad de alcanzarla. Lomásquepudohacer fuedirigir una rápidaojeadaal interiorde lahabitación.Loqueviolesobrecogiódetalmododeterror,queestuvoapuntodecaer.Fueentoncescuandoseoyeronlos terriblesgritosquedespertaron,enelsilenciode lanoche,alvecindariode la rueMorgue.MadameL’Espanayey suhija,vestidasconsuscamisones,estaban,segúnparece,arreglandoalgunospapelesen el cofre de hierro yamencionado, que había sido llevado al centro de lahabitación.Estabaabierto,yesparcidosucontenidoporelsuelo.Sinduda,lasvíctimas sehallabande espaldas a laventana, y, a juzgarpor el tiempoquetranscurrió entre la llegada del animal y los gritos, es probable que no sedierancuenta inmediatamentedesupresencia.Elgolpedelpostigodebiódeserverosímilmenteatribuidoalviento.

Cuando el marinero miró al interior, el terrible animal había asido amadameL’Espanayeporloscabellos,que,enaquelinstante,teníasueltos,porestarsepeinando,ymovíalanavajaantesurostro,imitandolosademanesdeun barbero. La hija yacía inmóvil en el suelo, desvanecida. Los gritos yesfuerzosdelaanciana(duranteloscualesestuvoarrancandoelcabellodesucabeza) tuvieron el efecto de cambiar los probables propósitos pacíficos delorangutánenpuracólera.Conundecididomovimientodesuhercúleobrazoleseparócasilacabezadeltronco.Alavistadelasangre,suiraseconvirtióenfrenesí.Conlosdientesapretadosydespidiendollamasporlosojos,selanzósobre el cuerpo de la hija y clavó sus terribles garras en su garganta, sinsoltarlahastaqueexpiró.Susextraviadasyferocesmiradassefijaronentoncesenlacabeceradellecho,sobrelacuallacaradesuamo,rígidoporelhorror,apenas se distinguía en la oscuridad. La furia de la bestia, que recordaba

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todavía el terrible látigo, convirtióse instantáneamente en miedo.Comprendiendo que lo que había hecho le hacía acreedor de un castigo,pareció deseoso de ocultar su sangrienta acción. Con la angustia de suagitación y nerviosismo, comenzó a dar saltos por la alcoba, derribando ydestrozandolosmueblesconsusmovimientosylevantandoloscolchonesdellecho.Porfin,apoderósedelcuerpodelajoveny,aempujones, lointrodujoporlachimeneaenlaposiciónenquefueencontrado.Despuésselanzósobreeldelamadreyloprecipitódecabezaporlaventana.

Al ver que el mono se acercaba a la ventana con su mutilado fardo, elmarinero retrocedió horrorizado hacia la cadena, y, más que agarrándose,dejándosedeslizarporella,sefueinmediatayprecipitadamenteasucasa,conel temorde las consecuencias de aquella horrible carnicería, y abandonandogustosamente, tal fue su horror, toda preocupación por lo que pudierasucederle alorangután.Así,pues, lasvocesoídaspor lagenteque subía lasescaleras fueron sus exclamaciones de horror y espanto, mezcladas con losdiabólicoscharloteosdelanimal.

Pocomequedaqueañadir.Antesdelamanecerdebiódehuirelorangutánde la alcoba utilizando la cadena del pararrayos.Maquinalmente cerraría laventanaalpasarporella.Tiempomástardefuecapturadoporsudueño,quienlo vendió por una fuerte sumapara el Jardin desPlantes.Después de habercontadocuantosabíamos,añadiendoalgunoscomentariosporpartedeDupin,en el bureau del prefecto de policía, Le Bon fue puesto inmediatamente enlibertad. El funcionario, por muy inclinado que estuviera en favor de miamigo,nopodíadisimulardemodoalgunosumalhumor,viendoelgiroqueelasuntohabíatomado,ypermitióseunasfrasessarcásticasconrespectoalacorrección de las personas que se mezclaban en las funciones que a él lecorrespondían.

—Déjele que diga lo que quiera —me dijo luego Dupin, que no creíaoportunocontestar—.Déjelequehable.Asíaligerarásuconciencia.Porloquea mí respecta, estoy contento de haberle vencido en su propio terreno. Noobstante, elnohaber acertado la solucióndeestemisterionoes tanextrañocomo él supone, porque, realmente, nuestro amigo el prefecto es losuficientementeagudoparapensarsobreelloconprofundidad.Perosucienciacarece de base. Todo él es cabeza, mas sin cuerpo como las pinturas de ladiosaLaverna,o,pormejordecir,todocabezayespalda,comoelbacalao.Sinembargo, es una buena persona. Le aprecio particularmente por un trucomaestrodecanto,alcualdebesureputacióndehombredetalento.Merefieroasumododeniercequiest,etd’expliquercequin’estpas.

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