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Sinapia, el Viejo Testamento y la teocracia cristiana Stelio Cro, McMaster University La Sinapia, utopía hispánica de autor anónimo de la segunda mitad del siglo XVII, se inspira al modelo de la Utopía de Moro. Como tal, aspira a una doble función, crítica y pedagógica. Aún siendo éste el modelo más ilustre, no es el único. Podríamos clasificar las fuentes de la Sinapia en cuatro categorías: obras teóricas, como la ya mencionada Utopía de Tomás Moro, la República de Platón, la Ciudad del Sol de Campanella y la Nueva Atlántida de Bacón; otra categoría incluiría obras pertenecientes al humanismo cristiano, como la Teología Platónica de Marsilio Ficino, los Adagios de Erasmo, el Diálogo de Mercurio y Carón de Alfonso de Valdés, la traducción de la Ciropedia de Jenofón, el Menosprecio de Corte y Alabanza de Aldea de Antonio de Guevara y los comentarios de Erasmo de las Sagradas Escrituras; otra categoría sería representada por las crónicas de viajes y descubrimientos; y, finalmente, una cuarta categoría debería incluir las utopías empíricas, como las misiones jesuíticas del Paraguay.' Cada una de estas fuentes se relaciona con las otras para lograr esa doble función crítico- pedagógica heredada del modelo y que corresponde a las exigencias históricas de la España del siglo XVII. El elemento del descubrimiento de una realidad bíblica ya está en Colón, cuando el Almirante afirma haber descubierto el Paraíso Terrenal. 2 Esta referencia bíblica adquiere una función pragmática de enseñanza moral y de superación del modelo europeo. El hecho que la península de Sinapia fue descubierta y bautizada por el Príncipe persiano Sinap establece una curiosa analogía con la Ciropedia de Jenofón. Esta obra se había difundido en las traducciones latinas hechas por Poggio Bracciolini en 1447 y por Francesco Filelfo, quien la tradujo para el Papa Paulo II. Ciro es el héroe de la novela histórica de Jenofón y, antes de morir, recomienda a sus hijos de cultivar la justicia, el amor y la paz. Además de esta fuente clásica, el modelo de Ciro apunta a una fuente bíblica, constituyendo así la síntesis del ideal humanístico cristiano. La fuente bíblica es el pasaje final del Segundo Libro de las Crónicas, 36, 15- 23, en que se relata la disolución del reino de Judea, el cautiverio babilonés y la restoración del templo de Salomón en Jerusalén por parte de Ciro, quien devuelve los ornamentos tomados por Nabucodonosor, permitiéndoles así a los cautivos judíos volver a Jerusalén para orar en el templo recién reconstruido. Es importante recordar que el templo de Jerusalén fundado por David y Salomón era el símbolo físico de la unidad de Israel, de un pueblo unido en la adoración del verdadero Dios, a pesar de estar físicamente esparcido por el mundo. Aquí es donde el motivo del éxodo de los persianos

Cro S.-sinapia, El Viejo Testamento y La Teocracia Crisitiana

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Cro analiza fuentes historicas y la calidad de las mismas.

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  • Sinapia, el Viejo Testamentoy la teocracia cristiana

    Stelio Cro, McMaster University

    La Sinapia, utopa hispnica de autor annimo de la segunda mitad delsiglo XVII, se inspira al modelo de la Utopa de Moro. Como tal, aspira auna doble funcin, crtica y pedaggica. An siendo ste el modelo msilustre, no es el nico. Podramos clasificar las fuentes de la Sinapia encuatro categoras: obras tericas, como la ya mencionada Utopa de TomsMoro, la Repblica de Platn, la Ciudad del Sol de Campanella y la NuevaAtlntida de Bacn; otra categora incluira obras pertenecientes alhumanismo cristiano, como la Teologa Platnica de Marsilio Ficino, losAdagios de Erasmo, el Dilogo de Mercurio y Carn de Alfonso de Valds,la traduccin de la Ciropedia de Jenofn, el Menosprecio de Corte y Alabanzade Aldea de Antonio de Guevara y los comentarios de Erasmo de las SagradasEscrituras; otra categora sera representada por las crnicas de viajes ydescubrimientos; y, finalmente, una cuarta categora debera incluir lasutopas empricas, como las misiones jesuticas del Paraguay.' Cada una deestas fuentes se relaciona con las otras para lograr esa doble funcin crtico-pedaggica heredada del modelo y que corresponde a las exigencias histricasde la Espaa del siglo XVII. El elemento del descubrimiento de una realidadbblica ya est en Coln, cuando el Almirante afirma haber descubierto elParaso Terrenal.2 Esta referencia bblica adquiere una funcin pragmticade enseanza moral y de superacin del modelo europeo. El hecho que lapennsula de Sinapia fue descubierta y bautizada por el Prncipe persianoSinap establece una curiosa analoga con la Ciropedia de Jenofn. Estaobra se haba difundido en las traducciones latinas hechas por PoggioBracciolini en 1447 y por Francesco Filelfo, quien la tradujo para el PapaPaulo II. Ciro es el hroe de la novela histrica de Jenofn y, antes demorir, recomienda a sus hijos de cultivar la justicia, el amor y la paz.Adems de esta fuente clsica, el modelo de Ciro apunta a una fuentebblica, constituyendo as la sntesis del ideal humanstico cristiano. Lafuente bblica es el pasaje final del Segundo Libro de las Crnicas, 36, 15-23, en que se relata la disolucin del reino de Judea, el cautiverio babilonsy la restoracin del templo de Salomn en Jerusaln por parte de Ciro,quien devuelve los ornamentos tomados por Nabucodonosor, permitindolesas a los cautivos judos volver a Jerusaln para orar en el templo recinreconstruido. Es importante recordar que el templo de Jerusaln fundadopor David y Salomn era el smbolo fsico de la unidad de Israel, de unpueblo unido en la adoracin del verdadero Dios, a pesar de estar fsicamenteesparcido por el mundo. Aqu es donde el motivo del xodo de los persianos

  • Sinapia, el Viejo Testamento y la teocracia cristiana 131a Sinapia y el de la reunificacin simblica en la utopa cristiana representaun paso ulterior en la tradicin del gnero utpico en relacin a los modelosclsicos y humansticos prevalentes en la utopa renacentista de Moro,Campanella y Bacn. Sinapia representa la etapa teocrtica, no solamentepoltica y moral. En esta ltima dimensin pudo influir el modelo de lasteocracias hispano-americanas de Vasco de Quiroga, Las Casas y, sobretodo, la teocracia jesutica guaran del Paraguay. Con respecto a esta ltima,en Sinapia se verifica una convergencia de motivos religiosos y polticos.De las reducciones jesuticas del Paraguay, una utopa emprica que quierelograr un ideal de cristianismo primitivo, Sinapia pudo tomar la lneaevanglica primordial de la ausencia de lo 'mo' y lo 'tuyo', interpretadacomo la etapa de la iglesia primitiva. Otras caractersticas exteriores, comola disposicin de las calles, de los edificios y plazas principales, de la iglesiacomo centro de la comunidad en las ciudades y del ttulo de 'Padres' paratodos los oficiales y ministros del gobierno y de la iglesia sinapienses, nossugieren otra posible fuente identificable con las reducciones jesuticas.Uno de los aspectos que ms importancia adquieren en este texto es elmotivo del alejamiento de Europa, representado por el xodo de los persianos.La condena de Espaa y de Europa son irrefutables, pues el pueblo escogidopara llevar la luz del evangelio no es europeo, sino medio-oriental. Estemotivo del xodo el autor lo pudo tomar del xodo de las reduccionesamenazadas por los Bandeirantes de los vecinos de San Pablo. En este sentido,el xodo de 1632 pudo ser el modelo del xodo del Prncipe Sinap. Estemotivo se ha vuelto de gran actualidad en el debate sobre el Eurocentrismode nuestros das dentro de la literatura y la cultura latino-americana.

    La composicin de la poblacin sinapiense, compuesta por Persianos,Chinos, Malayos y Peruanos, nos revela un modo de pensar muy avanzadopor parte del autor de Sinapia. Cuatro razas diferentes, una americana,otra medio oriental y dos del extremo oriente, hacen de Sinapia, adems deotros motivos geogrficos e histricos, un tema de estudio casi obligadopor parte de hispanistas, antroplogos y etnlogos que quieran entender elsentido de la historia odierna, abierta a solicitaciones de grupos minoritariosen un mundo demasiado pequeo para tolerar racismos o nacionalismosque ya han sembrado sangre y lutos en nuestra historia reciente.

    En los ltimos veinte aos se ha experimentado un crecimiento gradualen el gnero de la utopa hispnica. En compilaciones bibliogrficas recientessobre el tema, como las de Silvio Zavala y Hans-Otto Dill, se nota unincremento dramtico en las publicaciones sobre el tema desde fines de losaos setenta y principios de la dcada del ochenta.' Sin embargo, como amenudo acaece cuando se experimenta un crecimiento improviso, las nuevasdefiniciones del gnero utpico que se han propuesto se han confundidocon los anlisis de lectura del discurso y de la narracin utpicos, resultandoen una sistematizacin ms rica, pero menos clara. Por ejemplo, el ltimolibro de Carlos Fuentes sobre la materia, Valiente mundo nuevo: pica,utopa y mito en la novela hispanoamericana (1990), a pesar de su ttulo

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    prometedor, es en realidad un estudio sobre literatura argentina, ademsde Carpentier y de un comentario breve sobre Garca Mrquez.4 Referenciasgenerales de Fuentes sobre autores coloniales en los que se observa unimpulso utpico, no indican cmo esos impulsos influyeron las obras deficcin de los autores de Amrica Latina. Quizs ha llegado la hora dereconsiderar definiciones e influjos. En el primer estudio de este tipo, SilvioZavala haba identificado la utopa hispnica con la conversin de los Indios(1947).5 Tras el ejemplo de Zavala, Eric Wolf, en su Sons of the ShakingEarth (1959), define el utopismo de la Amrica Latina con el 'success ofthe Catholic utopia', la conversin de los nativos americanos a lacristiandad.6 En su Ultima Tule (1960) Alfonso Reyes dice que America seinvent como mito, que el descubrimiento del Nuevo Mundo no est lejosde los sueos de Ofir y Catay.7 Octavio Paz ha expresado una visin anlogaal afirmar que Amrica es un captulo de las utopas europeas (1966).RMas, sin una obra que probara que haba una utopa hispnica en la prosaurea y sin la conexin entre esta obra y Amrica, todos estos conceptos ydefiniciones no haban logrado superar su vaguedad e imprecisin. Estemanuscrito hoy existe, la Sinapia, y su conexin con Amrica ha sidoestablecida firmemente, durante un arco de tiempo de unos veinte aos,comenzando por los otros tres manuscritos del mismo autor annimo deSinapia, o sea, el Discurso de la educacin, las Anotaciones y los Libros quefaltan en la librera.9 De varias partes hoy se afirma la presencia de un'subtexto' utpico en la literatura contempornea de Amrica Latina, conalusiones vagas a los mitos pre-colombinos. Mi mtodo tiene en cuenta lanaturaleza interdisciplinar de este tipo de estudio.

    Este discurso utpico se ha vuelto un modelo literario, tpico del tercermundo, o pases en va de desarrollo, o que yo preferira llamar el NuevoMundo Odierno, altamente crtico del eurocentrismo y de la cultura post-industrial, con los niveles extremos de tolerancia de la pobreza, elcrecimiento descontrolado del consumismo, sin reparar a las consecuenciasdesastrosas para la ecologa. Como en Sinapia, hace tres siglos, el autorannimo desafi a Europa, al Viejo Mundo, presentando una alternativa,de la misma forma la literatura contempornea de Amrica latina y, tras suejemplo, los intelectuales del Nuevo Mundo Odierno, desafan al ViejoMundo Odierno para que cambien sus prioridades al fin de lograr unasociedad ms justa y pacfica.

    Entendemos por narracin utpica una obra literaria que puede contenerun plan poltico, mientras que por discurso utpico se entiende una obraque es en lo fundamental un plan poltico. El primer tipo puede darse enobras como las Metamorfosis de Ovidio, la Tempestad de Shakespeare, lasobras de ficcin de la literatura hispanoamericana como Los pasos perdidosde Carpentier, o Cien aos de soledad de Garca Mrquez. La diferenciaentre la narracin y el discurso utpicos es que este ltimo est organizadodentro de una estructura filosfica. Como tal, podemos subdividir el discursoutpico entre utopas tericas y utopas empricas. Ejemplos de las primeras

  • Sinapia, el Viejo Testamento y la teocracia cristiana 133son la Repblica de Platn, la Utopa de Moro, la Ciudad del Sol, deCampanella, la Nueva Atlntida de Bacn, la annima Sinapia y otras.Ejemplos de utopas empricas son los experimentos de Fourier con losThalanstres', y, para la Amrica hispana, los establecimientos de la 'VeraPaz' fundados por Las Casas en Guatemala, los Hospitales-Pueblos1 deQuiroga en Michoacn (Mxico), las misiones franciscanas en la NuevaEspaa (Mxico) y las Reducciones jesuticas en el Paraguay, que podramosdefinir la Hepblica Jesutica Guaran. 'Una distincin ulterior dentro dela utopa emprica es la que se observa entre la utopa experimental y lautopa tecnocrtica. Un ejemplo de la utopa experimental son lasReducciones Jesuticas del Paraguay. Ejemplos de utopa tecnocrtica sonlos proyectos urbansticos de ciudades ideales de Leonardo da Vinci, Filaretey Patrizi, las 'Sociedades Econmicas de Amigos del Pas' en Espaa, en lasegunda mitad del siglo dieciocho.

    Pero, no obstante su clasificacin como utopa terica,la Sinapia incorporaelementos comunes con las utopas empricas. Fundamentales entre loselementos de reforma poltica y moral, son los que provienen del ViejoTestamento: la analoga entre Ciro y Sinap y el tema del xodo. Ambos,por otra parte, se justifican a la luz de la experiencia de las reduccionesjesuticas del Paraguay, que exhiben acontecimientos dignos de un dramapico, como el xodo de 1632 guiado por Antonio Ruiz de Montoya, y latradicin, por otra parte apcrifa, de un Prncipe Nicols I.

    Para lograr sus objetivos sociales, la utopa depende del sistema educativo,con la reinsercin de las leyes y de los libros y, consecuentemente, demagistrados y maestros, es decir, de todos aquellos elementos que la edadde oro haba eliminado en su bsqueda del buen salvaje. De manera que enla utopa hispanoamericana se dara una estructura compleja y, de ciertamanera, contradictoria: un modelo evoca una edad dorada en el estadonatural, sin libros ni leyes (Pedro Mrtir, Montaigne); otro quiere estableceruna edad dorada de origen bblico, con los mismos instrumentos, los librosy las leyes, descartados por el primero. A esta estructura compleja he dadoel nombre de 'ispolis utpica'. Tomando esta terminologa de mi estudioThe American Foundations of the Hispanic Utopia (1994), utilizo estaterminologa adaptada de la meteorologa.10 Entendemos isoterma comouna lnea en un mapa o carta de navegar que pone en conexin variospuntos en el mapa con temperatura igual. Viceversa, isbara es una lneatrazada sobre el mapa que conecta los puntos con la misma presinbaromtrica, reducida al nivel del mar. Por 'ispolis' me refiero a la entidadpoltica para la cual el utopista concibe sus reformas, sea que stas seanpuramente tericas, como la Repblica de Platn, o empricas, como en lasReducciones Jesuticas del Paraguay. De manera que la ispolis puede serun estado individual, como Atenas en tiempos de Scrates, o el mundo en\aMonarchia de Dante. De todos modos, la ispolis es radicalmente diferentedel plan utpico concebido por el utopista que quiere oponerse al procesode decadencia y corrupcin de la ispolis con una reforma radical, del tipo

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    que no se puede obtener por medios ordinarios. En suma, la ispolis,por su naturaleza, debido a su estado de decadencia y corrupcin, siemprerequiere la accin de la utopa, de manera que, en ese contexto, ispolisy utopia son como las dos caras de la misma moneda. Las dos coexisten,como la edad dorada del indio americano, soada por un cronista comoGarcilaso de la Vega, el Inca, o un autor de ficcin como Cortzar,coexiste con la necesidad de modificar el estado de natura para mejorarlas condiciones sociales del conjunto de la poblacin, que es lo que losproceres como Bolvar y Sarmiento queran. Por utopa se entiende unsistema de ideas o una organizacin poltico-social que quiere claramentemejorar las condiciones de vida material y espiritual de la ispolis. Demanera que la utopia es un proceso dinmico de cambio poltico que, enciertas instancias histricas, puede llegar a la revolucin, mientras que laispolis es lo opuesto, un organismo poltico solidificado en el que elimpulso utpico para las reformas es una dimensin innatural que sepercibe como subversin. La ispolis utpica, una 'rara avis', es unorganismo poltico en el que el impulso a las reformas se percibe comouna cualidad natural y saludable. Las reducciones jesuticas del Paraguayofrecen un modelo que respondera a esta definicin de una ispolisutpica.

    Como la utopa, la ispolis tambin tiene dos dimensiones: una empricay otra literaria. En este caso la palabra representa tambin ese gneroparaliterario e hbrido que era corriente en Europa, especialmente enFrancia, bajo la monarqua absolutista del siglo dieciocho. La ispolis asdescripta sigue una ideologa preponderante y subsiste con el apoyo y lasimpata del poder poltico central. En el siglo dieciocho haba una solaispolis, la monarqua absolutista, contra la que las reformas utpicas seresuelven en la Revolucin Francesa de 1789 que destruy para siempre elestado absolutista. No haba utopa, de forma estricta, sino solamente laispolis que he definido la 'utopa tecnocrtica', en mi trabajo 'Lasreducciones jesuticas en la encrucijada de dos utopas' y en 'Empirical andTechnocratic Utopia in Paraguay', con una excepcin importante: la'Repblica Guaran' del Paraguay, fundada por los misioneros jesutas.1'En cambio, lo que haba en Europa, especialmente en Francia, era un sistemahomogneo de ideas y valores que se unieron para propalar el mito delbuen salvaje, que marca al mismo tiempo el punto de inters ms vivo de laintelectualidad europea por Amrica. Reconstruyendo ese mito desde unpunto de vista eurocntrico, la intelectualidad voltairiana se opuso y neglos logros autnticos de los misioneros jesuita del Paraguay. Fue el primercaso de accin poltica dictada por la hegemona cultural de Europa, y quetuvo como consecuencia la destruccin de la sociedad ms avanzada de lapoca en el Nuevo Mundo.

    Estas fueron las consecuencias del eurocentrismo que el annimo autorde Sinapia haba denunciado. Los ejemplos tericos y prcticos que desdeel Paraguay llegaban a la atencin del annimo pueden brevemente resumirse:

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    1. Persecucin por parte de los 'Bandeirantes' de Sao Paulo, quienesesclavizan decenas de miles de guaran, raptndolos de las reduccionesy vendindolos como esclavos en los mercados de Sao Paulo, Santos yRio de Janeiro. Estas luchas entre los guaran cristianizados de lasReducciones Jesuticas y los 'Bandeirantes' portugueses se asimilan alas luchas descriptas en el Viejo Testamento entre el pueblo israel ylos Filisteos.

    2. En 1632 Montoya gua miles de refugiados que abandonan la reginde Guaira y se establece en el territorio que es el actual Misiones enla Argentina. La persecucin, el cautiverio y el xodo se asimilan acasos similares de la historia del antiguo testamento, con el xodo delpueblo judo guiado por Moiss y la huida del cautiverio de Egipto.12

    3. Las Reducciones se perciben en Voltaire como alternativa subversivaal eurocentrismo colonial en Amrica."

    4. Eplogo: expulsin de los Jesuitas y destruccin de la Santa RepblicaGuaran, modelo emprico de Sinapia.

    5. La nueva iglesia guaran adopt una postura prctica, ms litrgica ymenos metafsica, ms disciplinada y menos mstica. Esto correspondea lo que los antroplogos y los etngrafos han estado afirmando sobrela religin incaica, sobre su aspecto ritual y prctico.14

    6. Otro aspecto del influjo recproco entre la cultura incaica y Sinapiase puede observar en el sistema decurial de la administracin incaica,as como lo describe en sus Comentarios Reales Garcilaso de la Vega,el Inca. De acuerdo a este autor la poblacin del Tawantinsuyu sedivida en decenas, centenares y millares, bajo la vigilancia de losoficiales del estado, quienes preparaban su relacin sobre la buena omala conducta de los ciudadanos para los premios y castigos. Losmismos oficiales tambin administraban las provisiones anuales dealimentos y ropas.15 Finalmente el ayllu se considera por losantroplogos modernos un grupo de familias relacionadas por lazosde parentazgo reforzado por un tronco ancestral comn y por prcticasreligiosas y litrgicas comunes, relacionadas con objetos naturales obuaca y sellado por una propiedad comn de una parcela de tierra(Osborne, p.93). Todos estos aspectos se observan en la prctica y laadministracin de las Reducciones jesuticas y en el texto de Sinapia.

    No hay tiempo en esta ponencia para enumerar todas las correspondencias.Los ejemplos citados deberan bastar para darnos una idea del influjo delViejo Testamento y del tipo de organizacin poltica que he definido comouna teocracia cristiana, condicionada por la experiencia de las misionesfranciscana y, sobre todo, jesuticas. La actualidad de los problemas y de lassoluciones debatidas en Sinapia se reflejan en la literatura contemporneade Hispanoamrica y del Nuevo Mundo Odierno, o sea de los pases en vade desarrollo.

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    NOTAS1 Agustn Redondo, Antonio de Guevara (1480?-1545): l'Espagne de son

    temps (Paris: Dros, 1976), pp.662, 692)2 Vase Cristbal Coln, Textos y documentos completos, Prlogo y notas de

    Consuelo Vrela (Madrid: Alianza, 1984), p. 132.3 Vanse Silvio Zavala, 'Noticias de literatura utpica en Espaa e

    Hispanoamrica', Thesaurus: Boletn del Instituto Caro y Cuervo, 42(1987), 362-69 y Hans-Otto Dill, 'Lateinamerikanische Utopien', WeimarerBeitrage, 36 (1990:12), 1878-93.

    4 Carlos Fuentes, Valiente Mundo Nuevo: pica, utopa y mito en la novela

    hispanoamericana (Madrid: Mondadori, 1990).5 Silvio Zavala, 'The American Utopia of the Sixteenth Century', The

    Huntington Library Quarterly, 4 (August 1947), 337-47.6 Eric Wolf, Sons ofthe Shaking Earth (Chicago: University of Chicago Press,

    1959).7 Alfonso Reyes, Ultima Tule, en Obras Completas, 25 vols (Mxico: Fondo

    de Cultura econmica, 1960), XI, 9-153.8 Octavio Paz, Literatura de Fundacin: Puertas al Campo (Mxico:

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1966).9 Vanse Stelio Cro (ed.), Descripcin de la Sinapia, pennsula en la tierra

    austral: A Classical Utopia of Spain (Hamilton, Ontario: McMasterUniversity Press, 1975), que incluye una edicin del Discurso de la educacincomo apndice; y Cro, A forerunner of the Enlightenment in Spain(Hamilton, Ontario: McMaster University Press, 1976).

    10 Stelio Cro, The American Foundations of the Hispanic Utopia, 2 vols

    (Tallahassee: The DeSoto Press, 1994).11

    Stelio Cro, 'Las reducciones jesuticas en la encrucijada de dos utopas', enPedro Alvarez de Miranda y Jean-Pierre Etienvre (eds.) Las utopas en elmundo hispnico (Madrid: Casa de Velzquez- Editorial de la UniversidadComplutense, 1990), pp.41-56, y 'Empirical and Technocratic Utopia inParaguay', Dieciocho, 15 (1992), Ns. 1-2, 171-82.

    12 Vase Antonio Ruiz de Montoya, S.I., Conquista Espiritual hecha por los

    religiosos de la Compaa de jess, en las Prouincias del Paraguay, Paran,Uruguay y Tape. Con priuilegio. En Madrid. En la imprenta del Reyno, Ao1639.

    " Voltaire, Essai sur les moeurs, editado por R. Pomeau, 2 vols (Paris: Garnier,1878), vol. XII, pp.387-93.

    14 Vase Harold Osborne, Indians of the Andes (London: Routeledge and

    Kegan, Paul, 1952), p.143.15

    Garcilaso de la Vega, el Inca, Comentarios Reales de los Incas, edicin yestudio preliminar del P. Carmelo Saenz de Santa Mara, S.I., Bilioteca deAutores Espaoles, 132-35 (Madrid: Atlas, 1963), Libro Quinto, 133,150-53.

    CampoTexto: AIH. Actas XII (1995). Actas XII. AIH. Sinapia, el Viejo Testamento y la teocracia cristiana. STELIO CRO.