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Angel Ruíz lúñiga CONSIDERACIONES HISTORICO-FILOSOFICAS SOBRE LA TECNOLOGIA Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXIV (59), 25-52, 1986 Summary: We begin a criticism of modem technology by trying to clarify its nature and causes. Based on the most recent view of Mum- ford, a theoretical and methodological position is suggested conceming the relationship among techniques, production, politics and culture in human evolution. We emphasize the role of po- litical and cultural factors in historical change, analyzing; in particular, the dual polttical-human dimension of technology and the ethical sense of a commitment to a humanist and naturalist transformation of science and technology, Resumen: Se incide en la critica de la tecnolo- gía moderna buscando esclarecer la naturaleza y los determinantes de la misma. A partir de la vi- sión más reciente de Mumford se sugiere una po- sición teórico-metodológica sobre la relación entre técnicas, producción, política y cultura en la evolución humana. Se enfatiza el papel de los factores políticos y culturales en el devenir his- tórico; especialmente se analiza la dimensión dual política-humana de la tecnología y el senti- do ético de un compromiso con una transforma- ción humanista y naturalista de la ciencia y la tec- notogia. La crítica antitecnológica se desató después de la Segunda Guerra Mundial. Ya en 1954 Jac- ques Ellul publicaba La technique (La sociedad tecnológica, publicada en los Estados Unidos diez años después). Años después Lewis Murnford sacabasu Myth of the Machine (1967 y 1970) Y el biólogo René Dubos So Human an Animal en 1968. Para EUul la "technique" se había con- vertido en una figura independiente del hombre que le sometía a sus designios.Para Dubos el hom- bre no estaba equipado para vivir en un mundo tecnológico. En 1970 Charles Reich en Greening of America enfatizaba la nueva contracultura y Theodore Roszak en The Makings of a Counter Culture o en Where the Wasteland Ends (1972) introducía además cierto "espiritualismo" en la visión antitecnológica. También Herbert Marcuse apuntaba contra la sociedad tecnológica en El Hombre Unidimensional (1). Para otra serie de intelectuales la tecnología moderna es la principal fuente de los problemas de desequilibrio ambiental. En ese sentido se ha manifestado Cornmoner en The Closing Circle o, aunque relativizando el papel de la tecnología e introduciendo otros factores, John Holden y Paul Ehrlich en (por ejemplo) Science and Public Affairs. EUul y Marcuse retornan la noción de aliena- ción (de Marx) que genera en el hombre impoten- cia, carencia de sentido, aislamiento, auto enajena- ción (2), pero además se introduce la alienación del consumo. Ambos se refieren a un fenómeno real. Los hombres no controlan en general ni su trabajo, ni los productos del mismo, ni siquiera las relaciones de trabajo con otros hombres. Todo esto sucede en efecto en una sociedad mundial en la que la tecnología es parte esencial integrada en un orden que genera alienación. Esto sin duda obliga teóricamente a revisar la función social y la naturaleza de la tecnología. Tal vez la reflexión crítica sobre la tecnología se podría remontar a Samuel Butler con su Erewhon: La crítica anti-tecnológica a pesar (en algunos casos) de ciertos aspectos negativos y reaccionarios frente al decurso científico-tecnoló- gico, expresa la preocupación válida por el desarro- llo de instituciones humanas que ha generado tre-

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Angel Ruíz lúñiga

CONSIDERACIONES HISTORICO-FILOSOFICAS SOBRE LA TECNOLOGIA

Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXIV (59), 25-52, 1986

Summary: We begin a criticism of modemtechnology by trying to clarify its nature andcauses. Based on the most recent view of Mum-ford, a theoretical and methodological positionis suggested conceming the relationship amongtechniques, production, politics and culture inhuman evolution. We emphasize the role of po-litical and cultural factors in historical change,analyzing; in particular, the dual polttical-humandimension of technology and the ethical senseof a commitment to a humanist and naturalisttransformation of science and technology,

Resumen:Se incide en la critica de la tecnolo-gía moderna buscando esclarecer la naturaleza ylos determinantes de la misma. A partir de la vi-sión más reciente de Mumford se sugiere una po-sición teórico-metodológica sobre la relaciónentre técnicas, producción, política y cultura enla evolución humana. Se enfatiza el papel de losfactores políticos y culturales en el devenir his-tórico; especialmente se analiza la dimensióndual política-humana de la tecnología y el senti-do ético de un compromiso con una transforma-ción humanista y naturalista de la ciencia y la tec-notogia.

La crítica antitecnológica se desató despuésde la Segunda Guerra Mundial. Ya en 1954 Jac-ques Ellul publicaba La technique (La sociedadtecnológica, publicada en los Estados Unidos diezaños después). Años después Lewis Murnfordsacaba su Myth of the Machine (1967 y 1970)Y el biólogo René Dubos So Human an Animalen 1968. Para EUul la "technique" se había con-vertido en una figura independiente del hombreque le sometía a sus designios.Para Dubos el hom-

bre no estaba equipado para vivir en un mundotecnológico. En 1970 Charles Reich en Greeningof America enfatizaba la nueva contracultura yTheodore Roszak en The Makings of a CounterCulture o en Where the Wasteland Ends (1972)introducía además cierto "espiritualismo" en lavisión antitecnológica. También Herbert Marcuseapuntaba contra la sociedad tecnológica en ElHombre Unidimensional (1).

Para otra serie de intelectuales la tecnologíamoderna es la principal fuente de los problemasde desequilibrio ambiental. En ese sentido se hamanifestado Cornmoner en The Closing Circle o,aunque relativizando el papel de la tecnologíae introduciendo otros factores, John Holden yPaul Ehrlich en (por ejemplo) Science and PublicAffairs.

EUul y Marcuse retornan la noción de aliena-ción (de Marx) que genera en el hombre impoten-cia, carencia de sentido, aislamiento, auto enajena-ción (2), pero además se introduce la alienacióndel consumo. Ambos se refieren a un fenómenoreal. Los hombres no controlan en general ni sutrabajo, ni los productos del mismo, ni siquieralas relaciones de trabajo con otros hombres. Todoesto sucede en efecto en una sociedad mundial enla que la tecnología es parte esencial integrada enun orden que genera alienación. Esto sin dudaobliga teóricamente a revisar la función social yla naturaleza de la tecnología.

Tal vez la reflexión crítica sobre la tecnologíase podría remontar a Samuel Butler con suErewhon: La crítica anti-tecnológica a pesar (enalgunos casos) de ciertos aspectos negativos yreaccionarios frente al decurso científico-tecnoló-gico, expresa la preocupación válida por el desarro-llo de instituciones humanas que ha generado tre-

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to biocentrismo en las tempranas fases de la evo-lución humana. Entonces

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mendas amenazas para la supervivencia de la es-pecie y de la vida en el planeta, aparte de la ínsa-tísfaccíón que supone la a ienación. Los r. 'gumen-tos usados en algunos casos son débiles, y las con-clusíones a veces conducen a un misticismo irra-cional y a una nostalgia decadente por los viejostiempos. Sin embargo, la magnitud del objeto alque se refieren introduce el tema en las principa-les disquisitiones sobre el futuro de la historia, dela vida y del hombre. La incidencia reflexiva sobrela naturaleza de su ser no deja de involucrarse conjusteza en todo esto. La problemática no es, sinembargo, ñlosofía especulativa simplemente: lasopciones éticas y políticas (entonces prácticas) in-tervienen de una u otra manera.

La crítica de Mumford en su artículo Technicsand the nature of man es profunda y plantea unasugestiva interpretación de la naturaleza del hom-bre y de su evolución. Para éste estamos en unaetapa en la que se ha pasado de la invención o usode herramientas (en busca del dominio de la natu-raleza), a una etapa en la que el hombre se ha se-parado de su habitat orgánico (3). Se trata de unsalto cualitativo. Advierte que el hombre se vaconvirtiendo en un animal pasivo, ligado al servi-cio de máquinas, limitado y controlado "para elbeneficio de organizaciones colectivas desperso-nalizadas" (4).

La conclusión incide de nuevo en la alienación.Para él se ha exagerado el papel jugado por las

herramientas del hombre en su evolución e histo-ria (i. e. en su naturaleza). Al hombre se le defi-ne como aquél que hace y usa instrumentos; se leeentonces (tendenciosamente) en la historia esadeterminación, incluso añadiríamos se divide lamisma a partir del uso de tal o cual técnica o ma-terial.Según Mumford:

"No había nada exclusivamente humano en la tec-nología temprana hasta que fue modificada porsímbolos Iingüísticos, organización social y un de-signio estético" (5).

La "herramienta" central del hombre era en-tonces su propio cuerpo activado mentalmente,usada para todo tipo de propósitos. Lo que seestablece aquí como criterio metodológico es cíer-

"Las técnicas de instrumentos y muestras técnicas delas que se derivarán las máquinas son simplementefragmentos especializados de una biotécnica: y porbiotécnica uno quiere decir el equipo total del hornobre para la vida" (6).

Para sintetizar su visión señala:

"Opuesto al estereotipo de la dominancia de las he-rramientas, la presente visión sostiene que el hombrees preeminentemente un animal que usa la mente,confecciona símbolos y se autocontrola, y el lugarprimario de todas sus actividades descansa en su pro-pio organismo" (7).

La visión de Mumford pone de manifiesto elpapel activo de las acciones vinculadas .a la cultu-ra y a la organízacíón social en el decurso humano.Esto es central en la comprensión de la naturalezadel hombre y plantea una crítica profunda a losdeterminismos tecnológicos o económicos. Para elmarxismo, por ejemplo, la base económica deter-mina al resto de la sociedad; más aún los medios deproducción (las fuerzas productivas) se desarrollany entonces provocan conflicto en la esfera de lasrelaciones de producción. En este sentido, un teó-rico soviético (A. Zvorikine) repitiendo las viejasverdades aprendidas establecía hace unos años:

"En ciertos estados de desarrollo social, la tecnología,como un elemento de las fuerzas productivas, entraen contradicción con las condiciones sociales de sudesarrollo, que conduce a cambios en las relacionesde producción y a cambios en la misma tecnología"(8).

La tecnología es entonces determinista (es una"esfera independiente de fenómenos") (9).

El conflicto con el marxismo es claro. La visiónde Mumford conduce a enfatizar como determí-nantes elementos no económicos en el proceso dela evolución humana: si se quiere culturales (nomateriales). Para el marxismo no sólo la econo-mía es la determinante sino que en ella los mediosde producción, en particular el tipo de técnicas ylas herramientas usadas. Para Engels el trabajo (seentiende productivo) es lo decisivo en la "transfor-mación del mono en hombre"; las actividades noproductivas son secundarias. Sin duda la visiónmarxista es reduccionista y aportaría un solo ele-mento en el decurso evolutivo y social. Munfordapunta a lo que en efecto es decisivo en la natura-

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leza del desarrollo de los hombres: su dimensiónsocialy cultural. Con una relativización rnetodo-lógicade lo económico y de las técnicas es posiblecomprender mejor, por ejemplo, el papel de lapolítica y la cultura en la.historia.

Munford establece que el hombre en algúnmomento posee una "energía sobrante" que lepermite dedicarse a cosas como las formas sim-bólicas(lO) y que su necesidad principal era "brin-dar orden y significado en cada parte de su vida"(I 1) más allá de la "lucha por la existencia" (12).Esto debe comentarse con cuidado. Sin duda lasactividades simbólicas (como el lenguaje), el con-trol de su organización psíco-social, fueron muyimportantes en la evolución humana, pero la sa-tisfacción de las necesidades materiales estabanprofundamente integradas en toda la realidad hu-mana. Pero, no es posible separar en cajones, estan-cos técnicasy lucha por la existencia por un lado,y por otro acciones simbólicas y control psico-so-cia/. Es volver a caer en otro detenninismo unilate-ral. Como señala V. Ferkiss en Tecnological man:tnemyth and reality:

"Herramientas, caza, fuego, la compleja vida social, elhabla, el camino y el cerebro humano evolucionaronjuntos para producir el hombre antiguo del genehorno hace cerca de medio millón de años" (l3).

Una respuesta metodológica debe buscarse en latotalidad. En la satisfacción de sus necesidadesmateriales el hombre abordó la construcción derecursos sociales; la organización de I?s hombrescon propósitos comunes fue lo decisivo en la evo-lución de su naturaleza (ésta incluía desde ele-mentos políticos, simbólicos, vivencias religiosas,hasta técnicas y herramientas). Las técnicas enefecto son más bien un resultado de la misma or-ganización social; pero a la vez condicionante encierta medida de la misma. De hecho, gran partede los resultados tecnológicos de la humanidad nohan sido ni máquinas ni herramientas, sino formasde organización social. Podemos establecer que lastécnicas fueron entonces, en general, producto dela organización social humana frente a necesidadesconcretas. Que en el devenir de esa organizaciónlos factores políticos y culturales fueron determí-nantes en el desarrollo social y en la evolucióndel hombre, así como probablemente en el dise-ño mismo de las técnicas y los medios de produc-ción. Esta visión no excluye, sin embargo, el papeljugado por la organización productiva, es decir, pa-

ra la satisfacción de las necesidades materiales bá-sicas. Nuestra visión apunta a una integración to-talizante en todos estos factores pero en dondela política y la cultura (t-e: las "super estructuras")son determinantes históricamente. Sin duda re-presenta un "volver patas para arriba a Marx"(una venganza hegeliana?'.

Cuando Mumford establece el carácter relativode las técnicas en la naturaleza del hombre, y, apartir de eso, orienta su crítica contra la tecnolo-gía en la civilización.

Mumford se refiere a una "Megamáquina" coer-citiva e inhumana (aunque formada por hombres),construida desde los albores de la civilización (ha-ce 5.000 años), y, reproducida y expandida porla sociedad moderna. En nuestra sociedad existeun compromiso con esa "megamáquina" y él mis-mo "es ahora visto como el propósito fundamentalde la existencia humana" (14). El crecimiento deésta -según él- es condición para el avance dela ciencia y la técnica. Concluye así:

"c..mucho conocimiento abstracto sofisticado, aisladodel sentimiento, de la evaluación moral, de la experien-cia histórica, de la acción responsable, con propósito,puede producir un desbalance serio en ambos, la per-sonalidad y la comunidad. Los organismos, las socieda-des, las personas humanas son nada menos que delica-dos mecanismos para regular energía y ponerla al ser-vicio de la vida" (lS).

Es necesario comentar que esta noción de "me-gamáquina" es muy abstracta. No me parece ade-cuado meter en un solo paquete por la vía de unconcepto a situaciones históricas tan diferentestomo las que integra Mumford: desde civilizacio-nes de la Edad de Bronce, griegos, hasta la socie-dad moderna. El análisis concreto de la situaciónhistórica concreta sería el más indicado. Por otraparte la conclusión sobre el conocimiento abstrac-to merece un comentario que abordaremos des-pués de incidir en algunas ideas de Roszak.

Para Roszak el problema es diferente. La natu-raleza de la ciencia y la tecnología moderna, haneliminado una forma de conocimiento más viejay larga de la que éstas parten. Esta derivaciónhacia lo nuevo ha sido empobrecedora y psíquica-mente defonnante. Ha reducido las potencialida-des humanas (16). El llama gnosis a ese tipo deconocimiento anterior. Las ciencias y la tecnolo-gía moderna basadas en la cuantificación destruye-ron según él, la verdadera dimensión de la concien-cia, la "intuición visionaria". Entonces concluye

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que el "monstruo" que existe hoyes "el hijo delconocimiento sin gnosis, de poder sin inteligenciaespiritual " (I7). Con la cuantificación matemáti-ca de Galileoy Descartes.

"Valor, calidad, alma, espíritu, comunión animista,fueron rudamente cortados del pensamiento cientí-fico como exceso de grasa. Lo que quedó fue elmundo-máquina, liso, muerto y extraño" (18).

Tanto la problemática que señala Roszak conla ciencia sin gnosis como la conclusión de Mum-ford sobre el conocimiento abstracto, son en símismos abstractos. Ambos revelan la existenciade dificultades en la ciencia, la tecnología mo-derna, pero no buscan metodológicamente inte-grar en la comprensión de ellas una referencia ala organización social concreta que les dio origen.Por otra parte, en la conclusión de Mumford apa-rece cierta oposición entre conocimíento abstrac-to y vida que me resulta inconveniente, puestoque de nuevo se desvanece el puente que los une,a saber la totalidad social humana.

Sin evaluación moral o la acción responsable,la ciencia y la tecnología se vuelven no sólo con-tra la satisfacción de las potencialidades humanassino contra la vida misma. Tanto Munford comoRoszak se refieren a ello. La historia del hombreha visto con pesar el uso de las técnicas y las má-quinas para la destrucción del hombre. Las fuer-zas destructivas hoy acumuladas podrían destruirtoda la vida en el planeta en poco tiempo; y siesto no llega a suceder el desequilibrio ecológicoexistente es suficiente para otra forma de autodes-trucción de la especie (más lenta) en otro plazo.Sin duda en la sociedad moderna vivimos con elespectro cotidiano de la destrucción; aunque nosólo como posibilidad totalizante sino como rea-lidad concreta en muchas partes del mundo.

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Al igual que en los estadios tempranos de lagénesis humana la técnica se entendía en unainterrelación integrada con la totalidad social,así debe entenderse en nuestros días. La natura-leza de la tecnología (al igual que la ciencia) secomprende especialmente en su función social.La tecnología no se puede asimilar a la suma delas herramientas y máquinas, incluye muy espe-cialmente un conjunto de relaciones sociales: setrata de una institución social (19). Por 10 tan-

to se encuentra en relación significativa con laestructura política de la sociedad. Sin negar unsalto cualitativo en el desarrollo de la tecnolo-gía en el Occidente post medieval, y otro en losúltimos 30 años, no es posible concluir como mu-chos antitecnologistas un carácter autónomo dela tecnología moderna con relación a los hombres.Esta sigue estando en una relación mutuamentecondicionante con el resto del espectro social. Sila tecnología moderna genera destrucción, explo-tación, alienación, y desequilibrio con la naturale-za, es porque ha sido estructurada y usada provo-cando esas consecuencias por los grupos y clasesdominantes en nuestras sociedades. La tecnologíano es una realidad políticamente neutra (al margende los bloques de podet.político-ideológico-econó-micos) que en sí misma provoca el bien o el mal,la pasividad, la enajenación, o la angustia existen-cial. Aunque ocupando un papel central en la con-figuración de la sociedad moderna, la tecnología esun elemento secundario y dependiente frente a latotalidad social (lo cual no quiere decir que nopueda ocupar un papel determinante en ciertosmomentos: cualquier destrucción total por arte-factos nucleares sería "bastante" determinante;pero su decurso concreto dependerá siempre dela organización social y de los hombres). Al ele-var la tecnología a una categoría autónoma (bue-na o mala) se introducen condiciones para eximirde responsabilidades éticas a los hombres y los gru-pos sociales tanto en lo que existe como en lo queexistirá. Si no existen evaluación moral, acción ypropósito responsables, valores, etc., en ciencia ytecnología, es porque lo que impera en el ordensocial son otros criterios vinculados a los interesespolíticos, económicos y militares.

En otro orden de cosas: es posible rastrear al-gunas dificultades del tipo de conocimiento querepresenta la ciencia si se analizan sus determinan-tes sociales. La estructura del conocimiento occi-dental moderno ha sido a vecesmuy unilateral.Sinduda la cuantificación en el conocimiento cíentíñ-co (a la que se refiere Roszak) tuvo serias conse-cuencias epistemológicas en la configuración delconocimiento. Un "momento" cuantitativo arran-có con Galileo y concuerdo en que otros elemen-tos (cualitativos, éticos, etc.) fueron dejados delado. Aunque no comparto el espiritualismo deRoszak, creo que el conocimiento científico enciertos campos necesita ahora un nuevo salto ha-cia adelante que replantee el papel de lo cualita-

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tivo y de los valores (opino, sin embargo, que elmomento cuantitativo de la ciencia fue absoluta-mente progresivo y cualquier nuevo "momento"debe integrarlo en una superior síntesis). Ahorabien, en la estructuración epistemológica de laciencia moderna sin duda ha intervenido comofactor la totalidad y estructura sociales (aunquepesan aquí mucho más factores psíco-biológícos).Ya sea en relación a lo anterior o a lo que Mum-ford se refería, es necesario metodológicamentereferimos a la determinación de la totalidad so-cial.

La tecnología moderna posee una dimensiónpolítica no sólo porque ésta sea usada por grupossociales determinados, sino porque ha sido creaday estructurada por las necesidades político-econó-micas de grupos y clases sociales (y muchas vecessólo políticas). Las innovaciones tecnológicas mu-chasveces han sido introducidas en respuesta a unasituación política práctica. Esto quiere decir, porejemplo, que los bloques del poder en los paísescapitalistas como en los comunistas determinanen gran medida el uso y estructuración de la cien-cia y la tecnología; aunque en relación con la tec-nología de los países comunistas debe relatívizar-se en tanto bastante de ella es copiada de Occiden-te. La misma constitución histórica de la fábricano puede excluir decisivos elementos de organiza-ción social y política, aparte de los económicos.Nuevamente aquí repetimos la idea metodológicade que los resultados técnicos o unidades producti-vas encuentran una mejor comprensión en la de-terminación social total (política, ideológica, re-ligiosa, etc.). Así, entonces, la naturaleza de laTecnología moderna (entendida históricamente)no es políticamente neutral.

Como señala Dickson en su Tecnología Alter-nativa existe en tomo a todo esto una "ideologíade la industrialización" que "postula una relaciónde equivalencia entre los conceptos de industriali-zación, modernización y desarrollo social y tec-nológico" (20). En este mito se ve a la innovacióntecnológica como una respuesta "objetiva y natu-ral" a determinadas situaciones. Existe un discur-sojustificado acerca de la objetividad, neutralidad,e imparcialidad de la ciencia y la tecnología, quese atrastra desde el positivismo del siglo pasado.Un discurso cuya función social es el ocultamientoideológico de la dimensión política de la ciencia yespecialmente la tecnología.

Que la ciencia y la tecnología posean una di-mensión política no significa que no exista un ni-

vel de "autonomía", "libertad", o incluso una"legalidad" (conjunto de reglas) interna. Los pro-blemas que se abordan a través de la tecnologíano dejan de ser problemas concretos que trascien-den las fronteras de la división en grupos o clases(a pesar de los condicionarnientos recíprocos). Unavez planteados e independientemente de su origense pueden obtener resultados de una dimensión hu-mana. La tecnología moderna no es sólo la "tecno-logía de la burguesía", "tecnología clasista"; poseetambién una dimensión universal que permite pro-porcionar utilidad o satisfacción por encima de lasdivisiones e intereses de clases sociales. Podemosreferimos a una doble dimensión sintética al igualque sucede con tantas otras instituciones socialesen el mundo. El estado, por ejemplo, posee un ca-rácter doble. Es a la vez que un instrumento delbloque social dominante (carácter clasista) un ins-trumento que debe satisfacer las necesidades deltodo social. Intereses sectoriales e intereses globa-les de la sociedad son satisfechos por el mismo Es-tado. Cuando los intereses sectoriales generan undesequilibrio en el funcionamiento estatal se abrenlas condiciones para una crisis que pueda transfor-mar la estructura del bloque social de poder. Exis-te un condicionamiento recíproco (cuyo rostroconcreto puede precisarse históricamente) entre ladeterminación de los intereses de bloque o clasessociales y la determinación de los intereses de laglobalidad social. Existe una relación dialéctica en-tre sociedad y clase, y entre humanidad y clase (v.g. el automóvil motivado por intereses de un gruposocial llega a satisfacer necesidades generales delos hombres). La dimensión política y la dimen-sión humana se estructuran, además, de una formadiferente en la ciencia que en la tecnología. La"libertad" de la práctica científica y su "universode discurso" autónomo son tal vez mayores. Peroel mismo análisis se aplica a ambos y además esimportante metodológicamente efectuar su análisisconsiderando de una manera conjunta ciencia ytecnología (21). Cuando se conecta en el análisisla ciencia y la tecnología aparecen muchas interre-laciones que esclarecen sobre la naturaleza de laciencia y la tecnología, y desaparecen tambiénmuchos de los mitos del racionalismo y del positi-vismo acerca de la ciencia. Ahora bien, esta cone-xión debe entenderse en términos de interpretar ala tecnología simplemente como ciencia aplicada;colocando a la ciencia como la referencia para ex-plicar la tecnología (para distinguir las tecnolo-gías). Esto es muy común. Mario Bunge, por ejem-

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30 CONSIDERACIONES HISTORICO-FILOSOFICAS SOBRE LA TECNOLOGIA

plo, en su conferencia "La riqueza filosófica de latecnologia" en un Simposio en 1976 de la Philo-sophy of Science Association de EU, describe elespectro tecnológico a partir de las diferentes cien-cias (Físicas, químicas, bioquímicas, biológicas,psicológicas, sociológicas, etc .... ) (22), y no apartir de su función social concreta. Las tecnolo-gías responden a situaciones concretas de la orga-nización de la vida social. Su base de existencia es-tá en la sociedad y en sus necesidades prácticas(sean como sean determinadas). En el proceso desu construcción utilizan o empujan hacia la crea-ción de resultados científicos. La tecnología es unfactor dinámico que estimula la práctica científi-ca; es un motor decisivo de desarrollo de la cienciamoderna. El punto de partida para comprender lastecnologías no pueden ser entonces las ciencias(23).

Si la ciencia y la tecnología poseen una dobledimensión no es posible entonces tomar posicio-nes unilaterales frente a ellas: ni aplaudidas comobenefactoras en sí de la humanidad, ni condenarlascomo instrumentos odiosos de las clases dominan-tes. La posición de muchos antitecnologistas es aveces el rechazo global al "frankenstein" de latecnología. Esta es simplemente una especie demonstruo sin control. La mirada entonces se diri-ge nostálgicamente al pasado. Se cree leer una me-jor vida en las sociedades primitivas y hasta en lamedieval. En alguna forma es un abandono a en-frentar teórica y prácticamente las responsabilida-des de nuestro tiempo. Pero además refleja la in-comprensión del carácter dual de la tecnología.Con base en este análisis es posible definir una es-trategia. Como orientación general lo que se plan-tea para los hombres de nuestro tiempo es la de-fensa y ampliación de la dimensión humana de laciencia y la tecnología; y para ello arrebatarlas alos intereses económico-político-militares queconspiran contra esa dimensión humana. La bús-queda de este objetivo en su sentido más profundoes entonces una praxis política. Transformar el usoy estructuración de la ciencia y la tecnología mo-dernas significan transformar las bases de la orga-nización social que las ha determinado. Si habla-mos por ejemplo de una "tecnología alternativa"frente a las graves consecuencias que ha supuestola tecnología moderna, ésta sólo puede ser, comodice Dickson, "utópica". Es decir, con el sentidode Karl Mannheim "incongruente con el estado derealidad dentro del que ocurre" (24).

Dickson señala:

••... una tecnología alternativa sólo puede ser aplicadacon éxito a gran escala una vez que haya sido creadauna forma alternativa de sociedad. Esta tarea es másbien de tipo político que tecnológico" (25).

Sin nuevos bloques sociales de poder con objetivoshumanistas, la dimensión clasista actual y las ame-nazas contra el hombre y la vida que ella ha su·puesto con la ciencia y la tecnología modernas, se-guirán existiendo. Ahora bien. este análisis mani-fiesta la relevancia de las tareas o responsabilida·des políticas, pero no significa que deba esperarsea una nueva sociedad para avanzar una ciencia ytecnología "alternativas".

La lucha por integrar los valores éticos humanosen el uso, organización y estructura de la ciencia yla tecnología debe plantearse de una forma teóricay práctica en el seno de esta misma sociedad; y en·cuentra su mayor sentido histórico integrada deforma especial en la lucha por un nuevo poder po-lítico y un nuevo orden social; En su decurso sinduda se encontrarán las fronteras y los obstáculos;pero al mismo tiempo se irán edificando factoresconstitutivos de lo nuevo. Pero además: en la cons-trucción de un movimiento social (especialmenteen la intelectualidad y las clases medias) que asumaestos objetivos humanistas frente a la ciencia y latecnología, se extenderá también la concienciade sus determinantes sociales más generales y especialmente políticos. Es posible que el espacio po-lítico que supone la recuperación y transformaciónde la ciencia y la tecnología (y de la cultura en ge·neral) sea el terreno más fértil para la participaciónde la intelectualidad en el cambio social por unorden humanista y un equilibrio con la naturaleza.El proceso de transformación del uso y estructuración de la ciencia y la tecnología, al igual que el dela transformación de los bloques sociales de poder,en una perspectiva por el hombre y la vida (delos mejores valores éticos humanos) representa unprograma a realizar cuyos objetivos y plazos concretos deberán establecerse a partir del análisisconcreto de la situación concreta. No se trata nide una realidad actual ni de un futuro asegurado.La base de su asunción no es en el fondo analítico;esmoral. No puede partir de las certeza de una Ií·nea continua de progreso y satisfacción humanas,ni de un esquema doctrinario aceptado que la afu·ma. La asunción de estas convicciones apela a las

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reservasmorales de la humanidad.

NOTAS

(1) Samuel C. Florman intenta un resumen de la crí-tica tecnológica de la siguiente forma:"Estos entonces son los Temas principales que están ellostrabajos de los antitecnologístas:(1) La tecnología es una "cosa" o una fuerza que se haescapadodel control humano y está estropeando nuestrasvidas.(2) La tecnología fuerza al hombre a hacer trabajo que estediosoy degradante.(3) La tecnología forza al hombre a consumir cosas quenodesearealmente.(4) La tecnología crea una clase elitista de tecnócratasquedebilitan la participación de las masas.(5) La tecnología lisia al hombre al cortarle del mundonaturalen el cual evolucionó.(6) La tecnología provee al hombre de diversiones técni-casque destruyen el sentido existencial de su propio ser".en Samuel Florman, "In Praise of Technology" enHarper'sMagazine; nov. 1975, New York, p. 56.

Florman concluye que todas estas ideas no tienenbasey dedica su artículo a un fuerte ataque contra ellos.Concluyeque su abogar por un nuevo movimiento es pe-ligrosoporque ••... cada nuevo movimiento de masas lle-va consigomismo las semillas de un nuevo totalitarismo",p.71.

Otros condenan la crítica antítecnológíca como merosexpedientes contra la ciencia y la tecnología y entoncescontra el progreso, lo que los convierte inmediatamenteen reaccionarios.

Para los comunistas los antitecnologistas manifiestanla decadencia de la sociedad capitalista, aunque buenaparte de la crítica se puede aplicar a las sociedades comu-nistas.

(2)Cf. Dickson, David. Tecnología Alternativa. Trad.Fernando Valero, Madrid: H. Blume Ediciones, 1980,pp. 16-17.

(3)C.F. Mumford, Lewis, "Technics and the nature ofman" en Mitchan, Carl, y MacKey, Robert, Phílosophyand Readings in The Philosophieal problems of Techno-logy.NewYork: The Free Press, 1972, p. 77.

(4)ldem.(S)lbid., p. 78.(6)lbid., p. 79.(7)lbid., p. 80.(8) Zvorikine, A. "Technology and the Laws of its De-

velopment" en Stover, Carl. (ed) The Teehnologiealorder.Procedingsof the Encyclopaedia Britanniea Conference.Detroit: Wayne State University Press, 1965 pp. 65-66.

(9)lbid., p. 65.(10) C.f. Munford, Ob. cit., p. 79.(11) !bid., p. 80.(12) Idem.(13) Ferkiss, Victor C. Technological man: The Myth

and the Reality, New York: George Braziller, 1969. p. 29.(14) Mumford. Ob. cit., p. 83.(15) lbid., p. 84.(16) Roszak, Theodore. "The Monster and the Titan:

Science,Knoledge, and Gnosis" en Daedalu« (Journal of

the American Academy of Arts and Sciences): Summer1974, p. 23.

(18)/bid., p. 29.(19) Cf. Dickson. ob. cit. p. 2.Para algunos en la defmición de Tecnología se debe

enfatizar los aspectos "materiales" en otras ocasiones lossociales. A veces la definición usada es muy abstracta.Para Bunge "Un cuerpo de conocimiento es una tecnolo-gía sí y sólo sí.(i) es compatible con la ciencia y controlable por el mé-todo científico, y (ii) puede ser empleado para controlar,transformar o crear cosas o procesos, naturales o socialespara un fin práctico considerado valioso" (Bunge, Mario."The Philosophical Richness of Technology" en Suppe,Frederick; Asquith, Peter D (eds) Philosophy of ScieneeAssociation, 1976, vol. 11. Michigan: East Lansing, PSA,1977. p. 154). Aquí la relación e importancia con la cien-cia es excesivamente enfatizada, y el carácter teórico-abs-tracto enfatizado.

Zvorikine también expresa una definición abstracta,pero en otro sentido: "De acuerdo con su carácter, deacuerdo con las leyes de su desarrollo, la tecnología pue-de ser definida como una esfera independiente de los fe-nómenos" (Zvorikine, A. ob. cit. p. 65) y "Por tanto latecnología puede ser vista como una esfera que se desa-rrolla en la junción de la ciencia natural y la vida social"(Zvorikine./dem).

Richard C. Dorf en Teehnology, Society and Man ladefine como "la organización de Conocimiento para ellogro de propósitos prácticos" (citado por Black, Max.en "Are there any Philosophically Interesting Questionsin Techonology" en Suppe, Frederich; Asquith, Peter(eds).ob. cit. p. 180). De una manera más general y com-prehensiva la definición dada por Robert S. Marwill en"The study of Technology": "La Tecnología en su sen-tido más amplio connota las artes prácticas. Estas artesvan desde la caza, la pesca, la recolección, la agricultura,la domesticación de animales, la minería a través de lamanufactura, la construcción, el transporte, provisión dealimento, energía, calor, luz, etc., hasta medios de comu-nicación, medicina y tecnología militar. Las tecnologíasson cuerpos de destrezas, conocimiento, y procedimien-tos para hacer cosas útiles. Ellas son técnicas, medios deobtener propósitos reconocidos" (Citado por Black.Ob. cit. p. 185).

Sin duda existe una relación de la tecnología con laciencia pero no una dependencia de la primera con respec-to a la segunda ni teórica ni prácticamente. Por otra parte,es correcto afirmar un carácter útil de las tecnologías enun sentido general; es éste el que las dota de una dimen-sión universal que puede contribuir al desarrollo del hom-bre. Sin embargo, no es éste el único carácter que poseen.Al entender la naturaleza social de las mismas, tambiénse introducen en ellas los determinantes de la evoluciónsocial, en particular factores políticos e intereses de gru-pos, clases o bloques socialmente dominantes. La resultan-te de esta dimensión dual no puede captarse a partir deleyes generales abstractas, sino a partir del análisis con-creto histórico de la totalidad en consideración.

(20) /bid., p. 165.(21) La dimención política y las responsabilidades so-

ciales e individuales están fuertemente integradas en laciencia. No es posible admitir las excusas de los científicos

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cuando dicen (como señala Roszak): "Estos mostruos ...son los bastardos de la Tecnología: pecados de la cien-cia aplicada, no de lo puro" Roszak. Ob. cit. p. 17.

(22) Cf. Bunge, Mario. "The Philosophica1 Richnessof Techonolgy" en Suppe, Frederick; Asquith, Peter D(eds) Philosophy of Science Association, 1976, Vol. 11.Michigan: East Lansing, PSA, 1977. p. 155.

(23) Una crítica en este sentido expresó en el mismoSimposio mencionado Ronald N. Giere en "A Dilemmafor Philosophers of Science and Technology" en Suppe,Frederick; Asquith, Peter D (eds) Philosophy of SelenceAssociatton, 1976, Vol. 11. Michigan: East Lansing, PSA1977. pp. 198-199.

(24) Mannheim, Karl. Ideology and Utopia (Londres,1936, p. 197) Citado por Dickson. Ob. cit., p. 82.