Conducta Prosocial Candela

7/26/2019 Conducta Prosocial Candela

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Revista Latinoamericana de Psicologa

ISSN: 0120-0534

[email protected]

Fundacin Universitaria Konrad Lorenz

Colombia

Molero, C.; Candela, C.; Corts, M. T.

La conducta prosocial: una vision de conjunto

Revista Latinoamericana de Psicologa, vol. 31, nm. 2, 1999, pp. 325-353

Fundacin Universitaria Konrad Lorenz

Bogot, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80531207

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REVISTA LATINOAMERICANA DE PSICOLOGIA

1999 VOLUMEN 31 - N 2 325-353

LA CONDUCTA PROSOCIAL:

UNA VISION DE CONJUNTO

C.MOLERO ". C.CANDELAy

M. T. CORTSUniversidad de Valencia. Espaa

ABSTRACT

This paper presents a review of the historical evolution of the prosocial behaviorconcept, in order to offer a current perspective regarding this topic. This study describesthe most relevant viewpoints which exist today onprosocial behavior, using the researchcarried out by Gonzlez Portal elal. (1989, 1992) as a starting point. This paper is basedon the information included in the Psychological Abstracts data base. forthe years 1989to 1997 with the aim of analyzing the scientific productivity on this topic, including: Theauthors, the most relevant research centers, and the specific areas investigated during thisperiod within the field of prosocial behavior.

Key words: Prosocial, helping behavior, altruism, empalhy.

* Correspondencia: Carmen Molero. Universidad de Valencia, Facultad de Psicologa.Departamento de Psicologa Bsica, Ave. Blasco Ibez, 21-46010 - Valencia. Espaa. E-mail:[email protected]


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RESUMEN

En el presente trabajo se lleva a cabo una revisin de la evolucin histricaque ha experimentado el concepto prosocial, intentando ofrecer una visinactualizada del mismo. Partiendo de la investigacin de Gonzlez Portal et al.(1989,1992), como marco de referencia, se presentan las perspectivas actualesque gozan de mayor relevancia en esta rea. Con objeto de analizar el incrementoen la produccin cientfica, los autores ms importantes y las lneas de investi-gacin que sobre el comportamiento prosocial se han ido desarrollando; seutiliza el material recensionado a lo largo del perodo comprendido entre 1989

y 1997 en la base de datos del Psychological Abstracts.

Palabras clave: Prosocial, conducta de ayuda, altruismo, empata.

INTRODUCCION

En los ltimos aos se ha desarrollado un gran inters por la conductaprosocial; podramos decir que como resultado de una mayor sensibilidad antela injusticia y el trato discriminatorio de mujeres, ancianos, homosexuales, nioscon problemas fsicos y jvenes con problemas sociales, as como de laexistencia creciente de demostraciones crueles por parte del ser humano y delaumento de la delincuencia. El inters de los cientficos se centra en estudiar de

qu modo el ser humano puede socializarse para llegar a ser un miembro positivode su comunidad.

En lo que se refiere a las distintas fuentes documentales con que contamoslos psiclogos, Gonzlez Portal (1995) afirma que durante las ltimas dcadashemos venido observando la creciente aparicin, bien en la modalidad deartculos de investigacin, bien los de tesis doctorales o en la de libros, de unconsiderable nmero de trabajos en los que se hace referencia a un nuevoconcepto: el de conducta prosocial. As, nos encontramos ante un tema que se hadesarrollado principalmente por dos razones: en primer lugar, por el surgimientoy la evolucin histrica del propio constructo prosocial, y en segundo lugar,propiciado e instigado por las circunstancias sociales que implican a losprofesionales, al solicitrseles soluciones y aplicaciones de programas especfi-

cos de prevencin y/o intervencin. Ver Rivera y Ardila (1983).

El objetivo principal del presente trabajo es ofrecer una visin de conjunto,en versin analtico-cuantitativa y cualitativa, sobre el campo cientfico queabarca la conducta prosocial, su potenciacin y las fuentes documentales alrespecto. Para ello, partiendo del trabajo de Gonzlez Portal et al. (1989), sellevar a cabo un anlisis de la produccin cientfica que aparece en el


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Psychological Abstract sobre este tema, tomando en consideracin el perodotemporal comprendido entre 1989 y 1997, ambos inclusive.

As pues, adems de presentar los resultados cuantitativos obtenidos delanlisis bibliomtrico efectuado, se mostrarn los antecedentes histricos de estarea de estudio, as como la evolucin de la investigacin sobre conducta

prosocial vista a travs del anlisis de las publicaciones de los autores que mshan trabajado sobre el tema.

ANTECEDENTES HISTORICOS

Segn Gonzlez Portal (1995), es en los aos sesenta cuando se inicia unalnea de investigacin sobre el comportamiento de ayuda en situacionesinterpersonales. En la misma se destacaron dos autores: Darley yLatan (Tabla1), los cuales analizaron la investigacin en situaciones de emergencia, introdu-ciendo el denominado efecto del espectador (bystander effect). Este efecto(Darley y Latan, 1968) mostraba cmo la presencia de testigos pasivos en unincidente haca disminuir la probabilidad de una intervencin individual por

parte de alguno de ellos.

TABLA 1

Resumen sobre los antecedentes histricos de la conducta prosocial

DARLEY Y LA TAN

(1968)

Estudiaron la intervencin en emergencias:

con la gran aportacin del concepto de efecto del espectador ..

PillA VIN, RODlN,

y PIllA VIN (1969)

COKE, BATSON,

y McDA VIS (1978)

SNYDER E ICKES(1985)

BATSON (1987)

BATSON ET AL. (1986)

Investigacin sobre el comportamiento de ayuda, fuera del laboratorio.

aplicndola al contexto de la vida cotidiana. Proponen un modelo

explicativo basado en una matriz de costos-recompensas.

Presentan un modelo de dos etapas para explicar la ayuda mediada

por la empata, en funcin de dos factores:

- activacin emocional (arousal),

- toma de perspectiva (ponerse en el lugar del otro).

Explican ia conducta prosocial en funcin de las tendenciasdisposicionales de los sujetos y de los factores situacionales

(en funcin de la fuerza de los impulsos al comportamiento).

Consideran la conducta prosocial en funcin del tipo de contexto en que

se da (escape fcil vs. escape difcil): los sujetos verdaderamente

altruistas ayudarn cuando el escape sea fcil.


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Pero, a nivel general se aprecia cmo el grupo de investigaciones iniciadaspor estos autores se dirigi a la clarificacin y estudio de lo que en principio sellam el concepto de altruismo. y que ha sido reformulado posteriormente entrminos de conducta prosocial de ayuda. siendo conceptualizado por GonzlezPortal como conducta prosocial de tipo asistencial (Gonzlez Portal, 1995).

La enorme repercusin alcanzada por Latan y Darley se debi a cuatro tiposde razones:

Dieron a conocer el fenmeno de la inhibicin social de ayuda;

Analizaron un problema real de enorme inters pblico; Alcanzaron un alto nivel experimental en sus investigaciones y Propusieron un marco terico que inclua tres tipos de procesos psicolgicos:

la influencia social, la inhibicin de la audiencia y la difusin de la respon-sabilidad.

Conforme se fue instaurando la investigacin en este mbito, observamoscmo los estudios efectuados sobre el comportamiento de ayuda en el contextode situaciones crticas se centraron en el anlisis de la poblacin adulta (Frydmany Ritucci, 1988). Estos trabajos efectuados en su mayora en laboratorios

permitieron, al menos, identificar ciertas variables que favorecan la reaccin dehuida o de abstencin, como por ejemplo la presencia de testigos o la ambige-dad de la situacin. Pero, aunque se reconoce el inters de estos trabajos

realizados por los psiclogos sociales estadounidenses, s se les critica sucarcter artificial, por desarrollarse en situaciones de laboratorio, a pesar de quecon ello se buscaba garantizar la generalizacin de resultados.

Con el fin de superar las deficiencias de la experimentacin en laboratorioen el rea de las ciencias del comportamiento, el campo de trabajo se traslad alcontexto de actividades de la vida cotidiana. Dentro de esta nueva orientacin,Frydman y Ritucci (1988) aluden a un conjunto de autores, entre los que destacanPiliavin, Rodin, y Piliavin (1969). Estos analizaron el comportamiento de ayudaen situaciones externas al laboratorio (experimentos de campo). Probaron, enuna situacin de viaje en metro, los efectos que el tipo de vctima (enfermo oebrio) y la apariencia tnica de la misma (blanco o negro) tenan sobre lafrecuencia y rapidez del comportamiento de ayuda. Fueron analizadas alrededor

de 4.450 personas, las cuales viajaron en una lnea concreta del metro de NuevaYork yen una semana determinada. Durante el trayecto, un equipo de estudiantesponan en prctica un patrn de comportamiento que haba aprendido. Uno deellos (estudiante cmplice) se tumbaba en el suelo hacindose pasar por unavctima de un ataque epilptico y permaneca all hasta que alguien le socorriera.Si esto no suceda, otro estudiante del equipo intervena para ayudarle. A lo largode toda esta situacin, otros miembros del equipo se encargaban de recoger toda


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la informacin posible relativa a: nmero de sujetos presentes en el vagn, ynmero de ellos que intervenan en la situacin, reacciones y comentarios de lostestigos ... (Piliavin et al., 1969).

Los resultados mostraron la existencia de diferencias significativas respectoa la intervencin en una situacin de laboratorio*. En el caso de que la vctimallevase bastn y tuviese apariencia enfermiza, el comportamiento de ayudaalcanzaba aproximadamente un 83%. Si la vctima pareca estar bebida, estaayuda se reduca hasta un 50%.

En otros experimentos (Piliavin y Piliavin, 1972), estos autores propusieronun modelo explicati vo del comportamiento de ayuda basado en una matriz costo-recompensa. Este modelo, tal como su nombre indica, inclua tanto los costoscomo las recompensas que se asociaban a la ayuda y a la ausencia de la misma.Segn este modelo, es menos probable que se de el comportamiento de ayudacuando ste suponga un costo muy alto para el individuo y la abstencin de laayuda, es decir, la indiferencia ante la persona necesitada, suponga un costo bajo.En este caso, el resultado final seguramente ser la abstencin o indiferencia. Eneste tipo de situaciones es donde posiblemente juegue un papel relevante elfenmeno de ladifusin de la responsabilidad, segn el cual es menos probableque un sujeto intervenga en caso de estar rodeado de sujetos que no lo hacen.

Segn se va desarrollando la psicologa cognitiva, se introducen elementos

en las teoras y modelos que tratan de explicar la conducta prosocial, y enconcreto el comportamiento de ayuda. De esta forma, Coke, Batson, y McDavis(1978) propusieron un modelo de dos etapas sobre este comportamiento media-do por la empata y basado en la activacin emocional y la toma de perspectiva.Estos autores rechazaban la opinin de que la empata fuese nicamente un

proceso de toma de perspectiva del otro. En su lugar, defendan que era elresultado de una respuesta emocional basada en el arousal fisiolgico; aunqueno le restaban importancia a la cognicin en ese proceso. Adems mantenan queadoptar la perspectiva de una persona necesitada tenda a incrementar larespuesta emocional emptica de uno mismo, y tambin que la emocinemptica incrementaba, a su vez, la motivacin para ver reducida la necesidadde esa persona (Coke et al., p. 753).

La consideracin de los factores cognitivos en el proceso del comportamien-to de ayuda llev a los investigadores a estudiar la empatia como uno de los

* Por ejemplo, en la investigacin de laboratorio efectuada por Darley y Latan (1968),encontraron un porcentaje de ayuda del 31%cuando el grupo experimental estaba constituido por6 sujetos, y uno de ellos, el cmplice, simulaba un ataque epilptico. En otra investigacin realizadapor Clark y Word (1972), encontraron porcentajes de ayuda similares, 30%.


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mediadores de dicho comportamiento. Entre los autores ms relevantes pode-mos citar a Archer, Diaz-Loving, Gollwitzer, Davis, y Foushee (1981), quienesestn de acuerdo con el modelo planteado por Coke, Batson, y McDavis (1978)aunque ampliaron el proceso descrito por aquellos incluyendo dos factores: unfactor disposicional -diferencias individuales en empata- y un factorsituacional evaluacin potencial de los otros (demanda). Estos autores argumen-taron que la empata como factor personal y el potencial para la evaluacin socialcomo factor situacional, influan independientemente y en interaccin en ladisponibilidad para la ayuda.

Hay una razn para creer que la empata disposicional y la evaluacin socialpueden haber contribuido conjunta y directamente a los efectos de ayudaobtenidos por Coke et al. (1978) en su prueba del modelo de dos etapas, citadoanteriormente. En el experimento de Archeret al.(1981), se instrua a los sujetospara que empatizaran con un estudiante que necesitaba desesperadamentevoluntarios para completar su tesis de investigacin. A partir de los resultadosde este estudio, los autores concluyeron que la interaccin entre la empata y losaspectos evaluativos de la situacin sugera que lo sujetos con mayor empataseran ms sensibles a las demandas de ayuda del experimento. Adems, tambinconcluyeron que las personas que habitualmente empatizan tendran ms proba-bilidades de experimentar empata que los sujetos que no solan empatizar(Archer et al., 1981).

Las fuentes de la emocin podran ser dos: un sentimiento de intersemptico -un deseo altruista, centrado en el otro- por reducir la preocupacinde los dems, o, por el contrario, podra ser un sentimiento de preocupacin

personal-deseo egosta, auto-interesado- por reducir la propia activacin. Elparalelismo entre los resultados del anlisis del inters emptico y los del ndicede malestar personal sugirieron que las dos emociones estaban interrelacionadas.Los sujetos con puntuaciones en empata disposicional ms altas, expuestos a lamanipulacin de la demanda, se sentan, no slo ms interesados por la personanecesitada, sino tambin ms interesados por s mismos (Archer et al., 1981).

Para investigar la relacin entre el inters emptico, la preocupacinpersonal y la ayuda, los autores realizaron una regresin mltiple sobre la ayuda.en la que introdujeron como predictores las puntuaciones de los sujetos en losndices de inters emptico y de preocupacin personal. Los resultados de esteanlisis no coincidan conel argumento de Cokeet al.(1978) de que el malestar

personal no jugaba un papel mediador en la ayuda. Adems, proporcionabanapoyo a la afirmacin de Archeret al. (1981) de que la ayuda estaba influida porel intersempticoy por el malestar personal, emociones que eran las ms fuertespara aquellos sujetos altos en empata disposicional, que estaban sometidos a lascaractersticas de la demanda (Archer et al., 1981).


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Otros estudios que surgieron en esta dcada se centraron en las variables depersonalidad del individuo, y en la forma en que sta interaccionaba con lasdemandas situacionales. Se trataba de comprobar si exista unapersonalidad que

por s misma fuese altruista, o si por el contrario, el comportamiento de ayudadependa de lasdemandas del ambiente, o de la interaccin de ambos.

Segn CarIo, Eisenberg, Troyer, Switzer, y Speer (1991), Snyder e Ickes(1985) sugirieron una hiptesis sobre cundo era ms probable que las disposi-ciones hacia la conducta prosocial se manifestasen. Argumentaron que laamplitud de la relacin entre las variables de personalidad y el comportamiento

variaba en funcin de la fuerza de los impulsos que motivaban el comporta-miento en un contexto experimental. En un ambiente fuerte (por ejemplo,manipulaciones experimentales o demandas situacionales), los factoressituacionales que influan en el comportamiento eran tan fuertes que la influenciade las tendencias disposicionales de los individuos estaba limitada e incluso

poda ser ignorada por factores situacionales relevantes. En contraste, en unambiente suave (es decir, en una situacin no manipulada o en un ambiente conmenos demandas), las tendencias de respuesta natural de los individuos seexpresaban libremente. As, resultaba menos probable que las medidas de lasdisposiciones estuviesen relacionadas significativamente con el comportamien-to social en un contexto experimental que implicase una fuerte manipulacin, yms probable que esta relacin se diese en un contexto que implicase manipu-laciones suaves (Snyder e Ickes, 1985).

En la dcada de los ochenta hubo un considerable debate sobre si hayo nouna personalidad altruista (Batson, Bolen, Cross y Neuringer-Benefiel, 1986).Entre las variables relevantes para la nocin de una disposicin altruista seincluyen las tendencias cognitivas y afectivas orientadas hacia la compasin (esdecir, inters o ayuda orientada hacia otro), responsabi lidad social, atribucin deresponsabilidad, y toma de perspectiva (es decir, entendimiento del punto devista cognitivo del otro o de la situacin afectiva; Batson el al., 1986).

Adems, son pocos los investigadores que afirmaran que las personas conuna personalidad altruista son ms prosociales en todos los contextos. An ms,de forma consistente con las perspectivas prevalentes sobre la personalidad, losque han mantenido la nocin de la personalidad altruista han sugerido que hayuna interaccin persona-situacin en cuanto a las tendencias altruistas. Sinembargo, no ha habido consenso en cuanto a las situaciones en que las tendenciasaltruistas son evidentes (Snyder e Ickes, 1985). Por ejemplo, Batson (1987)examin los contextos en los que es posible que la diferenciacin situacionalproduzca compasin a partir del malestar personal situacional (es decir, unareaccin aversiva, centrada en s mismo, ante las seales de los dems); Davis(1983) ha argumentado que es posible que las respuestas de compasin lleven a


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respuestas de ayuda motivada altrusticamente, mientras que la preocupacinpersonal puede o no llevar a respuestas de ayuda motivadas egostamente.Especficamente, cuando el escape de la situacin estresante es difcil (porejemplo, cuando no se puede evitar la situacin evocador de emocin), unapersona que experimenta malestar personal puede ayudar al necesitado princi-palmente para aliviar su propia preocupacin inducida vicariamente. Sin embar-go, cuando el escape es fcil (por ejemplo, cuando uno puede dejar la situacincon muy pocas o ninguna consecuencia auto-impuesta o impuesta por otros), lagente que sufre preocupacin personal normalmente evita la situacin paraaliviar su propia preocupacin, mientras que los individuos que experimentan

compasin es ms probable que intervengan (Batson, 1987).

Como puede apreciarse en la dcada de los ochenta se produjo una renova-cin en el campo de la intervencin del comportamiento agresivo y de ladelincuencia, con nuevas alternativas terico-explicativas y derivaciones aplica-das (Gonzlez Portal, 1995). Esta renovacin se vio impulsada desde dosmbitos: en primer lugar, desde el mbito social, por las demandas de unasociedad insatisfecha con los sistemas tradicionales punitivos e institucionales;y eri segundo lugar, desde el mbito profesional, por los avances logrados en laconceptualizacin del proceso individual de socializacin. Los profesionalesimplicados en la prevencin y tratamiento de comportamientos antisociales hanofrecido nuevos modelos terico-explicativos y nuevos procedimientos deintervencin.

Con objeto de conocer cul es la situacin en que se encuentra la investiga-cin en este momento, recurrimos al anlisis cuantitativo de los trabajosaparecidos en el Psychological Abstracts desde 1989 hasta 1997, ambos inclu-sive. Seguidamente, presentamos el procedimiento seguido para realizar estesnalisis, as como los resultados obtenidos. En un ltimo apartado enunciaremoslas principales conclusiones que podemos extraer de nuestro anlisis.

METODOLOOIA

En este trabajo, sirvindonos de una metodologa de corte bibliomtrico, seofrece una visin de conjunto actualizada, en versin analtico-cuantitativa,

sobre el campo cientfico que abarca la conducta prosocial, su potenciacin ydesarrollo y las fuentes documentales al respecto. El criterio de eleccinmetodolgico ha tenido en consideracin no slo la idoneidad del procedimientopara los fines propuestos, sino tambin la indiscutible utilidad del punto de vistacienciomtrico (Carpintero y Peir, 1981) y la existencia de un anlisis previodirigido al mismo objetivo (Revisin llevada a cabo por Gonzlez Portal y queabarc el perodo comprendido entre los aos 1976 y 1988).


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En nuestro estudio se revisa el perodo comprendido desde enero de 1989hasta el final de 1997, aunque hay que tener en cuenta que la fecha de publicacindel Psychological Abstracts no coincide con la completa inclusin de lostrabajos fechados cronolgicamente (en el caso de 1997 probablemente no estnan todos disponibles). Se recogieron un total de 1.061 referencias tras efectuarun vaciado con base en las entradas correspondientes a altruism (altruismo),assistance (asistencia), cooperation (cooperacin), trust(confianza), prosocialbehavior (conducta prosocial), charitable behavior (comportamiento caritati-vo), charing (compartir), helping behavior (conducta de ayuda) y empathy(empata). La seleccin de tales descriptores viene justificada, por una parte, por

la evolucin que este concepto ha sufrido desde la dcada de los sesenta y porotra, porque intentamos ser lo ms coherentes posible con la investigacin quenos ha servido de referencia.

A continuacin se codific la totalidad de las referencias por: aos, autores,instituciones, revistas, lneas de investigacin, etc. Se trataba con ello delocalizar informacin especfica desde las perspectivas: evolutiva, productiva,temtica, geogrfico-institucional y documental que nos permitiera respectiva-mente: objetivar laevolucin histrica seguida en la investigacin sobre conduc-ta prosocial; localizar lneas de investigacin desde las que se ha abordado elestudio del constructo; detectar los lugares ycentros donde se han realizado lostrabajos y conocer cules son lasfuentes documentales ms relevantes en el rea.De cada categora de informacin se seleccion el correspondiente subgrupomediante el establecimiento de puntos de corte sobre los listados generales,previamente organizados segn un criterio jerrquico de productividad.

RESULTADOS

En primer lugar, y desde una perspectiva evolutiva de anlisis Iingitudinal(vase la relacin cuantitativa diferencial correspondiente a cada perodo anualrepresentado, que se adjunta en la Tabla 2) queda patente un fuerte incrementoen la produccin cientfica del estudio de la conducta prosocial. Este incre-mento es marcadamente pronunciado en los aos 1989 (n= 128; 12,06%), 1990(n= 164; 15,46%) Y 1991 (n = 222; 20,92%), experimentndose un descenso a

partir de 1992, el cual se acenta ms en los ltimos aos recensionados,especialmente en 1996 (n = 80; 7,54%) Y 1997 (n = 18; 1,70%).

El descenso tanpronunciade delcaltimos aos revisados puede explicarsepor el sistema de inclusin de material-que se sigue en esta base de datos. Elmtodo de trabajo del Psychological Abstracts consiste en incorporar paulatina-mente referencias de publicacin previa segn van apareciendo a la luz pblica(y no en funcin de la fecha cronolgica que, de hecho exhiban impresas lasrevistas de investigacin objeto de vaciado). Por este motivo la demora en la


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edicin de los nmeros de las revistas se hace patente. Adems es continua lainclusin de nuevas revistas, engrosando el nmero total de ellas que sonvaciadas por esta base de datos. Cuando se inserta una nueva revista no se incluyeel ltimo ao sino que se incorpora desde aos atrs por lo que el material estcontinuamente en renovacin, incluso el de aos anteriores. Esta es la mismarazn que puede explicar los resultados de la investigacin que Gonzlez Portalobtuvo en el ao 1988, ltimo ao de su estudio, tan slo 19 artculos, diferen-cindose la produccin de este ao respecto a la de los otros aos que analiz loscuales iban ms en la lnea de los resultados que aparecen en nuestro estudio.

TABLA 2Evolucin del nmero de publicaciones. En una primera parte aparecen

los resultados obtenidos por Gonzle; Portal (1988). Seguidamente,aparecen los que hemos obtenido en nuestro estudio

Aos n? trabajos Porcentajes

1980 41 4,62%

19:{ 60 6,76%

19 2 54 6,08%

1983 51 5,74%

1984 70 7,88%

1985 116 13,06%

1986 141 15,88%

1987 120 13,51%1988 19 2,14%

TOTAL 888 100%

1989 128 12,06%

1990 164 15,46%

1991 222 20,92%

1992 125 11,78%

1993 117 11,03%

1994 108 10,18%

1995 99 9,33%

1996 80 7,54%

1997 18 1,70%

TOTAL \.061 100%

En segundo lugar, y tras la ordenacin jerrquica de la totalidad de autoresaparecidos en nuestra revisin, se han seleccionado los 19 ms productivos dela relacin. En la Tabla 3 aparecen estos autores con su respectiva produccin.Como criterio de seleccin hemos tomado como punto de corte el ncleo de lasreas de productividad de Bradford. As pues, se ha considerado el que tuvieran5 o ms artculos publicados a lo largo del perodo 1989-1997. Destacar que por


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LA CONDUCfA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 335

debajo de los seleccionados aparecen 16 autores con 4 artculos publicados eneste perodo, contando la mayora con un nico artculo entre las publicacionesrevisadas por nosotros.

En esta misma tabla, y basndose en una perspectiva geogrfico-institucional,aparecen los lugares/centros ms productivos en conducta prosocial durante el

perodo de 1989 a 1997, que como era de esperar, coinciden con los lugares detrabajo de los autores ms productivos.

TABLA 3Autores ms productivos y los centros de estudiode mayor inters en esta investigacin

Autores n %ms productivos Localizacin trabajos Total

Eisenberg, Nancy Arizona State U, Dept ofPsychology, Tempe USA 35 3,3%

Fabes, Richard A. Arizona State U, Dept of Family Resources &Human

Developrnent, Tempe USA 17 1,6%

Batson, C.Daniel U Kansas, Dept. of Psychology, Lawrence, USA 16 1,5%

Kalliopuska, Mirja U Helsinki, Finland. 10 0,9%

Ma, Hing Keung Hong Kong Baptist U, Dept ofEducations Studies,

Kowloon 9 0,8%

Cario, Gustavo U Nebraska , Dept o f Psychology, Lincoln, USA 8 0,7%

Lourenco, Orlando M. U Lisbon, Faculty of Psychology &Education Science,

Portugal 7 0,7%

Miller, Paul A. Arizona State U West, Dept of Social and Behavioral

Science, Phoenix, USA 7 0,7%

Marcus, S. Inst de Psihologie al Academiei Romane, Bucharest,

Romania. 7 0,7%

Shell, Rita Arizona State U, Tempe, USA 7 0,7%

Ickes, William U Texas, Dept of Psychology, Arlington, USA 6 0,6%

Knight, George P. Arizona State U, Dept of Psychology, Tempe, USA 6 0,6%

Strayer, Janet Simon Fraser U, Psychology Dept, Burnaby, Canad 6 0,6%

Zahn Waxler, Carolyn NIMH, Bethesda, USA 6 0,6%

Denharn, Susanne A. George Mason U, Dept of Psycho1ogy, Fairfax, USA 5 0,5%

Fultz. Jim Northerm Illinois U, De Kalb, USA 5 0,5%

Karbon, Mariss Arizona State U, Psychology, Tempe; USA 5 0,5%

Kornorita, S. S. U Illinois, Dept of Psychology, Charnpagn, USA 5 0,5%

Weiner, Bemard Freie U Berlin, Inst fur Psychologie, Fed Rep Germany. 5 0,5%


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En la Figura 1 puede observarse la evolucin del nmero de publicacionesrealizadas por los tres mximos productores del perodo analizado. Se aprecia undescenso en el ao 1995, mientras que hay un incremento en el ao 1996. Todoello puede explicarse atendiendo al inters de estos autores por temas concretostal como aparece comentado en la Tabla 4, as como a la polmica surgidadurante este perodo.

8'"o 6'0;'

.o

~ 4~"'O

e 2e':1

Z o

1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

ao

I ----+-- Eisenberg Batson I- .....111-- Fabes

Figura 1. Evolucin del nmero de publicaciones realizadas por los tres mximosproductores.

La temtica tratada por estos tres mximos productores queda reflejadaen la Tabla 4. En la misma se aprecia como los dos mximos productores(Eisenberg y Fabes) estudian principalmente la relacin de la conducta

prosocial con dos temas concretos por una parte con la respuesta afectiva en

las prcticas de crianza y por otra con la respuesta emocional vicaria(empata). Asimismo. Eisenberg junto con otros investigadores distintos aFabes tambin muestra gran inters por el razonamiento moral prosocial. Elotro mximo productor, Batson, muestra su inters por un nico tema. el dela hiptesis de la empata-altruismo.


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TABLA 4Temas tratados por los autores ms productivos

Autor Ao Tema principal Principales resultados Trabajos relacionados con la temtica Resultados de los distintos trabajos

Eisenberg I 1989y Fabes

La respuesta

afectiva en las

prcticas de

crianza, y su

relacin cori la

conducta pro-

social,

El altruismo materno y

el razonamiento induc-

tivo estaban relaciona-

dos negativamente con

las reacciones de males-

tar de los nios.

(1989) Efectos de las recompensas en la

motivacin prosocial de los nios: Un

estudio de socializacin.

(1990) Correlatos matemos de la res-

puesta emocional vicaria de los nios.

(1993) Socializacin y caractersticas re-

lacionadas con la empata de madres 'j

adolescentes.

(1993) Relaciones de las emociones

empticas y las prcticas maternas con la

conducta de consuelo de los nios.

(1994) Socializacin de larespuestaemo-

cional vicaria y la conducta prosocial de

Las recompensas mejoran la ayuda en la situa-

cin inmediata, pero la reducen en.los momen-

tos posteriores sin recompensas.

Las madres con ms preocupacin tenan hijas

con menos afecto negativo y ms felicidad

ante personas necesitadas.

La comunicacin emocional positiva de las

madres estaba asociada con alta simpata en

las nias y bajo malestar en los nios.

El uso materno de la solucin de problemas y

la discusin cuando sus hijas estaban moles-

tasestaba asociado con altos niveles de ayu-

da de las mismas.

Las madres pueden ajustar sus inter-

acciones con sus hijos con base en sus

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TABLA 4 (Continuacin)Temas tratados por los autores ms productivos

Autor Ao Tema principal Principales resultados Trabajos relacionados con la temtica Resultados de los distintos trabajos

los nios: Relaciones con la percepcin percepciones de las tendencias ernocio-

de las madres de la reactividad emocio- nales de los nios.

nal de sus hijos.

(1996) Reacciones de las padres ante las Las reacciones de la madre centradas en el

emociones negativas de los nios: Rela- problema tendan a estar asociadas positiva-

ciones con la competencia social y la mente con el funcionamiento social y el

conducta de consuelo de los nios. afrontamiento del nio.

1989 Relacin de la La simpata estaba rela- (1989) Relacin de la simpata y el ma- La simpata, la tristeza facial y la atencin

simpata con la cionada positivamente lestar personal con la conducta prosocial: interesada estaban positivamente relaciona-

ayuda c on la conducta de Un estudio multimtodo. das con la intencin de ayudar.

ayuda.

(1996) Relaciones de la respuesta La simpata estaba relacionada con los niveles

emptica de los nios con la altos de regulacin de emocionalidad positiva

emocionalidad, regulacin y funciona- y de intensidad emocional general.

miento social.

1990 Evaluacin de la La respuesta de preocu- (1991) Relaciones de las caracters- La compasin parental estaba relaciona posi-

respuesta emo- pacin por los dems es- ticas y prcticas parentales con la tivamente con bajos niveles de malestar perso-

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Conducta Prosocial Candela