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Coca, guerrilla, colonización y narcotráfico en la Macarena OSCAR H. ARCILA N.* Cultivo de coca, un dorado efímero. 75

Coca, guerrilla, colonización narcotráfico en la Macarena

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Coca, guerrilla, colonizacióny narcotráfico en la Macarena

OSCAR H. ARCILA N.*

Cultivo de coca, un dorado efímero.

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Parte del extenso territorio quese conocía como la "Selva delGran Airico", la Sierra de la

Macarena es descubierta por losespañoles durante la colonia. Elprimer intento de colonizar lo que laLey 52 de 1948 declaró comoReserva Natural Nacional, fue delfrancés Jules Crevaux hacia 1872.La intención de establecer allí laproducción comercial de quina es elobjetivo que mueve al europeo aemprender la empresa. Sin embargo,el proyecto fracasa porque la fiebreamarilla actúa como defensa natu-ral de la Sierra frente al intruso.Habrán de transcurrir 50 años delpresente siglo para que los campe-sinos, acosados por la violenciapolítica, el desarrollo de la agricul-tura comercial y el avance latifun-dista en la frontera agricola del país,se asienten en esta zona vedada a lacolonización. Son, por un lado,campesinos del Tolima y del Suma-paz y, por otro, antiguos colonizado-res del Llano que, huyéndole a laviolencia y desplazados por la con-centración agraria, se refugian enlos riberas de los ríos Ariari, GüejaryGuayabero.

Cuando en 1966 se construye elpuente Guillermo León Valencia, esposible remontar el Río Ariaria que,como barrera natural, impedía laarticulación de San Juan de Arama,Mesetas, La Uribe y Vistahermosa almercado nacional. Esta obra deinfraestructura alienta la coloniza-ción de la Reserva de la Macarena,pues crea un flujo poblacionallentopero continuo y permite comerciali-zar los excedentes generados por laagricultura campesina regional.

Durante los años 60 y parte de los70, la zona empieza a generar unvolumen considerable de productosagropecuarios que, mediante elcambio de no equivalentes, loscomerciantes se encargan de hacerllegar al interior del país para abas-tecer la demanda en expansión delsector moderno de la economíanacional. Así se va configurandouna intermediación de doble víaque permite una no despreciableacumulación de capital que a costadel trabajo familiar de la coloniza-

* Estudiante del Postgrado en Economia de la U.N. e Investigador del Centro de Estudios Socia-les (CES).

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ción, beneficia a la estructuracomercial. Buena parte del desarro-llo de Granada, San Martín y Villa-vicencio, se relaciona con esteproceso.

La presión que los campesinos sintierra ejercen sobre la Reserva, elfantasma de la Revolución Cubanaque aún ronda por los países lati-noamericanos y la acción de lospolíticos en busca de caudal electo-ral se conjugan para que en 1971 elINDERENA (organismo encargadode preservar los Recursos Naturales)le sustraiga 50.000 hectáreas a laReserva que, mediante 259 títulosde propiedad, el !NCGRA se encargade entregar a los colonos allí asen-tados. La decisión del Inderenaatrae un nuevo contingente pobla-cional que, acosado por la penuriaeconómica y ante las perspectivasde titulación, arriva a la región. Mástarde vendrá la contramarcha delConsejo de Estado. Se invalidan lostítulos. Pero ya los hechos rebasanla letra de la Ley, pues los colonospioneros y los recién llegados, ape-rados de anzuelo, hacha, sal ypanela, intensifican la tumba de lamilenaria vegetación, así como ladestrucción de la riqueza faunísticae ictiológica, al tiempo que se dedi-can a establecer cultivos civilizado-res de maíz, plátano, yuca, arroz ycaña de azúcar que han de servirlesde medios de subsistencia.

La economía subterránea

Hasta mediados de la década del70 se presenta, pues, una coloniza-ción de carácter agrícola y campe-sina. Pero en 1974 se produce uncambio cualitativo y cuantitativo enla economía regional y en la situa-ción de la colonización de laReserva en general. Se trata de laneocolonización de los productossicotrópicos.

La incapacidad del sector indus-trial para absorber los excedentesde mano de obra que la agriculturaempresarial genera en el agrocolombiano y la consiguiente pau-perización de las ciudades; las difi-cultades con que tropieza la pro-ducción regional para realizarse enel mercado y la penuria económicadel colono; el aislamiento geográ-fico de la Reserva y lo precario de lasvías de comunicación; la abundan-

cia relativa de estas tierras margina-les (que a nivel macro no generanrenta) y la disponibilidad del colonopara involucrarse en una actividadmás rentable que la producciónagrícola tradicional; el estatus jurí-dico de la Reserva y la total ausen-cia Estatal, son apenas algunos delos elementos con que el capitalnarcomercantil cuenta para esta-blecer la producción de marihuanaen este Monumento Nacional.

Las facilidades otorgadas por elnarcotráfico inducen al colono aproducir yerba. El fabuloso ingresoque la actividad depara es el matarque mueve a un nuevo flujo coloni-zador de origen urbano que llega ala zona en busca de riqueza rápida yfácil. Con él viaja el comerciante, elproveedor de insumas y de servicios,el empresario del vicio, el monopo-lio cervecero y el Estado estanquero.

Centenares de hectáreas son des-cumbradas para ser sembradas conel ilícito producto, al tiempo que seintesifica la monetización de laeconomía regional. El precio deljornal ahora se cotiza metálico, porlo que la producción agrícola legalal no poder cubrir los costos de pro-ducción se deja de lado.

Sabido es que la propensión mar-ginal a consumir de una comunidadpobre es mayor que la de una socie-dad rica. Esta ley económica se evi-dencia en la zona cuando el ingresoque la bonanza marimbera generase gasta a manos llenas ep todaclase de bienes y servicios a los quesus beneficiarios nunca antes ha-bían tenido acceso. Consecuencialógica de esta dinámica es el des-abastecimiento agrícola regional yel incremento de los precios comoúnico mecanismo de ajuste de laoferta frente a una demanda desen-frenada. Pero la euforia consumistadesatada no tarda en revestirse enlamentos, cuando la crisis marim-bera llega sin anunciarse. Hacia elaño de 1977 la superproducciónregional y nacional coincide con lacontracción de la demanda externaque ya empieza a contar con unavariedad de mejor calidad que laofrecida por los países tropicalE::s.Esta crisis se supera un año mástarde, con un nuevo cultivo en laregión: la coca. Pese a la barrera queel precio de la semilla representapara el colono, el cultivo se amplía

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debido al atractivo económico queel $1.100.000 por kilogramo de basede pasta representa para quien seinterese en el negocio, sin que, porlo demás, tenga que incurrir en losaltos costos de comercialización aque se ve abocado con su produc-ción legal excedentaria.

Los colonos antiguos se olvidanpor segunda vez de la producciónde comida para dedicarse a cultivarcoca en sus chagras campesinas.Pero ellos no son los únicos: Cadadía arriban a la región más y másmigrantes ávidos de participar di-recta o indirectamente en la bo-nanza coquera. Sueñan con unasolución definitiva a sus penurias. Yaunque algunos lo logran, no esposible afirmar que el éxito hayasido generalizado, pues la inflaciónde demanda hábilmente aprove-chada por la estructura oligopólicade oferta se encarga de erosionar yextemalizar una considerable por-ción del ingreso obtenido.

La producción regional de cocaadquiere ribetes de monocultivo, loque se traduce en superproducciónyen el consiguiente envilecimientodel precio hasta encontrar el piso en$80.000 hacia el año 1983. Es lasegunda crisis de la economíasubterránea.

El desmantelamiento de los inge-nios coqueros del Yari, y el asesi-nato del ministro Lara Bonilla, sondos elementos extraeconómicos quecontribuyen para que en 1984, elprecio se reactive. En ese año se pre-senta una minibonanza al cotizarseel precio del kilo de }jase en un pocomás de $500.000. Por tener un ciclovegetativo más corto que el de otrosproductos agrícolas, la oferta dehoja de coca y de base de coca esaltamente elástica. Esta caracterís-tica del cultivo explica por qué pesea la reactivación de la demanda, suprecio apenas alcanza a ser el 50%del de 1978. Pueblos y pobladosempiezan a emerger en esta vorá-

gine de dinero fácil, auges, crisis,ilegalidad, ausencia Estatal y legi-timidad guerrillera. Coincidente conesta minibonanza, las FARC, em-piezan a participar del excedente através del "gramaje". En teoría, el"gramaje" es un impuesto a las ven-tas, pero en la práctica es un tributoa las compras, en la medida en quelos comerciantes del alcaloide siem-pre se las arreglan para hacer que,en últimas, sea el narcoproductor elque termine asumiéndolo. La con-trapartida guerrillera por este tri-buto consiste en permitir el cultivo yel tránsito de la base de coca, ejercerfunciones policivas y judiciales,organizar a la comunidad y propor-cionar seguridad en su área deinfluencia.

Si se aceptan los cálculos hechospor un sacerdote de un municipioaledaño a la Reserva según los cua-les en 1985 se movían dos mil millo-nes de pesos semanales allí porconcepto de coca, hilando dema-

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siado grueso se tendrá una cifra dedoscientos millones cada vez apro-piados por los "guerreros". Sinembargo, lo fabuloso de esta cifrainvita a mirarla con cuidado, puesse parte de un cálculo sin ningunasustentación científica.

Como la dirigencia guerrillera y lacolonización lo reconocen, aquellallega a un pacto explícito con loscampesinos y a un tácito y coyuntu-ral acuerdo con el narcotráfico. Estea la vez que les facilita su trabajopolítico, les permite participar delexcedente económico generado porla actividad narco-mercantil, a tra-vés del llamado "gramaje", "diezmo"o "contribución", que se fija sobretoda transacción de coca llevada acabo en la región.

Pero más temprano que tarde, lapresencia guerrillera en la zonaentraba el proceso de acumulaciónnarco-capitalista y la fisura entre losdos sectores pronto se convierte engrieta. La puja mafiosa por intentarla producción coquera en la Reserva,al estilo de la que existiera en lasselvas del Yari, se encuentra con laoposición guerrillera.

La guerra, en medio de la cual seencuentra el campesinado, estádeclarada. Aunque el movimientoguerrillero acepta el pequeño narco-cultivo y la presencia de comercian-tes del alcaloide, no está dispuesto apermitir la producción industrial decocaína allí. Comprende que ellomina la base económica del gruesode la población y erosiona unaimportante fuente de recursos a losque la organización se ha acostum-brado. En el otro bando, surgen gru-pos paramilitares que, en un tensoclima de agitación política y en elmarco de un calculado plan deamedrentamiento, ataca a la pobla-ción civil. Se trata de imponerse porla fuerza para eliminar el obstáculoque la expansión del capital mafiosoencuentra en la guerrilla. En estecontexto se inscribe la ola criminalque a partir del asesinato del diri-gente Yate Bonilla, acaecido en1986, recorre el departamento delMeta. Fruto de esa estrategia es lamatanza de Piñalito en febrero de1988 y el arrasamiento, tanto demiembros de la UP, como de cam-pesinos acusados de ser auxiliado-res de la guerrilla. Y la guerra sorday sucia continúa. De ella son espec-

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tadores los impotentes campesinos,hasta el día en que ella los convierteen sus víctimas o los absorba.

Coca

Aunque en la región existen variasformas de narcoproducción, preva-lece la economía campesina en laque el núcleo familiar cultiva una odos hectáreas con coca, cuyas hOjascosecha y procesa rudimentaria-mente para obtener el productosemielaborado que luego realiza alprecio que le fija el narcotraficantequien, sin mayores dificultades, lotransporta al interior del país endonde es transformado en cocaínapura para la exportación.

Partiendo de la base cierta de queen la actualidad los cultivos yaestán establecidos y que cada hec-tárea arroja una producción anualneta de 8.640 gramos de base decoca, dado el precio de venta de$250.00/gr., se concluye que el nar-coproductor está percibiendo uningreso bruto de $2.060.000.00. Sinembargo, los altos costos de pro-ducción agrícola y del procesa-miento químico, determinan que elingreso neto recibido por el campe-sino sea de $1.160.000.00 cada año,es decir, un promedio mensual de$97.000.00 por hectárea cultivada.

Este hecho, unido a la pobrezaestructural del suelo de la Reserva, a

los costos laborales, al precio deltransporte y a los deficientes cana-les de mercadeo con que tropieza laproducción agrícola legal, explicapor qué la agricultura tradicional seencuentra en estado de abandono yque los excedentes comercializa-bIes no sean muy significativos yque su práctica sea apenas mar-ginal.

La economía de la coca, comoagua desbordada toca a todos losagentes y sectores económicosdirecta o indirectamente relaciona-dos con ella. Y aún a los que nadatienen que ver con su dinámica. Esun juego de suma cero en ello quealguien pierde otro lo gana y delcual es imposible sustraerse.

La consecuencia económica másrelievante en el sector agrícola es elestancamiento de la produccióncampesina debido al estableci-miento del jornaleo y a la elevacióndel costo del transporte. Así se blo-quea la ventaja comparativa queantes tuviera el colono para produ-cir excedentes comercializables acosta de la sobreexplotación de lafuerza de trabajo de su núcleo fami-liar y de la reducción de su consumopor debajo del nivel de subsistencia.Por otra parte, la crisis de los culti-vos ilegales propició la desacumu-lación del ahorro campesino que enforma de ganados y parcelas hubode realizar a bajo precio para resar-

Precios históricos de la coca en la Macarena

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S/G1200

1000

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o79 80 8281

- Series AFuente: Trabajo de _campo.

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AÑOS

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La misma tendencia consuetudinaria a la concentración de la tierra.

cirse de las pérdidas causadas porlas destorcidas de los precios de lamarihuana y de la coca. Coyunturashábilmente aprovechadas por loscomerciantes que mediante la prác-tica del endeude lograron apode-rarse de las mejores tierras en dondeestablecieron ganaderías extensi-vas y semi extensivas.

Con base en la encuesta socioe-conómica que el CES adelantó en laregión, se encontró un modelo deregresión que indica cómo sólo unapequeña porción de la colonizaciónantigua logró hacer el tránsito a laganadería mientras que los reciénllegados han logrado consolidarsecomo productores pecuaríos capita-lizados o en trance de convertirse en"farmers". De la misma fuente se haencontrado un coeficiente de GINIde 0.50 para el área reservada queindica que allí se ha iniciado ya unproceso de concentración agraría.Concentración que evidentementese relaciona con las depresiones dela economía subterránea. Pero sibien los auges y las crísis no favore-cieron al grueso de la colonizacióncampesina, sí permitieron el forta-lecimiento del sector comercial y deservicios que, operando con tasasde ganancia superiores a las preva-

lecientes en el interior del país,logró consolidarse como una de lasactividades mas rentables en laregión. Finalmente, es convenienteresaltar como consecuencias nega-tivas de la economía subterránea elincremento en el grado de interven-ción en el área de Reserva, la espe-culación fundaria y el subdesarrollodel sector manufacturero.

En la Reserva de la Macarena, el53%del área descumbrada (cultivos,pastos y rastrojos) se encuentracubierta de pastos. Es decir, un pocomás de 3 veces el suelo de uso agrí-cola. Esta cifra evidencia la repro-ducción de la estructura agropecua-ria prevaleciente en la fronteraagrícola. En otras palabras, laReserva tiende a convertirse en unainmensa pradera. El trabajo decampo efectuado en la región y lodatos del Censo CES permiten iden-tificar tres tipos de productorespecuarios:

- El productor tipo 1 que al nocontar con los recursos de capitalque la actividad requiere, se ha con-vertido en un ganadero por encargoque recibe ganado al aumento en unrelación social de producción des-ventajosa.

- El productor pecuario tipo IIque luego de un largo y penoso pro-ceso, logró hacer el tránsito a laganadería integral. Es el colonoantiguo que acumuló el ingresogenerado por los auges de la coca.

- El productor tipo III que es uncapitalista en ciernes. Es el colonoterciario que siendo recién llegado,logró pescar en el río revuelto de lascrisis y establecer ganaderías ex-tensivas en las riberas de los ríos.

Al igual que el sector agrícola, laproducción pecuaria de la Maca-rena dista mucho de alcanzar unaceptable grado de eficiencia. Lainexistencia de razas mejoradas ylas mismas limitaciones a que seenfrenta la producción agrícola sondeterminantes para que la capaci-dad de carga sólo sea de 0.4 cabezaspor hectárea, siendo Mesetas elmenos ineficiente y Vistahermosa elmás extensivo.

Tenencia de la tierra

La característica sobresaliente de lafrontera agrícola en el Meta es laconcentración de la propiedad agra-ria.

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En efecto, mientras que a niveldepartamental, el 56%de los preciosregistrados en el IGAC pertenecenal rango de los menores de 20 hectá-reas, y apenas participa del 1.62%dela superficie disponible, el 11% delos predios dan cuenta del 88% delagro fronterizo.

Aunque en la Reserva de la Maca-rena se ha iniciado ya el proceso decompra-venta de mejoras y de con-centración agraria, la desigualdadde la distribución no es tan dramá-tica como la que se presenta en elárea circundante. Las cifras delcenso CES indican cómo el 68% delos fundos se ubican en el rango delas 20 a las 200 hectáreas y ocupanel 75% del área con pretensiones detitulación.

Con procedimientos matemáti-cos, se han calculado los coeficien-tes de GINI tanto para el área de lafrontera como para la Reserva. Lariqueza analítica de dichos coefi-cientes consiste en que a medidaque se aproximan al, evidencianmayor grado de concentración.

El cuadro No. 1 muestra cómo el90% de la superficie departamentalse encuentra acumulada en pocasmanos, siendo impresionante elfenómeno concentrador de SanJuan de Arama, en donde el 97% dela tierra se halla desigualmente dis-tribuida. El estatus jurídico de laReserva, la alta rentabilidad de cadahectárea cultivada en coca, la bajacapacidad resistencial del suelo y laconsolidación de una parte de la

COEFICIENTES DE GINI

Coefi- Coefi-Municipio ciente1 ciente2

Mesetas 0.63 0.42Macarena 0.50Puerto Rico 0.70 0.48San Juan 0.97 0.40Vistahermosa 0.60 0.47Acumulado 0.80 0.49Departamento 0.89

1. Para la frontera agrícola circundante.2. Para la Reserva de la Macarena.

• Fuente: Cálculos del autor a partir de los listados del!GAC y del censo CES.

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colonización pionera, determinanque en el área colonizada la concen-tración no sea tan aguda. El cuadroque se viene comentando indicacómo el grado de concentración allíes sensiblemente menor que en elárea de Frontera (entre el 40 y el50%).En otras palabras, la Reservade la Macarena es un refugio de loscampesinos sin tierra, por lo que silos decretos reglamentarios de laLey 34 de 1989 que conceden facul-tades extraordinarias al señor Pre-sidente de la República para "defi-nir sobre los límites reales, zonificary clasificar el área de esta Reserva",determinaran el realinderamientode la misma se podría originar laexpulsión de los colonos, la intensi-ficación del proceso de praderiza-ción del área y la erradicación de lapequeña producción campesina decoca, pero a costa de la verticaliza-ción (producción-comercialización)en favor de los grandes capas delnegocio.

Una alternativa

La solución a la situación planteadadebe rebasar los límites de la actualReserva y contextualizarse en laproblemática regional. Esto implicapor una parte, involucrar áreascomo la cuenca del Río Guayabero yla cuenca occidental del Río Ariari,que siendo susceptibles de explota-ción económica se encuentran irra-cionalmente utilizadas y por otra,que en los programas de la coloni-zación especial del Duda adelanta-dos actualmente por el !NCGRA,tengan prelación los colonos quepor voluntad propia se hagan partí-cipes de la iniciativa estatal.

En resumen: La propuesta tieneque ver con la creación de un Dis-trito de Manejo Integrado que com-prenda las cuencas reseñadas; y conun proceso largoplacista que in-duzca la migración de retorno hacialas áreas periféricas de la Reserva dela Macarena.

Pero, como es obvio, la cristaliza-ción de la idea requiere de voluntadpolítica, de concertación con lacomunidad y de recursos económi-cos que viabilicen la consolidadóncomo productores agropecuarios delos campesinos en su nuevo asen-tamiento.

La población en la Reserva dela Macarena es hoy de 24.878colonos. Un mapa elaborado a

escala 1:100.000, nos permite obser-var y cuantificar la ubicación yavance de los colonos en la Reserva.Mediante este mapa podemos apre-ciar los frentes de colonización másdinámicos y su grado de penetra-ción al interior de ese espacio.

Establecidos los límites de laReserva y dada su diversidad geo-morfológica y paisajista, esta puededividirse en tres sectores así:1. El corredor occidental, por debajo

de los 500 metros sobre el niveldel mar, señalado por las vegas yterrazas bajas de los ríos Duda -Guayabero, formadas por la de-nudación natural de la Sierra ensu costado occidental.

2. Paisaje de la Sierra La Macarena,cuya estructura es la de un domode 120 kilómetros de largo ensentido norte-sur, y de 20 a 40kilómetros de ancho con buzadasregulares en sus extremos y fuer-

• Investigador del CES y profesor de Geografíaen la Universidad Nacional.