334
INDEPENDENCIAS Y REVOLUCIONES EN EL CARIBE: PRENSA, VANGUARDIAS Y NACIÓN EN PUERTO RICO Y CUBA, SIGLOS XIX Y XX

Capitulo de Libro Mexico

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Capitulo de Libro Mexico

INDEPENDENCIAS Y REVOLUCIONES EN EL CARIBE:PRENSA, VANGUARDIAS Y NACIÓN EN

PUERTO RICO Y CUBA,SIGLOS XIX Y XX

Page 2: Capitulo de Libro Mexico

2

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 3: Capitulo de Libro Mexico

3

INDEPENDENCIAS Y REVOLUCIONES EN EL CARIBE:PRENSA, VANGUARDIAS Y NACIÓN EN

PUERTO RICO Y CUBA,SIGLOS XIX Y XX

Leticia Bobadilla GonzálezMartín López Ávalos

Coordinadores

Page 4: Capitulo de Libro Mexico

4

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Independencias y Revoluciones en el Caribe:Prensa, Vanguardias y nación en Puerto Rico y Cuba, siglos XIX y XXLeticia Bobadilla GonzálezMartín López ÁvalosCOORDINADORES

Cuauhtemoc Nepita VillanuevaDISEÑO DE PORTADA

Primera Edición enero de 2012Morelia, Michoacán, MéxicoDerechos Reservados Conforme a la ley

D.R.

© Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolás deHidalgo

© El Colegio de Michoacán

© Red de Estudios Comparados del Caribe y Mundo

Atlántico, RecCMa, CSIC, Madrid, España

ISBNProhibida la reproducción total o parcial porcualquier medio sin la autorización escrita deltitular de los derechos patrimoniales.Impreso y hecho en MéxicoPrinted and made in Mexico

*Este libro forma parte de los resultados del proyecto de investigaciónHAR2009-09844, financiado por el MICINN, España, y Coordinadopor la Dra. Consuelo Naranjo Orovio, Instituto de Historia del CSIC.

TEXTOSRafael RojasIgnacio Sosa ÁlvarezMaría Teresa Cortés ZavalaOliva Gargallo GarcíaBrenda Verónica Chavelas SánchezMaría Magdalena Flores PadillaClaudio Antonio GallegosMartín López ÁvalosLeticia Bobadilla González

Page 5: Capitulo de Libro Mexico

5

ÍNDICE

Utopía y desencanto en hispanoaméricaRafael Rojas

Ariel y Calibán en el Ocaso de la RevoluciónIgnacio Sosa Álvarez

Puerto Rico

La narrativa histórica de Puerto Rico: Desarro-llo agrícola y nación en la segunda mitad delsiglo XVIIIMaría Teresa Cortés Zavala

Prensa, Autonomía y Nación en Puerto RicoOlivia Gargallo García

Los debates sobre la modernización de PuertoRico en la Revista de Agricultura, Industria yComercio, 1885-1893Brenda Verónica Chavelas Sánchez

Introducción 7

27

39

69

101

141

Page 6: Capitulo de Libro Mexico

6

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Cuba:

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación enCuba, 1812-1894María Magdalena Flores Padilla

El 98 cubano y su impacto continental: entrela globalidad y la globalizaciónClaudio Antonio Gallegos

Vanguardias y procesos políticos en Cuba,1933-1959Martín López Ávalos

Cuba: Propaganda y organizacionescontrarrevolucionarias en Miami, Florida,1960-1962Leticia Bobadilla González

163

225

201

279

Bibliografía 307

Page 7: Capitulo de Libro Mexico

7

En los pasados años, la historiografía en torno a los estudioslatinoamericanos se vio enfrentada a la tarea de trabajarpara conmemorar el bicentenario de las independencias y,en el caso mexicano, también el centenario de la revolución.La producción en torno a las conmemoraciones sin dudallenó los espacios de las publicaciones dedicadas a ladifusión de la historia, tanto impresos como visuales. Sinembargo, al hablar de las independencias en la Américaespañola, estos procesos se ubican geográficamente en elespacio continental, dejando a un lado el Caribe por unarazón muy elemental: ahí los procesos de independenciaen la forma como los conocerían sus contrapartes delcontinente tardarían en expresarse varías décadas más,hasta 1898 cuando el último intento de guerra deindependencia en Cuba involucre a la apacible Isla dePuerto Rico en el cambio político más importante de suhistoria. La desaparición de insurrecciones políticas enPuerto Rico y los intermitentes intentos de independenciacubanos en la segunda mitad del siglo XIX, no significan,de manera alguna, la ausencia de cambios, por el contrario,a lo largo de ese siglo presenciamos una experiencia muypeculiar por modificar y adecuarse a las nuevasmodalidades de producción que el capitalismonorteamericano demandaba en su proceso de expansión

INTRODUCCIÓN

Page 8: Capitulo de Libro Mexico

8

Independencias y Revoluciones en el Caribe

por la zona. Para el siglo XX, veremos la réplica que lasvanguardias cubanas van construyendo a partir de laexperiencia de este nuevo ciclo de dominación. Así, si bienel Caribe es extraño a la ola revolucionaria que genera a losestados nacionales latinoamericanos, no lo es en la dinámicade las sociedades; por esa razón el presente volumenpropone revisar esta experiencia caribeña para compararlacon las otras zonas del continente, independientemente delas coyunturas conmemorativas.

Los estudios que integran esta obra colectiva centransu atención en las ideas que originaron los anhelosindependentistas en Puerto Rico y Cuba en el siglo XIX, yde revolución en este último caso en el siglo XX. La difu-sión del discurso intelectual desde los medios impresos, lanación imaginada que aspiraron construir, así como losmecanismos ideológicos a través de los cuales se constitu-yeron las vanguardias revolucionarias, son los temas queabordan nueve especialistas en la historia de Puerto Rico yCuba en torno a los procesos de independencia y revolu-ción en América Latina y el Caribe. Desde diversas ópticasse estudia el impulso que los intelectuales dieron a estasaspiraciones independentistas, pues —como advierteFrançois-Xavier Guerra1 — se buscaba reemplazar la sobe-ranía del rey para depositarla en la nación, siendo el ciuda-dano el componente fundamental de este nuevo soberano.El análisis de estos procesos es complejo; por un lado, haimplicado estudiar los registros culturales, las ideas y las

1 François-Xavier Guerra “El soberano y su reino. Reflexiones sobre lagénesis del ciudadano en América Latina”, en Hilda Sabato (Coord.)Ciudadanía política y formación de las naciones. Perspectivas históricas deAmérica Latina, México, Fondo de Cultura Económica, El Colegio deMéxico, Fideicomiso Historia de las Américas, 2003.

Page 9: Capitulo de Libro Mexico

9

aspiraciones de los grupos que las promovieron y, por elotro, conocer las dificultades que tuvieron que enfrentarpara llevarlas a cabo, para negociarlas o imponerlas a dife-rentes grupos sociales, de manera que una vez logradas lasindependencias ello nos permitirá comprender cómo ocu-rrieron los procesos de construcción del Estado como com-ponente inherente a la nación, como idea depositaria de lasoberanía.

Dos reflexiones sobre los procesos de independenciay revolución en América Latina y el Caribe encabezan ellibro; la primera es de Rafael Rojas, en “Utopía y desencantoen Hispanoamérica”; el otro es de Ignacio Sosa “Ariel yCalibán en el ocaso de la revolución”. Ambos textos ensayansobre los elementos simbólicos presentes en los discursosque dan significado a los procesos de independencia yrevolución de los siglos XIX y XX. Para Rafael Rojas,América es un lugar de representaciones utópicas,monárquicas o republicanas, sobre todo, durante los veinteaños que abarcó el proceso de las independencias, desde lainvasión napoleónica a España y la reclusión de los reyesCarlos IV y Fernando VII en Bayona, y la muerte de SimónBolívar en Santa Marta, en 1830. El momento deradicalización republicana del proceso ideológico y políticode la independencia ocurrirá en 1814, por el regreso deFernando VII a la península y el restablecimiento de lamonarquía absoluta. Los más importantes caudillos deaquella gesta: José María Morelos y Simón Bolívar, José deSan Martín y Bernardino Rivadavia, Antonio José de Sucrey José Antonio Páez, Bernardo O’Higgins y José MiguelCarrera, entre otros, afianzarán a partir de entonces ladefensa de la forma republicana de gobierno como modo

Introducción

Page 10: Capitulo de Libro Mexico

10

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de zanjar la ambivalencia entre autonomía e independenciay de afirmar la ruptura no sólo con la monarquía absolutasino con la personificación del trono español en FernandoVII. Para Rafael Rojas los cuatro años de práctica inconstantey no generalizada de la legislación preconstitucional yconstitucional de las Cortes de Cádiz afianzaron laambivalencia entre los conceptos de autonomía eindependencia e incluso el fernandismo de Hidalgo,Morelos y algunos líderes chilenos y andinos. Es entoncesque los pueblos, como han señalado Antonio Annino2 yotros historiadores, y no sólo las naciones o los individuos,se constituyeron en depositarios de la nueva soberanía.Desde aquellos años, en la América Septentrional y en losAndes los sujetos de la construcción nacional no serán sólolos propietarios o los ciudadanos de la teoría liberal yrepublicana sino también las comunidades de la tradiciónjurídica colonial. Sin embargo, para el Caribe hispano nodebería concluirse que por el hecho de no vivir guerras deindependencia en la primera mitad del siglo, estuvo almargen del gran proceso de retrocesión de las soberanías yde difusión del liberalismo y el republicanismo atlánticos.Las capitanías generales de Cuba y Puerto Rico tambiénvivieron la búsqueda de una autonomía local, a la hora delvacío de poder real de 1808, y entre 1812 y 1836experimentaron los vaivenes del liberalismo constitucionalhispánico. La Constitución que redactó el criollo bayamésJoaquín Infante en 1812, en Caracas, proponía la creaciónde un Consejo de Diputados, con representantes de seis

2 Antonio Annino y François Xavier Guerra (coords.), Inventando laNación. Iberoamérica siglo XIX, México,FCE, 2003

Page 11: Capitulo de Libro Mexico

11

regiones de Cuba, que compartiría la autoridad política conun Poder Ejecutivo, encabezado por tres ministros, y otroJudicial, integrado por media docena de jueces criollos. Losreferentes de aquel proyecto de Constitución para la Islade Cuba (1812) eran el Contrato social de Rousseau, laConstitución de Estados Unidos, la Constitución francesadel año VIII, instaurada por el Consulado, y la Constituciónfederal venezolana de 1811.

En estas condiciones las Ideas liberales y republicanasaparecieron en casi todas las conspiraciones masónicas,separatistas, abolicionistas o anexionistas que se produjeronen Cuba durante la primera mitad del siglo XIX: la de JoséAntonio Aponte, la de Román de la Luz, la de los “Soles yRayos de Bolívar”, la de la Gran Legión del Águila Negra,la de La Escalera y la de Narciso López. Aún cuandoninguna de esas conspiraciones logró generar un movi-miento independentista cubano, equivalente a los quetuvieron lugar en Hispanoamérica entre 1810 y 1824, surepertorio ideológico da cuenta de la difusión delrepublicanismo atlántico en una región, como el Caribe,donde el statu quo colonial lograría prevalecer hasta lasegunda mitad del siglo XIX.

¿Por qué los hombres se rebelan? ¿Por qué los hombresno se rebelan? Han sido los cuestionamientos del hombremoderno y contemporáneo, así lo plantea Ignacio Sosa en“Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución”, para quienen un mundo tan complejo, plural y diverso como el delCircuncaribe, no es posible ofrecer una explicación únicaque comprenda las distintas experiencias coloniales de lospaíses de la región; por esta razón, es necesario apelar asímbolos culturales cuya función es la de operar como

Introducción

Page 12: Capitulo de Libro Mexico

12

Independencias y Revoluciones en el Caribe

explicación que permita volver a unir lo que de otra manerase ofrece como una visión fragmentada, caótica. La lecturadel proceso descolonizador del Caribe anglófono e hispanoparlante muestra que las figuras literarias creadas porShakespeare de Ariel, Calibán y Próspero, fueron utilizadasentre 1900 y 1965 para ilustrar la narración deldeslumbramiento que el discurso imperial provocó en losintelectuales de los países que una vez fueron coloniales;sin importar que aquéllos se expresaran en español, francéso en las versiones del inglés correspondientes a ambosextremos del Atlántico.

Para Ignacio Sosa uno de los símbolos fundamentalesde la sociedad moderna y contemporánea que vincula lasvisiones de la América Latina y el Caribe con los paísesmetropolitanos en general, y con Inglaterra y los EstadosUnidos en particular, han sido las figuras de Ariel y Calibán.A la primera, en los inicios del siglo XX, los intelectualeslatinoamericanos —José Enrique Rodó3 el primero deellos— le atribuyeron los valores con los que se deberíancomprometer los latinoamericanos como una señalinequívoca de su propia identidad. A la segunda, la deCalibán estudiada por Roberto Fernández Retamar4 , designo contrario a la de Ariel, se le atribuyó en el último ter-cio del mismo siglo, el representar los valores de la rebeldíafrente a los designios metropolitanos. Hoy, el debate sigueabierto y aunque en los círculos académicos se utilice unanueva terminología, la disyuntiva de asimilación o rupturaestá presente. La primera reitera el argumento sobre la

3 José Enrique Rodó, Ariel, Monterrey, Ed. Lozano, 1908.4 Roberto Fernández Retamar, Calibán: Apuntes sobre la cultura ennuestra América, México, Diógenes, 1971.

Page 13: Capitulo de Libro Mexico

13

necesidad de aceptar la visión que “el otro” tiene de“nosotros”, como la verdadera; la segunda, referente a laruptura revolucionaria, desde hace dos décadas ha entradoen el ocaso.

En términos generales el libro se estructura en dospartes, Puerto Rico y Cuba en los siglos XIX y XX. SobrePuerto Rico, tres estudios se complementan en torno alquehacer de los intelectuales y la difusión de sus ideas. Elprimero de ellos es el de María Teresa Cortés Zavalaintitulado: “La narrativa histórica de Puerto Rico: Desarrolloagrícola y nación en la segunda mitad del siglo XVIII”. Aquíla autora reconstruye la narrativa histórica que se edificóen Puerto Rico en esta época, y cómo ésta literatura influyóen la organización y desarrollo agrícola de la Isla. Se partedel reconocimiento realizado por figuras vinculadas a laCorona española: Alejandro O´Reilly e Iñigo Abad yLasierra. El primero de ellos llegó a Borinquén en 1765 comoenviado especial de Carlos III con el objeto de realizar uninforme sobre la situación defensiva que guardaba elbaluarte español como espacio estratégico-militar yterritorio de frontera; mientras que el segundo, el reverendoIñigo Abbad y Lasierra, ingresó a la Isla en compañía delobispo Jiménez Pérez en su visita pastoral por los territoriosde la diócesis de Puerto Rico, y en su Historia Geográfica,civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico,editada en 1788, ilustra sobre el abandono económicoadministrativo que se vivía en la Isla. Para María TeresaCortés es a partir de la literatura peregrina o realizada porviajeros cuando comienza la construcción de un relatofundacional del pasado de Puerto Rico. A partir de esanarrativa, es que se considera a estos autores como los

Introducción

Page 14: Capitulo de Libro Mexico

14

Independencias y Revoluciones en el Caribe

escritores que en la convivencia cotidiana con las éliteseconómicas puertorriqueñas, contribuyeron a encauzar unprimer sentimiento de identificación con el espacio ynaturaleza lugareña. Cada uno de estos viajeros durantesu estancia en la Isla, convivió con las grandes familiasazucareras y asistieron a las reuniones de los colonos ricos—que a decir de Ledrú— “vivían como los europeos… ysu manera de vivir se asemeja más a las de las grandesciudades». En sus tertulias estos hombres públicosexpresaron sus ideas y trasmitieron entre sus oyentes unanueva sensibilidad del orden racional que debía guardarese territorio gracias al conocimiento científico. Sinembargo, la cimentación de una tradición escrita realizadapor artífices nativos, tiene su origen con la llegada de laimprenta y la elaboración de una historia escrita que, en lacoyuntura de 1808, encontró los principales pilares parareorientar el discurso del modelo de organizacióneconómica para la Isla, bajo la petición de un nuevo pactopolítico con el poder colonial. Las ideas de la autonomíaaparecen en 1809, y se convierten en uno de los pilares dela trasmisión y reproducción del pensamiento político ysocial del liberalismo puertorriqueño del siglo XIX. Desdeentonces y en una historia de continuidades —los liberalesreformistas, autonomistas, asimilistas o independentistas,monarquistas, centralistas o republicanos— tuvieron comoprincipal influencia la doctrina económica de Locke yMontesquieu, al mismo tiempo que abrevaron de losejemplos y propuestas de desarrollo de Jovellanos,Betancourt y Cisneros.

Al estudiar el desarrollo de la prensa periódica en Puer-to Rico en el siglo XIX, Oliva Gargallo García en su trabajo:

Page 15: Capitulo de Libro Mexico

15

“Prensa, Autonomía y Nación en Puerto Rico”, consideraque en su realidad colonial fue objeto de continuas restric-ciones que afectaron severamente la expresión pública, sinembargo, estos factores no impidieron que el periodismopuertorriqueño desde sus primeras expresiones y a lo lar-go del siglo XIX, desempeñara un papel significativo comoprincipal medio de información, formador de opinión, es-pacio contestatario a las decisiones del grupo en el poder yuna actividad renovadora de ideas, independientementede su signo político. Los impresos también dieron apoyo ala difusión de actividades como la literatura, el comercio,la industria, la agricultura y la educación. Se recurrió a laprensa para dar a conocer las producciones e ilustrar al lec-tor sobre sus problemas y alternativas. Oliva Gargallo su-braya que otro aspecto que se ventiló en la prensa desdeépoca temprana fue la incorporación discursiva de algu-nos símbolos e ideas en torno a la construcción de una na-ción e identidad cultural. Este debate fue iniciado por lossectores de intelectuales puertorriqueños criollos que hi-cieron de la tribuna periodística el principal medio de sus-tituir el discurso político las veces que les fue negado. Laprensa liberal autonomista fue la voz impresa de las in-quietudes e intereses de los sectores de intelectuales crio-llos que rompieron con el monopolio de la informaciónperiodística ejercida por el Estado, para convertirse en unespacio de debate y de opiniones a favor de la causa refor-mista por la vía de la autonomía. Es en este contexto delperiodismo insular, que la autora analiza la idea autono-mista en Puerto Rico durante las dos últimas décadas delsiglo XIX. En particular estudia los casos de El Buscapié y laRevista de Puerto Rico, ambos voceros de los sectores de in-

Introducción

Page 16: Capitulo de Libro Mexico

16

Independencias y Revoluciones en el Caribe

telectuales criollos que defendieron las ideas autonomistaspuertorriqueñas. Estos impresos se constituyeron en unespacio de opinión y actividad política y cultural de la élitecriolla, que se manifestó como poder público en el ámbitode la cultura y las artes para imponer desde allí una pro-puesta de nación.

Por su parte, Brenda Verónica Chavelas en su estudiointitulado: “Los debates sobre la modernización de PuertoRico en la Revista de Agricultura, Industria y Comercio, 1885-1893”, plantea que Puerto Rico vivió una época de singularefervescencia política y social durante el último cuarto delsiglo XIX, propiciada por una serie de acontecimientos deorden económico que generaron la ruina de un importantesector de productores criollos, y reavivaron el debate entorno al rumbo que debía tomar la economía y su relacióncolonial con España. Estos problemas fueron discutidos demanera pública como consecuencia del establecimiento dela Primera República en España y del trienio liberal, cuan-do se aprobó la fundación de partidos políticos en la Isla,se permitió la participación de los puertorriqueños en lasCortes, y la aplicación de la libertad de expresión con la leyde imprenta y de asociación vigentes en la metrópoli. Laprensa puertorriqueña contribuyó a la apertura del debatepúblico en torno a la necesidad de reformar la relación co-lonial, convirtiéndose en el espacio donde los profesionistasy productores agrícolas demandaron al gobierno la implan-tación de políticas de fomento y modernización. La apari-ción de nuevos impresos y el ejercicio del periodismo comovehículo de información propiciaron la manifestación deideas y desacuerdos con la península, resultando el medioidóneo para legitimar sus propuestas de cambio económi-

Page 17: Capitulo de Libro Mexico

17

co y político. Los productores criollos solicitaban una ma-yor acción gubernamental para superar el atraso en el quese encontraba la economía borinqueña. Asimismo, buenaparte de este debate fue encabezado por una élite intelec-tual de profesionistas que desde mediados de siglo habíanllegado a la menor de las Antillas españolas, después derealizar estudios superiores en universidades de Europa yEstados Unidos, en donde habían tenido contacto con otrastradiciones científicas y culturales, así como con distintascorrientes del pensamiento económico.

En estas circunstancias un grupo de intelectuales yhombres de negocios fundaron la Revista Agricultura,Industria y Comercio, en 1885. Éstos en su mayoría promovíanpublicaciones científicas y académicas, y manteníanvínculos con otros sectores económicos con quienes se iden-tificaban en cuanto a su posición ante el nuevo rumbo quedebía tomar la economía de la isla. Este grupo deintelectuales estaba dispuesto a proporcionar a losagricultores información confiable y actualizada, lo que lesotorgaría credibilidad a sus opiniones en la escena pública;al mismo tiempo fungirían como asesores del gobierno ycomo profesionistas calificados para emitir críticas yopiniones que propiciaran la necesidad del cambio derumbo de su realidad económica.

La segunda parte del libro está dedicada a Cuba siglosXIX y XX, e inicia con el texto de María Magdalena FloresPadilla, “Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba,1812-1894”, donde realiza una remembranza biográfica yanálisis de las obras del escritor e intelectual cubano CiriloVillaverde de la Paz, considerado uno de los principalesexponentes del género narrativo en Cuba del siglo XIX. Al

Introducción

Page 18: Capitulo de Libro Mexico

18

Independencias y Revoluciones en el Caribe

abordar su formación académica y desempeño público enlos ámbitos de la literatura, la enseñanza, el periodismo yla militancia política, Cirilo Villaverde es el estudio de uncaso que nos permite conocer el desarrollo de laintelectualidad cubana y su intermediación entre la socie-dad colonial y el Estado español; también nos permite vis-lumbrar las distintas alternativas —autonomismo,anexionismo e independentismo— que adoptaron con lafinalidad de llevar a la práctica sus propuestas de nación,en el trasfondo económico, social y cultural de Cuba, entre1812 y 1894.

Los años que van de 1844 a 1847 corresponden a laúltima etapa de producción literaria de Cirilo Villaverdecon El penitente, La tejedora de sombreros de yarey, Vanidad, Elmisionero de Caroni, Compendio geográfico de la Isla y El libritode los cuentos y las conversaciones, donde afirmó los postu-lados de una identidad cubana a partir de subrayar unpasado y una geografía comunes, siendo su máxima obraCecilia Valdés. Dentro de las distintas posiciones que delanexionismo persistieron en Cuba, Cirilo Villaverde seidentificó con la posición del general venezolano, NarcisoLópez. Se le llegó a calificar incluso como uno de “los dosamigos y colaboradores más inmediatos de López, a loscuales cabe considerar muy compenetrados con éste eidentificados con sus miras”. Narciso López buscó el caminoarmado para solucionar la crisis económica en que seencontraba la región trinitaria donde se ubicaba su minade hierro, denominada Mina de la Rosa. La adhesión almovimiento armado valió a Cirilo Villaverde eldistanciamiento ideológico con hombres como José A. Saco,Domingo del Monte y Javier de la Luz y Caballero, quienes

Page 19: Capitulo de Libro Mexico

19

formaban parte del Club de La Habana, cuya secciónradicada en los Estados Unidos tuvo como principal misiónel favorecer la iniciativa anexionista a través de la revistaanglo española La Verdad, propiedad de Moses Yale Beachy transportada clandestinamente a Cuba. Por su activaparticipación en los proyectos anexionistas Villaverde sevio obligado a salir de Cuba. Se le inculpó de intervenir enla conspiración denominada Mina de la Rosa Cubana y fuedetenido. En 1850 los aires anexionistas que soplaban enCuba fueron dando paso a las ideas de independencia. Enla Unión Americana, tras la disolución del Consejo Cubano,surgieron dos agrupaciones de tendencia anexionista, porun lado se encontraba el denominado Consejo deOrganización y Gobierno Cubano, que reunía al mayornúmero de miembros del antiguo Consejo, dirigido por JoséAniceto Iznaga y Gaspar Betancourt quienes manteníanestrecha relación con el Club de La Habana y semanifestaban en contra de los últimos planes de López ysus allegados. La conciencia de poseer una identidad propiafrente a lo español y a lo norteamericano, así como elobservar el poco interés anglosajón de ver a Cuba comoigual, fueron elementos que intervinieron en latransformación del pensamiento político de Villaverde. Enestos años, Cirilo estaba convencido de que Cuba debíabuscar su propio camino. Consideró que el sector deintelectuales cubanos había adquirido madurez paraencabezar el autogobierno. Como intelectual liberal en esosmomentos simpatizó, al igual que la gran mayoría de loscubanos, con la abolición gradual de la esclavitud, puestoque en este proceso vio el inicio de la modernización de laIsla. Como simpatizante de la independencia Villaverde

Introducción

Page 20: Capitulo de Libro Mexico

20

Independencias y Revoluciones en el Caribe

jugó un papel importante en la edición del periódico LaVerdad.

Con el proceso independentista cubano iniciado porJosé Martí en 1895 y su conclusión en 1898, con la guerraque culminaría con la intervención norteamericana, daráinicio otra etapa en la historia de Cuba. Claudio AntonioGallegos en “El 98 cubano y su impacto continental: entrela globalidad y la globalización”, plantea que el desenlacede la guerra del 1898, propició modificaciones sustancialesen la economía, la política, la sociedad y la cultura en Nues-tra América. El nuevo escenario caracterizado por la gra-dual presencia de los Estados Unidos en el territorio y suinfluencia en los ámbitos de decisión de los estados jóve-nes significó el advenimiento de un cambio para la región.Claudio Antonio Gallegos propone un análisis de las trans-formaciones que representó para el continente el desalojode una matriz de dominación formal, como la española, yel inicio de un tipo de dominación propio de un imperialis-mo de carácter moderno, como el estadounidense, paraconstatar que los rasgos generales de la denominadaglobalización, comenzaron a vislumbrarse a partir de 1898.Para Claudio Antonio Gallegos, la globalización trajo lamodernización de los medios de comunicación y el intentode frenar las ansias europeas y anglosajonas sobre el conti-nente. Nuevos acuerdos comerciales, nuevas y más rutasde navegación, empresas de gran magnitud destinadas alas comunicaciones y al intercambio comercial —como fueel estudio y posterior construcción del Canal de Panamá—diversidad de culturas en contacto, problemas de sobera-nía, etcétera, son sólo algunos puntos relacionados con laglobalización. El autor concluye que los estudios que han

Page 21: Capitulo de Libro Mexico

21

tenido lugar en los últimos años sobre las causas y conse-cuencias del 98 confirman que la declinación del imperioespañol y las nuevas formas de dominación imperial inau-guradas por los Estados Unidos de Norteamérica altera-rían en cada continente y en cada país la correlación defuerzas y las maneras de hacer política en el ámbito inter-no e internacional. El ingreso de los Estados Unidos al con-flicto armado transformó el acontecimiento de la indepen-dencia cubana en una guerra de tipo imperialista destina-da al control de territorios y de mercados de materias pri-mas y de consumo. La concentración de capitales y la ex-portación de los mismos pasó a ser el botín de guerra, locual parece vincular a la región con un nuevo tipo de suje-ción al que en general se denomina neocolonialismo,incrementando de manera sustancial la subordinación eco-nómica y política.

De las revoluciones del siglo XX, el proceso cubanocon más de medio siglo de existencia parece estar suficien-temente estudiado, sin embargo, existen vacíoshistoriográficos que en algún momento tendrán quesubsanarse. Se requiere de la apertura al público de los ar-chivos documentales del Estado cubano. Ante los temasfundamentales que no se han desentrañado por parte de lahistoriografía oficial nuevos aires se van sintiendo. El temade las vanguardias revolucionarias en la Cuba contempo-ránea es abordado por Martín López Ávalos en su estudio:“Vanguardias y procesos políticos en Cuba, 1933-1959”,donde se considera que la formación y evolución del Esta-do nacional cubano es producto de la organización de unaélite política que siempre se ha definido como revolucio-naria. Este proceso abarca tres repúblicas; la primera, da

Introducción

Page 22: Capitulo de Libro Mexico

22

Independencias y Revoluciones en el Caribe

inicio a la existencia formal del Estado (en 1902), y es pro-ducto de la guerra de independencia y la intervención nor-teamericana, cuyo corolario será la Enmienda Platt; en laSegunda República (1933-1959) surgirá el modelo de la van-guardia como forma de organización para el asalto al po-der en contra del principal instrumento de dominaciónpolítica de la oligarquía, el Ejército nacional; y la TerceraRepública (1959 hasta nuestros días) se producirá como re-acción a la anterior y se gestará a partir de retomar la he-rencia insurreccional vanguardista cuando se rompe el or-den constitucional en marzo de 1952. Originalmente suobjetivo era una república restaurada, sin embargo, devieneun nuevo proyecto que la Guerra Fría definirá como socia-lista, a diferencia de las dos anteriores que bordean el mar-co liberal.

En este escenario histórico, Martín López nos explicacómo se organizan y desarrollan las élites políticas cuba-nas a lo largo del siglo XX. La revolución aparece en estostres momentos claves en la articulación del Estado nacio-nal; es un espacio esencial para comprender dónde surgenlas élites políticas y cómo, a partir de esta experiencia co-mún, los miembros de ésta socializan entre sí y van gene-rando nuevos lazos sociales y políticos que les permitiráninsertarse en la organización política (el partido) que con-trolará al Estado. Aquí veremos una continuidad más queuna ruptura. Al mismo tiempo, en cada una de estos tresmomentos, las élites se caracterizan por controlar los re-cursos nacionales en su propio beneficio; desde la PrimeraRepública (liberal oligárquica) a la Tercera República (so-cialista), la élite revolucionaria encuentra en el manejo de

Page 23: Capitulo de Libro Mexico

23

los recursos nacionales su fuerza y cohesión como élite delpoder.

López Ávalos interpreta que el cambio fundamentalpara la historia política cubana también vendrá de las ar-tes. Los intelectuales iniciarán una ruptura estética que ge-nerará un modelo político cuyas repercusiones se veránhasta el presente. La transformación de los intelectuales seráun paso fundamental para entender los cambios que ven-drán después. En este ámbito es donde aparece la nociónde vanguardia, trasladada a la cultura política cubana comosinónimo de élite dirigente. A partir de la aparición de lavanguardia —aunada a la del ejército como actores políti-cos modernos—, la actividad política en Cuba iniciará unanueva etapa que culminará con la transformación de lapolítica heredada del liberalismo republicano. Su historiaestá ligada a la vanguardia política contemporánea en lamedida en que se reconoce el nuevo patrón revolucionarioque impregnará la cultura política cubana y, de algunamanera, también la estructura de organización donde estemodelo se realizará.

Finalmente, Leticia Bobadilla González nos ofrece unareflexión en torno a la historiografía de la revolución cuba-na intitulada: “Cuba: Propaganda y organizacionescontrarrevolucionarias en Miami, Florida, 1960-1962”, don-de señala que poco más de cincuenta años de revoluciónen Cuba no han sido suficientes para contar con una reno-vación historiográfica del proceso revolucionario en la Isla.Si los temas proscritos por la historiografía oficial aún es-tán pendientes por estudiarse, entonces no podríamos ha-blar de una saludable renovación historiográfica. Habríaque hacer un balance sobre lo producido hasta nuestros días

Introducción

Page 24: Capitulo de Libro Mexico

24

Independencias y Revoluciones en el Caribe

para darnos cuenta de ello, sobre todo de los temas quefueron proscritos desde muy temprano por los dirigentesrevolucionarios. No obstante, fuera de la Isla se están reali-zando importantes estudios sobre el proceso revoluciona-rio y sobre los temas marginados. Uno de esos temas es eldestierro, refugio y exilio de cubanos que salieron de la Islacon dirección a Miami, Florida, durante la revolución. Des-de antaño, la Florida fue un territorio importante para elcomercio marítimo colonial. En el siglo XIX, los líderes delmovimiento independentista se refugiaron en los EstadosUnidos, Nueva York y Miami, para reunir fondos moneta-rios para su causa. Hubo actividad política de agentes cu-banos en dicho territorio y se fundaron algunos clubesproindependentistas. Considerando que este territorio estávinculado cultural y geográficamente a la Isla, se estudia lamanera como algunos grupos al emigrar de la Cuba revo-lucionaria organizaron un movimiento políticoanticomunista que, con el paso del tiempo, creo fuertes vín-culos de identidad entre la comunidad cubana refugiadaen Miami. En una diáspora considerable, no todos los quesalieron de la Isla se adhirieron a los planes de regresar aCuba por medios violentos.

El presente volumen quiere, y aspira, a formar partede la nueva historiografía de los estudios latinoamerica-nos, donde el punto de partida sean los casos nacionalespara compararlos en una perspectiva regional, en este casocaribeña, y latinoamericana en general, para destacar laglobalidad que comparten nuestras experiencias como so-ciedades y naciones una vez que fue el mismo Caribe don-de se encontraron las dos puntas que formaron lo que co-nocemos como Occidente.

Page 25: Capitulo de Libro Mexico

25

Agradecemos la generosidad de las instituciones par-ticipantes que hicieron posible esta edición. El libro formaparte de los resultados del proyecto de investigaciónHAR2009-09844, financiado por el MICINN, España, yCoordinado por la Dra. Consuelo Naranjo Orovio, Institu-to de Historia del CSIC. Tambièn agradecemos a La Facul-tad de Historia de la Universidad Michoacana de San Ni-colás de Hidalgo y a El Colegio de Michoacán. Esta obra esproducto de los estudios desarrollados por el grupo de tra-bajo “Estudios del Caribe” de la Red de Estudios Compa-rados del Caribe y del Mundo Atlántico, del Consejo Supe-rior de Investigaciones Científicas, en Madrid, España.

Leticia Bobadilla González Martín López Ávalos

Introducción

Page 26: Capitulo de Libro Mexico

26

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 27: Capitulo de Libro Mexico

27

Desde los siglos de las disputas por el Nuevo Mundo entreteólogos neotomistas y viajeros ilustrados, las Américas hansido lugar de representaciones utópicas y, a la vez, de cari-caturas de la barbarie. América como comunidad ideal oAmérica como degeneración de Occidente son tópicos quebatallan entre sí desde Colón y Las Casas, hasta Humboldty Tocqueville, dejando una estela de imágenes contrapues-tas en torno a cuatro virreinatos que, luego de tres siglos depertenencia al imperio español, rompen con la monarquíaabsoluta y se descomponen en una docena de repúblicassoberanas.

Tomemos, como una entre tantas ilustraciones posiblesde aquel imaginario utópico, la Carta dirigida a los españolesamericanos (1799) del jesuita peruano, exiliado en Italia, JuanPablo Viscardo y Guzmán, defensor de la rebelión incaicade Túpac Amaru. A diferencia de otros ilustrados criollosde su generación, Viscardo no leyó en Buffon o en Raynallos tópicos de la barbarie americana, sino la promesa de unfloreciente Nuevo Mundo, dividido en varios reinos autó-nomos con el auxilio de la Gran Bretaña. En los últimos

UTOPÍA Y DESENCANTO EN

HISPANOAMÉRICA

Rafael Rojas

Page 28: Capitulo de Libro Mexico

28

Independencias y Revoluciones en el Caribe

años del siglo XVIII, Viscardo afirmaba que los “españolesparecían en todas circunstancias incapaces de ideas repu-blicanas”, pero pensaba inevitable la autonomía monárquicade Hispanoamérica, ya que para él, lo mismo que paraMontesquieu, “las Indias y la España eran dos potenciasbajo un mismo dueño; mas las Indias eran el principal y laEspaña el accesorio”.

Francisco Miranda leyó con frenesí a Viscardo y reco-mendó a William Pitt, Primer Ministro británico, que se in-vitara al jesuita a Londres para que expusiera su Proyectopara independizar la América española, redactado en 1790.Curiosamente, la idea de dividir Hispanoamérica en tresreinos autónomos había aparecido pocos años antes en elcélebre Memorial secreto que el Conde de Aranda envió aCarlos III. Sólo que ahora Viscardo y Miranda proponían aLondres que dichos reinos fueran encabezados, no pormonarcas borbónicos sino por príncipes británicos, que via-jarían al frente de expediciones separatistas, ya que “sólolos príncipes pueden desempeñar el rol heroico delibertadores en medio de tanto objeto de seducción”. Enmenos de dos décadas, aquel “entusiasmo monárquico” queobservaba Viscardo, se vio arrastrado por la marea delrepublicanismo atlántico.

Los veinte años que abarcó el proceso de las indepen-dencias, desde la invasión napoleónica a España y la reclu-sión de los reyes Carlos IV y Fernando VII, en Bayona, y lamuerte de Simón Bolívar en Santa Marta, en 1830, fueronprofusas en utopías monárquicas o republicanas. En el AltoPerú, las guerrillas comandadas por José Miguel Lanza or-ganizaron una “republiqueta cristiana” en Ayopaya quefuncionaba como una comunidad igualitaria, basada en el

Page 29: Capitulo de Libro Mexico

29

vínculo carismático con caudillos sacerdotales, que recuer-da a los pueblos de indios refundados por Vasco de Quirogaen Michoacán. Como han descrito David Brading y Enri-que Florescano, en el Perú, lo mismo que en la Nueva Espa-ña, los dos virreinatos más antiguos creados por la dinastíade los Habsburgo, las guerras de independencia reavivaronel imaginario de los imperios mexica e inca y, a la vez, re-produjeron no pocas visiones de la evangelización y la co-lonización españolas.

Los cuatro años de práctica inconstante y nogeneralizada de la legislación preconstitucional yconstitucional de las Cortes de Cádiz (1810-1814), afianzaronla ambivalencia entre los conceptos de autonomía eindependencia, e incluso el fernandismo de Hidalgo,Morelos y algunos líderes chilenos y andinos. Es entoncesque los pueblos, como han señalado Antonio Annino y otroshistoriadores, y no sólo las naciones o los individuos, seconstituyen en depositarios de la nueva soberanía. Desdeaquellos años, en la América Septentrional y en los Andes,los sujetos de la construcción nacional no serán sólo los pro-pietarios o los ciudadanos de la teoría liberal y republicanasino también las comunidades de la tradición jurídicacolonial.

El año de 1814, con el regreso de Fernando VII a lapenínsula y el restablecimiento de la monarquía absoluta,marca el momento de radicalización republicana del procesoideológico y político de la independencia. Los másimportantes caudillos de aquella gesta (José María Morelosy Simón Bolívar, José de San Martín y Bernardino Rivadavia,Antonio José de Sucre y José Antonio Páez, BernardoO’Higgins y José Miguel Carrera…) afianzarán a partir de

Utopía y desencanto en hispanoamérica

Page 30: Capitulo de Libro Mexico

30

Independencias y Revoluciones en el Caribe

entonces la defensa de la forma republicana de gobiernocomo modo de zanjar la ambivalencia entre autonomía eindependencia y de afirmar la ruptura no sólo con la mo-narquía absoluta sino con la personificación del tronoespañol en Fernando VII.

El empate militar que experimentó la guerra duranteunos seis años y que en la Nueva Granada vivió la mássangrienta confrontación entre los dos bandos enfrentados,se rompió hacia 1820 con el traslado de la iniciativa militara los insurgentes. Como ha estudiado Roberto Breña, el trie-nio liberal en España, iniciado tras la sublevación de Rafaelde Riego en Cabezas de San Juan, aceleró el debilitamientodel ejército realista e hizo evidente, a los ojos de muchoslíderes hispanoamericanos, la limitación del modeloconstitucional gaditano como referente de la nueva legiti-midad de las naciones hispanoamericanas. Aún así, ellegado de Cádiz en la política hispanoamericana de laprimera mitad del siglo XIX pesó mucho más que lo queaquellos republicanos estaban dispuestos a reconocer.

Entre 1820 y 1823, mientras los últimos autonomistashispanoamericanos —Félix Varela, Lorenzo de Zavala, Ma-nuel de la Bárcena— impulsaban en Madrid o en México laconformación de reinos y provincias autónomas bajo la so-beranía de Fernando VII, otro grupo de letrados —FrayServando Teresa de Mier, Vicente Rocafuerte, Manuel Lo-renzo de Vidaurre, José María Heredia— promovía, desdeFiladelfia y en perfecta coordinación con Simón Bolívar, laadopción continental de la forma republicana de gobierno.Al tiempo en que San Martín, Bolívar y Sucre acorralabanal ejército borbónico en los Andes, aquellos intelectualestraducían al lenguaje de la política hispanoamericana las

Page 31: Capitulo de Libro Mexico

31

ideas de Harrington y Paine, y —cosa poco admitida— con-cebían las bases intelectuales de la doctrina Monroe, luegoformulada y aplicada a su manera por Estados Unidos.

Tres historiadores cubanos de la primera mitad del si-glo XX (Ramiro Guerra, Herminio Portell Vilá y EmeterioSantovenia) rastrearon en archivos españoles, norteameri-canos y británicos los orígenes de la Doctrina Monroe yencontraron que en el lanzamiento de la misma, en 1823,no sólo pesó el deseo de James Monroe y John QuincyAdams de no atar la estrategia de Washington a un pactogeopolítico con Gran Bretaña sino, también, el objetivo deaislar al Caribe hispano de la ola republicana y separatistaque arrastraba al continente. El Caribe quedó desde enton-ces comprendido en un área de influencia geopolítica nor-teamericana —a la que se sumaría a mediados de sigloCentroamérica— que favoreció la persistencia del ordencolonial y esclavista en dicha región.

Aún así, no debería concluirse que por el hecho de novivir guerras de independencia en la primera mitad del si-glo, el Caribe hispano estuvo al margen del gran procesode retrocesión de las soberanías y de difusión del liberalis-mo y el republicanismo atlánticos. Como ha estudiadoMichael Zeuscke, las capitanías generales de Cuba y Puer-to Rico también vivieron la búsqueda de una autonomíalocal, a la hora del vacío de poder real de 1808, y entre 1812y 1836 experimentaron los vaivenes del liberalismo consti-tucional hispánico. La Constitución que en 1812 redactó,en Caracas, el criollo bayamés Joaquín Infante proponía lacreación de un Consejo de Diputados, con representantesde seis regiones de Cuba, que compartiría la autoridad po-lítica con un Poder Ejecutivo, encabezado por tres minis-

Utopía y desencanto en hispanoamérica

Page 32: Capitulo de Libro Mexico

32

Independencias y Revoluciones en el Caribe

tros, y otro Judicial, integrado por media docena de juecescriollos. Los referentes de aquel Proyecto de Constitución parala isla de Cuba (1812) eran el Contrato social de Rousseau, laConstitución de Estados Unidos, la Constitución francesadel año VIII, instaurada por el Consulado, y la Constitu-ción federal venezolana de 1811.

Ideas liberales y republicanas, similares a las de Infante,aparecieron en casi todas las conspiraciones masónicas,separatistas, abolicionistas o anexionistas que se produjeronen Cuba durante la primera mitad del siglo XIX: la de JoséAntonio Aponte, la de Román de la Luz, la de los “Soles yRayos de Bolívar”, la de la Gran Legión del Águila Negra,la de La Escalera y las de Narciso López. Aún cuandoninguna de esas conspiraciones logró generar un movi-miento independentista cubano, equivalente a los quetuvieron lugar en Hispanoamérica entre 1810 y 1824, surepertorio ideológico da cuenta de la difusión del repu-blicanismo atlántico en una región, como el Caribe, dondeel statu quo colonial logró prevalecer hasta la segunda mitaddel siglo XIX.

En La democracia en América, Alexis Tocqueville señalabaque una de las evidencias de que las mismas institucionespolíticas no podían ser trasplantadas a diferentes culturasera que el modelo constitucional norteamericano adoptadopor México, en 1824, funcionaba muy bien en el Norte ymuy mal en el Sur del Río Bravo. Pero como advirtiera ensu momento Lucas Alamán, y como ha recordadorecientemente José Antonio Aguilar, la Constitución de 1824no era una copia de la norteamericana de 1787, sino unamezcla de ésta y la Constitución de Cádiz de 1812. En todocaso, las grandes dificultades que debió enfrentar la

Page 33: Capitulo de Libro Mexico

33

república mexicana, a partir de entonces, no puedenreducirse a un mal diseño constitucional y, mucho menos,a un problema de cultura política.

Luego de las batallas de Junín y Ayacucho, y la inde-pendencia del Perú, el dilema de la construcción de las nue-vas repúblicas dividió a los caudillos y letrados hispano-americanos. Casi siempre que se estudia el diseño de uto-pías en esa etapa de consolidación republicana se piensa enel proyecto de confederación lanzado por Bolívar en la con-vocatoria al Congreso de Panamá de 1826. Sin embargo,además de que esa no fue la única utopía republicana deaquellos años, por lo general se obvia el hecho de que launión bolivariana descansaba sobre la defensa de repúbli-cas unitarias y presidencialistas, con instituciones funda-doras del autoritarismo hispanoamericano, como la “presi-dencia vitalicia” y el “senado hereditario”, que Bolívar tomóde la constitución haitiana.

Aquella Constitución de Bolivia, defendida por Bolí-var y Sucre en 1826, como garantía de la confederación his-panoamericana, provocó el rechazo de los más importantesletrados de la época: Andrés Bello, José Joaquín Olmedo,Vicente Rocafuerte, José María Heredia, Félix Varela, Ma-nuel Lorenzo de Vidaurre, Lorenzo de Zavala e, incluso,Fray Servando Teresa de Mier, quien, a pesar de ser contra-rio a un Federalismo extremo, también criticó, al final de suvida, el despotismo que entrañaba el régimen boliviano.Esa fractura entre los caudillos (Bolívar, Sucre, Flores, Páez,Santander…) y los letrados hispanoamericanos tuvo con-secuencias desastrosas para la estabilidad de los nuevosestados y propició un generalizado espíritu de desencantoentre los próceres de la independencia. El poeta José María

Utopía y desencanto en hispanoamérica

Page 34: Capitulo de Libro Mexico

34

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Heredia resumirá aquél desencanto en su poema “A Bolí-var”:

¡Libertador! ¡y callas! ¿Cuándo insanoTruena un rebelde, ociosoEl rayo vengador yace en tu mano?¿Y ciñes a un facciosoTu espada en galardón…? A error tan tristePermite a mi dolor que corra un velo.Si patria no ha de haber, ¿por qué venciste?¡Ay! Los reyes dirán con burla impíaQue tantos sacrificios fueron vanos,Y que sólo extirpaste a los tiranosPara ejercer por ti la tiranía.

Varias escuelas de historiografía nacionalista enAmérica Latina han atribuido a Estados Unidos toda laresponsabilidad en el fracaso del proyecto de Confederaciónlanzado por Bolívar en vísperas del Congreso de Panamá.Sin negar que la posición de Washington fue contraria almismo, como se manifestó en la correspondencia diplo-mática de Joel R. Poinsett y otros representantes nortea-mericanos en Hispanoamérica, tampoco debería ignorarseque la confederación fue rechazada por muchos líderesrepublicanos de la primera generación por diferencias conel Centralismo y el autoritarismo de Bolívar. Para algunoshistoriadores todavía resulta difícil admitir que el de-sencanto del primer republicanismo hispanoamericano tuvoque ver, entre otras causas, con la falta de consenso de lautopía bolivariana.

Page 35: Capitulo de Libro Mexico

35

Con frecuencia, la propia historiografía bolivarianapresenta la gran alternativa regional al Centralismopresidencialista andino y venezolano, que fue elFederalismo mexicano de 1824, como la antiutopía de aquélmomento. Basta, sin embargo, revisar los textos deRocafuerte y Zavala —o los de Ramos Arizpe y GómezFarías— para constatar que los federalistas también pro-yectaban la creación de comunidades ideales. El carácterfronterizo de algunos estados norteños de México, comoTexas, Nuevo León o Coahuila, donde el Federalismo, aligual que en Zacatecas, Jalisco y Yucatán, era muy fuerte,agregaba a esas utopías el atractivo de la conformación decolonias migratorias, heterogéneas desde el punto vista ét-nico, religioso, lingüístico y cultural.

Los historiadores no hemos reparado lo suficiente enlas conexiones que hay entre ese Federalismo fronterizo ylos socialismos utópicos que por entonces comenzaban acircular en Europa y Estados Unidos. Es sabido, por ejem-plo, que el gran utopista británico Robert Owen, fundadorde la comunidad New Harmony en Indiana, cuando fueincapaz de sostener económicamente su sociedad ideal ytuvo que vender el terreno, en 1828, viajó a México, dondese entrevistó con el presidente Guadalupe Victoria, a quienpidió se le concedieran unas 150 millas cuadradas de terre-no en la frontera de Texas con Estados Unidos para crearuna utopía más rentable. Zavala, Rocafuerte y Poinsett res-paldaron esas utopías fronterizas y defendieron tambiénasentamientos de colonias migratorias como la deCoatzacoalcos en Veracruz.

La idea de México como tierra de utopías migratoriasse difundió lo suficiente en la Europa de aquellos años como

Utopía y desencanto en hispanoamérica

Page 36: Capitulo de Libro Mexico

36

Independencias y Revoluciones en el Caribe

para que Honoré Balzac y otros escritores de mediados desiglo la registraran en sus libros. México es tema recurrenteen varios libros de Balzac: en El contrato de matrimonio, de laserie La comedia humana, se habla con entusiasmo de lasminas La Valenciana en Guanajuato; en El primo Pons, deLos parientes pobres, es México, y no las Californias única-mente, la quimera del oro; en Los pequeños burgueses y en eldrama Vautrin, se trata el tema de la guerra de los pasteles,en 1838, y se dibuja un retrato amable del general AnastasioBustamante; en La piel de zapa, de la serie “estudios filosófi-cos”, aparece, específicamente, el tema de las utopíasmigratorias de Coatzacoalcos, en Veracruz, y Anáhuac, enTexas.

La historiografía nacionalista ha juzgado con severidada algunos defensores de aquellas utopías, como Zavala,Rocafuerte y Poinsett, por el respaldo que las mismas supo-nían a la secesión de Texas y otros territorios. Sin embargo,esos juicios, por lo general, demandan de aquellos letradosy políticos un nacionalismo que ellos no podían poseer, porvivir, precisamente, en el momento republicano, cuando lacontraposición entre las dos Américas no se había afianzadoen el imaginario cultural ni en la política exterior de losnacientes estados. Zavala, Rocafuerte y Poinsett tenían,además, una posición de avanzada en una materia tan sensi-ble y, a la vez, decisiva para la construcción republicana,como la de la tolerancia religiosa, no reconocida por laConstitución de 1824.

Es interesante contraponer la idea de comunidadesheterogéneas, desde el punto de vista étnico, religioso, lin-güístico y cultural, que sustentaba aquellas utopíasmigratorias, con el proyecto de homogeneización ciudada-

Page 37: Capitulo de Libro Mexico

37

na que defendió el republicanismo hispanoamericano enlas primeras décadas de la independencia. Para Bolívar, SanMartín, Sucre y otros caudillos de aquella gesta, la diversi-dad social de los antiguos reinos del imperio borbónico eraun obstáculo y no una ventaja para la edificación republi-cana. Esa era la principal diferencia que observaban entreel proceso, a su entender, virtuoso de la emancipación delas Trece Colonias y el nacimiento, según algunos de ellos,“enviciado de origen”, de la nueva Hispanoamérica. En ladefensa de comunidades heterogéneas, por parte de algu-nos letrados de aquella generación, como Rocafuerte,Zavala, Vidaurre y Heredia, no es imposible leer un atisbodel multiculturalismo contemporáneo.

Como toda revolución, la hispanoamericana de inde-pendencia no escapó a la paradoja de haber sido realizadapor sujetos del antiguo régimen. Los pueblos y las élites, elclero secular y regular, los ayuntamientos y las audiencias,la oficialidad y la soldadesca de ambos ejércitos, los penin-sulares y las castas, los criollos y los indios que seinvolucraron en aquella gesta eran la mejor prueba de ladiversidad estamental y corporativa del mundo virreinal.A diferencia de los padres fundadores de Estados Unidos,los líderes de la independencia hispanoamericana pensa-ron que había que destruir totalmente aquel pasado y edifi-car un futuro de repúblicas armoniosas y perfectas, en lasque el ejercicio de derechos y deberes de una ciudadaníalibre e igual ante la ley produciría automáticamente la feli-cidad de los habitantes del Nuevo Mundo.

En sus tristes días finales, narrados magistralmente porGabriel García Márquez y Álvaro Mutis, Bolívar comprendióque aquellas repúblicas imaginadas estaban hechas de aire:

Utopía y desencanto en hispanoamérica

Page 38: Capitulo de Libro Mexico

38

Independencias y Revoluciones en el Caribe

el aire de las nobles ideas y de las cartas magnas convertidasen fetiches. Desde la distancia de dos siglos podemos decirque los primeros republicanos no fueron los únicos quesoñaron quimeras y confiaron excesivamente en laregeneración del género humano por obra de leyes sabias yperfectas. Liberales y conservadores del siglo XIX, naciona-listas y socialistas del siglo XX, neoliberales y populistas dehoy también han construido sistemas evanescentes, quecarecen de encarnación real en las mayorías de sus pueblos.

Si para América Latina, el XIX fue el siglo de larepública y el XX el de la revolución, ¿será el XXI el siglo dela democracia? No lo sabemos, pero sí lo es, deberíamostratar de no repetir el error de nuestros antepasados,pensando la democracia como un sistema milagroso yautorreferente que, por sí solo, traerá equidad y desarrolloa nuestras naciones. Mientras no veamos la democraciacomo panacea y nos relacionemos críticamente con susmúltiples limitaciones, estaremos a salvo del desencantoque abrirá las puertas del autoritarismo. El desencanto,como ha escrito Claudio Magris, es “una forma irónica dela esperanza”, una prevención crítica frente a fáciles profe-cías. La única manera de conjurar sus peores efectos esevitando hacer del pasado un estigma y del futuro un idilio.

Page 39: Capitulo de Libro Mexico

39

¿Por qué los hombres se rebelan? Fue el cuestionamientodel hombre moderno. ¿Por qué los hombres no se rebelan?Es la pregunta del hombre contemporáneo. La decodifica-ción del discurso es uno de los aportes de los estudiosos dellenguaje del siglo XX. El revisionismo historiográfico devieja data política se ha enriquecido con este aporte, puesmediante el giro lingüístico que consideró a la historia comouna narrativa más, la historia de la nación, entendida comoun conjunto de hechos con la solidez que caracteriza almaterial estatuario, se transformó de modelo cívico a unaespecie de sermón republicano, estructurado alrededor decategorías como el heroísmo, la lucha, y en principios comola libertad y la igualdad.

La historia nacional además se convirtió en un relatoal que le faltaba la parte fundamental, esto es, el desenlace.Como en los cuentos de Las mil y una noches, cuandoScherezada le narraba las historias al sultán, los historiado-res han empleado el mismo ardid; guardan para sí el finalde los acontecimientos que narran y también como la men-cionada cuentista hacía esperar a su escucha, los historia-

ARIEL Y CALIBÁN EN EL OCASO

DE LA REVOLUCIÓN

Ignacio Sosa Álvarez

Page 40: Capitulo de Libro Mexico

40

Independencias y Revoluciones en el Caribe

dores hacen esperar al lector, no una sola noche, sino variasdécadas a que los hechos se sedimenten y adquieran uncertificado de inmovilidad. En otras palabras, la historiagusta de poner entre paréntesis al presente tal vez por laincapacidad que tiene de señalar el derrotero que seguiránlos acontecimientos. Sin embargo, olvidan que los grandeshistoriadores como Tucídides, desde el nacimiento mismode la disciplina, se han interesado por los acontecimientosde su época. En este contexto sorprende que el historiador,capaz de pontificar sobre el pasado, enmudezca ante losproblemas del presente.

La creación del imperio español de acuerdo a suspanegiristas obedeció al cumplimiento de una misión enco-mendada a su pueblo por la providencia, la cual le tomócuatro siglos. En comparación, la creación del imperio inglésocurrió de acuerdo a sus panegiristas sin que los ingleses sedieran cuenta, pese a que la empresa duró también losmismos cuatro siglos. La creación del imperio americanopromotor de la paz americana fue más vertiginosa, y no sesabe cuánto durará. Sabemos que fue iniciada hace cientodoce años, con el argumento de poner fin a la incapacidadde los gobernantes de la región Circuncaribe para cumplircon sus compromisos. La contraparte de estas colosalesempresas, la encargada de demoler la obra imperial en elCaribe, no sabe cuánto tiempo tomará. Hoy se sabe que nosería obra de pocos lustros, como ilusoriamente se pensó alinicio de la descolonización que tuvo lugar al final de laSegunda Guerra Mundial.

En un mundo tan complejo, plural y diverso como eldel Circuncaribe, no es posible ofrecer una explicación úni-ca que comprenda las distintas experiencias coloniales de

Page 41: Capitulo de Libro Mexico

41

los países de la región; por esta razón, es necesario apelar asímbolos culturales cuya función es la de operar como ex-plicación que permite volver a unir lo que de otra manerase ofrece como una visión fragmentada, caótica.

Mediante los símbolos se relaciona lo pensado con lovivido; los fragmentos vuelven a ocupar su sitio en uncuadro general, unen lo dividido, y de este modo las expe-riencias colectivas adquieren sentido. De acuerdo alplanteamiento, los símbolos ofrecen la explicación de unasociedad dada, en un momento determinado, sobre lo quesucedió en su historia.

La lectura del proceso descolonizador del Caribeanglófono e hispano parlante muestra que las figurasliterarias creadas por Shakespeare de Ariel, Calibán yPróspero, fueron utilizadas entre 1900 y 1965 para ilustrarla narración del deslumbramiento que el discurso imperialprovocó en los intelectuales de los países que una vez fueroncoloniales; sin importar que aquéllos se expresaran enespañol, francés o en las versiones del inglés correspon-dientes a ambos extremos del Atlántico.

En cada etapa de su historia los pueblos han creadosímbolos para entender aquéllos problemas que enfrentaron.Uno de los símbolos fundamentales de la sociedad modernay contemporánea que vincula las visiones de la AméricaLatina y el Caribe con los países metropolitanos en general,y con Inglaterra y los Estados Unidos en particular, han sidolas figuras de Ariel y Calibán. A la primera, en los iniciosdel siglo XX, los intelectuales latinoamericanos —JoséEnrique Rodó el primero de ellos— le atribuyeron losvalores con los que se deberían comprometer loslatinoamericanos como una seña inequívoca de su propia

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 42: Capitulo de Libro Mexico

42

Independencias y Revoluciones en el Caribe

identidad. A la segunda, la de Calibán estudiada por RobertoFernández Retamar, de signo contrario a la de Ariel, se leatribuyó en el último tercio del mismo siglo, el representarlos valores de la rebeldía frente a los designios metropo-litanos. Hoy, el debate sigue abierto y aunque en los círculosacadémicos se utilice una nueva terminología, la disyuntivade asimilación o ruptura está presente. La primera reiterael argumento sobre la necesidad de aceptar la visión que“el otro” tiene de “nosotros”, como la verdadera; la segunda,referente a la ruptura revolucionaria, desde hace dosdécadas ha entrado en el ocaso.

La pugna entre asimilacionistas y rupturistas, entre losque han adoptado como su emblema la figura de Ariel y losque han tomado la bandera de Calibán, ha durado más deun siglo. El tránsito de una figura a otra como símbolo deidentidad representa la visión de un Caribe alejado duran-te el siglo XIX de la marcha común de los pueblos latinoa-mericanos, a la de un Caribe emblemático que, por un saltocualitativo de la historia, ocupó un lugar central para lospaíses de la región. En la década de los años sesenta delsiglo XX, debido a la experiencia revolucionaria de Cuba,las islas del Caribe dejaron de ser consideradas una regiónperiférica y se ubicaron en el centro de la atención interna-cional, no sólo latinoamericana.

Preludio shakespeareano

La historia del Caribe desde la perspectiva de lo querepresentan los símbolos culturales puede ser compendiada,en buena medida, mediante la interacción de las figuras deAriel y Calibán; ambas sólo adquieren sentido en función

Page 43: Capitulo de Libro Mexico

43

de una tercera, la de Próspero. Éste representa a los hombresdel renacimiento que, sin otro poder que el del conocimien-to, pudo dominar al isleño Calibán —nativo de Bermudasegún los estudiosos de Shakespeare— después de que subarco había naufragado víctima de una tempestad. Su alterego, Ariel, es la figura que ha perdido el antiguo furor rebel-de con la que la tradición judía caracterizó a los demonios,y que después del naufragio obedece sin reparos a lavoluntad de Próspero. Éste le ordena convencer a Calibánde las ventajas de haber sido incorporado al mundocivilizado, así haya sido en calidad de sirviente. La tercerafigura sin ningún poder demoníaco es Calibán, quien a pesarde haber sido dueño y señor de su isla, hasta la llegada dePróspero ve que su suerte ha cambiado, y de señor setransforma en siervo, de amo en sirviente, y de dominadoren dominado.

En la actualización de esta historia está por saberse siel antiguo sirviente, dados los cambios de los tiempos y detutelaje, convertido en alumno que aprende en universida-des metropolitanas, el conocimiento desarrollado tanto porPróspero, como por igualmente sus activos e inteligentessucesores estadounidenses, puede resolver el problema queha caracterizado a la historia del Caribe.

Las tres figuras simbolizan y representan el encuentrode tres culturas: la judía, la cristiana y la emergente caribeña.Para la cultura judía, Ariel era un ángel rebelde y por ellomismo había sido castigado. La cultura cristiana nos ense-ñó la superioridad del perdón sobre la venganza cobradapor propia mano, el perdón de las ofensas —aunque habríaque añadir no de los crímenes cometidos por los europeosen su avance sobre tierras desconocidas por ellos—. Por

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 44: Capitulo de Libro Mexico

44

Independencias y Revoluciones en el Caribe

último, la emergente cultura del Caribe que da cuenta enun microcosmos del encuentro de Europa, Asia, África yAmérica. Los aportes que este encuentro ha producido, laforma en que se ha enriquecido la cultura universal, es uncapítulo no cabalmente escrito todavía.

La literatura sobre el Caribe ha puesto énfasis, sobretodo, en la noción de ampliación geográfica; sin embargo,corresponde a los intelectuales de la región insistir en quela ampliación más significativa ocurrió en el horizonte hu-mano y que fue a través del contacto cara a cara, que elcolonizador se vio forzado a reconocer que la humanidadno era un rasgo privativo de unos pocos.

A través de la cartografía del Caribe puede estudiarsecómo el horizonte geográfico se expandió en sucesivas lle-gadas, primero de españoles, después de ingleses, france-ses, holandeses, y hasta de daneses. La exploración mostróque la curiosidad humana, no sólo la ibérica, podía ir másallá de las columnas de Hércules; sin embargo, la aventuratambién mostró que el horizonte humano, en lugar deampliarse, desataría una tormenta sobre la población nati-va y, años más tarde, sobre la población del África. Es poreso que la cartografía del Caribe invoca, por una parte, elespíritu de aventura, y por la otra, el de la codicia; de una yotra la historiografía registra múltiples ejemplos.

Lo que interesa destacar es que el Caribe, más queescenario de encuentro —definición políticamente correctaa partir de 1992, de lo que otrora fue un genocidio— fue unpunto en el que se enfrentaron los poderes coloniales porhacerse un lugar en los trópicos. La historia del Caribecomprende dos proyectos: el de los imperios europeos quemezclaron razas y aniquilaron otras, todo ello a nombre de

Page 45: Capitulo de Libro Mexico

45

la lucha que historiográfica e ideológicamente se describió,sobre todo en el siglo XIX, como el del enfrentamiento entrela civilización y la barbarie. En el siglo XX para la mismalucha se prefirió utilizar la de enfrentamiento entre el atrasoy el desarrollo.

En el Caribe, el afán mercurial unido y la curiosidaddel hombre por encontrar el lugar de la tierra en el cosmos,se conjuntaron en la exploración de los territorios y en laexplotación de aborígenes y negros. La exploración mues-tra la dimensión titánica de la empresa; la explotación encambio ofrece una dimensión menos luminosa.

La construcción historiográfica del salvaje, bárbaro y atra-sado

La construcción del salvaje es uno de los apartados másinteresantes de la historiografía colonial; en ella la historiade los pueblos aborígenes y la de los trasplantados mediantela violencia no existe. El negarles su historia a unos y otrosfue la condición necesaria para que pudieran “inventar”,es decir, atribuirles una naturaleza distinta, si bien, parecidaa la de los europeos. Sin la historia fue posible la imaginaciónde los seres fantásticos, como la de los patagones quepoblaban América. Las invenciones consideradas verdade-ras afirmaban la existencia de criaturas maravillosas,hombres con un solo ojo, mitad bestias mitad hombres,reinos de mujeres Amazonas en donde los varones cumplíanexclusivamente como los zánganos una función biológica.La cartografía de la época revela la desenfrenada imagi-nación con la que los navegantes poblaron de seresfantásticos mares y territorios.

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 46: Capitulo de Libro Mexico

46

Independencias y Revoluciones en el Caribe

En la etapa correspondiente al siglo XIX se volvió autilizar el mismo expediente para construir no al salvaje dela etapa colonial, sino al bárbaro que se había formadodurante los tres siglos de administración colonial, apro-vechando la inmensidad geográfica.

En el siglo XX, en el que no era posible seguir hablando,salvo metafóricamente, de salvajes y bárbaros, la diferenciase estableció mediante la visión de una sociedad “atrasada”,en la que el sector “avanzado” debía ocuparse de la direc-ción de la sociedad; mientras los rezagados, por así decirlo,apresuraban el paso y lograban alcanzar a los quemarchaban al frente. Palabras más, palabras menos, ese fueel mensaje de la teoría de la modernización y del desarrollo.

La historiografía de carácter colonial y colonialista ofre-ció tres distintas visiones sobre los nativos de la región ysus creencias. La de los españoles dio inicio a la leyenda delbuen salvaje, nada que ver con los moros que adoraban aAlá, y de manera simultánea ofreció la versión del abori-gen antropófago. La de los ingleses, shakesperiana, segúnla cual sin la colonización los indígenas tendrían una espe-cie de no existencia, de no lengua, de no historia; así comola derivada de su espíritu práctico, mercurial, de verloscomo objetos de uso, para explotarlos y para venderles susproductos. Por último la más reciente, la de los estadouni-denses, altruistas convencidos y pedagogos fanáticos, cuyamisión es llevar al mundo la felicidad del gobierno demo-crático con la convicción de que un contrato firmado y re-gistrado, es una ley que ni Dios mismo tiene derecho a des-conocer.

En la epopeya eurocentrista un capítulo faltante es el

Page 47: Capitulo de Libro Mexico

47

de la conversión de la población aborigen y el de la negratrasplantada al Caribe en “salvaje”. Este capítulo sólo pudoser obra de los intelectuales descolonizadores para los cua-les resultó difícil aceptar la existencia de individuos y so-ciedades que desconocieran la ley y la religión. Las eviden-cias sobre los pobladores nativos demuestran que éstos sílas tenían. Otra cosa muy distinta fue la forma en la que eldiscurso eurocéntrico entendió las creencias de los nativos.Éstas fueron consideradas mitos y leyendas, y su derechotradicional al no estar codificado del mismo modo que elderecho romano fue considerado inexistente. ¿Qué pensa-rían los ingleses si su derecho, por ser consuetudinario, fueradesconocido por sociedades con tradición jurídica distin-ta?

Si bien, todas estas ensoñaciones fueron aceptadascomo mentiras y engaños de quienes las escribían confor-me se conocía el territorio, resulta notable que las primerasy fantasiosas descripciones se mantuvieran vigentes a lolargo de los siglos.

Bartolomé de las Casas nos ofrece un notable ejemplode lo que debe ser considerado un intelectual que asume labúsqueda de la verdad como un compromiso ineludible.Al margen de las consideraciones políticas y religiosasimperantes, escribió su obra sobre la colonización entre 1547y 1552. En su Brevísima relación de la destrucción de las Indiasse encuentra un alegato demoledor sobre el uso de la fuer-za, una denuncia contra la crueldad, así como un rechazo ala conquista marcial. En los argumentos apasionadamenteexpuestos por don Bartolomé se encuentra la clave paracomprender el giro que se produjo en la empresa imperialespañola, pues el énfasis en el heroísmo de los conquista-

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 48: Capitulo de Libro Mexico

48

Independencias y Revoluciones en el Caribe

dores cambió y se puso en la obra de protección que se en-comendó a los predicadores y a los administradores.

El paso necesario para lograr transformar la figura delconquistador en la de un protector, es el resultado de uncuidadoso discurso que legitimó en un primer momento eluso de la fuerza y, en una segunda etapa, cuando consideróque ésta ya no era necesaria, convirtió al feroz guerrero enuna figura patriarcal preocupada por los que insensiblemen-te pasaron a convertirse en “sus hijos”.

El mismo discurso que tuvo como clave el cambio dela figura del conquistador en protector, transformó del mis-mo modo la figura del salvaje que de feroz se convirtió enuna criatura que debía ser protegida por no tener todavíauna humanidad plena. Utilizando la metáfora del niño querequiere tutelaje hasta que se desarrolla como hombre, alaborigen se le reconoció en el discurso su humanidad, perono plena sino disminuida; por eso se habló de homúnculoso menores de edad. Convertido el aborigen en menor deedad, la figura del “protector” se convirtió en necesaria; deahí la de protectorado y la de ocupación como figuras legí-timas de dominación, alejadas ya de cualquier referencia ala fuerza.

El analista contemporáneo no puede menos quesorprenderse por la forma en la que se superó el derecho deprecedencia, de ocupación anterior; perdida la seguridadque otorga la tradición, no el derecho, producto éste delnuevo orden. Los colonizados fueron convencidos de hacersuyo el discurso del colonizador, de aprender su lengua ydominar sus saberes técnicos, al mismo tiempo querealizaban trabajos para ellos como retribución. La largatarea de aprender otra lengua y más larga aún de

Page 49: Capitulo de Libro Mexico

49

apropiársela, para decodificarla y mostrar con ella que elcolonizador tenía el propósito de someter, no de liberar alcolonizado, correspondió a otras generaciones que al recla-mar sus derechos de poseedores originales, lo hicieronaplicando lo que habían aprendido en instituciones me-tropolitanas sobre los derechos del hombre.

El lector contemporáneo se pregunta ¿En dónde estála brevísima relación de la liberación de las Indias que noshable, con la misma fuerza mostrada por Bartolomé de lasCasas, de las ideas de igualdad y perfectibilidad del hombrecomo las causas primeras de dicha liberación? La dificultadde escribir un relato así radicaría en su carácter fragmentario,porque la colonización fue obra de varios imperios y ladescoloni-zación es un proceso que se ha dado del mismomodo que se produjo la colonización, es decir, sin obedecera un patrón único.

El gran problema de la historia regional, como sabenlos estudiosos, es el de explicar la unidad en el marco de ladiversidad. En una región como la del Caribe, o mejor ladel Circuncaribe, este problema está presente desde laprimera mirada. ¿Antillas o Caribe? ¿Tradición hispánica,francesa, holandesa, anglosajona o danesa? Si esto ocurrecon el problema de los imperios ¿Qué podemos decir de lasnaciones? En síntesis, la unidad como resultado de unaabstracción que pretende hacer comprensible un procesomúltiple.

¿Cuándo referirse a la herencia hispánica de lasAntillas? y ¿Cuándo a la matriz anglosajona del Caribe? Omejor dicho, para dar cuenta del proceso histórico ¿Cuándolas Antillas se convirtieron en países caribeños? Hoy elCaribe es el escenario donde, de una manera u otra, está

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 50: Capitulo de Libro Mexico

50

Independencias y Revoluciones en el Caribe

presente la huella del gran imperio español, pero máspresente todavía está la voluntad anglosajona. El Caribe fueayer el escenario de las grandes disputas imperiales; la mássignificativa de ellas —porque aquí comienza el problemaque se aborda en estas líneas— es la que marcó el ocaso delimperio español y produjo en España a la llamadageneración del 98, centrada en el tema de la decadencia. Enel caso de América Latina el mismo acontecimiento provocóel surgimiento del arielismo, primera forma que adoptó eldiscurso latinoamericano para ajustar cuentas no sólo conel viejo león británico, sino con su feroz cachorro americano.Una segunda disputa es la que correspondió a lareivindicación del derecho a la rebeldía; y una terceradisputa, la de la hora actual que las generaciones presentesestán llevando a cabo. Actualmente se debe tener en cuentaque uno de los escenarios de la mencionada disputacorresponde a los países metropolitanos y el otro escenarioes el del territorio americano.

El arielismo como lectura de La Tempestad a la hora enque nació el coloso del norte

Los intelectuales latinoamericanos, entre el siglo XIX y elXX, con excepciones notables, se consideraban a sí mismoscomo parte de un sistema global y suponían que habíanentrado a una exitosa senda que les permitía, a losuruguayos, llamarse a sí mismos, la Suiza de América; a losargentinos, la Inglaterra de América; y a los chilenos, laPrusia de América. A este selecto club se le añadió, pocotiempo después, el Brasil. Los países del ABC se sentíanalejados del Circuncaribe, como es evidente por su

Page 51: Capitulo de Libro Mexico

51

participación en el conflicto que vivió México cuando lastropas estadounidenses ocuparon Veracruz en el año de1914. Para estos intelectuales del sur del continente, elconocimiento de lo que ocurría en la Europa de preguerra—autores, publicaciones, modas artísticas— era losustantivo porque formaban parte de un bagaje queconsideraban propio.

Los intelectuales de aquella época tenían poca identi-ficación con los sucesos ocurridos en los países tropicalessituados arriba del ecuador. En este contexto, la lectura quese hizo sobre los personajes de Shakespeare, Próspero, Ariely Calibán, tuvo características que la hacen sustantivamentedistinta a las que se dieron en décadas y circunstancias pos-teriores a lo largo del siglo XX. En el umbral de éste, se con-sideró que la figura de Ariel, no la de Calibán, era la queauténticamente representaba al espíritu latinoamericano. Enesos años se consideraba que el peligro que representabanlos Estados Unidos para los países de la América Latina erael de la seducción que ejercía el apetito de las cosas mate-riales. Rodó, es bien sabido, advertía a los jóvenes urugua-yos, y por extensión a los jóvenes latinoamericanos, que nose dejaran deslumbrar por los prodigios del joven colosoestadounidense.

A mediados del siglo XX, debido a la Revolución Cu-bana, la relectura de La Tempestad rechazó el arielismo comosímbolo con el que debían identificarse los jóvenes. La ad-miración que Ariel mostró hacia Próspero y su empresa cam-bió de signo y se convirtió en una crítica, no al viejo temadel materialismo y el espiritualismo, sino al fenómeno dela dominación que ejercían los Estados Unidos en elCircuncaribe. Hoy llama la atención que la reivindicación

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 52: Capitulo de Libro Mexico

52

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de la empresa española se diera en el preciso momento deldespunte del imperio estadounidense, en el año de 1898.La hispanofilia, como patrimonio que reclamaban en ex-clusiva quienes se habían caracterizado a sí mismos comoconservadores latinoamericanos del siglo XIX, se hizo ex-tensiva a la mayoría de los intelectuales modernistas quevivían el ocaso del liberalismo y que consideraban alespiritualismo moralmente superior al materialismo, el cualdesde su perspectiva caracterizaba a los Estados Unidos.

El referente común de los intelectuales modernistas deprincipios del siglo XX era su identificación con Ariel, unespíritu que no reclamaba nada para sí mismo —a diferen-cia de Próspero y Calibán que tenían intereses muy claros—un espíritu que con su actitud servía a los propósitos dePróspero, no a los de Calibán. También en el presente llamala atención que en el conflicto sostenido por Estados Uni-dos y Cuba, o si se prefiere como en su tiempo ocurrió, en-tre Estados Unidos y España, no se hayan puesto de relievelos intereses geopolíticos y materiales que subyacían en elfondo.

El arielismo representó a la espiritualidad como rasgodistintivo de la vieja Europa. El énfasis en los valores quesostenía —opuestos a los emergentes valores de lamodernidad estadounidense— muestra lo hondo que habíacalado en los intelectuales latinoamericanos la visión quede sí mismos tenían los europeos. Para esa corriente depensamiento, el primer zarpazo del joven león americanofue interpretado como un desafío a la otrora poderosaEuropa. Nostálgicos de Europa, se sentían defensores delespíritu europeo, pero no consideraban que la amenazacomprendería tanto a las viejas naciones europeas como a

Page 53: Capitulo de Libro Mexico

53

las jóvenes naciones americanas. Los intelectuales suponíanque el reclamo estadounidense de América para losamericanos tenía como único destinatario al imperioespañol.

En Tierra Firme, en la porción correspondiente al ConoSur, la lectura de La Tempestad destacó los méritos de la fi-gura siamesa de Ariel-Próspero. A este personaje dual se levaloró como una figura a la que los pueblos de la regióndebían guardar eterno agradecimiento. Por eso, desde laperspectiva actual, no resulta extraño que ante la amenazaque representaba el despunte del nuevo coloso encarnadopor los Estados Unidos tomaran distancia de quien con suaudaz acción desplazó a los antiguos dominadores e impu-so, en las tres primeras décadas del siglo XX, un orden dis-tinto al que había prevalecido durante cuatro siglos en lasislas del Caribe.

Se pensaba en la defensa de la espiritualidad, entendi-da ésta como la espiritualidad europea, lo cual explica quese privilegiara a Ariel sobre Calibán y que se borrara, en lafigura del primero, cualquier vestigio de la malignidad quecaracteriza a los demonios. El énfasis en la servidumbrevoluntaria en el caso de Ariel, resistida en el caso de Calibán,es una cuestión que no deja de llamar la atención. No exis-ten referencias sobre el derecho del nativo a rebelarse. En elsermón cívico de Rodó, se elude el problema de la rebeldíay este hecho despierta la interrogante de por qué el maestrode América, admirador sincero de Ernest Renan, haya pre-ferido la vieja versión de William Shakespeare y no la delcatólico francés que ya anunciaba el triunfo de Calibán so-bre su antiguo dominador. En la obra de Renan, Calibán

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 54: Capitulo de Libro Mexico

54

Independencias y Revoluciones en el Caribe

logra mediante una revuelta defenestrar a Próspero y susti-tuirlo en el poder.

La pregunta que ciento doce años después se formulaes acerca de las causas por las que —como instrumento dedefensa frente al emergente poderío estadounidense— enel arielismo ocupa un lugar muy importante la revaloriza-ción de la empresa imperial española. Como dato sugeren-te se recuerda que gracias a los fondos que logró reunir lacolonia española en Uruguay, España pudo comprar el pri-mer buque de guerra moderno para sustituir, en pequeñaparte, su flota de buques de madera destruidos en Santiagode Cuba por la marina de los Estados Unidos. En la compa-ración entre el naciente imperio americano y el decadenteimperio español, el primer mecanismo de los intelectualesfue el de exaltar la empresa colonial ibérica, apelándolacomo escudo. En este contexto se inició la relectura de losargumentos expuestos en la trama de La Tempestad deShakespeare.

La lectura de Calibán en la hora de la revolución

Las revoluciones reivindican derechos, si no se apela a ellossus acciones carecen de sentido, como obras realizadas pordelincuentes amigos de la anarquía. Los derechos a los queapeló Calibán fueron los que otorga la precedencia en laposesión. Cuando llegó Próspero, Calibán ya estaba ahí.Aquél con el único argumento de que su mayor grado decivilización lo sometió y lo obligó a trabajar para él.

Es notable señalar que en la epopeya europea no hayun apartado sobre la guerra que Calibán les hizo, por lasencilla razón de que ésta no existió. Calibán no dio excu-

Page 55: Capitulo de Libro Mexico

55

sas para que Próspero lo venciera en el campo de batalla ydespués, le aplicara “el derecho” que otorga al vencedor“la guerra justa”, es decir, la guerra de conquista. Calibánlo recibió con los brazos abiertos, lo alimentó, lo cuidó yrealizó todos los servicios necesarios para que el náufragotuviera una vida muelle. En este contexto de recepción pa-cífica, el único argumento que Próspero y su corifeo Arielpudieron utilizar para justificar el cambio de orden, fue elconvertir a Calibán y hacerlo partícipe de los valores y lasideas del viejo mundo que se atribuyó, a sí mismo, el dere-cho de civilizar. Empero, cuando el rebelde Calibán intentóestablecer un vínculo marital con Miranda, la hija de Prós-pero, fue castigado. La moraleja de la historia es que aCalibán se le propuso una asimilación, entendida como so-metimiento, sin un apartado del derecho a la mezcla, a lafecundación, y no tiene otro significado que el de la nega-ción del asimilado. Si la genética nos ha enseñado que elhíbrido, es decir, lo que resulta del cruce de dos especiesdistintas puede ser fecundo o totalmente estéril, Prósperose cerró, por así decirlo, a esta posibilidad y por considerar-lo un atentado a las leyes por él establecidas lo castigó, mos-trándole así al lujurioso isleño que su destino era enfrentar-se a Próspero.

El equivalente circuncaribeño de la declaración de losderechos humanos como derechos universales, indepen-dientes de raza, religión u organización política fueprincipalmente, a mediados del siglo pasado, el de laliberación nacional. En esa etapa se reivindicó el derechode todos los pueblos a ser libres, entendido esto como elderecho de todos los pueblos a tener su propio gobierno ycontrol de su territorio. La liberación nacional, primera etapa

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 56: Capitulo de Libro Mexico

56

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de la liberación de las fuerzas opresoras internas corres-pondía a una segunda etapa de liberación.

Desafortunadamente los movimientos de liberaciónnacional fueron considerados por necesidades de la GuerraFría como una pantalla de la que se servían los comunistasen su intento por engañar a los demócratas. Esta caracteri-zación se impuso contra toda evidencia en los movimien-tos del área Circuncaribe, desde la revolución guatemalteca,hasta la revolución cubana.

En esta etapa de mediados del siglo pasado se revaloróla figura de Calibán como emblemática de quienes perse-guían romper el antidemocrático status quo y liberar lasfuerzas de desarrollo. Calibán fue absuelto de la acusaciónde canibalismo nunca confirmada y denunció la sentenciaque lo mantenía al margen de la historia. La condena deAriel, sentenciado a una existencia ciega, sorda y muda, esdecir, al margen de la historia de Europa, terminó con larevolución de carácter popular en Cuba, la cual despertó lainquietud de las elites que admiraban a Renan y compartíancon él su horror al proceso revolucionario. La revolución entérminos teóricos, hasta ese momento invocaba al pueblo,pero en lo sustantivo consideraba que los cambios deberíanresponder a las directivas de los pocos, como había ocurridoen posproyectos precedentes de constituir a las islas enEstados naciones.

El derecho de los pueblos a autodeterminarse comonaciones fue ampliamente debatido en el mundo a partirdel fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando se inició elfenómeno de descolonización a nivel internacional, así comoen los años sesenta y setenta del siglo pasado. De hecho,este derecho es la premisa en la que descansó el accionar

Page 57: Capitulo de Libro Mexico

57

revolucionario de los Movimientos de Liberación Nacional.En este contexto, revolución significó que tanto en los paí-ses de Asia como en los de África y los de América Latina,el énfasis, más que ponerse en la tiranía del gobierno colo-nial, se colocó en la ilegitimidad de ésta, al no estar basadoen el consentimiento del pueblo colonizado. La rebelión, esdecir, el derecho en el que descansan los derechos políticos,se utilizó con el propósito de poner fin al tutelaje que laspotencias metropolitanas ejercían sobre una población demás de seiscientos millones de hombres.

Sin los reclamos legítimos de la autodeterminación yla rebelión, esta última para lograr la primera, la revolu-ción se muestra como obra de “fanáticos”, semejantes a losque en la década de los años cuarenta se les llamó “fascis-tas” y, en las décadas siguientes, “comunistas”, para evitarel único nombre que merecían de nacionalistas; apelativoque, por cierto, también merecen gobiernos que ahora soncriticados de “populistas”.

En el momento actual, la épica revolucionaria ha sidosustituida por la épica deportiva, única que se considerapolíticamente correcta. Tanto han cambiado los tiempos hoyque a quienes se resisten a una invasión extranjera, a losque defienden la riqueza de su suelo se les llama fanáticoso terroristas o, lo que es más común, las dos cosas a la vez.

Actualmente, la épica revolucionaria, así como lacivilizatoria son cosa del pasado. Los vibrantes discursosde la descolonización y la liberación han sido sustituidospor el de la resistencia y la subalternidad, es decir, por laréplica que los dominados hacen al discurso de la domina-ción. El discurso del poder sobre su enemigo en turno, ha

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 58: Capitulo de Libro Mexico

58

Independencias y Revoluciones en el Caribe

convertido a la defensa de la independencia en un fenóme-no aversivo.

Desde la caída del Muro de Berlín, en noviembre de1989, y su consiguiente tsunami, el de las olas de la demo-cracia, la idea de revolución se convirtió en tema de lahistoria y no parte de la agenda política actual. Si bien,Francis Fukuyama en 1988, en un intento profético, señalóque a partir de ese momento se vivía el fin de la historia yque las revoluciones eran sólo un fenómeno que ocurriríaen los países del Tercer Mundo. Hoy, por razones circunstan-ciales, el bicentenario de las revoluciones de independenciaen muchos países de América Latina, los historiadores dela región están obligados a plasmar, de una manera u otra,su visión de lo que significó el proceso de emancipación.Tal paradoja recuerda la hegeliana frase de la astucia de larazón, porque el fin del socialismo realmente existente seutilizó para dar fin a la explicación del colonialismo comoexperiencia que precedió al triunfo del socialismo y,posteriormente, lo trascendió.

Una lectura actual de Ariel y Calibán en el ocaso de larevolución

Desde la perspectiva del discurso revolucionario se enten-dió la resistencia como una etapa previa a la de la rebelión.En la segunda miad del siglo XX y lo que va del siglo XXI,lo que ha podido observarse es la transformación del dis-curso de la revolución en discurso de la resistencia. Estefenómeno se acrecentó en la última década del pasadomilenio, cuando se consideró que el neoliberalismo no te-nía contendiente. Empero, de manera insospechada, la co-

Page 59: Capitulo de Libro Mexico

59

rriente de los estudios culturales, poco significativa en nues-tro medio, ofreció la posibilidad de una nueva lectura so-bre el fenómeno de la dominación.

Los años transcurridos entre la aparición de LosCondenados de la Tierra, de Franz Fanon, 1961; Orientalismo,de Edward W. Said, 1978; y entre este libro y el de Losdominados y el arte de la resistencia, de James C. Scott, 1990,permitieron que la función que se habían atribuido a símismas las elites de derecha y de izquierda, ya no fueramás considerado patrimonio exclusivo de éstas. En elprimero de los libros mencionados, correspondiente alproceso descolonizador en su momento álgido, el énfasisse puso en la opresión a la que habían sido sometidos loscolonizados. En el segundo, de carácter histórico-literario,el acento se puso en el discurso occidental como instrumentode poder. En el tercero, se expusieron los mecanismosutilizados por los dominados para expresar su punto devista, diferente de la anuencia y la sumisión que el discursode los dominantes les atribuía.

El problema de la dominación apareció así bajo unanueva luz, tal como lo apuntó con su troquelada sensibilidadEdward Said en su libro Representaciones del intelectual, sobrela función que debían cumplir los intelectuales: “Incluso enlos países del tercer mundo, el clamoroso antagonismo entrelos poderes del statu quo del Estado nacional y las pobla-ciones menos favorecidas aprisionadas dentro, pero sinrepresentación o totalmente discriminadas por él, le ofreceal intelectual una oportunidad real para oponerse a la mar-cha hacia delante de los vencedores.”

En el contexto del proceso de larga duración que co-rresponde al dominio que ha ejercido Occidente sobre las

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 60: Capitulo de Libro Mexico

60

Independencias y Revoluciones en el Caribe

sociedades colocadas a sus márgenes, la etapa reciente secaracteriza por la búsqueda de un tipo de relaciones entrela sociedad occidental y la de los países del Atlántico Nor-te. Estas relaciones se definen en términos que no eran co-munes hace medio siglo. Los viejos colonialismos se redi-mieron al iniciarse el proceso de descolonización y aladoptarse el paradigma de la globalización. Reconocido elderecho a la independencia, el colonialismo aparece comoun asunto de interés histórico, semejante a los de la esclavi-tud y la servidumbre. Empero, si bien el colonialismo se hadesvanecido como fenómeno político generalizado en Asia,África y el Caribe, en cambio, permanece el problema de ladominación.

El grupo de los estudios subalternos, utilizando losaportes de Gramsci, Foucault, Barrington Moore, sobre eldiscurso de la dominación y, su envés, el de la resistencia,muestran que los herederos criollos del discurso de la colo-nización le dan un uso semejante y que no toda la sociedadalcanzó la libertad y la independencia que el discurso pú-blico da como un hecho. En otras palabras, estamos en pre-sencia de un objeto de estudio del cual destaca el análisisde la forma como los dominados emplean la palabra o, mejordicho, la sustituyen y usan otros medios de expresión, porejemplo, el chiste, el rumor y el cuento popular.

Edgardo Rodríguez Julián, en su libro Caribeños, 2002,señaló lo siguiente:

En su Historia del Caribe nos decía Eric Williams, que el desti-no, la suerte de Puerto Rico, como parte de los Estados Uni-dos ya estaba echada. No estoy muy seguro de esto, a pesarde que la sociedad creada durante los últimos cuarenta años,las bases materiales de la misma, nos obligarían a pensar

Page 61: Capitulo de Libro Mexico

61

que sí. De todos modos, lo que más nos debe asustar es nues-tra incapacidad para crear sociedades más justas y a la vezmás libres, sitios donde la patria no sea ese lugar donde aban-donemos toda esperanza, y deseamos cualquier salida.

Con Gramsci, Foucault, Said, Spivak y Scott, entre otros,hemos aprendido que el conocimiento es poder y se expresaa través del discurso hegemónico. Su decodificación es hoyuna tarea al alcance de cualquier estudioso; sin embargo, esuna empresa que los intelectuales sólo pudieron realizar enlas últimas décadas del siglo XX, gracias al esfuerzo queantes habían realizado figuras como Franz Fanon y, antesque éste, la de Aimé Césaire. Cuando los primeros aborda-ron el problema de cómo independizarse del inmenso poderde la palabra de los colonizadores, se montaron sobre laobra emprendida por los últimos y a la que dieron formacomo intelectuales nativos formados en institucionesfrancesas. Debe destacarse que los balbuceos de Fanon yCésaire se referían a la discriminación por el color de la piel;sus primeros ejercicios —para comprender que la diferenciade credo y raza, era una justificación discursiva paraperpetuar la desigualdad y la dominación— fueron obrade un esfuerzo para el que no existían mentores. Gracias aesos precursores, se disipó la elocuencia de los discursos deAriel y Próspero, y se consideró que los argumentos delprimero eran mero reflejo de los del segundo. Asimismo,gracias a la obra de los dos francófonos, quedó claro para elcastellano parlante que, sin importar las aparentesdiferencias entre los discursos imperiales, en lo sustantivoera un mismo discurso de dominación y no, comopreviamente se consideraba, de civilización.

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 62: Capitulo de Libro Mexico

62

Independencias y Revoluciones en el Caribe

No he tenido como único propósito presentar una delas posibles visiones que, desde el altiplano mexicano, sepuede ofrecer sobre las islas del Caribe y los problemasque han tenido y tienen para convertirse en naciones conderechos plenos. Mis reflexiones se basan en los supuestosde que los países del Circuncaribe y de América Latina com-parten por vez primera un mismo tiempo, y que el proble-ma de la soberanía afecta hoy por igual a los países queconsideraron haber alcanzado el status de naciones sobera-nas y a los que les fue impuesto un orden diferente. Unos yotros tienen el mismo problema de no haber podido cons-truir una sociedad justa, y hoy la única salida para un sec-tor significativo de la población es el de la migración. Esasimismo una reflexión sobre las causas y significado de latransferencia de soberanía; es decir, del cambio de sobera-nía española a la soberanía estadounidense.

Las características actuales de nuestras sociedades sondos; la primera es que son expulsoras de poblaciones, sinimportar que los gobiernos profesen una doctrina capitalistao comunista, sean Estados nación, Estados Libres Asociadoso Departamentos; la segunda, la ausencia de un proyectopara disminuir la desigualdad social. Si bien, el imperioespañol creó al súbdito colonial, es decir, al individuo queconsideraba natural la desigualdad, en lo que fueronterritorios coloniales, en el momento actual, se ha formadoen el Circuncaribe un ciudadano-súbdito colonial, para elcual, en esta generación resolver el problema de ladesigualdad no es parte de su agenda.

Sobre este asunto, la propuesta de los estudiosposcoloniales representa la posición teórica que más cohe-rencia guarda, porque rechaza la visión adormecedora de

Page 63: Capitulo de Libro Mexico

63

una tarea cumplida por las elites y enfatiza la labor quedesempeñaron los campesinos y otros sectores en la luchapor la emancipación. Estos estudios no hablan ya de paísesindependientes, hablan sin ambages de los procesos dedominación que al interior de las sociedades otrora colo-niales existen. No comparten la idea de que la democraciapor sí misma reconocerá la contribución que los margina-dos hicieron a los procesos de independencia. Tampoco ha-cen cargos por los problemas actuales de los países del surde Asia, a la democracia inglesa y a la estadounidense porsu anterior desempeño como países imperialistas.

El revisionismo poscolonial no sólo excluye las obrasescritas por el poder colonial, también critica a éste y a susadministradores, así como a los nativos que colaboraron conla empresa colonial. Este tema no ha recibido la atenciónque merece porque el status de país poscolonial tiene unadoble vertiente: la de los países que se convirtieron en na-ciones autónomas y la que incorporó a poblaciones y terri-torios en parte del país metropolitano. El equiparar ambasvertientes es reconocer que la historia ha seguido un cursodistinto al que ofrece la narrativa de las historias naciona-les, según la cual, el objetivo supremo era lograr la inde-pendencia nacional, y entonces las contradicciones inter-nas y las externas se encontrarían resueltas de una vez ypara siempre.

En un régimen democrático o en un régimen autóno-mo, el fenómeno de la dominación no desaparece. Este esen mi opinión el problema que debe ser analizado por laactual generación, porque explica las paradojas del uso quedan, por igual, gobernantes de izquierda o de derecha, del

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 64: Capitulo de Libro Mexico

64

Independencias y Revoluciones en el Caribe

enemigo externo, del colonizador del pasado y del presen-te, para justificar su permanencia en el poder.

En un momento como el presente, en el que las iden-tidades nacionales están cambiando, en parte debido a losintensos flujos de migración, no es casual que los símbolosque han servido a las naciones para mantenerse cohe-sionadas también cambien. El colonialismo de ayer, hoytiene una doble expresión que se manifiesta en las antiguascolonias a través de mecanismos económicos y psicológicos,y en las metrópolis, mediante la escandalosa xenofobia quecriminaliza la migración. La xenofobia no es sólo la reacciónde quienes se sienten agredidos e inseguros por la crecientepresencia de inmigrantes, sino porque éstos no dan muestrasde aceptar los valores en los que, otrora, descansó el discursometropolitano que se empleó para dominar a la poblaciónde la periferia occidental.

En los últimos ciento veinte años, la sociedad caribeñaha adoptado nuevas formas de relacionarse con lasmetrópolis, y no es posible ignorar los cambios que se hanproducido al establecerse nuevas formas de convivenciaentre las mismas y sus antiguas colonias. Uno de losresultados de estos cambios ha sido el que los procesosmigratorios han tomado un nuevo rumbo; ahora los paísesmetropolitanos sufren un asedio de quienes buscan en elloslas oportunidades que el propio país natal les niega. Esteexilio voluntario, que fue primero de las elites políticas yeconómicas, ahora tiene un carácter masivo. El principalpropósito que debiera animarnos no es el de un cambio enla relación metrópoli-colonia, sino un cambio en la formade entender nuestra propia convivencia.

Page 65: Capitulo de Libro Mexico

65

Conciliar atraso con revolución es una tarea teórica-mente fácil, lo difícil es conciliar atraso con democracia,porque esta última no garantiza el desarrollo, como bien losaben quienes han intentado vincular a ambas. En la actua-lidad, la democracia es considerada como la condición ne-cesaria para resolver los acuciantes problemas del mismomodo y con la misma intensidad que otrora se consideró ala revolución, como la única vía para derribar los obstácu-los que impedían el cambio.

¿Cómo son y serán las modernidades poscoloniales?De la misma forma en que la sombra sigue al cuerpo, lamodernidad poscolonial no logra aún desprenderse yprescindir del discurso colonizador. Si la modernidad obligóa los intelectuales a preguntarse sobre el sentido de sus actosen función de su propia e individual responsabilidad y noen función de una responsabilidad atribuida, la postura deéstos adquiere sentido en función de la apropiación quehacen del futuro, como resultado de una acción deliberaday no como el resultado de una voluntad exógena. Elentendimiento del pasado de las sociedades caribeñas, esel primer paso para la apropiación de un futuroautodeterminado. Reflexionar sobre el sentido de loocurrido desde el momento en que se desató el huracánsobre el Caribe o, mejor dicho, sobre las Antillas mayores,hasta la reciente tormenta sobre Haití, que expuso ante losojos del mundo el deterioro social provocado por quienessustituyeron a los colonizadores franceses, ha sido el pro-pósito de esta intervención.

Quiero aclarar por último, que el análisis de las socie-dades caribeñas poscoloniales, desde la perspectiva del al-tiplano mexicano —en un momento en el que la identidad

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 66: Capitulo de Libro Mexico

66

Independencias y Revoluciones en el Caribe

nacional ha sido azotada por la tormenta de la globalizaciónque puso en tensión la estructura política y el modelo quedescansaba en la idea de un Estado fuerte capaz de defen-der la soberanía nacional— es una tarea que está poremprenderse.

La reflexión pendiente es sobre la suerte de Calibánindependiente, y preguntarse ¿Qué ha hecho después deque se liberó de Próspero? Esta es quizá la interrogante másincómoda de nuestra historia y a la que las actuales genera-ciones deberán intentar dar solución.

Nuestro admirado José Luis González —y lo llamonuestro, porque por su propio derecho se le considera puer-torriqueño, dominicano y mexicano—, en su seminal textode País de cuatro pisos, 1979, analizó la influencia y lapervivencia de las distintas culturas; pero lo que José Luisno hizo, fue profetizar lo que ocurriría después que Calibánlograra volver a ser dueño de su destino.

El legado social que representa el Estado de Bienestarmetropolitano, es un importante patrimonio que ningúnpolítico se atrevería a atentar en forma directa. La tormentano amenaza desencadenarse en las playas del Caribe, sinoen los cinturones populares de las urbes metropolitanas. Lacrítica al autoritarismo y la opresión ya no es contra los viejoscolonialistas, sino contra las elites nativas que, en la actuali-dad, ocupan el lugar de aquellas. Hoy, los sucesos de Haitírevelan que se lamenta la suerte del primer país indepen-diente de la región y, también, el primero que está en riesgode desaparecer como entidad independiente. Los lamenta-bles acontecimientos de Haití sirvieron para recordar a laopinión pública la trágica suerte del primer país de la regiónque se liberó del dominio colonial. Los encabezados

Page 67: Capitulo de Libro Mexico

67

periodísticos sobre el país fracaso, el país olvido, etcétera,muestran la necesidad de realizar un balance sobre elsentido de los procesos de independencia, autonomía yasociación, ocurridos en el Caribe desde que se inició elproceso de descolonización. No es la intención, ni tengo lacapacidad para realizar una empresa que por su importanciadebiera ser una obra colectiva, sino la de iniciar una reflexiónsobre dichos procesos, los cuales deben ser analizados enfunción de un aspecto que la teoría de la descolonizaciónno abordó y que se refiere al dominio postcolonial, nohegemónico sino brutal, donde el discurso del gobiernoactual sobre los otrora colonizados no difiere en lo sustantivodel discurso de los antiguos colonizadores.

Ariel y Calibán en el ocaso de la revolución

Page 68: Capitulo de Libro Mexico

68

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 69: Capitulo de Libro Mexico

69

LA NARRATIVA HISTÓRICA DE PUERTO

RICO: DESARROLLO AGRÍCOLA Y NA-CIÓN EN LA SEGUNDA MITAD DEL

SIGLO XVIII

María Teresa Cortés Zavala

IEn el año de 1765, procedente de la isla de Cuba, llegó aPuerto Rico el funcionario de la corona española AlejandroO´Reilly, con la misión de informar a Carlos III sobre elestado en que se encontraba la defensa de esa plaza militaren el marco de la geografía del Caribe. El Mariscal de Campode origen irlandés no perdió la oportunidad de su labor yen sus notas de viaje propuso una reforma militar, al mismotiempo que amplió su análisis al incorporar observacionessobre el estado material en que se encontraba la Isla y lascondiciones de vida que prevalecían entre la población.

Este ensayo forma parte de los resultados de investigación del proyecto“El discurso nacional en la narrativa histórica puertorriqueña del sigloXIX y XX”, financiado por la Coordinación de la Investigación Científicade la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en su progra-ma 2009-2010, el cual forma parte del proyecto: Los latidos del progreso enCuba y Puerto Rico, 1780-1940. HAR2009-09844, financiado por el MICINN(España) y coordinado por la Dra. Consuelo Naranjo Orovio.

Page 70: Capitulo de Libro Mexico

70

Independencias y Revoluciones en el Caribe

La información vertida en el documento ha sidovalorada por la historiografía como el primer levantamientode información ordenado sobre el papel estratégico-militarde Puerto Rico en el contexto de la lucha imperial por elCaribe.1 El informe de población y riqueza emitido de laantigua Borinquen da cuenta objetiva del estado dedesprotección en que se encontraba la Isla y sus habitantes.De ahí la importancia testimonial que se ha otorgado a lasMemorias escritas por el funcionario real y la utilización quede ellas ha hecho la literatura histórica para reconstruir esteperiodo.2

De acuerdo con el censo levantado por el militar, Puer-to Rico tenía una población total de 44,883 personas, de lascuales 39,846 eran libres y 5,037 eran esclavos. En relacióncon esas cifras y comparándolas con lo que sucedía en San-ta Cruz, San Thomás y Martinica, en donde la despropor-ción de esclavos negros y hombres libres dejaba expuestosa un posible levantamiento a estos últimos, proponía la re-

1 De acuerdo con el comisionado del Rey, San Juan de Puerto Rico a laentrada del Caribe, era la plaza fuerte más cercana a España, y segúnO’Reilly, importante como base de reconquista en caso de pérdida dealguna plaza del Oeste. Allan J. Kuethe, y Juan Marchena Fernández,Soldados del Rey: el Ejército borbónico en América colonial en vísperas de laindependencia, Valencia, Universidad Jaume I, 2005, p.113.2 Alejandro O’ Reilly, “Memorias de D. Alejandro O’Reilly sobre la Islade Puerto Rico, año 1765”, en Eugenio Fernández Méndez, Crónicas dePuerto Rico, Río Piedras, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1969,pp. 238-269. Alejandro O’Reilly, como general del Ejército español, du-rante la toma de La Habana intervino en 1764; en su defensa creó lasmilicias, el “Regimiento de voluntarios Blancos de La Habana” y el “Re-gimiento de Pardos Libres de La Habana, formado por mestizos y unaNoble Compañía de Cadetes”. Véase a Gonzalo Díaz de Iraola, “La vueltaal mundo de la expedición de la vacuna”, en Anuario de Estudios America-nos, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos del Consejo Su-perior de Investigaciones Científicas, Vol. IV, 1947, p. 110.

Page 71: Capitulo de Libro Mexico

71

gulación de la mano de obra y su incorporación a la agri-cultura. En esta dirección habló del reparto de tierras, elcual debía ejecutarse siempre y cuando la población no ten-diera a dispersarse y formara un poblado unido, “con ca-lles anchas y rectas como las de España”.3 En este sentidoimpulsó el reparto de tierras entre aquellas personas quedemostraran su industria y aplicación en la agricultura yen la ganadería.4

Entre los problemas de carácter económico que iden-tificó O’Reilly a lo largo de su inspección señala lossiguientes: consideraba que la economía estaba dominadapor el comercio informal y el contrabando, lo queperjudicaba el desarrollo del comercio y la relaciónsistemática y racional de Puerto Rico con otras partes delimperio, tanto en la región del Gran Caribe, como en susrelaciones con la Nueva España. La corona española —segúnO’Reilly— había invertido más en la Isla de lo queverdaderamente se beneficiaba al no aprovechar los recursosnaturales contenidos en ella, así lo hizo ver al monarcacuando describió la manera en que se allí se vivía. La Islaestaba dominada por el comercio ilegal y era prácticacotidiana en la vida de los isleños, así lo señala:

El tráfico ilícito se hace con la mayor franqueza en toda laIsla. Las embarcaciones extranjeras llegan con más frecuen-cia a la costa del Sur y del Oeste: no usan en esto de disimuloalguno: arriban a cualquiera de los puertos, echan su ancla,envían a tierra su lancha o canoa, acuden los habitantes a laplaya y se hace allí el trato… El trato ilícito se hace con los

3 Alejandro O’ Reilly, Op. Cit.4 Juana Gil-Bermejo García, Panorama histórico de la agricultura en PuertoRico, Sevilla, CSIC, 1970, p. 255.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 72: Capitulo de Libro Mexico

72

Independencias y Revoluciones en el Caribe

holandeses de Curazao y San Eustaquio, dinamarqueses deSan Thomás y Santa Cruz, ingleses de las islas inmediatas ymuchos de ésta nación que hay avecinados en las de Dina-marca. Los holandeses se llevan la mayor parte del tabaco,los ingleses el palo de Mora (Manclura tintorea) y guayacán(Guaiaucum officinale).5

En cuanto a la organización administrativa, O´Reilly ad-vertía que no se contaba con una cultura de la recaudacióneficiente y racional. Se carecía de reglamentos comercialesque regulasen las transacciones y el reparto de tierras, deallí que una de las causas del estado de atraso en que des-cribe a la administración de la colonia, era la dispersión delos pueblos y la falta de ordenamiento de la mano de obrapara la agricultura.

De acuerdo al informe, sobre el estado de la caña deazúcar especifica lo siguiente: “Hay un número de trapi-ches que abastecen la Isla con el azúcar y miel que consu-me, se saca porción de aguardiente de caña, pero como elde los extranjeros es más barato, proveen casi toda la costadel sur y parte de las otras, ganacias que perderán entera-mente fomentándose los ingenios de azúcar, para los quehay todas las porciones que se pueden apetecer”.6 Final-mente, documenta lo precario de las relaciones laboralesen Puerto Rico cuando describe a la Isla como un espaciocarente de labradores diestros y tecnología apropiada para

5 La cáscara de la hoja de majahua de pita sirve para hacer artículoscomo hamacas, cestas, etcétera. “Memoria de Alejandro O´Reilly a S. M.sobre la Isla de Puerto Rico en 1765”, en Cayetano Coll y Toste, BoletínHistórico de Puerto Rico, San Juan, Tipografía Cantero, Fernández y Com-pañía 1914-1927, 14 Vols., t. VIII, p. 127.6 Idem.

Page 73: Capitulo de Libro Mexico

73

trabajar y explotar sus recursos agrícolas. Una imagen alrespecto es la que difunde cuando señala:

…con cinco días de trabajo, tienen una familia plátanos paratodo el año. Con éstos, la leche de las vacas, algún cazave,boniatos y frutos silvestres están contentísimos. Para camasusan de unas hamacas que hacen de la corteza de una plantaque llaman Majahua (Hibiscus pernambucensis). Para proveer-se del poco vestuario que necesitan, truecan con los extran-jeros (sic) vacas, palos de Mora (Manclura tintorea) caballo,mulas, café (Coffea arabica), tabaco o alguna otra cosa, cuyocultivo les cuesta poco trabajo.7

A través de esa visión de descuido describe a la socie-dad y explica que la familia puertorriqueña podía vivir conel mínimo esfuerzo. En una palabra, Alejandro O´Reilly,como buen ilustrado, encontró que la pequeña Borinquen,a pesar de que poseía una serie de riquezas naturales pro-piciadas por las bondades del clima y la abundancia de lasaguas, adolecía de una articulación económico-administra-tiva y de un tejido social que le permitiría incentivar el ca-rácter de sus pobladores y el impulso a la agricultura. Espor ello que en sus Memorias, al mismo tiempo que descri-be las inconsitencias sociales, hace una propuesta de mo-dernización a la Corona, fundada en la organización delsistema de recaudación a través de la organización de laHacienda Pública y racionalización administrativa, basadaen la transformación agrícola y forestal del territorio insu-lar y la introducción de algunos hombrees con caudal e in-genio.8

7 Idem.8 Cuando O’Reilly abandona la Isla desde el punto de vista militar ade-más del Regimiento Fijo quedaron organizadas las dos compañías que

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 74: Capitulo de Libro Mexico

74

Independencias y Revoluciones en el Caribe

En sus Memorias, O’Reilly destaca algunos de loselementos claves de la desarticulación económico-administrativa que encontró en Puerto Rico, como parte dela disfunción de las políticas imperiales antes de quecomenzaran las reformas borbónicas. Pero también, elmilitar irlandés, deja testimonio de la primacía que manteníaPuerto Rico en la política colonial a mediados del siglo XVIII,como posición estratégico-militar, como zona de tránsitocomercial y como frontera marítima.9 Este último aspectolo podemos confirmar cuando O´Reilly habla de la urgentenecesidad de fortalecer el sistema defensivo de Puerto Rico,invertir en las fortificaciones y atender la capacitación delos destacamentos militares en la región que —para elMariscal de Campo— era primordial. En este sentido hacevarias acotaciones sobre el estado de las milicias y sumodernización.

Las observaciones del mariscal fueron pieza clave aliniciarse las reformas comerciales de Carlos III, como esta-blece Gutierréz del Arroyo. Sus estadísticas sobre algunasfases del desarrollo de la Isla fueron esenciales para fijar laestrategia de control del sistema defensivo y de los recursosfinancieros conocidos como situado. La red de comunicaciónpermanente entre la Nueva España, el Gran Caribe (PuertoRico) y la península, para sostener con la plata mexicana laburocracia y economía de Cuba, Puerto Rico y Filipinas se

allí existían con un total de 137 plazas agregadas al Fijo. Bibiano TorresRamírez, Alejandro O’Reilly en las Indias, Sevilla, Escuela de Estudios His-panoamericanos, 1969, p. 76.9 Pedro López Adorno, “Descolonización literaria y utopía, el caso puer-torriqueño”, en Exégesis, Revista del Colegio de Humacao, Puerto Rico, Uni-versidad de Puerto Rico, Año, 9, Núm. 25, 1995.

Page 75: Capitulo de Libro Mexico

75

reestructuró a partir del relato de O’Reilly,10 al mismotiempo que se modificó la organización interna.

IIUna segunda obra que muestra las ideas ilustradasimperantes en la época, sobre el abandono económico-ad-ministrativo de ese baluarte militar es la Historia Geográfica,civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico,editada en 1788, por el fraile Iñigo Abadd y Lasierra,11 quienacompañó al Obispo M. Jiménez Pérez en su visita pastoralpor los territorios de la Diócesis de Puerto Rico como susecretario y confesor.12

En su obra vuelve a transcribirse la imagen de una pro-vincia con abundantes riquezas naturales y por tanto, unatierra susceptible a la explotación más intensa de su agri-cultura. Para la historiadora Isabel Gutiérrez del Arroyo, lade Abadd es la primera obra histórica de Puerto Rico:

...consta propiamente de dos partes, aunque esta división noesté así indicada en su ordenación externa. La primera in-cluye los primeros diecinueve capítulos y en ellos el autor

10 Argelia Pacheco Díaz, Una estrategia imperial. El situado de Nueva Españaa Puerto Rico 1765-1821, México, Instituto de Investigaciones José MaríaLuis Mora, 2005.11 Iñigo Abbad y Lasierra, Historia geográfica, civil y natural de la Isla de SanJuan Bautista de Puerto Rico, Madrid, Imprenta de Valladares, 1788. Cfr.Estudio preliminar de Isabel Gutiérrez del Arroyo a la obra de IñigoAbbad y Lasierra, Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San JuanBautista de Puerto Rico, Río Piedras, Editorial Universitaria, Universidadde Puerto Rico, 1970.12 Véase a Antonio Santamaría, “La historia de Puerto Rico en la transi-ción del siglo XVIIII al XIX. La mirada de Iñigo Abbad y Lasierra y losorígenes de la historiografía insular, a propósito de la edición de GervasioLuis García“, en Revista de Indias, Madrid, CSIC, 2004, Vol. LXIV, Núm.230, pp. 243-252.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 76: Capitulo de Libro Mexico

76

Independencias y Revoluciones en el Caribe

hace la síntesis de los tres siglos iniciales de nuestra historia,reconstruidos primordialmente con base a la informaciónsuministrada por los primeros cronistas de Indias. Como sín-tesis es incompleta: carece de proporción, adolece de lagu-nas.13

La segunda parte de la Historia Geográfica, civil y natu-ral de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico, abarca losveintiún capítulos restantes y en ella Fray Iñigo Abbad nosdescribe con fidelidad, pentración y agudeza crítica las con-diciones de la Isla en la octava década del Dieciocho. Cree-mos que la importancia de la obra reside, sobre todo, enesta segunda parte. Siguiendo la disposición interna de lashistorias representativas del Dieciocho, Abbad dedica unoo más capítulos a cada uno de los aspectos de la realidadpuertorriqueña: gobierno, población, agricultura, comercio,régimen fiscal, descripción del carácter, usos y costumbresde los puertorriqueños, éste último aspecto en dos valiosí-simos e inapreciables capítulos. Todas estas rectas son comodiría Dilthey, a modo de “cortes transversales de la culturade una nación”; por medio de ese recurso los historiógrafosdel Dieciocho, de los cuales Abbad es un buen ejemplo, pre-tenden demostrar que “las partes de un semejante todo cul-tural se corresponden entre sí como los miembros de unacriatura viva”.14

El clérigo en su relato, a diferencia de O’Relly hace unadescripción moral de sus habitantes, al juzgar el carácter,los habitos y las costumbres de las diversas clases de la po-

13 Véase el estudio preliminar de Isabel Gutiérrez del Arroyo a la obra deIñigo Abbad y Lasierra, Historia geográfica… Op. Cit.14 Isabel Gutiérrez del Arroyo, Historiografía Puertorriqueña. Desde la Me-moria Melgarejo (1582) hasta el Boletín Histórico (1914-27), San Juan, Insti-tuto de Cultura Puertorriqueña, 1972, p. 12.

Page 77: Capitulo de Libro Mexico

77

blación puertorriqueña, como advierte José Julián Acostaen la edición de la obra difundida en 1866. Sus datos econó-micos y demográficos permiten construir una estadísticaseriada para varios cortes cronológicos significativos queposibilitan ver la evolución de Puerto Rico en ese sentido yque, además, puede ser continuada luego mediante la in-formación ofrecida por obras posteriores.

La obra de Abadd y Lasierra desde un discurso influi-do por el determinismo geográfico y bajo criterios morales,crítica el descuido que hasta el momento había tenido elrégimen respecto a los pilares del tejido social en aspectosfundamentales como la educación, la moral y la cultura,obviando las diferencias existentes ya para entonces entrelos criollos y el comportamiento del gobierno con los pe-ninsulares. Para el autor es en la indolencia de la poblacióny en las condiciones climáticas de la geografía de la Isla quese expresaban las causas del atraso de Puerto Rico. Sin em-bargo, también resalta las cualidades de los habitantes dela Isla y sugiere como vía del desarrollo “la distribución delas tierras”; explica la conveniencia de los proyectos de re-población, adelanta nuevos criterios impositivos, señala lasposibilidades comerciales de los recursos naturales, etcéte-ra. Los capítulos que Abbad dedica al estudio de la Pobla-ción, la Agricultura, el Comercio y las Rentas Reales, máslos cinco dedicados a la descripción topográfica de los pue-blos, rinden un balance favorable de observaciones relevan-tes del espíritu de reforma económica característico del des-potismo ilustrado”.15

15 Ibid., p. 13. Isabel Gutiérrez del Arroyo, La política y la Ilustración enPuerto Rico. El reformismo ilustrado en Puerto Rico, San Juan, Universidadde Puerto Rico, 1995.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 78: Capitulo de Libro Mexico

78

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Tanto O’Reilly como Abbad y Lasierra de alguna for-ma, marcan un parteaguas entre una literatura hecha porhombres allegados al régimen y una serie de estudioscientificos realizados por exploradores que con un carácterracional en diversos momentos de las dos últimas décadasdel siglo de la ilustración, se desplazaron por la Isla en bus-ca de explicaciones sobre la naturaleza del territorio. Todostienen en común, sin embargo, que durante su estancia enla Isla fueron recibidos y convivieron con lo más distingui-do de la sociedad puertorriqueña. De esa literatura peregri-na o realizada por viajeros es que comienza la construcciónde un relato fundacional del pasado de Puerto Rico. A par-tir de esa narrativa podemos constatar cómo esos hombresde letras y saberes formales en la convivencia cotidiana conlas elites económicas puertorriqueñas, en medio de sus fies-tas y tertulias, contribuyeron a encauzar un primer senti-miento de identidad con la naturaleza, ubicación y espacioterritorial de los lugareños.

IIILos relatos de exploración, aunque escasos si loscomparamos con la producción historiográfica de otrascostas americanas, también dejaron huella e impactaron enel pensamiento ilustrado local. Este fenómeno se puedeanalizar si nos detenemos en los planteamientos deldesarrollo económico y modernización que se fueronconstruyendo en las primeras tres décadas del siglo XIX.

Los agravios en contra de la Corona española se hicie-ron visibles a partir de 1809, cuando la elite puertorriqueña—en el documento de peticiones redactadas por los ayun-tamientos de San Juan, San German y Coamo a su repre-

Page 79: Capitulo de Libro Mexico

79

sentante en Cádiz— vuelve a colocar en el telón de los te-mas, asuntos como el sistema tributario, las restriccionescomerciales que propiciaba el comercio ilícito, la falta decentros educativos —sobre todo universidades—, la inac-cesibilidad de los criollos a cargos en la administraciónpública, el considerable atraso en la salud y las obras públi-cas, así como la amenazante presencia de extranjeros quecomenzaban a desplazar a ganaderos y estancieros criollosde su frágil ascendencia política y social.16 También en laspeticiones aparecen reivindicaciones de carácter políticocomo la autonomía en el ejercicio de la administración y ellibre comercio para la Isla.

En esta serie de solicitudes se reflejó buena parte delas aspiraciones de los grupos dominantes en la Isla y suconcepción respecto de la modernización y el desarrolloeconómico basado en la agricultura. Enseguida intentare-mos analizar cómo se contruye ese relato a partir del exa-men del territorio.

Los primeros reconocimientos científicos realizadosdespués de la visita de O’Reilly a la Isla de Puerto Rico fue-ron los de carácter cartográfico. Los levantamientostopográficos e hidrográficos tuvieron como propósito lainscripción de relieves (longitud, latitud y altura) de la cos-ta firme de la Isla y sus cayos con fines estratégicos milita-res. Desde 1765, por Real Decreto del 25 de septiembre,Carlos III había dispuesto un Plan de defensa del Caribe, yel Visitador General de las Fortificaciones en América, el

16 María Teresa Cortés Zavala, “Las rutas de la ciencia y el desarrollo dela medicina en Puerto Rico, 1800-1850”, en América a Debate, Morelia,Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidal-go, Núm. 7, enero-junio de 2005, pp. 23-39.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 80: Capitulo de Libro Mexico

80

Independencias y Revoluciones en el Caribe

brigadier Agustín Crame, fue el encargado de redactar unaserie de proyectos de defensa particulares, los cuales a suvez se realizaron entre los años de 1777 y 1779. En la infor-mación generada como resultado de esos trabajos se incluíanplanos de las plazas fortificadas y fuertes aislados, los cua-les la historiadora puertorriqueña Gutiérrez del Arroyo acalificado de “excepcional documentación para conocer elestado de aquella región americana”, haciendo referenciaal caso de Puerto Rico. 17

Los nuevos saberes y formas de representar a la Isla sevieron enriquecidos e impactaron en la conciencia socialantillana, como ha explicado María Dolores González Ripollcon las observaciones realizadas por S. M. Tomás López en1781, el alférez José del Campo en 1785, y las medicionesemprendidas en 1792 por Cosme Churruca para determi-nar la posición exacta de casi todas las Grandes Antillas yla totalidad de las pequeñas con sus archipiélagos.

De la llegada de los bergantines “Descubridor” y“Diligente” al mando del capitán de fragata CosmeChurruca y del teniente de navío Antonio Quesada, dacuenta el intendente interino de Puerto Rico, Juan FranciscoCreagh, quien como era costumbre informaba a lasautoridades en 1793.18 De esas noticias podemos deducirque los comisionados fueron recibidos con los honores dequienes representaban a la Corona y que fueron acogidospor la población en auxilio de sus funciones. Los resultadosde las exploraciones hechas se tradujeron en mapas y planos

17 Estudio preliminar de Isabel Gutiérrez del Arroyo a la obra de IñigoAbbad y Lasierra, Historia geográfica… Op. Cit.18 Archivo General de Indias, (en adelante AGI), Audiencia de Santo Do-mingo, Exp.2374, Núm.12, 1794-03-23/1794-03-30.

Page 81: Capitulo de Libro Mexico

81

que actualmente se encuentran en el Archivo Naval deMadrid,19 así como el nacimiento de una concienciaadministrativa del espacio caribeño con fines de utilidad.

A los conocimientos que a su paso por las Antillasgeneró en 1795 la expedición encabezada por FranciscoFidalgo y Cosme Churruca y que fueron editados en 1802en forma de memorias, sobresale la formulación del Atlasde la América Septentrional, en el cual quedaron incluidosalgunos planos como: la costa occidental de Puerto Rico;plano geométrico del Puerto de Guanica en la costameridional de Puerto Rico; plano geométrico de la Aguadilla(costa occidental de Puerto Rico) y una de las ensenadas deAñasco y Mayagüez; Carta esférica del canal entre PuertoRico y Santo Domingo, todos ellos realizados en 1793. Unaño después se elaboró el plano Geométrico del PuertoCapital de Puerto Rico,20 con lo que culminaba la obra em-prendida por estos hombres de ciencia.

En beneficio de la navegación se realizaron observa-ciones astronómicas como las hechas por Cosme deChurruca sobre: Alturas meridianas de estrellas observa-das en las noches del 26, 27 y 28 de julio de 1793; Discusión

19 María Dolores González-Ripoll Navarro, “Idea y representación delCaribe en la Cartografía Española del siglo XVIII” en Contrastes, Revistade Historia, Núm.12, 2001-2003, p. 87.20 María Dolores González-Ripoll Navarro, A las órdenes de las estrellas. Lavida del marino Cosme de Churruca y sus expediciones a América, Madrid,Col. Monografías 8, Fundación Banco Bilbao Vizcaya y CSIC, 1994, pp.161-162. Finalmente los resultados de la expedición fueron publicadosen 1802, la Carta esférica de las Antillas y la Carta Geométrica de la Islade Puerto Rico. Emilio Soler Pascual, “Malaspina y Blamis: Dos expedi-ciones americanas en tiempos de Godoy”, en Josef Opatrný (editor). Laexpedición de Alejandro Malaspina y Tadeo Haenke, Praga, Universidad Ca-rolina de Praga, Editorial Karolinum, 2004, p. 53.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 82: Capitulo de Libro Mexico

82

Independencias y Revoluciones en el Caribe

sobre la ocultación de Aldebarán en la luna observada lanoche del 21 de octubre y Discusión sobre la longitud ob-servada de Puerto Rico.21 Estas valoraciones fueron recogi-das en las Memorias del Atlas Septentrional y sirvieron desustento para corregir y fundamentar la educada posiciónde Puerto Rico y otras posiciones del Caribe como La Ha-bana y Veracruz.22

Al conocimiento cartográfico e hidrográfico de losterritorios reconocidos en el Caribe le siguieron las tareasde presentación y difusión en lugares como el Ateneo deMadrid, en donde la comunidad científica discutía sobre lapertinencia de los hallazgos y la solidez en que se fundabanlos juicios de las observaciones. Otra forma de difundir esossaberes se realizó a través de opúsculos y memorias.

IVA la par de las expediciones cartográficas con fines denavegación se organizaron las expediciones botánicas, lascuales con un carácter de reconocimiento de la naturalezadurante las tres últimas décadas del siglo XVIII viajaron porlas aguas y territorios del Caribe. Estos viajeros tambiéndejaron huella del interés científico que asistía a la Coronapor reconocer las propiedades de plantas, animales y

21 Josef Espinosa y Tello, Memorias sobre las observaciones astronomicas, he-chas por los navegantes españoles en distintos lugares del globo: las quales hanservido de fundamento para la formación de las cartas de marear publicadas porla dirección de trabajos hidrográficos de Madrid: ordenadas por don Josef Espi-nosa y Tello, gefe de la escuadra de la Real Armada, y primer director de dichoestablecimiento, t. II., Madrid, Imprenta Real, 1809, pp. 13-20.22 Martín Fernández de Navarrete, Discurso histórico sobre el progreso queha tenido en España el arte de navegar. Leído en la Real Academia de Historia deMadrid el 1 de octubre de 1800, Madrid, Imprenta Real, 1802, p. 34.

Page 83: Capitulo de Libro Mexico

83

minerales. Un esfuerzo emprendido al respecto es el trabajodel naturalista español Martín Sessé y del médico cubanoJosé Estévez, miembros de la Real Expedición botánica a laNueva España;23 así como los realizados por André PierreLedrú en la Expedición Botánica del Museo de HistoriaNatural de París, encabezada por Nicolás Baudín en 1797.

A fines de 1794, después de haber realizado una buenaparte de los trabajos de exploración en la zona norte, cen-tral y occidental de Nueva España, Martín Sessé como elencargado de la Expedición Botánica a la Nueva Españasolicitó y le fue concedida, una prórroga por dos años paracontinuar en dos grupos el recorrido de reconocimiento delas islas de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo, así comogran parte de Centroamérica. Una de las condiciones quele impusieron fue que los nuevos trabajos tendrían que ini-ciar en la primavera siguiente.

Cumpliendo con la orden dada y de acuerdo con lonarrado en la obra Exploración Botánica de las islas deBarlovento.., el primer grupo compuesto por el propio Sessé,Jaime Senseve (farmacéutico) y Anastasio Echevarría(dibujante mexicano) zarparon, en mayo de 1795, en la Islade Cuba; allí se les unió el médico cubano José Estévez,pensionado por el Real Consulado y apoyado por la JuntaPatriótica de La Habana, con el objeto de formarse duranteel recorrido por Puerto Rico, como botánico al lado de MartínSessé.24 La expedición de las islas Caribeñas no pudo realizar

23 Paloma Blanco Fernández de Caleya, Miguel A. Puig-Samper Mulero,et al., Exploración botánica de las islas de Barlovento: Cuba y Puerto Rico, SigloXVIII: La obra de Martín Sessé y José Estévez, Madrid, Theatrum Naturae,Doce Calles, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1998.24 Durante ese tiempo Estévez dio sus primeros pasos como botánico yasí lo hizo saber Martín Sessé a su regreso al Real Consulado de Agricul-

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 84: Capitulo de Libro Mexico

84

Independencias y Revoluciones en el Caribe

todos los objetivos marcados, ya que, tras la exploración dePuerto Rico, las revueltas de Santo Domingo y la declaraciónde guerra contra Inglaterra, obligaron a emprender unavuelta rápida a La Habana, ciudad a la que llegaron el 1 dejunio de 1797.25

Sin embargo, y a pesar de las dificultades propias delclima, los botánicos Martín Sessé y su equipo trabajarondurante cuatro meses en la Isla de Puerto Rico, donde reci-bieron las atenciones del entonces brigadier Ramón deCastro.26 De acuerdo con los especialistas que se han ocu-pado del tema de las recolecciones botánicas de los expedi-cionarios no hay mucho que decir, el propio director de laexploración reconoce en algunas de sus notas que el maltiempo hacia intransitables los caminos e insufribles aque-llas temibles costas pantanosas, lo que unido a la falta de

tura y Comercio cuando informaba: “Hace doce días que regresé de PuertoRico con el alumno Don José Estevéz, que V.E. y V.S.S. se sirvieron con-firme para instruirle en la Botánica y tengo la satisfacción de asegurar aV.E. V.S.S. de que sin embargo de haberse limitado nuestras observacio-nes al corto periodo de cuatro meses, que se invirtieron en la exploraciónde aquella Isla, su buen talento y aplicación le han granjeado los conoci-mientos necesarios para por sí mismo, y a costa de algún ejercicio poderformar un perfecto Profesor, capaz de cualquier observación, y de ense-ñar la ciencia sobre los mismos principios.” Archivo Nacional de Cuba(en adelante ANC), Junta de Fomento, Leg. 97, n. 4080, fol. 32, citado porMiguel Ángel Puig-Samper, “las primeras instituciones científicas enCuba: el Jardín Botánico de La Habana,” en Consuelo Naranjo Orovio,Cuba la perla de las Antillas. Actas de las I Jornadas de Cuba y su Historia,Madrid, Doce Calles, Ateneo de Madrid y CSIC, 1994, p. 28.25 Antonio González Bueno y Raúl Rodríguez Nozal. Plantas Americanaspara la España ilustrada: génesis, desarrollo y ocaso del proyecto español deexpediciones botánicas, España, Iberia Grafic, 2000, p. 9.26 Citado por Paloma Blanco Fernández de Caleya, Miguel A. Puig-Samper Mulero, Op. Cit., p. 34.

Page 85: Capitulo de Libro Mexico

85

flores en la mayoría de la plantas hizo que fueran pocas lasque pudieran ser observadas con exactitud en la parte occi-dental de la Isla. No obstante, Sessé remitió al Jardín Botá-nico de México un cajoncito con semillas, fruto de esas pri-meras excursiones.27

Aún cuando no se cuenta con ejemplares de esta colec-ción de plantas, los estudios realizados han permitido sa-ber de la existencia de esa recopilación de la flora puertorri-queña:

Aquí se han descrito y delineado con la perfección posible,muy cerca de 300 plantas desconocidas en Europa. Entre ellashay una especie de Laurel cuyos frutos destinados á ese re-mito con una caxita de semillas para ese Rl. Jardín, para queanalizados por dn. Vicente Cervantes se vea que utilidadofrece su tal qual semejanza con la nuez moschada, que es elnombre con que la distinguen estos Isleños, creyendo hastalos más instruidos ser una variedad de la legítima y sirvién-dose de ella para los mismos usos. Coservo encajonados al-gunos arbolitos vivos de esta, y otras plantas útiles que re-mitiré, en ocasión más oportuna.28

Según Miguel Colmeiro:

...un considerable herbario de esa expedición vino a pararen 1820, al Jardín Botánico de Madrid, en donde se conser-va, intercalado en el general del mismo establecimiento; tam-bién fue resultado de ellos una colección de mil cuatrocien-tos dibujos de plantas ó poco más o menos, con otros tantosde animales, que sufrieron, en poder de Mociño, diversasvicisitudes, sin haber pasado después de su muerte al lugar

27 José Luis Maldonado Polo, Las huellas de la razón. La expedición científicade Centroamérica, (1795-1802), Madrid, CSIC, 2001, p. 96.28 Citado por Paloma Blanco Fernández de Caleya, Miguel A. Puig-Samper Mulero, Op. Cit., p. 34.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 86: Capitulo de Libro Mexico

86

Independencias y Revoluciones en el Caribe

que les correspondía; finalmente, debense a esta expediciónnumerosos manuscritos destinados a la Flora mexicana, queexisten en el Jardín Botánico de Madrid, acompañados detreinta y seis dibujos de plantas, con ochenta y uno más, enunión de aves y mariposas, éstos últimos pasaron poco há algabinete de historia natural.29

Esta versión está confirmada por investigadores delConsejo Superior de Investigaciones Científicas quienesseñalan:

En el último tercio del siglo XIX, el Dr. Fernando Altamirano,por sugerencia de José Ramírez, adquirió para el InstitutoMédico Nacional las copias de los manuscritos relativos a laExpedición de la Nueva España existentes en el Real JardínBotánico de Madrid. La revisión cuidadosa de la copia deesos manuscritos la realizó José Ramírez y en 1900 publicóLos escritos inéditos de Martín Sessé y José Mariano Mociño, enél detalla en 26 apartados su contenido, alguno de ellos yacitado al referirnos al inventario de Colmeiro en 1858. Hoydía, gracias a la amabilidad a la Mtra. Teresa Germán, he-mos tenido oportunidad de verlos guardados celosamenteen el archivo de Biblioteca del Instituto de Biología de la Uni-versidad Autónoma de México. Aunque no hemos podidorealizar un estudio exhaustivo de los cuadernillos copiadosal estilo de la época, si que hemos echado un vistazo a losrelativos a las descripciones de plantas de Cuba y PuertoRico, y que se encuentran con la especificación de Colmeiroen 1858.30

29 Miguel Colmeiro, La botánica y los botánicos de la Península Hispano Lu-sitana: estudios bibliográficos y biográficos, Madrid, Imprenta y Estereotipiade N. Rivadeneyra, 1858, p. 185.30 Citado por Paloma Blanco Fernández de Caleya, Miguel A. Puig-Samper Mulero, Op. Cit., p. 91.

Page 87: Capitulo de Libro Mexico

87

De acuerdo con Sessé, del acopio de plantas recogidasen Puerto Rico se hizo el envío de ejemplares al Gabinetede Historia Natural, que se completaba con los dibujos alnatural. Por autores como González Bueno y RodríguezNozal se sabe que del material recopilado en Cuba y PuertoRico un duplicado quedó en poder de Mariano Espinosa,corresponsal del Jardín Botánico de Madrid en La Habana,para evitar que cayera en manos inglesas, mientras M. Sesséy J. Senseve emprendían viaje a México, donde llegaban enmayo de 1798. También se conoce que una muestra de loscajones recolectados en Puerto Rico quedó en manos delgobernador de la Isla.31

Con la edición de la Flora Mexicana y su inclusión enella de la descripción de varias de las especies recogidas enCuba y Puerto Rico, se conoce que estos viajeros recorrie-ron diferentes regiones de la Isla, quedando representadabuena parte de su diversidad florística.32 En la Flora Mexica-na se describen especies de muy distinta procedencia, comolas 100 citas que corresponden a la Isla de Cuba y 180 aPuerto Rico.33

31 Antonio González Bueno, y Raúl Rodríguez Nozal, Op., Cit., p. 10.32 Nelson Papavero y Jorge Llorente Bousquets, (Eds.), Historia de la bio-logía comparada. Vol. VIII, El siglo de las Luces, (parte IV), México, UNAM,1995, p. 226; Cfr. Miguel Ángel Puig-Samper y J. Luis Maldonado Polo,“La expedición de Sessé en Cuba y Puerto Rico”, Asclepio, Madrid, CSIC,1991, XLIII, 2, p. 190.33 Maldonado, Polo, J. Luis. Flora de Guatemala de José Mociño, Madrid,CSIC, Doce Calles, 1996, p. 129.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 88: Capitulo de Libro Mexico

88

Independencias y Revoluciones en el Caribe

VEn 1796 el naturalista francés Nicolás Baudin34 emprendióuna expedición por las Antillas con el propósito de recolectarpara el Museo de Historia Natural de París una colecciónde plantas, aves e insectos, y cuyas muestras al concluir suviaje —como sucedió a Martín Sessé— se vio en la necesidadde asegurar los ejemplares recolectados ante la embestidade los ingleses en guerra contra España en la región.

Navegando entre Madeira y las Azores en la goleta laBella Angélica, le sorprendió una tormenta obligándolo arecalar en Tenerife para arreglar la nave, la cual no pudoser reparada. La expedición después de cuatro meses, siguióhacia Puerto Rico, por la Isla de Trinidad. Allí Baudin se

34 En 1800 Baudin emprendió su segunda expedición a Australia. Unviaje de envergadura financiado por el gobierno francés, para el que seutilizaron dos barcos en los que se hacinaban un total de 251 personas.Podemos imaginar los problemas que provocaría esta circunstancia. Entrela tripulación había 23 especialistas: astrónomos, dibujantes, geógrafos,minerólogos, botánicos, zoólogos, jardineros y farmacéuticos. Sólo so-brevivieron siete. Baudin murió también antes del regreso a París. Estaexpedición se reveló como uno de los viajes científicos más importantesde todos los tiempos: a su regreso se contaron decenas de miles deespecimenes de plantas desconocidas hasta el momento, 2500 ejempla-res de minerales, 1500 bocetos y pinturas, más una multitud de notas,observaciones, mapas. Este material fue de enorme utilidad para losnaturalistas y los etnógrafos interesados en Australia y Tasmania. Perotambién las disputas, malentendidos, deserciones y los índices de mor-talidad hicieron de ella una expedición maldita. Baudin significó enmuchos sentidos la culminación de medio siglo de viajes de exploracióningleses y franceses, cuyos predecesores más célebres habían sidoBougainville y Cook. André Pierre Ledrú, Viaje a la Isla de Puerto Rico enel año de 1797, San Juan Editorial Coqui, 1971, p. 5; y María Teresa CortésZavala, “André Pierre Ledrú, el viaje a la Isla de Puerto Rico en 1797 y eluso político de una literatura de viaje en el siglo XIX”, en Josef Opatrny,El Caribe hispano de los siglos XIX y XX. Viajeros y Testimonios, UniversidadCarolina de Praga, Editorial Karolinum, 2010, pp. 29-35.

Page 89: Capitulo de Libro Mexico

89

encuentra con que los ingleses sólo le permitieron unaestancia de una semana. De Trinidad pasa a San Thomas endonde permanece diez semanas y de allí se traslada a PuertoRico, éste viaje lo realiza en una embarcación que bautizanuevamente con el nombre de “bella Angélica”. La goletafue recibida por el gobernador y capitán general Ramón deCastro (el príncipe de la paz), quien desde el 22 de octubrede ese mismo año en respuesta a la Real Orden recibida, sededicó a otorgar todas las facilidades posibles durante laestancia del naturalista francés y su comitiva. Su propósitoera el de contribuir al buen éxito de las labores del destacadobotánico.35

Con la expedición de Baudín llegaron a la Isla de Puer-to Rico:

André Pierre Ledrú, botánico; Anselmo Riedle, jardinero;Valentín H Buffet, físico o médico de buque, y Alejandro FAdvenir, hijo, discípulo de la Escuela de Minas, es decir,geólogo. También en ese viaje se enrolaron los naturalistasBenjamín S. Le Villain, J. Louis Hogard y Louis Le Gros, esteúltimo además ingeniero; y el pintor probablemente espa-ñol Antonio González.36

André Pierre Ledrú de su estancia en la Isla redactóuna memoria de viaje que con el título Viaje a la Isla de Puer-to Rico en el año de 1797, publicó y dio a conocer en su idio-ma en 1810. En esta obra, dividida en varios capítulos, elbotánico francés de 36 años hace observaciones que en bue-na medida dan continuidad al relato histórico elaborado

35 AGI, Estado, Llegada y salida de la fragata francesa la Bella Angélica,Exp. 10, docs. 35 y 44C, 1796-1798.36 Idem.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 90: Capitulo de Libro Mexico

90

Independencias y Revoluciones en el Caribe

por O’Reilly y el fraile Iñigo Abbad y la Sierra. Aclara datosimprecisos sobre la ubicación geográfica, debate sobre lasmediciones realizadas por sus antecesores Fidalgo yChurruca, e incorpora datos de población, riqueza y pro-ductividad, al mismo tiempo que de continuo describe elcarácter dócil y la falta de empeño del jornalero puertorri-queño.

En su diario de viaje comienza por advertir algunosaspectos hasta entonces mal representados en la cartogra-fía sobre la posición geográfica de la Isla. Indica que ha-ciendo uso de información que le fue proporcionada por“personas cultas” de la pequeña Borinquen37 describe bue-na parte del paisaje y ambiente festivo que se expresaba enla Isla durante las diversas festividades religiosas, mien-tras en sus excursiones botánicas analiza la flora local, haceobservaciones del clima, suelo, población, agricultura, co-mercio y se da tiempo para analizar el grado de desarrolloy costumbres de la sociedad.38

Durante su estancia de casi ocho meses, Ledrú escogió

37 Al inicio de la memoria del viaje, Pierre Ledrú comenta lo siguiente:“antes de entrar en materia, creo mi deber advertir al lector las fuentesde donde he tomado los detalles que no son hijos de mis propias obser-vaciones” y continúa diciendo: “Mi primer cuidado, al llegar a las islasque recorrimos, fue siempre investigar el nombre de las personas cultasque en ellas residían y, procurándome su sociedad, oír de su propia bocalos informes que me eran necesarios. A muchos de esos señores soy deu-dor de preciosos objetos de historia natural y datos del sistema económi-co de las colonias, cuyo cuadro pretendo bosquejar”. En ese sentido, enel caso de Puerto Rico, da las gracias a los Señores Paris, Comisionadofrancés y Raiffer, médico francés residente en esa Isla. André Pierre Ledrú,Viaje a la Isla de Puerto Rico... Op. Cit., pp. 16-17.38 Esta obra fue publicada por primera vez en Francia en el año 1810 ydada a conocer en Puerto Rico por José Julián Acosta y Calbo quien en suestancia parisina, en 1840, la descubrió entre los vendedores de libros

Page 91: Capitulo de Libro Mexico

91

como base de sus operaciones la Hacienda del Sr. O’dalyuno de los irlandeses a quien la Cédula de 1778 había per-mitido permanecer en Puerto Rico.39 De acuerdo con Mo-rales Carrión, Ledrú visitó en noviembre el pueblo deFajardo en donde hizo observaciones sobre la población,los productos y el comercio clandestino de la región, y lue-go viajó por el interior de la Isla y disfrutó de su vegeta-ción. A decir del mismo autor:

Nada escapó a su aguda obervación: el denso follaje tropi-cal; con su abundacia de especímenes botánicos; las planta-ciones que surgían a lo largo de los ríos, donde le sorprendióel trato benévolo que recibían los esclavos; la vida patriarcalen la hacienda de un caballero español, donde para comple-tar sus experiencias se enamoró de la hija del propietario…40

La estancia de Ledrú tuvo extraordinarias repercusio-nes, pues a través de su libro de viaje, se sabe que leyó ydifundió muchos de los enunciados inscritos por Abbad yla Sierra. También gracias a su diario sabemos con quien serelacionó y de su larga convivencia con la elite puertorri-queña y sus presbíteros, quienes no dejaron de mostrar suadmiración por los científicos portadores de las ideas de laRevolución Francesa, como ha establecido ManuelHernández para el caso de la Isla de Tenerife.41

antiguos a orillas del Sena. En 1863 fue traducida al español por Julio L.Vizcarrondo y vuelta a imprimir en 1971 con un prólogo de EugenioFernández Méndez.39 AGI, Contratación 5522, n.1, r 21,1776-02-23, Llegada de Jaime O’Dalya Puerto Rico40 Arturo Morales Carrión, Puerto Rico y la lucha por la hegemonía en elCaribe: Colonialismo y contrabando, siglos XVI y XVIII, Río Piedras, Edito-rial de la Universidad de Puerto Rico, 1995, p. 199.41 Manuel Hernández González, La ilustración canaria y los viajeros cientí-ficos europeos (1700-1830), Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones Idea,

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 92: Capitulo de Libro Mexico

92

Independencias y Revoluciones en el Caribe

VIOtra experiencia notable que vivieron los puertorriqueñosentre la relación intrinseca de la botánica y la medicina afinales del siglo de las Luces, fue la encabezada por Fran-cisco Balmis y su enfrentamiento con el médico de origencatalán Francisco Oller, en el malogrado paso por la Isla dePuerto Rico de la Real Expedición de la Vacuna en 1803.

Aunque los fines filantrópicos de la expedición de lavacuna no repercuten directamente en el diseño yplantemaineto de una reorganización económica y social,lo que sucedió en ese momento fue una clara muestra deque al interior de Borinquen existía un sector letrado com-prometido con las dificultades propias impuestas por el cli-ma, como era el caso de los continuos brotes de enfermeda-des infectocontagiosas como la viruela que asolaban de tiem-po en tiempo a la Isla. Historias que por otra parte se fue-ron inscribiendo en el relato nacional, como veremos a con-tinuación.

2006, p.81. El éxito en Francia de la expedición de Baudin al concluir suviaje fue doblemente importante. Por un lado, exaltaba los animos delnacionalismo francés y reunía a la comunidad científica de París. Deacuerdo con Bory de Saint Vicent, el 28 de julio de 1798, en el desfile querecorre las calles de París conmemorando la ejecución de Robespierre, sele rinden honores a Baudin y su colección forma parte de la parada. Allíse vieron carros cargados de plátanos, cocos, papayas, palmas y otrasplantas exóticas de entre las 350 especies que se trajeron del Caribe. Losnaturalistas quedaron maravillados ante las ocho mil plantas disecadas,los cuatro mil insectos y las 450 aves disecadas que Baudin había traídoconsigo. Se le readmite en la Armada francesa, es ascendido a capitán yhace planes para otra expedición. Pero Francia estaba en guerra, el dine-ro escaseaba y aunque el Gobierno apoyaba completamente otra expedi-ción, ésta queda aplazada indefinidamente. J.B.G.M. Bory de Saint-Vicent,. La segunda escala de Baudin en Tenerife, Tenerife, Ediciones Idea,2006, p. 127.

Page 93: Capitulo de Libro Mexico

93

En febrero de 1803 en el partido de Fajardo se detectóla presencia de un brote de viruela a cuyos estragos el bri-gadier Ramón de Castro, en su calidad de gobernador ycapitán general de Puerto Rico, comisionó a los doctoresFrancisco Oller y Tomás Prieto, facultativos del HospitalMilitar, para que trajeran de la Isla inglesa de San Thomásel virus vacuno, que ya se estaba aplicando contra esa en-fermedad e iniciarán una campaña de prevención.42

El doctor Oller Ferrer logró introducir el pus vacunoen los brazos de dos niñas, previamente inoculadas en SanThomás, y con ello el 28 de noviembre de 1803 inició parala historia de la medicina social en Puerto Rico el primermovimeinto de vacunación.43 Veintitrés días después, losmedicos Oller y Prieto habían vacunado alrededor de 1,557

42 Emilio Balaguer Perigüell y Rosa Ballester Añón, En el nombre de losniños: La real expedición filantrópica de la vacuna (1803-1806), Madrid, Col.Monografías de la AEP, Núm. 2, Asociación Española de Pediatría, 2003.43 A partir de 1800 se empiezan a escribir y traducir textos sobre la vacu-na en España. Destaca el Origen y descubrimiento de la vaccina, traducidodel francés con arreglo a las últimas observaciones hechas hasta el mes de mayode 1801, y enriquecido con varias notas, de Pedro Hernández en 1801. Noobstante, el texto más importante de todos los traducidos, tanto por sucontenido como por su significación, fue la versión castellana que hizoFrancisco Xavier de Balmis en 1803, de Traité historique et practique de lavaccine (1801), de Jacques-Louis Moreau de Sarthe (1771-1826) el primeradalid y divulgador de la obra de Jenner en Europa, y posiblemente elmás conocido. Es un texto metódico y riguroso que el propio Balmisutilizó en la expedición para enseñar la técnica correcta de vacunación,lo que nos hace suponer la rápida circulación del mismo que el doctorFrancisco Oller seguramente conoció. Emilio Balaguer Perigüell y RosaBallester Añón, Op. Cit., p. 91; y José G. Rigau-Pérez, “The introductionof Smallpox vaccine in 1803 and the adoption on Inmitization as aGovernment Function in Porto Rico”, Hispan American Historical Review,Vol. 69, Núm. 3, agosto de 1989, p. 394.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 94: Capitulo de Libro Mexico

94

Independencias y Revoluciones en el Caribe

personas, lo que coloca en la literatura histórica de su tiem-po a Ramón de Castro como un dirigente moderno que suporesponder con prontitud a las necesidades de su tiempo. 44

A partir del mes de diciembre se aplicaron vacunas demanera metódica en San Juan y el partido de Fajardo. Unmetodo que se ideó para propagar con mayor velocidad ala población fue desplazar a la capital al mayor número dehabitantes para que fuera inoculados y, una vez que porta-ban el pus vacuno, retornaba a sus lugares de origen paraque actuaran como parte de una cadena vacunal.45

El 9 de febrero de 1804, la vacunaciones iniciadas enPuerto Rico por los galenos Oller y Prieto, se suspendieronen deferencia a la llegada de la Real Expedición encabeza-da por Francisco Xavier de Balmis46 y por respeto a la RealOrden circulada el 1 de septiembre de 1803, donde el Mo-

44 Manuel Fernández Juncos, “Documentos Históricos. Sobre la impor-tancia de la vacuna en América y su propagación en Puerto Rico”, enRevista Puertorriqueña. Literatura, ciencias y artes, San Juan, año II, tomo II,1888, p. 352.45 J. Rigau Pérez, “Introducción de la vacuna de la viruela en el sur dePuerto Rico 1804”, en el Boletín de la Asociación Médica de Puerto Rico, SanJuan, núm. 7, 1979, p. 147. Cfr. , Emilio Balaguer Parigüell y Rosa BallesterAñón, Op. Cit., p. 134. En 1795 fue designado gobernador de Puerto Ricoel brigadier Ramón de Castro que ya se había distinguido años antes porsu defensa de la Florida contra ataques ingleses. Siendo gobernador yante el peligro de brotes de viruela apoyó en todas sus actuaciones aldoctor Francisco Oller. Pedro Tomás de Córdova, Memorias geográficas,históricas, económicas y estadísticas de la Isla de Puerto Rico, San Juan, Im-prenta del Gobierno, 1831-1833.46 En septiembre de 1803, Carlos IV rey de España, emitió un edicto diri-gido a todos los funcionarios de la corona y autoridades religiosas desus dominios de Asia y América en el cual anunciaba el envió de unaexpedición de vacunación y ordenaba que la apoyaran para: vacunargratis a las masas, enseñar a preparar la vacuna antivariólica en los do-minios ultramarinos, y organizar juntas municipales de vacunación parallevar un registro de las vacunaciones realizadas y mantener suero con

Page 95: Capitulo de Libro Mexico

95

narca instruía al Gobernador General Ramón de Castro paraque a la llegada del Director y miembros de la Expediciónles franquease todas las oportunidades a su alcance.47

El arribo de Balmis a la Isla se realizó en febrero de1804 a bordo de la corbeta “María Pita”. El también doctoren medicina venía acompañado por José Salvany y Lleopart(subdirector), Manuel Julián Grajales y Antonio GutiérrezRobledo, como ayudantes; los cirujanos Francisco PastorBalmis y Rafael Lozano Pérez, como practicantes; BasilioBolaños, Ángel Crespo y Pedro Ortega, en calidad de en-fermeros; como transmisores de salud un grupo inicial de22 niños del hospicio de La Coruña que llevaban la vacunapor medio de inoculaciones de brazo a brazo realizadasconsecutivamente durante la travesía y como encargada yresponsable de los niños la señorita Isabel Sendales Gómez;así como miles de ejemplares de un tratado en el cual seexplicaba cómo vacunar y conservar el suero.48

A la llegada de los expedicionarios, la labor realizadapor Oller y Prieto fue reconocida por Santiago de los Ríos,Director General de la Real Expedición, en carta dirigida al

virus vivo para vacunaciones futuras. Rafael E. Tarrago, “La expediciónBalmis-Salvany de vacunación contra la viruela, primera campaña desalud pública en las Américas”, en Perspectivas de Salud. La revista de laOrganización Panamericana de la Salud, Washington, D.C., Vol. 6, Núm.1, 2001.47 Asimismo, tocó a este interesante personaje recibir y atender a los miem-bros de la Real Expedición Botánica cuyo destino era la Nueva España(1797) como ya hemos narrado en este texto. De allí que consideremosque en el pensamiento de la elite ilustrada puertorriqueña se construye-ron grandes expectativas respecto del potencial natural de la Isla. Ver aPaloma Blanco Fernández de Caleya, Miguel A. Puig-Samper Mulero,Op. Cit., p. 36.48 José Tulles, “La real expedición filantrópica de la vacuna”, consúltesela página http://www.vacunas.org/index

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 96: Capitulo de Libro Mexico

96

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Capitán General de la Isla en donde afirmaba que apenas aun mes de su llegada, “son raros los niños que se encuen-tran sin haberse inoculado”.49

Esta deferencia no fue la actitud asumida por Francis-co Balmis, quien disgustado —por lo que consideró un friorecibimiento de las autoridades locales, de la población ydel propio Capitán General Ramón de Castro, quien per-maneció al margen de la expedición—, se dirigió a las auto-ridades reales para mostrar su molestia.50 Para reforzar suqueja y argumentos, Francisco Balmis recurrió a razones decarácter científico y sostuvo que las inoculaciones no eranuna práctica rutinaria que se pudiera efectuar en formaempírica y sin fundamentación, lo que enfrió aún más lasrelaciones entre él y el doctor Oller. Desde la perpectiva deBalmis, la vacunación no se había efectuado con el rigorexigido y no se había seguido fielmente el protocolo de ac-tuación que garantizara la eficacia de la vacuna.

Para Balmis, Francisco Oller había caído en los mismoserrores que muchos facultativos europeos que se apresu-raron a practicar la vacunación en las primeras fases. Incluso,lo llegó a calificar de “inepto y [a] sus vacunaciones [de]ineficaces”. Oller, por su parte, defendió sus actuacionescontando todo el tiempo con el apoyo del gobernador,51 ycuando las opiniones de Balmis se tensaron del propioobispo, Juan Alejo Arizmendi.

49 José Rigau-Pérez, “The introduction of Smallpox”…, Op. Cit., p. 394,citado por Emilio Balaguer P. y Rosa Ballester Añón, Op. Cit., p. 95.50 José Rigau-Pérez, “The introduction of Smallpox…, Op. Cit., pp. 401-404.51 Gonzalo Díaz de Iraola, “La vuelta al mundo de la Expedición de laVacuna”, en Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, Escuela de EstudiosHispanoamericanos de Sevilla, CSIC, Vol. IV, 1947; y José Rigau-Pérez,“The introduction of Smallpox…, Op. Cit., p. 404.

Page 97: Capitulo de Libro Mexico

97

Otro desencuentro de Balmis con las autoridades enPuerto Rico se incrementó ante la necesidad que tenía laExpedición de contar con un grupo de niños para trans-portar el suero vacuno hacia La Guayra en la CapitaníaGeneral de Venezuela. Al respecto es sabido que Ramón deCastro envió algunas misivas a Balmis, gracias a las cuáleses posible reconocer que los niños, tomados comoportadores, debían reunir tres requisitos: encontrarse entrelos 8 y los 10 años, ser de padres conocidos y no haberpadecido las viruelas.

En un primer momento, Ramón de Castro envió a ungrupo de cuatro niños, de los que “Balmis solamente eligióa Juan Eugenio y a Francisco Furner”.52 Motivo por el cual,el 29 de febrero, el Capitán General remitió dos niños más,pues afirmó que “como ya era crecido el número de los va-cunados y de los que han pasado la viruela natural solo seencuentran al pronto los tres nombrados”.53 Después de estaamarga lista de desencuentros en que tanto el gobernadorcomo el obispo tuvieron que informar a las autoridades cen-trales, la Expedición elevó velas de la Isla puertorriqueña el12 de marzo de 1804, rumbo a Venezuela.54

Sin embargo, la experiencia desarrollada por los médi-cos en Puerto Rico en 1803 con la introducción de la vacu-na, hizo que, en 1809, por iniciativa de un grupo de galenosse instaurara la cátedra de medicina y, en 1813, la Junta deSanidad, que dependía de la Junta Central, además de la

52 Susana María Ramírez Marín, “El niño y la vacuna de la viruela rum-bo a América: La Real expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1806)”,en Revista Complutense de Historia de América, Madrid, Núm. 29, 2003, p.94.53 Idem.54 Emilio Balaguer Parigüell y Rosa Ballester Añón, Op. Cit., p.136.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 98: Capitulo de Libro Mexico

98

Independencias y Revoluciones en el Caribe

creación del Protomedicato en 1820. Con el establecimientode estas instituciones se inician los intentos por instaurar laenseñanza de la medicina, así como la regulación de lasprácticas médicas (médico cirujano y farmacia) y la gestiónadministrativa en materia de salud, como en su momentoalertó O’Reilly

Finalmente queremos subrayar que la narrativa de laformación nacional en Puerto Rico se justifica a partir de lasegunda mitad del siglo XVIII, y se extiende a la producciónhistórica del siglo XIX, e incluso a la primera mitad del sigloXX. Los precursores del discurso de la identidad reconocidospor la historiografía puertorriqueña del XIX, comienza conlos hombres de la ilustración, viajeros, funcionarios, mili-tares y religiosos allegados al régimen colonial, quienesdesde distintos enfoques e intereses económicos, religiososy científicos contribuyeron a edificar las primerasnarraciones objetivas del territorio. Militares comoAlejandro O’Relly, religiosos como Iñigo Abad y la Sierra,viajeros como Martín Sessé, Pierre Ledrú y funcionarioscoloniales como Pedro Tomás de Córdova, describen la viday naturaleza que rodea al ser puertorriqueño, así como elcontenido y potencial económico de su paisaje.

De esa literatura peregrina o realizada por viajeros esque comienza la construcción de un relato fundacional delpasado de Puerto Rico. A partir de esa narrativa, es que seconsidera a estos autores como los escritores que en la con-vivencia cotidiana con las elites económicas puertorrique-ñas, contribuyeron a encauzar un primer sentimiento deidentificación con el espacio y naturaleza lugareña. Cadauno de estos viajeros durante su estancia en la Isla, convi-vieron con las grandes familias azucareras y asistieron a las

Page 99: Capitulo de Libro Mexico

99

reuniones de “los colonos ricos —que a decir de Ledrú—viven como los europeos… y su manera de vivir se asemejamás a las de las grandes ciudades”.55 En sus tertulias estoshombres públicos expresaron sus ideas y trasmitieron en-tre sus oyentes una nueva sensibilidad del orden racionalque debía guardar ese territorio gracias al conocimiento cien-tífico.

Sin embargo, la cimentación de una tradición escritarealizada por artífices nativos, tiene su origen con la llega-da de la imprenta y la elaboración de una historia escritaque, en la coyuntura de 1808, encontró los principales pila-res para reorientar el discurso del modelo de organizacióneconómica para la Isla, bajo la petición de un nuevo pactopolítico con el poder colonial.

Las ideas de la autonomía aparecen en 1809, y se con-vierte en uno de los pilares de la trasmisión y reproduccióndel pensamiento político y social del liberalismo puertorri-queño del siglo XIX. Desde entonces y en una historia decontinuidades —los liberales reformistas, autonomistas,asimilistas o independentistas, monarquistas, centralistaso republicanos— tuvieron como principal influencia la doc-trina económica de Locke y Montesquieu, al mismo tiempoque abrevaron de los ejemplos y propuestas de desarrollode Jovellanos, Betancourt y Cisneros.

55 André Pierre Ledrú, Viaje a la Isla de Puerto Rico en 1797, San Juan,Ediciones Borinquén editorial Coquí, 1971, p.112.

La narrativa histórica de Puerto Rico...

Page 100: Capitulo de Libro Mexico

100

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 101: Capitulo de Libro Mexico

101

El desarrollo de la prensa periódica en Puerto Rico tienelugar en el siglo XIX, ésta en su realidad colonial fue objetode continuas restricciones que afectaron severamente la ex-presión pública. Sin embargo, estos factores no impidieronque el periodismo puertorriqueño, desde sus primeras ex-presiones y a lo largo del siglo XIX, desempeñara un papelsignificativo como principal medio de información,formador de opinión, espacio contestatario a las decisionesdel grupo en el poder y una actividad renovadora de ideas.Independientemente de su signo político, los impresos tam-bién dieron apoyo a la difusión de actividades como la lite-ratura, el comercio, la industria, la agricultura y la educa-ción, se recurrió a la prensa para dar a conocer las produc-ciones e ilustrar al lector sobre sus problemas y alternati-vas.

Otro aspecto que se ventiló en la prensa desde épocatemprana fue la incorporación discursiva de algunos sím-bolos e ideas en torno a la construcción de una nación eidentidad cultural. Este debate fue iniciado por los sectoresde intelectuales puertorriqueños criollos que hicieron de la

PRENSA, AUTONOMÍA Y NACIÓN EN

PUERTO RICO

Oliva Gargallo García

Page 102: Capitulo de Libro Mexico

102

Independencias y Revoluciones en el Caribe

tribuna periodística el principal medio de sustituir el dis-curso político las veces que les fue negado.1

La prensa liberal autonomista fue la voz impresa delas inquietudes e intereses de los sectores de intelectualescriollos que rompieron con el monopolio de la informaciónperiodística ejercida por el Estado, para convertirse en unespacio de debate y de opiniones a favor de la causa refor-mista por la vía de la autonomía. En este contexto del pe-riodismo insular, el presente ensayo tiene por objeto anali-zar la idea autonomista en Puerto Rico durante las dos últi-mas décadas del siglo XIX desde la tribuna periodística. Enparticular estudiar los casos de El Buscapié y la Revista dePuerto Rico, ambos voceros de los sectores de intelectualescriollos que defendieron la idea autonomista puertorrique-ña con la diferencia en sus propuestas de hacer realidad laanhelada autonomía, al tiempo de confrontar a la prensacomo un espacio de opinión y actividad política y culturalde una élite criolla, cuya tarea privilegió desde la palabraescrita a un sector de la sociedad que se manifestó comopoder público en el ámbito de la cultura y las artes para deahí imponer una propuesta de nación.2 Además, a partir delas características generales de ambos periódicos veremoscómo fueron evolucionando junto con un creciente públicolector y cómo llegó a convertirse en un objeto de consumo.

1 María Teresa Cortés Zavala, El Partido Autonomista Puertorriqueño y eltrasfondo social y cultural de la formación nacional, España, [Tesis de Docto-rado], 1998, p.135.2 Carlos Monsiváis, “La parodia del drama nacionalista”, en LourdesArizpe y Ludka De Gortari (compiladores), Repensar la Nación, fronteras,etnias y soberanías, México, Centro de Investigaciones y Estudios Supe-riores en Antropología Social, 1990, p. 101.

Page 103: Capitulo de Libro Mexico

103

El Buscapié y la Revista de Puerto Rico

La edición de un periódico en Puerto Rico a finales de ladécada de 1870 significaba un riesgo. La prensa periódicafuertemente censurada por el decreto de 1874 emitido porel gobernador general Laureano Sanz, representaba unanueva forma de condicionar la libertad de expresión escrita.A pesar de la serie de restricciones que afectaban la publi-cación de periódicos, se pusieron en circulación impresosliberales tan importantes como El Buscapié.

En el mes de abril de 1877, salió a la luz el primer nú-mero del periódico El Buscapié, nació como semanario po-pular de política, ciencia, literatura y artes. En la primerapágina anunciaba su propósito que conservó durante losveintidós años de publicación, en los siguientes términos:“Avivar y sostener en esta Antilla el amor a las letras y lasartes, propagar la literatura nacional, publicar noticias úti-les acerca del movimiento literario de Europa y América,impulsar el desarrollo de la instrucción pública, abogar porlas reformas de las malas costumbres y buscar el pie a todogénero de abusos cualquiera que sea su causa o proceden-cia, he aquí el objeto que nos proponemos”.3

Este lineamiento, sostiene Frank G. Carrino, muestraque El Buscapié rechazó cualquier noción de que fuera unimpreso combativo, instrumento de algún partido, grupo obandera particular.4 Por el contrario, si observamosdetenidamente las ediciones de El Buscapié, encontramos

3 El Buscapié, Año I, Núm. 1, San Juan, 1 de abril de 1877, p.1.4 Frank G. Carrino, Manuel Fernández Juncos, pivotal force in the insu-lar movement of Porto Rico through El Buscapié, [Tesis de Doctorado],Universidad de Michigan, 1956, p. 26.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 104: Capitulo de Libro Mexico

104

Independencias y Revoluciones en el Caribe

muchos elementos para afirmar que este periódico desde elmomento en que salió a la luz pública, emprendió una ardualucha en pro de los ideales liberales puertorriqueños, fueórgano oficial del Partido Autonomista Puertorriqueño yperseveró en su lucha por concretar las reformas políticaspara la isla como vocero de un sector de intelectuales criollosautonomistas.

El fundador de ese impreso liberal fue ManuelFernández Juncos, español por nacimiento y criollo poradopción, nació el 11 de diciembre de 1846 en Tres Montes,caserío de Ribadesella Asturias, España. Desde muy peque-ño llegó a la isla de Puerto Rico (1858) coincidiendo con unambiente en donde afloraban las ideas liberales y progre-sistas de las primeras generaciones de intelectuales criolloseducados en el extranjero, entre los que se encontrabanManuel Alonso y Pacheco, Alejandro Tapia, José JuliánAcosta, Román Baldorioty de Castro, Manuel CorchadoJuarbe y Eugenio María de Hostos. Todos ellos manifesta-ban su oposición a la política colonial insular, articulandoun discurso que les dotó de un liderazgo social y culturalen Puerto Rico a favor de reformas políticas y económicaspara las Antillas.5 Este clima político fue decisivo en la for-mación del asturiano como escritor y puso las bases de sufutura participación social y militante político.

5 María Teresa Cortés Zavala, “La construcción criolla de un espacio cul-tural en la narrativa puertorriqueña: el caso de Manuel Alonso y ZenoGandía” en Revista Brasileira do Caribe, Revista do Centro de Estudios doCaribe no Brasil, Goiás, Universidade Federal de Goiás – UFG, Centrode Estudios do Caribe no Brasil – CECAB, Universidad de Brasilia –UnB, Centro de Estudos Avancados Multidisciplinares – CEAM, Núcleode Estudos Caribenhos e Latino-Americanos – NECLA, Núm. 2, Vol. 1,enero-junio del 2001, p.113.

Page 105: Capitulo de Libro Mexico

105

Fernández Juncos tuvo la oportunidad de transitar alinterior de la isla de un lugar a otro, conocer y relacionarsede cerca con las costumbres, los pensamientos y sentimien-tos insulares, y “conoció como pocos el alma de nuestrosjíbaros con quienes se mezcló y confundió desde el primermomento”.6 Al respecto, Concha Meléndez menciona queFernández Juncos vivió como los puertorriqueños, vistien-do como ellos, mezclándose en sus trabajos y aprendiendosu habla, sus sentimientos y sus anhelos.7

La convivencia directa con la población insular, le per-mitió a Fernández Juncos presenciar una realidad caracte-rizada por los contrastes y las marcadas desigualdades enmateria de derechos, beneficios públicos y educativos, quelo incentivaron a emprender una inagotable lucha por elcamino intelectual, de alternativas sociales, culturales ypolíticas que vinieran a cambiar el status quo imperante enla pequeña Antilla. Siendo ésta problemática el tema fun-damental en todos sus escritos y la tónica que impregnó asu periódico El Buscapié.

La fundación de El Buscapié representó para el perio-dismo puertorriqueño un nuevo aire y aprendió el difícilgénero de la sátira. Es decir, utilizando los recursos de unafina ironía y desde el punto de vista liberal reformista, ElBuscapié criticó la situación política, social, económica,educativa y cultural de la isla. Como fundador y directorde El Buscapié Fernández Juncos combinó todos los aspectos

6 Antonio S. Pedreira, Obras de Antonio S. Pedreira, España, Instituto deCultura Puertorriqueña, San Juan de Puerto Rico, 1970, p. 190.7 Manuel Fernández Juncos, Galería Puertorriqueña. Tipos y caracteres, cos-tumbres y tradiciones, México, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1958,p. 14.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 106: Capitulo de Libro Mexico

106

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de la vida insular: social, político, y cultural, este último enlo literario y educativo. Además, prometía a sus lectoresuna cobertura completa de la política española ypuertorriqueña cuando lo permitieran las leyes de imprenta,e invitaba a los escritores puertorriqueños a dar a conocersus trabajos literarios en las páginas de este impreso eintentaba airear controversias de interés público.

A partir de la década de 1880, cuando las circunstanciaspolíticas permitieron que se discutiera en la palestraperiodística insular los principios autonómicos y se inten-sificaba la campaña autonomista dirigida por RománBaldorioty de Castro desde las columnas de La Crónica, ElBuscapié manifestó su adhesión a la autonomíapuertorriqueña como una vía de entendimiento en las rela-ciones entre la colonia y la Metrópoli, ponderando paraEspaña un sistema de gobierno republicano como únicorégimen capaz de permitir el acceso de los criollos letradosal poder. De esta forma el impreso El Buscapié se constituyóen el vocero de un sector del autonomismo puertorriqueño,el grupo de intelectuales criollos autonomistas republicanos.

Las páginas de El Buscapié representaron el espaciopúblico de opinión, actividad política y cultural en dondehalló cabal expresión la pluma del escritor asturiano parael comentario ingenioso, la picardía, la burla socarrona, lafrase alegre y la broma de las situaciones más críticas.8 Tam-bién sus páginas se convirtieron en campo acogedor de lasproducciones en verso y prosa de un sinnúmero de poetas

8 Oliva Gargallo García, “La autonomía puertorriqueña en las páginasde El Buscapié”, en Celia del Palacio Montiel (Comp.), Historia de la prensaen Iberoamérica, México, Altexto- Alianza del Texto Universitario, 2000,p.132.

Page 107: Capitulo de Libro Mexico

107

puertorriqueños, por ejemplo: Gabriel Ferrer Hernández,Vicente Palés, Francisco Negrón Nigaglioni, Padilla Dávila,J. Negrón Sanjurjo, José Conde de Salazar, Lola Rodríguezde Tío, Abelardo Morales Ferrer, José A. Daubo, y el propioManuel Fernández Juncos, entre otras personalidades con-notadas de las letras, de la política y de la ciencia que teníanafinidad con las ideas liberales, llámense reformistas,autonomistas, independentistas o anexionistas.9 El ánimoque imprimió Fernández Juncos a su periódico, lo colocórápidamente como el maestro “en estas lides peligrosas dela pluma”.10

En medio del chiste y de la sátira que en rasgos inge-niosos pusieron en evidencia los defectos del régimen colo-nial y las flaquezas y gorduras de la administración, apare-cieron los editoriales y artículos de reflexión, al igual queuna visión precisa del devenir diario de los sucesos políti-cos, económicos, administrativos y sociales de la isla puer-torriqueña. Ya para la segunda mitad de 1880, los editoria-les y los artículos en El Buscapié se volcaron en defensa delmagisterio, y en apoyo a la reincorporación del profesora-do insular en la educación,11 a la ampliación de la instruc-

9 Otros jóvenes escritores puertorriqueños que enviaron sus colabora-ciones a El Buscapié fueron: José G. Torres, José de Diego, Manuel Ma.Sama, Manuel Galuzzo, Leopoldo García Román.10 Salvador Brau, Historia de Puerto Rico, Puerto Rico, San José PuertoRico, Ed. Coqui, 1966, p.249; Antonio S. Pedreira, Op. Cit., p.195.11 Durante el periodo de la restauración y bajo el gobierno del generalJosé Laureano Sanz, la enseñanza pública fue arrebatada de las manosde los criollos intelectuales y reformistas; el cierre de establecimientosparticulares dedicados a la educación, así como la clausura del InstitutoCivil de Segunda Enseñanza que según la Diputación Provincial era un“centro político para sacar jóvenes adeptos al filibusterismo y verdade-ros enemigos de nuestra nacionalidad”. Precisamente a esta actitud re-calcitrante de los gobernadores generales y de los españoles peninsula-

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 108: Capitulo de Libro Mexico

108

Independencias y Revoluciones en el Caribe

ción oficial, al desarrollo de los establecimientos literariosy recreativos, al aumento de los derechos de enseñanza yde la conveniente dotación del material para éstos.

Otro aspecto interesante a destacar de El Buscapié es elestablecimiento de corresponsales literarios en París, Lon-dres, Madrid, Barcelona y Nueva York, lo que sugiere, porun lado, la presencia de una comunidad puertorriqueña enel extranjero y, por otro, el ofrecimiento a sus lectores deuna amplia información sobre otras realidades más allá delámbito insular.

En la última década del siglo XIX se registraron cambiossignificativos en el periodismo puertorriqueño: un aumentonotorio en el número de periódicos, la transformación en eldiseño de los impresos y las técnicas utilizadas para lareproducción industrial. A su vez, predominó el afáninformativo sobre el tradicional tono de controversia y setrascendió a los comentarios con “un punto de vista másobjetivo” sobre la vida económica y sobre los actos máspermanentes en la sociedad en su conjunto.12 El Buscapié nofue indiferente a esta nueva realidad que presentó elperiodismo puertorriqueño finisecular. Fernández Juncosle imprimió los cambios e innovaciones que le dieron untoque de atracción entre sus lectores y lo colocó a lavanguardia de los nuevos tiempos.13 Los cambios

res en la isla, se deben las más enérgicas manifestaciones del sentimien-to de la nacionalidad puertorriqueña. Labor Gómez Acevedo, Sanz pro-motor de la conciencia separatista en Puerto Rico, España, Editorial de laUniversidad de Puerto Rico, 1974, pp.250 -251.12 María Teresa Cortés Zavala, El Partido Autonomista…, Op. Cit., p.141.13 El periódico dejó de publicarse semanalmente para convertirse en undiario e incluyó además de una primera página de anuncios comercialesa dos planas, una crónica a manera de editorial, un comentario rápido y

Page 109: Capitulo de Libro Mexico

109

materiales, la incorporación y apertura temática en laevolución del periodismo, no fue un fenómeno particularde los puertorriqueños, sino que formó parte de un procesode desarrollo de las comunicaciones en Hispanoamérica.14

Para el periodista puertorriqueño Sebastián DalmáuCanet, El Buscapié fue el periódico más leído y más celebra-do de su tiempo. Se publicó durante veinticuatro años con-secutivos y fue una significativa tribuna para que el grupode autonomistas republicanos defendieran, consolidaran ydespertaran la opinión respecto de su idea de autonomía yde nación puertorriqueña.

A mediados de la década de 1880 en medio de un cli-ma un tanto ambivalente de permisibilidad y de censura ala circulación de nuevas ideas en la colonia española, hayun aumento cuantitativo y cualitativo de impresos que secalificaron de autonomistas con una variedad temática quepuede observarse en la especialidad de los mismos, desdepolíticos, satíricos, literarios, religiosos y de avisos, hastalos dedicados a abordar los problemas de las artes, la edu-cación, las ciencias, la economía y la literatura.

la nota amarilla. El número de páginas y columnas cambió, pues origi-nariamente estuvo formado por cuatro páginas a cinco columnas, com-posición que se mantuvo en la década de 1880. Hacia 1892 aumentó elnúmero de páginas a ocho y se redujo a cuatro columnas. Al diversificarselos puntos de interés en la prensa, el público lector creció y el periódicose convirtió en objeto de consumo y en una fuente de ingresos para loseditores.14 Al respecto véase a María Teresa Cortés Zavala. Ibid., pp.141-150; de lamisma autora, “Bosquejo de la prensa michoacana en el siglo XIX” enTzintzun, Revista de Estudios Históricos, Núm. 8, Morelia, Instituto de In-vestigaciones Históricas de la UMSNH, enero-diciembre de 1987, pp.33-46; también puede consultarse a Celia del Palacio Montiel Op. Cit.; An-drés Henestrosa y José Antonio Fernández de Castro, Periodismo y perio-distas de Hispanoamérica, México, Secretaria de Educación Pública, 1974.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 110: Capitulo de Libro Mexico

110

Independencias y Revoluciones en el Caribe

En esta época llegó a San Juan el asturiano FranciscoCepeda y Taborcías, quien después de sumarse a la campa-ña autonomista, identificarse plenamente con los interesesde los sectores de intelectuales criollos y el haber conocidotodos los pueblos de la isla, fundó en la capital puertorri-queña uno de los impresos que se sumó a la defensa de laautonomía como ideología y como forma de gobierno parala pequeña Antilla. Nos referimos a la Revista de Puerto Ricocuyo primer número salió el 18 de agosto de 1886 comoperiódico bisemanal de interés económico-político-social.15

Un análisis detenido de la colección de la Revista dePuerto Rico, nos indica que su fundador Cepeda y Taborcíasescribió con notable vigor y concisión. Sus artículos fueronbreves con párrafos cortos y oraciones sencillas. El asturia-no expuso sus argumentos en forma contundente y con unaclaridad que llevó al lector al meollo del asunto. El periódi-co salió a la esfera pública bisemanalmente los días miérco-les y sábados en San Juan,16 como un periódico de interéseconómico, político y social. Para 1887, su fundador anun-ciaba que a partir del número 42, saldría los jueves y los

15 El primer número de la Revista de Puerto Rico contiene 12 grandes pá-ginas, de una nutrida e interesante lectura, y trata asuntos políticos yeconómicos de interés para los puertorriqueños. El impreso El Buscapiéle dio la bienvenida y anotó: le “deseamos larga vida y gran número desuscriptores”. El Buscapié, Año X, Núm. 34, San Juan, 22 de agosto de1886, p.6.16 El puertorriqueño José A. Roméu sostiene que la Revista de Puerto Ricoempezó a publicarse como un impreso trisemanario, lo cual descalifica-mos, pues en las bases de la publicación del primer número es muy claroal señalar que se “publica dos veces a la semana: miércoles y sábados”.José A. Roméu, Panorama del periodismo puertorriqueño, Puerto Rico, Edi-torial de la Universidad de Puerto Rico, 1985, p. 65. Cfr. Revista de PuertoRico, Año I, Núm. 1, San Juan, 18 de agosto de 1886, p.1 y p.12.

Page 111: Capitulo de Libro Mexico

111

domingos por la razón de que la prensa siendo medianarequería de más tiempo para cada edición, por lo cual noalcanzaba ningún correo los días miércoles y sábados.17

La difusión y circulación de este impreso más allá delas fronteras de la isla puertorriqueña figuraron entre losobjetivos de su fundador. Las campañas en pro de la auto-nomía colonial puertorriqueña le abrieron el camino y rá-pidamente se dio a conocer y adquirió popularidad. Circu-ló con profusión en las ciudades, villas, pueblos, haciendasy estancias de la isla. Se remitió gratis a estadistas impor-tantes de La Habana y de Madrid; a ministros, senadores ydiputados a Cortes que, de uno u otro modo y en las res-pectivas legislaturas intervenían en la discusión de los asun-tos antillanos.

Los mecanismos para atraer lectores a este impreso nopasaron inadvertidos por su fundador y director que des-de el primer número anunció que entregaría suplementoscuando la oportunidad los aconseje, canjearía con periódi-cos importantes de Europa y América y recibiría revistas ynotas de precios de las plazas importantes que realizan elcomercio con la isla. Asimismo, avisaba que las columnasde la Revista de Puerto Rico estaban a disposición de los ami-gos del país que quisieran favorecerla con su ilustrado con-sejo.18

Un análisis de conjunto de las ediciones de la Revistade Puerto Rico salta a la luz el sello característico que el astu-riano imprimió a su impreso y que le permitió adquirir una

17 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 42, San Juan, 9 de enero de 1887,p.21.18 Revista de Puerto Rico, Año I, Núm. 1, San Juan, 18 de agosto de 1886,p.12.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 112: Capitulo de Libro Mexico

112

Independencias y Revoluciones en el Caribe

enorme aceptación. Los editoriales y los artículos agresi-vos, las vibrantes protestas y sus críticas ante la realidadimperante, colocaron a la Revista de Puerto Rico y a su fun-dador como los iniciadores de un periodismo “temible eimpetuoso” como no lo había en Puerto Rico, para conten-der en el campo de las ideas con la prensa conservadorarepresentada por El Boletín Mercantil y la Nación Española.

En el año de 1887 tuvo lugar en la ciudad de Ponce lafundación del Partido Autonomista Puertorriqueño; este su-ceso abrió una nueva página en la historia política de PuertoRico. A partir de este momento y poco después de losacontecimientos del 87, Cepeda vio en Ponce un campo másfavorable para su impreso y decidió abandonar la capitalcomo lo hicieron otros periódicos. El 15 de junio de ese añola Revista de Puerto Rico comenzó a editarse en la ciudad dePonce y anunció a sus lectores la publicación diaria de esterotativo y su fusión con La Juventud Liberal que dirigía MarioBraschi. La prensa puertorriqueña que se calificó deautonomista y entre ellos el impreso El Buscapié viopositivamente las medidas adoptadas por el asturiano, alque saludó cordialmente por la reaparición publicitaria dela Revista de Puerto Rico.19

Los artículos de contenido crítico, las vibrantes pro-testas y la valentía con que inició todas sus campañas ypropagandas eran desconocidas para la prensa del país ysus lectores. Esta nueva forma de hacer periodismo atrajola atención de sus colegas que de inmediato manifestaron

19 El Buscapié, Año XI, Núm. 25, San Juan, 19 de junio de 1887, p. 3. JoséA. Alegría, El periodismo puertorriqueño desde su aparición hasta comienzosdel siglo XX, (Ciclo de Conferencias sobre la literatura en Puerto Rico),Puerto Rico, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1960, p. 19.

Page 113: Capitulo de Libro Mexico

113

su aceptación. Al respecto Muñoz Rivera aseguraba: “Nuncase leyó antes de Cepeda un periódico que a modo detempestad, se componía de rochas (sic), relámpagos yrayos”.20 Por su parte, el puertorriqueño Pedreira afirmóque Cepeda enseñó a hacer un periodismo menosdoctrinario pero más “flagelante y viril, lleno de irastemerarias que más de una redacción parecía salir de unatrinchera”.21 Efectivamente, cada número de la Revista dePuerto Rico traía nuevos epítetos, apóstrofes y dicterios ycon el nombre de CIPAYOS calificó a los españolespeninsulares en cuyas personas se encontraba laadministración de la colonia y de “austriacantes” a lospuertorriqueños nativos, que participaban activamente enla política del Partido Español Incondicional. Desde luegoque la temática de esos artículos enardecía los ánimos delos españoles incondicionales.

A lo largo de su trayectoria editorial, la Revista de Puer-to Rico, contó con la colaboración, en distintas épocas, deescritores, literatos y facultativos conocidos en el campo delderecho y las ciencias físicas, médicas y naturales, entre losque podemos mencionar a Mario Braschi, José R. Abad,Manuel Zeno Gandía, Diego V. Texera, Agustín Navarrete,Gabriel Millet, Rafael del Valle, Felix Matos Barnier, Anto-nio Govín, Fermín Valdés Domínguez, Pompilio Magriña,entre otros.22 De igual forma, estableció corresponsales po-

20 Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad de Puerto Rico,Río Piedras, (en adelante C. I. H), Colección, María del Pilar Acosta VelardeVda. De Legrand, Carrete 6, Doc. 11.21 Antonio S. Pedreira, Op. Cit., p. 217.22 Información obtenida de la Revista de Puerto Rico, varios números yaños. Antonio S. Pedreira, Op. Cit., p.217. También colaboraron conCepeda el Lic. Rosendo Matienzo Cintrón y el Dr. Santiago Veve Calza-da.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 114: Capitulo de Libro Mexico

114

Independencias y Revoluciones en el Caribe

líticos, económicos y literarios en Madrid, La Habana, Pa-rís y Nueva York; destacando los nombres de AntonioSendras y Burín, N. Bolet Peraza y Antonio Cortón.

Tras la fundación del Partido Autonomista Puertorri-queño y las constantes muestras de apoyo y adhesión dediversos poblados de la isla que se manifestaron a travésde la prensa liberal y autonomista, las huestes incondicio-nales iniciaron una política de suspicacia contra la agrupa-ción autonomista que llevó a los sucesos de persecución yarresto de los líderes autonomistas puertorriqueños?Baldorioty de Castro, Herminio Díaz Navarro y AntonioVergara? por ordenes del Gobernador General RomualdoPalacios.23 La reacción impecable y contundente de laintelectualidad criolla a través de los órganos de prensa au-tonomista no se hizo esperar. Francisco Cepeda inició a tra-vés de su impreso una serie de artículos de protesta por lasacciones del gobernador. En el número 11 del 28 de junio de1887, el asturiano publicó el editorial titulado “Atropellosen Juana Díaz”,24 lo que motivó su arresto e ingreso en lacárcel de la ciudad de Ponce, por orden del Juez de PrimeraInstancia. Asimismo, se le confiscaron la plancha y los úti-les empleados en la composición y edición del número 11 ylos ejemplares restantes.25 Así, iniciaban una serie de denun-cias, secuestros y hasta embargos por los delitos de prensa.

23 Los sucesos ocurridos meses después de la fundación del Partido Au-tonomista Puertorriqueño son abordados ampliamente por el profesorpuertorriqueño Cruz Monclova, Lidio, Historia del año de 1887, PuertoRico, Editorial Universitaria, 1958.24 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 11, Ponce, 28 de junio de 1887, p.42.25 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 14, Ponce, 2 de julio de 1887, p. 1.

Page 115: Capitulo de Libro Mexico

115

El 30 de junio de 1887, la Revista de Puerto Rico bajo ladirección de Francisco Cepeda vuelve a la esfera pública yarremete contra el incondicionalismo y sus órganos de pren-sa que se oponen a la pacífica y legal propaganda de la doc-trina autonomista. Un lector de éste periódico se expresóasí:

La Revista de Puerto Rico que con tan viril entereza diri-ge usted. Así y no de otra manera, señor Cepeda es que hayque hablar para poner coto a los desmanes de los que des-conocen la misión de periodistas y mojan la pluma en he-diondo fango de la mancilla a colectividades políticas y alprestigio personal que, de hombre a hombre, todos tene-mos derecho a exigir. Nacidos en estos trópicos, mi corazóny mi sangre sólo pueden ser para España y Puerto Rico.¡Viva España con honra! ¡Viva Puerto Rico con la autono-mía!26

El 1 de noviembre de 1887, la Revista de Puerto Rico fuesentenciada por el Tribunal Supremo, a suspender las edi-ciones y su director llevado a la prisión militar del cuartelde infantería. La Revista de Puerto Rico reapareció en el añode 1888, y hacía el año de 1892 Francisco Cepeda y Taborcíasse ausentó del país, embarcándose con destino a Brasil. A

26 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 13, Ponce, “Manuel Quevedo Báez”,30 de junio de 1887, p. 50. Otro lector de este impreso que firma como “KLendas” le dio la bienvenida a Francisco Cepeda de esta manera “Al finle tenemos a usted nuevamente en campaña, flagelando con su aceradapluma las demasías de esa prensa rabiosa, que no teniendo razones paraoponerse a la legal propaganda de nuestros principios, apela al escán-dalo, queriendo obstaculizar una idea arraigada en el sentimiento gene-ral del país, que reconoce en la doctrina autonomista, el faro que ha deguiarle para salvarse de la situación desesperante en que le ha colocadola funesta administración conservadora”.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 116: Capitulo de Libro Mexico

116

Independencias y Revoluciones en el Caribe

partir de ese momento, Agustín Navarrete adquirió la pro-piedad de la Revista de Puerto Rico, convirtiéndose en el re-dactor principal y director del impreso. En 1894 la Revistade Puerto Rico manifestó su desacuerdo con la política delPartido Autonomista Puertorriqueño, por lo que fue susti-tuida por un semanario dominical titulado El Independien-te.27

El Buscapié y la Revista de Puerto Rico, dos discursosautonomistas en torno a la nación.

El Buscapié que inició su vida publica en el año de 1877 comoun impreso autonomista y vocero de un sector de laintelectualidad criolla liberal, comenzó a ventilar temas tandelicados como la libertad, los derechos ciudadanos, la li-bertad de comercio, el fin de los monopolios, la separaciónde mandos, los asuntos de índole educativo, y a debatirsobre la necesidad de modificar las relaciones Metrópoli-colonia y el establecimiento de un régimen de autogobierno.

Es precisamente en los inicios de la década de 1880cuando diversos factores permitieron que el programa deautonomía para Puerto Rico —iniciado por el puertorrique-ño Román Baldorioty de Castro— se discutiera, no sólo enla prensa de tendencia liberal y autonomista, sino tambiénlos mismos órganos de la prensa incondicional o conserva-dora. El sistema de descentralización administrativa y eco-nómica propuesto por los liberales antillanos al cual se ledio el nombre de autonomía, fue ganando espacios en la

27 La Democracia, Año II, Núm. 205, Ponce, 22 de octubre de 1891, p. 2; ElBuscapié, Año XVI, Núm. 18, San Juan, 1de mayo de 1892, p. 5; AntonioS. Pedreira, Op. Cit., p. 222.

Page 117: Capitulo de Libro Mexico

117

opinión pública. El Buscapié se expresó al respecto de la si-guiente manera: “se va imponiendo en la opinión pública yen todas las conciencias rectas, la aspiración de acceder a ladirección de la administración de la isla a través de la auto-nomía”.28

Al mismo tiempo, El Buscapié explicaba con grantrasparencia que no era la autonomía política la quesolicitaban los liberales autonomistas puertorriqueños,inclusive los de La Habana, sino por el contrario, lasafirmaciones políticas se reducían a la identidad de derechosciviles y políticos entre todos los españoles, tanto insularescomo peninsulares. Es decir, para El Buscapié significaba lacesación de toda desigualdad y la aplicación en Puerto Ricodel corpus legislativo y constitucional de la Península. Estaaspiración —aseguró el impreso— “tiende a fortificar loslazos de la unidad nacional, que la integran Madrid, lasprovincias españolas y las islas de Puerto Rico, Cuba yFilipinas, en mala hora relajados por el monopolio, elfavoritismo y la explotación”.29 Estos argumentos fueroncompartidos por algunos de sus colegas por ejemplo, laRevista de Puerto Rico que defendió contundentemente sudiscurso de igualdad entre los insulares y peninsulares yaseguró: “tan española es Puerto Rico como España y losnacidos en una y otra parte son de igual condición, con

28 El Buscapié, Año X, Núm. 38, San Juan, 19 de septiembre de 1886, p.1.29 Las reflexiones, las discusiones y los reclamos por la problemáticaimperante en la isla, que no son más que el resultado de las políticas delgobierno de Madrid, estuvieron cuestionadas a lo largo de la publica-ción de El Buscapié. Al respecto véase: El Buscapié, Año X, Núm. 38, SanJuan, 19 de septiembre de 1886, p.1; El Buscapié, Año XI, Núm. 13, SanJuan, 27 de marzo de 1887, p.1; El Buscapié, Año XV, Núm. 42, San Juan,18 de octubre de 1891, p.1; El Buscapié, Año XX, Núm.269, San Juan, 21de agosto de 1895, p.3.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 118: Capitulo de Libro Mexico

118

Independencias y Revoluciones en el Caribe

iguales derechos, con iguales deberes, con la misma aptitudpara todos los destinos, para todos los cargos, para todoslos fines de la vida común”.30

La problemática insular fue una constante en el dis-curso de análisis del impreso El Buscapié: las arbitrarieda-des, los desaciertos sin medida, el caciquismo incompara-ble, el desorden administrativo, lo profundo de un desalien-to lamentable en el país, la atonía y el desfallecimiento entodos los organismos de gobierno colonial. En lo social elpauperismo en aumento desconsolador, la propiedad ame-nazada, el crédito inseguro y los contribuyentes agobiadospor las cargas insostenibles,31 incentivaron al periódico ElBuscapié a ponderar reiteradamente la participación efecti-va de los sectores de criollos intelectuales en la administra-ción de los intereses locales o insulares.

En este sentido, el director de El Buscapié, ManuelFernández Juncos aclaró su posición ante el valor de laspalabras “gobernar” y “administrar”, para conocer y apre-ciar el alcance de la doctrina autonomista antillana, la cualse alejaba mucho de la del Canadá y de otras colonias in-glesas.32 “Los autonomistas antillanos no aspiramos a go-bernar el país, sino que el país —la intelectualidad criolla—intervenga ampliamente en la administración de sus inte-reses internos y puramente locales”.33 Es decir, lo que

30 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 64, Ponce, 1 de septiembre de 1887,p.254.31 El Buscapié, Año X, Núm. 25, San Juan, 20 de junio de 1886, p.1.32 Para la década de 1890 algunos impresos autonomistas continuarondiscutiendo si se aplicaba la autonomía del Canadá o se mantenían fie-les al programa discutido en Ponce. Cruz Monclova, Lidio, Historia dePuerto Rico (siglo XIX), Tomo III, tercera parte, España, Editorial de laUniversidad de Puerto Rico, 1964, pp.32-33.33 El Buscapié, Año X, Núm. 38, San Juan, 19 de septiembre de 1886, p.1.

Page 119: Capitulo de Libro Mexico

119

Fernández Juncos defendió fue que los sectores de intelec-tuales criollos tenían la capacidad para asumir la direcciónen la administración municipal y en los cargos públicos yeran ellos, los que sabían que era mejor para los interesesde la colonia. Estas apreciaciones tuvieron el respaldo de laprensa liberal y autonomista que desde sus columnas pug-naron por un cambio en el régimen de gobierno de la islapuertorriqueña. La Revista de Puerto Rico por ejemplo semanifestó de la siguiente manera: “El régimen autonómiconos permitirá tomar parte activa y nos permitirá votar ydiscutir los gastos que nosotros pagamos”.34

Por su parte, la prensa incondicional representada porEl Boletín Mercantil uno de los voceros de los sectores deespañoles incondicionales en la isla, más obstinado encombatir las reformas, se apresuraba a desacreditar todo loque implicaba el sistema de descentralizaciónadministrativa y económica que representaba la autonomía.A través de editoriales y artículos publicados en El Boletínse trató de demostrar e influir a la opinión públicapuertorriqueña que estaba prohibida la propaganda delsistema autonómico-administrativo “que es a la que aspiranlos liberales puertorriqueños”.35 A esta actitud de losincondicionales se agregó la de los propios gobernadoresgenerales de la pequeña Antilla, quienes consideraban quela propaganda autonomista no se limitaba al triunfo de unsistema sino que demostraba claramente su espírituseparatista.36 Ante este debate ideológico, el impreso El

34 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 71, Ponce, 10 de septiembre de1887, p. 282.35 El Buscapié, Año XI, Núm. 10, San Juan, 6 de marzo de 1887, p. 3.36 José A. Roméu, Op.Cit., p. 66.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 120: Capitulo de Libro Mexico

120

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Buscapié y los sectores de criollos letrados pugnaronasiduamente por la concreción de la autonomía.

El Buscapié no sólo resaltaba la importancia del siste-ma autonómico para la isla, sino también la trascendenciade la libertad, entendida ésta como el derecho de los crio-llos letrados para actuar y decidir en la administración dela colonia. Manuel Fernández Juncos, como director de eseimpreso, realizó un análisis comparativo en donde explicóque los pueblos que forman las Repúblicas Hispanoameri-canas se separaron de la metrópoli por falta de libertad yde espíritu democrático en los gobiernos españolesabsolutistas; por lo tanto, los puertorriqueños “seremos tan-to más grandes, queridos y respetados ante el mundo lati-no de América, cuanto más firme y gloriosamente avance-mos en el camino de la libertad”.37 Libertad que no signifi-caba la separación absoluta de la metrópoli, por el contra-rio, y como lo afirmó la Revista de Puerto Rico: “la libertad eslazo de unión que hermana hasta las familias de distintotronco. Las Antillas quieren ser libres dentro de la unidadnacional”.38

La autonomía regional explicada en las páginas de ElBuscapié sólo podría ser realidad dentro de un gobiernopeninsular republicano. Es decir, este vocero desde sus ini-cios manifestó su clara tendencia por un gobierno de corterepublicano en la Península, como el de mayor capacidadpara conceder la descentralización administrativa y econó-mica que permitiera el mayor desarrollo y progreso de lasinstituciones de la isla, que Puerto Rico fuera provincia y

37 El Buscapié, Año XI, Núm. 34, San Juan, 21 de agosto de 1887, p.1.38 Revista de Puerto Rico, Año III, Núm. 10, Ponce, 23 de marzo de 1888, p.38.

Page 121: Capitulo de Libro Mexico

121

no colonia, que se reconociera la nacionalización de lospuertorriqueños sin diferencia de ningún género y la uni-dad política, civil y jurídica de la metrópoli y la Antilla. Unasola bandera que fuera símbolo de una sola patria, de unasola constitución, de un sólo código, de los mismos dere-chos y de una nacionalidad común.39

La autonomía estructurada en éstos principios signifi-caba para los criollos letrados la oportunidad de acceder alos cargos públicos de la isla, mismos que estaban en poderde los españoles peninsulares y elevar a la categoría de pro-vincia a Puerto Rico; argumentaban que “nadie conocemejor que nosotros mismos lo que conviene a nuestros in-tereses económicos y nadie del exterior puede administrar-los y dirigirlos con más derecho y con tanta experienciacomo nosotros”.40

A través de las páginas de El Buscapié, ManuelFernández Juncos combatió otras corrientes del autonomis-mo como la tendencia fusionista, que era la idea que soste-

39 El Buscapié, Año X, Núm. 36, San Juan, 5 de septiembre de 1886, p. 2. Através del artículo 7° de la Constitución orgánica del Partido Autono-mista Puertorriqueño —artículo elaborado por el fundador y director deEl Buscapié— se hizo posible la manifestación de dos tendencias ideoló-gicas a seguir, por un lado los autonomistas republicanos y por el otro,los autonomistas monárquicos. Al respecto véase a Pilar Barbosa de Ro-sario, De Baldorioty a Barbosa. Historia del autonomismo puertorriqueño 1887-1896, San Juan Puerto Rico, Imprenta Venezuela, 1957, pp.110-111; ReeceB. Bothwell y Lidio Cruz Monclova, Los Documentos ¿qué dicen?, PuertoRico, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1960, p. 31.40 El Buscapié, Año XV, Núm. 8, San Juan, 22 de febrero de 1891, p.141 Luis Muñoz Rivera fue otra de las voces que desde la literatura y elperiodismo se manifestó públicamente a favor de la autonomía. Es unode los puertorriqueños intelectuales de fines del siglo XIX, que se mani-fiesta a favor del cambio social en forma gradual, cree en la evolución dela sociedad pero considera que esta debe darse sin alteraciones violentas

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 122: Capitulo de Libro Mexico

122

Independencias y Revoluciones en el Caribe

nía y defendía Luis Muñoz Rivera41 en su periódico LaDemocracia.42 Esta corriente de pensamiento consistía en queel Partido Autonomista Puertorriqueño estableciera unaalianza, pacto o fusión con los partidos en la Península, prin-cipalmente con el Partido Liberal Fusionista que era mo-nárquico y estaba presidido por Práxedes Mateo Sagasta.43

Muñoz Rivera creía, entre otras cosas, que ese partido teníauna buena oportunidad de advenir al poder y otorgar aPuerto Rico el autogobierno.44

Manuel Fernández Juncos desde El Buscapié acometióotras corrientes del liberalismo puertorriqueño como fue elanexionismo. Las tendencias anexionistas durante el sigloXIX surgen como una reacción al régimen español. Es decir,

que lleven a la ruptura. Al respecto véase a María Teresa Cortés Zavala,“La casa cultural…” Op. Cit., pp.337-356.42 El 1 de julio de 1890 se publicó en Ponce un nuevo vocero autonomis-ta, propiedad de Luis Muñoz Rivera, “No viene La Democracia a compli-car con nuevas tendencias la solución del problema antillano, ni a des-plegar nuevos estandartes a los vientos de la publicidad”. Empezópublicándose los martes, jueves y sábados y desde el 1 de mayo de 1893se convirtió en diario. Desde de las páginas de La Democracia, Luis MuñozRivera combatió con buen éxito las decisiones administrativas del go-bierno español, la corrupción de sus representantes en la isla y los privi-legios de los peninsulares con el resto de la población. Pedreira, AntonioS. Op. Cit., pp. 246-249.43 Práxedes Mateo Sagasta era del ala derecha liberal, heredero de latradición progresista española. Su nuevo partido fue una coalición com-puesta de las fracciones de progresistas, demócratas y centralista, se tur-naba en el poder con el Partido Conservador de Antonio Cánovas delCastillo. Pilar Barbosa de Rosario, Historia del autonomismo puertorrique-ño. El Ensayo de la autonomía, San Juan Puerto Rico, Impreso en ModelOffset Printing San Juan, 1994, pp. 12-13.44 La Democracia, Ponce, 17 de enero de 1895, p.2; Luis Muñoz Rivera,“Las causas del mal y los remedios del mal”, en Reece B Bothwell, yCruz Monclova, Lidio, Op. Cit., pp. 39-58; Pilar Barbosa de Rosario, Op.Cit., pp. 208-209.

Page 123: Capitulo de Libro Mexico

123

una oposición a las estructuras políticas y económicas y alos consecuentes conflictos imperantes bajo el régimen es-pañol. La base social del anexionismo decimonónico se en-cuentra —afirma Edgar Meléndez— en aquellos sectores,mayormente criollos, más afectados por el gobierno espa-ñol: cañeros, algunos hacendados del café y la pequeñaburguesía comercial y profesional. El desarrollo de estossectores estuvo limitado por las barreras impuestas por elcolonialismo español, como fue el monopolio en el comer-cio, el atraso económico y social de la isla y la ausencia departicipación política de la intelectualidad criolla en lospuestos públicos locales.45 Al respecto, El Buscapié condenóla corriente anexionista reafirmando “somos republicanosy aspiramos a una forma de gobierno y de administración,pero la queremos siendo españoles y para España. La de-mocracia y la descentralización administrativa son los me-dios más eficaces para combatir la idea de la anexión”.46

Dentro de los movimientos de oposición al régimenespañol, también estaba el separatismo, formado por un gru-po de puertorriqueños radicados en Nueva York. Nueva-mente, El Buscapié lanzó su protesta contra esta tendenciadel liberalismo insular: “creemos un deber levantar estaprotesta, aclamándonos ante todo españoles y dispuestos adefender nuestros derechos, poniéndonos al lado de todogobierno constituido siempre que se trate de defender laintegridad de la patria (Puerto Rico) y para el bien de nues-tra nación (España)”.47

45 Edgardo Meléndez, Movimiento anexionista en Puerto Rico, EstadosUnidos de América, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1993,pp.17 y 22.46 El Buscapié, Año XI, Núm. 33, San Juan, 14 de agosto de 1887, p.1.47 El Buscapié, Año XVI, Núm. 17, San Juan, 24 de abril de 1892, p.4.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 124: Capitulo de Libro Mexico

124

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Otra corriente del autonomismo que impugnóFernández Juncos fue la autonomía monárquica. El princi-pal vocero de esta ideología fue la Revista de Puerto Rico y sufundador Francisco Cepeda, quien aspiraba a una autono-mía insular bajo la permanencia y continuidad en la Metró-poli de una administración monárquica. Al respecto,Fernández Juncos argumentaba desde su periódico ElBuscapié lo ilógico e inútil que resultaría aspirar a la auto-nomía, sin pedir la modernización del estado español, te-niendo como antecedente el panorama desalentador que elEstado estaba generando en todos los ámbitos de la Antillaa través de sus gobernadores generales. En otras palabras,la idea autonómica no podría triunfar sino con la repúblicareafirmaban El Buscapié y las voces de los sectores de crio-llos intelectuales que simpatizaban con la ideología de esteimpreso.

Las páginas de ese impreso también fueron el espaciopúblico en donde encontraron difusión y apoyo las refor-mas liberales anunciadas por el gobierno de la Península alas Antillas: Cuba y Puerto Rico. La primera de ellas fue elestablecimiento del juicio oral y público en la sesión delCongreso Nacional del 13 de mayo de 1887, de gran impor-tancia para el triunfo de la democracia en la administraciónde justicia, “no sólo como una reforma útil y necesaria parala buena administración de justicia, sino como un medio depreparación para el establecimiento del jurado que es laforma de enjuiciamiento más conforme con el espíritu de-mocrático y con las necesidades y condiciones de los tiem-pos modernos”,48 permitiendo la participación de los puer-torriqueños en las prácticas de enjuiciamiento.

48 El Buscapié, Año XI, Núm. 26, 26 de junio de 1887, p.1.

Page 125: Capitulo de Libro Mexico

125

En el orden político, respaldó la reforma electoral sos-tenida por los autonomistas cubanos y puertorriqueños enla Metrópoli, para que se ampliara el sufragio y que no sóloel contribuyente —que pudiera pagar 50 pesetas de contri-bución directa al Estado— tuviera ese derecho. Ante estareforma que poco a poco iba ganando terreno en las Cortes,la prensa conservadora desaprobó la práctica real del su-fragio universal por el temor de que las poblaciones urba-nas votaran diputados republicanos y se redujeran así losespacios controlados por el partido incondicional. Los pe-riódicos incondicionales argumentaban que los autonomis-tas eran los que obstaculizaban los proyectos de ley a lasCortes y que trataban de negar el derecho de sufragio a lasgentes de color.49 Ambas reformas, el jurado y el sufragio –publicó El Buscapié- “son palancas formidables para remo-ver y anular el vicio del caciquismo, que corrompe desdehace algunos años los más importantes organismos de lasociedad”.50

El Buscapié apoyó la iniciativa de reforma del diputadoautonomista Miguel Moya, con respecto a la separación demandos en Puerto Rico. En repetidas ocasiones el diputadoMoya había insistido en que se le concediera a la isla puer-torriqueña un gobierno civil. Gobierno que permanecía enmanos de los Capitanes Generales poco instruidos en lasaspiraciones de la política y colocando a la isla a merced delos abusos, las desventuras, las inmoralidades que abruma-ban a los puertorriqueños. El diputado Moya sostenía:

Puerto Rico es la única provincia española que carece degobierno civil. Y hay que tener lógica ¿la consideramos como

49 El Buscapié, Año XIII, Núm. 19, San Juan, 12 de mayo de 1889, p.2.50 El Buscapié, Año XII, Núm. 14, San Juan, 28 de octubre de 1887, p.1.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 126: Capitulo de Libro Mexico

126

Independencias y Revoluciones en el Caribe

una colonia incapacitada y sometida? Pues no hay razón parahaberle dado el Código de 1876 y las leyes de reunión, deasociación y de imprenta. ¿Es una provincia? Pues ha llega-do el momento de darle la misma organización política quetienen nuestras provincias, empezando por la separación demandos. Puerto Rico es la única provincia donde no haygobierno civil”.51

En lo que toca a los problemas económicos de la isla,El Buscapié manifestó la importancia de la participación quepodían tomar los elementos que constituían el Partido Au-tonomista en mejorar la situación económica puertorrique-ña. Estaba convencido de que esa labor sería más fecundacuando menos se le subordinara a las contingencias de lalucha política, pero no creía aceptable prescindir de ella,era necesario entonces establecer una unión económica yadministrativa sin perjuicio de las opiniones de cada miem-bro del partido en lo relativo a los problemas políticos decarácter nacional. Esto era la finalidad en letra del impresoEl Buscapié a lo que se comprometía la familia autonomistapuertorriqueña.52

Aún cuando El Buscapié desaprobaba la propuesta deautonomía insular defendida desde las columnas de la Re-vista de Puerto Rico, este impreso evidenció, al igual que suscolegas, la problemática insular y se sumó a la lucha desdeel terreno intelectual contra las políticas de gobierno apli-cadas a la isla y la deficiente administración de los españo-les peninsulares que se traducían en una profunda crisiseconómica, social y educativa. La Revista de Puerto Rico plan-

51 El Buscapié, Año X, Núm. 8, San Juan, 14 de febrero de 1886, p. 2; ElBuscapié, Año X, Núm. 8, San Juan, 21 de febrero de 1886, p.2; El Buscapié,Año XIV, Núm. 15, San Juan, 13 de abril de 1890, p. 2.52 El Buscapié, Año XV, Núm. 11, San Juan, 15 de marzo de 1891, p.1.

Page 127: Capitulo de Libro Mexico

127

teó y defendió asiduamente la autonomía como régimende autogobierno con mayores libertades económicas, socia-les y políticas.

Desde sus editoriales, la Revista manifestó simpatíaspor la autonomía colonial, a la que consideró como unrégimen local derivado naturalmente de la existencia depeculiares intereses, de necesidades especiales y deelementos propios de vida que hacen de la colonia unasociedad aparte, distinta de la metrópoli, aunque a ellasubordinada por la razón indiscutible de la soberanía. Conel planteamiento de pertenencia a través de la autonomíaargumentaba la Revista que cesaría la opresión de lacentralización, que se traducía en obstaculizar toda iniciativapolítica, económica, administrativa y cultural de lospuertorriqueños. A ello se aunaba el nombramiento degobernadores generales sin un conocimiento inmediato dela realidad colonial y de las necesidades insulares.53

Sin el menor titubeo en la defensa de la autonomía yde la libertad insular, las columnas de la Revista de PuertoRico realizaron una constante difusión y exhortación a laagrupación liberal a transformarse siguiendo las corrientesdel progreso y a reorganizarse en armonía con las exigenciasdel momento.54 Este planteamiento estuvo encaminado,desde luego, a fortalecer la idea de un gobierno autonómicoen la isla sin fragmentar la integridad de la patriarepresentada por España. Estas consideraciones tuvieronel respaldo de la prensa autonomista de la isla que se

53 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 53, San Juan, 6 de marzo de 1887,p.102.54Revista de Puerto Rico, Año I, Núm. 24, San Juan, 6 de noviembre de1886, p.193.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 128: Capitulo de Libro Mexico

128

Independencias y Revoluciones en el Caribe

expresaron desde la Revista, como fueron El Clamor del País,La Juventud Liberal, El Pueblo, El Liberal, El Anunciador, ElCriterio, La Voz del Pueblo y desde luego, El Buscapié.

La Revista de Puerto Rico, como órgano autonomista, sedio a la tarea de desaprobar la asimilación política, ideolo-gía que sostuviera el Partido Liberal Reformista y que algu-nos liberales —como José Celis de Aguilera, José JuliánAcosta— la defendían asiduamente en vísperas y despuésde la fundación del Partido Autonomista Puertorriqueño,en 1887.55 Es decir, los liberales aceptaban y sostenían entodas sus partes la política asimilista de Puerto Rico a Espa-ña, trayendo a la isla la constitución íntegra de la monar-quía, sin más alteración que la del sufragio, declarando elec-tores a todos los españoles mayores de edad y en pleno gocede sus derechos, que supieran leer y escribir, así como losque pagaban contribución directa por cualquier conceptoal Municipio, a la Provincia o al Estado; iguales condicio-nes se exigieron a los del ejército. Sin embargo, la Revista dePuerto Rico rechazó el planteamiento ideológico de losasimilistas porque:

Con la asimilación queríamos la seguridad de enviar a lasCortes diputados, conocedores de nuestras necesidades paraque sirviéndose del artículo 89 de la Constitución —que ha-bla de leyes especiales para Ultramar— reclamen las opor-tunas reformas. Con la asimilación queríamos un presupuestogeneral para justo equilibrio entre todas las provincias y másgarantía para empréstitos posibles, un gobernador civil, ins-

55 José Julián Acosta no se incorporó al nuevo Partido Autonomista Puer-torriqueño y argumentó: “Sepan ustedes que España no concede la au-tonomía. España prefiere perder a Cuba y Puerto Rico antes que conce-derle la autonomía y nosotros no podemos por causas que no son de estemomento ser independientes”. C. I. H., Colección María del Pilar AcostaVelarde Vda. De Legrand, Carrete 6, Doc. 11.

Page 129: Capitulo de Libro Mexico

129

truido en la ciencia económica, el ingreso de los puertorri-queños a las oficinas públicas al igual que los peninsulares,economías en el presupuesto. En fin, la asimilación que seviene planteando no es la que puede resolver los problemastan fuertemente enraizados.56

Por el contrario la Revista se pronunció y exhortó a losasimilistas y autonomistas a permanecer unidos y a traba-jar juntos en pro de la descentralización, representada porla autonomía colonial.

La autonomía como proyecto de gobierno insular pro-clamado por los sectores de criollos intelectuales fue causade continuos debates en la prensa liberal y autonomista, yen los impresos conservadores. En este tópico notamos unauniformidad de opiniones en la Revista de Puerto Rico y ElBuscapié. Desde un principio, el criterio general fue la inter-vención amplia de los puertorriqueños en la administra-ción de los intereses locales a través de un régimen autonó-mico, así como la identidad de derechos civiles y políticosentre todos los españoles, tanto insulares como peninsula-res.

La Revista se pronunció considerando que la autono-mía no era una bandera particularista, propia de un parti-do estrecho, sino algo así como el áncora de salvación parauna comarca, en donde el proyecto de asimilación no diootro resultado que el empobrecimiento y el mantenimiento

56 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 59, San Juan, 27 de marzo de 1887,pp.146-147; Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 28, Ponce, 20 de julio de1887, p.110. Para 1892 Mariano Abril escribió en La Democracia retomandolo de la asimilación y mencionó que en efecto los puertorriqueños ha-bían asimilado lo peor de la Península, lo que allá rechazan los mismospeninsulares. La Democracia, Ponce, 7 de julio de 1892, p. 2.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 130: Capitulo de Libro Mexico

130

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de los procedimientos centralizadores.57 Por su parte, ElBuscapié instó a los puertorriqueños a salvar los interesesde la patria que era Puerto Rico, con la verdaderaespañolización de las Antillas, con la unidad constitucio-nal y legislativa, es decir que se aplicara a la isla la constitu-ción y la legislación vigentes en España, y que los sectoresde la intelectualidad criolla, participaran en la administra-ción de los cargos públicos locales, particularmente en aque-llos que no podían administrarse desde Madrid.58

La Revista de Puerto Rico apoyó abiertamente el proyec-to de autonomía para la isla caribeña, incluso, su fundadory director Francisco Cepeda y Taborcías, redactó y divulgóun folletín que tituló: La autonomía colonial al alcance de to-dos,59 en el cual puntualizó la doctrina de los autonomistasantillanos que se circunscribió, primero a la identidad dederechos civiles y políticos, y segundo a la descentraliza-ción económica y política. Sin embargo, este impreso dis-crepó con algunos sectores autonomistas en el sentido deque la Revista sostenía que el régimen monárquico de lametrópoli representaba el único sistema de gobierno concapacidad para conceder la anhelada autonomía colonial.Y negaba que las huestes autonomistas fueran en su mayo-ría republicanas, como lo aseguraba un periódico —se refe-ría a su colega El Buscapié—, pues había bastantes opinio-nes monárquicas en cuanto a los procedimientos de gobier-

57 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 55, San Juan, 12 de marzo de 1887,p. 114; Revista de Puerto Rico, Año III, Núm. 20, Ponce, 18 de abril de 1888,p. 78.58 El Buscapié, Año X, Núm. 38, San Juan, 19 de septiembre de 1886, p.1.59 Revista de Puerto Rico, Año IV, Núm. 8, Ponce, 19 de enero de 1889, p.10.

Page 131: Capitulo de Libro Mexico

131

no.60 Este punto de vista también fue expuesto en 1895 porLuis Muñoz Rivera, quien argumentó en su impreso LaDemocracia, sobre “la implantación del sistema administra-tivo para salvar del naufragio que amenaza a nuestro país,debemos pedir auxilio a la embarcación que este más cercade nosotros, sin fijarnos si lleva en el gallardete la banderade la monarquía o de la república”.61

Otro argumento que defendió la Revista de Puerto Ricofue, que tanto Puerto Rico como Cuba no podían ser gober-nadas sino autonómicamente y consideradas para ello, nocomo provincias, sino como colonias, pero de ninguna for-ma ser objeto de renta ni explotación por parte de laMetrópoli.62 Planteada así la autonomía colonial y con elapoyo de los sectores de la intelectualidad criolla, no signi-ficaba llevar la intranquilidad a los espíritus, por el contra-rio, era hacer concebir y alimentar esperanzas en mejoresdías, e iniciar el camino de solución a la problemática eco-nómica, política y administrativa de la isla.

La autonomía colonial, que hoy más constituye la esen-cia del nuevo programa del Partido es la única doctrinasalvadora, que armoniza los derechos y los intereses de lascolonias con los de su Metrópoli. El único lazo de uniónentre ambas. La autonomía colonial tiene la virtud paraafianzar y perpetuar la unión entre las colonias y sus me-trópolis.63

60 Revista de Puerto Rico, Año III, Núm. 20, Ponce, 18 de abril de 1888, p.78.61 La Democracia, Ponce, 7 de febrero de 1895, p.2.62 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 48, San Juan, 13 de febrero de 1887,p.81.63 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 63, San Juan, 14 de abril de 1887,p.1; Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 10, Ponce, 26 de junio de 1887, p.38.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 132: Capitulo de Libro Mexico

132

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Además de estos fundamentos, el discurso de la Revis-ta de Puerto Rico exhortaba a los lectores a luchar desde elterreno de las ideas por el reconocimiento de los mismosderechos y deberes de los españoles antillanos y los espa-ñoles peninsulares, y a unir esfuerzos para defender las li-bertades públicas en todo lo que pudiera afectar al interésgeneral, a los principios de la democracia y los derechosindividuales de todos los españoles. Varios editoriales fue-ron dedicados a generar ese sentimiento de españolismoen los colonos antillanos, por ejemplo, en el extenso edito-rial del 1 de septiembre de 1887 en el cual expuso que la islade Puerto Rico era parte integrante del suelo español, deigual manera que lo eran Asturias, Cataluña, Galicia y to-das las provincias que formaban la nación ibérica. Y pun-tualizaba que el Océano poca importancia tenía en separargeográficamente a la isla con la metrópoli, cuando lo esen-cial es que “nuestro origen, nuestra historia, nuestra san-gre, nuestra lengua, nuestra religión, nuestras costumbresy nuestros apellidos son originarios de aquella tierra. Tanespañola es Puerto Rico como España”.64

Con una clara percepción en la igualdad de condi-ciones de los insulares españoles y de los españoles penin-sulares, la Revista también luchó —a lado de la prensa auto-nomista— por la intervención real de los sectores de crio-llos intelectuales en los asuntos locales, porque ellos eranquienes conocían con exactitud la problemática y podíanresolverla satisfactoriamente. La autonomía colonial a tra-vés del régimen descentralizador y la identidad política y

64 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 64, Ponce, 1 de septiembre de 1887,p.254.

Page 133: Capitulo de Libro Mexico

133

jurídica con los peninsulares era el vehículo directo paralograr tales propósitos. “Es verdad que el terreno está cu-bierto de maleza y erizado de abrojos, pero no así que fal-ten en el país agricultores expertos”.65

Concebir a la nación puertorriqueña a través de la au-tonomía colonial fue la idea permanente que defendió ensus columnas la Revista de Puerto Rico, planteamiento quedemostró el apoyo decidido del impreso a la permanenciade un régimen de gobierno monárquico con capacidad deotorgar lo que tanto anhelaban los sectores de laintelectualidad criolla: el autogobierno. La autonomía co-lonial permitiría disminuir los gastos públicos, incentivarel comercio libre con la apertura de nuevos mercados paralos frutos, el fomento de la agricultura insular y la resolu-ción al problema monetario,66 así como el acceso de la elitecriolla a los cargos públicos y una mayor participación delos criollos en la toma de decisiones económicas y políticasde la colonia.

La Revista de Puerto Rico, caracterizada por su vibranteprotesta, críticas acertadas y el párrafo corto, dedicó varioseditoriales a la labor de los españoles incondicionales, a losque calificó de reaccionarios. Los incondicionales a travésde sus órganos de prensa principalmente el Boletín Mercan-til se dedicaron a pintar el autonomismo insular como “unahidra revolucionaria, que bajo la falsa lealtad abrigaba odios

65 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 45, San Juan, 23 de enero de 1887,“Lo cultivaremos: la autonomía”, p.45.66 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 43, San Juan, 13 de enero de1887, p.29; Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 53, San Juan, 16 de enerode 1887; Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 53, 6 de marzo de 1887,pp.101-102.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 134: Capitulo de Libro Mexico

134

Independencias y Revoluciones en el Caribe

y rencores hacia España”. Tales aseveraciones fueron deba-tidas por la Revista al afirmar que los españoles peninsula-res no temían al triunfo de las reformas liberales y de laautonomía sino a la pérdida del poder, del goce de los mo-nopolios y la imposible permanencia del statu quo.67

La Revista de Puerto Rico como impreso oficial del Parti-do Autonomista Puertorriqueño propició una intensacampaña a favor de la causa autonomista emprendida porlos sectores de criollos intelectuales. Las páginas de esterotativo, con su estilo mordaz y crítico, apuntó la urgenciade emprender y realizar en el hecho reformas económicas:“Dolorosa situación que hoy experimenta, situación que seagravará si el gobierno actual no cumple con sus promesasde suavizar las esperanzas del momento que no puedesubsistir por más tiempo”.68

La situación económica insular fue una de las priori-dades de la Revista de Puerto Rico, era el rubro que reclama-ba con urgencia la adopción de disposiciones necesarias quedisminuyeran los gastos públicos. Estas medidas tenderíana asegurar el presupuesto, incentivar la agricultura de lapequeña Antilla y fomentar el comercio para los frutos faci-litando el cambio con los de la Península. A su vez, la Revis-ta se pronunció por la mejoría en la red de transportes conla construcción de los ferrocarriles económicos de vía estre-

67 “El reaccionarismo fue calificado por la Revista de Puerto Rico comouna fuerza de resistencia contra toda evolución progresista, como ene-migo jurado de toda nueva verdad que aspira al imperio del mundo. Notiene fe más que en sus errores, ni otro principio que el de su egoísmo”.Revista de Puerto Rico, Año III, Núm. 20, Ponce, 18 de abril de 1888, p.79;Revista de Puerto Rico, Año III, Núm. 21, Ponce, 20 de abril de 1888, p.82.68 Revista de Puerto Rico, Tomo 1 y 2, San Juan, 21 de agosto de 1886, p.15.

Page 135: Capitulo de Libro Mexico

135

cha que darían mayor dinamismo a la producción puerto-rriqueña.69

Otra de las preocupaciones reflejadas en los escritosdel impreso fue la solución al conflicto monetario y paraello sugería que se llevara a la isla la cantidad necesaria demonedas de oro, plata, de ley, cuño, clase y denominaciónexactamente iguales a las que circulaban en la Península.70

En otras palabras, se sumaba a la petición de laintelectualidad criolla por el canje de la moneda mexicanapor la española.

En Puerto Rico no circula en la actualidad otra mone-da de plata que la mexicana. Y la depreciación de esta mo-neda es tan grande, que pierde en el cambio un 20%. Estoes ruinoso no sólo para el comercio y la isla puertorrique-ña, sino para todas las clases que en Madrid cobran poraquella isla.71

La falta de libre cambio para los productos como elazúcar, el aguardiente y el tabaco fue otro problema querecalcó el impreso en el trayecto de su existencia. Señalabaque la Península representaba un gran mercado de impor-tación para la producción de las Antillas, desde el momen-to en que los esfuerzos del Gobierno se orientaron más aliberar de obstáculos el comercio de exportación. Criticóduramente y hasta calificó de “criminal” que la metrópoliestuviera consumiendo el azúcar francés o alemán, y elaguardiente de patatas que tanto en Cuba como en Puerto

69 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 43, San Juan, 13 de enero de 1887,p.29.70 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 43, San Juan, 13 de enero de 1887,p.29.71 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 41, Ponce, 4 de agosto de 1887,p.162.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 136: Capitulo de Libro Mexico

136

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Rico se encontraba en abundancia y de mejor calidad. Cali-ficó de “estupidez” la compra de tabaco americano realiza-da por las provincias españolas habiendo tanto en las Anti-llas españolas y en Filipinas. “¿No creen el gobierno y lasCortes que quitando todas las trabas y los derechos aquí yen las provincias del otro lado del mar se aclararía muchola situación?”.72

La falta de vitalidad en el desarrollo de la industriasalinera al interior de la isla y su exportación, motivaron ala Revista a publicar varios editoriales que plasmaron supreocupación por este ramo de la economía. Para elloestructuró una serie de medidas generales tendientes a fa-vorecer el comercio local e internacional que sirviera de es-tímulo para crear e impulsar otras industrias. FranciscoCepeda, director de la Revista, consideró que la industriade la explotación de la sal en Puerto Rico era uno de losramos de riqueza más idóneo y propio para sostener sumovimiento mercantil, sin embargo, se requería de una ad-ministración eficiente y de recursos económicos.

Las salinas en Puerto Rico ocupaban una extensión de4,000 hectáreas, de las cuales sólo se explotaban 20 hectá-reas, superficie necesaria —según la Revista— para produ-cir 140,000 quintales para el consumo de la isla y quedar unexcedente para el comercio de exportación. No obstante, lafalta de una dirección inteligente en este “país de las ano-malías” hacía imposible su colocación en los mercados ex-teriores.73

72 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 44, San Juan, 16 de enero de 1887,p. 35.73 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 16, Ponce, 6 de julio de 1887, p. 63.

Page 137: Capitulo de Libro Mexico

137

La primera propuesta de la Revista era evitar que en losucesivo se tuvieran que importar cargamentos de sal porla escasez del país, debido a la deficiente administración delas salinas que la encarecía y resultaba más barata la quevenía del exterior. Una producción considerable y sosteni-da aseguraba la baratura permanente del artículo y el exce-dente que resultaba después de cubierto el consumo local“necesita hallar empleo en el consumo activo de la exporta-ción”. Pero para ello era menester que desaparecieran to-das las dificultades y que se pusiera excepción a los buquescargados de sal de todo derecho de carga y practicaje. A suvez, se autorizaba a los mismos buques que cargaran sal sedirigieran directamente a las salinas y desde allí pudieranenviar sus despachos y papeles a la aduana de Mayagüez.74

En este mismo rubro estimó necesario que comenzaraa practicarse el procedimiento de proporcionar constante-mente fletes de retorno a los buques que, del Canadá y delos Estados Unidos de América, llegaban con cargamentode maderas y salazones de toda especie. “Nada más natu-ral sino que esos barcos al descargar aquí sus provisiones,procuren tomar, en retorno, una carga siempre dispuestaen los depósitos de la Isla y de constante empleo en los puer-tos de donde esos buques proceden y a donde necesaria-mente regresan”.75

En fin, la Revista de Puerto Rico se pronunció porqueel gobierno español proporcionara más libertad al trabajo,a la industria y al comercio, quitando las trabas al desen-volvimiento del hombre y de todos los organismo sociales,

74 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 16, Ponce, 6 de julio de 1887, p. 63.75 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 16, Ponce, 6 de julio de 1887, p.63;Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 10, Ponce, 26 de junio de 1887, p. 38.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 138: Capitulo de Libro Mexico

138

Independencias y Revoluciones en el Caribe

difundiendo la enseñanza, sobre todo la primaria, que fue-ra esencialmente educativa, facilitando y fomentando lasinstituciones benéficas y no consumiendo en gastos inúti-les los productos que el contribuyente vierte en las arcasdel tesoro.76

El estudio y análisis de la prensa permite conocer lasinquietudes sociales, los problemas políticos y económicosasí como el desarrollo y maduración de las ideas. Para elgrupo de autonomistas puertorriqueños, el ejercicio delperiodismo fue la voz impresa, el especio de opinión y acti-vidad política y cultural de una élite criolla, cuya tarea pri-vilegió desde la palabra escrita a un sector de la sociedadque se manifestó como poder público en el ámbito de lacultura y las artes, para de allí imponer una propuesta denación.

El Buscapié y la Revista de Puerto Rico con el triunfo delautonomismo, se proclamaron voceros oficiales del PartidoAutonomista Puertorriqueño, con ello fue perceptible captarlas inquietudes sociales, los problemas económicos, políticosy el desarrollo y maduración de las ideas. Además, reali-zaron una intensa labor de comunicación y debate entre losgrupos y sectores políticos y el Estado. Como espacios deopinión y de actividad política y cultural, Manuel FernándezJuncos y Francisco Cepeda y Taborcías favorecieron ladiscusión y la afirmación de una identidad puertorriqueña,y el derecho natural de la intelectualidad criolla para asumirla administración del país. Ambos impresos plantearonpropuestas y soluciones a la agobiante problemática insular

76 Revista de Puerto Rico, Año II, Núm. 10, Ponce, 26 de junio de 1887, p.40; Revista de Puerto Rico, Año III, Núm. 13, Ponce, 1 de abril de 1888, p.50.

Page 139: Capitulo de Libro Mexico

139

desde la óptica de la autonomía, sin embargo, lacristalización de los postulados autonómicos se encaminópor distintos senderos.

El Buscapié y Fernández Juncos encabezaron la activi-dad política por un cambio en el régimen de gobierno espa-ñol: de una monarquía por otra de corte republicano. Des-de esta perspectiva fundamentaron su discurso políticoautonomista dentro del republicanismo. Por su parte, laRevista de Puerto Rico y su fundador Cepeda y Taborcíasdefendieron y propagaron asiduamente la tendencia ideo-lógica de un autonomismo monárquico como una alterna-tiva con mayores ventajas para la realización de los princi-pios autonómicos esbozados en el Plan de Ponce. Ambastendencias ideológicas convivieron al interior del PartidoAutonomista Puertorriqueño, unos desearon que la monar-quía se sostuviera, otros que la república triunfara en laPenínsula. Sin embargo, El Buscapié y la Revista de PuertoRico reconocieron la trascendencia de la descentralizaciónadministrativa y la identidad política y jurídica con los pe-ninsulares a través de un régimen autonómico y el accesode los sectores intelectuales criollos a la administración lo-cal.

Las columnas de El Buscapié y de la Revista de PuertoRico se convirtieron en tribuna de opinión, discusión y dis-cernimiento, en donde los sectores de la intelectualidadpuertorriqueña apoyaron o desaprobaron dos visiones au-tonomistas de nación.

Prensa, autonomía y nación en Puerto Rico

Page 140: Capitulo de Libro Mexico

140

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 141: Capitulo de Libro Mexico

141

Puerto Rico vivió una época de singular efervescenciapolítica y social durante el último cuarto del siglo XIX,propiciada por una serie de acontecimientos de orden econó-mico que generaron la ruina de un importante sector deproductores criollos, y reavivaron el debate en torno al rum-bo que debía tomar la economía y su relación colonial conEspaña. Estos problemas fueron discutidos de manerapública como consecuencia del establecimiento de laPrimera República en España y del trienio liberal, cuandose aprobó la fundación de partidos políticos en la Isla, sepermitió la participación de los puertorriqueños en lasCortes, y la aplicación de la libertad de expresión con la leyde imprenta y de asociación vigentes en la metrópoli.

La prensa puertorriqueña contribuyó a la apertura deldebate público en torno a la necesidad de reformar larelación colonial, convirtiéndose en el espacio donde los

LOS DEBATES SOBRE LA

MODERNIZACIÓN DE PUERTO RICO

EN LA REVISTA DE AGRICULTURA,INDUSTRIA Y COMERCIO, 1885-1893

Brenda Verónica Chavelas Sánchez

Page 142: Capitulo de Libro Mexico

142

Independencias y Revoluciones en el Caribe

profesionistas y productores agrícolas demandaron algobierno la implantación de políticas de fomento ymodernización. La aparición de nuevos impresos y elejercicio del periodismo como vehículo de información pro-piciaron la manifestación de ideas y desacuerdos con lapenínsula, resultando el medio idóneo para legitimar suspropuestas de cambio económico y político. Asimismo, susplanteamientos coincidieron con aquellos que buscaban laautonomía como forma de gobierno con la cual lospuertorriqueños gozarían de mayores libertades en la pla-neación económica y podrían desempeñar cargos en laadministración colonial.

Los productores criollos solicitaban una mayor accióngubernamental para superar el atraso en el que se encon-traba la economía borinqueña. Asimismo, buena parte deeste debate fue encabezado por una elite intelectual deprofesionistas que desde mediados de siglo habían llegadoa la menor de las Antillas españolas, después de realizarestudios superiores en universidades de Europa y EstadosUnidos, en donde habían tenido contacto con otras tradi-ciones científicas y culturales, así como con distintas corrien-tes del pensamiento económico.1

En estas circunstancias un grupo de intelectuales yhombres de negocios fundaron la Revista Agricultura,Industria y Comercio, en 1885. Éstos en su mayoría promovíanpublicaciones científicas y académicas, y manteníanvínculos con otros sectores económicos con quienes seidentificaban en cuanto a su posición ante el nuevo rumboque debía tomar la economía de la isla. La revista estaba

1 Silvia Álvarez Curbelo, Un país del porvenir: el afán de modernidad enPuerto Rico, siglo XIX, Puerto Rico, Ediciones Callejón, 2001, p. 203.

Page 143: Capitulo de Libro Mexico

143

integrada por el director Federico Asenjo, el redactor JoséJulián Acosta y los miembros de Comité Editorial: AgustínStahl, Tulio Larrinaga, Ángel Vasconi, GuillermoQuintanilla, Fernando López Tuero, Aureliano JiménezSáenz y Santiago MacCormick, Manuel Fernández, LeónAcuña, así como el administrador de la publicación CarlosB. Meltz.

Los hombres que integraron la Revista de Agricultura,Industria y Comercio, eran prestigiados especialistas en di-versas materias y figuras de la vida cultural en Puerto Rico,hecho que los facultó para emitir opiniones y protagonizarnumerosos debates en torno a los problemas económicosde la Isla. Compartieron el interés común por la moderni-zación de la economía, que habían expresado décadas atrásdesde la esfera pública, en donde entablaron discusiones y,sobre todo, relaciones de colaboración y de amistad, hechoque los volvió a reunir años después en el nuevo proyectoeditorial.

Este grupo de intelectuales estaba dispuesto a propor-cionar a los agricultores información confiable y actualiza-da, lo que les otorgaría credibilidad a sus opiniones en laescena pública; al mismo tiempo fungirían como asesoresdel gobierno y como profesionistas calificados para emitircríticas y opiniones que propiciaran la necesidad del cam-bio de rumbo de su realidad económica. En este mismo in-terés, la redacción buscó que las páginas de la revista fue-ran atractivas a sus lectores, a quienes se invitaba a colabo-rar para plantear dudas y comentarios como era costumbre

2 En los años finales de la revista se abrió una sección para que los lecto-res establecieran contacto con los directores de las EstacionesAgronómicas y plantearan sus dudas, incluso, se tomaron en cuenta las

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 144: Capitulo de Libro Mexico

144

Independencias y Revoluciones en el Caribe

en los impresos de la época.2 Estas peticiones eran atendi-das en lo inmediato y se respondía en la edición del siguientenúmero; ello también propició la apertura de nuevos espa-cios para los artículos seriados o de investigación en el ex-tranjero a través de corresponsales. Los redactores tambiénse mostraron muy activos en cuanto a la realización de es-tudios agronómicos y en la aplicación de pruebas a maqui-naria que se pensaba importar a la Isla.3

El impreso se constituyó en un espacio de comunica-ción entre los agricultores de diferentes partes de la Isla;asimismo, sus oficinas se pusieron a disposición de los lec-tores como punto de encuentro para tratar cuestiones rela-tivas a la organización de actividades culturales como ex-posiciones y hasta concursos, para distribuir folletos e in-cluso como depósito de semillas.4 De esta manera, el grupoeditorial buscó posicionar a la Revista como la plataformade expresión y diálogo de los pequeños y medianos propie-tarios en la escena pública borinqueña, así como crear unvínculo entre las asociaciones de carácter económico y unforo donde se daría seguimiento a las actividades de lasescuelas de educación superior en Puerto Rico; todo ellocon la finalidad de promover la ineluctable modernización

dudas de algunas lectoras referentes a cuestiones del hogar, y aparecie-ron artículos como: “Conservación de las Flores”, Revista de AgriculturaIndustria y Comercio, San Juan, Establecimiento Tipográfico del BoletínMercantil, tomo 1, año 5, enero, 1889, p. 7.3 La revista aclaraba que únicamente se publicarían cartas o artículos desuscriptores, esto también para lograr una mayor cantidad desuscriptores. “El barómetro”, Revista de Agricultura Industria y Comercio,San Juan, Imprenta y Librería de Acosta, tomo 1, año 7, 25 de abril, 1891,p. 120.4 Las páginas de la Revista de Agricultura, Industria y Comercio tambiénfueron un enlace para contactar proveedores y difundir información so-bre intercambios comerciales.

Page 145: Capitulo de Libro Mexico

145

y desarrollo económico. La perspectiva del impreso le per-mitió la asiduidad del público lector reflejado por la per-manencia de la publicación en la palestra pública durantenueve años, en un momento complicado en la venta desuscripciones, incluso, a partir del año de 1890, la periodi-cidad de la revista fue quincenal.

La crisis económica finisecular, la reforma del régimencolonial y la Revista de Agricultura, Industria y Comercio.

Como señalamos anteriormente, la crisis de 1873 dejó en laruina a un importante sector de productores criollos que sevieron afectados por la devaluación de la plata y el iniciodel proceso de liberación de mano de obra esclava. Estosfactores más el encarecimiento de la maquinaria y la faltade instituciones crediticias propiciaron el cierre de una grancantidad de haciendas y se registró un elevado número deembargos a causa del vencimiento en el pago de lascontribuciones.5 El negocio del azúcar dejó de ser lucrativopara la mayoría de los hacendados, además, la baja calidadde su producto en relación con el aumento de la competen-cia internacional, la drástica baja del precio del dulce en1884, y la incapacidad para la renovación total del procesoproductivo, desplazaron a Puerto Rico a los últimos luga-res de los países productores. A esta complicada situaciónse sumó la invasión de los cañaverales por la plaga del gu-sano blanco, así como el azote de sequías y huracanes. Estedesalentador escenario era el anuncio de la baja en las ex-

5 Silvia Álvarez Curbelo, Op. Cit., pp. 195-198.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 146: Capitulo de Libro Mexico

146

Independencias y Revoluciones en el Caribe

portaciones de sacarosa que llegó a niveles alarmantes en-tre 1885 y 1887, fue entonces cuando la Isla vivió una de laspeores depresiones económicas de su historia.6

El negocio del café comenzó su auge en 1880 y llegó aalcanzar el cuarto lugar mundial en provecho del mercadoque dejó Brasil, cuya producción era acaparada por el mer-cado norteamericano. Esta bonanza no fue suficiente paralevantar de la crisis a la economía ya que gran parte de lasganancias derivadas de la exportación del café se queda-ban en manos de los comerciantes peninsulares que con-trolaban la comercialización de los productos al exterior perotambién las importaciones.7

Por otra parte, los escasos recursos invertidos a partirde 1873 en el fomento a la economía, el insuficiente impul-so en la construcción de vías de comunicación y sistemasde riego, así como la nula inversión a instituciones educati-vas a nivel medio superior, dejaron en el atraso las activi-dades que durante el siglo habían sido la base de la vidaeconómica. Ante este estado de cosas las demandas del sec-tor azucarero en torno a la acción de Estado se hicieron cadavez más insistentes, no sólo en cuanto a política comercialy fiscal, sino también sobre la difusión de las mejoras pro-ductivas.8

Por su parte, la metrópoli endureció su política comer-cial con las Antillas, cerró las puertas de sus colonias a losproductos de importación extranjera, al mismo tiempo que

6 Fernando López Tuero, Enfermedad de la caña de azúcar y modo de comba-tirla, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1897, p. 6.7 Astrid Cubano, El hilo en el laberinto. Claves de la lucha política en PuertoRico, siglo XIX, San Juan, Ediciones Huracán, 1990, p. 45.8 Francisco Scarano, Puerto Rico. Cinco siglos de historia, 2ª ed., México,MacGraw Hill, 2000, p. 531.

Page 147: Capitulo de Libro Mexico

147

restringió la entrada del azúcar borinqueña y cubana a lapenínsula.9 Este proteccionismo y la incapacidad económi-ca de los hacendados para innovar el proceso productivodel endulzante, fueron factores que hicieron más profundala dependencia de la economía borinqueña al comercio conlos Estados Unidos, único comprador del mascabado paracompletar su transformación en la creciente industria azu-carera norteamericana.10

En esta perspectiva, los redactores de la Revista de Agri-cultura, Industria y Comercio comenzaron a promover aúnmás la modernización de la Isla. Equipararon sus derechoscon los de las provincias españolas, con ello fundamenta-ron sus demandas en pro de la reforma política y la autono-mía administrativa, además de que consideraban ocuparcargos públicos desde los cuales implementar medidas defomento para satisfacer necesidades del entorno.11

Al analizar los contenidos de la Revista de Agricultura,Industria y Comercio, podemos observar como las ideas deautonomía política y administrativa de Puerto Rico se fue-ron constituyendo en las aspiraciones de los redactores.Estos hombres retomaron la denuncia de los principales

9 Bernard Lavallé, Consuelo Naranjo, et al., La América Española (1763-1898). Economía, Proyecto editorial: Historia de España, España, EditorialSíntesis, 2002, p. 314.10 Los Estados Unidos eran el comprador de la mayor parte de la pro-ducción de azúcar crudo, conocido como mascabado que se producía enBorinquén, el cual tenía como destino la industria azucarera de dichopaís que se encontraba en plena expansión. Irene Rivera Rodríguez, Cam-bios en la estructura geográfica de las importaciones de mercancía a Puerto Rico:1880 a 1897, Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico, 1990, p. 10.11 María Teresa Cortés Zavala, Economía, cultura e institucionalización de laciencia en Puerto Rico, siglo XIX, México, Facultad de Historia UMSNH/Departamento de Historia de América/ Instituto de Historia CSIC, 2008.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 148: Capitulo de Libro Mexico

148

Independencias y Revoluciones en el Caribe

agravios de los productores borinqueños, con base a lo cuallograron su identificación entre los lectores. Desde esta po-sición sus opiniones lograron legitimarse en los distintosespacios públicos y buscaron establecer un consenso en susvisiones de modernidad en coincidencia con sus interesesde clase.12

José Julián Acosta, Agustín Stahl y Tulio Larrinaga par-ticipaban de los postulados autonomistas de la segundamitad del siglo XIX, cuyos planteamientos centrales eranestablecer un sistema de gobierno propio dentro de la sobe-ranía del imperio español que garantizara las libertadespúblicas y privadas, la participación activa y efectiva de losnativos en las funciones de gobierno; y en lo económicouna mayor apertura encaminada a conseguir un mayornúmero de mercados externos al tiempo de dinamizar losinternos.13

Se pensaba que el proyecto autonomista le daría otradimensión al estatus colonial de la Isla al dejar en manos de

12 Las elites fueron promotoras de los cambios políticos y económicos enPuerto Rico a finales del siglo XIX. Tomaron el nombre de “criollos” paraasumirse en el papel de representantes de todos los habitantes nacidosen la Isla dentro de la estructura imperial española. Astrid Cubano, “Crio-llos ante el 98: la cambiante imagen del dominio español durante su cri-sis y caída en Puerto Rico, 1889-1899”, texto escrito para el Congreso deLASA, Hotel Continental Plaza, Guadalajara, México, 17-19 de abril de1997. Del mismo autor, “El estudio de las elites económicas y políticas enPuerto Rico en el siglo XIX”, Boletín del Centro de Investigaciones Históri-cas, núm., 4, Río Piedras, Universidad de Puerto Rico, 1988-1989, pp.123-133.13 Idem. El proyecto autonomista adquirió diferentes vertientes desde lafórmula canadiense hasta la adoptada como programa por el PartidoAutonomista Cubano.

Page 149: Capitulo de Libro Mexico

149

los puertorriqueños el control de su administración econó-mica y política.14 Asimismo, era necesario —según afirma-ban algunos de sus promotores— uniformar las estructu-ras de gobierno entre la colonia y España, así como decla-rar la igualdad de derechos entre los ciudadanos, pero so-bre todo, el autogobierno con base a las particularidadesque requerían la generación de medidas específicas.15

La descentralización administrativa era la perspectivaeconómica del planteamiento autonomista, la cual brinda-ría a los borinqueños la capacidad de establecer una políti-ca económica acorde a sus necesidades.16 En este sentido,en la colonia se decidirían cuestiones cruciales para losexportadores como los aranceles o los tratadoscomerciales.17 Esta idea se vinculó a los preceptos del libe-ralismo y a una posición en contra de los privilegios estata-

14 Los liberales consideraban que el Estado español debería cambiar suestructura monárquica por una republicana, donde se incluyera el sufra-gio universal masculino, el libre cambio, y por otra parte se reconocierala incompatibilidad liberal con la política monárquica, centralista yoligárquica entonces vigente. Argelia Pacheco Díaz, “La formación na-cional puertorriqueña en el pensamiento autonomista de José CelsoBarbosa”, [tesis de licenciatura en Historia], México, UniversidadMichoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1999, p. 77.15 La autonomía era entendida por Acosta y el grupo de liberales comodescentralización política y administrativa, “no solo ensancha la vidapública sino que fortifica los lazos nacionales tal y como lo demuestranCanadá y Australia en su relación con Inglaterra.” “Interpretación delBrigadier Luis Padial”, Boletín Histórico de Puerto Rico, tomo IV, núm. 36,en Silvia Álvarez Curbelo, Op. Cit., p. 146. También véase a FernandoPicó, Historia general de Puerto Rico, Puerto Rico, Ediciones Huracán, 1998.16 Astrid Cubano, El hilo…., Op. Cit., p. 20.17 Ibid., p. 133. El informe elaborado por José Julián Acosta proponía unmodelo económico basado en el comercio libre, “abiertos sus puertos atodas las banderas”; la sustitución de los gravámenes aduanales por con-tribuciones directas sobre la propiedad y la riqueza; y la conversión dePuerto Rico en un gigantesco depósito…”.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 150: Capitulo de Libro Mexico

150

Independencias y Revoluciones en el Caribe

les como el estanco del tabaco. Así pues, los autonomistasse manifestaron a favor del libre comercio entre las Antillasy la Península, así como una disminución en los aranceles yla eliminación de impuestos a los artículos de primera ne-cesidad.18

Estas eran las ideas de los precursores del reformismoborinqueño, gran parte del grupo que estudiamos aspira-ban a los cambios en el estatus de Puerto Rico dentro delmarco del Estado colonial español.19 Lo cual también da lapauta para entender el marco político que rodeó a las pro-puestas de carácter económico plasmadas en la Revista deAgricultura, Industria y Comercio.

No obstante, cabe señalar que los miembros del Comi-té Editorial de la revista trataron de crear una línea edito-

18 Blanca Silvestrini G., y María Dolores Luque de Sánchez, Historia dePuerto Rico: Trayectoria de un pueblo, Puerto Rico, Cultural puertorrique-ña, 1987, p. 275.19 Ibid., p. 285. En 1870 José Julián Acosta unió sus esfuerzos con PedroGerónimo Goico y Julián E. Blanco, para fundar el Partido Liberal Refor-mista. En dicho organismo también coincidieron personajes como LuisPadial Vizcarrondo y Román Baldorioty de Castro, junto a otros miem-bros del proyecto editorial como Agustín Stahl y Tulio Larrinaga. En1887 se fundó el Partido Autonomista, y los integrantes de la redacciónde la Revista de Agricultura, Industria y Comercio, José Julián Acosta yAgustín Stahl se vincularon de nueva cuenta con antiguos reformistascomo Román Baldorioty de Castro y otros personajes representativosdel liberalismo puertorriqueño de la talla de José Celso Barbosa, RosendoMatienzo Cintrón y Luis Muñoz Rivera. Véase también a Laura NáterVázquez, “Los autonomistas: de la semilla al proyecto (1809-1887)”, Puer-to Rico, [tesis de maestría], Universidad de Puerto Rico, Recinto de RíoPiedras, 1991; y María de los Ángeles Castro, “El autonomismo en Puer-to Rico (1808-1898): la siembra de la tradición”, en Secuencia, Revista deHistoria y Ciencias Sociales, México, Instituto Mora, núm. 31, 1995, pp. 5-22.

Page 151: Capitulo de Libro Mexico

151

rial alejada de cualquier posicionamiento político que pu-diera favorecer una sola línea de pensamiento.20 Con ello,los integrantes de la revista buscaron que sus opinionestuvieran una mayor presencia en la esfera pública y vencercon ello las divisiones ideológicas.21 Otro rasgo caracterís-tico de este impreso fue que a través de sus páginas se adop-tó una posición unificada de grupo, en cuanto a las respon-sabilidades de los comentarios u opiniones vertidos en losartículos. En las diferentes secciones se habló siempre anombre de la “revista”; y son muy pocos los artículos fir-mados a título personal o con seudónimos, ello con la fina-lidad de dar una imagen de grupo.

Estas estrategias de redacción estuvieron relacionadascon el interés de los editores por mostrar una imagen pú-blica relativa a que las ideas vertidas en el impreso eranopiniones que tenían el respaldo de un conglomerado so-cial más allá de la publicación, pero también con la gran

20 “En ese inventario ocupa un lugar principal la política, entiéndasebien que hablamos de la verdadera política, del conjunto de reglas a quedeben ajustar su conducta los gobiernos, en sus relaciones con los ciuda-danos y con los demás Estados, y no de lo que aquí ha dado en llamarsepolítica; pero la política no es el campo en que se mueve la revista ydebemos por tanto eliminar todo lo que a ella se refiere, que no entra ennuestro programa. Concretase este a la Economía pública y a la Admi-nistración, y en la ancha esfera de estas ciencias y dentro de la vastaextensión que abarca el arte que engendra la práctica de una y otra, ca-ben y se mueven las múltiples manifestaciones de la vida social y serealizan los hechos que conducen a los pueblos a la prosperidad“. Deesta manera, la Revista de Agricultura Industria y Comercio dejó el debatepolítico a otras publicaciones como El Clamor del País, El Buscapié, La Au-tonomía Colonial, El Criterio, La Revista de Puerto Rico. “El Nuevo Gober-nador”. Véase Revista de Agricultura Industria y Comercio, San Juan, Esta-blecimiento Tipográfico del Boletín Mercantil, tomo 1, Año 4, marzo, 1888,p. 73.21 Silvia Álvarez Curbelo, Op. Cit., p.156.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 152: Capitulo de Libro Mexico

152

Independencias y Revoluciones en el Caribe

experiencia editorial que tenían tanto José Julián Acostacomo Federico Asenjo, quienes conocían perfectamente losalcances de la censura.22 No obstante, cuando lo considera-ban conveniente se incluía una nota al pie en donde se acla-raba que las ideas eran responsabilidad únicamente delautor.

La modernización de la economía borinqueña, los puntosa debate y la perspectiva de la Revista de Agricultura, In-dustria y Comercio

Tan pronto como la Revista de Agricultura, Industria y Co-mercio se convirtió en un medio para la difusión de las ideasde modernización de la economía borinqueña, comenza-

22 Este hecho le causó críticas a la Revista de Agricultura, Industria y Co-mercio, por parte de otros impresos con un carácter abiertamente políticocomo el Clamor del País. Sin embargo, la revista respondió aclarando suindependencia del gobierno. Esto ante la reproducción que hizo el Cla-mor del País de un artículo de esta Revista denominado «Los apremios»,en donde se cuestionaba y daba por hecho que la revista era apoyadapor el Gobierno General y por los Municipios… «Aun cuando pudiéra-mos expresar la respuesta, por que los extremos del supuesto son com-pletamente inexactos, puesto que no debemos al Gobierno (y por elloestamos agradecidos) más que la recomendación que hizo a los Ayunta-mientos para que se suscribiesen a la Revista, si lo creían conveniente,dado el carácter especial de la publicación; ni sería posible que se sostu-viese esta con solo las 84 suscripciones con que cuenta de 40 Municipios,entre los 72 de la isla; nos los exige la cortesía, cuanto porque no hayrazón alguna que nos obligue a ocultar como pensamos en este asunto,lo mismo que en todos los demás que tenemos que tratar constantemen-te». “Estación agronómica de Río Piedras. Correspondencia de los Agri-cultores. (1)”, Revista de Agricultura Industria y Comercio, San Juan, Esta-blecimiento Tipográfico del Boletín Mercantil, tomo 2, Año 8, 10 de julio,1892, p. 222. También véase “La cuestión de los apremios”, Revista deAgricultura Industria y Comercio, San Juan, Establecimiento Tipográficodel Boletín Mercantil, tomo 1, año 2, marzo, 1886, p. 127.

Page 153: Capitulo de Libro Mexico

153

ron a manifestarse las coincidencias con una serie de aspi-raciones que el sector azucarero venía promoviendo en laesfera pública años atrás, sobre todo para impulsar el esta-blecimiento de las condiciones para el desarrolloagroindustrial. En el Comité Editorial se encontraban dosfiguras portavoces de grupos azucareros, nos referimos alos hacendados: Santiago MacCormick y Manuel Fernández.El primero de estos hombres era un miembro destacado dela Sociedad de Agricultura de Ponce, mientras que el se-gundo fue la inspiración intelectual de los azucareros deArecibo.23

En 1880 Santiago MacCormick expresó que el sistemade centrales era la vía adecuada para la modernización eco-nómica y la continuación del proceso de industrializaciónque se había interrumpido en 1873.24 Esta declaración coin-cidió con la idea de un sector de hacendados azucareros,los cuales sostuvieron que con el establecimiento de gran-des fábricas podrían ser competitivos en cuanto a precios ycalidad a nivel internacional, pues la introducción de la re-molacha como endulzante puso en una grave situación a

23 Teresita Martínez Vergne, Capitalism in Colonial Puerto Rico: Central SanVicente in the Late Nineteenth Century, Florida, University Press, p. 141.Véase V. T, “De la ciencia agrícola (continuación)”, Revista de AgriculturaIndustria y Comercio, San Juan, Establecimiento Tipográfico del Boletín Mer-cantil, año 5, tomo 2, diciembre 1889, p. 296. Manuel Fernández, Manualpráctico de la agricultura de la caña de azúcar, San Juan, Imprenta del «Bo-letín Mercantil», 1884, p. 202.24 Esto ocurrió un año después de la fundación del Partido Autonomista.Santiago MacCormick, Informe dado a la Excelentísima Diputación Provin-cial sobre el sistema de Factorías Centrales para la elaboración de azúcar en laIsla de Puerto Rico, San Juan, Imprenta del Boletín Mercantil, 1880, p. IV.25 Desde la década de los 1870 surgieron varias propuestas en este senti-do, entre las cuales destacó la realizada por Santiago MacCormick miem-bro del grupo editorial. Véase a Irene Rivera Rodríguez, Cambios en la

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 154: Capitulo de Libro Mexico

154

Independencias y Revoluciones en el Caribe

quienes producían mascabado.25

Por su parte, Manuel Fernández defendió el cultivo delazúcar y su procesamiento en el sistema de hacienda, comouna actividad aún redituable a pesar de la caída de precios.Sin embargo, argumentó que los hacendados no podíanprosperar al grado de acumular capitales y tecnificar susunidades productivas, ya que se veían agobiados con lasdeudas, los efectos de la abolición de la esclavitud y el im-puesto directo a todos los propietarios.26 Por esa razón pro-puso al gobierno proteger al sector azucarero mediante laabolición de los derechos de exportación que garantizarana los productores un precio de 3.50 pesos el quintal.27

El debate público que los referidos hacendados enta-blaron años antes de la publicación del impreso, represen-tan una muestra de las distintas visiones que había entrelos azucareros y la manera de solucionar los problemas quelos abrumaban.28 No obstante, la preocupación de ambosempresarios por la situación de los productores los llevó acoincidir un año más tarde dentro del grupo fundador dela Revista de Agricultura, Industria y Comercio, donde unifi-

estructura geográfica de las importaciones de mercancía a Puerto Rico: 1880 a1897, Serie de ensayos y monografías, núm. 59, Puerto Rico, Universi-dad de Puerto Rico, 1990, p. 10. También véase a Astrid Cubano, Elhilo…, Op. Cit., pp. 97-98.26 Ibid., p. 106. Este impuesto afectó demasiado a los propietarios fueradel círculo de los grandes hacendados azucareros y fue una de las cues-tiones que tanto el partido incondicional como el proyecto autonomistaincorporaron dentro de sus proyectos. Los primeros plantaban su aboli-ción y los segundos proponían el libre comercio y la contribución direc-ta.27 Ibid., pp. 142-143.28 Asimismo, cabe señalar que antes de esta década, los dos hacendadospublicaron obras académicas que los llevaron a entablar una serie dediscusiones centradas en aspectos técnicos de la producción de azúcar.

Page 155: Capitulo de Libro Mexico

155

caron criterios junto a los demás integrantes de la redac-ción y emitieron una serie de propuestas que tenían comoeje atender las necesidades de cambio económico de lospropietarios azucareros.29

Así, la idea de que el desarrollo de la industria azuca-rera dependía del desarrollo de la economía en general fuedeterminante dentro del planteamiento del impreso. Condicho objetivo los integrantes de la redacción buscaronlegitimarse como portavoces de la clase productiva, ello conbase en su preparación profesional y su experiencia comoproductores. De esta manera buscaron crear estados de opi-nión favorables a sus objetivos, para ello expresaron un dis-curso en el que la ciencia y la innovación tecnológica eranla base del desarrollo agroindustrial. A partir de esas ideasbuscaron la identificación y el apoyo de sus lectores, sobretodo para poder demandar ante el gobierno colonial cam-bios a favor de la generación de las condiciones para lareactivación de la actividad azucarera que detonara unamayor competitividad de su producto tanto en el área delCaribe como en los mercados internacionales.30

El desarrollo de la agronomía y la educación especiali-zada fue el punto de partida para su propuesta de moder-nización productiva. La discusión al respecto puso de ma-

29 Las propuestas de estos hombres no tuvieron éxito pues no existíanlas condiciones de libertad económico-administrativa, ni el apoyo gu-bernamental para llevarlas a cabo. Pues a pesar de que pertenecían a lasfamilias de azucareros más preponderantes de la época no tenían inje-rencia en la política económica. Astrid Cubano, El hilo…, Op. Cit., pp. 38,78 y 86.30 El impreso fue un punto de confluencia y difusión de las actividadesde las sociedades económicas de la Isla. Sus fundadores estaban conven-cidos de la institucionalización del cambio económico a través del es-fuerzo colectivo.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 156: Capitulo de Libro Mexico

156

Independencias y Revoluciones en el Caribe

nifiesto la carencia de instituciones educativas a nivel me-dio y superior en la Isla.31 El escaso presupuesto del gobier-no colonial dedicado a este rubro fue severamente critica-do en la Revista de Agricultura, Industria y Comercio, en cu-yas páginas se puso de manifiesto el nivel de atraso queenfrentaban en comparación con otras áreas del Caribe pro-ductoras de azúcar. En este contexto, la apertura de estacio-nes agronómicas fue una idea promovida de manera deci-dida por el grupo de redactores que consideraron a estasunidades de investigación como determinantes para la ge-neración del conocimiento acerca de técnicas de cultivo, eldesarrollo de abonos, el combate de plagas y sequias, entre

31 Los profesionistas que completaron el conjunto de redactores tambiénhabían expresado en distintos espacios sus puntos de vista acerca de lanecesidad de modernizar las prácticas agrícolas con base en el desarro-llo de la ciencia agrícola y la educación especializada. Los integrantesdel grupo fueron figuras destacadas en los espacios académicos a nivelmedio y superior. Algunos de estos hombres son los iniciadores de laeducación técnica en Puerto Rico y sobresalieron por su compromiso enla labor docente, la cual se vio reflejada por el número de alumnos yegresados de sus cursos, así como por las bibliotecas a su cargo, condi-ciones difíciles de conseguir en momentos de profunda crisis económi-ca.32 El hecho de que se consiguiera la apertura de las estaciones agronómicasdos años después de que se publicara el proyecto, se reflejó en los conte-nidos de la revista, la cual desde 1890 se enfocó a la comunicación entrelos directores de dichos organismos y los hacendados. La buena respuestaa los artículos en este sentido, fue muestra del éxito del impreso y de quelas ideas que se expresaban tenían eco entre el público lector. Ello sereflejó también en la periodicidad, pues se tornó quincenal así como enla participación de los cafetaleros, sector que hasta ese momento se en-contraba en segundo lugar de los azucareros, en cuanto a los artículosdedicados a su actividad. Sin embargo, cabe señalar que el impacto delos resultados de los trabajos realizados en las dos estaciones agronómicasubicadas en Mayagüez y en Río Piedras, se observarían hasta despuésde varios años, la publicación de libros y folletos dedicados a su difusiónse llevó a cabo hasta 1897, un año antes de la invasión norteamericana.

Page 157: Capitulo de Libro Mexico

157

muchos otros problemas que aquejaban al agro.32

De manera paralela, el Comité Editorial de la Revistade Agricultura, Industria y Comercio, dio a conocer una estra-tegia para la renovación del proceso de producción azuca-rera, la cual consistió en la adaptación de las innovacionestecnológicas, de acuerdo a las posibilidades de la Isla encuanto a capital y fuentes de energía disponibles. De estamanera, se hizo énfasis en la fase de extracción, ya que setenía en cuenta lo costoso de la renovación completa delproceso para que se obtuviera azúcar de alta calidad, y sebuscó en una mayor obtención de mascabado cuyo destinode venta eran la industria norteamericana, encargada decompletar la transformación del azúcar refinado.33

Las informaciones acerca de los adelantos técnicos ylas polémicas científicas generadas aparecían junto a la ex-posición de la complicada situación de los propietarios agrí-colas. La carencia de los presupuestos para la educaciónespecializada y el desarrollo de la ciencia agrícola en com-binación con la ausencia de créditos para la renovación tec-nológica, así como de libertad para establecer tratados co-merciales fueron parte de las inconformidades manifiestas,en donde se hizo evidente la necesidad de una política eco-nómica de acuerdo a la realidad de la Isla. En este sentido,los discursos plasmados en la revista hacían un llamado alas autoridades coloniales para que se adentraran en el co-nocimiento de la situación real del sector agrario y de los

Véase mi tesis de maestría: Brenda Verónica Chavelas Sánchez, “La Re-vista de Agricultura, Industria y Comercio: un espacio para la moderniza-ción de la economía puertorriqueña, (1885-1893), Facultad de Historia,Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2011.33 James Dietz L., Historia Económica de Puerto Rico, Río Piedras, Edicio-nes Huracán, 1989, p. 45.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 158: Capitulo de Libro Mexico

158

Independencias y Revoluciones en el Caribe

hacendados. Esto con el objetivo de que el monto de lascontribuciones y cargas impositivas fueran establecidosacorde a la capacidad de pago de los agentes económicosborinqueños, ya que estos factores fueron identificados porlos editorialistas como la causa del cierre de una gran canti-dad de unidades productivas.34

Por otra parte, el grupo de redactores consideró decisi-va la actuación gubernamental, en cuanto a la construcciónde vías de comunicación y el establecimiento de un bancode emisión.35 Estos elementos fueron parte del debate acer-

34 Tal como lo expresó Santiago MacCormick, cuando dio a conocer losresultados de una investigación que realizó acerca del estado de las ha-ciendas azucareras en 1880, en este trabajo mostraba cómo en una déca-da estas unidades productivas se habían reducido de 553 en 1870, a 325en 1880 (58.7%). Este descenso fue el resultado de las difíciles condicio-nes que enfrentaron los productores a raíz de la baja del precio del azú-car y la exigencia del mercado internacional de endulzante de mejor ca-lidad. Andrés Ramos Mattei, La sociedad del azúcar, Río Piedras, Universi-dad de Puerto Rico, 1988, pp. 31-32.35 Una problemática que ocupó con singular empeño a los editores de laRevista de Agricultura, Industria y Comercio fue la relativa a las limitacio-nes ocasionadas por la ausencia de bancos y de vías de comunicaciónmodernas en Puerto Rico. Estos dos factores fueron considerados porlos integrantes de la redacción como un freno a sus iniciativas de cambioeconómico. El mercado de capitales crediticios era de tipo informal oagio, a través de casas comerciales que hacían préstamos a los hacenda-dos, quienes cubrían su deuda con sus cosechas dirigidas al mercadoexterior. A su vez, las comunicaciones terrestres al interior de la Isla erananticuadas y no respondían a las necesidades de distribución de lo pro-ducido hacia los puntos de salida al exterior, asimismo el intercambioentre las regiones de la costa y la montaña se hacía de una manera lenta.En la mentalidad de estos intelectuales, desde hacía varias décadas, es-taba claramente asimilada la necesidad de vencer estos obstáculos. EarleSummer, “Los problemas económicos de la agricultura puertorriqueña”,en Francis W. Hoadley, y José Antonio Astol, (Editores), El Libro de Puer-to Rico, San Juan, Puerto Rico, El Libro Azul, 1923, p. 460. Annie Santiagode Curet, Crédito, moneda y bancos en Puerto Rico durante el siglo XIX, SanJuan, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1989, p. 46.

Page 159: Capitulo de Libro Mexico

159

ca de la modernización de la economía y fueron considera-dos por los redactores como detonantes para la integraciónde un mercado interno, y para el financiamiento de las in-novaciones productivas. Al respecto, se desplegó una cam-paña para la construcción del ferrocarril de circunvalacióny se consideró el crédito agrícola como la manera de agili-zar el mercado de capitales para los agricultores.36 Estos ar-gumentos implicaban un segundo nivel de discusión refe-rente a la necesidad imperante entre la elite criolla de unareforma del status colonial de la Isla, que a los ojos de loseditorialistas aún era considerada por la metrópoli comoun lugar de desplazamiento militar, en contraposición conlas necesidades del desarrollo económico de los círculos deproductores.

Así, la perspectiva de modernización económica plas-mada en el impreso no contempló una transformación totaldel modelo productivo, sino que se basó en la idea de lareactivación de la hacienda y el desarrollo de la industriaazucarera a través de la apertura de centrales. Se favorecíala producción del endulzante a pesar del auge que vivía laproducción cafetalera. La diversificación agrícola e indus-trial se promovía de la misma manera en que anteriormen-te lo hacían los integrantes del grupo editorial medianteuna serie de publicaciones y de proyectos dados a conoceranteriormente. Sin embargo, el mascabado fue el producto

36 “Ferrocarriles y centrales”, Revista de Agricultura Industria y Comercio,San Juan, Imprenta y Librería de Acosta, año 8, tomo 2, 10 de agosto,1892, p. 285. “Los Bancos de emisión”, Revista de Agricultura Industria yComercio, San Juan, Establecimiento Tipográfico del Boletín Mercantil, año2, tomo 2, julio 1886, p. 4.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 160: Capitulo de Libro Mexico

160

Independencias y Revoluciones en el Caribe

que acaparó el interés de los editores.Por otra parte, la mayoría de las propuestas y proyec-

tos que se promovieron en el impreso se originaron a prin-cipios de la década de 1870, pero se quedaron en esperacomo resultado del impacto de la crisis del año de 1873,que frenó muchas iniciativas de desarrollo agrícola. El gru-po editorial las retomó en la discusión económica desta-cando su importancia. No obstante, la carencia de los pre-supuestos destinados al fomento agrícola en Puerto Ricoera señalada en cada una de las negativas del gobierno paraimpulsar proyectos. Hecho que fue interpretado como unafalta de interés por parte de las autoridades coloniales en loreferente a la situación por la que atravesaban los produc-tores.37

De esta manera, se puede concluir que en la Revista deAgricultura, Industria y Comercio, se encuentra el discursomodernizador de la elite criolla finisecular,38 cuyas estrate-gias para enfrentar y superar la crisis económica puso de

37 De esta manera la información acerca de los adelantos técnicos y laspolémicas científicas estaba acompañada de la exposición de la situa-ción de los propietarios. Así como de señalamientos en torno a la necesi-dad de que tanto el gobierno local como el metropolitano apoyaran a losproductores a través de la reducción de las contribuciones en concor-dancia con sus posibilidades. Lo cual implicó otro nivel en la discusión,donde se expresaron las principales demandas de los hacendados azu-careros, quienes cuestionaron la aplicación de leyes especiales y el reco-nocimiento del estatus de provincia de Puerto Rico en el marco del siste-ma colonial español.38 María Dolores Luque hace una caracterización de la élite insular inte-grada en su mayoría por profesionales, hacendados y comerciantes, deentre los cuales destaca a los azucareros como los más progresistas yquienes defendían el librecambismo para tener mayor acceso sin restric-ciones arancelarias al mercado norteamericano. María Dolores Luque,“Los conflictos de la modernidad: la élite política en Puerto Rico, 1898-1904”, en Revista de Indias, vol. LVII, núm. 211, 1997, pp. 695-727.

Page 161: Capitulo de Libro Mexico

161

relieve la fuerza creciente de tendencias pragmáticas ytecnocráticas en el discurso público. Asimismo, su líneaeditorial se inserta dentro de la ideología liberal en PuertoRico que adquirió un matiz moderado y que osciló entre lasreclamaciones reformadoras y autonómicas, y una plata-forma modernizante que cifró sus esperanzas en la adop-ción de un espíritu empresarial y en la conversión econó-mica y tecnológica.39

39 Silvia Álvarez Curbelo, El hilo…, Op. Cit., pp. 151 y 152.

Los debates sobre la modernización de Puerto Rico...

Page 162: Capitulo de Libro Mexico

162

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 163: Capitulo de Libro Mexico

163

El escritor e intelectual cubano Cirilo Villaverde de la Pazes considerado uno de los principales exponentes del géne-ro narrativo en Cuba en el siglo XIX. Abordar su formaciónacadémica y desempeño público en los ámbitos de la litera-tura, la enseñanza, el periodismo y la militancia política,nos permite conocer el desarrollo de la intelectualidad cu-bana y su papel como intermediario entre la sociedad colo-nial y el Estado español; también nos permite vislumbrarlas distintas alternativas —autonomismo, anexionismo eindependentismo— que adoptaron con la finalidad de lle-var a la práctica sus propuestas de nación, en el trasfondoeconómico, social y cultural de Cuba, entre 1812 y 1894.

Formación y educación de un criollo.

Cirilo Villaverde nació el 28 de octubre de 1812 en el inge-nio Santiago, jurisdicción de San Diego de Nuñez, Pinardel Río. Hijo de Lucas Villaverde, médico que laboraba en

CIRILO VILLAVERDE Y SU PROYECTO

DE NACIÓN EN CUBA, 1812-1894.

María Magdalena Flores Padilla

Page 164: Capitulo de Libro Mexico

164

Independencias y Revoluciones en el Caribe

el referido ingenio, y de Dolores de la Paz y Tagle, descen-diente de una familia española radicada en La Florida. Losprimeros siete años de Cirilo Villaverde, se encuentran im-pregnados por el ambiente y el paisaje rural del ingenioSantiago, propiedad de la familia Lasa, considerado de en-tre los más opulentos de la época.1

Cirilo Villaverde, asiduo compañero de su padre, pre-senció en forma cotidiana el sufrimiento de los esclavosdurante las curaciones que el médico realizaba en la enfer-mería del ingenio. Con frecuencia durante su infancia vio“las llagas, purulencias y desgarrones producidas por la faltade higiene, la vivienda miserable, la escasa alimentación, lapoca medicina, los abusos, los bocabajos, el cepo y el látigoimplacable del mayoral [...] conoció los terribles desmanesde los rancheadores y el efecto de sus carnicerías con pe-rros amaestrados, de manera tan real[...]”,2 que aunados a

1 Familia que durante la época sostuvo una estrecha relación con losprincipales productores criollos como Ignacio Montalvo Ambuldi, An-tonio Bertía, el marqués de Casa Peñalver, Ignacio Peñalver Cárdenas eincluso Francisco Arango y Parreño. Deducido lo anterior por las refe-rencias que a dicho ingenio y familia hace Fraginals en su obra. “IgnacioMontalvo Ambulodi, conde de Casa Montalvo cuñado de... AntonioBertía, marques del real Socorro. Su escudo de nobleza descansa sólida-mente sobre los Ingenios “San Telmo”, “San José”, “Santiago” y “Nues-tra Señora de la Concepción”... el marqués de Casa Peñalver, primo del[primero]... y cuyo hijo está casado con una cuñada del [segundo]... Ig-nacio Peñalver Cárdenas hijo del [marqués de Casa Peñalver]... Francis-co de Arango y Parreño, quien además de pariente de todos ellos, eralíder natural y dirigente político del grupo”. Véase a Manuel MorenoFraginals, El Ingenio complejo económico social del azúcar, Tomo I, La Haba-na, Editorial de Ciencias Sociales, 1978, p. 108.2 Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés, Introducción de Imeldo Álvarez y Pró-logo de Cirilo Villaverde, La Habana, Ediciones Huracán, 1977, p. 10;Mercedes Rivas, Literatura y esclavitud en Cuba, España, Escuela de AltosEstudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1990, pp. 132-133.

Page 165: Capitulo de Libro Mexico

165

la aguda observación que desde entonces presentaba le tra-jeron como resultado las descripciones que al interior de sumáxima obra, Cecilia Valdés, logró plasmar.

En 1822, cuando Cirilo Villaverde contaba con onceaños de edad, los Villaverde de la Paz se mudaron del po-blado de San Diego de Núñez a la ciudad de La Habana.Población donde la familia contó con mayores comodida-des y el padre de Cirilo Villaverde vio realizado el objetivode enviar a sus hijos a recibir la instrucción de educaciónbásica.3

Un año después de la llegada de Cirilo Villaverde a LaHabana,4 Francisco Dionisio Vives5 fue designado CapitánGeneral de la Isla, tomando posesión de su cargo el 2 demayo de 1823. Este hecho marcó el retorno de la adminis-tración absolutista, partidaria de los grandes productores ycomerciantes del azúcar en Cuba. Se generó con ello unanueva etapa de desarrollo económico para los hacendadosazucareros y, por ende, de los rubros en que mayor influen-cia ejercieron. Tales circunstancias marcaron el inicio de lavida estudiantil y de residencia de Cirilo Villaverde en La

3 Como es sabido, en la mentalidad de los intelectuales la educacióntuvo un papel fundamental para el desarrollo de las esferas económica,política y social de La Habana. Ramiro Guerra y Sánchez, Manual deHistoria de Cuba. (Económica, Social y Política) Desde su descubrimiento hasta1868, y un apéndice con la historia contemporánea, La Habana, Consejo Na-cional de Cultura, 1962, p. 309.4 Ibid., pp. 268-274. El periodo constitucional establecido en Madrid de1821 a 1822 causó desagrado a las principales potencias del momento(Rusia, Prusia, Gran Bretaña y Francia). Al iniciar el año de 1823 Franciabrindó su apoyo a Fernando VII para restablecer el absolutismo.5 Ibid, p. 285. El general Vives anteriormente había ocupado el cargo deministro en Washington, donde logró destacar por la amistad que guar-daba con Adams y Monroe. Motivo de gran influencia a la hora de asig-narle el mando en la Capitanía de Cuba en esos momentos.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 166: Capitulo de Libro Mexico

166

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Habana.En medio de la importante estabilidad habanera

implementada por Vives, Cirilo Villaverde asistió a la es-cuela de educación primaria de la Calzada de San LuisGonzaga, atendida por el maestro andaluz AntonioVázquez. Dos años después de aprender “a escribir con elsistema Toris, a leer de corrido, algo de gramática de Araujo,nociones de historia en el texto de Iriarte y un poco de arit-mética”,6 debido al mal trato de Vázquez, adicto a la prác-tica del apotema de que la letra con sangre entra, CiriloVillaverde abandonó la escuela. Su abuelo paterno asumióel lugar del maestro andaluz iniciando a su nieto en las lec-ciones de latín, tarea en la que al poco tiempo fue reempla-zado —para mayor especialización del niño— por el padreMorales, propietario del Colegio que mantenía a su cargo.7

La familia Villaverde de la Paz se encargó de promo-ver el ingreso de Cirilo Villaverde al Real Seminario de SanCarlos que en ese momento contaba con las cátedras de Fi-losofía,8 Jurisprudencia y Medicina. El entonces secretariodel Seminario, Ambrosio Herrera, fue el responsable de laadmisión de Cirilo Villaverde, quien contaba con 15 añosde edad. Al ser aceptado en el Real Seminario para efectuarlos estudios de Derecho, el inquieto adolescente decidió rea-

6 Villaverde, Cirilo, Op. Cit., p. 11.7 Idem. También véase a Mercedes Rivas, Op. Cit., p. 133.8 De 1756 a 1840 enseñaron Filosofía doce profesores en la Universidad,siguiendo el texto aristotélico. Fueron los últimos Nicolás M. Escobedo yJ. Z. González del Valle, Luz y Caballero explicó esa materia, de 1839 a1843 en el Convento de San Francisco”. El intelectual criollo que revolu-cionó la enseñanza filosófica fue sin lugar a dudas Félix Várela. Véase aVitier Medardo, Las ideas en Cuba. Proceso del pensamiento político, filosóficoy crítico en Cuba principalmente el siglo XIX, Tomo II, La Habana, EditorialTrópico, 1938, pp. 81-84.

Page 167: Capitulo de Libro Mexico

167

lizar en forma paralela los cursos de dibujo, con los profe-sores Cuyas y Calson, en la Academia de San Alejandro,cuya sede se encontraba en el Convento de San Agustín.9

Incursionando en ambas instituciones, Villaverde tuvola oportunidad de conocer y relacionarse con importantespersonas de la talla de Francisco Javier de la Cruz (su pro-fesor de Filosofía), José Agustín Govantes (profesor de De-recho), Félix Várela10 y José Antonio Saco.11 Intelectualesque destacaron por su pensamiento liberal y la actividadeducativa realizada en el Real Seminario de San Carlos,núcleo principal de la actividad cultural y educativa de laépoca. El ingreso de Cirilo Villaverde al Real Seminario deSan Carlos significó una convivencia más estrecha con tanilustres pensadores, cuya influencia cultural y política, enmomentos de formación personal, fue reflejada en su acti-vidad literaria y política.

En la década de 1830 —según Ramiro Guerra— losaspectos determinantes del acontecer de la sociedadhabanera fueron: en primer lugar, el replanteamiento queel grupo de letrados hizo del status colonial en base a unaconcepción vinculada a la exigencia de los criollos por man-

9 Francisco Rey Alfonso, “Músicos y pintores históricos en Cecilia Valdés”,en Revista Bimestre Cubana, La Habana, Sociedad Económica de Amigosdel País, núm. 10, 1999, p. 122.10 Javier de la Cruz y Félix Várela tuvieron una formación científica si-guiendo el movimiento de la especialización en las ciencias particularesque durante la época tuvo gran auge. Ambos personajes impartieron lascátedras de Física y Química. Consideraban que sin observación y expe-rimentación no existía método ni progreso, de ahí que Medardo Vitierlos considere dentro de las tendencias anti-metafísicas y positivistas.Medardo Vitier, Op. Cit., p. 86.11 Elías Entralgo, “El capitalismo habanero”, en Loló de la Torriente LaHabana de Cecilia Valdés (Siglo XIX), La Habana, Jesús Montero Editor,1946, p. 19.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 168: Capitulo de Libro Mexico

168

Independencias y Revoluciones en el Caribe

tener la igualdad de derechos con los españoles. En segun-do término, se encontraba la eliminación del proteccionis-mo comercial español que, a pesar de las medidas adopta-das desde finales del siglo XVIII (reformas borbónicas: li-bertad de comercio, supresión de algunos de los principa-les estancos e impuestos y demás), continuaba vigentea, dis-tinguiéndose sobre todo en las relaciones entre producto-res criollos y comerciantes peninsulares. En tercer lugar, lacuestión de la práctica clandestina de la trata negrera, efec-tuada a pesar del Tratado de 181712 con la Gran Bretaña.13

La influencia que estos aspectos tuvieron en la econo-mía repercutió en la evolución del pensamiento de los inte-lectuales liberales como Andrés de Arango y Parreño, JuanMontalvo y Castillo, Tomás Gener, Domingo del Monte,14

12 El Tratado de 1817 fue firmado el mes de septiembre de dicho año enla capital de España, participaron los gobiernos inglés y español. Pormedio de este documento el parlamento británico se comprometía “apagar al español 400,000 libras esterlinas, y éste a renunciar para siem-pre al comercio de esclavos africanos hacia el norte del Ecuador, y a pro-hibirlo en todos sus dominios desde el 30 de mayo de 1820”. Para llegara estas resoluciones Fernando VII mostró una postura y peticiones ba-sándose en un documento denominado voto particular que elaboró Fran-cisco Arango y Parreño el 15 de febrero de 1816. José Antonio Saco, Co-lección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la Islade Cuba, Tomo II, La Habana, Dirección General de Cultura, Ministeriode Educación, 1962, citado por Hortensia Pichardo, Documentos para lahistoria de Cuba, Tomo II, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales/Ins-tituto Cubano del Libro, 1971, p. 299; y Ramiro Guerra y Sánchez, Op.Cit., p. 248.13 Ibid., pp. 310-312; Cfr. María del Carmen Barcia Zequeira, “La vía re-formista en Cuba: de la sociedad a la política”, en Celia Parcero Torres yMaría Acosta (editoras), Cuba y Puerto Rico: en torno al 98, Actas de lossimposios Internacionales celebrados en el Centro Regional de la U.N.E.D.de Palencia en 1995 y 1996, Tordesillas Valladolid España, Universidadde Valladolid/Universidad de Educación a Distancia, 1998, pp. 30-31.14 Su nombre completo fue Domingo de las Nieves del Monte y Aponte,nació el 4 de agosto de 1804 en Maracaibo Venezuela. Hijo del licenciado

Page 169: Capitulo de Libro Mexico

169

José Antonio Saco15 y el propio Cirilo Villaverde partidariodel reformismo, cuyo objetivo fue el de “hacer de la patriauna colonia progresista e ilustrada, en aras del mejoramientosocial”.16

Gracias a la relativa apertura de la expresión escritaque implementó el Capitán general de la Isla FranciscoDionisio Vives, los criollos pudieron manifestar sus plan-teamientos reformistas e incursionar en diversos géneroscomo literatura, política, economía y sociedad, posibilitan-do el surgimiento de las siguientes publicaciones: La Auro-ra de Matanzas, El Mensajero Semanal, El Mercurio, La RevistaBimestre Cubana, antes Revista y Repertorio Bimestre de la Isla

Leonardo del Monte y de Rosa Aponte. Radicó en La Habana desde lossiete años de edad y se consolidó como un importante propagador ydifusor de la literatura habanera, cuya influencia se destacó en variosjóvenes escritores que lograron publicar a lo largo del siglo XIX. La acti-tud que mostró a lo largo de su vida se destacó por ser la de un “tempe-ramento moderado, reflexivo en grado sumo y opuesto siempre a cual-quier acto violento, se exime de dar pasos riesgosos, porque su ideal decambio revolucionario lo concibe a través de la evolución pacífica”. Ur-bano Martínez, Domingo del Monte y su tiempo, La Habana, EdicionesUnión, 1997, p. 92.15 José Antonio Saco logró una importante comprensión de la problemá-tica de su entorno y lo trascendental que para ello fue el comercio ilegalde esclavos, las consecuencias que de semejante actividad se generaríanen la economía cubana y la solución representada por el capitalismo. Enlas deducciones de Saco jugaron un papel determinante las influenciasde hombres como Luz y Caballero, Romay y Varela, éste último su pre-cursor en política y en la actividad periodística. Siendo al lado de Varelacuando da inicio su participación periodística en la redacción de La Au-rora de Matanzas; preámbulo de la dirección que asume en La RevistaBimestre Cubana. “Valoración de Saco con motivo del centenario de sumuerte”, en Julio Le Riverend, Debate en Soliloquio y otros Ensayos sobreCuba, México, Instituto José María Luis Mora, 1994, pp. 68-82; FernandoPortuondo, Historia de Cuba 1492-1898, La Habana, Editorial Pueblo yEducación/Instituto del Libro, 1975, p. 323; Loló de la Torriente, Op. Cit.,pp. 124-125.16 Urbano Martínez, Op. Cit., p. 64.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 170: Capitulo de Libro Mexico

170

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de Cuba, está última dirigida por José Antonio Saco. Igual-mente hicieron su aparición los primeros impresos, entreellos los Anales de Ciencia, Agricultura, Comercio y Artes diri-gidos por Ramón de la Sagra, que dan cuenta del acontecer,de los avances de la ciencia, la tecnología y de los hechosmás relevantes suscitados en Europa.17

A través de estos medios impresos se logró plasmar lasituación desfavorable de la colonia, haciendo hincapié enla necesidad de moralizar las costumbres, aumentar losmedios de cultura, fomentar la inmigración de blancos ydenunciar los peligros de la continuación de la trata clan-destina que “inundaba la Isla de africanos”. Este fue el casodel propio Cirilo Villaverde, quien a través del periodismocomenzó lo que podríamos llamar su etapa de participa-ción pública.

Cirilo Villaverde y el pensamiento reformista en Cuba

A la edad de 22 años Cirilo Villaverde se graduó de bachi-ller en leyes y practicó por un breve período la abogacía. Laproblemática de su tiempo, aunada a las tendencias ideoló-gicas de matiz liberal reformista en que se había desarrolla-do, lo impulsaron al ejercicio de la enseñanza y el periodis-mo, dejando de lado la abogacía a partir de 1837.18 Comoeducador, Cirilo Villaverde se desenvolvió en los colegios

17 Estas publicaciones fueron utilizados como tribuna de discusión o ata-que en contra de la administración española en la Isla. Un caso muyilustrativo de ello fue la disputa entablada entre José Antonio Saco yRamón de la Sagra. Episodio que se puede consultar en Ramiro Guerray Sánchez, Op. Cit., pp. 308-311.18 Mercedes Rivas refiere que en el año de 1837 Cirilo Villaverdeincursionó en el periodismo y la actividad literaria, puesto que “sus ar-tículos y cuentos no dejarían de aparecer en periódicos y revistas

Page 171: Capitulo de Libro Mexico

171

Real Cubano, Buena Vista19 y más tarde, durante su estan-cia en Matanzas, en La Empresa, centro educativo donde seimpartía la enseñanza primaria y la educación media. A lamanera de José de la Luz y Caballero, la educación era paraVillaverde el único medio para alcanzar cualquier fin eco-nómico y de mejoramiento material, así como la piedra an-gular de toda sociedad para obtener el desarrollo.20

Desde entonces, podemos afirmar, Villaverde se dedi-có de lleno a participar en el movimiento político liberal detendencia reformista, que en la perspectiva propia del sec-tor de letrados se planteaba transformar la Isla de Cuba.Entre los representantes reformistas más destacados de laépoca, con los que convivió muy de cerca Cirilo Villaverde,se encontraban José A. Saco, 21 Francisco Javier Luz y Caba-llero y Domingo del Monte. En cuanto a su actividad perio-dística, Cirilo Villaverde consideraba que era un buen foroy una manera efectiva de dar a conocer sus planteamientospolíticos e ideológicos así como el medio público para de-batir sobre los problemas de Cuba.

En 1834 Cirilo Villaverde era un joven profesor asiduoa las tertulias efectuadas en casa de Domingo del Monte.

habaneras desde 1837 hasta el año de su encarcelamiento”. MercedesRivas, Op. Cit., p. 133.19 En este colegio “se aplicaron planes de estudios que comprendían casitodas las materias que hoy se cursan en las escuelas elementales y pri-marias superiores, aunque con métodos basados esencialmente en el ejer-cicio de la memoria”. Fernando Portuondo, Op. Cit., p. 343.20 Cirilo Villaverde, Op. Cit., p. 43.21 Algunas publicaciones relevantes de José A. Saco fueron: “Análisispor don José Antonio Saco de una obra sobre el Brasil, intitulada: Noticesof Brazil in 1828 by Revolucion R. Walsh author of a journey fromConstantinople”; “Propuesta de los Diputados electos por la Isla de Cubaá las Cortés generales de la Nación”, citadas por Hortensia Pichardo,Op. Cit., pp. 269-315.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 172: Capitulo de Libro Mexico

172

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Estas reuniones privadas eran consideradas como el segun-do núcleo generador y propagador de la actividad culturalde La Habana. En estas veladas literarias se leían obras re-cién publicadas y se tenía como principales objetivos com-partir una literatura propia y dar a conocer los principiosideológicos y liberales que podían nutrirla de sentido pro-pio. En esas reuniones también se discutía sobre la condi-ción colonial y la mala administración española en Cuba.En casa de Domingo del Monte, Cirilo Villaverde conoció yse introdujo ampliamente en las obras de Walter Scott,22

Alejandro Manzoni,23 y el escritor estadounidense JamesFenimore Cooper,24 los que más tarde reconoció como lainfluencia principal de su obra.

22 Walter Scott (1771-1832), poeta y novelista escocés, nace en Edimburgoy muere en Abbotsford. Es el precursor de la novela histórica romántica.Ante la aparición de la poesía de Lord Bryon, incursionó en el géneronovelístico. Los temas de su obra incluyen la historia de Inglaterra, lamonarquía francesa y las guerras santas. Sus obras más prominentesson: Rob Roy, Ivanhoe, El castillo de Kenilworth, Quintín Durward, El anti-cuario, Las cruzadas, El pirata, La novia de Lammermoor y Waverly. Véase aTerranova Editores, Protagonistas del mundo, Bogotá, Colombia, TerranovaEditores, 1991, p. 154.23 Alessandro Manzoni (1785-1873), poeta y novelista italiano, nace ymuere en Milán. Es uno de los representantes del romanticismo italiano.Su obra se relaciona con los procesos políticos ocurridos en Europa. Enla línea general del romanticismo, Manzoni incursiona en el mundo lite-rario italiano con su poema Triunfo de la libertad. Como iniciador de latendencia romántica, fija elementos que no se consideraban importantescon anterioridad como la tradición popular, los valores, las costumbresy el elemento psicológico para caracterizar a los personajes. Usa el len-guaje popular para reforzar el sentido de la realidad de la historia. Lanovela Los novios lo consagra, aunque escribe dos tragedias, Adelchi y Elconde de Carmagnola y poemas como Himnos sacros y El cinco de mayo.Ibid., p. 158.24 Salvador Bueno, Figuras cubanas del siglo XIX, La Habana, EdicionesUnión, 1980, p. 207.

Page 173: Capitulo de Libro Mexico

173

Eran momentos difíciles los que se vivían en esa épocatanto en Cuba —ante la caída de los precios del azúcar—como en la propia metrópoli. En la Isla con Tacón desempe-ñándose como Capitán General (a partir del 30 de mayo de1834)25 iniciaba la administración de los poderesomnímodos,26 ratificados por la administración española.

La imposición de un control social, la censura a todo lopublicado en las Antillas,27 así como la legislación en detri-mento de las garantías individuales de los cubanos, fueronlas primeras acciones encaminadas a extirpar la actividaddel grupo de intelectuales entre los cuales se encontraba

25 Tacón fue una controvertida figura política, por el odio que manifesta-ba a los criollos y por el duro carácter que a su avanzada edad presenta-ba. Tacón fue ampliamente apoyado y sustentado por Moreno,Mendizábal, Istúriz y Calatrava. En común acuerdo con éstos se le enco-mendó la implantación de un gobierno despótico y absolutista, basadoen la supresión de las tolerancias hasta ese momento concedidas a laclase criolla. Estas medidas fueron adoptadas por el gobierno españoldebido a la idea de que con tales tolerancias se estaba incitando a posi-bles levantamientos que culminarían con la independencia española comoen el caso de la América del Sur. Manuel Tuñón de Lara, Estudios sobre elsiglo el siglo XIX español, España, Siglo XXI de España Ediciones, 1984, p.271; Fernando Portuondo, Op. Cit., pp. 321-323.26 Gracias a las facultades omnímodas Tacón logró mantener en vigencialas Comisiones Militares, tribunales anteriormente creados con el objeti-vo de juzgar a los desafectos al gobierno que ahora se le ofrecían útilespara la misma empresa. Igualmente efectuó mejoras materiales paraatraerse a las autoridades de España y a los comerciantes peninsularesradicados en la Isla, aplicó una política de saneamiento social y materialde La Habana, aspectos en los que decidió aplicar gran parte de susempeños, destinando a ello la reorganización de la policía, la creaciónde rondas militares, cuerpos de serenos, la mejora del alumbrado públi-co, la creación de un cuerpo de bomberos voluntarios, el saneamiento dela ciudad y la construcción de importantes edificios públicos y de orna-to. Ibid., pp. 328-331.27 Cirilo Villaverde nos muestra un panorama de ello al interior de sunovela Cecilia Valdés, sobre todo en la primera parte. Cirilo Villaverde,Op. Cit., pp. 1-68.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 174: Capitulo de Libro Mexico

174

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Cirilo Villaverde. Es en este contexto que se encarcela amuchos escritores acusados de conspiración y se expulsa aotros, por ejemplo a José Antonio Saco. 28

A pesar de la censura y el intenso espionaje que se es-tableció para controlar la situación, aparecieron un grannúmero de publicaciones anónimas e incluso clandestinas.29

Igualmente se percibió una apertura de los espacios priva-dos, estableciéndose nuevos puntos de reunión dentro delentorno familiar, para efectuar tertulias, en respuesta al cie-rre u oposición de los públicos, como es el caso de la Aca-demia Cubana de Literatura.30

En el año de 1835, después de conocer la convocatoriapara la elección de diputados representantes en las Cortesde la metrópoli, el grupo de letrados voceros del sector deproductores criollos del azúcar con Luz y Caballero a la ca-beza, decidieron lanzar como candidatos a José AntonioSaco, por Santiago de Cuba; a Nicolás Manuel de Escobedo

28 Autores como Fernando Portuondo y Manuel Moreno coinciden enexplicar la expulsión de Saco por la enemistad existente entre éste y Ta-cón, quien le consideraba como un desafecto al gobierno y una malainfluencia para la juventud habanera. Por su parte Julio Le Riverendatribuye, como un motivo de importante peso, la expulsión a una iden-tificación que se da entre un grupo de productores criollos y el propioTacón en la idea de que los pensamientos de Saco —en especial lo refe-rente a su postura frente al comercio esclavista— iban en contra de susintereses. Fernando Portuondo, Op. Cit., p. 323; Manuel Moreno Fraginals,Cuba/España España/Cuba Historia común, Presentación de Josep Fontana,Barcelona, Grijalbo Mandadori, 1995, pp. 191-192; Julio Le Riverend, Op.Cit., pp. 71-72.29 Imeldo Álvarez señala que durante el gobierno de Tacón surge el boomde la narrativa cubana. Imeldo Álvarez, “Prólogo e Introducción”, enCirilo Villaverde, Op. Cit., p. 20.30 Manuel Moreno explica la negativa de Tacón en permitir la fundaciónde esta Academia por el hecho de que era impracticable que una Acade-mia Cubana pudiera competir con la Academia de la Lengua Española.Manuel Moreno Fraginals, Cuba/España..., Op. Cit., p. 192.

Page 175: Capitulo de Libro Mexico

175

y Juan Montalvo por La Habana; y Francisco de Armas porPuerto Príncipe. Sabiendo que con esta acción asestaban ungolpe a la administración absolutista de Tacón y recobra-ban la posibilidad de ganar posiciones políticas en la Isla yen la metrópoli misma.

Celebradas las elecciones en el mes de mayo del mis-mo año, los candidatos del grupo de Luz y Caballero fue-ron declarados ganadores de los cargos en Cortes. Tacón endesacuerdo y con gran resentimiento hacia José A. Sacodecidió propagar noticias acerca de la simpatía de éste porla abolición esclavista y su conexión con el gobierno inglés.31

Luz y Caballero, al tanto de los rumores y conociendolos ánimos que imperaban entre los productores criollos,incitó a Saco para que redactara un manifiesto donde setratara lo referente a la esclavitud y la solución que era con-siderada más viable en esos momentos, el manifiesto —Cla-mor de los cubanos— reflejó la postura asumida por el grupo:

Arango, Domingo del Monte, José A. Saco y Javier Luz yCaballero quienes creían que no debía irse más allá de com-batir la introducción clandestina de africanos[...] su criteriotocante al punto era el de una clase patricia de losplantadores, a la cual, en el fondo pertenecieron siempre:libertad y autoridad inmediatas para el cubano blanco; su-presión de la trata, que ponía en peligro la seguridad, la exis-tencia y el progreso político de la sociedad, tal como estabaorganizada.32

31 En ese año se efectuó el nuevo Tratado hispano-británico para la abo-lición de tráfico de negros entre la Reina Regente y el representante in-glés que se encontraba en España. Para una información más detalladaal respecto véase Instituto de Historia de Cuba, Historia de Cuba. La Colo-nia, evolución socioeconómica y formación nacional, de los orígenes hasta 1867,La Habana, Instituto de Historia de Cuba y Editora Política, 1994, p. 273;Manuel Moreno Fraginals, Cuba/España..., Ibíd., p. 274.32 Ramiro Guerra y Sánchez, Op. Cit., pp. 370-372.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 176: Capitulo de Libro Mexico

176

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Como asistente regular a las tertulias realizadas porDomingo del Monte en La Habana, Cirilo Villaverde tuvola oportunidad de presenciar las discusiones y análisis delos planteamientos presentados por Saco y su grupo dereformistas. Compartió con ellos algunos de sus postula-dos políticos como el que “en Cuba se disfrutase de los mis-mos derechos individuales y políticos que en las provin-cias peninsulares [...] y en la necesidad de un gobierno pro-vincial con facultades propias, adecuado a las condicionesde la Isla”.33

La propagación de éstas ideas, además de la instaura-ción de la Constitución en Santiago de Cuba (1836) y de lainestabilidad de la administración de las Cortes en España,trajeron como consecuencia que el Ministerio optara por laerección de un régimen especial para los territorios de Ul-tramar. De esta forma el gobierno central a través de lasLeyes especiales y los poderes omnímodos otorgados a Ta-cón en su calidad de Capitán General, permitieron a ésteúltimo tomar decisiones en contra de los más elementalesderechos de los ciudadanos. Estas leyes posibilitaron la ex-clusión de Cuba en el sistema institucional, al rechazar alos diputados ya elegidos a las Cortes. Suceso que “produjohonda indignación en el espíritu de los cubanos dando lu-gar a varios escritos de los más notables de Saco”.34

33 Ibid., pp. 384-385.34 El primero de los documentos realizados por Saco lleva el nombre deReclamaciones del Diputado a Cortes por la provincia de Cuba acerca de la apro-bación o desaprobación de sus poderes. El segundo se intitula Protesta de losDiputados electos por la Isla de Cuba a las Cortes generales de la Nación. Eltercero lleva por título Examen analítico del informe de la comisión especialnombrada por las Cortes sobre la exclusión de los actuales y futuros diputadosde Ultramar. Hortensia Pichardo, Op. Cit., pp. 311-315.

Page 177: Capitulo de Libro Mexico

177

Las publicaciones de Saco lo convirtieron en una figu-ra central y vocero del grupo de los letrados liberales contendencias reformistas, tal reconocimiento es expresado porCirilo Villaverde, quien lo describe así: “28 años de edad,siendo de mediana estatura, de rostro blanco con el colorbastante vivo, los ojos azules y rasgados, boca grande, delabios gruesos y cabello castaño y lacio, aunque copioso”.35

Descripción que presentaba la vivacidad y energía de laintelectualidad criolla reformista, en momentos de especialtensión política.

De la actividad literaria de Cirilo Villaverde en 1836,destacan los cuentos, El ave muerta, La peña blanca, El perjurioy La cueva de Taganana, en la revista Miscelánea de Útil y Agra-dable Recreo, publicación que abordó temas literarios, socia-les y recreativos de la época.36

En un ambiente de tensión por los cambios que se es-taban generando a nivel internacional, ante la decisión delparlamento inglés de abolir la esclavitud en sus colonias ypresionar a España para que hiciera lo mismo, Villaverdecontinúo escribiendo y publicando sus relatos. En esos añosdio a conocer: Engañar con la verdad, El espetón de oro, “ADon José Quintín Sucarte desde las Sierras del Aguacate”37

y la primera parte de Excursión a Vuelta Abajo, en la revistaEl Álbum.

En el primer relato, Cirilo Villaverde efectuó una des-cripción de algunos paisajes habaneros a partir de los cua-

35 Cirilo Villaverde, Op. Cit., p. 44.36 Salvador Bueno, Cuentos cubanos del siglo XIX, La Habana, EdicionesHuracán/ Editorial Arte y Literatura, 1977, p. 23.37 Villaverde, Cirilo, “A Don Quintín Sucarte desde las Sierras del Agua-cate”, en La Siempreviva, La Habana, Imprenta del Gobierno, 1838, pp.301-310.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 178: Capitulo de Libro Mexico

178

Independencias y Revoluciones en el Caribe

les mostró su visión de la patria cubana. En El espetón de oro,—bajo la marcada influencia del naturalismo—Villaverdedescribe el paisaje cubano, un drama de pareja, así como lavida y las costumbres de la familia criolla de estrato medio.

La última de estas narraciones Excursión a Vuelta Aba-jo, es un muestrario de las riquezas naturales del medio ruralcubano combinado con una exposición de las costumbresde los individuos que lo habitan, motivos que CiriloVillaverde aprovechó para criticar lo rudimentario del me-dio y sugerir la modernización de los métodos de vida, asícomo la implementación de una tecnología que generara elprogreso en el entorno rural, al que de continuo comparócon el urbano de la capital habanera.38 En ambas obras esposible inferir la ideología liberal e ideas sobre el progresoque en Villaverde perduraron a lo largo de su vida. Mien-tras que su incursión literaria denota la madurez descripti-va que el realismo impregnó a los literatos de su tiempo.

En 1838 Cirilo VIllaverde, ante las circunstancias quese vivían en La Habana, decidió trasladarse a Matanzas,donde continuó ejerciendo el quehacer educativo dedicán-dose de forma paralela a la redacción de trabajos literariosque saldrían a la luz pública un año después. En la relativacalma del poblado de Matanzas, Villaverde escribió y pu-blicó los siguientes relatos: Amoríos y contratiempos de unguajiro (primera versión de la novela titulada El Guajiro),donde describió las costumbres de un habitante del entor-no rural, que algunos estudiosos como Salvador Bueno handicho que era su abuelo materno.

38 Citado en Ambrosio Fornet, “Literatura y mercado en la Cuba colonial(1830-1860)”, en El libro en Cuba, siglos XVIII y XIX, por Imeldo Álvarez,en Cecilia Valdés..., Op. Cit., p. 13.

Page 179: Capitulo de Libro Mexico

179

Asimismo, dio a conocer Una cruz negra, Lola y su peri-quito; Teresa, Suceso notable del siglo XVIII, narraciones don-de Cirilo Villaverde abordó como tema central el problemadel incesto, por lo que un ensayista como Bueno, lo caracte-riza con rasgos freudianos. Finalmente escribió Cecilia Valdéso la Loma del Ángel.39

Las crisis cíclicas de la economía del azúcar propicia-ron como consecuencia cierta inestabilidad política y so-cial. Por lo que diversos grupos de la sociedad manifesta-ron su descontento. Entre las principales manifestacionesde descontento es posible señalar el levantamiento de es-clavos, el surgimiento de logias masónicas, la confabula-ción de conspiraciones,40 así como continuos levantamien-tos en los ingenios de la zona de Matanzas; estos últimosobligaron a Cirilo Villaverde a regresar a La Habana en 1842.

Ya instalado con su familia en la ciudad habanera dioa conocer: La joven de la flecha de oro, novela realista en laque dota al personaje femenino de un papel no solamentedoméstico, sino social al introducir una comparación de laactividad y costumbres de las mujeres estadounidenses fren-te las cubanas. Esta situación nos sugiere el conocimientoque desde entonces mantuvo Cirilo Villaverde de la vida ycostumbres de la sociedad norteamericana, así como el apre-

39 Esta edición presenta la primera versión de la obra escrita por CiriloVillaverde a petición de su amigo Manuel Portilla, publicada en La Siem-previva, y tiene como principales variaciones —según Salvador Bueno—el que “Leonardo se llama aquí Leocadio, y algunas escenas han varia-do y fueron corregidas por su autor en la versión final de su autor publi-cada en 1882”, en Cuentos cubanos..., Op. Cit., p. 25; y Salvador Bueno,Op. Cit., p. 204.40 Paul Estrade y Ann Peroni-Dumon, “Las revoluciones en el mundoIbérico e Iberoamericano a principios del siglo XIX. Las Antillas españo-las”, en Robert M. Maniquis, et al., (editores), La revolución francesa y elmundo Ibérico, España, Turner, 1989, p. 599.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 180: Capitulo de Libro Mexico

180

Independencias y Revoluciones en el Caribe

cio y admiración mostradas por su sistema democrático degobierno.41 En las obras El ciego y su perro, Cartas de Isaura aIndiana, Declaración de un marinero náufrago y Generosidad fra-ternal, Cirilo Villaverde muestra y confirma la inclinaciónde los escritores cubanos por mostrar una realidad con gran-des proyecciones de modernidad en un sistema colonial quepese a la situación administrativa era terreno apto para alen-tar sus ideas.42

El ambiente social, político y cultural en La Habanahabía cambiado cuando Cirilo Villaverde retornó. Para en-tonces, el joven escritor se encontró en medio de una agita-ción casi general, causada por la noticia del ascenso deEspartero a la administración de la metrópoli y su adhe-sión a las políticas antiesclavistas sustentadas por el Parla-mento inglés. Gerónimo Valdés, quien por entonces fungíacomo Capitán General de Cuba,43 conocía con significativodetalle los ánimos e ideales cubanos por lo que trató de con-trarrestar el efecto de los rumores que llegaban de España.Sin gran éxito y ante el descontento generalizado, su actua-ción como mediador entre el gobierno español y la socie-dad habanera, se tornó difícil.44

41 Cirilo Villavede, La joven de la flecha de oro, Prólogo de Imeldo Álvarez,La Habana Cuba, Editorial Letras Cubanas, 1980.42 Salvador Bueno, “Prólogo” a Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op.Cit., p. 32.43 Bajo su gobierno ocurrió el primer decomiso, debida a los españoles,de una armazón destinada a Cuba. Por otra parte, a Valdés se debió un“Reglamento de Esclavos que fue la primera disposición legal de su cla-se enderezada a contener los abusos de los amos de Cuba”. FernandoPortuondo, Op. Cit., p. 347.44 Las prácticas antiesclavistas emprendidas por la administración in-glesa se vieron parcialmente favorecidas por Espartero. En el momentoen que el funcionario inglés David Turnbull, encargado de vigilar queno se introdujeran esclavos en forma clandestina, ingresó a La Habana

Page 181: Capitulo de Libro Mexico

181

La posición adoptada por el grupo de liberales criollos—entre los que se encontraba Cirilo Villaverde— quedóexpresada por la actuación de Domingo del Monte, quienante “el peligro que representaba la insurrección generalproyectada por Turnboll fue tanto más considerable, cuan-to que estimaba a las autoridades españolas incapaces dehacer frente [...] Del Monte se propuso prevenir la invasiónde Marido y la insurrección de esclavos, y al propio tiem-po, interesar decididamente a los Estados Unidos en la su-presión del trafico negrero”.45

Las consecuencias generadas por los levantamientosde esclavos en las demarcaciones de Artemisa a Cárdenas,así como la responsabilidad atribuida al grupo de intelec-tuales —en especial a los allegados de Turnbull, entre losque se destaca Villaverde— por el gobierno de O’Donnell46

en la conspiración de la Escalera, repercutió en la actividadliteraria de Cirilo ya que publicó tres títulos.

La peineta calada, novela donde Villaverde presentó lasrelaciones de desigualdad social entre los criollos, artesa-nos, comerciantes mulatos y libertos, además de la doble

(1840), y puso en marcha las medidas que le fueron encargadas, se gene-raron, por un lado, las reacciones de oposición de las estratos criollo ypeninsular, y por otro, los esclavos informados de la empresa iniciaronuna serie de catastróficos levantamientos. Cirilo Villaverde, CeciliaValdés..., Op. Cit., p. 199; Manuel Moreno Fraginals, Cuba/España... Op.Cit., pp. 182, 225-226; y Manuel Tuñón de Lara, Op. Cit., pp. 265-271.45 Ramiro Guerra y Sánchez, Op. Cit., pp. 433-435.46 A principios de 1843 en la metrópoli se restauró a la reina Isabel II conla que se abandonaría la adhesión a la política del gobierno inglés y seadoptó la francesa. Para la mayor de las Antillas trajo como consecuen-cia la llegada de Jerónimo de O’Donnell al cargo de Capitán General.Recién disuelta la conspiración tramada por Turnboll en 1842 y sus alle-gados, les inculpan a éstos de participación intelectual, iniciándose asíuna serie de acusaciones al grupo de letrados entre los que destacaronDomingo del Monte y Luz y Caballero. Ibid., pp. 445-447.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 182: Capitulo de Libro Mexico

182

Independencias y Revoluciones en el Caribe

moral practicada por la sociedad habanera, en la que mu-chas veces el estrechar los vínculos sociales o económicosimportaba más que el amor de dos personas para efectuarel enlace matrimonial. Villaverde denota el recelo existenteentre los criollos y el esfuerzo intelectual que éstos realiza-ban con la finalidad de destacar.47 Dos amores y Comunidadde nombres y apellidos, obras en las que Villaverde muestra laincursión que los intelectuales hacen en el devenir históri-co tratando de encontrar un pasado común que justificarala necesidad de un cambio administrativo.48

Los años que van de 1844 a 1847 marcaron la últimaetapa de producción literaria continua en Cirilo Villaverde.En años posteriores se le observó luchando y expresandopúblicamente sus opiniones a favor de una transformaciónen las relaciones entre Cuba y España. Las obras produci-das y publicadas en dicho período fueron: El penitente, Latejedora de sombreros de yarey, Vanidad, El misionero de Caroni,Compendio geográfico de la Isla y El librito de los cuentos y lasconversaciones, narraciones donde afirmó los postulados deuna identidad cubana a partir de subrayar un pasado y unageografía comunes.

Cirilo Villaverde y el anexionismo cubano

Cirilo Villaverde, a través del discurso desarrollado en susobras, valoró el estatus político y económico de Cuba. Elhecho de que España no ofreciera cambios administrativos

47 Cirilo Villaverde, La peineta calada, Nota introductoria de Mirta AndreuDomínguez, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1979.48 Salvador Bueno, “Prólogo” a Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op.Cit., p. 35.

Page 183: Capitulo de Libro Mexico

183

y garantías a los criollos incitó la simpatía de CiriloVillaverde por el anexionismo.49 El ideal anexionista gene-ralmente respondió al descontento respecto a factores comola importante influencia y unión de intereses entre la re-gión esclavista del Sur de los Estados Unidos y Cuba; losconflictos políticos generados desde 1837 en las relacionesde Cuba y España; y el aumento desmedido de las contri-buciones impuestas a través de los aranceles a la Isla.50

Las ideas anexionistas de Cirilo Villaverde se susten-taron en considerar que si Cuba contaba con el apoyo delos Estados Unidos, se favorecería el desarrollo económicode la Mayor de las Antillas hispanas. Bajo este entendidopodemos considerar que el anexionismo de Cirilo Villaverdefue la alternativa que encontró para cambiar el status quode Cuba, ya que al contar con el resguardo de la Confedera-ción norteamericana se aseguraba “la esclavitud existenteen Cuba y la riqueza creada y mantenida por la misma, asícomo [se aseguraba] a la clase cubana acomodada y blancael predominio político y la dirección de los asuntos de laIsla”.51 La visión de Villaverde al respecto fue clara, habíaque aprovechar las condiciones regionales y de los propiosEstados Unidos en busca de una solución política para Cuba.

49 Como señala el profesor Josef Opartný era resultado del nuevo giroaplicado a la comprensión, del intelectual criollo, de las categorías: me-trópoli-colonia, cultura diferente y un desarrollo económico igualmentediferente, como medio de transformar a la sociedad cubana y mejorarsus condiciones. Josef Opartný, US expansionism and cuban annexationismin the 1850s, Praga, Universidad Karlova, 1990, p. 17.50 El movimiento anexionista más reciente, en la mentalidad de los crio-llos, fue el de 1841-1842, generado a raíz de una demanda de Palmerstonpara liberar a los esclavos introducidos en Cuba después de 1820 duran-te la administración de Espeleta en la Isla.51 Ramiro Guerra y Sánchez, Op. Cit., pp. 454-456; y Paul Estrade y AnnPerotin-Dumon, Op. Cit., p. 614.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 184: Capitulo de Libro Mexico

184

Independencias y Revoluciones en el Caribe

La crisis desatada durante los años 1847 y 1848, la rup-tura de las relaciones entre España e Inglaterra, así como lacaída de Luis Felipe en Francia, movilizaron a losanexionistas y algunos de los cubanos residentes en Esta-dos Unidos, quienes trataron de aprovechar lo que consi-deraron una coyuntura favorable para efectuar el cambiodel estatus colonial de Cuba.

En la capital cubana los promotores y directores delanexionismo se agruparon en el Club de La Habana (1846).Esta asociación reunió a un considerable número de hacen-dados e inversionistas más ricos e influyentes de la Isla,como Miguel Aldama, Cristóbal Madan, José Luis Alfonsoy el Conde de Pozos Dulces solo por mencionar algunos.52

Entre los letrados que se adhirieron destacó Cirilo Villaverdeal igual que Ramón de la Palma, Domingo Goicuría, RafaelMaría Mendive, Anacleto Bermúdez y José A. Echeverría.Paralelamente, pero en forma autónoma, funcionó el cen-tro de Camagüey, con Gaspar de Betancourt Cisneros y Joa-quín de Agüero a la cabeza; y el centro de Trinidad, dondedestacaban Sánchez Iznaga, Armenteros y Narciso López.53

Cirilo Villaverde y el discurso anexionista de NarcisoLópez

Dentro de las distintas posiciones que del anexionismo per-sistieron en Cuba, Cirilo Villaverde se identificó con la po-sición del general venezolano, Narciso López.54 Se le llegó a

52 Josef Opartný, Antecedentes históricos de la formación de la nación cubana,Praga, Universidad Carolina de Praga, 1986, p. 113.53 Paul Estrade, Op. Cit., p. 614.54 Para una información más completa de la vida y obra de Narciso Lópezse pueden consultar las obras de Herminio Portell Vilá, Narciso López y

Page 185: Capitulo de Libro Mexico

185

calificar incluso como uno de “los dos amigos y colabora-dores más inmediatos de López, a los cuales cabe conside-rar muy compenetrados con éste e identificados con susmiras”.55 Narciso López buscó el camino armado para solu-cionar la crisis económica en que se encontraba la regióntrinitaria donde se ubicaba su mina de hierro, denominadaMina de la Rosa.

La adhesión al movimiento armado valió a CiriloVillaverde el distanciamiento ideológico con hombres comoJosé A. Saco, Domingo del Monte y Javier Luz y Caballero,quienes formaban parte del Club de La Habana, cuya sec-ción radicada en los Estados Unidos tuvo como principalmisión el favorecer la iniciativa anexionista a través de larevista angloespañola La Verdad, propiedad de Moses YaleBeach y transportada clandestinamente a Cuba.56

Por su activa participación en los proyectosanexionistas Villaverde se vio obligado a salir de Cuba. Sele inculpó de intervenir en la conspiración denominadaMina de la Rosa Cubana y fue detenido. Cirilo Villaverderefirió su aprehensión de la siguiente manera: “Pasada la

su época y el folleto General López the Cuban patriot escrito por CiriloVillaverde. Ambas obras citadas por Ramiro Guerra y Sánchez, Op. Cit.,pp. 465-466. Un interesante acercamiento a la vida de Narciso es la reali-zada por Miguel Varona, quien lo considera como: “el redactor de laprimera Constitución provincial para la República; el que ideó, en juniode 1849, en unión de Villaverde y de Talón y en la casa de este poeta, labandera cubana de la estrella solitaria, que bordó a su vez la matanceradoña Emilia Talón[...] y el que dio su propia vida por la causa separatistacubana, con tanta valerosa ejemplaridad, como optimista augurio, di-ciendo: “Mí vida no cambiará los destinos de Cuba”. Miguel Varona Gue-rrero, La guerra de independencia de Cuba 1895-1898, 2 Vol., La Habana,Editorial Lex, 1946, p. 319.55 Ramiro Guerra y Sánchez, Ibid., pp. 465-466.56 Josef Opartný, Antecedentes históricos..., Op. Cit., p. 114.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 186: Capitulo de Libro Mexico

186

Independencias y Revoluciones en el Caribe

media noche del 20 de octubre [de 1848], fui sorprendidoen la cama y preso, con gran golpe de soldados y alguacilespor el comisario del barrio de Monserrate, Barreda; condu-cido a la cárcel pública, de orden del Capitán General de laIsla, don Federico Roncali. Encerrado cual fiera en obscuray húmeda bartolina, permanecí seis meses consecutivos”.57

Poco después uno de los celadores le ayudó a salir del pre-sidio, mientras que un colaborador cercano lo esperaba paraembarcarlo rumbo a Estados Unidos de América.

En 1850 los aires anexionistas que soplaban en Cubafueron dando paso a las ideas de independencia. En la UniónAmericana, tras la disolución del Consejo Cubano, surgie-ron dos agrupaciones de tendencia anexionista, por un ladose encontraba el denominado Consejo de Organización yGobierno Cubano, que reunía al mayor número de miem-bros del antiguo Consejo, dirigido por José Aniceto Iznagay Gaspar Betancourt quienes mantenían estrecha relacióncon el Club de La Habana y se manifestaban en contra delos últimos planes de López y sus allegados.

Una segunda fracción era la Junta promovedora de losintereses políticos de Cuba (fundada en 1850), encabezadapor Narciso López y secundada por Cirilo Villaverde,Ambrosio José González, José Sánchez Iznaga y Juan Ma-nuel Macías. Esta agrupación tuvo su cede en Estados Uni-dos y su planteamiento primordial fue el no abandonar lacausa anexionista; convencidos de que España no otorgaríala independencia o, en su defecto, las reformas administra-tivas más convenientes para la Isla.

57 Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op. Cit., pp. 49-50.

Page 187: Capitulo de Libro Mexico

187

Ante tales circunstancias, Cirilo decidió cambiar deresidencia y se estableció en Nueva Orleáns, al lado de losintegrantes de la Junta, “como secretario militar del gene-ral Narciso López, llevó una vida muy activa y agitada, aje-na por demás a los estudios y trabajos sedentarios”, segúncomenta el mismo novelista.58 Al desempeñarse como se-cretario de Narciso López, Villaverde llegó a gestionar demanera personal la anexión de Cuba a los Estados Unidosde Norteamérica, en Washington.59 Narciso López, dirigien-do la Junta, y Cirilo Villaverde, en calidad de secretario,organizaron las expediciones de Cárdenas y del Cleopatra.60

La causa principal de que ambas acciones fracasaran fue lafalta de la esperada ayuda de los Estados del Sur, quienesse encontraban discutiendo los términos del Compromisode 1850.61

58 Ibid., p. 50.59 Raimundo Lazo, “Estudio crítico”, en Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés.Novela de costumbres cubanas, México, Editorial Porrúa, 1995, p. XI.60 Es interesante observar —de acuerdo a los datos proporcionados porJosef Opartný— que en la región de Cárdenas donde se encontrabaninstalados algunos de los más destacados norteamericanos productoresde azúcar y café así como algunos comerciantes de la misma nacionali-dad encargados del control del comercio desde inicios del siglo XIX, pro-bable causa de que Narciso escogiera dicho poblado. Paradójicamentedebió ser de vital importancia para que el gobierno de Washington im-posibilitara el movimiento frente a una inconveniencia de que el sectorsureño ganara partidarios en su lucha en contra del norte. Josef Opartný,“1898. ¿La realización del programa anexionista en Cuba?”, en MaríaTeresa Cortés Zavala, et al., (editores), El Caribe y América Latina. El 98 enla coyuntura imperial, Tomo I, México, UMSNH/IMC/Gobierno del Esta-do de Michoacán/CSIC España/Universidad de Puerto Rico Recinto deRío Piedras, 1998, pp. 193-211.61 En este compromiso se hablaba de la supresión del tráfico de esclavosal interior de los Estados tanto del Norte como del Sur y una aboliciónde esclavos al interior de Washington, entre otras cosas por lo que lossuristas que hasta entonces habían apoyado los movimientos anexionistas

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 188: Capitulo de Libro Mexico

188

Independencias y Revoluciones en el Caribe

España, ante la inseguridad de las posicionesanexionistas adoptadas por un considerable número decubanos, solicitó un Pacto de Garantías a Inglaterra y Fran-cia cuya finalidad central consistía en afirmar su dominiosobre la región del Caribe Hispano. Francia firmó sin ma-yores contratiempos, mientras que Inglaterra conPalmerston al frente se negó a firmar, proponiendo al Mi-nisterio español que primero introdujera los cambios nece-sarios en la Isla, pues de otra forma los ideales anexionistasexistentes en la misma continuarían en grado progresivo.

Por su parte la sociedad habanera de criollos e inclusopeninsulares se dividió en dos frentes: uno en favor deNarciso y sus esfuerzos armados de anexión; mientras queel otro se adhirió al anexionismo por la vía pacífica. Lasrelaciones económicas persistentes entre las familiashabaneras ricas con el mercado norteamericano —en espe-cial con los sureños—, fue un factor determinante en el de-sarrollo de las ideas anexionistas durante este periodo.Específicamente en la fracción lopista que recibió apoyo dealgunos de los políticos sureños de tendencia militaristatemerosos de que “la eventual abolición de la esclavitud enCuba, de la que se escribía corrientemente tanto en la colo-nia como en la prensa norteamericana, se reflejaría en unaintensificación de la campaña abolicionista en los EstadosUnidos, viendo en la anexión de Cuba a la Unión un mediode impedir la liquidación de la esclavitud”.62

en Cuba se vieron obligados a replegarse. Samuel Eliot Morison, et al.,Breve historia de los Estados Unidos, México, Fondo de Cultura Económica,1980, pp. 316-320.62 Opartný Josef, La formación..., Op. Cit., p. 115. Para una informaciónmás detallada del origen y desarrollo de las relaciones económico-políti-cas del sur con los hacendados cubanos y las familias criollas es intere-

Page 189: Capitulo de Libro Mexico

189

Cirilo Villaverde en el año de 1853 se encontraba alfrente del semanario El Independiente y colaborando en larevista La Verdad como redactor en jefe, puesto que como elmismo novelista señalaba: “con el fracaso de la expediciónde Cárdenas en 1850, el desastre de la invasión de las Pozasy la muerte del ilustre caudillo de nuestra intentona revo-lucionaria en 1851, no cesaron, antes revivieron nuevos pro-yectos de liberar a Cuba, que venían acariciando los patrio-tas cubanos desde los inicios del presente siglo. Todos, sinembargo, cual los anteriores terminaron en desastres y des-gracias por el año de 1854”.63

Del anexionismo a la evolución de las ideas de indepen-dencia

En 1855 Cirilo Villaverde, a un año de conocer a EmiliaCasanova64 y haber contraído matrimonio, se trasladó a Nue-va York, donde continuó ejerciendo el periodismo político

sante revisar los trabajos de Opatrný y el de Guzmán, donde se presentaun recuento de los intereses norteamericanos en la Isla destacando lasrelaciones económicas Cuba-Estados Unidos como un factor constante alo largo del siglo XIX y sus repercusiones al interior de ambos contextos.Josef Opartný, US expansionism..., Op. Cit., pp. 19-20; Francisco PérezGuzmán, “Cómo favoreció la Reconcentración a la intervención norte-americana en la guerra de independencia de Cuba”, en María TeresaCortés Zavala, et al. (editores), Op. Cit., pp. 213-226.63 Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op. Cit., pp. 50-51.64 Emilia Casanova, criolla nacida en Cárdenas Cuba, el 8 de enero de1832, hija de españoles. A la temprana edad de 15 años al presenciar laentrada de Narciso y sus fuerzas expedicionarias, en su ciudad natal,albergó el ideal de independencia en Cuba. Actuando desde entoncescon amplio apego a la causa anticolonial, en 1854 en un breve viaje querealiza a la Unión Americana conoce y se enamora de Cirilo, al lado delcual continúa su actividad de activismo patriótico y de conspiración,muriendo el 4 de marzo de 1897. Véase a Salvador Bueno, Op. Cit., pp.171-174.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 190: Capitulo de Libro Mexico

190

Independencias y Revoluciones en el Caribe

y la enseñanza pública y privada como sus principales for-mas de subsistencia. Mientras que en el territorio cubanose vivía un momento de represión y estricta censura, hechoque resultó determinante en la evolución que tuvo el pen-samiento de Villaverde y los integrantes de la fracción radi-cal del anexionismo, quienes ante el fracaso de sus intentosde lucha comenzaron a mostrar sus simpatías por laindependencia.65 La conciencia de poseer una identidadpropia frente a lo español y a lo norteamericano, así comoel observar el poco interés anglosajón de ver a Cuba comoigual, fueron elementos que intervinieron en la transforma-ción del pensamiento político de Villaverde.66

En estos años, Cirilo estaba convencido de que Cubadebía buscar su propio camino. Consideró que el sector deintelectuales cubanos había adquirido una considerablemadurez para encabezar el autogobierno. Como intelectualliberal en esos momentos simpatizó, al igual que la granmayoría de los cubanos, con la abolición gradual de la es-clavitud, puesto que en este proceso vio el inicio de la mo-dernización de la Isla.

65 La fracción anexionista sufrió un decepcionante fracaso, en primerlugar, ante la política de mercado de reserva que la metrópoli españolaaplicaba a la mayor de las Antillas, razón por la cual se mantenía vigentela esclavitud. La administración de Washington, por su parte, se mostrórenuente con el anexionismo a través de una política de ataques encau-sados a su disgregación. María del Carmen Barcia Zequeira, Op. Cit., pp.30-30; y Josef Opatrný, “1898. ¿La realización del programa anexionistaen Cuba?”..., Op. Cit., pp. 200-201.66 Muestra de ello son los elementos históricos, geográficos y sociales delentorno cubano que introdujo al realizar la crítica literaria a la obra GadEden, cuyo autor, el norteamericano Maturin M. Se dedica a describir deuna manera subjetiva algunas regiones y aspectos sociales y económicosde la Isla de Cuba. Cirilo Villaverde, “Gad Eden; or Pintures of Cuba porMaturin M. Ballou”, en Revista de La Habana, La Habana, Imprenta delTiempo, 1855, pp. 4-8.

Page 191: Capitulo de Libro Mexico

191

Como militante de la independencia Villaverde jugóun papel importante en la edición del periódico La Verdad.En la corriente independentista coincidió con Guicuría an-tiguo integrante del grupo de Narciso López. Las principa-les posturas que Villaverde expresó a lo largo de las edicio-nes del impreso las podemos caracterizar en tres aspectosque aparecen reiteradamente: “a) Renuncia a toda idea deanexión; b) aspiración franca y decidida a la independen-cia; c) aceptación del principio de la emancipación de losesclavos, extremo este último en que el grupo de Goicuríaabogaba por condiciones más radicales”.67 A pesar de losesfuerzos políticos del independentismo en estos años, lamayoría de la población optó por el autonomismo comovía de negociación y cambio político.

En 1858, cuando Villaverde y su esposa Emilia Casa-nova regresaron a La Habana, estaban en plena discusiónlas leyes especiales y la petición de los criollos para tenerrepresentatividad. Cirilo emprendió una significativa acti-vidad periodística que denota su adhesión al idearioindependentista. Adquirió la imprenta llamada La Antilla-na propiedad del oidor Félix Evenchum, donde editó la re-vista La Habana en estrecha colaboración con Francisco

67 Además de estos tres aspectos coincidentes entre los dos frentes deexiliados, el de Guicuría y el de Pozos Dulces, Guerra menciona otroselementos que son importantes de mencionar, como el que los cubanosdebían declarar abiertamente un ideal independentista prescindiendode la cooperación norteamericana; la emancipación de los esclavos; y laconfianza de lograr la independencia por un esfuerzo propio. El planfraguado por Goicuría y sus allegados fracasó debido a la esperanzaque cedieron a la ayuda militar de Walker. La fracción de la Junta a cargode Pozos Dulces decayó de igual forma por la salida del mismo y deBetancourt a Europa, durante el próximo año. Ramiro Guerra y Sánchez,Op. Cit., pp. 559-563.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 192: Capitulo de Libro Mexico

192

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Cagnano. También publicó una crítica a la Colección de Artí-culos de Anselmo Suárez y Romero.68 Dos años más tardeEmilia Casanova fue atacada por el impreso conservadorEl Diario de la Marina,69 que la consideraba contraria al go-bierno español, lo que obligó al matrimonio Villaverde aregresar al exilio en los Estados Unidos, por temor a unaposible agresión.70

A su regreso a Norteamérica en 1861,71 la pareja se es-tableció en la ciudad de Nueva York reanudando sus acti-

68 Anselmo Suárez es tratado por Cirilo como el primer prosista cubano.Algunas de las principales obras de Suárez son La sombra de las nube,Palmares, Orillas del mar y Debajo de las cañabravas. La Colección de Artículosfue para Villaverde de especial importancia puesto que fue adoptadacomo texto de lectura en algunas instituciones educativas. CiriloVillaverde, “Colección de Artículos de Anselmo Suárez y Romero”, en CubaLiteraria, La Habana, Imprenta La Antillana, 1862, pp. 33-40.69 El periódico El Diario de la Marina hasta 1887 fue el principal órgano deexpresión del Partido Conservador, después pasa a sustentar las posi-ciones de los reformistas. Citado por María del Carmen Barcia Zequeira,“El reagrupamiento social y político. Sus proyecciones (1878-1895)”, enInstituto de Historia de Cuba, Las Luchas por la independencia nacional ylas transformaciones estructurales 1868-1895, La Habana, Instituto de His-toria/Editorial Política, 1996, pp. 240-243; Leida Fernández Prieto yReinaldo Fuentes Monzote, “Prensa legal y revolución en Cuba: 1895”,en María Teresa Cortés Zavala, Op. Cit., pp. 27-28.70 Acerca de ese suceso Villaverde refiere que: “En 1858 me hallaba en LaHabana tras nueve años de ausencia. Reimpresa entonces mí novela Dosamores, en la imprenta del señor Próspero Manssana, por consejo suyoacometí la empresa de revisar, mejor todavía, de refundir la otra novela,Cecilia Valdés, de la cual sólo existía impreso el primer tomo y manuscri-to una pequeña parte del segundo. Había trazado el nuevo plan hastasus más menudos detalles, escrito la advertencia y procedía al desarro-llo de la acción, cuando tuve de nuevo que abandonar la patria”. CiriloVillaverde, Cecilia Valdés..., Op. Cit., pp. 17-51; y Salvador Bueno, Op.Cit., p. 204.71 En este periodo que abarca los años de 1861 a 1866, tiene lugar laGuerra de Secesión norteamericana. Al respecto se puede consultar aRamiro Guerra y Sánchez, Op. Cit., pp. 583-589.

Page 193: Capitulo de Libro Mexico

193

vidades periodísticas y políticas en las ediciones de los im-presos La América y más tarde en La Ilustración Americana.72

Publicaciones independentistas que tenían por objeto, ade-más de circular entre los cubanos radicados en Nueva York,intensificar la difusión sobre la independencia de Cuba tra-tando de contrarrestar la avalancha de los efectos políticosque estaba teniendo el reformismo autonomista.73

Desde 1860 Cirilo Villaverde en su obra Apuntes deEmilia Casanova Villaverde, se preocupó, al igual que partedel grupo cubano exiliado en Nueva York, por las accionesbélicas de las naciones europeas contra México, Chile y Perú.Sus opiniones al respecto fueron expuestas en el prólogode la referida obra, cuando señaló: “vino la salvaje agresiónde España contra las repúblicas del Pacífico, y Emilia, enunión de los cubanos de Nueva York tomó parte activa entodo cuanto se hizo para mover a Cuba y preparar la inva-sión de las tropas aliadas en 1866. Por entonces, aunque laamenaza no paró, ya podían divisarse en el horizonte las

72 Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op. Cit., p. 17.73 Esta fracción surge a partir de una convocatoria de Serrano para lareunión de las personalidades criollas letradas y productoras, más des-tacadas de la Isla, a fin de discutir los problemas más importantes deestos y la solución legal ante la administración de la península. Entre losparticipantes más destacados se encuentran O’Farrill y Miguel Aldama,los dirigentes, además de José Morales Lemus, José Manuel Mestre, JoséLuis Alfonso, José Silverio Jorrin, Nicolás Azcárate, José Manuel Menestre,José Antonio Echeverría, José Valdés Fauli y otros más, quedando con-formado con estos el círculo “reformista”. Esté fue atacado por separa-tistas e incluso por el mismo Saco pues alegaba que eran hombres queanteriormente habían sido militantes del anexionismo y ahora que veíanen el reformismo mejores vías para conservar sus riquezas y propieda-des se manifestaban partidarios afectos del mismo. Ramiro Guerra ySánchez, Op. Cit., pp. 583-589.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 194: Capitulo de Libro Mexico

194

Independencias y Revoluciones en el Caribe

señales de la tempestad que no descargó sino dos años des-pués”.74

El grupo de exiliados cubanos radicados en EstadosUnidos de Norteamérica no se quedó inerme ante estas ac-ciones y en 1864 se dio paso a la fundación de la SociedadDemocrática de América, cuyo objetivo central era apoyar ysolidarizarse con los países latinoamericanos agredidos.75

Esta actitud les valió que al interior de Cuba diversos sec-tores les manifestaran una abierta simpatía.

Con los acontecimientos revolucionarios suscitados enSanto Domingo, la Sociedad Democrática decidió incorporarentre sus filas a personalidades de otros entornos, como lospuertorriqueños: José Manuel Macías, Luis FelipeMantillana, Ramón Ignacio Arnao, Juan Clemente Zenea yJuan Francisco Bassora.76 Por lo cual se transformó en Socie-dad Republicana de Cuba y Puerto Rico, llegando a estar repre-sentada en Filadelfia y Nueva Orleans.

La Sociedad Republicana de Cuba y Puerto Rico en breveadquirió importancia política a medida que las actividadesrealizadas involucraron a personalidades como el escritorchileno Benjamín Vicuña Makenna. Al igual que Villaverde,Makenna colaboró en la edición de La Voz de América, im-preso que planteaba la colaboración de los integrantes dela Sociedad a favor de la causa chilena y de la liberacióncubana.77 Al interior del entorno cubano La Sociedad Demo-crática, y en especial La Voz de América, con su propaganda a

74 Idem.75 Ibid., p. 617.76 Ibid., pp. 617-618.77 Para una información más completa se puede consultar la siguienteobra citada por Guerra, Vicuña Mackenna, Benjamín, Diez meses de mi-sión en los U.S., t II, [s. p. i.].

Page 195: Capitulo de Libro Mexico

195

favor de la independencia, incrementaba sus adeptos, quie-nes en su mayoría eran disidentes de las filas reformistas.

Las dificultades a que se enfrentaba la fracciónreformista78 con la Junta de Información convocada en 1856por el ministerio de Cánovas,79 y poco después las medidaspolíticas y económicas que aplicó el Capitán GeneralLesurdi, fueron el antecedente y causa del movimiento deYara, iniciado a finales de 1868. Año que significó paraVillaverde —y el común de la comunidad de exiliados— elinicio de la tan deseada revolución de independencia.80

Cirilo Villaverde y su esposa Emilia se vieron compen-sados y motivados para continuar con sus actividades polí-

78 En el mes de noviembre de 1865, los reformistas plantearon como idea-rio principal los siguientes puntos: un cambio en la reforma arancelariadonde el primer impuesto a tratar fue la harina, la cesación de la trataesclava, y la asistencia a Cortés de diputados cubanos, como sus objeti-vos al Ministerio de Ultramar; en segundo, por la breve tregua entre elpartido español y éstos.79 Esta Junta de Información significaba en realidad una actitud turbiapor parte de la administración española, sólo basta decir que nunca setomaron en cuenta las posiciones de los informantes, al contrario su asis-tencia a la misma fue pretexto utilizado en la imposición de nuevas me-didas impracticables para las islas caribeñas. El proceso de esta Junta sepuede consultar en Preámbulo del real decreto de 29 de noviembre de 1856,Información sobre reformas en Cuba y Puerto Rico, I. Citado en RamiroGuerra y Sánchez, Op. Cit., p. 894.80 Encontrándose al lado de la familia Casanova, en West Farmers, en elmes de octubre de 1868, la pareja Villaverde recibe la noticia mediantecable telegráfico del levantamiento de Céspedes, suscitando la siguienteexpresión de Emilia: “He ahí la revolución; bienvenida sea. Y abrazó asu familia, repitiendo de tiempo en tiempo: ‘ya somos libres’, viva laindependencia”. Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op. Cit., p. 17; y Sal-vador Bueno, Op. Cit., p. 172. Para ver una información más detalladade la Guerra de los diez años ver las obras de Aguilera Rojas, Eladio,Francisco Vicente Agromante y la Revolución de Cuba, [s.p.i]; y Zaragoza,Justo, Las Revoluciones en Cuba, [s.p.i.], Obras citadas en Ramiro Guerra ySánchez, Op. Cit., p. 916.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 196: Capitulo de Libro Mexico

196

Independencias y Revoluciones en el Caribe

ticas y de propaganda. En enero de 1869, Emilia se dedicóde lleno a la actividad política emprendida por la Sociedadde Artesanas, de La Liga de las hijas de Cuba, de la que fuesecretaria. Desde su cargo se dedicó a enviar cartas a diver-sas personalidades como Víctor Hugo, Guiseppe Garibaldi,Benjamín Vicuña Mackenna, Antonio Guzmán Blanco y elpropio Carlos Manuel de Céspedes.

Mientras que Villaverde a sus 57 años de edad, impul-sado por la misma Emilia, se encargó de redactar un infor-me (1869) a Carlos Manuel de Céspedes, con el título Larevolución de Cuba vista desde Nueva York, donde analizó lapugna entre distintas fracciones del independentismo cu-bano: aldamistas y quesadistas. Paralelamente tambiénabordó el doble papel de la política norteamericana haciala Isla.81

Entre tanto, al interior de Cuba algunos sectores de lasociedad, entre ellos varios jóvenes intelectuales adeptos ala tendencia reformista, se integraron al levantamientoindependentista. El gobierno español, tras la revolución dejunio, decidió abordar el problema esclavista dejando en eltintero la cuestión política.

Cirilo Villaverde en su afán de apoyar al movimientoarmado, en 1874 fundó el periódico El Espejo, donde cola-boró a favor de las ideas de la independencia cubana. Ade-más de que “en la casa donde vivía en Oak Point, a unosquince kilómetros de Nueva York, contribuyó en el almace-namiento de armas y se reunía con los insurrectos que sepreparaban para ir a Cuba”.82

81 Ibid., p. 618.82 Salvador Bueno, Op. Cit. p. 173.

Page 197: Capitulo de Libro Mexico

197

Al finalizar la guerra de los diez años se firmó el Pactodel Zanjón, entre el Comité del Centro de Camagüey yMartínez del Campo (10 de febrero).83 El exilio cubano semostró desafecto con dicho acuerdo por considerar que noabordaba lo referente al cambio político. Villaverde fue unade las voces que dio a conocer su protesta públicamente alescribir:

cuando llegaron los días postreros de la Guerra de los DiezAños, ella [refiriéndose a Emilia] no quiso que se aceptaraninguna rendición, ningún alto al fuego. Por eso protestóenérgicamente contra el Pacto del Zanjón y apoyó a Maceoen su digna actitud de la Protesta de Baraguá. Cuando con-cluyó la guerra, sólo lo consideró como una tregua. Por esoapoyó a los patriotas que prepararon la llamada “GuerraChiquita”.84

Tal como lo refiere Villaverde, con en el Pacto del ZanjónCuba se preparó para una etapa de tregua que abarcó losaños 1880-1890.85 Periodo en el cual surgieron los partidospolíticos de Cuba,86 y se verificó el retorno, por parte de la

83 Durante ésta guerra tuvieron lugar dos hechos trascendentales comofue la muerte de dos importantes personalidades colaboradores de laGuerra Grande: Arcadio y Francisco Leyte y Vega, y la subvención depeninsulares en Mayarí Abajo. Además de la falta de un seguimientopor parte de la masa cubana, en relativa tranquilidad debido a la dispo-sición de los generales Guillermo Moncada y José Maceo, promotores dela Guerra Chiquita.84 Mientras tanto Cirilo en el mes de mayo del mismo año termina laredacción del prólogo a la novela, un año antes iniciada, y publicada en1882. Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op. Cit., pp. 51-52.85 Mediante este Pacto la administración española se comprometía a la“sustitución de los capitanes de partido por gobierno locales, compues-tos de Alcaldes ejecutivos y Ayuntamientos deliberantes. Se crearán Di-putaciones provinciales, municipales por elección, semejantes a las vi-gentes en España”. Miguel Varona Guerrero, Op. Cit., p. 394.86 Siendo estos el Partido Liberal, poco tiempo después denominado

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 198: Capitulo de Libro Mexico

198

Independencias y Revoluciones en el Caribe

administración española, de las políticas administrativasaplicadas hasta antes de la Guerra de los Diez Años.

Frente al descontento que comenzó a crecer al interiorde Cuba, José Martí decidió intensificar las labores del gru-po de exiliados que por entonces ya estaban bajo su direc-ción. El objetivo era iniciar el movimiento revolucionariopor la independencia. Los movimientos previos al de 1895abarcaron el periodo que corre entre los años 1889 a 1895,como lo refirió el propio Cirilo Villaverde: anunciaban la“llegada de tiempos nuevos. Manifiestos en una nueva con-moción que corría por las filas de los emigrados revolucio-narios al conjuro de la palabra admonitoria de José Martí”,quien además en 1892 fundó en Nueva York el Partido Re-volucionario Cubano.87

Cirilo Villaverde a sus 79 años de edad compartió elideario independentista de Martí y se integró al PartidoRevolucionario, secundado por Emilia, donde gastó susúltimos esfuerzos. El ilustre escritor, periodista, educador y

Autonomista, formado por la fracción de letrados liberales progresistascon aspiraciones de abolición esclavista, de la aplicación de la Constitu-ción española, separación del poder militar del civil, aplicación de lasleyes españolas sobre justicia, propiedad y comercio principalmente; sudirector fue José María Gálvez y su órgano difusor El Triunfo, despuéscon el nombre de El País. En contraposición se encontraba el PartidoUnión Constitucional, conformado por una mayoría de elementos espa-ñoles reacios al liberalismo, pues veían en éste su decaimiento y la trans-formación de la isla. Su órgano de difusión fue el periódico llamado UniónConstitucional.87 Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés..., Op.Cit., p. 20; y Salvador Bueno, Op.Cit., p. 174. Respecto a las bases constitutivas del Partido RevolucionarioCubano y la fundación de clubs en Nueva York y México puedeconsultarse a Leticia Bobadilla González, La revolución cubana en la diplo-macia, prensa y clubes en México, 1895-1898, México, Secretaria de Relacio-nes Exteriores, Dirección General del Acervo Histórico Diplomático, 2001,260 p.

Page 199: Capitulo de Libro Mexico

199

activo adepto a la causa de liberación cubana, CiriloVillaverde, desafortunadamente no alcanzó a presenciar elinicio de la lucha emprendida por Martí. Murió el 24 deoctubre de 1894, un año antes de que el poeta revoluciona-rio se trasladara a la Isla dando inicio al movimiento deindependencia.

A modo de reflexión final debo señalar que la vida yactividad de Cirilo Villaverde es un buen ejemplo que nosmuestra el desarrollo y actividades del sector intelectualcubano a lo largo del siglo XIX, cuya madurez se puedereconocer por distintos factores tales como el desempeñoque tuvieron al interior de distintos ámbitos del espaciopúblico —administración, prensa, universidades, política,etcétera—; paralelamente a ello se destaca la apertura dedicho espacio público (asociaciones, partidos políticos, pe-riódicos, clubes). Asimismo, es necesario subrayar —a par-tir de las actividades realizadas por Emilia la esposa deVillaverde— la importancia que en estos escenarios adqui-rieron las mujeres y, sobre todo, el reconocimiento por par-te de los mismos intelectuales de su actuación.

Asimismo, es de destacar el papel que, como interme-diarios entre la sociedad colonial y el Estado español, des-empeñaron los intelectuales, cuya evolución se vislumbrapor las alternativas políticas (reformismo, autonomismo,anexionismo e independentismo) que adoptaron con la fi-nalidad de ver realizado su proyecto de nación. Afirmaciónque se verifica con el propio Cirilo Villaverde, quien comose ha mostrado adoptó en su momento cada una de las di-ferentes vías políticas, hasta llegar al independentismo.

Cirilo Villaverde y su proyecto de nación en Cuba

Page 200: Capitulo de Libro Mexico

200

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 201: Capitulo de Libro Mexico

201

El desenlace de la guerra del 1898, hispano-cubano-americana1 propició modificaciones sustanciales en laeconomía, la política, la sociedad y la cultura en NuestraAmérica.2 El nuevo escenario caracterizado por la gradualpresencia de los Estados Unidos en el territorio y su influen-cia en los ámbitos de decisión de los estados jóvenes significóel advenimiento de un cambio para la región. Si nos detene-mos a analizar las transformaciones que representó para elcontinente el desalojo de una matriz de dominación formal,como la española, y el inicio de un tipo de dominaciónpropio de un imperialismo de carácter moderno, como elestadounidense, veremos que los rasgos generales de la

1 Fue el profesor Samuel Flagg Bemis quien optó por cambiar el nombrede “Guerra hispano – americana” a “Guerra hispano – cubano – ameri-cana”, en la edición de 1959 de su Short History of American Diplomacy,reconociendo las contribuciones de los historiadores cubanos en causarese cambio.2 Nuestra América es un término acuñado por José Martí

EL 98 CUBANO Y SU IMPACTO CONTI-NENTAL: ENTRE LA GLOBALIDAD Y LA

GLOBALIZACIÓN

Claudio Antonio Gallegos

Page 202: Capitulo de Libro Mexico

202

Independencias y Revoluciones en el Caribe

denominada globalización, comenzaron a vislumbrarse apartir de 1898.3

La globalización trajo la modernización de los mediosde comunicación y el intento de frenar las ansias europeasy anglosajonas sobre Nuestra América. Nuevos acuerdoscomerciales, nuevas y más rutas de navegación, empresasde gran magnitud destinadas a las comunicaciones y al in-tercambio comercial —como fue el estudio y posterior cons-trucción del Canal de Panamá— diversidad de culturas encontacto, problemas de soberanía, etcétera, son sólo algu-nos puntos relacionados con la globalización. No olvide-mos tampoco que la consolidación de los estados se da en-tre el siglo XIX y principios del XX; su creación nos remiteentre otros asuntos, a la institucionalización de las condi-

3 Esos rasgos generales podrían ser: 1) Debilitamiento de los Estadosnacionales, de su autonomía, soberanía y legitimidad, frente a lainterpenetración de mercados, de relaciones sociales y de comunicacio-nes que los atraviesan; 2) Genera un proceso gradual dedesterritorialización, que rompe la relación tradicional de las socieda-des con el espacio territorial, tanto para la producción de bienes mate-riales (industriales) como simbólicos (culturales); 3) Se intensifican losintercambios comerciales entre las sociedades y aumenta la circulaciónde bienes, capitales y mensajes dentro del planeta; también la de perso-nas, que se trasladan entre países y culturas como migrantes, turistas,ejecutivos, estudiantes, profesionales, que no eran posibles hasta media-dos del siglo XX; 4) Se resignifica la dimensión cultural y los imaginariospolítico ciudadanos a escala global, lo que, para algunos, introduce elproblema de la cultura global versus la local y, para otros, el de lainterculturalidad; 5) Se produce una explosión de identidades diferen-ciadas, “nuevas” y “viejas” (nacionalistas, étnicas, culturales, religiosas,de género, etcétera.); 6) En todos los procesos mencionados, se destaca elrol de las nuevas tecnologías comunicacionales e informacionales, quecaracterizan para muchos autores la emergencia de la “sociedad de lainformación”. Véase a Miriam Kriger, “Introducción al concepto y laproblemática de la globalización”, Globalización, consumos e identidades enAmérica latina, CAICYT/CONICET, Ciencias Sociales, 2009, p. 4.

Page 203: Capitulo de Libro Mexico

203

ciones inevitables del proceso de globalización que luegonecesita de su debilitamiento —del Estado— para seguiradelante.

Para el desarrollo del tema he decidido considerar ladualidad conceptual creada por Ulrich Beck (globalidad—globalización), por medio de la cual intentaré desarrollar laidea de que el 98 cubano se erige como el tránsito de laglobalidad a la globalización para Nuestra América, por lomenos considerando el nuevo mapa económico y político,así como también las transformaciones sociales y losreplanteos identitarios. En otras palabras, la reconfiguraciónde fuerzas y las modificaciones estructurales que plantea el98 cubano generan las condiciones necesarias para el desa-rrollo de la globalización.

Los estudios que han tenido lugar en los últimos añossobre las causas y consecuencias del 98 confirman que ladeclinación del imperio español y las nuevas formas dedominación imperial inauguradas por los Estados Unidosde Norteamérica alterarían en cada continente y en cadapaís la correlación de fuerzas y las maneras de hacer políti-ca en el ámbito interno e internacional.4

Según Ana Wortman, la globalización, en principio, estásignada por una cuestión ideológica: el triunfo delcapitalismo.5 Y ese triunfo tiene sus bases en el despliegue

4 Cfr. María Teresa Cortés Zavala y Consuelo Naranjo, El Caribe y Améri-ca Latina: el 98 en la coyuntura imperial, Vol. 1, Morelia, Michoacán, Insti-tuto de Investigaciones Históricas, Universidad Michoacana de San Ni-colás de Hidalgo, 1999, p.16.5 Consúltese el texto del curso a distancia de Ana Wortman, “¿De quéestamos hablando cuando hablamos de globalización?”, en“Globalización, consumos e identidades en América Latina”, BuenosAires, CAICYT/CONICET/Área Ciencias Sociales, 2009, p. 2, (http://

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 204: Capitulo de Libro Mexico

204

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de fuerzas que se evidencian luego de los conflictos desata-dos en el Caribe. Eso es lo que intentaré analizar en las si-guientes páginas.

Para 1509, la Isla hoy conocida como Cuba fue con-quistada por los españoles. El dominio ibérico sobre ella sevio amenazado en reiteradas oportunidades por otras po-tencias. Un claro ejemplo lo representa el hecho de que en1762, La Habana, fue tomada por los ingleses. La presenciainglesa no duró más que un par de meses hasta que las fuer-zas españolas lograron, por medio del Tratado de Versalles,la reconquista. De esta manera, Cuba logró la entidad deCapitanía General, dependiendo del virreinato de la Nue-va España.

Para la primera mitad del siglo XIX los movimientosindependentistas en Nuestra América alcanzaban grandeslogros frente a las fuerzas colonizadoras. Era la época delos primeros gobiernos patrios como punto de partida paraobtener la independencia definitiva del poder metropolita-no. En Cuba, la concesión del libre comercio con diversospaíses extranjeros, la numerosa población comercial espa-ñola en la sociedad cubana, entre otros factores, retrasaronpor casi un siglo las ansias emancipadoras.

Las relaciones entre la colonia y la metrópoli llegarona un punto de inflexión hacia 1837, momento en el que lasCortes de España rechazaron a los diputados cubanos. Elfundamento de tal decisión tomaba como base la idea deno considerar a Cuba como una provincia, sino como unacolonia. A partir de aquí, los conflictos serán frecuentes, ydesde 1868 hasta 1898 los enfrentamientos armados entre

ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.ar)

Page 205: Capitulo de Libro Mexico

205

el ejército revolucionario y la armada española atravesarándiversas situaciones. Los posicionamientos ideológicos dedichas fuerzas versarían en función del status colonial. Esdecir, por un lado nos encontramos con separatistas, y porel otro con autonomistas. Mientras los primeros ansían laindependencia o, en menor medida, la anexión a EstadosUnidos, los segundos dejan clara su pretensión de conti-nuar ligados a España.

Considero que cualquier análisis que tome como pun-to central al 98 cubano quedaría incompleto si no contem-pla, aunque sea de manera general, los sucesos ocurridoscon anterioridad a esa fecha. Es necesario retomar los acon-tecimientos de Cuba desde 1868 y analizarlos para poste-riormente comprender cómo y por qué se produce lainternacionalización del conflicto con el ingreso de los Es-tados Unidos en la contienda armada, cuestión central a lahora de considerar al 98 cubano como un período de transi-ción entre globalidad y globalización. Por ello, debemostener en cuenta la llamada guerra de los 10 años o GuerraGrande (1868–1878), la Guerra Chiquita (1879–1880) y laRevolución del 95.

Bajo la dirección de Carlos Manuel Céspedes, ungrupo de patriotas pertenecientes a la central azucarera deLa Demajagua se levantó contra la dominación española.Luego de unos días atacan el caserío de Yara, lugar emble-mático ya que ahí se llevó a cabo lo que se conoce como el“Grito de Yara”,6 el 10 de octubre de 1868.

6 El Grito de Yara es una expresión que nos remite al inicio de la Guerrade los 10 Años o Guerra Grande, representa el primer enfrentamientoarmado en Cuba contra los españoles.

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 206: Capitulo de Libro Mexico

206

Independencias y Revoluciones en el Caribe

A menos de un año, se logró la conformación de unaAsamblea Constituyente en la provincia del Camagüey conCéspedes como presidente. Después de completar su tra-bajo, la Asamblea se reconstituyó como Cámara de Repre-sentantes, eligiendo a Salvador Cisneros Betancourt comoPresidente de la misma, a Miguel Gerónimo Gutiérrez comoVicepresidente, y a Agramonte y Zambrana como Secreta-rios. Céspedes entonces fue electo, el 12 de Abril 1869, comoprimer Presidente de la República en Armas y el GeneralManuel de Quesada (quien había peleado en México sien-do presidente Benito Juárez durante la invasión francesa aese país), como Jefe de las Fuerzas Armadas.

Una serie de desacuerdos políticos al interior de lanaciente república, entre los que destacan la conflictiva su-cesión de presidentes, culminaron en negociaciones por lapaz, enmarcadas dentro del conocido Pacto del Zanjón, quepara muchos representó, realmente, la claudicación de losideales libertarios. El 10 de Febrero de 1878, en Puerto Prín-cipe, se firmó dicho pacto que dio como resultado la pacifi-cación de la Isla. El general Antonio Maceo no estuvo deacuerdo con los términos de la supuesta paz y llevó a cabola conocida Protesta de Baraguá, manifiesto en donde el lí-der revolucionario sostenía la consecución de los objetivosprincipales de la revolución: independencia y abolición dela esclavitud. La misma, le dio al Zanjón un carácter de des-canso; parafraseando a Mesa Falcón, fue el inicio de un pa-réntesis que se cierra en la Guerra de 1895. De esta maneraquedaba bien claro que los ideales libertarios y abolicionis-tas serían defendidos hasta las últimas consecuencias. Perolos hechos se sucedieron de una manera desfavorable paralos cubanos. El gobierno provisional de Cuba no puedo sos-

Page 207: Capitulo de Libro Mexico

207

tener las contiendas y renunció.7 Meses más tarde se reavivóel fuego independentista con Calixto García, José Maceo yGuillermo Moncada, pero el deseo de paz del pueblo cuba-no no daría lugar a grandes operaciones. De todas formasfue claro que el Zanjón no representaba el punto final.

El referente inmediato anterior del 98 cubano lo en-contramos en los sucesos que se desarrollaron a partir de1895. José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, entreotros, como baluartes de la revolución, realizan acciones encontra de la dependencia de España y en pos de la libertad,independencia y abolición total de la esclavitud. El 24 defebrero de 1895 se produce el Grito de Baire8 , que dio inicioa la conocida como Segunda Guerra por la Independenciade Cuba. Esta continuación de la contienda de 1868 se ca-racterizó por la presencia de pequeños ejércitos insurrectos,mal armados y con escasas provisiones. Pero ello no fue unobstáculo y se enfrentaron exitosamente en reiteradas oca-siones a las superiores fuerzas españolas.

El 16 de septiembre de 1895 con representantes de losdistintos sectores de la Isla, se firmó en Jimaguayú una Cons-titución de carácter temporal. Su duración sería de dos añossi antes no se conseguía la libertad. Se estipulaba la presen-cia de un presidente, un vicepresidente y cuatro secreta-rios, todos con sumo poder en la revolución.9

La mayor hazaña a destacar es la extensión de la gue-rra hacia occidente. En los primeros 90 días, según Foner,

7 Philip S. Foner, La guerra hispano – cubano – americana y el nacimiento delimperialismo.1895 – 1902, Vols. 1 y 2, Madrid, Akal editor, 1975, y JuanPablo Fusi y Antonio Niño, (Editores.) Antes del “desastre”. Orígenes yantecedentes de la crisis del 98, Madrid, Marcial Pons Libros, 1996.8 Baire es una ciudad cubana cercana a Santiago de Cuba.9 Philip S. Foner, Op. Cit., pp. 80- 81.

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 208: Capitulo de Libro Mexico

208

Independencias y Revoluciones en el Caribe

se habían cubierto 1,696 kilómetros, se disputaron 27 bata-llas, se tomaron 22 ciudades importantes, se capturaron másde 2,000 rifles, 8,000 cartuchos de munición y 3,000 caba-llos. Una hazaña impensable para un puñado de patriotascubanos que se enfrentaron a 124 batallones de infantería,40 escuadrones de caballería, 16 baterías de artillería de cam-paña, 6,701 generales y otros oficiales, 183,571 tropas indi-viduales en línea, más de 60,000 voluntarios y guerrillerosy un sistema de trochas.10 Las consecuencias políticas deestos logros cubanos las pagó el delegado español en Cuba,Martínez Campos, quien dimitió de su puesto y fue suplan-tado por Valeriano Weyler.11

El nuevo representante español, llevó a la práctica unaferoz política de reconcentración, por medio de la cual re-cluía a la población causando efectos devastadores para laeconomía de la Isla. De manera paralela, el Senado y el Con-greso de los Estados Unidos, esgrimieron resoluciones se-paradas reconociendo la Revolución Cubana. Esto provocótensiones entre los Estados Unidos y España, lo que des-embocó en la desvinculación del General Weyler de la Isla,el nombramiento por parte del Presidente español, PráxedesMateo Sagasta, del nuevo delegado, Ramón Blanco, quienconcede la autonomía a Cuba en asuntos domésticos en1897. Pero las reformas llegaron tarde y el Gobierno en Ar-mas de Cuba no las aceptó.

10 Ibid., p. 95.11 Sobre la guerra hispano-cubano-americana de 1898 y la llegada a Cubadel General Valeriano Weyler puede consultarse el estudio de LeticiaBobadilla González, La revolución cubana en la diplomacia, prensa y clubesde México, 1895-1898. Tres visiones de una revolución finisecular, Méxi-co, Secretaría de Relaciones Exteriores, Dirección General del AcervoHistórico Diplomático, 2001.

Page 209: Capitulo de Libro Mexico

209

La inestabilidad vivida en la Isla llevó a que el Cónsulde Estados Unidos en La Habana, Fitzhugh Lee, aconsejaraal Presidente William McKinley que mandara refuerzos. Eneste contexto llegó a aguas del Caribe el acorazado Maine.En la noche del 15 Febrero 1898, una tremenda explosióndestruyó completamente al barco, matando a 2 oficiales y264 marinos.

El siniestro de Maine, para muchos autores el “casusbelli”, fue el acontecimiento que provocó, el día 24 de abrilde 1898, la declaración de guerra de Estados Unidos a Es-paña. La guerra continúo hasta julio del mismo año, mo-mento en el que la destrozada potencia española comenzócon los acuerdos de paz. La misma se firma en París el 10 dediciembre de 1898, dando como resultado la culminaciónde la dominación de España sobre Cuba, Puerto Rico, Guamy el archipiélago de las Filipinas. Finaliza una dominación,pero surge otra, la de los Estados Unidos, claramente inte-resada en el rédito económico del Caribe. En 1898, por pri-mera vez una potencia que no era europea, y que inclusohabía sido colonia del añejo continente, emprendió el ca-mino de “comandar” los designios de un continente.

El interés geográfico del país del norte sobre Américaera claro desde 1823 con los movimientos hacia el sur. Yapara 1824, las bases de la política expansionista de los Esta-dos Unidos sobre Nuestra América quedaban claras en laspalabras del presidente James Monroe. Su doctrina consi-deraba que ningún país del viejo continente debía tener so-beranía sobre territorio americano. Así, los Estados Unidosextienden su frontera hacia el oeste, ocupando territorios

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 210: Capitulo de Libro Mexico

210

Independencias y Revoluciones en el Caribe

limítrofes de potencias europeas en la región.12 El plan eraclaro, ocupar una franja considerable desde el Atlánticohasta el Pacífico.

Luego de obtener Hawái, una de las adquisiciones quemás funcionalidad tenía para su plan fue Filipinas: pasan aser el centro geográfico de los imperios de Asia oriental. Sia esto le sumamos que la victoria sobre España también lespermitió apoderarse de Cuba y Puerto Rico, la conclusiónes obvia: se ha cumplido con el Destino Manifiesto, doctri-na que avalaba y justificaba el accionar imperialista a tra-vés de argumentos sustentados en ideas religiosas, mora-les, políticas, estratégicas y filosóficas.

La guerra hispano-cubano- americana es el resultadode un enfrentamiento imperialista cuyo objetivo era el con-trol de territorios y mercados. Ya desde hacía por lo menos40 años que el capitalismo, base ideológica de laglobalización, había alcanzado carácter hegemónico comosistema mundial económico, lo que llevó a los Estados Uni-dos a poder lograr sobre Nuestra América el incremento delas tareas de subordinación tanto económicas como políti-cas materializadas en el neocolonialismo propio del sigloXX, y en un lapso de tiempo no muy largo.

La pluralidad de significados que se le han atribuidoal concepto globalización plantea una ambigüedad a la horade analizarlo como proceso. Por ello, es necesario aclararalgunos puntos sobre el concepto.

Miriam Kriger señala que el término se utiliza por pri-mera vez en la década de 1960 para luego imponerse en los

12 En 1803 Francia cede la Louisiana; la península de Florida es compra-da a España en 1821; entre 1845 y 1848 ocupan por la fuerza California,Nuevo México y Texas; en 1867, Rusia vende Alaska.

Page 211: Capitulo de Libro Mexico

211

80, primero en el mundo de las finanzas, luego en la totali-dad de la economía, y finalmente en el resto de las cienciassociales.13 La autora plantea el tema desde una perspectivaeconómica pensándolo en dos modos: “como fenómenoreciente y neutro, o como resultado de un proceso históricoproducto de la acción de agentes claves participantes”.14

De esta manera, la integración y la independencia son losconceptos centrales para el primer caso, mientras que parael segundo la complejidad del fenómeno lo eleva a unanueva etapa de la expansión capitalista, con los cambiosvertiginosos pertinentes.15

Para el teórico Anthony Giddens, promotor de laglobalización, ésta representa “la intensificación en escalamundial de las relaciones sociales que enlazan localidadesmuy distantes, de tal modo que lo que ocurre en una deellas está determinado por acontecimientos sucedidos amuchas millas de distancia y viceversa”.16 Asimismo, Mi-guel Sáez, considera que la globalización “hace referencia ala creciente internacionalización de los procesos económi-cos (producción, inversión, comercio y finanzas), políticosy culturales, dando como resultado su acelerada interde-pendencia a nivel mundial y la generación de poderes y

13 Consúltese texto del curso a distancia de Miriam Kriger, “Introduc-ción al concepto y la problemática de la globalización”, Globalización,consumos e identidades en América latina, CAICYT/CONICET, Área Cien-cias Sociales, 2009, p. 2., (http://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos . ca i cy t .gov. a rht tp ://ecursos . ca i cy t .gov. a rht tp ://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.ar)14 Idem.15 Idem.16 Fernando Rivas, “Teoría de la globalización y el Foro de CooperaciónEconómica de Asia” en Revista Comercio Exterior, Bancomext, Vol. 46, No.12, México, diciembre, 1996, p. 957.

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 212: Capitulo de Libro Mexico

212

Independencias y Revoluciones en el Caribe

dinámicas que tienden a rebasar la capacidad de acción delos Estados y de los actores tradicionales condicionandoclaramente sus intervenciones”.17

En una tónica de tipo marxista, Alberto Bonnet sostie-ne que el término globalización “designa una determinadacombinación de procesos económicos, sociales, políticos,ideológicos y culturales que puede ser entendida como unanueva etapa de acelerada extensión e intensificación de lasrelaciones sociales capitalistas. Esta combinación no remitea un mero agregado de procesos dispersos, pero tampoco auna estructura cohesionada por relaciones de funcionalidad.Se refiere en cambio a una combinación de procesos, unaconstelación, determinada por el único principio que pue-de considerarse articulador y convertir en inteligibles estetipo de totalidades complejas y antagónicas: la lucha de cla-ses”.18

En una definición que establece más claramente mar-cos temporales, Federico García Morales, anota que con elnombre de globalización se designa “a un crecimiento ex-perimentado por el capital lanzado en una fase aguda deacumulación e interactividad, que tuvo como centro de acu-mulación al sistema de las Corporaciones Transnacionalesque operaban principalmente desde bases en los países de

17 Miguel Sáez, “Globalización financiera, crisis mundial e impacto so-bre América Latina”, en Revista Economía y Política, Ecuador, Diciem-bre 1998, p. 11, No. 4, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad deCuenca.18 Bonnet, Alberto, “La globalización y las crisis latinoamericanas”, enGlobalización, Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura, febrero 2002,(http://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htm)

Page 213: Capitulo de Libro Mexico

213

la Tríada (Estados Unidos, Japón y Europa) en interdepen-dencia con otras unidades del sistema mundial, como or-ganismos financieros supranacionales, estados, bloques deestados y consumidores”.19

Ulrich Beck, en su libro ¿Qué es la Globalización? reco-noce los diferentes fenómenos gestados en la segunda mo-dernidad frente a la economía mundial y la individualiza-ción. El quehacer político y el papel de la soberanía sonnuevamente concebidos en la nueva dinámica global delEstado nacional. Hablar de la popularidad y del uso exten-so del término globalización es también hablar de su con-fusión, no menos extensa. En aras de aclarar la diferencia-ción de los fenómenos surgidos entre los siglos XV y XX, esque Beck define lo que es la globalidad y la globalización.

El primero de estos fenómenos cuya gestación nos lle-va a tiempos mucho más remotos que las últimas décadasdel siglo XX es el de la globalidad. Partiendo de la premisade que la tesis de los espacios cerrados es ilusoria, apuntaBeck: “hace ya bastante tiempo que vivimos en una socie-dad mundial”.20 A pesar de que la intensidad de la per-meabilidad de las fronteras entre naciones o grupos siem-pre ha variado en espacio y tiempo, ésta nunca ha dejadode ser una realidad innegable. La idea de globalidad apelaa esa interacción de las distintas formas culturales, econó-micas y políticas que siempre se han hecho presentes. Enotras palabras, la globalidad nos recuerda el hecho de que

19 García Morales, Federico, “El ocaso de la globalización”, enGlobalización, Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura, noviembre2001, (http://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htmhttp://rcci.net/globalizacion/index.htm)20 Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización? Barcelona, Paidos, 1998, p. 28.

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 214: Capitulo de Libro Mexico

214

Independencias y Revoluciones en el Caribe

“nada de cuanto ocurra en nuestro planeta podrá ser unsuceso localmente delimitado”.21 Nada nuevo para nues-tro siglo ni para varios anteriores.

Todo aquello que quedaba al margen de la integraciónde un Estado-nación y de sus designios encuentra su ámbi-to en la globalidad. La totalidad de las relaciones socialesajenas a la política ‘doméstica’, planteadas como “sociedadmundial”,22 ilustran esa pluralidad percibida carente defronteras y de dominio soberano. Recuperando a M. Albrow,Beck comprende esto como una “pluralidad sin unidad”.23

La percepción global de las diferencias locales convergen-tes en puntos carentes de fronteras políticas es la antesalade las posteriores globalizaciones.

De esta forma, transitamos del entendimiento deglobalidad al surgimiento de la globalización. Para Beck,globalización “significa los procesos en virtud de loscuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan eimbrican mediante actores trasnacionales y sus respectivasprobabilidades de poder, orientaciones, identidades yentramados varios”.24 Este conjunto de procesos se ajusta ala propia dinámica de la globalidad para sumarse a los es-fuerzos volubles de la segunda modernidad. Esto se expli-ca por el diferenciador esencial que implica la irreversibilidad de la globalidad resultante. Eso mismo esla globalización.

Ahora bien, ese período de transición de la globalidada la globalización puede enmarcarse claramente en una fran-

21 Ibid., p. 3022 Ibid., p. 2823 Ibid., p. 2924 Idem.

Page 215: Capitulo de Libro Mexico

215

ja temporal que se extiende entre el conflicto internacionalcubano de 1898 hasta, como sostienen Arceo y Schorr, “laerosión del Estado de Bienestar, el relanzamiento de la acu-mulación, la internacionalización y deslocalización de losprocesos productivos, y la configuración centro-periferia,luego de las principales alteraciones en los países periféricossobre el último tercio del siglo XX”.25 Las condiciones nece-sarias para el desarrollo de la globalización en el sentido delas definiciones que planteamos anteriormente se gestan enese momento.

La importancia del año de 1898

Los primeros años del siglo XIX representa para NuestraAmérica el inicio de una serie de proceso relacionados nosólo con la conformación de los Estados–nación, luego deobtener la independencia de España, sino también unareconfiguración de patrones identitarios que aspiran a es-tablecer las identidades de las recientes naciones (en con-flicto con las de carácter indígena). Pero hubo de transcu-rrir casi un siglo para que los cuestionamientos se reavivarany se replantearan los procesos que desde inicios del sigloXIX se venían desarrollando. En este sentido, la guerra his-pano–cubano–americana cierra el ciclo de dominación delviejo imperio español dejando a los pueblos de NuestraAmérica frente al poder expansionista de los Estados Uni-

25 Consúltese el texto del curso a distancia de Enrique Arceo y MartínSchorr, “Globalización: repensando la relación centro–periferia”, enGlobalización, consumos e identidades en América Latina, CAICYT /CONICET/Área Ciencias Sociales, 2009, p. 2. (http://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.ar)

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 216: Capitulo de Libro Mexico

216

Independencias y Revoluciones en el Caribe

dos. La reacción inmediata fue el volverse sobre sí mismospara reconocerse frente a un mundo que ampliaba sus mar-cos globales. Un ciclo en la historia moderna y contempo-ránea de la humanidad, inaugurado en 1492 con la llegadade los españoles al Nuevo Mundo, había concluido. En con-trapartida comenzaba un proceso de transformación glo-bal y radical del mundo americano que aún continúa en elpresente.

Los paradigmas de modernidad y progreso comien-zan a caracterizar el nuevo escenario internacional, con basea una diversidad de proyectos y procesos que sirven de pla-taforma para la globalización. En este sentido se torna ne-cesaria la búsqueda de raíces históricas, para lo cual la res-puesta fue la reconstrucción del pasado prehispánico, y unanueva mirada al período colonial a modo de freno alavasallante imperio anglosajón. Si bien es cierto que se pro-duce una vuelta a los elementos culturales hispano, criolloy latino, la fuerza del naciente imperialismo norteamerica-no arrastraría con todo tipo de estructuras ya sean econó-micas, políticas y sociales, para luego replantear las formasde producir bienes, la organización social, los patrones decomportamiento político, la diplomacia, etcétera. Comosostienen María Teresa Cortés Zavala y Consuelo Naranjo,“la celeridad de las transformaciones que no pararon con laconfrontación bélica de 1898, y que en cada región o paístuvieron ritmos propios, dotaron de nuevas instituciones,agentes sociales e ideas el debate sobre la nación y el Esta-do.26

26 María Teresa Cortés Zavala y Consuelo Naranjo Op. Cit., p. 15

Page 217: Capitulo de Libro Mexico

217

Para el tratamiento del tema del 98 cubano como pun-to de inflexión para la globalización en Nuestra América,resulta pertinente partir de la premisa consignada porMariátegui: “la historia es siempre una continuación y uncomienzo”. En función de las consecuencias de la guerraen la zona caribeña se establecen en nuestra región nuevascondiciones de desarrollo, contexto internacional quereplanteó el problema nacional, la unidad de Nuestra Amé-rica, la identidad, etcétera.

La continuación de la historia de Nuestra América, ensus aspectos medulares, la guerra, la decadencia del viejocolonialismo español y el asenso del imperialismo repre-sentan un “punto de partida” para dejar en claro el carácterantinacional de las clases dominantes (oligarquía terrate-niente) y la presencia de nuevos actores sociales en esta lu-cha (sobre todo los obreros y una incipiente clase media),situación que permitió la aparición de una nueva ideologíaantiimperialista, que “oponen al expansionismo e imperia-lismo norteamericano, la necesidad de una construcciónautónoma y democrática, con un nuevo planteamiento deunidad latinoamericana”.27

El ingreso de los Estados Unidos al conflicto armadotransformó el acontecimiento de la independencia cubanaen una guerra de tipo imperialista destinada al control deterritorios y de mercados de materias primas y de consu-mo. La concentración de capitales y la exportación de losmismos pasó a ser el botín de guerra, lo cual nos vinculadirectamente con un nuevo tipo de sujeción al que en gene-

27 Ibid., pp. 285–286. Quizá podría quedar abierto un planteo compara-tivo entre estos grupos que se enfrentan al poder y los que comentaWortman, de carácter local y comunitarista. Ana Wortman, Op. Cit., p.7

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 218: Capitulo de Libro Mexico

218

Independencias y Revoluciones en el Caribe

ral se denomina neocolonialismo, incrementando de ma-nera sustancial la subordinación económica y política.

Las desigualdades patrimoniales entre personas y na-ciones se agudizan, el capitalismo como sistema las pro-mueve por medio de la competencia y la rivalidad. ConEstado Unidos al frente, Nuestra América se vedesfavorecida. De hecho para 1900, las exportaciones de losestadounidenses se habían cuadriplicado en relación a 1870,habiéndose variado la estructura de los bienes exportadoscon un aumento sustancial a favor de las manufacturas.28

Dentro del sistema capitalista mundial, centro y Sudaméricason relegados a productores y exportadores de materiasprimas y, por lo tanto, como colonias que abastecían la in-dustria y las finanzas del capitalismo.

El año de 1898 bosqueja a su vez un replanteamiento anivel continental de las identidades nacionales. Con la pér-dida de España de sus últimos reductos coloniales en Amé-rica y la sofocante presencia estadounidense, los debatesen torno a la latinidad y sajonidad proliferaron.29 Frente ala hegemonía norteamericana, la conciencia hispanoameri-cana cobró relevancia en la mayoría de los estados de Nues-tra América que intentaron aceptarse y entenderse tal comoeran, proyectando organizaciones comunes en torno a launidad.

Como sostiene Carlos Altamirano, “el conflicto y laderrota de España alimentaron, como reacción, el sentimien-

28 María Teresa Cortés Zavala y Consuelo Naranjo Op. Cit., p. 89.29 En este sentido hay que destacar la importancia del 98 como cataliza-dor de las discusiones en torno a la superioridad y pretendida inferiori-dad de unos pueblos frente a otros. Para ampliar el tema se recomiendaconsultar a Lily Litvak, Latinos y anglosajones: Orígenes de una polémica,Barcelona, Puvill, 1980.

Page 219: Capitulo de Libro Mexico

219

to de pertenencia a una patria común, la patria hispano-americana o latinoamericana, no sólo diferente sino refrac-taria y aún antitética de los valores de la civilizaciónanglosajona, cuyo afán de dominio se hacía manifiesto enel expansionismo de los Estados Unidos”.30 Siguiendo aHugo Biagini, el ingreso de Estados Unidos a la guerra trans-formó la legítima causa de los cubanos en un “conflicto his-tórico-ideológico”,31 que se materializó en una diversidadde proyectos vinculados a la búsqueda de una identidadAmericana. Actores tales como intelectuales, prensa y di-plomáticos emprendieron un largo camino destinado a lajustificación teórica del “ser americano”.

La guerra entre España y el país del norte por las pose-siones en la zona del Caribe y también del Pacífico eviden-ciaron claramente los objetivos imperialistas con base a laexpansión capitalista como fundamento ideológico de laglobalización. Por eso 1898 representa un punto de inflexiónen lo que respecta al reordenamiento económico, político,social y cultural en Nuestra América. Las consecuencias dela guerra fueron de vital importancia a la hora de diseñar elrumbo de los países. La rearticulación de conceptos quedieron lugar y apertura a un conjunto muy diversificado deactores sociales fueron analizados desde el positivismo y elsocialdarwinismo en lo que respecta a la convivencia de

30 Carlos Altamirano, “Globalización e identidad Latinoamericana”, enGlobalización, consumos e identidades en América latina, Buenos Aires,CAICYT/CONICET, Ciencias Sociales, 2009, p. 2.(http://ecursos.caicyt.gov.arhttp://ecursos.caicyt.gov.ar;http://ecursos.caicyt.gov.ar; http://ecursos.caicyt.gov.ar;http://ecursos.caicyt.gov.ar31 Hugo Biagini, Luchas de ideas en Nuestramérica, Buenos Aires, Leviatán,2000, p. 7.

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 220: Capitulo de Libro Mexico

220

Independencias y Revoluciones en el Caribe

modelos basados en libertades antiguas y libertades mo-dernas. Allí se encuentran los prolegómenos de un capita-lismo voraz consecuente con la transición de la globalidada la globalización.

Los sucesos ocurridos en Cuba en 1898, plantean mu-chos interrogantes en lo que respecta al futuro de NuestraAmérica. Una guerra con teatro de operaciones en la Islaplasma sus consecuencias en marcos geográficos más am-plios. La retirada de España del ámbito colonial y el ingre-so de Estados Unidos como nueva potencia mundial repre-senta el punto de partida de una nueva época, o por lo me-nos un cambio a considerar.

El tinte imperialista que le otorga el país del norte alconflicto que enfrentaba a España con Cuba desde variasdécadas, debe ser analizado en función de los objetivos dedicha intervención. El dominio de nuevos territorios pusoa Estados Unidos en un sitial de privilegio a nivel mundialcomo pocas veces se había visto en una potencia no euro-pea en la época moderna. El despliegue de fuerzas de lanaciente potencia vincula aspectos militares con otrosnetamente económicos identificados por una particularidad:el intervencionismo.

El papel preponderante que acrecienta gradualmenteEstados Unidos en Nuestra América es posible por mediode intervenciones de tipo militar directas o porintromisiones en la política y economía de los estados ame-ricanos. Con la idea de consolidarse como potencia, lamundialización del capitalismo que se vivió en el tránsitodel siglo XIX al siglo XX operó como trampolín para el paísdel norte.

Page 221: Capitulo de Libro Mexico

221

Considerar a la globalización como un fenómeno re-ciente sería un error. Es cierto que muchas de las caracterís-ticas que se le atribuyen son observables desde la últimadécada del siglo pasado, pero las condiciones materiales desu realización nos remontan a un pasado un poco más leja-no. Siguiendo las consideraciones de Beck, la globalidad esparte necesaria de la globalización y el pasaje de una a otrano nos remite a una fecha específica. Nuestra idea es inten-tar pensar el 98 cubano como punto de inflexión desde elcual comienzan a vislumbrarse las modificaciones estruc-turales pertinentes para dar lugar a la globalización en todosu sentido. La guerra hispano– cubano–americana da comoresultado la densa presencia de Estados Unidos y el replan-teo de todo tipo de relaciones, las cuales se enmarcan en laetapa de mayor expansión del capitalismo. De esta manera,en el ámbito económico las transformaciones son muy va-riadas no sólo en el plano internacional sino también en elnetamente local en donde las desigualdades, la pobreza yla marginación aumentan gradualmente.

La culminación del siglo XIX dejaba bien en claro laemergencia de un nuevo proceso de distribución y ajuste aescala mundial, en franca relación con el fenómeno de con-centración de la producción y del capital financiero, susnecesidades de control sobre los mercados de capitales, lasmaterias primas y el afianzamiento de nuevas estrategiaspara los sectores industriales en expansión. Latrasnacionalización de las corporaciones monopólicas y ladefinitiva internacionalización del capitalismo, en otras pa-labras la división del mundo en centro y periferia, dieron aconocer las nuevas formas asumidas por el Imperialismo,

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 222: Capitulo de Libro Mexico

222

Independencias y Revoluciones en el Caribe

entendido por muchos como una fase superior del capita-lismo.

Desde el punto de vista social y cultural, el rescate delo hispánico o lo latino frente a la fuerza anglosajona parareconsiderar identidades es muy importante. Esta inversión(intentan separarse de lo hispano en la época de la inde-pendencia para volver sobre la madre patria a menos de unsiglo) no es inocente y mucho menos irrelevante. Porque elsiglo XIX es moderno, no posmoderno, se entrega a la mar-cha irremediable del progreso, lo que implica la confianzaen un proceso lineal y ascendente donde lo bárbaro y loprimitivo ocupan los estratos más bajos y deben ubicarseen el pasado, mientras que lo civilizado se sitúa en los es-tratos más altos y debe ubicarse en el futuro.

Pensar el 98 como la plataforma de cambios para laglobalización en el sentido de Beck, tiene el objetivo de bus-car en nuestra propia historia continental las respuestas aproblemáticas de orden mundial. Y en este sentido, elabo-rar periodizaciones que se enfrenten a las de tinte europeooccidental cobra aún más valor. Así, considero que el sigloXX comienza para Nuestra América en 1898. Un siglo XXlargo que desafía al caracterizado como corto por EricHobsbawn, con fecha de inicio en la primera guerra mun-dial.32 Dicha posición representa una mirada etnocéntricapropia de un tipo de violencia epistémica que se contradicecon la identidad nuestra Americana. Fernández Retamardice al respecto: “sin embargo, no hay que adorar las co-

32 Roberto Fernández Retamar, “Reflexiones sobre el significado del 98”.En ConEñe. Revista de Cultura Hispanoamericana. Monográfico, N° 3, Ju-lio, 1998, Extremadura, CEXECI, pp. 35-40.

Page 223: Capitulo de Libro Mexico

223

yunturas. Lo que ocurrió en 1898 pudo haber ocurrido enotra fecha: al igual que lo que ocurrió en 1914, y tan enlaza-do se halla con los sucesos del 98. Lo esencial no son lasfechas ni los accidentes, en último extremo aleatorios (lavoladura de un barco, el asesinato de un archiduque), sinola naturaleza de lo que en una y otra ocasión ocurrió”.33

Así, para Nuestra América el inicio del siglo XX podríainstalarse en el 98 cubano dado que resulta el fin del colo-nialismo español en el continente y el inicio de la expansiónimperialista de los Estados Unidos, lo que necesariamentemodifica las estructuras geográficas, socioeconómicas yculturales de la región, como condición necesaria para laaventura planetaria de la globalización.

33 Ibid., p. 39.

El 98 cubano y su impacto continental...

Page 224: Capitulo de Libro Mexico

224

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 225: Capitulo de Libro Mexico

225

La formación y evolución del Estado nacional cubano esproducto de la organización de una élite política que siem-pre se ha definido como revolucionaria. Este proceso abar-ca tres repúblicas; la primera, da inicio a la existencia for-mal del Estado en 1902, y es producto de la guerra de inde-pendencia y la intervención norteamericana, cuyo corola-rio será la Enmienda Platt. La Primera República (1902-1933)liberal y oligárquica, cargará con ese pecado de origen quemarcará las disputas políticas de las élites. La Segunda Re-pública (1933-1959) se producirá como una ruptura revolu-cionaria, en contra de la primera en 1933; ahí surgirá elmodelo de la vanguardia como forma de organización parael asalto al poder en contra del principal instrumento dedominación política de la oligarquía, el Ejército nacional.La revuelta de los sargentos y activistas universitarios de-mostrará la validez de la tesis insurreccional al descabezaral ejército de sus oficiales y tomar los cuarteles en nombrede la revolución que transita acorde a los nuevos tiemposque corren; producirá un Estado nacionalista que lo her-mana con las experiencias más conocidas que se están pro-

VANGUARDIAS Y PROCESOS

POLÍTICOS EN CUBA, 1933-1959

Martín López Ávalos

Page 226: Capitulo de Libro Mexico

226

Independencias y Revoluciones en el Caribe

ducido en Argentina, Brasil y México. La Tercera República(1959 hasta nuestros días) se producirá como reacción a laanterior y se gestará a partir de retomar la herenciainsurreccional vanguardista cuando se rompe el orden cons-titucional en marzo de 1952. Originalmente su objetivo esuna república restaurada, sin embargo, pronto deviene unnuevo proyecto que la Guerra Fría definirá como socialista,a diferencia de las dos anteriores que bordean el marco li-beral. Ese será nuestro escenario histórico que nos permiti-rá establecer una serie de regularidades que apuntan a se-ñalar cómo se organizan y desarrollan las élites políticascubanas a lo largo del siglo XX, principalmente.

La revolución aparece en estos tres momentos clavesen la articulación del Estado nacional; es un espacio esen-cial para comprender dónde surgen las élites políticas ycómo, a partir de esta experiencia común, los miembros deésta socializan entre sí y van generando nuevos lazos socia-les y políticos que les permitirán insertarse en la organiza-ción política (el partido) que controlará al Estado. Aquí ve-remos una continuidad más que una ruptura. Al mismotiempo, en cada una de estos tres momentos, las élites secaracterizan por controlar los recursos nacionales en su pro-pio beneficio; desde la Primera República (liberaloligárquica) a la Tercera República (socialista), la élite revo-lucionaria encuentra en el manejo de los recursos naciona-les su fuerza y cohesión como élite del poder. Sin embargo,este proceso no sería posible sin una consideración más: laimportancia de la organización como instrumento de do-minación política.

En los tres momentos señalados, la élite del poder sediferencia por el control que tiene sobre el aparato político

Page 227: Capitulo de Libro Mexico

227

por medio del ejército o de la fuerza armada, de hecho esaes una constante de la organización vanguardista entre lasdos últimas repúblicas y punto medular para la élite de laTercer República. Este es el verdadero debate en torno a lanueva estructura política generada por la revolución, no esel de la democracia versus comunismo, ni mucho menos ladicotomía entre humanismo y autoritarismo. Esta peculia-ridad está enraizada en la tradición cubana que las diver-sas vanguardias asumen como su herencia; a diferencia dela tradición europea donde existe un lazo orgánico con unaideología específica que determina el tipo de organizaciónpolítica, en Cuba este lazo habrá que buscarlo en el pensa-miento de José Martí y el modernismo, quienes definen lanoción de vanguardia política como acción revolucionariapor su noción de ruptura. La vanguardia, a su vez, adquie-re un notorio modelo elitista a partir de la adopción de laorganización celular de los conspiradores vanguardistas delos años treinta del siglo pasado. En Cuba se genera unavanguardia sin la tradición ideológica del leninismo peroque definirá el derrotero para el reclutamiento político: pa-sando del activismo estudiantil a la militancia política, y deahí al profesional de la revolución, el verdadero cuadro deélite. El espacio de socialización política es, al mismo tiem-po, el campo del reclutamiento para la futura élite dirigen-te. Tanto la insurrección de los sargentos como el primergobierno de Ramón Grau San Martín, reunirá a la futuraélite del poder encabezada por Fulgencio Batista, el mismoGrau y Carlos Prío Socarrás. Ellos aglutinarán los liderazgospartidistas en las décadas de los cuarenta y cincuenta enlos partidos políticos formados alrededor de Batista pero,sobre todo, con la fundación del Partido Revolucionario

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 228: Capitulo de Libro Mexico

228

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Cubano, los “Auténticos” y su escisión el Partido del Pue-blo Cubano, los “Ortodoxos”. Un examen de los anteceden-tes de los dirigentes de estas organizaciones políticas nosmuestra que llevan una trayectoria marcada, común a to-dos: del activismo universitario en el Directorio EstudiantilUniversitario anti machadista, participación en la revueltade los sargentos y en el gobierno septembrista con Grau en1933-34; de ahí brincarán al partido como fundadores delos Auténticos. Muchos de ellos estarán en la constituyentede 1940 y posteriormente serán ministros en los gobiernosconstitucionales de Ramón Grau y Carlos Prío Socarrás.

Los auténticos serán, a su vez, el puente que unirá alsiguiente ciclo, pues con el partido ortodoxo se crearán lascondiciones para la formación de la siguiente generaciónde vanguardia que apelará a esta herencia para restaurar ala república suprimida por el retorno de Batista al podermediante un golpe de Estado en 1952. Los ortodoxos juga-rán un papel importantísimo en la gestación de la nuevavanguardia, su organización permitirá el proceso de socia-lización política en una primera instancia, la de formar alnúcleo histórico alrededor del liderazgo de Fidel Castro.Después del asalto al Cuartel Moncada, el proceso vanguar-dista se ampliará en un movimiento (el 26 de Julio) que ter-minará siendo absorbido por su vertiente militar, el Ejérci-to Rebelde de la Sierra Maestra.

La vanguardia como modelo

El cambio fundamental para la historia política cubana ven-drá de las artes. Los intelectuales iniciarán una ruptura es-tética que generará un modelo político cuyas repercusiones

Page 229: Capitulo de Libro Mexico

229

se verán hasta el presente. La transformación de los intelec-tuales será un paso fundamental para entender los cambiosque vendrán después. En este ámbito es donde aparece lanoción de vanguardia, trasladada a la cultura política cu-bana como sinónimo de élite dirigente. Nacida como partedel modernismo, su horizonte histórico será la transforma-ción del estado de cosas a través de la revolución. Conde-nada a ser siempre moderna, la vanguardia sólo puede serrevolucionaria en la medida que el horizonte de la moder-nidad siempre está en el porvenir.

A partir de la aparición de la vanguardia —aunada ala del ejército como actores políticos modernos—, la activi-dad política en Cuba iniciará una nueva etapa que culmi-nará con la transformación de la política heredada del libe-ralismo republicano. Su historia está ligada a la vanguardiapolítica contemporánea en la medida en que reconocemosel nuevo patrón revolucionario que impregnará la culturapolítica cubana y, de alguna manera, también la estructurade organización donde este modelo se realizará.

En 1923 un grupo de jóvenes con inquietudes socialesy políticas organiza el Grupo Minorista. De ahí se ramifica-rán en diversas vertientes, incluyendo la política, pues comoexplicaba Rubén Martínez Villena,1 “minoría es sólo una

1 Martínez Villena irrumpirá en la escena pública primero como poeta deesta generación, más adelante abandonará la poesía (“Nunca más escri-biré versos como lo he hecho ahora… ya no siento mi tragedia personal.Pertenezco a los demás y a mi partido…”) para enfocar sus esfuerzos alactivismo político que lo llevará a abrazar el marxismo y con él, a lamilitancia del primer Partido Comunista de Cuba que terminaría pordirigir como Secretario General. Sin duda, representará junto con JulioAntonio Mella, a una de las figuras más destacadas de esta generaciónque brincaron del activismo universitario a la militancia política de iz-quierda.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 230: Capitulo de Libro Mexico

230

Independencias y Revoluciones en el Caribe

postura estética, en realidad el grupo es un portavoz delpueblo, como expresión de masas, somos verdaderamentela mayoría”.2

Paralelamente encontraremos otros gruposjuveniles y universitarios que se iniciarán en el activismocomo catalizador de procesos más profundos. La lucha porla reforma universitaria en Cuba entrará —como parte deeste proceso que permitirá la incorporación de los estudian-tes y su aparato organizativo— como un actor político más.Con la autonomía universitaria, la institución se transfor-mará, como en otros países de América Latina, en una fuentede reclutamiento político de primer orden. La Federaciónde Estudiantes Universitarios (FEU) se convertirá en unaverdadera escuela política de formación de cuadros paralos distintos partidos; muchos de sus futuros dirigentes pa-sarían de la presidencia de la FEU a la militancia política alo largo de la Segunda República.

La continuidad del dominio de la clase política y delsistema que representaban estaba en entredicho aún antesde la crisis política que terminaría salida de Gerardo Ma-chado de la presidencia de la república, cuando los estu-diantes universitarios a través de su organización —el Di-rectorio Estudiantil Universitario— publicaron un “Mani-fiesto” donde consideraban la coyuntura como revolucio-naria, propicia para “un cambio total y definitivo del régi-men”. El cambio se perfilaba en una amplia reforma de lasbases políticas que sustentaban el poder en Cuba.

2 Entre sus integrantes estaban Jorge Mañach, Juan Marinello, FranciscoIchaso, José Z. Tallet, Calixto Masó, Alberto Lamar Schweyer y FélixLizaso. El 18 de marzo de 1923 aparecerían en público al interpelar al exministro de justicia del gobierno de Zayas, Erasmo Regüiferos, y externarsu condena a “la corrupción política que degrada la patria”.

Page 231: Capitulo de Libro Mexico

231

La revolución como argumento era concebida como unnuevo pacto político que reflejaría, a su vez, un nuevo pac-to social, es decir, una nueva relación entre la clase políticay la sociedad. La insurrección expresaba el estado de áni-mo de romper con el pasado de acuerdo con una tradiciónque iba de la mano con la nueva organización política devanguardia. Esta revolución implicaba el ejercicio medularde una verdadera clase política, es decir, la soberanía nacio-nal. En estos momentos, la vanguardia estaba dividida endos tendencias: una nacionalista revolucionaria y otra mar-xista; la primera integrada principalmente por las organi-zaciones estudiantiles universitarias como el Directorio Es-tudiantil Universitario (DEU) y los desprendimientos sali-dos de su seno como el ABC radical y Pro Ley y Justicia; enla otra tendencia se encontraba el Ala Izquierda Estudian-til, que era la versión comunista del DEU, siempre detrásde la organización madre a fin de tener influencia en elámbito de los estudiantes universitarios; nominalmente re-volucionaria pero sin grupos de acción que le dieran tal ca-racterística, su papel se limitaba a la crítica.3 Sería la prime-ra tendencia, sin embargo, la que alcanzaría mayor relievee importancia en los acontecimientos políticos futuros. Enel contexto de la época, su planteamiento sí era revolucio-

3 Su papel tiene relevancia no por su importancia política en esta coyun-tura, sino por convertirse en un espacio de sociabilidad para futuros cua-dros de la élite política; por ahí pasarían Raúl Roa, Aureliano SánchezArango, José Tallet, Gustavo Aldereguía y muchos más que después tran-sitarían hacia los Auténticos o los Ortodoxos en los años cuarenta y cin-cuenta. El más destacado será Sánchez Arango quien llegó a ser ministroen el gobierno de Carlos Prío —quien en ese momento se encontraba enel DEU— y candidato presidencial de los auténticos en 1952. Roa entra-ría en escena una década después como Ministro de Relaciones Exterio-res del castrismo.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 232: Capitulo de Libro Mexico

232

Independencias y Revoluciones en el Caribe

nario, pues consideraba necesario garantizar un equilibrioentre el poder y la sociedad, restableciendo la vigencia delEstado de Derecho —entendido como el límite de la autori-dad del Estado y la propia clase política ante la voluntadpopular—, al mismo tiempo que los nacionalistas revolu-cionarios, el Estado y la clase política, garantizarían el bien-estar de toda la población por medio del disfrute propor-cional de las riquezas nacionales. Esta demanda se anclabaen el retorno a la tradición y legado del Apóstol José Martípor construir una nación independiente y soberana, ajenaal tutelaje norteamericano cuya expresión era la EnmiendaPlatt en cualquiera de sus variantes. Los ideales de Martí seenarbolan para regenerar del fracaso del viejo liberalismopor construir un país independiente. En esa perspectiva,las fuerzas emergentes se concebían como una revoluciónpor su tarea restauradora del proyecto original de la na-ción, la de Martí, ante la corrupción y subordinación de laclase política de la generación del 95, la que había hecho eltránsito de la guerra de independencia y la fundación de laprimera República.

Esta nueva generación estaba integrada por cubanosnacidos en la república, educados en el entendido de que laEnmienda Platt era una necesidad para mantener con vidaal Estado nacional. A diferencia de la anterior generacióndonde la guerra de independencia y la pertenencia al Parti-do Revolucionario Cubano y el Ejército Libertador crearonlas condiciones para la socialización de sus carreras políti-cas en los partidos republicanos, ya fueran liberales o con-servadores, la carrera política se iniciaría con el activismouniversitario de las organizaciones estudiantiles, en espe-cífico en la Federación de Estudiantes Universitarios de la

Page 233: Capitulo de Libro Mexico

233

Universidad de La Habana (FEU) y en su sucesor, el Direc-torio Estudiantil Universitario (DEU), primero en torno alas típicas demandas de la clase media emergente latinoa-mericana: la reforma universitaria y la obtención de la au-tonomía institucional y, después, las reivindicaciones so-ciales derivadas del compromiso con la idea de renovaciónnacional a través de la revolución, propia de las ideas deJosé Martí y del modernismo como corriente estética. Laaparición de las organizaciones universitarias y su activismopolítico en contra del sistema político imperante tambiénnos mostraría la nueva ruta de la carrera política atravesan-do por el liderazgo estudiantil que, a su vez, se vincularía aestos momentos críticos que definirían una nueva política.No será extraño que los líderes políticos de las décadas si-guientes transiten del activismo estudiantil al partido polí-tico o al movimiento insurreccional, definido no en térmi-nos oligárquicos, sino en un nuevo impulso de renovaciónnacional, de reivindicación de una nación inédita para elliberalismo previo. Esta nueva generación empujaba haciala redefinición del interés nacional, hasta entonces subor-dinado al provecho geopolítico norteamericano. Esta pro-blemática escapaba, por definición, al gobierno encabeza-do por Carlos M. de Céspedes salido de la crisis delmachadismo y la mediación del embajador norteamerica-no Welles, de ahí su inoperancia ante la efervescencia quevivía Cuba entonces.

La revolución de 1933 transcurrirá en los cuatromeses que van desde la rebelión de los sargentos, en sep-tiembre, al golpe de la Pentarquía y el fin del gobierno deGrau en enero de 1934, en ese espacio ocurrieron varioshechos significativos para la historia republicana cubana.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 234: Capitulo de Libro Mexico

234

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Primero, representaría la liquidación de la primera repúbli-ca y el fin del sistema político que la sostenía desde 1902,también lo podemos apreciar como la conclusión de unacrisis iniciada en 1928 y que puso en jaque al sistema departidos oligárquicos que respondían a una forma de hacerpolítica. El segundo hecho es la irrupción de la vanguardiapolítica; la formación de la Pentarquía luego de la subleva-ción de los sargentos, es posible gracias a la acción de ungrupo de vanguardia, como era el Directorio EstudiantilUniversitario y las organizaciones insurreccionales creadaspor sus activistas, que pueden traducir las inconformidadesde la tropa en demandas políticas, mismas que terminaríanpor desplazar a un gobierno salido de las viejas prácticaspolíticas. Tercero, si bien los estudiantes y otros activistaspolíticos se convertirían en un factor importante en estacoyuntura, el DEU como la organización más representati-va, tenía una limitación estructural frente a los soldados ymarinos que el ejército traspasaba por su carácter nacional,además de estar habituados a ejercer funciones de controlsobre la población; es esta tradición la que permitiría teneréxito a los sargentos contra los oficiales. Cuarto, la insu-rrección será posible siempre y cuando se cuente con el apo-yo de una parte del ejército.

En estas condiciones, el ascenso vertiginoso deFulgencio Batista hasta la cúspide de la élite política se ex-plicaría por la inoperancia de todas las instituciones y or-ganizaciones sociales existentes en la Cuba de entonces;ninguna estuvo en condiciones de ser el soporte de gobier-no alguno por la fragilidad de sus propias estructuras; lospartidos tradicionales por no tener representatividad algu-na mientras que la novel vanguardia todavía no elaboraba

Page 235: Capitulo de Libro Mexico

235

un vínculo efectivo con quien decía, o más bien quería re-presentar: el pueblo.

Con Batista se abriría un nuevo ciclo, aprovechando ladesbandada y luego colaboración de las figuras más pro-minentes de la élite liberal y conservadora, así como la dis-persión de las fuerzas emergentes una vez disuelto el go-bierno de Grau y el Directorio Estudiantil Universitario. Unanueva frustración apareció en el horizonte cuando las cla-ses medias desplazadas por la habilidad de Batista se sin-tieron traicionadas en su revolución renovadora. Para en-tonces, el ahora coronel Batista, había encontrado el enten-dimiento con el nuevo representante diplomático norteame-ricano, Jefferson Caffrey para reconstruir al sistema políti-co. Para los críticos al “maximato” de Batista, el desplaza-miento de la vieja clase política por éste no había cambiadoel lazo estructural del sistema político cubano con los Esta-dos Unidos, identificando a éste último con los interesesnorteamericanos. Aun la abrogación de la Enmienda Platten 1934, en el contexto de la política del Buen Vecino deFranklin Delano Roosevelt, no cambiaría en esencia el tipode relaciones cubano-americanas prevalecientes; la presen-cia norteamericana seguiría siendo muy fuerte e influyentetanto en la política como en la vida social cubana, lo quevariaría sería el tono no la esencia: en la práctica, los intere-ses económicos yanquis ejercieron una poderosa influenciaconservadora al presionar a su gobierno a no asociarse conlas fuerzas nativas promotoras del cambio, como fue el casodel efímero gobierno de Grau, redundando en el fortaleci-miento de los actores que les garantizarían la continuidadde estas relaciones.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 236: Capitulo de Libro Mexico

236

Independencias y Revoluciones en el Caribe

La Segunda República cubana

La era de Batista como árbitro de la situación política seprolongaría por una década, cuando el propio Batista asu-miría la responsabilidad presidencial de 1940 a 1944, comoculminación de la redacción de una nueva Constitución. Suhabilidad política le permitiría sortear con éxito las dificul-tades de esos años, además de incorporar, en diversas alian-zas estratégicas y coyunturales, a nuevas fuerzas ajenas ala órbita política tradicional como al ABC y a los comunis-tas, quienes colaboraron en su gobierno de 1940.4 La figurade Batista ha sido discutida y analizada desde diversos án-gulos, desde el apologético hasta el denigratorio; sin em-bargo, su importancia política en la historia de Cuba debeenfocarse en esa capacidad para maniobrar entre diferen-tes corrientes ideológicas y aprovecharse de ellas en unmomento que ninguna de las fuerzas emergentes lograbaconsolidarse como una élite gobernante.

En este periodo pasarían por la presidencia CarlosMendieta, de enero de 1934 hasta 1935, cuando fue sustitui-

4 Una muestra de esta flexibilidad ideológica de Batista fue la extrañaalianza que lo llevó a la presidencia, llamada Coalición Socialista Demo-crática, donde se congregaba la vieja clase política, algunos ex militantesdel ABC como Saladrigas, quien terminaría de candidato de Batista paracompetir contra Grau seis años después, y los comunistas del PartidoSocialista Popular, a quienes por más maromas que hicieran posterior-mente, jamás se les quitaría el estigma de haber participado en ese go-bierno, hasta que la Guerra Fría lo permitió; de hecho, el anticomunismodel ala liberal del Movimiento 26 de Julio se deberá a esto y no a unamatriz ideológica. Véase Carlos Márquez Sterling, Historia de Cuba; desdeCristóbal Colón a Fidel Castro, New York, Las Américas, 1962, pp.505-509;Marcial Martínez, Cuba, la verdad de su tragedia, 2ª ed., México, Galeza,1959, p.82-83; y Jorge I. Domínguez, Cuba order and revolution, Cambridge,Harvard University-Belknap, 1978, p. 101.

Page 237: Capitulo de Libro Mexico

237

do por José A. Barnet, quien un año después entregaría elcargo a Miguel Mariano Gómez, hijo del caudillo liberal yex presidente José Miguel Gómez, hasta que entró en con-flicto con el propio Batista hacia finales del mismo año, cuan-do el Senado lo depuso por el vicepresidente FedericoLaredo Bru.

La Constitución de 1940 sería el intento de cristalizarun ideal de un nuevo orden político, el de reorganizar a laSegunda República y darle un nuevo perfil, de acuerdo alreacomodo político entre las diversas fuerzas surgidas dela revolución de 1933 y lo que quedaba de la clase políticaliberal-conservadora.5

El maximato de Batista verá la consolidación de unaizquierda nacionalista, sin carácter marxista, que había apa-recido como rasgo distintivo del periodo abierto en el 33.Esta izquierda se alimentaba con las raíces martianas, porun lado, y de las experiencias del llamado “populismo” la-tinoamericano, por otro. Su nacionalismo los hacía herede-ros del legado de Martí y rescatarían al mítico Partido Re-volucionario Cubano. La izquierda nacionalista o los“Auténticos”,6 plantearían elementos novedosos para cons-

5 La Constitución de 1940 sentaba las bases de un Estado que reflejarálas aspiraciones de la revolución del 33: nacionalismo, democracia y bien-estar social. Para un análisis detallado de ésta, véase a Gustavo Gutiérrez,“La Constitución de 1940 y su peligrosa inoperancia”, en Ramiro Gue-rra, et. al., Historia de la nación cubana, La Habana, Historia de la NaciónCubana, 1952, pp.160-181.6 La palabra auténtico apareció entre paréntesis después del nombre del

partido para subrayar la continuidad de la doctrina y proyecciones “au-ténticas” del gobierno revolucionario de 1933, a quien el pueblo señalócomo “revolucionarios auténticos” por haber repudiado la mediacióndel embajador de Estados Unidos en Cuba, B. Summer Welles, e impul-sar leyes de transformación social y económica para el país. Su funda-ción ocurrió en febrero de 1934, integrando a miembros del Directorio

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 238: Capitulo de Libro Mexico

238

Independencias y Revoluciones en el Caribe

truir una nueva fórmula política. Tocaría a éstos rescatar elpasado y verterlo hacia el presente para plantear un futuro;se sentirán herederos de la gesta libertadora por sus altasvirtudes morales y democráticas compendiadas en la figu-ra del Apóstol José Martí.7 La preocupación, o mejor dicho,la pasión por Martí, articularán el interés por lo nacional,por lo cubano, convirtiéndose en una misión o “magiste-rio”, unánimemente seguido y reverenciado.

A diferencia del liberalismo de la generación del 95,los Auténticos plantearán un programa de reforma econó-mica y social dentro de un marco político democrático. Elnacionalismo auténtico se basaba en una visión optimistasobre el desarrollo de su país, como una entidad plenamen-te independiente en lo político y abierto al desarrollo eco-nómico.

La oportunidad del nacionalismo revolucionario au-téntico entraría muy rápido en bancarrota al llegar al go-bierno y envolverse en las prácticas tradicionales de corrup-ción y peculado. La “verdadera revolución” anunciada por

Estudiantil Universitario, funcionarios del gobierno de Grau y una do-cena de organizaciones antimachadistas; su lema enmarcaba sus aspira-ciones políticas: “Cuba para los cubanos”. Véase “Programa Constitu-cional del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico)”, en HortensiaPichardo (comp.) Documentos para la historia de Cuba IV, 2a. ed., La Haba-na, Editorial Pueblo y Educación, 1986, pp. 280-307.7 Al respecto véase Ottmar Ette, “Hacia una nueva perspectiva: la recep-ción de Martí hasta 1953”, en José Martí. Apóstol, poeta revolucionario: unahistoria de su recepción, trad. del alemán por Luis C. Henao, México, Cen-tro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos/UNAM, 1995,donde el autor analiza la utilización de la figura de Martí como parte deldiscurso de toda la clase política, desde Batista hasta los auténticos; tam-bién véase a Francisco Ichaso, “Preocupación cardinal”, en Ramiro Gue-rra, Op. Cit., pp. 335-339. Cabe mencionar que el autor fue un destacadodirigente antimachadista con el ABC.

Page 239: Capitulo de Libro Mexico

239

Grau devino en un simulacro ahogado por la corrupción yla ineficiencia administrativa que llegó a convertirse en ellubricante del sistema.

Como presidentes auténticos, Ramón Grau y CarlosPrío, serían incapaces de atacar los problemas nacionalesde Cuba, como habían prometido. Después de ocho añosde gobierno, la popularidad auténtica se encontraba disi-pada y la propia organización fragmentada. Una nueva frus-tración se sumaba al historial político cubano. En su mo-mento, al ser elegido como presidente constitucional, Grauhabía sido el candidato presidencial más votado de la his-toria republicana; en torno a él y su partido, se congrega-rían las esperanzas de la revolución que construiría, por fin,una nación en el amplio sentido de la palabra.

En 1947, escandalizados por el nulo avance del pro-grama social y económico, una parte de ellos, se despren-dió para formar bajo el liderazgo de Eduardo Chibás unanueva organización, el Partido del Pueblo Cubano conoci-do como “Ortodoxo”, para reafirmar su apego al legado delApóstol y a la renovación nacionalista vislumbrada en el33. Su programa no era muy diferente al de los Auténticos,salvo en su rigurosa devoción de la labor gubernativa, comoanunciaba su lema “Vergüenza contra dinero”. Sin embar-go, la aparición ortodoxa no evitaría la erosión de toda laclase política, para quien había pasado el tiempo de la re-forma.

Chibás, con sus arengas incendiarias contra la venali-dad oficial, aparecía más como un fiscal en busca de noto-riedad que un líder político capaz de atacar el problemafundamental de la clase política cubana. Sin embargo, suliderazgo fue tan popular que escindió a la élite gobernante

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 240: Capitulo de Libro Mexico

240

Independencias y Revoluciones en el Caribe

del momento,8 para rivalizar con el sucesor de Grau en lapresidencia, Carlos Prío Socarrás, y amenazar la continui-dad en el poder de los Auténticos de no haber terminadosus días al quedar en entredicho su prestigio para compro-bar una acusación de corrupción contra el ministroAureliano Sánchez Arango.

La muerte de Chibás en agosto de 1951, tras una ago-nía de varios días luego de dispararse en vivo mientras con-cluía su tradicional programa de radio, cambiaría la ecua-ción política en Cuba. El ciclo del nacionalismo no termina-ría con la muerte de Chibás, las fuerzas desarrolladas eneste periodo buscarían un nuevo cause que tardarían enencontrar hasta la llegada de su nuevo profeta. Este mo-mento aparecería en el horizonte con el acontecimiento po-lítico que despertaría a los cubanos la mañana del 10 demarzo de 1952. El ex presidente y general Fulgencio Batistase encontraba en el campamento militar de Columbia (enLa Habana) para hacerse del poder. Buena parte del ejérci-to lo secundaría con la cual la Segunda República llegaría asu fin. Un nuevo ciclo de conspiraciones, con el objetivo derestaurar la legalidad quebrada por el golpe de Estado, es-tablecería el espacio necesario para la aparición de una nue-va vanguardia política.

8 A la fundación del Partido Ortodoxo acudieron 15 senadores, 26 repre-sentantes y otro número similar de alcaldes auténticos, además de ungrupo reciclado de abecedarios. Para un observador de la época, “la or-todoxia era un remiendo y tenía una base popular muy diferente a sudirigencia. En las alturas era un partido conservador, en la masa resulta-ba una agrupación de extrema izquierda, sin rumbo fijo”. MárquezSterling, Op. Cit., p. 533.

Page 241: Capitulo de Libro Mexico

241

La Tercera República

El liderazgo del joven abogado Fidel Castro sobre el movi-miento que empezaba a organizar fue absoluto; aprovechóel entusiasmo juvenil de la ortodoxia para constituir el nú-cleo inicial. Podemos identificar dos fases, la primera conel grupo promotor y verdadero núcleo dirigente que facili-taría la segunda fase, la del grupo armado que atacaría elCuartel Moncada. Aquí se encontraría el origen de la futu-ra élite política de la Tercera República cubana. Tanto susvidas personales como políticas de cada uno de sus miem-bros se cruzarían en este momento histórico.

Las demandas judiciales y los discursos encendidosante la tumba de Chibás proporcionaron cierta notoriedada Fidel Castro, también conocía a varios dirigentes del par-tido, como José Pardo Llada y Luis Conte Agüero, sin em-bargo, esto no fue suficiente para la estrategia insurreccional.El empujar a la dirigencia del Partido Ortodoxo hacia lainsurrección no tenía posibilidades, como el propio FidelCastro había empezado a percibir; el asunto, sin embargo,vendría a darse casi anecdóticamente a través de una cade-na de presentaciones personales con la que se irá formandoel núcleo inicial de la dirigencia del “Movimiento”.

El primero sería Jesús Montané Oropesa, quien se des-empeñaba de contable en una agencia automotriz de laGeneral Motors, donde Fidel intentaba vender su viejo au-tomóvil. Montané le presentará, a su vez, a Abel Santamaría,colega de oficio en una agencia Pontiac y militante orto-doxo; entusiasta de la acción quedaría sorprendido por laoratoria de Fidel Castro ante la tumba de Chibás. Abel, a suvez, llevaría a su hermana Haydée y ésta a su novio Boris

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 242: Capitulo de Libro Mexico

242

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Luis Santa Coloma. He aquí el primer reclutamiento. Hastaeste momento, Fidel había sido un aspirante a dirigente perosin aparato propio, su experiencia en la militancia universi-taria y la ortodoxia es la historia de ese desencuentro. Sinembargo, ahora esto está a punto de cambiar, sobre todocon el quinto elemento: Melba Hernández.9 En el remotoorigen, la vanguardia hace sus pininos en el terreno de laagitación propagandística: Abel Santamaría y Jesús Montanéeditarían un especie de volante de denuncia llamado Sonlos mismos, título que cambiarían por El Acusador a sugeren-cia de Fidel; ahí, Castro iniciará sus ataques contra toda laclase política, incluidos los ortodoxos. El mensaje tenía queser escuchado, por ahora el medio no importaba, dada laprecariedad del movimiento. La publicación de estos vo-lantes forjaría la visión del grupo y en el rumbo que es ne-cesario tomar, sobre todo después de la clausura de El Acu-sador en su primer número. Montané, los Santamaría, Melbay Boris Luis serían los primeros cuadros y por ese hecho,sus primeros dirigentes al lado de Fidel Castro. El “Movi-miento” se organizaría formalmente, es decir políticamen-te, más allá de un mero grupo de opinión que les propor-cionaba El Acusador, para ello siguen la tradiciónorganizativa de los grupos vanguardistas cubanos del sigloXX al empezar a construir una organización celular y clan-

9 La primera célula se completaba con el doctor Mario Muñoz, RenéBetancourt, Vicente Chávez, Pedro Miret, Carlos Bustillo, Raúl MartínezArarás, Oscar Alcalde, Eduardo Granados, Gustavo Ameijeiras, ErnestoTizol y Antonio “Ñico” López. El grupo se reúne en el departamento delos hermanos Santamaría, adicionalmente también Juan Manuel Márquezva acercándose al grupo. Todos son militantes ortodoxos, de los cualesMárquez ya tiene una carrera dentro del partido; a excepción del doctorMuñoz, todos están en la segunda década de vida.

Page 243: Capitulo de Libro Mexico

243

destina con un fuerte sentido de la conspiración.10 La jefa-tura del movimiento estaría integrada por el propio Fidel yAbel Santamaría como segundo al mando. La dirección secompletaba con un Comité Civil al que pertenecían MarioMuñoz Monroy, Boris Luis Santa Coloma, Jesús MontanéOropesa y Oscar Alcalde Valls, y un Comité Militar inte-grado por Renato René Guitart, Ernesto Tizol, José LuisTasende y Pedro Miret Prieto.11 Hacia abajo, las células seintegran entre diez y cuarenta militantes, a cargo de un res-ponsable político, quien sería el único vínculo con la direc-ción, es decir, con alguno de los dos comités. Las célulassesionan una vez por semana, con una práctica de tiro, y enellas se evaluarían a los aspirantes en el cumplimiento conla disciplina básica del movimiento, tal como puntualidad,discreción, sobriedad y sobre todo, disposición para el com-bate, es decir, manejo de armas de fuego. Ese es el filtro dereclutamiento por el que pasarán más de un millar de aspi-

10 Jesús “Chucho” Montané recuerda que a los reclutas se les decía “Bue-no, mira, eventualmente este movimiento desemboca en la lucha arma-da, pero no podemos decir por razones de discreción ni cuándo ni dón-de”. A los candidatos se les daba a entender que tendrían prácticas detiro y que todos tenían que pasar por una selección antes de ser acepta-dos. El mismo Montané concluye reflexionando sobre la importancia dela organización para sus militantes: convertirlos en la vanguardia. Laprimera manifestación de esta diferencia respecto a otras organizacio-nes se dará el 28 de enero de 1953 (la manifestación de Las Antorchas),“fue cuando nosotros nos identificamos por la disciplina… En las pun-tas de los palos pusimos unos ganchos, para fajarnos con la policía, asíque nosotros íbamos preparados para terminar aquello mal. Preparadospara el combate. Además de Fidel estaba José Luis Tasende, Ernesto Tizol,a la vanguardia, porque en realidad éramos la vanguardia…” Véase aCarlos Franqui, Diario de la revolución cubana, Barcelona, R. Torres, 1976,p. 68.11 Marta Rojas, La generación del centenario en el juicio del Moncada, LaHabana, Editorial de Ciencias Sociales, 1979, p. 317.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 244: Capitulo de Libro Mexico

244

Independencias y Revoluciones en el Caribe

rantes, pero al final solamente el diez por ciento de ellos sequedarían por reunir las condiciones del combatiente.

Al mismo tiempo, como parte del compromiso demilitancia, todos los aspirantes deberían aportar de acuer-do a sus posibilidades para financiar el movimiento.12 Apartir de este hecho, Fidel Castro puede convertirse en elprimer cuadro profesional del movimiento, es decir, dedi-cado por entero a la formación de la organización y el re-clutamiento de sus militantes. Fidel abría el contacto quedespués Abel Santamaría trabajaba para explorar las posi-bilidades del aspirante; de esa manera se fueron articulan-do las células en barrios periféricos como Arroyo Apolo yen otras poblaciones fuera de La Habana, como Artemisaen Pinar del Río, San Cristóbal Guanajay, Santiago de LasVegas y Matanzas.

Para ese momento, Castro contaba ya con las bases paraintegrar un aparato que potencialmente podía convertirseen instrumento de lucha gracias a la frustrada campaña elec-toral de 1952, ya que facilitó el reclutamiento de jóvenesdispuestos a luchar, además de nuevos contactos políticos.En este sentido hay que destacar el caso de José Suárez Rivas,

12 Ibíd., p.28. También véase a Frei Betto, Fidel Castro y la religión, México,Siglo XXI, 1986, p. 171. En 14 meses, recuerda Fidel en conversación conel dominico brasileño Frei Betto, se reclutaron cerca de 1200 hombres,los cuales fueron seleccionados personalmente por el propio Castro, quienle decía a cada potencial recluta: “Todos los que ingresan al movimientolo harán como soldados de fila, los méritos o cargos que hubiera tenidoen el Partido Ortodoxo no cuenta para nada aquí, la lucha no será fácil yel camino a recorrer largo y espinoso; nosotros vamos a tomar las armasfrente al régimen”. Pedro Miret, el encargado de dar el entrenamiento enel manejo de las armas, calcula a su vez, que por sus manos pasaron1500 hombres divididos en 15 células, según reveló a Tad Szulc. VéaseTad Szulc, Fidel un retrato crítico, Barcelona, Grijalbo, 1987, p. 263.

Page 245: Capitulo de Libro Mexico

245

dirigente juvenil ortodoxo de Artemisa, lugar donde sal-dría el más nutrido grupo de militantes de estemovimiento,13 que todavía no ha sido bautizado. SuárezRivas pondría a disposición de Fidel la estructura del parti-do en Artemisa, así como sus hombres. Junto con AbelSantamaría, Suárez Rivas iniciaría el desfile de personajespolíticos cercanos a Fidel Castro en la organización y ope-ración del movimiento en diversos momentos: su papel es-taría en facilitar estructuras ya montadas y listas para utili-zarse. En la siguiente etapa al Movimiento se le agregarían,en bloque, buena parte del Movimiento Nacionalista Revo-lucionario de García Bárcena. Estas transferencias propor-cionarían cuadros probados en el activismo, además de losmejores organizadores y operadores para la insurrecciónen la provincia de Oriente.14 La última organización dispues-ta para este fin sería el Partido Socialista Popular, nueva-

13 El primer círculo, el histórico de la futura elite, se cierra en este mo-mento con la llegada de los jóvenes ortodoxos como Pepe Suárez; este esel origen de Ramiro Valdés, Ciro Redondo y Julio Díaz, otros destacadosmilitantes. Valdés se convertiría junto al grupo editor de El Acusador (Chu-cho Montané, Melba y Haydée Santamaría), además de Juan Almeida,Pedro Miret y Raúl Castro, figuras emblemáticas pues han transitadodesde 1953 todas las transformaciones del castrismo. La configuraciónde las redes del poder revolucionario pasa, en buena medida, por estaspersonas, a las que se le han ido sumando otras más en la medida que lavanguardia debe transformarse en élite y clase política de una revolu-ción, primero en la Sierra Maestra y después en el ejercicio del gobiernoposterior a 1959. Es interesante observar, para el futuro, que todos losmencionados nunca fueron excluidos del primer círculo del poder, pue-den ausentarse pero nunca irse, excepto por la muerte.14 La segunda ola de dirigentes históricos viene de aquí: Frank País,

Celia Sánchez, Vilma Espín, Armando Hart, Faustino Pérez y muchosmás. Al igual que el anterior grupo, el del Moncada, buena parte de ellosha sobrevivido todo el proceso desde su incorporación hasta nuestrosdías.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 246: Capitulo de Libro Mexico

246

Independencias y Revoluciones en el Caribe

mente un aparato en funcionamiento y con experiencia estomado y transformado.15

En este momento, los jóvenes radicales se concebían así mismos como la vanguardia de la ortodoxia, que choca-ba ante el inmovilismo de los líderes. A principios de 1953,el propio partido entraría en un proceso de división por ladificultad de encontrar un consenso sobre la línea de alian-zas y pactos para combatir a Batista. Enfrentados a estehecho, los jóvenes radicales aumentaron su descontento,expresado en forma elocuente: “Vámonos de aquí. Con es-tos políticos no se puede contar para hacer la revolución”.16

15 El papel de los comunistas en la revolución fue el tema predilecto delos historiadores de la Guerra Fría, sin embargo, aquí podemos observarla existencia de dos grupos: el primero el de los conocidos generacionales,principalmente del activismo universitario como Flavio Bravo, AlfredoGuevara y Lionel Soto, este último el reclutador de Raúl Castro para lasjuventudes del partido. Todos ellos han transitado por el castrismo des-de el ejercicio del poder sin haber sido purgados, hasta la actualidad.Flavio, Guevara y Lionel se mantienen cerca de los hermanos Castro ysin duda colaboraron incondicionalmente con ellos aún en contra delpropio partido en los terribles días del sectarismo y la microfracción.Como comunistas siempre fueron fidelistas, no así la sempiterna direc-ción del Partido Socialista Popular: Blas Roca, Carlos Rafael Rodríguez,Fabio Grobart, Aníbal Escalante, Joaquín Ordoquí, Lázaro Peña, etcéte-ra; la que tuvo que pagar su permanencia en el poder.16 La frase se atribuye a Fidel Castro y está consignada por Szulc y Mario

Mencía. Al recordar esta coyuntura años más tarde, Castro afirmaría quela opción insurreccional por cuenta propia sería consecuencia de la vaci-lación de los partidos establecidos: “enfrascados en todo tipo de dispu-tas y querellas intestinas y ambiciones personales de mando, no poseíanla voluntad ni la decisión necesaria para luchar ni estaban en condicio-nes de llevar adelante el derrocamiento de Batista [...] Fue entonces cuan-do, partiendo de nuestra convicción de que nada podía esperarse de losque hasta entonces tenían la obligación de dirigir al pueblo en su luchacontra la tiranía, asumimos la responsabilidad de llevar adelante la Re-volución”. Véase el discurso de Fidel Castro en la “velada solemne enocasión del XX aniversario del asalto al cuartel Moncada”, en Discursos,La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1976, p. 101. Otras fuentes

Page 247: Capitulo de Libro Mexico

247

El sentimiento de insatisfacción será el factor aglutinadorde estos jóvenes y a través de él se irá conformando unanueva vanguardia política. Sus rasgos distintivos estaríanen la ya mencionada juventud de sus integrantes, impetuo-sos por entrar en acción y, en apariencia, por una vaga oimprecisa formación política, que podría explicarse por unacultura política fincada en la herencia vanguardista de lageneración anterior del 33. Un profundo sentimiento de in-conformidad ante lo establecido explicaría, en buena medi-da, la conciencia política de grupo, al mismo tiempo que seempezarían a fincar una serie de lazos personales que deri-varán en la formación de un espacio social donde sus inte-grantes se identificarían como miembros de una misma or-ganización.

Será un grupo heterogéneo de acuerdo a su origen so-cial: habrá profesionales universitarios, obreros de la cons-trucción, comerciantes, estudiantes, etcétera. En ese senti-do, el grupo fidelista será un gran frente que aglutinará apersonas de distinto origen en un objetivo común: derribaral gobierno de Batista.

En cuanto al perfil de los primeros militantes, sabe-mos muy poco, salvo las excepciones como Artemisa don-de ya estaban organizados políticamente y tenían una vidacomunitaria conocida; del resto de las células no es posibleidentificar a quienes las integraban, lo que dificulta la re-

para el mismo documento Cfr. Miriam Fernández Sosa, (comp.) Selecciónde lecturas de historia del pensamiento político cubano II, La Habana, Facul-tad de Filosofía e Historia, Universidad de La Habana, 1989, pp. 269-290; y Fidel Castro, Hoy somos un pueblo entero, México, Siglo XXI, 1988,pp. 91-124.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 248: Capitulo de Libro Mexico

248

Independencias y Revoluciones en el Caribe

construcción de la misma organización.17 Los historiadoresde la revolución cubana han dado por bueno el informe de1,500 reclutados por Fidel Castro y entrenados por PedroMiret, sin embargo, nadie se ha preguntado si este dato tie-ne algún sustento, pues si como el propio Fidel recuerda, laorganización era clandestina y los miembros de la célulasólo tenían vínculo con un responsable político y éste, a suvez, tenía contacto con uno de los comités directivos, esta-mos ante la creencia de un testimonio oral, pues únicamen-te Fidel sabe si en realidad fueron reclutadas tantas perso-nas para una operación de comando armado. Si la informa-ción es cierta, entonces ¿para qué reclutar a un millar ymedio si sólo se iba a armar al diez por ciento de ellos? Alparecer este hecho, extraño y confuso, tiene que ver con laforma del reclutamiento, se hablaba con muchas personaspero muy pocas pudieron reunir los requisitos del militan-te, como mencionó Montané, las demás fueron descarta-das; lo más probable es que los eliminados (alrededor de1,250) ya no contaron como un cuadro confiable y, por tan-to, desaparecieron de las células activas que —previo alMoncada— no serían más de diez. Al resto ni siquiera seles dejó como células de reserva,18 es decir, no existiría una

17 No resulta extraño, por eso, que esta parte de la reconstrucción histó-rica esté fundamentada en la palabra de Fidel Castro: él como única fuenteprimaria. Ni los historiadores cubanos, ni los extranjeros que han tenidoacceso a los archivos cubanos han mostrado algún interés por describirlas entrañas de la organización, saber cómo funciona y quiénes la hacenfuncionar. Por otro lado, y hasta donde hay indicios, no se hizo nada conuna organización celular intacta en un noventa por ciento, no se le asig-nó ninguna tarea ni se les mantuvo con algún fin.18 El testimonio de Efigenio Ameijeiras, hermano de Juan Manuel, y fu-

turo expedicionario en el Granma, puede ilustrarnos este asunto: “…des-pués de los hechos del Moncada… Entonces organizamos una célulaahí, donde habíamos dicho, de acción en la que participan más directa-

Page 249: Capitulo de Libro Mexico

249

estructura permanente ni se pensaría en hacer algo con ellos.El historiador de estos hechos no cuenta con documenta-ción de la cual pueda inferir información (lo cual no quieredecir que no exista), este problema se volverá a presentarmás adelante, con la integración del Movimiento 26 de Ju-lio y el Ejército Rebelde: nunca aparece información comoun padrón de militantes, o de reclutas y simpatizantes, yano digamos documentación que valide la existencia de unaorganización como actas, acuerdos, resolutivos, congresos.Hasta el momento, no existen documentos públicos, todoes testimonio oral y memorias de los involucrados, en elmejor de los casos.

Para el asalto al Cuartel Moncada, tenemos la certezade sólo el diez por ciento de los miembros del total de lascélulas activas, de los cuales 44 eran obreros; 33 dependien-tes de tienda y/o empleados; 11 jornaleros agrícolas; 6 es-tudiantes, 3 profesionales universitarios y el resto de diver-sas ocupaciones, que iban del estibador de muelle, carpin-tero, comerciante, mensajero, zapatero, fotógrafo, mecáni-

mente en la acción Iván, Juan Vázquez, Chibás, Samarí, Julio César. Coneso era lo que manteníamos allí, dentro del local aquel de Prado 109 dela Ortodoxia, la llama de la rebeldía, mientras ellos estaban en presidio;ya empezábamos a poner algunas bombas, hacíamos algunos actos decalle, participábamos en todas las manifestaciones estudiantiles, hastala salida del presidio…” Carlos Franqui, Op. Cit., p. 79. Nuevamentetenemos más preguntas que respuestas, en este caso sobre las célulasque se mantenían activas o latentes, y que después se integrarán al 26 deJulio y al Ejército Rebelde, como sería la biografía del propio Efigenio ysus hermanos. ¿Las células se crearon por un impulso de réplica, es de-cir, por la libre, o tenían un lazo orgánico con el comando del Moncada?Todo parece indicar que la respuesta se encuentra en la primera pregun-ta, lo cual nos lleva a insistir en la necesidad de ampliar las indagacionessobre las características del aparato. Seguimos sin conocer cuáles sonsus características.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 250: Capitulo de Libro Mexico

250

Independencias y Revoluciones en el Caribe

co. Aún al cuantificar el origen social de ellos encontramosdiferencias, dependiendo de la fuente.19 Sin embargo, lo im-portante del grupo no está en su perfil socioeconómico, puesera tan heterogéneo que difícilmente podría pasar como unaorganización de clase, que a su vez derivaría a una ideolo-gía.

Para este momento, podemos decir que estaríaestructurada una organización con un solo objetivo: operaruna acción militar; más allá de eso, formar una organiza-ción política sería muy arriesgado afirmarlo, además quelas evidencias no muestran que hacia allá se encaminaríanlos radicales ortodoxos. Lo único que podemos apreciar esel manejo del tiempo, de la oportunidad una vez que elmismo Partido Ortodoxo había cerrado la opcióninsurreccional. La idea de la insurrección popular es unaconstante en la historia política cubana hasta ese momento,cuyo referente sería la revuelta de los sargentos en septiem-bre de 1933, que daría origen a la Segunda República. Lainsurrección exitosa de los sargentos con la toma del cuar-tel militar y la unión de un grupo político externo de van-guardia (los activistas del DEU, por ejemplo) sería el mode-lo para la acción. La idea se enfocaría en la toma del poderen forma relampagueante, de ahí que la acción de un co-mando militar se proyectaría y realizaría para toma por asal-to al segundo cuartel militar de importancia del ejércitocubano, el Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, para el

19 Cfr. Thomas Hugh, Cuba; la lucha por la libertad, 1762-1970, Barcelona,Ediciones Grijalbo, 1971; con las informaciones de Mario Mencía Cobas,Marta Rojas y Carlos Franqui, cuyas obras han sido citadas anterior-mente.

Page 251: Capitulo de Libro Mexico

251

26 de julio de 1953.20 Fidel adaptaría la ecuación en la me-dida que no se vislumbraba el complot militar desde el in-terior del cuartel, y le conferiría al grupo de vanguardia todoel peso de la operación al apelar a las masas en la creenciade un levantamiento popular espontáneo combinado conuna huelga general una vez tomado el cuartel militar:

Se llamaría al pueblo a luchar contra Batista [...] Se convoca-ría a los obreros de todo el país a una huelga general revolu-cionaria por encima de los sindicatos amarillos y los líderesvendidos al gobierno. La táctica de guerra se ajustaría al desa-rrollo de los acontecimientos. [En] Caso de no poder sostenersela ciudad con mil armas que debíamos ocupar al enemigo enSantiago de Cuba, iniciaríamos la lucha guerrillera en la Sie-rra Maestra.21

20 Para una descripción detallada sobre los preparativos al ataque alMoncada confróntense las versiones de Carlos Franqui y Mario MencíaCobas. La acción del Moncada se complementaría con un ataque simul-táneo al cuartel de Bayamo por otro grupo. Sin embargo, la primera op-ción de ataque estuvo en el cuartel Militar de Pinar del Río, a razón deestar cerca de Artemisa, pero tenía el inconveniente de estar cerca de lacapital y con la mayor concentración de tropas del país. Renato Guitart,miembro de la dirección y santiaguero sugirió el cuartel Moncada deSantiago, dadas las ventajas logísticas de la lejanía respecto a la capital.21 Fidel Castro, Discursos, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1976,

p. 107. Desde este momento es necesario acotar lo siguiente sobre la fuen-te: Fidel ha hecho y rehecho los acontecimientos como sería el tener unPlan B si el ataque al cuartel fallaba, por ejemplo, crear una guerrilla enla Sierra Maestra. Los sobrevivientes del Moncada no aluden a planesde reagrupamiento en la Maestra, la derrota es tal que no tienen las con-diciones para una guerrilla: no cuentan con una retaguardia ni con tro-pas de refuerzo, ni armas ni municiones, todo está acomodadodiscursivamente para nunca aparentar la derrota. Lo que sí es importan-te en la anotación (con cursivas) es pragmatismo de la táctica para laguerra revolucionaria, esa sí que será una constante que pocas veces seha estudiado como tal, es decir, la reconstrucción histórica como partede la guerra.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 252: Capitulo de Libro Mexico

252

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Como se ve, la acción estaba impregnada de una vi-sión muy optimista sobre el posible éxito del ataque, comoes el confiar todo al impacto de un grupo de vanguardiasobre la conciencia de la sociedad, pues no había un trabajopolítico previo sobre algún sector social que se quería moti-var, mucho menos el grueso de la sociedad. En ese sentido,el éxito de la operación se dejaría a las circunstancias, puesaún en el caso de haber tomado el cuartel, no sería segura laparticipación necesaria para la insurrección. La operacióndel Moncada es el sueño de toda vanguardia al pretendergenerar un gran movimiento de masas a partir de la identi-ficación de ciertos ideales y aspiraciones que se supone es-tarán en el pueblo o la nación, condensadas en un progra-ma político dirigido al calor del combate.22

El programa aludido por Castro —conocido posterior-mente como “El Manifiesto del Moncada a la Nación”— es

22 Al ser interrogado por un fiscal sobre las fuerzas con que contaba parallevar a cabo su plan, Fidel respondió que únicamente con el pueblo,pues “El pueblo hubiera respondido firmemente si llegamos a ponernosen contacto con él. Nuestro plan consistía en tomar el Moncada e inme-diatamente después propalar, por medio de todas las emisoras de radiode la ciudad, el último discurso de Chibás. Habríamos leído nuestro pro-grama revolucionario al pueblo de Cuba; nuestra declaración de princi-pios contiene los anhelos de varias generaciones de cubanos. En esa opor-tunidad todos los líderes de la oposición nos hubieran apoyado sumán-dose al Movimiento en toda la República. Con todo el pueblo unido ha-bríamos derrocado al régimen de facto”. Véase Marta Rojas, Op. Cit., p.37. Aquí nos encontramos con la principal error del ataque al Moncada:Fidel puede presumir la planeación de los detalles militares, pero exhibecon toda su magnitud su falla política, pues deja al azar el resultadocomo es que el “pueblo” y los líderes políticos se unieran, así ilumina-dos por un rayo, a la insurrección hinchados de fervor patriótico “alescuchar un discurso de Chibás”. Resulta todavía más sorprendente queuna operación tan fallida sea reconstruida como un acto fundacional deuna revolución seis años después.

Page 253: Capitulo de Libro Mexico

253

un documento histórico, y en esa medida, vale la pena ana-lizarlo por ser un recuento y declaración de principios, don-de se plasmaba un programa de reconstrucción nacional.23

Resulta interesante observar cómo, por primera vez, la van-guardia insurreccional elabora un discurso histórico al con-siderarse como el eslabón de una larga cadena de una “re-volución inacabada”: iniciada por las fuerzas independen-tistas en 1868, continuada por Martí en 1895, y actualizadapor Guiteras y Chibás en la etapa republicana, donde elgolpe de marzo había sumido en el caos a la nación. ElManifiesto establecería la ruptura generacional entre unaclase política claudicante frente a una dictadura y la “ju-ventud del Centenario”, que no mantenía otro anhelo másque honrar con sacrificio y triunfo el sueño irrealizado deMartí.

En este contexto, anunciaba “la revolución nueva”,necesaria para renovar “de una vez y para siempre” la si-tuación en la que han hundido al país los miembros de unaclase política sin honra. Esta renovación parte del “senti-miento nacional cubano” y de esas raíces independentistasrepresentadas por Céspedes, Maceo, Gómez, Martí, etcéte-ra, y que culminará con un ciclo histórico de frustraciónentre los cubanos por alcanzar la libertad e independencia,como señalaba: “En 1853 con el nacimiento de un hombreluz [Martí], comenzó la revolución cubana; en 1953 termi-nará con el nacimiento de una República de luz”. La nuevaRepública, de acuerdo al Manifiesto, se caracterizará por laatención al problema social, como lo indican los incisos H,

23 Ibid., p. 37. La redacción del documento fue encomendada por Fidel aRaúl Gómez García, quien siguió las orientaciones de éste para elaborar-lo. Gómez García caería muerto en el Moncada.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 254: Capitulo de Libro Mexico

254

Independencias y Revoluciones en el Caribe

I, K, además de reconocer a la Constitución de 1940 comoúnico código oficial del país.

El fracaso del asalto al Cuartel Moncada y la cruentarepresión de la que serían objeto sus participantes, marcó elnacimiento de un grupo de vanguardia que con su activismofracturaría, en poco tiempo, a la clase política establecida.Los hechos del Moncada romperían -simbólicamente en estemomento, pero dejando un precedente para el futuro- conel pasado y todo lo que ello representaba, para nacer libre ylimpia de cualquier pecado del viejo sistema político. ElMoncada sería la prueba de fuego que sacrificó y, al mismotiempo, purificaría a los verdaderos revolucionarios frentea los que “tenían la obligación de dirigir”. El sacrificio y elmartirio serán, pues, nuevos valores incorporados a la ac-ción política presentada como un deber histórico de la van-guardia y llevados a la práctica para cumplir con un finpedagógico de la realización de un destino, al mostrar elcamino a seguir.24 En este sentido debemos establecer la lec-tura del primer texto básico de la vanguardia castrista: La

24 Carlos Franqui, Op. Cit., p. 72. Al reunir a sus hombres antes de partirrumbo al Moncada, Fidel remarcaría este aspecto del sacrificio como unanecesidad política, al decirles: “Compañeros, podrán vencer mañana oser vencidos, pero de todas maneras este movimiento triunfará. Si ven-cen mañana será lo que aspiró Martí; si no, el gesto servirá de ejemplo alpueblo de Cuba”. Meses después de estos acontecimientos, Fidel Castroescribía desde la prisión de la isla de Pinos a Luis Conte sobre las moti-vaciones de atacar ese cuartel militar, confirmando el imperativo del sa-crificio como la primera prueba política: “Nuestros sentimientos estánllenos de lealtad hacia los más puros ideales de Eduardo Chibás; que losque cayeron en Santiago de Cuba son militantes del partido que él fun-dara; y que con él aprendieron a morir cuando la patria necesita de lainmolación heroica para levantar la fe del pueblo en el temple de sushijos y en la realización inevitable de su destino histórico”. Luis ConteAgüero, Fidel Castro. Vida y obra, La Habana, Ed. Lex, 1959, p. 21-22.

Page 255: Capitulo de Libro Mexico

255

historia me absolverá.25 Ahí Fidel fundamentará la revolucióncomo una necesidad histórica —siguiendo los argumentospresentados en las frustradas demandas judiciales contraBatista y el Manifiesto del Moncada— y además señalaráclaramente la transformación de la vanguardia en una nue-va élite dirigente que disputará el poder al conjunto de laclase política, que ya no cumplía con su papel político.

En el citado texto, que recoge la defensa que el mismoFidel haría de sí mismo ante el tribunal que lo juzgaba, Cas-tro declaró que de haber triunfado el asalto al Moncada ytomado la ciudad de Santiago, se emitirían cinco leyes re-volucionarias, de las cuales destaca la primera por ser don-de establece la necesidad del cambio político al desplazar ala élite gobernante. Por su importancia, y pese a su exten-sión, vale la pena su reproducción textual para ir aclarandoel concepto que nos ocupa:

La primera ley revolucionaria devolvía al pueblo la so-beranía y proclamaba la Constitución de 1940 como la ver-dadera ley suprema del Estado, en tanto el pueblo no deci-diese modificarla o cambiarla, y a los efectos de su implan-tación y castigo ejemplar a todos los que la habían traicio-nado, no existiendo órganos de elección popular para lle-varlo a cabo, el movimiento revolucionario, como encarna-ción momentánea de esa soberanía, única fuente de poderlegítimo, asumía todas las facultades que le son inherentesa ella excepto la de modificar la propia Constitución: facul-tad de legislar, facultad de ejecutar y facultad de juzgar.

25 Fidel Castro, La historia me absolverá, La Habana, Ciencias Sociales,1975, p. 71.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 256: Capitulo de Libro Mexico

256

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Esta actitud no podía ser más diáfana y despojada dechocherías y charlatanismos estériles: un gobierno aclamadopor la masa de combatientes, recibiría todas las atribucionesnecesarias para proceder a la implantación efectiva de lavoluntad popular y de la verdadera justicia.26

Resalta, en primer lugar, la problemática de la sobe-ranía popular, raíz y razón de estos acontecimientos. ParaCastro, si bien el pueblo es el único depositario de ella, enlas circunstancias que motivaron la insurrección era inope-rante. Para restaurarla, se requeriría mucho más que unasimple declaración formal; sería necesario borrar el pasadoy con él, a sus representantes. El primer paso es algo másque una simple restauración del estatus jurídico anterior algolpe de Estado del 10 de marzo para castigar a “todos losque la habían traicionado”; por el contrario, es el inicio delejercicio del poder político por la vanguardia victoriosa queen realidad restauraría la verdadera historia nacional cuba-na, de ahí la expresión de juzgar como claudicantes a todala clase política. Hay que subrayar este hecho: el 26 de juliode 1953 es el inicio de una nueva etapa histórica, y de acuer-do con lo expresado por Fidel Castro, cualquier otra opciónque no sea la victoria de la vanguardia es un retroceso polí-

26 Ibid., p. 71. Las cursivas son mías. La segunda ley revolucionaria con-

cedía la propiedad de la tierra a todos los colonos y arrendatarios meno-res de cinco caballerías, previa indemnización por parte del Estado a susantiguos propietarios. La tercera, otorgaba a los obreros y empleados elderecho a participar con el 30% de las utilidades de su empresa. La cuar-ta concedía el derecho a todos los colonos, que llevasen más de tres añosde establecidos, a participar con el 55% del rendimiento de la caña ycuota mínima de 40 mil arrobas. La quinta ordena la confiscación detodos los bienes productos de la corrupción administrativa, pasando un50% de ellos a formar una caja de retiro para obreros y la otra mitad parahospitales, asilos y casa de beneficencia.

Page 257: Capitulo de Libro Mexico

257

tico e histórico, sería un engaño y una estafa más ponerlaen manos de quienes habían claudicado para salvaguar-darla. La diferencia entre la vanguardia y la clase políticaestá en este sentido de misión histórica (apostolado comolo expresara Martí) propia de la vanguardia que convierte ala acción directa (la insurrección) en el único instrumentopara hacer política, traspasando cualquier aparato políticoestablecido. Aquí están las raíces de la singularidad revolu-cionaria de la experiencia castrista que no requeriría de unaparato político formal porque su teoría no supone una ideo-logía, apela al derecho republicano y a los valores de unaherencia histórica que tiene en la ruptura la idea de la revo-lución en su afán de buscar la modernidad. Esa característi-ca la hará adaptable a cualquier circunstancia y matiz ideo-lógico según la coyuntura política y sus contrapesos delmomento, mientras la vanguardia se transforma para asu-mir su verdadero papel, el de élite del poder político.

La soberanía es la única fuente de poder legítimo y,en consecuencia, el problema estará en la forma de asumir-la. Para Castro, a falta de los mecanismos formales paraacceder a ella, la insurrección proporcionará esa legitimi-dad en el ejercicio del poder, es decir, el movimientoinsurreccional encarnaría esa soberanía [la representación]de manera momentánea hasta que el depositario de ella, elpueblo, decida otra cosa. La vanguardia insurreccional re-presentaría la parte consciente y activa del conjunto socialporque estará apelando al ejercicio de un derecho —deacuerdo al liberalismo— mismo que le confiere a éstos, yacomo representantes, la “facultad de legislar, facultad deejecutar y facultad de juzgar”, es decir, capacidad para go-bernar.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 258: Capitulo de Libro Mexico

258

Independencias y Revoluciones en el Caribe

La vanguardia insurreccional y quienes la integran, porese mismo hecho, se convertirá en élite gobernante capaci-tada para ejercer el poder. Éste, se torna en un “derecho” deuna nueva élite como apunta Castro al estimar que “ungobierno aclamado por la masa de combatientes” sería laúnica posibilidad de que ahora sí se implante la “verdade-ra voluntad popular”. La vanguardia transmutada por lainsurrección en nueva élite la “masa de combatientes” se-ría la viva encarnación de la soberanía y voluntad popula-res, es decir, asumiría la representación política. Vale decirque toda representación política siempre es activa. En estesentido, la problemática del restablecimiento de todos losmecanismos democráticos que requiere la sociedad paradelegar su representación pasaría a un segundo plano; lasociedad sería tutelada por una nueva élite que se conside-ra su defensora e intérprete.27 Esta problemática se tornaríaaun más interesante si consideramos que la preocupacióninicial del movimiento insurreccional estaba en recuperarel equilibrio roto por el golpe de marzo. Todos los gruposinsurreccionales, incluido el liderado por Castro, plantea-ban una vuelta al equilibrio democrático, pero ahora nosencontramos con un replanteamiento de la situación. En laya citada conversación con Frei Betto, Fidel acotaría:

27 Frei Betto, Op. Cit., p. 167. Treinta años más tarde, Fidel Castro recor-

daría cuáles fueron las condiciones que lo llevarían a tal conclusión: “Yorecuerdo que aquella masa no sabía, pero sufría; aquella masa estabaconfundida, pero también desesperada. Era capaz de luchar, de mover-se en una dirección. A aquella masa había que llevarla al camino de larevolución por etapas, paso a paso, hasta alcanzar plena conciencia polí-tica y plena confianza en su destino”. Para un análisis más detalladosobre este asunto véase a Ignacio Sosa, “El castrismo: la utopía del desa-rrollo”, en Ignacio Sosa Álvarez, et. al., Cuba de la utopía al desencanto,México, CEIDS/UAEM, 1993, pp. 8-18.

Page 259: Capitulo de Libro Mexico

259

Inicialmente pienso que hay que volver a la etapa cons-titucional anterior; ahora había que derrocar la dictaduramilitar. Yo estoy pensando en que hay que recuperar el sta-tus anterior, y que todo el mundo se uniría para liquidaresa cosa infame y reaccionaria que era el golpe de Estadode Batista [...] Para mí estaba claro que había que derrocar aBatista mediante las armas y volver a la etapa anterior, alrégimen constitucional, pues sería seguramente el objetivode todos los partidos, y yo había concebido la primera es-trategia revolucionaria con un gran movimiento de masasque se instrumentaría inicialmente a través de cauces cons-titucionales.28

La importancia de la Primera Ley Revolucionaria esta-blecida en La historia me absolverá radicaría en este rompi-miento que no asomaba antes del 26 de julio de 1953, cuan-do la vanguardia castrista entraría en acción al atacar elcuartel Moncada de Santiago de Cuba. A partir de enton-ces, el movimiento insurreccional encontraría una nuevavertiente apenas vislumbrada por todos los grupos radica-les del momento. Pequeño detalle que hará la gran diferen-cia posteriormente.

El Moncada como acontecimiento político, por otrolado, establecería a Fidel Castro, en forma definitiva, comouna de las estrellas del firmamento político cubano y a suliderazgo como el más serio opositor a Batista y su gobier-no; si bien el primer objetivo no se lograría, sí se consegui-ría el efecto ostensible que atraería la atención de otros jó-venes hacia el camino trazado por esta arrojada vanguar-dia.

28 Frei Betto, Op. Cit., p. 70.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 260: Capitulo de Libro Mexico

260

Independencias y Revoluciones en el Caribe

La prisión en la Isla de Pinos de los sobrevivientes delasalto al Cuartel Moncada, su excarcelación, la oficializaciónde un movimiento político hecho para la insurrección y eldesembarco para tal fin, marcarían la segunda etapa de laformación de la élite revolucionaria; como señalamos ante-riormente, ya se ha formado el núcleo inicial, ahora vienela segunda capa o segmento de militantes y dirigentes quemoldearían todo el ciclo inicial, vale decir, histórico, puesen él se encontrarían los que harán la revolución con lasarmas.

El asalto al Cuartel Moncada terminaría con una etapae iniciaría otra dentro del proceso político cubano. Hacien-do un balance, Castro empezaría a sacar dos conclusionesque le reafirmarían la estrategia insurreccional.29 Para él, elfracaso en la toma del cuartel Moncada se debió a “factoresabsolutamente accidentales”, que desarticularon laacción.30 Por lo tanto, la primera conclusión tenía que vercon la organización con que se contaba; la segunda, con losvalores que cada uno de los militantes debía poseer. Los

29 Carlos Franqui, Op. Cit., p. 88. Un par de meses después de su llegadaa prisión, Castro reflexionaba sobre esta etapa de su vida: “¡Qué escuelatan formidable es esta prisión! Desde aquí termino de forjar mi visióndel mundo y completo el sentido de mi vida [...] siento reafirmarse másmi convicción de sacrificio y de lucha”. 30 En el ya citado discurso conmemorativo del asalto al Moncada, Fidelharía dicho balance: “Lo más difícil del Moncada no era atacarlo y to-marlo, sino el gigantesco esfuerzo de organización, preparación, adqui-sición de recursos y movilización, en plena clandestinidad [...] Con infi-nita amargura vimos frustrarse nuestros esfuerzos en el minuto culmi-nante y sencillo de tomar el cuartel. Factores absolutamente accidentalesdesarticularon la acción [...] Sin los accidentes fortuitos queinfortunadamente ocurrieron, lo habríamos tomado. Con una mayorexperiencia operativa lo habríamos podido tomar por encima de cual-quier factor accidental”. Véase Fidel Castro, Discursos… Op. Cit., p.107.

Page 261: Capitulo de Libro Mexico

261

problemas de organización y de formación de la concienciainsurreccional estarían presentes en la mente de Fidel en laestancia de 22 meses en la prisión de la Isla de Pinos, a don-de fueron a parar los moncadistas condenados.

Nuevamente el filtro de reclutamiento sería uno: lacapacidad militar para la lucha insurreccional de la verda-dera vanguardia que se plasmará con la fundación del Mo-vimiento 26 de Julio en 1955,31 como primera etapa y, pos-teriormente, con el Ejército Rebelde en la Sierra Maestra,con los problemas de conjunción para una organizaciónbipolar con dos grandes segmentos. El Movimiento legiti-mará primero la formación y el Ejército Rebelde la perma-nencia en la nueva élite del poder en un proceso paraleloque tenemos que advertirlo en dos niveles; uno, al interiordel propio aparato y, otro, en su relación con las demás fuer-zas políticas a lo largo de la lucha insurreccional. A partirde estos hechos se conformaría el espacio social y culturalque permitiría desarrollar la política, identificando una se-rie de valores que cohesionarían a sus miembros a todo lolargo de este trayecto. Varios serían los rasgos característi-

31 El reclutamiento de los militantes del Movimiento 26 de Julio sigue

siendo uno de los episodios que, a pesar de los años transcurridos, no hasido estudiado en sus pormenores. Se sabe la estructura y sus responsa-bles, pero no se conoce, por lo menos públicamente, cuáles eran los me-canismos de reclutamiento y cuál era el proceso (si es que lo había) alque eran sometidos los aspirantes. Lo que sí podemos establecer es quea los sobrevivientes del Moncada que se incorporaron a la nueva aven-tura gozaron, por ese hecho, de la plena confianza de la dirigencia. Otroaspecto que resulta peculiar será el origen político de buena parte de losnuevos militantes, ya con experiencia política en grupos vanguardistas,que entrarán en bloque, como sucedería con los activistas del MovimientoNacionalista Revolucionario de García Bárcena, o la organización crea-da por Frank País en Santiago, la ARO. Todos ellos coincidirían en el 26de Julio.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 262: Capitulo de Libro Mexico

262

Independencias y Revoluciones en el Caribe

cos en este proceso; por ejemplo, la fidelidad a la figura dellíder, en este caso Fidel Castro y la aceptación de los valorespolíticos que éste implantaría como las bases de una nuevafórmula política. Así, el reclutamiento estaría abierto paratodo aquel que acate estas premisas. A lo largo de la prisiónen la Isla de Pinos, las cartas escritas por Fidel nos mues-tran esta dinámica, al tiempo que ayudan a comprenderesta relación. Sobresale un hecho que se convierte en ins-trucción política a Melba Hernández y Haydée Santamaría,las heroínas del Moncada y enlace de Fidel con el exterior,lo primero es conservar el núcleo de la organización. Envez de reclutar más cuadros, se debe hacer lo contrario, con-servarlos y evitar la sangría de los mismos, lo demás seríapropaganda y coordinar el trabajo político al interior y ex-terior del país, cuidando mucho el tipo de alianzas que sehagan para evitar que el movimiento fuera utilizado porotros; y por último, defender los principios del movimien-to sin pelearse con nadie.32

La reorganización del movimiento insurreccional se-ría la primera tarea a la que Castro y sus más allegados co-

32 Las partes medulares de dicha comunicación son las siguientes:“1º Nodebe abandonarse ni un minuto la propaganda porque es el alma detoda lucha. La nuestra debe tener su estilo propio y ajustarse a las cir-cunstancias [...]; 2º Hay que coordinar el trabajo entre nuestra gente deaquí y el extranjero [...] Hay que considerar con extremo cuidado cual-quier otro propósito de coordinación con otros factores no sea que pre-tendan utilizar simplemente nuestro nombre [...] No admitir ningún gé-nero de subestimación; no llegar a ningún acuerdo sino sobre bases fir-mes, claras, de éxito probable y beneficio positivo para Cuba. De lo con-trario es preferible marchar solos hasta que salgan estos muchachos for-midables que están presos y que se preparan con el mayor esmero parala lucha. 3º Mucha mano izquierda y sonrisa con todo mundo. Seguir lamisma táctica que se siguió en el juicio: defender nuestros puntos devista sin levantar ronchas. Habrá tiempo después para aplastar a todaslas cucarachas juntas [...] Acepten todo el que quiera ayudarles, pero

Page 263: Capitulo de Libro Mexico

263

laboradores se dedicarían desde el otoño de 1953, cuandoéste fue trasladado a la Isla de Pinos para cumplir su con-dena por el asalto al cuartel Moncada. Los encarcelados delMoncada se convertirían, por la fuerza de las circunstan-cias, en una especia de guardia para el liderazgo castrista;serán ellos el bastión que resguarde a la verdadera élite. Noresultaría extraño que al reunirse con ellos, se formara laAcademia Ideológica “Abel Santamaría”, donde se impar-tirían cursos de filosofía, historia universal, economía, po-lítica, matemáticas, idiomas y literatura española, en sesio-nes de mañana y tarde para completar una jornada de cin-co horas de clases.33 La formación política ya está aquí, aménque se cultivan los lazos de lealtad y cercanía personal.

El anuncio de Batista, en abril de 1954, convocando aelecciones generales el siguiente año, para legitimar su es-tancia en el poder, aceleraría los preparativos de los planesdel grupo de la Isla de Pinos. En una serie de cartas escritasdesde prisión a Luis Conte. Fidel urgía a mantener los prin-cipios, pues de éstos “surgirá más purificado y limpio elideal redentor”. Al referirse a la situación que se creaba conlas anunciadas elecciones, Castro estimaba que:

Los hombres decentes y las masas de mayor conciencia polí-tica han quedado marginadas de la lucha comicial como re-sultado del cuartelazo traidor; estamos presenciando una

recuerden, no confíen en nadie”. Luis Conte Agüero, Op. Cit., pp. 37-38;Carlos Franqui, Op. Cit., pp. 99-100. Más adelante veremos que la rela-ción con otras fuerzas políticas, sobre todo los ortodoxos, resulta muycompleja, a tal grado que amerita una severa llamada de atención delpropio Fidel hacia sus colaboradores.33

Para mayor detalle sobre la vida de los presos del Moncada en la Islade Pinos, véanse los testimonios recuperados de Mario Mencía y CarlosFranqui, anteriormente citados, así como el trabajo de Juan Almeida,¡Atención! ¡Recuento! Presidio, exilio, desembarco, La Habana, Editora deCiencias Sociales, 1992.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 264: Capitulo de Libro Mexico

264

Independencias y Revoluciones en el Caribe

batalla de ladrones: los ladrones de ayer contra los ladronesde antier y hoy; una lucha entre traidores a la Constitución ylos traidores al pueblo en desgracia; una lucha entre los crea-dores del porrismo y los fundadores del gansterismo, entrela tiranía y la comedia, de donde resulta tragedia para elpueblo. Cualquiera puede ganar, pero Cuba pierde de todasmaneras.34

La coyuntura de las elecciones permitiría a Fidel vol-ver con su tesis de barrer con el pasado, el sistema y sushombres, por corruptos. Para él, la campaña electoral era ladefinición entre los ladrones que se repartían a la Repúbli-ca, por un lado, y lo que quedaba de limpio e idealista porel otro. Frente a este panorama, no quedaba otro caminoque el ya esbozado en el Moncada.35 Para agosto de 1954,Castro sintetizaba su primera visión de la futura organiza-ción; resulta ilustrativo el siguiente párrafo donde descri-birá cuáles serían las características de ésta, pero sobre todo,el papel que él mismo jugaba en la misma:

En primer término yo debo organizar a los hombres del26 de Julio y unir en un irrompible haz a todos los comba-

34 Luis Conte, Op. Cit., pp. 25-30. Estas cartas fueron escritas desde di-

ciembre de 1953 hasta mayo de 1955 y están dirigidas a diversos perso-najes que van desde sus hermanas hasta los familiares de los caídos en elMoncada. La carta señalada, dirigida a Luis Conte, está fechada el 12 dejunio de 1954. Para una fuente alternativa véase a Carlos Franqui, Op.Cit., pp. 85-117.35 Luis Conte, Op. Cit. p. 32. En carta de junio 19 de 1954, Castro estima-

ba que el país atravesaba por una crisis “inevitable y necesaria y quecuanto mayor sea, tanta mayor esperanza de concebir un mañana dis-tinto. Cuba es en estos instantes, para nosotros, los que albergamos sin-ceros ideales, como un Huerto de los Olivos donde tenemos que sudarsangre”.

Page 265: Capitulo de Libro Mexico

265

tientes, los del exilio, la prisión y la calle, que suman másde ochenta jóvenes envueltos en el mismo jirón de historiay sacrificio. La importancia de tal núcleo humano perfecta-mente disciplinado, constituye un valor incalculable a losefectos de la formación de cuadros de lucha para la organi-zación insurreccional o cívica. Es evidente que un gran mo-vimiento cívico y político tiene que tener la fuerza necesa-ria para ganar el poder por medios pacíficos o revoluciona-rios; de lo contrario correrá el riesgo de que se lo arrebaten,como a la Ortodoxia, a sólo dos meses de las elecciones.36

Por las palabras de Fidel, en esos momentos el movi-miento insurreccional se encontraba disperso, sin una or-ganización que uniera a los —suponemos— veteranos delMoncada, a los que estaban presos y a los que no habíanparticipado y se encontraban en la calle sin orientaciónpolítica,37 así como a los que se encuentran en el exteriorpero que seguían perteneciendo al Movimiento. La organi-zación pensada por Castro, entonces, partía de ese núcleo36 Ibid., p. 60. También puede verse a Carlos Franqui, Op. Cit., p. 107.37 Recordemos que, de acuerdo con el propio Fidel, para asaltar el cuar-

tel Moncada se reclutaron alrededor de 1200 hombres, de los cuales par-ticiparían finalmente 120 más 40 encargados de hacer la misma opera-ción en Bayamo para el cuartel Carlos M. de Céspedes; si a éstos resta-mos las bajas producidas por la represión posterior al 26 de julio, quesegún recuento de Marta Rojas fueron 61, nos quedamos con 99 sobrevi-vientes. En la cita señalada, Fidel contabilizó alrededor de 80 jóvenescomo el núcleo a partir del cual debería partir la organización del movi-miento, entonces, ¿A dónde quedó el millar de reclutas que no participóni en el Moncada ni en Bayamo? Por el momento, ningún historiador hapodido establecer el número de células organizadas, mucho menos cuán-tas de ellas quedaron en pie después del 26 de Julio, como tampoco sesabe en manos de quien quedó su control o coordinación, aunque es unhecho que las mujeres del Moncada, Melba y Haydée Santamaría, des-pués de salir de la cárcel llevaban la representación de Fidel, como reco-nocería al estallar la primera crisis al interior del movimiento. Por eldesarrollo de los acontecimientos en los meses posteriores podemos in-

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 266: Capitulo de Libro Mexico

266

Independencias y Revoluciones en el Caribe

forjado en la batalla, “probado y de confianza”, que evita-ría “considerables desprendimientos” a la falta de una “la-bor primaria de persuasión”. El arranque inicial de la orga-nización debía proporcionar estos cuadros, quienes con suejemplo y empuje atraerían a otros para formar un “caudalnecesario para batir el sistema político imperante”. Sin em-bargo, en otro momento, el propio testimonio de Fidel nosda muestras que al interior de la organización las cosas noeran como las planteaba. En una de sus cartas de la prisiónfechada a principio de octubre de 1954,38 señala una ten-sión que implicaba tanto el reconocimiento de su propioliderazgo, así como el futuro del Movimiento como proyec-to político. Al parecer este asunto ya tenía su antecedente ydestaca que sus reflexiones cuentan con el aval de los de-más compañeros de prisión. El Movimiento se encuentradividido y en disputa: “La responsabilidad que por dere-cho y por moral revolucionaria nos corresponde con elMovimiento a los que estamos presos es inoperante porcompleto en estos momentos”. ¿A quién se dirigían los re-clamos de Fidel? Es claro cuando dice que la dirección delmovimiento se encuentra en disputa, puesto que las “razo-nes históricas” que sustentaban el liderazgo ya no funcio-nan debido a las circunstancias que enfrentan los militan-tes de la calle.

terpretar que sí existía una estructura pero resultaría muy aventuradocuantificarla para darnos una idea de su dimensión. Queda todavía porpreguntarnos ¿Por qué Castro no las menciona en este momento? ¿Porqué sólo apela a los que participaron y sobrevivieron en estos hechos dearmas? También resultará profético el cálculo de 80 hombres, pues seráun número similar el que embarcará meses después en un accidentadoviaje desde las costas mexicanas y al igual que el Moncada, ese núcleo severá reducido a su mínima expresión.38 Ibid., pp. 108-111.

Page 267: Capitulo de Libro Mexico

267

El M-26 ¿aparato político o militar?

La salida del Granma de las costas mexicanas del Golfo deMéxico rumbo a Cuba inicia, al mismo tiempo, el últimotrayecto de socialización política de la vanguardia. El en-trenamiento militar en México y la Sierra Maestra marca-rían a sus integrantes y a sus trayectorias políticas futuras.En este periodo, el de la guerra, el núcleo del Moncadamantiene su preeminencia sobre otros integrantes cuyo ori-gen político no es el mismo. En la Sierra Maestra se refuerzala red de los históricos en torno a la figura del líder máximoy la incorporación de los altos oficiales del naciente EjércitoRebelde a esta misma red; de hecho, por las propias coyun-turas políticas de 1957 a 1959, el aparato militar irá despla-zando al aparato político (el M-26) en la toma de decisionespara convertirse en el cuerpo soberano que alude Fidel enLa historia me absolverá. Nuevamente el apuro del tiemposería el que determine la estrategia y el peso de las estruc-turas de organización, es decir, es la disputa política al inte-rior del aparato la que pondría al Ejército Rebelde como lacuna de los dirigentes revolucionarios y no el resultado deun fatalismo teórico. Por último, y no menos importante, lasuerte de la clase política isleña: auténticos, ortodoxos ycomunistas, estaría echada desde el exilio mexicano: estánviviendo una ilusión, para unos de que están haciendo unarevolución y para otros de estar en el poder.

Cuando la fuerza expedicionaria del Granma llegó aCuba en diciembre de 1956, los planes originales se trans-formarían a tal grado que hubo que empezar de nuevo. Eldesembarco dejó en evidencia el límite de la planificación

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 268: Capitulo de Libro Mexico

268

Independencias y Revoluciones en el Caribe

militar, que caracterizará los primeros meses de operacio-nes: el aislamiento de la dirigencia de sus operadores urba-nos. Si bien, el desembarco fue a destiempo y fuera de lu-gar de lo planeado, el problema inicia con el primer enfren-tamiento con el ejército cubano. Ahí viene el verdadero nau-fragio; en Alegría de Pío se aniquila la fuerza militar delGranma. Lo demás es propaganda que se vende muy biencomo literatura épica: las evidencias muestran una desarti-culación total de la fuerza invasora; en cierta medida re-cuerda la triste retirada del Moncada, sin rumbo y en plenafuga, nadie parece controlar la desbandada, ni Fidel ni suscapitanes Almeida, Raúl y Pepe Smith, pese a los grandesesfuerzos que hace Almeida por mantener unida a su tro-pa. La dispersión de los sobrevivientes es otra lecciónoperativa; mientras no exista evidencia de lo contrario, to-dos vagan sin rumbo; ni los capitanes ni tenientes —es de-cir, los oficiales— tienen instrucciones de saber qué haceren este caso. Los testimonios dicen mucho más de lo quetransmiten; en primer lugar, queda claro que Fidel no teníaconocimiento de las patrullas campesinas y que sólo cono-cía uno de sus dirigentes, los Pérez de la Sierra Maestra.También queda claro que no existía ningún plan de contin-gencia en caso de ocurrir lo que ocurrió, lo que nos lleva aespecular si en algún momento el futuro Ejército Rebeldepuede tener algo similar a una retaguardia donde replegar-se en caso de una derrota. Lo único que es evidente es quela planificación de la operación se limitó a escoger un lugarde desembarco y coordinar acciones armadas en las ciuda-des como una cobertura necesaria, pero al fallar la primera

Page 269: Capitulo de Libro Mexico

269

parte de la premisa, los activistas urbanos no se enterarondel retraso del Granma y continuaron con los planes.39

Al saberse diezmado e incomunicado, Fidel tomauna decisión trascendente: acepta a los campesinos y surefugio protector en un terreno desconocido. Gracias a loscampesinos ha salvado la vida y puede mostrarse hastaoptimista en el futuro; toma lo que tiene y asume riesgosmientras espera, sin duda siempre apuesta alto. El encuen-tro con los campesinos serranos, sin embargo, no es gratui-to ni afortunado. El Movimiento 26 de Julio, por medio deCelia Sánchez, llegó hasta esos lugares, iniciando una basede apoyo sin la cual hubiera sido casi imposible que el nú-cleo guerrillero sobreviviera. La organización campesina erauna realidad cuando Fidel y sus menguadas fuerzas pudie-ron reagruparse en la finca de Crescencio Pérez después dela desbandada de Alegría de Pío. Los del Granma no depen-dieron de sus propias fuerzas para reagruparse e iniciar lasacciones guerrilleras, como tampoco para incrementar elnúmero de efectivos de lo que sería el Ejército Rebelde. Aúnel trabajo político de Celia Sánchez no hubiera sido posible,en primer lugar, sin el amplio conocimiento que tenía de la

39 Es de llamar la atención un detalle técnico, la falta de un medio decomunicación radial entre el Granma y alguna base en Cuba, tal vez San-tiago, donde se coordinaba el recibimiento de la expedición. La atenciónaumenta al comprobar que durante la guerra en la Maestra tampocoexistió un medio de comunicación radial entre la comandancia general ylos comandantes militares en el campo. Después de Alegría de PíoFaustino Pérez tiene que “bajar” a Santiago y La Habana para informarde la situación a la organización urbana; en el caso de los comandantesguerrilleros y sus comunicaciones con Fidel, éstas son a lápiz y papelllevados por mensajeros. En los documentos recopilados por Franqui semenciona la instalación de un tendido de cables telefónicos en el campa-mento de la Plata, pero es de suponer que se limitaba a ese perímetro.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 270: Capitulo de Libro Mexico

270

Independencias y Revoluciones en el Caribe

zona y sus hombres y, en segundo término, sin la organiza-ción propia de los campesinos de la zona. El prestigio per-sonal de Celia entre los campesinos serranos, así como laparticipación de familias enteras en las actividades logísticaspara los rebeldes, explicarán la facilidad con la cual el Ejér-cito Rebelde pudo reponer fuerzas y emprender accionesmilitares. Tal es la importancia de la figura de Celia que seconvertirá en la mujer más influyente del M-26 y el EjércitoRebelde, muy por encima de Melba y Haydée Santamaría,las heroínas del Moncada, y de las mujeres de la nueva olea-da de Santiago como Vilma Espín. Su trayectoria hacia elprimer círculo del poder se construirá no sólo por la cerca-nía con Fidel sino por su capacidad de moverse en el mun-do campesino de la Maestra, al mismo tiempo que es unenlace indispensable con las provisiones que vienen de San-tiago.

Nuevamente las circunstancias se imponen, a partir deellas se elabora la estrategia y hasta la teoría. Así nacerá laguerrilla campesina que tendría en el Che Guevara a suBernal Díaz. Aquí vale la pena hacer un alto para explicaresta situación. Durante los primeros meses del año aún seconcebía a la guerrilla como un instrumento más para de-rribar a Batista; no era el instrumento que estaba por enci-ma de otras actividades del movimiento insurreccional,como por ejemplo la acción urbana y su consigna por exce-lencia: la huelga general. Un cambio aparece en el plano deorganización del M-26 que modifica completamente su es-tructura cuando la dirección nacional se reúna por primeravez en la Maestra en febrero de 1957. En esta reunión Fidelintroduce a la estructura militar como parte integrante dela dirección -recuérdese que hasta antes del desembarco del

Page 271: Capitulo de Libro Mexico

271

Granma la dirección nacional estaba integrada por comités,pero no contemplaba un aparato militar formal- con repre-sentación política, que recaerá en los sobrevivientes delGranma. Es la entrada para los veteranos del Moncada, quehasta entonces se habían movido en un discreto segundoplano, como Raúl, Almeida y Ramiro Valdés, así como a losfuturos comandantes, en particular el Che Guevara. En lamencionada reunión se establecen las directrices a seguir:impulsar el proceso revolucionario en toda la Isla con lasacciones urbanas de sabotaje para preparar la huelga gene-ral revolucionaria. El golpe definitivo, entonces, vendría delos centros urbanos. También se acuerda que desde Santia-go, Frank País incrementaría las provisiones y enviaría uncontingente de hombres equipados para nutrir el incipien-te cuerpo armado que ha sobrevivido al desembarco delGranma. ¿El aparato militar en las montañas todavía no estápreparado para asumir dicha tarea? Todo indica que así esen la medida que la estrategia no sufre modificaciones sus-tanciales, sin embargo, el cambio en la composición de ladirección nacional del M-26 sí irá transformando un equili-brio en el control del propio Movimiento. Por los testimo-nio dejados en esta época, al interior del Movimiento 26 deJulio se vivía una ambigüedad respecto a la táctica de lainsurrección a seguir: la concepción que predominaba erauna combinación de levantamiento popular en las ciuda-des acompañado por los golpes que la guerrilla pudiera daren el campo al ejército, frente a una concepción guerrilleracon base campesina que veía con desdén cualquier otraopción que no fuera la insurrección rural.

Los primeros meses de 1957 transcurrieron en reorga-nizar lo que quedaba de las fuerzas expedicionarias, mien-

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 272: Capitulo de Libro Mexico

272

Independencias y Revoluciones en el Caribe

tras el M-26 de las ciudades ponía en marcha, nuevamente,la logística para llevar pertrechos a la Sierra. En febrero,Fidel anunció la reactivación del movimiento al publicitarsu “Llamamiento al pueblo de Cuba”, donde reafirmaríalas bases del proceso insurreccional como se había concebi-do desde la época del Moncada, es decir, con un chispazomilitar combinado con un levantamiento popular en las ciu-dades, pero ahora lo veía a largo plazo, como una guerraprolongada.

La propaganda, en ese sentido, serviría a Fidel paracrear una imagen en torno a la guerrilla y su propia perso-nalidad como líder revolucionario en favor de su nuevaopción táctica. En febrero de 1957 el New York Times, a tra-vés de su reportero Herbert Matthews, realizaría la prime-ra entrevista a Fidel en plena Sierra Maestra logrando ungran impacto propagandístico que hizo de Castro una cele-bridad internacional.

Después de la entrevista con Matthews, Fidel insistiríaante la Dirección Nacional que todo el Movimiento trabaja-ra para la guerrilla; que la rama urbana se subordinara alEjército Rebelde al recaudar y organizar los recursos haciala Sierra; Fidel quería un aparato de ayuda, no de lucha. Enun comunicado enviado a Celia Sánchez, un enfático FidelCastro decía: “Todas las armas, todas las balas y todos lospertrechos a la Sierra”. Por el contrario, el movimiento enlas ciudades, llamado “el Llano”, planteaba la necesidadde descentralizar las decisiones, debido al aislamiento deFidel y la guerrilla en la Sierra, para poder incrementar lasacciones de sabotaje en contra del régimen de Batista.

Una cada vez más intensa lucha interna perfilaba condividir al Movimiento 26 de Julio. Las discusiones entre el

Page 273: Capitulo de Libro Mexico

273

“Llano” y la “Sierra” iban más allá de la táctica, era unadiscusión de estrategia. A mediados de 1957, Frank Paísenviaría una extensa carta a Fidel Castro donde anunciabala necesidad de reorganizar al Movimiento, debido a la con-fusión reinante, y proponía distribuir responsabilidadespara evitar la centralización en la dirección. La intenciónde País era una redistribución del poder de acuerdo a laimportancia y peso de cada una de las ramas del Movimien-to; de esta manera, por ejemplo, la Dirección Nacional del26 de Julio quedaría integrada por seis coordinadores pro-vinciales y un representante del Ejército Rebelde, al mismotiempo que se crearían milicias armadas en todo el país y seredactaría un programa mínimo. La propuesta del Llanoquitaba cualquier papel estratégico a la guerrilla en el pla-no militar, mientras que en el político, Fidel era acotado porun programa en lo doctrinal y una dirección donde era mi-noritaria la voz de la Sierra.

El fracaso de la huelga general organizada por el Lla-no el 9 de abril de 1958 dio la oportunidad de ajustar lascuentas en la Dirección Nacional del 26 de Julio. En unadecisiva reunión en la Sierra Maestra, en el mes de mayo, ladirigencia del Llano fue literalmente juzgada por la guerri-lla, desmantelando a su dirigencia. A partir de esa decisivareunión, de la cual sólo queda el testimonio público del CheGuevara, Fidel asumiría el control total sobre el Movimien-to 26 de Julio en lo político y militar, desde su cargo de Co-mandante en Jefe.

La comandancia de Fidel daría preponderancia alapaato militar, representado por la guerrilla de la SierraMaestra, como la táctica para la toma del poder a partir delapoyo campesino. En ese sentido, el guerrillero con la Sie-

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 274: Capitulo de Libro Mexico

274

Independencias y Revoluciones en el Caribe

rra Maestra como imagen idealizada al lado del campesi-no, se convirtió en el nuevo mito fundacional de esta élite.¿Pero en qué consistió ese mito? Tres fueron los grandespilares que lo componían y que, posteriormente, derivaríanen parte integrante de una teoría revolucionaria: elvoluntarismo, el igualitarismo y el ruralismo. Esta será laprimera gran transformación de los valores más profundosy humanos. Como vimos anteriormente, estos pilares noestaban contemplados en la primera valorizaciónprogramática del Movimiento 26 de Julio, es decir, en sufórmula política. La experiencia del desembarco yreagrupamiento de los hombres que integraban al Granmadio una nueva visión de los mismos a los miembros delmovimiento que ahora se consideraban soldados de un ejér-cito con una base social campesina.

El primero de ellos se establecería de inmediato comouno de los grandes mitos revolucionarios cubanos; la luchapor derrocar a un gobierno ilegítimo era obra de la firmezade un puñado de hombres decididos a llevar a cabo susideales, sin importar las consideraciones científicas omateriales.40 No sería extraño, en ese sentido, que para Fidelno hubiera ningún problema que los revolucionarios no pu-dieran manejar. Para el voluntarismo castrista, cualquierdificultad podría sortearse si existía intención para ello,

40 En entrevista con otro de sus modernos voceros, Fidel le dirá al res-pecto: “...pienso que sin una dosis de idealismo no se puede ser revolu-cionario; sin una enorme confianza en el hombre no se puede ser revolu-cionario. Un escéptico no puede ser revolucionario [...] Si yo lo fuera¿cómo podría haber mantenido aquellas ideas, propósitos, aquellos pla-nes?” Gianni Miná, Un Encuentro con Fidel-Entrevista realizado por GianniMiná, La Habana, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 1988,pp. 181 y 136.

Page 275: Capitulo de Libro Mexico

275

siempre y cuando la masa estuviera dispuesta a seguirlos,alimentándose mutuamente; ese será el ejemplo y experien-cia de la revolución cubana: un audaz grupo de jóvenesdecididos a llevar a cabo las transformaciones necesariaspueden crear las condiciones para un cambio político degrandes proporciones.

El voluntarismo parte de la comprensión de las des-igualdades que afligen a la sociedad y de ese sentimientohumano en favor de las capas más desprotegidas, y de loque se puede hacer por ellas desde el poder.41 El procesoinsurreccional moldearía la conciencia de los guerrillerosen las duras condiciones de la lucha armada, al lado de loscampesinos con quienes se comparte la misma suerte. Eligualitarismo surgiría como una extensión, basado en estascondiciones y se reflejará en una ética revolucionaria queimpediría cualquier privilegio entre el guerrillero y el cam-pesino. Esta situación condicionaría un reclutamiento y as-censo abierto para los más capaces, en este caso, al mejorsoldado que pudiera dirigir a sus compañeros en la batallamilitar. El igualitarismo estaría basado en las penalidades ypenurias compartidas en la vida diaria. Sin embargo, eligualitarismo, en tanto política, no significaría una medida

41 Al delinear el campo político con respecto a los partidos tradicionales,en especial el ortodoxo, Castro mostraba esa característica al señalar que“El Movimiento 26 de julio es la esperanza de redención para la claseobrera cubana a la que nada pueden ofrecerle las camarillas políticas; esla esperanza de tierra para los campesinos que viven coma parias en lapatria que libertaron sus abuelos; es la esperanza de regreso para losemigrados que tuvieron que marcharse de su tierra porque no podíantrabajar ni vivir en ella; es la esperanza de pan para los hambrientos y dejusticia para los olvidados”. Véase “Fundación del MR 26 de julio ruptu-ra con la ortodoxia”. Véase La revolución cubana 1953/1962, selección ynotas de Adolfo Sánchez R., México, Ed. Era, 1983, p. 91; y Carlos Franqui,Op. Cit., p. 137.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 276: Capitulo de Libro Mexico

276

Independencias y Revoluciones en el Caribe

análoga en la participación de la toma de decisiones, que semantuvo autoritaria y jerárquica. El mando no acepta dis-cusión.

Por su parte, el ruralismo es una extensión de lo ante-rior, por los valores que aportaría al proyecto de la cons-trucción de la nueva sociedad. La insurrección cubana en-contraría en el campo al depositario de los valores y formasde vida que tiene que universalizarse para la parte urbanade la sociedad.

La vida campesina semeja a la del guerrillero por sucamaradería, trabajo fuerte y sentido del sacrificio. Elruralismo no es una simple idealización, sino más bien uncamino de formación individual y de cambio cultural, orien-tado a la experiencia directa que modifica la conducta a tra-vés de una profunda confrontación personal con la vida ytrabajo rurales.

Estos elementos que fueron conformando la «fórmu-la» revolucionaria, no hubieran tenido éxito sin el gran va-cío que dejaría la quiebra de todas las instituciones del an-tiguo régimen; al desmoronarse la clase política42 que re-presentaba al nacionalismo revolucionario, se abriría el ca-mino para una gran experimentación que se reflejaría en laflexibilidad y adaptabilidad que mostraría el castrismo des-

42 Este aspecto es importante y definirá el futuro político de Cuba, puesningún partido político u organización insurreccional ajena al Movimien-to 26 de julio pudo rivalizar con éste y el Ejército Rebelde. La guerracontra el ejército de Batista terminaría por desmoronar al único pilar quepudo haber cambiado esta situación; ninguna organización política aje-na al castrismo estuvo en condiciones de servir de contrapeso para lareorganización de la sociedad. El Ejército Rebelde sería la única instan-cia organizada a nivel nacional para acometer esa tarea una vez que Ba-tista abandonó la isla, pues será el instrumento para hacer valer la nuevalegalidad.

Page 277: Capitulo de Libro Mexico

277

de sus años de formación.43 Era el inicio de la búsqueda deuna política de unidad nacional que se vislumbró desde lasguerras de independencia del siglo XIX, al tratar de inte-grar a una nación. Para los padres de la patria, Céspedes,Maceo, Gómez, Martí, la nación representaba un orden su-premo armónico, al cual deberán subordinarse todas lasdiferencias inherentes a una sociedad, esto es, sociales, ra-ciales, económicas, etcétera. Todo cubano que se identifica-ra con la patria, sin importar su origen social o racial podíaacceder a integrar el nuevo orden.

43 Un nuevo estilo político apareció, favoreciendo las nuevas formas dehacer las cosas. El propio Fidel diría más tarde que “la revolución esnuestro gran maestro”, para explicar el desarrollo de la política revolu-cionaria; lo importante será empezar las cosas para demostrar el com-promiso a través de la acción. No había otra manera, pues así se inició lapropia revolución. Fidel pensaba que, de esa manera, por medio del es-fuerzo se abrirían posibilidades y recursos que no podían imaginarsesiquiera antes de iniciar las tareas. Demasiada especulación previa ten-día a erosionar la voluntad y coraje de los revolucionarios.

Vanguardias y procesos políticos en Cuba...

Page 278: Capitulo de Libro Mexico

278

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 279: Capitulo de Libro Mexico

279

La revolución cubana está cumpliendo 53 años, y aún no secuenta con una renovación historiográfica de los temasproscritos por el grupo en el poder a partir del triunforevolucionario. Un primer balance de la propiahistoriografía cubana sobre temas centrales del procesorevolucionario nos ofrece un panorama de ausencias. Aúnestá pendiente un estudio crítico considerando documentosoficiales sobre la participación de los miembros de lospartidos comunistas ruso y chino en Cuba en la transiciónde una revolución inicialmente democrática y popular, auna con rumbo socialista; otro tema es el exilio de diversosintelectuales que rompieron con Fidel Castro, así como elfenómeno migratorio de hombres y mujeres que salieronde la Isla por diversas circunstancias; asimismo, estápendiente el estudio de las guerrillas anticastristas de lasierra del Escambray; los motivos de la renuncia de las dos

CUBA: PROPAGANDA Y ORGANIZA-CIONES CONTRARREVOLUCIONARIAS

EN MIAMI, FLORIDA, 1960-1962

Leticia Bobadilla González

Page 280: Capitulo de Libro Mexico

280

Independencias y Revoluciones en el Caribe

terceras partes del primer gabinete político de Fidel Castro,y sobre todo, un estudio sobre las figuras intelectuales quedecidieron trabajar a favor de la revolución y las querecurrieron al exilio, entre otros muchos temas.1

Afortunadamente, como es el caso de Rafael Rojas fuera dela Isla se están realizando importantes estudios sobre elproceso revolucionario de los temas marginados,2 aunque

1Rafael Rojas, en un extenso ensayo sobre la historia intelectual cubanaintitulado Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia y exilio del intelectualcubano, Barcelona, Anagrama, 2006, (estudio que lo hizo acreedor alPremio Anagrama 2006), señala que las políticas intelectuales delcomunismo cubano, antes y después de la revolución del 59, fueronmuy diferentes. Antes del triunfo revolucionario los comunistasrespetaban un pacto republicano y democrático, en el que era precisocoexistir junto a otras corrientes doctrinales y políticas. Aunquerespetaban dicho pacto no dejaban de debatir y se enfrentaban convehemencia al liberalismo de intelectuales como, por ejemplo, el de JorgeMañach, con quien el ensayista Juan Marinello sostendría una acaloradapolémica en el diario Noticias Hoy sobre el papel histórico de los EstadosUnidos y la Unión Soviética en el verano de 1946. Después de 1959,alentados por un gobierno que postulaba el marxismo-leninismo comoideología oficial, los comunistas fueron más proclives a la construcciónde ortodoxias culturales.2 En México algunos trabajos que abordan el proceso revolucionariocubano han realizado significativos aportes, tal es el caso de MartínLópez Ávalos, La clase política cubana o la historia de una frustración. Lasélites nacionalistas, México, Siglo XXI Editores, 2003; la tesis de maestríade Laura García Freyre, Historiografía de la revolución cubana, 1959-2002,México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 2004, el libro de JuanRafael Reynaga Mejía, La revolución cubana a través de la revista Políticaen México. Construcción imaginaria para un discurso en América Latina,México, CIALC/UNAM/UAEM, 2007; la tesis de licenciatura de Mi-guel Arrieta Gutiérrez, Cuba, 1980-2001, México, Facultad de Filosofíay Letras, UNAM, 2007; y de reciente aparición el de Rafael Rojas y AnaCovarrubias, (Coords.) Caribe, Vól. 3, México, Secretaría de RelacionesExteriores, Dirección General del Acervo Histórico Diplomático, 2011,(Colección de Historia de las Relaciones Internacionales de México, 1821-2010, Coordinadora General Mercedes de Vega). Estos textos son una

Page 281: Capitulo de Libro Mexico

281

el denominador común es la inexistencia de fuentesprimarias provenientes del gobierno cubano. Así hanquedado zanjadas muchas historias. Uno de los temaspendientes por estudiar es el destierro y refugio de cubanosque salieron de la Isla con dirección a Miami, Florida,durante la revolución.

El presente estudio centra su atención en aquellas or-ganizaciones anticomunistas organizadas por exiliados yrefugiados cubanos que llegaron a Miami, Florida, una vezdeclarado el rumbo socialista de la revolución en abril de1961. Dichas organizaciones anticastristas intentaron or-ganizarse desde Miami, Florida, cuestionando el rumbo ycontenidos de la revolución cubana por su adhesión al blo-que de países comunistas. Los cubanos desterrados parti-ciparon en organizaciones políticas como “El Frente De-mocrático de Cuba”, la «Agrupación Médica AnticomunistaCubana», «La Rosa Blanca» y el «Consejo Revolucionariode Cuba», sólo por mencionar algunas, con el propósitonunca logrado de liberar a Cuba de la égida comunista.Para ello crearon un movimiento de desarticulación y sa-botaje de la revolución castrista con abundante propagan-da impresa. En sus discursos estas organizaciones evoca-ron una patria no comunista y mostraron sus aspiracionespor regresar algún día a Cuba para encausar a una revolu-ción que en un principio se había declarado democrática ynacionalista.

buena muestra del interés despertado por los temas caribeños y de Cubaen particular, abordan desde su proceso de independencia hasta losproblemas contemporáneos.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 282: Capitulo de Libro Mexico

282

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Los cambios revolucionarios

El primer año de revolución en Cuba transcurrió entre laviolencia generada por la destrucción del viejo orden y laimposición de uno nuevo.3 Según la interpretación deAbelardo Villegas, los años que van de 1959 a 1961corresponden a la segunda etapa de dicha Revolución, enla que se transita de finalidades democrático-burguesas ala declaración oficial del socialismo como rumbo definitivo.A finales de 1959, Fidel Castro caracterizaba todavía a larevolución como humanista: “Nuestra revolución —decía—practica el principio democrático, por una democraciahumanista. Humanismo quiere decir que para satisfacer lasnecesidades materiales del hombre no hay que sacrificarlos anhelos más caros del hombre, que son sus libertades[...] significa justicia social con libertad y derechoshumanos”.4 Al principio estas ideas despertaron simpatíasen diversos grupos sociales de los países de América Latinay hasta de los propios norteamericanos. El propio FidelCastro viajó a los Estados Unidos entre el 15 y el 27 de abrilde 1959, invitado por la Asociación Americana de Editoresde Periódicos declarando ante televisión que no eracomunista, posteriormente se entrevistaría con elvicepresidente Richard Nixon.

La reforma agraria en Cuba fue bien recibida por elgobierno mexicano, que no tardó en equiparar a laRevolución cubana con el proceso de 1910-1917. No

3 Sobre el acceso y las características de la nueva clase política gober-nante puede consultarse el trabajo de citado de Martín López Ávalos,Op. Cit.4 Citado por Abelardo Villegas, Reformismo y revolución en el pensamien-to latinoamericano, México, Siglo XXI, 1972, p. 274.

Page 283: Capitulo de Libro Mexico

283

obstante, el anuncio de Fidel Castro sobre el rumbo“socialista” de la Revolución provocó una ruptura derelaciones con el gobierno norteamericano, misma que seharía extensiva a otros países latinoamericanos hasta que,en 1964 se llevó a cabo la ruptura de relaciones diplomáticasy comerciales de los 21 miembros de la Organización deEstados Americanos, a excepción de México. Elenfrentamiento mantenido por los líderes de la Revoluciónfrente al tradicional poder tutelar de los Estados Unidos,orilló a que el movimiento, en un principio guiado por ideasliberales, nacionalistas, democráticas y por un amplioprograma de reformas sociales,5 se transformara al calorde estas confrontaciones y definiera una orientaciónsocialista.

La dinámica de los cambios generados por el gobiernorevolucionario fue interpretada por la mayoría de los paísesmiembros de la OEA como una amenaza al “orden regionalhemisférico” sustentado en el Tratado Interamericano deAsistencia Recíproca, TIAR (1947), y la Carta de la OEA(1948). Fue inevitable el temor de que Cuba exportara surevolución a los países de América Latina, y se ampliara la

5 Informes de Gilberto Bosques, embajador de México en La Habana, aManuel Tello, secretario de Relaciones Exteriores de México, La Haba-na, 21 de julio de 1959, AHGE-SRE, exp. III-1890-28. Algunas de estasreformas implantadas en el primer año revolucionario fueron: la leydel Instituto del Ahorro y Vivienda (17 de febrero) que incluía la reduc-ción en precios de alquileres y medicamentos, preveía la venta forzosaal Estado de solares y yermos por considerarlos terrenos de utilidadnacional e interés social; restitución de la libertad de prensa (19 de fe-brero); ley de regulación del juego de azar (19 de mayo), la que propi-ció un alarmante cifra de 22 000 desempleados; la creación del Bancode Seguros (29 de mayo); ley Agraria (18 de junio); ley Penal contradelitos contrarrevolucionarios (21 de julio), sólo por citar algunas deellas.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 284: Capitulo de Libro Mexico

284

Independencias y Revoluciones en el Caribe

presencia soviética en un área donde los Estados Unidosejercían influencia. No fueron pocas las evidencias quevincularon a diversos ciudadanos cubanos en la promociónde actividades revolucionarias en países como Panamá,República Dominicana, Haití y Guatemala en 1959;Paraguay, en 1960 y Venezuela, en 1963.6 El gobierno cubanomantuvo cierta injerencia en los países del área. Desde laradio y la prensa revolucionarias denunciaron lasatrocidades de las dictaduras de Somoza, Duvalier y Trujillo,y alentaban la organización para que la población seliberara. Desde territorio cubano se emprendieron planesmilitares contra estas dictaduras. Las denunciascorrespondientes se presentaron en las sesiones del consejode la OEA. El gobierno cubano reveló, en el mismo consejo,que el ex dictador Fulgencio Batista, con sus allegados, sehabía refugiado en República Dominicana y que, encolaboración con el gobierno trujillista, preparaba un plande acción contra Cuba.

Fue el 3 de enero de 1961, cuando el gobierno de losEstados Unidos anunció la ruptura de relacionesdiplomáticas con Cuba. En un término de cuarenta y ochohoras personal diplomático y consular de Cuba deberíaabandonar el territorio norteamericano. Lo mismo haríanlos diplomáticos norteamericanos en La Habana. Los días4 y 5 de enero se reunió el Consejo de la Organización de

6 Las denuncias de incursiones fueron presentadas por estos países enlas sesiones de la séptima, octava y novena reuniones de consulta deministros de Relaciones Exteriores de 1960, 1962 y 1964, respectivamente.Para el caso de Venezuela, puede consultarse el trabajo de José Alejan-dro Sancler Rojas, Relaciones Venezuela-Cuba, 1959-1964. RómuloBetancourt y el proceso revolucionario cubano, [tesis de maestría] México,UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 1983, pp. 56-64.

Page 285: Capitulo de Libro Mexico

285

Naciones Unidas; en ambas sesiones el Ministro deRelaciones Exteriores de Cuba, Raúl Roa7 —con unaagresiva pero elocuente oratoria que lo caracterizaba—denunció que se preparaba una intervención militar delgobierno norteamericano. En su discurso empleó términoscomo “agresión”, “hostigamiento”, “represalia”,“aislamiento” e “intervención”. Asimismo, manifestó queel gobierno cubano estaría “indignado” de cualquier intentode transferir el examen de sus reclamos al Consejo de laOrganización de los Estados Americanos, órgano al que por

7 Antes del triunfo de la Revolución cubana en 1959, Raúl Roa García(1907-1982), ya era un destacado personaje de la vida política y de ladiplomacia cubana. Se unió al Movimiento Revolucionario Estudiantildirigido por Julio Antonio Mella desde 1923, se enfrentó al gobierno deGerardo Machado y al de Fulgencio Batista, por lo que tuvo que exiliarsedos veces. Durante el gobierno de Carlos Prío Socarrás (1948-1952)fungió como director de cultura en el Ministerio de Educación, enton-ces dirigido por Aureliano Sánchez Arango, profesor universitario deizquierda. Regresó a La Habana al triunfar la revolución del 59 y desdeentonces fue el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba.ˆ En Méxicosu exilio le dejó amistad con Andrés Henestrosa, Andrés y GracielaIduarte, Juan de la Cabada, Carlos Pellicer, Renato Leduc, Jesús SilvaHerzog, y Enrique Cabrera, hijo de Luis Cabrera; sólo por mencionar aalgunos de los escritores a los que frecuentaba para hablar de literaturay política. Su hijo, el diplomático Raúl Roa Kourí, de pequeño lo acom-pañó en el exilio y fue testigo de importantes entrevistas con persona-jes de la vida política y diplomática. En sus memorias describe la vidade Raúl Roa en la diplomacia, los encuentros de su padre con políticos,escritores y artistas, así como su labor en los foros internacionales. RaúlRoa García fue miembro del Comité Central del Partido ComunistaCubano. Como Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, se caracteri-zó por su habilidad en la réplica y elocuencia, cualidades que le permi-tirían hacer la defensa discursiva sobre los cambios de la revolución,sobre todo cuando se presentaban acusaciones en los foros de la Orga-nización de las Naciones Unidas y la Organización de los EstadosAmericanos. Vid. Raúl Roa Kourí, En el torrente, La Habana, Fondo Edi-torial Casa de las Américas, 2004, p. 33.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 286: Capitulo de Libro Mexico

286

Independencias y Revoluciones en el Caribe

cierto no le tenían confianza por considerarlo “un ministeriode colonias yanqui”.8 Denunció que en Guatemala sehabían instalado campamentos para invadir a Cuba comoel “Campo Corriente”, fincas “Helvetia”, “Chagüita”,“Inca” y hacienda “La Aurora”, propiedades de la UnitedFruit Company; y la finca “Rancho Florido” en eldepartamento de Escuintla. En el campamento “Helvitia”,propiedad del hermano del embajador de Guatemala enWashington, Roberto Alejos, se había construido una pistade aterrizaje. También mencionó campamentos situados enMiami, de los cuales la revista Life había publicado variasfotografías de los mismos. Nombró otros campamentosinstalados en Orlando, Homestead, Fort Lauderdale y FortMyers, y presentó fotocopia de uno de los cheques con quese pagó a “mercenarios”, quienes recibían 25 dólares a lasemana y 275 dólares para sus familiares. Raúl Roa advirtióque si estallaba una conflagración atómica comoconsecuencia de la intervención militar en Cuba, elresponsable sería el gobierno de Eisenhower. Asimismo,informó de la existencia de un “Comité para la liberaciónde Cuba” con sede en Washington y dirigido por JhonMcClatchy, en donde participaban el representantePucinsky de Illinois, y Nicholas Nonnemacher, este últimocomandante retirado de las fuerzas aéreas. Denunció laexistencia en Nueva York de un comité de “rescate

8 Fidel Castro en su Segunda Declaración de La Habana, el 4 de febrerode 1962, la llama un Ministerio de Colonias Yanqui, una alianza militar,un aparato de represión contra el Movimiento de Liberación Nacionalde los pueblos latinoamericanos”. El mismo Fidel Castro atribuye lainvención de la frase a Raúl Roa. Vid. Fidel Castro, “Segunda declara-ción de La Habana”, en La Revolución cubana, 1953-1962, Op. Cit., p. 474.

Page 287: Capitulo de Libro Mexico

287

internacional” presidido por Leo Cherne, quien manejabapor delegación la cantidad de un millón de dólares paralos anticomunistas de Cuba. Señaló que la Texaco, la ESSO,la International Business Machine, la United FruitCompany, el influyente cardenal Spellman, el generalEisenhower y Allan Dulles, financiaban movimientoscontrarrevolucionarios con el objeto de restituir en Cubalos antiguos privilegios.9

La mañana del 6 de abril de 1961, el representante delos Estados Unidos en la Organización de Naciones Unidas,Adlai E. Stevenson, envió un extenso informe al secretariogeneral de la organización con copia a la ComisiónInteramericana de Paz, al secretario general de la OEA y atodos los representantes miembros de las Naciones Unidas.El informe contenía serias imputaciones al gobierno cubano.Sostenía que Cuba representaba una “grave amenaza parael hemisferio occidental y el sistema interamericano”;responsabilizaba a los dirigentes revolucionarios de“aniquilar las esperanzas de la democracia del pueblocubano”, y de enviar a la cárcel y al exilio a las dos terceraspartes de su primer gabinete, integrado por diez y nuevemiembros.

Efectivamente en la lista de funcionarios cubanos querompieron con el gobierno de Castro estaban Pedro DíazLanz,10 quien era el jefe de las fuerzas aéreas de Cuba;

9 Discurso pronunciado por Raúl Roa en la 921 sesión del Consejo deSeguridad de las Naciones Unidas, Nueva York, 4 de enero de 1961,AHGE-SRE, exp. XII-663-5.10 Gilberto Bosques informa que el 30 de junio de 1959 Pedro Díaz Lanz,jefe de las fuerzas aéreas de Cuba, rompió con Fidel Castro y abandonóCuba rumbo a los Estados Unidos el 21 de octubre de 1959, según fuen-tes del Departamento de Estado de Estados Unidos. Gilberto Bosques a

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 288: Capitulo de Libro Mexico

288

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Manuel Urrutia Lleó, primer ministro de Cuba destituidode su cargo; José Miró Cardona, primer ministro delgobierno revolucionario, en el exilio en Miami fuepresidente del Consejo Revolucionario de Cuba desde el22 de marzo de 1961, con un amplio programa paragobernar la Isla en caso de lograr el derrocamiento de FidelCastro. Huber Matos Benítez, jefe de la región militar deCamagüey, condenado a 20 años de prisión; 11 Manuel RayRivero, ministro de obras públicas; Humberto Sori Marin,primer ministro de agricultura; Manuel Artime y Niño Díaz;Justo Carrillo, que se convertiría en dirigente de oposicióny líder de la Agrupación Montecristi en La Habana; RaúlChibás12 ; Felipe Pazos, director del Banco Nacional de Cubaexiliado en Miami y miembro del MovimientoRevolucionario del Pueblo; Ricardo Lorie Vals; ManuelAntonio Varona, en el exilio, en Miami, fue el coordinadordel Frente Revolucionario Democrático de Cuba; EvelioDuque; Osvaldo Ramírez; David Saldivar, dirigente obreroy secretario general de la confederación de trabajadores deCuba; Miguel Ángel Quevedo, director de Bohemia que sefue a Caracas para editar allí la revista; Luis Conte Agüero,comentarista de radio y televisión; y José Pardo Llada, entreotros.

la SRE, La Habana, 18 de julio de 1959, AHGE-SRE, III-1936-16.11 Informe de Adlai E. Stevenson, representante de Estados Unidos enla ONU, Nueva York, 6 de abril de 1961, AHGE-SRE, exp. XII-643-6.Huber Matos salió de la cárcel en 1979 tras haber cumplido una conde-na de veinte años; sus memorias aparecieron publicadas con el títuloCómo llegó la noche, Barcelona, Tusquets, 2002.12 En julio de 1957, Raúl Chibás, Felipe Pazos y Fidel Castro firmaríanel Manifiesto de la Sierra Maestra, uno de los manifiestos más impor-tantes de la revolución. En agosto de 1960 sale de Cuba a Miami, pordiscrepar del nuevo rumbo que tomaba la revolución cubana.

Page 289: Capitulo de Libro Mexico

289

El 15 de abril de 1961 a las seis de la mañana,sorpresivamente fueron bombardeadas las bases aéreas dela aviación cubana en La Habana, en San Antonio de losBaños y en Santiago de Cuba. El representante de losEstados Unidos en la ONU, Adlai E. Stevenson, desligó asu gobierno de esas acciones y responsabilizó de los hechosa los pilotos de las fuerzas aéreas cubanas desertores delrégimen. El mismo día, el Ministro de Relaciones Exterioresde Cuba, Raúl Roa, declaró que esas incursiones eran elprólogo de una invasión a gran escala, organizada,abastecida y financiada por el gobierno norteamericano. Eldía 17 por la mañana se efectuó la invasión en Bahía deCochinos, la que fue sometida por las fuerzasrevolucionarias cubanas, y Fidel Castro confirmó el rumbosocialista de la revolución. Fidel Castro dirigió un discursoal ejército rebelde y a las Milicias NacionalesRevolucionarias el 16 de abril de 1961. En este discursoexpresó:

Eso es lo que no pueden perdonarnos: que estemos aquí, ensus narices, ¡y que hayamos hecho una revolución socialistaen las mismas narices de los Estados Unidos! Esa revoluciónsocialista la defenderemos con esos fusiles. Esa revoluciónla defenderemos con el valor con que ayer nuestros artillerosantiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores [...]¡Viva la revolución socialista! ¡Viva Cuba libre!13

Este discurso indica que la proclamación de larevolución socialista ocurrió el 16 de abril de 1961 y no el 1ºde diciembre del mismo año, como se ha venidososteniendo. La injerencia de la CIA en los planes para

13 Vid. Fidel Castro, “Primer gran derrota del imperialismo”, en La revo-lución cubana, 1953-1962, México, Ediciones ERA, 1972, p. 340.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 290: Capitulo de Libro Mexico

290

Independencias y Revoluciones en el Caribe

desarticular el rumbo de la revolución cubana estabaprobada.14

Desde antaño, la Florida fue un punto importante dela geografía marítima para el comercio colonial. En el sigloXIX, los líderes del movimiento independentista serefugiaron en los Estados Unidos, Nueva York, Miami yMéxico, para reunir fondos para su causa. Hubo actividadpolítica de agentes cubanos en dicho territorio y se fundaronalgunos clubes proindependentistas desde Miami.15

Considerando que este territorio se encuentra a 90millas de Cuba, y mantienen significativos vínculosculturales desde antaño, es comprensible que aquí llegaranlos grupos exiliados de la Cuba revolucionaria yorganizaron un movimiento político anticomunista que, conel paso del tiempo, creó fuertes vínculos de identidad entrela comunidad cubana refugiada en Miami. Fue una diásporaconsiderable, en donde no todos los que salieron de la islase adhirieron a los planes de regresar a Cuba por mediosviolentos. Es decir, no todos eran “gusanos”, términoempleado para designar en Cuba a los“contrarrevolucionarios”.16

14 Victor Andrés Triay, Bay of pigs an oral history of brigade 2506, GainesvilleFl., University Press of Florida, 2001.15 La naturaleza de la inmigración de cubanos a México en el siglo XIXha sido estudiada por María del Socorro Herrera Barrera, Inmigranteshispanocubanos en México durante el porfiriato, México, UAM, UnidadIztapalapa, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamen-to de Filosofía, Miguel Ángel Porrúa, 2003.16 Sobre las memorias y relatos personales de refugiados cubanos enEstados Unidos durante la revolución cubana pude consultarse a Gru-po Areíto, Contra viento y marea: jóvenes cubanos hablan de su exilio enEstados Unidos, México, Siglo XXI, 1978; así como los testimonios reco-pilados por Martha González López, Bajo palabra, La Habana, Vencere-mos, 1965.

Page 291: Capitulo de Libro Mexico

291

La salida de cubanos en esta etapa de la revolución seoriginó en un principio por la aplicación de la ley penalcontra los llamados delitos contrarrevolucionarios.17 Lapena de muerte se aplicaba en casos considerados gravescomo servir a una potencia extranjera, participar endesembarcos, distribuir propaganda subversiva, revelarsecretos políticos o militares. La expedición de la ley con-tra delitos contrarrevolucionarios no hacía sino constatarque las actividades contrarrevolucionarias dentro de Cubaeran significativas. Fue aprobada debido a por los actos deviolencia registrados en diversos poblados de la isla; porejemplo, las incursiones aéreas provenientes de Miami di-rigidas por Pedro Luis Díaz Lanz, quien en diversas oca-siones arrojó propaganda y disparó contra la población ci-vil. También se habían registrado incendios en diferentesingenios y depósitos de azúcar; sin descartar el fenómenode los automóviles que recorrían La Habana y desde ahídisparaban a la gente, situación interpretada por el gobier-no cubano como un plan de terrorismo y sabotaje auspicia-do por las autoridades norteamericanas.

La ley establecía la pena de muerte en casos gravespara los que tomaran las armas contra la nación bajobanderas enemigas, facilitaran al enemigo la entrada alterritorio nacional, incitaran a las tropas nacionales a ladeserción, reclutaran a gente en el territorio de la Repúblicapara servir a una potencia extranjera, revelaran secretospolíticos o militares concernientes a la seguridad del Estado,

17 Gilberto Bosques informa sobre la ley penal para delitoscontrarrevolucionarios. En ese momento el ministro de justicia en Cubaera el abogado Yabur Maluff. Gilberto Bosques a la SRE, La Habana, 21de julio de 1959, AHGE-SRE, III-186-28.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 292: Capitulo de Libro Mexico

292

Independencias y Revoluciones en el Caribe

a los que participaran en desembarcos o incursiones aéreascon propósitos hostiles, o para distribuir propagandasubversiva. La pena de muerte se aplicaría siempre porfusilamiento en fortaleza militar y sin publicidad, dentrode las veinticuatro horas después de notificarse la sentenciaal reo. No se harían fusilamientos en días feriados o de fiestanacional. El artículo 12 especificaba que quien facilitara sudomicilio para reuniones, actividades clandestinas o paradepósito de armas, explosivos o propaganda subversiva,sería sancionado con privación de la libertad de 10 a 20años. En igual sanción incurrirían los que facilitaran dinero,vehículos o cualquier otro recurso para actividadescontrarrevolucionarias.18

Otra de las causas que aceleró el exilio de propietarios,comerciantes y profesionistas en el primer semestre del 59,fueron las reformas emprendidas en materia de vivienda,reforma agraria, y regulación del juego de azar en casinos,19

por parte del gobierno revolucionario. A esto debemosagregar la separación de diversos funcionarios del gobiernocomo se mencionó anteriormente, de manera que una vezque fueron declarados enemigos de la revolución, lamayoría se refugiaron en Miami, aunque no todos corrieroncon la misma suerte, como fue el caso de Huber Matos,quien fue apresado y sentenciado a 20 años de prisión.

“Dentro de la revolución todo, contra la revoluciónnada”, fue una consigna que propició que algunos intelec-tuales abandonaran Cuba, aunque fueron más los que sequedaron para contribuir con la revolución. Prueba de ello,fue que ante las agresiones a territorio cubano en octubre

18 Idem.

Page 293: Capitulo de Libro Mexico

293

del 59, se firmara un manifiesto de intelectuales entre losque se encontraban: Alicia Alonso, Alejo Carpentier, Nico-lás Guillen, Cintio Vieter, José Lezama Lima, Carlos Franqui,Roberto Fernández Retamar, Lisandro Otero, AlbertoMenocal, Eliseo Diego entre un total de 111 firmas. Estosintelectuales protestaron por los bombardeos ocurridos endiferentes puntos del territorio cubano.20

En noviembre del 59 se anunció que Felipe Pasos, pre-sidente del banco nacional de Cuba, sería sustituido porErnesto Guevara, lo que produjo pánico entre los cuentahabientes quienes retiraron un millón y medio de dólaresen tan sólo dos días. Las actividades contrarrevolucionariascomenzaron a multiplicarse al igual que el número de apre-hensiones y confiscaciones de bienes a quienes eran cata-logados como tales.21

En Miami, desde 1960 comenzaron a proliferar agru-paciones anticomunistas y anticastristas, que considerabanque Fidel había traicionado a la revolución proclamada enun principio como democrática, nacionalista y reformista.Para mediados de 1960 ya actuaba “La Rosa Blanca”,22

agrupación anticastrista que decía ser una organizaciónrevolucionaria. Difundía hojas sueltas tamaño carta con

19 Se estima que hubo 22 mil desempleados por la regulación del juegode azar en casinos.20 Los bombardeos habían ocurrido el del 9 de octubre en Pinar del Río;19 de octubre en Camagüey; 21 de octubre en La Habana; 22 de octubreen la Provincia de Las Villas, y el 26 de octubre nuevamente en el inge-nio azucarero “Niágara” en Pinar del Río. Informe de Gilberto Bosquesa la SRE, La Habana, 6 de noviembre de 1959, AHGE-SRE, III-1936-1621 Informe de Gilberto Bosques a la SRE,, La Habana, 29 de noviembrede 1959, AHGE-SRE, III-1936-16; La Habana, 22 de diciembre de 1959,AHGE-SRE, III-1936-16.22 Propaganda Anticastrista, Hoja suelta. Nueva York 3 de junio de1960, AHGE-SRE, III-1988-7.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 294: Capitulo de Libro Mexico

294

Independencias y Revoluciones en el Caribe

dibujos que ridiculizaban a Fidel Castro y señalaban susvínculos con la Unión Soviética como aquél dibujo de Cas-tro bailando casachov, junto a él se encontraba Niñita, quientocaba música rusa con una guitarra. Un letrero le dice: “Nollores Nikita Cuba nunca será comunista. El Tío Sam apa-rece junto a Castro, absorto y pensativo con las manos pordetrás. Junto a la escena otro letrero anuncia: “La Rosa Blan-ca salvará a Cuba”.

La organización denominada “Acción CubanaInstitucionalista”,23 de Miami, surgida en agosto de 1960,se dio a conocer mediante un folleto en el que decía ser unaasociación de cubanos exiliados. El documento estaba fir-mado por Arturo ILLas Cuza. Secretario general. Su finali-dad era rescatar a su “patria” de las manos comunistas quela oprimen y devolverla al régimen de derecho, poniéndo-la, de nuevo “sobre las paralelas de la democracia repre-sentativa y de la civilización occidental, donde siempreestuvo.”

En octubre de 1960, el gobierno cubano denunció antela ONU que continuaban las agresiones desde la Florida,como las incursiones de barcos camaroneros que trafica-ban armamento a la Isla.24 Asimismo, denunciaban un asal-to y saqueo del Consulado de Cuba en Miami, en donderesultó lesionado el Cónsul Abelardo León Blanco.

Para diciembre de 1960, según Thomas Mann, secreta-rio auxiliar de Estado de los Estados Unidos, los refugia-dos cubanos en Miami, ascendían a 50, 000. Arribando en

23 Folleto impreso por la “Acción Cubana Institucionalista”. Miami, 4deagosto de 1960, AHGE-SRE, III-1987-13 (1ª parte).24 Cuba ante la ONU, Nueva York, 18 de octubre de 1960, AHGE-SRE,XII-643-6.

Page 295: Capitulo de Libro Mexico

295

promedio 5 mil cada mes.25 No se sabe con exactitud, perouna cifra no oficial refiere a 400 000 cubanos llegados aMiami en la década de los 60. Lo cierto es que los refugia-dos cubanos representaban un grave problema al gobiernode los Estados Unidos, según Mann, muchas de estas per-sonas no conocían el idioma y ya el gobernador de Floridahabía pedido auxilio al gobierno federal.

En un “informe para el presidente de los Estados Uni-dos sobre el problema de los refugiados cubanos” Tracy S.Voorhees, reporta lo siguiente:26

“Se dice que hay 30 mil refugiados cubanos en los Es-tados Unidos que comenzaron a llegar en los últimos 18meses. Llegan mil por semana y entran por Miami y sequedan ahí.” Otros refugiados se diseminaron y fueron ala Florida, Nueva York, Nueva Orleans, Los Ángeles yAtlanta. Sobre la política de Estados Unidos hacia los refu-giados cubanos, el informe menciona que no se exigirá susalida de los Estados Unidos y aquellos que decidieranquedarse, se les concedería asilo.

Pese a los donativos de empresas y organizacionesprivadas como la fundación Rockefeller, la compañíaTexaco, o las aportaciones del Cardenal Francis Spellman,estos fueron insuficientes y hubo que hacer diversas cam-pañas como la del Comité de Rescate Internacional y ElComité de los Estados Unidos para los Refugiados dirigi-do por el Sr. Maxwell M. Rabb, quienes buscaron diversas

25 Informe de Thomas Mann, secretario auxiliar de Estado de los Esta-dos Unidos, Washington, 1 de diciembre de 1960, AHGE-SRE, III-2852-5.26 Informe de Tracy S. Voorhees al presidente de Estados Unidos, Was-hington 19 de diciembre de 1960, AHGE-SRE, III-1996-1 (3ª. Parte).

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 296: Capitulo de Libro Mexico

296

Independencias y Revoluciones en el Caribe

maneras de hacerse de fondos para atender el problema delos refugiados.27 No obstante lo anterior, el informe envia-do al presidente alerta sobre la insuficiencia de recursospara atenderlos y encontrarles empleo. En el centro católi-co se reportaron 2,500 cubanos solicitando trabajo sin éxi-to. Por ejemplo, las escuelas públicas del condado de Daderecibieron a 3,500 alumnos refugiados, de los cuales sólo el7% pudo pagar la cuota de $50 dólares para su ingreso. Seestableció en consecuencia el llamado “Centro de Empleospara refugiados cubanos por iniciativa del gobernadorLeRoy Collins y se ofrecieron servicios médicos. Tambiénse creó un fondo para refugiados del programo denomina-do “de seguridad mutua”.

El 14 de noviembre de 1960 apareció una nueva orga-nización, el “Frente Democrático de Cuba”,28 cuyo coordi-nador era Manuel A. de Varona. Un día después nació la“Agrupación Médica Anticomunista Cubana (AMAC), 29

Para 1961 surgió el Frente Democrático Revoluciona-rio30 , que a diferencia de otras organizacionesanticomunistas se refería al régimen en función de la viola-ción a los derechos humanos. Mencionaba cifras por de-más alarmantes, por ejemplo, que en 2 años y dos meseshubo 1000 fusilados, más de 20 000 presos políticos; más

27 El gobernador de Florida era Ferris Bryant. Se calculaba un total de100.000 refugiados cubanos en los Estados Unidos.28 Propaganda anticastrista, Miami, Florida, 14 de noviembre de 1960,“Frente Democrático de Cuba”, AHGE-SRE, XII-1121-1.29 Propaganda anticastrista, Miami, 15 de noviembre de 1960, AHGE-SRE, III-2616-530 Se difunde suelto de dos hojas en La Florida que en la primera hojadice “Hoja Doctrinal” “Cuba primero; Cuba después; Cuba siempre”,Miami, Florida, 3 de marzo de 1961, AHGE-SRE, III-2522.

Page 297: Capitulo de Libro Mexico

297

de cien mil exiliados entre todas las naciones de América,especialmente en las cercanas costas de la Florida. “La li-bertad de prensa, de expresión, de reunión y de locomo-ción, desaparecidas. La economía destrozada. La naciónentregada a dos potencias extranjeras e imperialistas: Ru-sia soviética y China roja, de allí las denominaciones decastrosovietismo o fidelcomunismo.

Otras organizaciones revolucionarias surgidas enMiami en 1961 fueron: el “Frente Obrero RevolucionarioDemocrático Cubano”, (FORDC)31 y su órgano “AvanceCriollo” se editaba en Miami, Florida. El DirectorioMagisterial Revolucionario”, Miami, 1961. Su SecretarioGeneral era el Dr. Oscar de la Vega Torres; el “Consejo Re-volucionario Cubano” (1961) comenzó a agrupar a casi latotalidad de los organismos que integraban en 1960 el “Fren-te Revolucionario Democrático” dirigido por el abogadoJosé Miró y Cardona. También se funda “El Colegio Nacio-nal de periodistas de Cuba en Miami, Florida el 1 de no-viembre de 1961, y el “Frente Nacional Democrático deCubanos en el Exilio”.32

De los opositores a la Revolución cubana y al propioFidel Castro desde el exilio, José Miró Cardona fue el másrepresentativo. Prominente político y abogado no tardó eninstitucionalizar la oposición revolucionaria en el extranje-ro. Hijo de un veterano de la guerra de independencia, JoséMiró Argenter, presidió el Colegio de Abogados de La Ha-bana e impartió la cátedra de Derecho Penal en la Escuela

31Propaganda anticastrista, 17 de marzo de 1961, AHGE-SRE, III-2522-19.32 Propaganda anticastrista, Nueva York, 9 de enero de 1962, XII-1122-1 (5ª parte).

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 298: Capitulo de Libro Mexico

298

Independencias y Revoluciones en el Caribe

de Derecho de la Universidad de La Haba en donde impar-tió clases a Fidel Castro. Ocupó el cargo de Primer Minis-tro del gobierno revolucionario en 1959, cargo que ocupópor varios meses. El 13 de febrero renunció y se le nombróembajador en Madrid. Regresó a Cuba en enero de 1960 ymanifestó su desacuerdo del giro radical que asumía el pro-ceso revolucionario cubano, y aunque se le designó emba-jador en Washington, nunca llegó a ocupar el cargo puessu ruptura con Fidel Castro meses después fue inminente.

Tratando de ofrecer evidencias sobre el carácter comu-nista establecido en Cuba, José Miró Cardona como presi-dente del Consejo Revolucionario de Cuba envió un docu-mento a la Comisión Interamericana de Paz de la OEA de76 páginas. El documento se divide en tres partes: 1) viola-ción de los derechos humanos, 2) las actividades subversi-vas que promueve Castro en el continente y 3) la incorpo-ración de Cuba al bloque comunista.

En dicho documento se responsabiliza al gobierno desuprimir y violar los derechos humanos con el paredón defusilamiento por delitos políticos. En este extenso documen-to se menciona que el 17 de julio de 1960 al terminar lamisa del día parroquial en la catedral de La Habana, mili-cias irrumpieron armados para desalojar a los congrega-dos. Desde septiembre de 1960 los programas católicos deradio y televisión fueron clausurados. Después de los acon-tecimientos de Playa Girón fueron allanados conventos,iglesias, instituciones y colegios católicos y detenidos nu-merosos católicos y sacerdotes, así como a dirigentes de laJuventud Obrera Católica. Una vez anunciada la naciona-lización de los colegios católicos, el 1 de mayo de 1961, seanunció la nacionalización de los colegios católicos y la

Page 299: Capitulo de Libro Mexico

299

expulsión del los sacerdotes extranjeros. Dice que el cole-gio de Belén donde estudió Castro fue ocupado y converti-do en cuartel de milicias. Como consecuencia de la ley dela nacionalización de la enseñanza y expropiación de to-dos los centros de enseñanza privada se inició el éxodo dereligiosos y religiosas dedicadas a la enseñanza. Los her-manos de las escuelas cristianas tuvieron que dejar en Cuba14 escuelas, los hermanos Maristas trece; los jesuitas cua-tro; también las religiosas filipenses, las del sagrado cora-zón, las teresianas, las dominicas y de otras órdenes. Laocupación de las iglesias se extendió por toda la Isla conmayor intensidad en Camagüey en donde los templos dela soledad, de los padres carmelitas y el convento de lasmercedes fueron profanados, saqueados y convertidos encuarteles o almacenes de azúcar. Igual suerte corrieron loslocales de las asociaciones religiosas y el palaciocardenalicio en donde radicaban las oficinas de AcciónCatólica. José Miró Cardona en su informe refiere que elrégimen había prohibido las procesiones o actos externosde la religión católica y amenazaba con la privación de suciudadanía a los sacerdotes cubanos que actuaran contra elgobierno. Asimismo, denuncia violaciones a la libertad deimprenta, 16 periódicos en español de La Habana fueronsuprimidos y sólo 4 editaba el gobierno a través del parti-do único.

También relata que en agosto de 1959, con el pretextode la campaña contra el mosquito Aedes-Aegypti portadordel dengue y la fiebre amarilla, el gobierno ordenó la ins-pección de todos los edificios, locales, incluso conventos ydomicilios particulares a cualquier hora, sancionando conmulta de cien pesos cubanos y prisión hasta de un mes a

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 300: Capitulo de Libro Mexico

300

Independencias y Revoluciones en el Caribe

los que se opusieran a la inspección y ello servía para bus-car sospechosos de infidencia. Miró Cardona revelaba quesin mandato judicial se allanaban los hogares cubanos yespecialmente en horas de la madrugada. Pues desde laperspectiva del gobierno revolucionario: “Es evidente ynotorio que en muchos centros educacionales privados,especialmente los operados por órdenes religiosas católi-cas, los directores y profesores han venido realizando unaactiva labor de propaganda contrarrevolucionaria con granprejuicio de la formación intelectual, moral y política delos niños y adolescentes a cargo de los mismos». Mencionóque el gobierno había aprobado una ley en la cual toda per-sona detenida por hechos contrarrevolucionarios sería fu-silada en 48 horas. Sin juicio público, sin garantías proce-sales, con defensa limitada por los tribunales políticos de-pendientes del gobierno y sin derecho a recurrir contra losfallos.

Reveló que el gobierno cubano organizó expedicionesarmadas contra Panamá (15 de abril de 1959); Nicaragua(junio de 1959) bajo el mando de Rafael Somarriba; Repú-blica Dominicana (14 de junio de 1959) jefes de la expedi-ción comandantes Enrique Jiménez Moya y Delio GómezOchoa, jefes del ejército rebelde de Cuba, y plan ejecutadopor el capitán Orestes Acosta; Haití (Agosto de 1959), Gua-temala (noviembre de 1959) y Paraguay (diciembre de 1960).

En este documento también mencionaba que habíansido expulsados y declarados personas no gratas 16 diplo-máticos, entre embajadores y personal del servicio exteriorde Cuba en Venezuela, Guatemala, Nicaragua, El Salvador,Honduras, Chile, Colombia, Brasil, Panamá, Uruguay yBolivia.

Page 301: Capitulo de Libro Mexico

301

Los funcionarios diplomáticos cónsules, embajadores,secretarios y personal de las embajadas de Cuba en el ex-tranjero que renunciaron a sus cargos por estar en desacuer-do con la ideología comunista del régimen de Castro, entreabril de 1960 y noviembre de 1961, sumaban 25, y eran delas embajadas de Suiza, Reino Unido, Canadá, AlemaniaOccidental, Estados Unidos, Venezuela, Perú, Holanda,México, Argentina, India, Uruguay, Francia, Filipinas, y fun-cionarios de la OEA, ONU.

Finalmente Miró Cardona cita las declaraciones de al-tos funcionarios del gobierno cubano aparecidas en el pe-riódico Revolución de La Habana, de septiembre y octubrede 1961, para tratar de demostrar los vínculos entre Cuba yla URSS. Concluyó su texto afirmando: “solo una vigorosaacción colectiva evitará el desplome del sistema democrá-tico. Acordarla es vuestra responsabilidad; pero tambiénvuestro privilegio. Firma José Miro Cardona.33

Entre 1960 y 1962, en Miami surgieron organizacio-nes políticas anticastristas y contrarrevolucionarias que lle-vaban los más disímbolos nombres como: “Rescate Revo-lucionario Democrático”, “Movimiento de RecuperaciónRevolucionaria”, “Movimiento democrático Cristiano”,“Movimiento 30 de Noviembre”, “Unión Nacional Demo-crática”, “Agrupación Montecristi”, “Acción Revoluciona-ria Democrática”, ”Directorio Revolucionario Estudiantil”,“Frente Obrero Revolucionario Democrático de Cuba”,“Confederación de Profesionales Universitarios”

33José Miró Cardona, a la Comisión Interamericana de Paz de la OEA,Miami 12 de enero de 1962, AHGE-SER, XII-1122-1 (5ª parte).

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 302: Capitulo de Libro Mexico

302

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Al Consejo Revolucionario de Cuba fundado por JoséMiró Cardona se unen las siguientes corporaciones econó-micas de la Isla, acentuando el carácter nacional del orga-nismo y cuyo significado se tradujo en propiciar la unidadpara liberar a Cuba del comunismo:

1.- Asociación nacional de hacendados de Cuba.2.- Asociación nacional de cosecheros de tabaco.3.- Unión de fabricantes de tabaco de Cuba.4.- Asociación de fabricantes de cigarros de Cuba.5.- Asociación de almacenistas de tabaco de Cuba6.- Asociación de cosecheros de café de Cuba7.- Asociación de almacenistas y comerciantes de café8.- Asociación de tostadores de café.9.- Federación nacional de agentes distribuidores y comi-sionistas de Cuba.10.- Lonja del comercio de Cuba11.- Asociación de empresarios de artes gráficas12.- Asociación nacional de industrias.13.- Asociación de destiladores de Alcohol14.-Asociación de Farmacias, Droguerías y laboratorios,15.- Asociación de Aseguradores cubanos.16.- Asociación de Turismo y agentes de pasaje.17.- Asociación de comisionistas del comercio exterior,18.- Asociación de corredores de aduana.19.- Comisión Bancaria para la reconstrucción económicade Cuba.20.- Asociación de porteadores públicos de carga por carre-tera.21.- Unión de porteadores de pasajes.

Page 303: Capitulo de Libro Mexico

303

22.- Asociación para la rehabilitación de la propiedad ur-bana.23.- Asociación de la industria de la construcción24.- Asociación de embotelladoras de refrescos y aguasminerales.25.- Asociación de empacadores de manteca y productosde cerdo.26.- Asociación de fabricantes de envases industriales.27.- Asociación de ferreteros.34

En mayo de 1962, José Miró Cardona Presidente delConsejo Revolucionario de Cuba, elabora un programamínimo para el gobierno provisional en Cuba en caso dederrocar a Fidel Castro. Así como los acuerdos y declara-ciones del Consejo Revolucionario de Cuba. Este documen-to se da a conocer a través del impreso “Cuba Nueva” del 1de enero de 1963, declarando su oposición al comunismosoviético, chino y cubano. Entre otros asuntos, se afirmabaque sólo la acción armada podía erradicar al comunismode Cuba. Llamaba a los combatientes de Playa Girón “he-roicos combatientes”, y aseguraba que Castro había recibióde la Unión Soviética más de 50 mil toneladas de moder-nos armamentos que convertían a Cuba en una verdaderapotencia militar. Decía que: “en Cuba se debate la supervi-vencia de un pueblo que no se resigna a vivir en la esclavi-tud. Pero se decide también el porvenir de América comoContinente Libre”. Entre los objetivos del Consejo Revolu-cionario de Cuba (planteados desde el 5 de septiembre de

34 Impreso “Cuba Nueva”, Núm. 10, editada por la Comisión de Doc-trina y propaganda del Consejo Revolucionario Cubano, 1 de agostode 1962, AHGE-SER, III-2696-5.

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 304: Capitulo de Libro Mexico

304

Independencias y Revoluciones en el Caribe

1962) estaba el que “los demócratas cubanos” tendrían queexpulsar al comunismo de Cuba y del Continente por lafuerza de las armas”. Firmaban en Miami: José Miró Car-dona: Presidente del “Consejo Revolucionario de Cuba”;Dr. César Baro, por el “Movimiento de Recuperación Re-volucionaria”; Dr. Raúl Méndez Pírez, “Rescate Democrá-tico revolucionario”; José Fernández Badué “MovimientoDemócrata-Cristiano”; Rolando Rodríguez “Movimientorevolucionario 30 de Noviembre”; Dr. Francisco Carrillo“Agrupación Montecristi”; Gerardo Quesada “Acción Re-volucionaria Democrática”; Dr. Tulio Díaz Rivera. “Corpo-raciones Económicas de Cuba”; Pascasio Linera “FrenteObrero Revolucionario Democrático”; y por la “Unión Na-cional Democrática 20 de mayo” firmaba el Sector profe-sional Dr. Enrique Huertas. La rúbrica de miembros indi-viduales fue del Sector militar: Tte. Cnel. José E.Monteagudo, Dr. Manuel Antonio de Varona, Sergio Carbó,Dr. Antonio Maceo, Ricardo Lorié, Comandante HiginioDíaz, secretario Antonio F. Silio. Firmas Colaterales: Oscarde la Vega “Directorio Magisterial Revolucionario”; por la“Judicatura Cubana” firmó José Morell Romero.

Finalmente, el impreso llamaba al reclutamiento decubanos a la oficina militar del Consejo Revolucionario deCuba en 1045 5. W. 27 th Ave., Miami, Florida. Tambiénplanteaba los objetivos fundamentales a seguir luego de“derrocar a la tiranía comunista” desde los siguientes ám-bitos: Estado de Derecho, Política de Reconstrucción y dedesarrollo económico, régimen laboral, restitución de bie-nes legítimos, Educación y cultura, salubridad, fuerzas ar-madas, libertad de presos, erradicación del comunismo y

Page 305: Capitulo de Libro Mexico

305

de toda actividad anti-democrática y relaciones internacio-nales.

Otro tipo de propaganda anticastrista elaborada enMiami, incluía manuales para emprender sabotaje en Cuba,instrucciones sobre cómo desarticular las comunicacionesterrestres, y dañar maquinaria para la producción. Se adies-traba a los anticomunistas a arrojar clavos al suelo y pon-char llantas, provocar incendios en las unidades producti-vas de trabajo y destruir aparatos de comunicación y ma-quinaria. Dañar cables de energía eléctrica y desacatar lasórdenes giradas por el gobierno revolucionario.35

La historia ha dejado a un lado a estas agrupacionesheterogéneas nacidas bajo el estigma contrarrevolucionario,sin embargo, deben continuar siendo estudiadas porqueforman parte de la reacción social generada por la dinámi-ca de los cambios revolucionarios ocurridos en Cuba. Es-tos grupos también evocaron una patria democrática, nocomunista, y al fin de cuentas son la contraparte más odia-da de una significativa revolución que trajo el siglo XX enAmérica Latina.

35 Propaganda anticastrista, Folleto con el título: “Judicatura CubanaDemocrática”, Núm. 1, Miami, Florida. 11 de noviembre de 1962, AHGE-SRE, XII-1144-1 (5ª y 6ª partes).

Cuba: Propaganda y organizaciones contrarrevolucionarias...

Page 306: Capitulo de Libro Mexico

306

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 307: Capitulo de Libro Mexico

307

ABBAD y Lasierra, I. Historia geográfica, civil y natural de laIsla de San Juan Bautista de Puerto Rico, Madrid, Imprenta deValladares, 1788.

ALMEIDA Bosque, Juan, ¡Atención! ¡Recuento! Presidio, exi-lio, desembarco, 2a. ed., La Habana, Editora de Ciencias So-ciales, 1992.

ÁLVAREZ Curbelo, Silvia, Un país del porvenir: el afán demodernidad en Puerto Rico, siglo XIX, Puerto Rico, EdicionesCallejón, 2001.

BALAGUER Perigüell, Emilio y Rosa Ballester Añón, En elnombre de los niños: La real expedición filantrópica de la vacuna(1803-1806), Madrid, Asociación Española de Pediatría, 2003.(Col. Monografías de la AEP, 2).

BARBOSA de Rosario, Pilar, De Baldorioty a Barbosa. Histo-ria del autonomismo puertorriqueño 1887-1896, San Juan PuertoRico, Imprenta Venezuela, 1957._______________, Historia del autonomismo puertorriqueño. ElEnsayo de la autonomía, San Juan Puerto Rico, Impreso enModel Offset Printing San Juan, 1994.

BIBLIOGRAFÍA

Page 308: Capitulo de Libro Mexico

308

Independencias y Revoluciones en el Caribe

BECK, Ulrich, ¿Qué es la globalización? Barcelona, Paidós,1998.

BERAMENDI, Justo Baz, María Jesús, Identidades y memoriaimaginada, Valencia, PUV, 208.

BETTO, Frei, Fidel Castro y la religión, México, Siglo XXI, 1986.

BIAGINI, Hugo, Luchas de ideas en Nuestramérica, BuenosAires, Leviatán, 2000.

BOBADILLA González, Leticia, La revolución cubana en ladiplomacia, prensa y clubes en México, 1895-1898, México, Se-cretaria de Relaciones Exteriores, Dirección General delAcervo Histórico Diplomático, 2001.

_______________, México y la OEA. Los debates diplomáticos,1959-1964, México, Dirección General del Acervo HistóricoDiplomático, Secretaría de Relaciones Exteriores, 2006.

BORY de Saint Vicent, J.B.G.M., La segunda escala de Baudinen Tenerife, Tenerife, Ediciones Idea, 2006.

BOTHWELL, Reece B y Lidio Cruz Monclova, Los Docu-mentos ¿qué dicen?, Puerto Rico, Ediciones de la Universi-dad de Puerto Rico, 1960.

BRAU, Salvador, Historia de Puerto Rico, Puerto Rico, SanJosé Puerto Rico, Ed. Coqui, 1966.

Page 309: Capitulo de Libro Mexico

309

BUENO, Salvador Figuras cubanas del siglo XIX, La Habana,Ediciones Unión, 1980._______________, Cuentos cubanos del siglo XIX, La Habana,Ediciones Huracán/ Editorial Arte y Literatura, 1977.

CASTRO, Fidel, La historia me absolverá, versión revisada,La Habana, Editora de Ciencias sociales, 1975.

_______________, La revolución cubana 1953/1962, seleccióny notas de Adolfo Sánchez R., 5a. México, Ed. Era, 1983.

_______________, Discursos, 3 vols. La Habana, Editorial deCiencias Sociales, 1976._______________, Hoy somos un pueblo entero, 10a. ed., Méxi-co, Siglo XXI, 1988.

COLMEIRO, Miguel, La botánica y los botánicos de la Penín-sula Hispano Lusitana: estudios bibliográficos y biográficos,Madrid, Imprenta y Estereotipia de N. Rivadeneyra, 1858.

CONTE Agüero, Cartas del presidio, La Habana, Ed. Lex, 1959._______________, Fidel Castro. Vida y Obra, Ed. Lex, La Ha-bana, 1959.

CÓRDOVA, Pedro Tomás de, Memorias geográficas, históri-cas, económicas y estadísticas de la Isla de Puerto Rico, San Juan,Imprenta del Gobierno, 1831-1833.

Bibliografía

Page 310: Capitulo de Libro Mexico

310

Independencias y Revoluciones en el Caribe

CORTÉS Zavala, María Teresa, et al. El Caribe y América La-tina. El 98 en la coyuntura imperial, tomo I, México, UMSNH,IMC, Gobierno del Estado de Michoacán, Consejo Superiorde la Investigación Científica España, Universidad de PuertoRico Recinto de Río Piedras, 1998._______________, Economía, cultura e institucionalización dela ciencia en Puerto Rico, siglo XIX, México, Facultad de his-toria UMSNH, Departamento de Historia de América , Ins-tituto de Historia, Consejo Superior de Investigaciones Cien-tíficas, 2008._______________, “André Pierre Ledrú, el viaje a la Isla dePuerto Rico en 1797 y el uso político de una literatura deviaje en el siglo XIX”, pp. 29-35, en Josef Opatrný, El Caribehispano de los siglos XIX y XX. Viajeros y testimonios, Univer-sidad Carolina de Praga, Editorial Karolinum, 2010

CRUZ Monclova, Lidio, Historia del año de 1887, Puerto Rico,Editorial Universitaria, 1958, 367p.

_______________, Historia de Puerto Rico (siglo XIX), TomoIII, tercera parte, España, Editorial de la Universidad dePuerto Rico, 1964.

CUBANO Astrid, El hilo en el laberinto. Claves de la lucha po-lítica en Puerto Rico, siglo XIX, San Juan, Ediciones Hura-cán, 1990.

DÍAZ de Iraola, G., “La vuelta al mundo de la expediciónde la vacuna”, en Anuario de Estudios Americanos, Vol. IV,Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos del Con-sejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947.

Page 311: Capitulo de Libro Mexico

311

DIETZ, James L. Historia Económica de Puerto Rico, Río Pie-dras, Ediciones Huracán, 1989.

DOMÍNGUEZ, Jorge I. (1978), Cuba order and revolution,Cambridge, Harvard University-Belknap, 1978.

EDITORES, Terranova, Protagonistas del mundo, Vol. 2,Bogotá, Colombia, Terranova Editores, 1991.

ESPINOSA y Tello, Josef, Memorias sobre las observacionesastronómicas, hechas por los navegantes españoles en distintoslugares del globo: las quales han servido de fundamento para laformación de las cartas de marear publicadas por la dirección detrabajos hidrográficos de Madrid: ordenadas por don Josef Espinosay Tello, gefe de la escuadra de la Real Armada, y primer directorde dicho establecimiento, T. II., Madrid, Imprenta Real, 1809.

ETTE, Ottmar, José Martí. Apóstol, poeta revolucionario: unahistoria de su recepción, trad. del alemán por Luis C. Henao,México, Centro Coordinador y Difusor de EstudiosLatinoamericanos UNAM, 1995. (Nuestra América, 45).

FERNÁNDEZ de Caleya, P. B. M. A. y Puig-Samper Mule-ro, et al., Exploración Botánica de las Islas de Barlovento: Cuba yPuerto Rico siglo XVIII. La obra de Martí Sessé y José Estévez,Madrid, Theatrum Naturae, Ediciones Doce Calles/Conse-jo Superior de Investigaciones Científicas, 1998. (Col. deHistoria Natural, Serie: Textos Clásicos, España).

Bibliografía

Page 312: Capitulo de Libro Mexico

312

Independencias y Revoluciones en el Caribe

FERNÁNDEZ de Navarrete, Martín, Discurso histórico sobreel progreso que ha tenido en España el arte de navegar. Leído en laReal Academia de Historia de Madrid el 1 de octubre de 1800,Madrid, Imprenta Real, 1802.

FERNÁNDEZ Juncos, Manuel, Galería Puertorriqueña. Tiposy caracteres, costumbres y tradiciones, México, Instituto deCultura Puertorriqueña, 1958, 383p.

FERNÁNDEZ, Manuel, Manual práctico de la agricultura dela caña de azúcar, San Juan, Imprenta del Boletín Mercantil,1884.

FERNÁNDEZ Méndez E., Crónicas de Puerto Rico, Río Pie-dras, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1972.

FERNÁNDEZ Sosa, Miriam (comp.) Selección de lecturas dehistoria del pensamiento político cubano II, La Habana, Facul-tad de Filosofía e Historia Universidad de La Habana, 1989.

FONER, Philip, La guerra hispano – cubano – americana y elnacimiento del imperialismo, 1895 – 1902, 2 Vols. Madrid, Akal,1975.

FRANQUI, Carlos, Diario de la revolución cubana, Barcelona,R. Torres, 1976.FUSI, Juan Pablo y Niño, Antonio (eds.) Antes del “desas-tre”. Orígenes y antecedentes de la crisis del 98, Madrid, Mar-cial Pons Libros, 1996.

Page 313: Capitulo de Libro Mexico

313

GARGALLO García, Oliva, “La autonomía puertorriqueñaen las páginas de El Buscapié”, en Palacio Montiel Celia del(Comp.), Historia de la prensa en Iberoamérica, México,Altexto/Alianza del Texto Universitario, 2000.

GIL-BERMEJO García, Juana. Panorama histórico de la agri-cultura en Puerto Rico, Sevilla, Consejo Superior de Investi-gaciones Científicas, 1970.

GÓMEZ Acevedo, Labor, Sanz promotor de la conciencia sepa-ratista en Puerto Rico, España, Editorial de la Universidadde Puerto Rico, 1974.

GONZÁLEZ Bueno, Antonio y Rodríguez Nozal, Raúl. Plan-tas Americanas para la España ilustrada: génesis, desarrollo yocaso del proyecto español de expediciones botánicas, España,Iberia Grafic, 2000.

LÓPEZ González, Martha, Bajo palabra, La Habana, Vence-remos, 1965.

GONZÁLEZ-RIPOLL Navarro, María Dolores, A las órde-nes de las estrellas. La vida del marino Cosme de Churruca y susexpediciones a América, Madrid, Fundación Banco Bilbao Viz-caya, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1994.(Col. Monografías, 8).

GRUPO Areíto, Contra viento y marea: jóvenes cubanos hablande su exilio en Estados Unidos, México, Siglo XXI, 1978.

GUERRA y Sánchez, Ramiro, et al., Historia de la nación cu-

Bibliografía

Page 314: Capitulo de Libro Mexico

314

Independencias y Revoluciones en el Caribe

bana, 10 vols., La Habana, Editorial Historia de la NaciónCubana, 1952._______________, Manual de Historia de Cuba. (Económica,Social y Política) Desde su descubrimiento hasta 1868, y un apén-dice con la historia contemporánea, La Habana, Consejo Na-cional de Cultura, 1962.

GUTIÉRREZ del Arroyo, Isabel, Historiografía Puertorrique-ña. Desde la Memoria Melgarejo (1582) hasta el Boletín Históri-co (1914-27), San Juan, Col. Ciclo de Conferencias sobre His-toria de Puerto Rico, Instituto de Cultura Puertorriqueña,1972._______________, La política y la ilustración en Puerto Rico. Elreformismo ilustrado en Puerto Rico, San Juan, Universidadde Puerto Rico, 1995.

HENESTROSA, Andrés y Fernández de Castro José Anto-nio, Periodismo y periodistas de Hispanoamérica, México, Se-cretaria de Educación Pública, 1974.

HERRERA Barrera, María del Socorro, Inmigranteshispanocubanos en México durante el porfiriato, México, UAM,Unidad Iztapalapa, División de Ciencias Sociales y Huma-nidades, Departamento de Filosofía, Miguel Ángel Porrúa,2003.

HERNÁNDEZ González, Manuel, La ilustración canaria ylos viajeros científicos europeos (1700-1830), Las Palmas deGran Canaria, Ediciones Idea, 2006.

Page 315: Capitulo de Libro Mexico

315

IBARRA, Jorge, “Cultura e identidad nacional en el Caribehispánico: el caso puertorriqueño y el cubano”, pp. 85–95,en Naranjo, Consuelo, Puig-Samper, García Mora, MiguelA. (eds.), La nación soñada: Cuba, Puerto Rico y Filipinas anteel 98, Madrid, Doce Calles, 1996.

INSTITUTO de Historia de Cuba, Historia de Cuba: Las Lu-chas por la independencia nacional y transformaciones estructu-rales 1868-1895, tomo 2, La Habana Editora_______________, Historia de Cuba. La Colonia, evoluciónsocioeconómica y formación nacional, de los orígenes hasta 1867,tomo 1, La Habana, Editora Política, 1994,

KRIGER, Miriam, “Introducción al concepto y la problemá-tica de la globalización”, Globalización, consumos e identida-des en América latina, CAICYT, CONICET Área CienciasSociales, 2009. (http://ecursos.caicyt.gov.ar)

LAWRENCE Tone, John, Guerra y genocidio en Cuba: 1895 –1898, Madrid, Turner, 2006.

LAVALLÉ Bernard, Naranjo Consuelo y Santamaría Anto-nio, La América Española (1763-1898). Economía, España, Edi-torial Síntesis, 2002. (Proyecto editorial: Historia de España3er. Milenio, 20).

LEDRÚ André Pierre, Viaje a la Isla de Puerto Rico (1797),San Juan, Editorial Coquí, 1971.

LE RIVEREND, Julio, Debate en Soliloquio y otros Ensayos so-bre Cuba, México, Instituto José María Luis Mora, 1994.

Bibliografía

Page 316: Capitulo de Libro Mexico

316

Independencias y Revoluciones en el Caribe

LITVAK, Lily, Latinos y anglosajones: Orígenes de una polémi-ca, Barcelona, Puvill, 1980.

LÓPEZ Ávalos, Martín, La clase política cubana o la historia deuna frustración. Las élites nacionalistas, México, Siglo XXIEditores, 2003.

LÓPEZ Mesa, Enrique, “Historiografía y nación en Cuba”,pp. 171–195, en Naranjo Orovio, Consuelo, Serrano, Carlos(eds.) Imágenes e imaginarios nacionales en el ultramar español,Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,1999.

LÓPEZ Tuero, Fernando, Enfermedad de la caña de azúcar ymodo de combatirla, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1897.

MALDONADO Polo J. Luis, Las huellas de la razón. La expe-dición científica de Centroamérica, (1795-1802), Madrid, Con-sejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001.

MANIQUIS, Robert M., et al., (editores), La revolución fran-cesa y el mundo Ibérico, España, Turner, 1989.

MÁRQUEZ Sterling, Carlos, Historia de Cuba; desde Cristó-bal Colón a Fidel Castro, New York, Las Américas, 1969.

MARTÍNEZ, Marcial, Cuba, la verdad de su tragedia, 2ª ed.,México, Ed. Galeza, 1959.

MARTÍNEZ, Urbano, Domingo del Monte y su tiempo, LaHabana, Ediciones Unión, 1997.

Page 317: Capitulo de Libro Mexico

317

MARTÍNEZ Vergne, Teresita, Capitalism in Colonial PuertoRico: Central San Vicente in the Late Nineteenth Century, Flori-da, University Press, 1992.

MATOS, Huber, Cómo llegó la noche, Barcelona, Tusquets,2002.

MELÉNDEZ, Edgardo, Movimiento anexionista en Puerto Rico,Estados Unidos de América, Editorial de la Universidad dePuerto Rico, 1993.

MENCÍA Cobas, Mario El grito del Moncada, La Habana,Editorial Política, 1986.

MESA, Roberto, El colonialismo en la crisis del XIX español,Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1990.

MINÁ Gianni, Un Encuentro con Fidel-Entrevista realizado porGianni Miná, La Habana, Oficina de Publicaciones del Con-sejo de Estado, 1988.

MONSIVÁIS, Carlos, “La parodia del drama nacionalista”,en Arizpe, Lourdes y Ludka De Gortari (compiladores), Re-pensar la Nación, fronteras, etnias y soberanías, México, Cen-tro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropolo-gía Social, 1990. (Cuadernos de la Casa Chata, núm. 174.)

MORALES Carrión, Arturo, Puerto Rico y la lucha por la he-gemonía en el Caribe: Colonialismo y contrabando, siglos XVI yXVIII, Rio Piedras, Universidad de Puerto Rico, 1995.

Bibliografía

Page 318: Capitulo de Libro Mexico

318

Independencias y Revoluciones en el Caribe

MORENO Fraginals, Manuel, Cuba/España España/Cuba His-toria común, Presentación de Josep Fontana, Barcelona,Grijalbo Mandadori, 1995._______________, El Ingenio complejo económico social del azú-car, Tomo I, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1978.

OPARTNÝ, Josef, US expansionism and cuban annexationismin the 1850s, Praga, Universidad Karlova, 1990.

_______________, Antecedentes históricos de la formación de lanación cubana, Praga, Universidad Carolina de Praga, 1986.

_______________, “El fin de la época europea en América:Cuba 1878–1898”, pp. 785 –796, en Naranjo, Consuelo, Puig-Samper, García Mora, Miguel A. (Eds.), La nación soñada:Cuba, Puerto Rico y Filipinas ante el 98, Madrid, Doce Calles,1996.

PACHECO Díaz, Argelia, Una estrategia imperial. El situadode Nueva España a Puerto Rico 1765-1821, México, Institutode Investigaciones José María Luis Mora, 2005.

PAPAVERO, Nelson y Llorente Bousquets, Jorge, (Eds.),Historia de la biología comparada. Vol. VIII, El siglo de las Luces,México, UNAM, 1995.

PARCERO Torres Celia y Acosta María (Eds.), Cuba y Puer-to Rico: en torno al 98, Actas de los simposios Internaciona-les celebrados en el Centro Regional de la U.N.E.D. dePalencia en 1995 y 1996, Tordesillas Valladolid España,

Page 319: Capitulo de Libro Mexico

319

Universidad de Valladolid,Universidad de Educación aDistancia, 1998.

PAZ Sánchez, Manuel de, Naranjo Orovio, Consuelo(coords.) Identidades e independencias. División e integraciónen las dos orillas, 1808 –2008, Las Palmas de Gran Canaria,Ediciones Idea, 2009.

PEDREIRA, Antonio S. Obras de Antonio S. Pedreira, Espa-ña, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan PuertoRico, Tomo II, 1970.

PICHARDO, Hortensia (Comp.) Documentos para la historiade Cuba IV, 2 vols., 2a. ed., La Habana, Editorial Pueblo yEducación, 1986.

PORTUONDO, Fernando, Historia de Cuba 1492-1898, LaHabana, Editorial Pueblo y Educación, Instituto del Libro,1975.

PUIG-SAMPER, Miguel Ángel, “Las primeras institucionescientíficas en Cuba: el Jardín Botánico de La Habana”, pp.19-33, en Naranjo Orovio, Consuelo, Cuba la perla de las Anti-llas. Actas de las I Jornadas de Cuba y su Historia, Madrid, DoceCalles, Ateneo de Madrid, Consejo Superior de Investiga-ciones Científicas, 1994.

RAMOS Mattei, Andrés, La sociedad del azúcar, Río Piedras,Universidad de Puerto Rico, 1988.

Bibliografía

Page 320: Capitulo de Libro Mexico

320

Independencias y Revoluciones en el Caribe

REYNAGA Mejía, Juan Rafael, La revolución cubana a travésde la revista Política en México. Construcción imaginaria paraun discurso en América Latina, México, CIALC/UNAM/UAEM, 2007.

RIVAS, Mercedes, Literatura y esclavitud en Cuba, España,Escuela de Altos Estudios Hispano-Americanos de Sevilla,1990.

ROA Kourí, Raúl, En el torrente, La Habana, Fondo Edito-rial Casa de las Américas, 2004.

RODRÍGUEZ Adriana, Gallegos, Claudio (2007) “El 98 Cu-bano: Los vectores de construcción de la VisiónHegemónica”, pp. 153–160, en Arpini, Adriana, Maiz,Claudio, Montaruli, Silvana (Eds.) Hilar Ideas. Travesías delpensamiento en América Latina, Guaymallén, Quellqasqa,2007.

ROIG, Arturo Andrés, “El positivismo en Hispanoaméricay el problema de la construcción nacional. Consideracioneshistórico – críticas y proyecto identitario”, pp. 663 –677, enColom González, Francisco, Relatos de nación. La construc-ción de las identidades nacionales en el mundo hispánico, Vol. 2,Madrid, Iberoamericana, 2005.

ROJAS, Marta, La generación del centenario en el juicio delMoncada, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1979.

Page 321: Capitulo de Libro Mexico

321

ROJAS, Rafael, Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia yexilio del intelectual cubano, Barcelona, Anagrama, 2006._______________, y Ana Covarrubias, (Coords.) Caribe, Vól.3, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, DirecciónGeneral del Acervo Histórico Diplomático, Secretaría deRelaciones Exteriores, 2011, (Colección de Historia de lasRelaciones Internacionales de México, 1821-2010, Coordi-nadora General Mercedes de Vega).

ROMÉU, José A. Panorama del periodismo puertorriqueño,Puerto Rico, Editorial de la Universidad de Puerto Rico,1985.

SANTIAGO de Curet, Annie, Crédito, moneda y bancos enPuerto Rico durante el siglo XIX, San Juan, Editorial de laUniversidad de Puerto Rico, 1989.

SCARANO, Francisco, Puerto Rico. Cinco siglos de historia, 2ªed., México, MacGraw Hill, 2000.

SILVESTRINI, Blanca y Luque de Sánchez, María Dolores,Historia de Puerto Rico: Trayectoria de un pueblo, San Juan,Cultural Puertorriqueña, 1987.

SOLER Pascual, E. “Malaspina y Blamis: Dos expedicionesamericanas en tiempos de Godoy”, en Josef Opatrný (edi-tor). La expedición de Alejandro Malaspina y Tadeo Haenke, Pra-ga, Universidad Carolina de Praga, Editorial Karolinum,2004.

Bibliografía

Page 322: Capitulo de Libro Mexico

322

Independencias y Revoluciones en el Caribe

SOSA, Ignacio, et al., Cuba de la utopía al desencanto, México,CEIDS, UAEM, 1993.

SUMMER, Earle, “Los problemaseconómicos de laagriculturapuertorriqueña”, en W. Hoadley, Francis, Astol,José Antonio, (Eds.), El Libro de Puerto Rico, San Juan, Puer-to Rico, El Libro Azul, 1923.

SZULC, Tad, Fidel un retrato crítico, trad. del inglés por Ra-món Garriga y Esteve Riambau, Barcelona, Grijalbo, 1987.

TAPIA y Rivera, A. Biblioteca Histórica de Puerto Rico, SanJuan, Instituto de Literatura de Puerto Rico, 1945.

TORRES Ramírez, Bibiano, Alejandro O’Reilly en las Indias,Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1969.

TORRIENTE, Loló de la, La Habana de Cecilia Valdés (SigloXIX), La Habana, Jesús Montero Editor, 1946.

TRIAY, Victor Andrés, Bay of pigs an oral history of brigade2506, Gainesville Fl., University Press of Florida, 2001.

TUÑÓN de Lara, Manuel, Estudios sobre el siglo el siglo XIXespañol, España, Siglo XXI de España Ediciones, 1984.

VARONA Guerrero, Miguel, La guerra de independencia deCuba 1895-1898, 2 Vol., La Habana, Editorial Lex, 1946.

VILLAVEDE, Cirilo, La joven de la flecha de oro, La HabanaCuba, Editorial Letras Cubanas, 1980.

Page 323: Capitulo de Libro Mexico

323

_______________, La peineta calada, Nota introductoria deMirta Andreu Domínguez, La Habana, Editorial GenteNueva, 1979.

_______________, Cecilia Valdés, México, Editorial Porrúa,1972.

VILLEGAS Abelardo, Reformismo y revolución en elpensamiento latinoamericano, México, Siglo XXI, 1972.

VITIER, Medardo, Las ideas en Cuba. Proceso del pensamientopolítico, filosófico y crítico en Cuba principalmente el siglo XIX,T. II, La Habana, Editorial Trópico, 1938.

HEMEROGRAFÍA

CASTRO, María de los Ángeles, “El autonomismo en PuertoRico (1808-1898): la siembra de la tradición”, en: Secuencia,Revista de Historia y Ciencias Sociales, México, Instituto Mora,núm. 31, 1995, pp. 5-22.

COLL y Toste, C., Boletín Histórico de Puerto Rico, San Juan,Tipografía Cantero, Fernández y Compañía, 14 Vols., T. VIII,1914-1927.

CORTÉS Zavala, María Teresa, “Bosquejo de la prensamichoacana en el siglo XIX” pp. 33-46, en Tzintzun, Revistade Estudios Históricos, Núm. 8, Morelia, Instituto de Investi-gaciones Históricas de la UMSNH, enero-diciembre de 1987.

Bibliografía

Page 324: Capitulo de Libro Mexico

324

Independencias y Revoluciones en el Caribe

_______________, “La construcción criolla de un espaciocultural en la narrativa puertorriqueña: el caso de ManuelAlonso y Zeno Gandía” en Revista Brasileira do Caribe, Re-vista do Centro de Estudos do Caribe no Brasil, Goiás,Universidade Federal de Goiás, UFG, Centro de Estudosdo Caribe no Brasil, CECAB, Universidad de Brasilia, UnB,Centro de Estudos Avancados Multidisciplinares, CEAM,Núcleo de Estudos Caribenhos e Latino-Americanos,NECLA, Núm. 2, Vol. 1, enero-junio del 2001.

________________, “Las rutas de la ciencia y el desarrollode la medicina en Puerto Rico. 1800-1850”, en América aDebate, Morelia, Facultad de Historia, UMSNH, Núm. 7,enero-junio de 2005.

CUBANO, Astrid, “El estudio de las elites económicas ypolíticas en Puerto Rico en el siglo XIX”, en Op. Cit., Boletíndel Centro de Investigaciones Históricas, núm., 4, Río Piedras,Universidad de Puerto Rico, 1988-1989, pp. 123 - 133.

FERNÁNDEZ Juncos, Manuel, “Documentos Históricos.Sobre la importancia de la vacuna en América y su propa-gación en Puerto Rico”, en: Revista Puertorriqueña. Literatu-ra, ciencias y artes, San Juan, año II, tomo II, 1888.

FERNÁNDEZ Retamar, Roberto “Reflexiones sobre el sig-nificado del 98”, en Con Eñe. Revista de Cultura Hispanoame-ricana. Monográfico, N° 3, Julio, Extremadura, CEXECI,1998.

Page 325: Capitulo de Libro Mexico

325

GONZÁLEZ-RIPOLL Navarro, María Dolores, “Idea y re-presentación del Caribe en la Cartografía Española del si-glo XVIII”, pp. 81-92, en Contrastes, Revista de HistoriaNúm.12, 2001-2003.

LÓPEZ Adorno, P., “Descolonización literaria y utopía, elcaso puertorriqueño”, en Exégesis, Revista del Colegio deHumacao, Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico, Año, 9,Núm. 25.LUQUE, María Dolores, “Los conflictos de la modernidad:la élite política en Puerto Rico, 1898-1904”, en Revista de In-dias, vol. LVII, núm. 211, 1997, pp. 695-727.

PUIG-SAMPER, Miguel Ángel y Maldonado Polo, Luis J.,“La expedición de Sessé en Cuba y Puerto Rico”, pp. 181-198, en Asclepio, Madrid, Consejo Superior de Investigacio-nes Científicas, 1991, XLIII, 2.

RAMÍREZ Marín, Susana María, “El niño y la vacuna de laviruela rumbo a América: La Real expedición Filantrópicade la Vacuna (1803-1806)”, Revista Complutense de Historiade América, Madrid, Núm. 29, 2003, pp. 77-101.

REVISTA de Agricultura Industria y Comercio, San Juan, Es-tablecimiento Tipográfico del Boletín Mercantil, Imprenta ylibrería de Acosta, 1885 – 1893.

RIGAU-PÉREZ, José G., “The introduction of Smallpoxvaccine in 1803 and the adoption on Inmitization as aGovernment Function in Porto Rico”, Hispan AmericanHistorical Review, Vol. 69, Núm. 3, Agosto de 1989.

Bibliografía

Page 326: Capitulo de Libro Mexico

326

Independencias y Revoluciones en el Caribe

RIVAS, Fernando, “Teoría de la globalización y el Foro deCooperación Económica de Asia”, Revista Comercio Exterior,Bancomext, Vol. 46, No. 12, México, diciembre, 1996.

SÁEZ, Miguel, “Globalización financiera, crisis mundial eimpacto sobre América Latina”, en Revista Economía yPolítica, No. 4, Facultad de Ciencias Económicas,Universidad de Cuenca, Cuenca, diciembre de 1998.

SANTAMARÍA, A., “La historia de Puerto Rico en latransición del siglo XVIIII al XIX. La mirada de Iñigo Abbady Lasierra y los orígenes de la historiografía insular, apropósito de la edición de Gervasio Luis García“, en Revistade Indias, Madrid, CSIC, 2004, vol. LXIV, núm. 230.

TARRAGO, Rafael E. “La expedición Balmis-Salvany devacunación contra la viruela, primera campaña de saludpública en las Américas”, en Perspectivas de Salud. La revistade la Organización Panamericana de la Salud, Washington, D.C.,Vol. 6, Número 1, 2001.

RIVERA Rodríguez, Irene, Cambios en la estructura geográficade las importaciones de mercancía a Puerto Rico: 1880 a 1897,Serie de ensayos y monografías, núm. 59, Puerto Rico,Universidad de Puerto Rico, 1990.

VILLAVERDE, Cirilo, “Colección de Artículos de AnselmoSuárez y Romero”, pp. 33-40, en Cuba Literaria, La Habana,Imprenta La Antillana, 1862.

Page 327: Capitulo de Libro Mexico

327

_______________, “Gad Eden; or Pintures of Cuba por MaturinM. Ballou”, pp. 4-8, en Revista de La Habana, La Habana,Imprenta del Tiempo, 1855.

TESIS

ARRIETA Gutiérrez, Miguel, Cuba, 1980-2001, [Tesis deLicenciatura], México, Facultad de Filosofía y Letras,UNAM, 2007.

CARRINO, Frank G. Manuel Fernández Juncos, pivotal forcein the insular movement of Porto Rico through El Buscapié, [Te-sis de Doctorado], Universidad de Michigan, 1956.

CORTÉS Zavala, María Teresa, El Partido Autonomista Puer-torriqueño y el trasfondo social y cultural de la formación nacio-nal, [Tesis de Doctorado], España, Universidad Complutensede Madrid, 1998.

CHAVELAS Sánchez, Brenda Verónica, La Revista de Agri-cultura, Industria y Comercio: un espacio para la modernizaciónde la economía puertorriqueña, (1885-1893), [tesis de maestría],Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, agos-to, 2011.

GARCÍA, Freyre Laura, Historiografía de la revolución cuba-na, 1959-2002, [tesis de maestría], México, Facultad de Filo-

Bibliografía

Page 328: Capitulo de Libro Mexico

328

Independencias y Revoluciones en el Caribe

sofía y Letras, UNAM, 2004,

NÁTER Vázquez, Laura, Los autonomistas: de la semilla alproyecto (1809-1887), Puerto Rico”, [tesis de maestría], Uni-versidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, 1991

PACHECO Díaz, Argelia, La formación nacional puertorrique-ña en el pensamiento autonomista de José Celso Barbosa, [tesisde licenciatura en Historia], México, UniversidadMichoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1999.

SANCLER; Rojas José Alejandro, Relaciones Venezuela-Cuba,1959-1964. Rómulo Betancourt y el proceso revolucionario cuba-no, [tesis de maestría] México, UNAM, Facultad de Filoso-fía y Letras, 1983.

PONENCIAS

ALEGRÍA, José A. “El periodismo puertorriqueño desde suaparición hasta comienzos del siglo XX”, (Ciclo de Confe-rencias sobre la literatura en Puerto Rico), San Juan PuertoRico, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1960, 35p.

CUBANO, Astrid, “Criollos ante el 98: la cambiante ima-gen del dominio español durante su crisis y caída en Puer-to Rico, 1889-1899”, Trabajo escrito para el Congreso deLASA, Continental Plaza, Guadalajara, México, 17-19 deabril de 1997.

PÁGINAS ELECTRÓNICAS

Page 329: Capitulo de Libro Mexico

329

ALTAMIRANO, Carlos, “Globalización e identidad Latinoa-mericana”, en Globalización, consumos e identidades en Améri-ca Latina, CAICYT, CONICET, Área Ciencias Sociales, 2009,(http://ecursos.caicyt.gov.ar)

ARCEO, Enrique y Schorr, Martín, “Globalización: repen-sando la relación centro –periferia”, en Globalización, consumos e identidades en Améri-ca Latina, CAICYT – CONICET, Área Ciencias Sociales, 2008(http://ecursos.caicyt.gov.ar)

BONNET, Alberto, “La globalización y las crisis latinoame-ricanas”, en Globalización, Revista Mensual de Economía, So-ciedad y Cultura, febrero 2002. (http://rcci.net/globalizacion/index.htm)

GARCÍA Morales, Federico, “El ocaso de la globalización”,en Globalización, Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cul-tura, noviembre 2001. (http://rcci.net/globalizacion/index.htm)

WORTMAN, Ana, “¿De qué estamos hablando cuando ha-blamos de globalización?”, en “Globalización, consumos eidentidades en América Latina”, Buenos Aires, Argentina,CAICYT,CONICET, 2009, (http://ecursos.caicyt.gov.ar)

Bibliografía

Page 330: Capitulo de Libro Mexico

330

Independencias y Revoluciones en el Caribe

Page 331: Capitulo de Libro Mexico

331

RAFAEL ROJAS. Profesor Investigador del Centro de Investiga-ción y Docencia Económicas, CIDE. Doctor en Historia por ElColegio de México. Líneas de Investigación: Historia intelectualy política de América [email protected]

IGNACIO SOSA ÁLVAREZ. Profesor Investigador de la Facul-tad de Filosofía y Letras, UNAM. Doctor en Estudios Latinoame-ricanos, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Líneas de inves-tigación: Revoluciones en el Siglo XX en América [email protected]

MARÍA TERESA CORTÉS ZAVALA. Profesora Investigadora dela Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolásde Hidalgo, UMSNH. Doctora en Historia por la UniversidadComplutense de Madrid. Líneas de investigación: Historia so-cial y cultural de México y Puerto Rico, siglos XIX y XX. Procesosde conformación nacional e identidad cultural, grupos de poder,actividad científica, cultural y social. Encabeza al grupo “Estu-dios del Caribe” de la Red de Estudios Comparados del Caribe yMundo Atlántico, CSIC, Españ[email protected]

AUTORES

Page 332: Capitulo de Libro Mexico

332

Independencias y Revoluciones en el Caribe

OLIVA GARGALLO GARCÍA. Facultad de Historia, Uni-versidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, UMSNH.Maestra en Estudios Latinoamericanos por la Facultad deFilosofía y Letras de la UNAM. Líneas de investigación:Historia social, cultural e institucional del siglo XVI, y pro-cesos de conformación nacional e identidad cultural dePuerto Rico decimonónico.Miembro del grupo “Estudiosdel Caribe” dentro de la Red de Estudios Comparados delCaribe y Mundo Atlántico, CSIC, Españ[email protected]

BRENDA VERÓNICA CHAVELAS SÁNCHEZ. Maestra enEstudios Latinoamericanos por la Facultad de Filosofía yLetras de la UNAM y Maestra en Historia Regional Conti-nental por la Facultad de Historia de la UniversidadMichoacana de San Nicolás de Hidalgo, UMSNH. Líneasde Investigación: Historia de América Latina siglos XIX yXX. Cultura y Procesos de conformación nacional en Puer-to Rico y México. Miembro del grupo “Estudios del Cari-be” dentro de la Red de Estudios Comparados del Caribey Mundo Atlántico, CSIC, Españ[email protected]

MAGDALENA FLORES PADILLA. Maestra en Estudios Latinoa-mericanos por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, yMaestra en Historia Regional Continental por la Facultad de His-toria de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,UMSNH. Líneas de Investigación: Historia social y cultural delsiglo XIX, Cuba y Puerto Rico. Procesos de conformación nacio-nal e identidad, actividad científica, cultural y social en Cuba yPuerto Rico. Miembro del grupo “Estudios del Caribe” dentro dela Red de Estudios Comparados del Caribe y Mundo Atlántico,CSIC, Españ[email protected]

Page 333: Capitulo de Libro Mexico

333

CLAUDIO ANTONIO GALLEGOS. Profesor Investigador de laUniversidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina. Candi-dato a Doctor en Historia y Magister en Sociología, UniversidadNacional del Sur, Bahía Blanca. Líneas de investigación: HistoriaPolítica y de las Ideas en el Caribe y América Latina, siglos XIX yXX. Miembro del grupo “Estudios del Caribe” dentro de la Redde Estudios Comparados del Caribe y Mundo Atlántico, CSIC,Españ[email protected]

MARTÍN LÓPEZ ÁVALOS. Profesor Investigador del Centro deEstudios Históricos, El Colegio de Michoacán. Doctor en Estu-dios Latinoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras,UNAM. Líneas de investigación: Historia contemporánea deMéxico y América Latina. Historia Política y Movimientos Socia-les en el siglo XX.Miembro del grupo “Estudios del Caribe” den-tro de la Red de Estudios Comparados del Caribe y Mundo At-lántico, CSIC, Españ[email protected]

LETICIA BOBADILLA GONZÁLEZ. Profesora Investigadora delInstituto de Investigaciones Históricas, Universidad Michoacanade San Nicolás de Hidalgo. Doctora en Estudios Latinoamerica-nos por la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Líneas de In-vestigación: Historia contemporánea de México, América Latinay el Caribe: diplomacia, procesos políticos y culturales. Miembrodel grupo “Estudios del Caribe” dentro de la Red de EstudiosComparados del Caribe y Mundo Atlántico, CSIC, Españ[email protected]

Page 334: Capitulo de Libro Mexico

334

Independencias y Revoluciones en el Caribe