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CAMPOS DE CASTILLA (1.912) de Antonio Machado (1875- 1939)

CAMPOS DE CASTILLA (1.912) de Antonio Machado (1875-1939)

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CAMPOS DE CASTILLA (1.912)

de Antonio Machado (1875-1939)

Introducción.En la trayectoria poética de Machado, el encuentro con Castilla es un encuentro privilegiado. Ante las tierras de Soria, dirá: "Me habéis llegado al alma. /¿O acaso estabais en el fondo de ella?".

Se publica en 1.912, poco antes de la muerte de su joven esposa Leonor, incrementándose con nuevos poemas en ediciones sucesivas.

   Cuando perdí a mi mujer —escribe pocos meses después en una carta a Juan Ramón Jiménez [Prosas completas, págs. 1518-1519]— pensé pegarme un tiro. El éxito de mi libro me salvó, y no por vanidad ¡bien lo sabe Dios! sino porque pensé que si había en mí una fuerza útil no tenía derecho a aniquilarla.

Temas. Machado señaló tres temas en su libro:

el amor a la Naturaleza: EL TEMA DEL PAISAJEVisión objetiva e identificación simbólica con el pasado históricoIdentificación simbólica del alma con los elementos del paisaje

El paisaje andaluz El paisaje castellano

•la preocupación por España El tema de España El puebloEl tema del cainismoDos retratos expresionistasLos burgueses inútilesEl futuro de España: El mañana efímeroElogios

la preocupación existencial: EL TEMA DE LA MUERTE

El paisajeparece recogido con una objetividad absoluta,

sin embargo un estudio atento nos permite estudiar un claro componente subjetivo:

Machado proyecta sus propios sentimientos sobre las tierras de Castilla, trabajando con una serie de símbolos que finalmente sugieren soledad, fugacidad o muerte, sus constantes obsesiones.

Estas son las claves de su visión lírica de Castilla.

La preocupación por España le inspira poemas sobre su pasado, su presente o su futuro. Muestra una visión crítica, a veces desencantada y en sus

últimos poemas ilusionada, que lo emparenta con el periodo de juventud del grupo de los tres y de Unamuno (ello ha motivado su discutida adscripción al grupo del 98). En la línea regeneracionista se sitúa a orillas del Duero (XCVIII) o por tierras de España (XCIX).

En los poemas añadidos posteriormente (escritos entre 1914 y 1917), la crítica de Machado parte de bases netamente progresistas animada por la crítica intelectual, europeizante que está llevando a cabo la llamada generación del 14. Destacan los poemas titulados Desde mi rincón (CXLIII), Una España joven (CXLIV), de la serie Elogios, El mañana efíímero (CXXXV), Del pasado efímero (CXXXI).

La preocupación existencial.

Inicia Machado, también, en Campos de Castilla un aspecto de su creación que más tarde cultivara copiosamente: los poemas brevísimos que integran la serie Proverbios y cantares (CXXXVI): breves pensamientos líricos y sobre todo filosóficos que surgen de su preocupación existencial

Selección del contenidoSelección del contenidoRetrato (XCVII)

A orillas del Duero (XLIII)

Por tierras de España (XLIX)

Campos de Soria (CXIII) Esta serie poemática es, probablemente, la pieza capital del libro. No es su poema de despedida de Soria tras la muerte de Leonor: la primera edición de Campos de Castilla, en la que ya se incluye esta composición, apareció dos o tres meses antes del triste suceso. El tono de despedida del poema debe relacionarse con otro viaje de Machado (tal vez su traslado a París a fines de 1910).

La tierra de Alvargonzález

La tierra de Alvargonzález (CXIV)«Me pareció el romance la suprema expresión de la poesía y quise escribir un nuevo Romancero. A este propósito responde La tierra de Alvargonzález. Muy lejos estaba yo de resucitar el género en su sentido tradicional...; mis romances no emanan de las heroicas gestas, sino del pueblo que los compuso y de la tierra donde se cantaron...» Tema del «cainismo» («Mucha sangre de Caín / tiene la gente labriega»).

La Laguna Negra

Otros poemas El hospicio ( C ) es un breve cuadro de seres desvalidos. Un criminal (CVIII) caso insólito: interés por personajes malditos o

marginados. Presenta un punto común con La tierra de Alvargonzález: el parricidio.

La presencia del intimismo, con una clara pervivencia -en ocasiones- de la manera de Soledades: poemas CVII, CX, CXI, CXII, CXXXVII, CXXXVIII.

El Dios ibero (CI) Orillas del Duero (CII) A un olmo seco (CXV) El recuerdo de Leonor (poemas CXVIII-CXXIV) A José María Palacio (CXXVI) Poemas sobre Soria, desde lejos (El contraste entre el paisaje andaluz y el

castellano aparece en el poema Recuerdos (CXVI). Compárese con otro posterior, el CXXV («En estos campos de la tierra mía...»).

Poema de un día (CXXVIII). Se trata de una composición de tono nuevo: poesía de lo cotidiano y, en armonía con ello, lenguaje conversacional. Pero la andadura como juguetona del poema permite ensartar, de forma originalísima, algunas de las preocupaciones más hondas de Machado.

Proverbios y cantares (CXXXVI) Con esta serie inicia Machado una nueva faceta de su creación: el apunte breve, chispazo lírico o reflexivo. Con el tiempo (como veremos en Nuevas canciones), lo segundo irá dominando sobre lo primero. Pero algunas de estas piececitas son espléndidas

Parábolas (CXXXVII) Elogios.

Muy bello es el CXXXIX, A Don Francisco Giner de los Ríos, figura fundamental de la Institución Libre de Enseñanza y profesor muy querido de Machado.

El mañana efímero (CXXXV) Del pasado efímero (CXXXI) y Llanto de las virtudes y

coplas por la muerte de Don Guido (CXXXIII). Desde mi rincón (CXLIII) Una España joven (CXLIV)

Estilo 1.- MétricaEn lo referente a versificación abunda el

metro largo, versos endecasílabos y alejandrinos sobre todo. (Sonetos y sonetos alejandrinos)

La estrofa empleada es la llamada machadiana – silva asonantada- que es una combinación de versos heptasílabos y endecasílabos de rima consonante y estructura arbitraria

El romance y la copla de romance. (Versos octosílabos con rima asonante los pares, los impares queda sueltos.)

Estilo 2.- Rasgos estilísticosEn Machado, cada elemento del verso es una pincelada autónoma,

independiente de cuanto le rodea, y el conjunto de esos elementos aislados es lo que crea el poema y le da un estilo inconfundible.

De ahí, también el predominio de lo sustantivo: no se trata de describir o descubrir acciones sino de presentar realidades, no se trata de hacernos ver el desarrollo de procesos, sino de mostrarnos criaturas existentes, no quiere narrar, sino nombrar. Así, repetirá una y otra vez realidades idénticas, porque idénticas son las presencias e idénticos los símbolos: álamos verdes, márgenes del río, zarzales florecidos, humildes violetas, ciruelos blanqueados o cigüeñas.

Machado prefiere la escasez, la palabra justa cargada de significado a la metáfora, al juego conceptual; la enumeración a la descripción, el impresionismo.

Significación de Campos de Castilla.

Oreste Macrí lo califica de épica humana.

En los primeros poemas, se observa la felicidad del poeta por el hallazgo de las tierras sorianas, recién salidas del invierno, en su adolescencia. El empuje del alma machadiana encuentra sosiego en los horizontes castellanos. Y las preocupaciones filosóficas, humanas, existenciales, sociales o políticas encuentran en la visión de Castilla el reflejo adecuado.

Para algunos críticos, Campos de Castilla es la síntesis más representativa del pensamiento crítico-historicista del 98, un libro intensamente representativo de aquella sincera preocupación por España y el ser del hombre; pero se puede decir que Machado no sólo asume el criticismo generacional a secas, sino que proyecta su lirismo sobre la esencia de los problemas, recreándolos (así, en algunos poemas de la serie Elogios).

De la visión hogareña del paisaje, descanso o reflejo del espíritu, se pasa a Castilla como "madre" o "madrastra", "el corazón de roble / de Iberia y de Castilla", atravesado por el Duero (XCVIII), llamado "padre Duero"; o "los pobres hijos huyendo de los lares". Los símbolos del río y el mar, el existencial y universal río de Manrique es, ahora, mito y realidad, es el Duero.

El presente, el pasado y el futuro de España, interrogantes presentes a lo largo del libro.

En "La tierra de Alvargonzález" está presente otra obsesión de Machado: el cainismo, en forma de un largo romance que pretende revitalizar la vieja versificación tradicional.

En "Campos de Soria", Machado alcanza una cima lírica de interés dentro del libro. Leonor ya está enteramente asimilada al mito soriano, a la "madre" Castilla. Sólo en CXV ("A un olmo seco") se recuerda implícitamente a Leonor, enferma, comparándolo con el olmo centenario y seco del Duero, cuya mitología ya ha construido.

Tras la muerte de Leonor, sucedida al mismo tiempo que la publicación del libro, los poemas añadidos elevan el vuelo lírico en el recuerdo dejado: Castilla es, ahora, además, la tumba de su esposa y de los recuerdos (así, en CXXI, CXXII, CXXIII, CXXIV y CXXVI, el conocido "A José María Palacio".). Son los poemas escritos ya en Baeza, que forman un nuevo conjunto temático: Leonor-Castilla-Andalucía, el recuerdo y la nostalgia sobre el distinto paisaje andaluz (CXVIII).

Finalmente, su voluntad regeneracionista que entronca con el espíritu del 14 lo aleja del tono del 98. Critica el "egotismo" del 98, su asunción de los problemas de España desde posturas personales o individuales (CXLIII y CXLIV).