Bonnefoy La Vacilación de Hamlet

8/19/2019 Bonnefoy La Vacilación de Hamlet

1/89

Yves Bonnefoy

La vacilación de Hamlet

y la decisión de Shakespeare


2/89

What’s Hecuba for him, or he to Hecuba,

That he should weep for her?

Hamlet, II, 2, 559-560.


3/89


4/89

e #ec#o, varias ac&i&udes son osibles. 8%nmendar las reresen&aciones, los

valores: /ero si se #ace quedndose en el lano conce&ual del vieo enfoque, no ser

ms que reemlaar un mundo-esquema or o&ro, de donde surge una inquie&ud que no

&iene in&erruci!n a lo largo de la #is&oria, que riva de su lucide e incluso de su

generosidad a las men&es ms deseosas de reformas. /or lo cual algunos se man&endrn

firmes en una fidelidad al asado que les arecer #eroica, considerando que es noble

reservar de&erminados valores, fundamen&ados ara ellos, aun cuando ya no crean en

o&ros que se suon*an solidarios de los mismos. ?na manera de es&ar en el mundo que

&iene algo de egocen&rismo, ues&o que la decidi! un yo que e'erimen&a una soledad.

Y o&ros e'&raern de los significan&es del an&iguo orden con qu@ cons&ruir un

mundo suues&amen&e nuevo, ero la &ierra y el cielo convenien&es ara sus deseos son

s!lo sue=os, so=ados s!lo or ellos, lo que &ambi@n es una manera de cerrarse sobre el

yo &al como e'is&e en ellos, nada ms que un roduc&o sin embargo de valores en los

cuales imaginan que ya no creen. %n&re esos so=adores son frecuen&es los ar&is&as, que

asiran a un bien a un Ideal, dec*a Baudelaire que se consideran en condiciones de

demos&rar. /ero muc#o ms numerosos son los que viven esa reconcen&raci!n sobre s*

mismos como la simle licencia ara ceder sin remordimien&os a ulsiones osesivas, e

incluso baas. e esa *ndole en Hamlet , el cinismo y las acciones de un laudio. /ero

adems es osible o&ra clase de reacci!n.

%s la siguien&e comrender que or su misma na&uralea el ensamien&o

median&e conce&os riva al ser #ablan&e de vivir su fini&ud. Y cun&as consecuencias

en&onces7 ;ociones, ensamien&os, &odo el aara&o men&al uede desmoronarse de

gole, ya nada arece ms que sinsen&ido, no-ser. "e abre un abismo, en cuyo borde, en

el s


5/89

e'is&encia informada de s* misma. +a oes*a de &al manera busca servir a la causa de esa

aliana que se re#


6/89

aquellos que asumen la &area de la refundaci!n de un orden y no la negaci!n de &odos.

a sido es&udian&e en i&&enberg, la universidad de +u&ero y de la 1eforma, que imlica

la b


7/89

III

ic#o de o&ro modo, el in&er@s que amle& le dirige a la frgil Dfelia &al ve no

sea un simle asec&o en&re o&ros de sus desconcer&an&es maneras de ser, sino la forma

que busca adquirir en @l la aliana que salvar*a. Y resul&a en&onces que aqu* se uede

en&rever debao de la 3laca4 de Hamlet el royec&o de vengana y los e'&ra=os

obs&culos que encuen&ra una 3sub-laca4 que odr*a ser esencial en el devenir de la

obra y ara comrender su sen&ido. Dfelia, que llama la a&enci!n de amle& sobre el

3romon&orio es&@ril4, ser*a ara @l un fu&uro en el seno mismo del desas&re, en su

coma=*a odr*a &erminar con sus con&radicciones, sus in#ibiciones.

Amar a Dfelia, recobrar or eso el sen&ido de la vida or debao de las lec&uras

obres, reduc&oras, ser*a incluso ara amle& la meor manera de vengar a su adre, que

#ab*a sido menos v*c&ima de una ersona ar&icular que de las fa&alidades de un orden

del mundo falso y men&iroso. e #ec#o, el vieo le ed*a incluso a su #io esa us&icia

ms radical. /orque en ese mundo irreal, mundo de #ombres, del que es solidaria la

muer no uede resul&ar ms que sosec#ada, &emida, decidida como una 3dar$ lady4,

#ec#a resonsable de las &en&aciones luuriosas, &odo lo que amle& es& &en&ado de ver

en su roia madre, Ger&rudis. /ero el esec&ro dice, con una emoci!n erce&ible 3;o

manc#es &u alma, no #agas nada H on&ra &u madre4. "olamen&e al cielo y a sus roios

remordimien&os les corresonde colocarla fren&e a sus fal&as, no a una ley social que de

an&emano la riv! de s* misma. Al edirle a su #io que no #aga nada en con&ra de

Ger&rudis, el rey v*c&ima la reconoce a su ve como v*c&ima, denuncia los valores con

los que sin embargo se iden&ifica, comrende que no recobrar*a, si no la vida, al menos

el ser, ms que si esos valores irreales, esos reuicios erniciosos finalmen&e fueran

aba&idos ero erdonando a Ger&rudis.

%n la aliana que fundar*a la nueva &ierra, y #abr*a que decir &ambi@n el nuevocielo, la muer dear*a de ser una imagen, fcil de magnificar y #as&a de idola&rar, ero

ridamen&e viliendiada, y colaborar*a lenamen&e en la emresa com


8/89

sal&o un&o a Dfelia muer&a. /ero uno de los indicios cai&ales de la obra es que no #ab*a

deado de sus&i&uir, desde los rimeros encuen&ros, a la muc#ac#a or una simle

imagen, lo que le ermi&*a conver&irla en 3el *dolo de su alma, la divina, la bell*sima4,

ero lo deaba &o&almen&e desoado an&e lo que ella era a esar de &odo, un cuero, una

e'is&encia aqu*, a#ora, con los deseos ordinarios.

Y ensar de esa manera era or lo &an&o no oder amar sino de un modo escaso y

oscuro, fascinado or un cuero incomrensible que es obe&o de desrecio &an&o como

de incon&rolable deseo. 8Acaso amle& viol! a Dfelia el d*a en que es&uvo an&e ella con

3el ub!n desa&ado4, 3las medias sin laos4 y la agarr! de la mu=eca y la are&! fuer&e,

an&es de lanar un susiro #as&a #acer 3es&allar su cuero4 y luego escaarse: %s lo que

&ambi@n #ace ensar una de las canciones de Dfelia, cuando en su demencia le vuelven

recuerdos rerimidos. +a canci!n evoca a una muc#ac#a enga=ada con bellas romesas

y desu@s 3&irada4, desflorada e inmedia&amen&e arroada y desreciada.

"#a$eseare no si&


9/89

I(

%s&e


10/89


11/89

sobre ello el royec&o que ron&o forar amle& de ca&urarlo en la &rama de una

reresen&aci!n &ea&ral ofrecida an&e el rey y la reina y &oda la cor&e. Eos&rndole de

manera ineserada a un &raidor que asesina a su rey y luego cor&ea a su reina, imgenes

de su deli&o, &ra&a de rovocar una reacci!n que se dice que ser*a una confesi!n que le

ermi&ir*a su vengana. /ero, 8or qu@ requerir*a esa confesi!n cuando sabe bien desde

las revelaciones de su adre que laudio fue su asesino: Y cuando #aya vis&o al rey

reaccionar como lo eseraba, 8in&en&ar ma&arlo ms que an&es: ;o, amle& no busca, o

no solamen&e, forar a laudio ara que se reconoca culable. +o que le in&eresa no es

esa culabilidad. Al &omarlo or sorresa, quiere ver aarecer al #ombre comle&o

debao de la mscara que #abr*a ca*do. Kuiere que se mues&re ms que nunca an&es ese

in&erlocu&or que no dea de &emer que sea su imagen en un eseo.

8abe dudar que amle& desee lo que e'ongo, que quiera sus&i&uir su deseo de

vengana or un man&enimien&o delan&e suyo de la ersona que deber*a ser obe&o de @l:

8?n deseo que odr*a llegar #as&a querer in&errogar, in&en&ando susci&ar resues&as:

(olver@ sobre es&os un&os y me abs&endr@ or el momen&o de concluir nada. /ero veo

que "#a$eseare, quien &ambi@n se in&eresa en la relaci!n en&re los dos #ombres, seara

a#ora de su con&e'&o com


12/89

#aber olvidado a su marido aenas muer&o ara en&regarse a un #ombre que su #io

considera desagradable y al que se comlace en ensar como un cualquiera. /or #aber

asis&ido a ese virae &an rido, amle& se #ab*a convencido de que era ver*dico lo que

no deaban de decir a su alrededor, es decir que las mueres 3son im


13/89

ay que &ener en men&e esa resencia even&ual de Ger&rudis. %n los comienos

de Hamlet &odav*a ermanece en segundo lano, ero algo imrevis&o requerir ensar

en ella. /orque ese acon&ecimien&o, en &odo caso es mi lec&ura, &ambi@n se la record! a

su #io, y de una manera &an sorrenden&e como reen&ina.

(I

Aro'imadamen&e en el momen&o en que amle& in&en&aba romer con Dfelia es

cuando llegaba a %lsinor una &roue de ac&ores. 8Y or qu@ agregar a los rela&os de "a'o

Gramma&icus y de Bellefores&, aunque fuera una genialidad or ar&e de "#a$eseare, el

&ea&ro, esa o&ra dimensi!n del deba&e en&re aariencia y realidad: %s orque el &ea&ro no

s!lo le ofrece al esec&ador un eseo de lo que ocurre en la sociedad de #ec#o como

amle& querr que lo iensen los ac&ores, sino &ambi@n la oor&unidad de rofundiar

en la conciencia de s*. %l au&or de una &ragedia, de una comedia, uede emlear las

alabras en &odos los niveles de sus sen&idos el de la acci!n, que el ensamien&o

conce&ual adminis&ra, ero &ambi@n el de los sue=os, del cual es la causa, y &al ve o&ros

ms. Y si &iene el corae ara #acerlo, uede aclarar en&onces los fundamen&os de la

men&e de una manera que s!lo uede resul&ar ben@fica. 3"ean bienvenidos, se=ores

m*os, bienvenidos a %lsinor4, &iene ra!n en decirles amle& a esos visi&an&es que llegan

con su bagae de ilusi!n ero &ambi@n de verdad.

Y or o&ra ar&e, desde esa llegada un rayo a&raviesa las &inieblas, que &iene en

amle& un efec&o que no en&iende o que re&ender ignorar, ero que no or ello dear

de er&urbar su relaci!n consigo mismo y la con&inuaci!n de las acciones. Acabamos de

saber, con alguna sorresa, que el r*ncie al que imaginbamos confinado en su leana

inamarca o en es&udios ridos en i&&enberg &ambi@n #ab*a sido #abi&u@ de las salas de

esec&culos de +ondres. e larga da&a es amigo de los ac&ores a los que recibe. Yaenas @s&os #an aoyado sus valias, les dice que una obra que an&a=o #ab*a o*do leer

leer, orque no fue llevada a escena, o solamen&e una ve y era 3caviar ara la lebe4

lo #ab*a imresionado muc#o 3or su ene&raci!n no desrovis&a de mesura4.

%sa obra una &ragedia, robablemen&e era Dido y Eneas, basada en la

invenci!n de (irgilio, ero al arecer s!lo le #ab*a in&eresado a amle& or uno de sus

asaes, lo que rela&a %neas sobre las


14/89

de L59M, una obra en la que Jroya, as* como en Hamlet , no es &amoco uno de los da&os

de la acci!n, sino una alusi!n imrevis&a, 8#abr que decir un re&orno de lo rerimido:

%n su desgracia, +ucrecia divisa un cuadro, lo con&emla con una a&enci!n

sorrenden&e, ve a /r*amo sucumbir, a @cuba #undirse en su deseseraci!n, cons&a&a

adems que "in!n el &raidor, el que convenciera a /r*amo de acoger den&ro de sus muros

a la es&a&ua fa&al, es& in&ado con &onos amables, arece verdaderamen&e #ones&o.

Jambi@n Jarquino, su agresor, &en*a asec&o de #ombre #ones&o, y +ucrecia roclama su

indignaci!n an&e la #iocres*a, la men&ira, quiere des&roar la imagen que arece, &al ve

debido a su na&uralea de imagen, al servicio de la ilusi!n.

%sa in&ura den&ro de un oema, ya ese &ea&ro den&ro de un &ea&ro, &iene muc#o

que ver con los ensamien&os que alimen&a amle&, seguramen&e. Asis&imos al derrumbe

de una civiliaci!n, de un mundo, un rey es asesinado, una reina reacciona an&e ese

crimen, y en el origen de las desgracias es& la dulicidad de un comarsa. /ero en&re

a !iolaci"n de ucrecia y Hamlet , 8refle'ion! "#a$eseare, &om! conciencia de una

dimensi!n ms den&ro de la relaci!n de la e'is&encia con la vida: %n &odo caso, del

oema a la &ragedia &uvo lugar un deslaamien&o. %n a !iolaci"n, se one el acen&o en

la conciencia que adquiere +ucrecia, an&e las buenas maneras de un &raidor, del da&o de

la #iocres*a en la sociedad #umana, la erfidia, el uso criminal de aariencias que &al

ve nunca sean ms que algo ilusorio es el roblema filos!fico del conflic&o en&re el ser

y el arecer, y resul&a muy na&ural que se lan&ee as* en "#a$eseare, ues&o que una

sociedad en crisis como la que #ab*a analiado sus cr!nicas es la revelaci!n de que el

arecer resul&a fcilmen&e e'lo&ado o maniulado or la malevolencia o el crimen.

Eien&ras que en el nuevo rela&o del final de Jroya, lo que a&raa a amle& a

esar de su obsesi!n or un laudio que 3uede sonre*r, seguir sonriendo4 ya no es esa

clase de refle'i!n de &odos modos abs&rac&a, sino una muer&e, la evidencia de una

muer&e, su #ec#o ercibido como &al vale decir, una eifan*a de la fini&ud #umana, elsurgimien&o de lo real irrefu&able en el esacio de las reresen&aciones, de las simles

figuras. Y lo que ms lo conmueve, de inmedia&o, es el dolor de @cuba, de una esosa,

es esa rueba del amor de un ser or o&ro ser. Ya no la irrealidad de significados

suerficiales en su ere&ua deriva, sino el anclae de las e'is&encias en lo que odemos

e incluso debemos considerar como un absolu&o.

3?n asae que me gus&a or encima de &odo4, dice amle& sobre esa 3&irada4,

idi@ndole a uno de los ac&ores que se la reci&e, in&errumiendo cualquier o&raocuaci!n. Y vamos a escuc#ar, or un buen ra&o, esos versos que rimero sorrenden,


15/89

debido a sus diferencias con el res&o de Hamlet . /ero en verdad es reciso que e'is&an

&ales diferencias ara oner de relieve su es&a&u&o de obra inser&a en&re acciones y

#ec#os suues&amen&e reales) y no #abr que creer que su @nfasis, sus imgenes

e'&ravagan&es, sean ara burlarse de una de&erminada manera de escribir. ay alguna

broma en esa invenci!n de "#a$eseare ero amablemen&e diver&ida, con sima&*a la

erceci!n de las debilidades de &oda creaci!n li&eraria, de la ingenuidad de los au&ores,

ero &ambi@n, como con&raar&ida, y sobre &odo y con gra&i&ud la del alcance

roiamen&e o@&ico de esos versos en sus maneras y figuras. %n esa #uerte de $r%amo,

"#a$eseare volver@ e'&ensamen&e sobre es&e un&o ms adelan&e reconoce la oes*a

sus desfallecimien&os ero &ambi@n, la&en&es al menos, sus oderes.

(II

Y or o&ra ar&e aun&a direc&amen&e a un efec&o que ese &e'&o &iene al menos

sobre uno de sus lec&ores. uando el ac&or al que se le idi! reci&arlo llega al gri&o de

@cuba delan&e de /irro que masacra a /r*amo, cambia de color, sus oos se llenan de

lgrimas, &iene que in&errumirse. +as alabras del oe&a desier&an su comasi!n.

Eien&ras que la imagen in&ada s!lo inci&aba a +ucrecia a la refle'i!n, aunque fuese

indignada, dolorosa, el oema susci&a emoci!n, y lo que revela en ese caso en el lec&or

er&urbado areciera muc#o ms que la reacci!n de un ar&is&a, sino algo que sube de un

fondo de la vida la solidaridad ins&in&iva de las e'is&encias que &endr*a sen&ido

considerar como la


16/89

ar&e, &iene en sus ensamien&os a o&ra muer delan&e del cuero de su marido, un ser

muy real en es&e caso, su roia madre, Ger&rudis. +a aaren&e insensibilidad de

Ger&rudis en el momen&o de la muer&e de su roio /r*amo 8no se volvi! a casar casi

inmedia&amen&e desu@s, y con un #ombre muy sosec#able de #aber querido esa

muer&e: es lo que #ab*a susci&ado o incremen&ado el asco de su #io fren&e a la vida, a

ar&ir de en&onces considerada como una red de men&iras) y la ms grave de las cuales

ser*a 3ella es&aba endien&e de @l4, dio sobre sus maneras de ser an&eriores fingir que

se ama. el comor&amien&o de la madre #ab*a resul&ado en el #io al menos una ar&e

del esce&icismo que lo devas&a y #ace que no logre rocurar verdaderamen&e la muer&e

de un laudio aenas ms culable que Ger&rudis. amle& #ab*a amado a su madre,

como lo revela lo que le dice a oracio aenas reencon&r! a ese amigo y confiden&e, or

el asombro den&ro de la indignaci!n, or la dolorosa amargura. /ero la uga culable,

lo que le #ace considerar malas, de modo similar, a &odas las mueres.

/ero &enemos aqu* a una, @cuba, que or el con&rario es la rueba de la

e'is&encia del amor lo que el amor uede &ener de defini&ivo, de absolu&o. ;o caben

dudas, esos versos no fingieron el gri&o, solamen&e lo seararon del ruido de los

comor&amien&os ordinarios, que ueden &aar ero no sofocar esa llama. Y la emoci!n

de amle& consis&e en sen&irse invadido, an&e &an&a miseria eviden&e, or la idea de que

ese gri&o es verdadero, que el amor e'is&e, e incluso que es muer. Y sen&ir as* una

sima&*a ya en &rance de amliarse a &rav@s de @cuba a &odas las mueres, ero en

rimer lugar a la ms cercana de ellas, la reina de inamarca. %l gri&o de la reina de

Jroya es la resurrecci!n de Ger&rudis de las cenias que era ella den&ro de su #io.

Ger&rudis no uede ser &an mala como @l cre*a. %n ese momen&o, amle& ve a su madre

con oos disues&os a ercibir sus ambigNedades, sus con&radicciones, sus robables

desgarramien&os. ablar, gri&ar, #ar reroc#es, ero escuc#ar las resues&as. Y es&a

ser la ola de fondo que disersar los reuicios, de los que a#ora &oma conciencia.Asimismo odr no dudar ms de Dfelia, a la que am! &an eson&neamen&e an&es de

decre&arla una nueva Ger&rudis. /odr ma&ar a laudio, como lo e'ige la us&icia.

Jal es la agi&aci!n que se aodera de amle& al escuc#ar a muerte de $r%amo. Y

&omndola en cuen&a no odemos sino decir, me arece, que la &rama que imagina en

ese mismo ins&an&e, deser&ar median&e alabras una conciencia adormecida, ser menos

ara sorrender a laudio, sobre el cual no se #ace ilusiones, que ara reavivar la

emoci!n en Ger&rudis, si es que no el amor, que ella #a rerimido, y rearar as* elencuen&ro donde el #io acusar a la madre ero igualmen&e sabr escuc#arla. +a &rama


17/89

que es& en el cen&ro de Hamlet el &ea&ro den&ro del &ea&ro, el emleo de alabras no

ara decir lo que se ve sino ara revolver el suelo, ara e'#umar lo que es no ser*a ara

ca&urar a laudio sino ara liberar a la reina de la si&uaci!n en la que se me&i!. 8ul

ser el &*&ulo de la obra que amle& s


18/89

aarecer*a el ser real bao sus aariencias que #abi&ualmen&e se man&ienen cerradas. 8?n

ser: 8Jan comleo como amle&: "*, sin dudas, y or consiguien&e el in&erlocu&or que

@s&e necesi&a ara diferir y no oner en rc&ica la vengana. +a emoci!n susci&ada or

la muer&e de @cuba lo #abr*a llevado a ma&ar a laudio sin lan&earse ms regun&as.

+a reresi!n de dic#a emoci!n, or la ambivalencia, el esce&icismo, es querer que viva

ara seguir e'is&iendo con @l sin raones ara vivir.

Y si #ay una &rama en&onces es en suma orque amle& ya es& encerrado en

ella, y amle& &ambi@n, a su ve, y el fu&uro, no odr ser ms que su enfren&amien&o sin

fin con un adversario con el cual necesi&a comararse ms de lo que &iene deseos de

vencerlo. +a &rama, si laudio no escaa de ella median&e su ausencia de reacci!n, es

la aula que encerrar a dos culables uno un&o al o&ro y se=alemos en es&e un&o que

amle&, en el momen&o decisivo de la reresen&aci!n, cuando aarece el asesino

sos&eniendo el frasco fa&al, li&eralmen&e se lana sobre el escenario, e'clamando que all*

es& 3el sobrino del rey4. amle& es el sobrino de laudio, que ara la audiencia es el

rey. Ol asume en&onces la inves&idura del asesino, se acerca as* &odav*a ms al asesino

real.

Y &odo eso, la necesidad que &iene de laudio, el abandono de s* mismo a las

redes de aariencias que laudio adminis&ra quis con mayor felicidad y que @l adece,

y en su caso nada ms que con inquie&ud y sufrimien&o, es lo que amle& comrende de

gole en el ins&an&e en que la reresen&aci!n es in&errumida. %n efec&o, laudio se #a

levan&ado cuando +uciano, el sobrino, ver&i! el veneno den&ro del o*do de su v*c&ima,

#ace encender las luces, se va, y amle& se declara vic&orioso a oracio, que es su

confiden&e, el usurador se #a descubier&o. /ero qu@ febrilidad en esas alabras, qu@

necesidad &iene de dedicarse a laudio, el #ombre, de ugar su valor, de burlarse de sus

maneras de ser, en lugar de &omar las decisiones que la si&uaci!n deber*a dic&arle7 Y

qu@ no&able que su rimer ensamien&o, cuando el ciervo #erido arece #uir, sea ensaren s* mismo como un ac&or, cuyo verdadero si&io es&ar*a en&re aquellos que acaban de

reresen&ar la obra7 ;o verdaderamen&e, resonde oracio. "*, rei&e amle&.

Y resul&a que en&onces llegan 1osencran& y Guildens&ern, esos obres &ios, los

es*as que #a desenmascarado ero que lo fascinan orque cree reconocer en ellos,

burdamen&e e'agerado, al oor&unis&a que imagina ser. /recisamen&e orque en su

misma villan*a cree que es& cerca de ellos y ara ob&ener as* una rueba ms de lo

ilusorio de &odo en es&e caso, la seriedad de sus es&udios de &eolog*a en i&&enberg un&o a ellos es que se #ab*a deado llevar a revelarles desde su llegada al cas&illo lo


19/89

que no le dec*a a nadie su gran 3secre&o4, un sen&imien&o de asco an&e el es&ado de la

&ierra &an&o como el del cielo. Y #e aqu* que nuevamen&e les #ar la confesi!n, aunque

sea median&e s*mbolos, de lo que asa en @l y que ya no uede decir. +e &raen los

flau&ines que #ab*a reclamado ara celebrar su &riunfo. /ero a#ora &iene en men&e dedos

3ladrones y &aimados4, y arie&a en&re los de Guildens&ern uno de los flau&ines

idi@ndole que lo &oque, lo que sabe bien que ese bao cor&esano no odr #acer.

Aaren&emen&e lo que amle& quiere dar a en&ender es que esa ser*a su alma que el es*a

no odr ene&rar, cualquiera sea el asidero que &enga sobre @l. /ero 3ese eque=o

ins&rumen&o que con&iene &an&a m


20/89

uede significar que laudio sien&e un remordimien&o sincero. Y erdonado en&onces

or ios ir*a al ara*so &ras su muer&e a manos de amle&, lo que no se acercar*a a la

vengana que cree es&ar buscando. Es vale eserar que el ecador re&ome sus #bi&os

im*os, en&onces se odr ma&ar su alma al igual que su cuero As* raona amle&,

aunque es ara ocul&arse lo que desea. Y es que no quiere erder ese eseo sobre el cual

se inclina ara una con&emlaci!n de s* mismo que adece ero que quiere que siga.

laudio ir*a al cielo, dear*a de ser el maniulador de aariencias que or ello vive en el

mismo lano donde @l, amle&, se deba&e. amle& ya no &endr*a enfren&e a ese ar&enaire

que el &ea&ro den&ro del &ea&ro acaba de roorcionarle, or el con&rario, ms que nunca

#as&a en&onces. 8Y qu@ #ar muy ron&o, cuando sea @l, asesino de un doble de laudio,

quien comareca an&e es&e


21/89

/ero esa reacci!n de Ger&rudis, si es que la #ubo, qued! ocul&a en el momen&o

crucial or la c!lera del rey y su brusca y es&rei&osa salida. %l deseo de comrender

meor con miras a amar meor resul&! frus&rado, ero es &odav*a un indicio de ello la

emoci!n de amle&, &an eviden&emen&e in&ensa, cuando en&re una #ora desu@s en la

#abi&aci!n ma&erna, adonde Ger&rudis lo convoc!. 8"e revelar Ger&rudis, or oco que

sea, como una @cuba, rueba de que #ay una realidad la del cora!n bao la deriva

sin fin de las aariencias: 8Acaso un gri&o, aunque s!lo sea d@bil, sofocado, va a

desgarrar el velo en cuyos reliegues uno se asfi'ia sin querer en adelan&e ms que el

3no& &o be4: Y cuando se en&era de que su madre quiere #ablarle, amle& sos&iene an&e

esos cor&esanos que lo inci&an a renunciar sus frases &an rovoca&ivas, &an inquie&as,

sobre las nubes que se deforman sin arar y sobre la m


22/89

misma carne4 que laudio) y si en la reca*da de su c!lera sien&e comasi!n or un

sufrimien&o eviden&e, no ser el imulso que va de un ser a o&ro ara desoarlo de las

alienaciones, abraarlo, amarlo de verdad no, ser lo que es &*ico de una sociedad

resignada, la caridad &o&almen&e nega&iva que considera esas alienaciones como #ec#os

inevi&ables, y que se &olera orque se las comrende demasiado bien, aunque or lo

bao. "i bien un &an&o agi&ado en e'ceso, un discurso de cura en el confesionario. ?na

indulgencia que no ide nada, e'is&encialmen&e, o@&icamen&e, orque no sabe eserar.

Y que or lo &an&o le dea la


23/89

P

Abordo as* y en es&e un&o la o&ra cara de la obra, su brusco descen&ramien&o,

una mirada a#ora or fuera sobre lo que se #ab*a ercibido #as&a en&onces or den&ro de

los mon!logos de amle& vacilaciones y gri&os de c!lera o or la refle'i!n de oracio

o los in&ercambios inquie&os en&re la reina y el rey. Al devenir rido y recogido sobre s*

mismo de una acci!n des&inada a un desenlace cualquiera que ueda ser le sucedi! un

&iemo abier&o en el cual, aqu* o all, unos seres diseminados con&in


24/89

ms que #ombre, al arecer, en esos


25/89


26/89

+aer&es, asesino de Dfelia7 "al&a den&ro de la &umba, &oma en sus braos el

cuero de su #ermana, arde or vengarla7 "*, ero gri&a su ena con &an&o @nfasis.

"in&iendo incluso necesidad de e'resarla con comaraciones &an adecuadas y, como

dir*amos noso&ros, li&erarias el /eli!n, el Dlimo 3aul en el cielo47 amle& &iene en

cuen&a esas me&foras ya que ron&o se burlar de ellas, sobreuando su abs&racci!n y

su desmesura con imgenes que in&en&a que sean a


27/89

%n ma&eria de asesina&o, sin embargo, amle& bien odr*a sen&irse como el

rimer culable, orque &ambi@n #io suya esa #abla reduc&iva, no or e'ceso de a&i&ud

ara la acci!n sino or su &ris&e consen&imien&o, or momen&os, a los reuicios que @s&a

ins&aura y a las sosec#as que son su consecuencia, en ar&icular en la relaci!n con

mueres. A la mirada de +aer&es sobre las mueres, las que no son una #ermana una

mirada &an reduc&iva como la de un o&sur, or eemlo, en o&ro momen&o de la

refle'i!n de "#a$eseare, fue &ambi@n amle& quien le diera vo de la manera ms

e'&rema e irrefle'iva cuando acusaba a Dfelia de no ser ms que una &on&a y una

ros&i&u&a en o&encia, con lo cual devas&aba en la muc#ac#a &oda su reserva de

confiana, &oda su ingenua y bella eserana.

"*, ero cuando acusa as* amle& en el fondo de s* mismo sabe que se equivoca,

que s!lo se es& adecuando a los esquemas de un orden en el cual, &al como roclama,

ya no cree. %s a @l mismo a quien quiere des&ruir cuando agobia a Dfelia, y la in&uici!n

de que es la resencia en s* y en el mundo, la verdadera, la que se a#oga bao el eso de

abs&racciones men&irosas ero que sin embargo in&en&a sobrevivir, la que &iene or lo

&an&o en @l, en lo ms *n&imo de su sufrimien&o y es la que man&iene viva, si no el

cuero de la muc#ac#a, al menos la memoria de lo que ella #abr*a odido ser, en una

e'is&encia que resirara ms libremen&e, si un amle& no #ubiera ma&ado, en su mala

deseseraci!n, al ser que de #ec#o amaba. amle& fue la desgracia de Dfelia, ero la

neg! menos de lo que lo #io +aer&es. +a acus! de lo eor, ero conoci! en el fondo de

s* mismo su 3delicadea mis&eriosa4, y sabe &ambi@n que ella nunca de! de creer en @l,

de amarlo, es decir, de ser en suma or causa suya. %s&o es lo que le viene a la men&e

cuando oye las bellas frases del #ermano. Y lo que lo #ace e'clamar, cuando logran

seararlos

Yo amaba a Dfelia. uaren&a mil #ermanoson &odo su amor no odr*an

Alcanar la cifra del m*o.

3Yo amaba a Dfelia74 Innegable amor que amle& ignor!, des&ro!. Innegables

e incluso vivos ara siemre en el ser #umano el ser #ablan&e el #ec#o del amor, la

ad#esi!n al o&ro, el querer ser. Aunque al arecer, siemre all* &ambi@n ara sofocar ese

amor, ara ofrecerle simles imgenes de su obe&o que o bien #abr que idola&rar o bienque insul&ar, s*, siemre all*, cubri@ndolo &odo, #aciendo callar a &odas las voces, la vas&a


28/89

red de las reresen&aciones, de los valores, que encierra sobre s* den&ro de la alabra

osible la lengua ins&alada, a causa del emleo conce&ual en sus alabras, la elecci!n

de asec&os con&ra el &odo, de esencias siemre fic&icias con&ra las simles resencias,

aquellas con las cuales se odr*a in&en&ar 3cambiar la vida4.

PI

/odemos saber amar, or cier&o, en el e'is&ir co&idiano. %n muc#as si&uaciones

de la vida, momen&os ya sea de a, ya sea de urgencias, odemos &ener or debao de

las alabras del ensamien&o, en el silencio a&en&o del cora!n, una relaci!n lena,

verdadera y serenamen&e aman&e, con o&ro ser, incluso con simles cosas la necesidad

de ser es indescomonible, el ser sobrevive a &odas las visiones con que la ra!n ciega

sus&i&uye las evidencias de lo simle.

/ero aenas se re&ende llevar esa caacidad de amar al lano donde los

roblemas se iensan, necesariamen&e con conce&os, en&onces necesariamen&e &ambi@n

se desconcier&a, se dea &aar or reresen&aciones que la e'&rav*an, se vuelve sue=o,

fan&asma, y si &ra&a de reonerse den&ro de esas redes, en esa &rama, y bien, demasiado

a menudo ser demasiado &arde. 3Yo amaba a Dfelia4, gri&a amle&. /ero es delan&e de

la &umba de su amada &om! conciencia demasiado &arde. Y cun&as veces ocurre as* en

nues&ros a*ses del Dcciden&e del es*ri&u, a*s de la noc#e que cae. 8Acaso al caer la

noc#e no emrende su vuelo el aro de Einerva: "*, ero orque @l #ace que la noc#e

se e'&ienda ya no la gran noc#e que resira, clara, de la na&uralea, ya no el cielo

es&rellado, sino la oacidad en el d*a mismo, la lena &iniebla en la que sucede que las

cons&rucciones se derrumben.

emasiado &arde7 Y luego de que se #aya &omado conciencia de la gran ocasi!n

fallida, el riesgo de la relaci!n con el mundo, con la vida, que "#a$eseare e'lora en elfinal medi&a&ivo de Hamlet y que llama la 3readiness4, ace&aci!n del sinsen&ido de

&odo, de la muer&e. +a 3readiness4 es la resignaci!n de acciones a las cuales ya no se les

uede dar ning


29/89

no ser ms que la carcasa a la que levan&a, alumbra y luego inunda una ola que no viene

de ninguna ar&e y se alea sin #orion&e. %l abandono de s* al no-ser. %l sue=o de la

rovidencia divina ya una dimisi!n del querer-ser de la ersona que se disia en esa

ma&eria que in&en&aba reescribir la vida.

8Y la lucide, al resec&o: "*, en algunos, y en&re ellos seguramen&e el amle& de

los


30/89

Capítulo II

La decisión de Shakespeare

I

Acabamos de escuc#ar a &rav@s de &odo el final de Hamlet un 3demasiado &arde4

que arece &ener sen&ido ara cualquier e'is&encia moderna.

Y or lo &an&o &enemos que regun&arnos a#ora si ese 3demasiado &arde4 es en

verdad la cons&a&aci!n


31/89

aariciones de lo &ea&ral disues&as or "#a$eseare en o&ros asaes de Hamlet . ;o me

refiero en es&e un&o, no &odav*a, al &e'&o mismo de la &ragedia desde sus rimeras

alabras, el 38Kui@n vive:4 ins&aurador, #as&a las


32/89


33/89

abs&enerse de &raicionar &al noble royec&o de verdad con&onendose o 3berreando4,

maneras de desviar la a&enci!n de una b


34/89

su $oetaster recisamen&e de aquellos a=os. %se $oetastro donde se encuen&ra una s&ira

de au&ores que escriben casi en el es&ilo e'agerado de la &rama urdida or amle&.

;o obs&an&e, los valores que regona amle& como &e!rico del &ea&ro no e'lican

el aso que acaba de franquear en&re el $r%amo y el &on'a(o) y en ese un&o de la

acci!n es reciso cons&a&ar en&onces lo que areciera un #ia&o, casi una aor*a, den&ro de

la cadena de significaciones de la obra se descubre all* la resencia, a la ve simul&nea

y #e&erog@nea, or no decir con&radic&oria, de &res conceciones del &ea&ro, de &res

relaciones de la alabra esc@nica con la verdad, si la #ay. Y mi regun&a a#ora ser*a

8odemos eserar que &al disaridad se e'lique, que lo que se oone se ar&icule: +o

que imlicar*a acceder en "#a$eseare al nivel donde se &omaron las decisiones,

conscien&es o no. Y quis desear en Hamlet un oco de cielo claro or encima de ese

aisae de cenia, inci&ando a reelaborar de nuevo las in&erre&aciones demasiado

uniformemen&e ni#ilis&as. ;o ocul&ar@ que lo creo osible. Y que #ay en la obra un nivel

de sen&ido que &odav*a no aflor!.

III

Dlvidemos or un momen&o a muerte de $r%amo, a la que volveremos ms

adelan&e, y dediqu@monos a las o&ras dos conceciones del &ea&ro que Hamlet ofreci!

ara ensar or un lado, la mesura y la con&enci!n que el r*ncie les ide a los ac&ores,

una eviden&e leal&ad a los ma&ices de un ensamien&o conce&ual que rocura ser fiel a

lo que considera como verdadero. Y or o&ro lado, la rimac*a descarada de la forma

y qu@ forma7 sobre el fondo en el &on'a(o, el rela&o de un asesina&o ere&rado,

record@moslo, or el o*do.

A rimera vis&a, es&as conceciones no odr*an resul&ar ms oues&as, y no se

en&iende que amle& ueda favorecer la rimera cuando se revis&e con las alabras#uecas y los ri&mos vanos de la segunda. /ero en la refle'i!n, 8es reciso cons&a&ar en

verdad una disaridad real en&re esas dos o@&icas: on el roblema fundamen&al de

Hamlet en men&e, que en suma es la relaci!n dif*cil en&re la significaci!n y el ser, creo

que debemos en&ender que no son ms que un solo e id@n&ico ensamien&o en dos

niveles de su manifes&aci!n. +o que causar el desas&re on&ol!gico con el cual se

confunde el final de la obra.

8Ku@ es la verdad ara quien #abla de mesura y de con&enci!n: %n rimer lugar,la cons&a&aci!n de que or &odas ar&es en la e'is&encia social #ay si&uaciones donde se


35/89

dicen unas alabras en lugar de o&ras or la necesidad de ilusionar o de enga=ar. Y el

&ea&ro seguramen&e es un buen medio ara observar &ales maniobras de la re&ensi!n

universal, uede ser su eseo, &iene incluso el deber de serlo, y a&endiendo en efec&o a

la recisi!n en el uso de las alabras sin la cual el au&or que se suone cr*&ico corre el

riesgo de caer en las &ramas de la au&o-ilusi!n.

;o obs&an&e, 8qu@ suone esa mirada: Kue las re&ensiones que cons&a&a, los

acon&ecimien&os que describe fueron ercibidos, desde un rinciio y or largo &iemo,

a la manera en que la sociedad observada some&e la realidad a sus fines que son o bien

la acci!n, o bien el conocimien&o. /ero uno no se enriquece, no se eerce el oder, ni

&amoco se rofundia el saber, el de las realidades ma&eriales, si no se es&udia esa

realidad, na&ural o social, a &rav@s de lo que llamar*a su e'&erior, ese conun&o de

asec&os que dan asidero sobre ella. Y es&o imlica en&onces dedicarse a los conce&os

que denominan &ales asec&os, vale decir, a un ensamien&o anal*&ico, de vocaci!n

generaliadora, que ya no sabe lo que son los seres en su relaci!n con el &iemo que los

va a des#acer, al aar, en su fini&ud. %squemas, sis&emas, la abs&racci!n, sus&i&uyen la

erceci!n em&ica de la e'is&encia, en cuyo nivel se es&ablecen sin embargo esas

relaciones con o&ros seres que son la


36/89

iniciales, ya que su sube&ividad las &orna demasiado frgiles como ara que sean

e'ues&as a si&uaciones que no &ienen medios ara con&rolar.

A ese sue=o de un absolu&o que se buscar*a en alabras sin embargo

conce&ualiadas, y que de #ec#o incluso arovec#ar*a la conce&ualiaci!n ara &omar

forma y valorar de&erminadas formas, lo llamar*a la ilusi!n es&@&ica, y es el &rabao del

ar&e en la medida en que @s&e se re#


37/89

envuel&a, llevada, man&enida vida or la musicalidad cons&an&e del &e'&o que la roone,

no logra sin embargo darle rasgos a un ros&ro. An&es bien, al ie del *dolo se descubre

una sociedad que no uede ser ms diferen&e, un mundo de ron&o informe donde #ace

es&ragos una muer viciosa, la 3dar$ lady4, rueba de la e'is&encia del mal, y no leos de

ella un seudo-oe&a cuyas maniobras oscuras desconcier&an. /or &odas ar&es el no-ser

es& asediando a ese ser absolu&o en el que se ide creer. /ero ms vale adver&ir que esos

versos son menos la e'resi!n segura de una creencia que su denuncia subyacen&e.

Ee arece que los sone&os de "#a$eseare re&enden oner de manifies&o, ara

denunciarla, la dial@c&ica del ar&e ese sue=o que cree ver lena realidad en lo que sigue

siendo figura y no #ace as* ms que emobrecer median&e sus erceciones selec&ivas la

relaci!n del so=ador con sus r!imos y con las cosas. Ku@ obre esquema, la relaci!n

en&re el #ombre y la muer en esos oemas7 Jan rudimen&aria con resec&o a resencias

masculinas o femeninas en las o&ras obras de "#a$eseare que no odemos dudar que no

sea una adver&encia, fru&o de la refle'i!n de un observador serio de la condici!n

#umana, sobre las &ramas del imaginario ar&*s&ico. Y en nega&ivo, bao los

relevamien&os de ura suerficie, el resen&imien&o de las si&uaciones y las &areas de un

gran &ea&ro &odav*a or venir. %scri&os en los a=os que receden a las &ragedias, esos

sone&os son ya una refle'i!n sobre +telo o El cuento de in!ierno o a tempestad , es un

rograma que se erfila.

I(

8Y no &ienen igualmen&e algo con lo que aclarar Hamlet : /or lo cual, &eni@ndolos

en men&e, en&ender*amos que el &ea&ro den&ro del &ea&ro no es &an&o una mquina ara

a&raar conciencias ar&iculares como una rueba imues&a al #abla ara que en ella se

recobre el es*ri&u."e=alemos en rimer lugar una corresondencia que &iene sen&ido en&re la idea

emobrecida del drama #umano el bello oven, la 3dar$ lady4 en la que

desembocaron los sone&os y la si&uaci!n original de Hamlet . %l oven ser*a una eifan*a

del ser en&re #ombres y mueres a su ve simles asec&os del no-ser, y or &al mo&ivo le

garan&iar*a al au&or que lo concibi! que crea fundadas en la realidad las ideas que

abriga sobre la e'is&encia. e manera similar el vieo amle&, or ms limi&ado que es&@

den&ro del &ris&e asado dan@s, sigue siendo el garan&e de un orden del mundo y le ofrecemedios como la vengana que ermi&ir*an creer que ese sis&ema de reresen&aciones


38/89

y de valores era y sigue siendo lo real mismo, a esar de los da=os que le causaron la

avide y sus ardides.

Y &enemos ues a Ger&rudis, la esosa incons&an&e y considerada luuriosa que

arece en verdad una 3dar$ lady4, con un laudio a su lado que se asemea al #bil

maniulador de alabras que en los sone&os inquie&aba al celoso celebran&e de la bellea

y la vir&ud. /or lo &an&o, en el origen de Hamlet e'is&e el mismo esquema que en los

oemas, ra!n or la cual odemos suoner que "#a$eseare en la obra de &ea&ro

&ambi@n quiso &omar como obe&o de refle'i!n el sue=o de ser en su es&ruc&ura

fundamen&al y ya con sus efec&os sobre la e'is&encia efec&iva or eemlo, la relaci!n

emobrecida de lo masculino y lo femenino que revelaban los sone&os. /ero en&onces es

reciso se=alar que, en con&ra de es&os


39/89

eserar un des#ielo. laudio es or cier&o de la misma na&uralea que los maniqu*es de

ges&os y discursos igualmen&e vac*os de ser, coronas de car&!n iedra sobre cueros que

&i&ubean or fal&a de un suelo. 8Y Ger&rudis: ?na inquie&ud, sin duda, ero incaa de

ac&uar. 8Y amle&: ?n es*ri&u en luc#a consigo mismo, fascinado or el mal del que

deber*a negar #as&a la e'is&encia. %l esquema funes&o, refleo de una sociedad, arece

reinar sin discusi!n. %s como si el &ea&ro den&ro del &ea&ro de Hamlet no #iciera ms que

rei&erar la clausura den&ro de la alabra ercibida or "#a$eseare en el &rabao de los

sone&os.

/ero comrendamos &ambi@n que all* se descubre uno de los asec&os ms

oscuros de esa conclusi!n esimis&a la erennidad de la alienaci!n aclara con lu cruel

algo que #ab*a odido sorrender, desconcer&ar, el aso de la o@&ica de la medida en un

momen&o regonada or amle& al &e'&o que elige ara oner en rc&ica sus

in&enciones. ?na era una forma del ensamien&o conce&ual ac&iva, curiosa, aunque

dedicada a una verdad del e'&erior y or ende a sue=os que la fiaban, que

e'is&encialmen&e la conver&*an en muer&e. 8Y la o&ra, la obra &ea&ral almidonada,

rid*cula: /ues bien, es la fiaci!n incremen&ada, e'ues&a a quien quiera verla. %n la

econom*a de Hamlet , es la confirmaci!n del c*rculo fa&al al que se des&ina el

ensamien&o anal*&ico.

%l &ea&ro den&ro del &ea&ro, esas alabras esclerosadas, ese @nfasis, en suma no

ser*a ms que la ues&a en evidencia del riesgo que la o@&ica de la medida le #ace

correr al es*ri&u. A esar de sus aariencias con&radic&orias, la conceci!n del &ea&ro

que e'one amle& y la obra que one en escena an&e el rey y la cor&e no son ms que

un mismo no-ser, as* como los sone&os de la &radici!n e&rarquis&a son en la suerficie

una aliana en&re bellea y verdad, ero or debao de ese sue=o, una ere&uaci!n de

errores y de reuicios. /ues&os en relaci!n, esos dos momen&os de Hamlet revelan la

&rama me&af*sica donde es aresada la oes*a que funciona median&e conce&os./arecen indicar que no #ay salida, en el esacio que ins&aura ese ensamien&o. ?na

indicaci!n que arece corroborar, #acia el final de la obra, la ense=ana esimis&a del

gri&o de deseseraci!n de amle& en la &umba de Dfelia. ?na deseseraci!n que

en&onces ser*a ya lo que @s&e e'erimen&a realmen&e cuando &odav*a in&en&a creer en su

royec&o de vengana.

(


40/89

/ero advir&amos que en ese un&o de la acci!n quedan lan&eadas cues&iones que

arecen de dif*cil soluci!n en el lano en que #as&a a#ora #emos es&ado ensando. "i

incluso el &on'a(o arece robar el renunciamien&o, el ni#ilismo de amle&, 8or qu@

#ac*a fal&a sin embargo que recurriera a esa clase de &e'&o &an agresivamen&e en ru&ura

con su idea del &ea&ro: 8D bien con lo que le #ab*a gus&ado eson&neamen&e,

rofundamen&e, en los versos que e'resaban el dolor de @cuba: 8Y acaso #ay que

olvidar que roduce su esec&culo an&e el rey, lo que de &odos modos a=ade una

dimensi!n de rovocaci!n a esa e'eriencia que #ace consigo mismo: 8%'resa

sencillamen&e su resignaci!n o re&ende imlicar en su eserana de decons&ruirla a

aquel o aquella, sobre &odo, que sern &es&igos de ella: Jambi@n odemos regun&arnos

or qu@ "#a$eseare se comlaci! &an e'&ensamen&e en unos versos que se asemean &an

oco a los suyos. %s osible que #aya &odav*a en el &ea&ro den&ro del &ea&ro una o varias

cosas or comrender.

Y de #ec#o7 reo ver debao de los 3#olloF men4, los 3s&uffed men4 y

3Fomen4 del *sesinato de &on'a(o una llami&a que circula y que odr*a encender esa

aa. Aunque ara us&ificar lo que a#ora voy a in&en&ar decir me #ace fal&a aar&arme,

den&ro de la lec&ura de Hamlet , del un&o de vis&a que ado&an los e'@ge&as, sic!logos o

soci!logos. Jengo que aferrarme a la vida de las alabras.

eemos El asesinato de &on'a(o, deemos &ambi@n las refle'iones de amle&

sobre el eseo que #ay que ofrecerle a la sociedad, volvamos a a muerte de $r%amo, la

rimera de las &res ideas de &ea&ro e'l*ci&amen&e mencionadas or "#a$eseare en

diversos momen&os de su &ragedia.

un&as diferencias, lo rei&ero, en&re ese ensamien&o, esa o@&ica y las o&ras

dos7 ;i un a&isbo de mesura en ese rela&o en&recor&ado que lana miradas a &odas ar&es

en el furor y la muer&e y dea que el incendio ingrese en sus alabras ara deslegarlo

aunque ara carboniar enseguida sus imgenes. Y ninguna reocuaci!n or lasconvenciones de la re&!rica es&imada en el &on'a(o, las rescriciones de lo que

ermi&e res&i&uir un acon&ecimien&o, analiar sus ma&ices ya mencion@ la colc#a que

@cuba one sobre su esalda, desreciando cualquier decoro, y &ambi@n uedo se=alar

la e'&ensi!n eviden&emen&e inor&una, cuyo oder suera el de los dioses. a muerte de $r%amo no cumle con las

recomendaciones que amle& les #ac*a a los ac&ores, ero &amoco &iene en sus versos el

ruido de cadenas de #ierro de la rosodia del &on'a(o, es como si ese fragmen&o que


41/89

amle& #ab*a recogido en un viae leos de %lsinor #ubiese escaado del riesgo de

esclerosis de la e'is&encia que #ay en el ensamien&o conce&ual.

(ale decir, ya nada ms de la abs&racci!n que en la o@&ica de la mesura arruina

sus &en&a&ivas ms serias de e'resar la fini&ud. Y en cambio un efec&o que El asesinato

de &on'a(o #ab*a en verdad imedido lograr, a esar del deseo rerimido de amle&, o

sea &ocar el cora!n de Ger&rudis. %n ese &ea&ro demasiado limi&adamen&e maquinado, lo

que susci&an las alabras es simlemen&e la c!lera de laudio. ;o lanaron en la acci!n

sus reservas de rofundidad, su caacidad ara decir lo inmedia&o de la erceci!n y del

sen&imien&o. /or el con&rario, en el $r%amo, &ransor&an el aullido de @cuba, sacuden a

amle&, aunque @s&e se niegue, reavivan las emociones ms adormecidas. %n&onces, 8no

ueden ayudar al menos ayudar a 3cambiar la vida4: 8;o #ay que o*rlas en es&e caso

como el refleo den&ro de la obra de un oe&a dedicado a un gran &rabao:

"in embargo, me dirn, si esa es su in&enci!n, el &e'&o es debili&ado or aquello

que, seg


42/89

odemos lan&ear la #i!&esis de que el engrosamien&o de su escri&ura, es&a ve de

nuevo en el caso resen&e, no es sino un e'amen con lua, y &endr*a la funci!n de

revelar sus in&enciones aunque &ambi@n los obs&culos, e incluso las &ramas, que @s&as

corren el riesgo de encon&rar. "e=alemos adems que amle& #abla de la 3modes&y4 de

ese oe&a, la misma alabra misma que yo &raduco or 3mesura4 que usar ara

recordarles a los ac&ores que #ace fal&a moderaci!n ara ofrecer como en eseo los

ma&ices a veces su&iles de la verdad del ser social. A esar de que ya #ab*a decidido

recurrir a los es&ereo&ios del *sesinato de &on'a(o ara adminis&rar ese &io de verdad.

e manera eviden&e, amle& se deba&e en cues&iones dif*ciles, y #ay que imaginar que el

$r%amo uede ser una ar&e de su e'amen llevado adelan&e bao la mirada de

"#a$eseare y no la s&ira, o quis s!lo de aso, de alguna obra con&emornea.

Y or o&ra ar&e el mismo "#a$eseare se imlica &an&o como amle& en la

admiraci!n #acia ese &e'&o, ya que lo #ace reci&ar or dos voces, ambas fervien&es, y le

reserva un lugar no desde=able den&ro de la econom*a de la &ragedia que escribe un

cen&enar de versos en el momen&o en que la acci!n &oma un nuevo curso debido

recisamen&e a las consecuencias que resul&an de su escuc#a. ?n gran lugar y una

no&able sima&*a. Aun cuando acen&


43/89

roio, es una mirada de "#a$eseare sobre lo que se uega en @l mismo. %sa &oma de

dis&ancia de un &e'&o, cr*&ica ero afec&uosa, sin ilusi!n ero confiada, es una

in&rosecci!n cuya ues&a en rc&ica y cuya rofundiaci!n son la ra!n de ser de la

&ragedia que escribe e incluso es una e'licaci!n de la serie de obras, &ragedias &ambi@n

y luego 3romances4, que va a concebir a con&inuaci!n.

8/or qu@ suoner eso: /orque Hamlet es un mundo comar&imen&ado or &odas

ar&es. laudio, bao la oma de sus discursos, Ger&rudis, si bien agi&ada, &r@mula, son

ambos reclusos de sus angus&ias, sus miedos, imedidos de dec*rselos a quienquiera que

sea. /olonio, el minis&ro, el que deber*a e'licar la ley y conver&irla en un &erreno de

in&ercambios, es& abroquelado en su c#arla&aner*a, es& sa&isfec#o de sus alabras sin

vida. Y en&re sus flores rebaadas y sus canciones las&imosas, Dfelia s!lo odr

e'resarse median&e s*mbolos. %n segundo lano, los 1osencran& y Guildens&ern que

s!lo #ablan ara men&ir, y +aer&es que no declama sino enga=ndose de una manera

cuyo carc&er ilusorio revelar amle&. amle& que vaga en el silencio y sien&e que esa

asfi'ia de la alabra &ambi@n es& en @l y que no uede onerle fin. 3+o que #ay en m*,

nada lo uede e'resar4, e'clama. Insul&a a Dfelia ero sabe que ese no es su verdadero

ensamien&o. ?na ve, una sola an&es de su renunciamien&o que denomina una

3readiness4, gri&ar su verdad, ero ser sobre la &umba de aquella a la que s!lo #ab*a

amado des&ruy@ndola y cuando obviamen&e ya es demasiado &arde. e all* lo que

murmura an&es de morir. 3%l res&o es silencio4 significa que cede las alabras a las

arengas de un >or&inbrs que ere&


44/89

es reciso reconocer como el mal esa negaci!n de la aliana en&re vidas fugaces que es

la


45/89

conce&ualiadas el saber de la fini&ud que, or debao del lenguae, es el rivilegio de la

e'is&encia ordinaria. %se ins&an&e aunque a su manera es infini&o ser*a &ambi@n la

recueraci!n de la eserana, la aurora del ser que se ins&aura en el mundo. +a oes*a, la

gran oes*a, la de +eoardi, Tea&s, Baudelaire, es ese re&orno a la eserana.

8+a oes*a: Dbviamen&e, es reciso que en los rimeros momen&os del oema

sea la escuc#a de las formas e incluso sien&a cier&a felicidad en su desliegue, de o&ro

modo se erder*a la oor&unidad de ercibir su eligro. /ero ridamen&e, y sobre &odo

ron&o, es esencial que le res&e a&enci!n a lo que viene del cuero, que se sabe mor&al

el edido enviado a la men&e ara que ad#iera a lo irreversible del &iemo que llamamos

ri&mo. %n las alabras donde se es&ablece, el ri&mo #ace &ambalear lo in&emoral de los

conce&os, disgrega sus discursos, uede desun&ar una lu. "alvo que no lo #ar sino

en&re escombros que #ace fal&a limiar. %l discurso comba&ido no dea or ello de

oscurecer aun en el #abla aler&a muc#as regiones del ser en el mundo. e ar&e de los

grandes oemas no odemos eserar sino un &es&imonio incier&o, aun con miedos,

con&radicciones, res&os de comlacencia or fan&as*as que el amanecer deber*a des#acer.

%'&ravagancias de la men&e en sus minu&os de deser&ar, imgenes &odav*a sin

co#erencia, manierismos en la escri&ura incluso de los oe&as ms informados.

(II

Y vuelvo a#ora al rela&o cier&amen&e e'&ravagan&e de la muer&e de /r*amo, y al

gri&o de @cuba. 8Acaso amle&, en ocasi!n de una es&ad*a en +ondres no muy fcil de

ubicar en el asado que la obra le brinda, #abr*a vis&o u o*do es&a iea &ea&ral

reresen&ada una sola ve: Es bien imagino a un oven "#a$eseare erran&e, en los

inicios incier&os de su carrera, en los laberin&os de la escena de su @oca, donde se

declamaba, se agi&aba, se gri&aba, a veces quedndose inm!vil inclusive ende&erminadas alabras que con&inuaban #ablando del cielo y que coloreaban ues con

#uellas de &rascendencia. %se oe&a en o&encia, &odav*a ignorndose a s* mismo, 8no

&en*a en lo ms secre&o de su cora!n un oco de la eserana que vemos volver a

encenderse en amle& cuando @s&e se en&era de la llegada de los ac&ores: Y resul&a que

una noc#e escuc#a versos en los cuales una in&uici!n nueva ara @l rocura liberarse del

eso de las rescriciones re&!ricas, or suues&o que a cos&a de las e'&ravagancias que

acabo de mencionar. Y aun esas e'&ravagancias lo conmueven, lo e'al&an, las ve como


46/89

el indicio de una in&reide cuya necesidad sien&e, y quedar marcado or ello, alen&ado

sobre &odo.

Jal ve "#a$eseare s!lo lleg! a imaginar esa velada, esa escuc#a, ese re&orno

er&urbado den&ro de s* en la noc#e urbana &ambi@n de los clamores de los enigmas. +os

grandes des&inos de oe&as a menudo se inician nada ms que or llamados de su

inconscien&e ese ensamien&o que sigue vivo or debao del mar&illeo del ins&rumen&o

conce&ual, lis&o ara inves&ir y &ransfigurar la vida co&idiana con su vigilancia.

3A veces vi en el fondo de un &ea&ro banal4. +a 3milagrosa aurora4 que

Baudelaire vio desun&ar en una sala que describe como ordinaria y encon&rada or

casualidad, 8se le #abr aarecido o no a "#a$eseare en un fragmen&o de &ragedia, obra

de un au&or de fines de los a=os L5U0 des&inado a ermanecer desconocido ara

noso&ros: %n &odo caso, &iene sen&ido imaginar su e'is&encia, debao del amle& que

#ab*a o*do declamar en o&ro &iemo unos versos or los que qued! obsesionado. Y

lan&eo en&onces la #i!&esis de que la idea de que amle& recuere ese recuerdo en ese

momen&o de la obra se basa en una e'eriencia de "#a$eseare) y que a muerte de

$r%amo a la ve graciosa y ene&rada de lu revive, conscien&emen&e o no, un momen&o

de su e'is&encia en que #ab*a ercibido una eifan*a) y que or lo &an&o de esa manera

invisible ero esencial es como el au&or de Hamlet ingresa en su obra, iden&ificndose

en cuero y alma en adelan&e con su ro&agonis&a, cuyo 3in$y cloa$4, la caa en&in&ada,

seguramen&e le quedar*a bas&an&e bien a un escri&or. %se 3arlamen&o4, como le #ubiera

dic#o /olonio, que es largo, que arece inadecuado ara el con&e'&o, en ese un&o de la

acci!n de Hamlet ser*a como el re&orno de una obsesi!n roia de "#a$eseare, de una

de sus grandes er&urbaciones. +o que &endr*a seguramen&e imor&an&es consecuencias

en su relaci!n con la &ragedia.

8e qu@ &io ser*an &ales consecuencias: /ues bien, a muerte de $r%amo ser*a

en&onces el surgimien&o de la in&uici!n o@&ica, de sus caacidades, en el &rabao de unau&or enfren&ado con las alienaciones, las in#ibiciones que es&udia ero que no dea de

e'erimen&ar en su roia vida. Al llevar ese 3someing ro&&en4 a la escena, 8se daba

cuen&a "#a$eseare de que en la noc#e de %lsinor, con ese r*ncie incaa de

comlacerse en ello aunque &amoco de librarse de ello, es&aban &odos los elemen&os

necesarios ara la in&elecci!n de aquello que la oes*a, como &al, uede querer afron&ar:

%n &odo caso, &enemos en&onces los elemen&os reunidos y a ar&ir de all* uede

desearse ms all un #orion&e nuevo, or caminos de una *ndole nueva.


47/89

Eos&rar en un fan&asma, luego en laudio y Ger&rudis, en amle& y Dfelia, los

lineamien&os de un desas&re, #acer o*r un silencio que s!lo se romer*a con un

3demasiado &arde74 deseserado, or suues&o, es la &area rimaria, o ms bien

inevi&able, y or ello el rimer nivel de lo que es& en uego en la obra. /ero movido or

el recuerdo de un oema donde aflorar*a la oes*a, un au&or en busca de s* mismo uede

llegar a comrender que si&uaciones de esa clase, aaren&emen&e sin salida en

numerosos casos de la rc&ica social, ueden sin embargo ser desman&eladas median&e

alabras que se deba&en, aunque con fuera y resoluci!n, y obs&inaci!n, bao los

reuicios y falsos valores de un orden erimido que ersis&e. Y el o&orgarle a su

ersonae ese mismo recuerdo, #aciendo que amle& iense al menos or un ins&an&e

que van a ayudarlo a revivir las alabras que e'resan el gri&o de @cuba, es signo de

que el mismo "#a$eseare ercibi!, de #ec#o fue el rimero que lo #io en el &ea&ro,

que ese &rabao sobre el decir a esar de lo que se dice, ese emue de la in&uici!n de ser

en alabras &odav*a no reavivadas, eso od*a ser in&en&ado, o al menos in&en&ado, or un

au&or, un oe&a de una manera que le fal&ar*a en&onces comrender meor, en sus

escri&os &odav*a or venir.

omrender meor, reresen&arse meor, manear meor, orque el roblema es

comleo. amle& rerime su emoci!n, censura su in&uici!n, con&in


48/89

describir, median&e convicciones que en adelan&e se #abr*an conquis&ado, sino

refle'ionar, y en rimer lugar sobre s* mismo y su &area. Y lo que deduce de esa

refle'i!n es que la &area no debe ser oner en escena aquello en que la sociedad odr*a

conver&irse, con un amle& que se recobrase) no, le #ace fal&a comrome&erse en las

si&uaciones de un mundo alienado ara oner en cues&i!n su roia manera de resonder

an&e ellas, aunque es&a ve con un medio que no #ab*a en %lsinor, la confiana en la

alabra. %sa confiana y su eserana, que al morir amle& confiesa que no &iene,

muriendo adems or no &enerla.

igmoslo ms recisamen&e, ya que al fin es osible. %n sus in&uiciones que se

desconcier&an, su memoria que disfraa, sus deseos que or lo &an&o quedan en lo

inaccesible, amle& ser*a, en cada uno de noso&ros, la asiraci!n a la oes*a aunque

&ambi@n las dificul&ades que aralian a aquellos mismos que ms la desean,

encerrndolos s!lo en sue=os ms o menos conscien&es de sus ilusiones o de sus

men&iras. amle& es la necesidad que &enemos de la oes*a, ero in&imidado, &odav*a

incaa del ac&o un ac&o de fe en la osibilidad de las alabras que le dir*a que no al

encadenamien&o del es*ri&u en las generalidades del ensamien&o conce&ual, ese gran

olvido de la muer&e. Y al concebir a amle&, esa figura en suma esencial del drama

fundamen&al, al reconocerlo en donde es& en la sociedad, aar&ado de la acci!n y las

ambiciones ordinarias, envuel&o en su caa en&in&ada, un au&or oe&a, "#a$eseare, &om!

conciencia del #ec#o de que la in&imidaci!n es el roblema, y que @l en rimer lugar

&iene que concen&rarse en ese #ec#o y en recusar los da=os en el fu&uro de sus roias

alabras. %l &i&iri&ero in&roduo su mano en un guan&e &eido de nociones que olvidan la

muer&e, sin&i! su mano crisarse den&ro del guan&e, y a#ora in&en&a afloar sus dedos

en&umecidos, aunque sea a cos&a de &ener que &irar la marione&a ara seguir indagando

ms all de Hamlet en el cues&ionamien&o de la vida.

%n&endamos que es una decisi!n. ear a amle& en donde es& en la &ragediaque se escribe, comrender que ese &e'&o no es en efec&o nada ms que un &e'&o, uno de

aquellos en los cuales los verdaderos oe&as ueden reocuarse or ver lo o@&ico

a&ribularse, en&ramarse en la re&!rica. /ero no romerlo sin embargo, orque ser*a

correr el riesgo de olvidar los eligros que se ocul&an en la rc&ica &e'&ual. ;o,

considerarlo como el insoslayable don en el que #abr que aoyar, alabras &ras alabras

fan&asmas &ras fan&asmas des#ec#os uno &ras o&ro , la gran refu&aci!n que la oes*a le

reclama al resen&e del es*ri&u la de las reresen&aciones que s!lo quieren serconce&uales. %se don que es un &e'&o, 8qu@ es en verdad ara quien se in&erna en @l:


49/89

+as #uellas de acon&ecimien&os a


50/89

Capítulo III

Teatro y poesía

I

"#a$eseare asume el lugar de amle& en un escenario que en es&e caso ya no

ser el de una %dad Eedia re&rasada en el 3nornoroes&e4 del es*ri&u, sino el #ec#o

#umano *n&egro en el umbral de su fu&uro una sociedad de la que ser reciso menos

in&en&ar e'resar su es&ado resen&e, en un &e'&o aue nefas&a y enseguida fa&al la

decisi!n de los lingNis&as de definir el #abla como el uso, el simle uso de la lengua.

Imlica no ver que #ablar debe oner en cues&i!n las seudo-evidencias de alabras

aglu&inadas en formulaciones sin sus&ancia cri&icando su dominio sobre el resen&e del

es*ri&u ara in&en&ar acceder meor a lo in&emoral de la fini&ud, alma del &iemo que se

afirma a s* misma. "eamos #acer del #abla el lugar y el devenir de lo que llamar*a con o&ra alabra abier&a nues&ra fe, nues&ra


51/89

&rama en donde caen, &ris&emen&e, los seres ms deseosos de si&uaciones ara

comar&ir, sino la rueba que los ayude a desrenderse de los se=uelos de un

ensamien&o que se e'&rav*a en&re sue=os.

8Y qu@ es el #abla as* definida, si no en rimer lugar el verso que sufre en el

oema, ero que a veces se libera, e'&endiendo sobre las &ierras de la e'is&encia su lu

de r*o crecido:

(uelvo una ve ms al rela&o de la muer&e de /r*amo y del gri&o de @cuba ara

comrender meor sus insuficiencias y ara sima&iar a


52/89

embaador del e'&erior de las cosas, el adminis&rador s!lo de la ley. Y amle&, como lo

sabemos demasiado bien, ya ni siquiera lo dese!, en un ins&an&e que #abr*a odido ser

decisivo. +a vida en %lsinor con&inu! &al como #ab*a comenado, con sus miedos y sus

crisaciones.

Aun as*, alguien ercibi! lo que &ra&aba de llegar a ser en a muerte de $r%amo,

y es el mismo que escribi! esos versos y los coloc! en Hamlet como o&ro 3&ea&ro den&ro

del &ea&ro4. %so es lo que creo, y lo que desde #ace un momen&o &ra&o de #acer en&ender.

%l gri&o de @cuba le mues&ra a "#a$eseare que #ay que o*r aquello que las alabras,

que la oes*a reanima, resien&en e incluso saben sobre el ser en el mundo fundamen&al)

y que or lo &an&o no &iene que observar al #ombre amle& como se uede imaginar que

e'is&e, si&undolo en la sociedad que lo rodea y lo de&ermina, dendolo en suma

e'resarse con lo e'&in&o, lo resignado del lenguae sino an&es bien aar&arlo con

audacia, decidi@ndose a &omar su lugar den&ro de la refle'i!n sobre la e'is&encia y sobre

el ser, &rabaando en las si&uaciones de la vida co&idiana que el drama&urgo de an&a=o se

con&en&aba con observar.

%se royec&o, esa &area en resumen, la oes*a a esar del oema. +a oes*a que

ya no &endr*a que dearse sue&ar or ideas de la vida &al como las concibe nues&ra

alienaci!n, y que &iene que arriesgarse muc#o ms abao en lo muc#o ms simle. ?n

au&or que se reconoce oe&a decide reformar las formas obres de s* mismo que lo

sa&isfac*an #as&a en&onces, o que &oleraba. ?n mo&ivo, or cier&o, ara alidecer, como el

ac&or que reci&a @cuba delan&e de amle&.

Dbservemos de aso que esos ac&ores que llegan a %lsinor saben en&onces de

memoria la muer&e de /r*amo y el gri&o de @cuba. "u anfi&ri!n s!lo &en*a que #acer

in&erre&ar ese fragmen&o de &ragedia an&e el rey y la reina, 8no #abr*a sido una gran

ocasi!n de sobrecogimien&o y de verdad: /ero amle& se sus&rao a la oes*a y or lo

&an&o le corresonde a "#a$eseare asumir &al deber. "#a$eseare, que &ambi@n &endrque ac&uar a veces delan&e de reyes y de reinas) y odr mos&rarles, #ones&a &rama, al

#ombre y a la muer fundamen&ales sin sus &ris&es disfraces ac&uales, ya como soberanos

de la 3nueva &ierra4 iluminada or un 3nuevo cielo4 que evoca la rimera escena de

*ntonio y .leopatra.

III


53/89

8Ku@ #ab*a o*do "#a$eseare en esos versos de una noc#e de o&ro &iemo, si no,

a#ora debo subrayarlo, el verso como &al, el verso sobrecargado or un au&or que

marc#a adelan&e, desbara&ando la significaci!n con las &ablas curvas de su quilla: ?n

verso ese ensamblae de alabras median&e una forma, riesgo ermanen&e de cierre del

ensamien&o sobre sus convicciones &iene mo&ivos ara revivir en su relaci!n consigo

mismo la vacilaci!n del lenguae en&re su memoria de la resencia y las significaciones

que la ocul&an. +a forma que @l es uede some&er a esas cinco o seis alabras,

reduci@ndolas al sen&ido que les #a dado, obligndolas a so=ar ya que no ueden ac&uar

so=ar con sombras de mundos. Y cerrado as* no es ms que el c!mlice de un orden, la

re&!rica uede servirse de @l, el oder uede sacarle rovec#o ser el caso de los

sone&os de la @oca de "#a$eseare que @s&e suo cri&icar, y &ambi@n de innumerables

ginas del siglo P(III franc@s.

/ero quien adece &ales coerciones es& &ambi@n esecialmen&e en condiciones

de comrender su resonsabilidad, que consis&e en romer la clausura, abrir la forma

formada ara darle vida al grano que muere all* y conver&irla en forma forman&e. "er

ues o*r el ri&mo, el &rabao sobre el es*ri&u de un cuero cuyas vacilaciones, cuyos

arreba&os, cuyos deseos, cuya fiebre son la in&eligencia misma del &iemo, el saber de la

fini&ud. Y el verso as* agi&ado odr desbordar sus l*mi&es, sus alabras se vaciarn de

sus significados disyun&os, es como si el ecado original que es la reducci!n del

vocablo a la significaci!n fuera a disiarse bao el s


54/89

audacia que #ay que &ener en breve, es el desliegue de un &ea&ro, del gran &ea&ro, aquel

que no es en absolu&o el eseo de la sociedad ya que re&ende ser su refundaci!n.

%se &ea&ro ins&aurador, fundan&e, que deber*a y odr*a &ener nues&ra sociedad, no

ser*a en&onces sino el efec&o de una oes*a que se desrendiera de los sue=os, que aun

los ms ver*dicos de sus oemas no ueden ms que dear roliferar. Y que un &ea&ro

semean&e casi no e'is&a sobre las &ablas de nues&ros a*ses occiden&ales no es sino un

indicio ms del dominio del ensamien&o conce&ual sobre noso&ros, el cual &iende a

cerrarse &an eson&neamen&e en sus #i!&esis y a volverse sis&ema. /referimos sus

olvidos a la verdad. An&es que reconocernos mor&ales referimos no ser. (ivimos, si es&a

es la alabra adecuada, en esa resignaci!n de no ser que &an bien e'resa el final de

Hamlet , 3Fas&e land4 donde ya no se oone a las ideolog*as asesinas y a las ae&encias

c*nicas ms que lo neu&ro desalen&ado de la 3readiness4. %l verso, en cambio, es el lugar

y es el ins&rumen&o de la recueraci!n &odav*a osible, del 3Fill &o be4.

I(

A#ora bien, lo que e'licar una buena ar&e de la decisi!n de "#a$eseare es lo

siguien&e ese carc&er del verso, que en verdad debe resul&ar manifies&o en muc#as

lenguas, es ar&icularmen&e erce&ible cuando se &ra&a del ingl@s. /orque las alabras de

la lengua inglesa, las de su #abla ms co&idiana, son afec&adas or un acen&o &!nico,

acen&o de in&ensidad, en una u o&ra de sus s*labas. Y or lo &an&o en esos acen&os, a

menudo fuer&emen&e marcados, es donde se aoya la forma que son los versos, de

manera &o&almen&e na&ural, lo que le ermi&e man&ener viva den&ro de s*, a esar de sus

&en&aciones de clausura, la in&eligencia del ser resen&e muy a menudo en si&uaciones del

#abla com


55/89

&en&aci!n en cier&a medida cesar, ero los oderes de la forma se eercern sobre las

alabras en&onces con menos au&oridad ya no se odr dedicar ridamen&e a la

imugnaci!n de la ley or el in&erior de su reino que es la un&a de lana de la lucide

o@&ica. +a oes*a en franc@s &iene oca con&inuidad con el #abla de la e'is&encia vivida,

aunque @s&a sin embargo sea el


56/89

3arlamen&o4 del comieno de Enrique IV . /ero fue reci@n al escribir Hamlet que me

arece que decidi! darle lena confiana a la escri&ura. %serando que un gran 3blan$

verse4 in&r@ido les brindara a las 3Fords, Fords, Fords4 de las que dudaba amle& su

a&i&ud ara comrender y manear la vida.

(

8Y d!nde iba a oder efec&uarse ese &rabao, si no en obras &odav*a or decidir,

inmedia&amen&e desu@s de que amle& #aya dic#o al morir 3%l res&o es silencio4: e

#ec#o, el &rabao ya es& en curso. %n el mismo momen&o en que sien&e con el gri&o de

dolor de @cuba la fuera de ene&raci!n del acen&o &!nico y sus sorrenden&es

vir&ualidades, "#a$eseare ya usa el verso que las one en marc#a, son escenas de

Hamlet . Y si or el momen&o s!lo uede cons&a&ar, en su visi!n de %lsinor, la

degradaci!n del ser en el mundo, son concebibles o&ras obras, &ragedias o sueraciones

de lo &rgico, en las cuales el desliegue del en&me&ro ymbico en si&uaciones de

e'is&encia le garan&iar*a una mayor lucide al es*ri&u s


57/89

"#a$eseare no fo&ograf*a la vida, la resuci&a, e imlica ir &an rofundo en la resen&e

noc#e de las ilusiones, de las con&radicciones, de los miedos, que se odr*an in&erre&ar

en la oscuridad, una oscuridad absolu&a, las &ragedias que es&e drama&urgo y oe&a

escribi!, y aun eso ser*a seguir siendo fieles a su avance con los oos bien abier&os.

%n &odo caso, bao ese signo y en es&e un&o es donde deber*a comenar, o ms

bien recomenar, el es&udio de las obras de "#a$eseare, sobre &odo las que siguieron a

Hamlet . "e descubrir*a de qu@ manera es&e oe&a, al &omar el lugar de amle&, simle

significado de uno de sus escri&os, imugna el orden del mundo que fiaba a ese escri&o

en reresen&aciones que son fan&asmas) y en&ra as* en un lugar men&al donde bao su

luma or &odas ar&es lo que ermanece vivo &ra&a de dislocar, disgregar lo que es&

muer&o. ?n lugar donde muc#os #ombres y mueres es&n en el error, el e'&rav*o, donde

el gri&o del #orror an&e s* mismo de D&elo rosigue sofocando el gri&o de amor de la

viea @cuba, ero donde ning


58/89

+a mirada de las obras que sucedieron a Hamlet no dea de ser

fundamen&almen&e rosec&iva, y nada lo mues&ra meor que el #ilo conduc&or que

o&ar*a or elegir en&re una iea y o&ra si fuera caa de un anlisis de conun&o de ese

&ea&ro la reocuaci!n en "#a$eseare no &an&o or la suues&a na&uralea esencial de lo

femenino eseculaci!n de lo ms eligrosa, fcilmen&e enga=ada or la fan&as*a sino

or la condici!n de la muer en la sociedad de su &iemo y de o&ras @ocas, si no de

&odas.

Jal reocuaci!n es an&igua en @l, es incluso originaria, la encon&ramos a

menudo en la r!nicas y cons&an&emen&e en las omedias, con una in&ensidad en&onces

crecien&e #as&a omeo y -ulieta y .omo les (uste, dos obras que vuelve sim@&ricas, una

que mues&ra a la muer anes&esiada or las romesas de un sue=o, y enseguida v*c&ima,

la o&ra que se rebela y sabe afirmar su iden&idad. /ero me arece que en Hamlet es

donde esa gran reocuaci!n accede meor a la conciencia de s*, y ser en&onces all*

donde, or un momen&o, lo que ser mi


59/89


60/89

que fue v*c&ima son uno de los efec&os ordinarios del comor&amien&o masculino. 3%ra

"an (alen&*n4, can&a Dfelia &ris&emen&e, era el d*a de la gran romesa, cuando el

muc#ac#o re&ende acoger en su vida a la muc#ac#a y des&inarse a la suya. /ero no

iensa sino en ese cuero que la ley #a desoado de su sen&ido, lo que lo volvi! algo

incognoscible que lo desconcier&a y lo obsesiona. Y a fal&a de oder reconocer y or lo

&an&o amor, viola y luego abandona. /or cier&o, nada uede resumir meor la suer&e de

muc#as mueres que esa men&ira y esa violaci!n, y Ger&rudis escuc#a adems las

alabras de Dfelia con sima&*a e incluso emoci!n. ulable &al ve ero calumniada

ms a


61/89

la muer, en una &ierra de &an&as flores y fru&as, uede ser &an fcilmen&e una e'cluida y

una v*c&ima.

(olvamos a lo que es su significan&e rincial un&o con la m


62/89


63/89

(II

/ero asimismo ella es en&onces la inolvidable figura del da=o que las sociedades

les #acen a las mueres, e incluso ella es su e'licaci!n, que es sencilla. %n la medida en

que se confunden con los valores y las leyes de su sociedad, los #ombres se sien&en

roie&arios del absolu&o, no soor&an ensar que se ueda vivir de o&ro modo el orden

que es& ins&aurado, ven la baga&ela ara no cruarse con la mirada reocuada, el

reroc#e, aunque @s&e sea dic&ado or el amor. 8Y esos valores, esas leyes: ;o son sin

embargo, conce&uales, ms que un edificio recario, y ara que esa edificaci!n sin

cimien&os no se derrumbe, de una ve o arcialmen&e, uede arecer


64/89

e'is&encial. "en&ada cerca suyo cuando arenda a leer, no ver en el abecedario la casa

de la le&ra o el erro de la le&ra / como los definen los diccionarios, no, ella ace&ar

na&uralmen&e que sus evocaciones frecuen&emen&e dibuadas adems muy sencillamen&e

en los mrgenes &raadas como suel&as or una blancura de abao significan rimero

la casa o el erro &al como los &iene o los desea el eque=o ser que esera de ese libro la

e'licaci!n de la vida. Y al ir con @l de aseo, a la #ora siguien&e, recoger al cos&ado

del camino unas flores que sern desde en&onces &ambi@n ara ella, &an&o como ara @l,

seres. %lla los un&ar en ramos con la misma in&uici!n y la misma eserana que Dfelia.

%l ni=o, 3infans4, el es*ri&u en el umbral del lenguae, reanima en las alabras

su funci!n simlemen&e designa&iva, ofrece el recomieno de la erceci!n una, no

descomues&a, de la cosa, del ser-a#* de la cosa o de la ersona cercana que ms &arde

es&ar ocul&a. Y es&o es &an cier&o que odemos decir que la rocreaci!n es lo que

ermi&e la renovaci!n del mundo, su renacimien&o or un ins&an&e, el re&orno del ser en

el esacio de las aariencias lo mismo que in&en&a la oes*a. A la rimera infancia le

gus&an eson&neamen&e ramos y guirnaldas. +es brinda a los adul&os el recurso floral

que mencionaba. % igualmen&e es aquello que &odo orden ins&aurado, or&odo'ia

necesariamen&e inquie&a, re&ende rec#aar con sus conseos, aar&ar con sus

decisiones +a infancia es el reuvenecimien&o del es*ri&u, ero &ambi@n lo que el

orden social &eme, e incluso refu&a.

Y como son las mueres quienes la mayor*a del &iemo se encargan de ese

comieno de la vida, a menudo rescien&es de esa &area, ya se &iene all* una de las

raones que e'lican en rofundidad la desconfiana y la marginaliaci!n de las que

son v*c&imas. +as mueres ueden escuc#ar las alabras como los ni=os las usan o ms

bien las viven. "aben #acer ramos. uando in&en&an &ransformar la relaci!n social, #acer

valer sus derec#os, rebaan el deseo de &ener a favor de la necesidad de ser, que ersis&e

en el sufrimien&o y en es&e caso lo ennoblece. Y or lo &an&o imlica ooner a lassis&ema&iaciones del royec&o conce&ual una on&olog*a sin me&af*sica, con la cual

#acer que naufraguen las or&odo'ias, las ideolog*as, &odas las &iran*as que es&n en el

oder o rocuran llegar a @l. "i Dfelia fuera comrendida or amle&, y es&e gran

vacilan&e se a&reviera a dar el aso que #ace fal&a, salvador, en su acercamien&o al

abismo e'ulsando de su men&e el ensamien&o de lo nulo de &odo ara fundar en la

relaci!n #umana el sen&ido que fal&a, radicalmen&e, en la ma&eria.

/or un lado, las fan&as*as, las negaciones del D&ro, las realiaciones sin felicidadfru&os obligados de la verdad del e'&erior reduc&ora, neu&ra, sin defensa con&ra la


65/89

usuraci!n ara fines erversos que surge del ins&rumen&o conce&ual, or ms

necesario que @s&e sea. /or el o&ro, la in&uici!n que ermi&e enfren&ar &oda adversidad,

orque encon&rarse con el dolor no aaga la e'eriencia ni la eserana de la verdadera

alegr*a. ?na divisi!n en lo ms rofundo de la sociedad, seguramen&e. +o que uede

e'licar muc#os miedos y muc#as ersecuciones. +o que uede remon&arse a las

fuen&es de lo &rgico, orque no es nada ms que el conflic&o en&re la necesidad del

es*ri&u de cerrarse sobre s* mismo or miedo a la fini&ud y la in&uici!n de que ese

ensamien&o del &iemo, de la muer&e, es el acceso al &odo en su unidad, el verdadero

bien. An&*gona con&ra reon&e.

(III

(uelvo a "#a$eseare en suma, a su ensamien&o &al como arece mos&rarlo bien

su idea de Dfelia, a su refle'i!n sobre lo que la oes*a uede aor&ar en el &ea&ro ara la

renovaci!n de la vida. ;o dudo en&onces que #aya emrendido esa refle'i!n. 8;o

es&amos con Hamlet en v*seras de &ragedias en las cuales van a redominar de un&a a

un&

Documents

Bonnefoy La Vacilación de Hamlet