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Bicentenario 2010

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1. Genealogía de don Francisco de Viedma y Narváez y sus hermanos. Noticias de su que Hacer en América 4Rafael Cañada Quesada

2. Traslación de los Restos de don Francisco de Viedma y Narváez Gobernador e Intendente de la Provincia de Santa Cruz a la Capilla del Hospital Viedma 10Mario Lavayen Mendoza

3. La Atristada Existencia del Intendente Don José González Prada 15Ella Dunbar Temple

4. Testamento de Don Francisco del RiveroPartida de Bautismo de Don Juan Francisco del RiveroPrócer de la Revolución de Cochabamba, Septiembre 14 de 1810 35Transcripción Paleográfica: Guido Guzmán S.

5. El Diario de José Santos VargasDiario de un Comandante de la Independencia Americana 42Ramón Rocha Monroy

6. Los Héroes Olvidados 47Teófilo Manzano

7. Las Reformas Borbónicas y sus Repercusiones en elProceso de Independencia en América - el Alto Perú 49Susy N. Portillo Espada

8. Indios y Mujeres en las Luchas Independentistas 60de Charcas (1809 - 1825)Luis Oporto Ordoñez

9. Recreación Histórica de la Insurgencia Vallunadel 14 de Septiembre de 1810 65Rosa Elena Novillo GómezSusy N. Portillo Espada

10. La Colina de San Sebastián: valentía y símbolo 70Itala De Maman

Contenido

Rumbo al BicentenarioH. Municipalidad de Cochabamba

Oficialía Superior de CulturaArchivo Histórico Municipal

Responsable de edición: Itala De Maman, Guido GuzmánColaboración: Asociación Bicentenario de CochabambaDiseño y diagramación: Dante Serrano, Guido GuzmánImpresión: Editorial SerranoTapa: Batalla de Aroma, 14 de Noviembre de 1810. Mural de A. Reque Meruvia, 1946.Tapa interior: Batalla de la Coronilla, 27 de Mayo de 1812. Mural de A. Reque Meruvia, 1946.Contrata interior:Batalla de Hamiraya, 13 de Agosto de 1811. Mural de A. Reque Meruvia, 1946.

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La Oficialía Superior de Cultura a través delArchivo Histórico Municipal “José MacedonioUrquidi tiene el agrado de presentar la Revista“RUMBO AL BICENTENARIO” como partede los proyectos de conmemoración delBicentenario de la Guerra de la Independen-cia (1810 - 1818). La Revista contiene artícu-los de diversos investigadores acerca de la his-toria regional de la época de la emancipación,así como investigaciones inéditas acerca depersonalidades históricas que tuvieron su rolen la vida pública y participaron activamenteen los acontecimientos históricos de la épocade la Guerra de la independencia.

En este primer número la revista pretende serun estímulo para los investigadores y cientistassociales - que por la circunstancia de que serecuerda el inicio de la participación deCochabamba en los 15 años de guerra -, diri-jan sus esfuerzos académicos y artísticos paraexplorar y transitar caminos que por diversascircunstancias la historia ha dejado de lado,como ser la participación de los indígenas, delas mujeres, la vida cotidiana, las artes y laliteratura.

Como es de conocimiento generalizado, laparticipación de Cochabamba fue decisivadurante las luchas emancipatorias, por lotanto, esta publicación, no es, sino, el iniciode otras que se realizarán en el marco de ladifusión del conocimiento acerca de las vicisi-tudes de una región que participó como nin-guna y cuyo valor y persistencia fue reconoci-da ampliamente por los contemporáneos delas acciones bélicas y por la historiografía delsiglo XIX y comienzos del siglo XX.

Gustavo Rodríguez Ostria

OFICIAL SUPERIOR DE CULTURA

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Presentación

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Los artículos que se presentan en esta revis-ta, se refieren a la temática relacionada conla guerra de la independencia. Para Cocha-bamba ese periodo significa quince años depersistente aporte a las luchas emancipato-rias por una parte con combatientes en laconformación del ejército cochabambino ypor otra con el aprovisionamiento constan-te de vituallas y pertrechos de guerra tantopara las tropas realistas que venían del Perúcomo para las patriotas de los ejércitos auxi-liadores de las provincias unidas del Río dela Plata que hicieron de la región deCochabamba el escenario de sus enfrenta-mientos bélicos.

La presente publicación contiene análisis yreferencias muy importantes a personajesque intervinieron en primera plana en lossucesos de septiembre de 1810 a los que sehace alusión en las conmemoraciones delBicentenario. Así por ejemplo tenemos lapartida de bautismo y el testamento de DonFrancisco del Rivero. Dos momentos muyimportantes de la vida de quien fuera ellíder principal de la gesta de septiembre.Origen y fin de una breve pero azarosaexistencia que muestra aspectos importan-tes de la vida privada de este personaje.

Si Rivero fue el líder de la insurgencia vallu-na, la autoridad realista principal en esemomento era Joseph Gonzáles de Prada.Este personaje esta magistralmente retratadoen el artículo de la Dra. Ella Dunvar Temple,una de las mejores historiadoras peruanasque ha escrito además uno de los alegatosmás importantes en el debate historiográficoacerca de la participación del pueblo en lasluchas emancipadoras del Perú. Si bien este

artículo fue publicado en el Perú hacemuchos años, consideramos pertinente supublicación por una parte por la importan-cia del personaje para la historia deCochabamba y por otra por la calidad de laobra y la solvencia académica de la autora.

La personalidad de Don Francisco deViedma y Narváez, ha suscitado siempre elinterés historiográfico, por su recia persona-lidad, por su empeño de impulsar el progre-so de la entonces Intendencia de Santa Cruzde la Sierra cuya capital era Cochabamba.Su apego a las ideas de la ilustración euro-pea, la implementación de un nuevo siste-ma de gobierno como el mismo lo denomi-naba, hizo que su gestión fuera una de lasmás brillantes en el contexto de laAudiencia de Charcas. En esta ocasiónponemos a disposición del lector un artícu-lo muy interesante de un autor español queconstituye un aporte a la biografía y genea-logía de Viedma. Este trabajo se comple-menta muy bien con el artículo del Arqui-tecto Mario Lavayen quien como resultadode sus investigaciones aporta luces intere-santes sobre el destino final de los restosmortales de Francisco de Viedma.

Una faceta que no puede dejarse de lado enel análisis de la participación de Co-chabamba en la independencia altoperuanaes la contribución de la Guerrillas deHayopaya, que contextualiza la participa-ción indígena. En el artículo muy didácticode Ramón Rocha Monrroy se puede ver elproceso de toma de conciencia de ser partede “La Patria” por los guerrilleros de la inde-pendencia a través de los escritos del diariodel “Tambor Vargas”.2

Para Cochabambaese periodo ha

significado quince años de

persistente aportea las luchas

emancipatorias

Introducción

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La participación de miles de combatientesha sido omitida por los trabajos historiográ-ficos ni siquiera se conoce la acción de los100 caudillos principales de la gesta inde-pendentista, a eso punta el articulo del Prof.Teofilo Manzano para recordarnos que sonmuchas las deudas de este presente con loshombres “del tiempo heroico”.

Por otra parte es pertinente recordar que losprocesos independentistas de Charcas, ydentro de ello la insurgencia de Cocha-bamba, son parte de procesos internaciona-les en los que jugaron un papel muy impor-tante los cambios institucionales, políticos yeconómicos que tuvieron lugar en la metró-poli. El artículo de la Lic. Susy Portillo nosproporciona datos y análisis muy interesan-tes sobre las transformaciones en Europa ysus efectos en América. Cambios que inci-dieron de una u otra manera en los procesosindependentistas de América.

Indios y mujeres en la lucha independentis-ta son temas a los que se les ha otorgadopoca a ninguna importancia en la historio-grafía boliviana, el sugerente artículo delLic. Luís Oporto nos impulsa a incursionarpor estos caminos para que la percepcióndel proceso independentista sea lo mascompleta posible.

La referencia a las Heroínas de la Coronillaes inexcusable si se conmemora los sucesosde la guerra de la independencia, el artícu-lo que presentamos de Itala de Maman,hace un análisis de los sucesos más impor-tantes y la interpretación de la historiográfi-ca sobre los mismos.

Desde hace 17 años se realiza en septiem-bre de cada año la escenificación históricade los sucesos revolucionarios de 1810, uncomentario sobre esta recreación de lainsurgencia valluna a cargo de la Prof. RosaElena Novillo y la Lic. Susy Portillo, es útilpara entender los motivos y los alcances deesta actividad realizada por la OficialíaSuperior de Cultura en co-organización conotras instituciones y personalidades denuestro medio.

Auguramos que esta revista sea la primerade una serie de publicaciones que permitanavanzar en las conmemoraciones que serealizaran en estos 15 años hasta 1825 conla solvencia académica necesaria querequiere la investigación histórica.

Mgr. Itala De Maman

JEFE DEPTO DE PATRIMONIO CULTURAL

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La participación de miles de

combatientes hasido omitida por

los trabajos historiográficos nisiquiera se conoce

la acción de los100 caudillos principales de

la gesta independentista

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Argote de Molina, en Nobleza de Anda-lucía, nos habla de los Viedma, como de losprimeros que fueron presentes en la con-quista de nuestra ciudad, y que fue cabezade su linaje en estas tierras, Don FranciscoIñiguez de Viedma Ponce de León “ElMozo”, III Señor de su Casa, capitán gene-ral de este reino, casado con Dª Juana Diazde Funes1, hija de don Dia Sánchez deFunes, Señor de los Malinares de Estiviel y

Mengibar y alcalde de los alcázaresde Jaén2.

Hijo de don Rodrigo fue Don DiaSánchez de Viedma, casado con DªMaría Alfonso Godinez, siendo sushijos, Don Mendo Rodríguez deViedma (luego Mendo Rodríguez deBenavides, Señor de Santiesteban;3 ydon Rui Diaz de Viedma que fuecasado con Dª María Fernández deViedma, hija de don Juan Fernándezde Viedma (hermano del obispo DonNicolás) y de Dª María Gutiérrez deAlfaro, fallecida en Jaén en el 1386 yuno de sus hijos fue Don JuanFernández de Viedma en el que con-tinúa la línea de Jaén, y que casó conDª Aldonza Nesía Ordoñez, fallecidaen Ubeda.

Continúa la descendencia, otro DonJuan Fernández de Viedma y Mesía4,hijo de los anteriores, fallecido en el1432. Regidor de Ubeda y alcalde dela fortaleza de Segura de la Sierra deSegura, casado con Dª MarinaFernández de la Cueva y Viedma, quefue el segundo enlace entre miembrosde la misma familia; y de los que

nacieron Rodrigo, Juan y Diego, que del pri-

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Genealogía de Don Francisco de Viedma Narvaez y sus HermanosNoticias de su que hacer en América1

Rafael Cañada Quesada

nos habla de los Viedma, como de los primeros que

fueron presentesen la conquista

de nuestra ciudad

1. BIBLIOGRAFÍA: NOBLEZA DE ANDALUCÍA. De Gonzalo Argote de Molina.BOLETIN Nº 99 INSTITUTO ESTUDIOS GIENNENSES: El alcaldeDiego de Biedma.HERÁLDICA Y GENEALOGÍAS GRANADINASDATOS CEDIDOS POR DON MANUEL PUENTE BLANCO; deCarballo.ARCHIVO DIOCESANO Y PROVINCIAL.2. NOBLEZA DE Andalucía, tomo I, pág. 345.3. Boletín Inst. Est. Gien. Num.99. Alcalde Diego de Biedma4. Boletín Inst. Est. Gien. Num.99. Alcalde Diego de Biedma

ESCUDO DE ARMAS que usó nuestro paisano Don Francisco de Viedma.

En Campo de oro, un palo de gules (rojo) y a cada lado de éste, cuatrocalderas de sable(negras) y puestas en palo.NOTA.- Los lambrequines o plumaje, forzosamente deben ser de color delos metales o esmaltes que luzca el blasón.

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mero descienden los Viedma de Granada5, ydel tercero los de Jaén.

Este don Diego de Viedma, fue alcalde deHuelma y Veinticuatro de Jaén, y casó condoña Constanza de Moya, y la segunda conDª Catalina de Olid6.Dice don Enrique Toral y Fernández de Pe-ñaranda, que del primer matrimonio des-cienden los caballeros Viedma de Jaén, aun-que estos se preciaban descender del segun-do matrimonio con Dª Catalina de Olid; yde Don Diego debió fallecer en el 1486 últi-mo de su asistencia al Concejo de Jaén.A partir de aquí sigo mis propias investiga-ciones, y basándome en ellas opino que elSr. Toral debe estar confundido, pues con-sultado el Expediente de Limpieza de San-gre del Canónigo Tesorero del Cabildo deJaén, Don Diego Suarez de Viedma de 28 dejulio de 1562; consta que sus bisabuelos pa-ternos fueron don Diego de Viedma el alcal-de de Huelma, y Dª Catalina de Olid, y asílo corroboran todos los testigos que es loimportante, pues aunque los Viedma dijeronotra cosa, los testigos lo desmentirían de serfalso.Igualmente, que don Diego de Viedma tuvoun hijo más, ignorado hasta ahora, y del quetambién quedaría descendencia en Jaén, yno sólo de su hermano Cristóbal como secree. Y me baso en que he hallado en elArchivo Diocesano de la Catedral de Jaén,sección Capellanía7, la que fundó el Racio-nero Don Pedro Fernández de Viedma, juliode 1546 y que con motivo de haber queda-do vacante la misma, el día primero de ju-nio de 1596 años, ante el Sr. Provisor de és-te Obispado, comparece Don Diego deViedma Monroy8, cecino y Veinticuatro deJaén, y dijo: “que él tiene necesidad de sa-car un traslado, del testamento que hizo yotorgó el Racionero Pedro Fernández deViedma difunto, su tío…”.El Don Pedro, porsu testamento que consta en dicho su expe-diente, declara ser hijo de otro caballero deigual nombre, y entre sus hermanos estáDon Cristóbal; y el primogénito que lo eraAntón, casado con Dª Constanza de Ortiz yque por dicha primogenitura era el titular de

la Capilla de san Bartolomé en nuestra Cate-dral Vieja9. Otro hermano era Don JuanSanchez Viedma10.

De los hijos de Don Diego y Dª Catalina deOlid, seguimos a Don Cristóbal, Veinticua-tro de Jaén, que contrajo nupcias con DªIsabel de Mírez, cuyos hijos fueron: Diegoel primogénito que seguirá Gaspar, consta-tado en el Núm. 18 de SENDA DE LOSHUERTOS(?) como ascendiente directo delos Viedma Narváez; Juan Fernández deViedma que casó con Dª Catalina de Leiva;Cristóbal, que lo fue con Dª Luisa Monroy,y varias hermanas.

Don Diego de Viedma, el hijo de DonCristóbal, fue Veinticuatro de Jaén y casócon doña Catalina de Cobaleda11 hermanadel capitán Pedro de Cobaleda Nicuesa; la

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Igualmente, quedon Diego de

Viedma tuvo unhijo más,

ignorado hastaahora, y del que también

quedaría descendencia

en Jaén

5. Heráldica y Genealogía Granadina6. Boletín Inst. Est. Gien. Num.99. Alcalde Diego de Biedma7.Archivo Diocesano, sección Capellanías, Leg. s/num.8. Dn Diego de Viedma Monroy casado con Dª Isabel Ana ParejaSuarez. Parroquia del Sagrario, libro 1º al folio 173 el 20/12/1597. Elera hijo de Cristóbal de Viedma y de Dª Luisa Monroy y nieto deCristóbal de Viedma y de Isabel de Mirez.9. Testamento aludido de Racionero Don Pedro Fernández deViedma. Archivo Diocesano, Sección Capellanías. La Capilla de SanBartolomé estaba a las espaldas del coro junto a la puerta del posti-go, hacia la puerta del vestuario mayor. Item: “y por cuanto Antón deViedma y Constanza de Ortiz su mujer, como poseedores de la dichacapilla donde yo me mando a enterrar, me hicieron legación del usode la dicha capilla para mí y todas las personas que yo quisiere,quiero y es mi voluntad que se puedan sepultar en la dicha capilla,los dichos Juan de Viedma y Cristóbal de Viedma… mis hermanos ysus herederos y descendientes, que yo por el presente los nombro yseñalo para ello”.9a. Concluido este trabajo, hallo otra noticia sobre esta capilla deSan Bartolomé, de la Catedral Vieja. En los Protocolos de escriba-nos existentes en el AHPJ, legajo 574 al folio 669 perteneciente adon Gonzalo de Herrera, el testamento de doña Juana deAvellaneda, viuda de don Luis Hurtado de Mierez; quien se mandasepultar “en la capilla de San Bartolomé de la Sta. Igl. Catedral, quees de su marido y descendientes”.Posiblementeen un tiempo, estasfamilias de los Viedma y Hurtado estuvieran emparentadas, inclusopor varias veces, pues por estas fechas de 31 de agosto de 1587 unDiego de Viedma estaba casado con una Hurtado de Mendoza10. De Juan Sanchez de Viedma descienden los de éste linaje enJodar, Bedmar y Albanchez. De ésta última, Luis de Viedma,Familiar del Santo Oficio, debió ser alcalde, por su matrimonio conLuisa de Gamiz. AHPJ, legajo 1921 y folios 201-213 el testamentodel Prebendado de la Santa Iglesia Catedral don Pedro Francisco deViedma y Gamiz, ante Juan Francisco Guerrero.11. No solían llevarse libros sacramentales cuando contrajeronmatrimonio, que son a partir del Concilio de Trento. Una hija casó enfebrero de 1568.AHPJ, legajo 616 y folios 711/726 el Vínculo y Mayorazgo fundadopor Dª Catalina de Cobaleda, ante Don Diego Gutierrez Milan. Entrelas condiciones para poseerlo las habituales de ser servidores deDios y del rey; y que no fueran frailes ni clérigos ni monjas, ni de nin-

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que fundó un Vínculo a favor de su únicohijo varón, Don Pedro de Viedma, igualVeinticuatro, que casó con doña Catalina deSalazar que en algunos documentos apare-ce como Salcedo; y de entre los hijos habi-dos, seguiremos a dos. A Cristóbal y a An-tonio. El primero de los cuales heredó de supadre el oficio de Veinticuatro, y fue casadocon Dª Luisa Pídula12 que otras veces esapellidada Piédrola, que ambos apellidosson uno mismo.

De los hijos que tuvieron, sólo tres fueronadultos: Alonso13; María, ciega y soltera,tutora de sus sobrinos, y Dn Pedro deViedma14, caballero notabilísimo de fuerteposición, o al memos con numerosas rentascomo se desprende de su defunción15 quepor ella consta una manda de veinte milmisas. Falleció el 18 de agosto de 1668.

Don Pedro no llegó a contraer matrimonio,pese a estar comprometido con Dª María dela Cadena, vecina a San Lorenzo, en Jaén,con la que por los años de 1645/46 tuvouna hija que ambos reconocieron, y fue laheredera.

Don Pedro de Viedma era del Hábito deSantiago y Veinticuatro de Jaén, Maestre deCampo de los Ejércitos, Teniente de Cau-dillo Mayor de Sevilla, Regidor de Jerez delos Caballeros, Gobernador de Fregenal (dela Sierra), Capitán General de las Armas enla frontera con Portugal. Veedor y ContadorGeneral de la Armada. Maestre de Campo yantes Ayudante del mismo, de la Armadadel Mar Océano16. Fue su hija, Dª Luisa deViedma, que se caso con su primo DonFrancisco Fajardo de Viedma de los que sehablará posteriormente.

El otro hijo de Don Pedro de Viedma y de DªCatalina Salazar, fue Don Antonio deViedma, llamado “El Cortesano”17 tambiénVeinticuatro de Jaén, que matrimonió dosveces, la primera con Dª Isabel Ana deGamez con la que hubo sólo una hija y éstasin descendencia. La segunda vez lo fue conDª Catalina de Mezcua (Amescua), y lesnacieron entre otros, Apolonia de Viedma,casada el 23 de julio de 162218 con DonGarcía Fajardo Castrillo, Veinticuatro de

Jaén y Regidor de Torre del campo, de laOrden de Santiago, cuyo hijo segundo fueDon Francisco Fajardo de Viedma, que falle-ce el 24 de septiembre de 168619 que fue elque casó con su prima segunda, la aludidaDª Luisa de Viedma, quienes tuvieron a AnaTeresa Fajardo Viedma, casada con DonFrancisco Berdejo de Aguilar, padre de LuisaFeliciano Berdejo Fajardo y Viedma, que secasó con su pariente Don Andrés Fernándezde Viedma y Narváez, y fueron los padresde Don Francisco, Don Antonio y DonAndrés de Viedma Narváez, los colonizado-res y fundadores en Patagonia.

Sobre sus actividades en América, el 26 dejulio de 1778 Don Francisco de Viedma esnombrado por Real orden, ComisarioSuperintendente para la nueva población a

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caballero notabilísimo defuerte posición, o al memos con

numerosasrentas como sedesprende de su defunción

guna orden sino fuera la de Santiago. Y que fueran tales que sepudieran casar y haber generación.De agotarse la descendencia, los bienes irían al Hospital de LaMisericordia, de los Hnos., de San Juan de Dios.Por ésta escritura manda que todos sus descendientes sean obliga-dos de poseer siempre un enterramiento en San Ildefonso, en elaltar mayor, que es el de en medio.12. Matrimonios San Ildefonso, libro 3 y fº 186 el 10/04/1608. Ella,hija de Alfonso García de Pancorbo y de Dª María de Pídula. Testó29/04/1654 AHPJ, legajo1633 protocolo de Dn. Blas de Torres.13. Alonso de Viedma, presbítero. Su testamento el 27 de julio de1656. AHPJ, legajo 1670 protocolo de Dn. Francisco Frias. En él diceque compró dos casas, lindante la una con la otra, en el mercadobajo, esquina a calle San Clemente, y que aunque la comprara él,eran de su hermano don pedro. Estas casas tenían, por lo que nosdice el testamento de don Francisco Fajardo de Viedma, unas rejasque daban al altar mayor de la ermita de San Clemente.14. Fueron dos los hijos con el nombre de Pedro, por lo que ignora-mos cual de ellos fue el general. Lógico que fuera el segundo porfallecimiento del primero. Ambos están bautizados en san Ildefonso,Pedro Mateo el 2/10/1610(libro 9 y folio 174 vto.). Pedro el06/02/1616(libro 10 y folio 38). En la de éste último, constan por ape-llidos de la madre, los de Torres Pídula.15. Defunciones San Ildefonso. Libro 11 y fº 121. Traslado de su tes-tamento en Jaen, protocolo de Dn Juan Francisco García de Mora,AHPJ, legajo 1836 y folios 260-268 incluso el reconocimiento de lahija de ambos.16. AMJ. Actas del 6/05/1651 y 19 de mayo del mismo año.17. Su testamento el 26/11/1610.AHPJ, legajo 462 protocolo de donRodrigo de Baeza. Funda Vínculo-Mayorazgo, llamado primero a suhijo mayor Alonso. En dicho Vínculo entran las casas principales quehabita fuera de la Puerta Barrera, y el cortijo y casas de Valsequillo.Su defunción en San Ildefº, libro 3 al folio 371 vto el 12/08/1614constando en éste, que es conocido como “El Cortesano”.18. Matrimonio del Sagrario, libro dos al folio 194 vto. Testamento deDª Apolonia de Viedma, el 17/08/1675 AHPJ, legajo 1659 al folio 26del protocolo de D. Juan Bernardo de la Chica Godoy.19. Defunciones de San Ildefonso, libro 14 al folio 236vto.Testamento, AHPJ, legajo 1776 y folio 987 al fº 1003 de fecha20/09/1686 en el protocolo de don Luis Garrido de Dios Ayuda.Testamento de su esposa doña Luisa de Viedma: AHPJ al legajo1891 y folio 123 el 14/08/1725 protocolo de don Damian Martínez deContreras.

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fundar en San Julián, en la costa patagónica.Estando en Buenos Aires, se le comunica en28 de noviembre su cambio de destino, y enlugar de ir a San Julián lo hará a Bahía SinFondo, del golfo de San Matías. El viaje lohace con su hermano Don Antonio; y unavez en San Matías, reconociendo la costadescubre el golfo de San José en la actualpenínsula Valdés, pero con el grave proble-ma para asentarse, de ser las aguas salobres;pero el 8 de febrero de 1779 descubre unosmanantiales de agua dulce en dicha penín-sula, y elige para el establecimiento el extre-mo Este de la Bahía; y por su mandato deexplorar la costa, haciéndolo con el men-cionado golfo de San Matías, se descubre ladesembocadura del Río Negro, y ante lasbuenas noticias de dicha tierra, Francisco deViedma decide efectuar la población defini-tiva en las orillas de dicho río, lo que ejecu-ta el 22 de abril de 1779, que es la fechaexacta de la fundación del Fuerte deNuestra Señora del Carmen de Río Negro,hoy ciudad de Viedma. Pero padecen unagran crecida del río en 13 de junio del dichoaño que destruye el fuerte, por lo que deci-de trasladar la población a la orilla opuesta,más elevada, y hallando unas canteras depiedra en las cercanías, el 17 de marzo de1780 acometen la construcción definitiva, yy el 15 de julio terminan la iglesia y se colo-ca la imagen de Nuestra Señora del Car-men, Patrona de la población. El 15 de no-viembre recibe el despacho de Gobernadorde Armas, pues aunque era la autoridadmáxima, no gozaba de competencia militar.

Francisco de Viedma es ascendido por elrey, quién le nombra Gobernador Inten-dente el 7 de agosto de 1783 par Santa Cruzde la Sierra y Cochabamba, en el Alto Perú,la actual Bolivia, y recibiendo la orden detraslado el 20 de enero de 1784, embarcapara Buenos Aires, donde el primero demayo firma su “Disertación sobre losEstablecimientos de la Costa Patagónica”.

Ya en Cochabamba, firma en 15 de enero de1788 su “Descripción”, sobre las Reduc-ciones de los Indios Chiriguanos, que envíaal Virrey Loreto. Y el dos de mayo de 1793

hace lo propio con la “Descripción de laprovincia de Santa Cruz de la Sierra”.

En 1794 estamos en guerra contra Francia,Viedma ofrece toda su plata labrada y tresmil pesos fuertes anuales hasta la conclu-sión de la contienda, por lo que recibe unaReal orden agradeciéndole su oferta, yaceptándosele sólo el dinero.

Fallece el 28 de junio de 1809 tras veinte yseis años de gobierno en Santa Cruz de laSierra, Cochabamba, Moxos y Chiquitos yes sepultado en la iglesia de San Franciscode Cochabamba con el hábito franciscano.En junio de 1885 el Concejo Municipal deCochabamba, ordena la exhumación de susrestos, que colocados en la lujosa urna, sedepositan en su mausoleo. Dejó numerososbienes al erario público, y a centros benéfi-cos.

De su hermano don Antonio de Viedma,están perdidos tanto el libro donde estaríasu partida de bautismo, como su expedien-te matrimonial, donde debería haber untraslado del mismo. Debió nacer entre1739/1742 y al igual que sus hermanos, fueGuardia Marina; casado en Jaén el 7 de

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tras veinte y seisaños de gobierno

en Santa Cruz de la Sierra,Cochabamba,

Moxos y Chiquitos y es sepultado enla iglesia de San

Francisco deCochabamba con

el hábito franciscano.

Escudo de Armas dela familia argentina de Viedma-Estrada

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mayo de 176820 en la desaparecida parro-quia de Santiago, con Dª Segunda del RíoVillar.

Por Real Orden de 7 de mayo de 1778 esdesignado Contador Tesorero par las nuevaspoblaciones de Bahía Sin Fondo y San Juliána órdenes de Juan de la Piedra. El 20 demayo sale de Madrid para La Coruña, dedonde zarpa el 26 de junio en unión de suesposa, llegando a Montevideo el 26 deagosto.

Muchos aspectos en la vida de los tres her-manos son comunes o paralelos: padeci-mientos, motines que han de cortar, etc.

Su hermano Don Francisco, le entrega, en12 de abril de 1779 el establecimiento deSan José, para dirigirse él a Río Negro. Enenero de 1780 su cargo es el de ComisarioSuperintendente interino, ya que reemplazaa su hermano Andrés, enfermo en la capitalde Uruguay; y en febrero Don Antonio, almando de unas naves, fondea en santaElena y Bahía de San Gregorio, de los quetoma posesión, y el 24 de marzo llegan asan Julián de la que toma posesión.

El 19 de abril está en Bahía de PuertoDeseado, donde espera resoluciones delVirrey y el 22 del mismo mes se establece a22 Kms., de la boca del puerto, fecha quepuede considerarse como la de la fundaciónde Puerto Deseado; recibiendo el 12 denoviembre órdenes para fundar en Puertode San Julián, a donde llega el 24 y comien-za su construcción a 5 kilómetros de supuerto. En un principio, la fundación sedenomina Nueva Colonia de Floridablanca.Y en noviembre de 1782 Antonio Viedmaexplora la zona hasta los Andes, recogiendomadera que precisa con urgencia, y descu-briendo el actual lago Viedma y el glaciardel mismo nombre que derrama en dicholago.

El 27 de marzo de 1783 llega el paqueboteSan Sebastián con víveres y Viedma aprove-cha la circunstancia para tomarse un permi-so que tenía concedido; y el tres de diciem-bre, por Real Orden, se le concede licenciapara que su esposa, enferma, regrese a

España. Posteriormente, en 8 de abril del1786 el rey le concede un permiso de dosaños en España para atender sus intereses,para cambiársele en 1788 por otra RealOrden, que le exime de sus obligaciones enAmérica.

Testa en Madrid, el 27 de enero de 1793ante Don Casimiro Antonio Gómez. Y vuel-tos a Jaén, fallecen en nuestra ciudad, pri-mero él, en dos de octubre de 179321 y suesposa el 3 de marzo de 179722 y haciendoesta señora nuevo testamento el 5 de juliode 179523 a favor de su hermana Dª María.

Entre los escritos de Antonio de Viedma,merecen destacarse muy especialmente,dos verdaderas joyas, tanto por el perfectocuadro que presentan de su empresa, comopor las excelentes descripciones geográficasy etnológicas que contienen, que son de unvalor excepcional. Son, el “Diario de unviaje a la costa de Patagonia”, con detalladadescripción de sus tierras, productos y habi-tantes, y la “Descripción de la Costra Meri-dional del Sur”, que además de temas aná-logos a los anteriores, se extienden con lasreligiones, costumbres, tratos y vestidos.También escribió el “Catálogo de algunasvoces que ha sido posible oir y entender alos indios patagones”(vocabulario de 159voces del idioma Tehuelche).

El menor de los hermanos, Andrés, falleciósoltero a los 83 años de edad en Jaén, el 11de enero de 182624. Heredó sus bienes DonGregorio Cobo del Río, Canónigo Doctoralde nuestra Iglesia Catedral, a quien llamasobrino, sin embargo, sin serlo, pues lo erade su hermano Don Antonio, al ser hijo deDon Francisco Cobo Castrillo y de DªEufrasia del Río.

Don Andrés de Viedma, ingresó en laAcademia de Guardia marina de Cádiz, en

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Muchos aspectosen la vida de lostres hermanos son comunes o

paralelos: padecimientos,

motines que hande cortar, etc.

20. Matrimonio en Santiago, libro 5 al folio 95.21. Defunción en San Ildefonso, libro 26 al folio 88.22. Defunción en San Ildefonso, libro 26 al folio 229.23. Testamento, AHPJ, legajo 2158 al folio 19 de fecha 05/07/1795del protocolo de don Rafael Antonio de Luna.24. Defunción en san Ildefonso, libro 30 al folio 101. Su testamentoen AHPJ, legajo 2387 al folio 33, del protocolo de don Antonio delSalto.

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5 de abril de 1759. Ya en esos años, estuvode baja por enfermedad, lo que a la vista desu biografía nos hace ver, que pese a llegara ser octogenario, siempre fue de frágilnaturaleza. Ascendió a alférez de fragataewl 13 de febrero de 1766 sirve de subte-niente de la 1ª Cía del Tercer Batallón deMarina. Alférez de navío el 13 de septiem-bre de 1867 sirve como teniente en el TercerBatallón de Marina. El Teniente de fragataen 13 de enero de 1771 y de navío el 16 demarzo de 1776 y desde el 12 de mayo de1776 es Jefe de la 15ª Brigada de marina. Ypor Real Orden es designado ComisarioSuperintendente de san Julián del Virreina-to de la Plata, título extendido en SanIldefonso, el 7 de agosto de 1779. Partedesde La Coruña para Montevideo, dondellega el 3 de diciembre de dicho año. Pronto

le aquejan de nuevo sus males, y el 24 demarzo de 1781 el protomédico Don MiguelO’Gorman certifica en Buenos Aires quepadece demencia melancólica, por lo quese decreta su jubilación el 26 de julio de1782. Ya en nuestra ciudad, solicita suascenso en la armada, que se le concede el26 de junio de 1789 con el grado deCapitán de Navío Graduado en retiro, y conmotivo de la Guerra de la Independenciatoma parte activa de los sucesos de nuestracapital, y antes aún, ya que el año 1793 conmotivo de las luchas contra Francia, se ofre-ce servir, pese a su enfermedad.

Rafael Cañada Quesada. Graduado social. Miembro corres-pondiente del Instituto Aragonés de Investigaciones Histo-riográficas, España.

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certifica en Buenos Aires que padecedemencia

melancólica, por lo que se

decreta su jubilación

septiembre,02. 1809Pasquín llegado a Cochabamba, dirigido a don Melchor Guzmán,

sargento en la ciudad desde Buenos Aires.“Americanos: Si la España por sus relaciones políticas, trata de

que corraís su triste pero bien merecida suerte de quedar bajo ladominación francesa……¿Americanos hasta cuando quereis vivir

inertes? Corrió el cisne a la América pero con entrañas de cuervo;arrancándole sus plumas y con ellas y su sangre; imprimir el celo

de vuestra libertad”.

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El Personaje

Nació en la ciudad de Jaén por el año1737, casado con doña María Teresa deGallegos y Godina, no tuvo descendenciadebido a las obligaciones de su cargo quele mantuvieron separado por algo más de30 años, viviendo ella en España y aquelviviendo solitario y austero en Cochabam-ba, sin dejar descendencia en esta parte deAmérica

Nombrado Gobernador desde 1784 hastael día de su fallecimiento acaecido en estaciudad en 1809, desarrolló una intensalabor administrativa en la jurisdicción a sucargo, más donde cobra relieve la persona-lidad de Don Francisco de Viedma, es en laelaboración de informes que revela el pro-

fundo conocimiento del territorio de sujurisdicción, como consecuencia de ellopropone, iniciativas y sugerencias de granimportancia económico social.

En esos escritos defendió con singulardenuedo a los naturales, de los abusos aque eran sometidos, contra los desmanesdel clero, de los funcionarios recaudadores,de los mineros por el tratamiento de losmitayos en la explotación de la minas, todoello debidamente documentado.

El hospital “San Salvador “así como el asilode huérfanos fueron testigos innumerablesveces, de la generosidad con que el SeñorViedma contribuía a su sostenimiento.

Su abnegación por los desamparados sehalla reflejada en su testamento, en el cual

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donde cobra relieve la

personalidad deDon Francisco de

Viedma, es en la elaboración de informes que revela el

profundo conocimiento delterritorio de su

jurisdicción

Traslación de los Restos de Don Francisco de Viedma y Narváez Gobernador e Intendente de la Provincia de Santa Cruz a La Capilla del Hospital “Viedma”

Mario Lavayen Mendoza

Monumento a Francisco de Viedma,en la Provincia Viedma de la República Argentina

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instituye como sus herederos “en los bienesque tengo y poseo en esta ciudad a la casade Huérfanos, que por amor al bien píblicoy de recto orden del Estado me he compro-metido a establecer en esta ciudad”.

Su vocación filantrópica le granjeo el afec-to, la simpatía y cariño de sus administra-dos en esa época de resistencia a los chape-tones.

Vivía el Gobernador en una espaciosa casaquinta de “considerable valor” que habíamandado construir en tierras situadas enlos extramuros de la ciudad, rodeada decercas y tapiales de huertas sembradas,acompañado de su esclavo Martín, su amade llaves doña Mónica Aguilera que vinoacompañando desde su tierra de Santa Cruzy otros criados y criadas.

Murió don Francisco de Viedma con la mis-ma piedad con que había vivido en la ciu-dad de Cochabamba –causa de sus alegríasy sus desvelos–, el 28 de junio de 1809.“Mandó se observase en su funeral y exe-quias no mas pompa que la que previenesu Majestad en la Real Cédula que tratasobre el particular, y que su cuerpo seaamortajada con el hábito y cuerda de suPadre San Francisco, sepultándosele en laIglesia de su convento de Observantes deesta ciudad”.

La Exhumación

En el año de 1888 el Consejo Municipalemitió una ordenanza relativa a la exhuma-ción de los restos del último GobernadorIntendente, Capitán General Don Franciscode Viedma y Narváez. Dichos despojos, deacuerdo a relato del tradicionista deCochabamba don Luis Felipe Guzmán en suobra “Instrucciones para la vida campesina(1890)” y siguiendo la revelación de dosantiguos vecinos de la localidad que habíanpresenciado su entierro, siendo todavíaniños, se sabía que existían en el templo deFranciscanos Observantes de esta ciudad.

Continua la narración expresando que lacomisión municipal estaba compuesta por

un notable cirujano de la época Dr.Cleomedes Blanco, Ezequiel Barrientos y elautor del relato en ese entonces Munícipe,quienes procedieron a la excavación en elsitio señalado por los señores José VenturaCabrera y Claros y Vicente Rico.

Según el relato de la excavación dice:“encontró un revuelto mar de osamentasque parecían brotar de lo hondo del suelohasta una profundidad considerable se llegóa descubrir una capa de tierra húmeda untanto resistente.

Apartada esta, a su vez, con la precauciónnecesaria, se descubrió un manto al parecerde cal y yeso, cuya presencia denunciaba lade una sepultura construida con materialessólidos que ya no ponían en duda, fuese laque guardaba los restos del Seño Viedma

Más se comprobó muy luego, con sorpresa,que la supuesta obra de estuco o mampos-tería no pasaba de una ligera capa blanque-cina que dejaba al descubierto algunos hue-sos pintados o envueltos en aquellas sustan-cias.

Ningún otro rastro visible se encontró en los

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”...habiéndoseencontrado juntoa ellos y en lugar correspondiente,

dos zapatos opantuflas de paño negro de puntas

retorcidas haciaarriba, a la usanza de la época”.

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sitios vecinos, que manifestase sea esa latumba….Uno de los miembros de la comi-sión fue a interrogar al señor Rico que vivíacerca, sobres si, según sus recuerdos, eldifunto Gobernador, habría sido enterradoen un sepulcro especialmente construido enel fondo del suelo y con su traje de galarecamado y cubierto de insignias o cualesfueron las particularidades… Respondió elseñor Rico que solo vio el cadáver revestidode un hábito azul y con la capucha echadasobre la cara. Que lo que si había observa-do, sin explicárselo, era que antes de clavarel ataúd, lo rellenaron con yeso”

Lo que esclareció que una vez consumida lamadera de la caja dentro la tumba estabaseñalada de manera precisa por la huellaque dejo sobre los restos, el yeso con losque lo cubrieron el féretro “habiéndoseencontrado junto a ellos y en lugar corres-pondiente, dos zapatos o pantuflas de pañonegro de puntas retorcidas hacia arriba, a lausanza de la época. ¿Pertenecían ellos alseñor Viedma? Así lo creyó la comisiónatenta a su destrucción o deterioro parcial ya las circunstancias ya mencionadas. ¡Lasuela había resistido a la acción del tiempoy la humedad¡

El Dr. Blanco fue extendiendo para mejorhacer. las piezas de la osamenta, marcadaso pintadas como se ha dicho, sobre el altardel costado izquierdo, de la entrada deltemplo, a diez pasos de distancia de la rejadel comulgatorio, donde se había abierto yensanchado poco a poco la excavación”.

Para mayor constatación el costado derechoo fronterizo contenía la tumba del veinte ycuatro D. Ventura Valiente abuelo maternodel General José Maria Achá 9º presidentede Bolivia

El esqueleto fue reconstruido quedandototalmente formado faltándole fémur y algu-nos huesecillos de las falanges, las señalesdel color y la estatura elevada que la tradi-ción atribuía al personaje y las observacio-nes frenológicas que el Dr. Blanco practicosobre el cráneo intacto, manifestaron plena-mente su identidad

Se envolvieron los restos en una sobrepelliztomada de la sacristía y se los traslado a laCasa Consistorial donde fueron depositadosa la espera de una definitiva colocación enun lugar honorífico y expectable que lecorresponda

La Inhumación u Homenaje Póstumo.

En consideración a la memoria de los servi-cios prestados a la ciudad por el que fueraFilántropo Gobernador Intendente DonFrancisco de Viedma (1737-1809), –quienlegó su quinta ubicada en nuestra ciudad ala institución de un asilo de huérfanas lacual fue adoptada al Hospital actual–, elConcejo Municipal, presidido por el SeñorRamón Rivero, y con el objeto de disponerel lugar en que debían depositarse sus res-tos, decretó la Ordenanza del 20 de octubrede 1910 conforme a lo siguiente:

Fue declarado Duelo Público en la ciudadel día 2 de noviembre debiendo izarse elpabellón a media asta en todos los edificiospúblicos y privados.

Durante el día 2 de noviembre permanecie-ron, en capilla ardiente en el Salón deAcuerdos del Concejo Municipal, los restosexhumados de la tumba en la Iglesia delConvento de Observantes de “San Fran-cisco”, depositados en la Casa Consistorial,de Don francisco de Viedma y Narváez,nombrado Gobernador Intendente de laProvincia de Santa Cruz con asiento enCochabamba desde el año 1784 hasta el díade su fallecimiento acaecido en nuestra ciu-dad en 28 de junio de 1809.

Con este fin se permitieron toque de campa-nas de dobles canónicos, suspendiéndoselos efectos de la Ordenanzas Municipalesdel 18 de diciembre de 1890 y del 26 dejulio de 1895.

La Ceremonia de la Guarda de Restos se ini-cio a horas 4 y 30 de la tarde del mencio-nado día trasladando en solemne acto alIlustre Extinto desde la capilla ardiente ins-talada en el Salón Consistorial del ConcejoMunicipal situada en el lugar actual de la

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Fue declaradoDuelo Público en la ciudad el día 2 de noviembre

debiendo izarse elpabellón a mediaasta en todos los edificios públicos

y privados.

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plaza principal a la capilla del Hospital“Viedma“, presidido por el ConcejoMunicipal en Pleno y la presencia de Auto-ridades Prefecturales, Militares, Policiales,Ministros de la Corte Superior de Distrito,Fiscalía del Distrito, Autoridades y SeñoresProfesores de la Universidad, SociedadBenéfica “San Juan de Dios”. Numerosaconcurrencia de caballeros y jóvenes arte-sanos que acompañaban el cortejo fúnebre,para ser depositado en un nicho que debe-ría ser cubierto por una lápida que lleve lasiguiente leyenda “HOMENAJE DE GRATI-TUD DEL PUEBLO DE COCHABAMBA ASU FILÁNTROPO BENEFACTOR E ILUSTREGOBERNADOR DON FRANCISCO DEVIEDMA”, con inscripción además de lafecha de su muerte, la fecha de su primeray segunda inhumación.

El cortejo fúnebre fue acompañado en todoel recorrido por la banda de música de laColumna de la Policía de Seguridad inter-pretando la melodía fúnebre “Gratitud”,compuesta para la ocasión por el artistanacional Sr. Daniel Albornoz, dedicada a lamemoria del ilustre extinto y cerrando lamarcha el regimiento “Abaroa” y su bandade música .

Comenta la crónica de la época que llega-do la comitiva al hospital tomó la palabra elPresidente del Concejo para hacer unareseña sucinta de las virtudes del noble yfilántropo Gobernador, a quién en recom-pensa y justicia se le señalaba una últimamorada sobre el suelo que fue suyo en otrotiempo en la capilla levantada por lasHermanas de la Caridad y finalmente fue-ron colocados los restos en un pequeñonicho preparado para el efecto al lado deuno de los altares de la capilla cubierta poruna lapida pequeña con una leyenda en lostérminos propuestos por la OrdenanzaMunicipal.

El nicho y la lápida colocada en aquellaépoca subsisten hasta el día de hoy pudien-do observarse cerca de una de los altareslaterales del lado derecho del templo de San

José de la entrada del antiguo hospital“Viedma”.

Epilogo

Durante su permanencia en territorioargentino, Don francisco de Viedma fundóen la Provincia de Río Negro en 22 de abrilde 1779 la ciudad que hoy lleva su nom-bre, por lo que sus autoridades habíanresuelto conmemorar solemnemente elsegundo centenario de su fundación a cuyoobjeto organizaron la “Comisión EjecutivaBicentenario de Viedma”.

El entonces Director del hospital “Viedma “Dr. Ciro Zabala a instancias de este orga-nismo cívico, según narración del mismo,desde hace algunos días pretendía conse-guir alguna información. El día anterior 12de octubre de 1977, en horas de la maña-na en forma casual había solicitado a unode los funcionarios del hospital observar elinterior de la capilla con objeto de conse-guir, algunos elementos de juicio para cum-plir el pedido que había formulado la men-cionada comisión cívica.

La sorpresa de los funcionarios fue mayús-culo, cuando encontraron una pequeña lá-pida de color negro con letras de bronce,cuyo texto decía: “Homenaje de gratitud delpueblo de Cochabamba a… Don Franciscode Viedma”.

Retirada la lápida se observó una pequeñaurna de un metro de longitud aproximada-mente, en su interior se encontraron un sud-ario, restos humanos y un papel que hechalas indagaciones resulto ser La OrdenanzaMunicipal dictada por el Concejo Muni-cipal el año 1895.

Para oficializar el hecho se reunieron en laiglesia de San José del hospital “Viedma” losseñores Dr. Ciro Zabala, Director del noso-comio, Adolfo de Morales Director delArchivo Municipal, Henry MendozaDirector de Relaciones Publicas de la H.Municipalidad y la asistencia del MinisterioPublico representado por el Sr. Fiscal deInstrucción Dr. Ramiro Ponce de León a

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encontraron unapequeña lápida de color negro con letras de bronce cuyo texto decía

“Homenaje de gratitud del pueblo de

Cochabamba a Don Francisco de Viedma”

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objeto de proceder a levantar un acta defecha 13 de octubre de 1977 de certifica-ción de la apertura del nicho detrás de lalápida de mármol ubicada en la paredizquierda de la mencionada iglesia, asícomo del contenido consistente en unaurna funeraria acompañado de una copiaautógrafa fechada en 20 de octubre de1895, firmada por Don Ramón RiveroPresidente del Concejo Municipal, DonManuel Salcedo Secretario y Don SalvadorArze Oficial Mayor de dicho organismo;para el reconocimiento del insigneGobernador de esta ciudad.

Mario Lavayen Mendoza. Arquitecto investigador del Colegiode Arquitectos de Cochabamba.Integrante de la Asociación del Bicentenario de las LuchasLibertarias de Cochabamba.

Bibliografía

1969 D. Francisco de Viedma DescripciónGeográfica y Estadística de laProvincia de Santa Cruz de la SierraTercera edición editorial LosAmigos del Libro Cochabamba

Guzmán Luis Felipe

Instrucciones para la vida campesi-na y glosas sobre la historia deCochabamba. Editorial Canelas ter-cera edición 2005, Cochabamba.

1910 Gazeta municipal 20 de octubreOrdenanza de honras postumas aFrancisco de Viedma

1910 Copiadores de cartas.

1910 Memorias Municipales. Informe pre-sentado por el Presidente del ayun-tamiento de 1910 Sr. Ramón Riveroal H. Concejo Municipal de 1991/ElFerrocarril.

1910 In Memorian 9 de octubre 1910.Recuerdo Póstumo 3 de noviembre1910, Los Tiempos

1977 Fueron encontrados restos de Donfrancisco de Viedma 14 de octubrede 1977

1978 Testamento del Gobernador Inten-dente de la provincia de Co-chabamba Don Francisco Viedma yNarváez Publicaciones de la H.Alcaldía Municipal 1978 Co-chabamba

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nos habla de los Viedma, como de los primeros que

fueron presentesen la conquista

de nuestra ciudad

1811.- Proclama de don Francisco del Rivero al pueblo disponiendo:“que en la provincia de Cochabamba no quede hombre desde la edad de 16

hasta 60 años que no empuñe la espada… porque se muy bien que con sólo presentarnos en el inmenso número que formará la provincia el enemigo ha

de retractar sus impresos y dejarnos en la dulce paz que aspiramos”.

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En el curso de nuestras investigaciones sobrela rebelión de Huánuco de 1812, nos atrajola figura central del bando realista. D. JoséGonzález de Prada, Intendente de Tarma, delcual a pesar de la prestancia de su nieto, D.Manuel González de Prada, no existe ningu-na semblanza integral. El resplandor de lasbiografías puede corresponder también a lospersonajes que han vivido bajo un signo deoscura fatalidad, perseguidos hasta el olvidototal por su propia descendencia. Objeto deestos apuntes, de obligada parvedad, es, pre-cisamente, el de allegar algunos testimonios,a modo de vistillas, que pueden configurar elperfil de la desdibujada existencia de D. JoséGonzález de Prada teniendo presente que susrispidas vicisitudes personales, sólo funcio-nan al hilo de las graves y tensas circunstan-cias históricas en las cuales estuvo inmerso1.

Escoteros y ajenos a rigurosas probanzas sonlos datos existentes acerca de los anteceden-

tes genealógicos de D. José Gonzaléz dePrada, prácticamente circunscritos a los ema-

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La Atristada Existencia del Intendente D. José González de Prada

Ella Dunbar Temple

es, precisamente, el de allegar

algunos testimonios, a modo de

vistillas, que pueden

configurar el perfil de la

desdibujada existencia de

D. José Gonzálezde Prada

1 Llega a granazón este enjuto boceto biográfico tras un prolijo y alas veces infructuoso examen de fuentes muy diversas, en su mayo-ría de carácter primario, sobre este personaje que cruzó el sigloXVIII y se asomó a la siguiente centuria. Empero, los límites deespacio fijados al traba;o, excusan las colaciones biblio~raficas. cir-cunscritas a las muy imprescindibles y de estricta referencia al temacentral. Vale esta atingencia, en especial, por lo que se refiere a lainsurgncia del Alto Perú. Para la etapa de la revolución de Huanucode 1812, hemos seleccionado algunas piezas del copioso materialinedito que integra los 5 volumenes de nuestro corpus documentalsobre esa rebelión. Cf. Ella Dunbar Temple. La revolución deHuanuco, Panatahuas y Huamalies de 1812. Vols. 1° 5° ColecciónDocumental de la Independencia del Perú. T. III. Conspiraciones yrebeliones en el Siglo XIX. Comisión Nacional del Sesquicentenariode la Independencia del Perú . Lima, 1971. [En adelante, EllaDunbar Temple, La Revolución de Huánuco, Panatahuas yHuamalíes].

Para futuras indagaciones sobre nuestro biografiado, sería necesa-rio rescatsr los testimonios documentales en los repositorios del AltoPerú, donde transcurrió gran parte de su afanosa vida y llegó a sufinal.

2 Esta documentación se conoce, exclusivamente, a través de lasobras del Dr. Luis Alberto Sánchez, preclaro escritor y biógrafo porantonomasía de D. Manuel González de Prada. Su fuente ha sido el"Expediente de 150 páginas, inédito" que extractó para él D. AlfredoGonzález de Prada. bisnieto del Intendente tarmeño. Según el pro-

pio Dr. Sánchez, ese documento "debe hallarse entre los papeles dela Universidad de Columbia"; y el "resumen informativo de Alfredo,en ocho páginas manuscritas, debe agregarse a los papeles queconstituyen el Fondo LAS y MGP, de la Sección de Investigacionesde la Biblioteca Nacional de Lima". Hemos indagado por éste últimoy no ha sido ubicado en el precitado repositorio. Se trata de laInformación de servicios de D. José González de Prada y su suegroel Brigadier D. Gerónimo Marrón de Lombera en la insurrección deCochabamba de 1810; y de otros datos oblenidos por D. Alfredo en"archivos familiares y de España". [En adelante: "Expediente gene-alógico"]. Advertimos que, aunque hemos considerado esa informa-ción, no hemos podido consultar los originales y en el trabajo pione-ro del Dr. Sánchez, no se avalan los datos genealógicos con la docu-mentación comprobatoria. Vale observar que como estos apuntesconstituyen simples atisbos para el andamiaje de una biografía críti-ca, escapan también al propósito de reconstruir el retablo genealó-gico del personaje a base de prístinas fuentes informativas. Cf. LuisAlberto Sánchez. Don Manuel. la ed. Biblioteca Peruana. Lima,1930, págs. 7-8; Id. Nuestras vidas son los ríos ... Historia y leyendade los González Prada. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.Lima - Perú, 1977, pág. 12-16; Id. Documentos inédifos sobre laFamilia González Prada. Lima, 1977 . Esta última obra se concretasólo a los documentos básicos sobre Francisco González de PradaMarrón de Lombera, del cual se ofrece la partida de defunción y suscargos; y a similares informaciones, de gran valor primario, sobre D.Manuel González de Prada y Ulloa, sus hermanos y su descenden-cia.

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nados de las informaciones de su bisnieto D.Alfredo González de Prada2, el cual señalaentre los antepasados de D. José a Andrés dePrada, paje de Carlos V, Secretario de D. Juande Austria y de los Reyes Felipe II y Felipe Ill;a su hijo Andrés de Prada Losada, "que lo sus-tituyó en la Secretaría de Estado" del vence-dor de Lepanto; y a su descendiente, Antoniode Prada, casado en primeras nupcias conuna ricahembra pariente de los Condes deBena–vente; y en segundas, con su primaMaría Antonia de Prada. En esa línea, semencionan a Hernán Vásquez de Prada,caballero santiaguista, "Comendador de Laresy Santa Cruz"; y a su hermano, el capitánAndrés Vásquez de Prada, asimismo cruzadoen la Orden de Santiago, el cual recibió lamisión de custodiar a los hijos de Francisco I,rehenes después de la batalla de Pavía.Empero, preciso es observar que esa informa-ción genealógica de Alfredo González dePrada señala como fecha de muerte de D.Andrés el año de 1520 y el resonante sucesode Pavía acaeció en 1525.

Según la fuente que colacionamos, el "primerabuelo" (sic) de quien "se tiene noticia másexacta" es "don Thomé González Prada, naci-do en 1653" en Galicia y fallecido en 1701.De su enlace matrimonial con María dePrada, hubo en 1690 a D. Silvestre GonzálezPrada y Prada, el cual falleció en 1752. Sumujer, Doña Feliciana de Calvo, nacida en1684, murió en 1742. Fruto de esa unión fueD. Francisco González Prada y Calvo, feneci-do a los 42 años, casado con Antonia deFalcón y Arroyo, la cual aún vivía en 1782. D.Francisco González de Prada y Falcón, hijopóstumo de esa unión, habría sido el antece-sor paterno de D. José González de Prada, elnombre de cuya madre no se indica en esagenealogía.

Mendiburu señala entre los ascendientespaternos de D. José algunos regidores perpe-tuos de Sanabria y caballeros de OrdenesMilitares, a saber Francisco de Prada, Oidorde la Audiencia de la Isla Española; Jerónimo,Gobernador de la Provincia de Santa Marta;y Hernán Vásquez de Prada, CaballeroSantiaguista, Comendador de Lares y SantaCruz. Las dos únicas fuentes ubicadas al res-

pecto, coinciden en lo atañedero a HernánVásquez de Prada porque el Oidor Franciscode Prada no pudo ser ni padre ni abuelo deJosé González de Prada. Empero D. Franciscode Prada (sin el González) no mencionado enla información de Alfredo González dePrada, parece haber sido el primero de esaalcuña que pasó a la América; y, al igual queocurriría con D. José González de Prada, noretornó jamás a sus lares de oriundez. Sucarrera en la magistratura indiana fue máslarga que la señalada por Mendiburu. Se ini-ció como Fiscal de la Audiencia de SantoDomingo (l9-VI-1626 a 27- III - 1635), ejer-ció como Oidor de Quito (27 - III - 1635 a 26- III - 1642) y, finalmente, de Santa Fé (26 - III- 1642), falleciendo en ejercicio de ese últi-mo cargo. De su actuación en SantoDomingo queda constancia por la visita deSolórzano y Pereyra, el cual se refiere a losprocesos que hizo Prada contra los miembrosde ese tribunal audiencial en razón de lasarribadas; y señala, además, que Prada fueacusado de exceso en su comisión3.

No empece que el "Expediente genealógico"reunido por Alfredo González de Prada, atri-buye al apellido "González de Prada" un ori-gen gallego, tanto los Vásquez de Prada, liga-dos a esos linajes, y aún los González de Pra-da, figuran como hidalguías asturianas, expli-cable porque, como es bien sabido, Galicia yAsturias, regiones colindantes, integraron elantiguo Reino de León y fueron cuna de esanobleza inmemorial de sangre forjada entorno al héroe de la Reconquista española,cuyo propio origen se disputan, entre otras,precisamente, Asturias y Galicia. La monta-ñesa Asturias, una de las más abruptas regio-nes de la Península Ibérica, fue raíz demuchas estirpes gallegas cuyas calificacionesde hidalguía suelen hallarse en los Concejosde origen.

Los Vásquez de Prada eran de ancestro astu-riano, del valle de Proaca, en el lugar dePrada, cercano a Gijón; y de allí pasaronvarios de sus miembros a la América. Proba-

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atribuye al apellido

"González dePrada" un

origen gallego,tanto los Vásquezde Prada, ligados a esos linajes, yaún los Gonzálezde Prada, figurancomo hidalguías

asturianas

3 Manuel de Mendiburu, Diccionario Historico-Biográfico del Perú,2a ed. T. Vl, Lima, 1933, pág. 115. Ernesto Sechafer, El ConsejoReal y Suprerno de las Indias. T. II. Sevilla, 1947, págs. 140 (234),449, 450, 501, 513.

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rón sus calidades nobiliarias en varias Orde-nes de Caballería, en la Real Chancillería deValladolid; y figuran en los archivos de hidal-guías de la Audiencia de Oviedo. A su vez,los Prada descendían del linaje asturiano deCienfuegos, limítrofe con Galicia, figuraronen la Orden de Santiago desde 1528 y en lade Alcántara, registraban ejecutorias en lamisma Chancillería vallisoletana; y ambosapellidos ostentaban blasones heráldicos. Porlo que atañe a los González de Prada, algu-nos personajes con ese nombre de familiaaparecen también en el elenco de hidalguíasdel Archivo de Oviedo. En Pérez Balsera figu-ran, como informantes en probanzas genea-lógicas, un Antonio de Prada, regidor delpueblo de Sanabria (1766); y el caballeroDiego de Prada y González 4.

En la obra de Adriana de González Prada,figura un escudo de los González de Prada,Falcón y Calvo, de complicada descifraciónpor su abundoso cortejo heráldico. Por otraparte. el Dr. Sánchez, a todas luces a base del"Expediente genealógico", consigna una RealCédula del 28 de Noviembre de 1816, nomencionada en otras fuentes y que escapa anuestra verificación, según la cual se recono-ció a José González de Prada "estar en pose-sión de nobleza de la Puebla de Sanabria,como hijodalgo de sangre solariega" 5.

No pocas sombras oscurecen lo relativo allugar y fecha del nacimiento de D. JoséGonzález de Prada. El Dr. Sánchez se concre-ta a indicar que vió la luz en 1761 y el 26 deoctubre de ese año fue bautizado en la IglesiaParroquial de Puebla de Olivares de España"(Puebla de Sanabria?). Mendiburu, cuyosdatos al respecto, aunque sin colacionesbibliográficas, se basan en fuentes de primerorden, afirma que nació en 1751 en "Entre-peñas, cerca de Sanabria" donde se halla

"desde antigua época el señorío y solar de sunombre". Entrepeñas es lugar de la Provinciade Zamora, cabe Puebla de Sanabria, rutamuy transitada. Hay así en este dato deMendiburu, coincidencia con la antedichaReal Cédula citada por el propio Dr. Sánchezy con los más probables ancestros genealógi-cos de los González de Prada.

En lo atañedero a la fecha de su natalicio,debió corresponder al año de 1761 porque elmismo Mendiburu al asignarle el de 1751,indica que terminó sus días en 1829 a los 68años años de su edad6. Acerca de sus prime-ros tiempos juveniles y de su formación,carecemos de antecedentes y tan sóloMendiburu afirma que se educó en Madrid.Este corto dato lo hemos verificado gracias aun singular documento inédito, publicadopor nosotros. Consta allí que el 28 de Enerode 1814, González de Prada, en aquel enton-ces Intendente de Tarma, se dirigió alArzobispo de Lima, D. Bartolomé María deLas Heras, en una misiva plena de la másconmovedora sinceridad. Se refiere a la"horrible persecución" que había sufrido enlas revoluciones de La Paz y Cochabambadesde 1809 y a sus luchas en la insurgenciahuanuqueña de 1812, acerca de la cual lehabía ya escrito recibiendo su respuesta ple-tórica de generoso aliento. En esa carta, men-ciona su relación con el futuro Arzobispolimense, en la casa de los Condes de Oñate yen otras de la Corte madrileña, así como tam-bién "su tránsito por Cobos". Advera este tes-timonio que D. José González de Prada ensus mocedades; al igual que muchos fijodal-gos, se había acogido al patrocinio de unGrande de España, en este caso el Conde deOñate, de la estirpe de los Vélez de Guevara,los cuales desde el año 1135, por merced delRey de Navarra García Ramírez, "el Restau-rador", figuraban entre las 12 Casas deRicohomes. El título condal de Oñate fue cre-ado en 1469 por Enrique IV para Iñigo Vélezde Guevara y Ayala, Señor de Oñate y reco-nocido como Grandeza de España en 1640.Al entronizar Felipe II la Corte en Madrid, losCondes de Oñate dejaron también los pue-blos de su señorío de Navarra y se instalaronen un palacio madrileño, famoso por sus pin-

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se reconoció a José González de

Prada "estar en posesión denobleza de la

Puebla deSanabria, como

hijodalgo de sangre solariega”

4 José de Rújula y de Ochotorena, Marques de Ciadoncha, Noblezade Asturias. Hidalguías de su Audiencia y Ayuntamientos. ConsejoSuperior de Investigaciones Científicas, Instituto Jerónimo Zurita.Madrid, 1945, págs. 148, 364.Pérez de Balsera, Los Caballeros de Santiago. T. V., Madrid,MCMXXXV, pág. 89. Julio de Atienza, Nobiliario español. Madrid,1948, págs. 1100, 1288.5 Adriana de González de Prada, Mi Manuel. Ed. Cultura Antártida.Lima, 1947. 6 Mendiburu, ob. cit., pág. 115, 117. L. A. Sánchez, Nuestras vidas son los ríos…, ob. cit., pág. 13.

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turas y objetos de arte, gozando de las rentasde las postas y correos. En ese ambiente pala-ciego transcurrió su vida y cabe conjeturarque, como todos los jóvenes de su calidad,recibió una adecuada formación y los cono-cimientos que demostró en su larga carrerade funcionario.

A los 22 años, en posesión de su primer nom-bramiento burocrático y como tantos otroshidalgos peninsulares, partió para América aforjarse su propio destino en plena era de lasconvulsiones insurgentes. Por lo que toca asus relaciones con Las Heras, 18 años mayorque él, debieron ser afectuosas y perduraronen el Perú hasta la salida del Arzobispo, a raízde la Independencia. El lugar de Cobos,punto de encuentro de ambos, aunque nocon toda certinidad por la existencia devarios con esa denominación, bien pudo serCobos de Segovia, punto frecuentado por losque visitaban Madrid 7.

Haciendo caudal de las parvas informacionesdel propio D. José González de Prada y de lamuy dispersa y diminuta documetación ofi-cial con el relacionada, intentaremos un abo-cetado escorzo de su peripecia vital y sumundo ideológico, necesariamente engasta-do en su época; aspecto sobre el cual nopodemos ahondar con las veras que lo qui-siéramos. Afincado en el Alto Perú, en plenajuventud, relegó sus ardentías al monótonodiscurrir de sus tareas burocráticas de índolefiscal. En una línea insoslayable se reveladesde un principio como un funcionario degran probidad, capaz, cauto y medido, almargen de todo tipo de alardes y de intimi-

dad celosamente oculta. En frase de Her-nando del Pulgar, fue "ome esencial y aborre-cido de apariencias", de vida digna, ajena atoda blandicia y sin gozar de condignas abo-nanzas. Sus proficuos informes a las autorida-des virreinales y a la Metrópoli, demuestranque era merecedor de los elogios y apreciosque se le tributaron, aunque no se le retribu-yeron sus afanes. Presenta meditados exáme-nes de los tremantes sucesos que le tocóabordar en el desempeño de sus diversos car-gos, así como de sus protagonistas, analizan-do causales con agudo y realista sentido crí-tico y sugiriendo las más acertadas preven-ciones. No fue tampoco ajeno a conocimien-tos tácticos de orden militar, ni carecía de esetipo de valor, como lo demostro en el comba-te de Ambo de cuyo desempeño no recibióninguna crítica adversa.

El sólito testimonio iconográfico sobre nues-tro personaje es la pequeña reproducción deun retrato, sin leyenda alguna, que publicaLuis Antonio Eguiguren. Esta interesante fuen-te, si bien de autenticidad no probada, permi-te ciertas apreciaciones sobre el personaje.Evidentemente se trata de la estampa enbusto de un hombre joven de la edad queaproximadamente tenía González de Pradaal salir de España; y de cuidadoso atuendopropio de la época. El rostro es de un óvaloperfecto y de facciones que bien pueden cali-ficarse de hermosas y delicadas. La nariz, detrazado recto y fino; al igual que los labios enlos cuales se insinúa el toque de una levesonrisa. El mentón corresponde al resto deesa armoniosa fisonomía, enmarcada por unacabellera ondulada que le cubre las orejas.

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se trata de laestampa en busto

de un hombrejoven de la edad que

aproximadamentetenía González de

Prada

7 Mendiburu, ob. cit., pág. 115, 117. Atienza, ob. cit. págs. 759, 1569. José Townsend, Viaje a España hecho en los años 1786 y 1787, en"Viajes de extranjeros por España y Portugal" T. III. Siglo XVlll,Recopilación, traducción, prólogo y notas por J. Garcia Mercadal.Aguilar, Madrid, 1962, pág. 1494.Federico Carlos Sainz de Robles, Madrid. Autobiografía. M. Aguilar,Editor Madrid, 1949, pág. 222 Antonio Ponz, Viaje de España. M. Aguilar Editor, Madrid, 1947, pág.499. Ella Dunbar Temple, La revolución de Huánuco, Panatahuas yHuamalíes, ob. cit. Vol. 1°, págs. LXXIII-LXXIV; Id. Vol. 4°, págs. 358- 359, Doc. N° XL. Este documento, publicado por primera vez, exis-tía en el Archivo Arzobispal de Lima [En adelante: A.A.L.], Sección"Comunicaciones del Arzobispado de la Catedral". Expedientes.Siglos XVIII-XIX. Leg. N° 8

8 Esa pequeña reproducción la inserta el Dr. Luis Antonio Eguigurenen una página en blanco, previa al capítulo sobre González de Pradaen su obra sobre la rebelión de Huánuco. Cf. Luis AntonioEguiguren, Guerra separatista del Perú. La rebelión de León deHuánuco, Lima, 1912. [En adelante: L.A. Eguiguren: "La rebelión deLeón de Huánuco"].El Dr. L.A. Sánchez ha tenido la generosidad, que apreciamos encuanto vale, de proporcionarnos la misma fotografía ampliada y conel señalamiento, en letra manuscrita actual, del nombre de D. JoséGonzález de Prada. La Srta. Marlene Polo, con su gentileza acos-tumbrada, nos ha informado que el Dr. Sánchez la recibió del Dr.Carlos Gadea, ya fallecido. Indagaciones personales de orden fami-liar, nos han permitido determinar que el Dr. Gadea obtuvo esa copiadel propio Dr. Eguiguren, su colega en el Poder Judicial. En lo queatañe al original, se ignora totalmente su destino actual y tampocoha sido agible precisar si el Dr. Eguiguren fue su propietario o sólodisponía de la mentada reproducción fotográfica.

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Empero, el rasgo más sobresaliente de esa fazno común, son los ojos muy grandes quedominan el conjunto, sombreados por pobla-das cejas, unidas y perfectamente delineadas.La mirada es lo característico de esa atrayen-te imagen. Revela inteligencia y carácter, a lapar que melancolía: mirada soñadora yausente8.

El 26 de Setiembre de 1783, inició Gonzálezde Prada la larga odisea de su periplo ameri-cano con el nombramiento de MinistroContador de las Reales Cajas de Salta delTucumán, cargo en el cual se recibió el 30 deAbril de 1784, al final del renovador gobier-no del Virrey de Río de La Plata, Juan JoséVértiz; y cuando, por la Ordenanza del 28 deEnero de 1782, se acababan de implantar lasIntendencias de su territorio. Resonaban aúnlos ecos de la insurrección de Túpac Amaru yla de Catari, sitiador de La Paz; y en el ámbi-to de los Virreinatos americanos se vivía yaun mismo afiebrado tiempo histórico, satura-do de las nuevas ideas y aspiraciones liberta-rias.

Salta del Tucumán en el hermoso valle deLerma, donde González de Prada viviriaalgunos años, era el centro de los trajines demulas que salían al Perú, al igual que suscaminos de los potreros y los azogues, descri-tos por Concolorcorvo. Punto de postas enesa fragosa ruta de los carreteros era Cobos,el primitivo emplazamiento de la ciudad sal-teña, homónimo del que visitara Gonzálezde Prada en sus mocedades y donde, en1812, sería derrotado Tristán por Belgrano. EnSalta, culta y refinada, radicaban familias deabolengo y riqueza, como los Paula Otero,primos del que sería famoso caudillo

Guemes. D. Francisco de Paula Otero, queemigró a Tarma, la futura Intendencia deGonzález de Prada, le sería de útil ayuda enlos difíciles días de la llegada del GeneralArenales.

Por Real Decreto del 19 de de Diciembre de1785, se había trasladado con igual cargo aCochabamba, pero aunque el título sólo se leexpidió el 12-3-1788, llegó a su destino el30-1-1788. Había dado de aumento a la RealHacienda 59,800 pesos y su sueldo se lerebajó en 250 pesos anuales, corresposdien-tes a la administración del ramo de sisas.Cochabamba, la ciudad jardín, ubicada enun verdadero anfiteatro de lomas, con ricosobrajes y asientos minerales, fue paraGonzález de Prada lugar de su predilección.Allí ejerció su oficio hasta 1801, a los largode 13 años y medio, pero alternándolo congraves comisiones; y allí reposaría al final desu vida9.

Cargos de importancia que ejerció fueron losde Visitador de las Reales Cajas de Oruro yCarangas, de La Paz y Juez de Pesquisa dePotosí. El 24 de Enero de 1805, a pedido delpropio González de Prada, el GobernadorIntendente de la Provincla de Santa Cruz dela Sierra, con residencia en Oropesa, valle deCochabamba, D. Francisco de ViedmaNarváez, certificó sus servicios en esa etapa,dejando constancia de su "puntual desempe-ño, asidua contracción, celo y desinterés'.Elogia su "conducta irreprensible y ejemplar"y su vasta inteligencia y conocimientos enmateria de Real Hacienda. Advierte que laacrecentó en 728-259 ps., comparados conigual número de años de sus antecesores ysegún el estado presentado por el Ministro

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Cochabamba, laciudad jardín, ubicada en un

verdadero anfiteatro de

lomas, con ricosobrajes y asientos

minerales, fue para González de

Prada lugar de su predilección

9 Las razones apuntadas nos vedan de puntualizar el abundoso cau-dal bibliográfico acopiado para estos simples apuntes biográficos pri-miciales. Fuente básica han sido las propias informaciones emana-das de D. José González de Prada y el competente corpus de docu-mentos publicado por el Dr. Eguiguren (Cf. "La rebelión de León deHuánuco. 1812"), los cuales, aunque carecen de toda colaciónbibliográfica, revisten autenticidad, porque en muchos casos hemoslogrado cotejarlos con sus originales de diversos repositorios, entreellos con algunos del Archivo de Indias de Sevilla [En adelante: AGI]y los que integraban los fondos del antiguo Archivo de la RealAudiencia de Lima, que consultamos en sus primitivos locales delPalacio de Justicia (En la actualidad en el Archivo General de laNación, sin clas.). A nuestra vez, hemos dado a conocer importantestestimonios sobre esté personaje y su actuación en el Perú. (Cf. nota1 ut supra).

Entre la documentación que hemos utilizado y no colacionamos encada caso, figura la certificación del Gobernador Intendente deCochabamba, Francisco de Viedma (24-1-1805), Ias informacionesde José González de Prada del 4 de Junio y 27 de Julio de 1811(AGI, Lima, 649 y L.A. Eguiguren, ob. cit. pág. 27 y sigs.); la"Relación de los méritos y servicios que tiene contraídos elGobernador Intendente de Tarma, Don José González de Prada...",30-5-1814 (L.A. Eguiguren, ob. cir., pág. 1447; Id. antiguo Arch. dela Real Aud. de Lima s. clas. Id. AGI, Lima, 1120); certificación dePezuela sobre los servicios de González de Prada, 23-6-1818, conel anejo del propio González de Prada del 15-6-1818. (AGI, Lima,759). etc, etc.

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Contador Tomás Aguirre; ordenando, ade-más, los propios y arbitrios de los bienes decomunidad. Aparte de esas arduas tareas queproseguían, asumió la administración interi-na de la Real Renta de Tabacos por suspen-sión del propietario y por orden de laSuperintendencia General de Real Hacienda.Desempeño ese cargo desde el 2510-1794hasta Mayo del siguiente año; y por falleci-miento del Ministro Tesorero, Pedro Canales,despachó solo toda la oficina del 27-6-1798hasta los finales de Marzo de 1799. Los con-tinuos y penosos viajes por caminos y climasduros e inhóspitos, habían alterado su salud.El Intendente Viedma advierte que ya habíainformado a los gobiernos de Buenos Aires yLima, desde el 5 de Junio de 1788 hasta1802, sobre la debilidad de salud y continuosachaques de González de Prada, acrecenta-dos con las visitas a Oruro y Carangas "en tér-minos que puede atraerle el último sacrificiode su vida", a menos que se le diera un hon-roso descanso, liberándolo de tan excesivaslabores y de los persistentes viajes.

No pencé que González de Prada continua-ba en sus funciones en el Alto Perú, fue nom-brado, el 10-2-1800. Contador Mayor Su-pernumerario del Tribunal de Cuentas deLima, cargo con el cual figuraba en 1805 endocumentos oficiales, como el mentado deViedma. Conviene dejar claramente estable-cido que, a tenor de nuestras indagaciones,no asumió esa Contaduría, como le ocurriómás tarde con la Intendencia de Tarma cuyatoma de posesión se dilató. Una Real Ordendel 24-3-1804 al Virrey del Perú, transcribe ladirigida al de Buenos Aires por la cual se lecomunica que siendo necesaria en Lima lapresencia del Contador Mayor Supernume-rario, González de Prada, al cual se le habíacometido la visita de las Reales Cajas deOruro y Carangas, se presentara inmediata-mente a servir su empleo. Empero, a pedido

del Virrey de Buenos Aires, hubo de suspen-der su partida a Lima porque en ningunafuente hacendana limense hemos ubicadoaún huellas de su paso; y las Guías deForasteros de 1802-1805 y 1806-1811, loconsideran "ausente" 10.

Por R. O. del 8-1-1805, S. M. aprobó la Co-misión dada por el Virrey de Buenos Aires.Marqués de Sobremonte, para esa visitaemprendida a Oruro y Carangas y este digna-tario, el 13-8-1805, ordenó a González dePrada que la prosiguiera hasta su conclusiónporque le era urgente "poner a su cuidadootro encargo de mucha gravedad e importan-cia". En las Cajas de Carangas verificó quie-bras y falta de fondos, por lo cual la integró aOruro y obtuvo un reintegró total de 292,466ps. 7 rs. Hizo almoneda de los bienes secues-trados y resolvió a lo largo de dos meses másde 399 causas y expedientes ejecutivos,tomando personalmente las declaraciones ycosteando por sí mismo los gastos, sin recibirlas dietas y gratificaciones que le correspon-dían. Entre sus desempeños estuvo el referen-te a más de 50 acusados y ciento de testigosrelacionados con los bienes de los reos de lasrebeliones de 1780-81, que le serviría deexperiencia el año 1812 en Huánuco. En estedespliegue de extremosa actividad de nuestrobiografiado, debemos destacar su pesquisade la conducta del Oidor Honorario deCharcas y Asesor de la Intendencia de Potosí,Pedro Vicente Cañete, para lo cual hubo deandar y desandar a sus expensas los caminosde Potosí a La Paz. En la villa de Potosí, apar-te de su rígido temperamento, afrontó el pro-blema de la conocida "discordia de sus habi-tantes", en su mayoría forasteros entrantes ysalientes.

Como resultado de sus experiencias, el acu-cioso González de Prada presentó al SuperiorGobierno de Buenos Aires un proyecto deBanco con su Reglamento para fomentar elmineral de Oruro; ya muy decaído, como loanotara Antonio de Alcedo. El propioGonzález de Prada señala la suma total de1.800.525 ps. 7 rs. que había aportado al era-rio con sus servicios desde su llegada a Salta,pero al integérrimo funcionario le esperabanaún muy complicados encargos. Por Reales

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En la villa dePotosí, aparte de su rígido

temperamento,afrontó el

problema de laconocida

"discordia de sushabitantes", en

su mayoría forasteros entrantes y salientes.

10 Archivo Histórico de Hacienda. Lima, Sección Colonial. RealesOrdenes. Aranjuez, Marzo 24 de 1804. Lib . 1141, f . 34 Consultamoseste testimonio en el antiguo local del Archivo de Hacienda, actual-mente en el Arc. Gen. de la Nación. Cf. id. el catálogo de RealesCédulas, Reales Ordenes, Decretos, Autos y bandos que se guar-dan en el Archivo Histórico. Ministerio de Hacienda y Comercio.Archivo Histórico. Sección Colonial. Lima, Perú, 1947, N° 1184, pág.310.

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Ordenes del 8 de Enero, 2 de Marzo de 1805y 10 de abril de 1806 y las providencias delgobierno bonaerense del 23 de Febrero de1808, pasó a la visita, toma de cuenta ycobranza de las deudas de Nuestra Señora deLa Paz con la Intendencia Interina de suProvincia. En esa austera ciudad ubicada enuna honda equedad del antiplano, sus pro-blemas fueron mayores debido a los obstácu-los que le opusieron los Ministros y las agita-ciones precursoras de la inmediata conmo-ción revolucionaria, porque había llegado lahora en la cual América caminaba hacia suspropios destinos.

Relacionado con su estancia en La Paz, exis-te un documento inédito, de carácter reserva-do, del año 1808, sobre "acusación de espe-cies subversivas contra D. José González dePrada, Comisionado en La Paz para visitar lasReales Cajas de la Provincia". Figura allí consu cargo no asumido de Contador Mayor delTribunal de Cuentas de Lima; y se incluyencartas del Obispo de La Paz. Dr. Remigio dela Santa y Ortega, de Manuel José de Uclés ydel propio González de Prada. Tales imputa-ciones eran fruto de la campaña desatadacontra él por los altos funcionarios paceños,porque a lo largo de la nutrida documenta-ción revisada, no se insinua ninguna suposi-ción de tal índole, sino, por el contrario, unaempeñosa arrebatina de elogios a su probadalealtad 11. Por otra parte, frente al estado deplena insurgencia en La Paz, que eclosionóen 1809 con el desventurado caudillo PedroDomingo Murillo, el Gobierno de BuenosAires, el 25 de Febrero de ese año, ordenó elcese de la visita y González de Prada se res-tituyó a Cochabamba con la firme intenciónde dirigirse al Perú.

Empero, y ello advera el prestigio de quegozaba, aunque ya la Junta Suprema deGobierno de España e Indias lo había nom-brado Gobernador Intendente de Tarma, con

la dotación de 6000 ps. anuales, frente a losacontecimientos políticos que se precipita-ban y al fallecimiento del Intendente de Co-chabamba, el cabildo de esa ciudad a la cualya estaba arraigado por vínculos familiares,solicitó al Gobierno de Buenos Aires su elec-ción interina para ese cargo. El título firmadopor el Virrey de Buenos Aires, Baltasar Hi-dalgo de Cisneros, el 9 de Setiembre de1809, deja expresa constancia en punto aque se accede "a los deseos del ilustreCabildo de Cochabamba" y se destaca la"prudencia, experiencia, celo y demas cuali-dades" de González de Prada, el cual en unade sus relaciones de servicios expresa queaceptó el cargo, aunque ya estaba elegidopara Tarma, porque."veía el problema de lainsurrección, resuelto a ser víctima" y tratarde contenerla.

Para la Intendencia de Tarma, en reemplazodel Capitán Ramón de Urrutia y las Casas, ypor la demora propia de los trámites adminis-trativos, fue nombrado por Real Decreto del30 de Setiembre de 1809 y R.0. del 2 deOctubre, aunque ya estaba propuesto desdeel 3 de Abril del mismo año. No empece.Abascal. gran estratega del momento políti-co, comunicó a la Junta Suprema de España eIndias, el 11 de Abril de 1810, la convenien-cia de designar para la Intendencia deCochabamba, en lugar del Capitán FranciscoJosé de Recabarren, a González de Prada, enatención a las circunstancias del momento yporque en el concurrían un "completo cono-cimiento de las gentes y negocios de lo inte-rior de aquellos payses por el largo tiempoque ha residido en ellos". Señalaba, además,su gran laboriosidad y buena conducta y elhecho de que ya servía interinamente elcargo por pedido del cabildo de la ciudad. El11 de Agosto se proveyó como lo solicitabaAbascal, siempre que González Prada noestuviese ya en el bajo Perú; y fue esa larazón por la cual le correspondió afrontar lostrágicos sucesos de la insurrección.

El 25 de Julio de 1810, presidió el acto deadhesión a Fernando VII, encabezando laslistas del Cuerpo Militar su suegro el CoronelGerónimo Marrón de Lombera. En esa cere-monia comunicó Gonzáles de Prada que la

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comunicó Gonzálesde Prada que laProvincia y las

otras tres del AltoPerú quedaban unidas bajo el

mando del Virreyde Lima hasta

que terminara lainsurrección deBuenos Aires

11 Expediente reservado sobre acusacion de especies subversivascontra D. Joseph Gonzalez de Prada, Comisionado en La Paz paravisitar lus Reales Cajas de la Provincia, Contador Mayor del TribunalMayor de Cuentas de Lima. Biblioteca Nacional de Madrid."Insurrección de la Paz" (1808). Cf. Julian Prada, Catálogo deManuscritos de America existentes en la Biblioteca Nacional. Madrid,1933, pág. 468, N' 1050.

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Provincia y las otras tres del Alto Perú queda-ban unidas bajo el mando del Virrey de Limahasta que terminara la insurrección deBuenos Aires.

En la misma Cochabamba contrajo aventaja-do enlace con Nicolasa Marrón de Lombera,hija unica del citado Coronel español y futu-ro Brigadier, Gerónimo Marrón de Lombera,de linaje originario de Ampuero, provincia deSantander, donde existe el pueblo Marrón; ycon nobleza probada en la Orden deSantiago. La madre de Doña Nicolasa erahija del ilustre Maestre de Campo Gonzalode Quiroga, cruzado en la misma Orden san-tiaguista. Avecindado en Cochabamba, D.Gerónimo era muy acaudalado y dueño depingues propiedades, entre ellas obrajes enPatria y Oruro, la hacienda Viluma y ricasminas en Choquicamata y en Porco, célebrepor sus minerales de plata, como lo consignaAlcedo. Por lo que se refiere a la fecha de ese

matrimonio sería aventurado intentar preci-sarlo, pero a todas luces debió ser muy ante-rior a 1809 porque en 1810 ya tenía 5 vásta-gos 12.

Desde el plimer momento de su elección enla Intenciencia, se mantuvo en contacto conel Presidente de Charcas, Vicente Nieto paraprevenir agitaciones, ofreciéndole ayudamilitar. Nieto alaba sin restricciones su "altomérito", lealtad y singular talento al serviciodel Rey. Similares comunicaciones reserva-das dirigió al Virrey de Buenos Aires, BaltasarHidalgo de Cisneros, el 16-1-1810, premoni-torias de la revolución de Mayo.

Al año siguiente de su nombramiento comoIntendente, se produjo el levantamiento deCochabamba del 14 de Septiembre de 1810,encabezado por Francisco de Rivera y secun-dado por los propios cabildantes y vecinosque habían patrocinado la elección de Gon-

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Fue esta etapa una de las máspatéticas de su

accidentada existencia. Tanto

él, como su suegro, fueronapresados y

perdieron todossus bienes

12 Sin intentos de ahondar en el complejo mosaico de los vástagosde D. José González de Prada, habidos en su unión con DoñaNicolasa Marrón de Lombera, no podemos excusar, a guisa de esco-lios, algunos datos al respecto. El Dr. Sanchez, al cual se le debenlas primeras indagaciones sobre la vida personal y la descendenciade D. Manuel González de Prada, señala que ese enlace matrimo-nial de D. José tuvo lugar en 1809 (Cf. Nuestras vidas son los ríos,ob. cit., pág. 14). Empero, cotejando fuentes, hallamos que el propioGonzález de Prada, en su Relación del 30-5-1814, al referirse a lossucesos de Cochabamba de 1810, declara haber dejado enCochabamba, a su esposa y "cinco tiernos hijos'. Esencial para estepunto es la carta de D. José al Arzobispo Las Heras, publicada pornosotros y a la cual ya hicimos referencia (Cf. nota 7 ut supra, párr.6). En ese documento del 28-1-1814, menciona explícitamente seishijos y entre ellos un niño de seis años, para el cual solicita algún"beneficio o sacristía de provisión". Es de observar que a todas lucesese niño habîa nacido en Cochabamba por los años de 1808. El 23-6-1818, en su Memorial a S.M. rememorando los mismos sucesosde Cochabamba, reitera que en aquel entonces tenia cinco tiernoshijos. De esta enumeración de testimonios queda esclarecido que aldejar Cochabamba, tenia 5 hijos; y en 1814, seis, uno de ellos deseis años y varón.Por otra parte, es irrefutable el nacimiento en Lima, en 1815 , de otrohijo de Don José González de Prada. Según la partida, hasta ahorainédita, existente en la parroquia del Sagrario de la Catedral deLima, el 6 de enero de 1815, recibió las aguas bautismales, en casode necesidad, de manos de Fr. Calixto Orihuela, del Orden deErmitanos de San Agustin, Francisco de Sales Ramón Manuel, naci-do el 3 del mismo mes, hijo legítimo de José González de PradaIntendente de Tarma, y de Nicolasa Marrón de Lombera. Orihuelahabia nacido en Oropesa de Cochabamba y alcanzó el solio episco-pal del Cuzco. Apadrinó el acto bautismal el Dr. Jorge Benavente,cura y vicario de la doctrina de Jauja, futuro arzobispo de la sedelimense. Cf . Libro de Bautismos de la Parroquia del Sagrario. T.XVIII. fs. 333. Agradeccmos al Dr. Alberto Tauro del Pino la informa-ción sobre esta partida que ha sido verificada por nuestro discípulo,el Dr. Rafael Jaeger Requejo.El Dr. Sánchez en su ob. cit. Nuestras vidas son los ríos, pág. 14indica que el padre de D. Manuel González de Prada, o sea D.

Francisco González de Prada Marrón de Lombera, nació enArequipa en 1816. Empero, en Don Manuel, ofrece como fecha desu nacimiento el 3 de Enero de 1815, coincidiendo con la antedichapartida aunque no la menciona, ni se ha editado en su valiosa colec-ción de Documentos inéditos sobre la familia Gonzáles, Prada, en lacual sí figura como señalamos la partida de defunción de D.Francisco González de Prada Marrón de Lombera, fallecido en1863, natural de Lima, de 47 años de edad. (cf. ob. cit., pág. 9).Como no hemos ubicado ninguna referencia a ese viaje de D. Joséy su esposa a la ciudad sureña, al margen de toda dogmática con-clusión, aunque de ese documento podría deducirse que el repetidoD. Francisco nació en 1816, frente a la partida del Sagrario de Limano puede descartarsce un simple error de la persona que asentó laconstancia de defunción; o que se trate de otro ejemplo de casossimilares que hemos verificados en la biografía de D. Tose Gonzálezde Prada y que se repite en la de su nicto D. Manuel. Es si induda-ble que en Arequipa nació el hijo mayor de D. Francisco Gonzálezde Prada Marrón de Lombera, el cual, educado en Chuquisaca,había arribado a esa ciudad en compañia de su hermano político,Miguel María de Aguirre, casado con una de las hijas del IntendenteD. Jose y de Doña Nicolasa. En la misma Arequipa contrajo enlacecon Josefa María de Ulloa, hija de Isabel Rodriguez de la Rosa y delcapitán Domingo Alvarez de Ulloa, el cual emigró de Arequipa en unviaje sin retorno. El Dr. Bacacorzo ha publicado la partida de naci-miento de D. Francisco González de Prada y Ulloa, extendida en laantiaua paroquia del Sagrario de Arequipa, actualmente en elArchivo Arzobispal de esa ciudad (Libro de Bautizos, N° 92, fol. 73).Consta de ese documento que el 1-2-1840, se bautizó Francisco deSales González de Prada, y Ulloa. hijo legítimo del Dr. FranciscoGonzález de Prada, Juez de Primera Instancia de Arequipa, y dedoña María Josefa de Ulloa. Le dio las aguas del bautismo el Dr.Santiago O'Phelan y Recavarren, chantre de la Catedral y Obispoelecto de Ayacucho, y apadrinaron el acto José María Martínez eIsabel Rodríguez de la Rosa a nombre de Nicolasa Marrón deLombera de González de Prada. En Arequipa nació así mismo MaríaCristina Rita González de Prada y Ulloa. Los otros dos hijos del Dr.Francisco González de Prada, D. Manuel e Isabel, nacieron, comoes sabido, en Lima. Cf. Gustavo Bacacorzo, Los González Prada yArequipa, en "La Crónica'. Lima, 31-1-1986.

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zález de Prada. Fue esta etapa una de las máspatéticas de su accidentada existencia. Tantoél, como su suegro, fueron apresados y per-dieron todos sus bienes, inclusive su docu-mentación que trato de rehacer más tarde. Enoficio del 16 de ese mes, Rivero le advierteque por aclamación se le había dado elmando destituyendo a Lombera y que, siendo"el más sospechoso" le amenazaba inminen-te peligro y debía renunciar a la Intendenciapara evitar el furor de la tropa y del pueblo.Por su parte, Castelli, el hombre de la energíanerviosa, había dado un bando privando atodos los jefes del Virreinato de Rio de LaPlata, entre ellos a González de Prada, detodos sus cargos y bienes. El propio Gonzálezde Prada, en sus relaciones de méritos, relatasus esfuerzos para ayudar a las ciudades víc-timas de la insurrección y la triste odisea suyay de su familia. Refiere la fuga de su suegro ydos días después la propia, abandonando asus esposas, y él a sus menores hijos, a la dis-creción de los insurgentes para evitar ser fusi-lados, como les había acaecido a los jefesrealistas. Doña Nicolasa huyó disfrazada deindia, perseguida por el caudillo MelchorGuzmán "el quintón", de hacienda enhacienda, recibiendo la negativa de asilo delcapellán del colegio de Niñas Educandas yterminó escondida en un sótano, hasta queretorno su padre a Cochabamba con el victo-rioso general Goyeneche.

Al margen de las luchas del Alto Perú, cuyorelato es ajeno a esta temática, conviene pre-cisar que, segun le corrió la suerte aGonzález de Prada, no fue tan desdichadocomo Liniers, Allende, Nieto, Paula Sanz,Concha y demás realistas que perecieron enlas contiendas. Aunque ese era también sudestino, consiguió salir de Cochabamba "consólo su ordinario vestido", acompañado delSecretario de su Intendencia, Juan de DiosGallardo, su fiel servidor más tarde en laIntendencia de Tarma. Con su débil constitu-ción, sufriendo toda clase de privaciones yrecorriendo dilatados y fragosos caminos,consiguió llegar al Desaguadero, donde seorganizaba el ejército de Goyeneche, al cualse había agregado su suegro, Marrón deLombera. Allí permaneció cuatro meses, que

le sirvieron de fructífera experiencia bélica,hasta partir a Tarma. Como era característicoen la idiosincrasia de González de Prada,apenas producido el suceso de Cochabambale había escrito a Goyeneche y este, desde elCuzco, le expresó que comunicaría los acae-cimientos al Virrey Abascal y que reuniría unconsiderable ejercito en el Desaguadero. Asu vez, el Intendente de Potosí, el 25 deSeptiembre, le ofreció asilo; y el Virrey lime-no, en gesto muy propio de su peculiar sico-logía, el 25 de Octubre, lamentó los aconte-cimientos, pero cuidó de señalar el contrastede esos hechos con las gestiones del cabildocochabambino que llevaron al cargo aGonzález de Prada.

No nos corresponden tampoco los pormeno-res de la actuación de Marrón de Lombera enla lucha pacificadora del Perú al lado deGoyeneche y luego de Pezuela, pero sí enfa-tizar que estuvo presente en todos losencuentros de esa larga y dura lucha. Todoslos cronistas e historiadores de esas hazaño-sas jornadas, lo destacan por su pericia yvalor. Estuvo en Guaqui, Sipesipe, en el cercode La Paz, entró a Cochabamba conGoyeneche, luchó en Caracato, Inquisivi,Huachacachi, Suipacha, el Nazareno,Pocona, en la nueva toma de Cochabamba,en Vilcapuquio, Ayohuma. Abascal lo llama"benemérito Coronel" y lo cita repetidasveces en su Memoria Pezuela lo distingue ensu Memoria Militar y recuerda Vilcapuquio,donde salió mal herido, pero "se recuperó laAmérica del Sur", recibiendo su ascenso aBrigadie en el mismo campo de batalla.Torrente anota que siguió luchando y "ha-ciendo prodigios de valor". Actuó deGobernador en la ciudad de La Plata y enPotosí donde falleció a consecuencia de su

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conviene precisarque, según le

corrió la suerte aGonzález de

Prada, no fue tandesdichado comoLiniers, Allende,

Nieto, Paula Sanz,Concha y demás

realistas

13 José Toribio Medina, La Imprenta en Lima (1584-1824). Tomo IV.Santiago de Chile, MCMVII, pág. 180, N° 3179.Como ya indicamos, no matricularemos en esta panoplia de notas,Ia copiosa bibliografía existente sobre la revolución del Alto Perú. Alo largo de todo el nutrido repertorio sobre la materia, tanto en lasobras de procedencia realista como en las patriotas, se destaca laactuación de Gerónimo Marrón de Lombera. Sin intentos enumerati-vos, cabe citar (cf. texto) las Memorias de Abascal y de Pezuela, lasGacetas, Torrente, García Camba, René Moreno, Mendiburu, VicuñaMackenna, Germán Leguía y Martínez, etc., sin descartar la novelahistórica, representada por Nataniel Aguirre; y la documentación quese conserva en diversos repositorios americanos y europeos.

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herida. En Lima, el 31 de Julio de 1815, a las10 de la mañana, se le hicieron solemnesexequias en la Iglesia de San Agustín.Invitaban a ese acto fúnebre su hijo político,el Intendente de Tarma José González dePrada; y los "amigos del finado", el Dr. PedroMariano de Goyeneche, hermano de JoséManuel el vencedor de Guaqui, Oidor enaquel entonces de la Audiencia de Lima;Toribio de Acebal, español, vecino deHuánuco, Secretario de Cámara del Virreina-to; y Fulgencia Cevallos13. Duro trance debióser aquel para Doña Nicolasa, cuyo hijo.Francisco de Sales, había nacido el 3 deEnero de ese año14.

El 1° de Junio de 1811 tomó posesión de sucargo en la Villa de Tarma, ante el Ayunta-miento en Cabildo extraordinario. Había pro-movido un expediente ante el Superior Go-bierno, alegando que sus dolencias le impe-dian bajar a la capital a juramentar ante elReal Acuerdo de Justicia y el 14 de mayo sele otorgó la dispensa15.

Si bien este funcionario de actividad tanfecunda y conocedor como pocos de la realsituación virreinaticia, no dejo obras ni trata-dos como otros burócratas indianos, consig-na, como hemos expuesto, sus experienciasen copiosos y reiterados informes premonito-rios a las autoridades locales y metropolita-nas. Apenas instalado en Tarma, con la acu-cia y solicitud propias de su carácter, cum-plió con comunicar sus sagaces y agorerasobservaciones a manera de epílogo de sularga estada en el Alto Perú. Esos extensosdocumentos del 4 de Junio de 1811 al VirreyAbascal y del 27 de Julio del mismo año alSecretario de Gracia y Justicia, José Antoniode Larrumbide, duplicados y en vía reserva-da, revelan a González de Prada como unagudo observador "de los genios, las costum-bres y ocultas miras políticas de los naturales"y de la grave situación de las 4 Provincias delAlto Perú. Le había tocado presenciar lasconmociones de Charcas, La Paz, Potosí,Cochabamba; y ya desde esos tempranosaños de 1811 consideraba que los habitantes

del Virreinato de Buenos Aires se habían per-suadido de la necesidad de destruir todaautoridad y de romper los lazos con laMetrópoli. No desconocía tampoco la situa-ción del Virreinato peruano, en el cual, apesar de los triunfos de Goyeneche, se habíasublevado Zela, sugestionado por Castelli.

Aboga por medidas urgentes para evitar la"pérdida de estos dominios" que ya no pue-den ser "reducibles a un estado de sujeción"como el que habían tenido; y sostiene que,no empece el indulto otorgado por las Cortesel 8-3-1811, los promotores de la rebelióndebían ser remitidos a Europa para reducirlosa ciudadanos pacíficos, porque sus fines"desde sus principios eran los de la indepen-dencia". Después de haber estampado esetérmino, que se intentaba siempre soslayar,agrega que se trataba de "asegurar a laEspaña" esta parte, integrante de la Mo-narquía según el Decreto de las mismasCortes, y prevenir las "nuevas y consiguientesrevoluciones". Enfatiza sobre los débileslazos existentes entre los dominios america-nos y España: cortos los derivados del comer-cio y no mayores "los que proceden de lasangre, a excepción de los españoles europosy pocos patricios por enlace". Insiste en queno está muy distante el tiempo en el cual lapoblación de América sea mayor que la de suMetrópoli, con el consiguiente resultado porel "odio implacable a los europeos, no por loshonrados y nobles, sino por la numerosaclase intermedia" que alentaría la continui-dad de las insurrecciones.

Recomienda un cuidadoso examen de laadministración pública de Justicia, Guerra yReal Hacienda, muchos de cuyos miembroshabían sido complices de los insurgentes; y alcitar algunos fieles oficiales del Regimientode Cochabamba, agrega previsoramente, "sidespués de mi escape no han delinquido".No es menos dura su crítica al estado ecle-siástico, regular y secular, que anticipa lo quele ocurriría un año después en la rebelión deHuánuco que él hubo de sofocar. Hace parti-cular hincapié en la influencia de ese cleroen los pueblos indios y mestizos y le atribuyegran parte de los progresos de la serie deinsurrecciones, casi adivinando los precita-

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como hemos expuesto, susexperiencias

en copiosos y reiterados informes

premonitorios a las autoridades

locales y metropolitanas.

14 Cf. Nota 12 ut supra.15 Arc. Real Audiencia. Superior Gobierno 1811-1818, leg. 34, c.1110.

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dos sucesos huanuqueños. Similares son susenfoques acerca de los abogados, comoCastelli, Moreno, los Zudañez; y su actua-ción en los cabildos abiertos revolucionarios,sugiriendo que en Charcas no se siga admi-tiendo a indignos que desacreditan "esanoble facultad". En lo atañedero al ejército,sus planteamientos revelan que conocía losproblemas castrenses, quizá debido a lainfluencia de su suegro o a su permanencia allado de Goyeneche. Conceptúa necesarioextinguir los cuerpos de milicias de infante-ría, caballería, dragones y aun artillería, queen Buenos Aires y Cochabamba sostuvieronla revolución. Sugiere establecer plazas dearmas con fuertes guarniciones de tropaseuropeas y de provincias, sin contacto conBuenos Aires: y desistir del sistema de laspequeñas guarniciones en las capitales pro-vinciales. Con perfecto conocimiento delterritorio de Buenos Aires y el Alto Perú,como lo demostraría luego en su Intendenciatarmeña, señala los puntos adecuados paraesas plazas indicando sus ventajas geográfi-cas y estratégicas, particularmente en Jujuy yOruro, este última la más central de las 4Provincias "en un plano amparado de cerros"y provisto de bastimentos.

Interesante es su planteamiento sobre el cam-bio de la Real Audiencia de Chuquisaca, encondigna sanción a su insurgencia, trasladán-dola a Oruro, lo que beneficiaría el auge desus minerales de plata. Insurge aquí, como enotras ocasiones, el interés de González dePrada por el problema minero, quizá debidoa que su suegro había sido dueño de ingeniosminerales.

En estos expresivos informes, dedica Gon-zález de Prada los mayores elogios a Goye-neche. Lo considera dotado de todas las vir-tudes militares y lo califica de ejemplar yextraordinario americano. Relata la formacomo organizó un ejercito de 8000 hombres,sacados de todos los oficios; y rechazandolos más halagueños ofrecimientos de losinsurgentes. A su parecer, había sido instru-mento de la Providencia para conservar aEspaña esa parte de sus dominios.

Al finalizar estas abiertas requisitorias,advierte con su moderación acostumbrada,

que ha considerado su deber informar acercadel verdadero estado de esas Provincias,señalando prevenciones para "impedir futu-ros iguales y vaivenes políticos que causen laruina del Estado". El Ministro Ignacio de laPezuela, el 5 de Abril de 1812, ya acaecida larebelión de Huánuco, le expresa a Gonzálezde Prada que había dado cuenta a laRegencia del Reino de sus informes, recono-ce su celo patriótico y conocimientos prácti-cos y le anticipa que no se olvidarán sus ser-vicios "en tiempo oportuno". Ese reconoci-miento no le llegó nunca al benemérito fun-cionario, ni siquiera en forma póstuma.

En la Junta General de Tribunales, reunida endiciembre de 1811 para tratar de los mediosde cubrir el déficit del erario público, motiva-do en especial por la supresión del tributoindigena, González de Prada propuso laimposición de alcabala a la coca, el grava-men de 4 y 2 ps., respectivamente, por cadamula y cabeza de ganado vacuno; y otra seriede arbitrios sobre el algodón, aguardiente yyerba del Paraguay.

Al asumir la Intendencia de Tarma, se mani-festó, una vez más, el ejemplar desprendi-miento de González de Prada. Recibió en esaocasión 2 llaves de oro, con 53 castellanos, 6tomines, 2 granos, remitiéndolas al Virreypara su envío al Supremo Gobierno metropo-litano. Tan sólo con fecha 12 de Mayo de1812, Abascal da cuenta al Ministro deHacienda de su remisión en el navío NuestraSeñora de la Covadonga, sin que el dadorrecibiera reconocimiento oficial.

Como ya hemos apuntado, por singular coin-cidencia, apenas asentado González dePrada en su Intendencia tarmeña le tocóafrontar el movimiento revolucionario hua-nuqueño de 1812, de magnitud y repercusio-nes superiores a todos los habidos anterior-mente, con excepción del encabezado por elseñero caudillo Túpac Amaru. En este puntode nuestro escorzo biográfico, no nos aboca-remos a los pormenores de esa insurgencia,de carácter prevalentemente indígena y depotente contenido ideológico, porque hemospublicado la documentación exhaustiva alrespecto con su análisis crítico, al hilo de loscuales destacamos todas y cada una de las

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Recibió en esa ocasión 2 llaves de oro, con 53

castellanos, 6 tomines, 2 granos,

remitiéndolas alVirrey para su

envío al SupremoGobierno

metropolitano

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actuaciones de González de Prada. Nos limi-taremos por ello a los testimonios reveladoresde los rasgos más saltantes de su personali-dad tan cargada de insólitas resonancias.

La accidentada experiencia de González dePrada en el Alto Perú, su rápida toma de con-ciencia de la gravedad de los sucesos, asícomo su inmediata acción bélica y la caren-cia por parte de los rebeldes de un jefe deci-dido y capaz, impidieron que Huánuco fueratal vez, en 1812, centro de un foco separatis-ta en el Perú. Aleccionado por sus duros lan-ces anteriores, no se dejó añazcar por las fal-sías de los insurgentes que le aseguraban quehabían jurado a Fernando VII; y calificó suscomunicaciones de "capciosos oficios". Losoficios cambiados entre Abascal y Gonzálezde Prada, del 26 de Febrero al 28 de Marzode 1812, indican la corta duración de lainsurgencia a pesar de su fuerte carga de cau-sales y tensiones. El 2-3-1812, el Virrey apro-bó las decisiones del Intendente y dejó todoa su discreción; y el día 5 del mismo mes leencargó el examen personal de los rebeldes,advirtiendole que la insurgencia había tenidocómplices en Lima y que le mandaría arma-mentos aunque muy limitados por su poque-dad en los almacenes reales.

Los partes de la batalla del puente de Amboson reveladores de la estrategia bélica deGonzález de Prada, tanto el del campamentode Quicacau, el 18-3-1812, como el de laentrada a Huánuco, el 20-3-1812. Ambosson escuetos documentos oficiales, sin resta-nar emociones personales, pero cuidando dereconocer a sus colaboradores, entre ellosJuan Vivas y Pablo Travitazo, futuros jefes gue-rrilleros de la Emancipación peruana. En laacción participaron 3 compañias del batallónde Tarma, al mando del Coronel Lorenzo

Antonio Cardenas, 2 del de Fronteras y 100voluntarios de Pasco. La Gaceta de Lima, diócuenta de los sucesos y reprodujo el parte delIntendente del 22-4-1812, en el cual le diceal Virrey que "enemigo por carácter y siempretemeroso de pasar la raya de la moderación",se había limitado a decir que los insurgenteshabían sido 1500, pero que después habíasabido que fueron más de 4000 y, a tenor delas confesiones de los reos, pasaron de800016.

El 28-3-1812, González de Prada le comuni-có a su antiguo amigo el Arzobispo Las Heraslos acaecimientos de Huánuco y éste, el 7-5-1812, le encareció su eficacia al restablecerel orden en su Intendencia en tan corto tiem-po, como "solo pueden hacerlo los que Diosha destinado para sostener la Patria en estostiempos calamitosos"; y agrega que bien qui-siera ser el que distribuyera los premios aacciones como la suya. Empero Abascal ensus informes oficiales es bastante lacónico enrelación con la persona del Intendente. Amayor abundamiento, el 11-4-1812, envía aGonzález de Prada 600 escudos para los ofi-ciales y soldados dignos del distintivo y selimita en una P.D. a decirle que escoja para él"el más bonito".

Entre los colaboradores más cercanos deGonzález de Prada en esos tiempos de suIntendencia tarmeña, figura Juan de DiosGallardo, al cual ya mencionamos, Oficial 2°de las Cajas de Oruro, que emigró con él aTarma y vivía en las casas de su morada, ayu-dándolo en toda la campaña y en la secuelade los procesos. Cercano a su persona fuetambién Ignacio Valdivieso y Gómez, cuyabiografía hemos esbozado al tratar de los san-marquinos ilustres17. Derivado a la burocra-cia, desempeñó el oficio de Asesor letradointerino de la Intendencia tarmeña y lecorrespondió tramitar la pesquisa secretapara contener la creciente ola revolucionaria.Pablo Travitazo, de agitada y casi desconoci-da existencia, fue también graduado en laUniversidad sanmarquina. Leal a Gonzálezde Prada, fue su asesor sustituto en el RealAsiento de Yauricocha, auditor de guerra enla expedición de Ambo y asesor letrado de lavisita de 1812 a la cual hemos de referirnos.

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Aleccionado porsus duros lances anteriores, no sedejó añazcar porlas falsías de losinsurgentes que le aseguraban

que habían jurado a

Fernando VII

16 Gaceta del Gobiemo de Lima. Sábado 21 de Marzo de 1812. N°23 [Pág. 184];Id. Viernes 3 de Abril de 1812, N° 26 [pág. 143]; Id. Miércoles 15 deAbrilde 1812, N° 29 [pág. 167]; Id. Miércoles 13 de Mayo de 1812. N° 37[pág. 235].17 Ella Dunbar Temple, La Universidad de San Marcos en el proce-so de la Emancipación Peruana. Prólogo a "La Universidad". TomoXIX (Vols. 1-3) de la "Colección Documental de la Independencia delPerú". Separata publicada por la Universidad Nacional Mayor deSan Marcos en homenaje al Sesquicentenario de la Independenciadel Perú. 1974, pág. LXXIX.

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Más tarde, se incorporó al movimiento gue-rrillero y su nombre resonó por las encanadasy punas andinas como Jefe de guerrillas deHuánuco y Huamalíes18. Casos similares,entre otros, fueron los de Juan Vivas, esforza-do guerrillero de la Emancipación. AnacletoBenavides y Manuel de la Canal. A todasluces su vinculación tan cercana con esoshombres de lucha esforzada en las campañasde la Independencia, Ie sirvieron para salir deTarma a la llegada de Arenales.

Igual es el caso de su relación con José Larreay Loredo, que alcanzó tan altas situacionesen los primeros tiempos de la República.Vinculado estrechamente con González dePrada en el ejercicio de su cargo de Subde-legado del Partido de Tarma y Comandantede las Milicias de su Provincia, fue autor devarios trabajos sobre minería como su"Descripción del Cerro de Yauricocha". Nohay que olvidar que le prestó toda su colabo-ración al General Arenales y se le consideró"adepto a la causa" 19. No menor debió ser laayuda que le ofrendó en esos nuevos tiemposFrancisco de Paula Otero, al cual ya nos refe-rimos al tratar de la etapa salteña deGonzález de Prada. Con él mantuvo vincula-ciones casi familiares, acrecentadas por laamistad de sus respectivas cónyuges y losintereses mineros de Paula Otero 20.

A lo largo de los voluminosos procesos de larebelión, con su visión integral, dinamica,social, económica y cotidiana, de los centrosurbanos rurales de la región, destaca la figu-ra de González de Prada, meticuloso,veraz,cuidadoso siempre de señalar las verdaderascausales de los sucesos y sus auténticos acto-res. Así, su informe del 27 de Mayo de 1812es abiertamente acusatorio contra los frailes,principales instigadores de la rebelión entreellos el escurridizo prófugo quiteño Fr.Mariano Azpiazu, Fr. Marcos Durán Martel"el capitán de los alzados indios y mestizos",Fr. Ignacio Villavicencio, Fr. Francisco Ledes-ma y el misterioso Fr. Cayetano Morales oGonzález. A ellos les atribuye la constituciónde la Junta "Gubernativa Provisoria", la cual,como todas las de su especie, era simplecubierta del "verdadero proyecto de laIndependencia".

Con su consumada prudencia y tino, habíacaptado los antecedentes, conexiones y finesdel movimiento subversivo. Entre las motiva-ciones ideológicas, inmediatas y las alienige-nas, no sólo se refiere a los Diarios de lasCortes, con los discursos de los Diputadosamericanos, sino al periódico limeño ElPeruano de 1811, de abierto tono subversivo;y a las hojas volantes que circulaban los reli-giosos huanuqueños en contacto con los cen-tros universitarios, principalmente deCórdoba del Tucumán, Chuquisaca, Quito ySan Antonio Abad del Cuzco. Señala la indis-cutible influencia de Castelli, del cual yahabía sido víctima en Cochabamba, relacio-nado con patriotas de Lima, como LópezAldana; y cuvas proclamas, entre ellas la deJunio de 1811, habían circulado en Huá-nuco. En los autos de los procesos, se verifi-ca la persistencia del mito del Incario, cuyatipicidad radica, empero, en el hecho de quecoincide con esa etapa en la cual el temanativo se había difundido por toda América yen tal forma que retorna a su fuente de origena través de vías alienígenas. En los expedien-tes de la rebelión actuados por González dePrada, se identifica a menudo la figuraemblemática del Inca con la de Castelli oCastell Inca. Se comprueba también el plande degollar al Intendente y a los chapetonesy que no quedasen en la tierra sino indios ymestizos.

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destaca la figura de González de Prada,

meticuloso,veraz, cuidadoso

siempre de señalar las verdaderas

causales de lossucesos y sus

auténticos actores

17 Ella Dunbar Temple, La Universidad de San Marcos en el proce-so de la Emancipación Peruana. Prólogo a "La Universidad". TomoXIX (Vols. 1-3) de la "Colección Documental de la Independencia delPerú". Separata publicada por la Universidad Nacional Mayor deSan Marcos en homenaje al Sesquicentenario de la Independenciadel Perú. 1974, pág. LXXIX.18 Ella Dunbar Temple. La Universidad, ob, cit., pág. LXXVII-LXXVIII.19 Ella Dunbar Temple, La Universidad, ob cit., pág. CXXI-CXXIII.Verdadero Peruano. Tomo. I Lima: Imprenta de los Huérfanos. 1813.Por Bernardino Ruiz N° 16, Jueves 7 de Enero de 1813, págs. 145-159; N° 25, Jueves 11 de Marzo de 1813, págs. 237-244; N' 26,Jueves 18 de Marzo de 1813, págs. 24s-2s2. Id. Tom. 11. N° 12,Jueves 22 de Julio de 1813.20 Hemos publicado el más amplio corpus documental de carácterinédito sobre Paula Otero, proveniente de los más variados reposi-torios nacionales y extranjeros. Cf. Ella Dunbar Temple, La acciónpatriótica del pueblo en la Emancipación. Guerrillas y montoneras.Vols. 1-6. "Colección Documental de la Independencia del Perú". T .V . Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia delPerú. Lima, 1971-1975. No nos corresponde adujar aquí la compe-tente bibliografía existente sobre ese prócer argentino-peruano, delcual sólo nos competía destacar su relación con D. José Gonzálezde Prada.

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En esos procesos se pueden seguir las procla-mas del Intendente, sus tratos preliminarescon el cabildo de Huánuco y sus parlamen-tos con las comunidades indígenas, así comotodas las hesitaciones de los cabildantes susjuegos políticos y sus actitudes de aparenteconciliación y de encubierto desafío frente aGonzález de Prada; al igual que las veladasadvertencias de los miembros del clero con-tra los "chapetones". Se perfila el movimientoinsurgente como "propiamente de indios",movidos por Durán Martel. siempre en pla-nos de penumbras, los saqueos de la ciudadpor la plebe y la indiada "como un río des-bordado"; y el típico "requerimiento" de Gon-zález de Prada antes de la acción de Ambo.

Del análisis integral de todas esas causas sededucen las razones de los pareceres coinci-dentes de González de Prada y del FiscalMiguel de Eyzaguirre, en lo tocante a lasmotivaciones de tipo socio-económico de losinsurgentes indígenas. Ambos adveran lasexpoliaciones sufridas por los indios, Iosrepartos y negocios de mulas, las mitas enespecie, las presuntas amenazas de extinciónde los tabacales y los intolerables abusos delos subdelegados, similares a los antiguoscorregidores. A estas causales se sumaban lasde los criollos, sus alegadas segregaciones yconnotaciones clasistas que se extendían alclero secular y regular. Por lo que tocaba aCrespo y Castillo, jefe de la rebelión, en puri-dad fueron las circunstancias las que decidie-ron su destino, a la inversa de José Rodríguez,verdadera figura caudillesca; y de NorbertoAro o Tupaamaro, el bárbaro capitán de losHuamalíes y adalid de la indiada, los tres úni-cos reos de la pena capital.

González de Prada, que insiste en su aspira-ción unica de ser justo e imparcial, en todossus oficios endereza sus acusaciones contralos instigadores religiosos que difundían lospasquines y versos sediciosos en lengua ver-nacular. Sus informes en los procesos de in-demnización son justos y equitativos y de-muestran su perfecto conocimiento de lasituación de los indios. Señala la dificultad deindividualizar a los culpables, incluyendo alos forasteros y los problemas derivados de lacobranza que heredarían viudas e hijos ino-

centes; los excesos que cometían los encar-gados de la misma; y, sobre todo, que recae-ría en especies indispensables para la subsis-tencia de las familias indigentes. Enfatiza quelos indios no entenderían un indulto que noeximía de la restitución y que debía obrarsecon prudencia, no impedir a los indios sucomercio y agricultura, no tocar sus tierrasque sólo tenían en usufructo, ni sus semillasindispensables para su siembra y alimenta-ción, ni las mulas en su mayor parte adeuda-das, así como tampoco sus ajuares, burdosvestidos y los bueyes que les servían para elcultivo de sus chácaras.

Además de ese patético cuadro de la situa-ción de los indios, no poco justificativo de surebelión, González de Prada alega no serjuez sino informante, presenta reparos funda-mentales a las razones de los perjuicios ale-gados por los agraviados, rechaza los deriva-dos del lucro cesante y otros "no tan privile-giados"; y acredita, en cambio, los desmanessufridos por la Real Hacienda que se hallabaal descubierto en todos sus ramos. Fiel a susprincipios de estricta imparcialidad, adviertea los alcaldes indios que los despojos quehabían sufrido no los autorizaba a tomarsejusticia por sí mismo, pero que atendería susreclamos.

Propuso finalmente, el prorrateo de lasindemnizaciones entre los pueblos y hacien-das en proporción al número de habitantesque participaron en la rebelión, a base derazones individuales, debidamente acredita-das; y que la recaudación se practicara enarmadas semestrales de 2 ps. por persona, osea la contribución ya ofrecida por algunospueblos de 4 ps. al año, pero sin subrogar alas viudas e hijos del causante fallecido. Esteinforme motivó reclamos y protestas de losvecinos que habían abandonado la ciudad enlos críticos momentos de la invasión. Emperoconstituye fuente importante no sólo paraesclarecer Ias raíces de la insurrección, sinola historia económica de la región en esosmomentos porque figuran en él cuadros devalorización de los ganados y diversas espe-cies, peritajes y avalúos sobre haciendas, tra-piches y obrajes, así como también de los

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insiste en su aspiración unica de ser justo eimparcial, en

todos sus oficios enderezasus acusaciones

contra los instigadores

religiosos que difundían los pasquines y

versos sediciososen lengua vernacular.

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efectos comerciales con sus respectivos pre-cios.

El Informe del Fiscal del Crimen, el recto,íntegro y respetado Dr. Miguel de Eyzaguirre,guarda analogía con los alegatos delIntendente, en lo tocante a los indios. Cabeobservar que el 10 de Julio de 1812,Eyzaguirre se había dirigido a S.M. dándoleaviso del levantamiento y comunicandoleque el Virrey, en abierta transgresión legalhabía remitido las causas a la Audiencia enlugar de la Sala del Crimen. En su requisitoriaataca a los subdelegados que prohibían laexportación de productos de la agricultura yganadería y que los indios tenían que vendersus productos a las autoridades a preciosarbitrarios. En concordancia con Gonzálezde Prada, defiende a los indios del comúncondenados al resarcimiento y se refiere a lasexpoliaciones que sufrían. Empero, apela dela pena capital impuesta a Norberto Aro, entanto que el Intendente consideraba justa lasentencia contra los 3 cabecillas, Ia cual secumplió en Huánuco el 14 de Setiembre 21.

El Dr. Angel de Jado, cura español de la doc-trina de Huariaca, en su Relación alArzobispo Las Heras, verdadera crónica de larebelión, imputa también al clero criollo ymestizo su decisiva acción en el movimientosubversivo y coincide con González de Pradaen la influencia de los focos rebeldes deAmérica y el odio del pueblo a los europeos.Empero, considera que el Intendente es muyproclive a los indios, les tiene inmoderadocariño y su corazón "es muy blando". Atacala lenidad de las sentencias que, como en elAlto Perú sería causa de nuevos desórdenespero reconoce la acuciosidad de Gonzálezde Prada y su eficacia para contener la trami-tación de las causas, cuyas testimoniales

había tomado personalmente. Con justeza,expresa que en Lima no se había captado entoda su importancia la batalla de Ambo, por-que sin González de Prada se habría perdidotoda la Intendencia y quiza el Reino por lasprobadas vinculaciones de ese movimientocon la Capital. Pide que se le den toda clasede facultades, porque no hay un magistrado"de mejores calidades" y es un "hombre santoy singular que no se recomienda a sí mismo".

En prevención de futuras insurgencias;González de Prada convocó un cabildopúblico el 8 de Junio de 1812. El CuerpoEclesiástico, encabezado por Ramón More-no, cura y vicario de la Ciudad, presentó unplan pidiendo un Comandante Militar ycomo Ayudante Mayor al Capitán Coman-dante de Artillería, D. Bernardo Montuel con100 o 50 hombres de guarnición. Apoyaba,además Ia "contribución defensiva" y quepermaneciera González de Prada por untiempo en Huánuco, elogiando su valor eintegridad.

Esclarecedor es el Informe de González dePrada, del 24 de Setiembre de 1812, aIgnacio de la Pezuela, sobre la situación delVirreinato, muy similar al que presentó sobreel Alto Perú. Se refiere al pesimo estado de laadministración judicial en Tarma, la ignoran-cia de los jueces y, sobre todo, ataca elcomercio ilegal, los sobornos y abusos de lossubdelegados en especial el tocante al repar-to de mercaderías; y la consiguiente situaciónde las comunidades, sin propios, indigentes yociosas. Estos testimonios bien podrían figu-rar al lado de muchos de los alegatos de losjuristas indianos desde el siglo XVII, obliga-dos a contrastar realidades nuevas, a enfo-ques similares de los mismos problemas y auna identidad de conciencia social nacida,como es lógico, de la vida y de la experien-cia cotidiana y personal. Como resultado desu vivencia y afianzamiento en la tierra ame-ricana, al margen de su origen racial,González de Prada refleja un nuevo matizdel criollismo, de raíz espiritual y derivado deconnotaciones socio-económicas. Es deobservar que Abascal, que siguió con grancuidado los sucesos de la rebelión deHuánuco, como lo demuestra la documenta-

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Apenas sofocada la rebelión y

cuando aún resonaban sus

ecos, inicióGonzález de

Prada, el 14 deOctubre de 1812,

la visita de los pueblos de indios de suIntendencia

21 El Fiscal Miguel de Eyzaguirre, oriundo de Chile, era conocido porsus simpatías a la causa de la libertad americana. Había sido autorde varios pareceres sobre la abolición del tributo indigena y la igual-dad de comercio, y se le vinculaba al "subversivo" periódico "ElPeruano". En el proceso a Zela y en el seguido a Manuel de Rivero,por insurgentes, puso reparos y tachas. Por sus antecedente, en1816, se trato de remitirlo a la Península, y el 4 de Julio de 1818, elVirrey lo acuso abiertamente de conspirador. En la Junta de Guerrade 1813, convocada por Abascal, figura el nombre de Eyzaguirreentre los sospechosos de insurgentes. Eran los días en los cuales setramitaban los procesos de la rebelión huanuqueña, a cargo deGonzález de Prada, y se acrecentaron las suspicacias contra él.

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ción existente al respecto, no la destaca en suMemoria no menciona a González dePrada22.

Apenas sofocada la rebelión y cuando aúnresonaban sus ecos, inició González dePrada, el 14 de Octubre de 1812, la visita delos pueblos de indios de su Intendencia. Losactuados existentes conciernen a los pueblosde Santa Maria del Valle, Churubamba,Cascay, Malconga, Guera y su, contiguos deTambogán, Llacón, Pomachuco, Cani, Pacha-bamba y Acomayo, este último del Partido dePanataguas. Los pueblos aún bajo los efectosde la represión, presentan sus rutinariosreclamos de aguas, falta de tierras y carenciade bienes de comunidad, que les impide cul-tivar las brazadas de ley para el sostenimien-to de escuelas. Tal como lo había ya verifica-do González de Prada, protestan contra loshacendados y subdelegados, especialmentelos de Huamalíes 23.

Le correspondió también a González dePrada la jura de la nueva Constitución de lamonarquía española. El acto se cumpliódesde el 22-12-1812 y proseguía el 20-3-1813. En Sihuas, el indio Alaya intentó amo-tinar al pueblo para que no jurasen esas leyesinjustas". En Jesús, hubo oposición al curaelector de la doctrina, Manuel de Herrera; aligual que diversas alegaciones en otros cabil-dos. Consta que llegó a insinuarse que elIntendente simpatizaba con los presuntosamotinadores, posiblemente debido a susjustas y bien conocidas apreciaciones sobreel problema indio 24.

Empero, no dejó nunca González de Pradade cumplir sus funciones en defensa de lacausa realista. Cuando acaeció la revolucióncuzqueña de 1814, se había pedido gente aTarma por el propio Virrey; y hubo oficio delIntendente, del 12-10-1814 para prevenir

que la nueva ola insurgente pasase a su juris-dicción.

Corridos ya los días de 1814 y mediados losde 1815, olvidado en su Intendencia serrana,aunque siempre avisado y exigente cumpli-dor de sus funciones, sentía abatirse sobre éllas horas sombrías de su sólito y melancólicodestino. De esa etapa, 28-1-1814, es su pedi-mento al Arzobispo Las Heras (Cf. nota 7 utsupra), uno de sus escasos testimonios deevasión personal. El rígido funcionario revelaen esa corta misiva, desaliento frente a susinfortunios y, sobre todo, las "angustias quecercan a un Padre cuando se ve rodeado demuchos tiernos hijos, a quienes, con el, hanhecho desgraciados los extraordinarios eimprevistos acaecimientos". Se refiere a sumujer y 6 hijos, que se acrecentalían a 7 elaño siguiente; y al contraste de su antiguoestado, "floreciente de fortuna", con su actualy nugatoria situación económica. Con cir-cunspecta emoción solicita al Arzobispo unbeneficio o sacristía para su vástago de 6años, si le fuera posible "sin agravio de la jus-ticia".

El 30 de mayo de ese año de 1814, presentósu mentada información de servicios: y ya en1815, solicitaba su cambio a una de lasIntendencias del Cuzco, Montevideo, BuenosAires, Charcas o Chile, sin rebaja de su dota-ción. Alegaba lo nocivo del clima para sudeteriorada salud, pero el 13-12-1815, porSuperior Oficio, se le contestó que no existíaninguna vacante. Desde el 26-7-1816, insis-tió en solicitar probanzas de documentosperdidos que acreditarían sus servicios, enespecial los testimonios de los Oidores deLima, Francisco Tomás de Anzoátegui yGenaro de Bellota, que habían ejercido simi-lares cargos en Buenos Aires. Ambos funcio-narios certificaron, el 3-9-1816, el "méritosobresaliente" de González de Prada y agre-garon que en los archivos bonaerenses debí-an existir documentos de "su probada fideli-dad".

Confinado así en Tarma en plena etapa de lasluchas en el Alto Perú y sin mayores alicien-tes, volcó sus intereses en el desarrollo de laminería. Desde 1816, existe correspondenciaentre el Intendente y Abascal sobre el mine-

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no dejó nuncaGonzález de

Prada de cumplir sus funciones en defensa de lacausa realista.

22 José Fernando de Abascal y Sousa, Memoria de Gobierno.Sevilla 1944. T. 1, pág. 488; T. II, pág. 379-380. Id. AGi. Lima, 1014-A.23 Expediente de la visita de los Pueblos de Indios de la jurisdiccióndel Partido de Huánuco, practicada por el Gobernador Intendente deTarma, Don José González de Prada, 14 de Octubre-28 de Octubrede 1812. Museo Prado. s. cat. 14 fs. Cts. s.n. Cf. Ella DunbarTemple, La revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de1812, ob cit. T. IV, Doc. XLIV, pág. 387-402.24 Biblioteca Nacional del Perú. Manuscritos, D9759-9871, D9445.Id. AGI, Lima, 799.

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ral de Santa Rosa y el primer ingenio devapor. El Virrey lo felicita por esos proyectosy agrega que ya él había prestado apoyo a laimplantación de esas bombas inglesas, paralevantar con ese "portentoso invento" el deca-ído mineral. La Gaceta de Lima prestó graninterés a esos planes y el Virrey Pezuela con-tinuó alentandolos25. Se trataba de unaempresa del elusivo platero italiano, JoséBoqui, de no pocas torticeras actividades.Venido a Lima con el argentino José Miralla,estuvo complicado en la conspiración limeñade los bonaerenses, pero en Mayo de 1814reaparece con la famosa custodia de plata ysu proyecto de las máquinas para desaguarminas. A la entrada de San Martín a Lima, severificó que había sido su comisionadosecreto y en un principio recihió grandes dis-tinciones.

El proyecto de este arbitrista fue ampliamen-te acogido por González de Prada, convenci-do de los "admirables efectos de la máquinade vapor para el mineral de Pasco", uno delos 4 del asiento real de minas de Yauricocha.Remitió íntegro el expediente para su publi-cación en la Gaceta; y el subdelegado delPartido, Larrea y Loredo, amigo de Boqui, loautorizó. Se formó una compañía de empre-sarios, en la cual debieron tener participa-ción Paula Otero, Francisco Cayro v JuanVivas, futuros guerrilleros patriotas, dedica-dos en aquel entonces a las tareas mineras.

Por los años de 1817 continuaba en su Inten-dencia cumplimentando los menesteres pro-pios de su cargo. Le tocó asi ejecutar eldecreto dictado con el voto consultivo delReal Acuerdo de Justicia, del 25 de Abril,sobre el precio del trigo chileno. Por esa deci-sión, se autorizó a los hacendados de lasIntendencias de Tarma y Trujillo para quevendieran ese producto a precio libre 26.

No poco debió afectarle al pundonoroso fun-cionario la rebatiña de distinciones otorgadaspor S.M., en los años 1817-18, a muchos

peninsulares con actuación en América, querecibieron "por su patriotismo" la placa y cruzde la Real y Militar Orden de San Hermene-gildo o la Real Orden Americana de Isabel laCatólica. En puridad, ningún condigno estí-mulo había recibido el olvidado Intendentetarmeño en el curso de sus servicios, jalona-dos por el triunfo de Ambo.

Precisamente en 1818, gobernando Pezuela,a cuyo lado había peleado su suegroLombera, González de Prada presentó unanueva solicitud con la enumeración de suscargos y actuaciones a lo largo de 35 añostranscurridos en América. Pretendía las pla-zas vacantes de Superintendente de la RealCasa de la Moneda de Lima o de Chile, conla dotación de 6000 pesos, por no poder sos-tener con menos a su dilatada familia; y,advirtiendo, en gesto digno de señalamiento,que permanecería en su cargo actual hasta lapacificación del Reino. El 23 de Junio de1818, Pezuela se limitó a dirigirse alSecretario de Estado y Despacho de Ha-cienda, dándole cuenta que, después dehaber tramitado los pedidos de los pretenso-res a esos cargos vacantes, había presentadoGonzález de Prada similar solcitud. En reali-dad, Pezuela, sin calificación alguna a sufavor, se limitó a insertar como "anejo" elpedido de González de Prada, fechado enHuancavelica el 15 de Junio de 1818 27.

En Agosto de 1820, siempre en su Inten-dencia tarmeña, se preocupó por prevenir laentrada de las tropas patriotas a la sierra, perolos acontecimientos se precipitaron con fuer-za incontenible. Dos interesantes documen-tos inéditos que dimos a conocer, ofreceninformación sobre esa actividad de Gonzálezde Prada. El 30 de Agosto de 1820, en res-puesta a la Instrucción Reservada del VirreyPezuela, presenta, desde Nazca, un meditadoplan estratégico, comunicado asimismo alComandante Militar de la Costa Intermediadel Norte, pedir la invasión de los "insurgen-tes" al interior de la sierra, en caso de su des-embarco en la costa de Santa. Informa, entreotros puntos, que la "saca de 200 hombres dePamparomas" a la Capital, había inquietadola fidelidad de la gente". En oficio, fechadoen Marca el 9 de Setiembre del mismo año,

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se preocupó porprevenir la

entrada de las tropas patriotas

a la sierra, pero los

acontecimientos se precipitaron

con fuerza incontenible

25 Gaceta del Gobierno de Lima. Año 1816. Nos. 43, 29-5-1816: 59,27-7-1816; 60, 317-1816; 61, 3-8-1816; 101, 31-12-1816; 62. 7-8-1816; 63, 10-8-1816; 64, 14-8-1816; 79, 5-10-1816. Año 1817: N°11, 12-2-1817; 16, 6-3-1816; 43, 21-6-1816. Año 1818: N° 74, 20-11-1818.26 Gaceta del Gobierno de Lima. N° 31, 8 de Mayo de 1817. 27 AGI, Audiencia de Lima, 759

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se dirige nuevamente al Virrey, informándoledel nombramiento del Coronel Bernabé Salasen reemplazo del Subdelegado de Conchu-cos para la parte alta del Partido. Aún el 20 deOctubre, le comunica a Pezuela que nohabiendo podido establecerse piquetes detropa veterana en los cuatro puntos de entra-da a la costa, a saber Yaután, Cusma yHuamba en las vertientes de Huaylas, procu-ró colocar vigías: y en el primero de esospuntos un piquete para que espiase el puertode Casma y, en caso necesario, promoviese elretiro de ganados y víveres y "se hiciese firmeen el desfiladero de Pariacoto" 28.

No empece esas disposiciones que indicabansu ánimo de resistencia, a la llegada deArenales abandonó Tarma y partió para Lima.Si bien no podemos enfatizar en punto a lasrazones de esa actitud, los antecedentes desu vida nos permiten rechazar el móvil deltemor a la lucha. Difícil es juzgar por solo lasapariencias externas un acto singular en unaexistencia, porque hay miles de hilos quetejen la madeja de las grandes determinacio-nes y que no suelen aflorar. Muchas y con-trastantes motivaciones han debido confluiren su espíritu en esos sombríos momentos deuna decisión que podia presagiar su final.Visto en sobrehaz el panorama de su lastimo-sa existencia, cabe afijarse en sus incesantespenalidades, decaída salud, el fracaso de susexpectativas y la indigencia que afrontaria sularga familia. Por otra parte, es preciso tenerpresente sus relaciones con Paula Otero,Larrea y Loredo, futuros jefes patriotas; y conJose Vivas y Pablo Travitazo, que militaron enlas filas guerrilleras, al igual que otrosmuchos de sus antiguos co]aboradores o ami-gos. Todos ellos; que mantenian vinculossecretos con los insurgentes, debieron con-

vencerlo de la inutilidad de toda resistencia.No puede tampoco descartarse la influenciade Las Heras, de Pedro Mariano deGoyeneche y de Jorge Benavente, tan allega-do a este ultimo y que habia apadrinado a suhijo. Con ellos tenia seguro apoyo en la Limaaun realista; y, aunque este sucedido no estaen las fuentes, debieron también ayudarlo ensu permanencia en la capitat limense duran-te los dias iniciales de la Independencia.

Arenales ingreso a Tarma el 23 de Noviembrede 1820 y el 28 proclamo a Francisco dePaula Otero Gobernador Intendente de laProvincia con el encargo de concentrar allíun fuerte ejército 29. González de Prada, avi-sado por el propio Otero, debió salir deTarma muy pocos días antes de la entrada deljefe patriota. Una carta reservada de ToribioLuzuriaga a San Martín, de fecha muy poste-rior, 14 de Setiembre de 1821, nos ofrece unrevelador indicio. Luzuriaga plantea alLibertador sus sospechas sobre la diputacióndel Cerro y sus relaciones con Carratalá,mencionando a un dependiente del Di-putado Quiroz, "hijo del español JuanManuel Quiroz, migrado del Cerro con elIntendente Prada, hombre acaudalado y quereside con toda su familia en Lima" 30. Esteinsólito testimonio perrnitiría suponer queGonzález de Prada dejó Tarma con Quiroz yse asiló en Lima en las casas de su morada. ElDiputado Quiroz, hijo de Juan Manuel. fuenombrado por Arenales, en Diciembre de1820, Gobernador del Cerro y por los añosde 1822 viajó a Inglaterra por gestiones denegocios mineros.

Por otra parte, la mujer de González dePrada, que había demostrado empuje yvalentía desde sus tremantes días cochabam-binos, era muy apreciada en Tarma, inclusiveentre los patriotas. Una carta de Arenales aSan Martín, del 29 de Julio de 1821, es muyreveladora del ambiente que rodeabo a doñaNicolasa Marrón de Lombera. Arenales lecomunica al Libertador que había recibidolas alhajas que fueron de la mujer del ex-Intendente de Tarma y recomienda su devolu-ción, "por su notoría pobreza y por habersido adicta a los patriotas y perseguidos de

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"por su notoríapobreza y por

haber sido adicta a los patriotas y

perseguidos de los realistas", libertando amuchos y

socorriéndolos"con su

protección"

28 Ella Dunbar Temple, La acción patriótica, del pueblo en laEmancipación. Guerrillas y montoneras. Ob. cit. T. 1, págs. 58-60;75. (Ms. s.c. de la Colección Lilly Library y del A.G.N ) Id. Juntas deGuerra (1820-1821). "Colección Documental de la Independenciadel Perú. T. Vl. Asuntos Militares. Vol. 3 Prólogo, compilación y orde-namiento por el Gen. E.P. Felipe de la Barra. Com Nac. del Sesq. dela Indep del Perú [1971], págs. 17, 5629 Boletín del Ejército Libertador del Perú. N° 5, 2- 12-1820.30 Lilly Library; Ms. Indiana University. Cf. Ella Dunbar Temple, Laacción patriótica del pueblo en la Emancipación, ob. cit., T. 1. 359-364. (Ms. de la Lilly Library.

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los realistas", libertando a muchos y soco-rriéndolos "con su protección"31.

Don Joaquín de la Pezuela, que como pocoshabía podido evaluar los méritos y serviciosde González de Prada y de su antiguo com-pañero de armas ,Marrón de Lombera, ofrececontradictorios testimonios sobre esa críticaetapa de la ejemplar carrera del Intendentetarmeño. En su manifiesto del 29 de Enero de1821, editado a su llegada a Madrid en eseaño, al relatar la marcha de Arenales por elinterior del Perú, expresa que el Intendentede Tarma, europeo, "es un modelo de honra-dez y lealtad; trabajó antes mucho en expur-gar de sediciosos su provincia; y mediante suactividad en el arreglo de todas las milicias,han sido éstas un fecundo semillero de solda-dos que han reforzado los Cuerpos delEjército y reemplazado sus bajas". Más ade-lante señala, escuetamente, que a la llegadade Arenales, "se entrega Tarma y sale dePasco su Intendente con los caudales y unaporción de emigrados". Pezuela en ese docu-mento no ataca a González de Prada, porqueel mismo reconoce, como hechos inevita-bles, las fallas del gobierno virreinal y, sobretodo, el espíritu revolucionario de los habi-tantes del Perú32.

En cambio, en su Memoría, en realidad undiario metículoso de su gobierno, lo trata sinconsideración alguna. Al enunciar las ocu-rrencias del dia 27 de Noviembre, insiste enque "el Intendente Prada abandonó a Pascocobardemente" y que recibió partes de él enese sentido, "sin embargo de hallarse los ene-

migos a 30 leguas de distancia y a la mitad ladivisón de O Reylli que iba a sostenerle". El 7de marzo de 1820, ya había anotado susórdenes a González de Prada "para que setrasladase a Guailas con 20 hombres de lasmilicias de Tarma, preparase las fuerzas delRegimiento de Fronteras"; y se comunicaracon el Comandante Militar de la Costa,Agustín Otermín. Pezuela deja, adémas,constancia que ambos jefes le presentarónuna pintura "la más desagradable de todosaquellos habitantes" 33.

Por Decreto de San Martín del 17 de Juio de1821, en el primer momento del triunfopatriota, los españoles residentes en Lima nosufrieron vejación alguna. Al irse La Serna, el6 de Julio, el Arzobispo Las Heras se quedópara no abandonar a sus fieles y porque,como lo expresó más tarde a Lord Cochrane,estaba convencido que la voluntad generalquería la independencia; agregando que asílo manifestaría al gobierno español y a laSanta Sede. Firmó el Acta de la In-dependencia y con él González Prada, PedroMariano de Goyeneche, Jorge Benavente,José Larrea Loredo, Miguel Otero, PabloTravitazo y muchos otros de los antiguosconocidos o amigos del ex-Intendente deTarma34.

No resulta difícil intuir las causales de la sali-da de González de Prada de Lima. Por lasconocidas razones de su desacuerdo conMonteagudo, Las Heras partió para Españapor la via del Cabo de Hornos, tan penosapara su avanzada edad, el 13 de Noviembrede 1821. Pedro Mariano de Goyeneche,afrentando también por Monteagudo, siguióel mismo camino de la emigración. Elambiente de la capital había ya cambiadoradicalmente por la violenta etapa bélica, ylos españoles, como lo anotan Sievenson yHall, eran objeto de desconfianza y persecu-ción, en especial frente a los amagos realis-tas. La situación de un personaje de los ante-cedentes de González de Prada, ejecutor delos cabecillas de la rebelión patriota de 1812,no podía ser en modo alguno propicia para élni para su familia. Emigró al cuartel generalde La Serna, organizado en Huancayo, talvez a raíz del Decreto del 31-12-1821 que

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El ambiente de la capital

había ya cambiado

radicalmente por la violentaetapa bélica

31 Documentos del Archivo San Martín. Comisión Nacional delCentenario. T. Vll. Buenos Aires, 1910, pág. 259.32 [Manifiesto del Virrey del Perú Joaquín de la Pezuela sobre suseparación del mando el 29 de Enero de 1821]. En "Memorias,Diarios y Crónicas", Vol. 3° Recopilación y prólogogo por FélixDenegri Luna. Col. Doc. de la Indep. del Perú. T. XXVI, págs. 290,303.33 Joaquín de la Pezuela, Memoria de Gobierno, Sevilla, 1947,págs. 619, 805, 807, 673, 674. Informe sobre el manejo del subde-legado de Huaylas D. Felipe Antonio Alvarado... 21 de Agosto de1819. Id. siblioteca Nacional de Lima, Manuscritos. D. 9520.34 Cf. Gaceta del Gobierno de Lima Independiente. Tomos I a Ill.Julio 1821 Diciembre 1822. Minislerio de Educación. UniversidadNacional de La Plata. [Edición facsímile. Buenos Aires, Julio de1950]. Apéndice. Gaceta Extraordinaria del Gobierno de LimaIndependiente del viernes 10 de Agosto de 1821. Acta del Cabildo,[Pág. 840]) En el Acta de la declaración de la independencia. Ediciónfacsimilar. Concejo Provincial de Lima. Lima, 1971, no aparece JoséGonzález de Prada en el indice pero si en el texto. Cf. pág. 27.

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ordenaba la expulsión de los españoles sincarta de naturalización; o directamente alCuzco, donde había ingresado el Virrey LaSerna el 29 de Diciembre de 1821, Ilamadopor el Cabildo de la Ciudad Imperial.

Establecido La Serna en el Cuzco, salvo sussalidas a campañas militares, hasta el triunfode Ayacucho, se ocupó de la materia hacen-daria. El 3 de Setiembre de 1822, creó unorganismo asesor llamado Junta Consultivade Hacienda Pública y le dió la Presidencia aGonzález de Prada con la dotación de 500ps. anuales. Integraba esa Junta el ex-MinistroTesorero de las Cajas Principales de Lima,Francisco Basadre, llegado al Cuzco con LaSerna, con 31 años de Oficial Real, abogadocon 11 hijos y muy conocido por su integri-dad. El Virrey había traído también unaimprenta y máquinas para acuñar monedasde oro y plata, lo que se efectuó con emple-ados de Potosí, estableciendo una Casa deMoneda35. En Julio de 1824 se dictó unReglamento Provisional de Comercio, forma-do por José María Lara, Asesor General delVirreinato y González de Prada, por Co-misión de la Junta Consultiva de Real Hacien-da del Cuzco36.

No hemos logrado ubicar ninguna otra hue-lla sobre la existencia de González de Pradaen el Cuzco en esos años casi finales de suvida. El 19-12-1824, el Presidente de laAudiencia cuzqueña, Antonio María Alvarezdió cuenta al Cabildo de la derrota deAyacucho y renunció al cargo. Gamarra entróa la ciudad imperial el 25 y el General en Jefedel Ejército Libertador, José Antonio de Sucre,hizo su ingreso triunfal el 29. González dePrada no aparece en ningún documentoconocido de la época ni en la Gaceta realis-ta. Tampoco en la relación de los empleadosemigrados a España o a distintos puntos,como Arequipa ó la misma Cochabamba.Debió partir a ese último punto antes delDecreto de Gamarra, del 22-1-1825, relacio-nado con los españoles casados que debíanpresentarse en el puerto de Quilca.

Por nuestra aludida carencia de investigacio-nes en los archivos de Cochabamba, no nosalumbran las fuentes eclipsadas sobre losúltimos atrenzos de la vida silente, sin esmal-

tes, y transcurrida entre adversas fortunas, deD. José González de Prada. Sin haber jamásintentado el retorno a sus lares de origen, sele abrió la tumba en esa Cochabamba quevieron sus ojos en los años de sus floridasmocedades; y que tuvo por escenario la reciainsurgencia antirrealista. Acaeció el final desu vida a la mejor cuenta, el año de 1829, enel plomizo ocaso de sus 68 años y cuandosus recuerdos pesaban más que sus ultimasesperanzas. Había sido ilustre en virtudes detiempos idos, fiel cumplidor de sus compro-misos que lo llevaron a enfrentarse, cuandohubo de hacerlo, con los patriotas que pug-naban por sus libertades, sin recibir logroalguno, pero con fibra en sus aventuras soli-tarias; y su muerte fue quizá tanto plañida deamigos como de enemigos.

Le sobrevivió Doña Nicolasa Marrón deLombera, la cual aun vivía por los años de1840. De su descendencia quedó la asentadaen Cochabamba y en el Perú, donde su entra-mada familiar florece con la señera figura desu nieto, D. Manuel González de Prada yUlloa, digno de todos los epinicios; y de subisnieto, D. Alfredo González de Prada yVerneuil, cuyo voluntario final frustró sobre-sal entes posibilidades.

Ella Dumbar Temple. Integrante de la Sociedad Peruana deHistoria y la Academia Nacional de la Historia, Perú.

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Sin haber jamásintentado el

retorno a sus lares de origen, se le abrió latumba en esa

Cochabamba quevieron sus ojos en los años de

sus floridas mocedades; y que tuvo por

escenario la recia insurgencia antirrealista.

35 Libro Copiador de Cartas e Informes que hace al Rey la RealAudiencia del Cuzco desde principios del año de 1807; Doc.Audiencia del Cuzco D-3. Archivo Histórico del Cuzco. Cf.Documentación Oficial Española. Vol. 3. Compilación y prólogo porHoracio Villanueva Urteaga. Colección Documental de laIndependencia del Perú. T. XXII. Cuzco, 1973, p. 10.36 Reglamento Provisional de Comercio formado por José MaríaLara Asesor General del Virreinato y D. José González de PradaIntendente de Tarma por comisión de la Junta Consultiva de RealHacienda establecida en esta Capital. Cuzco 8 de Julio de 1824.Antiguo Biblioteca Nacional de Lima. Documentos del Virreinato. S.clas.

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Don Francisco del Rivero líder de la insurgen-cia Cochabambina del 14 de septiembre de1810 junto a Bartolomé Guzmán, MelchorGuzmán el “Quitón”, Esteban Arze y otrostomarón el cuartel realista se convierte en elGobernador Intendente de Cochabamba poraclamación del Cabildo Abierto de la ciudadde Cochabamba. Conformó el llamado “Ejér-cito cochabambino” secundado por EstebanArze. Su participación en las Batallas deHuaqui y Hamiraya es de importancia en elapoyo pleno a la Junta de Buenos Aires quemandó a sus Ejércitos expedicionarios auxilia-res, al mando primero de Juan José Castelli yposteriormente de Manuel Belgrano. De estemodo, la participación cochabambina en elinicio de la Guerra por la independencia es degran trascendencia llegando a convertirse, bajola iniciativa de Francisco del Rivero, en el cen-tro de operaciones de los patriotas insurrectoscontra la Corona Española. Sin embargo, porintrigas y malos entendidos en un momentoacusan a Rivero de traición a la causa patriotacircunstancia que su destitución y alejamientodefinitivo. A consecuencia de esto donFrancisco del Rivero, entra en un estado dedepresión muy aguda y según versiones de suscontemporaneos poco después “que murió depena”.

Con este breve preámbulo biográfico queremosaportar con la transcripción paleográfica de sumemoria de Testamento en la que encomiendaa su hijo legítimo Don Manuel Mariano Riveropara que ejecute las disposiciones del testa-mento final en descargo de su concienciacomo albacea y apoderado de sus bienes yherederos.

En el nombre de Dios todo Poderoso con cuiadivina invocación tienen las cosas buen princi-pio loable medio y dichoso fin Amen.

Sea notorio a los que este instrumento como

yo Dn. Francisco del Rivero, natural y vecinode esta ciudad Oropesa del valle deCochabamba hijo natural del Gral del Rivero yde Dª Marcela Mugertigue, el primero ya fina-do, y la segunda que bibe, estando comoestoy enfermo en cama con el accidente depeligro, pero por la infinita misericordia deDios en el libre y uso de (…) potenciar, digoque creo en el altisimo misterio de la SantísimaTrinidad Padre, Hijo y Espirito Santo tres per-sonas distintas y un solo Dios verdadero, y entodo aquello que cree predica y enseña nues-tra Sta. Madre la Igª Católica ApostólicaRomana, bajo de cuya fe y creencia he bivido,y protesto vibir y morir como católico, y fielChristiano, y en consideración de que la grave-dad del propio accidente ya no me da tiempopara otorgar en formal y dilatado instrumentode testamento, pero teniendo el conivelo dehaber ya comunicado las finales disposicionesque con conducen al descargo de mi concien-cia como hijo legitimo Dn Manuel MarianoRibero, implorando aucilio de Maria SanticimaSª nuestra concevida en gracia sin pecado ori-ginal y de todos los Santos de la corte celestialle otorgo por mi poder cumplido tan bastantequal dro. Se requiere para que verificando mifallecimiento y en el termino dela cual otor-gue el testamento de mi ultima y final volun-tad, declarando en el por clausulas especialestodas mis disposiciones, con areglo y sujecióna quanto asi le tengo comunicado, y principal-mente sobre las deudas actibas y pacibas aqueestoy responsable, y estan a mi fabor las per-sonas que han tenido sus contratos con migo,y que no constan de documento y entre ellaslas de quatro mil que me debe Dn VicenteArucema; instituyéndose como desde luegoyo le instituio por mi albacea testamentario almismo Dn Manuel Mariano y en el remanentede mis bienes dros y acciones y futuras subec-

35

Igª CatólicaApostólica

Romana, bajo decuya fe y creencia

he bivido, y protesto vibir y

morir como católico, y fiel

Christiano

Testamento de Don Francisco del Rivero

Guido Guzmán S.

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cioes a los tres hijos legitimos que tengo pro-creados en mi difunta mujer Dª SebastianaNogales que se nominan el uno ManuelMariano, que es el apoderado, el otroTeodoro, y Dª Maria del Ribero para quehayan y gosen con la vendición de Dios y lamia y el testamento que se otorgare quieroque balga y se tenga por mi ultima disposicióny como tal se guarde y cumpla en todas susparte rebocando como reboco otros cuales-quiera anteriores disposiciones que tengaechas salbo el presente Poder, y el testamentoque asu conceqª se otorgare para lo qual doypor expresa y repetidas quantas clausulas yrequisitos son necesario por dro. Fecho en estaciudad de Oropesa a los tres dias del mes dejunio de mil ochocientos trese años por ante elgobierno de cabildo: Yo dho gobierno que pre-sente soy certifico y doy fe que al otorgante loconosco, quien al parecer esta en su enterojuicio, responde con todo consierto a todo loque se le ha preguntado y dijo que asi lo otro-ga y lo firma, siendo testigos llamados y rroga-dos Dn José de Eras gandarillas, Dn ManuelTorres y Dn Melchor de Chabes y Lujan.

Párrafo: indica no corre.- En este estado aña-dio que pedia perdon al público de cuales-quiera agrabios y perjuicios que le hubiesencausado, con motibo de los cargos y empleosque ha obtenido en esta ciudad para que sinobstáculo alguno pueda alcansar la plenaremision de tos pecados.—

Asimismo añadio en este estado que en prime-ra albacea ha de ser su madre y en segundo alreferido su hijo don Manuel Mariano (…) y altiempo de firmarla dijo que no en la clausulaque ba testada.

FIRMAN: Dn José de Eras y GandarillasGral Fco. Del Ribero (muy ilegible)

Manuel Torres Melchor de Chabes y Lujan.

Ante mi Marcos de Aguilar y Peres/escribanode S.M. Publico y de Cabildo.

Nº 20 folio 6-10

En esta ciudad de Cochabamba horas docedel día de hoy dos de febrero de mil ochocien-tos cincuenta y tres años ante mi el escribanode instrucción pública y testigos que al final

serán nombrados fuesen presentes las señorasDoña Gregoria Gandarillas con poder de sumarido Don Manuel Mariano del Rivero,Doña Maria Josefa Unzueta mayores de edadla primera vecina de Toco y la segunda de estaciudad, soltera, ambas propietarias a quienesconozco doy fe y dijeron, celebran el compro-miso de venta siguientes__

Artículo primero.- En las casa citadas en laesquina de San Agustín lindantes por el nortecon las de don Pedro Fernández y el orientecon las de doña Melchora Alanes tiene donManuel Mariano del Rivero marido de la pri-mera una acción que representa la terceraparte del valor de aquel como amparado quefue por su finada abuela doña MarcelaMuguertegui; mas su legitima y mas la demarido hermano don Teodoro del Rivero, cuyoheredero (…) después de deducido o bien latercia de la quinta parte a favor de doñaMarcelina del Rivero según la sentencia de laCorte Superior de Justicia de (…) pronunciadaen el juicio de partición que aunque se hallapendiente o bien otra tercia mas de la mismaquinta parte a favor de doña María Manuelade Sainz si así se determinase por sentenciaejecutoriada rebocándose en esta parte laantedicha sentencia de la que suplicó la espre-sada señora Caro de Sainz; Haci compromisode venta a nombre de su citado marido de lareferida acción a favor de la mencionada seño-ra doña María Josefa Unzueta.

Artículo segundo.- El precio de la acción com-prometida en venta es el que resultare delcomputo que se haga con arreglo al artículoprescedente, tomando por base la cantidad dequatro mil setecientos pesos como valor de lasprecitadas casas; de suerte que si, por ejem-plo, no hubiese que deducir de este valor sinola tercia de la quinta parte a favor de doñaMarcelina del Rivero, será el precio de la refe-rida acción comprometida la cantidad de milnovecientos cuarenta y nueve pesos reales.-

Artículo tercero.- El valor de los mencionadoscuatro mil setecientos pesos que se ha fijado ala totalidad de las casas es con inclusión desetecientos pesos del principal sensiticio que,fuera de la casita integrante de ellas inmediataa la de don Pedro Fernández reconocen afavor de Beneficencia, y con reclusión de dos

36

En este estadoañadio que pedia

perdon al público de

cualesquiera agrabios y

perjuicios que lehubiesen

causado, con motibo de los

cargos y empleos

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mil cuatrocientos pesos también de principalsenciticio que dicha casita integrante recono-ce al Monasterio de Santa Tereza.- Por consi-guiente pasa que se consideren oblables losdichos setecientos pesos sobre cuatro mil, ypueda oblarle la compradora al vendedor inte-gramente el precio de la acción comprometi-da, deberá primero cite(?) es decir donManuel Mariano del Rivero por si solo o encomún con sus compartes redimir el espresa-do principal de setecientos pesos y presentarel finiquito que acredite el completo pago delos réditos devengados de ambos principales.

Que en los términos relacionados en los artí-culos presedentes han realizado el presenteconvenio a mérito del poder que obtiene laprimera de su referido marido don ManuelMariano del Rivero, y cuyo tenor literal es elsiguiente:

PODER.- En este pueblo de Toco a horas dosde la tarde de hoy martes 25 de enero de milochocientos cincuenta y tres años ante mi elJuez de Paz segundo y testigos de quienes des-pués se hará mención, fue presente ManuelMariano Rivero, de esta ciudad, mayor deedad casado, agricultor de cuyo conocimientocertifico y dijo: dá y confiere poder especialcual por derecho se requiere y es necesario asu esposa doña Gregoria Gandarillas para queapersonándose ante uno de los actuarios escri-banos de la Capital de Cochabamba estiendala presente escritura de venta de las casas quepor tan lucrativo de herencia a sus autoresposee en dicha ciudad y esquina de la plazafrente a san Agustín todo lo dicho y sus insi-dencias le amplia el presedentes con todas lasformalidades que en este se hayan omitido Ensu mérito, así lo otorga siendo testigos los ciu-dadanos Melchor Chaves y Manuel Luján,vecinos de este pueblo, mayores de edad, sol-teros, el primero plumario y el segundo sastre,ante quienes y el otorgante se ha publicado elpresente instrumento de principio a fin y se leda en este papel común por falta notoria delque corresponde con cargo de reintegro detodo lo que certifico==Manuel Quiros=Manuel Mariano Rivero= testigo MelchorChaves=testigo Manuel Lujan= En cuyo méritoy quedando el poder inserto depositado, porel tenor del presente y en bastante forma de

derecho, se obligan a ambas comparecientes acumplir religiosamente con todo lo estipuladoen los artículos consignados en su testimonio,así lo otorgan y firman siendo testigos los ciu-dadanos Melchor Pozo y Gabino Villanueva deesta vecindad, mayores de edad, de ejecicioplumarios ante quienes y los otorgantes seleyó y publicó este instrumento de que igual-mente doy fe=Enmendado abuela=a=r= Todocorre.__

Firman: Gregoria Eras y Gandarillas MariaJosefa Unzueta

Tgo.:Melchor Pozo Tgo. Gabino Villanueva

Apolinar G…….. Escrib. Pub y cabil

Nº51 fojas 11-25

En esta ciudad de Cochabamba a los dies díasdel mes de septiembre de mil ochocientos ytrece años: Ante mi el escribano y testigos apa-reció don Manuel Mariano del Rivero vecinode esta ciudad y provincia de cuyo conoci-miento doy fe y dijo:

Que su legítimo padre Don Francisco delRibero al tiempo de su fallecimiento despuésde comunicarle todas las disposiciones quecondujo al descargo de su conciencia le otor-gó y confirió poder bastante porque con arre-glo a ellas formalisase y otorgare a su nombreel testamento de su última y final voluntadcomo así acredita el propio instrumento públi-co existente en mi registro que sacado a laletra dice asi =

En el nombre de Dios Todo poderoso con cuyadivina invocación tienen las cosas buen princi-pio loable medio, y dicho fin Amen= sea noto-rio a lo que este instrumento vieren como yoDn. Francisco del Ribero, natural y vecino deesta ciudad de Oropesa del valle deCochabamba hijo natural del General DnFrancisco del Ribero y de doña MarcelaMugertigue, el primero ya finado, y la segundaque vive, estando como estoy enfermo encama con accidente de peligro, pero por lainfinita misericordia de Dios en el libre uso demis tres providencias digo que creo en elAltisimo Misterio de la Santísima Trinidadpadre, hijo y Espirito santo tres personas distin-tas y un solo Dios verdadero y en todo aque-

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estando comoestoy enfermo en

cama con accidente de

peligro, pero por la infinita

misericordia deDios en el libre uso de mis tres

providencias

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llo que cree, predica y conviene (...) SantaMadre Iglesia Católica, Romana bajo de cuyafe y creencia he vivido y (..) es copia fiel delprimer documento presentado, y se sacacomo Testimonio.

Asi consta y parece de dicho poder y testa-mento primero que se sacó de el a que meremito y poniendo a execusión el encargo delmencionado su padre don Francisco delRibero para desde luego en uso de las faculta-des conferidas en su tenor a otorgar su testa-mento y debelar disposiciones que le tubocomunicadas en la forma y manera siguien-te==

Primeramente declara que le comunicó eldicho padre haber tenido la gloria de serChristiano Católico, Apostólico Romano y queen la firme creecia de esta santa Religión y sussagrados dogmas habiendo vivido y protesta-ba vivir y morir y que en esta y que en esta vir-tud llegado el caso de su fallecimiento seentierre su cuerpo en la Iglesia de nuestro será-fico padre san Francisco amortajado de susanto ábito y cuerda con oficio cantado y queen aquel día se le manda celebrar seis misasrezadas de cuerpo presente con el estipendioacostumbrado incluiéndose en ellas la delaquella funeral y que así ya lo tiene cumplidocomo es notorio en esta ciudad.

Item que le comunicó el dicho su padre y ensu nombre declara haber sido su voluntad quea las mandas forsosas y acostumbradas se lediere por una ves la limosna de un peso a cadauna de ellas con que va apercibir de sus bien-es.

Iten que le comunicó en su nombre declarahaber sido casado y velado según orden denuestra santa madre la Iglesia con doñaSebastiana Nogales y que durante su matrimo-nio hicieron y procrearon ocho hijos legítimosque son a saber Don Manuel Mariano, doñaJosefa, Don Manuel Mariano, Don José Maria-no, Doña Petrona, don José Joaquin, donTeodoro y doña María del Rivero y Nogales yque de estos los cinco fallecieron en su tiernaedad quedando vivos los tres restantes que losson el otorgante don Manuel Mariano, DonTeodoro y doña María del Rivero a los qualeslos declara a nombre de su poderante por

tales sus hijos legitimos y de la predicha doñaSebastiana.

Iten que le comunicó y en su nombre decirque fuera de los nombrados sus hijos legítimosha tenido también dos hijas naturales que senominan Dª Marcelina y Doña María Isabeldel Rivero y que le encargo a estas se tubiereny reputaren para tales hijas naturales de supoderante.

Iten que le comunicó y en su nombre declaraque al tiempo y cuando contrajo el matrimo-nio con la predicha Doña Sebastiana Nogalesno llebo esta dote ni bienes algunos paraayuda de las cargas y penciones de su estadopor haver sido pobre y que por el contrario eldicho su padre y poderante tubo en aquellaocación quatro mil pesos los mismos que here-do a su padre el General Dn Francisco delRivero corregidor que fue de esta provincia loque así expone para que conste.

Iten que le comunico y declaro por sus bieneslas haciendas nombradas de Toco y Caunaniexistentes en el valle de Clisa distrito de estaprovincia que estas las compró en públicoremate el día veinte y siete de junio del añopasado de mil ochocientos uno dando al con-tado dos mil quinientos treinta pesos y recono-ciendo en ellas el principal de veinte mil sete-cientos pesos a favor de distintos interesadoscomo constaba del mismo expediente delremate y documentos que tratan de esta mate-ria a que se remite y así lo declara para queconste.

Iten que le comunicó y en su nombre declarapor bienes de su poderante quatro mil pesoslos mismos que en confianza havia puesto enpoder de Dn Vicente Arucena y que estemismo consta expresado y declarado publi-cante en el poder que va inserto como apare-ce de su contrato(¿) a quien se refiere.

Iten que le comunicó y en su nombre declarapor bienes de su padre dos capas usadas depaño de primera la una colorada y la otrablanca: tres uniformes con sus respetivos cal-sones y armadores de paño de primera usa-dos.

Iten asimismo declara que le comunicó eldicho su padre poderante por vienes suyos unrelox de faltiquera y cuatrocientos pesos que

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en esta virtud llegado el caso de su

fallecimiento seentierre su

cuerpo en la Iglesia de

nuestro seráficopadre SanFrancisco

amortajado de su santo ábito y

cuerda con oficio cantado

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en dinero le suplio a Dn Mariano Cárdenas yque mandó se le cobrase.

Iten que igualmente le comunicó y declaro porsus bienes un par de guillan con sus charneras(?) de oro

Iten declara que le comunicó el referido supadre y poderante estando sano y bueno ycuando ya estaba enfermo en cama haverdejado confidencialmente en la ciudad de laPlata en poder de don Francisco Maruri veci-no de la villa de Potosí quando últimamentebajo de aquella corte a esta ciudad un par debaules y dentro de ella toda su ropa de colory blanca dos relojes de faltiquera que le hubie-ron de costo un mil pesos, dos espadines consus puños de oro: su plata labrada y dos trabu-cos de estiracion fuera de muchas cosas queencontraban los citados baules y que todasespecies contenidas acendian en un valor amas de quatro a cinco mil pesos y que mandose recojan todos estos intereses de poder delcitado Maruri y se tubiere por sus bienes loque así declaraba y declara conste.

Iten que le comunico y declara por bienes desu poderante la cosecha de mais que dejopendiente y han producido en este presenteaño las Hdas. De Toco y Caunani y quemediante haverse recogido después de sumuerte con su asistencia personal y la de sumayordomo ha resultado el total de cuatro-cientos costales(?) lo que asi advierte y decla-ra para que conste.

Iten que asi mismo declara tener recojido y elfruto de las referidas haciendas en este propioaño quinientas fanegadas de trigo las que pro-biene se diga por bienes del dicho su padre.

Iten que le comunico y en su nombre declarahaber obtenido la hacienda de Achamocoexistente en el mismo valle de Cliza por con-trato de arriendo acordado con los PadresVicario Provinciales de la Orden de nuestropadre San Agustín que reciden en la ciudad deLima a cuyo cargo corre la obra pia que dexodispuesta su primitivo dueño don LorenzoAldana como consta de la misma escritura delocacion en su razon otorgada y que haviendoprocedido a recoger las sementeras que dexopendientes el dicho su padre le ha venido de

parte de quinientos costales de mais élado losque declara por bienes suyos para que conste.

Iten declara por bienes de su padre los trigoselados que ha producido en este año la mismahacienda de Achamoco de cuyo nombre,numero de fanegas no puede todavía saberrason alguna por hallarse actualmente las(juras?) en el campo sin aventarse.

Iten que le comunicó y en su nombre declara:que desde el día veinte y siete de julio de milochocientos uno en que remató la citada Hacªde Toco y Caunani; hasta el presente año quehacen doce años se hallava deviendo de redi-tos atrasados quatro mil ochocientos por lacapellania de ocho mil pesos de principal queservia al D.D. Cayetano Martinez Lujan y quepro muerte de este por no saberse a quien per-tenesca los reditos de quatrocientos pesosanuales que se debe de pagar por esta citadacapellanía en litigio entre varios interesados enla curia arzobispal no los havia satisfecho yque mando que luego que declare quien sedeba ser el legitimo sucesor aquella obra píase satisfague varios reditos atrasados de lomejor y parado de sus bienes.

Iten que le comunicó y en su nombre declarahallarse deviendo del monasterio del Carmende la ciudad de la Plata trecientos pesos dereditos atrasados por el principal de un milpesos que reconocen las expresadas de Toco yCaunani fuera de los cincuenta devengados eneste último año cumplido el veinte siete dejulio y que (…) si satisfagan puntualmente adicho monasterio recogiendo el recibo finiqui-to que corresponde.

Iten que igualmente le comunicó y declaroestar deviendo al monasterio de Santa Clarade esta ciudad hasta el veinte y siete de juliode este presente año cuatrocientos cincuentay dos pesos de reditos devengados por el prin-cipal de dos mil ochocientos pesos que reco-nocen a su favor las indicadas haciendas deToco y Caunani y que manda se les satisfaganrecogiéndose el recibo de resguado quecorresponde.

Iten que le comunicó y declara en su nombreque las mismas haciendas cargan sobre si elprincipal de quatro mil pesos a favor de donManuel Espinosa y que hasta el veinte siete de

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un par de baules y dentro de ellatoda su ropa de

color y blanca dosrelojes de

faltiquera que lehubieron de costoun mil pesos, dos

espadines con sus puños de oro:su plata labrada

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julio proximo pasado se le deben doscientospesos por razon de sus reditos y que mandose le satisfagan los mismo que a los remanen-tes sensualistas(¿).

Iten que le comunicó reconocer las propiashaciendas de Toco y Caunani otros quatro milpesos de principal a favor del D. D MarianoVillarroel y que a este se le deven doscientospesos de reditos por este último año cumplidoen el citado día veinte y siete de julio y quemando se le satisfagan.

Iten que se comunicó y en su nombre declarareconocer igualmente las dichas haciendasdos mil pesos de principal a favor del Sr licen-ciado don Silvestre Luxan y que por razon desus reditos estaba deviendo cien pesos poreste ultimo año cumplido en el día citadoveinte y siete de julio y que mando se lepaguen.

Iten que le comunico las indicadas haciendasrecaudan un mil nobecientos pesos de princi-pal a favor del convento de nuestro padre SanFrancisco de la ciudad de Misque a quien sedeven noventa y sinco pesos de reditos poreste último año cumplido en el propio día yque mando se le satisfagan.

Iten que le comunicó y en su nombre declaradever a doña Francisca Teran vecina de estaciudad dos mil veinte sinco pesos los mismoque le suplio en dinero para satisfacer losarriendos de la Hacª de Achamoco alReverendo padre vicario provincial fray JoséIsidro Mogrobarrera que vino con facultadpara verificar este cobro y este le confirióorden al Reverendo padre cura de Tapacarifray Manuel Sexas Gusmán para que se leentriegue como así se viene verificando cons-ta por lo que ya resto a la legitimidad de estadeuda mando su poderante se le satisfaga adicha señora la citada cantidad de lo mejor ymas bien parado de sus bienes y lo declarapara que conste.

Iten declara que le comunicó su poderanteconbiene mucho al descargo de su concienciael que acierte por el pedido se le restituyan unmil pesos y que le encargo encarecidamentese verificase esta restitución tomando para elefecto los advitrios mas prontos que pudieronfacilitar lo que asi declara para que conste.

Iten que le comunicó y en su nombre declaraque al licenciado don Silvestre Luxan le deviacien pesos por otros tantos que le suplio endinero y que mando se le satisfagan de susbienes.

Iten que le comunico y en su nombre declaraque con el finado don Fernando Nogales teniacuenta pendiente y que liquidándose con susherederos se le pague a estos de sus bienes enque fue alcansado como por el contrario se lescobre lo que resultan a su favor, lo que asiexpone y declara para que conste.

Iten que se le comunicó y en su nombre decla-ra a don Manuel Peres (?) le devia doscientospesos por varios efectos que le compro de sutienda y que mando se le pague de sus bienes.

Iten declara que le comunicó su poderanteque en virtud del arriendo celebrado con losreverendos padres vicarios provinciales de SanAgustin de las haciendas ante dichas deAchamoco, Sacabamba y Chuchuguañuscacomo arriba ya tiene expresado tenia satisfe-chos los arriendos de ellas contribuyendovarias cantidades a dichos religiosos y quepara deverse impuesto fixo lo que les trata poreste canon y conocerse el estado de su res-ponsabilidad e su voluntad se liquide con todaseriedad de la cuenta de todo lo entregado enabono de aquella porcion y que cualquieraalcance que resultase a su favor se cobrase yse recibiese por sus bienes.

Iten que le comunicó y en su nombre declaraque en el tiempo que sirvio el empleo deGobernador Intendente de esta provincia nose le satisfizo el sueldo y renta asignada porsemejante servicio ni el quiso exigirla en aque-lla ocasión por ver y considerar los apuros enque se hallava la caja con las precisas empre-sas de la Guerra y que por tanto a nada teniaque responder al Estado sino antes declarar elderecho que tiene a aquel interes y a su justopago para que oportunamente se demande susolución por haver procedido durante sugobierno con la mayor fidelidad y puresa yque este mismo declara el otorgante para queconste.

Iten que le comunicó su poderante que a suhija natural Dª Maria Isabel de Rivero le teníasufragados muchos mas auxilios y mucha mas

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en el tiempo quesirvio el empleo de GobernadorIntendente de

esta provincia, nose le satisfizo elsueldo y rentaasignada por

semejante servicio

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cantidad que la que el derecho le permitia yque para que su conciencia no padecieredetrimento ni sus herederos reciban perjuicioen esta materia no se le permitiria intervenir ensus bienes y que asi lo determino en nombrede su padre y poderante para que conste.

Iten que le comunico el referido su padre y ensu nombre (…) expresivamente consta delpoder suso inserto haber sido su voluntadnombrar como en efecto nombro por su prioralbacea a la señora doña Marcela Muguer-tegui su madre y abuela del otorgante, y ensegundo lugar a su persona para que a sunombre y mediante la facultad que les confiriocumpla respectivamente todas sus disposicio-nes constando en este instrumento teniendoen ellas por su ultima y final voluntad y que aeste fin y que para que con toda livertad pue-dan hacerles prorrogo a mas de un año y diadispuesto por dro. Todo el referido terminoque necesitacen y que en el remanente quequedare de sus bienes derechos y acciones yfuturas sucesiones hera también su voluntadinstituir como instituyo por sus herederos uni-versales a sus tres hijos legítimos sobrevivien-tes que lo son el otorgante y sus dos hermanosdon Teodoro y doña María del Rivero para quetrayan y poseen con vendición de Dios y lasuya.

Últimamente declaro que le comunicó supoderante ser su voluntad rebocar y que defacto reboco otras cualesquier testamentos,codisilios y poderes para testar que asi delsuso inserto insertare fecho y otorgado paraque no digan ni hagan ffe en juicio ni fuera deél salvo aquel y el presente que en su virtud lootorga y firma con este arreglo y sujeción a loscomunicados de su padre y poderante porante mi el escribano en esta dicha ciudad deoropesa a los dies dias del mes de septiembrede mil ochocientos trece años siendo testigosnombrados y rogados Dn Juan MarianoRomero, Don Cayetano Treviño y Don Jacintode Céspedes

Firman Manuel Mariano Rivero y los testigos

Ante mi. Marcos de Aguilar Peres, Escribanode S.M. Pub. y de cabdº

Partida de Bautismo de Don Juan Francisco Del Rivero

Prócer de la Revolución de Cochabamba,Septiembre 14 de 1810

Juan Francisco, Español. De ocho meses.Natural de esta Villa.

En la Villa de Oropesa, Valle de Cochabambaen dies y seis días del mes de abril de mill sete-cientos cincuenta y ocho años. Yo el BachillerBentura de Merida, Theniente de cura Recttormaestre de la Iglesia mayor de esta dha Villacon santorial e bautizado un niño de necesi-dad por el padre Prior D. de Villa. fray JosephBarco religioso servidor de la orden del señorSan Agustin, puse oleo y crisma a JuanFrancisco español de edad de ocho mesesnatural desta villa, hijo natural del Genl. DonFrancisco del Rivero y de Masela Muguertiguenaturales y vecinos de esta dha villa, fuesupadrino Don Gregorio Martines, vecino deesta dha villa a quien adopto la obligación yparentesco espiritual, fueron testigos DonIgnacio Osinaga y Dionisio Melean vecinos deesta dha villa y el padre de la criatura no firmopor estar ausente y para que conste lo firmé.

Bentura de Mérida

Guido Guzmán Salvatierra, Sociólogo Historiador (TranscriptorPaleográfico).

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constando en este instrumentoteniendo en ellaspor su última y final voluntad

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El diario de José Santos VargasDiario de un Comandante de la Independencia Americana

Ramón Rocha Monroy

Uno de los libros más entrañables es elDiario de un Comandante de la Indepen-dencia Americana 1814-1825, de José SantosVargas, salvado del anonimato por donGunnar Mendoza, hijo de uno de nuestrosmás grandes escritores, don Jaime Mendoza,y continuador de la obra de Gabriel RenéMoreno.José Santos Vargas perteneció a la generaciónde los verdaderos héroes de nuestra indepen-dencia, no de quienes se beneficiaron conella, como lo hicieron los de la generaciónde 1824, que eran realistas de cintura ágil ypor eso se pasaron cumplidamente a las filasrepublicanas.Vargas peregrinó hasta la época de Belzu tra-tando de encontrar quién le corrigiera losoriginales de su diario de campaña en lasguerrillas de Ayopaya. Había nacido muy

cerca, cuando desde Ayopaya a los Yungas deLa Paz había un solo territorio que hoy debe-ría ser un departamento. Lo mejor que le ocurrió fue que ninguno delos doctores lechuguinos de Sucre quisotomarse la molestia de corregir su diario,escrito en el habla de Bolivia, con la mismafuerza expresiva que sólo encontramos en elhabla provincial. Si José Santos Vargas dice "lo habiá dicho",está hablando exactamente como hablamoshoy, y ningún gramaticólogo tiene el derechode juzgarlo. Ese es el valor subyacente, es-trictamente literario, de un relato pleno deastucia narrativa y de pasajes inolvidables,que cuenta la historia secreta de nuestraindependencia, y que fue rescatado por donGunnar Mendoza en el momento debido,cuando la fama de la guerrilla de Ñancahua-zú permitió que una editorial de tanto presti-gio como Siglo XXI de México publicara estediario, memorable como el prólogo queescribió don Gunnar.Una confesión: en mi novela sobre la vida deAntonio José de Sucre, (¡Qué solos se que-dan los muertos!) cometí quizá el exceso deimaginar que el Mariscal pudo haber hojea-do el Diario de Vargas. Por eso me emocionóla invitación del CESU, Universidad de SanSimón, a la presentación de la película deMarie Danielle Demelás y Daniel Delaunay,que se proyectó el lunes 21 de Julio en esameritoria institución. Fue una noche “memo-rable”, no encuentro otro adjetivo, y el repri-se del DVD, que pude hacerlo en mi casa,confirmó que había excedido todas misexpectativas por la limpidez de la narracióny el propósito noble de contribuir a rescatarla memoria de nuestros héroes populares.Danielle y Daniel viajaron a los escenarios

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José Santos Vargas perteneció a la

generación de losverdaderos héroes

de nuestra independencia, no de quienes se beneficiaron

con ella, como lohicieron los de la generación

de 1824

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de la guerrilla y se encontraron con pueblosolvidados e inaccesibles, en los cuales regis-traron un hecho gravísimo: la pérdida de lamemoria histórica. Los habitantes deMohosa y de Pocusco han sepultado elrecuerdo del máximo de sus héroes, elTambor Vargas, y reivindican en cambio aJosé Miguel Lanza, cuando jamás pisó esosdistritos, pues el escenario de su lucha tuvomás bien como centro los Yungas de La Paz.Eso y la limpidez del relato excedieron misexpectativas, porque marcan una pauta parafuturos trabajos de recuperación de lamemoria colectiva de nuestras culturas loca-les. Esta pérdida de la memoria no debería extra-ñarnos, Vargas consignó en su Diario unanómina y esbozos biográficos de numerososhéroes desconocidos, vivieron episodiostanto o más heroicos que Murillo y otrosmártires de la independencia. Reproducimoslos nombres de los cochabambinos para queal menos sus parientes guarden memoria deellos, o para que el olvido no los olvide,como decía un viejo escritor nacional.ARQUE: Antonio Pacheco.CARAZA: Melchor Pacheco, Rafael Copitas,Manuel Saavedra, Silverio Araníbar.COCHABAMBA: José Domingo Gandarillas,José Benito Bustamante, José ManuelAntezana, José León.MIZQUE: Mariano Mendizábal.MOROCHATA: Pedro Álvarez, ManuelDelgadillo.PALCA: (hoy Independencia): Pío Hermosa.PUNATA: Manuel Paredes, Vicente Villarroel.TAPACARÍ: José Manuel Chinchilla, MarianoGaravito.TARATA: Luis García Luna, José ManuelCastro.A esos héroes populares, nunca, nadie, lesha hecho un homenaje el 6 de agosto. Susnombres no figuran en ninguna nómina; yaun aquéllos nombres grabados en laColumna del Cóndor, en la Plaza 14 deSeptiembre, jamás son leídos por los nume-rosos transeúntes que deambulan alrededorde ella. El Tambor los conoció y guardómemoria de sus acciones para luchar hasta

su muerte contra el peor enemigo de unaidentidad colectiva: el olvido. Triste historiade una memoria que no debería extinguirsenunca, pues, como diría García Márquez, lospueblos sin memoria no volverán a tener otraoportunidad sobre la tierra.

IIIQuizá lo que más agranda la imagen deVargas es que, luego de combatir desde1816 hasta 1825, volvió a su terrenito, a suchaquito, a trabajar como agricultor, sin nin-guna pensión del gobierno, menos un cargopúblico o una canonjía que le correspondíapor legítimo derecho. Aun más, tanto élcomo sus descendientes figuran más tardecomo indios, no obstante que Vargas era unmestizo citadino hijo de un funcionario de laCorona, como bien lo hace notar MarieDanielle. Alguna vez pensé que los municipios delvalle cochabambino deberíamos hacer unmonumento a los guerrilleros de Ayopaya, enplena cordillera, entre los cuales esténChinchilla, Lira, Lanza y Vargas, los herma-nos Mamani y tantos otros héroes hoy olvi-dados por la historia oficial. La vida deMiguel Mamani, por ejemplo, linda con elmito por su ubicuidad legendaria y su diabó-lica destreza para evadirse o hurtarse de lavista del enemigo. Era hombre de temple,capitán de indios; sorprendía a los realistasechándoles “mil ajos”, y cuando por fin lo-graron capturarlo, se apresuraron a pasarlopor las armas “antes que se vuelva perro,caballo o piedra, que así había escapadovarias veces”, según Vargas.Otro elemento conmovedor, entre muchos,es su noción de patria. Para Vargas, la patriapodía ser la patrulla o el contingente reduci-do de leales que deambulaban por los breña-les de la Cordillera Oriental. La patria, en laretórica de Vargas, designa con enorme vigorexpresivo a un sujeto vivo, orgánico y móvilmás que a una entelequia o a una institución. El día 12 y estando para empezarse ya losfuegos, la Patria no hizo más movimiento queestarse mirando y dejarlo pasar al ejército delseñor virrey como que se pasó; la Patria diomedia vuelta y se entran a Oruro.

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Quizá lo que másagranda la imagende Vargas es que,luego de combatirdesde 1816 hasta1825, volvió a su

terrenito, a su chaquito, a

trabajar como agricultor

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El juicio de Vargas es ecuánime y equilibra-do. Como no le anima la obtención decanonjías ni sinecuras, es implacable cuan-do examina la conducta de sus jefes, particu-larmente cuando la mala conducción de laPatria se traduce en la inmolación de sushombres. Un episodio en particular muestra coinci-dencia de juicios entre dos seres humanos deidéntica probidad y honradez: Vargas yAntonio José de Sucre. Se trata del juicio deambos sobre la conducta militar de Andrésde Santa Cruz en la campaña de Interme-dios, cuando dejó plantado al cumanés enLima y se apresuró en marchar al Alto Perúcon la previsible instrucción del presidenteperuano Riva Agüero de anexar las provin-cias altas al antiguo Virreinato de Lima. Talcomo ocurrió en toda su carrera militar, estacampaña fue desastrosa, porque hubo ape-nas la escaramuza de Zepita que le valió eltítulo peruano de Mariscal concedido a él ya otro general; y en cambio Santa Cruz des-istió de batir a Canterac y Jerónimo Valdézen el altiplano, no obstante su superioridadnumérica, y en una sola noche perdió 4.000hombres que lo abandonaron y se pasaron alenemigo.Tratábamos de la conducta que tomarían losindios habiendo visto un ejército tan lucidodel Perú, los batallones tan crecidos y tandiestros en el manejo de las armas (porentonces nos parecía que no habían otrosmilitares más sobresalientes en valor, en dis-ciplina, en moralidad y en todo al fin) volver-se como el humo en nada.…

Sobre este triste episodio hay múltiples cartasde Sucre dirigidas a Bolívar, Santander,O’Leary y otros jefes militares denunciandola discutible conducta militar de Santa Cruz.La versión de Sucre podría sonar parcializa-da, pues la rivalidad con Santa Cruz se re-monta a las vísperas de la batalla de Pichin-cha, pero lo interesante es que el TamborVargas coincide plenamente con Sucre regis-trando en su Diario este juicio elocuentesobre la campaña desastrosa de 1823 quecumplieron Andrés de Santa Cruz y AgustínGamarra en las provincias altas.El Tambor actuaba a órdenes del generalLanza, y él es el protagonista en ese pasajedel Diario. Las fuerzas de la patria debíanconcentrarse en Oruro, donde esperaba Ga-marra con 2500 hombres, trayendo despa-chos de general de brigada a Lanza, expedi-dos por Riva Agüero, presidente del Perú.Cumpliendo la orden, Vargas había llegadoel 23 de agosto a Oruro, comandando 700hombres, la mayor parte lanceros de a pie.¿Pero qué ocurría entretanto con Lanza?El 8 había salido para Oruro porque el Virreydon José de la Serna asomaba que veníadetrás del general de la Patria don AndrésSanta Cruz. Este último señor venía a reunir-se con el general don Agustín Gamarra quedije se hallaba en Oruro para dar el comba-te en las pampas de Oruro (campos de Se-pulturas) adonde salieron ya de Oruro losgenerales don Andrés Santa Cruz y donAgustín Gamarra, tomando el general donJosé Miguel Lanza su vanguardia del ejércitodel virrey la Serna que pasaba para el pueblode Sorasora con la fuerza de 3500 hombrespor un lado del ejército de la Patria, que reu-nidos los tres generales Santa Cruz, Gamarray Lanza hizo el número de 4800 y estuvieronmirándose ambos ejército.Esta es una constante en la vida militar deSanta Cruz, que se repetirá cuando defiendala Confederación frente al chileno BlancoEncalada, a quien le franqueó la retirada,con todo y pertrechos, sin disparar un solotiro. El día 12 y estando para empezarse ya losfuegos, la Patria no hizo más movimientoque estarse mirando y dejarlo pasar al ejérci-

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General Goyenechedesde Oruro quese sometiesen alas autoridades lejítimas, resibiópor respuesta

que sesenta mil cochabambinos

se hallavan dispuestos a

resibirlos siempreque tratase de ir a ella...

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to del señor virrey como que se pasó; laPatria dio media vuelta y se entran a Oruro.Pero a pesar de que la gente del virrey esta-ba enteramente estropeada, cansada la caba-llada, la gente esperaba siquiera un cortoprincipio de tiroteo para pasarse pronuncian-do a la Patria, que si no es la impericia o co-bardía del general en jefe don Andrés SantaCruz entonces hubiese ya triunfado entera-mente la causa de la libertad americana. So-bre la retirada de la Patria hay mil opinionesque no pueden sacarse una consecuencia,una poca de verdad.El 15 de septiembre por la noche empezó adesfilar de Oruro la Patria con mucho ordenhasta Calacaja y de allí sin orden la máspequeña dispersos enteramente por variasdirecciones conforme pudieron.El 16 estaba escueto Oruro.A la 1 del día entró el señor virrey a Orurocon 5800 hombres vencedores sin un tiro defusil y pasan en pos de los corredores. Desdela distancia de tres leguas (el punto deCalacaja muy cerca de Oruro) principiaron atomar prisioneros en toda la retirada de laPatria y el avance de las tropas españolas;hasta el punto de Sicasica tomaron casi lamitad del ejército de la Patria que componíaen ese momento todos reunidos 5000 hom-bres. Así siguen la retirada, o dispersión oderrota de la Patria, que no sé qué decir detal corrida; unos por el Desaguadero, otrospor al Joya, algunos por Huancaroma, otrospor Chilahuala y Nasacara y por todos lospuntos que podían pasar.El general Lanza viendo todo el desastre ocu-rrido (o sería por orden del general en jefe)tomó la dirección del pueblo de Calamarcapara el pueblo de Luribay el día 21 de sep-tiembre con 600 hombres no todos reunidossino por compañías, por mitades de compa-ñía, a este tenor con los cansados y enfermosse segregó del ejército.Sucre narra el episodio con mayor correc-ción, pero es seguro que con menor fuerzaexpresiva. El Tambor había captado la magni-tud del desastre del ejército de la Patria enuna acción insulsa. Luego del triste episodio,el general realista Olañeta pudo tomar LaPaz y marchó por Río Abajo en persecución

de Lanza, que se había refugiado enInquisivi. Todos emigraron de los pueblos donde pisa-ba las tropas españolas, agrega el Tambor. Veamos ahora el juicio de Vargas sobre Lan-za y otros generales de la patria como PedroBlanco y José María Velasco, quienes seríanpresidentes de la nueva República. El episo-dio está referido a la batalla de Falsuri, en lacual sólo el teniente coronel Castro, al man-do del batallón 4, había defendido sus posi-ciones con firmeza, pero con trágicas conse-cuencias. Más bien el 4 se sostuvo así es que cayó ínte-gro, siendo por todo muertos 73, heridos 38.Así sucedió en la batalla de Falsuri. Lo másnotable fue que habiendo jefes de mayor gra-duación (como son el general Lanza, el coro-nel Velasco, el teniente coronel Soler y otrosjefes que no me he acordado bien de susnombres) el director de la batalla fue elteniente coronel don Pedro Blanco. Pudohaber sido valiente don Pedro Blanco paracargar con un escuadrón pero no como paradirigir una batalla ni dar un plan de ataque,así es que paricía un juego de niños dichaacción de Falsuri porque ya a las 11 del díafue enteramente concluida toda. Los generales se exiliaron voluntariamente.José Miguel de Velasco, Pedro Blanco, elteniente coronel Soler y otros oficiales huye-ron a Lima, mientras el general Lanza queda-ba solo a enfrentar la sañuda persecución delos realistas.Lanza había reagrupado fuerzas pero recela-ba de la conducta dual de los indios. Tratábamos de la conducta que tomarían losindios habiendo visto un ejército tan lucidodel Perú, los batallones tan crecidos y tandiestros en el manejo de las armas (porentonces nos parecía que no habían otrosmilitares más sobresalientes en valor, en dis-ciplina, en moralidad y en todo al fin) volver-se como el humo en nada.… Así la pasába-mos con el general Lanza los compañerosmás fieles y más adictos al sistema de lalibertad de la Patria (que éramos pocos) enuna crítica lastimosa, y más cuando descon-fiaba el general en los demás compañeros ymucho más en la indiada.

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El Tambor había captado la magnitud del

desastre del ejército de la Patria en unaacción insulsa.

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A tal grado se alarmaríaLanza, que había ins-truido a sus hombresrefugiarse en la Amazo-nía, detrás de la cordi-llera de Mosetenes, yreagruparse allí, en lajunta de los ríos de LaPaz con el de Miguilla oen Cotacajes. Toda es-peranza se había esfu-mado: Ya aunque no tengamosla dicha de ver triunfan-tes nuestra opinión por-que será tarde y costarátodavía mucho el ver la

libertad de toda la América.Con todo, el general realista Jerónimo Valdéshabía enviado un emisario a Lanza paraganarlo a la causa de la Constitución espa-ñola contra las fuerzas de Pedro Antonio deOlañeta, y el bravo José Miguel había apro-vechado la oferta para pedir una tregua detres meses. En marzo la situación de Lanzaera muy comprometida, pues lo perseguía elcoronel la Hera desde Cochabamba, elcomandante Francisco España, el coronelManuel Ramírez, el comandante PedroAntonio Asúa y la tropa enviada por el gene-ral Valdés, que sumaban 2200 hombres con-tra 500 de la patria. Ya desbandadas nuestras fuerzas, Lanzahabía huido a Totora disfrazado de comer-ciante; pero desde allí había pedido la cele-bración del armisticio aduciendo que suDivisión de los Valles había sido destruida,pero que era necesario restituir la obedienciaque le tributaba la gente de todo el interior.Valdés sopesaba muy bien el triunfo que sig-nificaría atraer a Lanza a las filas del generalOlañeta; por eso instruyó a todos sus jefesrespetar el armisticio. El bravo guerrillero sedirigió confiado hacia Palca, pero igual fuereconocido y apresado, y así cargado de gri-lletes y cadenas entró a Palca. El Tamborcomentaba: !Ah, pueblo! En aquel día se vieron en unaconfusión desesperada, todos atónitos, sinpoder casi articular se miraban unos a otros,

se enmudecían al ver entrar por segunda vezprisionero a Lanza, se suponían ser este pue-blo el más desgraciado, un llanto de toda lagente de ambos sexos, a pesar de las brava-tas de los soldados ya no tenían miedo algu-no. Dejemos en la prisión al general.De qué magnitud serían las consecuenciasde la pésima conducción de Andrés de SantaCruz , que al fin Lanza cayó prisionero y fueconducido a Palca. ¡Y todo esto ocurría afines de junio del 24, pocos meses antes deJunín y Ayacucho; a menos de un año de lacampaña de Sucre en el Alto Perú y de latoma de La Paz por los hombres de Lanza!

EpílogoSucre ejecutó un paquete conflictivo dedecretos que dejó el Libertador a su paso porChuquisaca. Tres en particular le causaronserios problemas: la abolición del tributoindigenal, que tuvo que ser restituido; lareforma eclesiástica, la más avanzada en elContinente, pues expropió numerosos con-ventos, haciendas, censos y capellanías; y laemisión de bonos para pagar la recompensade un millón de pesos de plata decretada porel Congreso boliviano a favor de los miem-bros del Ejército Libertador.Una vez que salió, Santa Cruz se apresuró enreforzar el tributo indigenal, detener la refor-ma eclesiástica y despedir a los últimos con-tingentes de tropas colombianas. En los diezaños de su gobierno dio muestras innegablesde su condición de estadista y legislador; pe-ro hay un hecho sintomático: Santa Cruzprocuró también borrar la memoria de Anto-nio José, suspendiendo (¡hasta hoy!) los fes-tejos del aniversario de Ayacucho cada 9 dediciembre dispuestos por ley expresa, que en1825 fueron más solemnes que el propio 6de agosto. Aun más: en la Colección Oficial,que publica las primeras leyes de la Repú-blica desde el célebre decreto de 9 de febre-ro, no hay una sola mención a Sucre en lasleyes y decretos correspondientes a los 10años de gobierno crucista, ¡pero ni siquierauna declaratoria de duelo tras el asesinatodel Mariscal de Ayacucho en Berruecos!

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Lanza había huido a Totora disfrazado de

comerciante; perodesde allí había

pedido la celebración del

armisticio aduciendo que su

División de losValles había sido

destruida

Ramón Rocha Monroy, Periodista y escritor.

Portada del libro: “Diario de un combatiente de la guerra deIndependencia 1814 - 1825. José Santos Vargas.ABNB/Fundación Cultural BCB/Plural Editores, 2008

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Que sino, hace que la historia alumbre contodo su resplandor algunos acontecimientosy héroes, mientras a otros cubre de tinieblasy quedan en el olvido.

En este Bicentenario de la Guerra de laIndependencia, es irrenunciable una refle-xión para reparar esos injustos olvidos.Nosotros ciudadanos del siglo XXI, debemosrestituir y ubicar a esos héroes olvidados enel pedestal de la gloria eterna.

Empezando nuestra reflexión, es necesarioubicar las causas que determinaron este ol-vido o por lo menos posponer en su relie-vanza histórica. Indudablemente la causaprimaria esta en el EGOISMO natural de loshombres, que incluso forma parte de la es-tructura ideológica de algunos paradigmas.También se puede ubicar en la ineptitud dealgunos historiadores de interpretar la histo-ria en su verdadera dimensión y magnitud.

Otra causa no menos significativa esta en larivalidad de los protagonistas de esos hechoshistóricos, que de hecho pretenden minimi-zar las glorias del contrincante externo eincluso en las rivalidades internas de estosprocesos.

En nuestro siglo de la cibernética, la identi-dad histórica e ideológica tienden a desapa-recer por completo, por que se pretende im-poner una aldea planetaria, con una econo-mía y tecnología globalizada; así en estemundo globalizado, pierden su realidad losEstados Nacionales, por lo tanto su historia.Para, esta propuesta solo la tecnología y laeconomía serian las fuerzas que muevan eldesarrollo de la humanidad.

Pero para los hombres y mujeres que nosconsideramos productos de la historia, que

somos la fuerza que construye la grandezade los pueblos y de los hombres, que dacalidad y calidez a la humanidad.

Con esta premisa queremos reclamar por loshéroes olvidados o pospuestos.

En este Bicentenario del Guerra de la Inde-pendencia debemos exaltar con fuerza porlos patriotas que con su sangre y sacrificioconstruyeron los paradigmas que aun esta-mos gozando en este siglo XXI. La historiaescrita y enseñada hasta ahora, ha olvidadode enaltecer la patriótica labor de muchospaladines de la libertad.

Cochabamba esta obligada a rescatar estasfiguras, como la del glorioso comandanteDon Francisco del Rivero, Bartolomé Guz-mán y cientos de patriotas más.

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En esteBicentenario del

Guerra de laIndependencia

debemos exaltarcon fuerza por

los patriotas queson su sangre

y sacrificio, construyeron losparadigmas que

aun estamos gozando en este

siglo XXI.

Los Héroes OlvidadosTeófilo Manzano

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Estos patriotas lucharon con extraordinarioheroísmo tiene que ser restituidos a la eternagloria de la historia.

En un ligero esbozo de la figura de Franciscodel Rivero, vemos al soldado sin par, coman-dante militar, jefe político después de laRevolución del 14 de Septiembre de 1810.bravo soldado que se batió con los realistasde nuestros valles y en las agrestes tierras delaltiplano. Soldado de la Patria y genio en laformación de la República. Esta extraordina-rio Patriota no puede ser pospuesto, su figu-ra tiene que ensalzar en todos los altarespatrios, que se erijan para los desfiles cívicosdepartamentales. Su monumento tine queubicarse en el pedestal de alguna plaza quelleve su nombre. Los libros de historia, com-plementaran su contenido con la labor deeste y otros patriotas olvidados. Las escuelasy colegios deben dar más espacio en lossaberes de las lecciones históricas.

La historia se ha equivocado, acusándole de

traidor, todo por una mala interpretación, oquizás incluso mal intencionada. Sabemosque la Batalla de Hamiraya fue gloriosa enprincipio, favorable a las patriotas, pero unareacción inmediata de los realistas se tornoen derrota y en masacre a los patriotas;Hamiraya fue bañada de sangre y el Ejércitopatriota se desconcentro. Ante esta realidadinesperada el Cabildo de Cochabamba, soli-citó el “Cese de Fuego”. En obediencia aesta dispocisión Francisco del Rivero, repu-blicano de convicción y fiel a la democraciase dirigió al ejército realista, solicitando el“Cese de Fuego”. Esta figura jurídica, deguerra, no es traición, ni sometimiento alenemigo.

Es una “CAPITULACIÓN” momentánea;para reorganizar el ejército, reponer las fuer-zas, los pertrechos bélicos y otros y conti-nuar con la guerra hasta llegar a su objetivofinal, de imponer una patria libre.

Es tiempo de interpretar correctamente lahistoria y restituir a los patriotas injustamen-te olvidados o pospuestos.

Esta referencia sirve también para otrospatriotas olvidados como Don BartoloméGuzman ideólogo y guerrero de este proce-so libertario.

En estas preocupaciones también debemosrechazar la pretensión de dividir la Guerrade Independencia en antes y después de1809 – 1810. ¿Que se pretende con esa sutildivisión?, glorificar más a una etapa y menosa la otra de esta guerra. Nefasto error, porque los patriotas a lo largo de los casi 300años de coloniaje, lucharon con igual valen-tía, sacrificio y por el mismo adjetivo delegarnos una PATRIA LIBRE Y DIGNA.

La patria es de todos sin ninguna exclusión.

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Francisco delRivero,

republicano deconvicción y fiel a la democracia

se dirigió al ejército realista,

solicitando el “Cese de Fuego”.

Esta figura jurídica,de guerra, no es

traición, ni sometimiento al

enemigo.

Teófilo Manzano, Profesor de Ciencias Sociales. Sociedad deEstudios Históricos del Colegio de Arquitectos.Integrante de la Asociación del Bicentenario de las LuchasLibertarias de Cochabamba.

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Introducción

Desde el “descubrimiento”, conquista ycolonización, América, pasó a reforzar unmundo occidental euro céntrico en construc-ción, en el cual la idea del lugar que ocupa-ba y de la utilidad que tenía, iban variando alo largo de los tres siglos de colonización.

Desde el momento en que se tiene noticiasdel descubrimiento de un nuevo continentey principalmente de sus abundantes rique-zas, se inicia una verdadera competencia enEuropa entre las potencias rivales, en el afánde descubrir o invadir, conquistar y colonizarvastas tierras ricas en recursos naturales.

Desde una visión andina o de nosotros mis-mos, la llegada de los europeos significó untotal desencuentro de dos culturas muy dife-rentes. Este desencuentro va significar la casidesestructuración de sus formas de organiza-ción social, económica, política, cultural yprincipalmente de sus prácticas religiosas delas sociedades indígenas.

La Corona Española, en América, aplicó conrigor su nuevo ordenamiento político, eco-nómico y cultural a partir del siglo XVI, locual va a dar origen al surgimiento de unanueva estructura social. Estos cambios intro-ducidos, principalmente en el área Andina,no siempre van a ser aceptados de manerapacífica, por el contrario, hubieron alza-mientos indígenas, incluso durante lasReformas del virrey Francisco de Toledo, esel caso del Inca Tupac Amaru I en 1572.

Desde el siglo XVI hasta el XVII se fueronacentuando las Monarquías Absolutistas enEuropa, fueron los Reyes que empezaron atener el poder absoluto sobre sus súbditos,

por otra parte estos siglos se caracterizan porlas constantes guerras entre potencias rivales.En el caso de España, tuvo que librar variasguerras, por un lado con Inglaterra, su eternarival, Países Bajos, Francia y otras naciones.

En el siglo XVII y parte del siglo XVIII, Españaperdió el sitial de considerarse la primerapotencia de Europa por las constantes gue-rras que libró con las naciones vecinas; estasituación generó varias crisis económicas ypolíticas. Con la llegada de Carlos III en1760 –de la dinastía de los Borbones–, al rei-nado de España, se acentuaron varios cam-bios estructurales en el ámbito económico,político, social, religioso y militar, los mis-mos que se aplicaron en América.

Estas Reformas tuvieron repercusión en elárea andina de América en 1780. Los movi-mientos indígenas en Bolivia – Norte dePotosí con los hermanos Katari, Julián Apazaen el departamento de La Paz, Tupac Amaruen el Perú y otras rebeliones sociales; el his-toriador Charles Walker (1999) ha considera-do a estas rebeliones como pre independen-tistas, sobre todo el movimiento de TupacAmaru.

1. El Pensamiento Político En El Siglo De LasLuces: Europa, España - América, SigloXVIII

En Europa el clima intelectual se pobló detemas como: la razón, el progreso, el orden,los derechos naturales, la ciudadanía, que seconstituyeron en las enseñas de nuevos esti-los de lenguaje. Como todo movimientointelectual, la ilustración contó con un grupode personalidades que marcaba el derrotero

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En el siglo XVII yparte del sigloXVIII, España

perdió el sitial deconsiderarse la

primera potenciade Europa por las constantes guerras que libró con las

naciones vecinas

Las Reformas Borbónicas y sus Repercusionesen el Proceso de Independencia en América – El Alto Perú

Susy N. Portillo Espada

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y con un número indeterminado de seguido-res, más o menos fervorosos o leales, queacogieron actitudes, lenguajes y programascon grados variables de conciencia y com-promiso.

En este siglo, surgen varios pensadores,cuyas ideas revolucionaron varios camposde conocimiento.

Dentro el pensamiento político podemosseñalar a John Locke, ya en el siglo XVIIconstruyó una doctrina del nuevo régimende gobierno, ponía límites a sus alcances ysostenía el derecho de las mayorías a ejercerel gobierno. Montesquieu, procuró hallarrespuestas a los problemas suscitados por larelación entre el poder y las libertades indi-viduales.

Voltaire, defendía la tolerancia religiosa, losderechos individuales y la libertad intelec-tual. Rousseau, abrió un nuevo camino en laconcepción de la sociedad y la política, esta-blece la relación entre una sociedad igualita-ria y el gobierno republicano. Estos dosmodelos obraron en la mente de los insurrec-tos colonos ingleses de América en 1776, alestablecerse el texto de la Declaración deIndependencia.

Este conjunto de doctrinas eran fruto de lareflexión de pensadores individuales y de laexperiencia histórica acumulada. Llegaron aAmérica no solo constituidas como un cuer-po teórico, sino como un conjunto de verda-des compendiadas y casi de prescripcionesprácticas.

Las ideas de la Ilustración habían penetrado,ciertamente, en ese mundo colonial, lasideas de los pensadores franceses llegaron através de sus divulgadores españoles, paralos cuales ciertos aspectos de ese pensa-miento estaban vedados o fueron cuidadosa-mente omitidos.

Muchos autores, viajeros y embajadoresconsideraron que España de mediados delsiglo XVIII había quedado fuera de estemovimiento y estaba al menos dos siglosatrás de los demás países.

La imagen de España atrasada ha sido cues-tionada. Los debates del espíritu, la agitación

e inquietud intelectual y los debates econó-micos traspasaron los Pirineos. La ilustraciónespañola parece como un movimiento queperseguía objetivos políticos concretos ycontenía motivos más prácticos y utilitarios,como también mucho menos rasgos caracte-rísticos de tipo teórico y especulativo.

Un gran parte de las personalidades sobresa-lientes de la ilustración del siglo XVIII enEspaña fueron altos funcionarios del Estadoque durante sus actividades políticas aplica-ron los conocimientos ilustrados en forma dememoriales y dictámenes políticos: así loshicieron Campillo, Ensenada, Aranda,Campomanes, Floridablanca y Jovellanos.

El objetivo principal de los españoles ilustra-dos fue la reactivación de la economía delpaís, objetivo que impulsaría todos los pla-nes reformistas que se propusieron aplicar endistintos campos de la vida del Estado.

En síntesis la ilustración española estuvomarcada por un fuerte patriotismo, el cualbuscaba un renacer de España. Esto solo seconsideraba posible mediante la revitaliza-ción de la economía, para lograr esto sedebían tomar medidas reformistas, no soloen campo de lo económico, sino tambiénpreviamente en lo cultural y social, así comoen la administración del Estado.

En las colonias se fundaron escuelas de pri-meras letras y de Gramática, al tiempo queproliferaron otras formas de alfabetizacióncon preceptos privados y maestros pagadospor los vecinos. Se establecieron universida-des Reales en ciudades como Quito y SantaFe.

En las colonias, los temas de la ilustración,por un lado propiciaron nuevas aproxima-ciones al conocimiento, a la naturaleza y a lasociedad, y, por otro dieron lugar a formas deasociación y a instituciones que más tardelos criollos convirtieron en sus baluartes.Como en España, las tertulias y las So-ciedades de Amigos del País fueron adopta-das como formas de reunión de lectores ypensadores y de discusión de cuestiones dela política y la ciencia, y de las letras delsiglo.

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y, por otro dieron lugar a

formas de asociación y a

instituciones quemás tarde los criollos convirtieron

en sus baluartes

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2. Las Primeras Reformas BorbónicasIniciada Por Felipe V Primeras Décadas DelSiglo XVIII.

Luego de la muerte de Carlos II, la elecciónde Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV deFrancia, con el nombre de Felipe V comoRey de España (1700-1746), dio lugar a laguerra de Sucesión Española, en la que losfranceses se enfrentaron no solo con losAustria, sino con Gran Bretaña, Holanda yPortugal. Fue una guerra que tenía comoobjetivo hegemonizar el control económicoy político sobre vastos territorios. Salió vic-toriosa en esta guerra Inglaterra y de estamanera se convirtió en el árbitro de Europa.Por el reparto pactado entre los contendien-tes en el Tratado de Utrecht de 1713, Españaconservó sus colonias americanas pero per-dió sus posesiones en los Países Bajos y enItalia. Inglaterra obtuvo el derecho deAsiento, que le permitía introducir legalmen-te esclavos en las colonias americanas portreinta años. Felipe V y el emperador deAlemania no firmaron el Tratado. Inglaterra yFrancia, por el contrario firmaron adicional-mente una alianza en Hannover, en 1716,para velar porque se observase lo pactado.

El cambio de la dinastía de los Austria por losBorbones en siglo XVIII, significó paraEspaña el inicio de varios cambios económi-cos y políticos, pero para las colonias ameri-canas no implicó mayores cambios en la pri-mera mitad del siglo XVIII. Los Borbonesheredaron de los Austria una monarquía queveía su poder enfrentado por dirigenciasregionales, nobles, eclesiásticos y adminis-traciones locales afianzadas en el manejo delos recursos fiscales, militares, y la justicia.Esta situación debía cambiar lo antes posi-ble.

Para la investigadora Margarita Garrido,(2001) los ecos de la ilustración, en España,se tradujeron en nuevos programas, que conel avance del siglo llegaron a afectar todoslos aspectos de la vida en las colonias.

Felipe V se embarcó en una política exterioragresiva y costosa para recuperar las posesio-nes italianas, no logró su cometidos por elcontrario tuvo que renunciar a sus derechos

en Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Milán y soloobtuvo que los ducados de Parma y tosca sele atribuyeran a Don Carlos, su hijo mayor,futuro Carlos III.

Durante su reinado se comenzó a debilitarla influencia de los nobles en el gobierno alpasar los centros de decisiones de losConsejos (de Estado y de Indias), dominadospor estos, a las Secretarias en las que se fuefortaleciendo una burocracia, premiada a suvez con títulos.

Se dictan los Decretos de Nueva Planta, don-de Aragón, Valencia y Cataluña dejaron deser unidades separadas y tuvieron que acep-tar impuestos y subordinación al monarca.

Se crearon las Intendencias, las cuales fueronencargadas de la gestión de Hacienda,Justicia y Administración Civil y militar parala mayoría de las provincias entre 1711 y1724. Los virreyes fueron sustituidos porcapitanes generales. El regalismo se acentuómarcando el signo que tendría durante todoel siglo. Los impuestos también aumentarony los precios tendieron a subir.

Fernando VI (1746-1759), adelantó una polí-tica exterior de paz e inició un programa demodernización del Estado hacia una mayorintervención, logrando una relativa recupera-ción del tesoro español.

Durante su reinado se firmó un tratado limí-trofe con Portugal, por el cual España recibíaColonia do Sacramento, puerta de entradadel comercio por el Río de la Palta al AltoPerú, a cambio España cedió dos áreas, unade las cuales correspondía a territorio de lasmisiones jesuitas del Paraguay. Las comuni-dades guaraníes fueron obligadas a abando-nar sus asentamientos con fatales conse-cuencias, su resistencia fue derrotada en1756. Junto a sus ministros Cenón deSomodevilla y José de Carvajal, planteó unprograma de reformas que buscaba la reor-ganización del gobierno, el fortalecimientodel ejército y de la marina, grandes obrasciviles y el comercio de las colonias fueronprioritarios.

Como se observa, las medidas estuvieronorientadas a controlar mejor la administra-ción y el gobierno, reforzar el sistema de

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para las colonias

americanas no implicó mayorescambios en la primera mitad del siglo XVIII.

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defensa, aumentar la rentabilidad fiscal y elcomercio.

La medida que abrió el proceso de Reformaadministrativa fue la creación de una Secre-taria de Estado para las Indias y el desplaza-miento del Consejo de Indias. Esta últimainstitución fue convertida en una agencia deinformación para los ministros, posterior-mente recobró funciones de cuerpo consulti-vo.

Paralelamente, en las colonias americanashabía una relativa autonomía por la clasecriolla, lograda desde el siglo XVII hastamediados del siglo XVIII, esta clase podíaocupar cargos en la Audiencia por compra elcual había empezado en 1687. Es importan-te señalar que la Corona recurrió a la ventade nombramientos para financiar sus altoscostos de guerra con Francia en el siglo XVIIy con Inglaterra en el siglo XVIII. Lo que sevendía no eran los altos cargos sino los nom-bramientos a los individuos, razón por lacual los que compraban este nombramientono tenían privilegio sobre el puesto ni posi-bilidad de que este fuera hereditario.

En América esta práctica contribuyó a lacorrupción del sistema administrativo desdemediados del siglo XVII y especialmente conlos cargos de corta duración.

Como se observa, la autonomía lograda porlos Oidores coloniales fue notable, fue la“edad de oro del poder político de lasAudiencias”. Fue en el reinado de Carlos IIIque cambió el signo de todas las Audienciasde América, de criollo a peninsular, segúnJonh Lynch fue una “segunda conquista”.

3. Reformas Borbónicas De Carlos III

Cómo señalamos en anteriores párrafos lasmentalidad reformista empezó desde las pri-meras décadas del siglo XVIII, sin embargo elgran momento de la reforma fue la época deCarlos III y, en especial, cuando estuvoencargado de la Secretaria de Indias José deGálvez (1776-1787).

3.1 Antecedentes y causas

Carlos III, es considerado por la mayor parte

de los historiadores como unos de losmonarcas más destacado, del “despotismoilustrado europeo” junto a José II de Austria,Federico II el Grande de Prusia y Catalina laGrande de Rusia. Sucedió a su hermanoFernando VI y se consagró como soberano deEspaña el 17 de julio de 1760.

Cuando Carlos III asume el control deEspaña, Europa se encontraba en medio devarios conflictos, dos países estaban en gue-rra, Francia e Inglaterra, denominada “guerrade los siete años” (1756-1763). Unos tresaños antes de que asumiera el reinado CarlosIII, el anterior monarca Fernando VI se man-tuvo neutral en este conflicto, Carlos III tam-bién quiso mantener la misma política deneutralidad, sin embargo, Francia que estabacamino de perder la guerra luego de la caídade Quebec, presiona a España para que leayude y se comprometa con esta contienda.

España interviene en esta contienda no solopor presión de Francia, sino también por quetiene otros motivos, como ser sus constantesreclamaciones a Inglaterra por la explotacióndel palo de Campeche en la Costa de Hon-duras en Centroamérica. Siendo esta la situa-ción, España firmó en París el 15 de agostode 1761 el tercer Pacto de Familia conFrancia.

Inglaterra gracias a su poderío naval ocupótemporalmente La Habana y Manila, estosignificó para España una humillación, tuvoque rendirse y firmar el Tratado de París el 10de febrero de 1763, además tuvo que reali-zar concesiones de territorios a este país.

Para historiadores como Armando de Ra-món, Samuel Vial1, esta contienda significóuna lección que la guerra de los siete añosmotivo a Carlos III a planificar profundoscambios; comprendió que la mantención delimperio tendría que pasar por una reformaglobal de sus estructuras económicas, políti-cas y administrativas. Estos cambios modifi-carían la administración de América.

3.2 Las Reformas

Los cambios en la estructura administrativa,política y económica estaban inspirados entres objetivos:

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motivo a Carlos III a planificar profundos cambios;

comprendió que la mantención delimperio tendría que pasar por una reforma global de sus estructuras

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• Hacer más eficaz el control político quetenía la Metrópoli sobre las provinciasde Ultramar

• Obtener un mejoramiento de las técni-cas de producción agrícola y minera enlas Indias

• Alcanzar una estimulación de la econo-mía necesaria para producir un mejora-miento y un aumento de los ingresos fis-cales de la Corona.

Carlos III tenía conciencia del grado de ade-lanto al que habían llegado las colonias.Estaba enterado del grado de organizaciónpolítica que habían alcanzado, de su posibi-lidad de auto gobernarse eficazmente y de suadelantado comercio y sus primeros intentosindustriales, sabía que se trataba de coloniasmuy pobladas y que contaban con un grupodirigente de alta calidad. No ignoraba, tam-poco, que tanto los ingleses como los france-ses aspiraban a sustituir a España en la domi-nación que este ejercía sobre casi todo uncontinente. Son por estas razones que elgobierno español introduce varias reformassobre el resguardo de las fronteras con el finde mantener unido el imperio durante elmáximo de tiempo.

Para llevar a cabo varias de las Reformas,Carlos III se rodeo de algunos hombres inspi-rados e influenciados por la ilustración, ellosfueron: Pedro Balboa Abarca de Bolea,conde de Aranda, designado presidente delConsejo de Castilla, Pedro Rodríguez deCampomanes, nombrado fiscal del Consejode Castilla y José Moniño y Redondo nom-brado Secretario de Estado. Pero el hombremás importante para ejecutar las reformasfue José de Gálvez, hombre de confianza delrey. Todos ellos implementaron las principa-les líneas de la reforma.

Reforma eclesiástica

Fue una de las reformas importantes realiza-da por los borbones que pretendían unamayor intervención del poder real en lasfacultades de la Iglesia Católica, tendían ahacer crecer y extender el ámbito de acción

de la Iglesia en América. Esta Reforma tam-bién procura lograr una mayor subordina-ción de la jerarquía eclesiástica al poder real.“A esta tendencia se la llamaba regalismo yestaba en consonancia con los propósitos decentralización y uniformización tendientes ahacer más absoluto el patronato sobre laIglesia de América”.

Los borbones buscaron disminuir la interven-ción del Tribunal de la Nunciatura formadopor sacerdotes extranjeros y el Tribunal de laCruzada sobre la Iglesia española y a debili-tar la acción de los Tribunales eclesiásticosnacionales.

El hecho político más notable de la relaciónEstado – Iglesia, lo constituyó la expulsión dela Compañía de Jesús de los dominios del reyde España. Esta Compañía fue acusada depracticar ritos chinos, de ser contrabandistasy comerciantes, de agitadores en el Paraguay,de mantener en la ignorancia a los indios desus reducciones, etc. Luego de esta fuertecampaña en su contra, aunque no se probóninguna de las acusaciones que implicabana los miembros de esta Orden, los jesuitasfueron expulsados de varias regiones deEuropa y de España por decreto del 27 defebrero de 1767.

La orden de expulsión en América tuvorepercusiones. La Compañía de Jesús en estecontinente contaba con 120 colegios, 2750religiosos. Esta orden fue cumplida en elAlto Perú el 17 de agosto de 1767.

Las Reformas Militares y la Creación delEjército

El objetivo de esta reforma era asegurar laestabilidad y parte sustantiva del programade fortalecimiento de la autoridad, el con-trol, el poder y la presencia del imperio ensus colonias del Imperio Español enAmérica. La experiencia de la guerra de lossiete años y varias guerras que libro España,develaron la debilidad de resguardo de susfronteras. Esta situación dio lugar a la tomade acciones urgentes, organizó en Américavarios cuerpos de ejércitos

Inicialmente esta reforma se aplicó en elVirreinato de Nueva España, luego en el Perúy nueva Granada. Se crearon batallones fijos

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asegurar laestabilidad y parte

sustantiva del programa de

fortalecimiento de la autoridad,

el control, el poder y la

presencia del imperio en

sus colonias

1 Ruptura del viejo orden hispanoamericano, 1993, pp.17

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sobre todo en los puertos principales sobre elCaribe y el Pacífico y se organizaron miliciasen el interior. El incremento de batallones yla creación de milicias afectó, en ciertamedida, el orden social colonial, dio lugar anuevos sentidos de pertenencia y cambio elpatrón de gastos del tesoro en las colonias.

Aunque con mucho recelo de los virreyespor las consecuencias que pudiera tener parala seguridad interior, el ejército colonial seamericanizó: del 34% de oficiales criollos en1740 pasó al 60% en 1800, y del 68% detropas criollas en 1740 -1759 pasó al 80%en 1780 -1800. Los batallones se comple-mentaron con milicias constituidas por crio-llos y por población libre de todos los colo-res.

De esta manera se organizaron los ejércitoscon los criollos, España solo se limitó aenviar oficiales y equipamiento. En 1764 seacordó un programa para la creación deestos ejércitos coloniales, aprovechándose lainfantería regular y los regimientos de drago-nes ya existentes, a los cuales se uniría uncuadro permanente de oficiales y soldadosespañoles.

Reformas Administrativas: Nuevos Virreina-tos y Regentes

Los cambios administrativos afectaron tantoa los organismos de la Metrópoli como aAmérica. El 26 de agosto de 1764 fue dividi-da la Secretaria de Marina e Indias en dos, seconstituye una secretaria especial para lasIndias que se llamó Ministerio del DespachoUniversal de Indias. Esta división obedecía aun aumento de la complejidad del gobiernode América y Filipinas y a la necesidad defomentar el comercio, la extracción de mine-rales y el aumento de la población. EsteMinisterio volvió a sufrir nuevas divisiones.Por decreto de 10 de julio de 1787 se esta-bleció una Secretaria encargada de lo asun-tos de gracia y justicia, eclesiásticos y deestado, junto a esta se creó otra instituciónsobre asuntos de Hacienda, Comercio yNavegación, Guerra y materias de gobiernovariadas.

Varias instituciones que se encontraban en la

Metrópoli continuaron existiendo, salvo laCasa de La Contratación, que fue suprimidapor real decreto de 118 de junio de 1790. Ensu remplazo se crearon los juzgados de arri-bada instalados en Cádiz, la Canarias y laHabana, dándoseles competencia sobre losproblemas comerciales surgidos con motivode la navegación entre la Metrópoli yAmérica.

Fueron de mayor importancia los proyectosdestinados a establecer nuevas divisionesterritoriales. Surgen cuatro nuevos virreina-tos: Nueva Viscaya en 1760, Guatemala en1761, Río de la Plata en 1776 y en 1803 enPuno. El único que se llevó a la práctica fueel tercero.

El Virreinato de la Plata incluyó las antiguasgobernaciones de Buenos Aires, de Paraguay,la Audiencia de Charcas y el Corregimientode Cuyo, que hasta entonces dependía delreino de Chile, abarcó por el norte desde elRío Desaguadero (entre los lagos Titicaca yPoopó), donde deslindaba con el Virreinatodel Perú, hasta la Patagonia por el sur, ydesde la Cordillera de los Andes hasta elOcéano Atlántico.

Este virreinato tuvo una existencia de 33años, no solo logró consolidar su estructuraadministrativa, con las guerras de indepen-dencia surgieron cuatro naciones: Bolivia,Paraguay, Uruguay y Argentina.

El 10 de agosto de 1776, Carlos III designóvirrey del Río de la Plata a Pedro Antonio deCevallos Cortés y Calderón (1715-1778) y leenvió al frente de una flota 116 navíos y deun ejército de 9.000 mil hombres.

Junto con la nueva división territorial, se cre-aron nuevas audiencias, entre las más impor-tantes estuvo la Audiencia de Buenos aires,establecida por Cédula Real de 25 de juliode 1782, también fueron creadas las audien-cias de Caracas, en 1786 y la de Cuzco en1787.

No solo fueron aumentadas las Audiencias,también se las modificó internamente. Porreal Cédula dictada en Aranjuez el 20 dejunio de 1176, se creó el cargo de regente, elcual debería presidir estos organismos des-plazando al Virrey o al Gobernador.

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Fueron de mayor importancia los

proyectos destinados a establecer

nuevas divisiones territoriales.

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La Intendencia Indiana

De acuerdo a varios historiadores laIntendencia fue la más innovadora y la demayor contenido. La Intendencia fue unacreación de origen francés, que cristalizó enla península con las superintendencias deEjército de 1711, la Intendencia General deEjército y Marina de 1717 y el plan generalde intendencias para toda España dispuestapor la ordenanza de 1718.

Durante la primera mitad del siglo XVIIIhubo intentos de llevar esta institución aAmérica. Las primeras dos intendencias quese instalaron en América fueron a partir de lasegunda mitad del siglo XVIII. Estas fueronlas de Cuba y Luisiana y tuvieron un carácteradministrativo, se preocuparon de regularmaterias relacionadas con las fuerzas milita-res de aquellas provincias.

En 1776, Pedro de Gálvez fue designadoMinistro de Indias y ese mismo año surgieronlas comandancias generales de provinciasinternas, el nombramiento de José Antoniode Areche como visitador general del virrei-nato del Perú, la creación del virreinato deBuenos Aires y la intendencia de RealHacienda y Ejército de Caracas.

Con la institución de la Intendencia elgobierno fue cauteloso, comenzó porVenezuela, creándose el 25 de noviembre de1776 la Intendencia de Caracas.

En el Río de la Plata se dio al nombradovirrey Pedro Antonio de Cevallos el cargo desuperintendente general de la RealHacienda. Intendente de Ejército fue nom-brado en 1776 como intendente de EjércitoManuel Fernández. Las intendencias que seestablecieron fueron ocho: La Paz,Cochabamba, Charcas, Potosí, Salta,Córdoba, Paraguay y Buenos Aires, a las quese añadieron los gobiernos de Mojos, deChiquitos (ambos en el Alto Perú), Misionesy Montevideo.

Las intendencias fueron reguladas por nume-rosos cuerpos legales, sus atribuciones fue-ron en materias de Justicia, Policía, Hacienday Guerra, llamadas la Cuatro Causas.

Sobre las atribuciones de estos nuevos fun-cionarios, en materia de Hacienda, estabaninspiradas en la necesidad de una restructu-ración económica del imperio, era responsa-ble de la exactitud del cobro de los impues-tos cargas y tributos de su provincia. Estabaencargado de la administración y direccióngeneral de la Real Hacienda, de la ordena-ción de los pagos y de regir la caja matrizque recibiría los dineros.

En materia de Justicia el intendente pasaba atener facultades políticas y de gobierno, den-tro de las cuales estaba la tuición sobre lapaz de las ciudades y poblaciones de sujurisdicción; debía velar por la correctaadministración e inversión de los propiosarbitrios (impuestos extraordinarios), tantode los pueblos de indios, como de las pobla-ciones de españoles.

En materia de Policía, tenía la más ampliaindependencia. Debía proponer nuevasorientaciones comerciales, ensayo de nuevoscultivos, así como el fomento de la pobla-ción, sugerencia de mejoras administrativasy otras medidas similares.

La creación de estas Intendencias con juris-dicción territorial amplia, fue mucho mayorque la de los corregimientos, y con sueldopara el cargo, fue la solución dada a la inefi-caz y corrupta gestión de los corregidores ya las continuas quejas sobre el maltrato a losindios. Cómo señalamos a los intendentes seles encargó la recolección de tributos, la jus-ticia y muchas labores antes pertenecientes alos cabildos. La abolición de los corregi-mientos y la prohibición del repartimiento demercancías fue una medida destinada a ali-viar a los indios y mejorar la administraciónde tributos.

Por tanto, el establecimiento de los intenden-tes en América implicó la desaparición delos corregidores y de los alcaldes mayores,siendo substituidos por los subdelegados quefueron funcionarios de confianza de losintendentes y nombrados por éstos. Fue unade las instituciones más atacadas y mal mira-da por los Virreyes, quienes veían disminui-das sus facultades, fue criticada y combatidapor los obispos y prelados a causa del otor-

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Las intendenciasfueron reguladaspor numerososcuerpos legales,sus atribuciones

fueron en materias de

Justicia, Policía,Hacienda y

Guerra, llamadas la Cuatro Causas

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gamiento de facultades de vice patronatos alos intendentes.

Reformas económicas

La Minería

A mediados del siglo XVIII la actividad mine-ra atravesaba diversos problemas. Entre lascausas más importantes se deben principal-mente al decaimiento minero, hay que con-siderar la pobre tecnología, los deficientesrecursos, mano de obra sin preparación téc-nica y el fomento del contrabando.

Se crearon leyes que consideraron la nuevasituación y otorgaron soluciones más libera-les; un Tribunal para resolver los litigios entremineros, la formación de bancos de avió yrescate para financiar a los mineros en suexplotación y quitarles poder con el a loscomerciantes y prestamistas y la traída deexpertos mineralógicos, con el fin de crearescuelas y enseñar nuevas técnicas de explo-tación a los mineros americanos.

Los Bancos de Rescate se establecieron alfinal del período colonial. En 1792 aparecie-ron en Perú. El Banco de Rescate le ofrecía alminero el precio más alto posible por laadquisición de la producción de plata.También vendía azoque, elemento indispen-sable para el trabajo minero.

La tecnología para los trabajos mineros esta-ba muy atrasada, porque las técnicas que seaplicaban en la segunda mitad del siglo XVIIIno habían evolucionado desde el siglo XVI.Se sugirió el establecimiento de colegiosespecializados para los mineros y se envia-ron a América libros y expertos mineralógi-cos propuestos por José de Gálvez. Se pre-tendió introducir el método de amalgama-ción que entre otras cosas producía un aho-rro de azogue.

La mano de obra era libre y asalariada, soloen el Perú, en las minas de Potosí yHuancavelica aún se mantenía la mita, laque recién vino a ser suprimida en 1812, araíz de la independencia.

Hubo un aumento en la producción argentí-fera y se debe a varias razones: la baja en elprecio del azogue y de la pólvora, el mejora-

miento técnico, los privilegios fiscales a losgremios mineros, el descubrimiento de nue-vas minas y el interés mostrado por loscomerciantes.

La Agricultura

Influyó en los pensadores y ministros espa-ñoles la aparición de la teoría fisiócrata, consus postulados a favor de la agricultura comobase de cualquier sistema económico, perotuvo menos eco en América.

En América la élite minera y comercial invir-tió de manera creciente en la agricultura.Más que las ideas económicas, la motivaciónque llevaba a este tipo de inversión estaba enla inveterada costumbre de comprar tierrascomo instrumento de mantención del statussocial y económico. Además las zonas urba-nas y mineras necesitaban de los productosalimenticios de los campos para podersobrevivir. De ahí entonces que las tierrascultivadas se convirtieran en un excelentenegocio.

Técnicamente no existieron ni se aplicaronen América políticas claras y precisas paradesarrollar la actividad agraria. Solo seseguían las costumbres y prácticas del sigloXVI privilegiándose el cultivo de aquellosproductos de consumo local para evitar suimportación.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII sefomentó la expansión de la propiedad indivi-dual en desmedro de la comunal. Para ello sedio una Real instrucción en 1754, que favo-recía ampliamente la propiedad privadatanto entre los españoles como entre losindígenas. Está política no benefició a losindígenas, porque la instrucción mantuvo elsistema de composiciones, que permitía laadquisición de tierras de manera fraudulen-ta2.

En este siglo aumentaron en número lashaciendas, los hacendados ante la dificultad

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Se crearon leyes que

consideraron la nueva

situación y otorgaron soluciones

más liberales

2 Numerosos personajes como Campillo y Jovellanos fueron parti-darios de la abolición de la explotación comunitaria de las tierras,realizadas por los indígenas, planteando una igualación jurídicaentre el español y el indio, a fin de que estos tuvieran acceso a lapropiedad privada, lo que se lograría mediante el arbitrio de repartirentre éstos las tierras comunales y las baldías.

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de conseguir mitayos, prolongaban el servi-cio de los indios, más allá de los turnos, pormedio del endeudamiento a veces obligado.A fines de este siglo predominaba claramen-te la tendencia a formar grandes latifundiosproceso que no se detendría hasta el sigloXX.

El indio que permanecía en la comunidaddebía responder no solamente a las cargasdel corregidor sino también a las impuestaspor el cura (Archivo de Potosí, se encontra-ron un listado de productos que los indíge-nas debían entregar a los sacerdotes), lascuales no eran menos gravosas.

El siglo de la Ilustración fue, al tiempo, deauge de la producción en mano de obraesclava.

El Comercio Libre

Para llevar a cabo estas reformas se conformóuna junta de expertos, esta Junta sugirió quese dispusiera libertad de comercio entre laMetrópoli y las Indias; el aumento del tráficoesclavista desde África; la disminución de losderechos sobre el oro y la plata, la supresióndel sistema de flotas y galeones y su burocra-cia; la prohibición del recurso de súplica dela ley, lo que no era sino una forma de eva-dir la misma, y el establecimiento de sancio-nes concretas y duras para disminuir el con-trabando. Basado en este informe, se toma-ron diversas medidas, de las cuales las quetenían relación con la libertad de comercio,el cobro de los impuestos y contrabando y, através del aumento consiguiente de los inter-cambios, se buscaba el crecimiento de losingresos fiscales.

Uno de los grandes problemas que tuvo lajunta fue el de proponer una solución queaumentara los ingresos sin incrementar losimpuestos. Se optó por un sistema deimpuestos claramente diferenciados, privile-giándose a los españoles por sobre losextranjeros. Los españoles verían rebajadossus impuestos sobre sus productos y losextranjeros tendrían impuestos más altossobre los suyos, para así ayudar al comer-ciante de la península.

El comercio libre al abrir los puertos españo-

les al tráfico mercantil americano y al permi-tir el comercio entre las diversas provinciasque componían el imperio, estaba consa-grando la muerte definitiva de las viejasestructuras del comercio, pretendidamentemonopólico, de Sevilla - Cádiz. El 2 defebrero de 1778 este libre comercio fue otor-gado a Perú, Chile y el Río de la Plata.

El 12 de octubre de 1778 se dictó elReglamento y Aranceles para el ComercioLibre de España e Indias que fue la culmina-ción de este largo proceso. El autor de esteReglamento fue Tomás Ortiz de Landázuri yla finalidad con su dictación fue la de resol-ver los grandes problemas económicos quehabía sufrido España durante el siglo XVIII.

También se consagra el triunfo del sistema delos navíos de registro, que ahora serían losencargados de llevar a cabo los intercambiosentre la Metrópoli y los puertos autorizadosen las colonias. Pero no habría las puertas alcomercio con países extranjeros al imperio,sino que su propósito era establecer unnuevo monopolio ahora bajo un signo másmoderno, pero no menos exclusivista.

Para el historiador John Linch, el comerciolibre constituyó uno de los grandes equívo-cos de la historia, puesto que para los crio-llos de América no representó ni comercio nilibertad, ello era debido a que el monopolio,se transformó en un mecanismo de mayoreficiencia de lo que era, y se pudo controlarmejor el comercio por parte de las autorida-des peninsulares. Por otra parte los términosdel intercambio favorecían a los comercian-tes de la Metrópoli, ya que se mantuvieron elmonopolio para los mercaderes de ésta,reduciendo a los comerciantes de América alsolo tráfico intercolonial.

Ajuste fiscal

El sistema tributario en las colonias america-nas fue un tema de primer orden. Los estan-cos de aguardientes y tabaco existían enalgunas provincias desde la primera mitaddel siglo, como asientos administrados porun estanquero que los remataba. Entre lasdécadas de 1770 y 1780 éstos fueron pasa-dos a control total del Estado, haciéndolos

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el comercio libreconstituyó uno de los grandes equívocos de lahistoria, puesto

que para los criollos de América no representó ni comercio ni libertad

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más fuertes y menos flexibles. En algunasaudiencias se introdujo primero el tabaco, enotras el de agua ardiente. Los impuestos dealcabala, de Armada de Barlovento, y los deguías y tornaguías fueron incrementados yafectaron a nuevos productos. En términosfiscales, los resultados fueron positivos aun-que variables por regiones y por períodos.

Repercusiones Políticas

Las reformas borbónicas aplicadas en Amé-rica no se dejaron esperar. Ya en las primerasdécadas del siglo XVIII se dieron varioslevantamientos de indios, criollos y mestizoscontra el despotismo de las autoridades colo-niales, contra los religiosos que cometíanvarios abusos en el cobro de los diezmos ycontra los peninsulares, que fue una claseprivilegiada, eximida de pagar impuestos a laCorona Española.

A los indios se les incrementó el pago del tri-buto en dinero, a los comerciantes criollos,mestizos e indios les incrementaron el im-puesto de las alcabalas el 4% y 6% por susactividades comerciales. Los encargados derealizar estas recaudaciones fueron los visita-dores y revisitadores.

En términos políticos, la intransigencia de losvisitadores y su desconocimiento de la tradi-ción de hacer acuerdos entre gobernantes ygobernados, agudizaron la crisis. Las inno-vaciones fiscales y sobre todo la ruda formade ejercer los controles sobre cultivadores detabaco fuera de las zonas permitidas y sobredestiladores clandestinos de aguardiente,dieron ocasión a muy fuertes protestas entoda la geografía colonial. Entre ellas sobre-sale la rebelión de los Barrios de Quito en1765 y la rebelión de los Comuneros delSocorro y San Gil en 1781, en Nueva Gra-nada.

El aumento de los impuestos también causóen el Perú una serie de protestas de criollos ymestizos. Un grupo significativo de comuni-dades sintió que la extorsión fiscal llegaba aun punto insostenible cuando a la mita, eltributo y el pago forzoso de mercancíasrepartidas por los corregidores se agregaronel aumento de la alcabala, su extensión a

productos propios de su economía antesexentos y el mayor control de comerciointerno con guías y tornaguías.

El 30 de marzo de 1772 se establece pordecreto real un incremento del impuesto dela alcabala del 2% al 4%

Se establecen Aduanas en Arque y Tapacarí(Cochabamba) en 1774 y se impone la alca-bala sobre los granos.

El 26 de julio se ordena el establecimientode una Aduana en La Paz

Las aduanas no solo afectaron a los grandescomerciantes, hacendados, artesanos, mesti-zos, pequeños comerciantes, productoresindígenas y arrieros también se oponían alnuevo sistema. La resistencia contra estamedida se concentró en las ciudades, aun-que en ellas estuvieron implicados indígenasde las provincias.

En la ciudad de La Paz se produjeron hostili-dades contra la Aduana el 22 de octubre de1777 y el 12 de marzo 1780. El blanco prin-cipal de la protesta fue el aduanero BernardoGalloy los guardas de la Aduana. Los veci-nos criollos y mestizos se manifestaron conpasquines, pero los principales protagonistasfueron los indios “trajinantes, que traían yllevaban productos agrícolas y ropa de la tie-rra.

El aumento de las alcabalas, la nueva revi-sión de los fardos para los aduaneros, elpago de depósitos para todos los productosque salían de la ciudad, la aplicación deimpuestos a productos que nunca los habíanpagado, produjeron otros tantos amotina-mientos en torno a la Aduana. Las autorida-des virreinales, ante el reclamo generaliza-do, disminuyeron la alcabala y suprimieronla Aduana. De todas maneras, estas medidasno detendrían el avance de los indios contraLa Paz en 1781.

Conclusiones: Repercusiones de lasReformas en América

Las reformas que trajeron la reordenaciónprofunda de las relaciones administrativas,militares y mercantiles entre la metrópoli ylas colonias, el reajuste de las instituciones,las reformas económicas mercantiles y la

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Ya en las primeras décadas

del siglo XVIII se dieron varioslevantamientos

de indios, criollos y mestizos contra el

despotismo de las autoridades

coloniales

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creación de nuevas entidades político admi-nistrativas agravaron la situación política dela región.

El conjunto de estas medidas significó, portanto, para América el ensayo de moderniza-ción más dinámico que hasta ese entoncesse le había impuesto. Estas medidas fueranvistas por los criollos como un intento paraimponer sus intereses sobre el de las provin-cias americanas.

Fueron las medidas administrativas y fiscaleslas que causaron mayor irritación. Uno delos puntos más neurálgicos para aumentarlos ingresos fiscales fue el de los impuestos alcomercio. El aumento de alcabalas , la cre-ación de aduanas y la Visita general al reino,fueron las políticas de la Reforma que gene-raron mayor rechazó y que en muchos casos,desembocaron en violencia.

Estos cambios unidos a la decadencia quesignificó para España el reinado de Carlos IV,implicaron la toma de conciencia de lanecesidad de separarse de la Metrópoli y decontinuar solos su propio camino histórico yparadójicamente golpearon las bases deldominio español en América.

OPhelan Scarlett, detecta tres coyunturas derebelión o revueltas en el Virreinato del Perúy en ella aparece el reparto de mercancías,como uno de los motivos de protesta:

1. La Primera (1726 -1737), durante elvirrey de Castelfuerte, como reacciónde mestizos e indios contra las revisitaspara aumento del tributo y de la mitaminera acompañadas por los primerosintentos de legalizar el repartimiento demercancías. Un ejemplo muy claro esla insurgencia de don Alejo deCalatayud en 1730 en Cochabamba.

2. La Segunda (1751-1756) coincidentecon la legalización del repartimiento,se caracterizó por agresiones y revuel-tas inmediatas contra los abusos de loscorregidores, caciques y curas, quienes

competían entre ellos por el control dela mano de obra indígena;

3. Y la Tercera (1776 – 1781), estimuladaspor las reformas fiscales adelantadaspor José Antonio de Areche, contra lasque de nuevo, criollos, mestizos eindios, como en la primera coyunturaenfrentaron al gobierno colonial.

El auge de la llamada era de la insurrecciónandina y la profundización de la crisis se die-ron en la década de 1780, con el movimien-to de Tupac Amaru y Tupac Katari.

Las Reformas Borbónicas pusieron en evi-dencia la crisis del sistema colonial.

Bibliografia

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WALKER, Charles

1999 De Tupac Amaru a Gamarra. Cuzcoy la formación del Perú Republicano 1780 –1840. Lima, Centro de Estudios RegionalesAndinos “Bartolomé de Las Casas”.

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Fueron las medidas

administrativas y fiscales las que causaron

mayor irritación

Susy N. Portillo Espada, Socióloga. Asociación de Investiga-dores Histórico-Sociales.Integrante de la Asociación del Bicentenario de las LuchasLibertarias de Cochabamba.

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El 2009 Bolivia inicia la celebración delBicentenario de la Independencia patria,que se alcanzó luego de 16 años de cruentaguerra con España. Un proceso que se inicióen el territorio de la Real Audiencia deCharcas, pero que paradójicamente fue laúltima en culminar el anhelo de libertad eindependencia, pues logró consolidarlo for-malmente recién el 6 de agosto de 1825.

En ese dramático proceso independentistacombatieron con similar denuedo, ofren-dando la vida a la patria, hombres, mujeres,incluso niños, de distinto origen social sien-do muchos de ellos criollos (españoles naci-dos en América) y mestizos, al igual quemiles de indígenas originarios, zambos,esclavos, pardos y morenos (negros).

La historiografía tradicional ha hecho mayorénfasis en analizar la lucha emprendida porla elite criolla, y ha dejado en segundoplano la participación popular, a pesar queesta fue determinante para el triunfo de lasfuerzas patriotas. Sin su concurso, sencilla-mente no habría patria.

Los orígenes.

Los deseos de Independencia se remontanmucho más antes del emblemático año de1809. En 1730, la sublevación de AlejoCalatayud en Cochabamba es un ejemplodel espíritu levantisco en Charcas.

En 1776 la Corona de España impuso unnuevo Sistema Económico Colonial, carac-terizado por la imposición del régimen deIntendencias de Provincia y de Ejército,dando fin al viejo Estado Imperial Españoldiseñado por el Virrey Francisco de Toledoen las colonias de Abya-Yala, denominadagenéricamente “América”.

Esta medida reformista provocó un temblorsocial que estremeció la base misma delImperio español en América. Rebelionesindígenas incendiaron el horizonte en 1780,con la tenaz oposición al nuevo régimenimpuesto por la Corona. Tomás Catari, caci-que de Chayanta pagó con su vida el levan-tamiento indio, asesinado de forma aleve enla quebrada de Chakatilla por sus captores,cuando era llevado a prisión. En 1782 larebelión fue aplastada a sangre y fuego conel ajusticiamiento de los líderes guerrerosaymaras y quechuas como Túpac Amaru(José Gabriel Condorcanqui), Túpac Katari(Julián Apaza) y Dámaso Katari. La misma

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La historiografíatradicional hahecho mayor

énfasis en analizar la luchaemprendida por la elite criolla, y ha dejado ensegundo plano la participación

popular

Indios y Mujeres en las Luchas Independentistasde Charcas (1809-1825)

Luis Oporto Ordóñez

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suerte corrieron las bravas mujeres guerrille-ras, Bartolina Sisa (La Virreina) y MicaelaBastidas. El corolario de la sublevación con-tinuó en el altiplano aymara lacustre, hasta1783, cuando los últimos caudillos fueronigualmente destrozados en cuatro partes.

Sólo entonces la Corona Española logróponer en vigencia la Real Ordenanza para elRégimen de Intendencias y Ejército en suscolonias. En el ínterin, España había sidoinvadida por el ejército de Napoleón, depo-niendo al Rey Fernando VII. Como paradojade la historia, el desacato surgió en el senomismo del Imperio, rebelándose sus súbdi-tos que eligieron representantes en la Cortede Cádiz, oponiéndose a la tiranía.

La secuela de esta inusual acción llegó hastalas colonias, donde surgieron nuevas vocesde rebeldía desde la despreciada raza espa-ñola nacida en las colonias, debido a laancestral prohibición de ceder los niveles degobierno a esos nuevos actores políticos queclamaban por protagonismo.

Vientos de libertad y rebelión contra elLeón de Iberia

La llama de protesta surge vigorosa desde lasede de la Real Audiencia de Charcas, laciudad de La Plata, deponiendo a suPresidente pero jurando lealtad al Rey,expresando el magistral silogismo de losrebeldes “Viva el Rey, muera el mal gobier-no”, leal por un lado, Rebelde por el otro.

En la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, seconformó una Junta Tuitiva abiertamenterevolucionaria, liderada por Pedro Murillo ysus conjurados. Impusieron un gobiernocriollo, deponiendo a las autoridades e im-plantando por primera vez un régimen inde-pendiente del todo de España. Los realistasaplastaron toda forma de gobierno criolloindependiente y ahorcaron en plaza públicaa los libertarios. Las cabezas de los insurrec-tos coronaban las picas a la salida de las ciu-dades, como escarmiento para otros alza-dos.

Pero la sed de libertad e independencia nocesó y empezó a abrazar, uno a uno a lasposesiones de la Corona Real. El Virreinato

del Río de la Plata (1810), el Virreinato deNueva España (1810), el Virreinato deNueva Granada (1810) y el Virreinato delPerú (1812).

El ejército del imperio

El Imperio Español envió un Ejército conti-nental de 17.000 plazas para hacer frente ala guerra por la independencia. Ese ejércitollegó a tierras americanas con la gloriosahonra de haber derrotado y expulsado a losinvasores franceses. Parte de ese Ejércitollegó al Perú, dirigido por mariscales y coro-neles de alcurnia y rancio abolengo, comoJosé de la Serna, Joaquín de la Pezuela yJerónimo Valdés, héroes en la guerra contralos franceses. Entre los jefes españoles desta-có José de Canterac, militar francés al servi-cio de España, que arribó a América con3.000 plazas.

Curiosa fue la conformación del ejército rea-lista, pues entre sus jefes militares estuvo lacrema y nata del criollaje, entre ellos PíoTristán, José Manuel Goyeneche, PedroAntonio de Olañeta (terrateniente peruanonacido en España), Francisco Xavier deAguilera, temibles realistas que se mantuvie-ron fieles a la corona española, y otros comoAgustín Gamarra, Andrés de Santa Cruz,Carlos Medinaceli y José Ballivián, que sepasaron al bando patriota.

Desde el norte, territorio de la GranColombia bajó un ejército patriota, almando de generales venezolanos. SimónBolívar y su lugarteniente José Antonio deSucre, quien brillaría con luz propia en labatalla de Ayacucho, donde le fue conferidoel Mariscalato. Joven militar. Sucre, liberalcomo el general Bolívar, tuvo a su concien-cia otorgar la autoridad para formar gobier-no en Charcas, al que los criollos nominaronde forma oportunista como ‘República deBolívar’. Dada ya la independencia, el 6 deagosto de 1825, Sucre fue el primer presi-dente de la Patria, en su condición de dele-gado del Libertador Simón Bolívar.

Desde el Sur, subió raudo, otro ejército nomenos valiente y temerario que el colombia-no. A su mando estaba el General Miguel de

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se conformó unaJunta Tuitiva abiertamente

revolucionaria, liderada por

Pedro Murillo y sus conjurados.Impusieron un

gobierno criollo,deponiendo a las

autoridades

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San Martín, acompañado en las gestas liber-tarias por generales criollos como BernardoO’Higgins, cuyas luchas dieron lugar a laindependencia de Chile y el Perú.

Guerrillas y Republiquetas

Las tropas españolas fueron combatidas portemibles ejércitos criollos, subestimados porsus enemigos que los veían como una sim-ple ‘turba’, sin preparación ni pertrechos.Los denominaron despectivamente como“Las Montoneras”, pero a la postre tuvieronque rendir las armas y estandartes del Reyante sus aguerridos comandantes.

Los jefes montoneros eran latifundistas queabrazaron la causa de la Independencia ydispusieron para ese noble propósito losrecursos de sus haciendas y las almas quelas habitaban, logrando controlar inmensosterritorios a los que dieron incipiente organi-zación militar y administrativa. Así se erigie-ron, a lo largo y ancho del territorio de laReal Audiencia de Charcas, célebres Repu-bliquetas autónomas. El método de luchaera la guerrilla, que posibilitó asestar durosgolpes a las tropas imperiales.

En La Paz, el cura Ildefonso de las Muñecasinstaló su cuartel general en Larecaja, desdedonde combatió a los españoles enviadosdel Cusco, Arequipa y Lima. En ella comba-tieron también los hermanos Gregorio,Victorio y Martín García Lanza.

En Cinti, desde su Republiqueta el patriotaVicente Camargo amenazaba Cotagaita,puerta de ingreso a Potosí, celosamente res-guardada por tropas españolas. En Chu-quisaca se formó un ejército al mando deManuel Ascencio Padilla, que se hizo fuerteen Tomina y La Laguna, entre los ríosGrande y Pilcomayo. Desde este bastióncontrolaba Chuquisaca y garantizaba la rutaexpedita para que pasaran los ejércitosargentinos.

En Chayanta, dominaba el medio geográficoBetanzos e Ignacio de Zárate.

En Tarija, Eustaquio “Moto” Méndez,Camargo, Medinaceli, Francisco y Manuelde Uriondo, colaborados por el legendario

general Martín Güemes desde Salta, hacíanestragos a las tropas españolas.

En Cochabamba, se levantó la fortaleza deAyopaya, región donde se formó un formida-ble ejército de cochabambinos, dirigido porJosé Miguel Lanza. José Antonio Álvarez deArenales, armó su cuartel general en Mizquey Vallegrande. Controlaba los caminos queunían a Cochabamba, Santa Cruz yChuquisaca.

El bravo comandante Ignacio WarnesGarcía, combatió bajo el Ejército argentinoen Tucumán y Salta. Belgrano lo designóIntendente de Santa Cruz de la Sierra. Luegode su derrota en la batalla de La Florida, seunió a las tropas de José Antonio Álvarez deArenales. Murió en la batalla de Pari.

¡Cuánta sangre joven ofrendaron esos teme-rarios patriotas! Apoyados por la inmensamasa formada por indios quechuas y ayma-ras, escribieron las páginas más gloriosas deesa gesta.

Indígenas

Tanto los ejércitos patriotas como los espa-ñoles, contaron con el apoyo de tropas indí-genas, casi siempre como “carne de cañón”.Leales hasta la muerte, mostraron su valor ydeterminación por la causa que abrazaron.

El Cacique quechua de Chinchero, MateoGarcía Pumacawa, y Manuel Choquehua-nca, fieles a España, desolaron a sangre yfuego las poblaciones aymaras, apoyando alas tropas del Gobernador Manuel Quimpery Goyeneche, con 20.000 plazas reclutadasen Arequipa, Lampa, Azángaro, Tacna, Cus-co, Pucara, Guancané, que ingresaron por elDesaguadero para liberar a La Paz del cercoindígena de 1811.

Por su parte los ejércitos patriotas comanda-dos por criollos, estaban conformadosmayoritariamente por mestizos e indígenas,incluso esclavos pardos y morenos, comoaquellos liberados por Warnes, que pasarona engrosar las tropas patriotas.

En el cerco de La Paz participaron entre15.000 y 19.000 indios aymaras y quechuasde La Paz, que combatieron al mando de

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contaron con el apoyo de

tropas indígenas, casi siempre como “carne de cañón”.

Leales hasta la muerte

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comandantes criollos y mestizos. Las tropasindias estaban situadas en Pampahasi, perose extendían por Pequepunco, Palca,Cohoni, Potopoto, Coroico y Songo. Estabancomandados por Juan Manuel de Cázeres ylos caciques Titicocha, Santos Limachi,Vicente Choque, Pascual Quispe, entreotros.

A esas tropas se sumaron, posteriormente, elejército de cochabambinos, al mando delcomandante Esteban Arze, que presionósobre Oruro con el concurso de indios quefueron calificados por los españoles como‘muchedumbre de caballería’ y ‘agolpa-miento de naturales’. Venían de los confinesde Tapacarí, Sacaca y Chayanta, a los quesumaron 5.000 indígenas de Arque.

En las Republiquetas la composición de lastropas era similar. A Juana Azurduy dePadilla le acompañaron siempre sus fielesindios. Entre estos destacó el más fiel quepudo tener, el poeta quechua Juan Huallpa-rrimachi, que pereció defendiendo a sucomandante.

En las tierras bajas citamos como ejemplosnotables a los indios Canichanas de laMisión de San Pedro, los Caciques JuanMaraza, Pedro Ignacio Muiba y su lugarte-niente José Bopi.

La epopeya de El Villar: la coronela JuanaAzurduy de Padilla

Las mujeres protagonizaron los actos demayor valentía, dada su condición de vulne-rabilidad. En la Coronilla de Cochabamba,las madres, esposas e hijas de los patriotas,presentaron batalla ante el enemigo, azora-do pero igualmente cruel ante la arremetidafemenina. La historia del 27 de mayo de1812 fue escrita con la sangre de esasvalientes mujeres.

En el sur, otra mujer libró las memorablesbatallas de febrero y marzo de 1816, oportu-nidad en la que las tropas de criollos eindios derrotaron a lo más granado del ejér-cito español que fue enviado contra Padillay su esposa Juana Azurduy.

El Virrey Joaquín de la Pezuela envió 800plazas para reforzar las fuerzas realistas delGeneral J. S. de la Hera, al que se sumaronlas del Mariscal de Campo Miguel Tacón,del Coronel Francisco de Aguilera; deVicente Sardina (que brilló en la guerra deEspaña contra Napoleón); del ComandanteFelipe Rivero, las piezas de artillería delcomandante Espartero, y las 500 plazas delEscuadrón de Notables organizado por tro-pas del coronel Manuel A. Tardío. En la tropade 800 plazas del comandante Cueto, 40eran fusileros y 30 lanceros; el resto eranindios de la región. Les apoyaba el coman-dante cochabambino José Serna con 40 fusi-leros y 2.000 indios.

Esa era la gloriosa composición del Ejércitoespañol. El General de la Hera soñaba conun triunfo anticipado sobre las ‘Montoneras’y ‘Gavillas’ de Padilla y Azurduy, tropapatriota formada por 200 fusileros y 4.000indígenas armados de hondas y makanas. Laheroína Juana Azurduy tenía bajo su directomando 30 fusileros criollos, 200 indios yuna guardia de amazonas.

En El Villar Juana Azurduy alcanzó la cele-bridad. El 12 de marzo de 1816 las tropaspatriotas derrotaron a las del coronel P.Herrera, quien estandarte en mano rechaza-ba los ataques patriotas con “raro valor, peroagotadas las descargas, siendo vana la resis-tencia a la bayoneta, terminó aquella san-grienta acción por la más implacable carni-cería”. El ejército de veteranos que habíaentrado triunfante en La Paz, Puno,Cochabamba, Arequipa y el Cusco; que sehabía llenado de laureles en Villcapujio,Ayoma y Sipesipe; sucumbió ese glorioso 12de marzo de 1816.

En el fragor del combate Juana Azurduy dePadilla arrebató la gloriosa insignia delcomandante Herrera. Ante esa hazaña elgeneral Manuel Belgrano recomendó se leotorgase el grado de Coronela de losEjércitos, que se oficializó por Decreto deJuan Manuel de Pueyrredón, DirectorSupremo de las Provincias del Río de laPlata, el 13 de agosto de 1816.

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Entre estos destacó el más fiel que pudo

tener, el poetaquechua Juan

Huallparrimachi,que pereció

defendiendo a su comandante.

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El Bicentenario, hoy

Bolivia celebra el primer Bicentenario de suIndependencia en un contexto político,administrativo y cultural muy diferente acualquier otro año. Como resultado de unlargo proceso, se ha gestado el EstadoPlurinacional que integra a todos los habi-tantes de Bolivia, que en los hechos ha reco-nocido por primera vez a los pueblos indíge-na- originario-campesinos como actoressociales con capacidades legales para for-mar parte de este Estado.

El Bicentenario debe entenderse como unproceso que se inicia en 1809 y se prolongahasta 1825, cuando se constituye formal-mente la República de Bolivia. Debe enten-derse también como un proceso que hagenerado una relación dispar y complejaentre aquellos habitantes originalmente due-ños del territorio, con los nuevos rectoresdel destino nacional, que en 1825 fueron loshijos de los antiguos españoles.

Debe entenderse también como un procesoque tiene sus raíces en un pasado inmediatosignado por la rebelión indigenal, en ellapso temporal de 1780 a 1783.

El Bicentenario significa la expresión delreconocimiento de la unidad en la plurali-dad, del reconocimiento legítimo del dere-cho de todos los habitantes y estantes delterritorio nacional de formar gobierno, dedesarrollar la democracia, de construir eldestino económico, social y cultural deBolivia.

El Bicentenario recoge la gesta de los ague-rridos guerrilleros que formaron las Repu-bliquetas, bastiones inexpugnables quedetuvieron el avance colonial. Junto a estospatriotas, están los héroes indígenas cuyaparticipación fue determinante en el des-arrollo exitoso de la guerra por la Indepen-dencia de Charcas y América.

Si bien la historiografía tradicional invisibili-zó Sus nombres, no obstante sus hazañas

fueron registradas en los anales de laHistoria de forma indeleble. Lo propio suce-dió con los guerrilleros, de los cuales única-mente José Miguel Lanza logró ingresar a laadministración del nuevo Estado. Ni la hero-ína Juana Azurduy de Padilla, coronela delos ejércitos patriotas, fue llamada a aportarcon su concurso al desarrollo de la nuevapatria, a pesar de haber perdido en esa gue-rra cruenta a su esposo y sus amados hijos.

El desafío de la historiografía contemporá-nea es exhumar sus nombres y desenterrarsu protagonismo, para entregarlos como unlegado inexcusable a las presentes y nuevasgeneraciones.

Bibliografía consultada.

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El Bicentenario significa la

expresión del reconocimiento de la unidad en

la pluralidad

Luis Oporto Ordóñez, Periodista y Escritor. Director del Archivoy Biblioteca del Congreso Nacional, La Paz.

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Introducción

Desde hace 17 años, el Archivo Histórico,dependiente de la Honorable Municipalidadde Cochabamba realiza la EscenificaciónHistórica de la Revolución de Cochabambadel 14 de Septiembre de 1810, con el obje-tivo de inculcar en la ciudadanía el cariño yamor hacia la región de Cochabamba a tra-vés del reconocimiento de los valores pro-pios que emergen de un pasado glorioso yenaltecedor, impulsando a la ciudadaníahacia la conciencia del valor de la libertad yde la necesidad por conservarla por sobretodas las cosas.

Escenificación que tiene la virtud de hacerrevivir el contexto, el hecho y los sucesosocurridos en 1810, protagonizados por losPatriotas don Esteban Arze, don Franciscodel Rivero, el cura Juan Bautista Oquendo,Melchor Guzmán Quitón y otros.

Esta actividad es organizada con la colabo-ración de las siguientes instituciones:Guarnición Militar de Cochabamba, Comitéimpulsor del Bicentenario de Cochabamba,Ballet Folklórico Municipal, la UMSS.,laUniversidad del Valle, la Escuela deSargentos “Maximiliano Paredes,” “GrupoTumusla” VII de Artillería, Politécnico Militarde Aeronáutica, G.A.D.A 92, C.I.T.E, LiceoAdela Zamudio, Liceo Elena Arze de Arze,Kathy’s Promoción de Reinas, Grupo teatralDeje Vou, Colegio Marcelo Santa Cruz,Colegio Nicolás Maldonado, colegioNacional Abaroa, Colegio Hugghes School,Banda Municipal, Unidad Operativa deTránsito.

Vida Cotidiana de Cochabamba

La plaza mayor de Cochabamba (Villa deOropesa) era utilizada como mercado en laque se ofrecían: venta de esclavos, venta deproductos artesanales, venta de alimentos ytambién como lugar de paseo de Damas yCaballeros ataviados con sus mejores trajesde la época, de a pie y en carrozas primoro-samente adornadas; estampas de la vidasocial, bailes de la época.

Cuando llegaban disposiciones desde Es-paña, para las colonias americanas, el Ca-bildo se encargaba de difundirla a todos loshabitantes, que se asomaban a la plaza conel llamado de los tamborileros, el pregonerose encargaba de leer el Bando real en lascuatro esquinas de la Plaza al son de redo-ble de los tambores. De esta manera la po-blación se enteraba de las ordenanzas y delos hechos que acontecían en España.

Durante la colonia, era costumbre en Españacomo en América realizar festividades por el

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Escenificación quetiene la virtud dehacer revivir el

contexto, el hecho y los

sucesos ocurridosen 1810,

protagonizados por los Patriotas

don Esteban Arze,don Francisco

del Rivero.

Recreación Histórica de la Insurgencia Valluna del14 de Septiembre de 1810

Rosa Elena Novillo GómezSusy N. Portillo Espada

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nacimiento de los hijos de lo reyes deEspaña, ascensión de un nuevo rey y cum-pleaños de la familia real.

Con la llegada de Fernando VII al reino deEspaña, se realizó en la villa de Oropesa elPaseo del Estandarte Real, por el AlférezReal con acompañamiento de la Banda Mi-litar. Presenciaban este paseo, vestidos ele-gantemente los peninsulares, criollos, mesti-zos y los indios que habitaban en la ciudadde Cochabamba.

Acciones del Gobernador Joseph Gonzalesde Prada ante los Acontecimienos Suscita-dos en la Audiencia de Charcas

Joseph Gonzáles de Prada, GobernadorIntendente, convocó a las autoridades de laVilla, ejército del Rey, corporaciones yvecindario en la galería de la CasaConsistorial, ante el retrato del Rey Fer-nando Séptimo, para reconocer en la formamas solemne al Supremo Consejo de Re-gencia como depositario de la Autoridad delRey; prometer obediencia y respeto a estaautoridad hasta la restitución del Rey a sutrono.

Estaban presentes señores que componían elmuy ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento deesta ciudad. Los cuerpos eclesiásticos secu-lar y regular varios párrocos de la provincia,el señor don Gerónimo de Marron yLombera, Coronel del Regimiento Provincialde Caballería y Comandante de Armas consus oficiales, los jefes subalternos de la RealCaja y Rentas de tabaco y correos, el juezdiputado de Comercio don Pedro Gallegosel Teniente de Protomedicato de BuenosAires, don Pedro Carrasco, el Protector deNaturales don Francisco de Quiroga, ymuchos vecinos de distinción que fuerancitados para dar cumplimiento a lo preveni-do en el bando enteramente leído.

Para cumplir el bando hacía su ingreso a laplaza mayor el cuerpo de oficiales y clasesdel ejército realista. El ejército real, desdelos altos mandos, que desfilaban en caballoshasta los soldados de a pie de menor rango

vestían elegantemente y desfilaban por laplaza, demostrando el poder real de Españasobre sus súbditos americanos

A la cabeza de las fuerzas realistas se encon-traban las autoridades militares de la enton-ces Provincia Santa Cruz de la Sierra, cuyacapital era Cochabamba.

En el centro, con uniforme y capa negra seencontraba la máxima Autoridad Militar elGobernador Intendente don JosephGonzáles de Prada. A la derecha el coman-dante militar de las tropas realistas, coronelJerónimo Marron y Lombera. A la izquierdael Alférez Real que llevaba el estandarteReal.

Después del ingreso de las tropas realistas,se efectuaba lo que entonces se llamaba elPaseo del Estandarte Real.

Las milicias cívicas del Rey presididas porbandas militares, formaron gran parada en laplaza mayor. Se organizó de acuerdo a anti-guas costumbres la cabalgata de personas dedistinción, que consistía en una larga proce-sión ecuestre que partiendo de la plaza prin-cipal terminaba allí mismo, después derecorrer todas las calles de la población.

Había además, procesión cívica pedestreencabezada por las Autoridades y duranteella se enarbolaron banderas y gallardetesen las fachadas de los templos, y en losnumerosos balcones de madera de la ciu-dad.

Luego de haberse leído en alta voz la gace-ta de la Regencia de España e indias, delmartes 13 de marzo ultimo, impresa enCádiz, la proclama del mismo Consejo a losAmericanos españoles y el Real DecretoConvocatorio de Diputados para Cortes eimpreso en Buenos Aires, el sábado 9 dejunio de 1810. Dio principio el Gobernadorintendente a jurar y reconocer por deposita-rio de la Autoridad Soberana, al SupremoConsejo Nacional de Regencia, instalado enla Isla de León, y para el efecto, puesto derodillas delante del Real busto colocadobajo un magnifico dosel y sobre la mesa, la

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A la cabeza de las fuerzas realistas se

encontraban lasautoridades militares de la entonces

Provincia SantaCruz de la Sierra,cuya capital eraCochabamba.

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imagen de Jesucristo crucificado y la manosobre los santos evangelios, prestó el jura-mento el Gobernador Joseph Gonzáles dePrada señalando la siguiente frase:

“YO EL GOBERNADOR INTENDENTE DECOCHABAMBA - POR MI Y POR LA PRO-VINCIA - JURO POR DIOS NUESTROSEÑOR, POR LOS SANTOS EVANGELIOS –Y POR JESUCRISTO CRUCIFICADO –CUYA SAGRADA IMAGEN TENGO PRE-SENTE – RECONOCER EL SUPREMO CON-SEJO NACIONAL DE REGENCIA – PORDEPOSITARIO DE LA AUTORIDAD SOBE-RANA DE NUESTRO LEGITIMO REY YSEÑOR NATURAL DON FERNANDO SEP-TIMO – Y EL OBEDECER Y CUMPLIR PUN-TUAL Y EXACTAMENTE SUS REALES DIS-POSICIONES HASTA LA RESTITUCION DENUESTRO CATOLICO MONARCA ALAUGUSTO TRONO DE SU PADRE”

Seguidamente, hicieron el mismo juramentoel Coronel y Comandante de ArmasJerónimo Marron y Lombera, a nombre desu cuerpo de oficiales y milicias; el tenienteAlférez Fermín Escudero a nombre delIlustre Cabildo, El alcalde ordinario dePrimer voto Manuel Tames, a nombre de laprovincia, el Deán de la Santa iglesiaMetropolitana de Charcas, Mathias Terrazas,a nombre de la orden de San Francisco FrayIsidoro Molina, a nombre de la feligresía dela Santa Iglesia Matriz de esta ciudad el Dr.Melchor de Rivera y Jordán; VicarioProvincial Fray Manuel de Sejas por los pre-lados de Santo Domingo, San Francisco, SanAgustín, la Merced y San Juan de Dios, talcomo por las comunidades y feligresía ycuras de Machacamarca, Sacaba, Calliri yTintín; el señor Ministro Contador de la RealCaja Don Tomas Aguirre; Don TomasManuel Candano a nombre de los adminis-tradores de tabacos y correos, el señor Juezde comercio Pedro Gallegos, el Teniente deProtomedicato de Buenos Aires don PedroCarrasco; el Protector de Naturales DonFrancisco de Quiroga.

Luego el gobernador hizo jurar por el Rey alas autoridades y vecinos de la Villa)

“JURAIS POR DIOS NUESTRO SEÑOR,POR SUS SANTOS EVANGELIOS, PORJESUCRISTO CRUCIFICADO CUYA IMA-GEN TENEMOS PRESENTE RECONOCERAL SUPREMO CONSEJO NACIONAL DEREGENCIA COMO DEPOSITARIO DE LAAUTORIDAD SOBERANA DE NUESTROLEGITIMO REY DON FERNANDO SEPTI-MO”

Y todos respondieron

“SI, JURAMOS”

Luego de los actos y juramentos que mandoprestar el intendente Gonzáles de Prada alos vecinos de Cochabamba de no desviarsede la Autoridad del Rey redobló sus cuida-dos y vigilancia. Arengó el Gobernador a losRealistas:

“ES NECESARIO TOMAR MEDIDAS DESEGURIDAD POSIBLE EN UN TIEMPO TANINFELIZ EN QUE COMBATIDA LA NAVEPÚBLICA DEL ESTADO POR EL EMBATE YCHOQUE DE ENCONTRADOS VIENTOSDE PROYECTOS Y OPERACIONES ATREVI-DAS SE VE A PUNTO DE ZOZOBRAR,DEBEMOS MANTENER Y AUMENTAR ELCELO DE TODOS PARA LA FELICIDAD DELA NACION ASI COMO PARA EL SERVICIODEL REY NUESTRO SEÑOR FERNANDOSEPTIMO. COOPEREMOS A QUE SEIMPLORE EL FAVOR DIVINO Y SE ESTIMU-LE EL PATRIOTISMO PARA LOS AUXILIOSDE QUE ESTA URGIDA LA MADRE PATRIACOMUN DE TODOS LOS FIELES HABITAN-TES, DE ESTA PARTE DE LA MONARQUIAESPAÑOLA”

En la plaza mayor, la tropa realista efectuabalos llamados despejos militares que consistí-an en ciertos simulacros de maniobras desti-nadas a producir una triple finalidad: dar alpúblico expectante la sensación de unahabilidad destreza y disciplina superior cau-tivantes y dignas de admiración, jubilo,esparcimiento y aplauso; instruir a los mili-cianos en ejercicio de táctica estrategia, dis-ciplina y adiestramiento muy útiles suscitan-do interés y noble emulación hasta comosimple deporte; y por último despertar en la

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En la plaza mayor,la tropa realista efectuaba los

llamados despejos militares que consistían en

ciertos simulacrosde maniobras

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juventud la afición por la carrera de armas.

Mientras esto sucedía, el pueblo espectabavacilante tan aparatosas ceremonias, ocul-tando sus dudas y sintiendo en las profundi-dades de su alma que sus vagos anhelos delibertad se vigorizaban y surgían inconteni-bles mientras más se invocaba el nombre delRey.

Terminaba este acto con la formación depabellones por el ejército. Posteriormente latropa se introdujo en la Casa Consistorial odel Cabildo, quedando fuera dos centinelasal cuidado de las armas.

La Toma del Cuartel el 14 de Septiembre de1810

En 1810 Vicente Nieto, Presidente de laAudiencia de Charcas y ComandanteGeneral de las Armas Reales fue anoticiadode la insurrección de Buenos Aires del 25 demayo de 1810 que derrocó al Virrey, e ins-tauró la junta Superior Revolucionaria, con-vocó a las corporaciones y vecindario, acor-dando no reconocer en esta provincia de losCharcas a la Junta Revolucionaria se subor-dinó al Virrey de Lima; envió a Cochabambaal Deán de la Catedral de Charcas MatíasTerrazas con el objeto de mantener la quie-tud y la fidelidad de su numerosa población.

El señor Presidente y Comandante Generalde Armas de la Real Audiencia de Charcasdon Vicente Nieto, alarmado con la noticiade que las tropas de Buenos Aires subían alAlto Perú mando reforzar los cuarteles rea-listas.

En Cochabamba la orden fue acatada acabalidad. Se envió el material requerido yademás considerable cantidad de gente delas milicias de Cochabamba y de los pue-blos pertenecientes a la Intendencia.

Gonzáles de Prada había ordenado el acuer-telamiento de las milicias.

En Oruro corría la noticia de que esa Villasería invadida por los indios liderizados porTitichoca. Los orureños pidieron proteccióna Gonzáles de Prada, quien para poner acubierto a la población de Oruro por los

continuos temores que les infundían lasnoticias de los levantamientos dispuso quesalieran 300 hombres de Cochabamba y delpartido de Sacaba al mando de Francisco delRivero. En Oruro recibieron la orden de diri-girse a Potosí a reforzar el ejército realistaante el peligro de la invasión del ejércitopatriota auxiliar argentino proveniente deBuenos Aires.

Francisco del Rivero, Esteban Arze yMelchor Guzmán meditaron la orden recibi-da y concluyeron que la hora de actuarhabía llegado.

El 6 de septiembre en la noche el escuadróncochabambino desertó en masa abandonan-do el cuartel sin dejar un solo oficial ni sol-dado. Se dio una fuga colectiva.

Conducidos los fugitivos por Esteban Arzellegaron a Tarata desde allí se comunicaroncon numerosos agentes en la causa patriotaresidentes en Cochabamba, como Carrasco,Oropesa, Montesinos, Oquendo, Arauco,Ferrufino, Guzmán y otros.

Francisco del Rivero partió la noche del 11de septiembre con el tiempo preciso paraponerse a la cabeza de la Revolución cocha-bambina. Se reunió en Cliza con las tropasque habían venido de Oruro y con la genteadicta a sus planes de rebelión.

Las tropas patriotas entraron en la ciudad lamadrugada del 14 de septiembre se dirigie-ron al cuartel realista – ubicado en el actualedificio del Arzobispado-. Un soldado de laguardia del cuartel realista, partió presurosoa dar la noticia al Gobernador. Le llegó elaviso al Gobernador de este terrible aconte-cimiento al amanecer del 14 de septiembrede 1810. Entre tanto, Francisco del Rivero sedirigió a su tropa en estas palabras:

“Hijos, hermanos míos no saldréis de vues-tra Patria sino para pelear por vuestra justi-cia”.

El gobernador Joseph González de Prada alrecibir la noticia de este terrible aconteci-miento se hizo presente en el cuartel realis-ta acompañado de dos tenientes y unaescuadra de fusileros.

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Joseph González de Prada al

recibir la noticia de este terribleacontecimiento

se hizo presenteen el cuartel

realista

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A pesar de haberlos exhortado a los patrio-tas, estos lo detienen y encierran en el cuar-to de la prevención del cuartel.

Mientras tanto, otro soldado de la guardiadel cuartel realista, al ver preso al goberna-dor se apresura a dar parte al Comandantede Armas de la Guarnición Militar coronelGerónimo Marrón y Lombera, quién con ungrupo de oficiales, la esposa y la suegra delgobernador se presentan en el cuartel realis-ta, ahora en manos de los patriotas, inten-tando ingresar en él. Interceden por la vidadel gobernador, la esposa, la suegra y elcoronel Lombera.

Don Francisco del Rivero en la puerta delcuartel se dirige a los militares realistas:

¡Hijos míos, os quieren mandar a combatircontra la Patria, no saldréis de aquí, sinoconmigo y para defenderla con vuestrasarmas¡

VIVA LA PATRIA!

Melchor Guzmán Quitón arenga a lospatriotas:

¡ OCUPAD TODO EL CUARTEL ¡ APODE-RAOS DE TODO EL PARQUE DE FUSILES YMUNICIONES! Sacad todas las armas! LOSCAÑONES…. LLEVADLOS A LAPLAZA¡…..

Interviene Bartolomé Guzmán :

¡QUE SE TOME EL CABILDO Y LA CASADEL GOBERNADOR ¡

Cuentan las crónicas que ese día, 14 de sep-tiembre, la plaza se llenó de gente que viva-ban los nombres de los jefes patriotas. Porlas cuatro esquinas de la plaza se veía llegarguerreros con látigos y macanas. José Rojashabía venido de lado de Sacaba a la cabezade 500 hombres. Igualmente de Quillacollo,Tapacarí, Arque y Cliza.

Mientras duraba este acontecimiento repica-ban las campanas a rebato, los cánticos gue-rreros, los vítores y gritos de alegría enarde-cían los ánimos. Grita la multitud :!CABIL-DO ABIERTO¡…..CABILDO ABIERTO¡…..CABILDO ABIERTO¡…

MUERAN LOS PUCACUNCAS!

Se realiza el tumultuoso cabildo donde con-curre la mayor parte del pueblo. Los líderesde la insurrección intervienen.

Arenga el abogado Marzana en quechua yluego se procede al nombramiento de auto-ridades.

Como gobernador Intendente:

Responde el pueblo:

FRANCISCO DEL RIVERO, FRANCISCODEL RIVERO, FRANCISCO DEL RIVERO.

Continúa Marzana:

Como capitán:

Responde el pueblo:

ESTEBAN ARZE, ESTEBAN ARZE, ESTEBANARZE.

Grita la multitud enardecida: RIMARICHUYTATA OQUENDO, RIMARICHUY TATAOQUENDO, RIMARICHUY TATA OQUEN-DO ¡

Que hable el cura OQUENDO, que hable elcura OQUENDO, que hable el curaOQUENDO¡

El cabildo termina con la procesión de laVirgen de la Merced, como acción de gra-cias. Finalmente la banda municipal ofreceuna retreta como regocijo general.

Bibliografía

JUST LLEÓ, Estanislao

1994 Comienzo de la independencia en elAlto Perú. Los sucesos de Chuquisaca, 1809.Sucre, Judicial

ARCHIVO HISTÓRICO

2003 Revolución de Cochabamba del 14de septiembre de 1810. Documento elabo-rado por el Archivo Histórico en base a fuen-tes primarias y secundarias.

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Por las cuatroesquinas de laplaza se veía

llegar guerreroscon látigos y

macanas. José Rojas había

venido de lado deSacaba a la cabeza de

500 hombres

Rosa Elena Novillo Gómez, Profesora de Historia.Susy N. Portillo Espada, Socióloga Historiadora. Integrantes de la Asociación de Investigadores Historico-Sociales. Asociación del Bicentenario de las Luchas Libertariasde Cochabamba.

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Para nosotros los bolivianos no es posibleentender los procesos de la guerra de laindependencia sin estudiar y comprender loocurrido en los otros ambitos del Virreinatodel Rio de la Plata, y, dentro de ello, un aca-pite fundamental para comprender los avan-ces en la lucha independentista del sur deBolivia es conocer con profundidad el rolque tuvo que desempeñar Martín Miguel deGuemes durante sus incursiones en la enton-ces Audiencia de Charcas.

Por otra parte, considero que, hoy comoayer, nos encontramos inmersos en un deve-nir histórico incierto donde se miden y setemplan valentías, voluntades, caracteres, sedecantan intereses, oportunismos, lealtades,y la historia debe servir no sólo para la recre-ación del pasado sino para el análisis delpresente, porque es oportuna la maxima quedice que un pueblo que no conoce su histo-ria esta condenado a repetir los mismoserrores.

El tema que voy a tratar es parte de unainvestigación más amplia que tiene que vercon la participación de Cochabamba en laGuerra de la Independencia. En esta oportu-nidad voy a tocar un punto que considerofundamental en esta historia, y es el de lasingular actuación de las mujeres en estadesigual lucha cuyo punto culminante es el27 de mayo de 1812.

Apenas creada la República, la intervenciónde la región de Cochabamba fue opacadapor la historiografía porque así convenía alos intereses políticos del momento. Laextraordinaria participación de las tropascochabambinas a lo largo de los 16 años deGuerra, lo que le valió la frase de “El AltoPerú será libre porque Cochabamba quiereque lo sea”, publicada en la Gaceta deBuenos Aires, fue minimizada desde lostiempos en que se debatía la declaración dela independencia por motives de políticainterna y externa. Las tendencies predomi-nantes postulaban la independencia del AltoPerú respecto de los dos centros más impor-tantes de poder: Lima y Buenos Aires, y lahistoria de Cochabamba mostraba su perma-nente accionar como centro neurálgico dela Guerra al lado de los ejércitos auxiliaresargentinos.

Aun hoy, la incidencia de Cochabamba enlas luchas por la independencia no es valo-rada,y la historiografía, por varios motivosque no es pertinente analizar aquí, no le haconcedido el lugar que le corresponde.

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Apenas creada la República, laintervención de

la región deCochabamba fueopacada por la historiografía porque así convenía a

los intereses políticos delmomento.

La Colina de San Sebastián: Valentía y Símbolo

Itala De Maman*

*Disertación en el 1er. Congreso Argentino Gral. Martín MiguelGüemes, Heroe Nacional. Junio 2005. Salta, Argentina.

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Entrando en el tema que quiero compartirhoy con ustedes, voy a dividir mi interven-ción en tres partes:

1. Un breve esbozo de los hechos ocurridosantes de 1812.

2. La situación bélica en 1812.

3. El análisis del hecho histórico: la batalladel 27 de mayo de 1812.

Este tema se ubica en un periodo particulardentro de los 16 largos y pesados años de laGuerra de la Independencia. Discurre el año1812, lleno de angustias y zozobras paracuantos habitaban los territorios de laAudiencia de Charcas, que desde 1809había sido escenario de graves enfrenta-mientos entre americanos en busca delanciado cambio y las fuerzas realistas com-puestas esencialmente de soldados venidosdel entonces Bajo Perú, enviados por elVirrey de Lima.

Para comprender la coyuntura durante lacual se realiza el hecho histórico que hoynos ocupa es presciso retroceder un tiempoen la historia y ver brevementelo que ocurreen los años cruciales de 1810 y 1811.

La provincia de Cochabamba con la insu-rrección del 14 de septiembre de 1810 lide-rada por Francisco de Rivero, había mostra-do su firme adhesión a la causa patriota,declarando su apoyo e incorporación algobierno de las provincias unidas de Río dela Plata. Para esa fecha había ocurrido elsometimiento y represión a los insurgentesdel 25 de mayo de 1809 de Charcas y del 16de julio de La Paz por las tropas realistas quevinieron desde el Perú. Todo el territorio dela Audiencia se encontraba bajo el controlde las fuerzas realistas, había ocurrido tam-bién la derrota de Cotagaita. En medio deeste escenario poco propicio para las accio-nes revolucionarias es que en Cochabambatoman la decisión de pronunciarse por lacausa patriota. Apenas tomaron el gobierno,en Cochabamba se prepararon para la gue-rra, conscientes de que el paso que habíandado traería como consecuencia el seguro

enfrentamiento con los ejercitos realistas.Los valles de Cochabamba convierten en uncurioso taller de la revolución. Los comba-tientes son hombres del campo sin ningunapreparación militar y sin armamento en con-diciones para enfrentarse en una guerra tandesigual en armas pertrechos y experienciamilitar.

Francisco de Rivero, conocedor de las difi-cultades que traería esta situación, contratóun militar “graduado” para entrenar a latropa. Los ensayos se efectúan diariamente,al tiempo que la preocupación por las armascrece frente a la imposibilidad de la ayudaexterna que permanentemente se solicita aBuenos Aires. Deciden entonces acudir alingenio y la habilidad manual de artesanos eimprovisados armeros y convierten los vallesde Cochabamba en un gran taller de fabrica-ción de armas. No sólo se desarrolla estafebril actividad en el área urbana y su entor-no, sino también en los partidos del ValleAlto, como Tarata y Cliza.

Con relación a la construcción de armas enCochabamba, el 17 abril de 1812, ManuelBelgrano, adjunto a un informe al Gobiernolas Provincias del Rio de la Plata, remite “uncañoncito, y dos granadas de mano, y unabala de los arcabuces que usa el ejercito deCochabamba a falta de fusiles”. AfirmaBelgrano: “Todo esto prueba el ardor deaquellos patriotas, si las demás provinciashicieran otro tanto, muy pronto se acabaríanlos enemigos interiores, y temblarían los quenos asechan”.

En Cochabamba, se prepara la marcha haciala zona de Oruro, donde se sabe estarán lastropas realistas, que se encuentran en cami-no hacia Suipacha en busca del ejercitopatriota que les había infringido una flagran-te derrota. En efecto, la expedición que va alencuentro del ejército del Peru, al mando dePiérola, tiene un primer enfrentamiento enlas pampas de Aroma, donde el ejércitocochabambino logra una contundente victo-ria, poniendo en fuga a los realistas.

La noticia del triunfo de las armas patriotas

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“...si las demás provincias

hicieran otro tanto, muy pronto se

acabarían los enemigos

interiores, y temblarían los que nos asechan”.

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se difunde por las capitales de las intenden-cias aledañas. El Cabildo de La Paz decideseguir ejemplo de Cochabamba y se adhiereal gobierno de Buenos Aires, propio hacenCharcas y Oruro. Mientras el Primer EjércitoAuxiliar hace su ingreso en Charcas, Potosíse pliega a la causa patriota.

Se inicia el año 1811 con la victoria de lospatriotas en la totalidad las capitales deintendencia y las principales cabeceras departido del Perú, hoy Bolivia. Los realistas serepliegan hacia la frontera peruana y esta-blecen su cuartel general en el Desaguaderomanteniendo una actitud de desafío y ame-naza. Esta situación de mutuo preparativodurará hasta junio. El 20 de ese mes ocurreel enfrentamiento en el que, por errorescometidos por la dirección de las accionesde guerra, se produce en Huaqui una gravi-sima derrota de las tropas patriotas, com-puestas esencialmente por el Primer EjércitoAuxiliar Argentino y el ejercito cochabambi-no. Esta derrota tuvo repercusiones no sóloen el ámbito militar, sino también en elaspecto anímico y moral. El resto del malo-grado Ejército Auxiliar se dirige a Potosídonde comete desmanes y abusos como sifuera un ejército de ocupación, al punto deproducirse un levantamiento popular contraellos. Por otra parte, los cochabambinossaben que Goyeneche triunfante cobraravenganza contra Cochabamba y pidenayuda, la cual no llega oportunamente en ladimensión deseada. El 13 de agosto se pro-duce el enfrentamiento en las pampas deAmiraya (Sipe Sipe). El pueblo de Co-chabamba saca en andas a la Virgen de lasMercedes, implorando su ayuda, y conducea la imagen hasta el campo de batalla. Laestatua de la Virgen –que hoy se encuentraen la Catedral de Cochabamba– recibe losimpactos de bala que, por suerte, no lamalogran. La superioridad de las armas rea-listas vence a los patriotas; algunos de loscomandantes mas importantes logran huir yotros, como Francisco de Rivero y algunosmiembros del Cabildo, claudican frente a lapropuesta de Goyeneche, quien viene ade-

más como emisario de los planteamientosde la Junta de Regencia de España, trayendoconsigo la propuesta de Cádiz, cuyo progra-ma (real o no) comprendía gran parte de lospostulados de los promotores del cambio enesta parte del continente.

Pacificada la ciudad, Goyeneche consideralibre el camino hacia la Argentina, donde sepropone derrotar a los patriotas de BuenosAires. No habia pasado un mes, cuando lellega la noticia de que la provincia deCochabamba se habia sublevado nueva-mente bajo el mando de Esteban Arze. Almismo tiempo grupos de guerrilleros hostili-zan el avance de las tropas realistas.

Nuevamente Cochabamba en armas exportala revolución hacia las zonas aledañas. El 12de agosto de 1811 se supo en Cochabambaque empezaba a nacer la conmoción gene-ral de indios contra Goyeneche, desde laprovincia de Yungas de La Paz, originada envarias providencias que efectuó Rivero a raízde la visita de indios que viajaron a tratarcon él.

A inicios de agosto tomaron La Paz; precedea este hecho un incendio de la ciudad, laque rindieron decapitando al IntendenteDomingo Tristan. Pasaron a el Desaguaderodonde tomaron la artillería y armas y retro-cedieron contra Lombera 40.000 indios quepresentan batalla en Sicasica el 6 de agosto;lo atacaron logrando la más completa victo-ria.

Esteban Arze atacó la villa de Oruro el 16 denoviembre de 1811 y fue rechazado por elrealista Gonzáles de Socasa. Se dirigióentonces a Chayanta; en Guanuni encontróa la Segunda Compañia de Granaderos delCuzco enviada a Oruro por Astete. Las tro-pas de Arze, derrotaron al Capitán realista.

Otra división cochabambina de 2.000 hom-bres salió de Mizque con dirección aChuquisaca, donde se hallaba la guarniciónde los batallones del Real Lima. Derrotarona los patriotas en Humipaya.

Goyeneche, en Potosí, dueño de Chuquisa-

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El 12 de agosto de 1811 se supoen Cochabambaque empezaba

a nacer la conmoción general de

indios contra Goyeneche,

desde la provincia deYungas de

La Paz

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ca, no pensó en perseguir a los escasos res-tos del ejército de Castelli que se hallabaahora a las órdenes de Díaz Vélez, Balcarcey Viamont. Díaz Vélez, sabedor de queGoyeneche había establecido un campo enTupiza, cayó sobre el obligando a los realis-tas a retirarse hasta Santiago de Cotagaita.Reforzados estos por Picoaga que se presen-tó con 1.000 hombres, volvieron a ocuparsus posiciones y el Marquesado de Yavi.

Díaz Vélez no tardó en moverse sobre el yocupó la margen izquierda del río Suipacha.Ordenó que vadearan el río pero una impre-vista crecida de este fue fatal para las tropaspatriotas.

De Santa Cruz envian a Goyeneche el auxi-lio de 1.200 hombres con fusiles, lanzas ydos cañones. Los cochabambinos los derro-taron en Samaipata y llevaron a los prisione-ros a Cochabamba.

En Potosí, Pedro Pardo, cochabambino con2.000 cholos, convocó a la indiada de LaPaz y de Chayanta; fueron delatados, losindios azotados, Pardo fue desterrado aLima, pero, en el trayecto, lo liberaron tro-pas cochabambinas.

En Punilla, a cuatro leguas de Chuquisaca,se hallaba el Dr. Guzman, vocal de su Juntacon 5.000 indios. En Yamparaez, a igual dis-tancia, otra multitud. En Chayanta goberna-ba Centeno como subdelegado puesto porCochabamba; el subdelegado nombrado porGoyeneche fue asesinado por los indios, y asu reemplazante lo hicieron regresar precipi-tadamente.

Sucesos ocurridos en 1812

El año 1812, emerge con nuevos peligros yangustias para Cochabamba. La acción deSuipacha fue el 12 de enero de 1812. Laderrota de Díaz Vélez lo obligó a emprenderuna retirada hacia las provincias argentinaspara dar descanso a sus tropas. Los realistas,reforzados con nueva división al mando delgeneral Pio Tristan, nombrado por Goyene-che General en Jefe del Ejército de Van-

guardia, resolvieron retomar la iniciativa deinvadir las provincias del Río de la Plata.

En este tiempo Belgrano había sido nombra-do Jefe del Segundo Ejercito Auxiliar delPerú en reemplazo de Pueyrredón que cayóenfermo. Esteban Arze, anoticiado de que deOruro partió una división de 600 a 700hombres a ocupar Chayanta, se puso enmarcha con 1.000 hombres.

El 16 de enero se encuentran la avanzada deArze y la avanzada realista. Los patriotas losderrotaron completamente. Los realistas, enfuga hacia Oruro, fueron interceptados porArze en Aguas de Castilla, siendo derrotadoel coronel realista Astete, quien se rindióprometiendo evacuar Chayanta y retirarsehasta el Cuzco. Arze ocupó Chayanta.

En ese tiempo llegó a Potosí un emisario deVigodet, Virrey de Buenos Aires. Traía elencargo de acompañar al Jefe del EjercitoRealista a que expedicionase sobre BuenosAires, en la seguridad de que Vigodet conta-ba con el auxilio de 8.000 portugueses y1.000 soldados españoles y una poderosaescuadra, fuera de los auxilios que iba apedir a la penínsuIa. El momento no podíaser más oportuno, en vista de los descala-bros del Ejército Auxiliar; pero, ¿cómo aban-donar el Alto Perú revolucionario?

La ocasión (dice el general realista Cambaen sus “Memorias”) parecia indudablementefavorable para un movimiento sobre Salta,pero no era prudente desentenderse del esta-do de agitación en que se hallaba la provin-cia de Cochabamba. En tal conflicto, Go-yeneche, mientras hacia avanzar hacia lafrontera argentina a la división de vanguar-dia al mando del general Tristán, decidióocuparse el mismo del ataque a Cocha-bamba. Fue grande la importancia que ledio Goyeneche a la revolución de Cocha-bamba, a juzgar por el terrible plan de ata-que dirigido contra esta provincia. Dispusoque una fuerte columna saliese porChayanta a reforzar la de Revuelta, proce-dente de La Paz. La fuerza del coronelLombera emprendia su marcha por Tapacarí,

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Fue grande laimportancia que le dio

Goyeneche a larevolución deCochabamba, a juzgar por elterrible plan deataque dirigido

contra esta provincia

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la del coronel Huici desde la Laguna, por elValle grande otra fuerza, y la del coronelAlvarez Sotomayor por Santa Cruz de laSierra, mientras que Goyeneche salia deChuquisaca personalmente con 2.500 hom-bres de todas armas. Cuanta fuerza militardedicada a aplacar a una provincia desar-mada y sin disciplina militar.

La marcha de Goyeneche hacia la ciudad deCochabamba a través de los valles de Míz-que fue sembrada de desolación y muerte,arrasando poblaciones, incendiando pue-blos integros como Quirquiabi y Sacaca.

Los cochabambinos, lejos de intimidarse porla aproximación del enemigo, se dispusierona resistir. El gobernador Antezana comunicaa Belgrano el estado de las fuerzas deCochabamba y el punto donde se hallansituadas: el comandante Esteban Arze en losaltos de Pocona, con más de 2.000 hombres;Taboada, Padilla y Aguilar hostigan aGoyeneche en Mizque; el comandanteRebollo, en Totora con 3.000 hombres, conla misión de impedir la marcha de Goye-neche a Santa Cruz; el comandante Puebla,en Arque, con su división, reunido con elcomandante Terrazas; Antezana Pizarro yAlcebey en Colcapirgua, con más de 5.000hombres; Jaime Terán, con 1.200 hombres y123 cañones, marcha a Tapacari a tomar laretaguardia a Lombera.

Por otra parte se tiene la relación del arma-mento, municiones y aprestos de guerra quetiene la Plaza de Cochabamba, lo que seconoce de un informe que hace en marzoEsteban Arze a Pueyrredón, entoncesGeneral del Ejercito Auxiliar: 80 cañones deartillería, 2.500 balas razas de a 2, 1.000balas razas de a 1, 2.500 cartuchos demetralla, 1.000 cartuchos de a 1, 100 caño-nes de posición o arcabuces de a 6 onzas,2.000 cartuchos para estos, 500 fusiles,fuera de 200 por recogerse en distintos pun-tos de la provincia, 5.000 paquetes de fusilcon doce cartuchos cada uno.

Goyeneche decide volver sobre sus pasos yhacer pagar a Cochabamba su contínuainsolencia de entorpecer su paso hacia lasprovincias del Río de la Plata.

La suerte de las provincias altoperuanas estaligada a la de Cochabamba; Belgrano así loentiende y, preocupado, escribe al Gobiernode Buenos Aires que quiso socorrer a la pro-vincia de Cochabamba:

Pero quando considero el estado deestas, su número, su disciplina, su arma-mento, no puedo menos de retraermede aquella idea y aspirar unicamente allamar la atención del enemigo haciaestos puntos infiriendo que por estemedio podre desviar el golpe que ame-naza a Cochabamba.

Más aún para esto me faltan tantascosas que no se como saldre: ello escierto que si Cochabamba se pierde, esde inferir que caigan con ella todas lasdemás provincias que estan en conmo-ción, y por consiguiente el enemigolibre de aquellas atenciones se convier-ta todo contra nosotros.

En semejante caso desgraciado, si meencuentra sin una fuerza respetable,como lo estoi, volveremos de nuevo arepetir la escena de retirada y V.E. sabequanto perderemos en la opinión y quees de necesidad que entonces el Perú,

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Los cochabambinos,

lejos de intimidarse por la aproximación

del enemigo, se dispusieron

a resistir

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sucumbiendo al vencedor entre por susideas y abandone las nuestras que nohaya quien la sostenga con la energíaque se promete, faltos los controvidosde toda clase de recursos, y en particu-lar de armas por las que tanto aclaman.

En mayo, Goyeneche inicia su regreso hacialos valles de Cochabamba, produciéndosesu ingreso por Mizque; como vimos por laposición de la resistencia en Cochabamba,en Pocona lo esperaba Esteban Arze, quienentabla con el la batalla denominada... “DelQuewuiñal”, en la cual, por la superioridadde armas de Goyeneche, es derrotado Arze,disponiendose el vencedor a ingresar triun-fante a la ciudad de Cochabamba.

En Pocona el ejercito realista se encuentracon dos emisarios de la ciudad deCochabamba con pliegos para el señorGeneral. El contenido de los pliegos era lapropuesta del Cabildo de Cochabamba deunirse al ejercito real con la condición deque quedaría libre asi del gobierno deBuenos Aires como del de Lima y que la pro-vincia se manejaría por sí sola. La contesta-ción fue romper el pliego y echar los peda-zos por la cara a uno de los enviados.Siguieron la marcha sin novedad hastaCliza, allí volvieron a encontrarse con otrosemisarios de Cochabamba con la noticia dehaberse rendido la ciudad a discreción.

La colina de San Sebastián. La batalla del 27de mayo

El 27 de mayo, Goyeneche se dispone aingresar a la ciudad; estando cerca de ella, apunto de cruzar la colina de San Sebastian,se percató de la presencia de grandes gen-tios que colmaban la colina. A pesar de lastratativas en Cliza, la ciudad se resistia aentregarse sin hacer el esfuerzo de impedirel ingreso de las tropas realistas.

Sobre lo ocurrido en estas jornadas se haescrito mucho y desde diferentes ópticas.

Durante el siglo XIX se relata este aconteci-miento como una prueba de la consecuen-cia y valentia de la gloriosa provincia deCochabamba y se menciona que en estabatalla del 27 de mayo, fue interesante laparticipación de las mujeres las cuales aren-gaban a los soldados que combatian, lleva-ban las vituallas, y detras de ellos les infun-dian palabras de aliento.

Juan Muñoz Cabrera, en su libro La Guerrade los 15 años, describe el ingreso deGoyeneche a Cochabamba el 27 de mayo,pero afirma que no hubo tal combate en lacolina de San Sebastián, que este informefue para justificar la crueldad y la matanzaefectuada en la ciudad.

Después de la publicación y difusión de lanovela Juan de la Rosa de Nataniel Aguirre,la intervención de la mujer, con las figurasde “las heroínas de la Coronilla” sale a lapalestra pública.

Respecto de la obra de Nataniel Aguirre, hahabido diversas interpretaciones; una de lasmas recientes, la de Laura Gotkowitz quemerece destacarse por los agudos análisisque realiza sobre la intencionalidad deNataniel Aguirre cuando se refiere recurren-temente a la famosa frase de las mujeres: “Sino hay hombres, aqui estamos las mujeres.Esta mención, “si no hay hombres”, no serefiere según la autora-exactamente alhecho histórico protagonizado por las muje-res, sino a una particular situación deBolivia durante las últimas decadas del sigloXIX en la cual era preponderante la necesi-dad de la existencia de “hombres” letrados,escritores, quienes escribiran la historia ycrearan la futura nación promoviendo lazospatrióticos y difundiendo sus “títulos glorio-sos”, más allá de las fronteras nacionales.Con este análisis, se coloca la obra deNataniel Aguirre en una situación de utiliza-ción de la historia para la construcción de laidentidad.

Durante las primeras decadas del siglo XX,al calor de los movimientos sociales, popu-

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Goyeneche se dispone a

ingresar a la ciudad; estandocerca de ella, apunto de cruzar la colina de SanSebastian, se percató de la presencia de

grandes gentiosque colmaban

la colina.

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lares y feministas, comienzan a aparecerartículos y obras literarias donde se ponderala participación femenina. Es la época cul-minante de la obra de la poetisa Adela Za-mudio, inmortalizada con el poema “Nacerhombre”. El tema de la participación de “lasheroínas de la Coronilla” ingresa con fuerzaen el debate historiográfico y los diferentessectores intelectuales y políticos toman par-tido sobre el asunto. Nuevamente se reiterala necesidad de establecer simbolos queinfundan el sentimiento patriótico en base avalores que provienen del hecho históricoque culmina con el holocausto de las muje-res, madres cochabambinas, al punto dededicarles un hermoso monumento, tal vezel mas bello de Bolivia, y se declara en suhonor el 27 de mayo como “el día de lamadre”, a través de un decreto supremo delPresidente Hernando Siles en 1927.

Décadas después, comienza una reflexiónhistoriográfica en relación a este hecho. Ladisciplina y los métodos de la historia sedesarrollan a nivel de ciencia, y la exigenciay el rigor en la investigación impulsan a lareflexión. Además de la hermosa novela deNataniel Aguirre,que se tenía de concreto encuanto a fuentes históricas reales. ¿Dóndeestaban los documentos que respaldaban loshechos que se narraban? Se decía que JosefaManuela Gandarillas había muerto en lacolina de San Sebastián, pero luego se

encuentra su testamento en el Archivo Histó-rico Municipal, fechado en 1848. La dudaentonces comienza a tomar cuerpo y seplantea que la gesta relatada por NatanielAguirre fue producto del imaginario colecti-vo, por la preeminencia de la mujer en losvalles de Cochabamba, en la economíaregional, y su papel decisivo en la conduc-ción familiar.

Escritores y novelistas ponen en duda laexistencia de la defensa heroíca de las muje-res tan bella y dramáticamente relatada porNataniel Aguirre. Que había de cierto entoda esta historia, cuya veracidad era cues-tionada por la falta de evidencias documen-tales, ¿qué había ocurrido efectivamente el27 de mayo de 1812?

Muchos documentos constituian el testimo-nio de la heroíca participación de los cocha-bambinos en estas fechas, pero no resalta-ban la participación femenina. Acuciosasinvestigaciones logran encontrar finalmenteel documento que detalla la batalla del 27de mayo de 1812. Se trata de un oficio deFrancisco Turpin, un soldado patriota queestuvo presente en la batalla de San Sebas-tián y que logra escapar de la represión deGoyeneche. En Jujuy se presenta ante Bel-grano, Jefe del Ejército Auxiliar Argentino, letransmite los hechos y Belgrano le pide quelo haga por escrito.

Por la importancia de este testimonio, nomuy conocido, y que arroja luces sobre estehecho histórico, voy a resumir las partes másimportantes. Afirma Turpin que se encontra-ba destacado con la tropas patriotas en unlugar llamado Colque-Pirgua. A los cuatrodías llegó la noticia de la derrota de EstebanArze en Pocona. Mariano Antezana convocóentonces a todos a la ciudad y, alineando alas tropas, les dijo: “Juran soldados defenderla Patria, a que respondieron todos sí. Sinembargo, frente a la noticia de la derrota deArze, en quien tenían puestas las mayoresesperanzas, temian los soldados que Ante-zana los entregara a los realistas por lo quela mayor parte de ellos se fueron.

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se plantea que lagesta relatada porNataniel Aguirre

fue producto del imaginario

colectivo, por lapreeminencia de la mujer en los

valles deCochabamba

Señor General en Jefe Don José Manuel de Goyeneche

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En ese día (26 de mayo) por la tarde seconvocó a Cabildo Abierto y nuevamen-te Antezana dijo: “Cumpliréis lo quehabéis dicho de defender la Patria y laexcelentísima Junta de Buenos Aires?”Algunos respondieron que sí, pues yano había más de mil hombres escasos ysolamente las mujeres dijeron “Si nohay hombres nosotras defenderemos”.A poco rato mandó el señor Antezanaque el ya se rendia, y que todas lasarmas las pusieran en el cuartel, que else iba y que el que quisiera seguirlo quelo siguiese, mandó al mismo tiempo quese asegurasen las armas bajo llave, y seaseguraron cincuenta fusiles y veintiúncañones de estaño y un obús con unaculebrina de los de Buenos Aires, debronce; hecha esta diligencia repentina-mente se congregaron todas las mujeresarmadas de cuchillos, palos, barretas ypiedras en busca del senor Antezanapara matarlo, y otra porción al cuartel, yapenas quebraron las ventanas de lacasa de dicho Antezana y no lo encon-traron, luego vino un caballero MataLinares, a quien dejó las llaves Antezanay este abrió, entraron las mujeres, saca-ron los fusiles, cañones y municiones, yfueron al punto de San Sebastián, extra-muros de la ciudad, donde colocaronlas piezas de artilleria.

Al día siguiente hubo un embajador departe de Goyeneche previniendo quevenian ellos a unirse con sus hermanos,que desistian de esa empresa barbara;el pliego se entregó al único oficial capi-tán de caballeria don Jacinto Terrasas yhabiendo este preguntado a todas ellasque si querian rendirse, dijeron que no,que mas bien tendrian la gloria de morirmatando y el embajador que vino aCochabamba murió en manos de lasmujeres.

A poco rato se vio formado el ejercitoenemigo e inmediatamente rompieronel fuego las mujeres con los rebozos ata-dos a la cintura, haciendo fuego por

espacio de tres horas: el enemigo aco-metió por cuatro puntos y matarontreinta mujeres, seis hombres de garrotey tres fusileros; ya cuando nos vimosmuy estrechados pensamos unirnos enla misma plaza; pero ya no fue posibleporque la caballeria enemiga estabasobre nosotros, entonces se quemó todala pólvora que había asi de cartuchoscomo de cañón, escapando solo seiscajones para el monte y cincuenta fusi-les y en esta confusión me hicieron pri-sionero manteniendome atado a la cure-na de un cañon y lo mismo a dos muje-res: a los seis días de mi prisión prendie-ron también al señor Antezana del con-vento de San Francisco, le dieron tresdías de término y lo pasaron por lasarmas; después de muerto le cortaron lacabeza, y la colocaron en la plaza ma-yor de la ciudad, y el cuerpo llevaron alpunto de San Sebastián...

Después que se había posesionado elenemigo de la ciudad empezaron asaquearla, cada división con sus respec-tivos jefes, quebrando todas las puertasy ventanas, los de caballeria salieron alas estancias o haciendas a hacer otrotanto, quemando todas las sementeras...

Hasta aquí el informe de Francisco Turpín,soldado de la Primera compañía de fusilerosdel Regimiento N°6.

Sobre este hecho Belgrano escribe alGobierno de Buenos Aires:

Anoche se me ha presentado FranciscoTurpín, unico que como testigo de vistame ha hablado de los sucesos deCochabamba y su relación que mandeapuntar del modo natural con que la hahecho, la paso a V.E. para su conoci-miento e inteligencia.

Gloria a las cochabambinas que se handemostrado con un entusiasmo tandigno de que pase a la memoria de las

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Algunos respondieron que

sí, pues ya nohabía más de milhombres escasos y solamente losmujeres dijeron

“Si no hay hombres nosotras

defenderemos”

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generaciones venideras. Ellas han dadoun ejemplo que debe excitar, señorexcelentisimo, los sentimientos mas apa-gados por la patria...

En el Archivo de la Nación Argentina otrodocumento sin firma, dirigido al Dr. Poppe,relata lo ocurrido en esta heroíca jornada:

El 27 levantamos campamento a las 7de la mañana con dirección para lacapital y a las 3 de la tarde hora en quese puso el exército a la vista de la ciu-dad, a distancia de media legua, hicie-ron fuego del cerro de San Sebastián, yallí duro el fuego como hora y media encuyo tiempo se tomó la ciudad huyendocon la mayor precipitación los que pen-saban triunfar. No se sabe con certeza elnúmero de muertos pero pasan de los100. Se les tomó todos los cañones queen el baluarte tenían: no me es dablepintar a Ud. el horror que causó nuestragente al entrar por las calles haciendoun fuego sumamente vivo por las guerri-llas solamente sin necesidad de losdemas batallones. Se saqueó la ciudadcompletamente y sin distinguir casaalguna. El trastorno ha sido universal enla ciudad pues los justos la han pagadocomo los pecadores...

Esteban Arze, completamente apesadumbra-do por los sucesos ocurridos en Cocha-bamba, se dirige a Jujuy donde entrega aBelgrano un oficio en el que le manifiesta supesar por la derrota:

No puedo señor General tomar lapluma para anunciar la perdida deCochabamba, sin llenarme del mas pro-fundo dolor: este acontecimiento tandesgraciado, ya lo temiamos desde elmomento en que el exercito auxiliarprincipió sus movimientos para verificar

su retirada; y desde este mismo momen-to empezó el enemigo a reunir sus fuer-zas en Potosí y libre de las atencionesque tenía de esta parte, pensó en dirigir-se contra la provincia de Cochabamba.

Varios historiadores bolivianos y argentinostrasmiten la actitud posterior de Belgranocon relación a los sucesos de Cochabamba,planteando que éste

...estableció una costumbre digna de serrecordada, y que significa el elogio máspomposo que se ha hecho hasta ahoradel pueblo de Cochabamba. Todas lasnoches, a la hora de la lista, un oficial decada cuerpo militar preguntaba en altavoz: ¿Están presentes las mujeres deCochabamba? Y otro oficial respondía:“Gloria a Dios, han muerto todas por lapatria en el campo del honor”.

Para finalizar haré mías las palabras con lasque el Tambor Vargas en su “Diario de unComandante de la Independencia Ameri-cana”, justifica el haber escrito los sucesosque le tocó vivir:

Varios y lastimosos son en efecto lossucesos que han empeñado por conse-guir (la independencia), y como quieraque han afectado a la humanidad tienenun grande mérito para ser transmitidos ala posteridad, mucho más para que sepaésta cuánta sangre, cuántos esfuerzos,cuánto valor y heroísmo cuesta a lapatria su libertad, para saberla apreciarmejor, conservarla y respetarla...

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“¿Están presenteslas mujeres deCochabamba? Y otro oficial respondía:

“Gloria a Dios, han muerto todaspor la patria en elcampo del honor”.

Itala de Maman, Historiadora, Jefa del Dpto. de Patrimonio yServicios Culturales de la Casa de la Cultura.